Buenos días México, buenas noches

ShanghaiCrónica de un día en este místico lugar

Por Katty Padilla/Javier Oliveros

Llegar al otro lado del mundo no es fácil. Nos espantó la barrera del idioma y el choque cultural, mientras que la idea de la comida y de las

compras nos emocionaron, tuvimos que dejar cualquier sentimiento en el avión, no habia más que hacer, estábamos en China.

ShanghaiPrimer lujo de la aventura: El hotel “The Penin-sula”. Las instalaciones, que apenas tienen un año de antigüedad, ubicadas en la zona del malecón de la ciudad, a unos pasos de los prin-cipales atractivos, nos dejaron impresionados por la cantidad de arte que se podía ver, tocar y respirar a cada centimetro.

La vista desde nuestra habitación, una de las 235 que hay en el hotel, nos dejó sin palabras, desde el río Huangpu y el Pudong, hasta los hermosos jardines del antiguo Consulado Británico en donde tradición y cultura se fusionan en sus paredes. Y al que piense que es lo único capaz de sorprender a los huéspedes, está completamente equivocado; lujosos baños de mármol, cafeteras Nesspreso en los cuartos, así como un servicio de té en el Lobby son nuestros argumentos para refutarlo, una de las experiencias de mayor sabor y lo mejor es qué ¡No hemos salido del hotel!

Por cierto, ¿Mencionamos que hay seis restaurants de comida cantonesa en el complejo? Tuvimos una cena memorable.

Arranca un día más en esta ajetreada metrópolis y lo único en nuestra mente es ir a la calle a explorar el nuevo lado de Shanghái, sin olvidar la cultura milenaria del pueblo Chino .

Observar como contrastan edificios modernos de diseños completamente innovadores, con los templos de antaño al más puro estilo oriental, es algo que no se ve todos los días, una experiencia que sin duda disfrutarán en su visita a este maravilloso país.

El nuevo Gigante de Asia cómo la denominan los expertos en geografía mundial, una ciudad donde pasado y presente conviven codo a codo, de la misma manera que diversas nacionalidades se dieron cita en la ciudad para la Expo Mundial, evento que se realiza anualmente en el mes de septiembre. Y una grata sorpresa fue encontrar-nos el pabellón mexicano, colorido, lleno de aromas y sabores que solo nos pueden remontar a unos días antes y viajar por un momento a nuestro lugar de origen. Seguramente sucedió lo mismo con franceses, italianos y españoles que también tendían la oportunidad de ver los pabe-llones de sus países.

Medio día transcurrió desde que salimos del hotel y aún nos queda mucho por recorrer de la ciudad, y una opción muy tentadora llega a nosotros: un paseo en bote en el río Huangpu. Hicimos un viaje en avión de más de 16 horas, viajamos más de diez mil kilómetros, esta oportunidad no se presentara pronto, así que sin más discusión nos embarcamos en este recorrido.

No tiene que pasar mucho tiempo para una vez más quedar maravillados por la esplendida vista de la cuidad. Las construcciones modernas contrastan con el parque, los monumentos dedicados a los héroes del pueblo y los templos dedicados a las deidades chinas.

A punto de terminar el recorrido el estomago tenía un hueco, que pronto fue llenado en pequeño, tradicional, colorido y aromático puesto de comida donde encontramos una gran variedad de comida china, incluso insectos de todos tamaños, formas y colores. Probamos un poco de todo, pero al final optamos por una buena porción de arroz.

Cae la noche en Shanghái y nos queda algo mas por observar en este primer día de recorrido: es la iluminada Nanjing Road, principal avenida comercial de la ciudad, dividida en East and West side. Tiendas de diseñadores mundialmente conocidos al Oeste y centros comerciales hacia el Este.

El flujo de personas es sorprendente y la natu-ralidad con que las personas lo enfrentan lo es más, pero a esta hora del día todas parecen dirigirse hacia el oeste que es el centro de la vida social de la ciudad: bares, restaurantes de diseño cien por ciento innovador, con decoración de los siglos XV y XVI. Esta fusión ofrece un exquisito espectáculo para la vista y aún que el recorrido ha sido largo, siempre hay espacio para más, en esta ocasión fue en Din tai Fung, uno de los mejo-res restaurantes de comida asiática, que entra sin duda a la lista de “Pronto regresare” gracias a los armoas y colores que quedaran en la memo-ria para no olvidar jamás.

Termina el primer día en esta maravillosa y lo que espera mañana es una historia desconocida, que está por ser escrita.