Unos sonetos para cuatro estaciones rebeldes

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D E D I C A T O R I A

A Don Miguel de Cervantesen el 400 aniversario de su

muerte.

M ientras el mundo girabaI nmerso en el siglo de oro,G anaba enteros éste escritorU niversal e ingeniosoE n el augusto arte del teatro,L lamado otro sí Dramaturgia.

D ramaturgo y gran novelista,E ste hombre llegó tan alto

C omo el sol que nos alumbraE n cada pauta sutil y literaria.R ecreándose en su Galatea,V emos como aquel pastoril deseoA lcanzó, aunque incompleta,N otoriedad extraordinaria,T otal, febril y absolutaE n cuanto dio a conocerS u primera parte del Quijote.

Santiago Martín Moreno

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PRÓLOGO

Santiago Martín es un hombre del renacimiento. Un hombre tan capaz de escribir sobre la historia de Triana, como lo demuestra su libro El barrio León en el recuerdo o los numerosos artículos publicados en la Revista Triana; como de plasmar con arte en el celuloide (hoy ya en la tarjeta de memoria) cualquier imagen, como así lo demuestran sus premios y sus exposiciones, o su valiosa colaboración en la página retablocerámico.com. Tan capaz de transformar un objeto de uso diario como un tenedor -con medios y útiles f abricados por él mismo- en un objeto de arte o de bisutería, como de expresar en verso cualquier acontecimiento, tal como lo atestiguan sus poemarios dedicados a nuestra Semana Santa, y a la Triana misma o la profundidad y acierto de los múltiples pregones que ha dejado sembrados por la extensa geograf ía andaluza. Y es que Santiago es, sencillamente, un genio. Y como todos los genios, es rebelde y dif ícilmente se somete a reglas estrictas como exige el soneto en las f ormas tradicionales. Bien es cierto que hay autores que concibieron variantes al soneto, como el “soneto libre”, es decir, sin rima, que fueron a la postre aceptados tras ser usados por numerosos autores de renombre, por más que a algunos nos siga pareciendo que deberían haber utilizado un nombre dif erente para designar la nueva composición.

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LA INTRODUCCIÓN

Comienzo ya nuevo trabajo: sonetos para unas estaciones

que me llenan de ilusiones con más versos en el tajo.

Con esta otra cuarteta nueva

ya me encuentro en la segunda, y es entonces como así inunda aquella ilusión que la renueva.

Seguidamente ataco la primera, tercera estrofa de este aprieto

esperando construir otra quimera.

La última, y que me comprometo dejarla en buen lugar, y a la espera

de que os plazca este libreto.

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EL PATRIOTA

Pasaba renqueante el Patriota, despacio, el semblante hundido y la vista perdida en ese olvido oculto bajo j irones de capota.

El gris de su paso malherido, y lo profundo de su alma rota

parome el corazón. Esa derrota hizo mella en mí, y mi sentido,

cuando en ese modo desmedido confundí el barro con su botas dejándome el pulso adormecido.

Tardó mi reacción, se había ido; cruzó por mi lado y, yo, idiota... pensé: todo esto fue fingido.

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ONDINAS

Bellas ondinas que en el arroyo estáis f elices y contentas, deslumbrantes, por esa cristalina agua ref rescante que acaricia esa piel que disf rutáis.

En el amanecer del día caluroso,

apenas se despiertan las alondras saltáis entre juncos, y a su sombra buscáis un escondite presurosas.

Riachuelo abajo siempre os dejáis arrastrar por esa levedad latente

hasta que de nuevo cansadas os paráis,

y ya, ante la vista de aquel puente, a vuestro punto de partida regresáis f eliz de haber jugado en la corriente.

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SEMBRANDO UN SONETO

Quiero sembrar versos muy amables, y que germinen sutiles y sencillos,

no quiero hacerlo a tres bolillos para que salgan todos admirables;

Quiero hacer estos versos encomiables y que luzcan f rescos, y con brillos

de un amanecer preñado de amarillos hasta llegar a aquel atardecer inolvidable;

Quiero mi mano derramando esa semilla que luego en su seguir regale un brote del que se diga ¡Señor que maravilla!

Hoy por fin encontraremos esa dote tan deseada, esperada, y tan sencilla como el sabor de leer sin que se note.

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ÉTICA

Siempre hay un sólo movimiento en la breve sinfonía de la vida,

con justos acordes en la medida surgida del más leve pensamiento.

La decisión de ese momento debe ser aquella merecida que siempre será cumplida

en el orden de un sentimiento.

Se podrá obviar el talento, mas nunca decir que se olvida lo justo por entretenimiento.

Tan sólo el convencimiento

para una actuación permitida será al final su f eliz sustento.

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LA MORAL

Cual pañuelo de intereses tiene esta forma de ser

que queriendo o sin querer lo saca si bien acontece.

Según convenga habrá veces

que mejor no dejarlo ver, y así nunca comprometer casos educados o soeces.

Sus maneras de entender son paradój icas, memeces, y dif íciles de comprender.

Nunca servirá para mantener

una opinión que, si crece, por ella misma pueda valer.

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AMI STAD

Siempre será la templanza de aquella consideración,

y en la que al final la razón hará equilibrar la balanza.

Si la ignorancia te alcanza ya no hallamos solución,

dejarse llevar es la cuestión, aquí no cuadra la esperanza

de encontrar un compadreo; Sería, engañar a la ilusión

que navega entre los deseos.

Mas yo, qué dif ícil lo veo cuando en nubes de algodón se of recen los galanteos.

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PENSARES (Estrambote)

Cuando todo eran rosas tu camino. Cuando todo eran pájaros tu ambiente,

cediste de tu altura a la pendiente haciéndolo todo breve y repentino.

Llegó el invierno con sus f ríos, vino el hielo que estancara tu corriente, y en situación tan triste y dif erente ni siquiera el sol te dio el destino.

Y así es la vida: en incansable vuelo mientras que todo es ilusión, avanza

en sólo una hora cuanto mide un duelo;

Y cuando todo lo veías en la bonanza, entonces como tú, cambiada en hielo, no pudiste ya esperar ni la esperanza.

Por la isla de León,

San Pedro lloró en silencio la muerte de Camarón.

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LA MAESTRA

Plena de conocimientos, su meta, sacarlos todos, entendiendo: es el modo

de conseguir más talentos.

Sólo vocación y la entrega harán posible este alcance , pues tan sólo en ese trance felizmente al final se llega.

No desfallece un instante;

y que afán de trabajar demuestra ese constante

sacrificio y sinsabores,

cuando siente el esquilmar estas hermosas labores.

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LA MADRE

Madre no hay más que una; desde siempre así se dijo

cuando en lo que a aquel hijo ni el Rey tuvo duda alguna.

Tras contemplar aquella pena

de la desprendida mujer, ya pedía su sabio proceder

J usticia de favor o de condena.

No lo dudó un sólo instante, ya que de aquella situación

tan sólo una madre es garante

de que la verdadera razón entre ambas madres litigantes

sólo puede ganarla el amor.

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LA MENTE

Nunca la dejes entrar, que siempre se quede afuera,

y si el f río la durmiera f avor te haría, sin dudar.

Si la dejaras entrar

a tu fiesta de primavera, ella sería la primera

en quererla disf rutar.

Mala, envidiosa y rastrera, eso es todo lo que es,

y este algo más: embustera,

porque engañará a cualquiera que a penas se deje vencer

ante sus viles maneras.

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LUNA DE CRISTAL

La ficción se hace presente cuando ella sobre el suelo nos brinda desde su cielo resplandor tan aparente.

Aún con dif erentes normas siempre brillará, seguro, a menos que algún apuro

nos impida ver sus f ormas.

La esférica y selenita fullera tiene a muchos engañados,

aunque para otros es señera.

Con su estampa blanquecina engancha a los enamorados, y a quien la tiene por vecina.

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ABUELO

Quisiera haber sido abuelo, pero, todo fue imposible

por culpa de un impredecible que abortaría mis anhelos.

Fue su llegar tan nefando, que mató mis esperanzas

cuando una luz de bonanzas Ya me llevaba volando.

Habría de haber una razón para que tantos escarceos truncaran toda mi ilusión;

vital y f ebril pretensión

que se ahogó en mis deseos al igual que el corazón.

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FANTASÍAS

Pensaba que estabas en mí, tan sólo porque yo creía que mi imaginación decía no puedo escribir sin ti,

sin ti, y sin aquella presencia

que, a veces llena mi vida, aunque sin ser concebida

como así explica la ciencia.

Siempre idearé una historia en razón de ese argumento

que, guardado en mi memoria,

me traiga en cada momento satisfacciones, y mil glorias

que den color al pensamiento.

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HABLA EL AMOR REAL

No me parezco a nada de aquello ya tan trillado, y que siempre utilizado por engañarnos acaba.

Y es que yo soy de verdad, y lo soy porque yo quiero

que no sea compañero quien es pura f alsedad.

Sé que el humano prefiere que me muestre como soy

entre todos los congéneres.

Y es que si no lo hago así, en estos tiempos de hoy

yo no podría servir.

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BESOS

Si ya las nieves se f unden cual tormentas en ataque, los veleros en su atraque coronados se confunden.

Río abajo se abren bravíos los embates entre orillas

cuando el roce de las quillas hacen desarbolar los navíos.

Los juncos son mil testigos de aquellas luchas f eroces sin presencia de enemigos.

Entre crestas agrietadas se van diluyendo las voces

de una singladura encantada.

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MIEDOS

El miedo nos da el valor para poder combatir la razón del sin vivir

que nos produce el dolor.

Es prevención natural del vigilante supremo; un mecanismo sereno que lo hace universal.

Un trato de indiferencia

sería la mejor medida para saber su influencia.

Patente es la dificultad, mas debe ser entendida como una causa a salvar.

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MARIFÉ (Acróstico)

Me llegaste al corazón

Admirable sevillana, Reinando desde Triana

I nicio de tu pasión. Fuiste cual ella, razón, En la que tu vida entera

Demostró ser la bandera

En tan dura profesión. Tu “Corral de los Artistas”

Rotaría en tu carrera

I lusionando sentidos. Alfarería, en la lista, No fue más que una quimera... Ahora es solo un pecho herido.

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ARIOS

No es ningún crimen el ser ario. No es un delito querer ser mejor; lo cruel es que al ser totalitario

conseguir eso sea causa de terror.

De hecho, la meta para el hombre impuesta por él y su carisma,

sólo debe alcanzar a ser prohombre evitando con ello cualquier cisma.

Alzarse con lo bello y el talento es algo que no deja de querer

el perfi l del más sutil conocimiento.

Deseos de expresar sus sentimientos, amar por siempre el proceder

de tener por ley los mandamientos.

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CREER EN DIOS (Estrambote)

Yo sólo vivo para amarte... y no me duele si se dice

que Tú a mi no me bendices porque soy de la otra parte.

Tú sabes de bendiciones, de ideales y tratamientos, incluso de esos momentos de inquietudes y pasiones.

Por eso, siempre dispuesto en razón de esa necesidad

que me procura el concierto.

Concierto que Tú promueves, y al que me lanzaré sin dudar antes que el diablo me lleve

“Si no crees en Dios, vives en la oscuridad,

intenta ver quien te dio tu auténtica identidad”.

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DI ÁSPORA

Soñador que vas labrando tu huella en una cuartilla,

sigue en tu sueño cortando espacios entre sus orillas.

Sueña con una cosecha

de odas, de versos magos, y cuando la tengas hecha

bébetela de un buen trago.

Que ese arte que derramas a la par que vas soñando, también lo sueñaTriana.

Nunca dejes de soñar,

aunque la estés contemplando desde allí, del Arenal.

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INOCENCIAS (Estrambote)

Sólo al principio existió lo que llamamos inocencia,

hasta que aquella conciencia en la primera reencarnación

ya su alma presentó

alteraciones mundanas. De la noche a la mañana

su bien por el mal cambió.

Y así f ue como dio comienzo lo humano a deteriorarse sin que jamás ya volviera

a recuperar aquel que fuera estado en el que quejarse

no fue lo normal del empiezo.

Por eso hoy arrastramos nuestros propios errores,

y hablamos de una inocencia que ya no tiene vigencia por la f alta de valores.

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SOMBRAS

Cual realidad inevitable, como si un recuerdo fuera,

guardiana ella quisiera ser siempre inigualable.

Razones inseparables,

preñadas de fiel quimera, pegadas van por la acera según el haz desplegable.

Y así, siempre inimitable,

la compañía delantera nos parece incontestable

el cambiando cabecera,

deje de ser ahora delante pasando así a la trasera.

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SONETO AL CUARTO (Estrambote)

Catorce versos no más

tiene ahora cuanto escribo, no me quisiera pasar y molestar al amigo

que de seguro estará esperando ver si digo algo que no convendrá, o le f altare sentido.

Sin embargo, cual poema

sonando bien al oído, no existe ningún teorema

a f e mejor construido

para deleitar las yemas de huevos recién cocidos.

Mas éste, con estrambote,

me hace mucho reír pensando que este pegote

no se querrá recibir.

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EL SIMPLE

Aquella sonrisa callada dábanos siempre a entender lo que parecía, al parecer,

que con él nunca fuera nada.

En cambio él, siempre atento que no se le f uera un detalle, ¡Cuánto intelectual por la calle desearía poseer aquel talento!

Con su pasear cadencioso,

siempre parecióme extraño porte tan elegante y garboso.

Su pasión, un conocimiento

que enriquecía cada año siendo reconocido portento.

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ENSUEÑOS

Entre nácares sedosos gira la rueda infinita

buscando qué necesita para realizar sus gozos.

La rueda en su sentir clama, aunque a veces se le olvida cuándo se esfuma la vida

de aquella imaginaria llama.

Una y otra vez regresa a buscarse en el sendero

donde se quedara impresa.

Mas no tan seguido persigue si ve que entre los veneros ninguna otra razón le sigue.

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TORRES GEMELAS

Fueron dos torres hermanas; dos, como aquellas gemelas

que en su verticalidad paralela hiciéronla saltar una mañana.

Y aquella zona americana

compuesta por mil teselas, vio destrozadas las velas de su altísima mesana.

Los derrumbes entre llamas cual demoníacas candelas

truncaron cimiento y f ama;

aquella que siempre emana de la Soberbia que anhela llenar su Yo con campanas.

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LA AZOTEA

Entre hambruna y avatares f ueron pasando los años,

mas nunca faltaron reaños para aguantar los pesares.

Veíamos miles de estrellas

desde una manta en el suelo, que llenaban de consuelo

las mil madrugadas aquellas.

Nuevo amanecer, nuevo día, y a continuar disf rutando

de una indescriptible alegría.

Entre jardineras y arriates, la vida siempre desgranando los más bellos disparates.

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LA REPÚBLICA

Desde abajo no te siento, y no sabes cómo duele

cuando ese alguien suele lastimar mi sentimiento,

y esa tan preciada entrega que sin más remordimiento esperando está el momento aunque este nunca llega...

Pero, sigo y sigo aguardando,

y no pierdo esa esperanza que es lo que me va quedando

Tienes que volver conmigo, que otros aires de bonanza juntando están más amigos.

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LA GUERRA NUCLEAR

¿Dónde radica el saber de uno sobre otro estado? ¿Tal vez en aquel inflado arsenal que da el poder?

Siempre se vivió el deseo de clara superación vital sobre aquel pueblo rival

al que someter sin rodeo.

Tan sólo recordando esto, sería más que suficiente

para no volver a su efecto.

Si alguna vez sucediera, no sería guerra corriente, sería el final de una era..

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FUEGOS

Cien alas se elevan vivas dibujando caracolas;

locos aleteos cual olas indomables, compulsivas.

Es como una bella locura; la roja y entregada pasión que nace de esa condición tan vieja como inmadura.

No se pueden controlar

aquellos brotes ardientes que se lanzan sin pensar.

Las victorias en caliente nunca se podrán alcanzar

si no se abren mil f uentes.

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FACE BOOK

Nuevo patio de vecindad nos nació recientemente, y f ui incapaz de imaginar que cupiera tanta gente.

Cuánto tiempo en realidad sin justificación aparente, algunos tiran sin pensar por la boca del retrete.

Allá por lo años cuarenta

un patio guardaba sabiduría, hoy, este, ni ciencia ni cuenta.

Cuánta f alta de ortograf ía.

Cuánta incoherencia cruenta, y cuánta inútil, y sutil tontería.

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FANÁTI CA DUALI DAD

I gnorancia o f anatismo a veces van de la mano,

da lo mismo si es cristiano o católico, da lo mismo.

La ortodoxia así declara,

tanto en cuanto se mantiene, en que un sentimiento tiene que aceptarse por la cara.

Se ignora por comodidad,

y hay quien unas reglas sigue con intransigente humildad.

Por eso, la auténtica libertad

es aquella que se consigue si no se estrangula la verdad.

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EL HAMBRE (Estrambote)

Hasta que no llegó y la sentí no supe de quien hablabas,

de verdad que no la esperaba, y sin embargo, llegó hasta mi.

No puedo hablar de ese momento,

tan sólo recuerdo que fui buscando a quien recurrir,

y suf rí el más cruel padecimiento.

Mi pequeño cosmos interior ladraba; el grande y exterior reía

mientras yo en mi me desangraba.

Ciego, cansado y sin razón veía como el gran mundo rodaba

mientras yo y mis carencias debatían.

Hoy, espero que algún día no muy lejano en su mañana, podamos superar esa agonía

de no poder tener ni una manzana.

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LA SÍ LFIDE

Sílfide Blanca de algodón mimada

por brisas que la empujan hacia un azul,

aleteando alas que bañadas en un tul

cual tela esplendorosamente recreada.

Cuando en las crestas de los montes

los espacios acompañan su candor,

toda efervescencia es su calor

con la vista ya puesta en horizontes.

Cruza ahora la pasarela sobre el río,

que te bese aquel aire de bonanza,

no te asustes, no habrán escalof ríos.

Tu vuelo ¡oh Sílfide! me alcanza

a verte reflejada en un quej ío

salido de otro llano de esperanzas.

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POLÍ TI CAS

El engaño, el trapicheo, las armas más usuales, malsanas y naturales

del más cruel politiqueo.

Ninguno ganarse podrá al pueblo con esas artes,

si nunca va a formar parte de su inquietud y verdad.

Pasará de mil problemas, si en ellos no reconoce

que el bien merece la pena;

o tal vez no le interese en razón de aquellas voces que reclaman tantas veces.

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MUSULMANA

Quiero verte libre de tu prisión, libre de esa condena que te ata, libre del f anatismo que te mata, y que no deja sentir tu corazón.

Quisiera cambiar tu religión,

ideal que te juro no comprendo, y es por aquello que no entiendo que te nieguen a ti tu condición.

Tus deseos, supongo, ser mujer;

ser la madre que toda temblorosa a las caritas de sus hijos, su ser,

pueda acercar su boca amorosa,

aquel ansia que te pide ese otro poder, pero que carece de f orma milagrosa.

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SALAMANDRAS

Ya las salamandras en romanza al son de aquel rojo crepitar, llevando siempre el compás

con un tres por cuatro danzan.

Las llamas que al cielo se alzan picando el aire en su estar, llamadas fueron a anhelar

las mil candelas que abrasan.

Subidos ya los calores sobre tarimas de ensueño derramáronse en pudores ,

hasta que los resplandores, vencidos ya aquellos leños,

dejaron dormir los rumores.

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DIGAS LO QUE DIGAS

De dónde viene ese horror, ese desamor que muestras por la que aquí puso Dios

cual leal guarda y maestra.

Cuidadora empedernida que por amor a su gente, dará honra, sangre y vida de una forma permanente.

Que pasa por tu cabeza para llegar a destrozar

tanto amor, tanta belleza.

Ella es toda entrega, paz, y una, sin dudar, nobleza que nunca anidó maldad.

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J UBILACIÓN (Estrambote)

El sentimiento amarrado a ese tronco de la vida

que a tantos tiene amargados sin entender su deriva,

es el que lleva enganchado como si f uera una herida

con ese continuo sangrado al que no encuentra salida.

Cuando la pieza en cuestión

no encaja en la predispuesta, qué larga se hace la función

para aquellos que en razón de una disyuntiva incierta

acaban con depresión.

A veces es lo contrario, y aparecen los buscavidas que rompen los idearios de unas idas y venidas

que mejoren sus salarios.

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LA MUERTE (Estrambote)

Te estoy esperando Parca, con esta f orma de vida

quiero que vengas enseguida y me lleves en tu barca.

Diréis que estoy delirando; Mas yo os puedo asegurar que no es locura banalizar

dejar de estas siempre llorando.

Quiero dejar de estar suf riendo la tanta pena y calamidad

que la humanidad está viviendo;

ni la maldad y cruel hostilidad que en nombre de aquella Verdad de la que os aseguro no entiendo.

Hora es de irse, y no lo siento...

Ya las siete trompetas atronaron abriendo mi firmamento.

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VOLUNTARIADO

Las paredes de la espalda suf ren cargas con razón, mas nunca serán amargas si las carga el corazón.

Y así es como se encarga

de poner en situación aquello que les embarga llenándolas de pasión.

Nunca fueron obligadas; J amás hubo obligación

a tanto f ervor entregado;

a toda esa devoción, un sentimiento mamado

en la cuna del amor.

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SONANTA

Me llamó desde allá arriba, donde descansando estaba sobre la piel de una estraba haciéndome tragar saliva.

Clavada allí mi mirada

sobre su hermosa cintura, ya sólo dije: ¡criatura!

¿Quién te dejó así acabada?

¿Quién pudo plegar tus alas en esa unión tan perfecta

que el andaluz tiene a gala?

¿Y ese mástil cuyo elenco de trastes cual pasarela

para unos dedos flamencos?

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A. SALIERI

Cuánto suf re el ego humano cuando la envidia se adueña de aquel corazón que sueña con superar, aunque en vano,

las negras y propias vilezas que, generadas sin medidas, van corrompiendo las vidas de unas mentes sin nobleza.

Se torna ya el alma en pena; todo ahora es pura demencia que acabará en una condena.

Y así es como el ser humano lleno de rabia e impotencia

llegará hasta lo profano.

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J OSÉ LUI S (Acróstico)

J alonó su nacimiento

Otra f orma de existencia, Sentires de aquella ciencia

Entregado al pensamiento. Llegado ese momento

Unico, vital y enfebrecido, I nequívocos latidos

Sonaron ahora contentos. Todo el corral, de mayor, I nsuflóle su confianza

Redoblando sus esfuerzos, Ahora, sería aquel amor

Donde anidó su templanza

Obrando así su universo.

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POR PAREJ AS

Dos remos lleva el barquero cuando va cruzando el río.

Dos alas las mariposas cuando las encoje el f río.

Dos perdices son collera,

y collera son llamadas las palomas que en hilera

van de dos en dos separadas.

Y así seguir yo podría con aquel par de perfi les:

los rieles del tranvía,

o mis cavas a porf ía, que si una fue de civiles la otra fue de antología.

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TRANS AMNEN (Pasado el río)

Desde los romanos fuiste templo de pobreza y hambre, con los moros una cochambre de los que con suerte huiste.

Siempre, aún a pesar de todo,

ese gran alma arrabalera, y de la que jamás cualquiera

pudiera alcanzarlo de otro modo.

Mas su tierno corazón quiso que aquella tartésica tierra

regalara a Sevilla su hechizo.

Triana, el maravilloso nombre que a tan antiguo arrabal le colocaron sus hombres.

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TÚ HI SPALIS

Cual bella Nereida emergiste f rente a una tierra tartessa,

y que ocasionara sorpresa como tú bien te describiste.

Sí, tú que siempre quisiste

tener a tu alma, presa, ser de ella la guardesa,

y que nunca compartiste.

Ahora a tu alto rango vienen aquellos tan grandes honores

que son los que te entretienen.

Sevilla, eres pues, Reina Selene, entre todos aquellos amores que desde la Triana tienes.

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SOY ANDALUCÍ A

Soy de vegas y campiñas, huertas, ríos y trigales verdes, alcornocales,

y con el oro de las viñas,

los lagos y manantiales entre sus pueblos serranos; voy por la sierra y los llanos nutriendo con mis caudales

tierras de mil olivares,

y de unos hombres marineros que doblegaron los mares;

Las nieves me aseguraron

que yo sería el nuevo cielo... Y los sueños se consumaron.

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SINGULAR AÑO

Ahora que el año se acaba, sin cumplirse esos deseos, quiero pensar que qué f eos

f ueron los días y sus trabas.

Esos de los que seguro estaba serían f elices, maravillosos,

eternos en lo sutil, y grandiosos en tanto que aquel lo esperaba.

Se fueron todos aquellos días en los que se estuvo esperando llegara la tan ansiada alegría.

Mas por desventura no llegaría,

y así f ue que se fueron alargando para acabar en una atroz agonía.

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Y FUE TODO MÚSICA

Entre cañaverales el viento juega a dejar aquel sonido, y que más tarde el sentido convertirá en mil lamentos.

Entre las playas y el mar

un sin fin de acordes suenan, y así, cual los truenos truenan,

son arpegios a ejecutar.

Una nota con sonido singular, Silencio, nos deja aquel caracol

al que no se le oye caminar.

Los pájaros con su dulce trinar regalaron mil variaciones

para así este trabajo terminar.

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Acabé este conjunto de sonetos polimétricos el 15 de Enero de 2016

acontecimiento de mis 72 cumpleaños.