Uca - Etica Social Cristiana

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Departamento de Teología Universidad Centroamericana "losé Simeón Cañas" *-l a cev^ ir,rsti cia Etica socÍal cristiana 16 UCA Editores

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Departamento de TeologíaUniversidad Centroamericana "losé Simeón Cañas"

*-l a cev^ ir,rsti cia

Etica socÍal cristiana

16

UCA Editores

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Contenido:

lntroducción

pagrna

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Su gerencias metodológ icas

La doctrina social de la lglesia

La justicia, práctica vital 11

El trabajo que humaniza 17

La propiedad y el destino universal de los bienes 23

La polít ica y el gobierno para el bien común 29

El capital ismo y el social ismo 35

1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

10.

11.

12.

La paz y la guerra 41

La violencia 47

Los países ricos, los países pobres 53

Los derechos humanos 59

La ecología 65

La discriminación contra las mujeres 71

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Introducción

Ninguna persona, y menos si se dice seguidora deJesús de Nazaret, puede permanecer indiferenteante las graves injusticias que sufren mil lones depersonas; tampoco se puede evadir esta realidadbajo el pretexto de un pretendido espiritualismo.Todas las personas tenemos la obligación moral deenfrentar con indignación la injusticia y hacer algopor las inmesas mayorías de la humanidad a quie-nes diaríamente se pisotea su dignidad.

l-a lglesia t iene una rica y larga tradición de luchapor las cuestiones sociales. Esta tradición es reco-gida en los documentos de su magisterio, en lo quese denomina la doctrina social de la lglesia. Estacartilla tiene como objetivo principal conocer estatradición para poderla aplicar con creatividad en lasnuevas situaciones y problemas sociales.

Para elaborar esta cartilla nos han sido de gran uti-l idad estos l ibros, crJya lectura recomendamos:

D. Brackley, Ética social cristiana, UCA Editores, SanSalvador, 1995.

R. Antoncich y J.L. Munárriz, La doctrina social dela lglesía, Ediciones Paulinas, Madrid, 1987.

l. Camacho, Docf rina Social de la lglesia. Quinceclaves para su comprensión, Desclée de Brouwer,Bi lbao, 2000.

Deseamos que este estudio contribuya a fortalecernuestra conciencia sobre los problemas sociales ynos al iente a emprender la lucha por la justicia so-cial desde la opción preferencial por los pobres parahacer presente el reinado de Dios, reinado de justi-cia y paz, verdad y l ibertad, solidaridad y vida enmedio de nuestra realidad.

Hacer justicia

Su gerencias metodológicas

El dibujo

Cada tema se inicia con undiálogo a partir de un dibu-jo. Se trata de comenzar lareflexión a partir de las opi-niones e inquietudes de laspersonas parlicipantes.

Desarrollo del tema

En las páginas s igu icntcs seexponen las ideas principalesde cada tema, que adenráscontienen información adi-cional en las notas del mar-gen de cadapágina. El anima-dor o animadora puede en-contrar más infomración enlos libros recomenciados.

Úttima página

Aquí se ofrecen algunas su-gerencias para desan:ollar eltema con un método parti-cipativo. Recomendamos so-bre todo los Ejercicios, yaque permittrán a las personasparticipantes entrar en con-tacto directo con los textos dela Biblia y del magisterio dela Iglesia.

Es mejor realizar los ejerci-cios durante la exposición deltema, así lograremos un pro-ceso de aprendizaje rnás ac-tivo.

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Téma 1

La doctrina social de la lglesia

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Platiquemos:

¿Qué ves en esta lámina? ¿Qué simbolizan losdiversos elementos del dibujo?

¿Qué documentos de la enseñanza social de laIglesia conoces? ¿Qué piensas de ellos?

En este primer tema vamos a estudiar qué es laenseñanza social de la lglesia, cuál es su objetivo ysu método, a quiénes corresponde esta labor so-cial. Es un primer tema, introductorio a los proble-mas concretos que veremos en temas sucesivos.

La fe y los problemas sociales

Hay personas que piensan que los problemas so-ciales no tienen nada que ver con Ia fe, que eso escuestión de la polít ica; la fe tiene que mantenersealejada y no contaminarse con esos problemas. Estemodo de pensar está más difundido de lo que pen-samos. Hoy están de moda los movimientos reli-giosos de inspiración espiritualista que promuevenla alabanza,la oración y el alejamiento de los pro-blemas del mundo.

Pero ante esto cabe hacerse las preguntas que hacealgunos años se hicieron los obispos de Chile: "LPo-demos pensar sinceramente que a Dios no le preocu-pan los niños desnutridos? ¿Creemos que Dios notiene algo que decir acerca de las armas que se acu-mulan amenazando la vida de sus hijos, o del terroris-mo o de la tortura que los degradan? ¿Creemos que aDios no le interesan la libertad de sus hijos, su dere-cho a la vida en pazo al trabajo digno? Si a Dios no leinteresa lo contingente de la vida humana y no tiene

Hacer justicia

Principales documentos de laDoctrina Social de la Iglesia

Encíclica Rerum novarum, sobrela situación de la clase trabajado-ra, León XII I (1891).

Encícl ica Quadragesimo anno.sobre la restauración del ordensocial , Pío XI (1931).

Encíclica Mater et magistra, elcristianismo y el proceso social,Juan XXII I (1961).

Encíclica Pacem in terris, la pazentre los pueblos, Juan XXIII(1e63).

Constitución pastoral Gauditun etspes, la Iglesia en el mundo ac-tual, Concilio Vaticano II (1965).

Encíclica Populorunt progressio,sobre el desarrollo de los pueblos.Pablo VI (1967).

Carta apostól ica Octogesimaadveniens,llamamiento a la ac-ción, Pablo VI (1961).

Justicia en el mundo, Sínodo deobispos, Roma (1971).

Encíclica Laborem exercens, so-bre el trabajo humano, Juan Pa-b l o I I ( 1 9 8 1 ) .

Encíclica Sollicitudo rei socialis,la preocupación social de la lgle-sia, Juan Pablo II (1987).

Encíclica Centesimus arurus, en elcentenario dela Rerum novartull,Juan Pablo I f (1991).

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Ética social cristiana

una palabra salvadora para esa vida concreta, ¿porquéquiso entonces compartir nuestra vida humana en todo-menos en el pecado-?" (Comité Permanente del Epis-copado de Chile: La lglesia, su misión ayer y hoy,31 demayo de 1977).

La fe y experiencia del Dios Yahvéh surge precisamen-te a partir de un grave problema social: la esclavitud yla explotación de las tribus en Egipto (Ex 1 ,8-14). Diosescuchó el clamor del pueblo y decidió bajar paraliberarlo (Ex 3,7-9). Una vez que aquellas tribus disper-sas logran liberarse del yugo explotador, se organizan,nacen como pueblo y hacen leyes en las que tratan dereflejar el gran ideal de una sociedad justa y solidariaen las relaciones económicas, sociales, políticas. Mu-chas de estas leyes las podemos encontrar en los li-bros del Pentatetuco. Cuando el pueblo se aleja de esteideal, los profetas se encargan de recordar al pueblo laalianza con Dios, denuncian las injusticias y anuncianla sociedad querida por Dios. La conciencia social delos profetas es incuestionable.

Con Jesús de Nazaret, la revelación llega a su pleni-tud; tanto amó Dios al mundo que decidió enviar a supropio Hijo, que puso su tienda entre nosotros (Jn 1,14).Jesús, proclama bienventurados a los pobres (Lc 6,14),les anuncia la buena noticia de su liberación (Lc 4,18)y, mediante palabras y obras, hace presente el Reinode Dios (Mc 1,15).

Jesús, que pasó haciendo el bien y curando a los opri-midos (He 10,38), que se enfrentó a los ricos y podero-sos para denunciarles sus injusticias y crímenes, queamó hasta el extremo de ofrecer su propia vida en lacruz (Mc 15,33-39), nos enseña que el Reino de Diosno es evasión del mundo, sino que se construye día adía en el seguimiento de Jesús.

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Principales documentos de laDoctrina Social de la Iglesia

en América Latina

Documento de Medellín

La lglesia en la actual transfor-mación de América Latina a laluz del Concilio,II ConferenciaGeneral del Consejo EpiscopalLat inoamericano (CELAM),Medellín, Colombia (l 968).

Documento de Puebla

La evangelizqción en el presen-te y en el futuro de AméricaL atina, III Conferencia Generaldel Consejo Episcopal Latino-americano (CELAM), Puebla,México (1979).

Documento de Santo Domingo

Nueva evangelización, promo-ción humana, cultttra cristiana,IV Conferencia General delConsejo Episcopal Latinoame-ricano (CELAM), Santo Do-mingo, Repúbl ica Dominicana(1992\.

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La lglesia prosigue en la historia la tarea de Jesús. Lasprimeras comunidades cristianas comprendieron muybien que la cuestión social tiene mucho que ver con lafe y seguimiento de Jesús; por eso compartieron todossu bienes para que nadie pasara hambre y necesidad(He 2,44-45;4,32). A lo largo de la historia de más dedos mil años, la lglesia, con luces y sombras, ha man-tenido una preocupación por los problemas sociales yuna lucha por la justicia.

La doctrina social de la lglesia

Ahora bien, con la revolución industrial y el surgimientodel capitalismo se dan en la historia nuevos y gravesproblemas que no existÍan, al menos de esa manera,en los tiempos de la Biblia. La lglesia comienza a re-flexionar qué hacer como cristianas y cristianos anteestos nuevos problemas sociales, económicos y políti-cos, y es así como nace lo que se llama la doctrinasocialde la lglesia, es decir, la enseñanzao las orienta-ciones de la lglesia sobre los problemas sociales. Elprimer documento de la lglesia sobre la cuestión sociales del Papa León Xll l, en 1891;es la carta encíclicaRerum novarum, que quiere decir 'bosas nuevas". ElPapa escribe esta carta para defender Ios derechos dela clase trabajadora duramente explotada con jornadaslaborales interminables y agotadoras y salarios de mi-seria.

A partir de esta carta, los Papas han escrito otros docu-mentos para dar respuestas y orientaciones ante losproblemas cada vez más graves y complejos que sevan dando en nuestro mundo. En América Latina, losobispos se reúnen cada cierto tiempo y se pronuncianante los problemas económicos, socialesy políticos queafectan a todo el continente ameri€no: Medellín (1968),Puebla (1979), Santo Domingo (1992). Cada obispo

Hacer iusticia

La Doctrina Social de la Iglesia

"La doctrina social de la Iglesianació del encuentro del mensajeevangél ico y de sus exigencias-comprendidas en el mandamien-to suprerno del amor a Dios y alprójimo y en la justicia (cfr. Mt22,37-40;Rom 13,8-10)- con losproblemas que surgen en la so-ciedad. Se ha constituido en unadoctrina, utilizando los recursosdel saber y de las ciencias huma-nas; se proyecta sobre los aspec-tos éticos de la vida y toma encuenta los aspectos técnicos delos problemas, pero siempre parajuzgarlos desde el punto de vistamoral.

Esta enseñanza. orientada esen-cialmente a la acción, se desarro-l la en función dc las circunstan-cias cambiantes de la historia.Por ello, aunque basándose enprincipios siempre válidos, com-porta tanrbién juic ios conl ingcn-tes. Lejos de constituir un siste-ma cerrado, queda abierta penna-nentemente a las cuestiones nue-vas que no cesan de presentarse...

La Iglesia, experta en humanidad,ofrece en su doctrina social unconjunto de pr incipios de re-flexión, de criterios de juicio yde directrices de acción (MM,235) para que los cambios enprofundidad que exigen las situa-ciones de miseria y de injust ic iasean llevados a cabo, de una ma-nera tal, que sirva al verdaderobien de los hombres" (Instruc-ción sobre libertqd cristiana v li-beración,72).

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Ética social cristiana

en su diócesis también trata de darorientaciones sobrelos problemas sociales que afectan más directamentea su realidad, tal es el caso ejemplar de Monseñor Ro-mero quien escribió la Carta Pastoral: La lglesia y laorganizaciones políticas populares (1 978).

Puebla define así la doctrina social de la lglesia: "EIaporte de la lglesia a la liberación y promoción humanase ha venido concretando en un conjunto de orienta-ciones doctrinales y criterios de acción que solemosllamar <enseñanza socialde la lglesia>. Tienen su fuen-te en la Sagrada Escritura, en la enseñanza de los Pa-dres y los grandes Teólogos de la lglesia y en el Magis-terio, especialmente de los últimos Papas" (Puebla,472).La finalidad de la doctrina social de la lglesia "es siem-pre la promoción de liberación integral de la personahumana, en su dimensión terrena y trascendente, con-tribuyendo asía la construcción del Reino" (Puebla,475).

La doctrina social de la lglesia busca orientar Ia prácti-ca del amor de hombres y mujeres que por todo el mun-do se encuentran inmersos en realidades complejas ycambiantes. Este amor responde a la dignidad huma-na, que es la base de toda la doctrina social de la lgle-sia. Se trata de la dignidad de personas-en-comunidad.Los principios o criterios de la doctrina social de la lgle-sia se basan en el respeto a cada individuo y la bús-queda del bien de toda la sociedad (el bien común). Ladoctrina social de la lglesia se basa en un personalis-mo comunitario,

La doctrina social de la lglesia no ofrece recetas paraser aplicadas de manera automática yfundamentalista;lo que nos ofrece son criterios para ver la realidad, juz-garlos hechos alaluz de la Palabra de Dios y actuarpara transformar las situaciones de injusticia y hacerpresente el reino de Dios.

I

El método para aplicar la

Doctrina Social de la lglesia

"Ahora bien, los pr incipios ge-nerales de una doctrina social sellevan a la práctica comúnmentemediante tres fases: primera, exa-men completo del verdadero es-tado de la situación; segunda,valoración exacta de esa situa-ción a la luz de los pr incipios, ytercera, detenninación de lo po-sible o de lo obligatorio para apli-car los principios de acuerdo conlas circunstancias de tiempo ylugar. Son tres fases de un mis-mo proceso que suele expresar-se con estos tres verbos: ver.juz-gar y obrar" (Mater et magistra,236).

"Frente a situaciones tan diver-sas nos es di f ic i l pronunciar unapalabra única, como tambiénproponer una solución con valoruniversal. No es éste nuestro pro-pósito ni tarnpoco nuestra rni-sión. Incumbe a las comunidadescristianas analizar con objetivi-dad la situación propia de su país,esclarecerla mediante la luz de lapalabra inalterable del Evangelio,deducir principios de reflexión,nomas de juicio y directrices deacción según las enseñanzas so-ciales de la Iglesia tal como hansido elaboradas a lo largo de lahistoria y especiahlente en estaera industrial, después de la fe-cha histórica del mensaje de LeónXIII sobre la Condición de losobreros" (Octogesima ndveniens,4).

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Diccionario

Padres de la lglesia: Teólogos importantes de los prime-ros siglos después de Cristo.

Contingente: Cambiante.

Magisterio de la Iglesia: Enseñanza, se ref,rere a la mi-sión de la Iglesia de ofrecer principios y criterios para com-prender y transformar la realidad.

Encíclicas: Cartas oficiales del Papa. Estas cartas son co-nocidas por sus primeras palabras en latín (que es el idio-ma oficial de la Iglesia).

rcicios

1. Lea Ex 2,23-25 y 3,7-10

a) ¿Cuál es la situación concreta del pueblo?b) ¿Cómo responde Dios ante esa situación?c) Pensando en nuestra realidad, ¿podemos ser

indiferentes al clamor del pueblo?d) ¿Existe hoy un clamor del pueblo? ¿Cómo se

expresa?e) ¿Qué hacemos como comunidad cristiana

ante el clamor del pueblo?

2. Lea los números 472 y 475 de Puebla:

a) ¿Cómo define el documento la doctrina so-cial de Ia Iglesia?

b) ¿Qué quiere decir la palabra liberación inte-gral? ¿Se refiere a la salvación del alma, a lasalvación personal...? ¿Qué comprende en-tonces la liberación intesral?

3. Lea el número 4 de Octogesima udveniens:

a) ¿A quiénes coffesponde analizar la situaciónsocial de cada país y actuar para ffansfonnarla?

b) ¿Qué método se propone?

Hacer justicia

Dinámica

l . Formamos varios grupos de tra-bajo y entregamos a cada grupo:periódicos recientes, plumones,tijeras, pegamento y una cartuli-na.

Cada grupo prepara un cartel conlos problernas que consideramosmás urgentes en nuestro país.Para ello puede utilizar recoffesde los periódicos o elaborar suspropios dibujos y mensajes.

Cada grupo presenta su cartel ylos demás grupos lo comentan.

Una vez presentados todos loscarteles, se subrayan los elemen-tos comunes.

Terminamos haciendo esta pre-gunta: ¿qué palabrade buena no-ticia podemos decir ante estosproblemas?

2.

3 .

4.

Cartel

La doctrina socialforma parte de lamisión evangelizadorade la lglesia.. . , t ienecomo consecuenc¡ael comprom¡sopor la justicia

(Sollicitudo rei socla/is, 9).

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La justicia, práctica vital

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12 Hacer justicia

La situación de injusticia

"Vemos, alaluz de la fe, comoun escándalo y una contradiccióncon el ser cr is{ iano, la crecientebrecha entre ricos y pobres. Ellujo de unos pocos se convierteen insulto contra la miseria de lasgrandes Ílasas...

Comprobamos, pues, como elmás devastador y humillante fla-gelo, la situación de inhumanapobreza en que viven millones delatinoamericanos expresada porejempio, en mortalidad infantil,falta de vivienda adecuada, pro-blemas de salud, salarios de ham-bre, desentpleo y subempleo,desnutrición, inestabilidad labo-ral, migraciones masivas, forza-das y desamparadas, etc.

Alanalizarmás a fondo tal sifua-ción, descubrimos que esta po-breza no es una etapa casual , sinoel producto de situaciones y es-tructuras económicas, sociales ypolíticas, aunque haya tambiénotras causas de la miseria. Esta-do interno de nuestros países queencuentra en muchos casos suorigen y su apoyo en mecanismosque... producen a nivel interna-cional, ricos cada vez rnás ricosa costa de pobres cada vez máspobres. Esta real idad exige, pues.conversión personal y can-rbiosprolundos de las estructuras qur:respondan a las legi t imas aspira-ciones del pueblo hacia una ver-dadera justicia social" (Puebla,

28-30).

Platiquemos:

- ¿Qué vemos en esta létmtna? ¿Se da este tipo desituaciones en nuestra realidad?

- ¿Por qué dicen los obispos en Medellín, que iamiseria de las mayorías es una injusticia queclama al cielo? ¿Qué es la justicia?

La justicia está presente en todos los temas de laética social cristiana, es la palabra clave que inspi-ra y mueve la acciÓn de muchas personas creyen-tes. Hay muchas definiciones de justícia. En estetema vamos a estudiar qué nos dice la Biblia y elmagisterio de la lglesia sobre la justicia.

Partiendo de la injusticia real

La pregunta sobre la justicia surge de la experien-cia dolorosa de la injusticia. Las mejores aproxima-ciones a la justicia vienen desde las situacionesconcretas y reales de injusticia. Por eso, para teneruna idea cabal de la justicia, partimos de la situa-ción real de injusticia.

La injusticia es una relación social en la que unapersona o un grupo privilegiado de personas man-tienen a otras personas en una situación de depen-dencia unilateral, es decir, ejercen poder sobre ellas.Por ejemplo, en la esclavitud el amo tiene podersobre el esclavo; el amo decide por el esclavo y le-l im-itá-Su

libertad. Además, en una sítuación de in-justicia, la persona que es dominada no puede pe-dir cuentas al que lo domina. El esclavo es reduci-do a un objeto, no tiene ninguna participación, nopuede exigir nada.

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Ética social cristiana

Cuando los obispos se reunieron en Medellín (1968),di jeron estas palabras: "La miseria que margina agrandes grupos humanos... es una injusticia que cla-ma al cielo" (Justicia 1 ,1). La pobreza que afecta amiles y miles de personas en nuestro continente yen el mundo entero es una injusticia porque unospocos mantienen en una situación de dependenciaunilateral a muchos y a éstos se les niega el dere-cho a participar y a exigir cuentas de los grupos do-minantes

Dicho esto, podemos afirmar que hace r justicia con-siste en cambiar este t ipo de situaciones donde unospocos someten a una mayoría. La justicia consiste,entonces, en unas 'telaciones sociales donde pre-valece la interdependencia, en el sent ido (mínimo)de la capacidad mutua de pedir cuentas efectiva-mente, de una u otra manera"(D. Brackley) . Es de-cir, en unas relaciones sociales de justicia, unos nodeciden sobre otros, sino que unas personas deci-den con otras, en mutua dependencia, colaboracióny participación.

La just ic ia en la Bib l ia

En la Bibl ia la justicia es ante todo lo que es correc-to, val ioso y bueno para la comunidad y se enmarcaen un contexto de relaciones sociales en las que esvital rescatar a la víctima y l iberar al oprimido.

En el Antiguo Testamento se emplean distintas pa-labras para expresar la realidad de justicia: sedeqque signif ica justicia para las personas oprimidas(Jr 50,7; ls 41 ,2.10); sedaqah que signif ica acto debondad o compasión por el cual se reivindican losderechos de las personas más desprotegidas: elhuérfano, la v iuda, e l emigrante (Mi 6,5; Sal 103,6) ;mishpat que es hacer derecho o hacer justicia a las

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El clamor de los pobrespor la justicia

"Desde el seno de los diversospaíses del continente está subien-do hasta el cielo un clamor cadavez más rumultuoso e impresio-nante. Es el grito de un puebloque sufre y que demanda justi-cia, libertad, respeto a los dere-chos fundamentales del hombrey de los pueblos.

La Conferencia de Medel l ínapuntaba ya, hace más de diezaños, la comprobación de estehecho: <<Un sordo clamor brotade millones de hombres, pidien-do a sus pastores una liberaciónque no les llega de ninguna par-

te> (Pobreza de la Iglesia, 2).

El clamor pudo haber parecidosordo en ese entonces. Ahora esclaro, creciente, impetuoso y, enocasiones, amenazante.

La s i tuac ión de in jus t i c ia quehemos descrito en la pafte ante-rior nos hace reflexionar sobreel gran desafio que tiene nuestrapastoral para aludar al hombrea pasar de situaciones menoshumanas a más humanas. Lasprofundas diferencias sociales, laextrema pobreza y la violaciónde los derechos humanos que sedan en mucha partes son retos ala Evangelización" (Puebla, 87 -

e0)

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personas oprimidas (ls 1 ,17). No hay justicia sin amory sin compasión para con las víctimas, las personasoprimidas y empobrecidas; por eso al hablar de justi-cia también son frecuentes las palabras hesed, amory rahamin, misericordia (Mi 6,8; Os 12,7; ls 30,18).

En el Nuevo Testamento, Jesús proclama el reino deDios que representa la realización de la justicia deDios (Mt 5,6.20; 12,18-20;23,23). Jesús nos enseñaque el amor al prójimo, especialmente a los pobres,es la norma suprema de la justicia de Dios. El amor,es decir, tratar al prójimo como uno quiere ser tratado(Mt 7,12) es la base de toda just ic ia.

En conclusión, la Bibl ia ubica la pregunta por la just i -cia en un contexto de conflicto histórico; preguntarsepor la justicia es sobre todo cuestionarse: ¿cómo arre-glar la situación real de injusticia? o ¿cómo respon-der a las necesidades del prójimo? En segundo lu-gar, la Biblia no considera a las persponas como indi-viduos aislados que exigen <lo suyo), s ino que ve alas personas insertas en redes de relaciones socia-les de tal manera que la justicia es arreglar las rela-ciones dentro de la comunidad. Y en tercer lugar, laBiblia plantea la justicia como la defensa y l iberaciónde las personas oprimidas. La justicia es la expre-sión del amor social

La justicia en la enseñanza social de la lglesia

En la enseñanza de la lglesia se manejan tres con-ceptos fundamentales para hablar de justicia:

Justicia distributiva; exige que todas las personas ten-gan acceso a los medíos para satisfacer las necesi-dades básicas (trabajo, salud, educación, propiedad,etc.) de tal manera que nadie sea excludio del bien-estar de la sociedad.

Hacer justicia

La lucha por la justicia y laevangelización

"La acción en favor de la justiciay la participación en la transfor-mación del mundo se nos presen-ta claramente como una dimen-sión constitutiva de la predica-ción del evangelio, es decir, dela misión de la Iglesia paralare-dención del género humano y laliberación de toda situación opre-siva" (Justicia en el ntundo, Si-nodo de obispos, Roma 1971.)

"La misión de predicar el evan-gelio en el tiempo presente re-quiere que nos empeñemos en laliberación integral del hombre yadesde a l ro ra , en su cx is tenc iaterrena. En efecto, si el mensajecristiano sobre el amor y la justi-

cia no manifiesta su eficacia enla acción por la just ic ia en elmundo, muy dificilmente obten-drá credibilidad entre ios hom-bres de nuestro tiempo" (Justi-cia en el mtu¡do, Sínodo de obis-pos, Roma l97l).

"En el Antiguo Testamento, Diosse nos revela a sí mismo como elliberador de los oprimidos y eldefensor de los pobres. exigien-do a los hombres fe en él y la jus-ticia para con el prójimo. Sólo enla observancia de los deberes dejusticia se reconoce verdadera-mente al Dios liberador de losoprimidos" (Justicia en el ntun-do, Sínodo de obispos, Romar91 r).

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Ética social cristiana

Justicia conmutativa: exige cumplimiento de los con-tratos, acuerdos, intercambios que se hacen entregrupos y personas, pero también exige transparen-cia y, sobre todo, que sean partes l ibres y fundamen-talmente iguales las que entran en esos acuerdos.

Justicia contributiya.'se refiere a lo que se exige acada ciudadano y ciudadana y a cada grupo para con-tribuir al bien común, a su bienestar y engrandeci-miento, para que todas las personas puedan llevaruna vida digna y realmente humana. También impl i-ca que los gobiernos garanticen un orden social quepermita que ese aporte personal pueda darse actíva-mente.

La justicia distributiva sirve como criterio para la apli-cación de otras formas de justicia. Un empresariopuede afirmar que el contrato laboral es justo porqueha sido firmado por ambas partes (empresario y obre-ro); sin embargo, es probable que el contrato sea in-justo porque el salario acordado no ayuda a cubrirnecesidades básicas del obrero y su grupo familiar;el obrero firmó el contrato porque tenía que elegirentre firmar ese contrato o morir de hambre. lo hizo ala fuerza, no libremente.

En la práctica de la justicia no deben olvidarse crite-rios como los que expresan los obispos de EstadosUnidos en el documento Jusficia económica para to-dos (1986). "La satisfacción de las necesidades bá-sicas de los pobres es la prioridad más alta". "Lasnecesidades de los pobres son de mayor prioridadque los deseos de los ricos; los derechos de los obre-ros son de mayor prioridad que el maximizar las ga-nancias; la conservación del medio ambiente es demayor prioridad que la producción con propósitosmilitares".

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Monseñor Romero y la

doctrina social de la lglesia

"Ya sé que hay muchos que seescandalizan de estas palabras yquieren acusar a la Iglesia de queha dejado la predicación delEvangelio para meterse en polí-tica. Pero no acepto yo esta acu-sación, sino que hago un esfuer-zo para que todo lo que nos haquerido impulsar el Concilio Va-ticano II, la reunión de Medellíny Puebla, no sólo lo tengamoscn las páginas y lo estudiemosteóricamente sino que lo viva-mos y 1o traduzcamos en estaconflictiva realidad de predicarcomo se debe el Evangelio paranuestro pueblo.

Por eso pido al Señor durantetoda la semana, mientras voyrecogiendo el clamor del puebloy el dolor de tanto crimen, laignominia de tanta violencia,que me dé la palabra oporfunapara consolar, para denunciar,para llanrar al arrepentimiento.y aunque siga siendo una vozque clama en el desierto, sé quela Iglesia está haciendo el esfuer-zo por cumplir con su misión"(Homilía23 demarzo de 1980).

"No tengamos miedo de hacersangre y vida, verdad e historiaesa doctrina que de las páginasdel Evangelio se hacen actuali-dad en la doctrina de los conci-lios y de los Papas, que tratande vivir, como verdaderos pas-tores, las vicisitudes de su tiem-po" ( .Homil ía 2 de jul io del e78).

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Diccionario

Dependencia unilateral: De un solo lado. En el caso delamo y del esclavo, dependencia unilateral quiere decirque el esclavo depende de la voluntad del amo, pero elamo no depende del esclavo, puede prescindir de é1.

Interdependencia: De ambos lados. En una relación so-cial de varios grupos, éstos dependen unos de otros, senecesitan y se exigen cuentas mutuamente.

Flagelo: Acción que provoca dolor y sufrimiento.

Hacer justicia

1.

Dinámica

Se fonnan dos grupos. Cada gru-po prepara un breve sociodrama(de no más de 5 minutos de dura-ción) que muestre una situaciónde injusticia de nuestra realidad.

Un grupo presenta su sociodra-ma, el otro analiza y comenta sucontenido; y viceversa.

Para termirlar, proponemos undiálogo sobre la justicia:a) La lucha por la justicia es par-te de la evangelización? ¿por qué?b) ¿Qué nos enseña Jesús sobrela justicia?

,J .

Ejercicios

l . Busque en la Bibl ia estos textos: Am 5,7-13;8, 4-7; Mi 2,1-3;4,9-12

a) ¿Qué situaciones de injusticia denuncian losprofetas en estos textos?

b) Busca otros textos de los profetas en los quedenuncian la injusticia.

c) ¿Se dan estos hechos de injusticia en nuestrarealidad? ¿Cómo?

Busque estos textos: Is 1,15-17; Mi 6,8; Jr 22,1ó; Sal 103,6-14

a) ¿Qué dicen los profetas sobre la justicia?b) ¿Que actuaciones de justicia realizamos en nues-

tras comunidades?

Lea los textos del documento Justícia en el mun-do (ver página i4), en el texto se dice que la ac-ción por la justicia es parte constitutiva de la pre-dicación del evangelio

a) ¿Cómo interpretas esa afirmación?b)¿Qué dirías a la gente que piensa que trabajar

por la justicia en el mundo es meterse en políti-ca?

)

3.

Gartel

Así como la injusticia

es b¡en concreta, así la

promoción de la justicia ha

de ser también concreta.

Nadie debería extrañarse

de que la lglesia an¡me,

or¡ente y fomente

mecanismos concretos de

hacer justicia, aun a r¡esgo

de ser mal interpretada o

perseguida por ello lsoore elmomento que vive el pais. Conferencia

Episcopal de El Salvador, marzo de 1977) .

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lema 3

EI trabajo que humaniza

' Uft\r6*'

rr(b:zrta

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18

Plutiquemos:

- ¿A qué trabajos pertenecen los instrumentosde la lámina? ¿Cómo es la situación de los tra-bajos en los que se usan esos instrumentos?

- ¿Cuál es tu experiencia en el mundo del traba-jo? ¿Piensan que el trabajo nos humaniza?

El trabajo ocupa la mayor parte del t iempo en nues-tras vidas. Por el trabajo nos realizamos en servicioa la famil ia y a la comunidad. El trabajo nos realizacomo personas y nos dignifica; pero también es cier-to que el trabajo es fuente de explotación y motivode muchas y grandes injusticias. En este tema va-mos a estudiar qué nos dicen sobre el trabajo tantola Bibl ia como la doctrina social de la lglesia.

El trabajo en la Bibl ia

La Bibl ia en pr imer lugar nos habla del idealdel t ra-bajo. El relato de la creación nos presenta a Dioscomo un trabajador o un artesano de cuyas manosnace el mundo (Gn 1 ,1-2,3) . Dios creó al hombre yla mujer a su imagen y semejanza. Esto signif icaque los seres humanos somos también creadores.Con nuestro trabajo contribuimos a perfeccionar lacreación de Dios (Gn 1,26-30).

Los profetas también expresan este ideal del traba-jo: "Harán sus casas y vivirán en ellas, plantaránviñas y comerán de sus frutos. Ya no edificarán paraque otro vaya a vivir, ni plantarán para alimentar aotro. Los de mi pueblo tendrán vida tan larga comola de los árboles y mis elegidos vivirán de lo quehayan cultivado con sus manos" (ls 65,21 -22).

Hacer justicia

La realidad del trabajo enAmérica Latina

"La realidad desafia una cultu-ra del trabajo y de la solidari-dad, partiendo de la fe en DiosPadre, que nos hace hermanosen Jesucristo.

En lo que se refiere al mundode los trabajadores, se adviefteun deterioro en sus condicionesde vida y en el respeto a sus de-rechos; un escaso o nulo cum-plimiento de las normas estable-cidas para los sectores rnás dé-biles (por ejemplo niños, jubi-lados...); una pérdida de auto-nomía por parte de las organi-zaciones de trabajadores debi-da a dependencias o autodepen-dencias de diverso género; abu-so del capital, que desconoce oniega la primicia del trabajo;pocas o nulas oportunidades detrabajo para los jóvenes.

Se advierle la alarmante falta detrabajo, o desempleo, con todala inseguridad cconórnica y so-cial que ello comporta.

El mundo del trabajo reclamael crccimiento de la econorniay el aumento de la productivi-dad, de tal rnodo que hagar-r po-sible mediante una justa y equi-tat iva distr ibución el mayorbienestar del hombre y su fami-lia" (Santo Domingo, 183).

Page 19: Uca - Etica Social Cristiana

Ética social cristiana

Pero muchas veces la realidad de trabajo está muylejos de este ideal; el pueblo de lsrael tuvo experien-cias muy duras de trabajo en Egipto: '7es amargaronla vida con rudos trabajos de arcilla y ladrillos, contoda suerte de labores del campo" (Ex 2,13-14; cfr.Ex 5,6-19). Ya liberados de la opresión en Egipto, elpueblo elabora leyes para impedir los abusos en eltrabajo: "No explotarás al jornalero necesitado y po-bre, ya sea Ltno de fus hermanos o un inmigrante,que vive en tu tierra o en tu ciudad. Le pagarás elsalario cada día, sin que élso/ se ponga sobre esfadeuda, porque es pobre y para vivir depende de susal ario" (Dt 24,1 4-1 5).

Los profetas denunciaron con mucha claridad la ex-plotación y las injusticias en el trabajo: "¡Ay del queedifica su casa sin justicia y sus pisos sin derecho!De su prójimo se sr'rye de balde y su trabajo no lepaga" (Jr 22,13).

Jesús es hijo de un artesano y pasa la mayor partede su vida trabajando como artesano (Mc 6,3; Mt13,55); anuncia el reino de Dios y nos enseña quebuscar el reino de Dios y su justicia es lo principal(Mt 6,25-34). Jesús quiere que trabajemos con dig-nidad y que el trabajo nos dignifique; por eso no quiereque vivamos esclavizados por el miedo y la inseguri-dad económica. Confiar en Dios y buscar la justiciadel reino significa dar prioridad al compartir más queal producir como solución al problema de la insegu-ridad económica" (D. Brackley).

En el Nuevo Testamento también podemos encon-trar denuncias muy fuertes contra la explotación enel trabajo (St 5,1-5). Pablo trabajaba para ayudar alos necesitados (Hech 20,33-35) y denunció a los quehabían dejado de trabajar por esperar la venida deJesús (2 Ts 3,6-12).

19

El trabajo según el

Concilio Vaticano II

"El trabajo humano que se ejer-ce en la producción y en el co-mercio o en los servicios es muysuperior a los restantes elemen-tos de la vida económica, puesestos últimos no tienen otro pa-pel que el de instrumentos...

Es para el trabajador y para sufamilia el medio ordinario desubsistencia; por él el hombrese une a sus hermanos y les haceun servicio, puede practicar laverdadera caridad y cooperar alperfecionamiento de la creacióndivina. No sólo esto. Sabemosque, con la oblación de su tra-bajo a Dios, los hombres se aso-cian a la propia obra redentorade Jesucristo, quien dio al tra-bajo una dignidad sobreemi-nente laborando con sus propiasmanos en Nazaret. De ahí se de-riva para todo hombre el deberde trabajar fielmente, así comotambién el derecho al trabaio.

Y es deber de la sociedad por suparte, ayudar, según sus propiascircunstancias, a los ciudadanospara que puedan encontrar laoportunidad de un trabajo sufi-ciente. Por último la remunera-ción del trabajo debe ser tal quepermita al hombre y su familiauna vida digna en el plano mate-rial, social, cultural y espiritual,teniendo presentes el puesto detrabajo y la productividad de cadauno, así como las condiciones dela empresa y el bien común"(Gaudium et spes, 67).

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El trabajo en la doctrina social de la lglesia

Ef Concilio Vaticano ll, en Gaudium ef spes, planteaque el trabajo humano es muy superior a todos losdemás elementos de la vida económica : los insumos,el dinero, el capital, etc. El ser humano es autor, cen-tro y fin, de toda vida económica. Los demás ele-mentos son sólo medios. El ser humano es fin. Portanto, no es el ser humano para el trabajo, es el tra-bajo para el ser humano.

Siendo el trabajo un espacio para larealización de ladignidad humana, su principal fuente de dignidad noes lo que se produce, sino la persona que trabaja.Todo trabajo es digno, tanto el que repara zapatos,como quien prepara la comida, diseña computadoras,vende frutas o da consultas médicas. Sin embargo,en nuestros países esta visión de la lglesia sobre eltrabajo contrasta con la dura realidad de millones depersonas que pierden su dignidad, y hasta sus vi-das, en condiciones inhumanas de trabajo.

Muchos trabajos no son dignamente valorados, comopor ejemplo las tarea domésticas que diariamenterealizan las mujeres. Y otros trabajos que se valoranno son dignos, como por ejemplo, el narcotráfico, laproducción de pornografía,lafabricación y tráfico dearmas.

Así mismo, el trabajo no es una mercancía a la quese le pone precio como se pone precio a un camisa.El trabajo no es un factor más en el proceso de pro-ducción. El Papa Juan Pablo l l en su encíc l icaLaborem exercens ha remarcado que el trabajo estápor encima del capital. Todo el capital ha sido elabo-rado por seres humanos, con su experiencia y su in-teligencia; es sólo un instrumento, fruto del trabajohumano.

Hacer justicia

Trabajo y bien común

"Pero hay que advertir, además,que la proporción entre la retri-bución del trabajo y los benefi-cios de la empresa debe fijarsede acuerdo a las exigencias delbien común, tanto de la propiacomunidad politica como de laentera familia humana.

Por lo que concierne al primeraspecto, han de considerarsecomo exigencias del bien co-mún nacional: facilitar trabajoal mayor número posible deobrcros; cvitar quc se constiru-yan dcntro de la nación e inclu-so entre los propios trabajado-res, categorías sociales privilc-giadas; mantencr una adecuadaproporción entre salario y pre-cios; hacer accesibles al mayornúmero de ciudadanos los bie-nes materiales y los beneficiosde la cultura; suprimir, o limitaral menos, las desigualdades en-tre los distintos sectores de laeconomía -agri cultura, industri ay servicios-; cquilibrar adecua-damente el incremento econó-mico con el aumento de los ser-v ic ios genera lcs necesar ios ,principalmente por obra de laautoridad pública; ajustar, den-tro de lo posible, las estructurasde la producción a los progre-sos de las ciencias y de la técni-ca; lograr, en fin, que el mejo-ramiento en el nivel de vida nosólo sirva a la generación pre-sente, sino que prepare tambiénun mejor porvenir a las futurasgeneraciones" (Mater etmagistra 78 y 79).

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Etica social cristiana

De tal manera que, eltrabajo se vuelve humanizantecuando sirve para la vida y la realización de las per-sonas. El trabajo no humaniza cuando sirve sola-mente a la fiebre de los empresarios por producir,vender y acumular más ganancias.

En torno al trabajo, la doctrina social de la lglesia haplanteado tres exigencias fundamentales:

Remuneración jusfa: La remuneración por el trabajorealizado no puede venir determinada, sin más, porla ley de la oferta y la demanda (mercado). La re-muneración debe ser "suficiente parafundar y man-tener dignamente a una famil ia y asegurar su futu-ro" (Laborem exercens, 1B y 19). La remuneraciónjusta también incluye las prestaciones sociales ne-cesarias: descanso semanal y anual, acceso al ser-vicio de salud, seguro de vejez, etc.

Seguridad laboral: La doctrina social de la lglesia seinicia con la Rerum novarum precisamente para de-nunciar las penosas condiciones físicas de trabajo aque eran sometidos los trabajadores, sobre todo ni-ños y mujeres. La lglesia demanda que las condi-ciones físicas del trabajo no pongan en peligro lasalud y la vida de la persona trabajadora: salubri-dad, seguridad e higiene laboral, descanso, etc.

Participación de los trabajadores en la empresa. Estaexigencia se plantea sobre todo a partir de Mater etmagistra. Los trabajadores no son una pieza másdel mecanismo de producción, son personas y porlo mismo tienen derecho a participar en las decisio-nes y beneficios de la empresa. La lglesia tambiéndefiende el derecho de los trabajadores a organi-zarse en sindicatos y el derecho a la huelga paradefender sus intereses laborales.

Prioridad del trabajo

sotrre el capital

"Se sabe que en todo este pe-ríodo, que todavía no ha termi-nado, el problema del trabajo hasido planteado en el contextodel gran conflicto que en la épo-ca del desarrollo industrial yjunto con éste se ha manifesta-do entre el <<mundo del capital>y el <mundo del trabajo)), esdecir, entre el grupo restringido,pero muy influyente de losempresarios, propietarios o p0-seedores de los medios de pro-ducción y la más vasta rnultitudde gente que no disponízr de es-tos medios, y que participaba,en cambio, en el proceso pro-duct ivo exclusivamente me-diante el trabajo. Tal conflictoha surgido por el hecho de quelos trabajadores, ofieciendo susfuerzas para el trabajo, las po-nían a disposición del grupo delos empresarios, y quc éste,guiado por el principio de rnáxi-mo rendimiento, trataba de es-tablecer el salario más bajo po-sible para el trabajo realizadopor los obreros. A esto hay queañadir también otros elementosde explotación , unidos a la fal-ta de seguridad en el trabajo ytambién de garantías sobre lascondiciones de salud y de vidade los obreros y sus familias...

Ante larealidadactual... se debe,ante todo. recordar un principioenseñado siempre por la lglesia.Es el principio de laprioridad deltrabajo sobre el capital" (Labo-remexercens, ll y l2).

21

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22

Diccionario

Capital: Las materias primas (tierra, petróleo, cobre...),las herramientas y maquinaria, las instalaciones (fábri-cas), el dinero. El capital es riqueza que produce más rique-za. A los dueños del capital se les denomina capitalistas.

Sindicato: Es la organización de los trabajadores y traba-jadoras de una determinada empresa para defender susderechos laborales ante los patronos o dueños de la mis-rna.

Hacer justicia

1 .

Dinámi

Con la participación de todas laspersonas, escribimos un listadocon el costo de la canasta básicafamiliar, es decir, lo que cuestapor mes adquirir los bienes nece-sarios para una vida digna (ali-lnentos, rnedic inas, vestuar io ,casa, escuela) para una familiapromedio de cinco personas.

Luego escribimos el monto de sa-lario mínimo en el camDo v en laciudad.

El grupo compara ambas cifras yreflexiona sobre las condicionesque señala la doctrina social dela Iglesia sobre un salario justo:

¿qué hacemos como Iglesia anteesta realidad?

)Ejercicios

1. Leamos estos textos de la Biblia Dt24.14-15 v St5, 1-5:

a) ¿Qué derechos de los trabajadores expresa eltexto del Deuteronomio?

b) ¿Qué denuncias hace el texto de Santiago?c) ¿Cuál es la realidad del trabajo del pueblo en

nuestra sociedad?d) ¿Qué hacemos como cristianas y cristianos ante

esta situación?

2. Lea el número 183 de Santo Domingo (verpáginaI 8) :

a) ¿Qué problemas señalan los obispos en la reali-dad del trabajo en Latinoamerica? ¿Hay otrosproblemas que añadir?

b) Según el texto, ¿basta con el crecimiento de laeconomía para que mejore esa realidad del tra-bajo? ¿Qué más es necesario?

3. Lea los números 11 y 12 de Laborem excercens(ver página 2 i ) :

a) ¿Cómo describe Juan Pablo II la relación entreel capital y el trabajo?

b) Según la doctrina social de la Iglesia. ¿qué es loprincipal, el capital o el trabajo? ¿Por qué?

Gartel

Si los ricos son cada vez

más r¡cos no es porque

trabajen más o porque

sean más intel igentes,

s ino porque son los

dueños y viven del

trabajo barato del pueblo

(Obispos centro-oeste, Brasil).

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La propiedad y eluniversal de los

destinobienes

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24

Platiquemos:

- ¿Qué situación refleja esta lámina? ¿Se da estarealidad en nuestro país? ¿Cómo?

- ¿Qué piensas de la propiedad privada? ¿Es underecho sin límites? ¿Por qué?

En nuestro país y en el mundo se dan grandes desi-gualdades: hay pocos que t¡enen mucho y muchosque tienen poco. La abundancia en que viven unospocos es un escándalo frente a la miseria de mu-chos. En este capítulo vamos a estudiar qué dice laBiblia y la doctrina social de la lglesia sobre la pro-piedad.

La propiedad en la Biblia

Para la Biblia el único propietario en sentido abso-luto es Dios, los seres humanos somos en estemundo forasteros. "La tierra no puede venderse parasiempre porque la tierra es mía, ya que usfedes sonpara mí como forasteros y huéspedes" (Lv 25,23).La tierra fue creada para beneficio de todas las per-sonas; no somos sus dueños, solamente somos susadministradores (Gn 1 ,26-29).

El pueblo de lsrael, al contrario de otros pueblosvecinos que hacian leyes para proteger la propie-dad de los terratenientes, crea leyes para protegera los pobres contra los abusos de los ricos. En estesentido hay leyes cuyo objetivo es evitar la acumu-lación de bienes: el año sabático, cada siete añosse debían perdonar todas las deudas (Dt 15,1-6); elaño del jubileo, cada cincuenta años todas las per-sonas recobraban las propiedades que por necesi-

Hacer justicia

Los Padres de la lglesiay la propiedad

Las primeras comunidades cris-tianas vivieron el ideal de com-partir los bienes hacia dentro dela comunidad como una mans-ra de anticipar el reino de Diosque creían inminente, pero noplantearon un ótica del compar-tir hacia afuera, para toda la so-ciedad. Siglos después, los Pa-dres de la Iglesia plantean quees toda la sociedad la que debevivir este ideal de compartir Iosbienes. Veamos algunos textos:

ttl-a nahrraleza ha derramado to-das las cosas para todos para cluso cornún. Dios ha mandadoquc se produzcan todas las co-s¿ts, dc manera que haya alinren-tos cn colnún para todos, y quela tierra sea una posesión comúllpara todos. Por lo tanto, la na-twaleza ha producido un dere-cho común para todos, pcro laavaricia (usur¡tatio) lo ha con-vertido en un derecho para unospocos" (San Ambrosio, obispode Milán, s iglo IV).

"E,l pan quc tú tienes guardadoes del hambriento, el zapato quehas dejado a podrir es del des-calzo, el dinero que has escon-dido bajo la tierra es del necesi-tado. Y así haccs daño a tantoscuantos podrías ayudar" (SanBasilio, Abad, Asia Menor, si-glo IV).

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Ét¡ca social cristiana

dad habían tenido que empeñar (Lv 25,8-17). Conestas y otras leyes, el pueblo de Dios trataba de vivirel ideal de la igualdad, donde nadie sufriera pobrezay necesidad por causa de la ambición de otros.

lsrael muchas veces olvidó este ideal; unos pocosse enriquecieron a costa de la miseria de la mayo-ría. En los libros de los profetas podemos encontrardenuncias muy fuertes contra el abuso de la propie-dad. He aquí algunos ejemplos: "¡Ay, los que juntancasa con casa, y campo a campo anexionan, hastaocupar todo el sitio y quedarse so/os en medio delpaís!" (ls 5,8). "Codician campos y los roban, casasy las usurpan; se apoderan de la casa y de su due-ño, de un hombre y de su propiedad" (Mi 2,2).

Ya en el Nuevo Testamento, Jesús proclama que elreino de Dios es de los pobres (Lc 6,0), es un reinodonde no caben las desigualdades; por eso no pue-den pertenecer a él los ricos: "Es más fácil para uncamello pasar por el ojo de la aguja, que para unrico entrar en el reino de Dios" (Mc 10,23-25). Jesúsdenuncia la idolatría del dinero: "No se puede seruira Dios y al dinero" (Lc 16,13), acaparar bienes esuna necedad (Lc 12,13-21); y enseña a compartir(Lc 12,33), por eso al joven rico le pide que vendatodas sus propiedades, que las reparta entre los po-bres y que lo s iga (Lc 18,18-23).

Jesús comparó el reino de Dios a un banquete don-de a los pobres no les falta la comida (Lc 14,15-24).Por el contrario, la parábola del rico y el pobre Lázaro(Lc 16,19-31) es una denuncia muy c lara del lu jo deunos pocos que acumulan propiedades, se dan lagran vida, no t ienen sensibi l idad y cierran sus oídosa los clamores de los pobres. Esta parábola repre-senta toda la humanidad.

25

Santo Tomas de Aquino y

la propiedad

Santo Tomás de Aquino, teó-logo de la Edad Media, ha te-nido una gran influencia en ladoctrina social de la lslesiasobre la propiedad.

Santo Tomás de Aquino plan-tca dos principios:

El uso común de lus cos(ts.Dios ha destinado los bienespara satisfacer las necesidadesde todo ser humano. El uso delas cosas tiene que scr común,para todas las personas.

El dominio sobre las cosas.Todas las personas tienen de-recho a cierto dominio parr i -cular sobre las cosas, pero nocomo propietarios absolutos,sino como administradores.

"Los bienes temporales queDios nos proporc iona sonnuestros en cuanto a su domi-nio (mayordomía). Pero, encuanto al uso, pertenecen no anosotros solos, sino también atales personas cuales podamossocorrer de Io que nosotros te-nemos más allá de nuestrasnecesidade s" (Summa T he o -

lctgica, II-II32, 5 ad 2).

"Hay que ahrmar que, en casode necesidad, todas las cosasson comunes" (Summa Theo-logica II-II 66,1).

Page 26: Uca - Etica Social Cristiana

26

En resumen, frente a la acumulación de bienes quecausa la miseria, Jesús propone "la ética del com-partir" (D. Brakley). Las primeras comunidades cris-tianas se tomaron muy en serio este ideal de Jesús,por eso decidieron compartir todos sus bienes: "Na-die consideraba como suyo lo que poseía, sino quetodo lo tenían en común... No había entre ellos nin-gún necesitado, porque fodos los que tenían camposo casas las vendían y... repaftían a cada uno segúnsus necesidades" (Hc 4,32-35). Pablo denuncia elamor al dinero como "la raíz de todos los males" (1Tim 6,10) y también propone compartir para que "rei-ne la igualdad" (2 Cor B,13-15).

La propiedad en la doctrina social de la lglesia

El pensamiento social de la lglesia sobre la propie-dad ha ido evolucionando a lo largo del t iempo. LeónXlll defendió la propiedad privada como un derechoinviolable: 'Cuando se plantea el problema de mejo-rar la condición de las clases inferiores, se ha de te-ner como fundamental el principio de que la propie-dad privada ha de conservarse inviolable" (Rerumnovarum, 11).Esta postura será corregida y matiza-da por los Papas posteriores.

El Concil io Vatinano ll antepone el principio funda-mental del destino universal de los bienes: 'Dios hadestinado la tierra y cuanto ella contiene para uso detodos los hombres y pueblos. En consecuencia losbienes creados deben llegar a todos en forma equi-tativa bajo la égida de la justicia y con la compañíade la caridad" (Gaudium ef spes, 69).

El Concil io retoma la tradición de la lglesia sobre estetema y recuerda la obligación de ayudar a los po-bres: 'Es éste el sentir de los Padres y de los docto-res de la lglesia, quienes enseñaron que los hom-

Hacer justicia

La propiedad privadano es un derecho absoluto

"Si alguno tiene bienes de estemundo, y viendo a su lrcrmct-no en necesidad, le cierra susentreñas, ¿cómo es posibleque resida en él el amor cleDios? (1 Jn 3 ,17) .

Sabido cs cou qué firmeza losPadres de la lglcsia han prcci-sado cuál debe ser la actitudde los quc poseen, rcspecto alos que se encuentran en nece-sidad: 1/o es parte de tus bie-nes -así dice San Ambrosio- /oque tú des al pobre; lo que ledas le perlenece. Porqtre loque ha sido dado para el usode tr¡clos, tú te lo apropias. Latierra ha sido dada pttrct tocloel mundo y no solutnente pzr(llos ricos.

Es decir, que la propiedad pri-vada no constituye para nadieun derecho incondicional y ab-soluto. No hay ninguna razónpara rescrvarse en uso exclu-sivo lo quc supcra a la propirnecesidad, cuando a los demásles falta lo necesario" (Popu-lot'rrm progtt,ssio, 22).

"El derecho de propiedad pri-vada no es incompatible conlas diversas lbrmas dc propie-dad pública existentes... A laautoridad pública le toca , ade-más, impedir que se abuse dela propiedad privada erl con-tra del bien común" (Gaudiunt

et spes, 7 7).

Page 27: Uca - Etica Social Cristiana

Etica social cristiana

bres están obligados a ayudar a los pobres y, por ciertono sólo con los bienes superfluos" (Gaudium et spes,69). El Concil io va más lejos y recuerda el derechode los pobres a exigir y tomar la r iqueza ajena: "Quiense halla en situación de necesidad extrema tiene de-recho a tomar de la riqueza ajena lo necesario parasí" (Gaudium ef spes, 69).

Expuesto este principio general, la lglesia reconoceel derecho a la propiedad.privada 'La propiedad pri-vada o un cierto dominio sobre los bienes exterioresaseguran a cada cual una zona absolutamente ne-cesaria para la autonomía personal y famil iar y de-ben ser considerados como ampliación de la l ibertadhumana" (Gaudium et spes,71). Es decir que todapersona t iene derecho a poseer los bienes necesa-rios para l levar una vida digna.

Ahora bien la propiedad privada no es un derechoabsoluto, no se puede abusar de la propiedad priva-da y convertir la en un ídolo; por eso la lglesia recuer-da que la propiedad privada t iene una función social:"La misma propiedad privada t iene también, por sumisma naturaleza, una índole social, cuyo fundamentoreside en el destino común de los bienes. Cuandoesta índole social es descuidada, la propiedad mu-chas veces se convierte en ocasión de ambiciones ygraves desórdenes" (Gaudium ef spes,71).

En el discurso de apertura de la reunión de Puebla,Juan Pablo l l di jo que "sobre toda propiedad privadagrava una hipoteca social" y añade que la lglesia debetrabajar para que este principio se traduzca en "fru-tos de una distr ibución más justa y equitativa de losbienes, no sólo al interior de cada nación, sino tam-bién en el mundo internacional en general, evitandoque los países más fuertes usen su poder en detri-mento de los más débiles".

27

La propiedad en el

documento de Puebla

"Los bienes y r iquezas delmundo, por su origen y natu-raleza, según voluntad delCreador, son para servir efec-tivamente a la utilidad y pro-vecho de todos y cada uno delos hombres y los pueblos. Deahí que a todos y cada uno lescompete un derecho primarioy fundamental, absolutamenteinviolable, de usar solidaria-mente esos bienes, en la me-dida de lo necesario, para unarealización digna de la perso-na humana. Todos los demásderechos, también el de pro-piedad y libre comercio, le es-tán subordinados. Como nosenseña Juan Pablo ll: sobre lapropiedad privada gravl unah ipo t t ' t ' t t soc iu l (D iscursoinaugural fII, 4). La propiedadcompatible con aquel derechoprimordial es más que nada unpoder de gestión y administra-ción, que si bien no excluye eldominio, no lo hace absolutoni iliniitado" (Puebla, 492).

"La riqueza absolutizada esobstáculo parala verdadcra li-bertad. Los crueles contrastesde lujo y extrema pobreza, tanvisibles a través del cont inen-te, agravados, además, por lacomrpción que a menudo in-vade la vida pública y profe-sional, manifiesta hasta quépunto nuestros países se en-cuentran bajo el dominio delídolo de la riqueza" (Puebla,4e4).

Page 28: Uca - Etica Social Cristiana

28

Diccionario

Destino universal de los bienes: Dios ha destinado losbienes de la creación para el uso de todas las personas,toda la humanidad, sin excluir a nadie.

Hipoteca social: La sociedad, como si fuera un banco,presta al propietario los medios de producción. Por tantole corresponde al propietario devolver a la sociedad unaparte de su ganancia.

Propiedad pútllica: Las tierras, empresas, bienes, etc.,que son propiedad del Estado, es decir de todos las perso-nas que habitan en el país, y que el gobierno de turno admi-nistra, o debe administraE en beneficio de toda la sociedad.

Hacer justicia

Cartel

El crist iano no puede

admitir una propiedad

privada absoluta (Monse-

ñor Romero, Homilía 30-lX-1979).

Ejercicios

l. LeaNIi2,l-2

a) ¿Qué denuncia el profeta?b) ¿Qué abusos de la propiedad privada se dan en

nuestra realidad?

2. Lea Lc 18,18-23

a) ¿Qué le dice Jesús al joven rico?b) ¿Qué consecuencias podemos sacar de este tex-

to bíblico en relación con el tema de la propie-dad privada?

2. Busque los documentos del Vaticano II y lea losnúmeros 69 y 7l de Guudium et spes:

a) Resuman los principios de la doctrina socialde la Iglesia sobre el tema de la propiedad.

b) ¿Es la propiedad privada un derecho absoluto?

¿A qué debe estar subordinada la propiedad pri-vada?

Dinámica

Leemos y dialogamos sobre estostextos de Monseñor Romero:

"Yo denuncio sobre todo la abso-lutización de la riqueza. Este es elgran mal de El Salvador: la riqueza,la propiedad privada como un abso-luto intocable y ¡ay del que toque esealambre de alta tensión, se quema!No es justo que unos pocos tengan todoy lo absoluticen de tal manera que na-die lo pueda tocar, y la mayoría margi-nada se está muriendo de hambre" (Homilía 17 de agosto de 1979)

"Es necesaria una reestnlcturación denuestro sistema económico y social,porque no puede ser esta absolutiza-ción, esa idolatría de la propiedadprivada, que es francamente un pa-ganismo" (Hornilía 30 de septiembrede 1979).

¿Cuál es el pensamiento de MonseñorRomero sobre la propiedad privada?

¿Qué quiere decir idolatría de la pro-piedad privada?

Page 29: Uca - Etica Social Cristiana

( r + Y ) j :

( x + y ) z =( f + ' t ) Y z :

lema 5

La polít¡ca y elpara el bien

gobiernocomún

PROYECTC)NAOIONAL

de lo- 5A LUD

O O

o ó " o

Page 30: Uca - Etica Social Cristiana

Platíquemos:

¿Qué idea de la política y el gobierno refleja eldibujo? ¿Piensas que la política y el gobiernoen nuestro país responde al ideal del dibujo?

¿CuáI piensas qué debe ser el objetivo de lapolítica y el gobierno? ¿Por qué?

30

¿Cómo organizar la sociedad? ¿Qué es la política?¿Cómo entender la autoridad y el poder? Si creemos yseguimos a Jesús Nazaret no podemos evadir estaspreguntas. En este tema vamos a estudiar qué dice laBiblia y la doctrina social de la lglesia sobre la potítica yel gobierno.

La política y el gobierno en la Biblia

Desde sus orígenes, el pueblo de lsrael tuvo claro queDios es el único rey: "No seré yo ni mi hijo quien reineen lsrael, sino que Yahvéh es nuesfro rey" (Jc 8,23). Elpoder está descentralizado, cada tribu o grupo de fa-milias se gobernaba a sí misma'. "En aquel tiempo, nohabia rey en lsrael y cada uno hacía lo que mejor leparecía" (Jc 17,6). Cuando tenían conflictos con los pue-blos vecinos surgían líderes (iueces) que, pasada lacampaña militar, se retiraban.

Luego, ante las amenazas de los pueblos vecinos, elpueblo pide un rey. El poder se centraliza en una perso-na que ejerce la autoridad sobre todo el pueblo. Surgendos corrientes: una muy crítica y contraria a esta formade organización social. Por ejemplo, ante la petición delpueblo, Samuel les hace ver que el rey tomará a sushijos para formar el ejército, les cobrará impuestos parasostener todo el sistema de poder e, incluso, les con-vertirá en sus esclavos (1 Sam 8,10-18). Otra corriente

Hacer justicia

La absolutización delpoder político

"La absolutiz,ación de la rique-za y de la propiedad lleva con-sigo la absolutización del poderpolítico, económico y social, sinel cual rro es posible rnantenerlos privilegios aur.r a costa de lapropia dignidad humana.

En nuestro país, esa es la raízde la violencia represiva y cs.en úl t imo término. la causa pr in-cipal dc nuestro subdesarrolloeconómico, pol í t ico y social .Las Fuerzas Armadas son lasencargadas de velar por los in-terescs de la ol igarquía, de cui-dar la estrucftrra económica ypolítica con el pretexto de queéste es el interés y scguridadnacionales. Todo cl que no estéde acuerdo con el Estado es dc-clarado enemigo de la nación.Y corno exigencia de esa segu-ridad nacional se justifican loshechos más execrables.

Todo está en función dc los in-tereses t lc la ol igarquía omnipo-tente, que siente un desprecioabsoluto por el pueblo y susderechos. De esta manera y enesa forma, se absolutiza el inte-rés y el provecho de unos po-cos" (Monseñor Romero, En-trevista I 5 de febrero der 980).

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Ética social cristiana

fue favorable a la elección de un rey (2 Sam 7,16). En-tonces, en el Antiguo Testamento tener un rey pareceambiguo: puede traer beneficios, pero también representaun peligro.

En todo caso, llama la atención que la obligación del reyy sus funcionarios es defender a los pobres, practicar lajusticia y no abusar del poder'. "Escucha la palabra deYahvéh, rey de Judá que reinas senfado en el trono deDavid. Así dice Yahvéh a ti y a fus seruidores y todo tupueblo que entra por esfas puerlas: practiquen la justiciay hagan el bien; libren de la mano del opresor al que fuedespojado; no maltraten alforastero ni al huérfano ni a laviuda; no /es hagan violencia, ni derramen sangre ino-cente en esfe lugaf' (Jr 22,1-5).

Pero los reyes y las autoridades no cumplieron con estaobligación, al contrario, abusaron del poder y goberna-ron para defender los intereses de unos pocos. En elAntiguo Testamento son muy frecuentes las denunciasde los profetas en este sentido, por ejemplo'. "Escuchenesfo, jefes de la casa de Jacob y dirigentes de la casa delsrael, que odian la justicia y tuercen el derecho, qLteedifican a Sión con sangre y a Jerusalén con maldad.Sus y'efies juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñanpor salario, sus profetas vaticinan por dinero'(Mi 4,9-11).

Los reyes y autoridades, tanto de lsrael como de Judá,condujeron el pueblo al desastre, fueron dominados ydeportados por los imperios vecinos. Crece entonces en-tre el pueblo Ia esperanza en un nuevo mesías o ungidode Yahvéh que 'Juzgará con justicia a /os débiles y sen-tenciará con rectitud a los pobres de la tierra" (ls 11,4).

En el Nuevo Testamento, Jesús anuncia el reino de Dios(Mc 1,15) que no es un lugar sino la acción l iberadora deDios. Jesús acoge a los excluidos, marginados y despre-ciados por el poder: pobres, mujeres, niños, leprosos,

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Comunidad civil y

comunidad política

"Los hombres, la familia y losdistintos grupos que constituyenla sociedad civi l t ienen concien-cia de su propia insuficienciapararealizar una vida plenamen-te humana y se dan cuenta de lanecesidad de una comunidadmás amplia, en la que todos con-juguen día tras dia sus propiasfuerzas pararealizar el bien co-mún. Por eso configuran la co-munidad política según formasdiversas. La comunidad políti-ca tiene su razón de ser en esebien común, en el que encuen-tra su plena justificación y susentido, y del que extrae su de-recho primario y propio. El biencomún abarca la suma de aque-llas condiciones de la vida so-cial con las que los hombres, lasfamilias y las asociaciones pue-den conseguir, de una formamás plena y expedita. su propiaperfección" (Gaudium et spes,74).

Contra el abuso deautoridad

"En donde los ciudadanos sonoprimidos por la autoridad pú-blica, extralimitando su compe-tencia, no deben ellos negarse adar lo que objetivamente exigeel bien común, pero les es lícitodefender sus derechos y los desus conciudadanos contra elabuso de la autoridad, dentro delos límites señalados por la leynatural y evangélica" (Gaudiumet spes, 74).

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enfermos, endemoniados y anuncia que les trae la bue-na noticia de la liberación (Lc 4,18-19). El reino de Dioses líberación y vida para los que el poder margina.

Jesús proclama ante Pilatos. "Mi reino no es de esfe mun-do"(Jn 18,36). Muchas veces se ha malinterpretado estafrase, como que el reino de Jesús no tiene nada que vercon el mundo, que los cristianos no deben meterse en lapolítica. Lo que Jesús dice es que su reino no es comolos reinos de este mundo que dominan con la violencia yoprimen a los pobres. La política del reino de Dios susti-tuye la dominación por el servicio: "Ustedes saben que/os7'efes de las naciones se portan como dueños de ellasy que los poderosos /as oprimen. Entre usfedes no seráasí; al contrario, el que aspire a ser más que los demás,se hará seruidot"'(Mt 20,25-28).

También se ha interpretado mal el texto donde Jesúsdice: "Lo que es del César, devuélvanselo al César, loque es de Dios a Dios" (Mc 12,17). Como afirma D.Brackley, "no se trata de desvincular la política del reinode Dios como si los dos reinos quedaran aislados. ElCésar, que recibe la autoridad de Dios, tiene que devol-ver a Dios lo suyo: los gobiernos tienen que rendir cuen-tas a Dios en cuanto al seruicio del bien común, es decir,la justicia social, la protección de los débiles". Cuandolos gobiernos abusan de la autoridad ya no son instru-mento de Dios, sino que son Anticristo (Ap 13,1). En es-tas situaciones, los creyentes debe obedecerantes a Diosque a los hombres (Hch 5,29).

La política en la doctrina social de la Iglesia

Normalmente cuando se habla de estos temas se va dearriba hacia abajo: el gobierno, los partidos políticos, elpueblo. Sin embargo, Gaudium ef spes comienza alrevés:primero habla de la comunidad civil, es decir, todas laspersonas, familías, grupos que constituyen la sociedad;después se afirma que la comunidad civil necesita una

Hacer justicia

La autoridad política

"El ejercico de la autoridad po-l í t i ca y sus dec is iones t iencncomo única finalidad el biencomún. En Latinoamerica talejercicio y decisiones con fre-cuencia aparecen apoyando sis-temas que atentan contra el biencomún o favorecen a gruposprivilegiados. La autoridad de-berá asegurar cftcaz y perma-nentemente a través de normasjurídicas, los dcrechos y liber-tadcs inalienables de los ciuda-dauos y el l ibrc funcionamien-to de las estructuras intennedias.

La autoridad pública tiene ta mi-sión de propiciar y fortalecer lacreación de mecanismos de par-ticipación y de legítima repre-sentación de la población, o sifuera necesario, la creación dcnucvas formas. Qucrcmos insis-tir en la nccesidad de vitalizar yfortalecer la organización mL¡-nicipal y comunal, como puntode partida hacia la vida depar-tamental, provincial, regional ynacional...

La carencia de una concienciapolítica en nuestros paiscs haceimprescindible la acción educa-dora de la lglesia, con objeto dcque los cristianos consideren suparticipación en 1a vida políticade la nación como un deber deconciencia y como el ejercic iode la caridad, en su sentido másnoble y eficazparalavida de lacomunidad" (Medellín l, 16).

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Ética social cristiana

comunidad política, es decir un conjunto de institucionesy personas que ejercen la autoridad y gobiernan. La co-munidad política, es decir, el gobierno, los partidos políti-cos, etc., deben estar al servicio de la comunidad civil yno alrevés. La comunidad política es un instrumento defa sociedad para asegurar el bien común.

La doctrina social de la lglesia distingue dos conceptosde política. Política en sentido amplio son todas las ac-ciones que tienen como objetivo procurar el bien común.En la realidad muchas veces vemos que sucede todo locontrario, la autoridad se ocupa para defender los intere-ses de grupos minoritarios y privilegiados y se deja a unlado la dignidad y vida de las mayorías populares. Cuan-do esto sucede, se produce lo que Puebla denominaabsolutización del poder. "el uso totalitario del poder esuna forma de idolatría y como tal la lglesia lo rechazaenteramente" (Puebla, 500).

Por otro lado, se habla de politica en sentido estricto o"política de partido", la cual es la realización concreta delbien común. "Se hace normalmente a través de gruposde ciudadanos que se proponen conseguir y ejercer elpoder político para resolver las cuestiones económicas,políticas y sociales según sus propios criterios e ideolo-gías" (Puebla,523).

La lglesia no desestima la política: "La fe cristiana no des-precia la actividad política, por el contrario, la valoriza y latiene en alta estima" (Puebla,514). La lglesia nos recuer-da que los cristianos y cristianas somos ciudadanos yciudadanas y tenemos el derecho y el deber de participaren la política: "La política partidarista es el campo propiode los laicos. Corresponde a su condición laical el consti-tuir y organizar partidos políticos, con ideología y estrate-gia adecuada para alcanzar sus legítimos fines" (Puebla,524). El laico, alentado e inspirado en su fe cristiana, debebuscar opciones "conformes con el bien común y las ne-cesidades de los más débiles" (Puebla,525).

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El bien común

"El bien común es el bien de todauna sociedad humana. Es la sa-lud de la comunidad en sentidoamplio. Incluye las condicionesnecesarias para que las personasvivan y sean personas buenas. Espaz conjusticia. Pero cuando setrata de sociedades humanas rea-les, la realidad impone enfatizarque el bien común sólo se entien-de a la luz del <<mal comúru> real(I. Ellacuría), es decir, aquellascondiciones que hacen que lasmayorías vivan mal. El bien co-mún se realiza negando el malcomún real. E,l bien común rcal-mcnte humano tiene cuatro ca-racterísticas:

Es comunitario. El bien comúnrebasa los bienes individuales yes más que la suma dc éstos...

Es personalisla. La comuridad secompone de personas concretasy un bien realmentc común ofre-cc a cada miembro paficipar cnel bien común... La comunidadtambién debe respetar los dere-chos fundamentales de todo in-dividuo...

Es material y moral... No es sim-plemente tener cosas. Es tenercondicioncs para la formación ydesarrollo intelectual, cultural,moral y espirihral dc la persona...

Es dinítmico. El bien común noes eslático. Su contenido depen-de del contexto histórico, de fac-tores culturales, etc." (D. Bra-ckley, Ética social cristiana, pp.r r8-120).

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Diccionario

Estructuras intermedias: Grupos y organizaciones queestán entre (en medio de) la familia y el Estado (asam-blea, gobierno, etc,), por ejemplo: los sindicatos, las or-ganizaciones campesinas, las empresas, las asociacionescomunales, etc.

Absolutización: Tratar como valor supremo o absolutoalgo que no 1o es. Por ejemplo: se absolutiza el podercuando por mantenerlo se atropella la dignidad y los de-rechos de las personas y del pueblo.

Inalienables: Son los derechos de las personas que no sepueden negar ni violar bajo ningún pretexto ni en ningu-na circunstancia.

Hacer justicia

Cartel

El poder es bueno pero el

abuso de los hombres ha

hecho del poder algo temible

(Monseñor Romero, 7, mayo, 1978).

)

Ejercicios

l . Busque en su Bibl ia 1 Sam 8,10-18 y Sal 72

a) ¿Qué advertencias hace Samuel al pueblocuando piden un rey que les gobieme?

b) ¿Según el salmo, cuál es la rnisión de unrey? ¿Para qué se debe ocupar la autoridad?

Ahora busque Ez 34,1-10:

a) ¿Qué denuncias concretas hace el profeta alos pastores (autoridades) de Israel?

b) ¿Qué denuncias se hacen a las autoridades denuestro tien-rpo? ¿Por qué?

Lea los números 521 hasta 525 de Puebla y res-ponda:

a) ¿Cómo def,tne el documento la política?b) ¿Le está permitido al cristiano laico participar

en actividades políticas?c) ¿Cómo podemos vivir hoy nuestro compromi-

so político?

3.

Dinámica

Fotocopiamos este texto de Monse-ñor Romero, lo distribuimos y luegode una pausada lecfura hacemos undebate:

"La dimensión política de la fe no esotra cosa que la respuesta de la Iglesiaa las exigencias del mundo real socio-político en que vive la lglesia... No setrata de que la Iglesia se considere a símisma como institución política queentra cn competencia con otras instan-cias poli t icas, ni que posea mecanis-mos políticos propios; ni mucho me-nos se trata de que nuestra Iglesia de-see un liderazgo político. Se trata dealgo más profundo y evangélico, se tra-ta de la verdadera opción por los po-bres, de encallarse en su mundo, deanunciarles una buena noticia, de dar-les una esperanza, de animarles a unapraxis liberadora, de defcnder su cau-sa y de participar en su destino" (Dis-curso en Lovaina,2 de febero de 1980).

a) ¿En qué consiste para MonseñorRomero la dimensión política dela fe?

b) ¿Vivimos hoy esta dimensión dela fe? ¿Qué debemos hacer?

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lema 6

EI capitalismo y el socialismo

eéUx A. vARo?ROPI EfAtr.IO

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36 Hacer justicia

Origen y evolución del

capitalismo y el socialismo

El capitalismo surge en Europaa partir de la revolución indus-trial y esta sustentado por Ia teo-ría del liberalismo. Los mediosde producción quedan en ma-nos de la nueva clase capitalis-ta (la burguesía). Los artesanosy campesinos se corrvierten enobreras y obreros (proletariadoindustrial) que venden su fuer-za de trabajo a cambio de un sa-lario. En América Latina, los te-rratenientes se independ izarondcl rcy que colonizaba estas tic-rras, y comienzan un desarrollomás lcnto del capitalismo, sicm-pre dependientes de los paísespoderosos tanto de E,uropacomo de Norteamérica.

El socialismo, que se sustcntaen el marxismo, surge como re-acción a las consecucncias ne-gativas del capitalismo. En elsocialismo la comunidad, a tra-vés del Estado, se apropia de losmedios de producción.

En el siglo XX, capitalismo ysocialismo se enfrentan en dosbloques, en lo que se denomi-nó la <guerra fría>. A finales desiglo, el socialismo real, que esel socialismo que se practicabaen la Unión Soviética colapsó.Se impone, entonces, la globali-zaci6n, que no es otra cosa quela expansión del capitalismo enmuchos países del mundo, ins-pirado esta vez en el neolibe-ralismo (políticas de ajuste es-tructural, privatizaciones, librecomercio, etc.).

Plutiquemos:

- ¿Qué ves en estos dibujos? ¿Qué sistemaseconómicos y políticos representan cada unode los dibujos?

- ¿Qué significan parati las palabras "capitalis-

mo" y "socialismo"?

En este tema vamos a expl¡car brevemente en quécons¡ste tanto el capitalismo como el socialismo ycuál es el juicio de la lglesia sobre estos sistemas.

El capital ismo y el social ismo son dos fenómenosmodernos que han marcado decisivamente nues-tro mundo. En los t iempos de la Bibl ia no ex¡stíanestos sistemas económicos y sociales; por tanto nopodemos hacer una reflexión bíblica sobre el capi-talismo y el socialismo; lo que sí podemos hacer esrecordar y tener en cuenta lo que la Biblia dice so-bre los temas que ya hemos estudiado y que tienenmucho que ver con estos sistemas: el trabajo, laprop¡edad, la polít ica.

Gapital ismo y social ismo

El capital ismo y el social ismo se distinguen y en-frentan, sobre todo, en dos cuest¡ones fundamen-tales: ¿quién controla los medios de producción (elcapital)? y ¿en qué medida el Estado, a través delgobierno, debe regular y controlar el mercado?

El capitalismo defiende la propiedad privada de losmed¡os de producción y favorece el libre mercado(oferta y demanda). En el socialismo los medios deproducción son prop¡edad colectiva, que es admi-

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Etica social cristiana

nistrada por el Estado. Los precios y los salarios de-ben ser regulados por el Estado, que es quien plani-fica la producción y controla el mercado.

A lo largo de la historia se han ido dando diversasaplicaciones de capital ismo y social ismo. No es lomismo el capital ismo en los Estados Unidos que enla Unión Europea, como no es igual el social ismo deChina y e l de Cuba.

Pensamiento de Ia lglesia sobre el capital ismo yel social ismo

El pensamiento de la lglesia sobre el capital ismo y elsocial ismo no ha sido siempre igual. Por ejemplo, alcomienzo se afirma que un cristiano católico no pue-de ser socialista. Pablo Vl, en la encíclica Octogesimaadveníens, comenzará a matizar esta opinión: afir-ma que se debe distinguir las teorías filosÓficas mar-xistas de los movimientos históricos concretos de so-cialismo. Y llega a reconocer valores en estos movi-mientos, como por ejemplo, " la búsqueda de una so-ciedad más justa".

A continuación ofrecemos un resumen de las princi-pales crít icas que ha hecho la lglesia tanto del capi-tal ismo como del social ismo.

Crít icas al capital ismo:

Absolutiza el derecho a la propiedad privada, recha'za la propiedad pública y la distribución efectiva dela propiedad. Se fomenta el individualismo.

Absolutiza el mercado libre y rechaza la intervencióndel Estado, a través del gobierno, para controlar yregular el mercado de tal modo que se garantice elb ien públ ico.

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Ideologías en

América Latina

"En AméricaLatina es necesa-no analizar diversas ideologías:

a) El liberalismo capitalista,idolatría de la riqueza en su for-ma individual. Reconocemos elal iento que infunde a la capaci-dad creadora de la libertad hu-mana y que ha sido impulsor delprogreso. Sin embargo <consi-dera el lucro como motor esen-cial del progreso económico; laconcurrencia como ley supremade la economía, la propiedadprivada de los medios de pro-ducción como un derecho ab-soluto, sin límites ni obligacio-nes sociales correspondientes>(PP 26). Los privilegios ilegíti-mos derivados del derecho ab-soluto de propiedad causancontrastes escandalosos y unas i tuac ión de dependenc ia yopresión, tanto en 1o nacionalcomo en lo intemacional...

b) El colectivismo marxista con-duce igualmente -por sus pre-supuestos materialistas- a unaidolatría de la riqueza pero ensu forma colectiva. Aunque na-cido de una positiva crítica alfetichismo de la mercancía y aldesconocimiento del valor hu-mano del trabajo, no logró ir alaraiz de esa idolatría que con-siste en le rehazo del Dios delamory justicia, único Dios ado-rable" (Puebla, 542y 543).

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Favorece una gran concentración de Ia riqueza y delpoder en pocas personas y grupos privilegiados. Elcapital ismo divide a la sociedad en clases y el Esta-do se convierte en un instrumento de los ricos.

Se sosfiene en un materialismo práctico porque con-sidera la ganancia como un bien absoluto, da priori-dad al capital sobre el trabajo, trata al trabajador y ala trabajadora como una mercancía y le niega la par-t icipación en la gestión de la empresa.

No promueve la democracia económica. Aunque elcapital ismo promueve los derechos civi les como elderecho a votar, la libertad de reunión y expresión,etc., en la práctica niega la democracia económica,es decir, el derecho de todas las personas a disfru-tar de los beneficios de la producción.

Crít icas al social ismo y comunismo:

Es materialista. Reconoce y lucha por las necesida-des materiales de las personas, lucha por distr ibuirlos beneficios de la producción, pero niega los bie-nes espiri tuales, como la l ibertad.

Anula la propiedad privada de los bienes producti-vos y, por lo mismo, atenta contra la iniciativa perso-nal .

Considera la lucha de clases como motor de la his-toria y estrategia permanente, lo que puede l levar ala v io lencia.

Conduce al totalitarismo. El Estado lo controla todo:no sólo la propiedad y el mercado, sino la l íbertadesde la población, que no t iene derecho a la l ibre ex-presión, al voto, etc.

Hacer justicia

La socialización de losmedios de producción

"Sigue siendo inaceptable lapostura del <rigido> capitalis-mo, que defiende el derechoexclusivo a la propiedad pri-vada de los medios de produc-ción, conlo un <dognra>r into-cable en la vida económica. Elprincipio clel respeto al traba-jo exige que este derecho sesometa a una revisión cons-tructiva en la teoría y en lapráct ica.. .

Bajo csla luz adquicren un sig-nificado dc- relieve particularlas nur.nerosas propucstas hc-chas por expertos en la doctri-na social catól ica y tambiénpor cl suprcmo magistcrio dela Iglesia. Son propuestas quese ret'ieren a la copropicdad delos medios de trabajo, a la par-ticipación de ios trabajadoresen la gestión y, o en los bene-ficios de la empresa...

Así, pucs, el rncro paso de losmedios de producción a pro-piedad del Estado, dentro delsisterna colcct iv ista, no eqrr i -vale ciertamente a la <sociali-zación>> de esta propiedad. Sepuede hablar de socializaciónún icamente cuando. . . todapersona, basándose en su pro-pio trabajo tenga pleno títuloa considerarsc al misrno t icrn-po <copropietario> de esa es-pecie de gran taller de trabajoen el que se compromete contodos" (Laborem exercens,t4).

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Etica social cristiana

La lglesia rehaza los exfrelnos del capitalismo y elsocial ismo. Por otro lado, no propone un modelo in-termedio entre ambos sistemas, una <<tercera vía>.La lglesia solamente ofrece criterios. Vamos a apun-tar algunos de los criterios:

1 . La vida de las mayorías pobres. El magisterio so-cial de la lglesia formula este criterio de forma másabstracta. el sistema económico t iene que satisfa-cer las necesidades básicas de la gente (Ver Gau-dium ef spes,63). La crít ica a un sistema económicoconcreto, ya sea capitalista o socialista, debe hacer-se a partir de esta pregunta: ¿cómo afecta a la vidade los pobres y débiles, que son mayoría en la hu-manidad? Este mísmo críterio debe estar presente ala hora de construir alternativas económicas realmen-te humanas y v iables.

2. Parficipación del Estado para asegurar a las ma-yorías pobres los bienes necesarios para la vida. Enlos últ imos años se expande un "capital ismo radical"donde el mercado es el único que regula la econo-mía. A este respecto el Papa Juan Pablo l l , en suencíclica Centesimus annus, afirma que hay bienes"que no se pueden ni deben vender o comprar", elEstado debe "proveer a la defensa y tutela de esosbienes", entre los que podemos considerar la salud,la educación, e l empleo, e l medio ambiente, etc.

3. Participación de la comunidad. No basta teneracceso a los bienes necesarios, además es necesa-rio tener acceso al poder. La población t iene dere-cho a pedir cuentas sobre la gestión económica. JuanPablo ll en fa encíclica Laborem exercens plantea elderecho a compartir la propiedad de los medios detrabajo, a pafticipar en la gestión (decisiones) de lasempresas y a beneficiarse de las ganancias, ensuma, el derecho a "ser tratados como personas".

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Capitalismo e idolatríadel mercado

"Existen numerosas necesida-des humanas que no tienen sa-lida en el mercado. Es un es-tricto deber de justicia y deverdad impedir que queden sinsatisfacer las necesidades hu-manas fundamentales y queperezcan los hombres oprimi-dos por el las.. .

Es deber del Estado provecra la def-ensa y tuleta de los bie-nes colectivos, como son elambiente natural y el ambien-te humano, cuya salvaguardiano puede estar asegurada porlos simples mecanismos delmercado...

He aquí un nuevo límite delmercado: existen necesidadcscolectivas y cualitativas quc nopueden ser sat isfechas rne-diante sus mecanismos; hayexigencias humanas importan-tcs que escapan a su lógica;hay bienes que, por su natura-leza, no se pueden ni se debenvender o comprar...

C'iertamente, los mecanismosde mercado ofrecen ventajasseguras... No obstante, conlle-van consigo el riesgo de unaidolatr ía del mercado, que ig-nora la existencia de bienesque, por su naturaleza, no sonni pueden ser simples mercan-cias" (Centesimus anntts,34 y40).

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Diccionario

Medios de producción: La tierra, las materias primas (pe-tróleo, cobre, madera, etc.), las fábricas, las máquinas y he-rramientas, el dinero que se invierte en la producción; es de-cir, toda riqueza que produce más riqueza (capital).

Capitalismo: Sistema social y económico donde los mediosde producción quedan en manos privadas.

Socialismo: Sistema social donde los medios de producciónpertenecen en gran parte al Estado o a otros grupos sociales.

Comunismo: Socialisrno extrerno donde todos los mediosde producción pertenecen al Estado.

Colectivismo: Cuando la propiedad de los rnedios de pro-ducción pasan a la colectividad, es decir, se convierten en pro-piedad del Estado.

Socializar, socialización: Cuando la propiedad de los me-dios de producción pasa a ser de la sociedad.

Hacer justicia

Dinámica

Formamos parejas, entregamos trestarjetas a cada pareja y pedimos queen ellas escriban las privatizacionesque se han realizado en los irltimosdoce años en nuestro país. Por ejem-plo: privatización de la banca, de ladistribución de energía eléctrica, de laspensiones, de las telecomunicaciones.etc. Se escribe una privatización encada tarjeta. Después, cada pareja saleapegar las tarjetas en la pared. Se des-cartan las tarjetas repetidas.

Finalmente, entre todos se reflexiona:

a) ¿,Cuáles han sido las consecuenciasde las privatizaciones?b) ¿A qué sistema económico respon-den las privatizaciones?c) ¿Qué pensamos del capitalismo quese impulsa en nuestro país?

ercic¡os

l. Leemos los números 542 y 543 de los documen-tos de Puebla y pedirnos al grupo que señale:

a) Los aspectos positivos que el documento recono-ce tanto de capitalismo como del socialismo.

b) Los aspectos negativos que denuncia tanto delcapitalismo como del socialismo.

2. En el número 14 de su encíclica Luborentexercens, el Papa Juan Pablo II apunta a la nece-sidad de socializar la propiedad:

a) ¿Significa esto que Juan Pablo II esté proponien-do el socialismo?

b) ¿Qué entiende Juan Pablo II por <socializacióu?c) ¿Qué crítica hace Juan Pablo II del capitalismo

y del socialismo?

Cartel

Muchas veces qu¡enes

se espantan más

de los grandes males

del comun¡smo,

no se quieren f i jar

en los grandes males

del capital ismo,

que está sacrificando

a nuestro pueblo

(Monseñor Romero, 2-marzo-1 980).

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rcma7

La pazy la guerra

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Platíquemos:

- ¿Qué hecho histórico nos recuerda el dibujo?

- ¿Existe paz en nuestro país? Ofrezcamos al-gunos ejemplos.

Con los Acuerdos de paz, en nuestro país se pusofin a la guerra, sin embargo prevalece un ambientede inseguridad, violencia social y la mayoría de lapoblación malvive en condiciones de pobreza ex-trema. Aunque ya no existe el conflicto armado, estono significa que vivamos en paz. Por otro lado, anivel internacional, vemos como las grandes poten-cias fabrican armas cada vez más peligrosas y mor-tíferas, invaden a otros países, imponen la guerra ycausa destrucción y miles de víctimas inocentes.

En este tema vamos a estudiar qué nos dice la Bi-blia y el magisterio social de Ia lglesia sobre la pazy la guerra. El complejo tema de la violencia, queestá muy relacionada con la paz y la guerra, lo va-mos a profundizar en otro momento.

La paz y la guerra en la Biblia

En elAntiguo Testamento para referirse a la paz seutiliza la palabra shalom, que significa bienestar to-tal de la comunidad. La paz brota de una correctarelación con Dios y con los demás, es mucho másque la tranquil idad, la paz es abundancia material,seguridad, salud, armonía con la creación y vida(Ez 34,25-28).

Una idea clave en la Biblia es que lapaz está unidaa la justicia'. "la paz es obra de la justicra"(ls 32,17).Es decir, que para que exista paz no basta con que

Hacer justicia

Ltpaz en América Latina

"Tres notas caracfenzan en efec-to, la concepción cristiana de lapaz:

a) La paz es, ante todo, obra dela justicia (GS 78). Supone yexige la instauración de un or-den justo (PT 167;PP 69). . . Al l í ,pues, donde existen injustas des-igualdades entre hombres y na-ciones se atenta contra la paz(Pablo Vl, Mensaje del I de enc-ro de 1968).

Lapaz en América Lat ina no es.por lo tanto, la simple ar¡senciade violencia y derrarnamiento dcsangre. La opresión ejercida porlos grupos de poder puede darla impresión de mantener la pazy el orden, pero en realidad noes sino , .c l gcrmen cont inuo cincvi table de rebel iones y gue-nas> ( lbid.) .

La paz sólo se obtiene creandoun orden nuevo que (compofta

una justicia más perfecta entrclos hombres)) (PP 76).

b) La paz, en segundo lugar, esun quehacer permanente... Lapaz no se encuentra, se constm-ye. El cristiano es un artesanodelapaz (Mt 5,9)

c) La paz es, finalmente, fr"utodel antor (GS 78), expresión deuna real fraternidad entre loshombres. El amor es el alma delajusticia" (Medellín II, l4).

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Ética social cristiana

desaparezcan las guerras. Solamente cuando hayjusticia podemos hablar de verdadera paz.

Los profetas denuncian a las autoridades cuandohacen alianzas polít icas y militares con las poten-cias más poderosas: "¡Ay de /os que bajan a Egiptopor si acaso consiguen ayuda! Pues confían en lacaballería, en los carros de guerra, que son numero-sos, y en los jinefes porque son valienfes. ¿Por quéno hicieron caso del Santg de lsrael y no consulta-ron a Yahvéh?" (ls 31 , 1 ).

Junto a la denuncia contra la guerra, los profetasexpresan el ideal de paz, Yahvéh es el Dios de lapaz que "pone fin a las guerras en todo el mundo,rompe el arco y en dos parie la lanza y hacer arderen elfuego /os escudos"(Sal 46,10), y anuncian unaera de paz donde las armas se convertirán en herra-mientas de trabajo: "Forjarán de sus espadas aza-dones y de sus lanzas podaderas. No levantará es-pada nación contra nación ni se ejercitarán más enla guerra" (ls 2,4).

Jesús es presentado como aquel que viene a "guiarnuestros pasos por el camino de la paz" (Lc 1 ,79) ycomo quien trae "Ltn mensaje de paz" (Lc 19,42).

En las bienaventuranzas, Jesús bendice a los quetienen "hambre y sed de justicia" y a los que 'Traba-jan por la paz" (Mt 5,6.9). Para Jesús también la pazy la justicia van de la mano. La mejor manera detrabajar por la paz es luchar por la justicia.

Entonces, trabajar por la paz significa anunciar labuena noticia a los pobres, l iberar a los oprimidos,curar a los enfermos, expulsar a los demonios (Lc4,18-19). Pero al mismo tiempo, trabajar por la pazsignifica enfrentarse y denunciar a las autoridades y

43

La paz del norte vista

desde el sur

"Las naciones que constituyen elnorte, en su obsesión por la ri-qteza, el poder, el dominio y lafuerza han llegado al tenibleestado de violencia, que consisteen la tenencia de armamentodisponible para poder destruir-se entre sí casi totalmente. Sólopudiendo destruirse totalmente,sólo estando en permanenteamenaza con su correlativo pe-ligro, dicen poder estar enpaz...

Para estos dirigentes políticos yeconómicos es tesis fundamen-tal que hay derecho a ejercitarla más terrible de las violencias,no sólo para defenderse de laque les puedan inf l ig ir , s ino in-cluso adelantándose para que nose les infli ja a ellos. Que paraeso se requiera la muerte decientos de millones de seres hu-manos, da lo mismo.. .

En lo que toca al tema específi-co de la paz, lo que puede pe-dirse, al menos, es que se le dejeal tercer mundo encontrar supaz, porque lapaz qlue le ofreceel mundo del norte no es la pazque le interesa" (I.Ellacuria, Lapaz mundial vista desde el ter-cer mundo, Escritos de Teolo-gía III, UCA Editores, San Sal-vador, 2002, pp. 489-500).

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M

poderosos que abusan del pueblo y cometen todotipo de injusticias. Por eso Jesús dijo a sus discípu-los que trabajar por la paz será motivo de muchosconflictos y persecuciones (Lc 12,41-43).

Jesús da laz paz no "como la da esfe mundo" (Jn14,27), una paz impuesta por la fuerza, sino que Je-sús ofrece la paz ofreciéndose a sí mismo para libe-rar a la humanidad.

La paz y la guerra en el magisterio de la lglesia

Es frecuente que cuando hablamos de paz pense-mos en su contrario, fa guerra; de tal manera quemuchas personas l legan a pensar que la paz se hacepresente cuando cesa el poder destructor de las ar-mas. En el pensamiento social de la lglesia, la paz"no es la mera ausencia de la guerra". La paz, reco-giendo el pensamiento bíblico, es obra de la justicia.

Si la paz es obra de la justicia, la amenaza contra lapaz no viene sólo de la guerra, sino sobre todo de lainjusticia, por eso Pablo Vl dijo con toda claridad:"Las diferencias económicas, sociales y culturalesdemasiado grandes entre los pueblos provocan ten-siones y discordias, y ponen la paz en peligro" (Popu-lorum progressio, T6). De manera que lo que poneen peligro la paz no es solamente el poderío militar,es sobre todo la injusticia de las "desigualdades eco-nómicas".

Por eso el Concilio Vaticano ll recuerda que la mejormanera de trabajar por la paz es eliminar las injusti-cias: "Para edificar la paz se requiere ante todo quese desarraiguen las causas de discordia entre loshombres... Entre estas causas deben desaparecerprincipalmente la injusticias. No pocas de éstas pro-vienen de las excesivas desigualdades económicas

Hacer justicia

El peligro de las armasnucleares y biológicas

"La paz no es la mera auscnciade la guerra, ni se reduce al soloequilibrio de las fuerzas adver-sarias, ni surge de una hegerno-nía despótica, sino que con todaexactifud y propiedad se llama<obra de lajusticia> (Is 32,1 7)"(Gaudium et spes,78).

"El horror y la maldad de la gue-rra se acrecientan inmensamentecon el incremento de las armascientíficas. Con tales armas, lasoperaciones bélicas puedetr pro-ducir destrucciones enorntes eindiscrinlinadas, las cuales, portanto, sobrepasan cxcesi valncn-te los límites de la legítima de-fensa. Es más, si se empleasena fondo estos medios, que ya seencuentran en los depósitos dearrnas de las grandes naciones.sobrevendría la matanza casiplena y totalmente recíproca departe a parte encmiga. sin teneren cuenta las mil devastacionesque aparecerían en el mundo ylos pemiciosos efectos nacidosdel uso de tales amlas.

Todo esto nos obliga a exanri-nar la guerra con mentalidad to-talmente nueva. Sepan los hom-bres de hoy que habrán de darmuy seria cuenta de sus accio-nes bélicas. Pues de sus deter-minaciones presentes depende-rá en gran parte el curso de lostiempos venideros" (Gaudium etspes, 80).

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Etica social cristiana

y de la lentitud en la aplicación de las solucionesnecesarias" (Gaudium ef spes, 83). Si la humanidadquiere vivir en paz, debe eliminarse el abismo entrela riqueza de los países del primer mundo y la mise-ria de los países del tercer mundo. Por eso Pablo Vlplantea que "el desarrollo es el nuevo nombre de lapaz" (Populorum progressio, 87)

La lglesia reconoce el derecho de las naciones a lalegítima defensa: "Pero una cosa es utilizar lafuerzamilitar para defenderse con justicia y otra muy distin-ta querer someter a otras naciones" (Gaudium etspes,79).

La posición de la lglesia frente a la guerra es muyclara: "Toda acción bél ica que t ienda indiscr imi-nadamente a la destrucción de ciudades enteras ode extensas regiones junto con sus habitantes, esun crimen contra Dios y la humanidad que hay quecondenar con firmeza y sin vacilaciones" (Gaudiumef spes, 80).

En consecuencia la lglesia también condena la acu-mulación de armas y se pronuncia a favor de la re-ducción de armamentos: "La carrera de armamen-tos es la plaga más grave de la humanidad y perjudi-ca a los pobres de manera intolerable" (Gaudium etspes, 81).

La lglesia se pronuncia por la existencia de una au-toridad mundial que trate, no de justif icar o condenarlas guerras, sino de evitarlas promoviendo la diplo-macia y el diálogo en los conflictos entre las nacio-nes. Es más la lglesia pide "preparar una época enque, por acuerdo de las naciones, pueda ser absolu-tamente prohibida cualquier guerra" (Gaudium etspes, 82).

45

La guerra justa

La Iglesia reconoce el derechode las naciones a utilizar la fuer-za militar; es lo que se llamadoctrina sobre <la guerra justa>>

o (guerra limitada>. Pero, almismo tiempo, señala condicio-nes muy precisas para hacer usode este derecho:

Una causa justa. La gueffa so-lamente se puede just i f icar

cuando existe un peligro real y

cierto, por ejemplo, para prote-ger la vida de personas inoccll-tes.

Unq qutoridad competente. Lagueffa no puede ser declaradapor grupos privados o personaspart icularcs. s ino por quienestienen resposabilidad sobre elórden pirblico.

Ú\ff^o recurso. Antes de recu-rrir a la guerra, se debe recurrlra medios pacíficos y diplomá-ticos para erradicar las causasque han originado el conflicto.La guerra es siempre el últimorecurso, primero hay que ago-tar todos los medios posibles:diálogo, negociación, etc.

Proporcionalidad. El recurso ala guerra no es legít imo si va acausar más daños que los quepretendía evitar.

(Cfr.D. Brackley, Ética socictlcristiana, UCA Editores, SanSalvador, 1995, pp. 192-199).

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46

Diccionario

Despótico: Es el poder que se ejerce con tiranía, sin res-peto a las personas ni la democracia.

Destrucción indiscriminada: Se refiere a las guerras quecausan daño a toda la población, sin hacer distincionesentre ejércitos combatientes y población civil.

Armas nucleares: Armas con una enorme fuerzadestructiva, por ejemplo, las bombas atómicas.

Hacer justicia

t .

Dinámica

Formamos tres grupos y a cada uno deellos le entregamos un texto de Mon-señor Romero sobre lapazpara que lolean y hagan un comentario.

En una plenaria cada grupo lee eltexto de Monseñor Romero y ex-pone su comentario.

"Lapaz no es producto del terror nidel miedo. Lapaz no es el silenciode los cementerios. La paz no esproducto de una violencia y de unarepresión" (8, enero, 1978).

La paz "es la tarea vigente, larga ydura de compartir justamente en-tre todos los salvadoreños las rique-zas de nuestro país y de nuestroshombres y mujeres" (2, abrll,l978).

"La verdaderapaz también siembradivisión porque no todos compren-den la profundidad de justicia don-de están las raíces de la paz" (9,ab r i l . 1878 ) .

)

erc¡cios

1. Lea 8234,,25-30; Mi 4,3-4y Is 32,16-18

a) ¿Qué dicen delapaz estos textos?b) ¿Qué aspectos de la vida incluye lapaz?c) ¿Qué relación hay entre lapaz y la justicia?d) ¿Cómo se entiende la <<paz>> en nuestra socie-

dad?e) ¿Se correspondelapaz que dicen que tenemos

con los ideales bíblicos de la paz?

0 ¿Qué iniciativas ciudadanas por la paz conoce-mos? ¿Qué opinas de esas iniciativas?

2. Busque en los documentos del Vaticano II laconstitución Gaudium et spes y lea desde el nú-mero 78 hasta el 84:

a) ¿Se puede considerar como paz la situación deequilibrio de fuerzas adversarias? ¿Por qué?

b) ¿De dónde proviene, para la Iglesia, la verdade-rapaz?

c) ¿,Según el Concilio, es lo mismo usar la fierzamilitar para invadir a otro país, que para defen-derse de una agresión? ¿Tienen las naciones de-recho a la legítima defensa?

d) ¿Cuál es la posición de la Iglesia sobre la guerray sobre la carrera de armamentos?

Cartel

La paz sólo se obtiene

creando un orden nuevo

que comporta una

justicia más perfecta

(Medellín ll, 14).

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lema B

La violencia

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Platiquemos:

- ¿Qué ves en este dibujo?

- En la situación que refleja el dibujo no hayagresión fisica ni derramamiento de sangre,

¿significa esto que el dibujo no refleja unasituación de violencia? ¿Por qué?

- ¿Qué situaciones de violencia existen hoy ennuestra sociedad?

En el tema anterior ya reflexionamos sobre la gue-rra, que es una expresión de violencia. Vimos tam-bién que, a pesar de la f irma de los Acuerdos de Paz,en nuestra reafidad se percibe un ambiente de inse-guridad debido a diferentes expresiones de violen-cia. ¿Todo t ipo de violencia es igual? ¿La violenciasiempre es mala? ¿Cómo se puede superar una si-tuación de violencia? Vamos a estudiar qué nos dicela Bibl ia y la doctrina social de la lglesia sobre la vio-lencia.

La v io lencia en la Bib l ia

En el plan de Dios expresado en la creación no cabela violencia. Sin embargo, pronto vemos que la hu-manidad emplea la violencia para dir imir sus confl ic-tos. Caín mata a Abel (Gn a)y su descendiente Lamecclama veganza contra sus agresores: "Si Caín ha deser vengado siete yeces, Lamec ha de serlo setentay siete veces" (Gn 4,23).

La ley de Moisés intentó l imitar la venganza, con laconocida ley: "Vida por vida, ojo por ojo, diente pordiente..." (Ex 21,23). Otros textos demuestran unaevolución y reclaman el rechazo de la violencia y el

Hacer justicia

La violenciaen América Latina

"Si el cristiano cree en la fecun-didad de lapaz para llegar a lajusticia, cree también que la jus-ticia es una condición ineludiblepara Ia paz.

No deja ver que en América La-tina se encuentra, en muchas par-tes, en una sifuación de injusti-cia que puede llamarse violen-cia instituc ionalizada cuando,por defecto de las estructuras dela empresa industrial y agrícola,de la economía nacional e intcr-nacional, de la vida cultural y po-lítica "poblaciones entereas fal-tas de lo necesario, viven en unatal dependencia que les impidetoda iniciativa y responsabilidadde promoción cultural y de par-ticipación en la vida social y po-lítica" (PP 30), violándose así de-rechos fundamentalcs.

Tal situación exige transforma-cioncs globales, audaces, urgen-tes y profundamente renovado-ras. No dcbe, pues, extrañarnosque nazca en América Latina "la

tentación de la violencia". Nohay que abusar de Ia pacienciade un pueblo que soporta duran-te años una condición que difi-c i lmente aceptarían quicncs t ie-nen una mayor conciencia de losderechos humanos" (M edel lín II,l 6 ) .

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Ét¡ca social cristiana

perdón del enemigo: 'No odies en tu corazón a tu her-mano, corrígelo más bien; con esto no llegarás a co-meter faltas contra tu projimo. No te vengarás ni guar-darás rencor contra tus compatriotas, sino que másbien amarás a tu prójimo como a tí mismo"(Lv 19,17).A pesar de todo, en la Bibl ia hay muchos sentimien-tos y acciones violentas, sobre todo contra los extran-jeros. Sentimientos de venganza y odio que podemosencontrar hasta en las oraciones; ver por ejemplo lossalmos: Sal 137,8 y 139,22..

Los profetas denunciaron la violencia, sobre todo delos poderosos. Llama la atención que los profetas ca-l i f ican de violencia el despojo y la explotación que losricos cometen contra los pobres, aun cuando en esainjusticia no hay derramamiento de sangre: "Codiciancampos y |os roban, casas y las usurpan; hacen vio-lencia al hombre y a su casa, al individuo y a su here-dad" (Mi 2,3). "¿Tendré por justa la balanza infractoray la bolsa de pesas de fraude? ¡Sus ricos están llenosde violencia!" (Mi 6,11-12).

Los textos del siervo de Yahvéh anticipan el ideal dela no violencia. Estos textos hablan de un siervo queno responde con violencia ante la agresión y la injus-ticia sino que ofrece su propio sufrimiento para la libe-ración del pueblo'. "Eran nuesfras dolencias las que élllevaba y nuestros dolores los que soportaba.., sopor-tó el castigo que nos trae la paz y con sus sufrimien-tos hemos sido curados" (ls 53,4-5).

Los evangel ios reconocen en Jesús al s iervo deYahvéh anunciado por lsaías: "No peleará con nadieni gritará, ni llenará las plazas del ruido de susdircursos. No quebrará la caña hecha trizas, ni apa-gará la mecha que todavía humea, hasta que final-mente haga triunfar Ia justicia" (Mt 12,19-20; par ls42,2-4) .

49

La violenciainstitucionalizada

"La forma más aguda que pre-senta la violencia en nuestrocontinente y también en nues-tro país, es la que llamaron losObispos de Medellín "violencia

institucionalizada" (Paz n. I 6),producto de una situación de in-justicia en la que la mayoría delos hombres y mujeres -sobre

todo de los niños- en nuestropaís se ven privados de lo nece-sario para vivir.

Se expresa esta violencia en laorganización y en el funciona-miento diario de un sistema so-cio-económico y político queaccpta como norrnal y corrien-te que el progreso no es posiblesino mediante la utilización delas mayorías como fuerza pro-duct iva rnancjada por una mi-noría privilegiada Encontrare-mos históricamente esta clase deviolencia siempre que la maqui-naria institucional de la vidasocial funcione en beneficio deuna minoría o sistemáticamentediscrimine a los grupos o per-sonas que defiendan el verdade-ro bien común.

Son responsables de esta violen-cia hecha institución, además delas estructuras internacionalesinjustas que la condicionan, losque acaparan el poder económi-co sin compartirlo..." (CartaPastoral de Mons. Oscar Rome-ro y Mons. Arturo Rivera, ZaIglesia y las organizaciones po-líticas popttlares, 1 978).

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50

A Jesús le toca vivir un ambiente de violencia: la do-minación del imperio de Roma, la resistencia armadade los grupos rebeldes (zelotas), violencia tambiénde los grupos de judíos que ocupan su poder paraexplotar a los pobres. En este contexto de violencia,Jesús proclama que el reino de Dios está cerca, vie-ne a traer la buena noticia de la liberación a los po-bres, mediante la no-violencia, el servicio y el ofreci-miento de su propia vida.

La no-violencia no significa pasividad y tolerancia antela injusticia. Así podemos ver como Jesús siente in-dignación y actúa con cierta agresividad en el pasajede la expulsión de los vendedores del templo (Jn 2,13-17). Condena el uso de la violencia porque ésta noengrendra sino más violencia; cuando uno de sus dis-cípulos trata de defenderlo, le dijo: "Vuelve tu espadaa su sitio, pues quien use la espada, a espada pere-cerá" (Mt 26,51-52). Jesús enseña a romper la espiralde la violencia y la venganza mediante la generosi-dad y la propia entrega, el odio mediante el amor alos enemigos (Mt 5,38-48).

La violencia en la doctrina social de la lglesia

La lglesia condena la violencia: "La violencia no es nicrist iana ni evangélica" (Pablo Vl), pero la lglesia, es-pecialmente en América Latina, sabe que la violenciaes un fenómeno complejo, que requiere un análisismás profundo.

Así, la lglesia dist ingue diversos t ipos de violencia ydenuncia que en la raíz de todas el las está la "violen-cia institucionalizada" (Medellín lr1,16), es decir una si-tuación de injusticia en la que unos pocos viven en laopulencia que, a su vez, causa el empobrecimiento yla miseria de las mayorías. Se llama institucionalizadao estructural porque esta injusticia no es sólo de per-sonas, sino de todo un entramado de instituciones y

Hacer justicia

La no-violenciaMonseñorRomero

"He sido frecuentemente amena-zado de muerte. Debo decirlesque, como cristiano, no creo enla muerte sin resurrección. Si mematan, resucitaré en el pueblosalvadoreño. Se lo digo sin nin-guna jactancia, con la más gran-de humildad.

Como pastor estoy obligado pormandato divino a dar la vida porquienes amo, que son todos lossalvadoreños, aun por aquéllosque vayan a asesinanne. Si lle-gaf an a cumplirse las amenazas,desde ya oñ'ezco a Dios mi san-gre por la redención y la resu-rección de El Salvador.

El mart i r io es una gracia quc nocreo rnerecer. Pero si Dios acep-ta el sacrificio de mi vida, quemi sangre sea semilla de liber-tad y la señal de que la esperan-za será pronto una realidad.

Mi muerte, si es aceptada porDios, sea por la liberación de mipueblo y como un testimonio deesperanza en el fufuro. Puede us-ted decir, si l legasen a matanne,que perdono y bendigo a quie-nes lo hagan. Ojalá, sí, se con-venzan que perderán su tien-rpo.Un obispo morirá, pero la lgle-sia de Dios, que es el pueblo, noperecerá jamás".

Monseñor Romero, La voz delos son voz,UCA Editores, SanSalvador , 1986, p .461.

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Etica social cristiana

estructuras que la consolidan y toleran, por ejemplo:leyes, gobiernos, tratados de libre comercio, propa-ganda, etc. La violencia es un síntoma de que algoanda mal, por eso Monseñor Romero decía: "Si que-remos que cese la violencia y que cese todo ese ma-lestar, hay que ir a la raí2. Y la raíz está aquí: la injus-ticia social" (Homilía 30, septiembre, 1979).

La situación de miseria que vive la mayoría de la po-blación provoca en ella "la tentación de la violencia".Es decir, frente a la violencia institucional se opone laviolencia revolucionaria. La lglesia, rechaza el recur-so a la violencia porque genera más violencia y la so-ciedad queda atrapada en la "espiral de la violencia"de la cual es muy difíci l sal ir. Con todo, el Papa PabloVl reconoce el derecho de los pueblos a la insurrec-ción revolucionaria en el caso "de t iranía evidente yprolongada que atentase gravemente a los derechosfundamentales de la persona y dañase peligrosamenteel bien común del país" (Populorum progressio, 30).

Pero la lglesia afirma que el "cristiano es pacífico y nose ruboriza por ello. No es símplemente pacifista, por-que es capaz de combatir" (Medellín 11,15). Como loexplican los obispos de Estados Unidos en una cartapastoral: "La visión de la no-violencia crist iana no espasiva respecto de la injusticia y la defensa de los de-rechos de los demás; más bien afirma y da ejemplosobre la importancia de resistir a la injusticia por me-dios no violentos" (El desafío de la paz, 116).

Martin Luther King, Gandhi y Monseñor Romero sontestimonio de personas que han trabajado por los jus-ticia y los derechos de los más pobres mediante la noviolencia. Las últ ima homilía de Monseñor Romero fueprecisamente para exigir el cese a la represión. Mon-señor Romero ofreció su propia vida por defender lavida de su pueblo.

51

La no-violencia

Martin Luther King

"Hay una segunda vía cristianade enfrentar el problema de laviolencia. Está insinuada por elVaticano II... La figura mártir deMartín Lutero King es un ejem-plo admirable de lo que se pue-de realizar doctrinal y práctica-mente en esta dirección.. .

Es menestar pasar, nos dice elpastor bautista, de la pasividady el conformismo a la acción di-recta, pero sin caer en odio o envenganza. Entre los dos extre-mos de quien deja correr losacontecimientos, contentado conpequeñas mejoras adormecedo-ras, actitud que nace de la pere-za cobarde, y el que se lanza auna acción violenta inconfrolada,queda el medio eftcaz de la ac-ción no violenta.

La acción no violenta nace dedos fuerzas poderosísimas: el re-chazo absoluto de la injust ic iacontra el hombre y el amor quemueve a la construcción de unanueva sociedad. Transforma elodio en energía constructiva. Lainterpretación cristiana nos hacever que el enemigo no es el otrohombre, sino el sistema que hahecho malos a los individuos:son los opresores los que nece-sitan ser liberados de su opresiónactiva".

L Ellacuría, "Violenciay cruz" enEscritos teológicos III, UCAEditores, San Salvador 2002, pp.472-473.

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52

Diccionario

No-violencia: Es el método de lucha contra la injusticiay la violencia por medios pacíficos; la no-violencia no estotal pasividad, implica enfrentarse a los responsables dela violencia y la injusticia mediante actos públicos de pre-sión, denuncia y resistencia. En este enfrentamiento lapersona no-violenta está dispuesta a ofrecer incluso supropia vida por la erradicación de todo tipo de violenciay opresión.

Hacer justicia

l.

Dinámica

Hacemos varios grupos de trabajo ypedimos que cada grupo identifiquehechos de violencia en los diferen-tes ambientes de la sociedad: en losmedios de comunicación social, den-tro de los hogares, en la calle, en lasfábricas, en la política, etc.

Escriben los hechos de violencia entarjetas. Un hecho en cada tarjeta.

3. Cada grupo presenta las tarjetas quehan escrito.

4. En plenario ordenamos y pegamoslas tarjetas en la pared. Finalnrentcreflexionamos sobre qué hacemoshoy para superar estas expresionesde violencia.

)

Eiercicios

l. Compare Ex2l,23-25 y Mt 5,38-48:

a) ¿Qué dice Jesús sobre la venganza y el odio?b) ¿Cuál debe ser la actitud de los cristianos ante

la violencia?

2. Busque y lea Mi 6,9-12

a) ¿Por qué dice el profeta que los ricos están lle-nos de violencia?

b) ¿En qué consiste, según el profeta la violenciade los ricos?

3. Busque y lea los números 68 hasta 77 de la Cuartacarta Pastoral de Monseñor Romero, Misión de laIglesia en medio de la uisis del país (1979)

a) Enumera los diferentes tipos de violencia queMonseñor Romero menciona en su carta.

b) ¿Cómo jtzga Monseñor Romero a cada una deestas expresiones de violencia?

c) ¿Piensas que la "violencia institucionahzada" deque hablaba Medellín y Monseñor Romero yaestá erradicada en la situación actual?

d) ¿Qué otros tipos de violencia existen hoy en nues-tro país?

e) ¿Cómo juzgamos cada una de estas violencias?f) ¿Cuál es el camino cristiano para enfrentar la vio-

lencia?

Cartel

Yo no me cansaré de

señalar que s¡ queremos

de.veras un cese eficaz

de la violencia, hay que

quitar la violencia

que está en Ia base de

todas las violenc¡as:

la violencia estructural,

la injusticia social (Monseñor

Romero, 23 de septiembre de '1979).

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lema 9

Los países ricos, los países pobres

,(

Nw'$/,W) N

Page 54: Uca - Etica Social Cristiana

54 Hacer justicia

La deuda externa

La Biblia 'dice poco sobre deu-das entre pueblos, cuya formaactual es, sin duda, un fenóme-no moderno. La Bibl ia. espe-cialmente el Antiguo Testa-mento, sí habla de préstamos ydeudas entre personas y fami-lias; y los principios básicosque fundarnentan estas prácti-cas pueden iluminar la proble-mática moral de los préstamosy las deudas internacionales dehoy.

Los préstamos en la Biblia casisiempre son medidas para ali-viar la miseria humana. No setrata de prestar para hacer ne-gocio con frnes de lucro. Es undeber "abrir la mano " y prestarsin interés, pues, de lo contra-r io se estaría sacando gananciade la miseria del prójimo (Ex22,24; Lv 25,35-37; Dt 15,6;23,20s).

En el Antiguo Testamento, unavez prestada la ay'uda, el acree-dor fuvo que respetar la digni-dad del endeudado pobre y noagravar su miseria reclamandopertenencias esenciales (Ex22,25s; Dt 24,6.1 0-1 3; Lv 25,39-43). Además, para evitar elendeudamiento (y la pobrezayla dependencia) permanente,había que perdonar las deudasen el año de la remisión queocurría cada siete años (Dt 15,l -3.9s)"D. Brackley, Ét i t 'a so-cial cristiana, UCA Editores,San Salvador. 1995, pp. 210-2tt .

Platiquemos:

- ¿Qué ves en este dibujo? ¿Por qué hay tantadesigualdad entre los países?

- ¿A qué se debe que muchos países, siendoricos en materias primas, no hayan logradosalir de Iapobreza?

El mundo está roto y dividido. En los países del Nortese concentra la industria, la tecnología, la informa-ción, la r iqueza y el desarrol lo. En cambio, en lospaíses del Sur, r icos en materias primas, aumentael hambre, la falta de trabajo, la pobreza y el pesi-mismo. Por eso, miles y miles de seres humanoscada día arriesgan sus vidas para entrar como "i le-gales" en algún país rico . ¿Por qué esta desigual-dad entre los países?

En este tema vamos a estudiar qué nos dice la Bi-blia y la doctrina social de la lglesia sobre las rela-ciones entre los pueblos. El tema abarca var¡ossubtemas, todos importantes: el desarrollo, el im-perialismo, el comercio internacional, la deuda ex-terna.

Las relaciones entre los pueblos en la Biblia

Los profetas denunciaron con mucha fuerza a losimperios porque "su intención es destruir y desme-nuzar a no pocas naciones" (ls 10,5-7). El pr.ofetase alegra por la caída del imperio de Asiria que secreía invencible'. "¡Cómo ha terminado el tirano yacabado su arrogancia! Yahvéh ha roto el palo delos malvados, el bastón de los opresores gue /espegaba a /os pueblos con rabia, golpeándoles srncesar, y opr¡mía con furia a las naciones. La tierra

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Etica social cristiana

esfá ahora tranquila y quieta y retumban las acla-maciones" (ls 14,5-8.12-20). Los profetas, comoHabacuq, son claros en señalar que las nacionespoderosas son ricas porque han saqueado y roba-do las riquezas de las naciones (Ha 2,6-8).

Los profetas denuncian también a los reyes y auto-ridades de lsrael cuando hacen alianzas con las po-tencias imperialistas para ser poderosos: "¿Para quéIlamas a Egipto? ¿Acaso te sanarán las aguas delNilo? ¿Y para qué llamas a Asiria? ¿Apagarán aca-so fu sed /as aguas del río... ¿Hasta dónde corre-rás? Pero será en vano: como te engañó Asur, tam-bién te engañará Egipto. También de ahí saldráscon las manos en la cabeza porque a Yahvéh no legustan aquellos en quienes confías y no te irá biencon ellos" (Jr 2,18.36-37). Para los profetas la se-guridad no viene de la alianza con los poderosos,que se han hecho ricos robando a otras naciones;la seguridad y el bienestar vendrán de la fidelidad aDios y a la justicia social.

Jesús hace presente el Reino de Dios (Mc 1 ,15), unreino que no se basa en la fuerza ni en la acumula-ción de riquezas, sino en compartir. Jesús comparael Reino a un banquete donde los pobres ocupan elprimer f ugar (Lc 1 4,12-24) y en la parábola del po-breLázaro denuncia Ia actitud de aquellos que acu-mulan riqueza y permanecen insensibles ante la rea-l idad de hambre y miser ia (Lc 16,19-31).

Si bien en los evangelios se presta poca atenciónal imperio romano, en el l ibro del Apocalipsis, escri-to en tiempo de la persecución a las comunidadescristianas, se condena y rechaza al imperio romanoque ha acumulado riqueza y lujo por medio de laviolencia y del comercio injusto (Ap 18,9-24).

55

Relaciones entre los pueblos

y opción preferencial por los

pobres

'Quiero señalar aquí la opción oamor preferencial por los pobres.Esta es una opción o una formaespecial de primacía en el ejerci-cio de la caridad cristiana, de lacual da testimonio toda la tradi-ción de la Iglesia... Pero hoy, vis-ta la dimensión mundial que haadquirido la cuestión social (PP3), este amor preferencial, con lasdccisiones que nos inspira, nopuede dejar de abarcar a las in-mensas muchedumbres de ham-brientos, mendigos, sin techo, sincuidados médicos y, sobre todo,sin esperanza de un fururo mejor:no se puede olvidar la existenciade esta realidad. lgnorarlo signi-f icar ia parecernos al <r icoEpulón> que fingía no conocer almendigo Lázaro, postrado a strpuer ta (Lc 16 , l9 -3 1 ) . . .

A este respecto, deseo recordarparticularmente: la reforma delsistema internacional de comer-cio, hipotecado por el proteccio-n ismo y e l c rec ien te b i la te -ralismo; la reforma del sistemamonetario y financiero mundial,reconocido hoy como insuficien-te; la cuestión de los intercambiosde tecnologías y de su uso ade-cuado; la necesidad de una revi-sión de la estructura de las orga-nizaciones internacionales exis-tentes, en el marco de un ordenjurídico internacional" (Sollicitu-

do rei socialis, 42 y 43).

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56

Las relaciones entre los pueblos en la doctrinasocial de la lglesia

La doctrina social de la lglesía desde sus inícios dioespecial atención a los problemas típicos de la so-ciedades industrializadas; a partir de los año 60, so-bre todo a raíz de la carta encíclica Populorum pro-gressio de Pablo Vl, la lglesia toma conciencia del"carácter mundial de la cuestión social"; es así comola lglesia fija su atención en los graves problemasque aquejan a millones de personas en la humani-dad.

"Los pueblos hambrientos interpelan hoy, con acen-to dramático, a los pueblos opulentos" (Populorumprogressio, 3). Pablo Vl cuestiona el desarrollo quesolamente consiste en "tener" más y no en "ser" más;por eso afirma: "El desarrollo no se reduce al simplecrecimiento económico. Por ser auténtico, debe serintegral, es decir promover a todos los hombres y atodo el hombre" (Populorum progressio, 14).

El problema del subdesarrollo no es un problema deatraso, de tal manera que los países pobres, si quie-ren salir de la pobreza, deben seguir el modelo y lospasos de los países ricos. Al contrario, el problemadel subdesarrollo es un problema de injusticia so-cial: unos países se enriquecen y desarrollan a cos-ta del despojo y empobreciento de otros países.

Pablo Vl describe muy bien este mecanismo de ex-plotación: "Las naciones altamente industrializadasexportan, sobre todo, productos elaborados, mien-tras que las economías poco desarrolladas no tie-nen para vender más que productos agrícolas y ma-terias primas. Gracias al progreso técnico, los pri-meros aumentan rápidamente de valor y encuentransuficíente mercado. Por el contrario los productos

Hacer justicia

Tensiones internacionales y

neocolonialismo externo, I

'Nos referimos aquí, particular-mente. a las consecuencias queentraña para nuestros países sudependencia de un centro depoder económico, en torno alcual gravitan. De alli resulta quenuestras naciones, con frecuen-cia, no son dueñas de sus bienesni de sus decisiones económi-cas.. . Como es obvio, esto nodeja de tener sus incidencias enlo polí t ico.. .

Aspecto económico. Anal iza-mos solo aquellos factores quemás influyen en el empobreci-miento global y relativo de nues-tros países, constituyendo por 1omismo una fuente de tensionesinternas y externas:

a) Distorsión creciente del co-mercio internacional. A causade la depreciación relativa de lostérminos de intercambio, ias ma-terias primas valen cada vez me-nos con relación al costo de losproductos manufacturados. Ellosignifica que los paÍses produc-tores de materias primas penna-nccen sienrpre pobres, mientrasque los países industrializados scenriquecen cada vez más...

b) Fuga de capitales económi-cos y humanos. La búsqueda deseguridad y el criterio de lucroindividual lleva a muchos miem-bros de los sectores acomodadosde nuestros paises a invertir susgananc ias en e l ex t ran je ro . . .(Mede l l ín I I ,8y9) .

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Etica social cristiana

primarios que provienen de los países subdesarro-llados sufren amplias y bruscas variaciones de pre-cio, muy lejos de esa plusvalía progresiva... Los pue-blos pobres permanecen siempre pobres, y los ricosse hacen cada vez más ricos" (Populorum progre,ssio,57). Es decir, los países ricos controlan el mercadoy obligan a los países pobres a vender sus materiasprimas y productos agrícolas (por ejemplo, cobre,madera, café...) a bajos precios, sin embargo, lospaíses ricos venden sus productos ya elaborados (porejemplo, alimentos, medicinas, vehículos, teléfonos,etc.) a precios muy altos.

Por eso la lglesia cuestiona el l ibre comercio, queno es otra cosa que la imposición de las reglas delos países poderosos: "Es evidente que la regla dell ibre cambio no puede seguir rigiendo ella sola lasrefaciones internacionales" (Populorum progressio,5B). Pablo Vl señala que el l ibre comercio conducecon frecuencia a la "dictadura económica" y añade:"el libre intercambio sólo es equitativo si está some-tido a las exigencias de la justicia social" (Populorumprogressio, 59).

Otro mecanismo que genera desigualdad y provocael empobrecimiento de los países es la deuda ex-terna. La mayoría de las ganancias de los paísespobres no pueden ser invertidas en su propio paíssino que se destin an a pagar los préstamos y losaltos intereses de los países ricos. Juan Pablo l l afir-ma: "No es lícito, en cambio, exigir o pretender supago, cuando éste vendría a imponer de hecho op-ciones polít icas tales que llevarán al hambre y a ladesesperación a poblaciones enteras. No se puedepretender que las deudas contraídas sean pagadascon sacrificios insoportables. En estos casos es ne-cesario encontrar modalidades de reducción, dila-ción o extinción de la deuda" (Centesimus annus, 35).

57

Tensiones internacionales y

neocolonialismo externo. 2

"c) Evasión de impuestos yfuga de ganancias y dividen-dos. Diversas compañías exffan-jeras que acfuan en nuestros me-dios suelen evadir con sutilessubterfugios los sistemas tribu-tarios establecidos. Comproba-mos también que a veces envíanal extranjero las ganancias y losdividendos sin contribuir conadecuadas reinversiones al pro-gresivo desarrollo de nuestrospaíses.

d) Endeudamiento progresivo.No es raro verificar que, en elsistema de créditos intemacioua-les, no se tiencn en cuenta siem-pre las verdaderas necesidades yposibilidades de nuestros países.Corremos así el riesgo de abru-marnos de deudas cuya satisfac-ción absorve la mayor parte denuestras ganancias.

e) Monopolios internacionalese imperialismo internacionaldel dinero. Queremos subrayarque los principales culpables dela dependencia económica denuestros países son aquellas fuer-zas que, inspiradas en el lucro sinfreno, conducen a la dictaduraeconómica y al <imperialismointernacional del dinero>...

Aspecto político. Denunciamosaquí el imperialismo de cual-quier signo ideológico, que seejerce en América Latina, en for-ma indirecta y hasta con inter-venciones directas>> (Medellín lI,9 y 10) .

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Diccionario

Proteccionismo: Los países desarrollados protegen susproductos e industrias nacionales ante la competenciainternacional, sin embargo, al mismo tiempo, exigen alos países pobres que no sean proteccionistas y abran susfronteras a los productos extranjeros.

Neocolonialismo: Colonialismo es una palabra derivadade Cristobal Colón y se refiere a la política expansionistade las grandes potencias de Europa: España, Inglaterra,Portugal, etc., que invadieron y convirtieron a AméricaLatina y África en sus <colonias>, de las que extrajeronma te r i as p r imas y r i quezas pa ra sus impe r i os .Neocolonialismo quiere decir nuevas formas de colonia-lismo. Ahora las grandes potencias, como Estados Uni-dos y la Unión Europea, se siguen enriqueciendo a costade los países pobres. La deuda externa, los tratados delibre comercio, las privatizaciones, la expasión de las gran-des empresas transnacionales son nuevas formas de colo-nialisrno.

Hacer justicia

Cartel

Los pueblos hambrientos

interpelan hoy,

con acento dramático,

a los pueblos opulentos

(Populoru m progressio, 3).

Dinámica

1. Buscamos o copiamos un mapa mun-dial que sea algo grande y lo coloca-mos a la vista de todas las personasparticipantes.

2. Pedimos que ubiquen y señalen en elmapa a los países más ricos.

3. Luego pedimos que señalen algunosde los países más pobres del mundo.

4. Reflexionamos estas preguntas:

a) ¿Dónde están los países más ri-cos? (Norte) y los más pobres(Sur)?

b) Segun la doctrina social de la lgle-sia, ¿por qué unos países son ri-cos y desarrollados y otros sonpobres?

c)¿Cuáles son y cómo funcionan losntecanismos que provocan la des-igualdad entre los pueblos?

d) ¿;Qué plantea al respecto JuanPablo Il en los nirmeros 42 y 43de la Sollicitudo rei socialis?

l .

cios

Lea los dos primeros capítulos del libro deAmós. El profeta comienza denunciando a las na-ciones extranjeras, pero luego, lo que el pueblo noesperaba, denuncia también a Israel y Juda:

a)¿Qué denuncias hace a los pueblos vecinos?b)¿Qué denuncias hace a Israel y Judá?c)¿Qué denuncias hacemos ahora a las potencias

extranjeras y a nuestro propio país?

Busque y lea los números 19 hasta el 21 de la en-cíclica Populorum progressío

a)¿El desarrollo es sólo crecimiento económico?

¿Por qué?

b)¿Qué se entiende por <desarrollo integral>?

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Los derechos humanos

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60 Hacer justicia

Las tres generaciones delos derechos humanos

En la actualidad se distinguenlos derechos de la primera, se-gunda y tercera generación.

Los derechos de laprimera ge-nersción fueron promovidosdurante los siglos XVIII yXIXpor los sectores liberales y paí-ses capitalistas del norte. Se tra-ta de los llamados derechospolíticos y civiles: derecho aparticipar en la vida politica, ala libertad de expresión, a lapropiedad, a la libertad religio-sa, etc.

Los derechos de Ia segundageneración son promovidosdurante el siglo XX por los sec-tores obreros, los movimientosde izquierda y los países pobresdel sur. Son los derechos eco-nómicos, sociales y culturales,por ejemplo: el derecho a co-mer, al trabajo digno, a la aten-ción sanitaria, ala educación.

Los derechos de Ia tercera ge-neración; después de la Segun-da Guerra Mundial se comen-z6 ahablar de los derechos delas comunidades y de las nacio-nes, por ejemplo: el derecho aIa autodeterminación, el dere-cho a vivir en un ambiente na-tural y social protegido de ladestrucción, la avaricia y otrospeligros, el derecho a vivir enpaz. Cfr. D. Brackley, Ética so-cictl cristiana, UCA Editores,San Salvador, 1995, p.245.

Platiquemos:

¿Qué ves en este dibujo? ¿Qué derechos hu-manos representan eadauno de los dibujos?

¿Se respetan hoy los derechos humanos?

Desde la Declaración universal de los derechos hu-manos por las Naciones Unidas (1942) hasta hoycrece la conciencia y la lucha en defensa de los de-rechos humanos, pero también es cierto que se co-meten todo tipo de actos que atentan contra la vida ydignídad de mil lones de personas en el mundo. Eneste tema vamos a estudiar qué nos dice la Palabrade Dios y la doctrina social de la lglesia sobre losderechos humanos.

Los derechos humanos en la Bibl ia

A diferencia de la mentalidad l iberal y moderna, quedefiende el derecho propio o personal, la Bibl iaenfatiza el derecho ajeno, sobre todo el derecho delos pobres. Por eso la Biblia, no habla tanto de dere-chos, cuanto de deberes de justicia en situacionesconcretas.

El mandamiento "no matar" implica el derecho a lavida, el mandamiento "no robar" implica el derecho ala propiedad (Ex 20,13.15). La Bibl ia resalta, sobretodo, los derechos de los emigrantes, las viudas ylos huérfanos, porque estos grupos eran los másempobrecidos y golpeados por la injusticia (Ex 22,20-26; Dt 27,19). Los códigos de leyes señalan que losesclavos tienen derecho a la libertad después de sieteaños (Dt 15,12-18), los pobres que sufren hambretienen derecho a comer de los frutos del campo aje-no, aunque eso no les da derecho a acumular (Ex23,10;Dt24,19-20 y Lv 19,9-10); los que por necesi-

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Etica socíal crístiana

dad se vieron obligados a empeñar su propiedad, t ie-nen derecho a recobrarla (Lv 25,10); los trabajadorestienen derecho a un salario y al descanso (Lv 19,13 y23,3); las personas discapacitadas (sordos, ciegos,etc.) tienen derecho a ser respetadas (Lv 19,14).

Los profetas denuncian los atropellos y violaciones delos poderosos contra los derechos de los pobres: "¡Ayde aquellos que dictan leyes injustas y con sus decre-tos organizan la opresión, que despojan de sus dere-chos a /os pobres de mi país e impiden gue se les hagajusticia, que dejan sin nada a la viuda y se roban laherencia del huérfano" (ls 10,1-2).

En t iempo de Jesús, el poder polít ico y rel igioso margi-naba a las mujeres y los niños, que eran consideradosinferiores y gente sin derechos; lo mismo podemosdecir de los enfermos que eran excluidos hasta el pun-to de no poder acercarse a la ciudad, las personasque desempeñaban ciertos oficios, como los publica-nos, son tachados de "pecadores" y en general el pue-blo pobre es calificado de "gente impura" porque estáincapacitado para cumplir las leyes.

Pues bien, a lo largo de todo el evangelio podemosver a Jesús rodeado de aquellas muchedumbres mar-ginadas. Jesús, desafiando al poder de su t iempo, lestrata como iguales, les reconoce sus derechos, les de-vuelve la palabra, la dignidad, la salud y la vida. ConJesús aquella muchedumbre de gente anónima queno cuenta para nada, adquiere protagonismo, el los sonlos primeros, de ellos es el reino de Dios (Lc 6,20).

De Jesús aprendemos que defender los derechos hu-manos exige ponerse en el lugar de los pobres, identi-ficarse con los derechos de los hambrientos, los emi-grantes, los enfermos, los presos (Mt 25,31-46), de-fender los derechos humanos es defender, sobre todo,la dignidad y la vida de los pobres.

61

Conflicto de derechos

Con frecuencia los derechos deunas personas chocan con losderechos de otras, por ejemploel derecho a la propiedad priva-da puede chocar con el derechoa comer. ¿Qué hacer entonces?

¿Cómo priorizar los derechoshumanos? Veamos algunos cri-terios:

El bien común tiene prioridadsobre el bien particular; porejemplo, el derecho a la salud oa la alimentación tiene prioridadsobre el derecho a la propiedaclprivada.

Hay derechos individuales queno se pueden suspender bcjoninguna circunstancia.' el dere-cho a la vida, el derecho a noser torfurado ni esclavizado.

En general, cuando los derechosentran en conflicto, hay que darprioridad ct las personas y gru-pos excluidos. E,s decir, el dere-cho a la participación lienenprioridad sobre otros derechos,es otra lnanera de formular laopción preferencial por los po-bres y las víctimas. El derechoa la participación de los pobresy de las víctimas no es un dere-cho más, junto a los demás de-rechos, sino que es el derechoglobal que asegura el cumpli-miento de los demás derechos.

Cfr. D. Brackley, Éfica socialcristiana, UCA Editores, SanSalvador, 1995, pp. 210-272.

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62

Los derechos humanos en la doctrina social de lalg lesia

El movimiento moderno para defender los derechoshumanos comenzó como parte de la protesta contrala sociedad feudal dentro de la cual la lglesia católicatenía muchos privi legios. Por eso, la lglesia se resistióa las corrientes liberales y su lenguaje de derechoshumanos durante los siglos XVll l y XlX. Por ejemplo,el Papa Gregorio XVI en 1832 calificaba como unalocura la l ibertad de conciencia: "De esa cenagosafuente de indiferentismo mana aquella absurda y erró-nea setencia, o mejor dicho locura, que afirma y de-fiende a toda costa y para todos, la libertad de con-ciencia".

Durante el siglo XX la lglesia se ha convertido en par-te importante del movimiento mundial de derechos hu-manos. La presentación más completa de los dere-chos humanos se encuentra en la encícl ica del PapaJuan XXlll Pacen in terris, sobre todo en los númerosdel 11 hasta e\27. En esta encícl ica la lglesia recono-ce todos los derechos de la Declaración universal delos derechos humanos de 1948 y los sitúa como el ejeprincipal para la convivencia pacíf ica de cada puebloy de la humanidad entera. Por su parte, Gaudium etspes afirma que debe ser superada toda discrimina-ción en los derechos fundamentales de la persona.

La doctrina social de la lglesia fundamenta los dere-chos humanos en la dignidad de la persona humana.Esto significa que todas las personas tenemos dere-chos, no porque lo conceda el Estado, sino porquetenemos dignidad. Los gobiernos no nos dan dere-chos humanos, sino que tienen el deber de garantizarque se cumplan esos derechos para todas las perso-nas. "Los derechos humanos son todas las condicio-nes necesarias para proteger la dignidad de esas per-sonas" (D. Brackley).

Hacer justicia

Historización de los

derechos humanos, I

"La aplicación de la historiza-ción a los pueblos oprimidos ya las mayorías populares mues-tra que el problema radical delos derechos humanos es el dela lucha de la vida en contra dela muerte...

Por ello, la mera vida biológica-aquel mínimo que se convier-te, cuando falta, en lo máximo-se constituye el derecho prima-rio. Esto puede parecer algo so-breentendido en los países másricos, que tienen asegurado esederecho -el problema del abor-to y de la pena de muerte soncuestiones distintas-, pero no esasí en la mayor parte de los paí-ses, donde se hace sumamenteproblemático conservar la vidabiológica, sea por la extremapobrcza, sea por la represión yla violencia.

Para la mayor parte de la huma-nidad *y los derechos humanosdeben serlo de la humanidadentera o dejan de ser humanosrealmente- no se dan las condi-ciones reales para poder seguirviviendo biológicamente -ham-

bre y falta de trabajo- y se dan,en cambio, cuotas altísimas derepresión para el sostenimientodel orden establecido " (I. Ella-curía, "Histortzaciln de los de-rechos humanos desde los pue-blos oprimidos y las mayoríaspopulares " en Es critos filos ófi-cos III, UCA Editores, San Sal-vador, 2001, pp. 439-440).

Page 63: Uca - Etica Social Cristiana

Ética social cristiana

En América Latina, recog¡endo la tradición de Barto-lomé de las Casas que luchó por los derechos de losindios, la lglesia ha asumido una valiente y proféticadefensa de los derechos humanos desde los pobresy las víctimas. Muchas personas, como Monseñor Ro-mero, fueron martirizadas por defender los derechosde los más pobres.

Desde esta perspectiva, l. Ellacuríahizo ver la nece-sidad de luchar por los derechos humanos, no en abs-tracto, sino a partir de la realidad de extrema pobrezay muerte que viven mil lones de personas en la huma-nidad, sobre todo en el tercer mundo. Desde esta rea-l idad, podemos comprobar que una persona de Esta-dos Unidos t iene más derechos que una persona enÁfrica o en América Latina. Y lo que es peor, los dere-chos que unos pocos disfrutan es a costa de la nega-ción real de esos mismos derechos a mil lones de per-sonas. Por ejemplo, en nombre del derecho a la se-gur idad de unos pocos, se invade y bombardea apoblaciones enteras causando miles de víctimas. Des-de esta realidad, se impone también la necesidad dejerarquizar los derechos humanos: el derecho radicaly más importante es el derecho a vivir. Mientras no segarantice el derecho a la vida a toda la humanidad,no se puede afirmar que los derechos sean humanosy universales.

No podemos terminar esta breve reflexión sin reco-nocer que "existen violaciones de los derechos hu-manos en el interior de la lglesia", por eso, para quela lglesia sea creíble, debe ser la primera "en respetary promover los derechos humanos en el interior de supropia realidad" (L. Boff, lglesia: Carisma y poder). ElPapa Juan Pablo l l , en el contexto de las celebracio-nes del milenio, ha pedido perdón, en nombre de todala lglesia, por las omisiones y violaciones de los dere-chos humanos cometidos por la misma lglesia a lolarqo de la historia.

63

Historización de los

derechos humanos.2

"La historización de los dere-chos humanos, vista desde lospueblos oprimidos y las mayo-rías populares... descubre y de-senmascara la utilización intere-sada de la doctrina de los dere-chos humanos, cuando se laemplea para legitimar el statusquo, mediante su proclamaciónformal universal y su negaciónreal, que hace de la universali-dad de los mismos una burlasangrienta, porque no sólo no seda universalidad, sino que se laniegapositivamente, ya que has-ta ahora, tal como se ha dado,se requiere la muerte y la opre-sión de muchos para la domi-nación y la libertad aparente deunos pocos.. .

Denuncia la mentira de los paí-ses ricos y de las clases podero-sas dominantes, que tratan deaparentar el que en ellos se dael pleno cumplimiento de losderechos humanos, cuando loque se da es el disfrute de dere-chos nacionalistas o clasistas,mediante la negación efectiva delos derechos que competen a lahumanidad en su conjunto " (I.Ellacuria. "Historización de losderechos humanos desde lospueblos oprimidos y las mayo-rías populares" en Escritos fi-losóficos III, UCA Editores, SanSalvador, 200I, p. 443).

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Diccionario

Universales: Para todas las personas sin excepciones. Losderechos humanos son para todas las personas y para to-dos los pueblos sin distinción.

Status quo: Son palabras latinas que quieren decir ordenestablecido. Muchas veces ese <orden>> está sostenido so-bre una situación de injusticia en la que se violan los de-rechos humanos de las mayorías.

Jerarquizar: Quiere decir ordenar por orden de impor-tancia, priorizar. Por ejemplo, el derecho a la vida es elderecho primario y está por encima del derecho a la libreexpresión o el derecho a la propiedad privada.

Hacer justicia

Gartel

Los derechos humanos

deben serlo de la

humanidad entera

o dejan de ser humanos

realmente 1r. Ettacuría).

Eiercicios

1. Lea N{t25,3l-46

a) ¿De qué derechos podemos hablar a la luz deeste texto?

b) ¿Desde qué opción hicieron los profetas y Jesúsde Nazaret la defensa de los derechos? ¿Por qué?

2. Leala Declaracíón Universal de los Derechos Hu-,nanos y Pacen in terris desde el número ll al21 .Puede encontrarlos en el llbro Ética social cristia-na de D. Brackley, pp. 247 -256 y 268-269.

a) Identifique los derechos de la primera y de lasegunda generación.

b) ¿Se mencionan los derechos de la tercera gene-ración?

c) ¿Cuáles derechos son más violados en la situa-ción actual de nuestro país? Señale casos con-cretos.

d) ¿Qué hacemos como comunidades cristianas porla promoción y defensa de los derechos huma-nos? ¿Qué otras cosas podemos hacer en defen-sa de los derechos de los pobres?

Dinámica

1. Fonnamos varios grupos y entrega-mos una fotocopia de este texto deMonseñor Romero:

"Este es el pensamiento funda-mental de mi predicación: nadame importa tanto como la vidahumana. Es algo tan serio y tanprofundo, más que la violación decualquier otro derecho humano,porque es vida de los hijos deDios y porque esa sangre no hacesino negar el amor, despertar nue-vos odios, hacer imposible la re-conciliación y la paz iLo que másse necesita hoy aquí es un alto a Iarepresión!" (16 de marzo de 1980).

2. Cada grupo lee el texto y reflexionaestas preguntas, que luego compar-t imos en plenario:

(a) ¿Cuál es para Monseñor Rome-ro el derecho más importante?

¿Por qué? ¿En qué situaciónhistórica defendió este derecho?

(b) Qué otros derechos humanosdefendió Monseñor Romero con

'más inistencia?

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Tema

La ecología

11

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66 Hacer justicia

Tres consideraciones deJuan Pablo II sobre el desa-rrollo y el medio ambiente:

"Laprimera consiste en la con-veniencia de tomar mayor con-ciencia de que no se puede uti-lizar impunemente las diversascategorias de seres. vivos o in-animados -animales, plantas,elementos naturales- comomejor apetezca, según la pro-pias exigencias económicas. Alcontrario, conviene tener encuenta la naturaleza de cada sery su mutua conexión en t¡n sis-tema ordenado. que es precisa-mente el cosmos-

La segunda consideración scfunda, en cambio, en la convic-ción, cada vez mayor también,de la limitación de los recursosnaturales, algunos de los cua-les no son, como suele decirserenovables. Usarlos como sifueran inagotables, con domi-nio absoluto, ponc seriamenteen peligro su ñrtura disponibi-lidad, no sólo para la genera-ción presente, sino sobre todopara las futuras.

La tercera consideración se re-fiere directamente a las conse-cuencias de un cierto tipo dedesarrollo sobre la calidad dela vida en las zonas industriaii-zadas. Todos sabemos que elresultado directo o indirecto dela industrializaciónes, cada vezmás, la contaminación del am-biente, con graves consecuen-cias para la salud de la pobla-ción" (Sollicitudo rei socialis,34).

Platiquemos:

¿Qué ves en este dibujo? ¿Cuáles son los prin-cipales problemas ecológicos que afectan anuestro país y al mundo?

¿Podemos llamar progreso al desarrollo que seconstruye destruyendo la nattnaleza? ¿Por qué?

La destrucción incontrolada de los bosques, la conta-minación de los ríos y de los aires por los desechostóxicos de las industrias y la circulación de vehículos, laexplotac¡ón sin límites de los recursos naturales, etc.son sólo algunos de los problemas ecológicos que po-nen en grave peligro la vida del planeta Tierra y nuestraprop¡a vida. Cada día crece más la conciencia de estepeligro y ¡a necesidad de cuidar la "casa común" en laque hab¡tamos. En este tema vamos a estudiar qué nosdice la Biblia y el mag¡sterio social de la lglesia sobre laecología.

La ecología en la Bibl ia

El relato de la creación del libro del Génesis nos diceque todo cuanto hay y existe en el mundo prov¡ene deDios y es bueno'. "Y vio Dios que todo era bueno" (Gn1,25). El primer mandato de Dios al ser humano es unprecepto ecológ¡co: le ordena que administre y cuide lacreación. Cuando Dios les dice a Adán y Eva que tie-nen dominio para someter Ia creación (Gn 1,28) eso nole da derecho a despojar la tierra. El segundo relato dela creación resalta, mediante la comparación de la crea-ción como un jardín, que el ser humano está llamadopor Dios a ser eljardinero que "lo labrase y lo cuidase"(Gn 2,1 5) .

La primera alianza de Dios es una alianza con toda lacreación. La señal de esta alianza es el arco iris. Dios

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Ética social cristiana

se compromete, ya no habrá más diluvios que destruyanla tierra. Dios no quiere la destrucción de la tierra, sinoque perdure para siempre. No se trata de un compromi-so cualquiera, es una alianza eternat "He aquí que yoestablezco mi alianza con ustedes y con vuestra des-cendencia y con todo ser viviente: /as ayes, los ganadosy todos los animales de la tierra... Establezco mi alianzay no habrá más diluvio para destruir la tierra. Pongo miarco en /as nubes y será señal de mi alianza con toda latierra. En cuanto esté el arco en las nubes, yo lo verépara recordar la alianza perpetua entre Dios y todo servíviente" (Gn 9,9-17).

El ser humano, sin embargo, no respetó esta alianza.Los profetas, como Oseas, denunciaron esta falta de res-peto a la creación: "No hay ya fidelidad ni amor, ni cono-cimiento de Dios... por eso /a tierra está en duelo y semarchita cuanto en ella habita, con las besfias del cam-po y /as ayes del cielo, y hasta /os peces del mar desa-parecen" (Os 4,1-3).

Los profetas también relacionaron la destrucción delmedio ambiente con la ambición y el ansia de poder.Cuando lsaías canta la caída del imperio de Babilonia, loacusa de haber convertido la tierra en un desierto (ls14,17) y por eso, cuando el tirano cae, 'hasfa /os cipre-ses se alegran, los cedros del Líbano. Desde que tú hascaído no sube el talador a nosotros" (ls 14,8).

En el Nuevo Testamento, la creación entera se pone enrelación con Jesús. 'Crisfo es e/ primogénito de toda lacreación, porque en él fueron creadas fodas /as cosas"(Col 1,15-16). Y aunque la creación ha sido sometidapor el pecado (Rm 8,21), es liberada por la muerte y re-surrección de Jesús (Col 1,20). De tal manera que paralas primeras comunidades cristianas, la salvación es tam-bién la liberación de la creación de todo aquello que laoprime y destruye. Por eso Pedro y elApocalipsis hablande fa esperanza en "un nuevo cielo y tierra nueva" (Ap21 ,1 y 2 Pe 3 ,1 3) .

67

Una ética ecológica

"En América Latina y el Caribelas grandes ciudades están en-fermas en sus zonas centralesdeterioradas sobre todo en susüllas demiseria. Enel campo,laspoblaciones indigenas y campe-sinas son despojadas de sus tierraso arrinconadas en las menosproductivas y se siguen talando yquemando bosques en la Ama-zontay en otras partes del Conti-nente. Ante esta crisis, se viencproponiendo como salida el desa-rrollo sostenible que pretenderesponder a las necesidades yaspiraciones del prescnte, sincomprometer las posibi lidades deatenderlas en el futuro. Se quiereasí conjugar el crecimiento econó-mico con los lirnites ecolósicos.

Frente a esta propuesta, tenemosque preguntamos si son legítimastorlas estas aspiraciones y quiénpaga los costos de dicho desa-rrollo; y además para quién sedestinan sus beneficios. No puedeser un desarrollo que privilegiaminorías en detrimento de lasgrandes mayorías empobrecidasdel mundo.

Las propuestas de desarrollo tie-nen que estar subordi¡¿das a cri-terios éticos. Una ética ecológicaimplica el abandono de una moralutilitarista e individualista. Postu-la la aceptación del principio deldestino trniversal de los bienes dela creación y promoción de lajusticia y solidaridad como valo-res indispensables" (Santo Do-mingo, 169).

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68

La ecología en la doctrina social de la lglesia

Aunque en varios documentos del magisterio de la lgle-sia se hace referencia a los problemas ecológicos, eltema todavía no ha sido abordado con la extensión yprofundidad que merece. El texto más completo es elmensaje de Juan Pablo ll con motivo de la celebraciónde la Jornada Mundial de la Paz en 1990. El mensaje setitula Paz con Dios Creador, paz con toda la creación.

En su diagnóstico de la cuestión ecológica, la lglesia re-cuerda que el uso excesivo de energía, los gases queexpelen las industrias y fos vehículos automores, los re-siduos tóxicos industriales que son arrojados a los ríoso al mar sin tratamiento alguno, la destrucción indiscri-minada de bosques, el uso y abuso de herbicidas y otrosvenenos en la agricultura, etc., están causando gravesproblemas como por ejemplo: la destrucción de la capade ozono, la contaminación del aire y de los ríos, loscambios cl imáticos, que ponen en serio pel igro la vidaen nuestro planeta.

¿Cuál es la causa de estos problemas? La lglesia seña-la que la crisis ecológica se debe a una modelo de desa-rrollo equivocado, del cual los más responsables son lospaíses industr ial izados, que son también los más r icos ypoderosos. Este modelo de desarrollo se ha levantadosobre dos pilares: la explotación de los trabajadores ytrabajadoras y la destrucción del medio ambiente:

"Las razones de la producción prevalecen a menudo so-bre la dignidad del trabajador, y los intereses económi-cos se anteponen al bien de cada persona, o incluso alde poblaciones enteras. En estos casos, la contamina-ción o la destrucción del ambiente son fruto de una vi-sión reductiva y antínatural, que configura a veces unverdadero y propio desprecio del hombre. Asimismo, losdel icados equi l ibr ios ecológicos son alterados por unadestrucción incontrolada de las especies animales y ve-

Hacer justicia

Mensaje

del Jefe indio Seattle

"El Gran Jefe de Washington hamandado decir que desea com-prarnuestra tierra... ¿Cómo pue-des comprar o vender el cielo yel calor de la Tierra? Tal idea noses extraña. Si no somos dueñosde la pureza del aire o del res-plandor del agua, ¿cómo puedesentonces comprarlos?

Sabemos que elhornbre blancono comprende nuestro modo devida. Para él un lote de terrenoes igual a otro, porqLle es r¡n fo-rastero que llega en el silcnciode la noche y arrebata dc la tie-rra todo lo que necesita. La Tie-ffa no es su hermana, sino suenemiga... Trata a su madre, laTierra, y a su hermano, el Cielo,como cosas que se pueden com-prar, saquear, vender como ove-jas o quincallería reluciente. Suvoracidad amrinará la Tierra, de-jando tras de sí sólo desierto...

Una cosa sabemos: que la Tierrano le pertenece al hombre. Es elhombre el que pertenece a Ia Tie-rra. De eso estamos ciertos. To-das las cosas están relacionadasentre sí como la sangre que unea una familia. Todo está relacio-nado. Lo que hiere a la Tierra,hiere a los hijos e hijas de la Tie-rra. Todo cuanto haga con larama se lo hará a sí mismo" (Ci-tado por L. Boff, Ecología: gri-to de la tierra, grito de los po-bres, Editoial Trotta, Madrid,1996, pp.274-277).

getales o por una incauta explotación de los recursos; y

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Etica social cristiana

todo esto -conviene recordarlo- aunque se haga en nom-bre del progreso y del bienestar, no redunda ciertamenteen provecho de la humanidad" (Paz con Dios Creador,7) .

Para superar esta crisis es necesaria una "ética ecoló-gica" (Cf. Sanfo Domingo, 169), que, entre otras cosas,impl íca:

a) Defender y respetar la vida. Se trata de defender loque Juan Pablo l l l lama "ambiente de vida", es decir de-fender la vida de todos los seres y elementos (Cf. Evan-gelium vitae, 42). Por ejemplo, la selva es un ecosistemadonde conviven una gran diversidad de especies de plan-tas, animales, organismos y micro-organismos que es-tán relacionados en un maravi l loso equi l ibr io que haceposible la vida. Por eso, la destrucción de las selvas esatentar contra la vida. es un ecocidio. "El dominio confia-do al hombre por el Creador no es un poder absoluto"sobre la naturaleza, (Sollicitudo rei socra/is, 34); el serhumano debe respetar el orden y equi l ibr io que existe enel universo (Cf. Paz con Dios Creador, B).

b) Superar la "moral utilitarista e individualista" que con-sidera los bienes de la creación como mercancías quese pueden explotar sin l ímites, para vender y enriquecera unos pocos (Cf. Sanfo Domingo,169). "La tierra es esen-cialmente una herencia común, cuyos frutos deben serpara beneficio de todos" (Paz con Dios Creador, B). Ago-tar los recuros naturales es poner en peligro la vida delas siguientes generaciones (Cf. So//icitudo rei socialis,34 y Evangelium vitae, 42).

d) Cambiar el modelo de desarrollo que promueve un es-t i lo de vida consumista y derrochador del pr imer mundoy que genera miseria en mil lones de personas del tercermundo. Juan Pablo l l plantea que se debe adoptar unesti lo de vida basado en " la austeridad... a f in de que lamayoría no tenga que sufrir las consecuencias negativasde la negligencia humana" (Paz con Dios Creador, 13).

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Eco-espiritualidad

"Uno de los ejes que estruc-turan esta eco-espiritualidad esla vivencia de la simplicidad,la más humana de todas las vir-tudes, puesto que debe estarpresente en todas las demás. Lasimpl ic idad es la que garant i-zarála sustentabilidad de nues-tro planeta, rico en energías yrecursos sin 1-rn pero también ysiempre limitado. La simplici-dad exige una actifud anticul-tural y anti-sistema. La culturay el s istema dominante sonconsumistas y despil farradores.La simplicidad nos despierta aun vivir en concordancia connuestras necesidades básicas. Sitodos siguiesen esta consigna,la tierra sería suficiente paratodos con generosidad y hastacon una discreta abundancia...

El est i lo dc vida ecológicarnen-te sostenible se basa en relacio-nes de cooperación en todas lasactividades y en todos los mo-mentos, pues ésta es una de lasleyes quc r igen el mismo uni-verso y que garantizan la cade-na de interdependencias en to-dos los seres. Además suponeun uso respefuoso de todo loque necesitamos y la disposi-ción a reciclarlo cuando ya hacumplido su función. pues asílo hace la naturaleza , que todolo aprovecha y nada descarla"(L. Bofi Ecología: grito de latierra, grito de los pobres, Edi-torial Trotta, Madrid, 1996,pp.249-250).

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Diccionario

Ecología: Este concepto está formado apartft de la pala-bra griega oikos, que quiere decir <casa> o <hábitab. Detal manera que la ecología es la <ciencia del hábitat>>.

Mefíticos: Gases que al ser respirados causan daño.

Utilitarista: Que valora las cosas o las personas por lautilidad o beneficio que pueda obtener de ellas. Esta men-talidad convierte a las cosas y a las personas en <objetos>>al servicio de sus propios intereses

Capa de ozono: La Tierra, a una altura de 25 a 30 kiló-metros, está rodeada por una capa de un gas llamado ozo-no, que nos protege de los rayos ultravioletas provenien-tes del sol. Sin este escudo protector, la vida animal yvegetal sería imposible.

Reciclar: Usar nuevamente los desechos para producirnuevos bienes; por ejemplo de los desechos orgánicos sepuede hacer abono.

Hacer justicia

Dinámica

l. Formamos varios grupos y entrega-mos una fotocopia de este texto deMonseñor Romero:

"Talar un árbol, botar agua cuandohay escasez de agua, no tener cui-dado con las chimeneas de losbuses envenenando nuestro am-biente con esos humos mefiticos,no tener cuidado dónde se quemanlas basuras, todo eso es parte de laalianza con Dios. Cuidemos, queri-dos hermanos salvadoreños, por unsentido de religiosidad también,que no se siga empobreciendo ymuriendo nuestra naturaleza" ( I Ide marzo de 1979).

2. Después de leer y reflexionar eltexto en grupos, compartimos enplenario:

(a) ¿Qué relación existe, para Mon-señor Romero entre la nafirale-zaylaahanza con Dios?

(b) ¿A qué nos compromete la alian-zacon el Dios de la vida?

Ejercicios

Lea Gn 1,28

a) ¿Crees que este mandato le da al ser humanoun derecho absoluto sobre la naturaleza? ¿Porqué?

b) ¿Qué otros pasajes de la Biblia podríamos ci-tar a favor de un uso responsable y limitadode los recursos naturales?

Lea las líneas pastorales de Santo Domingo (nú-mero 169) sobre la cuestión ecológica:

a) ¿Qué compromisos señala el documento?b) ¿Crees que como Iglesia estamos haciendo algo

por el medio ambiente? Si es posible, narre ex-periencias concretas.

c) ¿Qué otros compromisos podemos añadir y esursente realizar?

1 .

7

Cartel

Gausar daño

a la Tierra

es desprec¡ar

a su Creador

(Jefe Indio Seattle).

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rema 12

La discriminación contra

las muieres

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Plutiquemos:

- ¿;Qué problemática refleja este dibujo? ¿Se dan es-tas situaciones en nuestra sociedad?

- ¿,Qué otras opresiones y marginaciones sufren lasmuieres en nuestra realidad?

La mujer pobre de Latinoamerica vive "doblementeoprimida y marginada" (Puebla,1134\. Es oprimida porser pobre y por ser mujer. La desigualdad entre ricosy pobres no debe hacernos olvidar la desigualdad en-tre el hombre y la mujer, que atravíesa toda la socie-dad y a la misma lglesia: los hombres ocupan lospuestos públicos de poder y decisión, las mujeres sonconfinadas a las tareas reproductivas y domésticas.Vamos a estudiar qué nos dice la Bibl ia y la doctrinasocial de la lglesia sobre esta problemática.

La mujeres en la Bibl ia

La Biblia fue escrita por hombres y en un sociedadpatriarcal, donde la mujer aparece en segundo pla-no, en el mejor de los casos, como ayudante. Estonaturalmente se refleja en los textos. En la Biblia hay,como dice una investigadora, "textos de horror", deviolencia y desprecio contra las mujeres. Ver porejemplo el l ibro del Eclesiástico 25,19.24. Por eso,es necesario leer la Bibl ia desde la perspectiva delas mujeres.

Según el relato de Gn 2,18-25,la mujer fue creadade la costi l la del hombre. Aunque la intención del autores mostrar la unidad del hombre y la mujer, el textose ha uti l izado para argumentar a favor de la supe-rioridad del hombre. En Gn 3,1-19, se narra la prime-ra caída. Aunque este relato t iene la intención de

Hacer justicia

Testimonio de

una mujer campesina

"Yo creo que aquí en Centroa-mérica y América Latina,la ma-yoría de las mujeres somos mar-ginadas y muy esclavizadas porel mismo Estado.

El Salvador es un país pequeñopero con un alto porcentaje demujeres utilizadas. Es decir, lasmujeres de nuestra sociedad so-mos utilizadas para amas de casay parir un montón de hijos. Esdc ese caso doudc las mujeresnos convertirrnos en solo ciuda-danas de la casa, para hacer lastortillas y ser niñcras en nucstropropio hogar. En la mayoría delos casos el esposo es libre parasalir a donde rnejor le conven-ga. Las mujeres somos desvalcl-rizadas. Nos se nos reconocenuestros propios valores, que lasmujeres somos capaces de des-empeñar cualquier función o daraportcs de nuestras ideas cn cual-quier reunión, que searnos res-petadas somos seres humanas yno que nos traten como cualquierobjeto. Pues las mujeres somoscapaces de desempeñar cual-quier tipo de trabajo igual quelos hombres.

Hay momentos difíciles parauna. Pero cuando una esta cons-cienle de lo que real iza. no exis-te barrera que le obstaculice elcamino". Tbmamos la palabra,Testimonio de mujeres de lasComunidades Eclesiales de Basedel Norte deMorazán El Salva-dor , 2001, p . 4 i .

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Ética social cristiana

mostrar que el mal no procede de Dios, sino de lahumanidad, el texto ha sido utilizado con mucha fre-cuencia para afirmar que la mujer es el origen delpecado y el mal.

En t iempos de Jesús, la marginación de la mujer eramuy fuerte. ¿Qué actitud tomó Jesús ante esta reali-dad? Vamos a fijarnos en algunos datos:

Jesús, en contra de todas las reglas de aquel tiem-po, incluye a la mujeres como discípulas. Ellas t ie-nen nombre propio: María Magdalena, María la ma-dre de Santiago el menor, Salomé, Juana la mujerde Cusa, Susana. Lucas añade que a Jesús le se-guían otras muchas mujeres (Lc 8,1-3; 23,49). Je-sús, en una sociedad que no permite a las mujeresentrar en el templo, las invita a ser sus discípulas.

Jesús quebranta varias costumbres y leyes que dis-criminan a las mujeres de su t iempo. Por ejemplo,mantiene una profunda amistad con Marta y María(Lc 10,38); habla en público con la samaritana (Jn4,5-26) cosa que no estaba permitida hasta el puntoque fos díscípulos se sorprenden de ello (Jn 4,27);l ibera a la mujer que iba a ser lapidada por causa deunas leyes discrimanatorias que penalizan el adulte-rio de la mujer, pero no del hombre (Jn 8,1-11); sedeja tocar y ungir los pies por una conocida prostitu-ta y defiende su dignidad aun a pesar del rechazo deSimón (Lc 7,36-50).

Jesús escucha y actúa en favor de muchas mujeres: lasuegra de Pedro (Lc 4,38-39), la madre del joven deNaím (Lc7,11-17),la mujer encorvada (Lc 13,10-17),lamujer que lleva doce años padeciendo una enfermedad(Mt 19,20-22). Y sobre todo, Jesús admira la fe y entre-ga de las mujeres, dialoga con ellas, de igual a igual, sedeja cuestionar y aprende de ellas como lo muestra eldiálogo con la mujer extranjera (Mc 7,24-30).

Discriminación de la mujer

en la tradición cristiana

La discriminación de la mujerha sido con frecuencia justifica-da por la reflexión teológica alo largo de la historia. Por ejern-plo SanAgustín argumenta quela mujerdebe someterse al hom-bres porque es más débil:

"Es de orden natural entre losseres humanos que las mujeresestén sometidas a los hombresy los hijos a los padres, ya quees cuestión de justicia que la ra-zón más débil se someta a la rnásftrerte" (Quaestiones in f{epta-teucutn 2,1 52: Chrisl ianorumE c I es i as t i c o rum Lat inorum 33,50) .

Y Santo Tomás justifica la des-igualdad afirmando que el hom-bre es más inteligente que lamujer:

"La mujer está por na[xalezasometida al hombre, ya que elhombre por naturaleza poseemayor discernimiento racional "(Summa Theologica I, q 2, I adl ) .

Hoy no podemos aceptar estemodo de pensar. Fuerza e inte-ligencia son cualidades tanto delos hombres como de las muje-res. No podemos admit i r queDios quiera el dominio del hom-bre sobre la mujer.

Cf. L. Boff, El rostro maternode Dios, Ediciones Paulinas,Madrid, 19795, pp. 88-93.

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En los momentos decisivos de la muerte y resurrec-ción de Jesús la presencia más notable es de muje-res. Ellas están al pie de la cruz (Jn 19,25) y ellas sonlas testigos principales de su resurrección, (Lc 23,55-24,11).

Estos ejemplos muestran que Jesús rompe con lasociedad de su t iempo, e introduce una novedad enel marco de aquella época: las mujeres son perso-nas, hijas de Dios, invitadas a formar parte del Reinode Dios. Jesús rechaza todo tipo de opresión y domi-nación, incluída la dominación del hombre sobre lamujer.

Esta novedad es recogida por las primeras comuni-dades crist ianas no sin cierta ambigüedad. Pablo, ensintonía con Jesús, afirma que "ya no hay judío nigriego, esclavo ni libre, hombre ni mujer ya que fodosusfedes son uno en Cristo" (Gal 3,28). Sin embargo,esta igualdad de dignidad y derechos entre hombre ymujer no se traduce en una práctica consecuente,porque el mismo Pablo en otros textos discrimina alamujer, dice que debe someterse a la autoridad delhombre (Ef 5, 22) y en la lglesia debe guardar si lencio(1 Cor 14,34-35). Pablo justífíca esta práctica con eltexto de Génesis que comentamos al comienzo: "Nopermito que la mujer enseñe ni domine al hombre...porque Adán fue formado primero y Eva en segundoIugar" (1 Tim 2,9-15).

Las mujeres en el magisterio de la lglesia

Poco se ha hablado sobre este tema en el magisteriode la lglesia. En los últ imos años el Papa Juan Pabloll ha dedicado cierta atención a la problemática de lasmujeres en el mundo, mediante la carta apostól icaMulieris dignitatem, sobre la dignidad y la vocaciónde la mujer con motivo del año mariano (1988), y laCafta a /as mujeres (1995). Frente al famoso relato

Hacer justicia

Realidad de la mujer enAmérica Latina y El Caribe

"A la conocida marginación de lamujer consecuencia de atavismosculturales (prepotencia del varón,salarios desiguales, educación de-ficiente, etc.) que se manifies[aensu ausencia casi total de la vidapolítica, económica y culhral, seagregan nuevas formas demarginación en una sociedadconsumista y hedonista. Así se lle-ga al extremo de transformarla enobjeto de consumo...

En el sector laboral se comprue-ba el incumplimiento o la eva-sión de las leyes que protegen ala rnujer.

En las fanr i l ias, Ia rnujcr se vcrecargada además de las tareasdomésticas por el trabajo profe-sional y no en pocos casos debeasumir todas las responsabilida-des, por el abandono del hogarpor parte del varón.

En la misma Iglesia, a veces seha dado una insuficiente valori-z.ación de la mujer y una escasaparticipación suya a nivel de ini-ciativas pastorales.

Sin embargo, debe destacarse,como signos positivos, el lentopero creciente ingreso de la mu-jer en tareas de la construcciónde la sociedad, el resurgimientode las organizaciones femeninasque trabajan para lograr la pro-moción e incorporación de lamujer en todos los ámbitos"(Puebla, 834-850).

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Ética social cristiana

de la creación de la mujer de la costílla del hombre,Juan Pablo ll da prioridad al primer relato de la crea-ción, que dice'. "Creó Dios al ser humano a imagensuya, a imagen de Dios le creó, hombre y mujer loscreó" (Gn 1 ,27). Tanto el hombre como la mujer son"imagen de Dios", t ienen la misma dignidad, los mis-mos derechos, son iguales (Cf. Mulieris dígnitatem,6).Desde la fe en Dios no se puede justif icar la domina-ción del hombre sobre la mujer, ésta es producto delpecado, no de la voluntad divina. El mismo Juan Pa-blo l l , comentando el texto paulino que recomiendaque las mujeres se sometan a sus maridos, afirma quedeber ser una "sumisión recíproca", es decir los mari-dos también deben someterse sus esposas (Cf .Mulieris dignitatem, 24).

En la Carta a las Mujeres (1995) con motivo de la Cuar-ta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Juan Pablo l lafirma que es urgente alcanzar en todas partes la igual-dad de derechos entre el hombre y la mujer y que sedebe continuar en el camino de "la l iberación de lamujer".

En Latinoamerica, Puebla realiza un diagnóstico de ladiscriminación contra las mujeres tanto en la sociedadcomo en la lglesia y ve como un signo posit ivo el sur-gimiento de organizaciones de mujeres que luchan porsus derechos (Cf. Puebla 88-93). Santo Domingo tam-bién denuncia la marginación de las mujeres sobretodo "las campesinas, indígenas, afroamericanas, mi-grantes y obreras" (Sanfo Domingo, 107).

Pero muchas personas cuestionan a la lglesia porqueno aplica estos principios dentro de el la misma. La lgle-sia condena todo tipo de discrimación contra las mu-jeres y habla de incrementar su participación en laevangelización, pero en la práctica las mujeres no tie-nen acceso a los niveles eclesiásticos donde se to-man las decisiones.

75

Discriminación de Iamujer en la lglesia

"IJna de las cosas que más saltaa la vista, como contraria a de-recho, es la vigencia de la dis-criminación de la muier en elseno de la Iglesia.

Las mujeres constituyen al me-nos la mitad del número de losfieles, y las religiosas son diezveces más numerosas que losreligiosos. A pesar de ello, est¿inju r íd icamente cons ideradascomo incapac i tadas para cas itodas las funciones direct ivas enla Iglesia, siendo escasísima supresencia en los Secretariadosromanos, en las Comisiones ySagradas Congregaciones.

Debido a una tradición cultural,asumida también en la expresiónhistórica de la Palabra de Dios,están excluidas del acceso a loscargos ministeriales vinculadosal Sacramento del Orden. Estatradición fue establecida cornodoctrina normative. y reciente-mente ha sido reafirmada, sintener en cuenta el peso de la ar-gumentación exegética y dogmá-tica tbnnuladas por los mejoresteólogos modemos...

La Gaudium et spes es taxativaal recriminar todo tipo de discri-minación contraria al plan deDios" L. Boff. Iglesia:c'arismqy poder, Sal Terrae, Santander,19865, pp .69-70.

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Diccionario

Patriarcado: Es la sociedad que está organizada de talmanera que los hombres tienen el poder o la facultad dedecidir sobre todo, incluyendo la vida de las mujeres y detoda la familia. En el patriarcado se ejerce el dominio delhombre sobre la muier.

Discriminación de la mujer: Es marginar o negar losderechos de una persona por el hecho de ser mujer Porejemplo, cuando a una mujer le pagan menos salario quea un hombre por el mismo trabajo, o cuando dentro de lafamilia, se envía al niño a la escuela, pero ese derecho sele niega a la niña por atender las tareas del hogar.

Hacer justicia

1 .

Dinámica

Formamos varios grupos para queelaboren listas de casos concretosde discriminación de la muier:

(a) en la familia(b) en el mundo laboral(c) en la política(d) en la Iglesia

En plenario, se comparten y co-mentan los listados de cada grupoy luego reflexionamos:

(a) ¿Qué estamos haciendo en con-creto en nuestras comunidadespara eliminar la discrimina-ción contra las mujeres en lasociedad y en la lglesia?

(b) ¿Qué más podemos hacer? Darsugerencias concretas.

)

rcic¡os

l . Lea Gn 1,27 y Gn 2,18-25

a) ¿Cuál es la interpretación más usual que sehace de cada uno de estos textos?

b) ¿Es correcto justificar con la Biblia el dominiodel hombre sobre la mujer? ¿,Por qué?

L. Boff afirma que <Jesús puede ser consideradocomo un feminista por sus palabras y por su ac-tuación>, es decir, luchó por la liberación de lasmujeres:

a) ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?b) ¿En qué textos de los evangelios vemos clarala

actuación de Jesús en favor de las muieres?

Busque y lea la Declaración sobre ls eliminaciónde la discriminación contru las mujeres Qtlacio-nes Unidas , 1967). Puede encontrar una transcrip-ción en el libro de D. Brackley, Éfica social cris-t iana, pp.257-263:

a) Haga un resumen de los artículos principalesb) ¿Piensa que se están cumpliendo en nuestro país?c) ¿Qué avances y retrocesos observa en relación

a la discriminación de las muieres?

)

3.

Gartel

La discriminación contra

la mujer, por cuanto niega

o l imi ta su igualdad de

derechos con el hombre,

es fundamentalmente

injusta y const¡tuye una

ofensa a la dignidad(Art. 1", Declaración sobre la eliminación

de la discriminación contra la mujer,

Naciones Unidas, 1967 ).