Universidad de San Carlos de Guatemala

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES LIC. ERICK FERNANDO ROSALES ORIZÁBAL CLÍNICA LABORAL SECCION: “C” PRONTUARIO LABORAL 2015 DAMARIS EUNICE TOMA PEREZ CARNE: 20091!"#

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Prontuario Laboral

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALAFACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALESLIC. ERICK FERNANDO ROSALES ORIZBALCLNICA LABORAL SECCION: C

PRONTUARIO LABORAL2015

DAMARIS EUNICE TOMA PEREZCARNE: 2009133647LA PRUEBA EN EL JUICIO LABORAL:Concepto: Para el tratadista Guasp, citado por Ral Antonio Chicas Hernndez: Probar es tratar de convencer al Juez de la existencia o inexistencia de los datos procesales que han de servir de fundamento a su decisin.1 La prueba es la demostracin Judicial por los medios que establece la ley de la verdad de un hecho controvertido del cual depende el derecho que se pretende. En el proceso las partes que intervienen afirman la existencia la modificacin o la extincin de ciertos hechos cuya alegacin fundamenta la posicin de tales sujetos procesales mantienen pero no es suficiente nicamente alegarlos sino es menester probarlos. La comprobacin judicial por los modos que la ley establece de la verdad de un hecho controvertido del cual depende el derecho que se pretende. Tambin podemos afirmar que una comprobacin de la verdad de una proposicin.

Naturaleza jurdica:La naturaleza jurdica de la prueba es un acto procesal de la partes de obtencin, porque corresponde probar sus respectivas proposiciones de los hechos.

Objeto de la prueba:Son las afirmaciones o realidades que deben ser probadas en el proceso. El tema objeto de la prueba busca una respuesta para la pregunta que se prueba que cosas deben ser probadas. Esta divisin elemental suministra una primera nocin para el tema de estudio regularmente el derecho no es objeto de prueba slo lo es el hecho o conjunto de hechos alegados por las partes en el juicio. La prueba del derecho existe un estrecho vnculo entre la regla general que el derecho no se prueba y el principio general que consagra la presuncin de su conocimiento; no tendr sentido la prueba de derecho en un sistema en el cual ste se supone conocido.

1 Chicas Hernndez. Ob. Cit.; pg. 144. 36 Carga de la prueba:En trminos generales en su sentido estrictamente procesal es la conducta impuesta a uno o ambos litigantes para que acrediten la verdad de los hechos denunciados por ellos. Los autores sostienen que corresponde a las partes la prueba de sus afirmaciones, pero se ha discutido si esto constituye o no una obligacin la opinin ms difundida que la prueba constituye una carga parta las partes, pues si no la producen estarn sometidos a las consecuencias de dicha omisin pues la prueba es la condicin para la admisin de las pretensiones de las partes. Al actor le incumbe probar el hecho constitutivo del derecho, ahora con respecto al actor el demandado puede tener una actitud negativa, desconociendo la pretensin del actor e interponiendo excepciones perentorias de falta de accin, falta de derecho, en ese caso la carga de la prueba le corresponde al actor. En otro caso el actor adems del hecho constitutivo debe probar la violacin de derecho. La regulacin laboral guatemalteca estipula que la carga de la prueba atribuyndola no a quien afirma el hecho sino a quien niega su existencia, esto ocurre siempre que la ley establece una presuncin iuris tantum que consiste en dar por existente o inexistente un hecho si concurre con otro antecedente, el efecto de la presuncin es librar de la carga de la prueba a quien ella beneficia dando por existente el hecho presumido pero siempre que se haya acreditado el hecho que le sirve de antecedente como ocurre en varios casos en el derecho laboral.

Principios aplicables a la prueba:Como toda institucin a la prueba es necesario establecer cules son los principios que le son aplicables de los cuales podemos destacar los siguientes: -Principio de necesidad de la prueba: El juez aunque conozca de los hechos por su propia cuenta debe dictar sentencia de acuerdo a la prueba aportada por las partes pues de no ser as existiran muchas arbitrariedades e ira contra la fiscalizacin de la prueba y contra la publicidad de la misma. -Principio de unidad de la prueba: Todas las pruebas pueden y deben ser apreciadas en su conjunto. -Adquisicin de la prueba: La prueba aportada afecta ambas partes. -Principio de contradiccin de la prueba: Toda la prueba debe ser aportada con citacin de la parte contraria a efecto que se pueda contradecir la misma. -Principio de publicidad de la prueba: Ambas partes deben conocer la prueba ofrecida dentro del juicio para que exista una verdadera seguridad jurdica de las partes. -Principio de preclusin de la prueba: Terminada la face procesal correspondiente es decir al plazo de prueba este ya no se puede reabrir a efecto de recibir nueva prueba. - Principio de pertinencia idoneidad y concurrencia de la prueba: Que la prueba sirva para lo que fue propuesta y que los hechos que se pretenden probar por ambas partes sean probados por los medios de prueba adecuados para probar dichos hechos.

La valoracin de la prueba: sistema de la prueba legal o tasada, de la apreciacin de la prueba en conciencia Valorar o apreciar la prueba, es determinar su fuerza probatoria. Es el enjuiciamiento que hace el Juez sobre el grado de convencimiento, persuasin o certeza que ha obtenido de las pruebas aportadas al proceso. En el proceso de valoracin se dan dos dificultades: Que el juez es humano sujeto de errores y deficiencias; y, Que el material que se suministra como prueba, tambin lo suministra el hombre con posibles lagunas, inexactitudes, equivocaciones e incluso falsedades.

Sistema de prueba legal o tasada: El tratadista Mario Estuardo Gordillo Galindo, en su obra llamada: Derecho procesal Civil Guatemalteco, establece: Es el sistema de valoracin le da el juzgador, por anticipado el valor que se le asignara a la prueba.2 Conforme a ste sistema, es el legislador quien al promulgar la ley, seala el juez, por anticipado, el valor y el grado de eficacia que tiene la prueba. Este sistema es adversado y preferido por algunos, segn las circunstancias.

2 Gordillo Galindo, Mario Estuardo. Derecho procesal civil guatemalteco, pg. 153.En contra: En realidad, el juez no aprecia la prueba, ms bien lo que la ley quiere es que el juez no la aprecie sino que simplemente de por probado el hecho si en aquella concurren los requisitos previos a que est sometida. No aplica el Juez su criterio a saber, sino que el criterio del legislador. A favor: La verdadera y gran ventaja de la prueba legal radica en que la valoracin de ciertas pruebas hechas por la ley incita a las partes a proveerse en los lmites de lo posible de pruebas eficaces y as facilitar el desenvolvimiento del proceso, y de otras les permite prever, hasta cierto punto, el resultado y por eso las estimula a abstenerse de la pretensin o de la resistencia en los casos en que la una o la otra no estn apoyadas por pruebas legalmente eficaces o cuando menos, las impulsa a la composicin del litigio sin proceso.

Sistema de libre conviccin: El tratadista antes citado, establece: Que el juez adquiere el conocimiento de la verdad con la prueba de autos, fuera de la prueba de autos e inclusive en contra de la prueba de autos.3 En este sistema el juzgador no tiene ninguna regla o reglas que de antemano le tracen la pauta a seguir en la valoracin de la prueba; el juez falla segn su leal saber y entender, con absoluta libertad y sin motivar su decisin.

Sistema de la apreciacin de la prueba mixto:En este sistema los legisladores han sealado pruebas con su valor determinado y fuera del cual el juez no puede apartarse y pruebas que se deja su apreciacin a criterio del juzgador, previo anlisis de las pruebas producidas y aportadas al juicio. (En Guatemala se utiliza este sistema).

Sistema de la sana crtica o de la sana razn:Continua expresando el tratadista antes citado, que: El juez analiza la prueba ante todo mediante la regla del correcto entendimiento humano, con arreglo a la sana razn (lgica) y a un conocimiento experimental de las cosas (experiencia). La sana crtica consiste en apreciar la prueba con arreglo a la lgica, a las constancias procesales y a la experiencia que el juzgador debe poner de manifiesto al razonar su sentencia.16

3 Ibid. Pg. 153. 45; 16 Ibid.A este sistema se le atribuye ser el justo medio entre los sistemas de la prueba tasada y la libre conviccin, pues no tiene la excesiva rigidez de la primera ni la excesiva incertidumbre de la segunda, y al combinar las reglas lgicas del entendimiento humano, con las reglas empricas de la experiencia del juzgador, se evita caer en la arbitrariedad. El fallo versar sobre todo el material probatorio incorporado al juicio y slo sobre esta materia, pero la apreciacin motivada que del mismo se realice, se har en forma flexible, empleando la inteligencia y los conocimientos empricos por igual del juzgador.

Sistema que utiliza el procedimiento ordinario laboral guatemalteco: Nuestra legislacin no define que ha de entenderse por valoracin de la prueba en conciencia. Por esa razn, el Lic. Mario Lpez Larrave, partiendo de lo establecido en el Artculo 361 del Cdigo de Trabajo que reza: "Salvo disposicin expresa en este Cdigo y con excepcin de los documentos pblicos y autnticos, de la confesin judicial y de los hechos que personalmente compruebe el juez, cuyo valor deber estimarse de conformidad con las reglas del Cdigo de Enjuiciamiento Civil y Mercantil, la prueba se apreciar en conciencia, pero al analizarla el juez obligatoriamente consignar los principios de equidad o de justicia en que funde su criterio."; llega a la conclusin de que el sistema de apreciacin de la prueba en conciencia se asemeja al de la sana crtica, porque el juez no es libre para determinar el valor de las pruebas rendidas sin razonamiento o justificacin, sino por el contrario tiene que fundamentar su apreciacin, consignando los principios de equidad o de justicia en que funda su criterio, esto es, que en todo caso el juez tiene la obligacin de motivar su fallo ( en la parte considerativa de la sentencia), obligacin de la cual se encuentran relevados los verdaderos jueces de conciencia que siguen el sistema de libre conviccin. De acuerdo con la norma ya citada, se puede concluir que en nuestro cdigo de trabajo tienen aplicacin el sistema legal o de la prueba tasada, el sistema de la sana crtica y el de la apreciacin de la prueba en conciencia. De lo anterior se puede deducir lo siguiente:De acuerdo con el Artculo 361 del Cdigo de Trabajo la valoracin de la prueba podra ser la siguiente: Los documentos pblicos y autnticos; conforme a lo establecido en el Artculo 186 del cdigo procesal civil y mercantil que establece que produce fe y hace plena prueba, salvo el derecho de las partes de reargirlos de nulidad o falsedad"; es decir que la ley les asigna el sistema de prueba legal o tasada, y el juez tiene que admitirlos como tales. La confesin judicial, tambin tiene el valor de prueba tasada o legal de conformidad con lo establecido por el Artculo 139 del cdigo procesal civil y mercantil. Que establece: "la confesin prestada legalmente produce plena prueba". Los hechos que personalmente compruebe el juez. Sobre esta valoracin se criticaba la terminologa utilizada al respecto, pues deca que gramaticalmente puede darse a sta expresin un alcance insospechado, ya que el juez puede comprobar personalmente hechos que lleguen a su conocimiento en forma privada o particular, sin embargo al referirse a los hechos que personalmente compruebe el juez, otros autores, lo han tomado que se refiere al reconocimiento judicial (inspeccin ocular diramos nosotros), el cual de acuerdo con lo establecido en el Artculo 127 del Cdigo Procesal Civil y Mercantil, se debe valorar de conformidad con la sana critica: "los tribunales, salvo texto de ley en contrario, apreciarn el mrito de las pruebas de acuerdo con las reglas de la sana crtica."; Declaracin de testigos, documentos privados, dictamen de expertos o prueba de expertos, segn el Artculo referido se apreciaran en conciencia; Las presunciones legales y humanas; las primeras son las consecuencias que la propia ley induce de un hecho desconocido, lo que produce un valor tasada (que el patrono no presente el contrato); en tanto que las segundas no le son reconocidas la calidad de pruebas, sino slo como etapa en la elaboracin de la sentencia.

EL MOVIMIENTO SINDICAL:El movimiento sindical guatemalteco, vive actualmente en un profundo proceso de cambio, tanto en su concepcin como en su prctica.De ser un movimiento de carcter gremial, cuyas luchas eran, hasta hace unos aos, exclusivamente reivindicativas y referidas a derechos laborales, pasa ahora a convertirse en una instancia promotora y conductora de luchas que desbordan ese solo mbito. Hoy adopta una agenda nacional, concatenada, de manera estrecha, con un vasto conjunto de derechos econmicos, sociales, polticos y culturales, que son patrimonio irrenunciable no slo de sus afiliadas y afiliados, sino de los sectores populares guatemaltecos en su conjunto.Esta transformacin convierte a las ms fuertes organizaciones sindicales del pas en firmes obstculos para la consolidacin del modelo neoliberal que hoy se impone, tanto desde los intereses de poderosas minoras locales, como desde la voracidad de diversas corporaciones transnacionales. En consecuencia, a tono con la oscura historia de las luchas sociales en Guatemala, el ataque en contra del movimiento sindical no se ha hecho esperar. No slo en trminos de campaas difamatorias que se traducen en injurias y calumnias constantes y de creciente intensidad; no slo en medidas judiciales con las que pretenden castrarlo, sino llegndose, incluso, a la nefasta reaparicin de la represin selectiva y de los crmenes impunes que la acompaan.Este proceso de re-conceptualizacin del papel que, en la sociedad, le compete desempear al movimiento sindical, no brota por casualidad ni por antojos. Es producto, en primer lugar, de las necesidades que emanan desde el cambiante contexto, tanto en el plano de lo nacional como fuera de nuestras fronteras. Es evidente que el modelo neoliberal ha entra- do en una inevitable e insoluble crisis, cuyos costos caen, con especial nfasis, sobre los sectores sociales ms vulnerables. Las legtimas organizaciones de la clase trabajadora, colocadas ante ese nuevo contexto, se ven entonces obligadas a reflexionar sobre su papel, a evaluar sus derroteros y, en consecuencia, a redefinir su razn de ser y los rumbos por los que debe transitar.En las prximas pginas se adelantan criterios referidos a ese proceso transformador, desde el cual se genera un movimiento sindical renovado, diferente, que aspira, junto con otros sectores populares, a constituirse en parte activa en la forja de una Guatemala justa, digna y humana, que le ha sido largamente negada al pueblo.

Orgenes de la organizacin (de 1821 a 1920):En el campo del sindicalismo, como en cualquier otro de la vida nacional, no es posible comprender el acontecer actual si no se conoce, con propiedad, el pasado.En consecuencia, como punto de partida, un recuento breve de la historia del movimiento sindical en Guatemala. Su gnesis, sus primeros pasos, su desarrollo en dcadas anteriores, sin duda alguna son determinantes con respecto a su situacin actual. Es en sus races histricas en donde se encuentra la explicacin de hechos y realidades actuales.Entre 1821 y 1920 en Guatemala no se da un desarrollo importante del sector industrial ni del financiero o el de servicios. En las reas urbanas predominaba la produccin artesanal, y ello determin el tipo de organizacin gremial existente a lo largo de ese primer siglo de vida independiente.Predominaron las asociaciones mutualistas, cuyos objetivos eran sobre todo dirigidos hacia el apoyo mutuo, el ahorro, la beneficencia asistencialista y motivadas por un sentimiento de necesaria cooperacin recproca entre dueos y trabajadores. Es decir, no se organizaban an para el planteamiento de luchas reivindicativas ni se generaba en su seno, todava, la conciencia de clase.Con el advenimiento del siglo XX y el proceso de revolucin industrial iniciado en el plano mundial, se generan cambios relevantes e irreversibles en el modo de produccin y en las relaciones sociales derivadas del mismo, los cuales, de manera lenta pero progresiva, van introducindose en la regin centroamericana, Guatemala incluida.

Primera etapa: las dcadas 1920-1944En Guatemala, desde inicios del siglo XX, importantes reas de inversin y explotacin econmica estuvieron en manos de codiciosas compaas extranjeras. As ocurri, por ejemplo, con los ferrocarriles, los muelles y las compaas bananeras.La influencia del capital forneo y de sus intereses en la forja del modelo econmico, social, poltico y cultural propio de la sociedad guatemalteca fue (y sigue siendo), una de las principales fuentes definitorias. Este elemento de la realidad nacional provoc que fuera la inversin extranjera la que generara en el pas la presencia de una masa proletaria significativa.

Desde estos nuevos gremios de trabajadores surgieron organizaciones claramente compro- metidas con la lucha en pro de los derechos laborales de sus afiliados y dueas, adems, de una tambin clara posicin de clase, la cual en muchos casos se traduca, adems, en la adopcin y promocin de una posicin poltica de izquierda de cara al futuro del pas.En ese perodo, el movimiento popular va aprendiendo el hecho de que slo mediante la lucha le es posible hacer valederos sus derechos. Los trabajadores de las bananeras, de los muelles y de los ferrocarriles se colocan a la cabeza de las organizaciones que luchan por construir una sociedad ms justa, y es en su contra que el Estado desata la violencia institucional y las empresas adoptan todo tipo de represalias.Siguiendo el ejemplo mostrado por los sindicatos clasistas, las gremiales de zapateros, de panaderos, de trabajadores en curtiembres, de costureras, de carpinteros y varias otras adoptan actitudes de lucha y enfrentan tambin la represin gubernamental y de la empresa privada. Muchas de sus luchas condujeron a resultados exitosos.Los sectores poderosos en el pas, as como quienes movan los hilos de la vida nacional desde otros pases, miraban con honda preocupacin este flujo del movimiento popular, con el sindicalismo a la cabeza. Teman que en Guatemala pudiera repetirse una situacin tan compleja como la que ocurra en El Salvador, que condujo al levantamiento campesino de 1932.Estos hechos, sumados a otros fenmenos que ocurran en el pas, provocan la llegada al poder, en 1931, de un clebre dictador: el General Jorge Ubico. La oligarqua criolla, de la mano con las voraces empresas transnacionales y sirvindose del ejrcito como su instrumento, optan por la adopcin de esquemas de corte filo-fascista para asegurar el ejercicio del poder y para garantizar la perpetuacin de sus egostas intereses. Es importante tomar en cuenta que el fascismo comenzaba, por aquel entonces, a tomar un rumbo ascendente en el mbito mundial, sobre todo a partir de Alemania, de Italia, de Espaa y de Japn.A pesar de ese marco, en el pas la lucha sigue. Las palabras sindicato, sindicalismo, obrero, huelga, derechos laborales, pliegos de peticiones y otras afines quedaron proscritas del vocabulario de quienes tenan la osada de emplearlas, automticamente se convertan en comunistas enemigos del rgimen, e incurran en punible actividad conspirativa. Volvi a imperar el trabajo forzado, ahora con la libreta de jornaleros en el campo y los boletos de vialidad y ornato en las ciudades. Los salarios bajsimos de la crisis de los aos treinta, se soportaron en una paz de cementerio y una creciente militarizacin de las instituciones civiles.La dictadura de Ubico destruy sistemticamente las organizaciones laborales y anul cualquier intento de reivindicacin, cerrndose durante casi una dcada y media los espacios conquistados anteriormente por el movimiento sindical. Se lleg al absurdo de que, en 1934, el Gobierno dictatorial adscribi el Departamento Nacional del Trabajo a la Direccin General de la Polica Nacional, con lo que quedaba claro que cualquier reclamo laboral presentado al gobierno se consideraba un delito.Sin embargo, a pesar de la aplicacin de las polticas represivas, la organizacin sindical se mantuvo viva desde el clandestinaje. La implementacin de polticas antipopulares desde el Estado, aunada al predominio de condiciones de vida deplorables, se combinaron para construir el descontento generalizado entre la poblacin. La dictadura sembr, as, las semillas de su propia destruccin.

Segunda etapa: la Revolucin de Octubre (1944-1954)El pueblo guatemalteco estaba harto ya de tanta injusticia. El modelo dictatorial, a pesar de sus polticas represivas, no pudo contener el descontento y la organizacin que desde el mismo se generaba.Los principales movimientos sociales se preparaban para enfrentar la dictadura, derribarla e instaurar, con ello, un modelo econmico, social y poltico diferente, que abriera espacios a una autntica construccin democrtica.En ese contexto, el gremio magisterial y el movimiento estudiantil universitario guatemalteco iniciaron la lucha abierta contra la dictadura de Ubico, a la cual se fueron progresiva y aceleradamente sumando otros sectores socialesNada poda detener la avalancha popular y el 20 de octubre de 1944, una fuerza conformada bsicamente por un grupo de militares jvenes, por maestros y por universitarios tom el poder y abri el espacio para lo que ser conocido en la historia del pas como la Revolucin de Octubre, que actualmente seguimos conmemorando.Es la etapa en que el sindicalismo guatemalteco ha llegado a tomar mayor auge en toda su historia y comprende a los gobiernos de la Junta Revolucionaria (1944-45), del Doctor Juan Jos Arvalo (1946-50) y del Coronel Jacobo Arbenz Guzmn (1951-54).Durante esta etapa histrica, a lo largo y ancho del pas prolifer la organizacin popular, incluida, claro est, la sindical. En 1944 se legaliza la Asociacin Nacional de Maestros, gremio al cual se le reconoce su papel destacado en la cada de Ubico. Esta Asociacin luego se convierte en el Sindicato de Trabajadores de la Educacin de Guatemala, STEG, el cual, a su vez, se constituye en uno de los pilares de la Confederacin de Trabajadores de Guatemala, CTG. Los ferrocarrileros pasan de ser una Sociedad de Auxilio Mutuo a constituirse en sindicato. Lo mismo ocurre con las organizaciones de trabajadores de las bananeras y con numerosas organizaciones de trabajadores del campo. Ya para 1947, los datos oficiales registran la existencia de 536 organizaciones sindicales, figurando entre ellas 15 federaciones y 2 confederaciones. La Revolucin haba hecho posible un profundo proceso de transformacin en la concepcin y la prctica del quehacer sindical en el pas.En sntesis, durante 10 aos, hubo en Guatemala un clima de libertad de asociacin, y, durante dicho tiempo crecieron y se multiplicaron las organizaciones gremiales de orden obrero, campesino, magisterial y de la administracin pblica en el mbito rural y urbano. Se goz de la tutelaridad del derecho hacia la parte obrera. Pero los logros alcanzados durante la Revolucin de Octubre no se limitaron, claro est, al campo organizativo ni a la construccin de espacios de participacin democrtica. En el mbito laboral, se dieron importantes avances en la construccin de un marco jurdico que sirviera de base para la proteccin de los derechos de la clase trabajadora.Estos van desde los contenidos explcitos en la Constitucin Poltica de 1945, hasta la entrada en vigencia del Cdigo de Trabajo, que sigue siendo hoy la principal herramienta apta para defender los derechos de trabajadores y trabajadoras en el pas.Esta realidad, que poco a poco iba permitiendo al pueblo conquistar y construir una sociedad ms justa, entr en conflicto cada vez ms frontal con los intereses de la oligarqua criolla, de las transnacionales y del propio gobierno de los Estados Unidos, cuya poltica exterior se haba sumergido ya en el marco de la guerra fra.Contando con la complicidad de sectores econmicos nacionales y extranjeros que vean amenazado el disfrute a perpetuidad de sus holgados privilegios, as como con la de militares vende-patria, la Central de Inteligencia de los Estados Unidos orquest una invasin contrarrevolucionaria.

La Primavera de Guatemala estaba por ser cortada en flor, por unas manos sangrientas. De nuevo, los intereses avariciosos de consorcios transnacionales estaban a punto de imponer su voluntad sobre las legtimas aspiraciones y derechos del pueblo. El Imperio y las derechas se aprestaban a dar su zarpazo.

Tercera etapa: la contrarrevolucin y la contrainsurgencia (1954-1986)A partir de la contrarrevolucin de 1954, Guatemala se sumerge en una de las pocas ms negras, tristes y retardatarias de su historia.A partir de la imposicin en el poder de Castillo Armas, Guatemala retorn a ser un pas marcado por el sello de profundas desigualdades, de exclusin de las mayoras al disfrute de los bienes y servicios sociales, de injusticia en todos los campos de la vida nacional. Se cerraron, adems, todos los espacios de dilogo y de negociacin. El ejercicio del poder fue dictatorial, profundamente represivo y conculcante de las libertades pblicas.Colocado ante esas nuevas y no deseadas condiciones, el movimiento sindical es diezmado y se retrae. En general, el quehacer de la mayora de las organizaciones populares se con- trae debido a la persecucin y al terror desatado en su contra.A partir de 1954, el sindicalismo se vio obligado a existir en un marco de condiciones que le son adversas en una amplia gama de terrenos, entre ellos el de verse obligado a enfrentar autoridades administrativas y judiciales claramente comprometidas con el sector patronal.En las corrientes sindicales seguidas por las centrales obreras que surgieron luego de la Contrarrevolucin del 54, se repiti el fenmeno de divisin al que se ha hecho ya referencia: las hay que propugnan por una lucha meramente reivindicativa o economicista y apoltica (aunque a veces han actuado a la sombra de gobiernos de turno), y otras que, de manera ms comprometida, propugnan como fines inmediatos la lucha reivindicativa, pero como fin mediato un cambio de estructuras que conlleva a su participacin en la vida poltica nacional.Los niveles de opresin desatados a partir de la contrarrevolucin del 54, condujeron has- ta un callejn que tena una nica salida: la resistencia popular. Ello explica el por qu, en 1960, nace la guerrilla, integrada, en aquel entonces, sobre todo por maestros y por militares jvenes, que se haban formado en los aos de la Revolucin de Octubre, y que no aceptaban el modelo que sociedad que les era impuesto.

El surgimiento de la guerrilla alarm no slo a los militares que ocupaban el poder, sino, tambin, a los sectores nacionales econmicamente poderosos para quienes serva ese poder y al propio imperio norteamericano, que ya estaba hondamente preocupado por lo acontecido poco tiempo atrs en Cuba, donde un grupo insurgente haba derrocado a la dictadura de Fulgencio Batista y se aprestaba a construir un modelo de sociedad distinto. Les horrorizaba pensar que ese ejemplo se propagara a lo largo y lo ancho del continente, en donde Estados Unidos sostena crueles regmenes dictatoriales que podran correr la misma suerte.En el marco de esa lucha popular y del proceso de reconstruccin de la organizacin magisterial, numerosos dirigentes, maestros y maestras, son forzados al exilio, desaparecidos o muertos. Igual mencin merece el dirigente Vctor Manuel Gutirrez, ejemplo vivo de capacidad, honestidad, conciencia y compromiso de lucha. En marzo de 1966, las autoridades asesinan a Vctor Manuel, pero con ello no logran detener la marcha organizativa ascendente del magisterio de los aos 60.La injusticia en todas sus formas, la exclusin de las grandes mayoras, el hambre en perjuicio de los sectores populares, el crimen cotidiano contra el pueblo y desde el Estado, entre otras afines, seguan siendo ingratas caractersticas propias de la vida nacional.Tanto as que, en 1970, resurgi la guerrilla, con los mismos ideales libertarios, pero ahora con nuevos bros, nuevas organizaciones, nuevas fuerzas y nueva composicin orgnica. Este captulo relevante de la historia nacional debe ser estudiado con mucho mayor detalle, por la importancia que tiene en la definicin de lo que hoy es Guatemala, as como de lo que se anhela que llegue a ser su futuro. La guerra fue el crisol en el que se validaron las concepciones que hoy son compromisos de Estado y que se plasman en la letra y el espritu de la Agenda de la Paz.Ante el repunte insurgente de inicios de los 70, el Estado radicaliza la aplicacin de sus polticas represivas y antipopulares. Ese perodo tambin se caracteriz por la represin contra los sindicatos, la negacin a demandas gremiales sectoriales, as como los secuestros y asesinatos de dirigentes sindicales y lderes sociales.En 1978 naci el Comit de Unidad Campesina, CUC, cuya trayectoria posterior llena de orgullo las pginas de la historia. Fueron campesinos del CUC, con el respaldo de organizaciones sindicales y estudiantiles, quienes ocuparon la Embajada de Espaa y fueron masacrados por el Gobierno de turno.

Pero el sindicalismo mantuvo su existencia y numerosas organizaciones sindicales mantuvieron, adems, su compromiso de lucha al lado de los derechos e intereses del pueblo.Para el movimiento sindical, la salvaje represin desatada a lo largo de estos aos condujo a su casi desaparicin. Como hecho relevante, debe mencionarse que el 21 de junio de 1980, en pleno apogeo de la poltica contrainsurgente de Lucas Garca, fueron secuestrados y desaparecidos 27 dirigentes de la Central Nacional de Trabajadores, quienes se encontraban reunidos en su sede localizada en la Zona 1 de la ciudad capital, a escasas 2 cuadras del cuartel de la Polica Judicial. Algunos cadveres cruelmente torturados aparecieron das despus. De la mayora, nunca se supo el paradero.La quema de la Embajada de Espaa, por la relevancia de ese acto criminal que puso al descubierto hasta dnde eran capaces de llegar los strapas que gobernaban, merece unas lneas. En enero de 1980, un grupo de campesinos del Quich, luego de acudir intilmente a un sinfn de otras vas, optan por ocupar pacficamente la Embajada de Espaa, con el apoyo del movimiento estudiantil universitario.Como se mencion antes, esta salvaje poltica contrainsurgente implic, para el movimiento sindical y para el movimiento campesino, el aportar un enorme caudal de sangre desde sus filas. Los grandes y poderosos empresarios y finqueros financiaban a los escuadrones de la muerte y, cuando en alguna de sus empresas surga algn trabajador o trabajadora con un discurso que no gustaba a sus odos, simplemente daban el nombre a sus sicarios y ellos se en- cargaban de silenciarlo.Los agentes de la G-2 se infiltraban en las instituciones pblicas, en las empresas, en los medios de comunicacin masiva y hasta en las mismas organizaciones populares. Su tarea: detectar y denunciar posibles insurgentes y sus acciones.Los contenidos de los pactos colectivos, de los comunicados, las demandas ante el Ministerio de Trabajo, los aumentos salariales, eran elaborados con altsimos costos humanos y en medio de despliegues operativos, propios de un estado de guerra. Porque, en efecto, lo que Guatemala viva era una guerra desatada desde el Estado contra el pueblo y sus organizaciones. En medio de todo este trabajo subterrneo surgan las conquistas. Ya cuando el patrono o el jefe se daban cuenta, tenan sobre su escritorio, la demanda, la denuncia, la propuesta de pacto colectivo o el nuevo comit ejecutivo del sindicato. Sin saber ni por dnde ni cmo, los trabajadores de su empresa o institucin vencan el terror en medio de la guerra y lograban las conquistas. Este slo hecho es digno de reconocerse como un acto de herosmo.De manera simultnea a todos estos hechos de sangre mencionados, el Imperio norteamericano introdujo variantes sustantivas a las lneas estratgicas bsicas de su poltica exterior. Tras analizar la realidad latinoamericana, llegaron a la conclusin de que su soporte a regmenes dictatoriales no les renda ya el fruto necesario y que, para evitar el fortalecimiento de los brotes insurgentes sin poner en riesgo sus intereses, deban buscar otra forma de preservar el poder. Y llegaron, as, a promover la sustitucin de las cpulas militares por gobiernos civiles y, a la vez, serviles. La llamada apertura democrtica la impusieron de manera general en la regin, pero se aplic de manera particular en cada uno de los pases del Istmo Centroamericano, respondiendo a las especificidades propias de cada uno de estos pases. En Guatemala, la apertura democrtica condujo a que, al ejercicio de la Presidencia de la Repblica, llegara por primera vez un civil, despus de dcadas de forzarse al pueblo a tener que soportar dictaduras militares: Vinicio Cerezo Arvalo.Este cambio poltico implic, a su vez, transformaciones determinantes en el quehacer del movimiento sindical.

Cuarta etapa: la apertura democrtica (1986-1996)A lo largo de este primer gobierno civil, tanto los militares como la poderosa derecha empresarial supieron agencirselas para no ceder en el ejercicio del poder real. Aunque la represin segua hacindose presente, durante el Gobierno de Vinicio Cerezo el movimiento sindical reapareci a la luz pblica y cobr renovadas fuerzas. Se cre la Unidad de Accin Sindical y Popular, UASP, de vnculos ideolgicos cercanos con los de la insurgencia.En estas pocas iniciales de la apertura democrtica, las derechas dieron mayor impulso al movimiento solidarista, surgido desde 1961 pero que cobra fuerza a partir de 1983, como alternativa de cara a los trabajadores y trabajadoras. El auge temporal de las Asociaciones Solidaristas, obedeci al propsito de crear organizaciones estratgicas destinadas a frenar el crecimiento y presencia del movimiento sindical.Debe sealarse que, en esos aos, varios partidos polticos realizan un esfuerzo deliberado para crear sindicatos sobre los que pudieran ejercer control. Tal es el caso, sobre todo, de la Democracia Cristiana y del PSD ya mencionado. Igual ocurre desde las organizaciones insurgentes, que buscan la consolidacin de sindicatos dueos de un pensamiento revolucionario y consecuente con la lucha del pueblo.En 1989 se desarroll un fuerte paro magisterial reivindicativo. Con malsana habilidad, el Estado logr contraponer, de manera artificial, los intereses de los padres y madres de familia contra los de maestros y maestras. Para lograrlo, las autoridades, mano a mano con los medios de prensa al servicio de las derechas, inauguraron una fuerte campaa de desprestigio en contra del gremio magisterial, la cual, hasta la fecha, no ha cesado.En 1990 Guatemala dio inicio a un proceso poltico que incidi e incide aun, de manera directa o indirecta, en todos y cada uno de los campos propios de la vida nacional: la negociacin de los Acuerdos de Paz.Los acuerdos sustantivos contemplaban el abordaje y la concrecin de compromisos de Estado alrededor de temas profundamente vinculados al quehacer y a los intereses de los movimientos sociales y las organizaciones populares, incluido, claro est, el movimiento sindical. Como temas sustantivos, tras difciles negociaciones se definieron los siguientes:Derechos HumanosEsclarecimiento HistricoIdentidad y Derechos de los Pueblos IndgenasPoblacin DesarraigadaSituacin Socio-econmica y AgrariaPapel del Ejrcito en una Sociedad DemocrticaReformas ConstitucionalesEl argumento esgrimido por la guerrilla fue que, para suscribir cualquier acuerdo de paz y llegar hasta el desarme de la insurgencia, primero haba que discutir y llegar a compromisos que transformaran de manera positiva las causas principales que dieron origen al conflicto armado. Una vez logrado esto, se podran entonces abordar las cuestiones de naturaleza operativa relativas al desarme, incorporacin y cese al fuego definitivo. Este punto, aunque luego de una prolongada controversia, fue aceptado por el Estado.El vnculo entre los temas propios de los Acuerdos Sustantivos y los derechos e intereses de la clase trabajadora es estrecho y fcilmente visible.Mientras se negociaban los Acuerdos de Paz, la vida institucional de Guatemala segua su tormentoso e irregular curso. As, el Gobierno de Cerezo lleg a su fin y sustituyndolo, en enero de 1991 asumi la Presidencia de la Repblica Jorge Serrano Elas.En el corto Gobierno del Ingeniero Serrano Elas se continu con el reconocimiento de sindicatos, se fortalecieron los espacios de dilogo logrndose consensuar una reforma al Cdigo de Trabajo que viabiliza y reduce significativamente el tiempo para el reconocimiento formal de un sindicato.Sin embargo, en trminos de sus polticas pblicas, durante ese perodo, continuaron con la aplicacin de las polticas de ajuste estructural, las cuales contribuan a hacer ms ricos a los pocos ricos y, al mismo tiempo, ms pobres a una inmensa multitud de pobres.Adems, continuaron funcionando las tristemente clebres Patrullas de Autodefensa Civil, se mantuvo la existencia de las mal llamadas aldeas modelo, se mantuvo la represin contra los y las lderes de las organizaciones sindicales y populares, en sntesis, la cpula militar y las estructuras paramilitares de terror preservaron su poder y accionar preserv su poder, cubierta bajo un manto de impunidad que impeda que los responsables de tanta masacre y de tanto crimen fueran llevados ante la justicia.El fracaso de Serrano condujo hasta la Presidencia de la Repblica a Ramiro de Len Carpio, personaje cuya participacin en la vida poltica haba sido en las filas del ultraderechista Movimiento de Liberacin Nacional, MLN.Durante la presidencia de Ramiro de Len, se crea en el pas la Asamblea de la Sociedad Civil, ASC, instancia integrada por 13 diferentes sectores sociales, uno de los cuales es el movimiento sindical.El sindicalismo, dividido como estaba, fue incapaz de adoptar posiciones uniformes. Algunas organizaciones sindicales, cuyo pensamiento ideolgico era afn al de la insurgencia, se sumaron con dinamismo a este proceso, en tanto otras, por su propia voluntad optaron por la va de observar los toros desde la barrera y, como suele ocurrir, lanzar, desde las graderas, todo tipo de crticas a quienes estaban inmersos en el debate.En enero de 1996, Ramiro de Len es sustituido en el ejercicio de la Presidencia por un claro representante de la derecha empresarial: lvaro Arz.El perodo presidencial de Arz estuvo marcado por algunos hechos claves: represent de manera directa a la derecha empresarial, poderoso aunque minoritario sector social que por fin haba decidido prescindir de los militares para ejercer desde s misma el poder. Puso en evidencia, adems, las nuevas diferencias existentes entre la derecha empresarial y otro sector tambin de derecha: la derecha militar. A Arz le correspondi, por azar de la vida, ser quien estaba en la Presidencia al momento de concluirse el proceso de negociaciones de los Acuerdos de Paz y, por lo tanto, firmar en calidad de Jefe de Estado los ltimos de los compromisos adquiridos, los cuales, por lo dems, no cumpli ni tuvo jams intencin alguna de cumplirlos. Asimismo, promovi de manera directa los procesos privatizadores, despojando al Estado de importantes reas propias de su quehacer en la prestacin de servicios pblicos y trasladndolas hasta la empresa privada, particularmente hacia poderosos consorcios transnacionales. Destacan en ello, a modo de ejemplo, lo ocurrido con la telefona y con la distribucin de servicios elctricos.El movimiento sindical, dividido como estaba, no tuvo la capacidad de plantear una estrategia firme y efectiva para enfrentar con xito la creciente corriente neoliberal y vio, entonces, cmo algunas de sus principales fuerzas organizativas se fueron debilitando una a una. As ocurri con los Sindicatos vinculados a la electricidad, con los de obras pblicas, con los de comunicaciones, incluso con el magisterio mismo. Una situacin similar se produca entre las organizaciones campesinas y de trabajadores del campo. La violenta ofensiva neoliberal tom a las organizaciones populares por sorpresa, sin estar preparadas para enfrentarla con solidez y posiciones homogneas.Con ello, concluy un perodo de 36 aos de guerra popular y se abre para Guatemala la posibilidad de construir una sociedad basada en un modelo de relaciones sociales y econmicas justas, en equidad, respetuoso de su naturaleza multicultural, pluritnica y multilnge, as como plenamente respetuoso tambin de los derechos humanos de todos sus ciudadanos y ciudadanas.Este cambio en el contexto nacional, sin duda alguna determinante, incide de manera di- recta sobre el quehacer y la evolucin reciente del movimiento sindical en particular y de las organizaciones sociales en general. 4

4 Hacia una nueva concepcin y una prctica renovada-Roberto Madriz Carolina Enrquez, GNERO Y SINDICALISMO; ANLISIS JURDICO Y SOCIAL SOBRE LA PARTICIPACIN DE LA MUJER EN EL MBITO SINDICAL GUATEMALTECO-YESICA MAITEH MUOZ DE CLARKEL NEOLIBERALISMO:El neoliberalismo es un concepto ms ideolgico que terico, y sobre todo ms poltico que econmico. No es til y tiene ms de panfletario que de riguroso. A pesar de esa renuencia explcita por tantos, se trata, sin embargo, de un trmino ampliamente extendido y aceptado por incluso bastantes de quienes lo critican.El neoliberalismo se impuso primero en Estados Unidos y Inglaterra, y su aplicacin es muy distinta entre los pases del mundo. No obstante, el patrn es el mismo y los efectos ms similares que diferentes. Esa es la razn por la cual analizar el neoliberalismo estadounidense es especialmente til, por ser la forma cannica del proyecto, para comprender esta nueva configuracin. Para D. Kotz (2008), el neoliberalismo estadounidense tiene una serie de nueve caractersticas principales:1. La desregulacin del comercio y las finanzas, tanto en su nivel nacional como internacional.2. La privatizacin de muchos servicios brindados por el Estado.3. La cesin por parte del Estado de su compromiso de regular activamente las condiciones macroeconmicas, especialmente en lo referente al empleo.4. Brusca reduccin en el gasto social.5. Reduccin de los impuestos aplicados a las empresas y familias.6. Ataques desde el gobierno y las empresas a los sindicatos, desplazando el poder a favor del capital y debilitando la capacidad de negociacin de los trabajadores.7. Proliferacin de los trabajos temporales sobre los trabajos fijos.8. Competicin desenfrenada entre las grandes empresas, en relacin a un entorno menos agresivo propio de la configuracin de posguerra.9. Introduccin de principios de mercado dentro de las grandes empresas, particularmente en lo referente a las remuneraciones de los trabajadores de ms poder.Esta caracterizacin es, como puede intuirse, adecuada para describir los desarrollos recientes en prcticamente todo el mundo capitalista, a pesar de que est pensada para la economa de Estados Unidos. Y es la combinacin de estas caractersticas la que da lugar a una serie de efectos que el propio D. Kotz (2008) enumera tambin: creciente desigualdad, incremento de la importancia del sector financiero y sucesin de grandes burbujas de activos.La creciente desigualdad es resultado de varios desarrollos. Por una parte, de la desregulacin de sectores como el transporte y la comunicacin y los consecuentes descensos salariales que all tuvieron lugar. El cambio de objetivos de poltica monetaria (concentrndose en la inflacin ms que en el pleno empleo), y la naturalizacin del desempleo, condujo a una mayor tasa de parados y a lo que Marx denomin ejrcito industrial de reserva, empujando tambin los salarios a la baja. La reduccin de los impuestos redujo la capacidad redistributiva del Estado, el cual adems redujo los programas sociales cuyos beneficiarios eran generalmente los ms necesitados. Los cambios en el mercado laboral, con los sindicatos golpeados por el Estado y las grandes empresas y con la proliferacin de contratos basura, agudiz el deterioro de la capacidad de negociacin de los trabajadores, algo que finalmente se tradujo en menores salarios. Finalmente, la mercantilizacin del interior de las grandes empresas presion al alza los salarios de los grandes ejecutivos, mientras los salarios de los trabajadores ms de base se mantuvieron estancados o en retroceso. 5En la actualidad, un gran nmero de pases latinoamericanos se sienten defraudados y desencantados con la poltica econmica neoliberal y anhelan el establecimiento de un sistema social ms justo.Desde principios de la dcada de los 90, bajo la presin de las deudas y las graves crisis econmicas, la mayora de los pases latinoamericanos se vieron obligados a aceptar la recomendacin del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que se traduca en la poltica econmica del neoliberalismo. Las claves del neoliberalismo radican en la privatizacin, la apertura de mercados y la eliminacin del control macroeconmico por parte de los gobiernos. Como resultado, aunque el volumen econmico total ha experimentado un aumento, la vida de la poblacin no ha mejorado, sino ms bien todo lo contrario: los conflictos sociales se agravan y la poblacin que vive sumida en la pobreza sigue creciendo.La Comisin Econmica de las Naciones Unidas para Amrica Latina (CEPAL) public un informe en el que se afirma que desde 1990 hasta el comienzo del Nuevo Milenio, la pobreza en Amrica Latina se ha venido agravando.

5 http://www.agarzon.net/el-neoliberalismo-caracteristicas-y-efectos/De una poblacin de 4.500 millones de personas, ms de 2.000 millones viven sumidas en la pobreza. De estos ltimos, 95 millones de personas se encuentran dentro de los mrgenes de la pobreza ms absoluta. En Argentina, la tasa de pobreza pas del 21,2 por ciento de 1990 al 41,5 por ciento que se registr en 2000. De esta cifra un 18,6 por ciento corresponde a la pobreza absoluta.Durante las dcadas de los 60 y los 70 del pasado siglo, el 20 por ciento de los sudamericanos ms acomodados reciba seis veces ms ingresos que el 20 por ciento de los sudamericanos ms pobres. Despus de la dcada de los 80 y de la entrada del liberalismo econmico, las diferencias entre ricos y pobres no ha hecho ms que crecer. En 1999, el 10 por ciento que representaban los ms pobres reciben un 1,3 por ciento de los ingresos mientras que el 10 por ciento que representaban los ms poderosos retienen en sus manos un 39,3 por ciento, casi 40 veces ms que los anteriores. En 2002 los ms ricos ganaban 46,6 veces ms que los ms pobres. Uno de los principales indicadores de la pobreza en Amrica Latina son las altas tasas de paro. En los ltimos 20 aos, el paro en Latinoamrica se ha incrementado en ms de un 10 por ciento. Entre el 2000 y el 2003, la tasa de paro en Brasil pas del 7,1 por ciento al 12,3 por ciento. La Administracin mexicana de Vicente Fox se compromete cada ao a crear 1,3 millones de puestos de trabajo, sin embargo, la cifra real slo asciende a 42. 000 y corresponde a los puestos que abandonan los miles de trabajadores manuales que emigran cada ao a Estados Unidos.Segn expone un catedrtico de la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad Autnoma de Mxico, el neoliberalsimo econmico ha resultado efectivo en determinados momentos histricos para atraer capital y conseguir cierto desarrollo econmico, debido a que subraya una inmersin econmica global y obliga a las compaas de un pas determinado a introducir su tecnologa, sus recursos financieros y sus sistemas de administracin en un mercado globalizado. Sin embargo, esta poltica econmica no ha reflexionado acerca del marco de subsistencia de las empresas provenientes de pases no desarrollados.El neoliberalismo de la dcada de los 90 se ha traducido en importantes problemas econmicos y sociales en Latinoamrica. Como consecuencia, a finales de esta dcada un importante nmero de pases de todo el continente comenz a adoptar medidas opuestas tanto en aspectos sociales como en aspectos econmicos. Multitud de expertos y polticos exigen a sus gobiernos un alejamiento del neoliberalismo con el fin de sanear la economa nacional, lograr la estabilidad, continuar el desarrollo y mirar por los intereses de la poblacin. En 1999, la capital chilena auspici la Cumbre de la Organizacin de Estados Americanos (OEA) en la que se aludi a los llamados "Consenso sobre la iniciativa de Santiago" y "Consenso de Washington". En ellos se exhorta a reducir los costes sociales de la revolucin econmica y a que dicha revolucin revierta en el beneficio de todos y cada uno de los ciudadanos. Asimismo se subray la necesidad de introducir importantes mejoras en educacin y sanidad, reforzar el papel del estado, perfeccionar los sistemas jurdicos, lograr la estabilidad social, reafirmar el papel de la mujer y de las minoras tnicas dentro de la sociedad y mejorar su estatus econmico y dar un paso ms por el perfeccionamiento y afianzamiento del sistema democrtico.Los gobiernos izquierdistas de Lagos y Lula da Silva en Chile y Brasil respectivamente, abrieron un camino poltico por el que ahora discurren Argentina, Uruguay, la Repblica Dominicana, Bolivia y Per, entre otros pases que tambin han optado por gobiernos de izquierda.Este claro cambio no hace ms que subrayar el fracaso del neoliberalismo en Amrica del Sur, que ahora aspira imponer un sistema social ms justo para todos. 6En Guatemala, los efectos no han sido diferentes, sin embargo la poltica interna tiende a continuar con el sistema ampliando la deuda externa y sumiendo a la poblacin en una creciente pobreza sin control. Disminuye la cantidad de empleos, se restringe el acceso a la economa a medianos y pequeos empresarios, lo que repercute en la alimentacin y educacin de las familias.

6 http://www.deguate.com/artman/publish/politica_analisis/Consecuencias_pol_ticas_y_econ_micas_del_fracaso_d_4647.s html#.VEWOZvmG9DA-Lic. David RojasEL SOLIDARISMO:Origen del solidarismo:

En primer lugar daremos su significado. La palabra solidarismo se deriva de solidaridad, la cual supone la liberad del hombre por cuanto esta unin o integracin de personas debe ser libre, voluntaria. Una unin de seres humanos obligada o por temor es esclavitud no solidaridad humana.

Se define solidarismo como: Un movimiento orientado a lograr armona y bienestar de los trabajadores y patronos dentro de un marco de cooperacin cristiano y democrtico.7

El solidarismo se inicia en Costa Rica, en el ao de 1950, ante la iniciativa de donAlberto Marten Chavarra, quien buscaba involucrar a empresarios centroamericanos en el proyecto solidarista para ...crear una instancia para canalizar el ahorro particular destinado al desarrollo de un mercado centroamericano de valores, que fuera la culminacin de un plan de integracin de ahorro solidarista de las cinco repblicas. 8

Se presume que la filosofa solidarista fue adquirida por Alberto Marten durante su estada en Francia en sus aos de infancia, esta influyo en el espritu solidarista, como respuesta para provocar cambios significativos en la sociedad las cuales eran muy discutidas en Europa por aquella poca.

Antecedentes histricos del solidarismo en Guatemala:

En Guatemala el movimiento solidarista tuvo sus inicios en los aos 1961-1965.

En este perodo se dio el primer intento para que en Guatemala ingresara dicho movimiento.

En el ao de 1960 el intento fue encabezado por lvaro Portela.

Fue en el ao de 1961 cuando el solidarismo logr ingresar a Guatemala, este movimiento encontr en Guatemala un pas, con buenas condiciones para que se iniciara la penetracin en l. Uno de los primeros en apoyar a Portela fue Jos Luis Arenas, cafetalero de Ixcn, Quich.

En el ao de 1961 lvaro Portela hace contacto con la Cmara de Industria deGuatemala, la cual era presidida en ese entonces por Julio Vila. A Portela lo invitan a dar una conferencia en la que explicara los beneficios del solidarismo. Despus de la conferencia se dio el dictamen favorable a Portela por lo que la entidad da apoyo y lo nombra asesor.

7 Arvalo, Ingrid Roxana. Deficiencia legislativa en la regulacin de las asociaciones solidaristas, pg. 2.8 Anckerman Sam, Alfredo. El solidarismo en Guatemala, pg. 1.Al mismo tiempo Portela hizo contactos con el Ministerio de Trabajo y Previsin Social del pas, el cual tambin lo apoy y le permiti que ofreciera otras conferencias. Tambin Portela recibi apoyo del gobierno del general Ydgoras Fuentes, para su movimiento solidarista. Con base al apoyo recibido, fueron dictadas varias conferencias a distintos sectores en septiembre de 1961, mes en que se fund una oficina de coordinacin y promocin del movimiento. Esta oficina form una primera promocin de dirigentes laborales solidaristas pertenecientes a varias empresas simpatizantes del movimiento, las que daban algunos aportes.

A pesar de todo esto fue nicamente en una pequea compaa llamada Carbogas donde se dio una asociacin con plan de ahorro, apoyado por el ingeniero Carlos Molina, el cual era su gerente. El ingeniero Carlos Molina fue nombrado meses despus como presidente de la Cmara de Industria de Guatemala, pero no brind al movimiento del solidarismo el impulso esperado.

En el ao de 1962 se dio por primera vez la capacitacin a dirigentes laborales del solidarismo, para que ellos promovieran este movimiento los cuales pertenecan a diversas empresas que apoyaban al movimiento.

Ante el derrocamiento por parte del ejercito al gobierno del general Ydgoras Fuentes. Portela sabia que, el nuevo jefe de Estado, Enrique Peralta Azurdia, miraba con simpata el movimiento, el que pronto volvi a la actividad, ya que conoci el proyecto en la poca que fue agregado militar en la representacin diplomtica en San Jos. Fue as como incluso en el Comisariato del Ejercito, se dieron los respectivos intentos de parte de la gerencia por adoptar el plan impulsado por el movimiento solidarista. El movimiento de lvaro Portela tuvo apoyo, sin embargo la aplicacin de su movimiento de desvaneci ya que no se aplic en el sector privado y por las polticas sociales del nuevo gobierno.

En el ao de 1976 se dio el segundo intento por parte del solidarismo para ingresar a nuestro pas, este intento se dio en la Embotelladora Guatemalteca S.A., concesionaria de Coca Cola, propiedad de John Clinton. Esta empresa se haba dado a la tarea de destruir cualquier sindicato, por lo que vio en el solidarismo una herramienta para ello.

Ante la lucha de los trabajadores para la restitucin del sindicato por su derechos, la cual dio lugar a un boicot mundial contra Coca Cola Inc., como tambin la ocupacin pacfica de sus instalaciones, esto hizo que se retirara la concesin a Clinton, luego se vendi a un consorcio nacional, el cual respet los derechos de los trabajadores, logrando la eliminacin del movimiento solidarista.

Luego del fracaso del movimiento de desarrollarse en la empresa Coca Cola Inc. Seria hasta el ao de 1983 cuando se dara la fundacin de otra asociacin solidarista en el pas. Esta iniciativa se dio en el interior del pas, la cual recibi apoyo en los solidaristas costarricenses. El Ministro de Agricultura le comunico a lvaro Portela que algunos finqueros estaban interesados en fundar una asociacin solidarista, en ellos se encontraba un hijo de alguien que apoy a lvaro Portela en el ao de 1961, Jorge Arenas, el cual tena las fincas La Perla, Santa Delfina y otras ubicada en el triangulo Ixil, rea en esa poca de mucha actividad contrainsurgente. Hay algunos que manifestaron que el solidarismotiene su inicios en la contrainsurgencia, porque las Patrullas de Autodefensa Civil eran obligadas a ejercer vigilancia en jurisdicciones militares donde vivan. El 27 de agosto de 1983 se fund la primera asociacin solidarista en la finca La Perla y el 24 de octubre de ese ao se fund la segunda asociacin solidarista en Santa Delfina.9

En el ao 1983 fue fundada la asociacin solidarista de Guatemala con aproximadamente 12 asociaciones de trabajadores solidaristas. En el ao de 1985 se constituy la Federacin Centroamericana de Uniones y Asociaciones Solidaristas. En el ao de 1986 se dio un crecimiento grande del solidarismo se logr la formacin de asociaciones ms.

En el ao 1988 se fundan 64 nuevas asociaciones y para el ao de 1989 la cifra llego a 50 asociaciones ms. En este tercer intento fue donde el solidarismo logr ingresar al pas, su desarrollo y crecimiento.

Existen en la actualidad 22 departamentos de Guatemala y 550 empresas que se dedican a diferentes actividades econmicas en los que existe el solidarismo.

Los impulsadores del solidarismo en Guatemala:

La Unin Solidarista de Guatemala, fue la principal impulsadora del solidarismo enGuatemala. Como se ha podido observar anteriormente otro importante impulsador del solidarismo fue el licenciado lvaro Portela el cual aprovech la debilidad del movimiento sindical en Guatemala.

La Unin Solidarista de Costa Rica a travs sus relaciones con la Unin Solidarista de Guatemala y empresas con organizacin solidarista dio la capacitacin necesaria y ayud a que se diera la formacin de dirigentes solidaristas laborales y que ellos impulsaran el movimiento a otras empresas y lograr que se diera la expansin del movimiento.

La Coordinadora de Asociaciones Agrcolas, Comerciales, Industriales y Financieras, tambin dio impulso al solidarismo en Guatemala, pero no fueron la totalidad de sus asociados la que lo apoyaron por ...la herencia conservadora en el sector empresarial. 10

Podemos decir tambin que otro de los impulsadores del solidarismo fue el poco movimiento sindical que exista en esa poca, los pocos movimientos que se dieron fueron reprimidos de una forma fuerte, fueron muchos los dirigentes que fueron secuestrados, desaparecidos, asesinados y otros por su integridad fsica tuvieron que abandonar el pas.

9 Arvalo, Ob. Cit; pg 10.10 Anckerman, Ob. Cit; pg. 16.Fundamentos bsicos del solidarismo en Guatemala:

Existen varios principios sobre los que encuentra el solidarismo sus cimientos, nuestro pas ha sufrido varias crisis en su historia tanto econmicas, polticas, sociales, etc.

En los aos en que el solidarismo intent ingresar a nuestro pas, fueron los de ms violencia en l, no exista respeto hacia las personas, tampoco eran respetados los derechos de la mayora de guatemaltecos. Grandes gobiernos nos sumieron en pobreza, hambres, luchas y guerras.

En el mbito laboral, como se dijo anteriormente hubo poca actividad sindical, nuestros trabajadores quedaron olvidados y nadie velaba por sus derechos y por el reclamo de ellos. No exista una forma de conciliar al patrono con el trabajador, de llevar las reglas claras de sus relaciones laborales.

El solidarismo a travs del planteamiento de su filosofa y de sus constantes conferencias transmite sus ideas a los trabajadores da una forma de llevar una relacin estable y buena. Se le da a entender al trabajador que a travs de este movimiento l podr encontrar el respeto que siempre ha buscado y lograr a travs de ellos mejorar su productividad, basada en la mstica cristiana de el amor al prjimo y la capitalizacin humana.

Por lo tanto se da: ...que el solidarismo es la forma de unin de la clase trabajadora y la clase obrera del pas, con lo cual ambos obtendrn mutuos beneficios. 11

Siendo estas ideas lo que dieron lugar, a que se diera, el gran desarrollo del movimiento solidarista guatemalteco.

El Estado de Guatemala y el solidarismo:

Hemos visto como los que apoyan al movimiento solidarista, hicieron sus esfuerzos para que este ingresara a nuestro pas. Ahora bien, es de observar no solo su ingreso, es necesario tambin ver, si el movimiento solidarista ha encontrado respaldo en el Estado de Guatemala.

En el Estado de Guatemala se ha dado la fundacin de varias asociaciones solidaristas de trabajadores. Como vemos el solidarismo se ha convertido en un movimiento que a pesar de lograr un buen desarrollo dentro de nuestro pas no ha tenido el apoyo de los gobiernos de turno.

El movimiento solidarista dio sus primeros intentos de ingreso al pas en los aos de 1961-1965, logrando en 1983 la fundacin de las primeras asociaciones.

11 Anckerman, Ob. Cit; pg. 20.En todo este periodo no se ha emitido ninguna ley especfica que regule las asociaciones solidaristas.

Si nos damos a la tarea de buscar la forma en que una asociacin solidarista debe organizarse debemos remitirnos al Cdigo Civil, en el cual se regulan las asociaciones civiles no lucrativas, la libertad de asociacin garantizada en la constitucin, y a la ley de asociaciones civiles, que ante la falta de legislacin especifica, debe aplicarse a las asociaciones solidaristas. De esta manera, las asociaciones solidaristas de trabajadores deben acudir al Ministerio de Gobernacin para su inscripcin, apegadas al reglamento y as, obtener su personalidad jurdica.

El Ministerio de Trabajo y Previsin Social de Guatemala, las universidades y otras instituciones tratan de que los trabajadores conozcan sus derechos en sus relaciones laborales, esta informacin se da tanto en una forma escrita como por medio de boletines informativos. Dentro de esta informacin es muy difcil observar que al trabajador se le d informacin de lo que es una asociacin solidarista as como los beneficios que sta ofrece.

El Ministerio de Trabajo y Previsin Social da prioridad de organizacin para la defensa de los derechos de los trabajadores a la organizacin sindical, dando su apoyo y la informacin necesaria para su buen desempeo.

En estos momentos en los cuales se da la informacin sobre el Tratado de LibreComercio podemos observar como este en el captulo laboral indica que las partes deben reafirmar sus obligaciones ante la Organizacin Internacional de Trabajo y la declaracin de la OIT relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo y su seguimiento.

Filosofa del solidarismo:

Las primeras escuelas solidaristas se originan en Europa, las que desarrollan tesis sociolgicas, econmicas y polticas y se basan en el concepto de solidaridad. En el ao de 1902 surge el libro Solidaridad, en Francia el cual trata de darle un valor jurdico al solidarismo. Len Burgeois toma como fundamento el cuasicontrato, para Burgeois la solidaridad implica ...que cada hombre debe a su predecesor la mejor parte de lo que tiene y este no se ha de entender como nicamente un deber moral sino como una deuda legal.

Esta sostiene que aunque no exista la adhesin consciente de las partes, esta debe tener lo mismos efectos legales de una situacin real. Actualmente esta doctrina es rechazada por muchos que segn dicen adolece de solidez lgica y jurdica.12

12 Arvalo, Ob. Cit; pg. 4.Se ha dado la lucha de clases la cual la filosofa del solidarismo reconoce, esta la considera como un fenmeno local y parcial evitable y que es corregible ya que ella entiende que existen causas que dividen a los hombres en sus ideas, as como en sus intereses particulares.

Escuelas filosficas acerca del solidarismo:

Existen dos escuelas filosficas acerca del solidarismo. Los autores de dichasescuelas son Durkheim y Len Burgeois, ellos elaboraron sus respectivas doctrinas acerca de la solidaridad.

Escuela filosfica de Durkheim:

En esta escuela prevalece un carcter moral sociolgico. En esta escuela se distinguen dos clases de solidaridad. Estas dos clases de solidaridad tienen la apariencia de estar una en contra de otra.

La primera escuela resulta ...de la semejanza, que es puramente mecnica y de categora inferior, como la cohesin de tomos, semejantes a un mismo cuerpo y la segunda que ...resulta de la desemejanza y va unidad a la divisin del trabajo.

A este sistema de Durkheim, se le ha criticado, y se le ha dicho que es contrario a la ley y tambin este no es exacto, y adems se indica que la solidaridad humana que es en s lo que interesa nace de la semejanza, esto es, de la calidad de hombres que tenemos, de seres inteligentes y morales, naturalmente sociales y dotados de un mismo fin esencial y de una misma naturaleza.

Escuela filosfica de Len Bourgeois:

En esta escuela filosfica del solidarismo, Len Bourgeois se ha fundamentado en el cuasicontrato social. Cuasicontrato Es un hecho lcito del cual, por equidad se derivan nexos jurdicos.13

Len Burgeois trato de hacer de la solidaridad un deber legal y exigible. Consider que el hombre al nacer tiene deberes que debe cumplir ante la sociedad y que todos deben cumplirlo y que el hombre debe pagar sus deudas ante la sociedad para que tenga el libre ejercicio de su propiedad individual y que esta sea respetada por todos.

Principios filosficos del solidarismo:

El solidarismo tiene como objetivo fundamental el aumento de la produccin para su distribucin equitativa, trata de esta manera que no se de una injusticia dentro de la sociedad, no es dividirse lo que hay entre la sociedad, hay que producir ms, para que haya ms bienes y todos tengan ms para su bienestar.

13 Diccionario Ocano de la Real Academia Espaola, pg. 281.Los pensadores del siglo pasado son los que originan la filosofa del solidarismo entre ellos encontramos a Len Bourgeois, Herich Pesch, Jos Ortega y Gasset.

Los impulsadores del solidarismo tienen al pensamiento econmico, como una base.

Por la igualdad que el solidarismo promueve en l se da la igualdad de trabajadores dentro de la empresa, por lo que no se debe excluir a ninguno en la participacin de la asociacin, sin importar el puesto que este desempee en el centro de trabajo y su afinidad con el empresario El solidarismo apoya que se debe eliminar la lucha de clases para una mejor convivencia, por lo tanto deben disminuirse tanto los movimientos de huelga como los de paro.

En el solidarismo la persona debe actuar en conjunto, como se puede observar entonces en ella, la persona no goza de una autonoma de su voluntad, desarrollndose esta en una forma parcial.

El solidarismo busca tambin que los trabajadores, cambien su mentalidad a empresarios, buscan que ellos eleven su respeto por la propiedad privada. Todo trabajador tiene derecho a un patrimonio, por medio de un ahorro del propio trabajador, por lo que se fomenta el ahorro dentro del movimiento solidarista, el cual el patrono ayudar con un porcentaje.

Generalidades y caractersticas del solidarismo:

Generalidades del solidarismo:

En este apartado de generalidades del solidarismo se desarrollar sobre los objetivos del solidarismo y cules son las acciones que trata de promover.

Son objetivos del solidarismo los siguientes:

Convertir a la empresa en ejemplo vivo de convivencia humana. Fortalecer las relaciones de solidaridad y buena voluntad entre trabajadores y patronos. Promover el progreso econmico y desarrollo integral de los trabajadores, mejorando el nivel de vida de sus familias y comunidad. Fomentar la conciencia social para mayor solidaridad y mejor entendimiento entre trabajadores y patronos. Fomentar la productividad y rendimiento de la empresa para beneficio de todos sus integrantes. Alentar la formulacin de programas orientados a fortalecer el desarrollo integral de los trabajadores, su familia, su comunidad y su empresa.

El solidarismo a travs de su aplicacin trata de promover un desarrollo integral, de la manera siguiente:

Econmico:

Este se da a travs del ahorro, segn la Inspeccin General de Trabajo el patrono colabora con el 8.33% del salario del trabajador, el cual luego se capitaliza y con los dividendos, puede el trabajador invertirlo para lograr alguna propiedad.

Social:

Como se ha visto el solidarismo da lugar a la relacin de convivencia entre los trabajadores. Se dan prestamos, tambin se da la creacin de tiendas de consumo las cuales son financiadas con parte de los ahorros de los trabajadores y sus dividendos.

Intelectual:

El solidarismo trata que sus afiliados logren una superacin tanto laboral como intelectual por medio de los beneficios que en ella ofrece.

Fsico:

El cuidado de la salud de los afiliados, por ejemplo a travs de la prestacin de servicios mdicos en las empresas.

Moral:

Fomentando los valores ticos y humanos en sus afiliados y logrando que suban su nivel de responsabilidad.

Liderazgo:

El liderazgo se da a travs de los conocimientos que en ella imparte a sus afiliados para obtener la habilidad de manejo y la actitud necesaria para lograr el crecimiento de la empresa.

Las caractersticas generales del movimiento solidarista son las siguientes:

Libre:

Como se dijo el solidarismo trabaja en un esquema apoltico, democrtico y libre.

Voluntario:

No se da ningn tipo de presin para que algn trabajador ingrese a la asociacin, quien ingresa lo hace por su voluntad. Democrtico:

La eleccin de sus dirigentes se da en un mbito de libre eleccin de sus miembros.

Independiente:

Porque se desarrolla por s misma y son autnomas.

Confiable:

Indican que el trabajador al ingresar a estas asociaciones, al momento de su terminacin laboral no pierden ningn tipo de prestaciones que la ley le otorga.

Participativo:

Se da la participacin de todos los empleados de la empresa y no se hace la distincin de ninguno, por el cargo que ocupen.

Organizativo:

Se da la inscripcin de la organizacin como asociacin no lucrativa por lo tanto cuenta con personalidad jurdica.

Provechoso:

A travs de sus beneficios para todos sus miembros.

Respetuoso:

Respeta las leyes del pas.Regulacin del solidarismo en la legislacin guatemalteca:

En este apartado del trabajo explicaremos la regulacin del solidarismo en otras leyes que no sea especficamente de nuestro ordenamiento jurdico laboral.

Debemos indicar que en el derecho se da la existencia de dos tipos de personas, las cuales son: las personas fsicas, naturales o individuales y las sociales o civiles. En Guatemala se ha aceptado el nombre de persona jurdica. Se define a la persona jurdica como: ...un ser de existencia legal, susceptible de derechos y de obligaciones, o de ser trmino subjetivo en las relaciones jurdicas. 14

14 Braas, Alfonso. Manual de derecho civil, pg. 61.Como se indic, el solidarismo crea asociaciones de trabajadores, susceptibles de derechos y obligaciones, lo cual nos lleva a indicar que el fundamento de las asociaciones solidaristas en nuestro pas es la norma legal constitucional contenida en el Artculo nmero 34 del la Constitucin Poltica de la Repblica de Guatemala que dice: Se reconoce del derecho de libre asociacin.

En el Estado de Guatemala, todas las personas pueden ejercerlo, asimismo existen tratados internacionales ratificados por el Estado de Guatemala, reconociendo el ejercicio de tal derecho. Se mencion que la naturaleza jurdica de las asociaciones solidarista es de ser entidades de derecho privado, netamente civil, no lucrativas, apolticas y sin distinciones religiosas, esto nos lleva a observar nuestro Cdigo Civil.

Al hacer la bsqueda en dicho Cdigo, nos remitimos al captulo II del ttulo I, el cual nos habla respecto a las personas jurdica, la cual nos da una clasificacin de ellas.

El Artculo nmero 15 del Cdigo Civil en su numeral 3 indica que son personas jurdicas: 3 Las asociaciones sin finalidades lucrativas que proponen promover, ejercer y proteger sus intereses sindicales, polticos econmicos, religiosos, sociales, culturales, profesionales o de cualquier otro orden, cuya constitucin fuere debidamente aprobada por la autoridad respectiva.

Respecto la responsabilidad de una entidad civil debemos observar lo preceptuado en el Cdigo Civil el cual indica: La persona jurdica forma una entidad civil distinta de sus miembros individualmente considerados, puede ejercitar todos los derechos y contraer las obligaciones que sean necesarias para realizar sus fines y ser representada por la persona u rgano que designe la ley, las reglas de su institucin, sus estatutos o reglamentos, o la escritura social. 15

Es muy importante tambin en dichas asociaciones la personalidad que llegan a adquirir mediante su constitucin. Se entiende por personalidad: La aptitud legal para intervenir en un negocio o para comparecer en juicio. 16 El Cdigo Civil indica: Las instituciones, los establecimientos de asistencia social y dems entidades de inters pblico, regulan su capacidad civil por las leyes que las hayan creado o reconocido, y las asociaciones por las reglas de su institucin, cuando no hubieren sido creadas por el Estado.

La personalidad jurdica de las asociaciones civiles es efecto del acto de su inscripcin en el registro del municipio donde se constituyan. 17

Asimismo, despus de observar el Cdigo Civil debemos de remitirnos a la ley de asociaciones civiles y su reglamento en el cual se nos indicar todo lo referente a la constitucin de las asociaciones solidaristas.

15 Ver Artculo 16 del Cdigo Civil de Guatemala.16 Diccionario Ocano de la Real Academia Espaola. pg. 748.17 Ver Artculo 18 Cdigo Civil de Guatemala.El solidarismo en el Cdigo de Trabajo:

En primer lugar debemos indicar, que las asociaciones solidaristas, no se encuentran reconocidas en ninguna parte del Cdigo de Trabajo. El Cdigo de Trabajo al referirse a alguna asociacin permanente de trabajadores, nicamente hace mencin al sindicato.

Existen los tratados internacionales de trabajo. La declaracin de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, en lo relativo a la asociacin de trabajadores y su derecho de negociacin lo toma como un derecho fundamental pero indica que este es: La libertad de asociacin y libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de negociacin colectiva.18 Nunca menciona asociaciones civiles.

La Organizacin Internacional del Trabajo fue creada basada en la justicia social y humanidad. Dicha organizacin vela por los derechos de los trabajadores, por lo tanto trata de que no se menoscaben sus derechos y que no haya interferencia de patronos en las asociaciones de trabajadores. El Convenio 98 de la Organizacin Internacional de Trabajo indica. Este convenio prev la proteccin contra la discriminacin antisindical y de las organizaciones de trabajadores y de empleadores contra actos de injerencia de unas respecto de las otras; tambin estipula medidas para fomentar y alentar la negociacin colectiva.19

Como vemos esta es la forma del solidarismo en nuestra regulacin laboral, ms adelante se tratara en forma ms detallada porque en el Cdigo de Trabajo no se reconoce al solidarismo.

18 Ver numeral 2 literal a de la Declaracin de los Derechos Fundamentales de los Trabajadores de la OIT.19 Organizacin Internacional del Trabajo, Normas internacionales fundamentales en Materia Sindical, pg. 2.TEOLOGA DE LA LIBERACIN:La Teologa de la Liberacin es un movimiento que anuncia la necesidad de la participacin cristiana en los procesos sociales en la liberacin de las clases bajas oprimidas econmicamente y polticamente. Afirma la validez de cualquier medio para alcanzar esta liberacin. Incluso recomiendan el conflicto armado, como necesario, si todos los medios pacficos fracasan.

Sin embargo, la Teologa de la Liberacin no debe ser considerada como un mero llamado a los cristianos para ser ms activos en la lucha en contra de la injusticia. Se parte radicalmente del punto de vista Cristiano tradicional sobre la teologa, la historia, el hombre, e incluso sobre Dios mismo.

Aunque la Teologa de la Liberacin comenz dentro de la Iglesia Catlica, se infiltra hoy en los rangos evanglicos, incluso entre pastores y lderes. Por este motivo, es imprescindible que entendamos como las bases del movimiento se distinguen de la teologa Bblica tradicional.

Al sacerdote peruano, Jorge Gutierrez, se le considera el padre de la Teologa de la Liberacin. En la manera tpica de los telogos del movimiento, l nota la alianza tradicional de la Iglesia Catlica con las clases ricas gobernantes. El denuncia eso como la "Mentalidad de la Cristiandad", causada segn l, por percibir la realidad como dos planes separados de existencial: Lo espiritual arriba, y lo material aqu abajo. Esto, dice Gutierrez, ha provocado una cierta separacin de las preocupaciones del mundo presente en favor del cielo despus de la muerte. Estos dos factores principales, la ligadura con las clases altas, ms una mentalidad malsana es la base de la opresin y de la pobreza en Amrica Latina. Los telogos de la liberacin rechazan este dualismo teolgico e insisten en que las dos dimensiones, tanto la espiritual como la terrenal, son inseparables.

El anlisis de Gutierrez, y otros telogos de la liberacin, es preciso, sin duda alguna. Sin darse cuenta, Gutierrez se acerca mucho a la teologa de la Reforma Protestante. Los telogos Protestantes han rechazado siempre esta separacin de las dos dimensiones como una mentalidad anti-bblica. No piensan de la realidad como dos planos distintos con su planta baja terrenal y la planta alta espiritual. Aunque reconocen la existencia de las dos dimensiones, piensan en ellas como dos engranajes entrelazados. Ambas dimensiones son lgicas e importantes. Aunque diferentes, no se contradicen.

Es difcil, por lo tanto, encontrar defectos en el anlisis de los problemas como los telogos de la Liberacin lo presentan. Tampoco se puede negar la necesidad del activismo Cristiano frente a la opresin. Tal crtica, en realidad, sera muy hipcrita por parte de los cristianos latinoamericanos si lo hicieran, porque tuvieron una revolucin hace 200 aos para deshacerse de la colonializacin y la opresin espaola. En esto se halla la dificultad para analizar un movimiento controversial como es la T.L., porque contiene una mezcla complicada de lo bueno con lo malo. Por eso, es preciso que los Cristianos serios escudrien el asunto a la luz de las Escrituras para distinguir lo correcto de lo incorrecto.

El mensaje de salvacin BIBLICO (en oposicin a las distorciones de ello por algunas iglesias tradicionales) liberta la mente del pueblo de su concepto como seres destinados a la pobreza y a la miseria. La Palabra de Dios aumenta su sentido de autovalor como seres humanos amados por un Dios eterno. La Biblia ensea claramente como los humanos deben tratarse entre si. Todo esto prepara el despertar mental y moral, lo que es necesario para forzar cambios sociales extensos. Y yo uso la palabra "forzar" a propsito.

Algunos insisten en que la Cristiandad ha fracasado en varias regiones del mundo, incluyendo en Amrica Latina, porque no ha producido los cambios sociales esperados. En cambio, yo afirmo que en todos los lugares donde el Evangelio supuestamente ha fracasado", se puede demostrar una de dos cosas: Primero, que el Evangelio fue rechazado por la gran mayora de la gente. (En tal caso, la culpa no es del Evangelio.) O, el supuesto "Evangelio" que fue anunciado, no era el Evangelio Bblico de la Justificacin Por La Fe sin mritos, sino una perversin ftida que no era en forma alguna el Evangelio.

Ya sea grande o poco el impacto del Evangelio sobre la sociedad, los cristianos deben evitar dar la impresin que los cambios sociales son el mayor propsito del Evangelio. Una sociedad justa y equitativa NO ES el mayor propsito del Evangelio. Su valor NUNCA debe ser medido por tales resultados. Los cristianos deben poner en claro que la verdad y la moralidad son absolutas, universales y eternas. Predicamos el Evangelio simplemente porque es la verdad; sea que traiga cambios sociales o no. Este motivo para predicar no es solamente el mejor. Es el nico aceptable. Afirmar lo contrario es caer en la filosofa del Consecuencialismo, es decir, la nocin de que la verdad y el error, lo correcto y lo incorrecto se determinan por sus consecuencias. Esta es filosofa anti-cristiana, algo que todo creyente debe rechazar con vehemencia. No debemos ni soar en ceder sobre este punto. Es precisamente sobre este punto que comenzamos a ponernos en desacuerdo con la Teologa de la Liberacin.

Debilidades Teolgicas:La base filosfica de Gutierrez para evaluar la verdad es nada ms que la teora Marxista de La Determinacin Econmica y Social. El Determinismo Marxista declara que las consideraciones econmicas dentro de las clases sociales determinan todo lo que la gente va a creer y hacer. Las diversas creencias son causadas por la interaccin materialista de los hombres en sus clases sociales y no pueden tener validez objetiva fuera de ella.

Mas, el bienestar del hombre es la realidad ltima, y la diferencia entre la verdad y el error debe ser medida por este criterio y nada ms. Segn el Determinismo Marxista, lo que contribuye a la lucha de clases hacia una sociedad socialista utpica es buena, sea la guerra o la paz, asesinato o caridad.

Gutierrez no hace caso a la contradiccin absurda escondida en esa teora. Si las creencias no tienen validez porque son nada ms que el fruto de una determinacin econmica, entonces, qu del Marxismo mismo? No es ello una creencia? Si, pues, ello ocurre por determinacin econmica, entonces pierde tambin validez. Pero como todos los Marxistas o telogos de la liberacin, la lgica sirve para adquirir lo que quieren. Pero cuando la lgica les contradice, no hacen caso.

Gutierrez revela la base de su pensamiento al citar lo siguiente de Karl Barth: "El hombre es la medida de todas las cosas en vista de que Dios se hizo hombre." En esto reconocemos al instante la primera presuposicin de la filosofa anti-cristiana conocida como HUMANISMO". Tal dicho no es cristiano. Tampoco es cristiana la ltima parte de la cita, considerando que no existe conexin lgica entre la encarnacin de Cristo y la exaltacin del hombre como la medida de todas las cosas.

Si cabe duda en la mente del lector de que la base filosfica de la Teologa de la Liberacin es nada ms que el Marxismo disfrazado, notemos esta cita del telogo Kirk:

Aplicando la dialctica a la comprensin teolgica, descubrimos que el mtodo de Marx, es, ahora, la mejor manera para entrar en una comprensin contempornea del texto Bblico.

Segn Kirk, No podemos entender la Biblia sin Marx. Tales afirmaciones invitan a los cristianos serios a que rechacen a primera vista la Teologa de la Liberacin. Para los cristianos evanglicos esto es grave, porque reconocemos que la Biblia se interpreta por la Biblia, no por algn ateo comunista. La Confesin de Fe de Westminster, una de las ms antiguas y respetadas confesiones lo expresa de esta manera:

"El consejo entero de Dios, tocante a todas las cosas necesarias por Su propia gloria, la salvacin de hombre, la fe y la vida estn expresados en las Escrituras, o por buena y necesaria consecuencia puede ser inferido de las Escrituras."

Gutierrez y Kirk dicen que los eventos histricos evaluan la verdad. La Biblia juzga a todos, y ella no es juzgada por nadie. La Palabra de Dios juzgar las acciones de los hombres, no viceversa.

As, la Teologa de la Liberacin representa una amenaza a la Cristiandad Bblica, mas all de un mero llamado a la accin social. Es un intento de abandonar la Biblia como la medida final de las acciones humanas y adoptar en su lugar un pragmatismo histrico. Una de estas bases filosficas est errada: la de la Biblia, o la de la Teologa de la Liberacin. El lector decidir.

Manipulacin Semntica:

Los telogos izquierdistas son famosos por un juego que llamamos la "manipulacin semntica". Esto quiere decir, usar palabras Bblicas o religiosas de una manera totalmente diferente de la que los escritores de la Biblia queran. Es como si una palabra Bblica fuera una copa que estos telogos tomaron, y luego de vaciar su contenido, la echaron otro contenido a su propio antojo. Los que no han tenido entrenamiento teolgico son a veces engaados porque tal manipulacin da una impresin de autenticidad y ortodoxia a las enseanzas de estos telogos, aunque comunican conceptos extranjeros al pensamiento Bblico. He aqu algunos ejemplos:

Cmo es que a un ateo como Marx, enemigo intrasigente de la cristiandad, le atribuyen una "fe proftica"? Simplemente por vaciar las palabras "fe" y "proftica" de su significado original como uno ungido de Dios por el Espritu para anunciar la Palabra Divina, y luego llenar estas palabras otra vez con la nocin de una persona que entiende procesos histricos y el triunfo final del Comunismo. El "Mesianismo" ya no es la promesa de un Salvador Divino que quita el pecado, sino un salvador humano que quita el Capitalismo. Mas, si la pasin de Marx por la justicia provena de la Biblia, por qu era ateo? La Biblia siempre define la justicia como obediencia a la ley divina.

Otro telogo de la Liberacin, Jos Miranda, le da a la palabra "pecado" otra definicion:

"Marx y San Pablo coinciden en su intuicin de la totalidad de la maldad:...Pablo le llama a esta totalidad, 'mundo'. Marx le llama 'Capitalismo'."20

Con un poco de manipulacin verbal, la definicin bblica de la palabra "pecado", como transgresin de la ley divina, ha sido echada fuera. Ahora omos de Miranda que "pecado" quiere decir Capitalismo". Aunque Miranda no lo dice con tantas palabras, aparentamente piensa que si Pablo viviera hoy, sera un buen Marxista; o que el ateo Marx sera un buen cristiano!

Algunos de los dichos de estos telogos son realmente divertidos. El telogo Schillebeeckx (de Holanda) dice:

"...el reino de Dios consiste en hacer el mundo un lugar mejor. Solamente as podr describir lo que significa el reino de Dios."

20 Kirk, "Teologa de la Liberacin", P.82Cristologa Debil (Doctrina Tocante a Cristo):

Aunque la Biblia anuncia francamente el Seoro absoluto de Jesucristo, tales afirmaciones estn notablemente ausentes en la Teologa de la Liberacin.

El Seor Jesucristo reclam lo que el Padre le haba dado, "Toda potestad en el cielo y en la tierra." Mt. 28:18 Pero la humanidad est en rebelda en contra de esta autoridad. Este es el problema fundamental del hombre y la fuente de cualquier otro problema. Segn la Biblia, la solucin es la obediencia a Dios y a Sus leyes, con sumisin a la autoridad suprema del Seor Jesucristo. Sobre este punto las Escrituras son intransigentes: Si el hombre no se somete a Dios y no obedece sus leyes, no hay esperanza. Dios promete el fracaso de todo sistema que no est basado en la obediencia a El.

Pero los telogos de la Liberacin insisten en que el pueblo tiene derecho a la auto-determinacin. Si quieren decirlo en un sentido absoluto, la respuesta es NO El hombre tiene autonoma solamente dentro de los lmites de las leyes de Dios. Fuera de estos lmites, el hombre es transgresor y ser juzgado por serlo.

En esto estriba la gran paradoja de la cristiandad, paradoja que el hombre pecaminoso no aguanta oir: Servirle a Jess es la libertad ms grande del universo.

Reconocen esto los telogos de la Liberacin? Note lo que dice Gutierrez:

"As el hombre poco a poco agarra las riendas de su propio destino "El hombre, maestro de su propio destino."

En resumen, los cristianos deben hacer entender que "Nosotros el pueblo...", est siempre precedido por "Yo, El Seor..."

Soteriologa Debil (Doctrina de la Salvacin):

"El hombre se salva si se abre a Dios y a los dems, incluso si no se da cuenta que est hacindolo."

As Gutierrez atribuye la clave de la salvacin a algo que el hombre produce en si mismo por actividad social. Pero la Biblia dice, "Por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pus es don de Dios; no por obras para que nadie se glore."

La base entera de la doctrina de la salvacin de la Teologa de la Liberacin es simplemente una expresin de la auto-decepcin favorita de la humanidad: Que el hombre pecaminoso puede contribuir algo para su salvacin. Sin esta presuposicin, nada en la Teologa de la Liberacin tiene sentido. Pero nosotros como cristianos evanglicos no podemos conceder esta presuposicin porque la misma Biblia no la concede.

Escatologa Debil (Doctrina de las Ultimos Eventos):

El captulo ll del libro de Gutierrez tiene por ttulo "Escatologa y Poltica". En l, se explica la esperanza de Gutierrez para el futuro. El hombre, al reconocer su dignidad, debe luchar con fe en contra de las fuerzas sociales que le oprimen. Esto resultar eventualmente en la creacin de una sociedad justa e imparcial. Por este proceso, el hombre contribuye a la entrada del reino de Dios en el mundo. Gutierrez dice, "El Evangelio no provee ninguna utopa para nosotros; esto es una obra humana."

Tiene razn, en parte. Dios quiere que trabajemos para mejorar la humanidad y para la creacin de una vida mejor en la tierra. Es decir, todos somos responsables de obedecer la ley de Dios, lo que incluye el amor al prjimo. Si podemos crear una sociedad justa y equitativa en la tierra, pues, hagmoslo.

Lo nico que se critica en este punto de vista de la Teologa de la Liberacin, es la presuposicin de que eso va a suceder. Si los telogos de la Liberacin conocieran mejor sus Biblias, pensaran de otra forma.

La Biblia dice que Cristo regresar despus de que la humanidad se haya casi exterminado. Luego volver a establecer Su reino. Separar a Sus fieles de los dems que sern juzgados. Las cosas van a ir empeorando hasta que venga Jess.

A la luz de la Biblia, Cmo puede algn telogo "cristiano" imaginar que habr una utopa socialista en la tierra?

Significa eso que debemos abandonar la lucha y no hacer nada? NO! No rechazamos la medicina simplemente porque algunos pacientes morirn de todas formas. El cristiano no debe vivir con los brazos cruzados esperando la segunda venida de Cristo, no haciendo