Un Siglo de Cambios en La Estructura Por Edades

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Un siglo de cambios en la estructura por edades El Paraguay llegará a la mitad del siglo entrante con casi 1 millón y medio de personas en edad adulta/mayor Los cambios demográficos que se preanuncian en el Paraguay, a la luz de las estimaciones y proyecciones de población, permiten presentar cuando menos tres escenarios de la estructura por edad bien diferenciados: el de los niños y púberes que están (o deberían estar) plenamente integrados a los procesos de socialización y educación (menores de 15 años), el de las personas que empiezan a participar o ya están participando de un modo activo en la producción (población de 15 a 64 años) y por último, el de las personas que ya han cumplido su ciclo laboral y entran de edad de retiro, pensión o jubilación (65 años y más). Como puede observarse en el gráfico, tres fenómenos importantes se perfilan en los próximos decenios que demandarán la atención de las políticas de desarrollo, si no se desea confrontar dificultades adicionales a las que se arrastran por inercia desde mediados del presente siglo. En primer lugar, se aprecia que promediando el lapso que transcurre entre el 2000 y el 2050, el aumento del número de niños y púberes tiende a estabilizarse para comenzar a declinar en ese último decenio. A pesar de ello, representan todavía un número de entre 2 y 3 millones de personas menores que poblarán el país y requerirán altos niveles de cobertura de salud en los primeros años de su vida y servicios de educación que se inician hacia 1

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Demografía, proyección en Paraguay

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Un siglo de cambios en la estructura por edades

El Paraguay llegará a la mitad del siglo entrante con casi 1 millón y medio de personas en edad

adulta/mayor

Los cambios demográficos que se preanuncian en el Paraguay, a la luz de las estimaciones y proyecciones de población, permiten presentar cuando menos tres escenarios de la estructura por edad bien diferenciados: el de los niños y púberes que están (o deberían estar) plenamente integrados a los procesos de socialización y educación (menores de 15 años), el de las personas que empiezan a participar o ya están participando de un modo activo en la producción (población de 15 a 64 años) y por último, el de las personas que ya han cumplido su ciclo laboral y entran de edad de retiro, pensión o jubilación (65 años y más).

Como puede observarse en el gráfico, tres fenómenos importantes se perfilan en los próximos decenios que demandarán la atención de las políticas de desarrollo, si no se desea confrontar dificultades adicionales a las que se arrastran por inercia desde mediados del presente siglo.

En primer lugar, se aprecia que promediando el lapso que transcurre entre el 2000 y el 2050, el aumento del número de niños y púberes tiende a estabilizarse para comenzar a declinar en ese último decenio. A pesar de ello, representan todavía un número de entre 2 y 3 millones de personas menores que poblarán el país y requerirán altos niveles de cobertura de salud en los primeros años de su vida y servicios de educación que se inician hacia

los seis años de edad, pero cuya demanda crece a medida que avanzan hacia las edades

este estrato de población son bastante obvias, pero también se debe considerar que un porcentaje de la misma deseará (o

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mayores.

En segundo lugar, el Paraguay llegará a la mitad del siglo entrante con casi 1 millón y medio de personas en edad adulta/mayor, que estará en situación de retiro laboral. Las necesidades de servicios de salud y seguridad social de

tendrá necesidad de) mantenerse en actividad y que el sistema económico tendrá que prever la satisfacción de la diversa gama de demandas que ejercerán estas 11 personas en edad madura de cada 100 habitantes que tendrá el país.

En tercer lugar, y como destacado efecto del dinámico proceso demográfico que ya se comienza a vivir, se abrirá el siglo con un contingente de más de 3 millones de personas en edades activas, pero con un agregado decenal de más de un millón de personas lo que hará que, al cabo de ese período de 50 años, su tamaño se haya incrementado en casi 170 % para llegar a cerca de 8,5 millones.

Estos cambios en la estructura poblacional se reflejan en las formas que adoptan las pirámides de población por edad y sexo correspondientes a los años 1990, 2025 y 2050.

En efecto, la importancia relativa de la población menor de 15 años va disminuyendo entre 1990 y 2050, hecho que pone en evidencia la hipótesis del descenso continuo del nivel de la fecundidad adoptado para la proyección.

La proporción de personas adultas y en edades mayores aumenta notablemente en el período considerado (1990-2050), dando como resultado una pirámide poblacional que adopta una forma prácticamente rectangular en el último año de la proyección.

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Los cambios observados en los componentes demográficos, sobre todo en la fecundidad, modifican también la estructura por edades. Como se puede observar en los datos precedentes se tiende al envejecimiento, entendiendo como tal el proceso de disminución de niños y el aumento progresivo de la población adulta y de adultos mayores.

Este proceso guarda una relación muy estrecha con las tendencias de la fecundidad y de la mortalidad, y por consiguiente, con la etapa de la transición demográfica. Por lo tanto, la estructura por edades expresa también la ubicación de un país, en el proceso de cambios demográficos que se producen muy lentamente.

Otro de los cambios observados en el proceso de transición demográfica en el Paraguay se refleja en la evolución del índice de masculinidad. Los datos proporcionados muestran que la distribución por sexo de la población ha ido evolucionando de una situación con predominio femenino, como consecuencia de las dos guerras que asolaron al país, a otra de equilibrio entre los sexos.

Huelga decir que los cambios en la estructura demográfica iniciados en Paraguay a mitad del presente siglo se han producido sin una adecuada transformación de las estructuras económicas y sociales que la precedieran o la acompañaran. Y si se toman en cuenta las políticas actualmente vigentes, tampoco se percibe que de un modo tardío se lograrán los cambios y efectos sociales y económicos requeridos por esta verdadera revolución demográfica en los próximos 50 años. Ello refuerza la importancia de acompañar y articular las políticas de desarrollo con políticas de población.

Evolución del índice demasculinidad en Paraguay

Periodo 1950-200

1950 95,9

1962 96,7

1972 98,3

1982 100,9

1992 100,9

2000 101,7

http://www.dgeec.gov.py/Publicaciones/Biblioteca/PoblacionenelParaguay/PP004.htm

FUENTE: Censo Nacional de Población y Viviendas. Años: 1950/62/72/82/92.

Estimación y Proyecciones de Población Total, según sexo y grupos de edad.

Período 1950 - 2050

El Paraguay llegará a la mitad del siglo entrante con casi 1 millón y medio de personas en edad adulta/mayor

Los datos proporcionados muestran que la distribución por sexo de la población ha ido evolucionando de una situación con predominio femenino,

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como consecuencia de las dos guerras que asolaron al país, a otra de equilibrio entre los sexos.

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