Universidad Tecnológica de Panamá

Diseño de un modelo pedagógico – didáctico para el aprendizaje en línea

Isabel Aguirre; Yaizet Griffin

isabel.aguirre@utp.ac.pa; yaizet.griffin@utp.ac.pa

La educación virtual, una cuestión de calidad

Resumen

La implementación de las tecnologías en los procesos educativos ha dado lugar al surgimiento de la educación virtual, como una respuesta a las necesidades de aprendizaje de la población que, por razones propias de su etapa de desarrollo o condiciones más extremas como discapacidad física, no pueden asistir a un aula regular.

Actualmente, para la creación de cursos virtuales, no se cuenta con un modelo unificado, basado en un enfoque pedagógico específico, que oriente las estrategias didácticas y metodológicas de los docentes para apoyar los aprendizajes de los estudiantes en esta modalidad; en su lugar, cada docente se guía por su propio enfoque.

El desarrollo del proyecto “Diseño de un Modelo Pedagógico-Didáctico para el Aprendizaje en Línea”, permitirá regular el tratamiento de las ofertas virtuales, valorar el aprendizaje de los estudiantes en el nivel superior y constituir una herramienta para la evaluación de los cursos o asignaturas virtuales.

Palabras claves: modelo pedagógico, aprendizaje en línea, enseñanza, evaluación, recursos tecnológicos.

Abstract The use of technology in the education has given rise to the emergence of virtual education, as a way to respond to the needs of populations that because their own stage of development or extreme conditions, such as physical handicaps, cannot attend a classroom.

At the moment, there is no unified model based on a specific pedagogical view, which guides the teachers’ methodological and didactical strategies to support the learning of the students in this modality that shapes the creation of virtual courses; instead, each teacher guides himself in his own view.

The developing of the project “Design of a Pedagogic-Didactical Model for Online Learning”, will regulate the offer of virtual courses, place value on the students’ learning in a higher degree and build a tool to evaluate virtual courses or assignments.

Key words: pedagogic model, Online learning, teaching, evaluation, technological resources.

Introducción La modalidad de educación virtual aparece en junio de 2000, donde la Universidad Tecnológica de Panamá comienza a promover el desarrollo de programas institucionales en la enseñanza y aprendizaje en línea, con nuevas aplicaciones tecnológicas. El programa busca originalmente ofrecer igualdad de oportunidades de aprendizaje a quienes, de forma general, encuentran dificultades por razones de tiempo, distancia, responsabilidades profesionales, compromisos personales, discapacidad física y otros, los cuales no le permiten asistir regularmente a un salón de clases tradicional para beneficiarse de una formación especializada. La Universidad Tecnológica de Panamá tiene definido un modelo institucional de educación, el cual es un modelo dual; es decir, dispone de la modalidad presencial para atender a los estudiantes en las aulas de clase, así como la modalidad virtual (parcial o total) para ofertar cursos a nivel de pregrado, postgrado, maestría y educación continua, a través de una plataforma virtual. Dentro de la modalidad virtual, actualmente se utiliza un modelo tecnológico basado en el eLearning o campus virtual. El eLearning puede definirse como el uso de las tecnologías basadas en Internet para proporcionar un amplio despliegue de soluciones a fin de mejorar la adquisición de conocimientos y habilidades García (2007, p. 82) cita a (Rosenberg, 2001). En consecuencia, este estudio está orientado al desarrollo de un modelo desde el punto de vista de los métodos y estrategias didácticas propias de esta modalidad, por lo que su corte es de tipo pedagógico– didáctico. En Panamá, el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAUPA) ha presentado las reglamentaciones correspondientes que tienen el propósito de regular la organización e impartición de las modalidades educativas a nivel superior universitario denominadas a distancia: semi/presencial, no presencial, virtual o tele-presencial. De acuerdo al artículo 3, el reglamento abarca todas las ofertas educativas en las que se utilicen las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. La reglamentación involucra tres componentes: Del componente académico:

1. Descripción del modelo pedagógico que sustenta el programa. 2. Características de la población que será atendida. 3. Programa de orientación y capacitación permanente para todos los

participantes. 4. Estrategias metodológicas para la atención de los participantes. 5. Políticas para el Diseño Instruccional y elaboración de materiales o recursos

didácticos: impresos, digitales, audiovisuales o multimedia. 6. Plan de estudio y programas de asignatura con el diseño curricular en la

modalidad propuesta. 7. Criterios de evaluación del aprendizaje semi/presencial, no presencial, virtual o

tele-presencial. 8. Formación permanente en pedagogía y tecnología para facilitadores. 9. Políticas de evaluación de los facilitadores.

Componente tecnológico:

1. Descripción y evidencia de la infraestructura tecnológica y plataforma educativa interactiva, instaladas.

2. Descripción y evidencia de los soportes tecnológicos requeridos para el desempeño de los participantes y facilitadores, entre otros: medios para la interacción didáctica y administrativa, servidores, bibliotecas básicas y virtuales, bases de datos, sistemas de audio, impresión o videoconferencias, transmisiones satelitales y aulas virtuales, radio, televisión, computadoras, laboratorios especializados y de informática, Internet, entre otros.

Componente de gestión:

1. Descripción de la administración del programa, con la especificación de las funciones de todo el personal adscrito: facilitadores, técnicos, personal administrativo y de servicio.

2. Ubicación, dotación y administración de las sedes, extensiones, centros asociados e instalaciones universitarias, si fuera el caso.

3. Descripción de los recursos básicos y complementarios que garanticen el funcionamiento de los procesos de educación superior a distancia.

4. Definición de estándares y políticas internas para la evaluación y el aseguramiento de la calidad del sistema de educación superior a distancia.

5. Copia autenticada de los convenios nacionales e internacionales, si existen, que apoyarán el programa.

De acuerdo al artículo 8 de esta reglamentación, la misión de las universidades u otras instituciones de educación superior a distancia que implementan planes y programas de estudio en las modalidades semi/presencial, no presencial, virtual o tele-presencial, deberá estar orientada a contribuir al desarrollo de ofertas y programas educativos incorporando el uso de tecnologías aplicadas a la educación. También deberá brindar soporte técnico y humano en la elaboración de materiales y programas educativos novedosos, mediante la consolidación y mantenimiento de una infraestructura física y humana que facilite el trabajo colaborativo y multidisciplinario para lograr estándares de calidad, con eficacia y eficiencia. Asimismo, deberá fomentar el desarrollo pedagógico y tecnológico en la educación a distancia. Una búsqueda exhaustiva sobre los modelos que utilizan diversas universidades, tanto en América como en Europa, nos permite descubrir los diversos criterios que se han establecido para evaluar este tipo de ofertas y los paradigmas educativos sobre los cuales se sustentan. Tal como lo señala García (2007), en los diferentes modelos generalmente subyacen teorías, ideologías, fines, valores, normas, etc., que pretenden interpretar la realidad y conducirla en función de unos fines y objetivos. Luján (2010, p.33) cita a José Luis Lens, especialista en elearning, “lo que hace la diferencia en cuanto a la calidad educativa de esta modalidad sigue siendo la pedagogía, la didáctica y, fundamentalmente, la intervención de docentes y capacitadores de probada experiencia e idoneidad. No obstante, sin tecnología no existiría el elearning. La clave entonces está en cómo utilizar y modelar en forma pedagógica y didáctica los recursos tecnológicos que ofrece el elearning.” El propósito principal de esta investigación es la producción de nuevo conocimiento que permita la aplicación inmediata de un modelo pedagógico – didáctico en el diseño y desarrollo de ofertas académicas en línea, identificando nuevas metodologías y estrategias para el aprendizaje y la evaluación, redefiniendo el papel de docentes, estudiantes y las estrategias de funcionamiento y organización de la Institución en la gestión del elearning.

La evaluación de la experiencia desarrollada en la Universidad Tecnológica de Panamá desde el año 2001 hasta este momento, nos conduce a identificar las

principales necesidades y líneas de acción orientadas a fortalecer el aprendizaje en esta modalidad para garantizar su calidad y la ampliación de sus ofertas formativas. La oferta virtual a nivel nacional se ha convertido en una alternativa importante para los estudiantes de nuestra universidad; no obstante, es conveniente la identificación de nuevas técnicas didácticas, tecnológicas y estrategias que impacten la calidad académica de los programas virtuales que ofrece la universidad. En este sentido, dos áreas importantes de intervención identificadas en esta investigación son la creación de un modelo que permita planificar y desarrollar experiencias de aprendizaje efectivas en entornos virtuales y las capacitaciones de docentes y estudiantes en base a las competencias necesarias para desempeñarse en estos entornos.

Figura No.1: Distribución de la población estudiantil por sede.

En este gráfico (Figura 1) apreciamos que la mayor población de estudiantes virtuales se concentra en la sede de Panamá. A nivel de los centros regionales, debido al factor geográfico y por las facilidades de tiempo y distancia de las ofertas virtuales, la matricula para estas ofertas puede potenciarse aún más. Por otro lado, el siguiente gráfico (figura 2) nos muestra que la mayor cantidad de ofertas virtuales se concentra en la Facultad de Ingeniería de Sistemas Computacionales. El desarrollo de un modelo pedagógico - didáctico debe permitir crear posibilidades de aprendizaje, mediante el uso de las innovaciones tecnológicas, en las diferentes áreas del saber abordadas en las distintas facultades de la universidad, abriendo paso a nuevas líneas de investigación sobre el aprendizaje de las ciencias mediado con el uso de las nuevas tecnologías.

Figura No. 2: Distribución de la Población Estudiantil por facultad

La experiencia en la creación y gestión de ambientes virtuales de aprendizaje en la Universidad Tecnológica de Panamá, nos sugiere que un modelo pedagógico – didáctico para entornos virtuales debe definir qué tipo de competencias han de lograr los participantes y cuáles serán los roles concretos de los actores principales de este proceso. Este modelo debe ofrecer una guía clara, basada en pruebas empíricas, sobre cuál es la metodología que responde a la realidad y necesidades de aprendizaje del grupo de destino.

Figura No.3 Estudiantes en sus clases virtuales

En este artículo presentamos, inicialmente, las principales razones que nos impulsan al desarrollo de esta investigación, así como nuestra concepción en relación al modelo pedagógico – didáctico para el aprendizaje en línea. Posteriormente, describimos las etapas dispuestas desde el diseño del modelo hasta su implementación y evaluación. Damos a conocer, de igual forma, las principales consideraciones sobre el modelo pedagógico – didáctico que proponemos, en relación a las teorías pedagógicas que lo sustentan, enfatizando en los roles que asumen, de acuerdo a este modelo, tanto docentes como estudiantes virtuales. Un último apartado señala los resultados esperados y el impacto de la investigación, así como nuestras principales conclusiones y recomendaciones.

Fundamentación del proyecto La educación virtual, por todas las ventajas que ofrece ante un mundo globalizado, ha pasado a ser un tema prioritario en la educación superior, como una alternativa puntual para apoyar las políticas de una educación que llegue a todos, sin límites de tiempo ni distancia. El número de ofertas en esta modalidad va en aumento; no obstante, se evidencia la carencia de un modelo pedagógico – didáctico para el aprendizaje en estos entornos, que mejore la calidad de la educación, contribuya a los fines de ésta, y que no se limite a trasladar las prácticas presenciales a un ambiente virtual. Este es uno de los principales motivos por los que se hace necesaria la creación de un modelo adaptado a estos nuevos entornos, y que regule el desarrollo de este tipo de ofertas en las universidades de nuestro país. El tema central que ocupa a la educación virtual actualmente no está en relación a probar la funcionalidad de ésta, pues son diversas las experiencias que señalan su viabilidad y pertinencia en la educación; la actividad que le ocupa es la definición de las mejores prácticas pedagógicas y didácticas que funcionen como criterios e indicadores de su calidad. La educación virtual surgió como una alternativa innovadora y pertinente en el sistema educativo; sin embargo, aún carece de adecuados sustentos pedagógicos que aseguren su calidad; aún muchas de las prácticas se limitan a trasladar los modelos tradicionales a un entorno virtual. Entre las principales causas de esta realidad se encuentra la carencia de un modelo pedagógico ajustado que oriente el desarrollo de experiencias de aprendizaje en línea, la falta de capacitación tanto a docentes como a estudiantes virtuales y la carencia de indicadores que evalúen efectivamente los resultados de aprendizaje en estos entornos.

La sociedad del conocimiento del siglo XXI, pide una transformación a nuevos

modelos pedagógicos, producido dentro de un proceso mediado por la tecnología y un

ambiente virtual. Desde hace mucho tiempo, se ha criticado a la educación por su alto

grado de tradicionalismo y su resistencia al cambio y ahora se le exige que liderice el

cambio y la innovación formando a las nuevas generaciones de personas como

agentes de innovación.

Nuestras más importantes instituciones universitarias continúan atadas a modelos

decimonónicos de enseñanza y de aprendizaje. Muy poco se ha avanzado desde el

punto de vista filosófico, epistemológico y teleológico, porque simplemente seguimos

siendo esclavos de viejos y desfasados paradigmas, cuyas amarras nos mantienen

adosados a creencias, teorías, leyes, metodologías y hasta posiciones académicas y

personales, dejadas de lado desde hace mucho tiempo en otros contextos culturales.

(Gil, 2005).

Muchos son los efectos que sobre este tipo de programas puede tener la no atención de los aspectos pedagógicos y didácticos de los cursos; entre ellos, la desmotivación y abandono o deserción de los programas virtuales, baja en la matrícula, bajos niveles de aprendizaje y la no acreditación de este tipo de programas. En este sentido, y en relación a los modelos pedagógicos que guían los procesos educativos, y que han sido ampliamente utilizados en la práctica tradicional y otros adaptados al aprendizaje en línea, surge la necesidad de hacer una distinción entre la práctica tradicional presencial y el aprendizaje mediado por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), de manera que podamos analizar la conveniencia de un modelo específico para entornos virtuales, por lo que esta investigación resulta pertinente y viable.

Conceptualización Los procesos educativos, a través de los años, han sido conducidos por modelos pedagógicos sustentados en disciplinas como la Psicología, Filosofía, Antropología y Sociología. Estos paradigmas han guiado el pensamiento de cómo se produce el aprendizaje y, en consecuencia, cuáles son las mejores prácticas de enseñanza para lograr los fines de la educación. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, un modelo es un arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo. Aplicado al contexto que nos ocupa, es la construcción conceptual elaborada por los especialistas para entender las relaciones que describen un fenómeno, se convierte también en un instrumento de investigación que permite reproducir el proceso de enseñanza aprendizaje, o un paradigma para entender u orientar el acto educativo. Cuando hablamos de un modelo pedagógico – didáctico, nos referimos al proceso de enseñanza y a todos los elementos que éste involucra: los métodos, la forma de tratar, organizar y presentar los contenidos, las técnicas para el aprendizaje y la evaluación, el tipo de relación y actuación que tendrán los actores de este proceso. Un modelo pedagógico se ajusta a una realidad determinada para responder a una necesidad educativa histórico – concreta. La evaluación de los diversos modelos propuestos por las universidades que desarrollan experiencias de aprendizaje en la modalidad virtual, nos permiten percibir orientaciones distintas en relación a la evaluación de la calidad.

Los modelos para evaluar la calidad del elearning que se han basado en la calidad de los contenidos, definen criterios como la evaluación de aspectos técnicos en el diseño de los contenidos, los aspectos pedagógicos y los relacionados con la distribución o accesibilidad de estos materiales en una plataforma de tele formación. Sin embargo, la mayoría de los modelos propuestos para evaluar la calidad integran gran parte de los elementos que conforman un ambiente virtual, involucrando también los procesos que tienen lugar en el diseño y gestión del elearning, así como el recurso material y humano que se requiere.

De forma general, estos modelos hacen referencia a la calidad del apoyo institucional, la calidad pedagógica, al diseño y desarrollo de cursos, la interfaz, la estructura del

curso, el diseño instruccional, la calidad del apoyo al estudiante, la calidad del apoyo al profesorado, la calidad en los procesos de evaluación, los niveles de interactividad mostrados, el tipo y uso de la tecnología, entre otros. En este sentido, cada uno de los elementos propuestos en los modelos ha sido considerado como criterios o indicadores para medir la calidad del elearning, y a la vez estos criterios colaboran en mejorar la credibilidad y fiabilidad de la formación virtual. Una evaluación de la calidad debe considerar criterios relativos a todo el proceso, tanto de diseño, como de gestión y evaluación de los procesos de aprendizaje, en los que están involucrados elementos como el aprendizaje de los estudiantes virtuales y el desarrollo de competencias específicas de un programa formativo, los contenidos y materiales didácticos con un tratamiento pedagógico específico, las estrategias metodológicas, el uso innovador de las nuevas tecnologías, los niveles de comunicación e interactividad, la planificación de las acciones de tutoría, así como el apoyo tecno-pedagógico ofrecido por un equipo multiprofesional. Luján (2010, p.32) cita a Berger donde propone el esquema de las cuatro áreas (pedagógica, social, gerencial y técnica), se añaden las competencias que son exclusivas de los instructores virtuales: ser capaces de usar la tecnología; tener habilidades de diseño e implementación de cursos; saber moderar, organizar y salvar discusiones asíncronas; establecer reglas básicas de utilización del chat y orientar las discusiones síncronas; interactuar activamente con los estudiantes y darles feedback constante; concienciar a los estudiantes sobre las diferencias culturales de los miembros del grupo y las cuestiones de ética. El estudio de los diferentes modelos que se utilizan para llevar programas de aprendizaje en línea en el nivel superior, nos deja ver parte de sus componentes y la inclinación de cada modelo por un elemento en particular: los aspectos tecnológicos, organizativos y/o pedagógicos. De acuerdo con Salinas (2004), un entorno de aprendizaje es aquel espacio o comunidad organizado con el propósito de lograr el aprendizaje y que requiere ciertos componentes:

Una función pedagógica: Referida a actividades de aprendizaje, a situaciones de enseñanza, a materiales de aprendizaje, al apoyo, a la tutoría y la evaluación.

La tecnología apropiada a la misma: Referida a las herramientas seleccionadas en conexión con el modelo pedagógico.

Los aspectos organizativos: Referida a la organización del espacio, del calendario y la gestión.

El Grupo de Tecnología Educativa de la Universitat de les Illes Balears, como parte de sus objetivos de la adecuada explotación de los entornos virtuales de formación, analizó los elementos de varios modelos pedagógicos utilizados en el nivel superior, integrándolos en las tres funciones anteriormente mencionadas y mostrando los siguientes elementos en cada categoría:

Figura 4. Dimensiones de un modelo educativo en línea

Metodología

El desarrollo de este proyecto contempla la ejecución de seis etapas concretas, a continuación descritas.

Figura 5. Etapas del proyecto

Una primera etapa consiste en el diseño del modelo pedagógico – didáctico con la correspondiente descripción de las variables que lo conforman, éstas variables deben permitirnos medir el grado en que la aplicación del modelo facilita experiencias de aprendizaje en la modalidad virtual, en comparación con las prácticas tradicionales, en donde se trasladan las estrategias tradicionales, y sus recursos didácticos, a un entorno virtual sin el conveniente tratamiento pedagógico y didáctico que amerita el entorno.

La siguiente etapa involucra la construcción de los instrumentos de evaluación que nos permitan validar el modelo propuesto, estos instrumentos deben medir correctamente las variables anteriormente descritas. Nuestra unidad de análisis serán los cursos virtuales ofertados por la Universidad Tecnológica de Panamá en los niveles de pregrado, postgrado y educación continua, a través de las ofertas de diplomados. La evaluación involucra la opinión final de los usuarios sobre las experiencias virtuales desarrolladas, así como la valoración de un equipo de expertos.

A partir del diseño del modelo y de los instrumentos de evaluación, se procede a la etapa de inducción, ésta contempla la capacitación de los docentes y estudiantes virtuales que colaborarán con las pruebas pilotos. Durante esta etapa se realiza paralelamente la construcción de los cursos, en base a las recomendaciones del modelo propuesto, con el correspondiente acompañamiento al docente de un equipo especializado en el desarrollo de los recursos didácticos y el diseño Instruccional. Esta es una fase importante, ya que se capacita al facilitador en el desarrollo de competencias en relación a la planificación y la tutoría en entornos virtuales.

Luján (2010, p.30) cita a Gilly Salmon, directora del Programa MBA de la Open University de Estados Unidos y consultora en formación online en los ámbitos de educación superior y corporativa, “aprender y enseñar online requiere diferentes habilidades, así como cambios en cuanto al modo de trabajar con los alumnos. Actualmente, muchos instructores no poseen el entrenamiento necesario para hacer que la experiencia de aprendizaje sea exitosa y productiva. Y cuando se intenta brindar ese entrenamiento, suele concentrarse en el uso de la tecnología más que en el rol del instructor online.”

La inducción de los facilitadores que participan en las pruebas piloto involucra el conocimiento del modelo propuesto, en el cual se irán desarrollando paralelamente los contenidos o materiales didácticos, así como la planificación de la tutoría y los niveles de interactividad del curso, de acuerdo a las estrategias didácticas y pedagógicas que sugiere el modelo. Por su parte, la inducción de los estudiantes les prepara, tanto en el manejo efectivo del ambiente virtual en el cual llevarán a cabo la experiencia, así como en la filosofía de la educación virtual, puntualizando en los roles y tareas que le asigna esta modalidad de estudio para el cumplimiento de los objetivos educativos.

Una vez finalizadas las pruebas pilotos se culmina con la aplicación de los instrumentos de evaluación de la experiencia. Validado el modelo, se procede con las correspondientes líneas de acción para su divulgación e implementación en las diversas ofertas virtuales de la universidad.

Tal como hemos observado, los principales beneficiarios de esta investigación son estudiantes y docentes virtuales. Adicionalmente, se contribuye a optimizar la calidad de los procesos de gestión del elearning desarrollados en la universidad.

Consideraciones acerca del modelo propuesto De acuerdo al modelo propuesto, el Aprendizaje en Línea es el resultado de la presencia e interacción de cinco variables importantes: planificación didáctica, tutoría, interacción, TIC, autonomía del estudiante y evaluación.

Figura 6. Variables que conforman el modelo propuesto

A lo largo de la historia de la educación son diversos los modelos pedagógicos que han surgido, que han sido utilizados y cuestionados, y que conciben el papel del docente y del estudiante de formas distintas. Cada uno de estos modelos ha sido producto del pensamiento de cada época, de los estudios científicos sobre el cerebro en relación al aprendizaje, y como respuesta a los retos y necesidades educativas identificadas en distintos momentos históricos de la educación. El modelo propuesto parte del aprendizaje para una formación integral del estudiante (conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes), y visualiza al docente en su papel de mediador y facilitador de posibilidades de aprendizaje, mediante la planificación de la interacción y las estrategias pedagógicas y didácticas que apoyan el trabajo individual y el trabajo en colaboración. Está fundamentado sobre las teorías constructivistas, el aprendizaje por competencias y las teorías de la comunicación y la interacción. García (2007, p. 76) cita a (Bradley y Oliver, 2002) señalan que el aprendizaje a distancia se configura como una práctica ideal para poner en juego un modelo centrado en el estudiante y en el aprendizaje, dado que se presta de manera ideal para hacer operativos los postulados constructivistas. Bajo esta concepción, el estudiante es protagonista de su aprendizaje, que es construido en interacción con otros, se promueve un aprendizaje autónomo, flexible y en colaboración, y en donde son considerados los estilos particulares y formas de percibir e interpretar los contenidos. La diversidad de herramientas y recursos que facilitan estos ambientes promueve la interacción y la colaboración que le ayudan a los participantes a construir aprendizajes significativos (Artículo de Castillo y Griffin, 2009).

El modelo resalta competencias específicas que debe adquirir el docente para preparar materiales didácticos en línea y ofrecer tutoría individual y grupal. Los contenidos no son considerados como centrales, pero si como base de los aprendizajes que los estudiantes van a construir, respetando los ritmos de aprendizaje de cada uno (García, 2007). Además de los contenidos, se ofrecen otro tipos de recursos de apoyo y guía a los estudiantes y se integra un componente comunicativo en donde se percibe a los actores del proceso en una relación de comunicación bidireccional, como interlocutores, y en donde se concede gran importancia al proceso de realimentación. Hablar de competencias implica integrar los conocimientos, habilidades y actitudes que debe evidenciar el docente para desenvolverse de forma efectiva en un entorno virtual de aprendizaje. La experiencia nos permite concluir que un docente virtual debe evidenciar competencias en cuatro áreas específicas que, a continuación, describimos. Competencias profesionales: Referidas a su especialidad o formación profesional; se espera que el docente muestre apertura a la actualización continua en su área disciplinar, con el fin de aportar experiencias de aprendizaje significativas y actuales. Dentro de este ámbito, también se espera una práctica ética y un énfasis en la formación pedagógica periódica, específicamente la referida al aprendizaje en entornos virtuales. Competencias comunicativas: Saber transmitir un mensaje, realimentar, formular preguntas y consignas de forma clara, así como componer textos como herramientas didácticas para la enseñanza y utilizar el lenguaje escrito para motivar o intervenir en la solución de conflictos, son parte de las competencias comunicativas que debe evidenciar un docente en esta modalidad. Competencias tecnológicas: Tal como lo señala Salinas (2000), el docente debe tener un dominio, a nivel conceptual y técnico, de las competencias que las nuevas tecnologías están requiriendo. Habilidad para trabajar de forma colaborativa: Considerando que en este campo es necesario el apoyo multiprofesional. En la educación presencial el docente prácticamente llevaba la responsabilidad de preparar su propio material y atender todo el proceso en una experiencia de aprendizaje, en la educación virtual se precisa el apoyo en las tareas de diseño, planificación e, incluso, de tutoría, por lo que el docente debe estar dispuesto a trabajar de forma colaborativa Por otro lado, la naturaleza de los entornos virtuales de aprendizaje y el modelo pedagógico propuesto ubican al estudiante como el centro de los procesos educativos. Por tanto, las competencias en su formación presencial no son suficientes para responder a las demandas de un aprendizaje en línea, se necesita un perfil de entrada y una formación encaminada al desarrollo de competencias específicas de los estudiantes en las aulas virtuales. De acuerdo a las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), se perfila que la educación se encamine hacia una sociedad del aprendizaje, que exista un cambio en los roles de estudiantes y docentes, un desplazamiento del énfasis de la enseñanza al énfasis en el aprendizaje; menor énfasis en la incorporación de conocimientos y mayor énfasis en los resultados de aprendizaje o competencias específicas. Este enfoque educativo propuesto requiere de mayor protagonismo y compromiso por parte del estudiante.

La principal organización empresarial de Canadá identificó algunas competencias que la formación en entornos virtuales debe ayudar a desarrollar en nuestros estudiantes:

Navegación en el conocimiento: a dónde ir y cómo procesar la información.

Buenas competencias comunicativas (leer, escribir, hablar, escuchar).

Capacidad de aprender de forma independiente.

Competencias sociales: ética, actitudes positivas, responsabilidad.

Trabajo en equipo.

Capacidad de adaptarse a circunstancias cambiantes.

Iniciativa personal y voluntad de intentar cosas nuevas (ser emprendedor). En base a nuestra experiencia, definimos tres tipos de competencias que debe reunir el perfil de un estudiante en esta modalidad: Capacidad de auto aprendizaje: Se reconoce como principal responsable de su

aprendizaje y percibe al docente en la figura de quien le acompaña y apoya durante el proceso. Es capaz de reflexionar y evaluar sus prácticas de aprendizaje y establecer nuevas estrategias y alternativas para alcanzar los objetivos propuestos, asumiendo los retos que involucran; controla su ritmo de aprendizaje y asume un tiempo significativo de dedicación al programa del curso, manejando adecuados niveles de motivación intrínseca.

Actitud investigadora: El estudiante virtual debe poseer un espíritu investigativo

que le permita ir más allá de la información facilitada por el docente, asume nuevos riesgos para su aprendizaje, incluso aprovechando el error como una fuente de aprendizaje, es un estudiante que mantiene una actitud crítica y una mente abierta frente al conocimiento, mostrando capacidad para tolerar niveles adecuados de incertidumbre y ambigüedad. La actitud investigadora permitirá al estudiante virtual hacer frente a los retos que la sociedad de la información y del conocimiento le está presentando; retos relacionados con la aparición de nuevas ciencias, teorías, tecnologías, ciclos cortos de innovación y grandes volúmenes de información.

Habilidad para trabajar en colaboración: Asume la importancia del trabajo en equipo como una competencia esencial en la sociedad del conocimiento, y reconoce la importancia y el valor de la participación activa en los procesos de aprendizaje mediados por las TIC para construir conocimientos de forma conjunta y ampliar su visión personal sobre una temática específica. Evidencia valores específicos como el respeto, la tolerancia y la participación para garantizar la comunicación efectiva con su comunidad de aprendizaje, y se muestra abierto a la discusión y a la crítica constructiva como una oportunidad de crecimiento personal.

Considerando las diversas opiniones sobre cuáles deben ser los criterios a tomar en cuenta para evaluar el aprendizaje en línea, nos orientamos hacia un enfoque integrador centrado en el aprendizaje de los usuarios finales. Para tal fin, proponemos que los criterios a evaluar deben estar en función de lo que ofrece un entorno de aprendizaje, enfatizando en la calidad de los contenidos o materiales, de la comunicación, de la presencia de estrategias o herramientas innovadoras para la enseñanza y el aprendizaje, así como de la planificación de la tutoría y la gestión o administración de un equipo humano que soporte, tanto tecnológicamente como pedagógicamente, todo el engranaje de una experiencia educativa en esta modalidad.

Resultados esperados El desarrollo de esta investigación permitirá obtener un enfoque global y actual sobre el aprendizaje en línea, a través del análisis de las diversas orientaciones utilizadas en el nivel superior para gestionar este tipo de experiencias. Adicionalmente, dará paso a la documentación sobre buenas prácticas de elearning, tanto de la recopilación de las experiencias llevadas a cabo por diversas instituciones, como las obtenidas de las pruebas piloto que constituyen la tercera etapa de este estudio.

El diseño de un modelo pedagógico – didáctico fijará los elementos que debe reunir el desarrollo de un curso virtual centrado en el aprendizaje, mediante la identificación y descripción de las variables claves que facilitan el aprendizaje en línea, así como el perfil de competencias del docente y del participante. Define las mejores estrategias de aprendizaje, prácticas de enseñanza y técnicas de evaluación adecuadas a estos entornos, constituyéndose en una herramienta que provee las bases para establecer criterios e indicadores de evaluación y acreditación de los cursos virtuales.

Con la realización de este proyecto también esperamos mejorar las prácticas de enseñanza en línea, mediante el desarrollo de propuestas concretas de capacitación de los docentes para el desarrollo de competencias tutoriales y el manejo efectivo de herramientas tecnológicas y plataformas educativas como instrumentos mediadores de los aprendizajes profesionales. La cultura y los procesos de evaluación de las experiencias de aprendizaje se verán fortalecidos por la utilización de instrumentos que ayuden a medir los niveles de satisfacción de los usuarios finales y valoración o percepción de los expertos. Se espera, de igual forma, mejora en la calidad pedagógica y didáctica de los contenidos de los cursos virtuales, así como la uniformidad y estandarización de materiales didácticos que sean capaces de responder a diversos estilos de aprendizaje. Los procesos de investigación en tecnologías de elearning, Web 2.0, redes sociales, entre otros avances, pueden tomar como referencia tanto el modelo propuesto como los resultados de este estudio, a fin de procurar líneas de acción encaminadas a mejorar el proceso de aprendizaje virtual. El modelo tiene la posibilidad de ser implementado de forma masiva, no sólo en nuestra institución, sino en todas las instituciones de educación superior, e incluso programas corporativos que utilicen esta modalidad como una herramienta de formación o capacitación.

En relación al estado de la situación de la educación nacional, el modelo propuesto es una alternativa para el fortalecimiento de las ofertas académicas de las instituciones de educación superior y el aseguramiento de la calidad de una educación para todos, en igualdad de oportunidades.

Conclusiones De acuerdo a Silvio (2000), la educación virtual tiene una especificidad que requiere nuevos criterios, nuevas metodologías y métodos evaluativos de la calidad educativa. Si se aspira que la educación virtual sea la misma que la tradicional, entonces no se logra ningún progreso, pues los sistemas educativos actuales son criticados por la disminución en la calidad.

El uso de tecnologías digitales para la mediación del aprendizaje es un tema que requiere de la investigación educativa, con el propósito de generar nuevo conocimiento encaminado a la solución de los problemas metodológicos propios del aprendizaje en línea. Un entorno de aprendizaje tradicional se caracteriza por la presencia de todos los actores de forma sincrónica y en el mismo espacio o lugar, mientras que un entorno de aprendizaje en línea permite la interacción de estos actores sin límites de espacio o tiempo, lo que concede a esta modalidad características puntuales y diferenciales. El número de ofertas en esta modalidad va en aumento; no obstante, se evidencia la carencia de un modelo pedagógico – didáctico para el aprendizaje en línea, que no comprometa la calidad de la educación y los fines de ésta, y que no se limite a trasladar las prácticas presenciales a un ambiente virtual.

Se pretende que los elementos integradores del modelo estén centrados en el aprendizaje y delimiten los papeles de los actores del proceso educativo, por lo que su desarrollo genera nuevas propuestas sobre las acciones de capacitación de los docentes, la administración, gestión y evaluación de los programas virtuales, y nuevas líneas de investigación encaminadas a la integración de recursos tecnológicos que favorezcan la puesta en marcha del modelo.

El modelo pedagógico para el aprendizaje en línea, que se encuentra en desarrollo, debe aprovechar todos los recursos en materia de nuevas tecnologías de la información y la comunicación, aportando a los nuevos paradigmas que explican el fenómeno del aprendizaje. A pesar que este modelo es adaptable a cualquier plataforma virtual, se recomienda un seguimiento periódico de éste a fin de realizar las actualizaciones pertinentes en materia de recursos tecnológicos y de comunicación. La implementación de este modelo requiere de acciones de capacitación, tanto los actores del proceso de enseñanza y aprendizaje, como a las unidades de gestión del elearning de la institución.

Referencias Bibliográficas

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