Universidades y emigrantes

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Lo que pueden hacer las universidades ecuatorianas por los emigrantes Santiago García Álvarez Justamente en plena época de crisis profunda en los Estados Unidos y la Unión Europea, la universidad ecuatoriana debe en estos momentos dejar su apatía con respecto a los emigrantes y emprender un fuerte compromiso de apoyo en beneficio de un colectivo, que suman millones y que por paradojas de la vida incluso son uno de los principales soportes de la dolarización de la economía ecuatoriana. Educación superior es un derecho y un bien público Ecuador está inmerso parcialmente en la llamada “sociedad del conocimiento”, época compleja de cambios vertiginosos en las ciencias y en las tecnologías, donde las diferencias se hacen sobre todo en función de la calidad del recurso humano disponible. En este contexto, la educación superior debe ser vista como un derecho fundamental de los ciudadanos y cuya ejecución responde a la lógica de un bien o servicio público, es decir, va más allá de la lógica de la rentabilidad financiera y de los intereses particulares de grupos o sectores. Obviamente, este servicio puede ser prestado desde la vertiente pública o privada o mixta, según las necesidades del país. La actual Constitución de la República del Ecuador establece que el sistema de educación superior está obligado a: la formación académica y profesional de los ecuatorianos; la investigación científica y tecnológica; la innovación, la promoción, desarrollo y difusión de los saberes y culturas; y la construcción de soluciones para los problemas del país De tal forma que esta disposición constitucional es contundente, con una visión amplia de lo que significa el aporte esperado de las universidades, escuelas politécnicas e institutos superiores. La realidad educativa de los emigrantes Tomemos como referencia el caso español, resulta interesante constatar que casi la mitad de los emigrantes de nuestro país tuvieron un nivel educación media y cerca del 10% de ese total tenía estudios superiores, datos correspondientes al año 2007, por tanto, a diferencia de lo que mucha gente cree, la mayoría de emigrantes no son de bajo nivel educativo. Estos datos contrastan con el promedio de educación de los ecuatorianos que llega a 6 grados, según el último Censo de Población. Ver gráfico adjunto. La emigración no es bajo ningún punto de vista un fenómeno estático, en primer lugar, el emigrante, sea por iniciativa personal o por que las circunstancias lo obligan como sucede dentro de sociedades desarrolladas (Estados Unidos, Europa, etc.), se ve inmerso en la necesidad de calificarse a través de las diferentes instituciones del sistema educativo del país de acogida, y, en segundo lugar, los hijos de los emigrantes suelen disponer de mayores oportunidades educativas que las que tuvieron originalmente sus padres al momento de llegada. 1

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Lo que pueden hacer las universidades ecuatorianas por los emigrantes

Santiago García Álvarez

Justamente en plena época de crisis profunda en los Estados Unidos y la Unión Europea, la universidad ecuatoriana debe en estos momentos dejar su apatía con respecto a los emigrantes y emprender un fuerte compromiso de apoyo en beneficio de un colectivo, que suman millones y que por paradojas de la vida incluso son uno de los principales soportes de la dolarización de la economía ecuatoriana.

Educación superior es un derecho y un bien público

Ecuador está inmerso parcialmente en la llamada “sociedad del conocimiento”, época compleja de cambios vertiginosos en las ciencias y en las tecnologías, donde las diferencias se hacen sobre todo en función de la calidad del recurso humano disponible.

En este contexto, la educación superior debe ser vista como un derecho fundamental de los ciudadanos y cuya ejecución responde a la lógica de un bien o servicio público, es decir, va más allá de la lógica de la rentabilidad financiera y de los intereses particulares de grupos o sectores. Obviamente, este servicio puede ser prestado desde la vertiente pública o privada o mixta, según las necesidades del país.

La actual Constitución de la República del Ecuador establece que el sistema de educación superior está obligado a:

• la formación académica y profesional de los ecuatorianos; • la investigación científica y tecnológica; • la innovación, la promoción, desarrollo y difusión de los saberes y culturas; y• la construcción de soluciones para los problemas del país

De tal forma que esta disposición constitucional es contundente, con una visión amplia de lo que significa el aporte esperado de las universidades, escuelas politécnicas e institutos superiores.

La realidad educativa de los emigrantes

Tomemos como referencia el caso español, resulta interesante constatar que casi la mitad de los emigrantes de nuestro país tuvieron un nivel educación media y cerca del 10% de ese total tenía estudios superiores, datos correspondientes al año 2007, por tanto, a diferencia de lo que mucha gente cree, la mayoría de emigrantes no son de bajo nivel educativo.

Estos datos contrastan con el promedio de educación de los ecuatorianos que llega a 6 grados, según el último Censo de Población. Ver gráfico adjunto.

La emigración no es bajo ningún punto de vista un fenómeno estático, en primer lugar, el emigrante, sea por iniciativa personal o por que las circunstancias lo obligan como sucede dentro de sociedades desarrolladas (Estados Unidos, Europa, etc.), se ve inmerso en la necesidad de calificarse a través de las diferentes instituciones del sistema educativo del país de acogida, y, en segundo lugar, los hijos de los emigrantes suelen disponer de mayores oportunidades educativas que las que tuvieron originalmente sus padres al momento de llegada.

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Así, podríamos generalizar, de manera tentativa la existencia de varios millones de ecuatorianos en el exterior con una realidad educativa que podría brindar oportunidades para el desarrollo de Ecuador pero que a la vez demanda atención a sus necesidades.

En otros países como es el caso de Alemania, se reconoce formalmente la experiencia profesional y de trabajo de sus ciudadanos quienes han permanecido en el exterior, de esta forma se busca aprovechar el lado positivo de la emigración. Algunas alternativas de apoyo

Por todo lo expuesto, las alternativas de apoyo desde los diferentes estamentos de la educación superior podrían ser resumidas de la siguiente manera:

1. Extensión Universitaria: Facilitar la formación profesional presencial o a distancia de miles de jóvenes ecuatorianos radicados en el exterior, o facilitar la terminación de estudios universitarios de quienes se vieron obligados a salir de Ecuador sin terminar una determinada carrera profesional.

2. Títulos Universitarios: Definición de mecanismos y procedimientos para facilitar el reconocimiento en Ecuador de los títulos de estudios otorgados por universidades extranjeras y centros de estudios legalmente reconocidos en los niveles de postrado (master oficiales, títulos propios de master, cursos superiores) y pregrado (profesional)

3. Formación profesional: Definición de mecanismos y procedimientos para el reconocimiento de la experiencia profesional obtenida por los ecuatorianos residentes en el exterior, que permita una equivalencia o facilite la conclusión de estudios universitarios, ya sea de ecuatorianos que retornen al país o que a futuro piensen hacerlo, para de esta manera aprovechar el potencial que tiene la mano de obra ecuatoriana calificada.

4. Cultura: Definición de programas y acciones específicas para el apoyo, difusión, publicación, capacitación, etc., de los diferentes grupos de artistas y trabajadores de la cultura radicados en el exterior, para que se integren a la vida cultural ecuatoriana y viceversa.

5. Red Social de Solidaridad: Las universidades ecuatorianas disponen de apreciables recursos humanos en las áreas de medicina, sicología y trabajo social que bien podría ponerse al servicio de la familia del emigrante. La propuesta sería crear una red social de solidaridad para la atención de la salud mental y física de la familia del emigrante, especialmente en el área sicológica, a través de un programa específico que se integre la atención en escuelas, colegios y universidades, en coordinación con los diferentes instancias del Gobierno Nacional como la SENAMI y con programas específicos de las municipalidades.

6. Brigadas de personal sanitario: Crear brigadas con equipos de personal sanitario dedicado al área de la salud para beneficio del colectivo de ecuatorianos residentes en el exterior como a los propios ecuatorianos, con profesionales radicados en el exterior como en el propio país

Finalmente, sería importante que los políticos, las autoridades gubernamentales y los directivos de los centros de educación superior reflexionen sobre alternativas para apoyar y aprovechar los recursos humanos calificados de los compatriotas que por una o otra razón se vieron obligados a emigrar.

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Ecuatorianos residentes en España según nivel educativo, año 2007, en %

0,4

0,4

26,3

14,3

43,6

9,7

0,7

4,5

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50

Sin estudios formales

Primaria incompleta

Primaria

Primer ciclo educación secundaria

Segundo ciclo educación secundaria

Primer ciclo educación superior

Segundo ciclo educación superior

No sabe no contesta

Fuente: INEN, Encuesta Nacional de Emigración, España, 2007Elaboración: Santiago García Álvarez

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