Unidad 10 – Totalitarismos Y Democracias

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Unidad 10 – Totalitarismos y Unidad 10 – Totalitarismos y democracias democracias 1. 1. Introducción. Introducción. 2. 2. Las democracias Las democracias occidentales. occidentales. 3. 3. Los totalitarismos Los totalitarismos anticomunistas. anticomunistas. 4. 4. El fascismo italiano. El fascismo italiano. 5. 5. El nazismo alemán. El nazismo alemán. 6. 6. Otros totalitarismos. Otros totalitarismos.

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Unidad 10 – Totalitarismos y Unidad 10 – Totalitarismos y democraciasdemocracias

1.1. Introducción.Introducción.2.2. Las democracias Las democracias

occidentales.occidentales.3.3. Los totalitarismos Los totalitarismos

anticomunistas.anticomunistas.4.4. El fascismo italiano.El fascismo italiano.5.5. El nazismo alemán.El nazismo alemán.6.6. Otros totalitarismos.Otros totalitarismos.

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Mis presentaciones tienen tan solo una finalidad didáctica y sin ánimo de lucro y están

disponibles en Internet para todo aquel que las encuentre útiles. Salvo en casos

excepcionales, no cito las fuentes escritas ni audiovisuales que utilizo, por razones de

economía de espacio y tiempo, ni requiero que se cite lo que yo elaboro.

Sin embargo, si algún autor reconoce sus textos o imágenes en mis trabajos y

considera que debe ser citado, no tiene más que ponerse en contacto conmigo e

incluiré su nombre donde sea necesario.

Gracias y disfruten de la Historia…

(En el caso de esta nueva unidad didáctica, la inclusión de símbolos e iconos de

carácter fascista no tiene otra intención salvo la didáctica, y no hay ninguna intención

por mi parte de hacer apología de dichas doctrinas. Es necesario conocer el pasado

para afrontar el futuro…)

Prof. Oscar González García – IES Los Sauces Benavente

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1. INTRODUCCIÓN1. INTRODUCCIÓNComo ya hemos estudiado en unidades anteriores, la sociedad europea de comienzos del siglo XX vivió una difícil situación marcada por una cruenta guerra, una revolución social en Rusia que había sorprendido al mundo, y una fortísima crisis económica.

Aunque los sistemas democráticos persistieron después de la I Guerra Mundial y continuaron desarrollándose, algunas gentes les veían como culpables de la situación a la que se había llegado.

En este contexto, durante los años veinte y treinta, surgirán como alternativa política movimientos políticos y sociales de carácter autoritario que exigían la desaparición del régimen liberal. El éxito de sus doctrinas supondrían la implantación en muchos países de regímenes de corte fascista. Los más importantes fueron los de Mussolini en Italia y Hitler en Alemania, que arrastrarían inevitablemente al mundo a un nuevo conflicto bélico.

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2. LAS DEMOCRACIAS 2. LAS DEMOCRACIAS OCCIDENTALESOCCIDENTALES

Una de las consecuencias políticas de la I Guerra Mundial fue el avance de la democracia frente a los viejos imperios autoritarios. En la inmediata posguerra se produjo un impulso democrático generalizado. Se crearon nuevos Estados en la Europa central y oriental, con constituciones democráticas. Se ampliaron los derechos electorales, con la obtención de sufragio universal, extensivo en algunos casos a las mujeres. E irrumpieron los partidos de masas en la escena política.

Europa tras la Paz de París

Pero a lo largo del periodo de entreguerras los sistemas democráticos van a estar en peligro debido fundamentalmente a:

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A pesar de esos peligros, diversos países occidentales lograron mantener los valores y las conquistas democráticas. Nos vamos a referir a estos tres:

• Estados Unidos de América:

A diferencia del resto de los países beligerantes en la I Guerra Mundial, la economía estadounidense no se ha visto lesionada, sus campos no han sido devastados y no ha sufrido grandes pérdidas humanas. Su breve participación militar y financiera en la guerra le ha situado en el contexto internacional en una posición hegemónica. La dinámica política estadounidense del periodo de entreguerras se estructura en dos etapas:

Las elecciones de 1920 los ciudadanos y otorgaron el poder al Partido Republicano que, bajo distintas presidencias permanecerá en el poder hasta el año 1932. Ya conocemos las características de dicha etapa de la unidad anterior: rechazo al socialismo, puritanismo social, proteccionismo en el exterior y liberalismo en el interior, control de la inmigración, etc. Este periodo termina con el derrumbe de la bolsa de Wall Street.

Esta fase estuvo marcada por la gestión de Franklin Delano Roosevelt (al frente de la presidencia, tras sucesivas reelecciones, hasta su fallecimiento en 1945) y por su programa económico y social: el New Deal (Nuevo Reparto) para hacer frente a la Gran Depresión. Sus medidas se basaron en el intervencionismo estatal, aplicado en distintos ámbitos. Los resultados fueron parcialmente satisfactorios, y la crisis fue totalmente superada durante los años de la II Guerra Mundial.

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• El Reino Unido:

El Reino Unido sufre en este periodo una importante recesión económica motivada sobre todo por el declive de las principales industrias británicas. Crisis económica de tipo estructural en la que influyeron poco las consecuencias negativas de la I Guerra Mundial.

La crisis económica, sin embargo, apenas debilitó la solidez del sistema parlamentario británico.

Durante el periodo de entreguerras se intercalan gobiernos de signo conservador, liberal y laborista. Podemos establecer las siguientes etapas:

En el primer gobierno de la posguerra se unieron liberales y conservadores, con David Lloyd George, del Partido Liberal, como primer ministro Los problemas fundamentales a los que hizo frente fueron:

Crisis económica y conflictividad social: Convocatoria de numerosas huelgas.

Problema irlandés: La proclamación de independencia de la Republica de Irlanda y los enfrentamientos que le sucedieron, fueron determinantes en su caída.

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En las elecciones de 1922 triunfaron los conservadores, con una política centrada en la recuperación económica del país y de la libra. Esta etapa se vio interrumpida por un breve mandato de los laboristas (enero - julio de 1924), importante por ser la primera vez que los representantes de la clase trabajadora llegaban al poder. Hasta 1929, retomaron el poder los conservadores.

Los laboristas llegaron al poder en plena crisis económica mundial, con MacDonald como primer ministro. Las discrepancias internas hicieron imposible el proyecto político laborista, y MacDonald tuvo que formar un gobierno de “unidad nacional” integrado por líderes de los tres principales partidos.

Las elecciones del año 1935 otorgan la victoria a los conservadores y provocan la desaparición del Partido Liberal en la escena política británica. Baldwin será primer ministro, y a partir del año 1937, Chamberlain.

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• Francia:

El balance de la I Guerra Mundial para Francia fue desolador desde el punto de vista demográfico y económico, y condicionó su inmediato futuro. Durante estos años abundaron las crisis políticas y las agitaciones sociales. Pero la flexibilidad del sistema democrático francés consiguió evitar las tentaciones fascistas.La evolución política de Francia en este periodo se puede estructurar en cuatro etapas:

Etapa caracterizada fundamentalmente por la agitación social y la crisis financiera: El poder estuvo en manos de una agrupación de centro-derecha. Su política se caracterizó por:

•Nacionalismo en clave antialemana. Adoptarán una postura intransigente ante el pago de las reparaciones de guerra de Alemania, en cumplimiento del Tratado de Versalles: Invasión de la cuenca del Ruhr.•Conservadurismo social y medidas represivas contra las protestas sociales.•Afirmación del autoritarismo

Triunfo en las elecciones de 1924 de los radicales y socialistas. Destacó la figura de Edouard Herriot como jefe de gobierno. Su política se basó en tres aspectos:

•Impulso de la política social y cultural.•Nacionalización económica.•Proceso de laicización en la sociedad francesa.

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Los moderados y los radicales se unen y Poincaré formó gobierno hasta el año 1929. El objetivo prioritario consistió en frenar la inflación y estabilizar el franco.

Las elecciones del año 1932 dieron la victoria al “Cártel de la izquierda”. Su política estará marcada por las consecuencias de la crisis económica. La situación favorecerá el auge de los grupos políticos de derechas y de organizaciones fascistas.

Los partidos de izquierdas -comunistas, socialistas y radicales- se unieron en el Frente Popular para concurrir a las elecciones de 1936. Intentaban evitar así la llegada al poder de grupos de ideología fascista.Tras su victoria electoral, bajo la presidencia de Léon Blum, se propondrán mejorar la situación económica del país y de la clase obrera. Discrepancias internas -promovidas especialmente por los radicales - llevaron a su disolución un año después.

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3. LOS TOTALITARISMOS 3. LOS TOTALITARISMOS ANTICOMUNISTAS.ANTICOMUNISTAS.

Al término de la I Guerra Mundial, Europa vivió una situación especialmente difícil. Tenía que recuperarse de los daños ocasionados por la guerra y se percibía el peligro de una revolución obrera (hubo varios intentos en este sentido). Además, desde principios de los años 30, llegaron los efectos de la depresión económica del 29, cuando los EE UU retiraron los capitales invertidos para dar prioridad a sus problemas internos.

Como consecuencia, el sistema liberal entró en una profunda crisis. Los países de larga tradición democrática como Gran Bretaña y Francia, pudieron hacerle frente, aunque con dificultades. Pero en otros casos, se desarrollaron con fuerza movimientos nacionalistas, totalitarios y anticomunistas: los fascismos.

Se iniciaron en un clima de inseguridad vivido por las clases medias desde el fin de la guerra. Al principio, utilizaron un discurso extremista (una combinación de elementos nacionalistas y socialistas). Eso les permitió atraerse a una parte del proletariado y ser movimientos de masas. Pero sólo alcanzaron el poder cuando consiguieron ganarse el apoyo de los grandes capitalistas, temerosos de una revolución como la que había triunfado en Rusia.

Los ejemplos más significativos que tomaron el poder fueron el Fascismo italiano (en 1922) y el Nazismo alemán (en 1933).

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FASCISMO: proviene del italiano fascio, que significa unidad, y tiene su origen en el término latino fascis (haz o manojo). En plural fasces, era el símbolo de la autoridad de los cónsules de la antigua Roma, con la que se identificaron los seguidores de Mussolini.

Mussolini formaría grupos de seguidores uniformados a los que denominó fasci di combattimento, de donde se derivará la generalización de fascistas a todos sus seguidores y a aquellos que apoyaron regímenes parecidos. Aunque el fascismo propiamente entendido es el nombre del movimiento nacido en Italia, por extensión se llama fascistas a partidos, ideologías y regímenes políticos totalitarios.

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En cada país estos sistemas totalitarios fascistas tuvieron sus rasgos propios. Pero presentan unas características comunes:

• Su rechazo al sistema democrático liberal y, a la vez, su voluntad de impedir -mediante la violencia sistemática- el peligro de revolución socialista en su país.

• Un nacionalismo imperialista: someter por la fuerza a otros pueblos para engrandecer la propia nación (el “espacio vital” o Lebensraum de los nazis). Tendencias xenófobas y -de forma radical en el caso alemán- antisemitas. El pueblo debía estar permanentemente “entrenado” para una intervención. El desarrollo de este imperialismo fue la razón principal del estallido de la II Guerra Mundial.

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• El totalitarismo: la subordinación “total” del individuo al Estado, la Nación y al Partido. Mussolini lo expresó así: “Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado”. En la práctica suponía:

La supresión de toda forma de oposición o disidencia política, consideradas como una traición a la comunidad nacional.

Un estricto control social: desde el poder se organiza la vida cotidiana, las costumbres, la cultura, el arte... Y lo hacen desde el sistema educativo, las organizaciones del Partido para cada sector de la población (juventud, mujeres, mundo laboral) y la utilización masiva de la propaganda (época de la radio y los noticiarios cinematográficos).

La economía está subordinada a los objetivos del Estado. Se permite la economía privada capitalista, pero hay un dirigismo estatal: la industria armamentística, obras públicas, sindicación obligatoria, prohibición de la huelga,...

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• Partido único y jefe carismático. El Partido actúa como vanguardia de la comunidad nacional, dirige la conquista del Estado e implanta el sistema totalitario. Está organizado según el modelo militar basado en la jerarquía, la disciplina y la obediencia. El líder carismático (Duce, Führer Caudillo) representa a la nación entera y la “guía” hacia su “grandeza”.

Los fascistas usaron su demagogia para convencer a todo el mundo, tanto obreros como grupos sociales conservadores y dominantes. Los segundos los veían como un mal menor frente a la revolución, la crisis o el comunismo. Sin embargo, los fascistas solían ser indiferentes en materia de religión (generalmente fueron laicos) y régimen político (monarquía o república).

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4. EL FASCISMO ITALIANO• Orígenes y toma del poder:

Italia fue uno de los países vencedores en la I Guerra mundial, sin embargo, muchos italianos sintieron que se trataba de una “victoria mutilada” al no haber obtenido las compensaciones territoriales que esperaban de su participación en la guerra.

Como en otros países, la posguerra estuvo acompañada de enfrentamientos y conflictos revolucionarios, como la ocupación de fábricas. Las clases medias temieron una revolución comunista. En estas condiciones, un antiguo socialista y combatiente, Benito Mussolini, fundó un grupo antiliberal y ultranacionalista en 1919, los fascii di combattimento. Sus militantes vestían como uniforme la camisa negra, hacían el saludo romano y practicaban una violencia selectiva contra los grupos socialistas y comunistas. El movimiento creció con rapidez, y de él surgiría, en 1921, el Partido Nacional Fascista.

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Los grandes propietarios industriales y agrarios, los católicos, los conservadores, atemorizados por las proclamas revolucionarias del izquierdismo más radical, se refugiaron en el profundo anticomunismo de los “fasci”. La violencia se apoderó de pueblos y ciudades favorecida por la inoperancia de los débiles y efímeros gobiernos que se sucedían con rapidez, en medio del descrédito del sistema parlamentario. Estos hechos favorecieron que un creciente número de italianos reclamara la acción de un gobierno fuerte y estable.

Tres fuerzas principales comprendían el arco político italiano a comienzos de la década de los 20: destacaba el Partido Popular Italiano, de ideología católica moderada. Le seguía en importancia el Partido Socialista, sujeto a fuertes tensiones internas que terminaron con su ruptura en dos sectores; uno de ellos se convirtió en 1921 en la tercera fuerza política italiana, el Partido Comunista.

La cuarta fuerza presente sería el nuevo Partido Fascista, cuya progresión fue rápida y, en 1922, su presencia en la vida política italiana era ya un hecho. La inestabilidad de la situación política italiana de posguerra propiciaría este ascenso. Los trabajadores participaron en importantes movilizaciones (ocupación de tierras y fábricas entre 1919 y 1920) que culminaron en una huelga general el 31 de julio de 1922. Ésta fue aplastada por la reacción violenta de grupos fascistas que sembraron de víctimas el país.

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En ese ambiente se produjo el definitivo asalto al poder del fascismo: la “Marcha sobre Roma” organizada en el mes de octubre de 1922.

Mussolini movilizó a miles de fascistas de todo el país que se dirigieron desde Nápoles hacia la capital mientras su lider permanecía en Milán a la espera del desarrollo de los acontecimientos.

El Jefe de Gobierno, Luigi Facta, pidió al Jefe del Estado -el rey Victor Manuel III- que declarase el estado de sitio para detener la marcha, pero éste se opuso a la medida. En las razones de tal decisión posiblemente debió pesar el temor que suscitaba en el monarca el estallido de una revolución socialista y el desencadenamiento de una guerra civil. Teniendo en cuenta que la patronal e importantes sectores del ejército, simpatizaban de forma abierta con Mussolini, el 29 de octubre el rey pidió a éste la formación de un gobierno. El fascismo había llegado al poder con el concurso del jefe del Estado italiano.

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El ascenso al poder de Mussolini no ocasionó de forma automática la implantación de un Estado fascista y, aunque convertido en primer ministro, gobernó durante unos meses sustentado en una coalición de partidos (liberales, nacionalistas y católicos) dentro de los cauces constitucionales.

En 1924 se celebraron elecciones generales en un ambiente de tensión y violencia, que dieron la victoria a los fascistas. Las denuncias en el Parlamento del diputado socialista Giacomo Matteoti de las arbitrariedades y la violencia cometidas por los fascistas precedieron a su secuestro y posterior asesinato. Todo indicó que el responsable de tal crimen había sido Mussolini. El escándalo y las protestas que se elevaron desde todos los sectores políticos, la prensa y el extranjero arrinconaron a Mussolini. Los intelectuales y el mundo académico firmaron un comunicado de rechazo. Mussolini fue repudiado internacionalmente y el fascismo estuvo sujeto durante meses a una fuerte crisis que a punto estuvo de costarle el poder.

Los diputados de la oposición abandonaron el Parlamento. Ya no volverían a ocupar sus escaños. Pese a su crítica posición, Mussolini conservó el poder merced al rey que no lo relevó del gobierno. A partir de entonces su labor se concentró en silenciar cualquier tipo de oposición.En 1925 suprimió los partidos políticos, los sindicatos y la libertad de prensa y mandó arrestar a los líderes de izquierda. Centenares de miles de italianos hubieron de exiliarse. Nacía el Estado totalitario controlado por un líder fuerte e indiscutido.

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• Política del régimen fascista:

• Política exterior: Al principio, Mussolini defendió una política pacificadora y moderada: presencia de Italia en la Conferencia de Locarno, buena relación con el Reino Unido y acuerdos con el Vaticano (Tratado de Letrán de 1929). A mediados de los años treinta, la política exterior dio un giro hacia la expansión territorial y militar: invasión de Abisinia y Albania. El apoyo a Franco en la Guerra Civil española reforzó la amistad con la Alemania nazi (Eje Roma-Berlín) y anunció la catástrofe de una nueva guerra mundial.

•Política económica: Intervencionismo estatal con apoyo a la empresa privada, para estimular la producción, sanear la economía nacional y fortalecer la moneda. Fuerte inversión en infraestructuras: carreteras, puentes, pantanos, etc. A partir de la crisis económica internacional, la política económica se orientó a la autarquía.

•Política social: La Carta del Lavoro (1927) reguló las relaciones laborales: trabajadores y empresarios se encuadran en el sistema de las corporaciones, se suprime la huelga, etc. Y se estableció la subordinación de las fuerzas económicas al desarrollo general de la nación. Medidas para favorecer el incremento de la natalidad.

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"Una ideología que, rechazando el principio democrático de la masa, aspira a consagrar este mundo a favor de los mejores pueblos, es decir, a favor del hombre superior, está lógicamente obligada a reconocer también el precepto aristocrático de la selección dentro de cada nación, garantizando así el gobierno y la máxima influencia de los más capacitados en sus respectivos pueblos. Esta concepción se basa en la idea de la personalidad y no de la mayoría".

Adolf Hitler: Mi Lucha, 1925.

5. EL NAZISMO ALEMÁN

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• Los orígenes y la toma del poder:

El nazismo no puede entenderse sin la figura de Adolf Hitler (1889-1945), su máximo representante e ideólogo. Hijo de un funcionario austríaco, su verdadera pasión de juventud fue la pintura. Se trasladó a Viena con el fin de ingresar en la Academia de Bellas Artes, pero fue suspendido en el examen de ingreso. En 1913 se trasladó a Munich, donde le sorprendió La I Guerra Mundial. Se enroló como voluntario en el ejército alemán y por su arrojo obtuvo varias condecoraciones, siendo herido en 1916. La derrota alemana le causó una profunda consternación, consideró la firma del Tratado de Versalles como una humillación inaceptable y se impuso la tarea de devolver a Alemania su papel de potencia respetada y temida en el mundo.

En 1919 se afilió al pequeño Partido de los Trabajadores Alemanes, formación que un año más tarde adoptó el nombre de Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores (Nationalsozialistiche Deutsche Arbeiter-Partei, NSDAP), más conocido por "Partido Nazi". Si los fascistas de Mussolini se apoyaron en los “camisas negras”, los nazis lo hicieron en las SA (Sturm Abteilung) o “sección de asalto”, que utilizaron camisas pardas.

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Tras la I Guerra Mundial, Alemania estaba en una difícil situación como país perdedor de dicha guerra, como ya sabemos. La humillación nacional y la crisis económica ponían en peligro la llamada República de Weimar, régimen democrático y parlamentario que sustituyó al desaparecido Imperio alemán.

La coyuntura fue aprovechada por Hitler para intentar conquistar el poder. El 8 de noviembre de 1923 ensayó un golpe de Estado en Munich, capital de la región de Baviera ("Putsch de Munich") con la intención de imponer al veterano general Ludendorff como dictador y destruir la legalidad republicana. La rebelión fue abortada y Hitler juzgado y condenado a 5 años de cárcel (de los cuales solo cumpliría 9 meses). No obstante, el juicio fue aprovechado para prestigiar su figura que surgió ante los ojos de muchos alemanes como la de un héroe defensor de la patria frente a los “corruptos políticos republicanos”. Durante esa estancia en prisión escribió el libro "Mein kampf" (Mi lucha), publicado en 1925, donde expresaba los fundamentos de su ideología: antisemitismo visceral, anticomunismo y antiliberalismo.

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En las elecciones de mayo de 1928 los nazis tan solo obtuvieron 12 escaños en el Parlamento, en tanto que la izquierda alcanzaba un claro triunfo. Meses más tarde se producía el crac de la Bolsa de Nueva York, de dramáticas consecuencias para Alemania.

En las elecciones de 1930 el Partido Nacionalsocialista contabilizó 107 diputados que representaban a casi 6,5 millones de votos (18% del electorado), lo que signidicaba su primer gran éxito en las urnas. Frente a ellos, 4,5 millones de votantes otorgaron su confianza a los comunistas que situaron 77 diputados en el Parlamento. La polarización de la vida política alemana era ya un hecho.

La imposibilidad de formar un gobierno estable llevó a la celebración de otras elecciones, esta vez en julio de 1932. Los resultados fueron aún más alentadores para los nazis, pues el NSDAP consiguió 230 diputados, alcanzando la mayoría (no absoluta) del Parlamento. La negativa del presidente de la República, Hindenburg, a nombrar jefe de gobierno a Hitler, forzó a una nueva convocatoria electoral. De nuevo los nazis ganaron las elecciones sin mayoría, y el presidente invistió canciller a Hitler y le encargó la formación de un gobierno.

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El nuevo gabinete se configuró como una coalición de partidos de centro-derecha, pero tras formar gobierno, Hitler convocó nuevos comicios. Días antes de su celebración, el edificio del Parlamento alemán, el Reichstag, fue objeto de un intencionado incendio que lo destruyó (febrero de 1933). Hitler responsabilizaría del acto a los comunistas y socialistas por lo que, mediante el Decreto para la protección del pueblo y el Estado, promulgó una serie de medidas de excepción que liquidaron la libertad de opinión, prensa y asociación, poniendo fuera de la ley a la mayor parte de la oposición.En un ambiente de amenazas se celebraron los comicios en marzo de 1933. Éstos dieron la mayoría (44 %, 288 diputados) al NSDAP. Hitler, una vez excluidos los comunistas, forzó al Parlamento a que le concediese poderes especiales durante 4 años y, tras la muerte de Hindenburg (1934), se autodenominó führer, y se hizo con todo el poder.

A partir de ese momento, procedió a desmontar el régimen democrático de Weimar. Fueron prohibidos los partidos políticos, quedando únicamente como legalmente reconocido el Partido Nazi. Se limitaron los derechos de reunión y expresión, la prensa fue censurada, se elaboraron listas de libros prohibidos, etc. Sería entonces cuando se creó la Gestapo, policía política destinada a controlar y eliminar a los opositores. Parte de los intelectuales hubo de exiliarse del país y los funcionarios considerados no afectos al nazismo fueron depurados.

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El siguiente paso en la senda por el control absoluto del poder se dio con la eliminación de las facciones revolucionarias existentes dentro del propio Partido Nazi. La más importante, sin duda, la constituían las SA, grupo paramilitar dirigido por Ernst Röhm, que esgrimía como principio la abolición del capitalismo mediante una revolución.El proceso de integración del Partido Nazi en las estructuras de poder tradicionales, encontró en esta organización un estorbo, por lo que Hitler decidió destruir su poder mediante la eliminación de sus líderes.La acción se llevó a cabo durante la denominada “noche de los cuchillos largos” (30 de junio de 1934), en el transcurso de la cual fueron asesinadas más de 200 personas ligadas a las SA.Los grandes empresarios y la derecha más reaccionaria se sintieron aliviados respecto a las intenciones de Hitler y acercaron sus posturas a su política que, a partir de entonces, quedaba desprovista de cualquier tipo de reivindicación subversiva o revolucionaria.

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• La dictadura nazi:

La dictadura nazi se basó en la eliminación de los disidentes y enemigos (políticos y raciales), el sistema de partido único, la sindicación obligatoria, la prohibición de la huelga, una propaganda omnipresente.... Hitler inició una política armamentística (fábricas de Krupp, Thyssen) y de obras públicas que resolvió la crisis económica. Esa circunstancia le dio una enorme popularidad. Pero también preparó a los alemanes para una política imperialista y expansiva.

La ideología del Estado nazi se resumió en su eslogan “un pueblo, un imperio, un jefe”. Es decir:

- Un pueblo (Volk): el alemán, encarnación de la “raza aria” cuya pureza debía fomentarse. El pueblo alemán era superior a los demás, en especial frente a los judíos.Los judíos serían considerados como los culpables de todos los males del país. Fueron sometidos a una persecución cada vez más intensa: desde las Leyes de Nuremberg (1934), por las que se les privaba de la ciudadanía alemana y quedaban prohibidos los matrimonios mixtos, el boicot a los comercios judíos, la “noche de los cristales rotos” (1938)... hasta decretar su exterminio -la “solución final”- durante los años de la guerra.

- Un imperio (Reich): unificador de los territorios donde había comunidades de origen alemán y conquistador de otros como “espacio vital”. Este planteamiento llevará a Alemania a un expansionismo militar cuyo desenlace fue el estallido de la II Guerra Mundial.

- Un jefe (Führer), el líder carismático que concentra todo el poder y dirige el país con autoridad.

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6. OTROS TOTALITARISMOS6. OTROS TOTALITARISMOSEl fascismo no se circunscribió sólo a Italia y Alemania. Durante el período de Entreguerras se extendió por Europa, si bien nunca alcanzó la importancia que en esos estados. Durante la Segunda Guerra Mundial se propagó el fenómeno por los países bajo ocupación alemana, calando ciertos sectores de la población que colaboraron con los invasores.

El fascismo europeo -con sus particularidades- reprodujo en gran medida las maneras del nacionalsocialismo alemán y el fascismo italiano.

Destacaron por su vitalidad organizaciones como “Falange Española”, fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera; la belga “Rex” (de Cristo Rey), fundada por Leon Degrelle en 1935, de corte católico y conservador; la “Unión de Fascistas Británicos” cuyo líder fue Oswald Mosley; la noruega “Unión Nacional”, creada por Vidkun Quisling en 1933; el Partido Popular de Jacques Doriot (1936) en Francia.

Leon Degrelle Primo de Rivera

Oswald Mosley

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En España el general Francisco Franco, tras perpetrar un golpe de Estado (1936) contra la II República y conducir al país a una guerra civil de tres años, implantó una dictadura militar que en sus inicios mantuvo estrechas relaciones con la Alemania hitleriana y la Italia de Mussolini.

El régimen franquista englobó en su seno a Falange Española y de las JONS, toda vez que su líder natural, José Antonio Primo de Rivera, había sido ejecutado por los republicanos. En buena medida el franquismo adoptó parte de la simbología y las instituciones de raíz fascista y se valió de dichos elementos en su política de acercamiento a Alemania e Italia, al menos mientras la primera triunfaba en los frentes de batalla durante la II Guerra Mundial.

A partir de mediados de los cuarenta, una vez derrotadas las potencias del Eje, el régimen fue renunciando a sus formas fascistas y Falange Española, por entonces fusionada con otras fuerzas (carlistas), fue relegada a un segundo plano dentro de la estructura de poder del Estado, totalmente controlado por la dictadura personal del "Caudillo" Francisco Franco.