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Suplemento Revista del diario Hoy en la Noticia 26 // 5 // 08 La Plata justicia-seguridad-policiales PASADO EL PRIMER CONTACTO No es tarea fácil escribir sobre el ya legendario odontólogo Ricardo Barreda, pues su vida y su “o- bra” presentan un escenario multifacético, cam- biante y a veces contradictorio hasta la exaspera- ción. Casi un caleidoscopio, aquel fascinante jue- guito visual que cambiaba de formas multicolores con cada movida del cilindro. Así fue y es la vida de Barreda, a pesar de la cáscara de rutina que parece mostrar al observador inadvertido y poco propenso a ahondar en las conductas individuales. Debo confesar que mi participación en el “Caso Barreda” fue una inflexión, una suerte de bisagra en mi vida profesional como psiquiatra, legista y apa- sionado buceador de las conductas humanas y sus motivaciones. En ese ya lejano noviembre del ‘92, cuando con mi segunda esposa y mi entonces pequeña hija Me- lina disfrutaba de una cálida playa brasileña, leí en un diario argentino la explosiva noticia de que “un odontólogo platense había masacrado a toda su fa- milia” (esposa, suegra y dos hijas). “A éste lo conozco”, me dije mientras leía detalles del espeluznante caso. Y buceando en mi memoria, recordé quién era, y dónde lo había conocido. Muchos años antes, a finales de la década del ‘60, cuando por razones familiares visitaba esporádica- mente una casa de 58 entre 11 y 12 de La Plata, me crucé varias veces con un extraño pero divertido personaje, que vivía en la misma cuadra, y que era invitado a las reuniones sociales que allí se realiza- ban, donde desplegaba sus dotes de bromista y con- tador de cuentos de un humor ácido y a veces poco divertido. Ese individuo, con aspecto de intelectual, flaco, de grandes gafas y una mueca parecida a una sonri- sa cuando creía haber dicho algo gracioso, que siempre concurría sin su esposa a esas reuniones, era justamente Ricardo Barreda, “el dentista del ba- rrio” como le decían algunos concurrentes a esos eventos sociales. De regreso en nuestra ciudad, los primeros de- fensores de Barreda (que nadie recuerda), los doc- tores Scarpino y Campos, me ofrecieron participar como perito de parte en el caso, que ellos mismos conceptuaban entonces como “complicado y con aspectos difíciles de entender en el autor”, y a par- tir de allí comenzó una nueva etapa de mi vida profesional. EL PERITAJE Visité a Barreda en su lugar de detención (donde estuvo varios meses), la Comisaría 2º de La Plata, y mantuve con él largos diálogos, tratando de detec- tar alguna patología cerebral orgánica que explicara el increíble crimen cometido. Tuve también prolon- gadas entrevistas con el primer juez de la causa (el doctor Bruno Casteller), pues recordemos que en- tonces (1992) todavía estaba en plena vigencia el viejo Código Procesal Penal, donde la instrucción la llevaba la Policía. Este juez hizo analizar por una grafóloga algunos escritos de Barreda, pensando que alguien con esos conocimientos podría aportar algo para conocer qué había movido las acciones del imputado. Naturalmente, la grafóloga no apor- tó mucho, y el informe quedó sumergido en las fo- jas de la causa. Una de las tantas curiosidades de es- ta ya casi leyenda que es el caso Barreda. Hablé prolongadamente con el entonces subco- misario Petti, quien “elegantemente” logró la confe- sión de Barreda, y a quien conocía de la Escuela de Cadetes Juan Vucetich, donde fue cadete cuando yo me desempeñaba como médico de la institución. Cuando le pregunté a Petti si él creía que podía es- tar loco, me respondió con una sonrisa franca, y en atención a la amistosa relación que nos unía y aún nos vincula: ¡Dejate de joder, Maldonado, qué va a es- tar loco! íEsté es un h... de p... que las “puso” para quedarse con la casa y los coches! Quedé perplejo y pensativo. La opinión de un experimentado policía no era para despreciar, aunque yo pensaba que un hecho tan antina- tural no podía motivarse SOLAMENTE por un mero afán económico. Poco tiempo después de haber aceptado yo el cargo de perito, y muy sorpresivamente, Barreda decidió despedir a sus defensores primeros (Scarpino y Campos), para poner su defensa en manos de Carlos Irisarri y el ya fallecido “Chopo” Díaz, prestigiosos penalistas de la ciu- dad, que me expresaron sus deseos de que con- tinuara como perito, agregando al equipo al doctor Eduardo Maltz y al psicólogo Mancinelli. También comenzaron a incorporarse otros peritos a la causa, y por ella pasaron, a través del tiempo, los psicólogos Bertini (fallecido), los médicos Capurro (también fallecido), Fo- lino, Brolese, todos ellos peritos oficiales del Poder Judicial, y Javier Cabello y Linares, pe- ritos por la otra parte, la querella, o sea los fa- miliares de la suegra de Barreda. Así las cosas, comenzamos a estudiar, en conjun- to a Ricardo Barreda, en extensas sesiones, que fue- ron descorriendo lenta y suavemente el telón en cuanto a quién era y por qué había cometido un cri- men tan brutal e incomprensible. También visitamos a la “Pirucha” Guastavino, personaje con una especial simbiosis con Barre- da, “vidente y adivina” según sus propias pala- bras, y que fue quien encontró en la casa de Ri- cardo (así era el trato entonces), el famoso mu- ñequito vudú, que marcó una inflexión en el de- sarrollo delirante que, a juicio nuestro, fue desa- rrollando a través de los años anteriores al cri- men. Esa era la “prueba” incontrovertible para Barreda de que las mujeres tramaban su perjui- cio y su muerte, por lo que se planteó entonces la disyuntiva fatal: “O ellas o yo”. Debo insistir en que a Pirucha Gustavino no se le asignó el verdadero rol y la importancia deci- siva que tuvo en el desenlace fatal, pero el solo detalle de que los cartuchos utilizados en el cri- men fueron arrojados en la boca de tormenta de la esquina de su “casa santuario” de 58 entre 9 y 10, habla a las claras de que el primer contacto de Barreda después del crimen fue con Pirucha, y que ella le aconsejó deshacerse de la escopeta y los cartuchos, como también le aconsejó mu- cho antes (aunque ninguno de los dos lo admi- tió explícitamente), que Barreda debía conjurar, “de cualquier forma”, el “maleficio” que “esas mujeres” le estaban haciendo. Curiosamente, Barreda nunca mencionó nada sobre Pirucha, y la preservó de toda sospecha o imputación, pues queda claro también que entre ellos existía una “comunicación y una relación especial”, tal como nos lo hizo saber Pirucha en una de las sorprendentes entrevistas que con ella tuvimos los abogados defensores, el doctor Maltz y yo antes del juicio oral. Después de más de un año de estudios, en- trevistas y charlas con allegados a la pareja y a Barreda, todos los peritos fuimos formando convicción. Y así, con matices diferenciales mí- nimos, coincidimos Capurro, Maltz, Mancinelli y yo en que Barreda padecía un cuadro de alienación mental, más precisamente un de- lirio reivindicativo. En cambio, los peritos Folino, Brolese, Ca- bello, Linares y Bertini, también con diferencia de matices, señalaron lo opuesto. Que Barreda NO ERA un alienado, y que había podido comprender la criminalidad de sus actos y di- rigir las acciones. Continúa en página 2 >> BARREDA El psiquiatra forense Miguel Maldonado fue perito de parte del odontólogo. Es el especialista que mejor conoce este caso que es estudiado por la criminología mundial. En primera persona, recuerda sus primeros contactos con el cuádruple homicida, las entrevistas previas al juicio y las audiencias. Analiza la última aparición pública de Barreda. Y arriesga un pronóstico de lo que vendrá Ayer, hoy y mañana tutapa26.qxd 25/05/2008 09:07 p.m. Page 1

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Suplemento Revista del diario Hoy en la Noticia26 // 5 // 08

La Plata justicia- seguridad-policiales

PASADOEL PRIMER CONTACTO

No es tarea fácil escribir sobre el ya legendarioodontólogo Ricardo Barreda, pues su vida y su “o-bra” presentan un escenario multifacético, cam-biante y a veces contradictorio hasta la exaspera-ción. Casi un caleidoscopio, aquel fascinante jue-guito visual que cambiaba de formas multicolorescon cada movida del cilindro. Así fue y es la vida deBarreda, a pesar de la cáscara de rutina que parecemostrar al observador inadvertido y poco propensoa ahondar en las conductas individuales.

Debo confesar que mi participación en el “CasoBarreda” fue una inflexión, una suerte de bisagra enmi vida profesional como psiquiatra, legista y apa-sionado buceador de las conductas humanas y susmotivaciones.

En ese ya lejano noviembre del ‘92, cuando conmi segunda esposa y mi entonces pequeña hija Me-lina disfrutaba de una cálida playa brasileña, leí enun diario argentino la explosiva noticia de que “unodontólogo platense había masacrado a toda su fa-milia” (esposa, suegra y dos hijas).

“A éste lo conozco”, me dije mientras leía detallesdel espeluznante caso. Y buceando en mi memoria,recordé quién era, y dónde lo había conocido.

Muchos años antes, a finales de la década del ‘60,cuando por razones familiares visitaba esporádica-mente una casa de 58 entre 11 y 12 de La Plata, mecrucé varias veces con un extraño pero divertidopersonaje, que vivía en la misma cuadra, y que erainvitado a las reuniones sociales que allí se realiza-ban, donde desplegaba sus dotes de bromista y con-tador de cuentos de un humor ácido y a veces pocodivertido.

Ese individuo, con aspecto de intelectual, flaco,de grandes gafas y una mueca parecida a una sonri-sa cuando creía haber dicho algo gracioso, quesiempre concurría sin su esposa a esas reuniones,era justamente Ricardo Barreda, “el dentista del ba-rrio” como le decían algunos concurrentes a esoseventos sociales.

De regreso en nuestra ciudad, los primeros de-fensores de Barreda (que nadie recuerda), los doc-tores Scarpino y Campos, me ofrecieron participarcomo perito de parte en el caso, que ellos mismosconceptuaban entonces como “complicado y conaspectos difíciles de entender en el autor”, y a par-tir de allí comenzó una nueva etapa de mi vidaprofesional.

EL PERITAJEVisité a Barreda en su lugar de detención (donde

estuvo varios meses), la Comisaría 2º de La Plata, ymantuve con él largos diálogos, tratando de detec-tar alguna patología cerebral orgánica que explicarael increíble crimen cometido. Tuve también prolon-gadas entrevistas con el primer juez de la causa (eldoctor Bruno Casteller), pues recordemos que en-tonces (1992) todavía estaba en plena vigencia elviejo Código Procesal Penal, donde la instrucción lallevaba la Policía. Este juez hizo analizar por unagrafóloga algunos escritos de Barreda, pensandoque alguien con esos conocimientos podría aportaralgo para conocer qué había movido las accionesdel imputado. Naturalmente, la grafóloga no apor-tó mucho, y el informe quedó sumergido en las fo-jas de la causa. Una de las tantas curiosidades de es-ta ya casi leyenda que es el caso Barreda.

Hablé prolongadamente con el entonces subco-misario Petti, quien “elegantemente” logró la confe-sión de Barreda, y a quien conocía de la Escuela deCadetes Juan Vucetich, donde fue cadete cuando yome desempeñaba como médico de la institución.Cuando le pregunté a Petti si él creía que podía es-tar loco, me respondió con una sonrisa franca, y enatención a la amistosa relación que nos unía y aúnnos vincula: ¡Dejate de joder, Maldonado, qué va a es-tar loco! íEsté es un h... de p... que las “puso” paraquedarse con la casa y los coches!

Quedé perplejo y pensativo. La opinión de un

experimentado policía no era para despreciar,aunque yo pensaba que un hecho tan antina-tural no podía motivarse SOLAMENTE por unmero afán económico.

Poco tiempo después de haber aceptado yo elcargo de perito, y muy sorpresivamente, Barredadecidió despedir a sus defensores primeros(Scarpino y Campos), para poner su defensa enmanos de Carlos Irisarri y el ya fallecido“Chopo” Díaz, prestigiosos penalistas de la ciu-dad, que me expresaron sus deseos de que con-tinuara como perito, agregando al equipo aldoctor Eduardo Maltz y al psicólogo Mancinelli.

También comenzaron a incorporarse otrosperitos a la causa, y por ella pasaron, a travésdel tiempo, los psicólogos Bertini (fallecido),los médicos Capurro (también fallecido), Fo-lino, Brolese, todos ellos peritos oficiales delPoder Judicial, y Javier Cabello y Linares, pe-ritos por la otra parte, la querella, o sea los fa-miliares de la suegra de Barreda.

Así las cosas, comenzamos a estudiar, en conjun-to a Ricardo Barreda, en extensas sesiones, que fue-ron descorriendo lenta y suavemente el telón encuanto a quién era y por qué había cometido un cri-men tan brutal e incomprensible.

También visitamos a la “Pirucha” Guastavino,personaje con una especial simbiosis con Barre-

da, “vidente y adivina” según sus propias pala-bras, y que fue quien encontró en la casa de Ri-cardo (así era el trato entonces), el famoso mu-ñequito vudú, que marcó una inflexión en el de-sarrollo delirante que, a juicio nuestro, fue desa-rrollando a través de los años anteriores al cri-men. Esa era la “prueba” incontrovertible paraBarreda de que las mujeres tramaban su perjui-cio y su muerte, por lo que se planteó entoncesla disyuntiva fatal: “O ellas o yo”.

Debo insistir en que a Pirucha Gustavino no sele asignó el verdadero rol y la importancia deci-siva que tuvo en el desenlace fatal, pero el solodetalle de que los cartuchos utilizados en el cri-men fueron arrojados en la boca de tormenta dela esquina de su “casa santuario” de 58 entre 9 y10, habla a las claras de que el primer contactode Barreda después del crimen fue con Pirucha,y que ella le aconsejó deshacerse de la escopetay los cartuchos, como también le aconsejó mu-cho antes (aunque ninguno de los dos lo admi-tió explícitamente), que Barreda debía conjurar,“de cualquier forma”, el “maleficio” que “esasmujeres” le estaban haciendo.

Curiosamente, Barreda nunca mencionó nadasobre Pirucha, y la preservó de toda sospecha oimputación, pues queda claro también que entreellos existía una “comunicación y una relaciónespecial”, tal como nos lo hizo saber Pirucha enuna de las sorprendentes entrevistas que con ellatuvimos los abogados defensores, el doctorMaltz y yo antes del juicio oral.

Después de más de un año de estudios, en-trevistas y charlas con allegados a la pareja y aBarreda, todos los peritos fuimos formandoconvicción. Y así, con matices diferenciales mí-nimos, coincidimos Capurro, Maltz, Mancinelliy yo en que Barreda padecía un cuadro dealienación mental, más precisamente un de-lirio reivindicativo.

En cambio, los peritos Folino, Brolese, Ca-bello, Linares y Bertini, también con diferenciade matices, señalaron lo opuesto. Que BarredaNO ERA un alienado, y que había podidocomprender la criminalidad de sus actos y di-rigir las acciones.

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BARREDA

El psiquiatra forense Miguel Maldonado fue perito de parte del odontólogo. Es el especialista quemejor conoce este caso que es estudiado por la criminología mundial. En primera persona, recuerdasus primeros contactos con el cuádruple homicida, las entrevistas previas al juicio y las audiencias.Analiza la última aparición pública de Barreda. Y arriesga un pronóstico de lo que vendrá

Ayer, hoy y mañana

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Trama URBANA2 Suplemento de Justicia, Seguridad y PolicialesLa Plata, lunes 26 de mayo de 2008

CINCO DIAS INTENSOSTiempo después, en l995, se substanció el

juicio oral, que fue público y donde entraronmedios de comunicación de todo tipo y no sólode la Argentina.

El Caso Barreda, por las características per-sonales de los protagonistas, tanto víctimas co-mo victimario (clase media alta, profesionalesuniversitarios, con sólidos vínculos sociales,conceptuados de manera excelente por vecinos yallegados), como también por el vínculo que losunía a todos, y por la forma “casi” despiadada encomo se llevó a cabo la real “ejecución” de lasmujeres, es -como dijo el imputado durante eljuicio, apuntando con su índice derecho al fiscalVogliolo- “un crimen único e irrepetible”.

Antes del juicio, la opinión pública estaba divi-dida de manera tajante: la mayoría opinaba quea Barreda debía condenárselo pues era imputabley plenamente culpable.

En cambio, una minoría de la poblaciónsostenía que era un enfermo, y que más quecondenarlo, había que recluírlo en un neuro-psiquiátrico para intentar curarlo. Así se llegó aljuicio, con un factor de presión más que impor-tante, como era la mayoría de la opinión pública“pidiendo Justicia a la Justicia”, vale decir, lacondena del culpable.

Durante el desarrollo del juicio, que duró unasemana entera de jornadas completas, fuequedando claro que la gran mayoría de los tes-tigos, por motivos diversos, tomaban posicionesde adhesión o rechazo a Barreda.

Algunos familiares o allegados (como losnovios de las hijas), vieron en él “casi” un monstruo, al igual que muchos amigos deGladys (la esposa). En cambio, otros testigos,muchos amigos de él y muchos vecinos, lo con-sideraban un “buen tipo”, cortés y respetuoso, yque tiempo antes había anunciado que “no so-portaba más la vida de oprobio y humillaciones”que le hacían vivir las mujeres de la casa, y queen cualquier momento “eso terminaba mal”.

Fueron cinco intensos días, donde los peritostuvimos que deponer y defender las posturas di-vergentes a las que habíamos arribado. Y fuerontantas las dudas que quedaron en los juzgadores,que en una situación inusual, fueron llamados anueva declaración y ampliación de sus respecti-

vos informes los peritos oficiales que habíanmantenido posiciones contrapuestas: Capurro yFolino.

En un momento de extrema tensión, el doctorCapurro pidió que Barreda fuera retirado de la sa-la, para evitarle una situación desagradable. Cuan-do Barreda salió, Capurro le dijo claramente al Tri-bunal: “Barreda fue, es y será un loco”.

En votación dividida, el Tribunal terminócondenando a perpetua al imputado, con loque se bajó (por un rato, claro) el telón a unode los casos más apasionantes de la crimino-logía argentina y mundial.

PRESENTELA SEGUNDA VIDA DE BARREDA

Hubo apelaciones, planteos judiciales, Barredacambió de defensores y contrató a los actuales,que exhibe la ausencia de Etchegoyen Linch,muerto trágicamente hace unos años.

Finalmente, y hace pocas horas, Barreda fue ala casa de su novia actual, a cumplir lo que lequeda de la pena, en una recepción de gaseosa,champán y sanguchitos de miga, en lo que pare-ciera ser “la segunda vida de Barreda”.

Hace pocos días, también, se le hizo al odontólo-go una entrevista televisiva, que gran parte de la Ar-gentina vio y comentó, y -como no podía ser de otramanera-, quien como yo practica desde hace mu-chos años la “Barredalogía” (o sea el estudio actualy retrospectivo de Barreda, para formular una apre-ciación de “por qué lo hizo” y qué pasará en el fu-turo con él), la vi, la grabé y la estudié.

Casi 16 años después, Barreda sigue igual ensu temperamento y carácter, en su humor áci-do y poco gracioso, en sus convicciones que, in-sisto, fueron y son patológicas. Y aunque ex-

presa arrepentimiento por lo que hizo, su frial-dad en esos momentos, su falta de repercusiónafectiva, me dan la pauta de que Barreda no searrepiente sinceramente, si no que es una estra-tegia defensista armada y “vendida” para superarlos obstáculos que aún le quedan por delante pa-ra acceder a la libertad plena.

Relata su infancia, el recuerdo imborrable desu madre (una de las pocas personas que lo emo-cionan sinceramente), y también relata (muchomás acotadamente que hace 16 años) esa épocainfeliz de su vida, donde presenció los maltratosde su padre a su madre (llegó a contar que él lemetía la cabeza en una tina de agua), y el despre-cio que sus hermanastros manifestaban por él,por ser hijo de la segunda pareja del padre, queademás era de condición muy humilde. De allísurgió el concepto que yo virtiera en mi informe,haciendo alusión a que en su infancia, Barredahabía sido un “abusado psíquico”.

En determinados momentos, el rencor quesiente por su extinta suegra se mezcla con su“temple delirante”, cuando para reafirmar queella “siempre” interfirió en la pareja, golpea re-petidas veces la mesa con su dedo índice, enun gesto con ribetes de autoritarismo visible. Enotro pasaje del extenso reportaje, y cuando el en-trevistador le pregunta si su actual pareja podríatener el mismo final, Barreda responde con unasonrisa socarrona diciendo: ¡No!, si a veces dis-cutimos pero al final ella me da la razón... Unaprueba palmaria de que “Barreda nunca seequivoca, los equivocados son los otros”.

Así actuó con “las mujeres de la familia”, “lasamazonas”, como las nombró en alguna entre-vista de los tiempos de estudios previos al juiciooral.

No cabe duda de que Barreda, durante todosestos años de prisión, ha perdido vigor físico,pero mantiene casi intacto su vigor intelectual,con la desviación de su juicio en algunos aspec-tos, como rasgo distintivo. Es cauteloso en susrespuestas, medido y prevenido. Cuando se lointroduce en las discordancias que mostró suconducta el día del hecho, como el posterior alcuádruple homicidio, apela a una figura “casimágica”, hablando de dos personalidades, deque uno de los que había actuado “no era él”,dejando traslucir una suerte de desdoblamientode la personalidad, “el Barreda bueno y el Ba-rreda malo”.

Párrafo aparte merecen sus apreciacionessobre la camarista Clelia Rosentock, que fuequien votó por su inimputabilidad por padecerun delirio. Barreda sostiene que ella fue quien locomprendió en el Tribunal que lo juzgó, pues“llegó a la conclusión de que estaba bajo unaemoción violenta”, tergiversando adrede el votode la camarista, obviamente para situarse en lamejor posición.

Demás está decir que Barreda NUNCA acep-tó ser un alienado, un verdadero enfermo men-tal, y que aún durante el juicio discutía con losentonces defensores y con sus peritos sobre es-ta cuestión.

FUTURORICARDO Y “POCHI”

¿Si Barreda reincidirá? Es posible, pero muyimprobable. En efecto, ya no está en condicionespsicofísicas y cronológicas de volver a hacer un“desarrollo delirante” de tal magnitud que lo lle-ve a hechos como el que produjo en 1992.

Sin embargo, merece destacarse que la per-sonalidad de su anfitriona, Berta, o más conoci-da como “Pochi”, debería estudiarse con másprolijidad y detenimiento, por la posibilidad(remota, por cierto) de que sus rasgos de perso-nalidad potencien el ya mencionado temple de-lirante de Barreda.

Esperemos entonces que eso no ocurra. Nosea que, sin querer, la Justicia haya engendra-do una nueva pareja, al estilo de Bonnie andClyde.

>> Viene de tapa

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Mientras Ricardo Barreda, condenadopor un cuádruple homicidio, es benefi-ciado por un arresto domiciliario, otrasituación viven decenas de presas que,siendo madres y estando procesadas pordelitos menos graves, continúan en pri-sión. Pese a que diversos fallos han sen-tado jurisprudencia sobre el tema y has-ta hay una ley con media sanción queamplía los supuestos para una excarce-lación, la problemática de las mujeresmadres que están detenidas junto a sushijos continúa siendo un tema de preo-cupación. En principio, se advierte so-bre “el superior interés del niño” pordesarrollarse junto a la madre, que de-bería ser mayor al derecho del Estado aencarcelar a la progenitora, desmem-brándola del grupo familiar.

Un caso testigo El caso que despertó indignación en

las últimas semanas es el de una mujer,a la que Trama Urbana identificará co-mo M. L. P., y está detenida a la esperade juicio en el Tribunal Oral 2 de Quil-mes. Ella fue apresada en noviembre de

2003, acusada de un delito grave: facili-tación a la prostitución de un familiardirecto. Estaba embarazada entonces,tenía otros cinco hijos y el sexto nacióen la cárcel. Ahora, el chiquito tiene tresaños y, según un hábeas corpus presen-tado por el Comité contra la Tortura dela Comisión por la Memoria “padece ungrave retraso madurativo que le imposibi-lita el uso del lenguaje y de la movilidadambulatoria”.

Además, tras su nacimiento el chi-quito fue internado varias veces en elHospital de Niños, con convulsionesperiódicas, y debe ser medicado diaria-mente. La propia madre denunció, co-mo muchas otras internas, que en algu-nas oportunidades los traslados al noso-

comio no pudieron hacerse por “faltade móviles” del Servicio PenitenciarioBonaerense.

En cuanto a sus hermanitos, tres fue-ron “institucionalizados” y dos queda-ron con un vecino. Recluida en pri-sión, la madre perdió contacto conellos y desconoce dónde están.

Al resolver el hábeas corpus, laSala I de la Cámara de Quilmes en-tendió que los 4 años y 5 mesesde prisión preventiva eran un“plazo razonable”, cuando el máxi-mo previsto por el Código ProcesalPenal de la Provincia es de 2 años, y unaño en caso de investigaciones com-plejas. “En consideración al delito que sele atribuye a la encausada y la plurali-dad de imputados, hacen mérito suficien-te, para sostener, al menos por el momen-to, que el plazo de encarcelamiento quesufre la nombrada resulta razonable”,dijeron los jueces.

En una apelación ante el TribunalCasación, el Comité agregó que debíacontemplarse que, según pericias dela causa, la mujer desarrolló su fun-ción materna en un contexto de sumapobreza e indigencia. “Su propia histo-ria personal estuvo signada por el mal-trato, el abuso sexual y la ausencia deresponsabilidad impropia para la ni-ñez”, cita una pericia psicológica.

Doble perjuicioLa situación de M. L. P. conjuga dos

problemáticas de los presos de la justi-cia bonaerense: morosidad en los plazosde la prisión preventiva y, en su caso porser mujer y madre, la pérdida de contac-to con sus otros hijos.

Según fuentes oficiales consultadaspara esta nota, hasta los últimos días dela semana pasada había 19 embarazadasdetenidas en todo el territorio bonae-rense y 73 niños “presos” junto a susmadres, casi todos en la Unidad 33 deLos Hornos, habilitada para ese fin. Deltotal de mujeres detenidas, sólo el 13,5estaban en condición de “penadas”, esdecir, con al menos una sentencia (vergráficos).

Hace pocos días, la Comisión por laMemoria destacó que ve “con benepláci-to que desde el Ministerio de Justicia se in-

sista enla aplicación de la prisión domiciliaria yel uso de la pulsera magnética en los ca-sos de mujeres embarazadas o detenidascon sus hijos”.

Pero recordó que “son los jueces losque deben resolver estas medidas y recien-tes presentaciones ponen de manifiestoque los magistrados siguen renuentes aaplicar métodos alternativos a la prisión”.

MADRES PRESAS

La otra cara del arresto domiciliarioLleva 4 años procesada y se lo negaron

En lo federal

“Los niños que no vivenen prisión con la madre,son institucionalizadoso quedan con terceros”,

dijo la Comisión

En la justicia federal, laCámara de Casación ha orde-nado a los tribunales y juz-gados cesar las prisiones pre-ventivas cumplidos los dosaños de prisión. Y, en caso deprórroga de ese plazo, losjueces deben justificarla.

Trama URBANA 3Suplemento de Justicia, Seguridad y PolicialesLa Plata, lunes 26 de mayo de 2008

SITUACION DE LAS MUJERES PRESAS ENLA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Procesadas: 83,86%

Condenadas: 13,52%

“Psiquiátricas”: 2,61%

Con niños*: 7,96%

Embarazadas: 2,07%

Resto: 89,97%

*en prisión

Es el caso de una mujer detenida en 2003, cuando estaba embarazada. Su hijo nació en prisión, convive con ella en la Unidad 33 y es uno de los 73pibes que están “detenidos” en la cárcel con sus madres. La Cámara Penal de Quilmes le negó la medida pese a que no hay fecha probable de juicio

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Romero: accidente trágicoTrágico. Así quedó el automóvil luego del choque contra la moto en la que viajaban dos personas

Había llegado hace dos meses deParaguay y, como muchos de su nacio-nalidad, había empezado a “pelearla” enel rubro de la construcción. Con dosamigos, se instaló en Altos de San Lo-renzo y consiguió trabajo de albañil. Elsábado por la noche iban a juntarse en lafinca de uno de ellos para tomar algo.Pero no llegaron: a Alberto Halieza, de26 años, le pegaron un tiro luego de quepresuntamente intentó defender a suamigo de un robo en plena vía pública.

El caso, como se adelantó en la edi-ción de ayer, ocurrió anteanoche en 16entre 85 y 86. Minutos antes, Haliezahabía salido de su casa, ubicada a lavuelta, sobre la 86, con dos amigos.Cuando caminaba por allí los abordarondos hombres, uno de ellos armado.

“Al parecer, él quiso defender al amigodel robo y se peleó con los desconocidos”,explicó una fuente policial a Trama Ur-bana. En la calle, se armó una pequeñapelea. Un revuelo que sirvió para que losladrones se ahuyentaran.

Pero antes de retirarse del todo, el queestaba armado se dio vuelta y efectuó undisparo. “Creemos que quisieron per-suadirlo (a Halieza) para que ya no losmolestara más”, añadió el vocero.

El disparo, según la misma fuente, seefectuó a unos 10 o 15 metros de dis-tancia. Pese a ello, fue certero: ingresó ados centímetros de la tetilla izquierda,cerca del corazón. Y lo mató en pocosinstantes, sin que los médicos de unaunidad de emergencias pudieran haceralgo.

El caso, por ahora, se presenta bastan-te difícil: en principio, por la oscuridadque había en el lugar y, segundo, porquelos hechos se sucedieron en forma muyrápida. Además, los amigos y vecinos nohan aportado muchos datos todavía.“Son gente muy cerrada, y no hemos teni-do todavía mucha información sobre cómofueron los hechos”, amplió otra fuente.Por su escasa permanencia en el país, sedescarta que Halieza haya tenido “ene-migos”. Todo apunta a que el hecho fueun simple robo “al voleo”, como se lodenomina en la jerga policial.

El caso está en manos del Gabinete deHomicidios de la DDI La Plata, en cola-boración con la comisaría Octava, bajosupervisación de los titulares de la Uni-dad Funcional de Instrucción número 3de La Plata, Marcelo Martini y JavierBerlingeri.

El tránsito continúa cobrándosevidas en las calles de la región. Unmuerto y un herido de gravedadfue el saldo de un terrible acciden-te ocurrido en las primeras horasde ayer en una calle de MelchorRomero.

Habían pasado algunos minutosde las 5.30 de ayer cuando doshombres a bordo de una GileraSmash (chapa 497 DPK) por 152bis hacia 32. Aún estaba oscuro. Ypese a que el tránsito era casi nu-lo a esa hora, el motociclista y suacompañante no pudieron evitarser colisionados en la esquina de152 bis y 520 por un auto que ibaen sentido La Plata-Romero.

El choque con la coupé FordSierra de color gris (XHI 907) fuetan fuerte que ambos cayeron pe-

sadamente contra el asfalto. El conductor del coche, identi-

ficado por la policía como DanielWalter Fraga (46), se comunicócon el 911 y en minutos un móvildel destacamento La Unión llegóal lugar y convocó además a unaambulancia.

Al llegar los médicos constata-ron que Eduardo Cena (20) habíafallecido producto de la colisión. Ytrasladaron de inmediato a Flavio

Goni (22) hasta el hospital deMelchor Romero, ya que estabagravemente herido. Allí recibió lasprimeras atenciones y quedó in-ternado.

Finalmente, personal de PolicíaCientífica realizó los peritajes derigor en el lugar.

En otro accidente, un chico de13 años debió ser llevado hasta elhospital de Gonnet, luego de quefuera embestido por un automientras manejaba su bicicleta.El accidente ocurrió en 478 y 8,pasadas las 13 de ayer.

El menor viajaba en una pla-yera de color azul cuando fueatropellado por un remis de co-lor rojo, conducido por RamónGatti, según informaron fuentespoliciales.

ALTOS DE SAN LORENZO

Buscan a asesinosdel albañil queresistió un robo

Un joven de 20 años murió luego de que la moto en que viajaba fuera embestida por un auto en520 y 152 bis. La persona que iba con él sufrió graves heridas. Lo trasladaron de urgencia al hospital

El sábado por la noche, en 16 y 85, Alberto Halieza quisodefender a un amigo. Le pegaron un tiro en el corazón

Violenta gresca: dos detenidosUna violenta gresca a la salida deun boliche terminó con dosjóvenes detenidos y un herido queterminó yendo por sus propiosmedios a un hospital.El episodio ocurrió en la mañanade ayer en la puerta de La Grieta,en 60 entre 5 y 6. Cerca de las 9.15se originó una discusión que fuesubiendo de tono hasta que pasóa la agresión física generalizada.En esos momentos, un móvil de la

comisaría Novena que recorría lajurisdicción se encontró con eltumulto y bajó a calmar a losjóvenes. Todo concluyó con la detención dedos personas de 19 y 20 años, quefueron llevados hasta la seccional.Allí se abrió una causa por“lesiones recíprocas”.En tanto, otro chico de 20 añosfue a atenderse a un hospital porlos golpes sufridos en la pelea.

El caso conmueve a lacomunidad paraguaya.Halieza había llegadohace sólo dos meses a

la Argentina

Cuatro personas perdieron la vida en distin-tos accidentes de tránsito ocurridos en lasúltimas horas en las provincias de Córdoba ySanta Fe.El primero de los hechos ocurrió en elkilómetro 869 de la ruta 11 cuando HéctorLuis Valdez (50) perdió el control de su vehícu-lo que se prendió fuego luego de caer en unazanja. El hombre no logró salir y murió car-bonizado. Su mujer, ilesa. En Córdoba, entanto, perdieron la vida dos motociclistas y elconductor de una 4x4, en distintos hechos.

Tránsito que mata: cuatro víctimasfatales en Córdoba y Santa Fe

Seis micros que se dirigían rumbo al actooficial por el aniversario 198 de laRevolución de Mayo en Salta chocaron enJujuy, dejando como saldo a 91 personasheridas, una de ellas de gravedad.Fuentes policiales dijeron que el accidentese produjo en la ruta 9, cerca del aero-puerto de la capital jujeña, minutosdespués de las 11.30. Por allí transitabanlos seis micros cuando se produjo la séxtu-ple colisión, que dejó con heridas gravísi-mas a uno de los choferes.

Chocaron seis micros que iban al acto de Cristina: 91 heridos

Trama URBANA4 Suplemento de Justicia, Seguridad y PolicialesLa Plata, lunes 26 de mayo de 2008

Además, un chico de13 años terminó enel hospital luego deque embistieron subicicleta en City Bell

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Dos menores que momentos anteshabían asaltado una agencia de loterí-as fueron aprehendidos luego de quepersonal policía los encontró festejan-do el exitoso golpe.

El insólito episodio ocurrió antea-noche, cerca de las 19.15, cuando per-sonal de la comisaría Octava a cargodel teniente Juan Navata realizaba unpatrullaje de prevención en 80 entre18 y 19.

Allí observaron a tres sujetos quedescendían de un Volkswagen Sendade color blanco y haciendo gestos decelebración, según informaron fuentesdel caso.

Como a los uniformados les pareciósospechosa la forma en que festejabanestos jóvenes, procedieron a identi-ficarlos. Y apenas intentaron acercar-se, los sujetos se dieron a la fuga a lacarrera.

Sin embargo, dos de ellos no pu-dieron ir demasiado lejos, ya que elpersonal policial consiguió atraparlosa los pocos metros. El tercero, en tan-to, logró huir.

Una vez demorados, se logró de-terminar que la característica de los

sujetos coincidía con la de los de-lincuentes que minutos antes habíanconcretado un robo a mano armada enjurisdicción de la comisaría Quinta,más precisamente en la agencia de lo-terías de 66 entre 14 y 15. Y al requi-sar a los sujetos se logró incautar la su-ma de dinero exacta que había sidosustraída del local: 283 pesos.

Además, uno de los ladrones llevabaescondido entre sus ropas un arma defuego. Se trataba de un revólver calibre22, marca Pasper con un cartucho in-tacto en el interior.

Los dos sujetos, de 16 y 17 años, fue-ron trasladados hasta el asiento de lacomisaría Quinta. Allí se abrió una cau-sa caratulada como “robo calificado ytenencia ilegal de arma de uso civil”.

En otro hecho, dos delincuentes ar-mados asaltaron anteanoche una esta-ción de servicio de la que huyeron conel dinero de la recaudación.

El episodio ocurrió cerca de las23.40 del sábado en la YPF de 13 y 64.hasta allí llegaron los sujetos que luegode encañonar a los presentes se dierona la fuga con el dinero de la recauda-ción.

Los damnificados alertaron a la poli-cía por medio de un llamado al 911 yesperaron que llegara la ayuda. Cuan-do el personal de la comisaría con ju-risdicción en la zona arribó al lugar, seentrevistó con las víctimas. Pero luegode una intensa búsqueda por la zonadecidieron abortar el operativo sin losresultados que se esperaban.

Festejaban un robo exitosopero terminaron detenidosLos encontró la policía en 80 entre 18 y 19 cuando hacían gestos victoriosos. Minutos antes habían asaltado unaagencia de loterías en 66 entre 14 y 15. Les secuestraron un arma y la recaudación del lugar. Un cómplice, escapó

Un policía fuedetenido en Jujuy, acu-sado de efectuarle dosdisparos a una mujer, ala que primeramentehabría querido violar,aunque finalmente noresultó herida.

El uniformado, de 23

años y en aparenteestado de ebriedad,había descendido de uncolectivo con una mujer,en un barrio de SanSalvador de Jujuy, a laque empezó a seguir, yluego le apuntó con supistola reglamentaria.

Poliviolador en Jujuy

DOS MENORES APREHENDIDOS

Incautados. El dinero y el arma que tenían en su poder los dos menores

Los policías vieron a losladrones bajar de un

Senda, haciendo gestosde celebración: dos de

ellos quedaron detenidostras intentar huir

Martín Ríos, el llamado “tiradorserial” del barrio porteño deBelgrano, acusado de matar alnadador Alfredo Marcenac yherir a otras seis personas,deberá enfrentar el mes próximoun juicio oral por portación ile-gal de armas, pese a que todavíala Justicia porteña no determinósi es imputable. Es que esa situación, aún noresuelta, se da en el marco de lacausa por el homicidio. Paralelamente, el Tribunal Oral 7de San Isidro fijó la fecha del 13de junio para tratar la otra causacontra Ríos: “Portación ilegal dearma de guerra y resistencia a laautoridad”, cometida cuando elacusado intentó resistir el arrestoy le secuestraron una Bersa 3.80.

Ríos. En la causa por el crimen deMarcenac se discute su inimputabilidad

Tirador serial, a juicio portenencia del arma

1La Justicia de San

Martín investiga a ungrupo de oficiales peni-tenciarios por un pre-sunto desvío de alimen-tos para cárceles quetodavía no habían sidohabilitadas.

Además, se cree que

una empresa de cate-ring, que pertenecería aoficiales del SPB, recibíaesos alimentos.

La empresa, segúntrascendió, había abaste-cido a la productora deun filme que se rodó enuna de las unidades.

Penitenciarios investigados

2Una múltiple colisión

en Ensenada dejó comosaldo a cinco personasheridas, que debieronser trasladadas hasta elhospital Cestino.

El accidente, en el quese vieron involucradosun colectivo, cuatro

autos y tres ciclistas,ocurrió cerca de las 20en el Camino Rivadavia,a la altura de la calle130.

Al lugar concurrieronvarias ambulancias paratrasladalar a los lesiona-dos.

Ensenada: choque múltiple

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Trama URBANA 5Suplemento de Justicia, Seguridad y PolicialesLa Plata, lunes 26 de mayo de 2008

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