Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

64

Transcript of Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Page 1: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...
Page 2: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Tomás—inquieto, curioso ymetido en todo—va a pasar unos días a unaantigua casona, en la que lo espera un enigma: ¿dónde está el antiguomayordomo?

Elloviosólounavez,perolorecuerdamuybien:noeselmismodeahora.

Entonces,¿porquéelamade llavesy lacocineraquierenhacerlecreer locontrario?ConlallegadadeCamila,Tomásencontraráunacompañeraparasusinvestigaciones.¿Quéharánpararesolverelmisterio?

www.lectulandia.com-Página2

Page 3: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

NormaHuidobro

ElmisteriodelmayordomoePubr1.0

Ariblack30.05.14

www.lectulandia.com-Página3

Page 4: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Títulooriginal:ElmisteriodelmayordomoNormaHuidobro,2005Ilustraciones:MelinaCanaleDiseñodecubierta:MelinaCanale

Editordigital:AriblackePubbaser1.1

www.lectulandia.com-Página4

Page 5: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

AFernanda,Martín,Mariana,ElisayVictoria

www.lectulandia.com-Página5

Page 6: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

SaquemosaTomásdelmedio

Eldeporte favoritodemifamiliaessaquemosaTomásdelmedio.Tomás soyyo.Mi familia sonpapá,mamá,doshermanasmayores,mi abuelaymi tía.Amishermanas nadie las saca del medio porque, además de mayores, son tranquilas,estudiosas, trabajadoras, educadas, súper inteligentes, ordenadas y respetuosas.Vivimos en Lanús, en una casa grande, dividida en dos partes por un patio y unjardín. En la parte de adelante, que es lamás chica, vivenmi abuela ymi tía.Miabuelaeslamadredemimamáydemitía.Yenladeatrásvivimosmimamá,mipapá,mishermanasyyo,quevendríaaser lapelotaenestedeporte tanparticular.Siempresoyelquemolesta;ésaesmifunción.Esmás,sinomolesto,mesientomal;medaunmiedo terribleparecermeamishermanas, tan juiciosas, las pobres.Peroellasyanotienenremedio:nacieronasí.Deboreconocerquemitíaymiabuelanosontanbuenasjugadorascomoelrestodelafamilia,perosedefiendenbastantebien.A veces, los dos equipos—el de atrás y el de adelante— se ponen de acuerdo yjuegan algún campeonato. Esto pasa en ocasionesmuy especiales, como la que sepresentabaahora:elcasamientodemitíaylagranfiestaqueleibanahacerencasa,esdecir,enlasdospartesdelacasayenelpatioyeljardínqueestánentrelasdos.

Una vez que terminaron las clases (mi mamá es maestra y mi tía también),decidieronempezarcon laorganizaciónde lafiesta.Elprimerpasofueponerse lascamisetasylargarconelcampeonato.Yloqueesoquieredeciresquedirectamentemesacabandecasaymemandabandiezdíasdevacacionesconunatíademimamá,hermana de mi abuela, que vive en un palacio. Mi papá dice que es una casonaantigua, muy lujosa, pero que no llega a palacio. Para mí, llega. Tiene pileta denatación,canchadetenis,parque,sótano,torres,biblioteca,saladejuegos,veintipicodehabitaciones,unacocinamásgrandequemicasa,comoquincebañosynoséquémás.Yo,felizdeiralpalacio.¿Quémásquería?¿Quéibaahacertodoeldíaencasa,apartedeobligarami familiaapracticarsudeporte favorito?Lasvacacionesenelpalacioibanaserestupendas.Estabaseguro.

www.lectulandia.com-Página6

Page 7: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

www.lectulandia.com-Página7

Page 8: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Latíademimamávendríaasermitíaabuela,peroyoledigosimplementetía.Nuncaescuchéanadiedecirmitíaabuelamellevóalcine,mitíaabuelavinoacenaracasa,mitíaabuelamellevóalpalacio,mitíaabuelacualquiercosa.Contíaasecas,bastaysobra.Mi tíanoes ladueñadelpalacio.Eselamade llaves.Cuandose locontéporprimeravezamisamigos,nomecreyeron.Paraelloslasamasdellavesylosmayordomos existen únicamente en las novelas y en las películas demisterio.Además de ama de llaves, en el palacio hay mayordomo, cocinera, mucamas,jardineroychofer.Ytodoparamí,alpalaciomereliero,porquelosdueños,quesonun señor y una señora, se fueron a pasear a Europa. Seguramente deben estarviviendoenalgúncastillo;mipapámecontóqueenEuropa,ademásdepalacioshaycastillos, lisa es la diferencia con nosotros, que solamente tenemos palacios. Nomuchos,peroalgunostenemos.

Yohabíavistoelpalaciounasolavezydesdeafuera.LatíaHerminiaylosdemásempleados viven ahí y se van cuando les tocan las vacaciones. Cuando la tíaHerminiasaledevacaciones,vieneaviviramicasayseanotaeneltorneodeveranodesaquemosaTomásdelmedio;esosí,eslaquepeorjuega;papádicequemetienedemasiada paciencia. Bueno, yo había visto el palacio una sola vez y eso fue elveranopasado,cuandoalatíaseleterminósumesdevacacionesytuvoquevolver.Mipapá,porsertaxista,eselencargadodeandarllevandoytrayendoalafamiliaatodaspartes.Esavezhabíanvenido losalbañilesa casapara terminar lapiecitadearriba,meacuerdobien.Yoestabadelomásentretenidoayudándolosapreparar lamezcla, cuando la tíaHerminiaempezóadespedirsede todos.Ymientrasmipapállevabasuvalijaalauto,mimamáaprovechóymemetióamíenelasientodeatrás.Goldemimamá.

Era laprimeravezenmividaqueveíaunpalacio;de la realidad,quierodecir,porqueenlatelevisiónvimuchos.EstequedaenBrandsen,queesbastantelejosdeLanús.Escasicampoynohayningunacasaporalrededor.Mitíadicequeunapartedelviajesepuedehacerentren,perodespuéshayqueseguirentaxioremísporquenohayningúncolectivoquelleguealpalacio.Esonomeextraña,porqueunpalacioy un colectivo no son cosas que combinenmuy bien.Quedamejor llegar en taxi.Cuando estacionamos delante del portón de rejas de la entrada, apareció elmayordomo;paramíquenosestabaesperando.Loreconocíenseguidaporqueteníauna camisa rayada y un chaleco negro, que es el uniforme de los mayordomos.Tambiénteníabarbayanteojososcuros,yesomeparecióunpocoraro.Nosé,nomeimaginabaaunmayordomoconbarbayanteojosdesol.Seacercóalauto,nossaludóyagarró lavalijademi tía.Cuandoterminamosconlosbesosde ladespedida,noshizounareverenciaamipapáyamí,comosifuéramosreyesysefueconmitíaalpalacio.Mehubieragustadoquemehicieranpasarparaconocertodo,peromipapámeexplicóqueunacosaesserparientesdelamadellavesyotra,muydistinta,ser

www.lectulandia.com-Página8

Page 9: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

parientesdelosdueños.Noséparaquémeloexplicósilotengoreclaro.Yoloúnicoquequeríaeraconocerelpalacioynoquelosdueñosmeadoptarancomopariente.Bueno,esaveznopudoser,peroahorasí.YcuandomimamámedijoqueibaapasarunosdíasdevacacionesconlatíaHerminia,nomeimportónadaquememandaransolamenteparasacarmedelmedio.Ibaaconocerelpalacioypunto.

www.lectulandia.com-Página9

Page 10: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Seaconsejadesconfiardelmayordomo

Yomefijomuybienenlacaradelagente.Soymuyobservador.Ycuandoelmayordomoseacercóaltaxidemipapáparallevarmibolso,enseguidamedicuentadequenoeraelmismodelveranopasado.Elotroeramásviejo,mediogordito,nomuyaltoyconpelo,barbaybigotesblancos.Esteeraaltoyflacoyparecíabastantemás joven, aunque era un poco pelado.Amí ni siquierame saludó.Ami papá legruñó;éldicequeledijobuenastardes,peroyonoestoytanseguro.Yaleestabaporpreguntar qué había pasado con el otromayordomo, cuando apareciómi tía ymeinterrumpió.

—Bienvenido, Tomás —dijo, bien fuerte y me dio un beso con ruido—. Teestábamosesperando.Lacocinerapreparópastelitos.

Porlospastelitosmeolvidédelmayordomo.Cadavezquemitíallegaacasaparapasar sus vacaciones, trae un paquete enorme de pastelitos fritos de dulce demembrilloquemandalacocinera.Casitodosloscomoyo.Medespedídemipapá—quemehizoprometerleveintevecesquemeibaaportarbien,queibaaobedecerentodoalatíayquenomeibaameterdondenadiemellamaba—yfuialpalacioconmitía,pensandoenlospastelitos.

Lacocineratieneunnombrerarísimo:sellamaEulalia.EslaúnicaEulaliaenelmundoqueconozco.Ydebeserlaúnicaquepreparaunospastelitostanricos.Eulaliameestabaesperandoenlacocina,conlafuentedepastelitosdedulcedemembrilloenelcentrode lamesa.Mi tíamedijoquedespuésde tomar la lechesubieraamihabitacióny acomodaramis cosas.Esode subir amihabitaciónmegustó.Sonabaimportante.Toméunvasograndedelechefríaconcacao,peronomedejaroncomeriodos los pastelitos que quise. Después del sextome dijeron que no comieramásporque eran indigestos y quemejor los dejara para el desayuno del día siguiente.Protestéunpoco,perosacaronlafuentedelamesaylaguardaronenunarmarioconpuertasdevidrio.Quedabancatorcepastelitos.Loscontébien.

Mihabitaciónmegustó;estabaarribadelacocina,enel«aladeservicio»,comomeexplicómitía,osealapartedelpalacioquelecorrespondealpersonaldoméstico.Yo había pensado queme iban amandar a una de las habitaciones principales delpalacio, ésas que tienen una cama con techo y cortinas alrededor y alfombras confloresyescritoriosconcajoncitossecretos,yquealamañanaibaaentrarlamucama

www.lectulandia.com-Página10

Page 11: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

trayendo el desayuno en una bandeja enorme tapada con una especie de cacerolaredondadeplata,perono,nadadeeso.Igual,nomequejoporquelahabitaciónestárebuena;tieneunaventanadesdedondeseveunapartedeljardín—oparque,porqueesenorme—ytambién,lacasadeljardinero,queeselúnicodelpersonaldelpalacioque no vive en el ala de servicio. Al lado de la casa está el galpón de lasherramientas;meparecequeeljardinerotambiénesmecánico,porquecuandonoestácon lasplantas, estáenelgalpónarreglandoalgunamáquina.Enel alade serviciohayseishabitaciones:lademitía,ladelacocinera,ladelmayordomo,ladelchoferylasdelasdosmucamas,queahoraestabandevacaciones,igualqueelchofer.Cadahabitación tienesubaño.Elaladeserviciovendríaasercomounhotel:unpasillolargoconlaspuertasde lashabitacionesyunfelpudodelantedecadapuerta.Amímedieronlahabitacióndeunadelasmucamas;laprimera,subiendoporlaescaleradelacocina.Alfondodelpasillohabíaotraescalera,quedabaaljardín.

Alasnuevedelanochecenamostodosenlacocina.Tomamossopadeverduras,quelacocinerasirviódeunasoperaquepusoenelcentrodelamesa.Elasuntodelasoperamegustó.Noeslomismoservirlasopadirectamentedelacacerolayllevarelplatoservidoalamesa,queusarunasopera.Esotracosa.Letengoquedeciramimamá que compre una. Estábamos tomando la sopa y de golpe me acordé delmayordomo del verano pasado. Cada uno estaba concentrado en su plato, así quepodíapreguntarsinquemeinterrumpieran.

—¿Quépasóconelotromayordomo?Mi tía, la cocinera, el mayordomo nuevo y el jardinero me miraron, todos al

mismotiempo,comosiyohubieradichoalgúndisparate.—¿Quémayordomo?—preguntóelmayordomo.—El otro—dije yo—. El viejito de pelo blanco y barba y anteojos… El que

estabaelveranopasado.—ElveranopasadoestabaManuel,igualqueahora—dijomitía,todavíaconla

cucharaamediocaminoentreelplatoylaboca.—No,elveranopasadohabíaotro—insistí—.Cuandotetrajimosconpapáenel

taxi,¿teacordás?Eraunviejitocontodoelpeloblancoy…—No,no—meinterrumpiólacocinera—.Estásconfundido.Yatedijotutíaque

elúnicomayordomoesManuel—yempezóalevantarlosplatos.Yoibaadecirqueparanadaestabaconfundidoyquemeacordabaperfectamente

del viejito, cuandomi tíame puso delante de la nariz una tarta de jamón y quesoreciénsacadadelhorno.

—Tomásesnuestroinvitadodehonoryvaarecibirlaprimeraporción—dijomitía.

Degolpemedicuentadequeelmayordomomeestabamirando.Yotambiénlomiré,peroéldiovuelta lacabezaysepusoacomerunpedazodepan.Hablómuy

www.lectulandia.com-Página11

Page 12: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

pocoelrestodelanocheysefueadormirantesquelosdemás.Riquísima la tarta. De postre había helado. Me hubiera gustado llevarme un

pastelitoalacamaparacomermientrasleía,peronomeaniméasacarlodelarmario.SeguroquemitíayEulaliaibanaprotestar.Loquepasaesqueyoleohastatardeymedahambre.Detodosmodos,esanoche,nosésiporlaemocióndehaberllegadoalpalaciooqué,medormímástempranoquedecostumbre.

www.lectulandia.com-Página12

Page 13: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Catorcepastelitos

Eran catorce. Yo los conté. Y ahora había diez. Cuando bajé a desayunar, lafuenteseguíadentrodelarmarioconpuertasdevidrio.Eulaliamesirvióelcaféconlecheymitíasacólafuenteylapusoenlamesa.

—Se ve que a ustedes no les gustan los pastelitos tanto como a mí —dije,mirandolafuente—.Comieronmuypocos.

—No comimos ninguno —dijo la cocinera—. Son todos para vos. Eso sí, tetienenquedurarhastamañana.

—Sí,comieron—dijeyo—.Ayerhabíacatorce.Faltancuatro.—Peronosotrosno…—empezóEulalia.—SeguramenteselosllevóAlfredo—lainterrumpiómitía.Alfredoeseljardinero.YloquemenostieneAlfredoescaradecomersecuatro

pastelitos.Yodiríaqueniuno.Ynosóloporlacara,sinoporqueanochenisiquieraprobóelhelado.Sevequegolosonoes.Peronodijenadaymedediquéadesayunar.YatendríatiempodehablarconAlfredo.

Delosdiezpastelitos,medejaroncomercinco.Losotroscinco lospusieronenunafuentemáschica,quetambiénfueapararalarmariodepuertasdevidrio.Eulaliaymitíajuraronquenadielosibaatocaryquemelospodríacomeralahoradelamerienda.Yaestabaporsaliraljardín,cuandoentróManuelelmayordomoyviquemirabaelarmariodereojo.Ahímedicuentadetodo.Eraélquiensehabíacomidoloscuatroque faltaban.Mequedéunpoquitomásen la cocina, averquéhacía,yparadisimular,meagachéyempecéaatarmeloscordonesdelaszapatillas.Mientrastanto,nolesaquélosojosdeencima;seguroquenosediocuenta,porquedisimulémuybien.Peronohizonadararo;sesentóaleereldiarioyEulalialesirvióuncafé.Yomefuialjardín;siManuelsecomíalospastelitos,yameibaaenterar.Esosí,quenomevinierandespuésconelcuentodequehabíasidoAlfredo.

www.lectulandia.com-Página13

Page 14: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Esaprimeramañanaenelpalaciomeaburríunpoco.Anduvedandovueltasporel jardín,hastaque lovi aAlfredocortandoelpastoyme fui a charlar conél.Lepreguntésilegustabanlospastelitosdedulcedemembrillo.

—Prefiero los de dulce de batata—me dijo—. El dulce de membrillo no megusta.

Eso terminó de confirmar mis sospechas sobre el mayordomo. Ya estaba todoclaro,asíquenotoquémáseltema.Alfredoterminódecortarelpastoyfuehaciaelgalpónparaguardarlapodadora.Yoloseguí; lapuertaestabaabiertayseveíaqueadentro había muchas cosas: una mesa de carpintero repleta de herramientas,motores,macetasapiladas,mangueras,unbaúlenorme,quéséyo,detodo.Memoríadeganasporentraryempezararevolver,asíquemeacerquéalamesadecarpintero.

—¿Quéhacésahí?—dijoAlfredo,degolpe.Sevequenosehabíadadocuentadequeyoloseguía,porqueparecíasorprendido.

—Quieroverlasherramientas—dije.—No,no,no.Estenoesunlugarparachicos.Haymuchascosaspeligrosasyte

podéslastimar.Ysindecirmás,mepusolasmanossobreloshombrosycasimeempujóhastala

puerta.MepareciómuyprontoparaqueAlfredojugaraasaquemosaTomásdelmedio.

Siapenasmeconocía.Además,yonolomolestéparanada.Yamelasibaaarreglarparaentraralgalpónyrevisartranquilolasherramientas.Alomejor,aAlfredoselepasabaelmalhumoryélmismomeinvitaba.

No pensé más y me fui a dar una vuelta por el parque. La pileta de natación

www.lectulandia.com-Página14

Page 15: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

estaballenadeaguasucia.Mitíamehabíadichoqueenunoodosdíasibanavenirloshombreslimpiapiletasylaibanadejarlistaparausarla.Seguícaminandoylleguéalaentradadelpalacio.Lapuertaprincipalestabacerrada,perolasventanasestabantodas abiertas; las abren a lamañana para que se ventilen las habitaciones;me loexplicómi tía.Mientras lasmucamasestándevacaciones,nosehaceuna limpiezamuyprofunda,total,comonoentranadie,noseensucianada.Eneldesayunoyolehabíadichoamitíaquequeríaconocerelpalaciopordentroyellamedijoquesí,quemeibaallevararecorrerlotodo,peroquenoteníaquetocarnada.Ledijequesequedara tranquila, que si era pormí, podría recorrer el palacio entero sin sacar lasmanos de los bolsillos. Estuvo de acuerdo y me prometió que la visita iba a sermañanaopasado.

Seguí caminando un rato, sin dejar demirar el palacio, tan grande, con tantasventanas, con tres torres altísimas que terminaban en punta, como tres lápicesparados.Cada una tenía una ventana y un balcón. La torre delmedio estaba justoencimade la puerta principal y era lamás alta.Las otras dos estabanuna en cadaesquina.Laventanadelatorredelmedioyladelaizquierdaestabanabiertas,perolade la derecha estaba cerrada. Di una vuelta completa alrededor del palacio ycomprobé que todas las ventanas—las de la planta baja y las del primer piso—estabanabiertas.Laúnicacerradaeraladelatorredeladerecha.Meparecióraro.Enesoestaba,cuandosentíalgohúmedoenelbrazo.EraelhocicodeTristán,elperrodelpalacio.Yosabíaquelosdueñosteníanunperroporquemelohabíacontadomitía,peroeralaprimeravezqueloveía.Mitíamedijoquecasisiempreestáenlacasadeljardinero.Tristánmelamíalamanoymovíalacola.Mepuseajugarconélysemefueelaburrimiento.

Esa tarde, a lahorade la leche, encontré la fuentedepastelitos tal comohabíaquedado: no faltaba ni uno. Comí cuatro; tuve que darle uno a Tristán porquememiraba con una cara de muerto de hambre que me dio lástima. Se pasó toda lamerienda con el hocico apoyado en mi pierna y mirándome fijo. Cuando le di elpastelito,seechóenelpiso,losostuvoconlaspatasdelanterasyempezóapasarlelalengua, después se lo comió de dos bocados.Desde que jugué con él,me sigue atodaspartes.Alanochenolovi;Eulaliamedijoquelecustacorretearalosgatosyquedespuéssevadirectamenteadormiralacasadeljardinero.Eulaliaesincreíble.Selapasacocinando;estábienqueéseessutrabajo,perotodoslosdíaspreparaalgoespecial,esanoche—ademásdelasopa,quelahacebastanteseguido—preparóunamontaña de empanadas. Yo de la sopa nome quejo, porqueme gusta; sobre todocuandovieneensopera.Perolasempanadasmevuelvenloco,ymásquenadalasdecarne.Lástimaquenomedejencomer todo loquequiero.Otravezmesacaron lafuente.Insistenconesodequesicomomuchomevaahacermalyquedenochenohayquecargarelestómagoyotraspavadasporelestilo.

www.lectulandia.com-Página15

Page 16: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Yocomícincoempanadas.ManuelcomióseisyAlfredocinco,igualqueyo.MitíayEulalia,nomefijé,peroseguroquecomieronmenosporlahistoriaésadequenohayqueabusarconlacomida.Cuandoagarrélaquintaempanadaymitíamedijoqueésaeralaúltima,meapuréylasconté.Quedabandoce.Nadiesesirviómásymitía puso la fuente en el armario de las puertas de vidrio. No es que yo me pasecontandotodalacomidaquequedaparaeldíasiguiente,solamentecuentolascosasquemásmegustan.Enmicasa,porejemplo,cuentolosalfajores,loschocolates,losbombones;lasempanadas,cuandosobran,también.Loquepasaesquesinocontroloun poco, mis hermanas se comen todo y no me dejan nada, especialmente loschocolates.Poresomeacostumbréacontar.Bueno,habíadoceempanadasyyoyateníalistomidesayunoyeldeTristánparaeldíasiguiente.

www.lectulandia.com-Página16

Page 17: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

SherlockHolmes,cocacolayempanadas

Amímegustamucholeerenlacama.Poresomeduermotarde.Esalgoquehago solamente en las vacaciones, porque cuando voy al colegio tengo quelevantarmemuytempranoymeduermoenseguida.Laprimeranochequepaséenelpalacio, a lomejor por la emoción del viaje,me dormí ni bienme acosté. Pero lasegundanochevolvíamihábitodeleerhastatarde.Miabuelamecomprótreslibrosparaquemellevaraalpalacio:LavueltaalmundoenochentadíasydosdeSherlockHolmes. Los libros de detectives y los de aventuras son los que más me gustan.EmpecéconunodeSherlockHolmes.

Ya había leído unas cuantas páginas, cuando oí ladrar a Tristán. Miré por laventanayviqueseabríalapuertadelgalpónyTristánentraba.Miréelreloj;eranlasdoceymedia.QuéraroqueAlfredoestétrabajandoaestashoras,pensé.Pero,bueno,así como yo tengo la costumbre de leer hasta tarde, a lo mejor él se diviertearreglandoaparatosycosasporelestilo.Memetíotravezenlacamaydebohaberleído como media hora más, cuando me acordé de las empanadas. Pensé que sisacaba dos de la fuente, nadie tenía por qué darse cuenta.No creo que los demásanden contando la comida, como hago yo. Bajé a la cocina, saqué la fuente delarmario y puse dos empanadas en un plato. Las conté por costumbre; sin darmecuenta,digamos.Habíanueve.Volvíacontar.Nueve.Dos,enelplato.Nueve,enlafuente. Once empanadas. Había doce cuando guardaron la fuente en el armario.¿Alfredo lehabría llevadounaaTristán?Sinembargo,Tristánhabíacenado.YovicuandoEulalialedejabaelplatodelbalanceadoalladodelapuertadelacocina.AlomejoraAlfredoledabahambretrabajarhasta tarde.Dejé lafuenteenelarmarioyme serví un vaso de cocacola. Puse todo en una bandeja y empecé a caminardespacio, haciendo equilibrio; no estoy acostumbrado a llevar una bandeja, sobretodoconunvasollenohastaelborde.Caminabadespacioparanohacerundesastre,perocasilohago.Piséunacosablandayhúmeda.Estabadescalzo.Medioasco,peromecontrolé.Dejélabandejaenlamesa(menosmalquelateníacerca)ymefijéquéhabía pisado. Era relleno de empanadas.Me pareció raro, porquemi tía yManuelhabíanlimpiadotododespuésdecomer;limpianacadarato,nuncahaynadasucio.Mequedémirandoelpiso;hacialaizquierdahabíamásrelleno,poquito,peroseveíabien.Seguímirandoyvimás:unamontañitacomolasquehacenlashormigas,con

www.lectulandia.com-Página17

Page 18: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

huevoduroypedacitosdeaceituna.Elúltimoresto,uncuadraditodemorrónconunabolitadecarnepicadaencima,estabajuntoalapuertaquecomunicabaconlaparteprincipaldelpalacio,unapuertavaivénquedaaunaespeciedepasilloanchodondehayarmariosyunamesapegadaaunapared.Unpocomásalláhayotrapuertapordonde se va al comedor.Abrí la puerta vaivén, pero nome animé a seguir. SemeocurrióquealomejornohabíasidoAlfredo,sinoManuel,quesacólaempanadaysela fue comiendo por el camino,mientras cerraba las ventanas o algo por el estilo,antesdeacostarse.Agarrélabandejayvolvíamihabitación.Despuésdecomer,leíunpocomás,hastaquemediosueño.Miréelreloj:eranlasdosycuarto.Apaguélaluzymedormíenseguida.Soñéqueestabaenmicasayquealguiengolpeabaconunmartilloenlapiecitadearriba.

Esamañanamelevantétarde.Mitíamesirvióeldesayunoymedijoqueenunrato iba a ir a pasar la aspiradora por las alfombras de «adentro» (ella no dice«palacio»;dice«adentro»o«casa»;losdemásdicenigual;creoquesoyelúnicoquellama lascosasporsunombre)yquepodíaacompañarla, siesquequeríaconocer.Másbienquequería.Degolpemeacordédelrellenodelasempanadastiradoenelpiso.

—¿Puedocomerunaempanada?—pregunté,mientrasibahaciaelarmario.—No puede ser que tengas hambre. Acabás de desayunar —dijo mi tía,

mirándomeconcaradehorror.—Lacomodespués,mientraspasáslaaspiradora.—Ah,no.Adentronosecome.Losúnicosquecomenadentrosonlosdueños.No quise ser buchón, así que no le conté lo deManuel. Además, yo no tenía

hambre.Loquequeríaerasabercuántasempanadasquedabanenlafuente.—Estábien—dije—.Lacomomástarde.Ahoravoyavercuántasquedan.Mitíasefueabuscarlaaspiradorayyosaquélafuenteyconté:ochoempanadas.

Porlasdudas,contéotravez:ocho.—¿Listo?—dijomitía,queveníaconlaaspiradora—.Ahoravamosadentro.Dejélafuenteenelarmarioydecidínodecirnadadelasempanadasfaltantespor

dosmotivos:pornobuchonearaManuel,queapesardeserantipáticotienederechoatenerhambre,yparaquemitíanopensaraquemelopasocontrolandoloquecomecadauno.

Mientrasmi tíapasaba la aspiradorapor las alfombras, yomedediquéamirar.Había estatuas, cuadros enormes con paisajes de campo y demar y con personasantiguas,muchosjarrones,unmontóndesillonesconunosalmohadonesgordísimosquemi tía dice que están rellenos de plumas, unas lámparas de pie recopadas conpantallasconflecosyhastaunpianoque,segúnmitía,erauna«reliquia»(esodijo)ynisiquieradejóquemeacercara.Todoeso,enelliving.Mitíadicesala.Ymeparecequequedamejor.Nuncaoídecir:«ellivingdelpalacio»;nosuenabien.Laescalera

www.lectulandia.com-Página18

Page 19: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

esimpresionante;todademadera,conunaalfombraroja.Enelpisodearribaestánlosdormitorios; todos tienenmueblesantiguos,quehacen juegocon losde lasala.Peronohabíaniunasolacamacontecho.Mitíamedijoqueesascamassontodavíamuchomásantiguasquelosmueblesdelpalacio.

Enelprimerpisohabíatresescalerasmásangostasqueibanalastorres.Unaparalatorredelmedioylasotrasdosparalastorresdeloscostados.Primerofuimosaladelmedioydespuésaladelaizquierda.Laverdad,medesilusionéunpoco;alverlasdesdeafuera,mehabíaimaginadootracosa.Sonhabitacionescomunesconsillones,sillas,mesitas y lámparas.Cuando creí que íbamos a la torre de la derecha,mi tíaempezóabajarporlaescaleraprincipal.

www.lectulandia.com-Página19

Page 20: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

www.lectulandia.com-Página20

Page 21: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—Nosfaltaunatorre—ledije.—Esigualalasotras—medijo.Entoncesmeacordédequelamañanaanteriorhabíanotadoquelaventanadeesa

torreeralaúnicacerradadetodoelpalacio.Selodije.—Loquepasaesqueesatorrenoseabrenunca—medijo—.Eralabiblioteca

delseñorLorenzo.—¿QuiéneselseñorLorenzo?—Elantiguodueño,queyamurió.—No sabía que había un dueño antiguo. Yo creía que los únicos eran los de

ahora.—No.Esossonsobrinosdelotrodueño,queheredaronlacasacuandoélmurió.—¿Yporquénoseabrelatorre?—Porqueno.EraellugarpreferidodelseñorLorenzoy…nadietocanadadesde

queélnoestá.Yahorabajemos,quetengootrascosasquehacer.Meparecióquemi tía sehabíapuestounpoconerviosa,comosino legustara

hablardelseñorLorenzo.Eralaprimeravezenmividaquelooíanombrar.

www.lectulandia.com-Página21

Page 22: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Unbolsollenodebarbies

El resto de la mañana se me pasó rápido. Jugué con Tristán en el jardín ydespués intenté entrar algalpón,peroAlfredonomedejó;otravezempezócon lahistoriadequeerapeligrosoporquehabíamuchascosasymepodíalastimar.Alfredodebepensarquesoytarado.Almediodíallegaronloslimpiapiletas.Alfinibaapoderbañarme.Mequedémirandounratocómolavaciaban,peromellamaronacomerymefui.Ahímeacordédelasempanadas.Habíadosenunplato.Mitíamedijoquemelashabíaguardadoparamí.Nopreguntéquiénsehabíacomidolasdemásporqueestabantodosymediovergüenza;peromeloimaginé.LediunaaTristánycomílaotra.Cuandoterminamosdealmorzar,Eulaliamedijo:

—Tengounasorpresaparavos.Perovasatenerqueesperarhastalatarde.No hubo forma de que me adelantara nada. Yo pensé que iba a hacer más

pastelitos de dulce de membrillo. Pero me equivoqué. A la tarde me trajeron lasorpresaalapileta.YoestabadelomásdivertidobañándomeconTristán,cuando,derepente,oigolavozdeEulalia:

—¡Tomás!¡Sorpreeesa…!DejédenadarymeagarrédeTristán.Lasorpresaveníade lamanodeEulalia,

sonreíayllevabaunbolsopordondeasomabanlascabezasdeunmontóndebarbies.¿Esoeraunasorpresa?

—TepresentoaCamila,minietita—siguióEulalia,feliz,sinsoltaralasorpresadelamano—.Tienetuedad.Sevanadivertir.Ahorasalídelagua.Vamosalacocinaqueeslahoradelaleche.

Ydiomediavuelta,llevándosealasorpresaconsubolsodebarbies.Demásestádecirqueyohubierapreferidounafuentedepastelitosdedulcedemembrillo.

Si hay algo que odio, son las barbies. A Tristán parece que le gustan, porquemientras tomábamos la leche, sacóunadelbolsoyse la llevóabajode lamesa; laagarróentre lasdospatasdelanteras—comohizoconelpastelito—y leempezóamordisquear el pelo. Eulalia se dio cuenta enseguida y se la sacó. A Tristán lequedaron colgando algunos pelos rubios de la boca, que tuve que sacárselos conmuchocuidadoporqueselehabíanenganchadoentrelosdientes.Camilacasiseponeallorarporquelabarbielequedóunpocopeladadeuncostado,peromitíalehizoun

www.lectulandia.com-Página22

Page 23: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

peinadoqueletapólapartepeladayquedómuybien.ACamilacreoquenolegustóporquenodijonadaysiguióconcaraseria,mirandoaTristánde reojo.Ahímedicuentadequeibaatenerquevigilarla,nofueracosaquequisieravengarsedelpobreTristán.

Esa noche nos acostamos tarde. Mi tía, Eulalia, Camila y yo nos quedamosjugandoalchinchónenlacocina.ManuelsefueasuhabitaciónyAlfredo,asucasadeljardín;Tristán,quehabíaestadoacostadoamispies,selevantóysefueconél.Conlaexcusadeagarrarlalatadelasgalletitas,meacerquéalaventanaymefijésiibaalgalpón.Perono;entróensucasayTristán,también.

Leíbastanteenlacama,peronotantocomohubieraquerido.Teníamuchosueñoydebodehabermedormidocercadelauna.Estuvemuchotiempoenlapiletayesocansa.Medormíconelveladorencendido.Ellibrofueapararalpisoynicuentamedi.Otravezsoñéconmicasa.Veíamihabitación talcuales;meveíaamímismodurmiendo enmi cama y también veía la piecita de arriba, con los albañiles delemartillar. Los golpes sonaban cada vezmás fuerte, hasta que se rompía el techo yaparecía un martillo gigantesco encima de mi cabeza. Creo que grité. De verdad,quierodecir,almenos,esomepareció.Gritéymedesperté,peronodebodehabergritadomuy fuerteporquenadievinoapreguntarquémepasaba.Medi cuentadequenoteníaellibroylobusquéenelpiso;lopuseenlamesitadeluzyapaguéelvelador.Seguídespiertounosminutos,escuchandoelsilencio.Megustaescucharelsilenciodelanoche.Cerrélosojosyyameestabadurmiendootravez,cuandooílosgolpes.Veníandeltecho.Peroentonces,¿nohabíasidounsueño?Encendílaluz.Losgolpesnoseoíantanfuertecomoenelsueño;erangolpessuavesyparejos,comosialguienestuvieramartillandoenalgún lugarunpoco lejano.Dedíanomehubieraextrañado;habríapensadoqueestabanarreglandoalgoarriba.Perodenoche…Eramuyraro,anoserqueelquemartillabafueraAlfredo.Miabueladicequelosviejosduermen poco; a lo mejor Alfredo buscaba cosas para hacer durante la noche,precisamente porque no tenía sueño.En una de ésas se había puesto a arreglar lastejas,quéséyo.Melevantédeunsaltoyfuihastalaventana:laluzdelgalpónestabaencendidaylapuerta,entreabierta.Ahíestabalarespuesta:Alfredohabíasubidoaltechopara hacer algún arreglo, y además se había olvidadode cerrar la puerta delgalpóncuandosaliócon lasherramientas.Memetí en la cama.Losgolpes seoíancadavezmáslejos.Mequedédormidomirandolosnumeritosfosforescentesdelrelojdemimesitadeluz.Eranlastresycuarto.

Conlaemocióndelapileta,melevantébastantetemprano.Mepuseelpantalóndebañoylasojotasyfuialacocinaadesayunar.Camilayaestabaahí,enmallaycon lasbarbiessentadasencimade lamesa.Lascontésindarmecuenta:erandiez.Diezhorriblesbarbiesconespantososvestidosdefiesta,bikinis,pantalones,remeras,carteras,zapatos,collaresyunmontóndepavadasmás.Meacordédemishermanas,

www.lectulandia.com-Página23

Page 24: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

queaunqueyanojueganconlasbarbies,lastienensentadasenfilaenunestantedesubiblioteca.Camilay lasbarbiesocupaban casimediamesa.Me senté en laotrapunta.

—¿Todas las noches trabaja Alfredo en el techo? —le pregunté a Eulalia,mientrasseacercabaconlasjarrasdelcaféylaleche,unaencadamano.

—¿Qué?—dijo, con cara de asombro.Y en vez de seguir avanzando hacia lamesaparaservirnosaCamilayamí,sequedóparadaenlamitaddelacocina,comohaciendoequilibrioconlasjarras.

Mitía,queestabadeespaldasalamesa,secandoyguardandotazasyplatos,sediovueltaysequedómirándome.

—¿Quién dijo que Alfredo trabaja en el techo? —preguntó, al fin, Eulalia,mientrasrecuperabaelmovimientoyllegabahastamitaza.

—Esqueanocheoíunosgolpesqueveníandearriba,ycomoestaba la luzdelgalpón encendida y la puerta abierta, pensé que Alfredo estaba haciendo algúnarreglo.

A Eulalia volvió a agarrarle un ataque de inmovilidad. Esta vez le vino justomientrasmeservíalaleche.Yoviquellenabalatazademasiado,peronodijenadaporque pensé que cuando la leche llegara al borde, no iba a servir más. Pero no,siguió y la volcó sobre el plato y lamesa.Mi tía, que también se había quedadoquietamirándomeamí,seacercócorriendoconeltraporejilla.

—Seguroqueestuvistesoñando—dijo,mientraslimpiabalamesa.Entonceslescontémisueño,perolesaclarébienquedespuésmedespertéyseguí

oyendolosgolpes,yquefuiamirarporlaventanayvilapuertadelgalpónabiertaylaluzencendida,yqueeranmásdelastresdelamañana.Eulaliaymitíasehabían

www.lectulandia.com-Página24

Page 25: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

quedadoparadasalladodelamesa,mirándome.Ningunadecíanada.—Yonoescuchéningúngolpe—dijo,entonces,Camila.—Nosotras tampoco —dijeron Eulalia y mi tía, las dos juntas, como si se

hubieranpuestodeacuerdo.Justocuandoestabapordecirqueamínome importabaqueellasnohubieran

oídonadaporqueyosíhabíaoído,entróAlfredo,conTristánsiguiéndolelospasos.—Alfredo,¿anocheestuvistearreglandoel techo?—lepregunté, sindecirbuen

día,siquiera.AntesdequeAlfredopudieraabrir laboca,hablóEulalia,mirándolofijoycon

lascejasbienlevantadas:—Tomásoyógolpeseneltechoycreyóquevosestabashaciendoalgúnarreglo.

Peroyaledijimosquedebedehaberestadosoñando.—No estaba soñando —protesté, yo también con las cejas bien levantadas y

mirándolofijoaAlfredo—.Estababiendespierto.—Ay,ay, ay—dijoAlfredo—.Eso tepasaporcomermuchodenoche.Cargás

demasiadoelestómagoydespuéstenéspesadillas.—Meparece,Eulalia,quealanochevasatenerquecocinarmásliviano—dijo

mitía,muysonriente.Yoestabafurioso.Meenojomuchocuandonocreen loquedigo.Pero también

mediomiedoqueempezaranamatarmedehambreparaqueno tuvierapesadillas.Asíquecerrélabocaymeapuréaterminareldesayunoparairalapileta.CamilayTristánnodejabandemirarme.Tristánqueríaunamedialunayse ladi.Meparecequeselatragóentera.Camilanoséquéquería,peroporlasdudasnolepregunté;nofueracosaqueseleocurrierainvitarmeajugarconlasbarbies.

www.lectulandia.com-Página25

Page 26: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Unapuertaenlacocina

Etuve todo el día en la pileta. Salía nadamás que cuandome llamaban paracomer.Tristán,siempreconmigo.YCamila,también.Menosmalquenoseleocurriómeteralasbarbies;creoquenoseanimóporTristán.Alatarde,Eulalianosllevólameriendaaljardín.Habíahechounatortaenormedechocolate,rellenacondulcedeleche. Tristán se comió dos porciones y las migas de mi plato. Cuando Camilaterminódecomer,leofreciósuplatoyTristánlepasólalengua.Sevequeyaselehabíaidoelenojoporlabarbiepelada.

Esanochenosacostamosmás temprano.Despuésdecomer jugamosun ratoalchinchón,peroCamilateníamuchosueñoynoparabadebostezar.

—Bueno, bueno—dijoEulalia, recogiendo las cartas de lamesa—.Mepareceque ustedes dos estánmuy cansados. Va a sermejor que se acuesten, así mañanaaprovechanlapiletadesdetemprano.

LaquebostezabaeraCamila,noyo.Peronodijenadaporquemeparecióbuenalaideadeirmeamihabitación.Teníaganasdeleer.

—¿Puedollevarmeunpedazodetorta?—pregunté.—¡Ah,no!—dijomitía—.Comistebastantetodoeldía.Noquieroquevuelvasa

tenerpesadillas.Nolecontesté,peroesodelaspesadillasnomegustó.PenséquemitíayEulalia

habíanencontradounbuenpretextoparanodejarmecomertranquilo.Porcostumbre,espié el armario de puertas de vidrio: la torta seguía igual que después de lamerienda;quedabamásdelamitad.Fuiamihabitaciónymetiréenlacamaaleer.Terminé el primer libro de SherlockHolmes y empecé el segundo, pero otra vez,comolanocheanterior,mequedédormidoconlaluzencendidaysemecayóellibroalsuelo.Medicuentamástarde,cuandomedesperté.Eranlasdosyveinte;elrelojdemimesitadeluzfueloprimeroquevi.Mesentéenlacama,pensandoenelsueñohorriblequehabía tenido:estabaacostadoen lapileta,haciendo laplanchacon losojoscerrados,cuandoalguienempezóagolpeareltecho.Lapiletaestabadentrodemidormitorio,enmicasadeLanús.Abrílosojosyviunmartilloenorme—comoenel otro sueño— y un montón de ladrillos que se me venían encima.Me despertéasustado, perome parece que esta vez no grité. ¿Sería cierto lo de las pesadillas?Nuncamehabíapasado.Mequedésentadoenlacama,escuchando,peronooínada.

www.lectulandia.com-Página26

Page 27: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Levanté el libro, apagué la luz y me dormí enseguida. Volví a soñar con golpes.Estaba de nuevo enmi habitación, pero no en una pileta, sino enmi cama ymishermanasgolpeabanlapuertaconsusbarbies.Yomereíaylesdecíaquelasbarbiesseibanaquedarpeladas.Entoncespasóalgoraro;sentíquealguienmeagarrabadelhombro yme zamarreaba.Abrí los ojos.EraCamila, en camisón;memirabamuyseria,mientrascomíaunpedazodetortadechocolate.

—Levantate—medijo,conlabocallenayescupiendomigasenmissábanas—.Yasédedóndevienenlosgolpes.

Sin dejar de comer,Camila fue hacia la pared que está enfrente demi cama yapoyóunaoreja.

—Escuchá—medijo.Lehicecaso:meacerquéalaparedyapoyélaoreja.Unosgolpessuaves,pero

muyclaritos,llegabandesdeeltechoretumbandoporlapared.—Ahoraseoyendespacio,peroantessonabanbienfuerte,¿no?—dijoCamila.—¿Yvoscómosabés?—Porque yo estaba en la cocina. Me levanté para ir a buscar torta. Estaba

sacandolafuentedelarmario,cuandooílosgolpes.Veníandearriba,perosonabanmásenunadelasparedes.Empecéainvestigary…vasaverloquedescubrí.

Camila me agarró del brazo con la misma mano con la que había estadocomiendolatortaymellevóhacialaescalera.Nomesoltóhastaquebajamos.Metoquéelbrazo;losentítodopegajoso.Laluzdelacocinaestabaapagada.Nohacíafalta encenderlaporque entraba algode luzpor lasventanas.Hayun farolito en lagalería, al lado de la cocina, que siempre queda encendido. La noche que bajé abuscarlasempanadas,loprimeroquehicefueencenderlaluz;ahoramedabacuentadequenohacíafalta.

—Apoyálaorejaacá—dijoCamila.En una de las paredes, entre la mesada y un placard, a la misma altura de la

mesada, había una especie de puerta pintada de blanco, como las puertas de losarmarios.Yoya lahabíavisto,perono leprestémuchaatención;penséqueeraunarmariomás,unplacardchiquitoalladodelgrande.Quéséyo,nolediimportancia.

—¿Oís los golpes?—mepreguntóCamila, con la oreja también apoyada en lapuerta.

Seoíanperfectamente.Erangolpessuaves,queparecíanvenirdelejos.Erararo,porquesisesacabalaorejadelapuerta,noseoíanada.

—Acápasaalgoraro—dijoCamila—.Ytutíaymiabuelalosabenmuybien,perononosquierendecir.

Camila me sorprendió. Jamás se me hubiera ocurrido que Eulalia y mi tíaocultaranalgo.ElúnicodelpalacioqueteníacaradeocultareraManuel.YAlfredo,unpoco,conesodenoquererdejarmeentraralgalpón.¿PeromitíayEulalia…?

www.lectulandia.com-Página27

Page 28: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—¿Vossabésquéesesto?—dijoCamila,señalandolapuertadedondeveníanlosruidos.

—Unplacard.Quévaaser.—No;esotracosa.Yolovienunapelículaportelevisión.Esunmontaplatos.—¿Unqué?—Unmontaplatos.Escomounascensor,perochico.Sirveparallevarlacomida

desdelacocinaalospisosdearriba.Mirá—dijoyabriólapuerta.Los golpes se oyeron un poco más fuerte. El montaplatos era una especie de

bandeja demadera con una rueda con correas al costado.Metí la cabeza y vi quearribahabíaunhueco.Estabamuyoscuro.

—¿Yparasubirlabandejahayquetirardelacorrea?—pregunté.—Escomounascensor.Tienequehaberunbotónparaquesubaybaje.Cerramos la puerta.No había ningún botón a la vista, pero no fue nada difícil

encontrarlo. Sobre lamesada, al costado delmontaplatos, estaba elmicroondas; locorrí.Talcomohabíapensado:enlosazulejosdelaparedhabíaunachapaplateadaconunbotónnegro.

—¿Tedascuentaporquélosgolpesseoyendesdetuhabitación?—mepreguntó.—Claro.Mihabitacióneslaprimera.Elhuecotambiénpasapormipared.—¿Yhastadóndellega?—preguntóCamila.Ahímedicuenta.Nosécómono lopenséantes.Lacocinaestabaen laplanta

baja; del otro lado estaba la sala, el comedor, el escritorio y no sé quémás.En elprimerpisoestabantodoslosdormitorios,losnuestros—osealosdelaladeservicio—y losprincipales, del otro lado.Ymás arriba, las torres.Las tres torres.Y si elmontaplatosnollegabaamihabitación(ynollegaba,estabaseguro),síllegabaalatorre,aunasola:¡ladeladerecha!¡LadelseñorLorenzo!LecontéaCamiladeuntirón todo lo que sabía de la torre de la derecha.Me apuré un poco porque estabanerviosoytuvequerepetirlealgunascosas.

—MiabuelanuncamecontónadadelseñorLorenzo.Tedijequenosocultabanalgo.

Camila se quedó pensativa. A mí me pareció un poco exagerada; no me laimaginabaamitíaocultándomecosas.YaEulalia,tampoco.

—Yocreoqueenlatorredebenteneraalguienencerrado—siguióCamila.—¿MitíayEulalia…?—No,ellasno.Losdueños.Tienequeseralguiende la familiaqueestá locoo

algoporelestiloyloencerraronenlatorreparaquenoseescape.Miabuela,tutíaylosdemástienenqueguardarelsecretoporquesino,losechan.

Penséquelalocaeraella.Seguramente,detantojugarconlasbarbies,aCamilaselehabíaachicadoelcerebro.Seloibaadecir,perosiguióhablando.

—Paramíqueesunahistoriaparecidaaladelapelículadelmontaplatosquevi

www.lectulandia.com-Página28

Page 29: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

por televisión. Era de misterio. Todo pasaba en una casa antigua que tenía unmontaplatos en la cocina, como éste. Y en la parte de arriba de la casa había unsecreto.Lachica,queeralaprincipal,vivíaenlacasaconlamadreylatía.Avecesseoíangritosdesdearribaylachicacreíaqueerandelopa.

—¿Delopa…?—Sí.Untontoquevivíaencerradoenunahabitación.Esoeraloquelamadrey

la tía le habían contado a la chica.Y ella lo había creído siempre.El opa no salíanunca y lemandaban la comida por elmontaplatos. Pero un día, la chica se hizoamigadeunchicoylecontólahistoriadelopa.Elnolecreyó;ledijoqueesoerauninvento.Yellainsistíaqueeraverdad,queelopahabíaestadosiempreencerradoenesahabitación,queavecesgritaba,peroqueellanunca lohabíavisto.Entonceselchicotuvounaidea:unodelosdosteníaquemeterseenelmontaplatosparaespiarenlahabitación,mientraselotrolohacíasubirdesdeabajo.

—¿Ynopodíanespiarporlapuertadelahabitación?—No.Lamadrey la tíanopermitíanquenadieseacercara.Laúnicaformade

llegareraporelmontaplatos;ydenoche,cuandolatíaylamadredormían.Camilahizounapausaparasacarlacocacoladelaheladera.—¿Yquiénsubió?—pregunté—.Seguroqueelchico.—Lachica—dijo,mientrasllenabadosvasosdecoca.Lo dijo dándose importancia, como dejando claro que las mujeres eran más

valientes.Medicuenta.—Lachicaeramásliviana.Elchicohizosubirelmontaplatos.—¿Yquépasóconelopa?—Nada.Nohabíaningúnopa.—Elchicoteníarazón—aprovechéparatomarpartidoporloshombres.—Nohabíaopa,perohabíaunaloca.Eraotratía,queestabaencerradadesdeque

era joven.Ahora eraviejay estaba siempre en camisóny tenía el pelo larguísimo.Pero cuando era joven había tenido un novio que la abandonó, y entonces ella noquisosalirmásalacalleporqueeralavergüenzadelafamiliayalfinalterminóloca.

—¿Yvoscreésquehayunopaenlatorre?—Ounloco…Mequedépensando.Meacordédelmayordomodepeloblanco.¿Ysinoeraun

mayordomo?¿Ysieraalguiendelafamiliaqueestabalocoyloteníanencerradoenlatorre,peroelveranopasadoseescapóyseledioporhacerseelmayordomo,justocuandolleguéyo?YaestabaporcontarleaCamilalahistoriadelmayordomodepeloblanco,cuandoderepenteseencendiólaluz.

—¿Sepuedesaberquéestánhaciendoustedesdosenlacocina?—rugióEulalia.Casinosmatadelsusto.Estabaparadaalladodelaescalera,todavíaconlamano

sobrelallavedelaluz,conuncamisónlargohastalostobillos,losanteojospuestosy

www.lectulandia.com-Página29

Page 30: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

los pelos parados. Después del susto me dieron ganas de reírme; menos mal quehablóCamila,porquecasisueltolacarcajada.

—Teníamossed,abuelita.Noteenojes.—Quesealaúltimavezqueselevantanalamadrugada.Ysitienensed,tomen

aguaenelbaño.Vamos,¡adormir!Yanosíbamos,cuandoEulaliamiróhacialamesa,dondehabíaquedadolafuente

conlatortadechocolate.—¡Ajá!Teníansed,¿eh? ¡Claro!Despuésdehabersecomidocasi toda la torta,

¿cómonoibanatenersed?Vamos,¡adormir!Miréhacialamesa,dereojo.Sobrelafuentehabíadospedazosdetorta.¿Cómo

nome fijé antes?Camila no podía haber comido tanto.Habíamás demedia tortacuandomefuiadormir.Sí,sí.Acápasabaalgomuyraro.

www.lectulandia.com-Página30

Page 31: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Elhabitantedelatorre

Me levanté tardísimo: eran las once ymedia. Habíamucho sol, hacía calor,ideal para la pileta. Bajé corriendo. El único que estaba en la cocina eraManuel.Sacabaunasbolsasdemandadosdelplacard.

—Mevoy al pueblo a hacer compras—medijo—.En el armario está la torta.Aprovecháantesdequeselevantetuamiguita—meguiñóunojoysefue.

Yonosabíasimeestabacargandooqué,peronoperdítiempoysaquélafuentedelarmario;estabanlasdosporciones.

Eranparamíynoibaapermitirquenadiemelassacara;muchomenosCamila,que había sido la última en comer. Me preparé la leche y me senté. Ya estabaterminando, cuando entraron Alfredo y Tristán. Alfredo llevaba una caja deherramientas.Dijo«buendía»ysiguiócaminandohacialapuertavaivén.Tristánmeapoyóelhocicoenlapiernayempezóamirarmeconesacaradelástimaqueponecuandoquierequeledencomida.LedilamediaporcióndetortaquemequedabaymefuidetrásdeAlfredo;queríaveradondeiba.

Cuandomeasoméporlapuertavaivén,élyahabíapasadoalcomedor.Loseguí.Ibahacialaescalera.Meescondídetrásdeunsillón,desdedondeseveíalaescaleracompleta.Alfredosubióyalllegaralprimerpiso,doblóhacialaderecha.Salídemiesconditey corrí hacia la escalera, pero justo en esemomentooí voces.Alcancé aescondermedetrásdeotrosillón.Porsuertehaysillonesdesobra.

—PobreLalo—eralavozdemitía—.Yacasiniduermedenoche.Menosmalqueduranteeldíadescansaunpoco.

—Esunapiladenervios—ahoraeraEulalia laquehablaba—.Avecesparecequefueraaexplotar.

¿De qué hablaban? ¿Quién era ese Lalo? ¿Tendría razón Camila y en la torreescondíanaunloco?Intentéseguirescuchando,peromitíaencendiólaaspiradora.Eulalia dijo algo más y se fue. Mi tía siguió muy concentrada con su trabajo.Aprovechéymefuideslizandohacialacocina.Antesdepasarporlapuertavaivén,measegurédequeEulalianoestuvieraalavista.LaquesíestabaeraCamila;tomabalalecheyledabagalletitasaTristán.Lehiceungestoparaquemesiguieraymefuiderecho almontaplatos; apoyé la oreja y presté atención: unos golpesmuy suavesllegabandesdelatorre.

—¡Chicos! ¡Yaestá lacomida! ¡Salgande lapileta!—gritabaEulalia,desde lagalería.

Camilaleshabíapuestobikinisalasdiezbarbiesylashabíasentadoenfilasobreunatoalla,alladodelapileta.Cadatanto,Tristánsalíadelaguayseacercabaalas

www.lectulandia.com-Página31

Page 32: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

barbiescomoconganasdeseguirarrancandopelos.Lasolfateaba,sesacudíaelagua,movía la cola, nos miraba y finalmente se tiraba otra vez a la pileta para seguirjugandoconnosotros.

CuandoEulalianosllamóacomer,estábamoselaborandounplanpararesolverelmisterio de la torre.Yo le había contado aCamila el episodio de esamañana conAlfredo y la conversación que había escuchado en la sala, más el asunto delmayordomodepeloblanco,yellainsistíaconesodequeteníanunlocoencerradoenlatorre.

—Lalo tiene que ser el loco, ¿te das cuenta? Seguro que es un pariente de losdueños,que loencerraronen la torreporquenoquierenmandarloaunmanicomio.LoquenoentiendoesparaquésubióAlfredoconlasherramientas—dijoCamila.

—Creoqueyo sí lo entiendo—dije, bastante seguro—.Denoche,Lalo rompecosas,quéséyo,haceagujerosenlasparedes,enelpiso,desarmalosmuebles,ydedíasubeAlfredoyarreglalosdestrozos,mientrasellocoduerme.

—Puedeser…—dijoCamila.—¡Chiiicooos…!¡Lacomiiidaaaaa!Nosésiseríanideasmías,peromeparecióqueEulaliaseestabaponiendocada

vezmásgritona.

Después de almorzar nos obligaron a hacer una hora de digestión, antes demeternosenlapileta.TuvimosqueobedecerporquemitíayEulalianosespiabanporla ventana de la cocina, y además nos amenazaron con llevarnos a nuestras casasantes de tiempo si no hacíamos caso. Camila aprovechó esa hora para cambiar ypeinaralasbarbies.TuvimosquecorreraTristánportodoelparqueparasacarledelabocaaunabarbieconvestidode fiesta,antesdeque ladejarapeladacomoa laotra.Porsuerte,nolesacóniunpelo;esosí,lebabeótodoelvestido.Camilasepusofuriosa, pero enseguida se le pasó. Cuando terminó la hora de la digestión, noszambullimoslostresenlapileta.

www.lectulandia.com-Página32

Page 33: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

www.lectulandia.com-Página33

Page 34: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—Estanochesubimosporelmontaplatos—dijoCamila,nibiensacólacabezadelagua.

Yo me quedé mirándola. No podía entender cómo se le ocurrían cosas tangenialesa alguienque jugabacon lasbarbies.Amí también semehabíaocurrido,pero es diferente: yo odio a las barbies. Me molestó un poco que ella lo dijeraprimero;sentíquemehabíarobadolaidea.

—Suboyo—dije,rápido,antesdequemeganaraotravez.—Bueno—dijo—.Yoaprietoelbotón.Noentiendoalasmujeres.Penséqueibaapelearporsubirellao,porlomenos,

queibaaquerersubirdespuésqueyo.Perono.Seconformóconapretarelbotón.Ybueno.Nos pusimos de acuerdo en encontrarnos a eso de las dos en la cocina. Sialgunonosalía,seguroquesehabíaquedadodormido;entonceselotrolodespertaba.Sinosencontrábamosconalgúngrande,ledecíamosquehabíamosidoabuscarcoca.Despuésvolvíamosanuestrashabitacionesyesperábamosunratoantesdesalirotravez.

Esa tardehizomuchísimocalor.Estuvimos en lapileta casi hasta la horade lacena.Cuando terminábamos de comer, empezó la tormenta. Primero se levantó unviento fuerte que traía olor a lluvia. Manuel tuvo que salir corriendo a cerrar lascelosías de nuestros dormitorios, que habían quedado abiertas y se estabangolpeando.Después empezaron los truenosy los relámpagos.Tristán,que sehabíaacostadoamispies,gruñía,enojado.Sevequenolegustanlastormentas.Cuandoselargólalluvia,Camilayyonosfuimosamirarporlaventanadelacocina.Megustalalluvia,yelruiditoquehaceyeloloratierramojada.Dossapospasaronalossaltosporlagaleríaysemetieronentrelasplantas.Mequedéesperandoaversisalíanotravez,peromeinterrumpiólavozdeAlfredo:

—Bueno…Mevoyadormir.Quedescansenyhastamañana.AlfredosacóunparaguasnegrodelplacardysefueconTristán.Elparaguasera

grandeyAlfredoseveíachiquito,debajo.Losdosjuntos,enlaoscuridad,parecíanunhongoenorme.

Tristán estuvo un ratito olfateando las plantas donde se habían escondido lossaposyalfinallevantólapata.EnseguidasaliócorriendodetrásdeAlfredo,queyaestaba cerrando el paraguas para entrar a su casa. Tristán se sacudió delante de lapuertayentró.Elparaguasquedóapoyadoenlapared,debajodelalero.

—Tengomiedodequenosquedemosdormidos—medijoCamila,envozbaja.—No tepreocupes—ledije—.Voyaponer el despertador, por lasdudas.Hay

unoenmimesitadeluz;esperoquenosuenedemasiadofuerte.—Entoncesmevoyadormir—dijoCamila,bostezando—.Tengomuchosueño.MequedémirandolacasadeAlfredo.Erachica,contechodetejasyunalero.El

galpóndelasherramientasestabapegadoalacasaytambiénteníatechodetejas.En

www.lectulandia.com-Página34

Page 35: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

realidad, el galpón era una parte de la casa. Todos los nombraban por separado;decían«lacasadeAlfredo»ydecían«elgalpón».Peroahoraquelosmirababien—yeso que estaba bastante oscuro, a pesar de que había luz en la ventana—medabacuentadequeeranunasolaconstrucción.

La luz de la ventana se apagó. Por un momento, todo quedó a oscuras, peroenseguidareventóunrelámpagoenelcieloylacasaseiluminóduranteunsegundo;hastavielparaguas,cerradoyparadojuntoalapuerta.Eltruenosonótanfuerte,quetuvequetaparmelosoídos.PenséenTristán.

Mi plan era leer hasta las dos, pero me agarró sueño. Igual, había puesto eldespertadorporsimequedabadormido.Dejéellibroenlamesitadeluzyapaguéelvelador.Eranlasdoceymedia.Seguíalloviendo.Medormíenseguida.Norecuerdohabersoñado,peroalgomedebedehabersobresaltadoporquemedespertédegolpeyasustado.A lomejorhabrá sidoporun trueno;no sé.Opormiedodequedarmedormido; qué sé yo. Los numeritos fosforescentes del reloj marcaban la una ycuarenta y cinco. Perfecto. Apagué el despertador. Eso de correr el riesgo de quesonaramuyfuerteysedespertaratodoelmundomehabíapreocupadobastante.Noencendíelvelador.Cadatanto,lahabitaciónseiluminabaconlosrelámpagos.Habíadejado de llover, pero la tormenta seguía. Fui a mirar por la ventana. No habíaninguna luzencendidaen lacasadeAlfredo.Un relámpago la iluminóyalcancéaverquelaspuertas—ladelgalpónyladelacasa—estabancerradas.Elrelámpagoseapagóydejólacasaotravezaoscuras.Mequedéesperandoel trueno,mientrasrepasaba mentalmente la imagen de la casa iluminada por el relámpago: estabaincompleta.Meparecíaquefaltabaalgo,peronopodíadecirqué.Enesoestallóeltrueno.Fuecomoelgruñidodeunabestiafuriosa.MetapélosoídosymeacordédeTristán.Entoncessupeporquélaimagendelacasaestabaincompleta.Faltabaalgojuntoalapuerta.Otrorelámpagovolvióailuminarlacasa.Mirédirectamentehacialapuerta.Elparaguasnoestaba.Mellamólaatención.¿Alfredo lohabríaentrado?¿Paraqué?,nadieseloibaarobar.Nosé,peromeparecióextraño.Mirélahora:dosy tresminutos.Yyomirandopor laventana.SeguroqueCamilasehabíaquedadodormida.Fuihastasuhabitación.Ladespertétocándoleunhombro,comoellahabíahechoconmigo.

—Mequedédormida—dijo,sentándosedegolpeenlacama.Parecíaasustada.—Yamedicuenta.Vamos.Sonmásdelasdos.Bajamos despacio. Camilame agarraba de un brazo, como la otra noche; pero

ahora tenía las manos limpias. El farolito de la galería iluminaba la cocina losuficiente como para no llevarse nada por delante. Cuando llegamos junto almontaplatos,Camilamesoltóelbrazo.

—Esperemosquenohagaruido—dijo—sino,sevanadespertartodos.Nosemehabíaocurridoquepodíahacerruido.Bueno,eraunriesgoquehabía

www.lectulandia.com-Página35

Page 36: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

quecorrer.Menosmalqueahorallovíafuerteycadatantosonabauntrueno;despuésde todo, la tormenta nos iba a ayudar a tapar cualquier ruido molesto. Corrí elmicroondasyCamilaabriólapuertadelmontaplatos.

—Ellocoestágolpeando,¿oís?—dijo,metiendolacabezaadentro.Seoía perfectamente.Erangolpes suavesy seguidos: uno, otro, otro, otro…A

continuación, un silencio largo y después, de nuevo los golpes.Camila acercó unasilla.

—¿Tenésmiedo?—mepreguntó,apretandoelrespaldo.Nolecontesté.Nilamiré,siquiera.Hicedecuentaqueinvestigabalacorreayel

pisodelmontaplatos.Sí,teníamiedo;peronoseloibaadecir.Metílacabezaenelhueco.Estabaoscurísimo.Acomodélasillajustodebajodelmontaplatosymeparéencima.

—Bueno…Allávoy—dije,metiéndomedecabezaenelhueco.Primeromearrodillé,peromesentímedioincómodo,entoncesmesentéconlas

piernasencogidasymeparecióqueasíestabamejor.—¿Listo?—susurró,apenas,Camila.—Listo—susurréyotambién.Camilacerrólapuertaymeagarróunataquedepánico.Respiréhondoytratéde

consolarme pensando que seguramente habría cosas mucho peores que estarencerrado en un montaplatos. No se me ocurría ninguna. Miré para arriba: laoscuridad era total. Pensé en golpear la puerta para que Camilame abriera; iba aquedarcomouncobarde,peronomeimportaba.Degolpe,sentíunasacudida,algocomountemblor;enseguidaescuchéelzumbidodeunmotorymedicuentadequehabíaempezadoasubir.Acababadeperderlaoportunidaddeunahuidaindigna,perosegura.Nomequedabaotraqueafrontarlasituación.Cerrélosojosymeconcentréen los golpes. Ahora eranmartillazos sin pausa, uno atrás del otro. ¿Cómo no secansabaelloco?ConrazónAlfredoteníaquesubirdedía;sialguiennoarreglabaloqueellocorompía,enunasemanaelpalacioseveníaabajo.Meacordédelalluviaymedieronganasdeoírlaydeveralossapossaltandoporelpasto.Tambiénpenséenelolordelalluvia.Enelhuecosolamentesesentíaolorahumedad.Semeocurrióque a lo mejor, tanto golpear y golpear, el loco podía romper algún caño. ¿Quépasaría,entonces?¿Seinundaríaelhuecodelmontaplatos?Medieronganasdegritar.Abrílosojos,peronogrité.Metranquilicépensandoqueseguramenteporlatorrenopasabaningúncaño.Derepentesehizoungransilencio.Yanoseoían losgolpes.Ahoraescuchabaotravezel zumbidodelmotor,queanteshabíaquedadoahogadopor los martillazos.Más arriba se veía una raya de luz. Seguro que ahí estaba lapuertadelmontaplatos.Larayadeluzseibaacercando.Yaestabacasialaalturademicabeza.Seguísubiendo.Ahoralarayadeluzestabamásabajo,alaalturademispies.Elzumbidoseapagó.Elmontaplatossedetuvo.Habíallegadoalatorre.Tanteé

www.lectulandia.com-Página36

Page 37: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

lapuerta.Laempujéunpoco,peronoseabrió.Tuvemiedodeempujarmásyqueseabrieradegolpe.Tratédeespiarpor larayade luz:era imposible;noseveíanada.Ahímedi cuentadequehabíaunmontónde cosasquenohabíamospensadoconCamila. Una era ésa: cómo abrir la puerta desde adentro; ¿se podría? Otra era eltiempoquesupuestamenteyotendríaparaespiar.¿CuándomeibaabajarCamila?¿Ysiellocomeveíayellanomebajaba?Yameestabanagarrandootravezlasganasdegritar, cuando semeocurrió probar denuevo con la puerta.Apoyé las dospalmasbienabiertassobrelapuertayempecéadarempujoncitossuaves,perofirmes.Tuvemuchocuidadodenohacerruido.Empujécuatroocincovecesyseabrióunpoco.Elcorazónme empezó a latirmás fuerte.Miré por la abertura. Creo que traté de norespirar.

Lo primero que vi fue una biblioteca repleta de libros, en la pared que estabaenfrentedelmontaplatos.Noseoíanada.Miréhaciaabajoyalcancéaverunagujeroen el piso, delante de la biblioteca; a un costado, había varias tablas apiladas.Meaniméyempujélapuertaunpoquitomás.Elagujerodelpisonoeratangrandecomomehabíaparecido.El loco sehabía entretenidoen sacar algunas tablas, nadamás.Prestéatención:niunsonido.Tratédeconcentrarmeenelsilencio,cerrandolosojos.Dio resultado. Una respiración fuerte y regular, parecida a un ronroneo, me llegódesdealgúnlugardelatorre.Separecíaalruidoquehacemiabuelacuandosequedadormidafrentealtelevisor,conlabocaunpocoabiertaysoplandodearatos.Sí,ellocodormía,estabaseguro.Abrílapuertalosuficientecomoparasacarlacabeza.Amiderecha,contralaparedquehacíaánguloconladelmontaplatos,habíaunsillónlargo, antiguo como todos losmuebles del palacio, con un respaldomuy alto.Ahíestabaellocoacostado,decaraalrespaldo.Parecíaunchico;poreltamaño,quierodecir,ytambiénporlaposición,porqueestabaacurrucado,conlaspiernasdobladas.Denohabersidoporlapeladareluciente,habríapensadoqueeraunchicounpocomayor que yo. La espalda del loco subía y bajaba. Dormía; no había dudas. Medieronganasdesaltardelmontaplatosparainvestigarunpoco,peromeaguanté.Measomémás.Amiizquierdahabíaunescritorioenormeyviejo,deesosquetienenunatapaquesesubeysebaja.Latapaestabalevantadayseveíanunmontóndepapelesylibrosoagendas,todorevuelto.Enlasilladelescritoriohabíalibrosapilados.Miréotravezalloco;seguíadurmiendo.Atrásdelsillónhabíaunacortinadecolorverdeoscuro;seguroqueahíestabalaventanaquenuncaseabría.¿Dóndeestaríalapuertade la torre?A lomejor, del otro lado del escritorio.Me asomé todo lo que pude:apoyélasmanosenelbordedelaparedymeestiré,sacandomediocuerpoafuera.Alcancéaverlapuerta.Meparecióquenoestabacerradadeltodo.Quéraro,pensé,el loco se podía escapar. Me estiré un poco más, pero justo en ese momento, elmontaplatos semovió.Mequedédurodemiedo.Casimecaigoalpiso,peropudeagarrarme de la puerta y recuperé el equilibrio. Elmontaplatos había empezado a

www.lectulandia.com-Página37

Page 38: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

descender. El zumbido del motor me llegó como un estrépito; ya me habíaacostumbradoalsilencio.

Quise cerrar la puerta, perome di cuenta de que no podía; no tenía de dóndeagarrarla.Mientrastanto,elmontaplatosseguíabajando.Yoyaestabacasiparado;nome resignaba a dejar la puerta abierta. No me importaba lo que el loco pudierapensar;mepreocupabaquecuandofueraAlfredoylavieraabierta,sospecharaalgo.Agarrélapuertadelosbordesylatrajehaciamí,despacio.Lohicebien,porquesecerró;peroentoncesmequedéenlamáscompletaoscuridad.Medesorientéyvolvíaperderelequilibrio.Elmontaplatosbajabamuydespacio,peroyoyaestabaparadodeltodoynomeanimabaaagacharmeoarrodillarme;meparecíaquemeibaacaer.Noséexplicarlo,peroeraunasensaciónhorrible.Sentíaqueestabaenelaireyteníaque agarrarme de algo. Entonces estiré los brazos y puse una mano debajo de lapuerta,ylaotralallevéhacialapareddelcostado.Casimemuerodelsusto,porqueenvezdeencontrarmeconlapared,metílamanoenunagujero.Penséenarañasycucarachasymeparecequeestuveapuntodedesmayarme,porquesemeaflojaronlaspiernasymecaí.Claroqueesoeralomejorquepodíahabermepasado,porque,¿adondemeibaacaer,sinoalpisodelmontaplatos?Caíderodillas.Esosí,estababastanteaturdido;mesentíararo.

—¿Y…? ¿Lo viste al loco? —preguntó Camila, cuando abrió la puerta delmontaplatos.

Mequedémirándola.Oí la lluvia otra vez, como antes de subir.Yo sentía quehabía estado muchísimo tiempo dentro del montaplatos y, sin embargo, la lluviaparecíadecirmequesólohabíanpasadounosminutos.

—¿Quétepasa?¿Tequedastemudo?Camilameagarródeunbrazoymetironeóparaquebajara.Volvíalarealidady

recuperéelhabla.—Tengohambre.Busquemosalgoparacomerydespuéstecuento.Camilanotuvotiempodeprotestar.Unrelámpagoimpresionanteiluminóelcielo

delotro ladode laventanayenseguidaseoyóun truenoquecasinosdeja sordos.Agarrélalatadelasgalletitas.

—Vamosamicuarto—dije.Camilasacólacocacoladelaheladeraymesiguió.

www.lectulandia.com-Página38

Page 39: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Elasesinoeselmayordomo

Melevantécasialmediodía.Seguíalloviendo.Noséquésoñé.Alomejor,nosoñénada.Mipapádicequeunosueñasiempre,peroqueavecesnoseacuerda.Bajéalacocina.Memoríadehambre;creoqueporlalluvia.Cuandollueve,medanganasde comer cosas especiales, como pastelitos de dulce de membrillo, tortas fritas,buñuelosdemanzanacomolosquehacemiabuela…

—Eulalia,¿sabéshacerbuñuelosdemanzana?—Claroquesé,Tomás.EstatardevoyaprepararunafuenteparavosyCamila.

Ahoradesayunálivianitoqueyafaltapocoparaelalmuerzo.Noséquehabráqueridodecirexactamenteconesode«livianito»,peropor las

dudasnolepregunté.—Voy a ayudar un poco a tu tía con la aspiradora…Me parece que ahí viene

Camila—dijo,mirandohacia laescalera—.¡Camiiiii…!—gritó,comoparaque laescucharandesdediezpisosmásariba—.¡AcáestáTomás!¡Desayunáconél!

Eulaliasefueylacocinaquedósilenciosa.Medediquéainvestigarlaheladera.—Yoquierounsándwichedejamónyqueso—dijoCamila.Nolaoíllegar.Medivueltadegolpe.Estabaparadadetrásdemí,contodaslas

barbies entre los brazos. Hice dos sándwiches para cada uno y preparé la leche.Camilasentóalasbarbiesenfila,sobrelamesayempezóacambiarleslaropa.Teníacara de enojada; pero la cara, nadamás. Camila es como yo, no nos gusta hablarcuando recién nos levantamos. Necesitamos un rato de silencio para pensar. Mishermanas, en cambio, se levantan hablando y no paran hasta que se acuestan. Yopreferiríaquehablaranmenos.

—¿Dormistebien?—mepreguntócuandoterminóelprimersándwiche.—Sí,deuntirón.¿Yvos?—Medesperté dos veces.Tuveun sueñohorrible conun ascensor que subía y

subíaynoparabanunca.—¿Estásseguradequenoeraunmontaplatos?—Era el ascensor de la casa de mi tía. Qué sueño horrible… ¡Mirá! —dijo,

señalandolaventana.Tristánestabadelotrolado,conelhocicopegadoalvidrio.Meparecequemiraba

a las barbies. Lo hicimos pasar. Estaba todo mojado. Nos saludó con varios

www.lectulandia.com-Página39

Page 40: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

lengüetazos,sesacudió,nossalpicóysefuederechoalamesaaoleralasbarbies.Camilaloretó,peroélnolehizocaso.Yoleofrecíunsándwichedejamónyquesoyempezó amover la cola. Se lo comió de dos bocados y volvió a lamesa, a ver sipescabaalgunabarbie.

Cuando terminamos de almorzar, seguía lloviendo. Me gusta la lluvia, perohubierapreferidoquesalieraelsolparairalapileta.ConCamilahabíamospensadojugaralchinchón,nibienlosgrandesterminarandelimpiarlacocina.Perohubouncambiodeplanes.

—Bueno… Con el permiso de ustedes, me voy a retirar —dijo Alfredo,bostezando.

Yopenséqueseibaadormirlasiesta,perono.—Noteolvidesdetraermeeljazmín.Seloprometíamihermana—dijomitía.—YlasantaRitaparamihija—dijoEulalia—.Amarilla;miráquelarojayala

tiene.—Sí,señoras.Nomevoyaolvidar—dijoAlfredo.—¿Querés que te acompañe? —le preguntó Manuel, que estaba secando los

platosconEulalia.Me pareció que Alfredo se sorprendía un poco, como si Manuel le hubiera

preguntadoalgoraro.—No,no…gracias.Nohacefalta.Llevolacamioneta.—Poreso—insistióManuel—.Porsitecansásdemanejar.Yotepuedodaruna

mano.—No, no… No te molestes… Estoy esperando a mi primo… El me va a

acompañar.Manejamuybien,¿sabés?Bueno…Mevoy.Hastaluego.Noté que salíamuy apurado, como tratando de evitar queManuel insistiera en

acompañarlo.—¿AdóndevaAlfredo?—pregunté.—Aunvivero.Tienequetraerunascuantasplantas—dijomitía.—¿QuiéneselprimodeAlfredo?—preguntóCamila,mirandoporlaventana.—Noloconocés—lecontestóEulalia—.Viveenelpueblo.—Bueno…—dijoManuel—.Sinomenecesitan,mevoyadormirlasiesta.—Aprovechá—ledijomitía—.Enunratito,mevoyyotambién.—Yyo—dijoEulalia—.Esteesundíaparadormir.Meacerquéalaventana,juntoaCamila.Alladodelacocina,haciaelfondo,está

ellavaderoyunpocomásallá,elgaraje.Unacamionetavinodeesadirecciónysedetuvofrentealgalpón.Alfredo,queeraquienmanejaba,abriólapuertadelladodelacompañante.Comosihubierabrotadodelaire,aparecióunhombreconbermudasyparaguas y subió a la camioneta. Llevaba un gorro de Boca hundido casi hasta lanariz. La camioneta siguió por el camino que iba hacia el portón de rejas de la

www.lectulandia.com-Página40

Page 41: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

entrada.—¿SeráéseelprimodeAlfredo?¿Dedóndesalió?—dijoCamilaenvozbaja.—TienequehabersalidodelacasadeAlfredo.Yseguroqueeselprimo,sino,

¿quiénvaaser?—Yonolovisalir…—Yotampoco.Debedehabersalido justocuandoAlfredoestacionófrentea la

puerta,poresonolovimos.—No,nocreo.Lacamionetanotapólapuertadel todo,seveíaunaparte.Yte

juroqueporahínosalió—insistióCamila.—Entoncestienequehabersalidodelgalpón…—¿Quélespasaaustedesdosquehablantanbajito?—preguntóEulalia,mientras

doblabaelmantel.—Meimaginoquenoselesocurrirámeterseenlapiletaconestalluvia,¿no?—

dijomitía.—Vamosajugaralchinchón—contestóCamila.—Muy bien.Asíme gusta—dijo Eulalia—.Después de la siesta les hago los

buñuelosdemanzana.Se fueron las dos a dormir y Camila puso las cartas sobre lamesa.Yo seguía

mirando por la ventana. ¿Qué habría estado haciendo el primo de Alfredo en elgalpón?

—Dale,¿jugamos?—dijoCamila.—No.Tengounaideamejor…Elgalpón…Camilanonecesitóexplicaciones.Dejólascartasyseacercóalaventana.—Tenemosqueapurarnos—dijo—.NoseacosaqueAlfredovuelvapronto.Tristán —que no sé cómo hace, pero entiende todo— nos miró, se sacudió,

bostezó, seestiró (primero,con lasdospatasdelanteras juntas;después,con lasdeatrás,deaunaporvez)yseparóentrenosotrosdos,moviendolacola.

Fuimos los tres al galpón. Llovía poco. Según mi tía, a la noche iba a estardespejadoymañanatendríamosdíadepileta.Nibienentramos,Tristánfuehaciaelfondo y se acostó delante de un placard de dos puertas.Yono creía que íbamos adescubriralgoimportante,solamentequeríarevolverunpoco.Loquememolestabaera que Alfredo no me dejara entrar. ¿Por qué tanto misterio? Camila se puso ainvestigarenelbaúl.Yomeentretuveun ratoen lamesadecarpintero.Megustanmucho las herramientas.Habíamuchísimas, y todas ordenadas según la clase y eltamaño,sobreuntablerodemaderaclavadoenlapared.Cadaherramientacolgabadeunclavo.Habíadosmartillosgrandes,unoal ladodelotro,yenlamismafila, tresclavos vacíos; después, cuatro destornilladores y, entre medio, dos clavos vacíos.Penséquelasherramientasfaltanteseranlasqueteníaellocoparadestruirlatorre.Noentendíaporquéselopermitían.

www.lectulandia.com-Página41

Page 42: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—¡Tomás,vení!¡Miráloqueencontré!Me di vuelta y de un salto llegué al baúl. Vi que estaba lleno de frazadas y

pulóveres.Camilateníaundiarioabiertoentrelasmanos.—Leéesto—medijo,dándomeeldiario—.Yovoyarevisaréste—ysesentóen

elpisoconotrodiario.Yotambiénmesentéyempecéaleer:«Elasesinoeselmayordomo»,eraeltítulo

delanoticia;másabajohabíaunafotodeunhombreviejo,deojostristes;debajodela foto decía:El matemático y filántropo LorenzoMedina, dos meses antes de sumuerte,enlainauguracióndelasaladeprimerosauxiliosdeBrandsen,unadesusúltimasdonaciones.

—¡ElseñorLorenzo!—dije,envozalta.—¡Shhh!Yalovi.Dejameleer—dijoCamila.Seguí con mi diario: Según lo adelantado en nuestra edición del día de ayer,

PascualVicenteFerraro,mayordomodelamansióndeBrandsen,seríaelautordelhomicidiodelmatemáticoLorenzoMedina,propietariodedichamansión,enlaquecasivivíarecluidodesdelamuertedesuesposa,ocurridatresañosatrás.Segúnlodeclarado por sus únicos familiares y herederos de su vasta fortuna —EnriqueAndreotti,susobrinoyMaríaAureliaRosales,esposadeéste—fueronellosquieneshallaronelcadáverdesutíoenelescritoriodelaplantabajadelalujosavivienda,lugar donde el anciano solía pasar algunas horas de la noche.LosAndreotti, queestaban viviendo temporariamente en la casade su tío, habían salido esanocheacenarconunosamigosyalregresar,enhorasdelamadrugada,advirtieronqueunadelaspuertasvidrierasdelamansión,quecomunicanelgransalónconlosjardines,estabarota.Alentrar,descubrieronnuevossignosdeviolencia:lámparastiradasenelpiso,cuadrosdescolgadosdelasparedesy,loquelesresultómásalarmante,laluzdel escritorio encendida. Al dirigirse hacia allí, se encontraron con el macabrohallazgo: el señor Medina yacía en el piso salvajemente asesinado a golpes demartillo. Esto último se supo horas más tarde, como resultado de la autopsia.Enseguidaadvirtieronquelacajafuertedondeelmatemáticoguardabalasjoyasdesuesposaestabaabierta y vacía.Sibienal comienzode la investigación sepensóqueunextrañohabíatomadolacasaporasalto—aelloconducíanlasevidencias—casi inmediatamente las sospechas se centraron en el núcleo familiar, ya que elatacante debía conocer la costumbre del dueño de la casa de contemplarperiódicamentelasjoyasdesuesposafallecida.Efectivamente,traselanálisisdelashuellas digitales, se comprobó que la caja había sido abierta por el matemático.Según la policía, el desorden de la sala fue un torpe intento de hacer que lassospechas recayeran en un extraño. Más tarde, al hallarse el arma asesina —unmartilloprocedentedelgalpóndeherramientasde lamansión—sesupoque teníahuellas dactilares del mayordomo. La situación de Pascual Vicente Ferraro se

www.lectulandia.com-Página42

Page 43: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

agravó aun más al descubrirse las joyas robadas en su habitación, torpementeocultasentrelaropadecama.Paratodoesto,elasesinoyasehabíadadoalafuga,encontrándoseaún—alcierredenuestraedición—prófugodelajusticia.

—Entoncesal señorLorenzo lomatóelmayordomo…—dije—.¿Ya lohabránagarrado?

—No—dijoCamila—.Escuchaloquediceenestediario:Comosiselohubieratragadolatierra.Aunañodelcrimendelmatemático,sigueprófugosuasesino,elmayordomoPascualVicenteFerraro.Nohayindiciosdesuparadero,apesardequeselobuscaintensamenteportodoelpaísyenelextranjero,atravésdeInterpol.SecreequepuedehabersalidoalexterioratravésdelafronteraconBrasil.

—¿Hayalgunafoto?—Sí,mirá.Era una foto no muy grande, de la cara, nada más. No parecía la cara de un

asesino.No supe cuántos años calcularle, pero se veíamayor queManuel. Lo quemás me llamaba la atención eran los ojos. Me parecieron demasiado claros, casiblancos.

—Nohaymásdiarios—dijoCamila—.¿Seguirálibreelmayordomo?Leibaadecirquenoteníalamenoridea,cuandodegolpeoímoselruidodeun

motor.—¡Alfredoyavolvió!—gritóCamila.Guardamoslosdiariosenelbaúlyespiamosporlapuerta.Lacamionetaestaba

estacionada frente al garaje.Ya no llovía. Tristán salió del galpón y fue corriendohacia la camioneta. Camila y yo corrimos a la cocina. Antes de entrar, vimos aAlfredoyalprimoquebajabanplantasdelacamioneta.Ellosnonosvieron.

www.lectulandia.com-Página43

Page 44: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Nadamejorqueuntédeyuyos

Esanochemedejaronsincenar.LosbuñuelosdemanzanadeEulaliaerantan,perotanricos,quenisiquierapudecontarlosquecomí.Ytampocolosquequedaron,porquenoquedóninguno.Alahoradecenar,medolíalapanza.Nolequeríadecirami tía, para que no me retara; ya había estado toda la tarde amenazándome condevolverme ami casa si seguía comiendobuñuelos.No sé cómohizo, pero se diocuentaigual.Meobligóatomaruntédeyuyosymemandóalacama.Leíunratoyme quedé dormido. Tuve una pesadilla por culpa demi panza. Soñé quemi tía yEulaliaerandosbrujasyquecocinabansopadeyuyosenuncalderoenorme,quemeobligabanatomardeuntrago.Medespertéconganasdeiralbaño.Sevequeeltédeyuyosmehizobien,porquecuandosalídelbaño,yanosólohabíadejadodedolermelapanza,sinoque,además,mesentíarelivianoyconganasdecomerotravez.Penséenbajara lacocinaparahacermeunsandwichito—algo livianito,por lasdudas—peromedetuvieronunasvocesqueveníandelagalería.Miréelreloj:eranlasdoceymedia.Peguélaorejaalacelosía.

—¿TodavíaduermeLalo?—eralavozdemitía.—Sí. Está muy cansado. Más que nada, desanimado —ahora era la voz de

Alfredo.—Quedamuypocotiempo.Lasemanaquevieneyaestándevuelta…—siguió

Eulalia.—Sí,peroantes lleganMónicayNatalia, asíque tampoco seva apoderhacer

mucho—dijomitía.Mónica y Natalia eran las dos mucamas, que estaban por volver de sus

vacaciones.—Ya hay que tener bastante cuidado conManuel, no quiero ni pensar cuando

lleguenlaschicas—dijoAlfredo.—¿TeparecequeManuelsospecha?—preguntóEulalia.—No,paranada.Esesólopiensaenlanovia.Peroigualhayquetenercuidado—

dijoAlfredo.OtravezconelcansanciodeLalo.¿Quélepasabaalloco?¿AlomejorManuel

nosabíaqueestabaencerradoenlatorre?Yonoentendíanada;loquesímequedabaclaroeraquemitía,EulaliayAlfredoestabancomplotandoaespaldasdeManuely

www.lectulandia.com-Página44

Page 45: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

lasmucamas.Lostresteníanunsecreto,queserelacionabaconellocodelatorre.Alolejosseoyóelruidodeunmotor.—Ahíviene—dijoAlfredo—.Yomevoyadormir.—Nosotras,también—dijomitía.Escuchéelruidodelapuertadelacocina.ViaAlfredoqueentrabaensucasa.Y

degolpe, semeocurriópensarquea lomejorami tía se ledabaporentrarenmihabitaciónparaversiyoseguíavivo…Memetíen lacamadeunsaltoycerré losojos,justocuandoseabríalapuerta.Mitíaseacercóymetocolafrente.

—Duermecomounangelito—dijoenvozbaja.—Vaasermejorquemañanahagadieta—oí lavozdeEulalia, increíblemente

suave.Sefueronlasdosyvoléalaventana.Manuelsalíadelgaraje,silbandobajito.Oí

otravezelruidodelapuertadelacocina.Mequedémirandoporlaventana.Teníahambre,peronoibaabajarhastaestarsegurodequeManuelestuvieraensucuarto.Eso que había dicho Eulalia de la dieta me tenía preocupado. A ver si queríanalimentarmeatédeyuyos.Manuelpasósilbandojuntoamipuerta.Looícerrar lapuerta de su habitación. Decidí esperar un pocomás, hasta que se acostara, ymequedé mirando por la ventana. El cielo estaba despejado. Había montones deestrellas.Laluna,nosédóndeandaría.Nolavi.Medistrajeunmomentomirandoelcieloy cuandovolví amirar la casadeAlfredo,vique salíaTristány lapuerta secerrabadetrásdeél.Elfarolitodelaentradaestabaapagado.Tampocoseveíanlucesenlasventanas.Tristánolíaelpasto,yendoyviniendodeunladoparaotro.Levantólapataenunrosalyenunpino.Sesacudió,comohacecuandosaledelapiletaysesentójuntoalapuertadelgalpón.¿QuéhacíaTristánafuera,tantarde?Derepente,seabriólapuertadelgalpónyTristánentró.¿Quiénlohizoentrar?Alfredoestabaensucasa…Lapuertadelgalpónquedóabierta.Tristánnovolvióasalir.Seguímirando.Noséquéesperabaver,peronopodíamovermedelaventana.Menosmalquenomemoví.Alguiensaliódelgalpón.EraelprimodeAlfredo.

www.lectulandia.com-Página45

Page 46: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—Te digo que sí, Camila. Era él. Lo vi bien. Llevaba el gorrito de Boca y elbermudas.Saliódelgalpónyentróenlacocina.Alratoseempezaronaoírlosgolpesenlatorre.

Camila se quedó pensando, mientras tomaba de a sorbitos un vaso enorme deleche con cacao. Yo tuve que conformarme con una taza de té con limón y unatostada sin nada encima, después de rogarle ami tía que no volviera a darme losyuyosporqueyamesentíabien.Noshabíamoslevantadotempranoparaaprovecharlapileta;habíamuchosolyhacíacalor.

—¿EntoncesellocoeselprimodeAlfredo?—preguntóCamila.—Creoqueelloco,elprimoyeseLalodelquehablancontantomisteriosonla

mismapersona.—Ymiabuela,tutíayAlfredosabentodalaverdad.—YnoquierenqueManuel,lasmucamasninosotrosnosenteremosdenada.Terminamos de desayunar—Camila su desayuno como la gente y yo el mío,

miserable—ynosfuimosalapileta.—Yocreoquetenemosquevolveralgalpón—ledijeaCamila.—¿Paraqué?—Nosé,perodesdequeAlfredocasimeechó,quevengopensandoqueesconde

algogrande.—Alprimo,porejemplo.—Sí,pero…¿dónde?—Enelbaúl—dijoCamilayempezóareír—secomosihubierahechoungran

www.lectulandia.com-Página46

Page 47: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

chiste.Nolecontesté.Meenojé.Yonoteníaganasdehacerbromasconalgotanserio

comoelasuntodelprimomisteriosoyelgalpónyellocodelatorre.Mezambullíyladejé riéndose sola.Ahínomásempecéaelaborarunplanparaentrarotravezalgalpón.

Almediodíasiguióladieta.Medieronunchurrascoinsignificanteconunapapahervida.Y de postre,mediamanzana asada. Por las dudas, nome quejé.Mi tía yEulaliamemirabanmuyserias,comopreparadasparamandarmeamicasaante laprimeraqueja.Yosabíamuybienloqueteníaquehacer.

—Bueno—dije,mientraslevantabanlamesa—,mevoyadormirlasiesta.—Meparecemuybien—dijomitía—.Dormísdoshoritas,descansásbienyde

pasohacésladigestión.Nosédequédigestiónmehablaba,peronolepregunté.—SiTomássevaadormir,vostambién—ledijoEulaliaaCamila.—Yonotengosueño—contestóCamila,mirándomedereojoyconodio.—No importa—insistió Eulalia—.Acostate; vas a descansar igual, aunque no

duermas.EstavezCamilanocontestó;peroestabaenojada,medicuenta.Agarróelbolso

delasbarbies,queestabacolgadoenelrespaldodeunasillaysubióasuhabitación.Yoibaahacerlomismo,cuandoescuchéaManuel,quedecía:

—MevoyalacasadeBeatriz.Leprometíquelaibaaacompañarahacerunascompras.Llevolacamioneta.Aprovechoahora,porquenibienvuelvanlospatrones,novoyapodersalirtanto.

Eulalialavabalosplatosymitíalossecaba.Alfredoseguíasentado,conunatazade café sobre la mesa. Cuando Manuel habló, los tres intercambiaron miradascómplices.Yomehacíaeldisimuladoconundiarioqueestabaabiertoenlamesada.Estoysegurodequenadiemeprestóatención.

—Mevoyadormir—dijoAlfredo,ysaliódelacocinajuntoconManuel.Parecequeenesemomento,mitíayEulaliasedieroncuentadequeyotodavía

estabaahí,porquememiraronlasdosalavez,comopidiéndomeexplicaciones.—Memuero de sueño—dije bostezando—. Quería leer el diario, pero se me

cierranlosojos…Noesperérespuestaysubíamihabitación.Meatrincheréenlaventana.Conlas

celosíascerradas,nohabíapeligrodequealguienmevieradeafuera,yyopodíaverperfectamenteporlashendijas.LapuertadelacasadeAlfredoestabacerrada;ladelgalpón,también.Tristánnoseveíaporningúnlado;seguroquesehabíaidoadormircon Alfredo. Oí un ruido de motor y enseguida vi pasar a Manuel manejando lacamionetahaciaelportónderejas.Meacordédelasmiradasqueintercambiaronmitía, Eulalia yAlfredo en la cocina. ¿En qué andarían esos tres?Me quedé un rato

www.lectulandia.com-Página47

Page 48: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

mirandolascopasdelosárbolesqueestabandetrásdelacasayelgalpón;lashojasse movían apenas, brillantes, con todo el sol encima; era como si temblaran. Medieron ganas de salir, de tirarme en el pasto, de ir a la pileta. De repente oí unasvoces.MitíayEulaliasubíanporlaescalera.Muybien.Eraloqueestabaesperando.Peguélaorejaalapuerta.Lasoíentrarensushabitaciones.Esperéunosminutosysalí.

La heladera, paramí solo; el armario de puertas de vidrio, paramí solo.En laheladera estaban las dos porciones de empanada gallega que habían sobrado delalmuerzo,yenelarmario,lastresmedialunasquehabíanquedadodeldesayuno.Meservíunvasodecocacola,pusetodoenunabandejaymefuiasentaral ladodelaventana. De ningún modo iba a permitir que me mataran de hambre. Estabaterminandolaprimeraporcióndeempanadagallega,cuandoviqueseabríalapuertadelgalpón.Alfredohabíaentradoensucasa;meacordabaperfectamente.Mediounaespeciede escalofrío en lapanza; aver si despuésde todo,mi tía yEulalia teníanrazónconesodequecomodemasiado.Mequedéquieto,mirandoaverquiénsalía.LapuertaseabriómásyelprimodeAlfredoapareciódecuerpoentero,conelgorritodeBocay elbermudas.Porun segundono supequéhacer.Quería salir corriendo,peronopodíamoverme.Mevolvió el escalofrío de la panza.El primodeAlfredovenía hacia la cocina.Me pareciómás viejo que antes.Caminaba despacio,medioencorvado.Cuandofaltabanapenasunosmetrosparaquellegaraalapuerta,agarrélabandejaysubícorriendolaescalera.Abrílapuertademihabitación,metílabandejaymeacostéenelpisoconmediocuerpoadentroylaotramitadafuera,espiandoparaabajo.Desdedondeestabaseveíaperfectamentelapartedelacocinaquedabahacialapuertavaivén.O seaque si el primo iba a la torre, yo loveríapasar.Mepeguécontraelpisoycasinirespiré.Elescalofríodelapanzamevinootravez.Penséqueeraporlosnerviosdelasituaciónynoporlacomidaymequedétranquilo;todavíame faltaba comer un pedazo de empanada gallega y las medialunas. El primo deAlfredo pasó delante demis ojos (o debajo, no sé), caminando igual de lento quecuandosaliódelgalpón.Oíelruidodelapuertavaivényentréamihabitación.Teníaqueapurarme.Comí loquemequedabaybajéotraveza lacocina.Antesdesalir,abrí la puerta del montaplatos y metí la cabeza adentro. Unos golpes suaves yregulares,conbrevesintervalosdesilencio,llegabanporelhueco.

www.lectulandia.com-Página48

Page 49: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Elgalpóndelassorpresas

Yo no sabía qué tenía que buscar, pero estaba casi seguro de que algo iba aencontrar. Eso sí, nome imaginaba por dónde empezar. Al finme decidí, hice lomismoquehizoCamilalaprimeravezqueentramosalgalpón,fuidirectoalbaúl.Nibien lo abrí, sentí olor a naftalina; antes nome había dado cuenta.Me acordé delplacarddemiabuela,quetienetodalaropadeinviernollenadebolitasdenaftalina.Me gusta el olor. Cuando era chiquito me metí una de esas bolitas en la nariz ytuvieronque llevarmealhospital.Yonomeacuerdo,peromi abuelame lo cuentasiempre.Saquélosdiarios.Queríaverotravezlacaradelmayordomoasesino.

Erauna fotoencoloresnomuygrande,pero seveíabastantebien.Lacaradelmayordomoeracomún,comoladecualquierhombrequeunopuedeencontrarporlacalle. Pero los ojos eran tan claros…No se distinguíamuy bien si eran celestes ogrises.Parecíancasiblancos.Esome impresionabaunpoco.Dejé losdiariosymepusearevolverlaropa.Debajodelasfrazadasylospulóveres,encontréunabolsadesupermercado,doblada.Lasaqué.Parecíavacía.Antesdeabrirla,latanteéunpoco.Había algo blando adentro, como algodón. La abrí y miré. Era una especie dealgodón,perobrillante.Metílamanoylosaqué.

—EsunapelucadePapáNoel.EralavozdeCamila.Casimematadelsusto.Estabaparadadetrásdemí.—¿Quéhacésacá,nena?—Teviporlaventanademicuarto.Podríashabermeinvitado,¿no?—Creíqueelgalpónnoteinteresaba…—ledije,haciéndomeelindiferente.Nomedijonada,peromesacólapelucadelamanoyalgosecayóalsuelo.Lo

levanté.Eraunabarbaconbigotes.—PapáNoelcompleto—dijoCamila—.Faltaeltrajerojo,nadamás.MepuselabarbayCamilasepusolapeluca;eragraciosa,conrulos.Losbigotes

teníanunacintapegajosadelladodeadentro;yamelosestabaporpegardebajodelanariz,cuandoseabriólapuertadelgalpón.

El hombre se quedó quieto, duro, con lamano sobre el picaporte y una piernadelante de la otra, como para seguir avanzando; pero no. Ahí estaba,mirándonos,muyserio.Deunmanotón,Camilasesacó lapeluca.Yo la imitéymearranqué labarba.Nosotrostambiénnosquedamosquietos.Yonopodíadejardemirarlo.Sentí

www.lectulandia.com-Página49

Page 50: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

otravezelescalofríoenlapanza.Ahíterminédecomprenderquelacomidanoteníanadaquever.Erannervios.Eramiedo.Erapánico.Terror.Elhombrenosmirabamuyserio.Yoteníaganasdecorrer,degritar,quéséyo,peronopodíahacernada.Camilatampoco se movía. Igual, aunque hubiéramos podido correr, no habríamos ido aningún lugar; el viejo seguía parado, impidiéndonos el paso por la única salidaposible.Yohabíadejadolosdiariosenelpiso;cuandomeavivé,tratédeempujarloshacia atrás con un pie. El movimiento fue mínimo, pero el viejo se dio cuenta.Cuando bajó la vista, pensé: ahora nosmata. Pero volvió amirarnos y algo habíacambiado: tenía losojoshúmedos.Fuemuyextraño,porqueesosojoscelestes, tanclarosquecasiparecíanblancos,yanomeimpresionabancomoenlafotodeldiario.

—Yo no soy un asesino —dijo, con una voz muy suave, que me parecióreconocer.

CreoqueCamilaseavivóenesemomento,porqueabriólabocacomoparadeciralgoyseagachóalevantarlosdiarios.

—E…el…mayordomo…—dijo,señalandolafotodeldiario.—Sí,peronotenganmiedo.YonomatéalseñorLorenzo.Susojoscelestesseguíanhúmedos.Ycansados;igualquelavoz.—Peroentonces,¿quiénlomató?—preguntóCamila.—Porahoranolovoyadecir.Yoséquiénlomató,peronotengopruebaspara

demostrarlo.—YmitíayEulaliayAlfredo…—empecé.

—Ellostambiénsaben—meinterrumpió—.Ymeayudanabuscaresaspruebas.Sinofueraporellos,noséquéhabríasidodemí.

—Estaríapreso—dijoCamila.—Sí.Injustamente.Yjamáspodríademostrarmiinocencia.Herminia,Eulaliay

Alfredosiemprecreyeronenmí.Ellosmeayudaronaescaparcuandovinolapolicíaabuscarme.Despuésconsiguieronunlugarparaesconderme,medierondecomery,sobretodo,medieronánimosparaseguiradelante.

www.lectulandia.com-Página50

Page 51: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—¿Parabuscarlaspruebas?—pregunté.—Esomismo.Laspruebas…—¿Poresoestárompiendotodalatorre?—preguntóCamila.—No, no la rompo—dijo él, sonriendo—. ¿Pero ustedes cómo saben?Nome

diganqueseoyenlosgolpes…—dijo,concaradepreocupado.Lecontélahistoriadelmontaplatosydellocodelatorreyvolvióasonreír.—Ah… bueno. No me gustaría que Manuel sospechara. El no sabe nada. Es

buenapersona,peronoestabacuandopasótodo.Nomepuedoarriesgar.—¿Yporquésearriesgóelveranopasado?—lepregunté.Se sorprendió y me miró como si tratara de recordar algo. Fue un segundo;

enseguidasonrió.—¿Sabés qué pasa? Es muy aburrido estar escondido y no poder ocuparse de

nada. Por eso, cada vez que los dueños viajaban yManuel y las mucamas teníanvacaciones,yoaprovechabaparasalirytrabajarunpoco.AsímedistraíaydepasolesdabaunamanoaHerminiayEulaliaconlastareasdelacasa,yaAlfredoconeljardín.

—¿Dequéhablan?—preguntóCamila.—Delmayordomodelveranopasado.¿Teacordásqueteconté?—El de pelo blanco y barba…—dijo Camila, mirando la peluca, que todavía

sostenía entre las manos—. Entonces…—siguió, pensativa—, el mayordomo delveranopasado,elprimodeAlfredo,Lalo,Pascualyellocodelatorresonlamismapersona…

—Asíes.PuedenllamarmeLalo,simplemente—dijo,sonriendo.—¿Y cuáles son las pruebas que buscás, Lalo?—le pregunté, tuteándolo; me

parecióque«Lalo»y«usted»nocombinaban.—Papeles.DocumentosqueelseñorLorenzoguardóenalgúnlugarmuyseguro

yque,silosencuentro,vanaservirparademostrarmiinocencia.—¿Quépapeles?—pregunté.—Papeles con firmas de escribanos y abogados, donde consta que el señor

Lorenzodejabatodasufortunaaunainstituciónbenéficaparaquehicieranunhogardeniños.Yelhogaribaafuncionarenestamismacasa.

—¡Estáclarísimo!—dije—.Lomatólafamiliaparaquedarseconlaherencia.—Exactamente—dijoLalo,mirándomeconadmiración—.¿Yvos,cómosabés?—Porque leonovelasdedetectives,ysémuybienqueen loscasosenquehay

herenciasdepormedio,lafamiliasiempretienealgoquever.—Comosedaráncuenta,elcasoessencillo.LaúnicafamiliadelseñorLorenzo

son los dueños actuales: el sobrino y la esposa. Un día aparecieron en la casa,diciendoqueseibanaquedarunasemanaynosefueronmás.

—¿Ylasjoyasqueencontraronentuhabitación?

www.lectulandia.com-Página51

Page 52: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—Las pusieron ellos. Pensaron en todo. Hasta el martillo con que lo mataronteníamis huellas.Yo lo había usado para arreglar un zócalo, en el comedor. Ellosmismos me habían pedido que hiciera el trabajo. ¿Se dan cuenta? Tenían todoplaneado. Además, con la colaboración del abogado y el escribano hicierondesaparecerlosdocumentosdeladonación.

—Pero,entonces,¿cuálessonlospapelesqueestásbuscando?—pregunté.—Lascopiasdeesosdocumentosyuncuaderno,unaespeciedediario,dondeel

señorLorenzo,quedesconfiabadesussobrinos,anotabatodo.—¿Cómosabésquedesconfiaba?—preguntóCamila.—Porqueélmismomelodijo.Poresoocultótodomuybien;loquenomedijo

esdónde.Yabuscamosentodalacasa,peroyoestoysegurodequeestánenlatorre.Erasulugarpreferido.Pasabacasitodoeldíaahí.

—¿Ylesubíanlacomidaporelmontaplatos?—preguntóCamila.—Sí.Muchasveces.Nos quedamos todos callados unos segundos. Estuve a punto de preguntar qué

pasaríasinoencontrabalospapeles.Peronopregunténada.Lalo tenía losojos tantristesquemediono séqué.Ya se sabíaque laúnicaposibilidaddedemostrar suinocenciaeranesospapelesyelcuaderno,ymi tíamehabíadichoque losdueñosibanavolverdesuviajedentrodeunasemana.Quedabatanpocotiempo…

—Tengo una duda…—dijo Camila, de pronto—. ¿Todos estos días estuvisteviviendoacá?

—Asíes.Aquímismo—dijoLalo,comosiserefirieraalgalpón.—¿Perodónde?—pregunté.Lalosonrióynosllevóhacialamesadecarpintero.Debajodelamesahabíaun

viejocatredelonaplegadoyuncolchóndegomaespumaenrolladoyatadoconunacorrea.

—Elbañoestádelotro lado—dijo, señalandounplacarddedospuertas, en lapareddeenfrente.

Llegóhastaelplacará,abrióunapuerta,semetióadentroydesapareció.Camilayyonosmiramossinsaberquédecir.Elplacardestabadivididoendospartes.Enuncostadohabíaestantesconlatasdepintura,cepillos,pincelesyunmontóndecosasmás. Y en la otramitad había un barral con un piloto y un sobretodo colgados yperchasvacías.Degolpeseabrióelpaneldemaderadel fondoyasomólacaradeLaloentreelpilotoyelsobretodo.

—Ademásdeunexcelentejardinero,Alfredoescarpintero,albañilytodoloquese les ocurra. Esto fue idea de él. Vengan…—dijo, invitándonos a pasar del otrolado.

Aparecimos en la casa de Alfredo. El fondo del placard no era más que otrapuertaqueseabríadelladodelacasa.Increíble.

www.lectulandia.com-Página52

Page 53: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—Asítengomáslibertaddemovimiento—dijo—.Ingenioso,¿no?

Esanocheestuvobuenísima.Manuelsequedóenlacasadelanoviahastaelotrodía y Lalo comió con nosotros. Elmismo les contó a los demás queCamila y yosabíamostodo.Eulalianoshizojurarquenoíbamosaabrirlabocadelantedenadie.Mitíaseagarrólacabezaydijoqueseguroquetodohabíasidoobramía.Alfredonodijo nada, pero me miraba de reojo. Por suerte, Lalo los tranquilizó a los tres ypudimoscomerenpaz.

Nosfuimosadormiraesodelasdoce.Antesdesubiralatorre,Lalofuehastaelarmariodepuertasdevidrioysacódostortitasnegras.Meguiñóunojo.

—Trabajardenochemedahambre—dijo.Lo único que les quedaba por revisar era una pared recubierta por paneles de

madera.—Eslaúltimaesperanza—habíadichoLalo,durantelacena—.Silospapelesno

estánahí,nosédóndepodránestar.Yadimosvueltalatorredelderechoydelrevés.—Hay que tener fe —le dijo Eulalia—. Tengo el presentimiento de que esta

nochelosencuentran.Mecostótrabajodormirme.Leíunrato,peronomeconcentraba.Mefuiamirar

porlaventana.Elcieloestabarepletodeestrellas.Mitíahabíadichoquemañanaibaahacermuchocalor.Mejor,asínospasábamoseldíaenteroen lapileta.NopodíadejardepensarenLaloyesospapelesquebuscaba.¿Ysinoestabandetrásde lospaneles de madera?Me acosté y traté de leer otra vez. No pude. Dejé el libro yapagué la luz. Volví a pensar en el escondite de los papeles. Me quedé dormidomientrashacíauna lista,mentalmente, de los lugaresposibles.Soñéque subía a latorreenelmontaplatos.

www.lectulandia.com-Página53

Page 54: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Undíaagitado

Me levanté después de las diez. Cuando bajé a la cocina, Camila estabavistiendoalasbarbies.

—Dale,apúrateadesayunarasívamosalapileta—medijo.—¿Dóndeestánlosdemás?—Mi abuela y tu tía están en el lavadero. Lalo y Alfredo, creo que duermen.

Manuel todavía no vino—me informóCamila,mientras le ponía a una barbie unhorrorosovestidodefiestallenodetulesycintas.

—¿Habránencontradolospapeles,LaloyAlfredo?—No. Mi abuela me contó que sacaron todos los paneles de madera y no

encontraronnada.—PobreLalo.¿Dóndebuscaráahora?CreoqueCamilaestabapordeciralgo,peroelsonidodeunasirenaqueempezóa

oírse cada vez más fuerte se lo impidió. No era una, eran como veinte sirenas.Corrimosa laventana.Cuatropatrulleros estacionaban frente a la casadeAlfredo.Unpocomásatrás,frenabaunautorojoquemanejabaunamujer;asuladohabíaunhombre.De los patrulleros bajaron unmontón de policías—hombres ymujeres—con armas. Algunos entraron en la casa de Alfredo y otros se quedaron afuera,apuntandoconlasarmashacialacasa.Elhombreylamujerdelautorojonobajaron.Eulaliaymitíaaparecieronenlaescena;veníandellavadero.Unamujerpolicíaleshizolevantarlosbrazos,apuntandoconsupistola.

www.lectulandia.com-Página54

Page 55: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

www.lectulandia.com-Página55

Page 56: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—AlguiendenuncióaLalo—dije.—Aquellosqueestánallásonlosdueños—dijoCamila,señalandoalhombreyla

mujerquebajabandelautorojo—.Losviunavezquevineavisitaramiabuela.EnesemomentoaparecióManuelconlacamioneta.Unpolicíaleapuntóconla

pistolaylohizobajar.—Tenemos que subir a la torre antes de que vengan a buscarnos. Es la última

oportunidaddeencontrarlospapeles—dije.—Vamos—dijo Camila, y voló hasta la mesa para juntar todas sus barbies y

meterlasenelbolso.Yomequedéunsegundoinmóvil.Fuealgoraro,porquehabíapensadocorrercon

Camilahaciaelcomedorysubirporlaescalera.Perodegolpemevisubiendoporelmontaplatos, tal como lo había soñado. Era lo único que recordaba del sueño: yomismo,subiendocomolaotravez.Recobréelmovimientoyagarréunasilla;lapusedebajodelmontaplatos,abrí lapuertaymemetíadentro.Camilamemirabaconlabocaabiertayelbolsodebarbiescolgadodelhombro.

—Subime—ledije—.Vosandáporlaescalera.Cuandoelmontaplatosarrancó,cerrélosojosytratéderecordar,pasoapaso,la

primeravezquehabíasubido.Yosentíaquemisueñoeraunaespeciedeaviso,unpresentimiento,quéséyo.Meconcentréenelruidodelmotor.Eracomounzumbido.Pero nome decía nada. Abrí los ojos. Todo era oscuridad. Los dejé abiertos paraacostumbrarme; en una de ésas lograba ver algo. Miré hacia arriba. Seguía laoscuridad.Degolpe,aparecióunarayadeluz.Meacordédequelaotraveztambiénlahabíavisto.Eralaluzdelatorrequesefiltrabapordebajodelapuerta.SeguroqueCamilaya estaba ahí.El olor a encierroyhumedadmevino comounaoleada.Larayade luzestabacadavezmáscercay todavíanosemehabíaocurridonada.Derepente,elmotordejódezumbaryelmontaplatossedetuvo.Camilaabriólapuerta.

—¿Yahoraquéhacemos?—dijo.—Dejame pensar un poco—dije, sin bajar delmontaplatos—.Quiero hacer lo

mismoquehicelaotravez,aversisemeocurrealgo.Cerré la puerta y la abrí apenas, empujándola un poco con las palmas de las

manosbienabiertas.Espié.Laabríunpocomásyasomé lacabeza.Camilaestabaparadaal ladodelapuerta,muyseria,conlosbrazoscruzados.Elbolsodebarbiesseguíacolgadodesuhombro.Miréparaloscostados.

—Lalodormíaenesesillón—ledije,señalandohaciamiderecha—.Cuandoloviahí,dormido,abrí lapuertaunpocomásyasomécasimediocuerpo;así…—lohice,apoyandolasmanosenlapared,sindespegarlasrodillasdelmontaplatos.

Recorrílahabitaciónconlamirada,talcomolohabíahechoantes.Mefijéenlabiblioteca, el escritorio, el pisodemadera—queahora tenía todas las tablas en sulugar—peronosemeocurríanada.

www.lectulandia.com-Página56

Page 57: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—¿Y? ¿Hasta cuándo vas a estar ahí? Tenemos que buscar los papeles—dijoCamila,impaciente.

Yonoqueríabajar.Meparecíaquelarespuestateníaqueencontrarlaadentrodelmontaplatos.Estabasegurodequehabíaalgoquenorecordabayqueeralaclavedetodo.

—¿Qué pasó después…?—dije, hablando conmigomismo—.Tiene que haberpasadoalgo…

—¿Quépuedehaberpasado?—dijoCamila,enojada—.¡Yoapretéelbotónytehicebajar!¡Esopasó!

—¡Claro!¡Ymecaí!¡Eso,eso!—grité,locodealegría.Ahora sabía lo que tenía que buscar: un hueco en la pared.Era eso lo queme

andabadandovueltasenlacabeza.Elmismohuecodondehabíametidolamano,altratardeapoyarmeenlaparedparanocaermecuandoelmontaplatosempezóabajar.

—Tiene que estar por acá—dije, tanteando la pared, ami izquierda—.Era deestelado…¡Sí!¡Acáestá!¡Loencontré!

Metí la mano. Nada. Vinieron cucarachas y arañas a mi mente, pero ni lomencioné.Metícasimediobrazoytoquéalgoquemeparecióunamanija.Laagarréytiré,despacio.Saquéunaespeciedecajaovalijitadecueroduro, largaynomuyalta, con una tapa cerrada así nomás, sin llave ni nada. Tenía olor a humedad. Laabrimos. Estaba llena de papeles; algunos, doblados en dos; otros, enrollados ytambiénhabíauncuadernodetapasnegras.Abríunodelosrollosyleí;decía:títulodepropiedad.Camilahojeabaelcuaderno.

—Es un diario—dijo—. Escuchá esto: 25 de agosto. Llegaron hoy. Tuve querecibirlos. No confío en ellos, sé que están en la ruina y quieren mi dinero. Sóloesperoquesevayanpronto.30deagosto.LadesvergonzadadeMaríaAureliatuvoeldescarodepedirmeprestadoelcollardeesmeraldasdeEloísa.Porsupuestoquenoselodi.Sinosevanpronto,losvoyaechar.3deseptiembre…

—No hay tiempo —la interrumpí—. Tenemos que salir de acá. Deben estarbuscándonos.

Camilavolvióalarealidad.Cerróelcuadernoylodejóenlacaja.—¿Cómovamosasalir?—dijo—.¿Conlacajaenlamano?¿Ysilosdueñosnos

ven?Puedensospechar…Sí,eramuyarriesgado.Podíanacusarnosderobarlacajaysacárnosla.—Voy a espiar por la escalera—dijoCamila—.A lomejor se fueron todos y

podemosescapar.Volvióenseguida.Estabaasustadísima.—Vialosdueñosenlasala.Meparecequenosestánbuscando.Seguroquevana

subir.Había que esconder los papeles, pero ¿dónde? Por un momento pensé que

www.lectulandia.com-Página57

Page 58: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

podíamos dejarlos en elmismo sitio donde los encontramos y después avisar a lapolicíaparaquevinieranabuscarlos.¿Perosinonoscreían?Nopodíamoscorrereseriesgo.Teníamosquellevarlosconnosotros;eramásseguro.Pero¿cómo?;¿ysilosdueños se daban cuenta? Ni siquiera podíamos llevarlos ocultos entre la ropa:estábamosenmalla.Camilaseasomóotravezalapuerta.

—Estánpor subir, las voces se oyenmás cerca…—dijo, y se quedóparada alladodelapuerta,mirándomeconcaradeterrory…conelbolsodebarbiescolgadodelhombro.Elbolsodebarbies…

—Confiáenmí.Yoestudioteatro—medijoCamila.Estábamos los dos sentados en el sillón, donde la otra vez había visto a Lalo

dormido. Camila seguía con el bolso colgado del hombro, pero ahora lo apretabafuerte contra el pecho. Nos agarrábamos de lasmanos. La puerta delmontaplatosestabacerradaylacajadelospapeles,vacía,adentro.

—Vosponécaradeterror—medijoCamila,bajito—.Delodemás,meencargoyo.

Preparé mi cara de terror; no me costó ningún trabajo. Las voces estaban ahínomás,delotroladodelapuerta.Derepente,secallaronylapuertaseabrióconungolpeseco.

—¡Nonosmaten, por favor!—gritóCamila—. ¡Somos inocentes! ¡Socorrooo!¡Socorrooo! —mientras tanto me retorcía el brazo y se acurrucaba junto a mí,hundiéndomeelbolsodebarbiesenlascostillas.

—¿Quién losvaamatar?—dijoel sobrinodel señorLorenzo, sorprendidoporlosgritosridículosdeCamila.

—¿Sepuede saberquéhacenacá?—preguntó la esposa,que teníaunacaradebrujaimpresionante.

—¡Socorrooo…!—volvióagritarCamila.—¡Nadie les va a hacer nada!—dijo la bruja, bastante nerviosa y avanzando

hacianosotros.—¡Socorrooo…!—insistióCamila.Enesemomento,unamujerpolicíallegócorriendo,conunapistolaenlamano.

Cuandonosvio,laguardó.—¿Quépasa…?—preguntó,sorprendida.—¡Somosinocentes!—volvióagritarCamila—.¡Nohicimosnada!¡Queremos

unabogado!Yonohablaba,pordosmotivos:uno,paraquenosemefueralacaradeterror,

quemehabíasalidoperfecta,con losojoscomohuevosduros, labocaentreabiertaconunhilodebabaquemechorreabaporuncostadoyunaespeciede respiraciónagitaday con ruido, que impresionóhasta aCamila.Ydos, porqueCamilagritabatanto,queeraimposiblequealguienmásdijeraalgoylosotrosloescucharan.

www.lectulandia.com-Página58

Page 59: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

La mujer policía se acercó a nosotros, nos acarició la cabeza y nos hablódespacito:

—No tengan miedo, chicos. Nadie los va a lastimar. Ahora, quiero que mecuentenporquéestánacá,losdossolitos.¿Sí?

Camila dejó de chillar y habló como una persona normal. Yo aproveché paracerrarlabocaylimpiarmelababaconelbrazoqueteníalibre.

—Nosencerraron—dijo,entrehipos.—¿Quiénlosencerró?—El…eljardinero…Volvíaabrir laboca,peroestavezsemeabriósola.Camilaestaba loca.Pobre

Alfredo.—¿Yporquélosencerró?—preguntó,sorprendida,lamujerpolicía.—Paraquenohiciéramoslío…Dijoquenosportábamosmal…—¡Pobrecitos!—dijoladueña,concaradebrujaconmovida—.¡Encerrarados

criaturas!—Quieroirconmiabuelita—dijoCamilayselargóallorar.Sidealgoestoyconvencido,esdequeelfuturodeCamilaestáenel teatro.La

mujerpolicíanosagarródeunamanoacadaunoysalimosdelatorre.Losdueñosbajarondetrásdenosotros.Losdemásnosestabanesperandoparairalacomisaría;Eulaliaymitía,enunpatrullero;AlfredoyManuel,enotro;Lalo,custodiadopordospolicías,enun tercerpatrullero.ACamilayamínosmetieronenelcuarto,con lamujerpolicíasentadaentrelosdos.LosdueñossequedaronenelpalacioconTristán,quenossiguiócorriendoyladrandohastaelportónderejas.

Cuando llegamosa la comisaría, lamujerpolicíanos llevóaunaoficinaynosdijoqueteníamosquequedarnosahíhastaquellamarananuestrospadres.

—Quierohablarconelcomisario—ledije.Memirósorprendida.—¿Paraqué…?—TenemospruebasparademostrarqueLaloesinocente.—¿QuiénesLalo…?—Pascual,elmayordomo.ElnomatóalseñorLorenzo.Mientras tanto, Camila había sacado las barbies del bolso y había puesto los

papelesyelcuadernosobreunescritorio.—¿Quéestodoeso?—LaspruebasquebuscabaLalo.LasencontróTomásenlatorre—dijoCamila.La mujer policía miró los papeles, leyó algunas páginas del cuaderno y salió

corriendodelaoficina.—Nosemuevandeacá—dijo,antesdesalir.Volvióenseguidaconotrosdospolicías,uno jovenyotromayor,quesenotaba

www.lectulandia.com-Página59

Page 60: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

que era el jefe de todos. El joven fue directo al escritorio y se puso a revisar lospapeles.Elotrosesentófrenteanosotros.

—Chicos,ésteeselcomisario—dijolamujerpolicía—.Ustedesqueríanhablarconél,¿noescierto?Bueno,aquíestá…

Entonces hablamos. Empecé yo, siguió Camila, seguí yo. A veces nosinterrumpíanparahacernosalgunapregunta,peropoco.Creoquenonosolvidamosde nada. Cuando terminamos, el policía joven se acercó al comisario, con variospapelesenlamano.

—Enestedocumentodicequeel señorMedina ibaadonar tanto la casacomotoda su fortunaauna fundaciónpara loschicosde la calle.Y ladonación se ibaahacerefectivatresdíasdespuésdequeloasesinaron.

—Peroesobvio—dije—.¿Cómonosedancuenta?Lomataronlossobrinosparaquedarsecontodo.¿QuéesperanparasoltaraLalo?

El comisariomemirómuy serioynomecontestó.Yo le iba a explicarque sémuchas cosas de crímenes porque leo novelas de detectives, pero nome dejó. Selevantódeunsaltoyledijoalpolicíajoven:

—Lleveesospapelesamioficina.Quierohablarcontodoelpersonaldomésticodelacasa,yamismo.Quemelosllevendeauno,porfavor.TraiganalosAndreottiybusquenalabogadoyalescribanoresponsablesdeesosdocumentos.

SefueronlosdoscasicorriendoyCamilayyovolvimosaquedarnossolosconlamujerpolicía.Degolpe,mesentíraroynosabíaporqué.PenséqueporsuertetodoseestabaaclarandoyquealfinLaloibaapoderdemostrarsuinocencia.Silascosasestaban bien, /por qué me sentía raro? Hice un repaso mental de todos losacontecimientosdel díaymiré el reloj que estaba en lapared: la unaymedia.Degolpe sentí un vacío, como si me faltara algo. ¿La una y media? Era la hora delalmuerzo y yo ni siquiera había desayunado. ¡La primera vez enmi vida quemepasabaalgoasí!

www.lectulandia.com-Página60

Page 61: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

Anochecerdeundíaagitado

Estuvimostodoeldíaenlacomisaría.Antesdelasdosdelatardellegaronmipapá,mimamá,mishermanas,miabuela,mitía,lospadresdeCamila,elhermanito,tres tíos y un vecino. Después de que los grandes hablaron con el comisario, nosdejaronsaliraalmorzar.Menosmal.Fuimostodosjuntosaunaparrillaquequedabacercadelacomisaría.Yoestabatandébil,quecasimemueroporelcamino.Unavezleí un libro que contaba la historia de un náufrago.Una de las cosas quemásmeimpresionaron fuequecuando lo rescataron,alpobrehombreno ledieronnadadecomer.Parecequehacemal.Tampocohayquetomaraguadegolpe.Todotienequehacersedeapoquito;unsorbitodeaguacomoparamojarlalengua;alastreshorasunamiguitadepan,cosasasí.Yopenséqueconmigoibanahacerlomismo;perono.Medejaroncomerdetodo;menosmal.

Cuandovolvimosalacomisaría,mitía,Eulalia,AlfredoyManuelyaestabanenlibertad.Elcomisariolesdijoquepodíanvolveralpalacioyquedarseahíhastavercómo se resolvían las cosas. Los sobrinos del señor Lorenzo, en cambio, iban aquedar detenidos. Resulta que ahora, al ser sospechosos, a la policía se le ocurriórevisarsucoartadadelanochedelcrimenydescubrieronqueerafalsa.Además,losinvestigaronbienyparecequehacealgunosañoshabíanestadopresosenMendozaporestafadores.

Ahora,yodigounacosa,¿porquénolosinvestigaronantes?Meparecequelospolicíastendríanqueleernovelasdedetectivesparaaprenderunpoco.

—Yencuantoalmayordomo—dijo,alfin,elcomisario—,lomásseguroesquemañanamismorecuperelalibertad.

Camila y yo convencimos a nuestros padres para que nos dejaran volver alpalacioyquedarnosunosdíasmás.Quesí,queno,alfinalnosdejaron.

Fue lindovolver.Tristánnosestabaesperando,pegadoa lasrejasdelportóndeentrada.Ladraba,aullaba,movíalacola,nosdabalengüetazos;creoqueeraelperromáscontentodelmundo.Nosotros tambiénestábamoscontentos;nosquedamosunratolargoenlacocina,charlandodelascosasquehabíanpasado.Después,CamilayyonosfuimosalapiletaconTristán.

—¿Quién le habrá dicho a la policía que Lalo estaba escondido acá? —dijoCamila.

www.lectulandia.com-Página61

Page 62: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—Mitíamecontóquefueunvecinodelpueblo;dicequelovieronmuchasvecesespiandoalrededordelpalacio.

—Yo al principio sospeché de Manuel, pero como después apareció con lacamionetaytambiénselollevaronpreso,medicuentadequeteníaqueserotro.

—Yonosospechédeél.Noserámuysimpático,perocaradetraidornotiene.Nosquedamosenlapiletacasihastaqueoscureció.Hacíacalor.Megustacuando

elsolempiezaabajaryquedanunosresplandoresflotandoenlasuperficiedelagua,que van desapareciendo despacio, despacio, hasta que de golpe ya no estánmás ysólohayunasombralargayespesaquetiemblaenelaguaylaenfríayentoncesyaeshoradesalir,porquesino,elqueseenfríayempiezaatemblaresuno.

Cuandovolvimosa lacocina, losgrandes seguíancharlando; tomabanmate, sereían.Habíaunolorcitoricoasalsade tomatesycebollafrita,oréganoyalbahaca,masaconlevadura…

—¡Pizza!—grité—.¡Eulaliaestáhaciendopizza!¡Memuerodehambre!—Vamosaesperarunpocoparacomer—dijoEulalia.—¿Esperarqué?—Tengounpresentimiento—dijo,concarademisterio.—¿Quépresentimiento?—Notelovoyadecir.—Peroyotengohambre…—Vamosahacerunacosa.Esperamosmediahora,sinopasanada,comemos.—¿Yquétienequepasar?—preguntóCamila.—No te lo voy a decir, es un presentimiento—insistióEulalia,mientrasmetía

unapizzaenelhorno.Los demás no decían nada, pero se miraban entre ellos, sonriendo. Un rato

después,justocuandoEulaliaabríaelhornoparasacarlapizza,seoyóunasirena.—¡Ahíestá!—gritó—.¡Mipresentimiento!—ysaliócorriendodelacocina.Nosotroscorrimosdetrás.ElprimeroenllegaralportónfueTristán.Unpatrullero

estabaestacionadoafueraconlaluzdeltechoencendida,ésaquedavueltascomolaluz de un faro. La sirena ya no sonaba. Lalo estaba parado al lado del patrullero,despidiéndosedelpolicía.Tristánseletiróencima,moviendolacola.

—Bueno—dijo,mirándonosatodos,mientrasacariciabaaTristán—,otravezencasa.

Primeroabrazóalosgrandes,unoporuno.ACamilayamínosdejóparaelfinal.Nos puso unamano en la espalda y nos retuvoun rato a los dos juntos, contra supecho.

—Milibertadseladeboaustedes,chicos—nosdijo—.Gracias.La luz del farol de la entrada le hacía brillar la pelada y los ojos. Aunque,

mirándolobien,losojosnolebrillabansóloporlaluz.

www.lectulandia.com-Página62

Page 63: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

—¡Bueno!—gritóEulalia—.Siestántodosdeacuerdo,¡acomer!Corrimosalacocina.Otravez,Tristánfueelprimeroenllegar.Eloloraorégano

yalbahacaylevadurasalíaporlaventanaysemezclabaconlosoloresdelanoche.Antesdeentrar,miréelcielo;estaballenodeestrellasyconunalunagordaencimadelosárboles.Seguroquemañanavaahacermuchocalor,pensé.Nosvamosapasartodoeldíaenlapileta.

www.lectulandia.com-Página63

Page 64: Tomás —inquieto, curioso y metido en todo— va a pasar unos ...

NORMAHUIDOBRO.(1949enLanús,provinciadeBuenosAires).EsprofesoraenLetras y trabaja de correctora de libros. Ha obtenido importantes premios y tienepublicados,entreotroslibros,¿QuiénconoceaGretaGarbo?yElsospechosovistedenegro.

www.lectulandia.com-Página64