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Un Imperio Ultramarino

El papel de Teodoro Roosevelt en neutralizar la presencia alemana en el Caribe

Dr. Gerardo M. Piñero Cádiz

UPR en Humacao, 2020©

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CONTENIDO

Los primeros pasos……………………………………………………………………………………………………………………3 La Junta General de la Marina…………………………………………………………………………………………………..5 Miedo al alemán……………………………………………………………………………………………………………..………..9

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Los primeros pasos

Durante el período de 1899 a 1905, los Estados Unidos se dedicaron a organizar su nuevo imperio,

pero era evidente que carecían de experiencia. En 1898, Hawái fue incorporada a la Unión; la Isla

Wake (1899) fue anexada para unir a Honolulú con Guam. Estados Unidos se repartió la Samoa

con Alemania obteniendo poco después a la isla Tutuila en la región oriental. Además,

proclamaron su política de “puertas abiertas” con la China (1899-1900), y en un acuerdo de

caballeros con Inglaterra, Francia y Alemania, se repartieron el territorio en áreas de influencias.

Fue en este período que Teodoro Roosevelt escribió:

Roma se extendió y llegó a su fin, pero toda la Europa Occidental, así como las Américas, Australia y grandes partes de África y de Asia continúan hasta el presente la historia de Roma… España se extendió y debilitó, pero todo un continente habla hoy el español y está lleno de naciones de habla y culturas españolas… Inglaterra se extendió y también caerá, pero piénsese en lo que dejará tras ella…

La desaparición del poder español en el Caribe y la adquisición de Cuba como protectorado y de

Puerto Rico como territorio facilitarían estos objetivos. Durante los primeros treinta años del

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siglo XX, Estados Unidos desarrollaría una política de intervencionismo militar que afectaría a

todos los países de la región caribeña.

En 1901, el jefe del Negociado de Estadísticas del Departamento del Tesoro de los Estados

Unidos, O. P. Austin, publicó su Colonial Administration, 1800-1900. Methods of Government

and Development Adopted by the Principal Colonizing Nations in their Control of Tropical and

Other Colonies and Dependencies. La obra de Austin expone las causas de los éxitos, los fracasos

coloniales y los requisitos para tratar con provecho las gentes de “territorios no contiguos”.

Austin alertó sobre la dependencia de los Estados Unidos de los trópicos, para conseguir el 40%

del total de sus importaciones. De éstas dependían en gran medida la alimentación y las

industrias manufactureras, dada la demanda continua de una población con un consumo

creciente. Por eso destacó las ventajas de controlar gobiernos y economías tropicales.

La política para la región durante la administración de Teodoro Roosevelt (1901-1909) será

conocida como “Gran Garrote” (Big Stick), y promoverá intervenciones en varios países de la

América Central y el Caribe. Además, desde 1855 los Estados Unidos habían finalizado en Panamá

-entonces territorio de Colombia- una línea ferroviaria que cruzaba la zona del istmo desde el

Caribe (Colón) hasta el Pacífico (Ciudad de Panamá) permitiendo la comunicación entre la costa

este y oeste de los Estados Unidos, así como con los ricos mercados de Asia. Esto, así como por

los planes que existían para la eventual construcción de un canal, le imprimió a toda la región del

Caribe una gran importancia estratégica.

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Entre los acontecimientos que marcaron la política estadounidense para la región durante el

período se destaca la firma de la Enmienda Platt, en 1902, que establece la tutela sobre Cuba y

la autorización, en 1903, para la instalación de una base naval en Guantánamo, el apoyo a la

insurrección separatista en Panamá en relación con Colombia, que culmina con la formación del

nuevo Estado y la cesión, en noviembre de 1903, del control de la zona del canal a los Estados

Unidos, el desembarco en la Republica Dominicana en 1905, en aplicación del Corolario

Roosevelt, para asumir la administración de las aduanas con el objetivo de garantizar el pago de

la deuda externa.

El secretario de la Guerra, Elihu Root justificó las intervenciones militares en el Caribe y alegaba,

que los Estados Unidos no querían los pequeños países de por sí; tampoco deseaban que alguna

nación extranjera las tomara; Estados Unidos quería ayudarlas. El presidente Teodoro Roosevelt

coincidía con Root, cuando afirmaba con bastante cinismo: “these are our younger brothers,

when they need spanking we expect to do the job, and, incidentally when we think it advisable

we shall take charge of their spending money, and, maybe of certain other choice possessions in

the meantime.

La Junta General de la Marina La creación de la Junta General de la Marina a principios del siglo XX constituyó una de las

reformas más importantes llevadas a cabo en el seno de las fuerzas armadas norteamericanas a

partir de 1898. Este cuerpo, que surgió como sucesor directo de la Junta Naval de Guerra, fue el

llamado a hacer realidad las concepciones estratégicas de Alfred Thayer Mahan.

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La Junta General estaba presidida por el almirante George

Dewey y entre sus miembros permanentes se contaban los jefes de los Negociados de

Navegación, Equipo e Inteligencia Naval, así como el presidente del Colegio de Guerra Naval.

Entre las tareas encomendadas a la Junta se hallaba la elaboración de planes de guerra, el estudio

de la capacidad militar de otras potencias, y la presentación de recomendaciones sobre el

establecimiento de bases navales. Aun cuando su responsabilidad principal radicaba en asesorar

al secretario de Marina en todo lo concerniente a la política naval, la Junta General de Marina se

convirtió en el principal centro de formulación del pensamiento estratégico de Estados Unidos.

La influencia de este cuerpo iba más allá de los círculos navales, hasta extenderse a los sectores

responsables de la elaboración de la política exterior norteamericana, como la Casa Blanca, el

Departamento de Estado y el Congreso.

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De acuerdo con la Junta General de la Marina, el cuello de botella que había que bloquear (por

donde el tráfico comercial o militar tenía que navegar de querer alcanzar el canal interoceánico

a construirse en Panamá o en Nicaragua) era el Paso de los Vientos, entre la punta oriental de

Cuba y la parte occidental de Haití. En 1901 se añaden otros cuellos de botella: los Pasos cerca

de Puerto Rico (Mona y Anegada) que dan valor estratégico no sólo a esta isla, sino también a

Santo Domingo y las Islas Vírgenes. Estos pasajes -que no recibieron tanto énfasis de parte de la

Junta General como el Paso de los Vientos- podrían ser controlados con bases navales en la bahía

de Samaná, Culebra, San Juan o San Tomás. Para los estrategas navales, la defensa exitosa del

canal no radicaría en el fortalecimiento de sus terminales, sino en las diferentes posiciones (bases

navales) de su perímetro.

A comienzos del siglo XX, la Junta continuó destacando la necesidad de bases navales para

defender el futuro canal interoceánico. En la lista se destaca Guantánamo como primera opción

del Mar Caribe. La bahía de Guantánamo en Cuba era para la Junta General de la Marina el único

sitio “indispensable to the efficiency of the naval force in the West Indies”, y debía de obtenerse

“irrespective of the future status of Cuba”. El informe, además mencionaba a Panamá, las Islas

Galápagos y Brasil como futuras adquisiciones. En relación con las Islas Vírgenes, estas no fueron

mencionadas en el informe de 1902 de la Junta, en cambio, se pidió una base para Culebra. La

omisión de las Islas Vírgenes era por razones tácticas, para los almirantes, era claro que Culebra

incluía también a las Antillas danesas, sin embargo, esto debía mantenerse como secreto ante el

peligro presentado por Alemania. Desde entonces la Marina de Guerra tratará a la esquina

nororiental de Puerto Rico y las Islas Vírgenes como un mismo espacio geoestratégico.

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Culebra, al noreste de Puerto Rico, se transformaría en una importante base de avanzada para la

Armada norteamericana. La pequeña isla sólo contaba con cerca de 700 habitantes en 1899. En

diciembre de 1901 y mediante una Orden Ejecutiva todos los terrenos y edificios públicos

pertenecientes a los Estados Unidos en la Isla pasaron a manos de la Marina de Guerra. Desde

entonces comenzó una intensa actividad naval que se extendería por diez años. Culebra junto a

Guantánamo se convirtió en la base de operaciones de la Escuadra del Caribe de la Armada

norteamericana.

En 1902 se estableció el Campamento Roosevelt siguiendo las recomendaciones de la Junta

General y el Departamento de la Marina. A fines de 1904, las instalaciones existentes se

mejoraron. Las mejoras y construcciones provocaron el desalojo de los vecinos del poblado de

San Ildefonso a un nuevo asentamiento, denominado Dewey en honor a George Dewey héroe de

la guerra contra España, primer almirante de cuatro estrellas y el presidente de la Junta General

de la Marina. El campamento contaba con cien (100) marinos y un destacamento de Infantes de

Marina.

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En Cuba, la Armada de los Estados Unidos deseaba más bases, además de Guantánamo. Se

pensaba en Cienfuegos, La Habana y Nipe. A pesar de los problemas y oposiciones que hallaron,

la Marina de Guerra logró mediante acuerdo obtener a Guantánamo y Bahía Honda. El contrato

de arrendamiento, firmado el 2 de julio de 1903, concedía el pago anual por $2,000 al gobierno

cubano a cambio de aproximadamente 36,000 acres de los cuales, 13,400 eran terrenos

inundables. Al poco tiempo de efectuarse el acuerdo, la Marina de Guerra mostró insatisfacción

y exigió más espacio en Guantánamo, a cambio de devolver la Bahía Honda.

La verdadera razón para pedir más terreno en Guantánamo era la ausencia de agua potable. Por

años, este sería el principal obstáculo para transformar la instalación en una base de operaciones

para la flota. Para remediar esta situación, la Marina norteamericana tuvo que comprar – hasta

mediados de 1930- agua a las ciudades vecinas de Caimanera y Boquerón. El agua era

transportada por barcazas a la estación y bombeada a tanques reserva. Este método era costoso,

inseguro y hasta peligroso, desde el punto de vista médico.

Miedo al alemán

En 1902 el presidente Teodoro Roosevelt ordenó que todos los acorazados se presentaran al Mar

Caribe (Culebra), donde se realizarían extensas maniobras bajo la supervisión del Almirante de la

Flota, George Dewey. Fue la primera vez que un almirante de los Estados Unidos comandaba una

flota desde el mar; fue asimismo la mayor concentración del poderío naval exhibido por los

Estados Unidos. Los ejercicios se realizaron en momentos en que naciones europeas asaltaban

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con un bloqueo naval a Venezuela con el objetivo de cobrar doce y medio millones de dólares en

deudas. Mientras Inglaterra y Alemania dejaban saber al Departamento de Estado

norteamericano sus intenciones contra Venezuela, la Marina de Guerra norteamericana cerca de

Culebra era integrada por una flotilla de barcos de apoyo, incluyendo carboneros y torpederas.

Más al sur, dos acorazados y cuatro cruceros de los escuadrones europeo y del Caribe

coincidieron cerca de Trinidad, a sólo 125 millas de la costa venezolana.

Buques de guerra británicos y alemanes secuestraron a los buques de guerra Osún, Crespo y

Margarita en aguas venezolanas, al parecer sin lucha. Dos días después los barcos extranjeros

bloquearon la costa venezolana y el 13 de enero de 1902 bombardearon los fuertes en Puerto

Cabello. El cañonero alemán Panther intentó entrar en el Lago Maracaibo el día 17, pero fue

rechazado por la artillería del fuerte de San Carlos que guardaba la entrada y se vio obligado a

retirarse a Curazao para efectuar reparaciones. Italia se unió al bloqueo dos días después, cuando

el presidente Roosevelt acordó finalmente decidir como árbitro de reclamaciones.

Al presidente Roosevelt le preocupaba más la presencia alemana en la zona que la británica. De

acuerdo con Roosevelt Inglaterra había perdido el interés por adquirir territorios en el hemisferio

occidental. Durante el bloqueo, Roosevelt se entrevistó con el embajador alemán en Washington

y en tono desafiante le dijo: “Look at the map, as a glance would show there was no spot in the

World where Germany in the event of a conflict with the United States would be at a greater

disadvantage than in the Caribbean Sea.”

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El 22 de enero de 1903, mientras el Ministro de Asuntos Extranjeros, el argentino Luis M. Drago,

impugnaba el cobro de deudas por la fuerza, los buques de guerra alemanes bombardearon el

Fuerte San Carlos cerca del Golfo de Maracaibo. El bloqueo terminó el 17 de febrero de 1903.

Para esta fecha un memorando de la Oficina Naval de Inteligencia colocaba a la Armada

norteamericana en cuarta posición tras Inglaterra, Francia y Alemania en términos de barcos ya

construidos y en construcción. Aunque los Estados Unidos aventajaba a Alemania 507,434 a

458,482 toneladas, los alemanes contaban con más embarcaciones comisionadas (activas)

especialmente en el Atlántico: doce (12) acorazados teutones contra ocho (8) acorazados

norteamericanos. Y a pesar de que los acorazados norteamericanos poseían mayor blindaje y sus

cañones rondaban entre las 12 y 13 pulgadas de diámetro, el poder combinado de la flota

alemana les daba un 50% de ventaja sobre los Estados Unidos.

La Armada de los Estados Unidos, constituida por cincuenta y cuatro buques de guerra dominaba

por mucho a la fuerza europea en Venezuela que sólo contaba con catorce barcos. Finalizado los

ejercicios en Culebra los barcos norteamericanos en lugar de separarse hacia sus lejanas

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estaciones de procedencia fueron agrupados y luego divididos en dos flotas, una con ocho (8)

acorazados, asignados al Atlántico y otra con tres (3) acorazados asignados al Pacífico. Las

instrucciones del presidente Roosevelt, seguían las recomendaciones hechas por Alfred Thayer

Mahan. El Escuadrón Europeo y el Escuadrón del Caribe serán abolidos en 1905 y sus barcos

incorporados a la recién establecida Flota Atlántica.

Los Estados Unidos tenían algún conocimiento de las ambiciones territoriales alemanas en el

hemisferio occidental. Al menos desde el 1898, Alemania había elaborado planes bélicos contra

los Estados Unidos. Un plan, “Stützpunkt”, consistía en invadir la costa este de Nueva York al

mismo tiempo que era bloqueada la sonda de Long Island. Otra ruta invasora, “Perteriko”,

contemplaba la ocupación de Puerto Rico para desde allí dirigir operaciones militares contra los

Estados Unidos Continentales, especialmente contra Newport y Hampton Roads en Virginia. En

1901, se publica en Berlín Operationen über See cuyo autor, el oficial naval Freiherr v. Edelsheim

proyectaba una invasión germana por la costa oriental de los Estados Unidos.

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Previo al bloqueo contra Venezuela, el Almirantazgo

alemán argumentó que la operación tendría que estar preparada muy cuidadosamente para no

levantar sospechas entre los norteamericanos en cuanto a las intenciones alemanas en América.

Con este objetivo, desde el principio estuvieron de acuerdo en no utilizar barcos de guerra sino

sólo cruceros ligeros. Sin embargo, los planes militares contra los Estados Unidos continuaron en

el Almirantazgo alemán. Para mayo de 1903, los alemanes estimaban que para realizar un ataque

naval e invasión contra Puerto Rico y Culebra se necesitaría una fuerza combinada 12,000

hombres, 3,700 caballos y 671 vehículos mecanizados para enfrentarse a las 6,600 tropas con

que contaba los Estados Unidos en Puerto Rico.

Dos años más tarde, el Almirantazgo alemán concluyó que el mejor sitio para iniciar una invasión

en Puerto Rico era la bahía de Ponce. Por otro lado, para ocupar a Culebra sería necesario 1,750

hombres y para Puerto Rico, una fuerza combinada de 14,780 tropas, 793 oficiales, 6,074 caballos

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y 894 vehículos mecanizados. La inteligencia norteamericana no estaba tan rezagada pues se

sospechaba la posibilidad de un ataque alemán con el fin de edificar una estación carbonera en

el Caribe, este debía efectuarse en la República Dominicana, lugar hasta donde sus vapores

podían extenderse desde Alemania, de acuerdo con el jefe de la Inteligencia Naval

norteamericana, Almirante Charles D. Sigsbee. El oficial Sigsbee, Capitán en 1898 del acorazado

Maine, pensaba que la otra alternativa para Alemania era la isla Margarita, al norte de Venezuela.

A principios del siglo XX la germanofobia en Washington y la importancia estratégica de la zona

nororiental de Puerto Rico condujo a que se les prestara especial atención a las radas de Fajardo.

Era este un “valioso lugar de reunión” para una flota que navegara el norte de las Antillas

Mayores. De acuerdo a la Junta Naval de la Marina la solución a la amenaza germana recaía en

la Presidencia…“it found that if he –Roosevelt- established another base south of the one at Isla

de Culebra, the hemisphere would be secure as far south as the Amazon.”

A pesar de que Alemania e Inglaterra eran una amenaza seria para los Estados Unidos, la rivalidad

entre ambos imperios mantendrá sus marinas de guerra en Europa, fuera del hemisferio

occidental y de las costas norteamericanas. La rápida transformación de la escena diplomática

europea a partir de 1905 provoca en Alemania la cancelación de sus planes militares contra los

Estados Unidos, y al año siguiente sufre un fatal revés cuando Rusia se une a la entente anglo-

francesa. Con la división europea en campos rivales (Triple Alianza y Triple Entente), ninguna

nación se sentía lo suficientemente segura para emprender extensivas operaciones navales en

aguas latinoamericanas. A pesar de que la amenaza alemana en la zona caribeña era real, pasaría

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una década antes de que la Junta General, ante presiones del Almirante George Dewey, elaborara

un plan defensivo; conocido como el: “War Plan Black”.