Trapiche nº5

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A comienzos de junio, el presidente peruano Alan García, un aliado del presidente norteamericano Barack Obama, ordenó a camiones antimotines, helicópteros de combate y centenares de compañías de armamento pesado atacar y dispersar una protesta pacífica y legal organizada por los miembros de comunidades indígenas de la selva peruana, quienes protestaban contra la entrada de compañías mineras transnacionales en sus tradicionales tierras na- tales. Docenas de indígenas fueron asesinados o se encuentran desaparecidos, muchos fueron heridos y arrestados, así como varios policías peruanos, mante- nidos como rehenes por los protestantes indígenas, fueron asesinados durante el asalto. El presidente García declaró la ley marcial en la región para imponer su unilateral e inconstitucional mandato en el que otorga los derechos de explota- ción minera a las compañías extranjeras, las cuales infringen la integridad de las tradicionales comunidades indígenas del Amazonas. La crisis y las desigualdades de género Nalu Faria Pág. 3 Momento propicio para desarrollar las Autonomías en Cochabamba Pág. 9 Santillana y el pensamiento único Alejandro Dausá Pág. 12 Género e Interlegalidad: el desafío de la Justicia Coordinadora de la Mujer Pág. 11 SOCIEDAD CULTU POLÍTICA ECONOMÍA INTERNACIONAL Torrentes de sangre en el Amazonas Trap i che JULIO 2009, Cochabamba - Bolivia Año I Nº 5 12 páginas D.L. Nº: 2-3-37-09 Pág. 6-7 ¿Qué significa el golpe de Estado de Honduras? La destitución inconstitucional del presidente hondure- ño Manuel Zelaya es un hecho que nos obliga a pensar qué implicancias tiene todo esto para el campo popular en el me- diano y largo plazo. De acuerdo a como están las cosas en este momento, podría llegar a ser posible que el depuesto presidente sea restituido en su cargo, dado la respuesta de los distintos gobiernos desconociendo al nuevo mandatario surgido de la asonada, o mandatario paralelo, de acuerdo a la compleja situación jurídico-administrativa creada. Pág. 8

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¿Qué significa el golpe de estado de Honduras?

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A comienzos de junio, el presidente peruano Alan García, un aliado del presidente norteamericano Barack Obama, ordenó a camiones antimotines, helicópteros de combate y centenares de compañías de armamento pesado atacar y dispersar una protesta pacífica y legal organizada por los miembros de comunidades indígenas de la selva peruana, quienes protestaban contra la entrada de compañías mineras transnacionales en sus tradicionales tierras na-tales. Docenas de indígenas fueron asesinados o se encuentran desaparecidos,

muchos fueron heridos y arrestados, así como varios policías peruanos, mante-nidos como rehenes por los protestantes indígenas, fueron asesinados durante el asalto. El presidente García declaró la ley marcial en la región para imponer su unilateral e inconstitucional mandato en el que otorga los derechos de explota-ción minera a las compañías extranjeras, las cuales infringen la integridad de las tradicionales comunidades indígenas del Amazonas.

La crisis y las desigualdades de géneroNalu Faria

Pág. 3

Momento propicio para desarrollar las Autonomías en Cochabamba

Pág. 9

Santillana y el pensamiento único

Alejandro Dausá Pág. 12

Género e Interlegalidad: el desafío de la Justicia

Coordinadora de la Mujer Pág. 11

SOCIEDAD CULTURAPOLÍTICAECONOMÍA

INT

ERN

AC

ION

AL Torrentes de sangre en el Amazonas

TrapicheJULIO 2009, Cochabamba - Bolivia Año I • Nº 5 • 12 páginasD.L. Nº: 2-3-37-09

Pág. 6-7

¿Qué significa el golpe deEstado de Honduras?

La destitución inconstitucional del presidente hondure-ño Manuel Zelaya es un hecho que nos obliga a pensar qué implicancias tiene todo esto para el campo popular en el me-diano y largo plazo. De acuerdo a como están las cosas en este momento, podría llegar a ser posible que el depuesto

presidente sea restituido en su cargo, dado la respuesta de los distintos gobiernos desconociendo al nuevo mandatario surgido de la asonada, o mandatario paralelo, de acuerdo a la compleja situación jurídico-administrativa creada.

Pág. 8

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Trapiche2 Julio 2009, Cochabamba - BoliviaEDITORIAL

“Pensé en hacer los cambios desde dentro del esquema neo liberal, pero lo ricos no ceden un penique. Los ricos no ceden nada de su plata. Todo lo quieren para ellos. Entonces, lógicamente, para hacer

cambios hay que incorporar al pueblo”, afirmó en una entrevista en Costa Rica el presidente de Honduras José Manuel Zelaya que fue víctima de un golpe de Estado en su patria el domingo 28 de junio pasado cuando los militares, haciendo ostentación de fuerza, atacaron su domicilio reduciendo a su guardia personal para secuestrarlo y expulsarlo después a Costa Rica.

¿Qué planteaba Zelaya en su campaña presidencial hace más de cuatro años, con lo que llegó legítima y constitucionalmente al gobierno de Hondu-ras? Su prioridad fue la lucha contra la delincuencia; uno de sus lemas: “Poder ciudadano es seguridad sin odios ni muerte”. Se postuló por el partido liberal que aglutina a los conservadores hondureños. Zelaya era un político de los conservadores tradicionales; no es de los más adinerados, pero es un mediano terrateniente descendiente de una familia tradicionalmente derechista. Pero ¿cómo y por qué se operó en él un cambio tal que le valió el repudio de la élite oligarca y militar que lo había llevado hasta la presidencia de Honduras? Aunque muy tibiamente el presidente hondureño, durante su campaña hacía vagas promesas de impulsar la participación ciudadana y combatir la pobre-za dentro los márgenes de la política hondureña, bastión en Centro América de la ortodoxia neo liberal y del consenso de Washington. Ya en el gobierno, buscó afanosamente el apoyo de los sectores pudientes, de los empresarios, de sus amigos del imperio, de sus compañeros de partido para efectivizar los postulados de su gobierno. De su análisis de la realidad de los trabajadores y del pueblo hondureño, salió que más del 60% de la población estaba en niveles de pobreza generalizada, sin suficiente alimento, ni educación, ni salud, ni es-peranza de mejor futuro próximo. Planteó en consecuencia a los empresarios que eleven los sueldos de los trabajadores, planteó que el pueblo hondureño tenga mas oportunidad de participar en las decisiones que atañen a su destino, planteó que las trabajadoras del hogar sean rentadas con más justicia y tengan el seguro social. La respuesta que recibió del sector elitario al que pertenecía fue totalmente negativa, pero no sólo eso, la élite privilegiada de Honduras lo consideró un traidor a su clase y determinó su derrocamiento.

El presidente Zelaya, empeñado en cumplir lo prometido en su campa-ña presidencial buscó apoyo en el ALBA (Alternativa Bolivariana para nuestra América) y lo encontró. La ayuda del ALBA, le permitió ejecutar una serie de proyectos sociales a favor de los trabajadores y de los sectores empobrecidos de Honduras; consideró que era fundamental que el pueblo pudiera participar activa y decididamente en la construcción de su futuro por lo que planteó una consulta que debió haberse efectuado el domingo en que fue secuestrado y expulsado, para manifestara si estaba de acuerdo o no para que se organice un referendo durante un próximo gobierno.

El presidente Zelaya había colmado la paciencia de la derecha reacciona-ria la que, utilizando a las fuerzas armadas dio el golpe de estado. No soportaría que le disminuyan sus privilegios; la pobreza del pueblo no le interesa mientras los burgueses tengan una vida regalada al precio de la explotación de los tra-bajadores y de la enajenación de los recursos naturales de la nación y menos la identificación de uno de los de su clase con los trabajadores y el pueblo. Pero Honduras, como otros países latinoamericanos, empieza a tener conciencia de su realidad y sacará fuerzas de su pobreza para recuperar y ejercer plenamente sus derechos, su democracia, su libertad y su justicia.

COORDINADORHelmut Vega

CONSEJO EDITORIALGrover Vega

Elena ApilanezLeila Pérez

Cecilia Valenzuela

INDICEPInstituto de Investigación

Cultural para Educación Popular

Dirección:Calle Maria Luisa Pacheco Nº 359

Cochabamba - Bolivia

Casilla: 463

Telf./Fax: 4301852

E-mail: [email protected]

Las opiniones expresadas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las opiniones de la Institución.

edito

rial

Promesa de América

Honduras: El riesgo de gobernarpara los pobres Trapiche

Edu

ardo

Gal

eano

El tigre azul romperá el mundo.Otra tierra, la sin mal, la sin muerte, será nacida de

la aniquilación de esta tierra. Así lo pide ella. Pide morir, pide nacer, esta tierra vieja y ofendida. Ella está cansadí-sima y ya ciega de tanto llorar ojos adentro. Moribunda atraviesa los días, basura del tiempo, y por las noches inspira piedad a las estrellas. Pronto el Padre Primero escuchará las súplicas del mundo, tierra queriendo ser otra, y entonces soltará el tigre azul que duerme bajo su hamaca.

Esperando ese momento, los indios guaraníes pe-regrinan por la tierra condenada.

- ¿Tienes algo que decirnos, colibrí?

Bailan sin parar, cada vez más leves, más volando, y entonan los cantos sagrados que celebraba el próximo nacimiento de la otra tierra.

- ¡Lanza rayos, lanza rayos, colibrí! Buscando el paraíso han llegado hasta las costas

de América. Han rondado selvas y sierras y ríos persi-guiendo la tierra nueva, la que será fundada sin vejez ni enfermedad ni nada que interrumpa la incesante fiesta de vivir. Los cantos anuncian que el maíz crecerá por su cuenta y las flechas se dispararán solas en la espesura; y no serán necesarios el castigo ni el perdón, porque no habrá prohibición ni culpa.

“Memorias del fuego” II

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Trapiche 3Julio 2009, Cochabamba - Bolivia ECONOMÍA

Trapiche

En este artículo analizamos las rela-ciones entre la crisis y las desigual-dades de género, teniendo como

base el concepto de División Sexual del Trabajo, tal como lo define Daniele Kergoat. Queremos ir más allá de los impactos y comprender cómo las relaciones de género están en el corazón del sis-tema, sosteniendo las relaciones económicas. De acuerdo con Kergoat, hombres y mujeres son dos grupos sociales involucrados en una relación so-cial específica – la relación de género – que tiene como base material la división sexual del trabajo. Esa división social del trabajo tiene dos principios organizadores: la separación (que separa trabajo de hombres y de mujeres) y la jerarquización, en el que el trabajo del hombre vale más que el de la mujer. Estos principios permanecen igual, pero sus modalidades cambian significativamente en el tiempo y en el espacio 2.

El debate de la economía feminista apunta hacia una gran transformación en las relaciones de género cuando incorpora la división sexual del trabajo como estructurante en el modo de producción capitalista. Ello ha significado la natu-ralización del trabajo de reproducción de la vida y ha establecido una reducción del concepto de trabajo al ejecutado en la esfera mercantil. De esta forma, se considera una externalidad al modelo la gran cantidad de trabajo doméstico y de cuidados realizados por las mujeres en el ámbito de la familia. La economía feminista ha buscado develar los mecanismos que invisibilizan el aporte económico de las mujeres y desplazan sus demandas al terreno del social.

En el inicio de la globalización neoliberal eran perceptibles los cambios generados por las luchas femi-nistas y, al mismo tiempo, las diferentes formas que el capitalismo encontró para utilizar esos cambios. No se puede negar que hubo una ampliación de la identidad femenina más allá de la maternidad. Además, son parte de las transformaciones la incorporación de las mujeres de forma más diversificada en el mercado de trabajo, la ampliación del divorcio, los cambios en los patrones de sexualidad en varios países, el reconocimiento de cues-tiones antes consideradas del mundo privado, como la violencia sexista y la legalización del aborto en muchos países.

Así como ocurrió en las fábricas en el fin del siglo XIX, en el neoliberalismo las mujeres han sido incor-poradas masivamente a los sectores de producción y de servicios con peor remuneración y marcados por la pre-carización. Por otro lado, un pequeño contingente de mujeres con elevada escolarización ha sido incorporado en funciones súper especializadas y ejecutivas. Así, esas mujeres pasaron a tener directamente intereses opues-tos a los de aquellas que están en los trabajos precarios, con baja remuneración y a tiempo parcial.

Es importante considerar que la entrada masiva de las mujeres en el mercado de trabajo ocurrió al mismo tiempo en que se reafirmaba que ellas deberían seguir un patrón estricto de feminidad. Esa exigencia, así como varios otros cambios bajo el neoliberalismo, se ha ba-sado en la modernización tecnológica y en la profunda mercantilización de los procesos de la vida. El discurso es que las mujeres pueden comprar ese patrón de femi-nidad usando un conjunto de productos que van desde los cosméticos hasta los tratamientos estéticos, gimna-

sia, bótox, cirugías plásticas. Todo ello prometido con más eficiencia con la utilización de la nanotecnología.

Con la intensificación de la mercantilización hubo un fuerte incremento del tráfico de mujeres y de la pros-titución como parte de la industria del láser y el entre-tenimiento. En ese debate, muchas veces son utilizadas justificaciones que relacionan ese hecho con la búsque-da de libertad y autonomía de las mujeres. Así, sacan del escenario a la mafia que mueve billones a costa de la ex-plotación forzada de las mujeres.

En la actualidad, ha sido más expuesta la tensión que las mujeres viven con la presencia simultánea en las esferas de producción y reproducción. La migración de las mujeres de los países de Sur hacia el Norte tiene un componente de solución para esa tensión, una vez que gran parte de las migrantes trabaja en el hogar de ejecu-tivas europeas o norteamericanas, realizando el trabajo doméstico y de cuidado.

La crisis en la sociedad y en la economía capitalis-ta es también una crisis en su modelo de reproducción basado en la utilización del tiempo de trabajo de las mu-jeres como un recurso inagotable. Sin embargo, no se puede negar que profundas transformaciones ocurrie-ron no sólo con las mujeres escolarizadas, sino también

con las más pobres. Esos cambios están vincula-dos a sus prácticas concretas aunque estén signa-das por una extrema complejidad. Por ejemplo, la des-responsabilización de los hombres por la pa-ternidad y el aumento de mujeres que garantizan solas el sostenimiento de los hijos, el embarazo en la adolescencia, la violencia urbana y el involucra-miento de los hijos con el tráfico.

Fruto del esfuerzo de análisis de las feminis-tas, cada vez más los mitos son deshechos, como el que las relaciones sociales se basan en familias con un hombre proveedor y una mujer reproductora. Más allá de la visibilización del aspecto econó-mico del trabajo doméstico, hoy ya no es posible ocultar que ninguna sociedad puede prescindir del trabajo productivo de las mujeres en el campo o en la ciudad y que, en cada familia en donde las mujeres no están en el mercado asalariado, más bienes y servicios son producidos en el ámbito doméstico. En momentos de crisis o cuando hay desempleo en la familia, las mujeres son obligadas a estirar los recursos, lo que en general significa más sobrecarga de trabajo. Por ejemplo, servicios que antes eran adquiridos en el mercado vuelven a ser producidos en el ámbito doméstico.

Es necesario decir que hay poco debate y análisis sobre qué tendencias están planteadas en términos de rupturas y desplazamientos que se

darán en las relaciones de género y en la vida de las mu-jeres con la crisis actual. En otro momento, podríamos decir que habría una reducción del empleo de las mu-jeres para garantizar el empleo del hombre proveedor. Pero no es posible hacer ese análisis automáticamente en función de los cambios ocurridos en las prácticas y en las representaciones de hombres y mujeres, incluso en el mercado de trabajo. Para citar un ejemplo, el pe-riódico O Estado de São Paulo (22/02/09) publicó un artículo sobre los cursos profesionalizantes para perso-nas atendidas por el Programa “Bolsa Familia”. El texto mostró que el sector de la construcción civil prefiere mujeres para poner azulejos, porque ellas son más cui-dadosas. Ello podría ser analizado como una amplia-ción del mercado de trabajo de las mujeres y del recono-cimiento de su calificación (cuidadosas); sin embargo, en general, las mujeres que ponen azulejos ganan menos que los hombres en la misma función. Ese es un buen ejemplo de la reacomodación de la División Sexual del Trabajo y de las prácticas sexuadas en que se empuja el género para el sexo biológico.

Otro elemento es que la creación de empleos y frentes de trabajo emergenciales, comunes en tiempo de crisis, normalmente excluyen las mujeres. Además, siendo la crisis actual una crisis sistémica, ella expresa la falencia de ese modelo en distintas esferas. Se trata de pensar qué transformaciones y qué respuestas son necesarias para que en las crisis no se busquen nuevas formas de seguir utilizando las desigualdades de género en co-existencia con las relaciones de clase y raza, para mantener a las mujeres fijadas en un lugar naturalizado que afirma una supuesta esencia femenina y niega el de-recho a su autonomía y a su libertad.

1 Publicado en “Le Monde Diplomatique”, Brasil, Marzo de

2009.2 Danièle Kergoat. “Divisão sexual do trabalho e relações sociais

de sexo”. In Trabalho e Cidadania Ativa para as mulheres. Ca-derno da Coordenadoria Especial da Mulher, São Paulo, 2003

La crisis y las desigualdades de género 1Nalu Faria

Coordinadora de REMTE y de Marcha Mundial de las Mujeres

“ninguna sociedad puede prescindir del

trabajo productivo de las mujeres en el campo

o en la ciudad”

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Trapiche4 Julio 2009, Cochabamba - BoliviaINTERNACIONAL

A comienzos de junio, el presidente peruano Alan García, un aliado del presidente norte-americano Barack Obama, ordenó a camio-

nes antimotines, helicópteros de combate y centenares de compañías de armamento pesado atacar y dispersar una protesta pacífica y legal organizada por los miembros de comunidades indígenas de la selva peruana, quienes pro-testaban contra la entrada de compañías mineras trans-nacionales en sus tradicionales tierras natales. Docenas de indígenas fueron asesinados o se encuentran desapa-recidos, muchos fueron heridos y arrestados, así como varios policías peruanos, mantenidos como rehenes por los protestantes indígenas, fueron asesinados durante el asalto. El presidente García declaró la ley marcial en la re-gión para imponer su unilateral e inconstitucional man-dato en el que otorga los derechos de explotación minera a las compañías extranjeras, las cuales infringen la in-tegridad de las tradicionales comuni-dades indígenas del Amazonas.

Alan García no es un descono-cido en lo que se refiere a masacres promocionadas por el gobierno. En junio de 1986, ordenó a los militares bombardear las prisiones capitali-nas, las cuales albergaban centenares de prisionero políticos que protesta-ban contra las condiciones de encar-celamiento (el resultado fue de más de 400 víctimas “oficiales”). Tiem-po después, oscuras fosas comunes revelaron docenas de muertos. Esta notoria masacre ocurrió mientras García auspiciaba una reunión de la, así llamada, “Internacional Socia-lista” en Lima. Su partido político – APRA (Alianza por la revolución americana) -, miembro de la “Inter-nacional”, fue de estas tendencias “nacional-socialistas”, frente a cientos de funcionarios social-demócratas europeos. Acusado de apropiación indebida de fondos gubernamenta-les y de entregar en 1990 su despa-cho con una tasa de inflación de casi 8000%, aceptó apoyar a Alberto Fu-jimori, entonces candidato presiden-cial, a cambio de amnistía. Cuando Fujimori impuso una dictadura en 1992, García se auto-exilió en Colombia y, posteriormente, en Francia. Regresó el 2001 cuando prescribieron los cargos de corrupción que se le impu-taban y Fujimori era obligado a dimitir entre acusaciones de haber organizado escuadrones de la muerte y espiado a sus críticos. García ganó las elecciones presidenciales del 2006 en una segunda vuelta contra el candidato na-cionalista pro-indígena y ex-oficial del ejército, Ollanta Humala, gracias al financiamiento y apoyo mediático de sectores de la derecha limeña, oligarquías de orígenes ét-nicos europeos y agencias americanas de “cooperación” transoceánica.

De regreso en el poder, García no dejó duda alguna acerca de su agenda política y económica. En octubre del 2007, anunció su estrategia para colocar a las compañías mineras transnacionales en el centro de de su programa de “desarrollo” económico al mismo tiempo que justifi-caba, bajo el rótulo de “modernización” la reubicación de los pequeños productores de comunidades y pueblos indígenas.

García hizo aprobar leyes congresales acordes con el “Tratado de libre comercio para las Américas” (ALCA) promovido por USA. Perú fue uno de los tres únicos países latinoamericanos que apoyaron la propuesta ame-ricana. Él abrió su país al saqueo sin precedentes de sus recursos, mano de obra, tierra y mercados a manos de las transnacionales. Esto fue una violación del acuerdo negociado en la Organización Internacional del Trabajo (1969) que obligaba al gobierno peruano a consultar y tratar con los habitantes indígenas la explotación de sus tierras y ríos. Bajo esta política de apertura, el sector mi-nero de la economía se expandió con velocidad y obtuvo enormes beneficios de los, sin precedentes incrementos mundiales en los precios de compra, así como del creci-

miento de la demanda asiática (China) de materias pri-mas. Las corporaciones multinacionales fueron atraídas por las bajas tasas corporativas peruanas, los pagos de regalías, el casi libre acceso al agua y las baratas tarifas eléctricas subsidiadas por el gobierno. La aplicación de regulaciones ambientales fue suspendida en estas regio-nes, frágiles ecológicamente, llevándolas a extendidas contaminaciones de ríos, agua subterránea, aire y suelos en las aledañas comunidades indígenas. Los tóxicos de las operaciones mineras acabaron en matanzas masivas de peces e inutilizaron el agua para el consumo huma-no. Las operaciones diezmaron los bosques tropicales, minando de ese modo los medios de vida de cientos de miles de aldeanos comprometidos con el artesanado tra-dicional, la recolección forestal de subsistencia y otras actividades agrícolas.

Las utilidades de la bonanza minera acaban, ini-cialmente, en manos de las compañías transoceánicas. El régimen de García distribuye las rentas del Estado a sus simpatizantes, entre los que se encuentran los especula-

dores financieros e inmobiliarios, importadores de bienes de lujo así como compinches políticos de los exclusivos, amurallados y altamente custodiados barrios limeños y country-clubs. Así como los márgenes de utilidad de las multinacionales alcanzaron un increíble 50% y las ganan-cias gubernamentales excedieron el billón de dólares, las comunidades indígenas carecieron de vías pavimentadas, agua potable, servicios de salud y escuelas. Peón aún: ex-perimentaron un veloz deterioro de sus vidas cotidianas a medida que el influjo del capital minero condujo al incre-mento de los precios de medicinas y alimentos básicos. Incluso el Banco Mundial en su Reporte Anual del 2008 y los editores del Financial Time de Londres instaron al régimen de García a confrontar el creciente desconten-

to y la crisis entre las comunidades indígenas. Delegaciones de comuni-dades indígenas viajaron a Lima para entablar un diálogo con el Presidente y pedirle que se ocupe de la degrada-ción de sus tierras y comunidades. Los delegados fueron recibidos a puertas cerradas. García manifestó que “el progreso y la modernidad provienen de las grandes inversiones realizadas por las multinacionales… (y no de) los pobres campesinos que no tienen un centavo para invertir”. Él interpretó los llamados a un diálo-go pacífico como signo de debilidad entre los habitantes indígenas del Amazonas e incrementó, en conse-cuencia, sus subvenciones a las con-cesiones de explotación entregadas a las corporaciones multinacionales para que continuaran adentrándose en la selva. Cortó virtualmente toda posibilidad de diálogo y acuerdo con las comunidades indígenas.

Las comunidades indígenas del Amazonas respondieron formando la Asociación Inter-étnica de Desa-rrollo de la Selva Peruana (AIDES-EP). Celebraron protestas públicas durante siete semanas que culmina-ron en el bloqueo de dos autopistas internacionales. Esto encolerizó a

García, quien se refirió a los manifestantes como “salva-jes” y “bárbaros” y envió a unidades de policías y milita-res para ahogar la acción popular. Lo que García descui-dó fue el hecho de que una significativa proporción de los indígenas de estos pueblos sirvieron como reclutas del ejército y combatieron en la guerra de 1995 contra Ecuador mientras otros fueron entrenados en organiza-ciones comunales de autodefensa. Estos veteranos com-batientes no fueron intimidados por el estado de terror y sus reacciones a los iniciales ataques policiales que termi-naron con heridos de ambos lados, es decir, policías e in-dígenas. Entonces, García declaró “guerra a los salvajes” mediante el envío de armamento pesado, helicópteros y tropas blindadas con orden de “disparar a matar”. Los activistas de AIDESEP reportaron más cien muertos en-tre los que se cuentan protestantes indígenas y familiares de éstos: los indígenas fueron asesinados en las calles, en sus casas y en sus lugares de trabajo. Se sospecha que los restos de numerosas víctimas fueron arrojados en que-bradas y ríos.

Torrentes de sangre en el AmazonasJames Petras/ Rebelión

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Trapiche 5Julio 2009, Cochabamba - Bolivia SOCIEDAD

Seguramente, mujeres singulares han existido muchas y muy diversas en la historia de las sociedades (incluyo, en

este sentido, a sociedades no occidentales) pero, tal y como nos muestra la Historia (con mayúscu-las) sus aportes han permanecido en el anonimato o, cuando menos, han sido conocidos no tanto por sus contemporáneos y contemporáneas, sino por aquellas (y, en mucha menor medida, aquellos) que han querido rescatar sus historias intentando construir la llamada “genealogía femenina”.

Y digo esto porque, cuando una se propo-ne recordar y releer los recorridos vitales de una o más de estas mujeres singulares que aportaron con su danza sensibles o -en el mejor de los casos- sustanciales modificaciones a los espacios y los lugares de asignación de los sexos en los sistemas patriarcales, me vienen a la memoria de forma in-mediata muchas mujeres que he conocido a lo lar-go de estas dos últimas décadas que, si bien no han destacado para la construcción de esta genealogía femenina universal -que necesariamente- nos toca reivindicar, sí han danzado y han bailado de otro modo provocando, con su danza, las turbulencias aleatorias en la asignación de los sitios que men-cionaba Derrida.

Tras este breve pero sincero alegato de reco-nocimiento a la existencia de tantas mujeres anónimas (nosotras mismas, sin ir más lejos) que han perturbado el sistema de asignación de los sexos en sus espacios más cotidianos, me centro brevemente en lo que me sugiere el título de este artículo y me encargo de resaltar el reco-rrido vital de Mary Wollstonecraft con la que, si bien no comulgo en toda la extensión de su producción teórica, he sentido un particular afecto seguramente generado -precisamente- por mi reciente acercamiento a su bio-grafía. Antes ya había conocido y leído de ella y sobre ella, especialmente su “Vindicación de los derechos de la mujer”, si bien no me había interesado particularmen-te por su historia de vida.

En efecto, entiendo que Mary Wollstonecraft pue-de ser definida como una mujer singular que ha bailado una danza irregular en el espacio y en el tiempo en el que vivió, centrándose en combatir con argumentos racionales -y, sobre todo, utilizan-do un lenguaje ciertamente político- la naturaliza-ción de la posición tradicional de subordinación de las mujeres: su sub-alternalidad en el sistema cultural, social, económico y político de la Inglate-rra de fines del siglo XVIII. A partir de los cuestio-namientos y de las reflexiones en torno al destino de las mujeres (de su época, inglesas y de clase media), reveló y desenmascaró las convenciones sociales de la época que hostigaban a las mujeres, las impedían lograr más elevados estatus de virtud ciudadana y, consecuentemente, las convertían en seres envilecidos ajenos a las premisas fundamen-tales del pensamiento liberal ilustrado.

Mary Wollstonecraft, contemporánea de Olympe de Gouges, sin duda forma parte del tronco en el árbol de la genealogía del feminismo y, cuando menos, se con-vierte en referencia para los posteriores movimientos feministas europeos (francés y anglosajón respectiva-mente). Su elaboración teórica resulta en pensamientos vanguardistas respecto al problema de la situación de las mujeres en el orden de género de su época y su formu-lación concentra vindicaciones políticas frente al orden patriarcal, fundamentadas en razonamientos críticos surgidos de las ideas ilustradas del siglo XVIII.

Otra de las actuaciones destacadas de Wollstone-craft se refiere al diálogo público con Rousseau en refe-rencia al cuestionamiento de éste respecto al papel de

las mujeres en la sociedad y, en consecuencia, a las opciones educativas a las que las mujeres po-drían acceder. Wollstonecraft no sólo demanda una importante ampliación de la educación fe-menina, sino que postula la necesidad de que ésta sea tanto instructiva como socializadora; en este sentido, el proceso educativo dotaría a las mujeres de las herramientas necesarias para separarse de la naturaleza (donde la tradición filosófica las había ubicado y donde Rousseau, con su ilustre misoginia, las había condenado) y convertirse en seres racionales y con capacidad demostrable para asumir su destino de forma autónoma e independiente; de esta forma, las mujeres conseguirían realmente asumir su libre albedrío sin tener que someterse al criterio de los hombres, ampliando su virtud ciudadana a partir del conocimiento.

Wollstonecraft no se cansó de reclamar para las mujeres su derecho a la educación y, radicalizando su postura, manifestó claramente que el proceso educativo para las mujeres debía de ser el mismo que para los hombres (tanto en contenidos cuanto en formas, metodologías y actividades).

Además de sus aportes filosóficos y polí-ticos para el feminismo occidental, nos interesa en este breve texto destacar algunos pasajes de su vida ya que, más allá de su “Vindicación…”, a Wollstonecraft se la conoce por su extensa producción literaria e, induda-blemente, porque su estilo de vida realmente produjo una perturbación en el sistema de asignación de sexos de sus contemporáneos y contemporáneas. Sin embar-go, como una gran paradoja y pese a su vanguardismo, Wollstonecraft fallece víctima de una de las más propias y extendidas dolencias de las mujeres de su época (com-plicaciones derivadas del parto).

Interesa de la vida de Wollstonecraft su ruptura familiar, su independencia y autonomía económica (rompiendo los preceptos de la época para las mujeres

de su clase), sus iniciativas empresariales (fue di-rectora de una escuela), sus turbulentas y nada convencionales relaciones amorosas (más cerca-nas en sus prácticas al pensamiento libertario), su intento de suicidio y su breve matrimonio (poco tiempo después de casarse quedó embarazada) con uno de los precursores del anarquismo anglo-sajón; además, es preciso destacar el hecho de que su hija (Mary Shelley) obtuvo reconocimiento universal por su obra “Frankenstein”.

Un último aspecto interesante de su vida (y su filosofía) tiene que ver con las relaciones que estableció con algunas mujeres y los intentos (fra-casados) de convivencia autónoma entre mujeres, absolutamente disparatados para su época.

De Danzas y Coreografías:

Recuperando a Mary WollstonecraftElena Apilanez Piniella

Contaba Jacques Derrida que algunas mujeres singulares, con sus danzas, habían causado perturbación en los sistemas patriarcales de asignaciones de los sexos. Una de estas mujeres fue, sin duda, Mary Wollstonecraft,

autora de la inigualable Vindicación de los Derechos de la Mujer que recomendamos en este mismo número de Trapiche.

Page 6: Trapiche nº5

Trapiche6 Julio 2009, Cochabamba - BoliviaPOLÍTICA

¿Qué significa el golpe de Estadode Honduras?

A Roberto Micheletti, el autoproclamado nuevo presidente de Honduras después del golpe de Estado ocurrido el domingo 28 de junio y que destituyó violentamente a Manuel Zelaya, lo co-

nocí en el hospital de la ciudad de El Progreso a principios del año 2000.Ya era candidato a la presidencia de Honduras por el Partido Liberal y

dueño de la Empresa Hondutel, de Telecomunicaciones. Dialogamos breve-mente sobre la presencia de los médicos cubanos en esa nación centroameri-cana. Confieso que le noté, a primera vista, un espíritu protagonista y su inte-rés por aparecer en los medios de difusión. No sentí sinceras sus palabras.

Desde el ascenso a la presidencia de Manuel Zelaya, Micheletti ha sido uno de los mayores críticos de la gestión gubernamental. Nada le parece bien al señor presidente del Congreso Nacional. Y lo manifiesta abiertamente, sin reparo alguno.

Es muy coincidente que hace poco más de un mes haya hecho decla-raciones –así aparece en la edición de El Heraldo correspondiente al 20 de mayo- responsabilizando “al Poder Ejecutivo de cualquier atentado en contra de su persona o de miembros de su familia”. Aseguró que era perseguido y amenazado de muerte. ¿Por quién?

El “juramentado nuevo presidente hondureño” siempre ha estado en un enredo diferente. En la edición del 29 de octubre del pasado año, el diario La Prensa, el de mayor circulación en Honduras, daba cuenta de las denuncias hechas por el entonces vicepresidente de la República, Elvin Santos, de la exis-tencia en su poder de grabaciones en las que se escucha al presidente del Con-greso Nacional “ofreciendo dinero a varios funcionarios del Poder Judicial y del Tribunal Supremo Electoral para que no se le inscribiera en las elecciones internas del Partido Liberal”.

Como “Dios los cría y el Diablo los junta”, poco después de su renuncia a la vicepresidencia, Elvis y Micheletti se encontraron “amigablemente” en la ciudad de El Progreso y sostuvieron una reunión a puertas cerradas. De ese encuentro se hizo eco la prensa, con fotografías incluidas. ¿De qué habrán ha-blado?

El 17 de abril de este año, La Prensa informaba también de declaraciones de ambos rechazando lo que consideraban “intento de continuismo” del pre-sidente Manuel Zelaya. Micheletti afirmó textualmente: “Si las Fuerzas Arma-das se prestaran al continuismo, haré resistencia hasta que me lleven preso y para eso ya tengo lista la pijama rayada”. Obvian los comentarios.

Poco después de la ilegal acción golpista, una blog en Internet reseñó una entrevista concedida por él, en la que revelaba que había conocido “rumores sobre un golpe de Estado” y que le pidió un encuentro a Zelaya y le informó al respecto. El presidente le aseguró que eran falsos y entonces, el “preocupado” cabecilla del Congreso Nacional –donde ocupa asiento desde hace 27 años- se tranquilizó.

Son demasiadas coincidencias. Horas después del golpe era investido como nuevo presidente de Honduras, responsabilidad que nunca logró por la vía constitucional, o sea, en las votaciones populares y democráticas.

Ahora sumó las armas contra el pueblo de ese país para materializar sus sueños.

Ramón Barreras Ferrán

¿Quién es Roberto Micheletti?

La destitución inconstitucional del pre-sidente hondureño Manuel Zelaya es un hecho que nos obliga a pensar qué

implicancias tiene todo esto para el campo popu-lar en el mediano y largo plazo. De acuerdo a como están las cosas en este momento, podría llegar a ser posible que el depuesto presidente sea restituido en su cargo, dada la respuesta de los distintos gobier-nos desconociendo al nuevo mandatario surgido de la asonada, o mandatario paralelo, de acuerdo a la compleja situación jurídico-administrativa creada. Lo importante, para lo que debe servirnos todo este oscuro capítulo, es para sacar conclusiones útiles en un futuro escenario a quienes seguimos pensando que otro mundo es posible, para quienes seguimos apostando por algo más allá de estas “democracias vigiladas”, estos “simulacros de democracia” asenta-dos en enormes masas de pobres a los que se les en-seña sólo a agachar la cabeza. Todo esto, obviamente –lo de Honduras lo reafirma– no es democracia.

Por lo pronto, para todas las fuerzas progresis-tas y para el campo popular –de Honduras, obvia-mente, pero también para toda América Latina, o el mundo– es una pésima noticia. Deja entrever que las estructuras políticas sobre las que se asentaron todas las dictaduras que marcaron la historia latinoa-mericana a través de décadas, no han desaparecido. Si alguien osó pensar en algún momento que en el continente se habían registrado cambios profundos en esa estructura, este golpe viene a demostrar lo contrario. Nada ha cambiado en lo profundo, y las relaciones de fuerza no se han alterado. Los grandes propietarios nacionales (terra-tenientes tradicionales y empresariados modernos, a los que se pueden sumar las nuevas aristocracias ligadas al nuevo ca-pitalismo crecido en torno al negocio del narcotráfico) siguen siendo tan reaccionarios como décadas atrás, y cuando existe alguna posibilidad, por pequeña que sea, que su situación de privilegio pueda ser siquiera rozada, reaccionan monolítica-mente por olfato de clase. Reaccionan liquidando lo que se les ponga delante, castigando al presunto “comunista” de turno, al que ose ya no cuestionar su poder (léase expropiaciones, re-forma agraria) sino intentar algunos cambios cosméticos, por superficiales que sean.

Pasó en Venezuela con el intento de golpe a Hugo Chávez por sus medidas populares, pasó y sigue pasando en Bolivia cuando la llegada al gobierno del aymará Evo Morales, quien habla un lenguaje popular, pasó en Guatemala con Álvaro Colom, a quien se le fabricó el famoso video que lo incrimi-na como asesino por tener un barniz progresista; en otros tér-minos, las derechas (tradicionales o emergentes), que siguen

detentando las mismas cuotas de poder económico de siem-pre, siguen estando al acecho en términos políticos, y si algo significa que pueden ponerse en algún peligro sus privilegios históricos, actúan (¿para qué, si no, siguen estando las fuerzas armadas?)

De todos modos sería miope no ver que también en estas últimas décadas, de la mano de los furiosos planes neoliberales, vinieron también aires modernizadores en los aspectos políti-cos: las dictaduras son vistas como cosas del pasado, dinosau-rios que no deben volver, y todos los países de la zona hablan un nuevo lenguaje “democrático” que cuestiona regímenes o procedimientos anticonstitucionales.

Eso fue lo que todos los sectores fuera del país, en Lati-noamérica y en el resto del mundo, dijeron inmediatamente luego del golpe de Estado de Honduras, incluido el gobierno de Estados Unidos. Hoy día podríamos estar tentado de decir que es un avance en la cultura política extendida globalmente el hecho que ya se hayan instaurado los sistemas democráticos parlamentarios, habiéndose relegado al olvido las dictaduras.

Pero los sucesos de Honduras muestran que eso no es tan así. Enseñan, por el contrario, que los procesos democráticos que vienen desplegándose en Latinoamérica en estos últimos años son totalmente cosméticos, asentados en pies de barro. Son, por el contrario, las salidas políticas no cruentas que Was-hington ha venido imponiendo desde hace unas tres décadas para la región, no porque realmente hay una mayor salud polí-tica y una efectiva participación popular en la toma de decisio-nes sino porque las dictaduras ya no le eran funcionales para su estrategia continental. “Democracias de baja intensidad”, como se les ha llamado.

Las fuerzas reaccionarias, si bien estos últimos años no han tenido todo el protagonismo de décadas atrás, ahí siguen estan-do y no han retrocedido un milímetro en su cuota de poder.

Podría decirse que incluso la Casa Blanca viene teniendo

un nuevo discurso político últimamente, y hoy día no ava-la golpes de Estado como fue su costumbre durante todo el siglo XX. Sí y no. De hecho el presidente Barak Obama desconoce –al menos de momento– el quiebre de la ins-titucionalidad en Honduras y al mandatario paralelo Ro-berto Micheletti. Aunque también se ha denunciado ya que algunos actores golpistas mantuvieron contactos con miembros de la embajada estadounidense en Tegucigalpa antes de la movida que alejó de la presidencia a Zelaya. Por supuesto, no son noticias oficiales, pero no sería nada improbable que, una vez más, Washington mantenga un doble discurso, diciendo algo oficialmente y avalando otras vías por lo bajo.

El caso de Honduras muestra que hoy se habla otro lenguaje político y nadie puede invocar ni saludar alegre-mente un golpe inconstitucional. Pero muestra también que patéticamente, más allá del repudio de los distintos gobiernos, los pueblos siguen estando indefensos frente a los poderes de hecho: unos cuantos tanques de guerra puestos en algunas ciudades, el corte de energía y una buena campaña mediática siguen siendo muy difícil, cuando no imposible, de enfrentar por las grandes mayo-rías populares. ¿Qué se avanzó realmente en el campo po-pular con estos simulacros democráticos? Muestra que el mismo sigue estando a merced de las acciones criminales de la derecha, la cual puede con mucha facilidad montar los escenarios necesarios para golpear con contunden-cia. Muestra que, más allá de las buenas intenciones de un “nunca más” que circuló por el continente luego de

retiradas las últimas dictaduras el siglo pasado, nada garantiza con simples declaraciones políticas que efectivamente nunca más puedan repetirse escenarios de represión, de sangre y de guerras sucias internas.

Quizá los mecanismos íntimos del golpe de Estado de Honduras tengan que ver con situaciones muy coyunturales del país centroamericano, con elementos muy propios de su historia particular no generalizables al resto de la comunidad latinoamericana. Pero también significa, en definitiva, que la lucha popular sigue estando al rojo vivo, y que si bien hoy día no se menciona en forma explícita la ideología de la Guerra Fría que marcó a sangre y fuego buena parte de la historia del siglo XX, todo ello sigue estando en los cimientos mismos de nuestra sociedad global, tan antidemocrática e injusta como décadas atrás. Muestra, lamentablemente, que no es cierto que “nunca más” puedan volver a repetirse situaciones de represión feroz. Todo lo cual obliga a seguir viendo cómo se alcanza ese “otro mundo” de mayor justicia que anhelamos. Lo de Hondu-ras nos debe servir, nos debe obligar a pensar entonces cómo se construye ese “otro mundo”.

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Trapiche 7Julio 2009, Cochabamba - Bolivia POLÍTICA

¿Qué significa el golpe de Estadode Honduras?

No hace falta ponerse olímpicamente dramáticos. Sabemos el tamaño real del drama. Los que vivimos dictaduras, los que sabemos lo que es ser perseguido, torturado, preso, desapare-

cido, sabemos lo que vive la porción decente del pueblo hondureño. Sabemos la historia de la Honduras-base de la CIA contra Nicaragua. Punto. Sabemos lo que todo el mundo sabe. No hay para que repetir. Ahora también sabemos que estos demócratas de tablero se robaron el poder en un acto mas parecido a la estupidez paranoide que a una movida política.

Sabemos que Estados Unidos esta atrás de esto, y no lo sabemos por inte-ligentes. Lo sabemos porque lo dijo la vicepresidenta del congreso hondureño declarando alegremente que “tuvimos muchas reuniones para evitar esta con-frontación, es más, el embajador de Estados Unidos participó con nosotros en todas ellas”. Sabemos que Estados Unidos necesitaba esto para decir dos cosas, que ya dijo, en orden de aparición: primero que, aunque están preocupados por la situación, no reconocen que haya un golpe de estado en Honduras, y segundo, que es lo que dirán mas adelante, es que solo reconocen a Zelaya como presidente constitucional.

De esta forma juegan como siempre los dos papeles, para más adelan-te, decir, dentro del plan continental que tienen, que ellos no apoyan ningún golpe de estado. Lo mismo que hicieron y hacen con Bolivia. Apoyan y alien-tan y financian a grupos de derecha a las acciones ilegales, usándolos de ter-mómetro primero y como ejemplo después. Usar en privado y desaprobar en público es la tarea permanente que Estados Unidos realiza en el continente desde siempre. Lo increíblemente absurdo es que siempre encuentran idiotas baratos (en el sentido literal de la palabra) para llevar adelante estas cuestio-nes. ¿Alguien puede pensar que de verdad un grupo de descerebrados pone en marcha un plan de golpe como el Hondureño para rendirse y perder?..Solo se puede pensar que se puso en marcha la ejecución de las acciones si alguien les dijo que serian respaldados, por ejemplo el embajador que participó en todas las reuniones. El embajador de un país que financió a la contra Nicaragüense asentada en Honduras en los ochentas. O sea, ya eran amigos desde mucho antes.

Ahora el campo continental es diferente, es cierto, pero hay que ver que sucede. Hay que ver si el resto de los países toman acciones o solo se pronun-cian.

En Bolivia la derecha ya se pronunció: están contra el golpe (lo dijeron así, tomando aire y de un solo tirón) pero esto debe servirle a Evo Morales para aprender. Obviamente no voy a hacer ningún comentario al respecto. No hay renglón que soporte esta frasecita. La derecha del continente va para atrás, pero a tal velocidad que no sabe de donde viene el viento. Es rara la disocia-ción entre audio e imagen. Se declaran contrarios, pero el rictus que les genera el esfuerzo para que no se les vea la sonrisa, les dibuja una mueca que el Sta-nislavsky hubiera envidiado.

EL domingo 28 de junio, gran parte del pueblo hondureño estaba en la calle enfrentando a los tanques militares, vimos las imágenes. En la tarde, la vicepresidenta del congreso declaraba, no solo las reuniones con el embaja-dor norteamericano, sino que agregaba al vivo en CNN “aquí no pasa nada, la gente esta tranquila en sus casas, estamos en estado de calma como siem-pre”. Increíblemente, el lunes 29, después que vimos todo el día las imágenes de Telesur, de la resistencia callejera en Honduras, el diario El Deber, dando muestras de su moral periodística, titula en su edición digital: “Tegucigalpa amaneció en aparente calma tras el toque de queda”.

Si algo sabe hacer la derecha, es mantener nuestra capacidad de asombro.Pero la emergencia apura. A las 17.25 de este enlutado lunes de junio,

estoy viendo imágenes de Tegucigalpa. Un Neptuno, o carro hidrante de la po-licía, moja a los miles de manifestantes que hay en la calle con tinta roja, y oigo disparos, la periodista comenta que fueron nueve. En el año 1978, la dictadura argentina usaba la misma tinta indeleble que les permitía cazarnos mas tarde a quienes habíamos sido manchados.

Es muy probable que la derecha boliviana titule mañana en El Deber “la primera acción del nuevo gobierno Hondureño, fue adelantar el carnaval, para festejar el triunfo de la democracia”.

Marcelo Colussi/Rebelión

Fabian Restivo

El triunfo de la democracia

La destitución inconstitucional del pre-sidente hondureño Manuel Zelaya es un hecho que nos obliga a pensar qué

implicancias tiene todo esto para el campo popu-lar en el mediano y largo plazo. De acuerdo a como están las cosas en este momento, podría llegar a ser posible que el depuesto presidente sea restituido en su cargo, dada la respuesta de los distintos gobier-nos desconociendo al nuevo mandatario surgido de la asonada, o mandatario paralelo, de acuerdo a la compleja situación jurídico-administrativa creada. Lo importante, para lo que debe servirnos todo este oscuro capítulo, es para sacar conclusiones útiles en un futuro escenario a quienes seguimos pensando que otro mundo es posible, para quienes seguimos apostando por algo más allá de estas “democracias vigiladas”, estos “simulacros de democracia” asenta-dos en enormes masas de pobres a los que se les en-seña sólo a agachar la cabeza. Todo esto, obviamente –lo de Honduras lo reafirma– no es democracia.

Por lo pronto, para todas las fuerzas progresis-tas y para el campo popular –de Honduras, obvia-mente, pero también para toda América Latina, o el mundo– es una pésima noticia. Deja entrever que las estructuras políticas sobre las que se asentaron todas las dictaduras que marcaron la historia latinoa-mericana a través de décadas, no han desaparecido. Si alguien osó pensar en algún momento que en el continente se habían registrado cambios profundos en esa estructura, este golpe viene a demostrar lo contrario. Nada ha cambiado en lo profundo, y las relaciones de fuerza no se han alterado. Los grandes propietarios nacionales (terra-tenientes tradicionales y empresariados modernos, a los que se pueden sumar las nuevas aristocracias ligadas al nuevo ca-pitalismo crecido en torno al negocio del narcotráfico) siguen siendo tan reaccionarios como décadas atrás, y cuando existe alguna posibilidad, por pequeña que sea, que su situación de privilegio pueda ser siquiera rozada, reaccionan monolítica-mente por olfato de clase. Reaccionan liquidando lo que se les ponga delante, castigando al presunto “comunista” de turno, al que ose ya no cuestionar su poder (léase expropiaciones, re-forma agraria) sino intentar algunos cambios cosméticos, por superficiales que sean.

Pasó en Venezuela con el intento de golpe a Hugo Chávez por sus medidas populares, pasó y sigue pasando en Bolivia cuando la llegada al gobierno del aymará Evo Morales, quien habla un lenguaje popular, pasó en Guatemala con Álvaro Colom, a quien se le fabricó el famoso video que lo incrimi-na como asesino por tener un barniz progresista; en otros tér-minos, las derechas (tradicionales o emergentes), que siguen

detentando las mismas cuotas de poder económico de siem-pre, siguen estando al acecho en términos políticos, y si algo significa que pueden ponerse en algún peligro sus privilegios históricos, actúan (¿para qué, si no, siguen estando las fuerzas armadas?)

De todos modos sería miope no ver que también en estas últimas décadas, de la mano de los furiosos planes neoliberales, vinieron también aires modernizadores en los aspectos políti-cos: las dictaduras son vistas como cosas del pasado, dinosau-rios que no deben volver, y todos los países de la zona hablan un nuevo lenguaje “democrático” que cuestiona regímenes o procedimientos anticonstitucionales.

Eso fue lo que todos los sectores fuera del país, en Lati-noamérica y en el resto del mundo, dijeron inmediatamente luego del golpe de Estado de Honduras, incluido el gobierno de Estados Unidos. Hoy día podríamos estar tentado de decir que es un avance en la cultura política extendida globalmente el hecho que ya se hayan instaurado los sistemas democráticos parlamentarios, habiéndose relegado al olvido las dictaduras.

Pero los sucesos de Honduras muestran que eso no es tan así. Enseñan, por el contrario, que los procesos democráticos que vienen desplegándose en Latinoamérica en estos últimos años son totalmente cosméticos, asentados en pies de barro. Son, por el contrario, las salidas políticas no cruentas que Was-hington ha venido imponiendo desde hace unas tres décadas para la región, no porque realmente hay una mayor salud polí-tica y una efectiva participación popular en la toma de decisio-nes sino porque las dictaduras ya no le eran funcionales para su estrategia continental. “Democracias de baja intensidad”, como se les ha llamado.

Las fuerzas reaccionarias, si bien estos últimos años no han tenido todo el protagonismo de décadas atrás, ahí siguen estan-do y no han retrocedido un milímetro en su cuota de poder.

Podría decirse que incluso la Casa Blanca viene teniendo

un nuevo discurso político últimamente, y hoy día no ava-la golpes de Estado como fue su costumbre durante todo el siglo XX. Sí y no. De hecho el presidente Barak Obama desconoce –al menos de momento– el quiebre de la ins-titucionalidad en Honduras y al mandatario paralelo Ro-berto Micheletti. Aunque también se ha denunciado ya que algunos actores golpistas mantuvieron contactos con miembros de la embajada estadounidense en Tegucigalpa antes de la movida que alejó de la presidencia a Zelaya. Por supuesto, no son noticias oficiales, pero no sería nada improbable que, una vez más, Washington mantenga un doble discurso, diciendo algo oficialmente y avalando otras vías por lo bajo.

El caso de Honduras muestra que hoy se habla otro lenguaje político y nadie puede invocar ni saludar alegre-mente un golpe inconstitucional. Pero muestra también que patéticamente, más allá del repudio de los distintos gobiernos, los pueblos siguen estando indefensos frente a los poderes de hecho: unos cuantos tanques de guerra puestos en algunas ciudades, el corte de energía y una buena campaña mediática siguen siendo muy difícil, cuando no imposible, de enfrentar por las grandes mayo-rías populares. ¿Qué se avanzó realmente en el campo po-pular con estos simulacros democráticos? Muestra que el mismo sigue estando a merced de las acciones criminales de la derecha, la cual puede con mucha facilidad montar los escenarios necesarios para golpear con contunden-cia. Muestra que, más allá de las buenas intenciones de un “nunca más” que circuló por el continente luego de

retiradas las últimas dictaduras el siglo pasado, nada garantiza con simples declaraciones políticas que efectivamente nunca más puedan repetirse escenarios de represión, de sangre y de guerras sucias internas.

Quizá los mecanismos íntimos del golpe de Estado de Honduras tengan que ver con situaciones muy coyunturales del país centroamericano, con elementos muy propios de su historia particular no generalizables al resto de la comunidad latinoamericana. Pero también significa, en definitiva, que la lucha popular sigue estando al rojo vivo, y que si bien hoy día no se menciona en forma explícita la ideología de la Guerra Fría que marcó a sangre y fuego buena parte de la historia del siglo XX, todo ello sigue estando en los cimientos mismos de nuestra sociedad global, tan antidemocrática e injusta como décadas atrás. Muestra, lamentablemente, que no es cierto que “nunca más” puedan volver a repetirse situaciones de represión feroz. Todo lo cual obliga a seguir viendo cómo se alcanza ese “otro mundo” de mayor justicia que anhelamos. Lo de Hondu-ras nos debe servir, nos debe obligar a pensar entonces cómo se construye ese “otro mundo”.

Page 8: Trapiche nº5

Trapiche8 Julio 2009, Cochabamba - BoliviaPOLÍTICA

En presencia de 33 de las 37 organizaciones e instituciones más representativas del De-partamento, en el salón de la Prefectura de

Cochabamba, se rubricó el acta de entendimiento por la autonomía departamental.

En dicha reunión, se abordaron los siguientes te-mas: resultados de la socialización del Plan de Autono-mía Departamental entre las diferentes instituciones y organizaciones sociales, propuesta de organización y funcionamiento del Consejo Autonómico Departa-mental y acta de entendimiento por la autonomía de-partamental.

Los presentes coincidieron que el Consejo Auto-nómico Departamental es una instancia cívica ciudada-na con facultad deliberativa y propositiva departamental permanente, participativa y no excluyente que expresa los más altos intereses y demandas del Departamento y fundamentalmente la voluntad de cambio de los cocha-bambinos y cochabambinas.

Minutos antes de la suscripción de este documen-to histórico para el Departamento, el representante del Comité Cívico de Cochabamba, Oscar Zurita, abando-no la reunión preparatoria sin brindar explicación algu-na sobre su posición individual respecto a los efectos y resultados del proceso autonómico iniciado en Cocha-bamba.

El Delegado Prefectural para las Autonomías y Fortalecimiento Institucional, Lic. Marco Carrillo, dijo que al margen de tener la vocación de incluyentes y ga-rantizar la participación de la ciudadanía cochabambi-na en general, el Estatuto Autonómico Departamental, debe ser la herramienta democrática para construir la unidad y la reconciliación entre los cochabambinos y cochabambinas.

Este acontecimiento es excepcional por que emer-ge de los diferentes procesos y luchas sociales del pueblo cochabambino, como también deviene de las diferentes visiones y concepciones, pero fundamentalmente el Es-tatuto Autonómico será obra y mandato de las fuerzas vivas y más representativas de la llajta, sostuvo Carrillo.

La reunión preparatoria tuvo su origen en un plan-teamiento realizado por la Central Obrera Departamen-tal durante la fase de socialización del Plan Autonomía Departamental presentado por la Prefectura de Cocha-bamba a través de la Delegación Prefectural para las Au-tonomías y Fortalecimiento Institucional a las represen-tantes y directiva de las organizaciones e instituciones de Cochabamba.

El Consejo Autonómico Departamental elabora-rá y aprobará una propuesta de Estatuto Autonómico, documento que será presentado a la futura Asamblea Departamental compuestos por asambleístas departa-mentales elegidos y elegidas por voto universal y por asambleístas elegidos por las naciones y pueblos indíge-na originario campesinos.

Los miembros de la Asamblea Departamental considerarán o aprobarán la nueva norma madre de los cochabambinos y cochabambinas parcial o totalmente, cumpliendo procedimiento y disposiciones legales que emanen de la Constitución Política del estado y demás normas en vigencia.

Asistieron a la reunión: la Prefectura de Cocha-bamba, Coordinación para Autonomías, UMSS, Fe-deración de Profesionales, Federación de Empresarios Privados, Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Cochabamba, Corte Superior de Justi-cia, Brigada Parlamentaria, COD, Comité Cívico, Co-mité Cívico Provinciales, Federación Departamental de Juntas Vecinales, Federación Departamental de Mu-jeres Campesinas Originarias “Bartolina Sisa”, Federa-ción Departamental de Cooperativas Mineras, Consejo de Ayllus o Markas, Asociación de Municipios, Con-sejo Departamental, Federación Departamental de la Micro y Pequeña Empresa, Asociación de Magistrados, Federación Departamental de Trabajadores Gremiales Artesanos Pequeños Comerciantes, Federación Depar-tamental de Regantes, Jubilados de Cochabamba, Fede-ración Cochabambina de Personas con Discapacidad, Federación de Auto Transporte Federado, Federación de Auto transporte Libre, Federación de Maestros Ur-banos, Federación de Maestros Rurales, Coordinado-ra de Pueblos indígenas del Trópico de Cochabamba, Coordinadora de Las 6 Federaciones del Trópico de Cochabamba, Iglesia Evangélica Unidas, Coordinadora de las 6 Federaciones de Mujeres del Trópico de Cocha-bamba.

A partir de la aprobación de la Constitución Políti-ca del Estado en el Referéndum del 25 de enero del 2009 y su promulgación 7 de febrero de 2009 por el Presidente de la República, Evo Morales Ayma, se inicia una nueva etapa en la vida de nuestro país, donde se desconcentra y se redistribuye el poder político del Estado en diferentes niveles autonómicos para que el pueblo llegue a asumir su responsabilidad como constructor de su propio desti-no, como el actor principal que participa y ejerce control sobre todos los niveles de la gestión pública del Estado.

En los próximos días, la Prefectura de Cochabam-ba convocará a una reunión para definir los futuros 13 miembros del Directorio y los ejes temáticos de las 7 Co-misiones, instancias que harán realidad la construcción colectiva, participativa e incluyente del Estatuto Auto-nómico.

RESULTADOS POSITIVOS DEL ENCUENTROUn evento histórico, con mucho éxito, desarrolla-

do en la Prefectura de Cochabamba, con participación de las diferentes instituciones y organizaciones sociales vivas del Departamento.

La “Reunión preparatoria del Encuentro Departa-mental Plural Autonómico” se ha efectivizado, por con-vocatoria de la Delegación Prefectural para Autonomías y Fortalecimiento Institucional, el día 30 de junio de 2009, en el Salón de Honor de la Prefectura de Cocha-bamba.

El objetivo de esta reunión ha sido conocer y unifi-car criterios de organización y funcionamiento del Con-sejo Autonómico Departamental en Cochabamba, entre las diferentes instituciones y organizaciones sociales del Departamento.

La reunión se ha desarrollado en un ambiente de diálogo y respeto mutuo, con pocos criterios divergentes sobre el proceso autonómico departamental.

Las conclusiones de esta reunión se resumen en lo siguiente:• 90 % de las organizaciones e instituciones invitadas

asistieron a la reunión preparatoria.• La mayoría de las intervenciones de instituciones y

organizaciones, coincidieron en organizar y confor-mar a la brevedad el Consejo Autonómico Departa-mental y facilitar la implementación del proceso au-tonómico de manera participativa y no excluyente.

• La construcción colectiva del Estatuto Autonómico tiene como base constitucional y legal a los artícu-los 7, 11, 241 y 242 de la Constitución Política del Estado y el artículo 73 inciso II) de la Ley Electoral Transitoria.

• La reunión preparatoria ha concluido con la firma de un acta de entendimiento por la autonomía de-partamental, que en aras de construir la unidad y la reconciliación entre los cochabambinos y cocha-bambinas.

Delegación Prefectural de Autonomías

Más coincidencias que divergencias en reunión preparatoria por la autonomía departamental

Arranca construcción participativadel estatuto autonómico para Cochabamba

“Las organizaciones e instituciones más representativas de Cochabamba, mediante el Acta de Entendimiento por la Autonomía Departamental, declararon su voluntad y compromiso autonómico de trabajar bajo la consigna

Primero Cochabamba”

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Trapiche 9Julio 2009, Cochabamba - Bolivia POLÍTICA

Dirección Departamental de Autonomías Cochabamba

Entre los objetivos de la lucha del pueblo boliviano, que encaminó el desarrollo de la Asamblea Constituyente y consecuente-

mente la redacción del nuevo texto constitucional, están la redistribución de las estructuras de poder político en el Estado boliviano, y la profundización de la democra-cia poniendo en manos del propio pueblo, la capacidad soberana de construir su propio destino, lo cual será po-sible a través de la implementación de las autonomías departamentales, municipales, regionales y de los pue-blos indígena originario campesinos.

Desconcentrar el poder político significa, el forta-lecimiento del propio gobierno o autogobierno en cada uno de los niveles autonómicos, una distribución equi-tativa de recursos, mayor desarrollo local productivo económico, social y cultural.

En este contexto el principal reto para las ciudada-nas y ciudadanos será el desarrollar un proceso social y participativo, para la construcción colectiva del modelo de autonomía plural para nuestro departamento, en-marcado en el principio de gradualidad, legitimando los avances con participación plural, desarrollando una cul-tura de tolerancia a la diversidad de opiniones y abriendo consensos para superar los disensos propios de un pro-ceso importante como el que vivimos en Cochabamba.

Con el objetivo de apoyar este proceso, ha sido creada la Dirección Departamental de las Autonomías en Cochabamba, inaugurada el 16 de junio con Reso-lución Ministerial 017/2009 de 16 de marzo de 2009, de acuerdo al Decreto Supremo 29894 de Estructura y Organización del Órgano Ejecutivo la presente gestión con el objetivo de promocionar, divulgar y difundir los procesos de descentralización política y administrativa con autonomías del Estado Plurinacional de Bolivia y ejecutar acciones operativas para la coordinación entre

el Ministerio de Autonomía y las Entidades Territoriales Autónomas y Descentralizadas

La institución promoverá y organizara espacios de reflexión, análisis y deliberación ciudadana respecto a ejes temáticos de trascendental importancia para la con-figuración de los estatutos autonómicos y cartas orgáni-cas municipales. En una primera instancia se realizaran Foros Departamentales por aéreas temáticas, luego foros territoriales en las 5 regiones del Departamento: Andi-na, Trópico, Conosur, Valle Alto y valle central.

En los diferentes espacios de discusión se recibirán propuestas, se escucharan vivencias y experiencias de procesos autonómicos, se visibilizara la realidad tanto potencialidades como debilidades en los diferentes rin-cones del departamento para que sean considerados en la redacción del Estatuto Departamental, regional, mu-nicipal o indígena originario campesina. Toda esta in-formación será sistematizada para que se constituyan en insumos para el debate en las comisiones.

Las líneas de Acción de la Coordinadora Departa-mental para las Autonomías son:

ARTICULACIÓN- Impulsar el proceso autonómico concertado.- Desarrollar acciones operativas entre el Ministerio y

entidades territoriales autónomas.- Coordinar el Consejo Departamental para las autono-

mías.- Impulsar la consolidación de entidades territoriales

autónomas.INVESTIGACIÓN- Sistema nacional de acreditación competencial.

Desempeño de las capacidades institucionales (ges-tión pública, competencia fiscal y financiera).

- Propiciar políticas de interculturalidad de la gestión pública, en la implementación de las autonomías.

COMUNICACIÓN - Posicionar el proceso autonómico como tema de de-

bate permanente.- Crear espacios de información, reflexión y delibera-

ción e intercambio de criterios respecto al proceso autonómico.

- Documentar y difundir las acciones del proceso auto-nómico en diferentes formatos.

En la actual coyuntura política polarizada entre quienes intentan mantener el estado de las cosa y quie-nes optamos por el cambio estructural, se avizora un punto de coincidencia que tiene que ver precisamente en la mirada hacia adentro, hacia el proceso autonómico en sus distintos niveles que puede significar el encuentro para un trabajo conjunto que logre Autonomías concer-tadas, constitucionales y legitimas.

Momento propicio para desarrollar las autonomías en Cochabamba

Ahora es cuando todos debemos participar

¿Por qué incluir también autonomías “indígena [originario campesino]s” en el ya tan complejo siste-ma de autonomías? Porque es uno de los caminos más rápidos para reconocer a esos pueblos en su especifici-dad y con los derechos que ello implica, reconocidos ya por el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Naciones Unidas de 2007 (que ya son leyes del Estado Boliviano) y por nuestra CPE (art. 2 y 30).

Esa vía autonómica sólo puede aplicarse a aque-llos territorios que tienen ya una clara mayoría indíge-na. De momento, la vía más rápida para alcanzarla, so-bre todo en la región andina, es la municipal, prevista ya en el art. 291. Aquí me centraré en ella.

Imaginemos que el municipio Kuñaí Imilla, con amplia mayoría indígena, desea ser además municipio con esa “cualidad” de autonomía indígena. Ante todo deberá poner a prueba la voluntad de sus comunarios convocando a un referéndum interno mediante orde-nanza municipal. Al mismo tiempo o después podrá ir adelantando la redacción de su estatuto indígena autó-nomo, nombrando para ello a una especie de “consti-tuyentes” locales. El texto resultante, “previo control de constitucionalidad”, deberá pasar también por un referéndum local (art. 275).

En ese ejemplo, ¿qué le añadiría esa autonomía indígena a la que Kuñaí Imilla ya tiene por ser muni-cipio? Nos lo dicen las competencias específicas que les señala el art. 304. Olvidémonos por el momento de las “compartidas” o “concurrentes” con las mismas

a otros niveles, por ejemplo, en salud y educación, y concentrémonos en las 23 “exclusivas”. Al ser munici-pio y a la vez autonomía indígena, Kuñaí Imilla suma-rá las 43 competencias exclusivas que ya tiene por el hecho de ser municipio autónomo (art. 302) más las otras 23 que “podrá ejercer” por ser además autono-mía indígena.

¿Tendrá por tanto 66 competencias? En realidad, si comparamos en detalle los dos tipos de competen-cias exclusivas, descubrimos que en varias de ellas lo único “exclusivo” es el nivel en que se realiza. Por tan-to, si en Kuñaí Imilla se fusiona lo municipal y su “cua-lidad indígena”, varias de ellas se fusionarán en una, sobre todo en asuntos relacionados con desarrollo, infraestructura, impuestos y su plan de ordenamiento territorial. Pero otras nueve competencias no tienen paralelo en las otras autonomías. En el art. 304 apare-cen en los numerales 2, 3, 8, 15, 16, 17, 21, 22 y 23.

La madre de todas es la 2: “Definición y gestión de formas propias de desarrollo económico, social, po-lítico, organizativo y cultural de acuerdo a su identidad y visión de cada pueblo”. Sintetiza los derechos colec-tivos indígenas, expresados en la Declaración de Na-ciones Unidas y en el art. 30 de la CPE, que tanto se le parece. El estatuto como autonomía a la vez municipal e indígena consistirá, por tanto, en buena parte en pre-cisar y desglosar esta competencia madre. Como pista preliminar para esa tarea, de momento señalaré otras tres competencias exclusivas y únicas que no aparecen en las otras autonomías:

La 23, sobre el “desarrollo y ejercicio de sus ins-tituciones democráticas conforme a sus normas y procedimientos propios”. Antes Kuñaí Imilla se regía necesariamente por un código municipal único igua-lito al de ciudades como Sucre o Santa Cruz. Pero, en función de esta competencia, ahora podrá definir una estructura interna más apropiada a su propio modo de ser, quizás con un concejo conformado por sus 8 ayllus, sus 3 tenta guasu reta o - ¿por qué no? - sus 15 subcentrales.

La 8, sobre la “jurisdicción indígena... para la apli-cación de justicia y resolución de conflictos”. Aunque ésta deberá enmarcarse en la futura Ley de Deslinde Jurisdiccional. (Art. 192), Kuñaí Imilla no esperará de brazos cruzados a que algún día se promulgue dicha ley. Su estatuto ya puede redactar, por ejemplo, los me-canismos internos básicos para resolver conflictos en-tre comunarios; o para el saneamiento y transferencia de sus terrenos; o para que las sanciones no resulten arbitrarias.

La 21, que le permite “participar, desarrollar y ejecutar los mecanismos de consulta previa, libre e informada relativos a la aplicación de medidas legisla-tivas, ejecutivas y administrativas que los afecten”. Por no tomarlo en cuenta, surgió la crisis en la Amazonía peruana. Aquí, siendo autonomía indígena y dejándolo claro en el estatuto, será más fácil preverlo y exigirlo.

Autonomías indígenas, ¿para qué?Xavier Albó/ cipca.org

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Trapiche10 Julio 2009, Cochabamba - BoliviaPOLÍTICA

Es magnifico ser opositor. En cualquier país del mundo lo es, y en Bolivia mucho mas.Porque en Bolivia no hay que hacer nada,

solo hablar. Es como una santificación del nuevo orden del caos.

La piedra filosofal es una nimiedad al lado de la po-sibilidad de ser opositor en Bolivia.

Los medios de propaganda opositores (los que al-guna vez fueron de comunicación), se dedican a mostrar predicciones electorales, que ellos insisten en llamar “encuestas”. Tienen algunos empecinamientos, vicios de comportamiento que intentan denodadamente man-tener. Uno de estos vicios es, justamente, hacer predic-ciones electorales y llamar a los “analistas políticos” a co-mentar la clarividencia como si fuera un hecho histórico, o sea, como si ya hubiera sucedido. Y se sienten tan felices que da pena intentar contarles la verdad. Sonríen y feste-jan. Entre ellos, claro. Pero para cuando falle (claro que lo saben), se apresuran a decir que si no sale el numero que ellos adivinaron y al que le pusieron tanto entusiasmo, es por el fraude. Lógico, si ya había sucedido en el estudio del canal y en la redacción del diario…si no sucede en la realidad, es porque alguien hizo trampa. Cualquiera se da cuenta de eso. Sin contar la caterva de nuevos escri-bidores, que aunque tengan una sintaxis intransitable y escriban con mas errores que Sor Sabina antes de salir del “yo si puedo”, mientras tengan algo que decir contra el gobierno, los titulan de “analista político”.

Ahora, si eso esta bueno, imaginemos como es ser opositor desde el gobierno. Mejor que eso, dos veces eso.

El gobierno departamental, el de Santa Cruz, por ejemplo, tampoco necesita gobernar, porque es oposi-tor. Y allí es donde realmente se hace la maravilla. Otro que se encontró “El Dorado”. El gobierno departamen-tal no necesita (igual no podría) mostrar inteligencia de gestión. Le alcanza con sentarse en su gubernamental silla de opositor y oponerse. Y llevar a toda su gente a oponerse, de la mano del león que ruje, un poco deslu-cido, como despeinado, pero bueno…para eso están los medios de propaganda, para amalgamar a la gente con su gobierno-opositor y apoyar el proceso del camino ha-cia la victoria que nos devolverá la gloria que teníamos y que perdimos, para volver a ser la pujante Santa Cruz que los genios de la oposición (cuando eran gobierno, como ahora, pero no se oponían) no consiguieron en 400 años ni acabar de asfaltar, ni de poner cosas tan bá-sicas como desagües, ni con la España grandiosa, ni con todos los cruceños que pasaron por la presidencia de la república y por los ministerios, que hace unos años de-cían “tenemos los problemas de las grandes metrópolis” y ahora dicen que Santa Cruz creció tanto que es incon-trolable. Obviando a conciencia que la ciudad de Santa Cruz es del tamaño de un barrio periférico de cualquier ciudad del mundo, con la variante de que en esas ciuda-des, durante la noche no encuentras caballos sueltos en las avenidas revolviendo la basura, ni la gente deja los au-tos arriba de la vereda. A cambio, uno de los pocos tipos

que hizo algo tan útil como el único puente para cruzar de forma decente el rio Piraí, termino pegándose un tiro, porque sus cruceñazos amigos (según cuentan) lo aban-donaron y presionaron llevándolo a la quiebra. Cosa solo comparable con mandar a la gente a la batalla al gri-to de “hagamos historia” y abandonarla entre el humo sacando pasajes a Miami al oír el primer espantasuegras.

Pero se oponen. Así de barato. Desde el encanto del fervor empecinadamente inútil, exhalando una inocen-cia alquilada en sus redes fabulosas de propaganda, que también se revisten de opositores perseguidos mientras persiguen a medio mundo y se utilizan a si mismos para declarar insultos y mentiras, dejando en claro que no hay libertad de prensa.

Son insospechados. No tienen pasado. Nunca es-tuvieron antes. Nacieron de un repollo que creció de la semilla que papá le puso a mamá, que es donde los dejo la cigüeña que los trajo de Paris, una hora después de las ultimas elecciones presidenciales, y al tiempo de abrir los ojos y lanzar el primer berrido, decidieron que las libertades y la democracia y el trabajo digno (no acla-ran digno de que) están en peligro. Y como no vienen de ningún lado, los virginales tampoco se sienten en la obli-gación de decir a donde van. Solo muestran sus enlata-das medallas morales, su progresismo pro-dignidad (así, sin rubor), su iniciativa veloz hacia el “cambio si pero no así”. Y de nuevo no aclaran cambio como. Solo sueltan la hojarasca verborrágica con cara de idea innovadora, cuando lo que pudieron hacer, mientras alguien se los decía, fue robarse algunos símbolos de la izquierda y de golpe proclamarse trasgresores, revolucionarios, comba-tivos.

Predican la vuelta al suicidio como si hablaran de la resurrección. Claro que se puede ser compresivo y caer en la cuenta de que dieron tantas vueltas que están un poco confundidos. Pero igual crearon y crean listas de gentes a perseguir y a abusar, mientras se declaran perse-guidos y abusados.

Los asesores de los opositores gobernantes, les crearon la tablita de respuestas, pero como se fueron rá-pido no les dejaron las instrucciones de cuando dejar de usarlas. Entonces de golpe se quedaron sin saber que de-cir, pero como son opositores recurren igual a la tablita que tiene básicamente tres puntos fundamentales: “es-tán en campaña” “es puro populismo” “culpa de Chávez”. Y siguen festejando.

El espectáculo del festejo es, lógicamente, solo para los públicos cautivos que tienen a través de sus redes de televisión, cuando en la realidad se preguntan “y ahora como seguimos?”, mientras van a corte comercial, y apro-vechan ese tiempo para ver como sus empresas se pro-mocionan ante el mismo publico, o sea, igual siguen fac-turando. El famoso “circulo virtuoso de la democracia”.

De verdad ser opositor en Bolivia es algo solo com-parable con Disney en castellano. No encontrarías ni buscando con lupa una forma más cómoda de ser ofi-cialista. Perdón, opositor. Porque si yo no entendí mal, todos los opositores están en el gobierno. O no?

Ser opositorFabián Restivo

El domingo 28 de junio por la madrugada, justamente el día en que el pueblo hondureño iba a ejercer su derecho ciudadano de decidir en las urnas sobre su futuro, se produjo una vergonzosa asonada golpis-ta protagonizada por militares leales al imperialismo yanqui y empresarios oligarcas. Frente a esta situación que nos duele profundamen-te, como latinoamericanos y latinoamericanas que somos; conscientes del peligro que esto significa para toda América, la red de Colectivos Urbanos de Bolivia, de las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Sucre, manifestamos nuestra total soli-daridad con las y los hermanos hondureños y con su Presidente legítimamente elegido, Compañero José Manuel Zelaya Rosales y repudiamos la artera ma-niobra que quienes, amparados por el imperialismo norteamericano, aún creen que es posible sojuzgar al pueblo mediante la fuerza, ignorando por completo que nuevos aires caminan por nuestro Continente, que los pueblos ya no están más solos, que somos un solo corazón, un solo pensamiento, una sola voz y un solo sentimiento de libertad y autodeterminación. Por lo tanto, desde la tierra de Tupac Amaru, Bar-tolina Sisa, Apiaguaiki Tumpa y Juana Azurduy de Padilla, manifestamos nuestro repudio en estas ho-ras aciagas donde la democracia está de luto en toda América y exigimos:Que se restituya inmediatamente el estado de dere-cho en la hermana República de Honduras y el retor-no inmediato del Presidente Constitucional, Compa-ñero José Manuel Zelaya Rosales.Que el gobierno golpista garantice la integridad física de los funcionarios del gobierno democráticamen-te elegido y de los dirigentes políticos progresistas hondureños. Cualquier cosa que pudiera sucederles, será de responsabilidad directa de los golpistas en-caramados ilegalmente en el gobierno.Que cuanto antes las organizaciones internacionales tales como la ONU, la OEA, UNASUR, se manifies-ten en repudio de los golpistas con sanciones ejem-plarizadoras y en apoyo incondicional al gobierno legítimo de Honduras y su heroico pueblo que resiste valientemente el atropello del que son víctimas.Que las organizaciones de la sociedad civil en toda América Latina y el mundo, los movimientos socia-les del mundo y los gobiernos, mantengamos firme nuestra posición de repudio contra el régimen gol-pista, haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para que sea posible la restitución de la calma y la democracia en Honduras y que estas acciones nos mantengan alertas ante cualquier otro intento en cualquier parte de nuestro continente. Sabemos que la derecha fascista no duerme y es probable que ésta nos sea la última vez que un gobierno democrático y popular sea violentado con la intención de retornar a la noche oscura de las dictaduras, donde solamente unos cuantos eran los dueños de las riquezas y el resto del pueblo permanecía en un estado de miedo, terror e ignorancia.Felicitamos a los países miembros de la “Alternativa Bolivariana de las Américas” ALBA, por el pronuncia-miento emitido minutos atrás en sentido de retirar a sus embajadores de Honduras mientras no retorne el estado de derecho. Si no luchamos unidos por noso-tros mismos, pro nuestra dignidad, libertad y demo-cracia, nadie lo hará.Nos encontramos en estado de apronte y alerta per-manente, dispuestos a tomar las medidas necesarias para defender la democracia, no solamente en Hon-duras, sino en toda América.Instamos al heroico y noble pueblo hondureño, a sus mujeres y hombres, a resistir en esta hora oscura, con la convicción profunda que no están solos en su lucha y que todos los corazones y las mentes de los latinoamericanos están con ustedes. La verdad será por fin quien triunfe!!!

PRONUNCIAMIENTOANTE EL GOLPE FASCISTA

PERPETRADO EN HONDURAS

RED DE COLECTIVOS URBANOS DE BOLIVIA:COLECTIVO URBANO COMUNA - LA PAZ

COLECTIVO URBANO CUECA- COCHABAMBACOLECTIVO URBANO - SUCRE

COLECTIVOS URBANOS - SANTA CRUZ DE LA SIERRAFORO SOCIAL ALTERNATIVO - SANTA CRUZ DE LA SIERRA

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Trapiche 11Julio 2009, Cochabamba - Bolivia SOCIEDAD

La convivencia entre los sis-temas de justicia ordinaria y comunitaria es parte del

debate público nacional: tomadores de decisión, organizaciones sociales, indí-genas y campesinas analizan este manda-to constitucional para el reconocimiento de la Ley de Justicia Comunitaria o de Deslinde Jurisdiccional. Las organiza-ciones e instituciones que trabajan en la promoción de los derechos de las muje-res no están ajenas a esta preocupación; muestra de ello constituye el esfuerzo desplegado por la Coordinadora de la Mujer que, después de dos años de estu-dio, presenta los resultados de la Investi-gación Nacional sobre Justicia Comuni-taria y Género, que recoge los principales hallazgos de una serie de siete investiga-ciones bajo el título “Detrás del Cristal con que se mira: Mujeres, órdenes normativos e interlegalidad”.

La investigación es fruto de un proceso parti-cipativo en alrededor de siete pueblos, en las comuni-dades aymaras de Chivo, Santiago de Llallagua, Caca-cho, Sacasaca, Calamarca y Ventilla; quechuas, de Puka Orko, Blanco Rancho, Antaqhawa; Guarayos; y en los pueblos indígenas sirionó, trinitarios, chimane, chiqui-tanos y ayoreode, en los departamentos de La Paz, Co-chabamba, Santa Cruz y Beni.

Reflexiones sobre pluralismo, interlegalidad y su relación con el sistema de género constituyen los principales aportes de las investigaciones que, desde el enfoque del “pluralismo jurídico”, plantean que el de-recho legislado y el consuetudinario conviven, se en-trecruzan, coexisten y se aplican paralelamente en un mismo ámbito espacial pero, al mismo tiempo, deben observar los derechos humanos y su ejercicio, evitándo-se cualquier forma de discriminación.

Así, el trabajo recupera la noción de “interle-galidad” según la cual, en los contextos multiculturales, existen “múltiples redes de juridicidad”, complejas, es-pecíficas y que se influyen mutuamente.

La Investigación La investigación es una aproximación para co-

nocer cómo, en los contextos culturales analizados, se establecen relaciones de poder basadas en la identidad de género, configuradas por valores, pautas sociales, principios regulativos y prescripciones del “deber ser” femenino.

El documento se articula en torno a cinco ejes específicos: identidad cultural e identidad de género; relaciones familiares y aspectos reproductivos; integri-dad personal y violencia de género; economía, manejo y control de recursos; organización y participación polí-tica.

El punto de partida de las investigaciones -ex-plicó la responsable del Programa de Investigación de

la Coordinadora de la Mujer, Pilar Uriona- es la intro-ducción del concepto de “pluralismo”, no sólo en las for-mas de concebir los modos de organización económica, social, política, y cultural, sino también, en los aspectos simbólicos y jurídicos que estructuran la vida cotidiana de las colectividades y grupos sociales pluriculturales que coexisten en Bolivia.

Principales Hallazgos La Justicia Comunitaria, al igual que la Justicia

Ordinaria, presenta situaciones de discriminación y for-mas de resolución de conflictos que vulneran los dere-chos de las mujeres y les impiden lograr un acceso pleno a la protección de los mismos y obtener justicia cuando se han visto violentados. Ésta es una de las conclusiones a la que permitió llegar la Investigación Nacional sobre Justicia Comunitaria y Género, realizada por la Coordi-nadora de la Mujer.

La investigación estableció que el hecho de presentar una denuncia y gestionar un caso constituye, en sí misma, una práctica de las mujeres (no reconocida ni ejercida por la mayoría de las indígenas) en defensa de sus derechos.

Los procesos de interlegalidad entre la justicia comunitaria y la justicia originaria –cuando se presen-tan- permiten a las mujeres indígenas hacer un “uso es-tratégico” para reclamar por sus derechos, de acuerdo con las ventajas y desventajas que implique uno y otro sistema, según el caso. Por ejemplo, las mujeres chiqui-tanas acuden al corregidor cuando no está emparentado con su familia; van a los servicios municipales (SLIM, Defensoría de la Niñez y Adolescencia) y a la Policía cuando estas instancias imponen sanciones buscadas por ellas; y recurren a sus organizaciones políticas inter-comunales, cuando los hechos de violencia adquieren mayores dimensiones.

El estudio mostró que la posibilidad de hacer este traslape entre una forma y otra de justicia es tam-bién en una estrategia de presión para la resolución de

conflictos. El trabajo estableció tam-

bién que la posición en que se sitúa a la mujer dentro de las comunidades –tan-to en los aspectos simbólicos, cultural y económico- es determinante sobre quién administra la justicia, en qué casos se aplica y el tipo de sanción que existe.

La investigación identifi-có además que cuando las mujeres son parte de la administración de justicia, como en algunas comunidades de tie-rras bajas de estructura matrilineal, sus derechos son menos vulnerados y los procesos son más equitativos en cuanto a las sanciones. Lo contrario ocurre con algunas de las comunidades investigadas en tierras altas, en las que las mujeres es-tán ausentes de la administración de jus-

ticia y en las que delitos como el adulterio, tienen para las mujeres sanciones más severas (incluso físicas) que para los hombres, a los que se castiga económicamente.

Según el estudio, en algunas comunidades analizadas, se presenta la utilización de la transacción económica como medio de resolución de casos de vio-lencia sexual, restringiéndose el derecho de las víctimas a acceder a la justicia y siendo además culpabilizadas por afectar “el honor” de la familia.

Existen casos en los que las mujeres prefie-ren buscar la defensa de sus derechos en instancias de la justicia ordinaria (SLIM, Defensorías de la Niñez y Adolescencia, Policía), a pesar de que allí son también sujetas de discriminación por ser indígenas originarias campesinas.

El aporte de este conjunto de investigaciones está también en el énfasis que pone en la existencia de un sistema de relaciones de poder -a partir de la identi-dad de género, configurada por valores, pautas sociales, principios regulativos y prescripciones-, que determina la forma en la que las mujeres interpretan dicha identi-dad.

El documento pretende ser un insumo para la incidencia en los espacios políticos y sociales, para gene-rar cambios favorables a la implantación de los derechos de las mujeres en Bolivia, en todos los ámbitos, cultural, económico, social, inclusive el jurídico y simbólico.

La responsable del Programa de Investigación, Pilar Uriona, afirma que, dado que existen vulneracio-nes de los derechos de las mujeres tanto en la justicia or-dinaria como en la comunitaria, el trabajo que se realiza en el marco de lo que va a ser la nueva Ley de Deslinde Jurisdiccional o de Justicia Comunitaria no sólo tiene que analizar cómo compatibilizar los mecanismos de ambos sistemas, sino también apuntar a la superación de las situaciones de inequidad y vulneración de dere-chos de las mujeres en lo que al acceso a la justicia se refiere.

Investigación Nacional

Género e Interlegalidad: el desafío de la Justicia

Una investigación de dos años, realizada de forma participativa por la Coordinadora de la Mujer con comunidades y pueblos de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Beni analiza, desde una perspectiva de género, las características de resolución de conflicto que se presentan, tanto a partir de la Justicia Comunitaria como

desdela Justicia Ordinaria.

Coordinadora de la Mujerwww.coordinadoramujer.org

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Trapiche12 Julio 2009, Cochabamba - BoliviaCULTURA

Alejandro Dausá

Ante las advertencias del presidente Morales acerca de la necesidad de elaborar

textos escolares acordes con el proceso de cambio, un periódico de Santa Cruz se apresuró a indicar que los textos de Editorial Santillana son “made in Boli-via” (sic) en un intento por legitimar la producción de esa empresa y de paso desviar la atención recurriendo al senti-miento nacional.

Es importante recordar que la firma mencionada es parte del Grupo Santi-llana, al cual pertenecen las editoriales Alfaguara, Aguilar y Taurus, entre otras. A su vez forma parte de un consorcio es-pañol mayor, el Grupo Prisa (Promotora de Informaciones, S.A.) que cuenta con una inmensa cantidad de radioemisoras, canales de televisión y empresas de mer-cadotecnia y publicidad en más de veintidós naciones. El País, uno de sus periódicos de mayor circulación, se erige en implacable crítico de gobiernos popula-res latinoamericanos, acusándolos con frecuencia de actitudes dictatoriales y absolutistas. Gran paradoja, si tomamos en cuenta que es precisamente el gigan-tesco monopolio mediático de Prisa el que mantiene un control férreo de la información a través de sus in-numerables tentáculos, convirtiéndose en privilegia-do formador de matrices de opinión. El periodista e investigador Pascual Serrano ha realizado sugestivos análisis del fenómeno (se pueden encontrar en www.pascualserrano.net).

En BoliviaEl Grupo Prisa arribó a nuestro país en el marco

del “segundo desembarco hispano”, en el cual dece-nas de empresas ibéricas aprovecharon la debilidad y entreguismo de diferentes gobiernos para hacer jugo-sos negocios en sectores estratégicos de la economía (entre otras, Unión Fenosa, Iberdrola, Abertis, Aena, Agbar, Abengoa, BBVA, Repsol-YPF, etc.).

Prisa-Santillana aterrizó de la mano del Banco Mundial, financiador de la reforma educativa de 1994, y la licitación para la elaboración de “textos oficiales” fue ganada por esa editorial durante el mandato de Hugo Bánzer. Las hijas de los ministros de educación Enrique Ipiña y Tito Hoz de Vila fueron beneficiadas con pasantías de un año en la casa matriz de la firma, en Madrid; fueron las únicas pasantes extranjeras en dicho período.

Por su parte, España ha seguido promoviendo los denominados créditos FAD, que obligan a los paí-

ses signatarios a adquirir bienes y servicios españoles, en particular materiales relacionados con proyectos educativos que son producidos, y vendidos, por em-presas de ese país.

¿Qué es el pensamiento único?Ignacio Ramonet propuso el concepto hace más

de una década para caracterizar la ideología promo-vida por los centros hegemónicos de poder, y que pretende ser exclusiva, natural e incuestionable. Algu-nos de sus elementos son la primacía absoluta de lo económico y la propiedad privada, el mercado como mecanismo capaz de corregir cualquier disfunción social, el librecambio ilimitado, la importancia de la competitividad como valor superior, la disminución del Estado, la desregulación, la globalización finan-ciera, la división mundial del trabajo, el darwinismo social de nuevo cuño, etc.

Se trata de una lógica que necesita formular y construir representaciones, imágenes, símbolos, mi-tos, leyendas, a fin de explicar la realidad, justificar pri-vilegios de ciertas élites y, en lo posible, perpetuarlas. Los medios de comunicación son instrumentos de primer orden para lograrlo, y no hace falta demasiada imaginación para advertir que los libros escolares de texto operan como poderosísimos modeladores de conciencias.

A modo de ejemploTengo a la vista el libro Historia y Geografía 4,

edición 2007 de Santillana. El estudiante que me lo prestó es alumno de un colegio particular de Santa Cruz. Hace pocos días fue obligado a participar en las “XI Jornadas Cívicas Juveniles” en instalaciones del Comité Pro-Santa Cruz, donde se le exigió tomar

nota de cada una de las tres conferencias impartidas, presentar un trabajo prácti-co, y someterse a control de asistencia. Una semana antes debió escuchar en su aula las teorías sobre relaciones sexua-les prematrimoniales presentadas por la organización Protege tu Corazón, una de las muchas ramas del Opus Dei, que funciona con la secretividad caracterís-tica de esa instancia ultraconservadora (ni previene a los padres de los alumnos sobre el particular ángulo de abordaje de un tema tan sensible, ni indica abierta-mente quién financia, asesora y respalda el proyecto...).

Pero vuelvo al texto. Sin pretender un análisis exhaustivo, que espero sí sea producido por otras muchas personas, apunto algunas características llamativas. En primer lugar hay que reconocer la ex-

celente calidad del papel y la abundancia de imágenes, fotografías, reproducciones y gráficos. Está claro que se dirigen a lectores de una generación marcada por lo visual.

Un aspecto notable es la fragmentación de in-formación al estilo de la peor televisión: temas com-plejos se resuelven con un bombardeo de recuadros en los que todo parece tener el mismo valor; contie-nen opiniones, párrafos entresacados de otros textos, preguntas, afirmaciones taxativas. Todo es mínimo, momentáneo...y descartable.

El tratamiento a temas como políticas mundiales de seguridad (pág.190), integración regional sudame-ricana (pág.186), acuerdos económicos e integración mundial (pág.184), Banco Mundial, FMI, ALCA, OMC, etc. se realiza a partir de la naturalización de procesos, estructuras e instituciones, que el libro asu-me como realidades incuestionables y carentes de antecedentes e historia. Para no agobiar, termino con la aproximación que el texto hace al tema de la pobre-za (pág.144), calificada como “problema”, “realidad”, “condición”, evitando un análisis serio y profundo de sus causas. Las tareas e investigaciones que sugiere ese capítulo se mantienen a nivel de descripciones gene-rales, desarticuladas y descontextualizadas, recurrien-do una vez más a lo fugaz y transitorio.

El proceso de cambio que experimenta Bolivia no se nutrirá sólo con ideales éticos hermosos, sino con una paciente labor de crítica, desmontaje y análi-sis de la cultura hegemónica, en la cual el pensamiento único tiene aún un sitio de privilegio, y también po-tentes mecanismos e instrumentos operativos.

Santillana y el pensamiento único

“… En vez de hacer gala de sus gracias fascinantes y considerarlas como si se encontraran en un es-

tado de infancia, incapaces de valerse por sí solas”. De este modo, Mary Wollstonecraft desafía a Jacques Rousseau y a tantos inte-lectuales y filósofos que, sucesivamente, han ido construyendo un concepto de mujer que

ha pervivido hasta nuestros días.En 1994, la Colección Feminismos de

Ediciones Cátedra tuvo a bien privilegiar-nos, en su número 18, con la reedición de uno de los textos más fundamentales para el feminismo occidental, la Vindicación de los Derechos de la Mujer, escrito en 1792, tres años después de la Revolución Francesa, de

la que la autora se muestra profundamente descontenta.

El interesante prólogo de esta edición está escrito por Isabel Burdiel quien, ade-más, nos ofrece un imprescindible recorrido por la vida de la autora.

“Espero que mi propio sexo me excuse si trato a las mujeres como criaturas racionales…”

Mary WollstonecraftVindicación de los Derechos de la Mujer