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Nº18 Año 9 Marzo 2017 Una pedagogía que humaniza

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Nº18Año

9

Marzo 2017

Una pedagogía que humaniza

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Una pedagogía que humaniza

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Sumario

Portada: Eulalia Bosom Banús, ctsj (España) 1

Editorial 3

Pizarra Artística Una pedagogía que humaniza Briseidy Stephany Jiménez Pilier, ctsj (Santo Domingo) 4

Las Fundadoras Hoy Teresa Guasch una pedagogía que humaniza Hna. Gloria Ximena Bugueño Aracena, ctsj (Chile) 5

Hemos Visto y oído Pinceladas de una pedagogía que humaniza en el Jardín Infantil de Grand Bassam Hna. Mª Teresa Llamazares López, ctsj (Costa de Marfil) 8

Al habla con... La Hna. María Nubia Gómez Gómez Hna. Judith Blanco Rodríguez,ctsj (España) 10

Clamor de vida para la misión Conversión en salida Hna. Duvita Pahino Abad, ctsj (Mozambique) 12

Desde Nuestro Derecho Rasgos del paradigma pedagógico de las Carmelitas Teresas de San José Hna. Juana Dolores Mañón Quiñones, ctsj (México) 14

Mirando Nuestro Mundo Desde el sufrimiento de los pequeños, cambia Señor, el llanto en danza Hna. Josefina Altagracia Marmolejos, ctsj (República Dominicana) 16

Al aire de los místicos Pedagogía de comunión y misión en Santa Teresa del niño Jesús P. Miguel Márquez, ocd. Superior Provincial. (España) 18

Ecos de la Iglesia La Educación según el Concilio Vaticano II Hna. Carmen Cecilia Ortiz Díaz, ctsj (Colombia) 20

Punto de vista Y tú, ¿qué piensas? Hna. Mercedes Trigo Prunera, ctsj (España) 22

Lee, ríe, juega Puede interesarte 25

Humor Hna. Alma Lidia Rodríguez Zorrilla, ctsj (Costa de Marfil) 26

Pasatiempo Hna. Dania Margarita Rodríguez Zorrilla, ctsj (Rep. Dominicana) 27

Revista: CarmelitasTsj Año 9 Número 18 Marzo 2017Edita: UndanetDiseño y maquetación: Desiderio Guerra© Hermanas Carmelitas Teresas de San José

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Una pedagogía que humaniza

Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Editorial

Desde la perspectiva cristiana y evange-lizadora, compren-demos a la persona

como un ser en continua trans-formación, al hilo de lo que nos dice San Pablo: nuestra meta es convertirnos en gente madura, vernos tal como Cristo y tener toda su perfección. (Ef. 4, 9)

Desde el punto de vista pedagó-gico los niños, niñas y jóvenes que se encuentran en proceso de educación son orientados por una práctica educativa, que induce en ellos un crecimiento y madurez de su personalidad, en las distintas dimensiones de su ser.

Estos procesos de maduración en la persona son los que, poco a poco, van conformando su personalidad y le posibilitan situarse en el mundo con unas características concretas, que se encuentran enmarcadas en los valores más altos de un ser humano: el desarrollo espiri-tual, moral, la búsqueda de una misión en la vida, la ayuda des-interesada hacia los demás, etc.

En el marco de la celebración del centenario de la muerte de la Madre Teresa Guasch, la fa-ceta pedagógica de su vida, es una oportunidad para arraigar en todos los ámbitos educati-vos en los que nos movemos, la pregunta acerca de si nuestro quehacer pedagógico estimula en los sujetos de nuestra misión

educadora, el desarrollo interno de los valores más altos de todo ser humano.

Es evidente que el único capaz de sacar de la muerte vida es Dios, sin embargo, la disponi-bilidad de una persona para dejarse moldear hasta alcanzar la talla de Cristo, como lo hi-cieron nuestras Fundadoras, es una tierra adecuada para consolidar procesos pedagó-gico-evangelizadores, que le lleven a superar los ámbitos que limitan y le ofrezcan las herra-mientas necesarias para forjarse como Hijo de Dios inmerso en el compromiso de construir la nueva civilización del amor, es decir, una civilización en la que se comunica lo que se ha visto y oído.

Hacer crecer en nuestros suje-tos de la misión en el ámbito educativo, la conciencia de que somos tierra, en la que no sólo trabajan los educadores, o tra-baja cada persona, sino que en ella dentro, muy adentro está el Espíritu Santo trabajando y dándole a conocer el sueño que Dios tiene sobre cada uno, es potenciar la posibilidad de que el compromiso por la nueva civilización del amor se haga posible en los lugares donde vi-ven.

Una pedagogía que humaniza necesariamente está vincula-da a procesos evangelizadores que transforman prácticas, cos-

tumbres, relaciones, modos, pensamientos, etc. que impi-den a las personas movilizar la belleza, la bondad, la solidari-dad… que llevan dentro.

En estos tiempos líquidos, en los que todo cambia de un momento a otro, y nos ha-cen conscientes de que somos cambiables y por lo tanto tene-mos miedo de fijar nada para siempre, es preciso ayudar a en-contrar a nuestros niños, niñas y jóvenes el centro de su vida en el que habita Jesucristo, con el propósito de que su ser encuen-tre la brújula del sentido de su existencia.

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Una pedagogía que humaniza

4 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Pizarra artísticaUna pedagogía que humaniza

Briseidy Stephany Jiménez Pilier, ctsj

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5Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Una pedagogía que humaniza

Me es muy grati-ficante mirar a nuestra querida Madre Teresa

Guasch, desde lo que la histo-ria hoy nos regala, como es el Centenario de su partida a la casa del Padre; acercarme a su vida y contemplar el modelo de educación que ella nos ofrece y cómo ese modelo tiene hoy una tremenda vigencia, que se postula como un desafío y una tarea pendiente en el ámbito de la educación.

Nuestras Constituciones en Ca-pítulo VIII art. 68, nos dicen que la misión la llevamos a cabo, principalmente a través de la Educación Cristiana. Por tanto, esta educación cristiana está centrada en Cristo y su Evan-gelio. Jesús es el gran Maestro y fue el modelo en quien la Madre Teresa Guasch puso su mirada y su corazón. El estilo educativo de la Madre Guasch está animado por los sentimien-tos y afectos de Jesucristo según (cf. Fil 2,1-8).

Sentimientos y afectos, dos palabras claves para entregar una educación humanizadora. La reconocida neuropsiquiatra chilena Amanda Céspedes, en su libro “Educar las emociones,

educar para la vida” 2008, nos dice que: “es necesario insta-lar la dinámica de los afectos en el aula y en el hogar, como requisito para un desarrollo armonioso y completo, que ga-rantice aprendizajes duraderos en el tiempo”. Es decir, hoy más que nunca es necesario educar desde el amor. Expresado en la empatía, el respeto, la libertad y el asombro frente al misterio de la infancia, la niñez, la ado-lescencia y la juventud. Esta psiquiatra dice que lo verdade-ramente importante, son “los valores y las virtudes”. Que interesante es lo que esta pro-fesional nos aporta y cuanta sintonía tiene con en el testimo-nio que nos entrega la Madre Teresa Guasch.

En su libro ella escribe que es necesario educar en ideales y no en objetivos. No debemos tener miedo a los afectos. Al con-trario, debemos ser cercanas y afectivas, para hacernos creíbles y significativas en el proceso de educar. Siguiendo esta mis-ma línea de pensamiento; el congreso sobre “Educación del carácter y la afectividad”, realizado en la Universidad de Los Andes el 15 y 16 d enero del 2017, en Santiago de Chile, el Psiquiatra Tomás Melendo,

de la Universidad de Málaga- España dice: “La afectividad es educable, porque lo natural del hombre es ser educado y es un ser destinado al amor. Des-de esa perspectiva, este mundo es la gran oportunidad para aprender a amar”.

Por su parte la Filósofa Chile-na Carolina Dell’Oro, presente en dicho Congreso. Se refiere al proceso educativo como el espacio en donde el joven va descubriendo el mundo y a sí mismo. Ella dice: “El proceso educativo no es sólo desarro-llar habilidades intelectuales y sociales, eso es muy limitado. El niño, la niña, necesitan ser esculpidos. De ahí que sea nece-sario educar en ideales y no en objetivos. El gran trabajo de la educación es la humanización”. Esta filosofa enfatiza en su po-nencia que hay que ayudar a los alumnos a fortalecer su ser, de lo contrario serán moldeados por el ambiente, pero para ello, se requiere ideales y promover virtudes.

Es gratificante leer a estos pro-fesionales y pensar en la riqueza del testimonio de la Madre Te-resa Guasch como formadora de personas, es la intuición de una mujer que se deja conducir

Hna. Gloria Ximena Bugueño Aracena, ctsj

Teresa Guasch una pedagogía que humaniza

Las Fundadoras Hoy

Nada más perfecto que el amor para educar, enseñar y formar personas, integradas, armoniosas y felices de existir. (Cf. 1Cor 13,1-8)

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Una pedagogía que humanizaLas Fundadoras Hoy

Teresa Guasch una pedagogía que humanizaHna. Gloria Ximena Bugueño Aracena, ctsj

por el Espíritu. ¡Que adelanta-da estaba nuestra Madre Teresa Guasch, para su época! En el capítulo XI de libro A Merced de Cristo, don Alberto Barrios, describe bellamente las facetas de la gran pedagoga que fue la Madre Teresa Guasch.

Los conceptos tales como: es-cuchar, proteger y dar amor, consolar, acariciar, cariño dul-zura… están muy presentes en su experiencia de educadora. Sin embargo, estos valores no son los ejes centrales de la edu-cación hoy día. Se habla mucho de valores transversales, pero estos quedan ahogados en los logros de objetivos de aprendi-zajes, centrados en un currículo que busca la efectividad tecno-lógica, más que la afectividad que humaniza a las personas.

Ante esta realidad, común en la educación; mirar a la Madre Teresa Guasch, me llena de ale-gría y esperanza, ella sabía muy bien lo que significaba educar desde el amor y lo que signifi-ca formar personas, por eso ella quiso ser para las niñas de su tiempo y especialmente para las más pobres y huérfanas: “Ma-dre Maestra y Amiga”. Tres conceptos plenos de sentido, amor y humanidad.

Madre que expresa con liber-tad su afectividad y la vuelca en Dios y las niñas, preferentemen-te en las huérfanas. (A Merced de Cristo p. 461-464). Ella ama sin miedo y sin medida. Ama a todos y sin preferencias, todas se creían objetos de especial ternu-ra y afecto, tanto las hermanas

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Una pedagogía que humaniza Las Fundadoras Hoy

Teresa Guasch una pedagogía que humanizaHna. Gloria Ximena Bugueño Aracena, ctsj

como las niñas. “Cuanto más despreciadas eran las niñas más las quería”. Ella las ama con un corazón de carne como lo hacía Jesús. “Los amó hasta el extre-mo”. (Jn13,1ss)

Es una Madre, que en todo busca el bien de sus hijas. Las re-prende con amor, las educa, las corrige y se desvela por ellas des-de el amor. Hace vida la caridad siendo comprensiva e incluso disimulando los defectos de las niñas, para no exponerlas, sal-vaguardando en todo momento su dignidad. Sus colegiales de-cían de ella “El mayor placer que sentíamos era cuando la encontrábamos en un tránsito y nos acariciaba”. La Madre Te-resa Guasch, trataba y educaba a las niñas como una verdadera madre y a la vez, con un amor humano y sobre natural.

Maestra que se preocupa y ocu-pa de enseñar con el ejemplo. Ella es la primera en todo y exi-ge a los educadores de sus aulas ejemplaridad, afecto y eficiencia en lo que enseñan. La Madre Guasch es la regla viviente de las Constituciones y por eso dice a sus hijas “No hemos de pensar que, porque estamos en el convento y vestimos el santo hábito, ya somos religiosa, no; es indispensable observar todos los puntos de nuestras preciosas Constituciones”. (A Merced de Cristo. P. 467)

La Madre Guasch, enseña con su vida el amor a las Consti-tuciones y la importancia de la vida espiritual, para apren-der del Gran Maestro Jesús.

El evangelio está plagado e imágenes llenas de afecto y pre-ocupación por la formación de los discípulos; Jesús les va edu-cando a través de todo lo que vive y enseña; eso lo sabía muy bien la Madre Teresa Guasch. Por eso ella se preocupa de la formación integral de sus alum-nas, privilegiando siempre su crecimiento personal, ayudán-doles a desarrollar la capacidad resiliente que cada una tenía para superar su orfandad. Ella toma parte activa de su forma-ción, afectiva, moral, corporal, intelectual y espiritual, guián-dolas sabiamente, desde los afectos y sentimientos de su gran Maestro Cristo Jesús.

Amiga incondicional y solici-ta. En la página 64 del libro A Merced de Cristo se dice que, “Al amor de la Madre Tere-sa Guasch, añade el cariño de amiga, ese afecto puro y des-interesado, que brota de la simpatía y la estimación por las personas”. Una amistad que ella traduce en consejo y con-suelo y con ello los valores y virtudes, que hacen que el otro, se sienta bien a su lado y acoja con cariño lo que se le pueda entregar.

Las Carmelitas Teresas de San José, somos herederas de un va-lioso legado, que nos capacita para ser pedagogas de huma-nidad. En nuestras manos, se nos confía a esos “talentos sagrados”, que necesitan ser es-culpidos en lo más sagrado que hay en cada uno de ellos, SER PERSONAS.

Nuestra presencia en el cam-po de la educación es amplia y se extiende a otras actividades que tienen como fin principal la Educación. C. 68. Es ahí, a donde estamos llamadas a transmitir una concepción cris-tiana, de la vida, del hombre y del mundo. Estamos llamadas a realizar la misión humani-zando desde nuestros espacios educativos. Ante la cosificación de las personas, el individua-lismo exacerbado, la soledad y la falta de sentido; la cer-canía amorosa, los tiempos dedicados a escuchar, animar, motivar a nuestros educandos y el testimonio sencillo, alegre y distencionado, son los recursos pedagógicos que debemos desa-rrollar y ponerlos al servicio de una educación humanizadora.

Nuestra sociedad actual va-lora enormemente la calidad profesional de los nuevos egre-sados de centros de Estudios Superiores, pero a la hora de contratarlos para un trabajo determinado, ponen mucha atención en las “habilidades blandas”, que no son otra cosa, sino los valores y las virtudes que nos hacen más personas.

Madres, Maestras y Amigas, son tres actitudes de vida, que nosotras como CTSJ podemos hacer crecer en nosotras. Mi-remos a nuestra Madre Teresa Guasch, interioricemos las vir-tudes características descritas en el Capítulo VII de la Cons-titución Fundamental y sobre todo miremos y contemplemos al Modelo de maestros Cristo Jesús Nuestro Señor.

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8 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

La pedagogía

Teniendo en cuenta la defini-ción del diccionario podemos decir que la pedagogía es la ciencia cuyo objeto de estudio es la formación de la persona-lidad, pretendiendo que esta educación sea integral en todas las dimensiones de la persona.

Esta definición coincide con lo que define nuestro Carácter Propio: La formación integral, teniendo en cuenta las dimen-siones: personal, socio- cultural, ecológico, transcendente y la formación en valores.

Criterios

En el Jardín infantil de Grand-Bassam, todos estos as-pectos los tenemos en cuenta y tratamos, no solo de cultivar-los, sino de hacerlos realidad.

Tenemos como “centro al niño” y desde aquí partimos, pues consideramos que el niño es único e irrepetible, con sus cualidades y destrezas con una realidad diferente, tanto en el ambiente familiar, social, tradi-cional, cultural y religioso.

La realidad donde nos move-mos, podemos decir que es muy diversa en todos los aspectos, por lo tanto, es importante lle-gar a tener un conocimiento de la misma, donde se mueve y vive el niño.

Una vez tenemos conocimiento de esta diversidad, tratamos de que el niño se sienta acogido, amado y valorado.

Debido a esta rica diversidad, nuestro objetivo principal es que el niño adquiera unos há-bitos básicos, y nos esforzamos para despertar en ellos el gusto y el amor por la escuela.

Cuando consideramos que se han adquirido estas rutinas y que el niño se va integrando en la nueva realidad, las maestras tienen ya el terreno preparado para despertar en los peque-ños el gusto por el aprendizaje, siempre teniendo en cuenta, los ritmos personales y las dificul-tades en la tarea educativa.

Prioridades en nuestro centro

Crear y cultivar un espíritu de familia mediante la acogida, res-peto, tolerancia y la aceptación cultural y religiosa. Partimos de que los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos.

Para crear este ambiente favore-cemos y organizamos encuentros familiares, mediante reuniones y salidas recreativas, con una grandísima participación.

Cuidamos con esmero el tra-to personal con los padres, dándoles una buena acogi-da e interesándonos por todo

aquello que pueda beneficiar la educación e integración del niño en el medio escolar. Esto conlleva que en muchos casos la formación del niño sea perso-nalizada y respetando el ritmo de cada uno.

La formación en valores es otro de los objetivos marcados con gran prioridad, los valores fun-damentales de toda persona teniendo en cuenta los aspectos antes mencionados.

En cuanto a los valores, trata-mos de inculcarlos e implicar, en primer lugar, a los padres, mediante el trato personal y la formación. Procuramos que tomen conciencia de la necesi-dad de fomentarlos a causa de la carencia de los mismos en la sociedad en que vivimos. Esta tarea compartida nos lleva a ir en la misma dirección, usando el mismo lenguaje y llegando a una unificación del sujeto.

Rol de las maestras en esta etapa

A las maestras se le da la res-ponsabilidad de la educación del niño ya que en gran parte depende de ellas. Por lo tanto:

Han de ser madres, maestras y amigas de los niños que se les ha confiado, dando lo mejor de cada una de ellas. Deben cuidar la acogida diaria interesándo-se por cada uno de los niños, a su llegada. Uno de los aspectos

Una pedagogía que humaniza

Hna. Mª Teresa Llamazares López, ctsj

Pinceladas de una pedagogía que humaniza en el Jardín Infantil de Grand Bassam

Hemos visto y oído

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Una pedagogía que humaniza

que más se desarrolla es el es-píritu de oración. Los africanos son muy sensibles a todo lo re-ligioso. Para ello, además de la oración diaria, organizamos ciertas actividades conjuntas y en ocasiones con invitación a los padres. Nuestro centro acoge a todas las confesiones religiosas, donde nos esforzamos para que el niño pueda expresarse desde su creencia.

Deben hablar con suavidad, pero sin olvidar ser respetadas utili-zando la pedagogía preventiva.

Tener sensibilidad para descu-brir las necesidades del niño y sus potencialidades.

Se requiere que sean pacientes, creativas, que tengan en cuenta las iniciativas del niño y sobre todo que ofrezcan a los niños un ambiente seguro.

La educación en esta etapa presenta dificultades y a veces interrogantes en el proceso edu-cativo, pues nos resulta difícil llegar a salvar ciertas lagunas que encontramos, pero a pesar

de todo es muy gratificante, pues día a día se valora el pro-greso y la complicidad entre las maestras y los niños.

Lo importante es lograr una mejora en la capacidad de de-sarrollar habilidades para la integración en la sociedad, con el fin de mejorar las relaciones con los demás y empezar a te-ner una personalidad propia, factor muy importante para forjar su futuro.

Hemos visto y oído

Pinceladas de una pedagogía que humaniza en el Jardín Infantil de Grand Bassam

Hna. Mª Teresa Llamazares López, ctsj

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10 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Una pedagogía que humaniza

Al habla con..

Esta entrevista estaba pensada para el nú-mero anterior, sin em-bargo, la situación de

la Hna. María Nubia Gómez Gómez quien padecía desde hace dos años y medio la enfer-medad de ELA, impidió que la pudiéramos publicar en su mo-mento por lo que en su memo-ria se publica en esta edición.

Nació el 8 de diciembre en el Santuario Antioquia. Fue consa-grada el 8 de diciembre de 1986 en Medellín Antioquia. Vivió en lugares tan diversos como: Son-són Granizal, Medellín, El Zulia y Bogotá. Se dedicó a la educa-ción y la catequesis. Falleció el 13 de febrero de 2017.

• Un color: blanco• Una película: ninguna en es-pecial• Una flor: Rosa• Una cita bíblica: Jn 4, 5• Un sueño: haber terminado mis estudios• Un paisaje: La playa y el mar• Una obra de misericordia: el poder ayudar a una familia desplazada construir, construir una casita con varias ayudas en especial la del Padre Arcesio Es-cobar, ocd.• Una preocupación: El compro-miso de las jóvenes por entregar su vida al Señor, porque les atraen otras cosas que el mundo les ofrece.

- Qué te evoca la siguiente frase del Papa Francisco: “La mise-ricordia hace visible un amor abierto a todos”

Que Dios es misericordioso y el llamado que nos hace es a vivir la misericordia. He sentido la mise-ricordia de Dios en mi vida, una misericordia que se ha desbordado a través de muchas personas.

- ¿En qué pasaje bíblico des-cubres que se hace visible ese amor de Dios para todos carac-terizado por su misericordia?

En el pasaje de la mujer adúltera. El Señor no la condena, la per-dona, la libera se hace visible el respeto y la acogida. Para el Señor prima la persona.

- ¿Cuál o cuáles de las obras de misericordias consideras que hace más visible para nuestros contemporáneos el amor de Dios? ¿Por qué?

Para nuestros contemporáneos me parece que la obra de misericordia que hace visible el amor de Dios es el servicio a los otros, porque es lo que toca la vida, sobre todo el servicio a los pobres porque nos los encontramos a diario. Me desbor-da darme cuenta que en nuestro tiempo se quiere servir, pero sin compromiso.

- ¿Cómo crees que hay que ca-minar para hacer visible este amor de Dios, este amar suyo, en la vida de nuestra Iglesia y en nuestra forma de evangelizar? ¿qué pasos piensas hay que dar?

Para hacer visible el amor a Dios y poder evangelizar el primer paso es dar testimonio con nues-tra vida, si yo no doy testimonio no puedo evangelizar. La evan-gelización se realiza amando y perdonando. Lo que se vive es lo que se trasmite, las palabras boni-tas pasan.

- En tu situación actual de enfermedad ¿cómo se experi-menta la misericordia de Dios? ¿qué señales encuentras en tu diario vivir en las que reconoces que Dios te sigue sosteniendo, acompañando, amando?

A través de las hermanas, en mi comunidad, con el cariño que me tratan, la paciencia y dedicación. Las hermanas de la Congrega-ción, con las visitas, los mensajes, las llamadas. Todo lo que tengo, son muchos gestos de misericordia que he recibido por parte de la Congregación.

La Hna. María Nubia Gómez GómezHna. Judith Blanco Rodríguez, ctsj

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Una pedagogía que humaniza Al habla con ...

La Hna. María Nubia Gómez GómezHna. Judith Blanco Rodríguez, ctsj

Por otra parte, el cariño y la cer-canía de las personas que me atienden en la casa y demás per-sonas que me conocen del pueblo (El Zulia) los médicos, que me atienden y mi familia. Todos son gestos de misericordia. No me he sentido sola. Mi situación no me ha sido fácil, pero por gracia de Dios y su misericordia he podido salir adelante.

Y gracias a cada una de ustedes que no me han dejado sola. Por su cercanía yo le doy gracias a Dios y a cada Carmelita Teresa de San José por todo.

- ¿En qué crees que ha cambia-do tu forma de entender y de vivir la misericordia de Dios?

Antes de mi enfermedad procu-raba ser misericordiosa y ahora

recibo misericordia de forma des-bordante. La misericordia del Señor se ha manifestado en muchos momentos de mi vida, cuando murió mi mamá, la mi-rada de Dios misericordia se transformó en fuerza y paz para salir adelante junto con mis her-manos, la mayoría pequeños. Con su ayuda y misericordia todos sa-limos adelante sin que ninguno se perdiera. Gracias a Dios todos están organizados.

- ¿Qué importancia ha tenido en tu camino de religiosa la mi-sericordia divina? ¿recuerdas en particular algún momento en el que has sentido de manera transparente la mirada miseri-cordiosa del Señor en tu vida?

La mayor prueba de la misericor-dia divina ha sido el llamado que

el Señor me hizo a ser Carmelita Teresa de San José.

Experimente la misericordia del Señor hace un año cuando a mi her-mano Francisco lo operaron de un cáncer estuvo muy mal, en cuidados intensivos, por la misericordia de Dios en estos momentos está sano se encuentra bien del todo.

- ¿Qué mensaje quieres lanzar a las Hermanas Carmelitas Te-resas de San José allá donde se encuentren?

Que no se cansen de donar su vida y ser misericordiosas, que Dios no se deja ganar, Él nos da más de lo que nosotras le damos.

Muchas gracias por tu aten-ción y aporte. Hasta la próxima Hermana.

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12 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Conversión en salidaHna. Duvita Pahino Abad, ctsj

Clamor de vida para la MisiónUna pedagogía que humaniza

Al iniciar la Cuaresma, cada año nos recuer-da la liturgia de la Iglesia la necesidad

de convertirnos y reorientar nuestro camino cristiano.

Hablar de conversión puede so-nar a algo penoso, muy unido a la penitencia, mortificación y ascetismo. Algo que supone un esfuerzo para el que ya no nos sentimos con fuerza. En pala-bras de Pagola, la conversión de

la que nos habla Jesús no es algo forzado. Es un cambio que va creciendo en nosotros a medida que vamos cayendo en la cuenta de que Dios es Alguien que quiere hacer nuestra vida más humana y feliz. Convertirse es algo gozoso, -dice-, es limpiar nuestra mente de egoísmos e intereses que em-pequeñecen nuestro cotidiano vivir. Es dejarnos encontrar por ese Dios que nos quiere mejores y más humanos. (“El camino abierto por Jesús” pg.51).

Varios son los motivos que en este tiempo nos llaman a la con-versión -renovación.

• El tiempo de Cuaresma,• El proceso de renovación y

reestructuración de la Con-gregación,

• La celebración del centenario de la muerte de la Madre teresa Guasch.

El Papa Francisco titula su men-saje para la Cuaresma de 2017: “La Palabra es un don, el otro es un don” y comienza, - como no podía ser de otra manera-, in-vitándonos a la conversión. “El cristiano está llamado a volver a Dios “de todo corazón” Jl.2,12, no contentándose con una vida mediocre, sino creciendo en la amistad del Señor”.

Ahí tenemos ya esbozado nuestro personal programa cuaresmal. La confrontación diaria con la Palabra de Dios y con el Evangelio en particular, (C.58 y 61) será una llamada a reorientar nuestra vida y a dar pequeños pasos que nos deben acercar cada día un poco más a “Nuestro Modelo, Redentor y Maestro” (T. Guasch).

¿Quién no se siente interpela-da a cambiar alguna actitud, al escuchar diariamente la Pa-labra que tiene en sí misma la fuerza de transformarnos? “Es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo” Heb.4,12.

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Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017 13

Una pedagogía que humaniza Clamor de vida para la Misión

Que esa eficacia no se vea dis-minuida por nuestra cerrazón, dispersión, rutina, indiferencia, superficialidad… o corazón de piedra (Ez.36,26).

Sí, la Cuaresma es un tiempo fuerte en que la Iglesia nos sirve abundantemente la Palabra de Dios orientada hacia la conver-sión Todas estamos llamadas a una conversión misionera (E.G.30). El Evangelio nos in-vita a responder cada día con novedad al amor de Dios, que La derrama abundantemente en nuestras vidas.

El Señor espera que venzamos la inercia que puede acompa-ñar la escucha de textos tantas veces oídos que ya no tienen novedad, pensamos que ya no nos pueden decir nada nuevo.

El Papa Francisco nos previene también del peligro de instalar-nos en la “acedia espiritual”. El mismo nos invita en su pre-ciosa Exhortación: “Evangelii Gaudium” a una Pastoral en conversión. (nos. 25 a 49). A salir, a descubrir lo esencial y despojarnos de estructuras que impiden el avance de la evan-gelización. A relativizar lo no esencial que hemos absoluti-zado. A ponernos al servicio de la misión, de los pobres. A hacernos cercanos… A entrar en un proceso de discernimien-to, purificación y reforma… A descubrir la belleza del Evan-gelio y proponerlo a la gente. A descentralizar… En fin, cada

una puede sacar sus propias conclusiones al releer ese bello capitulo 1º.

Releyendo esos números antes citados en clave congregacio-nal, pueden luminar también nuestro proceso de revitaliza-ción y reestructuración. “Toda renovación de la Iglesia consis-te esencialmente en una mayor fidelidad a la propia vocación” E.G.26.

Las estructuras no pueden con-dicionar la fuerza de la misión, deben estar al servicio de ella. Renovar, reformar, reestructu-rar, descentralizar para mejor evangelizar y realizar la misión que la Iglesia nos ha confiado como Carmelitas Teresas de San José.

Relativizar lo accesorio y afian-zarnos en lo esencial, con fidelidad creativa. “Ser testigos de esperanza y alegría”, como decía el lema del día de la vida consagrada de este ano. Salir de nosotras mismas, de nuestros pequeños círculos acotados, de nuestra corta visión de la realidad, de todo lo que nos da seguridad sin asumir otros riesgos… Salir a nuevos ámbitos socioculturales, salir, salir. Es repetida llamada del Papa Francisco.

Fuimos consagradas para en-tregarnos en la misión. Es la conversión personal la que nos llevara a una verdadera y eficaz reestructuración. Sólo el Espíri-tu sabe adónde nos va a llevar:

“No tengas miedo, Yo estoy contigo” Is.43,1;44,2.

No tengamos miedo de de-jar estructuras, casas y asumir otras nuevas presencias que nos lleven a un mejor servicio a los más pobre.

Nuestro carisma en la Iglesia necesita hacerse más visible, vivenciarlo personal y comu-nitariamente, proponerlo a los jóvenes. Mas, tenemos tam-bién la urgencia de actualizarlo, revitalizarlo y adaptarlo a la rea-lidad de nuestro mundo, como lo harían Teresa Toda y Teresa Guasch si ahora viviesen.

La celebración del Centena-rio de la muerte de la Madre Teresa Guasch, nos ofrece la oportunidad de profundizar en su vida y espiritualidad, volver a las fuentes de la inspiración del carisma. Confrontar nues-tra vivencia espiritual personal y comunitaria con la de ella y las primeras hermanas.

Teresa Guasch quiere a sus hijas afianzadas en Jesús, mu-jeres de oración, en camino de conversión, entregadas a nues-tros niños y jóvenes allí donde el Señor nos ha enviado y ella intercede y guía el proceso de re-vitalización y reestructuración en que estamos empeñadas.

Y termino con unas palabras del Papa Francisco “Salgamos, salgamos para ofrecer a todos, la vida de Jesucristo” E, G. 49.

Conversión en salidaHna. Duvita Pahino Abad, ctsj

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14 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Hna. Juana Dolores Mañón Quiñones, ctsj

Rasgos del paradigma pedagógico de las Carmelitas Teresas de San José

Una pedagogía que humaniza

Desde nuestro derecho

Hablar de nuestra pe-dagogía Institucio-nal nos aproxima a Teresa Toda y Teresa

Guasch, a la propuesta educati-va de estas mujeres que descu-brieron en Jesucristo su fuente de inspiración. Mirándolo, en-contraron las pautas en las cua-les cimentar e iluminar su labor docente. Jesús es su inspiración, su modelo, su pedagogo. En la escuela del maestro aprenden a ser misioneras del amor.

El encuentro amoroso y mi-sericordioso con Jesús, se convierte en el principio fun-damental de la pedagogía de las Teresas. En esta experiencia de sentirse amadas y seducidas por Jesús, a quien contemplan y experimentan como su “Ca-mino, verdad y vida”, está el secreto de su pedagogía, la cual las impulsó a entregar la vida al servicio de la educación de las niñas y jóvenes h uérfanas, amarlas a todas, sin preferen-cias, con todo el corazón.

El encuentro con Jesús no es estéril en la vida de las fun-dadoras. Esta experiencia de amor las capacitó para vivir riesgos, abrirse a las orfan-dades de su tiempo, usar la pedagogía como medio de sanación, conduciendo a las niñas con entereza y amor, pre-firiendo siempre “corregir a castigar”, permitiendo que to-

das las niñas se sintieran como sus preferidas, educando su co-razón desde el AMOR.

Para las dos Teresas entrar en el corazón de Cristo, quien se les presentó lleno de ternura, misericordia, pobre, humilde y sencillo, produce un cam-bio radical en sus vidas. Este encuentro fue sanador y libe-rador, una experiencia que las capacitó para reproducir en sus vidas, los mismos sentimientos y afectos del Maestro.

La pedagogía de Teresa Toda y Teresa Guasch es el fruto de una profunda espiritualidad, de la unión íntima con Jesús, sin la cual no se entiende, ni tiene sentido sus experiencias pedagógicas.

Las Madres Fundadoras viven como Jesús la pedagogía de la praxis, sólo hablan del amor después de haberlo vivido, has-ta las últimas consecuencias. En la escuela de Jesús aprenden a ser para las niñas: Madres, Maestras y Amigas, que son los tres grandes principios de su pedagogía.

Ser madres significó para ellas: tratar a las niñas con amor verdadero, preocupándose y ocupándose de su bienestar material y espiritual, mostran-do preferencia por las más desfavorecidas y necesitadas.

Fueron amigas estableciendo relaciones personales que les permitían conocer el genio y talante de cada niña. Manifes-taban sus afectos con detalles adecuados a la personalidad de cada una.

Como maestras, utiliza-ron con las niñas y jóvenes la misma pedagogía que Je-sús utilizó con ellas y la que fueron aprendiendo en los evangelios. Una pedagogía encarnada en la realidad, ca-paz de tocar los problemas reales de su tiempo y compro-meterse con ellos. Acogieron a las niñas más vulnerables, aquellas que la sociedad no valoraba. Promovieron la vida, defendiendo la dignidad de toda persona, lucharon por la justicia y trabajaron por la paz, desde actitudes y gestos de mi-sericordia, cercanía, amistad, fraternidad y solidaridad.

La pedagogía fue el camino que utilizaron Teresa Toda y Teresa Guasch para conducir a las niñas y jóvenes, hacia un crecimiento integral, desde la acción, una acción empapada por el Espíritu y la presencia de Jesús.

Desde esta herencia y rique-za que nos legaron nuestras fundadoras, asumimos la pe-dagogía Institucional, una pedagogía humanista, que tiene

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Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017 15

Rasgos del paradigma pedagógico de las Carmelitas Teresas de San José

Hna. Juana Dolores Mañón Quiñones, ctsj

Una pedagogía que humaniza Desde nuestro derecho

en el centro la persona de Je-sús, que sigue dando respuesta a los grandes desafíos que nos presenta la educación en la ac-tualidad. Es una pedagogía que nos hace valorar la educación, como un bien precioso que debemos cuidar; y dejando de

lado las modalidades y los nom-bres que esta tenga de acuerdo al momento en que nos encon-tremos; nuestra prioridad es formar integralmente a las per-sonas, transmitir pasión por el saber, contagiar la capacidad de maravillarse, sentir satisfacción

por el trabajo bien hecho, pre-ocupación por una calidad que no se detiene en superficialida-des, sino que se expande, con el fin de adquirir conocimiento y una forma de vivir de acuerdo al evangelio.

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16 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

“Señor, me has sacado de la tumba, me iba a la fosa y me has devuelto a la vida… Tú has cam-

biado mi duelo en una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría.”

Con estos versículos del Salmo 30, una hermosa oración que canta la confianza en medio del sufrimiento, que termina abier-ta al amor, quiero empezar estas líneas.

En el origen de nuestro envío como Carmelitas Teresas de San José se encuentra una expe-riencia personal de impotencia, abandono y sufrimiento, que hacen a Teresa Toda y a Teresa Guasch, descubrir en los rostros de las niñas huérfanas el grito de Jesús, que las invitaba a seguirle y a servirle en ellas.

La fragilidad de las niñas, en medio de una situación social amenazante, se convierte en el desafío que las empuja a la vida y desde él reciben y encarnan el don de nuestra familia religiosa. Desde entonces, son los niños y jóvenes los destinatarios pre-ferenciales de nuestra misión aquellos con los que estamos llamadas a configurarnos con Cristo, como “madres, maestras y amigas”.

En la realidad del mundo en el que vivimos, son precisamente los niños y jóvenes el colectivo

más vulnerado. Cada día crecen las estadísticas que muestran cómo las peores consecuencias de la desigualdad social, la co-rrupción institucionalizada y la violencia organizada, terminan siendo pagadas precisamente por ellos y ellas. En nuestros en-tornos, especialmente en países en vías de desarrollo, se trata de una realidad tristemente palpa-ble de modo cotidiano. Muchos hechos del día a día nos mues-tran la crudeza de esta situación; algunos incluso, en el seno de nuestras instituciones educativas o en la tarea pastoral que lleva-mos a cabo de modo ordinario.

La situación social excluyente, la desintegración familiar, la po-breza que predispone y perpetúa los abusos, la falta de educación y oportunidades y en otros ca-

sos, la violencia instaurada en el seno de las familias; la crisis mi-gratoria global, la economía de mercado que resulta excluyente y la emergencia de una cierta cultura de anti-valores, amena-zan con destruir la vida de los pequeños y pequeñas. Esos, que llevan en sí, el germen de la vida nueva y en los que se encuentra la esperanza del mañana para la humanidad entera.

Nuestra vocación de Carmeli-tas Teresas de San José encierra por un lado, una particular sen-sibilidad por esta realidad y al mismo tiempo, la encomienda de responder al desafío que ella plantea, a la manera de Jesús: “Misericordia de Dios Padre”, enfrentando la tentación perma-nente de acostumbrarnos a esta situación inhumana que hiere

Mirando nuestro mundoDesde el sufrimiento de los pequeños,

cambia Señor, el llanto en danzaHna. Josefina Altagracia Marmolejos, ctsj

Una pedagogía que humaniza

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Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017 17

a tantos niños y jóvenes, y que tantas veces se justifica dicien-do que es “propia del mundo en que vivimos”, sin apurarse lo su-ficiente por combatirla: ¿Cómo podemos llegar a ver como nor-mal la cultura de la muerte que destruye el futuro escrito en los pequeños y pequeñas?

Es aquí donde descubro como llamado urgente el profundizar en nuestra identidad de madres, maestras y amigas: madres para amar, maestras para formar y amigas para acompañar. Es im-portante recordar que en ello, se encuentra también una clave elemental de nuestro itinerario personal e institucional. Esta experiencia de mirada y com-promiso con la fragilidad de los niños y jóvenes, especialmente los que encarnan el abando-no, la orfandad, la desigualdad y la violencia, nos descubre la experiencia asombrosa e incon-dicional del amor de Dios puro e infinito, que se nos regala gratui-tamente y que al mismo tiempo se nos pide entregar, en las ac-

ciones concretas que siembran vida y esperanza contra tantas manifestaciones de la cultura de la muerte. Esto fue vivido inten-samente por nuestras Madres Fundadoras y por las primeras comunidades de hermanas de nuestra Congregación. Y es lo que, con el paso de los años, in-tentamos seguir construyendo en nuestra tarea de acogida en las Casas Hogar y en la labor educativa y formativa que lle-vamos a cabo desde frentes muy diversos.

Los seres humanos estamos hechos para el amor, y esto es especialmente importante en los periodos iniciales de nues-tra vida. Es el amor el que hace posible que nuestra humanidad se construya sanamente. Des-graciadamente, el experimentar en carne propia la injusticia, la orfandad, el abandono o el abuso, genera como síntomas la rebeldía, la dificultad de adapta-ción, la ansiedad, los trastornos del estado de ánimo, el miedo, la inestabilidad y la baja auto-

estima que verificamos en los niños y jóvenes que acogemos en nuestro Hogares. Es una herida gigante, que sólo la experiencia paciente y gratuita del amor in-condicional de Dios puede curar, si la persona así lo desea y deci-de aceptarlo.

Es aquí donde radica la esen-cia de nuestra tarea de madres, maestras y amigas, que como la imagen del trigo humilde el Evangelio, crece junto a la ciza-ña, y da un paso hacia el futuro, tomando de la mano a estos ni-ños, niñas y jóvenes que nos son confiados y para quienes preten-demos ofrecer calor y esperanza en nuestros Hogares e institu-ciones educativas.

Que, mirando su realidad con los ojos de Dios, ninguno pase por nosotras, sin que haya alcanzado esta invitación amo-rosa del Padre, a dejarse amar y curar, independientemente de la respuesta encontrada.

Una pedagogía que humaniza Mirando nuestro mundo

Desde el sufrimiento de los pequeños, cambia Señor, el llanto en danza

Hna. Josefina Altagracia Marmolejos, ctsj

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18 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

El movimiento de madu-rez dibuja en Teresa un cambio respecto a sus inicios:

1. Dejarse amar, mirar, abrigar… “Tú eres mi hijo amado”.

2. Descubrir ese lugar dentro de nosotros en el que nos sentimos amados al encontrar un amor incondicional, un abrazo entrañable.

3. Echar a volar/salir (sufrimiento, desapego, separación…) -dimensión misionera de Teresa a partir del dinamismo del encuentro con Dios.

1. Mirada que despierta y ple-nificaTeresa vive inmersa en un ám-

bito de afecto, de mirada cálida, de acogida: su madre, su padre, sus hermanas, por un lado, le disponen para acoger y entender la gratuidad y limpieza de la mi-rada de Dios. Otra mirada clave es la de María: la “milagrosa” curación por la sonrisa de Ma-ría, que la dispone para una etapa nueva.

“Dios se ha complacido en rodearme siempre de amor. Mis pri-meros recuerdos guardan la huella de las más tiernas sonrisas y cari-cias… Pero si el Señor puso mucho amor en torno a mí vida, se dignó también conceder a mi pequeño corazón un natural amoroso y sen-sible”1.

Ella lee toda su existencia a la luz de la iniciativa amorosa de Dios, de la misericordia, de su AMOR PRIMERO. Se trata del tema clave del Nuevo Testamen-to, la gratuidad del amor de Dios.

Teresa es profecía del verda-dero rostro de Dios, a la vez que maestra de la sospecha de las falsas imágenes canonizadas en su tiempo. Pone en su altar al Dios padre-madre, entrañable y cercano y retira al Dios de la justicia divina, del miedo y de la reparación. Es una revolución en marcha.

La oración depende del Dios al que oramos. Antes que co-nocerse a sí mismo y aceptar la propia limitación, es, para Te-resa, conocer el amor de Dios. Convierte su vida en una pro-fecía de la ternura de Dios que invita a respirar hondo en la vida, superando la angustia.

En el amor de Dios con el que ha sido marcada a fuego, va in-cluida la misión. Es un amor que pone en camino, dinamiza hacia los otros, aun viviendo escondida.

2. Fidelidad personalConocerme: Pequeñez, acep-

tación… confianza. Este paso supone la base de toda oración y el segundo momento en la pre-gunta por la oración: el sujeto que ora ha de aprender a que-rerse a sí mismo en la mirada de Dios, y ahí ir aceptando la cir-cunstancia de su limitación.

Desenmascarar mi falso yo. La oración como espejo de au-

toconocimiento y sanación. Sanación de mi afán de seguri-dad en mis obras y en Dios.

El reconocimiento de la pro-pia debilidad es camino de libertad, una de las caracterís-ticas de la oración de Teresita. En su debilidad experimentará la fuerza de la gracia. Confiar es también morir. Si muero acepto no sólo mi limitación, sino el paso de Dios por mi vida.

El descubrimiento del ros-tro de Dios y la aceptación de mi precariedad me disponen para confiar. La confianza es la base de la relación entre Dios y Teresa. Como si hubiera leído sus escritos, Hermann Hesse lo expresaba así: “La piedad no es otra cosa que confianza. Tiene confianza la persona sencilla, sana, inofensiva, el niño, el salvaje. A mí, que no era sencillo ni inofensivo, la confianza tuvo que llegarme después de muchos rodeos. El principio es confianza en sí mismo. La fe no se alcanza con cálculos, culpa y escrúpulos de conciencia, ni con mortificación y sacrificios. Todos estos esfuerzos van dirigi-dos a dioses que habitan fuera de nosotros. El Dios en quien debe-mos creer está en nuestro interior. Quien se niega a sí mismo, no pue-de aceptar a Dios”2. La confianza adquiere el tono de abandono en un sentido más radical: “Se trata de ir a Dios, con las manos vacías, en acción de gracias, para reconocer lo que está realizando en nosotros. Se puede definir como una puesta de todo el ser en la corriente del Es-píritu Santo (…) Es un abandono

El aire de los místicosPedagogía de comunión y misión en Santa Teresa del niño Jesús

P. Miguel Márquez, OCD

Una pedagogía que humaniza

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Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017 19

Una pedagogía que humaniza El aire de los místicos

Pedagogía de comunión y misión en Santa Teresa del niño JesúsP. Miguel Márquez, OCD

activo a la acción del Espíritu Santo en nosotros. Y este movimiento se sitúa sobre el plano de una perfecta disponibilidad de un ser a la acción de Dios. Se trata de volver a Dios aunque sólo sea unos instantes, para desplegar ante él nuestras pre-ocupaciones y nuestros proyectos para que él sea el dueño de ellos”3.

3. Ausencia/silencio de Dios: abandono“Seréis libres de verdad cuando

vuestros días no transcurran sin preocupaciones, cuando vuestras noches no estén vacías de necesidad ni de pena. Lo seréis cuando esas cosas acosen por todas partes vues-tra vida y desnudos y sin ataduras consigáis sobreponeros a ellas”4.

Dios pronuncia una palabra en la vida de Teresa. Esa palabra bautismal es la noche.

La sequedad y la purifica-ción ya le acompañan desde hace años. Dios le ha enseñado a descubrir lo nutritivo de dicha oración. En una oración desnu-da de éxtasis Teresa acepta la invitación a buscar a Dios solo. Todo sentimiento sensible queda sumergido.

Teresa se hace maestra en sa-borear de frente la amargura y el dolor. Entregarse a Dios en la purificación del corazón es fuente de libertad profunda y de verdadera alegría. (Cuando miramos sin miedo el dolor lo desnudamos de ansiedad y an-gustia).

Teresa de Lisieux obedece a una santidad como integración de lo negativo, más que como perfección moral. A partir de la Pascua del 96 la noche cae so-bre Teresa. El silencio de Dios, su ausencia sensible… dibujan

un despojamiento radical, al que Teresa responde con la actitud del abandono. Pasividad acti-va, abandono activo al Espíritu Santo. La actitud más difícil y de más quilates, espiritualmente hablando.

La noche se convierte en prueba, crisol último. En medio de las tinieblas define la felicidad que puede existir en la noche; pone el ejemplo del pajarillo: “Nada podrá asustarlo, ni el viento ni la lluvia. Y sí oscuras nubes llega-ran a ocultarle el Astro del amor, el pajarito no cambiará de lugar. sabe que más allá de las nubes su Sol si-gue brillando y que su resplandor no puede eclipsarse ni un instante. Es cierto que, a veces, el corazón del pajarito se ve embestido por la tormenta, y no le parece que pueda existir otra cosa que las nubes que lo rodean. Esa es la hora de la ale-gría perfecta para ese pobre y débil ser. ¡Qué dicha para él seguir allí, a pesar de todo, mirando fijamente a la luz invisible que se oculta a su fe…!”5.

A continuación, dice que, aunque el pajarillo se distraiga y se aleje a beber o jugar o hacer travesuras, el “Astro adorado” sigue amándole y mirándole con igual cariño.

Toda la experiencia de oscuri-dad de Teresa de Lisieux la hace solidaria de los hombres que ca-minan a tientas, sin ver claro. La noche hace a Teresa no estar a salvo. Ahora está más cerca que nunca de sus hermanos, en su mismo terreno.

Teresa vive su identificación con la Faz del Señor como no lo había imaginado, vive en escon-dido la prueba de la soledad, y del no sentir a Dios: “Tu faz es mi sola patria..., en ella escondida siempre a ti me pareceré…”6.

1.- Ms A 4.

2.- Hermann Hesse, El Caminante, Ed. Bru-guera, Barcelona, 1984, p.7l-72.

3.- Jean Lafrance, Mi vocación es el amor, EDE, Madrid, 1992, p. 126

4.- Jalil Gibran, El Profeta. (De la Libertad).

5.- Ms B 5r

6.- Poesías 20, 3.5

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20 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

La Educación según el Concilio Vaticano IIHna. Carmen Cecilia Ortiz Díaz, ctsj

El Magisterio de la Igle-sia, considera la im-portancia decisiva de la educación en la vida

del hombre y su influjo cada vez mayor al progreso social. “Por-que los hombres mucho más conscientes de su propia digni-dad y su deber desean partici-par cada vez más activamente en la vida social”. Una persona formada desde su integralidad y contribuyendo a la construc-ción de otros, pueda ir logrando la cadena cada vez más dinámi-ca de la fuerza en la conserva-ción del mundo, en la lucha por la igualdad y la justicia social.

Fortaleciendo al hombre en su dignidad de hijo de Dios, y cul-tivando todas sus facultades se orienta hacia la recuperación de la propia identidad, el desarrollo de su plenitud, y la plena realiza-ción de su vocación a la que ha sido llamado.

La Iglesia retoma un papel muy importante en el proceso de la educación de la persona porque contribuye a la búsqueda de una formación integral. Comunican-do la vida en Cristo, se proyecta al ser humano, el horizonte de la perfección en la grandeza del amor para la realización propia

y para ejecución o cumplimiento de su vocación en la construc-ción del mundo más humano.

La propuesta interesante de edu-car no solo a los niños y jóvenes sino lograr verdadera formación del adulto, como un desafío para la humanidad. Educando al adulto más fácil llegar al niño, por lo que a través de la relación se traduzca en hechos concretos de amor y comprensión del mis-mo ser y con esta contribución, así el mundo crezca y se armoni-ce. Creciendo el hombre crece la comunidad.

Ecos de la IglesiaUna pedagogía que humaniza

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Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017 21

La Educación según el Concilio Vaticano IIHna. Carmen Cecilia Ortiz Díaz, ctsj

Una pedagogía que humaniza Ecos de la Iglesia

La Iglesia procura atender así toda la vida del hombre, su de-sarrollo integral, buscando la unidad, la rectitud de su concien-cia y en el dialogo con el mundo, e integrado en él. Haciendo par-te de restaurar e instaurar todas las cosas en Cristo.

Entre las dimensiones que me llaman la atención es que la Iglesia pide insistentemente que la educación pueda llegar a to-dos los rincones de la tierra, que pueda generar la libertad en el ser humano, valorar el ser crea-do para algo más grande.

Retoma la educación como “uno de los Derechos universa-les del ser humano, ayudando a los niños y adolescentes tenien-do en cuenta el progreso de la Psicología, la pedagogía, y las ciencias de la Educación para el desarrollo armónico de todas las facultades de la persona, para el logro de una mayor responsabi-lidad en el desarrollo de la vida.

Con la convicción de que la educación desde el pensamiento cristiano se empeña en promo-ver una cultura, un proceso humanizador y dignificar a la persona, preparándola para el desempeño de las funciones más importantes en la sociedad y ser testigos de la fe, desde la cual se percibe y se proyecta hacia el mundo, en la búsqueda del bien común.

Asumida desde esta perspecti-va de fe le ayuda a vivir en la esperanza y encaminarse en la Caridad y expresarse en solida-ridad con los “no” favorecidos. Creando la comunidad que se preocupa y desvive desde el amor, como fuente reconocida en la capacidad para la entrega y en diálogo con el mundo.

Constato una Iglesia preocupa-da por el bien de la humanidad, desde las dimensiones de vida cristiana y católica, que busca un camino para el desarrollo de la persona humana y al mismo

tiempo de la historia de los pue-blos y las naciones, apoyando los derechos universales para el desarrollo integral de todas las facultades humanas.

Quiero terminar uniendo el tema de la Educación desde el Vaticano II colocando una nota que me llama la atención de Te-resa Toda: y lo pienso así.

Cuando Teresa Toda educa a su hija estaba mirando la perspec-tiva de que un granito de arena unido a muchos otros podría lo-grar un bien mayor, y hoy es el bien que una mujer pudo hacer y ha logrado, no solo sostener en una generación para que sal-ga de la miseria, sino que se ha encontrado con la pedagogía de quien se había convertido en el camino la verdad y la vida. In-troduciendo lo que buscan los gobiernos en sus culturas, que solo desde el amor se puede lograr, la transformación de la realidad social, en el lugar don-de nos encontremos.

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Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 201722

Una pedagogía que humaniza

Punto de vista

La pedagogía del amor, desde mi perspectiva, se hace real sobre todo en la disponibilidad y presencia continua de las Hermanas Carme-litas Teresas de San José en la vida de los niños, niñas y adolescentes que forman parte de sus obras. Esto favorece a que establezcan vínculos afectivos y seguros.Vivimos en am-biente de familia, con sencillez y alegría. Apoyándonos, expresando el cariño, acogiendo y depositan-do nuestra confianza en quienes forman parte de la comunidad. Intentando transmitir energía y en-tusiasmo en el día a día.

En las conversaciones durante las comidas, cuando los niños relatan

su jornada; en la planificación de excursiones, en la preparación de oraciones, en velar el sueño de los pequeños, en contarles un cuento por las noches, cuidarlos cuando están enfermos, tenerles la ropa limpia, prepararles el desayuno, ju-gar con ellos. En esos detalles …está presente el AMOR. Los menores es-tán involucrados en la dinámica del Hogar y el aprendizaje resulta así más significativo.

Agradecer formar parte de esta labor, animándonos a continuar luchando, en especial por los más débiles y desprotegidos.

Desde mi punto de vista, la pe-dagogía del amor nos pone en la sintonía con el buen trato, con la acogida de la persona y nos abre a recibirla como regalo, como bendi-ción de Dios en nuestra existencia. También como oportunidad de en-cuentro que permite ofrecer al otro lo que es y se tiene, con toda sen-cillez y a estar disponible a recibir de ese otro lo que gratuitamente nos quiere brindar.

Creo que se hace cada vez más necesario el dar preferencia en nuestras obras y presencias a los más pequeños porque de esta forma, recibimos al Señor y colabo-ramos con Él y con su Reino. Cada

Y tú, ¿qué piensas?Hna. Mercedes Trigo Prunera, ctsj

El marco de la celebración del Centenario de la muerte de Teresa Guasch nos motiva a acercarnos nueva-mente a su pedagogía. Nuestras Fundadoras tenían en Cristo su modelo de Pedagogo, y tradicionalmente hemos hablado de la pedagogía del amor como la propia de Teresa Guasch desde la imitación a su Cristo.

Desde tu experiencia, ¿cómo crees que se hace realidad hoy la pedagogía del amor en nuestras obras y presen-cias? ¿Qué podemos hacer para llevarla a la práctica con mayor coherencia?

~

Patricia Iniesta ChamorroEducadora Casa Hogar Teresa de Jesús, Santa Marta (Salamanca), España.

Hna. Rosmeri Gutiérrez, ctsj

Administradora colegio, La Romana, R. Dominicana.

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Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017 23

vez, que acogemos a quien por di-versas razones es más necesitado, frágil o vulnerable y lo hacemos desde el amor, distanciándonos de prejuicios que nos estancan y aís-lan, se expresa a través de nosotras la pedagogía de la incondicionali-dad amorosa y redentora, propia de Jesús. Siento que nosotras CTSJ, estamos llamadas a “abrir nues-tras puertas” generosamente, así como lo hizo Teresa Guasch, quien dejándose llenar del Espíritu de Dios, fue capaz de compartir in-cluso el amor de su propia madre, para que esta fuese también madre de muchas niñas.

El desarrollar la capacidad de aco-ger, compartir, respetar y acompañar desde la simplicidad humilde y creadora, y desde la libertad de los hijos de Dios, es la clave de la pedagogía del amor hecha vida en nuestras Teresas, quienes vivieron como verdaderas madres, maestras y amigas y así lo testificaron con su vida y experiencia.

Dios fue preparando el camino para que, madre e hija, se fueran convir-tiendo en tierra abonada para recibir y acoger su llamada. Como maestro Carmelo-teresiano de Cúcuta, he vivido una experiencia fuerte de fe, a través, del carisma de la Congre-gación de las Hermanas Carmelitas Teresas de San José, y especialmente en este año del Centenario de la Ve-nerable Madre Teresa Guasch.

Expreso con alegría el sentir y el vivir de esta mujer extraordinaria, con una calidad humana y espiri-tual, que ha marcado mi quehacer como docente, amigo, padre de fa-milia y compañero, asumiendo los valores del evangelio. El reto es de-jarme impregnar en el corazón el legado de la Madre Teresa Guasch para que arda sin apagarse y me permita ser luz, calor, bondad, fe y compasión a mis estudiantes, compañeros de trabajo y padres de familia, por quienes he aprendido a vivir la misericordia, y he asumido la pedagogía del amor siendo “pa-dre”,  “maestro”  y  “amigo” esta es

la vocación que arde y me apasiona cada vez con más fuerza y donde me siento orgullosamente carma-loteresiano, manteniendo viva la llama de Teresa Guasch.

La sociedad de hoy nos presen-ta un reto muy difícil para poder educar a los alumnos con calidad. Los medios de comunicación se han encargado de mal informar a los jó-venes con toda clase de mentiras y engaños con tal de vender una idea o un producto. Los jóvenes prestan más atención a cosas banales que a sus propias familias o maestros.

La madre Teresa Guasch vivió un tiempo de abandono, pobreza y soledad cuando era niña, algo que nuestros jóvenes de ahora lo están experimentando en espíritu. Casas solas, padres trabajando todo el tiempo, poco tiempo de calidad con la familia, etc.

Pero a pesar de estos males vividos por la madre Teresa, ella nos enseñó

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Una pedagogía que humaniza Punto de vista

Y tú, ¿qué piensas?Hna. Mercedes Trigo Prunera, ctsj

Marvin Alexander Figueroa

Profesor, Cúcuta, Colombia.

Adán Godoy Hernández

Profesor,Tequila, México.

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Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 201724

Una pedagogía que humanizaPunto de vista

Y tú, ¿qué piensas?Hna. Mercedes Trigo Prunera, ctsj

que la fe depositada en nuestro Se-ñor mueve montañas. Nos dejó un legado que no podemos dejar pasar desapercibido. La lucha por la justi-cia y el bienestar del prójimo no es otra cosa que el reflejo del AMOR DE CRISTO en su corazón y eso precisamente es la pedagogía del amor.

Sabemos de nuestros retos y cono-cemos nuestra meta (el bienestar físico, mental y espiritual de nues-tros jóvenes), pero mejor aún tenemos presente el Amor de Dios como pilar principal de la edu-cación, y como ejemplo de vida a nuestra Madre Teresa Guasch. El corazón debe ser nuestra mejor he-rramienta de trabajo y el ejemplo nuestro mejor aliado.

“Hacer el bien siempre bien” (TG)

Cuando hablamos de pedagogía del amor declaramos nuestro con-vencimiento de que solo la práctica educativa logra ser de calidad y eficaz si está abonada con afecto, calidez, interés y responsabilidad por el otro, a quien acompañamos en su crecimiento como persona y en su papel de constructor de su propia historia y de la sociedad nueva.

En nuestras visitas por los cen-tros educativos y presencias de la Congregación, con gozo y agra-decimiento, comprobamos que el cimiento del amor está fuertemente consolidado, y lo percibimos:

• En detalles pequeños (se da la bienvenida diaria a los alumnos, padres y profesores en la entra-da del colegio, o en la entrada del aula, o al inicio de cada encuentro; se conocen los momentos por los que, tanto alumnos como profesores están pasando a nivel familia, per-sonal, educativo: se percibe ese “aire de familia”, de alegría y confianza que imprimieron por primera vez nuestras Madres Fundadoras…);

• En la organización (se tienen en cuenta los diferentes ritmos y for-mas de aprendizaje; se potencia el trabajo en equipo, la responsabili-dad de los chicos y chicas mayores con los pequeños en actividades conjuntas, en salidas, o en accio-nes concretas “padrinos lectores” etc...; se mantienen en búsqueda de nuevas formas de aprendizaje (inteligencias múltiples; gobier-no escolar con valores; espacios creativos, de investigación, de par-ticipación, inclusivos, solidarios…);

• En la estructura (se busca mejo-rar y embellecer los espacios para que la estancia en ellos sea agrada-ble, segura, motivadora, acogedora, pacificadora…)

¿Cómo continuar el camino?

Creo que seguir caminando, cre-ciendo en el convencimiento que estamos viviendo y anunciando la buena noticia de Jesús, la construc-ción de la civilización del amor… colocarnos como indicadores de evaluación el texto de S. Pablo a los corintios: El amor es paciente, no se irrita, es bondadoso, todo lo perdona... Y manteniendo viva la llama de nuestra Madre Te-resa Guasch, primera educadora de nuestro Instituto, que nos dejó escrito en su vida: El Bien, siempre bien, con sencillez.

Hna. M. Lourdes Marco Playá, ctsj

Delegada Gral. de Pastoral, Madrid, España

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25Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Una pedagogía que humaniza

Reflexiona, ríe, juegaPuede interesarte...

Libro: Pedagogía del amor. Editorial PPC. Año 2006.

Autor: Gabriel Chalita.

En una época en que la apariencia vale más que la esencia y la com-petencia domina las relaciones, es imprescindible hablar de compa-ñerismo, de amistad y de amor con nuestros niños. En una época en que la esperanza parece cada vez más escasa, es fundamental reavivar nuestra confianza en días mejores. En un tiempo en que los valores que deberían orientar la vida en sociedad se van olvidando progresivamente, es estimulante leer obras como esta. El autor ha elegido diez historias de la literatura universal, porque conllevan valores que resultan esenciales hoy día, tales como el respeto, la solidaridad y el idealismo. Valores que ahora podemos transmitir a las nuevas generaciones de manera más lúdica, apoyados en este encantador libro. Pedagogía del amor nos trae la esperanza de un tiempo nuevo, más justo y fraterno.

Recursos para una pedagogía inclusiva

http://blog.tiching.com/10-ideas-trabajar-forma-inclusiva-aula/

La educación inclusiva es uno de los mayores retos que la comunidad educativa tiene por delante. Como afirma en este artículo la maestra y psicóloga Coral Elizondo Carmona, se trata de “un modelo que habla de modificar el contexto en lugar de modificar al individuo, un modelo que percibe la diversidad como una parte más de la realidad humana y que valora y aprende con las diferencias”. ¡No te pierdas las 10 ideas fundamentales para trabajar de forma inclusiva en el aula!

Película: Detachment (El Profesor)

Pertenece al género drama. Fue dirigida por Tony Kaye y producida por Adrien Brody, quien además es protagonista de este film.

Henry es un alma solitaria con un pasado complicado que se en-contrará a sí mismo cuando entre a trabajar en la escuela pública, donde podrá esforzarse en intentar motivar a un alumnado apático y frustrado, quemado por la administración. Poco a poco se conver-tirá en un modelo para sus estudiantes, mientras que se identificará con un joven que se encuentra tan perdido como él lo estuvo. Hen-ry descubrirá que no está tan solo como pensaba y luchará por buscar la belleza dentro de un mundo que parece haber perdido la esperanza, falto de amor y lleno de maldad.

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26 Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Una pedagogía que humaniza

Reflexiona, ríe, juegaHumor: “Una pedagogía humanizadora”

Hna. Alma Lidia Rodríguez Zorrilla, ctsj

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27Hermanas Carmelitas Teresas de San José • año 9 • nº18 • Marzo 2017

Una pedagogía que humaniza

Reflexiona, ríe, juegaPasatiempo

Hna. Dania Margarita Rodríguez Zorrilla, ctsj

A• Completa las palabras de los hexágonos siguiendo las pistas de los números:

A (1) • E (2) • I (3) • O (4) • U (5) • B (6) • C (7) • D (8) • G (9) • H (10) • L (11) • M (12) • N (13) • R (14) • S (15) T (16) • V (17) • P (18)

Solución A.-Completar las palabras en los hexágonos: 1 (se encarna), 2 (genera novedad), 3 (valora la persona), 4 (libera) y 5 (alienta).

Solución B.-Sopa de letras:SMFELICIDADNPOTQDWOACBOONTLEHPRIQIWIPCUISUMHCFKSGEXZDYLAEVBNTFQABACLOQWERALWIIRÑBCXRAWAXNEBIXCOPDQRUOZNXDBIMIEMPATIAMAQOUOBAGSTOMZDCCPARESPETOSR

B• SOPA DE LETRAS Encuentras estas palabras:

empatía solidaridad

felicidad afecto cuidar

respetocomprensióncomunicación

Una pedagogía que humaniza

13 5 17 2 8 1 82 13 7 1 14 13 1

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18 2 14 15 4 13 1

15 2

11 1

9 2 13 2 14 1

17 1 11 4 14 1

11 3 6 2 14 1

S M F E L I C I D A D NP O T Q D W O A C B O ON T L E H P R I Q I W IP C U I S U M H C F K SG E X Z D Y L A E V B NT F Q A B A C L O Q W ER A L W I I R Ñ B C X RA W A X N E B I X C O PD Q R U O Z N X D B I MI E M P A T I A M A Q OU O B A G S T O M Z D CC P A R E S P E T O S R

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Marzo 2017© Hermanas Carmelitas Teresas de San JoséNº18Año

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