trabajo del violin

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO PARA EL PODER POPULAR DE LA EDUCACION INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITECNICO SANTIAGO MARIÑO INGENIERIA DE SISTEMAS FORMACION CULTURAL I INTRUMENTOS DE CUERDA Integrantes: Humberto Alvizu 19.878.962 Diego Bermúdez 21.550.920 Roffson Escalona 17.877.411 Alejandro García 23.137.669

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO PARA EL PODER POPULAR DE LA EDUCACION INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITECNICO SANTIAGO MARIÑO INGENIERIA DE SISTEMAS FORMACION CULTURAL IINTRUMENTOS DE CUERDAEL VIOLIN Etimología: del italiano violino, es un instrumento de cuerda frotada que tiene cuatro cuerdas afinadas por interv

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO PARA EL PODER POPULAR DE LA EDUCACION

INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITECNICO SANTIAGO MARIÑO

INGENIERIA DE SISTEMAS

FORMACION CULTURAL I

INTRUMENTOS DE CUERDA

Integrantes:

Humberto Alvizu 19.878.962

Diego Bermúdez 21.550.920

Roffson Escalona 17.877.411

Alejandro García 23.137.669

Dixon Quintero 14.166.072

Ivan Salas 17.107.945

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EL VIOLIN

Etimología: del italiano violino, es un instrumento de cuerda frotada que tiene

cuatro cuerdas afinadas por intervalos de quintas: sol4, re5, la5 y mi6 (según el índice

acústico Franco-Belga). La cuerda de sonoridad más grave (o "baja") es la de sol4, y

luego le siguen, en orden creciente, el re5, la5 y mi6. En el violín la primera cuerda en

ser afinada es la del la; ésta se afina comúnmente a una frecuencia de 440Hz,

utilizando como referencia un diapasón clásico (de metal ahorquillado) o, desde el

siglo XX, un diapasón electrónico. En orquesta y agrupaciones el violín suele ser

afinado a 442Hz, ya que las condiciones del medio como la temperatura, o la

progresiva destensión de las cuerdas hace que éstas se desafinen, y para compensarlo

se afinan algo por encima. El cuerpo del violín posee una forma abombada, con

silueta estilizada determinada por una curvatura superior e inferior con un

estrechamiento a la cintura en forma de C. Las tapas del violín se modelan con suaves

curvas que proporcionan la característica de abovedado. Los aros, que van alrededor

del violín dando la silueta, son de poca altura, el mástil posee cierto ángulo de

inclinación hacia atrás respecto al eje vertical, longitudinal y se remata por un caracol

llamado voluta. La estructura interna del violín la constituyen dos elementos

fundamentales en la producción sonora del instrumento dados por la barra armónica y

el alma. La barra armónica corre a lo largo de la tapa justo debajo de las cuerdas

graves y el alma está ubicada justo debajo del pie derecho del puente donde se ubican

las cuerdas agudas.

Las partituras de música para violín usan casi siempre la clave de sol, llamada

antiguamente "clave de violín". El violín tiene la característica de no poseer trastes, a

diferencia de la guitarra, lo que dificulta el aprendizaje. Es el más pequeño y agudo

de la familia de los instrumentos de cuerda clásicos, que incluye la viola, el

violonchelo y el contrabajo, los cuales, salvo el contrabajo, son derivados todos de las

violas medievales, en especial de la fídula.

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En los violines antiguos las cuerdas eran de tripa. Hoy pueden ser también de

metal o de tripa entorchada con aluminio, plata o acero; la cuerda en mi, la más aguda

-llamada cantino- es directamente un hilo de acero, y, ocasionalmente, de oro. En la

actualidad se están fabricando cuerdas de materiales sintéticos que tienden a reunir la

sonoridad lograda por la flexibilidad de la tripa y la resistencia de los metales.

El arco es una vara estrecha, de curva suave, y construida idóneamente en la

dura madera del palo brasil o de "Permambuco" (Caesalpinia echinata), de unos 77

cm de largo, con una cinta de 70 cm constituida por entre 100 y 120 (con un peso de

unos 60 gramos según longitud y calibre) crines de cola de caballo, siendo las de

mejor calidad las llamadas "Mongolia", que provienen de climas fríos donde el pelo

es más fino y resistente. Tal cinta va desde una punta a la otra del arco. Para que las

cuerdas vibren y suenen de un modo eficiente, la cinta de cola de caballo del arco

debe ser frotada adecuada y regularmente con una resina llamada colofonia (en

España se llama "perrubia", de "pez-rubia"). También, actualmente -muchas veces

para abaratar costos-, la crin blanqueda de caballo es sustituida por fibras vinílicas. El

arco del violín tiene en la parte por la que es tomado un sistema de tornillo que al

hacer desplazar la pieza por la cual se aferra un extremo de la cinta de crin hace que

ésta se tense o se distienda.

Los violines se clasifican de acuerdo con su tamaño: el 4/4 -cuya longitud

suele ser de 14 pulgadas o 35,5 cm y su ancho máximo de 20 cm, y un alto de 4,5 cm-

es el más grande y es el utilizado por los adultos; le siguen violines de tamaño menor,

destinados a jóvenes y niños, denominados 3/4, 2/4 y 1/4. Existe también un violín de

tamaño 7/8, llamado también "Lady", que es utilizado por algunas mujeres o adultos

de manos pequeñas.

El Spanish II (1687-1689), perteneciente a la colección de Stradivarius del

Palacio Real, Madrid, España.

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Precedentes de este instrumento se encuentran en muchas zonas del planeta.

Los más rudimentarios "antepasados" del violín son los arcos (entre las etnias

chaqueñas aún se encuentra el uso de un par de pequeños arcos, uno de ellos -el

mayor- es sostenido con la boca del ejecutante, mientras que el mismo ejecutante

mueve el arco más pequeño con una de sus manos y así frota con las cuerdas del más

pequeño de los arcos las cuerdas del mayor de los arcos). También se puede encontrar

el arhu (ar - dos- y hu pueblos del norte en recuerdo de su origen mongol) en oriente,

y su familia huqin, en la que no existe diapasón, quedando sus dos únicas cuerdas al

aire y pasando la crin entre estas dos. Sin embargo, la "genealogía" que lleva al violín

actual es más compleja. Se encuentra en el frotamiento de las cuerdas del laúd y el

rebab —y su versión europea, el rabel-, instrumentos difundidos en la Europa

mediterránea durante la expansión medieval de los árabes. En Italia, a partir del

rebab, surgen los antecedentes más evidentes, tanto del violín como de la llamada

viola de gamba; son tales precedentes la viela (originalmente llamada rebec, y

también denominada fídula) y la lira da braccio, ésta ya muy semejante a un violín

primitivo, aunque con el diapasón separando los bordones. Es en el siglo XVI que

aparece el violín propiamente dicho, aunque con algunas diferencias respecto a la

mayoría de los violines que se vienen fabricando desde el siglo XIX. La tapa superior

se hace de madera de pino, y la inferior de arce; estas maderas eran las usadas por los

grandes fabricantes. El arco ha sufrido muchas modificaciones. El modelo actual data

del siglo XIX, cuando se le dio una curvatura que antes no tenía. Incluso era cóncavo

en los modelos más primitivos.

Aunque en el siglo XVII el violín (violino) se encontraba bastante difundido

en Italia, carecía de todo prestigio (el laúd, la vihuela, la viela, la viola da gamba, la

guitarra, la mandolina eran mucho más considerados). Sin embargo, Claudio

Monteverdi es uno de los que descubren la posibilidad de las calidades sonoras del

violín, y es por ello que lo usa para complementar las voces corales en su ópera

"Orfeo" (1607). Desde entonces el prestigio del violín comienza a crecer. Hacia esa

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época comienzan a hacerse conocidos ciertos fabricantes de violines (llamados aún

luteros o lauderos, o luthiers — más frecuentemente que violeros— ya que

inicialmente se dedicaron a la fabricación de laúdes). Así se hacen conocidos Gasparo

Bertolotti de Saló, o Giovanni Maggini de Brescia, o Jakob Steiner de Viena; sin

embargo, una ciudad se hará celebérrima por sus lauderos especializados en la

confección de violines: Cremona. En efecto, de Cremona son los justamente

afamados Andrea Amati, Giuseppe Guarneri y Antonio Stradivari (sus apellidos

suelen ser más conocidos en su forma latinizada: Amatius, Guarnerius, Stradivarius).

Durante el siglo XIX se destacaron François Lupot y Nicolas Lupot. Es a partir de

entonces, y sobre todo con el barroco, que se inicia la Edad de Oro (al parecer de allí

en más perpetua) del violín.

Desde entonces el violín se ha difundido por todo el mundo, encontrándose

incluso como "instrumento tradicional" en muchos países no europeos, desde

América hasta Asia. El violín es un instrumaento protagonista en las orquestas,

grupos de cámara etc. Especial atención ha recibido en la música árabe, en la que el

ejecutante lo toca apoyado en la rodilla cual si fuera un violonchelo, y en la música

celta irlandesa, donde el instrumento recibe el nombre de fiddle (derivado del italiano

fidula), y sus músicas derivadas como, en cierto grado, el country. Ha habido también

grandes violinistas de jazz, como Stéphane Grappelli, Jean-Luc Ponty o Joe Venuti.

Panrtes del Violin

En el interior de la caja se encuentra el alma del violín, que es una pequeña

barra cilíndrica de madera dispuesta perpendicularmente entre la tapa y la tabla

armónica del lado derecho del eje de simetría de la caja (esto es: prácticamente abajo,

hacia la derecha, de la zona en donde se apoya el puente), del lado contrario al alma,

a lo largo de la cara interna de la tapa, se encuentra adherido con cola un listón

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llamado barra armónica. Tanto el alma como la barra armónica cumplen dos

funciones: ser soportes estructurales (el violín sufre mucha tensión estructural) y

transmitir mejor los sonidos dentro de la caja de resonancia.

La caja de resonancia tiene, en el violín de orquesta, 35,7 cm de longitud, y se

encuentra orlada por rebordes en ambas tablas; tales rebordes cumplen, además de

una función decorativa, la función de reforzar el instrumento.

Por fuera, la caja de resonancia se continúa por el mango o astil (también

llamado diapasón aunque en este caso no debe se confundido con el instrumento

homónimo utilizado para la afinación), el astil, diapasón o "mango" concluye en un

clavijero, oquedad rectangular en la que se insertan las cuerdas anudadas y

tensionadas allí mediante sendas clavijas para cada cuerda, las clavijas son como

llaves simples de sección ligeramente conoidal; luego del clavijero, un remate

llamado -por su forma- voluta (aunque en ciertos casos la voluta se encuentra

sustituida por otras formas, por ejemplo una cara humana o la figuración de una

cabeza de león).

En cierto ángulo, las líneas de la voluta, en perspectiva, hacen una línea recta

y continua con las cuerdas, especialmente mi y sol, y se juntan en el horizonte. Esto

permite saber, cuando el violín está puesto en el hombro, cuándo se encuentra

correctamente recto.

Sobre el mango se ubica el diapasón del violín o tastiera, éste suele ser de

ébano ya que esta madera produce ese sonido "maderil" que los instrumentos de

cuerda frotada requieren además el ébano es sumamente duro y denso por lo que la

fricción de las cuerdas no daña el diapasón. En violines antiguos pueden encontrarse

tastieras de marfil.

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Sobre la tapa de la caja se encuentra el ponticello o puente el cual mantiene

elevadas las cuatro cuerdas, en la parte posterior de la caja de resonancia, unida a ella

por un nervio flexible que se engancha a un botón, se encuentra otra pieza

(tradicionalmente de madera de ébano) de forma triangular llamada el cordal, como

su nombre lo indica, el cordal sirve para retener las cuatro cuerdas, estas se apoyan en

los siguientes puntos: los orificios del cordal, el ponticello, la cejilla ubicada sobre el

astil y las clavijas.

Cuando se quiere atenuar el sonido, se aplica sobre el puente una especie de

tabique llamado sordina.

Desde fines de siglo XIX es común añadir a la parte trasera de la caja de los

violines una mentonera o "berbiquí" desmontable, aunque tal aditamento no es

indispensable, (la invención de este añadido se atribuye a Louis Spohr); en cambio sí

es de bastante importancia el barniz (Tradicionalmente "gomalaca" diluida en

alcohol) con el cual se recubre, en su parte externa, a la mayor parte del violín.

La singular acústica del violín ha sido muy estudiada durante todo el siglo

XX, destacándose las investigaciones del alemán Ernst Cladni, del cual deriva toda

una formulación llamada [esquema de Cladni].

En Venezuela se utiliza principalmente en la región de Los Andes para

ejecutar bambucos y valses de la región. En México, su uso se extiende al son

huasteco, música calentana, música planeca y mariachi. En España, se utiliza en los

verdiales. En los países anglosajones, al violín folclórico se le denomina fiddle.

LA VIOLA

La viola es un instrumento musical de cuerda, similar en cuanto a materiales y

construcción al violín pero de mayor tamaño y proporciones más variables. Su

tesitura se sitúa entre los graves del violín y los agudos del violonchelo y el

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contrabajo. Es considerada como el Contralto o el Tenor Dramático de la familia de

las cuerdas.

Las cuerdas de la viola están afinadas en intervalos de quintas: do, sol, re, la

(siendo do la más grave).

Al intérprete se le llama «viola» o «violista» (esta última palabra no está

registrada en l Diccionario de la Real Academia pero sí aparece en diccionarios de

uso).[]

Antecedentes de la viola

La aparición de la viola como heredera directa de la viella de cuerda (la viella

es como un violín cuyas cuerdas se ponen en vibración por medio de un teclado; el

arco es reemplazado por una cuerda pulida y frotada con colofonia) supone un avance

enorme en la historia de los instrumentos de arco.

Nacida entre los siglos XIV y XV, su cultivo empieza ya a tomar valor

artístico a partir de este último siglo. Su primer método o tratado fue publicado en

1543 por Silvestro Ganassi dal Fontego, bajo el nombre de Régola Rubertina.

Teniendo en cuenta que en aquella época la mayoría de instrumentos tenían

tres o cuatro variantes correspondientes a la extensión de las voces humanas (soprano,

contralto, tenor y bajo), es decir las cuatro voces tradicionales del coro mixto, la viola

no escapó a dicha costumbre y por ello conocemos la viola quintón (la más aguda, o

sea soprano). El nombre de quintón proviene de sus cinco cuerdas en lugar de las seis

que tenían las demás violas. La viola a spalla (‘viola de hombro’), la viola da braccio

(‘viola de brazo’, que es la más parecida a la actual) y la viola da gamba (‘viola de

pierna’, de tesitura y modo de ejecución similar al violonchelo).

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De la viola da braccio surgió la viola d'amore («viola de amor»). La diferencia

entre ellas consiste únicamente en que a la segunda se le añadieron unas cuerdas de

latón que, descansando en el puentecillo debajo de las de tripa, vibraban por simpatía,

ampliando con este procedimiento la sonoridad del instrumento, aparte de darle

también un timbre especial gracias a esta vibración común y a la sonoridad metálica

de las cuerdas inferiores.

En estos bellos instrumentos se acusa ya mucho la transformación que desde

siglos anteriores venía haciéndose lenta y paulatinamente. En lugar de la llamada

«rosa» (abertura practicada en la mitad de la tabla armónica o caja de resonancia al

igual que el laúd, la vihuela, la guitarra, etc. o sea los instrumentos cuyas cuerdas se

pellizcan o puntean), aparecen unas pequeñas aberturas conocidas con el nombre de

oídos o efes y en forma de C puestas una enfrente de otra y en sentido inverso.

También aparecen unos cortes laterales curvados para facilitar el movimiento del

arco. Estos cortes llegaron a ser en algunos casos tan exageradamente pronunciados

que la caja armónica en su parte central quedaba reducida a la mínima expresión.

Como el clavecín, la viola penetró también en el templo para apoyar las voces

y muy particularmente para las de tesitura grave.

Wolf, en su interesante Historia de la Música (Editorial Labor), subraya la

importante aportación inglesa en el terreno de la música para viola:

“Introducido dicho instrumento en aquel país probablemente con la música

vocal italiana, sirve al principio, como sucedía en Italia, para apoyar las

voces del conjunto en obras vocales religiosas o profanas. Publícanse

madrigales que llevan la indicación apt for viols and voices. Con el madrigal

se introdujo seguramente también la viola en la sociedad. En ninguna casa de

la buena burguesía faltaba el conjunto de violas, que constaba casi siempre

de seis instrumentos: contraltos, tenores y bajos, colocados en la antesala a

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disposición de las visitas que se aguardaban. Ya se ha dicho que se

consideraba formar parte de una buena educación el saber encargarse a

primera vista de un papel vocal en el conjunto del madrigal; era

completamente imprescindible de toda educación refinada y distinguida un

dominio artístico de la viola que permitiese en todo momento colaborar

satisfactoriamente en el conjunto de cámara.”

Otros tipos de violas

Se conocieron otros tipos de violas con el nombre de bastarda, di borbone,

víolone, pomposa, etcétera

La viola pomposa fue inventada en 1720 por Johann Sebastián Bach y

construida por el luthier de Leipzig, Hoffmann. Era de tamaño algo mayor que la

actual viola y tenía cinco cuerdas que se afinaban por este orden, de grave a agudo:

do, sol, re, la, mi. Este instrumento podía sujetarse a la espalda mediante una correa y

sustituía al violonchelo en las notas altas de su tesitura. Pero a medida que la técnica

del violonchelo fue perfeccionándose, la viola pomposa —por cierto incómoda y

bastante difícil de tocar, fue cayendo en desuso hasta llegar a quedar totalmente

olvidada años más tarde.

La viola como hoy la conocemos

La viola que actualmente conocemos nace entre los siglos XVI y XVII con el

nombre de viola da Braccio. Su tamaño es algo mayor que el violín. Sirve de puente

sonoro entre éste y el violonchelo, lo mismo en el cuarteto de cuerda que en toda

formación orquestal. Su timbre es muy bello aunque con tinte dulcemente opaco. Su

tesitura central es la mejor y la que conserva además su verdadero carácter. Se

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sostiene con el brazo izquierdo en posición horizontal, al igual que el violín y se

apoya su caja armónica de la misma manera que éste, o sea debajo de la barbilla.

Tiene cuatro cuerdas que se afinan con las notas do, sol, re, la (de grave a

agudo subiendo en intervalos de quinta). Para su lectura musical emplea las claves de

do en tercera línea y —cuando las notas son muy agudas— en clave de sol.

Su extensión es de más de tres octavas. Como todos los instrumentos de

cuerdas frotadas por el arco, empleando armónicos naturales y artificiales su ámbito

es mayor.

Papel de la viola

En el siglo XVII el papel de la viola se limitaba a reforzar la línea del bajo o

completar la armonía. En el siglo XVIII la viola tiene un papel más expuesto (por

ejemplo en el Sexto concierto de Brandemburgo, de Bach).

En este siglo Telemann compone el primer concierto para viola en 1731

llamado Koncert g - dur (concierto en sol mayor). En los cien años siguientes se

alcanza la edad dorada de la historia de la viola. Se componen 150 conciertos por

varios compositores como Stamitz, Hoffmeister, Zelter, Rolla...

Algunos compositores violistas cuyo repertorio ha permitido el desarrollo de

la viola como instrumento solista y virtuoso son, entre otros: Lionel Tertis (1876-

1975); Paul Hindemith (1895-1963); Vadim Borisovskiy (1900-1972); William

Primrose (1904-1982).

Evolución en el diseño

Las violas construidas en el siglo XVIII tenían unas dimensiones de 38 cm

para combinar su uso con el violín. En esta época aparece la scordatura que se basaba

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en afinar la viola más alto de lo normal. A finales de este siglo, se empezaron a

construir violas grandes aunque eran muy escasas. Éstas tenían un tamaño de 45 a 47

cm pero eran todavía de muy baja calidad.

Actualmente, para designar los tamaños de las violas se utilizan las pulgadas

(1 pulgada = 2,54 cm). Hay violas desde 11' (27,9 cm) hasta 16,5' (41,9 cm).

Dependiendo de la edad y altura de la persona ejecutante se elige un tamaño u otro.

Durante el romanticismo compositores como Weber, Berlioz, Wagner y otros

destinaron sus composiciones a los salones aristocráticos en donde la viola actuaba

como protagonista e intérprete debido a que su tesitura débil limitada por su tamaño

no le permitía hacer frente a las orquestas cada vez mayores y a los auditorios.

Posteriormente hubo un período de experimentación por parte de los

fabricantes de viola. En el siglo XIX el modelo de viola tenía alrededor de 41 cm.

Este nuevo sonido y el contraste que tenía en la orquesta inspiraron a muchos

compositores como Rubinstein, Max Reger, Béla Bartók, Benjamin Britten, etc.

Nota: La viola es conocida en Francia con el nombre de alto y en Alemania

con el de Bratsche (pronunciado brache), cuyo origen proviene del italiano (Viola da

bracchio).

Importancia de la viola

La viola es conocida actualmente como un instrumento de cuerda frotada algo

mayor que el violín; sin embargo, con este nombre se conocía en la Edad Media a

todo cordófono de arco de varias piezas y fue ésta la primera denominación utilizada

para definir a los instrumentos de cuerda frotada, tanto de brazo como de pierna.

Durante el renacimiento, la familia de la viola original se dividió en dos

ramas: la viola da braccio y la viola da gamba. Las violas de brazo quedaron

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relegadas a las tabernas, en donde tocaban músicas populares; mientras que las violas

da gamba eran exclusivas de las cortes más refinadas. Este instrumento acabó

cayendo en desuso y el violín fue sustituyéndolo por su brillantez. Los compositores

preferían dicho instrumento por su amplitud sonora y la agilidad en vez de la

delicadeza de las violas da gamba.

En el barroco, el violín cobró la máxima importancia. La viola le gana en

calidez y resonancia, y es casi tan manejable y ágil como el violín.

El papel de la viola es fundamental en la orquesta ya que da profundidad y

apoyo a la armonía, la hace rica y aterciopelada. No debemos olvidar tampoco la gran

variedad de obras compuestas para la viola solista o las sonatas para viola

acompañada.

La viola tiene una reputación menor dentro de la cuerda pero se trata de un

prejuicio arrastrado desde los orígenes de la orquesta moderna (s.XIX), cuando era

asumida por violinistas en decadencia.

Su poder expresivo

La viola posee un notable poder expresivo. De acento más bien suave, recogido y

algo melancólico, se presta más a pasajes de poco movimiento que excesivamente

rápidos. Entre las obras orquestales que tiene asignada partes importantes figuran

la Sinfonía concertante de Mozart y el poema sinfónico de Richard Strauss Don

Quijote, ambas con carácter solista, amén de otras muchas cuya relación resultaría

excesivamente prolija.

Grandes compositores, clásicos. Románticos y modernos, apreciando las cualidades

sumamente emotivas de este instrumento han escrito obras muy importantes como

conciertos, sonatas, suites, etc., que justifican por sí solas la presencia del concertista

de viola en las salas de audiciones. La viola es un instrumento de relevada

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importancia en la orquesta actual ya que colabora en que el sonido entre los

instrumentos graves y los agudos no sea tan destacado, además de tener un sonido

realmente intermedio que equilibra los sonidos de cuerda de la orquesta.

LA VIOLA D’AMORE

La viola de amor, también conocida como viola d'amore en italiano o viole

d'amour en francés, es un instrumento barroco de cuerda frotada, perteneciente a la

familia de las Violas. Tiene catorce cuerdas, aunque solamente se tocan 7 de ellas,

haciendo las otras siete un efecto de resonancia.

El cuerpo o la caja de resonancia de esta viola, es muy similar al del resto de la

familia de las violas, como la de la viola de gamba: las tapas no son abombadas,

hombros caídos y dos escotaduras. Está formado por dos tapas, unidas por una franja

de madera. Tiene una rosa o roseta, como la viola de gamba y como muchos otros

instrumentos de cuerda punteada. A diferencia de otros instrumentos de cuerda

frotada, no tiene las efes, orificios por donde sale el sonido que se encuentran en la

tapa superior, sino que tiene dos aberturas con forma de llama o de espada llameante.

Alrededor de este cuerpo, se sitúan el resto de elementos que lo forman. Empezando

por arriba, está la cabeza, donde se encuentra elclavijero con las 14 clavijas y

la voluta. Esta voluta suele tener forma de una cabeza de cupido. Llama la atención el

tamaño del clavijero, que es bastante grande en comparación con el resto del

instrumento, para poder situar todas las clavijas. A continuación, se encuentra

elmástil, que se encuentra prácticamente en el mismo plano que el cuerpo.

Una de las principales diferencias que tiene con el resto de la familia de las violas, es

que no tiene trastesen el diapasón, a diferencia de la viola de gamba. A continuación

del mástil, se encuentra el puente, sobre el que se sitúan las 7 cuerdas que se frotan

con el arco, y el que tiene unos pequeños orificios para dejar pasar las cuerdas

metálicas que tienen función de resonancia. Este se sitúa en la parte media de la tapa

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superior de la viola. A continuación se encuentra el cordal, a donde se unen las

cuerdas que se frotan, y en la parte inferior del instrumento se encuentra el botón.

Las cuerdas de simpatía se unen directamente al botón, no al cordal, y después

atraviesan el puente, transcurren por debajo del diapasón y se ajustan a

las clavijas discurriendo por la parte posterior del clavijero.

Cuerdas y afinación

Acorde de la viola de amor y su máxima tesitura

Consta de siete cuerdas de tripa, que antiguamente se afinaban de las maneras más

diversas. Parece ser que dependiendo de una obra, las cuerdas se afinaban de una

manera u otra, los que se conoce como scordatura, no poniénse ni los compositores

ni los músicos de acuerdo. Hasta que un famoso ejecutante francés de este

instrumento, Chrétien Urban (1790-1845), en el siglo XIX, fijó la

afinación la2, re3, la3, re4, fa#4, la4, re5.

Debajo de la tastiera o diapasón se encuentran tensas otras siete cuerdas de metal,

normalmente solían ser de bronce, afinadas al unísono con aquellas que están en

posición normal, lo que produce las condiciones para vibrar por simpatía con efectos

de suave resonancia. Su extensión va desde el la2 hasta el la6.

Historia

En sus orígenes, Parece que apareció en el siglo XVII, como una evolución de

la viola da braccio (viola de brazo, algo mayor que las violas modernas actuales, y

que se tocaba apoyándola sobre el pecho). En esta época, había una enorme cantidad

de instrumentos, distintos, pero con muchos aspectos en común, como la Lira

Bastarda, o la Viola-Lira, o la Viola de borbone, y algunos de ellos, al igual que

la viola de amor, tenían también cuerdas de simpatía. Otras fuentes hablan de un

origen más oriental, de instrumentos de la India o de Oriente Medio, que habrían

entrado en Europa en la Edad Media. Como prueba de esto estaría la forma de las

Page 16: trabajo del violin

aberturas de la tapa superior, de llamas o espadas llameantes, que sería un símbolo

islámico. Al principio, apareció en Salzburgo y Múnich, en algunos puntos de Italia y

en Francia.

En sus comienzos, la viola de amor no tenía cuerdas de simpatía o cuerdas

simpáticas, solo tenía las cuerdas de tripa comunes a todos los instrumentos de

cuerda de la época, y en vez de las catorce que tiene en la actualidad, tenía solamente

cinco. Parece ser que este tipo de viola permaneció durante un tiempo, antes de la

versión que conocemos ahora, principalmente en Alemania. Se cree que pudieron

coexistir durante gran parte del siglo XVIII.

La primera referencia a la viola de amor la da un músico alemán en una carta, en el

año 1649. En el año 1679, John Evelyn describió su sonido, diciendo que nunca

había escuchado algo más maravilloso y sorprendente. En 1707, Fuhrmann describió

su sonido de la misma manera, y en1756, Leopold Mozart, en la introducción de su

manual Tratado sobre los Principios Fundamentales del violín, habla sobre la viola

de amor, y hace una descripción sobre la peculiaridad de las cuerdas metálicas que

solo tienen función de resonancia.

Su popularidad fue muy grande sobre todo durante el siglo XVIII, pero parece ser que

no había demasiados intérpretes de este instrumento, ni siquiera en aquella época. En

el siglo XX, hubo algunos violas que se interesaron por el instrumento, como Paul

Hindemith, e incluso compusieron música contemporánea pensada para él. Hay

también algunas Óperas, como Madame Butterfly, de Giacomo Puccini, en las que

aparece una viola de amor.

En la actualidad, se está recuperando cada día más por músicos historicistas que

quieren interpretar distintas obras barrocas con los instrumentos originales de la

época. Además, gracias al interés de muchos músicos por este instrumento durante

los siglos XIX y XX, ha hecho que no sea solamente la música barroca la que se

pueda interpretar con la viola de amor.

Page 17: trabajo del violin

EL VIOLONCELO

El violonchelo, chelo o violoncelo es un instrumento musical de cuerda

frotada, perteneciente a la familia del violín,[] y de tamaño y registro entre la viola y

el contrabajo. Se toca frotando un arco con las cuerdas,[] y con el instrumento sujeto

entre las piernas del violonchelista.

Según la Real Academia Española, en español se denomina chelo, violoncelo

o violonchelo (con preferencia por este último).[] En algunos países hispanohablantes,

se utiliza también la palabra italiana violoncello (pronunciada como en italiano:

violonchelo), que no está reconocida por dicha Academia.

En italiano también se abrevia cello (chelo). Según la Academia, el ejecutante

de violonchelo se llama violonchelista, violoncelista o chelista. Forman parte

fundamental en la orquesta, dentro del grupo de las cuerdas, realizando normalmente

las particiones graves, aunque la versatilidad del instrumento les permite realizar

partes melódicas.

Tradicionalmente es considerado uno de los instrumentos de cuerda que más

se parece a la voz humana.[] A lo largo de la historia de la música se han compuesto

muchas obras para violonchelo debido a su gran importancia dentro del panorama

musical al ser éste un instrumento básico en muchas formaciones instrumentales.

Las partes del violonchelo son prácticamente las mismas que las del resto de

la familia del violín, clasificados dentro de los instrumentos de cuerda frotada. La

caja de resonancia, o cuerpo del violonchelo, está formada por una tapa superior, una

tapa inferior, y una "faja", que es una sección de madera que une ambas tapas,

creando una caja hueca. En el interior de este cuerpo se encuentra la barra armónica,

que es una estructura de refuerzo de las tapas que sirve para controlar y distribuir la

vibración (transmitiendo los sonidos graves a la tapa) y el alma, varilla transversal de

Page 18: trabajo del violin

madera que une las dos tapas del violonchelo por su parte media, y sirve para que el

violonchelo entre en resonancia con las cuerdas (transmitiendo los sonidos medios y

agudos a la contratapa). En la tapa superior, se encuentran dos orificios por donde

sale el sonido, y se llaman efes (por su forma parecida a esta letra) u oídos. A ambos

lados del cuerpo, hay dos escotaduras, que son dos concavidades que permiten una

mejor sujeción del instrumento con las rodillas, y sobre todo, permite que pase el arco

y no choque con el cuerpo cuando se tocan las cuerdas más laterales, en este caso, el

do y el la. Es alrededor de esta caja en donde se encuentran el resto de estructuras.

Comenzando desde arriba, primero se encuentra la cabeza (con la voluta y el

clavijero, en donde están insertadas las clavijas, que sirven para sujetar las cuerdas),

el mástil y el diapasón (sin trastes, como todos los instrumentos de la familia del

violín, a diferencia de la guitarra). Hacia la mitad del instrumento, se encuentra el

puente y un poco debajo el cordal (que sujeta las cuerdas y ayuda a afinar el

violonchelo ya que se encuentran ahí incluidas las llaves, pequeñas piezas metálicas

con la misma función que las clavijas). En su parte inferior está encajado el botón, de

donde sale la pica o puntal, también conocida como espiga, que es una pieza metálica,

cuya función es apoyar el instrumento en el suelo y regular su altura para comodidad

del chelista.

Aunque en tamaño estándar profesional del violonchelo es el del tamaño 4/4,

existen instrumentos de otros tamaños, más pequeños, como 3/4, 1/2, 1/4 o 7/8. [1] Los

violonchelos barrocos son algo más pequeños que los modernos.

Puente

El puente es una pieza de madera que se sitúa hacia la mitad de la parte

superior del violonchelo y sobre el que se apoyan las cuatro cuerdas. Tiene que estar

en posición perpendicular al plano del violonchelo y a la misma distancia de las dos

efes. No está pegado ni clavado a la tapa, sino que se sujeta gracias a la presión que

Page 19: trabajo del violin

ejercen las cuerdas. Su parte superior, está curvada, lo que hace que las cuatro

cuerdas a lo largo del mástil y el diapasón no se encuentren en el mismo plano. Los

puentes de los violonchelos barrocos eran más pequeños y tenían la parte superior

mucho menos curva, lo que hacía que todas las cuerdas estuvieran en un mismo

plano. El principal inconveniente de esto es que al tocar una cuerda, podrías tocar sin

querer las cuerdas adyacentes.

Cuerdas y afinación

Las cuerdas se nombran de acuerdo a su afinación: la primera cuerda

(contando desde la más aguda a la más grave y de derecha a izquierda en la imagen)

es la, la segunda cuerda es re, la tercera cuerda es sol y la cuarta cuerda es do. Igual

que la viola, pero en una octava más grave.[]

El registro general del violonchelo ocupa un poco más de cuatro octavas: va

desde el do1, dos octavas abajo del do central del teclado de un piano y que se genera

haciendo vibrar —con el dedo o con el arco— la cuerda más grave al aire, que

significa sin apoyar ningún dedo sobre la cuerda en el mástil, hasta el do7 (en la

posición más aguda de la primera cuerda la1), aunque se pueden lograr notas más

agudas (altas), pues no hay limitación física. Otro método de conseguir notas muy

agudas es con armónicos. Existen dos tipos de armónicos: Los primeros, llamados

armónicos naturales se producen al tocar (y no presionar) la cuerda en sus fracciones

(1/2, 1/3 o 2/3, 1/4,...). Los segundos, llamados armónicos artificiales, son una

combinación de presionar la cuerda y tocarla en otro punto. Estos últimos son los más

difíciles de conseguir.

Notas que emiten las cuatro cuerdas del violonchelo (cuando se pulsan al

aire); a la derecha, en clave de sol la nota más aguda que puede ejecutar la primera

cuerda del chelo (un la5), y la nota más aguda que puede ejecutar la primera cuerda

realizando un armónico (un la7).

Page 20: trabajo del violin

Al emitir las cuerdas del violonchelo sonidos graves, las partituras no se

suelen escribir en clave de sol, sino que lo más común, es escribirlas y leerlas en

clave de fa en cuarta línea del pentagrama, que es el símbolo que se ve en la imagen a

la izquierda de las notas. Pero es relativamente frecuente que para registros agudos se

empleen otras claves, sobre todo la clave de do en cuarta, y clave de sol.

En un principio, las cuerdas eran cuerdas de tripa, menos resistentes que las de

metal, pero que daban una sonoridad más pura y cálida. Estas cuerdas fueron usadas

hasta el siglo XX. A raíz de la Segunda Guerra Mundial se generalizó el uso de

cuerdas metálicas, más resistentes y con mayor sonoridad que las otras. También hay

cuerdas de nylon y otros materiales. Se siguen fabricando cuerdas de tripa, ya que

muchos intérpretes que tienen instrumentos barrocos o que tocan música barroca

consideran que la sonoridad con este tipo de cuerdas se acerca mucho más a la idea

original del compositor.

Posiciones

A lo largo del mástil hay ocho posiciones o ubicaciones de la mano, utilizadas

por los violonchelistas para tocar diferentes sonidos o para hacer más cómoda la

interpretación de algunas notas. Se usa también para tocar notas agudas, asemejando

su sonido al de un violín.

El arco

El violonchelo se toca generalmente con un arco, que está formado por una

vara de madera sobre la que se tensan cerdas procedentes de crines de caballo.

También puede tocarse con la punta de los dedos, utilizando la técnica llamada

pizzicato (‘pellizcado’), en italiano. El arco está formado por una cabeza, una varilla,

y las cerdas.

De arriba a abajo, tres nueces: de violín, viola y violonchelo respectivamente.

Page 21: trabajo del violin

La cabeza, es donde se encuentra la nuez, pieza de ébano, con adornos de

nácar para sujetar las cerdas, y el tornillo, que sirve para regular el grado de tensión

de las cerdas. La varilla, es una vara de madera de pernambuco normalmente, aunque

se está reemplazando por fibra de carbono, con un extremo llamado punta, y el otro

talón, donde se encuentra la cabeza. Las cerdas suelen ser unas 250, aunque su

número puede variar. Pertenecen normalmente a caballos macho, porque sus crines

son más fuertes y limpias. La crin más preciada es la de los caballos de zonas

nórdicas o de climas más fríos, ya que su resistencia y dureza es mayor,

especialmente la del caballo mongol, criado expresamente para la elaboración de

arcos. El color, en principio, no influye, aunque parece que las blancas son algo más

finas. Algunos violonchelistas y contrabajistas usan cerdas negras porque dicen que

imprimen más carácter a la interpretación. Las cerdas, por sí mismas, no efectúan

ningún tipo de agarre en la cuerda cuando se frota. Por ello se les ha de aplicar resina

para obtener una buena sonoridad y rentabilizar la duración del encerdado del arco.

El arco ha ido evolucionando a lo largo de los siglos. Ya se conocía en las

culturas más primitivas, y llegó a Europa hacia el siglo XI. Al principio era una mera

vara que se doblaba por la tensión de las cerdas hacia fuera y que se agarraba por el

centro (como un arco de caza). Prácticamente no hubo ningún cambio hasta el siglo

XVII, cuando se incorporó la nuez al talón para aumentar el peso del arco, además de

permitir cambiar la tensión y que la vara se doble hacia dentro, lo que mejora la

calidad acústica. Se cambió la convexidad del arco a su forma actual en el siglo

XVIII. Fueron Tourte y Villaume en el siglo XIX los que fijaron el arco tal y como lo

conocemos ahora.

Materiales

Al igual que los violines, la tapa de la caja de resonancia suele estar

construida con madera de abeto y se usa madera de arce para el resto, pero también se

utilizan otros tipos de madera, como haya, lenga, sauce o cedro. El puente es de arce.

Page 22: trabajo del violin

Algunos violonchelos de baja calidad están fabricados en laminados, y ya se han

construido violonchelos en materiales compuestos, como la fibra de carbono. El

mástil y la cabeza suelen estar fabricados también en algún tipo de madera

anteriormente mencionada, generalmente arce muy veteado para aquellos finos. Las

clavijas, el diapasón y el cordal están fabricados en madera de ébano, aunque en la

actualidad cada vez se fabrican más de algún tipo de madera tintada o de plástico,

sobre todo el cordal. Los tensores o afinadores que se encuentran en el cordal son

generalmente de acero, al igual que la pica, aunque éstas últimas todavía se siguen

fabricando de madera en algunos casos.

Origen

Códice Manesse (1305-1340), donde muestra una viola da braccio

Al contrario de lo que se suele pensar, los precursores del violonchelo

aparecieron en la primera mitad del siglo XVII en Italia no como descendientes de la

viola da gamba (‘viola de pierna’), sino que pertenecen a la familia de los violines, y

nacieron (como los contrabajos) de la viola da braccio (‘viola de brazo’), hacia el

1530, apenas unos años después que el violín. Para la fabricación de estos nuevos

instrumentos, usaron características de otros, como el rabel, aunque éste sólo tenía

tres cuerdas.[1] Está demostrado, además, que no tuvo nada que ver con la familia de

las antiguas violas (como la viola da gamba, por ejemplo), ni en la construcción, ni en

la técnica, ni en la interpretación.

En la primera época, había más instrumentos similares al violonchelo, como

por ejemplo el violón, que se usaba como bajo continuo. Además, había otros como

violonzino o basset, que pertenecerían a la misma familia pero se interpretarían de

distintas maneras o tendrían otros tamaños o número de cuerdas distinto. También

existía la viola d’amore (viola de amor), por ejemplo, cuyo origen es distinto pero que

recuerda al violonchelo en cuanto a su interpretación (con arco) y a su sujeción. Al

Page 23: trabajo del violin

principio se sostenía sujetándolo con una cuerda a la cintura, o bien sobre el hombro

(da espalla), o bien entre las rodillas o en el suelo. Había muchos tipos distintos de

violonchelos, desde los tenor, a otros de tamaños mayores, con distintas tesituras y

diferentes formas de sujeción.

Primeras modificaciones

En el siglo XVII fueron luthiers italianos, como los Maggini, los Amati (de

Cremona, uno de los más antiguos que se conoce es una creación de Andrea Amati,

de 1572, llamado El rey, en honor al rey Carlos IX de Francia, y que cuenta con

motivos reales, y que es muy similar a los violonchelos actuales) o Gasparo da Salò

(de Brescia) quienes fueron variando la forma y tamaño de los antiguos violonchelos.

Muchos de estos violonchelos eran meramente decorativos, como algunos que

todavía se conservan (como los de Amati), pero la mayoría de ellos estaban

construidos para ser usados. A principios del siglo XVIII, Stradivarius normalizó su

tamaño, y lo cambió de 80 a 76 cm, muy similar a la talla actual. En la actualidad los

violonchelos de Stradivarius son de los más caros que existen, y ya en su propia

época, es posible que los fabricantes de violines que también fabricaban violonchelos

ganaran mucho más dinero con la construcción de estos instrumentos que con los

violines.

Como muestra de su rápida popularidad, en 1680 ya estaba incluido como

instrumento fijo en la Orquesta Imperial de Viena y en 1709, la Orquesta Sinfónica de

Dresde ya tenía cuatro violonchelos. Las primeras obras creadas específicamente para

violonchelo, fueron de Doménico Gabrieli y de Giuseppe Maria Jacchini (c. 1663-

1727) hacia 1689.

Durante sus primeros años, hasta la primera mitad del siglo XVIII, estuvo

compitiendo por el repertorio con la viola da gamba, ya que tenían un timbre similar

y se usaban sobre todo como bajo continuo. Algunos de los grandes compositores de

Page 24: trabajo del violin

la época, como Marin Marais o Henry Purcell, se negaron a emplear el nuevo

violonchelo, usando en su lugar la viola da gamba y escribiendo expresamente en las

partituras que la interpretación debería de ser para este instrumento.

El apogeo del violonchelo comienza durante el barroco. Muchos compositores

lo usan de manera recurrente como bajo continuo de las obras, junto con el clavecín,

y ya se empieza a usar para agrupaciones más pequeñas, dúos, tríos y cuartetos.

A Johann Sebastian Bach se le ha atribuido por mucho tiempo la poco

verificable creación de la viola pomposa (también llamada viola di fagotto o

"violoncello piccolo da spalla" [violonchelo pequeño de hombro], usada por Bach

para sus Cantatas de Leipzig), que en su versión de cinco cuerdas sirve para

interpretar su Suite para violonchelo solo n.º 6. Este violoncello piccolo da spalla se

creó para que fuera interpretado por violinistas (poco expertos en la interpretación da

gamba, con el instrumento en vertical y sujeto entre las piernas) ya que se

interpretaba colocado sobre el hombro y el pecho, y tenía un tamaño mayor al de la

viola actual. Algunos investigadores creen que las 6 suites para violonchelo solo en

realidad estuvieron creadas para este instrumento.[5]

Vivaldi ya compuso 27 conciertos para violonchelo, y en la segunda mitad del

siglo XVIII Luigi Boccherini, que además era violonchelista virtuoso, dedicó 12

conciertos a este instrumento.

Con la gran popularidad que tuvo como bajo continuo, acabó por desplazar

totalmente en este período a la viola da gamba, y se consolidó como instrumento

recurrente en las agrupaciones de cámara.

El violonchelo que se usó en toda esta época, se llama violonchelo barroco, y

es prácticamente idéntico al violonchelo moderno. Todavía se conservan muchos

ejemplares de este tipo de violonchelo y además se siguen fabricando, ya que los

Page 25: trabajo del violin

músicos que interpretan obras barrocas consideran que la sonoridad de estos

instrumentos es mucho más adecuada para este tipo de música. El violonchelo

barroco no tenía pica, la varilla metálica que tiene los violonchelos modernos para

sujetarlo al suelo, que resulta mucho más cómodo para dejar a la mano izquierda la

libertad suficiente para las complicaciones técnicas de las obras posteriores al

barroco. Esto pasaba porque al estar sujetando el violonchelo con las piernas y con la

mano izquierda, la que crea los distintos sonidos al apretar las cuerdas sobre el mástil,

aumentaba la tensión en esta mano y disminuía la agilidad de los dedos. Además, en

esta época se usaban cuerdas de tripa, no las cuerdas metálicas que se usan ahora, que

le daban una sonoridad completamente distinta. El la de los instrumentos barrocos

estaba afinado en 415 Hz en lugar de los 440 Hz de la actualidad, debido en parte por

esas cuerdas no metálicas y por la menor tensión que sufrían éstas. El puente era algo

más bajo y la curvatura de su parte superior era menor, el cuello era más robusto y el

mástil tenía menor inclinación y era más corto. Además, el bastidor del interior era

más pequeño. Este violonchelo barroco hacía que el sonido se proyectara menos.

EL CONTRABAJO

El contrabajo es un instrumento musical de la familia de los cordófonos por

frotación o de arco, de voluminoso tamaño por ser el que produce los sonidos más

graves.

Tiene generalmente cuatro cuerdas, que, al contrario de los otros instrumentos

de su familia -como el violín o la viola que poseen cuerdas afinadas por quintas

ascendentes-, se afinan por cuartas ascendentes (mi-la-re-sol, desde la 4ª cuerda, más

grave, a la 1ª, más aguda), aunque también los hay de cinco, en los que la quinta

cuerda se afina en un do o si más grave que la cuarta cuerda.

Es el segundo mayor y más grave de los instrumentos cordófonos, superado

solo por el octabajo, el cual da sonidos dos octavas más bajos que el contrabajo. Por

Page 26: trabajo del violin

eso, hasta tiempos relativamente recientes, muy pocas veces se usaba como solista. El

primer contrabajista virtuoso fue Domenico Dragonetti.

Su sonido se produce por la vibración de las cuerdas al ser frotadas con un

arco, aunque puede también producirse pulsándolas con las yemas de los dedos, al

modo del bajo eléctrico o el tololoche, técnica que recibe el nombre de pizzicato o

pellizco.

Historia

Sus orígenes se remontan al siglo XVI, época en la que ya existía un

instrumento llamado violone del cual parece derivar. Sin embargo, hasta el siglo XIX

no adoptó la forma y las características actuales, una combinación de elementos

propios del violín y de la viola da gamba. También durante ese siglo se incorporó

definitivamente a la orquesta, en la que desempeñaba un papel secundario: se limitaba

a reforzar la parte del violonchelo. Las dificultades de la interpretación derivadas de

su gran envergadura limitaron su salto a los escenarios. A pesar de todo, a finales del

siglo XVIII y durante todo el siglo siguiente algunos compositores depositaron su

confianza en el instrumento, que se fue ganando el respeto de músicos y del público.

Hubo que esperar a la segunda mitad del siglo XX para asistir al verdadero auge del

contrabajo de la mano de instrumentistas, pedagogos y, sobre todo, del jazz, que

brindó la oportunidad de lucirse en solitario y posibilitó la adopción de nuevas

técnicas interpretativas.

Origen

El origen del contrabajo, el mayor miembro de la familia de la cuerda frotada

ha suscitado enardecidas discusiones entre los expertos. No existe unanimidad cuando

se trata de decidir de qué instrumento deriva, aunque sí está claro que a partir del

siglo XVIII adquirió entidad propia dentro del grupo de las cuerdas. Sin embargo, su

emancipación en el ámbito musical puede considerarse ciertamente tardía en relación

Page 27: trabajo del violin

a otros instrumentos. Quizá todo ello se deba al hecho que, inicialmente, forma,

tamaño, afinación y arco –es decir, los rasgos que lo definían- eran variables. La viola

da gamba, la silueta del violonchelo o la característica forma de pera constituían

algunos de los modelos tipo en los que los luthiers se inspiraban para su construcción.

El contrabajo puede definirse como el segundo instrumento más grave de la familia

de los violines, aunque presenta notables diferencias en relación a ellos.

Su origen se remonta al siglo XVI y fue una evolución de la viola da gamba y

del violone bajo. Su gran tamaño, por aquel entonces mayor que el actual, lo dejó al

margen del cuarteto de cuerda, formado por dos violines, una viola y un violonchelo.

Hay quien afirma que el contrabajo no puede considerarse un verdadero miembro de

la familia del violín. Y es que a finales del siglo XV su forma era la del violone a

corde, el miembro más grande de la familia de la viola, que tenía unas dieciséis

cuerdas. A mediados del siglo siguiente, un intermedio florentino compuesto por

Stiggio y Corteggia dedicaba una de sus partes a un “sotto basso di viola”, sin que

pueda afirmarse si se trataba de un solo de contrabajo de viola da braccio o de viola

da gamba.

A principios del siglo XVII, el musicólogo Michael Praetorius describió un

instrumento de cinco cuerdas llamado violone. También conocido como contrabajo

de viola da gamba o contrabajo de violón, parece ser el antecedente inmediato del

contrabajo actual. La afinación de este enorme prototipo, que medía más de dos

metros, era similar a la del contrabajo actual. Los sonidos que producía eran una

octava inferior a los que el intérprete leía en la partitura, particularidad que se ha

mantenido hasta hoy.

Así pues, puede afirmarse que el contrabajo deriva de una combinación de

elementos propios del violín y de la viola da gamba. Del primero conserva, entre

otros, las características aberturas de resonancia en forma de “f”, la inclinación hacia

Page 28: trabajo del violin

atrás del mango, el número de cuerdas –generalmente cuatro- y la terminación en

voluta del clavijero. De la viola da gamba, el contrabajo ha heredado el cuerpo con

ángulos discretos, el adelgazamiento central y los hombros caídos.

Las características físicas que ha presentado históricamente el contrabajo no

se reducen únicamente a las propias de la evolución temporal. Su procedencia

geográfica ha marcado la existencia de diversos modelos que todavía perviven. En

general, puede afirmarse que en Alemania se adaptó la silueta de la viola a la

construcción del contrabajo. El resultado fue un instrumento con los hombros del

casco sesgados y el fondo plano. En Italia, en cambio, se construyeron numerosos

ejemplares con esquinas propias del violín y fondo curvo, a pesar de que siguió

manteniendo la silueta de las violas. Los contrabajos de los siglos XVI y XVII

poseían habitualmente cuatro o cinco cuerdas, aunque en ocasiones podían llegar a

tener seis. No fue hasta mediados del XVIII, en que finalmente se estableció la

afición por cuartas, que el contrabajo sucedió de forma definitiva a los violones y

violas da gambas. A pesar de ello, los compositores no le prestaron demasiada

atención durante esos siglos y en muchas obras, como las sinfonias (hasta mediados

del clasicismo), se limitaba a imitar la parte del chelo, doblándola a la octava grave.

Su gran tamaño, así como las gruesas cuerdas de tripa, lo hacían poco manejable.

Estas cuerdas daban un sonido profundo y estaban enrolladas en el clavijero, que

entonces era de madera de ébano. Posteriormente, la inclusión de cuerdas más finas

hizo posible la reducción del cuerpo del instrumento y, por consiguiente, facilitó la

interpretación.

La situación del contrabajo en el ámbito musical del siglo XVIII distaba

mucho de ser satisfactoria. Esta agonía se prolongó hasta la entrada en escena de

Domenico Dragonetti (1763-1846), que promovió su inclusión definitiva en la

orquesta y se convirtió en el primer virtuoso. Pese a sus enormes logros, el italiano no

consiguió ver en vida cómo el contrabajo se independizaba progresivamente del chelo

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en las composiciones para orquesta, aunque sí pudo asistir a la proliferación de

sonatas, dúos y tríos específicos para contrabajo (Dúo para viola y contrabajo de

Sperger, Trío para violín, viola y contrabajo de Haydn).

Durante los siglos XVIII y XIX el instrumento ganó notoriedad en los salones

de conciertos de las principales capitales europeas y pasó a ocupar definitivamente un

lugar destacado en el ámbito musical gracias a las innovaciones en la orquestación

llevadas a cabo por Beethoven, Wagner, Tchaikovsky, cuyas composiciones le

concedieron un mayor lirismo a este instrumento. En 1839, Achile Gouffe llevó el

contrabajo a la Ópera de París, escribió el primer método para el instrumento –cuyo

número de cuerdas se había fijado en cuatro- e introdujo notables innovaciones tanto

en el contrabajo propiamente dicho como en la forma del arco.

En los siglos XVIII y XIX coexistieron tres bajos de cuerda (a menudo

afinados en la2, re3 y sol3), que sobreviven en la música folclórica de la Europa del

este. Los antiguos bajos de los siglos XVI y XVII tenían cuatro o cinco cuerdas

(excepcionalmente seis). Las orquestas de baile modernas añaden una cuerda aguda a

los contrabajos, afinada en do3. Hasta el siglo XIX los contrabajistas usaron arcos

con la vara curvada hacia afuera en relación con el encerdado; mucho después de que

fuera normal el arco curvado hacia adentro en el violín, la viola y el violonchelo. El

arco antiguo sigue en uso junto a los arcos modernos desarrollados en el siglo XIX.

Entre los virtuosos del contrabajo debemos incluir al italiano Domenico Dragonetti,

autor de conciertos, sonatas y diversas reducciones para el instrumento, Giovanni

Bottesini el virtuoso por excelencia del contrabajo, al director ruso Sergei

Koussevitzky, que también ha escrito para contrabajo, y al contrabajista de jazz

estadounidense, Charles Mingus.