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UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO RECINTO DE RÍO PIEDRAS PROGRAMA GRADUADO DE HISTORIA DISCURSOS Y RESISTENCIA LABORAL: LOS AGENTES DE RENTAS INTERNAS Y LA PROPUESTA DE LEY DE NEGOCIACIÓN COLECTIVA DE 1975 TESIS DOCTORAL Carlos R. Carrión Crespo

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UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO

RECINTO DE RÍO PIEDRAS

PROGRAMA GRADUADO DE HISTORIA

DISCURSOS Y RESISTENCIA LABORAL:

LOS AGENTES DE RENTAS INTERNAS

Y LA PROPUESTA DE LEY DE NEGOCIACIÓN COLECTIVA DE 1975

TESIS DOCTORAL

Carlos R. Carrión Crespo

ii

Índice AGRADECIMIENTO ..................................................................................................... iv

SINOPSIS ......................................................................................................................... 5

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 5

Hipótesis ....................................................................................................................... 8

Justificación ................................................................................................................ 10

La negociación colectiva ............................................................................................ 12

Metodología ................................................................................................................ 14

Objetivos ..................................................................................................................... 16

Estructura ................................................................................................................... 17

Fuentes ....................................................................................................................... 17

CAPÍTULO 1: Marco teórico ......................................................................................... 25

Literatura sobre las relaciones laborales en el gobierno .......................................... 25

La nueva historiografía laboral ................................................................................. 34

El subsistema de relaciones laborales........................................................................ 35

El análisis discursivo .................................................................................................. 44

Los discursos en la historiografía laboral ................................................................. 50

Los discursos y los estudios de género ....................................................................... 55

Los discursos de acción colectiva .............................................................................. 59

El Derecho y el análisis discursivo ............................................................................ 61

Las normas en las relaciones del trabajo: ¿legisladas o negociadas? ...................... 63

Conclusión: ¿Se debe adoptar el esquema discursivo? ............................................. 65

CAPÍTULO 2: Los trabajadores de la rama ejecutiva del gobierno............................... 68

Los trabajadores gubernamentales en el siglo XX ..................................................... 68

La actividad de resistencia colectiva de los trabajadores gubernamentales ............. 72

La fugaz campaña organizativa de la AFSCME ........................................................ 77

Ánimo de los trabajadores ante la salida del caudillo ............................................... 84

De la acción colectiva a la negociación y la confrontación ...................................... 90

La manifestación cultural en la protesta obrera ........................................................ 99

Las actitudes en torno a la negociación colectiva ................................................... 102

Conclusión ................................................................................................................ 106

CAPÍTULO 3: Los Agentes de Rentas Internas, trabajadores del Estado ................... 109

Origen de la clase de Agentes de Rentas Internas ................................................... 110

Funciones ................................................................................................................. 112

Relación con el Estado ............................................................................................. 120

iii

Condiciones de trabajo ............................................................................................. 121

Relación y comparación con la Policía .................................................................... 125

Discursos .................................................................................................................. 128

El discurso “profesional” y masculino entre los Agentes de Rentas Internas ......... 131

La actividad colectiva de los Agentes de Rentas Internas........................................ 133

De la AFSCME a la HARI ........................................................................................ 135

¿Negociación, consentimiento o resistencia? .......................................................... 140

El entorno sindical: organizaciones laborales en Hacienda ................................... 152

Conclusión ................................................................................................................ 157

CAPÍTULO 4: El rol del Estado en el proceso de trabajo gubernamental ................... 160

Instituciones de relaciones laborales gubernamentales: Cronología ...................... 162

La política gubernamental y la organización vertical ............................................. 175

La crisis del paradigma del “servicio público” en el mundo .................................. 176

El PPD en la oposición ............................................................................................ 181

El rol del periódico El Mundo .................................................................................. 185

El PPD vuelve al poder ............................................................................................ 187

La Comisión Helfeld ................................................................................................. 192

El Proyecto de Sindicación fracasa.......................................................................... 209

Conclusión ................................................................................................................ 223

¿Qué pasó después? ................................................................................................. 226

CONCLUSIÓN FINAL ................................................................................................ 229

Cronología ................................................................................................................ 235

BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................... 237

iv

AGRADECIMIENTO

En el proceso de realizar esta tesis conté con el apoyo de distintas personas, sin

cuyo estímulo hubiese sido imposible llevar a cabo este trabajo. En primer lugar, quiero

agradecer el apoyo incondicional y colaboración intelectual de mi esposa, Annira

Bodden.

Agradezco la colaboración de mis amigos Carlos Román Espada y Edwin Ortiz

Mundo, quienes revisaron y discutieron conmigo extensamente las ideas esbozadas en

esta tesis. De igual modo, a los Agentes de Rentas Internas Francisco Cardona, José

Molinary, Julio Laguna, Fabián Serrano y el Director Gadea, quienes me ayudaron a

identificar y contactar a los Agentes de Rentas Internas que entrevisté.

Además, deseo agradecer a mis compañeros de trabajo en la Comisión de

Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico, la Comisión de

Relaciones del Empleo Público del estado de Washington y la Oficina Internacional del

Trabajo en Ginebra con quienes intercambié ideas y quienes me dieron sus opiniones

expertas sobre los diversos temas que aquí se discuten. Sin esas discusiones, esta tesis

no hubiera tomado la forma actual.

No puedo dejar de mencionar mi agradecimiento a Manuel Perfecto Torres de la

Unión General de Trabajadores, quien me encomendó organizar el Comité Timón de

Agentes de Rentas Internas; a Carlos Quirós Méndez, del Instituto Laboral de

Educación Sindical, quien me ayudó a comenzar los estudios del movimiento obrero de

la década de 1970; y a Herminio Rosado Marrero, pasado Presidente del Sindicato

UAW en la Asociación de Empleados del ELA, quien me inculcó la pasión por los

temas laborales.

5

SINOPSIS: La disertación analiza de forma paralela los discursos e instituciones que

forjaron los Agentes de Rentas Internas y el estado sobre las relaciones laborales,

desembocando en los sucesos que motivaron la presentación del anteproyecto de ley de

negociación colectiva en 1975 (llamado el proyecto Helfeld). Los Agentes de Rentas

Internas eran la policía del tesoro, quienes eran simultáneamente agentes del orden

público y trabajadores del servicio civil. La disertación explora las identidades que

forjaron como grupo, bajo la luz del desarrollo de su trabajo. Además, estudia el

impacto que sobre ellos tuvo la migración del campo a la ciudad, el proceso político y el

desarrollo de un movimiento sindical en el gobierno y el Departamento de Hacienda.

La disertación concluye, primero, que estos trabajadores buscaron negociar con el

gobierno mejores condiciones de trabajo y además su papel dentro de la política pública.

Segundo, que tuvieron éxito en hacerlo sin necesidad de legislación que la reglamentara.

Tercero, que no vieron sus intereses reflejados en la propuesta de reglamentación.

Cuarto, que el estado proponía un discurso de servicio civil mesiánico, al servicio de un

patrono patriótico. Quinto, que los discursos descritos no eran conciliables mediante

una propuesta legislativa que buscaba limitar el campo de acción de los trabajadores.

INTRODUCCIÓN

Puerto Rico cuenta con un servicio de Agentes de Rentas Internas cuyo rol es

verificar que los importadores de ciertas mercancías provenientes de los Estados Unidos

paguen las contribuciones establecidas sobre las mismas. Además, éstos verifican el

cumplimiento de las normas contributivas y el pago de las licencias de venta, según

establece la ley. Estos agentes trabajan tanto en oficinas del Departamento de Hacienda

como fuera de éstas, inspeccionan furgones y comercios, y pueden portar armas y entrar

a edificios sin autorización del dueño. Los Agentes persiguen la evasión de impuestos

en la fabricación de licor e investigan los negocios ruidosos. La memoria popular

conoce como “rentas” a los policías encubiertos, porque los Agentes en ocasiones

trabajaban de incógnito.

Desde principios del siglo XX, los trabajadores gubernamentales

puertorriqueños han actuado en grupos para hacerse escuchar y para procurar su

progreso económico. El gobierno no les reconocía el derecho a negociar

colectivamente, argumentando que no podía delegar la determinación de las condiciones

de trabajo en las agencias porque sería contrario a la soberanía popular depositada en

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éste. Al ver que los trabajadores gubernamentales desafiaron con éxito esta posición del

gobierno, se intentó legislar la organización sindical y la negociación colectiva,

incluidas las de los Agentes de Rentas Internas.

El anteproyecto de ley presentado en 1975 para lograr este propósito (llamado el

proyecto Helfeld) planteó por primera vez en el debate público puertorriqueño las

preguntas: ¿deben los trabajadores gubernamentales, incluyendo los Agentes de Rentas

Internas, negociar sus condiciones de trabajo, o debe el gobierno determinarlas

unilateralmente en virtud de su carácter singular como patrono? El anteproyecto nunca

se convirtió en ley y en su lugar, se adoptó una nueva Ley de Personal a la cual los

sindicatos se opusieron intensamente, mediante la marcha de mayor participación hasta

ese momento. No fue hasta 1998 que por ley se estipuló que la rama ejecutiva del

gobierno negociaría colectivamente con sus trabajadores.

El tema de esta tesis es la formación de discursos colectivos entre los Agentes de

Rentas Internas en torno a las relaciones laborales antes de presentarse el proyecto

Helfeld de 1975. Se estudiará el modo en que la identidad y los discursos de acción

colectiva de los Agentes de Rentas Internas se enfrentaron al modelo de negociación

colectiva del proyecto Helfeld. La respuesta a los problemas planteados ayudará a

explicar la transformación e importancia de los discursos que se plantearon durante este

debate, así como el aumento en las acciones colectivas de los trabajadores.

Los análisis discursivos enfocan las formas en que los individuos construyen y

no sólo reflejan la realidad. Los discursos son los símbolos y las prácticas sociales que

transmiten las formas en que las personas promueven o resisten las estructuras sociales

o políticas. Estas prácticas ayudan a las personas a interpretar, clasificar y construir su

experiencia social. Meriläinen, Tienari, Thomas y Davies los definen como formas de

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especificar el conocimiento y la verdad, que varían histórica y culturalmente.36 Éstos

argumentan que los discursos no sólo constituyen significados sino que generan

identidades personales. Los discursos se distinguen de las ideologías, que son sistemas

compartidos de creencias a base de una doctrina, teoría o conjunto de ideas que influyen

cómo las personas perciben la legitimidad de un sistema, su estructura y su operación.37

Mientras el estudio de los discursos enfoca las prácticas y el lenguaje, el de las

ideologías enfoca la visión de mundo que un grupo desarrolla.

Esta tesis se propone responder por qué los Agentes de Rentas Internas no

apoyaron las propuestas legislativas que reconocerían su derecho a negociar

colectivamente. Para resolver el problema planteado, se propone responder las

siguientes preguntas: ¿Qué actitudes adoptaron los Agentes de Rentas Internas y el

gobierno en torno al trabajo gubernamental? ¿Qué los movió a actuar colectivamente?

¿Cómo se diferenciaron los Agentes de Rentas Internas de otros trabajadores

gubernamentales? ¿Qué relación guardaron estas actitudes con el fracaso de la

propuesta gubernamental de reglamentar la negociación colectiva? ¿Qué significa esto

para el estudio de los trabajadores gubernamentales?

Este problema es importante porque durante esta coyuntura los trabajadores

gubernamentales habían crecido hasta convertirse en una porción significativa del grupo

trabajador y comenzaron a identificarse como parte de éste. Además, fue la primera vez

desde 1945 que el gobierno se planteó crear un procedimiento para reglamentar la

negociación de convenios colectivos mediante una ley. El gobierno había preferido

legislar derechos para los trabajadores individuales y en última instancia decidió

36 Susan Meriläinen et al., “Management Consultant Talk: A Cross-Cultural Comparison of Normalizing

Discourse,” Organization 11 Núm. 4 (2004): 539-560. 37 Kaufman, “Employment Relations and the Employment Relations System,” en ed. Bruce E. Kaufman,

Theoretical Perspectives on Work and the Employment Relationship. (Champaign, Illinois: Industrial

Relations Research Association, 2004), 58. Véase también, David J. Saposs, “The Nordic Countries—

Denmark, Finland, Iceland, Norway and Sweden,” en Case Studies in Labor Ideology, Monograph No. 1,

(Honolulu: Universidad de Hawái, 1964).

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mantener este modelo. Asimismo, la relevancia de los sindicatos en el proceso político

de Puerto Rico y el mundo es una parte importante del debate público actual.

Anteriormente no se cuestionaba esta relevancia.

Hipótesis

Esta tesis se propone demostrar que los Agentes de Rentas Internas se sentían

capacitados para negociar directamente con el Secretario de Hacienda y la legislatura

para reivindicar sus intereses, por lo que no interesaban que se legislara la negociación

colectiva. Los Agentes de Rentas Internas generaron discursos contestatarios de

resistencia y negociación que no coincidían con los que el proyecto Helfeld atendía, ya

que buscaban participar en decisiones que quedaban fuera del ámbito propuesto. En

esto eran similares a otros trabajadores gubernamentales. Estos trabajadores buscaban

negociar, además de sus condiciones de trabajo, el significado mismo de ser “servidores

públicos”-- “servidores” por su condición de representantes del soberano y “públicos”

por su papel en la administración de la cosa pública. Su trabajo dentro del

Departamento de Hacienda los ubicaba en un escenario en el cual habían actividades

frecuentes de expresión y negociación colectiva, pues otros grupos también participaron

en las mismas.

Los Agentes de Rentas Internas no sintieron que el proyecto Helfeld ofreciera

algo más ventajoso que los que podrían obtener con los métodos que habían

desarrollado. Los Agentes de Rentas Internas interpelaban al Secretario de Hacienda

como su patrono, mientras el gobierno veía a la rama ejecutiva como un solo patrono,

cuyas condiciones de trabajo debían ser uniformes. Los Agentes de Rentas Internas

buscaban negociar las condiciones de trabajo y participar en la administración de la

agencia. El gobierno, en su lugar, postulaba que su autoridad no era delegable y

procuraba impedir que los gerentes públicos negociaran sus prerrogativas

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administrativas. Los Agentes de Rentas Internas, así como gran parte de los

trabajadores gubernamentales, no pensaron que la negociación reglamentada fuera la

mejor alternativa, mientras el gobierno pretendía restringir la actividad concertada para

mantener su autoridad. Esta contradicción impidió redactar una ley que recogiera un

consenso. Los legisladores prefirieron reglamentar las condiciones del trabajo

unilateralmente porque temieron que los trabajadores ignoraran las restricciones legales

a la acción colectiva.

El análisis de la prensa escrita, las normas jurídicas y las diversas

manifestaciones de los Agentes de Rentas Internas demuestran que estos últimos

desarrollaron una identidad laboral separada de los demás trabajadores

gubernamentales. Su origen como tasadores y recaudadores de contribuciones a través

del sistema judicial produjo una identidad dual: por un lado eran auditores de

contribuciones y por el otro, agentes del orden público. Sus símbolos de autoridad

como la portación de armas, los uniformes militares y los tribunales los distinguieron de

otros grupos de trabajadores. A este conjunto de símbolos se le sumó el elemento

profesional cuando se creó la academia de agentes y trajo el discurso del mejoramiento

individual mediante el adiestramiento. Luego crearon una asociación profesional que

buscaba mejoras a través del cabildeo legislativo. Por ende, no se consideraban como

parte indistinta de la categoría “servidores públicos” que se manejaba en el discurso

gubernamental sino como una clase autónoma, solidaria con otros grupos dentro del

Departamento de Hacienda.

Los agentes no lucharon por obtener “cartas contractuales” con la agencia como

otros grupos, en particular los trabajadores municipales, sino por demandas específicas,

como el status de agente del orden público y los salarios. Las huelgas que decretaron

los contadores en 1967 y 1972 influyeron en el ánimo de resistencia de los agentes,

10

quienes luego adoptaron métodos de lucha propios de los sindicatos. Por ejemplo, en

varias ocasiones piquetearon y decretaron huelgas. En este relato, sobresale la búsqueda

de un lugar en la administración del estado que no se podría obtener mediante una

negociación colectiva limitada.

Justificación

La tesis analizará la formación de los discursos que adoptaron los Agentes de

Rentas Internas, los trabajadores gubernamentales y el gobierno en cuanto a las

condiciones de trabajo. Los trabajadores construyeron identidades culturales y políticas

a través del lenguaje, el antagonismo político y la lucha cultural, como Mercer sugiere:

“las identidades no se hallan sino que se hacen; no están esperando ser descubiertas en

el vocabulario de la naturaleza.”38 Se trató de dos ejes discursivos, por un lado el de los

trabajadores y por otro lado el del estado, que influyeron de forma paralela en el proceso

de formación de las normas que rigieron las relaciones laborales en el gobierno.

Los Agentes de Rentas Internas construyeron identidades sociales mixtas, como

agentes del orden público y recaudadores de contribuciones. Para adelantar sus metas

como profesionales de la seguridad pública y se unieron para negociar con la legislatura

condiciones de trabajo correspondientes. Así, se diferenciaron de otros grupos de

trabajadores del Departamento de Hacienda mediante la defensa de los símbolos

relacionados con el trabajo de seguridad pública. Luego aceptaron asociarse a los

demás trabajadores del Departamento de Hacienda, sin mucho éxito.

El estudio de los discursos de grupos específicos permitirá explorar los

significados que los Agentes de Rentas Internas, los sindicalistas, la prensa y la

legislatura expresaban en torno a la acción colectiva. Se examinarán los elementos

38 K. Mercer, “‘1968’: Periodizing postmodern politics and Identity” (1992), 427, citado por Glenn M.

Hudak, “The ‘Sound’ Identity: Music-Making & Schooling,” en Sound Identities: Popular Music and the

Cultural Politics of Education, ed. Cameron McCarthy et al. (New York: Peter Lang Publishing, Inc.,

1999), 448.

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simbólicos dentro de las relaciones de trabajo y de la formación de normas legislativas,

en contraposición a los estímulos materiales a la resistencia o consentimiento de los

trabajadores a sus condiciones de trabajo. En esta tarea, se incorporará el estudio de las

comisiones investigativas, la prensa y las manifestaciones de protesta como parte de

estos elementos. Se explorarán las dinámicas de identidad, negociación y resistencia

dentro de los talleres de trabajo gubernamentales. Los Negociados de Bebidas y Rentas

Internas del Departamento de Hacienda son propicios para este estudio, toda vez que la

recaudación de contribuciones es un papel central del estado, no susceptible

normalmente a convertirse en una corporación pública como los servicios de suministro

de agua o de electricidad.

Los apologistas del análisis discursivo, como se discutirá en el primer capítulo,

describen los relatos como producto de la visión e interpretación del narrador. En lugar

de intentar reproducir el hecho fielmente como los historiadores clásicos, estos

historiadores identifican los significados que los sujetos toman de su experiencia y los

plasman en el análisis histórico. En el primer capítulo, se discute esta tendencia y se

adoptan dos esquemas teóricos contextuales que permiten superar estas limitaciones. El

primer esquema es la teoría del proceso del trabajo, la cual argumenta que el poder

colectivo de los trabajadores equivale a la suma de las soberanías de sus integrantes. El

segundo esquema es el neoinstitucionalismo sociológico, que en lugar de ver las

instituciones como estructuras intermediarias neutrales o agentes colectivos totalmente

autónomos, las considera como reguladores fluctuantes de acceso a los procesos

políticos, sociales y culturales.39 Estos elementos indican que la capacidad de

negociación está presente en el taller de trabajo aunque no se le haya formalizado.

39 Philippe Couton, “A Labor of Laws: Courts and the Mobilization of French Workers,” Politics and

Society 32, Núm. 3 (2004): 327-365.

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La negociación colectiva

El concepto de negociación colectiva es central en el problema planteado. Esta

tesis demostrará que mediante el reconocimiento de la negociación colectiva, el estado

busca establecer su presencia en el proceso de negociación entre esta clase particular de

subalternos (los trabajadores) y las empresas. Para propósitos de esta tesis, se define la

negociación como un proceso en que dos o más partes intercambian propuestas sobre

algún tema para lograr un acuerdo. Cuando los intereses objeto del diálogo afectan a un

grupo de trabajadores con elementos comunes, la negociación es colectiva. La

Legislatura reconoció en 1998 el hecho de que los trabajadores gubernamentales habían

negociado colectivamente, pero lo distinguió como negociación “de facto.”40 La

Organización Internacional del Trabajo (OIT) clasifica la negociación como una

modalidad de diálogo social, distinta de la mera transmisión de información y de la

consulta.41 En esta última, el patrono o gobierno toma en cuenta las opiniones de los

trabajadores al diseñar sus iniciativas.42

Jorge Rosenbaum Rimolo describió la acepción de la negociación colectiva en

sus orígenes como “una acción encaminada por determinados actores sociales que

posibilita establecer reglas de regulación del trabajo asalariado en el mundo industrial

en base a una aplicación y observancia voluntaria o condicionada por los medios de

presión inherentes al conflicto colectivo.”43 Esta definición de negociación es distinta a

la planteada por las leyes laborales, según las cuales la negociación colectiva sólo existe

si hay una ley que la habilite y si produce convenios colectivos que reglamentan las

40 Exposición de Motivos, Ley de Relaciones del Trabajo del Servicio Público de 1998 41 Organización Internacional del Trabajo, Promoting national social dialogue : an ILO training manual

(Ginebra: OIT, 2004), 3. 42 William Ratteree, Teachers, their unions and the Education for All campaign (París: UNESCO, 2005),

4-5. 43 Jorge Rosenbaum Rimolo, Tendencias y contenidos de la negociación colectiva en el cono sur de

América latina (Perú: Organización Internacional del Trabajo, 2001), 43-44.

13

horas, salarios y condiciones de trabajo.44 Esto se debe a que la negociación colectiva

ha sido definida de esta forma desde que existen leyes que la reglamentan. En

consecuencia, el discurso legal que limita la negociación colectiva a lo legalmente

negociable ha dominado el debate sobre la negociación colectiva en el taller de trabajo

gubernamental. Este discurso entiende la negociación colectiva como un mecanismo

para lograr la paz laboral sin amenazar la viabilidad de la empresa o agencia

gubernamental. Sin embargo, esta tesis lo visualiza más como la forma en que se

cristaliza una comunidad de intereses entre los trabajadores.

El Diccionario de la Real Academia Española indica que los convenios son un

resultado normal pero no requerido de una negociación.45 Sin embargo, Rosenbaum

Rimolo explica que la negociación colectiva “dejó de convertirse en un fenómeno

sociológico para convertirse . . . en un derecho reconocido, protegido y promovido

heterónomamente por los ordenamientos positivos.”46 La controversia estriba en que el

convenio colectivo y la legislación son legalmente vinculantes y garantizan el

cumplimiento de lo pactado. Sin embargo, la negociación cotidiana que ocurre dentro

del proceso de trabajo, marco de esta tesis, depende de otras garantías que provienen de

la convivencia misma. Estas pueden ser la confianza entre administradores y

trabajadores, el apoyo político o la paz laboral. Todos ellos fueron instrumentos

valiosos en el trabajo gubernamental. El Capítulo 1 discute la limitación discursiva que

ha impedido una comprensión cabal del proceso del trabajo gubernamental en las

décadas de 1960 y 1970 y los Capítulos 2 y 3 discuten cómo los trabajadores utilizaron

44 Artículo 1 de la Ley Núm. 130 de 8 de mayo de 1945; Artículo 3(m) de la Ley Núm. 45 de 25 de

febrero de 1998. 45 Real Academia de la Lengua Española, “negociación,”

http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=negociaci%F3n, accedido el 6 de marzo

de 2011. 46 Jorge Rosenbaum Rimolo, Tendencias y contenidos de la negociación colectiva en el cono sur de

América latina, 44.

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diversas formas de negociación para influir sobre la implementación del poder delegado

a las agencias gubernamentales.

Metodología

Para responder a las preguntas que plantea la tesis, se investigarán y reevaluarán

los hechos que rodearon al proyecto Helfeld. Los acercamientos recientes al estudio de

los talleres de trabajo y de los trabajadores gubernamentales permiten reexaminar la

resistencia de los trabajadores puertorriqueños y su relación con las normas legislativas.

En vista de esto, la tesis examinará los discursos y las reivindicaciones laborales

realizadas fuera de los convenios colectivos y las leyes. Se demostrará que la acción

colectiva de los Agentes de Rentas Internas no buscaba que el estado actuara

legislativamente sino dentro del taller de trabajo. Además, éstos buscaban negociar

asuntos relacionados a los contornos de su trabajo, no sólo la forma de remunerar el

mismo.

Al demostrar esto, la tesis incorpora el análisis discursivo al estudio de los

trabajadores en la isla. Se explorarán las dinámicas culturales (como la inmigración

rural, la educación, la protesta obrera y la prensa) que influyeron sobre la identidad de

los trabajadores gubernamentales de oficina. Además, se explicará por qué los

discursos de los Agentes de Rentas Internas de la década de 1970 no promovían que el

estado legislara su participación en las relaciones de trabajo mediante convenios

colectivos. Lo anterior, a pesar de que el gobierno lo promovía y a pesar de que esa era

la tendencia en los Estados Unidos, Europa y algunos países de América Latina.

La tesis también analizará la negociación dentro de un taller de trabajo en una

agencia gubernamental como manifestaciones discursivas y la ley como un discurso que

el estado adopta para reducir los costos de transacción, preocupación primordial de los

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sistemas de relaciones laborales.47 De este modo, la tesis ayudará a comprender la

relación entre los grupos subalternos y el estado en el área del trabajo, a la luz de los

hallazgos más recientes de la investigación histórica. Al hacerlo, la tesis parte de la

premisa de que estos discursos se originan en un contexto institucional. Se adopta el

argumento esbozado por Müller-entsch de que las instituciones deben ser el enfoque del

estudio de las relaciones industriales, pues establecen parámetros dentro de los cuales

los otros actores operan, pero entendiendo que las ideas culturales y los intereses de los

actores construyen las instituciones.48 Por instituciones, se entenderán organizaciones

que proveen estructuras para la interacción humana y marcos específicos de reglas para

realizar actividades.

Las instituciones que estudiará esta tesis son los partidos políticos, los actores

económicos, los tribunales, los sindicatos y las agencias gubernamentales; además, se

examinarán instituciones más abstractas como los incentivos salariales, el ascenso en las

jerarquías y los programas de beneficencia que permitían a los patronos mantener el

consentimiento de los trabajadores. Estas instituciones operan en el contexto de los

sistemas político, económico, legal y laboral. Este enfoque data de 1934, cuando

Commons definió el sistema de relaciones de trabajo como una serie de instituciones

que expanden, liberan y controlan el comportamiento de los individuos.49 Esta tesis se

refiere al enfoque de Commons cuando discute el control y la resistencia.

Una comparación entre las situaciones que existieron en las décadas de 1940 y

1960 señala hacia una relación entre discursos colectivos y propuestas legislativas. En

la década de 1940, las corporaciones públicas negociaban colectivamente sin que la ley

47 Walther Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” en Bruce E. Kaufman (Ed.),

Theoretical Perspectives on Work and the Employment Relationship. (Champaign, Illinois: Industrial

Relations Research Association, 2004), 40. 48 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 27-28. 49 Bruce E. Kaufman, “Employment Relations and the Employment Relations System,” en Bruce E.

Kaufman (Ed.), Theoretical Perspectives on Work and the Employment Relationship (Champaign,

Illinois: Industrial Relations Research Association, 2004), 56.

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lo reglamentara, lo cual se toleraba porque la ley no lo prohibía. En la década de 1970,

el Secretario de Justicia y el Contralor esbozaron la política de que no se toleraría

porque la ley no lo autorizaba expresamente. Algunas agencias ignoraban esta política

cuando los trabajadores tenían la capacidad de actuar colectivamente como en la

Universidad de Puerto Rico. Igual que ocurrió en 1945, los trabajadores que lograron

negociar consistentemente o que decretaron huelgas muy publicitadas, como los

bomberos y los maestros, fueron reconocidos en el proyecto Helfeld al clasificarlos

solos en unidades apropiadas. Los trabajadores de los Negociados de Bebidas y Rentas

Internas del Departamento de Hacienda se encontraban en una etapa en que comenzaban

a demostrar fuerza y cohesión, que se expresaba en actividades colectivas y concesiones

de parte del Secretario de Hacienda, pero no habían logrado la misma proyección que

los grupos arriba mencionados ni habían llegado al nivel abarcador de negociación

descrito en el capítulo 2 en otros grupos.

Objetivos

1. Adelantar el estudio de los trabajadores mediante el estudio de un grupo específico

a través de la perspectiva de lo simbólico.

2. Examinar cómo la comunidad, el centro de trabajo y la organización sindical

juegan un rol en la creación de los discursos de los Agentes de Rentas Internas.

3. Identificar los símbolos que construyeron los trabajadores gubernamentales, los

Agentes de Rentas Internas, sus organizaciones y el gobierno en torno al proceso

del trabajo, y cómo éstos se distinguieron entre sí.

4. Examinar los motivos de la actividad colectiva de los Agentes de Rentas Internas.

5. Evaluar cómo el proceso de formación de identidades laborales influyó sobre las

normas legales que afectaban las relaciones de trabajo en el gobierno.

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6. Estudiar los motivos de los partidos políticos, los sindicatos y los trabajadores

para respaldar o no la legislación que se propuso para afectar las relaciones de

trabajo gubernamentales.

Estructura

Para cumplir los objetivos trazados, esta tesis presentará dos cronologías

paralelas y las analizará usando el esquema teórico discutido en el Capítulo 1. En

primer lugar, se examinará el historial de la construcción de discursos entre los

trabajadores gubernamentales, con particular atención a los Agentes de Rentas Internas,

sujetos del relato. En segundo lugar, se examinará la cronología de las normas que

rigieron el trabajo gubernamental desde principios del siglo XX, en busca de los

símbolos que la mismas representaron. Por último, se aplicará esta discusión teórica a

los hechos históricos esbozados en los capítulos 2 y 3. A través de estas cronologías, se

podrán ver las discontinuidades que dieron paso a la ruptura del consenso del “servicio

público” como una labor mesiánica de sacrificio por la patria. El proyecto Helfeld y la

Ley de Personal de 1975 constituyen el clímax de este relato, ya que intentaron

remediar los conflictos ocasionados.

Fuentes

La metodología utilizada en esta tesis es mayormente cualitativa, la cual es más

apropiada para descubrir las interacciones entre los actores y sus interpretaciones de las

mismas. Los métodos cuantitativos utilizados, mayormente encuestas y cifras

ilustrativas de las características del sistema de relaciones laborales gubernamentales,

tienen la utilidad de ubicar a los Agentes de Rentas Internas en su contexto laboral. La

evidencia utilizada en la tesis consiste de informes periodísticos; archivos de los

sindicatos; entrevistas a los actores de la época; tesis de maestría sobre el tema; y el

informe preparado como apoyo para la legislación propuesta. Partiendo de la literatura,

18

estas fuentes se tratarán como textos que presentan relatos subjetivos, que responden a

un discurso construido por el entorno de quienes lo presentan. Se estudiarán los

discursos de los actores según expresado por su lenguaje y sus prácticas expresados en

las fuentes enumeradas. La tesis analiza los relatos paralelos a través del estudio de las

instituciones y los discursos generados en su seno, sin atribuir a una u otra el carácter

motriz exclusivo.

Este estudio enfoca la forma en que los trabajadores desarrollaron su actividad

colectiva. El interés primario no son las huelgas de los trabajadores gubernamentales.

Una tesis estadounidense halló que un grupo de trabajadores que había participado en

una iniciativa por mejorar los salarios de los trabajadores, desarrolló una identidad

colectiva mayor que otro grupo que había protagonizado una huelga, porque su lucha

adquirió un carácter más duradero y conllevó un cambio en los patrones diarios que no

se dio mediante la huelga.50 En ésta, los trabajadores se enfocaban en una lucha

definida, enfocada en intereses particulares del grupo concernido y de poca duración,

sin interés en trascender la coyuntura particular. Por ende, su patrón conductual no se

interrumpió y no se alteró su horizonte. Los participantes de la lucha continua, por otro

lado, vieron sus patrones de pensamiento afectados y tendieron a adoptar una identidad

colectiva más amplia y una definición más duradera de la lucha. Estos hallazgos

contradicen el énfasis que se ha dado en la literatura a las huelgas, motivados por la

atención mediática que éstas reciben.

Los testimonios de los actores (líderes de los trabajadores gubernamentales y de

los Agentes de Rentas Internas, administradores del Departamento de Hacienda,

legisladores) hacen una gran contribución en el contexto de esta coyuntura, debido a que

la interacción no dejaba huellas documentales e incluso pasaba desapercibida para los

50 Rachel E. Meyer, “Perpetual Struggle: Sources of Working-class identity and Activism in Collective

Action” (Disertación Doctoral en Sociología, Universidad de Michigan, 2008).

19

estudiosos y periodistas. Aunque las condiciones de vida de los trabajadores fueron

objeto de estudios económicos y sociales, los mecanismos en los que los discursos se

elaboraron no lo fueron. Este es el caso de la organización sindical, la identidad de

grupos, la actividad de protesta, la negociación “informal” o llevada a cabo sin

legislación que la ordenara, la legislación tras bastidores y otros. Langellier aconseja

tener cautela con estos testimonios:

Todas las narraciones personales tienen una función política, ya que originan

una determinada manera de ver el mundo que privilegia unos determinados

intereses (historias y significados) sobre otros, tengan o no contenido político

explícito. Para desentrañar la ideología en la narración personal se requiere un

análisis de la estructura y significados profundos, dentro de un discurso de

textos y participantes múltiples . . .51

Los informes periodísticos y las tesis de posgrado ayudan a traer estos

testimonios a la luz, ya que sus autores interactuaron con los actores durante el periodo

estudiado. Los documentos arrojan una multitud de significados generados al momento

de ocurrir los actos, que vistos a la luz de las circunstancias y mediante la literatura

permite identificar los símbolos constitutivos de los discursos e ideologías que

adelantaban los autores. Todos estos ingredientes constituyen textos que en conjunto

permiten construir relatos de poder que adelantan los autores, a su vez actores. Vistos

mediante el prisma de sus propias ideologías constructoras, se puede visualizar la falta

de un discurso común que impidió plasmar en legislación los supuestos puntos de

consenso que muchos entendieron existían. La perspectiva del autor, quien organizó el

Comité Timón de Agentes de Rentas Internas que hoy día representa a estos

trabajadores para efectos de negociación colectiva, fue útil para identificar algunos de

los entrevistados y para formular las preguntas atinentes.

51 Kristin M. Langellier, “Personal Narratives : Perspectives on Theory and Research,” Text and

Performance Quarterly 9 Núm. 4 (1989): 271.

20

Los reportajes periodísticos tienen una importancia especial en el contexto

puertorriqueño, donde el número de trabajadores organizados era tan bajo que la prensa

representaba un medio importante para presentar sus puntos de vista. El periodismo les

brindaba actualidad y una capacidad de provocar efectos inmediatos en la mente de los

receptores y en la actividad social.52 Los periódicos ofrecían alcance a una gran

cantidad de lectores y sus interlocutores,53 por su bajo costo54 y la atracción que tenían

ante la curiosidad que tenemos por nuestros semejantes.55 Los partes de prensa

informan los eventos del día con aparente imparcialidad, mostrando las declaraciones de

las personas que abogaban por las distintas posiciones. En contraste, el editorial “refleja

la línea ideológica que sirve de guía a la empresa ante los hechos o sucesos de

actualidad.... es el género más cuidadosamente trabajado del periódico.”56

La comunicación social permite “a los componentes de un grupo social orientar

su propia acción según se vayan produciendo los acontecimientos,” selecciona los

valores que se preservarán y los transmite tanto abierta como inadvertidamente.57

Cumple, además, las funciones de supervisar el ambiente, formar consensos, transmitir

el patrimonio cultural, socializar y entretener.58 Los trabajadores tenían sus propios

medios de comunicación, como la prensa obrera, los boletines y la comunicación

interpersonal. Un medio muy efectivo y poco discutido fue la música. Gely identifica

cuatro tipos de música laboral: dos de éstas facilitan el proceso productivo y dos que

manifiestan un ánimo contestatario.59 Estas últimas son las que expresan quejas y las

52 Mick Marchington, “Shop-floor Control and Industrial Relations,” en ed. John Purcell y Robin Smith,

The Control of Work (The Mcmillan Press, Londres, 1979), 152. 53 Hermann Finer, Teoría y práctica del Estado Moderno (Madrid: Ed. Tecnos, 1964), 327. 54 Camilo Taufic, Periodismo y lucha de clases (Buenos Aires: Eds. De la Flor, 1974), 44. 55 Finer, Teoría y práctica del Estado Moderno, 329. 56 Luis Hernando Cuadrado, El discurso periodístico, (Madrid: Ed. Verbum, 2000), 19-20. 57 Taufic, Periodismo y lucha de clases, 55-58. 58 Taufic, Periodismo y lucha de clases, 55-56. 59 Rafael Gely, “Workplace songs: Developing a Framework for Research and Teaching,” International

Journal of Comparative Labour Law and Industrial Relations 25 Núm. 1 (2009): 52-56.

21

que generan sentidos de solidaridad. Los trabajadores gubernamentales puertorriqueños

se valieron de ambos tipos, como se verá en el Capítulo 2.

La música no sólo manifiesta una identidad sino que ayuda a formarla, dentro de

un proceso constante de formación y cambio que no responde a grupos o categorías

fácilmente determinables.60 Las canciones y consignas cumplieron para los trabajadores

el propósito que tenían los periódicos para las elites, como foros de discusión de ideas,

fortalecerse y trazar estrategias para mejorar su estado marginal en lo que Lillian Guerra

llamó “política folklórica.”61 La bomba, la décima y la plena fueron la literatura oral

mediante la cual los trabajadores puertorriqueños expresaron sus emociones, anhelos y

conspiraciones, para comunicarse entre sí y comunicar sus quejas a la comunidad.

El Capítulo 4 cita varias leyes aprobadas sobre el trabajo gubernamental con

miras a trazar los cambios en las relaciones del trabajo en la rama ejecutiva, debido a

que las condiciones de trabajo de este grupo se determinaban por ley. El estado reclamó

reiteradamente a través del periodo cubierto en la disertación que éste era el modo

correcto de hacerlo. Mediante leyes, el estado concedió préstamos, pensiones y permiso

de portación de armas a sus trabajadores; fijó sus salarios y sistemas de personal; y

estableció sistemas de resolución de querellas. En la medida que las leyes lo establecían

y que los tribunales las discutían, la disertación presenta cómo las reglas de trabajo

variaron, lo que permite trazar el lenguaje y los símbolos que permearon estas

relaciones. La tesis parte de la premisa de que las leyes son la fuerza ambiental de

mayor impacto sobre el subsistema de relaciones laborales porque el estado las puede

60 Peter Wade, “Music and the formation of Black identity in Colombia,” NACLA Report on the Americas

35, Núm. 6, (May/Jun 2002). 61 Ver Lillian Guerra, , “Popular consciousness and creative expression: constructing Self in the World of

the Other,” en Lillian Guerra, Popular expression and national identity in Puerto Rico : the struggle for

self, community, and nation (University Press of Florida 1998), 128.

22

poner en vigor mediante la policía, los tribunales y la amenaza de confinamiento y

violencia.62

Al comparar leyes y proyectos de ley presentados por el PPD como partido o

como gobierno, incluso el proyecto Helfeld y el proyecto de Ley de Personal de 1975,

se verá que el discurso gubernamental se transformó a medida que la negociación

“informal” se volvió un instrumento más frecuente en la rama ejecutiva y los grupos

más prominentes (como los maestros y bomberos) utilizaron la huelga como

instrumento de presión. El diseño de los mecanismos de resolución de conflicto

propuestos favoreció a estos grupos. Las leyes de negociación colectiva aprobadas en

1938 y en 1945, así como la Constitución de 1952, privilegiaron de forma similar a los

sindicatos de las corporaciones públicas, más fuertes que las organizaciones de los

demás trabajadores gubernamentales. Aunque nadie lo visualizó al momento, la Ley de

Personal de 1975 tuvo el efecto similar de permitir a las organizaciones de trabajadores

gubernamental operar dentro de sus patrones acostumbrados de organización por

agencia.

Esta tesis sigue el argumento de Mick Marchington de que no basta con

examinar las consecuencias del control sobre un asunto aislado en el taller de trabajo,

sino que hay que tomar en cuenta las relaciones de poder en la sociedad en general.63

Además, esta tesis adopta la definición de Derecho como promotor de conductas, no

sólo sistema de control. Según argumenta Correas, los textos legales son productos

culturales que transmiten ideas o pensamientos y que se componen de signos, que a su

vez son las unidades básicas de los discursos. El discurso del Derecho es la parte

resolutiva de los textos legales y el discurso jurídico es el discurso fundacional, que no

es vinculante pero fundamenta el discurso del Derecho. Los signos se organizan en

62 Kaufman, “Employment Relations and the Employment Relations System,” 60. 63 Mick Marchington, “Shop-floor Control and Industrial Relations,” 133.

23

lenguajes y la comunicación se efectúa a través del código, que enlaza al emisor con el

receptor. “[L]os textos jurídicos pueden decir muchas cosas según los códigos con que

se lean.”64

Esta disertación estudia las propuestas legislativas como textos que expresan

discursos, apoyados por los medios de comunicación social. Por un lado, el estado en

su rol de patrono establece las condiciones de trabajo. Por otro lado, las leyes de

negociación colectiva se presentan ante los trabajadores como una concesión de

espacios para el diálogo, mientras protegen el campo de actividad del estado. Este

periodo histórico presenta una tensión entre dos soluciones al problema del control

excesivo del trabajo por los políticos: la negociación colectiva (determinación bilateral

de las condiciones de trabajo) y la reglamentación detallada (protección paternalista).

Esta tensión discursiva enfrentó los relatos de poder del Estado y de sus

trabajadores, en un intento por reclamar el protagonismo en el servicio de la patria. Al

final de este trayecto, el debate quedó inconcluso; pero quedó demostrado que los

discursos de los trabajadores gubernamentales no dependían de la protección

gubernamental para subsistir, como se ha argumentado hasta ahora en la literatura.

64 Óscar Correas, Crítica de la ideología jurídica ( Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM,

México D.F., 1993), 24.

24

25

CAPÍTULO 1: Marco teórico

En este capítulo se expondrá el marco teórico en el cual se discutirá la

interacción entre los diferentes elementos que constituyeron el taller de trabajo

gubernamental, dentro del cual los Agentes de Rentas Internas construyeron discursos

de acción reivindicativa. En el mismo, se discuten las diversas teorías sobre las

relaciones del trabajo en el gobierno y sobre su construcción discursiva. Se argumenta

que las relaciones laborales se deben analizar a través del estudio del proceso del

trabajo, entendido como la manera en que el trabajo se inicia y conduce. Los discursos

y símbolos constituyen un espacio de acción en las relaciones laborales, pero no la

fuerza motriz de este proceso. Los discursos y las instituciones interactúan en el

proceso de construcción de la acción reivindicativa, pero la literatura no sugiere que los

discursos tengan autonomía o protagonismo.

Literatura sobre las relaciones laborales en el gobierno

David Baronov argumenta que la sustitución de la oligarquía azucarera por el

estado en el liderazgo económico y social hizo que los conflictos obreros pasaran a la

esfera gubernamental.65 El crecimiento del gobierno suscitó un aumento en las

organizaciones de trabajadores gubernamentales y en los estudios universitarios y

gubernamentales sobre las condiciones de trabajo y el salario mínimo. Los estudios

académicos, además, mostraron un interés creciente en el impacto de la transformación

económica sobre las mujeres. Baronov aborda el tema desde el punto de vista de las

transformaciones económicas y políticas, mientras ignora las transformaciones del

grupo trabajador como fuente de la literatura.

65 David Baronov, Bibliografía sobre el Movimiento Obrero Puertorriqueño, 1873-1996 (San Juan:

Ediciones CILDES, 1996).

26

Miles Galvin hizo la mayor contribución al estudio de los trabajadores

gubernamentales puertorriqueños.66 Sugirió que éstos opusieron mayor resistencia ante

el gobierno cuando se hizo patente el trato desigual entre los trabajadores de la rama

ejecutiva y los de las corporaciones públicas y que la reducción de sus sueldos reales

subsidiaba la expansión del gobierno, lo que a su vez había creado una relación laboral

impersonal. Argumentó que los trabajadores gubernamentales se enfrentaron al

gobierno en acciones concertadas porque se sentían impunes. Indicó que al ver que la

actividad colectiva era inevitable, el gobierno invitó a la Federación de Empleados de

los Estados, Condados y Municipios de los Estados Unidos (AFSCME, por sus siglas en

inglés) a afiliar a los trabajadores y negoció con los grupos en situaciones aisladas.

Al hablar de la sensación de impunidad de los trabajadores gubernamentales,

Galvin soslayó el cálculo de poder que realizan todos los trabajadores al lanzarse a una

huelga, e implicó que la política estatal contra las acciones colectivas dictaba la norma a

seguir. Por otro lado, no cumplió su promesa de discutir por qué las organizaciones no

apoyaron los proyectos de ley presentados entre 1970 y 1972. Tampoco lo hizo en su

libro, publicado en 1979:67 en éste, atribuyó la ausencia de acción sobre el tema a la

recesión económica y al desinterés, tanto de las tres ramas de gobierno como de la

AFSCME. Esta dejadez se acompañó de una campaña del gobierno y la prensa contra

la relación entre los activistas obreros y los partidos independentistas. Galvin demostró

que la fragmentación del movimiento obrero también impidió que esta iniciativa cobrara

fuerza. Sin embargo, no discutió el ánimo de los trabajadores, como sí lo hizo con su

ánimo de organizarse en las décadas anteriores.

66 Miles Galvin, “Collective bargaining in the public sector in Puerto Rico” (Tesis doctoral, University of

Wisconsin, 1972), 368-378.. 67 Miles E. Galvin, Organized Labor Movement in Puerto Rico (Madison, NJ: Fairleigh Dickinson

University Press, 1979), 187-188.

27

Pou Rivera68 estudió a 22 organizaciones de trabajadores gubernamentales,

incluyendo la Hermandad de Agentes de Rentas Internas. Halló que la mayoría buscaba

mejorar las condiciones de trabajo y el bienestar económico de sus integrantes, no

meramente su mejoramiento profesional, e influir las decisiones gerenciales en asuntos

de importancia para sus integrantes, primariamente mediante la negociación colectiva.

Ésta se daba más en los gobiernos municipales que en la rama ejecutiva. Además,

encontró que los trabajadores de oficina y las mujeres mostraron interés en las

organizaciones y que la actividad de resistencia había aumentado por el costo de la vida

y la amenaza a sus trabajos por el cambio de gobierno, lo que contradice a Galvin.

Más de una tercera parte de las organizaciones estudiadas por Pou Rivera utilizó

actividades de presión como huelgas y piquetes. Si fracasaban, acudían a otra entidad

gubernamental que concediera sus reivindicaciones o las replanteaban luego. Sin

embargo, la actividad legislativa no era la primera opción, y la legislación para conceder

el derecho a negociar colectivamente se propuso con poco apoyo de las organizaciones.

Pronosticó que la presión sobre el gobierno para negociar colectivamente eventualmente

lo obligaría a legislarla. Pou Rivera, sin embargo, partió de la premisa común de la

época de que la negociación colectiva requería legislación, obviando sus propios

hallazgos de que los trabajadores preferían la acción directa.

Varias otras tesis de estudiantes de maestría de la Escuela de Administración

Pública de la Universidad de Puerto Rico estudiaron las actitudes de los trabajadores de

diversas agencias de la rama ejecutiva.69 Enfocaron principalmente los deseos de los

68 Jesse Pou Rivera, “Public Employee Organizations in Puerto Rico” (Tesis de Maestría, Escuela de

Administración Pública, Universidad de Puerto Rico, 1974). 69 Véanse las siguientes tesis de maestría de la Escuela Graduada de Administración Pública, Recinto de

Río Piedras, Universidad de Puerto Rico: José A. Arcely, “La negociación colectiva en el servicio

público: el caso de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados,” 1972; Hilda Bonilla Acosta, “Derecho

a la negociación colectiva en el servicio público: Caso particular, el Fondo del Seguro del Estado”; Luz

D. Díaz Ayala, “La negociación colectiva en el servicio público: Análisis de la situación en los Estados

Unidos y el caso particular de la Autoridad de Comunicaciones de Puerto Rico,” 1979; José N. Díaz

28

trabajadores de pertenecer a sindicatos y negociar colectivamente, relatando las

actividades de presión que tomaron. Otras estudiaron los textos de los proyectos

propuestos,70 o el impacto de las huelgas sobre la política pública.71 El consenso de

éstas es que los trabajadores apoyaban la negociación colectiva y que las huelgas habían

reducido el apoyo ciudadano y legislativo a la misma. Sin embargo, ninguno de los

estudiantes analizó la conexión entre las opiniones de los trabajadores y la alegada

necesidad de un esquema legislativo. Además, los únicos casos de negociación

informal que estudiaron estuvieron ligados a huelgas, las cuales eran el objeto real de

estudio.72 La negociación informal, los acuerdos resultantes e incluso los piquetes

realizados no fueron estudiados, a excepción de Federico Quiñones, quien describió

brevemente el proceso de negociación y la coyuntura en que se firmaba una carta

contractual o se consultaba a la matrícula si se decretaba una huelga.73 La falta de

estudios similares presenta un alto riesgo de distorsión porque la cantidad de huelgas

Miranda, “Compatibilidad o incompatibilidad del principio de mérito y la negociación colectiva: El caso

de las corporaciones públicas y otras agencias, en particular el Banco de la Vivienda,” 1981; Miguel A.

Díaz Vázquez, “Perspectiva sobre la sindicalización y la negociación colectiva del empleado público en

Puerto Rico,” 1978; Isabel E. Arocho Oramas, “Opinión de los trabajadores sociales de Puerto Rico hacia

la sindicalización de los empleados públicos,” 1974; Agnes Bermúdez Gómez, “Análisis de las opiniones

de los profesores del Colegio de Administración Comercial sobre la sindicalización de los empleados

públicos,” 1974; Marianela Cerezo Figueroa, “Actitudes de los empleados del Departamento de Asuntos

del Consumidor hacia la negociación colectiva como medio de mejorar sus condiciones de trabajo,” 1974;

Nydia M. Cruz de Fournier, “Actitudes de las secretarias del gobierno de Puerto Rico hacia la

sindicalización: el caso de las oficinas centrales del Departamento de Salud,” 1975; Lilliam I. Gierbolini,

“La opinión de los empleados públicos en la negociación colectiva,” 1978; Delia A. Rivera Mercado,

“Las opiniones de los maestros de las escuelas públicas de Barranquitas sobre la negociación colectiva y

la Federación de Maestros de Puerto Rico,” 1975. 70 Véanse las siguientes tesis de maestría de la Escuela Graduada de Administración Pública, Recinto de

Río Piedras, Universidad de Puerto Rico: Norman L. De la Rosa Díaz, “Apuntes sobre el desarrollo del

movimiento obrero y análisis del anteproyecto de las relaciones del trabajo en el servicio público,” 1975;

Ada I. Arrufat Vera, “La sindicalización de los empleados públicos: Análisis de los proyectos presentados

a partir de 1970-1982,” 1983; Nuri Sellés de Echevarría, “Análisis de los issues más relevantes en el

proyecto de la Cámara 2 de negociación colectiva de los empleados públicos del Estado Libre Asociado

de Puerto Rico y la Ley de negociación colectiva del público de Hawai,” 1974. 71 Véanse las siguientes tesis de maestría de la Escuela Graduada de Administración Pública, Recinto de

Río Piedras, Universidad de Puerto Rico: María V. Adorno Dávila, “Las huelgas en el sector público,”

1977; Diana T. Díaz Torres, “Impacto de la huelga de la Federación de Maestros de Puerto Rico,” 1976. 72 Véanse las siguientes tesis de maestría de la Escuela Graduada de Administración Pública, Recinto de

Río Piedras, Universidad de Puerto Rico: Rafael D. Valentín Albino, “La negociación colectiva en el

servicio público: Caso de la Universidad de Puerto Rico,” 1974. 73 Federico Quiñones, Sindicalismo y política en Puerto Rico (ideas y opiniones) (Río Piedras: Editorial

Edil, 1977), 53.

29

protagonizadas por trabajadores de la rama ejecutivas fue mucho menor que en las otras

áreas del gobierno, mientras se celebraron algunas negociaciones informales. Incluso

Quiñones derivó su relato de una experiencia huelgaria.

Varias Comisiones Asesoras del Gobernador produjeron estudios sobre la

historia de las actividades colectivas de los trabajadores gubernamentales y sometieron

recomendaciones en 1975, 1978 y 1982. Estos estudios intentaron identificar la forma

en que el sistema de personal podría recuperar la uniformidad que la negociación

colectiva, con ley habilitadora o sin ella, le había restado hasta el momento. Las

Comisiones concluyeron que la disparidad de ingresos entre los trabajadores

gubernamentales desmoralizaba y reducía la productividad. Estos estudios recogieron

evidencia muy útil para estudiar los discursos que se manejaban al momento y su

relación con las normas que regían las relaciones laborales. Sin embargo, sólo

estudiaron las negociaciones “informales” de los bomberos, policías y el Departamento

de Instrucción Pública.74 En las demás instancias, sólo estudiaron sus consecuencias

legales.75 Para efectos de esta tesis sobresale una encuesta de opinión tomada entre los

trabajadores gubernamentales para la primera de estas comisiones en 1973. La misma

permite visualizar elementos de los discursos de los trabajadores, pero no contempló la

posibilidad de una negociación colectiva sin ley habilitadora.

Otra literatura relacionada examina aspectos relevantes del problema planteado

en esta tesis. Cotto Morales76 argumenta que el crecimiento en los gastos

gubernamentales y en el tamaño del gobierno entre 1969 y 1974, así como la crisis

fiscal y la inflación, motivaron la militancia sindical entre 1970 y 1975. Aunque

74 Sheila Borges, “El Departamento de Instrucción Pública de Puerto Rico y la negociación informal,”

1974; y Sheila Borges, “El Servicio de Bomberos y la negociación informal,” 1974. 75 El autor del informe sobre las huelgas, indicó que no tuvo intención de estudiar dichas negociaciones.

Entrevista a Carlos Roca Rosselli, autor de uno de los informes sometidos por la Comisión, 12 de marzo

de 2010. 76 Liliana Cotto Morales, “Trends in the Puerto Rican Labor Movement: State Employees’ Organization

and Strike Militance in the First Luster of the Seventies,” Homines 13 núm. 1 (1989):174-193.

30

examina un ángulo necesario, sólo considera factores externos al proceso de trabajo.

Intenta explicar la actividad sindical en el gobierno a partir de las contradicciones y las

crisis estructurales en las relaciones económicas, aunque reconoce que las relaciones

político-jurídicas e ideológico-culturales incidieron en el proceso. Además, no

distingue entre los trabajadores municipales, temporeros y permanentes de las agencias

de la rama ejecutiva. Tampoco consideró el papel de los partidos políticos en este

proceso.

En este sentido, Cotto Morales contrasta directamente con Juan Ángel Silén,

quien prefirió definir la actividad obrera como reflejo de la lucha política y no prestó

atención a la crisis económica de la época. Silén, anterior líder de la Federación de

Universitarios Pro Independencia y luego líder del Movimiento Pro Independencia

(MPI), señaló la importancia de hechos políticos aparentemente ajenos al movimiento

obrero como la manipulación del aumento en la criminalidad para sembrar el pánico en

la década de 1970. Al hacerlo, Silén adelantó el estudio crítico de los eventos que

rodeaban a los trabajadores y reflejó el ánimo de la época de prestar atención a los

reclamos de los trabajadores y no sólo de sus líderes. Sobre éstos, Silén contribuyó la

teoría de que el papel de los líderes sindicales que militaban con el PPD cambiaron de

actitud ante el gobierno cuando el PPD pasó a la oposición, lo cual aceleró el conflicto;

el gobierno del PNP, además, era muy débil pues había ganado por la división del PPD.

Raúl Guadalupe de Jesús hizo un análisis similar, en el cual atribuyó a los

militantes de izquierda el crecimiento de los sindicatos en la década de 1970, citando

extensamente un artículo del autor de esta tesis.77 Sin embargo, no discutió el

crecimiento de la actividad de resistencia laboral en el gobierno.

77 Raúl Guadalupe de Jesús, Sindicalismo y lucha política: apuntes históricos sobre el movimiento obrero

puertorriqueño (San Juan: Editorial Tiempo Nuevo, 2009).

31

Arleen Hernández Díaz, por su parte, asegura que los trabajadores

gubernamentales procuraron la actividad concertada por su disparidad en salarios con

sus contrapartes en las corporaciones públicas y en los Estados Unidos, pero no explica

por qué esta última comparación es relevante.78 Además, ignora la importante actividad

de cabildeo que llevaron a cabo los sindicatos en el periodo cubierto y trata la actividad

concertada como la única manifestación posible de la identidad de los grupos.

En 2008, Román Espada79 demostró que las leyes de negociación colectiva

aprobadas en 1945 y 1998 no perseguían promover la negociación colectiva sino

controlarla. En 1977, Suárez Torres había llegado a la misma conclusión sobre el

proyecto Helfeld. Queda en tela de juicio la premisa constante de que los trabajadores

querían que el gobierno legislara para sancionar sus acciones colectivas y reivindicar

sus aspiraciones “legalmente.”

Otro aspecto fundamental de la literatura es la interacción entre las actividades

colectivas de los trabajadores gubernamentales y los intereses de la población para la

cual trabajan. Leo Troy, el más citado de los escritores estadounidenses sobre el tema,

argumenta que los sindicatos de los trabajadores gubernamentales son cualitativamente

distintos, entre otras razones, porque buscan desviar los recursos destinados a la obra de

gobierno.80 Johnson, al contrario, concluyó que la actividad política de estos sindicatos

no ha debilitado otros grupos poblacionales, sino que ha fortalecido al estado y ha

generado nuevas políticas públicas:81 por ejemplo, la alianza de estos trabajadores con

78 Arleen Hernández Díaz, Labor-Management Relations in Puerto Rico during the Twentieth Century

(Gainesville, Florida: University Press of Florida, 2005). 79 Carlos Román Espada, “Evolución histórica de la sindicación de los empleados públicos en Puerto

Rico” (Tesis de maestría de la Escuela Graduada de Administración Pública, Recinto de Río Piedras,

Universidad de Puerto Rico, 2007). 80 Leo Troy, The New Unionism in the New Society: Public Sector Unions in the Redistributive States

(University Publishing Association, 1994). 81 Paul Johnston, Success While Others Fail: Social Movement Unionism and the Public Workplace

(Ithaca, Nueva York: ILR Press, 1994), 9. También véase Robert Hebdon, “The Politics of Collective

Bargaining,” en Encyclopedia of Public Administration and Public Policy 1 núm. 1 (2003): 213.

32

los movimientos contra el discrimen ha fortalecido a las mujeres y a las minorías

étnicas.

Bent y Reeves señalan que como otros trabajadores profesionales o

intelectuales,82 los trabajadores gubernamentales se afiliaron a organizaciones laborales

lentamente y para recuperar la integridad y dignidad que entendían correspondía a sus

destrezas. 83 Añaden que la identidad sindical sustituye en este proceso a la profesional,

pero los trabajadores tendían a compartir las opiniones laborales, estuvieran afiliados al

sindicato o no. Los gobiernos se resistieron a la sindicación porque era contrario al

discurso individualista que representaba el sistema de mérito. Sin embargo, los

trabajadores gubernamentales han actuado políticamente y acumulado suficiente poder

político para lograr que se le reconociera el derecho a negociar con los gobiernos locales

y estatales. Richard Freeman y Casey Ichniowski indican que los sindicatos en el

gobierno necesitan las leyes habilitadoras más que los sindicatos en las empresas con

fines de lucro.84

Como consecuencia de la naturaleza distinta del trabajo, la Asociación Nacional

de Educación de los Estados Unidos (NEA) trazó una distinción entre las negociaciones

82 La Ley federal estadounidense de Relaciones del Trabajo (NLRA, por sus siglas en inglés), define el

vocablo “profesional” como sigue:

12) The term "professional employee" means--

(a) any employee engaged in work (i) predominantly intellectual and varied in character as opposed to

routine mental, manual, mechanical, or physical work; (ii) involving the consistent exercise of discretion

and judgment in its performance; (iii) of such a character that the output produced or the result

accomplished cannot be standardized in relation to a given period of time; (iv) requiring knowledge of an

advanced type in a field of science or learning customarily acquired by a prolonged course of specialized

intellectual instruction and study in an institution of higher learning or a hospital, as distinguished from a

general academic education or from an apprenticeship or from training in the performance of routine

mental, manual, or physical processes; or

(b) any employee, who (i) has completed the courses of specialized intellectual instruction and study

described in clause (iv) of paragraph (a), and (ii) is performing related work under the supervision of a

professional person to qualify himself to become a professional employee as defined in paragraph (a).

83 Alan E. Bent y T. Zane Reeves, Collective Bargaining in the Public Sector: Labor-Management

Relations and Public Policy (Menlo Park., California: The Benjamin/Cummings Publishing Company,

1978). 84 Richard B. Freeman y Casey Ichniowski, “Introduction: The Public Sector Look of American

Unionism” en ed. Richard B. Freeman y Casey Ichniowski, When Public Sector Workers Unionize,

(Chicago: The University of Chicago Press, 1988).

33

que llevaban a cabo y la negociación colectiva. T.M. Stinnett, Secretario Ejecutivo

Adjunto para desarrollo Profesional y Bienestar de la NEA, definió el tipo de

negociaciones que llevaban a cabo los maestros en la década de 1960, como un abordaje

cooperativo en el desarrollo de políticas. “No atiende exclusivamente los salarios y el

bienestar como muchos han inferido: tiene que ver con toda la gama de políticas de

personal y el clima de trabajo.”85 Stinnet rechazó que buscaran definir las políticas

administrativas, pero no aceptaba los límites de la negociación laboral que se daba fuera

del gobierno.

En América Latina, la literatura plantea el problema en términos del carácter

legal de la relación de trabajo gubernamental, de manera similar a las dos comisiones

puertorriqueñas mencionadas. Los dos escritos hallados no estudian el problema de las

relaciones laborales ni los discursos de los trabajadores.86 Mario A. Blanco Vado

contribuye un análisis teórico de la negociación colectiva llevada a cabo sin ley

habilitadora. La definió como “una negociación colectiva directa, no siempre

reglamentada, que en ocasiones es disfrazada o bien disminuida . . . al margen de los

procedimientos e instrumentos establecidos en la Legislación Laboral ordinaria, e

incluso como alternativa a la imposibilidad de recurrir a los mismos en el Sector

Público.”87 Además, se produce “sobre la base únicamente de la fuerza sindical.”88

Señala que se hace difícil hallar evidencia de las mismas debido a su informalidad y que

hay una correspondencia directa entre la negociación colectiva y el desarrollo o

permanencia de la actividad sindical. La investigación para esta tesis halló, similar a

85 T.M. Stinnett, “Professional Negotiation, Collective Bargaining, Sanctions, and Strikes,” NASSP

Bulletin 48 (1964): 93 86 Óscar Hernández Álvarez, “La negociación colectiva de los empleados públicos: tránsito de la

concepción estatutaria a la concepción laboralista,” en Antonio Ojeda Avilés, La negociación colectiva en

América Latina (Editorial Trotta, 1993); Mario A. Blanco Vado, “La negociación colectiva de facto en la

administración pública costarricense,” Debate Laboral: Revista Americana e Italiana de Derecho del

Trabajo 6 (1990). 87 Blanco Vado, “La negociación colectiva de facto en la administración pública costarricense,” 218-219. 88 Blanco Vado, “La negociación colectiva de facto en la administración pública costarricense,” 234.

34

Blanco Vado, que los acuerdos entre los sindicatos y las agencias descansaban sobre la

fuerza de los sindicatos y no se hallaban en las bibliotecas, debido a que se incorporaban

a los reglamentos y procedimientos de las agencia mediante órdenes administrativas; en

algunos casos no se plasmaban por escrito sino verbalmente. Además, el Departamento

del Trabajo no mantuvo registros estadísticos de las organizaciones,89 limitándose a

recibir los documentos que éstas le enviaban. La Oficina del Contralor y el Secretario

de Justicia llamaron la atención a la existencia de la negociación sin ley habilitadora.

La nueva historiografía laboral

Los historiadores sociales estaban dispuestos a admitir que sus estudios

microcósmicos de comunidades ignoraban a menudo las estructuras subyacentes, los

eventos decisivos y las comparaciones significativas, por lo que no podía presentar una

nueva síntesis en la mayoría de las áreas de estudio. La nueva historiografía laboral que

E. P. Thompson inspiró con la publicación en 1963 de The Making of the English

Working Class buscaba trascender esta historia institucional y examinar a los

trabajadores mismos. Los historiadores procuraron realizar una nueva síntesis y un

estudio de las políticas laboral, gerencial y estatal. Algunos de ellos enfocaron la

política y el estado.90

El trabajo de Thompson enfoca la cultura popular y de la clase obrera. Al

principio sustituyó la premisa de la construcción económica de la clase por una visión

de la clase como un artefacto cultural. Además, éste estudió la historia de la familia y

las mujeres, la violencia colectiva, el control obrero y la cultura y deportes de la clase

trabajadora. El trabajo de Thompson contribuyó a cimentar la visión posmodernista

89 Consejo Asesor del Gobernador sobre Política Laboral, Las organizaciones bona fide de empleados en

el gobierno de Puerto Rico, octubre de 1978, 29. 90 Moss, B.H. Moss,.1993. “Republican Socialism and the Making of the Working Class in Britain,

France, and the United States: A critique of Thompsonian Culturalism,” Comparative Studies in Society

and History 35, Núm. 2 (1993): 391.2, 290-413.

35

emergente de que la historia era experiencia, significado cultural y discurso, en lugar de

como una disciplina que la causalidad, la estructura y el proceso. Los seguidores de

Thompson en Estados Unidos, Francia e Inglaterra describieron cómo la sociedad vio

una división cultural y cómo la clase media manipuló a los trabajadores mediante sus

partidos políticos.

Al principio del debate de la “síntesis” en la historia laboral en la década de

1960, la crítica radical era que la disciplina había enfocado demasiado las dimensiones

organizativas del movimiento sindical. Los proponentes de la síntesis proponían

cambiar el enfoque hacia los trabajadores, que E.P. Thompson llamaba sus

“experiencias compartidas.” Para 1978, esta escuela se había convertido, según David

Brody, en una productora de estudios sobre etnia, género, raza, comunidad y proceso

laboral.91 Jerry Lee Lembcke argumentó que el proyecto de sintetizar ha flaqueado y

que los debates reales tratan sobre la conceptualización de la “clase” y la forma que

entendemos la relación entre poder y clase, temas comunes en la literatura sociológica.92

En aras de contribuir a un entendimiento de las relaciones laborales, es preciso

ahondar en las explicaciones que han brindado otras disciplinas sobre los conceptos

explicados hasta ahora. En la sección siguiente, se discutirán las teorías más

importantes y su relevancia.

El subsistema de relaciones laborales

Las relaciones de trabajo son el conjunto de relaciones humanas que se

entrelazan dentro de una empresa en el proceso de producir bienes o servicios. Müller-

entsch indica que constituyen un subsistema social que opera bajo un lenguaje propio

91 David Brody, “The Old Labor History and the New: In Search of an American Working Class,” Labor

History 20 (1979): 111. 92 Jerry Lee Lembcke, “Labor history’s ‘synthesis debate’: Sociological interventions,” Science and

Society 59, Núm. 2 (1995): 137.

36

que lo distingue, cuyo medio de comunicación es la negociación. 93 Los factores que se

desempeñan fuera del taller de trabajo influyen sobre ella, desde su propia perspectiva

de subsistema. El subsistema político usa el lenguaje de la proscripción de la conducta,

y su medio de comunicación es la legislación: y el subsistema legal usa el lenguaje del

castigo, y su medio de comunicación es la adjudicación.94

El subsistema de relaciones laborales forma parte del sistema económico,95 un

componente clave de una red abarcadora de relaciones e instituciones sociales, que han

sido estudiados ampliamente. Un estudio patrocinado por el Banco Interamericano de

Desarrollo y el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo sugirió el

siguiente diagrama para representar las relaciones entre los actores dentro del

subsistema de relaciones laborales gubernamental:

Fuente: José A. Bonifacio y Graciela Favilene, Análisis comparado de las relaciones laborales en la

administración pública latinoamericana,: Argentina, Costa Rica, México y Perú (Caracas: Banco

Interamericano de Desarrollo y el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, 2002),

14.

93 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 5. 94 Niklas Luhmann, Social Systems (Stanford, California: Stanford University Press, 1995), 375. 95 Bruce E. Kaufman, “Employment Relations and the Employment Relations System,” 65.

Bienes y servicios públicos

Ciudadanos

Sistemas de arbitraje y control

Sistema judicial

37

Este diagrama representa la separación “entre las competencias políticas y las

administrativas. A nivel político, se definen las reglas y prioridades, las normas de

calidad y la distribución de recursos, mientras que incumbe a la gestión administrativa

aplicar los objetivos políticos.”96 Los políticos ostentan la autoridad del estado y los

administradores (“directivos,” en el lenguaje de la gráfica) la canalizan. Estos últimos

se dividen en los directivos “sustantivos” que implementan la política pública, y los

directivos “reguladores” que habilitan las relaciones laborales.

La coordinación interna en las organizaciones depende del ejercicio de

autoridad.97 Los mercados de trabajo, por otro lado, se caracterizan por lo siguiente: (a)

existe una relación de empleo; (b) ésta relación es contractual; (c) la capacidad de

negociación de ambas partes tiene límites; (d) la relación es de tipo adversativo y las

partes buscan transferir recursos de una a la otra; (e) no todas las condiciones pueden

ser anticipadas y puestas por escrito, por lo que debe ajustarse y negociarse

constantemente; y que (f) las organizaciones pueden influenciar el mercado de trabajo,

así como el mercado de productos y servicios influye sobre las organizaciones.98

Además, influyen las fuerzas sociales de la cultura, la clase, la ética, la ideología

y la historia.99 La cultura es la influencia social sobre el comportamiento a través de las

normas sociales, los ideales compartidos y las costumbres generalmente aceptadas.

También, incluye las normas de comportamiento social en las relaciones laborales,

como expectativas de producción y puntualidad, formas de competencia y aceptación de

la autoridad. Las clases son estratos sociales amplios y relativamente bien identificados

que se definen por la posición de un individuo en la jerarquía económica y social. Éstas

96 José A. Bonifacio y Graciela Favilene, “Análisis comparado de las relaciones laborales en la

administración pública latinoamericana,: Argentina, Costa Rica, México y Perú,” Banco Interamericano

de Desarrollo y el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, 2002, 13. 97 Kaufman, “Employment Relations and the Employment Relations System,” 52. 98 Kaufman, “Employment Relations and the Employment Relations System,” 56. 99 Kaufman, “Employment Relations and the Employment Relations System, 57.

38

separan patronos de trabajadores y a los grupos sociales u ocupacionales dentro del

taller en grupos distintos con intereses y puntos de vista divergentes o incluso

encontrados.

Los trabajadores gubernamentales intentaron negociar con todos los

componentes de este subsistema según la situación lo dictaba. Los Agentes de Rentas

Internas, en específico, negociaban las formas de representar efectivamente la autoridad

del estado. ¿Cómo explica la literatura estos subsistemas?

En 1928, Feldman enfocó las relaciones industriales en cinco temas principales:

(a) los factores del comportamiento humano con referencia especial a la industria, (b) el

trabajador en relación con su trabajo, (c) el trabajador en relación con su compañero de

trabajo, (d) el trabajador en relación con su patrono y (e) el trabajador en relación con el

público. Además, Feldman asumió un abordaje multidisciplinario.100 John Dunlop

identificó en 1958 tres componentes elementales de los sistemas de relaciones

industriales: los actores (es decir los gerentes, trabajadores y sus representantes

respectivos), los contextos ambientales (como las tecnologías, los mercados y la

distribución de poder) y una ideología que da cohesión al sistema.101 Las ideologías

compartidas fortalecen un sistema, mientras un conflicto ideológico lo puede llevar al

fracaso. Éste define, por último, la historia como una construcción incremental sobre

las bases que preceden al momento en que se actúa. Para propósitos de esta tesis, los

discursos se consideran el elemento básico de la construcción de ideologías.

Desde la década de 1960, según Marchington, los sucesos en las empresas

llevaron a abandonar el enfoque tradicional sobre las instituciones de negociación

colectiva y Surgió la tendencia académica a enfocar el tema de abajo hacia arriba,

100 Kaufman, “Employment Relations and the Employment Relations System,” 44-45. 101 Walther Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 2.

39

dentro de la planta.102 En consecuencia, se privilegiaron los significados y valores

asociados a la acción dentro del taller de trabajo. Cualquiera que sea la industria o el

sindicato, se consideró que el taller de trabajo jugaba un papel importante en crear y

mantener las reglas que emanan del centro de trabajo.

Los análisis teóricos intentan explicar por qué surgen estas instituciones y toman

formas y funciones particulares. La teoría del proceso del trabajo, tendencia

sobresaliente durante las décadas de 1970 y 1980, ofrece una explicación al impacto de

la negociación colectiva sobre el balance de poder. Harry Braverman,103 Catherine

Stone y Jeremy Brecher, quienes fundaron la teoría, abandonaron las premisas

neoclásicas de que la sociedad democrática potenciaba la soberanía individual. Del

mismo modo que los historiadores comenzaron a ver la historia laboral como un

fenómeno interno de la clase trabajadora, la escuela del proceso del trabajo enfocó

progresivamente las necesidades del capital y sus gerentes.104 Esta teoría también

estudió la discontinuidad en las relaciones laborales y concluyó que la proletarización

(reducción en la autonomía y control sobre el trabajo) podía erosionar la capacidad de la

clase trabajadora, tanto en las fábricas como en las oficinas.105

La insubordinación de los trabajadores, que fue descrita por la literatura sobre

los trabajadores gubernamentales puertorriqueños esbozada al principio de este capítulo,

se trata en estos estudios como un conjunto de prácticas por las cuales los trabajadores

intentan recuperar un grado de autonomía, en lugar de como una reacción negativa al

102 Mick Marchington, “Shop-floor Control and Industrial Relations,” 133-153. 103 Ver Harry Braverman, Labor and monopoly capital: The degradation of work in the twentieth

century. (1974). New York: Monthly Review Press. 104 Lembcke, “Labor history’s ‘synthesis debate’: Sociological interventions,” 137. 105 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 8.

40

poder.106 De este modo, la investigación comienza a presentar una perspectiva más

amplia.107

Estos estudios han descrito un “nuevo centro de trabajo,” el cual se caracteriza

por el incumplimiento de los acuerdos tácitos sobre los que se constituyó la relación

laboral, así como por la constitución de intereses divergentes. Esto ha reducido el

compromiso que tienen los trabajadores con el patrono y ha producido un cumplimiento

calculado de sus obligaciones contractuales.108 Para explicarlo, se ha desarrollado un

relato posmarxista de intereses en conflicto y consentimiento manufacturado que

distingue entre empleadores y trabajadores como actores tanto en el taller como en la

sociedad, lo que ha ayudado a refutar los argumentos de que el colectivismo ha

terminado. Por ejemplo, aborda el poder sindical como un indicio de la habilidad de los

trabajadores de movilizar recursos colectivos en la búsqueda de un grado aceptable de

control y autonomía en el trabajo. Al hacerlo, desarticula lo que Danford ha indicado es

una “falsa dualidad entre las relaciones industriales y el proceso de trabajo.” 109 Los

intereses e identidades no se oponen sino que se forman recíproca y discursivamente.

Otras escuelas también contribuyen a esta tesis. La teoría de la acción estudia el

entrejuego de actores que operan estratégicamente, particularmente los procesos

políticos que ocurren dentro de las organizaciones a causa de los vacíos en las

relaciones de empleo y los juegos de poder entre los actores en una empresa.110 La

variante “micropolítica” de esta teoría argumenta que las instituciones resultan de la

106 Paul Thompsom y Kirsty Newsome, “Labor Process Theory, Work, and the Employment Relation,” en

ed. Bruce E. Kaufman, Theoretical Perspectives on Work and the Employment Relationship (Champaign,

Illinois: Industrial Relations Research Association, 2004), 133-162. 107 Thompson y Newsome, “Labor Process Theory, Work, and the Employment Relation,” 152. 108 Thompson y Newsome, “Labor Process Theory, Work, and the Employment Relation,” 155. 109 Thompson y Newsome, “Labor Process Theory, Work, and the Employment Relation.” 110 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 19-20.

41

suma de los juegos de poder entre actores con grados distintos de poder y con

estrategias conflictivas.111

El origen de las instituciones laborales puede ser unilateral, mediante la práctica

o un acto consciente, bilateral, normativo o una combinación de éstos.112 Los sistemas

de relaciones industriales han desarrollado nuevos mecanismos para gobernar las

relaciones laborales conflictivas. Los grupos antagónicos han actuado a través de

organizaciones para adelantar los intereses de sus integrantes. Los procesos bilaterales

como la negociación predominaron sobre las estrategias unilaterales. El estado, además,

ayudó a crear sistemas institucionales con instrumentos específicos para mediar y

resolver conflictos.113 Las instituciones y los entornos en los cuales actúan son el

resultado de los procesos de aprendizaje interactivo de los actores, quienes negocian

acuerdos que delimita tanto las opciones que tendrán en el futuro como el desarrollo de

las instituciones.

La escuela de la “política laboral” es relevante al análisis de los sindicatos de

trabajadores gubernamentales y el surgimiento de una dicotomía entre el gobierno

central y agencias gubernamentales con cierta autonomía decisoria. La misma subraya

la dimensión política del proceso productivo, definida como la constitución,

reproducción y transformación de las relaciones sociales.114 No limita su análisis a los

confines de la empresa, sino que incluye a las asociaciones y al estado como actores.

De este modo, la “política laboral” es la política del estado, de las instituciones

paraestatales y de las empresas.

La literatura resumida, particularmente Galvin, subraya la desmoralización de

los trabajadores por la percepción de desigualdades entre los trabajadores

111 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 20. 112 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 30. 113 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 31. 114 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 20-21, citando a Naschold.

42

gubernamentales como motivador del descontento. La economía política de las

relaciones industriales estudia los sistemas de relaciones laborales como procesos de

control, no de reglamentación. Según sus proponentes, entre ellos Galvin, la percepción

de injusticia moviliza los intereses e identidad colectiva de los trabajadores. Los

procesos de control incluyen los de reglamentación, pero no están limitados a éstos.

La literatura reseñada en la introducción también subraya un cambio en las

instituciones gubernamentales y sindicales que acompañó el surgimiento del conflicto

laboral en el gobierno de Puerto Rico. Las teorías de evolución institucional relacionan

el surgimiento y cambios de las instituciones de relaciones laborales con los cambios

que ocurren en la sociedad. Para Karl Korsch, por ejemplo, la democracia laboral se ha

desarrollado mediante un estado de “constitucionalismo” laboral a través de las luchas

del movimiento sindical, las restricciones legales y los nuevos derechos. Por su parte,

Marshall explicó la emergencia de una esfera autónoma de derechos “ciudadanos”

laborales como resultado de una evolución característica de las sociedades industriales.

Estos cambios potencian la participación de los trabajadores en los centros de trabajo,

adoptando un modelo más parecido a la democracia en su quehacer diario.

Esta investigación utiliza las tres capas analíticas sugeridas por Müller-entsch.115

La primera de éstas, el análisis histórico-constitucional de los actores y las instituciones,

la constituyen la narración de la formación de la clase de Agentes de Rentas Internas, de

los sindicatos de trabajadores gubernamentales y de las agencias gubernamentales que

supervisaban el trabajo de ambos grupos. La segunda capa es el análisis del concepto

de foro, discutirá cómo estos actores e instituciones interactuaron para formular

discursos, símbolos y significados. La tercera capa, el concepto de la negociación,

115 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 27-28.

43

discutirá la forma en que los actores conjugaron estos discursos para satisfacer sus

respectivas reivindicaciones.

Las bases teóricas de este análisis son los siguientes:

a. los actores producen, reproducen y modifican los contextos

institucionales y organizacionales en los que actúan;

b. los recursos dan poder a los actores porque otros actores tienen interés en

ellos, y los actores actúan y aprenden estratégicamente;

c. un análisis del poder es necesario para dar cuenta de cómo los actores

construyen las instituciones;

d. el cambio institucional ocurre en las coyunturas críticas que interrumpen

y reconfiguran las relaciones de poder; y

e. los sistemas de relaciones industriales tienden a desarrollar formas

nuevas de controlar intereses por los procesos interactivos de aprendizaje

de los actores.116

Esta investigación favorece la visión de la escuela del neoinstitucionalismo

sociológico, que en lugar de ver las instituciones como estructuras intermediarias

neutrales o agentes colectivos totalmente autónomos, las considera como reguladores

fluctuantes de acceso a los procesos políticos, sociales y culturales.117 La tesis parte de

la premisa de que los grupos sociales pueden influir sobre la habilidad de las

instituciones para reglamentar el poder social. Este poder tiene gran impacto sobre las

relaciones laborales, cuyas investigaciones han demostrado la importancia de las

instituciones controladas por los trabajadores en una amplia gama de resultados

socioeconómicos. El Profesor Francisco Longo Martinez, redactor y ponente de la

Carta Iberoamericana de la Función Pública, ha señalado en 2011 que la contribución

116 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 28-29. 117 Philippe Couton, “A Labor of Laws: Courts and the Mobilization of French Workers,” Politics and

Society 32, Núm. 3 (2004): 327-365.

44

teórica más importante de los tiempos recientes, pues permite “considerar las normas

formales e informales como los elementos explicativos y predictivos principales de la

acción colectiva.”118

La tensión central que esta disertación estudia giró en torno a la búsqueda de

negociación de las condiciones de trabajo. En el periodo estudiado, el gobierno se

dedicó a evitar la reducción en su capacidad de actuar unilateralmente argumentando

que no tenía autoridad para limitar su propio campo de acción, pues el mismo había sido

delegado por el “pueblo.” En el discurso del gobierno, éstos significan los electores y

especialmente los no pertenecientes a la burguesía. Esta clasificación buscaba legitimar

al Estado como expresión última de la voluntad de los habitantes de la isla en busca del

progreso económico, por lo que la participación de los trabajadores debía limitarse a

asuntos que el gobierno pudiera considerar sin ceder su espacio político. Las leyes

cumplían el propósito de proteger esta soberanía, símbolo de la legitimidad del Estado y

de su control sobre los trabajadores gubernamentales. Los discursos jugaron un papel

importante en este proceso, por lo cual es pertinente analizarlos a través de la evidencia.

El análisis discursivo

Gregory Saltzman indica que por lo general, los diferentes Estados federados

reconocieran la negociación colectiva en el gobierno poco después de que ocurrieran

cambios políticos drásticos.119 Los trabajadores que atraviesan cambios drásticos en sus

condiciones de trabajo se aferran a símbolos – también llamados “marcos” o “anclas

discursivas” – que representan un prestigio dentro del centro de trabajo. Estos símbolos

pueden ser identitarios, culturales o estructurales y constituyen la médula de sus

118 Francisco Longo Martínez, “Public Governance for Results: A Conceptual and Operational

Framework,” ponencia presentada ante la Décima Reunión del Comité de Expertos sobre Administración

Pública de las Naciones Unidas, 4 de abril de 2011,

<http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/un-dpadm/unpan045250.pdf> 119 Gregory M. Saltzman, “Public Sector Bargaining Laws Really Matter” en ed. Freeman e Ichniowski,

41-79.

45

discursos profesionales. Las transiciones en los procesos laborales tienen éxito si los

trabajadores pueden encontrarle un sentido, el cual produce palabras y frases que usan

en el taller de trabajo y cuyos significados emergen en los discursos. Este proceso

envuelve “enmarcar los problemas, resolver las sorpresas, construir significados,

interactuar en busca de comprensión mutua y construir patrones.”120 Para comprender

el proceso que se da entre los sujetos, se debe explorar a fondo el contexto y la

actividad. Bean y Eisenberg entienden que el análisis discursivo puede ayudar a

desarrollar una teoría sobre estos cambios, basada en la comunicación y el cambio

organizacional.

La mayoría de la literatura histórica sobre los discursos sigue o critica las

propuestas de Michel Foucault. Éste entendía que el lenguaje juega un papel

protagónico en la construcción de la realidad, pues en él se definen y discuten las

formas de organización social y sus consecuencias sociales y políticas; también permite

a las personas construir el sentido de sí mismos. La discontinuidad y la contradicción

son centrales en la constitución de lo que llamó “subjetividades,” y teorizó que la

identidad es un fenómeno inestable, contingente con las prácticas sociales. Esto

contradijo el concepto humanista de identidad, que supone que el individuo es una

entidad unitaria, coherente y racional.121 Thompson y Newsome122 describen cómo a

base de conceptos foucauldianos de poder e identidad, los posmodernistas de la década

de 1990 buscaban entender cómo los individuos se constituyen mediante los discursos y

disciplinas de la corporación contemporánea, y a la vez están subyugados a ellos. Los

individuos se comprometen con el sistema mediante los procesos de seducción por los

valores corporativos, la vigilancia y la autodisciplina.

120 Bean y Eisenberg, 211. 121 Nicole Moulding, “Constructing the Self in Mental Health Practice: Identity, individualism and the

feminization of deficiency,” Feminist Review Núm. 73 (2003): 57. 122 Thompsom y Newsome, “Labor Process Theory, Work, and the Employment Relation,” 133-162.

46

Lacombe argumenta contra una lectura esencialista del poder, el cual Foucault

define como “el nombre que se atribuye a una situación estratégica compleja en una

sociedad particular.”123 La resistencia está en el centro del poder, pues el que la

presenta es parte inescapable del poder. No existen discursos del poder y de la

resistencia que sean distintos, sino que “son elementos tácticos o bloques que operan en

el campo de las relaciones de fuerza.” El poder es una relación entre individuos y no

tiene que ver con el intercambio, producción y comunicación, aunque se combina con

éstos. Algunas personas pueden influir sobre la conducta de otros, pero nunca

completamente o por coerción. Las prácticas culturales tienen como objeto los

símbolos y formas culturales que subyacen las líneas de solidaridad y fragmentación

entre los grupos. El propósito de estas prácticas es transformar o reproducir estas

herramientas discursivas.124

Ernesto Laclau y Chantal Mouffe abogaron por utilizar el concepto el discurso

en el contexto de la historia latinoamericana en 1985, descartando la distinción marxista

entre base y superestructura. Argumentaron que no existe un discurso o categoría única

que permita ver la realidad “sin mediaciones.”125 Según estos autores, el hecho de que

todo lo perceptible forme parte de un discurso no quiere decir que haya una dicotomía

entre realidad y pensamiento: los hechos pueden ser objetivos, pero su percepción

siempre depende de la estructura discursiva que los interpreta.126 Los elementos

lingüísticos y no lingüísticos constituyen un sistema estructurado de posiciones, o sea

un discurso. Este esquema expande el campo de la objetividad al abandonar la

dicotomía entre lo discursivo y lo extra discursivo. Sin embargo, adopta el concepto

123 Dany Lacombe, “Reforming Foucault: A Critique of the Social Control Thesis”. The British Journal of

Sociology, Vol. 47, Núm. 2 (junio de 1996): 332-352 124 Samuel Bowles y Herbert Gintis. “The Crisis of Liberal Democratic Capitalism: The Case of the

United States,” Politics & Society 11, 1982, 61. 125 Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, Hegemony and Socialist Strategy: Towards a Radical Democratic

Politics (Nueva York: Verso, 2da ed. 2001), xi. 126 Laclau y Mouffe, Hegemony and Socialist Strategy,107.

47

gramsciano de hegemonía, que sustituyó la identidad de clase marxista con la identidad

hegemónica constituida por mediaciones no dialécticas sino contingentes, porque da

significado político al proceso eterno de articulación, dispersión y descomposición.127

Algunos autores dudan del valor de este enfoque porque privilegia al individuo

sobre el colectivo y a las identidades sobre los intereses, sin prestar atención a las bases

institucionales de las relaciones de trabajo. Por ejemplo, Marc Steinberg argumentó que

los significados producen a los sujetos y que los discursos compartidos mediante el

lenguaje producen experiencias individuales y colectivas. Steinberg aplaude el giro

lingüístico porque desmitifica la imagen de la clase social como un coro de voces que

opaca las de otros grupos oprimidos y la idea de que los intereses colectivos son

coherentes.128 Sin embargo, critica a algunos de sus seguidores por cosificar el discurso

y proponer una nueva versión de la dualidad marxista de base y superestructura. Los

relatos del análisis discursivo giran en torno a una dinámica estable de formación de

discursos, lo cual ubica a la acción individual en función de “intereses determinados por

alguna posición estructural externa al discurso.”129

Ante los defectos de ambos abordajes, Steinberg propone una alternativa

“provisoria” llamada “dialogismo,” que privilegia las unidades del lenguaje que realizan

acciones en lugar de las unidades gramaticales de un texto.130 Éste adopta además el

razonamiento de que el discurso es acción interesada, no sólo la representación de la

subjetividad: los géneros comunicativos del lenguaje de cada época encarnan el poder

de ciertos actores de sofocar las voces disidentes. Los conflictos entre significados

resultan del choque de estos intereses. La tarea de la historia es “iluminar las formas en

que los grupos luchaban dentro de los géneros discursivos que delimitaban el orden y el

127 Laclau y Mouffe, Hegemony and Socialist Strategy, xi. 128 Marc W. Steinberg, “Fence Sitting for a Better View: Finding a Middle Ground Between Materialism

and the Linguistic Turn in the Epistemology of History,” Qualitative Inquiry, Vol. 3 (1997): 2926-52. 129 Steinberg, “Fence Sitting for a Better View,” 32. 130 Steinberg, “Fence Sitting for a Better View,” 28.

48

poder, formaban las identidades y limitaban los conceptos de lo posible.”131 De este

modo, ofrece una visión de los discursos mediatizada por la acción y del interés

material, que revela la presencia de elementos extradiscursivos.

El giro lingüístico privilegia la necesidad de escuchar lo que dicen los

trabajadores y entender que las personas se hallan en una serie de relaciones tan

complejas que el lenguaje de clase es uno de muchos reclamos de identidad. Krinsky

explica que los discursos no bastan para formular las identidades, sino que las formas

organizativas ayudan a trazar líneas alrededor de las cuales los grupos se identifican.132

La literatura “neo-institucionalista” argumenta que estas formas organizativas ayudan a

formar y son formadas por las prácticas culturales. De ahí, Krinsky concluye que

debemos mostrar las maneras en que las diversas relaciones logran dar forma a las

cosas, para así ilustrar la demarcación entre las categorías. El autor argumenta que los

reclamos de clase deben ser relocalizados, pero no abandonados. Así, las relaciones de

clase se ubican como base para la formación de discursos.

Iverson y Das Karreman, por su parte, proponen que el estudio se concentre más

en los detalles y las variaciones del discurso general, incluyendo los recursos

extralingüísticos como las conductas y los símbolos, para superar los límites de los

documentos escritos y las entrevistas.133 También sugieren que se considere el contexto

social en los que ocurren los discursos. Esta tesis acoge estos planteamientos, como se

describe a continuación.

Žižek criticaba las posturas de Foucault, indicando que las actividades cotidianas

están demasiado alejadas de las instituciones de poder para considerarse parte integral

131 Steinberg, “Fence Sitting for a Better View,” 44. 132 John Krinsky, “Working Classifications: Identity in Social Movements and Class Formation,”

Contentious Politics Series, Lazarsfeld Center at Columbia University. 1999. 133 Mats Alvesson y Dan Karreman, “Varieties of Discourse: On the Study of Organizations through

Discourse Analysis,” Human Relations, Núm. 53 (2000): 1127.

49

del mismo.134 Según Žižek, Foucault no considera los excedentes del discurso y deja lo

real fuera del análisis. Añade que sólo el elemento abiertamente ideológico del texto es

discursivo y que la ideología tiene un corazón no discursivo de irracionalidad, la cual

sólo se puede comprender mediante el estudio del inconsciente, el deseo y la fantasía.

Además, cuestiona la sustitución de la perspectiva integral por la multitud de

perspectivas o “relatos.”135

Yücesan-Özdemir, por su parte, indica que los escritores discursivistas

sobreestiman la capacidad del lenguaje gerencial para constituir la realidad dentro de un

taller de trabajo.136 Añade que los trabajadores son capaces de generar resistencias

detrás del consentimiento aparente. La manufactura del consentimiento no excluye el

uso de la coerción dentro del discurso, particularmente cuando se toma el contexto en

que se dan las relaciones de trabajo. Cloud añade que esta visión discursivista corre el

riesgo de presentar una perspectiva demasiado optimista del poder de los trabajadores

que no controlan las condiciones materiales de su centro de trabajo, como en el caso de

un cierre patronal de una planta.137 Argumenta que esta realidad no excluye la agencia

de los trabajadores, lo cual no implica que el materialismo niegue la importancia del

proceso de construir significados entre los grupos subalternos o que el discurso sea

relevante a la estrategia sindical. Sin embargo, los cambios realizados mediante la

acción simbólica, dice, son sólo simbólicos y no materiales. En consecuencia, Cloud

estudia los conflictos laborales como económicos y discursivos a la vez. Esta tesis hará

lo propio.

134 Vighi, Fabio y Heiko Feldner. 2007. “Ideology Critique or Discourse Analysis? Žižek against

Foucault” European Journal of Political Theory 6 Núm. 2, 141-159. y Visano, L.A. y Nicholas Adete

Bastine. 2002. 135 Slavoj Žižek, Revolution at the Gates, (Londres: Verso, 2002), 176. 136 Gamze Yücesan-Özdemir, “Hidden forms of resistance among Turkish Workers: Hegemonic

incorporation or building blocks for working class struggle?” Capital and Class, Núm. 81 (2003): 31-59. 137 Dana Cloud, “Fighting Words: Labor and the Limits of Communication at Staley, 1993 to 1996.”

Management Communication Quarterly, Núm. 18 (2005): 509-542.

50

Los discursos en la historiografía laboral

Jacques describe cómo las ciencias de la administración han construido durante

el último siglo el relato de los trabajadores como si se trataran de un elemento integral y

consecuente del desarrollo de la economía. Éste rechaza el estudio “lineal, progresivo,

teleológico y centrado en la verdad” de la historia.138 La “verdad” se ha construido a

través de datos comprobables empíricamente, ignorando su trasfondo, y de instituciones

percibidas como objetivas, por ejemplo el mercado, el ambiente y la evolución de los

sistemas. Jacques señala que Thomas Kuhn describió en 1962 cómo los paradigmas

no surgen de los datos sino que reflejan los valores, creencias y problemas de las

comunidades que los producen.139 Los investigadores y las investigadoras que

privilegian las hipótesis comprobables funcionan a base de datos y que tienden a

confundir con los significados. Sin embargo, muchas historias críticas padecen de las

mismas tendencias señaladas para las tradicionales y de la ilusión de ser

revolucionarias.

Sewell argumenta que las relaciones sociales no son exclusivamente discursivas,

sino que las características discursivas se constituyen a base de las relaciones de poder y

las condiciones de selección en condiciones de escasez.140 Al desconstruir la dicotomía

entre material e ideal, el autor arguye que los historiadores enlazaban la producción con

lo material porque estaba asociada a los sectores bajos de la población, que en el

medioevo se estimaban incapaces de actividad mental o cultural. Sin embargo, estos

historiadores equiparaban lo material con el orden y la razón, en lugar de la villanía que

se le atribuía en el medioevo. Sewell propuso un análisis antimaterialista que

138 Roy Jacques, Manufacturing the Employee: Management Knowledge from the 19th to the 21st

Centuries (Londres: Sage Publications, 1993), 14. 139 Roy Jacques, Manufacturing the Employee: Management Knowledge from the 19th to the 21st

Centuries (Londres: Sage Publications, 1993), 17. 140 William H. Sewell, Jr., “Toward a Post-Materialist Rhetoric for Labor History,” en ed. Lenard R.

Berlanstein, Rethinking Labor History: Essays on Discourse and Class Analysis (Urbana, Illinois:

University of Illinois Press, 1993), 17.

51

sustituyera la oposición entre lo material y lo ideal, a lo que tilda de “estéril.” Esta

teoría dualista parte de la premisa de que las respuestas humanas están formadas

primordialmente por los patrones simbólicos aprendidos que conocemos como las ideas

o la cultura. De este modo, la desconstrucción tiene la capacidad de desmitificar la

historia, pero no es capaz de ofrecer alternativas concretas que explique la totalidad.

Donald Reid explicó que el lenguaje y la interpretación— no la construcción—

de la experiencia son inseparables. El poder se revela en las formas en que las

estructuras lingüísticas definen las relaciones sociales mientras describen, incorporan y

dan significado a la realidad social.141 El estudio de estas estructuras permite visualizar

los contextos en que los trabajadores funcionan de manera más completa. Reid entiende

que este giro no resta validez al análisis de las condiciones materiales, ni impide que los

historiadores denuncien las injusticias. En fin, subrayó el rol del contexto en el análisis

discursivo. El reto a los historiadores laborales es evitar que su identificación con los

trabajadores nuble su juicio, para lo cual el análisis lingüístico puede aportar una visión

crítica de los sujetos.

La cultura y el materialismo se ubican a menudo dentro de la misma

superestructura que el lenguaje. La clase tampoco es reducible a la mera conciencia

porque sus lenguajes y representaciones operan en contextos específicos y reales.

Dyrenfurth discutió en dos escritos similares la utilidad de este análisis para estudiar al

Partido Laborista de Australia, argumentando que la clase, la acción institucional y la

colectiva se pueden entrelazar y comprender mejor sintetizando el discurso con el

materialismo cultural.142 La forma en que los trabajadores y sus familias interpretaron y

constituyeron el orden social ayuda a comprender la formación de una conciencia

colectiva en la narrativa de la formación de una clase trabajadora. Éste aboga por la

141 Donald Reid, “Reflections on Labor History and Language,” en Berlanstein, 39-54. 142 Nick Dyrenfurth, “Rethinking Labor Tradition: Synthesising Discourse and Experience,” Labor

History 90 (2006): 177.

52

revitalización de la clase como herramienta de estudio, siguiendo el sentido de

experiencia esbozado por Thompson.

Las prácticas discursivas operan sobre las instituciones sociales que interactúan

en la historia laboral, aunque sea bajo el manto del silencio. Paul Frymer estudia la

forma en que la política laboral norteamericana del Nuevo Trato y posterior ignoró

completamente el aspecto racial, tanto por el racismo de los legisladores sureños como

por la percepción de los sindicatos de que los estadounidenses descendientes de

africanos les restaban poder de negociación.143 Las instituciones sistemáticamente

separaron el tema racial del laboral a pesar de los intentos repetidos que hicieron las

organizaciones de los afrodescendientes para que la ley les permitiera seleccionar sus

propios representantes sindicales. Esta conducta perpetuó la noción de que los

problemas de los trabajadores debían ser atendidos uniformemente. Además, esto

debilitó la capacidad de crecimiento del movimiento sindical y la falta de comprensión

de las instituciones norteamericanas. El discurso público sobre raza “a menudo tiene

consecuencias grandes y duraderas.”144 Este ejemplo ilustra además el papel de los

discursos en la construcción de unidades apropiadas, que luego se hacen ver como la

única forma lógica de negociar colectivamente.

Isaac, por su parte, distinguió los discursos del “enmarcado,” o la forma que las

organizaciones de movimientos sociales y sus agentes transmiten significados y

orientan la acción.145 Bean y Eisenberg, a su vez, presentaron el enmarcado como el

“ancla” o enlace discursivo con que los sujetos construyen el sentido de los cambios que

143 Paul Frymer, “Race, Labor, and the Twentieth-Century American State,” Politics & Society, Núm. 32

(2004): 475-508. 144 Frymer, “Race, Labor, and the Twentieth-Century American State,” 494. 145 Larry Isaac, “Counterframes and allegories of Evil: Characterizations of Labor bz Gilded Age Elites.”

Work and Occupations, Vol. 35, Núm. 4 (2008): 388-421.

53

experimentan en su vida laboral.146 Isaac encontró que las élites norteamericanas de

fines del siglo XIX, por ejemplo, enmarcaron la actividad colectiva como antagónica al

desarrollo del espíritu individualista norteamericano. Éste indicó, sin embargo, que esta

teoría tiende a excluir procesos discursivos que ocurren fuera de las organizaciones, así

como las producciones y géneros culturales que no se ajustan al esquema propuesto.

Los profesores universitarios Carlos Pabón y Rafael Bernabe protagonizaron la

discusión sobre los discursos en Puerto Rico. Pabón adelanta las posiciones

posestructuralistas y discute varios escritos históricos, subrayando la representación de

la realidad que favorecen los nacionalistas puertorriqueños y la falta de análisis de la

historiografía como literatura.147 Bernabe riposta adoptando las posiciones de Žižek y

argumentando que aunque el giro discursivo es útil, se debe reconocer sus límites: en

particular, critica la contradicción que incurre Pabón al subrayar que los escritos que

analiza representan un punto de vista subjetivo y no una realidad “objetiva,” a la vez

que esgrime hechos presuntamente “objetivos” en sus argumentos, disfrazándolos de

preguntas.148

Carmen Luisa González, la única autora de tendencia discursivista en Puerto

Rico en revisar la historia laboral, propone reconocer que el relato histórico produce un

“discurso con una estructura de significados que actúa sobre cualquiera que entra en

contacto con ella.”149 Además, la autora propone que los historiadores reconozcan que

no existe una continuidad necesaria entre el pasado y el presente, sino que los sujetos se

constituyen mediante significados y no a través de elementos exógenos. Al hacerlo, ha

contribuido a zanjar algunas lagunas de las explicaciones de la nueva historia, como

146 C.J. Bean y E. Eisenberg, "Employee sensemaking in the transition to nomadic work," Journal of

Organizational Change Management 19 Núm. 2 (2006): 211. 147 Carlos Pabón, Nación postmortem: ensayos sobre los tiempos de insoportable ambigüedad (San Juan:

Ediciones Callejón, 2003). 148 Rafael Bernabe, Manual para organizar velorios (Notas sobre la muerte de la nación) (San Juan:

Ediciones Huracán, 2003). 149 Carmen L. González, “Otra posible mirada: una lectura crítica de la ‘nueva historia’ puertorriqueña,” en

Carlos Pabón (ed.), El pasado ya no es lo que era. Ediciones Vértigo, San Juan, 2005, 188.

54

adscribir las acciones de los sindicatos a los trabajadores como grupo; reducir la acción

política a la participación obrera en los partidos políticos; privilegiar las relaciones con

los grupos dominantes de los Estados Unidos sobre las relaciones entre los grupos en la

isla; y no asumir la historicidad de su propio relato.

Al indicar que el análisis discursivo o “arqueológico” reconoce que la historia

no se constituye sólo de discursos, evita que los historiadores ignoren totalmente a las

instituciones que antes protagonizaban los relatos, lo que ha provocado muchas críticas

al análisis discursivo. Según este análisis, el poder no se posee sino que es una

estrategia que resulta de la conjunción de las posiciones estratégicas del sujeto. En

particular, González adopta el concepto de hegemonía y critica a Quintero el haberlo

utilizado para analizar al colonialismo español pero no al colonialismo norteamericano.

En el proceso, González contribuye una visión hegemonista de la historia que no niega

de raíz su base material, sino que brinda relieve a sus manifestaciones discursivas.

Guerra añade que el estudio de los relatos y canciones populares, ignorado por la

mayoría de los autores, ayuda a revelar más sobre la forma de pensar de los sujetos.

Esta tesis favorece una visión de los discursos mediatizada por el contexto de

manera que mientras los sujetos actúan de acuerdo a su interpretación del entorno, las

instituciones que influyen sobre sus relaciones laborales serán incorporadas al relato

como actores autónomos. Se intentarán reconstruir los procesos en los que participan

los Agentes de Rentas Internas, los trabajadores gubernamentales y el gobierno, sin

intentar exaltar el papel de alguno de ellos. El análisis propuesto en esta tesis permite

estudiar tanto los discursos de los trabajadores como los del Estado, principalmente los

expresados a través de las normas que se propusieron para prescribir el comportamiento

de cada una de las instituciones envueltas en las relaciones laborales en el gobierno.

Además, permite estudiar las instituciones circundantes que condicionaron estos

55

discursos, al influir sobre el sistema de relaciones de empleo en el gobierno de Puerto

Rico en el periodo de 1960 a 1975.

Los discursos y los estudios de género

Los estudios de género son relevantes al análisis de la acción colectiva en este

contexto porque permiten comprender la identidad de un grupo, aunque se trate de

grupos masculinos. Uno de los elementos importantes señalados es la creciente

participación de las mujeres luego de 1960. Sus niveles de empleo habían mermado

entre 1930 y 1960 a medida que los talleres que las empleaban tradicionalmente

decayeron, y los que iban surgiendo en su lugar no les eran ofrecidos.150

Geraldine Casey argumenta que el trabajo en las oficinas del gobierno de Puerto

Rico constituyó una promesa de movilidad que las mujeres aprovecharon, aunque para

algunas significó una reducción en sus expectativas profesionales.151 Explica la

participación femenina en términos de identidades e indica que muchas mujeres

utilizaron el consentimiento para mejorar su posición social y que el discrimen por

género exacerbó la tensión que ya existía entre los géneros en la isla. Por su parte, los

administradores de las agencias discriminaron contra éstas mediante medios abiertos o

sutiles, como la adscripción de género a ciertas tareas subalternas y las expectativas de

vestimenta particular. En su tesis,152 Casey explica los discursos de movilidad social y

de segregación del trabajo a través de la antropología social. Sin embargo, no relaciona

los discursos de los trabajadores con la política del Estado porque parte de la premisa

errónea de que el Estado reconoció la negociación colectiva de los trabajadores

gubernamentales desde 1960.

150 Robert H. Weller, “A Historical Analysis of Female Labor Force Participation in Puerto Rico,” Social

and Economic Studies 17 Núm. 1 (marzo de 1968): 60. 151 Geraldine Casey, “New Tappings on the Keys: Changes in Work and Gender Roles for Women

Clerical Workers in Puerto Rico,” en ed. Altagracia Ortiz, Puerto Rican Women and Work: Bridges in

Transnational Labor (Filadelfia: Temple University Press, 1996), 209-233. 152 Geraldine Casey, “From Bootstrap to Shoulderstrap: Women Secretaries and Class, Culture, and Voice

in Contemporary Puerto Rico” (Tesis de doctorado, City University of New York, 2002).

56

Johnston explica empleo creciente de mujeres por el gobierno en los Estados

Unidos, explicando que la participación del gobierno en actividades que

tradicionalmente se llevaban a cabo en el seno de la familia creó una nueva estructura

de relaciones de género y reclutó a las mujeres como empleadas en las agencias que

atendían estas actividades, aunque estas agencias eran devaluadas porque se les asociaba

con la impotencia y el consumo.153 Charles154 llegó a la misma conclusión en el

contexto puertorriqueño, pero lo asoció con la segregación del trabajo por género.

Tzannatos añade que esta segregación aumentó el ingreso femenino promedio en Puerto

Rico porque las mujeres asumían funciones de supervisión en áreas consideradas

femeninas.155 Safa añade que la comunidad y la familia afectaban la identidad laboral

femenina, pues el centro de trabajo reproducía su posición subordinada en la familia.156

Ashcraft157 enlaza el discurso profesional con la identidad de los componentes

del grupo porque comunica relatos sobre lo que constituye trabajo legítimo y quién debe

realizarlo. Ilustra el análisis discursivo mediante el relato de la profesión de los pilotos

de las aerolíneas, oficio que en la década de 1920 se asociaba mediante estudios

científicos con ciertas características consideradas femeninas tales como el arte, la

gracia, la sensibilidad y coordinación. Luego, la industria y los sindicatos de pilotos

concertaron una campaña para masculinizar la imagen de la profesión, debido al miedo

que la población mostraba al uso del avión como modo rutinario de transporte. Para

153 Paul Johnston, Success While Others Fail: Social Movement Unionism and the Public Workplace

(Ithaca, Nueva York: ILR Press, 1994). 154 M. Charles, Cross-national variation in occupational sex segregation. American Sociological Review

57 (1992): 483-502. 155 Zafiris Tzannatos, “Women and Labor Market Changes in the Global Economy: Growth Helps,

Inequalities Hurt and Public Policy Matters,” SP Discussion Paper No. 9808, 16; http://www-

wds.worldbank.org/external/default/main?pagePK=64193027&piPK=64187937&theSitePK=523679&me

nuPK=64187510&searchMenuPK=64886411&theSitePK=6313037&entityID=000094946_00040502374

56&searchMenuPK=64886411&theSitePK=6313037, accedido el 23 de abril de 2010. 156 Helen I. Safa, “Class Consciousness among Working Class Women in Latin America: A Case Study in

Puerto Rico.” Politics & Society 5 (1975): 385. 157 K.L. Ashcraft, “Appreciating the ‘work’ of discourse: occupational identity and difference as

organizing mechanisms in the case of commercial airline pilots,” Discourse & Communication 2007 1

Número 1 (2007): 9-36.

57

hacerlo, crearon una imagen de a la profesión que requería conocimientos científicos y

destrezas técnicas; el uso de títulos de rango y uniformes de oficial militar; y la

caracterización paternal de los pilotos. Esta imagen tuvo el efecto de desplazar a la

mujer como el piloto ideal. Este ejemplo permite estudiar el rol del lenguaje y la

imagen en la construcción de profesiones y la segregación de género, pero olvida que la

fuerza motriz de esta transformación discursiva fue el interés de la industria de atraer

clientes. En este análisis, se ve la dicotomía entre los discursos y las instituciones que

los utilizan: los significados son el producto de la conjunción de ambos.

Kathleen Canning, por otro lado, entendió que la historiografía laboral feminista

se había anticipado a los estudiosos del “giro lingüístico” en el estudio de los

significados y sus efectos. 158 Además, rechaza el uso del giro lingüístico limitado a los

autores discursivistas discutidos más abajo, porque la literatura feminista había retado la

metodología y los cánones históricos y había preparado el terreno para el “giro

lingüístico” al rechazar el esencialismo biológico en favor del estudio del lenguaje y las

construcciones discursivas. Propone que se estudie la forma en que los sujetos de la

historia han desarrollado sus identidades en lugar de la historia de los grupos. Comparte

la noción posestructuralista de que la experiencia es muy difícil de captar fuera del

ámbito de los significados.

Otro ejemplo de análisis de género lo brinda Brenner,159 quien analiza la

formación de identidades y discursos desde el punto de vista de los “proyectos de

supervivencia,” es decir, las formas en que los individuos se juntan para vivir en la

sociedad capitalista. Estas estrategias no sólo dictan la segregación por género para

monopolizar los mercados de trabajo, sino que incluyen las luchas entre personas del

158 Kathleen Canning, "Feminist History after the Linguistic Turn: Historicizing Discourse and

Experience." Signs 19 (1994): 368-404. 159 Johanna Brenner, “On Gender and Class in U.S. Labor History” Monthly Review, Vol. 50, Núm. 6

(1998): 1-15.

58

mismo género, tanto hombres como mujeres. Los discursos de clase, género, etnia y

otros se forman consciente, inconsciente y simultáneamente dentro de cada individuo,

tanto en las comunidades como en los centros de trabajo. La producción de

significados, además, es un proceso colectivo y por ende político.

Del mismo modo, Faue160 criticó la historiografía laboral de la década de 1980

porque ignoraba las subjetividades, las comunidades y el género como categorías de

análisis, aunque buscaba traer nuevos personajes para ampliar su enfoque. Sin

embargo, entiende que los esfuerzos por superar estos escollos han fortalecido la

perspectiva materialista de la historia, en lugar de debilitarla como indican los analistas

discursivos. Describe cómo los análisis feministas superaron la postura posmodernista

de que toda experiencia es mediatizada por el medio en el que se ubica, especialmente el

lenguaje; en su visión, este enfoque no había alterado la forma de historiar, aunque ha

marcado a la disciplina por siempre.

La literatura sobre género y trabajo se limitó hasta hace poco a discutir las

limitaciones que las estructuras sociales y los discursos imponían sobre las mujeres, o el

papel de los hombres en esta dinámica. En los últimos quince años, se ha comenzado a

estudiar las masculinidades, es decir, “a entender a los hombres desde su situación y

condición de género,”161 lo cual es más relevante a este estudio. Abril Morales y

Romero Díaz hallaron que algunos estudios “se centran en la construcción social de la

masculinidad y la emergencia de una masculinidad hegemónica que no sólo oprime a

las mujeres sino también a otras masculinidades subordinadas.”162 Esta tesis discutirá

160 Faue, Elizabeth.. “Retooling the Class Factory: United States Labour History after Marx,

Montgomery, and Postmodernism.” Labour History, Núm. 82 (2002): 109-120,

<http://www.historycooperative.org/journals/lab/82/faue.html> 161 Paco Abril Morales y Alfonso Romero Díaz, “Masculinidad y trabajo. Las empresas con políticas de

género y sus consecuencias sobre la masculinidad,” Sociología del Trabajo, núm. 55, 2005: 3-26. 162 Abril Morales y Romero Díaz, “Masculinidad y trabajo. Las empresas con políticas de género y sus

consecuencias sobre la masculinidad.”

59

este aspecto del discurso de los Agentes de Rentas Internas, grupo exclusivamente

masculino hasta el periodo estudiado.

Los discursos de acción colectiva

Al analizar los discursos de los trabajadores gubernamentales puertorriqueños,

esta tesis asumirá un abordaje cauteloso que toma en cuenta los contextos

institucionales de los discursos. Es necesario tomar en cuenta, en primer lugar, que “las

relaciones familiares y la vida social comunitaria también tienen un impacto profundo”

sobre la cultura e identidad de los trabajadores.163 Además, la acción colectiva no es la

primera opción de los actores, toda vez que los individuos tienden a privilegiar la acción

individual para adelantar sus intereses porque puede ceñirse más a sus intereses.164 No

obstante, los individuos se ven motivados a actuar colectivamente cuando identifican

los intereses del grupo como suyos. La teoría crítica neomarxista, adelantada por Paul

Baran y Paul Sweezy,165 sostenía que la relación de poder entre empleadores y

trabajadores, así como los factores culturales, limitaba la habilidad de los trabajadores

de percibir y adelantar sus intereses estratégicos.166 La “segunda ola” de la teoría del

proceso del trabajo, a su vez, intentaba identificar formas de resistencia, aún cuando no

hubiera sindicatos.167 Esta tendencia consideró que la resistencia obrera era una fuerza

de cambio, no de revolución.

El estudio del control y la resistencia analiza las estrategias de control gerencial

y cómo funcionan en las organizaciones, incluyendo las negociaciones a nivel

individual y colectivo. Burawoy introdujo el elemento del consentimiento, donde

163 Geraldine Casey, “From Bootstrap to Shoulderstrap: Women Secretaries and Class, Culture, and Voice

in Contemporary Puerto Rico,” tesis de doctorado, City University of New York, 2002, 2. 164 Franz Traxler, “Business Associations and labor unions in comparison: theoretical perspectives and

empirical findings on social class, collective action and associational organizability,” The British Journal

of Sociology, Vol. 44, Núm. 4, (1993): 673-691. 165 Paul A. Baran y Paul M. Sweezy, Monopoly Capital, Monthly Review Press, New York, 1966. 166 Lembcke, “Labor history’s ‘synthesis debate’: Sociological interventions,” 137. 167 Thompson y Newsome, “Labor Process Theory, Work, and the Employment Relation,” 138.

60

conjeturaba que éste se produce más dentro de relaciones de trabajo relativamente

autónomas que a través de la ideología social.168 Éste argumentaba que la participación

en los “juegos” del proceso del trabajo redistribuye el conflicto de vertical a lateral, es

decir entre trabajadores. En este área, esta escuela convergió con la de la negociación

del orden169 de las relaciones laborales que enfoca la negociación ya sea colectiva,

individual, silenciosa o implícita, además de otras conductas relacionadas como el

acuerdo tácito. Esta escuela explica, por ejemplo, que la negociación puede transferir

recursos de una parte a la otra (llamada distributiva) o movilizar los intereses mutuos

para resolver los problemas con resultados mutuamente beneficiosos (llamada

integradora).

Otras teorías intentaron explicar este fenómeno. De acuerdo a la teoría de la

identidad social, los actores suprimen las percepciones de diferencias dentro del grupo

si dan importancia a la identidad social. Estos argumentos traen a colación los

elementos sicológicos de la toma de decisiones, que trajo Kaufmann. De particular

interés en esta tesis es la conclusión de R. M. Kramer y M. B. Brewer de que los

hombres son más susceptibles a la manipulación de la identidad social que las

mujeres.170 La teoría del juego de Nash se relaciona particularmente a la interacción

negociadora entre la gerencia y los trabajadores, y asevera que el impacto último de una

exigencia sobre el balance de control depende de las estrategias y tácticas que usen las

partes en la negociación.171 Elinor Ostrom y otros (premio Nobel de Economía de

2009) hallaron, sin embargo, que la comunicación entre los participantes en actividades

168 Thompson y Newsome, “Labor Process Theory, Work, and the Employment Relation,” 139. 169 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 21. 170 R.M. Kramer y M.B. Brewer, “Effects of Group Identity on resource use in a simulated common

dilemma,” Journal of Personality and Social Psychology, 46 (1984): 1044-1057, citado en Brent Simpson

y Michael W. Macy, “Power, Identity, and Collective Action in Social Exchange.” Social Forces 82,

núm. 4 (2004): 1386. 171 Robin Smith, “The Maximisation of Control in Industrial Relations Systems,” en eds. John Purcell y

Robin Smith, The Control of Work (Londres: The Mcmillan Press, 1979), 1-26.

61

colectivas juega un papel determinante en sus decisiones.172 Los estudios de Simpson y

Macy apoyaron la noción de que la identidad motiva un esfuerzo por aumentar los

beneficios para el grupo y por reducir su inequidad interna.173 Cualquier estructura que

asigna un destino común a un grupo de personas también les asigna un interés común

similar, aunque cada uno tenga un motivo distinto.

Los estudios citados permiten considerar que los grupos de actores con

experiencias comunes como los Agentes de Rentas Internas han podido actuar en busca

de sus propios intereses y aprovecharon las acciones de sus compañeros del

Departamento de Hacienda. Estos intereses individuales, los problemas comunes en el

taller de trabajo y la comunicación entre ellos al respecto, conjugaron los discursos que

redundaron en acciones colectivas para adelantar estos intereses o reivindicaciones.

El Derecho y el análisis discursivo

Esta tesis analiza la legislación sobre relaciones del trabajo en el gobierno como

un elemento del subsistema de relaciones laborales. Para propósitos de esta tesis, se

entiende como “Derecho” el conjunto de normas enunciadas por las leyes, los

dictámenes judiciales, los reglamentos y las órdenes administrativas de carácter

compulsorio. Se distingue del derecho con letra inicial minúscula, que significa la

potestad reconocida por el Estado de llevar a cabo una actividad o a recibir un

emolumento. Además, en secciones de esta tesis, el Derecho es considerado como una

fuerza ambiental, como instrumento de hegemonía y como ideología. El factor común

es que el Derecho es un instrumento del Estado, cuya meta es obligar la adhesión de

todos los componentes de la sociedad. En consecuencia, el análisis discursivo también

172 Amy R. Poteete, Marco A. Janssen y Elinor Ostrom, Working together (Princeton, Nueva Jersey:

Princeton University Press, 2010). 173 Brent Simpson y Michael W. Macy, “Power, Identity, and Collective Action in Social Exchange,”

1398.

62

se utilizado para estudiar el Derecho, dentro de las limitaciones reconocidas en el primer

capítulo.

Esta tesis adopta el análisis de Óscar Correas en torno al discurso que las normas

jurídicas comunican. Para Correas, el Derecho se debe ver “como positividad, como

promotor de conductas y no verlo sólo como coacción.”174 Además, se debe reconocer

que la voluntad del sujeto del Derecho juega un papel. La sociología jurídica estudia

los “discursos expresos,… normas que describen expresamente” las conductas deseadas,

y tiene más probabilidades de “ofrecer información confiables.” Además, estudia la

toma de decisiones como causa de las conductas que producen las normas.

El proceso estatal de hegemonía es “una larga cadena” entre producción y

obediencia de normas. Sin embargo, no se puede considerar sólo las altas esferas del

poder, sino también las “zonas oscuras del poder” de los funcionarios intermedios de la

administración del Estado. La lógica se aplica al pensamiento, pero las normas jurídicas

son actos de voluntad. La lógica es un engranaje más del proceso estatal de hegemonía,

que consiste en la cadena de hechos desde que se toman decisiones generales hasta que

se cumplen las conductas individuales, que en conjunto muestran la hegemonía del

grupo en el poder, o la falta de ella. El mundo moderno ha visto “la juridización total de

la vida humana, es decir, por el control total de las posibilidades vitales.” La sociología

jurídica estudia “cualquier conducta que pueda referirse a una norma.”

Gramsci explicó que lograr la obediencia es una labor ideológica, pues se logra

mediante el convencimiento, la “educación” que forja la ideología del individuo. Para

Correas, el “momento” de coerción que discute Gramsci “es un aspecto del ‘momento’

del consenso,” que puede verse desde los puntos de vista del que aplica la coerción y de

174 Óscar Correas, “La sociología jurídica como ciencia de la hegemonía,” en ed. Óscar Correas

Sociología jurídica en América Latina, (The Oñati International Institute for the Sociology of Law, 1991),

175-212.

63

quien la recibe. Correas señala que Gramsci equiparaba hegemonía con dirección,175

pues “dirigir” y “Derecho” tienen el mismo origen y significado. La propuesta de

ambos es hacer que alguien haga algo, no reprimir la desobediencia. El concepto de

hegemonía de Gramsci concuerda con el de eficacia de Kelsen: ambos dependen de que

se les obedezca. “Todas las ideologías proponen conductas. Sin embargo no hay

ninguna otra ideología que, como el Derecho, las proponga describiendo expresamente

las conductas requeridas para evitar la sanción.” Además, el Derecho es “la ideología

que ofrece la mejor posibilidad de comprobar empíricamente su eficacia.”

Jüngen Habermas plantea que la comunicación de los valores es parte central de

la formación de normas, lo que expresa una preocupación con el mundo interno de los

protagonistas del proceso social.176 Analizando las propuestas de Habermas en el

contexto de la historia laboral, Christopher Johnson indica que el análisis de “lifeworld”

evalúa las representaciones simbólicas expresadas en los discursos, que ha enriquecido

la comprensión de los contextos y los procesos internos de la producción y reproducción

social y cultural.177 Sin embargo, el análisis de “lifeworld” puede fracasar si no toma en

cuenta las cuestiones de causalidad, y de hecho se tropieza con su propia construcción

de las prácticas simbólicas mientras ignora las limitaciones sistémicas y los estímulos

que han influido sobre la forma en que ocurre la práctica. Al hacerlo, Johnson subrayó

el rol de la relación causal entre los mundos material y discursivo.

Las normas en las relaciones del trabajo: ¿legisladas o negociadas?

La posición estructural de los trabajadores en el sistema de relaciones laborales

les brinda poco poder. Ello afecta tanto su capacidad para negociar como su capacidad

175 Correas, “La sociología jurídica como ciencia de la hegemonía.” 176 Jüngen Habermas, Facticidad y Validez (4ta. Ed., 1992), 647. 177 Christopher Johnson, “Lifeworld, System, and Communicative Action,” en ed. Lenard R. Berlanstein,

Rethinking Labor History: Essays on Discourse and Class Analysis, 55-89.

64

para organizarse en busca de más poder.178 Las estructuras dentro de las que operan

estas relaciones laborales dan forma a las oportunidades que tienen los individuos de

intercambiar y de actuar colectivamente para contrarrestar estas desventajas

estructurales. La posición estructural de los trabajadores, sindicatos y gobierno también

impacta la forma en la cual se determinan las normas jurídicas, a pesar de que el Estado

tiene el monopolio sobre la redacción e imposición de las mismas.

El Estado interviene en el mercado de trabajo a través de la codificación de las

normas de las relaciones de trabajo en forma de leyes, lo que Spiros Simitis llama el

proceso de “juridificación,”.179 El proceso comienza con una fase reactiva, durante la

cual las intervenciones del Estado responden a consecuencias específicas de la

industrialización y las relaciones laborales en las empresas se dejan al arbitrio exclusivo

de las partes. En la segunda fase, las intervenciones que se han ido desarrollando se

integran en una política general dirigida a reglamentar a largo plazo el desarrollo

económico y social. En esta etapa, el interés estatal va concentrándose en la prevención

en lugar de la reacción. A medida que avanza el proceso, el Estado reclama la

competencia exclusiva sobre áreas mayores de acción individual.

Luego se le añaden otras fuentes de Derecho laboral: las medidas

administrativas, los tribunales y mecanismos autónomos, tales como los convenios

colectivos de trabajo. Estos últimos nacieron de la oposición deliberada de los

trabajadores al sistema legal que consideraba que el contrato individual era el único

mecanismo de reglamentación de las relaciones laborales. Así, los trabajadores logran

desplazar a las normas legales generadas en la segunda etapa del proceso y prevenir que

los tribunales los encajen dentro del esquema contractual clásico. Por lo tanto, la fuerza

de los sindicatos ayuda a determinar cuál de los esquemas prevalece en una sociedad.

178 Simpson, Brent y Michael Macy, “Power, Identity, and Collective Action in Social Exchange,” 1397. 179 Spiros Simitis, “The Juridification of Labor Relations,” en Comparative Labor Law, Vol. 7, Número 2,

93-109.

65

Mientras más alta es la matrícula sindical, mayor importancia tenían las normas

procesales, pues permitía a los sindicatos negociar las normas sustantivas.

Las normas de relaciones laborales en el gobierno de Puerto Rico en el siglo XX

se desarrollaron de forma cada vez más detallada. La “teoría de sustitución

gubernamental” sugiere que esta acción del gobierno puede haber causado la baja

densidad sindical en el sector privado de la isla, porque la proporción entre la cantidad

de legislación protectora y de legislación sindical que se ha aprobado ha aumentado a la

vez que se reduce la tasa de organización sindical.180 Por la misma línea, se puede

argumentar que las leyes de personal buscaban codificar cada vez más aspectos del

sistema de relaciones laborales y así evitar la actividad colectiva de los trabajadores

gubernamentales. El Estado intentó resolver la coyuntura que estudia esta tesis a través

de una mayor juridificación, pero los sindicatos comenzaron a vulnerar el control

legislativo desde la década de 1950. Es sobre esta diferencia entre los discursos estatal

y laboral que se concentra la atención de este estudio.

Arleen Hernández Díaz y Mario Córdova, exponentes principales en Puerto Rico

de esta teoría, sólo analizan la cantidad de cada tipo de legislación, sin entrar en su

contenido más allá que para aclarar que algunas de estas leyes derogaban otras. Sin

embargo, una sola ley de negociación colectiva abre espacio para la creación de muchas

normas consensuadas. Es más útil analizar cuán amplio es este espacio y cuánto campo

legal ha ocupado la legislación protectora. Al final, lo que determina el éxito de los

sindicatos en este aspecto es el contenido que logran dar a la negociación colectiva.

Conclusión: ¿Se debe adoptar el esquema discursivo?

Esta tesis no adopta el análisis discursivo como lo esgrimen las tendencias

descritas en cuanto fraccionan la experiencia histórica y limitan la capacidad del relato.

180 Arleen Hernández y Mario Córdova, “The government substitution theory and unionization in Puerto

Rico,” Revista de Administración Pública, Vol. 33-34, 2001-02, 264.

66

El análisis discursivo parte de la premisa de que la realidad no existe fuera de los

significados que los sujetos perciben y aquéllos que construyen a los sujetos. Estas

explicaciones se asemejan en esto al movimiento cubista en la pintura de principios del

siglo XX. Este movimiento dudaba de la necesidad de representar una realidad

objetiva, argumentando que la misma se construía a base de elementos subjetivos,

conscientes y deliberados. Los pintores cubistas rechazaron la perspectiva que

intentaban presentar los impresionistas de reproducir el entorno exactamente como los

percibe la vista. En su lugar, identificaron la realidad como una multitud de

perspectivas, las cuales intentaron plasmar simultáneamente mediante la yuxtaposición

de fragmentos sobre el lienzo. Este movimiento se desató luego de que la fotografía

relevara a los pintores de representar la realidad vista por los ojos.

De modo similar, la Internet ha hecho posible llevar a los lectores muchos

documentos que antes sólo los investigadores veían, lo que ha disminuido la necesidad

de las ciencias sociales para comunicar a las personas un análisis de la realidad. La

historiografía del análisis discursivo resta importancia a la interpretación literal que el

relato modernista hace de los eventos y la sustituye con un enfoque sobre el lenguaje y

los símbolos, similar a lo que el cubismo hizo con las figuras geométricas. Tanto el

texto del historiador como el lienzo del pintor tienen por naturaleza dos dimensiones:

tanto los cubistas como los analistas del discurso intentaron presentar la realidad a base

de estas dos dimensiones, para reforzar la diversidad de perspectivas.181 Al final, sin

embargo, ambos modelos interpretativos carecen de capacidad para representar la

totalidad y privilegian obras impenetrablemente complejas que impiden la

comunicación.

181 Ver Terrie Merritt, “Cubism in Art,” EzineArticles, http://ezinearticles.com/?Cubism-in-

Art&id=1086891 (publicado 3 de abril de 2008; accedido 23 de abril de 2010).

67

El análisis discursivo es útil si se ubica en el contexto dentro del cual se

produce. Como hemos visto, el mismo analiza los textos como productos subjetivos y

autónomos de las realidades que describen. Este análisis trata el texto histórico como

objeto en su propio derecho y presenta una visión común con el cubismo, pues desarma

los elementos del objeto representado y los reorganiza para presentar una nueva versión

compuesta por subjetividades.182 Sin embargo, se acepta que los relatos deben explorar

las formas en las que los discursos median la experiencia y las formas en que los

individuos pueden estar conscientes de ésto.

Esta tesis sigue el estudio guiado por la problematización y el estudio discursivo,

es decir el estudio de “la relación entre cuerpos, significados, poder y lenguaje,”

sugerido por Roy Jacques.183 Este abordaje permite contextualizar el conocimiento que

se ha producido sobre los trabajadores de cuello blanco. Jacques así brinda un contexto

específico en el cual los discursos de una generación de intelectuales enmarcan el relato

de un grupo de trabajadores. El abordaje discursivo provee una perspectiva que permite

estudiar el contexto social desde el cual emergen los relatos administrativos. Aunando

los enfoques discursivos y neoinstitucionalistas, incluyendo el estudio del proceso del

trabajo, se puede entender el impacto de las discontinuidades históricas sobre las

actitudes de los trabajadores gubernamentales y el gobierno sobre las relaciones del

trabajo gubernamentales.

Esta tesis propone que la distinción que hace Dunlop entre agentes, instituciones

e ideología es útil para analizar a los Agentes de Rentas Internas, pero añade el análisis

discursivo como bloque constructor de la ideología. Propone abstenerse de considerar a

los discursos como entes capaces de determinar el curso del relato.

182 David Piper, The Illustrated History of Art. (Londres; Random House, 1994), 397. 183 Roy Jacques,Manufacturing the Employee: Management Knowledge from the 19th to the 21st

Centuries. (Londres: Sage Publications, 1993).

68

CAPÍTULO 2: Los trabajadores de la rama ejecutiva del gobierno

Este capítulo estudia la formación de discursos laborales entre los trabajadores

gubernamentales puertorriqueños. A través de la ideología del ascenso social y los

símbolos que rodearon los cambios demográficos y las relaciones de empleo en la rama

ejecutiva del gobierno, como la educación, las garantías de empleo y el liderazgo social

bajo un régimen populista que vilificaba a los patronos privados, el grupo de

trabajadores gubernamentales formó un discurso de profesionalismo y lealtad. Este

discurso se debilitó con el fin del gobierno de Luis Muñoz Marín y dio paso a un

discurso contestatario que privilegiaba tanto el acceso de los trabajadores

gubernamentales a las decisiones sobre el servicio como su condición de vanguardia de

la sociedad. El cambio de partidos políticos en el gobierno fue fundamental en el giro

que dieron los trabajadores en su actitud hacia las relaciones laborales.

Este capítulo también discutirá las actividades que realizaron los trabajadores

gubernamentales para mejorar su posición de poder en la relación laboral a base de estos

discursos. Se verá que estos trabajadores buscaron negociar su papel en el desarrollo

del Estado y la política pública, a la vez que buscaban mejorar sus condiciones de

trabajo. En particular, se verá que los trabajadores de la rama ejecutiva fueron

sumamente exitosos en utilizar mecanismos informales de negociación laboral.

Además, se verificará que los trabajadores en el servicio por oposición de la rama

ejecutiva creían en la actividad colectiva, pero no se identificaban con el conjunto del

movimiento sindical y recurrían a la huelga con menor frecuencia que sus compañeros

de los municipios y las corporaciones públicas.

Los trabajadores gubernamentales en el siglo XX

Al final del siglo XIX, el sistema de empleo gubernamental estaba directamente

subsumido al sistema económico de las haciendas. Los hacendados tenían control sobre

69

los partidos políticos existentes cuando invadió la armada estadounidense, poder que

continuó en los nuevos partidos políticos. Muchos hacendados desplazados por la

devaluación de la moneda y sus hijos se dedicaron a las profesiones “liberales” y

asumieron posiciones de liderato en estos partidos políticos. Igual que los dueños de las

haciendas bautizaban a los hijos de sus peones, estos líderes de partidos se consideraban

a sí mismos “padrinos” de sus protegidos políticos en el servicio gubernamental. Como

padrinos, ejercieron su poder sobre el empleo público para cultivar lealtades proveyendo

empleos y cobrando cuotas a los trabajadores para sostener al partido político en el

poder.184 Aún así, José de Diego denunció que el pago a funcionarios, traductores y

maestros extranjeros consumía más de la mitad del presupuesto.185

Las identidades que adoptaron los trabajadores del gobierno puertorriqueño

también fueron mediatizadas por sus relaciones comunales. Una parte de los

trabajadores del gobierno que se radicaron en el área metropolitana de San Juan

provinieron de comunidades urbanas, adonde sus padres habían emigrado desde zonas

rurales. En la década de 1920, la emigración rural había concentrado poblaciones de

ingresos medios y bajos en las ciudades, lo cual llevó a construir viviendas públicas y

proyectos de renovación urbana.186 Este fenómeno dio vida a la clase “media” urbana

de las décadas posteriores y adquirieron poder como grupo mediante la organización

colectiva, como al integrarse a sindicatos.187 Estos inmigrantes se instalaron en la

década de 1930 en tres “Barrios Obreros” alrededor de la isla y el complejo residencial

El Falansterio en San Juan, y luego en complejos de viviendas construidos por el

gobierno para brindar albergue temporero, pero establecieron comunidades

184 Wells, The Modernization of Puerto Rico, 110. 185 Andrés Sánchez Tarniella, La Economía de Puerto Rico: Etapas en su desarrollo (Madrid: Afrodisio

Aguado, S.A., 1972), 79. 186 Stanton, “Social Determinants of Housing Policy in Puerto Rico: A Case Study of Rapid

Urbanization,” American Behavioral Scientist, Núm. 15, 571 (1972). 187 Stanton, “Social Determinants of Housing Policy in Puerto Rico: A Case Study of Rapid

Urbanization,” 574.

70

permanentes.188 Para la década de 1960, cuarenta mil familias vivían en estos

complejos y un número creciente en urbanizaciones. La población de trabajadores de

cuello blanco en los barrios obreros aumentó y las áreas cercanas a las plazas de los

pueblos recibieron personas de ingresos menores que antes. Los trabajadores lograron

entrar a estos sectores poblacionales luego de ganar el respeto de los grupos de ingresos

más altos mediante las herramientas de poder político, entre ellas la lucha sindical.

Se trataba de un grupo muy móvil, que había conocido de cerca la transición de

una economía rural a una urbana. Entre 1940 y 1950, la población urbana aumentó en

328,456 habitantes. Río Piedras, por ejemplo, aumentó más de seis veces, de 19,935

habitantes a 132,438.189 Entre 1955 y 1960, 49,268 personas emigraron al área

metropolitana de San Juan del resto de la isla, aumentando la población total en San

Juan a 588,805.190 Los Agentes de Rentas Internas entrevistados para esta tesis son

buenos ejemplos de esto: Cecilio W. Hernández López emigró del área rural a la urbana

de niño,191 mientras Horestes Rivera Rosario, Enrique Román Rodríguez y Miguel

Ángel Bilbraut Sánchez emigraron a San Juan cuando comenzaron a trabajar, en la

década de 1960.192

Los trabajadores gubernamentales de 1960 eran muy distintos a los de décadas

anteriores. La transformación económica que se había dado desde 1940 generó “una

expansión de los empleos intermedios en la jerarquía salarial.”193 La matrícula

universitaria pública se triplicó entre 1940 y 1960,194 lo que facilitó el manejo de nuevas

188 Zaire Z. Dinzey- Flores, “Temporary Housing, Permanent Communities: Public Housing Policy and

Design in Puerto Rico,” Journal of Urban History, Núm. 33, 467 (2007). 189 Departamento de Comercio de los Estados Unidos, Number of Inhabitants, Puerto Rico, 1950, 6-7. 190 Departamento de Comercio de los Estados Unidos, U.S. Censuses of Population and Housing: 1960,

San Juan, PR, 29. 191 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010. 192 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010; Rivera Rosario, entrevistado por el autor, 13 de

mayo de 2010; Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 193 García y Quintero Rivera, Desafío y Solidaridad (Río Piedras: Ediciones Huracán, 1982) 134. 194 Departamento del Trabajo, “Estadísticas comparativas, 1940-1956-1960-1964 años fiscales” (sin

fecha), 4.

71

tecnologías y transmitía los valores del progreso individual. Esto creó expectativas de

movilidad social a los nuevos trabajadores,195 en particular las mujeres,196 los negros y

los hijos de los inmigrantes rurales. La mayoría de éstos terminó la escuela superior y

muchos cursaron estudios superiores. Algunos adquirieron hogares en las nuevas

urbanizaciones suburbanas de Carolina y Cataño.

La movilidad discutida ocurrió en el contexto de un crecimiento económico que

no produjo una redistribución de riquezas. En 1953, el 20% más pobre de las familias

recibía 5% del ingreso total y 4% en 1963, mientras el 20% más rico de las familias

ganaba 50.5% del ingreso total en 1953 y 51.5% en 1963.197 En 1961, era más

frecuente que una persona realizara trabajo manual a pesar de que sus padres no lo

hacían, que el fenómeno contrario. Sin embargo, un puertorriqueño tenía más

probabilidades que otros latinoamericanos de ascender a las elites.198 A base de esta

observación, el profesor Melvin Tumin concluyó que los puertorriqueños de todos los

niveles económicos tenían esperanzas de superar las desigualdades sociales y creían que

el orden social era razonable.199 Sin embargo, se estimaba que una persona debía ganar

$6,000 al año para tener entrada al mercado de la vivienda en 1970, lo cual no era el

caso de los trabajadores gubernamentales. En este sentido, una Secretaria Ejecutiva I

que en 1974 devengaba $618 al mes incluyendo 16% de beneficios marginales, y un

Contador I con ingresos mensuales de $574, difícilmente podían conseguir esa meta.200

195 Leonardo Santana Rabell y Mario Negrón Portillo, “Fulgor y decadencia de la administración pública

en Puerto Rico: agenda para la reforma,” Revista de Administración Pública 25 (1992-93): 54. Véase

además, Ignacion Sotelo, Sociología de América Latina, (Ed. Tecnos, 1975), 189, y “Class Analysis and

Investment in Human Resources: A Dynamic Model,” Review of Radical Political Economics 3 (1971):

56. 196 Safa, “Class Consciousness among Working Class Women in Latin America: A Case Study in Puerto

Rico,” 383. 197 Arthur Liebman, “Powerlessness and Stability: Student Politics in Puerto Rico,” International Journal

of Comparative Sociology, Vol. 9, 1968, 210. 198 Melvin Tumin, Social Class and Social Change in Puerto Rico. (Princeton: Princeton University

Press, 1961), 44-45. 199 Tumin, Social Class and Social Change in Puerto Rico, 164-165. 200 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico.

Informe, Vol. III, 81.

72

Los Estados Unidos sufrieron una fuga de capitales y una desindustrialización en

la década de 1970,201 lo cual afectó a la isla al punto que su economía decreció en un

dos por ciento durante el año fiscal 1974-75. El gobierno comenzó en 1971 una

campaña de construcción de infraestructura pública que aumentó la deuda bruta del

gobierno en 48.6%.202 El gobierno tomó préstamos millonarios para evitar despedir

trabajadores gubernamentales.203 El cambio de gobierno y la crisis económica sentaron

las bases para la intensificación de la actividad colectiva de los trabajadores

gubernamentales.

La actividad de resistencia colectiva de los trabajadores gubernamentales

En marzo de 1919, un grupo de trabajadores gubernamentales fundó la

Asociación de Empleados del Gobierno Insular con la intención de promover

legislación para mejorar sus salarios.204 En el mismo año, los maestros coordinados por

la Asociación de Maestros, se negaron a firmar sus contratos hasta que se legislaron

aumentos de sueldo.205 Los maestros, además, se manifestaron en defensa del español,

y tal vez de sus empleos porque los maestros norteamericanos o anglohablantes los

desplazarían. Sin embargo, en esta defensa coincidieron con líderes políticos que

defendían intereses propios y formaron alianzas que se han llamado el “nacionalismo

cultural.”206 Los trabajadores manuales gubernamentales, en especial los agrícolas,

fueron los más dados a las huelgas, por su comunidad de intereses (o igualdad de

condiciones en el mercado de empleo) con sus contrapartes de la empresa privada.

201 Lembcke, “Labor history’s ‘synthesis debate’: Sociological interventions.” 202 Salvador E. Casellas, “Política fiscal (II),” El Nuevo Día, 10 de septiembre de 1980, 18. 203 Salvador E. Casellas, “Política fiscal (I),” El Nuevo Día, 9 de septiembre de 1980, 21. 204 Ana M. Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en Puerto Rico

durante los años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la sindicalización de los empleados públicos

(San Juan: Consejo Asesor del Gobernador sobre Política Laboral, 1982), 154. 205 Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en Puerto Rico durante los

años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la sindicalización de los empleados públicos, 153-154. 206 Ver Jorge Duany, The Puerto Rican Nation on the Move: Identities on the Island and in the United

States, (Chapel Hill, Carolina del Norte, 2002), 19.

73

Al principio del siglo XX, los líderes sindicales estadounidenses no solicitaban

la protección del gobierno, porque entendían que éste luego podría quitarles esta

protección: preferían obtener el reconocimiento por la fuerza de los números.207

Cuando se aprobó la Ley de Relaciones del Trabajo de Estados Unidos en 1935, se

excluyó a los trabajadores gubernamentales, lo que mantuvo la dinámica de las

relaciones laborales igual que hasta entonces. Las corporaciones públicas en Puerto

Rico no estaban cubiertas por ninguna de las leyes de negociación colectiva ni por la del

personal gubernamental, pero el Departamento del Trabajo toleró que estas

corporaciones negociaran con sus obreros después de haber entrado en funciones un

nuevo gobierno en 1944.208

Estas corporaciones eran empresas privadas cuyos trabajadores habían tenido

estos derechos antes de 1940: cuando fueron tomadas por el Estado, no se les privó de

ellos y fueron cubiertos por la Ley Insular de Relaciones del Trabajo de 1938.209 Al

incluirlos en la Ley núm. 130 de 1945 y en la Constitución de 1952, se limitó su

derecho a la huelga, pero se le dio a la empresa la autonomía de seleccionar y dialogar

con sus trabajadores sin consideraciones de uniformidad, debido a su capacidad de

generar sus propios ingresos. Las corporaciones públicas fueron dotadas de autonomía

en el manejo de las finanzas y las relaciones laborales, para que funcionaran bajo la

lógica empresarial y protegerlas de la influencia de los partidos políticos. Es por ello

que en la Constitución se les describió como “instrumentalidades del gobierno que

funcionen como empresas o negocios privados” cuyos trabajadores fueron otorgados el

derecho a negociar colectivamente y a la huelga.210

207 Gompers, Labor and the Employer 102 (Nueva York: E. P. Dutton & Co., 1920). 208 Román Espada, “Evolución histórica de la sindicación de los empleados públicos en Puerto Rico,” 26. 209 Ley Núm. 143 de 7 de mayo de 1938. 210 Constitución de Puerto Rico, Artículo II, Secciones 17 y 18.

74

La actividad sindical aumentó en el sector gubernamental puertorriqueño a partir

de 1944.211 Los 400 telegrafistas y trabajadores de la Autoridad de Comunicaciones,

agremiados bajo la Confederación General de Trabajadores (CGT), fueron los primeros

trabajadores de cuello blanco, fuera de los maestros, en lanzarse a la huelga y lo

hicieron dos veces ese año. Es notable que la primera fue contra la Cámara de

Representantes,212 mientras la segunda logró el reconocimiento del derecho a negociar

un convenio colectivo.213 En fin, lucharon por concesiones tanto en el frente político

como en el económico-- igual que lo hicieron los maestros veinticinco años antes. En

1946, la Universidad de Puerto Rico firmó un acuerdo o “carta contractual” con sus

trabajadores de mantenimiento, construcción y servicio agrícola, bajo el nombre de

“Reglas y condiciones de trabajo suplementarias a la reglamentación vigente,”214 luego

de una huelga.

En noviembre de 1946, los maestros decretaron una huelga por el atraso en

aprobar aumentos de sueldo. El gobernador Piñero, primer puertorriqueño en ocupar el

puesto, amenazó con acusar a los maestros por abandono de labores, pero el Presidente

del Senado y líder del Partido Popular Democrático (PPD), Luis Muñoz Marín, suavizó

el tono y explicó, casi a manera de disculpa, que el gobierno no podía tolerar huelgas.

La huelga se resolvió el domingo del fin de semana de Acción de Gracias en una

reunión frente a La Fortaleza entre los líderes magisteriales y Piñero.215

211 Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en Puerto Rico durante los

años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la sindicalización de los empleados públicos, 156-157. 212 Roca Roselli, “Las huelgas en el sector público y sus mecanismos de solución en Puerto Rico,”

Estudio realizado para la Comisión para Estudiar las Relaciones del Trabajo en el Servicio Público,

Apéndice Número 3A; Rivas Morales, Estudio realizado para la Comisión para Estudiar las Relaciones

del Trabajo en el Servicio Público. 1974, 158. 213 Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en Puerto Rico durante los

años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la sindicalización de los empleados públicos, 159. 214 Universidad de Puerto Rico, “Reglas y condiciones de trabajo suplementarias a la reglamentación

vigente para el personal de mantenimiento, construcción y servicio agrícola de la Universidad de Puerto

Rico,” 1946. El Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Puerto Rico representó a los trabajadores

en la negociación. 215 Galvin, “Collective bargaining in the Public Services in Puerto Rico,” 347.

75

Fuera de los maestros, obreros y empleados de corporaciones públicas, los

trabajadores gubernamentales se identificaron con sus benefactores hasta que la relación

de empleo se despersonalizó con el crecimiento de la plantilla gubernamental. Ésta se

produjo en Estados Unidos a causa del “Nuevo Trato” y la Segunda Guerra Mundial216

y en América Latina, por la estrategia de industrialización. Ambas estrategias fueron

inspiradas por las teorías económicas de John M. Keynes,217 quien abogaba por el uso

del gasto gubernamental para estimular la economía. El trabajo gubernamental creció

tanto en números absolutos como en porcentaje de la fuerza de trabajo: en 1940, los

trabajadores gubernamentales eran 18 mil ó 4 por ciento del total de la fuerza laboral; en

1950, 47 mil ó 7 por ciento; y en 1954, 48 mil ó 9 por ciento.218 En 1955, los

trabajadores gubernamentales en el servicio exento sumaban 21,519, mientras el

servicio por oposición tenía apenas 23,638 puestos. El servicio sin oposición tenía

2,210 trabajadores.219

Por un lado, la industrialización amenazó la ventaja relativa de los trabajadores

gubernamentales y de cuello blanco. Mientras los ingresos de los trabajadores de la

manufactura aumentaron 81% entre 1954 y 1958, en parte por la negociación colectiva,

los de los trabajadores del gobierno sólo aumentaron 12%.220 Un estudio reciente

estableció un vínculo entre tamaño de la plantilla gubernamental y salarios, hallando

que el sueldo de los trabajadores gubernamentales tiende a ser menor en los países en

216 Alan Brinkley, The End of Reform: New Deal Liberalism in Recession and War, (Nueva York:

Vintage Books, 1995), 256. 217 Arturo Bronstein, “Labour Law in Latin America: Some Recent (and not so Recent) Trends,”

International Journal of Comparative Law, Vol. 26, Núm. 1, 2010, 22. 218 Negociado de Estadísticas de los Estados Unidos, The Status of Labor in Puerto Rico, Alaska, Hawaii,

reimpreso del Monthly Labor Review, diciembre de 1955, 3. 219 Revilla Quesada, 313. 220 Miles Galvin, “La resolución de conflictos en el sector público,” Revista de Administración Pública

(Universidad de Puerto Rico) 5, Núm. 2 (1973): 103, citando estadísticas de la Administración de

Desarrollo Económico de Puerto Rico.

76

los que su número es mayor en proporción al grupo trabajador total.221 Por otro lado,

las nuevas estructuras gerenciales intermedias significaron que muchos trabajadores

fueron separados de la participación directa en la implementación de la política pública,

que los privó del uso y desarrollo de las destrezas de liderato y administración. Estas

destrezas fueron transmitidas a los individuos destinados al liderato intermedio y

superior del servicio civil mediante la Escuela de Administración Pública de la

Universidad de Puerto Rico, fundada en 1945. Entre 1948 y 1964, el gobierno de Puerto

Rico puso en vigor una serie de reformas gracias al control firme que ejerció Muñoz

Marín, su carisma y la fidelidad de sus subalternos, incluyendo los trabajadores.222

Las circunstancias sociales y económicas, sumadas a las repetidas reformas

gubernamentales, conllevaban una gran discontinuidad en el trabajo gubernamental e

inestabilidad para los trabajadores gubernamentales. Entre estas reformas, estuvieron

los cambios en la Ley de Personal y la restructuración de 1949. Los trabajadores

gubernamentales de oficina resistieron estos cambios de forma progresivamente

colectiva. Las organizaciones que cobijaban trabajadores de las agencias de la rama

ejecutiva decretaron siete huelgas entre 1944 y 1963,223 dos de las cuales eran de la

Hermandad de Empleados de Oficina y Ramas Anexas de Puerto Rico (HEORA). Ésta

logró que la Autoridad de los Puertos la reconociera como agente de negociación

colectiva en 1956224 y organizó una huelga contra la Autoridad Metropolitana de

Autobuses en 1963.225 Eventualmente, ambas entidades se convirtieron en

corporaciones públicas con autoridad plena para negociar convenios colectivos. Otros

trabajadores de oficina de la rama ejecutiva celebraban otras acciones no huelgarias. En

221 Fédéric Holm-Hadulla, Kishore Kamath, Ana Lamo, Javier J. Pérez y Ludger Schuknecht, Occasional

Paper series No 112 / june 2010, “Public wages in the Euro area: towards securing stability and

competitiveness,” Banco Central Europeo, http://www.ecb.int/pub/pdf/scpops/ecbocp112.pdf. 222 Wells, The Modernization of Puerto Rico, 201. 223 Roca Roselli, “Las huelgas en el sector público y sus mecanismos de solución en Puerto Rico,” 57. 224 Roca Roselli, “Las huelgas en el sector público y sus mecanismos de solución en Puerto Rico,” 46-47. 225 Roca Roselli, “Las huelgas en el sector público y sus mecanismos de solución en Puerto Rico,” 51-52.

77

1956, los colectores del Departamento de Hacienda presentaron peticiones al Secretario

de Hacienda, casi todas relacionadas con la determinación de política departamental.

Los trabajadores gubernamentales en Estados Unidos también mostraron esta

tendencia a las protestas colectivas. Éstos decretaron 17 huelgas en 1955 que

incluyeron 1,470 trabajadores.226 En 1960, hubo 36 huelgas que costaron al erario

58,400 días de trabajo y en 1970 se decretaron 412 huelgas que resultaron en una

pérdida de 2,023,000 días de trabajo. Es notable que entre 1956 y 1962 el número de

trabajadores gubernamentales creció un 24%, de 7.5 millones a 9.25 millones; mientras

el número de ellos que pertenecía a sindicatos aumentó un 33% de 915 mil a 1.225

millones.227 Mientras tanto, la matrícula sindical total estadounidense estaba en pleno

descenso en 1961. Esto sugiere que los trabajadores gubernamentales atravesaron un

proceso distinto a los de las empresas con fines de lucro, debido a que sus procesos de

trabajo obedecían a dinámicas diferentes según discutido en el capítulo 1.

La fugaz campaña organizativa de la AFSCME

En 1959, el gobierno y la Federación Estadounidense de Empleados Estatales,

de Condados y Municipales (AFSCME, por sus siglas en inglés) acordaron que la

AFSCME organizaría asociaciones de trabajadores gubernamentales en Puerto Rico,

pero la AFSCME renunciaría a reclamar el derecho a la huelga. Este trato fue similar al

que se realizó en 1957 con la AFL-CIO, cuando el gobierno de Puerto Rico negoció el

contenido de la política salarial de las Juntas de Salario Mínimo a cambio del apoyo

sindical a la misma en la legislatura federal. De este modo, se calmaron las denuncias

226 Negociado Estadounidense de Estadísticas del Trabajo, Analysis of Work Stoppages, 1955, Boletín

núm. 1156 (Washington, D.C.: U.S. Government Printing Office, 1956), 24-25. Según otra fuente, entre

1947 y 1959, menos de 500 trabajadores participaron en huelgas en el sector gubernamental

estadounidense. Éstas costaron 6,000 horas de trabajo. Negociado Estadounidense de Estadísticas del

Trabajo, The Dimensions of Major Work Stoppages, 1947-59, Boletín Núm. 1298 (Washington, D.C.:

U.S. Government Printing Office, 1960), 6: gráfica sobre horas hombre perdidos en conflictos de 10,000

personas o más. No explica la razón para incluir conflictos de 500 trabajadores. 227 Allan Weisenfeld, “Collective Bargaining by Public Employees,” Monthly Labor Review, Vol. 89,

Núm. 9, junio de 1966, 610.

78

de que Puerto Rico era un refugio para empresas que quisieran pagar menores

salarios.228 Estos acuerdos reflejan un patrón muy común: muchas organizaciones

sindicales se ven obligadas a cuidar los intereses del patrono más que lo que el patrono

se inclina a proteger los intereses de los trabajadores.229 La identidad colectiva de los

trabajadores depende de una ideología que pueda superar los altos costos de la acción

colectiva, problema que no enfrentan los patronos. Los trabajadores gubernamentales

puertorriqueños se movilizaron en torno a una ideología de estabilidad de empleo y

status social como vanguardia de la sociedad, que veían amenazada.

El Director de la Oficina de Personal le propuso a AFSCME que ofreciera a los

trabajadores gubernamentales centros vacacionales, viviendas a bajo costo y servicios

médicos, así como que canalizara sus solicitudes de mejoras en las condiciones de

trabajo.230 Llama la atención que el gobierno no solicitara al Fondo de Ahorros (cuya

Junta de Directores estuvo bajo su control hasta 1966) que ofreciera los servicios que

solicitó a la AFSCME, los cuales la Asociación de Empleados del ELA (sucesora del

Fondo de Ahorros) ofreció eventualmente. La AFSCME optó por ofrecer las viviendas

y consideró ofrecer los servicios médicos, pero esto último no se materializó. Además,

la AFSCME comenzó a negociar con el Fondo de Ahorros para que se convirtiera en

una filial de AFSCME y recogiera cuotas sindicales adicionales al porcentaje de ahorros

que cada trabajador debía depositar mensualmente.231 El grupo de directores del Fondo

de Ahorros con quienes se reunió Caldwell mostró interés,232 pero el proyecto no se

228 Samuel Knowles, Status of Puerto Rico : Selected Background Studies prepared for the US-Puerto

Rico Commision on the Status of Puerto Rico, 1966, 329. 229 Finnestad y Ravn, “Lone Riders for collective interests: Union leadership as maneuvering b etween

company goals and worker wants,” 28th International Labour Process Conference,

http://www.ilpc.org.uk/Portals/56/ilpc2010-paperupload/ILPC2010paper-10734.doc, accedido el 15 de

febrero de 2011. 230 John P. Caldwell, Representante Internacional de AFSCME en Puerto Rico, carta a Arnold S. Zander,

presidente de AFSCME, 9 de octubre de 1959. 231 Caldwell, cartas a Zander, 30 de octubre de 1959 y 25 de enero de 1960. 232 Caldwell, carta a Zander, 22 de enero de 1960.

79

concretó porque el presidente de AFSCME objetó que estas cuotas no serían

voluntarias.233

A cambio, la AFSCME requirió que se le autorizara por ley a descontar cuotas y

redactó dos proyectos de ley a estos efectos.234 No quería llamar este intercambio un

“acuerdo,” alegando que eran dos programas que redundarían en beneficio de los

puertorriqueños en general.235 Su meta era convertirse en una fuerza política que

lograra afectar las condiciones salariales. La correspondencia de AFSCME no

mencionaba la negociación colectiva. La AFSCME pidió sólo la deducción de cuotas236

y ofreció ejemplos de estados estadounidenses que sólo contemplaban la deducción de

cuotas.237

Era la primera vez desde que se fundó que la AFSCME combinó una campaña

organizativa con una promoción de viviendas.238 El presidente de la compañía

Transamerica cabildeó ante la legislatura y logró que el Senado votara unánimemente a

favor de un proyecto de ley para descontar cuotas a los trabajadores a favor de

AFSCME cuando se reunió con Luis A. Ferré, empresario del cemento y presidente del

opositor Partido Republicano. Para calmar a los opositores, AFSCME insertó lenguaje

tomado de su constitución en el texto del proyecto de ley, para aclarar los propósitos de

las organizaciones creadas bajo la ley. Éstas eran el progreso social y económico de los

trabajadores, la educación del público hacia el servicio público y la eficiencia de los

servicios. Además, atendió objeciones que el Director de Personal Cuevas Viret

expresó sobre la estructura del cobro de cuotas.239 El Senado aprobó ambos proyectos

233 Leo Kramer, carta a Caldwell, 10 de noviembre de 1959. 234 Gordon Chapman, del comité de Finanzas de la AFSCME, carta a Zander, 17 de agosto de 1960. 235 Caldwell, carta a Zander, 28 de mayo de 1960. 236 Carta a Luis Muñoz Marín, 5 de enero de 1960, en que se enumeran los elementos que AFSCME pide

en la legislación. 237 Marjorie S. Mueller, carta al senador Ernesto Carrasquillo, 22 de abril de 1960. 238 Caldwell, carta a Zander, 28 de mayo de 1960. 239 John P. Caldwell, carta a Cuevas Viret, 12 de mayo de 1960.

80

en mayo de 1960, pero la Cámara sólo aprobó el de la rama ejecutiva ese año240 y

aprobó un año después el de los municipios.241

En el ínterin, la AFSCME llegó a acuerdos de descuentos de cuotas con algunos

municipios242 e intentó convencer al Secretario de Justicia y a la Oficina del Gobernador

de que estos acuerdos eran legales.243 Esto refleja la costumbre prevaleciente de entrar

en acuerdos sin reglamentación de ley, incluso en las corporaciones públicas antes de

1945. Los alcaldes tenían más espacio para hacerlo que los jefes de agencia. Los

trabajadores municipales sólo habían decretado tres huelgas entre 1944 y 1963.244 Por

lo tanto, el interés mayor de la AFSCME eran los trabajadores municipales quienes, por

ejemplo, en Ponce cobraban la mitad del salario mínimo de la industria textil.245 De

este modo, la Asociación de Empleados Municipales se afilió en abril de 1960 y otras

asociaciones de trabajadores de la rama ejecutiva lo hicieron luego.

Transamerica obtuvo financiamiento del fondo de bienestar del Sindicato de

Trabajadores de Muelles del este de los Estados Unidos (ILA, por sus siglas en

inglés).246 Se proponía traer las piezas prefabricadas de las casas hechas en Panamá y

ensamblarlas en varios municipios, con apoyo financiero del Banco Popular de Puerto

Rico.247 La campaña costó tanto dinero que la AFSCME obtuvo un préstamo del

Sindicato de Trabajadores del Acero (Steelworkers) para organizar trabajadores en la

isla.248 Con estos fondos reclutaron a varios organizadores, entre ellos a Evaristo M.

Toledo, quien luego fue un destacado líder sindical.249 El representante internacional,

240 Ley núm. 134 de 19 de julio de 1960. 241 Ley núm.139 de 30 de junio de 1961. 242 Chapman, cartas a Zander, 17 y 19 de agosto de 1960. 243 Caldwell, cartas a Zander, 3 y 20 de agosto y 3 de noviembre de 1960. 244 Roca Roselli, “Las huelgas en el sector público y sus mecanismos de solución en Puerto Rico,” 58. 245 Marjorie S. Mueller, Directora de Investigación y Retiro de AFSCME, memo a Caldwell, 17 de marzo

de 1960. 246 Herbert S. Thatcher, abogado, carta a Gordon Chapman, Secretario Tesorero, 12 de agosto de 1960. 247 Caldwell, carta a Zander, 20 de octubre de 1959. 248 Chapman, carta a Zander, 17 de agosto de 1960. 249 Caldwell, carta a Zander, 28 de septiembre de 1960.

81

cuyos informes rebosaban de optimismo,250 justificó el costo del esfuerzo con el

propósito de derrotar toda oposición a la organización de los trabajadores.

El representante de AFSCME en la isla vaticinó que los puertorriqueños se

opondrían a enviar cuotas fuera de la isla, por lo que promovió una gran autonomía para

el concilio local y un gran papel simbólico para el Presidente de la AFSCME. En

diciembre de 1960 la Federación de Empleados Públicos creó el Concilio 39 de la

AFSCME compuesto de sindicatos locales establecidos en los Departamentos de

Hacienda, Justicia, Salud y Obras Públicas, así como el Fondo del Seguro del Estado,

que entonces era una agencia de la rama ejecutiva.251 El presidente y el secretario

tesorero de la AFSCME en Estados Unidos estuvieron presentes. La primera misión del

grupo fue gestionar aumentos de sueldos, obtener facilidades recreativas y estar alerta

sobre las leyes de retiro, así como respaldar el proyecto de construcción de viviendas.

Nada se mencionó en el momento sobre la negociación colectiva, pero se propusieron

cabildear por mejores salarios junto a la Federación Industrial.

La AFSCME procuraba que los demás sindicatos estadounidenses se

mantuvieran alejados del grupo aun antes de que el Concilio de Puerto Rico estuviera

constituido.252 Según la tradición gremial norteamericana, cada sindicato

estadounidense debía limitarse a afiliar trabajadores dentro del ramo de la economía que

le había dado origen: los trabajadores gubernamentales pertenecían a su

“jurisdicción.”253 En Puerto Rico, los sindicatos habían violentado esta tradición porque

entendían que los grupos eran demasiado pequeños para mantenerlos económicamente

sin expandirse a otros sectores.254 La AFSCME también le preocupaba la posibilidad de

250 Ver por ejemplo la carta de Caldwell a Zander del 19 de julio de 1959. 251 “Elige Junta: La Federación de Empleados Públicos Crea Consejo 39 durante Convención,” El Mundo,

10 de diciembre de 1960, 31. 252 Caldwell, carta a Zander, 17 de mayo de 1960. 253 Caldwell, carta a Zander, 1 de octubre de 1960. 254 Galvin, The Organized Labor Movement in Puerto Rico.

82

que una “Central Única de Trabajadores” inspirara a los trabajadores de Puerto Rico a

abandonar a todos los sindicatos estadounidenses con su reclamo contra el

“colonialismo sindical.”255 El representante de la AFSCME en Puerto Rico intentó que

el gobierno la reconociera como la única organización de trabajadores

gubernamentales256 y que la AFL-CIO ordenara a los otros sindicatos que integraban la

federación que retiraran sus peticiones de representación ante el Departamento del

Trabajo.257 Luego, la AFSCME mostró interés en obtener una orden de la AFL-CIO de

que los trabajadores de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, afiliados a un

sindicato local del sindicato de trabajadores federales, pasaran a formar parte de la

AFSCME “en las mismas condiciones que cualquier otro grupo de trabajadores del

ELA.”258

Desde febrero de 1961, AFSCME empezó a confrontar problemas. El

presidente del Concilio de Puerto Rico retiró ese mes su confianza a Caldwell,259 quien

no se mencionó en la correspondencia posterior. Aunque no hay prueba de la razón

para que esto ocurriera, sí se señaló que Caldwell había gastado demasiado dinero.260

Otros sindicatos intentaron desplazar a AFSCME como la agrupación que reunía la

mayoría de los trabajadores de varias agencias de la rama ejecutiva.261 En marzo, el

líder de AFSCME descartó públicamente la huelga como medio de lucha.262 En abril de

1961 los sindicatos locales más numerosos agrupaban trabajadores del Departamento de

255 Caldwell, carta a Zander, 30 de enero de 1961. 256 Caldwell, carta a Zander, 23 de mayo de 1960. 257 Caldwell, carta a Arnold Zander, Presidente de AFSCME, 17 de mayo de 1960. Entre los sindicatos

mencionados, estaba el de “Retail Clerks.” 258 Caldwell, carta a Zander, 30 de enero de 1961. 259 Carta de José Ramón Morales, presidente del Concilio núm. 39, a Zander, 14 de febrero de 1961. 260 Robert Montminy, carta a Zander, 11 de octubre de 1961. 261 Robert Montminy, cartas a Zander, 6 de febrero y 27 de abril de 1961. El sindicato Packinghouse era

uno de ellos. 262 “FEP: líder descarta la huelga como medio de lucha,” El Mundo, 8 de marzo de 1961.

83

Obras Públicas con $165.15 en cuotas ese mes, y el Departamento de Salud con $125.50

en cuotas.263

En septiembre de 1961 la AFSCME descubrió que el presidente del sindicato

local del Departamento de Salud intentaba separar a este grupo.264 En octubre de ese

año, un antiguo oficial del Sindicato Estadounidense de Marinos, “Seafarers

International Union” (SIU), fundó el Concilio General Sindical para oponerse a la AFL-

CIO, cuya campaña antiestadounidense alarmó a la AFSCME.265 El mismo mes la

Unión de Empleados del Hospital para Tuberculosis de Mayagüez y la Federación de

Empleados Públicos anunciaron por separado que se separarían de la AFSCME y

AFSCME comenzó una investigación con miras a expulsar al presidente de la FEP.266

Los trabajadores de hospital reclamaron la construcción de las casas prometidas,

servicios médicos, sitios de recreación y otras promesas incumplidas de la AFSCME.267

Esta última ruptura refleja la importancia que dieron los trabajadores gubernamentales a

estos símbolos de ascenso y seguridad social, al punto que la acción colectiva perdía

importancia sin ellos. Durante la campaña presidencial del sindicato estadounidense en

1962, los opositores del presidente criticaron severamente el financiamiento de

viviendas en Puerto Rico. Además, el presidente de Transamerica fue acusado de

vender valores no cotizados en la bolsa y la compañía quebró en mayo de 1963.268

Luego de esta quiebra y el daño que ello representó a la reputación de la

AFSCME, la falta de documentos en el archivo de AFSCME sobre Puerto Rico sugiere

263 Informes financieros, Local 918 y 914 de AFSCME, abril de 1961; Caldwell, carta a Zander, 8 de

abril de 1960. 264 Robert Montminy, carta a Zander, 22 de septiembre de 1961. 265 Robert Montminy, carta dirigida a Leo Kramer, 11 de octubre de 1961. 266 “Unión se Retira de Internacional,” El Mundo, 30 de octubre de 1961, 25; Antonio Quiñones

Calderón, “Unión Cortará Lazos: Gremio Internacional de Empleados Públicos,” El Mundo, 25 de

octubre de 1961; Robert Montminy, Cross Reference Sheet dirigida a Leo Kramer, 11 de octubre de 1961. 267 E. Nieves, “FAEP: Entidad de Empleados Públicos Pide Revisión de Ley Municipal,” El Mundo, 28

de octubre de 1961. 268 “Big Union Among Creditors in Puerto Rico Land Fizzle: Starts Action to Get Back $30,000 After

Realty Firm Goes Into Bankruptcy,” Milwaukee Journal, 18 de junio de 1963, 1.

84

que ésta no estuvo activa en la representación de trabajadores de la rama ejecutiva. La

falta de registros de organizaciones de trabajadores gubernamentales en el Registro de

Corporaciones del Departamento de Estado y ante el Departamento del Trabajo entre

1961 y 1967 sugiere, además, que los trabajadores de la rama ejecutiva no hicieron

mayores esfuerzos por que el Estado reconociera sus organizaciones colectivas. Sin

embargo, hubo instancias de actividad colectiva. El Sindicato de Bomberos y la

gerencia del Cuerpo se reunieron al menos mensualmente entre 1963 y 1973 para

discutir solicitudes escritas del Sindicato, en su mayoría sobre salarios, horas o

condiciones de de trabajo, incluyendo uniformes: pero también incluían otros temas

como disciplina, ascensos, procedimiento de quejas o reglamentos.269 También el

Sindicato acudió a la Oficina de Personal, la Legislatura, el Negociado de Presupuesto o

ante el Gobernador para obtener mejoras. En última instancia, recurría a la acción

colectiva, incluso cuatro huelgas nacionales y varias regionales.270

Ánimo de los trabajadores ante la salida del caudillo

La alianza que el gobierno había tenido con los sindicatos era el producto de la

asimilación de los líderes sindicales al PPD, pero se rompió en la década de 1960.271 Al

retirarse Muñoz Marín de la gobernación en 1964, después de dominar la política

puertorriqueña por veinticuatro años, se debilitaron las estructuras de poder y los

sindicatos estadounidenses. Esto representó una discontinuidad en las relaciones de

trabajo gubernamentales. Ese año se creó el San Juan Labor Council, brazo de la AFL-

CIO cuyos líderes criticaban al Partido Popular Democrático.272 También en esta

década, el Sindicato de Tronquistas retó el dominio del PPD sobre los sindicatos. Con

269 Sheila Borges, “El Servicio de Bomberos y la negociación informal,” Estudio preparado por

encomienda de la Comisión para Estudiar las relaciones del Trabajo en el Servicio Público, 1974, 29-30. 270 Borges, “El Servicio de Bomberos,” 31. 271 Galvin, “The Organized Labor Movement in Puerto Rico,” 162. 272 Samuel Knowles, Status of Puerto Rico : Selected Background Studies prepared for the US-Puerto

Rico Commission on the Status of Puerto Rico, 1966, 329.

85

el “nuevo sindicalismo,” los sindicatos nacientes buscaron distanciarse del modelo

burocrático de los sindicatos norteamericanos y de sus expresiones políticas

pronorteamericanas, ambos atribuidos a su apoyo al modelo de industrialización de las

décadas anteriores.

Se crearon más organizaciones laborales independientes y muchas de las que

reunieron trabajadores en el sector no gubernamental se unieron para fomentar intereses

comunes en federaciones como el Frente Unido de Trabajadores y el Sindicato de

Líderes Obreros, que expresaban cierta independencia del gobierno y de los sindicatos

estadounidenses.273 Durante la huelga en 1969 de los empleados de la General Electric

del barrio Palmer en Río Grande, afiliados al Sindicato Estadounidense de Maquinistas,

se formó una red de apoyo en la cual los líderes sindicales afiliados al MPI llevaron la

voz cantante, a diferencia de los grupos anteriores.274 De este esfuerzo surgió el

Movimiento de Acción Sindical en 1969 y su sucesor, el Movimiento Obrero Unido

(MOU), en 1971.

Los trabajadores gubernamentales también registraron un aumento en la

actividad colectiva, a partir de la salida de Muñoz Marín. El siguiente cuadro ilustra

esta tendencia:

273 García y Quintero Rivera, Desafío y Solidaridad, 136-38. 274 Carrión Crespo, “Hacia una historia del MOU,” Pensamiento Crítico, Año XVIII, Núms. 82-83,

noviembre 1995-febrero 1996, 37.

86

Fuente: Informe, Vol. III, 39 y 89.

El San Juan Labor Council y algunos sindicatos independientes convocaron a

una huelga general en 1965, contra la aprobación de la ley para impedir huelgas en los

servicios esenciales.275 A partir de 1965, aumentó el número de organizaciones de

trabajadores gubernamentales registradas ante el Departamento del Trabajo bajo la ley

de 1960.276 Ya para 1966, el gobierno era uno de los dos sectores más sindicados del

país.277 Aunque algunos líderes de las organizaciones de trabajadores gubernamentales

se identificaron con el “nuevo sindicalismo,” no participaron activamente en las

federaciones que intentaron agrupar a los sindicatos.278 En efecto, el MOU apenas tuvo

representación de los trabajadores de las agencias de la rama ejecutiva. De 25

sindicatos que firmaron el anuncio de la constitución del MOU el 5 de diciembre de

275 Knowles, 332. Se trata de la Ley Núm. 11 de 22 de mayo de 1965. 276 Cotto Morales. 277 Knowles, 323. 278 Luis Escribano Díaz, entrevistado por el autor, 9 de marzo de 1992.

87

1972, sólo el Sindicato de Bomberos y la Asociación Puertorriqueña de Profesores

Universitarios representaban trabajadores de la rama ejecutiva del gobierno.279

En 1968 se dio el dislocamiento en las relaciones de trabajo gubernamentales

mayor de este relato. El PPD perdió el poder ejecutivo por primera vez en veinte años y

terminó su control directo sobre el servicio civil. Los trabajadores de la rama ejecutiva

se encontraron por primera vez bajo la supervisión de líderes que no pertenecían al

PPD, y los líderes del PNP emprendieron dos estrategias esbozadas por Leonardo

Santana Rabell: “a) la saturación de la base de la burocracia pública mediante el

reclutamiento masivo de militantes o personas identificadas con el PNP, y b) el

establecimiento de una estructura de poder paralela para sustituir, o controlar, las

agencias tradicionalmente vinculadas con el programa e ideología del Partido

Popular.”280 Inmediatamente pasó a la oposición, el PPD propuso legislar la

negociación colectiva para estos trabajadores.281 Durante el cuatrienio que gobernó el

Partido Nuevo Progresista, el gobierno legisló el derecho a la negociación colectiva de

los trabajadores del Fondo del Seguro del Estado, que entonces era una agencia de la

rama ejecutiva. Esto obedeció al cabildeo del presidente de la Hermandad Unida de

Empleados del Fondo del Seguro del Estado, Osvaldino Rojas Lugo.

En 1968 Liebman sugirió que la falta de partidos políticos radicales en Puerto

Rico se debía que no había descontento ante la falta de movilidad social.282 Sin

embargo, esto cambió poco después cuando la Juventud del Partido Independentista

Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Pro Independencia (MPI) adoptaron un discurso

marxista con el movimiento sindical como bandera de lucha. El MPI bautizó el año

279 “¿Qué es el MOU?,” Claridad, 5 de diciembre de 1972,7. 280 Santana Rabell, Fulgor y decadencia de la administración pública en Puerto Rico, 65. 281 Judith Pagani, “Marcano radicará proyecto: Permitirían sindicalización de los empleados públicos,” El

Mundo, 1 y 15, 20 de enero de 1969. 282 Liebman, 211.

88

1971 como el “Año de la Organización de los Trabajadores”283 y luego se convirtió en

el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). La capacidad de este discurso de movilizar

simpatizantes quedó demostrada en las elecciones de 1972, en las cuales el PIP logró

elegir dos representantes y un senador con una campaña de tono marxista bajo el lema

de “arriba los de abajo.” Años después, varios autores atribuyeron el éxito del

sindicalismo gubernamental a los militantes independentistas.284

Durante el primer cuatrienio del Partido Nuevo Progresista, el número de

organizaciones registradas de trabajadores gubernamentales casi se triplicó.285 Fue

sumamente desmoralizante para ellos que el Consejo Asesor del Gobernador

recomendara en 1970 un aumento de 40 a 60 por ciento a los sueldos de los ejecutivos

gubernamentales de más alto rango.286 Los trabajadores gubernamentales decretaron 69

huelgas durante el cuatrienio, 26 de ellas en el año electoral de 1972. Un grupo de

trabajadores irregulares de la rama ejecutiva concretaron una huelga en 1971 por

primera vez en más de veinte años, y 4 en 1972.

Los trabajadores del servicio por oposición en las agencias de la rama ejecutiva

fueron menos activos en este renglón. Sin embargo, algunas de las organizaciones que

los agrupaban lograron que las agencias que empleaban a sus afiliados las reconocieran

como representantes de los mismos y dialogaran con ellas, luego de lo cual emitían

órdenes o circulares administrativas con el contenido de lo acordado.287 En octubre de

1971 “la amenaza de una huelga general de empleados públicos ayudó bastante hacia la

solución de la huelga” de los 260 trabajadores de la Unión de Empleados de la

283 Jaime Pericás Alfaro, “El surgimiento del Movimiento Obrero Unido” (monografía presentada en la

Universidad de Puerto Rico, noviembre de 1985), 4. 284 Véase, por ejemplo, Figueroa, Héctor. 1996. “Puerto Rican workers: A profile”. NACLA Report on

the Americas, Vol. 30, Núm. 3, 29-32. 285 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. III: “Datos, estadísticas, actitudes, opiniones e información relacionada con la

sindicalización del sector público en Puerto Rico,” 1974, 39. En 1964, había 16 organizaciones; en 1968,

34; y en 1974, 116. 286 Galvin, Collective bargaining, 369. 287 Partido Socialista Puertorriqueño, “La sindicalización de los empleados públicos,” 17.

89

Compañía de Fomento Industrial.288 Después de esta huelga, varias organizaciones de

trabajadores gubernamentales celebraron varias reuniones para elaborar una estrategia

común.

En 1971 el sistema de personal gubernamental constaba de 45,568 trabajadores

en el servicio por oposición, 6,096 trabajadores sin oposición que establecían política

pública o asesoraban a cuadros superiores, y 53,411 en el servicio exento, que incluía a

las corporaciones públicas, los maestros, los trabajadores judiciales y la policía.289 El

sistema de mérito cubría menos de la mitad de los trabajadores gubernamentales, y

según se ha visto la dinámica de relaciones laborales de los que estaban cubiertos no

incluía hasta entonces una tradición huelgaria. En su lugar, una encuesta realizada entre

los líderes de veintidós organizaciones de trabajadores gubernamentales, realizada entre

1971 y 1972, arrojó que dieciocho de ellas realizaron actividades legislativas.290

Esta encuesta, además, halló que las organizaciones de trabajadores de la rama

ejecutiva en general buscaban proteger los intereses económicos de sus afiliados e

influir sobre las decisiones gerenciales en cuanto a administración de personal en las

agencias; usaban la acción coercitiva para lograr que el patrono accediera a sus

solicitudes; y buscaban negociar con la gerencia sobre sus exigencias para lograr

acuerdos escritos.291 Dieciséis de las organizaciones estudiadas buscaban mejorar las

condiciones de trabajo de los trabajadores, trece buscaban aumentos salariales y nueve

buscaban aumentos en las prestaciones suplementarias como planes médicos y

compensación por tiempo adicional. La mayoría había cabildeado por aumentos de

sueldos y la mitad habían representado a sus socios en procedimientos de querellas. El

288 Enrique Ayoroa, “Hacia la unidad del Movimiento Obrero,” Claridad, 24 de septiembre de 1971, 25. 289 Weasler, “Collective Bargaining in the Public Service,” 469. 290 Pou Rivera, “Public Employee Organizations in Puerto Rico,” 287. 291 Pou Rivera, “Public Employee Organizations in Puerto Rico,” 274-275.

90

autor concluyó que los objetivos de catorce de las veinte organizaciones eran de tipo

sindical mientras otras expresaron motivos organizativos de profesionalización.

Entre las organizaciones de la rama ejecutiva, Galvin halló varios casos en que

los trabajadores buscaban lograr cambios administrativos: en 1972, los empleados del

Banco de Vivienda Cooperativa amenazaron con decretar una huelga si no se resolvían

conflictos entre supervisores, y los internos y médicos del Centro Médico protestaron la

falta de servicios médicos adecuados.292

De la acción colectiva a la negociación y la confrontación

Las acciones colectivas de los trabajadores de la rama ejecutiva continuaron

aumentando bajo el nuevo gobierno del PPD, a pesar de que éste presentó un proyecto

de ley para reconocer la negociación colectiva en enero de 1973. El Departamento del

Trabajo registró organizaciones de estos trabajadores a un ritmo más acelerado e

informó sobre la incidencia de más huelgas que antes de ese año. Los trabajadores de

las corporaciones públicas, los municipios, y los irregulares de la rama ejecutiva fueron

más activos;293 pero las huelgas de los bomberos, la HEEND y la Federación de

Maestros provocaron un debate público intenso que causó la falsa impresión de que los

trabajadores de la rama ejecutiva eran propensos a las huelgas, lo cual debilitó el apoyo

legislativo a la negociación colectiva.

En julio de 1973 los trabajadores afiliados a la Unión de Trabajadores de la

Industria Eléctrica y Riego (UTIER) y los bomberos decretaron huelgas. El 7 de julio el

Gobernador afiliado al PPD ordenó a la Guardia Nacional ocupar los centros de trabajo

en huelga y sustituir por la fuerza a los trabajadores.294 El MOU y otros sindicatos

292 Galvin, “Collective bargaining in the Public Service in Puerto Rico,” 471. 293 Los empleados municipales decretaron 30 huelgas en 1973 y 15 en 1974; los de hospitales decretaron

4 y 10, respectivamente y los de corporaciones públicas, 7 y 10, respectivamente. 294 “EMERGENCIA EN PUERTO RICO: la Guardia Nacional ocupa parques bombas; protege plantas

AFF bajo órdenes Gobernador,” El Mundo, 7 de julio de 1973, 1-A; El Mundo, 8 de julio de 1973, 1-A;

“Pánico en el gobierno,” Claridad Extra, 7 de julio de 1973, 1; Informe III, 3.

91

enviaron protestas a la prensa y organizaron piquetes, un paro de cuatro horas y una

marcha hasta La Fortaleza.295 Se formó un “comité de prominentes líderes obreros para

estudiar la situación y plantear alternativas de acción.”296 Los trabajadores de obras

públicas del Municipio de San Juan lograron un convenio colectivo en esta “jornada.”297

El gobierno presentó un proyecto de ley para lidiar con la situación que el liderato

sindical consideró como la “visión apocalíptica de una ola de huelgas en el sector

público.”298

Al analizar los acontecimientos de julio de 1973, Juan Ángel Silén subrayó la

militancia de los trabajadores, así como su capacidad para “utilizar su fuerza numérica y

el papel decisivo que juegan los trabajadores dentro del sistema de producción” para

hacer frente a un “acto de agresión.” Por otro lado, Silén destacó la “debilidad,”

“inexperiencia” e improvisación del movimiento sindical. Por último, éste señaló una

polarización entre los líderes sindicales que apoyaban al Partido Popular y los que

apoyaban los movimientos contestatarios.299 Estos tres señalamientos sugieren que la

velocidad con la que se estaban manifestando los cambios en el control político y la

crisis económica había creado tensiones en las relaciones laborales en el gobierno, a la

vez que dentro del movimiento sindical; en ambos casos, relacionados muy de cerca con

los partidos políticos.

Los líderes del PSP utilizaron estas huelgas para presentarse como la

vanguardia política de los trabajadores y los artífices del MOU.300 En palabras de los

líderes independentistas, los líderes sindicales que no comulgaban con ellos “se aislaban

295 “Ultimátum al gobierno,” Claridad, 10 de julio de 1973, 1 y 13; Luis E. Cabán, “Algunas uniones

marchan hoy,” El Mundo, 14 de julio de 1973. “Protesta obrera ante las puertas de La Fortaleza,” El

Nuevo Día, 12 de julio de 1973, 5. 296 “Los obreros se defienden,” Editorial, La Hora, 6 de septiembre de 1973, 11. 297 “Cronología de la jornada de julio,” Pensamiento Crítico, Año I Núm. 1, febrero 1978, 36. 298 “Sindicalización empleado público a la gaveta del PPD,” La Hora, 26 de julio de 1973, 1. 299 Silén, Apuntes: para la historia del movimiento obrero puertorriqueño (Río Piedras: Editorial

Cultural, 1978) 202. Un ejemplo de esto último es el líder del Sindicato de Equipo Pesado, Félix Morales,

quien apoyó las acciones militares. Claridad, 26 de julio, 3. 300 Pedro Grant, entrevistado por el autor, 2 de abril de 1992.

92

del movimiento.” Silén identifica esta actitud bajo la teoría de la polarización, que

sostenía que hacía falta una crisis que promoviera la independencia para Puerto Rico.301

El rol del partido obrero sería crear las condiciones subjetivas para la toma del poder

por el proletariado. Sin embargo, el uso de la Guardia Nacional los tomó desprevenidos

porque era la primera vez en el siglo XX que un gobierno utilizaba fuerzas militares

para reprimir protestas laborales. Según el PSP, la prohibición propuesta de las huelgas

era un síntoma de la intensificación de la lucha de clases302 y “la sindicalización de los

empleados públicos ayudaría también a evidenciar aún más el carácter clasista del

estado capitalista.”303 Para el PSP, la aprobación de una ley de sindicación podía “ser

un agente catalítico de primer orden para el desarrollo, no sólo del movimiento sindical,

sino de la misma revolución socialista.”304

Mientras la prensa y los líderes políticos discutían sobre estrategia militar e

ideología, el gobierno y el Sindicato de Bomberos negociaron los reclamos de los

trabajadores entre marzo y diciembre de 1973. Un examen de la misma revela los

contornos de la negociación colectiva de hecho que se llevaba a cabo en la rama

ejecutiva.

En marzo de 1973 el gobierno recibió los reclamos de los bomberos y los refirió

a la Oficina de Personal, la cual recomendó denegar un aumento salarial extraordinario

a los bomberos.305 Además del reclamo salarial, el Sindicato de Bomberos reclamó que

el gobierno lo reconociera como agente de negociación colectiva, que se requiriera un

diploma de escuela superior para ser bombero y la creación de puestos adicionales de

sargento, entre otros. Como en otras ocasiones, estos reclamos se dirigían a influir en

301 Silén, Apuntes: para la historia del movimiento obrero puertorriqueño,183. 302 Partido Socialista Puertorriqueño, “La sindicalización de los empleados públicos,” 1972 (PSP), 18. 303 Partido Socialista Puertorriqueño, La sindicalización de los empleados públicos (Río Piedras:

Impresora Nacional, 1972), 21. 304 Partido Socialista Puertorriqueño, La sindicalización de los empleados públicos, 28. 305 “Informe y recomendaciones de la Comisión designada por el señor Gobernador de Puerto Rico para

estudiar y evaluar las condiciones de trabajo en el servicio de Bomberos de Puerto Rico,” sin fecha.

93

decisiones de política pública. A pesar de su renuencia, la Oficina de Personal se reunió

con el sindicato en junio y recibió de nuevo los planteamientos. Doce días después,

antes de recibir respuesta, el sindicato declaró la huelga.

Luego de que la huelga fue reprimida, el gobernador celebró una reunión en la

que se resolvió hacer un estudio de retribución. En esta reunión no participó el

sindicato. En cambio, éste se reunió repetidamente con Luis E. Ramos Yordán,

presidente de la Cámara de Representantes. Éste, a su vez, convocó a un estudio

legislativo sobre el asunto y recomendó en agosto realizar una urgente revisión de las

escalas salariales en el Cuerpo de Bomberos, así como aumentar el número de

bomberos, promover a sargento a los cabos que estuvieran supervisando bomberos;

renovar las facilidades de la Academia de Bomberos y reemplazar el equipo de más de

diez años de antigüedad.306

En octubre el gobernador nombró una comisión para estudiar las condiciones de

trabajo de los bomberos, compuesta por la Directora de Personal del gobierno, el

Director del Negociado de Presupuesto y Osvaldino Rojas Lugo. Luego de varias

semanas y que el sindicato diera un plazo al gobierno, la comisión se reunió con el

sindicato y acordaron recomendar al gobernador que se realizara la revisión de escalas

solicitada por la Cámara de Representantes, además de una serie de medidas que

garantizaban aumentos de sueldo.307 En diciembre el gobierno acordó con el Sindicato

utilizar ahorros hechos en el Servicio de Bomberos para conceder estos aumentos de

sueldo.308

Este relato arroja varias tendencias ilustrativas del momento histórico:

1. El sindicato reclamaba negociar colectivamente.

306 Informe de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Representantes en cumplimiento con la

Resolución de la Cámara 291, 13 de agosto de 1973. 307 “Informe y recomendaciones de la Comisión designada por el señor Gobernador de Puerto Rico para

estudiar y evaluar las condiciones de trabajo en el servicio de Bomberos de Puerto Rico.” 308 Comunicado de Prensa del Sindicato de Bomberos, 7 de diciembre de 1973.

94

2. La negociación incluiría condiciones de trabajo no negociables bajo las

disposiciones comunes de las leyes de negociación colectiva, tales como la

expansión del servicio.

3. El gobierno recibió los reclamos de los sindicatos y los consideró a pesar de no

reconocerles capacidad para negociar.

4. La huelga motivó una atención directa del gobernador a sus reclamos, por lo

cual fue efectiva a pesar de que se le reprimió militarmente.

5. El sindicato negoció simultáneamente con las dos ramas políticas del gobierno

para lograr un mejor resultado.

6. El sindicato aprovechó ciertas herramientas que el gobierno solía implementar

unilateralmente: la creación de comisiones de estudio por el gobernador, las

resoluciones de la Cámara de Representantes y revisiones de escalas que la

Oficina de Personal realizó.

7. Al final, los documentos que contenían los acuerdos llevaron sólo la firma de

oficiales del gobierno.

Un estudio realizado sobre este proceso para la Comisión Helfeld halló que el

Cuerpo de Bomberos había mantenido los canales de comunicación abiertos y que la

falta de legislación habilitadora de la negociación colectiva “no había impedido el

crecimiento de la fuerza gremial del Sindicato.” De hecho, como no había una

prohibición expresa a las huelgas ni se limitaban las entidades ante las cuales el

Sindicato podía presentar sus reivindicaciones, esta ausencia había causado parte de su

éxito.309 Por último, la intervención frecuente de la Oficina del Gobernador en los

conflictos había alentado las acciones colectivas.310

309 Borges, “El Servicio de Bomberos,” 45. 310 Borges, “El Servicio de Bomberos,” 47.

95

Federico Quiñones, fundador de la Hermandad de Empleados Exentos No

Docentes (HEEND) de la Universidad de Puerto Rico, narró otra forma de negociación,

experimentada durante la huelga que la HEEND protagonizó en 1973, ofreciendo

consejo a los demás sindicatos:311

1. Se solicitaba que la agencia reconociera a la organización como agente de

negociación colectiva, con un apoyo mayoritario.

2. Se sometía un pliego de peticiones ambicioso pero realista y apoyado por la

opinión de expertos y asesoramiento legal.

3. El producto de la negociación se llevaría ante la matrícula, ya fuera mediante

una carta contractual o una recomendación de huelga.

Esta manera de negociar era más directa que la que realizaron los bomberos,

pues no involucraba a la Legislatura. Esto se debe a las particularidades de la

experiencia universitaria, cuya autonomía administrativa desde 1952 era similar a la de

las corporaciones públicas y cuyo historial de negociación colectiva databa también de

la década de 1940 o antes, así como al tipo de trabajo intelectual que se realizaba en

ella.

El Departamento de Instrucción Pública produjo memorandos que resultaron de

conversaciones frecuentes con las organizaciones magisteriales sobre sueldos,

condiciones de trabajo, clasificaciones y procedimientos de quejas.312 Las

organizaciones divulgaban su contenido mediante cartas circulares. El Gremio de la

WIPR, entonces parte del Departamento de Instrucción Pública, negoció un

procedimiento de quejas y un estudio de clasificación.313

La Federación de Maestros también recurrió a la litigación administrativa para

obtener beneficios y reclutar socios. Fundada en 1966 con la intención expresa de

311 Quiñones, Sindicalismo y política en Puerto Rico (ideas y opiniones), 52-53. 312 Borges, “El Departamento de Instrucción Pública,” 103. 313 Borges, “El Departamento de Instrucción Pública,” 104.

96

negociar colectivamente, la Federación no sumó muchos socios hasta que comenzó a

representar agresivamente a los que tenía en procedimientos de violación de turnos,

certificación, traslados, despidos y hasta reparación de equipo.314 En 1973 exigió la

negociación colectiva, presentó al Secretario de Instrucción Pública un proyecto de

convenio colectivo y cabildeó a estos efectos ante la legislatura y el Gobernador. En

esta área no tuvieron éxito, como se verá más adelante.

La Comisión Helfeld halló, por su parte, que algunos jefes de agencia

saboteaban las negociaciones y la implementación de los acuerdos, alegando que no

eran legales.315 Además, el gerente gubernamental tenía que decidir si negarse a

negociar para mantener la legalidad o negociar para mantener una relación armoniosa

con sus trabajadores. Carlos Roca Roselli, quien estudió el problema para la Comisión

Helfeld, negó al autor de esta tesis que hasta entonces las agencias de la rama ejecutiva

hubieran negociado extraoficialmente “en la medida ni con los resultados que está

ocurriendo en el sector municipal,” los trabajadores de la universidad y los comedores

escolares, así como los maestros y bomberos.316 Sin embargo Ana Rivas Morales,

quien realizó la investigación en 1982 indicó que las agencias sí habían negociado con

sus trabajadores.317 La información recopilada favorece esta última posición, pero la

contradicción puede deberse a la ausencia de documentos titulados “cartas

contractuales” en los archivos de las agencias: por ejemplo, la huelga de los contadores

del Departamento de Hacienda en 1972 resultó en modificaciones a una norma, la

renovación de una orden administrativa y una invitación a participar en reuniones.

314 Borges, “El Departamento de Instrucción Pública,” 95- 96. 315 Memorial explicativo del anteproyecto de ley, 11, en Comisión del gobernador para estudiar relaciones

del trabajo en el servicio público en Puerto Rico, Informe, Vol. II. 316 Roca Roselli, entrevista, 25 de febrero de 2010. 317 Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en Puerto Rico durante los

años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la sindicalización de los empleados públicos, 462.

97

En 1973 se decretaron 138 huelgas en Puerto Rico, 53 de ellas en el gobierno.

De éstas, treinta involucraron trabajadores municipales (la cifra más alta desde que

adquirieron el derecho a pertenecer a organizaciones), doce ocurrieron en corporaciones

públicas, cuatro en los servicios médico-hospitalarios y ocho en agencias de la rama

ejecutiva. Estas últimas fueron en el Cuerpo de Bomberos (cuatro huelgas) y los

Departamentos de Transportación y Obras Públicas (tres) y de Servicios Sociales

(una),318 lo cual indica que la actividad huelgaria entre estos trabajadores no era tan

generalizada como en las otras actividades gubernamentales. Los trabajadores

municipales tenían un incentivo adicional para la actividad huelgaria por su

inestabilidad laboral y la sensación de estar relegados,319 lo cual contradice la sensación

de impunidad que alegó Galvin.

El MOU apoyó la huelgas de los trabajadores de las Industrias para Ciegos del

Departamento de Servicios Sociales320 y de la Hermandad de Empleados Exentos No

Docentes (HEEND) de la Universidad de Puerto Rico321 en noviembre de 1972 y en

octubre de 1973, respectivamente. Cuando la Federación de Maestros de Puerto Rico

decretó en febrero de 1974 una huelga que dramatizó el reclamo por la negociación

colectiva, el MOU organizó varias acciones de apoyo incluyendo una marcha322 y una

reunión donde se constituyó un Comité Unitario de Líderes Obreros Pro Sindicalización

de los Empleados Públicos.323 En los primeros meses de 1975, el MOU celebró

seminarios sobre negociación colectiva y el empleo gubernamental. Además, apoyó a la

318 Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en Puerto Rico durante los

años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la sindicalización de los empleados públicos, 253-275. 319 Roca Rosselli, entrevista, 25 de febrero de 2010. 320 Telegrama del MOU al Secretario de Servicios Sociales, 15 de noviembre de 1972: Comunicado de

Prensa, 16 de noviembre de 1972; Hoja suelta, 17 de noviembre de 1972. Este sindicato fue fundado por

Rojas Lugo. 321 “Liderato obrero apoya huelga,” Claridad, 28 de octubre de 1973, 1 y 18. 322 Cuña radial, 8 de febrero de 1974; Programa televisado de líderes obreros en apoyo a la huelga de los

maestros, 10 de febrero de 1974; Comunicados de Prensa (2), 11 de febrero de 1974; Declaraciones a la

prensa, 12 de febrero de 1974; Telegrama sin fecha, a 18 personas; Telegrama a 104 personas, 25 de

febrero de 1974. La marcha se realizó el 12 de febrero de 1974. 323 Telegrama a 18 personas, 1 de febrero de 1974; Comunicado de Prensa, 5 de febrero de 1974.

98

Unión del Instituto de Cultura Puertorriqueña y a la Asociación Nacional de Empleados

Públicos en sus actividades.324

Con estas acciones, el MOU intentó entablar un puente entre los sindicatos que

agrupaba, mayormente de empresas “privadas” y de corporaciones públicas, y los

trabajadores gubernamentales. Sin embargo, los trabajadores gubernamentales

demostraban poco interés e información sobre el movimiento sindical y pensaban que

muchos líderes sindicales tenían agendas personales y políticas. Además, el tono

militar de las discusiones sindicales y políticas ahuyentaba la participación de las

mujeres, que era la mayoría de los trabajadores gubernamentales.325 En contraste, la

mayoría de los 26 líderes y asesores legales de agrupaciones de trabajadores

gubernamentales entrevistados en 1973 por la Comisión Helfeld expresaron que la falta

de organización y presión de los trabajadores gubernamentales para obtener el

reconocimiento de su derecho a negociar colectivamente se debió a que el gobierno se

oponía y a que temían sufrir represalias. Sólo uno citó la oposición de los medios de

comunicación.326 Esto indica que los líderes y los trabajadores ofrecían explicaciones

divergentes sobre su debilidad organizativa.

La AFSCME estaba “en vías de extinción” para fines de 1973 y los sindicatos

pequeños seguían restándole matrícula.327 AFSCME estimaba que los sindicatos

independientes se aliarían en su contra si procuraba representar todas las unidades como

lo había hecho en Hawái, por lo cual consideró la opción de aliarse con la Asociación de

Empleados del Estado Libre Asociado (AEELA), cuyo edificio había sido la sede de la

324 Movimiento Obrero Unido, Actas de las reuniones de la Junta de Directores, 25 de febrero, 26 de

marzo y 11 de abril de 1975. 325 Huegel, líder de la Amalgamated Meat Cutters International Union e integrante sindical de la

Comisión Helfeld, entrevistado por el autor, 2 de abril de 2006. 326 Lembcke, “Labor history’s ‘synthesis debate’: Sociological interventions,” 141-142. 327 Carta de Guy Nunn a Jerry Wurf, presidente de AFSCME, 29 de noviembre de 1973.

99

Comisión Helfeld y tenía legitimidad.328 En febrero de 1974, AFSCME consideró

contratar a Miles Galvin, asesor de la Comisión Helfeld, para que informara sobre el

progreso del proyecto durante el siguiente año “incierto.”329

La manifestación cultural en la protesta obrera

Al intensificar sus actividades de resistencia en este periodo, los trabajadores

gubernamentales puertorriqueños utilizaron las herramientas de la época, incluyendo los

piquetes y la música. Los piquetes permitían a los trabajadores manifestarse de forma

activa, cubriendo un área mayor que mediante las concentraciones de personas en un

solo lugar. Las consignas que se voceaban durante los piquetes eran declaraciones con

ritmo que jugaban con la narración y la musicalidad del lenguaje. Un veterano

organizador sindical, Paulino Santiago Díaz, clasifica las consignas en tres tipos:

ideológicas, que reclaman justicia para quien las canta; estratégicas, que orientan la

acción; y tácticas, que comunican reivindicaciones concretas y existen en función de

una lucha particular.330

La música permitía crear un ambiente en que los trabajadores forjaran lazos

entre sí y con las reivindicaciones identificadas por el liderato, además de informar

sobre las mismas a los transeúntes y a la gerencia de la agencia gubernamental. La

música aglutinaba a los trabajadores y legitimaba el movimiento de protesta mediante la

expresión de reivindicaciones que resuenen con estos grupos. La música y el canto

brindaban a los trabajadores un sentido de propósito común, identidad colectiva,

confianza, medio de expresión y un arma ideológica contra los intentos de reprimirlos.

De acuerdo al líder sindical Pedro Grant Chacón, la música jugó un papel

328 Carta de Nunn a Wurf, 11 de enero de 1974. 329 Carta de Nunn a Wurf, 4 de febrero de 1974. 330 Paulino Santiago Díaz, entrevista por el autor, 26 de noviembre de 2002.

100

importantísimo para la protesta obrera del “nuevo sindicalismo.”331 Ramón López

explica el significado de la música en este movimiento del siguiente modo:

En las culturas populares existen recursos político-ideológicos suficientes para

que el pueblo pueda participar como creador y no como recipiendario de esta

agitación. En el caso de la cultura proletaria, se ha visto cómo los rituales

vinculados a la plena sirven de vínculo para expresar, no sólo el goce de lo

inmediato, sino a la definición de la identidad nacional y de clase, junto a la

disposición a la lucha.332

Este movimiento musical volvió a traer las décimas y otros géneros montañeses

que el movimiento obrero había abandonado en la década de 1940 y sustituido por la

plena, que era la música de los trabajadores de la caña. El grupo principal de estas

manifestaciones, llamado Taoné, representó estos ritmos montañeses como símbolos de

la nacionalidad puertorriqueña. Además de las canciones patrióticas,333 de resistencia a

la guerra y de entretenimiento, Taoné entonaba canciones alusivas a la lucha de clases334

y a los problemas de los trabajadores como la inflación,335 la represión,336 la identidad

colectiva,337 los capitalistas,338 las falsas promesas,339 la migración a la ciudad y a

Nueva York340 y la lucha de la mujer.341

Las músicas populares que se difundían por radio también promovieron el

discurso de resistencia laboral, al presentar la imagen del trabajador como símbolo de la

nacionalidad. Los cantantes y grupos de salsa principales como Ismael Rivera, El Gran

Combo e Ismael Miranda entonaban canciones que honraban a los trabajadores y

331 Pedro Grant Chacón, entrevista realizada por el autor, 15 de octubre de 2002. 332 Ramón López, “Las culturas populares y la cuestión nacional,” Pensamiento Crítico VII Núm. 39,

julio-agosto de 1984, 30. 333 “Verde Luz,” danza; “Esos no son de aquí;” “Qué bonita bandera,” plena; “La marcha del pueblo,”

salsa. 334 “Lucha de Clases,” décima. 335 “La ley de gravedad,” plena. 336 “El míster con macana,” rock. 337 “Mi canto trabajador,” décima; “Obrero ven,” bolero. 338 “Señor Capitalista,” rock. 339 “Monón,” rock. 340 “Campesino,” guaracha; “El negrito bonito,” rock. 341 “Deja que camine sola.”

101

menospreciaban a las figuras de poder. Otros cantantes populares denunciaban por la

radio las desigualdades sociales, como “Danny” Rivera,342 “Lucecita” Benítez y

“Tony” Croatto, solo o con su grupo Haciendo Punto en Otro Son.343 Unos y otros

señalaban el trabajo como fuente de orgullo y dignidad, retomando el discurso de

“vergüenza contra dinero” que antes había empuñado el PPD. Todos estos grupos y

cantantes grabaron discos que se podían reproducir en ausencia de los músicos. Los

trabajadores elaboraron, además, sus propias canciones.344

Los grupos artísticos también utilizaron el teatro para comunicar mensajes de

resistencia laboral y política a los trabajadores. El colectivo dramático El Tajo del

Alacrán se dedicó a presentar obras relacionadas con los problemas diarios de los

trabajadores, una de ellas titulada Las huelgas.345 Este teatro callejero invitaba a

adoptar una actitud política más inclinada hacia los trabajadores. Este abandono del

independentismo elitista se contagió al MPI, que abrazó a los sindicatos como su frente

de lucha primordial. La cultura y la bandera se irguieron como símbolos supremos de

los sindicatos, intentando competir con el gobierno por el uso y significado de su

símbolo distintivo. Era una respuesta al discurso gubernamental de que el patriotismo

se hallaba en respaldar la batalla de la producción. Un líder sindical de la Universidad

342 “Tu puerto es mi puerto de barcos piratas/ Y somos muñecos de aquel que nos paga/ Como las

mentiras, monedas baratas/ Sembrando pobrezas, banderas en casa” y “Yo soy un trabajador/ Y mi

trabajo es cantar/ Cantando me gano el pan/ con más o menos sudor. . .” 343 “En la fábrica rural/la mujer también se faja/trabaja que te trabaja/porque la cosa está mal//Ya el nene

aprendió a sudar/desde que dejó la escuela/y es que los cuentos de abuela/ son los mismos de aquí enantes

/ disfrazaos de ropa nueva”; “Haz con tus propias manos la cuna de tu hijo/ que tu mujer te vea cortar el

paraíso/ . . . /Trabajarás de noche que se oiga tu martillo/ ‘Está haciendo la cuna’ que diga tu vecino/ . . . /

La obra será tuya/ Verás que no es lo mismo/ . . . 344 En 1974 la Federación de Maestros elaboró una variación de la canción “Qué te parece, cholito,” que

habla por sí sola: La guayabita madura/ le dijo a la verde verde/ maestro que rompe huelgas/ maestro

que bien no duerme. Entrevista a Santiago Díaz. 345 José Luis Ramos Escobar, “Teatro popular en Puerto Rico,” Enciclopedia de Puerto Rico,

www.enciclopediapr.org, 30 de septiembre de 2008, accedido 1 de abril de 2010. Priscilla Meléndez,

“Teoría teatral y teatro puertorriqueño de los 80,” Latin American Theatre Review, (University of Kansas,

primavera de 1992) 154, citando al dramaturgo Roberto Ramos Perea.

102

de Puerto Rico se expresó al respecto: “jamás los trabajadores han logrado justicia

social en una colonia . . . en ninguna colonia hay esa justicia a la que aspiramos.”346

El MPI identificó este arte como un puente efectivo y los músicos la adaptaron a

las circunstancias. Según Grant Chacón, esta música introdujo un elemento

“ideológico” en la mente de los trabajadores, porque ayudó a formar muchos líderes

sindicales.347 A pesar de su retórica marxista, los líderes independentistas mantuvieron

la combatividad nacionalista en sus actividades sindicales, combatiendo los sindicatos

estadounidenses aún a costa de la unidad de las organizaciones laborales como el

MOU.348 Mediante su influencia sobre el movimiento musical descrito, lograron

imprimir al movimiento sindical un tono de protesta mayor al que el MPI podía

movilizar políticamente a favor de la independencia. Este espíritu de resistencia que la

música llevó caracterizó la época, aún si sus manifestaciones más radicales alcanzaban a

grupos limitados de trabajadores—entre ellos, algunos grupos de trabajadores

gubernamentales.

Las actitudes en torno a la negociación colectiva

El 76.7% de los ciudadanos que participaron en una encuesta gubernamental de

1973 favorecía la negociación colectiva. De los respondientes, 55.6% pensaba que los

trabajadores negociarían con su patrono aunque la ley no se los permitiera.349 Una

mayoría de los encuestados estuvieron de acuerdo con que el gobierno debía solucionar

la situación de conflicto reinante mediante el diálogo con los líderes de los

346 Quiñones, Sindicalismo y política en Puerto Rico (ideas y opiniones), 31. 347 Ricardo Campos Orta, “Apuntes sobre la expresión cultural obrera en Puerto Rico,” (Trabajo

presentado ante la Conferencia de Historiografía Puertorriqueña auspiciada por el Centro de Estudios

Puertorriqueños de la CUNY, sin fecha), 23-24. 348 Silén, Apuntes: para la historia del movimiento obrero puertorriqueño, 215. 349 Informe III, 100 y 105. La segunda aseveración fue una de una serie que los entrevistados escucharon

y se manifestaron de acuerdo o en desacuerdo.

103

trabajadores.350 Este hallazgo sugiere un fenómeno similar al descrito por Leo Troy, de

que los trabajadores gubernamentales tendían a establecer alianzas con los recipientes

de los servicios que prestaban, en lugar de hacerlo con otros trabajadores como lo

hacían sus contrapartes en las empresas con fines de lucro.351 La encuesta de opinión de

1973 no explica su resultado, pero el apoyo de los usuarios de los servicios públicos

estimulaba las actividades colectivas.

La mayoría de los 57,464 trabajadores que respondieron el cuestionario en el

mismo estudio, de 94,966 que lo recibieron, excluyendo los policías, bomberos y

maestros,352 expresó satisfacción con su trabajo y sus condiciones de trabajo. De los

respondientes, 58% expresó que era “bueno” el trato que recibían de sus superiores;

62%, su horario de trabajo; 47%, su equipo de trabajo; y 62%, sus días de vacaciones.

Además, 48% expresó que era “buena” la forma en que se atendían sus problemas. Sin

embargo, 51% opinaban que sus oportunidades de progresar en el trabajo eran pobres o

muy pobres; 59%, que su salario era bajo en comparación con el trabajo realizado y

78%, que se le compensaba menos que a los trabajadores de las corporaciones públicas.

69% pensaba que el plan médico era pobre, no existía o no sabía si existía uno.

Con estos datos, se puede concluir que los trabajadores tenían algunas razones

para tomar acciones colectivas para resolver quejas. José Orlando Grau, antiguo

director del Instituto de Relaciones del Trabajo y luego Juez Superior, resumió estos

sentimientos al decir que “los empleados públicos habíamos pagado la ampliación de

los programas de gobierno en exceso de lo que nos correspondía y que no tardará

mucho el día en que los servidores públicos, con o sin negociación colectiva, compelan

350 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 145. 351 Troy. 352 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 149.

104

a nuestra sociedad a pagar el costo de un gobierno eficiente.”353 Esta noción se

confirma cuando vemos que sólo 35% de los trabajadores entendía que el gobierno

atendía sus ideas para mejorar el servicio354 y sólo 15% creía que el sistema vigente

promovía mejoras en las condiciones de trabajo.355 Esta observación se atempera

cuando se toma en cuenta que 44% de los encuestados opinaba que las mejoras se

podrían lograr sin sindicatos, si se mejoraba el sistema (48% en el caso de las mujeres),

mientras 41% pensaba que los sindicatos eran necesarios.

La distribución demográfica de las respuestas arroja luz sobre las acciones

colectivas. La proporción de trabajadores que abogaron por la necesidad de los

sindicatos era 45% entre los que tenían menos de tres años de servicio y disminuía hasta

29% en los grupos de 25 o más años de servicio. Además, 47% de los graduados

universitarios creía en la necesidad de los sindicatos, en contraste con 32% de los que

tenían nueve años o menos de instrucción.356 Estas tendencias sugieren que la

militancia sindical era mayor entre los que entraron a la fuerza laboral desde que había

cambiado el gobierno en 1969, junto con el surgimiento de los nuevos grupos

sindicales, y habían cursado estudios universitarios en la década de 1960.

Se ve otro ángulo de este grupo cuando vemos que una pluralidad de los

trabajadores más jóvenes y de los más educados en la muestra, además, opinaban que

los sindicatos debían participar de las decisiones sobre la prestación de los servicios.357

Sin embargo, la mayoría de los trabajadores en todos los grupos de edad, antigüedad y

353 José Orlando Grau, “La posibilidad de negociación colectiva en el sector público en Puerto Rico,”

Revista de Administración Pública, Universidad de Puerto Rico, Vol. 5, núm. 2 (1973), 27. 354 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. III, 124-126. 355 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 150. 356 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 107 y 109. 357 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 112 y 113.

105

educación opinaba que sus organizaciones no debían recibir ayuda externa,358 sin

especificar si se trataba de partidos políticos o sindicatos establecidos. Esta respuesta

podría dar cuenta de la baja incidencia de afiliación de las organizaciones de

trabajadores de la rama ejecutiva a federaciones sindicales a pesar de la creciente

militancia, así como del atractivo que tenía el discurso del mérito como resistencia a la

influencia partidista. Esta respuesta también era más frecuente entre los trabajadores de

mayor preparación académica y salario.359

El próximo cuadro refleja la distribución por grupos de las opiniones en cuanto

al contenido de la negociación, en caso que el gobierno la reconociera:

Responsabilidad de

los sindicatos Total de

trabajadores Bomberos

Policías Maestros

Sólo cuando haya

problemas 20 14 22 15

Negociar mejores

salarios, horas y

condiciones de empleo

26 48 29 29

Además, negociar

asuntos relacionados a

la calidad del servicio

34 34 21 21

No deben sindicarse 20 4 28 28 Fuente: Clapp and Mayne, Informe sobre las encuestas realizadas para la Comisión Helfeld, p. 14.

Los criterios descritos en los párrafos precedentes atisban un discurso de

autonomía del grupo y un interés por parte de una minoría significativa de participar en

los procesos decisorios de las agencias, temas que el sindicalismo tradicional excluía de

la acción colectiva. Además, señalan hacia un discurso de poder arraigado en el taller

de trabajo, como lo explicara Marchington en la década de 1960, favorecido por quienes

ostentaban mayores probabilidades de ejercer control sobre el taller por su mayor

capacidad intelectual o económica, según definidos en el principio de mérito.

358 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 116. 359 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 117.

106

Un factor influyente en la actitud de los participantes en el taller de trabajo

gubernamental, según un estudio de 1984, era el interés por aumentar el bienestar

personal y laboral. El estudio concluyó que quienes pertenecían a una organización

laboral tendían a favorecer la sindicación. Sin embargo, “el conocimiento sobre

sindicalización que posee este grupo [que favorece la sindicación, que incluye personas

no pertenecientes a una organización laboral] no es un factor influyente, ni exclusivo del

mismo en la formación de actitudes sobre la sindicalización.”360 El estudio también

halló que los administradores de las agencias y los supervisores de las oficinas

individuales se ubicaban en una posición antagónica a los sindicatos, pero los

administradores estaban más dispuestos a aceptar a los sindicatos que los

supervisores— lo cual atribuyó a su distancia del taller. 361 Concluyó que cada grupo

formulaba opiniones que justificaran su control sobre el proceso de trabajo, lo cual

refuerza la conclusión del párrafo anterior.

Conclusión

Este capítulo discute la resistencia de los trabajadores gubernamentales al

control del trabajo por el gobierno, entre 1900 y 1975. Las teorías descritas en este

capítulo ayudan a entender las acciones de los trabajadores gubernamentales

puertorriqueños. Las diferentes reorganizaciones realizadas, por ejemplo en 1917, 1949

y 1974, asignaron el trabajo gubernamental a grupos de trabajo que compartían

funciones, misiones, oficinas y herramientas de trabajo. Esta división del trabajo generó

un universo de símbolos y valores compartidos que produjo identidades y discursos, los

360 Flecha Rodríguez. Flecha Rodríguez estudió a los empleados de la Autoridad Metropolitana de

Autobuses, la Autoridad de Carreteras y el Departamento de Transportación y Obras Públicas, agencias

relacionadas del gobierno que tienen diferentes tipos de relaciones laborales: una se regía solamente por

la ley de personal, otra por un convenio colectivo y otra por la ley de personal y ciertos acuerdos

informales entre una organización “bona fide” y la gerencia. 361 Roberto Flecha Rodríguez, “Factores que intervienen en la formación de las actitudes de los

empleados gubernamentales hacia la sindicalización” (Tesis de Maestría, Departamento de Psicología de

la UPR, 1984), 49.

107

cuales los trabajadores procuraron sostener para buscar su bienestar emocional y

colectivo. El grado en que cada grupo desarrolló un discurso colectivo condicionó su

reacción ante el cambio de gobierno y las crisis económicas, como demuestran los

ejemplos de los maestros, bomberos y trabajadores universitarios.

Este capítulo ha demostrado que las identidades y discursos de los trabajadores

gubernamentales puertorriqueños se diferenciaron del gobierno empleador, a través de

símbolos y experiencias distintivas en las instancias en las que cambiaba la forma de

realizar su trabajo. Los trabajadores gubernamentales se identificaron con el servicio

que rendían, con las agencias en las que lo hacían y con los recipientes de los mismos.

Buscaron contribuir al servicio mediante su participación en la determinación de sus

condiciones de trabajo, en la política pública y en la reorganización de las agencias en

las que laboraban. La identificación con sus agencias especializadas obedecía a la

parcelación de la función gubernamental, la división del trabajo y la comunidad de

experiencias.

Con los cambios de estructura gubernamental, de partidos en el poder y de

condiciones económicas, las actividades de resistencia de los trabajadores

gubernamentales pasaron de ser individuales, espontáneas y esporádicas a tomar forma

de negociación persistente y colectiva de los valores que encarnaba el trabajo

gubernamental. Estos fenómenos no obedecieron a un patrón establecido, sino que

reflejaron dislocaciones en la relación de trabajo y variaron de agencia en agencia, como

se verá en el capítulo siguiente.

Los grupos de trabajadores que laboraban en cada taller de trabajo establecieron

sus propios discursos y mecanismos para enfrentar los cambios en sus condiciones de

trabajo. Estos mecanismos incluyeron diversas formas de articular sus reivindicaciones

grupales o colectivas y de requerir que el gobierno las discutiera. Estas formas se

108

acercaron más o menos a lo que el Derecho laboral puertorriqueño había definido como

“negociación colectiva.” Se deben reconocer como negociación cuando superaba el

ámbito de la consulta o del mero intercambio de información, como lo hace la OIT. Las

organizaciones laborales y el gobierno negociaron en las muchas ocasiones que las

agencias estuvieron dispuestas a efectuar cambios en las normas y reglamentos,

voluntariamente o a causa de acciones colectivas. De este modo, las agencias

mantenían o recuperaban el consentimiento de los trabajadores al proceso de trabajo

mediante la sensación de que se les hacía justicia.

109

CAPÍTULO 3: Los Agentes de Rentas Internas, trabajadores del Estado

Este capítulo estudia la formación de discursos de los Agentes de Rentas

Internas. Se verá que la posición relativa de los Agentes de Rentas Internas dentro de

ambos sistemas dependió de una serie de símbolos de autoridad que los distinguieron,

como su inserción en el sistema judicial, la portación de armas y el adiestramiento

paramilitar, por los que lucharon y que los llevó a procurar el reconocimiento como

agentes del orden público. Fueron estos símbolos los que definieron su identificación

como representantes del Estado y los que motivaron su actividad colectiva motivada en

gran parte por su comparación con otros trabajadores del “orden público.” Los Agentes

de Rentas Internas ejercían esencialmente las mismas funciones y en condiciones de

trabajo similares, con la excepción del periodo de la prohibición de la venta de licor.

Desde mediados del siglo XX, resistieron los esfuerzos de los administradores del

Departamento de Hacienda para proteger los mencionados símbolos. Al igual que los

demás trabajadores gubernamentales, los cambio de gobierno ocurridos a partir de 1965

y la crisis económica que lo acompañó motivaron una mayor actividad colectiva de auto

ayuda para mejorar sus condiciones salariales y de empleo.

El proceso del trabajo de los Agentes de Rentas Internas se caracterizó por su

relación cercana a los recaudos de contribuciones para el gobierno. Éste se valió de

ellos para reprimir a los hacendados españoles y los trabajadores rurales de la caña. Las

funciones de los Agentes hicieron que se identificaran con la autoridad el Estado y

resistieron de forma colectiva los intentos de distanciarlos de esta autoridad. Al

plantearse la necesidad de defender ante el Estado su concepto del trabajo de recaudo

contributivo paramilitar, recurrieron a dialogar con el Secretario de Hacienda, el

cabildeo legislativo, las huelgas y las amenazas de huelga—todas ellas formas de

negociación. Se comparaban con otros trabajadores del orden público, no con los de las

110

corporaciones públicas como se pensó en los estudios anteriores. Estos referentes

guiaban buena parte de sus actividades concertadas.

Origen de la clase de Agentes de Rentas Internas

El sistema contributivo español incluía aranceles aduaneros; impuestos sobre el

tonelaje, la carga y descarga de barcos y pasajeros; y un impuesto local de consumo

sobre el petróleo, entre otros. La evasión era significativa, por la complejidad de las

leyes y la indulgencia de los oficiales. Bajo el gobierno militar estadounidense, los

municipios recibían ingresos inadecuados por los impuestos sobre la venta de alcohol,

tabaco, fósforos, naipes y oleo margarina. De acuerdo a T.S. Adams, Tesorero Auxiliar

de Puerto Rico, la suspensión de la recaudación de impuestos luego del huracán de 1899

alimentó una expectativa de nunca pagar impuestos, como ocurría bajo el gobierno

español.362 Éste identificó entre los retos mayores del gobierno civil de 1900, el

abandonar los impuestos de consumo y buscar ingresos mayores mediante los impuestos

sobre las bebidas alcohólicas, el tabaco y los fósforos,363 los cuales se consideraban una

mercancía suplementaria al tabaco, e inculcar a la población una ideología de

sostenimiento propio. Con estos hallazgos, el gobierno militar privilegió el Tesoro

como modo de combatir el modelo social colonial español.

La Ley Orgánica del 12 de abril de 1900, conocida como Ley Foraker, dictó que

una vez creado el gobierno de Puerto Rico, las contribuciones retenidas por causa del

tránsito de mercancías entre Puerto Rico y los Estados Unidos fueran transferidos al

Tesoro de Puerto Rico.364 El Artículo 3 de la Ley Foraker decretó que el 1 de marzo de

1902 cesaría todo pago de aduanas sobre bienes que transitaran entre Puerto Rico y los

Estados Unidos. Una orden general del 24 de abril de 1900 eliminó los impuestos de

362 T.S. Adams, “The Financial Problems of Porto Rico,” The ANNALS of the American Academy of

Political and Social Science 17 (1901): 51. 363 Esto se implementó mediante la Ley Foraker, Artículo 3. 364 Ley Foraker, Artículo 4, LPRA Tomo 1.

111

consumo sobre todos los productos excepto las bebidas alcohólicas y el tabaco. La

Legislatura de Puerto Rico abolió en 1901 los impuestos de consumo y los antiguos

impuestos directos mediante la Ley del Tesoro, conocida como Ley Hollander por el

Tesorero de Puerto Rico, Jacob H. Hollander. Además, esta ley centralizó la

preparación de listas de contribuyentes, instituyó las contribuciones sobre la propiedad

la herencia y sobre productos específicos de consumo: “líquidos alcohólicos destilados

ó fermentados, cigarros, cigarrillos, tabaco, preparaciones medicinales de patente,

naipes, armas de fuego, oleomargarina, fósforos y sobre todas las demás industrias,

documentos, escrituras” y otros bienes y servicios.365 Se colocaban sellos sobre los

documentos de venta o embarque al salir de la fábrica y la inspección se dejaba al

comerciante. No se colocaban sobre el empaque, lo que hubiera permitido que se

transfirieran a otros productos, lo cual antes ocurría con frecuencia. En su lugar, el

sistema requería que los fabricantes y comerciantes mantuvieran los documentos y los

remitieran al Tesoro para registrarlos. Los grandes propietarios protestaron la

imposición de contribuciones sobre la propiedad, e incluso enviaron una delegación a

Washington, DC para pedir su abolición, particularmente luego de que “Hollander

declaró que el objetivo del proyecto era forzar a los propietarios nativos, demasiado

pobres para cultivar sus fincas, a abandonarlas o venderlas a otros más afortunados.”366

De este modo, la Ley Hollander trajo a Puerto Rico un sistema económico de mercado

tomado del modelo norteamericano.

Esta Ley autorizó al Tesorero de Puerto Rico a nombrar catorce Agentes de

Rentas Internas que devengarían hasta mil quinientos dólares anuales y costos de viaje,

365 Ley de 31 de enero de 1901, sección 79. 366 María Dolores Luque, “Los conflictos de la modernidad: la élite política en Puerto Rico, 1898-1904,”

Revista de Indias, Vol. LVII, Núm. 211 (1997): 721.

112

que la Ley también fijaba.367 El Código Político de 1902 preservó las contribuciones

impuestas por las leyes citadas.368

Funciones

La Legislatura reglamentó estos puestos con lujo de detalles, asignándole

funciones contributivas y penales. Los Agentes estaban autorizados a tasar e

inspeccionar los bienes sujetos a arbitrios,369 así como toda la propiedad no tasada

anteriormente;370 la de toda persona que fallezca;371 y los inventarios comerciales.372 En

efecto, los Agentes fueron nombrados tasadores del gobierno.373 Éstos, además, tenían

los mismos poderes que sus contrapartes en el gobierno federal estadounidense.374 Por

último, los Agentes de Rentas Internas tenían el poder de “arrestar a todo delincuente

sorprendido en el acto de cometer algún fraude, y conducir a dicho delincuente en

seguida ante el juez municipal ú otro juez competente, para la preparación del ‘sumario’

ó actuaciones preliminares en la causa . . .”375 El Código político colocó a estos

Agentes bajo la supervisión del Director del Negociado de Rentas Internas,376 puesto

creado también en este Código.377 Por otra parte, el Código Penal de 1902 eximió a los

Agentes de Rentas Internas de la prohibición de portar armas en lugares públicos,

mientras estuvieran desempeñando sus deberes.378 Los Agentes de Rentas Internas que

incurrieran en fraude en sus deberes no sólo serían despedidos, sino que incurrían en

delito grave.379

367 Ley de 31 de enero de 1901, sección 87. La Resolución Conjunta de 31 de enero de 1901

(Presupuesto) incluyó salarios para catorce agentes. 368 Código Político de 1902, Artículo 356. 369 Código Político de 1902, Artículo 362. 370 Código Político de 1902, Artículo 289. 371 Código Político de 1902, Artículo 373. 372 Código Político de 1902, Artículo 294. 373 Código Político de 1902, Artículo 289. 374 Código Político de 1902, Artículo 363. 375 Código Político de 1902, Artículo 366. 376 Código Político de 1902, Artículo 362. 377 Código Político de 1902, Artículo 287. 378 Código Penal de 1902, Artículo 541. 379 Ley de 31 de enero de 1901, sección 90; luego trasladado al Código Político de 1902, Artículo 364.

113

El Departamento de Hacienda, que sustituyó a la Oficina del Tesorero en 1917 y

el gobierno prohibió la fabricación de ron en 1918. Esto produjo el primer cambio

significativo a los deberes de los Agentes, ya que las funciones de los Agentes de

Rentas Internas como recaudadores de impuestos sobre el ron se trocaron por un mayor

papel en la persecución de toda fabricación de bebidas alcohólicas. En este periodo

algunos contrabandistas generaban mayores ingresos que los municipios y murieron

personas por envenenamiento de ron,380 lo cual elevó la importancia del trabajo de los

Agentes de Rentas Internas. De este modo, las armas y parafernalia militar destinada a

fortalecer la capacidad del grupo de poner en vigor las leyes mediante la amenaza de

fuerza cobraron mayor importancia para ellos. Además, el gobierno creó y aumentó

otros impuestos para compensar la pérdida de ingresos por concepto de impuestos sobre

el ron.381

En 1922, la mayor fuente de ingresos para el gobierno era la contribución sobre

la propiedad con casi cinco millones de dólares; los arbitrios y “gravámenes de rentas

internas” sumaban tres millones y medio.382 Cuatro de los impuestos que recaudaban

los Agentes de Rentas Internas -- sobre el tabaco, los fósforos, la gasolina y los

comercios -- sumaron 3.9 millones de dólares en 1927, equivalente al 21.7 por ciento de

los 17.9 millones de dólares que recibió el gobierno.383 En marzo de ese año, el

Congreso estadounidense legisló que el gobierno colonial cobrara impuestos por

productos que provenían de los Estados Unidos,384 y que luego los Agentes de Rentas

Internas pusieron en vigor como tareas adicionales.

380 Alexis Morales Cales, “La cultura de las lágrimas de mangle,” El Visitante, 30 de diciembre de 2010,

http://www.elvisitante.biz/ev/index.php?option=com_content&view=article&id=2905:la-cultura-de-las-

lagrimas-de-mangle&catid=63:tu-revista-es-vida&Itemid=65, accedido el 8 de febrero de 2011. 381 Victor S. Clark y otros. Porto Rico and its Problems. Washington, D.C, The Brookings Institution,

1930, 222. 382 Sánchez Tarniella, La Economía de Puerto Rico: Etapas en su desarrollo, 78. 383 Clark, Porto Rico and its Problems, 160. 384 Clark, Porto Rico and its Problems, 226, citando la enmienda aprobada el 4 de marzo de 1927 al

Artículo 3 de la Ley Orgánica.

114

Los Agentes de Rentas Internas testificaban ante los tribunales para autenticar la

prueba obtenida mediante estos registros y allanamientos. Además, el Código de

Enjuiciamiento Criminal facultaba a un Agente de Rentas Internas a:

descerrajar cualquier puerta o ventana interior de una casa a cualquiera parte

de la casa o cosa dentro de la casa con objeto de cumplimentar la orden de

registro, si al dar a conocer la autoridad de que va revestido y el objeto de su

visita, le fuere negada la entrada.385

Los Agentes de Rentas Internas trabajaban en equipos, y cada integrante se

especializaba en un área del trabajo: multas administrativas, licencias, persecución,

inspección de establecimientos, fiscalización de plantas industriales o almacenes de los

importadores de bebidas.386 Al presentarse al negocio, los Agentes de Rentas Internas

presentaban carnets de identificación. Los párrafos siguientes describen las funciones

de los Agentes en sus diversas facetas.

Los Agentes de Rentas Internas custodiaban los almacenes de licor para asegurar

que los comerciantes pagaran contribuciones cuando retiraran la mercancía para vender.

Los Agentes cerraban estos almacenes con candados, llamados “precintos,” mientras no

se estuviera retirando la mercancía. Además, mantenían un registro de la mercancía que

se retiraba de los mismos, para contabilizar las contribuciones que los comerciantes

deberían pagar por concepto de las ventas. Estas contribuciones se descontaban de una

fianza que habían depositado los propietarios con el Departamento de Hacienda antes de

poder almacenar la mercancía.387 La empresa restituía al Departamento de Hacienda

cada quince días el dinero que había sido descontado de esta fianza.

En las cervecerías, cada mañana los Agentes abrían los precintos colocados en

cada uno de los tanques de almacenamiento, lo cual permitía que el producto fluyera

385 Artículo 509 del Código de Enjuiciamiento Criminal de Puerto Rico, 34, LPRA sec. 1819. 386 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010. 387 Román Rodríguez, entrevistado por el autor, 25 de abril de 2010; Rivera Rosario, entrevista, 13 de

mayo de 2010.

115

para ser embotellado.388 Además, verificaban que los contadores que medían el flujo

funcionaran y contaban las paletas que reunían los envases de cerveza para ser

transportados. Las contribuciones se cobraban sobre el producto terminado.

De modo similar se operaba el transporte de licor: cuando un camión extraía ron

de un almacén para exportación, un Agente de Rentas Internas lo cerraba o

“precintaba.” El Agente cumplimentaba un formulario para las contribuciones

aduaneras. Cuando el ron llegaba a los Estados Unidos y lo envasaban, el importador

pagaba los impuestos que luego se reembolsaban a Puerto Rico.389 Además, los

exportadores de ron que viajaba en cajas rendían tributos en Puerto Rico. Ambas

contribuciones producían el dinero para el erario al que se refirió Muñoz Marín como

fuente del crecimiento económico de Puerto Rico, y los Agentes de Rentas Internas

estaban muy conscientes de ello.

Los Agentes de Rentas Internas especializados en Licencias verificaban que los

comercios no vendían productos comprados en las comisarías de las bases militares, las

cuales estaban exentas de contribuciones.390

Los Agentes Especiales de Rentas Internas, por su lado, efectuaban arrestos,

allanaban moradas, investigaban de forma encubierta, investigaban negocios

“escandalosos;” Funciones complejas de “fiscalización, control, producción,

distribución y determinación sobre el almacenaje y tasación de impuestos sobre bebidas

alcohólicas.” El sueldo básico de éstos al momento era menor a los Agentes de Rentas

Internas, pero se les requería la misma preparación.

Los Agentes de Rentas Internas del Negociado de Arbitrios supervisaban el pago

de arbitrios sobre importaciones que no fueran licor. No utilizaban armas ni uniformes

388 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 389 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 390 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010.

116

de fatiga. Eran menos y trabajaban junto a más colegas de otras clasificaciones que los

del Negociado de Bebidas.

Los Agentes de Sellos de Rentas Internas vendían a comisión los sellos que los

Agentes de Rentas Internas verificaban. Se originaron en 1902, pero sus números no

eran limitados por el presupuesto. La creación de las colecturías los desplazó desde la

primera década del siglo XX.

La División de Investigaciones Especiales del Departamento de Hacienda tenía a

su cargo las investigaciones por venta de drogas. Además, investigaban a los

candidatos de Agentes de Rentas Internas. Los Agentes de Rentas Internas los

protegían en sus funciones, porque eran muy pocos.391

Durante el primer año de labores, muchos Agentes debían realizar trabajo

encubierto. Es decir, éstos patrullaban de incógnito y compraban mercancía ilegal para

usarla como evidencia.392 El trabajo de encubierto era desarmado, aunque se le proveía

un arma; sin embargo, cargaban con un “black jack” para golpear. Se ganaban la

confianza del propietario de un negocio y le compraban ron o cerveza. Los envases se

llevaban a un cuarto de evidencia que había en el edificio central del Departamento de

Hacienda, custodiado por un Agente de Rentas Internas. Al entregar la evidencia al

Departamento de Hacienda, rendían informes sobre la forma en que la habían adquirido.

El Agente de Rentas Internas Enrique Román Rodríguez, entrevistado para esta

tesis, declaró haber trabajado su primer año como encubierto en El Fanguito. Luego

brindaban información que sería usada para realizar redadas, ayudaban a identificar los

lugares en los que se había vendido la mercancía ilegal y testificaba ante el tribunal para

validar la prueba. Una vez un Agente testificaba en el juicio, no podía volver a trabajar

encubierto en el mismo área. Además, participaban en las redadas cuando la Policía no

391 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 392 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010.

117

tenía órdenes de allanamiento.393 Es por esto que el vocablo “renta” pasó a ser

sinónimo de agente encubierto de la Policía de Puerto Rico.

Los Agentes de Rentas Internas también investigaban de incógnito las

alegaciones de exceso de ruido en un negocio con licencia para vender bebidas

alcohólicas, escuchando desde la casa del vecino que se hubiera quejado.394 En estos

casos, se verificaba la queja y de encontrar que tenía fundamento, llevaba la misma ante

una vista administrativa en la cual el comerciante tenía la oportunidad de refutarla. El

Oficial Examinador decidía si se privaba al comerciante de su licencia para vender

bebidas alcohólicas y podía referir la queja a la Junta de Planificación para que evaluara

la posibilidad de retirar su permiso de uso también. En ocasiones, los afectados

acusaban a los Agentes de Rentas Internas de fabricar casos, porque podía ganarle una

promoción por la cantidad de casos procesados.

Otra de sus funciones era investigar las solicitudes de licencia de vender bebidas

alcohólicas, entrevistando a los vecinos. Para las licencias de venta al por mayor, se

realizaba un informe conjunto con la agencia estadounidense de Alcohol, Tabaco y

Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés).395

Los Agentes de Rentas Internas realizaban su trabajo mayormente en los

Negociados de Impuestos sobre Bebidas Alcohólicas y de Arbitrios, en los cuales eran

los funcionarios de escala salarial más alta. Su sueldo representaba $1,076,500 (80.4%)

del total de $1,338,800 en sueldos en el Negociado de Impuestos sobre Bebidas

Alcohólicas.396 Laboraban con equipo se dedicaba a preservar la evidencia necesaria

para procesar los delitos relacionados a la fabricación casera de bebidas: un Químico

llamado Fabián Álvarez, dos Técnicos de Identificación, un Taquígrafo de Récord, dos

393 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 394 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 395 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 396 Suplemento del Presupuesto: Relación de Puestos Regulares, 1974, 92.

118

Oficinistas dactilógrafos, Secretarias y Oficinistas. Este Negociado tenía una División

de Revisión en la cual laboraban funcionarios ejecutivos, Auxiliares Fiscales,

Secretarias y Oficinistas.

119

Los Agentes de Rentas Internas formaban parte de un subsistema de relaciones del trabajo complejo. El siguiente cuadro ilustra la relación entre

las compensaciones de una muestra de clasificaciones en el Departamento de Hacienda:

Escalas

Negociado de Bebidas Negociado de Recaudaciones Otros

Agente

de

Rentas

Internas

Técnico de

Identificación

Taquígrafo

de Récord

Químico Colector

de

Rentas

Internas

Auxiliar

Fiscal

Contador Oficinista Secretaria Economista Funcionario

Ejecutivo

Auditor

7 III II 10 I IV 11 I III 13 II II I

14 IV 15 I I 16 III II V II

17 II I 18 IV Supervisor Única escala 19 III I 20 V III III II

22 III 23 IV IV 24 VI IV III

26 Inspector V IV 27 IV 28 IV VI V V

29 V VI V 30 VI VI

Fuente: Suplemento del Presupuesto: Relación de Puestos Regulares, 1974.

120

Las escalas salariales del grueso de los Agentes de Rentas Internas eran

superiores a las de los Auxiliares Fiscales y similares a las de los Técnicos de

Identificación y a los Economistas del Negociado del Tesoro. Sin embargo, recibían

menor compensación que el único Químico del Negociado de Impuestos sobre Bebidas

Alcohólicas, quien se erigía como el profesional mejor pago del Negociado. Igual

ocurría con los especialistas del Negociado de Recaudaciones como los Colectores de

Rentas Internas, los Auxiliares Fiscales y los Contadores, funcionarios con los que

compartían en sus funciones de recaudar contribuciones. Los Auditores del

Comisionado de Seguros también ganaban más.

Para mayor comparación, puede notarse que una Secretaria III ubicaba entre el

Agente de Rentas Internas I y II, un Oficinista IV en la misma escala que un Agente de

Rentas Internas I, y un Funcionario Ejecutivo III en la misma escala que un Agente de

Rentas Internas V. Por otro lado, los Abogados I y los Economistas VI, con educación

universitaria de posgrado, ubicaban sólo una escala superior al Agente de Rentas

Internas Inspector. Según la encuesta de opinión de 1973 discutida en el Capítulo 2,

esta superioridad salarial relativa a los trabajadores de oficina los hacía más propensos a

favorecer la acción colectiva. En fin, era más factible que los Agentes de Rentas

Internas se compararan estos puestos entre sí que con los trabajadores de las

corporaciones públicas, que ejercían funciones muy disímiles.

Relación con el Estado

De este modo, se sentaron las bases de una clase profesional dedicada a

formalizar la actividad económica, asegurando que el flujo de mercancía y la

producción de ron contribuía al erario. El gobierno colonial norteamericano se valió de

estos agentes para atacar a los propietarios que habían evadido impuestos bajo el

régimen español y para impedir a los campesinos fabricar ron casero, actividad que

121

realizaban desde hacía siglos. Además, el tipo de contribuciones que los Agentes de

Rentas Internas cobraban los pagaban mayormente personas de ingresos bajos o

medianos.1 Por lo tanto, los Agentes de Rentas Internas personificaban la lucha por el

control de la economía que el nuevo Estado colonial entabló con varios sectores

económicos.

Pasada la prohibición, los Agentes de Rentas Internas eran importantes para el

Estado y también para la industria del ron, porque recaudaban los impuestos sobre el

producto y perseguían a quienes fabricaban el producto en sus casas, reduciendo la

competencia por el mercado puertorriqueño. En 1949, el Gobernador Luis Muñoz

Marín citó “los fondos recaudados por concepto del alto consumo de ron durante los

años de guerra; ingreso debido a arreglos fiscales que datan desde el año 1900,” como la

base financiera para la construcción de la infraestructura y para crear organismos de

desarrollo económico.2

Condiciones de trabajo

Antes de la reforma de 1900, las responsabilidades de los trabajadores del

Tesoro se habían diluido de tal manera que no recaían sobre nadie en particular y los

gobernantes españoles usaban el poder de nombramiento se para crear una base político

personal. El gobierno había crecido con este fin hasta el punto en que apenas tenían

trabajo y la paga apenas daba para vivir. Los cambios en la plantilla fueron los

siguientes:

1. Despedir a la mitad de los trabajadores y la paga de todos redistribuida entre

los que quedaron.

1 Clark, Porto Rico and its Problems, 168-170. 2 Luis Muñoz Marín, Palabras del Gobernador Luis Muñoz Marín ante el Subcomité del Comité de

Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos - 12 de julio de

1949, Fundación Luis Muñoz Marín,

http://www.flmm.com/pags_nuevas_folder/discursos_folder/discursos_c.html, accedido el 27 de abril de

2010.

122

2. Se reasignaron las funciones para responsabilizar a cada cual del desempeño

total de cada tarea.

3. Se creó un cuerpo de examinadores e inspectores contributivos que sustituyó

al sistema de inspección por carta. Éstos detectaron alrededor de 300 casos

de fraude para evadir las contribuciones sobre el licor y los fósforos entre el

1 de mayo y el 31 de octubre de 1900, los cuales se refirieron al fiscal para

someterlos ante los tribunales de distrito. Los Agentes de Rentas Internas

participaron en estos procesos judiciales como testigos.

4. Se denunció a cuatro asistentes de colectores por irregularidades que

ocurrían desde hacía tiempo. Se les impusieron multas y aumentó la venta

de sellos de rentas internas.

La clase de Agentes de Rentas Internas comenzó muy pequeña y bien

remunerada. Durante los años siguientes se fueron creando más escalas salariales, con

puestos de menor remuneración mientras la escala más alta era revisada a la alta. A

continuación, se verán los cambios iniciales en la retribución de los Agentes de Rentas

Internas:

Año Cantidad Escalas

salariales

Sueldos Presupuesto

salarial

1901-023 14 2 1,200-1,500 21,000

1902-034 23 4 1,000-1,600 29,400

1905-065 27 4 900-1,600 32,500

1906-076 27 4 900-1,600 32,500

1908-097 22 4 900-1,700 23,600

1915-168 24 4 1,000-1,800 30,700

3 Ley de Presupuesto de 1 de marzo de 1901, 164. 4 Presupuesto General de Gastos, 1902-03, 20. 5 “Ley fijando el presupuesto de los gastos necesarios para el sostenimiento del gobierno de Puerto Rico,

en el año económico que terminará en treinta de junio de mil novecientos seis, y para otros fines,” 9 de

marzo de 1905, 37-38. 6 “Ley fijando el presupuesto de los gastos necesarios para el sostenimiento del gobierno de Puerto Rico,

en el año económico que terminará en treinta de junio de mil novecientos siete, y para otros fines,” 8 de

marzo de 1906. 7 “Ley fijando el presupuesto de los gastos necesarios para el sostenimiento del gobierno de Puerto Rico,

en el año económico que terminará en treinta de junio de mil novecientos nueve, y para otros fines,” 12

de marzo de 1908, 156-157.

123

En 1908 se redujo el número de Agentes, luego que entró en vigor de la Ley de

Servicio Civil. Ese año, la Legislatura comenzó a asignar facultades de Agentes de

Rentas Internas a otros trabajadores: asignó dinero para contratar a un oficinista

($1,700) con facultades de Agentes de Rentas Internas en el Negociado de Rentas

Internas y, en el Negociado de Contribuciones sobre la Propiedad, otros además de su

jefe: un oficinista ($1,800), un Tasador General ($1,600) y seis tasadores ($1,400). Así,

había 32 trabajadores con tareas de Agentes de Rentas Internas y se presupuestaron un

total de $13,500 en sueldos para trabajadores con estas funciones, fuera de los Agentes

de Rentas Internas. Los Oficinistas recibían $500 más que un oficinista sin estas

funciones. Como resultado, el presupuesto salarial para Agentes de Rentas Internas se

redujo por 27.4% y no volvió a su nivel de 1906 hasta después de 1915.

El presupuesto de 1915-16 autorizó a nombrar tres oficinistas en el Negociado

de Rentas Internas con estas facultades, con sueldos de $1,600. Además, autorizó a

nombrar catorce funcionarios en el Negociado de Contribuciones sobre la Propiedad

con funciones da Agentes de Rentas Internas: un jefe auxiliar ($1,700), un tasador e

investigador de corporaciones ($1,800), cuatro tasadores ($1,300-1,500) y ocho

oficinistas.9 Por último, cada uno de los cuarenta y un Colectores destacados en

municipios con sueldos de entre $720 (municipios menores) y $1,800 (Mayagüez,

Ponce y San Juan), tenía estas facultades. Aún en 1940, la Legislatura facultó a un jefe

de la Sección de Embargos y a dos oficinistas para desempeñar las funciones de

Agentes de Rentas Internas.10

8 “Ley fijando el presupuesto de los gastos necesarios para el sostenimiento del gobierno de Puerto Rico,

en el año económico que terminará en treinta de junio de mil novecientos diez y seis, y para otros fines,”

2 de marzo de 1915, Leyes y resoluciones de la Primera Legislatura de la Octava Asamblea Legislativa

de Puerto Rico, 86-87. 9 “Ley fijando el presupuesto de los gastos necesarios para el sostenimiento del gobieno de Puerto Rico,

en el año económico que terminará en treinta de junio de mil novecientos diez y seis, y para otros fines,”

2 de marzo de 1915, Leyes y resoluciones de la Primera Legislatura de la Octava Asamblea Legislativa

de Puerto Rico, 86-87. 10 Ley núm. 173 de mayo 15 de 1940 (Presupuesto del Departamento de Hacienda).

124

Los Agentes de Rentas Internas tomaban exámenes de conocimiento general que

ofrecía la Oficina de Personal del gobierno,11 tanto para comenzar a trabajar como para

ascender. Los mejores cinco resultados se enviaban para entrevista, pero si había más

de un puesto se seleccionaban dos más por cada puesto adicional en convocatoria.12 Un

Agente de Rentas Internas I no requería educación universitaria,13 pero podía ascender

de Agente de Rentas Internas II a IV con 60 créditos universitarios. Los exámenes se

eliminaron, lo cual Hernández López atribuyó al cambio de gobierno en 1968.

Algunos Agentes asistieron a una academia que celebraba el Negociado de

Bebidas Alcohólicas y otros sólo debían estudiar manuales por un mes14 o trabajar con

un mentor;15 pero todos asistieron a prácticas de tiro al blanco en Isla de Cabras bajo la

supervisión de la Policía.16 En una ocasión posterior, se celebró un curso de tiro en la

Academia de la Policía en Gurabo. Para perseguir bebidas clandestinas, los agentes

usaban ropa de camuflaje, hachas, machetes y un revólver calibre 38. En una ocasión,

lograron que el Departamento les brindara este uniforme. Éstos vestían ropa civil de

oficina o una chaqueta con el nombre del Departamento de Hacienda para trabajar en las

oficinas de las empresas importadoras o almacenes de destilerías o “a deudo,” porque se

reunían con funcionarios de las empresas.

Una de las quejas principales de los Agentes de Rentas Internas era la cantidad

de horas que tenían que trabajar en el campo, de diez a doce horas por día.17 Durante el

tiempo que pasaban en la oficina, laboraban de 7:30 AM a 4:30 PM, pero se trabajaba

11 Cecilio W. Hernández López, Presidente de la Hermandad de Agentes de Rentas Internas 1972-1975,

entrevistado por el autor, 24 de abril de 2010; Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 12 Cecilio W. Hernández López, entrevistado por el autor, 21 de abril de 2010. 13 “Junta de Directores Agentes Rentas Internas Toma Acuerdos Aguadilla,” El Mundo, 7 de marzo de

1970, pág. 12-C. 14 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010. 15 Horeste Rivera Rosado, entrevistado por el autor, 13 de mayo de 2010. 16 Miguel Ángel Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010; Hernández López, 2010a; Rivera

Rosado. 17 Hernández López, entrevista, 21 de abril de 2010.

125

fines de semana si habían redadas o vigilancia, lo cual ocurría 2 ó 3 veces al mes.18 Al

salir al campo se eliminaba el límite de horas.19 Los supervisores tenían mucho control

sobre el horario20 y a veces las utilizaban para castigar a los Agentes. Podían acumular

tiempo compensatorio limitado,21 si no eran supervisores.22

Relación y comparación con la Policía

La diferencia fundamental entre Agentes de Rentas Internas y policías, en virtud

del tipo de normas que ambos hacían cumplir, era que los policías ejercían una función

penal, mientras los Agentes de Rentas Internas cumplían un rol administrativo. Bajo el

derecho administrativo, los Agentes de Rentas Internas podían inspeccionar los

negocios sujetos a la jurisdicción del Departamento de Hacienda para verificar el

cumplimiento de las leyes y reglamentos, sin autorización judicial, siempre que

estuvieran expresamente autorizados por la ley. Sin embargo, las funciones de ambos

grupos coincidían en su facultad de efectuar arrestos y confiscar propiedad utilizada en

la comisión de delitos.

Al crearse la clase de Agentes de Rentas Internas en 1901, el sueldo más bajo

era igual al de un capitán de la Policía, mientras el Agente Principal ganaba cien dólares

menos que el jefe de la Policía a pesar de no ser jefe de agencia.23 Además, un capitán

de la Policía ganaba 1,700 dólares al año en 1906, mientras un segundo teniente de la

Policía y el alcaide de la cárcel de San Juan ganaban mil dólares al año.24 A medida que

se nombraron más agentes de Rentas Internas y las escalas salariales de los Agentes se

congelaron, la diferencia se redujo de ser iguales o superiores a los capitanes de Policía

en 1901, a estar igualados a las cinco escalas superiores de Jefes Policiales de Distrito

18 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 19 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010. 20 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 21 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010. 22 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 23 Ley de Presupuesto de 1 de marzo de 1901, 159. 24 Leyes de la Policía de Puerto Rico de 8 de marzo de 1906 y del Presupuesto del Gobierno de Puerto

Rico de 8 de marzo de 1906.

126

en 1908. La ventaja salarial de los Agentes de Rentas Internas volvió a aumentar en

1915, cuando sólo las cuatro clases más altas de Jefes Policiales de Distrito recibían

remuneración igual a algunos de ellos. El cuadro siguiente ilustra la diferencia:

Año

Sueldos

Agentes de

Rentas

Internas

Núm.

Escalas

salariales

Sueldos

Policías

Núm.

Escalas

salariales

Equivalencia de

escalas en la policía

1901-02 1,200-1,500 2 300-1,200 10 Capitán

1908-09 1,000-1,700 4 408-1,800 9 Jefes de Distrito

Clases I-V

1915-16 1,100-1,800 4 456-1,700 11 Jefes de Distrito

Clases I-IV

En 1949, primer año de Muñoz Marín como gobernador, la agencia recibió el

poder para crear una academia con la ayuda de la policía para mejorar el desempeño de

los Agentes de Rentas Internas.25 Entre agosto y octubre de ese año, un grupo de cinco

Agentes de de rentas internas tomó por primera vez un curso básico en la División de

Rentas Internas del gobierno estadounidense, incluyendo formación en: materias

contributivas, métodos, organización departamental, procedimiento, interpretación de

leyes federales, reglamentos, entre otras.26

Todas las leyes de personal que se aprobaron incluyeron a los Agentes de Rentas

Internas en el sistema de mérito. En cambio, los policías se regían por un sistema de

rango, que envolvía una cadena de mando, obediencia férrea, premios y castigos. Las

funciones de los Agentes de Rentas Internas que estaban incorporadas en el Código

Político se transfirieron al Código de Procedimiento Criminal. En 1958, la Legislatura

los incluyó en el grupo de “servidores de la seguridad pública.”27

En mayo de 1972 los Agentes de Rentas Internas pasaron a estar bajo la

jurisdicción de la Comisión de Investigación, Procesamiento y Apelación (CIPA) que

25 Ley Núm. 127 de 27 de abril de 1949, 13 LPRA sec. 161. 26 “Grupo de Boricuas está Próximo a terminar su Curso Básico: Instructores declaran que han cubierto

las materias con éxito, las que se relacionan con tributos,” El Mundo, 5 de octubre de 1949, 5. 27 Exposición de Motivos, Ley Núm. 127 de 27 de junio de 1958.

127

reemplazó a la Comisión de la Policía. Ésta imponía y revisaba las medidas

disciplinarias por abusos de poder de funcionarios autorizados a arrestar personas,28 a

diferencia de la Junta de Personal que revisaba las apelaciones de los trabajadores en

cuanto a asuntos de personal.29 La transferencia de jurisdicción conllevaba una

asignación de responsabilidad personal a los agentes por su comportamiento ante la

ciudadanía, similar a la de los policías. De este modo, la legislatura respondía a las

repetidas gestiones legislativas de los agentes para permanecer armados. Los

entrevistados no recuerdan que la C.I.P.A. asumiera jurisdicción en casos de Agentes de

Rentas Internas.

Según uno de los entrevistados, Rivera Rosario, entendió que la Hermandad

logró que el sueldo de los Agentes rebasara el de los policías;30 Bilbraut especificó que

la escala de los Agentes de Rentas Internas Inspectores superó en paga a los Capitanes

de la Policía.31 La equivalencia entre los sueldos de los Agentes de Rentas Internas y

los Policías en 1973 ofrece un cuadro mixto en este sentido:

Nivel de Agente de

Rentas Internas Cantidad (Bebidas)

Sueldo anual Rango policial Sueldo anual

I 6 4,440 II 19 4,980 Guardia 5,160 III 110 5,520 Sargento 5,700 IV 31 6,060 Teniente Segundo 6,420 V 9 6,660 Teniente Primero 7,140 VI 9 7,560 Capitán 8,160

ARI Inspector 5 8,760 Comandante 9,300

El grueso de los Agentes de Rentas Internas en el Negociado de Bebidas, según

este cuadro, recibía una compensación comparable al Sargento de la Policía. Este

panorama era muy distinto al que existía a principios de siglo, en el cual el nivel de

28 Ley Núm. 32 de 22 de mayo de 1972. 29 La Comisión de la Policía también realizaba estas funciones en sus orígenes. 30 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 31 Miguel Bilbraut Sánchez, entrevistado por el autor, 3 de diciembre de 2007.

128

Agentes de Rentas Internas de menor compensación de un total de cuatro niveles recibía

la misma compensación que el Capitán de la Policía.

Discursos

Los Agentes de Rentas Internas adoptaron símbolos propios de trabajadores de

seguridad pública y adquirieron una reputación adversativa ante la población civil.

Estos símbolos los colocaban en una posición de afinidad con el gobierno más que con

los ciudadanos, a diferencia de las experiencias de los maestros, los bomberos o los

trabajadores de la industria eléctrica. Los Agentes percibían cierta comunidad de

intereses con los policías que colaboraban en las redadasm 32 los guardias penales a

quienes traspasaban arrestados,33 los trabajadores de colecturía y los tasadores de

propiedad mueble e inmueble.34

El sistema de adiestramientos y la asignación inicial de funciones no fueron

uniformes. Sin embargo, el Estado comunicó a los Agentes de Rentas Internas la

noción de que éste era un trabajo “profesional” que requería conocimiento

especializado, mediante el uso de adiestramientos en la División de Rentas Internas del

gobierno de los Estados Unidos, la Academia de la Policía o en el campo de tiro de Isla

de Cabras. Al autorizarlos a efectuar registros, el gobierno utilizó a los Agentes de

Rentas Internas para imponer el “orden público.” Los agentes adoptaron plenamente la

identidad paramilitar correspondiente y abogaron ante la Legislatura por la extensión de

otros símbolos análogos. Éstos incluso entraron en polémicas públicas con el Secretario

de Hacienda por la portación de armas de fuego. Los Agentes de Rentas Internas

sentían que representaban al Estado ante los comerciantes, fabricantes de licor

clandestino y los tribunales, por lo que exigieron que el Estado los tratara como parte

del sistema paramilitar de cumplimiento de las leyes.

32 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010. 33 Bilbraut Sánchez, entrevista, 3 de diciembre de 2007. 34 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010.

129

Los Agentes de Rentas Internas se veían a sí mismos como un grupo especial

con funciones cuasimilitares, provenientes de una larga trayectoria de protección de los

intereses del Estado ante los importadores, comerciantes y campesinos. En este rol,

desarrollaron una identidad inserta en el Departamento de Hacienda y antagónica ante

otros grupos sociales. Al compartir esta identidad con sus compañeros de clase

profesional y los demás trabajadores del Departamento de Hacienda, buscaron participar

en la determinación de sus condiciones de trabajo y de la política pública que rodeaba

su trabajo.

El discurso de los Agentes de Rentas Internas se creó en el ámbito del Derecho

penal, como lo ilustra el uso del vocablo “delincuentes” o “maleantes” al referirse a los

sospechosos de evasión contributiva. En este sentido, se imaginaban contrapartes

directos de los policías. Este discurso de autoridad les confirió una condición o “status”

de personeros del Estado; los símbolos de reconocimiento como las pensiones, por otro

lado, creaban una comunidad de intereses con sus compañeros en armas. Los Agentes

incorporaron la portación de armas a su diario vivir, lo que acarreaba un simbolismo de

poder que cubría a las comunidades en las que vivían los agentes. Ya no se trataba de

un trabajo cuyos riesgos se sentían en un horario fijo, sino de uno que conllevaba una

amenaza constante a su seguridad.

En la asamblea anual siguiente celebrada en mayo de 1956, en respuesta a una

carta en la que el Secretario de Hacienda Rafael Picó indicó que sólo los agentes a

quienes se encomendaran misiones que pusieran en peligro sus vidas podrían portar

armas, los agentes aseguraron que “sus vidas están en constante peligro,” porque los

“delincuentes” pueden agredirlos mientras no están en servicio. Esto reflejaba su

posición antagónica ante los trabajadores rurales y los clientes de los establecimientos

de expendio de licor, quienes tendían a ser trabajadores. El diario El Mundo describió

130

el antagonismo de los residentes de la barriada de El Fanguito durante una redada contra

la fabricación casera de ron: “los vecinos tratan de despistarlos cuando van en busca del

alambique clandestino y los insultan cuando lo encuentran.”35

Los Agentes se veían a sí mismos como agentes del orden público.36 En 1970

los Agentes de Rentas Internas aún se comparaban con los cuatro tipos de agentes de

seguridad pública enumerados en la ley de pensiones de 1956, por el riesgo a vida y

seguridad personal que asumían: los policías, bomberos, guardias penales y guardias

nacionales.37 Esta comparación contrasta con la aseveración de Galvin de que los

trabajadores gubernamentales se comparaban con las corporaciones públicas. Además,

los Agentes de Rentas Internas luchaban porque los policías que se trasladaran al

Negociado de Bebidas comenzaran como Agente de Rentas Internas I, a pesar de que la

Ley de Personal les permitía trasladarse “lateralmente” a un puesto de igual jerarquía al

que tenían en la Policía, y hostigaban a los que se trasladaban para que renunciaran al

Departamento de Hacienda.38 Sin embargo, se llevaban muy bien con los policías

cuando laboraban juntos en redadas.39

Esto sugiere que los referentes de este grupo se regían por la similitud en

funciones y no por la pertenencia a la clase amplia y ambigua de trabajadores

gubernamentales. Bilbraut Sánchez y Hernández López reaccionaron con sorpresa e

incredulidad a la comparación con las corporaciones públicas, indicando que hubiera

sido deseable tener convenios colectivos completos pero no se había considerado

posible.40 Román Rodríguez, por su parte, diferenció al grupo de los que trabajaban en

otras agencias de la rama ejecutiva porque el Departamento de Hacienda “producía”

35 Universidad de Puerto Rico, Colección de fotos del periódico El Mundo, Unique ID UI 5276. 36 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010. 37 “Junta de Directores Agentes Rentas Internas Toma Acuerdos Aguadilla,” El Mundo, 7 de marzo de

1970, pág. 12-C; Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 38 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 39 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010. 40 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010; Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010.

131

dinero para el gobierno,41 lo cual permitía una comunidad de intereses con los demás

trabajadores del Departamento de Hacienda. Ahora bien, esta identidad era fluida.

Cuando al Presidente de la Hermandad de Agentes de Rentas Internas se le preguntó

qué tipo de trabajadores que eran los Agentes, pero no se le dio la opción de responder

que eran agentes del orden público, respondió que eran trabajadores de cuello blanco.42

Esto refleja una identidad como trabajadores del Departamento de Hacienda, es decir,

profesionales de la recaudación de contribuciones.

El discurso “profesional” y masculino entre los Agentes de Rentas Internas

La ya mencionada encuesta realizada en 1971 entre veintidós organizaciones

laborales halló que doce de ellas tenía 25% o menos de participación femenina.43 Ocho

tenían una matrícula de más de la mitad de mujeres y la que agrupaba trabajadores de

comedores escolares tenía más de 98 por ciento de composición femenina. La

Hermandad de Agentes de Rentas Internas respondió que no tenía mujeres. El trabajo

de Agentes de Rentas Internas era realizado exclusivamente por hombres porque se

pensaba que no correspondía con la imagen femenina.44 Al ser entrevistado para esta

tesis, Cecilio W. Hernández López, segundo presidente de la Hermandad de Agentes de

Rentas Internas, preguntó qué mujer se iba a trepar por esos montes. Horeste Rivera

Rosario, otro de los agentes entrevistados, indicó que las mujeres no solicitaban puestos.

Un tercero, Enrique Román Rodríguez, aseguró que las mujeres a quienes sugería

solicitar en Aguadilla no mostraban interés, aunque en San Juan había mujeres trabajado

como Agentes de Rentas Internas.45 El trabajo se consideraba masculino, por el

discurso militar que lo rodeaba en una época que el servicio militar excluía a las

41 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010; Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 42 Torres Lebrón, entrevista, 22 de diciembre de 1971. 43 Torres Lebrón, entrevista, 22 de diciembre de 1971. 44 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010; Hernández López, entrevista, 21 de abril de 2010;

Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 45 Hernández López, entrevista, 21 de abril de 2010; Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010.

132

mujeres. Este argumento presentaba un estereotipo del trabajo de recaudación de

contribuciones y criminalización de los evasores y sus clientes. Este estereotipo

desalentaba el reclutamiento de mujeres.

Las mujeres fueron empleadas en el campo de la seguridad pública en el siglo

XIX para proteger a otras mujeres en las cárceles mixtas.46 Provenían del campo del

trabajo social y trabajaban en sistemas separados de los hombres, con paga y

condiciones de trabajo diferentes: además, su orientación hacia el trabajo social difería

del abordaje criminalista que asumía el trabajo policiaco en esta época. La lucha por los

derechos de las mujeres logró que se apreciara más el trabajo de las mujeres en el ramo,

pero esto se redujo durante la Gran Depresión porque se pensaba que competían con los

hombres que luchaban por sostener sus familias. Este trabajo mantuvo este paradigma

criminalista masculino hasta la década de 1960.

Una investigación del Ministerio de Investigación y Educación de Alemania

halló que el trabajo asalariado tiende a pautar las identidades masculinas dominantes.47

Históricamente, a los hombres se les ha atribuido ser agresivos, ambiciosos, atléticos,

decisivos, enérgicos, inclinados al liderato y dispuestos a asumir riesgos. También se

les ha asociado con los trabajos que requieren destrezas técnicas, que exponen a riesgos

ocupacionales o a ambientes incómodos, o que envuelven autoridad. Las mujeres, por

otro lado, se les suponía más alegres, compasivas y dadas a la empatía y la

comprensión, y se les consideraba más aptas para trabajos que requerían destrezas

sociales. Por ende, se les creía faltas de aptitud para trabajos que requerían control

46 Janice Rienerth, “Policing Women: The Sexual Politics of Law Enforcement and the LAPD / Top

Cops: Profiles of Women in Command / Triumph of Spirit,” NWSA Journal 13, Núm. 1, (primavera de

2001): 195-198. 47 Ministerio de Investigación y Educación de Alemania, “Towards a new organisation of men’s lives:

emerging forms of work and opportunities for gender equality,” 3, http://www.work-changes-

gender.org/briefreport.pdf

133

social con autoridad o que requirieran fuerza física. Los hombres han sido favorecidos

para trabajar en este tipo de empleos, que se han definido como masculinas.

Este paradigma excluyente se vio resquebrajado por los avances de las mujeres

en el mundo laboral durante la década de 1960. Las características consideradas

masculinas comenzaron a verse más aceptables en las mujeres y éstas aceptaron estas

características más frecuentemente.48 Los tribunales de diversas jurisdicciones

estadounidenses resolvieron a favor de las mujeres demandas por discrimen en el

empleo policial. Además, la legislación federal como la Ley Abarcadora de Control de

Crimen y Calles Seguras de 1968 y la creación de una Comisión Nacional del Crimen el

mismo año ayudaron a promover a las mujeres dentro del empleo policial.49 El

presidente Nixon abrió las puertas al empleo femenino en las agencias federales de

seguridad pública en 1971.50 Al extender la ley de igualdad de oportunidades de

empleo a los gobiernos estatales y locales, se incentivó el empleo de las mujeres en las

agencias de seguridad pública de estos gobiernos, incluyendo a Puerto Rico. El

Departamento de Hacienda reclutó dos mujeres para trabajar como Agentes de Rentas

Internas en la primera mitad de la década de 1970.51 Una década después, la

Hermandad eligió a una Presidenta.

La actividad colectiva de los Agentes de Rentas Internas

El universo de símbolos que rodeó el trabajo de los agentes se desarrolló en

medio de actividades inéditas de parte de otros trabajadores del Departamento de

Hacienda. En 1944, 1956, 1967 y 1972, diferentes organizaciones de trabajadores del

48 Bonnie H. Erickson, Patricia Albanese y Slobodan Drakulic, “Gender on a Jagged Edge: The Security

Industry, its Clients, and the Reproduction and Gender,” Work and Occupations 27 (2000): 294 49 Rienerth, “Policing Women: The Sexual Politics of Law Enforcement and the LAPD / Top Cops:

Profiles of Women in Command / Triumph of Spirit,” 196. 50 Dorothy Moses Schulz, "Women in Federal Agency Law Enforcement." Encyclopedia of Law

Enforcement, Publicaciones SAGE, 2004, <www.sage-

ereference.com/lawenforcement/Article_n386.html>, accedido el 10 abril de 2010. 51 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010.

134

Departamento tomaron acciones colectivas que los enfrentaron al gobierno en reclamo

de cambios en sus relaciones de trabajo, siempre en modos que los trabajadores de la

rama ejecutiva no habían demostrado y a menudo con la intención de obtener

participación en la elaboración de política pública.

En 1951 se fundó la Asociación de Agentes de Rentas Internas del

Departamento de Hacienda de Puerto Rico y se registró ante el Secretario Ejecutivo de

Puerto Rico “para promover el bienestar y la confraternidad entre sus integrantes.”52 En

mayo de 1951 celebraron la elección de sus oficiales.53 Sólo uno de estos oficiales

permaneció en la directiva en mayo de 1952. 54 Ese año, Gilberto Valcárcel Romero

pasó a ser presidente de la Asociación, puesto que ocupó hasta 1955. Su sucesor, José

Colón Concepción, renunció en la Asamblea Anual de 1956 y lo sustituyó Osvaldino

Rojas Lugo, con una directiva totalmente nueva.55 Rojas Lugo era natural del barrio

Garrochales de Arecibo, hijo de un fundador del PPD y admirador de Santiago Iglesias

Pantín. Trabajó en el Departamento de Hacienda como Oficinista I antes de graduarse

de escuela superior, la cual terminó en Santurce. Antes de ingresar a la universidad, el

señor Rojas Lugo pasó a trabajar como Agente de Rentas Internas e ingresó a la

Asociación.

La AARI y el Secretario de Hacienda tenían diferencias en torno a las horas en

las cuales los Agentes podían portar armas, por lo cual la Asamblea Extraordinaria de

52 Office of the Executive Secretary, Certificate of Registration No. 1837, 15 de mayo de 1951. Bajo la

ley de 9 de marzo de 1911. La incorporaron Gilberto Valcárcel Romero, de Trujillo Alto; Octavio

Martínez Rivera, de Puerta de Tierra; Luis Alemañy Moyés, de Río Piedras; Luis Vázquez Vázquez, de

Río Piedras; y Aníbal Suárez, de Santurce. Jurada ante Rubén Gaztambide Arrillaga, Notario Público. 53 “Certificado relativo a la elección de síndicos o directores u oficiales,” Rec. 6 de agosto de 1951. Los

oficiales eran Gilberto Valcárcel Romero, presidente; Francisco Torres Medina, Primer Vicepresidente;

Luis Alemañy Moyés, Segundo Vice Presidente; Octavio Martínez Rivera, Secretario; Félix Rivero

Camacho, Subsecretario; Luis Vázquez Vázquez, Tesorero; y Aníbal Suárez, subtesorero. 54 “Certificado relativo a la elección de síndicos o directores u oficiales,” 27 de mayo de 1952. El VP fue

Alfredo Escalona; el Secretario, Octavio Martínez Rivera; el Subsecretario, Raúl González Carmoega; el

Tesorero, Antonio Battistini; el Subtesorero, Vázquez Vázquez. 55 “Certificado relativo a la elección de síndicos o directores u oficiales,” 20 de febrero de 1956. El

Vicepresidente fue José A. Reteguis; el Secretario, Jorge Carreras; el Tesorero, Martín Ducret; y el Vocal,

Rafael Colón.

135

Caguas fue “tensa, donde hubo planteamientos violentos.” Los integrantes de la

Asociación lo eligieron presidente en esta Asamblea. A través de esta función, Rojas

Lugo desarrolló las destrezas que le ayudaron a convertirse en uno de los líderes

sindicales más influyentes de la isla. Al ser reelecto en 1958, Rojas Lugo advirtió que

el Departamento no acordaría aumentos de sueldo para grupos aislados,56 lo cual fue

una invitación velada a la acción conjunta con otros trabajadores del Departamento.

Los participantes en la asamblea acordaron establecer un banco de sangre, fundar una

casa del Agente de Rentas Internas y solicitar al Departamento de Hacienda que

ofreciera conferencias junto al Departamento de Instrucción Pública para los 250

agentes que había en la isla—casi todos asociados. También buscó desarrollar buenas

relaciones con el Secretario de Hacienda, los fiscales y los jueces, con quienes

colaboraban a diario.57 Estas actividades demostraban un interés de educación continua

y relaciones públicas demostrativas de un discurso profesional.

Rojas Lugo pasó luego al Fondo del Seguro del Estado mediante traslado a

causa de la alegada persecución que desataron los supervisores, y empezó estudios

universitarios.

De la AFSCME a la HARI

En su asamblea anual de junio de 1960, la Asociación de Agentes de Rentas

Internas responsabilizó al Director de Personal, Antonio Cuevas Viret, de los problemas

que enfrentaban los Agentes de Rentas Internas. Para enfrentar esta situación se

afiliaron a la AFSCME, asociada ya con el proyecto de viviendas y el proyecto de ley

para el descuento de cuotas. El organizador de la AFSCME John P. Caldwell juramentó

56 Miguel Rivera, “Comentan Cartas: Agentes de Rentas Internas Celebran Reunión Anual,” El Mundo, 7

de julio de 1956, 5. 57 Osvaldino Rojas Lugo, entrevistado por Lisa R. Blasini, c. 1980.

136

a la nueva directiva,58 integrada totalmente por Agentes del Distrito de San Juan.59 La

AFSCME fundó la Federación de Empleados del Gobierno Estatal de Puerto Rico poco

después.60

AFSCME interesaba afiliar a todos los trabajadores del Departamento de

Hacienda, pero estimaba que comenzarían con la mitad. Un “experto en electrónica” se

había comprometido a organizar un sindicato local con los 3,200 trabajadores del

Departamento no afiliados a la AARI.61 Los socios de la Asociación de Agentes de

Rentas Internas querían afiliarse como una filial exclusiva de agentes para que sus

intereses determinaran las acciones colectivas, pero en septiembre de 1960 la AFSCME

los convenció de constituir un capítulo para todo el Departamento de Hacienda.62 Los

socios pagaban tres dólares al mes al Concilio. Sin embargo, en abril de 1961 el

sindicato local del Departamento de Hacienda apenas recibió $18.75 en cuotas.63

La falta de evidencia sobre la actividad colectiva de los Agentes de Rentas

Internas entre 1961 y 1967, incluyendo la memoria de los entrevistados, sugiere que el

fracaso de la AFSCME mantuvo esta actividad en un limbo. Hernández López

confirma que no recuerda que hubiera actividad de resistencia en este periodo: “Uno era

mucho más empleado público que cualquier otra cosa. Tenías que tener un

agradecimiento con el gobierno.”64

58 Héctor J. Mejías, “Agentes Culpan Cuevas Viret por ‘Abandono’,” El Mundo, 7 de junio de 1960, 11.

El Presidente electo fue Agustín Rosario; El 1er Vicepresidente fue Eladio Torres; el 2do Vicepresidente

Octavio Martínez; Tesorero William Ríos; Secretario Mario Santisteban; y Vocales Francisco Torres

Medina, Rafael Torres Lebrón y Félix Fontánez Reyes. 59 Cecilio W. Hernández López, entrevista realizada por el autor, 10 de mayo de 2010. 60 Carlos R. Carrión Crespo, Posición de la Unión General de Trabajadores sobre la determinación de

las unidades apropiadas en el Departamento de Hacienda, escrito sometido ante la Comisión de

Relaciones del Trabajo en el caso del Departamento de Hacienda, PR-99-024, 14 de marzo de 2000,

citando de El Mundo, 2 de septiembre de 1960, p. 36. 61 Carta de John P. Caldwell a Arnold S. Zander, 28 de mayo de 1960. El experto se llamaba García

Arache. 62 Caldwell, carta a a Zander, 4 de septiembre de 1960. 63 Informe financiero, Local 916 de AFSCME, abril de 1961. 64 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010.

137

La Hermandad de Agentes de Rentas Internas se fundó en octubre de 1967 en

una asamblea celebrada en el Palacio de los Trabajadores, sede del Sindicato de Equipo

Pesado y lugar frecuente para este tipo de eventos.65 Solicitó certificación primero ante

el Registro de Corporaciones del Departamento de Estado. Sus primeros cien socios

expresaron descontento con sus salarios, las reclasificaciones infrecuentes y falta de

normas para reclutar y reclasificar.66 El propósito de la Hermandad era integrar en un

organismo a los Agentes de Rentas Internas de Bebidas y Arbitrios; cultivar el

compañerismo y la amistad; cooperar con la dirección de los negociados y el

departamento; fomentar las relaciones públicas; el mejoramiento social, moral y físico

de los Agentes de Rentas Internas; y gestionar lo necesario para mejorar las condiciones

de vida, derechos e intereses de los Agentes de Rentas Internas, así como mejores

condiciones de trabajo.67 La Hermandad tenía la intención de solicitar el

reconocimiento del Secretario del Trabajo como organización con derecho a recibir el

descuento de cuotas a través de la nómina.68 Además, la Hermandad intentaba unirse a

las otras organizaciones para negociar con el Secretario en conjunto.69 Sin embargo, se

creó para solicitar mejoras para el grupo por separado, pues otras organizaciones

buscaban mejoras para todos.70

La Hermandad se regía por una Junta de Directores, no por convenciones ni

capítulos locales. Incluía supervisores en su matrícula y sus líderes eran electos por

periodos de un año.71 El primer presidente de la Hermandad, Rafael Torres Lebrón,

65 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010. Los incorporadores ante el Departamento de

Estado fueron Rafael Torres Lebrón, de Las Lomas; Eladio Torres Martínez, de Santurce; y José A. Sabad

Roberto, de Levittown. Certificación Núm. 4600, Archivo de Corporaciones del Departamento de Estado,

24 de octubre de 1967, 2:15 PM. 66 Torres Lebrón, entrevista, 22 de diciembre de 1971. 67 Reglamento HARI, 10 de agosto de 1968, Art. II, sometido al Departamento de Estado en la solicitud

de incorporación. 68 Reglamento HARI, 10 de agosto de 1968, Art. II, Art. VIII. 69 Miguel Bilbraut Sánchez, entrevistado por el autor, 3 de diciembre de 2007. 70 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 71 Pou Rivera, “Public Employee Organizations in Puerto Rico,” Apéndice.

138

había sido vocal y el Vicepresidente, William Ríos, había sido tesorero de la Asociación

de Agentes cuando ésta se afilió a AFSCME en 1960. Casi todos los socios trabajaban

en el Negociado de Bebidas. Aunque Ríos laboraba en el Negociado de Arbitrios, la

mayoría de los Agentes de Rentas Internas de este Negociado no participó en la

Hermandad inicialmente. El ingreso de éstos fue la clave para que la Hermandad

adelantara sus metas con mayor eficacia.72

La Hermandad se sostenía con cuotas de un dólar al mes. El liderato se

comunicaba con los socios mediante contacto personal, reuniones irregulares (no

regulares ni por grupos) y más de la mitad de los socios, pero menos del 80%,

participaba en las reuniones. No estaba afiliada a organización alguna ni buscaron una

entidad externa que los organizara ni agrupaba trabajadores no gubernamentales.73 En

efecto, no se asociaban con personas del PSP porque entendían que ello podría

perjudicar su imagen ante el pueblo, por ende ante los legisladores.74

Durante los primeros meses del gobierno del PNP, la Hermandad de Agentes de

Rentas Internas solicitó al Departamento del Trabajo su certificación bajo la Ley Núm.

134, con 54 tarjetas de autorización de descuento de cuotas, sin fecha.75 La Secretaria

del Trabajo Julia Rivera de Vincenty accedió a la solicitud el 13 de agosto de 196976

luego que el Secretario de Hacienda, Ángel M. Rivera, informó que no objetaba.77 Fue

la tercera organización de trabajadores del Departamento de Hacienda en registrarse.

Uno de los investigadores de la Comisión Helfeld, Carlos Roca Rosselli, recibió

la impresión de que los trabajadores del Negociado de Rentas Internas tenían un sentido

72 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 73 Torres Lebrón, entrevista, 22 de diciembre de 1971. 74 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 75 Rafael Torres Lebrón, carta a Julia Rivera de Vincenty, Secretaria del Trabajo, 19 de mayo de 1969;

Alberto Pagán Pagán, subdirector del Negociado de Asuntos Legales del Departamento del Trabajo, carta

a Rafael Torres Lebrón, 10 de junio de 1969. 76 Julia Rivera de Vincenty, Secretaria del Trabajo, Certificación, 13 de agosto de 1969. 77 Ángel M. Rivera, Secretario de Hacienda, carta a Enrique E. Lespier, Secretario del Trabajo Interino,

25 de junio de 1969.

139

de unidad mayor que lo acostumbrado en la rama ejecutiva.78 La Hermandad se

comunicaba con los socios de varias maneras, no sólo mediante las asambleas anuales.

Se publicaban boletines periódicos, se reunían con los socios de los distritos por

separado y se comunicaban con los socios personalmente o por teléfono.79 En las

reuniones distritales, los socios traían problemas como la falta de personal, el

incumplimiento con el reglamento de ascensos y la falta de vehículos. La mayoría de

los Agentes participaba en las reuniones anuales y distritales.80 La directiva reclamó

como logros suyos el que se crearan más puestos en los negociados de bebidas y

arbitrios y “en gran parte” el salario básico de los agentes.81

Como resultado de esta imagen de éxito, la Hermandad decía tener 350 socios

en 1971, es decir casi todos los agentes incluyendo supervisores..82 Román Rodríguez,

que trabajaba en Mayagüez, señaló que las gestiones de la Hermandad para obtener

equipo y otros beneficios se concentraban en San Juan. Sólo doce de los 22 Agentes en

Mayagüez eran socios, porque los demás no veían que la Hermandad hubiera obtenido

beneficios para ellos.83 Las entrevistas sugieren una explicación para esta contradicción

sobre el número de socios. Al parecer de Bilbraut Sánchez, los socios buscaban

beneficiarse de las solicitudes que se le hacían al Secretario y los que no eran socios,

querían beneficiarse sin participar.84 Aparentemente, los líderes percibían que la

participación en San Juan representaba la participación en la isla; aún así, la mayoría de

los Agentes eran socios y los demás esperaban ver que la Hermandad negociaba

beneficios para ellos antes de afiliarse. Por otro lado, los líderes de ambas

organizaciones de Agentes de Rentas Internas habían trabajado en San Juan.

78 Roca Rosselli, 2010. 79 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010; Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 80 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010; Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 81 “Historial Hermandad Agentes Rentas Internas, Inc.,” 17 de abril de 1984, recibido en Negociado de

Ayuda a Uniones Obreras del Departamento del Trabajo el 24 de abril de 1984. 82 Torres Lebrón, entrevista, 22 de diciembre de 1971. 83 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 84 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010.

140

¿Negociación, consentimiento o resistencia?

El Departamento de Hacienda era el punto de ingreso del presupuesto

gubernamental, de lo cual sus trabajadores estaban muy conscientes. Por lo mismo, su

identificación con el gobierno era mayor y los partidos políticos independentistas tenían

un menor arraigo. Sin embargo, estos trabajadores no dejaban de retar la autoridad

absoluta del patrono sobre las condiciones de empleo. La evidencia sugiere una relación

laboral muy parecida a la negociación colectiva, en la cual los líderes del Departamento

de Hacienda y la Hermandad de Agentes de Rentas Internas se reconocieron

mutuamente como representantes legítimos de los intereses en conflicto y dialogaron a

pesar de las actividades de protesta, lo cual alimentó una sensación en el liderato de que

la negociación era posible sin mediación de reglamentación legislativa.

Los esfuerzos descritos más adelante constituyeron una negociación laboral más

parecida a la de los bomberos que a la que establecieron los trabajadores universitarios.

La diferencia entre la negociación con o sin ley habilitadora, pues, estribaba en que los

temas de negociación sin ley habilitadora sólo eran limitados por los poderes que

tuviera la entidad gubernamental con la cual negociaran las organizaciones laborales.

Como resultado, aunque algunos de los temas tocados en este diálogo eran los

tradicionales de negociación colectiva, otros eran más cercanos a la implementación de

política pública.

La falta de una ley que enumerara los temas de negociación significaba que el

Secretario de Hacienda, la Oficina de Personal, el gobernador o la Legislatura podían

emitir órdenes y reglamentos consensuados sin observar estos límites. La AARI, por

otro lado, no podía obligar al secretario a negociar por fuerza de ley sino mediante la

persuasión o la presión.

Se halló evidencia de cuatro instancias en que se suscitaron discusiones entre el

grupo y el Departamento de Hacienda sobre la portación de armas. En mayo de 1954,

141

el Senado aprobó un proyecto que enmendaba la Ley de Armas para extender la facultad

de los Agentes de Rentas Internas de portar armas las 24 horas del día, en lugar de sólo

en horas laborables.85 En febrero de 1956, el Secretario de Hacienda Rafael Picó

ordenó desarmar a los Agentes de Rentas Internas cuando no estuvieran en funciones,

luego que un agente había causado una muerte. Picó explicó que buscaba proteger “a la

población del uso indebido de armas de fuego,” pero cuidaría a los Agentes de Rentas

Internas “que realizaran verdaderamente labores policiacas, de persecución activa.”86

El debate sobre la portación de armas reflejó una tensión entre la identidad de

los Agentes de Rentas Internas como funcionarios de orden público y su condición de

trabajadores del Departamento de Hacienda. Esta dualidad presentó una contradicción

porque la función primordial delegada a este Departamento era recaudar contribuciones,

no arrestar personas ni allanar edificios. Por ende, el gobierno consideraba que los

Agentes de Rentas Internas no tenían un interés tan legítimo en estar armados como los

policías. Cuando un policía ocasionaba una muerte, sólo se desarmaba al oficial

envuelto, pero cuando un Agente de Rentas Internas lo hacía, se desarmaba a todo el

grupo. La Asociación solicitó anular la orden alegando que habían tenido que perseguir

sin armas a los contrabandistas por estar fuera de funciones.87 Luego el grupo cabildeó

con éxito, según Rojas Lugo, para que la legislatura les permitiera portar armas todo el

tiempo.88 Este ejercicio fue el primero de ese tipo para Rojas Lugo, quien luego lo

desarrolló a cabalidad como presidente de la Hermandad Unida de Empleados del

Fondo del Seguro del Estado. Sin embargo, la Asociación tuvo que volver a solicitar a

85 Proyecto del Senado número 382. 86 “Para Proteger Población: Picó Explica Prohibición Uso de Armas por Agentes,” El Mundo, 11 de

febrero de 1956, 5. 87 F. Cancel Hernández, “Agentes Rentas Internas, Piden Picó Reconsidere Orden Los Desarma Fuera sus

Labores,” El Mundo, 7 de febrero de 1956, 7. 88 Osvaldino Rojas Lugo, entrevistado por Lisa R. Blasini, c. 1980.

142

la legislatura en junio de 1960 que aprobara una ley que les permitiera portar armas.

Rojas Lugo ya no era Agente de Rentas Internas.

El mejor ejemplo de la actividad de resistencia y negociación, así como la

importancia de las armas para los Agentes, ocurrió durante el gobierno de Ferré, cuando

el Departamento de Hacienda cambió el puesto de todos aquellos que no trabajaban con

persecución de licor clandestino (aunque estuvieran adscritos al Negociado de Bebidas),

al título de Agentes de Imposición de Arbitrios. Esto, porque algunas personas aún se

quejaban de que los Agentes de Rentas Internas del Negociado de Arbitrios se

emborrachaban mientras portaban armas.89 Los Agentes entendieron que esta medida

les impedía hacer su trabajo efectivamente porque no tendrían protección al intervenir

con “maleantes” en los negocios que inspeccionaban. Éstos eran muchas veces los

clientes, conocidos como “abogados de barras,” que argumentaban con los Agentes y

los agredían.90 Esta medida afectaba más a los Agentes que trabajaban en las ciudades

que a los de las zonas rurales.

Pedro Hernández, Agente del Distrito de San Juan conocido por su arrojo, se

negó a firmar los documentos necesarios para la recaudación de impuestos y a abrir los

precintos porque sólo lo podía hacer un Agente de Rentas Internas, en lo que representó

una huelga de una sola persona. Esta actitud no cambió a pesar de que sus superiores lo

trasladaron y lo amenazaron con someterle cargos por insubordinación o abandono de

deberes. Se circularon peticiones entre los Agentes de Rentas Internas y Torres Lebrón

escribió una carta al Secretario de Hacienda reclamando que desistiera del cambio,

alegando que les impediría intervenir los negocios y arrestar personas como el Código

de Enjuiciamiento Criminal le permitía a los Agentes de Rentas Internas.91

89 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 90 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010; Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 91 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010.

143

Torres Lebrón finalmente apeló a la intervención del Senador Nicolás Nogueras,

hijo de un antiguo líder sindical que pertenecía al partido de gobierno, lo cual logró que

el Departamento desistiera del cambio.92 De este modo, una resistencia inicialmente

individual se convirtió en un movimiento colectivo con ribetes de argumento legal que

terminó mediante el cabildeo legislativo. La negociación en este caso trazó el camino

desde el taller de trabajo hasta la legislatura, pasando por todos los canales para

reivindicar un poderoso símbolo del trabajo de los Agentes: el uso de las armas como

instrumento para ejercer la autoridad del Estado investida en sus nombramientos como

Agentes de Rentas Internas.

Otro tema relacionado a la identificación de los Agentes como trabajadores de

seguridad pública se vio cuando la AARI solicitó en 1956 que la legislatura incluyera al

grupo en la Ley de pensiones por incapacidad o muerte de policías, bomberos, guardias

penales y guardias nacionales,93 gestiones que según Rojas Lugo tuvieron éxito.94 La

ley fue aprobada en 1958 y continúa vigente.95

Esta identidad se reflejaba aún en los temas salariales, que motivaron que los

Agentes de Rentas Internas protagonizaron la primera protesta laboral celebrada en el

Departamento de Hacienda durante el gobierno de Ferré. Los Agentes de Rentas

Internas sentían que les compensaba menos que a los policías y los bomberos, porque

los aumentos de sueldo eran muy escasos y bajos.96 Consideraban que ello era una falta

de respeto ante la cantidad de dinero que recaudaban para el erario,97 la cual era para

ellos una medida de su productividad. Esta comparación data de principios de siglo,

92 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010. 93 F. Cancel Hernández, “Agentes Rentas Internas, Piden Picó Reconsidere Orden Los Desarma Fuera sus

Labores,” El Mundo, 7 de febrero de 1956, 7. 94 Osvaldino Rojas Lugo, entrevistado por Lisa R. Blasini, c. 1980. 95 Ley núm. 127 de 27 de junio de 1958. 96 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010; Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 97 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010.

144

cuando las escalas salariales de los Agentes de Rentas Internas era muy superior a la de

los policías.

Querían además mejores equipos, como vehículos porque a veces debían

trabajar a pie;98 el pago de horas extra y dieta y millaje;99 y un trato preferencial para

ascender dentro de la clase de Agente de Rentas Internas, sobre los policías que

solicitaban traslados laterales. Por otro lado, los Agentes sentían que el sistema de

traslados se estaba politizando: Hernández López alega que se le transfirió de Bayamón

a San Juan para hacerle espacio a un afiliado del PNP, lo cual tuvo como resultado que

trabajara bajo la supervisión de Torres Lebrón.100 Rivera Rosario también alegó que no

pudo efectuarse un traslado a Caguas que le ofreció en encargado del Distrito de Caguas

porque el Departamento nombró en el puesto a un Agente que era “aliado de un

senador.”101 Casellas asegura que este fenómeno era común y no existía antes de 1969,

cuando se comenzó a desmantelar el sistema de mérito y despedir personas para hacer

espacio a los militantes del PNP. Indica además que cuando fue nombrado Secretario

de Hacienda devolvió empleo a los despedidos y trasladados, sin despedir a nadie.102

Durante varios meses de reuniones sindicales y preparativos, Torres Lebrón

arengó a los Agentes argumentando que su trabajo recaudaba mucho dinero para el

gobierno y que la única manera de mejorar sus condiciones de trabajo era luchando.

Torres Lebrón argumentó que el Secretario de Hacienda iba a hacer con ellos lo que

quisiera si iban a trabajar el día de la huelga: “pobres de nosotros” fueron sus

palabras.103 Los Agentes determinaron esperar hasta el viernes 16 de julio de 1971 para

que el Secretario atendiera su reclamo de un aumento de sueldo de cincuenta dólares

98 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 99 Hernández López, entrevista, 24 de abril de 2010. 100 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 101 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 102 Casellas, entrevista, 25 de agosto de 2010. 103 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010.

145

que había prometido el Secretario de Hacienda saliente, Ángel M. Martín.104 Al no

recibir respuesta, comenzaron la huelga a partir del sábado 17. Los Agentes de Rentas

Internas que trabajaban sábado, por ejemplo en la planta de la destilería Bacardí, se

ausentaron de las labores.105 A pesar de que había dudas de que los Agentes fueran a

ausentarse el próximo lunes, el Director de Personal llamó a Torres Lebrón para

negociar durante el fin de semana antes del lunes, segundo día de huelga, y llegaron a

un acuerdo. Hubo que llamar a algunos Agentes el mismo lunes para que fueran a

trabajar.106

De este modo, los Agentes se sumaron a los grupos que escenificaban

actividades de presión. De hecho, uno de sus líderes reclamó que era el único grupo en

el Departamento de Hacienda que no aceptaba una respuesta negativa.107 Hernández

López indica que Torres Lebrón logró que los Agentes se unieran, que la matrícula de la

Hermandad creciera y que el gobierno comenzara a cambiar su actitud hablando de “lo

que verdaderamente éramos nosotros, de lo que nosotros producíamos, de los millones

de pesos que nosotros recaudábamos.”108 La militancia resultó de la suma de la

molestia de los Agentes con la administración, el carisma de Torres Lebrón y la

sensación de que la Hermandad no discriminaba por afiliación política. Los Agentes de

Rentas Internas no conocían las simpatías partidistas de Torres Lebrón y Ríos estaba

afiliado al PNP, que estaba en el gobierno.

Otras actividades realizadas en torno a las reivindicaciones salariales siguen:

1. En 1956 la Asociación de Agentes de Rentas Internas cabildeó ante la Oficina de

Personal para obtener mejoras salariales. 109 Además, solicitó al Secretario de

104 “Agentes de Rentas Internas Realizan Paro Protesta,” Claridad, 25 de julio de 1971, 20. 105 Cecilio W. Hernández López, entrevista por el autor, 17 de agosto de 2010 (2010d). 106 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 107 Hernández López, entrevista, 21 de abril de 2010. 108 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 109 Osvaldino Rojas Lugo, entrevistado por Lisa R. Blasini, c. 1980.

146

Hacienda que reevaluara los aumentos de sueldos otorgados110 y realizar un

estudio sobre sus horas de trabajo.

2. El 1 de julio de 1958, el Departamento de Hacienda implementó los resultados

de una revisión de sueldos que la Asociación había solicitado. En la asamblea

de septiembre de 1958, los Agentes discutieron la misma y sus solicitudes de

pago de tiempo compensatorio.111

3. En junio de 1960, la Asociación apeló a la Oficina de Personal para obtener

mejoras salariales.112

4. En 1968, las organizaciones laborales solicitaron con éxito que el Departamento

realizara una revisión de escalas.113

5. En marzo de 1970 la Junta de Directores de la Hermandad de Agentes de Rentas

Internas solicitó otra revisión de las escalas de los Agentes de Rentas Internas.

Su fundamento era que su salario era menor que el de trabajadores no diestros en

otras industrias, lo cual los alentaba a abandonar el Departamento, que el costo

de la vida había aumentado y que eran trabajadores con riesgos altos.114 Los

Agentes justificaron la petición alegando que la ley no les permitía

complementar sus ingresos con otros empleos y que no podían atraer nuevos

agentes por los sueldos bajos. Dos meses después, el presidente Torres Lebrón

solicitó al Secretario de Hacienda Ángel M. Martín que otorgara a los Agentes

aumentos de sueldo cincuenta dólares mayores que lo que dictaba la ley para

110 Pidieron un aumento de sueldo a $200 para Agentes de Rentas Internas I, 240 para Agentes de Rentas

Internas II, 270 para Agentes de Rentas Internas III, 300 para Agentes de Rentas Internas IV y 350

para Agentes de Rentas Internas V. Cancel Hernández, F. “Agentes Rentas Internas, Piden Picó

Reconsidere Orden Los Desarma Fuera sus Labores,” El Mundo, 7 de febrero de 1956, 7. 111 “Se reúnen Agentes de Rentas Internas,” El Mundo, 12 de septiembre de 1958, 7. 112 Mejías, Héctor J. “Agentes Culpan Cuevas Viret por ‘Abandono’,” El Mundo, 7 de junio de 1960, 11. 113 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 114 “Junta de Directores Agentes Rentas Internas Toma Acuerdos Aguadilla,” El Mundo, 7 de marzo de

1970, pág. 12-C.

147

1970 y 1971.115 Reiteró las razones mencionadas previamente y añadió que

administraban contribuciones sobre productos que constituían recaudos de 300

millones de dólares.116 Bilbraut Sánchez, entonces tesorero de la Hermandad,

confirmó que la Hermandad logró que el Departamento realizara el estudio e

implementara sus recomendaciones salariales.117

6. En mayo de 1971, la Hermandad de Agentes de Rentas Internas solicitó una

reunión con el Secretario antes de su asamblea anual para hablar sobre sueldos y

medidas para combatir la evasión y aumentar recaudos. A la asamblea se invitó

al Secretario, al Director de la Oficina de Personal, Frank Romero, al director de

la división de personal de Hacienda y otros funcionarios.118 Los líderes de los

Agentes enumeraron varias modalidades de evasión contributiva que socavaban

los recaudos, por ende su fuente de ingresos. Para subrayar su punto, la

asamblea felicitó al Secretario anterior Ángel Martín (luego Juez Asociado del

Tribunal Supremo) y al Director de Personal de Hacienda por su interés en los

problemas del grupo. Torres Lebrón se expresó confiado en que la agencia se

interesaría por los reclamos y se intercambiaron elogios entre las partes.119

7. Hernández López indica que como resultado de la crisis económica, la

Hermandad cambió sus demandas incluir sólo al grupo de Agentes de Rentas

Internas III. En otra ocasión, la Hermandad pidió una revisión de escalas sólo

para los Agentes I, II y III, dejando fuera los de más alto nivel.120 Otros

entendían que ello demostraba debilidad del presidente.121 Luego de este

115 Proponía aumentar el sueldo a $295 al momento, 345 el 1 de julio de 1970 y 400 el 1 de julio de 1971. 116 Bernardo Guerra Prados, “Solicitan Estudio de Problemas de Agentes de Rentas Internas,” El Mundo,

4 de mayo de 1970, 3-A. 117 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 118 Tulio Astudillo, “Para darle a conocer problemas: Agentes Rentas Internas Solicitan Entrevista con

Secretario Hacienda,” El Mundo, 28 de mayo de 1971, 23-B. 119 Bernardo G. Prados, “Elogian la Labor que Hizo Martin,” El Mundo, 30 de mayo de 1971, 3-A. 120 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 121 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010.

148

arreglo, los Agentes de Rentas Internas III ganaban más que los IV, por lo que

Casellas les aumentó la escala.122

8. La Hermandad de Agentes de Rentas Internas presentó peticiones al Secretario

de Hacienda a través de los directores de los negociados, logrando así aumentos

de sueldos para los 350 agentes y que se crearan escalas separadas para los

supervisores e inspectores.123 En otras ocasiones, solicitaban pasos por mérito y

ascensos.124

9. Para solicitar aumentos en las dietas, que eran controladas a nivel del gobierno,

la Hermandad se aliaba a otras organizaciones de trabajadores del Departamento

de Hacienda, algunas de las cuales eran sumamente agresivas.125

Un tema que los Agentes buscaron atender legislativamente fue el

reconocimiento sindical. En junio de 1960, la Asociación solicitó a la legislatura que

aprobara el proyecto de ley que reconocería las organizaciones de los trabajadores

gubernamentales y que aprobara el proyecto de ley que permitía a las hermandades

nombrar miembros de la Junta de Directores de la AEELA.126 Hasta ese momento, la

Junta era nombrada por los jefes de agencias. Estas dos peticiones coincidieron con la

afiliación de la Asociación a la AFSCME, que al momento proponía ambas metas y que

tenía una tradición de trabajar a través del cabildeo. Además, siguieron la práctica de

Rojas Lugo de efectuar este cabildeo.

Otro tema que atendió la Hermandad fue el de los exámenes para ascenso. Uno

de los entrevistados, Rivera Rosario, indicó que la Hermandad logró que se cambiaran

por tiempo de servicio y recomendaciones.127

122 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 123 Miguel Bilbraut, entrevistado por el autor, 3 de diciembre de 2007. 124 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 125 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 126 Mejías, Héctor J. “Agentes Culpan Cuevas Viret por ‘Abandono’,” El Mundo, 7 de junio de 1960, 11. 127 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010.

149

Las reuniones informales con el Secretario de Hacienda y el cabildeo ante la

legislatura y la Oficina de Personal—según el tema y el momento— representaban la

forma habitual de negociar, normalmente poco antes o después de las asambleas

anuales.

1. Los líderes de los diferentes grupos se reunían y formulaban sus peticiones

más inmediatas.128

2. Luego se reunían con el secretario de Hacienda o su representante para

presentar propuestas y objeciones, así como para discutir salarios,

condiciones de empleo, clasificaciones, promociones y beneficios

marginales.129

3. Los Secretarios asistían a menudo al principio de cada asamblea, lo cual

demostraba el reconocimiento y les brindaba una oportunidad de aparecer

ante la prensa junto a sus trabajadores. Torres Lebrón invitaba además a las

secretarias y los jefes.130

4. El Secretario o su representante131 tomaba nota de las solicitudes y emitía

instrucciones a quienes pudieran atender los problemas, incluso en caso de

estudios salariales, pero no se plasmaban acuerdos entre las organizaciones y

la agencia, ni se emitían órdenes administrativas.132

5. No existe evidencia material de los acuerdos, pero sí de las solicitudes de

reunión, como lo manifestaban ante la prensa que acudió a todas las

asambleas anuales desde 1956.

128 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010. 129 Torres Lebrón, entrevista, 22 de diciembre de 1971. 130 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 131 A la asamblea de 1956 asistieron el director y subdirector del Negociado de Bebidas, Janson Colberg

y Julio V. Colón. 132 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010. Torres Lebrón indicó a Pou Rivera que a veces

los acuerdos se recogían por escrito, pero ninguno de los otros entrevistados lo confirmó. Torres Lebrón,

entrevista, 22 de diciembre de 1971.

150

6. Cabildeaban y ayudaban a preparar proyectos de ley.133

7. Se discutían temas relacionados con las condiciones de trabajo y sugerencias

para mejorar los recaudos, pero se distinguía de las negociaciones colectivas

en las corporaciones públicas en que no cubrían la totalidad de las

condiciones de trabajo, mientras las leyes suplían el resto.

8. Incluían temas vedados a los sindicatos de las corporaciones públicas, como

las decisiones administrativas y promociones; y se celebraban al momento

de surgir las necesidades, en lugar de cada dos o tres años como en las

negociaciones colectivas. En ocasiones, los Agentes ofrecían concesiones

para agilizar los recaudos; en una de éstas, se acordó que trabajarían de

noche.134

En los casos en que estas negociaciones no surtían efecto, las Agentes

organizaron piquetes ante la sede del Departamento de Hacienda. Hay evidencia de que

amenazaron con decretar paros si la agencia no concedía mejoras salariales y en

condiciones de trabajo en 1971135 y entre octubre y noviembre de 1973.136 Hernández

López señaló que la experiencia exitosa del paro de 1971 hizo pensar a la Hermandad

que una medida similar era factible en noviembre de 1973, en lugar de tomar una

medida intermedia como un paro de brazos caídos.137 La Hermandad abogaba por el

derecho a la huelga para todos los trabajadores gubernamentales, pero sólo si era

necesario.138

En este sentido, los Agentes de Rentas Internas contrastaban con las

organizaciones de policías. La Asociación de Miembros de la Policía discutía temas

133 Torres Lebrón, entrevista, 22 de diciembre de 1971. 134 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 135 Hernández López, entrevista, 21 de abril de 2010. Las negociaciones las llevó a cabo Torres Lebrón. 136 Roberto Betancourt, “Agentes RI amenazan ir huelga,” El Mundo, 31 de octubre de 1973, 15-A. 137 Hernández López, entrevistado por el autor el 2 de septiembre de 2010 (2010e). 138 Torres Lebrón, entrevista, 22 de diciembre de 1971.

151

laborales con el Superintendente, la Legislatura y el Gobernador.139 Los oficiales

preferían expresar su descontento mediante las renuncias,140 lo cual ejercía presión

debido a que eran de difícil reclutamiento y costoso adiestramiento. La disciplina que

imponía su carácter abiertamente paramilitar y su función de represión de la protesta

sindical hacían poco probable las actividades de ese tipo.141 La única excepción fueron

los oficiales del Cuerpo de Investigaciones Criminales, que no desempeñaban esta

función y protagonizaron una huelga.

Los piquetes de los Agentes de Rentas Internas se celebraban a mediodía para no

interrumpir las labores. Los trabajadores traían panderos de plena y animaban a sus

compañeros con la música, al ritmo de la cual cantaban consignas142 con altavoces. No

hay transcripciones de las mismas y las pocas que los entrevistados recuerdan iban

dirigidas a fomentar la unidad de los trabajadores (ideológicas) y a criticar a los

Secretarios de Hacienda (tácticas).143 Además, se difundían canciones grabadas durante

el tiempo que no estuvieran piqueteando, pero no traían grupos musicales.144 Este uso

de la música se tomó prestado de los piquetes de la UTIER.145 Los piquetes ayudaban a

llamar la atención del Secretario de Hacienda, que según Rivera Rosario no “se dan

cuenta” de lo que ocurría en el Departamento.146

El nombramiento del Licenciado Salvador Casellas como Secretario de

Hacienda levantó alegaciones de conflictos de intereses, toda vez que había sido

abogado del periódico El Mundo cuando éste solicitó una reducción en sus deudas

139 Sheila Borges, “La Policía de Puerto Rico y la negociación informal,” Estudio preparado por

encomienda de la Comisión para Estudiar las relaciones del Trabajo en el Servicio Público, 1974, 12. 140 Borges, “La Policía de Puerto Rico,” 7. 141 Borges, “La Policía de Puerto Rico,” 7. 142 Bilbraut Sánchez, entrevista, 23 de febrero de 2010. 143 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010. 144 Hernández López, entrevista, 21 de abril de 2010. 145 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010. 146 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010.

152

contributivas y podría adjudicar la apelación.147 Sin embargo, su relación con los

Agentes de Rentas Internas fue cercana. Como había hecho el Secretario Picó en

1955,148 Casellas los acompañó en actividades de persecución. Los Agentes de Rentas

Internas, a su vez, le brindaron protección durante seis semanas en las cuales estuvo

bajo amenaza de muerte y un Agente de Rentas Internas era su chofer.149 Hernández

López, entonces Presidente de la Hermandad, describió a Casellas como un funcionario

“tranquilo y brillante” que nunca le negó una cita.150 Román Rodríguez, por su parte, lo

recuerda como el que más ofreció a los Agentes de Rentas Internas.151

Esta descripción dista mucho de la hostilidad que caracterizaba el trato de las

agencias con los sindicatos que protestaban entre 1950 y 1972. Además, sugiere que la

identificación de los Agentes de Rentas Internas con el ejercicio de autoridad en nombre

del gobierno dictaba una relación con sus superiores distinta a la de otros trabajadores

gubernamentales. Por ejemplo, los Agentes de Rentas Internas fueron incluidos en la

Comisión para Combatir el Crimen.152 Además, los trabajadores del Departamento de

Hacienda cobraron importancia en el cuatrienio de 1973-76 porque el gobierno aumentó

significativamente las contribuciones para enfrentar la crisis económica.

El entorno sindical: organizaciones laborales en Hacienda

El Departamento de Hacienda fue precoz en términos de acciones colectivas

entre las agencias de la rama ejecutiva. La Asociación de Agentes de Rentas Internas

fue una de las primeras organizaciones creadas y los Contadores fueron los primeros en

147 Doris Castañer, “Abogado compañías mineras ocupará Secretaría Hacienda,” Claridad, 5 de diciembre

de 1972, 1 y 14. 148 “Rafael Picó con empleados y policía saliendo de El Fanguito luego de inspección,” El Mundo, 17 de

junio de 1955, tomado de la Colección de fotos del periódico El Mundo de la Universidad de Puerto Rico,

Foto núm. UI PRHDL 149 Casellas, entrevista, 25 de agosto de 2010; Hernández López, entrevistado por el autor el 2 de

septiembre de 2010. 150 Hernández López, entrevista, 2 de septiembre de 2010. 151 Román Rodríguez, entrevista, 25 de abril de 2010. 152 Rivera Rosario, entrevista, 13 de mayo de 2010.

153

decretar una huelga en la década de 1960. El siguiente cuadro muestra la actividad

registrada:

154

Agrupación Fecha Actividad Reivindicación Resultado

Colectores de Rentas Internas

(supervisores de las

colecturías)

1956 Peticiones al Secretario de

Hacienda

Aumentos de salario Secretario Jorge Font

Saldaña prometió

estudio salarial549

diciembre de 1972 Propuesta de participar en

el diseño de la reforma

contributiva

Propuesta de crear

federación para todos los

trabajadores del

Departamento

Asociación de Empleados de

Colecturía de Rentas Internas

y Otros del Departamento de

Hacienda

diciembre de 1970 Asamblea Constituyente550 Mejorar su posición

como trabajadores ante

plan de reorganización

de Hacienda

Combatir aumento en

el costo de la vida

Participar en

determinación de

política departamental

Se organizó sólo en el

Distrito de Guayama.

El reglamento requería

que los socios

creyeran en la acción

colectiva

enero de 1971 Registro como corporación

en el Departamento de

Estado551

1973 Deposición en vistas públicas

de Comisión Helfeld

Club de Empleados de

Hacienda

1963 Fundación No hay datos

549 Ana M. Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en Puerto Rico durante los años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la

sindicalización de los empleados públicos, Consejo Asesor del Gobernador sobre Política Laboral, 1982, 188. 550 Asociación de Empleados de Colecturía de Rentas Internas y Otros del Departamento de Hacienda, Anuario Conmemorativo, 1972. 551 Departamento de Estado del ELA, Registro número 5807, 4 de enero de 1971.

155

Asociación de Contadores de

Rentas Internas

mayo de 1968552 Registro ante el Secretario

del Trabajo

Contadores del Negociado de

Contribución sobre Ingresos

1972 Huelga de brazos caídos Excluirlos de la

investigación del fraude

contributivo

Participar en la

reorganización de la

agencia.553

Modificar las normas de

reclutamiento y

ascensos, que llevaban

dos años esperando

discutir con la gerencia.

Raymond González,

Secretario de

Hacienda, declaró que

sería “el pionero en la

operación de terminar

con las huelgas de los

empleados públicos en

Puerto Rico” mediante

suspensiones de

empleo.554 Sin

embargo, accedió a las

demandas de los

contadores.555

Asociación de Especialistas

en Contribución sobre

Ingresos

enero de 1973 Amenaza de huelga Oposición a nombramiento

de Director del Negociado

de Contribución sobre

Ingresos del funcionario a

cargo de investigación a El

Mundo, y quien había

resistido la creación y

actividades de la

Asociación.556

552 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico. Informe, Vol. III, 43. 553 Dixie Bayó, “Culpan a Raymond González: Empleados Hacienda se declaran en paro.” Claridad, 5 de septiembre de 1972 1, 12. 554 Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en Puerto Rico durante los años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la sindicalización de

los empleados públicos, 235-236; “Secretario Hacienda: Reacción violenta contra empleados,” Claridad, 10 de septiembre de 1972 7. 555 “Termina paro: Reina clima hostilidad en Hacienda,” Claridad, 17 de septiembre de 1972, 3. 556 Dixie Bayó, “Posible huelga en Hacienda por nombramiento impopular,” Claridad, 16 de enero de 1973, 3.

156

febrero de 1974 Voto de huelga Aumentos de sueldo

automáticos; las decisiones

administrativas sobre

sueldos se tomaban

“discriminatoriamente,” lo

cual se había intentado

discutir por los dos años

anteriores.557

marzo de 1974 Paro de brazos caídos Ascenso prometido a

once socios;

Revisión de escalas;

“que el gobierno pague

el fondo de retiro sin

reducir el seguro

social;”

Seguro contra

accidentes

automovilísticos

Reembolso de dietas y

millaje “en proporción

a los gastos.”558

Descuento de sueldos

a quienes participaron

en paro.

557 “Departamento de Hacienda a borde de una huelga.” Claridad, 26 de febrero de 1974, 3. 558 “Secretario Hacienda toma represalias.” Claridad, 30 de abril de 1974, 7.

157

Como se puede ver, estas organizaciones propusieron participar en temas de

política pública o a áreas que luego se considerarían “esenciales” al principio de mérito,

por ende no negociables en futuras legislaciones de negociación colectiva.

La reorganización que los Contadores alegaron en 1972 no era la que se había

estudiado para la rama ejecutiva, sino la que el Secretario de Hacienda había ordenado

por su cuenta bajo la aparente influencia de Antonio Luis Ferré, hijo del Gobernador:559

se trataba de trasladar el Negociado de Fraude Contributivo fuera del Negociado de

Contribución sobre Ingresos, lo cual reduciría la influencia de los inspectores de fraude

contributivo. Su acción colectiva demostró la capacidad de estos trabajadores de

proteger su influencia sobre las funciones que realizaban y reivindicar aspiraciones

relacionadas a estos temas excluidos de la negociación colectiva tradicional. El

Negociado de Contribución sobre Ingresos era el mayor grupo de trabajadores, por lo

que había que contar con ellos para todas las actividades colectivas.560

Conclusión

En este capítulo, se ha trazado los elementos de la formación de discursos de los

trabajadores gubernamentales puertorriqueños y de los Agentes de Rentas Internas y se

ha discutido el rol que las instituciones y los contextos jugaron en esta formación. Los

documentos revelan que estos discursos se aferraban a los símbolos de profesionalismo,

progreso individual, segregación por género e identificación con la autoridad estatal que

representaban ante la población. Sin embargo, estos mismos símbolos produjeron

discursos contestatarios, que motivaban a los trabajadores a enfrentarse al gobierno

cuando sentían que los mismos estaban amenazados. Su posición como oficiales del

559 Dixie Bayó, “Posible paro total: PNP causa crisis en Depto. Hacienda,” Claridad, 29 de agosto de 1972

1, 14. 560 Hernández López, entrevista, 10 de mayo de 2010.

158

orden público no contradecía la acción colectiva pues, contrario a los policías, sus

funciones no incluían la represión de la protesta sindical.

Los Agentes desarrollaron una identidad separada caracterizada por el carácter

paramilitar y masculino del servicio que brindaban, así como con el recaudo de las

contribuciones como un servicio a la patria al igual que los demás trabajadores del

Departamento de Hacienda. Los Agentes de Rentas Internas formaron parte integral de

este proceso, pero los estudios que privilegiaban las huelgas no lo podían detectar. El

análisis discursivo e institucional permite visualizar esta actividad dentro del contexto

de una negociación de significados ante el patrono. En efecto, este grupo junto con sus

compañeros del Departamento de Hacienda demostraron una cohesión y capacidad que

seguía de cerca a los maestros, bomberos y trabajadores universitarios, que llamaron la

atención por participar en huelgas muy publicitadas.

Las características del trabajo de Agentes de Rentas Internas separaban a estos

trabajadores de otros y contribuían a establecer antagonismos con otros grupos sociales,

lo cual podría interpretarse como una separación de la clase obrera. Sin embargo, esto

sería simplista, ya que el tipo de reivindicaciones incluidas en el discurso que describe

este capítulo obedecen a su subordinación como trabajadores. La distinción de otros

grupos laborales se fundamentó sobre el tipo de actividades que realizaba cada cual, el

ejemplo más claro siendo el de los trabajadores rurales que se dedicaban a fabricar ron

casero.

Los Agentes de Rentas Internas se dedicaban a combatir esta actividad en

representación del Estado y protegiendo los intereses de los fabricantes industriales de

ron, pero su relación subalterna con el Estado era laboral y presentaba una tensión en

tanto los Agentes de Rentas Internas procuraban aumentar su compensación, determinar

sus condiciones de trabajo y participar en la determinación de políticas públicas. Del

159

mismo modo que Feldman distinguió las relaciones que los trabajadores tenían con sus

patronos y con el público, los antagonismos estructurales de los Agentes de Rentas

Internas con los campesinos y con el Estado no eran mutuamente excluyentes.

La conexión frecuente que hicieron los Agentes de Rentas Internas entre las

medidas para combatir la evasión contributiva y aumentar recaudos por un lado y sus

sueldos por el otro puede buscar justificar los aumentos de sueldo, pero además subraya

el interés por participar en deliberaciones de índole gerencial. Las evasiones

contributivas que enumeraron ante la prensa refleja una mentalidad policiaca:

contrabando de mercancía y fabricación de ron clandestino.

Sin embargo, los métodos que escogieron para adelantar estas reivindicaciones

fueron muy distintas a los policías, pues no compartían con ellos la antipatía por los

sindicatos. En esta área miraron a los más activos de los trabajadores gubernamentales,

buscando la negociación y expresando la resistencia al control patronal de su entorno

mediante métodos tomados de los sindicatos de las corporaciones públicas y los

bomberos.

160

CAPÍTULO 4: El rol del Estado en el proceso de trabajo gubernamental

El tercer capítulo de la tesis describió la formación de discursos entre los

Agentes de Rentas Internas, como parte del grupo de trabajadores gubernamentales.

Muchos de los eventos narrados en éste, giraron en torno al Estado como empleador.

Este capítulo narrará la trayectoria del sistema legal de relaciones laborales

gubernamentales en Puerto Rico. En primer lugar, se analizará la ubicación de las

relaciones laborales dentro del sistema social. En segundo lugar, se estudiará la forma

en que el Derecho administrativo canalizó los discursos estatales dentro de estas

relaciones laborales. En tercer lugar, se examinará el discurso en el que el Estado

puertorriqueño enmarcó el trabajo gubernamental en Puerto Rico desde la invasión

estadounidense.

Este capítulo mantendrá su atención sobre las actividades del Estado. Éste

intentó mantener el consentimiento de sus trabajadores mediante un discurso que ofrecía

protecciones legales a cambio de sacrificar las aspiraciones de participar en la

determinación de las condiciones de trabajo y la política pública. Las leyes de

administración del empleo gubernamental en Puerto Rico promovieron la construcción

del consentimiento de los trabajadores al control del trabajo por parte del Estado hasta

mediados del siglo. El Estado puertorriqueño redujo las presiones de los trabajadores

sobre el subsistema de relaciones laborales mediante dos mecanismos. En primer lugar,

su habilidad para manejar temas como salarios y condiciones de trabajo aseguró que los

trabajadores lo consideraran un patrono razonable. Además, desactivó los conflictos

mientras los trabajadores no desarrollaron un sentido de solidaridad o una conciencia de

clase. En segundo lugar, el gobierno alentó con éxito un sindicalismo “responsable” y

161

burocrático, no contestatario ni revolucionario, como hicieron otros gobiernos en

situaciones similares.561

A causa de los cambios sufridos en el proceso de trabajo, el discurso descrito se

debilitó y el Estado tuvo que permitir a sus trabajadores formar organizaciones propias.

Los discursos que desarrollaron los trabajadores chocaron con el del Estado. La

interacción de ambos discursos impactó la formación de normas que rigieron el

subsistema de relaciones laborales gubernamentales.

A través de la comisión investigadora, el gobierno buscó formular un modelo en

que participaran sus trabajadores mientras protegía los intereses del Estado. El esquema

que propuso la comisión hubiera preservado los grupos organizados más fuertes

mientras reducía sus espacios de negociación, disolvía a los grupos con menos historial

de huelgas y prohibía actos de solidaridad dentro de las agencias, de modo que sus

acciones colectivas no fueran efectivas. Bajo esta propuesta, los Agentes de Rentas

Internas hubieran integrado un grupo de trabajadores para efectos de negociación

colectiva que incluía otros trabajadores de la rama ejecutiva, lo que hubiera cambiado

los lazos de solidaridad que habían desarrollado entre ellos.

Por último, este capítulo presenta el desarrollo de propuestas gubernamentales

para reducir los conflictos discutidos anteriormente y regularizar las relaciones laborales

en el gobierno. La propuesta más seria se desarrolló entre 1973 y 1975, en plena crisis

económica, y se discute en detalle para evaluar los símbolos y discursos prevalecientes

entre los actores estatales de la época. Se verá que estos discursos privilegiaban la

reducción del campo de acción de los trabajadores, por lo cual no tenía un gran

potencial para suscitar un consenso entre los actores del subsistema de relaciones

561 Guy Harkin, “Government Control of Work”, en eds. John Purcell y Robin Smith, The Control of

Work (Londres: The Mcmillan Press, 1979), 77-99.

162

laborales. Además, refleja la distancia que existía entre estos trabajadores y el derecho

laboral que había regido hasta entonces.

Instituciones de relaciones laborales gubernamentales: Cronología

1883: Ley Estadounidense del Servicio Civil. Promovió por primera vez el principio

de idoneidad en el trabajo gubernamental, mediante el uso de pruebas para demostrar la

capacidad para realizar el trabajo. Cuando se creó el servicio civil en los Estados

Unidos, los trabajadores gubernamentales eran nombrados y destituidos por la voluntad

del ejecutivo.

1907: Ley de Servicio Civil de Puerto Rico. El “sistema de mérito” —traducción

literal del inglés “merit system”— fue parte de una reforma general del sistema legal

impuesta por la nueva metrópoli, que incluyó nuevos códigos y tribunales. El servicio

civil estaba dividido entre el servicio clasificado y el no clasificado. Este último

comprendía una larga lista de personas a quienes la ley no aplicaría, entre éstos los

funcionarios electos, los trabajadores de las ramas legislativa y judicial y los que

trabajaban en la mansión del Gobernador.562 Sobre los trabajadores clasificados, la ley

dispuso con lujo de detalles el procedimiento a seguir para examinar y seleccionar a los

candidatos a trabajar con el gobierno.563 De este modo, se establecieron las bases para

que la legislatura determinara las condiciones de empleo y crear excepciones acorde a

sus intereses. Apenas 25 por ciento de los trabajadores estaban cubiertos por la Ley, y

aún en esos casos ésta no se ponía en vigor y la Legislatura no proveía fondos

suficientes.564

Es dentro de este contexto que se creó el trabajo de los Agentes de Rentas

Internas, que se ubicaban dentro de todas las instituciones creadas para controlar el

562 Ley de 14 de marzo de 1907, Sección 4. 563 Ley de 14 de marzo de 1907, Sección 5. 564 Henry Wells, The Modernization of Puerto Rico, 109-110.

163

trabajo gubernamental. Este tipo de trabajo (incluyendo el de oficina) se consideraba

trabajo de hombres, y muchos de los que lo desempeñaban eran hijos de hacendados

azucareros o de la elite militar española.565 El sistema de idoneidad o mérito intentó

deshacer la lealtad que tenían los trabajadores a sus padrinos políticos mediante el uso

de exámenes en los cuales estaba prohibido preguntar la afiliación política u obligar a

los trabajadores a contribuir o apoyar a un partido político,566 pero no alteró el poder de

los partidos políticos de gobierno sobre la plantilla. Éstos evadían este sistema a través

de los contratos temporeros de empleo.567

1921: “Asociación, Fondo de Ahorro y Préstamos de los Empleados del Gobierno

Insular.” La Asociación fue creada por ley para fomentar el ahorro entre los

trabajadores gubernamentales y antecesora de la actual Asociación de Empleados del

Estado Libre Asociado (AEELA). Los jefes de agencias, llamados Secretarios

Ejecutivos, nombraban la directiva del Fondo de Ahorros.568 Ese año, todos los

Secretarios Ejecutivos eran puertorriqueños por primera vez.569 Por ley, un trabajador

que tomara dinero a préstamo del Fondo de Ahorros debía prometer que no renunciaría

mientras estuviera vigente el préstamo.570 Si la Junta de Directores sospechaba que éste

renunciaría o sería destituido, podría declarar la deuda vencida e incautar su sueldo

hasta que la saldara.571 Tampoco se le podría conceder una licencia sin sueldo al

empleado mientras debiera dinero al Fondo.572 La renuncia con fines de defraudar al

Fondo era un delito menos grave.573 De este modo, el Fondo de Ahorros fue un

565 Geraldine Casey, “From Bootstrap to Shoulderstrap: Women Secretaries and Class, Culture, and Voice

in Contemporary Puerto Rico,” tesis de doctorado, City University of New York, 2002, 134. 566 Ley de 14 de marzo de 1907, Secciones 13-17. 567 Díaz González v. Tribunal Superior, Decisiones de Puerto Rico (DPR), Tomo 102 (1974), 203. 568 Artículo 5 de la Ley Número 52 de 11 de julio de 1921; Leyes de Puerto Rico, 1921, 377. 569 Santana Rabell y Negrón Portillo, Fulgor y decadencia de la administración pública en Puerto Rico:

agenda para la reforma, 48. 570 Ley Número 52 de 11 de julio de 1921, Artículo 10. 571 Ley Número 52 de 11 de julio de 1921, Artículo 9 572 Ley Número 52 de 11 de julio de 1921, Artículo 12 573 Ley d Número 52 de 11 de julio de 1921, Artículo 14.

164

mecanismo de control del trabajo que utilizó el gobierno de Puerto Rico a través de la

deuda, parecido a las tiendas “de raya” de las haciendas azucareras.574

Vicente Géigel Polanco, ideólogo principal del populismo en Puerto Rico,

clasificó la Ley del Fondo de Ahorros como la del Servicio Civil dentro de la

“legislación social,” porque promovían “un régimen de justicia social a través de la

intervención del Estado en la economía nacional, del mejoramiento de la vida de la

comunidad y de medidas para garantizar el disfrute de la libertad y el progreso general

del pueblo.”575 La negociación colectiva también formaba parte de la legislación social,

pero no se extendía a los trabajadores del gobierno porque no se les consideraba

trabajadores sujetos de libre contratación sino “servidores” dignos de protección estatal.

En un extenso relato, Géigel Polanco trazó el desarrollo del grupo protegido por

la legislación social a través de la esclavitud y el feudalismo, para indicar que esta

legislación en el siglo XX buscaba evitar que el trabajo fuera considerado una

mercancía. Los trabajadores gubernamentales no estaban considerados dentro de este

paradigma, puesto que no producían ganancias dentro de las empresas sino que hacían

posible el cumplimiento de las función tutelar del Estado. Debido a que la legislación

social buscaba proteger a los “grupos sociales que han menester de la acción tutelar del

Estado,”576 los trabajadores gubernamentales gestionaban esta protección.

1927: Primer presidente puertorriqueño de la Comisión de Servicio Civil (CSC).577

La CSC administraba exámenes para entrar al servicio en Puerto Rico y en el gobierno

estadounidense, pero las agencias alteraban los sueldos sin consultarle porque no había

574 Ver Santiago Iglesias Pantín, Luchas Emancipadoras (Crónicas de Puerto Rico, Tomo II (1910-1917),

1962, 184; y Lydia M. González y Ángel G. Quintero Rivera, La otra cara de la historia: la historia de

Puerto Rico desde su cara obrera, Parte I, Centro de Estudios de la Realidad Puertorriqueña, San Juan,

1984, 56. 575 Géigel Polanco, Legislación Social, xvi. 576 Géigel Polanco, Legislación Social, xlii. 577 Clark, Porto Rico and its Problems, 328.

165

aprobado las reglas de clasificación que la Ley le encomendaba. En el Departamento de

Hacienda, una quinta parte de los trabajadores eran temporeros.578 En 1931, se

estableció una Comisión de Servicio Civil que sustituyó las estructuras de 1907579 y un

programa de becas para fortalecer el servicio civil.580

1936: Ley de Personal.581 La nueva Ley de Personal se aprobó para remediar el uso de

contratos temporeros para evitar las normas de reclutamiento. Se aprobó en el contexto

del Nuevo Trato, política estadounidense iniciada a partir de 1933 para estimular la

economía luego de la depresión mediante el gasto público, programas de beneficencia,

creación de empleo y la negociación colectiva. Para administrar los programas, se

crearon nuevas agencias y se expandió la plantilla gubernamental en los Estados Unidos

y en Puerto Rico.

1940-49: Reorganización gubernamental. El Presidente de los Estados Unidos,

Franklin Delano Roosevelt, nombró a Guy Rexford Tugwell gobernador de Puerto Rico

en 1941, Tugwell, conocido planificador del Nuevo Trato, apoyó la iniciativa legislativa

de 1942 para reorganizar el gobierno.582 Se crearon más de 20 agencias entre 1940 y la

reforma administrativa general de 1949. La mayoría de éstas fueron corporaciones

públicas,583 que tenían autonomía administrativa y cuyos trabajadores tenían derecho a

negociar convenios colectivos y a la huelga. Román Espada ofreció una lista de las

más importantes, citando a Saúl Pratts:584

En los primeros cinco (5) años de la década del 1940, el contexto de la

guerra propició que el gobierno fuera propietario y administrador de

cinco fábricas. La compañía de Fomento Económico estaba a cargo de:

(1) La Compañía de Cemento, fundada en 1938 por la Administración

de Reconstrucción de Puerto Rico y adquirida en 1943 por el Gobierno;

578 Clark, Porto Rico and its Problems,330. 579 Ley Núm. 88 de 11 de mayo de 1931. 580 Ley Núm. 23 de 25 de abril de 1931. 581 Ley Núm. 248 de 28 de octubre de 1936. 582 Santana Rabell y Negrón Portillo, “Fulgor y decadencia del servicio público,” 52. 583 Santana Rabell y Negrón Portillo, “Fulgor y decadencia de la administración pública en Puerto Rico:

agenda para la reforma,” 54. 584 Saúl Pratts Ponce de León, La Privatización del Pacto Social. (Ediciones Porta Coeli, 1996)

166

(2) La Corporación de Vidrio; (3) La Corporación de pulpa y papel; (4)

La Corporación de productos de arcilla y (5) la Corporación de zapatos

y cuero.

El sector público adquirió del sector privado y creó, la Autoridad de

Fuentes Fluviales (1941), la Compañía de Ferrocarriles (1942) y la

Autoridad de Comunicaciones (1942). Adquiere de los municipios y

crea los servicios de Alcantarillados Insular (1942).

Los trabajadores de estas empresas adquiridas del sector no gubernamental habían

estado sindicados antes de que las empresas fueran nacionalizadas y ejercieron presión

legislativa durante los años críticos de la Segunda Guerra Mundial para mantener la

potestad para negociar convenios colectivos.585 Los trabajadores de la Autoridad de

Fuentes Fluviales negociaron su primer convenio colectivo en junio de 1942.586

1945: Ley de Relaciones del Trabajo. Cuando se reemplazó a la Ley Insular de

Relaciones del Trabajo de 1938, el presidente del Senado Luis Muñoz Marín esbozó los

siguientes argumentos para excluir a todos los trabajadores de la rama ejecutiva,

incluyendo a los Agentes de Rentas Internas:

El Pueblo entero imparte su autoridad al Gobierno , y el Gobierno no

puede compartir esta autoridad con ningún grupo o parte fraccionada del

Pueblo . . . De aquí es que surge la norma de que el gobierno, en sus

servicios directos, no deba firmar convenios colectivos que sean un

otorgamiento de parte de la autoridad dada a todo el pueblo.587

1945: División de la Confederación General de Trabajadores (CGT). Muñoz Marín,

quien ya iba adquiriendo características de un caudillo latinoamericano, exigía lealtad

absoluta a los líderes sindicales. Aprovechó su triunfo electoral arrollador de 1944 para

forzar la división de la CGT y reprimir al sector contestatario.

585 Miles Galvin, “Collective bargaining in the public sector in Puerto Rico,” Tesis doctoral, University of

Wisconsin, 1972, 341. 586 Román Espada, “Evolución histórica de la sindicación de los empleados públicos en Puerto Rico,” 15. 587 Luis Muñoz Marín, “El Hon. Luis Muñoz Marín, Presidente del Senado, Define las Normas del

Gobierno Insular Respecto a los Convenios Colectivos.” Noticias del Trabajo, 31 de agosto de 1945, Vol.

IV, núm. 75.

167

1945: Escuela de Administración Pública de la Universidad de Puerto Rico. El

servicio civil no se apartó del padrinazgo político durante este periodo.588 Según

Muñoz Marín, los propósitos de la Escuela eran los siguientes:

Además del adiestramiento máximo que sea posible en las múltiples

labores y técnicas que van envueltas en la función de un buen gobierno, .

. . aclarar y refinar normas de relaciones entre el gobierno y la política,

entre el gobierno y sus trabajadores directos, entre el gobierno y los

administradores y empleados de corporaciones públicas . . .

. . . .

[E]l interés del pueblo siempre debe ser dominante por sobre el interés

del partido político como tal; a que el interés del pueblo está en la mejor

administración pública posible . . .589

De este modo, la gestión de relaciones laborales era una de las áreas en torno a

las cuales se definía el ideal de la “profesionalización” del trabajo gubernamental. El

grado universitario creado para llevarlo a cabo fue tan conocido que la Organización de

las Naciones Unidas otorgó becas a estudiantes latinoamericanos para estudiar en esta

Escuela.590 Esta escuela contribuyó a distinguir entre los trabajadores que tendrían la

encomienda de formular política pública y los que estarían a cargo de ejecutarla, sin

participar en las deliberaciones. En contraste, el adiestramiento especializado que los

Agentes de Rentas Internas recibieron con sus contrapartes federales estadounidenses

promovía su conocimiento sobre la ejecución de la política pública, pero no sobre su

planificación.

1947: Ley de Personal. Esta ley fue parte de una serie de reformas gubernamentales.

Para independizar al servicio civil de las influencias políticas, esta ley delegó la

administración de personal a un director nombrado por seis años, dos años más que lo

que tendría el gobernador. Cabe señalar que la primera elección para gobernador se

588 Henry Wells, “Administrative Reorganization in Puerto Rico,” Political Research Quarterly, Vol. 9,

1956, 474. 589 Discurso de Luis Muñoz Marín al establecerse la Escuela de Administración Pública de la Universidad

de Puerto Rico - 29 de octubre de 1945, Fundación Luis Muñoz Marín,

http://www.flmm.com/pags_nuevas_folder/discursos_folder/discursos_k.html, accedido el 26 de abril de

2010. 590 Roca Roselli, entrevista, 25 de febrero de 2010.

168

celebró en 1948. Además, esta ley creó una junta apelativa, cuyos integrantes no

podrían pertenecer todos al mismo partido político.591 El Partido Popular apoyó la

propuesta de Ley porque su amplio control sobre el aparato gubernamental, había

reducido su urgencia por perpetuar el sistema de empleos para comprar apoyo

político.592

La nueva Ley de Personal ofreció mayor seguridad a los trabajadores

gubernamentales, lo cual unido a su bajo número, el desempleo estacional reinante en la

isla, la adhesión incondicional al caudillo y el discurso mesiánico de labor sacrificada

para salvar al país, ayudaban a crear un clima de consentimiento al control estatal del

proceso del trabajo gubernamental.593 Los sistemas legal, político, económico e

ideológico se apoyaron entre sí para dar forma a este discurso. En lugar de recaudar

cuotas de parte de los trabajadores gubernamentales para los partidos políticos, el

gobierno se enfocó en fomentar el crecimiento de la economía y de sus ingresos. Los

Agentes de Rentas Internas jugaron un papel tan importante en este proceso como lo era

la industria del ron.

La Ley de Personal excluyó las corporaciones públicas pero incluyó en su

cubierta a las Autoridades de Vivienda, de Industrias de Prisiones y de Seguro de Café.

Además, creó sistemas de personal separados para la policía y los maestros. Galvin

señala esta situación como la raíz de la inconsistencia de la política gubernamental de

relaciones de personal.594

591 Ley Núm. 345 de 12 de mayo de 1947, sección 3. Esta Ley seguía las recomendaciones contenidas en

un estudio encomendado por el presidente Roosevelt en 1937: una agencia con un director ejecutivo y una

Junta que lo supervise. Galvin, “Collective Bargaining,” 360. Además, contenía muchas medidas

sugeridas por el Gobernador Tugwell y la Liga Estadounidense de Servicio Civil a través del Director de

Personal. Wells, The Modernization of Puerto Rico (Cambridge Massachussets; Harvard University

Press, 1969), 195. 592 Wells, The Modernization of Puerto Rico, 144. 593 Galvin, “Collective bargaining in the Public Service in Puerto Rico,” 359-360. 594 Galvin ,”Collective Bargaining in the Public Service in Puerto Rico,” 335.

169

1948: Muñoz Marín electo gobernador. Muñoz Marín Impulsó una agenda de

industrialización sin oposición y mediante la legislación laboral, sustituyó a los

sindicatos en su rol de protector de los trabajadores.595 Esta agenda debilitó los

sindicatos y creó un discurso de consentimiento que desalentó la búsqueda de

reivindicaciones laborales. Un ejemplo de esta ruptura es que el Primero de Mayo, Día

Internacional de los Trabajadores y el ritual sindical más importante del mundo, no fue

observado en Puerto Rico entre 1947 y 1971.596

Muñoz Marín, en los inicios de su gobernación, adoptó la política de no imponer

sus criterios sobre los de la Oficina de Personal.597 Sin embargo, ésta carecía de

“normas precisas para resolver las reclamaciones de los funcionarios y los traslados de

una agencia a otra.”598 Además, faltaban trabajadores diestros y no había coordinación

entre las agencias. Sin embargo, los presupuestos estatales aprobados consistentemente

autorizaban el pago de salarios para Agentes de Rentas Internas. Esto era la forma

acostumbrada de fijar salarios en el servicio civil,599 en parte porque el Senado

controlaba la mayoría de los puestos de gabinete, excepto tres, y asignaba una

participación fija en los recaudos para sufragar muchos de los programas que

administraban las agencias, sin dar flexibilidad al gobernador.

1948: Declaración Universal de Derechos Humanos. Sentó las bases para que los

gobiernos legislaran protecciones a derechos individuales, cuando hasta entonces se

habían privilegiado los derechos de ciudadanía tales como el derecho al voto.

595 Mario Roche Velázquez, Luis Muñoz Marín y su relación con el movimiento obrero puertorriqueño:

algunos apuntes (Presentación en una tertulia en la Fundación Luis Muñoz Marín el 2 de octubre de 2002,

sin publicar), 12. 596 Carrión Crespo,”Hacia una historia del MOU,” 38. 597 Wells, “Administrative Reorganization in Puerto Rico,” 470; Wells, The Modernization of Puerto

Rico, 195. 598 Alfredo Revilla Quesada, “Algunos aspectos de la administración de personal público en el Brasil y

Puerto Rico,” Revista de administración pública, Madrid, Vol. VI, Núm. 17, 1955, 308. 599 Elsie Ruiz Santana, “Diferencias en los planes de retribución de las agencias públicas de Puerto Rico,”

XIII Congreso Internacional del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo sobre la

Reforma del Estado y de la Administración Pública (Buenos Aires, 4 - 7 nov. 2008),

http://www.planejamento.gov.br/hotsites/seges/clad/documentos/ruizsant.pdf

170

1949: Convenio 98 de la OIT. La Organización Internacional del Trabajo (OIT)

reconoció el derecho a negociar colectivamente a los trabajadores gubernamentales que

rindieran servicios que tradicionalmente rendían empresas lucrativas, pero no a los que

ejercieran autoridad a nombre del Estado.600 Los Agentes de Rentas Internas eran

representantes del Estado ya que recaudaban muchas de las contribuciones que lo

sostenían, por lo que no los amparaban las normas puertorriqueñas ni las internacionales

de negociación colectiva.

1949: Comisión para reorganizar la Rama Ejecutiva. Siguiendo sus

recomendaciones, se implementaron cambios en trece agencias, que no incluyeron el

Departamento de Hacienda. Además, la Comisión propuso uniformar las normas bajo

las cuales laboraban los trabajadores gubernamentales y llamó la atención sobre la

frecuencia con que éstos eran reclutados fuera del sistema de exámenes, al crear puestos

exentos del sistema de mérito.

1950. Junta de Relaciones del Trabajo de Puerto Rico versus Muelle Municipal de

Ponce. En esta decisión el Tribunal Supremo distinguió entre los servicios

gubernamentales gratuitos o subsidiados, por un lado, y los que los usuarios pagaban

sustancialmente, por otro lado. Además, reconoció a los trabajadores de estos últimos

servicios el derecho a negociar colectivamente.601

1952: Constitución. Permitió a la Legislatura extender a los trabajadores del gobierno

el derecho a negociar colectivamente, pero la Legislatura no lo hizo.602 La

administración de personal gubernamental estaba en manos del Gobernador, en

contraste al control legislativo de antes.603 La Constitución sí extendió la negociación

600 Convenio Núm. 98 sobre negociación colectiva, 1949. 601 Junta de Relaciones del Trabajo de Puerto Rico versus Muelle Municipal de Ponce, Decisiones de

Puerto Rico, Vol. 71, 154 y sigs., 1950. 602 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico.

“Informe explicativo,” en Informe, Vol. II: Anteproyecto de ley modelo e informe explicativo, 1974. 603 Wells, The Modernization of Puerto Rico, 202.

171

colectiva a los trabajadores de las corporaciones públicas. Miles Galvin argumentó que

esto se debió a que los trabajadores de la rama ejecutiva y los municipios no estaban

organizados y no podían presionar a los partidos políticos que habían participado en la

Convención Constituyente. Los delegados de esta Convención adoptaron un informe de

la Comisión de la Carta de Derechos que establecía que la existencia de leyes

protectoras de los trabajadores gubernamentales hacían innecesaria la negociación

colectiva.604 Esto incentivó el uso del cabildeo legislativo como medio para mejorar las

condiciones de trabajo de los trabajadores gubernamentales,605 lo cual desfavorecía la

movilización colectiva y estimulaba tanto la acción de líderes individuales como la

tutela del Estado. Los partidos políticos fortalecieron esta tendencia al reclutar líderes

sindicales para fungir como legisladores.606

El ex juez Grau argumentó que el servicio gubernamental se consideraba una

vocación mesiánica y que el gobierno se presentaba como un patrono ejemplar, por lo

que no debía ser cubierto por las mismas leyes que protegían a los trabajadores de los

patronos “colmillús.”607 Esta imagen representaba mayormente a los dueños ausentistas

de las haciendas de azúcar, quienes recibieron una “desproporción” de la riqueza

generada por sus heredades.608 Para dar el ejemplo, Jaime Benítez redujo su salario

como presidente de la Universidad de Puerto Rico a la mitad.609

Este discurso de privilegio y soberanía representaba una ideología patriótica, en

la cual el Estado puertorriqueño detentaba los estandartes nacionales y del bienestar del

604 José Orlando Grau, “La posibilidad de negociación colectiva en el sector público en Puerto Rico,” 21. 605 García y Quintero Rivera, Desafío y Solidaridad, 133. Cabe señalar que un estudio de 2003 halló que

las leyes de negociación colectiva no hacen mella en la actividad política de los sindicatos. Robert

Hebdon, “Collective Bargaining, The Politics of,” Encyclopedia of Public Administration and Public

Policy. 606 Galvin, “The Organized Labor Movement in Puerto Rico,” 154. 607 Grau, “La posibilidad de negociación colectiva en el sector público en Puerto Rico,” 22; Galvin,

“Collective Bargaining in the Public Service in Puerto Rico,” 368. 608 Luis Muñoz Marín, Discurso por Luis Muñoz Marín en el segundo aniversario de la victoria Popular, 5

de noviembre de 1942, http://www.flmm.org/discursos/1942-11-05.pdf, accedido el 22 de agosto de 2010,

3. 609 Galvin, “Collective Bargaining in the Public Service in Puerto Rico,” 368.

172

“pueblo.” El gobierno colonial populista se valió de símbolos patrióticos, como la pava

del jíbaro y el idioma español, para crear una imagen de pertenencia al “pueblo.” El

“pueblo” incluía a todos los grupos sociales excepto los terratenientes absentistas.610

Dentro de esta simbología patriótica, el servicio al Estado que rendían los Agentes de

Rentas Internas era patriótico porque consistía en asegurar que los empresarios hicieran

su contribución económica para que el gobierno desarrollara programas de gobierno.

Además, era mesiánico porque su finalidad era el bien común y no la producción de

ganancias.

A pesar de esto, el Estado esgrimió la misma retórica de representación del

pueblo cuando los sindicatos intentaron obtener mejores condiciones de trabajo cuando

adquirió o inauguró fábricas de botellas, cartón y cemento.611 Estos talleres producían

ganancias y estaban ajenos a la administración pública. La “batalla de la producción”

encarnaba el sacrificio por el bien común, siempre que el Estado fuera el patrono.

Durante la década de 1950, el gobierno se mantuvo firme en su posición de determinar

las condiciones de trabajo unilateralmente. En 1953, la legislatura estableció ocho tipos

de salarios para los trabajadores gubernamentales.612

1956-60: El Gobierno pone coto a los reclamos sindicales. Muñoz Marín retiró de la

legislatura un aumento salarial propuesto para los maestros y el Secretario de Hacienda

rechazó las demandas de los Colectores de Rentas Internas, en ambos casos para

comunicar que el gobierno no respondía a presiones de las organizaciones de

trabajadores. De este modo, el gobierno envió el mensaje de que las peticiones

colectivas para mejorar las condiciones de empleo no se consideraban válidas.

Muñoz Marín pronunció en 1957 un discurso en el que rechazó los reclamos

para que se reconociera a los trabajadores gubernamentales el derecho a la negociación

610 Jorge Duany, The Puerto Rican Nation on the Move: Identities on the Island and in the United States. 611 Román Espada, “Evolución histórica de la sindicación de los empleados públicos en Puerto Rico,” 14. 612 Ley Núm. 71 de 13 de junio de 1953.

173

colectiva.613 En 1958, el Director de la Oficina de Personal Antonio Cuevas Viret

emitió una lista de ocho razones por las cuales los trabajadores gubernamentales no

debían sindicarse. Entre éstas, argumentó que sus sindicatos constituirían grupos de

intereses especiales que lucharían por trato ventajoso sobre los demás ciudadanos, y que

una huelga contra el gobierno constituiría un reto a la soberanía del Estado.614 Este

argumento protegía el poder de decisión unilateral del Estado, similar al que usaban los

portavoces de los patronos privados al tildar la organización sindical como una

conspiración criminal.615 Además, consideraba que la libertad de asociación y la

negociación colectiva llevaba inevitablemente a las huelgas.

Luego de este incidente, la Asociación de Maestros se dedicó a cabildear en la

legislatura. Según Irma García de Serrano, la Asociación logró la aprobación legislativa

de 39 enmiendas a la Ley de Retiro para Maestros, 14 aumentos de salario, la ley de

pago de salarios todos los meses y 10 normas de selección y traslado. En este último

área, logró promover 15 enmiendas reglamentarias y ganó dos pleitos ante los

tribunales.616

Este discurso es similar a la doctrina de la “conspiración criminal” que se

aplicaba a los trabajadores de las empresas no gubernamentales en el siglo XIX, según

el cual la organización sindical buscaba fijar el precio del trabajo de manera concertada,

lo cual se consideraba una traición a los valores del libre mercado de oferta y demanda.

En ese entonces, el ideario era preservar la libre contratación de individuos como medio

de autorreglamentación del mercado. Ambos discursos pretendían adelantar el bien

común bajo los supuestos de colaboración de los trabajadores con fuerzas colectivas

613 Mario Roche Velázquez, “Luis Muñoz Marín y su Relación con el Movimiento Obrero

Puertorriqueño: Algunos Apuntes,” charla ante la Fundación Luis Muñoz Marín. Se trata del discurso

“La Función del Movimiento Obrero en la Democracia” ante el Congreso de Unidad Obrera. 614 Antonio Cuevas Viret, “Problemas de Derechos Civiles en la Administración del Gobierno,” 1958, 29-

32, según citado por Miles Galvin, 1973, 104-105. 615 Galvin, “Collective Bargaining in the Public Service in Puerto Rico,” 106. 616 Sheila Borges, “El Departamento de Instrucción Pública,” 93-94.

174

anónimas. En ambos casos, el resultado era una asimetría en el poder de negociación en

favor del patrono.

1959: Informe de la Comisión de Derechos Civiles. La Comisión argumentó que la

falta de un derecho a negociar colectivamente de los trabajadores gubernamentales era

“una penumbra que encierra graves riesgos para el futuro” y exhortó al gobierno a

reconocer el derecho de negociación colectiva de sus trabajadores para evitar injusticias,

ineficiencia y conflictos.617 Sin embargo, el gobierno se resistió a cambiar de actitud.

1960: Ley de descuento de cuotas. Mediante la Ley Núm. 134, el gobierno autorizó a

sus trabajadores a formar organizaciones para promover su desarrollo económico y

social, sostenidas por cuotas que se descontarían de sus salarios.

1960: Opiniones del Secretario de Justicia. El Secretario señaló que sólo los

trabajadores de las entidades descritas en la Constitución tenían el derecho a negociar

colectivamente,618 con lo cual el Estado asumió la posición de que el silencio legislativo

equivalía a una prohibición. El 5 de mayo de 1961, éste emitió otra opinión declarando

que el Municipio de Bayamón no tenía la facultad de negociar con sus trabajadores, por

falta de delegación expresa. Más tarde, el Contralor emitió informes de auditoría de

varios municipios y agencias en los que señalaba estas negociaciones como ilegales.619

Estas opiniones revelaron una predisposición a considerar que estas negociaciones

constituían una traición al electorado, aún si no había una ley que dictara cómo los

municipios contratarían a sus trabajadores. El hecho de que la alcaldesa de Bayamón

negociara luego de las elecciones, lo cual se prohibió posteriormente, no figuró en la

opinión del Secretario de Justicia. Dos meses más tarde, el gobierno reconoció por ley

el derecho de los trabajadores de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y de la

617 Comisión de Derachos Civîles, Informe Núm. 1959-CDC-001. 618 Opinión del Secretario de Justicia Núm. 13 de 1960. 619 Carlos Roca Rosselli, autor de uno de los informes sometidos por la Comisión, entrevistado por el

autor, 12 de marzo de 2010.

175

Autoridad de Comunicaciones a negociar colectivamente, aunque sin el derecho a

decretar huelgas.620 Con este paso, estos trabajadores lograron que el negociara con sus

sindicatos los sueldos, horas y otras condiciones de trabajo periódicamente. De este

modo, evitaban tener que dilucidar los temas selectivamente según los sindicatos

lograran convencer a los administradores.

El paralelo entre esta política y la que se practicó en la década de 1940 señala

hacia un giro discursivo por parte del Estado. Entonces, las corporaciones públicas

negociaban colectivamente sin que la ley lo reglamentara, lo cual se toleraba porque la

ley no lo prohibía; en la década de 1960, el Secretario de Justicia y el Contralor

esbozaron la política de que no tolerarían la negociación colectiva en las agencias cuya

ley orgánica no lo autorizara expresamente. Muchas agencias ignoraban esta política,

particularmente cuando los trabajadores tenían suficiente fuerza como se discutió en el

Capítulo 2.

La política gubernamental y la organización vertical

El Departamento del Trabajo exigía que las organizaciones organizadas bajo la

Ley Núm. 134 se registraran por agencia para certificarlas para descuento automático de

cuotas.621 Esto sugiere que el Estado fomentó entre los trabajadores la mentalidad de

organización por agencia. La Junta de Relaciones del Trabajo emitió una decisión en

1971 que puede ayudar a entender el razonamiento: según la Junta, “es conveniente al

interés público que las uniones de las agencias gubernamentales operen

independientemente unas de otras, en la misma forma que operan las agencias, en aras

620 Ley número 142 de 30 de junio de 1961. 621 Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en Puerto Rico durante los

años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la sindicalización de los empleados públicos, 465;

Consejo Asesor del Gobernador sobre Política Laboral, “Las organizaciones bona fide de empleados en el

gobierno de Puerto Rico,” mimeografiado, octubre de 1978, 29.

176

de una más estable paz industrial.”622 Esto sugiere que el propósito de la regla impuesta

por el Departamento del Trabajo tenía el fin de evitar alianzas.

Esta política desalentaba, por ejemplo, que los Agentes de Rentas Internas

formaran una sola organización con los policías, o que la Asociación de Maestros

intentara representar a los educadores en salud. Los trabajadores gubernamentales no

hicieron un gran esfuerzo por superar esta política mediante la creación de o

participación en federaciones de organizaciones laborales: incluso muchos capítulos de

la AFSCME se separaron de la misma.

La crisis del paradigma del “servicio público” en el mundo

En la década de 1960 el gobierno federal de los EE UU623 y muchos de los

estados federados comenzaron a reconocer el derecho de los trabajadores

gubernamentales a negociar colectivamente sus condiciones de trabajo, ya sea mediante

órdenes ejecutivas, ordenanzas locales o legislación. Estos cambios, tan significativos

como los acontecidos en el Derecho laboral en el sector privado en la década de 1930,

fueron resultado del auge en el sindicalismo entre los trabajadores gubernamentales.

Sin embargo, estos cambios también estimularon un crecimiento mayor de este tipo de

sindicalismo.624 Al mismo tiempo, la sindicación de la fuerza trabajadora en las

empresas estadounidenses se redujo y la reglamentación laboral federal estadounidense

aumentó significativamente.625 El crecimiento mayor fue en la reglamentación de tipo

moral, como las leyes para reducir el discrimen y los riesgos laborales, para proteger la

622 Junta de Relaciones del Trabajo de Puerto Rico, Autoridad de los Puertos, et al., Decisión 588. 623 La Orden Ejecutiva 10988 de 17 de enero de 1962 motivó que 808 grupos se organizaran como

unidades apropiadas en el gobierno federal y 1,074 fueran reconocidos para consultas porque 10% o más

de los trabajadores mostraron interés en sindicarse. Weisenfeld, Loc. Cit. Los trabajadores federales

habían intentado dicho reconocimiento ante el Congreso federal desde mucho antes, sin éxito. Grau, “La

posibilidad de negociación colectiva en el sector público en Puerto Rico,” 25. 624 Harry T. Edwards, “The Impact of Private Sector Principles in the Public Sector: Bargaining Rights

for Supervisors and the Duty to Bargain,” en Lipsky, David B., Union Power and Public Policy, Ithaca,

Nueva York, EE. UU., 1975. 625 W. Gary Vause, “European and US Federalism Compared: Implications for Labour Law and Social

Policy,” en Frances Meenan (ed.), Legal Perspectives—The Juridification of the Employment

Relationship. Oak Tree Press, Dublín, Irlanda, 1997, 37-57.

177

intimidad de los trabajadores y sobre otros temas relacionados que afectaban a los

trabajadores como individuos. Esto incluyó al empleo gubernamental. Por ejemplo, la

ley contra el discrimen se extendió en 1972 para cubrir a los gobiernos locales y los

tribunales reconocieron el interés propietario de los trabajadores gubernamentales sobre

su empleo, lo que prohibía las acciones disciplinarias sin vista previa.626 Esta tendencia

obedeció a un auge mundial de la protección de los derechos individuales, subrayado

por la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.627

Similar a lo que pasó con las corporaciones públicas en Puerto Rico, los

trabajadores de las entidades autónomas como las ciudades y escuelas de los Estados

Unidos obtuvieron normalmente mayores derechos que los estatales. Estas entidades,

contrario a sus contrapartes en Puerto Rico, no eran creadas por la legislatura. El primer

convenio colectivo entre un distrito escolar y los maestros fue firmado en 1946 en

Norwalk, Connecticut.628 En 1959, el estado de Wisconsin reconoció el derecho a

negociar colectivamente a los trabajadores del estado. En 1973 la proporción de

trabajadores sindicados en los gobiernos locales, estatales y federales de los Estados

Unidos alcanzó 33 por ciento; entre los de los municipios, llegó a 90 por ciento y

guardaba una proporción directa con el tamaño del municipio.629 El único grupo de

trabajadores federales a quienes el gobierno federal otorgó el derecho a negociar

salarios fue a los trabajadores postales en 1971, porque el servicio era pagado en su

totalidad por los usuarios.630

626 Tribunal Supremo de Puerto Rico, Reyes Coreano v. Loubriel, 110 DPR 40 (1980); Tribunal Supremo

de los Estados Unidos. Cleveland Board of Education v. Loudermill, Supreme Court Decisions 470, 532

(1985). 627 Stefan-Ludwig Hoffmann, “Rethinking the History of Human Rights and International Organizations,”

Conferencia dictada en Ginebra, Suiza, el 30 de marzo de 2010. 628 Benjamin Epstein, “Negotiation Versus Bargaining : An Essay/Review,” NASSP Bulletin 50 (1966):

105. 629 Comisión para Estudiar las Relaciones del Trabajo en el Servicio Público en Puerto Rico, Informe,

Vol. II, 177. 630 Grau, “La posibilidad de negociación colectiva en el sector público en Puerto Rico,” 25.

178

La situación estadounidense no era aislada ni pionera. Durante el siglo XX, la

legislación laboral en el mundo atravesó un proceso de dos vías. Mientras la política

pública de negociación colectiva se imponía en el Derecho laboral de las empresas no

gubernamentales, las reglas que protegen al individuo contra las acciones arbitrarias de

sus supervisores penetraron la legislación que regía el trabajo gubernamental.631 Sin

embargo, el gobierno venezolano incluyó desde 1936 a “los obreros al servicio de la

nación, los Estados y Municipios”632 en su régimen de negociación colectiva. Los

trabajadores de la salud y la educación, que no eran considerados obreros, luego

lograron firmar “actas-convenios” con sus empleadores sin que la ley lo dispusiera,

creando “una ficción mediante la cual la fuerza obligatoria de las condiciones de trabajo

negociada entre la Administración y estos servidores no derivaba [de] los compromisos

asumidos en la negociación por aquélla,”633 sino de la voluntad propia de los

administradores.

Una situación similar se dio en la República Dominicana, donde las agencias

que empleaban trabajadores cubiertos por el derecho a negociar colectivamente (la

mayoría trabajadores manuales) extendían los convenios colectivos a los demás, en

parte porque el Estado no publicó una lista de trabajadores cubiertos según requería la

ley.634 En Argentina las negociaciones, “invisibles” por falta de legislación que las

permitiera, daban lugar a decretos administrativos. “El Estado no descubrió que la

631 Alan Supiot, “Work and the public/private dichotomy,” International Labour Review, Vol. 135, Núm.

6, 1996, 653-663. 632 Óscar Hernández Álvarez, “La negociación colectiva de los empleados públicos: tránsito de la

concepción estatutaria a la concepción laboralista,” en Antonio Ojeda Avilés, La negociación colectiva en

América Latina, Editorial Trotta, 1993, 88. 633 Hernández Álvarez, “La negociación colectiva de los empleados públicos: tránsito de la concepción

estatutaria a la concepción laboralista,” 89. 634 Hernández Álvarez, “La negociación colectiva de los empleados públicos: tránsito de la concepción

estatutaria a la concepción laboralista,” 94. El derecho laboral se extendía a los trabajadores de entidades

oficiales que tuvieran “carácter industrial, comercial o de transporte o de obras públicas” pero sólo

cuando “predomine o se suponga que predomina el trabajo muscular y cuando el trabajo no sea realizado

en virtud de una disposición legal o sentencia judicial.” Ley 20-59 de 1949.

179

negociación es una herramienta. Se la ve como una derrota y no como una oportunidad

para desarmar la conflictividad en el sector público.”635

En 1945, el gobierno de la provincia canadiense de Saskatchewan legisló la

negociación colectiva para sus trabajadores, y el gobierno federal canadiense desde la

década de 1960. Algunos gobiernos a través del mundo también comenzaban a

reconocer diversos tipos de consulta con sus trabajadores sobre las condiciones de

trabajo. La OIT comenzó a estudiar el tema en 1963 y concluyó en 1970 que “en años

recientes hubo una tendencia marcada hacia lo contestatario en esta área y este

fenómeno sociológico tendió a generar nuevas formas de participación.”636 Pocos

gobiernos nacionales habían reconocido la negociación colectiva de los trabajadores

gubernamentales hacia 1970. A pesar de que la Organización de las Naciones Unidas

aprobó en 1966 el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,

cuyo Artículo 8 comprometía a los firmantes con los derechos de asociación sindical,

éste no entró en vigor hasta 1976 por falta de ratificaciones. Aún después de que entró

en vigor, el Pacto permitía a los firmantes limitar los derechos de los trabajadores de la

administración del Estado, siempre que observaran el Convenio 87 de la OIT.

Muchos países europeos y sus antiguas colonias en África, Asia y el Mediano

Oriente tenían leyes que permitían la consulta formal o informal.637 El gobierno de

Inglaterra, donde el sindicalismo por oficio ha prevalecido históricamente, estableció la

negociación colectiva por clasificación de puestos, que cubrían personas en varias

agencias. A la misma vez, el gobierno estableció mecanismos de consulta por agencia,

que no obligaban al gobierno a procurar acuerdos. Sus antiguas colonias en África,

635 Bonifacio y Favilene, “Análisis comparado de las relaciones laborales en la administración pública

latinoamericana,: Argentina, Costa Rica, México y Perú,” 40. 636 Oficina Internacional del Trabajo, Comité paritario sobre el servicio público, Freedom of Association

and Procedures for Staff Participation in Determining Conditions of Employment in the Public Service,

Ginebra, 1970. 637 Por ejemplo, en Ceilán, Chile e Italia se daban consultas informales y formales en Suiza, Alemania y

Francia, donde los sindicatos participaban en cuerpos asesores sobre el servicio civil.

180

Asia y el Caribe adoptaron versiones de las consultas por agencia. Israel reconocía

derechos laborales plenos a todos los trabajadores gubernamentales, mientras otros

gobiernos638 los reconocían a todos los que no estuvieran en el servicio civil. Uno de

los problemas mayores que encontró la OIT en estos países fue la ausencia de

organizaciones capaces de representar a los trabajadores.

La OIT encontró ejemplos de mecanismos de negociación en todos los

continentes del mundo.639 En algunos países se daba la negociación de hecho: en

Francia—donde los sindicatos generales habían sido la norma histórica-- y Bélgica, los

sindicatos habían obviado en largo grado a los consejos asesores para jugar un papel

más activo. Sin embargo, los gobiernos latinoamericanos se mostraban reacios a

abandonar el concepto de soberanía indelegable en las decisiones laborales, aunque el

concepto de relación contractual de empleo iba tomando arraigo entre los trabajadores

gubernamentales. Joseph P. Goldberg atribuyó las diferencias en la forma de manejar

las relaciones laborales en los gobiernos de los diversos países a las divergencias entre

sus tradiciones legales, sistemas políticos y factores ideológicos y religiosos.640 En

algunos casos, las reformas del servicio civil acarrearon el abandono del paradigma del

Derecho administrativo por el del Derecho laboral colectivo.641 El primero considera

que todas las áreas de actividad estatal se rigen por la delegación limitada de poderes a

las agencias administrativas, mientras que el segundo protege la negociación de las

condiciones de trabajo por patronos y representantes de los trabajadores.

638 Por ejemplo Colombia, Honduras y Uganda. 639 Por ejemplo Ghana, Singapur, Australia, Nueva Zelanda, Suecia y Noruega. 640 Joseph P. Goldberg, “Public employee labor relations in other democracies—a review essay,” Monthly

Labor Review, Vol. 95, Núm. 10, octubre de 1072, 37. 641 Goldberg, 38.

181

Esto es lo que Hernández Álvarez denomina el “tránsito de la concepción

estatutaria a la concepción laboralista”642 en la región. En el mismo, el concepto de la

relación de empleo como producto de la legislación administrativa adquirió contornos

de relaciones contractuales. Las primeras normas que reglamentaban la relación de

empleo gubernamental se concibieron para proteger al trabajador llamado al servicio de

la patria. A éstos, al igual que a los soldados, no se les reconocían derechos sino

deberes. Una vez estos trabajadores comenzaron a reclamar y obtener mayores

consideraciones por su trabajo, los autores de la literatura legal comenzaron a esbozar

los elementos comunes entre las relaciones de trabajo en las empresas y el gobierno y

desvincular la misma del Derecho administrativo “puro,” sobre la base del intercambio

de trabajo por dinero. De este modo, el debate en la literatura legal y en las legislaturas

era sobre cuáles trabajadores quedaban cubiertos bajo el Derecho administrativo o bajo

el Derecho laboral. Ultimadamente, sin embargo, la fuerza que tuvieran los grupos de

trabajadores determinaba la pertenencia a una u otra clasificación legal.

Entre 1951 y 1979, la jurisprudencia costarricense permitió al Estado negociar

convenios colectivos, pero no lo obligaba.643 Luego la prohibió, pero Mario A. Blanco

Vado identificó muchos acuerdos, disfrazados bajo diversos mecanismos

administrativos.

El PPD en la oposición

La importancia de los trabajadores gubernamentales para el gobierno se subraya

al ver que ante las primeras elecciones verdaderamente disputadas en 1968, el gobierno

aprobó una ley de retribución uniforme para promover el principio de igual paga por

642 Óscar Hernández Álvarez, “La negociación colectiva de los empleados públicos: tránsito de la

concepción estatutaria a la concepción laboralista,” en Antonio Ojeda Avilés, La negociación colectiva en

América Latina, Editorial Trotta, 1993, 85. 643 Mario A. Blanco Vado, "Negociación colectiva de facto en la administración pública costarricense,"

217, citando la Decisión de la sala de casación de 20 de julio de 1951.

182

igual trabajo en el gobierno. Este principio fue destinado a fortalecer la moral laboral y

no se visualizaba aún como un medio para adelantar la igualdad de género. Para

implementar la ley, la Oficina de Personal estableció 37 escalas de retribución para todo

el servicio civil.644 De este modo, el gobierno del PPD estableció unilateralmente la

remuneración de los trabajadores gubernamentales, incluyendo los Agentes de Rentas

Internas, con la esperanza de obtener su apoyo en las elecciones. Asimismo, todos los

partidos políticos prometieron en la campaña electoral otorgar la sindicación a los

trabajadores gubernamentales.645

En 1968, el PPD perdió el poder por primera vez desde 1940 y terminó su

control directo sobre el servicio civil. El Gobernador Ferré, del Partido Nuevo

Progresista (PNP), nombró un Comité Asesor sobre Estructura Gubernamental que

inició “su propia estrategia de reorganización con el objetivo implícito de crear una

estructura de poder paralela (al margen de las jerarquías burocráticas tradicionalmente

vinculadas con el PPD) para viabilizar el programa político del nuevo gobierno.”646

La percepción de que el nuevo gobernador Ferré era hostil a los sindicatos

ocasionó que el movimiento sindical se distanciara del Estado al inicio del cuatrienio.

Este distanciamiento se consideró uno de los pilares del fortalecimiento del movimiento

obrero en la época, junto con el anhelo de los trabajadores gubernamentales por

negociar colectivamente sus condiciones de trabajo, el aumento de la inflación y la

creación de entidades que reunían sindicatos de oposición al gobierno.647 La crisis

económica perjudicó el poder adquisitivo de los trabajadores. Por otro lado, el

644 George L. Weasler, “Collective Bargaining in the Public Service,” Revista del Colegio de Abogados de

Puerto Rico, Vol. 32, Núm. 3, agosto de 1971, 469. 645 Luis F. Silva Recio, “La determinación de la unidad apropiada para negociación colectiva entre los

empleados del gobierno,” Revista de Administración Pública, Universidad de Puerto Rico, Vol. 5, Núm.

2, abril de 1973, 87. 646 Santana Rabell y Negrón Portillo, “Fulgor y decadencia de la administración pública en Puerto Rico:

agenda para la reforma,” 129. 647 Efraín Parrilla, “Labor’s dilemma: will Socialists swallow ULM?,” The San Juan Star, Sección

Outlook, 26 de mayo de 1974, 2.

183

Gobernador nombró al director de relaciones industriales del periódico El Mundo Frank

Romero a ser Director de Personal. En 1970, se aprobó otra ley de retribución, que creó

un Comité de participación de trabajadores gubernamentales.648 Sin embargo, Galvin

halló que el gobierno de Ferré adoptó un tono uniforme de paternalismo intransigente

que contrastaba con el tono del gobierno de Muñoz Marín, que alternaba entre la

flexibilidad y el autoritarismo.649

Inmediatamente pasó a la oposición, el PPD propuso proyectos de ley que

reconocían la negociación colectiva para estos trabajadores.650 El Senador del PPD

Hipólito Marcano (antiguo presidente de la AFL-CIO en Puerto Rico) y la delegación

del Partido Popular en la Cámara de Representantes sometieron sendos proyectos de ley

en enero de 1969 y marzo de 1971, respectivamente.651 El Director Regional de

AFSCME para Puerto Rico apoyó el proyecto de Marcano, específicamente reclamando

el derecho a la huelga para todos excepto policías y bomberos, indicando que ya la

Constitución garantizaba el derecho a todos los que pudieran negociar colectivamente.

El cambio de gobierno representó un giro en la posición de ambos organismos. El PPD

aparentaba defender a los trabajadores gubernamentales, que consideraba sus

seguidores, y la AFSCME abandonaba su promesa de no procurar el derecho a decretar

huelgas.

El Gobernador nombró en 1969 una Comisión para Reorganizar la Rama

Ejecutiva que, entre otras cosas, estudió el sistema de personal del gobierno. En 1971,

la Comisión sometió un informe con la recomendación de delegar la administración de

personal a las agencias y armonizar la política laboral entre éstas y las corporaciones

648 Ley núm. 35 de 20 de mayo de 1970. 649 Galvin, “Collective Bargaining in the Public Service in Puerto Rico,” 473. 650 Judith Pagani, “Marcano radicará proyecto: Permitirían sindicalización de los empleados públicos,” El

Mundo, 1 y 15, 20 de enero de 1969. 651 Ángel R. Fret, “Portavoz PPD en Cámara: Radica proyecto favorece Sindicalización Empleados

ELA,” El Mundo, 4 de marzo de 1971, 3-A.

184

públicas, Esta legislación no se aprobó durante el gobierno de Ferré.652 El gobierno

tampoco propuso un proyecto de ley para reconocer el derecho a negociar

colectivamente con sus trabajadores, ni apoyó las propuestas que presentaron

legisladores de oposición en este sentido.653 Algunos sindicatos se manifestaron a favor

de estos proyectos, como el Packinghouse Workers Union, que reunía los trabajadores

de los comedores y mantenimiento escolares.654

El reconocimiento de la negociación colectiva adoptaba formas diversas, según

lo ilustran tres ejemplos:

1. Durante el cuatrienio de 1969-72, en el que gobernó el Partido Nuevo

Progresista, el gobierno reconoció a los trabajadores del Fondo del Seguro

del Estado el derecho a negociar colectivamente.655

2. La Junta de Relaciones del Trabajo, por su parte, reconoció este derecho a

los trabajadores del Banco de la Vivienda ese mismo año.656

3. El Jefe del Cuerpo de Bomberos, Pedro Oscar Schuck, redactó varios

memorandos ejecutivos o cartas en las cuales enumeraba las acciones

administrativas que tomaba a petición del sindicato, o sus razones para

rechazar estos pedidos. El Sindicato de Bomberos entendía que los acuerdos

constituían una “carta contractual,” concepto adoptado por los sindicatos en

los municipios para atribuirse un crédito por las órdenes administrativas y

atraer socios.657 Sin embargo, cuando el sindicato solicitó el reconocimiento

652 Santana Rabell y Negrón Portillo, “Fulgor y decadencia de la administración pública en Puerto Rico:

agenda para la reforma,” 123. 653 Silva Recio, “La determinación de la unidad apropiada para negociación colectiva entre los empleados

del gobierno,” 87. 654 Peter Huegel, entrevista, 2 de abril de 2006. 655 Ley Núm. 103 del 28 de junio de 1969. 656 Banco de la Vivienda y Unión de Empleados del Banco de la Vivienda de Puerto Rico, Decisión 532. 657 Borges, “El Servicio de Bomberos,” 28.

185

para negociar colectivamente en septiembre de 1972, Schuck respondió que

tal cosa requería autorización legislativa.658

El rol del periódico El Mundo

Los artículos del diario El Mundo son muy relevantes por su gran audiencia: era

el único periódico al que la totalidad de la población puertorriqueña tenía acceso.659

Además, la empresa propietaria tenía acceso a los otros dos medios de comunicación

masiva de la época, la radio y la televisión (en uno de sólo cinco canales disponibles),

así como a los teatros del país.660 Esta situación de monopolio permitía a sus directores

dirigir el flujo de información y, en la prensa escrita, daba a la opinión editorial un peso

mayor que en una situación de libre competencia. Por otro lado, era el portavoz de la

política de industrialización que el gobierno había establecido hacía más de treinta años,

y que había sido discutida en la Asamblea Constituyente: una victoria en la “batalla de

la producción” llevaría, inexorablemente, a una victoria en la “batalla del consumo.”661

Esto era así porque la Junta de Directores estaba compuesta por representantes de

actores políticos y económicos muy poderosos.662

658 Borges, “El Servicio de Bomberos,” 27. 659 En junio de 1971, un año después de inaugurar la edición dominical, circulaban 160,000 ejemplares

diarios y 158,000 dominicales. “El dominical cumple un año,” El Mundo, 6 de junio de 1971, 1-A. Sus

competidores más cercanos, The San Juan Star dirigido a los angloparlantes y El Nuevo Día, que

comenzó a circular en 1970 en Ponce, se dirigían a mercados limitados. En noviembre de 1974, luego de

que El Nuevo Día le había comenzado a hacer competencia seriamente, El Mundo publicaba 135,000

ejemplares diarios. Ismaro Velázquez, “El Mundo Threatens to Stop Publishing,” The San Juan Star, 13

de noviembre de 1974, 3. 660 La Fundación Ángel Ramos era propietaria de WKAQ-TV, WKAQ Radio, Creative Films,

Producciones El Yunque, Cine Revista, Inc. y Cine Revista Internacional, Inc. “¿Quién gobierna en ‘El

Mundo’?” Claridad, 11 de marzo de 1975, 9. 661 “[E]l pueblo y el gobierno de Puerto Rico se esforzarán por promover la mayor expansión posible de

su sistema productivo [y] asegurar la más justa distribución de sus resultados económicos.” Constitución

de Puerto Rico, Art. II, sec. 20, derogada por el Congreso de los Estados Unidos. 662 Se trata de Argentina Schifano, presidenta, esposa de Lee Hills, presidente de Knight Newspapers y

editor del Miami Herald y el Detroit Free Press; José G. González, del bufete Fiddler, González y

Rodríguez, secretario; Francisco de Jesús Toro, vicepresidente del Chase Manhattan Bank, presidente

hasta 1974 de la Asociación de Bancos de Puerto Rico y antiguo ayudante de Teodoro Moscoso;

Fernando Chardón, antiguo vicepresidente de la Eastern Sugar, Secretario de Estado bajo Ferré y

Ayudante General de la Guardia Nacional bajo Hernández Colón; Rafael Delgado Márquez, antiguo jefe

de ingeniería civil de la Eastern Sugar; Peter Alibi, vicepresidente ejecutivo de El Mundo, Inc. y de

186

Los intereses representados en esta Junta de Directores llevaban al periódico a

dar voz a un discurso conservador a través de los editoriales, los comentarios escritos

por su director, Alex W. Maldonado, y varias columnas de opinión.

Independientemente de su corte estadista, apoyó el modelo de progreso económico

propuesto por el gobierno a través de noticieros, editoriales y caricaturas.663 Así, El

Mundo privilegiaba los llamados a que los sindicatos se abstuvieran de la actividad

política, los homenajes de los sindicatos a los líderes políticos y la participación sindical

en actividades benéficas porque promovían los valores que adelantaba el diario.664 La

negociación “informal” y los piquetes sólo recibían atención cuando los sindicatos

celebraban conferencias de prensa para anunciar sus actividades. El enfoque general de

los titulares en El Mundo presentaba la imagen de que la actividad política de los

sindicatos está fundamentada en los partidos políticos. Presentaba un movimiento

sindical mixto, con algunos líderes que buscaban la convivencia pacífica y otros que

provocaban conflictos sociales. A través de los editoriales, el periódico aplaudía a los

primeros y censuraba a los segundos, al punto de solicitar frecuentemente al gobierno

que actuara para reprimirlos.

A pesar de su histórica lealtad al PPD, el diario El Mundo se pronunció contra

las propuestas legislativas de aceptar la negociación colectiva, a través de una columna

regular suscrita por Maldonado. Siguiendo su longeva postura en defensa de la

industrialización, Maldonado arguyó que otorgar a los trabajadores gubernamentales el

derecho a negociar colectivamente sería “complicar aún más el enfoque equivocado que

Telemundo, Inc; e Ismael Rodríguez, vicepresidente, tesorero Auxiliar y administrador general de El

Mundo, Inc. “¿Quién gobierna en ‘ El Mundo’?,” Claridad, 11 de marzo de 1975, 9. 663 Rafael L. Cabrera Collazo, “Los dibujos del progreso: el mundo caricaturesco de Filardi y la entrada al

desarrollismo muñocista 1950-1960,” Tesis doctoral de historia, UPR, 2002, Capítulo 3, subcapítulo 2. 664 Carlos R. Carión Crespo, “El Mundo y el nuevo sindicalismo, 1967-74” (Ponencia presentada ante el

VI Encuentro de Facultades Latinoamericanas de Comunicación Social, 2003).

187

ha existido sobre el movimiento sindical.”665 La meta de una sociedad debe ser, para

Maldonado, “lograr unas relaciones tan armónicas que el trabajador no sienta la

necesidad de organizarse” así como “desarrollar un nivel ejecutivo humanista y

progresista.” Desde la década de 1950, El Mundo había acusado a los sindicatos de

entorpecer el desarrollo económico.666

El diario luego publicó una caricatura que denunciaba una infiltración comunista

en los sindicatos del caricaturista Filardi, conocido por sus posturas en defensa del

sistema económico reinante.667 En 1972 publicó dos columnas sobre las huelgas en los

servicios gubernamentales escritas por el sacerdote español Salvador Freixedo. En la

segunda, contestando a un líder laboral que había reaccionado a la primera, indicó: “Se

trata de saber si los gobiernos democráticos tienen o no defensa contra las amenazas de

ese estilo, que, de ser cumplidas, pueden llevar al caos a la población entera.”668 El

Negociado Estadounidense de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) también

había intentado ligar los sindicatos al movimiento comunista internacional en 1966,

también a través de caricaturas.669

El PPD vuelve al poder

En la campaña electoral de 1972 el PPD prometió conceder a los trabajadores

estatales el derecho a negociar sus condiciones de trabajo a través de sindicatos.670 El

665 Alex W. Maldonado, “El movimiento obrero en Puerto Rico,” El Mundo, 10 de diciembre de 1969, 7-

A. 666 Galvin, “Collective Bargaining in the Public Service in Puerto Rico,” 344. 667 La caricatura presentaba una mano que ofrecía a un obrero una cadena para el cuello con un medallón

redondo que contenía un dibujo del símbolo soviético, la hoz y el martillo. El obrero levantaba el dedo

índice señalando hacia arriba y decía “¡no, gracias!” Atada a la cadena había a etiqueta que leía: “lo que

intentan en uniones obreras.” 668 “Las huelgas en los servicios públicos,” sección “Opiniones de nuestros lectores,” El Mundo, 31 de

octubre de 1972, 8-A. 669 Memo del Programa de Contrainteligencia del FBI, 22 de septiembre de 1966, sobre la Confederación

de Uniones Independientes Puertorriqueñas. El liderato de la Confederación incluía los abogados

Antonio Colón Gordiani y Jorge Luis Landín, asociados al Partido Comunista. “Un acercamiento a José

Miguel Martí Nieves,” indymediapr, http://lists.indymedia.org/pipermail/cmi-pr/2009-September/0925-

r5.html, accedido el 30 de abril de 2010. 670 Programa electoral del PPD, 1972, 78.

188

PPD ganó y de inmediato su delegación en la Cámara de Representantes sometió un

proyecto de ley a estos efectos, bajo la premisa de “movilizar el talento y las energías de

los trabajadores gubernamentales mediante la participación activa de éstos en las

decisiones que les afectan.”671 A pesar de esta propuesta de alianza, las acciones

colectivas de los trabajadores continuaron aumentando y el proyecto nunca fue

sometido a votación.

En respuesta a las huelgas, el gobierno tomó tres pasos concretos: primero,

denunció la infiltración comunista en los sindicatos; en segundo lugar, arrestó y enjuició

líderes obreros a la vez que neutralizó tres grandes huelgas con la Guardia Nacional; y

tercero, propuso un proyecto de ley que cumplía su promesa electoral.

En cuanto al primer punto, el gobernador Hernández Colón postuló la “teoría de

la infiltración,” según la cual los líderes sindicales afiliados al PSP tenían “propósitos

políticos que nada tenían que ver con la causa de los trabajadores.”672 Esta denuncia

implicaba que la lealtad al Estado por parte del servicio civil excluía cualquier simpatía

con un partido político de izquierda. Por primera vez, los trabajadores gubernamentales

se concebían a sí mismos como parte del “pueblo” e independientes del gobierno. Los

partidos de izquierda intentaron presentarse como sus aliados. Ante esta amenaza a su

control sobre sus trabajadores, el gobierno y sus aliados reaccionaron celosos, tildando a

los partidos de izquierda como infiltradores.

Poco después, se descubrió que el Negociado Estadounidense de Investigaciones

(FBI, por sus siglas en inglés) había incluido al independentismo puertorriqueño en sus

programas de contrainteligencia, con el fin de desestabilizarlo y asociarlo al gobierno de

671 Proyecto de la Cámara número 2 de 8 de enero de 1973, firmado por toda la delegación popular en la

Cámara de Representantes. 672 Rafael Hernández Colón, entrevistado por la revista Bohemia, 30 de julio de 1973, en Silén, Apuntes:

para la historia del movimiento obrero puertorriqueño, 202.

189

Cuba y otros enemigos de la Guerra Fría.673 Como resultado de la campaña de

descrédito, sindicatos como la Hermandad de Agentes de Rentas Internas no procuraban

el respaldo de los activistas independentistas por temor a perder el apoyo del pueblo al

ser identificados como comunistas.674 La Hermandad de Agentes de Rentas Internas

entendía que este apoyo era lo más importante en su búsqueda de mejores condiciones

de trabajo. Además, prefería buscar el apoyo de los legisladores afiliados al partido en

el poder, como Nicolás Nogueras durante el gobierno de Ferré.675

En cuanto al segundo punto, el gobierno utilizó sus fiscales para criminalizar las

actividades de los sindicatos, como se ve a continuación:

En marzo de 1973 se arrestó a trece trabajadores del Municipio de

Utuado por violar un interdicto.676

En 1975, los socialistas Arturo Grant y Radamés Acosta, de la Unión

Nacional de Trabajadores (U.N.T.); Norberto Cintrón Fiallo; Oscar

Pintado, de la Unión Independiente de Empleados Telefónicos

(U.I.E.T.); José Rivera y José Rosario también fueron arrestados.677

A fines de agosto de 1975, un tribunal de Mayagüez sentenció a un líder

de la U.I.E.T. a cumplir seis meses de cárcel por daños maliciosos.

El 30 de julio de 1975, un Gran Jurado federal acusó a Federico Cintrón

Fiallo, de 32 años, Secretario Tesorero del Gremio Puertorriqueño de

Trabajadores y Secretario Ejecutivo del Movimiento Obrero Unido, de

haber robado $33,039.00 al Banco Popular junto a cinco hombres y una

mujer y poner en peligro la vida de seis personas mediante el uso de un

673 Gautier Mayoral y Blanco Stahl. 674 Horeste Rivera Rosario, entrevista por el autor, 27 de julio de 2010. 675 Hernández López, 2010d. 676 “Líder MOU condena arrestos,” El Mundo, 15 de marzo de 1973, 17-A. 677 “Sentencian líder telefónico,” Claridad, 28 de agosto de 1975, 9; “MOU exige investigación,”

Claridad, 1 de septiembre de 1975, 7.; Radamés Acosta, “¿Por qué la escalada represiva contra el

MOU?,” Claridad, 21 de agosto de 1975, 15.

190

arma de fuego.678 Los agentes lo golpearon e interrogaron sobre sus

actividades sindicales.679

Maldonado, escribió lo siguiente cuando el diario Miami News publicó las

noticias sobre las huelgas casi simultáneas de bomberos y trabajadores de la Autoridad

de Fuentes Fluviales:

[E]sta mala publicidad... [e]s en parte el resultado de la manera en que

funcionan los medios de comunicación. Lo que se considera ‘noticia’ es

lo diferente, lo inesperado... mientras los periodistas de todo el mundo

venían antes a escribir sobre cómo Puerto Rico se estaba levantando

milagrosamente de la pobreza, ahora vienen a escribir sobre cómo

Puerto Rico está destruyendo lo que había creado... El brote de huelgas

que ha ocurrido en estos últimos años constituye en verdad un

interesante ejemplo de cómo un pueblo puede sistemáticamente, con

absoluta consistencia, destruir lo que creó.... Para una isla como la

nuestra, que depende generalmente de la inversión de afuera para el

desarrollo social y económico, no se puede exagerar la importancia de la

publicidad.”680

Cuando el gobernador ordenó la toma de los parques de bomba y las estaciones

generatrices de electricidad por la Guardia Nacional, los editorialistas de El Mundo lo

apoyaron efusivamente: “ha contribuido a una afirmación de confianza pública en el

Gobierno... [quien] podrá, de paso, desinflar el mito de que las brigadas de la UTIER

son insustituibles para el funcionamiento del sistema de electricidad en el país.”681 Jorge

Javariz, escritor de una columna permanente en El Mundo y conocido por sus posturas

políticas conservadoras, declaró que “[l]os empleados en huelga de la Autoridad de

Fuentes Fluviales no sólo se han declarado enemigos del pueblo, sino que además lo son

del programa de industrialización y del clima industrial que debe prevalecer en el país,

al privar de energía a productores y consumidores sin distinción.” Es de notar la

678 Gran Jurado de los Estados Unidos (Luis A. Cordero, presidente), Indictment, Case No. 75-173, 30 de

julio de 1975. El caso fue asignado al Juez Pesquera. Bienvenido Ortiz Otero, “A cárcel Secretario MOU

acusado de robar banco,” El Mundo, 13 de marzo de 1975, 1-A. 679 “Arrestan Secretario Ejecutivo MOU,” Claridad, 13 de agosto de 1975, 3. 680 “Mala publicidad para Puerto Rico,” El Mundo, 31 de julio de 1973, 7-A. 681 “Por el frente huelgario,” El Mundo, 8 de julio de 1973, 6-A.

191

distinción que hizo Javariz entre el “pueblo” y el “programa de industrialización,” es

decir el gobierno, seguido de la distinción entre “productores” y “consumidores.” Estas

categorías pretendían cubrir a todos los sectores—en cuanto a pertenencia al gobierno o

a clases sociales— en oposición a los sindicatos. El Central Labor Council, por su

parte, contrató una empresa para preparar un suplemento periodístico que los distanciara

de esta imagen política.682

El tercer punto de la estrategia del gobierno para atender la creciente actividad

colectiva de los trabajadores gubernamentales fue legislar al respecto. En 1973 una

Comisión para Revisar la Ley de Personal rindió un informe en el que recomendó

incorporar el principio de mérito en la constitución, crear un organismo central y

sistemas de personal autónomos, definir categorías dentro del sistema de personal y

establecer mecanismos de participación de los trabajadores.683 La Oficina de Servicios

Legislativos (OSL) estimó en septiembre de 1973 que la sindicación podría tener el

impacto de aumentar la nómina de la rama ejecutiva entre 38.3 por ciento y 53.9 por

ciento. Esto sería si conllevaba la paridad salarial con los trabajadores de las

corporaciones públicas, sin incluir el bono de navidad y el plan médico.684 La OSL

estimaba que era necesario legislar para evitar una serie de consecuencias adversas de la

actividad organizada de los trabajadores, particularmente la presión “indebida” sobre el

presupuesto gubernamental.685

682 Abe Glantzman, de la empresa Suplemento del Momento, carta a Wurf, 30 de julio de 1973. 683 Francisco Aponte Pérez, “Informe sobre la armonización del principio de mérito y la negociación

colectiva,” estudio preparado por encomienda de la Comisión del Gobernador para Estudiar las

Relaciones del Trabajo en el Servicio Público, 1974, 57; Intervención del senador Latoni, debate

legislativo sobre el P. del S. 1428, 3 de octubre de 1975. Aponte Pérez era presidente de dicha Comisión

para Revisar la Ley de Personal. 684 Oficina de Servicios Legislativos, “Informe del estudio sobre la posible sindicalización de los

empleados públicos del gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico,” 26 de septiembre de 1973,

17. 685 Oficina de Servicios Legislativos, “Informe del estudio sobre la posible sindicalización de los

empleados públicos del gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico,” 19-22.

192

Ante este cuadro, la OSL propuso que el gobierno extendiera a los trabajadores

gubernamentales el derecho a negociar colectivamente. Además, recomendó utilizar el

mecanismo de “búsqueda de hechos” (fact-finding) para resolver los estancamientos y

establecer un programa de educación a los practicantes de las relaciones laborales.686

De este modo, el Estado tendría cierto control sobre el contenido de la negociación. Por

otro lado, la OSL propuso que se adoptara una nueva Ley de Personal que incluyera una

comisión de ciudadanos para defender el sistema de mérito y un Ombudsman para oír

las quejas de los trabajadores.687 Este proyecto también hubiera extendido las escalas

salariales de la rama ejecutiva a las corporaciones públicas para resolver la disparidad

de condiciones de trabajo688 para reducir los salarios de los trabajadores que habían

negociado colectivamente de forma legal hasta entonces.

La Comisión Helfeld

El Gobernador nombró una “Comisión para Estudiar las Relaciones del Trabajo

en el Servicio Público” en agosto de 1973. La idea de promover un estudio que

resultara en una propuesta de legislación fue una promesa de campaña de Hernández

Colón en 1972. Ésta partió de dos premisas: primero, que el gobierno enfrentaba un

problema en sus relaciones laborales y segundo, que la legislación tenía la capacidad de

remediarlo. El profesor de Derecho Demetrio Fernández comentó que ciertas leyes

especiales de negociación colectiva reflejaban:

[L]a filosofía que propugna que el derecho y la ley son las únicas

soluciones a los problemas sociales. En este sentido, se entiende que una

vez la ley incorpora tales disposiciones o mandato, necesariamente el

acontecer de la realidad ha de manifestarse en los términos en que la

legislación ha prescrito. Tal concepción en el campo de las relaciones

obrero-patronales carece de vigencia, porque soslaya la interacción entre

la vida y la realidad circunstancial en cada disputa laboral. Es innegable

686 Oficina de Servicios Legislativos, “Informe del estudio sobre la posible sindicalización de los

empleados públicos del gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico,”25. 687 Oficina de Servicios Legislativos, “Informe del estudio sobre la posible sindicalización de los

empleados públicos del gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico,”26. 688 Oficina de Servicios Legislativos, “Informe del estudio sobre la posible sindicalización de los

empleados públicos del gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico,”27-28.

193

que predominaran en la confección y el diseño de la norma que había de

regular las relaciones entre los patrones y los sindicatos, factores

psicológicos, sociales y económicos que la ley no advierte.689

Esto es lo que Luhmann llamó un proceder “contrario a los hechos.”690 Esto es,

la noción de que la legislación no cumple el propósito de reflejar la realidad sino de

alterarla para ajustarse a los valores sociales prevalecientes. Lo que planteaba un

problema para el gobierno era el deseo de los trabajadores gubernamentales de

participar tanto en la determinación de sus condiciones de trabajo como en la

formulación de política pública y que estaban dispuestos a exigirlo691 mediante el uso

frecuente de mecanismos de negociación sin legislación habilitadora.

El estudio que realizó la Comisión permite apreciar en esta tesis los valores que

estaban en juego entonces, ya que arroja luz sobre los discursos del gobierno en torno a

las cambiantes relaciones laborales en la administración pública. La preocupación

mayor de la Comisión fue uniformar el sistema de relaciones de empleo

gubernamentales (incluyendo a las corporaciones públicas) y garantizar las

prerrogativas reservadas discursivamente por el Estado sin prohibir las huelgas, lo cual

consideró inútil.692 Esta propuesta chocó tanto con los discursos de los trabajadores

como los de los partidos políticos, por lo que no se pudieron implementar.

El gobernador ordenó a la Comisión preparar:

[U]n informe abarcador sobre el cuadro completo en las escalas de

sueldo en las distintas agencias y corporaciones públicas del Gobierno;

la situación comparada y competitiva de estas escalas con las del sector

privado; la situación real de reclutamiento y retención de personal; las

condiciones de trabajo y patrones de negociación colectiva y otras

689 Demetrio Fernández, “Las perspectivas de la negociación colectiva en el sector público,” Revista de

Administración Pública (Universidad de Puerto Rico) 5 Núm. 2, (abril de 1973): 40-41. Se trata de las

leyes de negociación colectiva en el Fondo del Seguro del Estado y la Autoridad de Acueductos y

Alcantarillados. 690 Luhmann, Social Systems (Stanford, California: Stanford University Press, 1995), 322. 691 Roca Rosselli, entrevista, 25 de febrero de 2010. 692 Comisión para Estudiar las Relaciones del Trabajo en el Servicio Público, Informe, Vol. II, 28.

194

modalidades que se usan para establecer salarios, condiciones de trabajo

y beneficios marginales.693

El presidente de la Comisión fue David Helfeld, Decano de la Facultad de

Derecho de la Universidad de Puerto Rico, quien había trabajado con la Comisión de

Derechos Civiles pero no tenía experiencia con las relaciones laborales

gubernamentales. Hernández Colón había sido su estudiante en la UPR y le había

consultado en varias ocasiones.694 Tanto el PSP695 como el FBI696 desaprobaban a

Helfeld. En la década de 1940 Helfeld había publicado un artículo crítico sobre la

intercepción de llamadas telefónicas por parte del FBI. En respuesta el Director del FBI

J. Edgar Hoover denunció que Helfeld era un “liberal” en un discurso difundido a todos

los Estados Unidos.697 Como resultado, todas las universidades estadounidenses

retiraron sus ofertas de empleo. Sin embargo, Jaime Benítez desafió a Hoover y le

ofreció empleo como Profesor de derecho en 1949.698 Helfeld entendía que el

nombramiento de la Comisión se debió a la presión que ejercían los sindicatos de Puerto

Rico y los Estados Unidos para que se legislara al respecto.699 Sin embargo, los eventos

narrados en el capítulo 2 sugieren que esta presión se dio en la práctica, a través de las

negociaciones “informales” y las peticiones de reconocimiento hechas ante las

agencias—no solicitando legislación reguladora.

Los costos de la Comisión fueron sufragados por las corporaciones públicas,700

que ya negociaban con sindicatos. La Comisión se reunió y celebró vistas públicas en

la AEELA, lo cual le daba un aire de independencia y representatividad. En total

depusieron 85 personas. Pocas organizaciones que agrupaban trabajadores de la rama

693 Oficina del Gobernador, Orden Ejecutiva, Boletín Administrativo Núm. 1917, 19 de septiembre de

1973. 694 David M. Helfeld, entrevista, 21 de agosto de 2010. 695 PSP, 11. 696 Memorando de la oficina de San Juan del FBI al Director del FBI, 18 de septiembre de 1961. 697 Helfeld, entrevista, 21 de agosto de 2010. 698 Helfeld, entrevista, 21 de agosto de 2010. 699 Helfeld, entrevista, 21 de agosto de 2010. 700 Carta de David Helfeld a Sila Calderón de González, 12 de octubre de 1973.

195

ejecutiva participaron. Entre las que agrupaban trabajadores del Departamento de

Hacienda, sólo compareció la Asociación de Colectores, cuyos socios eran supervisores.

La Comisión enfocó su atención sobre las unidades apropiadas de trabajadores, temas

deseables a ser negociados, mecanismos para resolver conflictos y la huelga.

La Comisión estudió: (1) las experiencias con la negociación colectiva formal e

“informal” en las corporaciones públicas, el Fondo de Seguro del Estado, el

Departamento de Bomberos, el de Instrucción Pública y la Policía; (2) la retribución en

la empresa privada, las corporaciones públicas y el servicio civil; (3) las actitudes del

liderato obrero, los trabajadores gubernamentales, las gerencias, el público, expertos en

el área laboral y los líderes políticos; (4) la huelga y los medios de evitarla; (5) la

negociación colectiva y el principio de mérito; (6) los mecanismos posibles de

administración de la negociación colectiva en el gobierno; (7) las lecciones de otros

países; y (8) la legislación propuesta en Puerto Rico hasta entonces.701 No estudió la

negociación laboral que realizaron los municipios u otras agencias del gobierno, el rol

de los trabajadores gubernamentales en el desarrollo económico, ni las características

del sector que motivaron su patrón de organización vertical.

Helfeld se propuso contestar 30 preguntas sobre política pública,702 las cuales

reflejaron un discurso que privilegiaba el impacto de la negociación colectiva sobre el

Estado. Este discurso concedía la posibilidad de que a los trabajadores les conviniera la

negociación colectiva, pero con reglamentación que salvaguardara la soberanía. La más

importante para esta tesis de las preguntas formuladas por la Comisión es la que

concierne a la negociación colectiva practicada en las agencias hasta el momento. Sin

701 Carta de David Helfeld al Gobernador, 4 de abril de 1974. 702 Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico,

“Algunas de las preguntas que la Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del Trabajo en el

Servicio Público de Puerto Rico espera contestar al finalizar su estudio,” guía para los deponentes en las

vistas públicas, adjunta a una invitación de David Helfeld al Administrador del Fondo del Seguro del

Estado del 2 de noviembre de 1973, a deponer en las vistas públicas.

196

embargo, el tema sólo se estudió en torno a los bomberos, la policía y el Departamento

de Instrucción Pública. Estos trabajadores requerían certificaciones para ejercer sus

oficios y tenían un largo historial de solidaridad, por lo que no eran representativos de

los trabajadores del gobierno. La Comisión tampoco estudió el rol de los trabajadores

en la determinación de política pública.

La Comisión llegó a la conclusión de que la negociación colectiva era aplicable

al empleo gubernamental, siempre que se le armonizara con el principio de mérito. Éste

debía extenderse a la mayoría de los trabajadores considerados exentos de la Ley de

Personal. La administración pública, por su parte, debía reorientarse para permitir la

toma bilateral de decisiones. Esto requería un proceso educativo en ambos lados de la

relación laboral colectiva.

La Comisión estudió los ejemplos internacionales y derivó varias lecciones para

el diseño de su propuesta legislativa, destacando el hecho de que “no parece haber

correlación entre la incidencia de huelgas y las prohibiciones legales.”703 Además, la

incidencia de huelgas y la calidad de la negociación colectiva parecían estar motivados

por los mismos factores: (1) la aceptación por el gobierno de la bilateralidad en las

relaciones laborales; (2) la percepción de justicia que tengan los trabajadores y sus

sindicatos; (3) el grado de respeto mutuo que se haya desarrollado; y (4) la

consideración del bienestar general como principio primordial.

La Comisión concluyó, en primer lugar, que el gobierno debía establecer

mecanismos permanentes para reglamentar e intervenir en las relaciones laborales, en

lugar de recurrir a intervenciones ocasionales. En segundo lugar, la política pública

debía buscar un balance de intereses entre la justicia para los trabajadores y el respeto a

la autoridad del Estado. En tercer lugar, el mecanismo debe ser centralizado y con un

703 Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 176.

197

grupo pequeño de unidades de negociación. En cuarto lugar, las huelgas debían ser

evitadas pero permitidas con contadas excepciones. En quinto lugar, debía haber una

política de capacitación de ambos bandos.704

Entre las conclusiones del informe estaba la existencia de tres sistemas de

administración de personal, uno de ellos la negociación “informal.” Este sistema era el

resultado de la disparidad entre los otros dos: los que tenían derecho a negociar y los

que no. La imprecisión y falta de visión de conjunto había ocasionado que los grupos

con más capacidad buscaran la negociación sin ley habilitadora, con mayor o menor

éxito. La Comisión no buscó canalizar el interés de negociar asuntos como la

participación en la implementación de la política pública, a pesar de que sus estudios

históricos y encuestas confirmaron que este interés había motivado muchas acciones

colectivas y aún existía.705 La premisa reiterada era que estos temas estaban fuera del

ámbito de negociación. Esto es, suponer que tenía un valor negativo en el código

binario descrito por Luhmann en los sistemas de relaciones del trabajo.706

Al ser entrevistado para esta tesis, Helfeld aseguró que las asociaciones de

trabajadores gubernamentales no negociaban colectivamente, ya que no existía un

Derecho laboral en el ámbito gubernamental.707 En otras palabras, que sólo podían

existir mecanismos bilaterales para cambiar las condiciones de trabajo si una ley lo

reconocía. Helfeld expresó, pues, un concepto de las relaciones laborales que limitaba

los temas de negociación a los acostumbrados en los sectores no gubernamentales.

704 Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 187-188. 705 Es interesante que la Comisión prefirió destacar el 44% de los trabajadores que estaba insatisfecho con

su equipo de trabajo y el 38% que lo estaba con la forma de atender las quejas, lo cual podía tergiversar

las causas aparentes de los conflictos porque las opiniones positivas eran más que las negativas en ambos

renglones. Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de

Puerto Rico, Informe, Vol. III, 124-126. 706 Luhmann, Social Systems, 375. 707 Helfeld, entrevista, 21 de agosto de 2010.

198

La Comisión halló que los tres problemas principales eran (1) la falta de

uniformidad en compensación y condiciones de trabajo entre los trabajadores

gubernamentales; (2) la falta de un mecanismo de participación en la determinación de

éstas; y (3) el desarrollo de mecanismos extraoficiales de participación en varias

agencias.708 Ésta concluyó que (1) el marco legal no comunicaba “una política pública

clara, integrada y consistente;”709 (2) la negociación “informal” había complicado el

panorama; (3) la negociación colectiva había beneficiado a los trabajadores de las

corporaciones públicas; y (4) ésta debía ser extendida a los trabajadores del gobierno

para evitar la desmoralización resultante de la desigualdad de condiciones de trabajo y

la sensación de injusticia.

Para atender estos retos, la Comisión Helfeld presentó un anteproyecto de ley

que proponía un sistema de negociación colectiva para sustituir la negociación

“informal” por agencias. El proyecto crearía una oficina central de negociación

colectiva bajo la premisa de que el gobierno es un patrono general, aunque las agencias

podrían negociar por separado las condiciones de trabajo que fueran únicas en las

mismas. Las catorce unidades de negociación colectiva serían horizontales, es decir que

reunirían a todos los trabajadores de clasificaciones similares, irrespectivamente de en

qué agencia trabajara. Esta estructura buscaba proteger las clasificaciones como la base

del sistema de mérito, y evitar las diferencias salariales entre las agencias, similares a

las que se habían establecido entre los trabajadores de la rama ejecutiva y los de las

corporaciones públicas. Además, la propuesta adelantaba el concepto de igual paga por

708 Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 190. 709 Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico,

Informe, Vol. I, 190.

199

igual trabajo,710 que había recibido protección judicial como precepto constitucional,

pero no entendida como igualdad de géneros sino como igualdad de tareas.

Las unidades apropiadas horizontales eran contrarias a la forma en que las

organizaciones laborales se habían estructurado bajo la ley de 1960, que era por

agencias. Este arreglo había sido la ley en Hawái,711 donde la mayoría de los

trabajadores gubernamentales pertenecían a sólo dos sindicatos que abarcaban

trabajadores de muchas agencias.712 Esta norma tenía el efecto de disolver las

organizaciones existentes en cada agencia.

La neutralidad real de la clasificación horizontal queda en duda, pues algunas

unidades apropiadas serían verticales— entre ellas las únicas tres agencias cuya

negociación “informal” fue objeto de estudio por la Comisión.713 El artículo de Paul

Frymer sobre el papel del discrimen racial en la formación de las unidades apropiadas

en la Ley Estadounidense de Relaciones del Trabajo (Capítulo 1) ilustra el rol de los

discursos en el proceso de diseño de los sistemas laborales. Los argumentos de que los

bomberos, los maestros y los policías formaban grupos autocontenidos de forma

“natural” quedan en entredicho cuando se examina su historial de cohesión y acción

colectiva. Por ejemplo, los educadores en salud del Departamento de Salud, los

profesores universitarios y los adscritos al Instituto de Cultura Puertorriqueña, por citar

sólo tres, quedarían excluidos de la unidad apropiada magisterial por razones que no

fueron explícitas en los informes de la Comisión Helfeld, mientras los Agentes de

710 Roca Rosselli, entrevista, 25 de febrero de 2010. 711 Nuri Sellés de Echevarría, “Análisis de los issues más relevantes en el proyecto de la Cámara 2 de

negociación colectiva de los empleados públicos del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y la Ley de

negociación colectiva del público de Hawái” (Tesis de maestría en Administración Pública en la

Universidad de Puerto Rico, 1974). 712 Johnson, Donald D. and Michael Miller. Hawaii's own : a history of the Hawaii Government

Employees Association, AFSCME Local 152, AFL-CIO, 1934-1984 (Honolulu: Hawaii Government

Employees Association, 1986); Universidad de Hawaii en Honolulu, History of the United Public

Workers Union in Hawaii (Glen Rock, N.J.: Microfilming Corp. of America,1975). 713 Cinco agencias serían declaradas patronos individuales y cuatro otras unidades estarían totalmente

contenidas dentro de una agencia; dos en el Departamento de Instrucción Pública y una cada una en el

Departamento de Bomberos y la Policía.

200

Rentas Internas fueron incluidos en una unidad apropiada más amplia. Una diferencia

entre ambos fue que los maestros del Departamento de Instrucción Pública desarrollaron

acciones colectivas de alta visibilidad, que motivaron fuertes reacciones entre los

legisladores, y que hacía suponer que resistirían su asimilación a un grupo más amplio.

Al ser entrevistado indicó para esta tesis, Helfeld que la Comisión partió de la

premisa de que las jerarquías establecidas entre las clasificaciones se reflejarían en las

negociaciones colectivas, resultando en mejores condiciones de trabajo para los

empleados con mayor educación y experiencia. La Comisión no contempló la

probabilidad de que los grupos horizontales más fuertes negociaran condiciones de

trabajo superiores a otros grupos cuyo trabajo tenía un “valor” similar, o que se redujera

o aumentara la diferencia entre las unidades de modo que la misma no respondiera a los

criterios del sistema de mérito. Este punto se subraya cuando se observa que los grupos

de mayor preparación académica mostraban una mayor actividad colectiva y expresaron

en la encuesta una tendencia mayor a creer en los sindicatos. En efecto, Roca Roselli

indicó que el gobierno nunca hubiera podido permitirlo.714 Esta respuesta parte de la

premisa incierta de que la posición del gobierno determinaría el resultado; aún de ser

cierto, el gobierno podría obtener el mismo resultado negociando con unidades

apropiadas verticales.

De 108,174 trabajadores de la rama ejecutiva en julio de 1974, el Departamento

de Hacienda tenía 3,773: 3,223 por oposición, 299 sin oposición, 20 exentos, tres por

contrato y 328 transitorios. De este modo, era la quinta agencia en tamaño y tenía 3.6%

de los trabajadores del gobierno.715 Los Agentes de Rentas Internas serian incluidos en

la unidad apropiada de trabajadores de comercio y finanzas, que representaría 1,528

714 Roca Rosselli, entrevista, 25 de febrero de 2010. 715 Comisión del gobernador para estudiar relaciones del trabajo en el servicio público en Puerto Rico,

Informe, Vol. III: “Datos, Estadísticas, Actitudes, Opiniones e Información Relacionada con la

sindicalización del sector público en Puerto Rico,” 1974, 3.

201

trabajadores en el Departamento de Hacienda y 2,811 en todo el gobierno.716 Más de la

mitad de esta unidad apropiada sería del Departamento de Hacienda. Sin embargo, los

Agentes de Rentas Internas serían sólo una décima parte de la unidad apropiada. Esta

unidad apropiada incluiría trabajadores de 30 agencias, de un total de 57 agencias

elegibles. El siguiente cuadro ilustra el esquema general de esta unidad apropiada

propuesta:

Agencia Trabajadores por

oposición asignados

a la Unidad

Apropiada propuesta

Porcentaje de

trabajadores por

oposición de la

Agencia

Porcentaje de

trabajadores

por oposición

de la Unidad

Apropiada

propuesta

Departamento de

Hacienda

1,528 47.4 54.3

Agentes de Rentas

Internas

372 11.5 12.9

Departamento del

Trabajo

230 9.2 8.2

Departamento de Salud 214 1.6 7.6

Departamento de

Instrucción Pública (no

docentes)

113 1.0 4.0

Departamento de

Transportación y Obras

Públicas

100 2.9 3.6

Departamento de

Asuntos del

Consumidor

96 26.0 3.4

Departamento de

Servicios Sociales

84 1.3 3.0

Departamento de

Comercio

72 33.6 2.6

Junta de Planificación 66 6.2 2.3

Administración de 53 5.1 1.8

716 Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico

Informe, Vol. III, 10. La unidad apropiada se titularía “Profesionales, Técnicos, Auxiliares y Ayudantes

en el Campo de Comercio y las Finanzas, tales como Economistas, Contadores, Auditores, Estadísticos,

Especialistas en Finanzas y otros relacionados.” El informe no especifica que los Agentes de Rentas

Internas estén incluidos en dicha unidad apropiada, pero la única unidad apropiada con más trabajadores

en el Departamento de Hacienda que el grupo de agentes es el de empleados secretariales y de oficina.

Además, el informe no adjudica empleados de Hacienda en la unidad apropiada de policías. Por último,

este grupo no puede ser clasificado como confidencial y sólo 364 empleados en todo el gobierno fueron

dejados fuera de las listas por falta de certeza sobre su ubicación. Por ende, se concluye que este grupo se

ubica dentro de la unidad apropiada de empleados de comercio y finanzas.

202

Agencia Trabajadores por

oposición asignados

a la Unidad

Apropiada propuesta

Porcentaje de

trabajadores por

oposición de la

Agencia

Porcentaje de

trabajadores

por oposición

de la Unidad

Apropiada

propuesta

Servicios Generales

Oficina de Personal 49 12.4 1.7

Departamento de

Justicia

39 1.8 1.4

Departamento de

Agricultura

37 7.1 1.3

Junta de Retiro para

Maestros

29 24.7 1.0

Comisionado de

Seguros

21 32.3 0.7

Comisión de Servicio

Público

20 6.5 0.7

Departamento de

Recursos Naturales

10 3.2 0.4

Administración de

Parques y Recreos

Públicos

9 0.5 0.3

Departamento de la

Vivienda

8 19.0 0.3

Administración del

Deporte Hípico

5 8.2 0.2

Comisión Industrial 4 2.2 0.1

Junta de Calidad

Ambiental

4 2.7 0.1

Oficina de la Defensa

Civil

4 4.5 0.1

Comisión de Seguridad

en el Tránsito

3 17.6 0.1

Departamento de

Estado

3 1.6 0.1

Negociado del

Presupuesto

3 2.5 0.1

Servicio de Bomberos 3 0.2 0.1

Centro Norte Sur para

Int. Técnico y Cultural

1 4.8 <0.1

Comisión para

Combatir el Crimen

1 n/d <0.1

Oficina de Exención

Contributiva Industrial

1 2.8 <0.1

Oficina del Gobernador 1 50 <0.1 Fuente: Comisión para Estudiar las Relaciones del Trabajo en el Servicio Público, Informe, Vol.

III, págs. 3 y 10, datos analizados por el autor.

203

Esta composición les obligaría a negociar con sus compañeros de unidad para

hacer valer sus intereses. Para apoyar el proyecto Helfeld, los Agentes de Rentas

Internas hubieran debido trocar su identidad, sus discursos y sus anteriores métodos de

lucha (legislativa o por contacto directo con el patrono) por una identidad civil y una

negociación colectiva en áreas limitadas. En particular, hubieran debido negociar su

identidad paramilitar y su fe en el grupo.

La Comisión subrayó que no se podría negociar el reclutamiento, clasificación,

ascenso, adiestramiento y retención de los trabajadores, así como los sistemas de retiro,

diseño e instrumentación de los objetivos de las agencias, los planes para alcanzar estas

metas y la creación, reestructuración y disolución de agencias.717 Esto debía extenderse

de igual modo a todos los trabajadores del gobierno, a excepción de los que trabajaran

en organismos que funcionaban como empresas, que estaban cobijados por la protección

constitucional a la negociación colectiva. Sin embargo, las áreas no consideradas

esenciales a principio de mérito serían negociables. Éstas incluían el procedimiento de

quejas, salarios, planes médicos, licencias y otros beneficios.718 Además, condicionó

los acuerdos con impacto presupuestario a la aprobación de la rama legislativa del

gobierno insular o municipal.

Los convenios colectivos continuarían en vigor hasta que expiraran, pero no

disponía nada sobre los acuerdos resultantes de negociaciones no cubiertas bajo la Ley

de Relaciones del Trabajo, como las “cartas contractuales.” La Comisión argumentaba

que la prohibición total a las huelgas no era efectiva, por lo que recomendó permitirlas

bajo tres condiciones: (1) el Tribunal Administrativo debía certificar que las partes

habían agotado los mecanismos para resolver el estancamiento en las negociaciones, (2

717 Sección 5.24 del anteproyecto de ley, en Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del

Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico, Informe, Vol. II. 718 Memorial explicativo del anteproyecto de ley, 21, en Comisión del Gobernador para Estudiar

Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico, Informe, Vol. II.

204

debían haber pasado 21 días desde que un comité hubiera sometido un informe con

determinaciones de hechos y (3) la huelga no debía amenazar la salud, la seguridad

pública o los servicios esenciales.719

Por último, el anteproyecto de ley propuso derogar las leyes de cobro de cuotas

de 1960 y 1961, lo cual retiraba el reconocimiento a las asociaciones de trabajadores

que no siguieran los procedimientos de la nueva ley. Además, derogaba las leyes que

concedían derechos de negociación colectiva a los trabajadores de agencias específicas

del gobierno.720 La Comisión, además, propuso revisar la Ley de Personal de 1947 para

atemperarla a la negociación colectiva y cubrir a todos los trabajadores del gobierno.721

El esquema propuesto por la Comisión Helfeld describió una tensión típica de

los sistemas de relaciones laborales, entre lo negociable y lo no negociable.722 Esta tesis

adopta el argumento de Luhmann de que los sistemas se reproducen a través de los

elementos de los que se componen y transforman su ambiente a su propio modo de

operar.723 Los subsistemas sociales, como el sistema legal, operan códigos binarios

propios que los distinguen de los demás.724 Las relaciones laborales han pasado de ser

un sistema de conflictos a ser un subsistema social distinguible.725 Además, ha visto

una transición de la reglamentación estatal a la autorreglamentación. El medio de

comunicación en este subsistema es la negociación, según Rogowski.726 Todo lo

negociable puede ser parte de un sistema de relaciones laborales. Los subsistemas de

719 Memorial explicativo del anteproyecto de ley, 34, en Comisión del Gobernador para Estudiar

Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico, Informe, Vol. II. 720 Sección 10.1 del anteproyecto de ley, en Comisión del Gobernador para Estudiar Relaciones del

Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico, Informe, Vol. II. 721 Memorial explicativo del anteproyecto de ley, 20, en Comisión del Gobernador para Estudiar

Relaciones del Trabajo en el Servicio Público de Puerto Rico, Informe, Vol. II. 722 Müller-enstch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations,” 5. 723 Niklas Luhmann, Social Systems, 359; N. Luhmann, “The Autopoiesis of Social Systems,” en eds. F.

Geyer and J. van der Zouwen, Sociocybernetic Paradoxes, Sage, London, 1986,

http://www.scribd.com/doc/32995281/Luhmann-Niklas-The-Autopoiesis-of-Social-Systems. 724 Luhmann, Social Systems, 231. 725 Müller-entsch, “Theoretical Approaches to Industrial Relations.” 726 Ralf Rogowski, “Industrial Relations, Labour Conflict Resolution and Reflexive Labour Law,” en eds.

Ralf Rogowski yTom Wiltagen, Reflexive labour law: studies in industrial relations and employment

regulation (Deventer : Kluwer Law and Taxation, 1993), 55-56.

205

relaciones laborales, político y legal se benefician mutuamente mediante la interacción

entre los representantes de los actores con los del Estado.

El interés mayor de la Comisión era reducir los costos de transacción mediante

la concesión parcial de las aspiraciones de los trabajadores, mientras se mantenían las

“áreas esenciales” fuera de su alcance. Lo excluido de la negociación colectiva se

enmarcó como una protección a la uniformidad, valor primordial del sistema, para evitar

que los grupos de trabajadores más exitosos lograran mejores condiciones de trabajo

que otros y así desmoralizaran a los demás. En efecto, retiraba de la mesa de

negociación los temas relacionados al desarrollo de una carrera, las pensiones y la

ejecución del trabajo bajo el pretexto de que negociarlos inducía a la desigualdad entre

los trabajadores. Sin embargo, la Comisión no propuso que estas condiciones fueran

negociadas conjunta o uniformemente para todas las unidades apropiadas, lo que

hubiera asegurado la uniformidad deseada. Esto se practicaba en muchos países

europeos. En su lugar, la Comisión propuso que estas áreas se mantuvieran en el

ámbito de decisión unilateral del gobierno, manteniendo la práctica histórica en Puerto

Rico. Sin embargo, no propuso prohibir la negociación salarial porque halló que los

estados y el gobierno federal Estadounidenses habían superado los problemas para

aprobar y financiar los convenios colectivos mediante mecanismos de colaboración

entre los funcionarios o de coordinación entre los procesos presupuestarios y de

negociación colectiva.727

Los múltiples acuerdos que habían llegado los trabajadores con sus agencias no

estarían protegidos por la ley, aunque estaba por verse si los instrumentos utilizados

para implementarlos, como enmiendas a los reglamentos de las agencias, perderían

vigor. Por otro lado, las condiciones propuestas para ejercer el derecho a la huelga

727 Comisión para Estudiar las Relaciones del Trabajo en el Servicio Público en Puerto Rico, Informe,

Vol. I, 182.

206

tenían el efecto de trasladar al tribunal laboral la adjudicación del conflicto, con la

incertidumbre de que los trabajadores en huelga fueran declarados esenciales o acusados

de poner en riesgo la salud o seguridad del pueblo.

El hecho de que la Comisión proponía incluir a las corporaciones públicas en

esta limitación a la huelga revelaba el discurso que ésta adelantaba en su relato. Al

formular y no contestar la pregunta de por qué se concedía el derecho a negociar

colectivamente y a la huelga a estos trabajadores, a pesar de que brindaban servicios

esenciales, la Comisión ignoró el historial de este derecho, según se discutió en el

Capítulo 2.

A estos trabajadores se les tildaba de aristocracia obrera. La UTIER se llamaba

a sí misma “el tronco del árbol más digno: la clase obrera.”728 La Comisión lo analizó

como un problema de falta de uniformidad, de que el gobierno había delegado esta

autoridad indebidamente, por lo que estos trabajadores recibían un trato superior que

desmoralizaba a los demás. Al expresarse de esta manera, la Comisión adelantaba la

teoría de soberanía indelegable como si estos servicios siempre los hubiera brindado el

gobierno. Este análisis ahistórico le impidió considerar los discursos que se habían

generado entre los trabajadores gubernamentales, e implicaba que su modelo decisorio

consistía en recibir insumos para decidir la forma de resolver los problemas

unilateralmente, sin considerar su acogida entre los trabajadores.

De este modo, el conflicto laboral fue tratado como un problema legal y de

gerencia de recursos humanos. Al así actuar, la Comisión ignoró la influencia del

subsistema político, el económico y el cultural. Por ejemplo, la Comisión no discutió en

sus informes la influencia que habían tenido los partidos políticos en la década de 1960,

ni encontró espacio en su análisis para considerar la coyuntura económica del momento.

728 Ver, e.g., “Breve Reseña Histórica de la UTIER,” www.utier.org/estructuras/historia.php.

207

Estas limitaciones le impidieron ir más allá del análisis legal del sistema de personal.

La Comisión no intentó buscar una conexión entre el problema de estudio y la crisis

económica, la estructura de la rama ejecutiva, la cultura de cabildeo legislativo e

intervención gubernamental, el desarrollo de las agrupaciones de trabajadores por

agencias ni otras instituciones o fuerzas que alentaban la negociación “informal”.

El discurso paternalista de la Comisión se reveló con su propuesta de que el

gobierno debía “orientar” a los trabajadores sobre “la filosofía detrás de la negociación

colectiva,” función normalmente desempeñada por los sindicatos y el Instituto de

Relaciones del Trabajo de la Universidad de Puerto Rico desde 1961. Además, propuso

que el Estado desarrollara a los trabajadores la “conciencia sobre las limitaciones del

Estado como patrono comparado con los patronos privados, y sobre su misión de

servicio al pueblo, quien en última instancia es el verdadero patrono y el consumidor

único de los servicios públicos.”729 Esta visión privilegiaba el papel de las actividades

gubernamentales como suplidoras de necesidades básicas, e ignoraba su dimensión

como propulsor de desarrollo económico. Esto es más notable porque consideró a las

corporaciones públicas como parte del servicio gubernamental. Sobre todo, comunicaba

el mensaje de que los trabajadores gubernamentales debían sacrificar sus intereses ante

los de la economía en general, aceptando limitaciones. Esto subrayaba el concepto

tradicional de que el empleo gubernamental era una posición social privilegiada,

denominada “servicio público.” En contraste, los trabajadores gubernamentales

identificaban su relación con el gobierno como contractual.

El gobierno de PPD restableció el sistema de exámenes para reclutar

trabajadores. Además, se creó por ley el Instituto para el Desarrollo de Personal en el

729 Memorial explicativo del anteproyecto de ley, 16. Comisión para Estudiar las Relaciones del Trabajo

en el Servicio Público en Puerto Rico, Informe, Vol. III,

208

Servicio Público, para capacitar trabajadores y mejorar los servicios.730 El tipo de

participación que el gobierno estaba dispuesto a aceptar fue plasmado en la Ley Núm.

111 del 8 de julio de 1974. Esta ley implementaba un nuevo sistema retributivo para el

empleo gubernamental y un comité de retribución que incluía representantes de los

trabajadores. En respuesta a la crisis del petróleo, el gobierno enmendó esta ley antes

de que entraran en vigor los primeros aumentos de salario que ésta contemplaba y los

condicionó a la disponibilidad de fondos. En consecuencia, los aumentos de sueldo no

se otorgaron.731 El espíritu de consulta tampoco se extendió a otras áreas del sistema de

relaciones laborales. El mismo año, la legislatura concedió al gobernador la facultad de

reorganizar los recursos del gobierno.732 Además, canceló el segundo y tercer año de

aumentos legislados en 1973 para los maestros del Departamento de Instrucción

Pública.733 Esta acción tuvo un alto costo político para el PPD, pues permitió al PNP

controlar la rama ejecutiva entre 1976 y 1984. También le permitió erigirse como una

fuerza equivalente al PPD hasta el presente.

Luis Ángel Torres Torres, Representante a la Cámara electo por el PIP en 1972,

participó en la Comisión del Trabajo y Asuntos del Veterano que atendió el

anteproyecto de ley que proponía reglamentar la negociación colectiva de los

trabajadores gubernamentales, conocido como proyecto Helfeld.734 Al ser entrevistado

para esta tesis, Torres Torres indicó que la discusión en la legislatura fue muy

superficial, pero Helfeld se reunió con los grupos sindicales y con legisladores para

recabar apoyo para la medida.

730 Informe de la Oficina de Personal sobre proyecto de ley, 5-8. La Ley Núm. 184 de 23 de julio de 1974

creó el mencionado Instituto. 731 Informe de la Oficina de Personal de Puerto Rico sobre cumplimiento de compromiso programático,

sin fecha. Se refiere a la Ley Número 127 de 30 de junio de 1975. 732 Ley Núm. 222 de 23 de julio de 1974. 733 Casellas, entrevista, 25 de agosto de 2010. 734 Proyecto de la Cámara número 1681, 1975.

209

El gobernador nunca se pronunció públicamente a favor de la sindicación, pero

había planteado a Helfeld su disponibilidad de apoyarla si el derecho a la huelga se

condicionaba a un periodo de enfriamiento.735 Luego de sometido el proyecto, el

gobernador se expresó a favor del proyecto y delegó en la legislatura el diseño final el

mismo Además, éste se comprometió a brindarle solución al problema de las huelgas

mediante la mediación, la conciliación y el arbitraje voluntario.736 Los líderes

legislativos se pronunciaron a favor del proyecto y se proponían presentarlo primero y

luego el proyecto de Ley de Personal. Como parte del proceso, la Oficina de Personal

adiestró a sus trabajadores sobre relaciones laborales.737

El Proyecto de Sindicación fracasa

Los trabajadores de las corporaciones públicas, los municipios, y por contrato de

la rama ejecutiva decretaron muchas más huelgas que los trabajadores del servicio por

oposición de la rama ejecutiva.738 Sin embargo, las huelgas de los bomberos, la

HEEND y la Federación de Maestros provocaron un debate público intenso que debilitó

el apoyo legislativo a la negociación colectiva en esta rama. Cuando se creó la

Comisión Helfeld, el director de la oficina de investigaciones de AFSCME opinó que el

gobierno realizaría los estudios porque el gobernador se asustó con la actividad

huelgaria y la falta de apoyo de los sindicatos.739

735 Luis Ángel Torres Torres, Entrevista realizada por el autor, 10 de noviembre de 2003. Huegel expresó

que el gobernador no demostró interés, porque tenía la suficiernte fuerza para promover su aprobación y

no lo hizo. Huegel, entrevista, 2 de abril de 2006. 736 Rafael Hernández Colón, “Labor Policy in Puerto Rico,” en Asociación Nacional de Árbitros, Dispute

Resolution in the Workplace: NAARB Proceedings 1975 (Washington D.C.: Bureau of National Affairs,

1975), 203-207. 737 Informe de la Oficina de Personal de Puerto Rico sobre cumplimiento de compromiso programático,

sin fecha. 738 Los trabajadores municipales decretaron 30 huelgas en 1973 y 15 en 1974; los de hospitales decretaron

4 y 10, respectivamente y los de corporaciones públicas, 7 y 10, respectivamente. En marzo de 1973, se

arrestó a trece trabajadores del municipio de Utuado por violar un interdicto. “Líder MOU condena

arrestos,” El Mundo, 15 de marzo de 1973, 17-A. 739 Guy Nunn, Carta a Jerry Wurf, presidente de AFSCME, 29 de noviembre de 1973.

210

Cuando la Federación de Maestros decretó una huelga en reclamo de

reconocimiento como agente de negociación colectiva, aumentos de sueldo y otras

demandas, los líderes sindicales lanzaron su apoyo a la propuesta. Una de las

condiciones bajo las cuales se resolvió la huelga fue la promesa de someter el proyecto

de ley para la sindicación en o antes de abril de 1974,740 pero los líderes legislativos

abandonaron su apoyo al proyecto de sindicación.

La huelga se había realizado a pesar de que se estaba considerando legislar el

derecho a la negociación colectiva y luego de que el gobernador anunciara la propuesta

de conceder un aumento de sueldo a los maestros de $75.00 al mes.741 Al igual que

huelgas anteriores en otras agencias, la recién fundada Federación intentaba desplazar a

la Asociación de Maestros en la vanguardia del grupo.742 Esta última no buscaba la

negociación colectiva, luego de los eventos de 1956 narrados en el capítulo 2. De

acuerdo al estudio realizado para la Comisión Helfeld, muchos maestros pasaron de la

Asociación a la Federación porque la primera aparentaba ser “una rama del

Departamento.”743

La prensa comercial se pronunció contra la huelga. El comentario más adverso

provino del director de El Mundo, Alex W. Maldonado, quien indicó que se estaba

sentando el patrón de “lo que ocurrirá si legalizan las uniones:”

El liderato será independentista, y tendrá el apoyo del PNP. Las uniones exigirán

más. El gobierno reconocerá que es justo lo que piden pero no podrá dárselo, y

tendremos a un gobierno negociando con el PIP o PNP para gobernar. Hasta

740 María V. Adorno Dávila, “Las huelgas en el servicio público” Trabajo de investigación para el

seminario sustitutivo de tesis hacia el grado de Maestría en Administración Pública, Universidad de

Puerto Rico, Mayo de 1977), 18. 741 Diana T. Díaz Torres, “Impacto de la huelga de la Federación de Maestros de Puerto Rico” (Tesis de

Maestría, Escuela Graduada de Administración Pública, Recinto de Río Piedras, Universidad de Puerto

Rico, 1976), 31-32. 742 Huegel, entrevista, 2 de abril de 2006; Silén, Apuntes: para la historia del movimiento obrero

puertorriqueño,188. 743 Sheila Borges, “El Departamento de Instrucción,” 95.

211

ahora, con todo y paros se ha podido gobernar, pero luego de las uniones . . .

¿Podrá?744

Siguiendo los argumentos de las asociaciones patronales, los legisladores (en

particular el Representante Roberto Rexach Benítez, del PPD) perdieron confianza en

que los sindicatos utilizaran las herramientas de la sindicación para canalizar las

negociaciones para fines y mediante procesos limitados. La entonces ex Secretaria de

Instrucción, Celeste Benítez, planteó como solución la celebración de un referéndum.

Luego se propusieron iniciativas legislativas para habilitar este referéndum.745 Los

líderes sindicales argumentaban que dado que el PPD había incluido la sindicación de

los trabajadores estatales en su programa electoral, la medida se había aprobado en las

elecciones.746

El razonamiento de Rexach Benítez y Benítez seguía el discurso de la soberanía,

según el cual la sindicación representaba un conflicto intolerable de lealtades, entre el

pueblo y el grupo laboral. Al igual que en 1956, los maestros estuvieron al centro de

este debate. Como entonces, los maestros exigían más de lo que el gobierno ya estaba

considerando brindarles, y el gobierno renegó de sus promesas por sentirse traicionado.

La diferencia estribaba en que, en esta ocasión, el gobierno estaba considerando aceptar

que la negociación colectiva y la huelga eran compatibles con el empleo gubernamental.

En un encuentro posterior entre el gobernador y el presidente de la Federación de

Maestros, el primero le indicó que la huelga estaba destinada al fracaso desde el

principio y había perjudicado al sindicalismo, a lo cual el segundo asintió o respondía

“así es.”747

744 Alex W. Maldonado, “Victoria vital para RHC,” El Mundo, 5 de marzo de 1974, 7-A, citado por Díaz

Torres, “Impacto de la huelga de la Federación de Maestros de Puerto Rico,” 23. 745 Proyecto del Senado número 1613 de 7 de noviembre de 1975, presentado por el senador Hernández

Agosto; Resolución Conjunta de la Cámara número 32 de 14 de marzo de 1974, presentada por el

Representante Torres Santiago. 746 Comunicado de Prensa, 12 de marzo de 1974. 747 Díaz Torres, “Impacto de la huelga de la Federación de Maestros de Puerto Rico,” 36.

212

El Secretario de Instrucción Pública argumentó luego que la huelga había

demostrado que el Departamento no podría funcionar con un sindicato.748 Estos

comentarios responden al discurso de que contrario a las empresas, las agencias de

gobierno no podían cesar de funcionar un solo día. Galvin contradijo este argumento,

citando estudios que demostraban que las agencias tenían formas de protegerse contra la

pérdida de servicios y que el reclamo de emergencia nacional había sido exagerado.749

Helfeld, por su parte, argumentó ante los legisladores que este tipo de huelgas era la

razón principal para apoyar el proyecto de ley, pero los argumentos patronales de no

legitimar la actividad colectiva prevalecieron, aún ante el gobernador.750

Helfeld presentó el informe al Gobernador el 18 de febrero de 1975 en una

ceremonia en La Fortaleza.751 Los líderes legislativos objetaron,752 pero el Gobernador

Hernández Colón sometió el proyecto a la Cámara de Representantes el 18 de abril de

1975 con la firma de toda la delegación popular y referido a cuatro comisiones

camerales. Éstas no remitieron el proyecto a votación.753

En contraste con el proyecto presentado en enero de 1973, que buscaba canalizar

las energías de los trabajadores y así evitar las huelgas, este proyecto de negociación

colectiva se justificó como una forma de resolver la desmoralización causada por el

trato diferencial entre trabajadores y controlar la negociación colectiva “informal”.754

En segundo lugar, este proyecto especificaba las áreas del principio de mérito no sujetas

a negociación colectiva755 sino a vistas públicas ante la Junta de Personal,756 mientras el

anterior sólo prohibía la negociación de temas que fueran incompatibles con este

748 Díaz Torres, “Impacto de la huelga de la Federación de Maestros de Puerto Rico,” 37. 749 Galvin, “La resolución de conflictos en el sector público,” 117-119. 750 Torres Torres, Entrevista, 10 de noviembre de 2003. 751 “Helfeld informa hoy.” Claridad, 18 de febrero de 1975, 9. 752 “Legislatura no lo discute aún,” Claridad, 19 de febrero de 1975, 7. 753 Proyecto de la Cámara número 1681, portada de expediente legislativo detallando su historial. 754 Proyecto de la Cámara número 1681, Exposición de Motivos. 755 Proyecto de la Cámara número 1681, Sección 5.24(a). 756 Proyecto de la Cámara número 1681, Sección 5.25(a). Cabe señalar que dicha los sindicatos podrían

intervenir para poner en vigor las normas preparadas con los insumos de las vistas.

213

principio, lo cual sólo requería que el gobierno tuviera independencia de criterio al

contratar trabajadores.757 Al limitar los temas de negociación a los que no perjudicaran

el principio de mérito, el proyecto Helfeld perdía atractivo para los Agentes de Rentas

Internas, que buscaban influir en la política pública que habían administrado desde

1900. Esto, mediante las propuestas constantes de alternativas para combatir la evasión

contributiva y la utilización de equipo para hacerlo.

En tercer lugar, el proyecto de 1973 permitía que los grupos que requerían

adiestramiento establecieran democráticamente sus propias unidades apropiadas, lo que

el proyecto Helfeld no contemplaba. Contrario al proyecto Helfeld, las unidades que

reunían trabajadores que requirieran cierto adiestramiento serían voluntarias bajo el

proyecto de 1973. Sus integrantes podrían establecer unidades apropiadas separadas, lo

cual podría incluir a los Agentes de Rentas Internas que debían asistir a una

academia.758 Al restringir la capacidad de los Agentes de Rentas Internas de formar su

propia unidad apropiada y destinarlos a negociar junto a trabajadores que tenían otras

identidades y discursos, le restaba su apoyo al proyecto. La historia sugería que esto

podría ocurrir, ya que habían disuelto la Asociación en 1960 en beneficio de la

AFSCME, pero habían vuelto a formar una Hermandad propia siete años después.

En ocasión de la huelga de maestros, el Secretario de Instrucción pública declaró

que no podría negociar aumentos de salarios en medio de una recesión.759 Ésta fue la

razón principal que dio el Gobierno para descartar el proyecto Helfeld. El Gobernador

indicó a Helfeld que esperaba que establecer la negociación colectiva como modelo de

relaciones laborales resultara en una sindicación generalizada y en un aumento en el

presupuesto salarial del gobierno.760 Luego de que la Comisión Helfeld fuera

757 Proyecto de la Cámara número 2, , 8 de enero de 1973, Sec. 8.4(a). 758 Proyecto de la Cámara número 2, 8 de enero de 1973, sec. 5.2. 759 Díaz Torres, “Impacto de la huelga de la Federación de Maestros de Puerto Rico,” 37. 760 Helfeld, entrevista, 21 de agosto de 2010.

214

nombrada, los países árabes decretaron un embargo como represalia por el apoyo

Estadounidense a Israel en la guerra de 1973. El precio del petróleo se cuadruplicó, los

costos de operaciones gubernamentales aumentaron y se cerró a Puerto Rico el mercado

de bonos municipales de los Estados Unidos.761 El llamado “Informe Tobin” por su

autor762 recomendó la congelación de salarios gubernamentales por tres años para

enfrentar esta estrechez económica y pesó mucho sobre las decisiones de Hernández

Colón. Todos los estudios que se hacían mediante comisiones para cumplir promesas

de campaña se engavetaron.763 Aparentemente, el Gobierno no consideró establecer un

sistema de negociaciones como el del gobierno federal estadounidense, que no incluía

los salarios como tema de negociación, ni aún lo hace. Esta omisión sugiere que el

gobierno no consultó alternativas sino que se limitó a descartar las que se le habían

planteado.

Román Espada trazó paralelos entre las leyes núm. 130 de 1945 y 45 de 1998.

El proyecto Helfeld adelantaba seis de los siete puntos señalados por Román Espada:

1. El énfasis del estado en la producción y su desarrollo ininterrumpido.

2. El interés del estado en reglamentar las relaciones laborales con los

empleados de gobierno.

3. El reconocimiento por el Gobierno de una práctica extra legal (no

reglamentaria) de negociación colectiva.

4. El intento de evitar los conflictos en las relaciones laborales en el gobierno.

5. La oposición de importantes líderes obreros a ambas piezas legislativas.

761 Casellas, entrevista, 25 de agosto de 2010. 762 Ganador del premio Nobel en economía y actual asesor del G20 (grupo de los 20 países más ricos

incluyendo la Unión Europea) sobre la crisis económica mundial. 763 Casellas, entrevista, 25 de agosto de 2010.

215

6. Ninguno de los proyectos de ley surgieron como una iniciativa del

movimiento obrero o fueron fruto de la discusión en su seno, sino que en

ambas ocasiones fueron iniciativas del Estado.764

El papel del proyecto Helfeld era “contrario a los hechos,” del modo que

argumentaba Luhmann, porque tenía la intención de cambiar la situación prevaleciente

por una que cumpliera las expectativas institucionales. Éstas dictaban que los

trabajadores debían negociar colectivamente de forma controlada y con costos de

transacción mínimos. Para asegurar esta intención, establecía un Tribunal que

corrigiera y castigara a los actores del sistema de relaciones laborales que contravinieran

sus disposiciones. Para tener éxito, necesitaba que los participantes en los sistemas que

influían el sistema de relaciones laborales (sistema legal, económico, ideológico) en el

gobierno participaran del proceso.

Al proponer legislación que reglamentara la negociación colectiva y sustituyera

el sistema de negociaciones “informales,” la Comisión Helfeld invitó a la legislatura al

ya discutido proceso de juridificación del sistema de relaciones de empleo. El proyecto

Helfeld emulaba las propuestas de Robin Smith, quien argumenta que la empresa

contemporánea que busca ejercer control amoldándose a los intereses de los sindicatos

aumenta las oportunidades de control disponibles a ambas partes, mediante la

complejidad de las normas formales y del uso y costumbre.765 Merriam lo expresó al

decir que “el poder no es más fuerte cuando usa la violencia, sino más débil. Es más

fuerte cuando usa los instrumentos de la sustitución y las contra-atracciones, de alentar

o participar en lugar de la aniquilación.”766 Para entender el sistema de relaciones

laborales, hay que mirar no sólo las reglas particulares y acuerdos en vigor sino también

764 Carlos Román Espada, “Evolución histórica de la sindicación de los empleados públicos en Puerto

Rico,” 78. 765 Robin Smith, “The Maximisation of Control in Industrial Relations Systems,” 1-26. 766 Smith, “The Maximisation of Control in Industrial Relations Systems,” 26, citando a C.E. Merriam,

Political Power: Its Composition and Influence, 1934, 180.

216

los métodos que llevan a las partes a adherirse a las reglas y mediante los cuales las

reglas cambian gradualmente.

El Gobernador presentó un proyecto de Ley de Personal al mismo tiempo que

presentó el proyecto Helfeld. En mayo de 1975, los líderes de las Comisiones de

Gobierno de ambas cámaras anunciaron que el mismo no se presentaría para

votación;767 pero luego de la pérdida de apoyo legislativo al proyecto Helfeld, se

invirtió el orden legislativo y se presentó el proyecto de Ley de Personal ante la

legislatura.768 Varios sindicatos de corporaciones públicas, la Universidad de Puerto

Rico, el Fondo del Seguro del Estado y el Sindicato de Bomberos sometieron una carta

al Senado en la que expresaron su oposición al proyecto, así como un grupo de

enmiendas. Entre otras enmiendas, los sindicatos propusieron crear un comité de quejas

con jurisdicción sobre ascensos, reclasificaciones de puestos, condiciones físicas de las

áreas de trabajo, distribución de tareas y la aplicación de la ley.769

En su lugar, el Senado incluyó un Comité de Participación de carácter consultivo

en cada agencia. Esta medida, tildada como pionera en la isla, reflejó el alcance que los

legisladores concedían a la intervención de los trabajadores en sus condiciones de

trabajo, similar al de la ya mencionada Ley de Retribución Uniforme. La misma

ayudaría a la agencia a desarrollar:

[P]rogramas dirigidos a mantener un clima de trabajo que contribuya a la

satisfacción y motivación de los empleados . . . [como la] atención de

sugerencias, orientación y consejería en relación con el trabajo,

actividades recreativas y culturales, premios y reconocimientos y

767 “Suspenden vistas ‘Ley Personal’,” Claridad, 21 de mayo de 1975, 4. 768 Proyecto de la Cámara número 2, sec. 5.2; ver además, expresiones del senador Nicolás Nogueras en

el debate del Proyecto del Senado número 1428, 3 de octubre de 1975, en que indica que el informe

Helfeld estaba engavetado. 769 Actas del Senado de Puerto Rico, 3 de octubre de 1975. Estas enmiendas fueron recogidas entre las

enmiendas propuestas por las Comisiones de Gobierno y Derechos Civiles del Senado al Proyecto del

Senado Número 1428; sin embargo, la sección analítica del informe de dichas comisiones hace referencia

al comité de participación y no al comité de quejas. Informe de las Comisiones de Gobierno y Derechos

Civiles del Senado sobre el Proyecto del Senado Número 1428, 12 y 44.

217

atención de planteamientos y quejas. . . no . . . relacionadas al con las

áreas esenciales al principio de mérito.770

La Ley de Personal que se adoptó en 1975 en lugar del proyecto Helfeld

incorporó las recomendaciones que presentó la Comisión para Revisar la Ley de

Personal en 1973.771 Esto respondía a que el PPD consideraba que el gobierno de Ferré

había politizado el servicio civil. Según indicó el presidente del Senado Hipólito

Marcano, del PPD, este gobierno había sido un “accidente político [que] trastocó la

línea ascendente histórica en el desarrollo del servicio público,”772 que la propuesta

buscaba rectificar.

La exposición de motivos de la Ley de Personal de 1975 indicó que se proponía

establecer la norma a seguir en caso de que el principio de mérito fuera elevado a la

Constitución. A diferencia de la Ley de Personal de 1947, esta ley dio al principio de

mérito prioridad sobre otras consideraciones de personal y lo extendió a todos los

trabajadores gubernamentales. Además, buscaba proteger a los trabajadores contra las

arbitrariedades de los gobernantes y permitir la negociación colectiva que en su día se

aprobara. Por otro lado, también protegía el “principio de mérito” contra las propuestas

de los trabajadores en cuanto a las áreas definidas como “esenciales.”

Esta Ley disponía por primera vez que cada agencia administraría las relaciones

con sus propios trabajadores, para que el sistema pudiera atender el tamaño creciente de

la plantilla gubernamental.773 Así buscaba remediar la lentitud que había caracterizado

770 Informe conjunto de las Comisiones de Gobierno, Trabajo, Jurídico Penal y de Hacienda de la

Cámara de Representantes de Puerto Rico sobre el Proyecto del Senado número 1428, 10 de octubre de

1975, 33-34. 771 Diario de Sesiones del Senado, 3 de octubre de 1975; Informe de la Oficina de Personal del ELA de

Puerto Rico sobre la propuesta de una nueva ley de personal, sin fecha. 772 Diario de Sesiones del Senado, 3 de octubre de 1975. 773 Diario de Sesiones del Senado, 3 de octubre de 1975. Expresiones del senador Raúl Latoni en el

debate del Proyecto del Senado número 1428.

218

a la Oficina de Personal,774 subrayando además la premisa inarticulada de que el

crecimiento del gobierno era irreversible y que el sistema de mérito lo cubriría en su

totalidad. El Gobierno no consideró delegar a la negociación colectiva, bajo el proyecto

Helfeld, los temas que la Ley de Personal delegaba a las agencias. Al retener la

potestad unilateral sobre los temas que la Ley de Personal asignó a la Oficina Central de

Administración de Personal, el modelo de la Ley de Personal se hubiera coordinado con

la negociación colectiva.

La ley excluyó a las corporaciones públicas y los trabajadores que estuvieran

cubiertos por leyes “especiales” que autorizaran la negociación colectiva. A pesar de

que el proyecto Helfeld se hallaba bajo consideración de la legislatura, el uso del

vocablo “especiales” ilustra la intención de que los casos así excluidos fueran

excepcionales, como el de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y el Fondo del

Seguro del Estado.775 Otras agencias fueron denominadas como “Administradores

Individuales” sujetos al principio de mérito, lo que implicaba que la negociación

colectiva, si no era reconocida por una ley especial, no podría incluir asuntos como los

ascensos y traslados de los trabajadores. Éstos eran temas que habían negociado en el

pasado, según discutido en los Capítulos 2 y 3. Originalmente, el proyecto de ley

nombraba a las corporaciones públicas como Administradores Individuales y no excluía

774 Informe de las Comisiones de Gobierno y Derechos Civiles del Senado de Puerto Rico sobre el

Proyecto del Senado número 1428,30 de septiembre de 1975, 24. 775 El Artículo 12 del Código civil de Puerto Rico establece la norma de interpretación legal, al disponer

que “[e]n las materias que se rijan por leyes especiales, la deficiencia de éstas se suplirá por las

disposiciones de este código.” 31 LPRA sec. 12. El más influyente de los escritores sobre derecho civil

español indica que “una norma general respecto de otra especial, puede ser especial respecto de otra más

general.” José Puig Brutau, Compendio de Derecho Civil, Vol. I, 7, citando a G. García Valdecasas. De

este modo, la ley que regula el empleo gubernamental es especial en comparación al código civil que rige

las relaciones entre las personas, pero será general frente a otra ley que reglamentaba las relaciones de

empleo en una agencia gubernamental y regirá sobre los elementos no reglamentados por dicha ley

“especial.” Esta disposición de la ley de personal es especial preestablece la relación de dichas dos leyes.

Cabe señalar, además, que los senadores Torres Braschi, Tello, Arroyo y Rivera Ramos propusieron que

el texto se refiriera a todas aquellas agencias que hubieran firmado o en su momento firmaran cartas

contractuales. Enmiendas al P. del S. 1428, sin fecha.

219

a ningún empleado del sistema de mérito,776 pero luego se enmendó para excluir a las

agencias con leyes especiales de negociación colectiva, ante la oposición de los

sindicatos.

Al cerrar el debate sobre el proyecto de Ley de Personal en el Senado,

Marcano— quien había sido líder de los sindicatos estadounidenses en Puerto Rico en la

década de 1960— argumentó que los sindicatos y partidos políticos ajenos al PPD

habían tenido la oportunidad de participar en las vistas públicas y que el PPD había

recibido el apoyo en las urnas para su programa de gobierno, que incluía elevar el

principio de mérito a la Constitución y la aprobación de una nueva Ley de Personal.

Así el sistema de personal se cubría con el manto del soberano contra la influencia de

personas ajenas al servicio público, tales como los políticos de carrera. Marcano

expresó este discurso de manera elocuente:

El pueblo de Puerto Rico no le ha entregado su dirección y control a ningún

grupo. Los intereses de nuestro pueblo están por encima de los intereses de

grupos. Es suprema la soberanía y voluntad de nuestro pueblo que no puede ser

aherrojada por nada ni por nadie. En nombre, pues, de ese pueblo, es que hemos

hablado aquí esta tarde.777

Los sindicatos rechazan la propuesta

Las propuestas legislativas para extender la negociación colectiva a los

trabajadores gubernamentales que se presentaron durante este periodo tuvieron muy

poco o ningún apoyo de los sindicatos de estos trabajadores.778 Las organizaciones

sindicales objetaban la propuesta de unidades apropiadas horizontales porque no tenían

776 Informe de las Comisiones de Gobierno y Derechos Civiles del Senado de Puerto Rico sobre el

Proyecto del Senado número 1428,30 de septiembre de 1975, 32. 777 Diario de Sesiones del Senado, 3 de octubre de 1975. Intervención del senador Hipólito Marcano en el

debate del Proyecto del Senado número 1428. 778 Pou Rivera, “Public Employee Organizations in Puerto Rico,” 287.

220

suficiente dinero para organizar trabajadores distribuidos en diversas agencias.779

Dieciséis líderes sindicales entrevistados para una tesis posterior expresaron que la

sindicación horizontal impedía que las acciones concertadas incluyeran a todos los

empleados de una agencia, por lo que serían menos efectivas.780 Las acciones

concertadas incluyen la organización de peticiones, asambleas y cursos sindicales, no

sólo actividades de protesta. Los líderes sindicales entrevistados para una tesis de 1974

consideraron que la propuesta buscaba reducir su capacidad organizativa. Los

trabajadores entrevistados para la misma tesis favorecieron la negociación vertical.781

El Secretario del Trabajo presentó una posible explicación: los líderes sindicales

preferían representar unidades apropiadas que agruparan a los trabajadores que ya

estaban en sus sindicatos. Ésto aseguraba “una mayoría de miembros leales y

entusiastas que pueden concederle el triunfo en cualquier posible elección.”782 Además,

las unidades apropiadas horizontales tenían el potencial de restar participación a los

“grupos menores compuestos por determinada clase ocupacional . . . en la

779 Huegel, entrevista, 2 de abril de 2006; Roca Rosselli, entrevista, 25 de febrero de 2010. Huegel

entendía que los líderes sindicales tampoco tenían la fuerza moral para hacerlo y que no querían organizar

más allá de sus talleres. 780 Suárez Torres, “La organización Horizontal propuesta en el anteproyecto para autorizar la

sindicalización de los empleados públicos,” 30. Los entrevistados fueron Clifford Depin de la

International Ladies Garment Union, Luis Lausell de la UTIER, José J. Hernández, de la Unión

Independiente de Empleados Telefónicos, Arturo Figueroa del Congreso de Uniones Industriales, Jaime

Cruz varez de la Unón de Empleados del Banco de la Vivienda, Orlando Oliveras de la Hermandad

Independiente de Empleados Profesionales de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, Dwight

Rodríguez de la Unión Profesional de la Autoridad de Fuentes Fluviales, Félix Rodríguez y Serapio

Laureano de la Federación de Maestros de Puerto Rico, Peter Huegel de la Amalgamated Meat Cutters

Union, Rubén Calderón de l Central Labor Council, Osvaldino Rojas Lugo, Héctor René Lugo de la

Unión Independiente de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados,, Guillermo Ortiz de la Internationl

Longshoremen’s Association, Marilú Sánchez de la Seafarers International Union de Puerto Rico y Ga

Villahermosa de la HEORA. 781 Suárez Torres, “La organización Horizontal propuesta en el anteproyecto para autorizar la

sindicalización de los empleados públicos,” 26. El universo era de diez trabajadores de cada una de cinco

agencias, incluyendo el Departamento de Hacienda; la muestra incluía contables, auditores y

recaudadores, pero no Agentes de Rentas Internas. 782 Luis F. Silva Recio, “La determinación de la unidad apropiada para negociación colectiva entre los

empleados del gobierno,” Revista de Administración Pública (Universidad de Puerto Rico) 5 Núm. 2

(abril de 1973): 64-65.

221

determinación de las condiciones particulares de empleo que les afectan.”783 Mientras

tanto, la experiencia en el gobierno federal de los Estados Unidos era que las agencias

preferían unidades amplias y éste era el punto de conflicto más frecuente.784 La

mayoría de los estados no definieron las unidades apropiadas, encomendándole esta

tarea a las agencias administradoras de las leyes habilitadoras.785 Así fue en el caso del

Fondo del Seguro del Estado.786

Entre los integrantes de la Comisión, el asesor sindical Vicente Ortiz Colón se

opuso al arbitraje compulsorio y la prohibición a negociar el principio de mérito, así

como a que el mismo cubriera a las corporaciones públicas,787 por lo que eventualmente

renunció a la Comisión.788 Los líderes sindicales se hallaban en un momento de

triunfalismo, simbolizado por su pomposa decisión de llamar a las huelgas de la UTIER

y los bomberos como “jornadas de julio,” en alusión al derrocamiento de los Borbones

en Francia en 1830. En consecuencia, no aceptaron limitaciones al ejercicio del derecho

a la huelga, mientras las organizaciones patronales como la Asociación de Industriales y

la Cámara de Comercio se oponían.

Esto confirma la hipótesis de que los sindicatos preferían negociar como lo

habían hecho hasta entonces y no procurar una ley que reglamentara su derecho a

hacerlo. De hecho, los sindicatos no propusieron otro modelo de negociación colectiva

para legislación, lo cual hicieron en 1978 y 1979.789 En otras palabras, la legislación no

783 Silva Recio, “La determinación de la unidad apropiada para negociación colectiva entre los empleados

del gobierno,” 76. 784 Silva Recio, “La determinación de la unidad apropiada para negociación colectiva entre los empleados

del gobierno,” 66-67. 785 Silva Recio, “La determinación de la unidad apropiada para negociación colectiva entre los empleados

del gobierno,” 67. 786 Silva Recio, “La determinación de la unidad apropiada para negociación colectiva entre los empleados

del gobierno,” 86. 787 “Una voz en disidencia,” El Vocero, 19 de febrero de 1975. 788 “Renuncia a la Comisión Helfeld,” Claridad, 29 de mayo de 1975, 4. 789 Ver Proyecto del Senado Núm. 455 sometido por la Confederación Única de Trabajadores del Estado

el 18 de enero de 1978 y Proyecto del Senado Núm. 1067 sometido por Luis Lausell Hernández el 20 de

abril de 1979, citados en Rivas Morales, Las huelgas ocurridas en los sectores público y privado en

222

era un símbolo imprescindible dentro de su discurso laboral. Los sindicatos buscaban

una agenda de negociación y derecho a la huelga irrestrictos, por lo cual no apoyaban la

distinción entre lo negociable y lo no negociable incluida en el proyecto Helfeld.790

Además, se proponían participar en la determinación de política pública, lo que la

Comisión Helfeld mencionó pero no analizó no realizó recomendaciones al respecto.

El grupo de sindicatos que ya tenía el derecho a la negociación colectiva se

opuso al proyecto Helfeld, porque no garantizaba su derecho a continuar bajo la Ley

Núm. 130. La oposición al proyecto de Ley de Personal, según Torres Torres, se debía

a que los sindicatos de las corporaciones públicas temían perder la capacidad legal de

negociar temas ya cubiertos por los convenios colectivos vigentes. Además, pensaban

que la ley restaría derechos a los demás trabajadores. También se opusieron porque las

recomendaciones del informe Helfeld habían sido condicionadas a la austeridad fiscal

recomendada por el Informe Tobin. A la misma vez, el gobierno denegó aumentos de

sueldos a los trabajadores gubernamentales en 1975791

Los sindicatos de las corporaciones públicas organizaron una gran marcha en

oposición a la Ley de Personal en San Juan el 8 de octubre.792 En la misma participaron

treinta y ocho sindicatos del Gobierno, y lograron que la ley excluyeran del sistema de

mérito a las corporaciones públicas, aunque sus reglamentos de personal debían

incorporar el principio de mérito.793 Este fue el último movimiento en que participó el

MOU, luego de que denunció el proyecto de Ley de Personal como “una forma de

represión gubernamental contra el movimiento obrero.”794 La mayor contribución del

MOU al movimiento opositor fue la celebración de una Conferencia Sindical contra la

Puerto Rico durante los años 1892 a 1982 y consideraciones en torno a la sindicalización de los

empleados públicos, 520. 790 Torres Torres, Entrevista, 10 de noviembre de 2003; Roca Rosselli, entrevista, 25 de febrero de 2010. 791 Ley Número 127 de 30 de junio de 1975. 792 “Toda la isla al borde de un paro general,” El Nuevo Día, 7 de octubre de 1975, 2. 793 La enmienda para excluirlos se realizó antes de la marcha, pero la misma no se canceló. 794 “Huelga en el gobierno,” El Nuevo Día, 2 de septiembre de 1975, 4.

223

Represión, que estaba ligada a la denuncia de los arrestos de varios líderes sindicales,

entre ellos su Secretario Ejecutivo, Federico Cintrón Fiallo.795 Sin embargo, el

gobernador nombró a Pedro Grant en septiembre a su Comité Asesor Laboral.796

Siguiendo un patrón de la década anterior, la Hermandad de Agentes de Rentas Internas

no participaba en las organizaciones que convocaron a la marcha. Como para otros

trabajadores gubernamentales, su identidad como grupo no los llevaba a formar una

identidad más amplia o una “conciencia” de clase trabajadora.

Conclusión

Este capítulo estudió las leyes y propuestas resumidos en el siguiente cuadro:

Proyecto o

Ley

Derecho a

huelga?

Incluyó la

rama

ejecutiva?

Incluyó las

corporaciones

públicas?

Temas de

negociación

Estructura

sindical o de

administración

de personal

Ley de

Servicio CIvil

de 1907

No Sí n/a Ninguno Centralizada

Ley de

Comisión de

Servicio Civil

de 1931

No Sí n/a Ninguno Centralizada

Ley de

Relaciones

del Trabajo

de 1945

Sí No Sí Horas, salarios,

condiciones de

trabajo

Por empresa

Ley de

Personal de

1947

No Sí Sí Ninguno Centralizada

Proyecto de

1973

Sí Sí Horas, salarios,

condiciones de

trabajo

Por elección de

los trabajadores

Proyecto

Helfeld

Sí Sí Sí Horas, salarios,

condiciones de

trabajo

Horizontal

Ley de

Personal de

1975

No Sí Sí Ninguno Por agencia

795 “Huelga en el gobierno,” El Nuevo Día, 2 de septiembre de 1975, 4. 796 “Grant al Consejo Laboral,” Claridad, 3 de septiembre de 1975, 5; véase también, “Asesores laborales

para RHC,” El Nuevo Día, 7 de octubre de 1975, 2.

224

Estas leyes permiten visualizar los contornos del Derecho puertorriqueño en

torno a las relaciones laborales gubernamentales como la expresión de los discursos

estatales de control de trabajo. Los intentos por separar a los trabajadores

gubernamentales de los partidos políticos han ido acompañados de una filosofía de

lealtad a la patria y al ideal de industrialización que adquirieron tonos mesiánicos.

Éstos exigían sacrificios que sentaron las bases para las actividades de resistencia que se

esbozaron en Capítulo 3. A cambio, el gobierno ofrecía garantías y privilegios. Por

ejemplo, la invitación a que la AFSCME construyera viviendas resalta la importancia de

la tenencia de la propiedad como símbolo de ascenso social.

El gobierno se propuso resolver los conflictos laborales gubernamentales de la

primera mitad de la década de 1970 mediante leyes de retribución uniforme, reformas al

sistema de mérito y estudios sobre la negociación colectiva. Estos últimos ofrecieron a

los Agentes de Rentas Internas, así como al resto de los trabajadores gubernamentales,

la posibilidad de regularizar su participación en la discusión de sus condiciones de

trabajo. Sin embargo, estas alternativas no motivaron la participación de éstos ni la

reactivación del consentimiento perdido con el cambio de gobierno y la crisis

económica. Las huelgas de los maestros, bomberos y otros hicieron pensar a los

legisladores que no podrían reglamentar la negociación colectiva de forma efectiva.

Los legisladores pensaron que era imposible negociar las condiciones de trabajo durante

una crisis económica sin aumentar los costos mayores.

Esta discusión revela una definición estrecha de la negociación colectiva por

parte del Estado, según la cual los sindicatos sólo buscaban aumentos en la nómina

gubernamental. Para evitarlo, el gobierno de Puerto Rico reiteró los argumentos

tradicionales de que la soberanía del Estado era indelegable a los grupos de presión. El

gobierno argumentaba que debía tener la potestad de diseñar unilateralmente el sistema

225

de relaciones de empleo. Estos argumentos comunicaban el mito de que los sindicatos

eran sinónimos a las huelgas y socavaban la lealtad que debían los trabajadores

gubernamentales al Estado. En fin, el gobierno fue consecuente con los discursos

formados durante las décadas anteriores, a pesar de las tendencias cambiantes alrededor

del mundo. La Comisión Helfeld intentó cambiar sin éxito esta mentalidad, pero sus

esfuerzos no contaron con el apoyo de los trabajadores y los legisladores temieron

desatar el poder colectivo de éstos. Esto les hizo optar por una reglamentación

unilateral detallada, en lugar de crear un espacio de negociación reglamentada.

Los argumentos que el gobierno esgrimió en 1975 se repitieron durante la crisis

actual, en la que el gobierno de Puerto Rico congeló los convenios colectivos en 2009 y

algunos gobiernos estadounidenses como Wisconsin han propuesto cancelar los

derechos de negociación colectiva de sus trabajadores en 2011. El factor común entre

los argumentos gubernamentales en 1975 y 2009 fue el principio de que el proceso de

trabajo gubernamental no debe ser objeto de negociación, porque los sindicatos podían

determinar los factores que influyen sobre los costos de nómina, como los salarios y el

número de trabajadores. Al expresarse así, los gobernantes adoptaron una definición

estrecha de de la negociación colectiva como una oportunidad que se brinda

indebidamente a los trabajadores de influir sobre la formulación del presupuesto

gubernamental, sin tomar en cuenta las necesidades de la población. Las medidas

tomadas en Wisconsin han sido criticadas por su alto contenido ideológico y falta de

impacto real sobre el presupuesto gubernamental.797 Al igual que los puertorriqueños

en 1973, durante la crisis actual los ciudadanos estadounidenses apoyan el derecho a la

negociación colectiva.798

797 Michael R. Bloomberg, “Limit Pay, Not Unions,” New York Times, 28 de febrero de 2011,

http://www.nytimes.com/2011/02/28/opinion/28mayor.html?nl=todaysheadlines&emc=tha212 798 “Majority in Poll Back Employees in Public Sector Unions,” New York Times, 1 de marzo de 2011,

http://www.nytimes.com/2011/03/01/us/01poll.html?_r=1&nl=todaysheadlines&emc=tha2

226

La evidencia recopilada en esta tesis sugiere que los Agentes de Rentas Internas

buscaban el derecho a portar armas, el uso de equipos para hacer su trabajo,

posibilidades de ascenso y la paridad con los policías en cuanto a salarios y condiciones

de trabajo. En la medida que estas peticiones mejoraban la posibilidad de competir por

reclutas con la Policía y de mejorar los recaudos, no constituían intentos de restar al

presupuesto gubernamental sino de aumentarlo. Además, la evidencia sugiere que los

trabajadores gubernamentales en general buscaban usar la negociación colectiva para

aumentar su participación en la administración de la política pública. El proyecto de

ley presentado en enero de 1973 proponía un modelo de negociación integrador, según

discutido en el Capítulo 1. El mismo hubiera podido canalizar este interés en favor de

la administración pública. Sin embargo, el discurso de la soberanía indelegable fue más

poderoso.

¿Qué pasó después?

Una señal del impacto del debate en torno a la sindicación de los trabajadores

gubernamentales es que los sindicatos del sector público aumentaron su inserción en el

movimiento sindical luego de que se aprobó la Ley de Personal. Varios de éstos

participaron en el Instituto Laboral de Educación Sindical (ILES), inaugurado en

febrero de 1977 bajo los auspicios del MOU;799 en la Central Unitaria de Trabajadores

del Estado (CUTE) en 1978; y en la Central Puertorriqueña de Trabajadores (CPT) en

799 Además de la UTIER, la Hermandad Independiente de Empleados Profesionales de la Autoridad de

Acueductos y Alcantarillados (HIEPAAA) y la Asociación de Empleados de la Autoridad de Carreteras,

que integraban el MOU, participaron en el ILES los Trabajadores Unidos de la Autoridad Metropolitana

de Autobuses (TUAMA), la Unión Independiente de la ACAA (UIACAA), la Hermandad de Empleados

del Negociado de Seguridad de Empleo (HENSE), la Federación de Empleados de Determinación de

Incapacidad del Seguro Social (FEDISS), la Unión Bonafide de Empleados Municipales (UBEM) y una

Hermandad de Empleados identificada como HEPO. Las últimas cuatro organizaciones reunían

empleados que no tenían derecho a negociar convenios colectivos. Carlos R. Carrión Crespo, “Los

primeros años del ILES,” Claridad, 21-27 de febrero de 1997, 35.

227

1979.800 En 1996, Héctor Figueroa estimó que el movimiento sindical de los

trabajadores gubernamentales había florecido en la segunda mitad de la década de

1970,801 después de aprobada la Ley de Personal. Figueroa y otros autores, incluyendo

Silén y Liliana Cotto Morales, agregaron que los militantes del PSP jugaron un papel

importante. Esto se tradujo en un apoyo significativo a sus candidatos para la

legislatura en 1980, mas no así a la postulación en 1976 del presidente de la UTIER

como candidato a gobernador por el PSP; muchos incluso consideraron esto último

como un error, pues se consideraba un abandono de su deber primario de negociar

convenios colectivos. Distinto a la candidatura de Salvador Allende en Chile en 1970,

los trabajadores boricuas no estaban listos para justificar el triunfalismo del PSP en las

urnas.

Las Hermandades del Departamento de Hacienda se juntaron en 1977 para

celebrar piquetes por una semana que ocasionaron el despido de varios Agentes de

Rentas Internas. Éstos fueron restituidos por mediación de Rojas Lugo.802 En 1980, la

Hermandad de Agentes de Rentas Internas se disolvió para dar espacio a la Hermandad

de Empleados de Hacienda. En 1982, esta última fundó el Concilio General de

Trabajadores (CGT) junto a otros sindicatos de trabajadores gubernamentales. En 1986,

el CGT y la CPT fundaron el Comité de Organizaciones Sindicales (COS) junto con la

Federación del Trabajo de Puerto Rico (AFL-CIO) y otras organizaciones de

800 Central Puertorriqueña de Trabajadores, “El primer paso: La Constitución del Congreso

Puertorriqueño de Trabajadores.” Revista CPT, Edición especial (1990), 12. Ingresaron el Frente Unido

de Trabajadores (FUT), la Central Unitaria de Trabajadores del Estado (CUTE), la Unión Independiente

Auténtica de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (UIAAAA), la Unión Profesional de la

Autoridad de Fuentes Fluviales (UPAFFI), la HIEPAAA, la Hermandad de Empleados de la Junta de

Retiro para Maestros (HEJRM), la Unión de Trabajadores Petroquímicos, la Federación Puertorriqueña

de Trabajadores (FPT), la FMPR, la Unión de Trabajadores del Banco de la Vivienda (UTBV), el

Sindicato de Trabajadores de la UPR (ST-UPR), la Asociación de Maestros Universitarios (AMU), Unión

de Trabajadores de la Ready Mix (UTRM), la Confederación Laborista de Puerto Rico (CLPR), la

Federación Puertorriqueña de Sindicatos Democráticos (FEPUSID), la Hermandad de Empleados de

Oficina (HEO) y la Unión Independiente de Empleados Telefónicos (UIET). “Surgimiento del

Constitución del Congreso Puertorriqueño de Trabajadores,” Revista CPT, Edición especial (1990), 13. 801 Héctor Figueroa, “Puerto Rican workers: A profile,” NACLA Report on the Americas 30, núm. 3

(1996), 29-32. 802 Rivera Rosado; Hernández López, entrevista, 21 de abril de 2010.

228

trabajadores gubernamentales. De este modo, las actividades de resistencia del periodo

estudiado culminaron en una alianza sindical amplia que encabezó actividades de

envergadura como la resistencia a la privatización de la Compañía Telefónica en 1990.

229

CONCLUSIÓN FINAL

A través de la tesis, se han trazado los contornos de los mundos discursivos de

los Agentes de Rentas Internas y del Estado sobre las relaciones laborales. El sistema

de relaciones laborales en la rama ejecutiva, en el Departamento de Hacienda y con los

Agentes de Rentas Internas había llegado a una encrucijada en la década de 1970. El

proyecto Helfeld fue la primera vez que se planteó el tema de la negociación colectiva

desde que se redactó la Constitución en 1952 y que se planteaban cambios a la Ley de

Personal desde 1947. Desde esta época, se había operado transformaciones en las

relaciones de poder como la proletarización y la burocratización del trabajo

gubernamental. Sin embargo, la cantidad de huelgas en talleres de trabajo

gubernamentales comenzó a aumentar desde que Luis Muñoz Marín se retiró de la

gobernación en 1964, y comenzaron en la rama ejecutiva cuando el Partido Popular

perdió la gobernación. Estos cambios de poder tradujeron las transformaciones

estructurales de los talleres de trabajo gubernamentales en conflictos abiertos. Estos

conflictos, a su vez, condujeron a los intentos de legislar para canalizarlos o evitarlos.

Los Agentes de Rentas Internas y los demás trabajadores gubernamentales

buscaban negociar el significado de su trabajo en la administración el Estado, mientras

éste buscaba mantener el espacio decisorio definido en su discurso de soberanía.

Aunque los Agentes de Rentas Internas procuraban negociar mejores salarios y otras

condiciones de empleo, lo hacían en función de una comparación con los policías.

Mientras tanto, sus movilizaciones no enfocaban otras reivindicaciones como la

preparación académica o la salud ocupacional, como hacían otros grupos.

Los Agentes de Rentas Internas no requerían que el Estado estableciera un

mecanismo legal para reglamentar la negociación de sus condiciones de trabajo, y no

demostraron interés alguno por el Proyecto Helfeld. Este último no pudo resolver la

230

tensión existente porque no incorporó los discursos de los trabajadores y enfocó la

atención legislativa sobre las huelgas, lo cual activó el miedo a que el reconocimiento

legal las incentivara.

Difícilmente se encuentren trabajadores más cercanos a la administración del

Estado que aquéllos que se encargan de recaudar contribuciones sobre la fabricación y

venta bebidas alcohólicas y otros productos que han sido objeto de legislación especial

en Estados Unidos y Puerto Rico, trabajo realizado mediante el uso de armas. Estos

trabajadores recibieron la encomienda de poner en vigor las leyes contributivas y

arancelarias impuestas por el gobierno estadounidense en Puerto Rico, misión que

representaba la vida económica del gobierno desde sus inicios. Estos trabajadores se

rodearon de símbolos de autoridad gubernamental, a la vez como recaudadores de

contribuciones y como agentes de seguridad pública, desde principios del régimen

colonial estadounidense. En consecuencia, el grupo desarrolló un discurso de

autoayuda y solidaridad, tanto entre sus integrantes como hacia otros trabajadores

gubernamentales cercanos, dentro y fuera del Departamento de Hacienda. El grupo

actuó colectivamente en defensa de sus propios intereses a partir de 1956, 1967 y 1984.

En ocasiones, buscó unirse a otros grupos para entablar acciones colectivas. La

Asociación y la Hermandad se disolvieron en 1960 y en 1980 para integrar grupos que

cubrían a todo el Departamento de Hacienda, pero en ambas ocasiones volvieron a

agruparse en su propio sindicato. Ultimadamente, el grupo llevó a cabo actividades de

protesta colectiva destinadas a influir sobre su trabajo.

Al estudiar las actitudes del gobierno en sus relaciones con estos trabajadores de

recaudación de contribuciones, se atisbaron los contornos de la estrategia cambiante de

control del trabajo gubernamental. El estudio de las instituciones que influyeron en la

formación de estos discursos, y luego del choque entre éstos, permitió buscar las

231

características distintivas del trabajo gubernamental y el papel de la negociación

colectiva en el mismo.

Los Agentes de Rentas Internas formaron una identidad común como

funcionarios del orden público a cargo de las leyes de arbitrios en torno a muchos

productos, en especial las bebidas alcohólicas. Al asumir este rol, éstos adoptaron

discursos militares y de vigilantes de la soberanía del Estado sobre el territorio de

Puerto Rico y garantes de los recaudos. Este discurso los distinguía de otros

trabajadores gubernamentales y fomentaba una comparación continua con los policías.

El gobierno buscaba asegurar la cooperación de estos trabajadores considerados vitales

y se generó una dinámica de negociación en la que mediaron los Secretarios de

Hacienda, los administradores de relaciones laborales en el gobierno y los legisladores.

La forma en que estas relaciones se llevaron a cabo dio a los Agentes de Rentas Internas

una sensación de que se encontraban negociando colectivamente sin necesidad de una

ley que lo reglamentara.

El relato contenido en la tesis describe cómo las transformaciones del Estado, la

economía y la fuerza de trabajo gubernamental promovieron los cambios en las

relaciones coloniales, así como las instituciones que influían sobre las relaciones

laborales, a saber: (1) los partidos políticos que se sucedieron en el poder; (2) las

Oficinas de Personal creadas por las tres Leyes de Personal discutidas; (3) los tribunales

que interpretaron las mismas y criminalizaron la actividad sindical; (4) las instituciones

académicas que promovieron los diversos discursos; (5) el Fondo de Ahorros; y (6) las

Asociaciones, Hermandades y Federaciones de trabajadores gubernamentales. Éstos

interactuaron y se transformaron para adaptarse a las nuevas relaciones laborales que

surgieron a través de la americanización de la administración pública, el Nuevo Trato, la

política de industrialización, la proletarización y profesionalización del trabajo

232

gubernamental y la transición de un gobierno de un solo partido político al bipartidismo

institucionalizado.

El Estado mantenía un control total de las condiciones de trabajo por disposición

de ley, recurso discursivo que tenía el poder de coerción brindado por su

representatividad del “pueblo.” Una vez los trabajadores de la rama ejecutiva y los

Agentes de Rentas Internas comenzaron a utilizar sus recursos organizativos para

cabildear ante los jefes de agencia y la legislatura o para celebrar piquetes y huelgas,

lograron influir sobre estas leyes y reglamentos, porque los actores estatales objeto del

cabildeo valoraban mucho su imagen de patrono ideal. Cuando el Estado intentó crear

estructuras de negociación colectiva que restituyeran su control sobre las condiciones de

trabajo, los trabajadores no mostraron el mismo respeto hacia las limitaciones legales

que antes de 1960, por lo que el recurso legal había perdido efectividad. Los

legisladores se sintieron amenazados por esta ausencia de control y aprobaron la Ley de

Personal de 1975 para restituir este respeto y efectividad.

El control del proceso de trabajo a través de la reglamentación del horario de

trabajo, las funciones de los Agentes de Rentas Internas y las formas en que éstos

representaban la autoridad del Estado comunicaban el poder del Estado en el taller de

trabajo. Es por esto que el Estado puertorriqueño construyó el entramado legal y las

estructuras de relaciones laborales gubernamentales para reproducir su control sobre la

forma en que se prestaban los servicios gubernamentales. Los Agentes de Rentas

Internas y los demás trabajadores gubernamentales, por su parte, buscaban aumentar su

poder ante el Estado, para obtener mayores recursos y mejor remuneración y

condiciones de trabajo. Construyeron los sindicatos y mecanismos de negociación con

la Legislatura y el Departamento de Hacienda para aumentar este poder. Sin embargo,

los Agentes no vieron que el proyecto Helfeld fuera útil para aumentar este poder; en

233

efecto, la negociación horizontal fue vista como un mecanismo para alterar el balance

de poder a favor del Estado.

Desde 1907, los actores e instituciones de los trabajadores y el Estado actuaron

para contrarrestar las actuaciones del otro. El Estado colonial intentó repetidamente

preservar los intereses de control ante los partidos políticos locales y los movimientos

de los trabajadores, mediante medidas de juridificación cada vez más detalladas y la

autonomía de las corporaciones públicas. Los partidos políticos en el poder

respondieron evadiendo las normas mediante la exención de numerosos puestos de

trabajo de las leyes de personal y la contratación de trabajadores a corto plazo; los

trabajadores, mediante instancias de negociación individual y colectiva como el

cabildeo legislativo y en el seno de las agencias. El Estado luego reconoció la libertad

de asociación de los trabajadores, que ya ellos habían tomado sin permiso. De este

modo, los discursos de los actores encontraron su expresión institucional dentro de las

posibilidades de cada actor.

Según sugiere Habermas, la transformación de los actores e instituciones

descritos en esta tesis fue el producto de su interacción y el desarrollo de identidades en

el proceso de cambio. Por un lado, los Agentes de Rentas Internas crearon y disolvieron

sus organizaciones para hacer frente a las coyunturas históricas, como la portación de

armas (1951) o la conveniencia de aliarse a otros trabajadores del Departamento (1960).

Por otro lado, el Estado estableció agencias de personal e instituciones como la Escuela

de Administración Pública, que fomentaron ciertos valores y se adaptaron a la realidad

cambiante de los talleres de trabajo gubernamental, por lo que fue proactivo en

ocasiones y reactivo en otras— esto último en particular, al aprobar leyes de personal.

Un ejemplo de la complejidad de estas relaciones laborales fue la composición

demográfica del grupo trabajador del gobierno. La transformación industrial produjo la

234

migración del campo a la ciudad. Ésta se conjugó con la política de vivienda del

gobierno para formar comunidades de las que surgió una generación de trabajadores

gubernamentales con identidades emergentes. La política de alfabetización, el ideal del

progreso social y la proletarización del trabajo gubernamental contribuyeron a fomentar

la acción colectiva de los Agentes de Rentas Internas y de los trabajadores

gubernamentales. El papel de la planificación en este proceso fue limitado, así como lo

fue la capacidad de las estructuras de predeterminarlo.

Esta tesis contribuye a enmarcar las relaciones laborales gubernamentales en

Puerto Rico como un subsistema social, cuyos componentes contribuyen al proceso de

trabajo y cuyo resultado es mayor que la suma de estos componentes. Además

demuestra que el análisis discursivo es una herramienta útil para estudiar las relaciones

laborales en una situación conflictiva. Sin embargo, tal análisis requiere estudiar el

contexto y las instituciones en torno a los cuales se construye el discurso. La mayor

contribución de esta tesis es, pues, el análisis del rol que jugaron los discursos como

constructores de la interacción entre los actores, las instituciones y la legislación que

componían el sistema de relaciones laborales gubernamental en la década de 1970.

La tesis abre un espacio para investigar la interacción entre los trabajadores y las

normas que rigen sus condiciones de trabajo en otros contextos. Al examinar la

coyuntura en que se consideró la negociación colectiva para un sector de trabajadores,

se pudo observar un aspecto de la historia del derecho que los tribunales no consideran.

Esta experiencia se podría replicar para otros grupos subalternos, no sólo para los

trabajadores. Además, se podría replicar el estudio de las masculinidades que surgió en

el transcurso de la discusión para otros grupos de trabajadores.

235

Cronología

1898- Invasión de los Estados Unidos pone fin al control español de la recaudación de

impuestos.

1900- Ley Foraker ordena la creación del gobierno civil y la transferencia de aduanas

cobradas entre PR y EU al tesoro de PR cuando se cree.

1900- Reforma contributiva para eliminar los impuestos sobre el consumo e imponer

contribuciones sobre ciertos artículos de importación. El gobierno despide la mitad de

los empleados del Departamento del Tesoro.

1902- Código Político de 1902 autoriza al Tesorero de Puerto Rico a nombrar Agentes

de Rentas Internas para tasar e inspeccionar los bienes sujetos a contribuciones sobre la

propiedad, arbitrios y herencias. Además, criminaliza la falta a los deberes de los

Agentes.

1907- Primera Ley de Servicio Civil

1917- Departamento de Hacienda sustituye al Departamento del Tesoro

1919- Primera huelga de trabajadores gubernamentales no manuales: maestros

1921- Fundación del Fondo de Ahorros

1935- Código de Enjuiciamiento Criminal faculta a los Agentes de Rentas Internas a

entrar en edificios sin autorización judicial

1936- Lay de Servicio Civil

1938- Ley Insular de Relaciones del Trabajo

1940- Partido Popular Democrático asume control del Senado

1944- Se intensifica actividad sindical en el gobierno

1945- Ley de Relaciones del Trabajo incluye trabajadores de corporaciones públicas

1945- División de la Confederación General de Trabajadores

1945- Fundación de la Escuela Graduada de Administración Pública

1946- Segunda huelga de la Asociación de Maestros

1947- Nueva Ley de Personal, parte de reforma general del Estado

1948- Luis Muñoz Marín gana la gobernación

1949- Departamento de Hacienda recibe facultad para crear academia para mejorar el

desempeño de los Agentes de Rentas Internas

1951- Se funda la Asociación de Agentes de Rentas Internas del Departamento de

Hacienda de Puerto Rico

1952- Constitución de Puerto Rico reconoce derecho a la negociación colectiva a las

agencias que operan como negocios

1956- Fracasa amenaza de huelga de Asociación de Maestros

1956- Primera huelga de trabajadores de oficina del gobierno: Autoridad de Puertos

1956- Osvaldino Rojas Lugo asume la presidencia de la Asociación de Agentes de

Rentas Internas

1956- Ley de portación de armas a Agentes de Rentas Internas

1959- AFSCME entra en Puerto Rico

1960- Ley de descuentos de cuotas para trabajadores de la rama ejecutiva

1960- Asociación de Agentes de Rentas Internas se une a la AFSCME y se disuelve

236

1961- Ley reconoce derecho a negociación colectiva a trabajadores de la Autoridad de

Acueductos y de la Autoridad de Comunicaciones

1963- AFSCME pierde impulso con la quiebra de su proyecto de viviendas

Enero de 1965- Se retira Luis Muñoz Marín de la gobernación

1965- Se aprueba ley de emergencias en servicios esenciales

Febrero de 1967- Contadores del Negociado de Contribución sobre Ingresos del

Departamento de Hacienda decretan huelga de un día; primera huelga en la rama

ejecutiva desde 1956

1967- Se funda la Hermandad de Agentes de Rentas Internas

1969- PNP accede a la gobernación

1969- Ley reconoce negociación colectiva en el Fondo del Seguro del Estado

1969- Se funda Movimiento de Acción Sindical (MAS)

1969- Movimiento de teatro callejero cobra auge, con temas laborales y populares

Mayo de 1970- MAS conmemora Primero de Mayo, primera vez desde 1947

1971- Se funda el Movimiento Obrero Unido, luego de desbandarse el MAS

1971- Movimiento Pro Independencia se convierte en Partido Socialista Puertorriqueño

1971- Grupos musicales de protesta amenizan actividades sindicales

1971- Presidente Nixon ordena habilitar el empleo femenino en las agencias federales

de seguridad pública; se acerca reclutamiento de primera mujer Agente de Rentas

Internas

Julio de 1971- Paro de un día de la Hermandad de Agentes de Rentas Internas

Septiembre de 1972- Contadores del Departamento de Hacienda exigen con éxito

quedar fuera de la investigación de fraude

Mayo de 1972- Se crea Comisión de Investigación, Procesamiento y Apelación (CIPA)

para procesar abusos de poder por los Agentes de Rentas Internas, policías y otros

funcionarios con autoridad para arrestar

Enero de 1973- PPD recupera la gobernación

Enero de 1973- Proyecto del Senado 2 se presenta para legislar la negociación colectiva

Julio de 1973- Gobernador ordena Guardia Nacional a romper las huelgas de bomberos

y trabajadores eléctricos

Agosto de 1973 - Gobernador nombra Comisión para estudiar relaciones del trabajo en

el servicio público

Noviembre de 1973- Amenaza de paro de Agentes de Rentas Internas

1974- Huelga de Federación de Maestros

1975- Se presenta en legislatura el anteproyecto de sindicación de trabajadores

gubernamentales

Octubre de 1975- Marcha en oposición a la propuesta Ley de Personal

Octubre de 1975- Se aprueba Ley de Personal

237

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