TRADICION HINDUISTA ELEGIDOS

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1 A DONDE CREEN QUE IBA A IR? Cuando Ramana Maharshi yacía moribundo, llegaron a sus oídos los lamentos del dolor de sus devotos. Preguntó a uno de sus sirvientes: -¿Por qué están tan desesperados? -Es por qué tú los dejas, maestro – Contestó el sirviente. Ramana se volvió hacia el sirviente, asombrado: -¿Pero dónde creen que me iba ir? Relato hindú * * *

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A DONDE CREEN QUE IBA A IR?

Cuando Ramana Maharshi yaca moribundo, llegaron a sus odos los lamentos del dolor de sus devotos. Pregunt a uno de sus sirvientes: -Por qu estn tan desesperados?-Es por qu t los dejas, maestro Contest el sirviente.Ramana se volvi hacia el sirviente, asombrado:-Pero dnde creen que me iba ir?

Relato hind

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A DONDE VOY A IR?

Cuando Ramana Maharsi yaca moribundo, llegaron a sus odos los lamentos del dolor de sus devotos. Pregunt a uno de sus sirvientes:-Por qu estn tan desesperados?-Es porque t lo dejas, maestro contest el sirviente. Ramana se volvi hacia el sirviente, asombrado:- Pero dnde creen que me iba a ir?

Relato hind

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ALEGORA(El ltimo pensamiento)

Una vez haba un tendero que se sinti inspirado por el cuento de Ajamila que habla de la importancia del ltimo pensamiento a la hora de morir. Entonces apoyado en esto decidi recordar el nombre de Dios con su ltimo aliento; pero por medio de ardid bautiz a sus hijos con los nombres de otros tantos Dioses, pues saba que tena que llamar a cualquiera de ellos cuando estuviese a punto de morir.

Por fin lleg el momento de acuerdo con su plan, llam al Seor 6 veces en total. Los muchachos vinieron y pasaron alrededor de la cama y cuando miraba al grupo, el ltimo pensamiento que vino a la mente del hombre moribundo, justamente cuando estaba a punto de irse fue como si todos ustedes han venido quin cuida la tienda ahora?

Ese fue su ltimo pensamiento, ya que su tienda fue su aliento durante toda su vida y no pudo volverse a Dios, as de pronto. Las tendencias se manifestarn a pesar de lo que ustedes hayan planeado.

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ALEGORA HIND

Una vez una hermosa mujer muy bien vestida se present en una casa. El dueo de la casa le pregunto quin era: yo soy la diosa de la riqueza respondi la mujer. El dueo la hizo pasar y la trato como mejor pudo.Pero despus una mujer fea y mal vestida toco la puerta. El dueo le pregunto quin era. Ella le contesto que era la diosa de pobreza. El hombre asustado trato echarla lo que t vas a hacer es una necesidad. La mujer que entro antes en tu casa es mi hermana. Nosotras nunca nos separamos, as es que si t me hechas mi hermana tambin desaparecer.Y tal como lo dijo, cuando ella se fue, la hermana XXX de su hermana tambin haba desaparecido.Donde hay vida, hay muerte, donde hay dicha hay desdicha, donde hay bien hay mal todos tiene que saber esto. El necio solo busca la felicidad y tiene la infelicidad. El que busca el camino debe superar estas dos cosas y no sentir apego por ninguna de ellas.

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EL ALIENTO DIVINO (LEYENDA HINDU)

Una antigua leyenda hind relata que haba un tiempo en que todos los hombres eran dioses.Habiendo abusado tanto de su divinidad, Brahma. El maestro de los dioses, decidi quitarles el poder divino y esconderlo en un lugar en el cual sera imposible encontrarlo. El problema, entonces, era hallarle un buen escondite.Los dioses menores fueron convocados a un consejo para resolver este problema propusieron lo siguiente: enterremos la divinidad del hombre en la tierra. Brahma respondi: No, esto no es suficiente, pues el hombre cavara y la encontrara.Entonces los dioses replicaron: En este caso, arrojmosla en el ms profundo de los ocanos.Pero Brahma de nuevo respondi: No, pues tarde o temprano el hombre explorara las profundidades de los ocanos y un da la encontrara y la subir a la superficie.Entonces los dioses menores concluyeron: No sabemos en donde esconderla, puesto que parece que no existe en la tierra o en el mar un lugar que el hombre no pueda un da alcanzar.Brahma dijo: Vamos a hacer lo siguiente con la divinidad del hombre: la esconderemos en lo ms profundo de el mismo, puesto que es el nico lugar en donde jams buscara.Desde entonces, concluye la leyenda, el hombre ha dado vuelta al mundo, ha explorado y escalado, se ha sumergido, cavado, buscando algo que se encuentra en el mismo.

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APRENDIZAJE O DINERO

A un hombre con fama de sabio y que haba amasado una gran fortuna le lleg la hora de la jubilacin. Desde ese momento, cada da encontraba motivos para invitar a sus numerosos amigos a costosos banquetes, o para hacerles caros regalos.

Pasados unos meses de lujos y derroches, un amigo le dijo:_ Creo que deberas dejar de gastar de ese modo. Aunque tu fortuna es mucha, estas dilapidndola rpidamente, y recuerda que tienes unos hijos que te heredarn.

_Precisamente por ellos lo hago contesto-.

La riqueza conseguida sin esfuerzo arruina la capacidad de los inteligentes y agrava la estupidez de los ms torpes. Yo a mis hijos les he dado la educacin y los medios suficientes como para que se construyan un futuro para ellos mismos. La expectativa de disponer de mi patrimonio no sera ms que una invitacin a que apreciaran la codicia y la indolencia.

No necesitan mi dinero para nada, no sera ms que un veneno en sus vidas-. Y en efecto, aquel hombre gast hasta el ltimo cntimo antes de morir.

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ARJUNA Y EL OJO DEL PJARO

Para aprender a hacer es necesario aprender primero a escuchar con mucha atencin. Las personas corrientes no tienen la capacidad de atender con exactitud a las instrucciones. Para ilustrar esta afirmacin, he aqu una historia del Mahabharata:

Antes de que se declarase la gran guerra, todos los guerreros fueron instruidos por el instructor Dronacharya. l les enseaba el arte de combatir. Un da les ense a disparar al ojo de un pjaro que haba colgado de un rbol l. Los llam uno por uno y les dijo: Apunta al ojo del pjaro y preprate a disparar; despus les pregunt qu es lo que vean. Uno respondi Veo la rama y la cabeza del pjaro que cuelga, las plumas, el pico, los ojos, lo veo todo . Fue despedido.

El siguiente respondi: Veo el pjaro, el cuello, las plumas y los ojos ste tambin fue despedido.

Y as pas con todos, hasta que lleg Arjuma, y mientras apuntaba, le pregunt Qu es lo que ves? l respondi: Slo veo el ojo Pero no ves nada ms? Nada en absolutoEn tal caso contina y dispara , y su flecha fue directa al ojo del pjaro. Al escuchar y al meditar es necesaria una atencin perfecta.

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COMO CAZAR MONOS

En la India los cazadores tenan un mtodo de probada eficacia para coger monos. Se vaciaba medio coco y se haca un agujero lo suficientemente grande para dejar pasar una mano de mono abierta. Entonces el coco se sujetaba al suelo y debajo se pona comida tentadora. Un mono se acercaba con la idea de coger la comida que haba debajo del coco, pero tan pronto coga la comida en su pao, era incapaz de sacar la mano y la comida del coco. Se quedaba aprisionado, cogido al no querer abrir el puo.

Relato hind* * *

COMO ENSEA UN MAESTRO

Un discpulo cay gravemente enfermo y solicit a su maestro que lo curase, puesto que adems era un medico excepcional capaz de hacer desaparecer cualquier mal. Oda la demanda, el maestro se neg radicalmente a curar al discpulo.

Tiempo despus, el discpulo sano por sus propios medios, pero quedo inmensamente dolido por la conducta de su maestro al que abandon.

Un da decidi visitar a un hombre iluminado al que narro el episodio de su enfermedad y la negativa del maestro al curarlo.

Aquel hombre le dijo:

_ Te equivocas grandemente, tu maestro actu con la ms alta generosidad.

_ Cmo puede ser?, l se neg a ayudarme cuando estaba a punto de morir!

_ No fue as, l evito que dejaras de experimentar por ti mismo lo que significa estar suspendido entre la vida y la muerte.

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CONCEPTO DE PECADO

Un hombre devoto fue a vivir a una casa donde tena como vecina a una prostituta. Ya al da siguiente se dio cuenta del incesante ir y venir de los hombres que acudan a solicitar los servicios sexuales de la mujer. Escandalizado por la situacin, se dirigi a la prostituta con estos trminos:

- Mujer malvada y pecadora que corrompes a los hombres, arrepintete de tu conducta!Para que cada da tengas conciencia de tus terribles actos, yo colocare una piedrecita en la puerta en la puerta de la casa por cada pecado que cometas.

Y as, cada da, el devoto fue sumando piedras por cada hombre que visitaba a la ramera, formando un montn con cientos de ellas. La mujer vea crecer el cmulo de piedras y su corazn sufra, ya que la vida y sus avatares la haban empujado a aquella situacin que era la primera en lamentar.

Una noche, un terremoto destruy aquel pueblo, muriendo en la catstrofe el devoto y la prostituta. Ambas almas fueron rpidamente conducidas ante los jueces celestiales que dictaron:_ El alma de la prostituta que sea llevada al paraso, y el alma del hombre que sea conducido a los infiernos._ Un momento_ intervino el devoto_, aqu debe haber un error. Es ella la que ha estado pecando incesantemente todos los das en varias ocasiones, yo en cambio he respetado los dictados de la moral.

Los jueces se miraron entre s sin dar crdito a lo que oan._ No hay ningn error. Esta mujer tiene el alma blanca. Es posible que su cuerpo pecase, pero la vida la condujo a un destino que no podo eludir.Pero su mente y su corazn rogaban a cada instante el poder terminar con aquel tipo de vida que tanto le haca padecer. T, en cambio, tienes el corazn negro de albergar resentimiento, culpa y juicio contra ella, eso sin contar con que con cada piedra contribuas a aumentar su humillacin y vergenza. No hay perdn para ti, qu se cumpla la sentencia!

Inmediatamente la mujer fue llevada a gozar de los placeres y beatitud del paraso, y dicen que aquel hombre que se crea honorable, continua asndose en el infierno.

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CUANDO HIERES ME HIERES

Una de las diosas ms bondadosas, piadosas y benevolentes del panten hind es Parvati, la esposa de Shiva. Su atributo ms sobresaliente es su extraordinaria compasin.

Uno de sus hijos era Kartikeya. Cierto da, mientras jugaba, Kartikeya hiri con sus uas a uno de sus compaeros. De regreso a su casa, el joven se acerc como de costumbre- a su madre para darle un beso.

Pero al aproximarse al bello rostro de la diosa, not con sorpresa que ella tena un araazo en la mejilla.

- Madre dijo Kartikeya-, hay una herida en tu mejilla Qu ha sucedido? pregunt, sin adivinar que aquel da su madre le obsequiara, una vez ms, su sabidura.

Con sus ojos oscuros y serenos la amorosa Parvati contempl a su querido hijo. Se dirigi a l con su habitual dulzura y un dejo de melancola en la voz para explicarle:- Lo que ves en mi mejilla no es sino un araazo hecho con tus uas.

El joven se sinti confundido y se apresur a responder:

- Madre, jams osara hacerte dao. No concibo en m ningn sentimiento o actitud que pueda herirte en lo ms mnimo. No hay ser al que yo ame tanto como a ti, querida madre.

La diosa sonri plcidamente. La sonrisa ilumin su rostro.

- Hijo mo dijo entonces-, acaso has olvidado que esta maana araaste a uno de tus compaeros de juego?

- As fue, masdre repuso Kartikeya-; no lo he olvidado.

- Pues entonces, hijo mo, de nada deber sorprenderte. Como bien sabes, nada en este mundo existe fuera de m. En m existe la creacin entera. Al herir a otro ser, no puedes evitar herirme. Si haces dao, me daas.

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DE ESPALDAS A S MISMO

Un aspirante espiritual se preguntaba por qu el ser humano no buscaba su maestro interior si realmente, como declaraban todos los maestros, la respuesta est dentro de uno mismo. Esta duda lo atormentaba. Decidi acudir a visitar a un anciano eremita que haba entregado su vida a la bsqueda interna y que por todos era considerado un sabio. Le expuso sus dudas y el eremita le pidi que se sentara a su lado. Tras una pausa, cont una significativa historia:

rase una vez un ciervo almizclero. Es propio de los ciervos almizcleros exhalar un penetrante perfume que brota de sus rganos internos y que se esparce muchos metros a su alrededor. Cuando el ciervo se hizo adulto, comenz a oler el embelesante aroma. De dnde provena aquel sugerente olor? Comenz a buscarlo, pero no poda hallar de dnde surga. Era un olor dulce, envolvente, que cada da le despertaba mayor anhelo de querer saber de dnde surga. Durante aos busc el origen del perfume, ignorante por completo de que exhalaba de s mismo. Envejeci y muri. Todava mientras agonizaba, el ciervo se preguntaba de dnde surga ese maravilloso perfume y se lamentaba por no haber encontrado su origen.

El eremita hizo una nueva pausa. El silencio de la tarde era perfecto. Es aspirante espiritual senta la contagiosa paz que envolva al anciano. De repente el hombre pregunt:

Has comprendido, querido mo?

S, susurr el aspirante espiritual.

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EL APEGO

Un viejo brahmn, a quien la vida le haba enseado la moderacin en todas las cosas, no poda entender la extrema abnegacin de su hijo. ste, un joven entusiasta, viva vestido con un simple taparrabo, casi no coma, absolutamente posedo por la plegaria y la meditacin. Sus ojos se cerraban con obstinacin a los bienes del mundo, al artha, a la agradable riqueza de la tierra y a la irrefutable belleza de las mujeres. No quera ver nada ms que su propia renuncia.

Su padre, para hacerle conocer los esplendores de un palacio, le envi a ver una maraj que conoca. ste, un hombre distendido, sonriente, bastante corpulento, recibi al joven con cario y lo invit de inmediato a acompaarlo a su mesa, que siempre era suntuosa. Pero el joven se content con un puado de arroz hervido. Rechaz las delicias que los sirvientes vestidos de seda hacia desfilar bajo sus ojos. Rechaz las frutas, los dulces, las bebidas embriagadoras.

La maraj quiso conducirle hasta su harn, donde viva un gran nmero de mujeres admirables que el prncipe no poda satisfacer y ofreca ocasionalmente a sus invitados. Pero el joven, a pesar de los encantos desplegados ante sus ojos, a pesar de los perfumes que lo rodeaban, a pesar de la dulzura de las voces que le hablaban, se neg a levantar la mirada. Cruz el harn sin abandonar un solo instante su sorprendente insensibilidad.

Del mismo modo cruz la sala de cofres y las joyas. Ver todos los tesoros de Golconda no le alter un solo instante.

El maraj, siempre sonriente, le propuso darse un bao en su estanque. El joven acept, porque el bao no formaba parte de las cosas a las que haba que renunciar. Antes de entrar en el estanque de paredes de mrmol, se quit el taparrabo y lo dej en una escalera. No llevaba ms que aquel taparrabo.

Los dos hombres se deslizaron en el agua fresca. El maraj flotaba panza arriba mientras fumaba un puro. El joven, que no haba querido ningn puro, nadaba en silencio a su lado.

De repente se desencaden un incendio en palacio. Se oyeron gritos de terror, surgieron llamas, sirvientes y mujeres corran por todas partes. El maraj no se movi. Bien protegido por el agua del estanque, sin dejar de fumarse su puro, observ el repentino desastre, dio rdenes, dirigi las operaciones.

Poco a poco el pnico disminuy, las llamas fueron apagadas. El maraj, acabando su puro, segua flotando en el agua de su estanque.

Entonces el joven fue consciente de lo que estaba haciendo. Cuando el incendio lo envolva todo, l haba salido del estanque, se haba lanzado sobre su taparrabo, su viejo taparrabo gastado, que haba dejado en los escalones de mrmol, y ahora lo apretaba con fuerza entre sus dedos, para no perderlo.

***

EL ASCETA Y LA PROSTITUTA

Era un pueblo en el que vivan, frente a frente, un asceta y una prostituta. El asceta llevaba una vida de penitencia y rigor, apenas comiendo y durmiendo en una msera choza. La mujer era visitada muy frecuentemente por hombres. Un da el asceta increp a la prostituta:

-Qu forma de vida es la tuya, mujer perversa? Ests corrompida y corrompes a los dems. Insultas a Dios con tu comportamiento.

La mujer se sinti muy triste. En verdad deseaba llevar otra forma de vida, pero era muy difcil dadas sus condiciones. Aunque no poda cambiar su modo de conseguir unas monedas, se apenaba y lamentaba de tener que recurrir a la prostitucin, y cada vez que era tomada por un hombre, diriga su mente hacia el Divino. Por su parte, el asceta comprob con enorme desagrado que la mujer segua siendo visitada por toda clase de individuos. Adopt la medida de coleccionar un guijarro por cada individuo que entrara en la casucha de la prostituta. Al cabo de un tiempo, tena un buen montn de guijarros. Llam a la prostituta y la recrimin:

- Mujer, eres terrible. Vez estos guijarros?. Cada uno de ellos suma uno de tus abominables pecados.

La mujer sinti gran tribulacin. Dese profundamente que Dios la apartase de ese modo de vida, y, unas semanas despus, la muerte se la llevaba. Ese mismo da, por designios del inexorable destino, tambin muri el asceta, y he aqu que la mujer fue conducida a las regiones de la luz sublime y el asceta a las de las densas tinieblas. Al observar donde los llevaban, el asceta protest enrgica y furiosamente por la injusticia que Dios cometa con l. Un mensajero del divino le explic:

- Te quejas de ser conducido a las regiones inferiores a pesar de haber gastado tu vida en austeridades y penitencias, y de que, en cambio, la mujer haya sido conducida a las regiones de la luz. Pero, Es que no comprendes que somos aquello que cosechamos? Echa un vistazo a la tierra. All yace tu cuerpo, rociado de perfume y cubierto de ptalos de rosa, honrado por todos, cortejado por msicos y plaideras, a punto para ser incinerado con todos los honores. En cambio, mira el cuerpo de la prostituta, abandonado a los buitres y chacales, ignorado por todos y por todos despreciado. Pero, sin embargo, ella cultiv pureza y elevados ideales para su corazn pensando en Dios constantemente, y t, por el contrario, de tanto mirar el pecado, teiste tu alma de impurezas. Comprendes, pues, por qu cada uno vais a una regin tan diferente?

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EL BRAHMN QUE ROMPI LOS PUCHEROS

En una tarde de primavera, un Brahmn encontr un plato lleno de harina de cebada. Lo cogi y se fue a acostar a una alfarera, en un cobertizo en donde haba secndose una gran cantidad de vasijas.

Para defender su harina, cogi un palo que all haba, y durante la noche se hizo estas reflexiones: Si vendo este plato de harina, tendr una moneda de plata. Con este dinero, comprar jarros y otros utensilios que vender.

Despus de aumentar as mi capital, comprar vestidos y diferentes objetos.

Vender todo esto, y cuando tanga amontonada una gran suma de dinero me casar con la ms hermosa mujer.

Preferir a la ms bella; y cuando sus rivales envidiosas le armen querella, les pegar con mi bastn, de esta manera.

Y diciendo aquellas palabras se levant y se puso a dar bastonazos a todo lo que le rodeaba.

El plato de harina de cebada quedo hecha aicos, as como tambin gran cantidad de vasijas. El alfarero acudi al ruido y viendo todo aquel destrozo, injuri al Branmn y lo ech de su cobertizo.

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EL CAMINO HACIA LA VERDAD

El maestro escuch serenamente al desasosegado discpulo, que le imploraba:- Te ruego, Guruji, que me develes el secreto para acceder a la Verdad. T, con tu enorme sabidura, deber poseer la enseanza que me ayude a llegar a ella.

Durante unos instantes, el maestro permaneci en silencio. Luego dijo:

- El nico gran secreto reside en la observacin, que es la enseanza misma para una mente observadora y perceptiva.

-Qu me sugieres entonces? pregunt el joven.- Observa dijo el gur-, todo el tiempo que consideres necesario, no importa cunto sea, cunto te demande tu comprensin. Puedes simplemente llegar hasta la playa, sentarte a la orilla del mar, contemplar el sol que se refleja en sus aguas, hasta que sientas que aquello sobre lo que te preguntabas ha encontrado su respuesta.

El discpulo as lo hizo. Se dirigi hacia la playa y durante das se mantuvo en exttica contemplacin, sentado a la orilla del mar. El sol se reflejaba en las aguas, unas veces serenas, otras tempestuosas. Sus ojos perciban las leves ondulaciones de los das calmos y las encrespadas olas del temporal. Fiel al consejo de su maestro, observ con suma atencin, con la mayor ecuanimidad, alerta a todo cuanto suceda. Poco a poco, de modo casi imperceptible, su comprensin se acrecentaba, su mente se ampliaba y l era consciente de todo aquello.

Inmensamente agradecido, el discpulo regres finalmente junto al maestro.

-La observacin te ha permitido comprender? le pregunt el maestro al verlo llegar-. As es respondi con satisfaccin el discpulo-. Haca ya aos que practicaba los ritos, participaba de las ceremonias sagradas, estudiaba las escrituras, pero aun habiendo puesto en ello el mayor empeo, no lograba comprender lo que ahora es claro para m tan slo con unos pocos das dedicados a la observacin. El sol se aloja en nuestro interior, es nuestro ser, siempre radiante, luminoso, inalterado. Est ms all de la calma y la tempestad aparentes.

- Has comprendido la enseanza afirm complacido el gur-; ahora eres capaz de percibir la esencia sublime de la enseanza que proviene del arte de la observacin.

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EL CIEMPIS Y EL SAPO

Una historia china presenta una pregunta verdaderamente embarazosa.

Un ciempis viva tranquilo, consagrado a sus asuntos, hasta el da en que un sapo, que a menudo lo observaba ir y venir, le pregunt:

- Por favor, en qu orden accionas tus pies?

El ciempis, desconcertado por la pregunta del sapo, se meti en su agujero. Intent pensar en una posible respuesta pero no lo consigui.

Permaneci bloqueado en su agujero, incapaz ya de poner en movimiento sus patas, y muri de hambre.

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EL ERMITAO, EL MISARIO Y LA MUERTE

Haca ya mucho tiempo que aquel hombre haba decidido apartarse de la compaa de los otros hombres. Haba optado por convertirse en un ermitao, para dedicar su vida a obtener la sabidura y desarrollar las facultades de su mente. Durante largos aos el ermitao se haba impuesto a s mismo las ms duras pruebas, se haba sometido a la ms exigente de las disciplinas y haba tolerado estoicamente la mayor austeridad. Al cabo de esos aos, los resultados eran sorprendentes.

La blancura inmaculada del cabello y las profundas arrugar que dibujaban una intrincada retcula en la cara delataban su avanzada edad. Su sagacidad, agudeza y su viva inteligencia, a las que se agregaba la maleabilidad de su cuerpo, gil an, no parecan concordar, en cambio, con los atributos de un hombre que haba vivido ya ms de un siglo.

Sin embargo, a pesar de esos prodigios, un hecho inevitable puso al descubierto que, al cabo de todos esos aos, el anciano no haba logrado doblegar su yo. Inesperadamente, la llegada de un desconocido perturb la calma de su retiro. La sorprendente capacidad intuitiva del ermitao le permiti adivinar al instante que aquel visitante no era sino un emisario de Yama. El Seor de la Muerte no admita excepciones y el ermitao comprendi que el momento en que deba ser conducido a su reino haba llegado.

El emisario descubri con asombro que el anciano no estaba dispuesto a acatar la voluntad de Yama y asisti demudado al ardid con el que consigui desorientarlo: repentinamente, cuarenta cuerpos iguales aparecieron ante l. Uno era el verdadero ermitao; los restantes, slo proyecciones que plasm con sus poderes.

Con pesar por haber fracasado en su objetivo, el enviado regres junto a Yama y le relat lo que acababa de presenciar.

Hasta el mismo Yama, el poderoso Seor de la Muerte, se qued pensativo durante unos instantes, impresionado por el relato. Luego acerc los labios al odo del emisario para darle instrucciones precisas. Al orlas, una sonrisa ocup el afligido rostro y sin demora se dirigi nuevamente hacia la morada del ermitao. Otra vez el tercer ojo del anciano percibi que el enviado volva a su encuentro. No tard en repetir el ardid del que se haba valido antes y cre otra vez la treinta y nueve figuras iguales a la suya.

El emisario de Yama sigui las instrucciones de su seor y al verlas, exclam:-Qu portento! Es admirable!Sigui observndolas con detenimiento y tras un breve silencio, dijo:- Pero aparentemente hay aqu un error.El ermitao, ignorante de que a pesar de sus muchas proezas no haba sido capaz de eliminar el orgullo, se sinti menoscabado y le pregunt:- Cul?

Fue entonces cuando el emisario de la muerte pudo distinguir el cuerpo real del ermitao. Sin esfuerzo lo atrap y lo condujo a los lgubres dominios del Seor de la Muerte.* * *EL FILSOFO DESCONCERTADO

Era un hombre con grandes ansias de conocimiento. Tena una genuina necesidad de dar respuesta a las muchas preguntas que era capaz de formular, aunque no de responder. Durante largos aos haba investigado en las ms variadas filosofas, haba tratado de ahondar en los conceptos de la vida, la muerte, el devenir, el destino, los enigmas de la existencia, las contradicciones de la naturaleza y del ser humano, pero no consegua resolver sus interrogantes. Desalentado, decidi visitar a un sabio que viva plcidamente en una cabaa cerca del ro, en busca de una palabra que mitigara su angustia.

- Seor, me siento fatigado y confuso dijo al sabio-. Nunca he estado ms desanimado y entristecido.- Cul es la razn de tu pesar? Posiblemente no sea tan grave como crees.- Claro que lo es respondi -. He dedicado toda mi vida a escrutar los fenmenos de la vida y de la muerte, y aunque he puesto mi mayor esfuerzo, no consigo comprender el sentido de la existencia.

El sabio le dirigi una mirada compasiva y guard silencio. En sus ojos profundos se reflejaban las aguas plateadas del ro que corra frente a la casa. Coloc la mano sobre el hombro del atribulado filsofo y le dijo:- Quiero pedirte algo. Esta noche visita la ciudad un prestidigitador ambulante. Dar all una funcin, que deseara que presencies. Cuando termine, por favor, vuelve a verme. Estar esperndote.

Amaneca cuando el desdichado filsofo regres a la cabaa del sabio. Encontr al anciano sumido en profunda meditacin. Una paz infinita emanaba del rostro surcado de arrugas.-Te molest? pregunt el visitante.- Nunca un ser humano molesta a otro ser humano respondi el sabio-. Y bien, cuntame qu has visto.- Prest mucha atencin al prestidigitador. Es un ilusionista muy diestro, sus juegos son asombrosos explic el filsofo.-Descubriste el truco en alguno de ellos? pregunt el sabio.- No, en absoluto repuso el filsofo-. Es increblemente hbil.

La madrugada anunciaba una jornada clida en ese remoto paraje de la India. En los labios del anciano se dibujaba una leve sonrisa.

- Si no eres capaz de entender los juegos de un prestidigitador, cmo quieres comprender los mandatos de Dios? Abandona tus especulaciones. Deja de perderte en los laberintos de la mente y empieza a meditar. Emprende el camino que te llevar a fundirte con tu verdadero ser. Mira hacia dentro y all encontrars lo que buscas.

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EL HOMBRE DE ESPRITU LIBRE

Tagore cuenta la historia de un hombre que afirmaba desde la infancia la libertad de su espritu. No dependa de ninguna escuela y no crea en ningn dios.

Ese hombre de frreo espritu desapareci. Lo encontraron unos aos ms tarde totalmente entregado a un santo que viva apartado del mundo. El hombre de frreo espritu, con una docilidad ejemplar, sin perder la sonrisa ni un instante, siempre cumpla las rdenes que le daba el ermitao. Le llenaba la pipa y le daba agradables masajes en las piernas.

Un amigo de antao fue a visitarlo y se sorprendi de tal servidumbre.

-Cmo has podido perder la libertad a la cual te aferrabas con tanta fuerza?- No la he perdido. Incluso se ha ampliado.- No te entiendo. Ese hombre estira las piernas hacia ti y t le haces un masaje!- Claro est, pero dicho servicio no le hace falta.

Sera vergonzoso que me lo pidiese si slo fuese en su provecho. Y que yo le obedeciese. Pero soy yo quien lo necesita.

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EL HOMBRE MS POBRE DEL MUNDO I

Un hombre, que era discpulo de un sabio, haba encontrado un anillo que conceda a su dueo cualquier cosa que l pidiera. l era un hombre sencillo y tena todo lo que l deseaba, as que fue donde el sabio y le pregunt qu hacer con tal anillo. El sabio le dijo que se lo regalara a la persona ms pobre de todos los pobres, al que tuviera ms necesidades.

El hombre anduvo por distintos caminos y comarcas buscando a esa persona y no la encontraba.

De nuevo, volvi a donde estaba el sabio y le dijo que no haba encontrado tal persona. El sabio le dijo que se lo regalara al rey de tal comarca. El hombre obedeci, aunque no comprenda tal situacin, y se dirigi hacia tal comarca. All entr en el palacio del rey y le dio el anillo. El rey le pregunt que por qu le da tal cosa y le dijo que l tampoco lo comprenda, porque el sabio le haba dado tal orden, y el rey reflexionaba y reflexionaba pero no hallaba ninguna solucin.

As que el hombre y el rey se fueron de nuevo donde el sabio, y el rey le pregunt la razn por la que dio tal orden. El sabio le contest: --T tienes ms que todos los dems: riquezas, poder, mujeres y posesiones; pero eres a la vez la persona ms temerosa, ms miedosa que existe, porque temes perder tu riqueza, tu poder, tu prestigio, tus posesiones. Por eso eres la persona ms pobre de todos los pobres, y por eso necesitas el anillo ms que ningn otro.

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EL HOMBRE MS POBRE DEL MUNDO II

Uno de los monjes que segua al Buda, haba encontrado una gema que conceda deseos, la cual le otorgaba a su dueo cualquier cosa que l le pidiera. Siendo un monje que haba renunciado a todas las posesiones, no tena uso para ella, por lo tanto le pregunt al Budha qu hacer con ella. El Budha le dijo que se la diera a cierto rey, tanto el monje como el rey cavilaron mucho acerca de esto, en vista de que el rey era muy rico, pero cuando el rey fue a preguntarle al Budha la razn, el Budha le dijo: T tienes ms que todos los dems y por ello ests constantemente temeroso de perderlo, por lo tanto t necesitas la gema ms que cualquier otro.

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EL HOMBRE QUE FUE A BUSCAR AGUA

Si el tiempo es nuestro indiscutible maestro, el maestro al que todo obedece, incluso las piedras y las estrellas (e incluso los cuentos), a veces podemos someterlo, cuando se presta a ello, a lo que llamamos los juegos de la mente.

He aqu primero una historia india extrada de una digresin del Mahabharata.

Dos hombres caminaban por el campo. El ms anciano le dijo al otro:- Estoy cansado. Ve a buscarme un poco de agua en los pozos que veo, all, al otro lado del campo. Te espero a la sombra de esos rboles.

El joven cruz el campo. Una vez hubo llegado al pozo, se encontr con una muchacha que estaba sacando agua. Como se sinti irresistiblemente atrado por la joven, le dirigi la palabra suavemente, le pregunt su nombre. Ella le contest con una sonrisa. Un momento ms tarde, l le propuso llevarle la jarra de agua hasta el pueblo. Ella acept. Ya en el pueblo, fue invitado a quedarse a comer en casa de la joven. Conoci a toda la familia y acab pidiendo la mano de aquella que le haba conducido hasta all. Se la concedieron. Cuando la boda hubo concluido, se puso a trabajar en los campos del pueblo. Tuvo hijos y se ocup de su educacin. Uno de ellos muri de enfermedad. Los padres de su mujer tambin murieron, uno y luego el otro, y as se convirti en la cabeza de familia. Su hijo mayor se cas y se fue del pueblo, adonde regresaba una vez al ao. Entonces su mujer, cuya cabellera se haba vuelto blanca, tuvo unas fiebres incurables y muri.

l la llor, porque la haba amado mucho.

Unos das ms tarde, una repentina inundacin devast el campo. El campesino fue arrastrado con el resto de la gente por un imparable torbellino de agua fangosa. Se debati, intent alargar la mano para coger a su hijo pequeo, que se ahogaba ante sus ojos, por los pelos. De repente, sin que pudiese decir por qu, se acord de su viejo amigo, el anciano que le haba pedido agua.

Al instante se encontr en tierra seca, cruzando un campo, con una jarra de agua en la mano. Regres junto a un anciano que estaba adormecido a los pies de un rbol. Algo en el aire, que se haba vuelto puro y ligero, pareca indicarle al campesino que se encontraba en el mismsimo umbral del gran misterio de Visn, el dios que mantiene los mundos en su sitio.

El anciano se despert y le dijo mientras se levantaba:- El sol ya est bajo. Has tardado mucho. Estaba a punto de ir a buscarte.Una variante de esta historia india se encuentra en la tradicin suf.Un hombre llamado Haydar estaba a punto de ser admitido en la gran cadena de los sheirs. Tena que llevarle agua a su maestro, que era un hombre muy venerable. Atraves lentamente la multitud con un vaso de agua en la mano, se inclin ante el anciano sheir y le entreg el vaso. Pero el viejo, que hablaba agitando las manos, golpe el vaso y ste cay al suelo y se rompi.

En ese preciso instante, Haydar se sinti transportado por los aires y se encontr al borde de un precipicio. No demasiado lejos de all vio una ciudad desconocida y hacia ella se dirigi.Entr en una posada, hizo una buena comida, busc dinero en sus bolsillos y no encontr nada. Muy confundido, comparti su aprieto con el posadero, que le dijo:

-Pero si aqu no se paga! Basta con que digas Bismillah ir-Rahman in-Rabim. Eso es todo.-Bismillah ir-Rahman in-Rabim?- T lo has dicho.

Haydar, encantado con el arreglo, pidi un caf y luego otro. Para pagar el caf le bastaba con recitar un verso sagrado. Y as sucesivamente. Lo mismo le ocurri en el taller de un sastre donde adquiri preciosas ropas nuevas a cambio de recitar otro verso (a decir verdad ms largo que el anterior).

- T no eres de aqu le dijo el sastre.- No. He llegado hoy. No conozco bien vuestras costumbres.- Y seguro que no tienes donde hospedarte, verdad?- Verdad- Tengo una habitacin pequea encima de la tienda. Si la quieres, tuya es.- Te lo agradezco.- Cierra tu puerta antes de acostarte y coloca una vela encendida en la ventana. Porque por la noche las mujeres vienen aqu a coger lo que desean.

Haydar hizo lo que le decan. Por la noche, desde la ventana, vio a las mujeres acercarse a la tienda del sastre y empezar a servirse. Una de las mujeres le sorprendi por su porte, por su belleza. Haydar, presa de un repentino amor, no pudo dormir ni un segundo.

A la maana siguiente, le habl al sastre de aquella mujer, y ste le dijo:- Pero si es muy sencillo: la prxima noche, enciende una segunda vela y dsela a dicha mujer. Si la acepta, es una buena seal.-Volver?- Vuelven todas las noches.

La noche siguiente, la mujer acept la vela encendida de manos de Haydar y se retir sin mediar palabra. Durante el da, el juez mand llamar a Haydar a su despacho y le dijo:- Si lo he entendido bien, quieres casarte con mi hija.- Exactamente contest Haydar (que tema ser convocado por alguna mala accin).- Ella te ha aceptado. Pero antes de que se case contigo, tienes que conocer las tres reglas fundamentales de la vida en nuestra ciudad. Primera: no debes robar. Segunda: no debes mentir. Tercera: no debes desear a la mujer de otro.- Estoy de acuerdo dijo Haydar, a quien las tres condiciones le parecieron muy razonables.

Una magnfica boda uni a Haydar con una maravillosa esposa, devota y fiel. Un da, ella le vio regresar a la ciudad comiendo una manzana que haba encontrado en los campos.

- Has robado esa manzana le dijo-. La manzana pertenece al propietario de la tierra por la que has pasado. Tengo que dejarte.

Inflexible, hizo las maletas y se fue, dejando a Haydar con el corazn roto. Pero, como era nuevo en el pas, su cuado le perdon. Despus de todo, la falta era leve. Su mujer regres, la vida continu.

Una maana, muy temprano, cuando todava estaba en la cama, alguien llam a su puerta.

- Es un amigo que quiere verte le dijo su mujer, que ya estaba levantada.

Haydar, medio dormido, se dio la vuelta y murmur:- Dile que no estoy.- Acabas de mentir le dijo su mujer.

Haydar se present ante su cuado, que quera castigarlo con severidad y exiliarlo. Haydar se defendi con elocuencia y sinceridad. Lo perdonaron por segunda vez y por segunda vez su mujer regres a casa, y los das felices retornaron.

Los aos pasaron numerosos y aprisa. Su mujer perdi poco a poco su belleza. Haydar adquiri la costumbre de pasear todos los das junto al ro. A travs de las ramas de los rboles, observaba cmo se baaban las jvenes.

Alguien lo vio y se lo hizo saber a su mujer. Ella le dej por tercera vez.

Haydar fue llevado ante el juez, su cuado.- has deseado a otra mujer le dijo ste-. Has quebrantado una a una las tres reglas de nuestro pas. Te destierro, y esta vez sin perdn.

Haydar fue agarrado por dos hombres muy fuertes que lo llevaron hasta el borde de un precipicio, el mismo lugar en el que de repente se haba encontrado haca aos.

Lo cogieron por los brazos y las piernas, lo balancearon un par de veces y luego lo lanzaron al abismo.

Por un instante se sinti flotar en el aire.

Entonces se volvi a encontrar frente al anciano sheir que le dijo, sealando los trozos de cristal:-Dices ser un hombre de calidad y ni siquiera puedes servirme correctamente un vaso de agua?

* * *

EL HOMBRE Y LA CABRA

Un hombre devoto pero ingenuo quiso cierto da celebrar un sacrificio a Dios.

Compr una cabra; resolvi consagrarla y la llev a su casa, conducindola sobre sus hombros.

En el camino encontr a tres ladrones: Si pudisemos apoderarnos de esa cabra se dijeron los ladrones podramos regalrnosla sin que nos costase su adquisicin ms que algunas palabras; pues el buen hombre es crdulo.

Se concertaron rpidamente y adelantndose al hombre en su camino siguiendo senderos apartados, se sentaron, cada uno al pie de un rbol, y esperaron a que el hombre pasara delante de ellos.

El primero a quien encontr le dijo: Hombre, porque llevis, as, a un perro en los hombros?. No es un perro, sino una cabra que voy a sacrificar.

El segundo ladrn, que estaba un poco ms lejos, le hizo la misma pregunta.

Entonces el Hombre puso la cabra en el suelo y la examin varias veces; despus se la volvi a echar sobre los hombros y continu su camino.

No tard en encontrar al tercer ladrn, que le pregunt otra vez: Por qu llevis un perro al hombro?.

Persuadido de que su cabra era un perro, la abandon, fue a hacer las abluciones y entr en su casa.

Entre tanto, los ladrones que haban cogido la cabra, se la coman y se burlaban del cndido hombre.

* * *

EL JOVEN ERMITAO Y LA ANCIANA DAMA

Una anciana muy acaudalada decidi socorrer a un a joven monje zen, mas bien famlico, con el que se haba encontrado por casualidad en una calle mientras mendigaba. La dama le ofreci alojamiento en una cabaa bastante agradable situada en medio de un parque inmenso que rodeada su mansin, y alimento.El monje acepto sin ver en aquello ningn mal. Pasaron algunos aos en tranquilidad. El monje, bien alimentado, ganaba peso y segua practicando ostensiblemente sus ejercicios de meditacin y piedad.A la anciana mujer le gustaba aquella presencia apacible y piadosa, que la tranquilizaba. A veces tena la impresin de que el ermitao rezaba por ella y la purificaba de sus pecados. Hablaba del monje sus amigos e, incluso, algunas veces de lo mostraba. Entonces charlaban un rato con el. A la larga, nadie pareca extraarse de su presencia. Todo iba de maravilla.La dama tena una sobrina, una joven a la que tambin atraa la vida monstica. Sin embargo, antes de tomar para siempre los hbitos, deseaba conocer, al menos una vez, los goces del amor fsico. As, probando aquello a lo que iba a renunciar, pensaba que fortalecer su vocacin. Si no, Qu valor tendra su renuncia?Como no se atreva a hablar de ello con sus padres, se confi a su ta, cuyo estrafalario carcter conoca. Esta duco un momento, pero, luego, tras un s discusin bastante larga, admiti lo razonable de los argumentos de la joven.-Tengo justo lo que necesitas- le revelo-. O eso creo.Pidi a la joven que la acompaara hasta la cabaa del eremita, a quin explico el servicio que las dos mujeres esperaban de el. Pero este rechazo de plano, casi de manera arisca, cualquier contacto sexual. Les dijo que haba renunciado al placer carnal, que su corazn era frio como el mrmol, que no poda corre ese riesgo y otros argumentos de ese tenor.La anciana dama se enfureci y de inmediato lo puso de patitas en la calle. Como he podido dar refugio durante tanto tiempo a semejante estpido! grito.Y la joven renuncio a convertirse en monja.

* * *

EL LEN QUE CREA SER UN CORDERO

Otra historia sobre un len, que nos viene de la India.

Un joven leoncito abandonado fue recogido por corderos, que lo criaron a su manera. El leoncito se esforzaba por comer hierba, lo cual no le gustaba nada, y por balar, lo cual le era muy difcil.

Cuando un chacal se acercaba al rebao, el joven len, imitando a los corderos, hua aterrado.

Un da, un len adulto surgi en lo alto de un peasco que dominaba la llanura. Todos los corderos huyeron, y el leoncito con ellos.

El len persigui el rebao y agarr al leoncito por la piel del cuello. Se lo llev. El pequeo len temblaba de miedo y ya se vea devorado.

Llegaron a la orilla de un ro. El len dej al leoncito en el suelo y lo empuj hasta el borde del ro. Entonces se sent a su lado e inclin su cabeza sobre el agua.

De esta forma, el len y el leoncito se vieron reflejados el uno al lado del otro. El leoncito vio que se pareca al len. Se tranquiliz.

Los dos animales calmaron su sed y se alejaron juntos.

* * *

EL MEJOR DESEO

Otra variante sobre el mismo tema:El genio liberado le dice al pescador:

- Pide tres deseos y yo te los dar. Cul es tu primer deseo?

- Helo aqu dijo el pescador-. Me gustara que me hicieses lo bastante inteligente como para hacer una eleccin perfecta de los otros dos deseos.

- Hecho dijo el genio-. Y, ahora, cules son tus otros deseos?

El pescador reflexion un momento y contest:- Gracias. No tengo ms deseos.

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EL MITO DE LA INDRA

Cierta vez, Indra rey de los semidioses, seor del rayo y triunfador de los demonios tuvo que enfrentar a un monstruo terrible que invadi sus dominios celestes. El monstruo descendi a la tierra y se trag toda el agua de los ros, fuentes y lagos, dejando al mundo en una dolorosa sequa. Afligido y agonizante, Indra tardo en recordar su reserva de ros y truenos. Pero al tranquilizar su corazn con la certeza de que era capaz de ayudar al mundo, lanzo sus poderosos ros sobre el monstruo y lo destruyo. Entonces, las aguas fluyeron abundantes otra vez. Indra se llen de orgullo por lo hecho. Considerndose siempre el ms maravilloso de los seres, camino hasta la ms alta montaa csmica, que queda en el centro del universo, y all decidi construir un palacio digno de su grandeza. Llamo al arquitecto de los dioses, quien en seguida armo su proyecto y se puso a trabajar.Cada vez que Indra inspeccionaba las obras, encontraba un defecto y vea que la construccin deba ser ms grandiosa y lujosa. El arquitecto, desesperado, presenta que la obra no tendra fin. Ambos eran mortales y los deseos de Indra no tenan limites; as, el estara aprisionado toda la vida, por los caprichos de los semidioses.Angustiado, el arquitecto recurri a Brahma, smbolo de fuerza y de gracia. Le conto su historia y su desdicha. Despus de escucharlo atentamente, Brahma dijo: No te preocupes. Se dar una solucin a tu caso.A la maana siguiente, en el portal del espacio en construccin, apareci un lindo nio, negro azulado, vestido ricamente y rodeado de ms nios. Curioso, Indra ordeno que el nio entrara. Bienvenido le dijo Indra - Qu viniste a hacer aqu? El nio hablo con voz dulce y poderosa al mismo tiempo, voz que reson afuera en los universos.O decir que est construyendo un palacio como ningn Indra ha tenido!Indra, indignado, dijo: Cmo ningn Indra? de qu ests hablando?El pequeo replico:He visto centenares de Indra venir y desaparecer. Vishn duerme sobre Sesha (la eternidad) en el ocano csmico; el Universo, como un loto, nace de su ombligo. Sentado en el loto vive Brahma, la energa creadora. Brahama abre los ojos y el mundo es creado y gobernado por un Indra. Brahma cierra los ojos y todo desaparece. Brahma vive cuatrocientos treinta y dos mil aos. Cuando muere, el loto donde l se asienta se deshace y otros nacen, as como otro Brahma. Piensa en las galaxias ms all de las galaxias, en el espacio infinito, cada universo con sus lotos y su Brahma abriendo y cerrando los ojos y Cuntos Indras? Mientras el nio habla, un ejrcito de hormigas paso desfilando. El nio rio e Indra quiso saber la razn. Sealando a las hormigas, el nio dijo: Todas son antiguas Indras. A travs de muchas vidas, se elevan de las ms bajas condiciones hasta la ms alta iluminacin. Ah lanzan un rayo sobre un monstruo y piensan: que extraordinario soy!, y vuelven a caer.En ese instante entro en la sala un yogui, con una constelacin de pelos en el pecho. El nio pregunto el nombre al anciano y l respondi: Peludo.Dijo que no tena casa ni familia, que viva meditando en la eternidad y en la fugacidad del tiempo. Dirigindose a Indra, dijo: sabes? Cada vez que un Indra muere, un mundo desaparece y cae un pelo de mi pecho. La mitad de los pelos ya se fueron y en breve tiempo todos se habrn ido. La vida es corta. Por qu construir una casa?El nio era Visn y el anciano, Shiva; haban ido a ensearle a Indra que l era parte de todo. Indra llamo al arquitecto y suspendi la construccin del palacio. Decidi renunciar a todo y practicar la meditacin. Su mujer, la reina Indrani, afligida, busco a rishi (sacerdote) de los dioses: Aydeme. El resolvi ser yogui renunciante.El sacerdote de los dioses fue al encuentro de Indra y dijo: T eres el rey de los dioses, la manifestacin del misterio de Brahma en la esfera del tiempo. A precia ese alto privilegio y vive como quien realmente eres. Voy a escribir mi libro sobre el amor, as, t y tu mujer sabrn que, en el maravilloso misterio de los dos, un Brahma esta radiantemente presente.Las palabras del sacerdote de los dioses convencieron a Indra de desistir de su intencin de convertirse en yogui y lo llevaron a descubrir que en la vida, el representa lo eterno como smbolo, puede decirse, de Brahma.

* * *

EL NACIMIENTO DEL ARBOL DEL PAN

En una regin hmeda de la India ardiente viva un hombre viejo y pobre con su hijo, su antiguo criado y su perro. En un ao de desgracia perdi su pequea fortuna y ya sin nimo y sin proteccin de nadie, se retir con los suyos a vivir en una casa abandonada del campo desierto. En el morral slo pudieron llevar cuatro grandes panes; una hogaza para cada uno. Y ste era el nico alimento con que haban de contar durante todo el mes, hasta que terminara la poca de las lluvias.

Sentados alrededor de la mesa, en una noche rasgada de relmpagos el padre, el criado y el hijo pensaban en su desamparo. El perro dormitaba a los pies de su amo. Entre el ruido de la lluvia y el viento sonaron en la puerta recios golpes. Se apresur a abrir el criado y apareci en la noche un pobre mendigo que pidi de comer.

Nadie habra podido reconocer en aquel hombre encorvado y andrajoso al Dios del Cielo, que pasaba por all disfrazado visitando la tierra para conocer las costumbres y la vida de los hombres y para que recibieran de acuerdo a sus acciones las consecuencias buenas o malas de las mismas.

Oy el padre la peticin del mendigo y dijo al criado:

Dale al hombre mi pan. l es ms pobre que yo. No tiene ni casa donde refugiarse. Pasar sin comer hasta que de la tierra podamos sacar los bienes que nos faltan.

El criado obedeci de mala gana y dio al pobre la hogaza de su seor.

Continuaron las lluvias y todo era tristeza en la casa humilde. Siete das despus lleg otra vez el mendigo a la puerta y pidi con qu remediar su miseria y su hambre.

El padre reflexion un momento. Su mirada era serena y fija. Llam despus al criado y le dijo: si yo me he privado de comer para ayudar a este hombre mendigo, t tambin debes hacer lo mismo, pues eres joven y fuerte y vives en mi casa como un hijo. El pobre que te pide se siente viejo y abandonado. Dale tu pan como le diste el mo. El criado obedeci, esta vez con alegra.

Siete das pasaron. El cielo segua negro y hostil. La casa, cerrada y silenciosa. Volvi el mendigo a pedir con voz desfallecida.

El anciano reflexion un momento. Habl y su voz era grave y firme.

Ha llegado el momento de que mi hijo debe sacrificarse. Desde pequeo ha de aprender a sufrir la miseria del prjimo como su propia miseria. Dale al hombre el pan de mi hijo.El criado obedeci disgustado.

Pasaron otros siete das largos y llenos de esperanza.

El Dios del Cielo volvi por ltima vez fingiendo cansancio y hambre y desamparo. Quera probar hasta donde llegaba la bondad de aquellos hombres humildes. Y pidi pan, con dbil voz de lstima.

Oy el anciano la splica del mendigo. Reflexion un momento y dijo acompaado sus palabras con una voz muy lenta.

He dado al hombre mi pan, el de mi criado y el de mi hijo, despus de esto creo que puedo tambin ofrecerle el que est destinado al perro. El buen animal no puede sentir el placer del sacrificio. Dale el pan que queda y considermonos dichosos de haber podido dar algo. Obedeci el criado sin resistencia y sin alegra.

El mendigo tom el pan de las nobles manos. Salud el criado para ir al lado de su amo, pero volvi otra vez a la puerta donde oy que lo llamaban por su nombre entre gracias y alabanzas. En la luz gris de la tarde el mendigo se iba transformando majestuoso y radiante como el sol. El Dios del Cielo mostr entre sus dedos una semilla grande como una almendra y dijo:

Toma, dale esto a tu seor. Que lo siembre, y nunca ms tendris hambre.

El criado lleg lleno de asombro a donde su seor. Le dio el raro regalo del Dios y le cont la maravillosa transformacin del mendigo.

El anciano cogi de la mano a su hijo para ver con sus ojos la misteriosa aparicin, pero no haba nadie ya en la luz gris de la tarde.

Con su hijo, su criado y su perro subi el padre a un montculo prximo. Elev una plegaria a lo alto y sembr all la morena semilla. Al poco rato se vieron las entraas del cielo por la rasgadura de un relmpago y empez a caer una lluvia pesada y caliente. Brot con fuerza de la tierra un tallo duro y recto que creca y creca y se ensanchaba como un tronco prodigioso. Y en poco tiempo, se form un rbol hermoso, entre cuyas ramas nacieron cuatro grandes y preciosos frutos, como ovalados panes de pasta blanca y tierna. Cuatro panes para los cuatro humildes habitantes de la casa msera.

Y los hombres dieron gracias al Dios del Cielo, que haba trado a la tierra el generoso rbol del pan.

* * *

EL PAJARO DE LA INDIA

Un mercader retena un pjaro en una jaula. Estaba por partir hacia la India, pas del cual provena el pjaro y le pregunt si podra traerle algo de all. Este le pidi su libertad, pero le fue negada. Entonces le pidi al mercader que visitara una jungla en la India y que anunciara su cautiverio a los pjaros libres que all se encontraran.

El mercader as lo hizo y tan pronto hubo hablado, un pjaro silvestre semejante al que retena en la jaula, cay desde un rbol sin sentido al suelo.

El mercader pens que ste deba ser un pariente de su pjaro y se sinti triste por haber sido la causa de su muerte.

De regreso a su hogar, el pjaro le pregunt si traa buenas noticias de la India.

No, dijo el mercader, temo que mis noticias sean malas. Uno de tus parientes sufri un colapso y cay a mis pies cuando mencion tu cautiverio.

Tan pronto como estas palabras fueron dichas, el pjaro del mercader sufri un colapso y cay al fondo de la jaula.

La noticia de la muerte de su pariente tambin lo ha matado a l, pens el mercader. Entristecido recogi al pjaro y lo puso en el alfeizar de la ventana, de inmediato el pjaro revivi y vol a un rbol cercano.

Puedes ver ahora , dijo el ave, que aquello que interpretaste como una tragedia, era de hecho una buena noticia para m. Y el modo en que el mensaje, o sea la sugerencia de cmo comportarme a fin de obtener mi libertad, me fue transmitido por medio de ti, mi captor , y se alej volando libre al fin.

* * *

EL PJARO INDIO

Algunas veces un pjaro puede ser nuestro maestro (si accede a hablarnos).

Un comerciante persa guardaba un pjaro indio en una jaula. Poco antes de partir de viaje hacia la India, le pregunt al pjaro:-Quieres que te traiga un regalo?- No dijo el pjaro-. Todo lo que quiero es mi libertad.- No tengo intencin de drtela.- Entonces te pido que vayas un momento al bosque donde nac, all, en la India, y anuncies a los otros pjaros mi cautividad.- Lo har dijo el comerciante.

Se dirigi, como haba prometido, hasta la zona del bosque indicada por el pjaro y anunci en voz muy alta que l tena en cautividad aquel pjaro. De inmediato, de la rama ms alta, un pjaro cay inanimado al suelo.

Al regresar a su casa, el pjaro le pregunt por el viaje.

- Mucho me temo dijo el comerciante- que soy portador de malas noticias. Cuando anunci tu cautividad, uno de tus parientes cay inmvil al suelo.

En cuanto el comerciante hubo acabado de hablar, el pjaro cay al suelo de la jaula y ya no se movi. , se dijo el comerciante. Triste, abri la jaula, cogi el pjaro y deposit el cuerpo en el alfizar de la ventana, que un rayo de sol acariciaba.

El pjaro se reanim al instante. Sacudi las alas con fuerza y vol hasta la rama de un rbol cercano.

Desde all se dirigi al comerciante:- Ahora comprende lo siguiente: lo que t tomaste como una triste noticia de muerte era en realidad un mensaje de felicidad. Aquel pjaro lejano, pariente mo, me sugiri, utilizndote como intermediario, una forma de liberarme. Y as lo he hecho.

Y el pjaro, cantando, se fue volando hacia el este.

* * *

EL PESCADOR Y EL GENIO

Sobre la tan clsica escena del pescador que lleva consigo a un genio prisionero en una botella, he aqu la variante sufi.

Un pescador cogi con su red una botella de cobre con el tapn de plomo. La botella contena un genio todopoderoso que haba sido encerrado por el rey Salomn, pero el pescador no lo saba. l slo vea la botella, que le pareca un poco extraa. , se dijo. Olvidando que el hombre slo debe utilizar lo que ha aprendido a usar, hizo saltar el tapn de plomo.

Al principio crey que la botella estaba vaca. La puso boca abajo. No sali nada. Entonces vio elevarse desde la botella una delgada columna de humo, que se intensific, que adopt una forma temible, y esa forma le dijo al pescador con una terrible voz:

- Soy el jefe de los djinns, los demonios. Conozco el secreto de los milagros. Me sublev contra Salomn y l me encerr en esa botella. Y ahora voy a destruirte!

El pescador, aterrado, se tir en la arena y grit:

-Vas a destruir al que te ha liberado?-S, porque la violencia es mi naturaleza! Y, por mucho que haya vivido inmvil durante varios millones de aos, he sido creado para destruir!-Pero t no has podido caber en esa botella! -grit de repente el pescador-. Es demasiado estrecha para ti!-Osas poner en duda la palabra del jefe de los djinns?-No puedo creerte dijo el pescador.-Pero yo soy capaz de todo! Te lo he dicho: conozco el secreto de los milagros!-No puedes dijo el pescador- cabe en esa botella!- Fjate bien bram la inmensa criatura.

Entonces el genio empez a disolverse a toda velocidad. Se volvi a convertir en una columna de humo, que penetr en la botella. El pescador volvi a colocar rpidamente el tapn de plomo (tal astucia es un clsico) y tir la botella lo ms lejos que pudo en las profundidades del mar.

Pasaron aos y aos hasta que un da otro pescador, nieto del primero, recogi la misma botella. Estaba dispuesto a abrirla cuando le asalt un pensamiento. Record una frase de su padre, y del padre de su padre, una frase que deca: El genio, despertado por los movimientos de la botella, se puso a gritar:

-Hijo de Adn, seas quien seas, saca ese tapn y librame! Soy el jefe de los djinns! Conozco el secreto de los milagros!

Pero el pescador, que no se fiaba, coloc la botella en una gruta y escal el acantilado siguiente, en busca de un ermitao que se haba establecido en aquella soledad. Le explic la situacin.

- La frase que procede del padre de tu padre es absolutamente cierta dijo el ermitao-. Lo que tengas que hacer, lo tienes que hacer t mismo. Y tienes que saber hacerlo.

- Pero qu tengo que hacer? pregunt el pescador.

-No sientes el deseo de hacer algo?- S, claro. Deseo liberar al djinn para que me d el poder de los milagros, o una montaa de oro, o un ocano de esmeraldas.

-Supongo que nunca has pensado dijo el ermitao- que quiz el djinn no te d todas esas riquezas que tanto deseas? O que podra drtelas para despus cogrtelas porque no tienes forma de guardarlas?

-Qu debo hacer? Dime!-Pdele al djinn una muestra de lo que puede hacer.

Busca una forma de salvaguardar esa muestra y tambin de ponerlo a prueba. Busca el conocimiento y no la posesin, porque la posesin sin el conocimiento es la causa de nuestros problemas.

El joven pescador, agudo e ingenioso, prepar un plan. Regres a la gruta, golpe la botella y la terrible voz del djinn volvi a pedirle que lo liberara de inmediato.

El joven pescador le dijo:

- He reflexionado. No creo que seas quien pretendes ser. No creo que poseas los poderes que dices.

-No me crees? exclam la temible voz del djinn-. Acaso no sabes que soy incapaz de decir una mentira?- No, no lo s.- En tal caso, cmo convencerte?- Hacindome una demostracin. Puedes ejercer uno de tus poderes a travs del cobre de la botella?- S dijo el djinn-. Pero no puedo liberarme a m mismo.- Muy bien dijo el joven pescador-. Dame poder para resolver el problema que me agita en estos instantes mi espritu.

Al momento, por una milagrosa intervencin del djinn, el joven pescador comprendi el profundo significado de la frase de su padre, y del padre de su padre. Al momento, pudo ver toda la antigua escena de la liberacin del genio. Y vio cmo podra ensearles a los otros las artimaas necesarias para obtener de los djinn cualquier favor.

Pero tambin comprendi que aquellos favores se detenan all, que no podra obtener nada ms, ni montaa de oro, ni mar de esmeraldas.

Entonces agarr la botella y, con el mismo gesto que su abuelo, la tir al mar.

Pas el resto de su vida enseando a otros el significado de una frase muy simple: el hombre slo debe utilizar aquello de lo que ha aprendido el uso.

Tras su muerte, como los encuentros con los djinns encerrados se volvieron raros, los sucesores del pescador desnaturalizaron sus lecciones, deformaron sus gestos. Se cre una religin. Se encerraron botellas de bronce en los sagrarios de suntuosos templos y de vez en cuando los sacerdotes elevaban aquellas botellas entre sus manos y beban de su interior. Por inmenso respeto a la memoria del pescador, todos se esforzaban por parecerse a l, por actuar como l.

Durante siglos la botella permaneci como el smbolo de la verdad, el objeto del misterio. Los miembros de aquella religin intentaron amarse los unos a los otros por la nica razn de que todos amaban al pescador. En el lugar donde l vivi antao, una cabaa de caas, edificaron un templo incomparable, donde procedieron a un extrao culto vestidos con hermosos y pesados ropajes.

Los discpulos del ermitao siguen vivos, pero los sacerdotes no los conocen.

Los descendientes del pescador siguen vivos, pero los sacerdotes tampoco los conocen.

La botella de cobre, donde dormita el gran genio, est en algn lugar en el fondo del mar.

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EL POBRE Y EL REY DE ORO

Un da, un pobre hombre que viva en la miseria y mendigaba de puerta en puerta, observ un carro de oro que entraba en el pueblo llevando a un rey sonriente y radiante.

El pobre se dijo de inmediato:

En efecto, el rey, como si hubiese venido para ver al pobre hombre, hizo detener el carro a su lado. El mendigo, que se haba postrado en el suelo, se levant y mir al rey, convencido de que haba llegado la hora de su suerte. Entonces, de repente, el rey extendi la mano hacia el pobre y le dijo:

-Qu tienes para darme?

El pobre, muy sorprendido y muy desilusionado, no supo qu decir.

Entonces, al ver la persistente sonrisa del rey, su luminosa mirada y su mano tendida, el pobre meti la mano en su alforja, que contena unos puados de arroz. Cogi un grano de arroz y se lo dio al rey, que le dio las gracias y se fue enseguida, llevado por unos caballos sorprendentemente rpidos.

Al final del da, al vaciar su alforja, el pobre encontr un grano de oro.

Se puso a llorar diciendo:-Por qu no le habr dado todo mi arroz!

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EL PODER DEL MANTRA

Son infinitas las evidencias del poder de la palabra, del indudable ascendiente que tiene sobre la mente humana, Sin embargo, hay quienes dudan de la eficacia del mantra para encauzar la energa mental hacia el crecimiento espiritual.

En una ocasin, un grupo de personas deseosas de beneficiarse con su sabidura, escuchaba la explicacin de un yogui:

- El mantra tiene el poder de conducirnos al Ser.

Un escptico que formaba parte del auditorio argument:

-Con qu fundamento puede afirmarse que la mera repeticin de una palabra es capaz de conducirnos al Ser? Significa eso, acaso, que si repitiramos pan, pan, pan hasta el cansancio, el pan se manifestara y se volvera realidad ante nosotros?

El yogui se dirigi al incrdulo y le grit:- Sintate ahora mismo, sinvergenza.- Jams hubiera sospechado que un hombre como t, que presume de santidad, se atrevera a hablarme en ese tono grit el escptico, presa de un furor tan ingobernable que haca temblar todo su cuerpo.

Entonces la actitud del yogui hacia l cambi por completo. Volvi a hablarle, pero esta vez se perciba en su voz afecto y ternura:

- Creme que de verdad lamento mucho haberte ofendido y te pido disculpas por ello. Pero, dime, cmo te sientes en este momento?-Me siento ultrajado!- Ha bastado una sola palabra injuriosa para provocar esa sensacin en ti, que dudas del poder de la palabra. Puedes comprobar por ti mismo el enorme afecto que es capaz de ejercer. Si esto es as, por qu dudar de que el vocablo que designa al Ser posea el poder de transformarte?

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EL REAL DESCANSO

Un rico empresario del norte se qued horrorizado al encontrar a un pescador del sur estirado perezosamente junto a su bote, fumando en pipa. -por qu no has salido a pescar dijo el empresario. - porque ya he pescado lo suficiente por hoy- dijo el pescador. -por qu no pescas ms? -Qu habra con ms? -podras ganar ms dinero- fue la respuesta-: As podras ponerte un motor en el bote para ir a aguas ms profundas y pescar ms peces. Entonces ganaras lo suficiente para comprarte redes de nailon stas te proporcionaran ms peces y ms dinero. Muy pronto ganaras bastante dinero para comprarte dos barcos tal vez incluso una flota de barcos. As seras un hombre rico como yo.-Qu hara entonces?-Entonces podras disfrutar de la vida de verdad.-Qu te piensas que estoy haciendo en este preciso momento?Relato contemporneo

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EL RECLUSO

Un recluso iba a ser trasladado de una a otra prisin y para ello deba atravesar toda la ciudad.

Le colocaron sobre la cabeza un cuenco lleno de aceite hasta el borde y le dijeron:

Un verdugo, con una afilada espada, caminar detrs de ti. En el mismo momento en que derrames una gota de aceite, re rebanar la cabeza.

Se sac al recluso de la celda y se le coloc un cuenco sobre la cabeza. Comenz a caminar con mucho cuidado, en tanto el verdugo iba detrs de l. Haba llegado a plano centro de la ciudad, cuando, de sbito, tambin llegaron al mismo lugar un grupo de hermossimas bailarinas. La pregunta es: Logr el recluso no ladear la cabeza para mirar a las bailarinas y as mantenerla a salvo, o, por el contrario, negligentemente, mir a las bailarinas y la perdi?

El Maestro dice: Los que no permanecen atentos es como si ya estuvieran muertos.

* * *

EL REFUGIO DE LA DIVINIDAD

Una antigua leyenda Hind relata que haba un tiempo en que todos los hombres eran Dioses. Habiendo abusado tanto de su divinidad, Brama, el maestro de los Dioses, decidid quitarles el poder divino y esconderlo en un lugar en el cual sera imposible encontrarlo. El problema, entonces, era hallarle un buen escondite.

Lo Dioses menores fueron convocados a un consejo para resolver este problema y propusieron lo siguiente: Enterremos la divinidad del hombre en la tierra. Brahma respondi: No, esto no es suficiente, pues el hombre cavar y lo encontrar.

Entonces, los Dioses replicaron: En este caso, arrojmosla en el ms profundo de los ocanos.

Pero Brahma de nuevo respondi: No pues tarde o temprano el hombre explorar las profundidades de los ocanos y un da la encontrar y la subir a la superficie.

Entonces, los Dioses menores concluyeron: No sabemos en donde esconderla, puesto que parece que no existe en la tierra o en el mar un lugar que el hombre no pueda un da alcanzar.

Brahma dijo: Vamos hacer lo siguiente con la divinidad del hombre. La esconderemos en lo mas profundo de el mismo, puesto que es el nico lugar en donde jams buscar.

Desde entonces, concluye la leyenda, el hombre le ha dado la vuelta al mundo, ha explorado y escalado, se ha sumergido y cavado, buscando algo que se encuentra en el mismo.

***

EL RUGIDO DEL DESPERTAR

El ejemplo que vamos a presentar es el de un cachorro de tigre que haba sido criado entre cabras. Su madre haba muerto al darlo a luz. Embarazada haba estado merodeando muchos das sin descubrir presa alguna, cuando se encontr con un rebao de caras salvajes. La tigresa senta entonces gran voracidad, la cual puede explicar la violencia de su salto. Sea como fuere el esfuerzo realizado le produjo el parto y de puro agotamiento muri. Entonces las cabras que se haban dispersado, regresaron al campo de pastoreo y hallaron al tigrecito dando leves quejidos al lado de su madre.

Las cabras adoptaron a la dbil criatura por pura compasin maternal, la amamantaron junto con sus propias cras y la cuidaron cariosamente. El cachorro creci, y los cuidados que le haban dispensado no quedaron sin recompensa, pues el pequeo aprendi el lenguaje de las cabras, adapt su voz< a la de sus suaves balidos y mostr tanto afecto como cualquier cabrito. Al principio tuvo ciertas dificultades cuando trat de masticar tiernas briznas de pasto vegetariano, lo tena muy flaco y daba su temperamento notable dulzura.

Una noche, cuando este pequeo tigre que haba vivido entre cabras haba alcanzado la edad de la razn, el rebao fue atacado nuevamente, esta vez por un viejo y feroz tigre, y de nuevo las cabras se dispersaron, pero el cachorro se qued dnde estaba, sin temor alguno. Desde luego se sinti sorprendido. Al descubrirse cara a cara con una terrible criatura de la selva contempl al aparecido con estupor. Pasado el primer momento volvi a cobrar conciencia de s dando un balido de desesperacin arranc una brizna y se puso a masticarla mientras el otro le clavaba los ojos.

De improviso el intruso inquiri:

Qu haces tu aqu entre estas cabras? Qu es lo que ests masticando?.

La nueva criatura comenz nuevamente a dar balidos. El viejo tigre cobr un aspecto realmente aterrador. Rugi diciendo:

Porqu haces ese ruido tonto?

Yantes que el pequeo pudiera responder lo tom speramente de la nuca y lo sacudi como si quisiera volverlo a sus cabales a fuerza de golpes. El tigre de la selva entonces llev al asustado cachorro a un charco cercano y lo puso en el suelo, obligndolo a que mirase en la superficie iluminada por la luna. -Mira esas dos caras. No son iguales? T tienes la cara redonda de tigre; es como la ma Porqu te crees ser una cabra? Porqu balabas? Porqu comas pasto? El pequeo era incapaz de contestar, pero continu mirando, comparando ambos reflejos. Entonces se puso nervioso: se apoyaba en una pata, luego en la otra y dio un grito quejumbroso de pesar. El viejo tigre feroz lo levant de nuevo y lo llev a su guarida, donde le ofreci un pedazo de carne cruda y sangrienta, resto de una comida anterior. El cachorro se estremeci de repugnancia. El tigre de la selva, haciendo caso omiso del dbil balido de protesta, orden secamente:

- Tmala, cmela, trgala!

El cachorro se resisti, pero el tigre le oblig a pasarla por sus dientes entrecerrados y lo vigil estrictamente mientras el tigrecito trataba de masticarla y se preparaba a tragarla. La crudeza del bocado no le era familia y le produca cierta dificultad, y el pequeo estaba por lanzar nuevamente su dbil balido, cuando comenz a sentirle gusto a la sangre. Qued asombrado y cogi el resto con avidez. Comenz a sentir un raro placer a medida que la carne bajaba haca el estmago. Una fuerza extraamente clida naca en sus entraas, se difunda por todo su organismo y comenzaba a estimularlo t embriagarlo. Senta un regusto en los labios; se lami las mejillas. Se incorpor y abri y la boca para lanzar un gran bostezo como si estuviera despertando de una noche de sueo, una noche que lo haba tenido hechizado durante varios aos. Desperezndose arque el lomo, extendi y abri las garras. Su cola fustigaba el suelo y de pronto de su garganta estall el terrible y triunfante rugido del tigre.

Entre tanto el severo maestro haba estado observando de cerca y con creciente satisfaccin. La transformacin se haba cumplido realmente. Cuando el rugido hubo terminado pregunt con aspereza:

-Sabes ahora quin eres?- Y, para completar la iniciacin de joven discpulo en el saber secreto de su propia y verdadera naturaleza, aadi:

Ven, ahora iremos a cazar juntos por la selva!

* * *

EL REY Y EL BUFN

Haba un Rey en un pas lejano que solamente se dedicaba a divertirse, y acumular riquezas. En su reino haba un bufn que se caracteriza no solo por su humor muy fino bufonadas, sino porque le haca reflexionar, y sealar ciertos aspectos negativos de manera indigente al Rey. El Rey no le agradaba esta forma de obrar y un da cansado de sus bufonadas se dijo; Oh bufn si eres capaz de encontrar una persona ms tonta que t te dar la mitad de mi reino.

El bufn consisti. Pasaron los aos, y un da el Rey cay enfermo y estaba muy grave, agonizando. En ese momento entro el bufn y .le dijo: Oh Rey! He encontrado una persona ms tonta que yo. El Rey le pregunt, s quin es? El bufn le dijo: Tu Oh Rey! Por qu vas a morir y nunca te preparaste para la muerte, y ahora mueres no como Rey, ni como un bufn, sino el ms tonto de todos los tontos.

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EL RUGIDO DEL DESPERTAR

El ejemplo que vamos a presentar es el de un cachorro de tigre que haba sido criado entre cabras. Su madre haba muerto al darlo a luz. Embarazada haba estado merodeando muchos das sin descubrir presa alguna, cuando se encontr con un rebao de caras salvajes. La tigresa senta entonces gran voracidad, la cual puede explicar la violencia de su salto. Sea como fuere el esfuerzo realizado le produjo el parto y de puro agotamiento muri. Entonces las cabras que se haban dispersado, regresaron al campo de pastoreo y hallaron al tigrecito dando leves quejidos al lado de su madre.

Las cabras adoptaron a la dbil criatura por pura compasin maternal, la amamantaron junto con sus propias cras y la cuidaron cariosamente. El cachorro creci, y los cuidados que le haban dispensado no quedaron sin recompensa, pues el pequeo aprendi el lenguaje de las cabras, adapt su voz< a la de sus suaves balidos y mostr tanto afecto como cualquier cabrito. Al principio tuvo ciertas dificultades cuando trat de masticar tiernas briznas de pasto vegetariano, lo tena muy flaco y daba su temperamento notable dulzura.

Una noche, cuando este pequeo tigre que haba vivido entre cabras haba alcanzado la edad de la razn, el rebao fue atacado nuevamente, esta vez por un viejo y feroz tigre, y de nuevo las cabras se dispersaron, pero el cachorro se qued dnde estaba, sin temor alguno. Desde luego se sinti sorprendido. Al descubrirse cara a cara con una terrible criatura de la selva contempl al aparecido con estupor. Pasado el primer momento volvi a cobrar conciencia de s dando un balido de desesperacin arranc una brizna y se puso a masticarla mientras el otro le clavaba los ojos.

De improviso el intruso inquiri:

Qu haces t aqu entre estas cabras? Qu es lo que ests masticando?.

La nueva criatura comenz nuevamente a dar balidos. El viejo tigre cobr un aspecto realmente aterrador. Rugi diciendo:

Por qu haces ese ruido tonto?

Yantes que el pequeo pudiera responder lo tom speramente de la nuca y lo sacudi como si quisiera volverlo a sus cabales a fuerza de golpes. El tigre de la selva entonces llev al asustado cachorro a un charco cercano y lo puso en el suelo, obligndolo a que mirase en la superficie iluminada por la luna. -Mira esas dos caras. No son iguales? T tienes la cara redonda de tigre; es como la ma Porqu te crees ser una cabra? Porqu balabas? Porqu comas pasto? El pequeo era incapaz de contestar, pero continu mirando, comparando ambos reflejos. Entonces se puso nervioso: se apoyaba en una pata, luego en la otra y dio un grito quejumbroso de pesar. El viejo tigre feroz lo levant de nuevo y lo llev a su guarida, donde le ofreci un pedazo de carne cruda y sangrienta, resto de una comida anterior. El cachorro se estremeci de repugnancia. El tigre de la selva, haciendo caso omiso del dbil balido de protesta, orden secamente:

- Tmala, cmela, trgala!

El cachorro se resisti, pero el tigre le oblig a pasarla por sus dientes entrecerrados y lo vigil estrictamente mientras el tigrecito trataba de masticarla y se preparaba a tragarla. La crudeza del bocado no le era familia y le produca cierta dificultad, y el pequeo estaba por lanzar nuevamente su dbil vlido, cuando comenz a sentirle gusto a la sangre. Qued asombrado y cogi el resto con avidez. Comenz a sentir un raro placer a medida que la carne bajaba haca el estmago. Una fuerza extraamente clida naca en sus entraas, se difunda por todo su organismo y comenzaba a estimularlo t embriagarlo. Senta un regusto en los labios; se lami las mejillas. Se incorpor y abri y la boca para lanzar un gran bostezo como si estuviera despertando de una noche de sueo, una noche que lo haba tenido hechizado durante varios aos. Desperezndose arque el lomo, extendi y abri las garras. Su cola fustigaba el suelo y de pronto de su garganta estall el terrible y triunfante rugido del tigre.

Entre tanto el severo maestro haba estado observando de cerca y con creciente satisfaccin. La transformacin se haba cumplido realmente. Cuando el rugido hubo terminado pregunt con aspereza:

-Sabes ahora quin eres?- Y, para completar la iniciacin de joven discpulo en el saber secreto de su propia y verdadera naturaleza, aadi:

Ven, ahora iremos a cazar juntos por la selva!

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EL LTIMO PENSAMIENTO

Una vez haba un tendero que se sinti inspirado por el cuento de Ajamila que habla de la importancia del ltimo pensamiento a la hora de morir. Entonces apoyado en esto decidi recordar el nombre de Dios con su ltimo aliento; pero por medio de ardid bautiz a sus hijos con los nombres de otros tantos Dioses, pues saba que tena que llamar a cualquiera de ellos cuando estuviese a punto de morir.

Por fin lleg el momento de acuerdo con su plan, llam al Seor 5 veces en total. Los muchachos vinieron y pasaron alrededor de la cama y cuando miraba al grupo, el ltimo pensamiento que vino a la mente del hombre moribundo, justamente cuando estaba a punto de irse fue como si todos ustedes han venido quin cuida la tienda ahora?

Ese fue su ltimo pensamiento, ya que su tienda fue su aliento durante toda su vida y no pudo volverse a Dios, as de pronto. Las tendencias se manifestarn a pesar de lo que ustedes hayan planeado.

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KBAR Y EL FAQUIR

El emperador Akbar era conocido por su generosidad hacia los ascetas. Uno de ellos, que viva en una miserable choza y que deseaba poseer algn bien para ayudar los que acudan a pedirle socorro, decidi ir a pedir a Akbar.Cuando fue admitido ante el, el grana emperador estaba rezando y deca: Oh Seor, concdeme ms territorios, ms recursos, mas riquezas! El santn se dispuso a abandonar la habitacin de inmediato, pero el emperador le hizo una seal para que se sentara de nuevo. Un poco mas tarde, concluidas sus oraciones, le pregunt: Has venido a verme? Si. Pero te ibas sin haber hablado conmigo. Por qu? Venia a pedirme una ayuda dijo el sadhu. Y? He visto que tambin t eras un mendigo y he preferido retirarme.

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LA AUTNTICA RENUNCIA

Entre los aos 1960 y 1970, se hizo en la India un gran personaje de la comunidad jain, llamado Vijaya, del que se cuenta la siguiente historia:Se trataba de un rico comerciante de Bombay, que haba hecho fortuna con las actividades portuarias y con los transportes por carretera, entre otros negocios.A la edad de cuarenta aos, obedeciendo una antigua tradicin, decidi poner en prctica el mtodo de las renuncias sucesivas para alcanzar as la sabidura. Se trata, segn este mtodo, de renunciar a una cosa por ao. Por qu? No est claramente explicado en los textos. Lo esencial de renunciar.

El primer ao, renuncio a su fortuna, lo que pareca lo mas evidente y, como l mismo tuvo que reconocer, lo ms fcil. Reparti sus bienes y conserv para vivir solo lo estrictamente necesario. El segundo ao renuncio a su coche y, el tercer ao, al chfer, al que haba conservado y pagado intilmente durante un ao.El cuarto ao, renuncio al tabaco, lo que le pareci mucho ms difcil. Pero lo logr. El ao siguiente, renuncio a todas las bebidas alcohlicas y, el sexto ao, a la leche y el queso.El sptimo ao, renuncio a las especias; el ao siguiente, a cualquier tipo de tocado, sombrero o turbante. El noveno ao, renuncio al paraguas, cuyo resguardo segua caminando para protegerse tanto del sol como de la lluvia.El dcimo ao, renunci al cine, al teatro y luego a la msica y a todos los espectculos de danza. Para concluir esta serie de renuncias, renunci tambin a la televisin.El decimosexto ao, renunci definitivamente a cualquier alimento carnoso (aunque vegetariano, de vez en cuando coma alguna gamba).Tambin renuncio a los huevos.El decimoctavo ao fue le mas arduo y tuvo que recomenzar al ao siguiente: haba decidido renunciar a cualquier pensamiento ertico o glotn y todo el mundo sabe que basta con no querer pensar en una cosa para que esa cosa, sea cual sea, se imponga de inmediato al espritu. Renuncio a la religin y al culto, lo que, en cambio, le pareci ms fcil de lo previsto. Como ya no coma mas que verduras y algunas frutas, tuvo que elegir entre dos categoras muy distintas: las verduras y las frutas que crecen en el suelo o las que caen por si mismas de los rboles. Decidi renunciar a las primeras y se content con las otras. Caminaba con los ojos fijos en el suelo y compartan su alimento con los insectos.Renunci tambin a la lectura de los peridicos, a usar el telfono y poco despus a toda forma de conversacin y de relacin con sus padres y amigos. Algunos dijeron que renunci a lavarse; un ao, los dientes; otro, los pies; otro, el pelo. De continuo buscaba a qu otra cosa poda renunciar. Hacia proyectos de renuncia de un ao para otros.Renuncio al orgullo, a la envidia, a la vanidad, a todos los defectos humanos que pudo imaginarse y descubrir dentro de s.Desapareci durante dos o tres aos no hubo ninguna noticia suya. De pronto, cuando la gente ya empezaba a olvidarlo, reapareci sonriente, vestido con gran elegancia, al volante de un coche deportivo descapotable y con una rubia despampanante sentada a su lado. Fumaba un enorme puro cubano.Uno de sus amigos lo reconoci y le pregunto muy sorprendido:Eres t, Vijaya?Claro que soy yo.Pero Qu ha ocurrido? Has decidido dejar de renunciar a las cosas mundanas?De ningn modorespondi Vijaya---, sigo renunciando.y qu es lo ltimo a lo que has renunciado?Ya lo ves. He renunciado a la renuncia.

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LA BELLEZA REAL

Toma el ejemplo del sannyasin (un hombre santo que ha renunciado al mundo) que vio casualmente a una mujer muy hermosa en la calle. Continu mirndola fijamente, hasta tal punto que algunos familiares que pasaban por all le dijeron: Eres un sannyasin y has renunciado al mundo. No es bueno para ti contemplar la belleza de una mujer porque sin duda sto te llevar hacia el mundo sensual. El sannyasin respondi:

Amigos mos, estoy contemplando al Creador que est verdaderamente actuando en Su creacin a travs de esta hermosa forma. No estoy simplemente mirando el cuerpo fsico, sino que estoy disfrutando de todo lo que es causa manifiesta.

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LA CAA DE BAMB PARA EL MS TONTO

Exista un prspero reino en el norte de la India. Su monarca haba alcanzado ya una edad avanzada. Un da hizo llamar a un yogui que viva dedicado a la meditacin profunda en el bosque y le dijo:

Hombre piadoso, tu rey quiere que tomes esta caa de bamb y que recorras todo el reino con ella. Te dir lo que debes hacer. Viajaras sin descanso de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, y de aldea en aldea. Cuando encuentres a una persona que consideres la ms tonta, debers entregarle esta caa.

- Aunque no reconozcas otro rey que mi verdadero yo interior, seor, habr de hacer lo que me dices por complacerte. Me pondr en camino enseguida.

El yogui cogi la caa que le haba dado el monarca y parti raudo. Viaj sin descanso, llegando sus pies a todos los caminos de la India. Recorri muchos lugares y conoci muchas personas, pero no hall ningn ser humano al que considerase el ms tonto. Transcurriendo algunos meses y volvi hasta el palacio del rey. Tuvo noticias de que monarca haba enfermado de gravedad y corri hasta sus aposentos. Los mdicos le explicaron al yogui que el rey estaba en la antesala de la muerte y se esperaba un fatal desenlace en minutos. El yogui se aproxim al lecho del moribundo. Con voz quebrada pero audible, el monarca se lamentaba:

Qu desafortunado soy, qu desafortunado! Toda mi vida acumulando enormes riquezas y, qu har ahora para llevarlas conmigo? No puedo dejarlas, no quiero dejarlas!

- El yogui entreg la caa de bamb al rey.

EL MAESTRO DICE: Puedes ser un monarca, pero de nada sirve si tu actitud es la de un mendigo. Slo aquello que acumulas dentro de ti mismo te pertenece. No hay otro tesoro que el amor.

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LA DAMA DE LA FORTUNA Y LA DAMA DE LA MALA SUERTE

Una vez una bella mujer, ricamente vestida se present ante una casa naturalmente la propietaria la recibi con los brazos abiertos. Haba quedado deslumbrado por la etrea belleza.

Puedo preguntarle quien es usted? Le dijo. Soy la Dama de la Buena Fortuna contesto Doy suerte a los infelices, sano a los enfermos, otorgo hijos a las mujeres estriles, concedo incalculables riquezas y hago que cualquier deseo o peticin se convierta en realidad. El propietario se acicalo inmediatamente, le hizo una profunda reverencia y el mismo en persona le pidi que se sentara en el sitio de honor de su casa.

Al cabo de poco tiempo apareci otra mujer, tena la espalda y cojeaba. El rostro, deformado, apareca lleno de arrugas. Su pelo, tan enmaraado pareca un manojo de paja de arroz, apestaba. El propietario estaba indignado y le pregunto con rudeza como haba tenido la desfachatez de entrar en su propiedad.

Me llaman la Dama de la mala suerte, dondequiera que vaya, los ros se arruinan, los oficiales de alto rango caer desgracia, el dbil muere, el fuerte pierde su poder, las mujeres lloran sin cesar, y los hombres se lamentan.

El propietario inmediatamente se apodero del bastn de la mujer para echarla de sus tierras.

Pero la Dama de la Buena Fortuna le detuvo diciendo: - los que me reverencian deben tambin reverenciarla, ya que adondequiera que voy, la Dama de la Mala Suerte me sigue inevitablemente. Somos inseparables, como la sombra, lo es del cuerpo. No podemos vivir separadas.

El propietario lo comprendi al instante y apremi a las dos Damas a que se fueran; tema que ambas se quedasen.

El bien y el mal existen, tambin el Tao luminoso y el Tao oscuro. Demonios y Dioses, personas malas y personas buenas, sin el mal y el bien no habra opcin alguna.

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LA EDUCACIN DE LA SERPIENTE

Una historia india entre otras muchas- nos habla de la naturaleza ntima de la serpiente, y probablemente tambin de la nuestra.

No demasiado lejos de un camino frecuentado haba una temible serpiente que picaba de muerte a todos aquellos que pasaban cerca de ella. Los habitantes fueron en delegacin a ver a un sabio para quejarse de la ferocidad del animal, que no tena la ms mnima necesidad de todas aquellas muertes para sobrevivir.

El sabio fue a ver a la serpiente y consigui que sta lo escuchara. El respetable hombre reprendi largamente al animal y le explic que no haba justificacin posible para su conducta, en ninguno de los tres mundos, y que por consiguiente aqulla no era ms que una lamentable muestra de esas fuerzas de destruccin que golpean y cubren de duela la tierra,

El sabio encontr palabras tan profundas, imgenes tan fuertes, que la serpiente qued trastornada. Su corazn vio la luz y jur que no volvera a matar intilmente, que sera otra serpiente.

Y mantuvo su palabra,

El terrorfico reptil se convirti en una especie de gusano largo y lacio, delgado, desprovisto de toda energa, que ni osaba tragar un insecto. La gente del pueblo se burlaba de su debilidad y decan, olvidado ya el pasado: Y los nios le tiraban piedras y rean.

Al cabo de un tiempo de aquella vida de abstinencia, en el que la satisfaccin del espritu y la paz del corazn no conseguan contrarrestar la debilidad extrema del cuerpo y las heridas recibidas, la serpiente consigui arrastrarse hasta la choza del sabio, a quien le cont su nueva situacin.

- He hecho todo lo que me prescribiste dijo la serpiente-. He renunciado a mi vida criminal. Pero tengo la impresin de que ya no soy yo, porque, ya no suscito miedo en los corazones de la gente. Como ya no me temen, me desprecian y me golpean. Me siento desgraciada. Qu puedes decirme?

- Lo que te puedo decir es muy simple le contest el venerable-. Te prohib matar sin razn y atacar a cualquiera. Pero te prohib silbar?.

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LA FINALIDAD DEL RUISEOR

Un ruiseor que careca de hogar decidi establecerse en un bosque cercano. Pero las aves ya instaladas all tenan sus propias ideas acerca de esto y pronto lo ahuyentaron.

Cierto da, mientras estaba sentado desconsoladamente junto al polvoriento camino, fue visto por otro ruiseor, quien se detuvo para preguntarle por qu tena aquel aire tan triste.

Procur dijo el primer pjaro hacer, mi hogar entre las otras aves, pero me picotearon, me atropellaron y me golpearon con sus alas hasta que no tuve ms remedio que irme de aquel bosque, que vez all.

Tal vez te presentaste con alardes y jactancias. Cuando yo, en una situacin parecida, busqu en rbol para m, todos los pjaros me rodearon y preguntaron qu haca y por qu cantaba.

Si, conmigo stos hicieron lo mismo explic el primer ruiseor.

Y qu contestaste?

Yo les dije: Canto porque no pudo evitarlo.

Y despus?

Me atacaron como ya te he dicho.

Ah! suspir el segundo ruiseor -. Este fue tu error. Pensaron que no podas dominarte y tal vez estuvieses loco, con el riesgo de que tratases de hacer que ellos se comportaran de la misma manera. Cuando a m me hicieron esa misma pregunta, respond: Estoy procurando agradaros con mi canto. Esa fue una finalidad que podan entender.

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LA ILUSIN DEL TIEMPO DE LOS MORTALES.

Un antiguo relato hind comienza en desierto infinito con el Dios Vishn y el Sabio llamado Narada, caminando juntos y contemplando la enorme extensin vaca. Transcurrido un rato, Narada se vuelve hacia Dios y pregunta: Oh gran seor Cul es el secreto que se oculta detrs de las apariencias de este mundo y dela vida de todas las criaturas que viven l?

El Dios Vishn sonre y guarda silencio. Continan. Al cabo de un cierto tiempo, mirando al horizonte, Dios dice: Hijo, tengo sed. Si avanzas un poco encontrars un ro, sguelo hasta llegar a un pueblo, ve a una de las casas y treme un poco de agua fresca. Inmediatamente responde Narada y se marcha. . Despus de andar varios minutos, Narada llega efectivamente hasta una hermosa granja y llama a la vieja puerta de madera. Le abr una hermosa joven, de extraos y luminosos ojos que le recuerdan los del gran Seor; cuando Narada los mira, olvida el encargo y el objeto