Unción

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“Unción” Según los hebreos, el aceite penetra profundamente en el cuerpo Sal 109,18 , le da fuerza, salud, alegría y belleza. Se comprende que en el plano religioso se considerara a las unciones de aceite como !" se#ales de alegría o de respeto$ se utilizaron tambi%n como ritos !!" de curaci&n o !!!" de consagraci&n. I. LA UNCIÓN, SIGNO DE ALEGRÍA O DE HONOR 1. 'l aceite, sobre todo el aceite perfumado, es un símbolo de alegría (ro) *+,9'cl 9,8 y así se utilizaba especialmente en las festi)idades m -,-. eber pri)arse de toda unci&n era una desgracia t *8,/0 iq -,1 $ esta pri)aci&n, unida al ayuno, era se#al de luto an 10,2 *Sa 1*,*0 . Sin embargo, 3esús prescribe al que ayuna que se un4a la cabeza como para un festín t -,1+ , para que su penitencia no se e5hiba delante de los hombres. 6a imagen de la unci&n ser)ía para e5presar el gozo del pueblo de !srael reunido en 3erusal%n para las grandes fiestas Sal 122,* , o el consuelo aportado a los afligidos de Si&n despu%s del e5ilio !s -1,2 $ formaba igualmente parte de la descripci&n del festín mesi7nico sobre esta monta:#a beber7n el gozo, beber7n )ino con aceite perfumado se ungir7n sobre esta monta#a; !s * ,-s 6<< . Sobre todo en este conte5to de gozo mesi7nico se repite la f&rmula el aceit alegría; !s -1,2 Sal / ,8 =eb 1,9 . *. erramar aceite sobre un hu%sped era una muestra de honor . 6a e5presi&n aparece en los salmos para figurar la abundancia de los fa)ores di)inos elante de mí preparas una mesa frente a mis ad)ersarios$ con una unci&n perfumas mi cabeza; Sal *2, 9*,11 . os )eces refieren los e)angelios que una mu4er tribut& a 3esús este homena4e. >ue primero la pecadora, en casa de Sim&n el fariseo mientras que %ste, del que 3esús era hu%sped, no había derramado aceite sobre su cabeza, la mu4er le ungi& los pies con perfume 6c +,28./- . 6a )íspera de la entrada en 3erusal%n, aría, hermana de 67zaro, repiti& este testimonio de respe ungiendo a 3esús con nardo de gran precio, con esc7ndalo de los discípulos t *-,-: 12 p3n 1*,1:8 . (ero 3esús aprob& a aría y dio a su acto un significado nue)o y prof%tico, refiri%ndolo al uso c 1-,1de ungir los cad7)eres con aromas$ el gesto de la mu4er )enía a ser anticipaci&n y signo del rito de sepultura que se practicaría sobre el cuerpo de 3esús despu%s de su muerte en la cruz 3n 19,/0 . II. LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS Y DE LOS POSESOS 1. ?ambi%n se utilizaba el aceite con el fin de curar a los enfermos, por e4empl para las heridas !s 1,- , como lo hizo el buen samaritano 6c 10,2/ $ según 6e) 1/,10:2* , con los leprosos curados se practicaban unciones de aceite como ritos de purificaci&n. @uando en)i& @risto a los discípulos para predicar el reino de ios, confiri& el poder de e5pulsar a los espíritus impuros y de curar toda enfermedad y

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UncinSegn los hebreos, elaceitepenetra profundamente en el cuerpoSal109,18, le da fuerza, salud, alegra y belleza. Se comprende que en el plano religioso se considerara a las unciones de aceite como (I) seales de alegra o de respeto; se utilizaron tambin como ritos (II) de curacin o (III) de consagracin.I. LA UNCIN, SIGNO DE ALEGRA O DE HONOR1.El aceite, sobre todo el aceite perfumado, es unsmbolo de alegraProv27,9Ecl9,8y as se utilizaba especialmente en las festividadesAm6,6. Deber privarse de toda uncin era una desgraciaDt28,40Miq6,15; esta privacin, unida alayuno, era seal de lutoDan10,32Sa12,20. Sin embargo, Jess prescribe al que ayuna que se unja la cabeza como para un festnMt6,17, para que su penitencia no se exhiba delante de los hombres.La imagen de la uncin serva para expresar elgozodel pueblo de Israel reunido en Jerusaln para las grandes fiestasSal133,2, o elconsueloaportado a los afligidos de Sin despus del exilioIs61,3; formaba igualmente parte de la descripcin del festn mesinico: sobre esta monta-a bebern el gozo, bebern vino: con aceite perfumado se ungirn sobre esta montaaIs25,6sLXX. Sobre todo en este contexto de gozo mesinico se repite la frmula el aceite de alegraIs61,3Sal45,8Heb1,9.2.Derramar aceite sobre un husped era unamuestra de honor. La expresin aparece en los salmos para figurar la abundancia de los favores divinos: Delante de m preparas una mesa frente a mis adversarios; con una uncin perfumas mi cabezaSal23,592,11. Dos veces refieren los evangelios que una mujer tribut a Jess este homenaje. Fue primero la pecadora, en casa de Simn el fariseo: mientras que ste, del que Jess era husped, no haba derramado aceite sobre su cabeza, la mujer le ungi los pies con perfumeLc7,38.46. La vspera de la entrada en Jerusaln, Mara, hermana de Lzaro, repiti este testimonio de respeto ungiendo a Jess con nardo de gran precio, con escndalo de los discpulosMt26,6-13pJn12,1-8. Pero Jess aprob a Mara y dio a su acto un significado nuevo y proftico, refirindolo al usoMc16,1de ungir los cadveres con aromas; el gesto de la mujer vena a ser anticipacin y signo del rito de sepultura que se practicara sobre el cuerpo de Jess despus de su muerte en la cruzJn19,40.II. LA UNCIN DE LOS ENFERMOS Y DE LOS POSESOS1.Tambin se utilizaba el aceite con el fin decurar a losenfermos, por ejemplo, para las heridasIs1,6, como lo hizo el buen samaritanoLc10,34; segnLev14,10-32, con los leprosos curados se practicaban unciones de aceite como ritos de purificacin. Cuando envi Cristo a los discpulos para predicar el reino de Dios, les confiri el poder de expulsar a los espritus impuros y de curar toda enfermedad y toda dolenciaMt10,1Lc9,1s; cuando iban enmisinhacan unciones de aceite a muchos enfermos y los curaban milagrosamenteMc6,13. Estas unciones, practicadas por los apstoles probablemente por consigna de Jess, son el fundamento del rito de la uncin de los enfermos en la Iglesia. La epstola de Santiago prscribe a los presbteros que hagan en nombre del Seor una uncin de aceite sobre el enfermo: la oracin de fe salvar al paciente, y el Seor lo aliviar. Si ha cometido pecados, le sern perdonadosSant5,15. Siendo la enfermedad consecuencia del pecado, la uncin hecha en nombre del Seor realiza la salvacin del mundo: le hace participar en lavictoriade Cristo sobre el pecado y la muerte, ya por la curacin, ya por el acrecentamiento de fuerzas para afrontar la muerte.2.EnMc6,13,la expulsin de los demoniosest estrechamente ligada con la curacin de los enfermos: ambos poderes taumatrgicos eran signo del advenimiento del reino. As diversas Iglesias practicaron en lo sucesivo sobre los catecmenos ritos de uncin como exorcismos antes delbautismo.III. LA UNCIN-CONSAGRACINLas unciones de que habla el AT son en la mayora de los casos ritos consacratorios.1.Ciertos objetos del culto eran consagrados mediante unciones, en particular elaltarEx29,36s30,26-29Lev8,10s, que por el mismo caso adquira una eminentesantidad. Un rito anlogo muy antiguo, probablemente cananeo, haba sido practicado por Jacob: despus de su visin nocturna erigi una estela conmemorativa y derram aceite sobre su cima para marcar el lugar de lapresenciadivina: de ah el nombre de Bethel, casa de DiosGen28,1831,1335,14.2.La uncinrealocupa un lugar aparte entre los ritos de consagracin. Se aplicaba por un hombre de Dios, profeta o sacerdote. Sal1Sa10,1y David1Sa16,13fueron ungidos por Samuel; Jeh, por un profeta que haba enviado Eliseo2Re9,6. Los reyes de Jud eran consagrados en el templo y ungidos por un sacerdote: Salomn recibi la uncin de Sadoq1Re1,39, Jos, del sumo sacerdote Yehyada2Re11,12. El sentido de este rito consista en marcar con un signo exterior que estos hombres haban sidoelegidospor Dios para ser instrumentos suyos en el gobierno del pueblo. El rey era el ungido de Yahveh. Con la uncin vena a ser partcipe delespritude Dios, como se ve en el caso de David: Samuel tom el cuerno de aceite y lo ungi en medio de sus hermanos. El espritu de Yahveh se posesion de David a partir de aquel da1Sa16,13. Si la uncin habilitaba al rey para su funcin y manifestaba exteriormente que haba sido elegido por Dios para ser suservidor, se comprende que el nombre de ungido de Yahveh pudiera aplicarse metafricamente a un rey pagano, CiroIs45,1, pues fue l quien, poniendo fin a la cautividad de Babilonia, facilit al pueblo elegido el retorno a Israel.En la aplicacin alMesases donde el tema de la uncin real haba de asumir toda su importancia. El ttulo mismo de Mesas no es sino la transcripcin de la palabramasiah, ungido. ElSal2, que habla de Yahveh y de su ungido (v. 2), se interpretaba en la tradicin juda y cristiana en sentido mesinicoAct4,25ss. El judasmo adopt ms y ms la costumbre de dar al futuro libertador de Israel el nombre de mesas (= ungido), o el de rey-mesas, derey de Israel. Sin embargo Jess, a causa de las resonancias demasiado terrenales de este nombre, no lo acept sino con reserva durante su vida pblica, pues deba realizar su obra mesinica por su pasin, su resurreccin y su entrada en el reino celestialMt16,13-21p26,64p. Pero despus de su resurreccin se dio explcitamente este ttuloLc24,26; en el momento de su ascensin a ladiestradel Padre fue cuando recibi la uncin realHeb1,9Sal45,8y vino a ser conpleno derecho Seor y MesasAct2,31Flp2,11. As este ttulo, traducido al griego (khristos), iba a formar en la Iglesia una parte integrande del nombre del Seor (Jesucristo). En el NT el ttulo de Cristo (ungido), evoca, pues, directamente la obra de salvacin llevada a cabo por Jess y su uncin regia en laascensin; pero la tradicin cristiana iba a ligar a este ttulo la triple uncin del Mesas, como rey, como sacerdote y como profeta.3.Lossacerdotesy ms especialmente el sumo sacerdote, son tambin ungidos. Por orden de YahvehEx29,7confiere Moiss la uncin a AarnLev8,12y en las prescripciones destinadas al sumo sacerdote se llama varias veces a este ltimo el sacerdote consagrado por la uncin (p.e.Lev4,516,32). En otros pasajes la uncin es conferida a los simples sacerdotes hijos de Aarn (p.e.Ex28,4140,15Num3,3). Sin embargo, estos diferentes textos pertenecen al cdigo sacerdotal posterior al exilio. Es, por tanto, probable que durante la monarqua slo se ungiera al rey; en la poca del segundo templo, el sumo sacerdote, venido a ser el jefe del pueblo, recibira la uncin en su lugar; luego no tardarn en recibirla todos los sacerdotes. Alrededor del siglo primero la comunidad de Qumrn aguardaba no slo un mesas de Jud (un rey), sino tambin un ungido oriundo de Lev, un mesas sacerdote.4.Losprofetasno eran ungidos con aceite; la uncin de los profetas designa metafricamente su investidura: Elas recibe la orden de ungir a Eliseo1Re19,6, pero, en el momento del llamamiento de ste, el Tesbita se limit a echarlepor encima su manto comunicndole su espritu1Re19,192Re2,9-15. El autor deIs61, para explicar su misin proftica, escribe: El Espritu del Seor est sobre m, pues me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobresIs61,1.5.La uncin de Cristo.El NT hace mencin de una sola uncin de Jess durante su vida terrena (en cuanto a la uncin regia en su entronizacin celestial,Heb1,9), la que recibi en el bautismo: Fue ungido del Espritu Santo y de poderAct10,38. Jess mismo, aplicndose el texto deIs61,1, explica esta uncin como una uncin proftica para el anuncio del mensaje. Pero la comunidad apostlica, inspirndose en las palabras de JessMc10,38Lc12,50, interpretara el bautismo en la perspectiva de la muerte de CristoAct4,27Rom6,3s: la misin recibida a comienzos de la vida pblica no era todava sino una misin de predicacin, la del siervo-profetaIs42,1-7; pero deba consumarse en el Calvario1Jn5,6, en el sacrificio del siervo paciente.6.Tambin el cristiano recibe una uncin2Cor1,211Jn2,20.27; sin embargo, no se trata de un rito sacramental (bautismo o confirmacin), sino de una participacin en la uncin proftica de Jess, una uncin espiritual por la fe. El catecmeno, antes de recibir elsellodelEsprituen el momento del bautismo, ha sido ungido por Dios2Cor1,21Ef4,30: Dios ha hecho penetrar en l la doctrina delEvangelio, ha suscitado en su corazn la fe en la palabra de verdadEf1,13. Por eso a esta palabra venida de Cristo la llama Juan aceite de uncin, (khrisma): el aceite de uncin, interiorizado por la fe bajo la accin del EsprituJn14,2616,13, permanece en nosotros1Jn2,27, nos da el sentido de la verdadv.20s, nos instruye en todas las cosas (v. 27); as puede Juan decir que el cristiano no tiene necesidad de que se le ensee: la esperanza de los profetas en la nueva alianza se realizaJer31,34Is11,9. Esta doctrina de la uncin interior es importante en la tradicin y en la espiritualidad cristianas. Clemente de Alejandra pone en boca de Cristo esta invitacin y esta promesa a los paganos: Yo os ungir con el ungento de la fe; y san Bernardo considera como un rasgo distintivo de los hijos de Dios que la uncin los instruye en todas las cosas.Artculos relacionados:Necesitamos HOMBRES SANTOS con UNCION DE LO ALTO

"Necesitamos hombres ardiendo al rojo vivo, que irradien el fuego con tan intenso calor; que no podamos siquiera acercarnos sin sentir que nuestros corazones se estn quemando; hombres como relmpagos lanzados de la misma mano de Jehov, despedazando estrepitosamente cada cosa que se opone en su camino, hasta que llegue a su blanco; hombres impulsados por la Omnipotencia!"

"Es el poder extraordinario de Dios, no el talento, lo que trae la victoria del da. Es uncin espiritual extraordinaria, no poder mental extraordinario, lo que necesitamos. Puede ser que el poder mental llene una capilla, pero el poder espiritual llena a una iglesia con angustia del alma. Puede que el poder mental rena una congregacin grande, pero slo el poder espiritual llenar las almas."

El avivamiento es como un huracn, que trae caos dondequiera que va: "...llega, como un huracn celestial, arrastrando todo lo que tiene por delante... y hay llanto y gemidos en las reuniones... pero los convertidos son muy sinceros. Jams habrs visto semejantes personas. Algunos los llaman fanticos, pero es un fanatismo santo. Otros, dicen que es emocionalismo excesivo, pero es un emocionalismo celestial... que es un desorden, puede que digas... Quiz traten de detenernos, pero nosotros los atropellaremos si no se quitan de nuestro camino!"..CHARLES H. SPURGEONEL SACRIFICIO QUE NADIE QUIERE!Al igual que Cristo no comenz su misin aqu en la tierra hasta ser ungido por el poder del Espritu Santo, de la misma manera nosotros, no estaremos preparados para trabajar en la obra de Dios hasta ser llenados y revestidos tambin por el poder de su espritu

El avivamiento desciende del cielo cuando almas heroicas entran en el conflicto determinados a ganar o morir, y si fuese necesario, ganar y morir! El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.Charles Finney (1792-1875),

Dame cien predicadores que no le teman a nada excepto al pecado, y que no deseen nada excepto a Dios ellos sacudirn las puertas del infierno y establecern el reino de Dios en la tierra.John Wesley (1703-1791),Antes de que rompiera el gran despertamiento de Gallneukirchen, Martn Boos pas horas, das, y a menudo noches enteras, en solitaria agona de intercesin. Cuando despus se levant a predicar, sus palabras eran canto llama viva y los corazones de sus oyentes hierba seca.D.M. McIntyre, D.D.Cuntos cristianos hay que, no sabiendo orar a solas, se esfuerzan en hacer resoluciones de juntarse con algn circulo de oracin, etc., a fin de cultivar el santo arte de la intercesin, sin resultado alguno. Para ellos y para todos ha sido dicho que el nico secreto de una verdadera vida de oracin es: Sed llenos del Espritu>, el cual es Espritu de gracia y de splica.Rvdo. J. StuartHolden27. Pero la nacinEl griego: Y vosotros la uncin que Y vosotros, los creyentes en contraste con los seductores, palabras prominentes en la proposicin (cuyo orden est interrumpido) que slo encuentra un complemento en el verbo no tenis necesidad. Lo de la uncin se resume desde el v. 20. recibido de l(Joh_1:16.) De modo que somos a Dios un olor suave en Cristo, mora en vosotrosTcitamente as les amonesta para que digan. cuando sean tentados por los seductores, La uncin permanece en nosotros; no nos hace falta quien nos ensee (pues tenemos al Espritu Santo que nos gua a toda la verdad; Jer_31:34; Joh_6:45; Joh_16:13): l nos ensea la verdad; en dicha enseanza permaneceremos. [Bengel.] masY por lo tanto: Dios es suficiente para los que son enseados de l; independientes son de todos los dems, aunque, por cierto, no rechazan el consejo cristiano de los ministros fieles, La comunicacin mutua no debe hacrsela a un lado: hay que aprobarla en el caso de los que participan de la uncin en un cuerpo. [Bengel.] la misma uncinque recibisteis una vez por todas, y que aun permanece en vosotros. todas cosaslas esenciales para la salvacin: el punto aqu discutido. No que el creyente llegue a ser infalible, pues ningn creyente recibe aqu al Espritu en toda su plenitud, sino la slo medida necesaria para guarda:lo del error que destruye al alma. Del mismo modo la Iglesia, aunque tiene al Espritu en s, no es infalible (pues muchos falibles miembros nunca pueden hacer un todo infalible), sino que es guardada de modo de no perder del todo la verdad salvadora. no es mentiracomo la enseanza anticrstiansa. perseverarisPermaneceris (v. 24: el mismo verbo), as como la uncin permanece en vosotros. Los manuscritos ms antiguos dicen permaneced, HijitosGriego, como en el 2:12: creyentes de toda posicin y edad. perseverad en len Cristo. Juan repite su amonestacin con un nombre carioso, como padre al hablar a sus queridos hijos. aparecieresea manifestado, o revelado. tengamosnosotros, escritor y lectores. confundidosGriego, No quedamos avergonzados (lit.) de l, retrocediendo de l en confusin. Contraste: franqueza en el da del juicio, 4:17; cf. 3:21; 5:14. En el Apocalipsis (escrito, pues, piensa Bengel, subsecuentemente), la venida de Cristo se representa como postergada a grande distancia. 2.26, 27 Cristo haba prometido enviar al Espritu Santo para ensear a sus discpulos y para recordarles todas las cosas que Jess les haba enseado (Joh_14:26). Como resultado, los cristianos tienen al Espritu Santo en ellos ("la uncin") para evitar que se desven. Adems, tienen la Palabra inspirada de Dios, que puede revelar las enseanzas cuestionables. Para permanecer en la verdad de Cristo debemos seguir su Palabra y su Espritu. Permita que el Espritu Santo le ayude a distinguir la verdad del error. Para mayor informacin acerca del Espritu Santo, lo que es y hace, vanse las notas sobre Joh_3:6; Act_1:5 y Eph_1:13-14.

2.27 Cristo vive (permanece) en nosotros por medio del Espritu Santo, y adems nosotros vivimos en Cristo. Eso significa que ponemos nuestra absoluta confianza en El, dependemos de El para direccin y fortaleza, y vivimos como El quiere que vivamos. Eso significa que nuestra relacin con El es personal y vivificante. Juan us la misma idea en Juan 15, donde habla de Cristo como la vid y de sus seguidores como los pmpanos (vase tambin 3.24; 4.15).