Toxinas de Hongos

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TOXINAS DE HONGOS AFLATOXINAS 1. Nombre de la toxina: Aflatoxina 2. Nombre de la enfermedad: Aflatoxicosis. Causada por la ingestión de alimentos contaminados con aflatoxinas. Las aflatoxinas son un grupo de compuestos tóxicos producidos por ciertas cepas de hongos como Aspergillus flavus y A. parasiticus. Bajo condiciones favorables de temperatura y humedad, estos hongos crecen en ciertos alimentos y productos alimenticios, y subsecuentemente producen las aflatoxinas. Las contaminaciones más importantes se observaron en las nueces, cacahuetes o maníes y otras oleaginosas, incluso algodón y maíz. Las aflatoxinas de mayor interés se designan B1, B2, G1, y G2. Estas toxinas generalmente se encuentran conjuntamente en varios alimentos y los productos derivados en diversas proporciones; sin embargo la aflatoxina B1 es la predominante y la de mayor toxicidad. 3. Naturaleza de la enfermedad: Las aflatoxinas producen en varias especies animales necrosis agudas, cirrosis y carcinoma del hígado. No hay ninguna especie animal resistente a los efectos tóxicos agudos de las aflatoxinas; por lo tanto, es lógico suponer que los seres humanos pueden verse afectados de la misma manera. En cuanto a la susceptibilidad a la intoxicación aguda o crónica por aflatoxinas, las especies animales responden de diferentes maneras. Factores medioambientales, nivel y duración de la exposición, edad, condición de salud y nutricional, pueden influir en la toxicidad. La aflatoxina B1 es un cancerígeno muy potente en muchas especies, incluso los primates no humanos, pájaros, peces y roedores. En todas las especies, el hígado es el principal órgano afectado por una aguda lesión. El metabolismo ejerce un papel importante en la toxicidad de la aflatoxina B1; los estudios demostraron que esta toxina requiere una activación metabólica para ejercer su efecto cancerígeno y éstos pueden ser alterados por la inducción o inhibición de la oxidasa del sistema. 4. Desarrollo de la enfermedad: En países desarrollados, la contaminación por aflatoxinas raramente afecta a los alimentos en niveles suficientes para causar aflatoxicosis aguda en los seres humanos. Por lo tanto, los estudios de la toxicidad en humanos fueran enfocados desde el posible efecto cancerígeno. 5. Diagnóstico de la enfermedad en humanos: Raramente se registra la aflatoxicosis en seres humanos; por lo tanto estos casos no siempre son reconocidos. Puede sospecharse de la aflatoxicosis cuando un brote de una enfermedad presenta las siguientes características: La causa no es identificada fácilmente.

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Las toxinas fúngicas son substancias producidas por varios centenares de especies de mohos que pueden crecer sobre los alimentos en determinadas condiciones. El efecto perjudicial para la salud se conoce desde antiguo, y entre las prescripciones de la medicina clásica está la recomendación de evitar los alimentos enmohecidos. Las más importantes son las toxinas producidas por mohos de los géneros Aspergillus, Fusarium y Penicillium. Al tratarse de metabolitos secundarios, su velocidad de producción depende de la temperatura. En general, la producción es máxima entre los 24C y los 28C, que corresponden a temperaturas amnbiente tropicales. En refrigeración (como sucedería en el caso de los mohos que proliferaran, por ejemplo, sobre queso, no solamente el crecimiento fúngico sería menro, sino también la producción `proporcional de micotoxinas.

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TOXINAS DE HONGOS

AFLATOXINAS

1. Nombre de la toxina: Aflatoxina 2. Nombre de la enfermedad: Aflatoxicosis. Causada por la ingestión de alimentos contaminados con aflatoxinas. Las aflatoxinas son un grupo de compuestos tóxicos producidos por ciertas cepas de hongos como Aspergillus flavus y A. parasiticus. Bajo condiciones favorables de temperatura y humedad, estos hongos crecen en ciertos alimentos y productos alimenticios, y subsecuentemente producen las aflatoxinas. Las contaminaciones más importantes se observaron en las nueces, cacahuetes o maníes y otras oleaginosas, incluso algodón y maíz. Las aflatoxinas de mayor interés se designan B1, B2, G1, y G2. Estas toxinas generalmente se encuentran conjuntamente en varios alimentos y los productos derivados en diversas proporciones; sin embargo la aflatoxina B1 es la predominante y la de mayor toxicidad. 3. Naturaleza de la enfermedad: Las aflatoxinas producen en varias especies animales necrosis agudas, cirrosis y carcinoma del hígado. No hay ninguna especie animal resistente a los efectos tóxicos agudos de las aflatoxinas; por lo tanto, es lógico suponer que los seres humanos pueden verse afectados de la misma manera. En cuanto a la susceptibilidad a la intoxicación aguda o crónica por aflatoxinas, las especies animales responden de diferentes maneras. Factores medioambientales, nivel y duración de la exposición, edad, condición de salud y nutricional, pueden influir en la toxicidad. La aflatoxina B1 es un cancerígeno muy potente en muchas especies, incluso los primates no humanos, pájaros, peces y roedores. En todas las especies, el hígado es el principal órgano afectado por una aguda lesión. El metabolismo ejerce un papel importante en la toxicidad de la aflatoxina B1; los estudios demostraron que esta toxina requiere una activación metabólica para ejercer su efecto cancerígeno y éstos pueden ser alterados por la inducción o inhibición de la oxidasa del sistema. 4. Desarrollo de la enfermedad: En países desarrollados, la contaminación por aflatoxinas raramente afecta a los alimentos en niveles suficientes para causar aflatoxicosis aguda en los seres humanos. Por lo tanto, los estudios de la toxicidad en humanos fueran enfocados desde el posible efecto cancerígeno. 5. Diagnóstico de la enfermedad en humanos: Raramente se registra la aflatoxicosis en seres humanos; por lo tanto estos casos no siempre son reconocidos. Puede sospecharse de la aflatoxicosis cuando un brote de una enfermedad presenta las siguientes características:

La causa no es identificada fácilmente.

No es transmisible.

Los síntomas están asociados con determinadas partidas de alimentos.

Los tratamientos con antibióticos u otros medicamentos surten poco efecto.

El brote puede ser estacional, o sea, las condiciones climáticas afectan el crecimiento del hongo.

 

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Los efectos adversos de las aflatoxinas en animales (y posiblemente en humanos) se han clasificado de dos formas: A. Principal: La aflatoxicosis aguda se produce cuando se consumen cantidades elevadas o moderadas de aflatoxinas. Los casos más severos de la enfermedad pueden incluir hemorragias, lesiones agudas del hígado, edemas, trastornos digestivos, absorción y/o metabolismo de nutrientes, y hasta la muerte. B. Secundario: La aflatoxicosis crónica se produce por la ingestión de cantidades moderadas y bajas de aflatoxinas. Los efectos generalmente son subclínicos y difíciles de ser reconocidos. Algunos de los síntomas comunes son: bajo aprovechamiento del alimento ingerido y bajo índice de crecimiento, con o sin la aparición de los síntomas característicos. 6. Alimentos asociados: Las aflatoxinas han sido encontradas en el maíz y subproductos, cacahuetes o maníes y productos derivados, semilla de algodón, castañas de Pará, pistachos y nueces. Otros granos y nueces también son susceptibles a la contaminación, aunque en menor grado. 7. Frecuencia relativa de la enfermedad: La frecuencia relativa de la aflatoxicosis en humanos, en EUA, es desconocida. Ningún brote fue registrado. Solo fueron registrados casos esporádicos en animales. 8. Población susceptible: A pesar de que los seres humanos y animales son susceptibles a los efectos de las aflatoxinas, es muy baja la posibilidad de exposición de humanos a niveles de aflatoxina capaces de causar cuadros agudos, en países desarrollados. En países en desarrollo o subdesarrollados, la susceptibilidad varía con la edad, salud, cantidad y duración de la exposición. 9. Análisis del alimento: Las etapas básicas incluyen extracción, separación de lípidos, limpieza, separación y cuantificación. Dependiendo de la naturaleza del alimento, los métodos pueden simplificarse omitiendo pasos innecesarios. Se desarrollaron métodos químicos para el cacahuete, maíz, semilla de algodón, nueces y castañas, así como los alimentos para animales. 10. Brotes: Uno de los casos registrados de aflatoxicosis en seres humanos, más importante, ocurrió en más de 150 ciudades de una misma región de India, en el otoño de 1974. De acuerdo con los registros, 397 personas fueron afectadas y 108 murieron. En este brote, el maíz contaminado era el alimento principal de la dieta y los niveles de aflatoxina encontrados eran de 0,25 a 15 µg/Kg. Los pacientes presentaron fiebre elevada, malestar progresivo, edema en miembros, dolores, vómitos e inflamación del hígado. Un investigador registró un hecho interesante y notable del brote: una enfermedad similar en perros domésticos precedió a la aparición de los síntomas en una de las ciudades, y que era generalmente mortal. El examen histopatológico de las personas mostró proliferación extensiva de los canales biliares y fibrosis del hígado conjuntamente con una hemorragia gastrointestinal. Un segundo brote fue registrado en Kenia en 1982. 20 personas fueron hospitalizadas con una tasa de mortalidad del 60%. La ingestión diaria de aflatoxina se estimó en 38 µg/Kg de peso corporal por un número indeterminado de días.   Toxinas de otros hongos

1. Nombre de la toxina: Amanitina, Giromitrina, Orelanina, Muscarina, Ácido Iboténico, Muscimol, Psilocibina, Coprina. 2. Nombre de la enfermedad: Intoxicación por hongos, intoxicación por "excremento de sapo". Es causado por el consumo de hongos superiores de diferentes especies (hongos, "excremento de sapo") crudos o cocidos. El término "excremento de sapo" (del alemán Todesstuhl,

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"excremento de la muerte") frecuentemente se da a los hongos tóxicos. Para los individuos que no son especialistas en identificación de hongos, no es fácil el reconocimiento e identificación de las especies tóxicas y las no tóxicas. Las toxinas son producidas naturalmente por los hongos y cada espécimen de una especie tóxica puede ser considerado venenoso. La mayoría de los hongos no dejan de ser tóxicos por la cocción, enlatado, congelación u otros métodos de procesamiento. Así. El único método de evitar la intoxicación es evitando su consumo. 3. Naturaleza de la enfermedad: El envenenamiento por hongos es generalmente agudo y se manifiesta por varios síntomas, dependiendo de la cantidad ingerida. Debido a la estructura química desconocida de varias toxinas de hongos, la identificación precisa de las especies es difícil o imposible. Los hongos venenosos se clasifican por sus efectos fisiológicos. Existen cuatro tipos de toxinas de hongos. Las toxinas protoplasmáticas que causan destrucción celular seguido por disfunciones de los órganos. Las neurotoxinas que producen síntomas neurológicos como transpiración intensa, coma, convulsiones, alucinaciones, excitación, depresión, etc. Las toxinas que irritan el tracto gastrointestinal, causan náuseas, vómito, dolor abdominal y diarrea. Existen las toxinas tipo dissulfiram. Los hongos de la última categoría generalmente no son tóxicos y no producen los síntomas, a menos que se consuma alcohol dentro de las 72 horas posteriores a la ingestión del hongo. En este caso se presenta un síndrome tóxico agudo. 4. Desarrollo de la enfermedad: El curso normal de la enfermedad varía con la dosis y la especie del hongo ingerido. Cada especie venenosa tiene uno o más compuestos, que son únicos para otras especies. Por esta razón, los casos de envenenamiento no se parecen entre sí, a menos que hayan sido causados por la misma especie de hongo o alguna muy parecida. 5. Alimentos asociados: Las intoxicaciones por hongos son causadas casi siempre por la ingestión de hongos silvestres recogidos por personas que no son especialistas (aunque ya fueron registrados casos de especialistas intoxicados). La mayoría de los casos ocurren cuando se desconocen las especies tóxicas y/o estas se confunden con especies comestibles, y una pregunta útil a ser hecha a la víctima o a quién recogió los hongos es que identifiquen el hongo que estuvo recogiendo. Se han observado brotes después de la ingestión de hongos crudos, frescos, a la brasa, en confituras caseras, cocinados con salsa de tomate (que confiere toxicidad a la salsa, aun cuando los hongos no se consuman), y hongos que se blanquearon y se congelaron en domicilios. Los casos de intoxicación por confituras caseras y los hongos congelados son más frecuentes, desde que un simple brote puede multiplicarse cuando estos alimentos se llevan a otro sitio y/o se consumen en momentos diferentes. 6. Frecuencia relativa de la enfermedad: Es difícil obtener datos precisos de la frecuencia relativa de envenenamiento por hongos. El número de casos no registrados es obviamente incierto. Los casos son esporádicos y es raro encontrar brotes grandes. El envenenamiento tiende a ser más frecuente entre la primavera y el otoño, cuando la mayoría de las especies de hongos está en estado de fructificación.

7. Población susceptible: Todos los humanos son susceptibles a la intoxicación por hongos. Especímenes individuales de hongos tóxicos también se clasifican de acuerdo a variaciones individuales en cantidad de toxina, genética, situación geográfica y condiciones de crecimiento. Así, la intoxicación puede ser mas o menos severa dependiendo del número de hongos ingeridos, y de la dosis de toxina presente.