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UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA IZTAPALAPA C CIENCIAS SOCtAlES Y HUMANIDADES LETRAS HISPANICAS Aic Q,’’ LA ALEGORIA COMO CRITICA SOCIAL EN VENTURA ALLEhlczE DE EL,ENA GARRO \ \\ Semh.natio de Investigaclbn: Teatro MATR1:CULA 87237598 M&xlco, D.F., a 22 de Noviembre de 1995 - 1

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UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA

I Z T A P A L A P A C

CIENCIAS SOCtAlES Y HUMANIDADES LETRAS HISPANICAS

Aic

Q,’’ LA ALEGORIA COMO CRITICA SOCIAL EN VENTURA ALLEhlczE DE EL,ENA GARRO \ \\

Semh.natio de Investigaclbn: Teatro

MATR1:CULA 8 7 2 3 7 5 9 8

M&xlco, D.F., a 22 de Noviembre de 1995 -

1

INDICE

I, CAPllULO I ....................................................................................... ..5 ALEGORIA Y CRmCA SOCIAL

1.1 Concepto de al~rSct ............................................................ ....5

1.2 Alegoría en la parodia .................................... 6 l. 3 Confrontacibn de alegoria y critica sctcial en

.............................................................................. 8

+ CAPl'flJlO II ..................................................................................... ~ 1 1 PERSONAJES EN

2.1 Representatividad de l a personajes en su grupo social ....... 1 1 2.2 Actitud de los personajes a irwb de la a..a. ................. 12 2. 3 Mensujesocial en la tramcl. ....................................................... 14

+ CAPITULO Ill. ..................................................................................... 17 LENGUAJE COMO SIGNO TEATRAL

3. 1 Lenguaje ..................................................................................... 17 3.2 Otros slgnos teatrales ................................................................ 19

+ CONCUJSlONES .............................................................................. 21

+ BICKK)IGRAFIA .................................................................................. 23

2

El presente ensayo persigue, fundamentalmente, confrontar la alegoria

con la ctitka sociaí en la pieza teatral Ventura Allende de E l m Carro,

En ella la flccib cobra profunda importancia a traves de una ronda

infantil que ebncisna alusiones fantástica en una aventura de un campesino que viva hechos inimaginabk, pero qua proyectan una

cruda realktad de miserla y enajenación,

Dentro del marco de la plea teatral, se encuentran

elementos ú&os e importantecs que hacen resaltar la trama, que en apariencia es un juego infantit, un juego para nMs, pero 0n el

ttansfondo contkne un mensaje de una probJem6tlca social que

trasciende y que bkn, en la realidad podría apllcarse en cualquier

tlempo o cultura.

A trava de la obra, la alegoría surge con los personajes que fisicamente son eKlrrnales y que p o r medio de una tramutación

sentenciada, han perdido su condicibn ori(ainu1 de hombre: por elto, son

sometídos a un sistema de vida comprometido para quien posee el

poder y tiens la categoría de fider soclaf,

En esta pieza ia alegoría se comídetu como la substituclbn

de un objeto verduckw por otro que k BVOCCI; así, a truvdis de uno

3

prosopopeya, t o s animales logran la capacidad única del ser humano:

el ienguaje, hecho que se logra al traspasar l o s timites de la realidad,

con la intml6n de satlrirar una forma ordinaria de vlda,

La firsib de la alegoria y critica social dan como resultado

la trama de ta obra Vmfufa Allende.

Es importante ssfialar que para el anhlfsls de UMT pieza

teatral es necesario mencionar caructehticas generales y propias del

teatro, como son: personajes. tiempo, espacios, lenguaje, recursos

eschicos y drarnatitclción, por lo que 817 d ensayo se b dedica un capitulo a estos elementos dentro de la obra.

Efenu Gano, autora de la pieza antes mencionada, nació

en la ciudad de Puebla el 1 1 de diciembre de 1920, estudió en la

Facultad de Filoicofia y L e t r a s de kr U n t v a d Nacional Aut6noma de

México, también estudió danza y participb como coreógrafa en el

primer Teatro de la Universidad*,

4

CAPITULO I

ALEGORIA Y CRlflCA SOCIAL

Ventura Allende es un campesino sumido m la miseria y hambre, en su monólogo Inlciai denuncla la pobreza de tu tima "&?ul6n va a sacar

una r n i f p a de una pi&ra3"? Sin embarga el orgullo le auastru a decir que cuando come pan, hace m& ruido que una borregada e incluso

que una caballada. Esto fue una Invwacl6n, p o r q u e pasan dos borregos y no logra atraparlos; dm&, una borrmda completa lo

rodea y tambib huyen; "IUna borregada enteral CY entera se me

escapcit,.. Y hasta ahora me filo que corren en dos putas" (p.85). Igual

sucede con una cabatlada 4) fnícia su búsqueda, pero sotscita ayuda y

aparece un puerco.

Cuando el puerco le habla. Ventura Allende se horrorlza y le

recuerda que pidió ayuda y para eso 61 ha llegadoa Así el puerco lo

irmita u una boda donde habrá festin y mucha comida. A pesar de dudar y haber Invocado a Dios, Ventura acepta y carga m sus

5

espaldas at puerco a quien llama Mala, &t0 le reprocha que no es malo

quien le da de comer:

Uegon al lugar &fado y el puerco hace gab de sus finos

modales en la mesa ante el asombro de Ventura, Frente a ellos la

borregada y caballada son humillados por el puerco. Ventura dlsfrutcr la comida sin saber que pasarú a formar parte de ese grupo de

anlmaies. Continúa bebiendo y comiendo atendido por un mono,

qulen s l ~ s en charola de plata.

Cuando está sailsfecho, kr borregada y la caballada hurnbrbntas

piden a *Malo* que deje ir a Ventura Allende, pero 8s demasiado tarde;

porque se inicla csi juego de la "Víbora de la mar", que 8s requisito para

que los cardmales se ganen su comida. Entonces Vgniura Allende juega y elige irse con sandía:

6

Con base en si argumento, s8 observa que Elena Gam rompe

con el costumbrismo en el g6nero dramtrtlco y surge un teatro con innovaciones, pero c o m a aspectos profundamente rnim&bs: así el

reallsmo inicial se anula, para dar paso a Ea metamorftjsls, lo absurdo y

lo fantádlco con tintes Irónicos, al respecto Octavio P a z señala: 'Pero la r e a l l d u d de pronto, empezó a dlqpgcme y desvanecerse; apareció

con los atributos de lo imaginario, se vc>lVic[j amenazante o I n j s o r i a ,

inconsciente y fantástica. '3

En lo referente a la estructura c i e la obra, es totalmente

tradicionat, es decir lineal; desde su expodción o planteamiento; para

continuat. no con un nudo, sino varios y su desenlace insospechado, En

este aspecto Elena Garro no rompe con 1 1 0 s esquemas clCIsicos de los

gbneros nanattvo y dram6tico. Aunque en otras obras como La V ( 1 9 6 4 ) , A d r n A - U (19691, su"m (1960) y otras: hace gala de un manejo del tiempo-espacio

sorprendente,

7

Dentro del campo d8 la litefatura !w define a la alegoría como un

"conjunto de elementos figuratrvos usados con valor transMcb y que guarda paralelismo con un sistema de conceptos o reulldades? es decir una realidad se transforma para darfe un sentido más profundo,

Según Helena Berinst6in 'en fa alegodú, para expresar poéticumente un

pensamiento, u partir de comparucbnm o metáforas se establece unu

m r ~ n d e n c i a entre elementos imaglnarkx~.

Es importante mencionar que para entender el mensaje a

través de una alegoria es necesario comprender el contenido del

contexto. La alegoría como recurso literado dlsfraza y al mlsmo tiempo

engalana la verdad o realidad, a truv6s de una secuencia de

metáforas que fluyen y se unen a otros recursos que enriquecen el lenguaje, &te desde su nacimiento hu evolucionado y crecido

paratelamente con la alegoría que generalmente ha enaltecido

mtimíentos sublimes, como el amor, pero tambih la tristeza. la s o l e d a d , fa lnjusticla y todos aquellos que percibe o padece la

humanidad y que a través de la literatura se materializan. Al respecto

Cllve Staples Lewis sefíala:

'Helena Betistah. h - . Pcmúa. Mcmko, 1996. p. 36

8

fe/& ha sMo siempre a h como e/ CM y briUante como el Sol. El mal y la Meza, pmfundos y c@scuras desde el prhc/~io.~

Con base en la anterior cita se aprecia que la alegoria ha

caminudo a la par de la humanidad; crsi, grades literatos la han

plasmado por siglos en su creación y sería Interminable nombrarlas, s6lo

como verbigracia:

Así la afegoría es un metabgismo que ha alcaruado

diversos niveles corno el moral, histi>rico, físico y en el contexto de

Ventura Allende, su nivel va más alía de los anteriores, porque es denuncia soclal como se tratará en d sigutente punto,

‘Cllve Staples Lewis. Estudio sobre la tradici6n medieval. EUDEBA, B.A., 1969. p.37

9

Slendo Ventura Allende una pieza teatral de nuestro siglo, conserva y

hace resaltar la alsgoiia; así, se comprueba que este recurso se

fortalece continuamente con el quehacer literario, y a su vez enriquece

la obra.

La alegoria en esta pieza teatral transforma la realldad en parodia, que desde el titulo "Ventura" señala una ironía, porque Ventura

sigdfica: "el porvenir, f&ici&d, bugnu suerte? Desde el nombre del

personaje principal, la autora presenta luna antagonía, misma que

marcar6 el destino del personaje,

Las alegorias en esta obra en particular, están pletódcas de

f lccih puesto que el lenguaje est6 en v02: de animales: el princfpal de

e s t o s : el puerco, que en detenninado momto, al igual que Ventura

Allende se constikrye como el petsonaje más importante e incluso

desplaza a Ventura hasta sometdo.

Tunto la alegoría como la parodia, desde luego se

representan en el lenguaje; el aspecto peculiar de esta obra es que

Wún perfectamente, marcadas por los espacios escénkos. separados

por una hendidura. Esa hendidura es la puerta o d acceso a la alegoria

en general, a partir de este momento Ventura Allende entabla el

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diúlogo con los demás personajes; qulen desesperado por su situación

moral y econbmica, compara irWcamenie 9u forma de comer con la

de una borregada y una caballada, evocando su destino:

. . .@u6 si’lenclas quedakm si yo pasara delante de usted@ comiendo pun. poco crm que s6k, e/ dm de/ entierro de mi dhnta abuekr conoci su sabor? iVe&nm ahora c6mo lo trueno! Una borr.egada no hada m& mido. &?u& digol {NI una cubaliada!. . , (p. 84)

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Tanto el relato como el ienguaje en que se, lleva a cabo la parodia, se

enlazan para transformarse en un discurso ateg6rico de crítka sodal.

Todo fluye desde al monólogo inicial da Ventura Allende cuando

asumiendo WXI postura refbdva y rebelde, denuncia su realidad social como campesino marginado:

Es paradójico, en esas circunstancias y a través de esas

idgenes, engrandecer la condicltin animal frente a la del hombre. La

apaficibn del puerco que inicía un diálogo con el campesino para

preguntarle que busca, nos permite ver al hombre aún dueño de su

Cmcliwlcla, y stn poder aceptar que ese anlmal posea d don de la

palabra:

lAnlmas benditus, soc&anmel' iY tri, de rod#las fe pklo vefe por donde Iyegaste! Nunca he hecho mal a nadie. Y eso, a pesar de haber padecido hambres anos frus ui5os. Muy

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Y sln embargo, cuando el diálogo contlnúa el hombre

queda bajo el dominio del animal. Aqt~í observamos que en una

sociedad cristiana, como la de Ventura ai animal carece de raelocinlo y

por lo tanto de voz asi que 8s satanizado. A p a r de todo, el Malo

(puerco) convence al campesino porque le ofrece curar su hambre.

De esta forma irónica la autoru presenta la degradación y

perdida de conciencia de una sociedad que s8 somete y 'vende' SU

c d c i h de libertad humana con tal de calmar su hambre

endeudcjndose con et poder:

El concepto de libertad va unido con eI hombre. Es decir,

que todos los hombres son libres hasta el momento en que aparece el

domlnb social, aunque puede estar wrnetido a convicciones

indivfduates y seguir siendo llbres; y por el contrario, hay hombres que

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viven en una sltuación aparente de llbertad porque le tienen mledo o

porque temen pensar por su cuenta. Les es más c4modo hacer propio

lo que otros dicen. En ese momento es cuando han perdido su

condición esencial humana, y no actuan como hombres; tal es el caso

de la borregada seguida por el puerco.

El miedo o el deseo de no actuar uno m h o , o el buscar las cosas fWlmente se podría considerar como una forma de alkwcibn, ,

de enajenación.* Lo que sucede con Ventura Allende cuando acepta

las condlclones del puerco para terminar como un borrego más.

Resumiendo, E h a Garro critlccr el poder (representado por

el puerco) que domina nuestro puebb empobreciMolo y

hambr6andolo y a fa vez la emjenuci6n orillada por las carencias,

como pueblo, sometido, siendo Ventura Allende el representante de &te.

este sentido. entlhdase por alienacl6n al camblo soclal que !wfre un IndMduo o lndlvidwx sometidos a una manipuladbn soda¡, y que adwn de manera opuesta a %I propia integridad. perdiendo 9us valores humanos. Tanto Hegel como Mum han dado conceptos de tipo soclal dentro de sus doctrlnas.

14

""-". . . . ..._ "..

CAPITULO 11

PERSONAJES EN V€WURA ALLENDE

De la pieza teatral en cuest@n, se puede concretar que l a personajes

que Intervienen en ella cumplen con los objetivos de una red actancfal

dentro de la trama.

Para lo cual. antagónicamente se presentan Ventura

Allende en opodclan al puerco, (el malo) que tiene como idea central

cautiva y domlnar al primero, como lo habíu efectuado con la

borregada y la caballada.

Puerco f-) Ventura Allende

En este plano, Ventura Allende y puerco asumen la

categoria de personajes principales: para ubicar a cada uno de dios de

acuerdo a un régimen de Importancia, se considera al primero como

protagonista y al segundo COMO antagonista.

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Ventura Allende es un personaje que se ha transformado

por Influencia de su medio soc=lal y en quien recae la trama de la obra.

Ventura ha sido elegido para que dentro de 6sta represente parte de

un grupo social marginado, no como imihriduo, sino como cdectividad,

no como héroe, si como víctima. Es decir, representa al común de los indkrlduos que se someten a un tipo de sociedad establecida por el

poder. Por el contrario,el puerco, Mak), es un personaje complejo,

dada su apariencia, pero siendo sus propkrs palabras las que lo caracterizan: tiene como funclón representar al tlrano social, en donde

las expectativas de sus súbditos son de salvador; sin embargo, 6 mimo

concha a sus seguidores y deorph del convendmiento viene la

traicicin:

Esta capacidad para someter a un grupo, tambih

depende de delimitar la influencia de uno sobre el otro; pasando por un

procaso de involución: corno el que sufre Ventura Allende, asi como

borregos y caballos.

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Dentro de un mismo plano 8s muy dificil ctmfiontar la personalidad de

un individuo y las características de un animal, Sin embargo, esto es

posible a traves de la alegoria.

la dtfetrencia entre una persorw y un animal la marca el

raciocinio, un hombre se c o m a hombre: hablando de Bste como género, cuando no es alienado o encljemado, cuando ha conservado la

capacidad de crear y ser Independiente,

Una vez que se ha perdido el raciocinio de manera invduntaría o ha sido enajenado por necesldad, d hombre sufre una

metamorfosis, por lo que su imagen no podrá ser la misma, p o r lo consiguiente sus actitudes se modifican, En la pleza teatral, esto se

logra a través de una hendidura marcada por los espacios de las escenas, una grieta en el te lh hace poslble la transmutacl6n de hombre-anknai: como tie ilustra m el siguiente ejempto:

que tratan de advertir a Ventura su destina si se deja convencer p o r el

anterioridad tratan de protegerlo de ser un posible b o r t e g o ,

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CahaUo y borrego: 64 coro1 ¿Con quien te vas, COR M& o con San&?

Porad6jicamente se está se6ulando que Ventura Allende se

degradb p o r necesidad y hasta se podria d e c i r por hambre, La actitud

en g e n e r o l de hos personajes es enmarcada en la ronda infantil pura

determinar una decislbn, En esa ronda cada uno participa y actúa de

acusrdo a las circunstancias, aunque despUeer se m a n M e el

urrcspcsntimiento, no podrán recuperame, ya que bs animies de la ronda

están condicionados a un nuevo sistgma de vida.

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Se observa que d dssentace de lu trama se usemaja al flnal de un

cuento, mismo que encierra una rnoraieju? Y en voz del puerco se dice:

este juegulto ya se acab61 ( C a n 6 un borrego! }Y colorin colorado,

este cuento se ha acabado! (p4 100). Y este recurso da COMO resuttado

una enseflanza: de, manera similar al estilo de L o p e de Vega en tu

conjugacidn de moral, alegoría y mMdo en el auto sacramental fa boda-edm&w. Ad como otros autos.

En la trama se observa fa tramfonnacirjn o transmutaciijn

individual y grupa1 dd hombre, el contenido de $Sta deja m si

espectador la reflexhjn para crear su$ propios valores, por la que el

teatro truaclende a traves de la Idea evocada y cumple con su objetivo

de significante en e¡ contexto.10 c

Se manifiesta la solidaridad entra l o s borregos, para prevenfr

a uno m&, por lo que cada pemnaje asume un pepel social

especifico, de acuerdo con sus condiciones.

20

Para reforzar la idea anterlor, Hktor Azar en SU artículo

Teatro de Elena Gano', dice:

Elena G U ~ Q maMe&a en su obra una literatura

comprometida con un grupo sock11 que por Srglos ha estado

rnar@wdo, y a pesar de proyectos para progre60 del campo, #e se

encuentra m inflrnas condiciones: p o r lo que al campeatno abandona

su tierra, o bien emigra para contratarse en trabajos mal pagados. Y

21

desde luego, su nivel de vida 110 cambia en absoluto y generalmente

empeora. Por fo que en ocasiones este grupo soclal recurre a prácticas

denigrante$ o ificitus para sobrevivir 'dignamte'

22

CAPITULO (If

LENGUAJE C O W SIGNO TEATRAL

23

ratifica la idea anterior al comprobar que el tenguaje es quien marca las

lenguaje t m M n 8s transmutable.

Respecto al lenguaje y otros signos Tademu Kowsan

lenguaje como @mer Agrio, rnaniflestcm su capacidad de creaci6n,

superando la sencillaz de las cosas cotidianas, matizadas con poderes

24

Inicialmente e4 lenguaje de !os borregos es el "¡Beets!" y de

l o s caballos d *iMjjji m , mientras que el puerco ya se comunica con

palabras, peto no es sino hasta el cambio escWcc) , el paso por la

hendidura en el t&n cuando l o s bonega y caballada logran esta

capacidad humana con condencia de la rnlsma: en el siguiente

ejemplo, l o s borregos Inician la comunicacilin con el campeslino y

sehalan:

En los diálogos del pwco, pero en eepeclal el anterlor al

emplear "slocuentes palabras", se connota w educacibn y acervo

cuttural; as5 comb un l e n g u a j e superfor al del campesino. De tul manera,

que el sfsterna de valores de ambos personajes se trasluce no &lo en el

manejo del lenguaje, sino em su conctucia, frljnkamente la autora

inyecta una superioridad en d lenguaje da Malo, a difwencla de la

bortegada y la cabailada, quienes adoptan actlkrdes humildes y

simples; y su comunicaci6n se limita a su propia condlch de un estrato

social sometido y que pau~atínamente ha perdido conchcia y libertad.

23

26

CONCl t lS lONES

27

28

B I B l f O C R A F l A

ALONX), Marh. Enclcbpedb dsl Idioma, Ed. Aguitar, Madfid, 1982

AZAR, H&pOr. “El teatro de Elena Gano”. €xc&&, (México, D.F., 29 de nov. 1991), Sección Cuttural, pp. 1-4

GARRO, Elena. “Venturu AtWeY, Un h-r srjlido y otras @ems. Ed, Universidad de Veracruz. MWeo, 1983,332 pp.

PAZ, Qctavio. “Ruptura y convergencia’ m fa otra Voz. (México, S& Banal, 1990)

29

STAPLES, Lewis La alsgorkr del umr. Estudio sobre fa tradici6n medieval, EUDEBA. 1969,333 pp.

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UNtVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA

I Z T A P A L A P A

ClENClAS SOCIALES Y HUMANIDADES

LETRAS HISPANICAS

REALISMO MAGlCO Y COMPROMISO SOCIAL EN “EL WATERIT0 DE GUANAJUATO” DE ELENA GARRO

MATRICULA: 8 7 2 3 7 5 9 8

M6xico, D.F., junio de 1996.

INDICE

INTRODUCCION 3

CAPITULO t ELENA GARRO Y EL RELATO 6

1.7 Panorama del cuento hispanoamericano en el siglo X X

1.2 Elena Gano y su narrativa 10

oUan%jiI€ito 14

6

1.3 Estilo y argumento m el cuento €1 zapterJto de

CAPITULO If REALJSMO MAGIC0 Y COMPROMISO SQCtAt '18

2.1

2.2

CONCLUStONES

BIBtJOGRAFtA

30

32

2

I N T R O D U C C I O N

€1 presente ensayo para Seminario de Investtigaci6n narrativa, denominado

"Realismo Mhgico y Compromiso Social en €1 rapatetfto de GuamjuaW, tiene

como objetivo resaltar elementos del realismo mdgieo en el cuento sefialado, rasí

como ubicarlo en un contexto de compromiso social, para destacar a traves del

lmguaja, tanto elmnentos m&ieas corno de denuncie social latentes en la creacih litemria de Elena Gam.

Elena Garro, "nacii, en la ciudad de Puebla el I 1 de diciembre de 1920, estudid

en la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Nacional Aut6noma de Wxico,

tambin estudi6 danza y partid@ como coret5grafrsl en el primer Tsatm de la UniversicW'.'

Parte de su infancia vivid en Iguala, Guerrero, lo que le permitid adquirir esa visi6n aguda, peculiar de la vida rural. Su creacidn literaria es extensa, cuenta an piezas teatrales y naffa!ivas, regulamente de historias cotidianas pero m la particularidad de ironizarfas a traves de los personajes. El "Realismo M4g)ico" se

3

basa en un hecho verdadero y en este cuento el simbolisma exagerado rebasa la realidad para transformarla en Realismo Mbgico.

Elena Gano obtuvo el Premio Villaunutia, con &S mcuedos de/ ponenir

novela que al respecto, la especialista y acad4mica, Julie Ann Winkler de la

Univ8f~id~id de Kansas, Mala: “muchos consideran que esta novela siwib de fuente de inspimcibn para otros escritores, por su latente realismo m8gico.’’2

*€I zapaterita dé GuanejuaW forma parte del tibro la semna de cotoms de 1964, algunos cuentos pertenecen a la miente del “Realismo Mhgico’, en donde la realidad s8 conjuga con la magia, la f i c c i b n , lo fantdstica; Mariana Gavez seAela: ”. . . ficcionatizar la realidad y asumir lo fant8stico como ta única manera posible de

acercarse a la realidad”3, los personajes son antaghicos, manifiestan oposicidn entre diversos estilos de vida dentro de un panorama social.

A traves de esta nanacidn se proyecta la impaftancia d e l destino social que

cumple cada personaje, ya que en 6sta se desplazan desde un niAo y un anciano provincianos, hasta personajes citadinos, cada uno en diferentes contex!os socio-

económicos.

4

En el segundo capitulo, el Realismo MBgico, la ironia y el compromiso social en

la trama, se conjugan para manifestar diferencias en el sistema social, cultural y

econ6mico de los personajes, presentados en un ambiente dgico y marcavitloso que

perdura en toda la obra; y transporta al lector a un mundo en donde lo maravilloso se vuelve una reaiidad m&im y actual, propia de tos pueblos latinoamericanos.

5

CAPITULO 1

ELENA GARRO Y EL RELATO

1.1 Panorama del cuento hlspanoamerlcano del rsiglo XX

Para hablar de un nuevo retato híspanoameriicano es ameniente volver la mirada a

las dos últimas decadas del siglo XIX, y no con ta intencibn de efectuar una

cronotogia literaria, sino con el s#o propc[rsito de rocordar la primera corriente

litemria de rmvaci tm que narM en Amctrica y desde luego, que se adelant6 a Espafia; que habla sido el modelo a seguir en las expresiones artísticas "nueva$' desde la B p o c a colonial. El Modernismo no d o a9 preocupd por una poesia refinada y fonnal, sino a traves d e l retato se orient6 hacia l o s problemas religiosos,

sociales y politicos, principalmente a estos Gttirnos como a continuaci6n se menciona:

Aunque Darío hablaría de un lado especial, lioda tatim4rica sufril, un Porfiriato y varias invasiones, dictaduras e injusticias; de ahí e¡ compromiso y la

innovacih en la ereacibn literaria en la voz be poetas que denuncian estbticarnente

el padecer del pueblo latinoamericano, at respecto una cita m& de Portuondo:

A pesar de los precarios medios d e comunicrpcidn, los escritores modemistas

lograron una comunicacibn total que le dio fuerza y pmyecci6n a su movimiento.

Poetas mexicanos como Manuel Gutierrez Ndjera, Amado Nervo, Manuel Jo&

Othh, Salvador Díaz MirCln, Luis G. Urbína y Rannh Lbpez Vefarde, estaban

consciente$ de su @ma. Como nunca las letras ameticanas levantaron su voz en busca de libertad y justicia; y en cuentos modernos carno &&Ma M i a del boiiviano

Ricardo Jaimes Freyre (1868-1 933) se aprecie en uno de sus personajes: "Vengo a suplicafíe, sek, que m me quites mis Hems. Son mfi9s. Yo las he .rTJBrnbracbd

El intemrinable despojo de la tierra 8 indígenas y mestizos, prevalece en et

inicio del sigto X X , y 8th a finales del misma; aunado a esto el cauditliano, fa

PORTUONM), J& Antonio. 'Literatura y sod-, en Am&@ Wna en su Iftanaurrr. Coordhnacidn e introbwxi6n por W s a r Femllndez Moreno. Ed. Siglo X X I , psS. 404

EdR. Fondo de Cultura Econhica, Calm. Popular 51. MQxico 1986, p. 210 JAIMES FREYf?E, Ricanlo. sJustida India", en E/ men20 ~ ~ ~ c ~ . Seymour Menton.

7

dictadura, el imperialismo, el hambre y la ignorancia de los puebfos, son temas que

adopta la literatura de nuestro siglo. Pero cada país l e dar4 su propio matiz, a partir

de los acontecimientos saciales, econhicos y politiicos prevalecientes. Algunas

corrientes representativas s o n : el criollismo, oosmopolitismo, nmrrealismo, regionalismo, urbanismo, la literatura chicana; en fin, diversidad que marca la idiosincrasia y deSarrOl~0 de cada pueblo.

En M6xico a partir de 1910, todavk con elementos de literatura modemista y

en respuesta al momento polftico, surge una prosa realista. Nace el período de la

Novela Revotucionafi8, peculiar en nuestro país, autores como Martín Luis GuzmBn, Mariano Azuela, Jose Ruben Romero, Grworío Lbper y Fuentes, Rafael F. MuAoz y

muchos m&, integran em corriente; motivo de dliversos estudios y ensayos

mundiales, y que Antonio Castro Leal ha definido:

Paralelamente a la narrativa anterior, en Mrica Latina las vanguardias europeas influyen y fructifican en literatos, no s61o radicados en nuestra Continente; sino desde la cuna vanguardista crean y publican sin alejam de sus raíces americanas; pero considerando recursos y elementos innovadmes.

El surrealismo es una de las vanguardias de mayor vida y que m determinados aspectos ha influido en la nwv8 narrativa hispamamericana; sin embargo, en

8

Am6rica Latina el encanto natural de sus paisajes, lia idiosincrasia del pueblo, las costumbres y tradiciones, y una serie de elementos “maravillosos”, que son

inherentes y exclusivos de nuestras culturas hispmoamericams, han marcado

durante esta segunda mitad cid siglo X X , un estilo rjnicxr en narrativa tanto en novela cano en cuento, lo que ha originado el reatism rndgira o maravilloso, y al respecto sefiala Garcia M4rquez:

La cita anterior nos permite visualizar una idea dld realismo mfigico en voz de

uno de los m& importantes literatos americanos; entre l o s que destacan una

interminable lista y &lo por mencionar algunos estdn: Jorw Luis Borges, Mario

Vargas Llosa, Julio CortBzar; y desde luego l a s rnexiawos Julio Torr¡, Juan Rulb,

Juan Josh Arreole y por supuesto, E b a Gam. Efsta corriente ha sobresalido

considerablemente y se ha cultivado de tal fafina, que el cuento y la novela ya son

propiedad de este grupo de escritores enmarcados en un mundo mhgico y

maravillow, y at re$pecto de ellos se sefiala:

’ Cita tomada por Marina Gllvez, presentada en Ls tmve hkmmWca# W“??pOnheti. Serfe de tiistorla y Crftica de la literatura Hispanics n h . 33, Ed. Taunts. Madrid 1988, p. 145 Ibid, p. 151

9

11.2 Elena Garro y su narrativa

La weaeich literaria de Elena Garro es extensa y variada, ha cultivado diversos

genetos; pero principalmente el drarnatico y el narrativo. E1 propbib de este trabajo

es presentar un relato corto, en especial "€1 zap^ d$ Ou~natuato". Sin embargo, m debe pasar inadvertida su tarea literaria en el drama y la novela; por t a l motivo se realizar$ una breve re&a de las obras de mayor trascendencia.

Esta novela llena de valores artfsticos y con un di!seorsa po4tico construido m

el peculiar estilo de la autora, representa una innovacih en la nanativa mexicana y

marca el inicio d e l realismo mdgico en Gam, adelant4mdase a la 6poca de auge de

la corriente. AsÍ los elementos historia, tiempo y memoria son esenciales y

manejados con originalidad. Con esta obra Elena Gano obtuvo el Premio

Villaurmtia en 1963. En el siguiente a h esctibidr su segunda novela titulada

7&s?honbs &m MatWaa, la cual tiene un tono aultobiagrMko y fue acrgedora at Premio ”Novela Juan Grijalbo”, en 1980. En 1982 puMica la novela Reencuenbp de

pemqjes, en 1983 La casa junM al M; y en 1991, Y Matamzo M) llam6. Esta última había sido escrita treinta y un aA0s antes, ,aunque su temstica continúa

vigente hasta la época actual. En 1995 publica In&, coni6 la misma suerte que

otras obras, permanwit5 inedita varios aAos y at ser publicada, demuestra que Elena

Gam representa dignamente 8 las letras mexicornas; y sin duda alguna, ya forma parte d e l mtexto universal de la iitwatura, porque au creaci6n ha sido motivo de

abmiraci6n y estudio por importantes crftim extranjercs y nacionales:

En cuanto at relato corto, Elena Gaff0 cbn su estilo que cautiva al lector, ha publicado La swmm dé mhms en 1964 y Andsm~s huyen& lola escrita en

W69, pero publicada a706 despu&. La tsmatica es diversa, lo mismo marwjer la historia, lo psicoI&gic;b, b social y palítico; hasta lols temas mls inesperados y

sorprendentes.

No hay duda de que Elena Gano ha sida prolifera en su quehacer literario,

a d d s ha incursionado en el &pith cinematcgMicc~. Y aún su publico espera

obras in$diters de diversos g&wos como: Un comz6n en un bofe de b a a u r n r , Mv heman8 Iuegdalerra, Largar (ba8 la noche L-o, k m d a San An g e l . . . En tos últimos &os Elena Garro ha recibido diversos homenajes y premios:

11

Elena Cam y sus narraciones e x d e n de lo cotidiano para CbnvBftjrw en

extraordinario; de tal manera que los planos de la lrealidad se hacen mdgicos a traves de hiStOti8S sorprendentes en cada una 663 sus obras.

Sin duda alguna, sus relatos tramportan al lWor a una dimensibn úni- y

excepcional, gracias er tos recursos aplicados en su narrativa, que con profunda

sensibilidad dejan en &te, un momento de reflexih. Adem& de variados, los temas

que de manera general $e manifiestan en W a una de sus creaciones literarias son

vigentes; de tal forma que en la actualidad, la autora continúa recibiendo

reconocimientos a su talento artfstico:

12

Seguramente, el c5xito de los trabajos literarios de Gamo radican en la atinada combintaci6n de elementos cotidianos; en particular aspectos comunes de la vida

real, con la magia del l e n g u a j e y tintes fantWicos en un mundo imaginario, mismos que proponen una efternativa artística al alcance de ha cultura moderna a travbs de

la narrativa mexicana.

13

1.3 EstDIo y argumento en et cuento “El zapaterito de Guanajuato”

En este punto se analiza&¡ el argumento d e l cuento, 109 personajes, el narrador, el

tiempo y el espacio; así como algunos recursos estilistiicos aplicados por la autora.

toreto Roaales es un anciano de ochenta y dos ubs, de oficio zapatero quien acornpafmdo de su pegtdb nieto Faustino, viajan por nueve días 8 pis degde

Guanajuato hacia la Ciudad de Mxim, para buscar mejores condiciones de vida,

tlevsndo su pesada carga de zapatos, con eí anhelo de venderlos y regresar m ganancias a su pueblo. Par8ck5jiCamentel despds de agradecer a la Virgen su

llegada con bien, los zapatos le son rot>ados a las afutrras de la Villa de (bad¿dupe. ”Sin dinero, sin familia y sin amigos, cqUe ser4 de nc~otros~’~. Reflexidn que el personaje hace alusidn para manifestar su desgracia ante la magnitud de la gran

ciudad; sintiendo únicamente la mirada de cams y ventanas, recurso de la autora a trav6s de la prosopopeya: “mientras veía las casas y ventanas que me miraban

pasar* (p. 31), sentimiento que tambih denota sofedadl.

En et relato, Loreto Rosales asume la tarea del narrador-personaje metadiegetico e inicia en primera persona; adem& ofrece al lector un panorama

l4 GARRO, Uena. La ?OO~BRQ de ccdoms. ‘El rapaterSto de Guanajuato”. Ed. Grijalba. M B x i c o lQ87, p. 31. (En adetente, al ejempliricar textualmente fragmentos de este obra, se marcard en seguida de la &a tlnicamente el número de la mina).

14

omnisciente de los acontecimientos desde su viaje hasta su estancia en la devorante

ciudad. Asi como la historie de Blanquita, su protadtora. For 10 que 8s necessario

que como narrador-personaje se desplace anat=rCinicamente, recurriendo I

retrospecciones al emplear diversos tiempos verbales corn copr&&ito y pret6rifo:

El relato se cierra con un futuro, por lo tanto, se logra una prospeocibn, el anciano al regresar a Guanajuato m olvida a Blanquita y se siente comprometido

para volver a MBxM y ayudarla:

Por lo anterior, en el retata se conjugan diversos tiempos que aluden a un

pasado leyano y otro inmediato, frente a vuces 811 futuro cuando el narrador

plenamente inmerso en le obra logra prcmpecaoners. En cuanto a su forma discursiva, el cuento se enriquece par el continuo man(eja d6, narraciones dinhmicas,

descripciones minuciosss, di6logos y acciones tejidas m ai mismo. De tal forma que

el discurso l o g r a d o y la cambinacitKl de las retrospecciones y praspecxiones aunadas a un presente hist&ico, producen un efecto cia iniciar y terminar la obra con la misma finalidad: ir a ta capital. Para Helena Wsntain, esta comblnaciCIn de divanas anacronias marcan:

15

La setiora Blanquita, una mujer de ciudad con apansnte solvencia económica,

tiene un encuentro casual con Loreto Rusales, quien se encargar4 de observar muy

de cerca la historia de este personaje femenino de expesibn fuerte pero sumida en una relsci6n sadocmasoquista. La vida de estos persmajes se enlazan por un

encuentro simMlico que representan diferentes estratos sociales; por un lada, un

provinciano pobre y por otro la dtadina rica. Esta antitesis proyecta en das planos,

diferencias culturatss, SoCíaleS y econ&nica6 que obligan a los personajes a subordinarse y depender urn del otro; en la siguiente m&&fora se aprecia el

compromiso m a l que siente Blanquita ante Loreto y su pequeAo nieto al

obstbrvarlos 'con p a n t a m de manta, los huaraches y los sombreros ardidos da sol y el estdmago limpio": (p. 32)

Posterior a este momto, 18 narraci6n de Loreto Rosales se hace hiperb6lica y

en tercera persona; ya que despues de algunos días de convivencia con la senora

Blanquita y sus dos sirvientas: Josefina y Pwlchita, pidiendo fiado al chino para

poder mmer eJ narrador dice: 'En el die J-fína iba a pedir fiado. Antes de salir se

asomaba a los balcones" (p. 3 6 1 , hecho que demuestra que Blanquita no estaba en

6ptimas condiciones econ6micas; sin embargo, Lorato y su nieto estaban bien

atendidos.

'' BERISTAIM. . Po6a 6a. Ed. Wwxico, 1995. p. 48

16

En el climax del relato, la historia 88 ficcionaliza en una intenelacibn Idgica de los acontecimientos anteriores. La temporalidad asume un m n t o importante, ye que lo mdgicx de fa trama surge durante la noche y tiene como protagonistas a Blanquita y un hambre cuya identidad 110 se conoce. Esta accit5n se desanolla en la CBsa de Blanquita, en la calle y en un 4rbol.

Como un guardidn de Blanquita aparece Lonrto Rosales, observando sus

movimientos, pero mantenihdose al margen; obs6tveom el siguiente ejemplo:

Se producen una serie de enfrentamientos mltre Bknquita y un personaje marculim, de quien 58 desconoce su nombre, ante la$ acontecimientos Loreto y las sirvientas son testigos; y frente a ellos este personaje femenino demuestra su bravura; v b s e la síguimte comparaci6n: "Vimos pasar a la ser?arcil Blanquita, como una centella iba embravecida" {p. 38)

De I ra duraci6n de la historia, se sabe a traves de, Loreto, que nueve dias fueron

de viaje hacia la ciudad, tres dias m& de caminar dentro de la misma, uno m& al encuentro con Blanquita, pero no se menciona cuantos días han pasado en su w a , ya que el mismo narrtrdar-pefsonaje dice: "y as[ se m@ pasaban los días * (p. 37),

m$s los que et personaje considera en su retorno para reunirse una vez mris con Blanquita, otros n w e dies; m o b g f a que establece un tiempo lineal.

Con base en el sn&lisis anterior del argumento y el empleo de recursos de

Elena Gam, se aprecia que la obra en general de esta autora, ha iniciado en esta decada un verdadero reconocimienta; no &lo pof la crítica nacional, sino extmfijwa.

17

CAPITULO II

REALISMO MAGIC0 Y COMPROMISO SOCIAL

Elena Gano, despu6s de vivir por etapas en el extranjwo, principalmente en Francia,

regress en esta decada a Mxieo. Su estancia en París le propicib acercamiento

directo m los movimientos de vanguardia; desde luego, el de m& vida, el

Surrealismo. Su amistad con Andre Breton y bnjamin Pbret le permiti6 momr de

viva voz de su autor los Manifiestos Sunsalistas.

Por to anterior, no se descarta que los surreali:stw hayan influido, en cierta

forma, en la creacibn artística de esta autora; sin elmbargo, criticas reconocidos

sostienen que su obra est& con8idsrada plenamente (31'1 un Reatismo mdgico;

P. 506

18

El Realismo Magic0 coincide de alguna forma con elementos del surrealismo:

"El espiritu del hombre que suetla, queda plenamente satisfecho con lo que sursfia.

La angustiante inobgnita de la posibilidad deja de La obra de Elena

Garro surge de una inesperada elteraci6n de lo real, para tograr lo maravilloso, lo

rn&im, lo raro que cautiva. As!, se consideran algrunas concepciones surrealistas

aplicadas a su nanativa, ademas de sus suefios, travesuras y fantasias infantiles y

juveniles en su patria, ya que se recurre e la expresih real del pensamiento

asociada con la omnipotencia del susAo, que en determinado punto son ciertos

elementos del Realismo Wgico.

El cuento El zapateMo de Ouu~)#¡aato, pertenece a la corriente det Reelism

Mggieo que es propia de Amhica, y aí respecto Menton comenta:

En el capStulo I se present6 el argumento y el estilo del a m t o $Malado; y a partir de ese momento, los valores est4ticos 88 pusieron de manifiesto, y con ello,

una visih que permiti6 comprobar la originalidad del velato, el cual q W e insertado

plenamente en lo real maravilloso; thnino inventado ipot Alejo Carpentier: "lo real

maravilloso comienza a serlo de manera inequfvoca cuando surge una inesperada

alteraciijn de la realidad (el milagro), de una revelaci6n privilegiada de la realidad ... 19

19

“El zap&Mo c& Guanqjbfo”, est6 impregnado de elementos maravillosos y

maigicos; de tal manera que no &lo es ’Reat maraviilloso”, sino se universaliza y

converge con una corriente que representa a nuestro continente, aunque el t4rmino

haya sido inventada por el crítico de arte aleman Fronz Roh { 189O-1965); desde luego la corriente es el Ralismo m@ico. Desde et planteamiento del cuento s8

observan claramente elementos del Realismo M g i c 6 : “mientras reia las casas y las ventanas que me miraban pasar“, (p.3t). El ambiente físico y sus w a s tienen emnto y vida, en el misma punto continúa: “En mis ochenta y dos anos ya he visto mucho, pero nada tan desamparado como los mediodiias de la nombrada ciudad de Wxico”. (p.32).

Así mismo, en las siguientes descripciones del relato $e continúa empleando elmentos m&icos: ‘En otros timpos todo fue de oro:: los palacios, l o s peines, los

altares y en algunas cams hasta los barrotes de las ventanas fueron de oro“. (p. 34)

En el desarrollo del cuento, se observa en el inicio una realidad, cuando el

anciano camina por las calles de la ciudad; e incsperadamente trasQam esa

realidad en el momento y en la forma en que se refiere a las casas y calles. En el medio ambiente ffsico tambien se hacen patentes esc6 aspectos mdgicos; y desde luego, en el desarrollo de las accione$ y d tiempo en que transcumen; por ejemplo, cumdo Blanquita en plena madrugada golpea el hombre con el martillo, 41 se

levanta y logra caminar a pesar de que Lweto Rosalesl fa vio en ma situacíbn dificil:

“La SeAOra Blanquita 88 acera5 8 rematarlo con el palo del martillo. Pero el hombre se lo arrebatd de un manotazo y lo tírd adentro d e l jardin.* (p. 40). OesgUes con palabras de a m r y muy tranquilo, QI te compra en un lestanquillo unas cigarros, ella aprovecha para escapar y subirse 8 un frrbol: “Sin pensatlo se tr@ al & b o l como un gato y desapafscid en lo oscuro del follaje”. (p. 41).

Otros aspectos d e l Realismo Mdgica tambib se oboewan desde el inicio del relato, como en el fluir constante y autmstico d e l pensamiento, asl como continuos

so#ttK;iuios y ssf $e incorporaron elementos d e l subconsciente en Loreto, cuando el anciano sorprendido da ver por primera vez la relacid~n de la mujer que lo ayudaría despubs. Sorprendido dice: “iViejo curioso!, me hnbi8r?m dicho y con sobrada

rar6n” ... (p. 31). En el primer encuentro de Loreto Rosales, su nietdto y la mujer llamada Blanca, el anclano prosigue: ¿Para que mentirk, si $8 nos veia el hambre? Se me nublaron los ojos, la vejez no sirva para atajar las l4grimas cuando quieren

m e r . (p. 32). Cuando Blanquita, le ofrece su casa y 108 ayuda, se percibe otro elemento ctbsico del realismo m&ieo, la otredad; de t a t manera que el propio ser se

ve reflejado en los &m&: “No me avergmzcj su caridad. La hacia con hacía con enojo, como si ella tuviera la culpa de mi triste situacibV (p. 33).

Por lo anterior, se observa que Blanquita adopta l’a culpabilidad de aros en elta

y por eso 88 siente &S comprometida con los desprotegidos, aunque conscientemente CUI ’po: ¡Esos bandidos d e l gabiemcr!. . .” (p. 33). Desde luego ella asurn tambirshn el papel der culpable de la pobreza y 88 siente obtigeda, 8 wsar de

que elfa tambih tiene una sitwck5n precaria porque siempre su61 ainrientes piden “fiado” a los comerciantes. Pera erla firme en su compromiso, sdicita al hombrs con quien pelea y golpea, el dinero para que regrese el arxiano a Guanajuato. Porque desde que lo conoci6, ella le prometib su ayuda.

El anciano acepta la ayuda de Slanquita y despub de descansar en la casa de

la mujer, nana a las sirvientas sus pesares desde la salida de su pu6tbio. De ahí que

la autora rompe con la limlidad d e l relato para ltevar al lector al pasado y mediante la retrospeccibn, o bien la circularidad del tiempo; et arlciano relata a kas sirvientas y

a la seflora Blanquita:

21

En le retrospecci(5n del relato swge otra vuelta al pasado, pero un pasado muy remoto y que sin embargo, continúa en el del anciano y lo proyecta. DespUes de la

c e n a , surge otra caracteristica del realismo mbico, cumdo con las luces apagadas espían al hombre visto por ellos m la maPiana; parece que de Is vigilia se pasa al

susAo y todo lo que 68 percibe es mirico. De tal formal que noche a noche se repite:

"Oí las horas: las d o c e , le una de la madrugada y ellas allí sqplan, espiando ks pasos del malhechor, para estar prevenidas. (p. 36)

Pero prevenida de q d , sí ese hombre "tan temible", es el que da un paquetito

a las sirvientas; y tal vez ahí se encontraban tas murtetp~itas vestidas de novia y que

se rompieron cuando Blanquita anoj6 la caja; y que simlbolizan tal vez et amor:

Pedimos unas agujas y un poco de hilo y nos pusimos a mponerlas. En esto estWmos cuando volvieron a líamarra a la puerta.

22

OespUes de estas escenas, Blanquita pide al hombre que le compre sus

cigarras, mientras el va al estanquillo eila se trepa en un fresno; cuando la busca y

se da cuenta d6nde casta, con risas le pide que se baje, ella te dice que sí; pero

siempre y cuando te de los quinientos pesos. Al oirr esto el anciano que seguía

escondido se avergonz6 y record6 que ella se l o s habia prometido y escuch6:

-/Los mismos! se los debo al zapatetito da Guanajmto!

Me fui B la esquina bien agacha do... Entre y agand a Faustim, y luego tome el camino 8 Guanajuato. (p.42)

..,

Casi para finakar el cuento, et anciana despu16s de escuchar a I r a pareja,

determina regresar a w tierra casi en huída, pen, ai llegar presiente que Bianquita lo

necesita y resuelva volver:

23

yo no mete& las manus ... Aunque con le, Wbra Blanquita, nunca se sabe, nunca se sabe... (p. 42)

Para concluir este apartado, conviene actarar que se hizo una generalizacih

de los aspeotos d e l realismo mPlgico y que se podria detallar aún m&; por ejemplo,

los entrecruzamientos del tiempo y d espacio, l o s pJanos superpuestos de la realidad, el juego y la alternancia del narrador, la transgresibn de leyes espaciales, psicoltjgicas y temporales, en esta última se observa cambio de tiempo presente

al pasado y de &e al futuro, es decir, se emplea una praspeccibn. Asi el conjunto de elementos maravillosos, mdgioos y sorprendentes ubican el cuento €/ zapeWfo de Ouanafusto en el Realismo rndgico:

Lo seftaiado en los pitSirrafos anteriores resulta iml6lito, como id l i ta tambien, la

figura de "los palacios, los peines, ios altares y en algunas casas hasta los barrotes

de las ventanas fueron de m" (p. M).; tanto por su amduda humana coma por las

condiciones de las acciones se suman a estas características mismas que to enmarcan en ío Real Maraviiloso.

Lo hípart>6lico es mamilkso, m lo es la actitud de Blanquita al huir de su

"enemigo", quien en realidad es su amigo y su única esperanza, no &lo para ella, sino para el anciano at que deber& apoyar sin importar las circunstancias,

24

2.2 Compromiso social

Desde la Antigüedad Cl4sica los poetas ya manifestatm ~ p 1 sus obras una postura

de critica y denuncia, ante las desigualdades sociales;; así por ejempio, Aristbfaners

en un8 de sus piezas dramaticas expone: ‘Coro.- iAy! jAy! ¡Ay! Por Zws, yo mismo no $6 dnde saldrh hoy la comida para nosotros dos’’? El hambre de un mpo social que se patentiza no $610 en esa cuftura, sino est4 latente en todo el desarrollo

de la humanidad.

Un escritor comprometido no S610 cultiva la titeratufa m una de las

principales manifestaciones artísticas, sino alza su voz ante la injusticia y la

ignorancia; pera tambih est4 la otra parte, los protagonistas en muchas ocasiones quedan est&ias en su mundo de ignorancia y carelxias. Tal parece, que todos

esos males ya son parte de su chsttino y lo aceptan c o r 1 resignacih; sin embargo, en ‘El zap8terito de GuanaJwtto”, Lorcsto Rosales, a pesar de su edad, representa a un grupa social que todavía tiene el impetu de trabajar para saciar el hambre que p a d e c e , y viaja con el producto de su trabajo hacia la capital, con el úníco anhelo de

encontrar lo que, en su lugar de ofigen le niega:

25

Sin embarga, esa ciudad no le brinda los rndio!s para superar sus carencias;

pw el contrario, ir6nicamnte, no st510 pierde el producto de su trabajo a manos de

uno de miles o quiz4 de millones de seres que tambibn luchan por su supervivencia

aunque no con el esfuerzo de su trabajo. Y asl lafeto Rosaíes al despertar se

cancientiza de la maldad de lbs citadinos:

qQu8 bonitos!- me dl@, cuanda se los eneelfe. Yo no me di cuenta de que bs mind con codki8, sino hasta el otm día, cuando amanecf sin ellos.. . nos pusimos b u m y busca sin hallado. ?two no dimos con 81.

AI respecto del compromiso de un escritor con su pueblo, Alejo Carpentier

$dala:

Ocuparse de ese mun h... de ese grandisirno mundo, ... entendeme con 61, pintado, @marlo, exaltar a es8 puc3blo combatiente, tratar de comprendedo, de hablar de 81, de mostrar en 81 las etntmtdas, los emms, las granderas y las misedas.. . es, en mi opirMn, la tare8 &I now/ista actual. 22

A traves de la trama de ests relato, la denunc:ia social est4 estrechamente

vinculada a la ironía. Pero no s6to una ironía como figura pOetíca; sino en toda la

accibn, asi por ejemplo al mismo tiempo que el allciano da ‘gracias a Dios por haber

llegado con bien”, pierde d producto de su trabajo y can eilo toda posibilidad de adquirir ingresos. Jose Ortega y Gasset en este punto &ala:

22 CARPENTtER, Alejo. ‘Papel social del meliia’, En Q& &S alle Is Revis& Cssa dt? las núm. 8 0 , La Habana, julio 1970, pp. 153-169 A Y GASSET. * I r 6 n Í c a destino’ en n.W Ed. Pornla, S.A. Coiecc.

Sepan Cuantos, núm. 497. MBxico 1986, p. 30

~ -

26

En las úftimas palabras de la cita anterior, 88 enmarca perfectamente la

relacith de Blanquita la protectora de "Oon Loretito"; cnn el hombre d e l autamdvil y

que el anciano ha sido testigo durante toda su estancia en la capital, en continuas ocasiones, desde el inicio hasta el deaantace:

La pueda del coche estaba abiena, y le vi las piemas tan desnudas como los trmzos. faustino tambí4n los vib. Y tos cbs vimos, cuan& ella Ievantd una mano y le &o une b M a d a en mitad ds los bsrslos que 98 daban. (p. 31)

Y el refeto continúa a partir de ese momento 0n un ambiente antagtrnico; pero al mismo tiempo por esa "unib y l u c h a de contratios". Así Ortega y Gasset enuncia: "Sin embargo, esa mtradicci¿jn entre amor y odio a u,na misma cosa 88 suaviza un paco mirando m8s de cerca" ..." Y continúa este autor en la misma concepcidn:

Paradbjícamente los personajes principales vant tejiendo este relato; por un l a d o la historia del rapaterito, y por otro la de la bondadosa y caritativa mujer; pero al mismo tiempo 6sta muestra otra faceta a n el hombre que guarda diversos tipos de relaciones, pero que fa apoya porque Blanquita, an una aparente riqueza, est4

sumida en la miseria como el anciano, y así dos wr3s opuestos quedan unidos y

forman una sola historia. Respecto a este tipo de personajes Ane-Grethe

Ostergaard, concluye:

27

Sin embargo es notable en toda la obre de Ekna Gam la superaci6n a nivel indiwiiuel de algunas de estas barns; hay p. ej. varios casos de mnfi8nza y oampnsnsidn entre niAos blanoos e indios, mujem y ni&$, hombres @venes y n¡fbsJ lo que vism, a establecer como un c@go subyacente y alternativa de comunkaeí&n m una sociedrird rigída y eminentemente patnamP

Ademas de ta anterior especialista en critica titmaria, otros criticos y escritores coinciden en sus puntos de vista en k, que respeda a la interaccih de personajes y

circunstancias sociales.

Alejo Carpentier en su prdlogo a €1 reino de este mundo, especie de

manifiesto de la narrativa latinoamericana contemplordnea, expres6 la idea de

concebir al mundo americano, su historia, sue homlhes y su cultura, como una

sintesis irrepetible y maravillosa de elementos inst5litcs; es decir, poco munes, 0n

et tiempo y en el espacio.

AJexis Maque2 !“a que: “lo mismo puede darse lo maravilloso en el heroe que enaitece la condicidn humana que en el siniestro criminal que la envilece”.”

28

Siendo lo anterior verdad, entonces, un buen ejemplo de comportamiento humano enmarcable dentro de la faz de personajes, I-wetu asme la condicih de

víctima en tanto que Bianquita reprmta al Woe y el hombre d e l "vozmW al igual que el hambre son villanos del cuento.

29

C O N C L U S I O N E S

En la obra de Elena Garra est& latente la proyección die su entom social y en cada uno de sus personajes se refleja un grupo social deteminado y la idiosincrasia de sus miembros. A s í en E/ zapraterift? de Ousnqjuato, esta autora da un tratamiento significativo a su$ personajes y acciones; porque ¡ambos se amalgaman en el

realismo y en la fantasia. Lo común y cotidiano se tramforma en Io irreal e irclnico, para comprobar una vez m& que este relato pertenece, sin duda atguna, al Realismo MBgico, corriente marcada peffectamente (en Am6rica Latina par Elena

Garto desde su primer obra narrativa Los muen&s &a/ powmir.

El dramatismo de los pueblos de Mcjxico es denunciado en este cuento; pero

no sdlo el hambre y la ignorancia, sino la explotacidn, representada en el agiotista, que simboliza la usura y el despojo.

Paralelamente a la denuncia social, la imnla resalta en todo el relato; desde la

ironia COMO recurso est&ica, hasta un destino irdnioo e ineludible pera los personajes, la ironla los une, pero al mismo tiempo soin opuestos y se convierten en objeto-sujeto, simuIt&neamente; sin perder su singularidad y fonnan una midad.

En E/ ZaPaterJto da Guanajuato, se valoran perfectamente los elementos de Realismo M&gic;o o lo Real Maravilloso; así se patentiza lo onkico, la evolucicln de lo objetivo a lo subptwo, los paisajes, los elementos insljlitos y todo el encanto propio de I r a gente de Amtkica Latina que le da un toque únicro a esta corriente literaria que

tal parece propia de este Continente.

30

Gam proyecta en este relato, una versi6n veraz c k las carencias econhicas y

diferencias sociales m la cultura d e l Continente hericano en donde toreto

Rosales, el zaperterito es un ejemplo de la realidad acztuarl, como tantos hombres y

mujeres qu8 luchsn por subsistir en su destina social.

Sin duda afguna, Elena Garro pertenece m gran dignidad, a un grupo de literatos latinoamericanos, que no S 6 1 0 se enaltecen en su tarea de escritores; sino

su visión, conciencia y energía rebasan el arte parts demostrar que con ella un pueblo bvanta su voz en pro de la justicia e igualdad.

31

B I B L I O G R A F I A

DELGADO, Jaw. . UNO MAS UNO, Seccidn C W a , Cultura, Especticulos. (urexico 30 de agosto de 199% p. 27.

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33

UJNIVERSlOAD AUTONOMA METROPOllTANA

I Z T A P A L A P A

Letras Hisphicas

La luna desrnM?cadu en la voz

poética de Jaime SabCnes

Presentado por Virginia Santos Dirigido par Evodio Escaiante

MATRICULA: 87237598

México, D.F., a 27 de septiembre de 1996

I N T R O D U C C l O N

CAPITULO I

PANORAMA DE LA O6RA POETlCA DE JAIME SABINES

1.1 Su vida y su creaci6n lírica

1.2 Breve panorama de fa Lírica Hispanoamericana d e l siglo XX

CAPITULO II

DESMtTtFICACION DE LA LUNA

2.1 Mito alrededor de la luna

2.2 "La Luna" de Jaime Sabines

2.3 Humor y humorismo en "La Luna" y CM "Pens6ndolo bien"

CONCLUSIONES

BIBUOGRARA

2

I N T R O D U C C I O N

SI ayer vimos la luna, desleida sobre un alto silencio de mantañas ... si ayer /u vimos dmumurse en una indulgencia de lómparu afligida, y dude desnutur en las pestaiias S/ oro de /u luna.

Con el propbdta de comprobar que gracias u la voz poética de Jaime

Sabines la Luna ya no es un cuerpo celeste tan lejano al hombre, con una

distancia media de 3 8 4 , O O O km de la Tierra; se presentará en este ensayo la

forma tan peculiar en que el autor del poema ‘‘Lu tuna”, nos la regala, as1

a través de una vívida voz, el sujeto poético nos la brinda con todas sus

bondades y cualidades. De tal fonna, este hermoso astro queda

desmitificado ante el deleite y asombro del lector, quien la poseerú y la

llevará por siempre en todos los momentos adversos o dichosos de su existencia e incluso hasta et final o desenlace de su vida,

“La Luna” poema seleccionado para el presente trabajo, pertenece a la cofecci6n titulada poemas sueltos, y que fue publicada en 1962,

exactamente en la década que et hombre alcanza y conquista

físicamente al satélite natural de la Tierra; pero el resto de la humanidad

atrapa la Luna paro siempre a través de la creación artística de Sabines,

quien logra dotar a la tuna de cualidades inimaginables, pues la Luna se

hace “liquida” pero tamblén “sólida”. Mediante 161 lectura del poema

3

seleccionado, se percibe. una infinidad de imágenes visuales, táctiles e

incluso gustatlvas. Despierta en el iector no s6io un deteite, sino to

conduce a la reflexicin, porque la voz poética ofrece un panorama de

profunda meditaclbn, pemreada de aspectos aparentemente cotidianas

como la vida, la muerte y el amor, las imágenes se transforman en ejes filosbficos y humanístkos.

Conviene señalar que no s6lo predomina un sujeto lírico por

excelencia nihilista, y por lo tanto idmlc)glco; sino se perciben tintes de

optimismo y sobre todo, de fe y esperanza en el hombre, en su vida e incluso en su propia muerte.

En el primer capítulo se presentar6 un breve panorama de la vida y

obra del autor, para proseguir en el segundo, con la finalidad de este

trabajo: mostrar una “Luna desrnifificada”, en todo su esplendor y en la

voz poética el empleo de un lenguaje estético que sobrepasa la con-lsnte c o m h de una época. Referente a este planteamiento -Evodio Escalante

se pregunta:

2€s que acuso %bines es un poeta inmerso en una coyuntura de transicich8 &Acaso se sitúa en el fin de una &poca literario y en el plrincipia de otra, y es este carbcfer ccyuntural lo que contribuye a que veamos su obra COMO un tejido de contradicciones que define a\ mismo tiempo la fuerza de su ruptura que sus infranqueables hhifacionesP

Escalante, Evodio. Juime Sobines o la subvsMn urcaicqr_. Uno más uno, ”Supksmento del Sábado’’, MBxico 6 de diciembre de 1986. p.4

4

Por supuesto, en el ensayo de Escalante se visualiza la respuesta, pero es un compromiso de un lector de Sabines, no s610 recrearse con la betiem de la obra lika: es imprescindible una lectura analítica y critica

para formar un juicio sólido. En este punto Mario Benedetti señala: “El lector ya no es focfor ajeno, un marginal de h=1 literatura; m sÓ10 se siente

terna, y por tanto se reconoce en la obra de arte, sino que adernus se siente cÓmplice”2

2 Benedetti, Mario. “Temas y probkmas” en América Latina: en su lhfaturq, Coordinación e introduccidn por César Femúndez M m c ~ M. Siglo XXJ. McSxico 1982, p. 359

5

CAPITULO I

&Y la Luna9 €n el pozo la guardmn. Pam que no kr robasen en et para la guardaron -COMO una onza en una bolsu aquellos fiem romdnticos.

ita han robado, Irr han robado, la han robado!

...

PANORAMA DE LA OBRA PQETtCA DE JAIME SABINES

1.1 Su vsda y su cteach liiica

"tu produccion de un joven que apenas frisa en los J7 afios de edad,

edad en que COMO se sabe es cuando empiezan a manifestarse los rasgos

definitivos de la vo~ución ..."3 Con esta cita, tomada de una Investigación

ampla: realizada en torno a la vida de nulestro autor seteccionado,

publicado en el periódico El Fstudianta, en Tuxtia Gutlérrez, Chlapas en

1944, se ofrece una visi6n de las aptitudes y sensibilidad Mt ica de Jaime

SaMnes; pew no inicld en ese momento su carrera poética. Desde

pequeño su vocación en cuanto a la inbpretacibn literada,

Zarebsku. Caria. (Rec.) Jaime Scrbinm [Ala0 sobre su v @ a Ed. tarebska M4xico, D.F. 1994, p. 30

6

principalmente como orador o declamdor fue constante y con un

auténtico entusiasmo por las letras. De propia voz de Sabines: “En la

secundaria me teniun como declamador oficiuf.,. ”

Con base en lo anterior, y antes de presentar una breve biografía y

su creaci6n artística a la rnaneru tradicional, es de& linealmente,

sinteticemos en la siguiente cita io concepción de sus dlversos bibgrafos:

En la primavera de I926 muao 25, para ser más exactos, en Tuxtb Gufiémz, C h i ~ p ~ s , V ~ Q la luz pcu vez primera un niiio que, COR el tiempo, huhá de significarse corno una de las f@uras mús representativas de la poesía rnexicanff, Jaime Sabines.4

Jaime Sabines fue el tercer hijo de Jaime Sabines de origen libanés y

de DoAa Luz Guti&nez, mujer de la “alta socfedad” de Tuxtla Gutlérrez. Da

su padre recuerda: ”Mi padre era una persona de lo mús comlin y

corriente, pero con una gran sensibilidad.. ei me infundió el gusto por /u

literatura. ”

Su infancia fue como la de todo niño que vive en et campo, en

medio de labores agrícolas: pero disfrutando los juegos tradicionales de la

infancia e incluso para terminar la primaria recurrir a la inevitable pinta:

“Me iba af do”; obviamente, como todo peque60 que crece en medio de

una vasta naturaleza. Así continúa su vida de estudiante y es en la

Preparatoria de su Estado cuando da un giro, e inicia la etapa da

transición hacia la madurez, y exactamente al final de su adOle~~8nCia se

dedica al periodismo con un verdadero entusiasmo e incluso es el director

+I Zarebsku, Carla. OO. cit. p. 17

7

de El Estudiante en 1944, periWico de sociedades estudiantiles de la

Normal y de la Preparatoria. En éI publica poemas como:

Fugas.. . g Porqué nos hemos de decir adiós? ~ C Y C U S O piensas que después de arnur#e cclerd el olvido sobre el corazón?

e..

4/40 ves ilusa que la vCda entera te perfenece? ;gY yo olvidarte?! $Puede el hombre olvidarse de su Dios8

JAlSAH

En este periódico Jaisab no sólo publicó sus creaciones, también en fa Seccicjn “Página Poética”, presentaba una seteccidn de diversos

autores; de tal forma que 0s evidente la influencia de esos poetas; este

aspecto se ampliar6 en el siguiente punto del trabajo. Retornando su obra

de estudiante, en algunos poemas como “lnskc)speccicjn” y ”Siento que fe

pierdo”, se percibe claramente su estilo y la temática que lo llevaría a ser un poeta excepcional. De “lnstrospecci6n” la siguiente estrofa:

;Cómo diera mi sangre por saber un instante /O que sabe la nem, Io que sabe la luz, lo que sube el calor; existir sin quererlo, sin saber que exisfe, alejado de todo, de fugaz alegrb y de eterno dolw!.,.s

E3 indudable que en los versos anteriores el sujeto líko predominante

es el ideot6gico, contrasta con el de “Fugaz”’ que es plenamente una muestra del amor de juventud y en ese mismo poema, un sujeto lirico de

5 Ibidem, p. 31

8

carácter divino: “gPuede el hombre olvidarse de su D~os?”~. En “siento

que te pierdo”, el sujeto lírico canta al amor carnal:

Tu carne ya rm tiembla en la danza del beso, ni mi carne se enrosca al dormir en tu seno.

(Me hundb yo en tu vientre, y en kr luna //oraba; partfume en tu lengua, y la noche grifubu).7

AI t&mino de la preparatm’a Jaisab decide estudiar medicina en

México, carrera que abandonó tres años después. En esa época en la capital de la República vivió una tm’ble experiencia que marcaría su

personalidad:

En 1945, mi amigo Tony b g e s se estrelkj en el /ztacchuatl en un avidn de Mexicana. Me llamaron para que identificara su cadúver. Cuando legué all‘ me negué a aceptar que ése, o mejor dicho eso, fuera mi amigo: todo era desperdicio, porque&. Sin embargo, eran sus restos. Eso es la muerte: porsuenú, nada. Y alii en el volcdn, la muerte comenz6 a aplasturme.8

No sólo por el suceso anterior, sino por toda su estancia en la Ciudad

de México, Jafsab aprendió “la soledad”, “el insomnio“, “la angustia de vivk”; como é\ dice y constata en uno de sus primeros poemas de Hora!:

Lento, amargo animal que soy, que he sido, amargo desde el nudo de polvo y agua y viento

Ibidem, p. 34 Jbidem, p. 3.4 Ibidem, p. 38

9

que en la pn'meru generación del hombre pedb a Dios9

Su acercamiento literario con Dios, se reafirma con la tectura

profunda de la Biblia, la cual estaba presente en su soledad en la gran

ciudad y concluye esa angustiosa etapa estudiantil y que consolidaría su

profesión literaria:

... la Biblia. E r a mi libro de consuelo, y no en el sentido religioso, sino en el consuelo de encontrar oka gente que sufre, que estú soh, que ama, otra gente que se estrella contra la vida todos los dbs ... La filosof' perenne, fambién fue muy determinante en ml formación. Leb y escribb todo el tiempo. Al fin de cuentas, mi obra es una l a r g a autobiografia. 10

Antes de abordar y ejemplificar la crwci6n poética de Jaisab,

conviene aclarar brevemente los diversos sujetos líricos que ha señalado Evodio Escalantel1. El primer sujeto lírico corresponde a una voz que se

expresa en forma anomanzada y representa el giro hacia lo popular, ttene

un sentido terrenat y afirmativo: "Me gustó que Iloraras"; et segundo sujeto

tírico canta al amar carnal, el6sico desde Siento aue te do: "Me

bun& yo en tu vientre y Iu Luna / l o r a bu... ".

En el tercer sujeto lírico lo sublime como la muerte de Dios, la de su

padre el Mayor Sabines y desde luego la del hombre: "... se van matando

el uno al &o." El cuarto sujeto lírico es Ideológico, de carircter nihilista;

9 Sabines, Jaime. Huevo Recuetntqde Doema, Ed. Joaquin Morti, 2u. Ed. MBxico 1980. p. 9 {En adelante, al ejemplificar textualmente fragmentos de esta obra, se marcará en seguida de la cita únicomente et número de phgina). 10 farebska, Carla. OD. cu. p. 45 11 Escalante, Evodio. On. cit. p. 2-4

10

pero desde uncl percepción muy personal, considero que no sÓ10 puede

s e r pesimista, sino también incluye una ideología impregnada de optmismo, e incluso sin pretender ubicarlo politicamente, en su canto Q

Cuba manifiesta un ejemplo de su pensamiento, desde luego por su

acercamiento hacia el pueblo cubano:

Porque es necesario decir esto: para acabar con la Cuba sociulista hay que acabar con seis miffones de cubanos, hay que unasar u Cuba con uno guatuca inmensa o echarle encima todas las bombas atómicas y los diablos,

(Sefiar Presidente Johnson: hundamos u Cuba porque la isla de Cuba navega peligrosamenfe akededor de Arn6ricu.j (púg. 196)

Las estrofas anteriores pertenecen a _Poemas Sueltos (1551 -1 961),

pero retornando la cronología, recuérdese que Jaime Sablnes abandonó

la carera de Medicina, regresó a Chapas y en 1949 vuelve a tu Ciudad de

M6xico con la firme convicción de estudiar Filosofía y Letras:

Creo que el poeta se hizo en los a h de medicina en Mexico, aiios de soledad y sufrimiento ... Pero sus estudios de FibSofia y Letra lo hizo poeta en el sentido técnico.

Señalar a cada uno de sus maestros y determinar el grado de cbrta influencia estilistrca o temática, merece un estudio muy especial; sin

embargo, con sólo mencionar su nombre se le da el crédito

12 Zarebska, Cada. m. cit. pp. 454%

11

correspondiente: “Tuve excelentes maestros: don Julio Torri, Agustin Váñez,

Amancio Boluiio e Isla, Julio Jiménez Rueda ... José Gabs y Eduardo Nicol”.

Entre sus cornpafieros de clase se encontraban verdaderos futuros

personujes de las letras mexlcanas, así por ejemplo, Emilio Carballido,

Sergio Magafia, Ramón Xkau, Alejandro Rossi, Miguel Guardia; y por

supuesto, Chayito Castellanos, a quien en sus Poemas Sue!toS (1 973-1977]

en “Recado a Rosurb Castekmos” manifiesta un gran cariño por ella y el dolor ante su muerte:

Sdlo una tontu podia dedicar su vida u la soledad y al amor. S61o unu tontu podiiu morirse al tocur una Iúmparu, si lúrnpara encendida, desperdiciada túmparu de diu eras t6, ... iC6mo te quiero, Ghayo, cómo duekt pensar que #ram tu cuerpo! -ashe dice- {&Dcjnde dejuron tu alma8 ... (p. 289)

Jalrns Sabines reconoce: ‘AI principio tuve infhencias muy

marcadus, casi semestrales: Neruda, pero después y a estaba deslumbrado con Gurclu Lorca ... ” 13 Conocib a Pablo Neruda y entabló

amistad con Efrén Hernández, Juan Ruffo, Pita Amor, Juan Jose Arreola y

de viva voz trató a dos grandes modernistas: Amado Nervo y Ramón

Lbpez Velarde.

13 Idem p. 48

12

Obviamente el círculo de amistades y ccmocidos, influye en el poeta

y al respecto Sabines confía: "Ahora lo que hay que hacer es no huir de las influencias, sino dir@i&~s."14 Para el crítico Evodio Exalante, en

relación a la influencia en Sabines, manifiesta:

J . I d

... Gorostiza en un modefo que no puede descartarse. Hacia éI ' tiende desde un principio -Y de 81 se aleju también de rnuneru 2 ,.>

incesante, porque su época y su temperamento son otros. ;: -: Pensamos e n N o r a l . A un lector furnilimzado con Muerfe sin fin 3 ii,. m le costurú demasiado trabajo enconfrar las afinidades. 15

?I?

._ ). 6:" *:- c. - r h

1: '

fn 1949 escribi6 Horuj pero se public6 en Chiapas en 1930, #&!a,

>

incialmente contenia 64 poemas pero para su e d c h se redujo a 18. En

esta obra, desde el punto de vista de Evodio fscalante se observa un

primer sujeto lírico: "En Hora!, los textos representativos de este primer

sujeto son Me gust6 que //orarus y En fa sombra del agua"14 De esta forma

cotidiana en esos poemas de su primer libro, tiene un giro hacia el segundo

sujeto como en: "Mi corazón emprende": Quiero esa arpa honda que en

tu vientre arrulla nitios salvajes. / Quiero esa tersa humedad que te

palpita/ (p. 24). Desde esta abra primera, Subines transmite los diversos

sujetos líricos. En el poema "N llanto fracasado", la muerte es la constante:

"Nadie sino el hombre pudo inventar el suicidio / Las piedras mueren de muerte natural [p. 26). "En Dios descansa el hombre. / Pero mi ccxaz6n no

descansa, / no descansa mi muerte, / el diú y la noche no descansan [p.

27)

f 4 m p. 49 15 Escalante, Evodio. 9p . cit. p.3 16 Idem, p. 2

13

Pero n o sólo e n et poema anterior la muerte predomina, et tema lo trata continuamente en su cretackjn poicittica. En 1951 nace su segundo

tibo titulado bu SeBal, poema COMO “Del corazón del hombre” en los

versos: “El coruzón del hombre suefia / y anda solo en k tierru / a lo brgo

de los díÚs# perpetuamente”. Los múltiples sujetos líricos son manejados be~~Om~nt8: a estos y a la soledad Andrew P. Debicki señala:

Jaime Subines es tal vez el poeta mexicano joven que más se destaca en !os afbs 50 y 60. Temúticamente, su obra fiene un fondo de angustia neonorncjntics, trota b soledad de/ hombre moderno, perdido en el mundo mecúnico y rutinarb# igual que las fimifaciones impuestas por el tiempo y la muerte. 17

En 1952 aparece Adún Y Eva, poemdo escrito en prosa, y Sabines

recalca: ”hacer una ,mesh lo mús independiente de las pabbras que

resistiera cualquier traducción; y es u fruv4s de la prosa -cuyo ritmo e5 el que mas se acerca al de b sangre-, donde se consigue mejor’) 18

Para el año de 1954, tu madurez del hombre y la pluma poética hacen posible si nacimiento del libro Turumba y habla al respecto:

“Puede ser que l a r u m sea el Único canto Q la vida que he escrito”19. En

1960 con estos tres primeros libros recibe el Premio Chiapas 1959, en su

dlscmo de agradeclmiento enuncia:

Créanme ustedes que /o recibo alegre y afh’jido. Y lo recibo tumbién esperanzado. Tengo la esperunzu de vivir un poco m&,

17 Andrew P. Deblcki. Poetas hiqnoamedcam$ cantemmrdneos. Madrid. Gredos, 1976. p. 191 18 Zarebska, Carta. Qp. cit, p. 83 19 Idem, p. 89

~. .

14

de trabajar un poco rncis, de hacerme corno ustedes me representan y como yo deseo: un poeta, un hombre al nivel de su sangre, al ras de su tiempo. Ojalú que con esto algún d b pueda darles las grocius.*o

Continúa la producción de Jaime Sabines, asi en 1962 aparece

&ernas Suelto4 (Recuento de Doernas); Yurja en 1967. Publlca Mgfiiemr;yl

en 1972, año en que recibe el Premio “Xavler Villaunwtia”, En 1973 un

canto a su padre que tituló &o sobre kr muerte del mayor Sabines, en la siguiente estrofa seleccionada se percibe la angustia y la temática que ha

obsesionado at autor:

Mirando su cadáver en bs huesos que es ahora mi pudre, e introduciendo agu~us en las escasas venas, tratando de meterle /u vida, de soplarle en tu boca el aire [p. 23 I f

M Idem, p. 93

15

1.2 breve panorama de la &a hbpanoammkarm del siglo XX

Para hablar de una nueva lírica hispanoamericana es conveniente votver

io mirada a las dos Últimas décadas del siglo XIX, y no con la intención de efectuar una cronología, sino con el s610 propCjsito de recordar la pn'rnera conlente literaria de renovación que nació en Arn&ica y desde luego, que

se adelantó a España país que, al igual que Francia, habian sido los modelos a seguir en las expresiones artísticas "nuevas" desde la época

colonial. El Modernismo no sólo se preocupó por una poesFa refinada y

format, sino a travcits del relato se orient6 hacia tos problemas religiosos,

sociales y pofiticos, y principalmente a estos ú)timos como a continuacirjn

se menciona:

16

Epoca" de Santiago de Chile, en el cual trabajaba el joven poeta nicaragüense. Ya sabemos que aquel rey burgués pintado por Dufio "ten& un palacio soberbio donde habiu acumulado riquezas y objetos de arte maravilfosos ... Un dh llevaron un poeta, hambriento naturalmente, pero con fuenus a h para sacudir el penucho de Echevemú y sofiur con bs revokciones"*l

Aunque Darío hablaba de un lugar determinado, toda América

latina sufrió invasiones, dictaduras e injusticias: de ahí el compromiso y la

Innovacibn en la creación literaria en la voz de poetas que denuncias

estéticamente el padecer del pueblo latinoarnerlcano, al respecto uno

cita de Portuondo:

... Jos& Marti f 1853- t89.51, despierta en cambio, /a pasicjn combativa y pone el preciosismo formal al servicio de una lucha incesante por la lib&& y la justicia. T o d a /u obra de Marti esta dedicada u una lúcida batalla par la Iibertad de nuestra América ..."

A pesar de los precarios medios de comunicación, los escrltores

modernistas lograron una comunicación total que le dio fuerza y

proyección a su movimiento. Poetas mexicanos COMO Manuel GutÍévez

Ncjjera, Amado Nervo, Manuel José Othbn, Salvador 5iaz Mirón, Luis G. Urbina y Ramón Lbpez Velarde, estaban conscientes de su epoca. Como nunca las letras americanas levantaron su voz en busca de libertad y

justicia.

21 PORTUONDO, José Antonb. "Literatura y sociedad", en Ambrk=a Lotfna en SU /brutum. Coordinacibn e introduccidn par César Femdndez Moreno. Ed. Siglo XXI, p4g. 404

Ibidem

17

En las primeros décadas de este siglo XX, en Am6rica Latina las

vanguardias europeas influyen y fructifican e n literatos, no sblo radicados e n nuestro continente; sino desde k cuna vanguardista crean y publican

sin alejarse de sus rakes americanas: pero considerando recursos y

elementos innovadores. Poetas corno Cesar Vallejo, Vlcente Huidobro y

Jorge Luis Borges, no s6lo son llevados p o r la corriente vanguardista, son

iniciadores de movimientos literarios. Así surge el creacionismo y el

ultraísmo. En Mbxico el estridentismo nace con Aquiles Vela, Manuel

Maples Arce, tizt Arzubide y otros de trascendencia. Y aunque de vida

fugaz esos movimientos, dieron paso a la Generación de contemporftneos,

¡a cual fue sótida, duradera y trascendente.

"En este pa,% de inintenurnpida y diversa producción poética no

que& desierto ninguno de los caminos de la nueva poesib.,."23 Con bas8 en esta cita, se aprecia c6mo tos diversos poetas de nuestro país han sido

prolíferos; inicialmente un Modernismo que abriria camino a la Generación de Contemporheos y de la cual Jaime SoMnes reconoce sus lazos. De la

misma forma sobesatiente continuaron tos del Grupo Taller (1 938-1 940). Así

nombres como Paz, Huerta, Beitrán y un grupo importante serían

trascendentes para las nuevas generaciones.

Bas generaciones posteriores a CanternporClneos y al Grupo Taller

están representadas por excelentes poetas, ejemplos claros: Hornero

Aridjfs, Jog Emilio Pacheco, Tomás Segovta, Rubén Bonifaz Nuño, Alí

18

Chumacero, Renato Leduc, Julio Ton?: en fin,, es interminable la lista. Y

desde luego Jaime Sabínes (1 926) que:

... es también de los mús pemnajes, esto es de los menas agrupables. Amargo, esc&tico, bur/ón, doliente, ,.. nos habla de S( sobre todo de su carne enamorada. Sus ojos m6s que ver pcrrecen tocar las cosus. Poeta pues de \os ojos abierjos u la realidad (et encanto de la provincia nata/, el desencanto de /u ciudad, el amor cunal).24

Para concluir este panorama literario, es imprescindible setialar a la

Generación del 27; porque para Jaime Sabines la lectura de esa poesía

fue una verdadera delicia, pero sobe todo, reconoce a uno en especial, a Federico Garcia Lorca, quien junto con Le6n Felipe, Antonio y Manuel

Machado, Juan Rarnbn Jiménez y Rafael Albert¡, llenaron púginas de la

lectura personal de Subines, y adernhs algunas de sus poesías formaron

parte de la Pógina Poétlca dei periddico “El Estudiante”; y así Jaime

Sa bines las publica y entre ellas:

... Pero fue en vano, toda la vela fué en vano. AI llegar /a madrugada el sol levantó 10s brazos y asom6 sobre /a sierra su rostra congesfionado de risa,

24 Ibidem, p. 324

19

-León Felipe-

Finalmente toda su trayectoria artística es reunida en 1977 bujo el

tituto de Nuevo Recuento de Poemas.

"El 15 de diciembre de 1983 Jaime %bines recibe de manos del Presidente de la República et "Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüfstica y Literatura"26

Desde esa prerniación, el reconocimiento para nuestro autor del poema "tu luna" ha ido en aumento y su creacibn poétka ha sido

traducida a doce idiomas.

25 Zarebska, Caria 90. cit. p. 33 26 Idem, p. 256

20

CAPITULO It

Y us’ fue. Hizo Dios los dos luceros mayores; el fucero grande p m el dominio del dCu, y el lucero pequeha para ef dominio de la noche, y krs estrellas ...

DESMITIFICACION DE LA LUNA

2.1 M b alrededor de lo hrna

Cuando d hombre intenta explicarse kr existencia de 61 y de toda la

naturaleza que lo rodea nace el mito, ése ha sido motivo de diversos y

profundos estudios: para Ernest Cassifer:

EI mito es uno de las m6s antiguas y grandes fuerzas de /u civilización humana. Esta conectado htimamente con todas las demús actividades humanas: es inseparable del lenguaje, de la p s i ú , del arte y del más remoto pensamiento histórico. La ciencia misma tuvo que pasar por una etapa mitica antes de alcanzar la etapa 6gíca: fa alquimia precedió a la quimicu, /u astrobgio a fa astTonomb~7

27 Gassiter, Em&. El mifo d e f €stado. Ed. Fondo de Cultura Económica. Coiec. Popular 90. México 1992. p. 30

21

La creaci6n de los dioses, del Universo, del mundo y d e l hombre ha

sido Justificada y explicada por los mitos en distintas culturas; desde la

Antigüedad cuundo nace la escritura, el mito ya no s6io se transmitiría por

tradicl6n oral, sino perduraría para la posteridad:

Después de que, fundidos juntamente, el cielo se dejó de fa

y /us diosas madres vinieron u la existencia, y fue puesta la tierra, y la tierra fue hecha, después que hubieron fljudo las normas del cielo y de la tierra, despues que, pura hacer bien la acequia y el canal, hubieron fl,iado las ori/!us del Tigris y del Eufrates,..28

tierra,

Pero el hombre no se aleja del mito, no obstante que se ha definido

corno: “Fdbula alegúfka, especialmente en rnatwb religiosu”29; o bien;

“relato”, como lo emplea Aristóteles. Por et contrario, se recrea y refugfa

en e l , a pesar de los adelantos científicos. Porque la humanldacl ha vivido

paralelamente al mito, de tal forma su intima e inevitable unicjn y

recreación con todos los mitos creados y enriquecidos con el paso de la

vida.

La mitología es tan grande y perdurable como la humanidad, por lo

tanto, sería una labor titánica pretender ejemplificar, pero sdlo se han

tomado dos muestras referentes a la Luna, porque &ta es el terna general del trabajo:

28 Seux, Briend. La creacidn del mundo Y del hombre. {fn los textos del Próximo Oriente Antiguo) Ed. Verbo Divino, Navarra 1982. p. 23 * Abnsa, Martin. Enciclopedia del idfornu. f.2. Ed. Aguilar, Madrid 1982. p. 22354

22

Mus Diana no era solamente la patrocinadora de los animales salvajes, Sefioru de los bosques y montes, de los claros solitarios y de las rumorosus conienfes; imaginada como luna y especialmente, como podnárnos creer, carno la luna amari//enta de las cosechas, ella henchb la casa de labor de! agricultor con frutos hermosos y escuchaba las oraciones de las purtulienfas.%

Para concluir esta ejemplificacicjn tomada del mismo autor y en tomo a la citada diosa, Diana obviamente: "...nuvegando allú urriba en

las noches claras, bajo la apariencia de fa luna plateuda, ..."31.

En todas las culturas, la tuna ha estado presente en sus mitos y en las religiones, y América Prehispánica no podr'a s e r la excepcih, asi la Gran

Pirámide de la Luna impone su majestuosidad a un pueblo que aún se cautiva con ella y al hermoso astro que simboliza.

En cuanto al mito y su relaci6n con los poetas, ha sido un tema

latente en l a s obras artistlcas. Recuérdese al poeta enamorado de la Luna, LiiTai-Po: "Cuando la Luna me espera en el cielo...".

Jaime Sabines aprehende el mito y lo transforma bellamente en un

poema titulado de tu misma fcxma:

Mi madre me contó que yo #oré en su vientre. A el& le dijeron: tendrú suerfe.

30 Frazer, James George. La Ramu dorada. (Magia y rellgión). Fondo de Cultura Econbmica, 2" €dic., f Reimp. M A C O 1980. p. 177 31 Jdem. p. 796

23

Alguien me habló todos los dhs de mi vida al oiclo, despacio, fentamente. Me! dljo: ;vive, vive, vive! Erct la muerte.

“Del mito‘’, poema de /-lord y de este libro en “Lento, amargo

animaL.,” se observa: “...amargo desde el nudo de polvo agua y viento /

que en la primera generacidn del hombre pedb u Dios.” (p. 9).

De esta misma linea indudablemente, Adún Y Eva que escrito e n prosd es una muestra de “relato” mítico, aunque impregnado de otros

tintes o sujetos lkícos; pero finalmente desde el título, et mito presente, y en sus primeras líneas no hay duda al respecto: “Estúbarnos en el paralso“.

(p. S?). En la obra de Sabins el relato m k o da diversos giros, sin embargo

como mito es empleado y para concluir este apartado, con un ejemplo

más, tomado de Otros memas sueltos (1973-1 9J7), de “Diluvio”:

Si sigue lloviendo de este modo, habrá que construir un submarino afómico: poner en 41 un macho y una hembra de cada especie lunar. (p. 294)

24

El mito ha sido una manifestacibn intelectual y artística tan antigua como el hombre, y es la prueba latente del despertar del pensamiento; para

Platón el mito, “en ciertos campos, es la única validez a la que puede aspirar el discurso humano...”= AsÍ el mito forma parte del s e r y lo lleva

conslgo, de tal forma que para diversas cuituras ha sido la única

explicación “lógica y con validez”.

Respecto al mito de la Luna -recuérdese que &a nació antes que la humanidad- ha alcanzado fronteras insospechadas. Ahora bien, esa Luna

m se queda en et firmamento; a través del sujeto lirico en el poema “La Luna“, Jaime Sabines la desmitifica; es deck, deshace o destruye el mito y

el “Astro nocturno” ya es posesibn del hombre. Antes de presentar los motivos de su desmitificadón, disfrútese la siguiente lectura con la

intención de una profunda reftexión:

Abbagnano, Nicola. mcioncnio de filosofi@. Edit. Fondo de Cultura Económica. 2a. Ed. M4xico 1995 p. 807

25

“““.I .. .

La luna se puede fornar a cucharadas o corno una cúpsula cada dos horas. Es buena corno hipnótico y sedunfe y también alivia a los que se han intoxicado de fíbsofíb. Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo: sirve para encontrar a quien se amo, para ser rico sin que lo sepa nadie y para ak@r a los médicos y las clhiccrs. Se puede dar de posfre u los nifios cuando no se han donnido, y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir.

Pon una hoju tierna de la luna debajo de tu almohado y mira& lo que quieras ver. Lleva siempre un frasquito del aire de ja luna para cuando fe ahogues, y dale kr llave de la luna o los presos y a b s desencantados, Pura los condenados a muerfe y para los condenados u vida no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y contraladas. (p. 288)

Corno se ha sefialado, desde El Génesis y a través del tiempo, ía

luna ha sido motivo de mitos, estudios científicos e incluso de la conquista,

estos como logros de la humanidad: asimismo, como en el poema anterior,

el “lucero nocturno” ha inspirado a los poetas que han lograda bellas

obras poéticas: por ejemplo el poema seleccionado de Jaime Sabines, en

donde {a voz del yo lírico o sujeto Ifrico, plasma diversos temas

impregnados de esperanzas, ilusiones, optimismo, humor e humorismo (&e

26

desde ta perspectiva literaria). Esto propkrcl en el lector un estado de

ánimo, motivándolo a substftuir en su mundo:

Pon una hoja tiernu de kr luna debajo de tu almohada y mirurds lo que quieras ver.

En los v a s anteriores el sujeto lirico, marca wn optimismo e invita al

ser a realizar io que realmente quiere: pero además la libertad que posee para desarrollarse.

Gracias al lenguaje cotidiano empieado en la poesía de Sabines, l o s

valores humanos se enfatizan a traves de las imágenes logradas en cada

uno de los versos, los cuales tienen una escritura l ibre ; muestra de la técnica peculiar en la lírica de nuestro siglo; vmos libres en cuanto a rima

y métrica, pero en el aspecto rítmico, la combinación de imiPgenes

acústicas producen una agradabfe sonido po6tico al lector desde e¡ inicio

del poema hasta concluirlo:

La luna se puede tornar u cucharadas o como una cdpsukr codo dos horas.

no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y confrokx#us.

t..

En los versos anteriores se observa un paruletlsmo, puesto que ta idea

inicial concluye con los versos finales, pero además en el término de la

pn'mera estrofa prevalece la idea general de los versos citados:

27

“Y unas gotas de luna en los ojos de bs ancianos ayudan u bien rnodf”.

Tanto en fa introduccicjn del poema como al final, la sugerencia o

dosis marcada en la “receta médica”, a través del sujeto lirico, se ofrece la

f m a secreta para Wrar et consuelo; Es buena COMO hipnótico y

sedante y tambien alivia ... El yo lirico dota CY la luna de cualidades

curativas como medicamento, la presenta en “cucharadas” o “cúpsutas”; o bien como sugerencia con un tiempo verbal muy preciso: “se puede

tornar” equivalente a “se puede surninisfrzrr”; es deck la posibilklad del ser

para aceptar ia vida y en antítesis para aceptar la muerte, pero tumbien

con “receta”: “Y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos / ayudan a bien mm?. ../ Para los condenados a muerte / y para /os condenudos a

vida. .. . )I

Obviamente el sujeto lírico que canta a la muerte estd latente, mas

en este poema, m como una protesta, sino como un fin del hombre. En cuanto a la técnica formal, el encabalgamiento de los v0rsos precisa y concreta las ideas . Además en este aspecto formal, la visión de tener a la

luna como elemento curativo o paliativo al alcance de quien lo requiera

se presenta a través de una aiegoría, lo que facilitard su desmítifaci6n.

Se define a la alegoria como un “conjunto de elementos figuruth/os

usados con valor translati& y que guarda prufefismo con un sistema de concepfos o realidades”33; es deck una realidad se transforma para

un sentido mds profundo. Según Helena Berinstain “en tu alegoda, darle para

33 Ben‘stoin, Hetena. Qiccionario de Refdrica Y Poética. Pomja, Mijxco 1995. p. 35

28

expresar poéticamente, a partir de comparaciones o metáforas se

establece wnu correspondencia entre elementos imaginarios”3?

Es importante mencionar que para entender el mensaje a través de

una ategoria, es necesario comprender el contenido del contexto. La

alegoría COMO recurso literario disfraza y al mismo tiempo engalana la verdad o realidad, a través de una secuencia de metúforas que fluyen y

se unen a otros recursos que enrtquecen et ienguaje; éste desde su

nacimiento ha evolucionado y crecido paralelamente con la alegm’a que

generalmente ha enaltecido sentimientos sublimes, COMO el amor, la

tristeza, la soledad, la injusticia y todos aquellos que percibe o padece la

humanidad y que a través de la literatura se materializan. AI respecto Clfve

Staples Lewis setlala:

... la alegoni;r no es patrimonio del hombre medieval, fino del hombre en general y hasta de la conciencia en general. Corresponde a kr indole misma del pensamiento y de/ lenguaje representar lo inmaterial en términos pictórkos. Lo bueno o lo feliz ha sida siempre alto como el cielo y brillante como el sol. €1 mal y kr tristeza, profundos y obscuros desde el principios

Con base en la anterior cita se aprecia que la alegoria ha caminado

a ia par de la humanidad: así, grandes literatos la han plasmudo por siglos

0n su creación y sería interminable nombrarlos, sólo como verbigracia:

34 Idem 35 Clive Staples Lewis. La alegoria del amor. Estudio sobre la kadici6n medieval. EUDEBA. Buenos Aires. 1969. p37

29

De púrpura y de nieve, florida la cabtm, coronado..,

Pero gqué os sirve que os cuente /a C ~ ~ U S C I ? N efecto ved a vuestro honor conveniente: si es buena el agua, bebed sin preguntar por la fuente.

Asi la alegoria es un metdogismo que ha alcanzado diversos niveles corno el moral, histórico, físico y en el contexto de el poema Lcr luna su

nivel va más alla de los anteriores, porque gracias a esta figura ret6rica y

otros elementos el sujeto lirico logra desmitificalrla. Respecto a esta figura

Debicki dice:

la ulegonú, de Sabines no reduce el @uno real Q un mero vehkufo de significados abstractos. La imagen o /u escenu guarda su efecto concreto y continrja siendo una realidad de gran impacto en simisma pero simu\tdneamente mús e/evudoa

En tomo a esta expresión d t i c a del pensamiento del artista y a través de la algoría relativa a la luna, el sujeto lfiico continúa atribuy&xble

cualidades:

Es buena COMO hipncjtico y sedante y tumbibn aliviu a los que se han intoxicado de filosofb.

36 Debicki, Andrew P. B, cit. p. 192

30

Una vez más el uso del encabalgamiento para formar la idea de que la luna es como un rnedlcamento; en los primeros versos se ofreció su

“presentación” de este elemento maravilloso, ahora se describen algunos

beneficios de etla: la luna se compara con vn hipn6tico que se puede

suministrar para producir el sueAo o bien como un sedante para el espiritu.

En este sentido el poeta emplea el “corno”, justamente para

comparar al satélite con diversos elementos al alcance de la mano del

hombre: ai respecto Melena Berinstain dice:

La compamcicin retórica es una figura que no siempre se clasifica entre los tropos. Consiste en realzar un objeto o fenómeno manifestando, median fe un %mino comparativo (como o sus equivufentesj37.

Es importante reflexionar en tomo a ia ideta de que la luna “tumbien

alivia a los que se han intoxicado de filosofh”; quiza el sujeto lírico

proyecte una ironía del poeta, o de la vida misma: porque en realidad se

preguntaría &qué connotaciones tiene esta palabra?.

Es evidente que, en sus raices etimológicas, la filosofiu es el amor a fa

sabidunb y al pensamiento profundo; de tanto practicarla intoxica de

conocimientos a quienes estbn CWCQ de ella, como s i se tratara de un

elemento “ d ~ f i i n ~ ” . Pero también es cierto que el hombre no se aleja de las emociones inherentes a su naturaleza, como un sentimiento innato.

37 Betistain, H e h a . QD. Cit. p. 99

31

De tat forma que et anhelo de sabiduría (3 conocimiento está latente

en el hombre desde su creaci6n: pero el deseo de sabiduría la entorpeció

y perdid El Paraíso y por consiguiente la inmortalidad.

Por otra parte, en relacibn a los versosl siguientes, se presenta un

contexto cultura¡ impregnado de creencias,, tradiciones y costumbres

transmitidas o heredadas por generaciones:

Un pedazo de luna en et botsifto es mejor amuleto que /a pata de coneja she para encontmr a quien se ama, para ser rico sin que io sepa nadie y para alejur a los médicos y las clinicas.

Partiendo de el concepto de Nicola Abbagnano, en cuanto a una

"creencia", dice que: "su signifkudo mús general, es la ucfitud del que

reconoce por verdadera una proposicibn y, por lo tanto, la disposición

positiva respecto a la validez de una noción cudquieTc1"~

Es decir el hombre cree en algo o en atquien y a partir de esa

premisa, surgen elementos que apoyen la idea de requerir de un objeto

para tener la posibilidad de mejorar su suerte, misma que pueda ser a partir

de un amuleto, como un objeto que se le atribuya la vMud sobrenatural

para alejar daiios o peligros, así como atraer la buena fortuna: la posibilidad de una atternatlva seria "la pafa de conejo". Pero corno dice

Jaime Sabhes: "Un pedazo de luna en el bolsilb / es mejor amuleto que la

pata de conejo".

38 Abbagnono, Nicola. 013. Cit. p. 259 .

32

Mágicamente la luna, o mejor dicho un pedazo de ella, se convierte

en un objeto portátil para mantener en el hombre las ilusiones y la esperanza de sanar si está enfermo, sln que paradójicamente le dañen los

médicos y las clínicas.

Paralelamente los cinco versos de la segunda estrofa rearman la

necesidad del hombre en poseer objetos que Is ayudarhn y salvurhn:

Pon una hoju t iem de la luna debajo de tu ahohado mkmús lo que quieras ver. LIevu siempre un frasquito de aire de la luna para cuando fe ahogues, ...

Retomando los últimos versos con los que concluye la primera estrofa

y los finales del poema, se percibe por un lado el elemento de la muerte

equivalente a dormir y el paralelismo del niño y anciano, quienes requieren

de cuidados especiales: "Se puede dar de postre a los niños / cuando no

se han dormído / y una gota de luna en los ojos de los ancianos / ayudan

a bien mosir". El paralelismo de infancia y vejez que también se transforman en una antítesis de temporalidad que marca el inicio y final de la vida y se convierten en inseparables, y es determinante como lo señala

Góngora: "Ayer naciste y morkds mañana"; la misma visibn en la voz

poética de Sabines: "Para los condenados a muerte / y paro los

condenados a vidu".

33

La Luna queda desmitificada a traves de los recursos tingüísttcos y de

las figuras ret6ricas manejadas magistrafmente en la pluma de Sabines: y al fin ese. “Lucero de la Noche” queda aprehendido por la humanidad.

34

2.3 Humor y humorismo en “La tuno” y m “Pmrcjndob b i e n * *

El humor o estado de ánimo “es un estado emotivo que no tiene

objeto y cuyo objeto es indeterminable..,”3? Con base en este concepto,

los poemas de Jaime Sabina &a luna y Pensándolo bien, proyectan una

diversidad da estados de ánimo que no se concretan: y sin embargo están ahí y se perciben, como sucede en toda creaciión artística.

A traves de los versos: “Es buena como hipnótico y sedunfe / y

también alivia ...” se transmite con certeza que como ”hipnótico” la tuna

palia una angustia e incluso permite superar una crisis existencial. Con el

empleo de la conjunción “y“ en ios versos sefíalados, se reitera la seguridad de un sentimiento de confianza y posibilidades del ser. Ese

símbolo gramatical predomina en la primera estrofa como una afirmación

a la vida: “y para alejar u los m4dicos y /us clinicus ... ” Pero también una

aceptación de la misma muerte Iniciando los versos con la conjunción “y”:

“y una gotas de luna en los ojos de los ancianos / ayudan u bien morir.”

39 Abbagnano, Nicoia. On. cit. p. 631

35

Dos elementos relacionados con la tern’ura infantil: “Se puede dar

de postre a los n ibs / cuando m se han dormido,..” Esta primera idea se

vuelve paralela con los primeros versos de la segunda estrofa que a través

del imperativo “Pon”, la consolida: “Pon una hoja tierna de ka luna / debajo de tu almohada ...” primeros versos que reafirman el estado de

Clnimo transmitido por el sujeto lírico y nuevamente iniciado con la

reiterativa conjunción: “ y rnirarús lo que quieras ver.”

Para concluir sólo con algunos ejemplos de humor porque si se

profundizara en el poema, resultaría un extenso trabajo acerca del humor.

En la misma linea emotiva y gramatical corctuye el poema con una

esperanza de vida pero también reafirmando el sentimiento, en este caso,

de aceptación de la muerte como fin y naturaleza del hombre,

sentimientos impregnados de optimismo:

.*. y dale la llave de la luna a los pesos y a los desencantados. Para los condenados a muerte y para los condenados a vida no hay mejor estimulante que la luna en dosis precisas y controladas.

Retomando algunos versos de La luna, respecto a la proyección

médica del poeta: “La luna se puede tornar a cucharadas / o COMO

cdpsulu cada dos horas...”; recuérdese su entusiasmo inicial de

adolescente por estudiar medicina:

36

fensé que sena fucil ser médico, pero cuando llegué a la facu/#ad me topé con otra realidacl. Tenia un concepto muy romúnfico de /u medicina; que& descubrir medicamentos, investigar. .. Y me di cuenta de que aquella era cuestión de paciencia mús que de tulento?

Ese deseo de ser médico lo transmite claramente en el sentimiento

de “dar alivio”, pero no al cuerpo sino al espintu de¡ hombre, pero en

forma antagbnica, porque es una curación para la vida y para la muerte:

“Pura los condenados u rnuede / y para los condenados a vida ...”

En la misma línea de ofrecer una “recetcr médica”, mas con un giro

total, en la voz del sujeto lírico; por cierto el que atinadamente, Evodio

Escalante, llama segundo sujeto lírico en la obra de Jaime Sabines se ha

seleccionado el poema Pensándolo bien. “N segundo sujeto lkico es

uquef que canta al amor carnal, al que parece entender, incluso, como la única recompensa aqui en la llera.”41 En este poema también predomina

el primer sujeto litico:

El primer sujeto se expresa en formas urromanzadas. Este sujeto representa el giro hacia lo popular; l o propio de su mensaje es que tiene búsicamente un sentido t(errenal y afirmativo. Es /o contrario de/ sujeto intelectual y probicsrnatizado ...@

Desde luego puede predominar el primero, pero el poema

“Pens6ndolo bien”, concluye en su última estrofa con un tinte

10 Zarebska, Carla. OD, cit. p. 35 41 Escalante. Evodio. QD. cit. p. 3 42 idem. p. 2

37

verdaderamente erótico, aunque con un lenguaje cotidiano y la voz del

sujeto tirico lo inicia tan coloquial como un relato de todos los días:

PENSANDOLO BIEN

Me dicen que debo hacer ejercicio para adelgazar, que akededor de los 50 son muy pefigrosos la grasa y el cigar0 que hay que conservar la figura y dar la batalla al tiempo, a la vejez.

Expertos bien intencionados y médicos amigos me recomiendan dietas y sistemas pura prolongar b vida unos afios m&.

Lo agradezco de todo corazón, pero me r~o de tan vanas recetas y tan escaso afcin. (La muerte fumbién né de todas estas cosas.)

La única recomendacidn que considero seriamente es la de buscar mujer joven pura la ccma porque a estas alturas la juventud sólo puede llegarnos p o r contagio.

Parte de ¡a obra poética de Jaime Sabirtes se ha caracterizado por

lo cotidiano y por el amor, principalmente el erOtico. De ahí que es uno de

los poetas incluidos en la Antaloa@ mexicona de mesíú erótica43. De esta

obra la siguiente cita que sin mayores explicaciones, porque no hacen

falta, enrnarca perfectamente la voz del segundo sujeto lírico en Sabines:

No sób se ha escrito abundante poesra fuertemente interpretativa de kr sexualidad como celebracicjn y angustia, sino que ha resultado ser, además, en buena medida, exceknte

43 Jaramillo levi, E. (Rec.) OD. cit.

38

poesia. Y la han escrito duranfe nueve décadas los m6s disimiles poefas44

Pero en la poesía seleccionada para este último aspecto, no sólo prevalece el segundo sujeto lírico: sino se fusiona con el primer sujeto.

Desde los primeros versos, se observa un relato cotidiano y anecdótko; y

como señala Debicki:

... mediante un empleo muy logrado del lenguaje, del tono y de fa perspectiva. A veces presenta una escena, un ucto o una imagen desde el punto de vista de c m hablante que le imparte un significado mús amplio.45.

En la primera estrofa del poema, a manera de introducción, el

primer sujeto lírico, proyecta un comentario que ha recibido el hablante,

mas no es su postura porque: “me dicen” ... ”que hay que conservur. ..’I

Por lo tanto no es preocupación de ét:

Me dicen que debo hacer ejecicio para adelgazar, que alrededor de los 50 son muy peligrosos la grasa y el cigamo, que hay que conservar /u figura y dar batalla al tiempo, a la vejez.

Y continúa ya no con un comentario, ahora corresponde el turno a

la ciencia médica, una vez más recuérdese su inclinación hacia esa

ciencia y que ha quedado impregnada en divenos poemas:

Expertos bien intencionados y médicos amigos me recomiendan dietas y sistemas

-u Idem. p. 10 6 Debicki, Andrew P. QD. cit. p. 193

.

39

para prolongar la vida unos afios mús.

Lo agradezco de todo corazón, pero me do de tan varias recetas y tan escaso afcin. (La muerte también se rík de todas esas cosas).

En la segunda estrofa sóto recuerda todals las sugerencias, pero en la

tercera la konia parece que está presente: sin embargo es un aspecto de

humorismo, como el tratamfento que a través del tercer sujeto lírico, la da

a la visión de la muerte. “Me ~b ... La muerte también se né”, es humorismo, porque es una preocupación intima que se disimula con un

tono optimista. Respecto a esta tendencia del humorismo Sainz de Robles

marca: “N humorismo es b manifestación mcis humana, mús noble, más

delicada y trascendental de la grada y del ingenio”46

Ese humorismo está íntimamente enlazado con el humor, que ya se

definib, porque es el sentimiento profundo del poeta, su visión y por tanto,

lo manifiesta a través del sujeto tífico correspondiente. En la Mima estrofa

del poema en una f m a determincrnte aparece el sujeto enamorado de

la vida de la mujer, de fa juventud, en fin de todo lo que Io rodea, así como la opción única y eficaz:

La única recomendación que considero seriamente es la de buscar mujer joven para la ccma porque a estas alturas la juventud sólo puede llegarnos por contagio.

u Sainz de Robles, Federico Carlos. Diccionario de Literatura. T-2, Ed. Aguilar. p. 614

40

En ambos poemas las diversas voces poéticas bellamente

engarzadas, proyectan la visión, sentimientos, ideales e incluso la filosofía

del poeta; y como se ha remarcado, todo a través de lo cotidiano, con un

lenguaje sencillo pero indudablemente artístic:o, impregnado de humor y

humorismo que logra mover los sentimientos de un lector necesitado de

una reflexión y de una esperanza para la vida y el "bien morir".

41

C O N C L U S I O N E S

Indiscutiblemente Jaime Sabines ha manifestado a travbs de su vasta

creación literaria una elevada creatividad, así como diversidad de temas;

como son la muerte, la soledad, el tiempo, entre otros, pero básicamente

estos se impregnan de sentimientos más humanos, ya que sus poemas se

basan en un lenguaje cotidiano.

Y por medio de este lenguaje peculicr en el poeta se logra la

identificación sencilla del poema con el lector; la temdtica en general

brinda a éste motivos de reflexión.

En el poema “La Luna”, la alegoría hace su presencia pura conjuntar

diversos elementos po6ticos que ayudan a dlesmitificar ese “Astro de la

Noche”, engalanándose de cualidades inimaginables; que van desde

remedios curativos, amuletos, hasta paliativos y estimulantes; demostrando

así c6mo hombre y luna se vinculan para reforzar el espíritu humano. De

tat manera que la luna YCJ no es únicamente un motivo para inspirar a (as

enamorados, porque en este poema el satélite natural de fa Tierra, funge

como un elemento cubierto de esperanzas, meditaciones, posibilidades de

vida, optimismo; y sobre todo “sirve paru encontrar u quien se urna”, y se

rescata el valor de algo que ha estado unido a las emociones y

sentimientos del hombre, el cual, en un mundo regido por otros valores, ha

propiciado que el verdadero amor se margine.

42

La idea central de este poema en parte surge de la inclinación de

Jaime Sabines hacia la medicina; es por ello que brinda la Luna al hombre

a través de una serie de sugerencias, como si sje tratase de una receta. Por

ello el poema "Pens4ndolo bien" tiene un paralelismo con "La &una"; pero

en este caso el poeta en voz de un narrador sugiere no sólo

medicamentos o la posibilidad de escuchar los consejos amistosos para

lograr una estabilidad física, sino en forma determinante e impregnado de

humor y humorismo, el ser decide at amor ]ovilal. Porque en conclusidn el

amor y la juventud son las fuerzas que muevefit al mundo. Y que preparan

al ser para llegar a su fin, y como en los poemas seleccionados, el hombre

se prepara para vivir plenamente porque es ffmito, así todos tos momentos

de su existencia son significativos hasta su propia muerte.

43

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