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Tras ser herido en un campo de batalla de la Segunda Guerra Mundial, Holger deja de ser unmoderno soldado para encarnarse en un caballero armado, exiliado en unmundo de brujería ymagiadondeselibraunasangrientaguerra.LahechiceraLeFayutilizarásuespadacontraCaos;ladoncella-cisnequerráqueayudeasuapaciblepueblo.Alprincipio,élsenegaráaserviraambasenunintentoderetornara la realidad,pero laTierraerasuexilio:esaquí,bajoelardientealientodeldragón,dondedeberálucharymorir…

PoulAndersonElcaballerodevozmetálica

PrologoNota123456789101112131415161718192021222324Nota

notes12

PoulAndersonTrescorazonesytresleones

ElcaballerodevozmetálicaElsablenoestabahechoparadarestocadas,peroHolgerviounaaberturaenelpetodesuoponente

y lo introdujopor ella.Saltaronchispas.El caballero se tambaleó, cayó sobre sus rodillasy luegoalsueloconunterriblesonidometálico…

Holgerpensó:Nosénadadesablesnidelanzas…ysinembargo,¿quiénganóestecombate?Searrodillóyabrió laviseradel cascodel caballerovencido.Desdeel interior lecontemplóel

vacío.Nohabíanadadentrodelaarmadura.Debióestarvacíatodoeltiempo.

ARobenyKarenHertz

PrologoPoulWilliamAndersonnaceel25denoviembrede1926.Elhechodeserhijodeuningenieroy

una bibliotecaria, puede haber influido en su posterior afición por las letras y las estructurastecnológicas,aplicadasasusimperiosgalácticosdeficción.Suprimeraapariciónprofesionaldatademarzode1947cuando,encolaboraciónconF.N.Waldrop,publicaenelAstoundingelrelatoLoshijosdelmañana.Lacríticay los lectoresamericanosvaloranmássusnarracionescortas,otorgándoselerepetidamentenumerosospremiosporestemotivo,porejemplo:Lareinadelaireylastinieblas(1971)yCantodecabra(1972)recibenlosHugoyNébulaenlosaños:1972y1973,respectivamente.Elviajemáslargo(1960)yNohaytreguaconlosreyes(1963)sonpremiadosconelHugoalmejorrelatoenlosaños1961y1964.

PoulAndersonseencuadraenunprincipiodentrodelosautoresdel—SpaceOpera—clásico—imperios, guerras estelares, cuerpos de élite, héroes, supervillanos, monstruos, robots, chica enpeligro, demiurgos, happy end— y la —Conquista del Espacio— (Night Piece, 1950), aunque eldesarrollo de su obra encuadra la —Hard SF— —nuevas tecnologías, extrapolación, geografíasimaginarias— y el — Time Opera—, como es el caso de su novela de aventuras temporales TheCorridorsofTime(1958).SuCienciaFicciónmássocialyantropológicapuedeserrepresentadaporCarnecompartida(1968),premioHugo1969alamejornovelacorta.

Sus obras de Fantasía constituyen la faceta más desconocida de su narrativa. La escasaproducción en este campohaceque editores y lectores le asocien fundamentalmente comoautordeCiencia Ficción. Sin embargo, su amor secreto es la aventura mítica de Fantasía. Este hecho esavaladoensupasopordiferentesasociacionescomoLaLegiónHyboria,elclubS.A.G.A.—juntoaLinCárter,L.SpraguedeCamp, JohnJakes,FritzLeiber,MichaelMoorcock,AndreNortony JackVance—ylaformaciónconsufamiliadeLaSociedaddelAnacronismoCreativo—,interesadaenlaculturamedieval,ydondefiguraconelsobrenombredeSirBéladeEastmarch.Reflejodeestaaficiónes Tres corazones y tres leones (1953), una novela de Épica Fantástica— que plantea un mundoparalelo,dondeHolgerCarlson,pacífico ingeniero,se transformaenelcampeóncarolingioHolgerDanskequeluchacontralashuestesdeCaosparadefenderálahumanidad.Moorcockesdeudordeesta obra en sus posteriores ciclos sobre el multiuniverso. Otra de las narraciones a destacar deAndersonesTheBrokenSword(1954),dondeentraenelPaísdelaHadasconScafloc,unniñocriadoporlosElfos.Elhéroesehumaniza,encontrandoladerrota,elmiedoyelamor.Setratadeunviajetrágicodeaventuraymuerte.EstaobraaparecepublicadacasisimultáneamentealprimervolumendeEl señor de los anillosde J.R.R.Tolkien.EnHrolfKraki’s Saga (1973) recupera el escritor suascendenciadanesaparareinventarunpasadomítico.Porúltimo,enLa tempestaddeunanochedeverano (1974)–depróximaapariciónen Ícaro—nos relata la interferencia entreuna Inglaterra enplena revolución industrial yununiversoparalelo,donde lospersonajesdeShakespeareexistendeverdadyquierensubvertirelmundoconsumagiaeirracionalismo.

PoulAndersonpuedeequipararseagrandesautoresdeLiteraturaFantásticacomoE.R.Edison,FletcherPratt,C.S.LewisyTolkien.

ALBERTOSANTOSCASTILLOJulio1990

NotaAunque ha pasadomucho tiempo,me siento obligado aescribir esto.Holger y yo nos conocimos

hace algo más de 20 años. Fue en otra generación… otra edad. Los brillantes muchachos a quienesentrenoahorasonamigablesytodoeso,peronopensamosenlamismalenguaydenadasirvepretenderlocontrario.Notengolamenorideadesiseráncapacesdeaceptarunahistoriacomoésta.Sonmuchomás sensatosde loque lo éramosmis amigosyyo; ynoparecendivertirse tanto en la vida.Porotraparte,hancrecidorodeadosdeloincreíble.Mirecualquierpublicacióncientífica,ocualquierperiódico,mire por la ventana y pregúntese si no es cierto que la extravagancia se ha convertido en el modoordinariodelmundo.

ElrelatodeHolgernomeparecetotalmenteimposible.Tampocoesqueafirmequeseacierto.Notengo pruebas de una cosa ni de la otra. Mi esperanza es sólo que no se pierda completamente.Supongamos,enbeneficiodelaargumentación,queloqueoífueracierto.Entonceshayahíimplicacionesparanuestropropiofuturo,ytendremosqueutilizareseconocimiento.Osupongamos,loquedesdeluegoesmuchomás sensato, que lo que aquí registro sólo es un sueño, o una historiamuy exagerada. Sigopensandoentoncesquemerecelapenaconservarlaporellamisma.

Lociertoesesto:HolgerCarlsenvinoatrabajarenelotoñodelremotoañode1938paraelequipodeingenieríaenelqueyoestabaempleado.Enlosmesessiguientesaprendíaconocerlomuybien.

Eradanés,ycomolamayoríadelosescandinavosjóvenesteníaunpoderosodeseodevermundo.Deadolescente,habíarecorridoapieoenbicicletalamayorpartedeEuropa.Mástarde,impulsadoporlatradicionaladmiracióndesuscompatriotashaciaEstadosUnidos,ganóunabecaparaunadenuestrasuniversidadesdelEste,dondefueaestudiaringenieríamecánica.Pasabalosveranoshaciendoautoestopy trabajando en chapuzas por todaNorteamérica. Le gustaba tanto el país que, después de graduarse,obtuvoaquíunaposiciónypensóseriamenteennaturalizarse.

Nosotroséramossusúnicosamigos.Erauntipoamable,hablabalentamente,teníalospiessobreelsuelo,degustossimplesensumododevidaydebuenhumor;aunquedevezencuandosesoltabaeibaauncierto restaurantedanés a atiborrarsedesmorrebrvd y akvavit[1].Como ingeniero, era satisfactorio,aunquenoespectacular,puessutalentosedirigíamáshacialoprácticoquehaciaelenfoqueanalítico.Enresumen,mentalmentenoeraenabsolutonotable.

Suconstituciónfísicayaeraotroasunto.Eraungigantedemetronoventaytananchodehombrosquenoaparentabaesaaltura.Jugabaalfútbol,desdeluego,ypodríahaberfiguradoenelequipodesuuniversidad si los estudios no le hubieran quitado tanto tiempo. Tenía una cara cuadrada y dura, depómulosaltos,barbillapartida,unanarizligeramenteaplastada,cabelloamarilloygrandesojosazules.Podríahaberhechoestragosentrelasféminasdellugardehaberutilizadounatécnicamejor,ymeestoyrefiriendo a que se preocupaba demasiado de no herir sus sentimientos. Pero esa ligera timidezprobablementelequitóunabuenapartedelasaventurasquepodríahabertenido.Ensuma,Holgererauntipomedioagradable,loquellamaríamosunbuenmuchacho.

Mecontóalgosobresusantecedentes.

—Locreasono—medijosonriendo—,fuirealmenteelniñodeloscuentos,yasabes,elenvoltorioquedejanenlapuerta.TendríasólounosdíascuandomeencontraronenunpatiodeHelsnigor.EsesesitioalquevosotrosllamáisElsinore,laciudadnataldeHamlet.Nuncaconocímisorígenes.Esascosasson muy raras en Dinamarca, por lo que la policía se esforzó en descubrirlos, pero no lo lograron.EnseguidafuiadoptadoporlafamiliaCarlsen.Enotrosaspectos,nohaynadainusualenmivida.

Esoeraloqueélpensaba.Recuerdoqueunavez lopersuadíparaquemeacompañaraa laconferenciadeun físico:unode

esostiposmagníficosquesóloGranBretañapareceproducir;científico,filósofo,poeta,críticosocial,ingenioso;elretornodelRenacimientoenformamásatenuada.Aquelhombreestabahablandodenuevacosmología. Desde entonces, los físicos han adelantado mucho, pero incluso en aquellos días laspersonas educadas solían recordar con cierta nostalgia aquellos tiempos en los que el universo erasimplementeextraño:noincomprensible.Elconferencianteterminóconalgunasespeculacionessobreloquepodríamosdescubrir en el futuro. Si la relatividady lamecánica cuántica handemostradoque elobservadoresinseparabledelmundoqueobserva;sielpositivismológicohabíademostradocuántosdenuestroshechossupuestamentesólidossonsimplesconstruccionesyconvenciones;silosinvestigadorespsíquicos han demostrado que la mente del hombre posee facultades insospechadas, comienza aparecemosquealgunosdeesosantiguosmitosybrujeríaseranalgomásquesuperstición.Elhipnotismoylacuracióndelascondicionespsicosomáticasmediantelafefueronrechazadosenotrotiempocomoleyenda. ¿Cuántas cosas de las que rechazamos hoy pueden estar basadas sobre observacionesfragmentarias, realizadas hace siglos, antes de que la existencia misma de un marco de referenciacientíficocomenzaraacondicionarquéhechosdescubriríamosonodescubriríamos?Yéstaessólounacuestión sobre nuestro propio mundo. ¿Qué podemos decir de los otros universos? La mecánicaondulatoria admite ya la posibilidad de un cosmos completo coexistiendo con el nuestro. Elconferenciante dijo que no sería difícil escribir las ecuaciones de una infinidad de esos mundosparalelos.Pornecesidadeslógicas,lasleyesdelanaturalezavariaríandeunoaotro.¡Portanto,puedeexistirrealmente,enalgúnlugardeesailimitadarealidad,todoloqueunopuedaimaginar!

Holgerbostezódurantecasitodoeltiempo,ycuandodespuésfuimosatomarunacopahizoalgunoscomentariossarcásticos.

—Estos matemáticos se exprimen demasiado la sesera, no me extraña que cuando no están deserviciosemetanenmetafísica.Reacciónigualyopuesta.

—Hasutilizadoeltérminoadecuado—ledijeentonodebroma—.Aunquenolopretendías.—¿Aquéterefieres?—Metafísica.Literalmente,esapalabrasignificadespuésomásalládelafísica.Enotraspalabras,

cuandoterminalafísicaqueconoces,esaquemideconinstrumentosycalculaconlaregla,comienzalametafísica.Yahíesdondeestamosahora,muchacho:enelprincipiodelmásalládelafísica.

—¡Puagh!—exclamótrastomarselabebidadeuntragoyhacerungestoparapedirotra—.Setehapegadoesajerigonza.

—Bueno,quizá.Peropiénsalounmomento.¿Conocemos realmente las dimensiones de la física?¿Nolasdefinimossimplementeenrelaciónunasconotras?Enunsentidoabsoluto,Holger,¿quéeres?¿Dóndeestás?Omásbien,¿qué—dónde—cuándoeres?

—Soyyo,aquíyahora,bebiendoestelicorquenoesdemasiadobueno.—Estásenunequilibrio…¿ensintoníaconqué?…¿enlamatrizdequé?…uncontinuoespecífico.

Lo mismo que yo; puede decirse lo mismo de ambos. Ese continuo abarca una serie específica derelaciones matemáticas entre dimensiones como el espacio, el tiempo y la energía. Algunas de esasrelaciones lasconocemosconelnombrede«leyesnaturales».Por tanto,hemosorganizadocuerposdeconocimientoalosquedamoslosnombresdefísica,astronomía,química…

—¡Yvudú!—exclamó levantando la copa—.Creo que es elmomento de que dejes de pensar yempiecesabebermásenserio.¡Skaal!

Lodejépasar.Holgernovolvióahablardeltema.Perodebiórecordarloqueledije.Quizáinclusoleayudaraunpoco,muchodespués.Meatrevoapensarloasí.

Estallólaguerraalotroladodelocéano,yHolgercomenzóapreocuparse.Conformepasabanlosmeses,sesentíacadavezmásdesgraciado.Carecíadeconviccionespolíticasprofundas,perodescubrióqueodiabaa losnazisconunfervorquenosasombrabaaambos.Cuandolosalemanesentraronensupaís,secogióunaborracheradetresdías.

Sin embargo, la ocupación se había iniciado bastante pacíficamente.ElGobierno danés se habíatragadolapíldoraamarga,sequedóensupuesto—fueelúnicodeesosgobiernosquelohizo—yaceptóelestatusdepotencianeutralbajoprotecciónalemana.Nocreoqueesosignificarafaltadevalor.Entreotrascosas,hizoqueelreypudieraimpedirdurantealgunosañoslosultrajes,especialmentealosjudíos,quesufrieronlosciudadanosdeotrasnacionesocupadas.

Sinembargo,HolgersealegrócuandoelembajadordeDinamarcaanteEstadosUnidossepusoafavordelosaliadosyautorizóqueentráramosenGroenlandia.Poraqueltiempo,casitodosnosdábamoscuenta de que Estados Unidos entraría antes o después en la guerra. El plan evidente de Holger eraesperaraesedía,paraunirseentoncesalejército.Tambiénpodíaalistarseahoraconlosbritánicos,oconlosnoruegoslibres.Amenudo,dolidoyasombradodesímismo,meadmitióquenopodíaentenderquéleimpedíahacerlo.

Peroen1941llególanoticiadequeDinamarcayahabíasoportadosuficiente.Lascosasnohabíanllegadotodavíahastalaexplosiónquefinalmenteseproduciría,cuandounahuelgageneralimpulsóalosalemanes a deshacer el Gobierno real y gobernar el país como» otra provincia conquistada. Pero yaempezabanaescucharsetirosyexplosionesdedinamita.Holgernecesitómuchotiempoycervezaparatomarsudecisión.Dealgunamanera,teníalafijacióndequedebíaregresarasupatria.

Aquellonoteníasentido,peronopodíalibrarsedeesaobsesión,yfinalmentecedió.Alaséptimavalavencida,conodicenensupaís,ynoeraunestadounidense,sinoundanés.Abandonóuntrabajo,ledimosunafiestadedespedidayzarpóenunbarcosueco.DesdeHálsingborgpodríatomarunferryquelellevaraacasa.

Imaginoquelosalemaneslevigilaríanuntiempo.NolesdioproblemasytrabajótranquilamenteenBurmeister&Main, fabricantesdemotoresmarinos.Amediadosde1942,cuandopensóque losnazishabíanperdidoel interésque teníanporél, seunióa la resistencia…yseencontrabaenunaposiciónespecialmentebuenaparaelsabotaje.

No nos concierne aquí la historia de sus trabajos.Debió hacerlos bien. Toda la organización lohacía; eran tan eficaces, y estaban tan estrechamente ligados a los británicos, que estos no tuvieronapenas que realizar ataques aéreos sobre el territorio. A finales de 1943 llevaron a cabo su mayorhazaña.

EraunhombrequeteníaqueescapardeDinamarca.Losaliadosnecesitabandesesperadamentesuinformaciónyconocimientos.Losalemanesloteníanbajoestrechavigilancia,puessabíantambiénloqueera.Sinembargo,laresistencialosacódeallíyloenvióporelSound.HabíayaunbarcodispuestoparatrasladarloaSuecia,desdedondepodríavolaraInglaterra.

Probablemente, nunca sabremos si la Gestapo le seguía el rastro o si simplemente una patrullaalemana vio a unos hombres en la orilla mucho después del toque de queda. Unos gritaron, otrosdispararon y comenzó la batalla.La playa era abierta y pedregosa, con la luz suficiente gracias a lasestrellasyalacostasuecailuminada.Nohabíamaneraderetirarse.Elbarcosepusoenmovimientoyelgrupode resistentes sedispusoamantenera rayaal enemigohastaque llegaraa laorillaopuesta.Laesperanzadehacerlodurantemuchotiemponoeragrande.Elbarcoeralento.Dehaberestadodefendido,habría traicionado su importancia. En escasos minutos, cuando mataran a los daneses, uno de losalemanesentraríaenlacasamáscercanaytelefonearíaalcuartelgeneraldeocupacióndeElsinore,quenoestabamuylejos.Unamotorapotenteinterceptaríaalfugitivoantesdequellegaraaterritorioneutral.Perolosresistenteshicierontodoloquepudieron.

HolgerCarlsen esperabamorir, pero no tenía tiempopara sentirmiedo.Una parte de él recordóotros tiempos pasados aquí, la tranquilidad, la luz del sol y las gaviotas por encima, sus padresadoptivos,unacasallenadeobjetospequeñosyqueridos;sí,yelCastillodeKronborg,deladrillorojoyesbeltas torres,de tejadosdecobrepatinados sobre lasbrillantesaguas. ¿PorquépensódeprontoenKronborg? Se acostó en la playa, con la Luger caliente entre sus dedos y disparó hacia las formas

sombrías que saltaban. Las balas silbaron junto a sus oídos.Un hombre gritó.Holger hizo puntería ydisparó.

Enesemomento,todosumundoestallóenllamasyoscuridad.

1Despertó lentamente.Duranteun tiempopermanecióallíacostado,apenasconscientedeotracosa

quedeldolordesucabeza.Suvisiónsehabíavueltofragmentaria,hastaquecomprendióqueaquelloqueteníaanteélera la raízdeunárbol.Aldarse lavuelta, escuchóelcrujidodeunagruesaalfombradehojas.Latierra,elmusgoylahumedadentrabanporsunariz.

—¡Delvarsomfunden!—murmuró,loqueaproximadamentesignifica«¡quédemonios!»Sesentó.Al tocarse la cabeza, sintió la sangre coagulada. Su mente todavía estaba embotada, pero

comprendió que una bala debió pasar rozando su cuero cabelludo, y que le dejó sin sentido. Unoscentímetrosmásabajo…seestremeció.

¿Peroquéhabíasucedidodesdeentonces?Estabatumbadoenunbosque,alaluzdeldía.Nohabíanadie más a su alrededor. Ninguna señal de la presencia de nadie. Sus amigos debieron escapar,llevándoloaél,yloocultaronallí.¿Peroporquélehabíanquitadolaropaylehabíanabandonado?

Rígido,connáuseas,labocasecayconmalsabor,conelestómagohambriento,sesujetólacabezaparaquenoserompieraenpedazosyselevantó.Porlainclinacióndelosrayosdelsolentrelostroncosdelosárbolessediocuentadequeseríaunahoraavanzadadelatarde.Laluzdelamañananotieneesapeculiarcualidaddorada.¡Cielos!Habíadebidodormircasiundíaentero.Estornudó.

Nolejosdeallí,unarroyotintineabacorriendoentresombrasprofundasmoteadasporelsol.Llegóhastaél,seagachóybebióhastasaciarse.Despuésselavólacara.Elaguafríalehizorecuperarunpocolasfuerzas.Miróasualrededortratandodeaveriguardóndeestaba.¿ElbosquedeGrib?

Por los cielos, no. Estos árboles eran demasiado grandes, nudosos y selváticos: robles, fresnos,abedulesyespinosdensamentecubiertosdemusgo,matorralesenmarañadosentreelloshastaformarunmurocasisólido.EnDinamarcanohabíazonasasídesdelaEdadMedia.

Una ardilla subió corriendo por un tronco, como si fuera un fuego rojo. Dos estorninosemprendieronelvuelo.Atravésdeunclaroenelfollajeviounhalcónsuspendidoenelaireaunaalturainmensa. ¿Quedaban halcones en este país? Bueno, quizá alguno, no lo sabía. Contempló su propiadesnudez y se preguntó, tambaleándose, lo que podría hacer. Si sus camaradas le habían desnudadoydejado allí, tendrían una buena razón, y él no debería irse.Especialmente en ese estadode desnudez.Pero,porotraparte,aelloslesdebíahabersucedidoalgo.

—Difícilmentepodrásacamparaquíparapasarlanoche,muchacho—dijoenvozalta—.Almenosentératededóndeestás—suvozparecíapoconaturalmenteelevadadondesóloseescuchabaelrumordelbosque.

No,habíaotrosonido.Tenso,leprestóatenciónhastareconocerelrelinchodeuncaballo.Esohizoquesesintieramejor.Cercadeallídebíahaberunagranja.Suspiernaseranahoralobastanteestablescomoparapasaratravésdeunapantallademimbresytratardeencontrarelcaballo.

Cuandolohizo,sequedóparalizado.—No—dijo.El animal era gigantesco, un semental del tamaño de un perdieron, pero de constitución más

graciosa, lustroso y negro como unamedianoche pulida. No estaba atado con un ronzal, aunque unasriendasorladasy elaboradas colgabandeuna jáquima repujada conplata y arabescos.Sobre el lomohabíaunasilla,decantoyperillaaltos, tambiénornamentadaencuero; ibacubiertoconunamantadesedablanca,sobrelaquehabíabordadaunáguilanegra;yunaespeciedebulto.

Holger tragó salivay se acercó al animal.Muybien, pensó, así quehay alguien aquien le gustacabalgarconesteestilo.

—Hola—gritó—.Hola,¿hayalguienporaquí?ElcaballosacudiósuscrinesyrelinchóalaproximarseHolger.Consumorroblancolehociqueóen

lasmejillasygolpeóelsueloconlosgrandescascos,comoparairse.Holgeracaricióalanimal;nuncahabíavistouncaballo tanamigablecon losextraños;y loexaminómásatentamente.En laplatade lajáquimahabíagrabadaunapalabraconcaracteresextrañosdeaspectoantiguo:Papillon.

—Papillon—dijoenvozalta.Elcaballorelinchódenuevo,pateóelsueloysedejóllevarporlabridaquehabíacogidoHolger.

—¿Te llamas Papillon?—preguntóHolger acariciándole—.Es la palabra francesa que significamariposa,¿noesasí?Vayacaprichollamarmariposaauntipodetutamaño.

Elpaquetequehabíadetrásdelasillallamósuatención,yseinclinóparamirarlo.¿Quédiablos?¡Cotademallas!

—¡Hola!—volvióagritar—.¿Hayalguienporaquí?¡Socorro!Unaurracaseburlódeél.Mirandoasualrededor,Holgervioapoyadoenunárbolunlargopalodecabezadeacero,conuna

empuñadura en formade cesta cerca del extremo.Una lanza,Diosmío, una lanzamedieval. Se sintióllenodeexcitación.Porlamovilidaddesuvida,noeratanlaboriosamentecumplidordelaleycomolamayoría de sus compatriotas, por lo que novaciló en deshacer el bulto y extenderlo.Encontró variascosas:unacotademallaslobastantelargacomoparaquelellegaraalasrodillas:uncascocónicoconplumasdecolorcarmesí,sinvisor,peroconunsalvanariz;unadaga;unacoleccióndecintosycorreasdecuero;elacolchadoqueseponíadebajodeunaarmadura.Tambiénincluíavariasropasparacambiarse,comopantalones,camisasdemangalarga,túnicas,jubones,mantosyvariasmás.Cuandolaropanoeradelinobastodealegrescolores,eradesedabordeadadepiel.Alpasaralcostadoizquierdodelcaballonosesorprendióalencontrarunaespadayunescudocolgadosdelaretrancadelarnés.Elescudoteníala formaheráldicaconvencional,de1,20metrosde largo,yevidentementeeranuevo.Cuando tomó lacubiertadelonadelasuperficie,queeraunachapadeacerodelgadosobreunabasedemadera,vioeldibujodetresleonesalternadoscontrescorazonesrojossobreunfondoazul.

Un oscuro recuerdo se agitó en él. Se quedó en pie, perplejo, durante un rato. ¿Esto era…?Unmomento.Elescudodearmasdanés.No,éseteníanuevecorazones:lamemoriavolvióafallarle.

¿Peroquéestabapasando?Se rascó la cabeza. ¿Alguienestabaorganizandoundesfilehistórico?Sacólaespada:eradehojaancha,concruzenlaempuñadura,dobleborde,ymuyafilada.Sumiradadeingenieroreconocióenseguidaelacerodebajocontenidodecarbono.Nadiereproducíaelequipamientomedievalconesaprecisión,nisiquieraparaunapelícula,muchomenosparaundesfile.Peroseacordabade las exposiciones de museos. El hombre de la Edad Media era de tamaño inferior al de susdescendientesactuales.Laespadaseajustabaensumanocomosiestuvierahechaparaquelacogieraél,queteníaeltamañodeunhombredelsigloXX.

Papillon lanzóun bufido y se encabritó.Holger se dio la vuelta y vio al oso.Era un oso pardo,grande,quequizáhabíallegadohastaallíparainvestigarlacausadelruido.Losmiróaambos,Holgerhubieradeseadotenersufusil,entonceselosovolvióalaespesura.

HolgerseapoyóenPapillonhastaqueserecuperó.—Unpequeño trozodebosquesilvestreesposible—seoyódecirasímismo—.Ypuedenquedar

algunoshalcones.Perono,positivamente,nohayososenDinamarca.Amenosqueunohubieraescapadodeunzoo…loqueteníaquehacererallegarhastaelfinal.Tenía

quedarsecuentadecuáleseranloshechosyenfrentarseaellos.¿Estabaloco,delirabaosoñaba?Noeraprobable.Enesemomentosumentetrabajabayabastante

bien.Sentía la luzdel sol y las finasmotas depolvoquedanzabanbajo ella, las hojasque formabanlargasarcadasenelbosque,losoloresfuertesyentremezcladosdelcaballo,elmohoysupropiosudor,ytodo ello profundamente detalladoy prosaico.En cualquier caso,mientras su temperamento, tranquilopornaturaleza, seadueñabade la situación,decidióquenopodíahacerotracosaqueseguiradelante,aunquefueraunsueño.Loquenecesitabaerainformaciónycomida.

Cambióelordendeimportanciaypusoenprimerlugarelsegundopensamiento.Elsementalparecíabastanteamigable.Noteníaderechoallevarsealanimal,nisiquieraunjuego

deropa,perosindudasusituacióneramásurgentequeladecualquieraque,contantodescuido,hubieradejado allí esas propiedades. Se vistió metódicamente; esa ropa desconocida le exigía que fueraconjeturando la forma de ponérsela, pero todo, hasta los zapatos, le ajustaba perfectamente.Volvió arehacerelfardoconlasprendassobrantesylaarmadura,dejándolotodoensulugar.Cuandotrepóalosestribos,elsementalrelinchóysedirigióhaciadondeestabalalanza.

—Nuncahabíapensadoqueloscaballosfuerantanlistos—dijoenvozalta—.Deacuerdo,seguirésusugerencia.

Ajustóelextremo inferiordelarmaenunreposaderoqueencontrócolgandode lasilla, tomó lasriendasconlamanoizquierdaychasqueólalengua.Papillonsepusoenmovimientoendirecciónhaciaelsol.

Cuandollevabayaalgúntiempocabalgando,Holgersediocuentadelobienquelohacía.Hastaesemomento,suexperienciasehabíalimitadoaalgunosincidentesbastanteinfelicesenestablosdealquiler,yrecordabaahoraquesiemprehabíadichoqueuncaballoeraunobjetograndeytorpequesóloservíaparaocuparelespacioque,denoestarél,ocuparíaotrocaballo.Poreso leparecióextrañoelafectoinstantáneoquehabíasentidoporesemonstruonegro.Todavíaeramásextrañalafacilidadconquesucuerposeajustabaalasilla,comosihubierasidounjinetetodalavida.Cuandopensóeneso,volvióasentirsemolesto, yPapillon dio unbufidoque él habría juradoque era de burla. Sacópor tanto esospensamientos de su mente y se concentró en elegir un camino entre los árboles. Aunque seguían unestrechosendero—¿hechoquizáporciervos?—,eradifícilcabalgarporelbosque,sobretodollevandounalanza.

El sol fuebajando,hastaque al final sólo seveían algunas astillas rojizasdetrásde las ramasytroncosnegros.Maldición,nopodíaexistirunaselvatangrandeenpartealgunadeDinamarca.¿EsqueestandoinconscientelohabíanllevadohastaNoruega?¿OLaponia?¿OhastaRusia?¿Óquizálabalalehabíadejadoamnésico,alomejordurantevariassemanas?No,esonopodíaser.Suheridaerareciente.

Lanzóunsuspiro.Alpensaren lacomida, lasotraspreocupacionesdesaparecieron.Veamos, tresbacalaos asados y una jarra deCarlsbergHof…no,mejor un lugar deAmérica para tomar una granchuletaconcebollasfritasalestilofrancés…

Papillonsedetuvo.CasiderribóaHolger.Atravésdelosmatorrales,yenlacrecienteoscuridad,se aproximaba un león. Holger lanzó un grito. El león se detuvo, movió la cola, su garganta atronó.Papillonrascabaelsueloconlaspatas.Holgersediocuentadequehabíapuestola lanzaenposiciónhorizontal,dirigiéndolahaciaelfrente.

Enalgúnlugarsonóloquesólopodíaserunaullidodelobo.Elleónpermanecióquieto.AHolgerno le gustaba disputar los derechos de paso. Aunque el caballo parecía dispuesto a luchar, hizo quePapillondieraun rodeo.Cuandodejó el leónatrás, quisogalopar;peroestaba segurodequeconesaoscuridadunaramaloderribaría.Estabasudando.

Llególanoche.Avanzabandandotraspiés.LomismoquelamentedeHolger.Nohabíaningúnlugaren la tierraconosos, lobosy leones, salvoquizáalgunazona remotade la India. ¿Perohabíaárboleseuropeosen laIndia?Tratóderecordar loquehabía leídodeKipling.Nolevinonadaa lamemoria,salvoalgunosvagosrecuerdosdequeelesteeraelesteyeloesteeloeste.Entoncesunaramalegolpeóenelrostroylanzóunamaldición.

—Parecequepasaremoslanochealraso—dijo.Papillon siguió avanzando, como otra sombra en la oscuridad. Holger escuchó búhos, un grito

remotoquepodíaprocederdeungatosalvaje,más lobos.¿Yquéeraeso?Unarisamaligna,entre losmatorrales.

—¿Quiénhayahí?¿Quiénes?

Escuchóunospasosligerosquesealejaban.Yconellosdesapareciólarisa.Holgerseestremeció.Decidióqueseríamejormantenerseenmovimiento.

Lanocheseibahaciendofría.Aparecieronlasestrellasenelcielo.Necesitóunmomentoparadarsecuentadequehabíanllegado

aunclaro.Algomáslejos,brillabaunaluz.¿Unacasa?PusoaPapillonaltrote.Cuandollegaronaaquellugar,Holgercontemplóunacasadecampodeltipomásprimitivo,conparedesdezarzasyarcillayuntejadodehierba.Laluzdelhogarenrojecíaelhumoquesubíaporelagujerosuperior,ybrillabaenlaspequeñas ventanas cerradas y por alrededor de la puerta combada. Holger tiró de las riendas y sehumedecióloslabios.Sucorazónlatíacomosielleónhubieraregresado.

Sinembargo…Decidióqueseríamásprudentepermanecersentadoygolpeólapuertaconlaparte inferiorde la

lanza.Seabrióunarendija.Perfiladasobreelinterior,aparecióunafiguradoblada.Llegóhastaéllavoz,agudaycascada,deunaanciana:

—¿Quiéneres?¿QuiénhavenidoadondelaMadreGerd?—Creoquemeheperdido—ledijoHolger—.¿Puedoencontrarunacamaensucasa?—Ah.Ah,sí.Unjovenyhermosocaballero,yaveo,sí,sí.Pormuyancianosqueseanestosojos,la

Madre Gerd sabe bien quiénes llaman a su puerta por las noches, claro, claro. Entrad, buen señor,desmontadycompartid lopocoqueestapobreancianaospuedeofrecer,claroquesí,nodebéis tenermiedodemí,niyodevos,amiedadno;aunqueosadviertoquehubootrotiempo…peroesofueantesde que vos nacierais, y ahora sólo soy una pobre y solitaria abuela, que se alegramucho de recibirnoticiasdelasgrandescosasquepasanlejosdeestahumildecabaña.Entrad,entrad,notengáismiedo.Entrad,osloruego.Aquí,enellímitedelmundo,encontrarabrigoesraro.

Holgerbizqueóparafijarseenloquehabíatrasella,dentrodelachoza.Noveíaanadiemás.Sindudapodíaquedarseasalvoallí.

Yahabíadesmontadocuandosediocuentadequelaancianahabíahabladoenunalenguaqueélnoconocía…yqueéllehabíarespondidoigual.

2Sesentóenladesvencijadamesademadera.Losojoslepicabanporelhumoquesequedababajo

lasvigas.Habíaunapuertaquedabaalestabloendondeestabaahoraatadosucaballo,y,apartedeeso,lacabañasólosecomponíadeesahabitacióndesuelosucio.Laúnicayescasaluzprocedíadelfuegodeun hogar de piedra. Mirando a su alrededor, Holger vio algunas sillas, un colchón de paja, algunasherramientasyutensilios,ungatonegro sentado sobreuncofredemadera incongruentementegrandeyadornado.Sumiradaamarillentanuncaparpadeaba,nidejabadeobservarle.Lamujer,laMadreGerd,removíauncalderodehierroque tenía sobre el juego.Estabaencorvaday envejecida, suvestidoeracomo un saco harapiento; sus cabellos grises caían por alrededor de un rostro hundido, de narizganchuda,quemostrabasiemprelosraigonesdelosdientesenunasonrisacarentedesignificado.Perosusojoseranduros,brillantesynegros.

—Ah,sí,sí—dijoella—.Losquesoncomoyo,unapobreanciana,nodebemospreguntarloquelos desconocidos desearían ocultar. Haymuchos que guardan un secreto en estas intranquilas guerrascercanasalbordedelmundo,yporloquesépodríaisseruncaballerodelashadascondisfrazhumano,quepodríahechizaraunalenguaimpertinente.Sinembargo,buenseñor,¿puedoatrevermeapreguntaroselnombre?Novuestropropionombre,entendedlo,sinodeseáisdecírseloaunaviejadamacomoyo,queosquierebien,aunqueadmiteserunpococharlatanaensuchochez,perosíunnombreconelquedirigirmeavosapropiadamenteyconrespeto.

—HolgerCarlsen—respondióélconaireausente.Ellasepusoenpieycasiderribaelcaldero.—¿Cómodecís?—¿Por qué?—¿le perseguían, estaba en alguna extraña parte de Alemania? Tocó la daga, que

prudentementehabíametidoensucinto—.¡HolgerCarlsen!¿Quésucede?—Oh…nada,buenseñor—Gerdmiróhaciaotroladoyluegovolvióamirarleaél,deunamanera

rápida, como hacen los pájaros—. Salvo que Holger y Cari son nombres bien conocidos, como vossabréis,aunqueenrealidadnuncasehadichoqueelunofuerahijodelotro,puesciertamentesuspadresfueronPepinyGodfred,omásbiendiríaquealrevés;aunqueenciertosentidounreyeselpadredesuvasalloy…

—Nosoyningunodeesoscaballeros—dijoélparahacerfrenteaaquellaoleada—.Puroazarlodelnombre.Ellaserelajóyleentregóuncuencodeguiso,queélatacósindetenerseapreocuparseporgérmenesodrogas.Tambiénlediopanyqueso,quepartióconelcuchilloycomióconlosdedos,yunajarra de una cerveza inusualmente buena. Pasó mucho tiempo antes de que se recostara hacia atrás,suspiraraydijera:

—Seloagradezco.Hasalvadomivida,oalmenosmirazón.—Malodebe seresto, sire,paraalguiencomovos,quedebehabercenadocon reyesycondesy

escuchado a los trovadores provenzales, sus canciones y curiosos trucos, pero, aunque sea vieja yhumilde,osharétaleshonorescomo…

—Vuestra cerveza es maravillosa —dijo Holger precipitadamente—. No pensé que encontraríaningunatanbuena,amenosque…—queríadecir«amenosquelacerveceríadeestelugarhayaescapadoatodaflama»,peroellaleinterrumpióconunamaliciosarisa.

—Ah,mibuenSirHolger,puesestoyseguraquedebéissercaballero,sinodecondicióntodavíamásalta,soisunhombredeingenioyperceptivo,quedebeveralinstanteatravésdelospequeñostrucosdeunapobreanciana.Puesaunquelosmiembrosdevuestraordendesapruebantaleshechiceríasydicenquesoninventosdeldiablo,aunqueadecirverdadenprincipionoseapartendelasreliquiasmilagrosasde algún santo, esas que hacen susmilagros tanto para cristianos comopara paganos, aun así se dará

cuentadecuántosaquí,enestamarca, traficanconesaspequeñasmagias, tantoparaprotegersede lospoderesdelMundoMediocomoparasupropioconsueloyganancia,yvospodréisentender,envuestrapiedad,quenoseríadejusticiaquemaraunapobreancianaporutilizarlamagiaparahacerseunpocodecerveza, para calentar sus huesos en las noches de invierno,mientras que hay tantos y tan poderososbrujosquetraficanabiertamenteenlasartesnegras,quequedansincastigoy…

¿Asíqueeresunabruja?,pensóHolger.Esotengoqueverlo.Detodasformas,¿quépensabaellaqueleestabadandoaentenderaél?¿Quépropagandaeraaquella?

Dejó que siguiera hablando, aunque su lenguaje le resultara a veces extraño. En su propia bocaresultaba una lengua extraña, dura y estruendosa, un francés arcaico con el que semezclabanmuchaspalabrasgermánicas,unalenguaquehabíapodidodescifrarlentamenteenunlibro,peroqueseguramentenuncahabíahabladocomosifuerasuidiomanatal.Dealgunamanera,latransiciónaloque…aloquefueraesto…lehabíaproporcionadotambiéneldialectolocal.

Nuncahabíasidomuydadoaleernovelas,nicientíficasnideotrotipo,perocadavezseveíamásobligadoaasumirque,mediantealgúnprocesoimposible,sehabíavistoarrojadoalpasado.Esacasa,lavieja bruja que había aceptado como algo natural sus atavíos caballerescos, y la lengua, y el bosqueinterminable… ¿Dónde estaría? ¿Nunca habían hablado de este modo en Escandinavia, Alemania,Francia, Britania?… Pero si había sido arrojado a las Eras Oscuras, ¿cómo explicar el león, o esamencióncasualdevivirenloslímitesdelpaísdelashadas?

Apartólasespeculaciones.Pensóqueunaspreguntasdirectasleseríandeayuda.—MadreGerd—dijo.—¿Sí,buenseñor?Concualquier servicioconelqueyopudieraayudaros,elhonorcaería sobre

estahumildecasa,asíquenombradvuestrodeseoy,dentrodeloslímitesestrechosdemihabilidad,todoserácomodeseáis—respondióella,acariciandoalgatonegro,quenodejabademiraralhombre.

—¿Puededecirmequeañoeséste?—Ay, buen señor, sí que hacéis ahora una extraña pregunta, debe ser que esa herida en vuestra

propiacabeza,quesindudaobtuvisteisenvalientebatallacontraalgúnmonstruosogiganteoduende,haobnubiladolamemoriadelseñor;peroenverdad,aunquemesonrojodeadmitirlo,esosconocimientoshacetiempoquedejarondeimportarme,ytodavíamásporqueeltiempoesamenudoalgoextrañoaquí,enlosconfinesdelmundodesde…

—Noimporta.¿Quétierraesésta?¿Quéreino?—Ciertamente,hermosocaballero,quehacéisunapreguntaconlaquemuchoseruditossehanroto

lacabezayporlaquemuchosguerrerosselahanrotounosaotros.¡Vaya,vaya!Durantemuchotiempo,estasmarcashanestadoendisputaentreloshijosdeloshombresylasgentesdelMundoMedio,yhanproducidoguerrasygrandesconcursosdebrujería,demodoqueahorasólopuedodecirqueelreinodelashadasyelSantoImperioamboslareclaman,aunqueningunodeelloslatieneverdaderamente,apesardequelareivindicaciónhumanapareceunpocomásfirmeyaquenuestrarazapermaneceasentadaahoraaquí;yquizálossarracenospudierantenerunpocodederechotambiénapedirla,puestoquesedicequesuMahomahasidoélmismounmalignoespíritu,oesoalmenosdicenloscristianos.¿Eh,Grimalkin?—preguntó,haciéndolecosquillasalgatoenlagarganta.

—Bien—empezóadecirHolger,aferrándoseconlasdosmanosaloquelequedabadepaciencia—.¿Dóndepuedoencontrarhombres…digamoscristianos…quemeayuden?¿Dóndeestáel reymáspróximo,oelduque,oelconde,ocualquierotro?

—Hayunaciudadanomuchasleguasdeaquí,talcomoreconocenladistancialoshombres.Peroenverdaddeboadvertirosqueelespacio,comoel tiempo, seveafectadoaquímaravillosamentepor lasbrujeríasquesalendeFaerie,porloqueamenudoellugaradondeunovaparececercano,ydespuéssemeteenenormesytediosasdistanciasllenasdepeligros,ylamismatierrayelcaminoporlosqueunovadejandeserlosmismos…

Holger abandonó.Sabía cuándo era derrotado en toda la regla.Obien esta bruja era idiota o leestabamintiendodeliberadamente.Enningunodeloscasosteníaesperanzadellegarasaberdemasiado.

—Perosiésteeselconsejoquequiere—dijoGerddepronto—,aunquemimolleraamenudoestéconfusa,comoloestánlascabezasviejas,yaunqueestaGrimalkinseatorpe,aunqueastuta,esposiblequepuedadarleunconsejo,que también lealiviede laheriday lehagaestarenterodenuevo.Noosenfadéis,justoseñor,siospropongounpocodemagia,puesblancaes…otodolomásgris;¿pensáisquesi fuera una bruja poderosa iría vestida con estos harapos o habitaría esta cabaña?Nanay, tendría unpalacio de oro paramí, y siervos por todas partes que le habrían dado la bienvenida.Si convuestropermiso puedo invocar a un espíritu, sólo a uno pequeñito, él podría deciros mejor que yo lo quedeberíaissaber.

Holgersoltóungruñidoyenarcólascejas.Esoes,esoloexplicatodo.Estabachiflada.Seríamejorllevarlelacorrientesipensabapasarlanocheallí.

—Comodeseéis,madre.—Veo ahora que venís de lugares realmente extraños, pues no os presignáismucho, aunque casi

todosloscaballerosesténsiempreinvocandoalAltísimo,aunqueamenudoesosgrandesjuramentoslescostaranlosdoloresdelfuegoinfernal,puesnovivenmuybuenasvidas;yaveisqueelImperiotienequeutilizarlaspobreherramientasquepuedeencontrarenestemundobajoyperverso.Nosontalesvuestrasmaneras, sirHolger, ni en un lado ni en el otro, lo que hace queme pregunte si no perteneceréis enrealidadaFaerie.Apesardeeso lo intentaremos,aunquehedeconfesarosantesque losespíritussonseresmisteriososypuedennodarrespuestaalguna,odarunadedoblesentido.

Elgatosaltódelcofreyellaloabrió.Habíaenlaviejaunacuriosatirantez.Holgersepreguntóloqueestaríatramandoyunestremecimientorecorriósuespinadorsal.

Laviejasacódelcofreunbraserocontrípode,quepusoenelsueloyllenóconlospolvosdeunfrasco.Sacótambiénunavaritaqueparecíaestarhechadeébanoymarfil.Murmurandoyhaciendopasesconlasmanos,trazódoscírculosconcéntricosenelsuelo,alrededordeltrípode,ysepusodepieentreellosconsugato.

—La curva interior es para sujetar al demonio, y la exterior para mantener alejados losencantamientos que pudiera intentar, pues a menudo se ponen gruñones cuando se les invoca tanrápidamente—explicó—.Hedepediros,miseñor,quenopronunciéisoraciónnihagáissignoalgunodelacruz,puesesoharíaquesemarcharaenseguida,ydemuymalhumor.

Lavozdelaviejaeraordinaria,perosusojoslemirabanreluciendoyHolgerdeseópoderleverlaexpresióndeesatelarañadearrugas.

—Adelante—dijoHolger,conlavozunpocoapagada.Ellaempezóabailarporalrededordelcírculointerioryélpudocaptaralgodesucanto.—Amén,

amén…—.Sí,sabíaloquevendríaahora,aunquenoporquélosabía…"…maloanosliberased…—.Tampoco sabíaHolgerporqué iba creciendo su cólera.Lavieja terminóel latínypasó auna lenguaagudaquenoreconoció.Cuandoellatocóelbraseroconlavarita,ésteempezóasoltarunhumoblancoydenso que casi la ocultó, pero que curiosamente no pasaba del círculo exterior. "¡OBeliya al,Ba’alZebub,Abaddon,Ashmadai!—,gritó.—¡Samiel,Samiel,Samiel!"

¿Estaba espesando el humo?Holgermiraba desde su asiento. Pero en esa neblina de tono rojizoapenas podía ver aGerd, y era como si alguna otra cosa estuviera suspendida sobre el trípode, algogrisáceo,casitransparente…¡porloscielos,viounosojoscarmesíyqueaquelloteníacasilaformadeunhombre!

Le oyó hablar, con un tono inhumano que era como un silbido, y la anciana le respondía en unalenguaqueHolgerdesconocía.Capacidaddeventrílocua, sedijoa símismo, ella esventrílocuayyotengo lamente emborronada por la fatiga, es eso, sólo eso. Papillon relinchó y coceó en el establo.Holger se llevó una mano al cuchillo. La hoja estaba caliente. ¿Acaso la magia, farfulló Holger

ininteligiblemente,inducíacorrientesenremolino?Lo que había en el humo trinaba, gruñía y se agitaba. Estuvo hablando conGerd durante lo que

pareció mucho tiempo. Finalmente, ella levantó la varita e inició otro canto. El humo comenzó adesaparecer,comosifuerasuccionadoporelbrasero.Convozentrecortada,Holgerlanzóunjuramentoycogiósucerveza.

Cuandoyanoquedómáshumo,Gerd saliódel círculo.Tenía el rostroblancoy tirante, los ojoscerrados.PeroHolgervioqueellatemblaba.Elgatoarqueóellomo,levantólacolayleescupió.

—Extraño consejo—dijo la vieja tras una pausa, con una voz que carecía de tono—. Extrañoconsejomedioeldemonio.

—¿Quéesloquedijo?—preguntóHolgerconunsusurro.—Dijo…Samiel dijo que venís de un lugarmuy lejano, tan lejano que un hombre podría viajar

hastaeldíadelJuicioFinalsinllegaravuestracasa.¿Noesasí?—Asíes—contestóHolgerlentamente—.Sí,piensoqueesopuedesercierto.—Ydijoquelaayudaavuestradifícilsituación,losmediospararegresarallugardedondevenís,

estádentrodeFaerie.Allídebéisir,sir…sirHolger.DebéiscabalgarhastaFaerie.Holgernosabíaquérespuestadarle.—Oh,noestanmalocomoparece—dijoGerdquitanteunpocodetensión.Inclusollegóareír,o

másbienacacarear—.Sihededecirlaverdad,estoyentérminosnoinamistososconelduqueAlfric,elseñormáspróximodeFaerie.Esunpococaprichoso,comotodoslosdesuraza,peroleayudarásiselopide,esodijoeldemonio.Yyoleproporcionaréunguíaparaquepuedallegarallírápidamente.

—¿Po…porqué?—preguntóHolgertartamudeando—.Quierodecirquenopuedopagarle.—Nisenecesita—contestóGerd,moviendounamanonegligentemente—.Unabuenaacciónpuede

ser recordada enmi favor cuandome vaya de estemundo para otro, y ojalá que sea a un climamáscálido;detodasformas,aunaabuelitacomoyolegustaayudaraunjovenhermosocomovos.¡Ay,hubountiempohaceyamucho…!Perodejemoseso.Permitidmequevendevuestraherida,yluegomevayaalacamaconvos.

Holgeraceptóquelelavaralaheridaylepusieraencimaunemplastodehierbasmientrashacíaunencantamiento.Estabayademasiadocansadoparaoponerresistenciaanada.Peroprocuróserlobastanteprecavidocomoparadeclinar laofertaque lehizo laviejade supropiocamastrodepaja,yéndoseadormiralheno,juntoaPapillon.Nodebíapasarsedelaraya.Esacasaera,cuandomenos,extraña.

3Al despertar permaneció algún tiempo semidormido, hasta que recordó dónde estaba. El sueño

desaparecióenél.Sesentó,lanzandoungritoymiróasualrededor.¡Unestablo, eso es!Unabrigooscuroy tosco, queolía ahenoy abono,un caballonegroque se

inclinósobreélylerozótiernamenteconelhocico.Sepusoenpieysequitólaspajasadheridasalaropa.

LaluzdelsolinundóelestablocuandolaMadreGerdabriólapuerta.—Ah,buendía,hermososeñor—dijoconvozgritona—.Enverdadquehabéisdormidoelsueñode

losjustos,oloquesedicequedebeserelsueñodelosjustos,aunqueenlosañosquetengoamenudohevisto a buenos hombres agitándose despiertos toda la noche,mientras hombres perversos sacudían eltecho con sus ronquidos; no he tenido corazón para despertaros. Pero venid ahora y veréis lo que osaguarda.

Loqueleesperabaerauncuencodegachas,máspan,quesoycerveza,yuntrozodebeiconcocidoamedias.Holgerconsumiólosalimentosconapetitoydespuéspensóconañoranzaenunatazadecaféyunaracióndeahumados.Esoapesardeque laescasezdebidaa laguerraya lehabíaapartadode tanagradablesvicios.Sepusoalavarsevigorosamenteenuncacharroquehabíafueradelacabaña.

Cuandovolvióaentrarhabíaunreciénllegado.Holgernoloviohastaqueunamanoletiródelospantalonesyunavozbajapronunciócontonoresonante:

—Aquíestoy.Almirarhaciaabajo,vioaunhombremorenocomolatierra,nudoso,conunasorejastangrandes

como el asa de una jarra, una nariz desproporcionada, barba blanca, vestido con calzones y chaquetaparda,quellevabadescalzossusanchospies.Aquelhombrenollegaríanialosnoventacentímetros.

—EsHugi—dijolaMadreGerd—.SerávuestroguíaaFaerie.—Ummm…encantadodeconocerle—dijoHolger.Leestrechólamanoyesoparecióasombraral

enano.LapalmadelamanodeHugieraduraycaliente.—Partidahora—dijolaancianaalegremente—,pueselsolestáaltoytenéisunfatigosocaminoque

recorreratravésdelasesferasmáspeligrosas.Peronotemáis,sirHolger.HugiesunhabitantedelosbosquesyseencargarádequelleguéissanoysalvojuntoalduqueAlfric—añadiómientrasleentregabaunhatilloenvueltoentela—.Hepuestoaquíunpocodepanycarne,yotrosalimentos,puesbiensélopocoprácticosquesoislosjóvenespaladines,querecorréiselmundopararescatarabellasdoncellassinpensarnuncaenllevarosunbocadoquecomer.Ay,sifuerayojovendenuevo,tampocomeimportaríaesoamí,puesno importaunvientrevacíocuandoelmundoesverde,peroahoraque soyviejadebopensarunpocoenello.

—Gracias,miseñora—dijoHolger,sintiéndoseenunasituaciónembarazosa.Sediolavueltaparairse.Hugitiródeélconsorprendentefuerza.—¿Cómoesesto?—gruñóel enano—.¿Vaisa salir conuna simple tela?Muchospatanesde los

bosquessepondráncontentosdepodermeterleunhierroaunviajeroricamentevestido.—Ah…ah,sí—exclamóHolger,desenvolviendosuequipaje.LaMadreGerd lanzóunarisotada

pocorespetuosayavanzóparaabrirlapuerta.Hugi leayudóaponerseadecuadamentelasprendasmedievalesyatólascorreasdecueroensus

pantorrillasmientras él seponíapor la cabeza la capa interior acolchada.Lacotademalla resonóalponérsela y cayó con un peso inesperado desde sus hombros. Y luego, veamos… evidentemente elcinturónanchoteníaqueponérseloalrededordelacinturaparacolgardeél ladaga,mientras lavainaservía de apoyo a la espada.Hugi le entregó una capa acolchada que él se puso, y después el casconormando. Cuando las espuelas doradas estuvieron en sus pies, y tuvo un manto escarlata sobre la

espalda,sepreguntósipareceríaunfanfarrón,osimplementeestúpido.—Buenviajetengáis,sirHolger—ledijolaMadreGerdcuandosalióalexterior.—Os… os recordaré en mis oraciones —respondió Holger, pensando que sería una forma

apropiadadedarlasgraciasenaquellatierra.—¡Os ruego que lo hagáis, sir Holger! —exclamó la vieja separándose de él con una risa

inquietantementeaguda,trasloquedesaparecióenlacasa.Hugilediountiróndelcinto.—Vamos, vamos,mi solitario caballero, que’s pa hoy—murmuró—.Quepa ir aFaerie hayque

montarcaballorápido.HolgermontóaPapillony tendióunamanoaHugi.Elhombrecillosesentóencuclillas sobreel

arzóndelanteroyseñalóhaciaeleste.—Palla—dijo—.HaydosotresdíaspallegaradondeAlfric,asíquevamos.Elcaballosepusoenmovimientoylacasaquedóprontoperdidatrasellos.Elsenderodecazaque

siguieronesedíaeracomparativamenteancho.Cabalgaronbajoaltosárboles,bajounaluzverdosallenadearrullosycantosdepájaros,apagadaspisadasdepezuñas,crujidosdecueroytintineosdehierro.Eldíaerafríoyhermoso.

Porprimeravezdesdequedespertó,Holgerseacordódesuherida.Nosentíaningúndolor.Aquellafantásticamedicinahabíafuncionadorealmente.

Perotodaaquellahistoriaeratanfantásticaque…Conunesfuerzodelavoluntadreprimiótodassuspreguntas. Una cosa cada vez.De algunamanera, amenos que estuviera soñando (y eso cada vez lodudabamás:¿quésueñoibaasertancoherente?),habíaidoapararaunaesferaqueestabamásalládesupropiotiempo,quizámásalládesumundo:unaesferaenlaquecreíanenlasbrujeríasylashadas,enlaqueexistíaunenanoauténticoyunacriaturadiabólicamenteextrañallamadaSamiel.Asíquelascosasdeunaenuna,lentaycómodamente.

Peroelconsejoquesehabíadadoa símismoeradifícilde seguir.Nosólo su situación, sinoelrecuerdodesuhogar,elpreguntarseloquehabíasucedidoallí,elmiedoterribleaquedarapresadoeneselugarparasiempre,todoesoleatenazaba.

RecordóclaramentelasgraciosasagujasdeCopenhague,lospantanos,playasyamplioshorizontesdeJutlandia,lasantiguasciudadesmetidasenlosvallesverdesdelasislas,laarroganciadelperfildeNuevaYorkylaniebladelabahíadeSanFranciscoquesevolvíadoradaconelatardecer,losamigos,los amores y elmillón de pequeñas cosas que constituían su hogar.Quería escapar, escapar pidiendoayuda hasta que encontrara de nuevo su hogar… ¡No, eso no! Estaba aquí y sólo podía seguir enmovimiento.SiesepersonajedeFaerie(dondeestuvieraeso)lepodíaayudar,todavíahabríaesperanzas.Entretantodebíadarlasgraciasanoserdemasiadoimaginativoniexcitable.

Miróalserpequeñoypeludoqueibasentadoenelcaballodelantedeél.—Esmuyamableporhaceresto.Desearíapoderpagarledealgunamanera.—Nanay, le hago un servicio a la bruja—contestó Hugi—. No es que esté unido a ella, como

veréis.Pero,devezencuando,algunosde losdelbosque leayudamos, lecortamos leña, le llevamosaguaolehacemosfavorescomoéste.Luego,acambio,ellahacealgopornosotros.Noesquemegustemucholavieja,peroporestomedaunabuenaporcióndesucerveza.

—Bueno,ellaparece…agradable.—Ah,oh, tieneunabuena lenguacuandoquiere,vayaquesí,vayaquesí—repitióHugiconuna

risitamorbosa—.LegustómuchoaljovensirMagnuscuandovinoaquíhacemuchos,muchosaños.Perotrata lasartesnegras.Sabe trucos, aunquenoes tanpoderosa, sólopuede invocaraalgunospequeñosdemonios,yensushechizoscometeerrores—dijosonriendo—.Unavez,uncampesinodeWesterdalesla molestó, y ella juró que acabaría con sus cultivos. No sé si es que consiguió la bendición delsacerdote,ofueporlatorpezadeella,quévoyasaber,perotrasmuchasidasyvenidasloúnicoquehizo

labrujafuematarlasmalashierbasdesuscampos.SiempreestátratandodeconseguirelfavordelosseñoresdelMundoMedio,paraqueledenmáspoder,perohastaahoranolohaconseguido.

—Ummm…—esonolesonabamuybien—.¿QuélepasóaesesirMagnus?—preguntóHolger.—Ah,alfinalloscocodrilosselocomieron,mecreo.Siguieroncabalgandoensilencio.Alcabodeunrato,Holgerlepreguntóquecómovivíaunenano

delbosque.Hugicontestóquesugentevivíaenelbosque—queparecíaserenorme—desetas,frutossecosycosasasí,yqueélteníaunarreglodetrabajoconanimalesmenores,comoconejosyardillas.NoteníanpoderesmágicoscomolosverdaderoshabitantesdeFaerie,pero,porotraparte,noteníanmiedoalhierro,laplatanilossímbolossagrados.

—Na tenemosquever con las guerrasde esta tierra—dijoHugi—.Vivimos lonuestroyque elcielo,elinfierno,latierrayelMundoMedioluchencomoquieran.Ycuandolosorgullososseñoronesacabenunosconotrosysequedentiesoscomounpalo,seguiremosestandoaquí.¡Quelosmateatodosunapurgación!

HolgertuvolaimpresióndequelosmiembrosdeesarazaestabanofendidosporlosdesairesqueleshabíanhechotantoloshombrescomoloshabitantesdelMundoMedio.Conciertavacilación,ledijo:

—Loquemehabéisdichomedapocaseguridad.SilaMadreGerdnohacelascosasbien,¿porquédeboseguirsuconsejoeiraFaerie?

—¿Quéporqué?—preguntóHugiencogiéndosedehombros—.Tampocodijequesiemprelohagamal.Sino leguarda rencor,puedeayudarledeverdad.HastaelduqueAlfricpuedeayudar, sóloparadivertirseconlosnuevosmisteriosqueleofrezcáis.NadiesabeloquelasgentesdeFaerievanahacer.Nolodicen,nilesimporta.Vivenenlosalvaje,yporesoestánenestaguerradelladodelCaososcuro.

Tampocoaquello le ayudómuchoaHolger.Faerie era la única esperanzaque lehabíandadoderegresar a casa, y lo podían estar dirigiendo hacia una trampa. ¿Pero, por qué razón alguien iba amolestarseentenderleunatrampaaunextranjeroquenoteníaniunasolamoneda?

—Hugi—lepregunto—.¿Nomeestarásllevandoaunatrampa?—Nanay,viendoquenoesenemigomío,queesunbuentipo,nocomootrosquepodríadecir—el

enano dejó de hablar para escupir—. No sé lo que está pensando laMadre Gerd, ni mucho quemeimporta.Lehedicholoquesé.SisiguequeriendoiraFaerie,lellevaré.

—Yloquepaseluegonoesasuntotuyo,¿no?—Soes.Lospequeñosnosmetemosennuestrosasuntos.Habíaamarguraenesavozbajaquesonabacomounasirena.Holgerpensóquepodríaaprovecharse

deeso.Laspersonasconcomplejosdeinferioridadcompensadosnoleresultabantotalmenteextrañas.YseguramenteHugipodríaayudarlemás,enlugardelimitarseaguiarlehaciadondenosabíaquépasaría.

—Tengosed—dijo—.¿Paramosatomarunpequeñobufido?—¿Unpequeñoqué?—preguntóaHugiarrugandoelrostrocorreoso.—Bufido.Yasabes,untrago.Bufido…bebida… Jacomajacomaja!—se echó a reírHugi, dándose un palmada en elmuslo—.

Québuenoeseso.Unpequeñobufido.Posmed’acordarparausarloenlasmadriguerasdelbosque.¡Unpequeñobufido!

—Bueno,¿quéteparece?Creohaberoídoelruiditodeunfrascoenesehatillo.Hugiserelamiólos labios.Detuvieronelcaballo tirandodelariendaydesataronelregalodela

bruja.Sí,habíaunpardefrascosdearcilla.HolgerabrióunoyofrecióaHugielprimertrago,loquesorprendióalenano.Peroseaprovechóbiendeello,ysunuezcomenzóaagitarsegozosamentebajolabarbablancahastaqueeructóyledevolviólabotella.Cuandosepusieronacabalgardenuevoparecíaconfuso.

—Siquesoisraro,sirHolger.Nodebéisseruncaballerodelimperio,niunsarraceno.—No—contestóHolger—.Vengo de lejísimos.De donde yo vengo, un hombre vale tanto como

otro.Losojosdiminutosdelenano,bajolascejasenarcadas,lecontemplaronatentamente.—Raraidea—dijoHugi—.¿Cómovasaguiarelreinosiloscomunespuedenestarporarribade

losnobles?—Lohacemos.Todoelmundotienevozenelgobierno.—¡Peroesonopueser!Cualquierhijodevecinosepueponerafarfullarloquequierayhacerlas

cosasmalamente.—Lointentamosdeotromododurantemuchotiempo,perolosquenacíancomojefeseranamenudo

tandébiles, locosocruelesquepensamosquedifícilmentepodríaresultarpeor.Hoyenmipaíselreyapenassihacealgomásquepresidir.Ylamayorpartedelasnacioneshanprescindidototalmentedelosreyes.

—Uhm,uhm,siqueparlasraro,aunquelaverdad…buenoesomehacepensarquepodéisserdelasfuerzadeCaos.

—¿Qué quieres decir?—preguntó Holger respetuosamente—. Ignoro los asuntos que tenéis poraquí.¿Podríasexplicarlo?

Dejó que el enano gruñera durante mucho tiempo sin aprender nada de eso. Hugi no era muybrillante, y sí bastante rústico.Holger se hizo a la idea de qué perpetuamente se estaba librando unabatallaentre lasfuerzasprimigeniasde laLeyyelCaos.No,exactamentenoeranfuerzas.¿Modosdeexistencia?¿Unreflejoterrestredelconflictoespiritualentreelcieloyelinfierno?Encualquiercaso,lossereshumanoseranlosprincipalesagentesdelaLeyenlatierra,aunquemuchosdeelloslofueransóloinconscientemente, y algunos, comobrujas, practicantes de lamagia negra ymalhechores, se hubieranvendidoaCaos.Pero tambiénalgunosseresquenoeranhumanosestabandel ladode laLey.FrenteaellosestabacasilatotalidaddelMundoMedio,queparecíaincluirreinoscomoFaene,Trollheimylosgigantes, una verdadera creación deCaos. Las guerras que libraban los hombres entre ellos, como laprolongada lucha entre los sarracenos y el Sacro Imperio, ayudaban a Caos; bajo la Ley todos loshombresviviríanenpazyordenyenesalibertadalaquesólolaLeypodíadarsignificado.Peroésaeratanajenaalosmundomedianosquesiempreestabanactuandoparaimpedirloyparaextendersusombríodominio.

TodoaquelloleresultabatanvagoqueHolgerdesvióladiscusiónalapolíticapráctica.Tampocoen eso Hugi le fue de mucha ayuda. Holger entendió que las tierras de los hombres, en las quepredominaba laLey,caíanhaciaeloeste.EstabandivididasenelSacro Imperiode loscristianos, lospaísessarracenosmeridionalesydiversosreinosmenores.

Faerie,lapartedelMundoMediomáscercana,noestabamuyaleste.Laseccióninmediataeraunatierrafronterizadisputadaenlaquecualquiercosapodíasuceder.

—Antiguamente—dijoHugi—,namáslaCaída,toeraCaos.Peropocoapocohaidoechándosepatrás.LomásgordofuecuandoelSalvadorvivióenlaTierra,ylaoscuridadnopodíaquedarseymurióhastaelmismogranPan.PeroahoraCaossehaunidoyestálistoarecuperarlo.Nosabríaquédecir.

Bueno,demomentonohabíaposibilidadesdesepararloshechosdelafantasía.PeroestemundoeraentantosaspectosparaleloaldeHolgerqueteníaqueexistiralgunaconexión.¿Sehabríaproducidodetiempo en tiempo un contacto pasajeromediante náufragos como élmismo que habrían regresado conhistoriasqueseconvertiríanenlamateriadelaleyenda?¿Esqueaquíexistíanrealmentelascriaturasdelosmitos?Recordandoalgunasdeellas,Holgeresperóquenofueraasí.Especialmentelepreocupabanoencontrarse con un dragón que arrojara fuego por la boca ni con un gigante de tres cabezas, aunquepudieranresultarmuyinteresantesdesdeelpuntodevistazoológico.

—Ah,dichoseadepaso,tendréisquedejarenlaspuertaselcrucifijo,silleváisuno,yloshierros.Dentrotampocosepuenpronunciarpalabrassagradas.LosdeFaerienopuenenfrentarseaesascosas,perosilausáisallíencontraránlamaneradeenviarosmalasuerte.

Holgersepreguntóquecuálseríaelestatuslocaldeunagnóstico.Sehabíacriadoinevitablementecomoluterano,perohacíamuchosañosquenohabíaentradoenunaiglesia.Sitalcosapodríasucederleaalguien,¿porquénohabríasidounbuencatólico?

Hugisiguióhablando,sinparar.Incesantemente.Holgertratódeprestarleatención,amigablemente,sinpasarse.Luegosecontaronhistorias.Holgerextrajode lamemoria todochiste fuertequeconocía.Hugilanzabagritosdeentusiasmo.

Sedetuvieronacomerjuntoauntorrentecuyasorillasestabancubiertasdemusgo,ydeprontoelenanoseinclinóhaciaadelanteponiendounamanoenelbrazodeHolger.

—Sircaballero—ledijomirandoelsuelo—.Mecomplaseríaayudaros.Holger,conunesfuerzo,semantuvoquieto.—Osloagradecería,sifueraposible.—Nosécuálserálamejordirección.AlomejorlodebuscarFaerie,comodijolabruja,alomejor

darlavueltaahoramismo.Nolosé.Peroconozcoaalguiendelbosque,amigodetodossushabitantes,quesabecosasdefueradelaTierra,ypodríadarosunaexplicación.

—Sipudieraverlo,sería…unagranayuda,Hugi.—Verla,verla.Nollevabaallíaningúnotrocaballero,puessonlascivosyaellanolegusta.Pero

vos…bueno…nopuedosermalguíaconvos.—Muchasgracias,amigomío.Sialgunavezpuedoprestarosunservicio…—Sinoesna—gruñóHugi—.Pamíesunhonor.¡Perohabercómoseportaconella,sinsertorpe

nibajo!

4Giraronhaciaelnorteycabalgaronvariashoras,lamayorpartedelascualesHugilasempleóen

recordar sushazañasentre lashembrasde suespecie.Holger leescuchabaconunoído, simulandounrespetoqueciertamentemereceríasi lamitaddeloquecontabaeracierto.Peroenlaotramitaddesímismo estaba perdido en sus pensamientos. Conforme iban ascendiendo amayor altura, el bosque sevolvíamásabierto,ypodíanverpradosllenosdefloressilvestres,iluminadosporlaluzdelsol,piedrascubiertasdelíquenesgrisáceosentregruposdeárboles,ydevezencuandoteníanunavistaatravésdelas colinas que se perdían en una distancia púrpura. Había por allí muchos torrentes, que saltaban ydestellabanensuprisaporllegaralosvallesinferiores,formandoarcoirisporencima,alládondecaíansobrelosriscos.Revoloteabanporallílosmartínpescadores,pasandocomopequeñosrayosazules,loshalcones y las águilas se remontaban a gran altura, una bandada de gansos silvestres se levantóruidosamentedeentrelosjuncosdeunlago,pudovislumbrarconejos,unciervoyunpardeosos.Lasnubesblancas iban trazandosu líneadesombraa travésde la tierradesigual,demuchoscolores,yelviento soplaba fríamente en el rostro de Holger. Pero descubrió que el viaje le gustaba. Incluso laarmadura,quealprincipiolearrastrabahaciaabajo,seestabaconvirtiendoenpartedesímismo.Y.dealgunamaneraoscura sentíauna sensacióndepatriaenaquellas tierras, comosi lashubieraconocidohacíamuchotiempo.

Tratódeperseguireserecuerdo.¿HabíasidoenlosAlpes,oenelaltosaeteredeNoruega,oenlosprados montañosos que rodeaban Rainier? No, era algo más que una similaridad. Casi conocía esasmarcasdeFaerie.Perolaimagennolellegabaylarechazócomootrocasomásdedejavu.

Tambiénpensóquesisutransiciónhastaallílehabíapermitidoaprenderunalenguanueva,tambiénpodríahaberlehechootros trucosa sucerebro.Porunmomento tuvo la ideaabsurdadequequizá sumentehabíasidotransferidaaotrocuerpo.Mirósusgrandesmanos, levantóunadeellasparatocarelhoyofamiliarenelpuentedelanariz,recuerdodeaquelgrandíaenelqueayudóalapalizaquetuvocomo resultado Politécnica 36 a 24. No, seguía siendo élmismo.Y dicho sea de paso, con bastantenecesidaddeunbuenafeitado.

Elsolestabayabajocuandocruzaronunúltimopradoysedetuvieronbajolosárbolesquehabíaaorillasdeunlago.Elaguacaptabalaluzydurantedoskilómetrosseconvertíaenunahojadefuego;unabandadadegansosseagitóentrelosmatorrales.

—Podemosesperaraquí—dijoHugi,deslizándosehastael sueloy frotándose lasnalgascon lasmanos—.Buf—exclamóconunamueca—.¡Mipobreyviejotrasero!

Holger tambiéndesmontóysintió tambiénciertosefectos.NohabíamotivosparaataraPapillon,quesecomportabacomounperrillo.Lequitólasbridasyelcorcelempezóacorretearalegremente.

—Vendrá pronto —ronroneó Hugi—. Tiene su choza por aquí. Mientras esperamos, podríamosrefrescarnos.

Holgercaptólasugerenciaydestapólacerveza.—Todavíanomehasdichoquiénes«ella»—comentó.—EsAlianora,ladoncella—cisne—dijomientrastrasegabalacerveza—.Recorredaaquípallato

elbosque, aveceshasta elMundoMedio,y loshabitantes le cuentan sus rumores.Esuna amigamuyquerida.¡Uau!¡LaviejaMadreGerdseráunabruja,perocomocerveceranohayotra!

Papillon relinchó.Aldarse lavuelta,Holgerviouna formaalargadadecoloramarillomanchadoquesedeslizabahaciael lago.¡Unleopardo!Antesdedarsecuenta tenía laespadadesenvainadayenalto.

—No,quieto—dijoHugitratandodecogerleelbrazo,perocomonollegabatanaltolesujetódelaspiernas—.Vieneenpaz.Noosatacarásinoofendéisaladoncella—cisne.

Elleopardosedetuvo,sesentóysequedómirándolesconunosojosfríosdecolorámbar.Holgervolvióaenvainarlaespada.Estabacubiertodesudor.Ahoraqueesoslugaresempezabanavolvérselefamiliares,teníaqueocurriralgoasí.Oyeronporencimaunbatirdealas.

—¡Esella!—gritóHugi,dandosaltosymoviendolosbrazos—.¡Hola,hola,baja!Elcisnebajóaleteandohastaelsuelo,deteniéndoseaunmetrodedistancia.Eraelcisnemásgrande

queHolgerhabíavistonunca.Laluzdelatardedabauntonodoradoasuplumaje.Condificultad,Holgerdiounpasoadelante,preguntándoseporlamaneradepresentarseauncisne.Elavealeteóyretrocedió.

—No,no,nohamiedo,Alianora—intervinoHugi—.Esuncaballeroquesóloquierehablarte.Elcisnesedetuvo,tocósuelo,extendiólasalasysequedósobrelaspuntasdelosdedos.Sucuerpo

sehizomáslargo,encogióelcuello,seestrecharonlasalas…—¡PorJesucristo!—gritóHolgersantiguándose.Allíhabíaunamujer.No,unajoven.Nodebíatenermásde18años:uncuerpojuvenilaltoyesbelto,flexibleydorado

porelsol,decabelloscolorbroncequelecaíansueltossobreloshombros,enormesojosgrises,algunaspecassobreunanarizcortaeinclinada,unabocaanchaysuave…¡eramuyhermosa!Casisinpensarlo,Holgersequitólacorreadelabarbilla,sedesprendiódelcascoylagorrayseinclinóanteella.

Ellaseaproximótímidamente,moviendosuslargasysuavespestañas.Ibavestidatansóloconunabrevetúnica,sinmangasyajustada,queparecíatejidaconplumasblancas;suspiesdescalzosnonacíanruidoalgunoenlahierba.

—Asíqueerestú,Hugi—dijoellaconuntonodecontraltosuavequerecordabalaentonacióndelenano—.Bienvenido.Ytambiénvos,sircaballero,sisoisunamigodemiamigo.

Elleopardoseagachó,moviólacolaymiróaHolgerconsuspicacia.Alianorasonrióyseagachóparaacariciarlebajolabarbilla.ElleopardoserestregócontrasuspiernasronroneandocomosifueraunmotorDiesel.

—EstetipoaltoessirHolger—dijoHugi,comodándoseimportancia—.Ycomoveis,compañero,éstaeslapropiadoncella—cisne.¿Cenamos?

—Bueno…—empezó a decir Holger, y se detuvo para buscar las palabras adecuadas—. Es unplacerconocerla,midama—dijoprocurandoutilizarelpronombreformal;ella teníamiedodeélyelleopardoseguíapresente—.Esperoquenolahayamosmolestado.

—Quéva—contestóellasonriendoyrelajándose—.Elplaceresmío.Veoatanpocoscaballerosgalantes.

Su tono no contenía una coquetería particular, sólo estaba tratando de ponerse a la altura de lacortesíadeél.

—Bueno,comamos—gruñóHugi—.Tengolabarrigapegadaalespinazo.Sesentaronsobrelahierba.LosdientesdeAlianoradesgarraronelpanduroynegroqueleofreció

Holgerconlamismafacilidadquelosdelenano.Nohablóningunohastaqueterminaron,cuandoelsolestaba ya en el horizonte y las sombras se habían hecho tan largas como elmundo. En esemomento,AlianoramiródirectamenteaHolgeryledijo.

—Hayunhombrequeleestábuscando,sircaballero.Unsarraceno.¿Esamigosuyo?—Ah,¿unsarraceno?—preguntóHolgerabriendotantolamandíbulaqueéstaprodujounruidito—.

No.Soyun…unextranjero.Noconozcoanadie.Debéisestarequivocada.—Puedeser—añadióAlianoracautamente—.¿Quéostrajoentonceshastamí?Holgerleexplicósudificultad,sipodíaonoconfiarenlabruja.Lajovenfruncióelceñoyseformó

unapequeñaarrugaentresuscejasoscuras.—Me temo que eso no lo puedo saber—murmuró—. Pero os movéis en oscura compañía, sir

caballero.MadreGerdnoesunaalmabuena,ytodossabenlotramposoqueeselduqueAlfric.—¿Pensáisentoncesqueseríamejornoiraverle?—Nopuedodecirlo—exclamóellaconaspectoentristecido—.Ennadaconozcoa losnoblesde

Faene.SóloconozcoaalgunasdelasgentesmenoresdelMundoMedio,algunosespíritusmalévolosynisser,unaodoshadasdelassetas,ygentesasí.

Holger parpadeó. Ya estaban otra vez con eso. Apenas había empezado a imaginar que estabacuerdo,enunasituacióncuerdaaunqueimprobable,cuandoseponíanahablardelosobrenaturalcomosiestoformarapartedelacotidianidad.

Bueno.Quizá fueraasíeneste lugar.¿Acasonohabíavistocómouncisneseconvertíaenunserhumano.Fueraonounailusión,estabasegurodequeensupropiomundojamáshabríavistotalcosa.

Lasorpresainicialylasorpresainteriorqueestoprodujoestabandesapareciendo.Habíaempezadoacomprender,con todosuser, lo lejosqueestabadesuhogar,y losoloqueseencontraba.Cerró lospuñosylosapretótratandodenomaldecirnillorar.

Paramantenerlamenteocupada,preguntó:—¿Aquéosreferísalhablardeunsarraceno?—Ah,él—dijolajovenmirandoatravésdelbrillocrepusculardellago.Enmediodeunaenorme

quietud,lasgolondrinasselanzabanhaciaabajoyascendían—.Noesquelehayavistoyomisma,peroenlosbosquescorreelrelato,lostoposlomurmuranensusmadriguerasylostejonesselocuentanalasnutrias,elmartínpescadoryelcuervoseenterany logritana todos.Asíescomooí,deestohaceyamuchassemanas,queunguerrerosolitario,queporsurostroyvestidoesunsarraceno,hacabalgadoportodas estas zonas preguntandopor un caballero cristianoque cree está próximo.Noha dichopor quéquiereaesehombre,perosuaspecto,talcomolorelataelsarraceno,eselvuestro:ungiganterubioquecabalgaenuncaballonegrollevandoarmasde…—sedetuvoymiróaPapillon—.Ah,vuestroescudoestácubierto.Elhabladetrescorazonesytresleones.

Holgersepusorígido.—Noconozcoasarracenoalguno.Noconozcoanadieaquí.Vengodemáslejosdeloquepodríais

entender.—Quizáseaunenemigovuestroqueosbuscaparadescuartizaros—intervinoHugiinteresado—.O

unamigo.—¡Os digo que no lo conozco! —exclamó Holger, dándose cuenta de que había gritado—.

Perdonadme.MesientocomosiestuvieraenlaLuna.Alianoraabriómucholosojos.—¿En laLuna?Oh,cielos—exclamó lanzandouna risitaqueeraun sonidomuydulce—.Bonita

frase.EnalgunapartedesumenteHolgerregistróelhecho,parasuusofuturo,dequelasfraseshechasde

sumundoparecíanaquíalgonuevo.Pero,sobretodo,estabapensandoenelsarraceno.¿Quiéndiablossería?tiúnicomusulmánquehabíaconocidonuncaeraesetímidoypequeñosiriodegafasdelafacultaduniversitaria.¡Bajoningunacircunstanciairíaélporahíconunodeesosatavíosdelangosta!

El,Holger,debíahabersehechoconelcaballoyelequipodeunhombreque,porcoincidencia,seleparecía.Esopodíaproducirleverdaderosproblemas.Denadaserviríabuscaralguerrerosarraceno.Conseguridadqueno.

Unestadodeánimodedesesperanzanihilistaseapoderódeél.—IréaFaerie—afirmó—.Noparecequetenganingunaotraposibilidad.—Es un lugar arriesgado para losmortales—intervinoAlianora con gravedad. Se inclinó hacia

adelante—.¿Dequéladoestáis,laLeyoelCaos?Holgervaciló.—Notengáismiedo—lepresionóella—.Memantengoenpazconlamayorpartedelosseres.—LaLey,supongo—contestólentamente—.Aunquenosénadadeestemun…estatierra.—Así lo pensaba —dijo Alianora—. Pues bien, también yo soy humana, e incluso aunque los

favoritosdelaLeyseanamenudounosbrutos,piensoquemegustasucausamásqueladeCaos.Poreso

meuniréavos.PuedequeossirvadealgunaayudaenelMundoMedio.Holgeribaainiciarunaprotesta,peroellalevantósumanoesbeltaydijo:—Nanay,niunapalabra.Apenasesunriesgoparamí,quepuedovolar.Y…—seechóareír—.¡Y

afemíaquepodríaserunaalegreaventura!Lanocheseacercabayempezaronasentirsufrescor,yaverlasestrellas.Holgerextendiólamanta

delasillaparadormirsobreella,mientrasAlianoraseibadiciendoquebuscaríacobijoenunárbol.Elhombrepermaneciódespiertomuchotiempo,observandolasconstelaciones.Leresultabanfamiliares,elcielodefinalesdeveranodelnortedeEuropa.¿Peroestabamuylejoselhogar?¿Oseguíateniendoladistanciaalgúnsignificado?

Recordó que cuandoAlianora tomó la forma humana, él, sin pensarlo, se santiguó. No lo habíahecho en toda su vida. ¿Era sólo el efecto de ese entorno medieval, o parte de las habilidadesinconscientes, la lengua,el sabermontaracaballoyDiossabíaquémás,quehabíaobtenidodealgúnmodo?Noconociéndosenisiquieraasímismo,sesentíasolitario.

Nohabíamosquitosallí.Agradece laspequeñasbendiciones.Peroenesecaso,por recordarleelhogar,habríadadolabienvenidaaunodeellos.,

Finalmente,sequedódormido.

5Partieronporlamañana,HolgeryHugimontandoaPapillon.Alianoravolabaporencimaenforma

de cisne, trazando curvas, elevándose y desapareciendo tras los árboles, para reaparecer lanzándosehaciaarriba.Elespíritudelhombreseanimóconelsol.Almenoshabíallegadoaalgunaparteyparecíaestarenbuenacompañía.Almediodía,ladirecciónquehabíanseguidohaciaelestelesllevómuyaltoenlascolinas,hastauna tierrabarridaporelvientoy llenade rocas,cascadasybarrancos,unashierbaslargasydurasyarbustosnudosos.ParaHolger,elhorizontequeteníapordelanteparecíamásoscurodeloquedebiera.

Hugirompióacantarunacanciónobscena.Paraponerseasunivel,HolgercantóbaladascomoElcalderero de Escocia y El rey bastardo de Inglaterra, traduciéndolas con una facilidad que lesorprendió. El enano reía toscamente.Holger había empezado a cantarLes trois orfévres cuando unasombra cayó sobre él y, al levantar la vista, vio al cisne volando arriba en círculos, escuchando coninterés.Dejódecantar.

—Eh,seguid—lepidióHugi—.Esunararaygrancanción.—Heolvidadoelresto—dijoHolgerenvozbaja.TemíaencontrarseconAlianoracuandosedetuvieranparaalmorzar.Lohicieronenunaespesura

quecubríalabocadeunacueva.Lajovenfuealegrementehaciaél,enformahumana.—Soismuyentonado—sirHolger,dijoellasonriendo.—Ummm…osloagradezco—murmuró.—Megustaríaquerecordaraisloquelesucedióalostresorfebres—dijoella—.Fuedescortéspor

vuestrapartedejarlosallíeneltejado.Holger lamirófijamente.Susojosgriseseran totalmentecándidos.Bueno,comohabíapasadosu

vidaentrelaspequeñasgentesterrestres…peroaunasínoseatrevía.—Trataréderecordarlo—dijoconfalsedad.Losmatorralesque tenían trasellos seagitaronyvieronsalirde lacuevaaunser.Alprincipio,

Holgerpensóqueestabadeformado,peroluegodecidióquedebíaserunmiembronormaldeunarazanohumana.ElcuerpoeraalgomásaltoqueeldeHugi,ymuchomásancho,conunosbrazosmusculososquelecolgabanhasta larodilla,quellevabadobladas; lacabezaeragrandeyredonda,denarizaplastada,orejaspuntiagudasyunahendiduracomoboca;lapielnoteníapeloyeragrisácea.

—Vaya,esUnrich—gritóAlianora—.Nopensabaquellegarastanarriba.—Ey,ay,estaraquí,síestar—elserseagachóycontemplóaHolgerconunosojoscirculares.Sólo

llevaba puesto un delantal de cuero y transportaba un martillo—. Estar… nosotros… abriendo pozonuevoallí—dijoseñalandoelterritoriocircundante—.Haberoroenesascolinas.

—Unrichpertenecealosníqueles—explicóAlianora,yHolgerllegóalaconclusióndequedebíatratarsedeunatribudeenanosdemontaña,ynodeunaclasedemonedasnideunaaleación—.Loconocípormediodelasfamiliasdetejones.

Elreciénllegadoestabatanávidodenoticiasyrumorescomoparecíanestarlotodosporallí.HuboquecontarlahistoriadeHolgerdesdeelprincipio.Alfinal,elníquelagitólacabezayescupió.

—Noirahoraabuenlugar.NobuenoahoraqueelMundoMedioestarreuniendotodosejércitos.—Vaya—dijoHugi—.VamosatenerunafríabienvenidaendondeAlfric.—Contarqueelfosytrollshanhechoalianza—dijoUnrich—.Ycuandoesosclanesunirse,grandes

problemashaber.Alianorafruncióelceño.—Nomegustaesto—ledijoaHolger—.Losbrujosvansaliendoconmayoraudaciaalextranjero,

llegando incluso hasta el corazón del Imperio, según he oído. Es como si hubiera desaparecido el

baluartedelaLey,porloqueCaospuedesalirlibrementealmundo.—Haber puesto un hechizo santo aCortana, pero no sermuyútil y nadie capaz de sostenerlo en

dondelevantarse—dijoUnrichconunciertoaliviopesimista.Cortana,pensóHolger.¿Dóndehabíaoídoantesesenombre?Unrichbuscó enunbolsillo de su delantal y, ante la sorpresa deHolger, sacó una tosca pipa de

arcilla y un saquito de algo que parecía tabaco. Prendiéndole fuego con pedernal y acero, inhaló elcontenidoprofundamente.Holgerleobservabacondeseo.

—Esuntrucodedragón,elquerespiresfuego—dijoHugi.—Migustar—respondióUnrich.—Ycontodalarazón—intervinoHolger—.Unamujeressólounamujer,perounbuencigarroes

unafumada.Todossequedaronmirándole.—Nuncaoíaningúnhumanollamarasíaldemonio—dijoAlianora.—Déjameunapipa—dijoHolger—.¡Ymirad!—Estoesdemasiadoparaperdérselo.Unrichvolvióameterseenlacuevayregresóconunapipagrande.Holgerlaapretóconfirmeza,

cogiófuegoysoplófelicesnubes.Nocreíaestarfumandotabaco,eratanfuertecomoelmismodiablo,peronopeorqueloquehabíatenidoenFranciaantesdelaguerra,omientrasestuvoenDinamarca.HugiyUnrichlemirabanconojosdesorbitados.Alianorarompióareíracarcajadas.

—¿Cuántoquierespor esto?—preguntóHolger—.Tedaréunode losmantosde repuestopor lapipa,conelpedernalyelaceroyunabolsadetabaco…dehojadefumar.

—¡Aceptar!—dijoUnrichenseguida.Holgercomprendióquehabíapodidorealizarunmejortrato.Quéimportaba.

—Tendrásladecenciadeañadiralgodecomidaparanosotros—dijoAlianora.—Bueno,darloquepedir—dijoUnrichydesapareciódenuevo.Alianorasequedómirandocon

conmiseraciónaHolger.—Loshombresnosoisprácticosparaganaroselpan—dijoconunsuspiro.Conunahogazadepan,quesoycarneahumadavolvieronaponerseenmarcha.Aunquelazonase

ibahaciendomássalvajeydifícil,Papillonnoparecíacansarse.Poreleste,laoscuridadselevantabaanteellosconformeavanzaban,comounmurovago.Cercanalanoche,sedetuvieronenloquedebíaserlacrestadelacordillera;másabajo,laspequeñascolinasdescendíanhastalospinares.Alianorasepusoaconstruirdiestramenteunabrigodemimbrestrenzados,mientrasHugiseentreteníaenprepararlacena.Holgersesintióinútil.Perodisfrutóviendomoversealajoven.

—MañanaentraremosenFaerie—dijoellacuandosesentaronalrededordelfuego,conlanocheyacaída—.Después,estaremosenmanosdeldestino.

—¿Porquéestátanoscuroenesadirección?—preguntóHolger.Alianorasequedómirándole.—Verdaderamentequesoisdemuylejos,oesouoshanhechizado.Todossabenquelosfariseosno

puedensoportarlaluzdeldía,porloqueensureinosiemprehaycrepúsculo—añadióconunamueca.Elfuegohacíaresaltarsurostro jovenconuncolorrojizosobre lanegruraque traíaelviento—.SiganaCaos,quizáseasienteelcrepúsculoentodoelmundo,yyanohabrámásluzdelsolbrillante,nihojasverdes ni flores.Ay, supongo que ciertamente estoy con la Ley—añadió antes de detenerse—.Y sinembargo,Faerietieneunaextrañabelleza.Loveréisporvosmismo.

Holger lamiró a través de las llamas.La luz brillaba en sus ojos, acariciaba sus cabellos y lascurvassuavesdesucuerpo,despuéslaenvolvióenunmantodesombra.

—Sinosoydescortés—seaventuró—,nopuedoentenderqueunajovenhermosacomovosviváisenestastierrassalvajesentre…entregentesquenosoncomovos.

—Ah,noesestounacertijodifícil—dijoellamirandolasbrasas.Elapenaspodíaescucharsuvozpor encima del viento de la noche—.Los enanosme encontraron cuando era un bebé, acostada en elbosque.Quizáera lahijadeunpropietario, robadaen lashostilidadesqueasolancontinuamenteestasmarcas. Los ladrones pensaron criarme como esclava, pero se cansaron de la idea y me dejaron.Entonces lasgentespequeñasy losanimales, sushermanospor juramento,mecriaron.Fueronbuenoyamables,ymeenseñaronmuchascosas.Alfinalmedieronestedisfrazdecisne,quedicenpertenecióenotrotiempoalasvalquirias.Consupoder,yo,aunquenohabíanacidoconunaformafuerte,sinodeuntipohumanocomún,puedocambiarcomohabéisvisto,yasípuedovivirasalvo.Losenanosmedijeronquepodíairadondequisiera.Peronomeimportabanmucholossalonesllenosdehumodeloshombres.Mis amigos estaban aquí, y sólo necesitaba el espacio y el cielo para estar contenta. Esa es toda lahistoria.

Holgerasintió,lentamente.Entoncesfueellalaquelemiró.—Sólo nos habéis contado un poco sobre vos mismo —dijo ella con una sonrisa insegura—.

¿Dóndeestávuestrohogar,ycómollegasteisaquísinatravesarlastierrasdeloshombresnielMundoMedio,ysinsaberloqueellosson?

—Tambiénamímegustaríasaberlo—respondióHolger.Hubieraqueridocontarlelahistoriaentera,peroreprimióelimpulso.Probablemente,ellanopodría

entenderla.Además,quizáfueraprudentereservarsealgunossecretos.—Piensoquemehanlanzadounhechizo—dijo—.Hevividotanlejosdeaquíquenuncaoíhablar

deestoslugares.Ydepronto,aquíestaba.—¿Ycuáleselnombredevuestroreino?—insistióella.—Dinamarca—dijo,arrepintiéndoseenseguidaaloírqueellaexclamaba:—¡Peroyohe oídohablar de vuestro reino!Aunque está lejos de aquí, tiene gran fama.Unpaís

cristiano,alnortedelImperio,¿noesasí?—Bueno…bien…nocreoquesealamismaDinamarca—¡difícilmente!,pensó—.Lamíaestáen…

bueno…—noqueríadecirleunamentiracompleta.Unmomento;pensóensusviajesporEstadosUnidos—.MerefieroaunlugardeCarolinadelSur.

Ellalemiróladeandolacabeza.—Creoqueestáisocultandoalgo.Puesbien,comodeseéis.Losdelafronterahemosaprendidoano

serdemasiadocuriosos—dijobostezando—.¿Nosacostamos?Semetieronjuntosenelabrigo,buscandoelcalorhumanoconformelanocheseibahaciendomás

fría.Variasveces,HolgerdespertóconunestremecimientoysintióasuladolarespiracióndeAlianora.Eraunajovenmuydulce.Sinollegabaaencontrarelcaminoderegreso…

6Eldescensodelamañanasiguientefuerápido,aunquepeligroso.Hugigritóamenudocuandolos

cascosdePapillonresbalabanenlapendienteyse inclinabansobreunbordede infinito.Alianora ibamuypordelante.Teníalacostumbre,queaHolgerleerizabaelpelo,deconvertirseenhumanaenmitaddelaireyvolveratomarlaformadecisnejustoatiempoparaevitarestrellarseenlacaída.Trasvereso,Holgernecesitabadesesperadamenteunapipatranquilizante.NopudoencenderlapipahastaqueHugileenseñóautilizarelpedernalyelaceroquellevabaahoraenlabolsadelcinturón.¿Porquénotendríancerillasenesemundo?

Cuandocruzabanlospinares,elcrepúsculosecerróallíconnubesdetormenta.Sehacíamásoscurocon cada paso silencioso.Holger se preguntaba si serían capaces de ver el final del viaje. El cuerocabelludoseleerizabaalpensarencruzaraciegasunpaísdetrolls,hombreslobosyDiossabríaquéotracosa.

Conforme descendía, el aire se iba haciendomás cálido.Cuando por fin salieron del bosque, laatmósfera era fragante y estaba cargada con olores que Holger desconocía y que parecían como deincienso.EntraronenunvalleabiertoyonduladoyHugitragósaliva.

—EstamosyaenFaerie—murmuró—.Quepodamossalird’aquíesotrahistoria.ConunasolamiradaHolgercubriótodoelpaisaje.Aunqueelsolsehabíaocultado,lanocheala

quetantotemíanohabíacaído.Nopodíaidentificarfuentealgunadeluz,peroveíaconlamismaclaridadqueduranteeldía.Elcieloeradeunazulmuyoscuro,ylamismaatmósferaazulinvadíaelaire,comosifuerancabalgandobajoelagua.Lahierbaeraaltaysuave,conuntonoplateadosuperpuestoasuverdeclaro;unasfloresblancaspuntuabanelsuelo.Asfódelos,pensóHolger.¿Perocómolosabía?Devezencuandoveíamatorralesderosasblancas.Losárbolesseelevabansolitariosyenpequeñosgrupos,altos,delgados,decortezalechosa,conhojasdelcolordelahierba.Unvientolentosoplabaatravésdeellos,produciendounpequeñosonidotintineante.Bajoestaluzsinsombra,engañosa,Holgernopodíamedirbien las distancias. Cerca corría una corriente que no tintineaba, sino que tocaba una interminablemelodíabasadaenunaescaladesconocida.Lafosforescenciacreabaremolinosblancos,verdesyazulessobreelagua.

Papillonrelinchóysepusodemanos.Nolegustabaeselugar.¿Perodóndelohevistoantes,esteazultranquiloyfríosobrelosárbolesycolinasquesefunden

conelcielo,endondeelvientosoplademodocantarínyelríoresuenacomocampanasdecristal?¿Fue en un sueño que tuve hace tiempo,medio dormido ymedio despierto bajo la luz de la nocheveraniega deDinamarca, o fue en un añomás antiguo y olvidado?No lo sé. Y no creo que deseesaberloahora.

Siguieroncabalgando,enesaluminiscenciasincambioseltiempoparecíafluidoeinestable,porloquepodíanhaberviajadounminutoounsiglo,pueselpaisajevagosedeslizabaquedando trasellos,mientrasseguíanhaciadelante.Hastaqueelcisnebajódenuevo,tomótierraconunestruendodealasyseconvirtióenAlianora.Podíaverseelmiedoensurostro.

—Viauncaballeroporallí—dijosinaliento—.UncaballerodeFaerie.Nosé loqueharíaporaquí.

Holgersintióqueelcorazóncomenzabaalatirleconfuerza,peromantuvotranquilasuaparienciaexterior.

—Lodescubriremos.Eldesconocidoaparecióencimadeunacresta.Ibasobreuncaballoalto,blancocomolanieve,de

crinesfluidasycuelloorgullosamentearqueado;sinembargo,elanimal,alverloatentamente,teníaalgosutilmenteerróneo,unaspatasdemasiado largas,unacabezademasiadopequeña.El jinete llevabauna

armaduradeplatacompleta,laviserabajada,porloquenoseleveíaelrostro;plumasblancassobreelcasco,elescudodecolorblancoynegroytodolodemásbrillabaconelcolorazuldelamedianoche.SedetuvoydejóqueHolgerseacercaraaél.

Cuandoeldanésestuvocercano,elcaballerobajólalanza.—¡Deteneos y declarad quién sois! —exclamó con una voz que tenía una cualidad metálica

resonante,puesnoeratotalmentehumana.Holgertiródelasriendas.Papillonrelinchóconunanotadedesafío.—HesidoenviadoporlabrujaMadreGerdconunmensajeparaelduqueAlfric.—Primerodejadmevervuestrasarmas—gritóconvozmetálica—.Novieneporaquínadiequesea

desconocido.Holgerseencogiódehombrosparadisfrazarsuinquietud.Agachándose,sacóelescudodedonde

colgabaylodeslizósobreelbrazoizquierdo.Hugitiródelacubiertadelienzo.—Aquílotenéis.ElcaballerodeFaerieechóhaciaatráselcaballo,loespoleóycargó.—¡Defendeos!—gritóHugi.Saltóinmediatamentedelasilla—.¡Buscavuestravida!PapillonsaltóhaciaunladomientrasHolgerseguíatodavíaconlabocaabierta.Elotrojinetepasó

juntoaélconunsordoresonardecascos.Diolavueltayregresó,apuntandoconlalanzaalagargantadeHolger.

Entonces éste actuó guiado por reflejos ciegos. Bajó la lanza, estimuló a Papillon y levantó elescudoparadefenderse.Elcaballonegrosaltóhaciaadelante.Laformadelenemigoseacercabacadavezmás.Apuntabacon la lanzaal centrodeHolger.Eldanésbajóel escudoymovió lospies en losestribos.

Entrechocaronconunestruendocuyoecoserepitiódecolinaencolina.ElescudodeHolgerselehabíaaplastadocontraelestómago.Casihabíaperdidolalanzamientraslalanzabahacialaviseradelenemigo.PerolaotralanzaseastillóyelcaballerodeFaeriesebajódelasilla.Papillonseadelantó.Eldesconocidosepusoalacoladesucaballo.

Estabadenuevoenpie,eraincreíblequelohubierapodidohacerconlaarmaduracompleta,ysuespadaestábanlera.Todavíanoteníatiempoparapensar.Holgerhabíadejadoquesucuerpoactuaraporél,puessabíaloquehabríadehacer.Golpeóalenemigodesmontado.Laespadachocabaconlaespada.ElcaballerodeFaerielanzóuntajohacialapiernadeHolger.Eldanésparóelgolpeatiempo.Elmismodejócaersuhojasobreelcascodeplumas.Elmetalsonóyelenemigosetambaleó.

Elgolpedesdearribahabíasidodemasiadofuerte.Holgerdiounsalto,selequedóatrapadounpieenunestriboycayódeespaldas.Elextranjerosaltó sobreél.Holger lediounapatada.Denuevo,elsonidometálicoyelguerrerocayó.Gateando,ambossepusieronenpie.LaespadadelreciénllegadoresonócontraelescudodeHolger.Esteapuntóalcuello,tratandodeencontrarunajunturaabiertaenlasplacas.ElguerrerodeFaerieapuntabahaciaabajo,buscandolaspiernassinprotección.Holgerresbalóhacia atrás.El otro seprecipitó contra él, su espada sedesdibujópor la velocidad.Holger detuvo elgolpe enmitad del aire. El encontronazo sacudió susmúsculos.Al caballero de Faerie se le cayó laespada.Inmediatamente,sacóunadagayselanzóhaciaél.

Laespadaanchanoestabahechaparadarestocadas,peroHolgerviounaaberturadelantedeél,porencimadelagórgola,yselanzóhaciaelfrente.Saltaronchispas.Laformametálicaretrocedió,cayóderodillas,sedejócaerhastalahierbaconunúltimocrujidoysequedóquieta.

Sintiendovértigoyunestruendoensusoídos,Holgermiróasualrededor.Vioqueelcaballoblancohuíahaciaeleste.Vaacontárseloalduque,pensó.EntoncesHugisepusoabailaryacelebrarloasualrededor,mientrasAlianorasecogíaasubrazo,sollozabayexclamabaquehabíalibradolabatalladeunamaneraespléndida.

¿Yo?,pensó.No,esenofuiyo.Noséniunapalabradeespadasylanzas.

¿Peroentoncesquiénganóestapelea?Alianoraseinclinósobrelaformacaída.—No sangra —dijo con voz áspera—. Pero aun así está muerto, pues los fariseos no pueden

soportarelcontactodelhierrofrío.Holger recuperó el aliento. Su mente comenzó a aclararse. Vio sus errores; sí, debería haber

permanecido montado y utilizar su caballo como arma secundaria. Lo haría mejor la próxima vez.BrevementesepreguntóloqueutilizaríanenlugardelaceroloshabitantesdeFaerie—fariseos—,comoparecían llamarse, sin duda porque una población humana y letrada había confundido sus referenciasbíblicas. ¿Aleaciones de aluminio? Seguramente la magia podría servir para extraer aluminio de labauxita,berilio,magnesio,cobre,níquel,cromo,manganeso…

Aunque sin duda era cierto, la idea de un mago con un espectroscopio le resultó lo bastantedivertidacomopararecuperarelequilibrio.Sorprendióasuscamaradasalecharseareíracarcajadas.

—Pues bien—dijo, sorprendiéndose élmismounpocode su propia crueldad—.Veamos lo quehemosconseguido.

Se arrodilló y abrió la visera. El vacío se le quedómirando. La armadura estaba hueca. Debióestarlotodoeltiempo.

7Faerieparecíaunaselva,concolinas,bosquesyvallessincultivar.HolgerpreguntóaHugi,quese

sentíamuyacobardado,quedequévivíansushabitantes.Elenanoleexplicóqueobteníanconmagiaunapartedelacomidaylabebida,otrapartedelosreinosdelMundoMedioqueleerantributarios,yquetambiéncazabanalgodelosanimalesfantásticosquemerodeabanporsusdominios.Todosellosparecíanser guerreros y brujos, dejando que hicieran el trabajo físico los esclavos que habían tomado de losgoblins,koboldsyotrastribusatrasadas.ElinterrogatoriodeHolgerrevelóquelosfariseosdesconocíanlavejezylaenfermedad,ytambiénquecarecíandealma.Holgerpensóquenoseríanlacompañíamásagradablequepudieraimaginarse.

Intentandoencontrarunabasemental sólida,yolvidándosede la armadurahuecaqueyacía enelcampo de asfódelos, comenzó a teorizar. Sólo tenía un conocimiento preciso de la física y lasmatemáticas, pero era capaz de realizar algunas conjeturas inteligentes. ¡Este mundo debía tener unaexplicaciónracional!

Tantolassimilaridadesconsuhogar,comolasconstelaciones,comolasdiferencias,talescomolasqueahoralerodeaban,descartabanlaposibilidaddequefueraotroplanetaenelespacio.Esdecir,enelmismoespacioqueel suyo.Las leyesordinariasde lanaturaleza,como lagravedady lacombinaciónquímica, parecían funcionar; pero era evidente que aquí existían cláusulas que permitían… bueno, lamagia. Resultaba concebible que lamagia no fueramás que un controlmental directo de lamateria.Inclusoenelmundodelqueprocedíahabíapersonasquecreíanenlatelepatía,telequinesis,etc.Quizáen este mundo, bajo ciertas condiciones, las fuerzas mentales pudieran ser más poderosas que lasinorgánicas…Cuandosuspensamientos le llevaronhastaesepunto,sediocuentadequenoestabaenpartealguna,sinoquesimplementehabíadadounnombrediferentealamismaseriedefenómenos.

Puesbien,seacomosea,¿dóndeestaba?¿Oseríamejorpreguntarcuándoestaba?¿EnotraTierra?Quizádosobjetospudieronocuparelmismoespacioalmismotiemposinqueseprodujeranrelacionesentreunoyotro.Loquesignificabaquepodíanhacerlodosuniversosllenosdeestrellas.Ounnúmerocualquiera de universos.Había caído en uno de ellos: con un paralelismo tan grande con respecto alsuyo,apesardelasdiferencias,queteníaqueexistiralgunavinculaciónentreellos.¿Perocómo?

Suspiróyabandonó.Ocuparseprimerodeloprimero.Ahoramismoteníaquemantenersevivoenunatierraenlaquemuchosseresbuscabanaunoquellevabalostrescorazonesylostresleones.

Enlaluzcrepuscularfueapareciendolentamenteelcastillo.Losmurosseelevabanhastaunaalturadevértigo,lostejadoserantodocumbresyángulos,rematadosenelevadísimasydelgadastorres:eradeunabellezasalvaje,comoladelhieloenunbosqueinvernal.Lapiedrablancaparecíaestarhechacomounencaje,ysertanfrágilqueelalientopodríadeshacerla,peroalacercarseHolgerpudoverloenormesque eran losmuros.Un foso rodeaba la colina sobre la que se erguía el castillo, y aunqueningún ríovaciabaallísusaguas,elaguadabavueltasinterminablementeresonandocomocampanillas.

Nolejosdeallíhabíaotracolinacubiertaderosas,medioocultaenlascorrientesdeniebla,peroqueparecíatenerlaformadelpechodeunamujer.Hugiseñalóhaciaella.

—AllíestálaColinadelElfo—dijoenvozmuybaja—.Allídentro,loselfoscelebransusfiestasdesconocidasysalenparabailarenlasnochesiluminadasporlaluna.

AlfondohabíaunbosquetanoscuroqueHolgerapenassipodíaverlosárbolesqueseextendíanhaciaelnorte,elsuryeleste.

—AllíenMirkwoodlosseñoresdelosfariseoscazangrifosymanticoras—susurróHugi.Desde el castillo, lejano y frío, resonó una trompeta, cuyo sonido se parecía al de las aguas al

precipitarse.Yanoshanvisto,pensóHolger.Dejócaerunamanohaciasuespada.Alianora,aleteando,bajójuntoaéladoptandosuformahumana.Teníaunaexpresióngrave.

—Tú yHugi…—se detuvo para aclararse la garganta—.Me habéis guiado hasta aquí, y os loagradezcomilveces.Peroahoraseríamejorqueosfuerais.

Alianoraselequedómirandounmomento.—Nanay—dijoenseguida—.Creoquenosquedaremosunrato.Alomejorpodemosayudar.—Nosoynadieparavos—dijoconvozvacilante—.Nadamedebéisyyoosdebomásdeloque

podrépagarosnunca.Losojosgrisespermanecieronserios.—Semevienealamentequesoisalgomásquenadie,aunquevosnolosepáis—murmuróella—.

Tengounasensaciónsobrevos,sirHolger.Asíqueporlomenosyomequedaré.—Puesbien—exclamóHugiconvozampulosa,aunquenodemasiadofeliz—.Nopensaréisquevoy

avolvermecomouncobardeahora,¿no?Holgernolespresionó.Habíacumplidoconsudeberalofrecerlesunaexcusaparaquesefueran;¡y

porDiosquesealegrabadequenolahubieranaprovechado!Seabrieronlaspuertasdelcastilloy,sinhacerruido,descendióunpuentelevadizo.Lastrompetas

volvieronasonar.Salieronarecibirleunosjinetesconestandarteyblasón,penachodeplumasylanza.Holgertiródelasriendasyesperó,sujetandofuertementeconlamanolalanza.AsíqueéstoseranlosseñoresdeFaerie.

Iban vestidos con unos colores que parecían luminosos sobre el fondo crepuscular, carmesíes,dorados,moradosyverdes,peroeltonodecadaprendabrillaba,destellabaycambiabadeunmomentoal siguiente. Algunos llevaban cota demalla, o placasmetálicas plateadas elaboradamente formadas;otrosllevabantúnicasycoronas.Eranaltosysemovíanconunagracialíquidaqueningúnserhumanopodría repetir, ni siquiera un felino. Una arrogancia fría era la nota predominante de sus rasgos,extrañamentemodelados,depómulosaltos,naricesextendidashacialosladosybarbillaestrecha.Erande piel blanca, de cabellos largos y finos color azul plateado, lamayoría de los hombres imberbes.Cuando se acercaron lo suficiente,Holger pensó al principio que eran ciegos, pues sus ojos oblicuosmostrabanunvacíoazulado.Peroprontosediocuentadequelavistadeestoseramejorquelasuya.Eljefesedetuvoehizounapequeñareverenciadesdeelestribo.

—Bienvenido,señorcaballero—dijo.Eraagradableescucharsuvoz,puesseparecíamásaladelcantoquealadelhabla—.SoyAlfric,duquedeAlfarlandenelreinodeFaerie.Noesfrecuentequelosmortalesvenganasaludarnos.

—Os loagradezco,miseñor—dijoHolger,observandoquedesus labiossalíanporsí solas lasfrasescorteses—.LabrujaMadreGerd,quecreoesunahumildesiervavuestra,meencomendóavuestragracia. Pensó que vuestra sabiduría podría solucionar una aflicción mía, por lo que vengo aquí asuplicaroselfavor.

—Ah, ¿eso es? Habéis hecho bien en venir, entonces. Os ruego que vos y vuestros servidorespermanezcáisaquítantocomoosplazcaymeesforzaréporayudarauncaballerodevuestraposicióncontodoelpoderquepuedatener.

¿Miposición?,reflexionóHolger,noolvidandoque lacriaturaque lehabíaatacadoerasindudadelduque.Lostrescorazonesy los tres leonesnoparecíansermuypopularesenelMundoMedio.LacuestiónerasiAlfricentendíaahoraqueHolgernoeraelhombrealquequeríamatar.Ytantosilosabíacomosino,¿quéseocultabatraseserostrolisoyfrío?

—Agradezcovuestragracia—exclamóHolgerenvozalta.—Medueletenerquepedirosquedejéisfueralacruzyelhierro,peroyaconocéisladesafortunada

debilidaddenuestraraza—dijoAlfricentonocortés—.Masnotemáis,queacambioseosdaránarmas.—Nadatengoquetemer,miseñor,envuestrobaluarte—dijoHolger,einmediatamentepensóquese

estabaconvirtiendoenunmentiroso.—Yocuidarédevuestrascosas,Holger—dijoAlianora—.Detodasformasibaaquedarmefuera.

Alfricylosotrosfariseosgiraronhaciaellasusojosdemiradavacía.—Estaesladoncella—cisnedelaquehemosoídohablar—dijosonriendoelduque—.No,bella

dama,malosanfitrionesseríamossinoosofreciéramosuntecho.Alianoraagitócontenacidadlacabeza.Alfricfruncióelceño.—¿Rechazaréisnuestrainvitación?—preguntó.—Asíes—contestóAlianoracontonointempestivo.—Yyomequedaréfueraconella—seapresuróaañadirHugi.—No,entrarásconsirHolger—dijolajoven.—Pero…—empezóadecirHugi.—Yamehasoído—lecortóAlianora.Alfricseencogiódehombros.—Sideseáisuniosanosotros,sircaballero—dijoconunlevegesto.Holgerdescendiódelcaballoysequitólaarmadura.Losfariseosmiraronhaciaotroladocuando

tocósusarmasdeempuñaduraenformadecruz.Papillonrelinchóycontemplóloscaballosdelosotros.Alianoracargóelequipoenelcorcelylotomóporlarienda.

—Os esperaré en el bosque —dijo, llevándose al caballo. Holger siguió mirándola hasta quedesapareció.

El grupo entró en el baluarte.Dentro se extendía un anchopatio, con árboles, lechos de flores yfuentes cantarinas, conmúsicayun fuerte olor a rosas en el aire.Holger vioque, delante del torreónprincipal,lasdamasdeFaenesehabíanreunidoparaobservarlotodo.Duranteunmomentoseolvidódetodolodemás.¡PorJudas!Merecíalapenacruzarvariosuniversossóloparavereso.Confundido,leshizounareverencia.

Alfricledijoaunesclavogoblindecortaestaturaypielverdequelecondujeraasusaposentos.—Leesperaremosparalacena—dijograciosamente.Holger, conHugi trotando tras él, cruzó corredores laberínticos, altos, abovedadosy ligeramente

brillantes.Atravésdelaspuertasenformadearcopudovislumbrarhabitacionesquerefulgíanporlasjoyasquecontenían.Evidentemente,pensótratandodemantenerelequilibrio,quienescapazdeconjuraresascosasysacarlasdelaire…

Subiendo un tramo de escaleras largo y curvo llegaron a otro salón, y de allí a una serie dehabitacionesqueparecíansacadasde lasMilyunanoches.Elgoblinsaludóhumildementey lesdejósolos.Holgermiró a su alrededor, a las alfombras brillantes, losmosaicos de piedras preciosas, loscolganteshechosconpañodeoro,lasventanasdelasgaleríasquedabanaextensosjardines.Losciriosardían con una luz clara que no ondulaba. De un muro colgaba un tapiz cuyas figuras cambiabanlentamente,representandounahistoria,yHolgerapartódeallílamiradaconunligeroestremecimiento.

—Afeq’aquíselosabenvivir—afirmóHugi—.Perolodaríatodopaestardenuevobajomiviejoroble.Hayaquíalgomaligno.

—Sin discusión—dijoHolger, entrando en un baño que le ofrecía todas las comodidades de suhogar, como jabón, agua caliente corriente, tijeras, navaja de afeitar, un espejo de cristal, y que sinembargonoteníanadadesuhogar.Apesardeellosaliódeallísintiéndosemuyrecuperado.Sobreellechohabíaunvestidoquedebíaestarpensadoparaél;cuandoselopuso,lequedabacomosifueraunasegundapiel.Mangasdesedahastalasmuñecas,chalecodesaténmorado,mediascarmesí,mantoazulcorto, calzado de terciopelo negro, todo enhebrado con oro y joyas, terminado en suaves y extrañaspieles,loqueelevóaúnmássumoral.Enunaesquinaobservóquehabíaunequipomilitar,incluyendouna espada cuyaguarda tenía la formadeuna luna creciente.Era un educado rasgodeAlfric, aunquenadiepodríallevararmasaunacena.

—Oh, buena figura tenéis, sir Holger —exclamó Hugi con admiración—. Vais a tener quedefenderosdelasdamasdeFaene.Puessedicequesonporaquímuybesuconas.

—Megustaríasaberporqué todosson tanamigables—dijoHolger—.¿Acaso losfariseosnosellevanmal,comomínimo,conlahumanidad?¿PorquéAlfricseportaráasíconmigo?

—Quiénsabe.Aversiestodounatrampa.Alomejorledivierteseramable.EsimposiblesaberloquelasgentesdeFaeriepensaránoharán.Noseconocenasímismos,nilesimporta.

—Mehacesentirmeculpabledejarteatiaquísentado,yaAlianoraallífueraenelbosque.—Ah,metraeránalgoquecomer,yellaestarámásfelizallí.Séloqueestarápensando.Yoestoy

aquíparaayudaros,yellasequedafueraparahacerloquepuedasisepresentalanecesidad.Apareció un goblin que anunció obsequiosamente que la cena estaba servida.Holger le siguió a

travésdeunossalonesdecolorazulhumollegandohastaunacámaratanenormequeapenaspodíavereltecho ni el final. Las damas y señores de Faerie que rodeaban lamesa parecían un arco iris que sehubierafundido.Esclavosnohumanoscorríanporallí,lamúsicaprocedíadealgunaparte,lacharlaylasrisasseelevabansobreunsilencioque,dealgunaformamágica,noseveíainterrumpido.CondujeronaHolgerhastalaizquierdadeAlfríe,sentandoalotroladoaunajovenalaquepresentaronconelnombredeMeriven.ElimpactodelrostroylafiguradeéstafuetalqueHolgerapenaspudoescucharelnombre.Trasinclinarseanteella,sesentóytratódeiniciarunaconversación.

Ella respondía fácilmente, apesarde lo endeblesqueeran sus esfuerzos.Por loqueoía,Holgercomprendíaqueaquí laconversacióneraunbelloarte: rápida, ingeniosa,poética,cínica,siempreconunaindicacióndedelicadamalicia,siempreconunasnormasmuyelaboradasquenisiquieraempezabaaentender.Pensóqueunos inmortalesqueno teníanotracosaquehacersalvocazar,practicar lamagia,intrigarylibrarguerrasacabaríanpordesarrollarunasofisticaciónfueradetodamedida.Allínohabíanoídohablardelostenedores,perolacomidaylosnumerososvinosconstituíanunasinfonía.SiMerivennoledistrajeratanto.Eralaclásicasituacióndeembarrasderichesses.

—Verdaderamente sois un hombre audaz al aventuraros hasta aquí—dijo ella con suave voz ysosteniendolamiradadeHolgerconesoscuriososojosque,enella,yanoleresultabanmolestos—.Laestocadamortalquedisteisavuestroenemigo,ah,¡quéhermosa!

—¿Lavisteis?—preguntóélsorprendido.—EnelPozoNegro,sí.Osvi.Encuantoasisóloestábamosbromeandooqueríamosvuestravida,

sirHolger,noseríabuenoqueunhombrejovenconocierademasiado.Unpocodeasombrolemantienealejado de la estupidez—dijo riendo dulcemente—. ¿Pero qué os trajo aquí?Holger sonrió antes deresponder:

—Tampocounajovendamadeberíasaberdemasiado.—¡Ah, cruel! Y sin embargo, me alegra que vinieras—dijo, utilizando el tratamiento íntimo—.

¿Puedo dirigirme a ti así, hermoso sire? Existe una afinidad de espíritu entre nosotros, aunque nosencontremosenguerradevezencuando.

—Soismimásqueridaenemiga—dijoHolger.Ellabajó lospárpados,mostrandoconsusonrisaque apreciaba aquello. También Holger tendía a bajar los ojos. ¡Qué cuello tan hermoso tenía ella!Holgerbuscóensumentemáspalabrasque robarleaShakespeare.Lasituaciónhabíavueltoalordennormal.

Siguieronelflirteodurantetodoelbanquete,quepareciódurarhoras.Después,elgrupoacudióabailaraunsalón todavíamásgrande.Encuantocomenzó lamúsica, elduqueAlfric se llevóaparteaHolger.

—Venid conmigo unmomento, si os parece, buen señor. Serámejor que hablemos enseguida devuestro problema, los dos solos, para que pueda pensar en ello un tiempo; pues preveo que nuestrasdamasosdaránescasapaz.

—Agradezco vuestra gracia—le dijo Holger con algo de malhumor, pues precisamente en esemomentonodeseabarecordarlarealidad.

Caminaronhastaunjardín,encontraronunbancobajounluminososauceysesentaron.Unafuente

hacíabailarelaguaanteellos,pordetráscantabaunruiseñor.Conunmovimientoflexible,Alfricapoyólaespaldadesucuerpovestidodenegro.

—Expresadvuestrodeseo,sirHolger—ledijo.Bien, era inútil retener nada. Si el fariseo tenía el poder de retornarlo a su lugar y tiempo,

probablemente tendría que conocer toda la situación. ¿Pero dónde empezar? ¿Cómodescribir todo unmundo?

Holgerhizotodoloquepudo.Alfricleguiabaocasionalmenteconinteligentespreguntas.Elduquenuncamostrabasorpresa,aunqueal finalparecíasumidoensuspensamientos.Apoyó loscodosen lasrodillasyextrajolahojademetalblancoquellevabaenelcinto.Mientrasledabavueltasunayotravez,Holgerpudoverlainscripciónquellevabaenlahoja.LaDagaArdiente.Sepreguntóloquesignificaríaaquello.

—Esunextraño relato—dijoAlfric—. Jamáshabíaoídounoque lo fuera tanto.Y sin embargo,creoquelaverdadseencierraenél.

—¿Podéis…podéisayudarme?—Nolosé,sirOlger…pues,sinoosimporta,asíescomomesiguepareciendonaturalllamaros.

Nolosé.Comocualquierbrujooastrólogosabe,haymuchosmundosenelespacio,peroelconceptodeuna pluralidad de universos es diferente, sólo cabe sospecharlo por lo que dicen algunas antiguasescrituras.SiosheescuchadosinqueelasombrosedejaratransluciresporqueyomismoheespeculadoqueotraTierracomolaquevosdescribísdebeexistirenrealidad,siendo lafuentede losmitosy lasleyendas, como las que hablan de Federico Barbarroja, o las grandes canciones épicas sobre elemperadorNapoleónysushéroes.

Comosihablaraparasímismo,Alfricmurmuróunoscuantosversos:

GerardUvaillant,nostrebirganmagnes,tresanstutpleinsadestédierEspagneCombatlantcontrelaGrandeBretagne.

Después,HolgerpudoverqueAlfricsufríaunasacudiday,conmayorviveza,dijo:—Invocaréespíritusquepuedandarosconsejo.Sinduda,esotardarátiempo,peronosesforzaremos

para mostraros nuestra hospitalidad. Pienso que tenemos buenas esperanzas de acabar obteniendo eléxito.

—Soisexcesivamenteamable—dijoHolger,sintiéndoseabrumado.—No—contestóAlfricconunmovimientodelamano—.Vosotroslosmortalesnosabéislotediosa

quepuedellegaraserunavidaenlaquenosemuere,ylaalegríaquenosproduceundesafíocomoéste.Soyyoelquedeberíadaroslasgracias.

Selevantóysofocóunarisita.—Yahora,imaginoquedeberíaisvolveralbaile.Queosdivirtáis,amigomío.Holger regresó al salóndebaile llenode alegría.Había juzgado con excesiva rapidez alMundo

Medio.Nadiepodíasermásamableocortésquelosfariseos.¡Legustaban!Merivenseapartódeotrasdamasencuantoélentróenelsalóndebaile.Secogiódesubrazoy,con

untonodeastuciaensuvoz,ledijo:—Noséporquéhagoesto,sircaballero.Osvaissindecirunapalabraymedejáisolvidada.—Tratarédecompensaros—contestó.

Lamúsicaélficalerodeabayentrabaenél.Noconocíalosbailesdemajestuosasfigurasqueveía,peroMerivencaptóel fox trotenseguida.Nuncahabía tenidoHolgerunacompañeramejor.Noestabasegurodecuántoduróelbaile.Salieronaljardín,bebierondeunafuentedevino,rieronynoregresaron.Elrestodelanochefuemuchomásplacenteraquecualquieraquehubierapasadonunca,oinclusomás.

8Nohabíaallíningunamañanaotardeauténtica,nidíanioscuridad;sushabitantesparecíanvivirde

acuerdo con sus caprichos. Holger despertó lentamente, lujuriosamente, y se encontró solo de nuevo.Exactamenteenesemomentoseabriólapuertayentróungoblinconunabandejadedesayuno.Debieronutilizarlabrujeríaparaconocersusgustospersonales:noeraunabsurdodesayunocontinental,sinounabuena bandeja americana de jamón con huevos, tostada, tortas de alforfón, café y zumo de naranja.Cuandoestuvolevantadoyvestido,entróHugiconaspectopreocupado.

—¿Dóndeestuviste?—preguntóHolger.—Ah, dormí en el jardín.Me parecía lo más correcto cuando vos estabais, bueno, ocupado—

explicó el enano sentándose en una banqueta, comouna incongruentemanchamorena entre todo aqueloro,escarlataypúrpura.Sequedótirándosedelabarba—.Nomegustaelairedeaquí.Algovamal.

—Tienes prejuicios—respondió Holger. Sobre todo estaba pensando en una cita que tenía conMerivenparapracticarlacetrería.

—Ay,puedehacercualquiercosaparaasombrarosyutilizar todo tipodebuenosvinosyfrívolasjóvenes—gruñóHugi—,peroapenassiexisteamistadentreloshombresyFaerie,ymenosahoraenqueCaossepreparaparalaguerra.Encuantoamí,veoloqueveo.Yestoesloqueespiécuandoestabaenvuestrojardín.Grandesdestellosdelucesdesdelatorremásalta,unafigurademoníacaquepartíaconelhumo,yunapesteabrujeríaquesemetióenmishuesos.Después,desdeeloeste,llegóprecipitadamenteotrafiguravolante,aterrizóen la torreysemetiódentro.PiensoqueelduqueAlfricha llamadoensuayudaaalgosobrenatural.

—Claro,porsupuesto—respondióHolger—.Asímedijoqueloharía.—Divertios—murmuróHugi—.Alegraosenlabocadellobo.Perocuandovuestrocuerpomuerto

estéallífueraparaqueselocomanloscuervos,nodigáisquenooshabíaadvertido.Una objetividad tenaz obligó a Holger a considerar las palabras del enano mientras bajaba las

escaleras. Ciertamente, podía tratarse de una estratagema para mantenerlo apartado hasta que fuerademasiado tarde… ¿Demasiado tarde para qué? Seguramente si pensaban hacer algo malo podíanapuñalarlooenvenenarlo.Elhabíavencidoaunodesuscampeones—quienprobablementesólolehabíaatacadoporquellevabalasarmasdelmisteriosopaladíndeloscorazonesylosleones—,peronopodríavencer a una docena de enemigos. ¿O sí podría? Dejó caer la mano sobre la espada de Faerie. Leresultabaconsoladortenerla.

Comoallíeltiempoapenasexistía,Merivennohabíafijadounahoraconcretaparalacita.Paseódespaciosamenteporelsalónderecepciónprincipal.Alcabodeuntiempopensóquepodríabuscaralduquepacapreguntarlesihabíaalgunanoticiasobresuproblema.Preguntandoaunesclavokobolddeaspectosombrío,Holgerseenteródequelashabitacionesdelamoestabanenelalaseptentrional,enelsegundopiso.Silbandoalegremente,subiódetresentresescalonesuntramodeescalera.

Enelmomentoenquellegabaalrellano,Alfricyunamujersalíandeunapuerta.Apenassipudoverla,porquerápidamenteellavolvióaentrar,peroHolgerquedóasombrado.Estemundoparecíallenodemujeresatractivasyextraordinarias.Erahumana,másaltaydecuerpomás llenoque lasdamasdeFaerie,decabelloslargosyoscurosrecogidosbajounacoronadeoro,conunvestidodesaténblancoquellegabahastaelsuelo.Surostroerapálidocomoelmarfil,denarizcurva,yhabíaunaarroganciaenloslabiosrojosyensusojosbrillantesdecoloroscuro.Elduqueeraunhombreafortunado.

Alverlo,elceñodeAlfricsesuavizó.—Buenosdías,sirHolger.¿Cómooshaido?—preguntóhaciendounareverenciaymoviendolas

manosencuriosospases.—Excelentemente,miseñor—respondióHolger,haciendoasuvezunareverencia—.Confíoenque

tambiénvos…—Ah,aquíestáis,malvadomío.¿Pensabaisescapardemí?—preguntóMeriven,tomandoaldanés

por el brazo. ¿De dónde diablos habría aparecido?— Venid, los caballos están listos, tenemos quepracticarlacetrería.

Le sacó de allí antes casi de que pudiera respirar. Lo pasaron bien, soltando sus halcones a lasgrullas, a los pavos reales silvestres y a presasmenos conocidas. Todo el tiempo,Meriven charlabaalegrementeyélteníaquereírdeloquedecía.Laanécdotasobrelacazadelbasilisco…bueno,quizánofueraadecuadaparaunacompañíamixta,peroresultabadivertida.Holgerhabríadisfrutadomuchomásdenoserporquelamemorialeestabapreocupandonuevamente.Esamujerdelduque…¡maldición,éllaconocía!

Sólolahabíapodidovermomentáneamente,perosuimagenseconservabafijamenteensuinterior.Sabíaquesuvozseríabajaysusmanerasarrogantes,caprichosas,unasvecesamablesyotrascrueles,pero todos sus estados de ánimo no seríanmás que una iridiscencia de la superficie de una voluntadintransigente.Meriven parecía bastante pálida en comparación con… con… ¿cuál era su nombre?—Estáistriste,miseñor—ledijolajovenfariseacogiéndoleunamano.

—Oh,no.No.Sóloestabapensando.—¡Qué desagradable sois! Venid, dejadme que haga un encantamiento para expulsar vuestros

pensamientos,quesonloshijosdelapreocupaciónylospadresdelapena.Meriven cogió una rama verde de un árbol, la dobló e hizo unos gestos acompañados de unas

palabras.Seconvirtióenunarpairlandesaquetocómientraslecantabacancionesdeamor.Loacunabanagradablemente,pero…

Cuandodenuevoseacercabanalcastillo,ellalecogiósubrazoylehizounaseña.—¡Mirad!—dijoconpronunciaciónsibilante—¡Ununicornio!Sonyararosporestoslugares.Elpudoveralhermosoanimalblancoquesemovíaentrelosárboles.Elcuernoselehabíaquedado

atrapadoentreunasmatasdehiedra.Perounmomento.Escudriñóa travésde lamedia luz.¿Nohabíaalguienquecaminabaasulado?Merivensepusotensacomounapantera.

—A ver si podemos acercarnos—susurró. Su caballo se adelantó aunque los cascos no hacíanningúnruidosobrelatierra.

El unicornio se irguió,miró hacia atrás y los vio, y se perdió como si fuera una rápida sombrabrillante.Meriven soltóun imaginativo juramentoquenoparecíapropiodeunadama.Holgernodijonada,porquehabíavistoquiénacompañabaalanimal.Porunmomento,susojossehabíanencontradoconlosdeAlianora.Peroahoratambiénellasehabíaido.

—Bien, desgraciadamente así es la vida—dijoMerivenvolviendo junto a él para que siguierancabalgandojuntos—.Noestadtriste,miseñor.Quizápodamosformarluegounapartidadecazaycogeralanimal.

Holgerpensóquelehubieragustadosermejoractor.Nodebíapermitirqueellasospecharaque,depronto,aumentabansussospechas.Almismotiempo,teníaquepensarloto—dobien.NoesquetuvieraningunarazónnuevaparapensarmaldeFaerie:perolasimplevistadeAlianorahabíadesencadenadoalgoenél.NecesitabaelconsejodeHugi.

—Simeperdonáis,miseñora,iréabañarmeantesdelacena.—Oh,mibañoeslobastantegrandeparalosdos,yparaalgunasdiversionesdelicadasquepuedo

enseñaros—ofrecióella.AHolgerlehubieragustadoteneruncascoqueletaparalosoídos.Sesentíaincandescente.—Tambiénmegustaríadormirunpoco—dijo torpemente,y luego levino la inspiración—:debo

estarenlasmejorescondicionesparavosmástarde.Haytantacompetencia.Decidióretirarseantesdequeellapudierainsistir,yregresóasusapartamentoscasialacarrera.

Hugilemiródesdelacamaenlaqueestabaacostado,enroscado.Holgerseinclinóhaciaelenano.

—Estamañana vi a unamujer—le dijo inmediatamente, en voz baja; y la describió, no por elpequeñomomentoenquehabíapodidoverla,sinoporunrecuerdoqueparecíaextendersealolargodemuchosaños—.¿Quiénesella?

—Bueno…—empezó a decirHugi frotándose los ojos—.Es como si hubierais visto a la reinaMorgana le Fay. Quizá fuera ella la que vino desde Avalon la noche pasada invocada por Alfric.Entoncesconseguridadquehaymagianegra.

¡MorganaleFay!Esoera.Holgerlosabíaconunacertezaqueestabamásalládelconocimiento.YAvalon,sí;habíavistouna isladeavesyrosas,dearcoirisyencantamientos…¿Perodónde,cuándo,cómo?

—Habíamedeella—lepidióconurgencia—.Todoloquesepas.—Ah,¿esaeslaamantequeanheláis?Noesellaparagentescomovos,compañero,nitampocopara

elduqueAlfric.Nopongáisvuestrosojosdemasiadoaltosnovayanaquedarcegadosporelsol.Omejortodavía,novayalalunaagolpearosydejarossinmente.—¡No,no,no!Tengoquesaber,esoestodo.Quizápuedaaveriguarporquéestáellaaquí.

—Bien,no…nosémucho.Avalonestálejos,lejosenelocéanodeloeste,unapartedelmundodela que por aquí sólo conocemos relatos de \ieja. Sin embargo, todos saben que Morgana le Fay eshermanadeArturo,elúltimogranreyde losbritanos,yqueenella lavetadeFaeriede la familiaesfuerte y salvaje. Ella es la más poderosa bruja de la cristiandad o del paganismo, y no puedeencontrárseleigualenelMundoMedio.Inmortal,loes,eigualmentecaprichosa;nadiesabesiestáconlaLeyoconCaos,osóloconsigomisma.HayquienesdicenquesellevóaArturocuandofuegravementeheridoparacurarleymantenerlehastaquelellegaraelmomentoderegresar.Perohayotrosquedicenqueesosólofueunamalvadaexcusapararetenerloeimpedireseregreso.Laverdadesquenomealegraestarbajoelmismotechoqueella.

Seguía sin pruebas.Morgana podía haber venido aquí para ayudar a Alfric con el problema deHolger,opodíahabersedetenidoenunviajequenoestabarelacionadoenabsolutoconel tema.Peroparecíaextraño.

Ungoblinentróenlacámara.—Elbuenduquedaunafiestaparalosservidoresdelcastillo.Ytú,enano,estásinvitado.—Bien…—dijoHugitirándosedelabarba—.Teloagradezco.Peronomesientomuybien.Elgoblinenarcólascejasdepiladas:—Lotomaránamalsiestropeaslafiesta.HugiintercambióunamiradaconHolger.Esteasintió.Quizáfueraunaestratagemaparaapartaral

enano,pero,aunquefueraasí,noparecíahaberningúnmediodeevitarlo.—Ve—dijoHolger—.Quelopasesbien.—Deacuerdoentonces,cuidaos.Hugisaliótrotandodetrásdelgoblin.Holgerencendióunapipaysetumbóenelbañoquesehabía

preparado, para pensar. Se sentía como si estuviera cogido en una tela de araña. Muy delicada,encantadora, pero de la que no podía salir. Por unmomento, el pánico le sobrecogió y quiso gritar yecharacorrer.Pero reprimió lasensación.Demomentonopodíahacerotracosaqueseguiradelante.Todassussospechassebasabanentanpoco…peroaunasí.

Habíanpreparadoparaélunanuevapartidadecaza.Sevistió.Loslazosyhebillassecerraronellossolos.Apenashabíaterminado,cuandoelpomodelapuertaseconvirtióenunoslabiosmetálicosydijocortésmente:«Sugraciaelduquelepidepermisoparaentrarensupresencia.»

—¡Cielos!—exclamóHolger.Recuperándose,añadió—:Po…porfavor,entre.Eraevidentequelosesclavos,sinqueselesnotara, ibanyveníansinpreguntar,mientrasquelos

miembrosdelaclasealtarespetabanlaintimidaddelosdemás.Entróelfariseo,conunrostroblancosonriente.

—Traigo buenas noticias.He conferenciado con diversos poderes y parece existir una excelenteoportunidaddedevolverosavuestrolugar.

—No…no…nosoycapazdeexpresarlemiagradecimiento—dijoHolgertartamudeando.—Necesitaremos algún tiempo para reunir lo necesario para el hechizo —añadió Alfric—.

Entretanto,creoquenecesitamosunadiversiónespecial.SecelebraráunentretenimientoenlaColinadelElfo.

—¿Cómo?Ah,sí.Hevistoellugar.—¿Nosvamosentonces?—preguntóAlfric,cogiéndolodelbrazo—.Osgarantizoquepasaréisunas

horasentretenidas.Loselfossabendaralegríaaunhombre.Holgernosesentíaconganasdeunaorgía,peronoteníamodoalgunoderechazarla.Bajaronlas

escaleras.Loshabitantesdelcastilloseestabanreuniendo,untorbellinoronroneantedecolorescruzabalossalonesysalíaalpatio.MerivenseadelantódeentreellosyAlfricpusoaHolgerensusmanos.—Osacompañaréhastalacolina—dijoella—.Notengoningúndeseodequealgunaelfosequedeconvos.

—¿Peronovatodoelmundo?—preguntó.—Primeroiremosvosyyo.Losotrosiránmástarde.Comoveis,todoestáplaneado.Holgerpensóentrampasmortalesydesechólaidea,porqueunodelossuyosestaríaconél.La procesión salió por las puertas, cruzó el puente y se dirigió a través de los prados hacia los

rosalesde laColinadelElfo.Tras él iban losguerreros a lomosde sus caballos, con los estandartesrevoloteando sobre las lanzas, losmúsicos tocando cuernos, arpas y laúdes, cien señores y damas deFaerie,quebailabanalacercarsealmonte.Holgerescuchóentoncesunamúsicaqueseelevabacomorespuestaaladeellos.Undulcesonidoaflautasqueentrabaensusangreyagitabasucabeza.SonrióaMeriven, presa de una ansiedad inmediata, y ella le devolvió la sonrisa y se colgó de su brazo. ElcabellosueltoyclarodeMerivensecruzabamovidoporelvientosobreelrostrodeHolger,cegándoleamedias, y pudo captar su perfume, semejante a un vino fuerte. Vieron la colina. Entre las trenzas deMeriven,Holgervislumbróunaslucesoscilantessobrelascualesseerguíanloshuecosnegrosdeunasfigurasaltas.Lamúsicahacíaqueselemovieranlospies,nopodíaesperar.

Unoscascosatronaronla tierra.Uncaballorelinchó,fuerteycolérico.Aldarse lavuelta,HolgervioaAlianoramontadaenPapillonquesalíaalgalopedelosbosques.Surostroestabadistorsionadoporelterror.

—¡Holger!¡No,Holger,noentréisahí!

9Tras él,Alfric gritó unamaldición.Una lanza destelló en el aire, no dándole pormuypoco a la

joven.Holgersequedóinmovilizadoporelasombro.—¡Llevadloalacolina!—gritóAlfric.Meriven tiró de su brazo.Tres fariseos se adelantaron como jugadores de fútbol.Depronto, una

rabiaestallóenHolger.Selanzóalencuentrodeéstos.Recibióalprimeroconunfuertegolpe,dejándolocaer con un gruñido y quedarse tumbado e inmóvil.Movió en círculo el puño derecho arrastrando aMeriven, y aplastó otro hermoso rostro. Al tercer guerrero lo esquivó. Apareció ante él un jinete,poniéndolelalanzacasienlascostillas.EntoncesHolgersesoltódeMeriven,lalevantóporencimadelacabezaylalanzócontraelpechodeljinete.Amboscayeronporencimadelagrupadelcaballo.

Tres caballeros se habían acercado aAlianora. Papillon se puso demanos y, golpeando con laspatasdelanterasderribóaunodesusilla.Girando,elenormesementalnegromordióaotrocaballodeFaerie,quelanzóunrelinchoysemarchóalgalope.EltercerjineteselanzócontraAlianora.Estasacósuespadayloderribóalsuelo.

—¡Ay!—gritóalverquehabíasaltadocasialosbrazosdeunseñorfariseovestidodeterciopelo.Estelasujetabaysonreíacuandoellatratabadeliberarse.Perodeprontososteníauncisne.Yloscisnestienenuntemperamentocruel.

—¡Ay!—gritabacuandoelcisnelepicoteabaenlosojos—¡Aayyy!—añadiócuandoungolpedealacasilerompelamandíbula—¡Ayuda!—gritófinalmentecuandoellalemordióundedo,ysoltándolaescapó.

LosseñoresdeFaeriesearremolinaronalrededordeHolger,cortandoyempujandosucuerposinarmadura. Estaba demasiado excitado para sentir las heridas. Una parte remota de sí mismo semaravillabade lasuerte increíblequelepermitíasalirdeaquelloconheridasmenores.¿Seríasuerte?Golpeóconlosnudillosalmáscercanodesusenemigos,learrebatólaespadaycomenzóadartajosasualrededor.La hoja eramás ligera que el hierro, podíamoverla conuna solamano, pero el borde eraafilado.Uno que portaba un hacha apuntó a su cabeza, desprovista de protección.Con lamano libre,Holger la cogió por elmango, se apoderó de ella y se lanzó contra los fariseos armados de hacha yespada.Papillonatacóalamultituddesdeatrás,coceando,mordiendo,pisoteando,hastallegaradondeestabaHolger.Elpiedeésteencontróunestribo.Montóyelcorcelsaliódeallíalgalope.

Escuchó unos cascos por detrás. Girando la cabeza, Holger vio que los caballerosmontados loperseguían. Sus animales eranmás rápidos incluso que Papillon. El había dejado caer las armas quehabíacapturado,yAlianorasehabíavistoobligadaaabandonarsulanza.Agachándose,cogiólaespadayelescudo,que llevabaelcaballo.Apenas tenía tiempoparaponerse laarmaduraque llevaba tras lasilla.

Elcisnealeteóasulado.Depronto,sedesvióbruscamente.Unáguilagolpeóelespacioendondehabíaestadoella.Holgerlevantólamiradayvioqueotrasgrandesavesdescendíandelcielo.Diosmío,seestánconviniendoenáguilas,vanacogerlaahora…

Alianora silbó, recorrió un trechomoviendo las alas y golpeó con el pico al pasar a dos de laságuilas,dirigiéndosehaciaelbosque.Convirtiéndosedenuevoenmujer,pudoencontrarabrigofrentealos ornitomorfos en el denso soto. ¿Pero sería entonces lo bastante rápida como para escapar a lapersecución?UncaballosepusoalaalturadePapillon.LomontabaelpropioAlfric,conunaespadaenla mano. Su cabello largo y plateado caía enmarcando su rostro, que todavía sonreía. Muy alto porencimadelruidode loscascos,que invadíaelaire,yde loscuernosdecazaquesonaban, le llegósugrito:

—¡Veamossirealmentesoisinvencible,sirOlgerdeDinamarca!

—¡Encantado!—respondióbruscamenteeldanés.Alfricsecolocóasuladoderecho,enelquenollevabaelescudo,peroaHolgernolepreocupó.Dejócaersuespada,queseencontróenelaireconlahojadeFaerie,másligera.ElarmadeAlfriccayóporunlado,másalládelaguardiadeHolger.Conunahabilidadquedesconocíaque tuviera,Holgerpusosubordebajo laempuñadurade lunacrecientedelenemigoyempujócontodalafuerzadesushombroscontralamanodeAlfric.Elduqueperdióelarma.Lanzóungruñidoyacercótodavíamássucaballo,tocandoconsurodillaladeHolgermientrasambosgalopaban.Lanzólamanoizquierdaconlavelocidaddeunaserpienteapresandolamuñecaconlaqueeldanéssosteníalaespada.Nopodíaresistirmuchotiempoasuoponente,másgrande;peronecesitópocotiempoparasacarladagaquellevabaenelcinto.

Holgergiróensupropioasiento.Nopodíacolocarenmedioelescudo,perocolocóelbordesobrelamanoconlaqueAlfricsosteníaladaga.Elduquegritó.Desupielbrotóhumo.Holgerolióacarnequemada.Elcaballoblancosaliódeestampida.¡Porloscielos,eraciertoloquedecían!ElmetabolismodeloshombresdeFaerienopodíasoportarelcontactodelhierro.

HolgertiródelasriendasdePapillonylosterronesdelsuelosaltaronbajosuscascos.Dándoselavuelta,pusodemanosalcorcel,ondeólaespadaygritóalosjinetes.—¡Venidaprobarlosiqueréis!¡Elquedéunpasoalfrenteacabarátendidoenelsuelo!

Todos se detuvieron tan rápidamente como él, apartándose a un lado. Pero, a través de la luzcrepuscular,Holgervioquealgunosguerrerosselanzabanapiehaciaél,llevandoarcos.Esonolegustó.Podíanquedarselejosycubrirlodeflechas.Sinpensarlo,selanzóhaciaellosconlaideaderomperlaformación.

—¡Rah,rah,rah!—gritó—.¡Tiiigre!Ante su carga, los caballeros se apartaron.Los arqueros estaban de pie sobre el suelo.Oyó una

flechaquepasócercadesucabeza.—JesuKristeFuiMariae…¡Los fariseos gritaron! Espolearon sus caballos, lanzaron sus armas y corrieron a toda prisa

escapandodeél,comosisehubieraproducidounaexplosión.Entoncestambiéneraciertoquenopodíanescucharunnombresagrado,pensóexultanteHolger.Deberíahaberlorecordado.Sóloque…¿porquéesaapelaciónquehabíagritadosinpensarloestabaenlatín?

Sesintiótentadodegritartrasellostodalajerarquía,perodecidiónoabusardesuprivilegio.Unaoraciónsinceraeraunacosa;utilizarlosgrandesnombresenvanoparaobtenerventajaeraotra,yquizánoletrajerasuerte.(¿Perocómosabíaeso?Bueno,elcasoesquelosabía.)

HizoquePapillongirarahaciaeloesteygritó:—¡Hi—yo,Plata!Despuésdetodo,resultabaquealasgentesdeFaerietampocolesgustabalaplata.Algobrillóenlahierba.Detuvoelcaballo,seinclinóyrecogióelcuchilloquehabíadejadocaerel

duqueAlfric.Noparecíaformidable,nimuyafilado,yensumanopesabacomounapluma;peroenlahoja estaba escrito: La Daga Ardiente.Asombrado, y con la vaga esperanza de que pudiera ser untalismánútil,metióelarmaensucinto.

Pensó entonces en Alianora. Trotó por el borde de los bosques, llamándola, pero sin obtenerrespuesta. La exuberancia que sentía en su interior fue desapareciendo. Si la habíanmatado…por elfuegodel infierno,pensóconojos lacrimosos, loque le importabanoeraquedarsesoloenesemundollenodeenemigos,loqueleimportabaesqueellaeraunagranchicaylehabíasalvadolavida.¿Ycómolehabíapagadoél?, sepreguntó sombríamente. ¿Qué tipodeamigoera él, atragantándosedecomida,emborrachándoseyhaciendoelamorconmujeresextrañasmientrasellayacíasobreelfríorocíoy…

—¡Alianora!Nohabíarespuesta.Ningúnsonido.Elvientosehabíacalmado,elcastillosehabíaocultadoenunas

nieblas que se elevaron rápidamente, el bosque era comomuro de noche.No semovía nada salvo la

niebla, nada hablaba, era el único ser vivo en toda la oscuridad. Pensó con inquietud que no podíaquedarseallí.Losfariseospensaríanprontoalgúnmedioparacapturarlo.Podíanllamaraaliadosalosqueno lesmolestaraelhierroniDios.Porejemplo,aMorgana leFay.Siqueríaescapar, seríamejorhacerloenseguida.

Cabalgóhaciaeloestepor los límitesdelbosque, llamandoaAlianora.Lanieblafuehaciéndosemásdensa,seelevabadelostorrentesyorillasblancas,apagandoelsonidodeloscascosdePapillon,sofocando casi su propio aliento. Unas gotas brillaban en las crines del caballo; su escudo estabahúmedo.Elmundofuecerrándosehastaqueapenaspodíaveradosmetrosdedistancia.

UntrucodeFaene,pensóconmiedo.Deesamanerapodíancegarlo;después,seríafácilvencerlo.HizoquePapillonsepusieraaltrote.Apesardelfríohúmedo,teníalabocaseca.Vioalgofrenteaél,unaformavagaypálidaentrelanieblagrisácea.

—¡Hola!—gritó—.¿Quiénandaahí?¡Presentaosomelanzarécontravos!Comorespuestaobtuvounarisa,peronolarisaperversadeFaerie,sinoclarayjuvenil.—Soyyo,

Holger.Tuve que coger unamontura.Nopodíamos recorrer ese largo caminomontados los dos en tucaballo,ymisalassefatigarían.

Apareció ante su vista, como una figura delgada y oscura vestida con una túnica de plumas. Lasgotasderocíodestellabanensucabello.Ibamontadaalomosdeununicornio,sindudaelmismoqueélhabíavistoantes.Estelocontemplóconprecauciónensusojosdeónice,ynoseacercóaél.MontadodelantedelachicaestabalaformaencorvadadeHugi.

—Volvíarecogeraéste—explicóAlianora—,yluegoregresamosalosbosquesyyollaméamicabalgadura.Perotendrásquellevarlotúahora,puesinclusoenuncaminotancortoEinhornsólopuedellevarmeamí.

Holger se sintió totalmenteavergonzado.SehabíaolvidadodeHugi.YelduqueAlfric, enojado,probablementehabríaacabadoprontoconelenano.LocogiódelosbrazosdeAlianoraylopusoensusilla.

—¿Quéharemosahora?—preguntó.—Loc’aicacereslargarsepitandodeestereino—gruñóHugi—.Cuantoantesestemosentierras

honestas,mejoresposibilidadesdevivirparavercómoterminaesteviajezopenco.—Cierto.Aunquetemoquenosperdamosenlaniebla.—Devezencuandovolaréporencimaparaver loquehay—contestóAlianora—.Asípodremos

burlaralosqueconjuraronlaniebla.Se marcharon al trote sobre la hierba húmeda, sin hacer ruido. Holger comenzó a sentir las

consecuenciasdelabatalla.Tomaronlaformadelaconviccióndequeeraindigno.¿Paraquévalíaél,salvo para meter a personas hermosas y llenas de recursos, como Alianora, en la situación de quepeligrarasuvida?¿Quéhabíahechoél, incluso,paraganarseelpanquehabíacomidohastaentonces?Era un simple inválido, un idiota holgazán que se mantenía vivo gracias a la caridad. Recordó unapreguntaquehabíaconmovidosumente:

—Hugi,¿porquéerapeligrosoquefueraaesacolina?—¿Nolosabéis?—preguntóelenano,enarcandosusgruesascejas—.¡Poresoosapartarondemí!

Paraquenopudieraadvertiros.Puesbien,sabedqueeltiempoesextrañodentrodelaColinadelElfo.Oshabríanpodido tener allí enunanochedediversión, y al salir denuevo aquí habríanpasado cienaños.Entretanto,loshabitantesdelMundoMediohabríanpodidohacerloquequisieransinquevosospusieraisensucamino.

Holgerseestremeció.Aunqueaquelloarrojabanuevaluzsobresupropiaposición.EraimpensablequeAlfricyMorgana

hubieranseguidoconsiderándoleequivocadamentecomoelcampeóncuyasarmasllevaba.Portanto,élmismo,HolgerCarlsen,huérfanoyexilado,eradealgunamaneraunpuntodecisivodelacrisisquese

estabaproduciendo.Dequémanera,era incapazde imaginarlo.Posiblementeelhaber llegadodeotrouniversoledaba…¿qué?¿Unaura?EncualquiercasolasfuerzasdelCaosteníanqueganarloparasulado,ysinoloconseguíanteníanqueapartarlodesucamino.

Aquella pródiga hospitalidad, incluyendo la deMeriven, evidentemente había sido un ensayo alprincipio. También había servido para engañarlo mientras Alfric invocaba a Morgana le Fay yconferenciaba con ella. Evidentemente, habían decidido no correr riesgo y utilizar la ignorancia deHolgerparamantenerloenlaColinadelElfoduranteunoodossiglos.

¿Peroporquénosehabríanlimitadoameterleuncuchilloenelpecho?Lespodíahaberresultadobastante sencillo. Ciertamente, el ataque del caballero hueco debió ser un intento. Y cuando fracasó,Alfriccambiódetácticayutilizólaastucia.¿Perocómohabríasabidodeélelduque?Evidentemente,por laMadreGerd.Eldemonioqueella invocódebiócontarlealgosobreHolgerquehizoqueella ledirigierahaciasupoderosoconocidodeFaerie.Sinduda,ellaenviónoticiasdeélpormediosmágicos.DebíaesperarqueAlfricseocuparadeeseasunto.

¿Pero qué había dicho el demonio?Y después de que el asesinato y la astucia fracasaran, ¿quéintentaríaahoraelMundoMedio?

Encualquiercaso,elcaminoderegresoasupropiomundoestabacerrado.Tendríaquecambiarlopor otro. Y, a juzgar por lo que había visto y oído, había tantos magos blancos como negros. Quizápudieraconsultaraunodeellos.Noteníaningunaintencióndemezclarseconlasluchasdeestemundosipodíaevitarlo.¡Lasguerrasdeunaenuna,porfavor!Alfrichabríahechomejorenactuarhonestamenteyenenviarloasucasatalcomolehabíapedido.

PeroAlfricera totalmente incapazdedichaconsideración.Algorióen laniebla,bajoyhorrible.Holgersesobresaltó.Hugisellevólasmanosalasorejas.Oyeronpasarporencimaunasalasdecuero.Perotodoloquepodíanvereralanieblagris.

—Esopareceestardelantedenosotros—murmuróHolger—.Sigiramoshaciaunlado…—No—loslabiosdeAlianoratemblaban,perohablóvalientemente—.Esuntrucoparaapartarnos

delcamino.Encuantonosperdiéramosenesasnubescareceríamosverdaderamentedeesperanza.—Deacuerdo—añadióHolgerconunavozarenosa—.Yoiréprimero.Eraunacabalgadaquedestruíalosnervios,enlaquelasformaspasabandeslizándoseyresbalando

enellímitedelavista,enlaqueelaireestabacargadodesusurrosysiseos,deaullidosyrisas.Enunaocasiónaparecióanteélunrostrociegoyhorrible.Sequedócolgandoenelvaporydesapareció.Holgersiguiótenazmentehaciaadelanteyelrostroretrocedióanteél.Hugicerrólosojosycantó:

—Hesidounenanoguía.Hesidounenanoguía.Hesidounenanoguía.Cuandolanieblaselevantó,creyeronquehabíapasadounaeternidad.Estabanenlafronteradela

tierra crepuscular. Papillon y el unicornio fueron los primeros en oler el sol.Rompieron a galopar, yrelincharonantelaluz.

Elmomentoeracercanoalanochecer.Salieronporunpuntodiferenteporaquelporelquehabíanentrado.Lassombraslargasdelospeñascosylasconíferascaíansobrelascolinascubiertasdeaulagas.Elvientoeramás raloy fríoalrededordeHolger;escuchóel resonardeunacascada.Ysinembargo,despuésdeunosdíasenFaerie—¿cuántos?—,elmundonaturalqueveíacaptóelcorazóndelhombre.

—Losfariseospuedenperseguirnosdespuésdelanochecer—explicóAlianora—.Perosushechizosseránmenosfuertesaquífuera,porloquenuestrasesperanzassonmayores.

Sutonoestabacargadodefatiga.Holgercomenzóasentirlocansadoqueestabatambiénél.Pidieronasusmonturasquesiguieranavanzando,paraestarlomáslejosposibleantesdelacaída

del sol. Acamparon en la cumbre de una pendiente llena de pinos. Holger cortó con la espada dosarbolitos e hizo con ellos una cruz, que plantó cerca del fuego que mantendrían toda la noche. Lasprecauciones de Hugi fueron más paganas: un círculo de piedras y objetos de hierro puestos conencantamientos.

—Creo que ahora sobreviviremos la horas oscuras —dijo Alianora a Holger, sonriéndole—.Todavíanohedicholovalientequefuisteisalcombatirallíenelcastillo.¡Fueunamagníficavista!

—Bueno,uh,uh,gracias.Holgersemirabalospies,conlosquedabagolpecitosenelsuelo.Realmentenoleimportabaque

leadmiraraunahermosajoven,pero…noestabaseguro.Paracubrirsuconfusión,sesentóyexaminóladaga que le había ganado a Alfric. Un mango de hueso y una empuñadura de cestadesproporcionadamente grande estaban fijos a una hoja delgada que Holger pensó que debía ser demagnesio.Elmetalpuroerademasiadoblandoparaqueelarmafueramuybuena,pornomencionarqueera inflamable; pero como era evidente que a Alfric le gustaba el cuchillo, Holger se lo quedaría.Revolvióenlabolsadelasillademontary,alladodealgúnequipamientodoméstico,comounfrascodeaceite,encontróunamisericordia[2]adicional.Hugipodríallevarlosinenvainar.Holgermetiólahojademagnesioensucinto,cercadelcuchillodeacero.Paraentonces,Alianorahabíapreparadolacenaconlossuministrosquequedaban.

Lanochecayósobreellos.Holger,queseencargaríade la tercera rondadevigilancia, se tendiócuanlargoerasobrelassuavesagujasdelpisodelbosque.Elfuegoardíabien,ydabacaloryunaluzrojiza.Uno a uno, sus nervios se fueron tranquilizando. Pero no podía quedarse dormido.No en esascircunstancias.Yeramalo,porquenecesitabadormir…

Despertóconunasacudida.Alianoraloestabaagitando.Bajolaluzinquieta,viosusojosenormes.Suvozeraunsusurroseco.

—¡Escucha!¡Hayalgoahífuera!Selevantóconlaespadaenlamanoymiróhacialaoscuridad.Sí,tambiénpodíaoírelruidoque

hacíanmuchospies,yvioelbrilloluminosodeunosojosinclinados.Un lobo aulló muy cerca. Dio un salto y dejó caer la espada. Le respondió una risa, aguda y

horrible.—InnominePatris—gritó,ylosruidosseburlarondeél.Obienaquellascosaseraninmunesalos

nombressagrados,onoestabanlobastantecercacomoparaqueloshirieran.Probablementeloprimero.Cuando sus ojos se adaptaron, vio las sombras. Se deslizaban alrededor del círculo encantado. Eranmonstruos.

Hugi se agachó junto al fuego; le castañeteaban los dientes.Alianora gimió y se deslizó bajo elbrazolibredeHolger.Sintióqueellaseestremecía:

—Tencalma—ledijo.—Pero losenviados—dijo jadeante—.¡Haygruposde lanochepor todaspartes,Holger!Nunca

hastaahoramehabíanasediado.Nopuedomirar.EnterróelrostroenelhombrodeHolger.Apretóconlosdedoselbrazodeéstehastaclavarlelas

uñas.—Tambiénestoesnuevoparamí—dijoél.Leresultabacuriosonotenermiedo.Losmerodeadores

eran horribles a la vista, desde luego, ¿pero por quémirarlos?Especialmente cuando podíamirar encambioaAlianora. ¡DabagraciasaDiospor tenerun temperamento flemático!—.Nopueden llegaranosotros,querida.Sipudieran,lohabríanhecho.Portantoesquenopueden.

—Pero…pero…—He visto ríos detenidos por una presa que podrían ahogar un valle entero. Pero nadie se

preocupaba.Sabíanquelapresalosujetaría.Enprivado,sepreguntócuálseríaelfactordeseguridaddelosencantamientosdelcampamento.Sin

dudalosmagosdeestemundotendríanelequivalentedelRubberHandbook,contablasdeesosdatos.Ysi no, haríanmuy bien en tenerlos. El tenía quemoverse a la buena deDios y conjeturando, pero dealgunamanera—¿otrorecuerdoenterrado?—sentíaquesusdefensaseranlobastantefuertes.

—Sólo tómatelo con calma —dijo—. Estaremos muy bien. Lo único que pueden hacer es

mantenernosdespiertosconeseruidoinfernal.Ellaseguía temblando,yporesoél labesó.Ella respondiócon inseguridad,con la torpezade la

inexperiencia. El sonrió a las huestes delMundoMedio. Si iban a sentarse a mirarlo, esperaba queaprendieranalgo.

10Elenemigosefueantesdelamanecer.Hugidijoqueteníanqueregresarasusguaridascontiempo

suficiente. Holger se preguntó la razón por la que no podían soportar la luz del sol. ¿La radiaciónactínica?Enesecaso,legustaríatenerunalámparaultravioleta.

¡Unmomento!EsoexplicabaladagademagnesiodeAl—fríe.Sóloincidentalmenteladagaeraunarmadestinadaaclavarla.Sipresionabacon fuerzaconellaa sus rivalesdelMundoMedioelduquepodríaencenderelmetal.Laempuñaduraocultaríasumanodelaintensaemisiónultravioleta;sindudasujetaríaconlaotramanounmantoconelquecubrirseelrostro.Susoponentestendríanquehuir.Bien,talayudadeemergenciaerabueno,tambiénparaunhombremortal.

Como sólohabíandormidoa ratos,Holger,HugiyAlianora se tomarondoso treshorasmásdesueño antes de desayunar. Cuando el danés despertó, descubrió que estaba desnudo. Las prendas deFaene habían desaparecido. Eso era bastante desagradable por parte de Alfríc, pensó. Por fortuna,Alianoraseguíadormida.—ynoesquesupusieraqueellasehabríasentidomolesta,peroélsi.Sepusosusantiguasropasdeviaje,incluyendolalargacotademallasyelcasco.Sintiéndosemásrecuperadodeloqueesperaba,sedispusieronaseguircabalgando.Alianoraseguíaconservandoelunicornio;Holgersepreguntóporcuálseríasuinfluenciasobreeltímidoanimal.

—Deberíamosirnos—dijo.—Loqueséconseguridadesqueseríamejorquebuscáramosalojamientosdehombres—contestó

ella—.Es evidente que Faerie te busca,Holger—ahora utilizaba el pronombre de la intimidad, y lesonreía adorándolo—. Pero los que no tienen alma no pueden ir a una iglesia, por lo que al menospodríamosobtenerunrespiro.Después,sinembargo,tendremosquebuscarlaproteccióndeunamagiapoderosa,magiablanca.

—¿Dónde?—Conozco a un brujo en el pueblo deTarnberg, de buen corazóny algo de habilidad.Creo que

deberíamosirhaciaallí.—De acuerdo. ¿Pero y si esa maravilla local descubre que no puede hacer nada contra los

bateadores de la gran liga?—Holger se dio cuenta de que el asombro empezaba a traslucirse en lamiradadeella,yseexplicórápidamente—:QuierodecirquesupongamosqueunmagocampesinocomoésenopuedeponersealaalturadeexpertoscomoAlfricyMorganaleFay.

—EntoncescreoquedeberíasbuscarelImperio.Estámuylejoshaciaeloeste,trasunviajeduroypeligroso,perodarán labienvenidaauncaballero fuerte—dijoAlianora, suspirandoycon lamiradaneblinosa—.YdesdelostiemposdeCarinohahabidonadiecomotú.

—¿QuiéneraeseCari?—preguntóél—.Yaheoídoesenombreantes.—Bueno, el fundador del Sacro Imperio. El rey que fortaleció la cristiandad y expulsó a los

sarracenoshastaEspaña.Carielgrande,CarolusMagnus,claroquehastenidoqueoírhablardeél.—Bueno…quizá sea así—dijoHolger, buscando en sumente.Eradifícil saber quéparte de su

conocimientoprocedíadesueducaciónyquéotrapartedeesos recuerdos inexplicablesquecadavezconmayorfrecuenciasurgíandentrodeél—.¿TerefieresaCarlomagno?

—Asílollamanalgunos.YaveoquesufamahallegadoinclusoatuCarolinadelSur.Secuentaqueteníaasuservicioamuchoscaballerosaudaces,aunqueyosóloheoídorelatosdeeseRolandoquecayóenRoncesvalles.

El cerebrodeHolger se puso a girar. ¿Estaba realmente en el pasado?No, era imposible.Y sinembargo,Carlomagnoeraconseguridadunafigurahistórica.

Ah, lo tenía. El ciclo carolingio, lasChansons deGeste, los romances en prosamedieval y lasbaladaspopulares.Sí,esoajustaba.Latierradelashadasylossarracenos,doncellacisneyunicornio,

brujeríaylaColinadelElfo,RolandoyOliver…¡PorJudas!¿Esquedealgunamanerahabíacaídoenun…unlibro?

No, eso no tenía sentido. Era mucho más razonable seguir suponiendo que se trataba de otrouniverso,uncontinuoespacio—temporalcompletoconsuspropias leyesnaturales.Sipodíaexistirunnúmerosuficientedeesosuniversos,unodeellospodríaadaptarseacualquierpautaarbitraria,comoladelaleyendaprerrenacentistaeuropea.

Aunquelascosasnopodríansertansimples.Suirrupciónenelcosmosnohabíapodidoproducirsealazar,sinrazónalguna;muchoselementosdesusdosexperienciasresultabanmutuamenteapropiados.Por tanto, entre su mundo nativo y éste existía alguna conexión. No sólo mostraban paralelismos laastronomíaylageografía,sinolospropiosdetallesdelahistoria.ElCarideestemundoquizánofueraidéntico al Carlomagno del suyo, pero habían cumplido ambos papeles que se correspondían. Losmísticos, soñadores, poetas y escritores de alquiler de su hogar, de alguna forma inconsciente,sintonizaban con la fuerza que vinculaba ambos universos; el cuerpo de historias que gradualmentehabíanidosacandohabíasidountrabajodeinformaciónmejordelquepensaban.

Sin duda estaban implicadosmás de dos continuos.Quizá lo estuvieran todos. Los innumerablesuniversos estelares podrían ser facetas distintas de una existencia trascendental. Holger no llevómáslejosesaidea.Teníacuestionesmásinmediatas.¿Quémáspodíaidentificarenestemundo?

Bueno,Hugi había hablado deMorgana como la hermana del reyArturo. ¡Arturo!Holger deseóhaberleídomásatentamentelosviejosrelatos.Sóloteníadeellosunoscurorecuerdoinfantil.

Encuantoalresto,veamos,entrelospaladinesdeCariseincluíanRolando,Oliver,Huony…vaya.¿DedónderecordabaaHuon?Elextrañoyoscurorostrosurgióensumente,elhumorsardónicoquetanamenudohabíairritadoalosdemás.HuondeBordeaux,sí,finalmentesehabíaconvertidoenrey,duqueoalgunaotracosaenFaerie.¿Perocómoséeso?

UngruñidodeHugirompiósucadenadepensamientos.Esosrecuerdosqueapenassihabíacaptadoescaparonrápidamentedesumente.

—Buenviaje vaser éste si por las noches nos tenemos que quedar escuchando cómo aúllan esosbestiasdepataslargasfueradelcírculodefuego.

—No,creoquenoseguiránconeso—respondióAlianora—.Denadalesvale,ahoraquetienenqueestar ocupados reuniendo sus huestes para la guerra —añadió frunciendo el ceño—. Pero creo queintentaránalgunaotracosa.Alfricnoserindeantesupresa.

Esaideanoresultabamuyagradable.Ascendieron más por las colinas, dirigiéndose hacia el noroeste, conducidos por la chica. Al

mediodía,estabanmuyarriba.Allílatierraestabaformadaporriscos,pedruscosycantosrodados,unahierbaqueparecía alambre, devez en cuando, un árbol bajoy retorcido.Lavista erabuena a amboslados,desdelaoscuridaddeFaeriehastalasaltascumbresqueteníanquecruzar,yporabajohastaloscañonesqueresonabanconelruidodelosríosglaciales.Elcieloeraclaro,cruzadopornubesdesechas,ylaluzfríaybrillante.

Aldetenerseacomerbuscaronelabrigodeunpromontorio.Holger,mordisqueandounarodajadepandurocomolapiedrayuntrozodequesocorreoso,nopudoresistirlatentacióndedecir:

—¿Dinamarcaeslaúnicatierradelacreacióndondesabenhacerunbocadillodecente?Situvieraunarebanadadelgadadepandecenteno,gambaspequeñas,huevosy…

—¿Tambiéncocinas?—preguntóAlianora,mirándoloconrespeto.—Bueno,noexactamente,pero…Alianoraseestrechócontraél.EsoleresultóaHolgerunpocodesconcertante,pueshabíacrecido

conlaidea…olailusión…dequeeselhombreelquetomalainiciativa.—Si tenemosoportunidad—murmuróella—, conseguiré loquenecesitasy tendremosuna fiesta,

paralosdossolos.

—Uhm—dijoHugi—.Creoquevoyaecharunvistazoporahí.—¡Ey,vuelve!—gritóHolger,peroelenanoyahabíadadolavueltaalpromontorio.—Esunbuenhombrecito—dijoAlianora,poniendolosbrazosalrededordelcuellodeHolger—.

Sabecuandounachicanecesitaconsuelo.—Oye,esperaunmomento.Mira,quierodecir,eresestupendaymegustasmuchísimo.Peroloque

quierodecir…oh,cielos.Noimporta—consiguiódecirHolger.Hugisepresentódeprontoanteellos.—¡Undragón!—gritó—.¡Undragónvolandoporahí!—¿Cómo?—preguntóHolgerdandounsaltoquecasiderribaaAlianora—¿Qué?¿Dónde?—¡Undragóndefuego,sí,sí,enviadoporAlfric,ahoraestamosperdidos!—gritabaHugiaferrado

a las rodillas deHolger—. ¡Sálvanos, señor caballero! ¿No acostumbráis amatar dragones? Papillonbufóy seestremeció.Elunicornioya sehabía ido.Alianoracorrió tras él, silbando.Sedetuvo lejos,paraque ella saltara encima, ydesaparecióde la vista.Holger se liberódeHugi,montó el caballoygalopótrasella.

Al llegar a la cumbre del promontorio pudo ver elmonstruo.Venía del sur, todavía estaba a unkilómetrodedistanciaperoyaelestruendodesualeteogolpeabasusoídos.Midequincemetros,pensóaterrorizado.Quincemetrosdemúsculosrecubiertosdeescamasblindadas,unacabezadeserpientequepodríatragárselodedosbocados,alasdemurciélagoygarrasdehierro.NoteníanecesidaddeespolearaPapillon.Elcaballoestabaenloquecidodemiedoycorríacasitanrápidocomoelunicornio.Desuscascosbrotabanchispas.El ruidoquehacían sobre la roca seperdíaentreel estruendocadavezmáspróximodelasalasdeldragón.

—¡Yi-yi-yi!—gimióHugi—¡Estamosperdidos!Elmonstruo descendió, cogiéndolos con una velocidad de pesadilla.Holgermiró hacia atrás de

nuevoyvio las llamasy elhumoque salíande suboca llenade colmillos.Porunmomento, comosiestuvieraloco,sepreguntósobresumetabolismo;¿quéenmiendadelasleyesnaturalespermitíaqueesamasavolara?Eloloradióxidosulfúricosemetióporsunariz.

—¡Allí!—gritóAlianora,señalandopendienteabajo.Holgermiróhaciadondeellaseñalabayviounaestrechabocadecuevaenunriscocercano—¡Nopuedeseguirnoshastaallí!

—¡No!—rugióHolger—¡Mantentelejosdeeso!¡Eslamuerte!Ella lomiró asustada, pero obedientemente separó al unicornio de la cueva.Holger sintió en su

espaldalaprimeraoleadadecalor.Porlosdioses,sibajabanalatierraporeseagujeroeldragónpodríaahogarlosconseisbocanadas.

—¡Tenemosqueencontraragua!—gritócasidesgañitándose.Recorríana todaprisael terrenopedregosomientraselestrépitode lasalasyel retumbarde las

llamasse ibanhaciendomás fuertes.Holgersacó laespada.¿Peroquéposibilidades tenía?Eldragónpodríaasarlemetidoensutrajedehierro.

Puesbien,pensó,puedoconseguirqueAlianoratengaunaoportunidaddeescapar.Nosedetuvoarazonarelmotivodequequisieraencontraragua.Sólohabíatiempoparahuir,por

lascolinas,recorriendounarepisaalbordedeunprecipicioquedabaaunbarranco.Papillonrelinchócuandoelfuegoletocó.

Saltaronunapantalladematorralesyvieronunríoquecorríabajoellos,verdeyrápido,denuevemetrosdeanchura.Elunicorniosesumergióenél.Laespumacubriósucuernoenespiral.Papillon lesiguió.Sedetuvieronenmitaddelacorriente.Elríoestabaheladoyeracomosilesclavaradagasenlospies.

El dragón tomó tierra en la orilla.Arqueó el lomoy silbó comouna locomotora colérica.Tienemiedodelagua,comprendióHolger.Suintuiciónlosabía.

—Volaráporencimaynoscogerádesdeelaire—dijoAlianora,jadeando.

—¡Entonces abajo!—exclamó Holger, saltando al lecho de la corriente, lleno de guijarros. Lacorrientesearremolinóconfuerzaalrededordesupecho.HugiyAlianorasecogieronalascolasdesusrespectivasmonturas—.Cuandoseproduzcaelataque,meteosbajoelagua—ordenóHolger.

Peroningúnserhumanopodíaquedarseallídemasiadotiempo.Estabanperdidos.Sí,perdidos.Eldragónaleteó,elevándosetorpemente.Lasombracayósobreelloscuandosequedósuspendido

ocultandoelsol.Lentamente,descendió.Porlasmandíbulasabiertas,lanzóllamaradas.¡Llamas!Holgerenvainólaespada,sequitóelcascoylollenódeagua.Eldragónseprecipitóhacia

abajo.Holgerlevantóunbrazoparaprotegerselosojos.Yaciegas,leechóelagua.Seprodujovaporasualrededor.Eldragónbramó,rompiéndolecasilostímpanos.Laenormemasa

cubiertadeescamassetambaleóenelvuelo,moviendohaciatodoslosladossuenormecuello,agitandolacolaentreelvapor.Holgerpronuncióunamaldiciónyleechóotrocascollenodeaguaalmorro.

Elberridoquelanzóeldragónlodejósinsentido.Lentaydolorosamenteelmonstruoseelevóenelaireyhuyóhaciaelsur.Durantemuchotiempoestuvieronoyendosuclamor.

ElsimplehechoderespirarleproducíaaHolgerdolorenlospulmones.Sequedóinmóvil,agotado,hastaquelabestiadesapareciódelavista.Finalmente,condujoalosotrosalaorilla.

—¡Holger,Holger!—exclamóAlianoraaferrándoseaél,temblando,llorandoyriendo.—¿Cómolohiciste?Lohasvencido,ereselmejordeloscaballeros,queridomío.—Bueno, eso… —Holger sentía el rostro enrojecido. Tenía varias ampollas—. Un poco de

termodinámica,estodo.—¿Quémagiaesésa?—preguntóellareverentemente.—No es magia. Mira, si el animal respiraba fuego, tenía que estar todavía más caliente en su

interior, así que le arrojé unos litros de agua por el gaznate. Eso produjo una pequeña explosión—explicóHolgermoviendosumanoelaboradamente—.Nofuemásqueeso.

11Unoskilómetrosmásalláentraronenunaoquedadabrigadaporlosmurosdelosriscos,tansuavey

soleadacomocualquiertierrabaja.Lashayasylosálamossusurrabanencimadelahierbalargallenadeprimaveras;unarroyotintineaba,unabandadadeestorninosemprendióelvuelo.Ellugarparecíaidealparaeldescansoquetandesesperadamentenecesitabanellosylasmonturas.

Trasconstruiruncírculodefensivo,Alianorabostezó—inclusoesolohacíaencantadoramente—yse enroscó para dormir.Hugi se sentó bajo la cruz, cortando palos con su nuevo cuchillo.Holger sesentíainquieto.

—Voyaecharunvistazoporlosalrededores—dijo—.Llamadmesialgovamal.—¿Ospareceseguro irporahísolo?—preguntóelenano.Elmismoserespondió—.Vaya,claro

quesí.¿Quévaadañaraquienmataaundragón?Holgersesonrojó.Elhombredeldía,perobiensabíaquelohabíaconseguidomedianteunaserie

deaccidentes.—Noirémuylejos.Sacólapipa,laencendióysemarchócanturreando.Laescenaerapacífica:prados,flores,árboles,

agua,Papillonyelunicorniopaciendo,lasnotaslíquidasdeunzorzal.Denohabersidoporeldolordesusquemaduras,podríahabersesentado,tumbarsealsolypensarenAlianora.Perono.Apartóalajovendesumente.Teníaquepensarencosasmásgraves.

Habíaqueadmitirlo,éleraunafiguradecisiva,oalmenosimportante,enesemundocarolingio.Ala vista de todo lo que había sucedido, tenía que ser más que una coincidencia el que Papillon,preternaturalmentefuertee inteligente,estuvieraesperándoloexactamenteendondeélhabíaaparecido,conunasropasyarmasqueleajustabanexactamente.DespuésestabalaexcitaciónquehabíaproducidoenFaerie,yelhechocuriosodeque,apesardesuignorancia,nohabíansidocapacesdematarlo…Puesbien, había existido un Carlomagno en ambos mundos. Quizá él mismo estuviera también, de algunamanera,doblado.¿Peroentoncesquiénera?¿Yporqué,ycómo?

Andando, perdió de vista el campamento, tratando de crear una pauta con todo lo que habíaaprendido.Porejemplo,elasuntodeCaoscontralaLeyresultabaseralgomásqueundogmareligioso.Aquí era un hecho práctico de la existencia. Se acordó de la segunda ley de la termodinámica, de latendencia del mundo físico al desorden y la entropía. Quizá aquí esa tendencia encontrara unaexpresión…más…animista.Perounmomento,¿nosucedíatambiénasíensumundo?¿Cuandocombatíaa losnazisno se estabaoponiendoal resurgimientodehorrores arcaicosque loshombres civilizadoshabíancreídodesaparecidos?

En este universo, las gentes salvajes del MundoMedio podían estar tratando de acabar con sucorrespondienteydolorosoordenestablecido:Restaurarunestadoprimigenioenelquecualquiercosapudierasuceder.Porotraparte,lahumanidaddecentesiemprequerríafortalecerlaley,laseguridad,lapredictibilidad.Poreso,elcristianismo,el judaísmo, inclusoelmahometismofruncíanelceñoante labrujería,másaliadadeCaosquedelanaturalezafísicaordenada.Aunque,abuenseguro,lacienciateníasus perversiones, y lamagia sus leyes.En cualquier caso, se necesitaba un ritual definido, tanto parafabricarunavióncomounaalfombravoladora.Gerdhabíamencionadoalgosobreelcarácterimpersonaldelosobrenatural.Sí,poresoRolandohabíatratadodevenceraDurendalensusúltimosmomentosenRoncesvalles:paraquelaespadamilagrosanocayeraenmanospaganas…

Lasimetría resultabasugerente.EnelmundonataldeHolger las fuerzas físicaseranpoderosasybien entendidas, las fuerzasmágicas ymentales débiles, y no podían sermanejadas.En este universoresultabaciertoloopuesto.Deunamaneraoscura,ambosmundoseranuno;laluchainterminableentrelaLeyyelCaoshabíaalcanzadoenellosunclímaxsimultáneo.Encuantoalafuerzaquelosconvertíaen

mundos tan paralelos, la unicidad última, suponía que se llamaría Dios. Pero carecía de una menteteológica.Másbienseadheríaaloqueobservabadirectamenteyseenfrentabaalosproblemasprácticosinmediatos.Esaeralarazóndequeestuvieraaquí.

Perolarazónverdaderaseguíasiendoesquiva.Recordóunavidaenelotromundo,desdelaniñezhastaunmomentodeterminadoenunaplayacercanaaKronborg.Dealgunamanera tenía tambiénotravida,peronosabíadóndenicuándo.Aquellosrecuerdoslehabíansidorobados.No,másbienhabíansidometidosalafuerzaensusubconsciente,ysóloretornabanbajoestímulosinusuales.

Una idea le desvió de esos pensamientos.Cortaría. ¿Dónde había oído ese nombre? Ah, sí, elníquel lo habíamencionado. Cortana era una espada. Había estado llena demagia, pero ahora yacíaenterrada,alejadadelavistadelhombre.EnunaocasióntuveenmismanosaCortana,cuandolasteasdestellabanenuncampodestrozado.

Rodeóungrupodeárboles.AllíestabaMorganaleFay,esperándole.Alprincipio,Holgerfue incapazdemoverse.Elcorazónlemartilleaba.Unacuriosaoscuridadle

cubrió,ylaoscuridaderahermosa.Ellaavanzóteñidaporunaluzdoradaquesefiltrabaporlashojasverdes.Suvestidoeracomolanieve,suslabiosunacurvadecoral,loscabellosbrillabancomounlagoprofundoiluminadoporlasestrellas.Loúnicoquepudoveralprincipioeranloscolores.Eltonodeellafluíaenél.

—Saludos,Holger.¡Cuántotiempohapasado!Holgerluchóparaencontrarlacalmayperdiólapartida.Morganalecogiólasmanos.Eraalta,su

sonrisalegolpeabainmediatamente.—Yquésolitariaheestadoportucausa—murmuróella.—¿Pormí?—preguntó,saliéndoleunavozqueparecíaungemidoidiota.—¿Porquéotroibaaser?¿Tambiénhasolvidadoeso?—lehablabaíntimamente,convirtiendoel

«tú»enunacaricia—.Ciertamentequelanochehacaídosobreti.Hasestadomuylejos,Holger.—Pe…pe…pe…pero…Ellaseechóareír,peronocomolohacenlossereshumanosordinarios,sinocomosilapropiarisa

fueralaqueriera.—¡Ay,tupobrerostro!Pocoshombrespuedensoportaraldragóndefuegocomolohicistetú.Deja

que cure esas quemaduras —añadió, tocándole con sus dedos. El sintió un dolor y las ampollasdesaparecieron—.¿Tesientesmejorahora?

Enrealidad,noeraasí.Estabasudando,yelmantoparecíaapretarleelcuello.Habíarecuperadolainteligencia lo suficiente comopara observar los detalles, pero éstos no eran de los que calman a unhombre: rasgos pálidos y perfectos,movimientos de gracia felina, un cuerpo conmás curvas que unacarreterarural.

—Enelotromundohascogidoalgunascostumbresgroseras—dijo,cogiéndolelapipadelaboca,sacudiendoel tabacoymetiéndoselaen labolsadelcinto.Después,pasó lamanoporsucostadoy ladejóreposarensubrazo—.¡Eresunmalchico!

Estolepermitiórecuperarunpocoelsentidodesímismo.Lasmujeresimportantesnoactuabanconcoquetería.Nieraesamaneradetrataraunapipa.

—Escucha—graznó—.Tú estabas conAlfric y él ha hecho todo lo posible paramatarme. ¿Quéquieresdemí?

—¿Quévaaquererunamujerquedeseaaunhombre?—preguntóMorgana,acercándose todavíamásaél.Holgerretrocedióhastaqueunárbolledetuvo.

—EnverdadnosabíaquiénerasyayudéaAlfricsinsaberlo—contestóMorgana—.Enelmomentoenquemeenterédesuengañomeprecipitéabuscarte.

Holgerselimpióelsudordelafrente.—Esoesmentira—replicócondureza.

—Bueno, a nosotras, las del sexo débil, debe permitírsenos un cierto grado de capricho, ¿no teparece,amormío?—preguntóacariciándolelamejilla—.EslaverdaddeDiosquehevenidoaquípararecuperarte.

—¡ParadevolvermeaCaos!—exclamóHolgerconjactancia.—¿Y por qué no? ¿Qué hay en la aburrida Ley que te impulsa a defenderla?Mira, soy sincera

contigo;y túdebesserlocontigomismo.Porque,Holger,miositoquerido, loquehacesesdefenderacampesinosgroserosyaburguesesdegordovientre,cuandolaalegría,eltruenoylasestrellasardientesdeCaospodríansertuyos.¿Cómoesquetú,queconduceslosejércitosenelcampo,vasaaceptarunavida segura y estrecha, encerrado en la satisfacción de timismo, teniendo como techo un cielo gris yagrio, apestando a humoy estiércol? ¡Si quisieras, podrías hacer que los soles giraran y dar forma amundos!

EllahabíadejadocaerlacabezaenelpechodeHolgerylerodeabalacinturaconlosbrazos.—¡N…n…no!—exclamótartamudeando—Noconfío…—¡Ay, desgracia! ¿Este es el hombre que durante tanto tiempo habitó conmigo enAvalon? ¿Has

olvidado todos los siglosque teentregué juventud, señoríoyamor?—preguntó levantandohaciaél lamirada,consusenormesojososcuros.HolgersedijoasímismologastadaqueeralarepresentacióndeMorgana, pero no creía sus propias palabras—. Si no te unes a nosotros, almenos no nos combatas.RegresaaAvalon,Holger.RegresaconmigoalabellaAvalon.

Enalgúnlugardesumentesabíaqueellaerasincera.Queríaapartarledelainminentebatalla,perotambién le quería a él. ¿Y por qué no?, le decía su pensamiento, como una sacudida. ¿Qué debía aningunadelaspartesenesteuniversoquenoeraelsuyo?CuandoMorganaleFayleabrazó…

—Tanlargosaños—susurróella—.Ycuandoteencuentronisiquieramebesas.—Eso—dijoélcasiahogándose—,po…podríaremediarse.Aquello era comoestar enunblandociclón.Nopodía concentrarse ennadamás.Ni tampoco lo

deseaba.—Ay,miseñor,miseñor,bésamedenuevo—dijoella,finalmente,conlosojostodavíacerrados—.

Bésamesiempre.Holger la abrazó. En esemomento, por el rabillo del ojo, captó unamancha blanca. Levantó la

cabezayvioaAlianoramontadaenelunicornio.Enesemomentodabalavueltajuntoalmatorralmáscercano.

—Holger—gritaba—.Holger,querido,¿dóndeestás?…¡Oh!Elunicorniolevantólaspatasdelanterasylaarrojóalahierba.Conunfuertebufidodeindignación

elanimalescapó.AlianorasepusodepiedeunsaltoysequedómirandoaHolgeryMorgan.—¡Miraloquehashecho!—sequejóirracionalmente—.Elnuncaregresará.HolgersesoltóyAlianorarompióallorar.—¡Sacadeaquíaesaputacampesina!—gritóMorganaenfurecida.Alianoraestalló:—¡Vetetú!—gritó—.¡Brujasucia,apártatedeél!Losdientesdelareinadestellaron.—Holger,siesadelgaduchanosevadeaquíinmediatamente…—¡Delgaducha!—gritóAlianora—.Ymelodicestú,carnecebada.¡Tevoyasacarlosojos!—Lasjovencitasnodeberíangritar—seburlóMorgana—.Sevuelventodavíamásfeas.Alianoracerrólospuñosyseacercóaella.—Mejorserunajovenquetenerlapielarrugadacomotú.—Realmentetienesunapielbonita—susurróMorgana—.¿Cómoconsigueseseefectoqueparece

quelatengaspeladaporlasquemadurasdelsol?—Noenlatiendaendondecomprastetutez—dijoAlianora.Holgersehizoaunlado,preguntándoseloquedebíahacerparasalirvivodeallí.

—Ya veo que eres una doncella—cisne —dijo Morgana—. ¿Has puesto muchos huevosúltimamente?

—No.Nosécacareartanaltocomoalgunasgallinasviejas.Morgana enrojeció y elevó las manos en un pase violento. —¡Mira cómo te conviertes en una

gallina!—¡Hey!—gritóHolger, dando un salto hacia adelante. No pretendía golpearla, pero uno de sus

brazosseencontróconMorgana,ylareinacayórodandosobrelahierba.—Noqueríahacerlo—dijojadeando.Morganasepusolentamenteenpie.Elcolorylaexpresiónhabíandesaparecidodesusemblante.—Entonces,asíescomoestánlascosas—dijo.—Creoquesí—contestóHolger,preguntándosesirealmentequeríadecireso.—Puesbien,sigueentoncestucamino.Volveremosaencontrarnos,amigomío.Morganaseechóa

reír,peroestavezsurisasonóhorriblemente,yseagitó.Deprontohabíadesaparecido.Seprodujounaexplosióncuandoelaireseprecipitóenelvacíoqueellahabíadejado.

Alianoracomenzóallorar.Seapoyóenunárbolycubrióelrostroconunbrazo.CuandoHolgerfueaponerunamanoensuhombro,ellaseloimpidió.

—Vete—murmuró—.Ve…ve…vetecontubruja,yaqueellate…gustatanto.—Nofueculpamía—dijoHolgerindefenso—.Nolepedíqueviniera.—Nopiensoescucharte,vete.Holgerpensóqueyateníabastantesproblemassinquetenerquecargarconunahistérica.Larodeó,

lasacudióyledijoentredientes:—Notengonadaqueverconesto.¿Meentiendes?¿Vendrásahoracomounapersonamayorotendré

quearrastrarte?Alianora se tragó las lágrimas, sequedómirándoleconunosojoshúmedosygrandesycerró los

ojos.Holgersediocuentadequellevabamuchotiempoallí.—Irécontigo—dijoelladócilmente.Holger volvió a sacar la pipa y estuvo fumando durante la mayor parte del camino de regreso.

¡Maldición,maldición,maldiciónymaldición!Allí, juntoaMorgana leFay,casihabía recordadoesaotravida.Casi,peroahoraeseconocimientohabíadesaparecidodenuevo.Bien,erademasiadotarde.Apartirdeesedía,ellaseríasindudasumásferozoponente.Aunque,contodasinceridad,probablementeerabuenoqueleshubieraninterrumpido.ElnopodríahaberresistidomuchomástiempolacoqueteríadeMorgana.

Ylopeordetodoeraquedeseabanohaberseresistido.¿Quiénhabíaescritoquenohaynadatanfútilcomoelrecuerdodeunatentaciónqueseharesistido?

Demasiadotarde.Teníaqueseguiradelante.Su ser enterrado iluminó fugazmente su mente consciente, y supo por qué razón se había ido el

unicornio. Morgana le Fay tuvo que ser la última gota que desbordó el vaso de su sensibilidadultrajada…olaúltimadocenadegotas.EsolehizosonreírycogiólamanodeAlianora.Unoalladodelotro,regresaronalcampamento.

12Aquellanochenolesatacaron,aunqueHugidijoquesindudasedebíaaquelesestabanpreparando

algo peor. Holger se sintió inclinado a compartir el pesimismo del enano. Y ahora sólo tenían unamonturaparatrespersonas.Desdeluego,Alianorapodíahacerlamayorpartedelviajeporelaire;peroloscisnesnosonunasavesquesedejansuspenderenelcielo,ynopuedenadelantardemasiado.Ypormuygrandequefuerasuresistencia,Papillonnopodríallevarencimaaunguerrerodegranalturavestidoconcotademallas,aunajoven,aunhombrecitoysuequipo,ytodoelloasuvelocidadnormal.

Portanto,salierontemprano,yAlianora,tomandolaformadecisne,estudiódesdelaalturaelmejorcamino. Volvió y se sentó tras la silla, rodeando con los brazos la cintura de Holger (lo que lecompensabademuchasmolestias)yguiándole.Alatardecer,esperabaquehubieranllegadoalpaso,yaldíasiguientealoslímiteshabitadosporlossereshumanos.Teníantodavíamuchoskilómetrosdeselvaquerecorrerenelotroladodelacordillera,perohabíavistoalgunosclaros,granjasaisladasycaseríos.

—Ydondehabitanvarioshombres, sinosonmalhechores,habrá tierrasagrada—unsantuarioalmenos—,alquenoseatreveránaacercarselamayoríadelascriaturasquenospersiguen.

—Peroenesecaso—preguntóHolger—:¿cómopuedepensarsiquieraelMundoMedioenocuparlastierrashumanas?

—Con laayudadeseresqueno temen la luzdeldíanial sacerdocio.Animalescomo tudragón;criaturas con alma, como los enanos malvados. Pero esos aliados son pocos, y en su mayor partedemasiadoestúpidos,parautilizarlosenalgomás.PiensoqueprincipalmenteelMundoMediodependeráde los seres humanos que luchen en favor de Caos. Brujas, brujos, bandidos, asesinos, ante todo lospaganossalvajesdelnorteyel sur.Estospuedendesacralizar los lugaressagradosyenfrentarsea loshombresque luchencontraellos.Entoncesel restode lossereshumanoshuirá,yapenasquedaránadaqueimpidaqueelbrilloazulseaatraídosobrecientosdeleguasmás.Coneseavance,lasesferasdelaLeyseirándebilitando:nosóloennúmero,sinotambiénenespíritu,pueslapresenciapróximadeCaosdebeafectaralasbuenasgentes,volviéndolascaprichosas,sinley,einclinadasasuspropiosdemonios—ledijoAlianora,sacudiendolacabeza,turbada—.Yconformeelmalcrezca,loshombresmismosquerepresentanelbienutilizaránensumiedomediosdeluchacadavezpeores,yconellopermitiránqueelmalpongaunacabezadepuente.

Holger pensó en su propio mundo, donde Coventry se había vengado de Colonia, y asintió. Deprontosintiópesadoelcasco.

Tantoparaescaparaeserecuerdo,comoporcualquierotrarazón,regresóalascosasinmediatas.Los poderes de sus perseguidores no eran ilimitados, pues en otro caso ya le habrían detenido hacíatiempo.¿Cuáleseranentoncesesoslímites?Curiosamente,paraunosseresquesedecíannoteníanalma,larazadeFaerieseveíasometidaagraveslimitacionesfísicas,porloquedebíabasarseprincipalmenteen la astucia. Salvo por ser rápidos y flexibles, ninguno de ellos podría enfrentarse a un hombrenormalmentefuerte.(Conseguridad,losgigantes,lostrollsylosotrosseresdiversosdelMundoMediotenían una fuerza bruta superior a la de los humanos, pero Alianora decía que eran lentos y torpes.)Ningunopodíasoportarelsol;deahíquesusexcursionesa losdominioshumanossólopudierantenerlugar después de anochecer. E incluso en esos momentos debían evitar los objetos sagrados. Susencantamientos rebotarían como bolas de billar en cualquiera que se hallara en estado de gracia.Simplemente la cantidad habitual de decencia y determinación le bastaría a un hombre para salirtriunfante.Ellos,osusmaquinaciones,tepodíanmatar;podíanengañarte,dejarteconfuso,convertirteenvíctima;peroenunsentidoúltimoyciertonopodíanconquistarteamenosquetúquisieras.

Además,lafuerzadeunencantamientoparecíadependerdeladistancia.CuantomássealejabadeFaerie,másseguroestaríaprobablementeHolgerconrespectoasushabitantes.

Y no es que pudiera reírse de Alfric. Por el contrario. Pero no era la cabeza de los enemigos.MorganaleFaylesuperabaenrango.Ymásalládeellahabíaotros,claramente,alfinal,aquelenquienHolger no deseaba pensar. Pero Alfric tenía muchos poderes, era astuto y habilidoso, y no habíaabandonadolalucha.Probablemente,Morgannisiquieralahabríaempezado.

Sisupieratansóloloqueellosquierendemí.Durantetodoeldíaelcaballocaminóporunterrenoascendente.Alponerseelsol,Holgertiróde

lasriendasencimadeunpaso.Lahierbacrecíaengruposescasosentrelasrocas,y,salvo,esoellugarestabadesértico.Unvientopocohospitalariosubíaporlosriscosyporencimadelacresta.Amododesuspiro,Papillonresopló.Dejócaerlacabeza.

—Pobre animal—dijoAlianora acariciándole el hocico aterciopelado—.Hemos abusado de ti,¿verdad?Yestanochenotendrásnadamejorqueunascuantashierbassecas.

Alianoraencontróunarocaconunadepresiónenlapar—tesuperioryvertiópacientementeenellaelaguadeunpellejo,hastaquehubobebidolosuficiente.Holgerfrotóalcorcel.Habíaempezadoadarporsupuestaslashabilidadesdelcaballero,perolesorprendíabastanteelafectoquesentíaporPapillon.Arreglólosdesgarradosyembarradosarreosdeseda,haciendoconellosunaespeciedemantaparaelcaballo.Establecidoelcampamento;tomadalacena,comoestabanmuyfatigados,seretiraron.

Alianoraseencargódelaprimeraguardia,despuésHolgeryfinalmenteHugi.Cuandoterminadosuturnoseacostócontralajoven,Holgerdescubrióquenopodíavolveradormirse.Ellalepusolacabezaen el hombro, y con un brazo le cruzó el pecho. Por la fuerza del viento,Holger no podía oír cómorespirabaAlianora, pero sentía hasta sumás ligeromovimiento; también sentía cómoparecía irradiarcalor allí donde ella le tocaba. En otras partes estaba condenadamente frío, y la helada se filtraba atravésdelasmantasquelecubrían.Lamantadelasillaqueteníandebajoapenasaliviabalamaldicióndeeseduroterreno.

Peronoeraéseelmotivodequeestuvieradespierto.Cuandoelpeligrohabíaagudizadotodossussentidos,teníaprácticamenteencimadeélaesesercálidodecabellosdesarreglados…Tratódepasareltiempo recordando aMeriven, pero así sólo consiguió que empeoraran las cosas.Y en esemomento,pensóconamargura,podríahaberestadoconMorganaleFay.

¿DejarsolaaAlianoracuandoavanzabaelenemigo?¡No!Casiinconscientemente,larozó.Esefueotroerror.Antesdequesupierabienloquehabíasucedido,sumanosehabíadeslizadobajolatúnicadeplumasytocadounpechojovenysuave.Ellasemovió,murmurandoensusueño.Elpermanecióinmóvil,ynisiquieratuvolafuerzanecesariaparaapartarlamano.Finalmente,conmovido,sintiendounpicorenlapiel,abriólosojos.

Lasestrellasbrillabancomoenelinvierno.Nohabíaluna,pero,porlaposicióndelCarrodeCari(¡inclusoenelcieloterecuerdan,mirey!),consideróqueelamanecernoestabalejano.Lanegruradelatierraeracasiabsoluta.VioelperfildeHugi,agachadojuntoalfuegorojizo,yapartedeesosólounasmasaserguidassobreelcielo.Aquelpeñasco…

¡Nuncalohabíavistoantes!Deunsalto,Holger sepusoenpieantesdeque la tierra temblara.Veníaunavez,yotramás,un

sonidocomodetamboresmonstruosos;lamontañasesacudíacomolohaceunacasacuandounhombrepesadosubeporlasescaleras.Holgeroyóquelaspiedrassesoltabanycaíanporlapendiente.Cogiólaespadayenesemomentoelgigantesepresentóanteellos.

ConunpietanaltocomoelpropioHolger,deshizodeunapatadaelcírculodefensivo.Laluzdelfuegolepermitióverunasenormesuñasdelospies,sincortar.Alianoragritó.Holgerlaprotegiótrassucuerpo.Papillonfuecorriendohaciaelhombre,conunrelinchodedesafío,elcuelloylacolaarqueados,lasventanasdelhocicodilatadas.HugicorrióyseunióaAlianora.

Elgiganteseagachóyhurgóelfuegoconundedo,comosifueraunpalocurvo.Cuandolasllamassealzaron,Holgervioqueaquelsererahumanoide,aunquegrotescamenteanchoydepiernascortasen

proporciónconsualtura.Bien,pensóalinstante,aunquelaleydelaproporciónnofuncioneigualaquíqueenmimundo,necesitaunagranseccióntransversalparasoportaresepeso.Aquelcuerpotoscoyrevestidodepielesmalcosidas;elolorquesoltabahizoqueHolgersealegraradequeestuvieracontraelviento.Porloquepodíadiscernirentreelenmarañamientodesuscabellosysubarba,losrasgosdelgigante eran acromegálicos, unos ojos terminados en grandes crestas óseas, nariz y mandíbula quesobresalíantoscamente,labiosgruesosydientessuciosyenormes.

—CogeaPapillon,Hugi—dijoHolger.Ahoraquehabíapasadolaprimerasorpresa,habíadejadode tenermiedo.No se atrevía a tenerlo—.Lo retendrémientras pueda,Alianora, sube al aire.—Mequedarécontigo—ledijoconunavozpequeña,perosecolocóasulado,conlabarbillalevantada.

—¿Cómo puede haber pasado? —gimió Hugi—. Es de la raza del Mundo Medio. Losencantamientostendríanquehaberloalejado.

—Noshaestadoacechando—explicóAlianora—.Estasgentespueden sermuydiscretas cuandoquieren. Esperó unmomento en el que hubiera tal falta divina entre nosotros que los signos sagradosquedarananulados.

Conlamiradaacusabaalenanoacobardado.HolgersabíaquedeesemalnodebíaculparseaHugi.Pero…

—¡Hablaparaquepuedaoírte!Elgigantenohablabadeunmodoensordecedor,ni tampocosuacentoerademasiadobárbaro.Lo

quehacíaquefueradifícilentenderleeraeltono:tanbajoquelosregistrosinferioresinaudiblessacudíanloshuesoshumanos.Holgersehumedecióloslabios,seadelantóyconsuvozmásprofundadijo:

—EnelnombredelPadre,delHijoydelEspírituSanto,teordenoquetevayas.—Ja!—se burló el gigante—. Demasiado tarde para eso, mortal, ahora que has roto el círculo

bueno con tus deseos pecaminosos y todavía no has hecho acto de contrición—dijo extendiendo unamano—.Alfricmedijoqueencontraríaunapresa tiernaenestecamino.Damea ladoncellaypodráscontinuar.

Holgerdeseópoderdevolverlealgúndesafíosonoro,queestuvieradeacuerdoconeldisgustoquesentíaantetalidea.¡PorDiosquehabíacosaspeoresquelamuerte!Pordesgracia,sóloseleocurríaunafrasequenoeraadecuadaparalosoídosdeunadoncella.Poresoselimitóaembestir,atacandoconsuespadaalosinmensosnudillos.

Elgiganteechóhaciaatráslamano,sesoplólaheridahumeanteygritó.—¡Unmomento!¡Hablemos!Holger,aquienelvolumendelgritocasilehizocaerse,sedetuvo.Acostumbradoaserlapersona

másalta,elrostroqueteníaencimaleparecíatodavíamásanchodeloqueera.Perosequedóenpieyoyóalgigantequelehablabaenuntonobajoprofundísimoybastanterazonable:

—Escucha,mortal,sientoqueeresungrancampeón.Ydesdeluegoelcontactodelhierromehiere.Perosoygrande,ypodríaaplastarteconpiedrasantesdequedierasmuchosgolpes.¿Ysisolucionamoselasuntodeunmodomássencillo?Siganascontuingeniotedejaréirsinmolestarte.Hastatedaréuncasco lleno de oro —añadió, señalando una bolsa que llevaba a su lado y que debía contener unatoneladaomás—.Sipierdes,meentregarásalachica.

—¡No!—exclamóHolgerescupiendoalsuelo.—Espera,esperaunmomento,querido—dijoAlianora,tomándoladelbrazoconrepentinaansiedad

—.Pregúntalesiserefiereaunconcursodeacertijos.Asombrado,Holgerselopreguntóyelgiganteasintió.—Comosabes,losgrandesnossentamosennuestrossalonesdurantelanocheinterminableinvernal

denuestrapatriaunañotrasotro,siglotrassiglo,ypasamoseltiempoconpruebasdehabilidad.Pero,sobretodo,nosgustanlosacertijos.Paraquetedejepasar,tendrásquecontarmetresnuevosdelosqueno pueda responder a dos, para que pueda utilizarlos yo—su rostro bestial se volvió hacia el este,

ansioso—.Sinembargo,sérápido.LosojosdeAlianoraseencendieron.—Hazlo,Holger.Aceptaeltrato.Puedesvencerle.Elgigantenoparecíacomprenderlo,perodesdeluegoHolgersílohizo.Unacriaturatangrandeno

podíaoírdemasiadolagamahumanadefrecuencias.—Nopuedopensarennada—respondióHolgerconvozdefalsete.—Sípuedes—lereplicóAlianora,aunquesuconfianzamermóalgo.Sequedómirandoelsueloy

escarbándoloconundedo—.Ysinopuedes,puesbien,queme tenga.Sólomequiereparacomerme.Holger,túsignificasmuchoparatodoelmundoparacorrerelriesgodemorirenunapeleapormí.

En su confusión, los buscaba. ¿Pero qué acertijos conocía? Unos cuantos, como el que planteóSansónalosfilisteos.Peroseguramente,alolargodelossiglos,elogroloshabríaoído.Yél,Holger,noeralobastantebrillantecomoparainventarunjuegotanrápidamente.

—Prefiero lucharporalguienaquienconozco,comotú,que…—empezóadecir,peroelenormemonstruoleinterrumpióconungruñido.

—¡Dateprisa!Holgertuvounaidearepentina.—¿Nopuedesoportarelsol?—preguntóaAlianoraeneltonodefalsetequeimpedíaqueelgigante

loescuchara.—No—contestóella—.Losrayosbrillantesconviertensucarneenpiedra.—Ja—ja—chillóHugi—.Sientretienessumenteparaquevengaelamanecersinquesedécuenta,

podremoscogersubolsadeoro.—Eso no lo sé—contestóAlianora—. Pero he oído que los tesoros ganados con trampas están

malditos,yqueelhombrequelosganamuerepronto.PeroHolgerantesdeunahoratendráquehuirdelamanecer.

—Creo…que…sí—dijoHolger,volviéndosehaciaelcoloso,queempezabaagruñirconcoléricaimpaciencia—.Contenderécontigo.

—Pueshagámosloahora—dijoelgiganteconsonrisasádica—.Quizáotranoche…bueno,ataalamozaparaquenopuedaescapar.¡Deprisa!

Holgersemoviócontodalalentitudquepudo.MientrasatabaaAlianoralasmuñecas,susurróconvozaguda:

—Sisucedelopeor,puedesdeshacerestenudo.—No,noescaparé,puessevolveríacontrati.—Tendráquelucharconmigodetodosmodos—dijoHolger—.Deberíassalvartuvida—añadió,

tratandodeobteneruntonoheroico,aunqueeradifícilconseguirloconlavozdefalsete.Arrojóalgunospalosmásalfuegoysevolvióhaciaelgigante,quiensehabíasentadometiendolas

rodillasbajolapeludabarbilla.—Vamosaello—dijo.—Muybien.Tealegrarásaberportuhonorquesoyelcampeóndeacertijosdenuevereunionesde

pedernal—dijoelgigantemirandoaAlianoraylamiéndoseloslabios—.Undeliciosobocado.Antesdequesedieracuenta,Holgerhabíalevantadosuespada:—¡Reténtulengua!—rugió.—¿Prefieresluchar?—gritó,sacandolosenormesmúsculos.—No—contestóHolger,controlandosusnervios.¡Peroqueesehipopótamoseatrevieraamirarasí

asuAlianora…!Deacuerdo.Primeracertijo.¿Porquéungallinacruzaelcamino?—¿Cómo?—preguntó el gigante quedándose con la boca abierta hasta que sus dientes brillaron

comorocashúmedas—.¿Esoesloquemepreguntas?—Asíes.

—Perosiesolosabehastaelniñomásniño.Parallegaralotrolado.Holgersacudiósucabezadecabellosamarillos:—Falso.—¡Mientes!—gritóelmamut,levantándoseamedias.Holgercomenzóamoversuespada,produciendounsonidosibilante.—Tengounarespuestaabsolutamentebuena—dijo—.Debesencontrarla.—Nunca he oído nada semejante—se quejó el gigante, Pero se sentó y empezó a acariciarse la

barbaconunamanoinmunda—.¿Porquécruzaunagallinaelcamino?¿Porquévaahacerlosinoparallegar al otro lado? ¿Qué intenciónmística se oculta aquí? ¿Qué pueden representar una gallina y uncamino?

Cerrólosojosycomenzóacolumpiarsehaciaatrásyadelante.Alianora,acostadayatadacercadelfuego,lanzóaHolgerungritodealegría.

Trasuntiempointerminabledevientofríoyestrellastodavíamásfrías,Holgervioqueseabríanlosojosdelmonstruo.Alaluzdelahoguerabrillabancomodoslámparasdecolorsangre,profundosbajolascejascavernosas.

—Tengolarespuesta—dijoconvozaterradora—.NosediferenciadelacertijoconelqueThiaziasombróaGrotnirhace500 inviernos.Mira,mortal,unagallinaeselalmahumana,yelcaminoes lavidaquedebecruzarse,desdelazanjadelnacimientohastaladelamuerte.Enesacarreterahaymuchospeligros, no sólo las roderas de las fatigas y el espejismo del pecado, sino carretadas de guerra ypestilenciaconducidasporbueyesdeladestrucción;mientrasporencimagiraesealtohalcóndeSatán,dispuesto siempre a lanzarse. La gallina no sabe por qué cruza el camino, sólo que al otro lado loscamposquevesonmásverdes.Locruzaporquedebehacerlo,lomismoquedebemoshacerlotodos.

Elmonstruoselequedómirandoconairesatisfecho,peroHolgersacudiólacabeza:—No,teequivocasdenuevo.—¿Cómo?Vaya,tú…—empezóadecirelogro,levantándosedeltodo.—¿Entonces prefieres luchar? —dijo Holger—. Estaba seguro de que no tenías capacidad

intelectual.—¡No,no,no!—aullóelgiganteiniciandounpequeñotemblordetierra.Sequedópaseandounrato

para conseguir suficiente control de símismoy sentarse de nuevo—.El tiemponos presiona, así querenuncioaéstaytepidolarespuesta.¿Porquérealmentecruzaunagallinaelcamino?

—Porquedandolavueltaporelotroladoladistanciaesmáslarga—dijoHolger.Durantevariosminutoselgiganteestuvolanzándolemaldiciones.PeroHolgersesentíacontentocon

eso;suúnicoobjetivoeraganartiempo,sieraposibletiemposuficienteparaquelosprimerosrayosdesolcayeransobresuenemigo.Cuandofinalmenteeltitánpudohacerunaprotestacoherente,Holgerhabíareunidoargumentossuficientesacercadelsignificadodelostérminos«pregunta»y«respuesta»paraquese estuvieran gritando el uno al otro durante media hora. ¡Fue una bendición que en la universidadhubieraseguidoelcursodesemántica!ConsiguiógastardiezminutossóloenreconstruirlateoríadelostiposdeBertrandRussell.Finalmente,elgiganteseencogiódehombros.

—Dejémoslopasar—dijosiniestramente—.Habráotranoche,amigomío.Peropiensoqueestaveznomeganarás.¡Vamosaello!

Holgertomóaliento.—¿Quéesloquetienecuatropatas,plumasamarillas,viveenunajaula,cantaypesa400kilos?Elogrogolpeóelsueloconelpuñoyvariasrocassaltaron.—¡Mepreguntassobreunaquimerade laquenosehaoídohablar!Esonoesunacertijo,esuna

cuestióndefilosofíanatural.—Siunacertijoesunapreguntaquepuederesolverseconelingenio,ésteloes—contestóHolger,

lanzandounamiradafurtivahaciaeleste.¿Estabapalideciendoelcielo,aunquefueradébilmente?

Elgigantelelanzóunabofetada,fallóysequedóquieto,lamiéndoseelbigote.Resultabaevidentequeelmonstruonoeramuyinteligente,pensóHolger.Siseledanañosparameditarunproblema,hastaelcerebromáslentodaráconlarespuesta;peroloqueunserhumanoveríaencuestióndeminutoseseanimal podría necesitar horas para solucionarlo. Sin embargo, tenía ciertamente capacidad deconcentración.Sequedósentadoconlosojoscerradosconfuerza,columpiándosehaciaatrásyadelante,murmurandoalgoparasímismo.Elfuegobajaba;yelgiganteseconvirtióenotraformadeforme.HugitiródelospantalonesdeHolger

—Noolvideseloro—susurróconavaricia.—Ni la maldición que pesa sobre él—intervino Alianora—. Pues temo que si ganamos no lo

haremospormediostotalmentehonestos.Holger era demasiado pragmático para preocuparse por ese aspecto. Sin duda que sólo un santo

podría combatir elmal sinverseenciertamedidacorrompidopor suspropiosactos.Sinembargo, elgigantehabíallegadocomounagresorcaníbal,sinserprovocado.EngañarleparasalvaraAlianoranopodíaserunpecadotangrave.

Aunasí…nodebíanreírsedelasmaldiciones.Holgersintióunestremecimientofríoensustripas.Nosabía la razón,peroel instinto lemurmurabaque lavictoriasobreeseenemigopodría resultar tanruinosacomoladerrota.

—¡Hecho!—dijo abriéndose la horrible cara—.Tengo tu respuesta, caballero. ¡Dos canarios de200kilos!

Holgersuspiró.Nopodíaesperarganartodaslasveces.—Muybien,Jumbo.Terceracertijo.Elgigantesedetuvoyempezóafrotarselasmanos.—¡NomellamesJumbo!—¿Yporquéno?—Porque mi nombre es Balamorg. Un nombre temible que muchas viudas, muchos huérfanos y

muchospueblosreducidosacascotestienenbuenosmotivosparaconocer.Llámametalcomomellamo.—Ah,peronosabesqueallídedondeyovengoJumboesuntérminoderespeto.Escúchame…—

Holgerelaboróunahistoriaimprobabledurantediezoquinceminutos.Balamorgleinterrumpióconvozautoritaria:

—Elúltimoacertijo.Dateprisaomelanzarésobretiahoramismo.—Muybien.Comodesees.Entoncesdime:¿quéesloqueesverde,tieneruedasycrecealrededor

delacasa?—¿Cómo?—preguntóelgigantedejandocaersuenormemandíbula,yHolgerselorepitió.—¿Qué

casa?—preguntóentonceselgigante.—Cualquiercasa—contestóHolger.—¿Ydicesquecrece?Teaseguroquelaspreguntassobreunárbolfabulosoenelquesearraciman

lascarretascomosifueranfrutosnosonverdaderosacertijos.Holgersesentóycomenzóalimpiarselasuñasconlapuntadelaespada.Pensóqueelcuchillode

magnesiodeAlfricpodríaproducirelmismoefectoquelaluzdelsolsilomanejababien.Aunquequizáno.Laproduccióntotaldeenergíaseríaprobablementemuypequeña.Aunasí,tendríaqueluchar,tendríaqueprobarlaDagaArdiente.Aunqueelfuegosehabíareducidoaunasascuas,podíaverlosrasgosdesuenemigo.

—Losdesafíosqueteheplanteadosoncomunesentrelosniñosdemipatria—dijoél.Esoeracierto.PeroelegoheridodeBalamorghizoquesepasaravariosminutosmásresoplando

enrabietado.Finalmente,conungruñidocolérico,entróensutrancedeconcentración.Holger permaneció sentado, muy quieto. Alianora y Hugi estaban tan inmóviles que parecían

piedras.HastaPapillonsequedóinmóvil.Perolosojosdetodosestabanvueltoshaciaeleste.

Yelcieloseaclaraba.Trasunafraccióndelaeternidad,elogrogolpeóelsueloylosmiró.—Abandono—dijoconungruñido—.Elsolyameproducedolorydebobuscarabrigo.¿Cuálesla

respuesta?—¿Porquéibaadecírtela?—preguntóHolgerponiéndoseenpie.—¡Porqueyo lodigo!—replicó el colosoponiéndose también enpie, encorvado, con ios labios

haciaatrásdeformaqueseveíansuscolmillos—.¡Oaplastaréatuputa!—Muybien—dijoHolger,levantandolaespada—.Lahierba.—¿Cómo?—Larespuestaeslahierba.—¡Perolahierbanotieneruedas!—Bueno,mentíenlodelasruedas—dijoHolger.LarabiasaliódeBalamorgenunbramidoestruendoso.Selanzócontraelcaballero.Holgerseechó

haciaatrás,alejándosedeAlianora.Siconseguíamanteneralmonstruoencolerizadootroscincominutos,yconservaréllavida,entonces…

—¡Nanay,nanay,nanay,nopuedescogerme!Balamorglanzóhaciaélunagarra.Holgerlanzólaespadacontodasufuerzaylecortólapuntade

un dedo. Después dio un salto y se escabulló, moviéndose para un lado y para otro, tratando deenfurecerle,yjadeandopararespirar.

Hastaqueelbordedelsoldespuntóenlaoscuridadoriental.Cuandolosprimerosrayoslotocaron,Balamorglanzóungrito.Holgernohabíaescuchadonunca

ese grito de dolor.Mientras escapaba de la caída de esamasa, seguía sintiéndose horrorizado por elgrito.Elgigantechocóconelsuelocontantafuerzaqueagitóysoltólasrocas.Sequedóallíagitándose,deunamanerahorripilante.Yluegoquedóensilencio.Elsolcayósobreunalargalosetadegranito,cuyaformahumanaapenaserareconocible,aunqueseguíaenvueltaenpieles.

TambiénHolgercayóatierra,conunrugidoensusoídos.AlrecuperarseteníalacabezasobreelpechodeAlianora.Elcabelloylaslágrimasdeéstacaían

sobresurostro,comoelnuevoamanecer.Hugicorreteabaalrededordelagranpiedra.—¡Oro,oro,oro!—gritaba,acompañándosedeunarisaaguda—.Losgigantesllevansiempreuna

bolsallenadeoro.¡Deprisa,hombre,ábreleelsacoyhaznostanricoscomolosreyes!Holgersepusoenpieyseacercóaél.—Nomegustaesto—dijoAlianora—.Perosipensáisqueesmejorquenosllevemossusriquezas

—puesconseguridadquepodremosgastaralgunasmonedasennuestroviaje—,ayudaréallevarlacargaypediréquelamaldicióncaigasobremísola.¡Queridomío!

HolgerhizounaseñalaHugiparaqueseapartarayseinclinójuntoalabolsa,toscaydepaja.Yasehabíansalidoalgunasmonedas.Brillabanbajosuvistacomosolesenminiatura.Pensóquesiaunapartedeestetesoroledabanunautilizacióndigna,comoladeconstruirunacapillaalbuenSanJorge,podríaconseguirqueelrestonoestuvieramaldito.

¿Cuáleraeseolor?Noeralapestedelaspieles,sinootrodébilaroma,comoatormenta,bajoesecieloclarodelamanecer.

¿…Ozono?Esoes.¿Perodedóndevendría?—¡Diosmío!—exclamóHolger.Sepusoenpiedeunsalto,cogióaAlianoraensusbrazosycorrió

haciaelcampamento—.¡Hugi!¡Saldeaquí!¡Apártatedeestelugar!Notoquesnadasiquieresvivir.Encuestióndeminutos estabanmontadosydescendíanpor lapendienteoccidental.Holgerno se

sintióasalvoparahacerunaparadahastaquesehabíanalejadovarioskilómetros.Yentoncestuvoquesatisfacerlapeticióndeunaexplicacióndesuscompañerosconalgunasexcusasdébilesacompañadasdeque lossantos lehabíanconcedido lavisióndeun tremendopeligro.Porfortuna, lo teníanenunaaltaestimaynolediscutíannada.

¿Perocómohabíadadoélconesaverdad?Lociertoesquenuncahabíacaptadoenprofundidadlateoría atómica. En la facultad solamente había estudiado los experimentos de transmutación deexperimentadorescomoRutherfordyLawrence,ysobrelasquemadurasdelradio.

Lashistoriassobre lamaldiciónquecaíasobrequienessaqueabanaungigantemuertoporelsoleran absolutamente ciertas. Cuando el carbono se transforma en silicio, se produce un isótoporadioactivo;yenelprocesosevenimplicadastoneladasdematerial.

13Porlatardeseguíandescendiendo,peroaunritmomáslento,yconunairemásligeroqueelque

respirabanantesdelalmuerzo.Latierraboscosa,derobles,abedulesyalgunosabetos,revelabaindiciosdelhombre:tocones,segundoscrecimientos,matorralesbajosquehabíacomidoelganado,oqueestabanrasuradosporcerditosreciéndestetados,yfinalmenteuncaminoquebajabaserpenteandohastaelpuebloqueAlianora esperabapudieran llegar esemismodía.Agotadopor el encuentroquehabía tenidoconBalamorg,Holgerdormitaba en la silla.Los cantosde lospájaros lo adormecían, por loquepasaronvariosminutosantesdequesedieracuentadequeéseeraelúnicoruido.

Pasaron junto a una granja. La casa de troncos y techo de paja y los rediles indicaban que elpropietarioerarico.Peronosalíadeellahumoalguno.Nosemovíanada,salvouncuervoquesaltabasobreloscorralesvacíosyselesquedómirando.Hugiseñalóhaciaelsendero.

—Porlashuellasparecequecondujolosganadoshaciaallíhacealgunosdías—comentóelenano—.¿Porquéloharía?

LaluzdelsolquesefiltrabaentrelosarcosdehojasleparecióaHolgermenoscálida.Porlanocheaparecieronenunclaro.Pordelanteseextendíancamposdetrigomaduro,cultivadossindudapor losaldeanos.Elsolsehabíapuestodetrásdelbosque,queparecíanegrohaciaeloeste,sobrealgunaslucesrojizas. Hacia el este estaban lasmontañas, sobre las que titilaban las primeras estrellas. La luz erasuficienteparaqueHolgervieraunanubedepolvoaunosdoskilómetrosdelcamino.AnimóaPapillonyel corcel rompió a trotar fatigadamente. Alianora, que se había divertido lanzándose sobre losmurciélagosqueaparecíanalatardecer,tomótierradetrásdelhombreyrecuperólaformahumana.

—Notienesentidoalarmaralostuyos—dijoAlianora—.Seacualseasuproblema,loshavueltobastantetímidos.

LanarizotadeHugiolfateóelaire.—Estánllevandolasovejasyelganadodentrodelosmuros—dijoelenano—.¡Quérancioesel

olor!Perohayalgopordebajo…elsudorhuelemásfuertecuandounhombre tienemiedo…yveounespectro,oalgofantasmal.

Serecostóhaciaatrásenlasilla,apoyándoseenelpechodeHolgercubiertoporlacotademalla.Elganadoeramuynumeroso.Sesalíadelcaminoycruzabaporentreloscereales.Losmuchachosy

perrosqueperseguíanalosextraviadoscaminabanporlasringlerasdeloscereales.Holgerpensóquealgunaemergencialesteníaquehaberobligadoaaquello.Tiródelasriendasalveravarioslanceros.Entrecerrando los ojos para ver mejor en la luz del atardecer, vio que los campesinos eran gentesrobustas,detezblanca,debarbaycabelloslargos,vestidosconcapasdelanagruesacosidatoscamenteypantalonescruzados.Erandemasiadoneciosparaestarhistéricos,perolasvocesquelepreguntaronsunombrerevelabanunagraninquietud.

—SirHolgerdeDinamarcaydosamigos—contestó.Erainútilexplicarleslacomplicadaverdad—.Venimosenpazyquisiéramospasaraquílanoche.

—¿Holger?—preguntóunhombrefornidodemedianaedadqueparecíaeljefe,bajandolalanzayrascándoselacabeza—.¿Noheoídoantesesenombre,ounoparecido?

Unmurmullosurgióentreloshombres,peronadiepudodarunarespuestainmediata,yelganadonodabatiempoalareflexión.Poreso,Holgerañadiórápidamente:

—Quienllevetalnombrenosoyyo.Soyunextranjeroquevengodemuylejosysóloestoydepaso.—Puesbien,señor,bienvenidoseáisaLourville—dijoelcampesinoprincipal—.Temoquehayáis

venidoenunmalmomento,perosirYveestarácontentodeveros…¡Tú,apartadeahíaesacondenadavaquillaantesdequetermineenelducadodeal lado!…mellamoRaoul,sirOlger.Leruegoperdoneestetumulto.

—¿Quéproblematienen?—preguntóAlianora—.Veoquellevanalosanimalesdentrodelaciudadestanoche,ynomeparecemuynormal.

Holger escuchó que un ancianomurmuraba algo sobre esos visitantes extranjeros y sus queridasescandalosamentevestidas.Otrolesusurró:

—Heoídohablardeella,abuelo,esunadoncella—cisnequeviveunpocoalnorteyaloestedelterritoriodeLourville.Dicenqueesamable.

HolgerprestómásatenciónaRaoul.—Sí,miseñora,estosúltimosdíasllevamosjuntosatodoelganadoylosencerramosenlaciudad

cuandooscurece.Estanocheinclusolaspersonasseamontonarándentrodelosmuros;nadieseatreveyaairasolasporelexteriorcuandocaelanoche.Andasueltounhombrelobo.

—¿Quédice?—ladróHugi—.¿Uncambia-piel?—Ay.Muchascosashanidomalenestosúltimosaños,unadesgraciatrasotraentodaslascasa.A

mísemedeslizóelhachaymeabriólapiernaestaprimavera,ylomismolesucedióamihijomayor.Nospasamos tressemanasen lacama,precisamenteen laépocade lasiembra.Ynosólounafamiliacuentatalescosas.YdicenqueesasíporqueenelMundoMedio,queestámásalládelasmontañas,labrujeríaes tanfuertequesupoder llegahastaaquíy lovuelvetododelrevés.Esoes loquedicen—afirmó Raoul santiguándose—. Yo, no lo sé. El loup-garou ha sido lo peor hasta ahora. Cristo nosguarde.

—¿Ynopodríatratarsedeunlobonaturalqueatacavuestrosrebaños?—preguntóAlianora—.Amenudo,heoídohablaralagentedealguienqueteníaunaformaextraña,cuandoenrealidadsóloeraunanimalmásgrandeymásastutoquelamayoría.

—Quizáfueraeso—afirmóRaoulseveramente—.Aunqueesdifícilentenderqueunanimalnaturalpuedahaberrototantaspuertasolevantadotantoscerrojos.Tampocoloslobosauténticosmasacranaunadocenadeovejasdeunavez,pormeradiversión,comounacomadreja.Perolaúltimanocheelasuntoseaclaró. Pier Piesgrandes y Berte, su mujer, estaban en su casa, metida seis kilómetros en el bosque,cuandoelhombregrisirrumpióporlaventanaylesrobóalbebéqueteníanenlacuna.Pielegolpeócon la podadera, y jura que el hierro traspasó las costillas del lobo sin dañarlo. Entonces Berte seenfureció y enloqueció y golpeó a la bestia con una vieja cuchara de plata que tenía de su abuela.Entoncesdejó caer al bebé,por lagraciadeDiosnomuymalherido,yhuyópor laventana.Yyo tepregunto:¿esesounanimalnatural?

—No—respondióAlianora,sintiéndosedeprimidayasustada.Raoulescupióalsueloysiguióhablando:—Poresodormiremosdentrodelosmurosdelaciudadmientrasdureestepeligro,ydejaremosque

ellobomerodeeporlosbosquessincuidar.Quizápodamosdescubrirquiénestácambiandodeforma,yquemarlo—yañadióenuntonomássuave—:unagranpenaesestoparasirYve,precisamenteahoraquesuhijaRaimbergeseestabapreparandoparaviajarhaciaeloesteycasarseenVienneconeltercerhijodelMargrave.RuegoaDiosqueterminenprontonuestraspenas.

—Nuestroseñornopodráentreteneros talcomoosmerecéis, sirOlger—añadióunmuchacho—.Piensapasarseto—dalanochecaminandoporlosmurosporsiacasoellobotrataradesaltarlos.Ysudama,Blancheflor,estáenfermaenlacama.Perosuhijoehijaharánloquepuedan.

Holgersupusoquedeberíaofrecersevoluntarioparaayudarenlaguarda,peronocreíaquedespuésdeldíaquehabíapasadopudieramantenersedespierto.PidióaAlianora,queibacabalgandolentamentepordelantedelganado,queleexplicaralaamenaza.

—Hay dosmaneras por las que los hombres toman forma animal—respondió—. La una es pormagiasobreunserhumanocomún,comomiprendadeplumashacepormísiemprequelodeseo.Laotraes más oscura. Algunos pueden nacer con naturalezas gemelas. No necesitan de encantamientos paracambiarlaforma,ycadanocheeldeseodeconvertirseenoso,enjabalí,enlobooencualquieranimal

en que puedan convertirse… cada noche, ese deseo los abruma. Y entonces enloquecen. Pueden serpersonasamablesysensatascuandocaminancomosereshumanos,perocomoanimalesnopuedendejarde hacer daño hasta que se sacia su sed de sangre, o hasta que elmiedo a ser descubiertos les hacerecuperar nuestra forma.Cuando son animales, es casi imposiblematarlos, pues las heridas cuidan alinstante.Sólolaplatalesdueleyunarmadeplatalosmataría.Perodetalesarmaspuedenescaparmásrápidoquelosquetienenverdaderacarneysangre.

—Peroentonces,sielhombrelobonopuedeevitarlo,elquehayporaquídebeserextranjero,¿no?Unodellugarhabríaasoladolazonadesdehaceaños.

—No. Temo que, tal como dijo el campesino, esa criatura es uno de los suyos. Pues un débilcontenido de esa sangre puede pasar sin ser observada, desconocida, toda una vida, por no ser lobastante fuerte para revelarse. Y solamente muy tarde, cuando la fuerza de la brujería ha crecido losuficiente, que despierta el demonio dormido. No me cabe duda de que el propio hombre lobo estásobrecogido por el horror. Dios le ayude si los demás se enteran de quién es.—QueDios le ayudepensandoenquetuspatanesasustadospuedandecidirhaceral«warg»—gruñóHugi.

Mientras cabalgaba hacia la puerta,Holger iba con el ceño fruncido.Aquello tenía sentido si seteníaencuentalascosasfantásticasquepredominabanenesteuniverso.Hombreslobos…¿cuáleralapalabra?…Ah,sí,lalicantropía,heredadaprobablementecomounaseriedegenesrecesivos.Siteníaslaseriecompleta,erasunlicántroposiempreyentodaspartes…yprobablementetupadretemataralaprimeravezqueencontrarauncachorrodeloboenlacunadesuhijo.Conunaherenciaincompleta,latendencia a cambiar eramás débil. Podía ser totalmente latente, y el pobre campesino que llevara lamaldiciónnosospecharíalomásmínimo:hastaquelabrujeríaredobladadelMundoMediosoplaraporencimadelasmontañasyreforzaracualquierquímicacorporalquesevieraimplicadaenello.

Miró los alrededores a través de la luz crepuscular. El pueblo estaba rodeado por una gruesaempalizada,sobre laquehabíaunsenderoporelquesirYveharíaestanochesuronda.Enel interiorhabíacasasdemadera,estrechasyapretadas,dedosotrespisos.Lascallesqueserpenteabanentreellaseransimplessenderos,queapestabanporelestiércolquelosanimalesdejabancaercadanoche.Aquellaen laque entró eraunpocomás anchay recta, pero tampocodemasiado.Variasmujeresvestidas conlargas túnicas terminadas en griñones, con hijos de pelo alborotado, y unos artesanos vestidos condelantalsequedaronmirándolocuandotraspasólapuerta.Casitodosllevabanantorchasquellameabanychisporroteaban bajo el cielo de colormorado oscuro.Mientras lo seguían a él charlaban en un tonorespetuosamentebajo.

Holgersedetuvocercadeunacallequeconducíaaunlado,untúnelnegroencerradoporlosmurosdelascasascircundantesytechadosporsusgaleríascolgantes.Silueteadaporencimadelascumbreras,pudoverlapartesuperiordeunatorrecuadradaquepertenecíasindudaalsalóndesirYve.Seagachóhaciaunhombrefornido,quesetiródelpeloantesdedecir:

—Odoelherrero,señor,avuestroservicio.Holgerseñalóhaciaelcallejón.—¿Esésteelcaminoquellevaalacasadevuestroseñor?—Cierto,sir.Oye,Frodoart,¿estáelamoencasatodavía?Unhombrejovendecapuchaescarlatadescolorida,quellevabaespada,asintió.—Haceunmomentolohedejado,armadodepiesacabeza,tomandounacopadecervezaantesde

subir a los muros. Su escudero soy, sir caballero. Allá os guiaré, que este lugar es ciertamente unlaberinto.

Holger se quitó el casco, pues tenía los cabellos humedecidos por el sudor tras ir vestido conarmaduraeldíaentero,ylabrisadelatardecererafresca,aunquemaloliente.Yaenelsalón,comprendióquenadalujosopodíaesperar.Evidentemente,sirYvedeLourvillenoerarico:uncaballerodeunazonadesérticaconunpuñadodeseguidoresquedefendíaestoslugarescontralosbandidos,yadministrabauna

toscajusticia.Raoulsehabíasentidollenodeorgullocívicoconlabodadelahijaconelhijopequeñodeunnoblemenor,enlazonaoccidentaldelImperio.

Noimporta,pensóHolger,algoquecomeryunlugardondedormirestodoloquenecesitoahora.El escudero encendió una antorcha y caminó delante de él. Palpó a Papillon para estimularlo y

comenzóabajarporelcallejón.Unamujergritó.Holgersehabíavueltoaponerelcascoyasacarlaespadaantesdequeterminaraelgrito.Papillon

giró.Lasgentesseacercaronunasaotras.Crecieronlasvoces.Laluzdelaantorchaarrojabainquietassombras sobre las casas de la calle principal; los pisos superiores quedaban perdidos en la negrura.Holgervioquetodaslasventanasypuertasestabanbiencerradas.Trasunadeaquellasparedes,lamujergritódenuevo.

Unacontraventanacerradaconcerrojodehierro saltó en astillas.La formaque salióde ella eraalargadaypeluda,resultandogrisáceacomoelacerobajolaluzrojiza.Sehabíaabiertocaminodeuncabezazo.Alcaeralacalle,levantóelhocicodelpecho.Llevabaentrelasmandíbulasaunniñopequeñoydesnudo.

—¡Ellobo!—exclamóelherreroatragantándose—.¡Virgensanta,estamosencerradosconellobo!Lamadredelniñoaparecióenlaventana.—Entróporatrás—aullóestúpidamente.Extendíalosbrazoshaciaelanimal,haciatodosellos—.

¡EntróysellevóaLusiane!¡Ahíestá,ahíestá,porDios,hombres,devolvedmeamiLusiane!Papillon avanzó rápidamente. El lobo, sosteniendo al niño, sonreía. La piel sonrosada del bebé

estabaensangrentada,peroseguíaluchandoygritando.Holgerlanzóuntajoconlaespada,peroellobonoestabayaallí.ConvertiginosarapidezsehabíametidoentrelaspatasdePapillonysehabíaidoporlacalle.

Frodoartelescuderotratódeinterceptarlo.Ellobonisiquierasehizoaunlado,puessaltósobreél.Más adelante aparecía la boca de otro callejón. Holger hizo que Papillon girara y galopó tras él.Demasiado tarde,pensó,demasiado tarde.Unavezestuvieraenese laberintodepasadizososcuros,ellobopodríadevorarasupresayconvertirseenserhumanodenuevoantesdequecualquierapudiera…

Escuchóunbatirdealasblancas.Alianora,enformadecisne,golpeóconelpicolosojosdelwarg.Esteechólasorejashaciaatrás,torcióhaciaunladoysedirigióhacialasiguientesalida.Peroelcisnedescendiódelantedeél.Comosifueraunaduratormentadenieve,detuvoalfugitivo.

EntoncesllegóHolger.Lejosyadelasantorchasapenassiveíanada,perosípudoverlagranformasombría.Suespadasilbó.Sintiócómoelfilocortabalacarne.Unosojoslobunoslemirarondestellantes,deuncolorverdefrío,llenosdeodio.Levantólaespada,lahojaatrajolaluzqueporallíhabíaysediocuentadequenoteníasangre.Elhierronoteníacapacidadparaherir.

Papillon levantó los cascos, tiró a tierra al loup—garou y lo pisoteó. Pero la forma velluda semovíahaciaunladoyotroynorecibíaheridaalguna.Desaparecióporelcallejón,perodejandocaeralniño,quelloraba.

Cuando los aldeanos llegaron, Alianora había tomado de nuevo forma humana. Sostenía en susbrazosalapequeñaniña,cubiertadesangreybarro.

—Ya,pobrecita,pobrecitamía,ya,ya,ya.Yahapasadotodo.Noestásmuymalherida,sólotienespequeños cortes. Vaya, qué asustada estarás. Pero piensa que podrás decir a tus hijos que el mejorcaballerodelmundotesalvó.Ya,amormío,nopasanada…

Un hombre de barba negra que debía ser el padre, le cogió la niña de los brazos, se quedó unmomentomirándolaycayóderodillas,conmovidoporunfuertellanto.

Holger, sirviéndose de la parte plana de la espada y de lamasa de Papillon, trató demantenerseparadaalamultitud.

—Tenedcalma—gritaba—.Quehayaorden.Laniñaestábien.Tú,ytú,ytú,venidaquí.Necesito

portadoresdeantorchas.Dejaddechillar.Loquetenemosquehacerahoraescazareselobo.Varios hombres se pusieron de color verde, se santiguaron y desaparecieron. Odo, el herrero,

sacudióunpuñohacialasalidadelcallejónydijo:—¿Cómohacerlo?Estebarronoguardahuellas,nitampocoelpavimentoquehayenotroslugares.

Elenemigollegaráasupropiacasasinquelosiganyvolveráaconvertirseenunodenosotros.Frodoartcontemplólosrostrosquesobresalíanentrelasmóvilessombras.—Sabemos que no es ninguno de los que estamos aquí —dijo el escudero por encima de la

algarabía—.Ni ninguno de los pastores que están en la puerta. Eso nos servirá de ayuda. Que cadahombrerecuerdeaaquelqueestáasulado.

HugitiródelamangadeHolger.—Silodeseáis,podemosseguirlo—dijo—.Lospelosdemimorroseguiránsupestuza.Holgerarrugósunarizydijo:—Aloúnicoquehueloesaestiércolybasura.—Ah,perovosnosoisunenanodelosbosques.Rápido,dejadmeenelsueloyseguiréelrastro.

¡Perocuidaddeestarbiencerca!HolgersubióaAlianoraalasilla(elpadredelaniñabesólospiesdeésta)ysiguiólaformaparda

deHugi.FrodoartyOdocaminabanaamboslados,conlasantorchasbienlevantadas.Unasdocenasdehombresseapretabantraslosaldeanosmásaudaces,armadosconcuchillos,palosylanzas.Sicogíanallicántropo,pensóHolger,seríaposiblesujetarloporlafuerzahastaquelepudieranecharunascuerdas.Ydespués…peronolegustabapensarenloquevendríadespués.

Hugirastreóloscallejonesvariosminutos.Aparecióenlaplazadelmercado,queestabaempedradayseencontrabaalgomásiluminadabajolasestrellas.

—Tan claro como lamostaza el olor—gritó—.Nada en elmundo apesta tanto comounhombreanimalenestaúltimaforma.

Holger se preguntó si las secreciones glandulares serían las responsables de esto. Las piedrassonabanhuecasbajoloscascosdePapillon.

La calle que tomaron se alejaba de la plaza del mercado, estaba más o menos pavimentada ycomparativamenteeraancha.Devezencuandohabíacasasencendidas,peroHugiignoróalaspersonasquehabíadentro.CorríaenlínearectahastaqueHolgerescuchóungritoasusespaldas.

—¡No!—gruñóFrodoart—.¡No,enelsalóndemiamo!

14Lamoradadelcaballeroestabaenunaplaza,frentealaiglesiayencerradaentrecasas.Lacocinay

los establos eran edificios separados. El salón no resultaba impresionante, pues era un habitáculo demaderacontechodepaja,nomuchomásgrandequeunapartamentodelmundodeHolger.TeníaformadeT,conlaramaizquierdadelbrazodelacruzsirviendodebasealatorrequehabíaobservadoantes.LapartefrontalestabaenelextremodelaT,cerrada.Laluzbrillabaporentre lasventanascerradas; losperrosalborotabanenlosestablos.Hugiseacercóalapuertadeentradaremachadaenhierro.

—Poraquíhuyóelwarg—afirmó.—¡Ylafamiliademiamoestásola!—exclamóFrodoart, tratandodeabrirelcerrojo—.Cerrada

conbarras.¡SirYve!¿Podéisoírme?¿Estáisbien?—Odo,cubrelapartedeatrás—gritóHolger—.Alianoraelévatee infórmamedecualquiercosa

inusual.Elcabalgóhastalapuertaylagolpeóconelpomodelaespada.Elherreroreunióavarioshombres

quecorrieronhaciaatrás.Hugilessiguió.Másgenteiballegandoalaplaza.Graciasalfugitivobrilloamarillento de las antorchas,Holger reconoció que entre la gente estaban algunos de los pasto— res.Raoul,elcampesino,seabriópasoentrelamultitudparaunirseaél,conlaespadaenlamano.Nadierespondíaalallamada.

—¿Estaránmuertos ahí dentro?—sollozaba Frodoart—. ¡Derribemos la puerta! ¿Sois hombre operros,queosquedáisociososcuandovuestroseñorosnecesita?

—¿Hay alguna puerta trasera?—preguntóHolger. La sangre le resonaba en las sienes.No teníamiedodelhombrelobo,nisiquieraunasensacióndeextrañeza.Aquelloestababien:eraeltrabajoparaelquehabíanacido.

HugiseabriócaminoentrelaspiernasymovióelestriboparallamarlaatencióndeHolger.—Nohayotrapuerta,salvoventanas,todastancerradascomolaúltima—informóelenano—.Pero

elwargnoha salidode aquí.Heolido todos los alrededores.Aunquehubiera saltadode la torre, hecubierto el terreno donde habría podido caer. Ahora todas las salidas están bloqueadas. Lo tenemosatrapado.

Holgermiróasualrededor.Losaldeanoshabíandejadodemoverseconfusamente;todosrodeabanelsalónyestabanmuyquietos.Laluzdelaantorchailuminabapasajeramenteelrostropálidoyasustadode unamujer, el cabello sudoroso de un hombre, el brillo de unos ojos en la sombra. Por encima detodos,sobresalíanlasarmas,lanzas,hachas,picos,guadañas,mayales.

—¿Yquéhaydelossiervos?—preguntóaFrodoart.—Nohayningunodentro,señor—contestóelescudero—.Losservidoresdelacasasongentesdel

pueblo,quesevanacasaaloscurecer,quedándosesóloelviejoNicholasparaatenderalafamilia.Yveoqueestáallí,lomismoquelosmozosdeestablo…¡Entremos!

—Loharésimedejáisespacio.Frodoart y Raoul abrieron un espacio con una eficacia bien intencionada aunque brutal. Holger

acariciólascrinesdePapillonymurmuró:—Muy bien,muchacho, veamos haber si servimos. Puso demanos al caballo, que con las patas

delanteras golpeó la puerta.Una vez, dos veces, tres veces, hasta que el cerrojo se soltó y la puertaquedóabierta.

Cabalgando,Holgerentróenunahabitación larga.El suelo, sucio,estabacubiertode juncos.Porencimade losbancos empotrados en losmuros colgaban armasy trofeosde caza.Entre las vigasdeltechoseagitabanpolvorientosestandartesdebatalla.Unoscandelabrosfijadosenlaparediluminabanbastantebienellugar,mostrandoqueestabavacíoyresaltandounapuertaquehabíaalfinal.Detrásdebía

estarlabarracruzadadelaT,losapartamentosprivadosdesirYveysufamilia.UngritoseelevóentreloshombresqueseamontonabandetrásdeHolger.Pues lapuertaestababloqueadaporunaformaquebrillabacomoelacerobajolaluzdelasvelas.

—¿Quiénessois?—preguntóelhombreondeandounaespadaporencimadesuescudo—¿Aquésedebeesteultraje?

—¡SirYve!—exclamóFrodoart—.¿Nooshadañadoellobo?—¿Quélobo?¿Dequédiabloshabláis?Yvos,señor,¿quéexcusatenéisparaabriroscaminoala

fuerza?¿Soisenemigomíodesangre?¡Sinoesasí,porlamuertedeDiosqueprontoosconvertiréenuno!

Holger desmontó y se acercó caminando. Sir Yve de Lourville era un hombre alto y bastantedelgado, de rostro caballuno y melancólico, y grises mostachos caídos. Llevaba una armadura máselaboradaqueladeldanés,uncascoconvisera,corselete,brazaletes,coderas,musleras,espinillerasycotademallas.Elescudoteníaborradaunacabezadelobo,unsablesobre«barry»deseis,gulesyplata,y en conjunto le pareció aHolger extrañamente sugerente. Si algún antepasado distante había sido unloup-garou, el hecho podría haber pasado desapercibido para generaciones posteriores, pero habíapermanecidocomoescudodearmastradicional…

—MellamoHolgerdeDinamarca.Elhombrelobosepresentóantemíyanteotrosmuchos.SóloporlapiedaddeDiosrescatamosalniñoquehabíarobado.Ylohemosrastreadohastaaquí.

—Sí—dijoHugi—.Elrastrollegaclaramentehastavos.Ungritosurgióentreelpueblo,comoelprimervientoantesdeunatormenta.—¡Mientes,enano!Heestadosentadoaquíestanoche.Ningúnanimalentró—sirYveapuntóconla

espada haciaHolger—.No hay nadie presente, salvomi dama, que está enferma, ymis dos hijos. Siafirmáisotracosa,deberéisdemostrarlosobremicuerpo.

Suvoztemblaba.Noerademasiadobuenocomofanfarrón.Raoulfueelprimeroengruñir:—Silascosassoncomodecís,sirYve,entoncesunodelosvuestrosseráeldesalmado.—Osperdonoporestavez—contestófrenéticamentesirYve—.Séqueestáissobreexcitado.Pero

elsiguientequepronuncieesaspalabrascolgarádelahorca.Frodoartseadelantó,conlaslágrimascayéndoleporlasmejillas.—Enano,Enano,¿cómopuedesestarseguro?—gimió.SirYvecaptólapregunta.—¿En quién confiáis, en este hombrecillomalformado y el caballero desconocido, o en vuestro

señorqueoshadefendidotodosestosaños?Apareciótrasélunmuchachodeunos14años,delgadoyrubio.Sehabíapuestouncasco,cogidola

espadayelescudo,peroconevidenteprecipitación,puesenotrocaso llevaría lacolorida túnicay lacapuchaqueeraelequivalentelocaldeunacorbata.Evidentemente,pensóHolger,enunpuestoalejadodelacivilizacióntodoaristócratasevestiríaparaunacena.

—Aquíestoy,padre—jadeóeljoven.SusojosverdesseestrecharonalmiraraHolger—.SoyGui,hijodeYvedeLourville,yaunquetodavíanomehannombradocaballeroosllamofalsoyosdesafíoacombatir.Hubieraresultadomásimpresionantedenohabersoltadoungallodeadolescente,perofue,sinembargo,conmovedor.

—¿Porquénoibaaserasí?Ellicántropoesunapersonamuydecente,salvocuandoelfurorlehacecambiardepiel.

Holgersuspiróyapartósuhoja.—Noquieroluchar—dijo—.Sivuestrasgentesnomecreen,meiré.Los pueblerinos empezaron a moverse, miraron al suelo, volvieron a mirar a Holger y a Yve.

FrodoartlanzóunapatadafurtivaaHugi,quelaesquivó.EntoncesllegóOdoelherreroyabriócaminoaAlianora.

—Deberíahablarladoncella—cisne—dijoconvozresonante—.Ladoncella—cisnequesalvóaLusiane.Callaosahí,cabezasdechorlitos,uoslaveréisconmigo.

Seprodujounsiseoqueterminóenunsilencioenelquepodíaoírseaullaralosperrosdelexterior.HolgervioqueRaoul apretaba tanto su lanza,que tenía losnudillosblancos.Unhombrecillode ropasacerdotal se puso de rodillas con un crucifijo en lamano.Lamandíbula imberbe deGui cayó haciaabajo.SirYveseestremeciócomosi lehubieranherido.NadiedejabademiraraAlianora.Estabaenpie,esbeltaybienerguida,conlaslucesdelasvelasbrillandoensucabellocobrizo,yentoncesdijo:

—Algunos de vosotros conocéis mi nombre, pues habito en el lago Arroy. No me gustan lasfanfarronadas,peroenloslugarescercanosamicasa,comoTarnbergyCromdhu,osdiráncuántosniñosperdidosenelbosquehedevueltoycómocogía lapropiaMabparaque lequitara lamaldiciónquehabíaechadoaPhilipelmolinero.HeconocidoaHolgertodamividayvotoporél.Ningunodenosotrosganaríamosnadaconlacalumnia.Hasidounafortunaparavosotrosqueelmejorcaballeroquehavividonunca haya llegado a tiempo para liberaros del warg aunque tome forma humana. ¡Os pido que loescuchéis!Seadelantóunanciano,mediociego,sequedóparpadeandoydijoalamultitud:

—¿QuieresdecirqueeselDefensor?—¿Dequéestáhablando?—preguntóHolgerconconsternación.—ElDefensor…elque regresaráennuestrosmomentosdemáximanecesidad…la leyenda,gran

señor,nomedicesunombre,¿perosoisvos,señorcaballero,soisvos?—No…—laprotestadeHolgerquedóahogadaporunmurmullocomoeldelamarea.Raoulsaltó

haciaadelanteconlalanzapreparada.—¡Porloscielosquenoesmiamoquienrobaniños!—gritóelcampesino.Frodoartlelanzóunaestocada,perodébilmente.Elcampesinopudoapartarelgolpeconelpalode

lalanza.Unmomentomástarde,cuatrohombreshabíansujetadoalescudero.SirYvesaltósobreHolger.Eldanéssacólaespadajustoatiempoparapararelgolpe.Lodevolvió con tanta fuerzaqueagrietó elbordedel escudodelotro.Yve se tambaleó.Deotro

golpe,HolgerderribólaespadadeYve.Doscampesinoscogierondelosbrazosdesuseñor.Guitratódeatacar,peroconunahorcalepunzaronenelpechoylehicieronapoyarseenelmuro.

—¡Odo,Raoul,controladaestasgentes!—gritóHolger—.Quenohierananadie.Tú,ytú,ytú—dijoseñalandoavarios jóvenes fornidos—.Defendedestapuerta.Quenopasenadie.Alianora,Hugi,venidconmigo.

Volvióaenvainarlaespadayentrórápidamenteenuncorredorrecubiertopormaderatalladaquecorría transversal—mente a la sala principal, con una puerta a cada lado y otra en el centro.Holgerempujóestaúltima.Alabrirse,mostróunacámarade laquecolgabanpielesyun tapizcomidopor lapolilla.Laluzdelosciriosiluminabaaunamujerqueyacíaenunacamacondosel.Suscabellosgrisescaíanlaciosalrededordeunrostrohermosoyenrojecido;estornudóysesonóconunpañuelo.Unmalcasodegripe,pensóHolger.La jovenqueestabasentadaal ladode lacama,yquese levantóenesemomento, eramás interesante: sólo tendría 16 años, pero poseía una figura agradable, largas trenzasrubias, ojos azules, nariz ligeramente inclinada y boca atractiva. Llevaba puesto un vestido simple,recogidoconuncintodorado.

Holgerhizounareverencia.—Perdonadmelaintromisión,señora,señorita.Lanecesidadobliga.—Losé—dijolajovenconinquietud—.Loheoído.—¿SoislaseñoritaRaimberge?—Sí, la hija de sirYve.Y ella esmimadreBlancheflor—la dama se limpió la nariz ymiró a

Holgerconunmiedoemborronadoporladesgraciafísica.Raimbergeseretorcíasuspequeñasmanos—.Nopuedocreerloquepensáis,señor.Queunodenosotroses…esesacosa…—semordióloslabiosparanollorar.Eralahijadeuncaballero.

—Lapestellegahastaaquí—dijoHugi.—¿Acasohabéispresenciadolaentradadelabestia?—preguntóaHolger.Blancheflorlonegóconungestodelacabeza.Raimbergeexplicóverbalmente:Estábamos separadas en nuestras cámaras,Gui en la suya y yo en lamía, preparándonos para la

cena, y mi madre dormía aquí. Nuestras puertas estaban cerradas. Mi padre se hallaba en el salónprincipal.Cuandoescuchéeltumulto,corríaconsolaramimadre.

—EntonceselpropioYvedebeserelwarg—dijoAlianora.—¡No,mipadreno!—susurróRaimberge.Blancheflorsecubrióelrostro.Holgersediolavuelta.—Echemosunvistazo.La habitación deGui estaba al pie de la torre, a la que conducía una escalera. Estaba llena de

recuerdosinfantiles.Raimbergeseencontrabaenelextremoopuestodelcorredor,conunarcallenaconelajuar,unaruedadehilarytodaslascosasquesueleposeerunajovendecunaligeramentealta.Lastreshabitacionestraserasteníanventanas,yHolgernopodíaseguirelaromacondetalle.Dijoqueestabaportodaspartes.Ellobohabíavividoenesapartedelacasaunanochetrasotra.Ynadienecesitabaverloaparecer. Podía utilizar una ventana para salir y entrar de nuevo, cuando todos los demás estabandormidos.

—Unodelostres—dijoAlianora,ypodíaverseporsuvozquenosesentíafeliz.—¿Tres?—preguntóHugi enarcando las cejas— ¿Por qué piensas que la dama no puede ser la

bestia?¿Notendríasaludnadamásconvertirseenlobo?—¿Pasaríaeso?No losé.Loswargsnoson tancomunescomoparahaberoídohablarde loque

sucedecuandounaenferma…cuatroentonces.Unodeloscuatro.Taciturno, Holger había regresado a la cámara principal. Raoul y Odo habían establecido una

especiedeorden.Loshombressehabíandistribuidoalrededordelosmuros,Papillonestabajuntoalapuerta principal. Yve yGui estaban sentados en el asiento alto, atados de pies ymanos. Frodoart seacurrucabadebajo,desarmadoperosinningunaherida.Elsacerdotepasabalascuentasdelrosario.

—¡Bien!—dijoRaoul,volviéndoseconfierezaalosreciénllegados—.¿Quiéneselmaldito?—Nolosabemos—dijoAlianora.GuiescupióaHolger.—Cuando os vi por primera vez sin el casco, imaginé que erais un caballero —le insultó el

muchacho—.Peroahora,queosveoenfrentarosaunamujerindefensa,séquenolosois.RaimbergeentrabadetrásdeHolger.Fuejuntoasupadreylobesóenlamejilla.Trasrecorrertodo

elsalónconunamirada,gritó:—¡Peorquelasbestiassois,queosvolvéiscontravuestroseñor!Odoagitólacabeza.—No,miseñora.Noesseñoraquelquefallaasupueblo.Yohedecuidarme

demispequeños.Nocorrerelriesgodequeseloscomanvivos.Raoulgolpeóconelextremodelalanzaunpaneldemaderaquecubríaelmuro.—¡Guardad silencio!—ladró—.El lobomuere esta noche.Nómbrelo, sirHolger.Ovos—dijo,

dirigiéndoseaAlianora—.Decidnoselnombredellobo.—Yo…—empezóadecirHolger,perodeprontosesitióenfermo.Sehumedecióloslabios.—Nolosabemos—dijoHugi.—Vaya—dijoRaoul hacia la taciturna asamblea, toscamente vestida—.Me lo temía. Pues bien,

¿confesarálabestia?Lematarápiadosamenteconuncuchillodeplataenelcorazón.—El hierro servirámientras es humano—dijoOdo—.Hablad ahora, ome gustaría someteros a

tortura.Frodoartsemovió.—Antesdehacerlotendréisquequitarmelasmanosdelagarganta.Peroloignoraron.

—Sinoconfiesanadie—dijoRaoul—,serámejorquemueran todos.Tenemosaquíal sacerdoteparaconfesarlos.

Gui reprimió un sollozo. Raimberge se quedó inmóvil como si estuvieramuerta.Oyeron toser aBlancheflorenelextremooscurodelacasa.Yveparecióencogerse.

—Bien—dijosintonoalgunoenlavoz—.Yosoyellobo.—¡No!—gritóGui—.¡Yolosoy!Raimbergesepusoenpieunmomentoyunasonrisaduraconmoviósuslabios.—Ambos mienten noblemente—dijo—. La que se cambia de piel soy yo, buenas gentes, y no

necesitáismatarme,tansóloguardarmehastaquevayaacasarmeaVienne.EsoestálejosdelastierrasdeFaene,yestaréfueradelalcancedelospoderesquemeobliganacambiar.—Nolacreáis—afirmóGui.Yvesacudió lacabezaviolentamente.Unaespeciede relinchopudosignificarqueBlancheflorseechabalaculpaasímisma.

—Estononosllevaapartealguna—dijoRaoul—.Nopodemoscorrerelriesgodedejarsueltoalhombrelobo.PadreValdabrun,¿tenéispreparadoslosúltimosritosparaestafamilia?

Holgersacólaespadaydeunsaltosepusoanteelaltoasiento.—Nomataréisauninocentemientrasyoviva—dijounavoz,yreconocióconasombroqueerala

suya.ElherreroOdocerrólospuños.—Nomegustaríaatacaros,sirHolger—dijo—.Perosidebohacerlopormishijos,loharé.—SisoiselDefensor—intervinoRaoul—,dadnoselnombredenuestroenemigo.Larigidezvolvióacaersobreelgrupo,extendiéndosecasihastaelpuntoderuptura.Holgersintió

ensuespaldalostresparesdeojosardientes:elpreocupadoYve,elardienteGui,Raimberge,quehabíaestado tan llena de esperanza.Oyó la tos de lamujer enferma.Cristo que expulsas a los demonios,ayudadmeahora.Sólodespuéssediocuentadequehabíadichoporprimeravezdesdesuinfanciaunaoraciónconsciente.

Pero lo que tenía en sumente era otra cosa, el enfoqueprosaico del ingeniero.Yano estaba tansegurodesuviejacreenciasegúnlacualtodoslosproblemasdelavidaeranprácticos.Peroéstesíloera. Una cuestión de análisis racional. No era un detective, pero tampoco el warg era un criminalprofesional.Debíaser…

Deprontoseleocurrió.—¡PorlaCruz,sí!—gritó.—¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? —preguntaban los hombres, poniéndose en pie. Holger movió su

espadaenalto.Laspalabrassalíandeél.Nosabíaloqueibaadecirdespués,estabapensandoenvozalta, pero ellos le escuchabanmaravillados.—Mirad, el que buscamos es una formamalvada por sunacimiento.No necesita ninguna pielmágica, como la doncella-cisne que hay aquí. Pero entonces susropasno cambiarán con él, ¿no es así?Por eso tendráque ir desnudo.Frodoartmedijo, unmomentoantesdequeelloboseexhibiera,queacababadedejarasumaestro,plenamentearmado,enelsalón.Ysolo.Nisiquieraconayuda,sirYvepodríahabersequitadoesaarmadura,yhabérselapuestodespués,ensólounosminutos.Portanto,noeselwarg.

Guitratódepresentarsecomoelculpableparasalvaraquienlosea.Peroélmismohadescubiertoque no lo es. Mencionó que me había visto sin casco. Y estuve así un minuto, cuando me detuve apreguntarelcaminoparallegarhastaaquí.Mepusodenuevoelcascocuandocomenzólaconfusión.Ellobonopodríahaberlovisto.El…no,ella…ellaestabadentrodelacasa.Entróporlapuertatraserayescapóporunaventanadelantera,quehabíaestadocerrada.LaúnicaformaenlaqueGuipodríahabermevistosinelcasco,bajo la luzde laantorcha,fuedesdearribadela torrequehaysobresuhabitación.Observéquesobresaleporencimadelostejados.Debiósubirparavercómoentrabanelganado.Poresonopodíaestarcercadellugarendondevimosalwarg.

«LadamaBlancheflor—empezóadecir,perosedetuvo.¿Cómodiablospodríaexplicarlateoríadelosgérmenes?—.LadamaBlancheflorhaestadoenferma,conunaenfermedadquenotienelatribudelosperros.Sialconvertirseenlobonomejoraba,estaríademasiadodébilparairporahí,talcomoviquehacíaelanimal.Perosielcambiolamejoraba,entonceslagentequecausalaenfermedadnopodríaviviren su cuerpo animal. Entonces, en este momento, no podría tener fiebre ni mocos en la nariz. Encualquieradeloscasos,quedaeliminada.

Acobardada, Raimberge retrocedió hasta el muro. Su padre dejó escapar una exclamación y seretorció,tratandodecogerlaconsusmanosatadas.

—No, no, no—se quejaba. Los aldeanos empezaron a emitir un ruido parecido al de un lobo.Empezaronaacercarse,formandounamasademanosyarmas.

Lajovensepusoacuatropatas.Surostroseagitóyalteró;erahorribleverlo.—¡Raimberge!—gritóHolgerconvozronca—.¡No!Nolespermitiré…Raoul trató de alcanzarla con la lanza. Pero Holger la apartó y cortó el eje con la espada.

Raimbergeaulló.Alianoracayóasusrodillasycogióensusbrazossucuerpoalteradoamedias.—No—suplicaba—.No,hermanamía,regresa.Eljuraquetesalvará—lasmandíbulastrataronde

morderla.Ellapusoelantebrazoenlabocaforzandoloslabiosporencimadeloscolmillos,paraqueellobonopudieramorder.Consiguióinmovilizaralanimal—.Jovencita,jovencita,notequeremosningúnmal.

Holgermantuvoquietaa lamultitud.Seprodujoun torbellino,perodespuésdehabergolpeadoavarios,conelpuñoolaparteplanadesuespada,seaquietaron.Gruñeron,peroelhombredelacotademallaslessuperaba.SevolvióhaciaRaimberge.EstahabíarecuperadosuformahumanayyacíallorosabajoelabrazodeAlianora.

—Yonoloquería.Noloquería.Mesucedióasí.Y,y,yteníatantomiedodequemequemaran…¿Estáperdidamialma,padreValdabrun?Cre…creoquedeboestaryaenelinfierno.Laformaenquegritabanaquellosniños…

Holgerintercambióunamiradaconelsacerdote.—Enferma—dijoeldanés—.Noesdueñadesupropiavoluntad.Nopuedeevitarlo.Yvemirabacomosiestuvieraciego.—Habíapensadoqueseríaella—murmuró—.Cuandoelloboentrócorriendo,pasóamilado,yyo

sabíadóndeestabanBlanchefloryGui…cerrélapuerta.Esperabaqueestopudierapasarhastaquesefuera…

Holgercuadrósushombros.—Noveoporquénovaaserasí—respondió—.Laideaestotalmentesensata,talcomoyoveoelasunto.QuesevayalobastantelejosylainfluenciadelMundoMedioserádemasiadodébilparaafectarla.Hastaentonces,desdeluego,tendréisquetenerlabajovigilancia.Ahoraestáapenada,perocreoquenodurará.

—Lo estará al amanecer, cuando despierte su alma humana —dijo el sacerdote—. Entoncesnecesitaráverdaderamenteconsuelo.

—Bien —dijo Holger—, nada demasiado grave ha sucedido nunca. Su padre puede pagarcompensaciones a los que sufrieron pérdidas y a los padres cuyos hijos fueron heridos.Mandadla alVienne, lo antesposible.Yodiríaque200kilómetros serán suficientespara estar segura.Nadie en elImperiohadesaberlo.

Raoul, con un ojo amoratado, se arrojó a los pies de sir Yve mientras Odo, con una nariz quesangraba,tratabadeliberaralcaballeroyasuhijo.

—Amo,perdónanos—suplicóelcampesino.Yvemostróunasonrisafatigada.—Metemoquesoyyoquiendebepedirosperdón.Ysobretodoavos,sirHolger.Raimbergelevantósucarahumedecida.

—Llevadme—dijo, y empezó a tartamudear—. Sient… sient… siento que la oscuridad retorna.Encerradmehastaelamanecer—dijoextendiendolosbrazoshacialascuerdasquelequitabanasupadre—.Mañana,sircaballero,podréagradecerosverdaderamente…quehayáissalvadomialmadelinfierno.

FrodoartabrazólasrodillasdeHolger.—ElDefensorhavenido—dijo.—¡Oh,señor!—protestóeldanés—.Porfavor,nodecidcosasabsurdas.Quierodecirqueodiolas

escenasemocionalesysólovineaquíparaconseguirunacomida.¿Peropodría tomarprimeroalgodevino?

15Aparte de que necesitaba darse prisa para conseguir el consejo de algún experto antes de que

MorganaleFaypensaraalgunanuevaestratagema,HolgersesentíamolestoenLourville.LafamiliadeYveestabaagradecida,evidentemente,peroenmomentostandifícilesnonecesitabannuevasintrusionesensuvidaprivada.Losaldeanosresultabanbastanteabrumadores;nopodíaaventurarseasalirdelacasasinquelerodearansusadmiradores.LadyBlancheflor lepidióquelepusieralasmanos,yalcabodepocashorasestabaenpie.Seabríarecuperadodecualquiermodo,puessugripehabíapasadomásalládesupuntodecrisis,peroHolgerpodíapreverquelepresentarantodocasodesarampiónyreumatismoqueseprodujeraen20kilómetrosalaredonda.

Asíqueporunayotracosa,sólopermanecióundíaypartió tempranoa lamañanasiguiente.SirYve insistió en regalarle un caballo a Alianora, y fue bien recibido. Un poco de dinero habría sidotodavíamejorrecibido,peroevidentementeuncaballeronopodíasacaracolaciónuntematansutil.

Los siguientes días fueron agradables. Recorrieron colinas, valles y bosques, buscando abrigocuando llovía,deteniéndose juntoa los lagosparapescarynadar.Devezencuando,vislumbraban laforma blanca de un hada de los bosques, o un grifo caliente y dorado sobre el sol; pero losmundomedianoslesdejaronsolos.

Alianora, aunque era una joven hermosa y encantadora, tenía algunos inconvenientes comocompañera de viaje. La autolimpieza y propiedades autorrenovadoras de su túnica de cisnedesconcertaban a Holger: era en realidad como si le creciera una piel encima. Luego se la quitabainocentementeenelprimerlagoenelqueseechabaanadarytodavíalodesconcertabamás.Susamigosde losbosquessedejabanverdevezencuandoyunaardillaque trajera frutosestabamuybien;perocuandounleónentrabaenelcampamentoydejabaasuspiesunciervoqueacababadematar,losnerviosdeHolger se volvían inquietos durante almenosmedia hora. Peor todavía era la necesidadmoral deproporcionarle un relato completo y justo de sí mismo, sus orígenes e intenciones. Y no es que suentendimientonofuerarápido…pero…

Elauténticoproblemaeralaactitudqueteníaellahaciaél.Maldición,élnoqueríacomprometerseconella.UnrevolcónenelhenoconalguiencomoMerivenoMorganaeraunacosa.PeroAlianoraeratotalmentedistinta.Unarelaciónconellanoseríabuenaparaningunodelosdos,puespensabaabandonarestemundoalaprimeraoportunidadquetuviera.Peroellaledificultabaelseguirsiendouncaballero.Elladeseabatenerunarelacióndeunamaneratantímidaypatética.

UnatardesellevóaparteaHugi.AcababadepasarunahorabesandoaAlianoraparadesearlelasbuenasnochesyhabíanecesitadodetodasufuerzadevoluntad—odelpoderdesunovoluntad—paradetenerseahíymandarlaquesefueraadormir.

—Mira—ledijoaHugi—.Yasabesloqueestápasandoentreellayyo.—Sí,losé—respondióelenanosonriendo—.Yesunabuenacosa.Havividodemasiadotiempo

sinamigosíntimos,salvolosanimalesymipueblo.—Pero…perotúmeadvertistequedebíaportarmebienconella.

—Esofueantesdeque teconocierabien.Ahorapiensoqueeresunhombrebuenoparaella;y lamuchacha necesita un hombre. Ella y vos podríais reinar sobre nosotros en los bosques. Estaríamosencantadosconello.

—¡PorDios!Noeresningunaayuda.—Hesidotanútilcomohepodido—dijoHugicontonodesentirseofendido—.Nosabescuántas

veceshevueltolacara,omehemetidoenelbosque,paradejarosalosdossolos.—Noeseso…bueno,noimporta.Holger encendió la pipa y se quedómirando sombríamente el fuego.No era ningúnDonjuán.No

podíaentenderlarazóndequeestemundounamujertrasotrasearrojaraasusbrazos.MerivenyMorganteníanrazonesprácticas,peronoerademasiadodifícildarsecuentadequehabíangozadoconsutrabajomásdelohabitual.Alianorasimplementesehabíaenamoradodeél.¿Porqué?Nosehacíailusionesconrespectoasuirresistibilidad.

Peroevidentementeeseálteregosuyopodíaserotrahistoria.Imaginóquesulentoretornoaunoshábitosolvidadossemostrabadeinnumerablesmodossutilesquetransformabanlaimpresióntotalquedaba.¿Cómodebióseraquelcaballerodeloscorazonesylosleones?

Bueno,veamos.Partamosdelabasedeloquehasucedidohastaahora.Evidentemente,unguerreropoderoso,queeraloquemáscontabaenestemundo.Untipofuerteydebuentalante,noespecialmentelisto, pero simpático. Posiblemente tenía algo de idealista:Morgana había dicho que defendía la LeyaunquepodíaobtenermásbeneficiosdeCaos.Debíatenerunatractivoparalasdamas,puessinoalguiencomoMorgananohabríaqueridollevárseloaAvalon.Y…y…esoera todoloquepodíadeducir.¿Orecordar?

No,unmomento,Avalon.Holgersemirólamanoderecha.Esamismamanohabíadescansadosobreunabalaustra—dademalaquitaverdecuyapartesuperiorservíadebaseafigurasdeplataqueteníanjoyasenel centro.Recordabacómohabíacaídoel sol sobreeldorsode sumano,poniendodecolordorado los pelos de su dorada piel, y cómo la plata que tenía bajo su palma eramás caliente que lapiedra, y los rubíes brillaban con color carmesí. Directamente debajo de la balaustrada había unprecipicioqueeradecristal.Desdearribapodíavercómolasgrutasdescomponíanlaluzenunmillóndefragmentosdearco iris,volviendoaextender la luzdenuevohacia fuera,comochispascálidasderojo,oroyvioleta.

Elmarquehabíaabajoera tanoscuroqueparecíacasimorado,conunaespumadeunablancuraníveasorprendentedondeelaguayelprecipicioseencontraban…puesAvalonnopermanecíanuncaenunlugar,sinoquelaislaflotabasobreelocéanooccidentalenunaneblinacreadaporsupropiamagia…

Norecordabanadamás.Holgersuspiróysedispusoadormir.Traspasar aproximadamenteuna semana, habíaperdido la cuentade losdías, dejaron la selvay

entraron en tierras en las que los bosques iban convirtiéndose en matorrales y pequeños grupos deárboles bajos. Podían verse los amarillos campos de trigo más allá de las colinas. Tras las vallas,pastabanvacasypeludoscaballospequeños.Lascasascampesinasseibanhaciendonumerosas,ysobretodoestabanhechascontierrasdellugarapisonada,reunidasencaseríosentreloscamposcultivados.Devez en cuando podía verse un castillo con una empalizada demadera. Losmásmodernos, hechos depiedra,seencontrabanhaciaeloeste,dondeelSacroImperiodominabaplenamente.LasmontañasqueHolgerhabíacruzado,yelmurocrepusculardeFaerie,hacía tiempoquehabíandejadodeverse.Sinembargo,haciaelnortepodíaver laoscura líneaazuldeunacordilleramuchomásalta, tresdecuyascumbresnevadasparecíanflotarpálidasydesencarnadasenelcielo.HugidijoqueelMundoMedioesta— ba también detrás de aquellasmontañas.No era de extrañar que aquí los hombres siempre fueranarmados, incluso cuando trabajaban en el campo; no era de extrañar que la elaborada civilizaciónjerárquica del Imperio quedara menguada en favor de la falta de formalismos de las fronteras. Loscaballeros a los que los viajeros fueron viendo durante dos noches sucesivas eran analfabetos, tiposparecidosapolicíasoccidentalesdurosdepuños,aunquebastanteamigablesyávidosdenoticias.

Haciaelanochecerdel tercerdíaquepasabanen laszonasdecamposentraronenTarnberg,queAlianoradecíaera lomáspróximoaunaciudaden toda lamitadorientaldelducado.Perosucastilloestabavacío.Elvarónysushijoshabíancaídoenlabatallacontralosasaltantespaganosdelnorte,sudama se había ido hacia el oeste, con sus familiares imperiales, y no había llegado todavía ningúnsucesor.Aquelloformabapartedelamalasuertegeneraldelosúltimosaños,delairradiacióndeCaosconformelosmundomedianosibanextendiendosuspoderes.AhoraloshombresdeTarnberghacíanellosmismoslaguardiaenlosmurosdemaderaysegobernabanmedianteconsejosimprovisados.

Alentrarcabalgandoensucaballo,Holgerviounacalleempedradaenlaquejugabanlosniños,losperros y los cerdos, y que serpenteaba entre casas hechas a medias de madera hacia la plaza delmercado, en la que había una iglesia, también hecha de madera, bastante parecida a una iglesiapresbiteriananoruega.Papillonavanzóentreunruidosogrupodetrabajadoresysusesposas,quienessequedaron con la boca abierta, hicieron torpes reverencias pero no se aventuraron a dirigirse a él.Noteníaningúnsentidoanunciarse,porloquehabíacubiertosuescudo.Alianora,quecabalgabadelanteconHugi,erabienconocida,yHolgeroyóquelallamaban.

—Oye,doncella-cisne,¿quétetraeporaquí?—¿Quiéneselcaballero?—¿Quénoticiashayenlosbosques,doncella—cisne?—¿HaynoticiasdeCharlemont?¿Visteami

primoHersent?—¿ConocesalgodelashuestesdeFaerie?—preguntabaunavozansiosa;lasgentesqueoyeronesa

palabrasesantiguaron.—¿Nostraesunseñorparaquenosdefienda?La joven sonreíay saludaba,peronomuy felizmente.No legustaba tener a su alrededormuchos

murosypersonas.GuióaHolgeraunacasatodavíamásestrechaeirregularmenteesquinadaquelasdemás.Uncartel

demaderacolgabadelbalcón,encimadelapuerta.Holgerleyólafloridaescritura:

MARTINUSTRISMEGISTUSMagistermagiciHechizos, encantamientos, profecías, curación, pociones amorosas, bendiciones,

maldiciones,bolsassiemprellenas.Preciosespecialesparagrupos

—Vaya—dijoHolger—.Pareceuntipoemprendedor.—Loes,ciertamente—contestóAlianora—.Tambiéneselapotecario,dentista,escribano,zahoríy

médicodecaballos.Alianorasebajódeunsalto,dejandoverporunmomentosuslargaspiernasdesnudas.Holgerse

apeótambiéndelcaballoyatólasriendasaunposte.Habíaporallíalgunoshombresdeaspectorudo,mirandointensamentelosanimalesyelequipo.

—Vigilaesto,Hugi—dijo.—SialguientrataderobaraPapillonharéquelolamente—respondióelenano.—Ja,esoesloquetemo—dijoHolger.Dudabasiconfiarsusecretoaestebrujodecaballos.PeroAlianoralehabíahabladomuybiende

él,ynosabíaenquéotrolugarbuscarayuda.Alentrarenlatiendasonóunacampana.Ellugarestabaoscuroypolvoriento.Repisasymesasseamontonabanconunamultituddebotellas,frascos,morteros,alambiques,retortas,enormeslibroscerradosconcueros,cráneos,animalesdisecadosyDiossabríaquéotrascosas.Unbúhoululódesdedondeestabasubido,ungatosaltódesdeelsuelo.

—Entrad,entrad,buenseñor,unmomentopor favor—dijounavozdelgada.ElmaestroMartinussalió trotando de las habitaciones posterioresmientras se frotaba lasmanos. Era un hombre pequeñovestidoconuna túnicanegra raídaen laque los símbolosdel zodiacohabían idodesvaneciéndosedetantoslavados.Sucabeza,redondaycalva,mostrabaunabarbatenueyunosdébilesojosparpadeantes;su sonrisa era tímida—. ¿Cómo le va, sir, cómo le va? ¿Qué puedo hacer por usted? —añadióescrudiñándole más atentamente—. Vaya, si es la pequeña doncella—cisne. Entra, querida, entra.Aunque,evidentemente,yahasentrado,¿noesasí?Claro,claroquehasentrado.

—Tenemosuna tareapara ti,Martinus—dijoAlianora—.Puedeque te resulteexcesiva,peronotenemosaningúnotroquepuedaayudarnos.

—Bien, bien, bien, haré lo que pueda, querida, y vos también, buen señor. Haré lo que pueda.Excusadme.

Martinuslimpióelpolvodeunpergaminoquecolgabadelapared,yconesoatrajolaatencióndeHolger.LoqueallíhabíaescritoafirmabaqueMartinus,hijodeHolofii,habíacumplidolosnivelesdelajuntaexaminadora,etc.,etc.,yahora,envirtuddelospoderesconlosquemehaninvestidolosregentesdelauniversidaddeRhiannon,leconfieroelgradodemagísterenelcampodelamagia,contodoslosprivilegiosyobligacionesqueconlleva,etc.

—Creoquenopuedo—Holgeribaaexplicarquenoteníadinero,peroAlianoralediouncodazoenlascostillas.

—Haytemiblessecretosenestahistoria—dijoellarápidamente—.Poresoningúnbrujocomúndelasmontañaspuedeconocersualma—añadiódandoalmagotalsonrisaquehastaHolger,queestabaenellímite,sesintióprotegido—.Poresotetrajeaquíalcaballero.

—Ymuysabiamentequehiciste,joven,muysabiamente,sisemepermitedecirlo.Entrad,porfavor,entradenmidespachoydiscutiremosvuestroproblema—dijoMartinus,conduciéndolesauncubículotanoscuroyarracimadocomolatienda.Quitóloslibrosdelassillas,murmurandoalgunasexcusassobresu ama de casa, y gritó en voz alta—: ¡Vino! Trae vino para tres—y tras un breve silencio dijo—:¡Atención!¡Despierta!Vinoparatres.

Holgersedejócaerenunadelassillas,quegimióalarmantementebajosupeso.Alianorasepusoen el borde de otra, parpadeando como un pájaro cogido en una trampa.Martinus encontró un tercerasiento,cruzólaspiernas,hizounpuenteconsusdedosydijo:

—Yahora,señor,¿cuálesvuestradificultad?—Bueno, vaya —contestó Holger—, bueno, todo empezó cuando… oh, diablos, apenas sé por

dóndeempezar.—¿Preferiríaunlechoenelquetumbarse?—preguntóMartinussolícito.Unabotellaytressuciascopasentraronflotandoyaterrizaronsobrelamesa.—Atiempo—gruñóelbrujo.Alcabodeunmomento,cuandoelinvisiblecriadoparecíahaberse

ido,siguióhablando—.Hoyendíanopuedeencontrarseunaayudadecente,ninguna.Eseespírituestáahoratotalmenteimposible.Improbable,almenos—secorrigió—.Nocomocuandoyoeraunniño.Lospertenecientesaesaclasesabíancuálerasulugar.Yencuantoalashierbas,momias,ysaposenpolvo,bueno,yanosondelamismacalidadqueantes.¿Ylosprecios?Miqueridoseñor,apenaslocreerá,perosóloelúltimoMichaelmas…

Alianoratosió.—Ah,perdonadme—dijoMartinus—.Meheperdido.Malacostumbreesadedivagar.Hedetomar

notaparanodivagar—dijo,sirviendoelvinoyofreciendounaronda.Podíabeberse—.Proceda,buenseñor,seloruego.Decidloquequeráis.

Holgersuspiróyselanzóacontarsuhistoria.MartinuslesorprendióconcuestionesycomentariostansagacescomolohabíansidolosdelduqueAlfric.CuandoHolgerlecontósuestanciaconlaMadreGerd,elbrujosacudiólacabeza.

—Laconozco—dijo—.Noesbuena.Nomesorprendequeosmetieraendificultades.Traficaconlamagianegra.Estospracticantessinlicenciasonlosquedanelmalnombreatodalaprofesión.Peroproseguid,sir.

Alfinal,Martinusfruncióloslabios.—Extrañorelato—dijo—.Sí,piensoquevuestrasuposiciónescorrecta.Soislaparteesencialde

unamateriaverdaderamentegrande.Holgertemblabacuandoinclinándosehaciaadelantepreguntó:—¿Quiénsoy?¿Quiénllevalostrescorazonesytresleones?—Metemoquenolosé,sirHolger.Sospechoquesois,ofuisteis,algúngranhombredelastierras

occidentales,porejemploFrancia—Martinuslemiróconaspectopedante—.¿Estáisfamiliarizadoconlageografíamística?Bueno,veréis,elmundodelaLey,delhombre,estárodeadodeextrañeza,comounaislaenelmardelMundoMedio.Haciaelnortevivenlosgigantes,haciaelsurlosdragones.Aquí,enTarnberg, estamos cerca del borde oriental del asentamiento humano, y conocemos algo sobre reinoscomoFaerieyTrollheim.Perolasnoticiasviajanlentamente,ysidisipanenelproceso.Poresotansólotenemosrumoresvagosydistorsionadosdelasesferasoccidentales…ynosimplementedelosdominiosdelMundoMedio que hay en el océano occidental, comoAvalon, Lyonesse yHuyBraseal, sino queincluso desconocemos condados humanos, como Francia y España. Así, aunque este caballero de loscorazones y leones, que en algunos aspectos parece que sois vosmismo, puede tener un nombre queprocededeesaspartesdelmundoynopuedoidentificar.Piensoquetampocoesainformaciónestáenmislibros,aunqueenrealidaddeberíacatalogarmibibliotecaunodeestosdías.

ElinterésdeMartinusfuecreciendo,yperdiópartedesunerviosismo.—Sin embargo —siguió hablando—. De una manera general, creo que puedo ver lo que ha

sucedido. Este caballero occidental debió haber sido un enemigo demasiado grande para Caos.Probablementeeraunodeloselegidos,comoCari,oArturo,osusmejorespaladines.Ynoquierodecirun santo, sino un guerrero al queDios concediómuchos dones humanos y luego sometió a una cargasuperioralacomún.LosCaballerosdelaTablaRedondaydelacortedeCarihanmuertohacetiempo,perootrocampeónpuedehaberocupadosu lugar.Por tanto,antesdequeCaospuedaesperaravanzar,estehombrehadeserapartadodesucamino.

Morgana pudo haberlo hecho, enterrando su vida pasada más allá de la ayuda de un hechizoordinario,convirtiéndoloenunniño,yproyectándoloavuestrootromundo,conlaesperanzadequenoretornaríahastaqueCaoshubieraganadoirremediablemente.Porquénoselimitóaasesinarlo,nopuedosaberlo.Quizánotuvieravalorparahacerlo.Oquizá,siendounodeloselegidos,estabadefendidoporunpodermayorqueeldeella.

En cualquier caso, creo que retornó aquí en elmomento decisivo.La intervención divina directaparece improbable; con todos los respetos, sir, dudo que sigáis totalmente en estado de gracia, yciertamenteelhechizosobrevuestramentepermanece.No,piensoqueMorgananoentendióesaunidadde lacreaciónsobre laquedecísqueespeculasteis.Enelmomentodemáximanecesidad,elcampeónteníaqueregresar.Yahora,elMundoMedioestáutilizandosushacesyfuerzaparabloquearle.Oparabloquearosavos,segúnseaelcaso—dijoMartinus,ydespuéspusounfinalqueredujeraelclimadetensión—:Peroestoessólounateoría,miqueridoseñor.Sólounateoría.Sibienpuedojactarmedequeseajustaahechosconocidos.

Holgerdejócaerloshombros.Eraunaextrañasituación.Nolegustabaserunapiezadeajedrez.No,noloera.Eralibre.Demasiadolibre.Encarnabaunpoderquenohabíaconocidoynopodía

manejar.¡Malditasea!¿Detodaslasalmasvivas,porquéteníaquesucederleprecisamenteaél?—¿Podéishacerqueregrese?—preguntócontensión.Alianoratomóalientoymiróhaciaotrolado.Ellasabíaqueélqueríaregresar,pensóHolgerconun

pocode remordimiento, perohabía ignoradoel hechohasta esemomento,viviendoenuna especiedesueño.

Martinusagitólacabeza.—No,sir,temoquelatareaseademasiadograndeparamí.Yprobablementedemasiadograndepara

cualquiera,yaseamortalohabitantedelMundoMedio.Simiconjeturaescorrecta,nosólohabéissidoatrapadoenlaluchaentrelaLeyyelCaos,sinoqueformáisparteintegrantedeella.

Holgersuspiró.Quizá una vez, cuando era joven, alegre y arrogante, hubiera tratado de complaceros. Habría

intentadocualquiercosaenaquellostiempos.Sinohabéisvistouncolegiodemagos,nopodéishacerosideade cómo son lasbromasestudiantiles…perohe aprendidomis limitaciones.Temoquenopueda

darosmuchaayuda,nisiquieraconsejo.—¿Peroquédeberíahacer?—preguntóHolger,indefenso—.¿Dóndedeberíair?—Nopuedodecíroslo.Y sin embargo…sin embargo, está ese factor de la espadaCortana.Hay

relatos procedentes del oeste, pero tan inusitadamente claros y completos que pienso que losacontecimientos concernidos pudieron suceder bastante cerca de aquí. Es la historia de una espadallamadaCortana,hechaconelmismoaceroqueJoyeuse,DurendalyExcalibur;ylahistoriacuentaqueun hombre santo, un santo verdadero, dio su bendición a Cortana, que en manos de su verdaderopropietario defendería a la cristiandad ahora que las otras grandes armas han desaparecido con susdueños.Perocuentalahistoriaquemástardelaespadafuerobadayenterradaenalgúnlugardistanteporlossecuacesde…¿MorganaleFay?Yaveis,nopudierondestruirla,peroconlaayudadepaganosqueignorabanlosagrado,escondieronaCortanaparaquenopudierausarsecontraellos.

—¿Ydebotratardeencontrarla,entonces?—Es un asunto peligroso, joven caballero. Pero no veo ninguna otra cosa que pueda protegeros

muchotiempocontravuestrosenemigos.Osdiréunacosa—añadióMartinus,dandounosgolpecitosenla rodilla de Holger—.Os diré lo que voy a hacer. Utilizarémis poderes, que hay algunos seres lobastanteamablesparadecirquesonconsiderables,tratandodedescubrirquiénsoisydóndeestáocultalaespada.Suaurapuedeserperceptibleparaespíritustansutilescomolosqueyopuedoinvocar.Sí,esepareceserelmejorcamino.

—Teloagradezcomásdeloquepuedeexpresar—dijoAlianora,aquienlaperspectivadepeligronoparecíaimportar,aliviadaalsaberqueHolgernoibaadesaparecerenuninstante.

—Temonotenerespacioparadarosalojamiento—añadióMartinus—.Perohayunatabernadondepodréispasarlanoche.Decidalpropietarioqueyoosenvíoy…bueno,no,quemeolvidodeesacuentasuya.Bien, regresadmañana…Ah, sí. ¿No os gustaría un disfraz contra el sarraceno?Tengo algunosdisfracesbuenosyapreciosmuyrazonables.

—¿Elsarraceno?—exclamóHolger.—¿Cómo,nooslodije?Benditaseamialma,no.Quéolvido.Siempretengolamenteausente.He

derecordarhacerunhechizoquefortalezcalamemoria.Claro,elsarracenoqueoísteisqueosbuscaba.Tambiénestáenlaciudad.

16La búsqueda entre sus libros confirmó a Martinus en la creencia de que no poseía hechizos lo

bastantepoderososcomoparalevantarelvelodelamentedeHolger.Peroconalgunospasesyalgunoshumosmalolientes,proporcionóaldanésunrostronuevo.UnespejomostróaHolgerquesusemblantesehabíavueltooscuroydeaspectorudo;elcabelloylabarbaamarillentacortasehabíanconvertidoahoraennegros,ylosojosenmarrones.Alianorasuspiró.

—Megustabasmástalcomoeras—dijo.—Cuandodeseéisrecuperarvuestraapariencianatural,llamadaBelgorMelanchosyestehechizo

desaparecerá—dijoMartinus—. Pero procurad no acercaros demasiado a objeto sagrado alguno. LaespadaCortana,porejemplo, tambiéndisolveríaelhechizo.Elpecado implicadoporesta taumaturgiaparticularapenassiesmásquevenial,perocontieneelementospaganos,ylainfluenciasagrada…Seacomosea,manteneosadistanciadelascosasbenditas.Laleydelcuadradoinverso,yasabéis.

—Será mejor que cambie a mi caballo —añadió Holger—. También tiene una forma bastantecaracterística.

—¡Mi querido amigo! —exclamó Martinus. —Por favor —ronroneó Alianora, moviendo laspestañasensuhonor.

—Bueno,muybien,muybien.Traedlo.Peroesperoquesepacomportarse.Papilloncasillenaélsololatienda.Alsalirdeallíerauncaballodeguerragrandeycolorcastaño.

Ya que estaba en ello,Martinus transformó también el escudo de Holger. Preguntado por qué nuevodispositivo quería, el danés sólo pudo pensar en Ivanhoe,por lo que apareció en el escudo un árboldesenraizado.Elmismo,porestarimplicadoenlailusión,sólopodíavertalescosasenunespejo.

—Volvedmañana y os diré lo que he podido averiguar—añadió el mago—. Pero no antes delmediodía,osloruego.Estospatanesdeporaquívienenahorasinverosímiles.

Aldirigirsealaposada,pasaronjuntoalaiglesia.Holgerdetuvoelcaballo.Queríaentrararezar.Pero no, no se atrevía con ese disfraz. ¿Más rasgos del caballero desconocido?Debía haber sido demaneras piadosas. Era difícil volver a la oscuridad sin haber recibido la hostia…Holger espoleó aPapillonponiéndoloaltrote.

Paraentonces,lanochehabíacaídoyrecorrieronlascallessiniluminarhastallegaralataberna.Unhombrerollizoydeaspectoalegrelesrecibióenelpatio.

—¿Alojamiento para vuestras mercedes? Claro, sir, tengo una hermosa habitación que haacomodadoinclusocabezascoronadas.

Esperoquenodurmieranconinquietudporcausadelaschinches,pensóHolger.—Doshabitaciones—dijo.—Bueno,yodormiréenelestabloconloscaballos—intervinoHugi.—Seguimosnecesitandodoshabitaciones—dijoHolger.Aldesmontar,Alianoraseapoyóenél.Holgercaptóeldébilolorsoleadodesuscabellos.—¿Pero por qué, querido señor? —preguntó ella con un susurro—. Hemos pernoctado en las

cañadasunoalladodelotro.—Sí—murmuróélamododerespuesta—.Peroyanopuedoconfiarmásenmí.Ellauniólasmanosyexclamó:—¡Oh,estupendo!—Yo…yo…¡Diablos!¡Hedichoquedoshabitaciones!Eltaberneroseencogiódehombros.Cuandopensóquenadiemiraba,sepalmeólafrente.Lascámaraseranpequeñasynoteníanmásamuebla—mientoqueunjergón,peroparecíanbastante

limpias.Holgersepreguntóporcómopodríapagarlas.Teníademasiadascosasenlamentepararecordar

queestabaenbancarrota.YAlianora,comohijade losbosques,bienpodríahaberseolvidadodeeseaspecto.Además, lasmurmuracionesacercadesuentradaoriginalsehabríanextendidopor laciudad;cualquierapodríadeducirqueelcaballerodetezoscurahabíaobtenidoeserostroenMartinus,yquizáaquellollegaraoídosdelsarraceno.Bueno,yacruzaríaesospuentescuandollegaraaellos.

Sedespojódelaarmaduraysepusolamejortúnicaconcapucha,guardandolaespadaasulado.AlsalirseencontróconAlianora.Lealegróbastantequeelcorredorfueralobastanteoscuroparaimpedirqueellavierasuexpresión.

—¿Comemos?—preguntóHolgersinconvicción.—Claro—dijoella,conunaspalabrasquequedaronuntantoahogadas.Depronto,ellalecogiólas

manos—.Holger,¿esquenotegusto?—Nadadeeso—contestóél—.Megustasmucho.—¿Entoncesesporquesoyunadoncella—cisne,salvajeysincristianar?Puedocambiareso.Puedo

aprenderaserunadama.—Yo…Alianora…Yasabesque tengoquellegaramimundo.Apesarde loqueellosdicen,no

tengounsitioauténticoenéste.Poreso,algunaveztendréqueabandonarte.Parasiempre.Yseríaduroparaambossi…simellevoconmigotucorazón,ytúconservasaquíelmío.

—¿Peroysinopuedesregresar?—susurró—¿Ysitienesquepermaneceraquí?Eso…seríaotrahistoria.—¿Cómodeseoque fracases?Ysinembargo,meesforzarécon todamivoluntadparaayudartea

llegar a tumundo, puesto que ése es tu deseo—añadió, apartándose de él, y apenas pudo ver cómodejabacaerlacabeza—.Ay,lavidaesalgoincomprensible.

Ellatomódelamanoydescendieronporlasescaleras.El bodegón, largo y bajo, estaba iluminado por velas y por una auténtica chimenea. En aquellos

tiempos turbulentos el tabernero sólo ponía platos en la mesa para un huésped, además de Holger yAlianora.Cuandoentraronéstos,elhombresaltódelbancodandoungrito.Perose interrumpióalverqueeraeldanéselqueaparecía.

—Meequivoqué,señor—dijohaciendounainclinación—.Penséqueeraisaquelaquienbusco.Osruegomeperdonéis,midamaymiseñor.

Holgerloestudió.Debíaserelsarraceno.Eradealturamedia,delgadoyágil,ibamuyeleganteconunacamisablancasuelta,pantalonesyzapatosrojos.Desucintopendíaunacimitarra.Bajoelturbante,adornado con broche de esmeraldas y plumas de avestruz, su rostro era oscuro y estrecho, de narizaguileña,dejabaentreverunabarbanegrapuntiagudayunosanillosdeoroenlasorejas.Semovíaconsuavidaddefelinoysutonoerabajoyculto,peroHolgercomprendióqueseríaunadversariodifícilenunalucha.

—Lapazseaconvos—ledijoeldanés, tratandodesercortés—.¿Puedopresentarosa ladamaAlianoradelaForét.Yosoy…sirRupertdeGraustark.

—Metemoquenuncaheoídohablardevuestrassolariegas,buenseñor,peroyosoydemuyalsur,eignorante de estos lugares. Sir Carahue, en otro tiempo rey deMauritania, y humildemente a vuestroservicio—exclamóel sarracenohaciendouna inclinaciónque le llevó casi hasta el suelo—¿Querréiscenarconmigo?Esomecomplacería.

—Os lo agradezco, gracioso caballero —replicó Holger enseguida. Era un alivio que otro seencargaradelacuentadelacena.Alianorayélsesentaron.Carahuequedóunpocoasombradoantelavestimentatanpococonvencionaldelajoven,peroapartólavistadelicadamente.

Insistióenquelellevaranmuestrasdelosvinosdeltabernero,diounsorbodecadaunodeellos,hacíaunamuecaacompañándoladelasmejoresexplicacionesquepodíaparacadavino.Holgernopudoevitareldecirle:

—Pensabaquevuestrareligiónprohibíalasbebidasfuertes.

—Ah, os equivocáis conmigo, sirRupert. Soy tan cristiano comovosmismo.Cierto que en otrotiempoluchéporelpaganismo,peroelcaballerosoygentilseñorquemevenciómeganótambiénparalaauténticafe.Pero,aunquesiguierasiendounseguidordeMahoma,noseríatandescortéscomoparanobeberalasaluddevuestrahermosísimadama.

Compartieron la cena amigablemente, charlando de cosas inconsecuentes. Después, Alianoraempezóabostezaryse fuea lacama,pueselairecerrado ledabasueño.HolgeryCarahuesiguierondespiertos y se dispusieron a beber seriamente. El danés se recató al principio; no le gustaba que leinvitaranatodaslasrondas.Peroelsarracenoinsistióenhacerlo.

—Gozodelacompañíadepersonasgentilesquesabenrecitarunasextinalomismoqueromperunalanza—afirmó—.Ysontanrarosenestasfronterastoscas.Ossuplicomepermitáisexpresarmigratitud.

—Ciertamente que no es éste un buen lugar por el que andar—contestó Holger. Y a modo detentativaañadió—:Algúnimportantepropósitodebehaberostraídohastaaquí.

—Cierto,buscoaunhombre—losojosdeCarahueseestrecharonporencimadelbordedesucopa—.Quizáhayáisoídohablardeél.Esunhombregrande,devuestrotamaño,perodecabellosamarillos.Debe cabalgar probablemente sobre un semental negro y lleva armas de un águila, sable o plata, trescorazonessanguíneosytresleonesdorados.

—Uhmm—exclamó Holger, frotándose la barbilla y tratando de parecer calmado—. Algo creohaberoído,peronorecuerdomuybien.¿Cuáldijisteisqueerasunombre?

—No lo dije—respondióCarahue—.Dejemos estar su nombre, sime permitís tal capricho. Laverdadesquetienemuchosenemigospoderososquecaeríanrápidamentesobreélsieseconocimientollegaraalexterior.

—¿Entoncessoisamigosuyo,sir?—Quizáseamejorquemisrazonesquedentambiénocultas.Noesquedesconfíedevos,sirRupert,

perohayoídosentodosloslugaresyalgunosnosonhumanos.Además,soyunextranjero,nosóloenestapartedelmundo,sinotambiénenestetiempo.

—¿Cómodecís?CarahuesequedómirandofijamenteaHolger,comoparacaptarcualquierreacción,ycontestó:—Esome atrevo a relatarlo. Conocí hace siglos al hombre que busco. Pero desapareció en las

esferasdelodesconocido.MeheenteradodequeélregresócuandolebeaupaysdeFranceestabaenpeligro,yrechazóalospaganosinvasores,paradesaparecerluegodenuevo.Peroesofuedespuésdemiépoca.Puescuandoélsehabíaido,salíaalmarensubúsqueda.UnagrantormentamellevóalasorillasdeHuyBraseal, en donde fue recibido en su castillo encantado por una hermosísima dama—en esemomentosuspirósoñadoramente—.Eltiempofluíaextrañamenteenesaesfera,comosedicequesucedeenAvalonoen laColinadelElfo.Meparecióquesólounañohabíaestadoconella;perocientosdeañospasaronenlastierrasdeloshombres.Cuandoalfinalescuchérumoresdequesereuníanlashuestesen todo elMundoMedio, robé el uso de las artesmágicas demi amada y aprendí que el torbellinoirrumpiríaprimeroenestas tierrasorientales.TambiénmeenterédequeO…elcaballeroalqueteníaqueencontrardenuevo,severíaatraídoporlafuerzadelatormentaqueseestabapreparandodesdelasesferas extrañasa lasquehabía sidoexilado.Por eso toméunanaveencantada,queenunanochemellevódesdeHuyBrasealhacialacostasurdeestaesfera.Conseguíallíuncaballoymedirigíhaciaelnorteensubusca.PeroDiosnohaqueridoquehastaahoraloconsiga.

Carahue se dejó caer hacia atrás y bebió sediento. Holger frunció el ceño. Estaba totalmentedispuestoacreereserelato.Elmismohabíaexperimentadopeoreshechos.Aunqueelsarracenopodíaestarmintiendo…no,Holgerteníalaideadequeestabadiciendolaverdad.Elrostrodelgadoytostadoleresultabafamiliar.Enalgúnlugar,enalgúntiempo,debíahaberconocidorealmenteaCarahue.¿Perocomoamigooenemigo?Elotrohabíaevitadocuidadosamentecomprometersesobreesepunto,yHolgerpensaba que no sería prudente preguntarle.Cierto que elmoro había hablado bien del hombre al que

buscaba,peronadaprobabaeso.Segúnelcódigofantásticodelacaballería,loshombrespodíancantarlasalabanzasdeotrosmientraslessacabanelhígado.

AquellapartesobreunconocimientoproducidohacíacientosdeañosnoperturbabaaHolger.Nopodía sentirseyamás soloninostálgico.Y la ideaexplicabaalgunascosas.El,Holger, elde los trescorazones y los tres leones, había sido un caballero al queMorgana se llevó a su isla intemporal deAvalon.Regresóunavez,cuandoFrancialenecesitaba.Ellalehabíadejadohacerlo,probablementesinpreocuparsedequiénganaraesaguerra,yhabíaregresadoalterminar.Yotravez…Peroenestaocasiónretornabadesdeunlugarmáslejano,yMorganaseoponíaaélcontodossusoscurospoderes.

—No quisiera ser demasiado entrometido, sir Rupert —dijo Carahue cortésmente—. Pero mepareceextrañoquetambiénbusquéisalgoasolasenestasinquietastierras.Osruegoquemelodigáis.¿DóndeseencuentravuestroGraustark?

—Oh, algo hacia el sur —murmuró Holger—. Hice un… un voto. La doncella-cisne aceptóamablementeayudarmeacumplirlo.

Carahue enarcó las cejas. Era evidente que no creía una sola palabra de todo aquello. Perosimplementesonrió.

—Venid,¿osparecequeoscomplazcamosconunaodoscanciones?Quizáconozcáisunabalada,villanillaosirvientaquecaigandulcementeenunosoídosdemasiadotiempoacostumbradosalaullidodeloslobosylosvientoslluviosos.

—Podemosintentarlo—respondióHolger,quesealegrabadecambiardetema.Estuvieroncantandodurantealgunashoras.Paraesonecesitabanmuchovinoconelquehumedecer

lagargantaylubricarelcerebro.CarahuequedómuycomplacidoconunatoscatraduccióndeAuldLangSyne.ElyHolgerdespertaronatodalacasacantándolacuando,conpasoyaalgoinestable,seayudabanelunoalotroasubirlasescalerasparairsealacama.

17Aldíasiguiente,cuandosedirigíaalatiendadeMartinus,aHolgerledolíalacabezayAlianora,

consideradamente,guardósilencio.DejaronaHugienlatabernaconloscaballos,pueseltaberneroloshabíamiradocodiciosamente.Probablementeteníaexperienciaconhuéspedesdemuchanoblezayescasodinero.Elbrujosonrióalegrementealverles.

—Ah,piensoquehabéismiradodemasiadasveces,elcuencolíquido,mijovenamigo—seburlódemaneraofensiva—.Bueno,bueno,loschicossiempreseránchicos,¿verdadjovenmía?—dijo,cogiendounabotella—.Sucedeque tengoaquíunespecíficomuybuenoydepreciorazonablepara los tumoresbiliosos, juanetes, reumas, lepra, fiebres, peste y resacas. Basta con tragarse este vasito. Eso es, noestabamal,¿verdad?

ElbrebajequitóciertamentelaspunzadasdeHolgerenuninstante.Pensóquesipudieraconseguirla fórmula y despertar en su universo, su fortuna estaba hecha. PeroMartinus había vuelto a ponersegrave.Elhombrecillorecorríalatiendaconlasmanosalaespalda,sedetuvomirandoalsuelo,ydijoenvozbaja:

—Nohepodidoconocervuestraidentidad,sirHolger.Unaprohibiciónhasidoimpuestaatodoserquepudierahabérmelodicho,loquesugierequesoisciertamentealguiendeimportancia.Sinembargo,elenemigo no pensó en todo. Invoqué a los espíritus pasajeros del aire, llamé incluso a Ariel comoayudante,yfueroncapacesdedescubrirdóndeyaceenterradaCortana.Ellugarnoestáalejadodeaquí.Peronoesunviajequeamímegustarahacer.

—¿Dónde?—preguntóHolgerconelcorazónvacilante.MartinusmiróaAlianora.—¿ConocéislaiglesiadeSanGrimmin’s-in-the-World?—preguntó.Ellasemordióloslabios.—Heoídohablardeella—admitió.—Pues bien, ahí es donde está la espada —dijo Martinus—. Imagino que los mundomedianos

eligieron esa sede al este para alejarla de su propietario, y específicamente San Grimmin’s paradificultarsubúsquedasiseponíaalgunavezsobreelrastro—añadió,agitandosucabezacalva—.Jovenamigo,sinceramentenopuedorecomendarlequevayaallí.

—¿Cómoeseselugar?—preguntóHolger.—Unaviejaiglesiaabandonadaenlastierrasaltasseptentrionales.Hacesiglos,selevantóconuna

misiónconlaesperanzadeconvertiralastribussalvajesdelosalrededores,yporuntiempotuvounacongregación. Después, un jefe los asesinó a todos y desde entonces la iglesia ha estado en ruinas.Cuentanqueel jefeprofanóelaltarconunsacrificiohumano,por loqueeledificioyanoessagrado,sinoquesehaconvertidoenlamoradadeespíritusmalignosydelamalasuerte.NisiquieralossalvajesseacercanyaaSanGrimmin’s.

Holgersequedómirándosealospies.Sentíacomosituvieraunpesoencima.Martinusnoestababromeando.

Porunmomentosepreguntópor la razónque le impulsabaamolestarse.¿Porqué inclusoqueríaretornarasumundo?¿Quéhabíaallíqueleatrajera?Desdeluegohabíaamigos,recuerdos,escenariosqueridos,pero,paraserplenamentesincero,anadanianadieechabaexcesivamentedemenos.Guerra,hambre,monotonía,despersonalización.Siconseguía retornar,podríaencontrarseenelmismo instantedel espacio—tiempo que había abandonado. Las leyes de conservación de la física sugerían que asípodríaser.Yélysuscompañerosestabanatrapadosenunaplaya,sabiendoqueibanamorir,esperando,con una esperanza que se desvanecía rápidamente, que pudieran permanecer vivos sólo el tiemposuficienteparaqueunbarcollegaraalacostasueca.

Diablos,todosugeríaqueelotromundonohabíasidorealmenteelsuyo.Pertenecíaaéste,aesteuniversocarolingio;elotrohabíasidounlugardeexilio.Pormuchascosaésteeraunlugarmejorymáslimpio…No, le respondió con tenacidad su amor a laverdad, esonoera justo.Estemundo tenía suscontratiempos. Pero simplemente, por el hecho de ser diferente, ¿no le prometía más aventuras yoportunidadesquelaotratierra?

UnrayodesolqueentrabaporlaventanaencendíaloscaballosdeAlianora.Nuncahabíaconocidoaunajovencomoella.Siseabandonabadeesabúsquedatotalmenteestúpidayseibaconella,podríamandar en su propia vida. Sería el rey de los bosques, o sin duda se ganaría un reino en aquellasfronterasturbulentas,osiqueríaunaltogradodecivilización,podríairconellahastaelImperioy…

¿Yqué?Caosseguíapreparándoseparalabatalla.PensóenlaideadeAlianoradequelosfariseospodíanllevarsucrepúsculoalplanetaentero.SeacordódequeMorganahabíahabladosobreunfuegodescuidadoconmundosysoles,sobreloshombres,suscasasyesperanzastragadasporladestrucción.

No,realmentenoteníaelección.Ningúnhombrehonorablelateníaenesostiempos.TeníaquehacertodoloposibleparaconseguiraCortanaydevolverelarmaasuauténticodueño,outilizarlaélmismosiloera.Después,siesquehabíaundespués,podríadecidirsiseguíaintentandoretornaratravésdelosuniversos.—Iré—dijo,mirandohaciaarriba.

—Iremos—lecorrigióAlianora.—Comodeseéis—añadióMartinuscortésmente—.Yoruegoporvuestra fortuna, sirHolger.Que

Dios sea con vos, queDios sea con vos, pues pienso que lo hacéis en nombre de todos nosotros. Selimpiólosojosconlamanga.Despuéssonrió,sefrotólasmanosyañadió:

—Bien,bastadeeso.Hablemosahoradelacuenta,puestoquevaisaunviajepeligrosoesperoquedeseéisarreglaresosasuntosenseguida.

—Um,uh—dijoHolger.—No llevamos el dinero encima—dijo Alianora—. Pero si envías la cuenta más tarde, yo me

ocuparédequesepague.—Diríaquetenéismuchodinero—dijoMartinus,haciéndoseelofendido—.Habéisdesaberque

estatiendanoconcedecréditoy…—Pero vuestro anuncio dice que podéis invocar bolsas que se llenen continuamente—empezó a

decirHolger.—Esun anuncio—admitióMartinus—.Los detalles corroborativos tratan de darle verosimilitud

artística.—Oh,vamos,queridoyviejoamigo—dijoAlianora,sonriendoytomandoalmagodelamano—.

¿Novaisaapremiaraqueospaguealhombrequevaasalvaralmundoentero,verdad?Tusrunasserántuparteenlagranempresa.Ellascantarántunombre.

—Peronopagaréconesoamisacreedores—protestóMartinus.—Ah, ¿pero no es cierto que un acto noble merece muchas riquezas? —le preguntó Alianora,

acariciándolelamejilla.—Bueno—dijoMartinus,queempezabaavacilar—.Haypalabrasqueesodicenenlasescrituras,

pero…—¡Oh,amigomío,gracias!¡Sabíaqueestaríaisdeacuerdo!¡Muchasgracias!—Pero—sequejóMartinus—.Peronopodéis…nopuedopermitir…—Nada,nada,niunapalabra

más. No soñaría con pediros las ayuda de la que ya nos habéis dado. Adiós, buen hombre —dijoAlianorabesándoley,antesdequepudierarecuperarse,sacandoaHolgerdelatienda.

¡Mujeres!,pensóeldanés.Cuando volvieron a la posada, encontraron a Carahue en el patio. Se levantó y les hizo una

reverencia.—Vuestrocompañeroelenanodioaentenderqueprontoreanudaríaisvuestrosviajes,señoritaysir

Rupert.—Asíes—contestóHolger.Captólamiradadesospechadeltaberneroyañadió—:Puedeser.Carahueseacariciólabarbaconunamanodelgadayllenadejoyas.—¿Puedotenerlaaudaciadepreguntarosquécaminoseguiréis?—Imaginoquealnorte.—¿Alasselvas?Verdaderamenteunaaventuramemorable,sialguiensobrevivepararecordarla.—Yaosdijequehabíahechounvoto—gruñóHolger.—Os ruegoquemeperdonéis, amigo—dijoCarahue—.Sería descortés preguntarosmás cuando

veo que no deseáis hablar. ¿Pero puedo ofreceros algún consejo? Si deseáis conservar el secreto devuestrametanodejéismucholugaralaespeculación.Laslenguassemuevenmáscuandonohayhechosfirmestrasellas.Puesalgunasgentessospecharánqueintentáisunahazañacaballeresca,comounodelostrollsqueinfestanlastierrasaltas,yheoídoqueamenudoraptansereshumanosparacomérselos;aunquelas gentes de aquí con las que he charlado mantienen que no es posible matar a esos trolls. Otrosinsistirán en que sir Rupert acude a desafiar al rey de los paganos. Pero, siendo como es la mentecampesina, casi todos pensarán que buscáis un tesoro de oro enterrado en alguna parte. ¿Y cómoreconciliar,además,cualquieradeestosobjetivosconelacompañamientodeestajovendama?Portanto,lasgentessedaránahablarenlashorasdeocioylashistoriasseextenderáncomoelfuego.Siqueréisacallarlasmurmuraciones,tenéisquedarunarazónsólida,aserposibleunatanextrañaquelasgentesprefierannomencionarelasunto.

Alianoraintervinoparadecir:—Muybien,hacemosunpeligrosoviajealaiglesiacondenadadeSanGrimmin’s.Holgercubrióesaspalabraslomejorquepudo.—Juréhacerallíunperegrinajeconlaesperanzade,bueno,recuperarlosrecipienteseclesiásticos

quepuedanquedar.Peroyo,bueno,preferiríanohablardeelloporque,bueno,noquisierahablardelarazóndetalpenitencia.

—Ah,eseso,perdonadme—dijoel sarracenosinapartar lamiradadeHolger—.¿Sabéis,nuncapenséquemibúsquedamecondujerahastaesazona?Noparecíaprobablequemihombrellegaraporallíal retornar.Peroahoramehabéishechopreguntarmesinohabrásidoasí.Además,sipuedoservirdeayudaenunaempresavirtuosa,micréditoenelcieloseelevaráquizáporencimademilamentablenivelactual.Labuenacompañíareduce lasdistancias,pornohablardeque lashacemenospeligrosas.¿Nopodríamosviajarjuntos?

AlianoraintercambióunamiradaconHolger.Túloconoces,decíansusojos.Túdebesdecidir.—Hayalgomásqueaudacespeligros—dijoHolger,trasciertavacilación—.Piensoquepodamos

enfrentarnosalamagianegra.Carahuemovióunamanonegligentemente.—Vuestraespadaesrecta,ylamíacurva—dijosonriendo—.Asíqueentreellaspodremoscogera

cualquierenemigo.Holgerseacarició labarbilla.Ciertamentequepodríautilizaraotrohombre.Yalmismo tiempo

sabíaqueCarahuedebíatenerrazonesparahaceraquello.¿EraunagentedeCaos?Resultabaposible,perolosrecuerdosborrososdeHolger,enlosquecada

vezconfiabamás,decían locontrario.Sepusoenel lugardelmoro:buscabaaunhombre importanteparaalgúnpropósito importante,y si fracasabaseconvertiríaenotrovagabundocaballerescoconunahistoria muy poco convincente. Sí, la memoria le decía que Carahue tenía ese tipo de mente, unacuriosidadquelehacíaatreverseatodo.Además,podíahabersospechadoquesirRupertdeGraustarktenía alguna relación con la persona a la que estaba buscando: quizá pudiera saber dónde estaba esapersona.Peroaunqueseequivocara,lastierrasaltasmerecíanunabúsqueda.Encualquiercaso,CarahueteníabuenosmotivosparaacompañarasirRupert.

—Deseomucho el favor de vuestra compañía—lepresionó el sarraceno—.Todavíamás, desdeluego,elfavordelavuestra,encantadoradama.Tantolodeseoque,siaceptáissertanamables,insistoenqueseáismisinvitadosdesdelaúltimanoche…No,no,noprotestéis,noquierooírhablardeello.

HolgeryAlianoralemiraron,yéllesdevolviólamirada.Debíaestarabsolutamentesegurodequeseencontraban sindinero,y se sacabaesacartade lamanga.Pero, aunasí, laperspectivade irsedeTarnbergsintenerquelucharconeltaberneroresultabairresistible.

—¡De acuerdo! —dijo Holger tendiéndole la mano. Carahue se la tomó—. ¿Nos juramoscamaradería?

—Sí,pormihonordecaballero.—Y por el mío —añadió Holger, sintiendo que su decisión había sido buena. Probablemente

Carahuemantendríaeljuramentomientrasduraraelviaje;yunavezqueél,Holger,tuvieraaCortanaensusmanos,elsarracenonopodríaserunaamenaza.Impulsivamenteañadió—:Desnudaestálaespaldasinhermano.

Carahuesesorprendió.—¿Dóndeaprendisteiseso?—leespetó.—Bueno,mevinoalacabezasinmás.¿Porquélopreguntáis?—Enotrotiempoconocíaunhombrequesolíadecireso.Adecirverdad,elhombrealquebusco

—añadió Carahuemirándole detenidamente unmomento antes de darse la vuelta—. Bien, cenemos ypreparémonosparalapartida.Piensoquemañanaalamanecerseráelmejormomento,¿nocreéis?

Durante el almuerzo fue una compañía entretenida, con bromas, canciones y recuerdos algoarriesgados.Después,élyHolgercomprobaronelequipoque tenían.Suarmaduraerauncorseletedeacero,fulguranteporloshombrosyconelaboradosarabescos.Uncascosqueterminabaenpuntayteníaorejerasdecotademalla;espinillerasporencimadeunasbotasdecuerotrabajado;suescudoconsistíaenunaestrelladeplatadeseispuntassobreuncampoazul,bordedegulesfloreadosenoro;susarmasincluían arco y flechas; montaba una esbelta yegua blanca. Afirmó que el caballo castrado pardo deAlianorateníabuenascarnes,yañadióquedebíanadquirirunamuíaenlaquepudieramontarHugiyquellevaraunamplíosuministrodealimentos.Empleólamayorpartedelatardeenajustarelpreciodeesoselementos.

Se fueron a la cama temprano, peroHolgerpermaneciódespiertounahora.Apesarde todas lasprecauciones,estabaconvencidodequeMorganaleFayacabaríaporsaberdóndeseencontraba,sinolosabíaya…ytendríaquehaceralgo.

18Durante dos noches permanecieron con los campesinos. Holger, cuya lengua no era lo bastante

rápidacomopara inventarsobre lamarchadetallescreíbles, teníaquedecir lomenosposibleparanotraicionarse anteCarahue.El sarracenohablaba suficientepara ambos, brillantemente, galantemente, ymirabacadavezmásalajoven.EstohacíaqueelsilenciodeHolgersevolvieracadavezmássombrío.Tratabadeapartarsuscelos—¿quéderechospodíatenersobreella?—,peronoloconseguía.

Al tercerdíadejaronatrás loscaminos, loscamposy lascasas.Aquellanochepernoctaronen lachozadeunpastor,que lescontórelatoshorripilantessobreatacantessalvajes,yotros todavíapeoressobrelostrollsqueavecesseaventurabanhastaelvalle.Elsuyoeraelúltimoalojamientohumanoensucamino,salvoquizálospueblosdecaníbales.

Denuevotuvieronquesubirmontañas,másempinadasyaltasquelasdeleste.AlianoradijoqueseencontrabanenlasestribacionesdelatitánicacordilleradeJótun.

—Ymásallánohayotracosaquefrío,oscuridadyhielo,iluminadoporlaslucesseptentrionales,puesésaeslapatriadelosgigantes.

Suobjetivonoestabamuylejosdeallí,sobreunacortamesetasobrelasúltimascumbres.Peroalmenosestabaaunasemanadeviaje,atravésdetierrasbastanteduras.

Cabalgaron entre los riscos agrietados por los glaciares y peñascos mordidos por los vientos,subiendo y subiendo largas pendientes, sobre crestas tan afiladas como una cuchilla y a través debarrancos tan estrechos que apenas llegaba la luz a ellos. Los bosques se habían ido convirtiendo enescasosgruposderoblesenanosretorcidos;lahierbaeracadavezmásescasayrígida;elaireerafríopor el día y helado por la noche, con nubes que se extendían por encima del pálido sol y sobre lasbrillantes estrellas.Amenudo teníanquevadear riachuelos que caían en formade torrentes desde lascumbres.Seesforzabanalmáximoparaquenose llevaranasusanimales,yseahogaran.Hugi,cuyascortaspiernasapenasllegabanmásabajodelospaquetessobrelosquemontaba,eraelúnicoquenoseempapaba.Ygritabaobservacionesjoviales,como«¡ahdelbarco!»y«¡estibarelpalodemesana!»,queno eran muy apreciadas por sus compañeros. Carahue aspiraba por la nariz, estornudaba y lanzabaimaginativosjuramentosaltiempo(negabaqueenaquellastierrashubieraclima),peroseguíaunidoalosdemás.

—Cuando llegue ami casa—dijo—,me tumbaré al sol bajo losnaranjos floridos.Las esclavastocaránmúsicaparamíypondrángranosdeuvaenmiboca.Paramantenermebienharéejercicio:dosveces al díamoveré los dedos.Al cabo de unosmesesme cansaré de eso y partiré a otra búsquedacaballeresca:digamosquehastaelcafémáscercano.

—Café—dijoHolgersuspirando.InclusoseestabaquedandosineltabacodeUnrich,tabacooloquefuera.

Alianora se convertía en cisne de vez en cuando y volaba por delante para vigilar el camino.Cuandohabíadesaparecidode lavista,elcuartodía,en lodesconocido,CarahuecontemplóaHolgerconunasobriedaddesacostumbrada.

—Apesardesugustoporlasropas—dijo—,esunajovenraradeencontrar.—Losé—asintióHolger.—Perdonadmiatrevimientoalpreguntároslo,peroDiosmedioojospara

ver.Ellanoesvuestraamante,¿verdad?—No.—Quétontosois.Holgernopodíaofenderseporello.Probablementeteníarazón.—Esoesloqueheestadodiciéndoleydiciéndoleydiciéndole—intervinoHugi—.Loscaballeros

soisunarazaextraña.Cruzanelmundopararescatarunadoncellayluegonosabenquéhacerconella,

salvo llevarlaacasayquizá suplicarleun trozode lacintadel cabelloparaponerseen lamanga.Esextrañoquelarazanohayadesaparecido.

Alianoraregresóalanochecer.—Hevistolaiglesiadesdelejos—dijo—.Ytambiénhevisto,máscercadenosotros,dosbaluartes

dehombressalvajes,rodeadosdecráneossobrepalos,yalagenteatareadacomosiseprepararaparalaguerra.

—Esoesloqueestánhaciendo—dijoHolger,asintiendo.Alianorafruncióelceño.—He divisado un camino para nosotros a través de un paso, en las llanuras de arriba. No hay

asentamientos cerca, probablementeporqueun troll habita por allí en alguna caverna.Pero, desde lasampliarcumbres,loscazadorespuedenvernosyenviarungrupoparacapturarnosycomernuestracarne.

—Vaya, un triste final para un valiente caballero, asado en su propia armadura—dijo Carahue,sonriendo—.AunquemetemoquesirRupert,Hugiyyoseremosunosfiletesbastanteduros,adiferenciadevuestrostiernosyhermososmiembros.

Alianorasonriódeunamaneraconfusaysesonrojó.Carahuelatomódelamano.—Sillegaralopeor—dijocongravedad—,debéisecharavolarsinprestarnosatención.Elmundo

puede pasarse sin nosotros, pero se volvería ciertamente seco sin vuestra luz. Alianora sacudió lacabeza,sequedósindecirnadayseapresuróaretirarlamano.Estechicoesunoperador,pensóHolger.Aélnoseleocurríaningunafraseynopodíasoportarelquedarseoyendo.Asíquecabalgópordelante,con el estado de ánimo cada vez peor a medida que pasaban las horas. Carahue no estaba cazandoilegalmente,sedecíaasímismo,peronoseprestabamuchaatención.¿Esqueeltiponoteníadecenciaalguna? ¿YAlianora no tenía ningún sentido?…Pero bueno, ¿cómo podía ella?Nunca se había vistoexpuesta a estas cosas. Las lisonjas más gastadas las tomaba como rasgos ingeniosos y sentimientoshonestos.Condenadaseasualma,Carahuenoteníaderechoadispararauncisnecomoaquel.Además,enunviajetanpeligrosoeimportante,nadieteníaderechoa…a…¡Malditoseatodo!

Porlanocheseencontraronenunaligeradepresión.Pordelanteselevantabanlaspendientesquetendríanque escalar al día siguiente, roca apilada sobre rocahastauna cumbredistanteque se erguíaenseñando sus dientes de sierra sobre el cielo. Pero en este valle una catarata espumeaba sobre unprecipiciodepizarraazul,cayendoaunladoqueelanochecerteñíaderojo.Cerca,laorillaerabajaytranquila.Unabandadadepatossilvestresaleteócuandoseacercaron,asentándoseenlaorillaopuesta,aunosdoskilómetros.Después,volvióahacerseelsilencio.

—Desearíallegaraeselago—dijoAlianora—.Sidejamosalgunoshilosdepescarporlanoche,podríamostenerundesayunomejorqueelcerdosaladocongalletas.

Hugisacudiósuenormecabeza.—Nosé,amiga.Todaestatierrahuelemal,perohayunapestequedesconocía.Holgerinspirólabrisaquetraíaoloraverdeyhumedad.—Amímehuelebien.Encualquiercaso,nopodemosrodearellagoantesdequesehagadenoche.—Podríamos volver a subir y acampar arriba—dijo Carahue.—¿Volver a recorrer esos cuatro

kilómetros?—preguntóHolgercontonodeburla—.Hágalosilodesea,señor,peroyonotengomiedoadormiraquí.

Elsarracenoenrojecióyreprimióunaréplicacolérica.Alianoraseapresuróaromperelsilencioexclamando:

—Mirad,allíhayunbuenpuntoseco.Elmusgoseaplastababajolospiescomosifueraunaesponja.Perohabíaunagranrocaconellado

inclinadocubiertode liqueny laparteplanasuperiorcubiertadeunsueloenelquecrecíaunahierbacortaygruesa.Unmatorralmuerto,cercadelcentro,podíaservirdecombustible.

—Bueno,escomosiestuvierapreparadoparanosotros—dijoAlianora,extendiendolosbrazos.

—Sí,asíparece—gruñóHugi.Nadielehizocaso.Teníaquecortarmaderaconunpequeñohachaque llevaba en lamuía,mientras los otros establecían un círculo de protección y se cuidaban de losanimales. El sol fue bajando bajo las cumbres occidentales, pero aquellamitad del cielo permanecíarojiza,comosilosgiganteshubieranencendidounfuego.

Alianoraselevantódelahogueraqueellamismasehabíapreparado.—Mientrassehaceunbuenfuegodecarbones,iréaponerlosanzuelos.—No,permanecedaquí,osloruego—dijoCarahue.Sesentóconlaspiernascruzadas,volviendo

hacia ella su hermoso rostro oscuro. De algunamanera, a pesar del duro viaje, habíamantenido suspintorescasropascasiinmaculadas.

—¿Peronoosgustaríaunabuenaracióndepescadofresco?—Sí, claro. Sin embargo, eso no vale nada comparado con una horamás de esta corta vida en

presenciadetantabelleza.La joven volvió la cabeza.Holger vio que su rostro y pecho se sonrojaban.Todavíamás se dio

cuentadelasjóvenescurvasquehabíadentrodelatúnicadecisne,delosgrandesojosgrises,loslabiossuavesylaságilesmanos.

—No—susurróella—.Noentiendoloquedecís,sirCarahue.Sentaos y haré todo lo posible conmis pobresmedios para explicarme—le dijo palmeando la

hierbaquehabíaasulado.—Pero…pero…—lanzóaHolgerunamiradaconfusa.Esteapretólosdientesylediolaespalda.

Conelrabillodelojovioqueellaseuníaalotrohombre.Elsarracenomurmuró:Eshonorablequeunerrantecaballeroaudazmenteavanceaunquelaoportunidadseasombría,y no sólo en los momentos en que las lanzas brillen en alto y se rompan en la batalla: pues

cuandolaestrelladoradadelamañanaardeconmenosbrilloqueunaesperanzapuraconlaquesuslatidosdanzan,eshonorablequeunerrantecaballeroaudazmenteavanceaunquelaoportunidadseasombría.

Yasí, como tu rara soledadhaencerradomialmaconunaodosdulcesmiradas,meatrevoapedir más que el señorío de diez Francias: que por un momento permanezcas ante mi vista; eshonorablequeunerrantecaballeroaudazmenteavanceaunquelaoportunidadseasombría.

—Oh—dijoAlianoratartamudeando—.No…No…Noséloquedecir.—Nadanecesitáisdecir,lamáshermosadelasdamas—respondióél—.Osbastaconexistir.—Yo

pondrélossedales—ladróHolger.Loscogióysebajóporlaroca.Porelesfuerzoquehacíaparanomirarhaciaatrásledolíaelcuello.

Cuandoquedófueradelavista,entrelosjuncos,vioqueloszapatosylascalzasestabanhúmedos.Mucho que le importaba a ella si cogía una pulmonía. ¡Deja de autocompadecerte! Si Alianora seenamorabadeeseembaucador,sóloasímismopodíaculparse.El lahabía rechazado,¿no?Sóloque,dadaslascircunstancias,habíatenidoquehacerlo.Quéterribleburlaparaunhombre.

Conelcuchilloatacóalasplantas.Salvoporladagadelcinturónestabadesarmado,puessehabíaquitadolapesadacotademallasalhacerelcampamento.LomismoqueCarahue;peroHolgercarecíadeldondelaeleganciadelsarraceno,porloqueestabacubiertodebarro,sudorosoyajado.Nisiquierateníayasupropiorostro.NoeradeextrañarqueAlianora…Bueno,¿quéleimportabaellaaél?Tendríaqueestarcontentodehaberencontradoaalguienqueselaquitaradelasmanos.¡Maldición!

Llegóalaorilladelagua.Estabamuyquietabajolospeñascosnegros,elcieloorientalmorado,conla lunayunaestrella,haciaeloeste,enrojecido.Lapuestadelsol tenía lasuperficiecomodesangre,perocontanescasobrilloquepodíasentirlaoscuridadquehabíaabajo.Losjuncosseestremecieronycrujieron; lospasosdeHolgerhacíanungran ruido.Las ranas saltarondesdeunviejo leñoquehabíallegadoaladerivahastalaorilla.Desdeallítirólossedalesyempezóaponertrocitosdecarnecomoceboenlosanzuelos.

Elfríoleenvolvía,lecomíaporelinteriorylehacíaagitarse.Susdedoserantorpes,yparaverelanzuelo tenía que entrecerrar los ojos. Y podría estar en Avalan en este mismo momento, pensó. Oincluso,porlosinfiernos,enlaColinadelElfo,conMeriven.¿Esqueesarústicamuchacha—cisnenosedacuentadeloquemeestáhaciendoalpasearporahímediodesnuda?QueSatánselleveatodaslas mujeres. Tienen un so— lo propósito en el mundo. Judas, yMeriven seguro que servía a esepropósito.

Sumanosedeslizó.Semetióunanzueloeneldedo.Selosacóconunjuramentoblasfemo,extrajoladagadeaceroyapuñalóelleño,porqueteníaqueclavarlaenalgo.

Larisasonócomounacatarata.Diolavueltaalacabezayviounaformablancaqueseelevabatrasél.Enunmomentolehabíanpuestolasmuñecasenlaespalda,unbrazoleagarróporelcuello.Sintióquetirabandeélhaciaatrásyhaciaabajo.Yellagosecerróporencimadeél.

19Sintiendoqueseahogaba,tratódedarpatadas,peroyaseestabadesmayando.Sucerebrocomenzó

agirarhacialanoche.Cuandolesoltaron,unextrañoreflejoabriósubocaenunjadeo.Noseahogó.Sesentó.Porunmomentonopudopensarquiénera,oporquéestabaallí,nidónde

estaba.Laconcienciaretornó.Peronecesitóquepasaranvariosminutosparaverlascosas,puessusojosnoestabanacostumbradosaellas.

Sesentóenlaarenablancaque,formandograciosasondulaciones,seextendíahastadondeseperdíalavista.Aquíyalláhabíapiedrascubiertasdealgasverdesbrillantes,cuyoslargosfilamentosondeabanhaciaarriba.Unaluminosidadllenabaelaire,semejantealaluzsinorigendeFaerie,perodébilmenteverdosa.Sóloque…nohabíaaire.Desubocaynarizsalíanburbujasqueseelevabancomosifueranpequeñasypulidaslunas.Viopasarunpezdesdelapalidezqueteníaasuizquierdahastalasdistanciassinperspectivadeladerecha.Deunsalto,sepusoenpie,rebotóysemovióaladerivaconfantasmallentitud. Le parecía que su cuerpo carecía de peso. Alrededor de cada movimiento el agua fluíasensualmente.—Bienvenido,sirHolger—ledijounavozfríaydulce.

Sedio la vuelta y vio ante él a unamujer perezosamente colocada.Estabadesnuday era blancacomoelpapel,aunquebajolapielpodíaverlosdelicadostrazosverdesdelasvenas.Sobreloshombrosle flotaba un cabello largo, fino y verde como las algas. Tenía un rostro ancho de nariz plana, ojosamarillosybocagruesaysensual.Elcuello,torso,miembrosymanosnoeranporcontrastedemasiadohumanosensuesbeltez.Salvoenlasanguilas,Holgernohabíavistonuncaunagraciademovimientoscomolasuya.

—¿Quién…quién…quiénsois?—dijosofocándose.—Dejemosesoahora—dijoellariendo—.Noeresunbuho,sinouncaballerodealtonacimiento.

Bienvenido —añadió, acercándose más con una patada. Holger vio que sus pies eran palmeados yestaban llenosdededos.Los labiosy lasuñaserandecolorverdepálido,pero lavisiónnoresultabahorrible.¡Porelcontrario!Holgertuvoquerecordarqueestabaenseriosproblemas.

—Perdonamiimpetuosainvitación—dijo,formandounasburbujasbrillantesensuboca.Algunas,comosifueranjoyas,sepegaronasustrenzas—.Necesitabaaprovecharelmomentopasajeroenelquenotuvierashierroalgunoyteencontrarasenestadodeánimoeinfeliz.Esperoquenotehayahechodaño.

—¿Dóndediablosestoy?—explotó.—Bajoellago,endondeyo,suhadaacuática,hehabitadoestosnumerososysolitariossiglos—lo

tomódelasmanos.Lasdeellaeransuavesyfrías,perobajoellassubyacíaunasensacióndefuerzaquelecaptóenseguida—.Notemas.Mihechizoimpidequeteahogues.

Holgertomósurespiración.Noparecíadistintadelahabitual,salvoporunaligerapesadezenelpecho.Giró la lengua alrededor de la bocay arrojó saliva entre los dientes.Pensó, esforzándosepormantener lacordura,quedealgunamanera las fuerzas llamadasmágicasdebíanextraereloxígenodelaguaparaél,yformarconélunadelgadacapaprotectora,quizámonomolecular,sobresurostro.Elrestode él se encontraba en contacto directo con el lago. Sus ropas colgaban empapadas. Sin embargo, semanteníalobastantecaliente…¿Perodequéestoyhablado?¡Tengoquesalirdeaquí!

Tratódelibrarsedeella.—¿Quiéntehaincitadoaesto?—preguntóHolger.Ellaextendiósusbrazosporencimade lacabezahastaqueloscabellosverdososseentrelazaron

conlablancuradesucuerpo,searqueóhaciaatrásysecolocósobrelaspuntasdelosdedos.—Nadie—respondiósonriendo—.Nopuedesimaginarlofatigosaqueeslaexistenciasolitariae

inmortal.Cuandounguerrero jovenyhermoso,conbuclescomoelsolyojoscomoelcielo,aciertaapasarporaquí,loamoalinstante.

AHolgerempezaronaarderlelasmejillas.Lapartedistanciadadesímismoreflexionabaqueella,por pertenecer al Mundo Medio, era inmune a la visión que le había disfrazado, haciendo que noparecieraelmismo.Peroaunasí…¿cómoconocíaellasunombre?

—¡MorganaleFay!—consiguiódecirhaciaelexterior.—¿Qué importa?—su capa caía a lo largo de todo el cuerpo—.Ven,mi casa está cercana. Te

aguardaunafiesta.Después…—secalló.Bajólospárpados.—Estonoesaccidente—insistió—.EsperabaqueMorgananosencontrara.Cuandopasamosjunto

aestelago,ellalodispusotodo.Nocreoquenimispropiasaccionesfueranlibres.—Oh,notemaseso.Ningúnmortaldebuencarácterpuedeserconmovidoporelencantamientoa

menosqueélmismolodesee.—Bueno, sécómoeramicarácterenaquelmomentoy sospechoque,aunquenome forzaran,me

impulsarona tener la actitudmental adecuada.Muybien. ¡Desaparece!—exclamóHolger, trazandoelsignodelacruz.

Elhadadel aguamostró su somnolienta sonrisa.Sacudió la cabeza,moviéndola lentamentehaciaatrásyadelantemientrassupelosueltoseagitabaonduladamente.

—No,demasiadotarde.Yaqueestásaquí,yquetuspropiosdeseostehantraído,nopuedesescapartan fácilmente. Su majestad de Avalon me ordenó que acechara junto a la orilla y aprovechara mioportunidad.Tengoquemantenerteaquíhastaqueellaenvíeabuscarte, loquesucederádespuésdelaguerraquecasihaempezado—enesemomentoempezóaascenderhastaponersehorizontalmentedelantedel rostro de Holger. Sus delgados dedos, fuertes como alambres, se extendieron para acariciarle elcabello—.Perotambiénestoesverdad,locontentaquemehapuestoamí,Rusel,buscarte,ytodoloquemeesforzaráparahacergozosatuestancia.

Holger se apartó y movió y pisó con fuerza la arena. Se lanzó hacia arriba. Sus miembrosencontrabanlaresistenciadelaguaynadóhacialasuperficieinvisible.Elhadadelaguasedeslizabaasulado,sinesfuerzo,sonriendo.Noseoponíaaél,sinoqueleatraía.

Aparecieron ante su vista unas formas delgadas. Unas mandíbulas chasquearon ante la nariz deHolger.Miró a los ojos en blanco y el pico delgado y dentado del luciomás grande que había vistonunca.Seacercaronotros,unadocena,uncentenar.Unodeellosledesgarrólamano.Sintióunapunzadadedolor.Susangresaliócomohumorojo.Sedetuvo.Elluciodabavueltasportodosloslados.Ruselhizootrogesto.Sefueron,perolentamente,permaneciendoalbordedelcampodevisión.

Holger volvió a descender hasta la arena. Necesitaba unos minutos para recuperar el aliento ycontrolarloslatidosdesucorazón.

Elhadatomósumanoylebesólaherida.Secerró,comosinuncahubieraexistido.—No, debéis quedaros, sirHolger—le dijo suavemente—.Me decepcionaría terriblemente que

fueraistandescortéscomoparairos.—Másterribleseráparamíquedarme—consiguiódecir.Seechóareíryletomódelbrazo.—MuyprontolareinaMorganaosllamará.Entretanto,venid,consideraosunprisionerodeguerra

capturadohonorablemente.Yyotratarédealiviaroslaestancia.—Peromisamigos…—No temáis, querido. Ellos no son una amenaza para el gran propósito. Puede permitirse que

regresensindaño—yañadióconuntonomalicioso—:Desdeladistancia,despuésdequeelsolquemees fatal se hundiera, vi ciertas actitudes en vuestro campamento. Me parece que la doncella—cisnepronto se consolará de vuestra pérdida. Si no es esta misma noche, con seguridad sucederá en unasemana.

Holgerapretólospuños.Sesentíaestrangulado.Eseindignosarraceno…PeroAlianoraestabademasiadoocupadadesímismaparapreocuparsedeloshalagosdeCarahue.

¡Supequeñocerebrodeave!

RuselpusounamanosobreelcuellodeHolger.Suslabiosestabancercadelosdelcaballero.Estepudovercómosehinchaban.

—Deacuerdo—dijo—.Almenosvayamosatucasa.—¡Quéalegríamedais,galanteseñor!Veréisquégolosinasoshanpreparado.Yquéplaceres,que

loszafioshabitantesdelasuperficienopuedensoñarqueseencuentrenenestasprofundidades,dondeelpesonoestorbalalibertaddelcuerpo.

Holgerpodíaimaginarlobien.Yaquehabíasidoapresado,¿porquénodisfrutardeello?—Vayamos—repitió.Ruselmoviólaspestañas.—¿Noosquitaréisprimeroesefeovestido?Holgermirósusprendasempapadasydespuéslamiróaella.Llevólasmanosalcinturón.PeroenlugardeesocogióladagadelduqueAlfric.Unre—cuerdodestellóenél.Porunmomento

sequedórígido.Despuésagitólacabeza,violentamente,ydijo:—Mástarde,enlacasa.Quizálasnecesitedenuevo.—No,Morganaosvestiráconsedayarmiño.Peronoanticipemosmipenacuandoostengáisqueir.

¡Vamos!Elhadapartióprimero.Holgerlasiguió,y,encomparaciónconella,parecíaquesemovieracomo

unvaporderuedas.Ellasediolavueltayseechóareírnadandoencírculosasualrededor.Aveces,selanzabaatocarlabocadeHolgerconlasuya,peroselibertaantesdequeélpudieracogerla.

—Pronto,pronto—prometía.Ellucionadabadetrás.Susojoserancomolinternasoscurasdetrásdelasmandíbulas.

LacasadeRuselnoeraelpalaciodecoralqueélcasiesperaba.Aquí losmuroso tejadoseraninútiles.Unanillodepiedrascubiertasdehierbasqueseelevabanpor lacorrienteocultaban lavista,formandounascortinasverdesymarronesqueseagitaban,cambiabanyondulaban.Lospecesentrabanysalían,pequeñospececillosquehuíanalacercarseelhadaytruchasdeescamasiridiscentesqueconlabocaleacariciabanlosdedos.Alpasaratravésdelashierbas,Holgersintiósobresupieleltactofríoyviscoso.

Másalláparticionesdelmismotipoindicabanunaseriedegrandeshabitaciones.Rusellecondujoalacámaradelfestín.Habíaallísillasfrágilesyfantasmaleshechasconespinasdepez,alrededordeunamesadepiedraincrustadadeconchasynácarysobrelaquehabíanpuestounosplatosdeorocubiertos.

—Observad,miseñor.Inclusotengoparavosvinosraros,conlaayudadelareinaMorgana—dijo,entregándoleunrecipienteesféricoconuntubotaponado,quenosediferenciabamuchodeunabombillasudamericana—.Tenéisquebeberporaquí,paraqueelaguadellagonoestropeesuscontenidos.Perobebed,paraquenosconozcamosmejor.

Ellabebiódelsuyo.Elvinoeradeunaviñanoble,llenoyfuerte.Ellaseacercóaél,susventanasdelanarizsedilataron,suslabiosleinvitaban.

—Bienvenido—repetía—.¿Queréiscenarahora?Oprimero…Puedopermitirmepasaraquíunanoche,pensó.Notabaloslatidosenlassienes.Claroquepuedo.

Inclusotengoquehacerlo,paradesarmarsussospechasantesdequeintenteescapar.—Porelmomentonotengomuchohambre—dijo.Ella emitió un ronroneo y comenzó a desatar su justillo. El empezó a juguetear de nuevo con su

cinturón.Alquitárselo,ellaviolavainavacíaylaqueestaballenaaunlado.—Nopuedeseracero—exclamó—.Abríasentidolaproximidaddelhierrofrío.Ah,yaveo.Acercólahojaparaexaminarlamásatentamente.—LaDagaArdiente—leyó—.Extrañonombre.UntrabajodeFaerie,¿no?—Asíes,seloganéalduqueAlfriccuandolovencíenbatalla—sejactóHolger.—Nomesorprende,nobleseñor—dijoella,apoyandolacabezaenelpechodeHolger—.Ningún

otrohombrepodíahaberlohecho,perovosnosoisotrohombre—suatenciónvolvióaladaga—.Nuncaanteshevistoesemetal.Todoloquetengoaquíabajoesdeoroydeplata.Nodejodedecirlesa lossacerdotesbárbarosquequierobronce,perosontanestúpidos,inclusocuandoseencuentranconscientes,pornohablarcuandoestánentranceprofético,quenuncaselesocurrequeeldemoniodellagopodríautilizaralgoconunbuenbordecortante.Tengoalgunoscuchillosdepedernalde los tiemposantiguos,cuandosemeofrecieron,peroahorayaestándesgastados.

Holgerquisosujetarla,peroellasecurvóycomenzóaflotarasulado.Necesitódetodasuvoluntadparadecir,conesacasualidadqueestabaconvencidoquecalaríaenella:

—Pues entonces, guarda esta hoja como recuerdo mío. —Encontraré muchas maneras deagradecéroslo,brillanteseñor—prometió.Ibaacontinuarquitándoleaéllasprendas,condedoshábilesyjuguetones,cuandoélsacóladagaycomprobóelbordeconsupulgar.

—Ahoraestáelfiloembotado—dijo—.Déjameiralaorillayloafilaréparati.—¡Oh,no!—lasonrisadeRuselsevolviómuecadeavederapiña.Noestabahabituadaalosseres

humanos,porloquesutorpeacciónpodíaengañarla,perotampocoeraestúpida—.Hablemosdecosasmásagradables.

—Puedessujetarmede lospies,atarme,ohacercualquierotracosa—dijoHolger—.Pero tengoquesaliralaireparaafilarestecuchillo.Estemetalnecesitaelcalordeunfuego.

Ella agitó la cabeza. Con una sonrisa humorística, él se relajó. Había sido un intento, y por elmomento,teniendoasuladoaesacriaturaágil,nolepreocupabahaberfracasado.

—Comodesees—dijo,dejandoelcuchilloyponiendolasmanosenloscostadosdeella.Quizá su falta de insistencia la engañó, o quizá, pensó Holger no sin una exasperadamaldición

interior,sudestinoteníademasiadoimpulsoparaterminarallí,peroelcasoesqueelladijo:—Tengounapiedradeafilarentremissacrificios.¿Noservirá?Creoqueestosdispositivosafilan

unahoja.—Mañana—contestóél,reprimiendounestremecimiento.Ellaseliberódesuabrazo.—Ahora,ahora—dijoRusel.Susojosbrillaban.Elhabíaobservadotambiénesecapricholunático

enlasgentesdeFaerie—.Venid,debéisvermistesoros—añadió,llevándoledelamano.Adesgana,Holger la siguió.El lucio sedeslizabapor atrás.Sugarganta estabademasiado tensa

parahablar,peroconsiguiómantenerunaconversación:—¿Decíasquelosbárbarostehacenofrendas?—Asíes—contestóconunarisaburlona—.Cadaprimaveravienenhastaaquíparalaveneracióny

echanallagoloquepiensanquemecomplacerá.Avecesesasí—apartóunmurovivo—.Losregaloslostraigoaquí,amitesoro.Sinoparaotracosa,lastonteríassiempresirvenparaunabroma.

LoprimeroquevioHolgerfueronloshuesos.Ruseldebíahaberpasadomuchashorasdisponiendolaspiezasdelosesqueletosenformasartísticas.Loscráneosmetidoseneseenrejadoteníanjoyasenlascuencasoculares.Portodasparteshabíatazas,platos,ornamentosfrutodesaqueosllevadosacaboporpaganosen tierrascivilizadasoproductosnomuyhabilidososrealizadosporsuspropiosherreros.Enunaesquinahabíaunmontóndesordenadodeobjetosdiversosquedebióserconsideradovaliosoporloshombresde las tribus(sinoesquesimplementesedeshacíandesusobjetos inútilesarrojándoselosaldemonio): librosdealgúnmonasterioarruinadoporelagua,unaesferadecristal,undientededragón,unaestatuillarota,unamuñecadetrapoinfantilempapadaenaguaantecuyavisiónaHolgerlepicaronunpocolosojos,ybasuramenosidentificabletraslargainmersión.Elhadaescarbóenelmontónconambosbrazos.

—Asíquetambiéntedansereshumanos—dijoHolgermuysuavemente.—Unjovenyunadoncellatodoslosaños.Enrealidadnomesirven.Nosoyunatrollniunacaníbal

a laque legusteesacarne,peroellosdebenpensarloasí.Ylossacrificados llevanlosmáshermosos

vestidos.Rusel lemiróporencimadelhombro,y sumiradaera tan inocentecomo ladeungato.No tenía

alma.Conunafuerzaquenoparecíapudieratenerbajosupielblanca,sacólapiedradeafilar.Elmarco

demaderaparecíapodrido,ylosajustesdebronceestabancorroídos;perolaruedaseguíarespondiendoalamanivela.

—¿No son bonitas mis chucherías? —preguntó ella, haciendo un movimiento con la mano querecorriótodalasala—.Elegidloquedeseéis.Cualquiercosa,miseñor,yomismaincluida.Apesardeloshuesos,Holgerseobligóadecir.

—Ocupémonosprimerodeladaga.¿Puedeshacergirarlarueda?—Tanrápidocomogustéis.Dejadmeprobar.Lamiradadeellasugeríaqueélpodríahacercualquiercosa.Plantólospiesenlaarenaycomenzó

adarvueltasalamanivelahastaqueHolgersintióqueseproducíaunvórticeenelagua.Elzumbidoqueprodujoentróensusoídosconmayorvolumenquesiseestuvieraemitiendoenelaire,lomismoqueelgemidoqueprodujoelcuchilloalaplicarsealarueda.

Losluciosseacercaronmás,ysusseverascabezasapuntabanhaciaelcaballero.—Másrápido,sipuedes.—¡Sí!Elmetal gemía.Elmarcovibraba;de los cerrojosbrotaban coposverdes. ¡PorCristo, que esto

aguantelosuficiente!Los lucios todavía se acercaron más. Mientras él tuviera un arma Rusel no pensaba darle

oportunidades.Suscachorrospodríandevorarloentresminutos.Holgerreunióelvalorquelequedabayfijósuatenciónenladaga.Nosabíasisuplanfuncionaría.Peroinclusoallí,bajoellago,lahojadebíaestar calentándose, y pudo ver la fina nube de polvometálico que se iba espesando alrededor de suborde.

—¿Estáya?—preguntóRuseljadeante.Suscabellossehabíanpegadoaloshombros,lospechosyelvientre.Losojoscolorámbarlemirabanardientemente.

—Todavíano.¡Másrápido!—apoyótodosucuerpocontraelcuchillo.Eldestellocasilecegó.Elmagnesioardióenelagua.Ruselgritó.Holgercubriósurostroconuna

manoyapuntóconelcuchilloalospeces.Unodeellosselanzóhaciasupantorrilla.Elseliberódeunapatada,seabriócaminoentrelascortinasverdesyascendió.

Elhadadabavueltasmásalládelbrilloblancoazulado,másalládelalcancedelosojosconfusosdeHolger.Ellagritóasuslucios.Unoseacercó.Holgerondeólaantorchayescapó.Obienlospecesnopodían soportar lasondasultravioletaso, loqueesmásprobable, la influenciaque teníaRusel sobreellosdesaparecíaconladistancia,comotodamagia,yRuselnopodíaacercarseaHolgerlosuficienteparalanzarsobreélasuslobosacuáticos.

Holgermovíarápidamentelaspiernas,ydabazarpazosconlamanolibre.¿Nollegaríanuncaalasuperficie?Comoatravésdeañosluz,oyóqueeltonodelhadasevolvíasuave:

—Olger,Olger,¿vasadejarme?Irásatucondenaciónenunatierraestéril.Olger,regresa.Sabeslosplaceresquepodríastener…

Contodalafuerzadesuvoluntad,Holgerseguíanadando.Enesemomentoestallólarabiadeella.—¡Entoncesmuere!De pronto Holger inhaló el agua. El hechizo se había roto. Se ahogaba. Sus pulmones parecían

encenderse.Casidejócaersuantorchademagnesio.VioqueRuselseacercabarodeadaporlanubedelucios.Laobligóaretrocederconlaluzcruel,cerrólabocaynadó.Haciaarriba,haciaarriba,conlaoscuridadreventándoleelcerebro,lafuerzahuyendodesusmúsculos,perohaciaarriba.

Llegóalasuperficie,tosió,escupióyllenósupechodeaire.Unamedialunallenabaellagodeuna

luz discontinua. Sostuvo la antorcha por abajomientras se acercaba a la orilla gris. Se terminó en elmomento en que llegaba a los juncos. Corrió tierra adentro para separarse del agua antes dedesvanecerse.

El frío golpeaba sus ropas húmedas y las traspasaba. Se quedó allí tendido, castañeteando,esperando a tener energía suficiente para buscar el campamento. Pero no se sentía victorioso. Habíaganado este combate, pero habría otros. Y… y… maldición, ¿por qué había tenido que escapar tanpronto?

20Finalmente,chapoteando,regresóalcampamento.Lapiedraseelevabadelsuelocomosifuerauna

navenegraenlanoche,ylasnubesteñidasporlalunaqueelvientomovíapordetrásdabanlailusióndequeelbarcoibaligerodepeso.¿Atravésdequémares?,sepreguntabaHolger.Lahoguerahabíaardidoysehabíaconvertidoenascuas,unaluzqueteníaelcolordelasangrecoagulada.Cuandoarrastrándoseconsiguióllegararriba,violoscaballosunidosenunamasasombríaquepodríapareceruncamaroteenmitaddelanave.Carahueestabadepieenlaproa,mirandohaciaelnorte.Elviento,quesonabacomosipasara a travésde túnicas invisibles, hacía aletear sumanto, queproducía crujidos.La luzde la lunabrillósobresusablesacadodelavaina.

UnaformapequeñayfuriosacogióaHolgerporlacinturaytratódemoverle.—Señor, ¿dónde ha estado? —gritó Hugi—. Hemos estado muertos de miedo por vos. Ni una

palabra ni huellamás allá de la orilla del lago, hasta que retornáis empapado y apestando a lugaresperversos.¿Quéhasucedido?

Carahuesedio lavueltaamedias,demaneraqueHolgercaptóelbrillodeunojobajoelcascoterminadoenpunta.Peroelsarracenoteníapuestasuatenciónmuylejos.Holgermiróenesadirección.Lasmontañascortabanlavistadeaquelvalle;sinembargo,pensóhabervistoalgorojoquesemovía,comosienalgunaparteardieraungranfuego.Elmiedolesobrecogió.

—¿DóndeestáAlianora?—preguntódepronto.—Sehaidoabuscaros,sirRupert—contestóCarahue.Sutonoerauniforme—.Cuandonopudimos

seguirla,asumióeldisfrazdecisneparamirardesdearriba.Yahabíanencendidoaquellahogueradeallí,ytemoquesedirigierahaciaella.Enlatierraenqueestamos,lareuniónquesehagaasualrededornopuedeserbuena.

—¿Ynoladetuvisteis?—larabialequitóelfríoaHolger.Conlaspiernasrígidascaminóhaciaelmoro—.PorloshuesosdeDios…

—Os ruego queme aliviéis de esa carga, amable caballero—contestóCarahue con su vozmássuave—.¿Cómoibaadetenerlacuandonadamásinformarnosdesuintenciónestabaenelaire,antesdequepudieracogerla?—suspiró—.Noesfácildeteneraesadama.

—Está perdida —gruñó Hugi—. Pero decidnos ahora dónde fuisteis… uh… Rupert —y comoHolgervacilara, el enanodiounapatadaenel sueloy añadió—.Sí, bien séquede algunamanera elenemigooshavueltoaengañar.Querríamosoírcómofueestavez,yaquesabemosquéhemosdeesperar.

Holgersintióqueperdíalasfuerzas.Sesentó,seagarróalasrodillasyrecitólahistoriacompletadecómohabíasidoapresadoydecómohabíaescapado.Hugisetiródelabarbaymurmuró:

—Vaya,así,así,sí,unhadatramposa.Nosoynadieparaalardeardequeoslodije,yporesonodiré una palabra sobre cómo os advertí de que éste era unmal lugar para nosotros. La próxima vezrecordadlo y hacedme caso. Suelo acertar más que equivocarme, aunque mi modestia me prohíbademostrarloconmuchosrelatosdemipasado,comoaquellavezenlaqueunamanticorahabitabaenlagrutadeGawyryledijoaljovensirTurold…Carahueignoróelruidodefondoqueproducíalahistoriadelenanoyseacercó:

—Meparecequeelcumplimientodevuestrovototieneunaimportanciamásquecomún,sirRupert,puestoqueelcaminosehacetandifícil.

Holger estabademasiado fatigadoydesanimado comopara eliminar las sospechasdel sarracenoafirmandoquetodohabíasidomeracoincidencia.Sequitó lasropasy tratódebuscarunatoallaenelmomento en el que un ruido en el cielo y un destello blanco le hizo romper todos los récords paravolverseaponerlasempapadascalzas.

Alianoraaterrizóyseconvirtióenhumana.LanzóungritosofocadoalveraHolger,diounpaso

haciaélysereprimió.Elnopodíaleerlaexpresióndesucaraconelescasobrillodeloscarbones;sóloeraunasombrasutilbordeadaderojo.

—Asíqueestáisa salvo—le saludóella, con frialdad—.Bien.Voléporel cielo, encimade laslucesdeesecampamento,sobreunacumbresinvegetaciónytraigonoticias.

Suvozsefuedesvaneciendopocoapoco.SeencogiódehombrosysedirigióhaciaCarahue,comosibuscara calor.Tras labarbacentellearon susdientes.Sequitó elmantoy se lopusoa ellapor loshombros.

—¿Quéesloquevisteis,lamásvalienteymáshermosadelasdoncellas?—murmuróél,haciendomásmovimientosdelosnecesariosparaajustarlelaprenda.

—Sehabíareunidounaquelarre—dijomirandomásalládeellos,hacia laoscuridadquefluíaygemía bajo la luna—. Nunca lo había visto como éste, pero debía ser un aquelarre. Trece hombresestabanenpieantelahogueraqueardíadelantedeungranaltardepiedra,conuncrucifijoenormeroto.Lamayoríadeloshombreseranjefesdelossalvajes,ajuzgarporsusplumajesypieles.Algunosdebíanhaber llegado allí desde el sur… y qué viejos eran, qué viejos, con gestos malignos en sus rostros,iluminadosporelfuego,cuyavistacasimehacecaerdelaire.Másalládelaluz,dondeapenaspodíaver,aguardabancriaturas.Mecontentaqueestuvieranenlaoscuridad,puestemoquelopocoquevideellas volverá a presentárseme en los sueños. El aquelarre miraba el altar de piedra, en dondesacrificaban…—tragósalivaytuvoqueesforzarseparaquelaspalabraslesalieran—unreciénnacido,sacrificadocomouncerdo.Yunanegruraseestabaformandoencimadelaltar,másaltaqueunhombre…Medilavueltayescapé.Esosucedióhacealgomásdeunahora.Nisiquieraporvosvolveríaabajar,ynoseríaposible,pueslosvientoslimpioshanquitadopartedelacoberturaquemeprotegía.

Se dejó caer de rodillas y se cubrió el rostro.Carahue se inclinó sobre ella, pero le apartó. LaformanudosadeHugiseacercó,lepusounbrazoporlaespaldaylatomódelamano.Ellaseabrazóalenano.Larespiraciónproducíaunsonidosibilanteentresuslabios.

CarahuefuejuntoaHolgeryledijosombríamente:—EntoncesesverdadloqueoídecirenHuyBrasealyloquesehabíarumoreadoentreloshombres

desdemiretorno.Caossearmaparalaguerra.Permanecióenpieunratomássilenciosoentrelassombras,antesdelevantarlaespadaydecir:—Laúltimavezqueestuveen la tierra,hacecientosdeaños,deambuléenunaocasiónporestas

mismasmarcas.Enaquellostiempos,losmontañesestambiéneranpaganos,perodeuntipodepaganismolimpio. No veneraban diablos ni comían carne humana. Mas ahora se han corrompido, para ser losinstrumentosdelenemigodelhombre.Susjefeshansidorecibidosenelaquelarreyelaquelarrelesdaaesosjefeslaordendequeconduzcanaloshombresdesustribuscontralasgentesdelosvalles.Quizálareunióndeestanochesealaúltimadeotrasmuchas.Loscaníbalespuedenempezarareunirsushuestesmañana.

—Asílocreo—respondióHolgermecánicamente.—Creéismuchas cosasquepreferísno relatar—añadióCarahue.El sarracenovolvió ameter la

espadaenlavaina.—No importa —dijo—. Ahora tenemos más necesidad de dormir que de hablar, pero en otro

momentoosharéalgunaspreguntas.—Graciasporlaadvertencia—contestóHolger.Habíaesperadoquenopodríadormir,yciertamentesusueñonofuerecuperador,puesunainquieta

semiconsciencia se arrastraba con sus visiones. Se alegró cuandoHugi le despertó para su ronda devigilancia,ytodavíasealegrómáscuandodespuntóeldía.

Tomaronsusraciones,ensillaronloscaballosysefueron.Holgernosevolvióparamirarellago,relucienteconsusvaporesblancos,yprontoquedómuyatrás.El tiemposehabíavueltofrío,conunasnubesgrisesquepasabanbajootrasdecolorplomo.Lasmontañosaspendientesqueibaascendiendoel

gruposehacíancadavezmásestériles,hastaquesólolascubríanmatojosdehierbasdurasyplateadas.Lascumbresrompíanunosperfileserosionadosatravésdeunhorizontedominadoalnorteporunafuerteescarpadura.Alianora dijo que ésa era la que teníanque escalar, por unboquete que ella había vistodesde el aire, para llegar a iameseta.Habíapasosmás fáciles, pero estabandemasiado cercade losagrupamientossalvajes.Encambio,nadiehabitabacercadeéste.

Hugiarrugólanarizyescupió.—Sí, es comprensible que éstos no vivan por allí—murmuró—.Cada paso adelante aumenta la

pesteatroll.Tumontañapuedeestarllenadesuscuevasymadrigueras.HolgerlanzóunamiradaalrostroturbadodeAlianora,quecabalgabaentreélyCarahue.—Hastaahorahemosvencidoaunagranvariedaddeseres—dijoHolger,esperandoanimarla—.

Brujas,fariseos,undragón,ungiganteyunhombrelobo.¿Quéesuntrollentreamigos,sinounacancióndeNavidad?

—¿Cómo?—preguntóAlianorasorprendidaymirándole.—Claroquesí—perodescubrióqueenesalenguanopodíatraducirseaquellafrase.

Amargamente,Hugiañadió:—Piensoquepreferiríaenfrentarmeatodosesosquehabéisdichoquealcazadordevuestropaso.

Comouncarcayúparaunoso,asíesuntrollparaungigante.Quizánotangrande,perofieromásalládetodamedida,astuto,yllenodevida.Muchosgiganteshanmuertoamanosdemortales,deunmodouotro,peronosesabedeningúncaballeroquehayavencidojamáscontrauntroll.

—¿Cómo?—preguntóCarahuelevantandolascejas—.¿Nolesdueleelhierro?—Sí.Asíes,elhierrolesquemará,lomismoqueunatizadoralrojovivolequemaríaavos,pero

vos podríais vencer fácilmente a un hombre que luchara con ese arma, y recuperaros pronto de lasheridasqueoshiciera.Lostrollssonsemejantesalosghouls,yportantopuedenenfrentarsealasantidadsinoesdemasiadogrande.Vuestracruzosdaríaescasaayudasinosoisunsanto.Espocomásloquesé,puessonpocoslosquehanvistountrollyhanregresadoparacontarsushábitosycostumbres.

—Sería una famosa hazaña matar uno —dijo Carahue con una nota de ambición caballeresca.Holgerpensó:Puesyopreferiríapermaneceroscurosipudiera.

Siguieronadelante.Cercadelmediodíasurgierondeldesfiladerorocosoyvieronalosmontañeses.No hubo advertencia. Holger tiró de las riendas con unamaldición. Su corazón latió contra sus

costillasunavez,antesdeperderelmiedoporcausadelaurgencia.Miróhaciaadelante.Estimuladalacuriosidad,susojosvieronconlaplenituddevisióndelrayo.

Había quizá una docena, y bajaban trotando desde el norte, por la pendiente de la montaña. Sedesviaronbruscamentealverleyseaproximaronconrapidez.Susgritoserancomolosdelosperrosalladrar.

El jefe eragrandey flaco, llevaba labarbay el cabello amarillo en trenzasgemelas, y el rostropintado de rayas rojas y azules. Por encima de él se elevaba un tocado de plumas y cueros de buey.Llevabaloshombroscubiertosporunmantodepielesdetejónylecolgabadelacinturaunaraídafalda.Peroenlamanollevabaunhachadeguerrafabricadaenacero.

Losotroseranparecidos.Brillabanentreelloslashachas,espadasylanzas.Unollevabaelcascoinclinadoyoxidadodealgúncaballeroasesinado,yresultabahorribleveresacosasinrostroencimadesucuerpodesnudo.Otrodeellossoplabaalcorrerunsilbatodemadera;lasnotasseasemejabanavoceslobunas.

—¡Atrás!—exclamóCarahue—.¡Tenemosqueescapar!—No podemos —gruñó Holger—. Los hombres pueden bajar más rápido que los caballos. Y

tenemosquellegarprontoaSt.Grimmin.Unajabalinaseclavóunosmetrosdelantedeél.—¡Alianora,elévate!—gritó.

—No—respondióella.Conunamanoapretólasuya.—Podrías luchar mejor así—añadió Carahue. Holger deseó que su cerebro funcionara con esa

rapidez.Lachicaasintió,deunapatadaselevantódelestriboysetransformó.Elcisneseelevóconunestruendosoaletear.

Elgrupoguerrerosedetuvoyseescuchóungrito.Variossecubrieronlosojos.—¡Allahakbar!—explotóCarahue—.Seaterranporlamagia.Santospiadosos,quisedecir.El cisnebajóhacia los salvajes.El jefe le lanzó el hacha, cogióun arcoque llevabaunode los

hombres y tiró una flecha.El cisne se desvió justo a tiempo.El jefe gritó a sus hombres unos toscosruidosqueelviento llevódébilmentehasta supresa.Sepusoadarpatadasa losquehabíancaídoalsuelohastaquesepusierondepie.

LabocadeHugiseendureciótraslabarbablancaaldecir:—Esehadebidoestarenelaquelarre.Havistobrujeríaspeoresqueésta.Estáestimulandoa los

otrosparaqueselancencontranosotros.—Pero los hombres no tienen los nervios muy templados—dijo Carahue, ligeramente, como si

estuvierasentadoenunbanquete.Cogiósuarcocorto,dedoblecurva—.Sipudiéramoshacerunoodostrucosmás…—añadióguiñandounojoaHolger.

Eldanéspensófrenéticamenteenjuegosdesalón,enpedirlealjefecaníbalquetomaraunacarta,cualquiercarta…¡unmomento!

—Hugi—dijoconvozentrecortada—.Enciéndemefuego.—¿Cómodecís?—¡Fuego!¡Déjatedepregunta!¡Rápido!MientrasHolgerrellenabalapipa,elenanosacópedernalyacerodelabolsadelcinto.Losdedos

deHolgertemblaban.Cuandohuboencendidolapipa,losmontañesesestabanterriblementecerca.Pudoverlacicatrizenunamejilla,elhuesodeunanariz;escuchócómolospiesdescalzosgolpeabanelsuelo,casipodíaoírelalientodelosmontañeses.Inspiróconfuriaparallenarlabocadehumo.

Yespiró.Lossalvajessedetuvieron.Holgerfumóhastaquelosojoslepicabanylanarizempezabaagotear.

Gracias al cielo, en ese precisomomento no había viento.Guió a Papillon con las rodillas, elevó sumantopordetrásdelacabezaconambasmanos,demaneraqueproporcionarauntelóndefondoalhumo.Lentamente,cabalgóhacialosguerreros.Estossehabíanquedadoinmovilizados.Holgerlosviotemblar.Teníanlasmandíbulasabiertasylosojosdesorbitados.Holgeraleteóconlosbrazos.

—¡Buu!—gritó.Unminutomástardeyanoseveíaalospaganos.Lapendienteestabaalfombradaconlasarmasque

habíandejadocaer.Susgritosseescuchabandesdeelbarrancoalquesehabíanarrojado.Sóloeljefemanteníasusitio.Holgersacólaespada.Eljefegruñóyechótambiénacorrer.Carahueledisparóunaflecha,perofalló.

Alianoraaterrizó,seconvirtióenmujerysearrojósobreeldanés,abrazándoseasupierna.—Ay,Holger,Holger—decíaconvozsofocada.Carahuedejócaerelarcoyseagarróloscostados,

pueselecoyaempezabaaresonarconsurisa.—¡Ungenio!—decíadandoalaridos—.¡Unverdaderogenio!Rupert,osamoporesto.Holgersonrióconescasafirmeza.Simplementehabíaaprovechadootroextractodelaliteratura,el

ConnecticutYankee,peronohabíamotivosparahablardeello.Bastabaconquehubierafuncionado.—Pongámonosenmarcha—dijo—.Alomejorsujefeconsigueinstilarlesunpocodevalor.Alianorasubiódeunsaltoalasilla.Teníalasmejillasenrojecidasyparecíamásfelizdeloquelo

habíasidodurantealgúntiempo.Conmalhumor,Hugicomentó:—Sí, los tiposse fueronrápidamente.Perosiempresehadichoquesonbuenos luchadores.¿Por

qué iban a asustarse de una pequeña brujería? Porque últimamente han visto tantas magias, y tan

horribles,quesusnerviosestánapuntoderomperse.Esoestodo.Nohabrásidolaúltimavezquelosveamos.

Holgernoteníamásremedioqueestardeacuerdoconaquello.Dudabaqueaquelgrupolehubierainterceptado por coincidencia.Morgan tenía que haberlo ordenado, incluso a través del temible paso,desde elmomento enque supoqueRusel nohabía sido capazdeguardar a suprisionero.Y tampocoabandonaríaporcausadeestefracaso.Carahueseacercóaélconsumontura.

—Creohaberoídoquelahermosadamaosllamabaporunnombrequeyodesconozco—comentó.—N-n-o—dijotartamudeando,yconelrostroenrojecido—.Debéishaberoídomal.Carahueenarcólascejas,pueserademasiadocortésparallamarlamentirosa.Ellaacercóelcaballo

alsuyohastaquesusrodillassetocaron.—Esunviajefatigoso—murmuróAlianora—.¿Porquénonosalegráiselcaminoconalgúnnuevo

relatodevuestrashazañas?Habéisrealizadotantoshechosaudaces,ylosrelatáistanbien.—Bueno,ahora…¡Ejem!—contestóCarahuesonriendo,retorciéndoseelbigoteylanzándoseaun

recital. La joven escuchaba con los ojos bien abiertos lasmás horribles hazañas, aunque suavementedescritas,queHolgerhabíaoídoensuvida.Llegóunmomentoenquelasrespetuosasexclamacionesdelajovenleresultabandemasiadodurasaldanés.TiróconfuerzadelasriendasdePapillonyempezóacabalgaraunlado,apartado.Elplacerdesuvictoriahabíadesaparecido.

21La noche les sorprendió en el paso. Resultó ser una hendidura ascendente a través de la peña,

cubiertaporrocasfragmentadas,pordondehabíafalladolamontaña.Aldíasiguientenecesitaríanhoraspara ascender hasta la meseta. Después, dijo Alianora, no eran demasiados los kilómetros que lesseparabandesuobjetivo,yelrecorridoseharíasencillo.

Tansencillocomoeldescensoalosinfiernos,pensóHolgerconunestremecimiento.Elingenieroagnóstico que había en él pensaba que hasta ese momento el camino se había parecido bastante alproverbialsenderoqueconducealcielo.Peroelmundodelingenieroparecíainfinitamentelejano,tantoeneltiempocomoenelespacio,unsueñoquehabíatenidounavez,yquedesaparecíadesumemoria,talcomolessucedíaatodoslossueños.

Bajo los precipicios encontraron un prado, si es quemerecía ese nombre ese trozo de suelo nototalmentedesértico,yestablecieronelcampamento.Enelcentroseerguíaunaltomonolito.Pudohabersidounmenhirpagano,de los tiemposanterioresaqueel trollqueHugihabíaolido llegaseaviviraalgunacuevacercana,alejandoalossereshumanos.Sehizolaoscuridad.Elvientosehabíareanudadoysefortalecíacadahora.Lasllamasanaranjadassealargabanporencimadelsuelo;laschispassaltabancomometeorosycon lamisma rapidezdesaparecían.Porencima teníanunanegruraen laque la lunagibosaseveíaenrarosdestellos,corriendoentrelasmonstruosasformasdelasnubes.Lanocheestaballenadesilbidosycrujidos.

Losmiembrosdel grupo estabandemasiado agotados comopara tragar algomásqueunpocodecomidayenvolverseensusmantas.Hugiseencargódelaprimerarondadevigilancia,yHolgerdelasegunda.Enaquelmomentolanocheeraabsoluta.Holgeratizóelfuego,seapretujóelmantoparavencerelfríoymiróasuscompañeros.

El brillo hacía que sobresalieran sus figuras. Carahue dormía como un gato, con la mismatranquilidadycomodidadqueaparentabacuandoestabadespierto.Hugisehabíaenrolladoenlamantacomosifuerauncapullo,ysólosobresalíadeellasunariz,queroncabasensualmente.Holgerposólamirada en Alianora, y la dejó allí. La manta se había deslizado. Estaba de costado, con las piernasrecogidashaciaarribaylasmanosencimadesuspequeñospechos.Surostro,quepodíavislumbrarentreunamatadecabello,erainfantil,yconelsueñohabíaadoptadounaaparienciaextrañamenteindefensa.Holgerseagachóparaarroparla.Suslabiosrozaronlamejilladelajovenyellasonriósindespertar.

El se levantó. Sentía una pesadez más por ella que por sí mismo. Ya era bastante malo que sehubieravistoatraídopor irresistiblespoderesguerreros,peroodiabapensarqueella sehubieravistoarrastradaconél,Diossabríahastadónde.¿Peroquépodíahacer?¿Quépodíahacer?Golpeólapalmadeunamanoconelpuñocerradodelaotra.

—Maldición—murmuró—.Maldición—exclamó sin saber si estaba lanzando una maldición oestabaimplorando.

—Holger.Sediolavueltadeunsalto.Yateníalaespadaenlamano.Perosóloencontrólaoscuridad,másallá

delahoguera.So—pióelviento,lahierbasecamurmuró,enalgúnlugargritóunbúho.—Holger.Caminóhastaelbordedelcírculoencantado.—¿Quiénandaahí?—preguntóenvozbaja,apesardesímismo.—Holger—contestólavoz—.Nogrites.Sólohablarécontigo.Loslatidosdesucorazónselanzaronaunacarrera.Dejócaerlaespada,comosisehubieravuelto

demasiadopesadaparaél.MorganaleFayavanzóhastalaluz.Esta ondeaba, pintándole a ella de rojo sobre el fondo de negrura. Las sombras acariciaban ese

cuerpo dentro del largo y vacilante vestido. El fuego tocaba sus ojos y encendía en ellos pequeñasllamas.

—¿Quéquieres?—preguntóHolger.Lasonrisadeellaeralentayhermosa.—Tansólohablarcontigo.Venaquíconmigo.—No—contestó, sacudiendo violentamente la cabeza, esperando que así se aclarara—.No hay

nadaquehacer.Nodaréunpasomásalládelcírculo.—Nadatienesquetemer.Almenosnadadelosseresaquienesdetendríantussímbolos.Estánen

otraparte,preparándoseparalabatalla—seencogiódehombros—.Peroseacomotúquieres.—¿Quétienesentoncesparaamenazarme?—preguntó—.¿Máscaníbales?—Aquellosaquienesencontrastehoy teníanórdenesestrictasdemantenertevivoa todacosta—

dijoellaconlamayorseriedad—.Habríashechomejorenentregarteaellos.Tehabríantraídohastamí,sindañoalguno.

—¿Ymisamigos?—¿Quésonparatiesosconocidosdesólounassemanas?¿Porquéhasdepreocupartedeellos?En

cualquiercaso,queridomío,elgrupoalquerechazastehoyharegresadoconelejércitoprincipaldesutribu.Y el jefe está loco de ra—bia por la vergüenza que dejaste caer sobre él.Ni yo ni el propioinfiernopodremosimpedirquetratedematartelapróximavezqueteencuentre.Sólopodrárecuperarelhonorcomiéndosetucorazón.Venteconmigo,Holger,mientraspuedas.

—¿Contigo,quehasayudadoaenseñaraesospobressalvajesacomersehombres?Morganahizounamueca.—Nohiceyoeso.Ciertosaliadosmíos, losdemoniosysusprofetas,aquienesCaoshautilizado

paraponerbajonuestrocontrolalosmontañeses…elloshanpredicadoesatoscareligión.Quenoeslaqueyoleshabríaenseñado—susonrisaretornó—.Yocreoenlaalegría,enelcumplimientodelavida,esoesloqueteenseñéunavezytevolveríaaenseñarotra,Holger.

—Tampocoeseargumentofuncionará—dijoél.Mirómásalládeella,hacialanoche.Yestavez,comprendiódepronto,sabíaloquedecía.YanodeseabaaMorganaleFay.Cuandoellaseacercóyletomó la mano, sus dedos le produjeron la misma sensación que los de cualquier mujer. Una mujeratractiva,ciertamente,peronadamásqueeso.

—No eres la persona más constante del mundo —dijo ella, todavía sonriendo—. Una vez terebelastecontraelseñoralquehabíasjuradolealtad,elpropioCari.Nuncahabíatenidounenemigomásfierohastaquetugrancorazónpusofinalaenemistad.

—Perosospechoquenosreconciliamos—contestóHolger,apartandolamanodeella.MorganamiróaAlianora.Sususpiroconteníaunatristezanofingida.—Perciboqueunabrujeríamásantiguaquelamía tehahechizado,Holger.Bueno,fuegozosoen

otrotiempo.Nadapodráquitarmeeso.—En cambio túmehas quitado el pasado—replicó Holger con amargura—.Me convertiste de

nuevoenniñoymeenviastefuerademiuniverso.Ynoheregresadoporti.Algunaotracosametrajo,algoqueningunodenosotrosentiende.

—Entoncesyasabeseso—dijoella—.¿Querríassaberalgomás?Si lodeseas,puedohacerquerecupereslamemoriaperdida.

—¿Aquéprecio?¿Almismoquequisistelaúltimavez?—Pormenos.No será necesario que traiciones a tus amigos de ahora. Puedo hacer que también

ellosprosperen.Tuactualdirecciónsólolesconduciríaaladestrucción,contigo.—¿Ycómopuedoconfiarentupalabra?—Déjameque tedevuelva lamemoria.Saldeesecírculoparaquepuedautilizarunhechizoque

disuelvalaoscuridadquehayenti.Entoncesrecordaráslosjuramentosqueteatanamí.

Holger lamiró.Estaba de pie, alta y serena, salvo por el cabello oscuro que se agitaba bajo lacorona.Sinembargo,Holgersintióqueellaestabatantensacomounalambreapuntoderomperse.Suboca,llena,habíaadelgazado,lacurvadelanarizestabadilatada,losreflejosdemegoquehabíaensusojosparecíanenfebrecidos.Lentamente,ellameapretandolospuños.

¿Porquérazónlabrujamáspoderosadelmundoletemía?Holgermeditóenello,allídepie,bajolanocheventosa,conelsueñoasuspiesylanegruraporencimadelacabeza.Ellateníapoderes,sí,yloshabíautilizadocontraél;peroélmismoposeíaalgunaotrafuerza,queseleoponía,yesafuerzaledecía:«Hastaallí,ynomáslejos.»Todoslosactosdemagiaqueelloshabíanintentado,enAvalon,enFaerie,enlastierrasdelosmortales,nohabíanconseguidodetenerlo.AhorahastalapropiabellezadeMorganase había vuelto impotente por causa de aquellos ojos grises y las trenzas morenas. Ya no teníaencantamientosquepudierandetenerle.

Desdeluego,aalgoquenoestuvieraembrujadoporella,sinoquefuerasobrenaturalporsímismo,oinclusoalacerofríoyordinario,élseguíasiendoterriblementemortal.—Enmimundo—dijoHolger,nosinciertaperplejidad—eresunmito.Nuncapenséquelucharíascontraunmito.

—Tampocoéseestumundo—replicóella—.Aquítútambiéneresunaleyenda.Esteestulugar,amilado.

Elagitólacabeza.—Creoquelosdosmundossonmíos—contestóimperturbable—.Dealgunamanera,tengounlugar

enambos.Sinembargo,laexcitacióncrecíaenél.Habíaestadodemasiadopreocupadohastaeseinstantepara

extraerlaconclusiónevidente:queélmismopertenecíaalciclocarolingio-artúrico.Enalgúnlugar,atrás,enaquelotrocosmos(¡quélejosestabadeestanocheyestamujer!),éldebióleeralgunavezsuspropiashazañas.

Perosieraasí,decidiócontristeza,elolvidolohabíacubierto.Sunombrepodíaserunapalabraconocida en su patria; pudo haber sido su propio héroe infantil; pero el hechizo deMorgana seguíafuncionando.Latransiciónhastaesemundohabíaocultadocualquierrecuerdoquehubieratenidodelashistoriassobre…sobretrescorazonesytresleones.

—Meparecequealmenosestemundotegustamás—ledijoMorgana—.Tencuidadonovayasaaparecerenelotro—diounpasohastaacercarseaél,hastaquecasisetocaron—.Sí,ciertamente,hayunagranhuesteenambosmundos,ytúereselpuntoesencialdeambos.Teconfesaréeso.Perosisiguesadelanteconestelocoplan,manejandopoderesdelosquenadasabes,lomásprobableesquefracasesymueras.Oquizátriunfesporazar,ytearrepientasdeloquehiciste.Abandonatucargaahora,Holger,yhabitaaquífelizeternamente.¡Todavíatienestiempo!

Elsonrió,conescasohumor.—Noteesforzaríastantoporhacermeabandonarsinofueranmejoresmisposibilidadesdeganar.

Supongo que sabes a lo que estoy atado. Has hecho todo lo posible por engañarme, y capturarme, ydejarme impedido. Sin duda, la próxima vez intentarás matarme. Pero pienso seguir adelante. Quépalabrastanpomposas,ledecíasuserinterior.Cualquierapodríapensarquetelascrees.

Fatigado,supodeprontoquesóloqueríalapaz.Yponerfinaestaluchaenlaoscuridad.Unlugarendondeocultarse conAlianorade todos losmundosy todas sus crueldades.Peronopodíapedir undescanso.Habíaotrosmuchosquequedaríanatrapadosenelmomentoenqueélseapartaradelcamino.Noeraunmalditohéroe,porJudas,sinountipoqueteníaquevivirconsigomismo,¿no?

Morganaleobservóunlargomomento.Elvientosilbabaalrededordeambos.—Enestohayundestino—dijoporfin,pesadamente—.Sí,veoqueinclusoCarahueharetornado.

Laspartesdelmodelosehanunido.PeronoestéssegurodequeelTejedorlocompletará.Depronto las lágrimasbrillaronensusojos.Se inclinóhaciaadelantey lobesó,perosinfuerza,

casimomentáneamente,aunqueélrarasveceshubierasentidomayorternura.

—Adiós,Holger—dijo.Sediolavueltaydesapareciódelavista.Elsequedóallídepie,temblandoporelfrío.¿Debíallamaralosotros?No,mejordejarlosdormir,

pensóvagamente.Noqueríahablarsobreloquehabíasucedido.Noeraasuntodenadie.Pasó el tiempo. La noche gritó con más tuerza. Mirando hacia arriba se liberó de su ensueño,

calibrandoporlalunasisuturnohabíaterminado.Elcieloerauntinteronublado.Noimportaba.Podíaseguirconlaguardia.Alfinyalcabo,despuésdeloquehabíasucedidonoibaadormir.Pornohablardelruido.Ahoraestabasoplandounverdaderovendaval,quehacíaentrechocarlaspiedras,ycrujirelmetal…

¡Hay!Aparecióanteél el jefecaníbal.Másallá,destellaron laspuntasde las lanzas.Debíahabercien

hombres,omás,debíanhaberestadoescondidosenelpaso,yahoraMorganaloshabíaenviadopara…—¡Despertad!¡Despertad,yavienen!

DeunsaltoHugi,AlianorayCarahuesepusieronenpie.Elsarracenoteníalaespadaenlamano.Saltóhaciaelcaballo,alarmado,yarrancólasriendasdelposteendondeestabanatadas.Lajovensaltóasumontura.Dosmontañesesgritaronyse lanzaronsobreella.Unodeellosconunaespada.Hugisemetió entre suspiernas, comounhuracánpequeñoymoreno.Cayeronal suelo.Holger se lanzó sobreotro.Suespadaseelevóycayó.Uncráneoseabrióhorriblemente.

Cuando el cuerpo cayó sobre él lo lanzó hacia atrás con tanta fuerza que derribó al siguientehombre.Una lanza rozó su cotademalla.Lanzóunhachazo al rostrodel jefe.Oscurobajo la luzdelfuego,lesonrieronunosdienteslimados.Unosbrazossecerraronalrededordesucuello.Diounapatadahaciaatrássirviéndosedesusespuelas.Elsalvajegritóylesoltó.

Holgerretrocedióhastaquetuvoelmenhirasusespaldas.Unhombrealto,quellevabaundragónpintadoenelestómago,diounsaltohaciaadelante,paraatacarle.Holgerdiouncortelateralylacabezadelhombrecayódesushombros.Uncírculodeenemigosseaproximópresionándole.Másalládesusplumasycuernos,vioaCarahuemontado,batiéndoseconsusable.Papilloncojeaba,mordía,piafaba;lascrinesylacolavolabancomollamasnegras.

Unmontañés se levantó poniéndose vientre con vientre conHolger.Había conseguido deslizarsebajo la guardia del danés. Lanzó hacia arriba la daga que llevaba en la mano. Consiguió atajar lacuchilladaconelbrazoizquierdo.Hugiaparecióentoncesbajoelsalvaje,lecogiódelostobillosyloderribó.Hombreyenanorodaron,gruñendo.

Eljefeestabainmediatamentedetrás.Haciendounruidoestruendoso,golpeóconelhachaelcascodeHolger.Estesesacudióyseoyóasímismoquejarse:«PorDiosyporSanJorge.»Eljefeseechóareír y golpeóde nuevo.De algunamanera,Holger paraba los golpes.Casi todos.Otros golpeaban sucasco y cota demallas.Retrocedió.Otros dos hombres llegaron corriendo por los costados.Carahueaparecióanteellos.Lahojadelsarracenosilbó.Unpaganoseagarróelbrazo,ysequedómirandohaciadelante,estúpidamente,mientraselbrazoselequedabaenlamano,cayendodespuésderodillas.Holgerdioungolpebajoyalcanzólapiernadelotro,quediounostumboshaciaatrás.EljefesediolavueltaparaenfrentarseaCarahueconelhacha.Entrechocaronmaldiciéndose.

ElcaballodeAlianorarelinchó.Desjarretado,cayóatierra.Elcisneblancolevantóelvuelo,perovolvió a bajar atacando a los ojos de los enemigos. Holger sollozó para que le entrara aire en lospulmones.Alguien lanzóunaorden.Varias lanzascayeronasualrededoryolvidóqueestabaheridoyagotado.Cargócontra losenemigos.Suespadacaíacomounaguadaña.Levantando laspatas traseras,Papillonparecíainmenso,ydejándolascaermachacabaloscerebrosconunosrelinchosquesuperabanlosgritosdeguerra.Hombreycaballoesparcieronalgrupodelanzadoresdejabalinayvolvieronjuntoalapiedra.

Hugise levantódeuncuerpoquehabíaquedado tendido,sesacudió lasmanosyseunióaellos.Alianoravolvióaconvertirseenmujer,enelmismo lugar.Unmomentomás tarde llegabaCarahue,al

trote.HolgerpusounpieenelestriboymontóenPapillon.Unsalvajeselanzóhaciaél.Holgerlediounapatadaenlosdientes.Agachándose,sepusoelescudoenelbrazo.ExtendiólamanodelaespadaparaayudaraAlianoraasubirtrasél.CarahueledejósitioaHugi.Losdoscaballerossemiraronelunoalotro,asintieronycabalgaronhacialabatalla.

Durante unos minutos todo fueron cuchilladas y tajos. Luego, de repente, el enemigo habíadesaparecido.Jadeantes,HolgeryCarahueregresaron juntoalmenhir.Susespadasestabanrojizas.Lasangremanchabalasropas,losbrazosylosrostros.Laluzdelfuegoalumbrabacharcosdesangreenelsuelo.Habíacuerposyacentes,algunosdeellossemovíanygemían,otrosestabantotalmenteinmóviles.Losmontañesessehabíanretiradoaunosmatorralessituadosalbordedelcampodevisión;sólopodíanverrealmentesusarmas.Holgerreconocióaljefe,quehabíaperdidoelcascodeguerrayteníaelcuerocabelludolacerado.Eljefeselevantóyfuecojeandohaciasushombres.

Carahueexhibióunagransonrisa.—¡Noblementehecho,noblemente!—exclamójadeante—.Por lamanodelprofeta…delprofeta

Jesús,sirRupert,¡creoquesólounhombreenelmundopuedelucharcomovoslohabéishecho!—Pues vos no vais a la zaga—le contestóHolger—.Aunqueme hubiera gustado que hubierais

podidoterminarconsujefe.Conseguiráquenosataquenenunmomento.—Lasflechasterminaránconnosotros—intervinoHugi—.Dehabersidomáslisto,esosbobosya

noshabríanagujereado.Holgermiróhaciaatrás,aAlianora.Lasangrecorríaenelbrazoizquierdodeésta.Elmiedoquele

asaltóalcaballerofuehorrible.—¿Estásherida?—preguntóconunavoztanagudacomoladeunamujer.—No,noesnada—contestóella,sonriendoconunoslabiostemblorosos—.Undardomerozó.Holger miró la herida. Bastante fea en una situación ordinaria, habría dicho; pero no mucho

considerandolascircunstanciaspresentes.Sushuesosparecieronfundirse.—Construiréunacapilla…aSanSebastián…poresto—susurró.LasmanosdeAlianorasecerraronenlacinturadeHolger.—Hayunamaneramejordemostrartualegría—ledijoellaenvozbaja,cercadesuoído.Carahuelesinterrumpióbruscamente.—No podremos construir nada si no escapamos pronto. Si nos lanzamos colina abajo, Rupert,

podremoseludirlapersecución.LasuavidaddeHolgersecongeló.—No—dijo—.Nopodemoshacerlo.EsteeselcaminoaSan

Grimmin.Losotrospasosestánobstruidos,yesositenemostiempoparabuscarlos.Tenemosquecruzarporaquí.

—¿Directamenteporenmediodeellos?—preguntóelsarraceno—.¿Hemosdesubiresamontañacubiertadeguijarrosenlaoscuridad,mientrasnosatacancienguerreros?Meparecequehabéisperdidoelseso.

—Podéissubirsilodeseáis—dijoHolgerconfríadeterminación—.Hedellegaralaiglesiaestanoche.

HugiselequedómirandofijamenteyHolgersesintióinquietobajoesospequeñosojos,hastaquedijo:

—Bien,¿quéimporta?Probablementemuramosenelpaso.Losé.EscapaconCarahue.Irésolo.—Nihablar—contestóHugi.PermanecierontaninmóvilesqueHolgerpodíaoírcómolecorríalasangreporlasvenas.Elenano

hablóenvozbaja,perocondureza:—Queréis hacer una locura de caballero, pero yo puedo ayudaros. Bien sabéis que no podemos

cruzar ese paso. Pero hay otro camino por el que no nos seguirán. Puedo oler el camino hasta lamadrigueradeltroll.Lanarizmedicequenoestámuylejos.Seguramentetienemásdeunconductoque

cruza los montes; y quizá esté fuera, o dormido, o lejos dentro de sus túneles y no se dé cuenta denosotros.Esunaposibilidadhorrible,perocreoquelaúnica.¿Quédecís?¿Osparecedemasiadoparallegaralaiglesiaencantada?

Holgerescuchóunjadeoasuespalda.—Carahue—dijo—.TomadaAlianorayvedsipodéisponerlaasalvo.Hugiyyoiremosporese

agujerodeltroll…Lajovenseabrazóasucintura.—No—dijoenfadada—.Notelibrarásdemítanfácilmente.Yotambiénvoy.—Yyo—añadióCarahuedespuésdetragarsaliva—.Nuncahedichoquenoaunaaventura.—¡Porlasbarbas!—bufóHugi—.Vuestroshuesosacabaránesparcidosenlaguaridadeltroll.No

seréislosprimerosdoscaballerosquemueranporqueteníantantoorgulloquenolesquedabasitioparala sesera. Lo único que me apena es que arrastréis con vosotros a la doncella—cisne. ¡Y ahora,dispuestosagalopar!

22Carahueibaelprimero,llevandoaHugicomoguía.Layeguahacíaungranruido.Porunmomento,

Holger pudover las cintas rojas y azules entrelazadas en su cola.Luego losmúsculos dePapillon sepusierontensosentresusrodillas.

Dirigiéndosehaciaelesteporlaescarpadura,teníanquepasarjuntoalenemigo.Oyeronunaullido.Holgervioqueunalanzaveníadesdelaizquierda.Laviogirarenelaireyformarunarcohaciaabajo.Levantó su escudo y la lanza rebotó. Un instante después, tres flechas se clavaban sólidamente en elmarcodemadera.

Aceleróhacialaoscuridad,lejosdelahoguera.LayeguablancaylasprendasblancassueltasdeAlianora formaban una mancha que podía distinguirse de las sombras. Papillon tropezó. Las chispasindicabanellugarenelqueloscascosdeloscaballosgolpeabanelpedernal.Losanimalestuvieronquereducirobligatoriamentesucarrera.PorambosladosyporarribaHolgerestabacegado.Nosabíasisuimaginaciónosussentidosleindicabanlosriscosquequedabanalaizquierda.Sentíaelpesodeéstosporencima,abrumadoramente,comosiestuvierayaenterradodebajo.

Alecharunamiradahaciaatrás,pudoveraljefedelosmontañeses.Elhombredelacapadetejónhabía cogido una ama de la hoguera. La sacudió por encima de su cabeza, hasta que prendieron lasllamas,ysequedóallíbajoloscoloresrojizoyamarillento.Lanzandoungritoasusguerreros,levantóelhachayselanzóensupersecución.

Seacercórápidamentealoscaballos.Holgervislumbróqueotrosleseguían,aunquenocontantaansia.Perosuatenciónestabacentradaenesehombre.Eljefeseacercóporelladoizquierdo,dondelaespada del caballero no le podía alanzar. Se abalanzó y golpeó la cubierta de fieltro de Papión. Elsemental resbaló, derribando casi a sus jinetes.Holger le dio la vuelta para hacer frente al siguienteataque.

Simequedoaquíunminutomás,todosellosmerodearán,pensóeldanés.—¡Aguanta,Alianora!—seinclinóhaciaadelanteyatacóauoponente.Estedetuvoelgolpeconel

hacha.Conagilidad,elcaníbalretrocedió.ElrostropintadodebarbatrénzalaseburlódeHolger.Perolaantorchaquellevabaenlamanoizquierdaestabadalcancedelaespada.Holgerselanzó

contraelpechodelmontañés.Elsalvaje lanzóun ladridodedolor.Antesdequepudiera recuperarse,Holgerestabalobastantecercacomoparagolpeardenuevo.Yestavezelaceroencontrólacarne.Eljefecayó.

Valientebastardo,pensóHolger.EspoleóaPapillonparaquesiguieraaCarahue.Elencuentrosólohabíaduradounossegundos.

Siguieronmoviéndoseinterminablemente.Elenemigolosseguía,noatreviéndoseaencontrarseconellos.Lasflechassilbabanenlaoscuridad.Seescuchabangritos.

—Prontoseunirányseacercaránanosotros—dijoCarahueporencimadelhombro.—Nolocreoasí—contestóAlianora—.¿Nolooléis?Holger abrió las ventanas de su nariz.El viento le daba en el rostro.Podíaoírlo,y sentir cómo

movíasusropas.Sintióloheladoqueera.Nadamás.—¡Uffl—exclamóCarahueunmomentomástarde—¿Esesoloquehuelo?

Alguiengimióenlanoche,poratrás.LanarizdeHolger,menoseficazporcausadeltabaco,fuelaúltimaencaptarelolor.Peroparaentoncesloscaníbaleshabíanabandonadolapersecución.Sindudasequedarían por allí para asegurarse a la mañana siguiente de que los enemigos no daban la vuelta ybajabanporlacolina;peronopensabanseguiradelanteenesadirección.

Siesposibledescribirunolorcomoespesoyfrío,asíescomohabríaquehacerloconeldeltroll.CuandoHolgerllegóalaentradadelacueva,setuvoquetaparlanariz.

Tiródelasriendas.Deunsalto,Alianorabajóalsuelo.—Tenemosquecogerramasparaantorchas,paraalumbrarelcamino—explicó—.Hayramassecas

poraquí,posiblementetraídasenmontonesenlabestiaparahacerseelnido.Enunmomentohabíarecogidovarias,queHugiencendióutilizandoelaceroyelpedernal.Cuando

crecieronlasllamas,Holgerviounagujerodetresmetrosenlapareddelaroca.Másalláseabríalaoscuridad.

Carahueyéldesmontaron.DieronloscaballosaAlianoraparaqueloscondujeradesdeatrás.Ellossepusieronalfrente,conHugicomoportadordelaantorcha.

—Bien—dijoeldanésinútilmente—.Aquíestamos.Sentíalalenguaseca.—Megustaríavolveraverlasestrellas—comentóAlianora.Elvientosellevósuspalabras.Hugi

leapretólamano.—Enmarcha—dijoCarahue—.¿Suponéisquenosencontraremosconeltroll?Nuestrasespadaslo

cortaránenjirones.Notenemosqueasustarnosporcuentosdeviejas.Cabalgóapasovivohastalaentradadelacuevaypenetróporella.Holger le siguió, sintiendo la pesadez de la espada en lamano derecha y el escudo en el brazo

izquierdo.Sentíael sudorgoteandobajosucotademalla,produciéndoleunapicazónquenosepodíarascar,ydoloresapagadosendondeharíancaídolosgolpes.Elairedelacuevaestaballenodeolortrollyacarroña.Lasllamasdelaantorchadanzaban,mentabanyvolvíanaavivarse,agitandolassombrasdelosmuros.Holgerhabríajuradoquealgunasdelasformacionesdesombraseranrostrosquelemiraban.El sueloestabacubiertodepiedrasqueacuchillaban losdedosde lospies.Precavidamente,Alianorasiguió recogiendo trozosdemaderaypaja entre loshuesosde animales esparcidospor el camino.Elruidomás fuerte era el de los cascos de los caballos, un agudo golpeteo que era seguido por el eco.Holgerteníacadavezmáslasensacióndequelasparedesseapretabanhaciaelinterior.

Alfinaldelacuevahabíanexcavadountúneldealgomenosdetresmetrosdealtura,ynomuchomás ancho, lo que obligó aHolger yCarahue a aproximarse.Holger procuró no pensar si el troll lohabríaexcavadoconlasmanos.Enunaolosocasionessuspieschocaronconloquepodíareconocersecomorestosdecráneoshumanos.Trasrecorrervariasbajadasdeltúnel,perdióelsentidodelequilibrioysólosabíaquedescendían,interminablemente,hacialastripasdelatierra.Sofocóundeseodegritar.

Elpasillodesembocabaenunacaverna ligeramentemásgrande.Enelextremoopuesto seabríanotrostresagujeros,Hugihizounaseñaasuscompañerosydeambulóporallí,desconcertado.Laantorcharesaltabalasprominenciasdesurostroypintabadetrássusombra,comosifueraalgonegroygrotescoquefueraacomérselo.

Estudióla llama,quesehabíavueltoamarillentayechabamuchohumo;humedecióelpulgarylopusoenvariasdirecciones;seagachóparaolerelsuelo.Finalmente,miróhaciaasalidadelaizquierda.

—Estaes—gruñó.—No—replicóHolger—.¿Notedascuentadequeelsuelodesciendeenesadirección.—No, no es así. No arméis tanto alboroto.—¡Te digo que estás chiflado!—protestóHolger—.

Cualquierestúpido…Hugilemiróconelceñofruncido.—Cualquier estúpido puede seguir sus caprichos—terminó el enano—.Quizá tengáis razón.No

puedodecirloconseguridad.Peroopinoqueésteeseltúnel,ysémásdemadriguerasquevos.¿Estáisdispuestoaseguir?

Holgertragósaliva.—Deacuerdo—dijo—.Losiento.Sigamos.ElespectrodeunasonrisalevantólosbigotesdeHugi.—Buenmuchacho—dijo,entrandoaltroteporelpasilloquehabíaelegido.Losdemáslesiguieron.

Enseguidacogieronuncaminoinequívocamenteascendente.HolgernodijonadacuandoHugipasójunto a varios agujeros sin ni siquieramirarlos. Pero cuando llegó a otra triple elección, el enano sequedódeliberandounosminutos.Alfinal,turbado,dijo:

—Porloqueparece,debemoscogereldelcentro.Aunquecreoquelapesteatrollesmásfuerteenél.

—¿Acasoesoimportaalgo?—preguntóCarahueirónicamente.—Alomejorsunidoestáenesadirección—susurróAlianora.Unodeloscaballosresopló:enese

espacio estrechoy resonante, el ruido que produjo fue fantasmal—. ¿No se puede rodear por ningunaparte?

—Esposible—contestóHugidubitativamente—.Aunqueseríaunrodeomuylargo.—Ytenemosquellegarprontoalaiglesia—intervinoHolger.—¿Porqué?—preguntóCarahue.—Esonoimportaahora—contestóHolger—.¿Creéismipalabra?Noeraéseellugarapropiadoparadetenerseaexplicarlacomplicadaverdad,pormuyfielqueel

sarracenohubierademostradoser.PeroelhechoevidenteeraquelaespadaCortanaresultabadecisiva.Elenemigonosehabríaesforzadotantoparabloquearesabúsquedadenohabersidosí.

Morganapodríahaberllegadoalaiglesiaantesqueélsinproblemas.Peronodebíasercapazdellevarseelarmaaotraarte.Sindudaerademasiadopesadaparasufuerzanatural,demasiadosantaparasushechizos.Necesitaríaayudahumana,comolohabíanecesitadocuandorobóporprimeravezCortana.Pero los paganos estaban demasiado asustados por la iglesia de SanGrimmin para acercarse a ella,incluso aunqueMorgana se lo mandara; y sus hombres de otras pares del mundo estaban demasiadoatareadospreparandoelataquealImperio.

Sin embargo, si tenía suficiente tiempo podría encontrar a alguien. O… más probablemente…podría invocar a lospoderesque interceptarían aHolger en su camino.Hasta ahorahabía tenidomássuerte de la que semerecía; pero sabía perfectamente que no podría seguir abriéndose camino así atravésdelosaliadosdeMorgana.Sólounsantopodríaconseguirlo,yélestabamuylejosdelasantidad.

Teníaquedarseprisa.Carahueposógravementesumiradaenélantesdedecir:—Comodeseéis,amigomío.Tomemosentonceselcaninomásrecto.Hugiseencogiódehombrosyabriólamarcha.Elagujeroseretorcía,seelevaba,sehundía,volvía

aelevarse,seesquinaba,seestrechaba,paravolveraensancharseyaestrecharseotravez.Laspisadasdelgrupoparecían tamborileos.Comosiestuvierananunciando:Aquí,aquíestamos, troll,aquí.Aquí,aquí,aquíestamos.

Cuandolasparedesde larocasecerrarontantoquelesrozabanloshombros,Holgerseencontródetrás de Hugi, con Carahue a su espalda y Alianora guiando los caballos junto a la espalda delsarraceno.Antesusojossólopodíaverloschisporroteosdelaantorcha.OyómurmuraraCarahue:

—El más grave de mis pecados es haber permitido a tan dulce doncella entrar en un lugar tanhorrible.Diosnomeloperdonará.

—Loharéyoporél—respondióellaenvozbaja.Carahuesofocóunarisa.—¡Bueno!¡Conesobasta!Yalfinyalcabo,damamía,¿quiénnecesitaelsol,lalunaolasestrellas

cuandovosestáispresente?—No,oslosuplico,nodebemoshablar.—Entoncespensaré.Tendrépensamientosdebelleza,degracia,desuavidadyencanto;enresumen,

pensaréenAlianora.—Ay,Carahue…Holgersemordióloslabioshastaquesintiódolor.

—Guardadsilencio—lesreprendióHugi—.Nosacercamosasumadriguera.El túnel terminaba. La luz de la antorcha no se extendía más allá de la caverna. Holger había

confundidolasvisionesdelosmuroscurvándosehaciaarribaperdiéndolesenunaoscuridadmóvil.Elsueloestaballenoderamas,hojas,pajayhuesos:portodasparteshabíahuesosroídos.Lapesteamuertelesuperó.Vomitó.

¡̂Silencio!—ordenóHugi—.¿Creéisquemegustaestelugar?Quedaosdondeestáis.Haymuchassalidasenelotrolado.

Elalfombradocrujíabajosuspies,másfuerteacadapaso.Holgersetambaleabamareado.Tropezóconunleño.Unaramalearañóelcuello,comosibuscarasusojos.Unmentónhumanosedeshizocuandolopisó.Oíaqueloscaballossehundíanbajosupeso,sacudiéndoseindignados.

Laantorchaseavivó.Enesemismomomento,Holgersintióunacorrientefría.—¡Noestamosmuylejosdelasalida!—exclamóHugi.«No»,repitióeleco.«Nooo.»Eltrollsemovióbajolashojasmuertas.Alianora gritó. Holger pensó que hasta entonces nunca había escuchado en su voz un miedo

auténtico.—Dios tenga piedad de nosotros—dijo en voz baja Carahue. Hugi se agachó y gruñó. AHolgerselecayólaespada,segachópararecogerlayvolvióacaérseledenuevoporquemíalasmanoscubiertasdesudor.

Eltrollseacercóarrastrandolospies.Debíatenermásdedosmetrosdealtura,bastantemás.Ibainclinadohaciaelfrente,conlosbrazoscolgándolejuntoalasgruesaspatas,terminadasenunospiescongarras,aunqueeradifícilsaberseconseguridad.Supielverde,sinpelo,semovíaencimadelcuerpo.Sucabeza tenía una raja como boca, una larga nariz y los ojos que eran como dos agujeros negros, sinpupilas ni parte blanca, unos ojos que se bebían la débil luz de la antor—ha sin devolver ni un sólobrillo.

—Hu-u-u—dijo,sonriendoyextendiendolamano.Carahuegritó.Elsabledestelló.Golpeóconsonidodecarnicero.Delaheridaseelevóhumo.Pero

lasonrisadeltrollnosealteró.ExtendiólaotramanohaciaCarahue.Holgersujetólaespadayleatacóesebrazo.

Eltrolllegolpeó.PeroHolgerdetuvoelgolpeconelescudo.Lamaderadeésteseagrietó.Holgertrastabillóenlapodredumbredelsuelo.Unmomentodespuésestabaacosado,esforzándoseporrespirar.LayeguadeCarahuerelinchóaterrorizadaysedesbocó.Alianoratiródelasriendas,esofuetodoloquevioHolgerantesdeponersedenuevoenpie.DirigióentoncessumiradahaciaCarahue.

Elsarracenobailabasobreelnido.Aunqueparecíaincreíble,conseguíamantenersuequilibrioenesamaraña. Esquivaba cada torpe embestida del troll, sin dejar descansar su espada. Este silbaba yvociferaba confusamente, tras su sonrisa. Pero cada golpe penetraba más en la carne verde. El trollgruñía.YCarahueseguíabuscandofríaycuidadosamentelamuñecaadecuada.

Hastaqueconungolpefinallecortóesamano.—¡Aporlaotra!—dijo,riendoenvozalta—.¡Ilumínanos,Hugi!Elenanohabíadejadoerguidalaantorchaentredosra—masyahoratratabadeayudaraAlianoraa

controlarlayegua.Papillonmarchabaencírculos,buscadounaoportunidaddeayudar.El semental aprovechó su oportunidad cuando el troll se echó hacia la izquierda ante Carahue.

Corriódesdeatrásydejócaerloscascosdelanterosconterriblefuriasobrelasanchasespaldasdelabestia.El troll cayóhaciaadelante.Papillon se levantóa su tremendaalturay sedejócaerdenuevo.Machacólacabezadeltroll.

—Porelcielopiadoso—exclamóCarahuejadeante.Sesantiguó.VolviéndosehaciaHolger,ledijoalegremente—:Noestuvomal,¿verdad?

Holgermirósuescudodestrozado.

—No—contestóconvozdearrepentimiento—.Sólomiactuaciónestuvomal.Layeguaseguía inquieta,aunquesehabíacalmado losuficientecomoparadejarqueAlianora le

acariciaraelcuello.—Vamos,salgamosdeaquí—dijoHugi—.Estehedorvaaacabarconminariz.Holgerasintió.—Lasalidanodebeestarlejos…Jesucristo!Comounaenormearañaverde,lamanocortadadeltrollempezóacorrersobresusdedos.Recorrió

el suelo, se subióporun leñoenganchándose a la cortezaybajódenuevo,hasta encontrar lamuñecacortada.Yallícreciórápidamente.Lacabezamachacadadeltrollserehizo.Estevolvióaponerseenpieylessonrió.Ladébilantorchailuminósuscolmillosrojizos.

SelanzóhaciaHolger.Porunbrevemomento,eldanésdeseohuir.Peronohabíaningúnlugarpordondehacerlo.Escupióenelsueloylevantólaespada.Cuandoeltrollsedirigíahaciaél,ladejócaercontodassusfuerzas.Unayotravez,subrazo,fuertecomounroble,movíalaespada.Elhierroresonabaen la oscuridad. Brotaba una sangre verde y helada, que se volvía negra con el humo de esa carneinnatural.Laespadaparecíabrillar.Cortóelbrazodelabestiaporelhombro.Rodósobrelashojas,sesacudióyempezóabuscarelcaminoderegreso.Carahueatacabaporelladoderecho,elsablesemetíaenlascostillasdeltroll.Perolostrozosquecortaban,conunruidodesucción,searrastrabanhaciasusueño. Papillon se ponía demanos y golpeaba con los cascos delanteros. El troll tenía desgarrada lamitaddelrostro.Bajólasmandíbulashaciaelsementalylemordióeltobillo.Esterelinchó.Eltrolllegolpeóenelcostadoconlamanoquelequedaba.Brotólasangre.Carahuesemetióenmediodeotrogolpe,ensuvientrecubiertoporlaarmadura,cayóalsueloconestrépitoynovolvióalevantarse.

¡Verdaderamentenopodemosmatarlo!,pensóHolger.Quélugarparamorir.—¡Vetedeaquí,Alianora!—No—exclamó, cogiendo la antorcha y acercándose a Papillon, que estaba enloquecido por el

dolorenlapata—.Loharéporti—gritóella—.Aguantayteliberará.Eltrollcogióelbrazoizquierdoyvolvióacolocárselo.Lamitaddesurostroparecíaseguirriendo.

Holgergolpeabaunayotravez,abriendoheridasprofundas,peroéstassecerrabanenseguida.Tropezóhaciaatrás.PorencimadelhombrodeltrollvioaAlianorametersebajolaspezuñasdePapillon,cogeralsementalporlabridaylograrquesedetuviera.Searrodillóparatratardesoltarlelasmandíbulasdeltroll,quesehabíandesprendidoyestabanclavadasenél.

Cuandoseacercósuantorcha,soltaronelbocado.Sorprendida,sehizoaunlado.Eltrolllanzóungrito. Apartándose de Holger, buscó los huesos, los cogió y se los puso en a cabeza. Sus dientesentrechocabancuandosediolavueltaparadirigirseotravezhaciaeldanés.

Alianora gritó con fuerza. Le golpeó la espalda con la antorcha.El troll lanzó un grito y cayó acuatropatas.Lapielquemadanosecuraba.

Entonces,Holgerlocomprendió.—¡Unfuego!—gritóconestruendo—.¡Encendedunfuego!¡Quemadalabestia!Alianorametióla

antorchaenunmontóndepaja.Estaseencendió.ElhumolepicabaaHolgerenlanariz…eraunhumolimpio,pensólocamente, llamaslimpias,quequemabanlapestea tumbaquelerodeaba.Fortaleciósuposiciónyatacó.

Lecortóunamanoaltrollporlamuñeca,queporlafuerzadeltajorecorriólamitaddelacaverna.Alianorase lanzósobreella.Aunque la teníacogida,aquellacosaseagitaba,unosdedosparecidosagusanosverdestratabandeliberarseclavándoseenella.Alianoralalanzóalfuego.Porunmomento,lamanosiguiósacudiéndose,clavandoinclusolasgarrasenlasllamas.Peroenseguidasepusonegra.Almorir,elfuegoselatragó.

Eltrollgritaba.Utilizabasubrazomutiladocomosifueraunmazo.AHolgerselecayólaespadadelasmanos.Seagachóparacogerla.Eltrollselanzóencimadeél.Porunmomentoestuvobajoesamasa,

sinpoderrespirar.Papillonatacóyelmonstruoseretiró.Dando traspiés, Carahue se levantó y reemprendió la lucha. Papillon derribó al troll. Carahue

comenzóagolpearunapata,unayotravez.Cuandolacortó,Alianoralacogióconlosbrazos.Elfuegoestabaprendiendoahoraenlamadera.Lagrietasehabíaconvertidoenunfuelle;llenabalacuevadeluz.Necesitódetodasufuerzaperoconsiguióempujarlapataentreloscarbones.

Holgersediolavuelta.Unamanosehabíaagarradoasutobillo…laotramanoquehabíacortadoCarahue.Selaquitóylaarrojóalfuego.Dealgunamaneracayóenunclaroysearrastróalugarseguro,bajounleño.Hugiselanzóporella.Elenanoylamanorodaronjuntos.

Eltrollperdiólacabeza.SemovíaybabeabamientrasHolgerleatacabaconlaespada.Laarrojóalas llamas. Rodó, ardiendo y extendiendo las llamas, hacia Alianora. Holger volvió a atacarla.Despreocupándosedeloquelesucederíaaltempledesuespada,laensartósobreelfuegohastaqueseconsumió.Quedabael torso.Erauna terrible tarea cuandoHolgery tararme lehicieron rodar, aunquefueratanpesadocomoelmundoentero,haciaelhornodelacueva,mientraseltorsotratabadelibrarse,utilizando sus tripas como si fueran serpientes. Después, Holger no pudo recordar claramente lo quehabíasucedido,peroconsiguieronquemarlo.

LoúltimoquevieronsusojosfuelamanorojizacomolaspropiasllamasqueHugiarrojóalfuego,paradestruirla.Sedejócaerentoncesalfuegoysequedóinmóvil.

Alianoraacudiójuntoaél.—Estámalherido—gritó.Holgerapenaspodíaoírlaentreaconflagración.Elcaloryelhumo le

mareabanyleimpelíanpensar—.¡Hugi,Hugi!—Serámejorqueescapemosantesdequetodoellugarseconviertaenuncalderodefuego—jadeó

CarahuejuntoaloídodeHolger—.Veamoscómosaleelhumodel túnel.Eseeranuestrocamino.Queellallevealenanoyvosayudadmeconestetorpecaballomío.

Dealgunamaneraconsiguierontranquilizaralanimal.Dealgunamaneraseabrieroncaminoporunpasilloenelquecadarespiraciónresultabadolorosa.Perollegaronalairelibre.

23Estaban sobre el risco, comprendió sorprendido Holger. No sabía cuánto tiempo habían

permanecidoenelsubterráneo,perolalunasedirigíahaciaeloeste.¿Laluna?Sí.Sí,lasnubesseestabandeshaciendoporelfuerteviento.Elvientosilbabasobreuna

llanuradehierbas rígidas, en laquedevezencuandohabíaunárbol sinhojas, todogrisáceobajo lapálidaluzdelalunaylaslucesimplacablesdelasestrellas.Holgernopodíaverelhumoquesalíadelacaverna del troll; el viento lo había esparcido rápidamente. Hacia el sur, muy cerca, la ondulaciónterminabaenelbordedelrisco,ymásallánoseveíanadasalvolaoscuridad,comosiestuvieradepiealbordedelacreación.Haciaelnorte,creyóverunasmontañasqueseencumbrabanhaciaelcielo,undestellodeglaciares,peronoestabaseguro.Elfríolocalóhastalostuétanos.

Cojeando,Carahueseaproximóaél.Holgersepreguntósisuaspectoseríatanmalocomoeldelsarraceno, desgarrado, cubierto de sangre, negro como el humo, con un casco mellado y unas ropasdesgarradas,llevandounaespadaruinosa.Enesemomentolaluzseoscureció.Unanubesetragólalunayyanopudovernada.

—¿Estamos todos? —gruñó. Carahue respondió en voz tan baja que el crujido de las hierbascercanasenterrósuvoz.

—Metemoqueelhombrecitosaliómalparado.—No—dijoconlosrestosdeunbajogruñido—.Todavíaestoyaquí.La luna se liberó de nuevo. Holger se arrodilló junto a Alianora. Esta acunaba en su regazo la

cabezadeHugi.Lasangrelebrotabaporunlado,conunflujouniforme,cuandoHolgerlavio.—Hugi—susurróella—.Nopuedesmorir.Noesposible.—No,noteapenes—murmuró—.Habéispagadounaltopreciopormí.Holgerseagachó.Bajolaluzblancaeirrealdelaluna,elrostroquecontemplóparecíatalladoen

una vieja y oscuramadera. Sólo la barba, agitada por el viento, y algunas burbujas de sangre en loslabios,seguíanmoviéndose.Vioquelaheridanopodíacerrarse.Erademasiadograndeparauncuerpotanpequeño.

HugiextendióunamanoypalmeóladeAlianora.—Nollores—susurró—.Hayunascincuentamujeresdemirazaquetienenmotivoparagemir.Pero

siempre has sido tú a la quemás hemos amado—movió la mano en el aire—. Te daría algún buenconsejosipudiera.Peroelruidoquehayenmicabezaesdemasiadogrande.

HolgersequitóelcascoycomenzóarecitarelAventaríaNopodíahacerningunaotracosayquizáningunafueramejorenesamontañafríabarridaporelviento.PidióquetrataranbienalalmadeHugi.Y,cuandoelenanomurió,Holgerlecerrólosojosylehizolaseñaldelacruz.

Levantándose,dejósolaaAlianoramientrasCarahueyélabríanunatumbadeescasasuperficieconsusespadas.DespuésamontonaronunasrocasencimayclavaronladagadeHugienelmontículoconlaempuñadura hacia arriba.A unos kilómetros, los lobos aullaron.Holger esperó que no encontraran latumba. Finalmente, se curaron sus propias heridas lo mejor que pudieron. —Hemos tenido fuertespérdidas —dijo Carahue. La fatiga había acabado con su alegría—. No sólo a nuestro amigo, sinotambiénuncaballo,ylamuíadelosequipajes.Nuestrasespadasnosonsinomazosdehierrosinfilo,ylascotasdemallaestándestrozadas.Alianoranopuedevolarhastaquesuala…hastaquesubrazosecure.

Holgermirólatierragrisácea.Elvientolegolpeóenelrostro.—Esoeracosamía—dijo—.Noestábienqueotrossalieranheridos.Elsarracenolemirófijamente.—Creoqueésaeslatareadetodosloshombreshonorables—dijo.

—Carahue,deberíahaberosdichoquesenosenfrenta lapropiareinaMorgana leFay.Ellasabráque hemos llegado hasta aquí. Imagino que estará ya en elMundoMedio, consiguiendo los hombresnecesariosparaquenosdetengan.

—Los mundomedianos viajan rápidamente —respondió Carahue—. Será mejor que no nosdetengamosadescansar.¿Peroquéharemoscuandolleguemosaesaiglesia?

—Entonceshabráterminadomibúsqueda…quizá…yquizáestemosasalvo.Opuedequeno.Nolosé.

HolgerestuvoapuntodecontarleaCarahuetodalahistoria,peroelsarracenoyasehabíadadolavueltaparacogersucaballo.Nohabíatiempo.

AlianorasaltódetrásdeHolgersobrePapillon.Leestrechólacinturaconsusbrazos,conunafuerzadesesperada.Sólosevolvióunavez,paradespedirsedeaquelquequedabaenterrado.

El semental estaba deshecho, y la yegua se arrastraba agotada. Los cascos resonaban sobre lapiedra,lahierbaseabríaconmurmullossecos,eltojorechinabaylosárbolesmuertoscrujían.Abajo,porencimadelhorizonte,lamedialunaaturdíalosojosdeHolger,comositrataradecegarle.

Alcabodeunrato,Alianoradijo:—¿Elenemigoselanzócontranosotrosporcasualidad,bajoelpaso?

—No—contestóHolgermirando la tierra incolorapunteadade sombras.Carahueerauna siluetasobrelasestrellasylasnubes…posiblementeibadormidoenlasilla,puesnorespondiócuandoHolgersiguiódiciendo—:PrimerollegóMorgana.Envióalosmontañesesdespuésdequehabláramos.

—¿Yquétedijoesabruja?—Ella…nada.Sóloqueríaquemerindiera.—Imaginoquedesearíaalgomás—añadióAlianora—.Fuetuyaenotrotiempo,¿no?—Asíes—contestóHolgerapagadamente.—Ellapodríadarteunavidadeorgullo.—Ledijequepreferíaquedarmecontigo.—Oh,querido—susurróAlianora—.Yo…Yo…Holgersediocuentadequeestabaintentandonollorar.—¿Quésucede?—preguntóél.—Ay,nolosé.Deberíasertanfelizahora…y,ysinembargo,nopuedoevitarlo…SelimpiólosojosconloquequedabadelmantodeHolger.—Pero—replicóHolgertartamudeando—.PeroyocreíaquetúyCarahue.—¿El?Ciertamenteesagradable.¿Perorealmentecrees,Holger,deverdadcreesqueyoqueríaotra

cosaquemantenersumenteapartadadetiytusecreto?¿Yquizádarteunpocodecelos?¿Cómomujeralgunavaaquereraunhombrequenoseastú?

Elsequedómirandolaestrellapolar.Ellarecuperóelalientoylepusolasmanosenloshombros.—Nohablemosmásdeesoahora—dijoAlianoracon firmeza—.Perosi tepillomirandoaotra

mujer,Holger,teirámuymal—sedetuvo—.Algunamujerquenoseayo.Holgerhizoqueelcaballosedetuviera.

—¡Carahue!—gritó—.¡Despierta!—¿Quépasa?—preguntóelsarracenocogiendoelsable.—Nuestros animales—dijoHolger, nodel todo especiosamente—.Si no les damosundescanso

morirán.Alalarga,correremosmássidescansamosaquíunahora.ElrostrodeCarahueerauncontornoovaladoyborroso,suarmadurateníaunbrilloapagado,pero

Holgerpudoverquemeditabasuspalabras.—Nosé.CuandoMorganaselanceaperseguirnos,suscaballossoncomounatempestad.Pero,sin

embargo…—seencogiódehombros—.Comodeseéis.

Sedeslizaronporlahierba,AlianoraibacogidafirmementedelamanodeHolger.ElhizounaseñalaCarahue,esperandoquesugestonofuerademasiadopresuntuoso.Elsarracenopareciósorprendidounmomentoydespuésseechóareír.

—Buenasuerte,amigomío—dijo.Seestirócuanlargoerasobreelsueloysequedósilbandounamelodíaalcielo.

HolgersiguióuntrechoaAlianora.Sehabíaolvidadodesudolorysufatiga.Elcorazónlelatía,pero no violentamente, sino con un tono alegre y fuerte que recorría todo su cuerpo. Cuando sedetuvieron,secogierondelasmanosypermanecieronmirándoseunoalotro.

Laluzdelalunafluíasobreelmontículo,grisáceo,cubiertoporlassombras,destellandosobrelaescarcha. Las nubes que quedaban tenían los bordes luminosos; las estrellas brillaban entre ellas. Elvientoseguíasiendofuerte,peroHolgernoleprestabaatención.VeíaaAlianoracomounaespeciedeazogue,desombradeslizantedeluzblancayfría.Lasgotasderocíocentelleabanenelpelodeéstaylaluzdelalunaestabaensusojos.

—Quizánotengamosoportunidaddehablardenuevo—dijoellatranquilamente.—Quizáno—respondióél.—Entoncesdéjamequetedigaahoraqueteamo.—Yyoteamoati.—Ay,queridomío…—seacercóaélyéllaabrazó.—Hesidounestúpido—dijoélentonces,deseandopoderencontrarpalabrasmejores—.Nosabía

loquequería.Penséquecuandoestoterminarapodríairmeydejarte.Estabaequivocado.Ellaleperdonóconlasmanos,loslabiosylosojos.—Sidealgunamanera seguimosconvida—dijoél—,nuncanos separaremos.Pertenezcoaeste

mundo.Almundoenquetúvives.Laslágrimasdeellacaptaronlaluzdelaluna,perosurisaerabajayfeliz.—Bastaporahora—dijoella.—Ellabesódenuevo.ElgritodeCarahuelosapartó.Elruidovolabaconelviento,sonoramente,ymoríaeneselagodela

luzdelauna.—¡Rápido,venidrápido,losmontañeses!

24Lejosydébilmente,enellímitemismodelaaudición,sonaronloscuernos.Transmitíanelruidodel

viento,elmar,degrandesalasbatientes,unavozdehalcón,unavozdecuervo.YHolgersupoque lacazasalvajedesuserhabíacomenzado.

DeunsaltosubiósobrePapillon.CuandoelsementalsepusoenmovimientolevantóaAlianoraylacolocótrasél.Carahueyahabíapartido.Layeguablancay lasdesgarradasropasblancasdesu jineteparecíanespectralesbajolapálidaluna.Podíaescucharloscascos.Sedispusieronalalargahuida.

LalunaeraunbrilloplateadoenelojoizquierdodeHolger.Elmontículosedeslizabahaciaatrás,bajolospiesteníalaoscuridad,laspiedrasresbaladizasyelsusurrodelosmatorrales,unrepiqueteesderamas que se asemejaba a una risa. Bajo los muslos, sentía el movimiento y la palpitación de losmúsculosdelcaballo;enlacinturasentíalasmanosdeAlianora,queleguiabanenladirecciónquehabíaespiado.Elhierroquellevabaencimaresonaba,elcuerocrujía,elvientogritaba.Peromásfuerteeralarespiracióndelesforzadocaballo.

Portodaspartesasualrededorhabíaestrellas,peroimpensablementeremotasenuncielonegro.ElCisnecentelleósobresucabeza, laVíaLácteaderramabalossolesensuoscuroarco,bajolaEstrellaPolargirabaelCarroMayor;todaslasestrellaseranfrías.Haciaelnortecomenzóaverlascumbresdelacordillera,comounaespadaafiladaenvainadaenunhieloquebrillababajolaluna.Trasélaumentabalafaltadeluz.

¡Galopar, galopar y galopar! Holger escuchó entonces que los cuernos salvajes estaban máscercanos,gritandoygimiendo.Nuncahabíaoídotalangustiacomolaquesoplabaenloscuernosdeloscondenados.Enelairearomáticopudoescucharcómoresonabanloscascosenloscielosyelsonidodelosperros inmortales.Se inclinóhacia adelante.Sucuerpo se sacudíacon laprisadePapillon,habíasoltadolamanodelasriendas,poniéndolassobreelcuelloarqueado,yconla3trasujetabaaAlianora.

Velozmente,sobreelmontículodebordegrisáceo,bajolasúltimasnubestormentosasylalunaquesehundía,teníaquegalopar,galoparygalopar.Lapenadeloscazadoresaullabaensucabeza.Semovióypusoentensiónparaversuobjetivo.Perosólopodíaverlallanura,ylasmontañasglacialesmásallá.

Carahue comenzó a quedarse atrás. Su yegua resbaló.Dema sacudida le levantó la cabeza y laacarició.Holgerpensóquepodíaescucharlaspatasdelosperrosdepesadilla.Un r̂itolunáticolellegó.

Miróhaciaatrás,peroelpeloagitadodeAlianoraocultabalavisióndelosqueleseguían.Creyóhabervistounbrillometálico.¿Eseeraelrechinardeloshuesosdelosmuertos?

—¡Deprisa,deprisa,elmejordeloscaballos!Corre,camarada,correcomonolohahechonuncaningúncaballolastaahora,puesseguramentetodosloshombresnospersiguen.Apresúrate,caballomío,puescabalgamosparasaltarsobreeltiempo,cabalgamosmarchandocontraCaos.¡QueOíosseacontigo,queDiostefortalezcaparatucarrera!

Lossonidosdeloscuernosllenabansucráneo.Laspezuñasyperrosyhuesosvacíosestabanasuespalda.HolgersintiólavacilacióndePapillon.Alianoracasicaealsuelo.Lacogióporlamuñecaylavolvióasubir.Siguieroncabalgando.

Hacia arriba, hacia adelante, ¿qué era aquello que se elevaba hacia el cielo? La iglesia de SanGrimmin…perolacaceríasalvajeaullabaporabajo.Pudoescucharelclamordelosfuertesvientos,yviolaoscuridadantesusojos.Jesucristo,nosoydigno,peroayúdame.

Unmurosealzóensucamino.Papilloncobrófuerzasylosaltó.Cuandoloscazadoresseacercabanaél,Holgersintiótalfríocomonohabíasoñadoqueexistiera,recorriendosucorazón.Creyóhaberoídoelvientosilbandoentresuscostillas.

Elcorcelnegrotomótierraconungolpetalquecasiloderribadelasilla.DespuésveníaCarahue.Layeguablancanosalvóelmuro.Cayóhaciaatrás,perosujinetesaltóyselibró.Secogióalapartede

arribadelmuroyconsiguiócaeralpatiodelaiglesia.Holgerescuchóalayeguarelincharunavez,breveyhorriblemente,antesdequelosrugidosfueranmásfuertes.

Yentoncesdesapareció.Tambiénelvientodesapareció.Elsilencioseextendiócomounapantalla.Holger se inclinó. Su mano temblaba, pero cogió la de Carahue, como había cogido ya la de

Alianora.Miraronasualrededor.Elpatioestabacubiertodehierbaymatorralesydelápidasdesvencijadasquecircundabanelperfil

ruinosodelaiglesia.Lanieblasemovíalentamente,ajirones,conunbrilloblancodondelatocabalaluzdelaluna,yunolorhúmedoacorrupción.HolgerpudopercibirelestremecimientofríodeAlianora.

Escuchóelsonidoqueveníadesdelassombrasquehabíatraslaiglesia.Eraelsonidodeuncaballomoviéndoseentrelastumbas.Uncaballoviejo,cojo,exhaustohastaelbordedelamuerte,quetropezabaentrelastumbasmientraslebuscaba,ysugargantalanzóungemido.Puessabíaqueeraelcaballodelinfierno,yquequienlovieramoriría.

Papillonnopodíayaapresurarse,pueslaslápidassurgíandelashierbascomodedosquetirabandeél.Carahue lo tomó de las riendas para dirigirlo.Caminaban entre las losas, que se inclinaban en suolvido,conlosnombresborradoshacíatiempodesuscaras.Elsonidodelcaballoviejoycojosefuehaciendocadavezmásfuerte,trastabillandoentrelassombrashaciaellos.

La niebla rué rodeando la iglesia de San Grimmin, cada vez más espesa, como si tratara deocultarla.Holgerapenaspudoverquelaagujadelcampanariohabíacaído,eltechohabíadesaparecido,lasventanasestabanvacías.Lentamente,tanteandosucaminoentrelosvaporesylastumbas,Carahueseaproximóaél.

Loscascosdelcaballodelinfiernoresonabanenlaantiguagravilla.Peroaquellaeralapuertadelaiglesia.Holgerladerribó.AlianoraseencogiósobreellomodePapillon.Ellevantósusbrazosyellacayóenellos.Lallevóencima,subiendolosescalonesroídosporeltiempo.

—Tútambién—dijoCarahuesuavemente,conduciendoalcorcelalinterior.Sedetuvieronenloquehabíasidolanaveymiraronhaciaelaltar.Elúltimorayodelunacaíasobre

él.Elcrucifijoestaba todavíaallí, elevadosobreelpresbiteriocaído,yHolgerpudoverel rostrodeCristocontralasestrellas.Cayóderodillasysequitóelcasco.Unmomentodespués,CarahueyAlianoraseuníanaél.

Escucharonqueelcaballodelinfiernoseiba.Cuandoelsonidodesuscascos,alcojear,diopasoalsilencio,despertóunaligerabrisaqueesparciólaniebla.Holgerpensóquelaiglesianoestabamuerta,noestabaprofanada.Seerguíateniendoelcielocomotecho,yamuralladaporelmundovivo;seerguíacomoelsignodelapaz.

Se levantó y atrajo hacia él a Alianora. Sabía que ése era el final de su búsqueda, y eseconocimiento le resultódoloroso.Puso losojosenel rostrodeAlianora,vueltohaciaarriba,antesdebesarla.

Carahuedijosuavemente:—¿Quéesloqueenverdadhabéisvenidoabuscaraquí?Holgernorespondióenseguida.Seacercóalaltar.Enelsuelo,delantedelabarandilla,habíauna

losetadepiedra.Cuandotocóelarodehierroquehabíaencima,unestremecimientoantiguolerecorrió.—Esto—dijo.Sacósuespada,queahoraerainútilcomoarma,ylametióentreelanilloparaquele

sirvieradepalanca.Lalosaeraterriblementepesada.Sintióqueelacerosedoblabaconelesfuerzo—.Ayúdame—dijojadeando—.¡Porfavor,ayúdame!

Carahuemetiósuespadaenlagrietaquehabíaabiertoeldanés.Unmomentodespuéslaotraespadaserompía.Juntoslevantaronlalosa.Cayóenelpavimentoconunestruendohuecoyserompióentrespedazos.AlianoracogióaHolgerporelhombro.

—¡Escucha!—exclamó.Elcaballerolevantólacabeza.Alolejosseescuchabaelestruendodeunejército.Unterremotode

cascos,elsonidodelastrompetas,elresonarmortaldelasarmas.—SonlashuestesdeCaosquecabalgancontralahumanidad.Holgermiró al agujero estrechoque tenía a suspies.La luzde la lunabrillaba conun tonoazul

sobrelagranespadaqueyacíaesperando.—Nada tenemos que temer—dijo—.Ellos no pueden resistirse a lo que está encerrado en esta

espada. Cuando sus dioses demoníacos hayan sido empujados hacia el Mundo Medio, los humanossalvajessedesesperarányhuirán.Lostendremosprontoaquí.

—¿Quiéneres?—susurróAlianora.—Todavíanolosé.Perolosabrépronto.Seretrasóunmomentomás.Habíaunpoderenél,algoqueestabamásalládelasesperanzasdel

hombre.Noseatrevíaalevantarlo.Miróhaciaarriba,alafiguraquehabíaenlacruz.Doblándose,tocóconlamanolaespadaCortana.

—Conozcoesaespada—dijoCarahuesinaliento.Holgersintióquelailusiónquelecubríasedisolvía.Recuperólamemoriayseconocióasímismo.Sereunieronasualrededor,Alianorarodeadaporsubrazolibre,Carahuecogidoasuhombro,el

morrodePapillonempujandosuavementesupecho.—Suceda lo que suceda —dijo Holger—, me suceda lo que me suceda, habéis de saber que

retornaréissalvosyquesiempremellevaréismiamor.—Tehebuscado,camarada—dijoCarahue—.Tehebuscado,Ogier.—Teamo,Holger—dijoAlianora.Holger Danske, a quienes las antiguas crónicas francesas conocen con el nombre deOgier el

Danés,montóenlasilla.YfueelpríncipedeDinamarca,aquienensucunalashadasyloshombresledieronfuerza,suerteyamor.YélfueelqueacudióaserviraCarlomagnoyseelevóentrelosmejoresdesuscaballeros,eldefensordelacristiandadylahumanidad.ElquevencióaCarahuedeMauritaniaenlabatalla, y se convirtió en su amigo, yviajómuy lejos con él.El amadodeMorgana leFay; y cuandoenvejeció, ella le llevó a Avalon y le devolvió la juventud. Allí se quedó hasta que los paganosamenazarondenuevoaFrancia,cienañosmástarde,ydeallísalióparavencerlosdenuevo.Entonces,enelmomentodesutriunfo,fueapartadodelosmortales.

YalgunosdicenqueesperaenlaislaintemporaldeAvalonhastaquelabellaFranciaestédenuevoen peligro, y algunos dicen que duerme bajo el castillo deKronborg y despertará cuando lo necesiteDinamarca,peroninguno recuerdaqueesyhasidosiempreunhombre,con lasnecesidadesyamoreshumildesdeunhombre;paratodosessimplementeelDefensor.

Saliócabalgandodelmontículoyfuecomosielamanecercabalgaraconél.

NotaTuveunacartadeHolgerCarlsenpocodespuésdelaguerra,enlaquemeinformabadequeestaba

vivo.Novolvíasabernadadeélhastadosañosmástarde,cuandoentróenmidespacho.Penséquehabíacambiadomucho,quesehabíavueltomástranquilo,ymuchomásviejo,peronome

sorprendípensandolasexperienciasquedebíahabertenidocomoguerrillero.MedijoquehabíavueltoaencontrartrabajoenEstadosUnidos.

—Sólo para ganar dinero —dijo—. Lo que realmente quiero hacer es buscar en vuestrasbibliotecas.YaheencontradobastantesmaterialesenLondres,ParísyRoma,peronolossuficientes.

—¿Cómodiablos?—preguntéyo—.¿Tútehasconvertidoenunbibliófilo?Soltóunarisotadabastanteaguda.—Nodeltodo.Yateloexplicaréenotromomento.Luegomepreguntóporlosamigosmutuosdeotrostiempos.ConsuestanciaenLondres,suinglés

habíamejorado.Peroelotromomentono tardóen llegar. Imaginoquenecesitabadesesperadamenteunoyenteque

sintierasimpa—tía.Habíasidobautizadoenlaiglesiacatólica,datoéstequeconociéndolomepareceunaprueba importante de su historia, pero evidentemente el confesionario no servía igual.Necesitabacontartodalahistora,talcomolehabíasucedido.

—Noesque espereque creasuna solapalabrade esto—medijounanoche enmi apartamento,sobreunacervezayunosbocadillos—.Sólotepidoquemeescuches,¿loharás?

Terminólahistoriamomentosantesdeamanecer,cuandobajonosotroslascallesestabanvacíasylaslucesdelaciudadapagadasnospermitíanveralgunasestrellas.Sesirvióunpocomásdecervezaysequedómirándolaunlargoratoantesdebebería.

—¿Ycómoregresaste?—lepreguntécontodatranquilidadparanomolestarle.Parecíauninsomne.—De pronto estaba de vuelta —contestó—. Salí cabalgando y acabé con las fuerzas de Caos,

haciéndolas retroceder antemí.Yde algunamanerameempezóaparecer como si estuviera luchandotambiénenaquellaplaya,enotranocheyotromundo.Yasífue.Ataquédesnudo.Misropasnohabíanhechola transiciónconmigoyyacíanenunmontónamispies.Unaodosbalasmerozaron,peronadagrave.Memovíaconunarapidezendiablada.Conmayorrapidezdelaquetienederechoamoverselacarne humana. Los doctores dicen que puede suceder así bajo condiciones de estrés extremo. Por laadrenalina,oalgoparecido.Elcasoesquelleguéadondeestabanlosalemanes,lequitélaametralladoraa uno de ellos, la cogí como si fuera un mazo y me puse manos a la obra. Terminé con aquellorápidamente.

Hizounamuecaanteaquelrecuerdodesagradable,perosiguióhablandoobstinadamente.—Esosdosmundos,yporloquesémuchosmás,sonenciertamaneraelmismo.Seestabalibrando

lamismaguerra,aquíconlosnazisyallíconelMundoMedio.Peroenamboslugares,CaoscontralaLey,algoviejo,salvajeyciegoenguerraconelhombreylasobrasdelhombre.EnambosmundoseranépocasdenecesidadparaDinamarcayFrancia.PoresoOgieraparecióenambos,talcomodebíahacer.

Aquí,enesteuniverso,elescenarioexterioresmenospintoresco,oesoimagino.Unhombrequevaen un barco y escapa para ayudar a los aliados. Pero su fuga era necesaria.Y a la luz de lo que hasucedido desde entonces, es fácil conjeturar el motivo. Por eso Holger el Danés se levantó paraasegurarsedequeescapara.Estuve…¿cuántotiempo,semanas?…enelmundocarolingio,yenelmismominutoregreséaéste.Eltiempoesalgodivertido.

—¿Yquéfuedetidespués?—pregunté.Sofocóunarisa.Lo pasé bastante mal explicando por qué y cómo me quedé desnudo antes de cargar contra el

enemigo.Peroteníamosprisaycogimoscaminosseparadosantesdequelatensióndemicerebrofuerademasiadogrande.DesdeentonceshesidoHolgerCarlsen,sencillamente.¿Quéotracosapodíahacer?—seencogiódehombros—.CuandomereconocíamímismocomoelDefensor,ataquéalashuestesdeCaosenesemundo.Después,porcausadelhechizo,volvíaquíparaterminarmitareaenestelado.Unavezquelacrisishubopasadoenambosmundos,queeltrabajoestuvohecho…bueno,serestablecióelequilibrio.Yanohabíaunafuerzadesequilibradaquemeenviaraatravésdelespacio—tiempo.Asíquemequedé.

Sequedómirándome,conaspectofatigado.—Desde luego, sé lo que estás pensando. Engaños y todo eso. No te culpo. Pero gracias por

prestarmetuoído.—Noestoysegurodemispensamientos—respondí—.Perodime,¿porquéestásbuscandolibros?—Librosantiguos—dijo—.Grímoires.Tratadosdemagia.Morganameenvióaquíunavez—dejó

caerelpuñosobrelamesa—.¡Yyomismoencontraréelcaminoderegreso!No lo he visto ni he sabido nada de él durante años. Ni nadie lo ha hecho. Bueno, la gente

desaparece.Quizádesaparecieraenellugardelquehablaba…esosuponiendoquelahistoriaseacierta,asuntosobreelquenoemitojuicioalguno.Peroesperoquelohiciera.

Entretanto,nuevastormentassealzan.PuedeserquenecesitemosdenuevoaHolgerelDanés.

notes

Notas

1Panyaguardientenórdicos(N.delT.).

2Puñalquellevabanloscaballerospararemataralenemigoyevitarlesufrimientos.(N.delT.).