Una aproximación a las demandas de los movimientos socio-sexuales en la Argentina (1984-1991)

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    proceso revolucionario que pareca gestarse, desde el lugar de sus propias

    reivindicaciones.

    Segn su discurso, la opresin hacia los homosexuales deviene de la

    lgica patriarcal machista necesaria para la reproduccin del sistema, y espor lo tanto inherente al capitalismo12. De esta forma, su reclamo iba ms

    all del territorio de la sexualidad, luchando por una reforma estructural del

    sistema. En su -lucha, intentaron articular con otras instancias de la

    resistencia popular, pero se toparon con que, segn ellos, los partidos de

    izquierda reproducan las mismas lgicas machistas del sistema. Por

    ejemplo para el Partido Comunista, que expulsaba a sus militantes

    homosexuales o los enviaba al psiquiatra, la homosexualidad era una

    aberracin anti-revolucionaria, producto de la degradacin moral propia del

    capitalismo, siguiendo el discurso de los pases socialistas, en que la gente

    que escapaba a la heterosexualidad era perseguida y encarcelada.

    Sin embargo, a pesar del rechazo de gran parte de la izquierda, el

    FLH particip con gran resonancia de muchas de las movilizaciones

    populares de los setenta junto con el resto de los sectores en lucha, y

    apareci en varias revistas de difusin masiva reivindicando sus consignas.

    Finalmente, con la irrupcin de la dictadura militar, el FLH es totalmentedesarticulado, junto con el resto de las organizaciones de izquierda.

    Durante 6 aos, el movimiento homosexual entr en reflujo, sus

    militantes debieron exiliarse o fueron detenidos. Recin en 1982, en la crisis

    terminal del gobierno de facto, sin ningn tipo de conexin histrica o

    1 El FLH considera que el cambio de actitud social, frente a la

    homosexualidad, depender del grado de organizacin de los homosexuales

    y su insercin en las luchas populares; concientes de que no puede haberliberacin sexual sin liberacin social y viceversa. En Declaracin del 14

    de mayo, en Homosexuales, Julio 1973.

    2 Manifiesto Sexo y revolucion, 1973, mimeo.

    * Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica

    Contempornea. 2010.

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    ideolgica con el viejo FLH, aparecern los primeros grupos, que se

    nuclearn en 1984 en la CHA.

    Con el fin de la sangrienta dictadura militar, se inicia una etapa de la

    historia Argentina signada por la absoluta legitimidad de la democracia, enla cual se supone ya consensuadas las cuestiones macro-estructurales,

    dejndose a la poltica el ajuste fino de las cuestiones coyunturales dentro

    del sistema. As la militancia gay deja de lado las reformas radicales

    propuestas por el FLH en los setenta, y se dedica a luchar por la ampliacin

    de la ciudadana, para garantizar la igualdad de derechos de las personas

    gays, ya no pretendiendo cambiar el sistema, sino por el contrario,

    exigiendo su incorporacin a ste como ciudadanos plenos. En este

    contexto, la CHA se piensa como una organizacin de derechos humanos,

    con el fin de luchar contra la represin y de garantizar una mejor calidad de

    vida a los hombres gays. Su arma poltica ms importante fue la visibilidad.

    Rpidamente, los militantes de la CHA se convierten en importantes figuras

    mediticas, apareciendo repetidamente en los medios masivos de

    comunicacin.

    En el trabajo que presento hoy, indagare en un corpus heterogneo de

    fuentes producidas por la Comunidad Homosexual Argentina entre los aos1984 y 1991, los discursos mediante los cuales se reclama la creacin,

    modificacin y/o derogacin de leyes nacionales y normas

    contravencionales referidas a la regulacin estatal de las prcticas sexuales

    diversas y de las expresiones de gnero subalternas, analizando en tales

    discursos, las formaciones identitarias que, traducidas en constructos

    polticos, permiten rastrear las diferentes estrategias polticas tendientes a

    la intervencin dentro de las instancias legislativas del Estado.

    2.METODOLOGIA:

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    De esa prisin, con todos los asedios polticos del cuerpo que en su

    arquitectura cerrada rene es de la que quisiera hacer la historia. Por

    puro anacronismo? No, si se entiende por ello hacer la historia del pasado

    en trminos del presente. S, si se entiende por ello hacer la historia del

    presente

    Michel Foucault

    Construir un archivo sobre y reconstruir la historia del movimiento por la

    disidencia sexual fue una de mis mayores obsesiones desde que activo en el

    movimiento. As, que cuando llego la hora de armar el plan de tesis para

    postularme a una beca para iniciar mis estudios de doctorado, cre tener

    todo en mayor medida resuelto. Proveniente de una formacin sociolgica, y

    muy poco embebido de las discusiones de la historiografa, pens que miles

    de problemas iban a suscitrseme desde el momento en que pens el

    proyecto, apurado por las deadlines y los tramites burocrticos. Tenia la

    seguridad, si, de que todas mis categoras y mis herramientas epistmico-

    metodologicas, por no decir que todas mis certezas eran plausibles de caerdeconstruidas en el momento de sumergirme entre los caros de los

    archivos. Pero jams imagine, que las primeras categoras que iban a caer,

    eran las que sustentaban mi unidad de anlisis, y que la primer certeza a

    derrumbarse era la disciplina toda desde la que esperaba trabajar: la

    historia.

    En las fuentes, la tesis principal de mi trabajo se desnudo sin escandir

    demasiado. Las identidades subjetivas, los relatos que guiaban las vidas y

    las corporalidades mismas de los sujetos que pretenda historiar, mutaban

    de manera radical varias veces en el periodo estudiado. Las personas que

    realizaban prcticas que transplantadas sbitamente a la actualidad,

    podran ser ledas como gays, lesbianas o trans no solo construan estas

    practicas segn relatos radicalmente diferentes, sino que tambin, las

    significaciones sociales de estas practicas, y hasta las construcciones que

    estas personas realizaban de su corporalidad, hacia que estuviese

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    radicalmente en duda que, efectivamente, estuvieran realizando prcticas

    equiparables.

    Lo primero que evidencio este problema fue la discontinuidad radical

    existente entre los patrones de subjetividad existentes entre las personasque realizaban prcticas sexuales divergentes o habitaban gneros o

    corporalidades marginales en Argentina entre los ochentas y los setentas.

    Las locas, figuras prototpicas de la dcada de los setenta, reaccionan

    contra las masculinidades hegemnicas, de las que proviene

    cotidianamente la violencia y la opresin, en este sentido no se reconocen

    dentro de las lneas de la masculinidad socialmente instituida. Al mismo

    tiempo, actan una cierta performance de la femenidad, pero una

    performance altamente pardica, que hace que no se reconozcan

    plenamente dentro del gnero femenino. La contrapartida de la loca, el

    chongo, es al contrario un hombre masculino heterosexual que puede tener

    sexo penetrativo con las locas. Al no estar estigmatizadas las practicas

    chongas y al ser estas frecuentes en casi todos los hombres heterosexuales,

    los hombres heterosexuales todos son identificados como chongos.

    De estas dos, la figura ms asemejable a los gays de los ochenta, es la

    loca. Pero esta, de ninguna forma puede ser totalmente asemejada a lo gay,porque los gays, son, ante todo, hombres que tienen sexo con hombres, y si

    hay algo que las locas no son, es hombres. Un gay, tiene absolutamente

    resuelto su lugar dentro del binomio del gnero. Uno de los primeros

    reclamos de los gays de la calle en los ochenta, era que sus practicas

    sexuales no impugnen su masculinidad plena.

    Creo que en los ochenta se construye un nuevo modo de leer las

    identidades, que parte de la separacin entre la identidad sexual y laidentidad de gnero. En la actualidad, tanto gays y lesbianas entienden su

    sexualidad de forma absolutamente independiente de su vivencia del

    gnero, travestis, transgneros y transexuales reclaman que su vivencia del

    gnero sea independiente de su sexualidad. Hoy en da, la vivencia de una

    identidad de gnero subalterna nada pregona de las preferencias sexuales

    del sujeto en cuestin. Un hombre trans, puede reclamar tanto una

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    identidad gay, como heterosexual, como cualquier otra identidad masculina

    derivada de la eleccin de objeto sexual. Las identidades sexuales y

    genricas son pensadas como dos estratos diferentes de identidades no-

    interrelacionadas e independientes. Una tiene que ver con la vivencia de la

    propia corporalidad y de la expresin de gnero en base al binomio cultural

    masculinidad-femenidad. Otro, absolutamente independiente, tiene que ver

    con la eleccin de objeto de deseo.

    En los setenta, estas dos dimensiones, actualmente independientes, de

    la identidad, no estaban escindidas. Algunos autores afirman que el

    componente de heterosexualidad obligatoria de la masculinidad en el

    perodo en cuestin era tan importante, que cualquier persona que viviese

    prcticas sexuales3 no normativa tenia necesariamente que ajustar su

    gnero de modo de restablecer la coherencia sexo-genero-deseo4, el caso es

    3 Hablo de prcticas sexuales no normativas porque como mencionare,

    las prcticas sexuales insertivas entre hombres no pona para nada en jaque

    la masculinidad del sujeto penetrante, lo que imposibilitaba la asuncin de

    una identidad sexual diferencial basada en estas prcticas.

    4 Esta hiptesis, segn la cual las identidades de genero disidentes

    serian producidas por contextos culturales caracterizados por una

    heterosexualidad obligatoria inconfrontable, que obligara a los hombres

    biolgicos deseosos de ser penetrados por un varn a transicionar hacia

    alguna identidad femenina para evitar la violencia que deparara la

    homosexualidad, es sostenida por varios investigadores gays y resistido por

    la comunidad travesti, para la cual esta opcin implicara una reduccin dela particularidad de la experiencia travesti explicndola a travs de una

    supuesta esencia originaria gay. Otros, consideramos cuestionables ambas

    posiciones basadas en la postulacin de la existencia de vetas ontolgicas

    originarias capaz de explicar la condensacin de las identidades,

    descreyendo tanto de la posibilidad histrica de retrotraerse a un origen

    fundante que explique la naturaleza del presente, como de la utilidad

    poltica de estos usos del pasado.

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    que en las identidades locas se da una particular fusin de elementos que

    hoy podramos asociar a los actuales paradigmas de la identidad sexual y de

    la identidad de gnero. Desde este lugar, la loca podra ser reclamada tanto

    para una genealoga de lo gay como para una genealoga de lo trans.

    Para finalizar, parafraseare un trabajo anterior, redactado junto a mi

    equipo de trabajo:

    Creemos que ni el objeto de estudio ni el problema y las tesis de

    trabajo, son previos a la intervencin del analista. En este sentido creemos

    que se bien la construccin del objeto no debiera ser anacrnica, las

    preguntas que a l le haremos s pueden serlo. Es decir, las tesis con las que

    nos acercamos a nuestro objeto, con las que construimos el corpus deanlisis parten del presente.

    El gnero, las relaciones sociales de gnero, el problema de las

    identidades sexuales y tambin cuestiones tales como la responsabilidad

    personal (entre otras) provienen de teoras contemporneas. En qu

    medida es vlido interrogar el pasado con preguntas derivadas de estas

    teoras? O abordar con estas nociones materiales que surgieron de

    contextos de produccin radicalmente otros? Creemos que es posibleporque las actuales relaciones sociales de gnero tienen una genealoga que

    nos interesa desentraar. Consideramos que es necesario porque las

    preguntas acerca de relaciones cruciales como la que se da entre lo

    personal y lo poltico permanecern sin respuesta en un anlisis

    convencional (Oberti et Al, 2008).

    3.LAS LOCAS Y LA REVOLUCION:IDENTIDADES SEXUALES EN LOS SETENTA

    Para entender la dinmica por la cual, a travs de la historia, los

    sentidos que guionan los cuerpos y las formaciones identitarias circulan y se

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    transmutan en su roce con las coyunturas sociopolticas, es menester

    remitirnos brevemente a la dcada del setenta. No porque creamos que

    exista una linealidad teleolgica entre los sujetos ejercientes de

    sexualidades y gneros diversos que luchaban y vivan en esta poca, y los

    modernos gays, objeto de este anlisis, sino porque en los discursos

    sociales escandidos en este paper, los setenta, son construidos

    frecuentemente como origen mtico, por eso, y solo por eso, creemos que es

    mucho lo que el anlisis de los lugares identitarios y de las practicas

    polticas de los setenta tienen que aportar al estudio de la CHA.

    En la prensa del FLH, la figura con la que se identifican reiteradamente

    los sujetos estudiados es la de homosexuales. Estos homosexuales se

    construan teniendo como antagonista la masculinidad hegemnica que

    tena su representante en el macho heterosexual. As, en el contexto de la

    definicin binomial de los gneros propiciada por la matriz heteronormativa,

    tenan una identificacin particular con la feminidad, no solo desde el lugar

    de sus expresiones de gnero, sino desde un lugar poltico en el cual la

    poltica del loqueo poda ser un arma estratgica para desnaturalizar los

    roles establecidos.

    As, la loca ser la figura poltica por excelencia gracias a su capacidadde deconstruir los roles sexuales del capitalismo patriarcal, y el rechazo

    que esta genera ser ledo como sntoma de la reaccin de los gneros

    hegemnicos ante la desestabilizacin propiciada por esta masculinidad

    femenina.

    El chongo, construido como el otro de la homosexualidad, es la figura de

    la que puede provenir la represin y la violencia. La sociedad hostil toda

    esta representada como chonga, en contraposicin a la comunidad de locas.

    Locas y chongos pareceran ser as categoras antinmicas, pero

    inseparables, que solo son posibles en el contacto mutuo, en las fronteras.

    El chongo solo existe como negacin de la loca, que a modo de otro

    constitutivo le permite delinear su especificidad propia.

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    Revolucin se evidencia una postura, que a mi entender es la que

    prevalece, que condice ms con lo que fue la orientacin histrica de los

    frentes de liberacin en el resto del mundo. As, consignas como las

    famosas No liberar al homosexual, sino liberar al homosexual dentro de

    cada uno o Amar y vivir en un pas liberado dan cuenta no de un intento

    de reclamo de derechos exclusivos para los homosexuales, sino de un

    intento de construccin de una nueva sociedad, libre de toda forma de

    opresin, y por lo pronto desprovista de categoras taxonmicas y roles

    sociales.

    La loca, escandalosa, irreverente, impredecible, parece tener

    bastante que ver con esta liberacin de la sexualidad por sobre los gneros

    y las categoras sexuales de las que habla el FLH y definitivamente, hubiese

    sido propensa de tener un lugar en el eventual proceso revolucionario

    imaginado por este. Sin embargo, luego del largo sueo dictatorial, en los

    albores de la primavera democrtica, las locas viejas descubren que ya no

    tienen lugar dentro de las estrategias polticas de la incipiente comunidad

    homosexual.

    4.LA CHA EN LOS OCHENTA: LOS DERECHOS

    HUMANOS Y EL IMPERIO DEL DISCURSO

    JURIDICO

    de posicin social, religin, color, etc (...) Los homosexuales, en tanto que

    tales somos todos iguales. Tenemos un enemigo comn; la sociedad de

    opresin".

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    La dcada del ochenta descubre a una argentina en la cual las

    alternativas violentas se encontraban radicalmente desacreditadas luego de

    la dictadura militar y el sistema democrtico no solo contaba con una

    legitimidad absoluta, sino que tambin encarnaba las esperanzas todas de

    un pueblo agobiado por las crisis econmica y el terrorismo de estado.

    Luego de la asuncin del Dr. Ral Alfonsn como presidente de la

    repblica el 10 de diciembre de 1983, empiezan a develarse la verdadera

    magnitud de los crmenes de la dictadura, y paralelamente un nuevo tipo de

    organizacin de la sociedad civil empieza a tomar cada vez mas fuerza: se

    trata de las organizaciones de derechos humanos, organismos apartidarios

    que luchan por la obtencin del juicio y castigo a los culpables de los

    crmenes de la dictadura. De entre estas, se destacan la Asamblea

    Permanente por los Derechos Humanos, la Liga por los Derechos del

    Hombre, el Servicio de Paz y Justicia, y sobre todo, Madres y Abuelas de

    plaza de mayo, que empiezan a cobrar una relevancia cada vez mayor y a

    tener un respaldo pocas veces antes visto en Argentina por parte de una

    organizacin no partidaria.

    El 20 de septiembre del ao 1984, la CONADEP, la comisin nacional

    sobre la desaparicin de personas encabezada por el escritor argentinoErnesto Sabato, organiza una marcha a plaza de mayo para presentar al

    poder ejecutivo el informe que este le haba encargado sobre los delitos de

    lesa humanidad cometidos durante el proceso. Se trata de una de las

    marchas ms importantes de la poca, no solo por el importante nivel de

    participacin ciudadana, sino por la pluralidad de los participantes. Personas

    de las ms diversas filiaciones se dieron cita en la plaza de mayo. Quedaba

    demostrado que los derechos humanos eran un significante cohesionador

    capaz de conglomerar multitudes.

    En este marco, la militancia homosexual vuelve a reorganizarse, pero

    bajo lineamientos radicalmente diferentes. Ya en 1982, cuando la dictadura

    estaba herida de muerte y la represin empezaba a menguar, comenzaron a

    reunirse los primeros grupos de homosexuales, que luego, ya en

    democracia, se federaran en 1984 en la comunidad homosexual argentina.

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    As, disipadas las nieblas del terror, los homosexuales abandonan las

    islas del tigre en las que se haban refugiado y salen a la luz, depositando,

    como el resto de la poblacin argentina, todas sus confianzas en el nuevo

    sistema democrtico que se estaba gestando y que pareca poder redimir en

    si mismo todas las injusticias pasadas. Pero poco pasara hasta que los

    homosexuales porteos descubran que a pesar de haberse abolido el

    rgimen dictatorial, aun permanecan vigentes y operativas diversas leyes y

    reglamentaciones jurdicas de carcter homofbico que posibilitaba el

    accionar represivo por parte de las fuerzas policiales para con los

    homosexuales. Entre estas normas, se encontraban por ejemplo la ley de

    averiguacin de antecedentes, que autorizaba a las fuerzas policiales a

    detener a su libre arbitrio a cualquier persona por plazos de hasta 24hs, los

    cdigos contravencionales que, a travs del articulo 2 H que penaba la

    oferta callejera de sexo en la va publica, permitiendo a las fuerzas policiales

    detener a cualquier homosexual por el simple hecho de transitar por la

    calle, o los edictos policiales de provincia, que prohiban terminantemente

    votar a cualquier personas de dudosa moralidad.

    En este marco, y dada la creciente importancia que cada vez ms y ms

    sectores de la poblacin daban al tema de los derechos humanos, la CHA

    decidi definirse como una organizacin de derechos humanos e intentar

    aunar lazos con el resto de las organizaciones afines para luchar contra la

    represin.

    Desde esta perspectiva, sostendrn que el libre ejercicio de la

    sexualidad es un derecho humano, y activaran masivamente en los ms

    diversos medios de comunicacin en medio de la primavera democrtica,

    para informar qu, al contrario de lo que todos los argentinos crean, la

    democracia no haba llegado para todos, ya que, como el lema de la CHA de

    la poca evidenciaba

    Con discriminacin no habr verdadera democracia. La dignidad

    homosexual es un capitulo en la vigencia de los derechos humanos en la

    Argentina6.

    6 Boletin Nro 3, Febrero de 1985, Pag 2.

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    Al igual que el resto de los sectores de la sociedad Argentina, los

    homosexuales tambin depositaron todas sus esperanzas en el proceso

    democrtico, el cual juzgaban el mejor sistema posible para desarrollar sus

    reivindicaciones. El anlisis planteado en este artculo sobre las estrategias

    poltico-identitarias de la CHA en los ochenta, solo puede entenderse

    plenamente a la luz de la absoluta adscripcin de la CHA a los valores

    democrticos.

    entendemos que es en democracia y slo en ella donde se pueden

    desarrollar al mximo las potencialidades de todos los individuos y por otra

    parte, es el marco apropiado para una lucha como la nuestra.

    4.1 APARICION DEL DISCURSO JURIDICO

    De este modo, el discurso radicalmente combativo se deja de lado en

    pos de la lucha por la ampliacin de la ciudadana, y el discurso jurdico

    copa las pginas de las prensas del movimiento. En 1982, una de las

    primeras organizaciones, el grupo federativo gay, editaba una revista

    llamada postdata, esta es la primera revista editada despus de la revista

    Somos del FLH, tras 6 aos de silencio del movimiento, durante el

    anteltimo ao de la dictadura. Este nmero, escapa al perodo estudiado

    en estepaper, pero es importante researlo muy brevemente por

    pertenecer a un periodo de transicin, siendo editada an durante la

    dictadura, pero ya en la nueva dcada del ochenta. Esta revista, est

    compuesta por una editorial que critica los estereotipos televisivos de la

    homosexualidad, sigue un artculo terico, traducido de una revista brasilera

    que discute las implicancias de los trminos tolerancia y aceptacin, a

    continuacin leemos una nota informativa sobre una misteriosa ola de

    asesinatos a homosexuales que ocurri en la poca, y recin en la pgina 13

    de la revista sigue un artculo, no demasiado extenso en comparacin a los

    anteriores, en el que se reclama la nulidad de los edictos. Posteriormente en

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    la nota que sigue, se critica con dureza a la gua de turismo gay

    internacional Spartacus por su contenido clasista y etnocntrico, y siguen

    las noticias internacionales, las adhesiones, poemas y dibujos. Nada ms. La

    nica nota que hace referencia a algn tipo de reclamo de intervencin

    dentro de la arena jurdico-estatal aparece recin en la pagina 13 y es de

    dimensiones reducidas. Esto es lgico, el GFG, no tiene siquiera

    posibilidades de representarse una coyuntura en la cual pudiera tener

    legitimidad para reclamar reconocimiento al Estado, ya qu, por un lado

    todava se encontraba vigente la dictadura y por otro lado, todava estaban

    frreamente embebidos del discurso del FLH en el cual ningn tipo de

    dilogo con el Estado es requerido porque no se le reconoce a este ningn

    tipo de legitimidad.

    Temticas radicalmente diferentes observamos en la primera

    publicacin de la CHA, el boletn numero 1, de octubre de 1984, apenas 7

    meses de haberse formado el grupo, y 2 aos despus de la publicacin del

    GFG. Observamos diferencias significativas ya en la tapa. Mientras que en

    las revistas Somos, las tapas estaban cubiertas de dibujos a mano alzada de

    flores, nios y arcoris, y las revistas del GFG presentan un bastante ms

    combativo puo erguido en alto, dentro del tringulo que simboliza a la

    militancia homosexual, en la revista boletn de la CHA, ms de la tercera

    parte de la tapa est ocupada por una foto del congreso nacional. Seguimos

    leyendo una nota sobre un proyecto de ley del diputado Unamuno para

    modificar el cdigo de faltas. A la derecha, un recuadro a modo de supuesto

    editorial, comenta muy brevemente los objetos de la CHA. Transcribimos un

    prrafo elocuente:

    Los homosexuales advertimos que nuestros derechos humanos y civiles,

    y nuestra dignidad de personas, haban quedado abolidos. Adems del tab

    cultural que pesa sobre nosotros, nos anularon como seres humanos y como

    ciudadanos.7

    7 Boletin Nro 1, Octubre de 1984, Pag 1.

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    Este es el primer prrafo en la historia de las fuentes del movimiento

    socio-sexual Argentina, en que una editorial reclama el reconocimiento de

    garantas no solo en virtud del respeto de la dignidad humana, sino en

    cuanto a la condicin de ciudadanos.

    Esta tendencia persiste en el artculo siguiente. En este el redactor, hace

    un raconto por todos los derechos jurdicos que el nuevo gobierno socialista

    francs reconoci a los homosexuales. En este articulo, todos los logros que

    garantizan una mejor calidad de vida a los homosexuales franceses, se

    originan en la creacin, modificacin o derogacin de leyes. La nota lista la

    creacin de legislacin que prohbe la discriminacin y que impide que la

    polica fiche sospechosos, laudos del ministerio de salud no reconociendo a

    la homosexualidad como enfermedad, el levantamiento de clausuras

    jurdicas sobre bares gays, la derogacin de una ley que extenda la edad

    de consentimiento hasta los 18 aos, armisticio a los condenados por dicha

    ley, modific la ley de alquileres que exiga moral y buenas costumbres a los

    inquilinos, envi una circular a los fiscales exigiendo buenos tratos a los

    homosexuales, nombro una funcionaria encargada de asuntos

    homosexuales y no solo esto, sino que intenta extender estas disposiciones

    legales a toda Europa a travs del parlamento europeo. Pero estos logros no

    son merito exclusivo del partido socialista. La nota seala que "Los clculos

    indican que el voto de los cuatro o cinco millones de homosexuales

    franceses contribuy a la victoria del nuevo presidente.". y que en conjunto

    con la victoria socialistalos ciudadanos homosexuales de Francia, al mismo

    tiempo, comenzaron a intervenir en todos los aspectos de la vida nacional.8.

    Solo la masiva participacin ciudadana de los homosexuales en reclamo

    de sus legtimos derechos puede promover un cambio en la jurisprudencia,

    nica va representada como viable para cambiar la situacin del

    homosexual:

    Los socialistas galos cosecharon el 60% de los votos homosexuales del

    pas en las ltimas elecciones legislativas. Sin embargo, ni ellos ni las

    8 Boletin Nro 1, Octubre de 1984, Pag. 2.

    * Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica

    Contempornea. 2010.

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    organizaciones gays plantean las relaciones mutuas en trminos electorales.

    Simplemente, cada cual hace lo que le corresponde. Los homosexuales se

    mueven para labrarse un lugar de respeto dentro de la sociedad a la que

    pertenecen. El gobierno se limita a asegurar los derechos humanos y civiles

    de todos los franceses.9

    Siguen dos pequeos apartados, un cuento muy breve, y una resea de

    un par de pelculas, para finalizar en un artculo muy importante, pues

    describe por primera vez una poltica que ser central en la estrategia de la

    CHA de la dcada y que describiremos en el prximo apartado: la poltica de

    la visibilidad. El artculo en cuestin relata la primera aparicin de la CHAen una marcha popular masiva a la casa de gobierno organizada por todos

    los organismos de derechos humanos para presentar un informe sobre las

    desapariciones en Argentina.

    Seguiremos prximamente con este tema, pero antes, queremos

    detenernos para recalcar que con solo siete meses de diferencia, las

    demandas socio-jurdicas pasaron de tener un lugar absolutamente menor

    en las prensas del movimiento, a abarcar directamente la casi totalidad delas notas publicadas.

    Otro elemento destacable de esta, la primera publicacin del

    movimiento en democracia, es la sorprendente aparicin de publicidades de

    comercios privados. Por primera vez en la historia Argentina las empresas

    privadas empiezan a darse cuenta de que los homosexuales pueden

    constituir un mercado muy rentable de ser explotado. Las dos publicidades

    que aparecen tmidamente en este boletn, la primera de una casa de

    bijouterie y cosmtica, y la segunda, correspondiente a una agencia de

    viajes, constituyen la primera avanzada de una tendencia que se

    popularizara en los noventa y que suscitar grandes controversias al interior

    9 Boletin Nro 1, Octubre de 1984, Pag. 2.

    * Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica

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    del movimiento, nos referimos a la quiz peyorativamente llamada

    mercantilizacin de la identidad gay.

    Tambin otro elemento, presente en una de estas publicidades, ser

    indicio de la ruptura tajante que intentamos demostrar en los discursos ypracticas entre los 70s y los 80s. Nos referimos a la presencia de material

    ertico, absolutamente ausente en la prensa hasta el momento, tendencia

    que se popularizara hasta la aparicin en los noventa de los suplementos ya

    decididamente pornogrficos de la revista gay portea NX. De esta forma,

    la publicidad de la agencia de viajes, promociona sus viajes a Brasil con la

    foto del torso desnudo de un modelo. Llama poderosamente la atencin la

    diferencia entre los patrones sociales de belleza imperantes en la poca y

    en nuestros das. Este importante punto ser desarrollado en un trabajo

    posterior.

    4.2 LA SEXUALIDAD COMO UN DERECHO HUMANO

    En casi todas las publicaciones que la CHA realiz, y que constituyen el

    corpus del presente anlisis, aparecen tres cuestiones fundamentales que

    alimentan la prctica discursiva socio jurdica de la organizacin.

    Estos tres pilares que se vinculaban entre s, fueron la adscripcin a los

    derechos humanos; la interpelacin a la nocin de sujeto de derecho

    mediante la nocin reinventada de la ciudadana, y el ejercicio de reclamar

    ante las instituciones el respeto y la garanta de ciertos derechos.

    La perspectiva de los derechos humanos resulta de la relacin entre el

    individuo y el Estado moderno, relacin que se caracteriza por su

    complejidad histrica, jurdica y poltica en cuanto a la vinculacin y

    reciprocidad que debe de observarse entre uno y otro en el marco de la

    constitucionalidad moderna.

    En este esquema se le reconoce al individuo una titularidad de derechos,

    los que deben de ser garantizados por el estado, quien por otra parte

    encuentra limitado su poder, con el actuar de las instituciones que lo

    * Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica

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    conforman y trazan para tal fin competencias que le son propias para su

    actuar.

    La consagracin de derechos subjetivos reconocidos a los sujetos es la

    piedra angular para que todos los individuos puedan convivir en sociedad,en esta perspectiva es el Estado el que debe de respetar y garantizar tales

    ejercicios, pero adems es el que adquiere responsabilidad internacional

    para el caso de que se demuestre una violacin a ellos.

    Los derechos humanos, definidos tradicionalmente por la ciencia jurdica

    como aquellos derechos que se predican para todo ser humano por el solo

    hecho de ser tal y en cualquier sociedad, resultan de la sumatoria de los

    aportes del iusnaturalismo, del constitucionalismo liberal y del derechointernacional (Pinto, 1997) . De manera que las propiedades de los mismos

    devienen de una pluralidad de corrientes iusfilosficas que consagran de

    este modo la subjetividad del ser humano en su plenitud como en sus

    derechos, y al mismo tiempo su vinculacin con el Estado y sus

    instituciones, sin hacer distinciones de carcter individual o derivada de

    rasgos inherentes a la persona como su etnia, sexo, gnero, etc. De manera

    que la universalidad se constituye como dispositivo al interior de los

    derechos humanos para conducir a la igualdad entre las personas porcompartir su cualidad humana, sin perjuicio de que las leyes estatales

    pueden hacer una diferenciacin entre la igualdad ante la ley y la igualdad

    material.

    Esta nocin de los derechos humanos, que hace hincapi en que todas

    las personas tienen atributos inherentes a su dignidad humana, que le

    hacen titular de derechos fundamentales que no pueden ser desconocidos

    ni vulnerados por los Estados10

    , es lo que constituye para la CHA suherramienta jurdica primordial para legitimar sus reclamos frente a las

    principales instituciones y a la sociedad civil. As es que la CHA sale a

    10 Corte IDH. Condicin Jurdica y Derechos de los Migrantes

    Indocumentados. Opinin Consultiva OC-18/03 del 17 de septiembre de

    2003. Serie A No. 18

    * Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica

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    reivindicar para las personas homosexuales los derechos inherentes a su

    condicin de seres humanos y ciudadanos, garantizados por la Constitucin

    Nacional11, en esta lnea poltica, la CHA asume su rol de organismo de

    derechos humanos para en cada edicin de sus publicaciones Boletn,

    informar, concienciar y promover la defensa de los derechos fundamentales

    de las personas homosexuales en tanto seres humanos, sin importar la

    identidad sexual especfica. Por otro lado, esta poltica jurdica impulsa a la

    organizacin a trazar lneas de articulacin con otros actores del mapa

    poltico de los derechos humanos como con la Comisin de Derechos

    Humanos de la Asociacin Argentina de Actores12, expresamente sostiene la

    CHA que En el camino de continuar profundizando los contactos con las

    organizaciones de Derechos Humanos que han sido ms receptivas, en

    cuanto a un mejor entendimiento por parte de sus dirigentes, de la

    problemtica homosexual, las autoridades de la CHA se entrevistaron con el

    Sr. Simn Lzaro, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos13.

    En consonancia con ello, resulta trascendental el Boletn Nro. 2 publicado

    en Diciembre de 1984, cuyo ttulo registra: LA CHA Y LOS DERECHOS

    HUMANOS, en cuyo texto se puede leer Cuando la CHA inici sus

    acciones, hace ya siete meses, el Consejo de Representantes,() fij como

    una las polticas fundamentales de la Asociacin, el acercamiento y la

    mancomunin de esfuerzos con el resto de Organizaciones de Derechos

    Humanos, entendiendo que la problemtica de la homosexual es,

    esencialmente, un aspecto de la vigencia o no de dichos derechos en

    nuestro pas. En esta perspectiva la CHA se reuni con dirigentes del CLES;

    11 Conforme surge del estatuto de la Asociacin Civil Comunidad

    Homosexual Argentina (21/05/84).

    12 Boletn Nro. 8, Septiembre de 1985, Pg. 10.

    13 Boletn Nro. 8, Septiembre de 1985, Pg. 12.

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    APDH, MEDH, LADH y SERPAJ. El texto nos ilustra que fue con la APDH con

    quien la CHA mantuvo mayores contactos. El objetivo perseguido fue

    siempre el mismo, llevar a la agenda de todos los organismos tanto

    nacionales como internacionales- la tesis que la problemtica de la

    homosexualidad era un tpico que concerna a la defensa de los derechos

    humanos, en tanto sujetos victimas de constante discriminacin y represin

    policial. Pero tambin el ejercicio consisti en concientizar a las principales

    organizaciones de derechos humanos de que la exigencia de tales derechos

    inclua a las personas homosexuales, ya que algunas de ellas no reconocan

    las violaciones a los derechos de estas personas14.

    Como puede observarse la poltica medular de la CHA fue utilizar la

    poltica de derechos humanos como principal discurso jurdico para poder

    acceder a los reclamos sociales del colectivo por ella representado, y

    articular con otras agrupaciones defensoras de los mismos, para luego

    empezar una ramificacin jurdica propia que contemplara sus propias

    necesidades, que se traducirn en aquellos aos particularmente sobre los

    otros dos pilares: la subsuncin a sujetos ciudadanos y los reclamos a las

    principales instituciones democrticas especialmente al Congreso

    interviniendo para modificar leyes.

    4.3 LA SEXUALIDAD COMO UN DERECHO CIUDADANO

    Si comprendemos al derecho como una actividad humana estilizada,

    como el producto de una interaccin repetitiva que adquira la forma de una

    prctica social, en el sentido en que esta expresin fue usada por

    Althusser y ms recientemente por Pierre Bourdieu... (Crcova, 1998: 114),

    es posible entender que esta prctica social del derecho deviene en prctica

    discursiva, en la medida en que el derecho interpela a los diferentes sujetos

    sociales en sus contextos particulares promoviendo prcticas sociales con

    determinados sentidos pero tambin induciendo a determinados

    comportamientos sociales en relacin a otros sujetos. En esta perspectiva,

    14 Boletn Nro. 6, Julio de 1985, Pg. 8.

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    el derecho opera y se constituye como dispositivo (Foucault) o tecnologa

    (Lauretis) cuya matriz no slo acta sobre un sujeto preexistente, sino que

    tambin labra y forma al sujeto; adems cada forma jurdica de poder tiene

    su efecto productivo; estar sujeto a un reglamento es tambin estar

    subjetivado por l (Butler, 2006: 68).

    En este marco encuadra la nocin de ciudadana, Cualquier persona que

    tiene derechos reconocidos constitucionalmente ejerce un rol de ciudadano,

    al que el propio derecho le otorga esa categora. Luego de la dictadura, a la

    luz de los derechos humanos, la ciudadana constituyo un elemento

    fundamental en el reconocimiento de los derechos, sobretodo cuando fue

    restituida la nocin de sujeto de derecho con la llegada de la democracia.

    Esto no fue ajeno a la CHA, todo lo contrario, la organizacin promovi la

    defensa de la homosexualidad desde la perspectiva de inclusin ciudadana,

    la interpelacin que el derecho lograba sobre las personas, ms all de su

    condicin humana, como ciudadanos, implicaba el reconocimiento y el

    acceso de diversos derechos, sobretodo de aquellos derechos civiles y

    polticos que durante los aos de dictadura resultaron marginados por las

    instituciones.

    De esta manera la CHA se inserta en el esquema socio jurdico que

    reconoce a todas las personas como ciudadanos, licuando la identidad

    propiamente homosexual con la investidura del nuevo sujeto ciudadano15

    que se inserta ya en la sociedad democrtica como centro de imputacin de

    normas y deberes civiles sin diferenciacin.

    En la Editorial del Boletn Nro.7 de Agosto de 1985 expresamente se

    expone: Cmo combatir el miedo y hacer que nuestra libertad deje de

    15 Los homosexuales no somos seres humanos diferentes, nuestra

    sexualidad es distinta a la de la mayora, nada ms. Entonces, con nuestras

    bondades y maldades, virtudes y miserias, esperanzas y frustraciones, nos

    unimos al coro de la sociedad toda exigiendo una vida ms justa, ms libre,

    ms humana (Boletn Nro. 5, Junio de 1985).

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    estar condicionada? Es mucho el tiempo en que no ejercimos nuestros

    derechos y grande el temor como para saber ponernos de pie y exigir

    RESPETO. Pero si hasta hoy hemos sido sujetos pacientes, anestesiados o

    indiferentes, ha llegado el momento de reivindicar nuestra condicin de

    CIUDADANOS HOMOSEXUALES: la lucha contra los temores internos y el

    repudio militante contra toda violencia que sobre nosotros quiera ejercerse

    debern ser la nica consigna

    Los reclamos manifestados por la CHA en esta dialctica, se traducen en

    estos puntos que fueron pronunciados por la organizacin con motivo al

    acto del da 28 de Junio DIA DE LA DIGNIDAD HOMOSEXUAL:

    Por la dignidad del ser humano.

    A favor de la no discriminacin en lo social, poltico religioso, laboral,

    familiar y tico.

    A favor del trato igualitario ante la ley.

    A favor del libre ejercicio de la sexualidad.

    A favor del desmantelamiento efectivo del aparato represivo vigente,

    que coarta las libertades individuales de los ciudadanos.

    TODO ELLO SIN DISCRIMINACIN DE SEXO U ORIENTACIN SEXUAL,

    RAZA, RELIGIN O IDEOLOGA16.

    Estos reclamos son los que guiarn luego la intervencin de la CHA en

    relacin a las principales instituciones del Estado, como el Poder Legislativo

    y el Poder Judicial. Prcticamente puede observarse que la mayora de los

    reclamos giraban en torno a la seguridad civil de las personashomosexuales, por eso en cada uno de los boletines siempre figuraba una

    columna legal que adverta sobre el manejo abusivo del actuar policial y qu

    conductas realizar en el marco de salvaguardar la integridad personal. Una

    16 Boletn Nro. 6, Julio de 1985, Pg. 6.

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    manifestacin de ello, eran los edictos policiales que an se mantenan

    vigentes.

    Los edictos policiales resultan ser dispositivos del poder del estado

    encarnado en el poder ejecutivo mediante su fuerza policial, con la finalidadde ejercer lo que en ciencia jurdica se denomina, paradjicamente, poder

    de polica. Los edictos constituyen cuerpos normativos que dicen lo que la

    autoridad, policial en este caso, quiere deciral momento de imputar una

    contravencin dentro del mbito de su jurisdiccin. Los edictos servan de

    contralor social para la polica, quien la aplicaba segn su propia

    discrecionalidad, sin reparar en criterios de razonabilidad, mrito y

    proporcionalidad. Cabra advertir que muchos edictos en la actualidad

    subsisten como resabio de pocas represivas, an en vigencia dentro del

    sistema democrtico.

    Lo cierto es que los edictos son inconstitucionales puesto que no

    constituyen ley en sentido formal ni siquiera material, por lo que el dictado

    de ellos se encuentra en constante confronte con las garantas de un

    sistema de derecho constitucional, al mismo tiempo que muchas de las

    contravenciones que los mismos penaban/penan son vejatorias de derechos

    y garantas constitucionales.

    Ya en el Boletn Nro. 12 de Mayo de 1986 la Editorial informaba que Dos

    jueces integrantes de la Cmara Correccional declararon inconstitucionales

    los Edictos policiales. Por primera vez, desde la existencia de la CHA, se

    produce un pronunciamiento de estas caractersticas.

    La puesta en marcha del discurso jurdico sobre la base de los derechos

    humanos y la interpelacin constante a la nocin de ciudadana, servan

    como sustento a los reclamos ante las instituciones para promover una

    lucha que se orientaba a la derogacin de los edictos policiales, conscientes

    a su vez que los receptores de estas maniobras eran el Congreso Nacional y

    el Poder Judicial de la Nacin.

    Las exigencias se trasladaban tambin a los centros de detencin, que

    solan ser los lugares donde terminaban muchos homosexuales luego de

    * Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica

    Contempornea. 2010.

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    alguna redada policial en algn bar de la comunidad, con claras consignas

    como LA HOMOSEXUALIDAD NO ES DELITO (Boletn Nro. 12, Mayo 1986,

    Pg. 18).

    En particular, funcionaba una Divisin Moralidad cuya finalidad eraprevenir cualquier acto de pudiere afectar la moral ciudadana, por supuesto

    que si bien la homosexualidad no se encontraba penada ni mucho menos

    edictada, las fuerzas policiales solan ser muy creativas para aplicar edictos

    cualesquiera con la sola finalidad de promover una poltica higienista en la

    sociedad democrtica. De este modo, la CHA repudiaba la moral que

    provena del estado y as lo haca saber en sus publicaciones.

    En el Boletn Nro. 7 resulta interesante rescatar su columna legal tituladaNO PROCEDER COMO J.R.C. en la que se describa una situacin ocurrida

    con J.R.C., un joven de 19 aos, quien fue detenido por la polica por tercera

    vez y quien recibi 21 das de arrestos por la aplicacin del edicto 2 H. J.R.C.

    no apel al ser notificado de su detencin, y tampoco le dio aviso a la CHA

    para que esta lo socorra. Por lo que la organizacin no poda hacer

    demasiado para contribuir a su excarcelacin.

    Este hecho mereci una extensin poco usual en la columna legal delBoletn de la organizacin, en la que se observan declaraciones que

    permiten pensar lo trascendental que es el tema de los edictos policiales

    para la CHA al interior de su propia organizacin (Nos hemos visto

    invadidos por un gran sentimiento de impotencia. J.R.C. esta all encerrado

    mientras nosotros no podemos hacer nada. La reflexin serena puede ms

    que el espritu militante). A ello concluye que No proceder como J.R.C.

    es comenzar a ser dignos defendiendo nuestros derechosProceder como

    J.R.C. es ser cmplice de la impunidad con que se manejan los servidoresdel orden pblico, y ayudar as a que este estado de cosas no cambie para

    l ni para nadie

    Hasta aqu se advirti la importancia que tena para la CHA la lucha

    contra los edictos policiales en el esquema de su conformacin discursiva.

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    Otra cuestin que la CHA asumi como propia fue la discriminacin,

    circunstancia que hasta ese entonces no era pensada. Es que resulta

    coherente el abordaje de la discriminacin en el contexto de los derechos

    humanos, si la universalidad de los mismos promueve el principio de

    igualdad y no discriminacin. As fue que el discurso jurdico se encamin al

    rgano legislativo en miras a propugnar la ley de actos no discriminatorios.

    De ello, tambin darn cuentan los boletines, aunque con posterioridad al

    periodo analizado en esta comunicacin.

    5. NUEVAS ESTRATEGIAS Y NUEVAS

    CONFIGURACIONES IDENTITARIAS

    5.1 LA VISIBILIDAD

    Otro reclamo de la CHA a los homosexuales, tiene que ver con su

    apuesta por la visibilidad. Segn esta concepcin de la militancia, la

    visibilidad era entendida como la vivencia casual y habitual de las

    relaciones, el afecto y del erotismo homosexual en los espacios pblicos

    coaptados por los modos heterosexuales.- De esta forma, cuantos ms y

    ms homosexuales superen la barrera de lo privado, y hagan emerger su

    homosexualidad en el espacio pblico, ms se naturalizara la existencia de

    lo homosexual, y ms cerca se estar de su incorporacin y asimilacin

    dentro de la sociedad, y sobre todo, dentro de lo normal. La estrategia, es

    la anttesis de la estrategia del FLH, mientras que la loca era la figura

    poltica por excelencia por su habilidad para desafiar la norma, mostrndola

    como contingente, el gay para la CHA, es la figura poltica por excelencia

    por su habilidad para incorporarse a lo naturalidad de lo normal. El sujeto

    construido en consecuencia, deber ser plausible de ser socialmente

    aceptado e incorporado.

    Los militantes de la CHA, encarnarn esta nueva figura identitaria

    rpidamente. Los activistas de la CHA, correctamente vestidos de traje y

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    corbata, rpidamente empezarn a recorrer las redacciones de los diarios y

    revistas de difusin masiva y los estudios de las principales radios y canales

    de televisin, para explicar didcticamente porque los homosexuales

    deberan tener los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro

    ciudadano Argentino. Hay que destacar el coraje de militantes como Ilse

    Fuskova, Carlos Jauregui, Rafael Freda y Marcelo Ferreyra entre otros, que

    saliendo en medios masivos pusieron sus trabajos y su integridad fsica

    misma en juego.

    Tambin se participo en movilizaciones populares masivas, y se

    organizaron picnis, jornadas en parques y plazas, volanteadas en paseos, y

    dems. El objetivo era que las personas tengan contacto con verdaderos

    homosexuales, que comprueben por ellas mismas que alejados estaban de

    los estereotipos de la prensa y las pelculas, y que se identifiquen con ellos y

    sus problemticas, descubrindolos comunes, normales y humanos.

    La propuesta era un encuentro al aire libre donde cada uno de los

    grupos que integran la CHA y los que adhirieran al acto pudieran expresarse

    creativamente. Esto se dio a travs de volantes, carteles, graffittis, y

    fundamentalmente a travs de la presencia al aire libre para lograr

    Integracin. Como respuesta se obtuvo el acercamiento de la gente quecirculaba por la plaza, con toda la heterogeneidad que ello implica. Familia

    con nios, parejas de distintas edades, seoras que paseaban sus perros,

    etc. Todos fueron informados. A todos se les repartieron volantes y de todos

    se obtuvo la misma respetuosa respuesta. Teniendo en cuenta que es la

    primera vez que esto ocurre, es decir que se realiza un acto de esta ndole

    en un lugar pblico, nos maravill la reaccin de los transentes por lo

    inesperada, lo que nos indica con cunta mayor frecuencia se deben realizar

    estos eventos promotores de verdadera integracin y que difunden una

    imagen alejada del prejuicio17.

    En este prrafo, leemos que el objetivo es lograr la integracin, y

    observamos una enumeracin que tiene como objetivo evidenciar que esta

    17 Informativo 1, Sin fecha. Hoja 1.

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    es posible, ya que si los sectores que parecen mas incompatibles con las

    representaciones homfobas de la homosexualidad (como la familia, la

    niez y la gente mayor) muestran una reaccin positiva, poco tienen que

    temer aquellos homosexuales a los que atemoriza la idea de dar a conocer

    su sexualidad, de participar en marchas, o de simplemente caminar de la

    mano por la calle con sus parejas.

    5.2 LA SALIDA DEL CLOSET: UN RITUAL INICIATICO EN LA

    ASUNCION DE LA IDENTIDAD

    Marica el, marica yo, marica tu.Valor, a la luz, si eres un gay tu,Pinsalo, es tu vida y si dicen lo que

    digan,Valor, mucho valor, que oscuro es un

    armario,sal de ah, y vente aqu, tu destino es

    ser feliz,Fiesta, fiesta, y pluma, pluma gay!que importa si el nio sale gay, t has

    nacido gay,aunque cueste hay que gritarlo,Soy gay!!!18

    Pero para que la poltica de la visibilidad rindiese su frutos, eran

    necesaria una gran cantidad de gays, que invadiesen el espacio pblico

    demostrando que la homosexualidad era no solo natural y normal, sino

    comn, es decir extremadamente frecuente.

    El problema con que se topaban los militantes de la comunidad

    homosexual argentina, es que la mayor parte de los gays, no era

    pblicamente visible por miedo a las represaras familiares o laborales.

    Estas personas, ocultaban al resto del mundo su verdadera naturaleza gay,

    18 Pluma Gay, interesante parodia musical de la poltica del comming

    out, a cargo del grupo humorstico Ibrico Los Morancos, que nos muestra

    que tan interiorizadas estn en el sentido comn, las bases filosficas de las

    polticas de la identidad.

    * Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica

    Contempornea. 2010.

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    viviendo por lo tanto embebidos por el sufrimiento de no poder ser ellos

    mismos. Estos modos de concebir a la identidad sexual como algo que uno

    es ontolgicamente en si mismo, como un germen que uno alberga y que

    determina de modo inconfrontable todas las dimensiones de la vida del

    sujeto, nos introducen en las concepciones esencialistas de la identidad

    vigentes en el perodo, que parecern de mode hoy, pero qu no solo eran

    indispensables para lo poltica estratgica de la CHA, sino que tambin era

    muy tiles para la supervivencia cotidiana de los sujetos marginados por el

    ejercicio de prcticas sexuales marginales.

    Este germen intimo de la homosexualidad que determinaba

    ontolgicamente el destino y la vida de los sujetos que lo portaban, exista

    tambin en personas que no se reconocan como gays, que no vivan como

    gays, y hasta en muchos casos, que no mantenan prcticas sexuales

    subalternas19.

    Por eso, mucho peor an que la gente que saba que era gay pero que no

    se animaba a darlo a conocer por temor, era que la mayor parte de los

    sujetos que ejercan prcticas homosexuales, no se identificaban siquiera

    como gays, sino que levitaba en su mayora, como los antiguos chongos de

    los setentas, en un espacio social en el cual sus prcticas sexuales,generalmente insertivas, no pona en jaque su heterosexualidad ni generaba

    ningn tipo de identificacin diferencial. La CHA entonces, se da a la difcil

    tarea de fabricar homosexuales. Utilizamos el verbo fabricar, en el sentido

    foucaultiano de produccin de subjetividad, fue necesario que estos sujetos

    que orbitaban por fuera de las identidades sexuales disidentes, empiecen a

    ser producidos dentro de los relatos de lo gay, para engrosar las filas de los

    militantes plausibles de ser visibilizados.

    En ambos casos descriptos, la solucin, era la concientizacin, para que

    el gay descubriera su verdadera naturaleza subyacente, y se asumiera

    191 Un muchacho visiblemente afeminado, por ejemplo, era portador del

    germen citado, y era inevitablemente considerado un gay no asumido, mas

    all de que tuviese practicas ni deseos homosexuales.

    * Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica

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    como tal, abrazando la gaycidad como identidad y como modo de vida,

    informando a familiares, compaeros y amigos de su eleccin de objeto

    sexual y militando conjuntamente con el resto de los gays por sus

    verdaderos intereses. Este proceso, la salida del closet, implicaba (e implica

    en bastantes situaciones contemporneas) una enorme apuesta, en que se

    pona en juego un montn de pertenencias materiales y simblicas (sueldos,

    manutencin paterna, prestigio social, afecto familiar, etc.) para poder

    ganar la libertad de ser quien uno verdaderamente era.

    5.3 LA PRODUCCION DE LO GAY. NUEVAS IDENTIDADES (Y

    TAMBIEN NUEVAS ALTERIDADES).Archipilagos de lentejuelas, tocados de plumas iridiscentes (en

    cada vertebracin de la cadera trepidante, las galas de cien flamencos que

    flotan en el aire tornado un polvo rosa), constelaciones de purpurinas

    haciendo del rostro una mscara ms, toda una mampostera kitsch, de

    una impostada delicadeza, de una estridencia artificiosa, se derrumba bajo

    el impacto (digmoslo) de la muerte. La homosexualidad (al menos la

    homosexualidad masculina, que de ella se trata) desaparece del escenario

    que tan rebuscadamente haba montado, hace mutis por el foro, se borra

    como la esfumacin de un pincelito en torno de la pestaa acalambrada,

    acaramelada. Toda esa melosidad relajante de pauelitos y papel picado

    irrumpiendo en la paz conyugal del dormitorio, por ellas (o por ellos: ah,

    las ellceas), a gacelas subidas y por toros asidas y rasgadas, convertido

    en un campo de batallas de almohadones rellenos de copos de algodn

    hecho de azcares pero en el fondo, siempre, como un dejo de hiel, toda

    esa parafernalia de simulaciones escnicas jugadas normalmente en torno

    de los chistes de la identidad sexual, derrumbase diramos, por inercia del

    sentido, con estrpito, pero en verdad casi suavemente, en un

    desfallecimiento general. (Nestor Perlongher; La desaparicin de la

    homosexualidad)

    Este modo de intervencin en lo jurdico-estatal que planteaba la CHA

    de los ochenta, no era del todo compatible con los viejos modos de

    presentarse ante la sociedad del FLH. Fue necesario recrear nuevas

    identidades estratgicas capaces de visibilizarse masivamente para lograr

    la integracin y conseguir destruir definitivamente los prejuicios.

    Curiosamente, las imgenes de la homosexualidad tildadas por la CHA como

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    prejuiciosas, o sea representaciones falsas o infundadas promovidas por la

    reaccin antihomosexual, coinciden plenamente con las caractersticas que

    las locas reivindicaban como propias, y en las cuales vean su mayor

    potencialidad para destruir el sistema heterocentrado. O sea el sujeto

    identitario de la poltica de los 80s, tuvo necesariamente que construirse

    sobre la negacin radical de las figuras identitarias tpicas de los setenta, lo

    que ocasiona que en muy poco tiempo una reconfiguracin total de los

    relatos que guionaban las identidades, de las prcticas sexuales y de las

    corporalidades mismas que estos discursos construan.

    Como anticipamos en la introduccin, un gay es ante todo un hombre

    que tiene sexo con hombres, si hay una dimensin clara y que funciona

    como garante de la estabilidad, constitutiva por definicin, de la gaycidad,

    es la masculinidad. A principio de los ochenta, en los nuevos bares y

    discotecas gays que empezaron a emerger durante la primavera

    democrtica, las antiguas locas de los setenta, se toparon con una turba de

    nuevos sujetos, con identidades, sexualidades y corporalidades totalmente

    nuevas, que les eran no solo absolutamente ajenos y desconocidos, sino

    que les resultaban incomprensibles20. La loca, no sabe muy bien de que se

    tratan esos sujetos musculosos, con bigote y ultra masculinos, tpicos de los

    bares de san francisco que se encuentra en la cambiante buenos aires de

    1984.

    As, el primer elemento constitutivo de la identidad loca forcluido, fue la

    femeneidad. Al desenterrar el componente de femeneidad de la identidad

    gay, se coloca la piedra fundamental de la escisin que creemos fundante

    del modo contemporneo de entender las identidades sexo-genricamente

    diversas: nos referimos a la separacin de las identidades sexuales y las

    identidades de gnero. Mientras la abyeccin de la femeneidad permite al

    gay masculino, profesional y de clase media ser socialmente asimilado en

    un sistema en que la masculinidad y la clase son garantes de prestigio

    social, en los mrgenes, en las clases populares, por fuera de toda

    202 Robarle la cita a rapizardi

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    representacin poltica y profundamente distantes del discurso de la CHA,

    se empezaran a construir sujetos dentro de una nueva femeneidad

    encarnada en cuerpos de hombre, que lentamente mutarn con la

    popularizacin de las hormonas y las cirugas precarias en las nuevas

    formas de subjetividad-corporalidad travestis, que, representadas como la

    monstruosidad mas impensable por los medios de comunicacin, y

    construidas como otro constitutivo de la gaycidad por los modernos gays

    masculinos, recin empezara muy tmidamente a tener discurso poltico diez

    aos despus.

    5.4 LA COMUNIDAD: EL FORTIN DE LA POLTICA IDENTITARIA.

    Desarrollar el espritu comunitario incentivando la unidad y la

    solidaridad entre las personas Homosexuales.

    (Cuarto objetivo de la CHA. Boletn 2. Diciembre de 1984. Hoja 3)

    Como bien lo indica su nombre, la CHA est pensada como una

    comunidad, como un espacio destinado a fomentar los lazos de hermandad

    entre los homosexuales, anteriormente imposibilitados por la represin y el

    silencio que fomentaba el aislamiento y la distancia. Muchas citas en los

    textos sealan la importancia de juntarse, reconocerse y entenderse como

    portadores de un destino comn. La comunidad es el modo de encuentro

    perfecto para la poltica estratgica de la CHA. Un nuevo movimiento social,

    necesita indispensablemente consolidar el lugar de enunciacin del

    nosotros. As, la comunidad funcionara perfectamente en conjuncin con

    una poltica estratgica fuertemente dependiente de un sujeto poltico

    cohesionado y coherente.

    As, la idea de la comunidad, junto con la poltica de la visibilidad y con

    los dems elementos descriptos en este escrito, funcionarn imbricados

    ntimamente produciendo un sujeto de la poltica movimentaria gay

    extremadamente estable, cohesionado y coherente, en base a la

    postulacin de la homosexualidad como una identidad minoritaria,

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    considerando a los homosexuales como una comunidad fija dentro de la

    sociedad, con unas caractersticas y una cultura propias y homogneas. As,

    muy posteriormente, a muchos activistas se les reprocha que, a pesar de

    haber surgido para criticar las definiciones hegemnicas de homosexualidad

    impuestas, en vez de rechazar cualquier intento de definicin normativa,

    terminan definiendo ellos mismos un rol homosexual natural e inevitable.

    Pasar casi una dcada hasta que a otros activistas sostengan , en cambio,

    que la dicotoma homo/hetero no existi siempre, sino que es una

    construccin moderna que permite clasificarnos y jerarquizarnos, al tiempo

    que acta borrando la diferencia e invisibilizando las diferentes opresiones

    que se ejercen al interior de la "comunidad" gltb. As, entrados ya los

    noventa, estos pondrn el acento en el carcter construido de la

    homosexualidad, al tiempo que desmienten el carcter homogneo y

    comunitario de la identidad g, l, t o b.

    Lo cierto es que durante los 80s la gente que mantena relaciones

    homosexuales se mantuvo dentro de los lmites de la definicin impuesta,

    conformando una comunidad homognea, cuya representacin fue ejercida

    legtimamente por la CHA. Pero las diferencias de edades, de intereses, y de

    clase social, eran instancias que ponan de manifiesto el carcter construido

    y por lo tanto enclenque de dicha comunidad homosexual.

    En los 90s, el paradigma liberal termina de desarticular las tendencias a

    igualar la diferencia del viejo estado de bienestar, impulsando la explosin

    de la diversidad. Sbitamente, a partir de 1991, la CHA estalla

    fragmentndose en una multitud de nuevos grupos que se separan de ella,

    vacindola. Se rompe la ilusin de la comunidad uniforme, y la CHA pierde

    toda hegemona como nico representante legtimo de las personas que

    realizan practicas homosexuales o que ejercen gneros diversos. En esta

    poca, aparecen grupos exclusivamente de lesbianas, de lesbianas

    feministas, de travestis, de universitarios, de abogados, de contencin

    psicolgica, de investigacin acadmica, de prevencin de HIV, todos con

    problemticas, posturas y objetivos diferentes, y en muchos casos

    incompatibles. De este fenmeno, nos encargaremos en un prximo estudio.

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    pecado de la referencialidad y la tentacin del esoterismo. UNLP, La Plata.

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    * Presentado en las Primeras Jornadas Debates Actuales de la Teora Poltica