INDICE

Introducción………………………………………………………………………… 2

1. Breve historia…………………………………………………………………… 31.1 Definición………………………………………………………………….. 41.2 Enfoque de la RSE...……………………………………………………….. 51.3 Enfoque de los grupos de interés ………………………………………….. 5

2. Ética empresarial……………………………………………………………….. 6

3. Gobierno corporativo…………………………………………………………... 8

4. Reputación empresarial………………………………………………………... 9

5. RSE e innovación……………………………………………………………….. 10

6. RSE y estrategia empresarial………………………………………………….... 11

7. La RSE y el medio ambiente…………………………………………………… 12

8. La RSE y la función social de la empresa……………………………………… 13

9. RSE interna………………………………………………………………………. 14

Conclusión…………………………………………………………………………….. 16

Bibliografía……………………………………………………………………………. 17

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INTRODUCCION

Para aprender adecuadamente que es la responsabilidad social empresarial (RSE) y cuáles son sus implicaciones para las empresas, es necesario comenzar repasando brevemente su historia para seguidamente, analizar los diversos enfoques convergentes de un concepto, como el de la RSE, aun no concluyentemente cerrado en su definición.

Pero antes de seguir, pues algo de degustación tiene la lectura de cualquier lectura, avancemos, un primer concepto: Se puede entender la RSE como un proceso a través del cual las empresas asumen la responsabilidad por las consecuencias sociales, económicas y medioambientales de su actividad, y ello a través de dos mecanismo fundamentales: la rendición de cuentas en los tres ámbitos anteriores y ejerciendo el dialogo con los grupos interesados o afectados por tal actividad.

Las ideas claves de este informe académico son:

La RSE es un concepto que se ha venido elaborando a lo largo de las últimas décadas, y nos proponemos identificar hitos relevantes de su trayectoria histórica.

El estado actual de evolución del concepto de RSE nos permite proponer una definición tentativa recogiendo los diversos enfoques que la han ido enriqueciendo con el tiempo.

La RSE se construyen teniendo en cuenta que en ella confluyen muchos aspectos. En concreto, el más relevante sea quizá una consideración diferente de los grupos de interés y de su relación con la empresa.

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1. BREVE HISTORIA

La RSE tiene una larga trayectoria, que puede rastrearse a través de los conceptos antes comentarios, como el de ciudadanía corporativa o el más cercano el tiempo del desarrollo sostenible.La responsabilidad social de las empresas puede decirse que nace con la revolución industrial, e incluso el propio Adam Smith señalo que la aprobación social de las acciones debía tomarse en consideración, dando ya en ese momento a entender que el interés propio que movía los negocios humanos no podía operar al margen de la moralidad.Mientras tanto en EE.UU la responsabilidad social de las empresas conservaba las formas de las grandes donaciones filantrópicas que hacían los adalides del movimiento asistencialista.Durante la crisis económica que se inicia con la bolsa de 1929 tiene un lugar un debate de tipo ideológico entre algunos académicos respecto a las responsabilidades de los directivos de las empresas. Mientras que unos defendían que estas se limitaban a responder a sus accionistas, otros argumentaban que los favores legales de las empresas se debían justamente a que estaban destinadas a servir a la comunidad. Pero mucho autores coinciden en señalar que el concepto de RSE despunta con claridad en el trabajo de Bowen de 1953, titulado justamente social responsibilities of the businessmen, en el que se alude a la RSE como las obligaciones de los empresarios en las políticas, decisiones y acciones deseables según los objetivos de la sociedad.El desarrollo del concepto y actuaciones en RSE es firme y constante durante los años 70 y 80, aunque se ve frenado por el auge del neoliberalismo de los 80. En los 90, el interés por la RSE resurge con fuerza, entre entre otras causas debido a ciertos escándalos de la gran resonancia en el sector económico (Enron, tal vez el más conocido, pero también los de WorldCom, Tyco o Health south corp, entre otros), al progresivo fortalecimiento de las organizaciones dentro de la sociedad civil y a la reciente preocupación por temas de medio ambiente.También es destacable la eficiencia de algunas campañas de presión, a cargo del grupo de interés, sobre empresas para que se volviesen más responsables en las cuestiones sociales.

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1.1Definición:

La responsabilidad social empresarial (RSE) en un concepto con una definición que todavía carece de un consenso generalizado. En parte, esto se debe a que los puntos de vista desde los cuales aborda son más variados. Ya Peter Drucker definía la RSE hace 20 años del siguiente modo: sabemos que su primera responsabilidad social es hacer su trabajo. Sabemos que en segundo lugar, son responsables de su impacto sobre las personas, la comunidad y la responsabilidad en general.Y en clave española, exponemos a continuación consensuada que elaboro el foro de expertos convocado por el ministro de trabajo y asuntos sociales: ´´la responsabilidad social de la empresa es, además del cumplimiento escrito de las obligaciones legales vigentes, la integración voluntaria en su gobierno y su gestión, en su estrategia política y procedimiento, de las preocupaciones sociales, laborales, medioambientales y de respeto de los derechos humanos que surgen de la relación y el dialogo transparente con su grupo de interés, acciones.

1.2 Enfoque de la RSE

La RSE engloba cuestiones económicas, sociales y medioambientales, y en ella convergen diferentes preocupaciones y disciplinas científicas. En el interior de las mismas empresas han evolucionado progresivamente diversos enfoques, como la ética empresarial, los aspectos sociales o el desarrollo de los recursos humanos, que alimentan la RSE.Si analizamos las áreas de impacto de las empresas en la sociedad, vemos que podrían clasificar de diversos modos, pero muy intuitivo seria la llamada triple cuenta triple cuenta de resultados, que incluye el rendimiento económico, ambiental y social. El impacto ambiental de muchas empresas es hoy en día mucho más conocido y se a transformado en una prioridad para los directivos durante los diez últimos años. En este sentido, podemos señalar dos aspectos de interés: primero, la conveniencia de promover el control de las empresas sobres sus propios impactos ambientales y, segundo el rápido avance en esta dimensión puede servir de guía para desarrollar otros aspectos menos interesados de la RSE.Actualmente el más publicitado de los contenidos de la RSE concierne a los derechos humanos, incluyendo desde el maltrato a las poblaciones aborígenes hasta el trabajo infantil. Sim embrago hay otros aspectos que conciernen al funcionamiento interno de la empresa y tienen una implicaciones sociales externas muy amplias. Por ejemplo, el modo de seleccionar y controlar a su personal, el manejo de la igualdad de oportunidades, la conciliación entre trabajos y vida familiar o los despidos tienen efectos más amplios que van más allá de su influencia sobre la empresa y sus empleados.

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La RSE es un concepto transversal, que afecta a todos los sectores y a todas las áreas de actividad de una empresa. Para entender la RSE es necesario aproximarse a ella desde la perspectiva de los distintos grupos que participan en la empresa.

1.3 Enfoque de los grupos de interés

Se considera grupo de interés a cualquier grupo o individuo que puede afectar o verse afectado por las actividades de las empresas. En realidad la lista parece siempre abierta, ya que empieza por los accionistas e inversores, empleados, clientes y proveedores, pero incluye también a las administraciones públicas y a otras organizaciones.

Si combinamos combinamos la perspectiva de la triple cuenta de resultado con las de los grupos de interés, podríamos obtener un diagrama que mostraremos a continuación.

La responsabilidad social empresarial

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En este gráfico se intenta mostrar como el impacto de la empresa en la sociedad es semejante a ondas concéntricas. Las diversas áreas de efectividad o logro de la empresa (económico, social y medioambiental) se concretan en preocupaciones específicas para esta, en función del grupo de interés desde el cual se analice la cuestión. No todas las áreas de efectividad afectan por igual a todos los grupos de interés, sino que algunas pueden resultar preponderantes para un grupo en lugar y momentos dados.

2. ÉTICA EMPRESARIAL

la palabra <<ética>> viene del griego ethos y quiere decir <<carácter>> . La ética empresarial es una herramienta necesaria para el buen funcionamiento de las empresas mediante la asunción de principios como el respeto, la responsabilidad, etc. La RSE se sustenta en la ética empresarial.

La ética puede entenderse como una aplicación de la inteligencia que pone orden en las acciones y comportamientos que la persona ejecuta. Según José Antonio Marina, la ética es un proyecto de la inteligencia humana que tiene como objetivo la felicidad. También nos define como es una empresa inteligente, “aquella que trabaja de tal manera que consigue que un conjunto de persona, que pueden no ser extraordinarias, produzcan afectos extraordinarios”. A todo esto nos da una fórmula que es la siguiente: Organización inteligente = Talentos individuales + Organización innovadora + clima en la empresa + modo de liderar.

La empresa, es una comunidad de personas que aportan conjuntamente su trabajo directivo, su trabajo operativo y su inversión, es sujeto del comportamiento ético. Todas las personas que integran la comunidad – empresa, tienen la misma calidad y dignidad como personas y, por lo tanto, son sujetos del comportamiento ético.

La ética es un sentido, un proyecto de la “inteligencia empresarial”, un proyecto de progreso, innovador que se caracteriza por una mayor capacidad para resolver y anticiparse a los problemas y así mejorar las relaciones sociales de las empresas.

La ética empresarial se convierte así en una rama de la ética aplicada, que se ocupa del análisis de las cuestiones de índole moral que se platean en el mundo de los negocios: la cultura y valores de la organización, la manera de gestionar y comunicar, las formas de conducirse en el mercado, las decisiones técnicas, comerciales, de marketing, etc., que se toman o las o las prioridades estrategias, entre otras.

En su relación con la RSE, la ética empresarial desempeña el papel de una brújula que alinea los diversos enfoques dentro de la responsabilidad social. La característica común de estos enfoques es que se apuntan todos en la misma dirección: en que la búsqueda de modelos que permitan que la contribución de la empresa a la sociedad y al entorno sea lo más justa y valiosa, en equilibrio con su resultado económico.

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Las empresas son una suma de personas, de clientes, de empleados, de directivos. Por eso la RSE interna no es sino la otra cara de la moneda de la RSE estratégica ( aquella que se distingue del día a día del negocio, que busca la innovación y la ventaja competitiva en la generación equilibrada de valor por parte de todos los grupos de interés de la empresa). Dentro del campo de la RSE interna, la empresa debe incidir con especial atención en crear y fomentar una cultura de empresa que esté presente de manera real y no fingida en todos sus miembros.

Las buenas empresas necesitan buenos profesionales. Los buenos profesionales necesitan buenas empresas, y si no consiguen trabajar en empresas acordes a sus valores, tendrán serias dificultades para desplegar su concepto de lo que es ser un buen profesional. Por otro lado, los directivos deben mantener su propia ética, que no será la de la empresa. Un buen profesional es aquel que con su práctica aporta a la sociedad los bienes internos de su profesión. Al hacer esto, se obtienen unos bienes externos que son el dinero, el prestigio y el poder.

Adela Cortina resalta que la ética de la sociedad es la que marca la forma en que los bienes internos deben desplegarse y enuncia tres propósitos básicos:

- Cada persona es un fin en sí mismo, no debe ser instrumentalizada y si empoderada para desarrollar sus planes vitales.

- A la hora de tomar decisiones hay que tener en cuenta a todos los afectados.- Lo que es valioso por sí mismo hay que respetarlo, lo que desemboca en la

responsabilidad sobre la naturaleza.

Quizás cada uno de los agentes empresariales tenga un papel que desempeñar para marcar el rumbo de las empresas socialmente responsables:

- Los accionistas (los dueños legales), directos o a través de inversores institucionales, grandes o pequeños, con las decisiones de inversión.

- Los clientes (los que garantizan los ingresos), con los criterios de compra de los productos.

- Los empleados (las manos y cabezas que ejecutan las acciones de la empresa), rompiendo el ya viejo paradigma de que son una pieza pasiva en las decisiones de la empresa.

- Los directivos (las cabezas y las brújulas de la empresa), asumiendo el liderazgo del cambio, convencidos de que se apuesta por la RSE es una apuesta empresarial ganadora.

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3. GOBIERNO CORPORATIVO

En España existen una serie de códigos de buen gobierno corporativo que podrían considerarse un primer intento para definir las líneas de acción de un comportamiento ético, si bien fundamentalmente referido a la alta dirección y en relación con sus accionistas.

Entendemos por gobierno corporativo un conjunto de principios y normas que regulan el diseño, integración y funcionamiento de los órganos de gobierno de la empresa, es decir, de sus tres poderes: loa accionistas, el consejo de dirección y la alta administración. Un buen gobierno corporativo provee los principios para proteger los intereses de la compañía y los accionistas, y vigila la creación de valor y uso eficiente de los recursos. Entre otras razones estaba motivado por la necesidad de los accionistas minoritarios de una empresa de conocer el estado en que se encontraban sus inversiones. Esto hizo que los accionistas mayoritarios de un negocio y sus administradores iniciaran un proceso de apertura de la información, acompañado al mismo tiempo de profesionalización y transparencia en la gestión del referido negocio.

Los principios del buen gobierno corporativo se han impulsado a través de diversos documentos emanados de organismos nacionales e internacionales. El instituto de Consejeros- Administradores de España, formado, a título individual, por consejeros y administradores de empresas o entidades, creó un comité de normas profesionales y público en septiembre de 2004 los “Principios de buen gobierno corporativo”.

El objetivo último del Informe Winter (2002) fue sentar recomendaciones o propuestas de bases y pautas de actuación en relación con el proceso de creación del derecho comunitario en materia societaria.

Siguiendo en el plano internacional podemos considerar las iniciativas que se han venido adoptando en los últimos años en Estados Unidos, como la Ley Sarbanes-Oxley (Ley SOX) de 2002. Esta ley nació a raíz de graves escándalos como Enron, Tyco International, WorldCom y Peregrine Systems, con el objetivo de controlar a las empresas que cotizaban en Bolsa para tratar de impedir que sus acciones fueran alteradas de manera dudosa y evitar fraudes y riesgo de banca rota, protegiendo al inversor.

La ley SOX recoge un conjunto de normas de buen gobierno y de regulación de los auditores y, entre otras novedades, introdujo la creación del Public Company Accounting Oversight Board, un órgano de supervisión de los auditores dependiente de la SEC.

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La existencia de todos estos códigos no ha impedido, sin embargo, las prácticas financieras que han llevado a la crisis actual. Es por ello por lo que muchas voces empiezan a cuestionar los principios de autorregulación en que se basan estas iniciativas.

Asimismo, la OCDE y el Banco Mundial han desarrollado un amplio programa de difusión del concepto de gobierno corporativo en el mundo. Este programa incluye la celebración de mesas redondas por regiones geográficas, como América Latina, la cuales se han llevado a cabo con periodicidad anual.

En 1999, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, propuso por primera vez la idea de un Pacto Mundial ante el Foro Económico Mundial. El Pacto Mundial es una iniciativa voluntaria que establece un marco de trabajo para promover en la empresa un desarrollo sostenible y una buena ciudadanía corporativa. Existe una “Guía detallada para la implantación del Pacto Mundial en una empresa o entidad española” (diciembre de 2003) que pretende ser un marco de dialogo entre los responsables de empresas que ya han dado sus `primeros pasos y aquellas empresas y entidades que comienzan el proceso. Toda esta documentación puede considerarse un conjunto de intentos iniciales de promoción de la RSE en empresas y organizaciones.

4. REPUTACION EMPRESARIAL

El término” reputación empresarial o corporativa” ha venido desarrollándose en los últimos años en paralelo y asociado al de RSE.

Según la definición del Foro de Reputación Corporativa (FRC), la reputación corporativa es el conjunto de percepciones que tienen sobre la empresa los diversos grupos de interés con los que se relaciona, tanto internos como externos.

Tiene que ver con el comportamiento observado por la empresa a lo largo del tiempo y describe su capacidad para distribuir el valor que genera a los mencionados grupos de interés.

La (FRC), entiende que la construcción y consolidación de una buena reputación implican la gestión integrada de distintos factores: ética, buen gobierno, innovación, productos y servicios de calidad, entorno de trabajo, responsabilidad social corporativa, resultados financieros y liderazgo.

Algunas grandes empresas están construyendo sus propios modelos de reputación. Tal es el caso de Telefónica, la operadora de telecomunicaciones española, que hace un curioso símil con la construcción de una casa, identificando la ética empresarial como el terreno donde se

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asienta, unos cimientos sólidos que no son otros que los valores; el suelo o base de apoyo, que deben ser los grandes objetivos de negocio: la misión y la visión y el techo la comunicación empresarial. Todo ello con el trabajo de un buen equipo de profesionales y con un buen proyecto que se apoye en la estrategia y organización de todo el grupo.

5. RSE E INNOVACIÓN

Existe un amplio consenso a la hora de considerar que la supervivencia de las empresas en un mundo tan cambiante como en el que vivimos para necesariamente por la innovación.

Una organización que no innove esta en gran medida condenada al fracaso.

La innovación debe entenderse no solo como lanzamiento de nuevos productos y servicios, sino como la capacidad de reinventar la manera de hacer negocio, incluyendo aspectos como la innovación estratégica o de procesos.

Adoptar valores asociados a la RSE tiene a menudo como resultado la aparición de importantes innovaciones en los productos y servicios, en los procedimientos o procesos, en las personas o en la organización en su conjunto o en nuevas maneras de afrontar los mercados.

Algunos ejemplos en este sentido los podemos ver en el caso del ordenador portátil de 100 dólares que propuso Nicholas Negroponte.

Otro caso en el que la RSE se convierte en impulsora de la innovación lo podemos ver en una marca líder de café que ha introducido importantes cambios operativos, desde el aprovisionamiento, pasando por el proceso productivo, hasta el empaquetado, y todo como consecuencia de la puesta en marcha de un sistema de gestión de la responsabilidad social empresarial, o el de una gran empresa de alimentación-congelados-de este país que introdujo importantes cambios en su producción como consecuencia del desarrollo de un sistema de gestión medioambiental, lo que posibilito posteriormente el desarrollo de una línea completa de nuevos productos.

En este mismo sentido podemos hablar de las entidades financieras que ofrecen nuevos productos relacionados con la inversión socialmente responsable o los microcréditos, o de las universidades y escuelas de negocios, en que la RSE constituye una amplia área de investigación, de modo que n sus estudios y postgrados se incluyen cursos relativos a la materia

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6. RSE Y ESTRATEGIA EMPRESARIAL.

La brújula que alinea las tendencias estratégicas y organizativas que forman parte de la RSE es la ética empresarial. La importancia de la ética en la empresa se concreta en la incorporación de determinados valores , estrategias y en la transmisión de estos valores a través de su cultura. Esta carga cultural debe ser el marco de referencia sobre el que se construya la futura estrategia de la empresa trasladadas a la actividad diaria. Lleven a tomar decisiones en la dirección opuesta a la responsabilidad social.

Cuando los defensores de la RSE tienen que aportar sus argumentos lo hacen acumulando diversos tipos de razones , las cuales se podrían agrupar en varias partes :

PARTE 1 : algunos defensores de la RSE lo hacen a partir de lo que porter y kramer llaman “ la obligación moral ”. sostienen esta línea argumentan que las empresas someten principios que guían a los ciudadanos. Las empresas tienen que procurar el logro de sus objetivos , pero siempre de emplear procedimientos que tengan en cuenta el respeto a las personas , a los grupos y al medio ambiente .

PARTE 2 : otro grupo de argumentos favorables a la RSE se funda en el principio de sostenibilidad . este grupo el énfasis por las preocupaciones medioambientales es muy destacado .

PARTE 3 : un tercer grupo de razones se aducen a partir del concepto de autorización o de permiso . en este sentido las empresas siempre requieren para llevar adelante sus acciones de un “ visto bueno social ” o “ licencia para operar ”.

PARTE 4 : por último , muchas empresas justifican sus acciones de RSE por la mejora de la imagen corporativa . el prestigio de una empresa también se basa en las iniciativas de RSE emprendidas y sostenidas dentro de su comunidad.

Pese a que todas estas justificaciones están fundadas en su propia lógica interna . los citados porter y kramer señalan que son solo visiones parciales y no sirven para fundar la RSE genuina .como carecen de un análisis completo de estas relaciones , tales argumentos solo pueden engendrar iniciativas parcializadas que están débilmente ligadas a la estrategia de la empresa .

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Una buena definición de la estrategia empresarial en el marco de la RSE tiene un efecto multiplicador en los beneficios que obtiene la compañía de la aplicación de principios RSE en la toma de decisiones . si la estrategia de la empresa no está alineada con los objetivos de la RSE, entonces se pierde el concepto.

La RSE se desprende que:

1. La RSE puede ser un valor añadido a la estrategia de la empresa preparándola y dotándola de herramientas innovadoras para hacer frente a distintas situaciones. Por tanto , una estrategia empresarial que haya interiorizado la RSE conduce hacia la obtención de una ventaja competitiva para la compañía .

2. La RSE tiene una gran capacidad de creación de valor , que no debe quedarse únicamente en la mera visión comercial o de marketing que se percibe en muchas ocasiones . la RSE , alineada con la estrategia , puede ser un fuerte crecimiento sostenible para las empresas .

7. LA RSE Y EL MEDIO AMBIENTE.

Las sociedades desarrolladas contemporáneas han ido progresivamente madurando la idea de que para garantizar la continuidad de nuestro desarrollo , era necesario poner cotas a las acciones de las empresas y de la sociedad en su conjunto . que podían traer aparejadas consecuencias negativas a medio y largo plazo . así fue ganando carta de ciudadanía el concepto de sostenibilidad y de desarrollo sostenible . que se plasma en 1987 en el informe formalmente llamado “ nuestro futuro común ” , realizado por la primera ministra noruega Gro HARLEM BRUNDTLAND .

El “ informe brundtland ” define el desarrollo sostenible como “ aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades ” la idea de que la responsabilidad ya no se limita a mis propias acciones , ni a las que se ejecuten durante el tiempo vital de mi generación . existe una responsabilidad que algunos denominan intergeneracional (puerta y olarreaga, 2006 ) . esta concepción se consolidad en las empresas , de modo que se ha pasado de la única cuenta de resultados ( la económica) a una triple cuenta de resultados, en la que se incluyen las dimensiones social y medioambiental . estas dimensiones no se pueden abordar por separado , ya que podría suceder que aquello que maximice los beneficios en una cuenta ponga a la vez en peligro los resultados de otra .es necesario analizar en detalle el papel de cada uno de estos grupos en la

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acción medioambiental dentro de la actividad de la empresa . puesto que , si bien se puede considerar que todos son legítimos.

Puerta y olarreaga ( 2006 ) señalan como se despliega el abanico de la RSE empresarial en relación con el medio ambiente y lo hacen a través de sucesivos planos de concreción .

El primer plano lo representan los intereses medioambientales de los stakeholders , que se trasladan a la estrategia empresarial a largo plazo . por ejemplo, si los clientes están interesados en conocer la gestión medioambiental de la empresa para decidir cómo gastar su dinero ,la compañía debería tener cuidado en su estrategia empresarial de fomentar la I+D+i innovadora con el medio ambiente .

El siguiente plano se sitúa en las políticas concretas de la empresa . ya que exigirá tener en cuenta el marco normativo concreto que la limita la propia trayectoria histórica para tomar decisiones informadas y operativizar la estrategia en unos criterios de acción a corto y medio plazo . siguiendo con el ejemplo , la empresa podrá estar atenta a promover el diseño ecológico de sus productos y la eficiencia ecológica de sus procesos .

Por último , la concreción final se hará en la gestión medioambiental cotidiana de todos los procesos , de tal modo que resulten imbuidas de esta práctica las acciones de aprovisionamiento, producción , distribución, comercialización, etc. . En este plano la empresa debería atender , entre otros aspectos , a la adecuada formación e información a sus consumidores de las acciones medioambientales o de las innovaciones introducidas en sus productos .

8. LA RSE Y LA FUNCION SOCIAL DE LA EMPRESA.

Para entender por qué la RSE tiene un papel clave en la acción empresarial debemos preguntarnos cuál es el fundamento ultimo de esta responsabilidad de la empresa .Si no logramos identificar el basamento más firme en el cual fundar la necesidad de la RSE, resulta que esta se acaba reduciendo a una estrategia oportunista, a una moda o necesidad de marketing, útil por tanto solo para u momento determinado. En la búsqueda de ese fundamento más solido nos orientan de un nuevo Porter y Kramer, es necesario dirigir la mirada hacia las mutuas relacionadas de interdependencia entre las empresas y sus estrategias, la sociedad en

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que esta operan “si demos que la empresa y la sociedad se necesitan mutuamente”-advierten los autores –puede parecer un cliché, pero se trata de una verdad básica.

Es cierto que la acción social de las empresas es hoy día abundante en su manifestación y rica en los beneficios que proporciona a la sociedad en que se mueve, pero, aun así es necesario recordar que el verdadero objetivo es la RSE estratégica. Así cada vez más autores insisten en que el éxito de una empresa no solo depende de ella misma y de sus acciones, sino que requiere del bienestar de la sociedad en que opera. Esto es así porque solo una sociedad saludable, en términos de educación, bienestar e igualdad de oportunidades, podría brindarle a la empresa una fuerza de trabajo productiva. Esa misma sociedad saludable será la que ofrezca oportunidades de negocio cada vez mayores, de modo que el logro de los fines empresariales a largo plazo aparece condicional al logro de los fines sociales del entorno.

Hoy en día, por otro parte, ninguna sociedad desarrollada puede pensar que si destruye a sus empresas ella misma conseguirá sobrevivir a largo plazo. Las experiencias han mostrado que reducir la actividad empresarial solo consigue acabar con la competitividad, con el progreso y, por tanto, con la oferta de empleo y el crecimiento de las riquezas. Dicho de otra manera, nadie podrá salvare solo, y mucho menos lo hará si permite o promueve que otros se ahoguen. Por este motivo, se insiste una y otra vez en la necesidad de identificar los puntos de intersección entre las necesidades e intereses mutuos de sociedad y empresa.

Por dirigir la mirada a un aspecto, podemos resaltar como las empresas privadas muestran en general una mayor flexibilidad a la hora de adaptación a los cambios sociales, superando en esa velocidad a otro tipo de organización, como las empresas públicas o los organismos que dependen de la administración. Las empresas son actores muy dinámicos y poseen una gran capacidad para producir cambios en su entorno más cercano. Esto las convierte en un canal con un gran potencial de transmisión de valores.

9. RSE INTERNA

La RSE tiene una doble vértice, que la dirige no solo hacia el exterior, sino también hacia el seno de la empresa. Dentro del campo de la RSE interna, la empresa debe incidir con especial atención en crear y fomentar una cultura de empresa, que esté presente de manera real y no fingida en todos sus miembros. Si esto no se consigue, la RSE no será más que un conjunto de comportamiento pautados en un código o una serie de iniciativas inconexas entre sí. Pero para que esto sea posible, la empresa debe pasar a ser, además de motor de desarrollo material, fuentes de valores para las personas, que son las que a fin y al cabo conforman la sociedad. De lo contrario no se consiguiera que sus integrantes se impliquen profundamente en los valores de la RSE, al igual que no se comprometan plenamente con la empresa entre sí.

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Ampliando un poco más esta idea, tenemos que decir que la cultura de la empresa, que es el conjunto de normas implícitas de funcionalmente que se han ido consolidando mediante la solución de problemas internos y externos, tendrá que integrar progresivamente los valores de la RSE. De no ser así, es decir, si los valores de la RSE no son parte de esa cultura de la empresa, o dicho al revés, si la empresa no tiene una cultura para la RSE, entonces la acción en este sentido tendrá poca trayectoria y menos validez. Porque el plan de acción en materia de RSE se puede decidir en un plan estratégico o por decisión de un consejo de dirección, pero el cambio cultural para integrar los valores RSE en la cultura de la empresa no se produce por secreto, sino como cualquier cambio cultural es lento y progresivo.

En este concepto de cultura para la RSE, firmemente entroncado con el concepto anteriormente analizado de ética empresarial, tiene un papel clave la idea de justicia corporativa o de empresa justa, en primer lugar, para con sus propios integrantes. Es lógico admitir que si una empresa engaña a sus clientes, maltrata a sus empleados y es deshonesta con sus proveedores, no puede promulgar una genuina estratégica de RSE externa. El concepto de justicia resulta pues una pieza esencial para articular la RSE de cara al interior de la propia empresa.

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CONCLUSIONES

La RSE es un concepto en evolución, según el cual las empresas se comprometen más allá de los resultados económicos e integran preocupaciones sociales y medioambientales.

La RSE es sustentada en la ética empresarial y profesional. Es importante que las empresas tengan una ética propia y una coherencia

interna en sus actuaciones. La RSE no es un concepto que este al margen del resto de actividades de la

empresa, sino que, para que pueda ser realmente útil, de estar íntimamente ligada a la estrategia. De otro modo, podría quedarse solo en un concepto de ideas.

Hay en las empresas un deber social que les obliga tanto fuera de la empresa, en el entorno en que desarrolla su actividad, como dentro de la empresa, siendo los propios empleados uno de los focos de atención de su RSE.

Las empresas deben practicar y ser ejemplo de buen gobierno; para tener un éxito sostenible en el tiempo las empresas han de labrarse una sólida reputación.

Adoptar valores asociados a la RSE tiene como resultados desencadenar importantes innovaciones tanto en productos, servicios o procesos como en la organización en su conjunto o en nuevas maneras de afrontar los mercados.

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BIBLIOGRAFÍA

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Dirección y gestión de personal, J. M. Aguirre de Mena, M .a P. Andrés Reina, J. Rodríguez Rodríguez y D, Tous Zamora.

Dirigir personas En la Empresa. Enfoque conceptual y aplicaciones prácticas, J. Fernandez Aguado