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us¡ lJe. TRANSFERENCIA, CTJRA .... E INCONSCIENTE 1 El Espacio Abierto y su propuesta de diálogo Desarrollar el ierna tle la transferencia supone de por si una tarea ardua, pero inte.ntar que este encuentro se convierta en u;, debate de experiencias clínicas y perspectivas teóricas ne;sonales supone una exigencia mayor. Además, constituye ciesafio para todos los que estamos aquí presentes, por · cuanto a las diñcultades de la temática en sí y de su presen· tación se sumarian todas las inherentes al intercambio. Sin embaruo oese a los obstáculos oue creemos se presentarán, ¡:) i hemos elegido esta altcr..:ativa -la del diálogo- para las acti· vidades del Espac:., . .'.,b,er;,. ·:ie Trabajo en .psicoanálisis, que hov andadura. . . . No i!moro las comn lejidades para ilevar a cabo una tare2 de . . .o . _este .tipo. Cuando h2blo de L'ltercam:,10 no lo planteo desde.una oostura ingenua. vo1untarlsta. P:?ra que no sea una simp1e . presión de deseos o para ;,o se convierta en un diálogo de sordos es muy importante : ener clara una cuestión previa y fundamental: 1os analistas ai:ostumbramos a usar los mismos v0C2.blos, pero las ideas implíciias que tenemos respecto de ca· da uri'o d; tales conce:-tos suelen ser muy diferentes. Sucede entonces que cree . .,, Js ;sta.r hablando de lo mismo, cu a.ndo efec- l. Esta e:q '·'"i-;i.5n fue rcrili:.z.dz ;';!! 19 de l'.nero de 1988 en ei c;vlco de sarria. 63 tivamente no es así . .Este· fenómeno aciquiere ms:yo'!" re]evancla si se trata de los articuladores teóricos fundamentales del psi· coaná1isis:Jos -utilizamos .sin explicar con cjaridad cuáles son los sentid.os que ellos tienen particularmente para nosotros. Por ejemplo Y para ir directamente al grano, ¿es que acaso compartirnos las mismas ideas· respecto iiel inconsciente y la Y fuera, de los terrenos teóricos -iOn la práctica clínica-; ¿como operamos con estos conceptos? ¿Cómo inciden estas diferencias -la mayoría de las veces no e;q,licitadas- en la conducción de los análisis? · Tengo.la impresión de que es necesario volver a las oroble- . . ro.áticas básicas del psicoanálisis precisando previame"ute Jos puntos de personales; es decir, los significados.quepa- r:i cada uno tienen tales concept0s. Recién entonces quedaría en verdad abiena la posibilidad de una controversia y2 aue seria posible saber-al menos son ias semejanzas y diferencias, las coincidencias y divergencias en Jos alcances y usos que hacernos de estos articuladores funda· mentales. En otras palabras, explicitar los implícitos y desv:;.. necer las supuestas consensualidades. Esto es a mi modo de ver un prerrequisiro pa?"a cualquier debate, y es Jo que intentaré hacer en estos primeros encuentros. . · · Pero plantear las cosas con esta voluntad de ci.iálogo suoo· ne dotar a mi exposición de ciert.,qs características; no a escuchar una conferencia en el.sentido tradicional del tfrwino ni una clase magistral, ni el despliegue más ó menos erudito de las teorías en boga; les presentaré, en cambio, tm ma.terialde . que inten.ta el estado actual de mi pensamiento respecto de iil.iestra concretamente, les hablué de mi práctica como psicoanalista. ·· · · · Pienso este encuentro como una pausa en e1 trabajo clinÍco para discutir grupalmente los interrogantes cu e éste nos tea. Las preguntas a las que ensayaré dar ;esuuestas mi exposición pueden sintetizarse así: ¿qué labor llevo a cabo con mis analiz=tes·en la L-itim.\dad del consultorio?, ¿cuáles so:ilas metas o íos objetivos de mi práctica con cada uno de el' os? ·con J. ., ¿ ... qué concepios teóricos me manejo?, ¿qué valor otorgo hoy a Ja asociación libre, a la resistencia, a la repetición?, ¿cómo concibo del _¿ _ _i:uá.1es SOn. rpJacío,n.es. .,

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us¡ lJe. TRANSFERENCIA, CTJRA .... PSÍCO.~'i'ALÍTICA E INCONSCIENTE1

El Espacio Abierto y su propuesta de diálogo

Desarrollar el ierna tle la transferencia supone de por si una tarea ardua, pero inte.ntar que este encuentro se convierta en u;, debate de experiencias clínicas y perspectivas teóricas ne;sonales supone una exigencia mayor. Además, constituye ~ ciesafio para todos los que estamos aquí presentes, por · cuanto a las diñcultades de la temática en sí y de su presen· tación se sumarian todas las inherentes al intercambio. Sin embaruo oese a los obstáculos oue creemos se presentarán,

¡:) i • •

hemos elegido esta altcr..:ativa -la del diálogo- para las acti· vidades del Espac:., . .'.,b,er;,. ·:ie Trabajo en .psicoanálisis, que hov Íoicl~ ~ andadura. . .· .

. No i!moro las comn lejidades para ilevar a cabo una tare2 de . . .o .

_este .tipo. Cuando h2blo de L'ltercam:,10 no lo planteo desde.una oostura ingenua. vo1untarlsta. P:?ra que no sea una simp1e e>:~

. presión de deseos o para qu~ ;,o se convierta en un diálogo de sordos es muy importante : ener clara una cuestión previa y fundamental: 1os analistas ai:ostumbramos a usar los mismos v0C2.blos, pero las ideas implíciias que tenemos respecto de ca· da uri'o d; tales conce:-tos suelen ser muy diferentes. Sucede entonces que cree . .,, Js ;sta.r hablando de lo mismo, cu a.ndo efec-

l. Esta e:q '·'"i-;i.5n fue rcrili:.z.dz ;';!! 19 de l'.nero de 1988 en ei Cen~ro c;vlco es~:;.! de sarria.

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tivamente no es así . .Este· fenómeno aciquiere ms:yo'!" re]evancla si se trata de los articuladores teóricos fundamentales del psi· coaná1isis:Jos -utilizamos .sin explicar con cjaridad cuáles son los sentid.os que ellos tienen particularmente para nosotros. Por ejemplo Y para ir directamente al grano, ¿es que acaso compartirnos las mismas ideas· respecto iiel inconsciente y la tr;~sfer,en~a? Y fuera, de los terrenos teóricos -iOn la práctica clínica-; ¿como operamos con estos conceptos? ¿Cómo inciden estas diferencias -la mayoría de las veces no e;q,licitadas- en la conducción de los análisis? ·

Tengo.la impresión de que es necesario volver a las oroble- . . ro.áticas básicas del psicoanálisis precisando previame"ute Jos puntos de P.~ida personales; es decir, los significados.quepa­r:i cada uno tienen tales concept0s. Recién entonces quedaría en verdad abiena la posibilidad de una controversia y2 aue seria posible saber-al menos aproxima:damenté-cuále~ son ias semejanzas y diferencias, las coincidencias y divergencias en Jos alcances y usos que hacernos de estos articuladores funda· mentales. En otras palabras, explicitar los implícitos y desv:;.. necer las supuestas consensualidades. Esto es a mi modo de ver un prerrequisiro pa?"a cualquier debate, y es Jo que intentaré hacer en estos primeros encuentros. . · ·

Pero plantear las cosas con esta voluntad de ci.iálogo suoo· ne dotar a mi exposición de ciert.,qs características; no va~ a escuchar una conferencia en el.sentido tradicional del tfrwino ni una clase magistral, ni el despliegue más ó menos erudito de las teorías en boga; les presentaré, en cambio, tm ma.terialde

. trr:_~ajo que inten.ta r~r?ejar el estado actual de mi pensamiento respecto de iil.iestra ta.rea~ concretamente, les hablué de mi práctica como psicoanalista. ·· · · ·

Pienso este encuentro como una pausa en e1 trabajo clinÍco para discutir grupalmente los interrogantes cu e éste nos n1an~ tea. Las preguntas a las que ensayaré dar ;esuuestas ~n mi exposición pueden sintetizarse así: ¿qué labor llevo a cabo con mis analiz=tes·en la L-itim.\dad del consultorio?, ¿cuáles so:ilas metas o íos objetivos de mi práctica con cada uno de el' os? ·con J. ., ¿ ...

qué concepios teóricos me manejo?, ¿qué valor otorgo hoy a Ja asociación libre, a la resistencia, a la repetición?, ¿cómo concibo la~ ir:t.i::p:r~t~cíonr~ del Bn~Jisf.;;'? 1 _¿ _ _i:uá.1es SOn. )a,~ rpJacío,n.es.

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entre teona.' y practica." Ln· tm: pa:ra¡resumrr: ¿qué es hoy pare mí psicoanalizar? i .

Usufructuaré la a:npiitud del t ma para hablarles ae mi ....... J:')....:;,.,...,,.; ,... ......., .,..., J. ' " . ~ . .. ' . ex .......... .i. .. ,,.u ...... a .... o~~-.o a ..... a.-:.1.s-r.a1 ms- cen1.12re e::i }?.. t;-.z.ns1erenc~.a. }'.

sobre to?º· en_ su pr6b1e~rnáti~o ~ ... a~ejo en ]a c1í~ca. Exponer sobre nu prax::ts personal no sigrunJ, menospreciar lo ya escri­to al respecte; los textos clásicos, lod n2oclásicos , ... los actuales están al alcance de JE. mano y segi),.e.mente no~ servirán de ref~rente, pero e:i el contexto actu~ y ante un auditorio como éste me parece superfluo volver a re~etirlos. En cambio, ¡rt.les~ tra práctica y la mía son -probableujente-- portadoras de inno­vaciones, de.h¡vencionesi que m·erec~n tener la oportunidad de desplegarse. · . 1 ·

Me gustaña tjüe esta "exposii:ión iünéionará corno un aci: . cate para que us'tedes pudieran hachar de vuestras nrácticas remarcando contrastes, düerenciz.sjsin1ilitudes 1 des~cuerdos:

No Jes pid~ una escucha beJ?évol.a sino algo que -segi.ir2.~ mente- es más complejo; .si me atr~vo a solicit2rlo es por la conñanz~ mutua que sé que existe. Les demandaría un cierto descen.tramiento de ·vuestras c~nce~ciones teÓriczs )' clín.lc2.s; que las pusiera11 por unos lnstz.ntes en susnenso ·oue les

• 1 - ' -redujesen el carácter de cer'!'.za e fe.falibilidad que muchas veces solemos otorgarles. En otras rialabrz.s que uierdan nor un breve lapso las· agarraderas propias para' dejc.r~e impac.tar por lo distinto, lo diverso. Fíjense qu~ no digo mejor ni peor, si-

. no diferente. En fint que puedan ·se~ receutivos a otros "tic.s" psicoanalíticos, a esos que yo he idojdes2.;ollando en Jos L.Jti­rnos tiempos. Por mi parte, les ofrezco la mayor disposición a la reciprocidad pc.ra cuando les escuché. Este mutuo "salirnos de nueStraS propias órbitas" que les ·pfopongo es-.si_r1 du¿a el re­quisito más difici] cie cu...'7lpli.r a los efJctos de un debati;: ;:>ero es imprescindible para que pueda ser fructüero.

1

-

En tanto puesta en escena ñe ntlntos de v-lst..a ue!"sonc.1es mi exposición tandrd una ve:i:iente.lpolémica y c~ntroversicl que }es invito a no elud.i:-. Si elijo esp. via, es porque creo que -pese a todas 1.as ci.L..!).cuJtades- MI diálogo i.ranco 1 abierto, confortable-subrayo esto--, respetuoko y crítico a la vez, puede aportar un poco de aire fresco y renoJaoor... cosa que el psicoa-

---·····J1áli_sis ~ec:_si~ hoy._tl]_á.s que nunca.J . . . .,6~ r . .. . ...

1

Introducción o.l tema 1

. .. 1.. '.~'"···

. Voy a próponerles ur¡.a metáfora teatral. Si cada 1'ez'qU'é'se nabla de cualqllier problbmática psicoanalítica, ia transferencia .está indefectiblemente presente -ya sea en primer plano o como telón de fondo-- hoy, que 1'5 ella quien nos convoca, la tendremos en caiidad de actriz pritjcipal. Estará siempre en escena, mul· típlicándose desdoblándose, vistiéndose por momentos con :ro­pajes de act~res secun~arios, fundiéndose con ellos, diferen­ciándose luego. Esto me! permitirá hablarles d_e aspectos muy diversos, hacer algunos !rodeos -ustedes sab~'.'.n_ ~e-~odas for­mas que Ja trru;_s~ere::ici~ está preseñte- p~a fin~lE.1~~ ~ cer confluir Jo que pare9ían lineas de fuga en el eJe central. :

Para.Jaé:iiitarlés el-éipe--Puédan ~e.~e porlos-·diversos· recodos que tornaré dura:pte la expos1c10n, les ofrezco un esque­ma general en el que,es1án esbozados los aspectos que me.in­teresa•desarrollar en estas dos reuniones que les dedic~remos al.a transferencia y la cJjnica psicoanalítica. ·

. . . .. ¡ .

' . i Lo.s primeras entrevistar

1

Comenzaré ola.-'1teandp algunas cuestiones sobre las entre-vistas prelírnin~res. La irJmensa mayoría de las dem_agdas 91±!'!.... recibo son de persoriase4·estado de sufrimiento, que vieneE..! pedir ali_vio dtr::su niale~¡ar. En ~se cont~xto ini:ial prefiero hafilar de~consülte.ntes", no de pacientes ru de anahzantes. Son sujetos que padecen y bu~.can a\J.xilio; las más de las veces, con ganas de que las "solucidnes" lleguen pronto y sin tener que hacer demasiados esfuertos; además, generalmente esperan · q'.le sea yo quien solventJ tales sitl:laciones. Con más o menos :Üiicl:lltadés-ellos suelenlhacér ia préseritáciiSh ae su> ;;íuto-. ' .. . . -¡-- 66

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mas manifiestos: ansiedad, an~tia...düiculJades de relación, impotencias, perturbaciones laborales, deJ<resilm~A veces ex­plican espontáneameñte.Jos poslblesmotivos de esos malesta­res; en otras ocasiones responden a mis preguntas orientadas a descubrir cuál es la teoría causal que ellos elaboraron. ·

. Pido disculpas por lo excesivamente pedestre de es~ 'des·-· cripción. Pudiéndolo hacer de otras maneras, en estos momen­tos elijo plantearlo así, en su más cruda y sencilla fen.omen.olo-

-gía. No hay miopía en esta elección. Podria plantearleslas más bellas filigranas sobre las motivaciones de las demandas de análisis, sobre el lugar en el que me colocan, sobre· las-suposi­ciones de saberes, sobre las ignorancias del paciente cuando formula sus padeceres al analista, sobre las aperturas a la.

• transierencia,.sobr.e Jos·signi.ñcantes de fa Iransférenci.á, etcé­tera~ pe~o sin e,;, b;;,,g~ prefiero exponerlo así, descri pti vamente.

Y agrego: suele existir en el consultante i:na . .si.er.ta.ruptw:a del equilibrio psíquico pre'.'10~ asociándose a esto~ .i:2::ll1.ento de los montantes de sufrimi~nto. Tales eventos pudieron ocu­rrir poco o mucho ti~mp~-~~s de la entrevista inicial En cir- · cunstancias como las expuestas, algunos .se dirigen. a un psi­coanalista pidiendo algo que podríamos catalogar de mitigante de esos padecimientos. Cuando digo algunos -no todos- ade­más de confirmar una situación de hecho, intento avanzar que, no es sólo el sufrimiento psíquico lo que lleva a la consulta con':: ~¡analista. Hay quienes sufren mucho y no llaman a nadie.:: Hay quienes padecen y deciden ir a un médico clínico o a un . psiquiatra dásico .. · · · ·

Conviene tener en cuenta que'el sufrinúento ligado al sínto­ma puede serun acompañantefiel.~ad~m~s.' hay_q_':':Íe1:1es prefi~­ren quejarse perpetuamente de sus desgracias y no profundizar en ¡0 que pueae haber ahí implícito. En el fondo, digo yo, son "freudianos"; cuanto menos, en. un aspecto: aquel que le hacía pensar al vienés que el conocimiento de los factores que de­tenp!nan los síntomas suele ser intolerable para la concien-. cia.1_Los que escogen· la anestesia, la ignorancia o la negación, diñcilmente nos llamarán~ligen. desimplicarse,atribuyendo .

·a otros -a la pareja, a los padres, al mundo-. las causas de sus malestares; en otras palabras,(9ptru:i por el goce del síntoma)

Lo que conduce generaJmente. aJ analista, además. de la-.

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búnueda·del alivio, (es el enigma re:pecto de e.se sufrimien· to¡irntuyen que dichos padecere~ no ;ienen del cielo; q';'e ellos es"1n involucrados en sus propios smtomas. E;sta actitud no suele sar única ni pura),' se mezcla frecuentemente con hebr";S victimistas y paranoides: los otros son Jos que provocan s~ de­sasosiego. Suelen esperar que ·para sus interrogantes existan respuesta5 distintas de las que ellos ya se dieron durante :00º el tiempo en que dudaron en consultar; Atribuyen al analista •sabiduria" para dársela y le suponen capacidad para trans· form.ar la situación que están viviendo. ..

E.l síntoma en psicoanálisis ... ,

El sinioma psicoanalíti~a~ente entendido ~mpieza i:O:pli: cando al analista y termina· anudándose completamente.ª el, Sl

·es que se.instala la neur<?.sis de_t.r~ef¡;¡rencia. Lo que .d1fe;:en· · cia al síntoma en el análiSis ile' sU: llcimj51ogo en la psiquiatría es

que en el primer context-0 es pensado como. ~rigiéndose al analista mientras en el segundo se Jo· deñne por su grado de alejamiento de una norma {o media) social. Además, Y aunqu_e · esto merezca algunas matizaciones; nosotros no Jos concebi­mos como excrecencias deleznables que haya que hacerdesapl!: recer enseruidác Pensamos oue ellos fornian!t'parte de Ja es·

. tructura p;íquica del sujeto y«iue ést;;. configuÍ"<i el capital que el consultante.aporta a las entrevista~ y al ¡iÓsible análi_5?s. ··

Al añnnar esto, sostengo implícitamente una concepc:on de la cura analitica que la distingue del discurso médico. ~X

.. en análisis, ·a· diierencia: de la-medicina; una propues!;!\ de §._U­

·presiÓñd;·sfnto'm-ás y retorno ál statu que ante~~· Estos mo-áelo~. médicos de. salud-enfermedad -más obtusos que clásicos- no son válidos en 'psicoanálisis, ya que en nues~a. praxis es inviable una vuelta al momentc previo a la eclosi.on sintomática.' Se trata en cambio de producir el pasaje .a ll1? esta· do nuevo. Pe~,:; e los síntomas son la riqueza, el e.a pi tal, ----~--·--'-· ---------,-----

2. Nota preparatoria;· En realidad, estos modelos tradicio~al.e~ . · . . . . . .. .. · · · · ....... '.tV'Lielta ai t.am~>JCC sen. vilidcs ill SllfUJ.er~ en t.etrenos ae Ja 010JogJ.at ia

momento anterior es, hablando con rigor, impo:Sible. Otra cos2. es

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e aporta el paciente uara esta tarea de transformación sub-qu . - ---.._,,_--..,.-~,etiv-a que-es· el·~,nális:is 1 nos obliga a po_n_er_l_o_s_a

0

___ tr_ªª-º'ª~Ja_r_en_ia_ J ___ .. ,.,,....._..~·~·---··---. curri2- . .

--·Tomemos por ejemplo la eyaculación precoz; que fue un mo­tivo de consulta para uno de mis analizantes. Se trataba de una mani.festaci6n sobrednterminada, en la que el COI\iuntc de la estructura· psíquica del paciente está en jue_go. Producto de condensaciones y¿. esp\azamientos múltiples,(el síntom.a no. ~t algo aislado ni aislablej es tan sólo la parte de la orgamzac10n psíquica que se nos hace evidente, pero no e: .algo .e:-traíble:­amputable, según el modelo quir;írgico: de extfrpac1on de. un nódulo. Modificar los síntomas requiere ponerlos a trabaJar. Eso significa deshacer las cond.~nsacion,es..y.los. des¡:ila."-amien­tos""que lo .:9!ls.~!!!1Y.~t.:9!1;.reabrir nuevas vías, pasar muchas ,;éces poiaquellos caminos que lo habrían constituido.

En el ejemplo recién mencionado fue necesario analizar, entr~ otras cosas, las identiñcaciones femeninas en juego, los fa,'1.tasmas respecto de Ja mujer en general y de los genitales femeninos e11 particular, los componentes claustroíóbicos, las an­gustias de sentirse vaciado, el sostenermediante suimpotencia ia: om.'lipotencia del padre, etcétera. En fin, las sobredetermina· cienes habituales de toda formación sintomática. Este ·enraíza· miento multiple en la estructura psíquica impide su enucleación y e.·dge, en cambio, un trabajo de análisis. Det:~na también que en lugar de afrontarlo directamente, motnl•cemos t~~ la

\esirtlt<tura psíquica· para que la transformación de esta última conlleve las mutaciones sintomáticas.

"Algunas precisión.es

Quisiera remarcar ciertos aspeétos de lo dicho basta ahora

y adelantar otros:

lograr un nuevo e$tado, posterior a la enfermedad, que recoge algo de la situación pre,~a: la ausencia de síntomas. • ..•

.. :t, En·.!2!~exposici.6.n~~Cqn~)d.er.~eio_ne~. S?_~re.~1 ñnaJ ce.anábs:s (pág. 245) hago algunas ap,.,,ciaciones complemei:ir.ari1's·respecr.o oel· · si~toma en nuestra disciplina.

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Lo señalado toma como referencia la práctica del psico· análisis realizada básicament? con pacientes neuróticos, Con 2 ó 3 ~esiones scma.."1ales, diván y u.na duración nO acotada de antemano. Me interesa recalcar lo absolutamente singular de cada relación transferencial. El sufrimiento determina habitualmente en el paciente la actitud de "espera creyente" (Freud) frente al analista y lleva a atribuirle U."'l saber para resoiver sus diñculta­des. Aquí tocarnos U.'1 punto importantísimo de toda rela­ción transferencia!: (nos otorgan un saber y un poder; quedamos dotados de una fuerza. lEn este estado -que tiene u.U insoslayable irigrediente de sugestibilidad- el paciente puede en mayor o:menor grado, según los easos, · despojarse de su modo habitual de hablar y entregarse a nuestra solicitud de asociar libremente. Otro punto a subrayar: la implicancia del analista en el síntoma, elemento clave para entender la transferencia y los fundamentos de la clíniCP. psicoanalítica. Por último quiero dejar claro que inscribo mi visión del psi­coanálisis dentro de una práctica terapéutica:·R·e;pe~tc ·;¡; esta cuestión me gustarla realizar al~.a~:p;e~isione::~-.--

Pu~alizaciones sobre la cura psicoa.nalitica

1') Lo terapéutico' está siempre en mi horizonte; quiero decir que está. lejos, pero a la vista ... dentro de mi campo de visión. Está presente desde las entrevistas p¡:elimi· nares.

2•) Que esté en mi horizonte no quiere decir que la conciba como estando én Ja meta. La cura, más que un premio otorgado·en el punto de llegada, es un proce~º-9!'-~.s.e.va dando e~ la PI.º.!?l~.t;-aY..~ctoria de~!:i\.po~is.. l'<O!aímagino como un puerto; es más bien parte del viaje analítico.

4~ ·veas:e· e11'la-co'h.i'eréñcitr?:sicoanal:tt.~rr'" (pÉg:-5'8X)~-c.r.rtl2sa..r-.rvno mé.s amplio de est.3. cuestión.

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3') Está la dimensión "terapéutica" del análisis tal como ' . . acabo de afirmarlo, per? ssstengo qu~ el anáiísis no es

"só1b e_sei. Hay ver'~i~r1te·f .~st:intz:.s d~ 1c estrict2.rnente curativo que tamb1en mt mceresan y que exploro con los pacientes. Entreveo arulu~!rico e.ampo de investigación

de los íenómenos h·i' anos que va más allá de las mejorías sintomáticas. ·

4') Hablar de cura es por e momento ponerle nombre a un p:ob1erna; ~s sólo dejarl inWcado 1 ya que quedarian en p1e· pregu..J-r.as fundam ,-ntales ·como: ¿curar qué?1 ¿en qué consiste la cura?i ~cuáles son los resortes. que 1a

· provocan?.5 .. AJgo de esDo veremos más adelante. Pero dejar pr-ecisado este objbtivo te~ap·éi:itico tiene la_virtud de señalar un asp_ecto ,bás de""ii:i{ péi-spectiva:' la· cura analítica -ambos térrriinos asociados- es uno de -les objetivos fundamental~s de mi práctica; quiero decir que no considero al psicoaná11sis un rlto iniciático,_ni· una contraseña para e/ ingreso a ningu."1.a secta ni un charlatanismo de larga!1duración. Tamooco es-coro~a insinué- un acto médido. *

5?) La ct1ra está en miho~1zonte-repitcr-pero no la.busco.) Parafraseanci.o a PicasJo, iliria: la encuentro. Tengo un estado de discreta esnel-anza aue me permite confiar en que algo de ese ord~n! acaec~rá, de. que sobrevendrá como efecto del trabaiJo analítico. En el mejor de los casos, el analizan te se 1descubrirá diciendo -en un mo· . mento ciado de su análisis- a.ue alcro de su funciona­miento psíquico y de sJ v:idz. h~ cambia:io. Digamos por­ahora; sencillamente; 4u.e percibe es= ;-iviendo mejor:

6'). Cuando anaJizo no p1enso· en ia curación. Trz.t.o de despojarme lo más que[puedo del querer que el paciente se cure o que se sienta ~ien. No hay análisis que marche sin que esté impregnado de dolor y a."lgustia; al menos

. durante periodos importantes. 1<i que se ga.'1a en Juci­déz se paga habitualmente con un cierro -y tolerable-

i

' 5. En "Los resortes de la cura" (pág. 421) •bordo con mis detalles estos aspecros.

dolor psi~Uico: Sin g_eneralízar puede afirmarse que (cuando se qruere eVltar angustias al analizan te el ' 'l" 1 • ' \ an~. is:ls e1ft:ra en ¡mpa.sses. · .. .

7") Ser;án necFsarios largos rodeos y un complejo trabajo elab~rativp para que en el seno de una relación transfe­renc1al se :produzca eso que muy sucintamente se llama cura Y que,!Freud, de una forma resumida, deñnia como aumento qe la capacidad de gozar y de actuar. Síntesis feliz mediante la cual el vienés -menos infatuado que

t 1 • -noso r~~ Y( mas ne:esitado de hacerse entender por el gran :puoJhco;- pr_ec1s~ba las metas de un psicoanálisis.

Planteado es 1 marco general y como una forma de seouir

abordando tanger¡cialmente lá·problemática·de Ja tránsíe;en­cia'. des~rrollaré ~lgunas cuestiones referidas al inconsciente. Me3or dicho, Y en !función de lo explicitado al inlcio, precisaré ciertos matices q~e caracteriza.' el concepto de incons~iente

•' con que opero en ¡Ja clínica. De ellos se desprenden aspectos .'clave re_spec~ d~ m_anejo de la transfere~cia.

Puntualizac1one respecto del inconsciente ' . . . . .

1 ') El i~,c~nsJiente es una hipótesis para explicar ciertos • • . ' 1

1enome. º?f que escapan a Jo psíquico consciente. Trato de no ?!'~far que el aparato psíquico, y por ende Jo in­con'scie,ht~, forman parte, de una gran ficción a la que Freud dio¡ fonnas. Subrayo aquí el carácter ale"Órico

i de dicha ~presentación. 0

· 2') .. ~s u~·\ncrnsciente 1:º onto_logizado, no sustancializa,. oo. No ,es iina cosa ni un _ob3eto ni un ser. El repetirme que es un~ ~.Íf?_~f.esis· expli.'?.a.t~!!O:. gie sirve para no caer en ,e] erro~ de imaginar al inconsciente como una es­pecie. de fabl.illo oculto productor de efectos .o bien co"'.'ci un ~nte al que se le da existencia real, primero, para lueg~ atlscribirle una cantidad de propiedades como si s4 tratara de un obj.eto. Me aleja también de ~~P!.'.'",':r;t.1.rlo como un recipiente, en el que otillirian sus contemidos. ·--- ... -··- ------ ----.·--- ---~ ·,"- ¡___

3') Por lo 6c~o aiitenonnénte 'resulta eVldente que no es

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un rnconsc1ente_gue esté "dentro" de un sujeto. Es excántrico al individuo __ qy~lis.W.l<..Na..tiene existencia :-/ea1;r:epí·tü;-casi ·POéiriamos <leiir "que·lo "t~-creo" en cada análisis, en tanto esa conjetura me es útil y ope· rativa para explicar cier"..os fenómenos psíquicos.

4') Lo que hace un llamado a esta. lúpótesis del incons· ciente en psicoanálisis es el discurso del analizante, sus síntomas, sus lapsus, sus sueños, etcétera. AJ in­consciente lo postulo ahí, en esa especie de trama den· sa que es el decir del paciente. No está ni arriba ni abajo ni delante ni atrás. No es "intrapsíquico" en el sentido . que habitualmente se le da a ese término sino relacio· nal. Carece de lugar y espacio.

52) Tampoco- tiene·existenci.a previa a·sus efectos; quieru­decir que no tiene un estado latente, como si estuviera agazapado antes de actuar;.no está escondido. N,g_e'l,,_ pues, un inconsciente articulado al pasado ~a estaba. C.hí- sino al futuro: a.duendrá. Existirá fugazmeñteen­s,,;s ef~ct-Os y manifestaciones, que suelen ser puntua· les, concretas, sorpresivas; del tipo de un destello, de un guiño;.un lapsus por ejemplo.

6') Si el inconsciente es una hipótesis de Ja·teo1ia analíti­ca que yo como analista confinno y sostengo con cada paciente y en todo psicoanálisis, se desprende la nece· si dad de mi presencia para escuchar o producir ese in· consciente que se crea en la trama o red discursiva que' nos incluirá, necesariamente, a ambos pa.rten.a.ires.

72) Este modelo o esouema de inconsciente con el ·que trabajo oto~g~ a la.compulsión de repetición un lugar privilegiado. · .... ·· ·· · · · · ·

El sujeto repite, sin. dudas; además, no tiene otra posi­'fíiÍid~cLPor e:•tensión atribuyo· dicho. carácter "ie:Oeti-S: ~o al inconscien~ a partir·d~-~~nst;;.:w¡óéñ"i~~·;;~;~;,

- ·-- •• -----.- "l"'.\

lapsus, síntomas, elecciones de objeto, etcétera. ~sta forma de funcionamiento-que pone en evidencia una especie de condena a repetir-nos m"'esga-WJ.E...fu$'rza.

eñacción que ~a "!n~-~.<!111-=d~l nP..ncipio del placer". Me -SiiVedem~y -p¿co Ja idea de un sujeto hedónico que

en el reino del placer disfruta.ria por med10 y a través de

73

.. su~ síntomas .. Más.biei:u:ne sa1:1Jde J¡i. J:tercePció!l de un , potencial repe~jtivo en elsujeto,Jugar.dond..~p~ pulsiói:i _d~ n1Uerte-.Pero quiero adelantar. aqui algo im· 'j:iortante: para mi uno. de)<?_~-d~¡¡jlp.uriayores de la práctica analítica es introducir. un gta,no de arena en los engranájes de la ;ep~tici!í.n: intentar alterar. ei sistema,. E;! análisi~ !'.2..~l ~=º 1uga; donde Ja E?.1!1~­sión repetitiva es objeto de estu¿io pero no para con­templar Jo "ésciá:Vos. qu"e°s¿mos de ella sinoºpaiá'romper . ciertas atadü:ras que ella iinpoñé.""La :-transfereñciá-.:iO

. veremos. ensegüid.a=-ño 'es "püra .repetición; hay algo . novedoso en cad,a repetición transferencia!, . tal como la . s.eJ13f'!J•acan, articula!\dP. a F..r.e'uq co~ JGer~egaard. ...

S•l A-partir de lo expuesto más· arriba resulta relativa: mente fácil concebir que un.análisis pri;sidido por un.a . i

noción de inconsciente como.la que acabo de describir no va Strictu sensu a descubrir contenidos inconscien· tes pree:;dstente~ sino a crear lo inconsciente, a construir, · junto al paciente algQ...~J or.dJ?:n él~laxetdall.re~jlecta.a_ süs"prodÜcciones que van más allá o están ¡n;!.s.acá de.

. 'la conciericiá::: óü'e semañlñ~ en sesión meaiante : la asociación lib;e y baj; tr;;,nsferencl~. AJ clistáñ.ciai-me­

de la concepciÓ;,_ de Un incons¿ient~ .. recipiente se me hace ajena la tarea de "pescar" sus contenidos. De ma­

. ne'.a concomitante, mi labor éomo analista tampoco pasa p?r desvelar sentidos ocult,is q esco¡;¡didos.

Suelo sintetizar algunas de las ideas recién expuestas di­;ciendo que Jo que clásicamente se llama contenido latente .dé un sueño, a mi modo de ver post-existe y no preexiste a su con­tenido manifiesto. o, para decirlo de otra mal)era: nuestra ta-. .r.~a Ao.~qnsistiria en.,hacer consciente 'Jo inconsciente.sino, .en_ el espacio ·de fa sesi.ó_l).,: d2.'.: posibilidad al despliegue cie los · decires del analizan te para-a partir de ellos- postular, cons­truir, crear, producir lo inconsciente. .La interpretación del ana- . lista y la cura en su· conjunto tendrá.n.esa fii;aliJ~d: ca.u.sar..l.o­incoñ$'é~-.~Va .. d·e ruyoqúe'ésta labor tendría efectos de.me. •• --- ·~----w . ._ __ .... • diiicación subjetiva. · ~Más. fi'rea cl;-~;;;;structor que de ai:queólogo: Esta frase-

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· - wndeLsa para mí ~Jgp muy importante, y_Jes ~ediri~ q~e la tenaan especialmente en cuenta: No voy a Ja busquec.a üc "ü..."l

pa~do olv.id_ado, para reconstruiric por rru:dio de vestigios, si-0 a elaborar una nueva historia a partrr de elementos no

:onecidos hasta entonces! Es evidente que esta concepción del · - inconsciente determina también una posición del analista y

una eséucha singulares que con seguridad serán distintas de las de· aquellos qu<!operen COJ1 otros modelos. ·

La transferencia

:Pianteado de esta manera, como un inconsciente ex7éntri'­co al sujeto y- relacional, vern~_s. q~e _la. transfere_ncia_:es ~~?:

. meomorfica y coextensiva al mismo, aunque -y quiero ms1st1r en esto-transferencia e inconsciente no son la misma cosa .• Esta orientación del pensamiento vuelve a remarcar -ahora aesde ot!'o ángulo- que el an";li_<?_~ !.S parte ~onstituii,v~ _Ele_ !a.~XP.!t_ riencia,_analiti'Ca: 'La transíerencia sería un lazo aonde se des·

· · ¡;iiei.i,'ún cfucurso que.involucra a ambos: analizante Y analista. 1<' .. se lazo .trama red, vinculo -o como ouerarnos l!amarlo­~n ecL.: "zan"'' (·e-n--'e"1't.:_se"ñtfci0 do devenir acto) los fenómenos in• se a i.u.c..u -----·--· -·---.,..,.~-;----.-,. conscientes, pero-ñosóióToS del pacie~-~o_tarnbié~2'.:: del

·analista' (aunque' éstos no ~_!!n obj~~2)áh:;2s exph~I-~ La l::rañSi'ereñcia involucra a ambos: no va sólo del paciente

Jañ-;,ii~ta sino.también del analista al anafu.ante. Llamo a esto transferencias a g~eJ e 'iª. p,transíe:_e!!c!._a:s c;u::~<!c-s.!. tema_ que

· a~riiaré en el próximo encuentro. Es en esa trama, en esa red tran.sferenciru que liga a ambos parlen.aires, eh la que el incons­ciente hará su inupción evanescente.

A partir de esto se deduce que la :rans_ferencia es, e?tre otras cosas, el espacio-tiempo do~!'!._'!_e~l'!!'!.&':::'. los decires nece­sarios-que piirnú ten la pro~Üc_:j_órr~:~º~!:i:nsºente y la consm:c-=­é'io'iioe las' veidade5' de' cada analizante que producen las moru­ficacion'éS-sÚbjetivas\"Se trata ile'Ve?dadéS relauv~s, q_ue.P.ut

-den ir ca.mbiándo con er tiempo y con los'nuevos de'6res. ) . -

6. 'Véanse en -xi~nsferenciás cruzada_s" (pág. S'i) a'Jgut:las refe­rencias mas respecta de este punto.

7fi

....,,.. ... Q .. u.:.:ci i:::uc:ia es ese 1ugar donde se facilita ·e! despliegue de)Iñü"I;á.(,- f~~t~smAti~o, sintomático y· d~e5~s cuyo desmontaj~--;; eiaborá;ióii' interpretativa perÍnÍten c~;;iñover las é2rÜdu..~b;.es .ciuc b?st.a en~onces tenía ;L~~feto: ES" táir::~

'bféZ-:-esai fals~ ~one:-~i'ó:O. que .hace que el analista·p;-,eiia ser to­mado p~;-of;¿;·f~~ÜÍtando de es.ta manera la aparición en escena de las representaciones inconscientes de los objetos primarios, que.han sido asimismo objetos de identificación.l

En la transferencia: se pone en juego el sujeto de la palabr,'t _y, por ende, es posible que acoñtezcañ:"'esos" efectOs 'ile verdad antes comentados. Seria Ja dimensión del análisis jugada en el terreno del'lenguaj~, ,-egistro simb6lico por -excelencia.' 'La-'· transferencia posibilita también la· emergencia del deseo y de la dimensión imaginaria, narcisista;-esti\última ú'mázi.ifl·esta'' p~~ la api"rjción de los amores y odios;~g):lI]g~;_e;iltiüitorepe-: -ti~ÍÓn-de-aquellbs'qüe li~confoñ-ria-do Ja hlstori~.del an~li­zarite; otros, algo más específicos. dé la situación analítica. Además de- mcluir una vertiente 'resistencial, ella es -y este aspecto me gustari~ sübiayarlo especialmente- clterreno del que brotará io nuevo en Ja vida del analizante. --:Be señalado varias dimensiones enJUego en ~a transferen· cia. Los recapitulo sucintamente: el tomar.al analista por ofl-c:, la vertiente resistendal, el lugar dectesj)1iegue de lasrepeticio­

-n:es, de los sfuto~-;s:-de losfañ1asmas, d-elosáiilores-y odios, el espacio-a.o-ri-dé'sül-gírá"fonüé'•o. Si quisiéramos remarcar su 'aspéctci no_dái;~ de referirme a Ja transferencia como ehó-ínCU- ·­Jo donde puede emerger algo del orden del deseo inconsciente. · Él ~alizante puedfliacer alli 1a ex¡Jérle:t:1ei;_ ae perlilarsu deseo por aqueUo. que lo causa y no ppr los objetos que supues­tamente lo satisfarían. Esto último c'onstjtuye el aspecto fun: damental de la transferencia, aunque ésta es -como hemos visto- un concepto pluridimensional. · , ·· . Me referiré ahora de .manera breve -a "los 2sPec'tos. clási=.:_

C:-men ;,,·~cuiadoryo,..:Frei.rdal;.--t,;u-;sferenci ?:-r~pepc:ÍÓ;i.-, ·re::.:

.. · •. 7. Véase en "Clínica de las identifii:aciones: Siñíéstrar" (pág. 143) 'iorefe.rido a Ja puest.ii en escena transferencia] de las identificaciones que han estructurado al sujeto.

7.6

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sist.encia Y amor de transfere~cia. Sefiala¿é sólo los puntos más importantes, Y luego hablaré de otra faceta oue habitualmente

, • 1 A ) • )

... esmenr;s enfocada: el dela !:ra.Tl$ferencia comofüe:¡za, como poder,

· Les pido de.paso que _mante~~an co'."'o t.eló~ de fond: la i~ea de tr-ansfereno2s cruzadas; qme40 decir1 .aquello que an.nne ante· rionnente: en la relación analítica entra.-i ta.'Tlbién en juego los fantasmas, las repeticiones y lrs resistencias del analista.

Revetición

En primer lugar, y para dech-Jo brevemente transferencia y . repetición· no Son sinónimos. si se tratara de ~a pura re pe ti- . . cJó~. la. propia __ ep3_!:encia. de/:ia relación analítiéa quedaría:·· ..• . .... ·- ··" ·' "'"~·· -.r,··.~.- .. . _cuestionada puesto que no habría modificación psíqu.ica pcsi- ·-ble.? ay repeticióñeñ~ra~tra.nsrere;,.cia-j,;;o .. .za·tra:nsferencia"n.o_-~~ _sq].o ripetfción. . ~ · · . ·. ~ . . _ .

Incluso es necesa....-io dia1e0\:izar la aparente ·paradoja de la ' transferencia como repetición con lo crue ella tend.-ia de antirre-

petiti;-a, al pe:rmitir cierto-yrflativ;._ desmontaje de la misma por medio del trabajo interpretati;-o y elaborati;-o. Aquí efec­túo el enlace. con aquello de ]~ transferencia coro; el lugar de surgimiento de lo nue;-o en el paciente. Si no se.pone el acento en lo no;-edoso de cada repet1f:ión transfe:rencial es imposible imaginar transformación alirJna'. Hay repetición y diferencia.,

as_p~cto -~~~e ~obi::e el _cual La~an _ha insj?tido ?Special:mente .. Esto torna fundamental el ir .\:Jescubriendo lo que hay de ori-ginal en cada repetición dei ru\alizante: .. : · La ini.eip~etacíón inciae Jpéciálmerite sobre la:reuet1Ción

• • • J • • •

simbólica, aquella que se desp).iega en la.asociación libre y ma-niñesta lo que desde La¿,_n-p.JJe,;,-;;~ llamar el •automaton"; o si quieren, la tendencia de lo~ sign.Íñcantes a reiterarse en el discurso. Pero hay otro·aspecib de fa repetición: el sujeto actúa

.su .. niodo. párticul!r- de- se-r,-aq~e!-que-ha:-i d~oniorma::ódo-j)or"­;i~s identifü:ac!oñes:esrructtu.intesy las posterioresexperren' .::­das de vida. Incidir en este núdleo duro de Ja repetición, aquella que no se puede dejar·de actual- en la·'·transierencia "(ni fuera de""' ella) es par..e esencial de la opei;ición analítica.los cambios sub-. • - • ,. l • 1 t e

Jetivo.s:-rrnp.ucan -ú!'i mtroducciór. de UJ.:ta cufi.a en esta W:sd-encia-,. - . 1 -

1 ¡77

i

repetitiva alimentada por J~ pulsión. Ella es menos sensible a la palabra del analista que la fepetición significante. ·

.. - ··-· . - - ..... L.. . . . ·- - .. .. -··· Resistené1§ f

..,,.. 1

' Es absoÍutamente inher~nte a Ja neurosis "resistir", ya que

se trata del correlato clínicri de Ja represión. Prefiero ver la re-' . . sistencia como indicadora ae lo resistido y buscar ÍOT!.11aS de in-· E.e..!!_e~i_§!l_qu !l in_!en te_n .r .. ~abrir elEI\lill~Qfi.ativo. p_or ptras.=­vías, sorteando-"de hecho! y no por.;-ía interpretativa- las resistencia5 que vayan surii"iendo. Me parece más importante Jog:rarvenc~rla de facto, ·qu·e ~star señalando constantemente . al paciente que se resiste. fara tales efectos se han de ir re· :í-eando formas"qüii ayude1fa·a:cti;,a:; Ja ¡,7-Jdi~ctivid;:;d ifñ'lti{:·

.ti_ca_q.da Véz_q·u·e·1as_ri\s1steriéias hagán ac'to de' ¡:iieseñcia.:._ ·

Amor y transferencia.

•• C~mo todo amor, el de t~ansfe;encia ll~~a e~ sí la ide~ de duración. eterna y el secreto designio de unión permanente. Sin

· embargó, tal amor_ es quizás el ÚJ!.ÍCO en que se sabe de ant.ema­. no ... es de~ir, .desd7 antes dtj su establecimienfu, que está. des­tinado a tener fin: Creo ouélno existe otro Vinculo de amor en que se haya anticipado e~pl~citamente que el desenlace espe-rado, incluso buseag,ii, sea éS~-) . . . · · . ,. Y . .. '· .. . ··.

. Es probabla_ qµe_ ~¡ análisj~ devenga, para el paciente, inter­minable, pero el.arialista debe tener claro que la duración de Ja relación analítica ei nec~s-arfaniente lil:nitada:Esto no se plan­tea generalmente cori,o probjema en los com.ienzqs del ·anál.isis

· sino en plena neurosis de transferencia;- en los períodos ñnales ' 1 • •

de aouélf!De todás formas, i:onv:iene saber que este amor'de tran;iere~cia es a la vez iguá.J y p.istinto de los· amores corrien­

·t:~:J:'.~ ~e.!.~fier_?'~l )¡e~~~o~kmyarti<iqp9):. ambo~ de qu~.se .to-· ·~T<i.rr_o_por¿;<1.~f-5'i el_!<:::"!§:-.~~º ~~~ce· _de1. qu~~-b.'.~6~ Freua. Hay algo en el prop1q _caracter ael dispos1t1;-o aoahtico . que lleva al despliegue del amor al analista, en tanto éste e~ J

: colo·ca¿6 ~n ~:1ügár··1de·auzJ¿·oy~~ri CUáf.ito'seie-~s~·~·tm··s~: :i ber y la capacidad de resolvkr las dificultades del analizante. <'.

·· · ObVíárnerite, 'ef arialist'2., aakinás cie i"B'stei:ier~é a"i'satisfa¿¡¡¡. -. . . i ' .

, i 7s.

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· }as demandas-Q-e~1$eciJ.i-rocidad qro.¿·tal .a.mcr del pac:ien.te e:-:i_ge, sabrá darle un tratainientO analíÚco al mismo:

Si perdemos dé vista que el ·análisis es un artificio y que este amor ha de transformarse-gran infortunio para el anali­

. zante si tiene que satisfacer necesidades narcisísticas de su analista-, se termina generando sujetos "divanizados• que vi­ven de modo constante en una atmósfera analítica, confundien­do la vida con el análisis, y ejerciendo de "fans" del analista. 'J'erminaii viviendo en estado de transferencia perpetua. -p~ñso que el añior- deº ºtransferencia del analizante "debe

tener su contrapeso· en ºel analista".en algo que llamaría culto: por.lo distinto, por la separacrón, por la diferenciación.: Este ejeí':Ício en pro de ~a· distinción no pasa sólo por tener presente Ja fiiiitud de"Jaexper.!ehciaHayotras dimensiones: la -de"ácep:· tar; tolerar; incluso· fomentar- las diferencias. ·Reconocer, en el ;e~tido pro~d~

0

del término ~--;-aque iIÍiplica acma;eñ"éc)n­iecuenéía-qúe el otró es diferente de nosotros;único, distinto: Que puede tener modos de vid< ~ · proyectos en direcciones dia­metralmente opuestas a las nuestras; que puede encaminar su· vida por y hacia donde quiera ... encontrar su rumbo aunque éste sea diverso del nui;stro.

y digo esto por lo iiuéº veo en los medios analíticos que fr,ecuento, más dados a la reproducción de lo mismo que al fo. mento de las singularidades. Si' bien es importante evitar en todos los análi~is estos fenómenos especulares, más aún lo es

.en el de· aquello~ -psicólogos, psiquiatras, etcétera-.que.tienen intenciones de devenir psicoanalistas.. · .. . c;.utivar la dllerenciación implica también para nlí la evit.a:­ción de las 'cruzooaspsic6analítica.S'. en iavor de tal o cual cau­sa, la exclusión del térrorismo_intelectual, del dogmatismo y de Jos efectos de masa en nuestros agrupamientos e instituciones.

Poder de transferencia..

\,/uisiera a..'1ora hablarles·de otto-aspecto: el de Ja transferen­cia como fuerza, como poder. Tener aalgu.ien bajo transferencia ~su:riá cuestión delicada y deniü"éh":Ú'·esponsabilidad que exige·

· operar con tódós 'los recaudos éticos, Corno con to~o poder se requier~ -en primer ,lugar- saber·

que lo poseemos ... pero también, que si eso ocurre es porque nos lo h<µl otorgado para unos fines determinados. Esta atri­bución es un fenómeno est~cti:iral dela-sTtüaCiorí áriaHtica y por lo tanto constitutivo de la transferencia. :Además, es inde­pendiente de las formas aparienciales que ella pueda adquirir. Se establece por el solo hecho de que alguien sufriendo habla a un otro, atribuyéndole la posibilidad de modificar ~sa situación.

Ese poder deviene fuerza y habitual.mente hacemos uso de él, pero conviene saber que exist~tambi.én)ps riesgos del abu- ·

·so. 'Alejándome un poco de ºJos momentos puntuales de un análisis y viéndolo globalmente como proceso, atisbo en la trans-

. ferencia ese poder:.: e5a ºfuerza que puede actuar a manera de palilllca, de instruÍnento, que produce las movili?a_ciones psi- . ·

.quicas necesarias pan:las trañsfonñaciones Subjetivas.) . · Pero esto acontece en ·el· seno de una relación eD la que hay

üna confrontación de. fuerz~s. por lo que incluye siempre una dimensión violenta. Hay violencia.de·transferencia. Coloci?.~ a un -sujeto en una situación de dependencia que_ remeda o reproduce -con diferencias- los ·tempranos momentos de la vida, implica -en· el mismo acto- situarnos en un lugar de autoridad. Idealización j violencia son dos caras de Ja misma moneda que circula en el análisis.)La interpretación·tiene ~a buena cuota de su eñcacia por ser escuchada siempre -y mas allá de nuestra voluntad- como proviniendo desde ese lugar de

.autoridad que nos es otorgado cuando predomina la transíe-. rencia positiva. Hay·aJli también un ejercicio de poder. Freud

consideraba los cambios subjetivos como efectos del amor de :tranSfl?renci'!l; quizás baya que colocarlos también -y a la vez- e

. en la cuenta de Ja violencia. · .. Conviene no desconocer para el aspecto que estarnos estu·

ruando el estado de sugestibilidad del analizan te, así como. tam­bién el crédito que nos otorgan al suponernos un saber. Lo que estoy plant~ando implica volver a pE!nsar la efiéacia de la pala· bra en el análisis-y· preguntarnos si-se d~be exclusivamente a su poder intrínseco e inmai:i"ente 0°bien a que ella vehiculiza asi­mismo esas otras fuerzas recién comentadas, que se ~~splie· gan en Ja transier~ncia. · · · · · ·

Cr.eo que n()~ernos sacado suf¡cientes c9ndusion.es de !'que· .. !la recomendación de los analísias·"viejos iorr.os" de interpre-. . -

·. .. 80

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- · ·r Ninguna duda de omentos de trans1erenc1a pcs1 ¡va. . . tar en m .. d 1 J b a pero ella •tiene l T·is opera por metllo e .a pa a r • . que e a...."1.a l.,;i, ..... ..~ d ,..., .Ql ~P-no de la trans .. . ·--·~féetú-espBi;ial- por··ye-;¡-p~o.~u1¡1 .. ,a a e .. ... , .,, ___ - : . un e . . ·ero decir, en una relación de depende~c1~ •. V1_ale_;:­ferencia, qui . d : t·rn,;f1· d y de alteridad su1 genens. ;,] . amor creenCJa, e in l J;..iwa l cia, _', :d or el analizan te le presta, le otorga, a la pa ~-poder comen ° P .. · otenCla ra del analista un valor y una fuerza extraorrunan~, p ' .. ~e la ue ella carece en otros contextos ~ra.'1sfe~enc1ales aéi::i·

les ·T~nto es así oue, cuando por cualquier mo:1vo ca:mos oe . . ' - d a. utorid·d la nalabra del anahsta de¡a auto­.... uestro 1ugu e ~ .a. 1 • b. · · ;. 'e _,. ;ticamente de nroducir eíectos. Pienso que ha !Oa cuen.~ o ma . ....:.tr· os' la transferencia no es enteramente reaµc-sus vanos reo.!..:i . r . \ · tible al fenómeno dé Ja pala ora.) . ' .

- E te. pod~ del qne les htibio llama tamb1e~ a Ja cautela, ~a--. e~tar las crea dones de·a·ep-éri8eñcias masivas, de re~es10· ra tuitas que col¿quen al analista en el centro de la V!~a del n:~i~te, de ideaiizacicnes y sometimientos, d~ prolo~gac;_an~ p . ~ l • ·¡· is o de sus orientaoones d1rec.1vas: innecesanas "e os .. na is . . Freud sabía de esta poder y Jo us~ba, pero hem~s de tener pre-:

. sus análisis duraban solo. meses. - - . sen~: ~J no quiero extenderme demasiado en estos prob!e-_ .mas .cue~tiones que .ustedes conocen tan bien como yo; prene­ro re~mar el hilo de aquello que estaba desarrollando ~ntes.

- ...... T~ . ::-· : -- . . . . . · ·· la. t • y laprdcticct Relacio;ie~ entre . eona . . .. ,' ,::. - "_, ; .

· · · · _.\ :' (\·•:. "'-. :::- bravar a'h-ave"s del~ explicitación de . 'Que es ¡0 que qwero su , . . . .. . ¿ ' . te ·ricos de trar:sferenc1a e mconsc1en-·Jos moaelos o esquemas ~- . . . ·

te con los oue opero? · · · · . · Me in~resa remarcar el hechJ de que .est?.s c~ncepoon~s

~e he ido haciendo mías incidrn y determinan m1 m~nera ~: q d . l álisis Pero esto no es propiedad exclusiva mia,

. con ~c:: ::n:~aliz~.tranq.uilamc.nta-para-tod.'.'_:~~:.ª..:'.~~sta~; ;lo_pppn " d · n·análisisesta estreChamente vmcula ¡ antra de con uc1r u ~

a:~ las ~once~ciones teá~cba\~:1¿::~:;~~ ~=d::r:~~~e:r~:¡ cial a como mensa y conc1 e , . sic,oanálisi;, a cuáles son las metas que Je atribuye.

sabríamos interpretar lo que escuchamos. Pero si pudiéramos recordar con rnás frecuencia oue nuestras tecr-ias son.: sólcfcons­truccio;;es hipotitic~s, ficcion~s que nos sirven de parámetros o de puntos de referencia útiles para la dirección de uri proceso analítico, quizás entonces pÓdamos mantener con ellas una ·:relación más libre, más suelu;_, dando mayor cabida alos estilos personales. En otras palabras{ fas teorías no deberían funcio­nar e?.~ ~_:da~;_sz.i;_y~!a_das ñi .dogmas_de..fej · . . ·

.Pienso que cada teoría .engendra una practica que 1e es propia y a.bre cuestionesproblemáticas i:Íriposibles- de origmar­se en el seno de otrar. conceptualizaciones::como cilntraparti-. da, ca da conjunto teoría,prácticatiene .Jkaj_~ci.ones y_ prejuicios ·que también le son ¡Íropios.'DiCho en otras palabras,·cada doc­trina tiene.su_genipy figüra; tamliiéñ sui:flanciis-débiles;.S{ ~~t;;. es efectiva.mente as~ deberíamos sacar las debidas conclusiones.

Hoypórhojine.interesa remaréar esta c~acteristica que ha ido adquiriendo para mí la teoria: la de ser-.una.cons.trucciÓn \qué ll!e sirve de instrumento, de he..-ramien~'paJ:a'.~ffeXionar pa clínica y para orientar en un sentido mufg~:al;~í:ucha_ [analítica, Para esto se requiere que no funcione~omo un'9.wste .. ·lteórko sino que háya atravesado el cuerpo, q·ue se hayaconsus­tanciado con nosotros. No se trata de salmodi.ar l.a.teon¡i., ni de~ ·

. invit;irla a ceremonias repetitivas; más bien ·se Í:-egúiere que ella forme parte de nosotros,-.,que·esté incorporad.'a, asimilada; metabolizada; que se haya r.onstituido intern;,in.Eintejor:.áa-~ · cantación de lecturas y e;cperiencia~ vividas =-taliw aria:JjtiCa.S' ··. · como.extraanalíiicas-y que entonces_pueda ser .:ctivada como un movimiento reflejo parsimonioso. En otras palabras, <iue se haya naturalizado lo que es tan poco natural y que en ese

. proceso la teoría vaya adquiriendo un cierto añejamiei¡ito en cada analista. -

' !~~.·-sto pre~up~n~:-~ !:ª,b~r ~ec~º-é°.ºP,i~:.d; 11:~~~~~~. -~~ar~ éJtransfenble, el conJuntoae marcas 1aentificatonas de nues-tros proi:esos·de foñ:na~iÓ~~º~º ·aniíísta.s. éo~~-~~n. ~do io ··

' opuesto al mimetismo y ventriloqttismo. Se trata. de. ir creando.·

p E to s' mismo no constituye un problema, ya que es . s , en 1 • -: r .. ~1~ ...... rl;ri,, más· sin ella no imposible. carecer de u.r,é. te&, u .•.. ,;;¡¡,.,.¡ ........ ;.u. '"'"" - •

81

y recreando modos personales de intervenció~- referidos a ·cada· analizante. Pero la singularidad de éste no se deduce de una

· teorfa general sino iie w;iapercepr;jó~ r;ie.~ta:de !d.s pec1diQ~ida ·· d.es de aquel a qui.en tenemos en el d!.uán .. Nó sirv~:d~nada sÜ-

. 82

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perponerun cliché te6rico sobre el ~iscurso del paci-e.nLe, parf:. hacerlo entrar en los cánones de lo y~ conocido. Mejor dicho, eso sirve para algo peligroso: para oud lo oronio del 2n2lizante ·•·. ......... ····---·--.-.""' .. . - ... •¡e-· . .

.acabe esfumándose. · · ·

. 1 ' ' .p "del.. . . resencia . a teoria en. et momenlio de la clínica

.• . '1

. ' ¡ ' ' . lvmc:has vec.;$ me he nec.ho y he fo\,nulado a otros la pregun­

ta de en qué,estaao tiene que estarla téoria mientras analizamos. Ccnvers'ando en una ocasión sobf e este asunto con Octave

Mannoni me aportó esta.me±..:'Üora: la ,leoria Sinre como un·mana · cuando uno hace ~a excurslón por 1~ montaña j. se Pierde; .es'

cútil ·para los momentcs-errqtre estarrlos extrE.viados. Entonces · ~camóiiei'map·a;y ~;ez ;rie;t;;¿~-;¡~-vol~emos a ~ardar :-para continuar la travesía. 1

, Por:ns.parte, tendría que h_acedes1

una covJesión. lvJuchos de Jos aqm.presentes que me conocen saben de·mi pasión por Ja lectura, por el estudio, por el trabajo teórico. Además de ~ncan­tanne, esa tarea: de0...no también mi hbbbv. Para :ser analista es: necesario· formarse seriamen~.~._se····feq~ere ··coó.Qcer muchas cosas, demasiadas ... no sólo de psic0·dálisis:Bace fálta también · una bu_ena experiencia de v1_da m2.s Jn buen rodaje clínico que permita.un s":ber hacer .. Hay que estddio:r. La' teona provee:un: · conte..~ general, necesario, repito, pe~o la:rora:;ación teóricá-y · ::'.':" ~ e;i: cie~c<i sentido lamentable-'- ,bo j,s hú.cico ni qi.iizá Jo ' . esencial cuando estan:ios al pie del ca.ñon; quiero iiedr: sentados e~ elsiJlón.Hayanalistasmedio.;esqu~ se apoyanenb~en-~s teO.:­nas y hay buenos ·analistas.adeptos a teorías· oue juzgaría,.:Uos-' ;Tioufi ' ,._ "' • ta.rob"• ' b • 1

• ~ cieni..e.::i . ...... sw-"" 1en·ae ena se'rmat.eria de estudio. . ~urant~ much~s años pensé que puanta mayor formación

te_onca meJor pocL-ia entender lo que pasaba en ía microscopía de· la· sesión:=:lict\1aJm en te 1Te ·TmitiZ:niá]'e-5?,lJri;piensociÜ eest.o es:ilii~uiiin~nte cie.rfo~ L~ rela~ión no ¡aveo Gin fuo-eal ~me a;;,·_::· te •.. Practica y leona est.an articuladas -¡qué duda cabe!- oern tienen dialécticas diferentes: [ · -

Para.tener éxito en escuchar lo ·;,~audible" -valoa el con­~r~S~~~ti?o- ~e. una·~esi~n1 pa_ra po~er Pesquisar lo ruÍerente, 1o 1'.1:rum?• lo circunstanoal, para asociar Ja paciencia con la ac­c1on e·mvent.ar en la r1inica -t;e..,..,_P'T"- gl')l;,... ., ~ ,..,_,~,. ,,_~-,,) __ :e--~--- • __ ,. · / --~--~ · _ .. ,__..,,; .,,__.. •M.1·-· J.i:v uc;a..i.~t::

1

83

·impresionai; por hechos y ~alabras demasiado evidentes, po­seer la fle>:ibílida~ ade_cuaj~ para ir. ubicando los ~aclares d~ .analista an lz.s- clir;;cc1orle"?" · necesar1a:.r.oente cambiantes de1 discurso del ¡malfaante ... enfrever salidas donde aparentemen­te no las hay, saber combinar ·adecuadamente la presencia en

·sesión con el borrarse metodológico, atisbar en el paciente posibilidade:i que nin~a f tra persoi:a vio, conjugar la astu-

' cia,la audaCla y la malicia c¡?ll: la n.~es1_dad de ~e'.1.: ~ contex­. to abierto, permeable; todo ~stc, que es tan fundamental. para · Ja clínica...: no es tributario de lo que clásico.mente se lla.ma for­. moción teórica. Por ende, taimpoco se lo puede adquirir en una escuela psicoañalítica: Los eiÜgmas que plantea' el deseo de ana7 lista no pueden ser resueJtc~ ni académica ni burocráticamen-te;.menos mediante un)9go}iP.!tiii~füo:i:>.!:i9n~. . _

La teoría ofrece sin dud1 un marco general, a condición de que esté bien integrada;. J:>ero en ese caso deja casi de ser teo-ría.Y d~vi ene un modo de srr·:· ~ :stilo _de a:ialis::: . :e Obviamepte, lo que estoy d1cienao·no implica nfun menos· precio del- estudio teórico, olie conduce a una práctica que !)O

cuestiona sus fundamentos~ni una incitación a Ja pereza in~e­]ectual. Es más bien un alerta contra los riesgos .de colocarla teoria como centro único de~ psicoanálisis y Juego •vender" ese producto como si fuer¡da p4nacea. . , . . . . :· La percep:ión "9b3,itiva", jpura", no orientada por una teoría, es inexistente. Et p_ol¡i¡:¡le des'conocer cuáles son las concepciones oue funcionan como mediaddras en la clínica, pero, aun en esas circunstancias, siempre se percibirán los fenómenos desdé una teoría, aunque en ~ste casos~ lo ignore: Hasta tal punto·estamos -condicionados nor ella, oÜe si: can:íbiáramos nuestra teoria vería­mos Jos mis,;os hecho~ de/ la clínica ordenarse de manera diferente. D~_esro hay ej¡¡mp/os en todas las latitudes.

Arti.cula.cioii.es pqsibles /

No concibo Ja clínica com6 momento de poner en práctica las· elaboraciones teóricas; esto ~onduce a utilizár al paciente para corroborar nuestra teoría. Tampoco veo la práctica clínica como el ;:1oinento fle recoleccfón de datos p<!-ra luego-en un segun:..

• - 1 -· • • •

do momento:' .. e)¡¡]:,orarlos t~óric;trog!lte ....... . ¿Cómo dialectizar.lo {apa\-errternente/co.ntradictorfo de esto

- 1 . . '

i F..4

!

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. .. - .

que vengo sosteniendo respecto de la_ art_icul~ción en_tre teo~a y nráctic~? Mi respuesta es: creando m situ, aurante las ses10-n~s sin pesadas mochilas teóricas y sin grandes pretensiones · teorlzantes en el moménto del trabajo clínico. Fuera de sesión. ~:abajar las cuestiones conceptuales, doctrinarias, de ma:i.era tal aue esa labor sirva también para afinar la escucha anahtica. · Ño me es fundamental aprehender hasta los últimos recove­cos y ~scq!ldrijos J~~-~?nstrucciones te~ric_a~ en boga; no_ me.

-:interesa tener una teoría acabada y complet1suna. Las ternuna· mos ·haciendo tan coF!plejas .Y con tantas pretensiones de omnicomprensión, adqt).ieren una importancia Y un peso tan. enormes que pueden f>\cilmente funcionar como escud.os defe_n-. sivos frente.al material del paciente.·Prefiero una teona cons1s-,

"tente. p~ro Úviana-~9,n;io quier: .''.~}ig::? ~_e .e~~~paje-porqt~~-­estoy convencido .de que el análisis hay que remventarlo con. ca.da analizante ... ·y qtie debe ser hecho a la medida de éste. .

Se trata en principio y durante la sesión de crear algo uálido · ·. para el paciente, no para el corpuspsicoana.litico. Si la ~ura es . lo que está en mi horizonte, no estoy preocupado mientras · analizo por elevar ese caso a nivel del paradigma, para trans- ·

.mitirlo ~¡resto de Ja comunidád ánalítica bajo forma de teoría. Cuando en la clínica se actúa con estos objetivos, se captura .el discurso del paciente con pretensión univers?.lizante Y la di· mensión de lo terápéutico se pierde. El analizante deviene -materia prima para las construcciones teóricas d:l .anali~ta;c, · · Más tarde -ya fuera de las sesiones- puede ser ufil reVl~ar "'. estos materiales y ver qué cosas nuevas han aporrado. Si_ la • -lucidez nos había iluminado durante la .tarea clínica descu·: . brimos entonces -y· sólo entonces; quiero decir retrospectiva­mente- que sin 'saberlo hemos estado produciendo nuevos co· nocimientós, tanto técnicos como teóricos. ·

Como ven, en última instancia es cuestión de en qué, cómo ·Y cuándo se ponen los acentos..y_es..t;_QJ.ru;id~pler!'mente en el 'nianejo de Ja transferencia ......

- -- .. -8. '".tj"final ·t.ie "'iá '}itó;;.:ir•'lá ~:q:;cs.i·ció::.- -~e ""~ñ~~~ ln. bibHogr""tfía Consllltada para la prepnrttción de ambas conferenci:is. · .

85

TRANSFERENCL.l\.S CRUZADAS'

En el transcurso de esi<::. exposición retomaré al!Íunas de ias cuestiones· desarrólladas la ·seníana "¡iásada para seguir avan­zando.' · .

Dije que el psicoanálisis no es una ·acti ·dad contem lativa sino transformativ pero agregue que· el analista no . es ':!lJ.. · ·· '°ª a as mo ificaciones subjetivas smo el prooio anali­z'añte, mediante su trabajo en sesión. La tarea an~ítica, si bien . e$'c¡¡fupartida por ambos, tiene su epicentro en el analizan te. Se. deduce de esto que no planIBco ni preestablezco metas a la 'l:a­rea, más allá de los objetivos generales válidos para todo aná·

. .lisis, y que ñreron enunciados en el encuentro anterior. ·, . - Afirmé asimismo que no abordaba los síntomas frontalmen· tá. Párto del siguiente presupuesto: el trabajo de movilización·

·jpues!.a én marcha de toda la estructura PSÍQllica traerá aoa­. ie}ad3. .:si todo· funciona cien- una" Serie de· modiñtariOnes ·

suo)envas, ~ntre ellas, ··Ja mutación de Jos síntomas. Bueno, ·éstos son mis prejuicios, mis preconceptos. Que ustedes los com­partan o no es otra cosa. Ellos bien pueden i;en>ir de materia para el debate. Con estos principio.s a cuestas, un elemento _im-.

.portante para mí.es,justamente,.la.asociación libre·y-ei·trabajo ·subsiguiente con el material i¡üesurge deella."r;Qs procesos ini- · croelaborativos van puntuando los momentos fecundos de un

.. ... . .. ;

l. Esta exposición tuvo Jugar el 26 de enero de 19S8 en el Centro __ Ciyie:o Ca.s~J de Ss.:rriá, · · _ ·- . · · ·· : .. . .-·-----·-~·:: .... :t·:~ ..... : .. : .

2. s~ refiere a ""fransferencia, curn psicoanalítica e iocoDsciente" (pág. 63). • •

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••

análisis; ellos motonzan >m:uciu~amente la cura y constituye;i. uno de los rescrtes qut< mo<j.ifican la relación del paciente con­sigo mismo y con Jos demás. Preparan el terreno para los ins· tantes en que se producen cambios psiq_uicos repentinos e importantes. Profundizaré en estas cuestiones ..

Primer pasaje por la asociación libre

Quiero adelant.u que veo en ~ila Ja cantera donde el anali­zante obtiene materia prima para la ~area de elaboráción analítica . .El verse· llevado por la palabra, hablar de· aquello que no hubiera querido coroénfar o de eso otro que en primera instancia no podfaaecir, hace aparecér en la trama transferen­cia} nuévos elementos. La regla Í\l!ldamen.tal y el contexto ana· lítico estimulan a que el lenguaje sea utilizado de forma diferen­te d_,;,J habiiual y que el paciente se vea entonces arrastrado por sus palabras. Ellas dirán más de lo que él supone y_.t.ambién, aig<> distinto. de lo que nosotros esperábamos. : .

Bl estadci de asociación libre -que· lw es permanente en se.síOn- constituye una especié ae trance en el que suele haoer_ un decir .dispérso, deshilvanado, con hilos de fuga, pero con _anudamientos posibles en distintos niveles. Surgen ocurren· cias sorprendentes, observaciones de nuevas facetas, lucideces para rehilvamn.-ideas y relacionar. acontecimientos que pare· cían desconect'ados; en fin: reubicación de elementos conocidos

, y nuevos·-~n·~~ trama qu~ se ya recr:~ªndp1 cotj. la ~cOPsi~i~n­te producción de efectos de verdad que entrañan modificacio· ne~ subjetivas. Esta pérdida del control elemental so~re Jos 1P.cires provoca la irrupción.de aquello que no se preveía. El itnómeno, en su reiteración, produce un efecto de desubjetiva­cíón, de pérdida de las coordenadas habituales que mantienen la unid'ad narcisista. Surge entonces lo inaudito, lo particular,

·un recuenjo apena·s "sdstenible;1:1if detalle _que salta .a primer 7plano, el perfume a objeto perdido.:. las tonterias, las ocurren­. cias súbitas; un material que por sus caracteres suele se:- en principio un tanto enigmático y dificil de comprender.

Cuando aparecen ingredientes de este \ipo, o sea, cuando los t::$píritlis··que hem.ós r::onvocaQo,.~)eg.?.Il, no~ es para decir isi no· ·mis~¡esta~ caras ya las conozco! La riqueza de este material me:

SS

rece mejor destino _que el de una decodificación mecánica uara h2cerlo entrar en.los cánones preestablécidos por la teorí<: oue hemos hecho nuestra. Sí pedimos al paciente asociar líbrem~n­te no es por puro fonnalísmo; es para que surja lo propio, lo sin­gular de él. Hay que poner a trabajar este materia[ Y ahí está -por lo menos para mí- uno de los meollos de la fü$°trumenta· .ción de la transferencia. El manejo .de ella no 1mede reducirse . .a sugerir indicaciones técnicas generalizadas, ya que la con­ducción de un anéJisis depende de cada paciente y de aquel que conduce una ~ura. En sen~ido estric~o, no hav·narma-: técnjl"as ~ .

Elaná.lisis: una reescritura de la novela familiar

La obsezyación de los efectos que la asociación .libre y la perelaboracíón ·de dichos materiales producen sobre el sujeto me ha nevado a pensar que, en el seno de la relación transfe­rencial, el analizan te "escribe"una nueva novela familiar, )'fo es sólo un texto novedoso; se trata de una transformación sub­jetiva que requirió nuevas referencias, modificaciones de las coordenadas habituales, reformulaciones de lo ya conocido reverdecimiento de las antig'.i.as raíces y-encuentro de otra~ nuevas o desconocidas. Todo esto se plasma en una novela fa­miliar distinta de aquella que el pacíente trajo a las ent<evistas in.i=iales; una más vivible, menos cor..strictiva · .

·El saber hacer del analista -ateniéndonos ~ese aspecto de la tarea clínica- consistiría en sostenér uri"éimtexto oue po5j::-· ~ilite al anal~ante la escritura de los borradores de dicha no,'ela· ~an_i~ién, en sostener el trabajo de hacer y rehacer ese text; !IlVlS1ble. con sus raspaduras borrones, a,,o-regados sobreímor.,_ sienés; en fin: permitir, fomentar oue forje miev¿s mitos ~ ¡¡,.. · yend~s_s_o_C,re sí_ mismo. Se trata de un elaboración pennanente­ael matenal asociativo,. un.-rernodelamie.nto :cie:ift:meciiañte:::: formulaciones nuevas y sucesivaS: · ·

. Poner a trabajar la tr_;nsferencia pasa --entre otras cosas­por relanzar la tarea asociativa y el~b-or~tiva por narte del paciente. Evidentemente, allí hay una labor de interfiret:"ción de ~u,.p1irte~.Yo, de ta.nto,,e;!~.t~.l).~01 aporto mi grano cie aT8:nR: Acompañar este proceso implica p~~~-;nf 'criary reé:reár en ca-

S9

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da caso, en cada sesión, una forma de estar presente que con- · ..... _._ ~··-··- dicion-e ]o menos posible est.2 ta.re4 de asociacióri y elaboración

·del paciente. Mi silencio no eslmutismoni imDa,~dez es activo. · O si quieren: mi escucha nunta es nasiva.

Lo más fácil en estas situadones es adoot;¡r la actjt¡1d carica­turat de un tipo de analista que parece haberse puesto de moda: boca cerracia ourante meses y meses fomentando una deriva etern?..:·O, por el contrario 1 un 8.nalist.a omnisapiente, que sabe de antemano lo que Je suced~ a su analizante. Lo~ inventar fonnas de estar present.e en la sesion-señalando, pun­tuando. ayudando a salir de las racionaliZaciones y del habl,a:r vacuo. interoretando-- de manel:-a tal de no distcrsionar el traba­j~ del.paciente mediante indudciones. o invecciones de sentido,_ más propias del analista oue de su·;nalizante. · · . . . Trat,, de .crear un conte.2c0 ep el cual se abran al máximo las

posibilidades de aparición de n~evos materiales y que el pacien­. te encuentre dentro de sí lo qu~ no tuvo oportuddad.de -desple­garse; en otras palabras, desp~rta.r1o que ha estado dormido.

· Todo esto, . ,..., en la situa~ión uaradóiica de sl.iposiciones :1:_ecipro~elíz2ntP me s11pone un sab~r,~~obre su~ s0.to­mas, sobre su .neurosis, r·especl:o .de su pade~.i.miento y de· sus posibles sa.lidas-; yo, en cambid, supongo que ese saber-saber nó sabido; saber inconsciente·i_iacan}--res1de en él... y que se­rá~mismo dondf se habrán- de·_enC?nt~s fuerzas oue le permitan salir de su situaoón actual.

..l'fi.i sil~ncip no .es, por lo tantd, táctico: es la·.i:ondición risrna para oue un trabaio de·e~te tipo J,ueda ser realizado. Si conseguí-­mes suscitar en el analizante, ya sea a partir de un sueño o de un encadenamiento asociativo cualqf era, la aparición de elementos h";'ta ese entonces d_escon_ocidos ~se los :raba ja, incorporándolos al corrente elaborativo; si el pacl'ente laoora con ellos se suelen

• I · -·- -- , _qperar fenornenos de. re20omoda..'1úentos sujetivos sin. que mu-chas interpretaciones de mi part~ hayan sido necesarias. Es co­mo si ese trabajo, esa producción\ terminara ofreciendo nuevos asideros al analizante sin que sJ reqUieran demasiadas pala-b . . . 1 ras IDJ.as; ru menos} que éstas s:e refieran a rui. 3 '

. i . .• 3 t' .,,. • ·¡· . . d 1 ! . . . h . . . ·•· · -~ .. --~.. . -·~_,n_.,.r¡1J1.o.e Rn_a 1S1s.~ L. u_e. Q . .9 .seuar2aón"" (nág-. 285) e retornaao -

h . . ' ~ .• i ' ~ . - •" -re.vemente este aspecto, se::-ialando 1~ repercusión que puede tener en

1

90 ! 1

No se trata de generalidr esto para todos los pacíent.es; obviamente los psicóticos plabtean un abordaje diferente, los 11an::adcs "casos JJm'°ite" exigcin también otra-actit~d. Incluso Jos neurótico¿crequieren en tletenninados momentos de sus análisis una nfa,,or participadión del analista. No se puede de-

. jar •desangr~r~ al.analizan, • . : · .

Marco amplw mas que enc~ad.re rígido

Lo que estoy desarrollanJo ante ustedes. es tan sólo una pintura muy ºgeneral de Jo quJ es para mí el trabajo de análisis con (de). un paciente; neuróti~o, pero no es un cuadro rígido, inmodificable, infle)..ible; 'todo ·lo contrario. Varia con· cada·

~n~lizll!l ~y ta_rnbién :~oi;i_ lasj _dis~n~s- eta¡:ias._d~-~.E?..:fli_sSs._ Más bién les diria que es un mpco muy general, que incluye las necesarias "transgresiones•·c,btidianas. Muchas veces, muchí­simas, mis intervenciones; mís actos analíticos van más allá ... o se suedan más _acá de estos/lineamientos -generales.

No les quiero •vender" u¡ nuevo modelo de análisis y de

analista ideales; y~ tuvim_os. se~mos teru~ndci demasia~.·.~.º.s patrones de este tipo. Mí p nsanuento va Justo en sentifü1 opuesto, aunque mi veheme~cia pueda en ciertos momenu;s hacer pensar Jo contrario. Np intento proponerles otro ideal tiránico ni ¡:iontiiicar ac

1erca de Jo c¡ue es análisis y qué no es. Es

evidente, y ustedes Jo 'están /escuchando, que tengo c..,-jteriqs . personales respe~t~~ ~~.esto eltimo, pero mi intención no es propagarlos. Deseo·simDlemente subrayar que, así como cada

-~--- L- .,_, paciente es aosolutamente si~g'ular, también el analista lo e..<;_¡ .. - • 1

el !in~l de análi~is :. mterpreta¡íón ~istemática de la transier~ncia, entendida como repetición en el aquí-ahoraMconmigo.de lo .que.ocurrió

:allá")rentonces con .otros: Más=4tle-jtrinviabiliónd·de·ese·isomorfis· ·mo·,·1as referéncia's pemia.Deñce~ a1-ana1ist:a·en ·e1·eounCiado-aé-laS inlerpretacion'es 11ev3 a una hlpetpresencia de este "como persona" en ~l 2:n~lisis; también a q.ue la t.:lreiap_ali.tjca ci.rcule predom.ina?temen·~ le por el registro imaginario y a enerar tma mayor dificultad"para el desvanecimiento final de la neur sis de transferencia.En esta manera de dirigir la cura está implicita t¡na concepción diferente de"la trans-!~1'tocia;y S\f'til'l.iIYrj~. .... .. . 1 -·-~·"'~- - '"'" -·- ____ ,_ .:"~'· --..

/si

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--·-- --- ~'

y que tendremos que ir acuñando un estilo propio, un modo ~ origir:i:al ,de ·ejercer"-el a·n·álisis.~ P:coccsu 6st.e que nunca acaba y que conlleva interrogarnos constantemente sobre "los funda· mentos de este -0ficio. de analista. E) dispositivo analftico, ade· . más de adecuarlo a cada analizan te, cabe adaptarlo también a la medida del analista, como quien crea herramientas propias para una tarea específica.

Todos estos "para nu .. , •a mi modo de ver", "desdemi óptica", .. Jos ªsostengo•,- los "yo creo• que tantas veces escucharon en

'- estos dos encuentros tienen que ver con las pasiones que susci· ta el plantear algunos puntos de vista personales, pero no con· llevSll intención alguna de proponer otra verdad revelada.

Retorno a la asociación libre

En el contexto analítico que expuse; ·la" asociación libre no está pensada como una fuente de recuerdos ni para rememorar acont~cimientos vividos. Ésa eS una concepción arqueológico­catártica del análisis, asociada habitualmente a la ilusión de que esta revivencia permitiría reparar los defectos liabidos en los momentos originarios. Aquí, por el contrario, funciona un pgco como musa inspiradora;. aporta idea5, ocurrencias para que sean luego procesadas. La asociación libre no es sinónimo de hablar en sesión; se puede llenar las horas con un discurso vacío. Tampoco pa~a por un relato pormenorizado de algunas situaciones .. Las descripciones brillantes describen bien -val­gala redundancia- pero no cambian nada. Hay, en cambio, una

_ ex.igen.cia de tra.qajo. · imp.lícita en esta visión dli la asociacióri libre y de Ja elaboración posterior de aquello que ésta aporta.

En términos generales, efectuado un desbrozado inicial del terreno psíquico, desatada esa "fábrica de nudos" aue constitu-;. ye el tejido vivo de Ia· neurosis, trabajados ciert~s paquetes sintomáticos, activadas la naturaleza deseante y pulsional del i:q~oJ?-.Sfier.te, quitado algo del herrumbre y Ja·ho'arasca retira­"dos··éíertos -é.Scaml:i!os ~~ antiguas c~nstruc;i~nes p;iquicas v~nidas abajo, hay que suponer (¡cierto toque de optimismo no v:~ne i;nal!J que algo ligado a lapulsión ae uida, que cierta fer-

, tihdad de terreno psíquico, penruta la e"mergenda de un soplo nuevo, de una bocanada de aire fres,o.

92

Come veremos enseguida, yo no actúo ahí por sola_presen: • • ' 1 l ¡· s cia. Aco1npaiiú esa tarea; en el meJor ae .os casos¡ a cata .rzo. l

Ja asociación libre no deviene delirio es porque se supo.ne que está dirigida a un otro que presuntamente en.tiende las dimen­siones profundas de ese decir, y yo como analista tengo que dar pruebas de que, efectivament:, es as~. ~e repent.e haJ'. algo que precipita, que adquiere una cierta nitidez Y rublanc1a pa~ el paciente, para mi. Ahí.me veo llevado a puntuar, a ac~i:ipanar a veces con un si... sí ... o un ¡ahá! ... a hacer una acotac1on o se· ñalar un aspecto específico a interpretar.

Interyretación y verdades subjetivi;zs_

Les confesarla que últimamente, en relación con mis interpre­taciones, me siento más., .. no encuentro la palabra adecuada. .. ; dirii:" menés brillante .. : rnás "pobretón~si quiereñ. Aquellas ·interpretaciones de ·antaño que me paredan es_tupeX:d.a~ creo que me servían más a mí y a mi relación con el psicoanáhsis que

al llaciente. · · ·" . ·De tanto en tanto acontecen en un análisis aquellas situacio-

nes particularmente fecundas-y raras, habría qu~ agr:g~r, por loinhnbituale.E-fti' 1:act que en ol pprient~{)'por que n~ deor que también en el analista) se produce ese shock .•. "esa-sideración frente a lo dicho oue hace que el analizante ya no sea el misnio de antes. Es una situacién muy peculiar. Lo que la escuela inglesa llama "in;;ight" lo traduciría a mis pr~pio~ térm!nos como un estado mezcla -en proporciones variaaas- .de dotor Y ". alborozo, cada vez que se prod.ucen. efectos de_verda~ :ubje~iva. Se suele ve:- oue, con el mismo ahínco con que e! analizame las buscó, inmediatamente después de surgidas, las rechaza·:· ~ero . las cosas han sido ya dichas y no hay marcha atrás. Qwzas el paciente necesite un tiempo más para poder encajar una ver­dad de ese orden, que lo ubica en un punto de n_o retorno. :ia

no será el mismo de antes:

El pasado

'Desd-e est~ enf'oque que e-sioy-e:-x]Jo-r:áe;-tdu-,· ~1r p~icca~?.li5 1,~ · no apu:1ta, básicamente, a reconstrui.- el pa.sad.o de ur., sujeto (e ..

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; famoso relieno de lagunas mnésicas de Freud). Sabemos que ·en·urr&n·á'Íi$iS"'S't·JSTOG~sz.:.~-·ZCrt ~1erta frec11enti.?. reviv.entit!.s df. aspectos de la historia personal. A mí me interesa ·poner ese

_ movimiento m:i.scl servicio de le resignificcción de aquélla que a Jos efectos-de una minuciosa reconstrucción de los tiempos y contextos pretéritos. No reniego de esto último, pero sé que no encontraré el pasado en estado de reliquia. Por otra parte; du-

.. do de.que en esto resida un resorte de )a cura. Además, con­,sidero que como parte del mismo tra_bajo analítico s~ele. darse "espontáne.amente" una reintegración de ese pasado. En cam-· _ bio, me parece de mayor Jmportancia mutativa que el 'anali· zante descubra facetas ni si.quiera imaginadas de sí mismo ... , _que surjan aspectos descor'.>cidos pafa él hasta'entonces'. .. ; que -vislumbre c¡i.ricesignorados::Meestoy refirieñdo a los clasicos: .. · "nunca io había pensado así"::: o "es Ja primera vez que se me ocurre yerlo de esta manera", que soiemos escuchar de.nuestros pacientes. Cuando surgen comentarios de este tipo tenernos ·-jnd.icadores para pensar que está en curso una resignificacióh

. de Ja historia personal y esto me parece de mayor valor que una recon5tn1cción .:.a Ja manera arqueológica- del pasado. Esta última suele estar asociada· a Ja creencia ingenua de que -re­gresión mediante-:- es posible.reparar Jo qtl't haya habido en exceso· o defecto en Ja infancia. .. , Es n6'torio que esta resieni _ a dirección

-o-(oqm\;parte e gestar esa nuéva novel;,_ farÍüliar oue antes comenté, ya .que posibilita el armado de otro andamiaje simbó­lico y ofrece· a¡ sujeta materie.les psíquicos de una consistencia distinta. En fin, y redundando, má,s que recÓnstruir el pasado se trataría de construir '!lila historia que nÓ ha tenido jamás. lugar anteriormente, en tanto se Ja edifica con elementos aue recién ahora empiezan a ver la iuz del día. Por eso decía e~ el e_?;::i_er:t:~ '.:.:!.te13.º'..!lue.~a~ cr;a.ción. en )a transferencia, no só-lo.repetición. Surge algo nuevo. · ·

· .La emergencia oe verdades subjetivas' mstaura un ·saber, pero la modificación del sujeto· no es por ese plus de conociffiien­tos. Los cambios, a· mi manera· de ver, no son por procesos cogniti_vos, at\nque _es cierto gue una vez producidas las mu·

· t.aeioscsrlá rn-?Ítona,dé.las,ver,es. sin que sepl,,mos.c<lrn<rhaya ::n mayor entendi.iniento respecto del funcionamiento mentaL

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'P. .r, d l 1 d. . . 1 • ,,,_,,s 1.un amen a.. z.stin.g:J..1r .. o que =ons~L~uye un epifer.6111eno de las mod.ificacion.~~ psiquicas {ganrttici'c:. de saber) d~ o.-a-r..:::;:llv out . .,. serian las causas de los cambios. AJgo mlly complejo ~uccd; en cada transformación subjetiva, ?ero er. todo caso no es ooruna mayor sabiduría respecto de los síntomas o Jas renetlcio~es oue los anali.zantes cambian. ¿Cuáles son estos resortes? ¿Qué fac- , tores entran enjuego?

Invocando la pulsión de vida

Me gustaría hoy referirnie a uno que es poco considerado en la.literatura psicoanalítica. Sostengo que en un momento determinado. qe) . ._análisis- aparece en el campo transferencia! zlgo que v:iene,muy de adentro del paciente~. un deseo profun-­do de cambiar la forma de v:iv:ir. AJgo que en un inst.ante preci­so grita ¡BASTA! ... , no más así. . · , No lo concibo, se sobreentiende, a Ja manera de un anhelo consciente ni como un producto de las ganas ... ; se trata de algo

.• que-independientemente de la voluntad y de los afanes· racio-nal_:s- se despierta en un momento dado del análisis y se pone en marcha, a la manera de un volcán que entra en erupción, o como un animal herido que arranca sus ener!rias desde ]as . . ' ~

vísceras. Ve la luz en una coyunturá favorable, se enciende y adquiere un empuje )mparable. In.útil buscarlO._ El aue ha te· riido}a experiencia de eso sabe que no se encuenÍ:ra ÚcilmenÚ-. a disposición de uno, ni al alcance de la mano. T¡unpoco se da

_por la buena·de Dios. Diria que el análisis tiene algo que vét. con esto en tanto ha preparado el terreno para que tales cim­bronazos acontezcan. El trabajo analítico fue despejando toda · la gama de coberturas y de hojarascas oue mantenían embota­das esas fuerzas, ese empuje. Sin est~ sacudimiento· sin ese E:~·v.iQ:!l!;_tiY!l.Ó.o, puede l.Jeg:~x a s~r. inútil todo ;l trab~jo inter-. ,pretativo.-En presenci_a de él; las--interpretacion;;;i~f paGÍ;n~ .º del analista adquieren una fuerza increíble. ,~_,., ¿Cu~ es la esencia. de este fenóme)1?_?/\.lgunas respuestas.

on posibles ... pero creo que siempre quedará un trasfondo os­curo sobre esa operatividad. ¿?or qué en aleunos pacientes se ..,, .. ~, ' ' ' -- ' ' - ,. ' .::> • •• ' . • - -..... vduce y en otros :no? ¿Por· ·q·uti~· Pfi'l'O."Ufl 11ns1nt)'2?.."C:.nza:tl te¡ -cc'Il •-,--un analista no se proa u ce y con otro analista sí!,¿A qué.se debe

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el heohc de que an w:~s.LJes acoJ1te_zc¡i esta sacudida y más tarde no? ¿Por qué hay sujttos que, si~ h~ber estadoja~ás en a~á.lisis, conocen este tipo ?-e experiencias y otros, con anos de· d1van, no se acercan demas~ado a- ella ... o al"menos en la inten~ sidad necesaria? ¿Este fenJmeno es independiente del tipo de abordaje clínico realizado ylde la orientación teórica del analis­ta? Como ven, son muchos lps interrogantes ulanteables; no es fácil resolver los enig.r;las qpe ahí existen. ·

D~cónectar el dolor de su bgazón erógen.a. 1 •

i . . . Dentro de fas posibles·r~spuestas, señala.ria una que me

parece "importante: :l padeci~ento -psíquico. No haré una 3pología del dolor, pero creo que el sufnm1ento tiene ou e lle"ar a un plll1tO tal, gue de éJ mismo nazca ese acicate esafuefza oue se oponga.ª aquella otra que,encadena a las repeticiones. E~t.U regiliere como conruC1on pre\fla d~ectar el dolor del circuito ~ientras las algiz.s psíquicas permanezcan ero· tlzadas, esu; J<mómeno será imposible. Si hay éxito en esa em­presa, se le abrirá entonces al analiz~te la uosibílidad de "sa­lifse" de sí mismo. l · : - ~._ · ·

~ ¿Es una ~erejÑ)sostenet_ que como analista espero ese despertar, que hay algo de m'i función que apunt.a a aso? Pero que, n1:1evrunente, aun aguardando ese avivamiento, no Jo bus~ co de forma directa. Me encdntaria cónversarlo i:o~ .,_,;~-d~s. Podria relatarles mis experi~ncías .. como analizan te y comó

·analista respecto .de este-.tí~o de fenómenos:vno les extrañe que mezcle una.s y otras; adedás, es posible ou~ al hablarles de esto :repita ~O"\.lllaS cosa·s que bra e~I-esé. · _

Les dina que tomar contacto con ellas produjo e~ mi u.J1 re­planteo import;inte del trabajd clínico. Muchos aspectos de mi práctica se reordena.ron .de mahera distinta. confi"1.l.Ta.ron nue­-,.~:s: cori.Sielaclones_:":E1 toparme) co"n:estos he~hos y :;,sus.repercu~ .

·s1ones ;ne ha servi~o. f'.1ndamef talmente para dejar trabajar a los paCJentes en análisis. No .mf cansaría de repetir esa idea. El

1

4 ... De wa:·1eia Lili~encial ·li~. ,c~dto a oborüar es1.0 cuesoión ,;, k expos1c1on soore el humor(. pág. 3~9). . · .

1 d.

peso de la tarea e.n:.'.;:ica r~cae furidamentaimente sobre ellos. Permitirles trab;,iar ,; OT.i fica cu.e el análisis no !<ira en torno a mlsiñ~~taciOries: qué ld.s voy acOrnpaña11do·.; ~s·a,_tr:wesía por los iniiemos ahí dor;de palpita la pulsión de muerte yél do: !or ps1qwc~_po:_ro sin estar iji un paso atrás ni un paso adelante. 'Supone animarles a que !sig¡m avanzando, a que descubran oue no hav fronteras preestable~idas respecto de hasta dónde ottle" ren llegar, ni ~enes aj~ .. os¡ a l~s qu~ aferrarse. S. igni_fica 9u.·e yo

-en tanto analista trataré'de ~bnrles mterrog-antes ma~ que dª1"· les respuestas; ymuCho m~nos encontrarán en mi resp~tas definitiva• . . . . f · . . . . · . ~sta manera de concebÍf el an~lisis me ~ermi_tió lle;>ar al ·

]mute<0ia esn~para ver !:lasta donde y hacia que.llega -al pa-. ciente. con su prt?pío trabajo~' que cu~do ese voJcan se en~ien-' ~· _sea ·el :m.1smo aillen depna y deCJda en qué empl~a'.r~sta ener~a, Sin OU€ VQ juzgue ruáles Serian Jos. caminos ·ro~: 1a·

voranJes.1:1e posib~tó tam~ién reafirma: que la :area analíti­cal!!o consiste enonentar lalV1da del analizan~ino.en;dfrig la cura de manera tal que, respetando su singularidad ..,aun­~ue gener~ d~feren~i-~~ co~ lm~s propios valore~ y esquerr!as..: · este tenga mas uos1b1hdaoe;s ae tomar sus propias decis'io.nes. En un psicoanálisis no cabe )convencer ni orientar. ni su~. ni enseñar. f -~

. Posic¡;namienfos p;sonaL 1.1»· l

Asimismo, esta manera e entender el análiªis m!l.ayud§ a abandonar la búsqueda de hbcbos históricos'más o menos trau~ máticos donde supuestam"9te residiría el secre.to y la causa de ].o:; síntomas ... dejando más¡ espacio a la tarea de elaboración. (Parto de la base d.e que so~ más útiles las interpretaciones y 1

-t?nstrucciones qu¡l el propi1 paciente haga que las.mías. Este ~i:ifoque. d el.gue-1.!'s· estoy..b.$.blando..me..aprox.irñó .a.la.idea .de.. l que e~errninismo infan~a "Osiguica. aunque muy ~mporta~e. no e" absoluta:~ue al menos uno se pare dos vec~s .en la vida. Que con lo que IDf veo en la práctica clínica de aduJ. ~s no es con el niñ:o ... ni con la parte infantil de cada uno ... ¡;intl

. ~~n trazos, ve_stigios, mar""~ de lo originario.en !l~ dolor y. su.: lllmíento actuales. A p'artirpé esfo,"m(ñianéjo de'la regresión·-·

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analítica se ha modificado; no Ja fuerzo ni creo excesivas dependencias. ·

... ~, .. --.. ~-·"--- ~ ., ---·· _. P..ajp_tr.,¡;b~,5.ar.,insist;n .. "N_o_c::aig.o-encima de u:n lapeus. o de un sueño como si fueran boccata di cardinale. Intervengo.:. no de­masiado dina; más bien poco, pero estoy presente. Pregunto mucho, no ingenuamente; pido aclaraciones, trato de favorecer al máximo Ja tarea de asociación libre del paciente y sus efec· toi" :Me ·callo cuando se'aesliza a·ceitadamente;·intento•elan- . zarla cuando se estanca. Pero sé también que hay riesgos y

_ peliwos para el paciente en el uso de la asociación libre ... y que a veces, las desubjetivaciones masivas que ella puede, pi:ovo.' car produéen desmoronamientos psíquicos que no siempre son útile~;ru e~_indefectible que sean sustituidos.por.reorganiza­ciones menos sintomáticas. ·

Que tropezar con los avatares del deseo de cada quien no va asociado fatalmente al bienestar ni a Ja felicidad; lJ1Uchas veces,

_!?cio lo contrano . .t'ero tampoco me ubico· !Tente a Ja-repetición sintomática como un. simple observador de un espectáculo dan­tesco que se regocija al comprobar una vez más el apocalipsis que. habita en lo psíquico. Que si me presto a la transferencia es por algo y para algo; y si-como afinné- se trata de producir verda­des subjeth·as, no puedo lavarme olímpicamente las manos di­ciendo: •nay quienes las tienen agradables mientras' que para otros, esas verdades son horrendas". Esto," sin dejar de ser cierto en muchos casos, no puede servir como justificaciáI1para las ·ac- .·

· titudesimp~vidas frente al dolor del analizanie,,p~· pocas veces h:. llevado al suicidio, en sus diversas modalidades.

Tenemos que recordar siempre que trabajamos con materia5 explosivas. Y si las negaciones del an.:iizante son obturanies, nay que saber también que la hiperlucidez no comulga demasia­do con el vivir cotidiano. Y el paciente tiene derecho de elegir.

"Ta.J]?_bién pie.nso que el anahzante requiere un tiempo de sesión: ¡eara"podér expiayarse, para oue oueaa asociar; para teneruna­oportuniaad ae que algo del. orden de lo inconsciente pueda manifestarse, producirse.•

. _ · 5. N.º!ª p_r•r:aratoria: Última,,'.,ente se ha pasado d.e las se_siones _, ae_ i:hir~CV,n. vanRble """.a~pet::to. q,n~ ~n. rasgos gc.n!rn!c!·'.'.:Offipil..."°io······!-

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Allí donde la nulsión de muerte habita no hay tregua para el analista. Debemos saber que ser sonarte de Ja transferencia . implica quS-.s,!!.pcso-.recaerá. sobre :n.os·otros. qUe estaremos so­metidos a ella, y que tanto nuestra p uestro cuer o sufrirán sus efectos. Hay una cierta toxicidad n Ja tarea que realizamos v esto requiere un exutono. emos de saber asi­mismo que para llegar a las profundidades de cada quien hay -que estar oreparaao:-Habra sm auaa cnsis vretorcimientos en el diván pero también una.lucha a brazci:partido contra el des· tino que las repeticiones nos preparan y deparan. . Pienso también que J.l?y i,:,.~dü.ctibles analíticos; ¡El análi­sis no Jo ¡;mede tO!W! -En tanto anali;tas, no nos cabe·ignorar que si a]guieo co-mienútim análisis se generará en ase sujeto un. estado transfe­

·renciaJ -como quien dice un estado.hipnoide-. que si bien suele ser útil a Jos efectos de Ja cura, J!p_ es carente de riesgos y, se­guramente; robará energías para Ja cotidianidafl.·Hemos de te-·

· ner presente asimismo que Ja transferenclirva más allá de la5 cuatro paredes del consultorio y que invade toda Ja vida d.el ana­lizante y su entorno. En ñn ... que no se ouede reernnlazar Ja >~di por el diván, que Ja \·~da no pasa por el análisis ... que hay un cier· -to divorcio entre el análisis y Ja vida ... pero que tampoco tendría sentido un análisis sm momncaciones concretas en Ja vida de ese suJeto • . · Es conveniente saber ue ser analista es u oficio no= ~e vida que se extienda más a a aei consu torio. uclias veces el pasar largas jornadas de trabajo entre cuatro paredes .. hace que tengamos una visión demasiado analítica-demasiado"' estrécha diña- de Ja vida. .

:c>:esionéS'·breves;-cuancio:no ukrac:ortas~& creado así· un. nuevo. estándar, tan arbitrario y p'erju·diciaJw.corno·Ias sesio-n.es d.e· tiempo· rígidamente preestablecido. Es evidente que ningúlÍ tiempo cronoló­,IS}~o puede asegurar que algo del.orden ge .Ja productividad analítica acontezca, pero ésta requiere al rne"nos ocaSión para que se pueda paw •~r de lo potencial a su concreción. Se dirá que el acto ~nalítie<> del cor­~ es justamente Jo que promueve tal efecto; pero tal cosa no es 'ni sistemática ni puede justificarse e.'\'.c}usivamente en rauines -derivav

. ·· _ dn.s .de-u.ns cvn~cpcló¡l·de- la t.;.:l:iJY(ii u1Yda~d JJ~i-cc:~·ti:a.iitic:á:~ · - · ··· .. , ..... ·

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I

. Tampoco es neces .. a:io ):iroicngar excesi\•c.mente les an&li::iE. ?roduc-icio-ast-c,-t3...:-;;,v6r~rte·r1S-~-·-o),.c?.:;,., ,:-'f:ac6mqñado lo oUf: cadH

ouien cree: necesario rc2comociar: sintli!!1ciDsr;: me:5:)=-~ bc:.b!cndo -~utado unos .sín~onas 'i:!vi\•ihtes !J.OT_ O";::ros ná! ~:cport..:bie!:. 1 .llegados a ese punto-rep~io- acento oue ouler.an iTse. No ··ato" a nadie al diván ni ·tampoco utilizo Ja transferencia como métocio de reclutamiento uara niniruna·causa. Que dejarles ir no implica necesariamentehaber llegado ala cxhaustivacion cie la tarea) pero qu~ continuarn·o e·s 2"araritía de Seguir avanzan

· do en-la.modificación subjetivá. Siempre ouedara un resto en la ~ ··~~-'--~~~~~~~~~~

o~curidad de· la noche. Acept~ al respecto aquell.o que decía Ferenczi: el paciente quiere conservar algo de· su ·ne:rrosis cuando plantea marcharse.• .. - . . . ,.

Intento distinguí:- entr.e las resistenci~s ~saber sobI~ sí-ha­bituaf en lo_s" comie:-izos de. un análisis- "dé ague] otro 'rechazo que suele apareCer en los finaiBs )' gu~,. en un instante de ho­rror, le hace decir al paciente: hasta aquí quiero llegar ... ¡más no! Resoeto,_pÓr consiguiente, el que quiera conservar a1gúzi lniste­rio, -algo·insondablé, en-relación éonsigo mismo y' con la Vida:

Creo. ·~mbien que. iiérrios de. aceptaf nue~tro' de~conoci­miento acerca d,e cómo ciertas uroblemáticas que fueron l'>lán­teadas~en l!.nállsis durante añ-os clejaro~-un buén día d~ ser m'.ateñar de .éesiór. para disoiverse . e in.'t~grarse de manera

_ menos;:ru;a.~s~ en ia ;v-ida c~tidia~a ~j).p~~ie~7:;~~:; . __ ·: ,!>\>-~ \~··--:--· -~·-·_~--'.'.="' ".·-· - ···- . <·- .• . .....

Mis·analizar.tes no saben que .. : ·· · · ' . ----- ·-, .. ···--· ..... .

Suelo decir que mis pacientes tienen la suerte o la desgracia de analizarse con a.lgi..l.Íen como yo; q'uierO decir con alguien pa­ra quien se ha hecho consustancial lo ex-puesto en estas dos reuniones. Con alguien que piensa que el azar también existe, que la felicidad no es Ul1ª meta de los análisis que dirige, y que el anális'is, en general, no es un lecho de rosas, aunque puedan existir momentos sublimes y conmovedores. Con un analista <¡ue ha sacado conclusiones después de escuchar varias veces

i:_, tJii a·n·arfra·nte· expresaO~ ésto mist'.i:rd así: "Q-uiero.-i~-rn-e n!l poct1 verde_ de aqw·y terrnin.?.r de.madur3r aiuera~.

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dcc:r a sl.!.:; pacie:·ntf':s que .si hubierilri"-sabJdo de a·n-te;ii:ano· en qui coiirís:::r:.1n su~ an21ísis ... r;o i)s hubie:-n.:i comenzado.;

;-.r.;I::; ..,_,.-:,~'":1i 0: n·r;·50'0-r"""IAG"lC. ~;:, ·..,~¡-' 1 ~-'\j' ,,~· ,~_'> ''0"'< "- ··• ...... _ " •• e;. ..... a • ... e: .. - .., u •••• • ._ ~ .. "· c:.1J.l,;.....) to;; aJ.V\.:.1t1)· ut.i.i;;;·

. . . .· ~--~-'": ~ cree -.::orr10 C:Z~c1:;. .bcrgcs- gue les u.n1cc-~ pz.rr-iso.s qu~-e:xisr.cn son ios 'D.::.:-a.f5cs !:1~;-aicic.is. D2.sccr;oc'i.:r: aslm.i_s1r.o ~ue--ir-:~·,.icra. · Oue "01ve- ~ "'1~.-.; .... e<cncr~'M·c~·:n··,;~·,." .. ~PnLº e·,.:.e o"ic:; ·..:.'· ... .. • • l • .... '""-.&··· ... uo'"•·,...·_~ .. '- .c.. • .iJ .. • ."' .... _ ·,-• .. •• J 1..oe.-.a.na~

listá": Tarr1poco están al tanto d!? !'!~e· pienso .q·ue somos ·hijOs ·-de la Historia -con mayúsculas-}' no.sólo de1a historia edípi~a;· ignoran r.J sensibilidaª-.a la realidad mundana, que golpea a

- las puertas de mi consultorio y las aitaviesa, No. es:.2.n enW.ados de·c¡ué creo posible torcer un P~co el des­

tino que los deterroirSsmos nos han asignado: .. que el destino no es, obligatoriamente, fataiidad. ... que debe ·haber preyjarnente

· una lucha a brazo p_artido contra él y que .rec:ién entorrées.pue-' de ser asUt-n1dÓ; ~ejor si es d·e TGanera·n·o-tesign.a.'·da ni':rl.esen~

_cantada; sobria_:nente. P2.ra n1Í·s analizant:es es ·un secretO mi convicción de que el anáiisis es una· e-x-Perii?ncia.·i:dtima·--~·.no moneaa ce cambio ni .Pa·sanorte ni- condición de asc.eriso en el

•escalaron rielas instituciones y agrupámientcs psicoanalíticos. Tampoco están al corriente de mis crisiSpérsonalesy de có­

' molas hé resuelta; pero", ail.ri<¡Ú~:sé gü~ es u11 imposible; digo: ¡qué bien les vendría saberlo cuando acuden por ¡:ii1merave:z a

· una entre,~sta conmigo y uudierán:teneflo en cuent2 uara:· de-cidir si me eligen o no có~o an.alista!... pues yo, cant~do esto

: más o menos dosiñcado, más'o menos co!ltrolado/estatéallí,for­m:mdo parte de la transferencia'. conducleiido los ariáli~is y; \;e­

. guramente, u..."1a pizca de eso· incidirá en miS actos· aria:líticOS:, ··a pesar de mi convenClri..ieritO de que es mejor porferlo al fuargeh.

Tran.sierencias cruzadas

Lo que acabo de señalar bien puede sen~rnos de introduc­.~ió!J ~este.tema. Babitualmenle se supone oue el camoo ana­lítico rtSti.~3tüic3."do ·pof-eJ.]1§.c_gr~p_ del)'ati;nte,-:.ese discurso·

7. P2rafraseando el título de u:i program:i de Tc1evjS:lón;Esnaño­Ja, un par de anaiizantes me dijeron: "Sí lo sé ... no vengon. c"bn·ju-·stn r7:_~n. cii.g~yo ... __ ~er~ _quiero agregar que _iiem_po de·s·p-~.és .le!-~( decir 3

etlos rais~os: ... ~i.' ?eSar de. .. YaHo '12.' pene; volvcria ·a co·n1cnz:ar"': ._. · ,. ·- · -~-· · -~"··'"~

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¡ .. -·~ .. Q.\.-\i;:_g.erzpi~~-S),ª~$j)l_j_e.;;'fe de Ju_s_s;·:--;tomas, sueños, fn:itasn1a:.. .. _

dese-os i:iconsc: e:~tes. j3)e-~! ·3¡·~ -~-:-::i ba:-go, e} p.s5cnznz.list.a está

t2.rr.bi é11 .s.hí.04 fc:-m.an.do partJ de] mismo C?.:Tlpo. Pero ¿cómo? .. : ·¿C::no 5i!:1ple tc~ulc. :c...-:;c? ¿P±r2·p2ntalla de proyecciór:? ¿Com· -.L-,-~--. .... .; ~ -- ·. ? · J ~- _J ? !"''·-.:. ..... e.:J.e 1.·º- ,..c;..oo. 1.~it!;;,:;,,re.:

Fienso q!.!e ·e:-¡ caG 2; · :r:o;n ... nLÓ ope:-2?";1 os .sobre )a tr2nsfc­re·ncia co:;i tocio acuel1o ou!! n ;nos 10.0 c.ecani..anr;~i r.c nuc.~1..r.

__ his-co:i.:. co1n~- pslcoa:'lalistas.t Seg-i..ir2oente este pre_cipitado conn~~-ª est11os personale_s:.que; condensan la gencn]ogia psi­

,co.::.na}1i;1ca que nos es prop12;/quiero ciecír, el o los anáiisis gue ·· fiemos ::.eruao, las experiencias acumulad2:s en Ja prácbc.a cli­

nica, la forma7i~:.i.· teó.rlc~ pre¡\ri.a: )as .zdhes5one.s institucjona­.. les, las.supe:rns;~nes hab1dasf' en curso. Hasta aquí, no habria

dem.as1ados pro.:ne:nas: · -__ .. : ;· :·: . .. ·· :.,:·, ,._ . . ·-Son muy pocas Jes cuestion sen 1as aue en.nrimera jnstancÍa

. 10.S'a..;aiiStas-a.e díStfu.taS.S6IT:i~ñte·s·.se pbria..~áh-oe-acu·eroo-:Ésta es·una; todos otorgan im-é;Orta'.nciS decisiv~· al-trioode .aná1ls1S, formación teórica, supe~slóJ .. Luego. vendrán l¿s-diferencias ·acerca de -cómo ·cada ~scuela .. ~ncibe. la realizaci¿n Práctica de ]o·s cOmDonentes de este te:rcetb. . . .. .,~:.; .... --- -"-~ _:.. ...

l.' • • • • ' ¡ ", ;·. . .. . . ...... ,. • ~.' ··.. "·,.; ,:, Anora ·bien, .YE ha.brar1·.oed'uc1ao 1 no: lo oue ven o-o. anrman·

:.-do, que ademis.de esos 2.Spec~s .vincclados -~Ja- for;ac1Órl-q~e · ·f nsidero de.= valor.incalculEble-,. en la conducció~.d.e-la cura r.iluye as1m1smo lo que uno es en tanto ·sujeto (o persona si

·.- .. : :1ere~1 en.términos más colom.i~ ~.Jales, aun~ue c.s rpás .~ertir:en~ - · - el pnmer vocablo). Y ello ocune poraue es 1myos1ole, a rr.1

modo de ver, borrarncs con1dletament~ d~i :carne~ i;naJftico .. Como.analista me incluyo -s~Y incluido eri J.a tran.sferencía- y· · o,PeJ-o desde deniro··ae ella. CJn preguntarnos cómo surgen, en nosotros las inter:iretaclones ~eremos oue e.Se nroceso no .est.2

·aespojado nj denur.ado de los Oe:::eos,. d~ Jos sin~ornas, n.i de íos

fa_"ltasinas del propio analistaL

Claro está q~e metoa.01ogi~amente habremos de proponer­·nos el paraciigma ciel borram1,8nto1 par~ que 1as _;;p~1r• ... 1e:: pue· dan estar saturada.s uor el material oúe aDorta eLanallzante Ninguna duda respecto de este principio .rector. Pero quiero zgregar qu~ a ese lOeaJ nos Rodemos 2.cercar só]o' asintótic¿:·

--,-.,. Iíl.~J;l):,e •.. T!1_,,"'Jt.o.e5, .. ?.sf Q·Ue-Jlegari2. 2.·S'Os·tene•· O'LI~ ¡;_'}·ai~;:;J~s]-¿¡~·d;;;·.ur> ·

pacienr.e con un analistE. no s~ria igu.al ~J ~álisls ~e ese mi::·

' i . mo paciente con otro ·!analista. Existirán las invariantes atri-buibles a la estrt1ctur~ psiquiCa dtJ aJJaliz~nte, que se }1arian igualmente presentes +n una u otra alternativa; pero, si se pien­sa esto de manera ab~oluta, estarfamos negando el carácter

. relacional de la vida psíquica· y afirmando simultáneamente que todas ias escucha1 analíticas son iguales ..

La sub jetivida.d del a.;i.alista

Sé que estas consi Jeraciones son muy discutibles y plan- _ tean una cantidad de cdnsecuencias tanto si se las acepta como si son rebatidas. Tomdré ·la primera opd!Sn, ya que IJ1e iden­tifico con ella: Una mir-.\da atenta nos permi tiria extraer varias conclusiones. La que m.~interesa .señalar.en este mom~nto,es la implic.=cia de la subjetividad del analista en todo ahálisis que-conduce. Tomarrasi cosas· exclusivamente en un sofo· sen-tido, es decir, desde el p~cíente hasta el anB.lista, signüj~a des-

' conocer que hay algo m~s ... algo que va en Ja direcciófropues­' •ta: desde el analista hasj;a el analizante. El espacio queda, a mi

modo de ver, configuradbpor ambo.s, · · · · . Ahondar en esta pro~lemática espinosa es dificil. Se tocan

más zonas sensibles de lbs que apare.cena-simple vista; nues-' tras propias tran:Sfen1ncjas están en juego.Además, es cpmosi

todo los esfuerzos.Jlo~anflar, por alejar en la práctica del psi· coanálisis cualquie'r influencia del analista sobre el analizante

• no. hu~ieran sid?;~,é>iitoJtotaL El esi;iec~·o de la sugestión ame­. nazana con sh te\u.rg¡m1ento, mostrana sus garras. Epr otra ·'parte, la supuesta "cientjñcidad" del análisis.también qu.eda­tia cuestionada si las cos~s son efectivamente así.

Pienso que las particu,aridndes del analista entranenjue· go, en tanto en la situa~ió~ analítica no funcionamos conio puro espejo ni som.os sólo receptores o pantalla de lo que el anali­zante pone en nOBOtros .... pu es posible :iiempre y sistern.ática•

1 • - • \.

.~tecos-.:ipar J'i: .. R.UfJg l\¡¡ .Jlamad . - igui~.n.d.o._ª.Lacan.-:::.:.el _lugar.del muer:tó. Y.es.to·s gudiza-;nás si pen.sam0s que nues• ·tra presencia no es sólo e el plano consciente;en cuyo caso se ~!~i.ari.a de factore~ má~ h?-!1.ejabl.es, ¿Y el inconsciente del

1' 1 • • • • ,~EHl·ist.a? Pwdmitír -que- el- ~alista-j3·tied-s_-.. ,.,.s·in sabe-?':l~·estz::r <·

lnlluyenao sobre su pacient.e complica Ja conceocióri..aeün.

11 103

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psicoanálisis puro, supu-estament<o exento de tales det<:rminis­mos, en tE.nto lo envilecería con elementos propios de Ja suges-+· ~ ...... . A' J. - , • • • .

~!e.e..~= zv: .... c¡¡-;.:c que C¡-c.au111:ro abierto por el psicoanálisis nos aleja de la violencia y las imposiciones ligadas a los métodos directivos ehipno-su11estivos, pero Freud sabe muy bien, y lo di­ce explícitamente, que abandonando la sugestión por el dispo­sitivo analítico, la reencuentra bajo la forma de transferencia. Ella es la heredera de Ja sue-estión. •

Ahora bien, ¿"podemos fácilmente olvidarnos de esa heren­cia? ¿Es un problema resuelto definitivamente? ¿Es posible ce­

. rrar lo;S ojos esquivando esta cuestión y adoptando una actitud angelical frente a esa problemática? ¡Pienso que no!, sobre to­do si queremos realizar un ejercicio de sincera.miento r~specto de lo que hacemos en nuestros consultorios.. .

Deseo del analista

Lacan, con su,s desarrollos sobre el deseo del analista, apun­ta a esa presencia del analista en la trama traiisfe:-encinl. Un estudio de su Seminario VllI (me refiero a "La transferencia en su disparidad subjetiva~ [1960-61]) ¡¡.sí io demostraría. Una lectura-que vaya mé.s allá de é$e vuelo rasante que percibe . solamente ciertas consideraciones sobre e! amor aolicables al psicoanálisis o que rescata únicamente el eiecto inter:Í>retativo de

. Sócrates a -~cibf1;1d_es. en El ~=quete de Platón.;. un 'análisis más en profundidad-repito- mostraría· en ese texto de Lacan Uii giro interesante ·en· su pensamiento; un. vuelco no sólo respecto .de Freud sino en relación con sus propios desa;,,.ollos an tenores. · ·

En efecto, se trata de que la transferencia se origina a partir del analista. Es éste quien la provoca, la dispara, la exacerba, poni_endo en jueao el deseo deJ analista, que tenana corno rnn­ción hacer emer~er el.deseo del "-nalizante . .Vemos cómo.La can AJbica aJ analista com~e la lransferencia del :mali-

S. Cfr. "Inicios del tratamiento psicoanalítico', "Dinámica de Ja _transfcrcncia";·_ .. Lecci~nes de _introducción al Psicoanáli_sis". y__,P.i capí-. -tille '"Lii:.i;clu y Sugestión~, en· Psicologia de las- ;,_asas y anál¡;¡; del yo.

104

zante, claro está sobre la base de la obvia eapaci.dad transfe­rente de este último. Sé que cuando Lacan habla del deseo del analista no se está refiriendo.al deseo de ser analista, ni"a los deseos inconscientes del analista, sino a un deseo que permite sostener Ja función analítica, aue uosibilita colocar e!sa]¡er en 11\[ilr de la verdad. Pero ... y ~~uí una cuestión importante; .. planteando que el deseo del analista está en funciíínde hacer . surgir el deseo del analizante, ¿no se está eclipsando el hecho.·

· de que el analista arrastra consigo s11s fantasmas y síntomas?. .. No hay.ningún deseoquepuedaserpuesto enjuegodema· nera pura y pUrificad.a. Ta.nlpoco habría forma de eiercitar aisla, damente un deseo; o bien" se lo realiza en los síntomas o sueños •.• o bien se lo escenilica en·fantasmas . .Esto es válido pai'á todP el zµundo y~~ _ap.alista escapa a esas generalei; de la'ley,

· Subrayo ésta presencia ·.de Ja dimenliión inconsciente del analista en las sesiones p0rqueno es.habitual considerarla. Se · parte de la base, de que el" análisis previo de éste ha resuelto el asunto, pero bien sabem~ qt¡(tl!O'es deltodo así y que, aun cop el mejor delos análisis, esa dimensión ps:íq1licá no ii<.ja de ope· rar en nadie. Tampoco en el analis"..il. . . . . . . . .

.111 sostenerla idea de tra.nsferen.cio.s cruzadas' pretendo sub­rayar gue tanto analista como ananzante están en el campo transferencia), cada uno con sus propias repeticiones.fantasmas, deseos, síntomas, etcétera, y, entre ambos, configuran una rela· Clon un) ca . ,absob'r"'z:.&nr 6 sing'i[ar. Significa tambi~--'recono_cer que la transferenciá, además de producirse espontánea!Ilente -aaao el carácter transíerente del sujete- es sin auca acuvaoa, poten"ciada ·por el dispositivo y las inten:¡telaciones· a1iticas.

1 - :, - - •' ' ' ' ' j lmp 1ca a emás aceptar que, a1 form2'r parte del campo, .• as

posibles influencias del análista sobre el analizan te no hari si­do totalmente expulsadas de nuestra p~~Ctica.

Completando estas afirmaciones por 1á. i¡egativa, agrcgarja: habJar_\ie_J¡;ansf~rimcias cruzadas".n·o.sign\ficá oue. la,i;_ oo>.i.­

. cienes y funciones de ambos-po:rtenaires'sean simétricas, Tam-. poco, otorgar via hbre a la subietiVlaad del analista, a Ja su­gestión, al uso de los sentimientos del analista ara-supuesta­mente,- csar me;or os de su paciente, ni hacer e los afectos la brúiula n.ara --coronr1~nd.~r~:,;:iJ a.;n.a1~~?:tlte. P...si.r:i-sn:!:O,- .~o Sltp!!­

nevalÍdar ias recom;ndnciones al paCiente.ni h{ ·i:~jot.erapia"

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j . ili~z:,¡;-marioJ)ras_djr:E?c.tiy,,s, .. _tan_t? las claras y explíciias como

ias servidas en envoltorios seudointerprel:at1~os. ·

La función del analista.

Este influjo posible del analista sobre el anali:z.ante :ampo­co se disipa planteando la '.diferencia entre la "funczón_ del analista." y la persona que Ja lleva a cabo._ Esto supondna la posibi!ídad de una disociación completa de ambas: la "perso­'i:la" qifédaña-fuefa'de las'Ctiatroparedes-de'la co~sul~, para uevenir-dentro-.pura función analítica; un anónimo 1nmate­riá:I animado sólo por ei disci:rso del. analizan te. Así, borrad~~ 'Silencioso, creerá estar seguro de que deja sólo su somb:a-sm ·.ofrecer resistencia alguna- para ·que únicamente ks lmagos transferenciales y la palabra del analizan.te le den vida Y mo-vhñieñfo. jQÜé lejos de fa realjdád!. . . · ·Existe "'sin duda- una función del analista; lo que no e:oste es esa fuñcion en abstracto, disociada de un suieio de carne v

· so que a· eva a elante. Ella se encarna siempre -en tal o cual analista. Sucede que para mí no es mduerellLc. ~ullln ~ca­pa ese lugiµ-., qUién-con nombre propio y con su~ payt¡c:tlan?a:

-des- se hoce cargo de dicha función. Si insisto en todo esto es porque creo que, precisamente,'t~niendo en cttenta la. inciden· cia personal del analista (inevitable a m1 moao de '.eo es w_mo poiiñin, éI~_ia p~C::1U,tiluita1. _ ~ arse es~s 1píl11en~s. De lo con trapo, aquello que pretendíamos haber expulsado p~r la puéh:i. );~'nos ha colado otra v_ez por Ja ventana. Cons1-de.rimos haber eliminado el problema, con lo cuel se no~ hace más inmanejable. Cuando se desconoce o niega esta infiue11cia es cuando más se.la suele emplear;•

La implicación del analista en los procesos analíticos pue­de vislumbrarse hasta en detalles tan pequeños como, por eje~plo, en el pedir a~ot!aciones respecto de un determi.nado

.,

• · 9, Nota pnparotoria: Otro intento de restring:ir. lns incid~ncias directh·as sobre el psio_uismo del. analizante ha pnsnao Pº'. ~· regulB·

,.,-~-~·,.·"--<·,,·- ·-- ,,M-·-·~-~-~®.de1-si!i!.>'U'ti1J.d-tl anc.lf_.!tlt, c.on:.eJ fin der.l~r~.do.d_e,p~nn1ti;r-;~~~ sea sólo.el paciente quien llene erespacio analítico. Es una pOSlCIOn que

106

elemento del contenido manifiesto de un sueilog\le haímpac' tado especialmente su escucha o cuando subrayá tal 0 ctiál~s-pecfu -y no ·oti"~--'de lo aportadc por eI ___ pa_cie_iJ:ta::e1i.-Sesió1J:. Confrontando con una analista un mate:ial cl!11ico vante una intervención mía, la analista er. cucstióncpm~nta: .Yo.hubiera d.icho ... tal cosa". Obviamente, ~e tratgtba cie lll'l.a intervención aguda, aunque bien diferente de la mía. éon segiuid,ad, fas-lí­neas asociativas que las palabras de mí colegahubierari a.bier· to habrían sido distintás de la secuencia qué iriaugurMa ¡nía,

Lo señala.do resp.eéto .de,este aspecto p1JJ1tU.~l deun ,mate­rial es ~á!id~:.:por la r~petÍción de estas rom11ci~s~ pru-atodo un análisis. Esto nos muestra que ahí, precisamente,' en la mi· croscopía ,de la sitU:ación analítica, cada ~~Ji.sta está in,~tido de cabo a rabo en el análisis de sus pacien~syl'¡¡está.ci:msus éáracteiistfoái propia!Í'. Iné!usó éstas exís-tfnaú!i'éciiripartíen:

_all_i+na' misma·~!<cilelá o .córriente: teórica; Y esl.(!-no' está ni bien ni mal. Simplemente es así y conviene tenerlo p;ese~te;

Pretender oue e~ po<jhle hoi-rarnos iicm)J)letamente para que el espacio transferencia) sea ocupa.posójoporel s,nalizan­te, sosteniendo que lo único c¡ue estaría enjuego>esla,subjeti­vidnd del paciente y ·c¡ueri.erid.o de .paso fünda:r,e!J.,ell0 la .ob­J~thidad y cientiñcidad de nuestra tarea; es una opción que éntrañá sus-nesgos'. Sosteñei'qüe Ja únicaformii de ahaíizaf es eclipsándonos como su¡etos . cosa metodológic!J.r.)ente necesa­na, insisto- sin poner simultárieamen\e eJacento ~1a iÍJ:1EÓsi­bilida.d de sostener de manera coptinua efa posiciónHmite e~ estar proponiendo ideales inalcanzables .que preten~\m man­tener una pureza teórica, pero que chocan con logue'iseproce: sa en la praliis; Además., _si tal actitud no fuera'im¡)~~i~le{sería horrorosa. Plantear esta imp~Ciibilidad 'sin' las debidás{~eti­zaciories ha llevado muchas veces a una fuerte disociación en tanto se termina haciendo otra cosa de lo que se postula teó-

a.rasgos generales=-'<;omparto. No·estoy-de·aruerdo, sin embargo; pon las acti.tudes hipersilenciosas; me refiero al silencio tq~. sosten)do durante meses y meses. Pienso que esto no resuelve- e[ problema,' ya qÜo, a mayor sil~ncio del ;:ñalist.a;cadn· ¡Íalalira· qué vaya a proferir !!'"~ ... vivid·:.· cc·m;;· crac-;:l"!·~¡-;)'--·¡;(>·ti:"t:.--·-···-, _,·--·~ "'·-::--- ,_ · --· '

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,•

1-

a 1

¡ ' . '

ricamente. Mal menor: .. hasta cabria deci;- oue Oúr suco·: e c ..

¡:.sí: esta .disociación salva.~] ana¡izapt.e y Posibilit~ la contlnui· dad "de ;u:·-~n-áli;i~~ :E;~~fu.;s ~~~~i~~-es, jamentablemente nt1

fali<tn )as iatrogenias; cob sólo mirar a nuestro _,alrededoí lo comprobamos. .· , 1 , . .. . . .

Por ·~eso, creo.q-ue más ··va] e reconoce:- --exp]lcjtam~rn.·:: que -aun con el máximo de n\caudos tomados- el analista no es iamás un observador neut~o, sino que forma parte de Já situa­~ión 'aú~lític:l y" gué; "aden\ás, sus vacilaciones respecto de Js neutralidad no suelen ser kxcepcionales. ·· .,,_. · . · Estoy convencido de qub el reconocimient~ de e;tos hechos

pennitiria ~mitaresa inci?encia, tanto por paiie del analista ' · corno del analizan te. El. pi¡imero esta:rá"_obligado a temar los . _cuidados necesarios para evitar dirigirla ,~d2,·de·su paciente;

al segundo -le cabe la posibilidad.de.nÓ ¡;,mar Ías inten'encio-' nes-de su· analista como si ~uera ~palabra santa•. Esto Je.per­mitiriáhacer uncuestíona:dúento in situ de su pxopio análisis;

1- •.•

preguntarse sobre la.marclba del mismo; in_terrog.ar e-interro-garse por oué, en un momehto dado,.su análisis ha tomado tal o cual cur;o, por qué'se ddsvi,ó o desb?JT21l~?.·en_esta u otra oportunidad .. LeabririaJas puertas para.expresar si.is criticas, para decir que hubo momentos en que _:alguna pa}abra_ de· su -analisti..debió ser dicha ... y tlo llegó:O que, enciei..E.s ocasiones, algunas de sus intervencior\.es han tenido uria ,excesiva ·cárga valorativa ... o prejuiciosa ... b h;n estado d~fasadas; 1noportu-

. nas ... . o _por qué no decirloj han sido lisa y llanamente una metedura de pata; 1

· No es para nada desdeñ~ble que el paciente pueda tener la_ posibilidad de pla.."1tear esta~ cosas en sesión, pero que además,

' y esto es lo verdaderamente L"Ilportante, que sea escuchado, sin que se cargue sistemáticariiente. tal cuestionamiento en la cuenta de sus resistencias. 1 . . . ·

¿O no nos su.cede a.caso a :rdoSotros,.ana1istas, que a veces nos atascamos~ tendiendo a ·ver ~¡'paciente-desde "Ulla m.isnrn ·óp­tica, cuando clamaba-por a~í decirlo- que ubiquemos nuestro oído-en otra dirección? ¿O ndnos pasa·aue.en.ocaslones ínter~

\ -pretamos tal o cual s1'"1toma _ae un modo que es obturante res·

~ pe~.4? .. de 10s .dem~ás d.e~~:i1z-:r::tes .. .::inr:nn.sc.íeZ'"te.~2·J3.t.1_~x10 .• " .lo~ ejemplos podxian repetirse al 1 inñnito. Corno ven, hablo en plu-

1,lOS

. - 1 . - ' ... •-::.~ ral, no me refiero solamente a, los demás. Vieja tácticaladeacil·

- sar a los ntros, a. los ¿;naJistaS "malos", como si e11os estuV:eran en Ja'acera de-enfrente o lejos, ajenos.a nosotros. Hablo de mí; me incluyo y quien esté libre de este, que tire la primera piecl\,a. y quien diga que en todo aná!Ísis no se tropieza con pie<iras como las que acabo'Cle describir ... En fin;yo ,me las encuentro y con wa cierta frecuencia. Como la 'trbsferencia misma, el .ruú1.lista es hifionte: condición de posibilidad y obstáculo de una cwa .· ·

! -·~

i • '• ... --~. : . Paro terminar '•· ·· ¡:·,·.·

. '~ -~1\. ' . --- . j - • ' ' ,· • _--- - ' '·

Teiigo la impre5i6n de quej ~~ ~eslíz2miento hacia. cu~tio­nes aetúales y polémicas del rsicoanálisis ha puesioeil primen

. plano -'Jltlzá demasiado-- ciettOs riesgos y peligros inJ;erentes · · il'if'.anejó"de1a transferéncia J·a la :Coñdücción de una c:ura-ana­litica. No quisiera dejar de se~alar, sin emb~, ~- sentin¡jento

•_. __ mÚy p_rofundo, que ya avan4é ~e alguna m_anera -~----·•_Pll",_º_· mo-_:mento de esta exposición: seguimos ten.iendo un buen•instru-

'',·_· me.nto.en nuestr_ as m_ ano_ s. llr:

1

• s allá de los des. vios f;ix-.:t ____ ,_•_.ª __ ví __ º .. s_. __ •. ' .. los análisis.siguen dando su ñutos. Considero'Ja exp~r¡encia . '' analítiCi como uno de ésos p cos y raros encuentros, Encuen.::

•;.:~::~::~:~~ ::~~u/:na:a=~esu!e;~;u~~·:it0~~ ·. Te~fno_aqui y les cedo la pdlabra: ··;· - _,,._ •· . .

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Bibliogra.fia

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