UT 2. Valoración. Signos a observar. · Valoración de emergencia Centrada en las funciones ......

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UT 2. Valoración. Signos a observar.

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UT 2. Valoración. Signos a observar.

La valoración del estado de la víctima.

La valoración implica la exploración del cuerpo de la víctima para conocer el estado de sus constantes vitales y la existencia de lesiones.

La valoración permitirá discriminar entre aquellas situaciones en las que la vida de la víctima está gravemente comprometida (emergencias) y en las que esto no es así (urgencias).

Distinguimos así entre:

Valoración de emergencia Centrada en las funciones

vitales de la víctima. Se valorará la consciencia y la respiración de la víctima para saber si su vida corre peligro.

Valoración de urgencia Centrada en la exploración del

cuerpo de la víctima para detectar lesiones que precisen de atención sanitaria.

La valoración nos permitirá distinguir tres tipos de víctimas:

Riesgo vital Las lesiones que presenta la víctima ponen en riesgo su vida.

Riesgo funcional Las lesiones no ponen en riesgo la vida de la víctima, pero pueden provocar lesiones graves.

Sin riesgo Las lesiones no suponen riesgo importante y evolucionarán espontáneamente hasta su completa restitución.

Lesiones con riesgo vital

Lesiones con Riesgo funcional

Lesiones sin riesgo

Fallo respiratorio Paro cardiaco

Hemorragia grave Quemadura muy grave Hipotermia (<32 ºC)

Coma Múltiples fracturas con

daño orgánico

Herida complicada Quemadura de segundo o

tercer grado Congelación de segundo o

tercer grado Quemadura por corrosivo

Hipotermia Intoxicación

Fractura o luxación

Herida simple Quemadura leve Hemorragia leve

Contusión Congelación leve Cuerpo extraño

accesible Esguince

Los signos vitales en PAX Antes de estudiar en profundidad la

valoración y realizar las técnicas relacionadas, vamos a introducir algunos aspectos sobre los signos vitales.

Los signos vitales son un conjunto de elementos que permiten valorar de forma rápida el estado de salud general de una víctima. Los cuatro signos son: La conciencia. La respiración. El pulso. La temperatura corporal.

MUY IMPORTANTE:

Como socorrista no profesional la

valoración del pulso no entra dentro de tus competencias.

No debes confundirlos con las constantes vitales empleadas en enfermería: pulso, TA, FR y temperatura. En enfermería estas constantes se toman con medios y tiempos más adecuados y sus objetivos son más amplios.

La consciencia La consciencia es el nivel de actividad de nuestras actividades

cognitivas superiores, es decir, una persona está consciente cuando es capaz de percibir información de su entorno, procesarla y responder a ella de forma coherente.

Cuando esta función está presente e inalterada se presume que el resto de funciones vitales también se encuentran en la víctima, al menos en el corto plazo. Es decir, la persona tendrá respiración y pulso y no existe riesgo vital inmediato.

Sin embargo, si esta función se ve disminuida o anulada la vida de la víctima puede estar en peligro: Bien porque las lesiones son tan graves que han derivado en la

inconsciencia (por ejemplo por hipovolemia). O bien porque al quedar inconsciente la víctima queda en una

situación que le impide tomar el control de sus acciones y superar un peligro (por ejemplo una persona que pierde la consciencia en medio del mar durante un baño).

La consciencia es una función vital que presenta diferentes grados.

Para identificar de manera sencilla y rápida el nivel de consciencia en PAX se emplea la escala AVDN.

Para ello se somete a la víctima a distintos estímulos y se observa su respuesta a los mismos.

A La víctima está alerta.

(alerta)

V La víctima responde a

estímulos verbales.

(obnubilado)

D La víctima responde a

estímulos dolorosos.

(estupor)

N La víctima no responde

a estímulo alguno.

(coma)

Si es preciso realizar una valoración más detallada del nivel de consciencia de un paciente se emplearán escalas en las que se observa el nivel de respuesta a diferentes estímulos. La escala más empleada internacionalmente es la de Glasgow.

Valoración de la consciencia.

Toda situación de pérdida de consciencia debemos considerarla emergencia, ya que supondrá que la víctima se encuentra en situación de riesgo vital.

La pérdida de consciencia puede deberse a múltiples causas:

Traumatismos craneales.

ACVS

Infartos de miocardio.

Hiper e hipotermia.

Hipoglucemia.

Anafilaxis.

Intoxicación etílica.

Cansancio extremo.

ETC…

La respiración

Este proceso es esencial para mantener la vida, ya que todas nuestras células necesitan este O2 para producir la energía que permite mantener el conjunto de funciones de nuestro organismo.

El aparato respiratorio es el conjunto de órganos que permiten llevar a cabo la captación del O2. Para que la respiración tenga lugar, todas sus estructuras deben estar íntegras y libres de obstrucción.

La respiración es una función esencial del organismo que consiste en la captación de O2 del entorno y la expulsión de CO2.

Cuando llevamos a cabo la valoración de la respiración debemos tener en cuenta:

1.- La FRECUENCIA. El número de respiraciones por minuto. La frecuencia normal en el adulto es de 12-20 r/m (eupnea). Cuando la frecuencia es inferior a 12 hablamos de bradipnea y cuando es superior a 20 hablamos de taquipnea.

2.- La PROFUNDIDAD. El volumen de aire inhalado y exhalado por la persona. El volumen normal que una persona mueve por respiración es de 500 ml (unos 6 litros por minuto). Cuando la persona mueve más volumen de lo normal se dice que hiperventila y que hipoventila si mueve menos.

3.- La presencia de DOLOR. Si al respirar la persona siente dolor

hablamos de disnea. Cuando este dolor sólo ocurre en decúbito el termino empleado es ortopnea.

Estos dos parámetros se ven modificados de forma no patológica por aspectos como la edad (los bebés tienen una FR de 40 rpm), el ejercicio físico, la temperatura ambiental, las emociones, etc.

Valoración de la respiración. Para valorar la respiración de la persona

inconsciente nos aproximaremos y trataremos de oír/ver signos de respiración.

Si estos no son perceptibles procederemos a la apertura de la vía aérea mediante la maniobra frente mentón. A continuación acercaremos nuestra mejilla a la boca de la víctima y trataremos de VER, OIR y SENTIR su respiración.

Si estos signos son perceptibles es que la persona respira.

También trataremos de identificar si su frecuencia y profundidad son normales.

Trataremos estos aspectos con más detalle un poco más adelante.

La circulación sanguínea. El pulso.

Para que el O2 que ingresa en los pulmones llegue a todos los puntos del organismo es indispensable el trabajo del sistema circulatorio, ya que será a través de la sangre como este gas llegará a nuestras células.

En concreto, los responsables del transporte del O2 por nuestro organismo son los eritrocitos, que contienen una proteína (la hemoglobina) que les permite realizar este trabajo.

Así pues, es el sistema circulatorio el que permite completar la tarea iniciada por el aparato respiratorio y llevar el O2 a las células. Al trabajar de forma tan íntima muchas veces hablamos de aparato cardiorespiratorio.

Si existe alguna lesión o enfermedad que impida la normal circulación de sangre por el organismo entonces el aporte de O2 se verá interrumpido y las células de los órganos afectados comenzarán a sufrir hasta finalmente morir (necrosis).

Así pues, afecciones cardiovasculares (como el infarto de miocardio) o lesiones que produzcan hemorragias graves pondrán en compromiso esta función.

Para valorar si la circulación sanguínea es correcta solemos tomar el pulso. El pulso es la onda sanguínea, generada por la contracción ventricular, que expande las arterias y que es percibida al aplicar presión con nuestros dedos índice y corazón en una arteria sobre una superficie ósea.

El pulso es reflejo de la actividad cardiaca, ya que la onda sanguínea es consecuencia del impulso realizado por el ventrículo izquierdo del corazón, pero también de la volemia (cantidad de sangre que circula por el organismo)

Respecto del PULSO debemos observar.:

1.- La FRECUENCIA. El número de pulsaciones por minuto. La frecuencia normal en el adulto es de 40-60 p/m. Cuando la frecuencia es inferior a 40 hablamos de bradicardia y cuando es superior a 100 hablamos de taquicardia.

2.- El RITMO. El latido cardiaco ha de ser rítmico. Cuando esto no es

así hablamos de arritmia. 3.- La INTENSIDAD o plenitud. El pulso ha de observarse con nitidez,

hablando en ese caso de pulso pleno. Cuando esto no es así se dice que el pulso es débil o filiforme.

Como sucedía con la respiración, este parámetros se ve modificados de forma no patológica por aspectos como la edad (los bebés tienen una FR de 120-140 ppm), el ejercicio físico, la temperatura ambiental, las emociones, etc.

Valoración del pulso. Para valorar el pulso aplicaremos nuestros dedos índice y

corazón (no el pulgar ya que daría lugar a error por tener pulso propio) sobre un punto donde podamos presionar una arteria sobre el hueso subyacente hasta percibir la onda pulsátil.

Una vez hecho esto valoraremos la frecuencia, ritmo e intensidad.

También podemos valorar directamente el latido del corazón (pulso apical) aunque para ello es necesario un fonendoscopio.

El pulso se puede tomar en diferentes puntos:

- Radial. - Cubital.

- Carotídeo. - Humeral.

- Axilar. - Poplíteo.

- Femoral - Pedio.

- Tibial posterior.

La temperatura corporal Otro signo a observar es la temperatura

corporal, esto es, la cantidad de calor en ºC que tiene el organismo y que es resultado del equilibrio entre la energía generada por el organismo y la emitida por este al exterior.

El ser humano es homeotermo, es decir, mantiene una temperatura estable, gracias al centro termorregulador que encontramos en el hipotálamo. Así la temperatura normal es de 36 ºC a 37 ºC, aunque la temperatura externa fluctúe.

Sin embargo, infecciones, afecciones del sistema nervioso, la sed, el hambre o el cansancio, la exposición a temperaturas extremas, etc. pueden hacer que nuestro organismo no sea capaz de mantener estable su temperatura. En tal caso hablaremos de hipertermia (o fiebre) cuando la temperatura es superior a 37 ºC y de hipotermia cuando la temperatura es inferior a 35 ºC.

Por supuesto, factores no patológicos, como la edad, la temperatura externa, el ejercicio físico, el sexo e incluso la hora del día modifican los valores de tª.

Valoración de la temperatura Normalmente para la valoración de la

temperatura empleamos un termómetro (digital o de galio) y utilizamos la toma axilar.

Sin embargo, en primeros auxilios muchas veces tenemos que valorar directamente la temp. de la víctima mediante el dorso de nuestra mano u observando otros signos como enrojecimiento o cianosis de la piel, sudoración abundante, escalofríos, etc.

El dolor. Finalmente, otro signo a tener en cuenta será el

dolor. El dolor es una manifestación subjetiva, una

sensación desagradable que experimenta el sujeto por la estimulación de determinados receptores del sistema nervioso.

El dolor puede ser fundamentalmente de dos tipos:

- Nocioceptivo: Se trata del dolor causado por daño en los tejidos superficiales o en órganos internos con receptores del dolor. Están ligados con algún tipo de lesión en estos tejidos u órganos.

- Neuropático: Se trata del dolor causado por daño en el sistema nervioso, de modo que la persona puede percibir dolor en una región corporal que en realidad no está lesionada como tal.

Valoración del dolor. Al tratarse de una percepción subjetiva, la valoración del

dolor no resulta fácil.

Se suelen emplear escalas sencillas, como la escala numérica o la escala de las caras.

Aunque no sea observable, no debemos infravalorar este síntoma.

Para minimizarlo colocaremos a la persona en la posición más cómoda posible (si podemos moverlo) y lo tranquilizaremos. No administraremos analgésico alguno hasta haber consultado con un médico.

Si bien nos hemos detenido en la valoración de diferentes signos, debes tener muy presente durante todo este curso que, como socorrista lego, debes valorar EXCLUSIVAMENTE

la consciencia y

la respiración de la víctima, al menos en cuanto a la valoración de emergencia.

La valoración en PAX

Valoración de emergencia

• Se valorará:

• La consciencia.

• La respiración.

• La presencia de graves hemorragias.

• Permite conocer si la vida de la víctima corre riesgo inminente. Si hay varias víctimas permite priorizar y centrar la atención en aquellas que más lo necesitan.

Valoración de urgencia

• Se explorará el cuerpo de la víctima de la cabeza a los pies buscando:

• Contusiones.

• Deformidades.

• Pequeñas hemorragias.

• Dolor.

• Etc.

• También podemos concentrarnos en la región que nos indique la víctima.

• Permite localizar lesiones que, aunque no pongan en riesgo la vida de la persona, requieren una atención sanitaria para evitar su agravamiento o secuelas.

Valoración inicial o de emergencia: valoración de las constantes de la víctima que nos permiten identificar si existe riesgo inmediato para su vida. Se valora la consciencia, la respiración, el pulso y la presencia de graves hemorragias.

Valoración secundaria o urgente: valoración por regiones del cuerpo de la víctima cuando se ha descartado riesgo inminente para su vida. Se buscan lesiones, fracturas, hemorragias, etc.

La valoración en caso de múltiples víctimas.

Cuando un socorrista se ve ante un accidente grave en el que se ven implicadas varias personas se ve en la dificultad de decidir a quien debe atender en primer lugar.

La decisión será valorar a la primera persona que encuentre y continuar desde ahí. Para realizar el máximo de intervenciones en el menor tiempo se ha desarrollado un sistema de valoración denominado START.

El TRIAJE es el sistema de clasificación en emergencias sanitarias cuando existen múltiples víctimas. De esta manera se prioriza la atención en aquellos que más lo necesitan.

Etiqueta roja. Muy graves, deben ser atendidos in situ. Etiqueta amarilla: Accidentados graves, no requieren atención

inmediata, pueden ser trasladados a centros sanitarios. Etiqueta verde: Accidentados menos graves, pueden deambular

por ellos mismos. En cualquier caso deben ser remitidos a un centro sanitario para un examen mas minucioso.

Etiqueta negra: Accidentados irrecuperables, fallecidos o que

fallecerán irrecuperablemente.

TRIAJE – Niveles de clasificación

En primer lugar pedir a las víctimas que se desplacen a lugar seguro (las que se desplazan por su propio pie se catalogan como verde).

Con el resto de los accidentados se procede a la valoración primaria:

B (resp) Si respira y la frecuencia es menor a 30 se pasa a C. Si la frecuencia es mayor a 30 código rojo. Si no respira se procede a abrir las vías aéreas: Si respira Código rojo, si no Código negro.

C (circ) Si el pulso es fuerte se pasa a N. Si es débil o irregular (código rojo) Si no hay pulso (código negro)

N (estado neurológico) Si responde a órdenes sencillas (código amarillo) Si no responde (código rojo)

Método START.

Esta última, en palabras sencillas, es una clasificación de los heridos para no derrochar los recursos escasos:

Negro: cuando es cadáver o las posibilidades de recuperación son nulas.

Rojo: cuando el paciente tiene posibilidad de sobrevivir y la actuación médica debe

ser inmediata.

Amarillo: Es un paciente diferible, para ser vigilado mientras se le puede atender.

Verde: Paciente levemente lesionado, que puede caminar y su traslado no precisa

medio especial. Pacientes de primera categoría Sinónimos: prioridad uno, extrema urgencia, etiqueta roja *Paro cardiorrespiratorio presenciado y reversible, según disponibilidades (a menudo habrá que clasificar a estos pacientes con etiqueta negra) *Asfixia, obstrucción mecánica, aguda de vía aérea, herida máxilofacial que produce o puede producir asfixia *Lesión penetrante de tórax *Hemorragia activa. Shock hipovolémico severo *Grandes quemados Pacientes de segunda categoría Sinónimos: prioridad dos, urgentes, etiqueta amarilla *Heridas viscerales, incluyendo perforación del tracto gastro-intestinal, genito-urinario. *Heridas torácicas sin asfixia *Heridas vasculares que exigen cirugía reparadora. Todas las lesiones que hayan exigido el uso de torniquete *Pacientes en coma, TCE focalizados, politraumatizados. Heridas abdominales abiertas *Dificultad respiratoria controlada *Quemados con extensión del 20%

Pacientes de tercera categoría Sinónimos: prioridad tres, no urgentes, etiqueta verde Víctimas cuya primera asistencia puede demorarse varias horas, sin riesgo de muerte *Heridas musculares, polifracturados, contusiones, fracturas de huesos largos *Lesionados menores que pueden ser asistidos incluso 24 horas después en unidades de SVB