Tratamiento eficaces

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Revista Latinoamericana de Psicología Fundación Universitaria Konrad Lorenz [email protected] ISSN (Versión impresa): 0120-0534 COLOMBIA 2004 Alba Elisabeth Mustaca TRATAMIENTO PSICOLÓGICO EFICACES Y CIENCIA BÁSICA Revista Latinoamericana de Psicología, año/vol. 36, número 001 Fundación Universitaria Konrad Lorenz Bogotá, Colombia pp. 11-20 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México http://redalyc.uaemex.mx

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Tratamiento eficaces TCC

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  • Revista Latinoamericana de PsicologaFundacin Universitaria Konrad Lorenz [email protected] ISSN (Versin impresa): 0120-0534COLOMBIA

    2004

    Alba Elisabeth Mustaca TRATAMIENTO PSICOLGICO EFICACES Y CIENCIA BSICA Revista Latinoamericana de Psicologa, ao/vol. 36, nmero 001

    Fundacin Universitaria Konrad Lorenz Bogot, Colombia

    pp. 11-20

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

  • Revista Latinoamericana de Psicologa

    2004, volumen 36, N 1, 11-20

    ,TRATAMIENTOS PSICOLOGICOS EFICACES,

    Y CIENCIA BASICA 1

    ALBA EUSABETH MUSTACA*CONICET - Universidad de Buenos Aires

    1 Este trabajo se realiz en el marco del Proyecto de Investigacin P602 Dirigido por ALBAE. MUSTACA.financiado por laUniversidad de Buenos Aires (resolucin W 1022103) y el PIP financiado en 2003 por CONICET. Agradezco-el valioso aporte deGERARDo PiuMERO.

    * Correspondencia: ALBAEUSABETHMUSTACA,11M "A. Lanari" - Psicologa Experimental y Aplicada (PSEA), Ctes. deMalvinas 3150, 1427 - Buenos Aires, Argentina. E-mail: [email protected]

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    El chamn se transforma en ave y,

    con la ayuda de los animales auxiliares,

    vuela hacia el mundo oculto,

    fuente de conocimiento.

    (Museo del Oro, Bogot, Colombia)

    INTRODUCCIN

    Los estudios antropolgicos muestran que encasi todas las culturas el hombre trat de compren-der los enigmas de la naturaleza y, sugestivamente,relacion ese saber con las acciones para cambiarla.Los chamanes, por ejemplo, eran personajes quetenan acceso al conocimiento y, a la vez, tenan elpoder de curar enfermedades y modificar condicio-nes desfavorables para su poblacin. Estas dosmotivaciones, conocer por el mero placer intelec-tual y la necesidad de mejorar las condiciones devida, siguen vigentes en el mundo contemporneocon la misma fuerza que otrora. La nica diferenciacrucial es que el pensamiento mgico de nuestrosantepasados, imposible de ser contrastado empri-camente, cedi paso al pensamiento cientfico, queincluye mtodos sistemticos para la contrastacinlgica y emprica de sus afirmaciones o hiptesis.An cuando el pensamiento mgico perdura ennuestro siglo, a travs de los horscopos, laquiromancia, la grafologa y otras prcticas

    pseudocientficas, los descubrimientos cientficosy las tecnologas derivadas de ellos son abruma-doramente convincentes a la hora de tomar decisio-nes, en especial sobre aquellas cuestiones que tienenque ver con nuestra supervivencia.

    La importancia de la relacin entre la cienciabsica y aplicada es un hecho innegable en discipli-nas como la medicina, la ingeniera, la agronoma ola enfermera. Los mdicos estudian biologa,bioqumica, matemticas y fsica para aplicarlas ensu prctica profesional. Qu ocurre con la psicolo-ga? Esta disciplina tiene, como toda ciencia, dospropsitos generales: crear leyes comprensivas so-bre su objeto de estudio (ciencia bsica) y tecnolo-gas que permitan acciones eficaces (cienciaaplicada). Estas estrategias tambin deben tener unsustrato emprico que confirmen su eficacia me-diante un proceso de investigacin. Sin embargo,como en la medicina, la necesidad de los clnicos dealiviar el sufrimiento humano, que no espera losavances del conocimiento, hizo que se utilizaranprcticas psicoteraputicas que eran, y en muchoscasos todava son, una mezcla de intuicin y siste-mas especulativos. Actualmente es necesario man-tenerse en el uso de tales intervenciones? Pudo elmtodo cientfico aportar alguna luz para enfrentarlos problemas psicolgicos con estrategias menos"artesanales"? En este artculo me propongo mos-

  • TRATAMIENTOS PSICOLGICOS EFICACES Y CIENCIA BSICA

    trar que, si bien desde fines del siglo XIX la cienciabsica y aplicada se relacionaron, recin alrededorde 1950 comenzaron a aparecer tcnicas teraputi-cas validadas empricamente que, no por casuali-dad, se fundamentan en el conocimiento de losprincipios de la conducta. Esto ocurri ms intensa-mente desde el advenimiento de la Terapia de laConducta (TC), trmino introducido por primeravez por Skinner y Lindsley (1954) Yde la prime-ra edicin del libro de Wolpe (1958). Tal es as que,como lo pondr en evidencia a lo largo de esteartculo, actualmente un psiclogo aplicado tendrdudosa tica si no posee conocimientos de las leyesde la conducta y de las tecnologas derivadas deellas.

    TRATAMIENTOS EFICACES PARA LOSTRASTORNOS PSICOLGICOS

    Desde principios del siglo XX, Pavlov, Watsony Skinner, entre otros, insistieron sobre la impor-tancia de utilizar en psicologa y sus prcticasclnicas el mtodo de las ciencias naturales, estable-cido por Galileo Galilei y Leonardo Da Vinci en elSiglo XVI. Uno de los hechos ms contundentes enel rea clnica fue la publicacin de Eysenck, en1952, sobre la ineficacia de los tratamientos psico-lgicos de la poca. En el Hospital de Mausley,Inglaterra, compar una muestra de pacientes quereciban distintos tratamientos con aquellos queestaban en una lista de espera y mostr que elporcentaje de curacin entre tratados y no tratadosno era significativo al cabo de 6 meses, con unpequeo sesgo a favor de los no tratados. Indepen-dientemente de las crticas metodolgicas que pos-teriormente se le hicieron, ese trabajo provocbastante inquietud en el mundo cientfico, en espe-cial en profesionales que seriamente queran hallarmtodos ms eficaces que el mero paso del tiempo,como sugera la investigacin. Eysenck, junto conotros investigadores de la poca, bregaron para quese hicieran estudios sobre la eficacia de los trata-mientos y, con una visin cientfica de la psicologay de la psicopatologa, consider que la investiga-cin bsica y aplicada deba ser el sustrato funda-mental para una prctica clnica eficaz. Con esecriterio, cre un laboratorio de comportamiento

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    animal no humano y humano en el departamentodel hospital psiquitrico que diriga, y all desarro-ll investigaciones que an continan.

    MODELOS DE INVESTIGACIN CLNICA

    Ms adelante, Gelder, Marks y Meyer, en ladcada del 60, hicieron estudios ms sistemticossobre la efectividad de los tratamientos psicolgi-cos. Agras y Berkowitz (1980) establecieron unmodelo de investigacin clnica, inspirados en losmtodos farmacolgicos, que se resume en lassiguientes etapas:

    1. Evaluar el estado de las intervenciones de untrastorno especfico y examinar la variedad deprocedimientos existentes. Esto incluye estu-dios exploratorios, de investigacin bsica, de-sarrollos tericos nuevos, etc.

    2. Cuando un procedimiento parece potencialmentetil, hacer ensayos clnicos con diseos senci-llos con y sin grupos de comparacin con otrastcnicas o sin tratamiento. Este mtodo se ase-meja a los de "etiqueta abierta" en farmacologa.

    3. Si los resultados de las investigaciones anterioresson positivos, detectar los distintos componentesdel tratamiento y hacer comparaciones con otrosalternativos, con mayores controles que en laetapa anterior. Esto incluye estudios de gruposexperimentales vs. control-placebo y evaluacina ciego o doble ciego de los resultados de lostratamientos. El estudio a ciego significa que losque evalan un resultado clnico desconocen aqu grupo pertenecen los datos del paciente (si alexperimental o al control). En el estudio a dobleciego, ni los terapeutas ni los evaluadores cono-cen a qu grupo pertenece la persona que estsometida a tratamiento. Estos controles son indis-pensables para el control de los sesgos que sepueden producir en la interpretacin de los resul-tados debidos a la subjetividad del terapeuta, delevaluador y del propio paciente.

    4. Estudiar los efectos a largo plazo del tratamiento yla forma ms eficiente de difundirlo y practicarlo.

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    5. Finalmente se determina la eficacia de campo,que estudia la factibilidad y generalidad de lostratamientos cuando se aplican a encuadres cl-nicos tpicos y a distintas situaciones. Incluyeestudios del costo del tratamiento, la posibilidadde aplicarlo en distintos medios y comunidades,etc.

    Ms recientemente, el congreso de los EstadosUnidos cre la Agencia para la investigacin ycuidado de la salud cuyo objetivo es determinar laefecti vidad de los tratamientos para trastornos es-pecficos y promulgar pautas de sus prcticas ade-cuadas. Estos estudios incluyen no solamente a lasintervenciones clnicas para la salud fsica sinotambin para la psicolgica.

    En 1993, en la Divisin 12 de Psicologa Clni-ca de la Asociacin Psicolgica Americana (APA),se form el Grupo de Trabajo, sobre la Promociny Difusin de Procedimientos Psicolgicos. Suobjetivo es estudiar cules son los tratamientos conapoyo emprico (TAE). Chambless y Ollendick(2001) muestran los principales logros del grupo detrabajo presentando los TAE en una lista. Ademsincluyeron una introduccin sobre la historia re-ciente del grupo de trabajo, que paso a resumir. Elgrupo de trabajo determin las dos caractersticasfundamentales para establecer la excelencia de losmtodos para la atencin de lasaludcomportamentalo salud mental, que resume los presentados en elanterior modelo de investigacin: l. rigurosa eva-luacin de las evidencias cientficas que indiquensu eficacia (validez interna de los tratamientos) y2. aplicabilidad y factibilidad de esos tratamientos(validez externa). Chambless y cols. (1998) infor-maron que el grupo de trabajo estableci los si-guientes criterios y niveles de validez de los TAE:

    1. Tratamientos bien establecidos

    1. Al menos dos experimentos con diseos inter-grupo deben demostrar eficacia en una o ms delas siguientes maneras: (A) superioridad alplacebo o a otro tratamiento, (B) equivalenciacon un tratamiento ya establecido, con tamaosde la muestra adecuados, o

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    2. Gran cantidad de experimentos con diseosde caso nico. Deben demostrar eficaciacon: (A) uso de un buen diseo experimental,(B) comparacin de la intervencin con otrotratamiento,

    3. Los experimentos deben ser realizados con ma-nuales claros y comprensibles de los tratamien-tos o descripciones definidas del mismo.

    4. Se deben especificar las caractersticas de lasmuestras de pacientes que se usaron.

    5. Los efectos de un determinado tratamiento sedeben demostrar por un mnimo de dos investi-gadores o equipos independientes.

    11.Tratamientos probablemente eficaces

    l. Deben existir al menos dos experimentos quemuestren que el tratamiento es superior al grupocontrol de lista de espera o

    2. Deben existir uno o ms experimentos que cum-plan los criterios de tratamiento bien establecido1.1 o 1.2, 1.3 YlA, pero no se cumple el criterio1.5, o bien

    3. Debe existir una pequea cantidad de experi-mentos de diseo de caso nico que cumplanlos criterios de tratamiento bien establecido.

    I1I. Tratamientos experimentales: el tratamientoan no cumple los criterios metodolgicos delgrupo de trabajo, pero son prometedores.

    Ms adelante, la Divisin 12 form un segundogrupo con nfasis en TAE y programas e preven-cin para nios y otro sobre IntervencionesPsicosociales Efectivas: una perspectiva del trans-

    curso de la vida. Algunos informes ya se publicaron(ej., Spirito, 1999). La divisin tambin comisiona otro grupo para que realice una Gua de lostratamientos que funcionan, que fue publicado porNathan y Gorman (1998).

  • TRATAMIENTOS PSICOLGICOS EFICACES Y CIENCIA BSICA

    Adems de la APA, otros autores y pasesemprendieron revisiones de TAB. Por ejemplo,Kendall y Chambless (1998), incluyeron publica-ciones que identifican TAB en terapias de adultos,nios, pareja y familia, la revisin de Wilson y Gil(1996) para el dolor crnico y la revisin de Gatz ycol., (1998) para tratamientos de ancianos. Lospsiclogos de Inglaterra incluyeron la publicacinQu funciona para quin (Roth y Fonagy, 1996),quienes dirigieron una revisin de eficacia de lapsicoterapia para el Servicio de Salud NacionalBritnico (Parry, 1996). La Seccin de PsicologaClnica de la Asociacin Psicolgica Canadienseestableci su propio Grupo de Trabajo sobre TAB(Hunsley y col., 1999). Skauss y Kaechele (1998),en Alemania, hicieron trabajos un poco diferentes,pero relacionados con los anteriores.

    En 1995, el Grupo de Trabajo emiti el primerinforme (Chambless y col., 1996, 1998) en los queidentific 25 TAE, que se presentaron en conferen-cias, artculos de revistas yen secciones especialesde revistas especializadas (por ej., Kendall yChambless, 1998; Elliott, 1998 y Kazdin, 1996).

    En el ao 1998, la lista del Grupo de Trabajoaument a71 TAByen 200 1,Chambless yOllendick(2001) informaron sobre 108 para trastornosidentificables en adultos y gerontes y 37 en nios yadolescentes. Esto refleja un considerable progre-so de esas investigaciones.

    Adems, el Comit de Acreditacin de la APAestableci la necesidad de entrenamiento en TABcomo parte de las pautas para acreditar los progra-mas de doctorado y de pasantas en psicologaaplicada. Una de las recomendaciones del grupo detrabajo fue que la APA se comprometa a desarrollary mantener actualizada una lista de TAE para sudistribucin y que los programas de entrenamientoen psicologa clnica incluyan los TAB. Esta reco-mendacin se tom a partir de un estudio realizadopor miembros del grupo (Crits-Chiistoph y col.,1995) en el cual se pidi a los directores de losprogramas de entrenamiento clnico aprobados porla APA que indicaran cules TAB de una listapreliminar armada por el Grupo de Trabajo seinclua en el entrenamiento prctico o en los cursos

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    didcticos de los estudiantes. Los autores definie-ron como mnima una cobertura que incluya el 25%de TAE en cursos didcticos y algn entrenamientoclnico en por lo menos dos TAB. Segn estoscriterios, alrededor de un quinto de los programasno llegaron a cubrir esa cobertura mnima de TAB.Esto muestra que en la parte de difusin y entrena-miento de TAB aun no se ha llegado a un desarrolloptimo.

    EJEMPLOS DE TAB

    La Terapia Comportamental, TC (incluir coneste trmino a las tambin llamadas terapiascogniti vo-comportamentales ) utiliz estrategias ex-perimentales para validar sus tratamientos desdesus comienzos. Slo para mencionar alguno deellos, Barlow y Hersen (1984), en su libro AnlisisAplicado de la Conducta (ACA), publicaron unatabla sobre replicaciones sistemticas del trata-miento de la atencin diferenciada a nios. Estetipo de intervencin se basa en los programas dereforzamiento, iniciado por Skinner (1953), llama-do en el Anlisis Experimental de la Conducta,omisin o reforzamiento diferencial de otras con-

    ductas (ROO). El procedimiento consiste en dejarde reforzar una respuesta previamente aprendida(por ej. el picoteo de una paloma en una tecla) yreforzar simultneamente otra respuesta (por ej. elno picoteo). En estos estudios se haba mostradoque la omisin haca disminuir rpidamente res-puestas que se extinguan y aumentaban la frecuen-cia de las reforzadas sin que aparezcan los efectosemocionales indeseables de la extincin. En TCesta estrategia se denomina tambin reforzamientode respuestas incompatibles. La atencin diferen-ciada es una tcnica derivada de estos conceptos,que consiste en reforzar con atencin a los compor-tamientos adecuados y dejar de hacerlo a los inade-cuados. Se supone que la atencin es un potentereforzador social que puede incrementar conductasadecuadas definidas por el terapeuta. Adems, noprestar atencin a las respuestas inadecuadas, cuan-do no son lesivas para el sujeto o para otros, puedeproducir un proceso de extincin de dichas conduc-tas. Barlow y Hersen (1984) mencionaron 76 inves-tigaciones que probaron la eficacia de esa

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    intervencin. Los estudios se extienden al trata-miento de nios de 20 semanas a 14 aos, endistintos mbitos (escuelas, hospitales, hogares,centros de rehabilitacin, guarderas, etc.), con dis-tintos terapeutas (psiclogos, psiquiatras, padres,maestros, enfermeras, etc.) y aplicada a diversostrastornos (conducta perturbadora, oposicin,autolesin, agresividad, delincuencia, enuresis, fal-ta de atencin en clase, succin del pulgar, tos,autismo, etc.). Estos datos sugieren fuertementeque la atencin diferenciada est suficientementevalidada como para ser aplicada con xito. Estaestrategia probablemente no se habra desarrolladosin los resultados de la psicologa experimental, yaque es un tratamiento contra intuitivo.

    Ms recientemente, Barlow y Hofmann (1997)publicaron una tabla con algunos ejemplos de inter-venciones validadas empricamente, segn los crite-

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    rios establecidos por la APA. La Tabla 1 (Adultos*)resume estos datos con los trastornos ms frecuentespara cada tipo de terapia. En esta tabla defin comoTC a todas las intervenciones que usan herramientasbasadas en el marco terico de la TC y de la terapiacognitiva-comportamental an cuando no la men-cionen como tal en forma especfica (ej., curso deenfrentamiento de la depresin con entrenamientoen habilidades, entrenamiento a padres basado enconvivir con nios, etc.). Por otro lado, no considercomo TC a la terapia sistmica, multisistmica,interpersonal y cognitiva, aun cuando es muy fre-cuente que usen tcnicas de las TC aunque su marcoterico sea diferente. De los 19 tratamientos exitososque mencionan Barlow y Hofmann, el 84.21% sonde TC, el 10.53% de terapia interpersonal (TI) y el5.26% de terapia cognitiva (C). El nico caso quemencionan como validado de C es el tratamientopara la depresin de Beck.

    TABLA 1Tratamientos psicolgicos con apoyo emprico (TAE)

    Terapias Adultos * Adultos ** Nios** Ejemplos de trastornos

    n (%) n (%) n (%)

    TC 16 (84.21) 119 (88.82) 41 (93.18) Esquizofrenia, demencia, trastornos de la ansiedad, enuresis

    y encopresis, fobias, trastornos por estrs postraumtico,

    trastorno obsesivo compulsivo, adicciones, cefaleas, colon

    irritable, disfuncin orgsmica femenina y erctil masculina,

    discapacidad, problemas matrimoniales.

    C 1 (5.26) 5 (3.73) 1 (2.27) Colon irritable, discordia familiar, trastorno de conducta,

    depresin.

    ID 5 (3.73) 2 (4.54) Estrs postraumtico, dependencia a opiceos, trastornos de la

    ansiedad.

    TI 2 (10.53) 4 (2.98) Trastorno por atracones, bulimia.

    TS 1 (0.74) 1 (2.27) Discordia marital.

    Totales 19 (lOO) 134 (lOO) 44 (100)

    Fuentes: Listas de: * Barlow y Hoffman (1997); ** Chambless y Ollendick (2001). n = nmero de veces que se mencionan los

    tratamientos en cada lista. Adultos: incluye a los ancianos; nios: incluye a los adolescentes. TC: terapia de la conducta y terapia

    cognitiva-comportamental; C: terapia cognitiva, TI: terapia interpersonal; ID: terapia psicodinmica breve, terapia psicodinmica

    estructurada y terapia psicodinmica; TS: terapia sistmica y terapia multisistmica.

  • TRATAMIENTOS PSICOLGICOS EFICACES Y CIENCIA BSICA

    Ms recientemente, Chambless y Ollendick(2001) presentaron unas tablas ms exhaustivasy especficas de TAE para trastornos de adultos ynios, clasificndolas segn las tres distintascategoras de apoyo emprico: tratamientos bienestablecidos (1), probablemente eficaces (11)y pro-metedores (I1I). La lista deriva de ocho grupos detrabajo: Tarea (Chambless y col., 1998), seccinespecial delJournal ofPediatric Psychology (Spirito1999), seccin especial del Journal of ClinicalChild Psychology (1998), seccin especial delJournal of Consulting and Clinical Psychology

    (Kendall y Chambless, 1998), What Works forWhom? (Roth y Fonagy, 1996), A Guide toTreatments That Work (Nathan y Gorrnan, 1998),Gatz y col. (1998) y Wilson y Gil (1996). Debido aque las investigaciones se realizaron con pacientesdiferentes (por ej., adultos jvenes, ancianos, niosy adolescentes) y en lugares distintos, sus reas derevisin en general no se superponen, pero cuandolo hacen, se encuentra un acuerdo considerable dejuicios entre los diferentes estudios. Estos hechoshacen que los resultados tengan mayor de validez yconfiabilidad.

    La Tabla 1 (Adultos** y Nios**) contiene unaapretada sntesis de lo informado por Chambless yOllendick (2001). Ellos dividieron 7 grandes gru-pos de trastornos de adultos y ancianos: ansiedad yestrs, dependencia y abuso qumico, depresin,problemas de salud, desajustes maritales,disfunciones sexuales y otros, que comprendieronun total de 52 trastornos. En la revisin de nios yadolescentes, informan sobre TAE para 16 proble-mas: trastorno de hiperactividad y dficit de aten-cin, trastornos de ansiedad, dolor crnico, trastornode conducta, depresin, trastornos disruptivos,malestar debido a procedimientos mdicos,encopresis, enuresis, obesidad, trastorno obsesivocompulsivo, fobias, trastorno psicofisiolgico, con-ductas no deseables en trastornos del desarrollo,dolor abdominal recurrente y dolor de cabeza recu-rrente. Para cada uno de los trastornos hay variosTAE propuestos, con las correspondientes catego-ras de apoyo emprico (1, 11o I1I), Ylos grupos quetrabajaron en ellos. De los 34 TAE para adultos quemencionan, el 88.82% se tratan de intervencionescon enfoques conductual o cognitivo - conductual.

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    Si se cuentan otro tipo de terapias que tambinusanenlaprcticaherramientascognitivas-compor-tamentales, pero tienen un marco terico diferente,(ej. terapia sistmica y terapia cognitiva), el por-centaje aumenta al 96.26%. Un hecho curioso esen esta ltima lista no mencionan a la terapiacognitiva de Beck dentro de las intervencionespara la depresin.

    En cuanto a los tratamientos para nios y ado-lescentes, los resultados fueron similares. Informansobre 44 TAE para 16 trastornos, de los cuales el93.18% son de Te.

    En cuanto a los criterios de validez de las TAEque presentaron Chambless y Ollendick (2001), lamayora pertenecen al grado Il. En los TAE deadultos, de 167 investigaciones, 40 (24%) estn enla categora 1,107 (64%), en la Il y 20 (12%), en laIll. En los TAE de nios y adolescentes, de 56investigaciones, 19 (34%), se incluyen en la catego-ra 1,27 (48%), en laIl y 10 (18%), en laIl!. Por otraparte, hay cuadros psicopatolgicos en los cualesan no existen TAE de la categora!. Por ejemplo,para Abuso de cocana y Dependencia de opiceosy para Depresin los TAE pertenecen a la categoraIl y Ill. Esto indica que, si bien se avanz mucho,an falta bastante investigacin para mejorar lastcnicas de tratamiento, ya que una de las metasseran TAE de categoras 1para todos los trastornos.

    Otro dato que surge del anlisis de la lista, es quecada grupo de trastornos suele tener varios TAE condistintos o iguales grados de validez. En esos casos,para un terapeuta que necesita saber qu tratamien-to sera eficaz para un paciente en particular, debe-ra remitirse a las fuentes originales de investigacinpara poder identificar si algn grupo de pacientescoincide ms con su paciente y aplicar la tcnicams adecuada. O bien elegir la que ms conoce otiene ms prctica dentro de las que se encuentranen la lista con la misma categora de validez.

    Un rea de estudios en que se est avanzandomucho es en la comparacin entre tratamientospsicolgicos, farmacolgicos o mixtos. La profu-sin de datos es enorme. Hasta la fecha no existeuna conclusin unvoca y todo parece depender del

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    tipo de trastorno que se trata, como as tambin delos efectos a corto y largo plazo de cada tratamiento.Por ejemplo, para los trastornos obsesivo-compulsivos, la terapia de exposicin y prevencinde la respuesta es ms eficaz que la psicofar-macolgica a largo plazo, porque se encontraronmenos remisiones, aunque es ms eficaz la terapiamixta (TC y frmaco) en estudios a corto plazo.

    Tambin se contrastaron los TEA aplicados conmanuales vs. TEA individualizados. En la mayorade los casos no se encuentran diferencias entreambas clases de intervenciones, aunque en algunasinvestigaciones se hall que la terapia noindividualizada es ms corta y con resultados seme-jantes. Esto favorecera el uso de manuales detratamientos bien presentados, con ejemplos con-cretos para su buen uso.

    La superioridad de la TC sobre otros tratamien-tos dio lugar a algunas crticas de parte de profesio-nales de otros enfoques. Ellos consideraron que,debido a que la TC usa tradicionalmente herramien-tas metodolgicas adecuadas, necesariamente debehaber un sesgo a favor de esas terapias respecto delos otros tratamientos. Sin embargo, hay que con-siderar al menos dos argumentos contra esa crti-ca. 1) Muchos de los tratamientos de TC ya secontrastaron con terapias dinmicas u otras de dis-tintos enfoques. En la mayora de los casos estasltimas mostraron ser menos eficaces y es por elloque no integran la lista de TAE. 2) Los criterios paralas pruebas de eficacia de intervenciones estn adisposicin de todos. Por lo cual slo deberanaplicarlo a sus propias intervenciones. De hecho,como se desprende de la tabla presentada, algunosTAE pertenecen a terapias dinmicas. El problemaest en que la mayora de los terapeutas llamadosgenricamente "dinmicos" niegan la posibilidadde evaluar las intervenciones psicolgicas y degenerar manuales o formas estandarizadas de apli-cacin. Con esa postura quedaran sin posibilidadde contrastar las tcnicas que emplean y de que seincluyan en las listas, y lo que es peor, estaranencuadradas dentro de las prcticas no cientficas.Sera beneficioso para la psicologa en general ypara ellos en particular que dejen esos conceptosanticientficos, no acordes a los hechos contempo-

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    rneos, y se esfuercen en validar sus estrategias,para usarlas y darle la posibilidad para que lautilicen otros profesionales, o para abandonarlaspor no ser vlidas.

    CONCLUSIONES

    La importancia de utilizar el mtodo cientficopara estudiar la eficacia de las intervenciones psico-lgicas no es reciente. Como afrnna Ardila (1990)"la investigacin y la prctica psicoteraputica tie-nen objetivos diferentes ... La primera busca encon-trar datos nuevos y formular conceptualizaciones ...La psicoterapia intenta ayudar al consultante asolucionar sus problemas vitales... es ciencia yarte" ... Sin embargo "la investigacin bsica es elfundamento de la psicoterapia" (p. 47). Los puntosde convergencia entre la investigacin y la psicote-rapia que menciona Ardila estn alcanzando cadavez ms relevancia.

    Los psiclogos que en un pasado pregonba-mos que el mtodo cientfico es el ms idneo paracomprender la naturaleza de la conducta y paraencontrar estrategias de intervencin adecuadasque alivien el dolor humano, podemos sentimossatisfechos de los logros alcanzados, aunque sabe-mos que falta an mucho ms. Por un lado, lasasociaciones ms representativas de la psicologaen el mundo establecieron criterios de validacinemprica de las intervenciones psicolgicas que seinspiraron en el mtodo ms tradicional: el de las'ciencias naturales'. La ventaja de esta casi univer-salidad de criterios para las prcticas profesionalesen psicologa es inmensa e invalorable. En la luchacontra las enfermedades fsicas, como el cncer o elsida, existen protocolos y bases de datos de trata-mientos de todo el mundo que estandarizan lostratamientos ms eficaces. Esto redunda en unbeneficio sustancial para las personas que padecenesas enfermedades y para los mdicos que lastratan, porque se encuentran ante prescripcionesclaras y precisas con un fuerte basamento emprico.Esos tratamientos se actualizan constantemente enfuncin de las investigaciones, y los mdicos tienenacceso fcil a esa informacin, ms ahora que existela maravillosa red de Internet. La comunidad de

  • TRATAMIENTOS PSICOLGICOS EFICACES Y CIENCIA BSICA

    psiclogos est en camino de realizar algo parecido,al proponer la difusin y actualizacin constante delistas TAE, el fomento de las publicaciones demanuales de intervencin y el entrenamiento inten-sivo de profesionales. De esto se deriva que laacumulacin de conocimiento objetivo sobre TAEaumentar exponencialmente a travs de los aosen cantidad y especialmente en calidad. Por otraparte, los psiclogos, al consultar peridicamenteesas listas, podrn aplicar con mayor idoneidadtratamientos ms especficos para cada caso parti-cular y dejar de lado prcticas intuitivas.

    En otro sentido, hay una abrumadora mayorade TAE que avala la estrecha interaccin entre lainvestigacin bsica y la tecnologa derivada deellas. Las estrategias de TC estn por encima del85% de los TAE, sin contar otras que usan tcnicasde TC aunque el marco terico sea diferente. Deacuerdo con las ltimas investigaciones, no hayningn tratamiento para trastornos identificablesque no pueda ser tratado con alguna estrategia deTe. Por lo tanto, un psiclogo aplicado que conocelos principios de la conducta y su evaluacin, queest actualizado en las investigaciones y entrenadoen TC estara, en principio, en mejores condicionesintelectuales para ejercer su profesin que aquellosque conocen otros enfoques y tcnicas.

    Las TC surgieron de los principios del aprendi-zaje y de experimentos realizados con animales. Laforma de abordar los problemas psicolgicos .seinspiran en el conductismo y en la idea muy generalde que se pueden lograr modificaciones adaptativasde la conducta humana desajustada utilizandolos principios generales del comportamiento, enparticular del aprendizaje. De esto se deduce que lainvestigacin bsica tiene que seguir avanzandopara mejorar los tratamientos ya existentes y quedebe continuar el intercambio entre los investiga-dores en ciencia bsica y aplicada.

    El valor ms inapreciable de la investigacinbsica para la ciencia aplicada es la creacin denuevas ideas y tcnicas que no surgiran de otromodo. Por ejemplo, del estudio del condicionamientoclsico de la salivacin en perros se desarrollaronlas primeras tcnicas para las fobias, ansiedad,

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    desajustes sexuales y todos aquellos trastornos queimplican un condicionamiento de evitacin y esca-pe y emociones de miedo o ansiedad. Los estudiosrecientes con animales no humanos ofrecen unacomprensin ms acabada de la tolerancia a lasdrogas, de la muerte por sobredosis y el estudiosobre el desarrollo neurohormonal del cerebro estayudando a la comprensin de la naturaleza de laspreferencias sexuales. Los conceptos de bloqueo yensombrecimiento estn dando lugar a tratamientospara aliviar las nauseas anticipatorias provocadaspor la quimioterapia y para una mejor enseanza dela lecto-escritura en deficientes mentales y los estu-dios de las relaciones entre sistema inmunolgico yconducta ofrecen un conjunto de derivaciones tec-nolgicas para el rea de la salud en general querecin ha comenzado. Los primeros trabajos queintentaban estudiar la interferencia entre elcondicionamiento clsico y el instrumental realiza-do con perros descubrieron el fenmeno de deses-peranza aprendida (o indefensin aprendida) quederiv en una relacin con la depresin y tcnicasespecficas de abordaje. Los mismos conceptos dedesesperanza aprendida dieron lugar al estudio siste-mtico de su opuesto, la ilusin del control, la espe-ranza, el optimismo y sus relaciones con la salud y lafelicidad, la aspiracin ms genuina del hombre.

    Otra consecuencia de la investigacin bsica es lade contribuir de manera crucial a que nuestra discipli-na se aleje de amparar prcticas pseudocientficas.Todas las ciencias pasaron por esos procesos. Laqumica debi diferenciarse de la alquimia, la biolo-ga del vitalismo y la astronoma de la astrologa.

    En resumen, los principios representados en elpasado por una minora de psiclogos llamadoscientficos tienen ahora una vigencia y generali-dad casi inobjetable, tanto en la metodologa em-pleada para evaluar tratamientos eficaces, comopara desarrollar tecnologas apropiadas a travs dela investigacin.

    Desdichadamente, an existen grupos de profe-sionales que desconocen o niegan estos hechos, yproponen epistemologas de confusa comprensiny ms dudosa aplicacin. Una buena parte de losplanes de estudio de psicologa de un conjunto

  • 20 MUSTACA

    importante de pases, van a contramano de losavances del conocimiento y continan dividiendo ala psicologa en "escuelas" y/o ''paradigmas''.Adems, denigran al conductismo, carecen de labo-

    ratorios de investigacin bsica, de materias y en-trenamiento en Te y encaran los temas de la Psico-loga con bibliografas obsoletas. Pero esto seratema para otra clase de discusin.

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