Una mirada del proceso revolucionario nepalí

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  • 1. Una mirada del proceso revolucionario Nepal y mundial desde la lgica de GramsciHoy tenemos muchos ejemplos de proceso revolucionarios incompletos tanto en Europa, Asia yAmrica Latina. En algunos estudios encontramos que el tema del hombre y sus derechos son untema pendiente luego de conquistar el poder poltico, y se dice en los discursos oficiales que es unproceso que debe construirse. No obstante, sigue construyndose de tal modo que en definitivafalta como hacerlo, desde que lgica comenzarlo, y en definitiva se dejo para los que administranel poder y no los cambios culturales necesarios para la creacin del hombre nuevo.Antonio Gramsci sin haber sido el actor fundamental de una revolucin victoriosa dese sus crcelque se convierte en su lugar de reflexin por 20 aos ha sido capaz de pensar en el contenido quedebe tener una revolucin que logra ser mas poderosa que solo asaltar el poder de los quegobiernan el sistema explotador capitalista. Logra agregar a la discusin de los ltimos 100 aosdentro de la izquierda marxista el componente civil o el ciudadano que adscribe a la revolucin sintener gran educacin poltica pero que es la mayora que come, vive, suea y desea vivir demanera digna. En trminos marxistas, logra hacerse cargo de la superestructura de la sociedadclsica de occidente y Oriente al proponer una estrategia de penetracin en los cdigos culturalesde la vieja forma de vivir de los oprimidos, armados y desarmados.Y se nos asoma la gran diferencia entre el revolucionario activo y quien espera que su posturahumana sea aquella que marca una diferencia cotidiana con el mundo que supone superior a suexplotacin feudal o ancestral. Este hombre muchas veces desarmado que es la mayora no soloespera que le entreguen su fusil sino un cdigo de vida para ser un nuevo hombre, para ser eltransformador de la cultura cotidiana que ha tenido que soportar como una carga para muchoscultural pero para el karmtica de su forma de decir siempre ha sido as. Son los cdigos de unacultura revolucionaria y no las ordenes de un cambio revolucionario poltico lo que requiere un serhumano que vive la pobreza de su humanidad desde que es educado en su familia, y que luego enla escuela vuelven a tratarlo como un engranaje de una cadena de distinciones sociales y moralesque debe volver a aceptar por que sino queda relegado a ser paria de su un nuevo momento decambio revolucionario.Si los revolucionarios no logran penetrar en la religin, en la lgica escolar, en las relaciones depareja, en los modos de mirar los cambios diarios de soar con la felicidad en la tierra humana,nos quedaremos solo con el control poltico pero en ningn caso con la creatividad dela sociedadcivil acostumbrada a repeticiones permanentes de sus actos cotidianos.Para el cambio de la superestructura, que no es otra cosa que la cultura no revolucionaria que sonpilares religiosos, morales, filosficos reproducidos por la familia y la escuela, es necesario yurgente no solo proponer armar al pueblo y ganar la batalla del poder sino la batalla de una nuevacosmovisin humanista popular que sea capaz de instalar en los contenidos de la vida cotidiana lacultura revolucionaria que edificar desde sus cimientos al hombre nuevo que sigue pendienteluego de los grandes triunfos de la revolucin sovitica, cubana, china ,y nepal y otras.

2. No basta con cerrar las escuelas ni las iglesias o los cultos hay que penetrar en su catecismo yplanes de formacin revolucionando y generando nuevos paradigmas revolucionarios sobre susmayores fortalezas tericas y su fuerza en la cultura cotidiana del hombre que esta armado y noarmado con un fusil.La deuda es la revolucin intracultural socialista.Rebelde Permanente13/04/2012