Un gran amigo

Dante es un perro callejero, de esos que siempre andan de aquí para allá buscando algo para comer. Se lo suele ver trotando sin prisa por las calles del pueblo, junto a la gata Pepita. También le gusta olisquear cerca de las cocinas de las casas. Allí siempre se encuentra algo interesante.

Pero el alimento no es lo único en su vida, también es importante divertirse y pasarla bien. Eso siempre sucede cuando se encuentra con Miguel, su gran amigo.

¡Qué bien están juntos! ¿Se verán hoy? Seguro que sí.

"Ahí está Miguel, ¡qué suerte!", piensa Dante cuando descubre a su amigo. El niño anda por el pueblo buscando clientes para lustrar sus zapatos. Cantando y tarareando, tocando ritmos con sus dedos, camina contento por las callecitas de Santa Cecilia.

Cuando Dante se encuentra con Miguel, siempre hay una galleta esperándolo. No hay que olvidar que el perro sabe ganársela, haciendo las mejores piruetas del mundo. Saltos, vueltas de carnero y pruebas varias terminan siempre con algo rico en su boca. ¡Mmm!

Dante y Miguel disfrutan mucho cuando están juntos. El perrito es muy bueno escuchando: siempre acompaña a su amigo y presta mucha atención a las historias que le cuenta. A Miguel le gusta relatarle la vida del famoso músico Ernesto de la Cruz, su ídolo máximo. El niño quiere ser exactamente como él. Tocar, componer canciones y ser famoso en todo México y aun más allá. ¡Sus sueños son enormes! Después de la conversación, llega la mejor parte: Miguel toma su guitarra y se pone a cantar. ¡Qué bien lo hace!

El perro no tiene ningún problema en escucharlo y seguir la melodía con sus patitas. La voz de Miguel es tan linda… Estar con su amigo es lo que más le gusta en el mundo. Casi tanto como tener un hueso en su boca y mordisquearlo hasta que no quede absolutamente nada.

Miguel adora tocar su guitarra y, si fuera por él, lo haría todo el día. Pero en su familia la música está prohibida, así que solo puede cantar y rasgar las cuerdas de su instrumento cuando está solo o con su gran amigo Dante.

La familia de Miguel no siempre está contenta al verlo con Dante, sobre todo Abuelita. A cada rato lo echa arrojándole su chancleta.

Por suerte, él siempre la esquiva y, después de esconderse un rato, vuelve a visitar al chico.

Claro que no siempre las cosas salen perfectas para estos dos amigos y en algunos momentos Dante hace un poco de lío. Sin quererlo, pero… Como aquel Día de los Muertos en que tiró todas las ofrendas del altar familiar. ¡Ay! Por suerte, Miguel lo quiere igual, haga lo que haga.

Además, al fin y al cabo, gracias al lío que hizo Dante aquella vez, los dos vivieron una gran aventura, de esas que nunca se olvidan: ¡viajaron a la Tierra de los Muertos! Allí conocieron a todos los parientes de Miguel, entre ellos a su tatarabuelo Héctor. A pesar de que hubo problemas y complicaciones, también se divirtieron a lo grande.

Sobre todo en el momento en que subieron al escenario y se lucieron como nunca. El público los adoró y les regaló miles de aplausos. ¡Qué bien se sintieron!

Después de tanto trajín, volver a casa fue hermoso. Las cosas cambiaron para Miguel, porque la música dejó de estar prohibida en su familia. Y, al parecer, también se permitieron los perros, porque en estos días Dante siempre es bienvenido en la casa de los Rivera.

Su otra amiga, la gata Pepita, también se hizo su lugar en el grupo. ¡Qué bien la pasan en las reuniones y fiestas! Sin embargo, el mejor momento sigue siendo cuando están los tres juntos y Miguel toca la guitarra solo para ellos.

Dante

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Es un perro algo extraño, muy activo y siempre se lo ve con la lengua afuera. Casi no tiene pelo y es bastante revoltoso. Es un buen amigo de Miguel,

su gran confidente y un compañero leal y fiel.