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Bahía Blanca, 2 de julio de 2017

UN LUGAR QUE NO ME CORRESPONDE Por Pr. Pablo Acha

B A S E B Í B L I C A

1 Timoteo 2:5

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”

Isaías 46:9

“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y

nada hay semejante a mí”

I N T R O D U C C I Ó N

Dios obra en la vida del hombre trayendo libertad en cada área de su vida. Dios perdona nuestros pecados,

sana nuestras heridas del alma, obra milagrosamente en tantas cosas, pero creo que una de las cosas que a Dios más

le cuesta es librarnos de nosotros mismos.

Seguramente usted conoce una canción popular que dice:

Con dinero y sin dinero

Yo hago siempre lo que quiero

Y mi palabra es la ley

No tengo trono ni reina

Ni nadie que me comprenda

Pero sigo siendo el rey.

Ésta, que parece una simple canción pegadiza muestra algo enraizado en los latinos, y también, en toda la

humanidad. El concepto es: “Yo hago lo que quiero, como quiero, cuando quiero”.

¿Esto es una simple declaración superficial? ¿De dónde viene?

Líderes mundiales a lo largo de la historia creyeron ser dios. Los Faraones se creían dios, por eso sepultaban

junto a ellos sus esposas, caballos y pertenencias, porque consideraban que se llevarían todo al otro lado. En cuanto

al Imperio Romano, los Cesares pensaban que eran dioses porque decidían quien vivía y quien moría, aún

demandaban adoración. Podemos nombrar a Nerón y Calígula quienes mataban a cristianos genuinos por no

reconocerlos como dios y no adorarlos. Asimismo, hubo dictadores a lo largo de toda la historia que se creían dioses.

Finalmente, en el plano personal puedo contarles que hace unos años trabajé en una empresa situada en Bahía

Blanca, donde el dueño de la empresa tenía por costumbre decir: “Acá adentro yo soy dios”.

El hombre siempre ha querido ser dios.

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Podemos pensar: “qué bárbaro éstas personas”; pero aunque esto es muy duro puedo decirle que en la

Iglesia hay personas que viven como si fuesen dios, o aún usted, quien leyendo esta reflexión quizás usted vive como

si fuera dios.

Isaías 42:8 – “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.”

D E S A R R O L L O

1. UN HOMBRE QUE CREYÓ SER DIOS

Encontramos el caso de un rey en la Biblia llamado Nabucodonosor; usted puede leer acerca de él no

solo en la Biblia sino también en los libros de historia. Fue exitoso, muy poderoso, sus obras son conocidas, por

ejemplo, sus jardines colgantes que fueron un adelantado para la época.

La Biblia nos relata que un día Nabucodonosor tuvo un pensamiento:

Daniel 4:29-30 - “(29) Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, (30) habló el rey

y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para

gloria de mi majestad?”

En otras palabras, su pensamiento fue: “todo esto lo he logrado yo, todo ésto es para mi gloria”.

En un minuto su vida cambió hacia ABAJO:

Daniel 4:31-33

“(31) Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey

Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; (32) y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias

del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti,

hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él

quiere.

(33) En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres;

y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció

como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.”

Luego, en otro minuto su vida cambió hacia ARRIBA:

Daniel 4:34-37

“(34) Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije

al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por

Se sentó en un trono que no le correspondía aun siendo rey.

¿Puedo sentarme en el trono de Dios sin tener consecuencias?

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todas las edades. (35) Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su

voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le

diga: ¿Qué haces? (36) En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi

dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui

restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. (37) Ahora yo Nabucodonosor alabo,

engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y

él puede humillar a los que andan con soberbia.”

Aquel gran rey reaccionó, él no era dios, solo hay un Dios, que esta sobre todo y todos.

2. ¿CÓMO LLEGA EL HOMBRE A INTENTAR SER DIOS?

Quizás usted piense en éste momento: “Pastor, ¿no está siendo muy exagerado?, no es para tanto”. El

hombre busca tener súper poderes, aún en juegos infantiles podemos verlo, tengo el poder de esto o de lo otro.

¿Por qué insistimos en ser dioses? ¿Cuál es el origen?

Algo ocurrió en el jardín del Edén.

Génesis 3:4-5 – “(4) Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; (5) sino que sabe Dios que el día

que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.”

El diablo engañó, sedujo a la mujer diciéndole: “Podes ser igual a Dios”. En la Biblia no dice en ningún

lado que Dios deseara que el hombre sea Dios. Dios siempre estuvo interesado en relacionarse y tener

un compañerismo con el hombre pero el hombre quiso ir por más, erróneamente.

Pero todo comenzó aún antes.

Isaías 14:12-14

“(12) ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas

a las naciones. (13) Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios,

levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; (14) sobre las alturas

de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.”

En el principio de todas las cosas había un ángel, el más hermoso, uno con gran autoridad, dirigía los

coros angelicales pero un día subió orgullo a su corazón y Dios actuó desterrándolo del cielo. Ese gran

ángel es el mismo diablo.

Conclusión 1. Quizás usted piensa “todo esto es mío”, “yo soy quien que se esfuerza”,

“soy buena persona”. Tenga cuidado porque todo es de Dios. Hoy quien sí es Dios le dice:

“solo yo soy Dios y no comparto mi gloria con nadie”.

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Ezequiel 28:14

“(14) Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de

las piedras de fuego te paseabas. (15) Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado,

hasta que se halló en ti maldad. (16) A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de

iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego,

oh querubín protector. (17) Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría

a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.”

¡QUE LLAMADO DE ATENCION!, debemos tener mucho cuidado con lo que tenemos de parte de Dios,

nunca debemos olvidar que SOLO EL ES DIOS.

Algunas enseñanzas de estos tiempos.

Varias religiones expresan: “Si sigues meditaciones, ritos, costumbres te haces dios”, lo cual proviene de

pensamientos originados de la india. El Panteísmo enseña que todo es dios, que dios no es una persona

sino que está en todo, está dentro de ti, si meditas algún día lo encontrarás.

Existen doctrinas, como la de los mormones, que enseñan que si se cumplen ritos y se pasan pruebas

serán dios. Aún en el medio cristiano hay enseñanzas erróneas de esto.

Algunos toman el versículo Salmo 82:6, que dice: “Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos

del Altísimo”. En el contexto del pasaje se habla de quienes desarrollaban funciones de jueces y decidían

acerca del pueblo, no los declara dioses, aún teólogos consideran que a modo de ironía Dios dice esto.

Seguidamente, el texto demuestra que los trata como simple hombres:“(7) Pero como hombres

moriréis, Y como cualquiera de los príncipes caeréis. (8) Levántate, oh Dios, juzga la tierra; Porque tú

heredarás todas las naciones”. En otras palabras, les está diciendo: “tengan cuidado ustedes que tienen

autoridad, que creen saber y poder”.

Muchas veces actuamos como dioses diciendo de alguien: “Éste merece tal cosa o tal cual otra”. Por el

contrario, el evangelio consiste en que voluntariamente el hombre decida rendirse a Cristo. Consiste en decir:

“Ya no quiero ser mi propio dios, renuncio a eso. Te entrego todo, Dios”. Este es el evangelio.

3. EVIDENCIAS DE QUE VIVO SENTADO EN UN TRONO EQUIVOCADO, COMO SI FUERA DIOS

Resuelvo las cosas a mi manera y cuando la Biblia me dice algo pero no me gusta, no lo aplico.

Pienso que nadie me dice lo que debo hacer.

No le consulto a Dios; pero cuando fallo, lo culpo.

Administro todo como a mí se me ocurre, soy dios sobre mis cosas.

Conclusión 2. El hombre debe recordar siempre que hay un solo Dios.

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Vivo por lo siento y quiero; aunque Dios me pida cosas sino las “siento yo” no me sujeto.

Algunas actitudes que me ponen en el lugar incorrecto:

Yoísmo. Es la idolatría a uno mismo. Hablar de si mismo en exceso, usando expresiones como: “Yo

sentí”, “Yo oré”, “Yo hice”.

Síndrome del trompo. Si yo no estoy bien, no me gusta, y si no me gusta lo dejo de lado. Si no es lo que

quiero escuchar lo descarto. El centro está en mi bienestar, en mi opinión o pensamiento.

Positivismo. El cristianismo se ha mezclado con cosas que no provienen de Dios y que nacen en cosas

ocultas, muchos se han mezclado diciendo: “Si yo digo cosas positivas atraigo lo positivo, si digo algo

negativo atraigo lo negativo”.

Creer que mi decreto está a la altura de Dios. Muchas veces se cree que como hijos de Dios podemos

decretar y eso ocurre. Ante una necesidad alguien pide, por ejemplo, por una enfermedad y se

responde: “Yo decreto que va a estar todo bien”. Dios no obra de ésta manera, no decrete, ore

humildemente.

Reclamar a Dios. Reclamar no es lo mismo que pedir con insistencia, Jacob luchó por su bendición pero

no estaba en la posición para reclamar. Eso es de hijo caprichoso. Muchas veces hay arrogancia en

nuestro corazón.

Recuerde:

1 Timoteo 2:5 – “Porque hay un solo Dios…”

Isaías 46:9 – “…porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí”

Hay conductas que deben ser constantemente revisadas en nuestras vidas, disponemos de nuestro

tiempo, dinero, talentos pero, ¿de qué manera? Hoy, Dios, nos lleva a pensar en qué áreas de nuestra vida

cristiana aún vivimos como si fuésemos dioses.

Jesús dijo: “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no

puede ser mi discípulo” (Lucas 14:33).

Conclusión 3. No soy un dios adorando a otro Dios, yo soy un ser humano redimido por

la sangre de Jesucristo, perdonado completamente, lavado por la sangre del Cordero y

en agradecimiento yo adoro al único Dios viviente.

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C O N C L U S I Ó N

Renunciar a vivir como si fuésemos dios nos pone en una correcta posición de adoración. Adoración es

disponernos en total reconocimiento de que Dios es Dios, y vivir a Dios como Dios de mi vida.

Salmo 24:1 – “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.”

Hageo 2:8 – “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.”

El diablo quiso ser Dios, la mujer quiso igual a Dios, el hombre quiere sentirse Dios. Mientras el hombre

busca por todos los medios ser Dios, Jesús siendo Dios se hizo hombre.

Juan 5:19 – “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer

nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el

Hijo igualmente.”

Juan 12:49-50 – “(49) Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio

mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. (50) Y sé que su mandamiento es vida

eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.”

Gálatas 2:20 – “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que

ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

Jesús en la cruz estuvo en plena rendición a Dios, de esa manera Dios nos quiere a nosotros. Dios quiere

en este momento que le des el lugar que solo a él le corresponde.

1 Crónicas 29:10-12 – “(10) Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda

la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y

hasta el siglo. (11) Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque

todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres

excelso sobre todos. (12) Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano

está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.”

O R A C I Ó N

Hoy queremos liberarnos de nosotros mismos, de rebelión, de rebeldía, de altivez, de necedad

queremos rendirnos, queremos decirte: “Se tú mi Dios”. En muchas cosas sigo siendo el dios de mi vida, llévame

a una experiencia personal que pueda decir: “con Cristo estoy juntamente crucificado”. Renuncio a lo que sé,

renuncio a lo que creo, renuncio a lo que opino, para ser como Jesús, para hacer tu voluntad al 100% y que todo

en mi vida sea para la gloria del único que es Dios. En el nombre de Jesús. Amén.

Dios es dueño de todo excepto de todo menos de mí. Hasta que yo le abra la puerta.

Jesús mismo se sujetó al Padre, se dispuso en dependencia.

Distinto a Satanás, a Eva y muchas veces a nosotros.