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Theoria ISSN 0717-196X Volumen 18 (1) - 2009 Universidad del Bío-Bío Chile Se incluye en este número: Artículos en homenaje a Charles Darwin

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TheoriaISSN 0717-196X

Vo l u m e n 1 8 ( 1 ) - 2 0 0 9 • U n i v e r s i d a d d e l B í o - B í o • C h i l e

Se incluye en este número:

Artículos en homenaje a Charles Darwin

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REPRESENTANTE LEGALHÉCTOR GUILLERMO GAETE FERES (RECTOR)

THEORIA

TITO URETA ARAVENAUniversidad de Chile

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ALEJANDRO BANCALARI MOLINAUniversidad del Bío-Bí[email protected]

ANDRÉS GALLARDO BALLACEYUniversidad de Concepción

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DANIZA IVANOVIC MARINCOVICHInstituto de Nutrición y Tecnología

de los Alimentos (INTA)Universidad de Chile

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ROLANDO PINTO CONTRERASPontificia Universidad Católica de Chile

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MIRIAM CID URIBEPontificia Universidad Católica de Chile

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MARÍA MARTIN ZORRAQUINOUniversidad de [email protected]

CÉSAR HERNÁNDEZ ALONSOUniversidad de Valladolid - España

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MARÍA INÉS SOLARUniversidad de Concepción

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CARLOS CASTILLO DURÁNInstituto de Nutrición y Tecnología

de los Alimentos (INTA)Universidad de Chile

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ERIC OSVALDO DÍAZInstituto de Nutrición y Tecnología

de los Alimentos (INTA)Universidad de Chile

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ANGELO BENVENUTO VERAUniversidad de Concepción

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CARLOS BARRIOS GUERRAUniversidad de Concepción

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JUAN CARLOS ORTIZ ZAPATAUniversidad de Concepción

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PATRICIO PEÑAILILLO BRITOUniversidad de [email protected]

MARTA ANA CARBALLOUniversidad de Buenos [email protected]

GILLERMO GUZMÁN DUMONTUniversidad de Nottingham

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CO-EDITORGILDA VARGAS MAC-CARTE

Departamento de MatemáticaFacultad de Ciencias

Universidad del Bío-Bí[email protected]

EDITORIAL BOARD

KARIN LOHRMANN SHEFFIELDUniversidad Católica del Norte

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GABRIEL GATICA PÉREZUniversidad de Concepción

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ELIZABETH VON BRAND SKOPNIKUniversidad Católica del Norte

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DAVID DE MARINIEnvironmental Protection Agency (EPA)

Research Triangle Park. [email protected]

CLAUDIO PINUER RODRÍGUEZUniversidad de Concepción

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IGOR SAAVEDRA GATICAUniversidad de Chiledirector@dsi. uchile.cl

REGINALDO ZURITA CHÁVEZUniversidad de La Frontera

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MARÍA ANGÉLICA MARDONESHERNÁNDEZ

Universidad del Bío-Bí[email protected]

LUCÍA DOMÍNGUEZ ÁGUILAUniversidad de Concepción

[email protected]

DIRECCIÓN LEGALAvenida Andrés Bello s/n, Casilla 447, Chillán, Fono (56-42) 203082

theoria @pehuen.chillan.ubiobio.cl Pág. web: http://ubiobio.cl/theoria

ISSN 0717-196X Inscripción Nº 84.867Publicación Semestral

Derechos Reservados. Se permite reproducción con mención de la fuente. Las opiniones vertidas son de responsabilidadexclusiva de los firmantes y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad como tampoco el de la revista.

ASISTENTE DE TRADUCCIÓNMaría Teresa Ulloa Enríquez

Departamento de Estudios GeneralesUniversidad del Bío-Bío

[email protected]

PRODUCCIÓN EDITORIALOscar Lermanda

EDITORENRIQUE ZAMORANO-PONCE

Lab. de Genética ToxicológicaDepartamento de Ciencias Básicas

Facultad de CienciasUniversidad del Bío-Bí[email protected]

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Editorial

Darwin, genética y biodiversidad. Darwin, Genetics and Biodiversity.(Ensayo). GONZALO GAJARDO (Chile)

Charles Darwin y el darwinismo en Chile. Charles Darwin and theDarwinism in Chile. (Ensayo). MANUEL TAMAYO HURTADO (Chile)

Entre la química y la historia: Libre albedrío y determinismo. BetweenChemistry and History: Free Will and Determinism. (Ensayo). TITO URETA

(Chile)

Gestión del conocimiento en la carrera de Diseño Industrial de la Uni-versidad del Bío-Bío. El uso de herramientas TIC’s para almacenar y difundirexperiencias pedagógicas de la disciplina. Knowledge Management in theIndustrial Design Program of the Universidad del Bio-Bio. The applicationof the ICT’s (Information and Communications Technologies) tools tostore and spread pedagogical experiences of the discipline. (Artículo). JUAN

CARLOS BRIEDE WESTERMEYER Y ALONSO REBOLLEDO ARELLANO (Chile)

Una nota metodológica sobre los análisis cualitativos. El análisis de lasrelaciones entre los elementos: el análisis de las frecuencias y co-ocu-rrencias. A methodological note about qualitative analysis. The analysisof the relations between elements: frequency analysis and co-occurrences.(Ensayo). EDUARDO ESCALANTE GÓMEZ (Chile)

Factores asociados al nivel de sobrecarga de los cuidadores informalesde adultos mayores dependientes, en control en el Consultorio “JoséDurán Trujillo”, San Carlos, Chile. Factors associated to the level ofoverload in informal caretakers of dependant senior adults under controlin the “Jose Duran Trujillo” Outpatient Clinic, San Carlos, Chile. (Artí-culo). ELENA ESPINOZA LAVOZ, VIVIANA MÉNDEZ VILLARROEL, ROXANA LARA

JAQUE, PILAR RIVERA CAAMAÑO (Chile)

Bus 174 and Post-modern documentary. El Bus 174 y documentalpostmoderno. (Ensayo). GLORIA GALINDO (Estados Unidos)

Estado y política en África: Breve recorrido diacrónico y sincrónico.State and politics in Africa: A brief diachronic and synchronic study. (Re-visión). ESTER MASSÓ GUIJARRO (España)

ISSN 0717-196X

THEORIACONTENIDO

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EDITORIAL

DARWIN: A 200 AÑOS DE SU NATALICIO

EL 12 DE FEBRERO de 2009 se cumplieron 200 años del natalicio de Charles Darwin, una de las mentes más brillantes de todos los tiempos, cuyas ideasplasmadas en su libro El origen de las especies han tenido en la humanidad unimpacto transversal y tangible. A partir de esta obra, se inicia un cambio paradig-mático en el plano sociocultural, instalándose definitivamente en el escenario cien-tífico y social una manera distinta de explicar hechos naturales que se oponíainapelablemente al pensamiento de la época en Inglaterra, a la sazón, una socie-dad eminentemente creacionista (Sessions and Macgregor, 2009). Como respues-ta, la Iglesia reaccionó negativamente frente a las ideas de Darwin, llegando adecir incluso que creer en los postulados de Darwin era poner en peligro el alma.La idea de que los postulados de Darwin mataban a Dios fue la respuesta universaldurante el siglo XIX (No authors, 2009).

Biólogo entusiasta y destacado colector, la notoriedad intelectual de Darwin seexpresa en la simpleza a la hora de explicar sus ideas, basadas en observaciones demás de 30 años y respaldadas por un cúmulo macizo de pruebas y argumentos.

Si bien las ideas de evolución –vía selección natural– no se iniciaron con él, yaque habían contemporáneos que compartían esas ideas como Thomas Huxley ysu propio padre, Erasmo Darwin, quien expuso sus ideas evolucionistas en una desus creaciones poéticas, es importante relevar que, en el momento en que Darwinreflexionaba sobre sus creencias en torno a la selección natural, no se conocía lanaturaleza de la herencia, tampoco se sabía de la existencia de los cromosomas, nose sabía nada acerca de la meiosis y por ende nada acerca de variabilidad genética.Más. Darwin no conocía los experimentos de Gregor Mendel, pese a que coinci-dieron en Londres cuando Mendel tenía 40 años y Darwin 53, sin que llegasen aencontrarse. Evidentemente Darwin nunca llegó a sospechar cuál era la naturale-za química de la herencia. De hecho las bases citológicas de la continuidad gené-tica fueron entendidas mucho después de la muerte de Darwin (Freeman andHerron, 2007).

Al igual que otras teorías científicas, que han sido formuladas por otras perso-nalidades insignes, el darwinismo generó una nueva forma de ver la biología.Darwin marcó un hito histórico dentro de las ciencias biológicas al especular acer-ca de la evolución y cómo ella cristaliza a través de la selección natural que ocurre

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alrededor nuestro todo el tiempo y afecta todos los sistemas que cuentan conherencia, desde una célula normal que es sometida a una serie de controles deselección antes de expresar el fenotipo maligno y convertirse en célula tumoral, elfenómeno de resistencia a antibióticos en bacterias, la de los mosquitos a los insec-ticidas y ahora, gracias a los avances de la biología molecular aplicada a la biologíaevolutiva, estamos entendiendo el elevado grado de adaptación –vía selección– delVirus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), lo que ha hecho hasta hoy impo-sible el logro de una vacuna.

Todos los sistemas que contienen una molécula informativa (ADN o ARN) enla que va cifrada información genética experimentan cambios. Algunos de estoscambios se constituirán en fracasos genéticos y tenderán a desaparecer de la pobla-ción por selección de los más aptos y otros exitosos que se fijarán en la poblacióny se proyectarán en el tiempo. La Teoría de la Selección Natural ha significado unhito para el desarrollo de todas las disciplinas biológicas, sin excepción, erigiéndo-se como una de las teorías más consistentes junto con la Teoría Celular, la delMovimiento de Placas Tectónicas y la Teoría de la Relatividad, entre otras.

Tal y como ha sucedido con otras conjeturas, la teoría de Darwin ha sido obje-to de cuestionamientos desde la religión, uno de los imperialismos más arraigadosa la historia humana. Aún hoy se discute –en diferentes planos– acerca de si ense-ñar la teoría de la evolución o reinsertar dentro de los programas de educaciónprimaria y/o secundaria la visión creacionista en el origen y desarrollo de las espe-cies. Parafraseando a Richard Dawkins (1990), gran etólogo inglés, el creacionismoha sido uno de los “memes” más exitosos en la cultura humana, se ha transmitidopor vía oral a través de las generaciones con un elevado éxito replicativo y que seha insertado en las mentes de los seres humanos modelando de manera notoria –en muchos momentos de la historia de la humanidad– el avance del otro granimperialismo: la ciencia.

THEORIA ha querido adherirse a los cientos de homenajes que se llevan acabo a través del mundo para conmemorar el natalicio de este biólogo universal.Tres destacados académicos chilenos publican sus ideas de Darwin a través denuestras páginas. El Dr. Tito Ureta Aravena, profesor titular de la Universidad deChile, nos presenta su notable reflexión acerca del libre albedrío y determinismoen el que se plantea, con buenos argumentos, que sólo el humano es capaz dediscernir entre varios cursos de acción, de decidir acerca de las consecuenciasvalóricas de sus posibles acciones, de tomar decisiones de acuerdo a su futuroposible; una discusión de larga data que es presentada al lector en un escrito ame-no y de fácil entendimiento. El Dr. Tamayo, profesor titular de la UniversidadCatólica del Maule, contribuye con una exhaustiva revisión acerca de la influenciade Darwin en Chile, analiza su viaje en la nave inglesa “Beagle”, revisa con sentidocrítico las reacciones producidas en nuestro país, la incorporación o eliminacióndel capítulo de evolutivo dentro de la enseñanza, así como los textos de estudiochilenos relativos a este tema publicados desde entonces y el Dr. Gonzalo Gajardo,de la Universidad de los Lagos, nos plantea las ideas de Darwin en el contexto dela diversidad biológica y la celebración de 200 años de la independencia de Chile,

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rinde un sentido tributo a los fundadores de la Sociedad de Genética de Chile(SOCHIGEN) y contextualiza el próximo congreso de la Asociación Latinoame-ricana de Genética (ALAG) que preside y que se realizará en conjunto con loscongresos de la Asociación Latinoamericana de Mutagénesis, Carcinogénesis yTeratogénesis Ambiental (ALAMCTA), Sociedad Argentina de Genética (SAG) ySOCHIGEN, en la ciudad de Viña del Mar entre el 1 y el 5 de octubre de 2010bajo el eslogan: “Biodiversidad Latinoamericana: el hombre y sus recursos genéticos”.

A los autores que nos han privilegiado con sus contribuciones y que formanparte de este número nuestros profundos agradecimientos por elegir a THEORIAcomo medio de divulgación de sus ideas. Esperamos que este número sea el iniciode reflexiones futuras que continúen inspirando un debate constructivo y armó-nico. Muchas gracias.

ENRIQUE ZAMORANO-PONCE, D.Sc.EDITOR THEORIA

REFERENCIAS

DAWKINS, R. (1990) The Selfish Gene, Oxford University Press, 2nd edition, tradepaperback, September, 352 pages, ISBN 0192860925.

FREEMAN, S. and HERRON, J.C. (2007). Evolutionary Analysis (4th edition).Pearson/Prentice Hall, New Jersey.NO AUTHORS (2009) Darwin and the culture. Nature 461, Nº 7268, octubre.SESSIONS, STANLEY K. and MACGREGOR, HERBERT C. (2009) The Necessity of

Darwin. Nature Precedings: hdl: 10101/npre.2009.2887.1.

Editorial / E. ZAMORANO-Ponce

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DARWIN, GENÉTICA Y BIODIVERSIDAD

DARWIN, GENETICS AND BIODIVERSITY

GONZALO GAJARDO1

Laboratorio de Genética, Acuicultura & Biodiversidad, Universidad de Los Lagos, [email protected]

RESUMEN

La celebración este año del bicentenario del natalicio de Darwin y de los 150 años de la publicación de sulibro El origen de las especies es el preámbulo conceptual para dos eventos que ocurrirán con ocasión delbicentenario de la independencia nacional: el año de la biodiversidad y el congreso de la Asociación Latinoa-mericana de Genética, ALAG 2010, Viña del Mar. Los pilares conceptuales del darwinismo, Descendenciacon Modificación y Evolución por Selección Natural, representan una idea revolucionaria y sin contrapesopara explicar el origen y diversidad del mundo viviente, que traspasa las fronteras biológicas e incluso tieneaplicación práctica. El lema del congreso ALAG, Biodiversidad latinoamericana: el hombre y sus recursos gené-ticos, evoca estos conceptos pero a la vez expresa los problemas que preocupan a la genética que Darwin noconoció. Por una parte, explicar las causas de la individualidad y de la diversidad humana y, por otra, losrecursos genéticos como base para la estabilidad de los ecosistemas y para el bienestar humano. Celebrar elaño de la biodiversidad requiere armonizar la explotación con la conservación de los recursos, dos fuerzasaparentemente antagónicas pero que sin embargo convergen bajo el concepto de sustentabilidad. Para que eldesarrollo sea sustentable es necesario caracterizar y monitorear espacio-temporalmente el potencial de cam-bio evolutivo de poblaciones y especies, propiedad que reside en sus atributos genéticos. Finalmente, elartículo esboza la complejidad inherente a la relación organismo-fenotipo y medio ambiente, de donde surgela necesidad de unificar el conocimiento, un aspecto que deberá ser abordado en el congreso ALAG. Losfundadores y forjadores de la genética y evolución chilena, y otros actores relevantes en un período de granefervescencia ideológica en torno al valor de la diversidad genética, son recordados hacia el final del texto.

Palabras clave: Darwin, biodiversidad, ALAG, genética.

ABSTRACT

The celebration of the bicentenary year of Darwin’s birthday and of 150 years since the publication of hisbook “ Origin of the Species “are the initial beginning of the two events that will occur with occasion of thebicentenary of our national Independence, the year of the biodiversity and of the Congress of theLatinamerican Genetic Association, ALAG 2010, that will take place in Viña del Mar, Chile. The centralconceptual pillars of Darwinism, Descendence with modification and Evolution by Natural Selection rep-resent a revolutionary idea and without counterpart to explain the origin and diversity of the living worldwhich overcomes the biological limits and even has a practical application. The main topic of the ALAGCongress is LatinAmerican Biodiversity: man ad his genetic resources, although these topics will be dis-cussed, at the same time the problems concerning the Genetics that Darwin did not know at his time willbe dealt with. On the one hand, it explains the causes of individuality and of human diversity, and on theother the genetic resources as the bases for the stability of the eco-system and human welfare. In order tocelebrate the year of the bio-diversity it is important to join the exploitation with the conservation of

1 Presidente Asociación Latinoamericana de Genética.

Ensayo / Essay

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resources, two apparently opposite forces but that nevertheless have the same name concept of sustainability.In order for development to be sustainable, it is necessary to characterize and monitor space temporarelythe potential development change of populations and species, property that lies in its genetic qualities.Finally the article deals with the inherent complexity of the organism-phenotype relation and the environ-ment, when the need l of unifying knowledge appears, an aspect that must be dealt with at the ALAGCongress. The founders and forgers of the Chilean evolution and genetics and other relevant actors in aperiod of great ideological concern the value of the genetics diversity are mentioned at the end of this spaper.

Keywords: Darwin, biodiversity, ALAG, genétics.

Recibido: 15.07.09. Revisado: 30.07.09. Aceptado: 31.08.09.

INTRODUCCIÓN

Junto con celebrar este año el bicentenariodel nacimiento de Charles Darwin (12 fe-brero 1809) y los 150 años de la publica-ción de El origen de las especies (24 de no-viembre de 1859) (Darwin, 1859), los ge-netistas y evolucionistas chilenos estamostrabajando para celebrar el bicentenario dela independencia nacional junto a otros doseventos igualmente trascendentes: el año dela biodiversidad y el congreso de la Asocia-ción Latinoamericana de Genética, ALAG2010, en Viña del Mar. Homenajeando aDarwin, este breve ensayo sugiere que el bi-centenario de la independencia, el año de labiodiversidad y los temas que actualmentepreocupan a la genética, y que serán consi-derados en el congreso ALAG 2010, se rela-cionan estrechamente con el mecanismopropuesto por él para explicar el origen ydiversificación del árbol de la vida, cuyospilares conceptuales son la Descendencia conModificación y Evolución por SelecciónNatural. Éstos gozan de generalizada acep-tación en el mundo académico, incluso másallá de las fronteras de la biología como, porejemplo, en las ciencias sociales, económi-cas y matemáticas. Igualmente en el mundoaplicado, donde el darwinismo aporta solu-ciones en el ámbito médico, agroforestal,farmacéutico, biotecnológico e informático(Bull & Wichman, 2001).

Los 200 años de independencia evocanel proceso de mezcla de patrimonios genéti-cos, locales e inmigrantes, que sumados alas influencias culturales, ambientales y a lainsularidad geográfica forjaron nuestra iden-tidad genética y cultural. Nuestras fortale-zas y debilidades, el tipo morfológico dis-tintivo a pesar de la diversidad, la conducta,capacidad creativa y de innovación, entreotros muchos fenotipos que nos identificancomo una sociedad relativamente particu-lar, han sido y serán gobernadas por los mis-mos procesos naturales que Darwin descu-brió. De la misma forma, la biodiversidadque alberga nuestra loca geografía de nortea sur, de océano a cordillera y a través deuna gran diversidad de ecosistemas acuáti-cos (dulceacuícolas, humedales, salares, es-tuarios, fiordos), surgió y se ramificó sujetaa los mismos principios naturales. Por sucondición de isla bio-geográfica, Chile cuen-ta con recursos genéticos que por ser alta-mente endémicos son de importancia parala diversidad global. El 2010 corresponderevisar hasta qué punto los firmantes de laConvención sobre Diversidad Biológica(CDB) (www.cbd.int/convention) lograronel objetivo de reducir la actual tasa de pérdi-da de biodiversidad a nivel global, regionaly nacional (Balmford et al., 2005). Chilecomo país firmante del CBD se enfrenta conla realidad de un modelo de desarrollo eco-nómico basado principalmente en la explo-

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tación de recursos naturales, situación pre-ocupante por el impacto que podría tenersobre un patrimonio de biodiversidad quees propio de este rincón del planeta, comoseñalamos. Para enfatizar la magnitud de esteimpacto baste señalar que la pesca y la cazade poblaciones naturales por el hombre tie-nen un impacto ecológico y evolutivo muysuperior (>300%) al producido por causasnaturales. Lo grave es que los cambios evo-lutivos toman más tiempo que los ecológicosen recuperarse, o pueden ser irreversiblescomo se ha demostrado para la talla y tiem-po a la madurez sexual en el bacalao, uno delos ejemplos más representativos.

En este escenario se realizará el congresoALAG en Chile, el segundo en un períodode 23 años que esperamos sea inauguradopor el Presidente que debería conducir al paísmás allá del umbral del desarrollo, un obje-tivo originalmente pensado para alrededordel 2010. El congreso ALAG es la oportu-nidad para evaluar el cumplimiento de lasmetas propuestas para el 2010 por los fir-mantes de la CBD, pero también para com-parar el esfuerzo efectivo realizado por cadanación latinoamericana por mejorar sus ca-pacidades científicas con relación a las nece-sidades específicas que este desafío deman-da. La ciencia ha sido lamentablemente elgran ausente en recientes foros mundialessobre biodiversidad, como denunció recien-temente un grupo de científicos suecos(Laikre et al., 2008).

El bicentenario de la independencia, elcongreso ALAG y el año de la biodiversidadconvergen en un tiempo de grandes desa-fíos para la humanidad, por la magnitud delimpacto antropocéntrico que no sólo afectade manera radical el clima, que ha recibidoespecial atención por parte de los gobiernos,políticos, la comunidad científica y la socie-dad en general, sino porque igualmente afec-ta la evolución de las especies animales. Y, loque podría ser más grave aún, nuestro pro-pio devenir como especie. Nuestra fragili-

dad no sólo se hará evidente frente al cam-bio climático, sino que ya es patente frenteal universo microbiológico, virus y bacterias,que son extraordinariamente eficientes parasobrevivir y reproducirse, que son las carac-terísticas especialmente evaluadas por la se-lección natural y cuyo efecto es mantener lacontinuidad del patrimonio genético de unindividuo, población o especie. Hay egoís-mo en esto de sobrevivir, ha señalado el bri-tánico Richard Dawkins, autor del aclama-do libro El gen egoísta (The Selfish Gene)(Dawkins, 1989), puesto que los genes uti-lizan –si pudiéramos decirlo así– a los indi-viduos ventajosos como vehículos o máqui-nas para auto-perpetuarse. Los genes son lasunidades discretas que postuló Mendel, res-ponsables de nuestras grandezas y miserias(Ridley, 1999), por medio de una intrinca-da y compleja trama de interacciones, entregenes y entre éstos y el ambiente. Mientraslos genes tienen larga vida, aunque no infi-nita, los individuos tienen una superviven-cia menor.

Retomando la muy sorprendente capa-cidad de los virus para perpetuar su infor-mación genética, a pesar de que difícilmen-te podemos considerarlos seres vivos, lapandemia provocada por el A (H1N1) quecausa la influenza humana, es un ejemplomuy didáctico del actuar de la selección na-tural. El potencial de cambio evolutivo de-pende de la variación heredable cuya fuenteprimaria son las mutaciones, y los virus tie-nen una gran capacidad para mutar y de estaforma generar variantes que se transmitenhorizontal y verticalmente. En otras palabras,una población de virus dispondrá casi siem-pre de una variante que puede resistir el ata-que del ambiente para replicarse exitosamen-te. Estos verdaderos replicones, o máquinasde auto-perpetuación, nos demuestran quelas mejores soluciones adaptativas en la na-turaleza no son siempre las más complejas.En otras palabras, no hay un único diseñoventajoso en esto de perpetuarse.

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BIODIVERSIDAD

En El origen de las especies, Darwin brindóuna solución y un mecanismo para una delas cuestiones más relevantes de la biologíacontemporánea como es entender el origeny diversidad de los organismos, pasados ypresentes. Al hacerlo generó una verdaderarevolución conceptual (Ruse, 1999), no tansólo por introducir ya casi al término de sulibro la palabra evolución, sino que por con-ceptualizar este fenómeno de una maneramenos transgresora como descendencia conmodificación, brindando de esta forma unaoportunidad para que la conservadora so-ciedad de la Inglaterra victoriana, centradaen una visión no natural del orden biológi-co y social, pudiera asimilarla de maneramenos traumática. Pero esta revolución fuemás profunda al proponer Darwin la selec-ción natural como el mecanismo naturalcapaz de explicar cómo a partir de formassimples se alcanzan mayores complejidadesen un proceso gradual de transformacionesen el tiempo. Hoy sabemos con más propie-dad que este proceso gradual se inicia con ladivergencia genética de poblaciones que ha-bitan ambientes diferentes (adaptacioneslocales), diferencias que al acrecentarse pue-den generar las discontinuidades que cono-cemos como especies. El cambio evolutivoocurre sin un horizonte determinado, demanera inconsciente y sin otro propósito ofinalidad que la auto-perpetuación de laspoblaciones y especies. Es probable que porno disponer de una visión adecuada de losmecanismos de la genética que aportaríaMendel posteriormente, ni menos de la es-tructura del ADN que propusieron el año1953 Watson y Crick, Darwin se refiriera alproceso de formación de las especies comomisterio de misterios. La genética es inicial-mente necesaria para entender el rol de lasmutaciones como fuente primaria de varia-ción entre individuos. Pero incluso sin estainformación Darwin visualizó la importan-

cia de estas pequeñas variaciones, según loexpresó en su libro, como sustrato para laacción de la selección natural. Difícilmentedos organismos exhiben caracteres que novaríen ampliamente y es por ello que laspoblaciones y especies son reservorios de unagran diversidad. Las variaciones ventajosasson transferidas a los descendientes para quea su vez se auto-perpetúen, ya sea en el am-biente de sus padres o eventualmente enotros gracias a la variabilidad que aporta larecombinación genética resultante de la re-producción sexual. Las barreras geográficasy de otro tipo que condicionan los tipos deapareamiento, por ejemplo las económicasy socio-culturales e incluso religiosas en elcaso humano, acrecentarán las diferenciasentre los grupos.

Uno de los tantos desafíos del congresoALAG en el año de la biodiversidad serácómo armonizar el progreso económico ba-sado en la explotación de los recursos gené-ticos con la conservación de los mismos. Estoes teóricamente posible si la explotación ocu-rre sustentablemente, concepto frecuente-mente utilizado pero poco valorado en sudimensión trans-generacional que sugiereque el uso de la diversidad biológica no debearriesgar su potencial evolutivo, es decir, lacontinuidad temporal y espacial de los re-cursos como para comprometer las necesi-dades y aspiraciones de las generaciones pre-sentes y futuras. Mantener el potencial evo-lutivo de una especie requiere conocer,monitorear y conservar la diversidad genéti-ca que reside a diferentes niveles, desde lasvariaciones alélicas en un gen, que son lafuente última para el cambio evolutivo, lasadaptaciones locales que residen a nivel delas poblaciones, hasta las especies que repre-sentan líneas evolutivas irremplazables(Mace, 2005). Finalmente, el ecosistema esla integración funcional de todo aquello,pero un sistema finito cuya capacidad decarga y resiliencia son limitadas y general-mente desconocidas. Por el horizonte de in-

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mediatez del desarrollo económico la visiónecosistémica es una de las omisiones rele-vantes cuando se explotan los recursos, res-ponsabilidad que recae en los grupos de in-terés: gobierno, empresarios, fondos que fi-nancian y priorizan la ciencia, comunidadcientífica y la comunidad. Producto de estaomisión es probable que la biodiversidad delpaís esté siendo severamente afectada sin quesiquiera lo sepamos. El desarrollo salmoni-cultor es una de las actividades productivasmás importantes del país, pero a la vez unejemplo de un modelo que privilegia lo eco-nómico. Los salmones son exóticos, es de-cir, no nativos en nuestros ecosistemas, y sesabe que la introducción de especies exóti-cas es la segunda causa de pérdida de biodi-versidad después de la fragmentación delhabitat (Gajardo & Laikre, 2003). Hay en-tonces un riesgo inherente para el ecosistemay las especies que contiene al disponer deuna inmensa biomasa de especies exóticasque por definición se escapan, ya sea a pul-sos regulares o masivamente. La industriasalmonera se desarrolló bajo el paradigmade crecimiento sostenido en un ecosistemasensible y limitado en recursos que, además,es poco conocido (Gajardo & Laikre, 2003;Buschmann et al., 2009). La aparición delvirus ISA que provoca una anemiahemorrágica cortó este ascenso triunfalorientado a la maximización de las ganan-cias, sumiendo a la industria y al país en unasevera crisis económica y social. Curiosamen-te esta crisis era predecible, pues responde aun principio ecológico fundamental que se-ñala que al traspasar la capacidad de cargadel ecosistema se genera contaminación y enestas condiciones los microorganismos yparásitos tienen un ambiente óptimo parasalir de sus huéspedes ocasionales, que songeneralmente desconocidos, para reprodu-cirse. Darwin llegó precisamente a la ideade lucha por la sobrevivencia luego de en-tender que las especies no pueden crecer in-definidamente si los recursos en el ecosistema

son limitados. Y también escribió sobre elpeligro que representaban las especies exóti-cas (Ludsin & Wolfe, 2001).

BIODIVERSIDAD LATINOAME-RICANA: SUS HABITANTES Y SUS

RECURSOS GENÉTICOS

Un congreso internacional de genética en elmarco de las celebraciones del bicentenarioy en el año de la biodiversidad es una opor-tunidad única para revisar el estado de avancede la genética en todos sus ámbitos, desde elgen a la sociedad. El lema del congreso se-ñalado en el subtítulo de esta sección resaltael valor de la diversidad y de la genética comofactor de desarrollo y de bienestar humano.Esto último no sería posible sin la adecuadacaracterización, monitoreo y explotaciónsustentable de los recursos genéticos. Lasfortalezas y debilidades de nuestros países enlas diferentes áreas del conocimiento gené-tico-evolutivo, y en ciertos organismos enparticular, reflejan las prioridades estableci-das por los gobiernos y agencias de finan-ciamiento. Lamentablemente muchas vecesno hay coherencia entre las necesidades ob-jetivas de conocimiento, el organismo estu-diado y los recursos asignados, lo que es unagran debilidad pensando en el desarrollosustentable y en una aproximación ecosisté-mica.

Por otra parte, los recursos humanos dis-ponibles en el país y los temas que abordanreflejan la tradición en ciertas áreas, perotambién el esfuerzo-país por fortalecerlaspensando en un propósito definido. La ca-pacitación de recursos humanos en áreasdeficitarias, como sería la caracterizacióngenética de especies explotadas y de aque-llas sobre-explotadas y de otras nativas vul-nerables, requiere un esfuerzo inmediato.

Los avances tecnológicos y bio-informáti-cos que han incrementado la resolución paraescudriñar las profundidades del genoma, la

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fidelidad de su reproducción y el significa-do de su mensaje, permiten probar la forta-leza de la teoría darwiniana. Conceptoscomo el de gen han evolucionado de la manode estos avances (Gerstein et al., 2007). Larevolución de las omicas (genómica, proteó-mica, metabolómica) revela cómo ha evolu-cionado el conocimiento en el aspecto clavedel paradigma darwiniano: la relación delorganismo con su medio ambiente y vice-versa, aclarando –o complejizando– el en-tendimiento de los factores que afectan lasobrevivencia y reproducción que son pará-metros de la adecuación biológica (fitness),tanto en humanos como animales. Se handevelado igualmente procesos genómicos yse han descubierto genes que producen ais-lamiento reproductivo, que es la prueba “áci-da” que reconoce el nacimiento de una es-pecie según el concepto biológico de espe-cie, proceso que incrementa la biodiversidad.Finalmente la genética y la biología evoluti-va tienen aplicación industrial en un amplioespectro de actividades. Por ejemplo, las téc-nicas filogenéticas que se sustentan en elprincipio de descendencia con modificación,permiten monitorear enfermedades e iden-tificar especies de interés médico-farmaco-lógico, normalmente microorganismos, y es-pecies que es necesario conservar, mientrasque la evolución por selección natural se usaen ámbitos tan dispares como la creación denuevas drogas para la medicina y de enzimaspara uso industrial, o para contrarrestar oevitar microbios resistentes, y en el diseñode nuevas tecnologías computacionales.

La selección natural como mecanismoconductor de la evolución se ha extendido adiversos ámbitos del conocimiento. Así lodemuestra un reciente estudio (Pagel, 2009)que analizó la presencia del término selec-ción natural en el título o en las palabrasclaves de alrededor de 14.000 artículos pu-blicados el 2008 en revistas ISI. Como eraesperable, el término está ampliamente re-

presentado en revistas de genética y heren-cia, pero también en un número importan-te de artículos publicados en revistas dematemáticas, nutrición y dietética, neuro-ciencias, meteorología, patología, biotecno-logía, sociología, ciencias sociales, cardiolo-gía, pediatría, ciencias veterinarias y quími-cas. Se desprende de ello la amplia acepta-ción de los principios darwinianos, pero tam-bién nos indica que la relación genoma-indi-viduo-medio ambiente puede ser más com-pleja que lo percibido desde la propia disci-plina, razón por la cual se requeriría unificarel conocimiento, como ha sugerido E. O.Wilson, el padre de la sociobiología (Wilson,1998). Un ejemplo de esta complejidad esel fenotipo que debe responder a las varia-ciones ambientales en tiempo real, mientrasque los cambios genómicos ocurren en otratemporalidad. En el caso humano interesasaber de qué manera interactúan y contri-buyen a la sobrevivencia y reproducción lacompleja biología de los individuos, su men-te organizada en memes, o unidades cogni-tivas, y los elementos culturales que la mol-dean por efecto de la selección (Pagel, 2009).

EVOLUCIÓN DE LAGENÉTICA NACIONAL

Así como Darwin concibió su teoría influen-ciado por diversos pensadores, tanto dentrocomo fuera del ámbito disciplinario, el de-sarrollo de la genética chilena tiene su nodofundacional en los profesores Danko Brncic,Gustavo Hoecker y René Cortázar (Fig. 1),socios-fundadores de la Sociedad de Gené-tica de Chile (SOCHIGEN) y Premios Na-cionales de Ciencia por sus exitosas líneasde investigación, formación de discípulos yde recursos humanos para la ciencia nacio-nal. Cada uno desde su campo de acciónabrazó el darwinismo y su versión posterior,la teoría sintética de la evolución, que in-

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corporó la genética al estudio de la adapta-ción y especiación, cuyo máximo exponen-te fue Theodosius Dobzhansky, creador dela célebre frase: “Nada tiene sentido en bio-logía si no es a la luz de la evolución”.

El profesor Danko Brncic, quien trabajócon Dobzhansky en Nueva York, desarrollóla genética evolutiva con la mosca Drosófila,organismo de preferencia en estos estudiosal permitir comparar la situación natural conla experimental o de laboratorio. El Prof.

Brncic estudió con gran éxito la integracióndel genotipo en poblaciones geográficas, endonde las inversiones cromosómicas prote-gen complejos adaptativos de genes al evitarla recombinación. Detalles de la vida deDanko Brncic aparecen en un merecido ho-menaje realizado por la Revista Chilena deHistoria Natural (Godoy-Herrera & Gajardo,2001). El profesor Gustavo Hoecker desa-rrolló la immunogenética, una disciplinarelevante para la sobrevivencia y reproduc-

Foto 1. (Izq. a der.) Profesores Danko Brncic, René Cortázar y Gustavo Hoecker, fundado-res de la Sociedad de Genética de Chile (SOCHIGEN), Premios Nacionales de Ciencias ymentores de importantes discípulos en sus líneas de investigación: genética-evolutiva, cien-cias agronómicas e inmunogenética.Profesor Ricardo Cruz-Coke, organizador del congreso ALAG, Viña 1986 y PresidenteHonorario del Congreso ALAG 2010, genetista humano, estudió y formó discípulos engenética de poblaciones de comunidades aborígenes y chilenas en las cuales investigó di-versos factores evolutivos. Profesor Tito Ureta utilizó destacadamente el modelo de lashexoquinasas, para defender la visión neutralista, en contraposición a la seleccionista, enuna época de gran ideologización respecto del valor de la variabilidad genética.

Darwin, genética y biodiversidad / G. GAJARDO

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ción de los organismos que él estudió utili-zando el complejo HLA en humanos y H-2en ratones, dos modelos de complejos adap-tativos. El Dr. René Cortázar fue pioneroen la genética agrícola y mejoramiento ge-nético animal y vegetal, destacándose por suesfuerzo por introducir nuevas tecnologíasy desarrollos conceptuales para aumentar laproductividad de cultivares como el trigo.

El Dr. Ricardo Cruz-Coke, quien es unode los Presidentes Honorarios del congresoALAG 2010, fue responsable, junto a la Dra.Nelly Lafuente, del congreso ALAG de Viñadel Mar el año 1986. El Dr. Cruz-Cokeimpulsó el desarrollo de la genética humanateniendo como sustrato conceptual el darwinis-mo, como lo demuestra en un reciente artí-culo en la Revista Médica de Chile (Cruz-Coke, 2009), a propósito del bicentenario deDarwin, en donde recuerda que la pobla-ción chilena y diversos grupos aborígeneshan evolucionado (cambio en la frecuenciade sus genes) sometidos a los mismos prin-cipios que rigen a los animales. Por una par-te, variación genética producida por muta-ciones, recombinación y migrantes (flujogénico) y, por otra, selección y deriva gené-tica. Junto con demostrar el rol de la selec-ción, el Dr. Cruz-Coke y colaboradores de-mostraron cómo la relajación de la selecciónse expresa en patologías que afectan la so-brevivencia y reproducción, tema de graninterés médico. La Dra. Lafuente investigóel impacto mutagénico y cancerígeno deagentes ambientales (genotóxicos) y muchosde sus discípulos se agrupan hoy enALAMCTA (Asociación Latinoamericana deMutagénesis, Carcinogénesis y TeratogénesisAmbiental), entidad dirigida por el Dr. En-rique Zamorano-Ponce y que co-organiza elcongreso ALAG.

Finalmente, y para introducir al profesorTito Ureta, me tomo la libertad de un pe-queño preámbulo. La época en la que vivie-ron mis homenajeados (Fig. 1), congresoALAG 1986 incluido, fue muy fecunda cien-

tíficamente a pesar de los limitados recursosdisponibles para la investigación, para el in-tercambio de investigadores y para reclutardoctorandos (los posdoctorados no habíannacido para la realidad nacional). Igualmentefue una época muy ideologizada científica-mente, y recuerdo agitados seminarios de-partamentales en la Facultad de MedicinaNorte de ese entonces en torno al problemade moda por largos años, referido al valorde la variabilidad genética en las poblacio-nes naturales. El profesor Brncic defendía lapostura seleccionista, es decir que la variabi-lidad genética ampliamente distribuida enel universo biológico tenía un rol adaptati-vo, mientras que otros que como el Dr. Fran-cisco Rothhammer, que trabajaba en gru-pos humanos pequeños, abrazaban la visióncontraria (neutralismo). En este contexto des-taco el rol activo que jugó el Dr. Tito Ureta, aquien conocí en mis años de estudiante enla Facultad de Ciencias, como participantehabitual en discusiones sobre esta temática,aportando desde la visión molecular, espe-cíficamente desde la óptica de las hexoqui-nasas que son enzimas que catalizan la fos-forilación de la glucosa por medio de ATP.Por su importante rol en la generación deenergía para la sobrevivencia y reproducciónde las máquinas de auto-perpetuación queson los organismos, su valor adaptativo esalto y el Dr. Ureta aprovechó muy astuta-mente y con la complicidad del código ge-nético que es redundante, la neutralidadadaptativa que se verificaba al ocurrir muta-ciones que alteraban la secuencia de aminoá-cidos en las hexoquinasas sin que ello repre-sentara un cambio funcional detectable. Másaún, veo como importante para la época queun bioquímico, normalmente centrado enlas profundidades de la maquinaria delmetaboloma, traspasara los límites de su dis-ciplina para pensar en otras complejidades,y en eso creo que Tito Ureta se anticipó a lostiempos.

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AGRADECIMIENTOS

Agradezco al Dr. Enrique Zamorano por lainvitación para escribir este ensayo. La Dra.Alicia Ramos respondió prontamente a misolicitud de contar con fotos del profesorHoecker, mientras que el Dr. Roberto Neirahizo lo mismo con la del profesor Cortázar.El profesor Ureta fue igualmente diligente yme apoyó adicionalmente con literatura ac-tual y lo mismo hizo el Dr. Cruz-Coke. Agra-dezco a todos por permitirme plasmar enuna foto el recuento histórico de este artícu-lo.

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CHARLES DARWIN Y EL DARWINISMO EN CHILE

CHARLES DARWIN AND THE DARWINISM IN CHILE

MANUEL TAMAYO HURTADO

Instituto de Ciencias Básicas, Universidad Católica del Maule, Talca, ChileAvda. San Miguel 3605, Casilla 617, fono 203419, [email protected]

RESUMEN

Se analiza el viaje de Charles Darwin en la nave inglesa Beagle, su estadía en Chile y las contribuciones a laciencia que hizo desde este país, así como su importancia para el desarrollo de sus ideas sobre la evoluciónbiológica. Se revisan las reacciones producidas en Chile, a favor o en contra, las publicaciones y conferencias,la incorporación o eliminación del tema evolutivo en la enseñanza, así como los textos de estudio chilenosrelativos a este tema publicados desde entonces.

Palabras clave: Antidarwinismo, creacionismo, darwinismo, evolución biológica.

ABSTRACT

Discusses Charles Darwin‘s journey on the British ship “Beagle”, his stay in Chile and contributions toscience that he made to this country and the importance for the development of his ideas about biologicalevolution. We reviewed the reactions produced in Chile, for or against, publications and conferences, aswell as the addition or removal of the evolution topics in the teaching process and in the Chilean study textsrelated to them.

Keywords: Antidarwinism, biological evolution, creationism, darwinism.

Recibido: 06.03.09. Revisado: 15.04.09. Aceptado: 22.04.09.

CHARLES DARWIN EN CHILE

A los 22 años, después de realizar sus estu-dios universitarios, Charles Darwin (1809-1882) se embarcó en la nave inglesa H.M.S.Beagle, capitaneada por Robert FitzRoy, querealizó una vuelta al mundo de casi cincoaños. Salió desde Inglaterra (Devonport,Plymouth), el 27 de diciembre de 1831, si-guió por las costas de África, océano Atlán-tico, Estrecho de Magallanes, costas sudame-ricanas, islas Galápagos, Nueva Zelanda,

Australia, Cabo de Buena Esperanza y Sal-vador de Bahía, volviendo a Inglaterra (Falmouth)el 2 de octubre de 1836 (Darwin, 1951;Moorehead, 1980).

Chile fue el país que más recorrió Char-les Darwin, estuvo aquí durante la terceraparte del viaje, desde el Beagle y en largas ex-cursiones en mula, a caballo o a pie (Darwin,1951). El 21 de diciembre de 1832, el Beagleingresa a aguas chilenas y retorna luego aArgentina y Uruguay; entre el 23 de enero yel 5 de marzo de 1834 recorre la zona aus-

Ensayo / Essay

Theoria, Vol. 18 (1): 19-33, 2009 ISSN 0717-196X

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tral de nuestro país, y llega por tercera vez aChile el 21 de mayo de 1834. Su estadía nopasó inadvertida para autoridades ni inte-lectuales o científicos nacionales. José Joa-quín Prieto y Vial (1786-1854), Presidentede la República, extendió a Darwin y aRobert FitzRoy sendas cartas con el fin deque se les dieran facilidades para realizar sustrabajos. El 18 de marzo de 1835 Darwinescribe:

Los aduaneros se muestran muy corteses;esta cortesía quizás proviniera del pasa-porte que me había dado el Presidente dela República; pero, ya que trato de esetema, lo aprovecharé para expresar miadmiración por la cortesía natural de casitodos los chilenos (Darwin, 1951, p. 368;Darwin, 1996, pp. 208-209).

En aquellos años era muy influyente enel ambiente intelectual chileno el ilustre ve-nezolano Andrés Bello (1781-1865), radi-cado en Santiago, quien publicó en el pe-riódico El Araucano extractos del libro en elque Darwin y FitzRoy relatan su viaje, reco-nociendo la importancia de las observacio-nes realizadas (Bello, 1939, 1940).

Semanas después de llegar a Chile,Darwin desarrolla una interesante hipótesisgeológica. Sugiere que grandes bloques dela corteza terrestre se desplazan lentamentehacia arriba y abajo en relación al nivel delmar, y la cordillera se ha levantado por acti-vidad volcánica en tiempos geológicos rela-tivamente recientes, hipótesis que apoyó conevidencias. El 20 de febrero de 1835 un te-rremoto devastó gran parte de la costa.Darwin escribe:

El efecto más notable de este terremoto(sería probablemente más correcto decirla causa de ese terremoto) fue una eleva-ción permanente de la tierra. La tierra al-rededor de la Bahía de Concepción se le-vantó dos o tres pies. En la Isla SantaMaría la elevación fue todavía mayor: se

hallaron lechos de moluscos pútridos aúnadheridos a las rocas a una altura de diezpies sobre el nivel del mar. La elevaciónde estas regiones es especialmente intere-sante por haber sido el escenario de otrosviolentos terremotos y por el gran núme-ro de moluscos esparcidos por la tierrahasta una altura de 600 e incluso de 1000pies. En Valparaíso, moluscos semejantesse encontraron a una altura de 1.300 pies:es difícil dudar que estas grandes eleva-ciones se deban a pequeños levantamien-tos sucesivos (Darwin, 1951, p. 362;Darwin, 1996, pp. 203-204).

Cuando en 1834 ascendió al Cerro LaCampana, cerca de Valparaíso, observó lasterrazas marinas que le sugerían un solevan-tamiento del terreno e ideó una hipótesispara explicar el origen de los arrecifes cora-linos, que confirmó en Tahiti, islas Cocos yMauricio.

Además, Charles Darwin observó las si-militudes y diferencias entre especies que nopueden atravesar la cordillera, a ambos ladosde los Andes. Escribe el 23 de marzo de 1835:

La diferencia considerable que existe en-tre la vegetación de estos valles orientalesy la de Chile no deja de extrañar, ya queel clima y la naturaleza del suelo son casiidénticos, y la diferencia de longitud geo-gráfica es insignificante. La misma obser-vación puede aplicarse a los cuadrúpedos,y en grado algo menor a las aves e insec-tos. Puedo citar como ejemplo los roedo-res; en efecto, encontré 13 especies en lascostas del Atlántico y tan sólo 5 en las delPacífico; y ni una sola de éstas se parecen.Este hecho concuerda perfectamente conla historia geológica de los Andes; estasmontañas, en efecto, siempre han consti-tuido una infranqueable barrera desde laaparición de las razas actuales de anima-les (Darwin, 1951, p. 382; 1996, p. 226).

Esto demuestra que ya estaba analizandola distribución de las especies como conse-

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cuencia de la evolución biológica. En la zonapatagónica le llamó la atención que vivieranarmadillos y se encontraran fósiles degliptodontes, ambos mamíferos cubiertospor un mismo tipo de caparazón. Escribe:

Este sorprendente parentesco, en el mis-mo continente, entre los muertos y losvivos, arrojará muy pronto, no lo dudo,mucha más luz que cualquier otra clasede hechos sobre el problema de la apari-ción y desaparición de los seres organiza-dos en la superficie de la Tierra (Darwin,1951, p. 202).

Analizó las estrategias de plantas y ani-males, incluyendo seres humanos, para eva-dir o tolerar el frío extremo austral, fenóme-no relacionado con procesos evolutivos. Sutrato con los fueguinos, que eran considera-dos como los humanos más primitivos exis-tentes, le hizo apreciar un abismo entre hom-bres primitivos y civilizados, influyendo ensu concepción de un mundo en evolución.Entre sus hallazgos paleontológicos se en-cuentran los primeros ammonites sudame-ricanos, que halló en 1834 en el Monte Tarn,a 75 kms. de Punta Arenas. Entre sus con-tribuciones al conocimiento de nuestra fau-na se encuentran la llaca (Thylamys elegans),la ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii)y el zorrito chilote (Pseudolopex fulvipes).

John Meehan (1971, pp. 169-170) co-menta:

Durante estos cinco años del viaje en laBeagle creció en importancia como cien-tífico y como hombre. América del Surle mostró el inmenso poder de la natura-leza en forma nítida, y la impresión querecibió diole una perspectiva certera de lavida y condujo su mente a estudiar la evo-lución del hombre y a estudiar su origen.

Darwin describió a la Patagonia comouna zona muy árida, semidesierto con vege-tación raquítica y espinuda, con poco agua.

Desde hace tiempo algunos escritores handenigrado a Darwin por estas palabras, acu-sándolo de que perdiésemos la Patagonia,señalando que su análisis pesimista de la zonahabría sido aceptado por Diego Barros Ara-na (1830-1907) y ello habría llevado a suentrega a la Argentina. El escritor EmilioVaisse (1860-1935) publicó bajo el pseudó-nimo de Omer Emeth (1931) una nota enla que plantea esta idea, diciendo que BarrosArana “se dejó engañar por Darwin”. Estaacusación es absurda, típica de antievolucio-nistas que buscan desacreditarlo. El escritorToby Green (2000 p. 139), señala que apar-te de un breve viaje a Santa Cruz, la zonainterior de la Patagonia permaneció inexplo-rada, de manera que las palabras de Darwinno podían considerarse como una caracteri-zación amplia de esa zona. Sergio Villalobos(1960) comenta que Charles Darwin no fueni el único ni el primero en hacer tal des-cripción de la Patagonia y que Chile perdióesta zona por razones más decisivas, comola incertidumbre con motivo de la Guerradel Pacífico. Además, son cosas distintas ladescripción de una zona árida y la afirma-ción de que cierta zona carece de futuro eco-nómico, aspecto sobre el cual Darwin no sepronunció. Carlos Keller (1959-1960, pp.117-118) afirma: “El que esto escribe cruzóel mismo territorio, del Pacífico al Atlánti-co, un poco más al norte que Darwin, entrePuerto Aisén y Comodoro Rivadavia. Si seme preguntara si el juicio de Darwin es acer-tado, lo confirmaría: su retrato correspondeexactamente al aspecto del territorio”. Porotra parte, si esa descripción fue importantepara Chile, ¿por qué no lo fue para Argenti-na o Inglaterra? Si aceptásemos los argumen-tos de Vaisse, podríamos agradecerle a Char-les Darwin que con sus palabras nos hayaevitado una guerra con Argentina, dado quesi hubiese manifestado que Patagonia teníaun gran futuro económico, ambos gobier-nos habrían luchado decididamente por ella.Carlos Keller (op. cit.) comenta que las opi-

Charles Darwin y el darwinismo en Chile / M. TAMAYO H.

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niones de Darwin fueron positivas porquealejaron a los intereses británicos por aque-lla “tierra de nadie” y recuerda que Gran Bre-taña ya había ocupado a las Islas Malvinas.

LA TEORÍA DARWINISTAY SU IMPACTO EN CHILE

Entre fines del siglo XIX y comienzos delXX surgieron los principales pronunciamien-tos a favor o en contra del evolucionismoentre la intelectualidad chilena. El químicopolaco Ignacio Domeyko Ancuta (1802-1889) llegó a Chile en 1838 y sucedió aAndrés Bello como Rector de la Universi-dad de Chile. Profundamente religioso, eraprofesor de Ciencias en el Seminario de San-tiago, dependiente del Arzobispado. Mien-tras Charles Darwin menciona los estudiosde Domeyko tanto en el Capítulo VIII deGeological Observations On South Americacomo en su correspondencia, Domeyko enElementos de mineralogía no menciona aCharles Darwin, ni siquiera en la segundaedición, editada en 1860, cuando Darwinya era famoso (Villalobos, 1970, p. 42). Ale-jandro Fuenzalida Grandón comenta que aDarwin la Universidad de Chile no lo nom-bró miembro honorario y nunca le efectuóun homenaje, de lo cual responsabiliza a Ig-nacio Domeyko (Fuenzalida, 1933, p. 103).

En 1866, Rodulfo Amando Philippi (1808-1904), médico alemán radicado en Chile, pu-blica el primer libro de Ciencias Naturales parala enseñanza secundaria, Elementos de historianatural. Se limitó a exponer las ideas de Char-les Darwin, sin apoyar al evolucionismo sinomás bien dudando de su validez: “El que estoescribe no cree en este cambio de una espe-cie en otra, a no ser de un modo muy limi-tado (…), pero un libro elemental como ésteno es lugar para la discusión de cuestionesde esta naturaleza”. Plantea que la HistoriaNatural “nos revela al Hacedor Supremo ensus obras milagrosas” (Philippi, 1866, p. 3).

No obstante, Diego Barros Arana comen-ta: “Apenas publicado su libro, se desatócontra él en la prensa conservadora i relijiosauna guerra implacable de dicterios i de ul-trajes por haber sostenido, se decía, i porenseñar que el hombre provenía del mono”(Barros Arana, 1904, p. 146).

El historiador Diego Barros Arana ini-cialmente expuso con mucha cautela las in-terpretaciones evolucionistas. En sus Elemen-tos de Jeografía Física (1871) se refirió a lasucesión de los fósiles y a la antigüedad delser humano, sin pronunciarse ni a favor nien contra. Quienes primero acogen clara-mente al evolucionismo darwiniano en Chileson dos médicos que publican artículos enla Revista Médica de Chile: En 1872, el ciru-jano Adolfo Valderrama (1834-1902) valo-ra los conceptos de la antropología evoluti-va y la evolución natural e histórica del serhumano (Valderrama, 1872). Dos años des-pués, Pedro Candia Salgado, cirujano mili-tar, escribe acerca de la generación espontá-nea y plantea ideas de Darwin:

La forma de los animales se transformalentamente según el medio en que viven.Los cambios que ha habido han sido len-tos y han transformado a los animales. Elhombre desciende de seres inferiores.Cada generación ha legado algo a la quele ha sucedido y los perfeccionamientosrepetidos durante siglos han dado comoresultado las formas de los seres superio-res que contemplamos hoy (Candia,1874).

La reacción no se hizo esperar. Los días23 de abril, 7 de mayo y 11 de mayo de 1874,el presbítero Luis Vergara Donoso (1842-1909), profesor del Seminario Pontificio deSantiago, dictó conferencias en la IglesiaMetropolitana sobre “La biblia y la arqueo-logía”, señalando que la teoría darwinianaes incompatible con el dogma cristiano y quecarece de base científica (Vergara, 1874).

El profesor Valentín Letelier Madariaga

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(1852-1919) dictó conferencias que publi-có en El hombre antes de la historia, defen-diendo la antigüedad del ser humano y alu-diendo a Charles Darwin (Letelier, 1877).En la introducción al tema, dice:

Hasta ahora nosotros hemos vivido acos-tumbrados a oír lanzar desde los púlpi-tos, inaccesibles al vulgo, imprecacionestremendas contra los adelantos científi-cos modernos por hombres que no sóloignoran hasta los rudimentos de la cien-cia positiva, sino también, como diceBüchner, están maniatados por artículosde fe para usar libremente de la inteligen-cia y aprender a distinguir la verdad delerror (Letelier, 1877, p. 4).

El mismo año Jenaro Abásolo Navarrete(1825-1884) publicó La Personalité, dondevalora los aportes evolucionistas de Darwin(Abásolo,1877). En 1878 el médico JuanSerapio Lois Cañas (1844-1913), dictó lasconferencias “Fases históricas de la nociónde la vida” e “Historia de las teorías biológi-cas”, que fueron publicadas por el periódicoEl Atacama desde el 4 de septiembre de1878.

Juan Enrique Lagarrigue (1852-1927)escribió Bocetos filosóficos y literarios, dondetambién habla del evolucionismo(Lagarrigue, 1878). En 1879, el médico JuanJosé Bruner (1825-1899), nacido en Varso-via y con residencia en Chile, criticó al da-rwinismo por dejar de lado al espíritu. En1879, el ingeniero y escritor Daniel BarrosGrez (1834-1904) publicó Escepciones de lanaturaleza, apasionada defensa del creacio-nismo fijista. Mientras otros antievolucio-nistas manifestaban la inexistencia de for-mas de transición, Daniel Barros Grez ma-nifiesta que los “animales intermediarios” sonverdaderas “escepciones de la naturaleza”,cuya existencia demuestra la intención divi-na de manifestar a los humanos la unidadde la creación.

En 1887 y 1889 se publicó Elementos de

filosofía positiva, de Juan Serapio Lois, quetrata ampliamente la evolución biológica.Escribe:

En el estudio de la evolución biológicahemos podido observar cómo la teologíai metafísica acometían desde mui tempra-no el estudio del hombre i de la vida enjeneral, buscando los causas íntimas delos fenómenos sin haber conocido prime-ramente los fenómenos más elementalesi sencillos del mundo inorgánico; acome-tían así la misma empresa que el que qui-siese en matemáticas emprender el estu-dio de las secciones cónicas sin conocerpreviamente las propiedades de las líneas(Lois, 1889, p. 111).

En 1888 se publicó Algo sobre el hombre,del agrónomo Luis Arrieta Cañas, en el quese desarrollan ideas evolucionistas. Según esteautor, “la única teoría que satisface las exi-gencias de la ciencia y de la razón es la deltransformismo, la de la evolución del mun-do orgánico” (Arrieta, 1888, p. 38). El mis-mo año aparece El darwinismo. ¿Cuál es laposición del hombre en el Universo?, del lin-güista Alberto Liptay. Su posición se mani-fiesta en frases como:

Me refiero al imperio orgánico en generaly al reino animal en particular y en estecampo de la indagación humana en don-de brillan en todo su esplendor las lucesde naturalistas como Huxley, Haeckel yotros, y por sobre todos ellos la antorchade Darwin, este pontífice en la jurisdic-ción de la verdad (Liptay, 1888, p. 48).

Según Alejandro Fuenzalida Grandón(1865-1942), aproximadamente en 1889 seleyeron conferencias sobre evolucionismo enel Club del Progreso, y el profesor Eduardode la Barra (1839-1900) compuso una poe-sía titulada “Darwin y el mono” (Fuenzalida,1933, p. 96).

En su discurso de incorporación a la Fa-

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cultad de Filosofía, Humanidades y BellasArtes, en 1892, el político e historiador LuisBarros Borgoño (1858-1943) se refirió a “Laenseñanza de la historia”, aludiendo a “to-dos los sabios modernos que han seguidolas huellas luminosas trazadas por Lyell yDarwin”. El mismo año, el naturalista in-glés Edwin C. Reed (1841-1910) publicóun compendio en el que cataloga las espe-cies de vegetales y animales chilenas. Llamala atención que incluye al ser humano, se-ñalando que “las cuatro razas de la especiehumana se encuentran representadas enChile” (Reed, 1892 p. 1), y refiriéndose a lospajarillos conocidos como turcos, reprodu-ce las opiniones de Charles Darwin, a quiencalifica de “el célebre Darwin” (Reed, 1892,p. 26).

El 2 de agosto de 1892, el geólogo AlphonseF. Nogués (?- 1895) expuso en la Bolsa Co-mercial de Santiago acerca de “Descenden-cia del hombre y darwinismo”, charla quese publicó al año siguiente. Expresó:

Señoras y señores: Las cuestiones relati-vas al origen del hombre y de los seresorganizados, son problemas de HistoriaNatural, de Biología, para los cuales lateología es incompetente, ellos deben serestudiados y discutidos por el métodocientífico, sin ninguna injerencia de losobrenatural, ellos deben ser resueltosmerced a la observación y a la experimen-tación, por la sola luz de la razón (Nogués,1893, p. 3).

En 1893, en Historia general de Chile,Diego Barros Arana (1830-1907) se refirióa Charles Darwin:

Es uno de los más altos genios de nuestrosiglo, que durante su residencia en Chileiba a fijar las bases fundamentales de lageología de nuestro país, y a ensancharsus conocimientos con hechos y con ob-servaciones que 25 años más tarde lo lle-varon a anunciar la teoría científica que

ha modificado todas las concepciones bio-lógicas, y abierto un camino luminoso alestudio de la naturaleza (Barros Arana,1893, Tomo XV, p. 329).

Diego Barros Arana planteó la gran anti-güedad de la Tierra, por lo cual recibió fuer-tes ataques por parte del conservador PedroNolasco Cruz (1857-1939), quien en el pe-riódico El Porvenir escribió:

La prudencia más cordura y el sentidocomún le aconsejaban abstenerse de tra-tar una materia que, sin tener relación conlos acontecimientos de la historia de Chiley estando íntimamente ligada con el dog-ma católico, habría de aparecer, en la for-ma que él la presenta, como una provo-cación a las creencias de la gran mayoríade los chilenos.

El agrónomo Luis Arrieta Cañas salió endefensa del historiador en un artículo pu-blicado en mayo de 1893 en “La libertadelectoral”, recopilado en 1926 en un libro.Escribe: “El señor Cruz es más bien un lite-rato que un crítico. Como crítico es dema-siado apasionado; su ilustración científica esdefectuosa y deficiente; su sistema es el deFray Simón: cariñitos para los que oyen misa,tajos y rebenques para los que no creen enlos milagros” (Arrieta, 1926, p. 209).

Juan Serapio Lois publicó en 1897 El cris-tianismo considerado científica, moral y polí-ticamente, en el que afirma:

A medida que la ciencia ha podido esplicarsela formación de los vejetales i animales, in-cluso el hombre mismo, a medida que hapodido esplicarse la formación de los astros,todo por causas naturales, la creencia enDios ha ido disipándose en muchas perso-nas de cierta ilustración (Lois, 1897, p. 6).

En 1901, el agrónomo Simón B. Rodrí-guez publicó una memoria sobre la carpofa-gia como alimentación natural humana de

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acuerdo con sus ancestros evolutivos (Ro-dríguez, 1901). Cuando Valentín Letelierpublicó el primer tomo de La evolución dela historia, Carlos Risopatrón (1901, p. 25)opinó:

En el libro titulado Evolución de la histo-ria por don Valentín Letelier se anula todolo que manda creer la Iglesia Católica, serenuevan todos los errores y ataques a susdogmas y enseñanzas, y en una palabrase ataca directamente la Religión Católi-ca, Apostólica Romana, que feliz y cons-titucionalmente es la del Estado. Es portanto uno de los más perjudiciales para laenseñanza de la juventud y de las máspeligrosas para las personas adultas quelo tomen en sus manos.

El presbítero Carlos Silva Cotapos dice:“La cuestión del origen del hombre y la pre-historia proporcionan al señor Letelier unanueva ocasión de atacar a la Biblia, su eter-na pesadilla...” (Silva Cotapos, 1901, p. 67).

En 1902 se publicaron dos textos de es-tudio evolucionistas: Teoría de la evoluciónde Otto Burger y La teoría biolójica de laevolución natural de los seres vivientes deBernardino Quijada Burr, que se reeditó 11veces hasta 1934. Otto Burger ponía en dudala herencia de los caracteres adquiridos ydefendía la posición del ser humano dentrodel reino animal. Su texto sobre evoluciónestá organizado en una primera parte deno-minada “El darwinismo o la teoría de la se-lección” y una segunda parte sobre “El trans-formismo o la teoría de la descendencia”. Eltexto de Quijada entrega argumentos a fa-vor del evolucionismo, no recoge ningunaobjeción creacionista, y acepta tanto la he-rencia de caracteres adquiridos como la evo-lución humana. Recibió fuertes críticas enla prensa conservadora.

El 16 de enero de 1903, el diario El Pro-greso de Copiapó publicó una acusación con-tra el profesor Juan Serapio Lois. El diarioLa Tarde comentaba:

Ha llegado a la Universidad un volumi-noso expediente en el que calumnia gro-seramente al distinguido doctor Lois, acu-sándolo por sus creencias científicas quedesarrolla en el Liceo de Hombres deCopiapó. Los acusadores son todos pa-dres de familia, pero afiliados en cuerpoy alma al partido conservador, clerical”(reproducido en Lois y Vergara, 1956, p.216).

La acusación no prosperó.En sus últimos textos, la posición favora-

ble de Diego Barros Arana respecto al evo-lucionismo es clara: “Por lo demás, la ‘evo-lución’ sobre la cual se espresaba entoncesPhilippi con tanta reserva, hoy se imponeirresistiblemente como la teoría más lumi-nosa en el dominio de las Ciencias Natura-les” (Barros Arana, 1904, p. 149). En 1904Alfonso Gumucio publicó El transformismodarwiniano, en el que escribe:

Pero, ¿tienen verdadero fundamento cien-tífico la concepción materialista del uni-verso y la teoría darwiniana? Demostrarque no lo tienen es el objeto del presentetrabajo, y espero poder producir en quienme lea el convencimiento de que la cien-cia nunca romperá los sellos de la natura-leza, ni suprimirá la necesidad de creeren lo misterioso (Gumucio, 1904, p. iii).

A principios del siglo XX comenzaron aincorporarse las ideas darwinistas en cursosde biología, antropología y sociología de laUniversidad de Chile y a publicarse artícu-los sobre estas materias en revistas chilenas.En este proceso cumplieron un importantepapel varios investigadores extranjeros, comoel profesor mexicano Alfonso Luis Herrera(1868-1942), el profesor alemán MaxWestenhöfer (1871-1957), el Dr. italianoJuan Noé Crevani (1877-1947), el profesorAlejandro Lipschutz Freidmann (1883-1980), nacido en Riga, el sociólogo alemánGeorg Friedrich Nicolai (1874-1964).

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Rafael Fernández Concha (1833-1912)planteó la compatibilidad entre el darwinis-mo y la Biblia. En su libro Del hombre en elorden sicológico, en el religioso y en el social,publicado inicialmente en 1900, y una se-gunda edición en 1910, expresa:

Otros opinan que el Génesis no se oponea toda transformación o evolución de lasespecies, fundándose, primero, en que laverdadera traducción del vocablo hebreoleminoh no es el que hace la Vulgata, se-gún su especie, sino ésta: con su semejan-te, y segundo, en que no consta que Moi-sés diera a las palabras de que se vale, elsentido técnico, de género y especies zoo-lógicas (Fernández Concha, 1910, 1:528-529).

Entre 1904 y 1909, el naturalista CarlosEmilio Porter Mossó (1867-1942) publicóen Revista Chilena de Historia Natural notasacerca de Darwin y de Lamarck (Porter,1904; 1908; 1909). El 12 de julio de 1908,José E. Pinochet Le Brun (1872-1952) dic-tó una conferencia en la Universidad deChile a favor de la evolución orgánica.

El 2 de enero de 1912 se decretó un nue-vo “Plan de Estudios y Programa de Instruc-ción Secundaria”, para Liceos del Estado. Seestablecen dos horas semanales de CienciasNaturales en cada año. Se aplica desde 1913en primer año de humanidades y cada añose implementa en el curso sucesivo, hasta queen 1918 se aplica por completo (Anónimo,1916, p. 8). En sexto humanidades se in-cluyó “Teoría de la evolución”, que incluye“Reseña histórica de las teorías establecidassobre el orijen de las especies, desde Linneohasta Darwin”, “Pruebas del transformismoi de la eficacia de la selección natural” y“Defectos i vacíos de la teoría darwiniana”(Anónimo, 1916, pp. 214-216).

En 1913 surge Elementos de zoología, ré-plica al texto de Quijada del sacerdote fran-cés Felix Jaffuel (1874-1939) que denomi-

na como mera hipótesis al transformismo yafirma que “aplicada al hombre, esta teoríano tiene fundamento alguno y es del todoinadmisible”. Bernardino Quijada publicónuevas ediciones de su libro, pero recibiógrandes presiones, lo que le llevó a suavizarciertas partes y a eliminar comentarios rela-tivos al ser humano en ediciones posterioresa 1917. Alejandro Vicuña dictó conferen-cias en el Liceo de Aplicación, en las quecomenta: “El Sr. Quijada no es un simpleexpositor de la hipótesis evolucionista; es sumás ferviente apologista; de modo que envez del modesto título con que encabeza suobra Teoría de la evolución debiera colocarseeste otro: ‘Defensa de la evolución’” (Vicu-ña, 1918, pp. 12-13). En un libro de unpedagogo alemán que se firma como C.D.Z.(1919) se opina:

…todo el móvil que ha impulsado al se-ñor Quijada a escribir su texto ha sidopara no ver, es decir, para no hacer ver alos estudiantes, en la naturaleza al pare-cer tan maravillosa, ningún plan sobre-natural trazado por un Ser Supremo To-dopoderoso, que habría dotado a los ani-males y plantas de cualidades útiles a ellos.

En 1923 se publicó La evolución orgáni-ca, de E. Santier Saint Gabriel, sacerdotesalesiano. Manifiesta: “Hechos claros quedemuestran la descendencia de las especiesorgánicas en el sentido de los evolucionis-tas, no hay ninguno” (Santier, 1923, p. 8).Luego escribe: “¿Por qué hay en el mundotantos evolucionistas? Es cierto que al ladode muchos sabios que son estabilistas, haymuchos que son evolucionistas. Las razonesde este hecho hay que buscarlas en el trata-do de la Lógica que estudia las múltiplescausas, a veces profundamente misteriosas,de los errores u opiniones humanas” (Santier,1923, p. 10). Contradice y ataca abiertamen-te a Quijada, a quien cita 40 veces. Por ejem-plo, “Aquí tenemos una prueba demasiado

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humillante de la poca honradez del mismoHäckel, del cual B. Quijada expresa un con-cepto tan honroso” (Santier, 1923, p. 61).

En 1923 se produjo una polémica públi-ca que causó gran expectación, entre el pres-bítero Julio Restat Cortés y el Dr. Hugo Lea-Plaza J. (1891-1963). Como consecuenciade esta polémica, Julio Restat Cortés publi-có el libro La existencia de Dios ante la filoso-fía y las ciencias (Restat, 1924), en el querebate todos los postulados evolucionistas.En 1925 se editó Compendio de la teoría dela evolución orgánica para el uso de colegios,de Theo Drathen, sacerdote alemán contra-tado por la Congregación del Verbo Divi-no, que argumenta que la evolución bioló-gica es una suposición no comprobada. Sinembargo, sus opiniones en favor del fijismoson más moderadas que las de Santier. Opi-na:

Los indicios que hablan a favor del cam-bio de las especies son tantos que, si nopor la fuerza persuasiva del uno y del otro,por lo menos por el acuerdo de tan grannúmero, se granjean fácilmente la adhe-sión de los sabios. Es un hecho que lamayoría de los sabios modernos son par-tidarios de la opinión que la especie no esestable (Drathen, 1925, p. 143).

En 1930 se publicó Algunos aspectos inte-resantes de la teoría de la evolución, de Hum-berto Vivanco Mora. Dice que la evoluciónbiológica es aceptada por los biólogos, aun-que reconoce que existen detractores. En una“advertencia” preliminar, manifiesta: “En laspáginas que siguen encontrará el lector loque más interesa conocer de la doctrinatransformista, piedra angular en que descan-sa todo el edificio de la educación moderna”(Vivanco Mora, 1930, p. 4). Daniel Martner(1880-1948) se refirió extensamente en 1931al evolucionismo en su libro El espíritu de laciencia, en los capítulos “El impulso científicodel evolucionismo de Lamarck” (Martner,

1931 pp. 100-103), “Los fundamentos cien-tíficos del darwinismo y su influencia en elpensamiento humano” (pp. 150-160) y “Elvalor científico de la filosofía evolucionistay la sociología de Spencer” (pp. 160-169).

En 1933 se publicó La evolución orgáni-ca: exposición y examen de las principales ideasevolucionistas, de Valentín Panzarasa, sacer-dote salesiano. Su título y contenido sonmuy parecidos, con muchos pasajes idénti-cos, al libro de E. Santier Saint Gabriel, ymantiene la misma posición contra Quija-da. Concluye:

Después del examen que hemos hecho delas pretendidas pruebas del Evolucionis-mo y de los distintos hipotéticos factoresque lo promovería, podemos notar conAgassiz, que no son los hechos que ape-lan la Teoría de la Evolución, sino que lateoría es preconcebida, y después por to-das partes penosamente elaborada paraque se adapte a los hechos” (Panzarasa,1933, p. 260).

En 1935, se incorporaron al programaoficial de biología para sexto año de huma-nidades los contenidos de evolución y degenética como Temas de biología general, yen 1936 se publicó Temas de biología gene-ral. Conforme al programa de 1935, del sa-cerdote jesuita Guillermo Ebel Beiler, deci-didamente antievolucionista. Ebel cita confrecuencia a Quijada con objeto de rebatir-lo. También en 1936 se publicó el libro Fun-damentos reales de la sociología, del sociólogoalemán Georg Friedrich Nicolai (1874-1964),en el que abordó ampliamente el origen evo-lutivo del ser humano (Nicolai, 1936). Elmismo año se publicó la primera edición deltexto Biología e higiene, de Carlos Silva Fi-gueroa, del cual se editaron 12 ediciones oreimpresiones, hasta 1957. En el programaoficial de Biología para sexto humanidadesde 1940 se incluía al creacionismo, de modoque Silva Figueroa lo presenta como una

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hipótesis. Incluso, parece inclinarse a favordel creacionismo en relación al origen de lavida: “En cuanto al origen de las formas es-pecíficas más sencillas, o sea, al origen de lavida, los evolucionistas no encuentran unaexplicación científica adecuada” (Silva Figue-roa, 1936 pp. 156-157; 1940, p. 171-172).

En la década de 1950 se siguen utilizan-do los textos de Ebel y Silva Figueroa. En laedición de 1952 del libro de Guillermo Ebelse lee: “A pesar de las manifestaciones de laSanta Sede, a fines del siglo pasado y princi-pios del presente, desfavorables a la opinióndel origen animal del cuerpo humano, susadherentes eclesiásticos declarados han idoen aumento en lo últimos cuarenta años”(Ebel, 1952, p. 566). En 1954, el profesorRoque Castro Gutiérrez (1905-1955), rec-tor del Liceo de San Felipe, invitó a dar unaconferencia sobre el origen del hombre alprofesor universitario Sinesio UrrestarazuFalces (1899-1958), español nacionalizadochileno. A la conferencia asistió el sacerdoteGuillermo Echeverría Moorhouse, profesordel liceo, quien tenía un texto inédito, Elorigen del hombre en el estado actual de la cien-cia. Polémica de invierno y primavera, y queprotestó a través del periódico local El Tra-bajo, lo que originó una serie de réplicas ycontrarréplicas con el conferencista, recogi-das y publicadas en un folleto (Urrestarazu,1954).

En 1960 surge Nociones de biología, textode estudio para sexto humanidades y luegopara cuarto medio, de los sacerdotes salesianosAlejandro Horvat Suppi y Carlos WeissRademacher. En las primeras ediciones, Weissy Horvat son profijistas, como se aprecia enel siguiente párrafo:

Es efectivo que el evolucionismo cuentaactualmente entre los Naturalistas conmayor número de adeptos que el fijismo.¿Se puede entonces, afirmar que éste dejóde ser científico, y que ya no tiene sinointerés histórico? En el estado actual de

los conocimientos al respecto, de ningúnmodo el fixismo es anticientífico, antesbien, por ahora, no obstante tantos argu-mentos que insinúan vivamente el evolu-cionismo, los argumentos que militan enpro del fixismo son más fuertes que loscontrarios (Weiss y Horvat, 1960, p.229).

Aceptando que el evolucionismo cuentacon muchos más partidarios, afirman queno es incompatible con el creacionismo:“Lecomte du Nuy (El destino humano) afir-ma que hoy es casi imposible no ser evolu-cionista, pero que la Evolución es imposiblesin la intervención de Dios” (Weiss y Horvat,1960, p. 226).

El 29 de enero de 1966 se dio a conocerel Nuevo Programa de Ciencias, dentro dela reforma educativa del Gobierno de Eduar-do Frei Montalva, siendo el texto “Biología”de Fernando Jara (1966) el primero enpublicarse en el área biológica de acuerdocon el nuevo programa. Del texto de Jara sededuce que la evolución es aceptada por loscientíficos aunque el autor avala al fijismocomo posición científica y opina:

Es interesante destacar por último que ladescendencia animal del hombre no seantepone de ninguna manera a la idea deDios Creador, ya que el relato bíblico,escrito en sentido figurado, admite dichaposibilidad. Por lo demás no interesa tan-to la forma como fue creado el hombresino la obra del Autor de la Creación (Jara,1966, p. 178).

A fines de la década de 1960, los progra-mas de Biología sufren amplias modificacio-nes, y se eliminó el tema evolutivo. Es sor-prendente que habiéndose inspirado la re-forma chilena en el proyecto BSCS, marca-damente evolucionista, en Chile se elimina-ran estos temas. En Revisión de los conceptosde biología contemplados en los programas deEnseñanza Media, de Luis Capurro Soto

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(1914 -), publicado a partir de 1973, no hayni siquiera una mención al concepto de laevolución biológica. En su introducción (“Alos Profesores”) se señala que comprende “losdatos, conceptos, leyes y generalizacionesbiológicas contempladas en los programasactualmente vigentes” (Capurro, 1973, p. 6),abarcando toda la enseñanza media. El pro-fesor Luis Capurro Soto fue uno de los res-ponsables de la reforma en los programas deBiología, desde el Centro de Perfecciona-miento del Ministerio de Educación deChile. No puede pensarse que la nula refe-rencia al proceso evolutivo en el su texto seaun simple lapsus (la desaparición se exten-dió casi por 20 años), ni que desconociera laimportancia de la biología evolutiva, por-que había trabajado en la división de “evo-lución biológica” del Centro de Investiga-ciones Zoológicas de la Universidad de Chi-le, publicando diversos trabajos sobre rela-ciones evolutivas de anfibios.

La eliminación del tema “evolución” delos programas de Biología de enseñanzamedia en Chile se mantuvo desde 1969 hasta1985. Sin embargo, textos que se editan enlos años ochenta son evolucionistas. En1982, Natalio Glavic y Graciela Ferradapublican Biología, que no sigue los progra-mas oficiales, pero su edición de 1986 sepublica “en conformidad con los nuevosprogramas”. En 1985 se publica Biología 4°Medio. De acuerdo al programa vigente, deMireya Molina y María Eugenia Zárate, tex-to declarado como “material didáctico auxi-liar de la educación chilena”, que se puedeconsiderar la nueva integración de la evolu-ción en la Enseñanza Media. También en1985 Bartolomé Yankovic Nola publicó Laevolución biológica, dentro de una serie detextos tipo apuntes para Educación Media.Así, el tema evolutivo fue repuesto duranteel régimen militar de Augusto PinochetUgarte. En 1989 se dieron a conocer nue-vos programas oficiales para la EducaciónMedia chilena. Los programas mantenían

fuera la evolución de los contenidos obliga-torios de enseñanza media, y sólo formabanparte del Plan Electivo de cuarto año. Eltema evolutivo se reintegró al currículumobligatorio en 1991, dentro del programade Biología de cuarto año medio. En 1994,los contenidos de Biología de 4º año mediose redujeron a dos capítulos: reproduccióny genética clásica y molecular. Los conteni-dos acerca de evolución biológica nuevamen-te se eliminan del currículum obligatorio ypasan a incorporarse a la parte electiva. Enesos años el Presidente de la República eraEduardo Frei Ruiz-Tagle (1942- ), hijo delpresidente Eduardo Frei Montalva, bajocuyo mandato ya se habían suprimido loscontenidos de evolución en la década de1960. En los planes y programas educacio-nales actuales de Estudio y Comprensión dela Naturaleza, para octavo año básico, seencuentran los temas “Evolución de la vidaen la Tierra” y “Procesos evolutivos en laTierra y en el Universo”, y en los programasde biología actuales, el tema “Variabilidad,evolución y adaptación” para tercer añomedio.

La posición de los sacerdotes católicossalesianos Alejandro Horvat Suppi y CarlosWeiss Rademacher, se había modificado en1979, aceptando el evolucionismo. Escriben:

Habiendo el evolucionismo sacudido tanvivamente el mundo científico, nos inte-resa conocer algo más de su historia. Unaserie de hechos en los diferentes camposde la Historia Natural sugieren insisten-temente el Evolucionismo, admitido elcual, esos mismos hechos parecen másfácilmente explicables (Weiss y Horvat,1979, p. 170).

En 1989 reconocen que las posicionesantievolucionistas predominaron sólo hastael siglo XVIII: “La idea de que el Universo yel mundo viviente no están hechos, sino quese hallan en continuo proceso de cambios yestructuración, se hizo paulatinamente pre-

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sente hasta predominar en el mundo cientí-fico” (Weiss y Horvat, 1989, p. 106). Enesta edición ya no dudan de la evolución delas especies: “Podemos afirmar que de la or-ganización simple se llegó a la extensa diver-sidad de la Naturaleza mediante la evolu-ción, precisamente por la unidad de la vida,que no es simplemente un modo de ser, sinoque implica dinamismo y un devenir” (Weissy Horvat, 1989, p. 106). Otros intelectua-les religiosos que anteriormente manifesta-ban posiciones antagónicas al evolucionismo,fueron cambiando sus opiniones tras modifi-caciones en las cúpulas de la Iglesia Católica,hasta transformarse en evolucionistas teístasde tipo teilhardiano. Fue el caso del ensayistaArturo Aldunate Phillips (1902-1985), quienescribió una serie de artículos y libros de di-vulgación relacionados con el tema (Aldunate,1953, p. 259; Aldunate, 1972, p. 133), in-tentando entregar una visión evolutiva con-cordante con la religión, al igual que, porejemplo, el sacerdote Carlos Hallet Collard,S.J. (Hallet, 1996). Frente a estas polémi-cas, en el ámbito universitario especializa-do, entre los biólogos, no existió en Chileenfrentamiento alguno. Existen en variasuniversidades de Chile diversos grupos deinvestigación que trabajan en el campo de labiología evolutiva, y se acepta entre los biólo-gos competentes, como en todo el mundo,que el tema evolutivo es la base de la biologíamoderna.

Al igual que en otros países, CharlesDarwin produjo un fuerte impacto en Chi-le. Existen actualmente en nuestro país di-versas denominaciones que honran a Char-les Darwin. Por ejemplo, la Bahía Darwin yel Canal Darwin en Aysén, el Paso deDarwin en la Duodécima Región, la Cordi-llera Darwin en el sudoeste de la isla de Tie-rra del Fuego y el monte Darwin, la cumbremás alta de la Isla Grande de Tierra del Fue-go. Existen el “Sendero de Darwin” en lazona de Olmué (por donde subió Darwin alcerro La Campana), y calles “Darwin” en

ciudades como Santiago, Quilpué, Valparaí-so, Rancagua, Curicó, Concepción, Temucoy Punta Arenas. Existe una “FundaciónDarwin” y una “Fundación Senda Darwin”.Hay colegios “Charles Darwin” en Villa Ale-mana, Santiago (Renca), Castro, Ancud yPunta Arenas, el centro turístico “El Para-dor de Darwin” en Olmué, el restaurante“Parador Darwin” en Chonchi, y hoteles“Charles Darwin” en Temuco, Punta Are-nas y Puerto Natales. Entre los hongos exis-te Cyttaria darwinii. Entre los vegetales chile-nos se encuentra el musgo Ulota fuegiana var.darwini, el helecho Hymenophyllum darwinii,el arbusto michay o calafate, llamado Berberisdarwinii y el cactus Maihueniopsis darwinii.Entre los animales, el lauchón orejudo deDarwin, Phyllotis darwini; la rana de DarwinRhinoderma darwinii, la iguana de Darwin,Diplolaemus darwini, insectos como loscoleópteros Orynipus darwini, Stictospilusdarwini y Aulonodera darwini, entre losmamíferos fósiles el milodón, Mylodondarwinii. El apellido inglés “Darwin” se sueleusar como nombre propio, como es el casode Darwin Contreras, conocido locutor yperiodista; Darwin Vargas, famoso profesory compositor musical; Darwin Troncoso,Seremi de Salud del Maule; Darwin Bratti,juez de Garantía; Darwin Arriagada, ex diri-gente del Colegio Médico de Chile; DarwinFlores, miembro de la red de Bioética deUNESCO; Darwin Castillo, secretario dela Asociación de Pescadores Deportivos dela Provincia de Concepción; Darwin Godoy,funcionario de CONAF de Vallenar; los es-critores Darwin Caris y Darwin Rodríguez;Darwin Sáez, microbiólogo de la Universi-dad de Concepción; Darwin Hernández,dibujante; Darwin Jara, técnico en construc-ción; Darwin Rubio, psicólogo; Darwin Mar-tínez, administrador general de DIPRECA;Darwin Herrera, secretario del Sindicato dePilotos Lanexpress; Darwin Alzamora,funcionario del Ministerio de Educación;Darwin Palma, oficial del Registro Civil;

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Darwin Méndez, técnico agrícola de Qui-rihue; Darwin Aguilera, cosmetólogo;Darwin Urrutia, gerente de una empresa decomputación en Concepción; DarwinEspinoza, director del conjunto folklóricoTrinar de Mulchén; Darwin Mora, intérpretede la Compañía de Danza Calaucán; DarwinBustamante, candidato independiente a laMunicipalidad de Tocopilla; los futbolistasDarwin Pérez y Darwin López; el basquet-bolista Darwin Toro; el tenista Darwin Prie-to; los ajedrecistas Darwin Schifferli, DarwinMuñoz y Darwin Bernal; el motoqueroDarwin Meza; el ciclista de Ovalle DarwinValdés; el atleta escolar de Arica DarwinAstudillo; Darwin Álvarez, alumno del Li-ceo Politécnico de Curicó; Darwin Burgos,alumno del liceo de Tomé; Darwin Abarca,alumno del colegio Juan Luis Undurraga deQuilicura; los bomberos Darwin Rojas,Darwin Silva y Darwin González; DarwinDíaz, miembro del Sindicato de Buzos yMariscadores de Lo Rojas; Darwin Tamayo,estudiante de Ingeniería en Valparaíso, quees mi hijo, etc.

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ENTRE LA QUÍMICA Y LA HISTORIA:LIBRE ALBEDRÍO Y DETERMINISMO1

BETWEEN CHEMISTRY AND HISTORY:FREE WILL AND DETERMINISM

TITO URETA

Departamento de Biología, Facultad de Ciencias, Universidad de Chile, [email protected]

RESUMEN

El problema del libre albedrío y el determinismo es antiquísimo y los filósofos han dedicado parte importan-te de sus esfuerzos a su resolución, sin mayor éxito. No es posible reseñar la apasionante historia de estaantinomia, excepto para decir que tiene una relación muy estrecha con la crucial interrogante acerca de lanaturaleza del humano, ya que se considera, con buenos argumentos, que sólo el humano es capaz de discer-nir entre varios cursos de acción, de decidir acerca de las consecuencias valóricas de sus posibles acciones, detomar decisiones de acuerdo a su futuro posible. La naturaleza del humano ha comenzado a estudiarse cien-tíficamente y los descubrimientos nos han mostrado facetas muy interesantes que debieran ser incluidas en ladiscusión. Hace algún tiempo tuve la ocasión de participar en un encuentro científico dedicado al problemadel determinismo genético. En esa reunión mostré mi particular visión sobre el problema que quisiera ahoracompartir con un público más general.

Palabras clave: Libre albedrío, determinismo genético, Darwin, genes, medio ambiente.

ABSTRACT

The problem of free will and determinism is very old and philosophers have dedicated an important part oftheir efforts to solve it, without being successful. It is not possible the passionate story of this antinomyexcept to tell that it has a very tight relationship with the crucial question about the nature of the humanbeing, because it considers with very good arguments that only human beings are capable of deciding. Forinstance about what differnt courses of action to take, about the behavior consequences of their possibleactions and of making decisions about their future. The nature of the human being has started beingstudied scientifically and the findings have shown very interesting aspects that should be included in thisdiscussion. Not long ago I had the opportunity to participate in a scientific seminar about genetic deter-minism In that occasion I showed my particular vision about the problem that now I would like to sharewith more people.

Keywords: Free will, genetic determinism, Darwin, genes, environment.

Recibido: 25.02.09. Revisado: 20.03.09. Aceptado: 16.05.09.

1 Basada en la conferencia “Straddled between Chemistry and History: Genotypes and the Shared History of Phenotypes”,presentada en la reunión sobre Determinismo Genético en Pelling, Sikkim, India. 3 al 7 de diciembre, 2003.

Ensayo / Essay

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GENOMAS

Muchos años de investigación nos dicen quelas características que distinguen a los orga-nismos se transmiten por medio de genes.Se ha demostrado que un gen es esencial-mente un compuesto químico llamado áci-do desoxirribonucleico o DNA cuya estruc-tura en doble hélice indica con claridad elmecanismo mediante el cual un gen codifi-ca las instrucciones precisas para la construc-ción de componentes de un organismo: lasespecificaciones estructurales, las instruccio-nes para el momento en que esas estructu-ras deben sintetizarse, los sistemas de detec-ción y corrección de errores, el cómo y cuán-do esas estructuras deben destruirse y, sobretodo, las instrucciones precisas para produ-cir copias operativas de todo el conjunto deinstrucciones al que llamamos genoma. Cadaespecie tiene su propio genoma que difieredel de otras especies por su tamaño y por elorden o secuencia de las bases nucleotídicasque lo componen. El Proyecto GenomaHumano logró el conocimiento exacto delorden de las 3 mil millones de bases quecomponen el genoma del hombre; en bue-nas cuentas la fórmula química de cada unode los 25.000 genes que especifican a unhumano (International Human GenomeSequencing Consortium, 2001; Venter et al.,2001). Un porcentaje alto de esos genes hasido anotado, esto es, se sabe que funciónespecífica cumple en la economía del orga-nismo y, en muchos casos, se sabe cuál cam-bio químico perturba esa función y, por lotanto, la enfermedad resultante.

Los organismos vivos pueden, entonces,considerarse como máquinas moleculares es-pecificadas por moléculas de DNA, las queno sólo comandan la construcción del orga-nismo sino que, además, son copiadas fiel-mente para asegurar que la generación si-guiente contenga toda la información nece-saria para perpetuar la especie. Un pequeñopaso nos lleva a afirmar que esas máquinas,

como toda máquina, no puede ser sinodeterminística. Así, sólo queda aceptar quela molécula de DNA es, de hecho, la natu-raleza, la esencia misma de cada ser vivo. Estaconclusión, sin embargo, sólo parece seraceptable si se la aplica a la biósfera pero conexclusión taxativa del humano. El hombre esdiferente a todos los otros seres vivos2.

ANIMALES ANGELICALES

Esa extraña dualidad pervade nuestra visiónacerca de la naturaleza humana. Aceptamos,por supuesto, que necesitamos de conduc-tas vegetativas como la respiración, comer,defecar, orinar y reproducirnos con la mis-ma dedicación que cualquier otro primate omamífero. Pero también sabemos que somosvastamente diferentes porque además tene-mos conductas exclusivamente nuestras(Deacon, 1997) y a las que llamaré las con-ductas angelicales del humano3. Tenemossentido de futuro, conciencia, lenguaje, einventamos mitos para que nuestra existen-cia tenga sentido trascendente. Esas carac-terísticas, creemos, no pueden estar especi-ficadas en compuestos químicos. No somos,no podemos ser, las marionetas de nuestrosgenes que dictan todo lo que hacemos y loque haremos. Tenemos la facultad del libre

2 La frase en cursivas equivale a decir que hay un saltoevolutiva en la línea Homininae que debe haberse produ-cido hace 400-200 kiloaños, pero sin especificar cuál es ladiscontinuidad. Sugiero que la discontinuidad es simultá-nea con la aparición del pensamiento simbólico (concien-cia, lenguaje, sentido estético, altruismo, matemáticas, dis-tinciones valóricas). Específicamente queda afuera labipedalidad y el aumento del tamaño cerebral.

3 En la discusión posterior a mi charla se produjo uninteresante intercambio (que continuó informalmente enlos días siguientes) acerca del adjetivo ‘angelical’. Mis cole-gas indios me señalaron que los ángeles (en el sentido demensajeros entre dioses y humanos) no existen en las reli-giones de la India. Tampoco existen en mi pensamiento ymás bien se refieren a la famosa pregunta de Disraeli: Isman an ape or an angel?, pregunta que quizás contiene elconcepto de discontinuidad evolutiva.

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albedrío que nos permite, en cada momen-to, hacer lo que se nos antoja y dirigir nues-tro futuro como nos parezca. Todo el fun-cionamiento de nuestra sociedad se basa enesas premisas.

Sabemos que las características animalesdel humano son explicables por la Teoría dela Evolución que nos detalla cómo el Homosapiens pudo emerger de entre los antropoi-des africanos. Pero, ¿qué pasa con los carac-teres angelicales? El pensar nos parece unanovedad evolutiva exclusivamente humana.Sin embargo, nos damos cuenta que no sa-bemos en qué consiste nuestro pensamien-to. También usamos conceptos muy maldefinidos como el de inteligencia, que cuan-tificamos sin haberla siquiera definido. Tam-poco sabemos qué es la conciencia, porque,aunque podamos conocer nuestra concien-cia, no podemos compartir ese conocimien-to con otros humanos porque la subjetivi-dad de nuestra conciencia impide su estu-dio racional. No obstante, propondré másadelante que todas las conductas angelicalesson productos de máquinas moleculares/ce-lulares.

LAS FUNCIONES CEREBRALES

Según Cabanis, el cerebro secreta pensa-miento así como el hígado secreta bilis4. Seconocen con mucho detalle los mecanismosfisiológicos y moleculares que permiten lasecreción de bilis. No es el caso del cerebro,ya que no se conoce la secreción ni los pro-cesos que la producen. Sin embargo, es po-sible hoy, al comenzar el siglo 21, percibircontornos borrosos de algunos procesos quepueden ser importantes para estudiar la se-creción cerebral. Resumo: las modernas téc-

nicas de imagenología muestran que el ce-rebro debe considerarse como una confede-ración de órganos especializados pero muyconectados entre sí. Ya se conocen con grandetalle las zonas cerebrales que comandan lasensibilidad y motilidad de los tejidos peri-féricos. También aquellas relacionadas conla producción y comprensión del lenguaje(las áreas de Broca y de Wernicke). Se halogrado identificar en la zona inferior dellóbulo parietal izquierdo una región cuyodaño impide procesar números y la capaci-dad de hacer cálculos aún modestos. La pér-dida de la aritmética es selectiva porque losexámenes muestran absoluta normalidad entareas que no impliquen números. Otroscasos de discalculia precoz han sido estudia-dos con las técnicas de imagenología y hanconfirmado la localización del daño(Butterworth, 1999). Por otra parte, laelectroforesis bidimensional de proteínas ylos microarreglos han permitido la identifi-cación de algunas proteínas que sólo se ex-presan en el cerebro y unas pocas que pare-cen ser únicas del humano (Enard et al.,2002). Hay aproximadamente 1.300 genesque sólo se expresan en el cerebro, pero nose sabe si la expresión es global o restringidaa algunos grupos celulares.

EL LENGUAJE

Las visiones holísticas consideran que el len-guaje es el resultado de muchas interaccio-nes entre neuronas. Pero se sabe que haylateralización muy marcada del lenguaje aun-que no sea estricta y se acompañe de zonascomo el área de Wernicke y con partes delhemisferio cerebral derecho. Kim y su gru-po (Kim, Relkin, Lee & Hirsch, 1997) usa-ron la técnica de resonancia nuclear magné-tica que permite estudiar zonas cerebralesque se activan cuando se realizan tareas es-pecíficas. En los experimentos participaronhumanos (bilingües tardíos) que habían apren-

4 Muchos autores del siglo 19 usaron esta célebre frase.En algunos casos se agrega: “y como el riñón secreta orina”.Oliver Sacks (1995) adjudica la proposición al gran fisió-logo Pierre Flourens.

Entre la química y la historia: Libre albedrío y determinismo / T. URETA

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dido un segundo idioma cuando adultos jó-venes o que habían adquirido simultánea-mente dos lenguajes cuando niños (bilingüesprecoces). A los voluntarios se les solicitabatareas de lenguaje silencioso mientras se leshacía barridos de resonancia magnética nu-clear. En bilingües tardíos se observan doscentros adyacentes de actividad, pero clara-mente separados por ~7,9 mm, en el área deBroca. En bilingües precoces se observa sóloun centro de actividad.

Por lo tanto, el aprendizaje de dos idio-mas cuando niño utiliza un área discretacomún para ambos. En cambio, la adquisi-ción más tarde en la vida, de un segundoidioma no utiliza la misma región primariay debe recurrirse a una zona cercana. Esosexperimentos podrían repetirse con técnicasmás sofisticadas que podrían localizar el lu-gar de almacenamiento de los diccionariosmoleculares en las áreas que ya conocemoscomo importantes para el lenguaje. En lamejor tradición reduccionista deberemosavanzar paso a paso: primero encontrar el olos diccionarios; luego, estudiar su estructu-ra molecular y proseguir con la asociaciónde los diccionarios y la memoria, la asigna-ción de prosodia, y así sucesivamente.

Algunos humanos nacen con defectos depalabra y lenguaje y posteriormente tienengrandes dificultades para adquirir lenguajeexpresivo o receptivo. En esos casos parecehaber un componente genético significati-vo. Hurst et al. (1990) estudiaron tres gene-raciones de una familia (KE) en que un gra-ve defecto de palabra y lenguaje se transmi-te como rasgo monogénico autosómico-do-minante. Investigaciones posteriores han lo-grado localizar el sitio genético responsable,SPCH1, en el cromosoma 7 (Fisher et al.,1998). Otro individuo no relacionado conla familia KE, un niño de 5 años, CS, mues-tra una condición similar y el estudio revelaque el defecto se asocia con una transloca-ción de un segmento grande de genoma des-de el cromosoma 7 al cromosoma 5 (Lai et

al., 2000). La translocación afecta al genFOXP2 (Lai et al., 2001) y por ello se pro-pone que FOXP2 es un gen implicado en lapalabra y el lenguaje.

Incluyo unas breves líneas para decir que,con las técnicas modernas de imagenología,se estudian las áreas del cerebro que se acti-van en sujetos entrenados en escuchar mú-sica. Algunos resultados son interesantísimosporque demuestran que el procesamientomusical ocurre en varias áreas, particular-mente en el gyrus temporal superior de am-bos hemisferios. Además, que la música de-pende de circuitos cerebrales específicos quepueden disociarse del procesamiento de otrasclases de sonidos. Estos hallazgos (véase labreve nota de Zatorre y Krumhansi (2002)confirman la sospecha de localizaciones es-pecíficas obtenidas en individuos afectadosde amusia (absoluta incapacidad de recono-cer melodías).

EL AMOR MATERNAL

He relatado antes (Ureta, 1996) un experi-mento de Brown y sus colaboradores (Brownet al., 1996), quienes identificaron un gende ratón que afecta el cuidado materno dela prole. La técnica utilizada se conoce como“knock out” que inactiva un gen específico.La ausencia de fosB altera la conducta res-ponsable del cuidado materno de las críascon la muerte consiguiente de las crías aban-donadas. El gen fosB humano tiene una se-cuencia muy parecida a la del ratón. Aun-que experimentos similares no pueden porrazones éticas hacerse en humanos para acre-ditar que el gen fosB funciona como en ra-tones5, la observación es relevante para en-tender la determinación genética de las con-ductas, no sólo las vegetativas, sino tambiénlas angelicales, como el amor maternal, el

5 Pero es suficiente leer, de vez en cuando, diarios yrevistas.

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altruismo, el sentido estético, etc. Si fosBactúa en humanos como en ratones, la so-ciedad se enfrenta a problemas graves. Así,una madre que abandona a su hijo reciénnacido podría argumentar que su gen fosBno funciona normalmente. De aceptar esaexplicación, la sociedad queda indefensafrente a muchas conductas anómalas (asesi-nato, violación), en tanto se identifique elgen o genes responsables de esas conductas.La ciencia jurídica deberá estudiar estos pro-blemas y encontrar maneras de defendersede conductas anómalas con base genética queamenacen al contrato social.

LA INTERACCIÓN ENTREGENES, ORGANISMOS

Y EL MEDIO AMBIENTE

Se dice que los organismos reaccionan yaprenden gracias a estímulos del medio am-biente y, por lo tanto, un humano es el pro-ducto tanto de sus genes como del ambien-te que lo rodea. Es cierto que el ambientemodela a cada organismo y que un organis-mo necesita del ambiente. El ejemplo másclaro es el de la alimentación. Sin medioambiente, es decir sin alimento, es imposi-ble que los seres vivos (excepto los autotro-fos) puedan obtener la energía que requie-ren para sus muchas funciones. Sin embar-go, los resultados de investigaciones actua-les nos dicen que las interacciones con elmedio ambiente sólo se producen mediantela expresión de genes específicos. Por ejem-plo, nos alimentamos, digamos, de glucosay el azúcar sólo puede entrar a las célulasgracias a su interacción con proteínas espe-cíficas de la membrana celular llamadas pro-teínas transportadoras (se conocen varias lla-madas GLUT1, GLUT2, etc.). Como re-sultado de esa interacción se producen se-ñales químicas que estimulan la producciónde insulina, una hormona proteína específi-ca que mediante mecanismos que no des-

cribiré, permite la utilización de la glucosa ysu conversión en energía. Otro ejemplo esel de la visión. Los rayos luminosos impactancélulas de la retina, las que, mediante algu-nas proteínas llamadas rodopsinas, provo-can señales que en último término se con-vierten en potenciales eléctricos que viajanpor el nervio óptico hasta llegar a células es-pecíficas de la corteza cerebral occipital don-de son descodificadas para generar nuestravisión interior de lo que está allí afuera. Esnecesario recordar que el ambiente producemillones de señales de todo tipo. Pero losorganismos responden sólo a algunas de esasseñales primarias. Por ejemplo, el espectroluminoso nos llega a todos en toda su am-plitud pero sólo percibimos la parte que lla-mamos el espectro luminoso visible. Para elresto del espectro no tenemos los genes y,por lo tanto, tampoco las proteínas apropia-das. Ese espectro es invisible para el huma-no, pero no para otros animales que tienenlos genes y las proteínas que les permitenver en esa zona desconocida para los huma-nos. Hay muchos compuestos químicos quepodrían ser alimento pero para los cualesnuestro repertorio de genes, y por lo tantode proteínas, no permite su uso como fuen-te de energía. Por lo tanto, si bien existe in-teracción con el medio ambiente esa inte-racción se reduce sólo a lo que el genomapermite.

La transferencia de información desde elambiente a los genes ocurre en dos etapas.La primera incluye a los llamados primerosmensajeros (luz, sonido, etc.) y se la conocecomo Transducción de Señales. La segundaetapa incluye la interacción entre los segun-dos mensajeros y los genes. Se la llama Inte-gración de Señales. Los primeros mensajerosno interactúan con los genes (con la excep-ción de algunas hormonas esteroidales). Loque llega a los genes es sólo el resultado finalde un mecanismo muy complejo. Las seña-les externas no tienen efecto instructivo so-bre los organismos (Barbieri, 2003).

Entre la química y la historia: Libre albedrío y determinismo / T. URETA

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EL PAPEL DE LA HISTORIA

Hay neurogenes que codifican proteínas ca-paces de producir potenciales eléctricos osintetizar moléculas de transmisión sináptica,o establecer conexiones interneuronales. Peroademás deben existir neurogenes angelica-les que codifican proteínas o ácidos nucleicosque participan en procesos responsables dela memoria, los diccionarios moleculares, lapasión, la alegría u otras funciones igualmen-te angelicales. Aunque estamos lejos de si-quiera imaginar las redes moleculares queproducen y secretan pensamiento, la idea degenes neuroangelicales responsables de re-cordar lo vivido y lo soñado, es fascinanteper se y por su valor heurístico.

Lo dicho hasta ahora muestra una visiónestrictamente determinística acerca de losseres vivos. En buenas cuentas, todos losorganismos somos máquinas molecularesespecificadas por los genomas y, si bien lasconductas se relacionan con el medio am-biente, esa interacción es también especifi-cada por los genomas. Tal especificacióntoma la forma de programas que son trans-mitidos de generación en generación. Lasconductas aprendidas por un organismo par-ticular no son heredables. Cada generacióndebe recuperarlas.

Todas las conductas (angelicales y vege-tativas) sólo ocurren si tienen una base mo-lecular, genética y fisiológica que las hagaposibles. El ambiente y el aprendizaje estánseveramente constreñidos por nuestra natu-raleza, lo que equivale a decir que el genomapone límites a lo que el humano puede ha-cer. Se ha dicho que el hombre no puede irmás allá de su biología. No poseemos losgenes que les permiten a algunos organis-mos volar, ni las opsinas que a otros les per-miten ver en el rango ultravioleta, ni tene-mos artilugios moleculares que permitanmovilizarse gracias al sonar como lo hacenlos murciélagos y los delfines, o magnetoso-mas como algunas bacterias.

Sin embargo podemos volar en máqui-nas especialmente diseñadas para ese efectoy podemos ver en el rango ultravioleta gra-cias a espectrofotómetros, etc. ¿Cómo es esoposible? Mi proposición (quizás nada de ori-ginal) es que el último paso evolutivo en lahominización, la aparición del lenguaje, esel instrumento que nos sirve para ir más alláde lo que la biología nos permite. En efecto,con el lenguaje podemos compartir nuestrahistoria mediante la actividad de genes an-gelicales que permiten recordar todo lo vivi-do y todo lo soñado. La secreción cerebrales la memoria de la historia de cada huma-no que, cuando es recuperada, verbalizada ycompartida con otros humanos, escapa desus sustratos celulares y moleculares y pue-de ser descodificada por los conjuntos neu-ronales apropiados de otros humanos. Porello, la cultura es la sumatoria de las histo-rias individuales compartidas por todos loshumanos, actuales o difuntos (gracias a lainvención de la escritura). Todos somos di-ferentes porque nuestro repertorio genéticoes particular e irrepetible (excepto en geme-los univitelinos y, en el futuro cercano, porhumanos clonados). Después de nacer ad-quirimos experiencias particulares que nosdiferencian de todos los otros seres huma-nos, pero que podemos compartir a travésde la palabra hablada o escrita. El conjuntode todas las historias compartidas, la cultu-ra, nos ha permitido abandonar la recolec-ción y la caza, crear ciudades, volar hastaotros cuerpos celestes, crear a un caballerode triste figura, compartir la igualdad, liber-tad y fraternidad, musitar veinte poemas deamor e imaginar mundos que nuestro siste-ma nervioso no puede ver.

No es la interacción con el medio am-biente y su supuesto predominio sobre nues-tro genoma lo que nos permite a cada hu-mano ser únicos y decidir con libertad acer-ca de las consecuencias de nuestras accio-nes. Propongo que la capacidad simbólicadel lenguaje es lo que nos ha convertido en

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máquinas semánticas capaces de verbalizarla secreción de pensamiento, descodificarlay compartirla con otros humanos y así crearesa invención suprema del humano: la cul-tura. Cada máquina semántica desarrolla unahistoria particular que no es sólo su propiahistoria, sino la historia compartida de todala humanidad. Así, la inmensa proposiciónde Ortega y Gasset ‘yo soy yo y mis circuns-tancias’ (Ortega y Gasset, 1914) puede aho-ra ser refraseada en términos moleculares:Yo soy mi genoma y la historia de mi fenotipo.

No sé si tengo libre albedrío o soy unamera máquina molecular determinística.Como dijo Isaacs Bashevits Singer, tenemosque creer en el libre albedrío; ¡no hay opción!

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Entre la química y la historia: Libre albedrío y determinismo / T. URETA

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GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO EN LA CARRERA DE DISEÑOINDUSTRIAL DE LA UNIVERSIDAD DEL BÍO-BÍO. EL USO DE

HERRAMIENTAS TIC´S PARA ALMACENAR Y DIFUNDIREXPERIENCIAS PEDAGÓGICAS DE LA DISCIPLINA

KNOWLEDGE MANAGEMENT IN THE INDUSTRIAL DESIGN PROGRAMOF THE UNIVERSIDAD DEL BIO-BIO. THE APPLICATION OF THE ICT´S(INFORMATION AND COMMUNICATIONS TECHNOLOGIES) TOOLS TOSTORE AND SPREAD PEDAGOGICAL EXPERIENCES OF THE DISCIPLINE

JUAN CARLOS BRIEDE WESTERMEYER* Y ALONSO REBOLLEDO ARELLANO

Departamento de Arte y Tecnologías del Diseño. Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío-Bío, Con-cepción, Chile, [email protected] , [email protected]

RESUMEN

La siguiente investigación trata sobre la aplicación de la informática educativa en el contexto del registro ydifusión (interna y externa) de contenidos mediante el desarrollo de una base de datos informática anexada alportal web de la Escuela de Diseño de la Universidad del Bío-Bío, que integra de manera estructurada ladescripción de los proyectos de titulación hasta la fecha aprobados. La aplicación busca ser un recurso didác-tico interno, donde el proceso de consulta del material ayude a orientar al alumno de pregrado tanto en laelección de su tema como en la implementación metodológica. Permitiendo a su vez ser un medio de difu-sión externa del diseño industrial, ejemplificando los campos de acción y aplicaciones de la disciplina y su roldentro de las estrategias de innovación y competitividad en el contexto de la pequeña y mediana industria. Elproyecto se desarrolla mediante una metodología que contempla: recopilación antecedentes, diseño de laaplicación web, verificación y difusión. La recopilación y clasificación de los proyectos permitió a su vezgenerar estudios estadísticos básicos mediante una metodología explorativa, que permitió estudiar la frecuen-cia, su relación con el género, y las tendencias en el diseño y el contexto productivo regional. Panorama quepermite ayudar a esclarecer la coyuntura entre el ámbito académico y profesional, a partir de las necesidadesque plantea el contexto regional, y así poder retroalimentar y reestructurar los contenidos de la carrera basadaen la educación por competencias.

Palabras clave: Base de datos, conocimiento, difusión, digital, diseño industrial, información.

ABSTRACT

The following research deals with the application of the educational data processing in the context of theregistration and information of contents by means of the development of an interactive database enclosedto the web site of the School of Industrial Design of Universidad del Bío-Bío. It integrates in a structuredway the description of the thesis projects that have been approved up to date. The application seeks to be adidactic resource, where the process of studying the material may help to guide the undergraduate studentin choosing his/her thesis topic, development, implementation, etc. through the explanation of the processand assistance in the methodological stages. The project has been developed by using a methodology thatconsists in gathering all previous information, design of Web site application, verification and dissemina-tion of the information. The compilation and information of the projects also allowed to generate basic

Artículo / Article

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statistics studies using an exploratory methodology that permitted to study the frequency, its relationshipwith the gender, the trends in design and the regional productive context. This point of view allows toclarify the link between the academic and professional field from the needs generated in the region andtherefore the contents of the program can be structured on a competency based methodology.

Keywords: Database, information, knowledge, industrial design, digital.

Recibido: 15.07.09. Revisado: 23.08.09. Aceptado: 31.08.09.

INTRODUCCIÓN

El escenario educativo de la enseñanza deldiseño industrial de la Universidad del Bío-Bío basa su estrategia de aprendizaje en eldesarrollo de proyectos para la formación porcompetencia del alumno (Ballerini et al.,2009), siendo el proyecto de título la ins-tancia final académica donde los proyectosplanteados alcanzan una considerable varie-dad y nivel de desarrollo.

Iniciado el proceso de título el alumnodedica un gran esfuerzo a la elección deltema, caso de estudio y definición del pro-ducto hasta encontrar una oportunidad yproblemática a abordar. En esta labor el es-tudio del estado del arte es una labor funda-mental, analizando los productos que satis-facen problemáticas similares planteadas enel estudio. Por esta razón es significativoentregar una herramienta que facilite el ac-ceso y consulta de los proyectos de título yaexistentes, permitiendo gestar una base dedatos que proporcione una clasificación delas tipologías de productos que ejemplificany materializan las experticias en su particu-lar manera de proceder (metodológico y téc-nico) al perfil por competencias (definiciónde un perfil de egreso o un perfil profesional,expresado en lo que el sujeto es capaz dehacer en un contexto dado) del diseñadorindustrial de la Universidad del Bío-Bío(Ilanes, 2008). Las bases de datos permitenseleccionar y clasificar información interac-

tivamente utilizando criterios de búsquedas.Algunos muestran información sobre unahoja de cálculo, otros utilizan formas y lapantalla de la computadora de manera muysimilar al apilamiento de tarjetas de archi-vo. Cada archivo contiene registros y cam-pos. Es factible investigar la base de datosseleccionando y clasificando estos registrosy campos de información de acuerdo conlos criterios que se ingresen (Von Wodtke,2001) potenciando aspectos educativos plan-teados en el uso de diversas topologías deinformación (Poole, 1999). La aplicaciónbusca ser un recurso didáctico que permitala consulta de material para ayudar y orien-tar al alumno tanto en la elección de su tema,desarrollo, implementación, etc., a través dela consulta del proceso y en las fases meto-dológicas.

El diseño industrial de nuevos productoses una actividad que debe contemplar lacomplejidad de las dimensiones del producto(Aguayo y Soltero, 2002). La gran cantidadde información y variables a considerar enel diseño son una labor que se ve facilitadapor el uso de la informática para el manejo,manipulación y procesamiento de gran can-tidad de datos, que facilitan la gestión delconocimiento (Awad y Ghaziri, 2003) quebusca la integración eficiente de estos recur-sos en las nuevas plataformas PLM (Agustinet al., 2007). Estas tendencias globales asu-midas por los países desarrollados son ejem-plos de los cuales se pueden extrapolar cier-

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tos principios genéricos para poder implan-tarlos en nuestra realidad, adecuando prin-cipalmente las soluciones considerando fac-tores culturales, sociales, y tecnológicos.

En el contexto educativo, la enseñanzadel diseño industrial en la Universidad delBío-Bío basa su estrategia de aprendizaje enel desarrollo de proyectos para la formacióndel alumno, siendo el proyecto de título, lainstancia final académica donde los nuevosproductos planteados alcanzan una mayorcomplejidad y nivel de desarrollo.

Los proyectos de título desarrollados enlos trece años de vida de la Escuela de Dise-ño permiten constatar la diversidad temáti-ca en la aplicación del diseño industrial, en-focados a las diversas áreas del quehacer pro-ductivo nacional donde se plantean de ma-nera singular nuevos conceptos de solucio-nes para satisfacer con originalidad y cali-dad las demandas planteadas.

El alumno que inicia el proceso de títulodedica un gran esfuerzo a la elección deltema, caso de estudio, y definición del pro-ducto, hasta encontrar una oportunidad yproblemática a abordar. En esta labor el es-tudio del estado del arte es una labor com-plementaria y fundamental donde se buscaanalizar los productos que satisfacen proble-máticas similares planteadas en el estudio.

La interfase planteada busca agilizar elproceso de toma de decisiones del alumnodentro del desarrollo de su proyecto. Permi-te facilitar el acceso y consulta de los pro-yectos finales de la carrera, acceder a la in-formación relevante y sintetizada de cadauno de los proyectos en poco tiempo. Per-mitiendo guiar, ejemplificar, y corregir entodas las etapas del proyecto, pero sobre todoen la fase teórica de diseño conceptual.

Recientes estudios (Briede, 2008) cons-tatan la importancia de la síntesis en la des-cripción del proyecto de diseño, haciendoénfasis en el uso de las representaciones dediseño para definir, almacenar y comunicarlas cualidades del nuevo producto, labor que

el alumno con mucha dificultad logra com-prender.

La descripción de la metodología y lasfases de creación del proyecto (Esteves, 2001)generan una pauta didáctica para ejemplifi-car la secuencia y los procesos de decisiónen la consecución del mismo, de la cual sepueden extrapolar principios a otros casos.

Muchas de las escuelas de diseño de pres-tigio internacional (Umea, 2008; Core77,2008) dentro de su estrategia de difusión dela carrera incluyen un enlace con los proyec-tos de fin de carrera, con los fines de difusióninterno y externo enfatizando en las repre-sentaciones visuales de las nuevas propuestas.

Es por ello que se pretende facilitar elacceso y consulta de los proyectos de títuloexistentes, por parte de los alumnos ademásde generar una clasificación de las tipolo-gías de productos que ejemplifican y mate-rializan las experticias en su particular ma-nera de proceder (metodológico y procedi-mental) al perfil del diseñador de la Univer-sidad del Bío-Bío.

La aplicación busca ser un recurso didác-tico, la consulta del material ayude a orien-tar al alumno tanto en la elección de su tema,desarrollo, implementación, etc. a través dela consulta del proceso y asistencia en las fasesmetodológicas.

MATERIALES Y MÉTODOS

En esta sección se presenta el método que sesiguió para clasificar los proyectos de títulode los alumnos de la Escuela de Diseño In-dustrial de la Universidad del Bío-Bío, en laciudad de Concepción. Para este fin se pre-sentan las actividades y medidas realizadaspara llevar a cabo tal estudio; también sedetallan los procesos de análisis estadísticoque se emplearon en el desarrollo de estainvestigación. Además se muestran las V fa-ses utilizadas para la construcción sistemáti-ca de la plataforma informática.

Gestión del conocimiento en la carrera de Diseño Industrial... / J. C. BRIEDE W. Y A. REBOLLEDO A.

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Considerando que uno de los objetivosdel trabajo es, en primera instancia, crear unabase de datos virtual en apoyo a la docencia,es importante presentar la descripción de unfenómeno estudiado a partir de la frecuen-cia obtenida de la clasificación de los pro-yectos.

La literatura indica que una investigaciónde tipo exploratoria es apropiada en situa-ciones de reconocimiento y recolección dedatos acerca de un tópico en particular, portanto, este estudio se basó en una investiga-ción exploratoria, ya que el objetivo princi-pal es obtener un análisis preliminar parareconocer los proyectos relevantes generadosen la Escuela de Diseño de la Universidaddel Bio-Bio y generar una base de datos in-formática anexada al portal web de la mis-ma, que integre de manera estructurada ladescripción de los proyectos de título.

La investigación exploratoria (Miquel etal., 1997) es también apropiada para etapasiniciales de toma de decisiones, para obte-ner un análisis preliminar de la situación conun gasto mínimo de tiempo y dinero. Se ca-racteriza por la flexibilidad para estar sensi-ble ante lo inesperado y para descubrir otrainformación no identificada previamente.

Para el caso de esta investigación se utilizóun “muestreo no probabilístico por juicios”,ya que los elementos se seleccionaron segúnlos juicios de los autores de esta investigación,considerando la contribución que estos ele-mentos harían al objetivo del estudio.

Siempre que se planifica la técnica demuestreo se llega a una etapa en donde sedebe tomar la decisión respecto al tamañode la muestra, de tal manera que ésta searepresentativa de la población objeto de es-tudio. Esta decisión es importante, pues unamuestra demasiado grande podría implicarun despilfarro de recursos y una muy pe-queña disminuye la utilidad de los resulta-dos, restando veracidad y eficacia a las infe-rencias que se puedan realizar de la pobla-ción total.

Fases para la construcción de la plataformainformática:

Esta sección describirá los materiales y mé-todos asociados al desarrollo del proyecto.Su propósito busca generar una base de da-tos informática anexada al portal web de laEscuela de Diseño de la Universidad del Bío-Bío, que integre de manera estructurada ladescripción de los proyectos de título hastala fecha aprobados. Para ello se establecie-ron las siguientes cuatro grandes etapas quese plantean en la Figura 1.

1ª etapa: Recopilación antecedentes de pro-yectos de título (registros en diversidad deformatos).

1.1. En primer lugar se recopilaron las pre-sentaciones que estaban en formato digitalde los proyectos de título aprobados en laEscuela de Diseño Industrial, para lo cualaccedió a los registros documentales.

Figura 1. Fases para la implementación metodológi-ca del proyecto. El proyecto presenta una etapa dedivergencia de búsqueda y recopilación de los ante-cedentes necesarios. Para pasar a una segunda etapade convergencia, que construye y sintetiza los conte-nidos en la aplicación deseada.

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1.2. Seleccionar los proyectos a incorporar:Se analizaron y estudiaron la calidad de lainformación de los proyectos en base a cri-terios como innovación y aporte propuesta,información gráfica del proyecto, tipologíade producto (áreas temáticas de la escuela).

Los proyectos seleccionados se van incor-porando a una base de datos común.

1.3. Se confecciona y diagrama el formatode la imagen donde se expondrán de mane-

ra sintética los contenidos de cada proyectode manera individual. El formato es de1000x700 pixeles para ser desplegado a pan-talla total.

Esta diagramación gráfica, condicionadapor el medio transitorio y dinámico del en-torno Web, se orienta por privilegiar la co-municación gráfica del producto (fotogra-fía, modelaciones y bocetos) utilizando eltexto como un complemento de ésta. Figu-ra 2.

En base a esta diagramación se seleccio-nó una imagen principal del proyecto, y unacomplementaria del contexto de uso. Se leaplicó retoque fotográfico con el programaAdobe Photoshop CS2 para recortar el pro-ducto de la imagen original y dejarla sobrefondo neutral.

2ª etapa: Diseño de la aplicación web.

En esta fase se genera un diseño conceptualde la aplicación definiendo sus principios ycualidades generales de su estructura y fun-cionamiento. Figura 3.

Figura 2. Composición Formato Pantalla Proyecto. El espacio se estructura conside-rando áreas para la imágenes del proyecto (bloques en gris) y las zonas de texto deltítulo y la descripción breve del producto.

Gestión del conocimiento en la carrera de Diseño Industrial... / J. C. BRIEDE W. Y A. REBOLLEDO A.

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2.1. Diseño diagrama aplicación web.Diseñar un banner o aviso según los reque-rimientos de la página que lo va a hospedar(tamaño, sentido, estética), en este casohttp://helios.dci.ubiobio.cl/di/. El diseño delbanner contemplará la aplicación de unaanimación para resaltar más su contenido obien simplemente se trate de una imagenalusiva. Figura 4.

Luego se desarrolla una película en Flashcon una introducción sobre el propósitodando cuenta del propósito de la misma.Esta película se construye de manera queluego de un pequeño lapso permita su lec-tura y así mismo dé paso automáticamentea las galerías, pudiendo incluso ser omitidoeste saludo inicial para así no entorpecer lanavegación cuando se consulte habitualmen-te las galerías y ya sean para el usuario sabi-das las intenciones del autor. Figura 5.

Se estructuran los contenidos medianteel diseño y desarrollo de botones con Flashcs3 botones correspondientes a las princi-pales temáticas llevadas a cabo y categoriza-das anteriormente en la Escuela de Diseño.Estos botones bien pueden diferenciarse poralgún color alusivo que luego servirá de fon-do para cada categoría o bien acompañarsepor un objeto que figure de manera icónicapara cada tema en específico y que faciliteuna fácil relación de los contenidos, ejem-plo: http://psp.ign.com/ http://pc.ign.com/http://wii.ign.com/ , donde en cada tópicoque en este caso resultan ser distintos dispo-sitivos de juegos, el fondo de un color de-terminado sumado a imágenes alusivas re-sultan muy elocuentes al momento de con-textualizar al visitante. Posteriormente, sedeberán insertar estos botones sobre una pla-

Figura 3. Diagramación Conceptual de la Aplicación Web. Estructuradaen cinco instancias que involucra desde el link anidado en la página webde la escuela de diseño hasta la lámina del proyecto.

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Figura 4. Página Web de la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad delBío-Bío. Que sirve de plataforma para hospedar aplicación con base de datos deproyectos.

Figura 5. Pantalla de la Maqueta del Formato de la Película en Flash.

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nilla html con el programa Dreamweaver.Figura 6.

Paralelamente se diseña y desarrolla conel programa Flash una galería (inserta en unhtml) con movimiento estilo Coverflow si-milar a la que tienen los dispositivos demúsica marca Ipodtouch de Apple. Even-tualmente se pueden descargar variados ti-pos de galerías ( http://wingnut.freitagmorgen.de/index.php , http://www.flashgallery.org/ ) e insertarlos en nuestro archivo. Laidea es tener un desplazamiento por éstasalgo más interactivo y que facilite el modode acceder a una amplia librería. En nuestrocaso la galería permite ver una imagen pre-via sobre el proyecto sumado más abajo alnombre del mismo y su autor. Figura 7.

Luego al seleccionar cada pequeña fotodel proyecto o “cover” se despliega una lá-mina con la información pertinente del pro-yecto. La lámina cuenta con dos fotografías,una del proyecto en su mejor vista y la si-

guiente con éste en uso. El texto a continua-ción estará determinado con un número decaracteres máximo con el objetivo de homo-geneizar las láminas de información tal y cualcomo sucede en numerosos blogs donde sepuede indexar un máximo de 250 caracte-res. Figura 8.

Cada página contiene un botón o linkpara volver a la anterior o bien para la pági-na de inicio (home) que en este caso corres-ponde a http://helios.dci.ubiobio.cl/di/. Enla parte inferior cuenta con logotipos de to-das aquellas entidades involucradas. Asimis-mo cada página tiene una base html con in-sertos Flash los cuales agregan movimientoy dinamismo a la típica y estática web. Latipografía empleada corresponde a una am-pliamente utilizada y de temática industrial,bien pudiese haber sido tipo esténcil, o al-guna otra tipografía que aluda al contextoindustrial del diseño.

Figura 6. Pantalla con Menú temático. Mediante los Títulos interactivos tipo bo-tón se accede directamente a los proyectos clasificados por temática.

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Figura 8. Galería temática. En este caso se diseña un marco general, utilizando elcolor y el nombre como elemento distintivo y a su vez diferenciador. En este caso eltema rural, se asoció a la tierra, utilizando colores ocres, greda.

Figura 7. Galería temática. En este caso se diseña un marco general, utilizando elcolor y el nombre como elemento distintivo y a su vez diferenciador. En este casoel tema rural, se asoció a la tierra, utilizando colores ocres, greda.

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2.2. Periodo de prueba. Se testearon dife-rentes alternativas de diagramas para presen-tar la información gráfica (fotografía/texto),optando por un diseño simple, descartandoaquellas que representaban gran cantidad deinformación confundiendo al usuario al ac-ceder a un proyecto en específico. El tipo degalería elegido busca resaltar e individuali-zar la figura del proyecto, dejando la infor-mación no pertinente (galería) a un segun-do plano. Permite constatar que el diagra-ma (layout) propuesto, simplifica y hace ex-pedito el acceso a los contenidos en cues-tión.

2.3. Activación de aplicación en web.

3ª etapa: Verificación

3.1. Marcha blanca. Se difundió la aplica-ción de manera no oficial, en la escuela paratomar conocimiento de toda aquella indi-caciones y observaciones que dieron los usua-rios con el objetivo de revisar y corregir, pri-vilegiando aspectos de uso y funcionamien-to, sobre criterios gráficos, asociados a as-pectos subjetivos como el gusto.

4ª etapa: Difusión

4.1. Una vez definida y verificada la aplica-ción. Se genera un trabajo de recopilaciónde las Pymes nacionales, y especialmente delámbito regional y local para poder estable-cer cartera y lazos cooperativos, establecien-do la difusión de los ámbitos y competen-cias de la carrera de diseño industrial, me-diante un Catastro de Pymes, regionales ynacionales.

4.2. Envío de link, con invitación para visi-tar portal (Interna y externa). Inauguración.

4.3. Publicado como noticia en sitios aso-ciados a la iniciativa, como por ej. HomePage de la Universidad del Bío-Bío, en elespacio que esta página tiene para las noti-cias relevantes. Como noticia y banner en lahome page de la Escuela de Diseño de laUniversidad del Bío-Bío. Se envían invita-ciones a entidades relacionadas con losrubros de aplicación de proyectos, industriasmanufactureras y pymes de la región.

RESULTADOS

El proyecto integra una serie de conocimien-tos relacionados con contenidos propio dela disciplina, los funcionales y estructuralespropios del medio y herramienta informáti-ca, de una manera pedagógicamente adecua-da. En este sentido los resultados evidentes:

–Recopilación de datos permitió generar unabase de datos actualizadas de los proyectosde título realizados hasta la fecha en la Es-cuela de Diseño de la Universidad del Bío-Bío.

–Interfase formato WEB, que permite pre-sentar estos contenidos como una base dedatos dinámica. Facilita su accesibilidad yconsulta de manera dramática (desde elpropio hogar, o cualquier lugar remoto,desligándolo de tener que visitar el lugarfísico (centro de documentación).

Por otro lado la recopilación de antece-dentes, y su clasificación permitió obteneruna serie de datos, que analizaron estadísti-camente.

A continuación se presentan algunos delos resultados obtenidos de los proyectos detítulo:

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Tabla 1. Clasificación de los proyectos recolectados.

Tipo Frecuencia Porcentaje

Deportes y Recreación 7 14%

Educativos 5 10%

Maquinaria y Herramientas 7 14%

Materiales e Investigación 5 10%

Mobiliario 5 10%

Productos, Procesos y Servicios 3 6%

Salud 4 8%

Textil 14 28%

Total 50 100%

En el Gráfico 1 se especifican los crite-rios en que fueron definidos y posteriormen-te clasificados los distintos proyectos de tí-tulo, cabe destacar que el 28% de estos pro-yectos son de carácter textil, luego le siguecon un 14% los proyectos del área de de-portes y recreación, y también con un 14%los proyectos del área de maquinaria y he-rramientas. Es importante mencionar quelos proyectos del área textil son los proyec-tos que están diseñados para rubros especí-ficos en donde la alta tecnología del mate-rial empleado deben estar acordes con el con-

Figura 9. Clasificación de los proyectos de título. Fuente: Proyectos de título de la biblioteca de la Escuela deDiseño Industrial, periodo 2000 al 2008.

texto productivo, como por ejemplo: pan-talones y chaquetas diseñadas para losbrigadistas forestales de la Conaf con telaripstop1 y de material ignífugo2.

1 http://es.wikipedia.org/wiki/Ripstop. Ripstop esuna tela antidesgarro que debido a que tanto en la tramacomo en la urdimbre está reforzada con hilos de alta re-sistencia, esto da un aspecto de cuadrados en la tela, eimpide que se corra y expanda un tajo o cortadura. Puedeestar cosido con nylon en el caso de los pisos de las carpas, yde otras telas comunes. Es ideal para la montaña y travesíascon riesgos de plantas espinosas, rocas agudas, etc.

2 http://fcmaf.castillalamancha.es/Diccionario/I.htm

14%

10%

14%

10% 10%

6%8%

28%

TextilSaludMobiliarioMateriales einvestigación

Maquinaria yherramientas

EducativosDeportes yrecreación

30%

25%

20%

15%

10%

5%

0%

Productos,procesos yservicios

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DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Instancias de investigación dentro del pro-yecto

Con respecto a los análisis estadísticos efec-tuados (uso del software spss15), en primerlugar se estudiaron las diferencias de género

Figura 10. Clasificación de los proyectos según su género. Fuente: Proyectos de título de la biblioteca de laEscuela de Diseño Industrial, periodo 2000 al 2008.

Tabla 2. Clasificación de los proyectos según su género.

Tipo según género Género TotalHombre Mujer

Deportes y Recreación 86% 14% 100%

Educativos 60% 40% 100%

Maquinaria y Herramientas 29% 71% 100%

Materiales e Investigación 40% 60% 100%

Mobiliario 40% 60% 100%

Productos, Procesos y Servicios 67% 33% 100%

Salud 50% 50% 100%

Textil 43% 57% 100%

(masculino y femenino) en la elección de losocho contextos y temas de estudios aborda-dos. Podemos observar lo siguiente. Sólo enel contexto de maquinarias y herramientasel porcentaje de diferencia entre géneros esamplio, de esto podemos inferir que la in-clusión de la mujer en el contexto que his-tóricamente es del hombre ya es una ten-

86%

40%

71%

40%

60% 60%

50%57%

TextilSaludMobiliarioMateriales einvestigación

Maquinaria yherramientas

EducativosDeportes yrecreación

100%

90%

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%Productos,procesos yservicios

60%

40%

67%

33%

50%43%

29%

14%

Mujer

Hombre

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dencia constatable y tiene una participaciónmás activa, libertad y autonomía.

En el contexto textil la brecha entre elhombre y la mujer es cada vez menor. Eluso de materiales textiles en el diseño es unade las áreas que se ha ido fortaleciendo en laEscuela de Diseño Industrial independientedel sexo del diseñador. Si bien los productostextiles tienen un mercado concreto y clási-co, los diseñadores han detectado nuevosnichos que van más allá de la prenda desa-rrollada a partir de criterios sólo estilistas,dictados por la moda; sino elementos y ves-timentas funcionales que permiten final-mente desarrollar productos con un alto fac-tor diferencial y así poder competir.

El área del deporte y recreación, clara-mente está liderado por el género masculi-no.

Del universo de contexto de productos,el 28% es del rubro textil, lo que se debe aque éstos tienen un estudio acucioso y pro-fundo de los materiales y la facturación nopresenta mayores complicaciones en costosy procesos si lo contrastamos con productosdel área metal-mecánico o el de los plásti-cos.

Las tendencias de mercado y de consu-mo –entre otros factores– determinan el per-fil del diseñador y los cambios que ha deasumir. Las tendencias y frecuencias en lasdiversas tipologías de productos desarrolla-dos muestran la coyuntura, entre la discipli-na académica y su nexo en el contexto pro-ductivo. Es así como estos datos pueden ser-vir para retroalimentar los aspectos básicosde la educación del diseño (Boucharenc,2006) y especificarlos, orientándolos a laeducación por competencia definiendo laduración de los cursos y sus aproximacionespedagógicas ligadas necesariamente con elcontexto (Christopher Alexander en BürdekB., 1994) regional de aplicación.

El diseño de servicios e intangibles es unárea que fuertemente se ha incorporado a lagama de posibilidades de soluciones que el

diseñador pueda dar. Una tendencia euro-pea que todavía no alcanza a madurar ennuestro país. El bajo índice (6%) de proyec-tos desarrollados en este contexto, puedeexplicarse gracias a trabajar quizá desde unenfoque clásico de la disciplina orientado ala resolución de productos materiales y notener práctica y experiencia en la definiciónteórica de intangibles, esto tanto como com-petencia educativa a nivel institucional ypoco sentido de exploración y riesgo toma-dos por los alumnos.

El desarrollo del proyecto en una aplica-ción concreta, permitió generar estudios es-tadísticos paralelos, lo que permite procesardatos desde una realidad concreta e investi-garlos, permitiendo una retroalimentaciónentre los mundos de la teoría y práctica.

El formateo y recopilación de archivos ycontenidos en función de diversas aplicacio-nes no estaban contemplados, por lo que sedestinó mucho tiempo a procesar y adecuarlos registros originales.

Las posibilidades de intercambio queofrece la informática e Internet, por men-cionar los principales, plantea estrategias conel objeto de generar registros y bases de da-tos multipropósitos, que permitan fácilmen-te adecuar y diseñar su presentación de acuer-do a su formato. Por otro lado, la aplicaciónno exenta de errores permite estructurar fun-cionalmente este producto. Permitiendo conel uso y la usabilidad ir mejorando aspectosempíricos que se van detectando en la mis-ma práctica.

Queda claro el gran potencial de la in-formática, como sistema y soporte para con-cebir, a través de lo digital, los nuevos me-dios de comunicación y educación.

Las múltiples herramientas y aplicacio-nes informáticas permiten trabajar a escalaspróximas y económicas, siguiendo la econo-mía de recursos, llegamos a obtener una apli-cación efectiva.

La red, como medio de conexiones y re-laciones, plantea la posibilidad de anidar

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dentro de la página web otra base de datos,otra conexión, esto permite construir y adap-tar de manera flexible (cambio, modificar abajo costo) e incrementar un sistema conmúltiples relaciones.

La elección y definición del tema de es-tudio es libre dependiendo de la inquietudy desarrollo del alumno. Los datos y las ob-servaciones indican que la escuela de diseñocomo entidad de formación. El desarrollode los productos, en contextos y áreas temá-ticas recurrentes nos da un panorama globalde la tendencia y los rubros asociados a lamaterialización de dichos productos.

AGRADECIMIENTOS

Los autores desean agradecer al centro deinformática educativa (CIDCIE) y a la Vi-cerrectoría Académica de la Universidad delBío-Bío, por hacer posible el financiamien-to de este proyecto.

REFERENCIAS

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UNA NOTA METODOLÓGICA SOBRE LOS ANÁLISISCUALITATIVOS. EL ANÁLISIS DE LAS RELACIONES ENTRE

LOS ELEMENTOS: EL ANÁLISIS DE LAS FRECUENCIASY CO-OCURRENCIAS

A METHODOLOGICAL NOTE ABOUT QUALITATIVE ANALYSIS.THE ANALYSIS OF THE RELATIONS BETWEEN ELEMENTS:

FREQUENCY ANALYSIS AND CO-OCCURRENCES

EDUARDO ESCALANTE GÓMEZ

Director Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Aconcagua,Catamarca 367. Mendoza. Argentina. 54 261 5201692, [email protected]

RESUMEN

La investigación cualitativa tiene distintas vertientes al momento de analizar un corpus textual o generar uncorpus textual. A modo de ejemplo, la teoría del núcleo central plantea habría que identificar en el corpusun código central y un entramado de elementos periféricos. Indudablemente que estos enfoques teórico meto-dológico son muy importantes al momento de analizar un corpus textual. El tema surge respecto de lageneración del corpus. Para autores se deriva mediante procesos de asociación de palabras, y en algunoscasos específicos se han creado cuestionarios para tal efecto, como es el caso del modelo de esquemas cogni-tivos de base. Si bien el foco de este texto no es debatir sobre cómo se genera el corpus textual, sí es relevanteseñalar que la metodología del núcleo central, la metodología de Moliner y la de Flament, y la metodologíade análisis del modelo de esquemas cognitivos de base, hipotéticamente resultan ampliamente aplicables entérminos de exploración y análisis de un corpus textual que se ha generado mediante preguntas abiertas omediante una entrevista en profundidad. Es válido considerar que hay dos corrientes analíticas: la que buscael análisis de los contenidos semánticos asociados a un término inductor y aquella que estudia las relacioneso conexiones entre el término inductor y los contenidos semánticos. Una vez que se ha optado por undeterminado enfoque, la operacionalización de los estudios considera la frecuencia de un elemento y elpoder de significación de éste, así como la co-ocurrencia que se refiere al número de relaciones del elementocon otros elementos y pueden ayudar a comprender la fuerza de los elementos en la significación.

Palabras claves: Análisis textual, semántica, ocurrencias, significados, similaridades.

ABSTRACT

Qualitative research has different aproaches when analyzing a text corpus or generating text corpus. Forexample the theory of the central nucleous tries to identify a central code and the peripheral codes orelements. Undoubtedly, the theoretical and methodological approaches are very important when analyzinga text corpus. The issue arises in respect of the generation corpus. For some authors the way is the process ofassociation of words, and in some cases, specific questionnaires have been created for this purpose, such ascognitive bases schemata. Although the focus of this paper does not discuss how the text corpus is gener-ated, it is relevant to note that the methodology of the central nucleous, the method of Moliner and Flament,and methodology of analysis of cognitive bases schemata hypothetically are widely applicable in terms ofexploration and analysis to a text corpus that has been generated by an open-ended questions or in-depth

Ensayo / Essay

Theoria, Vol. 18 (1): 57-67, 2009 ISSN 0717-196X

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interview. It is valid to consider that there are two analytical trends: the searching analysis of the semanticcontent associated to a term inductor and the one that studies the relationships or connections between theterm inducer and semantic content. Once you have chosen a particular approach, the operationalization ofthe studies considers the frequency of an element and its power of significance, as well as the co-occurrencethat refers to the number of relationships with other elements and that can help understand the power ofthe elements in significance.

Keywords: Textual analysis, semantics, occurrences, meanings, similarities.

Recibido: 30.07.09. Revisado: 14.08.09. Aceptado: 31.08.09.

INTRODUCCIÓN

La investigación cualitativa tiene distintasvertientes teórica y metodológica que co-existen al momento de analizar un corpustextual o generar un corpus textual genera-do por una sola entrevista o por un conjun-to de entrevistas cualitativas. A modo deejemplo, la teoría del núcleo central planteahabría que identificar en el corpus un códigocentral y un entramado de elementos periféri-cos (Abric, 2001). El código o núcleo cen-tral es el elemento principal porque deter-mina el significado como un todo (funciónde generación), pero también determina suestructura (organización). En la versión ori-ginal de esta teoría, los elementos centralesson generadores de sentido; los elementosperiféricos serían más individualizados yfluctuantes, o dicho de otra manera, más de-pendientes del contexto inmediato. Esta teo-ría fue revisada por Pascal Moliner (2007),quien propuso un cambio profundo en lateorización de la relación entre los elemen-tos periféricos y centrales. En virtud de quelos elementos centrales son polisémicos, lasignificación es dada por los elementos pe-riféricos.

Para Moliner es el contexto el elementomás importante para la significación. Loselementos del núcleo central serían más biensignos que generan una ilusión de consen-so, pero que son susceptibles de múltiplesinterpretaciones. Como se puede observar,

la teoría del núcleo central sigue abriendohipótesis sobre las relaciones entre los ele-mentos centrales y periféricos y el papel delcontexto en la significación de un determi-nado elemento.

Una vez que la o las entrevistas son codi-ficadas, se procede, por ejemplo, a agrupar-los en redes o matrices. Indudablemente queadoptar un enfoque teórico metodológico,es muy importante al momento de analizarun corpus textual. El tema surge respecto dela generación del corpus. Para algunos auto-res se deriva mediante procesos de asociaciónde palabras, y en algunos casos específicos sehan creado cuestionarios para tal efecto, comoes el caso del modelo de esquemas cognitivos debase de Guimelli y Rouquette (Guimelli &Rouquette, 1992). Si bien el foco de esteartículo no es debatir sobre cómo se generael corpus textual, sí es relevante señalar quela metodología del núcleo central, la meto-dología de Moliner, la de Flament (1994), yla metodología de análisis del modelo de es-quemas cognitivos de base, hipotéticamenteresultarían ampliamente aplicable en térmi-nos de exploración y análisis de un corpustextual que se ha generado por asociacionesde palabras, pero también para aquello cor-pus textual generados a partir de preguntasabiertas o mediante entrevistas en profun-didad.

Cualquiera sea la metodología de explo-ración y análisis que se emplee, todos losautores –al respecto es interesante la discu-

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sión en la corriente psicoanalítica1– parecie-ran converger en plantear que, al momentode realizar el análisis del corpus, hay queconsiderar un factor cuantitativo2, que es pri-mordial, y otro cualitativo que es esencial.El concepto de conector constituye parte fun-damental del argumento de Moliner comode Guimelli y Roquette y es parte de los pro-cesos analíticos que realiza el programaTROPES.

Es válido considerar que hay dos corrien-tes analíticas: la que busca el análisis de loscontenidos semánticos asociados a un tér-mino inductor y aquella que estudia las re-laciones o conexiones entre el término in-ductor y los contenidos semánticos. Una vezque se ha optado por un determinado enfo-que, la operacionalización de los análisisconsidera la frecuencia de un elemento y elpoder de significación de éste, así como laco-ocurrencia que se refiere al número de re-

laciones del elemento con otros elementos ypueden ayudar a comprender la fuerza delos elementos en la significación.

EL ANÁLISIS DELAS FRECUENCIAS

El investigador puede realizar análisis de fre-cuencias y análisis de relaciones. Las frecuen-cias sirven entonces para medir estadística-mente datos descriptivos, o para establecerescalas bipolares que marcan la dirección (fa-vorable, desfavorable, neutra, ambivalente),o la intensidad y la dirección simultánea-mente.

No es nueva la idea de que cualquier aná-lisis de contenido se sostiene por cuáles seansus categorías de análisis. La selección decategorías construye la “mirada” del objeto.Las categorías siempre derivan de las mira-das del objeto de análisis.

En el análisis del corpus textual, un sin-número de segmentos son codificados y ca-tegorizados en categorías temáticas. TROPESemplea las siguientes categorizaciones parael análisis léxico, como se puede observar enla Figura 1. Entre paréntesis aparecen losporcentajes (de las frecuencias) de cada unade las categorías. En este caso, se hace refe-rencia a un estudio que generó un corpustextual de 32.000 palabras (ver Figura 1).

Además, el programa dispone de la fun-ción concepto de “universo de referencia”que muestra, por frecuencias decrecientes,los universos de referencia de las palabras deltexto. Cada línea consta de un universo, pre-cedido por un contador que indica el nú-mero de palabras que contiene. Sólo se mues-tran los universos significativos (Ver Figura2).

Los universos de referencia representanel contexto. Agrupan, en clases de equivalen-tes, las nociones desarrolladas en el textoobjeto del análisis. El programa detecta losuniversos de referencia utilizando dos nive-

1 En relación al psicoanálisis, la información obteni-da por una investigación cualitativa son “datos extra-clí-nicos” que no provienen de la situación analítica comoseñala Anna Dreher (2000) en Foundations for concep-tual research in psychoanalysis. London & New York,Karnac. Esto permite abordar criterios académicos con-vencionales respecto a la construcción científica. Este esun punto fundamental del estatus científico del psicoa-nálisis.

2 Al respecto es fundamental la revisión del conceptolacaniano de “mathema”, de algún modo derivado delconcepto de “mytema” de Lévi-Strauss. Lacan quiso re-flejar las interrelaciones complejas entre elementos me-diante fórmulas; su interés fue a mostrar las conexionesesenciales (Lacan, Seminar VI). Indudablemente que re-sulta muy importante tener presente sus consideracionesal momento de considerar el uso de lo extra-clínico y des-taca que solamente puede ser considerado psicoanalíticosi procede del desciframiento de los significantes, negan-do el sacar conclusiones a partir del contenido implicado(Lacan, Ecrists, 747-748), esto es, se postula el evitar elcontenido manifiesto de las palabras, evitando de estemodo, que las conclusiones reflejen los propios prejuiciosdel investigador y esto se logra permaneciendo cercanos alos significantes, y es por ello, que el camino legítimo alconsiderar datos obtenidos de las entrevistas es una inter-pretación que emerge de los significantes y las interco-nexiones entre los significantes. El significado debe sur-gir de los datos.

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les de representación del contexto (universode referencia 1 y 2).

Otro concepto importante en el progra-ma es el concepto de escenarios que permi-ten: a) definir sus propias clasificaciones:modificar o reestructurar los diccionarios delprograma, sustituir un tesauros y personali-zar sus funciones de búsqueda de informa-ciones (si utiliza Tropes Zoom); b) definir unaparrilla de análisis estadístico que puede sergenerada automáticamente en la indexaciónde una base documental. A modo de ejem-plo, en la Figura 3 se puede ver uno de losescenarios disponibles.

El investigador selecciona sus categoríaspara el análisis, ya sea en TROPES o en cual-quier otro software en uso. A modo de ejem-plo, se podrá señalar que el número de en-trevistas donde aparece un elemento varíaentre 26/50 (52%) y 1/50, y la media de

Figura 1. Categorizaciones en TROPES.

Figura 2. Algunos elementos del universo enTROPES.

Figura 3. Algunos escenarios en TROPES.

ocurrencias es igual a 9,4; que los primerosdos primeros elementos más frecuentes son:estructura de la personalidad (26/50), con-texto de la infancia (22/50).

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Otro tipo de análisis de frecuencia de loselementos sería el cálculo de las declaracio-nes agrupadas en gráficos. Este cálculo sirvepara destacar el “espacio” discursivo dado porlos encuestados a la categoría temática en elmarco general de las entrevistas. Según esteanálisis, las entrevistas en general. Según esteanálisis, por ejemplo se podrá hablar de “es-tructura de la personalidad”, con 36 ocu-rrencias. Para comprender la importancia re-lativa de los elementos de los análisis, pode-mos calcular la frecuencia media de los enun-ciados según una sola categoría temática.Una vez identificadas las categorías, se tienenque resolver los problemas de sinonimia yantonimia. La sinonimia surge cuando unamisma categoría tiene diferentes nombres.

Hay varias posibilidades para calcular lafrecuencia de los elementos: 1) la frecuencia

de las entrevistas sobre el enunciado de unacategoría temática que está presente en elcorpus textual, 2) la frecuencia de los enun-ciados de una misma categoría temática; y3) la frecuencia de las palabras enunciadassobre la misma categoría. El cálculo de lamedia de las frecuencias de los entrevistadosasociados a un mismo tema (categoría te-mática) indica su importancia relativa paralos entrevistados. Una limitación del estu-dio de las frecuencias deriva que el valor delas frecuencias está fuertemente ligado a laestructura de la muestra. Por consiguiente,es importante considerar los análisis de lascaracterísticas de la muestra.

Un ejemplo de tabla de frecuencias es lasiguiente, en la que se agruparon los sustan-tivos, los verbos y los adjetivos, teniendo encuenta la frecuencia de aparición.

Tabla I. Unidades lingüísticas de mayor frecuencia de aparición.

Sustantivos Verbos Adjetivos y adverbios

Universidad Sentir Demás

Docentes Ser Siempre

Materias Poder Mucho

Responsabilidad Hacer Mismo

Límites Tener Muchas

Evaluación Estar Mal

Padres Saber Mejor

Grupos Querer Otro

Compañeros Haber Otra

Práctica Pensar Poco

Teoría Ver Algunas

Hablar

Empezar

Seguir

Gustar

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El análisis estadístico de corte lexical, quese basa únicamente en la frecuencia de em-pleo del vocabulario, no puede concluir unainvestigación; su tarea consiste en facilitar laconstrucción de hipótesis que el investiga-dor tratará con una metodología específica.Este tipo de análisis estadístico ha de enten-derse como descriptivo y no inferencial; nospuede describir y descubrir relaciones en lasque no hubiésemos reparado auxiliados so-lamente de la intuición, pero ahí termina sucometido. Se trata, por lo tanto, de un estu-dio cuantitativo y cuantitativo-nocional deldiscurso tomado en su materialidad, peroello no excluye la perspectiva cualitativa,antes bien la implica.

EL ANÁLISIS DE LASCO-OCURRENCIAS3

Los enunciados del corpus textual se com-ponen de significantes que se suceden, es-tando cada uno precedido, seguido o en-cuadrado por otros. A este hecho puramen-te material se le llama co-ocurrencia. La pre-sencia asociada de dos o más términos a lolargo del corpus (co-ocurrencia) puede res-ponder a propiedades morfológicas (se tra-ta, pues, de un caso de sintaxis), o bien pue-de deberse a que se reclaman uno al otropor alguna capacidad funcional.

Las co-ocurrencias pueden ser definidascomo la aparición simultánea de dos “da-tos” en un espacio pre-delimitado (por ejem-

plo, dos palabras en una frase, dos descrip-tores temáticos para una misma entrevista,etc.). El análisis de co-ocurrencias (análisis decontingencia) es una técnica que surge ins-pirada en la teoría de la asociación deSigmund Freud4 y el uso de la informáticaen el análisis del contenido. Al analizar lasco-ocurrencias, por ejemplo, mediante análi-sis de correspondencias de tablas de contin-gencias con distintos elementos categoriales,se pueden establecer relaciones de proximi-dad, determinación, asociación, equivalencia,oposición, exclusión, simultaneidad, secuen-cialidad u orden. Mediante estos análisis sepuede explorar las estructuras de relacioneslógicas entre categorías.

El paso del análisis de frecuencias al aná-lisis de co-ocurrencia constituye un pasometodológico importante desde las frecuen-cias hacia el contenido semántico del cor-pus textual. Los autores señalan que este pasoconsiste en considerar pares de componen-tes, midiendo la simultaneidad de su apari-ción en conjuntos significativos predetermi-nados. Un ejemplo gráfico de las co-ocurren-cias es el de un discurso pre-electoral de E.Frei (30 de mayo de 1993) obtenidos a par-tir de un análisis de co-ocurrencia5. Ver Fi-gura 4.

Su autor advierte que en este tipo de aná-lisis –y en la interpretación del grafo obte-nido– se debe tener el cuidado de no pre-tender extraer inferencias acerca de la signi-

3 Análisis de co-ocurrencias de palabras-clave: asocia-ciones de palabras, comparaciones entre parejas, análisisde co-palabras, análisis de secuencias, concordancias; aná-lisis temáticos de las unidades de contexto: análisis temá-tico de contextos elementales (por ejemplo, fragmentosde texto, frases o párrafos), secuencias de temas, clasifica-ción temática de documentos, contextos clave de pala-bras temáticas; análisis comparativos de los diferentes sub-conjuntos del corpus: análisis de especificidades, análisisde correspondencias, análisis de correspondencias múlti-ple, cluster análisis.

4 La epistemología que Freud sustenta que el conoci-miento no sólo es producido por el sujeto investigador,sino por el sujeto investigado. Es una forma de produc-ción cualitativa de conocimiento en la que destaca el pa-pel del sujeto como productor de conocimiento. De estemodo... el interpretante es el analizante... aquel al que elanalista da la palabra para que elabore un decir, que digasobre su subjetividad. No se emplean herramientas estan-darizadas. Las ideas desarrolladas se legitiman por su sig-nificación en el momento de la producción de conoci-miento, para lo cual no necesitan fundamentación estan-darizada.

5 Ver en: http://www2.ing.puc.cl/~dcolle/publicacio-nes/analcon/redes.htm. Consultado el 12 de mayo del2009.

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ficación de las relaciones anotadas: sólo sa-bemos que existe alguna fuerza de unión(mayor o menor) entre dos conceptos, perono cuál es el tipo de relación (probablemen-te se sumen varias). Por ello se considera hoymás aconsejable efectuar un análisis grama-tical o semántico que tome en cuenta la fun-ción del concepto en la posición que ocupa,lo cual lleva al análisis de red de relaciones.El autor sugiere relaciones de inclusión, decaracterísticas, de rol, temporales, y activas.

En síntesis, este tipo de análisis permiteel estudio de las relaciones entre los elemen-tos de un corpus textual. Este tipo de técni-ca descansa en la idea que la presencia si-multánea de muchos elementos en una mis-ma unidad de contexto constituye un índi-ce de una relación entre estos elementos.

El procedimiento de análisis de co-ocu-rrencias contiene las siguientes etapas: 1) ele-gir la unidad de análisis (segmentos de tex-tos con percepciones, actitudes, estereotipos,etc.); 2) elegir las unidades de contexto (pá-rrafo o la entrevista); 3) calcular las co-ocu-rrencias y crear la matriz de co-ocurrencias;5) interpretar los resultados. La existencia

de muchos elementos en una unidad de con-texto puede indicar una relación entre sí.Pero la interpretación de esta relación no esfácil, debido a una fuerte asociación de laspalabras puede ocultar una separación en larealidad. Incluso Aristóteles distinguía trestipos de asociaciones, por similaridad, porcontraste y por contiguidad.

El análisis de co-ocurrencias se puedehacer entre las palabras-clave seleccionadas(categorías) y entre (y dentro) clusters (esdecir núcleos temáticos). Se utiliza la tabu-lación de frecuencias cruzadas o de co-ocu-rrencias de dos dimensiones, así como detécnicas multivariadas para identificar estruc-turas más complejas con datos multidimen-sionales. También se utiliza el esclarecimien-to de estructuras de relaciones lógicas entrecategorías. En TROPES los resultados pue-den tomar la forma de la Figura 5.

Alrededor del centro del gráfico (clase deequivalente) gravitan elementos (clases deequivalente que establecen relaciones con laclase central) que están más o menos cercadel centro (frecuentemente utilizadas jun-tas) y son más o menos grandes (en función

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Figura 4. Grafo principal del discurso de E. Frei.

gobierno

Chile

querer

historia

Concertación

jóvenes

educaciónchileno

trabajo

partido

poder

1088

9

7 7 7

13

19 9 7

12

11

7

7

población

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del número de ocurrencias de palabras quecontienen). Otra clase de representación grá-fica se puede apreciar en la Figura 5.1.

En el gráfico se representa la concentra-ción de relaciones entre los actores. Permitecomparar visualmente el peso de las relacio-nes entre las principales referencias. El ejehorizontal indica la tasa sujeto/objeto (deizquierda a derecha). El eje vertical indica laconcentración de relaciones para referenciamostrada. Los trazos indican las relacionesentre la variable seleccionada y las demás dereferencia. Un trazo discontinuo indica unarelación poco frecuente. Solamente las refe-rencias que presentan un gran número derelaciones se representan en el gráfico.

MODELO DE ESQUEMAS COGNITI-VOS DE BASE (ECB6) PARA LA CON-FIRMACIÓN DEL NÚCLEO DE LOS

TEXTOS

Una perspectiva de análisis que resulta inte-resante es la “hipótesis del núcleo central”(Abric, 1999) a partir de la cual se puedeafirmar que un corpus textual se organizaen torno de un núcleo central que se distin-guiría de aquellos elementos de carácter pe-

Figura 5.1. Estudio de relaciones en TROPES.

Figura 5. Estudio de relaciones en TROPES.

6 A partir de un conjunto de pares de ítemes surgidosde una asociación libre se estudiará el tipo de relaciónque esos términos sostienen entre sí, utilizando una listade operadores de las relaciones, definida y formalizada,estando organizados esos operadores en familias denomi-

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riférico. Dicho núcleo estaría formado porun conjunto reducido de elementos que de-terminarían su organización y su significa-do. Existiría entonces un doble sistema com-plementario: el sistema central y el sistemaperiférico. El sistema central sería más esta-ble y resistente al cambio, hecho que asegu-raría la continuidad y permanencia. Otra ca-racterística de este sistema sería su funciónconsensual, en sentido que contendría loselementos de base comunes y compartidosde un grupo.

Desde esta perspectiva, el sistema centralsería condicionado por la historia grupal yla memoria colectiva, y por ello sería pocosensible a los elementos contextuales másinmediatos. Desde esta perspectiva, dos tex-tos, dos representaciones son diferentes úni-camente si sus núcleos difieren y serían igua-les en tanto los elementos centrales de una yotra no varían, independientemente de queno coincidan sus elementos periféricos. Deeste modo, puede afirmarse que los elemen-tos periféricos son los que permiten las va-riaciones individuales ligadas a la historiaindividual de los sujetos, de tal manera quelo consensual de la representación se refiereúnicamente a los elementos de su núcleo.

La teoría del núcleo ha llegado a precisardos funciones fundamentales de los elemen-tos del núcleo: “generadora” (los elementoscentrales otorgarían sentido a las otras cog-niciones de la representación) y “organiza-dora” (las cogniciones centrales determina-rían los lazos que unen las cogniciones peri-féricas). Los elementos centrales tendrían un

mayor número de conexiones que aquellosde carácter periférico y serían más fácilmen-te evocables, pero también definirían la ca-lidad de las conexiones con los restantes ele-mentos.

Para realizar el proceso anterior existiríandiversos métodos, uno de ellos es de ChristianGuimelli y Michel-Louis Rouquette (Guimelli& Rouquette, 1992), denominado esquemascognitivos de base. Según este enfoque el tex-to, por ejemplo, de una entrevista puedecontener información sobre la naturaleza delas relaciones entre los elementos. El análisistextual podría poner en evidencia la natura-leza de estas relaciones, además de confir-mar las hipótesis de la existencia de relacio-nes. El ECB permite identificar conectoresu “operadores de relación” (ítem inductor -OPERADOR -Ítem inducido).

HIPERCONECTORES

Léxico, vecindad, composición, acción o praxis,y atribución. Léxico agrupa los operadores deequivalencia (sinónimos), de oposición (an-tónimos), de definición. Vecindario incluyelos operadores de inclusión o exclusión: cla-se incluyente, clase inclusiva, clase co-inclusiva. Composición incluye los operado-res que expresan una relación todo-parte,todo y parte, parte-parte. Praxis o acción in-cluye los operadores ligados a la acción:actor*acción*objeto*herramienta, dos a dos.Actor OPE acción, acción ACT actor, Ac-tor UTI herramienta. Atribución incluye losoperadores ligados al juicio, a la evaluación:a A le corresponde B permanente, frecuen-te, ocasional, normativo, evaluativo, causade origen, efecto de consecuencia.

El investigador puede identificar deter-minadas categorías, por ejemplo, trabajoacadémico y estudiar sus conectores identi-ficando SI (conectores de sinónimos antó-nimos), CE (conectores de causa efecto), EJ(conectores de ejemplos, AC (conectores de

nadas esquemas cognitivos de base. Se puede delimitarasí el tipo de relaciones que sostiene un ítem con otroselementos de la representación, estudiar el número más omenos importante de relaciones que lo unen a otros ítemesdefiniendo su “valencia” y considerar que esa valenciadefine la importancia o la centralidad del ítem. Ademásde que constituye una buena representación, el métodode los SCB ofrece la ventaja de permitir con cierta facili-dad una comparación entre dos representaciones segúnlos tipos de relaciones y esquemas que movilizan.

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acciones, CU (conectores de cualidad) y pro-ceder a los análisis estadísticos.

Un estudio interesante de la aplicaciónde esta metodología es Principios organiza-dores en núcleo central de las representacio-nes sociales. Hipótesis empíricas, de PatrickRateau7.

ANÁLISIS DE SIMILITUD

Este tipo de análisis de similitud (Flament,1962; Flament, Degenne, & Vergès, 1971)representa una forma de construcción deestructuras propias de representaciones, esdecir, se conforman diversas relaciones im-plícitas y explícitas que caracterizan a unarepresentación o constructo teórico comopodría serlo la auto-estima8.

Por otra parte, permite analizar y com-prender no sólo la estructura macro de unarepresentación o constructo teórico, sino queademás cómo se orientan las diferentes rela-ciones al interior de redes o árboles de simi-litud. Se puede asignar valores a lazos en ungrafo (los lazos son los que conforman losárboles de similitud) representando atribu-tos cuantitativos y cualitativos, tales como:intensidad de la relación, capacidad infor-mativa del lazo o frecuencia de interaccio-nes, entre otros. El investigador trabaja conel “árbol máximo” del sistema de similitud,que es la expresión del conjunto de simili-tudes y contiene sólo aquellos vínculos en-tre elementos o variables que se han eviden-ciado como los más fuertes o con mayor in-tensidad de relación al interior de la repre-sentación o constructo teórico en estudio.

Un estudio de similitudes bastante ilus-trativo es Representaciones sociales y paro fe-

menino: ¿significados compartidos en procesosde transformación? de José Francisco Valen-cia y Maider Larrañaga9.

Las diferentes etapas del análisis de simi-litud se presentan a continuación: 1) análi-sis de contenido de las entrevistas: comounidad de análisis de las entrevistas se pue-de usar “la respuesta a la pregunta”, que esla unidad argumentativa enunciada en eltexto narrativo; 2) construcción de la ma-triz de similitud: Esta matriz muestra las di-ferentes co-ocurrencias ente las diferentescategorías o variables; 3) cálculo de los dife-rentes índices de similitud entre categoríaso variables: Se calcula el coeficiente de simi-litud pareado a partir de matrices de co-ocu-rrencias, ocurrencias y no ocurrencias; cons-trucción de árboles de similitud: Se cons-truyen “esquemas o grafos” que presentanrelaciones cualitativas (y cuantificadas) en-tre las diferentes categorías o variables, esdecir, se construyen los vínculos entre losdiferentes “nodos o categorías”, lo que co-rresponde al árbol de máxima similitud.

El lector podrá ver el análisis completode este tipo de metodología en el artículo“L’imaginaire professionnel des jeunes ado-lescents” de Bernadette Dumora (1998).

CONCLUSIÓN

Los avances en los análisis cualitativos sonmuy significativos y el investigador en Cien-cias Sociales dispone de diferentes metodo-logías para explorar y analizar sus datos de-rivados de un texto que hace referencia alregistro verbal de un acto comunicativo. Latarea del investigador es examinar el textoen orden a identificar lo que produce senti-do. Es importante recuperar el concepto detriangulación metodológica al momento de

9 http://pepsic.bvs-psi.org.br/pdf/ptp/v6nspe/v6nspea02.pdf

7 Ver en: http://146.164.3.26/seer/lab19/ojs2/index.php/ojs2/article/view/17/25, consultado el 30 deabril del 2009.

8 El cálculo del índice de similitud se puede realizarcon el programa matemático Matlab.

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examinar las perspectivas aludidas en esteartículo en orden a evitar el dogmatismometodológico. Lo importante es que se dis-pone de un conjunto de herramientas pararealizar el proceso de exploración científicade los textos.

REFERENCIAS

ABRIC, J.-C. (1999) Psychologie de la commu-nication. Théories et méthodes. Paris:Armand Colin.

–––––––––– (2001) A structural approach tosocial représentations, en Représentations ofthe social, editado por Kay Deaux y GinaPhilogéne. Oxford: Blackwell.

DUMORA, B. (1998) L’imaginaire profession-nel des jeunes adolescents. Carriérologie, vo-lume 7, no. 1-2.

FLAMENT, C., (1962). L’analyse de similitude.Cahiers du Centre de Recherche Opérationne-lle, 4, 63-97

FLAMENT, C., DEGENNE, A. & VERGÈS,P. (1971) Similarity Analysis. Paris: Maisondes Sciences de l’Homme.

FLAMENT, C. (1994) Structure, dynamiqueet transformation des représentations socia-les. In J-C. Abric (Ed.), Practiques socialeset représentations (pp. 37-57). Paris, PUF.

GUIMELLI, Ch. & ROUQUETTE, M-L.(1992) Contribution du modèle associatifdes schèmes cognitifs de base à l’analysestructurale des représentations sociales.Bulletin de psychologie, XLV, 405, 196-202.

MOLINER, P. (2007) “La teoría del núcleomatriz de las representaciones sociales”. En:Representaciones sociales. Teoría e investi-gación, coordinado por Tania Rodríguez-Salazar y María de Lourdes García-Curiel.Guadalajara: Universidad de Guadalajara.

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FACTORES ASOCIADOS AL NIVEL DE SOBRECARGADE LOS CUIDADORES INFORMALES DE ADULTOS MAYORES

DEPENDIENTES, EN CONTROL EN EL CONSULTORIO“JOSÉ DURÁN TRUJILLO”, SAN CARLOS, CHILE

FACTORS ASSOCIATED TO THE LEVEL OF OVERLOAD IN INFORMALCARETAKERS OF DEPENDANT SENIOR ADULTS UNDER CONTROL IN

THE JOSE DURAN TRUJILLO OUTPATIENT CLINIC, SAN CARLOS, CHILE

ELENA ESPINOZA LAVOZ*, VIVIANA MÉNDEZ VILLARROEL, ROXANA LARA JAQUE,PILAR RIVERA CAAMAÑO

Departamento de Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud y de los Alimentos, Universidad del Bío-Bío.Casilla 447, Chillán, Chile. Fax: (56-42) 253085, [email protected]

RESUMEN

Junto al envejecimiento poblacional surge el incremento de personas dependientes que necesitan de uncuidador. Éste, enfrentado a múltiples demandas de atención, genera el síndrome denominado Sobrecargadel Cuidador. La presente investigación tuvo por objetivo determinar el nivel de sobrecarga del cuidadorinformal y relacionarla con características del cuidador y del adulto mayor. Es un estudio analítico de cortetransversal, cuya muestra estuvo compuesta por 80 cuidadores informales de adultos mayores dependientes,controlados en el Consultorio José Durán Trujillo, San Carlos, Chile. Los datos se obtuvieron de la aplica-ción de la Escala de sobrecarga de Zarit (Lanz et al.,1996) y de una encuesta de caracterización sociodemográfica.La información fue procesada en el programa EPIINFO 2000, se usó estadística descriptiva, prueba χ2 yCoeficiente Gamma. Los resultados relacionados con los cuidadores mostraron que 79% eran mujeres, 56%tenían entre 20 y 50 años, 49% presentaba escolaridad básica, 55% tenía pareja y 75% hijos. El 85% realiza-ba cuidados día y noche, 90% percibió su estado de salud buena o regular, 20% tiene sobrecarga leve y 38%sobrecarga intensa. Respecto a los adultos mayores, 62% eran mujeres, 82% tenían entre 70 y 84 años, 54%sin escolaridad y 44% escolaridad básica, 87% controlaba esfínteres, 24% presentaba patologías cardiovascu-lares. Resultó significativa la relación entre sobrecarga y presencia de hijos y entre sobrecarga y existencia deotra actividad laboral del cuidador. Se concluye que tener hijos y desarrollar otra actividad laboral influyennegativamente en el nivel de sobrecarga del cuidador informal.

Palabras clave: Adulto mayor, sobrecarga, cuidador informal.

ABSTRACT

It has been determined that along with the aging of the overall population there has been an increasing inthe number of dependent individuals that are in need of a caretaker. Now, this caretaker facing multipleattention demands suffers a syndrome called “Caretaker Overload.” This current research has as objectiveto determine the overload level of the informal caretaker and to relate such overload with the characteristicsof the caretaker and the senior individual under his/her care”. It is a descriptive study, analytical, transversal,based on a sampling of 80 informal caretakers of dependent senior adults under control at the Jose DuranTrujillo Outpatient Clinic, San Carlos. The data were obtained applying the Zarit Overload Scale, plus asocio-demographic characterization survey to the senior adult population and their caretakers. The infor-mation collected was processed utilizing the EPIINFO 2000 Program. For the statistical analysis we used

Artículo / Article

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descriptive statistics, the X2 test, and the Gamma Rate. The results as related to the caretakers showed that79% were women; 56% were between 20 and 50 years old; 49% had evidence of primary schooling; 55%had a living-in partner; and 75% had children. 85% of caretakers provided care day and night; 90% per-ceived their health status as good or fair; 20% had a slight overload; and 38% an intense overload. Asrelated to the Senior Adult population, 62% were women; 82% were between 70 and 84 years of age; 54%did not have any schooling; 44% had primary schooling; 87% were able to control bodily functions (sphinc-ters); 24% show cardiovascular pathologies. The relationship between overload and the presence of chil-dren, plus other work activity demands among caretakers was significant. We concluded that the fact ofhaving children and developing another work occupation made in them a negative impact in the care of thedependant senior adult..

Keywords: Senior adult, overload, informal caretaker.

Recibido: 28.07.09. Revisado: 15.08.09. Aceptado: 31.08.09.

I. INTRODUCCIÓN

A nivel mundial, el envejecimiento de lapoblación está adquiriendo cada vez mayorimportancia. Se pronostica que para el año2025, más de la mitad de los países latinoa-mericanos tendrán al menos un 10% depoblación anciana, con las consecuentesimplicancias políticas, económicas y socia-les debido a las múltiples necesidades queeste grupo demanda (Instituto Nacional deEstadísticas, 2005).

El envejecimiento poblacional es una delas más importantes expresiones de la tran-sición demográfica. Se produce cuando ba-jan fuertemente las tasas de natalidad y sereduce la proporción de niños y jóvenes enla población, lo que tiene como complemen-to necesario un gradual incremento del pesorelativo de los adultos mayores. Este es unfenómeno global, que en América Latina yel Caribe, igual que en Chile, comienza apartir del final de siglo recién pasado (Albalaet al., 2002).

En Chile este proceso de envejecimientopoblacional es más rápido de lo esperado.De acuerdo con información del InstitutoNacional de Estadísticas (INE), en 1992 el9,8% de la población correspondía a indivi-duos mayores de 60 años, aumentando esteporcentaje, en el año 2002, a un 11,4%.

Según las proyecciones entregadas por el INEpara el año 2050, se prevé que existirán 170adultos mayores por cada cien niños de me-nos de 14 años (INE, 2005).

Los cambios propios del envejecimientoasociados a estilos de vida insanos y general-mente malas condiciones socioeconómicas,llevan al anciano a una situación de mayorvulnerabilidad de su salud funcional, llegan-do a producirse pérdida de autonomía endiferentes grados, situación en la cual el adul-to mayor depende de otra persona para efec-tuar las actividades de la vida diaria (Minis-terio de Salud, 2003).

Surge de esta manera la figura del cuida-dor informal, quien asume el rol de colabo-rar en el cumplimiento de las actividades dela vida diaria que el anciano no es capaz dedesarrollar por sí mismo. Esta actividad decuidar es asumida, generalmente, por fami-liares u otras personas con multiplicidad deroles y sin preparación en el tema, lo que losexpone a sufrir un conjunto de signos y sín-tomas denominados Sobrecarga (Montorioet al., 1998).

Múltiples estudios indican que para losancianos, vivir en su propia casa es uno delos valores más significativos, por lo que ellosquieren ser atendidos en su domicilio y dana la familia un papel central en ese cuidado.Generalmente es la esposa, las hijas o las

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nueras quienes adoptan el papel de cuida-doras, centrando su actividad cotidiana enatender al adulto mayor, lo que implica, enmuchos casos, renunciar a sus relaciones so-ciales, reducir sus horas de descanso e inclu-so llegar a tener sentimientos de culpa al rea-lizar actividades propias no relacionadas conel cuidado del otro (Revista Consumer,2001).

Muñoz et al. (2004), en su estudio reali-zado en la ciudad de Chillán, observaron queel 72% de los cuidadores informales presen-taba algún grado de sobrecarga y un 48%tenía sobrecarga intensa. Concluyeron, ade-más, que la existencia de parentesco, condi-ción de pareja, presencia de patología notransmisible, síntomas de ansiedad y/ o de-presión incrementan notablemente el nivelde sobrecarga del cuidador.

Basado en lo expuesto anteriormente yexistiendo tanto a nivel nacional como in-ternacional escasas investigaciones orienta-das al ámbito de la sobrecarga, el propósitodel presente estudio fue determinar los fac-tores asociados al nivel de sobrecarga de loscuidadores informales de adultos mayoresdependientes, en control en el ConsultorioJosé Durán Trujillo de la ciudad de San Car-los, Chile, durante el año 2006.

II. MATERIAL Y MÉTODOS

1. Diseño del estudio: corresponde a un es-tudio descriptivo, analítico, de corte trans-versal, realizado entre marzo y diciembre delaño 2006.

2. Universo: estuvo constituido por 222cuidadores informales de adultos mayoresdependientes, controlados en el consultorioJosé Durán Trujillo de San Carlos.

3. Muestra: se consideró un muestreo alea-torio simple, obteniendo un tamaño mues-

tral de 80 cuidadores, informales de adultosmayores dependientes (clasificados según laaplicación del instrumento de EvaluaciónFuncional del Adulto Mayor (EFAM), rea-lizado previamente en el establecimientomencionado). Esta muestra correspondió al36% del universo, lo que indica que se tra-bajó con un error de estimación correspon-diente al 7%, para un nivel de confianza del95%.

4. Criterios de inclusión:a. Adulto mayor del área urbana inscrito enel Consultorio José Durán Trujillo de la ciu-dad de San Carlos, Chile.b. Adulto mayor con clasificación de depen-dencia luego de la aplicación del EFAM.

5. Criterios de exclusión:a. Adulto mayor que viva solo.b. Adulto mayor institucionalizado.

6. Unidad de análisis: correspondió al cui-dador informal de adulto mayor dependien-te, residente en el área urbana, bajo controlen el consultorio José Durán Trujillo de SanCarlos, Chile.

7. Variables:Variable dependiente: Nivel de sobrecarga.

Variables independientes:a) Características sociodemográficas del cui-dador.–Edad.–Género.–Escolaridad.–Existencia de pareja.–Existencia de hijos.–Ingreso económico.–Percepción en relación a ingreso económi-

co.–Parentesco con el adulto mayor.–Realización de actividades recreativas.–Realización de actividades laborales.

Factores asociados al nivel de sobrecarga de los cuidadores informales de adultos... / E. ESPINOZA L. ET AL.

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–Antigüedad en el cuidado del adulto ma-yor.

–Colaboración en el cuidado.–Jornada de trabajo como cuidador.–Estado de salud.–Percepción de su estado de salud.

b) Características sociodemográficas deladulto mayor:–Edad.–Escolaridad.–Género.–Postración.–Control de esfínteres.–Abuso de alcohol.–Percepción del estado de salud.–Presencia de la patología.

8. Recolección de datos: los datos se obtu-vieron en el domicilio del adulto mayor,mediante la aplicación de un instrumentode recolección de antecedentes sociodemo-gráficos y de salud, tanto del adulto mayorcomo de su cuidador, previa realización deprueba piloto con el propósito de determi-nar el grado de comprensión del instrumentoen una población de similares característi-cas. Con el fin de evaluar el grado de sobre-carga del cuidador informal, se utilizó laEscala de Evaluación de Sobrecarga de Zarit.

9. Descripción de los Instrumentos de re-colección de datos:Escala de Evaluación de Sobrecarga de Zarity Zarit (Lanz et al., 1996): Instrumento quetiene por objetivo valorar la vivencia subje-tiva de sobrecarga sentida por el cuidador,en distintas áreas de su vida (física, síquica,social y económica). Esta escala fue adapta-da al español y validada por Martín y Cols.en 1996, arrojando buenos valores de fiabi-lidad y consistencia interna. Consta de 22ítemes, puntuándose en un gradiente de fre-cuencia que va desde 1 (no presentado) a 5(casi siempre), y los puntos de corte son:

–22 a 46 puntos: sin sobrecarga–47 a 55 puntos : sobrecarga leve–56 a 110 puntos: sobrecarga intensa.

Cuestionario de antecedentes sociodemo-gráficos y de salud: instrumento de recolec-ción de datos elaborado por las autoras, cons-ta de preguntas cerradas, 8 dirigidas al adul-to mayor y 11 al cuidador informal. Esteinstrumento se basó en el análisis de litera-tura concerniente a características de estegrupo etario, siendo presentado a la consul-ta de expertos en el tema, quienes facilita-ron sus sugerencias.

10. Análisis estadístico: se elaboró una basede datos obtenida de la aplicación de los ins-trumentos previamente descritos, utilizan-do para su procesamiento el programa esta-dístico EPI-INFO 2000.

En el análisis estadístico se contempla-ron métodos descriptivos univariados: dis-tribuciones de frecuencias absolutas y rela-tivas (%); y bivariados para la aplicación dela prueba χ2 y el cálculo del coeficientegamma para determinar relación entre lasvariables.

III. RESULTADOS

Los adultos mayores que participaron en elpresente estudio correspondieron principal-mente a mujeres (62%); el 57% tenía entre70 y 79 años y un 37% más de 80. Respectode la escolaridad, el 54% no tenía estudiosformales y el 44% había cursado sólo la edu-cación básica. Desde el punto de vista desalud, el 11% de los adultos mayores se en-contraban en situación de postración, el 13%no controlaba esfínteres, el 3% abusaba delalcohol, el 10% percibía su salud como malay el 45% como regular. En relación con lapresencia de enfermedades, el 24% presen-taba problemas cardiovasculares, y un 19%

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otras patologías como problemas pulmona-res y visuales, entre otros.

Los resultados relacionados con los cui-dadores informales muestran que en su ma-yoría corresponde a mujeres con un 79%,un 56% tenía entre 20 y 50 años, el 49%tenía escolaridad básica y el 34% escolari-dad media; además, el 55% tenía pareja y el75% hijos. El 62% percibía ingresos econó-micos por otra actividad laboral desarrolla-da y el 74% consideraba que sus ingresos nole alcanzaban para satisfacer todas sus nece-sidades.

El 78% de los cuidadores informales te-nía algún parentesco con el adulto mayorque cuidaban, de los cuales el 52% son hi-jos, el 8% nueras y el 18% otros familiares.Más de las tres cuartas partes (77%) de es-tos cuidadores afirmó no realizar activida-des recreativas. El 76% confirmó que lleva-ba entre 5 años y más al cuidado de ese adul-to mayor. Más de la mitad afirma haber re-

cibido algún tipo de colaboración en el cui-dado y el 85% afirmó realizar la actividadde cuidado durante el día y la noche. El 90%de los cuidadores percibe su estado de saludentre bueno y regular.

Respecto a la sobrecarga del cuidador in-formal de adulto mayor dependiente, el 20%de éstos se encuentra levemente sobrecarga-do y un 38% con una sobrecarga intensa.

El análisis relacional de las característicasdel adulto mayor dependiente, escolaridad,sexo, postración, control de esfínteres y abu-so de alcohol, no mostró relación significa-tiva con la sobrecarga del cuidador informal.

Acerca de la relación entre la sobrecargadel cuidador informal de adultos mayoresdependientes y sus propias características, seencontró una relación significativa entre lasobrecarga del cuidador y la presencia dehijos (p < 0.01) (Figura 1), observándose lomismo entre la realización de otra actividadlaboral y la sobrecarga (p < 0.05) (Figura 2).

Figura 1. Relación entre Sobrecarga del cuidador informal y la existencia de hijos.

χ2 = 20.62

123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789

30

25

20

15

10

5

0

con hijos sin hijos

Frec

uenc

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bsol

uta

Presencia de hijos

s/ sobrecarga

sobrecarga leve

sobrecarga intensa

123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789123456789

1234123412341234123123

123451234512345123451234512345123451234512345

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Las variables estudiadas del perfil del cui-dador que no mostraron una relación signi-ficativa fueron: edad, sexo, escolaridad, exis-tencia de pareja, ingresos económicos, per-cepción de situación económica, parentes-co con el adulto mayor, realización de acti-

vidades recreativas, antigüedad al cuidadodel adulto mayor, colaboración recibida enel cuidado, jornada de trabajo al cuidado deladulto mayor, estado de salud y percepciónde su propia salud.

Figura 2. Relación entre sobrecarga del cuidador informal y la realización de otra actividad laboral.

γ = 0,407

Análisis descriptivo del cuidador informal

Edad Frecuencia Porcentaje< de 20 años 5 620-50 años 45 5651-65 años 11 14>65 años 19 24Total 80 100

Sexo Frecuencia PorcentajeFemenino 63 79Masculino 17 21Total 80 100

Escolaridad del Frecuencia PorcentajeSin escolaridad 11 14Básica 40 49Media 27 34Superior 2 3Total 80 100

123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890

30

25

20

15

10

5

0sí no

Frec

uenc

ia a

bsol

uta

Realización de otra actividad laboral

s/ sobrecarga

sobrecarga leve

sobrecarga intensa

1234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890123456789012345678901234567890

12345123451234512345

123123

12345123451234512345

1234512345123451234512345123451234512345

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Existencia de pareja Frecuencia PorcentajeCon pareja 44 55Sin pareja 35 44Sin información 1 1Total 80 100

Existencia de hijos Frecuencia PorcentajeSí 60 75No 20 25Total 80 100

Ingreso económico Frecuencia PorcentajeSí 50 62No 30 38Total 80 100

Percepción en relación a I. económico Frecuencia PorcentajeAlcanza 21 26No alcanza 59 74Total 80 100

Parentesco Frecuencia PorcentajePareja 18 22Hijo 42 52Nuera 6 8Otro 14 18Total 80 100

Realización de actividades recreativas Frecuencia PorcentajeSí 18 23No 62 77Total 80 100

Realización de actividad laboral Frecuencia PorcentajeSí 21 26No 59 74Total 80 100

Antigüedad en el cuidado Frecuencia Porcentaje< de 5 años 19 245 años o más 61 76Total 80 100

Colaboración en el cuidado Frecuencia PorcentajeSí 42 52No 38 48Total 80 100

Jornada de trabajo Frecuencia PorcentajeSolo el día 12 15Día y noche 68 85Total 80 100

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Estado de salud Frecuencia PorcentajeSano 34 43Crónico 6 8Agudo 39 48Sin información 1 1Total 80 100

Percepción de su salud Frecuencia PorcentajeBuena 36 45Regular 36 45Mala 8 10Total 80 100

Nivel de sobrecarga Frecuencia PorcentajeSin sobrecarga 34 42Sobrecarga leva 16 20Sobrecarga intensa 30 38Total 80 100

Análisis descriptivo del adulto mayor.

Edad Frecuencia Porcentaje< 70 años. 5 670-74 años 27 3475-79 años 19 2380-84 años 20 2585 y más años 10 12Total 80 100

Escolaridad Frecuencia PorcentajeSin escolaridad 43 54Básica 35 44Media 1 1No recuerda 1 1Total 80 100

Sexo Frecuencia PorcentajeFemenino 50 62Masculino 30 38Total 80 100

Presencia de postración Frecuencia PorcentajeSí 9 11No 71 89Total 80 100

Control de esfínteres Frecuencia PorcentajeSí 70 87No 10 13Total 80 100

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Abuso de alcohol Frecuencia PorcentajeSí 2 3no 78 97Total 80 100

Percepción de su salud Frecuencia PorcentajeBuena 36 45Regular 36 45Mala 8 10Total 80 100

Última eferm. detectada Frecuencia PorcentajeHTA 10 13P Cardíacos 5 6Prob. visuales 3 4Prob. pulmonares 3 4Diabetes 4 5Otros 9 11Sin respuesta 46 50Total 80 100

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El envejecimiento saludable implica disfru-tar de la vejez en condiciones económicas ypersonales seguras, participando activamenteen la vida familiar y social y con una buenapercepción de la salud. Sin embargo, exis-ten evidencias que muestran que un porcen-taje de la población anciana necesita de uncuidador ya sea formal o informal (familiar).La presente investigación se centró en el cui-dador familiar o informal cuya relación decuidado está regida por el afecto y solidari-dad, en la mayoría de los casos.

A pesar de la creencia común que el an-ciano, en la sociedad contemporánea, ha sidoabandonado por su familia, las investigacio-nes en todo el mundo indican lo contrario.La familia sigue siendo la principal fuentede sostén para los adultos de edad avanzada,y no sólo la principal fuente de apoyo, sinotambién la preferida por los ancianos y a laque acuden, generalmente, en primera ins-tancia (Anzola et al., 1994).

La familia del anciano, particularmentelos hijos y cónyuges, proveen asistencia tan-

to en ocasiones del diario vivir como enmomentos de crisis; ésta brinda apoyo detipo afectivo, social, funcional, económicoo material. Esta asistencia toma formas talescomo la ayuda en tareas domésticas, aseo,compañía, transporte o el acompañamientoa diversos lugares, suministro de informa-ción y provisión de medicamentos. El tipoy la cantidad de ayuda recibida de los hijosestá asociada a factores como los lazos afec-tivos, la proximidad residencial, el estadocivil, el sexo, la salud, las necesidades delanciano, el ingreso económico de sus hijos,y el sexo de los mismos (Sánchez, 2000).

Martínez et al. (2000), en su estudio “So-brecarga de los cuidadores familiares de pa-cientes con esquizofrenia: factores determi-nantes”, reveló que la percepción de sobre-carga corresponde al factor más importanteque influye en la calidad de atención queotorga un cuidador, independiente de lascaracterísticas de la persona que es atendi-da.

Por otra parte, Lara et al. (2001), en Cuba,realizaron una investigación descriptiva-prospectiva entre los años 1998-1999 deno-

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minada “Síndrome del Cuidador en unapoblación atendida por equipo multidisci-plinario de atención geriátrica”. Estos auto-res plantearon la importancia de la pesquisaprecoz de los síntomas de sobrecarga que lle-van al denominado Síndrome del Cuidadory la relevancia de conocer los factores quepredisponen a padecer este mal, que con-vierte al cuidador en un paciente silencioso,afectando la calidad de los cuidados otorga-dos al anciano.

Al término de este estudio se puede con-cluir que las variables existencia de hijos yrealización de una actividad laboral, ademásdel cuidado, influyen en la presencia de so-brecarga en los cuidadores informales deadultos mayores dependientes.

Al contrastar los resultados de la presen-te investigación con otros estudios, se pudoobservar que, al igual que en el estudio deMontorio et al. (1998), en la presente inves-tigación se encontró que la actividad de cui-dar es asumida generalmente por hijos, nue-ras u otros familiares con multiplicidad deroles y sin preparación en el tema, lo que losexpone a sufrir diferentes niveles de sobre-carga.

El estudio realizado por el Centro de In-vestigaciones Sociológicas de España, deno-minado “Descripción de cuidadores de adul-tos mayores” (1995), reveló que los cuida-dores y los ancianos dependientes correspon-den en su mayoría al sexo femenino, siendolos cuidadores principales el cónyuge o hijoque no trabaja. Planteó además la necesidadde la creación de asociaciones de apoyo paracuidadores con consejería profesional deenfermería.

Por otra parte, Muñoz et al., (2004), enel estudio “Factores que influyen en el nivelde sobrecarga de los cuidadores informalesde adultos mayores dependientes, adscritosal Consultorio Violeta Parra de Chillán”,observaron mayores niveles de sobrecarga,ya que el 72% de los cuidadores informalespresentaba sobrecarga (48% intensa), mien-

tras que en la presente investigación, se en-contró un 58% de sobrecarga (38% inten-sa).

En un estudio similar, realizado por Mén-dez y Moraga, (2005) con cuidadores infor-males de Collipulli, se determinó que un70,49% de los cuidadores presentaba algúnnivel de sobrecarga y alrededor del 50% deellos tenía sobrecarga intensa, situación si-milar a la encontrada por Muñoz et al.(2004).

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BUS 174 AND POST-MODERN DOCUMENTARY

EL BUS 174 Y DOCUMENTAL POSTMODERNO

GLORIA GALINDO

Department of Spanish and Portuguese, University of California, Santa Barbara, California, Estados UnidosCorrespondencia: Department of Spanish and Portuguese UCSB, 6318 Phelps Hall, Santa Barbara, California 93106, USA. Phone:

1- 805 284 2222, Fax: 1- 805 893-8341, [email protected]

ABSTRACT

Documentary film has changed to such a degree that it is now approximating contemporary fiction film. Infact, documentary film borrows many features that belong to fiction, thus acquiring the same characteristicsand becoming as popular as post-modern cinema. In this essay, I set out the characteristics of post-moderndocumentary, and secondly, discuss whether it is possible to think of Latin American non-fiction as post-modern. As an example, I analyze briefly the Brazilian documentary Bus 174 (2002), which seems to presentseveral of the elements described by the authors of the articles examined here.

Keywords: Latin America, postmodern documentary, film, cinema, politics, aesthetics, Brazil.

RESUMEN

El filme documental ha cambiado a tal grado que se aproxima al filme de ficción contemporánea. En efecto,el filme documental toma prestados muchos rasgos que le pertenecen a la ficción adquiriendo las mismascaracterísticas y llegando a ser tan popular como el cine postmoderno. En este ensayo se establecen lascaracterísticas de los documentales postmodernos y seguidamente se discute si es posible pensar en la no-ficción latinoamericana como postmoderna. Como ejemplo, se analiza el documento Bus 174 (2002), queparece presentar muchos de los elementos descritos por los autores que se examinan aquí.

Keywords: Latinoamérica, documental postmoderno, filme, cine, política, estética, Brasil.

Recibido: 12.06.09. Revisado: 15.06.09. Aceptado: 22.06.09.

Documentary or non-fiction cinema hasbeen considered a truthful representation ofthe real, as well as stylistically different fromfiction film, given that the documentary hasmade use of a kind of voyeur cinema véritécamera with the purpose of capturing real-ity without interfering with it. Philip Dunnewrote in 1946 that the (true) documentarywas usually limited in pictorial scope, made

little use of stock material, strived for uni-formity, quality and mood, shot originalmaterial to represent its idea, and had ameager budget. Furthermore, he argued thatthe simplicity of production arrangementswas an essential difference between docu-mentary and fiction. The documentary wasshot in natural exterior and interior settingsand used real people –no actors– and a small

Ensayo / Essay

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film crew, where the documentary writerperformed an important semi-editorial func-tion.

In addition, Ann-Louise Shapiro remindsus that Bill Nichols has defined documen-tary film as “discourses of sobriety” that rep-resents the real and tells the truth, includ-ing different kinds of knowledge such as sci-ence, economics, politics, and history. How-ever, according to Shapiro, when describingreality, the new documentary film has “quitedifferent effects” which have to do with acertain tension between fact and fiction, artand document, entertainment and knowl-edge (81). Nowadays, the documentary filmhas changed to such a degree that it is be-coming very similar to fiction film, borrow-ing its features, acquiring its characteristicsand becoming as popular as contemporarycinema. My purpose in this paper is first toestablish the characteristics of post-moderndocumentary from an aesthetic and narra-tive point of view. Secondly, I intend to dis-cuss whether it is possible to think of LatinAmerican non-fiction as post-modern docu-mentary based on the Brazilian documen-tary Bus 174 (2002) directed by José Padilha.

Post-modern cinema, according to CarlBoggs, represents the characteristics of thepopular culture of post-industrialized soci-ety in the phase of globalization, developedespecially in the United States. This contem-porary “mediatic” culture emphasizes newtechnologies, mass consumption, and thesociety of the spectacle. The society of spec-tacle according to Douglas Kellner, is char-acterized by the use of spectacle as a deviceof promotion, reproduction and the flow ofcommodities. The author also argues thatentertainment saturates all information suchas the news, and that the relationship be-tween information and entertainment, in-tensifies “the spectacle-form of media cul-ture” (Kellner, 1).

Postmodern cinematography, Boggs ar-gues, focuses on diverse experimental types

and intends to subvert the aesthetic rules,while it questions the hierarchies of the so-cial system and the hegemonic discoursesdescribing the chaos, fragmentation and vio-lence of contemporary society. Post-moderncinema questions the social hierarchies andthe established discourses, whereas at the sametime it describes “a society in the middle ofthe chaos, the fragmentation, and the vio-lence” – a social order that produces andmaintains a “popular sense of anxiety, cyni-cism and impotence” (Boggs, 350). For theauthor, postmodern cinema reflects and fa-cilitates this sense of chaos, fragmentationand anguish through the inclusion of inco-herent narratives, dystopic images; the useof technological effects and motifs relatedto mutilation and ambiguity. Instead of theclassic hero, we find an anti-hero who de-feats the establishment and breakdown ofcultural values in the dominating social re-lations. Boggs also indicates that, althoughthis cinematic culture “questions certain di-mensions of class and power structures,” it“denies collective prospects of identity andsubjectivity” required for effective socialchange. He concludes that its “cultural radi-calism” is never interpreted as “political radi-calism.” On the contrary, postmodern cin-ema more than anything encourages a dis-tancing from politics -a cynical attitude,detached and devoid of power, hostile to thepublic sphere-, which it is typical for an in-creasing depoliticized society (Boggs, 355-6).

The new documentary has also been af-fected by the cultural shift of global capital-ism and has followed the trace of post-mod-ern cinema. Authors like Linda Williams inher essay Mirrors Without Memories: Truth,History and the New Documentary; MilesOrwell in his Documentary Film and thePower of Interrogation: “American Dream &Roger and Me;” and Jordan Randolph, in TheGap: Documentary Truth between Reality andPerception, agree when analyzing these docu-

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mentaries as post-modern non-fiction cin-ema, placing them –as Boggs when describ-ing fiction- in the context of post-industri-alism (Orwell) or postmodernism (Will-iams), in which the enlightenment projectof an essential truth and positivistic reasonhas come to an end. They agree that non-fiction features have undergone narrative andstylistic changes. They have become self-re-flexive, authored and more popular than thetraditional documentary, tending toward therepresentation of a traumatic past. In thisdiscussion, one of the fundamental aspects isthe notion of “documentary truth” (Randolphand Williams) as representation of reality.The authors state that what is understoodtheoretically as documentary has been dis-tanced from the notion of “an inherent real-ity.” According to Randolph, “documentarytruth might be understood as that truthwhich is found in the way” we organize ourperceptions in our mind (1), which meansthat the perception of truth is a mental pro-cess. Reception of documentary, then, playsan important role in the “trueness” of docu-mentary film. For Randolph, truth can befound within the filmic text, subsequently,there is a greater approach to how the text isread. The author states that the trueness ofthe text would be the breach between theintentions of the film-maker and the inter-pretation of the receptor. The issue is notthe documentary itself, but the concept of“documentary truth” that is the result of thedialogic relation between the documentaryand its reception. In other words, the ele-ments, which are used for coming to a cer-tain truth is the final purpose of the docu-mentary, and they would be found in thetext itself. Randolph states that there is anincreasing acceptance of the documentarytruth “as the objective construction of ourperceptions” more so than the representa-tion of a certain true reality (Randolph, 4).

On the other hand, Williams postulatesthat what is understood theoretically as

documentary has moved away from the no-tion of an essential reality, along with a cer-tain loss of a naïve faith in the objectivity ofthe documentary image, since images canbe manipulated, thus leading to different“graduations of fictionalized manipulation”(Randolph, 14). She suggests that the post-modern documentary has to be understoodnot as inherent truth but as a device designedto choose from among relative and contin-gent truths. She also states that this newnotion of post-modern documentary is co-herent with the post-modern awareness inthat more than the existence of an objectiveobservation of truth, there is a wide interestin participating in its construction.

One of the main characteristics of post-modern documentary cinema, according toWilliams, is that the documentary film bor-rows many features from fiction film. Inother words, the post-modern documentaryreenacts historic events, using special effects,soundtracks, and dramatization, featuresthat belong to fiction and could interfere inthe process of the construction of truth.These features used in fiction appear to befor some film theorists a kind of abandon-ing of the pursuit of truth, which Williamsconsiders on the contrary a “newer, morecontingent, relative, post-modern truth”(11). Other characteristics of the post-mod-ern documentary include its wide popular-ity among its audiences comparable to thepopularity of fiction film, and the interestin the representation of “grim, historicallycomplex subjects” (11). Furthermore, Will-iams indicates that post-modern documen-taries take part in “a new hunger for reality”on the part of the audience apparently “satu-rated with Hollywood fiction”, but with asense that “truth is subject of manipulationand construction by “docu-auteurs” who,whether on camera” “or behind it, are force-fully calling the shots” (Williams, 12). Thepostmodern documentary has gone from thevoyeurism of vérité realism to the presence

Bus 174 and Post-modern documentary / G. GALINDO

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of the documentarian. The documentary isobsessed with the traumatic and inaccessiblepast that is unrepresentable by that, whichthe author calls, “mirror with memory.” Inother words, since they occurred in the past,they could not be captured as they happenedthen, and so need to be reconstructed.

Conversely, Orwell emphasizes the po-litical aspect of the new documentary andstates that in describing political issues, non-fiction has the power of interrogation andthat the documentary not only deals withthe power or powerlessness of its subject butthe power of the film-maker (11) as well,since the new documentary also reveals thestruggles of the documentarian to get insidehis/her subject. The author observes as wellthat in the new documentary there is a com-bination of the traditional observationalmode with a more hybrid complex rhetoric,which results in a new narrative.

Williams, Randolph and Orwell analyzethese new documentaries as a post-modernrepresentation of the real, that is, as the rep-resentation of a post-modern world. Never-theless, they do so from a different perspec-tive. Williams’ analysis interrogates the im-age as a true representation of reality andcontends with whether the documentary isstill capable of expressing (documentary)truth, or if a fragmented and subjective rep-resentation of the real is a truthful represen-tation. In contrast, Orwell stays in the sphereof power and examines the different film-makers’ approaches to the conditions of theirsubjects and themselves as film-makers inthe post-fordist globalized world. Neverthe-less, Randolph emphasizes the “in-between”of the director’s intentions and the recep-tion of the documentary and contrary towhat Boggs argues, he endows documentaryfilm with a political power.

Randolph states that contemporary docu-mentary theory and practice attempt to de-fine truth in documentary as a process ofconstructing meaning in the contradictions

of film instead of focusing on the represen-tational power of it. Paraphrasing UmbertoEco, Randolph argues that between theauthor’s intention and reader’s intentionthere is a true intention of the text itself,“which exists between the gaps of [director’s]intention and [spectator’s] interpretation”(12).

Even though the documentary is not fic-tion, the choice is not between two entirelyseparate systems of truth and fiction, butrather between the strategies of fiction thathelp in getting at truths. “But the truth fig-ured by documentary cannot be a simpleunmasking or reflection. It is a careful con-struction, an intervention in the politics andthe semiotics of representation” (Williams,20). In other words, the issue is not the docu-mentary itself, but a new concept of truththat is the result of the dialogic interactionamong the documentary filmmaking, real-ity and reception.

The Brazilian documentary Bus 174 isthe story of the treatment of the mass-me-dia, police and society of a failed robberythat ends with the hijacking of the bus 174in the Jardim Botanico bourgeoisie neighbor-hood in the southern part of Rio de Janeiro.The hijacking elapses approximately fivehours, and it gives the mass-media, especiallytelevision, the opportunity to transmit a livespectacle, getting the highest rating ever inthe history of Brazilian television. At thesame time, the documentary shows theevents of the hijacking and attempts to por-tray the human dimension of the protago-nist, Sandro, a street child, and responsiblefor the hijacking. The hijacker holds thepassengers hostage for approximately fivehours, while the television crew invades thescene, creating a scenario that allows themto film from the front line and from severalangles.

The documentary interweaves shots insitu bought from Brazilian television withthe director’s own material, close-ups of the

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post facto testimonies of the people some-how involved in the episode who are all nar-rating his life through their accounts. Everytime we are with the interviewees, the se-quence of the hijacking is suspended for amoment then brought back again and again.However, each flashback adds more infor-mation, which helps us to reconstructSandro´s identity, humanizing him from amere criminal to a desperate human being.

Bus 174 is the first Latin American docu-mentary that was shown in theatres and filmfestivals around the world even though it wasnot a fiction film. The reason for its popu-larity, like the documentaries that Williamsand Orwell analyze in their essays, is the waythe director chooses to make the film. Heborrows narrative and aesthetic features fromfiction, making a documentary that is fullof tension among the intention of the film-maker, the interpretation of the spectatorand the contradictions as a result of the “in-between” of what we see and what we can-not see.

With regard to cinematic aesthetics, thedocumentary uses sophisticated techniquesin such a way that the line between docu-mentary and fiction is blurred, and the au-dience gets trapped in a narrative of suspenseand tragedy, waiting for an end that wouldobliterate the spectacle of the hijacking, andat the same time, re-establish law and order.The liminality of this documentary estab-lishes an ambiguity in the narrative and ques-tions the documentary itself as a genre,which is expressed as the hesitancy betweenjournalism and fiction, art and entertain-ment, and the opposition between truth andfalsehood, fiction and reality. An ambiguitythat Sandro perceives when he realizes thathis action becomes a spectacle in the verymoment that the television takes control ofthe place, and in a gesture of call to realityhe declares: “this is not an action film, thisis a serious matter.” This statement operatesalso as a double signifier since it draws the

attention of the media crew and the specta-tors to the event; “it is not an action film”given that it is a real event that happens andnot a fictional scene for the TV cameras.Furthermore, in the sense of cinematographiclanguage, the intervention of Sandro, “it isnot an action film,” operates as a self-reflex-ive reference of authentication of the docu-mentary as a truthful representation of real-ity. It is as if the film were conscious of theambiguity of its own aesthetic language andit feels forced to make a statement to remindus and itself that it is in fact a documentaryso as not to turn into a mere visual spec-tacle.

The intersection between reality and fic-tion in Bus 174 is an aesthetic assumptionthat it contains self-reflexive elements –asmentioned before, special effects, sequencerepetitions, voice-over, and slow motions,sounds effects, color and background mu-sic, along with the manipulations of the realand diegetic time, which as filmic techniquesare also narrative elements that all operateas dramatic and suspense devices that cap-ture the attention of the audience, and atthe same, give intense sense of fiction. Thedocumentary Bus 174 also deals with whatWilliam calls “images that contradict theeyes of the law” (10). Images, that opposedto mass-media’s and police’s representationof Sandro as the “image of the devil,” goagainst the official truth and reveal that, inspite of his death threats, his body languagetells us something else. Despite the threats,his hand seems to caress instead of assault-ing, his arm embraces in a semi-embrace asopposed to attacking, and he does not pro-tect his body from the snipers in the park.Furthermore, the relationship establishedbetween Sandro and the hostages, in spiteof the mimetic gestures of a death threat,does not reflect their fear we expect them tofeel given the circumstances. Later on, in oneof the film’s dramatic high points, we get toknow that between Sandro and the hostages

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there is, in fact, a pact of simulation. Hefeigns the death threats, faking the killingof one of the women and they join the gamesimulating fear; it is a mere simulacrum as anegotiation strategy. However, from the out-side and mediated by TV-cameras, it is a vio-lent spectacle in which he has the main role.The spectacle culminates suddenly withSandro’s death by suffocation at hands of thepolice on air, live, after he surrenders. Thetelevision transmits his murder to the entirecountry, while the mass of spectators yellsin unison; kill him! kill him! Padilha´s ap-proach to truth is here, as Williams calls it,strategic. “Truth exists because lies exist,”and the goal of Padilha is to expose the liesand seek “the relative, hierarchized and con-tingent truth” (Williams, 13) showing thepolice actions of failure and the mass-mediahankering after a reality show. Both requirethe image of evil ready for killing, but notan abandoned street child afraid of return-ing to jail who, in a desperate act, hijacksthe bus.

The subversion of the aesthetic order inPadilha’s documentary, the self-reflexivity,the search for the truth of a traumatic past,the description of the hijacking as a socio-political event are characteristic of the post-modern documentary, a locus where the gapbetween documentary and fiction disap-pears, giving way instead to a documentaryof contingent truths represented by a strat-egy of visual narrative and organization of

reality that turns into an aesthetic spectaclesubordinating the political to the aesthetic.The reason for the success of Bus 174 is notits subject, but its intensity, dramatic effect,suspense and magnificent aesthetic.

REFERENCES

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ESTADO Y POLÍTICA EN ÁFRICA: BREVE RECORRIDODIACRÓNICO Y SINCRÓNICO

STATE AND POLITICS IN AFRICA: A BRIEF DIACHRONICAND SYNCHRONIC STUDY

ESTER MASSÓ GUIJARRO*Departamento de Filosofía, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Granada, Granada, España.

1 Contacto: Ester Massó Guijarro. C/ Venezuela 7, 1º derecha, CP 18210 Peligros (Granada). Teléfono: +0034 651 637 658,[email protected]

RESUMEN

Las realidades políticas en África han sido abordadas, a menudo, desde perspectivas a-históricas, folclóricas oexcesivamente centradas en el período colonial. Hoy se reconoce la necesidad de una revisión rigurosa de lasformas políticas africanas, tanto de su perspectiva histórica –diacrónica y sincrónica– como politológica, yconstatándose tanto el impacto colonial como la agencia propia que los africanos y africanas han desarrolladode este período; asimismo, se toma en cuenta el dilatado pasado previo a la colonia y, especialmente, larealidad hoy en el continente. El contexto de la globalización, la interrelación de todas las economías, lasdiferencias regionales dentro de la propia África, se abordan desde la academia desde su especificidad mismay huyéndose de toda reificación u homogeneización, tan frecuentes en el pasado. Este trabajo de revisión delestado de la cuestión pretende ofrecer una panorámica general de estos asuntos, para terminar proponiendouna visión acerca de la alternativa hoy llamada del afrorrealismo, que enfoca la problemática sociopolítica delcontinente y una matriz de soluciones endógenas y regionales para la misma.

Palabras clave: Política, África, historia política diacrónica-sincrónica, descolonización, afrorrealismo, globa-lización.

ABSTRACT

Political facts in Africa have often been studied from a historic, folkloric or even excessively focussed fromcolonial perspectives. Nowadays the need of a serious revision of African political issues topics, from theirhistorical –diachronic and synchronic– perspective and also from their politological one is recognised.Thus, confirming both the colonial impact and the agency itself that African people have developed duringthat period. Also, two fundamental facts are considered, the long previous past and, specially, the currentsituation on the continent. The globalization context, the inter-relation of every economy, the regionaldifferences in Africa itself, have been tackled from the academy point of view, considering its special featureand avoiding every reification or homogeneization, so common in the past. This paper pretends to proposea panoramic vision of these topics, offering the alternative called today afrorrealism, which focuses thesociopolitic problems of the continent and suggests endogenous and regional solutions.

Keywords: Politics, Africa, diachronic-synchronic political history, decolonization, afrorrealism, globaliza-tion.

Recibido: 13.08.09. Revisado: 28.08.09. Aceptado: 31.08.09.

Revisión / Revision

Theoria, Vol. 18 (1): 87-115, 2009 ISSN 0717-196X

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I. POLÍTICA EN ÁFRICA: EL ANTESY EL DESPUÉS DE LA COLONIA

1. El pasado sin Estado: vislumbrespolíticos de África precolonial

Se ha instado a considerar la política comofenómeno dinámico, como proceso que es-capa a los empeños taxonómicos centradosen la noción de sistema. Una de sus muchasconsideraciones maneja tres conceptos im-portantes, tres esferas altamente entretejidas,a saber: el poder, la determinación y la reali-zación de objetivos colectivos, además de laexistencia de una esfera de acción política, obien el poder, el territorio y la representa-ción1 (Scout, 1997). Evans-Pritchard (1969),por su parte, caracterizó las relaciones polí-ticas como las que existen dentro de los lí-mites de un sistema territorial entre gruposde personas que viven en extensiones biendefinidas, y son conscientes de su identidady su exclusividad. Es en estos sentidos men-cionados, amplios y no reducidos de “lopolítico” a la política partidaria de la actua-lidad de los Estados-nación occidentales,como quiero referirme a los vislumbres polí-ticos de la África precolonial.

Antes, sin embargo, quisiera realizar unaaclaración previa que considero pertinente.Hablar de la África preestatal como de unconjunto, y pareciendo insinuar que sea su-ficiente con unos breves párrafos, constitui-ría una aberración histórica y una deshones-tidad intelectual; no es esto, desde luego, loque pretendo. Con la expresión “vislumbres

políticos” he querido precisamente explicitarque voy a limitarme (por cuestión de espa-cio y objetivo destinados a este texto) a unaaproximación muy sucinta a ciertas caracte-rísticas generales de las vivencias políticas afri-canas precoloniales (Iniesta Vernet, 1992,1998)2. Los sistemas políticos y económicoseran muchos, como siguen siendo, por ra-zones bien diversas (ecológicas, territoriales,históricas, geográficas…) y en mi intenciónno se halla, por tanto, ignorar esto en unahomogeneización grosera y falaz. El objeti-vo de este epígrafe es, pues, sólo el de unabreve caracterización de ciertas dinámicas yprácticas de índole bastante general, y que seráinteresante considerar para contrastar poste-riormente con otras ciertas dinámicas y prác-ticas propias de la política del Estado-nación.

El punto fundamental del problema quese trata –a saber, el Estado en África– es, enúltima instancia, la descripción de la in-compatibilidad entre sistemas políticos: lostradicionales y los relacionados con el Esta-do, o bien los sistemas políticos indígenas (re-ducidos a lo doméstico por la mundialización)y el universalismo del sistema político occi-dental (González Alcantud, 1998: 174).

Para los que piensan que toda relaciónde poder es opresiva y que la negación de lalibertad es antinatural (Etienne de la Boétieo Pierre Clastres, entre otros), el tipo de po-der propio de las jefaturas (y propio, por tan-to, de gran parte del África preestatal) resul-tará oportuno en gran medida. Se ha habla-do tradicionalmente desde la teoría de lassociedades primitivas como sociedades sin Es-tado, es decir, cuyo cuerpo no posee un órga-no de poder político separado (Clastres,1980: 111). A esta concepción se vincula laposible disyunción entre jefatura y poder,asociada a la cuestión de la representación;el líder primitivo es ponderado, considera-

1 La opción por la división tripartita, al modo que ve-mos aquí, no es ajena a los planteamientos contemporá-neos en teoría social. Recuérdese ahora, por ejemplo, laanáloga “trilogía de intereses” de conocimiento humanoposible descrita por Jürgen Habermas, a saber, el interéscientífico-técnico, el interés comunicativo-hermenéuticoy el interés emancipatorio (Haberlas, 1979; Apel, 1994).En consonancia con esto, el territorio podría corresponderal interés científico-técnico, la representación al comuni-cativo-hermenéutico y el poder, el concepto más inapre-hensible en sí, al interés emancipatorio.

2 Algunos estudiosos de la historia de África, antes ytras las independencias, son Iliffe (1998), Mestre (1968),Ferkiss (1981), Pedraz Marcos (2000).

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do y legitimado no sólo según su carisma,su fuerza o su talento diplomático para lasalianzas, sino especialmente según su capa-cidad de recoger en las decisiones la mayo-ría de las voluntades posible (ibid.: 113). Estemodo peculiar, no coercitivo por la fuerza(no deseoso de detentar el poder para ejer-cerlo en el dominio), caracteriza muchas delas jefaturas africanas preestatales. En estesentido puede afirmarse que los jefes no tie-nen poder salvo en el consenso del cuerposocial, no separado del “ser” de la sociedad3

(“El jefe de la tribu está bajo vigilancia”)(ibid.: 116).

Las sociedades sin Estado, sin embargo,no han sido consideradas en modo algunocomo sociedades sin clases. También se harechazado su apoliticidad: la “arena políticacompetencial” es propia de toda sociedad,sea en la forma que sea (González Alcantud,1998), y siempre se establece algún tipo deestratificación social en relación con los dis-tintos grados y modos de prestigio. En lassociedades de los “Big Men”, por ejemplo,propias de economías de prestigio, éstos re-ciben las gratificaciones a cambio del flujode bienes que hacen circular por la sociedad(Clastres, 1980: 147).

La pregunta por las tradiciones democrá-ticas en África es hoy de una gran contro-versia (Hoffmann, 2003: 238, 239). Frente,por ejemplo, a la defensa de Iniesta Vernetde la tradición del consenso como lógicaopuesta a la democrática4, encontramos queGyekye (ibid.: 240) reclama elementos de-

mocráticos en sociedades tradicionales afri-canas, como la Akan precolonial, donde ha-bía un espacio público disponible que ofre-cía la oportunidad a todos para que habla-ran sobre asuntos políticos y fueran escu-chados (al modo casi de un ágora griega).

Nzongola-Ntalaja (1997: 9ss) defiendetambién la aplicabilidad del concepto dedemocracia (y democratización) en África,rechazando de plano la idea de que la ex-portación de la noción de democracia seaóbice para su consecución. Los grandes per-juicios fueron, en su opinión, la opresióncolonial y la deriva poscolonial, y no la for-ma de ser africana. La democracia es conce-bida como imperativo moral (ibid.: 11) y elcamino hacia ella como un proceso socialde práctica política, que habría de tratarse,de hecho, como una transición democráticacon todas sus implicaciones, instituciones asu servicio, etc.5.

Los estudios de política tribal en Áfricaestán, según Max Gluckman (1964), sobre-rrepresentados en la Antropología Socialbritánica. En su opinión, las clases de auto-ridad en sociedades sin Estado están consti-tuidas por tribunales tribales que emanan delos jefes, líderes y grandes hombres (ibid.:153); éstos no legislan en sentido formal,aunque sin duda toman decisiones adminis-trativas para regular la vida de los grupos.

En el orden social propio del Áfricapreestatal los mitos y ritos iniciáticos des-empeñan funciones clave para el fomentode la cohesión social. Los ritos sirven tantopara generar, promover y conservar identidad,cuanto para discriminar (García Canclini,1989: 177ss6) y, por ende, poder así distin-guirse de “lo otro” diferente.

3 “A menudo se ha señalado el contraste entre cómo lopolítico impregna todos los aspectos en las sociedades tra-dicionales, lo que se manifiesta en la organización estatistamaterializada en sus múltiples instituciones, y la autono-mía de que disfruta en el mundo moderno” (Abélès, 1997).

4 Yo me preguntaría, de todos modos, de qué concep-ción democrática estamos hablando, ya que la griega clási-ca (directa) no tiene nada que ver con las democracias in-directas representativas de hoy en occidente, por ejemplo(en un trabajo anterior –Massó Guijarro, 2005–, tratamosde estos y otros asuntos relacionados).

5 Las llamadas “ombudsman institutions”, que practi-can una perspectiva de género, contribuyen por ejemplo allogro de democracias viables a través de la protección delos derechos humanos (Ayeni, 1997: 218ss).

6 Son muy sugerentes los estudios que abordan los ri-tos y los mitos desde la perspectiva del patrimonio (comohistórico, cultural, especialmente el llamado patrimonio

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Nos retrotraemos a la pregunta por la le-gitimidad del poder, es decir, ¿por qué se res-peta un poder y no otro? ¿Cuál es el origende la ley como fundamento de la sociedad,quién legisla y quién impele al cumplimien-to? (Gluckman, 1964). “Las sociedades agra-rias necesitan sistemas semántico-culturalesy elaborados sistemas coercitivos de controlsocial [pero] la coerción sin significación esciega y la significación sin coerción es ende-ble”, afirma Gellner (1995: 78). El pensa-miento indígena encubre la relación entre lasociedad y su fundamento (es decir, entre lasociedad y ella misma) como una relaciónde exterioridad (Clastres, 1980).

La cuestión de la ley, que puede servirtanto para la represión como para la liber-tad (Gibson y Gowus, 1997), resulta igual-mente evanescente en la teoría y en la praxis,no sólo el problema de cómo hacer cumpliruna ley (Gluckman 1964: 235) sino el decómo se define y, en especial en el contextoafricano, cómo se diferencia de la costumbre.¿Dónde termina la fuerza socialmente coac-tiva de una costumbre para entrar en el pla-no de la ley? Más aún, ¿se ha de hablar deley o de costumbre, en la África preestatal?Este tema se vincula, como es obvio, a loslímites entre la moral pública y la moral pri-vada. Gluckman, sin embargo, considera

porosa y fácilmente transitable la fronteraentre costumbre y ley: “la costumbre comofuente de decisión judicial juega un papelmucho más importante en nuestros pleitos;por tanto, constituye una parte más relevanteen el cuerpo de la ley de lo que comúnmen-te se afirma” (ibid.: 240).

La consideración de las culturas preesta-tales en África como “tradicionales” resultacasi proverbial; pero ¿qué sentido delimitamosen tal concepto de “tradición”? Hobsbawm yRanger (1983) diferencian la tradición de lacostumbre o la convención rutinaria, ape-lando al elemento más ideológico o super-estructural de aquélla frente a éstas, e in-cluyendo por cierto la nación en el conjuntode tradiciones inventadas (ibid.: 1-14). Mu-chos de sus esfuerzos estarán destinados amostrar en el contexto africano la manipu-lación de ciertas tradiciones y costumbresinventadas, que condicionaron en buenamedida las dificultades, posteriores al perio-do colonial, que los africanos sufrieron paraliberarse de falsos modelos de comporta-miento (codificados como “tradiciones afri-canas” por el statu quo colonial) (ibid.: 212)7.

Una característica importante de las his-torias tribales es la relevancia del tiempo mí-tico-comunitario (Gluckman, 1964: 317ss)y su vinculación con la oralidad. Asimismola concepción del tiempo en su sentido másholista, cosmológico por así decir, se ha con-siderado tradicionalmente en África de unmodo bien distinto, más integrador y liga-do a los procesos cíclicos de la naturaleza

inmaterial). En este ámbito, García Canclini (1989: 193)denomina el folclore como “invención melancólica de lastradiciones”. En general, resulta innegable la función decreación (y re-creación) cultural que desempeña el anda-miaje de mitos, ritos y tradiciones inventadas de distintaíndole (que se refrendan siempre como muy antiguas, vali-dadas por la fuerza de los siglos, aunque sean en realidadrecientes), que cimenta toda sociedad humana. En el casodel continente africano, los estudios de las identidades ét-nicas como cierto tipo de patrimonio inmaterial (que, ade-más, como todo patrimonio, posee una definición y utili-dad políticos concretos) podría resultar de gran interés.Como afirma Mary Douglas (1986: 104), “la memoriapública es el sistema de almacenamiento del orden social.[…] Al examinar de cerca cómo se construyen los tiempospasados, nos damos cuenta de que en realidad dicho pro-ceso tiene que ver muy poco con el pasado y muchísimocon el presente”.

7 La apelación a la fuerza o la legitimidad de la tradi-ción para refrendar conductas o sistemas de abuso no esnada nuevo. En realidad observamos el empleo manipula-dor de la tradición como arma arrojadiza contra numero-sos agentes o realidades, como sucede en África con losancianos respecto de los jóvenes o con los hombres respec-to de las mujeres (Hobsbawm y Ranger, 1983: 254-257).Esto, por cierto, pone de manifiesto muy claramente elesquema patriarcal de poder masculino gerontocrático tra-dicional, una vez más.

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que el tiempo lineal occidental (Iniesta Vernet,1992)8.

2. LAS RAÍCES COLONIALES DELESTADO. DIVIDE ET IMPERA

El colonialismo no sólo promueve la exis-tencia de tribus: las refuerza y las separa.El sistema colonial aliena los cacicazgos[...] (Fanon, 1963: 92).

La imagen occidental del hombre comouna de las armas más mortíferas emplea-das contra la humanidad [...] No existeninguna fisura entre la afirmación deDescartes (“yo pienso”, como certeza ab-soluta, equivalente a “la razón soy yo”) yla del rey francés Luis XIV: “el estado soyyo” (Gómez García, 19849).

El bárbaro es primeramente el hombreque cree en la barbarie (Lévi-Strauss, enGómez García, 1984).

En los análisis teóricos constituye unaclave irrenunciable la aproximación al estu-dio del Estado africano en tanto que legadocolonial, es decir, considerando en primerainstancia las características de los Estadosdurante la colonización para comprender araíz de ahí la evolución de la poscolonia yespecialmente la pervivencia colonial en

muchas de sus estructuras. “El Estado pos-colonial10 que emergió en la década de lossesenta estuvo orgánicamente vinculado consu predecesor, el Estado colonial”, afirmaEdie (2003: 48)11; esto nos retrotrae a las ideasbayartiana (Bayart, 2000) o mamdanianas(Mamdani, 1998) sobre la no ruptura netaentre colonial y poscolonial (también Mbembe,en Joseph, 1999: 59).

El poder colonial ha sido descrito comouna obstrucción moralmente distorsionado-ra que dificulta el progreso de los coloniza-dos, como una fuerza que, tras su intrusión,se yergue cual obstáculo (literal y metafóri-camente) en el camino de los colonizados.Sus objetivos no eran sólo la desposesión ma-terial y de poder fáctico hacia los coloniza-dos, sino su deshumanización psicológica(Fanon12, 1961; Scott, 1997)13. Sin embar-go, la descripción del colonialismo mismo,

8 Pienso, sin embargo, que seríamos muy présbitas sino observáramos que la cuestión del tiempo mítico, entanto que conformador del imaginario colectivo sustenta-dor de la tribu, no se halla tan lejos de lo que llamé el basa-mento “emocional” de la nación o los mitos nacionalistas.Sobre esta cuestión afirma Abélès: “Estas escenificacionesson inseparables de una concepción global de la represen-tatividad según la cual la legitimidad y el territorio estáníntimamente relacionados: para construir y mantener estalegitimidad se reactivan los ritos que apelan a la nación y asu memoria y materializan por medio de la bandera, lasmedallas y las referencias a la nación que salpican los dis-cursos, un sistema de valores patrióticos comunes” (Abélès,1997; no hay paginación en la revista informática).

9 No se indica la paginación correspondiente a esta citaporque la publicación electrónica (ver bibliografía) carecede la misma.

10 Bayart (2000: 330), siguiendo a Deleuze y Guattari,ha abordado también el estado poscolonial también en tantoque rizoma.

11 De hecho, se reconoce una filiación estrecha entre elestado colonial y el estado poscolonial en el uso de la vio-lencia que hacen en su relación con la sociedad: ambos seimponen mediante la coerción y la violencia a la sociedadcivil, pretendiendo civilizarla al tiempo que defenderla(Otayek, 1998: 96). Mozaffar (2002) estudia también losefectos combinados de los legados institucionales del go-bierno colonial y los regímenes neopatrimonialesposcoloniales, la fragmentación etnopolítica y las negocia-ciones políticas en las nuevas instituciones democráticas.

12 Un aspecto interesante del enfoque de la violenciaen los estudios de Fanon es su asunción de un esquema decorte hegeliano para analizarla e interpretarla (violenciacomo requerimiento de la historia) (Serequeberhan, 2001:120). Este autor analiza la violencia y los métodos no vio-lentos durante la lucha anticolonial (desde una orienta-ción fanonista y siguiendo también a Chinua Achebe (enibid.: 103).

13 “Entre el colonizador y el colonizado media un cuartodedicado al trabajo forzoso, a la intimidación, la presión,la policía, los impuestos, el robo, la violación, las cosechasobligatorias [...] Ningún contacto humano. Sólo relacio-nes de dominación y de sumisión que transforman al colo-nización en un monitor de clase (...) Es mi turno de pro-poner una ecuación: colonización = “cosificación”” (Césaire,2001: 78). [O según Fanon] “La relación entre el colono yel nativo es una relación de masa” (Fanon, 1963: 85); con-tinúa el anterior: “Que es el colonizado el que quiere avan-zar, y es Europa quien retrasa” (Césaire, 2001: 81).

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así como de la sociedad colonial en tanto quesociedad disciplinaria (Balibar y Wallerstein,1988), ofrecen también las claves históricasde las condiciones para la resistencia (Scott,1997). Blom Hansen y Finn Stepputat (2001:3) piden desnaturalizar la aproximación alEstado y la gobernanza en el mundo colo-nial, una revisión de los lenguajes de aquelEstado. Imaginan el Estado como una ex-presión de la soberanía territorial efectiva yla autoridad capaz de proteger y nutrir a lapoblación y la economía (ibid.: 7).

En los estudios del poscolonialismo des-taca la heterogeneidad y la subalternidad,afirma Ivison (1997: 154-155). Los estudiossubalternos poscolonialistas, por así llamar-los, centran su atención en “la desposesión”o lo desposeído, es decir, las formas particu-lares de agencia, subjetividad y modos desocializar como las prácticas y leyes tradi-cionales, ignorados y subyugados por las ins-tituciones imperialistas y coloniales, así comopor los modos historiográficos de universa-lización y legitimación y teoría política quelos acompañaba (ibid.).

Cuando se considera la historia colonialde África y sus implicaciones en cuanto atransformaciones políticas, interesa analizarcómo el equilibrio (o desequilibro) de po-deres entre la lucha de los colonizadores ylos colonizados (ese terreno de lucha o “are-na política” entre ambos) modificó las reglasdel juego de la vida social, política y culturalautóctona. Más aún, se modificó el juego ensí, enteramente, como una nueva formaciónde las subjetividades y una reorganizacióndel campo social en el que los individuosinteractúan (Scott, 1997).

No obstante, ¿cómo el poder colonialmodificó el terreno dentro del cual era posi-ble la acomodación o la resistencia? Y ¿cómoeste poder colonial remodeló o reorganizólas condiciones, conceptuales e institucio-nales, de la posibilidad de la acción socialcomo tal? En definitiva, ¿cómo el poder co-

lonial recreó la modernidad, y la concepciónde poder que le es inherente, en sentidos,contextos y cronologías tan diferentes en elespacio africano? Veamos al respecto que:

En lugar del problema anticolonial dederrocar al colonialismo (o a Occidente),lo importante para este presente es unainterrogación crítica de las prácticas, mo-dalidades y proyectos a través de los cua-les la modernidad se insertó en las vidasde los colonizados y las modificó (ibid.).

Hoy abundan los estudios que, más alláde una mera intención condenatoria de lacolonización (asumida por supuesto), tratande esclarecer al máximo las profundas y sub-terráneas transformaciones que necesaria-mente hubo de llevar a cabo el sistema polí-tico y social colonial. Además, se consideralas implicaciones que esto generará para laformación posterior de los Estados nacio-nales actuales.

El Estado colonial constituyó un duroaparato de coerción, empleado entre otrosusos para “disciplinar” a las clases trabaja-doras (Edie, 2003: 48, 52). Preguntémonos,pues, cómo y por qué el Estado poscoloniales violento y represivo. ¿Por qué de los go-biernos militaristas y el autoritarismo delpartido único, si teóricamente su inspiraciónera el modelo de democracia representativa?Las raíces de esta desafortunada realidad seanclan en las características del Estado colo-nial, en su represión, en su autoritarismo. Latan consabida cláusula “divide et imperas”,que hizo aparecer durante los procesos in-dependentistas las diferencias étnicas y tribalescomo algo indeseable (porque debilitaba lalucha popular), arrastra hoy consecuenciasdeletéreas y complica el debate sobre los de-rechos multiculturales y colectivos.

En torno a ello, Max Gluckman (1964)advierte la división de lealtades como factorgeneral de toda la vida social, aunque remarcatambién la importancia de la cohesión so-

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cial cultural en aras del funcionamiento deuna sociedad, más allá de la fuerza. Consi-dera, de hecho, que una sociedad puede in-cluso fortalecerse a través de fenómenoscomo la rebelión o los conflictos en general,porque ambos canalizan las tensiones y ele-van a la cumbre al más fuerte; es más, el equi-librio del conjunto se mantiene no a pesarde las partes en conflicto, sino gracias a ellas;este es el fundamento de la oposición com-plementaria (Lewellen, 2000: 113). Veamossus palabras:

“Divide et impera” es un principio de co-hesión social y no sólo una táctica maquia-vélica […] Es esencial comprender bieneste principio para poder entender cómolos grupos sociales se mantienen unidos porsí mismos. Especialmente lo necesitamospara interpretar cómo las normas de au-todefensa y venganza actuaban sin dis-torsionar constantemente la vida social(Gluckman, 1964: 140-141).

Iniesta Vernet (2000: 352-353) señala laambigüedad fundamental que se forja enÁfrica desde comienzos del siglo XX hastala actualidad. Tal ambigüedad se establece acausa de la fractura entre minorías occidenta-lizadas –que persiguen una modernización alestilo colonial– y la mayoría de la poblaciónno educada en la erudición europea –que nocomprende la concepción capitalista del tra-bajo ni el proverbial individualismo de aque-lla matriz cultural–. La mencionada “van-guardia intelectual occidentalizada” operaráde motor de cambio (a menudo forzado) enla poscolonia; ya había desempeñado unacierta acción social durante la colonización,una función ambivalente de conexión de lapoblación con la elite blanca, a la par queun “menosprecio ilustrado” para con su pro-pio pueblo.

La inadecuada repartición africana quese llevó a cabo desde el siglo XIX fue, comoes sabido, un fruto de rivalidades nacionales

europeas. Dicho de otro modo, fue la inde-bida prole de un conflicto “exportado”. Sedesarrolló, además, en virtud de la falacianaturalista más ruda: como podían coloni-zarlos, entonces debían hacerlo, siendo laprueba de esta ecuación el poder de su su-perioridad militar y tecnológica14.

Tampoco se ha de ignorar que las con-cepciones de la soberanía para occidentalesblancos y africanos negros nunca podíancoincidir en aquel momento. Como afirmaWerbner (1996: 5) sobre la etapa colonial:“la soberanía es virtualmente una ficciónpolítica” [la traducción del inglés es de laautora]. Para las concepciones europeas, lasoberanía del Estado constituye un absolu-to; más aún, un absoluto centralista, que semanifestaría del mismo modo en la perife-ria que en el centro15. El espacio político afri-cano se comprende mejor, por el contrario,como una estructura de círculos concéntricosde control decreciente irradiados desde el nú-cleo (lo que por cierto se reforzaba con elesquema colonial metrópoli-provincia tribu-taria).

Sobre el Estado neopatrimonial, el clien-telismo político, el nepotismo o la instru-mentalización de lo político16, hemos bebi-

14 Algunos textos fundamentales del pensamiento es-peculativo europeo desde la filosofía (como los hegelianos)son buena muestra de ello. Realizan sofisticadas justifica-ciones del imperialismo, tanto más groseras a causa de sumisma complejidad y sus pretensiones de validez argumen-tativa.

15 A este respecto, conviene recordar que se está reivin-dicando desde la teoría, y a escala mundial, una cartografíaalternativa del espacio social (basada sobre las nociones de“circuito” y “frontera”) (García Canclini, 1989: 292). Estoimplica igualmente que las relaciones (económicas, socia-les) que tradicionalmente se asumían como habituales en-tre “centro” y “periferia” mundiales (entendiéndose que lasgradaciones de poder y riqueza se distribuían concéntrica-mente, incrementándose en el centro) están, asimismo,experimentando importantes transformaciones (ibid.).

16 Abner Cohen (en Fosse, 1996: 46) también hablade la posibilidad de instrumentalizar la etnicidad para in-tereses individuales o colectivos, especialmente por partede elites que necesiten movilizar seguidores que apoyensus objetivos en la lucha por el poder.

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do fundamentalmente de la fuente de Bayart(2000). Bayart señala cómo los siguientesfenómenos operan como procedimientoscontemporáneos de relación entre poder yacumulación en África (acrecentándose lasimbiosis entre función pública e interesesprivados): corrupción y recursos culturalesde extraversión en las posiciones de poder(ibid.: 121, 125); la depredación; la instru-mentalización del salario y la función públi-ca; prebendas, comisiones, ingresos parale-los; la apropiación y la inversión masiva delos funcionarios, etc. El “divide et imperas”se muestra así no sólo como mecanismo pro-pio de la colonia, sino de cualquier contex-to en el que el poder sea un recurso escaso ydeseable (y qué contexto de arena políticano implica esto de suyo) y exista, pues, unsolo líder con muchos segundones en com-petición. Así, mantener a este grupo de se-gundones en rivalidad constante genera unaambigüedad con muchas ventajas, ya que lalucha por el poder es una vía excelente paraque los diversos contendientes demuestrensu talante, su habilidad para manipular (per-dón, gestionar) la opinión pública... en otraspalabras, de seguir el juego político, de ha-cer política (Lewellen, 2000: 99ss).

3. ESTADO POSCOLONIAL YNEOPATRIMONIALISMO17

A la afirmación incondicional de la cul-tura europea sucedió la afirmación incon-dicional de la cultura africana. En gene-ral, los cantores de la negritud opusieronla vieja Europa a la joven África, la razónfatigosa a la poesía la lógica opresiva a lanaturaleza piafante; por un lado rigidez,ceremonia, protocolo, escepticismo, por

el otro ingenuidad, petulancia, libertad,hasta exuberancia. Pero también irrespon-sabilidad (Fanon, 1961: 194).

¿Dónde están los ciudadanos iguales?(Rojo, 1998: 152).

Werbner y Ranger identifican la posco-lonia africana como una pluralidad deesferas y arenas en las que el sujeto pos-colonial moviliza no una única identidadsino varias identidades fluidas que tienenque ser constantemente revisadas demodo que adquieran la máxima instru-mentalidad (Vale de Almeida, 2000: 232[la traducción del portugués es de la au-tora]).

El momento poscolonial no admite unasola caracterización. El propio concepto es,en sí mismo, problemático (Robotham,1997): “El pos en poscolonial es un marcadorde complejidad dinámica”, afirma RichardWerbner (1996: 4). El poscolonialismo comoconcepto se torna convincente especialmentedentro del marco de las tesis de la posmo-dernidad18 (Ahmad, en Robotham, 1997),que necesariamente adviene tras el período

17 Véase el interesante cuadro de Thomson (2004: 48-49) sobre los tipos de ideologías nacionalistas africanas, asícomo el correspondiente a las características sobre el Esta-do centralizado, la regla personal y el clientelismo (ibid.:121).

18 Muchos han escrito sobre la posmodernidad desdela filosofía. Heidegger fue uno de los primeros; le siguie-ron Gadamer, Vattimo, Fink, Habermas, Apel… Se haabordado igualmente el giro posmoderno desde la litera-tura y el arte mediante vías, obviamente, más simbólicas yalegóricas; las obras literarias de Kundera, Houellebecq ytoda la generación beatnik norteamericana (Burroughs,Kerouac, Gingsberg, Bukowski, etc.) son buenas muestrasde ello. Sin embargo, también desde los estudios antropo-lógicos se ha tratado la cuestión de esta nueva “etapa” delpensamiento tras la modernidad. En palabras de GarcíaCanclini: “La visualidad posmoderna, en cambio, es la es-cenificación de una doble pérdida: del libreto y del autor.La desaparición del libreto quiere decir que ya no existenlos grandes relatos que ordenaban y jerarquizaban los pe-riodos del patrimonio, la vegetación de obras cultas y po-pulares en las que las sociedades y las clases se reconocían yconsagraban sus virtudes. […] El posmodernismo no esun estilo sino la copresencia tumultuosa de todos, el lugardonde los capítulos de la historia del arte y del folclor secruzan entre sí y con las nuevas tecnologías culturales(García Canclini, 1989: 307). Son bien notables los vín-culos del pensamiento de la posmodernidad con la globa-lización y el ejercicio de poderes oblicuos (ibid.).

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que llamamos modernidad. No obstante,entendemos asimismo que el fenómeno mo-derno es exclusivo del mundo occidental yque, por tanto, no ha existido ni en África nien otros continentes (Iniesta Vernet, 2000).Algunos autores reivindican el reconocimien-to, en la actualidad, de modernidades alter-nativas o nuevas modernidades (Robotham,1997) que pudieran enriquecer, en su inau-guración de paradigmas nuevos, el debate yel método antropológicos.

Hemos de distinguir en los procesos rea-les la aspiración anticolonial y la aspiraciónnacional, que se suelen confundir en los aná-lisis ya que dentro de la aspiración anticolo-nial, aparte de las obvias dimensiones socialy subversivas, existía también una crucialdimensión reaccionaria en su sentido másliteral, de recuperación y de reencuentro conuno mismo, de regreso a la situación previaa la llegada del invasor, y no precisamente eldeseo de creación de una nación nueva, pre-cisa sabiamente Cahen (2004: 11).

Traigo a colación una matización sobrelas diferencias, ideológicas y pragmáticas,entre ciertos términos que podrían pareceequívocos, a saber, el periodo poscolonial (oposcolonia) y la etapa de la descolonización;tales divergencias se reflejan también en laforma de hacer antropología (Robotham,1997). La disciplina antropológica anticolo-nial durante la descolonización presentó ras-gos como la dependencia, la economía polí-tica y la teoría de los sistemas mundiales.Sin embargo, la poscolonia ha estado defi-nida, desde la teoría, por la imaginería pos-moderna. Dicho de otro modo, mientras elproyecto magno de la descolonización fuela erradicación del neocolonialismo, en laposcolonia tanto el colonialismo como elanticolonialismo son considerados versionesigualmente decepcionantes del poder, dog-mas alienantes y fraudulentos concebidospor diversas elites para el control de los cír-culos sociales menos informados o empo-derados (ibid.).

La poscolonia representa acaso la supe-ración del statu quo que habría sido propiodel término “poscolonialismo” (incidiendoen la diferencia poscolonial-poscolonialismo,o la análoga colonia-colonialismo19), es de-cir, la promoción de una conciencia diferentedel paradigma “anti” en el enfoque de lascuestiones. En opinión de Don Robotham:“lo poscolonial es una forma de concienciabastante más extrema que la descolonización,porque considera que los supuestos racio-nalistas implícitos en ese proyecto carecende sentido, son engañosos y restrictivos; ensuma, un fraude” (ibid.).

El poscolonialismo se nutre del socialis-mo durante su etapa liberacionista, cuandoaún el mundo se halla dividido en bloques.A partir de la caída del socialismo real, sinembargo, sucede una anomia en los paísesindependizados que habían considerado elsistema socialista como parte, fondo y alter-nativa crucial de su lucha y su momentoposcolonial (Rodríguez-Piñero Royo, 2001).Llega a su fin la legitimidad del partido úni-co en África y, a la vez, parece quebrarse todaalternativa al occidentalismo, ante tal derrum-be de todos los supuestos felices (Robotham,1997). Este fenómeno no sucede en Áfricade modo exclusivo, por supuesto, y es preci-samente su condición global la que agrava lasensación de anomia sin alternativas.

Efectivamente, el momento álgido de ladescolonización se caracterizó en buenamedida por el auge del movimiento de los

19 Nótese que una diferencia crucial entre los términoses la (mayor) descriptividad de “colonia” (en tanto quedetalla un estado de cosas) frente la (mayor) carga ideoló-gica de “colonialismo” (al que el “ismo” otorga la condi-ción de movimiento, tipo de pensamiento, razonamiento,ideología en una palabra). Asimismo, la diferencia entre lanoción de “colonia” y la de “colonización” se halla en quela segunda alude a un proceso, proceso que da lugar al es-tado de la segunda. Se entiende fácilmente en analogía a ladiferencia que establece Beck (1998) entre los términos“globalización” y “globalismo”: el primero describe un pro-ceso que desemboca en el estado de la realidad que defineel segundo.

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países no alineados en el periodo más durode la Guerra Fría. El término “descoloniza-ción” resulta adecuado para definir este ins-tante porque la oposición pretendió, más quesuperar o enmendar la totalidad de la he-rencia occidental, ampliar a la esfera de lavida socioeconómica los preceptos más crí-ticos del pensamiento occidental, a saber, elmarxismo y la revolución. Ello permitiríamaterializar en el mundo menos desarrolla-do los frutos de la civilización y la moderni-dad occidentales (Robotham, 1997).

Las pretensiones no eran, sin embargo,las de la modernización perseguida por laderecha política, sino las de la occidentali-zación mediante la izquierda. En ningún mo-mento se impugnó seriamente la superiori-dad del paradigma de modernidad occiden-tal, sino que se discutía qué clases socialesejercerían esta racionalidad y cuáles habríande ser los intereses económicos, sociales ypolíticos que imperarían. El socialismo, li-berado de los estrechos intereses de grupo,era el único movimiento que no pretendíalimitar la racionalidad; estaba dispuesto aaplicarla en su sentido más amplio e ínte-gro, ignorando las particularidades étnicasque eran presentadas como irrelevantes parala lucha política, o incluso disgregadoras delinterés emancipatorio de la revolución.

La poscolonia inmediata genera la aper-tura de un espacio público plural, que noestuvo determinado por un solo principioorganizativo, sino que articuló una variedadingente de esferas y “arenas políticas”, asícomo un flujo de posibilidades y restriccio-nes identitarias diversas (Werbner, 1996). Ladinámica poscolonial se caracterizó por elpeculiar estilo de la improvisación política(Mbembe, 2000); conllevó la proliferaciónde estrategias identitarias mediante una re-definición de los márgenes de humanidad ymoralidad por parte de los africanos. Se re-veló, pues, la necesidad de una reconstruc-ción de la identidad personal y colectiva, así

como un recurso a la memoria social, histó-rica y cultural (Werbner, 1996: 4)20.

Son clave los siguientes aspectos para elestudio y la comprensión del Estado en laposcolonia: la transformación del Estado, laimportancia de la violencia política y el Es-tado genocida, la reapropiación del Estado(la asimilación recíproca y la hibridación21

política) y, finalmente, el cambio y la degra-dación identitarias, los estereotipos y el ima-ginario oculto de la poscolonia (ibid.: 7) [latraducción del inglés es de la autora].

El nacionalismo constituye un elementofundamental del Estado y las sociedades afri-canas en la poscolonia. El nacionalismo,como lucha de liberación contra la domina-ción colonial, rompió con la identificaciónde la nación y el Estado y, de este modo, seconfiguró como un cuasi-nacionalismo,“cuasi” en tanto que se expande desmarcán-dose de la filiación necesaria “Estado-nación”como statu quo arquetípico del siglo XX(ibid.: 12).

Si nos aproximamos a la práctica de laburocracia poscolonial, hallamos que tantoésta como las visiones colectivas son conser-vadas tras las independencias según las prác-ticas centralistas y elitistas, es decir, segúnlos patrones generales cruciales del períodocolonial (Edie, 2003: 51). Se observa unapervivencia de la estructura institucional quealimenta la centralización del poder; en efec-to, los líderes africanos en este periodo em-plearon estas mismas estructuras para facili-tar su propio elitismo. Así, revisar el legadocolonial del Estado se hace imprescindible

20 Los largos procesos de desterritorialización (yreterritorialización) marcaron estos momentos de la histo-ria africana, pero no son exclusivos de entonces ni ajenos ala época actual (García Canclini, 1989: 288, 289). Hoy,por el contrario, vivimos en culturas que se han llamadofronterizas (ibid.), donde este tipo de procesos resultanhabituales y casi intrínsecos a los sistemas sociales.

21 Ivison (1997:156) refiere también a la hibridaciónposcolonial y Vale de Almeida (2000: 185ss) trata de loshíbridos poscoloniales.

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para comprender muchas de sus dinámicas,si bien no será suficiente tal revisión paraentender el Estado africano como estructu-ra meramente exógena ya que hoy existen,obviamente, características de los Estadosafricanos generadas de modo endógeno22.

El tipo de explotación de la granja afri-cana en el periodo poscolonial es el mayorlegado de la regla colonial en el terreno delas esferas productivas y económicas. Huel-ga decir que las normas coloniales nuncaoperaron en la economía según los interesesde sus sujetos y que la economía colonial nose realizó precisamente en aras del desarro-llo africano (ibid.: 53). “El estado colonialdesempeñó un agresivo rol para crear la eco-nomía dependiente que caracteriza Áfricasubsahariana” (ibid.); tras ello, la descoloni-zación implicó un desarrollo industrial mí-nimo.

La importancia del Estado para lo eco-nómico resulta palmaria: se ha dicho que elprimer problema económico de África espolítico (Pérez Alcalá, 1999: 25). En efecto,el concepto de Estado constituye una no-ción económica mucho más profunda de loque sugiere la economía clásica; es un “agentecon una racionalidad diferente de la que su-pone la misma teoría para los consumidoresy las empresas” (ibid.). Su papel resultacrucial, ya que genera las condiciones paraque exista la economía en su conjunto, po-sibilitando así la economía de mercado. Eldesarrollo del Estado determina las institu-ciones políticas con las que los gestores ejer-cerán el poder, y también las institucioneseconómicas mismas que van a definir el usode los recursos. Así, el Estado genera la par-te institucional y la parte fiscal de la econo-mía política.

Pérez Alcalá (1999) desarrolla cómo lassituaciones bélicas (guerras y conflictos bé-licos de distinta intensidad) en tantos Esta-dos africanos impiden el reconocimiento deuna legitimidad común y, por ende, el buenfuncionamiento económico (porque, en lapráctica, existen dos o más monopolios dela violencia enfrentados, no aceptados o re-frendados desde fuera o por la comunidadinternacional, lo que sucede cuando no existeun poder monopólico definido).

Pérez Alcalá considera asimismo la situa-ción de muchos Estados africanos comoembrionaria e inestable. Otros casos consti-tuyen sin embargo “Estados secuestrados”,lo que sucede cuando un Estado se torna unmero instrumento al servicio de otro poderpolítico y a éste se condiciona el uso de lafuerza. Hoy es fácil reconocer estos fenóme-nos en las situaciones de neocolonialismo.

La mayor parte de los líderes políticosafricanos modernos desde la etapa de libera-ción pertenece a la clase media ilustrada, conalgunas excepciones (entre las que se cuentael “libertador” namibio Sam Nujoma) extraí-das directamente de la clase obrera (Edie,2003: 62). Así, sucede una inevitable dis-tancia entre las masas y la población, en-tendiéndose que su participación no es tan ne-cesaria. Por otro lado, una de las prácticas po-líticas habituales de la poscolonia inmediatafue el desarrollo de las políticas étnicas entrelos años cincuenta y sesenta. Se implementa-ron, por lo general, en Estados que contabancon varios grupos étnicos dominantes en po-sesión de estructuras políticas de jerarquía tra-dicional y que, a su vez, ejercieron hegemo-nía local sobre otras comunidades étnicasmenores (ibid.). Este fenómeno sucede enbuena medida con los ovambo en Namibia.

En general, la mayoría de los regímenesposcoloniales africanos presentaron simili-tudes básicas que reflejan directamente susgobiernos coloniales predecesores (ibid.: 63).Cooper (2005) habla del peligroso aire de

22 Se podría establecer una analogía con la explicaciónde la crisis económico-política en el continente, para laque no bastarían explicaciones solamente externalistas(Carneiro de Sousa, 2001: 342; Kabunda Badi, 2002).

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familia que adoptan los colonizadores y lí-deres nacionales africanos23. Apenas existie-ron algunos cambios cualitativos, como ladiversificación de las relaciones con el exte-rior y el trato internacional (Edie, 2003: 61).

La configuración de los Estados africa-nos tras la colonización está marcada, en granmedida, por lo que podríamos llamar neo-patrimonialismo o prácticas neopatrimonia-les de los gobernantes. Esta cuestión levantaampollas en su definición desde la teoría, yaque alude a una realidad ambigua, auspicia-da por la sutil línea divisoria entre lo públi-co y lo privado en el contexto africano (Reno,2005), que algunos llaman corrupción yotros llaman práctica tradicional africana (asaber, el patrimonialismo). La cuestión delEstado patrimonial (o neopatrimonial, traslas colonias), que apela en efecto a una con-cepción patrimonial del poder, debiera reci-bir acaso una revisión conceptual importantey sugiere no pocos debates, Como indicaIniesta Vernet (2000: 355)24:

La corrupción existe, no como tal sinocomo resultado de una antigua concepciónpatrimonial del poder y de una tradiciónpertinaz de redistribución de recursos afamiliares o a dependientes lejanos, peroel abandono de toda acción de enverga-dura se debe a la necesidad gubernamen-tal de no interferir en la vida local.

En 1989 la situación político-social afri-cana fue descrita por el Banco Mundial comode “crisis de buen gobierno” (“gobernabili-dad” o “civilidad” en los distintos Estados)y, desde entonces, esta expresión ha estadoasociada en buena medida al desarrollo dela política en el mundo poscolonial. Ello seinserta en una caracterización de la gober-nabilidad en la que intervendrían (también)órganos no estatales y claramente no políti-cos (en concreto, organismos monetarios in-ternacionales y empresas multinacionales)(Padgen, 1998).

Observamos aquí el meollo de la cues-tión de la gobernabilidad en relación con lacrisis del Estado. El debate sobre el “buengobierno” resulta central para la civilizaciónoccidental desde al menos mediados del si-glo XVII, estableciéndose en torno a la ideo-logía, la posición jurídica y, sobre todo, lalegitimidad de los imperios (“monarquíasuniversales”, según la expresión habitualentonces) (ibid.). Acaso hoy la consistenciadel buen gobierno, tanto en África como enotros continentes del sur, se inserte en la crea-ción de una nueva retórica de las relacionessociopolíticas internacionales e interperso-nales (ibid.; Sousa Santos, 2003).

No deseo terminar este epígrafe sin men-cionar, aunque no pueda abundar en ellos,los estudios sobre el cambio poscolonial queha desarrollado Rita Abrahamsem (2003),profundizando en la conceptualización pos-colonial del poder y la relación entre éste ylas prácticas, discursos y políticas institucio-nales; todo ello en el contexto de una discu-sión sobre la hibridación, el desarrollo y laresistencia subsiguientes a la colonización.

23 En otro orden de cosas, se recusa también una con-sideración maniquea sobre los valores encontrados de eu-ropeos y africanos con respecto de ciertos asuntos morales;por ejemplo, en las palabras siempre sabias de Barley (2005:58): “Los que acusan a los europeos de paternalismo noson conscientes de la tradición que tienen las relacionesentre ricos y pobres en gran parte de África. El hombre quetrabaja para ti no es sólo un empleado; tú eres su patrón.Es una relación sin límite”.

24 Se ha dicho también que la corrupción en África“más que corrupción, es un cierto estado de ánimo”(Barceló, 2003: 8). Autores como Kole Omotoso, sin em-bargo, impugnan la conveniencia de la normalidad en laasunción de la corrupción y del nepotismo en las demo-cracias africanas (Omotoso, 1994: 66), aunque reconoz-can sin ambages su habitualidad. Lo que Iniesta Vernetreivindica es, sin embargo, algo más profundo, y es que lasprácticas neopatrimonialistas reflejan algo muy propio delos sistemas de linaje africanos, a saber, cierta esencia desus modos de producción y reproducción en los que lasfiliaciones parentales son tan potentes que se trasladan aámbitos políticos más extensos, funcionando como redesde apoyo. El africanista catalán cuestiona que esto sea in-deseable. No obstante, no se ha de ignorar en esta disputalos contextos nacional e internacional, así como el potencialconflictivo a gran escala de estas prácticas si devienen entribalismo político, por ejemplo, como sucede en el espaciode la ciudadanía (Lonsdale, 2003; Kuassi Denos, 2005).

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4. LAS MODERNAS AUTORIDADESTRADICIONALES25. PLURALISMOJURÍDICO E INTERLEGALIDAD

Los ancestros por espíritu están muchomás involucrados con la vida de día a díade los vivientes y el temor al castigo porparte de estos ancestros, controlaban losexcesos e todos los aspectos de la vida(Made, 2003: 217).

En general se nombró “jefe” al primeroque salía al encuentro de las autoridadeseuropeas y se ponía a su servicio (Vallart,2000: 218).

Veremos aquí algunas notas fundamen-tales de los estudios actuales sobre las auto-ridades tradicionales, incidiendo siempre enla fusión de lo (supuestamente) antiguo conlo contemporáneo (de hecho, las autorida-des tradicionales en África son tan contem-poráneas como la UE), y para ello comen-zamos con una reflexión del analista namibioDu Pisani, que (1999: 231, 232) señala queyuxtaponer lo “moderno” y lo “tradicional”es en sí mismo altamente problemático. Eneste sentido, no piensa que se pueda buscarhoy en día la restauración de un pasado o deuna cultura precolonial históricamente con-tinuada, pretendidamente auténtica y nocontaminada, de modo que insta al empleode la imaginación (también, pienso, en uneco andersoniano), jugando con un términode Pieterse (ibid.): la descolonización de laimaginación. También recordando a Mehrez,apunta Du Pisani que no sólo hay que libe-rarse de la dependencia política sino tam-bién de “percepciones, representaciones, ins-tituciones racistas e imperialistas” (ibid.); li-berarse, pues, del etnocidio epistemológico.En este proceso el sincretismo y la hibrida-ción van a ser no sólo inevitables sino desea-bles: “cierta forma de síntesis entre la cultu-

ra occidental y la cultura local” (ibid: 235).Siguiendo, pues, esta descolonización de laimaginación, veamos algunas ideas crucialesal respecto de estas fascinantes y modernísi-mas instituciones tradicionales.

La era poscolonial ha involucrado una vivareevaluación sobre el concepto de ley, propo-niéndose desde la antropología la formaciónhistórica dinámica de la ley, conformada porprocesos tanto económicos como políticos ysociales, y, en consecuencia, el estudio de lasculturas legales26 en tanto que conceptos uobjetos empíricos (D’Egenlbronner-Kolff,2001: 7-8). Para esta autora (ibid.: 30), lasculturas legales africanas son el producto deluchas sociales y económicas, conflictos declase y diferencias organizacionales, todo ellobien diferente de la situación occidental. Encongruencia con ello, la concepción de losderechos humanos y la fundación de lo jurí-dico que subyace a aquellas culturas legalesdifieren igualmente de las occidentales, y sebasan principalmente en un concepto desociedad organizada antes que en la relaciónentre el Estado y el individuo. Antes estascuestiones, uno de los grandes debates queemergen desde la filosofía (e incluso desde sucampo de la ética y la moral) es el del univer-salismo frente al relativismo, asimilable asi-mismo a los debates entre el comunitarismoy el liberalismo, por ejemplo, como vimosmás arriba. En mi opinión, aunque es enco-miable el interés ético que promueve las es-peculaciones filosóficas en torno a esto, és-tas resultarán inútiles si no se acompañande una minuciosa consideración de los casosy las realidades concretas donde los debates oconflictos se suceden de forma genuina.

En el pluralismo jurídico la cuestión delpoder deviene crucial. En lo referido al con-

25 La expresión es de Bennett Kangumu (comunica-ción personal).

26 La autora las define como “valores, creencias y acti-tudes respecto a la ley y a las instituciones legales”(D’Egenlbronner-Kolff, 2001: 10) [la traducción del in-glés es mía]. En cierto, ello refiere sencillamente a un siste-ma de creencias, en este caso las referidas o aplicadas a laesfera legal en un sentido amplio.

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texto africano, ya denunciaba Bauru Taflaen 1981 (en Aguessy, 1981: 177) el repartode poder en el seno del Estado como uno delos problemas más graves en África, así comolas diferencias entre poblaciones rurales (ol-vidadas, analfabetas, pobres) y poblacionesurbanas (cultas, ricas, privilegiadas), así comoel mal uso del poder, la burocracia ineficaz yla distancia entre el gobierno y las bases dela sociedad civil.

La pregunta sobre el contexto donde ten-ga sentido la pregunta sobre la interlegalidady el pluralismo jurídico27, constituye hoydebate central en la sociología del derecho.Los estudios jurídicos contemporáneos dela interlegalidad, como característica domi-nante de los sistemas políticos contemporá-neos, refieren a la multiplicidad de órdeneslegales y combinaciones e interseccionesposibles entre ellos en un Estado concreto.Cuando se habla sobre pluralismo jurídicoo interlegalidad se toman en cuenta dos es-calas principalmente, a saber, la nacional yla no nacional (supra o super), con las di-versas formas que pueda ello admitir; dis-tintas culturales legales suponen tambiéndistintas culturas políticas (D’Egenlbronner-Kolff, 2001: 16). En los ochenta tiene lugarla primera metamorfosis a este respecto, en-trando en consideración, además de lo na-cional, las escalas infraestatal o subestatal,de un lado, y la supranacional, de otro. Lasegunda metamorfosis, más reciente, impri-me contornos más políticos y culturales enel debate social y jurídico, entrando en jue-go diferentes instituciones, normas y rela-ciones diferentes de poder político (infor-mal, tradicional, etc.) (Sousa Santos, 2007).

Estas dos “metamorfosis paradigmáticas”,por así decirlo, obligan a repensar algunosaspectos cruciales del panorama internacio-

nal que afectan, ineludiblemente, a lo local.La nueva institucionalidad del Estado en elcontexto africano se expresa en la relación delas autoridades tradicionales con el Estadomoderno (en el contexto de América Latina,en las relaciones entre el derecho indigenistacon el Estado moderno). A su vez, la nuevaterritorialidad del Estado inaugura distintosmodos de organización del territorio mis-mo; el poscolonialismo refunda la concep-ción de los Estados y las formas de domina-ción; la plurinacionalidad, como forma dearticulación de la autodeterminación, se vin-cula al regionalismo y a la plurietnicidad,significando modos diversos de pertenenciaque no son los propios del Estado nacionalde hace escasas décadas (Sousa Santos,2007).

La pregunta definitiva indaga sobre lasrelaciones entre el derecho formal y el infor-mal, u oficial y no oficial, o tradicional ymoderno, o cultural e intercultural, o consti-tucional y consuetudinario (tratamos de cues-tiones sin duda polisémicas). Los debates entorno a ello, más vivos hoy que nunca, po-nen de manifiesto que el pluralismo jurídi-co no es sólo una cuestión del tercer mun-do28, sino del primero, del segundo y de to-dos los mundos posibles, como apostilla SousaSantos (2007); en otras palabras, no sonaquéllos asuntos sólo concernientes a las lla-madas sociedades “tradicionales” sino tam-bién a las llamadas “modernas” o “comple-jas” (D’Egenlbronner-Kolff, 2001: 17). Elsignificado o la motivación profundos delpluralismo jurídico es poner de manifiestola necesidad de nuevas instituciones apro-

27 Otros autores lo llaman “pluralismo legal” (legalpluralism), como D’Egenlbronner-Kolff (2001: 14ss). Lanoción a la que se refiere aquí ha sido descrita de múltiplesmodos (ibid.).

28 Se ha presentado a veces la cuestión del pluralismolegal como fundamentalmente asociada a los Estados delTercer Mundo (D’Egenlbronner-Kolff, 2001: 15). Por miparte, he de aclarar que reivindico aquí el uso de esta ex-presión, en algunos lugares considerada despectiva, en arasde rescatar su sentido crítico original buscado por el geó-grafo francés Alfred Sauvy cuando lo usó por primera vezen 1955: tercer mundo como fue tercer el “tercer estado”de la revolución francesa, que clamó y triunfó por su dig-nidad, tan largamente negada.

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piadas para dar cabida a lo que ahora “que-da fuera”. Y, para ello, necesitamos de des-cripciones densas que nos hagan conocerformas interesantes de nuevos transplantesjurídicos; soluciones que emigren de un lu-gar a otro (Sousa Santos, 2007).

Para el caso africano, según Meneses (2007),los tres componentes fundamentales de lasllamadas “culturas legales”29 en África po-seen la raíz europea (romano-germánica), lajurisprudencia islámica y la propia de insti-tuciones africanas. La figura de las autorida-des en la colonia emerge en la reinterpreta-ción, reformulación, reconstrucción por lanegociación entre el Estado colonial y lasautoridades locales, y ello crea inevitablesinterferencias de lógicas.

Sousa Santos (2007) señala el procesobifaz y vertical que sucede hoy en la viven-cia de la autoridad tradicional, a saber: pri-mero, de arriba abajo (top down), o la politi-zación de las autoridades tradicionales paraponerlas al servicio del Estado como recur-sos organizativos, lo que implica una conti-nuidad con el Estado colonial (vg. Mamdani,1998); y segundo, de abajo a arriba (bottomup), o una reapropiación popular de las di-mensiones política e institucional de la go-bernación (lo que para Sousa Santos estásucediendo en Ecuador o Bolivia).

Desde mediados de los años noventa, losactuales Estados africanos han tratado dehacer una suerte de sistema reeditado de la“indirect rule”30 respecto de las autoridadestradicionales, por los mismos motivos adu-

cidos entonces por parte de los colonialistasen el Estado colonial31: la fatal de recursos,de un lado, y la falta de legitimidad, de otro,para “controlar” la población (Hinz, 2007).Así, las autoridades tradicionales hoy ven-dría a “cubrir los huecos” de donde no llegael Estado, de ir adonde éste no alcanza.Como es sabido, aproximadamente entre lossesenta, y las primeras independencias afri-canas, y los mencionados noventa, hubo un(políticamente correcto) silencio en torno alas autoridades tradicionales en medio delparadigma desarrollista y en un contexto, amenudo, de régimen de partido único.

Las autoridades tradicionales dependendel Estado para legitimar institucionalmen-te su estatuto, así como para obtener pre-bendas o prerrogativas socioeconómicas; portanto, es fácil interpretar tanto sus presun-tas neutralidades como sus presuntas lealta-des en clave de estrategia política (Florêncio,2004: 111). Es de todo imposible captar larealidad de las autoridades tradicionales pormedio de esquemas uniformes y estáticos(Heimer, 2004: 13). Farré Ventura (2006:79ss), sobre el debate de los liderazgos tra-dicionales hoy en África, reconoce tres asun-tos fundamentales: la partidización de losliderazgos, la cosificación de la tradición yel oportunismo de ciertos aspirantes a serreconocidos como jefes tradicionales (a ellose ha de sumar, en ciertos contextos, el con-traataque marxista32). Así, el poder se ma-neja finalmente como basado en una divi-sión de intereses políticos que mantiene entodo momento la responsabilidad del señor,

29 En este ámbito de las “culturas legales”, la cuestiónde la identidad política, o el intento de construir identida-des de “ciudadanos”, se revela como una de las más impor-tantes tareas de la política democrática (Mouffe, 1993:89ss), y especialmente crucial en el contexto poscolonialafricano.

30 “Para desmarcarse de las evidentes similitudes de supropuesta con el régimen colonial, se hacía mucho énfasisen que antes de ser reconocidas tenían que ser refrendadaspor la población, y que el Estado tenía que tener en cuentalos procedimientos tradicionales de selección e instaura-ción” (Lundin y Machava, en Farré Ventura, 2006: 79).

31 Hinz (2007) precisa cinco modos generales de rela-ción entre las autoridades tradicionales y el Estado colo-nial: a) la abolición (fuerte monismo moderno); b) la noregulación (dualismo no regulado); c) la regulación (fuerteo leve); d) la integración (dualismo); e) fuerte monismotradicional.

32 Farré Ventura ha desarrollado muchas de sus investi-gaciones en Mozambique, donde realiza un estupendo aná-lisis de las relaciones entre autoridades tradicionales y elgobierno de FRELIMO.

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en cualquier nivel, a través del bienestar desus subordinados (su valor radica en que sussúbditos se sientan seguros33) (Farré Ventu-ra, 1998: 187).

Con todo, las funciones en África hoy delas autoridades tradicionales son de variasíndoles: administrativa (ordenación del te-rritorio físico) y, especialmente, simbólica(ordenación del territorio espiritual de losancestros), de modo que sólo en la peculiarintersección de ambos terrenos se compren-de la especial legitimidad de aquéllas34.

II. EL ESTADO EN ÁFRICA HOY

5. EL ESTADO EN ÁFRICA HOY:PROBLEMAS Y PROPUESTAS PARA

SU AFRICANIZACIÓN

Nuestro problema, en África, son las di-ferentes etnias que no hablan la mismalengua: tenemos el Banco Mundial, laCooperación Francesa, el Fondo Mone-tario Internacional, US Aid... (jefe depoblado, sudoeste de Malí, en PonsFöllmi y Föllmi, 200535).

5.1. Diagnóstico: los problemas

El primer problema económico de Áfricaes político (Pérez Alcalá, 1999: 23).

La era de los mimetismos, en África, estáagotada36 (Iniesta Vernet, 2000: 163).

No se sienten hermanos, no son solida-rios. Cuando hay problemas en África loseuropeos reaccionan más rápido que no-sotros mismos. Hay africanos que pue-den ayudar a esos niños y no hacen nada[…] Ha llegado el momento de la auto-crítica, si queremos que las cosas cambientenemos que cambiar nosotros y, a partirde ahí, cambiar nuestras leyes y modelos(Botsho, 200337).

En las últimas décadas la situación con-tinental africana –su contexto y, en él, susproblemas– se ha redefinido según los tér-minos de la globalización. Algunos rasgosdescriptivos de este nuevo contexto son(Olukoshi, 2004: 23ss) la prolongada crisiseconómica, el fin de la Guerra Fría38, la de-bilidad de los Estados africanos, la crecientetendencia a la violencia y el armamento o laemergencia de una creciente diáspora mi-gratoria39. Las formas de lo económico, lademocracia y los valores sociopolíticos aso-

33 Se señala también, en este contexto, un diferentemodo de relacionarse con la tierra, así como las atribucio-nes más místicas del monarca africano en tanto que inter-mediario entre las fuerzas cósmicas que regulan los ciclosnaturales de la tierra y los animales, de un lado, y de sussúbditos pastores y agricultores. Su otra gran función, estamás pedestre, es la de la resolución pacífica de los conflic-tos en aras de la estabilidad política.

34 Florêncio (2005) hablará de “promiscuidad políti-ca” entra ambos tipos de legitimidad, dado que a menudo,como veremos, suceden interferencias más allá de la inter-sección descrita: por ejemplo, casos en los que las autori-dades tradicionales son designadas por políticos entre per-sonas de formación y después sancionadas por el consejotradicional.

35 El libro carece de paginación.

36 A este respecto, un proverbio africano (citado porNcongco en www.thuto.org/ubh/oldpages/ugccongco.htm)afirma: “Una nación sin historia es una nación perdida; unpueblo sin identidad es un pueblo sin alma” [la traduccióndel inglés es mía].

37 Idem que nota 36.38 Ruiz-Giménez Arrieta (2006) señala un cambio drás-

tico en la posguerra fría: el triunfo material y simbólico deoccidente implica una revolución normativa, que pasa porlos derechos humanos y la democracia como la “melodíafilosófica” de nuestro tiempo. La crítica del colonialismoen el periodo posbélico, además, según apunta Clifford(1986: 10), ha sido reforzada por el importante proceso deteorizar sobre los límites de la representación en sí misma.

39 Estos nuevos rasgos situacionales apuntan, asimis-mo, a nuevos temas dominantes en el estudio del cambiopolítico hoy en África, como el abordaje de la transición ypolítica electorales, los problemas y prospecciones de laconsolidación democrática, el constitucionalismo y la re-forma constitucional, la emergencia, la significación y elrol de una sociedad civil africana en proceso de democrati-zación, la naturaleza de la política de Estado, la dinámicade las relaciones entre la sociedad y el Estado y los desafíosque han de encarar los gobiernos de los países africanos, lascausas, dimensiones y consecuencias de los conflictos con-temporáneos africanos y, por último, la economía política

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ciados a ellas (buena gobernanza40, sobera-nía, ciudadanía) son algunas de las esferasen crisis en el continente, según diversosdiagnósticos, y que están precisando de unarevisión fundamental, ya que la crisis des-emboca en el conflicto y el sufrimiento so-cial (otro nombre para la guerra). En estesentido, Adebayo Olukoshi (ibid.: 18ss) se-ñala los siguientes como cambios crucialesen los patrones políticos de África subsaha-riana de los últimos quince años:

–la reestructuración del terreno de la com-petición y la gobernanza políticas;

–la emergencia del pluralismo en los me-dios;

–el florecimiento de la vida asociativa;–la defunción de los últimos vestigios de la

regla colonial y el racismo institucionali-zado;

–el revivir de la cooperación regional y losesfuerzos integracionistas;

–la naturaleza cambiante de las relacionesinterestatales;

–la política de la justicia de transición;–el incremento del rol de las Naciones Uni-

das en la gobernanza africana.

Ante estas transformaciones, Thomson(2004: 245) apunta que los grandes obstá-culos para la consolidación democrática enÁfrica son la falta de una oposición real, ladebilidad de la sociedad civil y de las econo-mías, la no separación entre el partido en elgobierno y el Estado41, los potenciales con-

flictos étnicos incontrolados, la debilidad deuna cultural política democrática y la faltade cambio de (tipos de) regímenes.

En un plano más reflexivo, Diop (2005)habla de los mitos que ha asimilado y queestructuran, hoy, el imaginario social ne-groafricano: occidente, la identidad cultu-ral, la independencia, el desarrollo y la libe-ralización. Cuando se demanda la necesidadde producir conocimiento y epistemologíaspropiamente africanas, siempre adviene lasentencia de Mafeje sobre que lo más occi-dental son las discusiones mismas (en LinsRibeiro y Escobar, 2006: 32)42. Tantos fra-casos en la praxis implican hoy, sin embar-go, que la elucidación de la cuestión demo-crática en el África negra contemporánea nopuede ser correctamente hecha sin una aproxi-mación satisfactoria a las nociones de Esta-do y de democracia y el análisis de la natu-raleza de los Estados africanos, tanto demo-cráticos como no democráticos (Diop, 2005:100).

Krasner (2004) reconoce fallos y fallas enla soberanía convencional, problema para elque considera una vía resolutiva el empode-ramiento de autoridades locales y su asun-

de reforma en África, con un particular énfasis en la diná-mica entre reformas de mercado y liberalización política,buena gobernanza y reforma del sector público (Olukoshi,2004: 25ss).

40 Ndulo (2000: 318, 347) se pregunta, desde unaaproximación crítica simbólica, por las necesidades africa-nas, en el sentido de cómo se podría articular el poder enlos contextos africanos, lográndose un gobierno legítimopara con las sensibilidades locales.

41 En congruencia con esto, Kelsall (2004: 133ss) ar-gumenta que la democracia y la buena gobernanza en Áfricase ven hoy enflaquecidas por la ausencia comparativa de

actores colectivos capaces de exigir al Estado que “rindacuentas” (el término “accountability” en inglés). Sugiere(ibid.: 151) algunas líneas de investigación para abordarestas cuestiones, desde el análisis del impacto en la identi-dad social y la acción colectiva del cambio económico ex-ternamente conducido, o el abordaje del cambio culturalexternamente transmitido y su impacto en la identidad yla acción colectivas.

42 Mudimbe (1988) señala que las interpretaciones deÁfrica hechas desde occidente han usado categorías y siste-mas conceptuales dependientes de un orden epistemológicooccidental, y que incluso las descripciones más explícitamentellamadas “afrocéntricas” acaban asumiendo modelos, aun-que sea de modo implícito, en el mismo orden. Se preguntael autor si ello significa que los sistemas tradicionales de pen-samiento africanos –las Weltanschauungen africanas– nopueden ser pensables y hechos explícitos en el marco de supropia racionalidad, explorando a partir de ahí la nociónde la “otredad” africana tras la experiencia colonial (ibid.1ss); pienso que estas cuestiones, sin embargo, se embar-can de modo más profundo en una reflexión filosófica toutcourt que escapa a nuestros objetivos aquí.

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ción de responsabilidades diversas hoy pro-pias de la soberanía convencional. Así, anteestructuras de autoridad nacional abusivas,incompetentes, fallidas o débiles (ibid., Ruiz-Giménez Arrieta, 2005), el dilema de la sobe-ranía se plantea con especiales dificultades.La llamada soberanía compartida (Krasner,2004), en tanto que alternativa interesantea la soberanía convencional, presenta treselementos: soberanía legal internacional (re-conocimiento judicial de entidades territo-riales independientes), soberanía westfaliana(la no injerencia en asuntos internos de otrosEstados) y soberanía doméstica (modos comolas distintas estructuras de autoridad domés-tica controlan las actividades dentro de loslímites de un Estado).

Bankole Omotoso (1998: 77) distinguedos economías en los actuales Estados afri-canos: la autóctona de subsistencia y la im-portada de acumulación de capital. El siste-ma económico internacional incrementa lamarginalización de África austral y dismi-nuye la habilidad de los Estados para con-trolar sus destinos, en medio de poderosasfuerzas exteriores; escasa democratizacióninterna, y políticas públicas externas domi-nantes (como el comercio) (Adar, 2002).

A su vez, Pérez Alcalá (1999) vincula lacuestión de la violencia social con la econó-mica como una estructura problemática deenvergadura. Señala que los conflictos béli-cos de distinta intensidad en los Estados afri-canos impiden el reconocimiento de una le-gitimidad común y por tanto el buen fun-cionamiento económico (y de las reglas eco-nómicas), en tanto que existen en la prácticados o mas monopolios de violencia enfrenta-dos (Estados embrionarios e inestables, don-de no hay poderes monopólicos aceptadoso refrendados ni interna ni externamente).En ello también deviene la situación de losEstados secuestrados, donde el Estado resultaun mero instrumento al servicio de otro po-der político y el uso de la fuerza está condi-

cionado a otro poder. Esta situación, anti-guamente llamada colonialismo, constituyehoy lo que Pérez Alcalá (ibid.: 25) consideraun neocolonialismo: “La moderna forma decolonización es más compleja y se manifies-ta en el control por parte de un grupo eco-nómico extranjero de una porción del terri-torio o recursos naturales, una parte de lapoblación y alguna vía importante de co-municación, respaldado su acción la metró-poli en la que radica su sede social”.

La crisis de gobernabilidad en África setraduce, pues, en la pugna del Estado versuslas distintas nacionalidades, lo que tambiénhace eco, naturalmente, del problema de lasfronteras coloniales africanas y la subsiguien-te incapacidad del Estado para acomodarseal pluralismo étnico. En efecto, se asume quela creación de nuevas ciudadanías (según unanoción de ciudadanía como hecho jurídicoy social) constituye un reto de primer or-den, en el que la sociabilidad y la solidari-dad se tornan desafíos políticos permanen-tes que apuestan por el orden económico,social y cultural (Tshiyembe, 2002: 34).

Parece incontestable que se busca, desdela teoría y desde la práctica más cotidiana,nuevas vías para la vivencia de lo estatal-na-cional en África. Es obvio que éstas debe-rían orientarse a la resolución del problemagenerado por la falta de legitimidad en laconducta de las elites, de modo urgente yasumiéndolo como uno de los primeros ob-jetivos. En palabras de Kabunda Badi (2001:43), hablamos de un “Estado excéntrico,exótico, policial y centralizador, de tipo na-poleónico, que nadie interioriza”. Las elitespractican de modo habitual abusos y nepo-tismo, por lo que las masas consideran legí-timo estafar al Estado que pasa a ser conce-bido sólo como estructura de administra-ción, explotación y opresión. Esta rupturafundamental entre el pueblo y los dirigen-tes, que “[…] viven, piensan, hablan y secomportan según sus propias idiosincrasias”

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(ibid.: 41) opera igualmente una radical des-conexión interna en los procesos de desa-rrollo económico y social popular: no hayuna identificación que permita la participa-ción y por tanto la lealtad a un proyecto.Los distintos sectores de los pueblos se refu-gian en espacios propios de identidades ét-nicas, que constituyen marcos de autodefen-sa y de proyección individual y colectiva, asícomo de prácticas populares. Hay un dina-mismo interior en estas identidades étnicas,que se comportan a menudo como sanciónpolítico-económica en contra de sus dirigen-tes y de la comunidad internacional.

Bratton y Mattes (2001) señalan la lentaentrada a la democratización en África (apesar de que la vasta mayoría de Estados afri-canos son hoy regímenes electorales multi-partidistas) (Van de Walle, 2002), y que sólosi son los propios africanos quienes abracenla democracia, entonces ésta podría deveniruna solución, o al menos un alivio parcial, atantos de sus problemas. Así, la sociedad civilha de plantearse como instrumento de de-mocratización.

La concepción africana de la democraciatambién incluye importantes elementos sus-tantivos de economía, de “lo económico”,de “reparto económico” (Bratton y Mattes,2001). Esto se corresponde bastante con loque analizamos en resultados de nuestrasentrevistas y resultados de campo en gene-ral: la gente siempre apela a lo económicocuando se habla de política, a recursos, a todolo que se materializa de un modo u otro ensus vidas cotidianas, a lo que afecta realmenteuna decisión política. No creo que esto sea,sinceramente, preocupación prerrogativa deÁfrica: todo el mundo quiere vivir bien omejor y, sobre todo, tener acceso sencillo aalgunos recursos mínimos.

De hecho, por ejemplo, Otayek (1998:87) considera indisociables las universaliza-ciones de la norma democrática y de la eco-nomía de mercado, hasta el punto de que

hoy es ya legítimo hablar de democracia demercado, desde esta concomitancia de la li-beración política y la económica. Y, en cual-quier caso, ya se reconoce que la aparenteparadoja entre identarismo y mundializaciónes, precisamente, una paradoja falaz (ibid.:92). La democracia sólo puede concebirseen la interacción dinámica de una sociedadcivil de un Estado fueres, institucionaliza-dos y diferenciados (ibid.: 97).

¿O no? ¿Hay una vía africana –o árabe, osudamericana en su caso, o como sea– paraser desarrollados y modernos? ¿Se puede lle-gar a tales desarrollo y modernidad sin unsistema colonial previo de explotación derecursos naturales y humanos que posibili-ten un enriquecimiento tal que genere unaera posindustrial como la que disfruta hoyoccidente, por ejemplo? ¿Se puede llegar aello partiendo de caminos tan distintos, deraíces tan diferentes y ya manipuladas y mix-turadas, sin vuelta atrás posible, por esa ex-periencia colonial en la que se ha sido la caraoculta, por ejemplo?

5.2. Pronóstico y propuestas desde elafrorrealismo: ¿las soluciones?

La democracia en África camina entre larecuperación de la tradición y la integra-ción en la economía mundial (KabundaBadi, 2004).

It is well and good that there is a com-mitment to being African. But surely thequintessence of being African should beabout saying ‘never again’ to human rightsabuses and democratic arrest (Mutasah,2006: 57).

Voy a recoger aquí la perspectiva de aná-lisis denominada afrorrealismo por MbuyiKabunda Badi. Se trata de una opción rea-lista en los estudios africanistas, frente a lamanida dicotomía errónea a su juicio (por

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reduccionista y tremendista) del afropesimis-mo43 versus el afrooptimismo (Kabunda Badi,2001: 39; Carneiro de Sousa, 2001). Si elafropesimismo peca de un injustificado aireapocalíptico –inútil, por cierto–, el afroopti-mismo resulta ingenuo –y la ingenuidad pue-de resultar tanto o más inocua que la malavoluntad–. En mi opinión, todas las pers-pectivas de análisis que siguen a continua-ción (la idea del regionalismo o la noción dedesarrollo autocentrado, por ejemplo) se vin-culan de forma especial con el llamado“afrorrealismo” por Kabunda Badi, y por ellopodemos encontrar un hilo conductor enestos enfoques.

Generalmente se asume que hay dos lec-turas fundamentales de explicación para lacrisis estatal en África, a saber: la externa(hecha por no africanos), que achaca la cri-sis a causas endógenas, y la interna (hechapor africanos), que a su vez puede ser reali-zada “desde arriba” (por los dirigentes) o“desde abajo” (por el pueblo) (Kabunda Badi,2001: 40; Carneiro de Sousa, 2001)44.

El papel y la identidad del Estado africa-no contemporáneo, a caballo entre las ex-pectativas populares y las órdenes institucio-

nales (Kabunda Badi, 2002), suele descri-birse a partir de tres grandes paradigmas: elde la dependencia (vigente desde la décadade los 60), el del desarrollo y el del patrimo-nialismo. Desde la teoría de la dependenciael Estado africano es concebido como auto-ritario y dependiente, además de constituirun objetivo políticamente evanescente o di-fícilmente identificable (Kasanda, 2002: 37).Desde el paradigma del desarrollo, sin em-bargo, el Estado como agente del desarrolloy su rotundo fracaso son considerados mues-tras de la falta de conocimiento de la dimen-sión histórica y de la propia singularidad afri-cana (ibid.: 40-41).

Ante el fracaso de la homogeneización yla creación del Estado nacional en África,propone Kabunda Badi (2005: 64ss) la afir-mación del Estado multinacional o el fede-ralismo en la alternativa del panafricanismopopular horizontal, también llamado neopa-nafricanismo45 (Kabunda Badi, 2005: 64).Tal reformulación habría de operarse a nivelnacional, regional e internacional (la triplehélice del Estado africano, porque sus pro-cesos son tridimensionales), y todo ello nosconduce a la perspectiva del regionalismo(Santamaría Pulido, 2001)46, clave hoy parael estudio y la prospectiva del Estado con-temporáneo en África. Dado que las fronte-ras nacionales son tan porosas y problemáti-cas, en muchos casos resulta más útil consi-derar los flujos socioeconómicos entre lasdiversas regiones del continente que entresus países. Según el concepto de región de

43 Para un estudio de la ayuda oficial al desarrollo des-de esta perspectiva del afropesimismo, ver Torres (2001).

44 Dentro de estas dos grandes orientaciones explicati-vas, los debates intelectuales sobre la crisis africana sinteti-zan en cinco grandes escuelas de análisis (las cuales se aproxi-man a una u otra de las dos vertientes mencionadas). Éstasson: la escuela de la revolución cultural o cambio de men-talidades; la escuela del afrocentrismo (perspectiva másamplia, más omnicomprensiva); la escuela de larecolonización; la escuela que promueve la incorporacióna la mundialización neoliberal y, por último, la escuela deldiscurso de la ruptura y la autosuficiencia colectiva(Kabunda Badi 2002: 111ss). Kabunda Badi (2005b) con-sidera el afrocentrismo como una dimensión del neopana-fricanismo, que se sostiene en su opinión por una mismacultura (como conjunto global) africana con diferentes ci-vilizaciones (como conjuntos específicos). El animismo entanto que filosofía subterránea constituye para este autorun denominador común crucial de aquella supuesta cultu-ra africana común. Mda (2005: 127) lo formula, por suparte, como culturas diferentes con capacidad inclusiva ycon intereses comunes.

45 Para otra aproximación interesante al neopanafrica-nismo (o nuevo panafricanismo), especialmente desde surelación con la política de tipo electoralista, véase Mutasah(2006) y su compromiso ineludible con los derechos hu-manos, más precisos en África que en cualquier otro lugar,opina este autor (ibid.: 57) dada la historia africana de sub-yugación.

46 Asimismo considérese la importancia de los estudiossobre regionalismo para los proyectos de integración (re-gional) en África. Desde la teoría se habla, en este contex-to, de un “primer regionalismo” y un “segundo regionalis-mo” (Santamaría Pulido, 2001).

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Macridis y Hulliung (1996) –descrito acasoen términos idealistas en exceso–:

Pensemos en la región como en un áreageográfica dada que comprende ciertonúmero de estados en los que existen prác-ticas y creencias comunes, y dentro de lacual son fuertes diferentes formas de co-municación, tanto económicas como per-sonales. Suponemos y esperamos que den-tro de una región dada, definida de estaforma, el apego y los valores regionalespromoverán la cooperación e inhibirán losconflictos entre las naciones-estado indi-viduales. De hecho, tendemos a asumirque los valores y arreglos institucionalesregionales podrían reemplazar las entida-des nacionales, para conducir a la larga ainstituciones y lealtades regionales.

Madu (2003: 205, 216) describe la mo-dernidad como inherentemente globalizante,y la propia cultura como punto de fuga des-de donde vemos el resto. Ante el proceso deglobalización, las naciones africanas parecenno tener más opción que pertenecer al mis-mo, no como jugadores equitativos, sinocomo mercados cautivos y como fuente derecursos humanos y naturales baratos para lascorporaciones transnacionales (ibid.: 213).

En su recuerdo de Ali Mazrui de la Nigeriacontemporánea, Madu (ibid.: 204) descri-be un cuadro que podría extenderse hoy amuchos lugares de África, y por ende aNamibia: urbanización sin industrialización,patrones de consumo profundamente occi-dentales sin las técnicas de producción occi-dentales, gustos occidentales incontroladossin las destrezas occidentales, secularizaciónsin el espíritu científico, creciente pobreza ycorrosión continua de la mayoría de los pro-yectos de desarrollos poscoloniales; y, tam-bién, ese despertar de la inseguridad cultu-ral sobre la identidad como una repercusiónde la globalización a nivel mundial, en elcrecimiento de lo económico y fragmenta-ción de lo étnico y cultural (ibid.):

Cualquiera que sea lo suficientementeperceptivo podría inferir que la historiadel mundo escrita por el sistema globalneoliberal es un escrito elaborado poroccidente “sobre el occidente y el resto”.Se define “al resto” como “grupos de au-sentes”, que llegaron a ser lo que son por-que occidente poseía en abundancia y conexclusividad47.

Samir Amin cuestionaba, ya en los añosnoventa, el paradigma clásico del desarrollopara África, especialmente en sus políticasde intervención. Frente a éste, proponía una“alternativa autocentrada” que considerabaen primera instancia la importancia de de-terminados criterios socioeconómicos (redis-tribución de renta, por ejemplo) (Amin,1992); en términos de Bayart (2000: 303),un modelo de reciprocidad a escala conti-nental. Amin propone prácticas concretascomo las siguientes:

–la aplicación efectiva de la “prioridad agrí-cola”;

–la industrialización (concebida) para man-tener los progresos de la productividad enla agricultura;

–formas nacionales y populares de la orga-nización social de la producción;

–una relación con la tecnología que no sereduzca a la “transferencia” de la misma;

–relaciones exteriores limitadas (el desarrolloautocentrado es sinónimo de desconexión);

–construcción de una estructura nacional deinterdependencia precios/medios de finan-ciación, que entraría en conflicto con losprincipios del criterio de la rentabilidad ma-croeconómica (Amin, 1992); en otras pala-bras, un sistema de mercado libre del occi-dente democrático (Pupkewitz, 1993: 47).

47 Procuramos no insistir en el aspecto moral de lacolonización (de su profunda inmoralidad, al fin y al cabo)pero es evidente que Europa fue en aquello, como señalaCésaire (2001: 71), “indefendible” moral y espiritualmente,“incapaz de justificarse a sí misma” (ibid.: 78).

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Amin no ignora, en fin, las dificultadesque presentan estas medidas. Sin embargono las considera inexpugnables, sino queanaliza los diversos obstáculos y enuncia víasde acción (Amin, 1992). En relación a laspropuestas de Amin, es importante consi-derar la íntima vinculación entre los proble-mas africanos de índole política y de índoleeconómica. Dicho de otro modo, de nadaserviría tratar de los modelos políticos afri-canos en el intento de hallar vías y espaciossostenibles, sin abordar la cuestión econó-mica; como resultaría inútil abundar en lacrisis económica sin comprender sus raícesy vínculos políticos estructurales.

La evolución económica africana ha pues-to en cuestión los dogmas de la teoría y de lapráctica de las políticas convencionales dedesarrollo48; se presenta hoy como opciónalternativa un desarrollo “autoconcentrado”,en oposición a las políticas convencionales“extravertidas”. La estrategia autocentradanacional49 y popular descansa en primer lu-gar en el principio de una distribución de larenta lo más igualatoria posible, principal-

mente entre el campo y la ciudad, entre lossectores modernos, de mayor productividad,y los sectores retrasados (Amin, 1992).

Desde el afrorrealismo se propone paraÁfrica un tipo de Estado humanista y de ros-tro social, promotor de ciertos valores tradi-cionales africanos como la comunocracia,donde lo social y las relaciones humanas pre-valezcan sobre lo económico y los interesesmateriales (Kabunda Badi, 2001); en pala-bras de Oumar Konaré (2006: 21), una Áfri-ca africana y responsable. Este ejercicio neo-logístico (“comunocracia”) no me parecebaladí por varias razones, y la más impor-tante es la necesidad, tan reconocida, de ge-nerar espacios de estudio para África quereivindiquen un estatus propio más allá delfolclore, los préstamos y los mimetismos (lin-güísticos, culturales y de otras índoles).

En esta promoción de valores (KabundaBadi, 2001: 46) habrían de ser consideradastanto las relaciones internas africanas comolas relaciones interafricanas (primando lahorizontalidad y los aspectos endógenos) ylas internacionales (en las que habrían deoperarse cambios estructurales que velaranpor el combate de las injusticias institucio-nales en el mismo interior de los Estadosafricanos). Esto podría considerarse, así, unaafricanización del Estado para acercarlo a losusuarios y permitir su interiorización, tantocomo el desarrollo de una democracia so-cioeconómica real y un verdadero reconoci-miento de los derechos humanos (ibid.: 47).

La íntima y delicada relación entre la de-mocracia y la economía o, más explícitamen-te, la necesidad de una economía saneadapara el buen curso y desarrollo de un siste-ma democrático, ha sido bien observada pormuchos estudiosos: “Las democracias na-cientes corren peligro si la situación econó-mica es desastrosa. Cuando hay miseria ex-trema es difícil ser honrados” (Dumont,2000: 205). Este mismo autor que cito, RenéDumont, el llamado “agrónomo del ham-bre”, realiza en el año 2000 una revisión crí-

48 Muchos autores (vg. Bretón, García y Roca, 1999)denuncian los estrechos límites del paradigma del desarro-llo expresados, por ejemplo, en los planes de ajuste estruc-tural (se habla como de la bestia de la corrupción el colo-car la ingeniería política en el corazón de la condicionali-dad de la ayuda para el desarrollo, lo que despeja el terrenopara manipulaciones variopintas). Albert Roca Álvarez(ibid.) describe esta corrupción como percepción cultural-mente marcada de un cúmulo de confluencias e intersec-ciones de procesos sociales heterogéneos, procesos que abar-can desde solidaridades construidas sobre el discurso de latradición a movimientos religiosos sincréticos o mafias in-tegradas en el “crimen organizado internacional”, procesosque a menudo se revelan más bien extraños a lo que cono-cemos como modernidad.

49 Se plantea en este marco, por ejemplo, una relacióncon la tecnología que no se reduzca a una “transferencia”de la misma; se propone asimismo limitar las relacionesexteriores a este respecto no por razones de nacionalismocultural sino, sencillamente, porque las técnicas disponi-bles, sobre todo las avanzadas, no son neutrales en relacióncon los tipos de productos, la estructura de las demandasque hay que atender (modelos occidentales), las estructu-ras de precios y de rentas que condicionan la rentabilidadde dichas técnicas, etc.) (Amin, 1992).

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tica de sus augurios en los años sesenta y se-tenta en su ya clásico África negra ha empe-zado mal. Su revisión, desapasionada y ob-jetiva, viene a refrendar aquellos auguriosentonces tildados de injustificadamente pe-simistas en un momento de euforia y borra-chera poscolonial. Ya entonces, en 1963,resaltaba Dumont la necesidad de una ge-nuina revolución agrícola para África (a finde cuentas, ¿qué tiene África en cantidadesingentes, sino tierra?), a través de la crea-ción de una clase campesina con formacióntécnica (laboriosidad y capacidad de acumu-lación del capital comparable a la del cam-pesinado europeo precapitalista). Esta trans-formación técnica exigiría un replanteamien-to radical de la formación y el encuadramien-to de los campesinos, del crédito y la coope-ración (Dumont, 1963: 10)50.

Los intentos de implementación de losderechos humanos en África poseen una his-toria dilatada y compleja. Un buen ejemplode ello es la llamada Carta Africana de losDerechos Humanos y los Pueblos. Esta car-ta defiende los derechos de vida, dignidad,juicios justos, conciencia, libertad de expre-sión, asociación, reunión, asilo, participacióngubernamental, derechos económicos, socia-les, culturales; también deberes de los indi-viduos y, especialmente, la obligación de unacomisión africana destinada a tales efectosde ocuparse de su cumplimiento (a travésde reuniones bianuales, informes periódicosy comisiones de investigación) (AmnistíaInternacional, 1991).

La nueva gobernabilidad en África debie-ra asumir, pues, desafíos desde la naturaleza

de un nuevo pacto republicano, de un nue-vo pacto democrático, de la nueva ciudada-nía y de la nueva constitución (una constitu-ción demótica). A su vez, el nuevo pacto re-publicano (Tshiyembe, 2002: 29) habría depasar por la creación de repúblicas plurina-cionales y nuevos modos de legitimación, enla forma de una doble legitimidad o dobleconsentimiento por parte, de un lado, de lasnaciones sociológicas llamadas etnias (mul-tinacionalidad) y, de otro lado, de los indi-viduos o ciudadanos (ciudadanía).

El regreso a las propias fuentes culturalespara encontrar propuestas y soluciones noes reciente. Según Amílcar Cabral en su dis-curso del 20 de febrero de 1970, dentro dela cultura está la semilla de la oposición, queconduce a la estructuración y desarrollo delmovimiento de liberación (Cabral, 1970:146). Recuerda la importancia de valorar los“caminos de la propia cultura”, con sus ele-mentos populares, nacionales y universales–“como la conquista de un pequeño pedazode humanidad para la herencia común delos seres humanos, alcanzada en una o va-rias fases de su evolución” (ibid.: 151)–, trasla liberación de la dominación extranjera yla sumisión (ibid.: 147); asimismo, recono-ce el valor universal de la cultura africanacomo hecho incontestable (ibid.: 149).

Algunas de las propuestas ofrecidas comosoluciones pasan por la fundación de repú-blicas multinacionales sobre doble contratosocial –bicameralismo– e innovaciones talescomo la rehabilitación de la cultura políticadel Árbol, del principio tradicional de “fali-bilidad de las mayorías” (derecho de la mi-noría o la oposición parlamentaria) y delderecho de voto de las naciones para queéstas designen directamente sus representan-tes (Tshiyembe, 2002: 31ss). Así, esta nuevagobernabilidad haría eco de la “democraciade la proximidad” que, pretendiendo serconstitucional, trataría de enlazarse tambiéncon la cultura tradicionalmente africana delconsejo de sabios que primaba valores como

50 Denunció la corrupción como el obstáculo esencialpara el desarrollo y criticó duramente el nepotismo y losdespilfarros con que los artífices y practicantes de los Esta-dos neopatrimoniales comenzaban ya a prodigarse (“Lue-go de tal estancia, un monitor del norte del Congo no haceya más inspecciones en la maleza, ya no abandona jamásdespacho, ni chaqueta ni corbata”; Dumont, 1963: 77),en lugar de practicar una saludable, prudente y equitativaausteridad en el gasto personal.

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la representatividad y la eficacia (ibid.: 33).Los modos de legitimación y representaciónson elementos que requieren transformaciónclave y urgente en este proceso de africani-zación del Estado. Ante el fracaso del Esta-do importado se reclama: “La refundacióndel Estado multinacional en torno al reco-nocimiento político del pluralismo étnico yde la construcción de una sociedad políticabasada en un nuevo pacto republicano y so-bre un nuevo pacto democrático que se im-pongan a la sociedad global” (ibid.: 28- 29).

Kabunda Badi (2005: 68, 74) abunda enlas estructuras de endofederalismo y de exo-federalismo, en el pluralismo sociológicointerno y el federalismo regional. Invoca unacomodo del Estado a la diversidad y a plu-ralidad de la sociedad africana: pluralismopolítico, pluralismo social y pluralismo regio-nal o étnico. Dicho de otro modo, se ha deconciliar la endofederación, impuesta por lalegitimidad sociológica interna, con el exofe-deralismo51, dictado por las exigencias econó-micas de la mundialización52 (Kabunda Badi,2002: 87). El Estado africano tradicional serevelaría en este sentido como un “Estadosegmentario” con heterogeneidad en su cuer-po social (pluralidad de pueblos o naciones),en sus instituciones (poder horizontal y ver-tical, central y periférico), en sus derechos(derecho del Estado y derecho de los pue-blos), en sus estrategias de acción (individua-les y colectivas), etc.; constituiría así el catali-zador del movimiento de descomposición yrecomposición del orden social (Tshiyembe,2002: 28). Las etnias pasan a ser vistas en

este contexto como “naciones sociológicas”:entidades políticas (grupos sociales con lavoluntad de vivir juntos) y culturales (co-munidades de caracteres), distintas del Es-tado e independientes de él (ibid.: 29).

Al hilo de estas ideas, Bosch i Pascual instaa corregir obstinaciones históricas y sugerirmodelos de Estado imaginativos para colec-tivos plurales (Bosch i Pascual, 1997: 130),criticando lo que llama la “bastardización delfederalismo”. Y es que en África acaso seamás acertado hablar de voluntad de naciones(ibid.: 133) en lugar de naciones mismascomo hechos. Asimismo se propone la ad-misión de la identidad como un rasgo elec-tivo alterable, permeable, móvil (ibid.: 134)en el contexto de proyectos etnofederales53.

Para Kabunda Badi, es evidente que elfactor étnico, que él considera sustitutivo delnacional en África (o, mejor dicho, el verda-dero factor nacional en África es étnico, endefinitiva, para el analista congoleño), de-termina de modo crucial el proyecto estatalque habría de generarse en el África contem-poránea. La etnicidad es presentada porKabunda Badi (2005: 41) como un fenó-meno general, mundial y moderno, contem-poráneo y, en tal sentido, no exclusiva deÁfrica, aunque “forma parte integrante delafricano […] al ser la única fuerza de cohe-sión” (ibid.: 75); en este sentido, la identi-dad panafricanista y la identidad étnica noresultan excluyentes sino complementarias,y las lealtades subnacionales justifican paraKabunda Badi (ibid.: 76) la endofederación

51 Omotoso (1994: 77) también reclama una episte-mología de la confianza en los Estados federales.

52 Un grupo de expertos de la Unión Africana ha con-cluido la planificación para la adopción de una divisa afri-cana común en 2010. Bajo el nombre de “Gold Mandela”,se espera que su curso legal continental impulse la inver-sión y el comercio en África. Este tipo de planes concretospara desarrollar África desean primordialmente ubicarla enel centro de la economía global (noticia en Afrol News el15 de enero de 2007).

53 Sobre estas cuestiones no dejan de sorprender, porsu tremenda vigencia, las palabras en el año 1963 de lafilósofa judía Hannah Arendt sobre la necesidad de la ge-neración de un espacio público como espacio mixto, he-cho de la acción y la palabra públicas y privadas. Arendtreconocía en el Estado la condición de la unidad en la di-versidad, e invocaba una igualdad de las naciones y de losciudadanos. Instaba a “degollar la crisis de legitimidad cuyomonopolio ha sido arbitrariamente atribuido a la ciudada-nía (en nombre del individualismo), en detrimento de lamultinacionalidad (por miedo al comunitarismo)” (Arendt,1963: 258-259).

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étnica (Mbembe –2002– también proponeuna integración regional desde abajo).

En mi opinión, las dos virtudes –vincu-ladas entre sí– acaso más importantes delneopanafricanismo hoy son, de un lado, suconcepción y su fuerza regionalista y, de otro,su capacidad de resignificación de la digni-dad y la conciencia africanas, frente al em-bate inexorable de la globalización y el epis-temicidio que supone de tantas culturas. Así,“La identidad africana es un fenómeno muynovel. Es, en realidad, una identidad en for-mación” (Mda, 2005: 124); o en otras pala-bras: “La identidad africana debe significarla conciencia de la dirección en la cual vaÁfrica” (Aguessy, 1984: 202). Pareciera queesta noción novicia, fundacional, de la iden-tidad africana quedará así revestida de unamisión constructora y significativa: la con-ciencia, el norte, la dirección, la brújula deÁfrica. Para autores africanos como KabundaBadi, esta identidad africana54 es la neopa-nafricanista55, puramente inspirada en lasbellas palabras pioneras del panafricanismoque ya pronunciara Nyerere (2001).

“Lo importante es redefinir lo propio parano perder la cohesión”, afirma López Orte-ga (2001: 555). Tal vez se halle en estas pa-labras sencillas la clave esencial para un Es-tado plural en África, que pueda desarrollarse

en la promoción de la emancipación y elbienestar individuales y colectivos de todoslos implicados.

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55 Se señala, frente a este discurso ensalzador del pana-fricanismo, la falta de normas panafricanas para guiar yevaluar las elecciones, por ejemplo, y recordando tambiénlos precisos estudios de Bratton y Mattes (2001) sobre lademocratización en África.

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Estado y política en África: Breve recorrido diacrónico y sincrónico / E. MASSÓ G.

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INFORMACIÓN A LOS AUTORES E INSTRUCCIONESPARA LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS

PRINCIPIOS y OBJETIVOS

THEORIA, publicación semestral editada por la Universidad del Bío-Bío, destinada a divulgar contribucio-nes originales (inéditas) en español e inglés en los diferentes campos de la Ciencia, Tecnología, Artes y Huma-nidades, generadas al interior de la propia universidad, en otras instituciones de educación superior o empre-sas del sector público y privado nacionales o extranjeras. Consta de dos números anuales y publica: Artículos,Ensayos, Revisiones y Cartas al Editor. Todas las categorías de contribuciones (excepto cartas al editor) sonsometidas a proceso de referato, consistente en una primera revisión formal realizada por integrantes delComité Editorial de la revista y una segunda evaluación llevada a cabo por dos especialistas en el tema externos.Todo el proceso de revisión se trabaja en el modo doble ciego y sus resultados son comunicados al autor.

THEORIA se reserva todos los derechos de reproducción del contenido de las contribuciones y/o su indizaciónen bases electrónicas de revistas digitales. Por otra parte, las opiniones expresadas por cada autor son de suexclusiva responsabilidad y no reflejan necesariamente los criterios o políticas de la institución.

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THEORIA ha definido las siguientes modalidades de publicación:

ARTÍCULO: Trabajo de investigación original de carácter científico, tecnológico, artístico o humanísticoen el que se resuelve una hipótesis o problema por medio de un diseño de investigación. Elartículo tendrá una extensión máxima de 15 páginas.

ENSAYO: Escrito formal de carácter argumentativo en el cual se exponen fundamentadamente juicios,reflexiones y opiniones personales acerca de temas de relevancia científica y cultural. Formal-mente el texto ensayístico se estructura a partir de un objeto de la argumentación (tema),respecto del cual se presenta una o más tesis, avalada(s) por premisas (juicios o principiosque se dan por aceptados) y argumentos (aserciones que apoyan la tesis propuesta por elautor). Tendrá una extensión máxima de 15 páginas.

REVISIÓN: Presenta el estado del arte en una materia determinada. Está restringido a autores con demos-trada experiencia en el tema objeto de la revisión y su texto no podrá exceder las 25 páginas,considerando el resumen/ abstract, escrito, listado de referencias, tablas, notas y leyenda defiguras.

CARTAS ALEDITOR: Se invita a los lectores de la revista a realizar comentarios de los trabajos publicados vía “carta

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Toda contribución debe enviarse en un archivo de texto electrónico digitado en lenguaje Word, tipografía arial12, a doble espacio. En la preparación del archivo electrónico deberán considerarse las siguientes indicaciones:

1. El texto se digitará en forma continua a una columna.2. Para las tabulaciones, no se usará la barra espaciadora, sino el tabulador del sistema.3. Se usará la función de paginación automática incorporada al procesador de texto.4. Las tablas se ubicarán al final del archivo, separando las columnas individuales mediante tabulador (no con

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1d. Institución(es). Se indicará: Laboratorio (si corresponde), Departamento, Facultad, Universidad,Ciudad, País. Para señalar la afiliación de los autores a diferentes instituciones, se usarán númerosvolados 1,2,3... tras el nombre de cada autor.

1e. Autor para correspondencia. Debe indicarse el autor que recibirá la correspondencia mediante aste-risco al final del apellido*, precisando a continuación: dirección completa de correo, teléfono, fax ycorreo electrónico.

2. RESUMEN / ABSTRACT. Debe ser escrito en página nueva. Consignará en forma concisa (250 palabrasmáximo) el propósito de la contribución, el marco teórico, los procedimientos básicos empleados en elestudio, principales hallazgos y conclusiones. Debe ser inteligible, sin necesidad de consultar el texto deltrabajo y deben evitarse las abreviaturas y términos excesivamente especializados. Se incluirá una traduc-ción del resumen al idioma inglés inmediatamente a continuación de la versión en español o viceversa. Alfinal del resumen, deberán incluirse entre 3 a 6 palabras claves y su traducción al idioma inglés (Keywords)listadas en orden alfabético. Pueden ser palabras simples o compuestas.

3. TEXTO. Debe comenzar en una página nueva. El texto, en el caso de las reseñas, ensayos y revisiones seorganizará según los epígrafes que estipule el propio autor. Cuando se trate de un artículo, el texto de lacontribución DEBE ser organizado en las siguientes secciones o sus formas equivalentes en el caso de artícu-los de las áreas artística y humanística:

3a. Introducción. Esta sección debe brindar referencias bibliográficas estrictamente pertinentes y no unarevisión acabada del tema. Incluirá, además, el propósito del trabajo y la hipótesis o problema.

3b.Materiales y Métodos. La descripción debe ser breve pero lo suficientemente explícita para permitirla reproducción de los resultados. El diseño experimental debe indicar el número de sujetos involu-crados en el estudio, número de mediciones en cada caso. Los nombres latinos binomiales se escribi-rán en itálica. Se incluirá información precisa de los análisis estadísticos aplicados y cómo se expresanlos resultados, cuando corresponda.

3c. Resultados. En esta sección se describirán los logros sin discutir su significado. El autor debe presen-tar evaluaciones cuantitativas de sus resultados siempre cuando sea posible hacerlo e informaciónacerca de la variabilidad y significación estadística de los resultados obtenidos. Los valores medios debenacompañarse por la desviación estándar o error estándar de la media, pero no por ambos, indicando cuálde esos estadísticos es empleado y el número de observaciones a partir de las cuales ellos deriven. Losdatos deben presentarse en tablas o figuras sin repetir en el texto los datos que aparecen en ellas.

3d. Discusión y Conclusiones. Debe ser concisa, enfatizando aspectos novedosos e importantes del estu-dio y la conclusión que emerge a partir de ellos. El autor debe centrar la discusión en la interpretaciónde los resultados logrados en el estudio, y contrastarlos con los obtenidos por otros autores.

3e Agradecimientos. (opcional) Indicar la fuente de financiación y agradecimientos a personas que rea-lizaron una contribución importante al estudio y que autoricen –mediante carta– mencionar su nombreen la publicación. Esta carta debe ser enviada junto al resto de documentos.

4. REFERENCIAS o CITAS. Las referencias en el texto se citarán de la siguiente forma: Se mencionará elapellido del autor y año, separado por una coma todo entre paréntesis v.gr.: (Fuentealba, 1987), o comoparte de una frase: Fuentealba (1987) ha puesto en evidencia.../. En el caso de citas en las que sean dos losautores, se mencionarán los apellidos de ambos, v.gr.: (Fernández y Rubio, 1999). Finalmente, en el caso

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de un trabajo de más de dos autores, se citará el apellido del primero, seguido por la abreviación en itálicaet al., separado por una coma, v.gr.: (Salas et al., 1993).

5. LISTADO DE REFERENCIAS. Esta sección se iniciará en una nueva página. La referencia bibliográficase listará en orden alfabético y cada título incluirá: Apellido e iniciales del nombre de todos los autores enmayúsculas separados por comas, año entre paréntesis, título completo del artículo (colocando en mayús-cula sólo la letra inicial de la primera palabra), volumen (seguido de dos puntos) y la página inicial y finalde cada artículo (separadas por guión).

Ejemplo:

AAKER D, JONES JM (1971) Modelling store choice behaviour. Journal of Marketing Research 8:38-42

En el caso de capítulo de libro, se mencionarán los nombres de los editores (en mayúsculas), seguido porla abreviatura “ed(s)” en paréntesis, el nombre del libro (con la inicial de las palabras principales en mayús-culas y las restantes en minúsculas), ciudad y editor (separado por dos puntos), abreviación “pp” seguidade la página inicial y final del capítulo correspondiente. Ejemplo:

SALAMONE MF and HEDDLE JA (1983) The bone marrow micronucleus assay: Rationale for a revisedprotocol. In. DE SERRES, FJ (ed) Chemical Mutagen: Principles and Methods for Their Detection Vol8, Amsterdam:Elsevier, pp 111-149.

Si un autor posee dos citas para un mismo año, se diferenciarán asignando letras después del año corres-pondiente, e identificándolas de igual forma en el listado bibliográfico. Todas las citas en el texto debenaparecer en el listado bibliográfico y viceversa.

6. NOTAS: Irán como notas al pie.

7. TABLAS. Deberán ser numeradas consecutivamente con números romanos y escritas en páginas separa-das. Cada tabla debe encabezarse por un título breve y con suficiente detalle experimental para hacerlainteligible sin necesidad de consultar el texto. Los encabezamientos de las columnas expresarán claramen-te sus contenidos y unidades de medición. Los valores medios y las medidas de dispersión deben serreferidos a las observaciones, indicando el número de individuos empleados en el estudio y el valor “p”,cuando corresponda.

8. LEYENDA DE LAS ILUSTRACIONES. Deben ser escritas en página separada. Las figuras deben sernumeradas consecutivamente con números árabes. Cada figura debe consignar un título y una breveleyenda explicativa con suficiente detalle como para que sea comprensible per se. Las ilustraciones debenidentificarse en el texto por la palabra Figura cuando ésta forma parte de una frase y por la abreviación(Fig. ) cuando ésta se coloque entre paréntesis.

Las ilustraciones, gráficos, histogramas u otras serán limitados en cantidad, deben enviarse a escala de150%, en formato “jpg”. Deben ser de suficiente calidad para permitir su reproducción y se enviarán enpapel de tamaño no superior a 21 X 27 cm.

Finalmente, la no adecuación de cualquier contribución a las normas estipuladas por la revista será causalde devolución inmediata al autor para su corrección.

Las contribuciones deberán remitirse a:

DR. ENRIQUE ZAMORANO-PONCEEDITOR

Laboratorio de Genética Toxicológica (GENETOX)Departamento de Ciencias Básicas

Facultad de Ciencias, Universidad del Bío-BíoCasilla 447 Chillán. Fax: (42) 270148

e-mail: [email protected]

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INFORMATION FOR AUTHORS AND INSTRUCTIONSFOR THE PRESENTATION OF PAPERS

PRINCIPLES AND OBJECTIVES

THEORIA is a biannual publication, edited by Bío-Bío University, that spreads original (unpublished) con-tributions in Spanish or English in the different fields of Science, Technology, Arts and Humanities, whichare generated from within the university itself, from other national or foreign post-secondary educationalinstitutions, or from public or private sector companies. It consists of two annual issues and it publishes:Articles, Essays, Reviews and Letters to the Editor. All of the contribution categories (except for letters to theeditor) are subjected to peer review by the Editorial Board and two externals referees.

THEORIA reserves all the rights of reproduction of the content of the contributions and / or their indexingin electronic databases of digital journals. On the other hand, the opinions expressed by each author are theirexclusive responsibility and do not necessarily reflect the views or policies of the institution.

GENERAL INFORMATION

THEORIA has defined the following kinds of publication:

ARTICLE: A paper from an original research of scientific, technological, artistic or humanistic nature inwhich a problem or hypothesis is resolved through the design of an investigation. The articleis to have a maximum length of 15 pages.

ESSAY: A formal writing of argumentative nature in which judgements, reflections and personalopinions about relevant scientific and cultural themes are fundamentally explained. A formalessay is structured around and begins with the subject matter of argumentation (theme), ofwhich one or more theses are presented, based on premises (universally accepted judgementsor principles) y arguments (assertions which support the thesis proposed by the author). Theessay is to have a maximum length of 15 pages.

REVIEW: It presents the state of the art of a particular matter. It is restricted to authors that havedemonstrated experience in the subject matter of the review and the paper cannot exceed 25pages, taking into account the abstract, writing, bibliography, charts, notes and diagrams.

LETTERS TOTHE EDITOR: The readers of the journal are invited to make comments on the papers published via

“letters to the editor”. Letters to the editor are to be typed, double-spaced and signed by theauthor(s). The principal author of a paper which is mentioned will have the opportunity torespond to the editor before the publication of the corresponding letter.

All contributions must include an original and two copies, written in Word and double-spaced, using arial 12font. After being accepted, the author. While preparing the electronic version, the following instructionsmust be taken into consideration:

1. The text is to be typed in the form of one continuous column.2. Do not use the space bar for tabbing. Use the tab key.3. The automatic pagination function which is incorporated into the word processor is to be used.4. Charts are to be located at the end of the file, with the individual columns separated using the tab key (not

the space bar).5. Once will receive the corresponding Theoria volume and reprints of his (her) contribution free of charge.

THEORIA

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Theoria, Vol. 18 (1): 2009

All contributions (Articles, Essays or Reviews) are to be organized according to the following guidelines:

1. TITLE PAGE. This page must contain:1a. Kind of work. Article, Essay, Summary or Review.1b. Title of work. It must be concise and informative, considering that it is frequently used for material

indexing. It must not include abbreviations, neologisms nor chemical formulae and it must be ac-companied by an English translation immediately following the Spanish one.

1c. Author’s name. All authors who have directly participated in the execution of the work are to be indi-cated. Each author is to be identified by their full name. The main author must be situated first and isthe one responsible for sending a letter from each one of the co-authors that figure in the investigationindicating their consent in the letter to the publishing of the article. The failure to receive this (these)document(s) will be cause for a delay in its publishing.

1d. Institution(s). To be indicated: Laboratory (when relevant), Department, Faculty, University, City,Country. To indicate the authors affiliation with different institutions, superscript numbers 1,2,3 are tobe used after the name of each author.

1e. Author for correspondence. The author who is to receive correspondence is to be indicated with anasterisk at the end of his/her name, followed by his/her complete mailing address, phone number, faxnumber and e-mail address.

2. ABSTRACT. Must be written on a new page. The goal of the contribution, the theoretical framework,the basic methodology employed, the main findings and the conclusions are to be concisely stated (maxi-mum 250 words). It must be intelligible without the need to consult the body of the paper, and abbrevia-tions and specialized terminology must be avoided. An English translation of the abstract (resumen inSpanish) is to be included immediately following the Spanish version or viceversa. After the abstract, alist (in alphabetical order) of between 3 and 6 Keywords, along with their English translation, is to beincluded. The words may be simple or compound, appropriate for being used in material indexing. In thecase of an author not providing this information, the journal reserves the right to supply the suitablewords.

3. TEXT. Must begin on a new page. The text, in the case of summaries, essays and reviews are to be organizedaccording to the epigraphs that the author stipulates. In the case of an article, the text of the contributionMUST be organized in the following sections or have an equivalent format in the case of articles in the areasof arts or humanities:3a. Introduction. This section must present bibliographic references that are strictly relevant to the theme

as opposed to an exhaustive review of the theme. The aim of the work as well as the hypothesis orproblem are to be included.

3b. Materials and Methods. The description must be brief but sufficiently explicit enough to allow forthe reproduction of the results. The design of the experiment must indicate the number of subjectsinvolved in the study and the number of calculations in each case. Binomial Latin names are to bewritten in italics. Precise information pertaining to the statistical analysis applied is to be included, aswell as, when relevant, how the results are expressed.

3c. Results. In this section, the achievements are described without discussing their significance. When-ever it is possible to do so, the author must present quantitative evaluations of their results, as well asinformation concerning the variability and statistic significance of the results obtained. The averagevalues must be accompanied by either the standard deviation or the standard error from the mean,but not both, indicating which of these statistics is used and the number of observations from whichthey derive. The data must be presented in charts or diagrams without repeating this information in thetext.

3d. Discussion and Conclusions. This section must be concise, emphasizing new and important aspects ofthe study and the conclusion which emerges from these. The author must center the discussion on theinterpretation of the results achieved in the study, and contrast these with those obtained by otherauthors.

3e. Acknowledgments. (optional) Indicate the source of funding and appreciation to people that madean important contribution to the study and that authorize – by means of a letter – the mention oftheir name in the publication. This letter must be sent by the main author along with the otherdocuments.

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4. REFERENCES OR QUOTATIONS. References in the text are to be cited in the following way: Theauthor’s last name and the year, contained in parenthesis and separated by a comma, are to be mentionedv.gr.: (Fuentealba, 1987), or as part of a sentence: Fuentealba (1987) has shown.../ . In the case of quota-tions in which there are two authors, the last names of both are to be mentioned, v.gr.: (Fernández andRubio, 1999). Finally, in the case of a work in which there are more than two authors, the last name of thefirst author is to be cited, followed by the abbreviation in italics et al., separated by a comma. v.gr.: (Salaset al., 1993).

5. REFERENCES LIST. This section is to start on a new page. The bibliographical references are to be listedin alphabetical order and each title is to include, in capital letters and separated by commas, the last nameand initials of all of the authors; the year in parenthesis; the complete title of the article (putting the firstletter only of the first word in capital letters); the name of the book in italics (putting the first letter of allimportant words in capital letters); volume (followed by a colon) and the first and last page of each article(separated by a dash).Example:AAKER D, JONES JM (1971) Modelling store choice behaviour. Journal of Marketing Research 8:38-42.

In the case of chapters of books, the names of the editors (in capital letters) are to be mentioned, followedby the abbreviation “ed(s)” in parenthesis; the name of the book (with the first letter of each of the mainwords in capital letters and the rest in small letters); city and publisher (separated by a colon); the abbre-viation “pp” followed by the first and last page of the corresponding chapter. For example:

SALAMONE MF and HEDDLE JA (1983) The bone marrow micronucleus assay: Rationale for a re-vised protocol. In. DE SERRES, FJ (ed) Chemical Mutagen: Principles and Methods for Their Detection Vol8, Amsterdam: Elsevier, pp 111-149.

If an author has two or more citations for the same year, they are to be differentiated by assigning lettersafter the corresponding year, and by identifying them in the same way in the bibliographic listing. All ofthe citations in the text must appear in the bibliographic listing and vice versa.

6. NOTES: Notes must be presented as footnotes.

7. CHARTS. They are to be on separate pages and numbered consecutively, using roman numerals. Eachchart must have a short title at the top and contain enough experimental detail to make it intelligiblewithout the need to consult the text. The headings of the columns are to clearly express their content andunits of measurement. The mean values and measurements of dispersion must be mentioned in theobservations, indicating the number of individuals employed in the study as well as the “p” value.

8. DIAGRAMS. They are to be on a separate page and numbered consecutively using arabic numbers. Eachdiagram must be assigned a title and a brief legend containing sufficient detail for it to be self explanatory.The diagrams must be cited in the text using the word Diagram when it is part of a sentence and by theabbreviation (Diag.) when it is in parenthesis.The diagrams, graphs, histograms or others must be limited in quantity, and they must be sent in the scaleof 150%, in “jpg” format. The quality must be good enough to allow for their reproduction and they areto be sent on paper that is no bigger than 21 x 27 cm.

Finally, any contribution that is not adapted to the norms stipulated by the journal will be cause for theimmediate return to the author for his/her correction.

The contributions must be sent to:

DR. ENRIQUE ZAMORANO-PONCEEDITOR

Laboratorio de Genética Toxicológica (CENETOX)Departamento de Ciencias Básicas, Facultad de Ciencias, Universidad del Bío Bío

Casilla 447 Chillán, Chile – Fax: (56-42) 270 148e-mail: [email protected]

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Theoria, Vol. 18 (1): 2009

Estapublicación,

procesada porCosmigonon Ediciones,se terminó de imprimir

en el mes de septiembre de 2009en Trama Impresores S.A.

(que sólo actúa como impresora)Hualpén

Chile