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    NARRADORES ESPAOLES NOVSIMOS DE LOS AOS NOVENTA1

    Jos Mara Izquierdo

    "Caus risa al licenciado la simplicidad del ama y mand al barbero que le fuese

    dando de aquellos libros uno a uno, para ver de qu trataban, pues poda ser hallar

    algunos que no mereciesen castigo de fuego"2

    Junto a una creciente sintona con la literatura occidental, desde las peculiaridades de la

    literatura espaola actual, se da en Espaa al finalizar el siglo XX una situacin histrica

    nica como es la existencia de cinco generaciones literarias en activo.

    Durante los aos noventa aparecer, sin rupturas, ni grandes teorizaciones, un nuevo

    grupo de novelistas3 cuya nmina incompleta, pero en la que se recogen los nombres ms

    importantes, ser la que detallamos en el cuadro n 1 que presentamos. Y en la que a primera

    vista cabe resaltar la presencia de unas quince mujeres narradoras, reflejo del cambio social

    habido en la Espaa democrtica propiciado por la integracin de la mujer en la sociedad

    durante los aos ochenta.

    Al emplear el trmino clasificatorio de generacin referido a un grupo de narradores

    o artistas surgen siempre dos cuestiones problemticas, por una parte la que relaciona

    inexorablemente el uso del mencionado trmino con un esquematismo rgido,

    compartimentado y cerrado, totalmente ajeno a la dualidad diacrona/sincrona de todo

    fenmeno humano, y por otra la vinculada al mero aspecto nominalista. Nosotros utilizamostal concepto siguiendo la definicin que del mismo hiciera Pedro Salinas4 al estudiar la

    llamada "Generacin del 98". Es decir planteando que para poder hablar de generacin

    refirindonos a un grupo artstico se debern dar los siguientes hechos: a) coincidencia en

    nacimiento en aos poco distantes, b) homogeneidad de educacin recibida, c) relaciones

    personales entre los miembros del grupo, d) experiencia generacional, e) lenguaje

    generacional y f) actitud crtica pasiva o activa hacia los grupos literarios y artsticos

    anteriores. Slo en este sentido utilizaremos la clasificacin defendida por Salinas, siguiendoel modelo de Wilhem Dilthey en su Ensayo sobre Novalis (1865) ya que somos conscientes

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    del cambio operado en la sociedad espaola, y en el mundo cultural y literario de este pas

    entre los dos fines de siglo. Es decir el cambio operado entre la visin logocentrista del

    Modernismo, al que pertenecan los autores del 98 espaol, y la que, en nuestros das,

    presenta una profunda escisin en el sujeto literario y del conocimiento. Un cambio que vadesde la hegemona de lneas de pensamiento globalizadoras y totalizadoras, al surgimiento

    de las actitudes de ajuste de la modernidad tendentes hacia discursos parciales, fragmentarios

    e individualizados en las narrativas posmodernistas5y en el pensamiento de fines del siglo

    XX.

    En cuanto a la cuestin nominalista hemos de decir que en este artculo hemos

    utilizado los nombres de Generacin del 36, Generacin del medio siglo, Generacin del

    68 y Escritores de los aos 80 porque son denominaciones comnmente utilizadas por la

    crtica y la historiografa literarias espaolas. Y porque, adems, cindonos a los aspectos de

    la sociologa de la literatura que dominan el cuadro n 1 que presentamos sin entrar en

    aspectos de potica o esttica, nos resulta muy prctica esa nomenclatura mencionada.

    Narradores espaoles novsimos

    Hemos decidido emplear el trmino "Narradores novsimos de los aos noventa" para

    nombrar al ltimo grupo de narradores espaoles, a pesar de que se nos pueda relacionar con

    la muy conocida antologa de Jos Mara Castellet6, por ser una denominacin con mayores

    visos de neutralidad que los apelativos utilizados fundamentalmente por la mercadotecnia de

    las editoriales. Nombres como escritores de la "Generacin JASP (Joven Aunque

    Sobradamente Preparado)", "Narradores de la generacin X", "Cofrada del cuero"7, o

    "Jvenes canbales" responden a realidades sociales y literarias que no se corresponden con

    las del grupo de narradores espaoles del que escribimos. Adems el trmino novsimo ha

    adquirido a partir de la polmica antologa y a travs del tiempo una connotacin culturalista

    que puede sernos til para caracterizar a la tambin culturalista nueva narrativa espaola.

    Cuadro n 18

    Nmina [incompleta] de autores espaoles. 1999

    GENERACIN DEL36

    Gonzalo Torrente Ballester (El Ferrol, La Corua1910-1999), Camilo Jos Cela (Iria Flavia, La Corua1916), Miguel Delibes (Valladolid 1920)

    GENERACIN DELMEDIO SIGLO

    Carmen Martn Maite (Salamanca 1925-2000), AnaM. Matute (Barcelona 1926), Rafael Snchez Ferlosio(Roma 1927), Juan Goytisolo (Barcelona 1931), JuanMars (Barcelona 1933), Francisco Umbral (Madrid1935)

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    AUTORESESPAOLES

    FIN DELSIGLO XX

    GENERACIN DEL68

    Esther Tusquets (Barcelona 1936), Manuel VzquezMontalbn (Barcelona 1939), Julin Ros (Vigo,Pontevedra 1941), Eduardo Mendoza (Barcelona1943), Flix de Aza (Barcelona 1944), Juan JosMills (Valencia 1946), Soledad Purtolas (Zaragoza

    1947)

    ESCRITORES DELOS AOS 80

    Alfons Cervera (Gestalgar, Valencia 1947), JuanMadrid (Mlaga 1947), Andreu Martn (Barcelona1949), Javier Maras (Madrid 1951), Rosa Montero(Madrid 1951), Arturo Prez-Reverte (Cartagena,Murcia 1951), Jess Ferrero (Zamora 1952), JulioLlamazares (Vegabin, Len 1955), Antonio MuozMolina (beda, Jan 1956)

    NARRADORESNOVSIMOS DE

    LA DCADA DE LOSAOS 90

    lvaro Durn (Madrid 1959), Almudena Grandes(Madrid 1960), Mercedes Abad (Barcelona 1961),Beatriz Pottecher (Madrid 1961), Benjamn Prado(Madrid 1961), Cuca Canals (Barcelona 1962), Mara

    Jan (Utrera, Sevilla 1962), Martn CasariegoCrdoba (Madrid 1962), Paula Izquierdo (Madrid1962), Gabriela Bustelo (Madrid 1962), JuanaSalabert (Pars 1962), Lola Beccaria (Ferrol, LaCorua 1963), Beln Gopegui (Madrid 1963),Francisco Casavella (Barcelona 1963), Tino Pertierra(Gijn, Asturias 1964), Begoa Huertas (Madrid1965), Luisa Castro (Foz, Lugo 1966), LucaEtxebarra (Madrid 1966), Juan Bonilla (Jerez de laFrontera 1966), ngela Labordeta (Teruel 1967),Marta Sanz (Madrid 1967), Ray Loriga (Madrid1967), Pedro Maestre (Elda, Alicante 1967), Daniel

    Mgica (San Sebastin 1967), Marta Rivera de laCruz (Lugo 1970), Blanca Riestra (La Corua 1970),Juan Manuel de Prada (Baracaldo, Vizcaya 1970),Jos ngel Maas (Madrid 1971)

    Escritores referenciales,tradicin literaria

    Generacin intermedia Narrativa renovadoraAutores jvenes nacidos en los

    aos sesenta

    Rasgos comunes:

    El grupo de los narradores de los aos noventa presenta algunos rasgos comunes como grupo

    social diferenciado por sus actividades culturales. Muchos de ellos, por ejemplo, han obtenido

    importantes premios literarios. Resulta sorprendente el constatar el cmo los miembros de

    este grupo de escritores noveles han copado los principales premios literarios promocionados

    por el mundo editorial espaol. No parece aventurado afirmar que se ha combinado la

    incuestionable calidad de algunos de sus textos con una operacin de mercadotecnia por parte

    de unas editoriales que renuevan as sus fondos promocionando un grupo de autores que

    satisfacen las necesidades de un cada vez ms amplio sector del mercado de lectores

    espaoles y de habla hispnica. Un sector del mercado, unos lectores, los jvenes, que porrazones histricas, sociales, culturales e ideolgicas no se identificaban (e identifican)

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    plenamente con las narrativas de los aos cincuenta, sesenta, setenta y ochenta. Un pblico

    que no vivi ni la Guerra civil, ni la posguerra franquista y que durante el periodo de la

    Transicin democrtica careca, por su edad, de los recursos intelectuales y experienciales

    necesarios como para adoptar una postura frente al proceso democrtico espaol. Un pblicoque ha padecido el proceso de "amnesia" propiciado por los diferentes grupos polticos

    espaoles en el proceso de construcccin consensuada de la democracia por lo que su

    "memoria" personal, por cuestiones de edad y de falta de referentes histricos, se ha

    construido sin nexos de unin con las generaciones anteriores. Unos lectores que desconocen

    el pasado cercano espaol y a los que, desde un escepticismo total hacia los grandes discursos

    ideolgicos, les importa muy poco, en trminos polticos, lo que haya ocurrido durante los

    ltimos sesenta aos de la historia de Espaa, tal y como podemos leer en Matando

    dinosaurios con tirachinas(1996) novela de Pedro Maestre.

    ..., estoy arrepentido de ser un cro cuando muri Franco, aunque no me acuerde,aunque el 20 de octubre de 1994 todo me suene a mrketing pringoso, yo lo nicoque s es que estoy tan jodido como mi amigo Vicente y mi amigo Mesca, el queest en Madrid, y que la nica salida que nos queda es agarrarnos a los huevos dela imaginacin,... (60)

    Ese vaco histrico ha generado tambin una transformacin del imaginario tanto del pblico

    lector como del de los escritores. Las seas de identidad, la memoria, el recuerdo sentimentalde estos, algunos de ellos an muy jvenes, autores y lectores se articulan a travs de cdigos

    diferentes a los de unas generaciones como, por ejemplo, la del 68 donde se daba la

    complicidad entre el escritor y el lector por medio de un conjunto de recuerdos comunes.

    Recuerdos matizados, a travs de la irona individual, que crean un reconocimiento e

    identificacin con lo ledo por parte del lector gracias a la citacin intertextual de los cdigos

    culturales de una poca y de varias generaciones unidas por la impresionante lentitud,

    conservadurismo y rigidez de una larga dictadura de casi cuarenta aos de existencia. Los

    escritores de las tres generaciones activas durante el franquismo tenan en comn unas

    cinematografas, una relacin intelectualizada con la televisin e integrada con la radio, una

    vinculacin sentimental con ciertas discografas basadas en la disidencia, o en el bolero y la

    cancin espaola, que les hacan ser copartcipes de una realidad comn a la de sus lectores

    durante un largusimo periodo de tiempo. Los autores de los noventa, en cambio, escriben

    para un pblico que ha sufrido un corte generacional con sus mayores, que tiene muy poco en

    comn con ellos porque se ha producido una fractura de los referentes socioculturales. Estos

    ltimos se han anglosajonizado por medio de nuevos referentes literarios como Salinger,

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    Kerouac, Ginsberg, Bukowski o Carver, as como por las cinematografas del cine negro e

    independiente norteamericanos, los del comic, del rock and roll y el blues de los Estados

    Unidos, y, junto a todo esto, en algunos de ellos, las diferentes vertientes literarias, sociales,

    visuales y musicales del splatter-punk, el transfunk, el gore, el pulp, el polar o el grungecomo vemos en la siguiente cita de Amor, curiosidad, Prozac y dudas (1998) de Luca

    Etxebarra.

    Acabaste tan mal, Santiago. Metindote toda aquella mierda por la vena. Porque aella le pareca muy cool aquello de meterse jaco. Porque Kurt Cobain se meta,

    porque Iggy Pop se meta, porque Courtney Love se mete. Y todos estn tandelgados. Cuerpo de moderno, magro y consumido. Y ya dijo Kerouak que

    prefera ser flaco que famoso (266)

    Adems esa utilizacin de diferentes referentes culturales se hace de forma reivindicativa a

    travs de citas, de menciones de ttulos, de comentarios acerca de autores que, a veces, como

    es el caso de Benjamn Prado, en Raro (1995), se convierten en un elemento clave de su

    potica.

    -Bueno -dijo Rosalita o Angie-, pero como dice Sterling Hayden enJohny Guitar:nunca le des la mano a un pistolero zurdo. (26)

    Resulta reveladora la recuperacin de la realidad del barrio chino y el Raval de

    Barcelona que Francisco Casavella, uno de los nuevos narradores, realiza en su mejor novela

    El triunfo(1990), tal y como ya hiciera Vzquez Montalbn en sus novelas de Carvalho o en

    El pianista(1985)9comentando la propia decadencia de las hampas criminales autctonas del

    barrio con la llegada de grupos africanos, pero Casavella lo hace siguiendo modelos literarios

    identificables con Salinger o cinematogrficos que nos recuerdan a, entre otras, la filmografa

    de Scorsese. Poticas, estticas, ajenas a las utilizadas por la generacin literaria a la que

    pertenece el propio Manolo Vzquez. Casavella, como tambin Jos ngel Maas o Pedro

    Maestre, y como ya lo hiciera Prez Galds en el siglo anterior, utilizar el lenguaje para

    definir a sus personajes. Y lo har, por ejemplo en la novela mencionada anteriormente,

    usando las jergas de barrio y los sociolectos juveniles, para el submundo que describen.

    Los moros y los negros haban venido de uno en uno, [...] Y como los moros y losnegros (los tranquis y los nervis) no tenan nada que perder y haba mucha gentedel Barrio que estaba apalancada, ponindose a gusto y cogindosela mirando elvdeo, pues los moros y los negros empezaron a hacer su guita y a quedarse conlas coplas. Y como estas cosas de los moros y los negros son muy raras, los

    moros empezaron a mandar a los negros y, poco a poco, se fueron organizando yla cosa se puso seria. (24)

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    Ser pues una recuperacin de la realidad del barrio, de la ciudad, desde una posicin crtica,

    como en Qudate (1993)10, pero desde la inmediatez de una experiencia vivida reconstruida

    literariamente por medio de un universo cultural que cada vez ms se distancia del de los

    autores de las generaciones anteriores que escribieron y escriben desde una potica de la

    memoria individual sentimental que tiene como referencia los aos de la posguerra espaola.

    Algunos de estos "novsimos novelistas", como ser el caso de Jos ngel Maas, han

    llegado a racionalizar la relacin de su obra con un lector implcito ideal de carcter

    generacional y su vinculacin a l no slo a travs de las historias narradas sino tambin por

    un, ya mencionado, uso de sociolectos y jergas juveniles que faciliten su recepcin

    generacional, aspecto que caracteriza toda la obra de este escritor madrileo. Maas,

    contestando a las preguntas de su entrevistador Carlos Marcos, manifiesta tal racionalizacin.

    Usted ve a su padre de 50 aos leyendo Ciudad rayada?Quiz tendra bastantes problemas por el argot que utilizo. En cuanto a lassituaciones, eminentementes juveniles, habr algunos adultos que disfruten en

    plan voyeur viendo los ambientes de los jvenes y otros se sentirn excluidos ytendrn cierto rechazo. Aunque tengo lectores mayores, la mayora son jvenes.(20)

    En todos los jvenes narradores de los noventa hay una presencia clara de la cultura

    popular de masas que ya no se limitar a la espaola o francesa sino que se ampliar, como ya

    dijimos, a la anglosajona. No aparecen casi ejemplos de citacin directa de la cancin

    espaola, la copla o tonadilla, ni del bolero y cuando se hace no es de forma irnica sino

    abiertamente sarcstica. Tampoco hay, lgicamente, una presencia de la "Nueva cancin

    francesa" de los aos cincuenta y sesenta, ni de la "Nova can catalana", ni de sus

    equivalentes regionales, como ocurra en las obras de los autores de generaciones anteriores.

    S que habr, en cambio, una citacin de ttulos de canciones, versculos y nombres de

    cantantes del rocky delpunkllegando a ser tan grande su importancia en la elaboracin delcdigo cultural de esta generacin que una de sus miembros, Luca Etxebarra, escribir una,

    muy bien documentada, historia de Kurt Cobain y Courtney Love11que ser el resumen de

    los ltimos aos de la msica rock.

    De la misma forma la televisin ya no ser un medio de comunicacin ms, sino que

    ser tomada como el medio de comunicacin por excelencia. Esa preeminencia se presentar

    no de forma acrtica sino mostrndose el aspecto ms kitchde esta a travs de la parodia de

    algunos anuncios publicitarios, concursos, culebrones americanos y comedias de situacin.

    No se da una crtica reflexiva de estas materializaciones de los medios de comunicacin sino

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    ms bien una burla de los mismos. Lo que supone una continuacin del modelo ensayado por

    directores cinematogrficos como Pedro Almodvar o Alex de la Iglesia. En relacin con el

    cine espaol se plantea un rechazo generalizado del mismo, quizs porque hasta hace tres

    aos no se ha dado el cambio generacional de este medio protagonizado por directores comoJulio Medem, Alex de la Iglesia, Alejandro Amenabar o Iciar Bollain, y una aceptacin del

    cine independiente norteamericano. A diferencia de los narradores de los ochenta que vean el

    cine como una proyeccin de sus narrativas, salvo Manuel Vzquez Montalbn que utilizar

    el cine como un elemento fundamental generador de cdigos culturales en sus narraciones por

    medio de la intertextualidad y el collage, asumen el cine como un elemento bsico de la

    realidad cotidiana.

    Algunos de ellos, como Martn Casariego Crdoba (1962), combinarn su trabajo como

    novelistas -Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero (1995)12,Mi precio es ninguno

    (1996)13,El chico que imitaba a Roberto Carlos (1996)14y, la muy cinematogrfica,La hija

    del coronel (1997)15- con el de guionistas cinematogrficos, en este caso, Amo tu cama rica

    (1991)16. Dualidad narrativa que se hace notar, por ejemplo, en las tres primeras novelas de

    Casariego por ser historias narradas en primera persona estableciendo un dilogo directo

    entre el narrador protagonista y el lector. Forma narrativa heredera, en este caso, del cine

    negro norteamericano y de la extensa filmografa de Woody Allen.

    La situacin de apertura al exterior de la nueva Espaa democrtica ha facilitado el

    desarrollo de un fenmeno sociocultural del que ya haban gozado los narradores de los aos

    80: el contacto con otras culturas y la lectura de otras literaturas. Los narradores de los aos

    noventa, sin referentes rupturistas en su propio pas, han encontrado en las literaturas

    extranjeras, fundamentalmente anglosajonas, unas referencias ideolgicas y literarias,

    existentes ya en las formas culturales cotidianas de la realidad espaola, pero todava

    presentes en sus literaturas de forma marginal, para elaborar su discurso literario o

    simplemente para identificar de forma sociolectal aspectos de esa realidad cotidiana.Benjamn Prado, uno de los novelistas ms emblemticos de estos narradores novsimos,

    contar sus historias utilizando toda una panoplia de referentes culturales anglosajones

    tomados explcitamente, junto a una forma de escritura que nos hace recordar la sintaxis de

    las traducciones al espaol de obras de autores norteamericanos como Carver, Shepard o

    Chandler. Lo sorprendente ser el mantener un discurso narrativo que sigue la pauta de la

    narrativa de la "Generacin perdida" norteamericana, la potica de la "Beat Generation" o del

    "Realismo sucio", sin omitir los puntos geogrficos espaoles. Gijn o Sevilla sern los

    escenarios de dilogos construidos puntillosamente con "retales" narrativos, de lugares

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    comunes, de dj vupertenecientes a una narrativa ajena a las tradiciones literaria y cultural

    espaolas, y cercana a las poticas del rock and roll. Su actitud frente a la generaciones

    anteriores es de escepticismo sin actitudes rupturistas. Recordemos que viven y que

    empezaron a escribir en una Espaa moderna activamente urbanizada con un incrementoespectacular de las formas de vida modernas. Tengamos en cuenta tambin que son los

    portavoces de una generacin ajena a los grandes discursos polticos e ideolgicos de corte

    totalizador y atenta al relato discursivo de alcance corto pragmtico, eclctico y

    fundamentalmente prctico. Una generacin que padece en sus carnes el enorme impacto del

    problema del paro y sus dramticas consecuencias en unas sociedades en las que el

    consumismo es uno de los elementos legitimizadores del propio sistema.

    A lo largo de los aos ochenta no se escriben novelas ni se filman pelculas en las que el

    fenmeno espaol de mayor repercusin social, el paro, aparezca como elemento protagnico,

    limitndose la accin narrativa a describir las formas de vida de los sectores de las clases

    medias profesionales. Los escritores ms rupturistas de la generacin de los noventa

    introducirn esa problemtica que afecta fundamentalmente a la juventud espaola. Un

    ejemplo descriptivo de la frustracin ante la no obtencin del ms mnimo trabajo con el que

    solventar el problema de la independencia econmica nos lo dar Pedro Maestre en su largo

    monlogo dialogadoMatando dinosaurios con tirachinas (1996).

    ...es muy fuerte lo que est pasando ahora, coo!, que no tenemos futuro hastapor lo menos dentro de diez aos, cuando ya seamos prematuramente viejos yestemos cansados de no creer en nada... (20)

    Caracterstica de todos ellos ser la doble actitud de buscar la identificacin del lector

    con sus obras y el definir la literatura desde una funcin teraputica y de huida de una

    realidad que critican sin modelos alternativos ajenos al de la propia ficcin narrativa. Una

    buena definicin de la literatura, segn los parmetros citados, nos la da el personaje

    interlocutor creado por el novelista en crisis de la novela de Daniel Mjica, Corazn negro

    (1998)17:

    -Las novelas son los espejismos de la realidad. Los escritores los nmadas quebeben en sus fuentes. (50)

    En ese sentido y en relacin con el vnculo entre la literatura y una realidad subjetivizada y

    fantasmal se desarrollar una memoria sustentada en la propia recreacin del recuerdo como

    una nica estrategia vital posible. En otras palabras: la memoria, de nuevo, como elemento

    clave en la constitucin del ser que por ello mismo no puede ser ms que un ser ficcional,

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    fantasmagrico. Evidentemente ese tipo de visin de la realidad y de la propia relacin de la

    literatura con esta, se ver materializada en narraciones subjetivizadas a travs de largos

    monlogos ensimismados en los que a veces se establece un dilogo de voces en el mismo

    monlogo y no en la accin. Un ejemplo de esto ltimo lo encontramos en la novelamencionada anteriormente de Pedro Maestre o en la de Tino Pertierra Jesse James estudi

    aqu (1998), donde los monlogos en segunda persona remedan un dilogo de voces

    configurador del narrador protagonista.

    Junto a este tipo de narraciones se presentarn textos en los que se cuentan descensos a

    los infiernos por parte de unos protagonistas aislados de la sociedad, encerrados en sus casas,

    incapaces de vivir o de amar, de resolver sus propios problemas vitales como seran los casos

    de, la novela mencionada anteriormente, Corazn negro de Daniel Mgica o de A la

    intemperie(1996)18de Alvaro Durn. En otros casos la estrategia narrativa se asentar en un

    constante uso del dilogo externo entre los personajes fundamentado en jergas, dominado por

    estas, presentndonos un vaco existencial reforzado por la combinacin con unos monlogos

    en segunda persona ensimismados dialogantes consigo mismo, como ser el caso deHistorias

    del Kronen (1994)19 de Jos ngel Maas. A veces el hasto llegar a consecuencias

    dramticas, como en el cuento de Tino Pertierra El hombre que mira20en el que el personaje

    femenino, en la mejor tradicin unamuniana o pirandelliana, dialoga con su autor y, en este

    caso, asesina a su creador a causa del aburrimiento que le produce su pobre imaginacin

    "creadora".

    Pobre diablo, pienso, si dices tantas majaderas en sueos, cuntas soltarsdespierto? Me siento ofendida y decepcionada: por qu he cado prisionera desemejante imbcil?[...]-No me mereces -digo a mi guardin, y disparo, disparo, disparo. (131)

    Discursos predominantes:

    El intimismo sicologista ser, junto al costumbrismo, el discurso ms utilizado por los nuevos

    narradores.

    Tino Pertierra con sus El secreto de Sara (1996)21, Acaso mentas cuando dijiste que

    me amabas? (1997)22 y Jesse James estudi aqu (1998)23elabora discursos monologados

    introspectivos, de autodefinicin de sus protagonistas, a partir de historias de amor. Dentro

    del costumbrismo cabe la diferenciacin entre la mera descripcin de los submundos urbanos

    contemporneos y su reproduccin minuciosa a travs de sus jergas y formas de vida, como

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    sera el caso de la narrativa de Jos ngel Maas y sus relatos sobre la juventud urbana

    espaola.

    Cuadro n 2Discursos predominantes de los jvenes narradores de los aos 90. Ejemplos ms caractersticos.

    INTIMISMOBSQUEDA

    INTROSPECCIN

    MUNDOSUBURBANO

    COSTUMBRISMO

    NARRATIVALTIMA.

    FIN DE SIGLO

    lvaro Durn: A laintemperie (1996)Luca Etxebarra:

    Beatriz y los cuerposcelestes (1998), Nosotrasque no somos como lasdems(1999)Tino Pertierra:Los seresheridos. Coleccin derelatos. (1995), Acasomentas cuando dijisteque me amabas? (1997),

    El secreto de Sara(1996)Daniel Mgica: Coraznnegro(1998)

    Martn Casariego: Miprecio es ninguno(1996)

    Benjamn Prado:Raro(1995), Nunca ledes la mano a un

    pistolero zurdo (1996)Ray Loriga: Lo peorde todo (1992),

    Hroes(1993), Cadosdel cielo(1995)

    Jos ngel Maas:Historias del Kronen(1994), Soy un escritor

    frustrado (1996), Ciudadrayada. (1998).Martn Casariego: Ydecirte alguna estupidez,

    por ejemplo, te quiero(1995), El chico queimitaba a Roberto Carlos(1996)Pedro Maestre: Matandodinosaurios contirachinas(1996)Francisco Casavella: El

    triunfo (1990), Qudate(1993)Tino Pertierra: Jesse

    James estudi aqu (1998)Juan Manuel de Prada:

    El silencio del patinador.(1995), Las mscaras delhroe (1996), Latempestad (1997)

    Ambos discursos literarios, costumbrista e intimista, servirn para mostrar realidades que

    presentarn sociedades condenadas a la pasividad por la ausencia de modelos globalesalternativos y por el propio conservadurismo egocentrista de sus protagonistas o bien

    presentarn a unos personajes protagonistas de su propio aislamiento, encerrados en su

    problemtica individual, sentimental o generacional. Salvo en rarsimos casos concretros24,

    que probablemente se multiplicarn con el tiempo, como los de Luca Etxebarra y su Beatriz

    y los cuerpos celestes, Martn Casariego y su La hija del coronel25o La tempestadde Juan

    Manuel de Prada, la accin se limita a un deambular nocturno por calles de bar en bar, de cita

    en cita o a un proceso introspectivo revelador de la disociacin del yo, de su proceso

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    cosificador, de la ausencia, en suma, de modelos superadores de la crisis del sistema cultural

    occidental y de los ajustes de la neomodernidad26.

    Conclusiones

    Durante los aos noventa ha surgido un nuevo grupo de narradores con voz propia ydiferenciada con respecto a las generaciones narrativas anteriores que ya no se reconoce en el

    imaginario configurado en torno a la supervivencia y la resistencia contra un sistema tan

    determinante como fue el franquista. Voz que es expresin activa de la situacin de crisis

    global de los valores de la cultura occidental, de los ajustes de la neomodernidad, y que se

    manifiesta en el escepticismo hacia los grandes discursos totalizadores en crisis, en la

    radicalizacin de la utilizacin de la irona que raya en el sarcasmo y en el uso consciente de

    los cdigos culturales existentes hoy en da. En gran medida estos narradores son la expresin

    crtica de una sociedad paralizada por la hegemona de lo que se ha venido en llamar el

    pensamiento nico, expresin contempornea de los aspectos ms globalizadores y

    mistificadores de la ideologa del neoliberalismo econmico.

    El ncleo sustancial de las narraciones de este grupo muestra un mundo del espectculo,

    de la apariencia, donde la huida noctmbula y el seguimiento cuasi-religioso de los cdigos

    culturales juveniles imperantes se convierten en una red definidora del propio individuo.

    Individuo que se aferra a tales cdigos y los convierte en seas de identidad individuales y

    generacionales. Junto a este nuevo costumbrismo, con visos de crtica y posicionamiento

    generacionales frente a un mundo en crisis, se alza otro grupo de narraciones de corte

    intimista, introspectivo, de bsquedas en las que los personajes desde la inaccin y su

    memoria individual intentan comprender situaciones de, segn los casos, desamor,

    enamoramiento, aislamiento, paro, incomunicacin, etc... en la que se encuentran y de la que

    no pueden o no saben salir. Por ltimo, y cerrando esta clasificacin de los tres discursos

    predominantes y ms novedosos, se perfila un tercer grupo de narraciones configurado por un

    mimetismo de caractersticas casi clonales de lo que se puede denominar como culturaalternativa norteamericana basada en las estticas cinematogrficas del cine independiente

    norteamericano, del cine negro, del rock and roll, de la "Beat Generation" etc. No se da en

    este grupo una, como en los dos grupos anteriormente citados, aceptacin de tales cdigos

    culturales, sino una total inmersin en las mencionadas estticas anulando lo que podra

    denominarse como tradiciones literarias hispnicas. Tales elementos de la cultura

    norteamericana tomados desde una posicin de automarginalidad malditista con respecto a la

    sociedad configurarn las narraciones ms llamativas de lo que hemos denominado como

    "Grupo de narradores novsimos de los aos noventa" en Espaa y sern una expresin ms

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    de una globalizacin cultural eliminadora de las identidades nacionales adoptando modelos

    literarios y culturales en gran medida norteamericanos. Lo cual no es ajeno a la situacin

    actual de hegemona cultural y poltica de los Estados Unidos27.

    En este texto hemos intentado clasificar, con todos los riesgos que esto comporta, la

    obra del, por el momento, ltimo grupo de narradores espaoles. Evidentemente en un

    momento de puesta en cuestin del canon literario y de su clasificacin genrica se da un

    constante transvase entre los tres discursos predominantes que hemos presentado dificultando

    an ms el estudio de estos escritores. Dada la cantidad de novelas y autores aparecidos en los

    ltimos cuatro aos resulta tambin difcil mencionar a todos ellos y analizar todos los textos

    aparecidos. Nuestra nica intencin ha sido elaborar unos materiales para que, en la necesaria

    discusin crtica, se pueda ir estudiando un fenmeno literario que, a pesar de la tirana del

    mercado y sus espejismos, se presenta como de primera magnitud en el horizonte de las letras

    hispnicas. Hagamos pues como el licenciado Pero Prez, veamos de qu tratan tales novelas

    porque hallaremos, sin duda, muchas que no merecern "castigo de fuego". As sea.

    UNIVERSIDAD DE OSLO

    OBRA MS RELEVANTE DE LOS NARRADORES ESPAOLES NOVSIMOSDE LOS AOS NOVENTA

    Novelas:

    (En este apartado slo recogemos las referencias bibliogrficas de los ttulos de las novelasque citamos en este texto o que consideramos ms relevantes dentro de la narrativa novsimaespaola. Hemos marcado en negrita las novelas premiadas de los nuevos novelistasespaoles)

    Bonilla, Juan.Nadie hace caso a nadie.Barcelona: Ediciones B, 1995.----Cansados de estar muertos.Madrid: Espasa-Calpe, 1998.

    Casariego Crdoba, M. Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero.Madrid: Anaya,1995.

    ----El chico que imitaba a Roberto Carlos.Madrid: Anaya, 1996.----Mi precio es ninguno.Barcelona: Plaza&Jans, 1996.----La hija del coronel.Sevilla: Algaida. XXIX, 1997. Premio de Novela Ateneo de Sevilla.Casavella, F.El triunfo. Barcelona: Anagrama, 1990.----Qudate.Barcelona: Ediciones B, 1993.

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    ----Un enano espaol se suicida en Las Vegas. Barcelona: Anagrama, 1997.Durn, . A la intemperie. Barcelona: Tusquets, 1995. II Premio nuevos narradores

    Tusquets 1995.Etxebarra, L.Aguanta esto! La historia de Kurt y Courtney. Valencia: Midons, 1996.----Amor, curiosidad, Prozac y dudas. Barcelona: Plaza&Jans, 1998.

    ----Beatriz y los cuerpos celestes. Barcelona: Destino, 1998. Premio Nadal, 1998.----Nosotras que no somos como las dems. Barcelona: Destino, 1999.Gopegui, B.La escala de los mapas.Barcelona: Anagrama, 1992. Premio Tigre Juan 1993.----Tocarnos la cara.Barcelona: Anagrama, 1995.----La conquista del aire.Barcelona: Anagrama, 1998.Grandes, A.Malena es un nombre de tango.Barcelona: Tusquets, 1994.----Modelos de mujer. Barcelona: Tusquets, 1996.Loriga, R.Lo peor de todo.Madrid: Debate, 1992.----Hroes. Barcelona: Plaza&Jans, 1993.----Das extraos. Madrid: El Europeo&La Tripulacin, 1994.----Cados del cielo. Barcelona: Plaza&Jans, 1998.Maestre, P. Matando dinosaurios con tirachinas. Barcelona: Destino, 1996. Premio Nadal

    1996.Maas, J.A.Historias del Kronen. Barcelona: Destino, 1994. Finalista Premio Nadal 1994.----Mensaka.Barcelona: Destino, 1995.----Soy un escritor frustrado. Madrid: Espasa-Calpe, 1996.----Ciudad rayada. Madrid: Espasa-Calpe, 1998.Mgica, D. Corazn negro.Barcelona: Plaza&Jans, 1998.Pertierra, T.Los seres heridos. Oviedo: Nobel, 1995.----El secreto de Sara.Barcelona: Alba Editorial SL, 1996.----Acaso mentas cuando dijiste que me amabas? Barcelona: Alba Editorial SL, 1997.----Jesse James estudi aqu. Barcelona: Alba editorial SL, 1998.Prada, J.M. de. Coos. Madrid: Valdemar, 1995.----El silencio del patinador. Madrid: Valdemar, 1995.----Las mscaras del hroe. Madrid: Valdemar, 1996.----La tempestad.Barcelona: Planeta, 1997. Premio Planeta 1997.Prado, Benjamn.Raro. Barcelona: Plaza&Jans, 1995.----Nunca le des la mano a un pistolero zurdo.Barcelona: Plaza&Jans, 1996.Rivera de la Cruz, M. Que veinte aos no es nada.Sevilla: Algaida, 1998. III Premio de

    Novela Ateneo Joven de Sevilla.

    BIBLIOGRAFA NO MENCIONADA EN LA LISTA ANTERIOR

    Bourdieu, P.Les rgles de l'art: gense et structure du champ littraire. Paris: Seuil, 1992Buckley, R. La doble transicin. Poltica y literatura en la Espaa de los aos setenta.

    Barcelona: Siglo XXI, 1996.Castellet, Jos Mara.Nueve novsimos poetas espaoles,Barcelona: Barral, 1997.Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. (Francisco Rico ed.). Barcelona: Crtica,

    Instituto Cervantes, 1998.Estefana, J. Contra el pensamiento nico. Madrid: Taurus, 1998.Goytisolo, Juan. Cogitus interruptus. Barcelona: Seix Barral, 1999.Marcos, Carlos. Radiografa. Jos ngel Maas (escritor). El Pas, Suplemento dominical,

    1138, (19.7.98), Madrid: 20.Martn, Sabas.Pginas amarillas. Madrid: Lengua de trapo, 1997.

    Navajas, G. Ms all de la posmodernidad. Esttica de la nueva novela y cine espaoles.Barcelona: EUB SL, 1996.

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    Navarro Ranninger, Pilar,La literatura espaola en torno al 1900. Modernismo y 98. Madrid:Akal, 1994.

    Ramonet, I. Un mundo sin rumbo. Madrid: Debate, 1997.Santiez-Ti, Nil. Temporalidad y discurso histrico. Propuesta de una renovacin

    metodolgica de la historia de la literatura espaola moderna. Hispanic Review,

    (Philadelphia), 65, (noviembre 1997), p. 269Verd, V.El planeta americano. Barcelona: Anagrama, 1997.

    NOTAS1El contenido de este artculo fue presentado parcialmente en la dcimocuarta edicin del CongresoEscandinavo de Romanistasque se celebr en 1999 en la Universidad de Estocolmo.2Cervantes, Miguel de.Don Quijote de la Mancha. (Francisco Rico ed.). Barcelona: Crtica, Instituto Cervantes,1998,p. 77.3Muchos de estos autores estn antologados en Martn, S. Pginas amarillas. Madrid: Lengua de trapo, 1997.4El concepto de generacin literaria aplicado a la del 98, Discurso en el P.E.N. Club de Madrid, 6-12-1935.Ver en Navarro Ranninger, Pilar, La literatura espaola en torno al 1900. Modernismo y 98. Madrid: Akal,1994, pp. 215-2195Las tesis, como las de, por ejemplo, Nil Santiez-Ti (1997), que plantean el continuismo histricopresuponen un cuestionamiento del propio proceso de cambio histrico que no aceptamos ya que consideramosque las rupturas de paradigmas estticos, poticos y culturales son las que determinan tal proceso siguiendo enesto las tesis bien conocidas de Thomas Kuhn. Adems, tal y como plantea Juan Goytisolo, el esquemageneracional hace hincapi en el concepto moderno de welstanchaung frente a las opciones posmodernistas:Por fortuna, un unanimismo parecido, [...], subsiste aglutinado en torno al concepto de generacin los autoresde mi generacin pensamos que..., a nuestra generacin no le interesa ya... etc.; como reflejo de un almacolectiva o Welstanchaung que cala en realidades ontolgicas durables y profundas. Contrariamente a quienessostienen que dicho concepto fue inventado por autores de manuales literarios, aquejados de un pruritoclasificador de entomlogos o de una congnita pereza intelectual, un rimero impresionante de pruebas que se

    remontan a pocas desmienten la verdad de tal aserto. San Juan de la Cruz se expresaba siempre en trminosgeneracionales para establecer claramente sus diferencias con los grupos poticos anteriores!" Goytisolo, Juan.Cogitus interruptus. Barcelona: Seix Barral, 1999, p. 34.6Castellet, J.M. Nueve novsimos poetas espaoles,Barcelona: Barral, 1970.7As denomina Jorge Herralde, director de la Editorial Anagrama, al subgrupo de nuevos autores que utilizan lapotica del rocky de la "Generacin Beat" en su narrativa.

    8En el cuadro 1 hemos aplicado parcialmente algunas de las nociones tratadas por Pierre Bourdieu y porRamn Buckley en: Bourdieu, P.Les rgles de l'art: gense et structure du champ littraire. Pars: Seuil, 1992y Buckley, R.La doble transicin. Poltica y literatura en la Espaa de los aos setenta. Barcelona: Siglo XXI,1996 respectivamente.9Vzquez Montalbn, M.El pianista. Barcelona: Seix Barral, 1985.10Casavella, F. Qudate.Barcelona: Ediciones B, 1993.11Etxebarra, L. Aguanta esto! La historia de Kurt y Courtney. Valencia: Midons, 1996.12

    Casariego Crdoba, M. Y decirte una estupidez, por ejemplo, te quiero. Madrid: Anaya, 1995.13Casariego Crdoba, M.Mi precio es ninguno. Barcelona: Plaza&Jans, 1996.14Casariego Crdoba, M.El chico que imitaba a Roberto Carlos. Madrid: Anaya, 1996.15Casariego Crdoba, M.La hija del coronel.Sevilla: Algaida, 1997.16Otro caso concreto de guionista-novelista ser Francisco Casavella escritor de las novelas El triunfo (1990,1997), Qudate (1993) y Un enano espaol se suicida en Las Vegas(1997) y del guin cinematogrfico de lapelculaAntrtida (1995).17Mjica, D. Corazn negro. Barcelona: Plaza&Jans, 1998..18Durn, A.A la intemperie. Barcelona: Tusquets, 1996.19Maas, J.A.Historias del Kronen.Barcelona, Destino, 1994.20Pertierra, T.Los seres heridos. Oviedo: Nbel, 199.21Pertierra, T.El secreto de Sara. Barcelona: Alba Editorial SL, 1996.22Pertierra, T. Acaso mentas cuando dijiste que me amabas?Barcelona: Alba Editorial SL, 1997.23

    Pertierra, T.Jesse James estudi aqu. Barcelona: Alba Editorial SL, 1998.

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    24Y an en estas novelas la investigacin sicologista en forma de autorreflexin intimista cumple un papelfundamental.25Novela que desde un esquema de narracin de intriga y amor, desarrolla un discurso de bsqueda de s mismopor parte del protagonista enmarcado en un espacio real detallado meticulosamente situado en los cuarteles del

    tercio de la legin espaola destinado en Melilla.26Utilizamos aqu la definicin que de este concepto utilizado en Navajas, G . Ms all de la posmodernidad.Esttica de la nueva novela y cine espaoles. Barcelona: EUB SL, 1996, en concreto en su pgina 183: "Lanueva episteme neomoderna no elimina la perspectiva de la negacin sino que la completa con posiciones quelegitiman la asertividad axiolgica y esttica sin incurrir en los excesos de la perspectiva moderna excluyente.Como he estudiado, esta nueva posicin se pone de relieve en varios aspectos: entre ellos destacan lapotenciacin del yo sobre todo a partir de la reconsideracin de la nueva identidad femenina; la preferencia deproyectos individuales asertivos frente a las construcciones absolutas; la revaloracin de la intersubjetividad."27Para una aproximacin a los temas del "Pensamiento nico", "Globalizacin" y "Americanizacin" esrecomendable leer las obras de Estefana, J. Contra el pensamiento nico. Madrid: Taurus, 1998, Ramonet,Ignacio. Un mundo sin rumbo. Madrid: Debate, 1997 y Verd, V.El planeta americano. Barcelona: Anagrama,1996.