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    Córdoba orbónica

    Persistencias coloniales

    en

    tiempo de reformas

    1750-1800)

    Ana

    Inés

    Punta

    Universidad Nacional de Córdoba

    997

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    3

    El comercio de importación

    y

    exportación

    Habíamos planteado en el primer capítulo que la reactivación de los

    el

    puerto de Buenos Aires se

    la década del cuarenta y sobre todo en los

    , lo que era coincidente con los procesos estudiados allí por

    1

    . No obstante el ritmo de este crecimiento aumentaba en las

    del siglo lo que producía lógicamente, un aumento en las

    las alcabalas

    y

    del Nuevo

    . Decíamos también que la reactivación de estos intercambios no

    las relaciones económicas de Córdoba con el norte

    en relación con el comercio de las mulas

    en

    el capítulo anterior. Pero también nos interesa verificar el

    el

    c o m e T L e n t [ e _

    . e 1

    puert9 lllas- provincias del interlQ

    T.

    - -

    - .

    .•

    . -   _ -

    m m . . . ; : : : : , p o ~ , , ; - = ~ v : : = : ~ si el ~

    m e n t o

    A ~ ~ P ~ ~ _ ~

    lenes e Castilla afectó las producciones locales: compuestas

    cipalfuente por a Q i d é l a n ~ y cuérc)s cal2riños:-

    la

    pefaaos y cordobanes.

    *

    ~

    Veíamos en el capítulo anterior que al aumentarse las relaciones con

    d ~ J . 2 . . . ..   2 r ~ ~

    ~

    t r ª ( j ¡ c J o ~ ~ . , . ~ ¡ g a .

    ?

    ~ ~

    al

    com

      .

    cio

    eSe otro circUIto. lñte'ñia'remos

    • ' . , 

    ~ ~

    . . ; r . . . . . _ _

    Q I f , . . . ~ . ~

    acfenzar

    ru te

    étormerCa

    ntil

    vIendo ~ ~ r m a b a n 1 ? . c m . ~ p ~ i § l j n t Q _

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    ~

     

    )

    84 Córdoba Borbónica.

    ambulantes, mercachifles, caracterizando asimismo

    al

    comercio de campaña,

    siempre que nos

    lo

    posibiliten las fuentes

    2

    . Por otra parte, nos interesa

    y

    eriricar

    R a r t i c i p a c i ó n

    de

    los

    S P J l l e r c i a n ~ s

    en

    ~ a

    actividades

    e c o n ó m i

    ~ a s

    como el Q.t:é.stamo g

    in

    terés. así comp su intervención. directa o indirecta en

    a d a d e productivas: curtiembre   p ~ Q a ~   t e ñ T a campaña o

    e X

    < ? . a ~ ~ n i

    1 } l

    D ~

    , -

     

    - Oo..

    -

    Por último nos interesa reconstruir las pautas de vida de los miembros

    de la élite c o r d o b e s ~ que nos parece más apropiado que hablar de

    .,comerciantes ", situación que puede ser comparada con la de otras de la

    época en Santa Fe, Salta o Buenos Aires.

    3 .1. Las relaciones de Córdoba con el puerto de Buenos Aires

    Para reconstruir 1

    st§,

    intercambios mercan

    til

    es legª les de

    CÓrd

    oba con

    el

    puerto hemos tomado como indicador

    lo

    recaudado por alcabalas en la

    ciudad a lo largo del período. Su aumento tiene que

    ve

    r sin a i:iaa con un

    incremento del tráfico, pero también con

    un

    mayor control en las

    J g < W ~ á

    a partir del eJtablecimiento de ·

    Ia

    Gobernación- ¡ñ tendencia.

    Tomando un promedio anual entre 1755-1797, con algunas

    la

    gunas, y

    teniendo en cuenta que las recaudaciones de

    1785-1789

    incluyen a todas las

    provincias que integraban la Gobernación Intendencia

    3

    , las recaudaciones son

    las siguientes:

    Cuadro

    IX ecaudac i

    ones

    de lcabalas

    en

    Córdoba

    Años Promedio anual

    recaudado

    1766-1769

    3.860

    1770-1773 2.668

    1774-1776

    s/d

    1777-1781

    4.800

    .  ......  .... ...... .   .  ....  ..... ..... ....

    1790-1793

    7.450

    1794-1797

    9.374

    -

     

    --- - -  - -

    Fuente  ,. A.G.N., 1_3-11-8-2, Libros:

    2, 3 ,

     

    ( a n o s 1760-1781)

    y

    elaboración propia para el período

    siguiente según la información de

    Converso, Félix,:

    La

    Real Ordenanza

    de Intendentes

    y

    la Real Hacienda

    durante la gobernación intendencia

    del Marqués de Sobremonte ,

    Cuadernos de cátedra de Historia

    Argentina, Serie 1  No. 9 U .N.C.

    Córdoba ,

    1973

    , pág .

    35

    .

    2

    Por ejemplo,

    el

    censo

    de

    1778

    no

    consigna las profesiones como sí

    lo

    hizo el de

    Buenos Aires y recién tenemos esa información para 1813 , después de la ruptura

    del orden colonia l. . . .. ; .

    3 Esto no

    lo

    habíamos advertido en una versión preliminar de este capítulo, confr. ·

    Punta, Ana Inés: Los intercambios comerciales

    .

    .", op. cit. pp . 3 5

    6

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    86 Córdoba Borbónica.

    Cuadro X Envíos

    de

    mercaderías y de dinero

    de

    Córdoba

    a

    Bs As 1777 1786

    Año Mercaderías Dinero Total

    1777 24 537

    13 900 38 437

    1778

    50 939

    14 600 65 547

    1779 38 309 73 912

    112 221

    1780 35 601

    56 851 92 452

    1781 30 159

    54 100

    84 259

    1782

    45 501

    61 413 106 .915

    1783 37 075 181 570 218 645

    1784

    32 494 33 116

    65 610

    1785

    46 137 53 298

    99 435

    1786 38 755

    61 341

    100 096

    TOTALES 379 508 604 110 983 .618

    Cuadro XI Envíos de mercaderías de Buenos Aires a Córdoba 1779 1788

    Año Monto total en pesos

    1779 29 956

    1780

    49 .942

    1781

    22 605

    1782/4

    s/d

    1785 (cinco meses)

    5 782

    1786 14 675

    1787

    .

    24 502

    1788

    19

    .052

    Fuente: Cuadros IX. X, XI en Yomaha, Mustafá:

    El

    Intercambio . '

    op.

    cit.

    Cuadros V y

    VII,

    pág.

    40

    y 42.

    I

    Los productos que registran

    las

    guías de comercio en lo que hace a los

    envíos desde Buenos Aires son especialmente ms,rca,ncías > P e a s textiles.Y

    artículos ,de confecdQ¡ ¡ que incluyen medias y sombreros así como. otros de

    mercería .

    El

    valor de las importaciones que realiza Córdoba es superior en

    general

    al

    de sus exportaciones debiendo saldar el resto con metálico que

    provenía de otros circuitos comerciales, especialmente del comercio de mulas

    y ganado en pie con el norte minero y de la reventa de productos en el

    interior, de los que hay múltiples ejemplos. Es difícil sin embargo determinar

    cuánto de

    lo

    que

    se

    enviaba a Buenos Aires era por una balanza comercial

    desfavorable y cuánto de ese dinero tenía otro origen, como pagos de deudas,

    o adelanto de. nuevas compras, como se ve en el siguiente Cuadro.

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    El

    comercio de importación

    y

    exportación

    87

    uadro

    XII

    Exportaciones

    e

    importaciones de órdoba entre

    1779 1786

    Año Total de Total de Diferencia Envíos de

    exportaciones

    importaciones

    plata

    1779

    38.309

    31.380 6.929

    73.912

    1780 35 .

    601

    56.166 -20.

    565

    56.851

    1781

    30.159

    23.293 6.866 54.100

    1786 38.755

    18

    .725

    20.029

    s/d

    TOTAL

    162 .823

    129.565 13.

    239 190

    .

    863

    Fuente: Ibídem Cuadros IX a Xl.

    En cuanto a los volúmenes

    y

    valores exportados por la provincia en

    esos años vemos que son bastante regulares, no así los de las importaciories, a

    pesar de que no estamos frente a ningún conflicto europeo que pudiera

    trastocarlos sustancialmente. Por otra parte, las cifras que acabamos de

    consignar muestran una situación aparentemente contradictoria. Si tomamos

    las importaciones y exportaciones de los cuatro años señalados en forma

    global, la provincia tiene un saldo comercial a su favor de 13 .239 pesos, a

    pesar del saldo negativo de 1780. Sin embargo, y considerando los tres años

    en que tenemos

    la

    información completa sobre importaciones 9

    exportaciones , C:Órdob ª_est4. enviando a B u e n ~ e . j r e s n _ t o t a 1 d e .• 9 0 8 f i 3  

    pesos, a pesar de haber tenido una balanza comercial favorable . Estos envíos

    püéden estar relacionaciós COñ un

    aj

    usfe e 16s

    o

    r o l t f S -

    ñ l ¡ 5 ó

    s i t i v o s , pero

    también pueden ser un indicador de o r t a n t ~ ~ c o I ] ] P ~ ~ ~ 2 . a ¿ - p 0 E J 9 ~

    comerciantes cordobeses y que no necesariamente habían sido todas

    r;;

    gi

    stradas pagando los derechos de i n t r o d u c d ó

    ñ

    Eré

    nví

    o ae dinero por parte

    ~ m e r c e s era frecuente y 'e n 1761: por ejemplo, Adrian de Aramburu,

    comerciante de la ciudad se presentó a los jueces de la Real Hacienda

    declarando:

    ..que estaba proximo a partir a la ciudad de Buenos Aires conduciendo

    la

    c a n t i d a d d ~

    52.000

    pesos dobles, parte mia propia y de Don

    fnirycisco Antonio Diaz Don Lorenzo Blanco Noriega, Don

    Miguel

    de

    Learte

    y

    Zegama yOon Manuel Lopez Cobo, comerciantes de esta

    ciudad cuyas respectivas cantidades prozeden de la venta de efectos de

    .Castilla que baxo despachos lexitimos introdujeron

    en

    esta dicha ciudad

    para

    su expendio  7 .

    7 · .

    AHPC, Escrib. 11 Leg.

    36

    Exp. 17.

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    88

    Córdoba Borbónica.

    También

    en

    ese mismo año,

    cl

    encargado de llevar el Real Situado

    Qesge Potosí le o r r m ~ b a al gobermidor

    C a r r i p e o :

    q U e ~ v i a j a b a _a B u ~

    Aires:

    ..... conduciendo

    el

    Real Situado

    y

    demas caudales de particulares [ .. ]

    habiendose agregado el importe de 20.000 pesos que remiten varios

    sujetos del comercio de esta ciudad [Córdoba] 

    s.

    La2.. cantidad,ª-s_?J via

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    90 Córdoba Borbónica.

    decir que fueran sus comerciantes los gue realizaran el tráfico. En relación con

    I;-sereaOS-di:f-CastTíia y aunque algunos importantes comerciantes -como Juan

    Lopez Cobo- se ocupaban también de su envío a

    las

    provincias del norte

    como

    ya

    vimos,

    la

    presencia de

    los

    comerciantes cordobeses no parece ser

    allí

    importante. Los estudios realizados por Sara Mata sobre los comerciantes de

    Salta en las últimas décadas

    del

    siglo XVIII confirman lo dicho anteriormente,

    ya que no hay intermediación de comerciantes cordobeses en

    el

    comercio de

    importación desde Buenos Aires, aunque

    es

    muy

    fuerte

    su

    presencia en el

    comercio de mulas de esa ciudad

    l2

    .

    3.1.1. Las exportaciones de Córdoba a Buenos Aires: textiles y cueros

    Las exportaciones de mercancías desde Córdoba a Buenos Aires

    en el

    período

    1777-1786

    estaban compuestas principalmente de textiles producidos

    en la región: ponchos. frezadas tñmbjén cueros de cabra- cGmQbanes

    y

    tªpetados, a

    lo

    que se sumaban otros efectos de

    la

    tierra de producción local o

    provenientes de Qtras pmvincigs d e l i A t e f ; i e f . ; : € E > m o a l g o d ó n ~ 13.

    La producción de textiles de lana era de larga data en la provincia

    aunque generalmente había sido de tipo doméstico y para el consumo familiar.

    Estas características cambiaron a mediados de la década de 1760 y para la

    siguiente era ya una de las prinCipales actividades de

    la

    campaña a las que se

    dedicaban especialmente las mujeres. Si tomamos en cuenta

    el

    total de los

    envíos en esos años, Assadourian señalaba para

    la

    década de los setenta, una

    salida no inferior a las

    20.000

    piezas teniendo en cuenta a

    los

    distintos tipos

    de te;idos

    I4

    . Por

    su

    p a r t ~ los permisos de exportación trabajados por Yomaha

    mostraban un promedio de 27.515.Biezas entre 1777-

    1

    788,

    que aumentaba

    a 28 .644 entre 1780-1783 15. Con cifras que se aproximaban bastante a las

    .anteriores, Garavaglia-Wentzel consignaban la exportación de Córdoba a

    Buenos Aires en 14.584 piezas entre 1761-1769 que aumentaron a 25.584

    entre los años 1770-1778

    y

    29.925 entre 1781-1788. Entre 1781-1790

    estos autores encontraban también, que

    los

    textiles de Córdoba

    repre$entaban,

    en

    valores, el

    85

    por ciento de

    los

    tejidos de lana que entraron

    en Buenos Aires

    en

    ese período

    l6

    . Lo

    que sin duda se nota en estos

    guarismos, .más allá de sus diferencias, es que no hay una retracción como

    consecuencia de

    la

    competencia de textiles extranjeros a partir de

    la

    aplicación

    12 Confr. Mata, Sara: Los comerciantes de Salta ...

    op

    . cit.

    13 Confr. Yomaha, Mustafá: Los intercambios op .

    dt.

    14 Confr. Assadourian, Carlos S.:

    l

    se tor

    e x p o r t o r . o p . cit., pp . 349-350.

    15 Confr. Punta, Ana Inés: l..a producción textiL op. cit.

    16

    Confr. Garavaglia, Juan Carlos, Wenzel, Claudia: Un nuevo aporte a

    la

    historia del

    textil colonial. Los ponchos frente

    al

    mercado porteño (1750-1850), en: Anuario

    deIIEHS

    4, Tandi11989, p. 228.

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    El comercio de importación

    y

    expo

    rt

    aci6n 9

    J

    del Reglamento

    de libre

    Comercio, lo que también había sido señalado

    por

    Garavaglia. Por el contrario, las exportaciones de téxtiles de lana siguieron

    aumentando y en la_primera d é ~ d a d e l siglo XIX alc,.anzaron un_

    prom

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    11/34

    92 Córdoba Borbónica.

    los mismos guardas encargados de controlarlas y con

    la

    ayuda del cura

    doctrinero de

    la

    Reducción de los Pampas, a quien se

    les

    dejaba los cueros en

    cuidado antes de ser llevados a Buenos Aires

    21

    . · .

    Q

    trQ

    .

    .eJe.

    men

    tQ

    _.

    Que

    _diflculta cuantifica

    r-

    . las _

    . a n t i d ª g g   g ~ f ~ O S

    e

    ~ } g q ~ d e

    - P J o v i n

    u

    J a p < ? s i b i l i d ~

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      ~

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    n í a n de

    los a n i m a l e s

     

    a e l l a 6

      S   9

    a r - a -

    ~

    c Q r ; ¡ s u m

    d J U . i i e

    frecuente así encontrar a

    I; s curas de

    la

    Compañía de Jesús pidiendo autorización para exportarlos,

    como

    lo

    hicieron en noviembre de

    1754,

    en que sacaron

    598

    cueros

    provenientes del consumo; en mayo del año siguiente pidieron autorización

    por

    300

    más, en marzo de

    1756

    por

    400

    y en octubre el comendador del

    Colegio solicitó autorización para exportar otros 1.500. Esta vez el Cabildo le

    denegó

    el

    pedido diciendo que :

    ... .. el

    Reverendo Padre Comendador es

    asilador de otras personas que quieren asi sacar sus cueros 

    22

    con

    lo

    que

    quedaban claras las maniobras que realizaban como testaferros .

    Las exportaciones de cueros, tanto legales como ilegales, fueron

    aumentando y el informe del Cabildo de finales de

    1759

    hablaba ya de unas

    catorce o quince mil piezas que salían anualmente de

    la

    provincia con destino

    a Buenos Aires

    23

    .

    El

    rubro debe haber interesado cada vez más a los

    comerciantes cordobeses ligados al mercado porteño y vemos así que en

    1764, por ejemplo, Rafael Calvo Mariño, portugués que comerciaba en

    Córdoba y Buenos Aires.

    le

    escribía desde esta ciudad a Manuel Correa ,

    residente en Córdoba que con la caída de la Colonia de Sacramento y

    la

    cantidad de géneros que había en Río de Janeiro:

    ..

    ...haga diligencia de mandar

    los

    cueros que pueda porque este renglon

    cada dia toma mas estimacion, en particular

    los

    buenos, que

    los

    demas

    poco valen

     

    24.

    El ejemplo muestra además cómo los comerciantes adecuaban sus

    actividades a

    las

    fluctuaciones de un mercado en permanente cambio por los

    conflictos bélicos. Sin embargo los totales que registran las guías de permisos

    sobre las piezas exportadas sólo dan un promedio anual de

    5.400

    cueros

    25

     

    con lo que quedan en evidencia las cantidades que salían sin registro.

    Al

    resp.ecto, el gobernador Campero había dado órdenes de controlar la frontera

    porque:

    21

    AMC, Act. Cap.,

    libro 29

    ,

    (27-11-1754).

    22 AMC, Act. Cap .,

    libro

    30, l2-X-1756).

    23

    AMC, Act. Cap.,

    libro30

    ,

    fs.

    360-385

    y

    en

    Cáceres, S.:

    Cuestiones e límites

    op

    . cit., pág.

    56

    (Informe de Alberro).

    24

    AHPC, Escrib.

    11

    Leg. 33, Exp_10.

    25

    Yomaha, Mustafá:

    El

    intercambio comercial

    .

    .

    ..

    ,

    op

    . cit., planillas 100-105.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    12/34

    El

    comercio de importación

    y

    exportación

    93

    ..muchos portugueses tienen establecido comercio en

    la

    jurisdiccion de

    esta ciudad haciendo porciones de cueros a cambalache de mercaderias

    en

    los

    Rios Tercero

    y

    Cuarto

    y

    Valle de Calamuchita internando para

    este

    fin

    dichas mercaderias z6,

    Sabemos sin embargo, que

    el

    contrabando no era exclusividad

    de

    los

    lusitanos.

    Si bien las cantidades de cueros exportados pueden ser relativamente

    importantes para la economía de Córdoba, éstas sólo deben haber

    representado un porcentaje pequeño de los que salían por el .puerto de

    Buenos Aires.

    Es así como la documentación trabajada por Moutoukias de

    los

    registros de exportaciones de cueros desde Buenos Aires entre

    1764

    y 1796

    ,

    agrupadas por quinquenios, muestran una progresíón constante en todo el

    período, especialmente notable a partir de mediados de

    la

    década de 1780

    para mantenerse relativamente estables en los diez años siguientes oscilando

    en una media de

    275

    .000 piezas, que representarían unos 330.000 pesos

    anuales, como se puede ver en

    el

    Cuadro XIII .

    Cuadro

    XIII: Exportaciones de cueros por el puerto

    de

    uenos

    Aires Promedio anual por quinquenio

    Período

    Unidades

    Valores en pesos

    1764-1768

    62

    .799 61.776

    1769-1773

    72 .588

    63.515

    1774-1778

    . 447.123

    89.424

    ·1779-1783 159.446

    196

    .

    044

    1784-1788

    257.312

    321.626

    1789-1793 338.362

    328.522

    1794-1796

    229.025

    338 .873

    -

    Fuente: Información elaborada a partir del Cuadro no . 6 de:

    Moutoukias, ZacarÍas: El comercio atlántico ... , op. cit.

    pág.

    36 y

    81.

    Por

    su

    parte Levene había estimado que entre 1779

    y

    1795

    el

    total·

    de

    las

    exportaciones .de cueros debía

    haber

    sido de poco más de 6.

    300.000

    26

    lEA

    ,

    Odos

    . No. 4 .

    159 y

    No. 479

    (f

    .311).

    Al

    respecto Campero dio.

    un

    Auto

    el

    VI-1764. (AHPC, Escrib. 11 Leg.33, Exp. 10) . .

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    13/34

    94

    Córdoba Borbónica.

    piezas

    27

    , cifras superiores a las de Moutoukias, quien para el mismo período

    contabiliza s610

    4.527.941.

    Otro historiador, Lynch, citando un informe sobre

    la

    Banda Oriental de Francisco de Ortega Sanz 'de

    1784,

    señalaba que des-

    pués de 1783 las exportaciones habían aumentado a 1.400.000 piezas

    28

     

    cifras que incluían también a los que salían de

    la

    Banda Oriental.

    Cabe preguntarse cuántas de las piezas exportadas en el período

    provenían de la jurisdicción de Córdoba. A pesar de que no contamos con

    información precisa,

    si el

    Cabildo de esta ciudad estimaba que en

    1760

    salían

    aproximadamente 15.000 cueros, éstos representarían casi un 20% de las

    exportaciones porteñas en ese año, que habían ascendido a 76.000 piezas

    según Moutoukias, lo que no es una cifra despreciable si consideramos el

    aumento en el costo que representaba el flete hasta el puerto para los

    productos del interior.

    Insistimos en que las cifras que damos para Córdoba son sólo

    aproximativas ya que el problema del contrabando seguía vigente, aun cuando

    desde mediados de la década del ochenta Sobremonte, siendo gobernador

    intendente de

    la

    provincia, intentara aumentar los controles.

    Es

    así como en el

    informe que presentó

    al

    virrey en 1785, a poco de hacerse cargo, señalaba

    que las existencias de ganado vacuno

    en

    la provincia ascendían a 200.000

    cabezas. Parte de éste era consumido

    en

    el abasto de la ciudad y campaña,

    otra considerable era comercializado en pie en las provincias del norte y desde

    la década de 1770 también se exportaban a Mendoza y Chile. Temiendo que

    peligraran las existencias, Sobremonte reglamentó entonces

    la

    exportación de

    ganado vacuno en

    1785, 1786 y 1792 29.

    Por otra parte, en

    1791

    había

    dado órdenes de que cuando los animales fueran vendidos se los

    contramarcara para evitar los desordenes y robos que han sufrido los

    hacendados criadores ,

    lo

    que traía por consecuencia la escasez de carne

    30

    .

    Pero no tenemos información de las cantidades de cueros que

    se

    obtenían,

    ni

    cuántos eran destinados al mercado local.

    A comienzos del siglo XIX

    en 1801,

    según un informe del Cabildo de

    Córdoba, se calculaba en 36.500 cabezas anuales las que eran consumidas en

    la ciudad y su jurisdicción

    31

    ,

    pero no tenemos para esos años un cómputo de

    las existencias en la provincia. En

    lo

    que hace

    a

    la exportación de cueros de

    estos años, Assadourian daba las siguientes cantidades: 10.532 piezas en '

    27

    Levene, Ricardo: Investigaciones acerca de

    la

    historia económica

    del

    virreinato ,

    en: Obras completas 11 Buenos Aires, 1962,

    pág

    .

    315.

    28

    Lynch, John:

    Administración

    colonial...op.

    cit.,

    pág. 46.

    29

    lEA

    Deto.

    No.

    737

    (1785); AHPC, Gobierno

    8

    Exp.

    17, (1786)

    y

    Gobierno 13,

    Exp. 1 (1792).

    30

    AHPC, Gobierno 12, Exp. 16, f 379.

    31

    AHPC, Gob.

    27

    , Exp. 42.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    14/34

    El

    comercio de importación

    y

    exp

    or

    tacion

    1806,

    10

    .

    392 en

    1808 y 25.142 en

    1809

    señalando que posiblemente esta

    última cantidad se aproximara

    más

    a los totales de los años normales

    32

    . Sin

    embargo es difícil establecer

    una

    relación entre el ganado consumido y la

    exportación de cueros porque

    tampoco

    contamos con estimaciones sobre las

    cantidades de los que

    eran

    utilizados

    en

    la misma provincia. Por otra parte,

    hasta aquí nbs hemos manejado con las Cifras del comercio legal. Sabemos sin

    embargo, que éstas muestran sólo una

    parte

    del comercio real ya que las

    evasiones a los controles seguían siendo una constante.

    3.2. Contrabando y comercio ilegal

    Pasamos ahora a considerar un problema diferente como es

    el

    · del

    contrabando o el comercio ilegal.

    Con

    respecto a éste como práctica social

    nos han sido sumamente útiles las reflexiones de Moutoukias

     

    quien

    consideraba

    ..el univ

    e

    rso del

    contrabando

    no

    como

    un

    mundo delictivo,

    sino

    como

    una especie de frontera social en relación al estado, o cuando menos a

    cierto discurso

    del

    estado, con reglas bien establecidas, pero

    lo

    demás

    nada diferentes de las del comercio legal que sus actores aceptaban y

    respetaban 

    Agregaba este autor que otro aspecto del problema

    era

    que la

    participación

    en

    actividades comerciales

    de

    altas awtoridades y militares de

    rango superior estaba generalizada y hasta cierto límite admitida a pesar de las

    leyes. Esto nos ayuda a comprender hasta qué punto los registros del comercio

    legal en Córdoba son insuficientes

    para

    cuantificar

    el

    comercio, ya que las

    evasiones a los controles eran aquí también una práctica cotidiana . levada a

    cabo

    por

    los distintos sectores sociales, más allá del discurso que siempre las

    condenaba. Vemos así

    cómo

    muchas veces eran los mismos funcionarios

    encargados de controlar las fronteras los que mediante un soborno dejaban

    pasar las mercancías ·sin

    pagar

    derechos. Por ejemplo

    en 1761

    dos guardias

    del Río

    IV

    acusaron al tesorero de la Real Hacienda,

    Juan

    de Alberro y a los

    comandantes de esa frontera, Miguel de Arrascaeta

    y

    Baltasar de Cisneros de

    haber dejado pasar una carreta con cuarenta negros esclavos enviados

    por

    Don Francisco de

    Campos

    Lima desde Colonia de Sacramento, con destino a

    Chile.

    Al

    parecer los

    comandantes

    habían inclusive acompañado las carretas

    hasta donde terminaba la jurisdicción de Córdoba,

    en

    el Paraje de la Punilla,

    habiendo recibido

    en pago

    dos negros y trescientos pesos

    por

    su ayuda.

    : 2

    Ássadourian, .Carlos S.:

    El

    sectorexportador

    ..

    ·op. cit. , pág. 323.

    : 3

    Mo

    ut

    o

    ukias,

    Z.:

    l comercio atlántico ..

    op. cit., pág.

    4 y sgtes

    ..

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    15/34

    96

    Córdoba Borbónica.

    Cuando el caso

    fue

    denunciado por los guardias y se realizó la sumaria

    investigación , todos los testigos coincidieron en la acusación, a las que se

    agregaron otras, ya que al parecer no era

    la

    primera vez que habían pasado

    esclavos clandestinamente a Chile. Sin embargo hasta donde tenemos

    información, los que terminaron presos fueron los guardias que habían hecho

    la denuncia mientras que los funcionarios acusados siguieron ocupando sus

    puestos

      4

    En otras oportunidades eran los mismos miembros del Cabildo

    quienes buscaban formas legales de evadir pagar

    los

    derechos establecidos,

    como sucedió en Córdoba cuando se reglamentaron los productos que debían

    pagar la sisa. En el libro en que se registró la sisa, el recaudador aclaraba que

    si

    bien el auto del gobernador estipulaba que ésta debía cobrarse también a las

    mUlas

    y a las vacas

    ..

    no se ha practicado en esta ciudad y

    para

    el

    aguardiente, yerba y tabaco... 35 . Esto no debe extrañarnos dado que los

    funcionarios del Cabildo y Mendiolaza en especial, que era el encargado de la

    recaudación, eran los principales productores y tratantes de mulas y ganado

    en pie de la provincia.

    No sólo las autoridades civiles evadían las leyes sino que también lo

    hacían las eclesiásticas y los miembros comunes de

    la

    iglesia, aprovechando las

    ventajas que les daba su fuero, ya u ~ en general estaban exentos del pago de

    propios y sisa si podían demostrar que lo que vendían era producto de su

    patrimonio o provenía de capellanías. Esta situación

    sin

    duda los beneficiaba y

    les permitía tener precios menores,

    lo

    que a menudo dificultaba la

    competencia de los comerciantes particulares

    36

    .

    Junto a estas evasiones aprovechando el fuero eclesiástico existe el

    contrabando liso y llano que ejerce gran parte de la sociedad colonial. A pesar

    de que

    en

    él participan casi todos, como ya lo señalara Moutoukias hay una

    contradicción entre el discurso y

    la

    práctica. Es frecuente así encontrar

    disposiciones tendientes a evitarlo y a menudo se toma a los comerciantes

    portugueses como chivos expiatorios , como

    si

    ellos fueran los únicos en

    transgredir las normas, más allá de que a través de Colonia de Sacramento es

    real que se realizaba un intenso tráfico ilegal. Vemos así cómo en los

    4 No sabemos como terminó

    el

    incidente ya que el documento e s t á e s t r ~ i o por el

    agua y

    su

    final es ilegible; confr. AHPC, Crimen Capital, 1761, Leg. 15, Exp. 4.

    35 AMC, siNo Libro en que se acientan

    las

    partidas del real derecho de Siza que

    produce la yerba de palos y camini, que entra en mi poder como depositario de

    este ramo y corre desde

    este

    año de 1748 . Joseph Joachin de Mendiolaza; (años

    1748-1756).

    :16

    Confr. Punta, Ana Inés:

    El

    comercio y

    su

    registro en Libros de Propios y Sisa

    en

    Córdoba (1736-1770) ; Ponencia presentada en las Primeras · Jornadas

    Interescuela

    de

    Historia

    a

    Plata, 1989.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    16/34

    El comercio de importación

    y

    exportación 97

    considerando s del auto de expulsión

    de

    portugueses que diera el gobernador

    del Tucumán, Joaquín de Espinosa y Dávalos, éste decía:

    .

    por

    cuanto me hallo informado que de las provincias del Peru vajan

    y

    conducen muchas personas extraviando caminos y sin las guias y

    despachos correspondientes, cantidades de plata sellada y

    en

    pasta y

    barra como oro, hasta introducirlo y asegurarlo

    en

    Colonia de

    Sacramento a cargo de los portugueses quienes haciendo negociacion

    traen al mismo modo para dichas provincias del Peru cantidades de

    f t

    37

    e ec os y negros... ,

    La cita anterior

    pone

    aquí una vez más

    en

    evidencia la activa práctica

    del contrabando.

    Unos años después, en 1764, el gobernador Campero volvió a dar un

    auto

    contra

    o ~ u s denunciando que tenían establecido comercio

    en

    la jurisdicción

    de

    a IUéfáa

    de

    Córdoba y que hacían porciones

    de

    cuero a

    cambalaches

    de

    mercaderias . Sin

    embargo

    no se cumplió la medida de

    expulsión y a los pocos días los seis o siete lusitanos que habían sido puestos

    en

    prisión recobraron su libertad

    38

    . .

    La falacia de considerar a los portugueses como casi los únicos

    causantes del contrabando está en la continuidad de esta práctica a lo largo de

    todo

    el

    período

    estudiado, más allá

    de

    que el

    propio

    gobernador intendente

    Sobremonte informara en

    1785

    al

    Virrey, que prácticamente no había

    extranjeros que hubieran llegado

    en

    los últimos

    años

    a la provincia, a

    excepción

    de

    un irlandés y de un genovés

    39

    . Por otra parte eran más que

    frecuentes las denuncias de que los comerciantes

    de

    la ciudad transgredían las

    normas , como las que se hicieron unos años más tarde sobre el notorio

    escandalo del cargamento que ha traido Don Benito Antonio ·Fragueiro de

    Buenos

    Aires , no cumpliendo con los registros y pago del Nuevo Impuest0

    4o

    .

    El

    mismo Sobremonte denunciaba

    en

    1794 que las tropas de carretas

    que iban de Buenos Aires a Jujuy habían comenzado a extraviar caminos

    y

    lo mismo hacían las que regresaban

    41

    . Unos meses más tarde, en diciembre,

    se quejaba de la total decadencia

    en

    las recaudaciones que no alcanzan a

    pagar los gastos 42.

    Pero

    esto no debía

    ser

    atribuido sólo a las evasiones

    de

    las

    37

    lEA,

    Oda

    . No

    .

    87 a [1758].

    38 AHPC, Escribanía

    11

    Leg. 34, Exp. 1 1766).

    39 Confr. Torre Revello: l Marqués de Sobremonte op : cit, Apéndice Documental,

    pág.

    L

    10

    AHPC,

    Gobiem027

    Exp.

    22;

    11 AHPC, Gobierno 15, Exp. 13,

    f

    206.

    AHPC, Gob.

    15,

    Exp. 7 .

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    17/34

    98 Córdoba Borbónica.

    contribuciones sino también, según el Marqués, a haber decaido el comercio

    de efectos de Castilla

    y e la

    tierra 43.

    No

    obstante, a finales de

    1795

    Sobre monte señalaba que debían evitarse los fraudes en el pago de derechos

    de naipes y tabaco así como

    en

    la entrada de efectos de comercio y

    aguardiente agregando que era sumamente notable que

    en el

    transcurso de

    once o doce años no se haya hecho una apreencion de efectos de

    comercio 44. Efectivamente, como veremos en el capítulo en que analizaremos

    los ingresos de la Real Hacienda, el rubro Decomisos  desapareció entre los

    que proporcionaban ingresos,

    lo

    que estaría demostrando la connivencia de las

    autoridades con las prácticas ilegales, que no pudieron ser erradicadas.

    3.3

    . Características del comercio de importación

    y

    exportación.

    Unos de los problemas que nos planteábamos

    al

    iniciar este capítulo

    era el de poder determinar el papel que jugaba Córdoba en relación con el

    comercio de importación de mercaderías de Castilla. Las fuentes no son

    demasiados explícitas al respecto pero los registros impositivos así como las

    actividades protocolizadas ante escribano brindan alguna información

    sugerente. Tenemos así poderes otorgados por comerciantes de Córdoba a lo

    largo de estos años que muestran que

    por

    lo menos algunos hacían sus

    compras directamente

    en

    España o habilitaban a otro comerciante

    en

    Buenos

    Aires para que lo hiciera por ellos. Tal es el caso en

    la

    década de 1750, de

    Gregorio de Arrascaeta y Santiago de Allende, quienes dieron un poder a

    Manuel Diaz y Saravia, del comercio de Buenos Aires, para que contratara

    directamente

    en

    Cádiz el envío de mercaderías a cuenta de los dos primeros,

    las que embarcaban bajo su cuenta y riesgo . La compra fue

    por

    un total de

    2.448 pesos 1 real y fue cancelada tres años más tarde

      5

    . Tenemos también

    varios ejemplos a mediados de la década de 1760. Ya mencionamos

    anteriormente los permisos de introducción de mercaderías de 1767-1769,

    que mostraban a . dos importantes comerciantes de

    la

    ciudad,

    Joseph

    de

    Portillo y Juan Lopez Cobo, realizando compras directamente a los maestres

    de los navíos de registro -y a su vez barcos negreros- en Buenos Aires

      6

    .

    Las compras de los cordobeses directamente a España se siguieron

    realizando y es así como en la década del ochenta contamos con poderes

    dados por conocidos personajes locales como Antonio de la Quintana,

    43 AHPC, Gob . 16, Exp. 9, f.152.

    44

    AHPC,

    Ibídem

    f. 200-201.

    5

    AHPC, Escrib . 2,Leg. 26, Exp. 10.

    6 Los permisos en AHPC,

    Escrib.

    2, Leg. 32, Exps . 21, 22, 23; Leg. 36,

    Exp.

    5-9

    16; Leg. 37, Exps . 4, 5, 6, 10, 12; Leg. 38, Exps . 2; 3, 5, 7 13, 15, 16.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    18/34

    El comercio de importación

    y

    exportación

    99

    Antonio Diaz, Juan Perez Bulnes, Nicolas Azcoitia o Francisco Xavier de

    Palacios para realizar compras en Cádiz

    47

    . Por su parte, fuertes comerciantes

    como Antonio B. Fragueiro compraban

    en

    distintos puertos gallegos y

    también

    en

    Cádiz

    48

    Otros, como

    la

    compañía comercial formada por

    Feliciano de la

    Mota

    Botello, natural de Santa Fe y residente en Córdoba,

    junto con Hipolito Garcia Posse hacían sus negocios con una compañía de

    . Barcelona

    49

    . Palacios, por su parte, tenía además una acción de 500 pesos

    en

    la

    Compañía de la Habana

    y

    había realizado operaciones comerciales

    en

    lima

    y Arequipa

    50

    • También era frecuente que los cordobeses tuvieran relaciones

    directas con Brasil, Chile y el Alto Perú, lo que les permitía participar del

    . comercio de esclavos y de la introducción de productos americanos, como

    azúcar o tabaco, o artículos de cobre y ropa de la tierra de Chile. Pensamos

    que esta relación directa que muchos comerciantes cordobeses establecían con

    sus proveedores podria explicar por qué no encontramos aquí en estos años a

    fuertes comerciantes porteños a pesar de la notoria reactivación del comercio

    con el puerto. Esto no quiere decir que los cordobeses actuaran siempre en

    forma independiente y en todo caso, los que

    lo

    podían hacer eran sólo

    aquellos que contaban con más medios económicos. Hemos encontrado así

    frecuentemente que los comerciantes hacían sus operaciones a crédito y allí

    necesariamente eran sus pares porteños los que se las fiaban, de los que

    tenemos algunas deudas protocolizadas. Considerando aquellos que

    declaraban sus bienes como mercaderías de Castilla así como los montos que

    adeudaban

    al

    momento de casarse tenemos la siguiente información, a titulo

    de ejemplo:

    47 Así

    por ej . en

    1785

    Antonio de la Quintana dio poder a Francisco de Vera y

    Murguia, vecino de Cádiz, para que comprara en su nombre (AHPC, Registro 1,

    Protocolo No. 168, fo. 128v.)

    y

    en ese mismo año, Antonio Diaz y Juan Perez

    Bulnes dieron poder a Pedro Marquiegui

    y

    otros  , también en Cádiz; (ibídem fo.

    2S0r.) . Azcoitia

    (o

    Azcoeta) había comprado mercaderías por

    4.182

    pesos en

    1784 y

    al

    año

    siguiente aparecía con una deuda de

    8.191

    pesos con Pedro

    Baleriano Bombi de Cádiz por mercaderías que  éste le había enviado, (AHPC,

    Reg.1, Protocolo No.

    168

    , fo .

    38r

    .-42r.) Palacios por su parte había realizado

    distintos envíos a España por un total de 44.000 pesos (Ibídem, fo . 38v. y 332v.).

    48 Confr. Lobos, Héctor R.

    :

    Los Fragueiro ... op. cit. pág.

    441.

    49

    En

    1787

    habían comprado mercaderías

    por 1.208

    pesos a Don Pablo Montells del

    Sol y Compañía , deuda que recién saldaron

    en

    1794

    , (AHPC, Protocolos, Reg. 4,

    1786

    -

    1788

    No. 1,

    fo.

    43v. y 45r.)

    50

    Sus bienes sin embargo alcanzaban a sólo

    16

    .936 pesos 2 reales y medio,

    incluyendo alhajas, platería , y cinco esclavos cuando se hizo el inventario de .sus

    bi

    enes

    al

    morir. (AHPC, Reg. 1, Protocolo No.

    168

    foso332r.-348r.) .

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    19/34

    1

    100

    Córdoba Borbónica.

    Cuadro XIV: Compras a Buenos Aires

    de

    mercaderías de Castilla a crédito

    Año

    Deudor

    Capital Deuda

    1761

    Lorenzo Blanco

    o r i e ~ a

    12.342

    8 062

    1766

    Gaspar Salcedo

    11.507 8 000

    1783

    Francisco Vaz

    5.233 1.384

    1789

    Gaspar Bravo

    59.395

    15 508

    .

    1791

    Benito

    A.

    Fragueiro

    24.684 14.391

    Fuente: AHPC, Registro 1, Protocolo No. 144 fo. 266v.;

    No.

    149

    fo.

    156r.-174v.;

    No.

    166

    fo.

    41v.-48r.; No. 171 fo. 148v.;

    No

    . 173 fo. 70v.-82r.

    Nota: sólo

    en

    el caso de Bravo

    los

    bienes estaban compuestos además,

    por

    mercaderías del Cuzco mulas. En el caso de Fragueiro, se aclaraba qu l deuda

    de

    mercaderías era por 7.094 pesos el resto por deudas .

    Trataremos

    de caracterizar ahora

    al

    sector de los comerciantes

    de

    acuerdo con

    el

    tipo de intercambios que realizaban y a los circuitos en los que

    participaban. No

    hemos

    encontrado que se pueda hacer una clara

    diferenciación entre aquellos que importaban mercancías desde

    el

    puerto y los

    que las introducían desde otras provincias, incluyendo productos

    de

    la tierra

    ya que

    es

    frecuente que hicieran un poco de cada cosa,

    como es

    el

    caso de

    Juan

    Bautista Carvallo

    en la

    década del sesenta. Éste aparece frecuentemente

    en

    la documentación enviando mercaderías en consignación al Potosí,

    importando ropa de la tierra desde Chile e introduciendo yerba desde el

    litoral. Carvallo

    era además consignatario de los curas de

    San

    Juan y de La

    Rioja

    en la

    venta del aguardiente que enviaban a Córdoba

    para

    su

    comercialización

    5

    . Otro ejemplo, unos

    años

    más tarde,

    en la

    década de

    1780,

    es el

    Juan

    Lopez

    Cabo

    quien además de aparecer

    en

    las guías de introducción

    de mercaderías desde Buenos Aires es frecuente encontrarlo enviando otras al

    norte. Así,

    en una

    oportunidad, a las dieciocho petacas que había introducido

    desde Buenos Aires se agregaban un cajón de mercaderías con cuchillos y

    otros cuarenta quintales de hierro y medio quintal de acero, junto a tres

    petacas

    de

    la fábrica de

    San

    Fernando de Guadalajara , mercadería que debía

    .ser remitida al Tucumán para su expendio 52. Las guías de permisos

    trabajadas

    por Yomaha

    ya citadas, dan también algunos indicios sobre los

    principales introductores en Córdoba de mercancías desde

    el

    puerto, pero de

    acuerdo con estos registros, entre 1777-1788 los que

    aparecen

    con más

    frecuencia

    no

    son . los mismos que se destacan por sus envíos a Buenos

    5 Confr. Punta, Ana Inés:

    El

    comercio su registro ... op. dt

    52 AHPC, Escrib. 2, Leg 32, Exp 23.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    20/34

    El

    comercio de importación y exportación 101

    Aires

    53

    .

    Los únicos comerciantes que aparecían en forma regular como

    importadores, en dos o tres años seguidos, fueron Pedro Malde y Bernabe

    Gregario Las Heras.

    En

    relación con

    el

    comercio de exportación de Córdoba

    a Buenos Aires según los mismos registros, no hemos encontrado la presencia

    regular de comerciantes porteños como abastecedores entre los años 1779-

    1788, a excepción de Gaspar Santa Colama y de Bernardo Gregario las

    Heras. Del primero se registran los siguientes envíos:

    Cuadro XV: Envíos de mercancías de Gaspar Santa Ca ama a Córdoba

    1779-1 788)

    Año Destinatario Monto

    del

    envío Total anual

    1780 Juan B. de Somaya

    2.

    352

    Juan Valverde

    979

    s/d

    790

    Hipolito Garcia Pose

    1 464

    5.585

    1781

    Juan Lopez Coba

    610

    Pedro Malde

    975

    1 585

    1786 Pedro Malde

    449

    4 449

    1787 Jase R. de Olmedo

    272

    Jase

    de

    la

    Mota Botella

    173

    445

    Fuente: Yomaha, Mustafá: El comercio . . op. cit. Planillas

    63

    a

    97

    .

    ,

    Por su parte Bernardo Gregario de las Heras envió mercancías a su

    hermano, Bernabe Gregario, por

    3 644

    pesos entre 1786 y 1787, a los que

    se sumaron 4 .

    240

    pesos en los envíos a otros tres comerciantes. Aunque es

    poco frecuente que coincidan los que importan con los que exportan

    productos

    al puerto, según esta fuente, hemos encontrado algunos que lo

    S3 En

    1779

    los que introdujeron mercancías por más de

    mil

    pesos fueron: Francisco

    Perez Mier,

    Juan

    de Zomaya, Bernardo Orresti,

    Jase

    de Urizar, Hipolito Garcia

    Posse j

    en 1780

    : Agustin de Igarzabal , Verisimo Araujo

    y Luis

    Corrales. Ninguno

    de éstos aparecen como los principales introductores entre

    1781

    y

    1788

    según las

    mismas fuentes ya que

    en

    '

    1781

    .se destacó Ventura Melgarejo por

    la

    importación

    de mercaderías

    por

    valor de 4 785 pesos y

    en 1785

    lo hizo Fermin de Larrainzar,

    uno de los fuertes exportadores de textiles y cueros, quien importó mercaderías

    por

    1 879

    pesos. En

    1787

    los mayores introductores fueron Jose Teheran,

    Gregario Moyana y Gregorio T ejerina mientras que

    al

    año siguiente fueron Pedro

    Ma

    ld

    e , Francisco del Signo, Antonio Fragueiro

    y

    Juan Perez Bulnes j confr.

    Yomaha, Mustafá:

    El

    comercio . . op. cit., información obtenida de las Planillas

    63 a 97

    .

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    21/34

    102 Córdoba Borbónica.

    hacían como Fermin de Larrainzar, Juan Lopez Coba, Francisco del Signo,

    Bernabe Gregario Las Heras, o Feliciano de la Mota Botella, este último, con

    pulpería

    en la

    ciudad. Sin embargo los nombres que se destacaron por

    los

    volúmenes exportados fueron Nicolas de Azcoeta, (o Azcoitia) quien en 1783

    exportó por valor de

    43.308

    pesos,

    el

    de Ventura Melgarejo, quien ese mismo

    año lo hizo por 15 .

    528

    pesos o el de Hipolito Garcia Pose, quien a pesar de

    exportar por cantidades muy inferiores se destacó por una presencia constante

    como exportador entre 1777 y 1784. En ese período sus operaciones

    totalizaron 14.929 pesos , a razón de unos 1.600 pesos por año , ya que en

    1780

    no registró ningún envío. Pensamos que se trata

    en

    estos casos

    especialmente de la exportación de tejidos de lana fabricados

    en la

    campaña

    cordobesa y cueros de cabra: tapetados y cordobanes.

    No

    vamos a entrar en detalle aquí en

    la

    evolución de la actividad textil

    en la provincia

    54

    , pero es de señalar que los comerciantes que vendían en la

    ciudad mercaderías de Castilla, más allá de que sus nombres no aparezcan con

    frecuencia en las guías, como sí es el caso de Larrainzar, eran los que a su vez

    en\iiaban ponchos, frazadas y también tapetados a Buenos Aires. Las deudas a

    favor de Fermin de Larrainzar que fueron protocolizadas entre

    1775-1777

    son ilustrativas de cómo se llevaban a cabo estas operaciones. Así por ejemplo

    en

    1775 era acreedor

    por

    la venta de efectos de Castilla de su tienda a

    pagar en un año de plazo, 1.110 pesos de Fermin Talan, por

    1.203

    pesos de

    Joseph

    Antonio T eheran y por

    650

    pesos dos reales de

    Joseph

    Antonio

    Gomez. El primero debía entregarle como pago ponchos azules, negros y

    caris a 10 reales cada uno  ,

    por

    partes iguales;

    el

    segundo,

    la

    misma

    mercadería, pero valuados en 11 reales, con ponchos de Río Seco o Tulumba,

    o su equivalente en ponchos listados de a pala que llaman santiagueños , en

    los colores anteriores, pero a 5 pesos 4 reales cada uno. El tercero debía 650

    pesos 3 reales, esta vez

    en

    ponchos de

    Río . Es

    decir que en esos tres casos,

    Larrainzar recibía al año un total de

    2.236

    ponchos

    si

    eran de los comunes y

    un poco menos si los envíos de Teheran eran

    en

    ponchos a pala ya que los

    875

    de su deuda se reducían a

    218

    piezas

    55

    .

    En

    el

    año 1777

    Larrainzar volvió

    a tener una deuda a su favor similar a las anteriores, esta vez de Luis Antonio

    Vieyra , quien debía saldar 3.012 pesos pagando 200 pesos en plata sellada y

    el

    resto en géneros. Una parte ya

    la

    había pagado con cera

    en

    pasta de

    Santiago y el resto debía hacerlo con ponchos de a pala listados que llaman

    santiagueños, de colores, caris y azules a 5 pesos 4 reales cada uno, es decir

    un total de 437 ponchos, deuda que saldó en marzo de

    1778

    56. Larrainzar

    también compraba cueros de cabra

    en

    la campaña como se desprende de una

    54 Confr. Punta, Ana Inés: La producción textil... op . dt

    55

    Confr. AHPC, Registro 1, Protocolo

    No.

    158 (1775), fa. 232r. ; 264r.; 340r.

    56 AHPC, Registro 1, Protocolo

    No. 160

    (1777), fa . 50r. ; 161r. 69r.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    22/34

    El

    comercio de importación y exporta

    ci

    ón

    10

    3

    deuda a su favor del año anterior, por 1.046 pesos. Ésta debía ser saldada en

    tapetados, a ocho reales cada uno

    la

    mayor parte machos grandes, bien

    curtidos y teñidos que podían ser entregados en cuatro pagos.

    El

    total

    ascendía así a 8 .

    368

    cuerosS

    7 .

    En

    el

    comercio de campaña, como acabamos

    de ver, era frecuente que los pagos de las compras se hicieran parte

    en

    plata y

    parte con productos de las tierra, los que no sólo incluían tapetados y textiles.

    Esto queda claro en el pleito entre

    el

    comerciante Antonio Leiton y

    Joseph

    de

    Acuña

    por

    una deuda de

    87

    pesos

    3

    reales que éste tenía por unas varas de

    pañete, miel y tabaco que Leiton

    le

    había dado para que vendiera . En su

    descargo Acuña decia que:

    el

    saco de diez arrobas

    [de

    tabaco], dos troco por pataies y ocho

    cambalacheo

    por

    terciopelo negro

    y

    que

    ni

    los pataies

    ni

    eo terciopelo

    se lo ha querido admitir [Leiton)

    en

    cuentas, ni menos pelones, ponchos

    y fresadas, ni cuarenta pesos

    en

    plata que

    le

    daba a cuenta de lo que

    debia por dicho saco de tabaco

    y la

    pelota de miel, que es lo unico que

    le

    debe ss.

    Los ejemplos anteriores son ilustrativos de las características que tenía

    el

    comercio

    de

    campaña, donde los comerciantes de la ciudad vendían a otros

    del interior, o daban en consignación mercaderías de Castilla , así

    como

    aguardiente, tabaco o azúcar, mercaderías que en parte debían ser pagadas

    en

    metálico, pero que con frecuencia lo eran en productos de la tierra , y

    básicamente en textiles de lana y tapetados.

    3.4. Otras actividades económicas del sector

    o • •

    Ya hemos visto en el capitulo anterior que una parte de los

    comerciantes participaba

    en

    el negocio de las mulas y también, los de más

    recursos, en la compra de tierras. Era frecuente que los comerciantes

    compraran también quintas o chacras cercanas a

    la

    ciudad, cuya producción

    de verduras o frutas era vendida en ella. En el ejemplo que citamos de

    Francisco A Diaz, que había comprado la estancia de Santa Catalina, se

    agregaba a ésta

    la

    explotación del obraje textil que había sido de los jesuitas y

    7 AHPC. , Registro 1 Protocolo No.

    159 fa

    33v .

    Es

    de señalar que

    en

    todas estas

    deudas se aclaraba que los intereses corrían a partir de que

    no

    se cumplieran los

    plazos establecidos. Larrainzar tenía ventas hechas a tres

    y

    a nueve meses pero

    generalmente los plazos eran de un año; (AHPC, Registro 1, Protocolo No. 159 ,

    fa. 68L;

    No.

    160

    fa .

    SOL).

    r

    S

    AHPC, Escrib. 1 Leg.

    343

    Exp. 8 (1761).

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    23/34

    104 · Córdoba Borbónica.

    que era .el único que . quedaba en la provincia, según el informe de

    Sobremonte. Allí se trabajaban

    algunos pañetes de buena calidad

    y

    color de la lana o musgo pues

    aunque se han hecho varias pruebas con el añil, no ha podido hasta

    ahora sacarlo bueno , .

    agregando que

    la

    producción era reducida

    porque a excepcion de lo necesario para vestir los muchos esclavos

    que tiene esa posesion, es poco lo que se vende al publico...

    59.

    En

    relación con otras actividades productivas, sólo encontramos un

    intento a comienzos de la década

    de

    1790, de realizar explotaciones mineras,

    a través de

    los

    contratos de Ventura Melgarejo que fueron protocolizados. Uno

    de ellos fue concretado con un chileno para explotar minas de cobre

    en

    el

    partido de Calamuchita. Melgarejo debía aportar el capital a través de

    maquinaria y pago de mano de obra, mientras que el otro ponía su trabajo y

    experiencia ·ya que era experto en la construcción de hornos y fundición de

    metales. No contamos con información, más allá del contrato y desconocemos

    si la· explotación pudo llevarse a ·cab0

    6

    El

    otro intento

    lo

    hizo Melgarejo

    en

    1793,

    al parecer para explotar minerales

    en

    La Carolina (San Luis),

    pero

    sólo

    contamos con la liquidación del contrat0

    61

    .

    En

    lo que hace a la participación de los comerciantes en otras

    actividades como podían ser las curtiembres, el único ejemplo es el del

    establecimiento de Antonio

    B.

    Fragueiro a finales de

    la

    década de los noventa

    pero que sólo parece haber empezado a producir años más tarde y que

    trabajaba con cueros vacunos, no caprinos

    62

    . En relación con el trabajo de

    cordobanes

    y

    tapetados, la producción de éstos era todavía, junto

    al

    trabajo

    textil, una de las principales actividades desarrolladas en la

    campaña

    pero a la

    que. también podían dedicarse algunos comerciantes. Tal

    es

    el caso del

    ultramarino  Eugenio Gati, comerciante

    en la

    zona de San Javier,

    en

    Traslasierra. Al morir se hizo un inventario de sus bienes entre los que se

    registraban

    mercaderías de Castilla  , a

    la

    que se sumaban, cordobanes,

    tapetados y de lustre , junto a algunas frezadas y ponchos. El comerciante

    había tenido también una curtiembre, donde al hacerse el inventario se

    consignaron cueros

    en

    distintas etapas del proceso de. producción: algunos

    59

    El

    informe en: Cáceres, S.: Cuestiones de Límites ... op. cit. pág.

    XXIV.

    6

    AHPC., Registro 2, Protocolo No.

    5 1792

    -

    1795

    fa .

    338v

    .

    61 Ibídem, fa. 154v.

    62 Lobos, Héctor R.: Los Fragueiro.. .

    , op

    . cit., pp. 436-437.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    24/34

    El

    comercio de importación

    y

    exportación

    105

    entapetado·s y cordobanes ya listos y enfardados pero otros, a media tinta ,

    n afrecho o pomeados . Había también cueros de cabra todavía sin

    trabajar,

    así

    como animales

    en

    corrales de un tercero y obligaciones a su

    favor, a pagar

    en

    dinero y

    en

    caprinos

    63

    .

    No

    tenemos sin embargo

    información sobre el capital invertido en

    la curtiembre,

    ni

    tampoco sobre el

    tipo o cantidad de la

    mano

    de obra empleada

    ya

    que no hay datos sobre

    salarios adeudados y tampoco se consignaron esclavos entre los bienes del

    comerciante. Pero no sabemos si la curtiembre era una actividad más o

    menos

    generalizada entre los comerciantes de campaña, ni

    si

    el ejemplo citado

    es

    representativo. .

    Un problema a resolver

    es

    el de la participación de los comerciantes

    en

    la

    producción textil de

    la

    campaña y hasta donde su intervención afectaba

    las

    condiciones de esta producción doméstica pero para

    el

    mercado, problema

    que ya analizara Assadourian

    64

    y del que también nos ocupamos en un

    artícul0

    65

    .

    No quedan dudas sin embargo, que

    al

    ser los comerciantes el nexo

    entre los productores y el mercado, que a menudo excedía

    al

    de

    la

    jurisdicción,

    fueran ellos los que fijaran los precios, beneficiándose doblemente ya que

    también proveían a la campaña de efectos de Castilla, además de añil, yerba,

    tabaco, productos que posiblemente fueran sobrevaluados -como ya vimos

    ocurría con el añil, en

    el

    trabajo ya citado- y que debía dejar buenas ganancias.

    Además de las actividades a que hemos hecho mención

    no

    hay que \

    olvidar que los miembros de esta élite económica fueron también importantes

    dadores de crédito,

    no

    sólo adelantando mercaderías a los pequeños

    ¡

    comerciantes de

    campaña

    y pulperos sino lisa y llanamente prestando dinero a

    interés, actividad que hasta mediados de este siglo XVIII había estado

    prácticamente dominada

    por

    la Iglesia.

    El

    dinero era prestado generalmente a

    otros comerciantes y el interés variaba del 5

    al

    8 por ciento, siendo más alto

    cuando

    el préstamo no

    era contra hipoteca. Los protocolos notariales

    muestran múltiples ejemplos de las operaciones de conocidos personajes de

    la

    época como Hipolito Garcia Posse o el más notorio de Thomas de Allende

    cuyo testamento de

    1789 es

    ilustrativo. Según el citado testamento,

    el

    total

    de

    los

    bienes de Allende ascendía a 124.504 pesos cuatro reales y medio. De ese

    monto, más de 50.000 pesos eran en plata sellada a lo que se agregaban

    doce esclavos, dos casas, una tienda con su trastienda, una estancia

    en Santa

    Bárbara con trigo, percheles y frutales, ovejas y ganado vacuno, que trabajaba

    con seis esclavos. Pero una parte importante de su patrimonio

    lo

    constituyen

    los

    treinta y dos préstamos de dinero a un interés del cinco y seis por ciento

    63

    AHPC, Escrib. 1, Leg.

    392

    Exp.

    10

    (1779).

    1

    Assadourian, Carlos S

    .: El

    sector exportador. .... , op. cit., especialmente

    pp

    .

    342

    y

    siguientes.

    Punta, Ana Inés: La producción textil... , op. cit.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    25/34

    106

    Córdoba

    BorbóJiica.

    anual, algunos de ellos dados

    en

    1774. Estos totalizaban, sin los intereses, una ·

    deuda

    a su favor

    de

    casi

    53.000 pesos

    66

    y una renta

    anual

    de

    por lo

    menos

    2.600

    a

    3.000

    pesos.

    En estos años muchos de los miembros de estos .sectores

    acomodados

    cumplieron también funciones

    en

    la administración del gobierno,

    encargándose

    del cobro de impuestos

    como

    la Sisa, Propios o Nuevo

    Impuesto, así como administrando las rentas

    de

    Naipes o Tabacos .

    También

    es frecuente encontrarlos

    como

    rematadores o fiadores en los remates de

    diezmos,

    como

    se puede apreciar en el siguiente cuadro

    y

    que muestra además

    los recursos

    económicos con

    que contaban

    para hacer

    frente al

    gasto

    inicial:

    Cuadro XVI:Remate de diezmos: 1778-1791

    Año Beneficiario

    Luqar

    Monto

    1778

    Francisco del Signo Ciudad y Jurisdicción

    11.650

    1783

    Nicolas Leanis T raslasierra

    800

    Bernardo Vilar Anexos

    290

    Juan T. de Olmedo Punilla

    500

    Nicolas Cabrera

    Río

    1.526

    1785

    Ambrosio Funes Ciudad Jurisdicción

    11.500

    1789 Joseph Leal

    Pocho

    430

    Idem

    San

    Javier

    686

    Francisco Fandiño Río IV

    675

    Manuel de la Fuente Río Abajo 394

    Francisco Perez Mier Ischilin

    500

    Ambrosio Funes Parroquia La Falda

    500

    Joseph Leal Parroquia Pocho 380

    1791

    Miquel

    J. Arquello Parroquia La Falda 520

    Juan L Aguirre Parroquia de T ulumba

    550

    Idem Parroquia de Punilla

    850

    Tiburcio Ordoñez Parroquia de Río 1.984

    Nicolas Leanis ·

    Parroquia San Javier

    605

    Bernardo Vilar

    Ciudad 115

    1791 Juan F.

    Uriarte Tercero Arriba Abajo

    s/d

    Salvador Movano Parr. de Río Seco

    s/d

    Tomas Baigorri

    .Calamuchita- Río IV

    s/d

    Fuente: AHPC Protocolos  Reg. 1 No.

    161 (1778),

    fa

    49r. ;

    Reg.

    2, (1778-1785)

    No

    3,

    fo 301 -3 4; fo . 530-534; No. 4: fo.

    295-299;

    fo. 335-340; fo . 479-490; fo

    520;

    fo

    .

    527

    -529.

    66

    AHPC, Registro 1, Protocolo No. 171, fo .. 229r.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    26/34

    El comercio de importación y exportación 107

    Tanto los que remataban los diezmos corno sus fiadores eran

    conocidos comerciantes de la ciudad y a veces los que un año aparecían

    haciéndose cargo

    del

    remate,

    en

    otros

    eran

    los fiadores, como se puede ver

    en la síntesis del Cuadro XVII.

    Cuadro

    XVII

    Rematadores y fiadores de los diezmos 1783 1791

    Año Rematador

    Fiador

    1783 Nicolas Leanis

    Antonio Palacios Amabiscar

    Bernardo Vilar

    Joseph Manuel de Arrascaeta

    Juan Thomas Olmedo

    Antonio Savid

    Nicolas Cabrera

    Pablo XiQena

    1785

    Ambrosio Funes

    MiQuel

    Jeronimo

    ArQuello

    Ambrosio Funes

    Juan Perez Bulnes

    1789

    Joseph Leal

    Francisco del Siqno

    Juan M. de

    la

    Fuente

    Andres

    AQuirre

    Francisco Perez Mier

    Juan Perez Bulnes

    Ambrosio Funes

    Miquel J. de Arquello

    ,

    Joseoh Leal

    Francisco del Siqno

    1791

    MiQuel

    J. de ArQuello

    Ambrosio Funes

    Juan

    L

    de

    ArQuello

    Ambrosio Funes

    Tiburcio Ordoñez

    Francisco del Siqno

    Nicolas Leanis

    Juan de Ormaeche

    Bernardo Vilar

    Juan

    B.

    Loza

    Francisco de Uriarte

    Pablo J. Baez

    Salvador Movano

    Dalmacio Allende

    Tomas

    BaiQorri

    Francisca de Avila

    su

    madre

    Fuente: Ibídem Cuadro XVI.

    Es

    de señalar que los que aparecen haciendo las mayores inversiones,

    como Francisco del Signo en

    1778

    o Ambrosio Funes en 1785, ambos

    rematando los diezmos de toda

    la

    jurisdicción, incluyendo

    la

    ciudad y la

    campaña eran miembros de esa élite que tenía el negocio de las mulas como

    uno de los más importantes pero que como ya vimos, también se dedicaban al

    comercio de efectos de Castilla.

    A pesar de que información como la anterior nos permite ver los

    montos que podían manejar algunos de estos miembros de

    la

    élite es difícil

    poder hacer una diferenciación entre grandes y medianos comerciantes por

    el

    capital con que contaban y teniendo

    en

    cuenta especialmente que

    concentraban el grueso de sus operaciones económicas en el comercio de

    importación y exportación de Buenos Aires, actividad que como ya vimos

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    27/34

    108 Córdoba Borbónica.

    comienza a ser cada vez más importante entre las que realizan estos

    comerciantes especialmente a partir de los ochenta y durante las décadas

    siguientes. Como no contamos · con fuentes que nos permitan

    hacer

    esa

    distinción con preclslon, un indicador aproximado pueden

    ser

    las

    declaraciones de capital que realizaban los contrayentes

    al

    formalizar el

    contrato de casamiento. Mientras que comerciantes como Benito de Acosta o

    Antonio Savid declaraban tener entre

    10

    y

    12.000

    pesos de capital en la

    década de 1760-1770, otros, que pensamos que recién se iniciaban en estos

    negocios, tenían alrededor de

    6.000

    pesos, como es

    el

    caso de Nicolas de

    Azcoeta, en

    1763.

    La situación parece semejante en la década siguiente

    cuando Francisco

    Vaz

    declaró

    poco

    más de

    5.000

    pesos mientras que

    Hipolito Garcia Posse, quien además de comerciante debía prestar dinero a

    interés, tenía ya 12.787 pesos 7 reales en el

    momento

    de

    hacer

    la

    declaración, casi lo mismo que otro comerciante que se casó, cinco años

    después, en 1788, Felipe Lopez Crespo. Los montos mencionados son muy

    inferiores a los de otro importante comerciante gallego a comienzos de la

    década de

    1790,

    Benito Antonio Fragueiro, cuyo capital ascendía según su

    declaración en

    1791,

    a

    26.684

    pesos

    67

    . Para alguno de los casos

    mencionados la actividad mercantil resultó próspera, como ocurrió con el

    citado Nicolas de Azcoeta, quien al morir en 1783 había acrecentado su

    capital inicial a

    23.875,

    el

    que incluía

    la

    posesión de una casa,

    una

    tienda y

    trastienda, once esclavos y una estancia con animales; es decir que en veinte

    años había casi triplicado su capital inicial gracias a sus múltiples actividades

    68

    .

    Sin embargo sus bienes eran muy inferiores a los que dejó Juan Lopez Coba a

    su muerte, en 1789 y que ascendían a 73.263 pesos. Lopez Coba, a pesar de

    dedicarse activamente

    al

    comercio de bienes de Castilla tenía también unas

    dos mil mulas invernando en los campos de Cabrera, en

    el

    paraje de Nogolma

    en Río

    11

    así como

    5.419

    caballos

      9

    .

    Vemos así, una vez más, cómo la

    participación en el comercio de ganado hacía posible una acumulación mayor.

    A pesar de contar con algunos ejemplos como los anteriores es difícil

    poder determinar

    el

    número de personas a que ascendía el sector

    de

    los

    comerciantes más acomodados en la ciudad. Algunos indicadores permiten

    pensar que en las últimas décadas del siglo XVIII éstos podían llegar a ser

    una

    treintena de acuerdo con algunos indicios que nos dan las fuentes. Es así como

    en febrero de

    1791,

    los comerciantes de

    la

    ciudad elevaron una petición a la

    Gobernación Intendencia por no estar de acuerdo con el pago establecido de

    un derecho de tres pesos por tienda.

    En

    esa oportunidad fueron 31 los

    peticionantes siendo

    el

    comerciante Manuel de Asunsolo el encargado de

    67 AHPC Registro 1 Protocolo No. 173, fo. 70v.- 82r.

    68 AHPC

    Escribanía

    1

    Leg . 402,

    Exp.

    6 1784).

    69

    AHPC Escrib.

    1 Leg . 389, Exp. 3.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    28/34

    El

    comercio de importación y exportación

    10

    llevar adelante las gestiones. Entre los más conocidos estaban. Francisco del

    Signo, Bernardo de Orreste, Verisimo Arauja, Antonio B Fragueiro, Javier

    Garcia Piedra y Antonio Lopez

    Cob0

    70

    .

    Unos años más tarde, en

    1809,

    cuando se recaudó un donativo para ayudar a

    la

    Corona -en guerra con

    Francia- fueron

    33

    los comerciantes que aportaron; de éstos, ocho pusieron

    100

    pesos, uno

    70

    pesos, siete

    50

    pesos y diez y siete más contribuyeron con

    cantidades

    qúe iban de los

    30

    a los

    20

    pesos. Esto quizás esté mostrando leves

    diferencias entre el mismo grupo de comerciantes importantes de la ciudad71

    pero nuevamente el número de los contribuyentes fue semejante al del caso

    anterior, rondando la treintena.

    Contamos también con documentación que nos permite conocer la

    cantidad de negocios

    en

    la ciudad

    en

    esos años.

    Es

    así como tres años antes,

    en

    1806,

    se dispuso quiénes debían pagar las faroles de la ciudad señalándose

    la

    cantidad de 48 tiendas, 61 pulperías

    y

    un negocio del estanco, además de

    las 81 de los artesanos donde también éstos vendían sus productos

    72

    . Sin

    mbarg6 debemos esperar a que se levante el Censo de población de

    1813

    para tener datos más exactos sobre la cantidad de habitantes y sus actividades

    conómicas. En éste, sobre un total de

    71.635

    personas de la jurisdicción de

    Córdoba, 10.587 vivían en

    la

    ciudad. De este total teniendo en cuenta las

    profesiones, 458

    eran

    comerciantes y  sólo siete de ellos, mujeres y de ellos

    281

    vivían

    en

    la ciudad, incluyendo a dos de las mujeres. En lo que hace a los

    pulperos, el censo contabilizaba

    22

    para toda la jurisdicción, correspondiendo

    ólo

    13

    a la ciudad

    73

     

    Es

    decir que

    si tomamos

    un universo de

    458

    omerciantes, los

    33

    que teníamos registrados. unos años antes como los

    otal.

    .5. Condiciones de vida de la élite

    Félix

    de

    Azara,

    en

    su descripción sobre

    el Río

    de

    la

    Plata y después de

    uy superior a los indios, negros y gente de color agregaba:

    .entre estos mismos españoles reina la mas perfecta igualdad, sin

    distinción de nobles ni plebeyos. No se conocen entre ellos

    ni

    feudos,

    ni

    substituciones, ni mayorazgos; la sola distinción que existe es del todo

    AHPC., Registro 2 , Protocolo

    No

    . 4, (1786-1791),

    fo

    . 448v-450r.

    1 AHPC., Gobierno

    31

    Exp. 18 .

    AHPC., Gobierno

    28

    , Exp.

    15.

    Arcando, Aníbal (presentación y notas): La

    Población de Córdoba . .op. cit

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    29/34

    110 Córdoba Borbónica.

    personal, debida al ejercicio de

    funciones

    públicas, a la mayor o menor

    . fortuna, o a la reputación

    de

    talentos y

    probidad 74.

    Sin duda influenciado por las pautas más rígidas de la sociedad

    europe de esos años, la americana le parecía igualitaria a este viajero, por el

    hecho

    de no

    tener

    nobles o feudos. Sin embargo, estaba lejos de serlo y él

    mismo señalaba las diferencias que existían aún entre los blancos. Pero, sin

    duda, la sociedad colonial rioplatense estaba en un fuerte proceso de cambio,

    acelerado

    por el

    incremento

    de

    sus relaciones con España y

    por

    la fuerte

    inmigración de peninsulares en esa segunda mitad del siglo XVIII. No

    obstante, autores como Zorroaquín Becú acentuaban el carácter estamental

    de

    la sociedad colonial por

    la

    existencia de fueros propios que tenían tanto la

    Iglesia como los militares, diferentes a los del común. Este autor definía al

    estamento como:

    . .

    lOs

    grupos

    que

    se

    distinguen

    unos de

    otros por

    su diversa

    condición

    jurídico

    social, ejercen

    funciones

    diferentes y

    se

    encuadran en

    organizaciones definidas y estables

    75

    .

    A pesar

    de

    estas características, señalaba que había un

    entrecruzamiento de funciones en esos sectores dominantes de la sociedad

    aunque la diferencia

    er

    todavía muy notoria entre ellos

    y

    los miembros

    de

    las ·

    castas , diferenciación que había aumentado a medida que la sociedad se

    hacía étnicamente más heterogénea

    76

    . Pese a la existencia de estos fueros que

    señalaba

    el

    autor, pensamos que

    no

    estamos en presencia

    de

    un sociedad

    claramente estamental en términos weberianos, aunque persistan algunos

    elementos de ese

    ti

    po

    77.

    La sociedad cordobesa iba cambiando lentamente

    y

    cada vez tenía más importancia

    la

    riqueza, pero todavía era una sociedad en la

    que las posibilidades de inserción tanto en

    la

    vida económica como política,

    tenían que ver con características estamentales. Formar parte de las familias

    preferidas ,

    en

    términos de la época, estaba así en relación con el origen o

    con las funciones: ser pariente, español, o funcionario, que muchas veces er n

    condiciones más importantes que

    la

    cantidad de bienes materiales disponibles.

    A partir de formar parte de ese grupo se podía acceder,

    y

    no sólo con el

    74

    Azara,

    Félix de: Viajes p r l América Meridional en

    : Chiaramonte, José

    c.:

    Pensamiento de

    l

    Ilustración . Economía y sociedad iberoamericanas

    en

    el

    siglo XVIII

    Ed

    . Ayacucho, Barcelona, 1979.

    75

    Zorroaquín Becú, Ricardo:

    La

    condición

    jurídica

    .

    ..

    op. cit., pág. 106.

    76

    Ibídem

    , pp.135-136.

    77 Confr.

    Weber,

    Max:

    Economía y sociedad  F.C.E. México, 1944, (1922), Tomo 1,

    Cap. IV, pp. 320-322.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    30/34

    El comercio de importación y exportación

    dinero, a la compra

    de

    tierras, a la obtención

    de

    créditos mercantiles o

    eventualmente a ocupar algún lugar

    en

    el gobierno local, lo que

    faCilitaba

    sin

    duda las actividades económicas. Pero esta.élite no estaba cerrada y cada vez

    más,

    en

    el siglo XVIII, fue incorporando nuevos miembros siempre que fueran

    blancos y preferentemente españoles. Cuando hablamos entonces de élite nos

    referimos a esos sectores que ejercían los lugares socialmente preeminentes,

    tanto

    en

    la iglesia como

    en

    la economía y

    en la

    política local,

    ya

    que en forma

    similar a lo que Brading encontraba

    en

    Guanajuato a fines del siglo

    XVIII,

    encontramos aquí también una coincidencia entre la élite política y los sectores

    económicamente dominantes.

    Hasta aquí nos hemos ocupado fundamentalmente de las actividades

    económicas de este sector de

    la

    sociedad. . Creemos ilustrativo dar también

    alguna información en relación con sus formas de vida, ya que dedicaran sus

    mayores esfuerzos y recursos económicos

    al

    comercio de ganados, a

    la

    ·

    importación de bienes de Castilla, o a cualquier otra actividad rentable y ya

    fueran laicos o religiosos, compartían un nivel de vida y un prestigio social

    diferente del grueso de

    la

    población.

    Las condiciones

    de

    vida materiales de este sector deben de haber

    cambiado bastante en la segunda mitad del siglo

    XVIII

    por el mejoramiento

    general de la economía y también por las reformas que se realizaron en la

    ciudad durante

    la

    Gobernación Intendencia de Sobremonte, como veremos

    en

    detalle en otro capítul0

    78

    . Analizaremos entonces en primer lugar este

    aspecto, tomando como ejemplos los bienes que declaraban tener algunos de

    los miembros del grupo en sus inventarios. Vemos así que las viviendas de

    personajes importantes de

    la

    ciudad, como Thomas de Allende o Juan Lopez

    Cobo muestran mejoras en relación a lo que habían sido las casas en la

    primera mitad del siglo. A finales de la década de

    1780,

    la de Allende

    por

    ejemplo, tenía zaguán y cuarto con

    techo

    de bóveda y el resto de las

    construcciones tenían techo

    de

    tejas y tejuelas; los pisos eran de ladrillo y

    contaba con once cuartos, además de dos patios y una cocina. Junto a la casa,

    Allende tenía una tienda y una trastienda con corralón, techado en parte con

    caña y

    en

    parte con teja y tejuela

    79

    .

    Por su parte Juan Lopez Cabo, de

    acuerdo

    con

    su inventario del

    año 1789 80,

    contaba también con una casa

    en

    la

    ciudad, dos tiendas, un lote y una quinta en el mismo predio urbano,

    además de tener una estancia

    en

    San Javier.

    El

    mobiliario de

    la

    casa de

    la

    78 Confr. también Punta, Ana Inés: Abasto, salud e higiene en Córdoba en

    la

    segunda

    mitad del siglo

    XVIII .

    Ponencia presentada

    en

    las r i m ~ r a s Jornadas

    de

    sociedad

    y

    economía

    en

    el

    mun o

    colonial

    Bs. As., junio,

    1991.

    79 Confr. el inventario en: AHPC, Protocolo Registro 1, No. 170, (fa. 458-472) y No.

    171 (fa. 229-253 .

    80 AHPC, Escrib. 1, Leg. 427, Exp. 3.

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    31/34

    112 Córdoba Borbónica.

    ciudad muestra una austeridad común a la de muchos de los inventarios que

    hemos consultado,

    pero

    cuya cantidad y calidad habla

    de

    los recursos

    económicos de la familia. En la casa había nueve mesas de cedro y una de

    nogal, alas que se agregaban doce docenas de sillas, una de ellas de paja.

    Tenía seis baúles y dos cajas de cedro, dos biombos, dos escritorios también

    de cedro, una cuja de jacarandá con cortinas, arañas de cristal, un reloj

    de

    sobremesa y tres más de bolsillo, dos de ellos descompuestos pero que

    sumaban 260 pesos. A esto se agregaban seis espejos grandes de cristal,

    valuados en 1.200 pesos y entre la vajilla se contaban vasos y tazas de cristal.

    Como algo poco frecuente en los inventarios tenía un coche inglés y

    guarniciones y jaeces de mulas de coche. Lopez Cobo poseía además once

    esclavos, dos de ellos zapateros, uno sastre, otra costurera y una tercera

    cocinera, además de dos niños. Su inventario registra también la existencia de

    treinta y dos libros entre ellos obras de Gracian, Virgilio y Oviedo así

    como

    el

    Quijote y las Guerras de Hungría.

    Otro ejemplo de cómo vivían estos miembros de la élite, esta vez un

    alto miembro de la iglesia, es el de Don Diego de Salguero y Cabrera,

    conocido por sus actividades económicas y a quien en más

    de

    una oportunidad

    las autoridades habían acusado de

    no

    pagar los derechos de introducción

    de

    mercancías. l ser nombrado obispo de Arequipa, Salguero decidió hacer un

    inventario de sus bienes en 1770 antes de partir para el Perú y

    ante

    el

    temor

    de que se crearan conflictos entre sus herederos

    si

    él muriera en el camino.

    El

    total de los bienes según el inventario ascendía a

    136.791

    pesos, seis reales y

    da cuenta de las múltiples actividades económicas a las que se dedicaba el

    obispo, entre las que estaba la trata de esclavos, así como permite inferir su

    nivel de vida. Sólo sus ropas personales entre las que se contaban casullas

    bordadas en oro, capas, etc. sumaban alrededor de 7.000 pesos. A esto se

    agregaban en su declaración mercaderías de Castilla junto con productos de

    almacén que por su volumen

    no

    deben de haber sido para el consumo

    personal sino para ser vendidos. También declaraba tener libros, herramientas

    de labranza, una calesa y un coche para su uso personal así

    como

    un carretón

    y seis carretas de carga para el traslado de mercaderías. A este conjunto ya de

    por

    heterogéneo, se sumaban más de cien esclavos: setenta varones

    jóvenes, casi todos con oficio lo que casi duplicaba su valor medio por unidad

    y treinta y nueve mujeres también jóvenes en su mayoría. Los esclavos no

    estaban asignados a ninguna de las cuatro suertes de tierra, todas con sus

    conveniencias y dos de ellas con molinos, según declaraba en el inventario,

    que también poseía el obispo. Sin duda se trataba de piezas para ser

    revendidas, en un negocio que debía ser muy lucrativo

    pero

    al que

    no

    todos

    podían acceder

    si

    se tiene

    en

    cuenta que

    el

    valor total de ellos ascendía, según

    se declaraba, a 35.000 pesos. Salguero tenía además otras actividades

    comerciales ya que entre sus bienes se contaba la propiedad

    de

    trece tiendas

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    32/34

    El

    comercio de importación

    y

    exportación 113

    en la ciudad, todas en sus calles principales. También se dedicaba

    al

    comercio

    de mulas,

    como lo

    evidencia una deuda a su favor de dos vecinos de Salta por

    20.000

    pesos, a

    lo

    que se agregaban

    400

    mulas que tenía

    en

    un potrero

    de

    Jujul

    1

    . Las actividades económicas del obispo eran de larga data y en la

    década de 1760 el Cabildo de Córdoba ya se quejaba de Salguero diciendo

    que: ... con Jos públicos, cuantiosos y repetidos comercios, perjudica a los

    vecinos ... siendo más propenso

    por

    natural inclinación a granjerías mecánicas

    que a la integridad y justificación de Juez .. 82, opinión que dado el detalle de

    los bienes que él mismo realizara años más tarde, no parece exagerada. Es un

    buen ejemplo también de cómo estos miembros de la élite, ya fueran laicos o

    religiosos, participaban de cualquier actividad económica en la medida que

    ésta resultara rentable,

    como

    parece haberlo sido

    en

    este caso.

    Hemos

    visto a

    lo

    largo de estos capítulos que en Córdoba se dio desde

    mediados de siglo posiblemente, un proceso de inmigración de peninsulares

    semejante

    al

    de otras partes de América y habíamos señalado también que

    estos españoles se fueron integrando rápidamente a las familias locales. Cabe

    preguntarse si esto trajo aires renovadores a nuestra sociedad local. No

    creemos que haya sido así

    si

    tenemos en cuenta el

    panorama

    social que daba

    Sarrailh sobre el grueso

    de

    la sociedad española del siglo XVIII y nada hace

    pensar que esta inmigración estuviera compuesta precisamente por esa

    minoría que

    eran

    los sectores ilustrados en la península.

    Pensamos que las pautas culturales y los valores de

    la

    sociedad

    tradicional no se modificaron sustancialmente y la élite cordobesa siguió

    siendo en general cerrada, discriminatoria y refractaria a los cambios. El

    primer argumento que puede aparecer contradictorio por la fácil

    incorporación de los españoles a las familias tradicionales cordobesas, no lo es

    porque en este caso se trataba de iguales .

    Pero sí lo

    eran en relación

    con

    otros grupos sociales y mucho más si eran étnicamente diferentes. Allí es

    evidente la fuerte resistencia de la

    sociedad local frente al proceso de

    mestizaje, especialmente si éste

    era

    con pardos o negros y aún lo

    manifestaban cuando esto ocurría en sectores considerados socialmente

    inferiores. Esta actitud a veces llevaba inclusive a enfrentamientos con la

    Iglesia que era más pragmática frente

    al

    problema. Un ejemplo es el conflicto

    que se produjo en 1796 entre el juez

    pedáneo

    Jase Fermin Allende y el cura

    de Río n  Don Victorino Urtubey, por haher éste casado a una mujer

    española  con un mulato libre. La cuestión fue zanjada por el Obispo del

    Tucumán quien opinó que no había inconvenientes en estas alianzas

    si

    no se

    oponía el padre de la novia , argumentando que ésta era la única manera

    de

    SI AHPC, Registro 1, Protocolo No. 153,

    fo

    .

    259r.

     280v).

    8

    Bruno, Cayetano:

    Historia

    de

    la

    Iglesia

    en

    la rgenti

    na  

    Buenos Aires, 1969,

    Tomo

    V,

    pág.

    487

    .

  • 8/17/2019 UVI Punta_cap 3.pdf

    33/34

    114 Córdoba Borbónica.

    impedir los concubinatos 83. Pese a la opinión del obis