“Yo estoy con ustedesTODOS LOS DÍAS…” Mateo 28:20

La Fe VivaDevociones católicas diarias para

24-30 de mayo de 2020

Hechos 1:12-14 • Salmo 27:1, 4, 7-8 1 Pedro 4:13-16 • Juan 17:1-11

24 de mayo • Séptimo Domingo de Pascua

Una advertencia de DiosY esta es la vida eterna: conocerte a ti, único Dios ver-dadero, y al que tú has enviado, Jesús, el Cristo. Juan 17:3

ESTAS ALEGRES PALABRAS nos dicen mucho sobre el significado de nuestra vida. Nuestra vida eterna será una relación amorosa dinámica con Dios que nunca nos quitarán. Y la buena nueva es que esta relación co-mienza ahora. En este mismo momento, podemos saber que somos preciosos para Dios y, justamente ahora, podemos dar gracias a Dios, que impregna cada parte de nuestra vida. Este es un punto esencial del mensaje del Evangelio para mí.

Sin embargo, puedo perderme su presencia si no dedico tiempo a ser consciente de esta. La conciencia crece en la oración silenciosa y al darme cuenta de la guía de Dios en mi vida diaria. Creo que se trata de una experiencia básica que todos pueden tener. Es el don de Dios. Solo tenemos que dedicarle tiempo. Dios hará el resto.

Señor, siempre estás dentro de mí, y en todas partes a mi alrededor. Que pueda interesarme lo suficiente para notar tu presencia.

P. Kenneth Grabner, C.S.C.

Lunes, 25 de mayo • San Beda el Venerable, San Gregorio VII, Santa María Magdalena de Pazzi

El ejército vencedor de JesúsUstedes encontrarán la persecución en el mundo. Pero, ánimo, yo he vencido al mundo. Juan 16:33

MIENTRAS MIRO LAS NOTICIAS sobre tiroteos, guerras y víctimas traumatizadas del desastre natural de esta semana, realmente es un acto de fe creer que Dios ha vencido al mundo.

Pero lo ha hecho. Ha vencido al mundo en aquellos que protegen a otros con su cuerpo: la policía, los bomberos y otros que se apresuran a doblegar a los tiradores; en los voluntarios que caminan hacia los peligros de las tierras distantes y nuestras propias zonas de guerras urbanas para alimentar a los hambrientos, sanar a los enfermos, consolar a los afligidos y enterrar a los muertos. Lo ha vencido en los autobuses llenos de voluntarios que llevan herramientas y fuerza para eliminar el lodo y los desechos y reconstruir hogares, comercios y vidas, a veces, incluso mientras la inunda-ción o el incendio aún azota.

Jesús ha vencido al mundo en aquellos que podemos hacer tan poco como hacer un cheque a favor de los que sufren. Entonces, ¿a quién puedo ayudar hoy como parte del ejército vencedor de Jesús?

Aileen O’Donoghue

Hechos 19:1-8 • Salmo 68:2-7 • Juan 16:29-33

Hechos 20:17-27 • Salmo 68:10-11, 20-21 Juan 17:1-11

Martes, 26 de mayo • San Felipe Neri

¿Estamos dispuestos a responder?Padre Santo, guárdalos en ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros. Juan 17:11

ESTAS PALABRAS DEL EVANGELIO según san Juan nos invitan a meditar sobre todo en el Amor de nuestro Señor Jesús por nosotros. Tanto es su amor y tan grande su deseo de que nosotros no estemos solos y abandonados, que le pide a su Santo Padre que nos proteja y nos cuide.

Esta oración, parte de este Evangelio, nos recuerda que Jesús ofrece su vida por nosotros, y la pregunta es: ¿Somos conscientes de ese amor tan grande que Jesús nos tiene, y del gran sacrificio que hizo por nosotros? ¿Estamos dispuestos a vivir y compartir ese amor, al punto de dar nuestra vida por los demás?

San Felipe de Neri, el santo que celebramos hoy, nos da el ejemplo de renuncia para seguir el amor de Dios y servi al prójimo. ¿Estamos dispuestos a reconocer, y vivir ese gran Amor? ¿De vivir por Cristo y dar la vida por él?

Decidamos como vivir esa amor y esa entrega.P. Fausto Peñafiel

Miércoles, 27 de mayo • San Agustín de Cantorbery

Motivo de alegríaPero ahora que voy a ti. y estando todavía en el mundo digo estas cosas para que tengan en ellos la plenitud de mi alegría. Juan 17:13

NOS TRANSMITIERON todas las palabras de Jesús para que compartamos su alegría. Habló de ir a la casa de su Padre y eso, también, se nos dijo para alegrar-nos. Lo que le ocurrió a Jesús también nos ocurrirá a nosotros. Su resurrección traerá una nueva plenitud a la vida, y ese también será nuestro don. Padre Santo, guárdalos en ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros. Hace poco, celebré una misa de Resurrección para el marido de una de mis amigas. Aunque ella sentía un profundo dolor por la pérdida, dijo “Ahora está en casa con Dios. Ahora está plenamente vivo”. Sus palabras estaban llenas de esperanza. En medio de su tristeza, pude sentir una ola de alegría por su marido, que ahora está vivo de una nueva manera.

Dios nos ama tanto que nos quiere siempre con él. Y así nuestra vida cambia, pero nunca nos es arrebatada. ¡Ese es un motivo de alegría!

Gracias, Señor, por tu don de la vida, que nunca nos es arrebatado.

P. Kenneth Grabner, C.S.C.

Hechos 20:28-38 • Salmo 68:29-30, 33-36 • Juan 17:11-19

Hechos 22:30; 23:6-11 • Salmo 16:1-2, 5, 7-11 Juan 17:20-26

Jueves, 28 de mayo

Amados por DiosNo ruego solo por estos, sino también por todos aquel-los que creerán en mí por su palabra… Juan 17:20

SOMOS POR QUIENES ORABA Jesús en este largo soliloquio después de la Última Cena. Oraba para que estuviéramos en él y en Dios para que “el mundo crea que tú me has enviado… y que yo los he amado a ellos como tú me amas a mí” (Juan 17:21, 24).

De todas las cosas por las que pudo haber rezado por nosotros (caridad, perdón, paz, generosidad), rezó para que los pueblos del mundo creyeran que Dios los ama. Me parece que, quizás, debería adoptar esta como mi única oración. Porque aquel que cree profundamente que Dios lo ama, alivia todos sus otros sufrimientos.

Saber que Dios nos ama nos libera de la ansiedad profunda que creo que todos sufrimos al pensar que no nos aman verdaderamente, que no importamos real-mente. Creo que esa ansiedad lleva a la gente a tirotear una escuela, convertirse en un terrorista suicida o esta-llar de ira mientras conduce un vehículo.

Así que recemos con fervor con Jesús para que todos puedan saber que Dios los ama.

Aileen O’Donoghue

Viernes, 29 de mayo

Apacentar las ovejasApacienta mis ovejas. Juan 21:17

JESÚS NOS ORDENA A NOSOTROS y a Pedro apa-centar sus ovejas. Este relato siempre me recuerda una canción popular, “History of Us” [Nuestra historia], que incluye la línea “Y me doy cuenta que es tiempo de regresar al rebaño que debo cuidar”. Como el cantan-te, todos tenemos rebaños que cuidar y me resulta útil reconocer que, sin importar cuán incierto y poco im-portante parezca mi rebaño –mi familia o mis alumnos de la clase de astronomía o mi círculo de amigos–, es el rebaño de Jesús, y debo cuidarlo. Enviarle a mi madre el café que no consigue cerca de su casa, preparar clases y corregir exámenes, tener un encuentro después del trabajo para mis compañeros maestros: esas cosas son obras sagradas.

Cuando recuerdo que todo lo que hago por los de-más, no solo lo que hago por la Iglesia, incluso la tarea más tediosa se vuelve un acto de amor. La próxima vez que enfrentes un fregadero lleno de platos sucios, trata de hacer una genuflexión antes de iniciar la limpieza. Y detente a hacer una oración de gratitud porque los corderos de Dios se han alimentado.

Aileen O’Donoghue

Hechos 25:13-21 • Salmo 103:1-2, 11-12, 19-20 Juan 21:15-19

Hechos 28:16-20, 30-31 • Salmo 11:4-5, 7 Juan 21:20-25

Sábado, 30 de mayo

Contemplar el rostro de DiosPorque el Señor es justo y ama la justicia,

los que son rectos contemplarán su rostro. Salmo 11:7

SIEMPRE ME HA INTERESADO mucho la experien-cia contemplativa de la presencia de Dios en mi vida. Catorce de nosotros aquí en Holy Cross Village hemos compartido este interés activamente por varios años. Nos reunimos dos veces al mes para ver videos y con-versar sobre temas espirituales. Nuestro interés común nos reúne y eso ha hecho que nuestra amistad crezca.

Esta misma dinámica funciona en nuestra relación con Dios. Los justos contemplarán el rostro de Dios porque tienen un interés común con Dios. Comparten la mente y el corazón de Dios, y su atracción hacia él genera una relación en constante crecimiento.

La palabra de Dios en la Escritura nos muestra cómo vivir de acuerdo con su mente y corazón. Y, en nuestra oración, el Espíritu Santo nos guía para vivir conforme a su Palabra. Dios nos atrae hacia él, y, a medida que más nos asemejamos a él, comenzamos a contemplar su rostro.

P. Kenneth Grabner, C.S.C.

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