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7/23/2019 TL - cap. 2-JL http://slidepdf.com/reader/full/tl-cap-2-jl 1/22 Capítulo II Del catolicismo liberal a la Teología de la liberación: historia de un error En el primer capítulo hemos esbozado la historia de las corrientes de acción social que, desde el catolicismo social, fueron deslizando hacia la izquierda hasta desembocar en el socialismo cristiano, del cual surge la Tdl. Paralelamente a este desarrollo, e íntimamente ligado a él, estaban las corrientes filosóficas y teológicas que, partiendo del catolicismo liberal en el siglo XX, dieron !ida al "odernismo y depués a la “Nouvelle Théologie”, de la cual nace la Tdl.  El catolicismo liberal 1. La Revolución rancesa ! la Iglesia Constitucional #a $e!olución %rancesa de &'() no fue solamente antimon*rquica, sino también anticatólica. +etestando toda erarquía y toda autoridad en la esfera temporal, la  Révolution no podía tolerarla en el *mbito religioso. -ada ilustra meor este doble odio que el grito del líder acobino ébert/ “¡La  paz no reinará en Francia hasta que el último aristócrata no haa si!o ahorca!o con las tripas !el último cura"”. #a persecución a la glesia fue brutal. +oce mil sacerdotes fueron asesinados, mientras treinta mil debieron tomar el camino del e0ilio. 1omenta el historiador 2drien +ansette/ “#n la historia religiosa !e Francia$ no ha ningún prece!ente !e una !emolición tan %rutal cuanto completa” 3&4. 5i a la mayor parte de los católicos franceses podía imputarse tal !ez una falta de *nimo en reaccionar, pero no por cierto simpatías re!olucionarias, una consistente minoría adhería en cambio a las nue!as ideas, incluso con entusiasmo. Esta minoría constituyó la autodenominada glesia 1onstitucional, punto de partida del catolicismo liberal. En un sermón pronunciado en París en &')&, "ons. 1laude %auchet, obispo constitucional de 1al!ados, e0ponía la idea fundamental de esta corriente/ “Nosotros a!oramos a &ios como autor so%erano !e la Revolución que nos li%era” 364. ". Roma condena la Iglesia Constitucional El Papa Pío 7 condenó la glesia 1onstitucional y las doctrinas de la $e!olución %rancesa, llam*ndolas 8insensatas9 y 8falaces9, y a sus autores 8perfidísimos filósofos9. 2dem*s prohibió  bao pena de e0comunión adherir a la glesia 1onstitucional. Palabras no menos duras tu!o su sucesor Pío 7. 1ondenada por $oma, de!astada por la disolución moral y las hereías, la glesia 1onstitucional se desintegró. -o obstante, el deseo de conciliar el catolicismo con los ideales de &'(), considerados el !iento del futuro, continuó en el siglo XX dando !ida al catolicismo liberal. #. La esencia del catolicismo liberal

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Capítulo II

Del catolicismo liberal a la Teología de la liberación:

historia de un error

En el primer capítulo hemos esbozado la historia de las corrientes de acción social que, desde elcatolicismo social, fueron deslizando hacia la izquierda hasta desembocar en el socialismo cristiano,del cual surge la Tdl. Paralelamente a este desarrollo, e íntimamente ligado a él, estaban lascorrientes filosóficas y teológicas que, partiendo del catolicismo liberal en el siglo XX, dieron !idaal "odernismo y depués a la “Nouvelle Théologie”, de la cual nace la Tdl. 

El catolicismo liberal

1. La Revolución rancesa ! la Iglesia Constitucional

#a $e!olución %rancesa de &'() no fue solamente antimon*rquica, sino también anticatólica.+etestando toda erarquía y toda autoridad en la esfera temporal, la Révolution no podía tolerarla enel *mbito religioso. -ada ilustra meor este doble odio que el grito del líder acobino ébert/ “¡La

 paz no reinará en Francia hasta que el último aristócrata no haa si!o ahorca!o con las tripas !elúltimo cura"”.

#a persecución a la glesia fue brutal. +oce mil sacerdotes fueron asesinados, mientras treinta mildebieron tomar el camino del e0ilio. 1omenta el historiador 2drien +ansette/ “#n la historiareligiosa !e Francia$ no ha ningún prece!ente !e una !emolición tan %rutal cuanto completa” 3&4.

5i a la mayor parte de los católicos franceses podía imputarse tal !ez una falta de *nimo enreaccionar, pero no por cierto simpatías re!olucionarias, una consistente minoría adhería en cambioa las nue!as ideas, incluso con entusiasmo. Esta minoría constituyó la autodenominada glesia1onstitucional, punto de partida del catolicismo liberal. En un sermón pronunciado en París en&')&, "ons. 1laude %auchet, obispo constitucional de 1al!ados, e0ponía la idea fundamental deesta corriente/ “Nosotros a!oramos a &ios como autor so%erano !e la Revolución que nos li%era” 364.

". Roma condena la Iglesia Constitucional

El Papa Pío 7 condenó la glesia 1onstitucional y las doctrinas de la $e!olución %rancesa,llam*ndolas 8insensatas9 y 8falaces9, y a sus autores 8perfidísimos filósofos9. 2dem*s prohibió

 bao pena de e0comunión adherir a la glesia 1onstitucional. Palabras no menos duras tu!o susucesor Pío 7.

1ondenada por $oma, de!astada por la disolución moral y las hereías, la glesia 1onstitucional sedesintegró. -o obstante, el deseo de conciliar el catolicismo con los ideales de &'(), consideradosel !iento del futuro, continuó en el siglo XX dando !ida al catolicismo liberal.

#. La esencia del catolicismo liberal

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En los católicos liberales encontramos un profundo anhelo por un estado de cosas m*s igualitario y permisi!ista. abían muchas tendencias, unas m*s radicales otras menos. Todas, empero, animadasde un espíritu liberal contrario a la autoridad y, sobre todo, fundamentalmente optimista acerca delos tiempos nue!os inaugurados por la $e!olución de &'().

En oposición al doble principio de erarquía y de autoridad, dos nociones concebidas como !aloresmetafísicos e0presan bien el espiritu liberal/ igualdad absoluta y libertad completa. :na personaanimada del espíritu liberal, sueta a la autoridad de otra, odia en primer lugar el yugo que enconcreto pesa sobre ella. En segundo lugar, odia genéricamente todas las autoridades y todos losyugos, y m*s a;n el mismo principio de autoridad. < porque odia toda autoridad, odia también todasuperioridad, de cualquier orden que sea. El espíritu liberal puede de esta manera conducir alcompleto igualitarismo.

#os católicos liberales proponían la igualdad en la esfera política, con la supresión de las diferenciasentre gobernantes y gobernados. El poder, decían, no !iene de +ios mas del pueblo. Proscribían la

monarquía como intrínsecamente maligna y aclamaban la democracia como la ;nica forma legítimade gobierno. 2lgunos buscaban también establecer la igualdad en la sociedad, atenuando lasdiferencias deri!adas de la propiedad pri!ada. +e donde emergían algunas tendencias ya claramentecolecti!istas.

#os católicos liberales presentaban sus proposicones no tanto como deducciones lógicas de ciertos postulados teóricos, sino m*s bien como una incontenible e0igencia del espíritu del tiempo. 2 su parecer, no obstante algunos e0cesos, la $e!olución de &'() había tenido el innegable mérito dehacer desaparecer las estructuras opresi!as propias del 'ncien Régime, y de inaugurar por tanto lamodernidad bao la égida de la libertad. Tal curso de acontecimientos, sentenciaban ellos, era yairre!ersible, y cuanto antes la glesia tomase nota de ello, adapt*ndose a los nue!os tiempos, menostraum*tica sería su transición hacia la modernidad.

El catolicismo liberal quería, pues, 8bautizar9 la $e!olución de &'(), tal como = m*s adelante lo!eremos = la Tdl buscar* 8bautizar9 la de &)&'. “Nosotros aceptamos e invocamos los principios

  las li%erta!es proclama!as en ()*+”, se actaba 1harles de "ontalembert, líder de la corrientecatólica liberal 3>4.

$. elicit% de Lamennais

El padre del catolicismo liberal es el sacerdote apóstata ugues?%elicité $obert de #amennais.$e!elando las primeras se@ales de orgullo insaciable que marcar* su !ida p;blica, lle!*ndolo a laapostasía, ya en &(&' #amennais se imaginaba a sí mismo el fundador de una nue!a escuelafilosófica. “,i sistema se-ala el réquiem !e la .iloso./a escolástica” , proclamaba con arrogancia3A4.

2soci*ndose a la insurrección de &(>B, #amennais publica el libro &es progr0s !e la révolution et!e la guerre contre l1église, en el cual rompe formalmente con la monarquía y pone sus esperanzasen una 8rep;blica liberal9 fundada sobre 8una inmensa libertad política9. #amennais admite queseguiría un período de anarquía, que sin embargo él creía necesario para hacer pre!alecer lalibertad. En ese inter!alo, para que la libertad pudiese reinar, la glesia debería retirarse de la !ida

 p;blica. Este libro, condenado por el arzobispo de París, "ons. de Cuélen, es con razón definido por Emmanuel Darbier “el acta !e nacimiento !el catolicismo li%eral”  34.

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&. La revolución de 1'#(

#a re!olución de &(>B barrió con la dinastía borbónica, y con ella lo que restaba de ordentradicional, lle!ando al poder a una burguesía laicista y positi!ista. “La tra!ición católico2

legitimista reci%ió un golpe mortal” comenta Fabriele +e $osa 3G4. 2unque desaprobando algunostonos anti?clericales, los católicos liberales saludaron con entusiasmo al nue!o régimen. enri#acordaire aclamH “el pue%lo triun.ante so%re las ruinas !e la monarqu/a multisecular$ la li%erta!victoriosa eternamente” 3'4.

Para fomentar esta re!olución #amennais fundó el periódico L1'venir , que saludaba el “nuevomun!o che tiene a 3risto come pa!re a la li%erta! como ma!re” 3(4. En estos a@os ya podemos!er algunos elementos lla!e del futuro progresismo, del cual surgir* la Tdl.

Las revoluciones modernas son obra de Dios. 2 la base del catolicismo liberal encontramos una!isión e!olucionista de la historia seg;n la cual, después del fin del "edioe!o, la humanidad habría

emprendido un incontenible proceso hacia la total emancipación. Este proceso de liberación seríaobra de la Pro!idencia di!ina. 1on la $e!olución de &'() %rancia se con!ertía en faro para lahumanidad. “()*+ ha a%ierto la era !e las revoluciones$ la humani!a! no po!rá cerrarla más” 

 proclamaba #acordaire 3)4.

ntroduciendo una peligrosa confusión entre religión y política I uno de los pilares sobre los que seapoyar* la Tdl I los católicos liberales tendían a asimilar el progreso de la libertad a la redencióndel género humano. En otras palabras, conferían al progreso de la libertad re!olucionaria un !alorreligioso sal!ífico.

Cristianismo) *principio propulsor+ del proceso revolucionario. #amennais !eía en elcristianismo el 8principio propulsor9 del proceso re!olucionario de liberación. n!itaba por tanto ala glesia a tomar la bandera de las rei!indicaciones re!olucionarias/ “#l cristianismo 456 ha

 puesto las %ases inmuta%les sagra!as !e la li%erta!7 8$ !e siglo en siglo$ mientras !esarrolla%a laconsciencia social$ !esarrolla%a proporcionalmente la li%erta!” 3&B4.

En una carta a #amennais, el teatino romano Fioacchino 7entura lo acusaba de 8 pre!icar larevolución en nom%re !e la religión 456 aceptan!o sin reserva to!as las revoluciones pasa!as aplau!ien!o por a!elanta!o to!as las que ven!rán” 3&&4.

,na democracia generali-ada ! demoledora. :sado abusi!amente por los católicos liberales, el

término 8libertad9 se con!irtió en una de aquellas 8palabras talism*n9 de que habla Plinio 1orrJa deKli!eira, susceptibles de ser fuertemente radicalizadas.

#os católicos liberales reclamaban libertades siempre m*s amplias hasta alcanzar posicionesfrancamente libertarias. #eemos en L1'venir / “La li%erta! !e%e ser para to!os entera para ca!auno7 456 Li%erta! total$ a%soluta !e opinión$ !e !octrina$ !e conciencia !e culto 456 to!as lasli%erta!es civiles$ sin privilegio sin restricción” 3&64.

Este tipo de libertad sin restricción pro!ocaría la disgregación de las estructuras políticas !igentes.2firmando que “to!o interés particular tiene el !erecho al autogo%ierno”, L1'venir  so@aba con unaradical descentralización de los poderes administrati!os y políticos, fraccionados en miríadas de

 peque@os entes locales gestionados con la democracia directa. -ada m*s lógico/ la coherenciademocr*tica e0igía que, después de haber destronado al $ey, fuesen destronados también todos los8reyes9 en la sociedad.

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 La liberación del proletariado. #a naciente 8cuestión social9 llamó naturalmente la atención delos católicos liberales. 2line*ndose con la izquierda del catolicismo social, algunos católicosliberales asumían la esencia de la doctrina mar0ista.“&espués !e la última revolución I afirmaba

 L1'venir , dieciocho a@os antes del ,ani.iesto 3omunista I resta  sólo la %urgues/a el pue%lo$ la

clase que compra el tra%a9o la clase que !e%e ven!erlo” 3&>4. 2 su uicio, tal condición eraequi!alente a una ser!idumbre. #uchando por la abolición de la ser!idumbre en el campo político, atra!és de la creciente democratización de la sociedad ci!il, era natural que los católicos liberalesfuesen atraídos por la llamada emancipación del proletariado.

5eg;n L1'venir , el mal residía precisamente en el sistema capitalista, que produce necesariamenteun conflicto de clases. L1'venir  amenazaba a los propietarios con “el1o!io implaca%le !e los

 proletarios que se a!ensa so%re vuestras ca%ezas 456 a la espera tan sólo !e vosotros %a9éis la guar!ia” 3&A4.

. /regorio 0I condena el catolicismo liberal ! e2comulga a Lamennais

En ulio de &(>6, catorce obispos franceses dieron a conocer un documento que condenaba elcatolicismo liberal. :n mes después, con la encíclica ,irari :os, el Papa Fregorio X7 condenabaformalmente esta corriente. #amennais reh;sa someterse, resbalando hacia posiciones libertarias,agnósticas y socialistas. 5u ruptura con la fe es ine!itable. En &(>> renuncia a las funcioneseclesi*stica y abandona cualquier profesión e0terior de fe. En &(>A publica el insolente libro

 ;aroles !1un croant , que pro!oca su inmediata e0comunión. +ando !ía libre a su !iolentotemperamento, #amennais denuncia la “con9ura !e los rees !e los sacer!otes contra el pue%lo”,llama al 7aticano “la cloaca más in.ecta que 9amás haa ensucia!o o9os humanos”, y al Papa 8esevie9o co%ar!e e im%écil” 3&4.

 L1'venir  tiene que cerrar sus puertas. 2bandonado por sus amigos, #amennais sobre!i!e comodiputado socialista. "uere en &(A en la miseria y el aislamiento, rechazando cualquier asistenciade la glesia.

3. 4enri Lacordaire

#os discípulos m*s cautos de #amennais no le acompa@aron en la apostasía, y quedaron por ello encondiciones de continuar su obra. Entre estos estaba enri #acordaire, que desempe@ar* un papel

central en el desarrollo de las ideas católico?liberales en los a@os siguientes. #acordaire es ordenadosacerdote en &(6'. Espíritu orgulloso, se imaginaba en el rol de un grande reformador/ “<saré!ecir que he reci%i!o !e &ios la gracia !e compren!er este siglo$ que tanto he ama!o !e con.erira la ver!a! un nuevo color que le permita !e alcanzar un número maor !e personas9 3&G4.

+espués de la enciclica ,irari :os, #acordaire abandona al maestro pero no sus ideas. En &(>, el2rzobispo de París le ofrece la c*tedra de -otre +ame. 5us sermones, seguidos por la flor de lasociedad parisiense, se con!ierten en el principal !ehículo de la propaganda católica liberal.

#acordaire ugó también otro papel fundamental en la difusión de las ideas re!olucionarias en*mbito católico. Ll es el restaurador en %rancia de la Krden dominicana, prohibida desde &')B.

"uchos se opusieron a este paso. Temían, como lo admitió el mismo #acordaire, que “la <r!en .uese !estina!a a convertirse en un ri.ugio !e los secuaces !e Lamennais”. #amentablementetenían razón. #os nue!os dominicos recibieron de #acordaire una educacion liberal. e ahí el

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origen del ala progresista de los dominicos franceses, que en el siglo XX desarrollar* la NouvelleThéologie, fundamento de la Tdl.

'. El discurso de 5alinas

En agosto de &(G> se realiza en "alinas, Délgica, un 1ongreso 1atólico nternacional con fuerte presencia de los sectores liberales. El punto alto de la conferencia fue el discurso proferido por elconde 1harles de "ontalembert, un !erdadero manifiesto del catolicismo liberal.

5eg;n "ontalembert, los católicos debían dear de so@ar con la ci!ilización cristiana, y aceptar encambio las libertades modernas y las instituciones democr*ticas que las encarnan. Es !erdad que la1ristiandad medie!al había constituido un orden magnífico, pero estaba muerta y sepultada. Enlugar de aferrarse tan en !ano a un mundo ya difunto, los católicos deberían aceptar el nue!o orden/“#l !iluvio !emocrático está en aumento$ aca%ará por cu%rir to!o”. 1ualquier intento de ataareste dilu!io es utópico. #os católicos, concluía "ontalembert, deben aceptar “estos hechos estas

reali!a!es”, descubriendo en ellas “valores evangélicos”.

El discurso generó un gran malestar. +urante el congreso mismo di!ersos prelados, entre los cualesel cardenal -icholas Miseman y el representante pontificio P. "ieczyslaN #edóchoNsOi, ad!irtierona "ontalembert. El 5ecretario de Estado de 5u 5antidad, cardenal Fiacomo 2ntonelli, escribiódespués una carta al conde en la cual le hacía presente el parecer del Papa/ “Los !iscursos sonrepro%a%les por su oposición a las ense-anzas !e la =glesia 3atólica”7

6. 7ío I0 condena el catolicismo liberal

"uy atento a los peligros que pudiesen minar la fe, el Papa Pío X identificó en el espíritu liberal elenemigo m*s insidioso del tiempo. El Pontífice consideraba los católicos liberales m*s peligrososque los enemigos declarados, porque combatían la 1iudad 5anta dentro de sus propios muros. El

 peligro era a;n m*s acentuado puesto que los liberales habían constituido una sociedad secreta paracombatir la línea de Pío X 3&'4. El ( de diciembre de &(GA, con la encíclica >uanta cura y el?lla%us errorum, el beato Pío X condenó cabalmente el catolicismo liberal. "ientras que la

 primera contenía un an*lisis de los errores modernos y de los males de la sociedad contempor*nea =ustamente lo que los católicos liberales querían abrazar=, el segundo era un detallado elenco delos errores liberales en el campo teológico, filosófico, moral y sociopolítico.

1(. El Concilio aticano I

El 6) de unio de &(G(, Pío X con!ocó un 1oncilio ecuménico en el 7aticano. #os católicosliberales lo saludaron como una ocasión propicia para suscitar un debate al interior de la glesia, delcual podrían deri!ar reformas substanciales. Pío X, al contrario, hizo saber que deseaba un1oncilio que se opusiese a los errores del tiempo. #eemos en la bula 'eterni ;atris que el obeti!odel 1oncilio era el de “poner reme!io a los males !el siglo presente en la =glesia en la socie!a!”.En particular, para golpear a fondo el espíritu liberal, Pío X propuso la definición del dogma de lainfalibilidad papal.

#os católicos liberales se opusieron al dogma con !ehemencia. #a reacción fue particularmentefuerte en 2lemania, donde la corriente católica liberal, compuesta en su mayoría de decentesuni!ersitarios, estaba empapada del racionalismo teológico en boga en los ambientes protestantes.

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En %rancia, la corriente contraria al dogma era conducida por "ons. +upanloup, obispo de Krleans.En nglaterra, la tarea de oponerse al dogma fue asumida por #ord ohn 2cton, suscitando laoposición de muchos prelados, y en particular de los cardinales Misemann y "anning.

%inalmente, y a despecho de las maniobras de la minoría liberal, el 1oncilio 7aticano se saldó con

la !ictoria de la línea ultramontana. 1ontrariamente a cuanto se podría pensar, empero, la !ictoriaultramontana fue bastante ardua. #a minoría liberal se mostró a todo momento compacta yaguerrida, dobleg*ndose ;nicamente frente a la e0trema firmeza de Pío X. El proceso deinfiltración de los errores re!olucionarios ya estaba muy a!anzado también en la erarquía, como lodemuestran algunas inter!enciones en el plenario del 1oncilio. Escribiendo al P. osep Xifré,entonces 5uperior de la 1ongregación claretiana, san 2ntonio "aria 1laret se lamentaba/ “#sto

 pronto para verter mi sangre$ como he !icho en pleno 3oncilio7 'l o/r los errores hasta las%las.emias here9/as que se ha%/an !icho$ .ui toma!o por una in!ignación un santo celo tan

 gran!es$ que me su%ió la sangre en la ca%eza me pro!u9o un !istur%io cere%ral” 3&(4.

11. El ponti8icado de León 0III

El Papa #eón X continuó el "agisterio antiliberal de su predecesor. En la encíclica Li%ertas, poreemplo, condenó el liberalismo no solo en sus !ersiones radicales, sino también en aquéllasmoderadas. En algunos aspectos, sin embargo, la línea pastoral de #eón X difirió de la de Pío X."ientras éste ;ltimo había fa!orecido constantemente toda forma de opposición al espíriture!olucionario, su sucesor quiso atenuar las manifestaciones de antagonismo, en la esperanza deque, !iendo la mano e0tendida de la glesia, sus enemigos a su !ez se amansarían y suspenderíantoda manifestación de anticatolicismo. “León @=== ten/a la reputación !e ser un ;apa li%eral  Iescribe 2lec 7idler I esto se !e%/a principalmente a la !i.erencia entre su pol/tica la !e su

 pre!ecesor” 3&)4.

#a nue!a línea pastoral, no m*s intransigente sino dialogante, correspondía al moderno espíritu deltiempo que iba perfil*ndose en el mundo. abiendo deado atr*s los horrores de la guerra de &('B,Europa había entrado en un período de gran apogeo militar, cultural, industrial y tecnológico, queculminaría en la Aelle Bpoque. Entre bailes fastuosos y ceremonias espléndidas, se difundía unespíritu ligero, optimista, confiado en la ciencia y en la tecnología. 2lgunos filones de este espírituterminaron por penetrar también en la glesia. 2l punto de que el teólogo francés E. $i!iQre pudohablar del 8optimismo que caracteriza%a el ponti.ica!o !e León @=== 9 36B4. En síntesis, si bien en el"agisterio nada había cambiado, en muchos ambientes de la glesia se respiraba un aire muydi!erso, m*s relaado y distendido que, siempre al decir de $i!iQre, “corr/a el riesgo !e estimulariniciativas impru!entes”.

:na de estas 8iniciati!as imprudentes9 fue el "odernismo, padre de todas las hereías en el sigloXX.

5odernismo

1. ,na corriente multi8orme

acia el fin del siglo XX, el mismo fluo re!olucionario que había dado !ida al catolicismo liberaly al catolicismo democr*tico, produo una corriente multiforme m*s tarde englobada por el Papa 5.

Pío X bao el nombre de 8"odernismo9. “?omos muchos católicos$ en =talia .uera !e =talia$eclesiásticos laicos$ que !eseamos una re.orma !e la =glesia I escribía en &)B 2ntonio%ogazzaro I &eseamos re.ormas !e la ense-anza religiosa$ re.ormas !el culto$ re.ormas !e la

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!isciplina !el clero$ re.ormas tam%ién en el supremo go%ierno !e la =glesia7 456 ,u pro%a%lemente ha en el mun!o católica una gran!/sima canti!a! !e personas religiosas cultasque piensan como nosotros” 36&4.

#a empresa modernista fue facilitada por la impresión de relati!a tolerancia que caracterizó la

;ltima parte del pontificado de #eón X, que los liberales contrastaban con la prudente !igilanciade su predecesor. “?i la pol/tica !i ;/o =@ hu%iera si!o continua!a por su sucesor$ es impro%a%leque hu%iese surgi!o un movimiento mo!ernista7456 ,o!i.ican!o la pol/tica intransigente !e ;/o

 =@$ León @=== parec/a .avorecer la ilusión !e que val/a la pena tentar la empresa mo!ernista”,escribe 2lec 7idler 3664.

#os primeros signos de "odernismo emergieron en el =nstitut 3atholique de París, bao el auspiciodel P. #ouis +uchesne, che aspiraba a un profundo renouveau de la teología. En &((B, +uchesnereunió un grupo de ó!ens discípulos, entre los cuales estaba 2lfred #oisy, que se tornar* la figura

 paradigm*tica de la hereía modernista. “La teolog/a en su .orma actual está aca%a!a$ la vie9aeCégesis a está agota!a”, e0plicaba +uchesne.

 abían corrientes modernistas en toda Europa, especialmente en %rancia, 2lemania, talia englaterra. Era un mo!imiento heterogéneo. -o todos sus miembros se conocían entre sí.1oordinaba la corriente el barón %riedrich !on Rgel, noble austríaco nacido en %lorencia yresidente en #ondres, apodado 8el obispo laico del "odernismo9.

+ebemos recordar que, hasta la publicación en &)B' del D;rogramma !ei mo!ernistiE, anónimo pero presumiblemente escrito por el sacerdote Ernesto Duonaiuti, las doctrinas del mo!imientonunca fueron presentadas de modo sistem*tico. 1ada uno trabaaba por cuenta propia, desarrollandodiferentes aspectos del credo modernista, a !eces incluso en contradicción superficial unos conotros.

". Las doctrinas del 5odernismo

Envanecidos con el mundo moderno. #os modernistas ostentaban una petulancia casi infantil porel mundo moderno, un orgullo desmesurado de sentirse hombres iluminados, en sintonía con elespíritu del tiempo. “Nuestra actitu! religiosa quiere ser simplemente la !e cristianos católicosque viven en harmon/a con el esp/ritu !e su tiempo I leemos en el ;rograma !e los ,o!ernistas I

 emos %usca!o acercarnos a nuestro siglo$ ha%lan!o su lengua9e pensan!o su pensamiento” 36>4. 5eg;n #oisy el obeti!o era adaptar la glesia, “su constitución$ sus !octrinas sus ritos” al

“esp/ritu mo!erno$ la ciencia mo!erna la socie!a! mo!erna” 36A4.+e las !arias tendencias entonces en boga, los modernistas asumían sobre todo/ 

 = el pensamiento agnóstico deri!ado del idealismo Oantiano, usado como ariete para demoler lafilosofía aristotélico?escol*stica tradicionalmente adoptada por la glesiaS

 = el método histórico?crítico desarrollado por los protestantes, utilizado con el fin de impugnar losfundamentos históricos de la $e!elaciónS

 = la así llamada filosofía de la acción, con la cual se negaba que la !erdad pudiese ser e0presada en

fórmulas !*lidas para todos, consider*ndola m*s bien como un mo!imiento !italS

 = el darNinismo, como afirmación de un proceso e!oluti!o general que debía aplicarse también a

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la glesia.

,na subversión total de la doctrina católica. +ado que entre la glesia y este tipo de pensamientohay un di!orcio total, su adecuación podía !enir sólo mediante la sub!ersión de su doctrina, susinstituciones y su disciplina. “#n reali!a!  I escribía #oisy I to!a la teolog/a católica$ incluso en

 sus principios .un!amentales$ la .iloso./a general !e la religión$ la le !ivina$ las mismas leesque regulan nuestro conocimiento !e &ios$ están someti!as al 9uicio !el supremo tri%unal G!e lamo!erni!a!H” 364. -on es difícil adi!inar cu*l habría sido la sentencia de este supremo tribunal/“#l vie9o e!i.icio eclesiástico !e%erá un !/a !errum%arse” 36G4.

Incoherencia. #as doctrinas modernistas son deliberadamente confusas y contradictorias. 1omentael teólogo sulpiciano 2. %arges/ “;ara los secuaces !e la nueva escuela 456 el a%sur!o no es másuna se-al !e error7 ,ás %ien$ a su parecer$ la contra!icción es la su%stancia misma !e to!areali!a! en la naturaleza7 To!o es$ al mismo tiempo$ s/ mismo algo !istinto !e s/ mismo$ porqueto!o es una contra!icción perenne entre el ser el no ser” 36'4. Parece e0ageradoU Kigamos aEdouard #e$oy, el principal filósofo del "odernismo/ “#l principio !e no contra!icción no es ni

universal ni necesario7 456 I>ué es el !evenir !el universo$ si no una perpetua .uga !econtra!icciones que se .usionanJ” 36(4.

9ntiintelectualismo ! agnosticismo. Para entender el "odernismo debemos antes mencionar dossistemas filosóficos que constituyen su base/ el intuicionismo, desarrollado por enri DergsonS y lafilosofía de la acción desarrollada por "aurice Dlondel. Lstos tenían en com;n un anti?intelectualismo que repudiaba la filosofía aristotélico?escol*stica. 5e caracterizaban por un claro

 preuicio contra el intelecto raciocinante, que lle!aba a la destrucción de los propios fundamentosde la lógica.

El intuicionismo toma el nombre de la teoría seg;n la cual el !erdadero conocimiento no consiste enlos conceptos abstractos del intelecto que raciocina, sino en la aprehensión inmediata de la realidada tra!és de la intuición. El conocimiento racional, seg;n Dergson, opera a tra!és de abstraccionesSno conoce la realidad, sino que elabora ideas sobre ella 36)4.

En el sistema de Dergson la realidad es un 8fluo de !ida9 continuo. Dergson defendia la fantasiosatesis seg;n la cual la realidad es un de!enir. En otras palabras, el ser no es, mas de!iene. 5eg;n él,el correr del tiempo es “la propia su%stancia !e la reali!a!”. Para describir tal absurdo, acu@ó lae0presión 8puro cambio9, es decir un cambio sin sueto cambiante, un mo!imiento sin nada que semue!aS Ven suma, un accidente sin sustanciaW En el sistema de Dergson, trabaando medianteconceptos, el intelecto racional falsificaría la realidad fi*ndola en el tiempo, o sea tomando un

instante del fluo !ital y encapsul*ndolo artificialmente en un concepto. e aquí uno de los puntos centrales de la hereía modernista, seg;n el cual las fórmulas filosóficas yteológicas serían conceptos elaborados artificialmente. Tales conceptos serían tanto m*s artificialescuanto m*s pretendiesen ser inmutables, ya que la realidad es fluida y huye de cualquierencapsulamiento.

unto al intuicionismo, el "odernismo se inspiraba también en la filosofía de la acción desarrollada por "aurice Dlondel. Lsta niega que la realidad pueda ser conocida intelectualmente. 5eg;nDlondel, debemos empe@ar todo nuestro ser. Dlondel definía tal acti!idad integral 8acción9,identific*ndola con las operaciones de la propia !ida. Dlondel hablaba de una 8asimilación !ital9 de

la realidad que producía una 8comunión con las cosas9.

Para Dlondel el conocimiento racional es inadecuado y falso porque fragmenta la realidad y trabaa

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con conceptos, que son “muertos como momias”7 Ll ponía en cambio el acento en la acción comoalgo din*mico. 5ólo la acción corresponde a la realidad, que es fluida y en continua e!olución. #osseres, seg;n Dlondel, no son nunca completos, sino siempre en realización a tra!és de la acción. Enconsecuencia no puede haber una !erdad fia. #a definición cl*sica de !erdad como a!aequatiointellectus et rei no tiene sentido, pues la realidad est* en mo!imiento perenne, haciendo imposible

cualquier adaptación estable. “&e%emos sustiuir la a%stracta quimérica a!aeqatio rei etintellectus por la a!aeqatio realis mentis et vitae”, sentencia!a Dlondel 3>B4.

En &)6A el 5anto Kficio condenó doce tesis de Dlondel, entre ellas su concepto de !erdad.

Inmanentismo. 5i el hombre no puede conocer con certeza nada que !aya m*s all* de sus propiasimpresiones, cualquier fundamento obeti!o para la religión queda ipso .acto cancelado. Entonces,cómo e0plican los modernistas la fe en +iosU #a respuesta era buscada dentro del hombre, a tra!ésde la teoría de la inmanencia !ital.

En el fondo, el hombre siente el deseo de algo m*s alto y misterioso. En un primer momento tal

impulso es a;n oscuro. :na !ez percibido, re!ela al hombre la íntima presencia de 8energíassuperiores9 que fluyen dentro de él/ es +ios actuando en su interior. 2sí, los modernistas trataban a+ios no tanto como una Persona, sino m*s bien como un principio de !ida en el hombre y en eluni!erso, una energía que el hombre debería sentir m*s que conocer. “#l conocimiento religioso Ileemos en el ;rograma !e los mo!ernistas I es la eCperiencia actual !e lo !ivino operante ennosotros en el to!o7 456 #ncontramos en nosotros la presencia !e energ/as superiores con lascuales estamos en !irecto contacto” 3>&4.

#eos de esconder tal inmanentismo, los modernistas se actaban de él/ “?omos inmanentistas7 Nuestros postula!os se inspiran en principios inmanentas” 3>64.

#le!ado a sus ;ltimas consecuencias, este inmanentismo abría el camino al panteísmo. “'lgunos!isc/pulos han lleva!o el inmanentismo aún más le9os$ rozan!o los con.ines !el pante/smo”, escribeel teólogo belga $oger 2ubert 3>>4. 2lfred #oisy es muy e0plícito/ “#n mi religión$ 3risto tienemenos importancia aún que en la !e los protestantes li%erales$ porque o atri%uo pocaimportancia a la revelación !e &ios ;a!re por la cual honramos a Kesús7 ?i !e%o !e.inir mireligión$ es más pante/sta2positivista2humanitaria que cristiana” 3>A4.

La religión modernista. El mo!imiento interno del hombre en respuesta a sus profundasaspiraciones, llamado por los modernistas sentido religioso, estaría en el origen de las religiones.Fuiado por este sentido, el hombre buscaría adoptar frente a lo di!ino inmanente una actitud capaz

de satisfacer sus aspiraciones. Esta b;squeda forma la e0periencia religiosa del alma. +e este modoel "odernismo e0cluía la religión del reino de la razón y de la realidad histórica, !erificables porcriterios obeti!os, y la confinaba en el de la e0periencia indi!idual, mutable por definición. 5eg;nlos modernistas, todas las religiones serían manifestaciones del sentir religioso.

,na revelación inmanente ! continua. #os modernistas cambian el concepto de $e!elación.#eemos en el ;rograma !e los mo!ernistas/ “La cr/tica nos o%liga a cam%iar el concepto !erevelación$ no en su su%stancia$ a que para nosotros la revelación es el mensa9e !e &ios alhom%re$ sino cuanto a la manera en que el !ivino mensa9e es transmiti!o al hom%re” 3>4.

Encerrados en su inmanentismo subeti!ista, los modernistas rechazaban la idea de una re!elación

e0terna, y eran por lo tanto forzados a buscar la Palabra de +ios en el mismo hombre. “Losmo!ernistas enten!/an la revelación !e mo!o mu !i.erente I comenta el teólogo francés ules#ebreton I #s una emoción$ un impulso !el sentimiento religioso que$ a veces$ a.lora !e las

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 pro.un!i!a!es !el su%consciente en el cual la persona a!vierte un toque !ivino7 456 ;ara elcatólico$ la revelación es esencialmente la comunicación !e una ver!a! para los mo!ernistas esesencialmente la eCaltación o la eCitación !el senti!o religioso” 3>G4.

En otras palabras, los modernistas reducían la $e!elación a la consciencia que la persona tiene de la

inmanencia di!ina. Escribe el modernista inglés Feorge Tyrrell/ “La Revelación pertenece más%ien a la categor/a !e las impresiones que a la !e las eCpresiones7 La Revelación no es unaa.irmación$ sino una eCperiencia” 3>'4. Cué son, entonces, los relatos bíblicosU #os modernistaslos despreciaban como 8artificios de representación9. “Los relatos %/%licos !an ciertamente a estascomunicaciones una .orma eCterior$ mas Iéste es un arti.icio !e representación o la eCpresióneCacta !e la reali!a!J” 3>(4.

#a glesia ense@a que la $e!elación p;blica se cerró con la muerte del ;ltimo 2póstol. -o es así para el "odernismo. Escribe Edouard #e$oy/ “La revelación aparece$ en lo que respecta a la psicolog/a la historia$ come una .loración gra!ual7 ?in ninguna interrupción repentina ni golpe!e esta!o eCterno$ aparece como un progreso continuo que se parece a una eCperiencia$ a la vi!a

misma” 3>)4. En efecto, si la $e!elación es la conciencia que los hombres tienen de su sentidoreligioso, y éste madura en el curso de la historia, entonces también la $e!elación est* a;n en

 progreso. El dogma modernista. %ilosóficamente, la !erdad consiste en la conformidad de la idea con elobeto. En la concepción católica, una fórmula dogm*tica nos da un correcto conocimiento delobeto que representa, en este caso un punto de la $e!elación. < porque este obeto es in!ariable, lafórmula es siempre correcta. Para los modernistas, esto no tiene ning;n sentido. 5eg;n ellos, undogma no sería e0presión de !erdad, sino una mera tentati!a de representar los sentimientos de lae0periencia religiosa en un momento dado de su desarrollo.

“Los gran!es !ogmas cristianos I sostenía #oisy I  son poes/as semi2meta./sicas en las cuales un .ilóso.o po!rá no ver sino una mitolog/a un poco a%stracta7 an si!o útiles para guiar el i!ealcristiano$ este es su mérito7 3omo !e.inición cient/.ica !e la religión$ entretanto M esto es lo que

 preten!en serM están necesariamente .uera !e mo!a$ para la ciencia !e ho son o%ra !e laignorancia” 3AB47

5i la razón de ser de los dogmas es e0presar el sentido religioso, satisfaciendo las e0igencias de losfieles en dado momento de la historia, pueden sobre!i!ir sólo en la medida en que cumplan tal

 papel. Encontramos en el "odernismo una concepción fundamentalmente e!olucionista del dogmaque, en la pr*tica, constituye su negación. “Ia ver!a!es eternas necesariasJ Lo !u!amos”$

afirmaba #e$oy 3A&4. La eclesiología modernista. +e error en error llegamos así a la eclesiología modernista. El hombre,dicen los modernistas, siente la necesidad de comunicar su fe a los otros, en particular cuando hatenido alguna e0periencia religiosa fuerte. 1uando muchas personas coinciden en esta necesidad,

 ponen en com;n su fe y se constituyen en una sociedad con el fin de proteger, promo!er y difundiresta fe. Es decir, constituyen una iglesia. En el delirio modernista, la glesia es pues un producto dela conciencia colecti!a, una emanación !ital de la colecti!idad de los cristianos, y no una sociedadsobrenatural directamente fundada por -uestro 5e@or esucristo.

#os modernistas negaban que -uestro 5e@or hubiera querido consciente y e0plícitamente fundar

una glesia. Ll se habría limitado a predicar la inminente !enida del 8reino9, gal!anizando un cierton;mero de seguidores. Escribe #oisy/ “;o!emos !ecir que$ en el curso !e su ministerio$ Kesús noha prescripto a sus apóstoles$ ni ha practica!o él mismo$ ninguna regla !e culto eCterno que

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hu%iera po!i!o caracterizar al #vangelio como una religión7 Kesús no ha !etermina!o la liturgiacristiana$ ni ha !e.ini!o .ormalmente las constitución los !ogmas !e la =glesia7 47776 La visión !e

 Kes/s no inclu/a !irectamente la i!ea !e una nueva religión$ ni la .un!acion !e una nueva =glesia$ sino sólo la realización !el Reino !e &ios” 3A64. 

1uando, sin embargo, se hizo e!idente que el reino no !endría enseguida, los seguidores de 1ristosintieron la necesidad de constituirse en una sociedad, a fin de sal!aguardar el anhelo y mantener!i!a la memoria de 1risto. “Kesús ha pre!ica!o el reino$ en cam%io llegó la =glesia” es una de lasfrases m*s citadas de #oisy 3A>4.

La crítica histórica de los modernistas. #a doctrina católica ense@a que las 5agradas Escriturasfueron escritas por ispiración del Espíritu 5anto y contienen $e!elación p;blica, siendo por ende unfundamento obeti!o de la fe, de hecho el principal. Esto contradice el n;cleo del modernismo,seg;n el cual la religión es algo interior y subeti!o. :n ee de la hereía modernista era, pues, lademolición de la e0égesis católica tradicional a tra!és del uso del llamado método histórico?crítico.+emoliendo las fuentes históricas de la $e!elación, se desmorona el edificio del "agisterio entero.

 5eg;n los modernistas, las 5agradas Escrituras deben ser sometidas al escrutinio ine0orable de lasciencias. #o que no se puede corroborar científicamente debe ser eliminado. 2plicado, por eemplo,a -uestro 5e@or esucristo, esto implica que sólo podemos conocer al personae histórico, o sea loque los testimonios históricos nos ofrecen. 2hora, este hombre era +ios, como dicen losE!angeliosU El problema !a m*s all* del hecho histórico, luego no es obeto de nuestroconocimiento. :na persona puede elegir creer que es;s es +ios, pero esto es una construcción desu fe, no un hecho histórico obser!able. #os modernistas distinguían, así, el 81risto de la historia9del 81risto de la fe9S el primero sería el !erdadero, el segundo una construcción humana.

Cué son entonces los E!angeliosU Para los modernistas los E!angelios no registran hechoshistóricos, sino m*s bien su transfiguración hecha por las comuninades cristianas primiti!as. #osmodernistas reducían, pues, las 5agradas Escrituras a una antología de relatos escritos por los

 primeros cristianos para registrar sus propias e0periencias religiosas. 1ontenían estos relatos$e!elación di!inaU 5í, en la medida en que todas las e0periencias religiosas manifiestan lo di!inoinmanente. Puesto que, para los modernistas, la $e!elación contin;a en la historia, nada impide quelos escritos producidos hoy puedan ser considerados una continuación de las 5agradas Escrituras.

#. La condenación del 5odernismo

<a en su primera encílica, # supremi apostolatus, 5an Pío X ad!ertió contra “esta ciencia nueva

enga-osa que no tiene el %uen olor !e 3risto que$ con .alsos astutos argumentos$ preten!eimpulsar los errores !el racionalismo el semi2racionalismo” 3AA4. +os meses después, el 5antoKficio ponía en el ndice cinco libros modernistas. 2 ello siguió la censura a las re!istasmodernistas y el interdicto a algunos congresos. Tales medidas culminaron en &)BG con la

 publicación de la encíclica ;ieni l1animo, en la que el Papa censuraba con !ehemencia lastendencias inno!adoras.

En la alocución consistorial del &' de abril de &)B' amonestó duramente a los modernistas,denunciando “este asalto que constitue no sólo una here9/a sino la s/ntesis$ la esencia venenosa !eto!as las here9/as”. El > de ulio el 5anto Kficio publicó el decreto Lamenta%ili sane eCitu,conteniendo una lista de G proposiciones modernistas condenadas. Por fin, el ( de septiembre 5.

Pío X publicó la encíclica ;ascen!i !ominici gregis, condenando formalmente la hereíamodernista.

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5. Pío X censuró posteriormente el modernismo en la alocución consistorial de &G de diciembre, enla cual acusó a sus seguidores de haber 8renuncia!o al 9uramento !e .i!eli!a! hecho en el%autismo”, y una !ez m*s en el motu proprio ?acrorum 'ntistitum de &)&B, con el cual instituyó el

 uramento antimodernista.

$. La *5asonería católica+

:na característica del mo!imiento modernista, como de todos los mo!imientos heréticos modernos,era el secreto. Escribía el modernista 2ntonio %ogazzaro en &)B/ “ste!es creen po!er navegar

 seguros %a9o el agua como peces pru!entes$ no piensan que el o9o agu!o !el ?umo ;esca!or pue!e !escu%rirlos capturarlos con un %uen golpe !e arpón7 8o nunca les aconse9ar/a na!ar 9untos7 ste!es sa%en lo que pue!e suce!er cuan!o uno es saca!o .uera !el agua7 #l gran ;esca!or !e Oalilea pon/a los pesca!itos en su saco$ pero el gran ;esca!or !e Roma los .r/e7 47776¡No tengamos temores humanos" 47776 I,asoner/a 3atólicaJ ?/$ masoner/a !e las 3atacum%as” 3A4.

Cuién formaba parte de esta 8"asonería 1atólica9U “?u nom%re es Legión I de!elaba %ogazzaroen una conferencia dada en París en &)B' I Bl vive$ piensa tra%a9a en Francia$ en =nglaterra$ en

 'lemania$ en 'mérica como en =talia7 Bl viste la sotana$ el uni.orme o la toga7 Bl se muestra en lasuniversi!a!es7 Bl se escon!e en los seminarios7 Bl inva!e la prensa$ Bl reza en lo pro.un!o !e losclaustros7 Bl es eCegeta e historia!or$ teólogo cient/.ico$ perio!ista poeta” 3AG4.

Folpeada a fondo por el Papa esta 8"asonería católica9 tu!o que admitir su derrota, aunque pararecomponerse a;n m*s secretamente para futuras batallas. Escribiendo a un confidente romano el6& de agosto de &)B(, Feorge Tyrrell re!ela el sentimiento dominante en el campo modernista/“Temo que !e%emos a!mitir que el interés suscita!o por la nove!a! !e la insurrección mo!ernista

 se haa !isuelto$ que el pú%lico está un poco cansa!o7 456 ,iran!o a mi alre!e!or so lleva!o a pensar que la ola !e la resistencia mo!ernista haa llega!o al .inal$ que haa !a!o to!o lo que po!/a en este momento7 456 No nos que!a sino esperar el !/a en que$ gracias a un tra%a9o silencioso secreto$ ha%remos gana!o para la causa !e la li%erta! una porción más amplia !e lastropas !e la =glesia” 3A'4.

En las décadas siguientes esta 8masonería católica9 lle!ar* adelante el 8trabao silencioso y secreto9 propuesto por Tyrrell, inspirando la mayor parte de los errores que han afligido a la glesia en elsiglo XX. “Re!uci!o a una especie !e vi!a clan!estina$ el ,o!ernimso continuó a o%rar en laclan!estini!a!$ inspian!o una gran parte !e la contestación religiosa que ho eCplota en el seno !e

la =glesia”, afirmaba en &)'6 el teólogo dominico francés 2lbert?"arie Desnard 3A(4.#a obra de los modernistas fue también facilitada por notables complicidades dentro de la propiaglesia. Daste mencionar las fuertes reacciones, incluso de parte de obispos, al motu proprio?acrorum antistitum. El Papa Pío X fue un pontífice muy respetado, mas no siempre seguido. 1onlenguae profético, en abril de &)&6 él confiaba a su amigo "ons. 2lfonso 2rchi, obispo de 1omo/8+e gentibus non est !ir mecum9W Entre todas las gentes, nadie est* conmigo. El Pontífice selamentaba/ “#s precisamente en las venas en las v/sceras !e la =glesia que resi!e el peligro” 3A)4.

 La “Nouvelle Théologie” 

1. ,n clima nuevo

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5an Pío X muere il 6B de agosto de &)&A, abatido por no haber sido capaz de e!itar la 8matanzain;til9, como su sucesor definir* la Fran Fuerra. 5u sucesor, Denedicto X7 reno!ó m*s de una !ezla condenación doctrinal al "odernismo.

 -o obstante ello, en $oma se comenzó a respirar un clima nue!o. 2unque a;n se criticaba el

"odernismo a ni!el doctrinal, se comenzó a recriminar los 8e0cesos9 en la lucha antimodernista. Elnue!o Pontífice hizo saber que tales 8e0cesos9 debían acabar. #os collaboradores m*s estrechos de5an Pío X fueron apartados y muchos modernistas golpeados por sanciones fueron rehabilitados.

E!ocando en &)' ese cambio de clima, el dominico "arie?+ominique 1henu relata/ “Aene!icto @: representa%a una tencencia !iversa7 o lo llamar/amos un progresista7 ' tal punto que ;/o @ se ha%/a nega!o a hacerlo car!enalal$ aunque él .uese arzo%ispo !e Aolo-a7 47776 Aene!icto @: pronto eConeró Gal car!inaleH ,err !el :al G?ecretario !e #sta!o !e ?7 ;io @H$ sustituén!olo porel 3ar!enal Oasparri7 456 ¡%enché na ver!a!era revolución !e palacio" #l car!enal Oasparrireintegró en sus cáte!ras los hóvenes sacer!otes teólogos italianos hasta entonces sospechoso oincluso con!ena!os$ porque la represión en =talia ha%/a si!o mu !ura” 3B4.

En carta a Paul 5abatier, el P. Fio!anni Fenocchi es a;n m*s e0plícito/ “8a estamos pro%an!oalgunos %uenos e.ectos !e la sa%i!ur/a !el nuevo ;apa7 Bl no quiere mostrar el aire iconoclasta !e

 su pre!ecesor7 #stamos respiran!o me9or 456 ,ons7 &uchesne no es más la %estia negra7 &on Lanzoni ha si!o hecho prela!o7 ,uchas v/ctimas !e la locura !el .anatismo a estánreha%ilita!as$ otras están en camino” 3&4.

". Los *moderni-antes+

#os modernistas eran sólo la punta del iceberg, la !anguardia de un mo!imiento mucho m*s !asto,la mayoría de cuyos miembros, permaneciendo al interior de la glesia, pudo lle!ar adelante el8trabao secreto y silencioso9 planteado por Tyrrell. Lstos, a !eces llamados 8modernizantes9, noquerían llegar r*pido a las ;ltimas consecuencias. 5obre todo, tomaban un cuidado e0tremo ene!itar formulaciones que tu!iesen sabor de heterodo0ia. El neomodernismo de los a@os &)>B?&)Bderi!a en larga medida del trabao de estos modernizantes. #as tendencias modernizantes dar*norigen a la Nouvelle Théologie, precursora de la Tdl.

El principal foco de la tendencias modernizantes era Le ?aulchoir , una facultad teológica de la pro!incia dominicana francesa. Eran a@os de gran fermentación teológica. El P. <!es 1ongar, figuracla!e de la Nouvelle Théologie, hablar* del “gran !espertar !e los a-os (+P*2(+Q*” 364. 2l?aulchoir  se a@ade luego, como promotora de las nue!as tendencias, la facultad teológica esuita de

#yon?%our!iQre.El trabao efectuado en estos centros era muy singular. 5e trataba de adapar la doctrina católica a lasnue!as tendencias del siglo XX, e!itando sin embargo el tipo de formulaciones demasiado clarasque había pro!ocado la ruina de los modernistas. En la larga entre!ista concedida en &)' a acqes+uquesne, e!ocando la a!entura de la Nouvelle Théologie, 1henu e0plica cómo la b;squeda de8bellas fórmulas9, con giros sem*nticos a !eces no f*ciles de seguir, diciendo una cosa que queríadecir otra, constituyó un aspecto importante de su trabao teológico. Cuiz* podamos descubrir aquíel origen del arte, muy difundido después en ambientes teológicos, de las formulaciones ambiguas,que pueden admitir una correcta hermenéutica, pero que en realidad significan otra cosa.

También contribuía al é0ito de la empresa una cierta astucia en publicitar las nue!as doctrinas."ientras en libros y re!istas se presentaban sólo las formulaciones m*s moderadas, las e0tremistascirculaban en forma de samiz!ats mimeografados, sobre todo en los seminarios y las uni!ersidades.

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5i, retrospecti!amente, el rumbo dominante de esta elaboración doctrinal aparece hoy de modo bastante claro, !istas las ruinosas consecuencias que acarreó, es comprensible que su naturalezafurti!a pueda haber ilusionado algunos contempor*neos. Tanto m*s que algunos aspectosoriginarios de tal elaboración era quiz* !*lidos, y habrían podido contribuir a la teología moderna si

no hubiesen sido sido des!iados. +e ahi la distinción, hecha por eemplo por el esuita espa@oloaquín 5ala!erri, firme opositor de las nue!as doctrinas, entre algunos aspectos originariamente8sanos9 y otros 8e0tremistas9, que al final preponderaron. Es claro que, en el presente estudio, nosreferimos e0clusi!amente a las tendencias antecesoras de la Tdl.

+e este modo los e0tremistas desarrollaron una Nouvelle Théologie herede del modernismo y precursora de la Tdl. “#l cam%o !e perspectiva opera!o !olorosa trágicamente con elmo!ernismo .ue retoma!o repropuesto por la Nouvelle Théologie”, e0plica el P. Fermano Pattaro,docente de teología en el 5eminario Patriarcal de 7enecia 3>4. a aquí la fuente contaminada dedonde procede la mayor parte de los errores teológicos modernos.

#. Los primeros pasos: el *problema teológico+

#as primeras manifestaciones de neomodernismo emergieron en los a@os &)>B a propósito del asíllamado 8problema teológico9 presentado por algunos teólogos del ?aulchoir , entre ellos 1henu y1harlier. En la estela de un anti?intelectualismo de claro sabor modernista, los mentores del8problema9 afirmaban que la teología había sido hasta entonces demasiado racional, sacandoconclusiones del !epositum .i!ei a tra!és de construcciones silogísticas. Tal criterio, sostenían, nosalea de la !erdadera $e!elación, que es al contrario algo !i!o y en continua e0pansión.

#os mentores del 8problema teológico9 e!itaban considerar como fuente de teología el !epositum

 .i!ei, prefiriendo en cambio buscarla en la 8e0periencia9 de la glesia y, por lo tanto, en la historia.“Los postula!os !e los !ominicos 3henu 3harlier  I escribe el esuita espa@ol oaquín 5ala!erri Iense-an que la .uente inme!iata !e la cual surge la Teolog/a es la vi!a presente la eCperienciaactual !e la =glesia$ por eso la historia es el alimento esencial !el teólogo”  3A4. #uego, ellostendían a considerar la teología no como b;squeda intelectual de la !erdad re!elada, sino m*s biencomo una e0periencia psicológica de lo di!ino obrando en los fieles. En febrero de &)A6, las principales obras de 1henu y de 1harlier fueron colocadas en elYndice.

$. Los a;os de la *8ermentación intensa+

El 8problema teologico9 fue la primera ugada de un partido que estaba apenas comenzando. En el panorama había un nue!o factor que cambiaría sustancialmente las reglas del uego/ la 2cción1atólica, o meor algunos de sus sectores.

"*s que la locuacidad, lo que selló la ruina de la camarilla modernista fue su escaso peso sobre elgran p;blico. Por importante que fuese a ni!el teológico, el "odernismo fue siempre un fenómenode élites intectuales. 1omenta Ernesto Duonaiuti/ “>ue!o muchas veces sorpren!i!o por la!iston/a entre los .ines !el movimiento mo!ern/stico$ tan ra!icalmente renova!ores$ la naturaleza!e su propagan!a$ tan aristocráticamente intelectualista7 456 #se amplio consenso popular hasta

ho constantemente ha .alta!o” 34.

2l comienzo también los nue!os teólogos sintieron esta falta. Pero la situación cambiar*

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sustancialmente desde los a@os &)>B. 1omo hemos se@alado en el capítulo anterior, casi desde elcomienzo muchos sectores de 2cción 1atólica se mostraron recepti!os a las nue!as tendencias. Talrecepti!idad pro!enía de un profundo cambio de mentalidad, fruto de la infiltración en ambientescatólicos de las tendencias re!olucionarias dominantes en la sociedad. En tales sectores de 2cción1atólica las no!edades se difundían de modo capilar, contaminando amplios sectores del laicato.

"uchos nue!os teólogos eran asistentes eclesi*sticos de 2cción 1atólica. Ellos podían contar asícon algo que faltó a sus antecesores modernistas/ un mo!imiento de masas que permitiese laaplicación concreta de sus doctrinas, produciendo una onda de choque al interior de la glesia quedetonar* en los a@os &)GB.

“Los a-os (+2(+S .ueron un per/o!o !e .ermentación intensa” recuerda el P. <!es 1ongar, protagonista de tal 8fermentación9 3G4. #as ideas progresistas se difundieron ampliamente sobretodo a tra!és de tres colecciones publicadas a cargo de la facultad esuita de #yon?%our!iQre, quedetonaron la polémica sobre la Nouvelle Théologie. %irmaban estas colecciones nombres quedominar*n el panorama teológico del siglo XX/ enri de #ubac, ean +aniélou, "arie?+ominique1henu, <!es 1ongar, ans :rs !on Dalthasar, Zarl $ahner, enri Douillard, Theodore 1amelot y

otros.

2 los nue!os teólogos se opuso con fuerza un grupo de teólogos de gran autoridad. En Espa@a sedestacan los esuitas oaquín 5ala!erri, "iguel -icol*s, Timoteo [epelena, E. 5auras, es;s turriozy otros. En %rancia, los dominicos "ichel #abourdette e $éginald Farrigou?#agrange. 2 ellos sesuman los dominicos de la pro!incia de Toulouse. En talia, imposible no recordar la obra del P."ariano %elice 1ordo!ani, docente de Teología en la :ni!ersidad 1atólica de "il*n, después rector del 2ngelicum de $oma. "*s reciente y no menos importante, la obra del P. 1ornelio %abro, otrocrítico de la Nouvelle Théologie, sobre todo en el campo filosófico.

1on su habitual agudeza, el P. Farrigou?#agrange así resumía las aprensiones acerca de la nue!ateología/ “I&ón!e irá a parar este nueva teolog/a con sus nuevos maestros en los que se inspiraJI&ón!e va$ si no hacia el escepticismo$ la .antasia la here9/aJ 456 I&on!e va la nueva teolog/aJ

 Retorna al mo!ernismo”. El eminente teólogo ad!ierte por tanto a sus colegas/ “#s un preciso!e%er !e conciencia para los teólogos tra!icionales respon!er Ga este !esa./oH7 &e otro mo!o

 .altarán gravemente a sus !e%eres !e ello !e%erán !ar cuenta a &ios” 3'4.

&. 9lgunas doctrinas de la Nouvelle Théologie

Tal como el "odernismo, la Nouvelle Théologie  no se presentaba como una escuela, sino m*s bien

como una corriente heterogénea de teólogos y de estudiosos, tratando temas aparentementedescone0os e incluso di!ergiendo entre sí en alg;n punto secundario. Empero, se les podíandistinguir ideas?lla!e, tendencias dominantes y un e!idente esprit !e corps. #os mismos partícipesde la corriente lo admitían/ 8-o escon!emos que ha entre nosotros v/nculos .raternos$ que unacomún vocación$ comunes maestros comunes o%9etivos apostólicos nos pue!an !ar un ciertoaspecto !e .amilia” 3(4.

 -o pretendemos en absoluto realizar un an*lisis a fondo de la Nouvelle Théologie. -os limitaremosa e0poner algunos aspectos de las tendencias precursoras de la Tdl.

9daptación al espíritu de los tiempos. 2 riesgo de parecer repetiti!os, debemos destacar en la

 Nouvelle Théologie la misma ustificación ya !erificada en todas las corrientes de las que nosocupamos, es decir decir el deseo, casi la a!idez, de 8adaptar9 la doctrina católica a fin de hacerlam*s cercana al mundo moderno y comprensible por el hombre actual. Tal deseo sería de suyo

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aceptable si se tratase de salir al encuentro de las legítimas aspiraciones del hombre moderno. Peroéste no era el caso de la Nouvelle Théologie, que buscaba, al contrario, acomodar la doctrinacatólica a las tendencias secularizantes del momento.

Para la Nouvelle Théologie, la doctrina católica había sido encuadrada en rígidas categorías

intelectuales aristotélico?escol*sticas, quiz* adecuadas al "edioe!o, pero ya no comprensibles porel hombre moderno, por ser demasiado 8abstractas9 y aleadas de la !ita concreta. Para adecuarla ala !ida real del hombre de nuestro tiempo, la teología debía traducirse en términos de las corrientesde pensamiento entonces en boga. E2istencialismo. #a moda filosófica del tiempo era el e0istencialismo desarrollado por 5\renZierOegaard, "artin eidegger, Zarl aspers, Fabriel "arcel y otros. “La teolog/a se ha vueltoemp/rica = obser!aba el teólogo esuita Dernard #onergan = #l análisis aristotélico$ que en el

 ,e!ioevo pasó a .ormar parte !el patrimonio católico$ que ha%/a resisti!o al Renacimiento al ;rotestantismo$ en el siglo @@ llegó a que!ar .uera !e mo!a7 3on i!éntica celrei!a!$ ese vac/o .uellena!o con eCpresiones$ imágenes e i!eas ela%ora!as por las escuelas historicistas$ personalistas$

 .enomenológicas eCtencialistas” 3)4.

El e0istencialismo sub!ierte la metafísica cl*sica, afirmando que no es la esencia la que dasignificado a la e0istencia, sino lo contrario. Para esa corriente lo importante no es lo que la cosa esen sí misma 3su esencia4, sino su e0istencia concreta en el espacio 3el mundo4 y en el tiempo 3lahistoria4. "ientras que para la metafísica cl*sica el ser es trascendente al mundo y a la historia, osea que no depende de ellos, el e0istencialismo sostiene que la mundanidad y la historicidad sonatributos fundamentelaes del ser, es decir, lo condicionan ontológicamente. 5e acaba así porsuprimir la categoría de esencia, y con ella la posibilidad misma de una !erdad obeti!a. 2 prete0to de hablar de realidades concretas y no de elaboraciones abstractas, el an*lisise0istencialista termina por cancelar la idea misma de un orden trascendente, limit*ndose adescripciones fenomenológicas de situaciones históricas. #a Nouvelle Théologie, para el P.Farrigou?#agrange, “elimina to!a meta./sica to!a ontolog/a$ tien!e a su%stituir a la .iloso./a!el ser una .iloso./a !el .enómeno o !el !evenir” 3GB4. 4istoricismo. #a introducción de la mundanidad y la historicidad como categorías pri!ilegiadas del

 pensamiento teológico es el leit motiv de la Nouvelle Théologie. #os nue!os teólogos ponían elacento en la historicidad del hombre, del dogma, de la religión, de la gracia y de la glesia. 2

 primera !ista, muchas de sus afirmaciones tienen el sabor de lo ob!io, como cuando el P. 1henu nosrecuerda que “el hom%re es un ser2en2el2mun!o” 3G&4.

5in embargo, raspando la superficie se comienza a notar la influencia malsana del pensamientoe0istencialista, seg;n el cual el an*lisis de las circunstancias históricas no es sólo importante onecesario, sino decisi!o. 2firma 1henu/ “#l hom%re es una reali!a! histórica$ ?u naturalezacompren!e$ como caracter/stica esencial$ una re.erencia al tiempo7 Bl está en el tiempo7 Lahistorici!a! !el hom%re no es sólo un .enómeno psicológico$ es ontológico” 3G64.

5i la historicidad del hombre es ontológica, o sea parte de su esencia, la naturaleza humana estaríaen continua mutación, debido a su dependencia de las circunstancias históricas en e!olución. <también las concepciones sociales, filosóficas, morales y teológicas estarían suetas a la mismae!olución. En sus formulaciones e0tremas, el historicismo afirma que las ideas morales y religiosas

son emanaciones de la istoria, e0presiones pasaeras de una determinada realidad histórica y norealidades trascendentales.

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#a Nouvelle Théologie tendía por tanto a in!ertirtir el método de la pesquisa teológica, no partiendode la $e!elación para deducir una teología que hiciera luz sobre la realidad, sino estudiando lasrealidades sociales, políticas, económicas y culturales, y pretendiendo después desarrollar de ellasuna 8teología9.

Esta in!ersión del método teológico, y la introducción de la historia como fuente pri!ilegiada derefle0ión teológica, ha sido la gran conquista doctrinal que permitió el desarrollo de la Tdl algunosa@os después.

,na revelación inmanente en la historia. #a introducción de la historia come lugar pri!ilegiadode la in!estigación teológica causó un cambio en el modo de considerar la fuente de la $e!elación

 p;blica. 2 espera de tratar el tema de modo m*s profundizado en el siguiente capítulo, digamos quela $e!elación p;blica se ha cerrado con la muerte del ;ltimo 2póstol, y est* totalmente contenidaen las 5agradas Escrituras y en la Tradición. #as circunstancias históricas en las que se desarrolla elan*lisis teológico pueden a@adir matices accidentales al modo de considerar el !epositum .i!ei.

 -unca, sin embargo, podr*n tocar su contenido, hecho de !erdades inmutables. 1ualquier des!ío en

este campo tan delicado puede f*cilmente destruir la propia idea de un !epositum .i!ei.

2lgunas !ersiones de la Nouvelle Théologie querían simplemente desarrollar una teología m*scongruente con la !ida concreta del hombre del siglo XX. Ktras !ersiones, empero, sostenían quelas circunstancias históricas condicionan de tal modo nuestra inteligencia de la $e!elación, que no

 podemos nunca tener una intelección definiti!a, sino sólo apro0imaciones que !arían a lo largo dela historia. 2 esta luz, los dogmas no serían fórmulas inmutables sino sólo pro!isorias, !*lidas hastatanto persistan las circunstancias históricas de las cuales surgieron.

+e este modo la historia se con!ertía en il principio hermenéutico de la $e!elación, y no !ice!ersacomo siempre se consideró. #a Nouvelle Théologie, seg;n Fermano Pattaro, “pone en evi!encia elhecho !e la Dhistorici!a!E !e la revelación7 3iertamente en el senti!o !e que ella ocurre en eltiempo$ pero más ra!icalmente en el senti!o !e que la historici!a! es su propio principiohermenéutico” 3G>4.

2lgunos nue!os teólogos terminaron afirmando que las circunstancias históricas dan no sólo nue!oscriterios para interpretar la $e!elación, sino toda una nue!a inteligencia de ella. Esta iría m*s all*de los aspectos accidentales, modificando la inteligencia precedente de modo tal que constituya, enrealidad, una nue!a $e!elación. #a historia no sería apenas el principio hermenéutico de la$e!elación, sino su !ehículo. En otras palabras, la $e!elación no sólo ocurriría en la historia, mas atra!és de la historia.

#a Nouvelle Théologie rechazaba pues la idea de una $e!elación p;blica cerrada y la consideraba,en cambio, como un proceso siempre en acto. "ientras los modernistas escrutaban el alma humanaen busca de una re!elación inmanente y continua, los nue!os teólogos escrutaban los e!entoshistóricos, en particular los procesos de transformación en el campo temporal. “&ios ha%la porhechos = insistía 1henu = la econom/ia !e la revelación no es una historia en la que suce!e unarevelación$ sino una historia ella misma revela!ora” 3GA4.

nspirada en tales ideas, la Nouvelle Théologie concebía la acción de +ios como inmanente en lose!entos históricos. Esto lle!ó a una suerte de 8di!inización9 de la historia, a considerar a +ios, nocomo un 5er personal y trascendente, mas como una fuerza que act;a en los procesos histórico. Esta

es la esencia del imanentismo historicista, un ee de la Tdl, ampliamente tratado en el capítulo A.

,na visión revolucionaria de la historia. 1u*les eran los e!entos que llamaban la atención de los

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nue!os teólogosU #os enumera 1henu/ “La progresiva socialización !e !iversos sectores !e la vi!ahumana7 456 #l !esarrollo !e la clase o%rera$ la militancia social !e la mu9er$ la organización !ela conciencia internacional$ la li%eración !e los pue%los !el ugo colonial” 3G4. 2 esto 1ongara@ade “la li%eración socioeconómica !e los tra%a9a!ores$ la li%eración !e los pue%los coloniza!os$la li%eracón !e la mu9er$ cali.ica!a por ,arC !e Dproletaria !el hom%reE$ la li%eración seCual”.

1omo eemplo de liberación de los pueblos, 1ongar menciona “las guerras !e li%eración$ como lali%eración !e :ietnam” 3GG4.

En otras palabras, en busca de una $e!elación inmanente los nue!os teólogos dirigían la miradae0clusi!amente sobre e!entos de fuerte contenido re!olucionario, mostrando una !isión unilateral eideológica de la historia que pone un gran signo de interrogación sobre el tipo de 8teología9 que deahí resultaba. Por otro lado, es interesante notar que 1ongar considera 8signos de los tiempos9 laliberación de la muer y la liberación se0ual, abriendo así el campo para las !ersiones m*s recientesde la Tdl, de las cuales nos ocuparemos m*s adelante,

,na *teología militante+. 5eg;n la Nouvelle Théologie, el teólogo no es m*s quien racionalmente

estudia las !erdades contenidas en la $e!elación, sino quien est* atento a los procesos históricos.“#l teólogo !e%e ser un pro.eta porque él ausculta el mun!o en movimiento I dice 1henu I #lteólogo o%serva la ;ala%ra !e &ios actuan!o al interior !e la comuni!a!$ una comuni!a! situa!aen la historia7 Bl perci%e en lo coti!iano la ;ala%ra !e &ios que se eCpresa en la historia” 3G'4.

Para 8auscultar el mundo en mo!imiento9, el teólogo debería sumergirse en el mundo. 5e comenzó,así, a distinguir entre una 8teología académica9 y una 8militante9. "ientras la primera se elabora sinning;n contacto con la realidad, la segunda sería hecha al calor de los procesos de transformaciónsocial. El teólogo militante es el que participa a los procesos históricos. Esto implica la

 participación en las re!oluciones en acto.

La con8usión de planos. 1onsecuencia directa del inmanentismo historicista que serpenteaba en la Nouvelle Théologie, fue la creciente tendencia a confundir el orden natural y el sobrenatural, lanaturaleza y la gracia, lo temporal y lo religioso. 5eg;n la teología católica, la gracia no es unrequerimiento de la naturaleza, sino un don gratuito de +ios. #os *ngeles y los hombres han sidocreados en el orden natural, y sólo después ele!ados al sobrenatural. E0iste, por tanto, unadistinción lógica y ontológica entre gracia y naturaleza. 2unque operen untas, son esencialmentedi!ersas/ “La !istinción entre el or!en !e la gracia el !e la naturaleza no es contingente sinonecesaria”, escribe $éginald Farrigou?#agrange rebatiendo a de #ubac 3G(4.

5eg;n los nue!os teólogos, en cambio, tal distinción habría sido introducida artificialmente por los

estudiosos pos?medie!ales. Es, por eemplo, la tesis central del libro de enri de #ubac, ?urnaturel ,donde el teólogo esuita sostenía que la naturaleza de suyo requiere lo sobrenatural, tendiendo así a!elar la gratuidad de la gracia y abriendo las puertas al inmanentismo.“La no gratui!a! !el or!en

 so%renatural con!uce .ácilmente a una especie !e monismo cósmico”, ad!ertía el cardenalFiuseppe 5iri, arzobispo de Féno!a, criticando a de #ubac 3G)4.

5i no hay m*s un orden puramente natural, todas las acciones humanas, incluso aquellas en el ordentemporal, asumen un contenido sobrenatural. Esta !isión abre camino a las di!ersas 8teologías

 políticas9 que consideran la acción política, y en particular el acti!ismo re!olucionario, comoteniendo un car*cter religioso. 5e comparaba la militancia re!olucionaria a la pr*ctica religiosa.:na !ez m*s, esto ser* una de las pilastras de la Tdl.

Ktro aspecto de la confusión de planos es el apagarse de la distinción entre historia sagrada ehistoria profana, es decir entre la historia de la sal!ación, esencialmente sobrenatural, y la historia

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de los hombres en su !ida temporal. <a que todas las acciones humanas tienen un contenidointrínsecamente religioso, habría una sola historia, religiosa y temporal a la !ez. “La historia

 pro.ana entra en la historia sagra!a = scri!e +aniélou = ;orque la historia sagra!a esver!a!eramente la historia total$ al interior !e la cual se encuentra la historia pro.ana” 3'B4. Eneste sentido, los actos políticos serían de suyo actos de sal!ación.

#a consideración del acti!ismo social y político como historia de la sal!ación, dentro de una !isiónre!olucionaria de la historia, lle!ó a la confusión entre la 8liberación9 temporal y la redenciónsobrenatural. En otras palabras, a la idea que la emancipación de las 8opresiones9 sociales, políticasy económicas tenga un car*cter sobrenatural redentor. En suma, se comenzó a confundir la$e!olución con la $edención, e0actamente como lo har* poco después la Tdl.

,na nueva eclesiología. #a Nouvelle Théologie comenzó a poner los cimientos de una eclesiologíamuy di!ersa de la del "agisterio. #le!ada al paro0ismo, y amalgamada con errores mar0istas, estaeclesiología ser!ir* de base para aquélla de la Tdl, analizada en el capítulo . 2 prete0to de corregiruna !isión demasiado 8etérea9 de la glesia, los nue!os teólogos comenzaron a omitir, sin negarlos,

los elementos sobrenaturales y di!inos, poniendo el énfasis en los humanos y mundanos. Para no caer tout court en el e0istencialismo, los nue!os teólogos distinguían entre un n;cleosubsistente, de origen sobrenatural, y sus 8encarnaciones históricas9. Proclamaban querer conser!arel primero, llamando empero la atención sobre las segundas. En la pr*ctica, mientras trataban cada!ez menos del n;cleo, se concentraban en demostrar cómo, en concreto, la glesia sea modeladasiempre por las circunstancias sociales, políticas, económicas y culturales. Para ellos, la teologíatradicional habría tomado por institución di!ina e inmutable lo que en realidad es producto decircunstancias históricas. 1oncluían, por tanto, que buena parte de lo que la eclesiología tradicionalasumía como esencial y perenne, era en realidad la encarnación medie!al y tridentina de la glesia,no m*s adaptada al siglo XX.

#os nue!os teólogos sostenían que el mundo asistía al nacimiento de una nue!a ci!ilización, la del proletariado, en la que la glesia debería ahora 8encarnarse9, despo*ndose de sus estructuras precedentes, ya caducas. Escribe ean +aniélou/ “o el mun!o está atravesan!o una crisis !ecivilización como pocas veces se vio en la historia7 To!o el mun!o antiguo$ o sea el !e lacivilización %urguesa$ está !errum%án!ose7 456 Respecto !e tal mun!o$ po!emos ha%lar !e agon/a7

 #s la agon/a !e una cierta civilización$ pero es tam%ién la agon/a !e la =glesia que se ha%/a soli!ariza!o con tal civilización7 #l cristianismo %urgués a está supera!o”. El nue!o mundo en elcual la glesia del siglo XX debía 8encarnarse9, seg;n +aniélou, era “el mon!o o%rero$ carga!o !evalores auténticos que atropellan las estructuras vetustas mani.iestan la acción !e &ios” 3'&4.

La Iglesia como *pueblo de Dios+. #os nue!os teólogos también comenzaron a des!iar la atenciónde la glesia como 1uerpo "ístico de 1risto a la glesia como 8Pueblo de +ios9.

#a e0presion es perfectamente legítima. Pero en un ambiente efer!escente de progresismo ydeseoso de adaptar la glesia a las tendencias re!olucionarias del momento, la e0presión podíaf*cilmente asumir trazos no consonantes con el "agisterio. 2bandonando la concepción teológicade 8pueblo9, es decir el conunto de los bautizados que por la gracia santificante se tornanciudadanos del $eino de los 1ielos, se adoptaban en cambio concepciones sociológicas, deri!adassea de la doctrina democr*tica 3el pueblo soberano4 sea de la doctrina mar0ista 3el pueblo

 proletario4. 2plicando tales concepcions a la glesia, de ellas resultaba una eclesiologia igualitaria

del todo e0tra@a a la Tradición. Precisamente a este abuso de la fórmula 8glesia pueblo de +ios9 seunir* la Tdl.

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. 7io 0II condena la Nouvelle Théologie

 El cariz que estaba tomando la Nouvelle Théologie en tema de eclesiología induo al Papa Pío X a

 publicar en &)A> la encíclica ,stici 3orporis 3hristi. En la introducción el Papa ad!ierte/ “No se

!e%e negar que acerca !e esta !octrina Gso%re la =glesiaH no sólo se esparcen graves errores !eaquellos que están separa!os !e la ver!a!era =glesia$ pero se !i.un!en tam%ién entres los .ielesteor/as ineCactas$ o incluso .alsas$ que !esv/an las mentes !el recto sen!ero !e la ver!a!”.

En la alocución a los PP. esuitas, por ocasión de su XXX 1ongregación Feneral el &' deseptiembre de &)AG, el Pontífice fue muy e0plícito, poniendo en guardia contra los peligros de la8nue!a teología9/ “>ue na!ie !e%ilite o pertur%e lo que nunca !e%erá cam%iar7 ,ucho .ue !icho$ !e manera mu ligera$ so%re una Dnueva teolog/aE según la cual la teolog/a católica !e%er/a!esarrollarse siguien!o la evolución general !e las cosas$ volvién!ose algo en perpetua mutación

 sin ser 9amás sóli!amente ancla!a7 ?i !e%iésemos asumir un tal parecer$ Ien qué se convertir/anlos !ogmas inmuta%les !e la =glesia 3atólicaJ I>ué ser/a !e la uni!a! esta%ili!a! !e la .eJ”.

1inco días después, el Pontífice manifestó similares preocupaciones a los ermanos +ominicos,reunidos en $oma para su 1apítulo Feneral. En particular, les ad!irtió contra aquellos que deseaban“impugnar los propios .un!amentos !e la .iloso./a perenne !e la teolog/a”.

Cuiz* alentados por la amplia penetración ya alcanzada por sus doctrinas, incluso en ambientes dealta posición, los nue!os teólogos no se dieron por aludidos. 2unque la intención del Papa fuesemuy clara, sus inter!enciones tu!ieron un efecto muy restricto. “Las pala%ras !el ;apa nolograron !etener totalmente el movimiento innova!or”, se lamentaba la Revista #spa-ola !eTeolog/a  3'64.

En &)A' el Papa promulgó la encíclica ,e!iator &ei, una condenación a la Nouvelle Théologie enel campo lit;rgico. Por fin, el &6 agosto de &)B, publicó la encíclica umani generis,específicamente contra la Nouvelle Théologie. #a encíclica tu!o el innegable efecto de frenaralgunas de las manifestaciones m*s audaces de la corriente, induciendo sus abanderados a una ciertacautela. -o logró, sin embargo, contener del todo la marea montante. #a falta de un documentoane0o que presentase las tesis condenadas, sumado al tono generalmente mesurado del documento,

 permitió a m*s de uno minimizar las reprimendas mientras resaltaba la ecuanimidad.

 -o faltaron manipulaciones enga@osas de algunos pasaes de la encíclica. 2 la pregunta si la umani generis había detenido la difusión de la Nouvelle Théologie, "arie?+ominique 1henu

respondía en &)'/ “<%viamente$ como era el caso con to!os estos !ocumentos$ ha%/a siempre unanota$ una .rase escon!i!a$ un peque-o ángulo !e página que !e9a%a una ren!i9a a%ierta$ que nos permit/a continuar a tra%a9ar7” 3'>4.

2 la encíclica siguieron algunas medidas disciplinarias. El tiempo de las e0comuniones, empero, yahabía pasado. 2 lo sumo se prescribía un a@o sab*tico, como en el caso de cinco esuitas de #yon?%our!iQre, todos enseguida rehabilitados. 2 algunos teólogos, como <!es 1ongar, se les prohibiótemporalmente ense@ar. -inguna otra medida fue tomada hacia representantes de esta corriente,mientras los libros puestos en el ndice !ol!ían tranquilamente a los estantes de bibliotecascatólicas, e incluso de seminarios. El !iento relaado, dialogante y reformador que soplaba siemprem*s fuerte, llamado después 8espíritu del 1oncilio9, descartaba en la pr*ctica cualquier sanción,

como algo antip*tico y no fraterno.

“#l ponti.ica!o !e Kuan @@=== 4(+*2(+SQ6 cam%iar/a rápi!amente la situación”, comenta $osino

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Fibellini en su célebre historia de la teología en el siglo XX 3'A4. < pasa a citar <!es 1ongar/“Kuan @@===$ en pocas semanas$ ensegui!a el 3oncilio$ han crea!o un clima eclesial nuevo7 Laapertura maor ha veni!o !e lo alto7 &e golpe$ las .uerzas !e renovación que mal po!/anmani.estarse a%iertamente$ pu!ieron !esarrollarse” 3'4.

#a mayor parte de los nue!os teólogos, ya rehabilitados, participó del 1oncilio 7aticano como perito. “La crisis a ha pasa!o$ si es que alguna vez hu%o una ver!a!era crisis”, escribía el P.1ongar en &)G' 3'G4. 1uatro e0ponentes de la Nouvelle Théologie recibieron la p;rpuracardenalicia/ ean +aniélou, enri de #ubac, <!es 1ongar y ans :rs !on Dalthasar. +ígase de

 paso que, tras haber estado a la !anguardia del mo!imiento, este ;ltimo había adoptado una actitudm*s equilibrada a partir de los a@os sesenta. %alleció antes de recibir el capelo.

Teología de la liberación

1. El lan-amiento

#a percepción de que la Teología de la liberación latinoamericana sea, bao muchos aspectos, una!ersión radical y politizada de la nue!a teología europea es ustificada. #a mayor parte de losteólogos de la liberación estudió en Europa, en los focos de Nouvelle Théologie. En los a@ossesenta, la :ni!ersidad de #o!aina, en Délgica, acogió toda una generación de estudianteslatinoamericanos que después formarían la espina dorsal del mo!imiento de la Td#. Entre ellosestaba el sacerdote colombiano 1amilo Torres $estrepo, que en #o!aina maduró la decisión deunirse a la lucha armada. +espués de haber estudiado en #o!aina, el peruano Fusta!o Futiérrez"erino, considerado el 8padre fundador9 de la Tdl, se graduó en la facultad esuita de #yon?%our!iQre, bao la égida de enri de #ubac. En su libro na Teolog/a !e la li%eración, Futiérrezreconoce el papel precursor de la Nouvelle Théologie.

Dasta hoear las notas de los teólogos de la liberación latinoamericanos para comprender cu*ntoéstos se inspiraron en maestros europeos, especialmente franceses y alemanes 3''4. Ellos tomaronlos principios modernistas y neo?modernistas, los condimentaron con mar0ismo, y los aplicaron a lasituación concreta de 2mérica #atina en los a@os sesenta.

Podemos fiar las raíces inmediatas de la Tdl en el encuentro de teólogos habido en Petrópolis,Drasil, en marzo de &)GA, mientras en $oma transcurría la tercera sesión del 1oncilio 7aticano .#a concomitancia no es casual, !ista la lectura que del 1oncilio hicieron los teólogos de laliberación. “#l 3oncilio :aticano == representa$ para Uel ser el hacer1 !e la =glesia$ una curva

copernicana7 456 3on el 3oncilio se cierra una .ase histórica se a%re otra ra!icalmente nueva”$ escribe +iego %acundo 5*nchez en su historia de la Td# 3'(4. El 1oncilio 7aticano , afirma de su parte el teólogo de la liberación espa@ol?sal!adore@o on 5obrino, “supon/a una ruptura pro.un!a456 en la historia !e la =glesia7 456 ?urg/a otra =glesia$ otra Fe$ otro cristianismo” 3')4. Todo elmo!imiento de la Tdl se e0pandir*, de hecho, sobre la ola del post?1oncilio.

Tomaron parte en el encuentro de Petrópolis muchos de los teólogos que después constituirían eln;cleo del mo!imiento de la Tdl/ uan #uis 5egundo, Fusta!o Futiérrez, #ucio Fera, #eonardoDoff, 1lodo!is Doff, ugo 2ssmann, Enrique +ussel y otros. 5iguen otros encuentros preparatorios,de los cuales con!iene destacar el realizado en #a abana, 1uba, en ulio de &)G, bao losauspicios de %idel 1astro, que luego confesar*/ “La teolog/a !e la li%eración es más importante

que el marCismo para la revolución en 'mérica Latina” 3(B4.

#a e0presión 8teología de la liberación9, ya usada en &)GB por el teólogo uruguayo uan #uis

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5egundo, fue lanzada por Fusta!o Futiérrez durante el encuentro nacional del mo!imientosacerdotal K-5 3<.icina Nacional !e =n.ormación ?ocial 4, realizado en 1himbote, Per;, en uliode &)G(. P*rroco en un barrio popular de #ima, m*s tarde profesor de teología en la e0 Pontificia:ni!ersidad 1atólica del Per;, Futiérrez desarrolló sus tesis en tres te0tos sucesi!os/ La pastoral!e la =glesia en 'mérica Latina 3"onte!ideo, &)G(4S acia una teolog/a !e la li%eración 3d.,

&)G)4S y Notas hacia una teolog/a !e la li%eración 3#ima, &)G)4. %inalmente, en &)'&, !io la luzna Teolog/a !e la li%eración7 ;erspectivas 31entro de Estudios y Publicaciones, #ima4,fundamento de la corriente liberacionista.

1abe resaltar, empero, que al época en que fue lanzada por Futiérrez, la Tdl estaba ya bastantedesarrollada. Escribe uan #uis 5egundo/ “3ontrariamente a la i!ea general$ la teolog/alatinoamericana$ sin un nom%re espec/.ico$ comenzó a tener caracter/sticas propias al menos !ieza-os antes que Oustavo Outiérrez pu%licase su céle%re li%ro Dna teolog/a !e la li%eraciónE7 #steli%ro .ue como un %autismo$ pero el ni-o esta%a a %ien creci!ito” 3(&4. El ambiente en 2mérica #atina estaba caldeado. Estamos en plena onda de choque que siguió a la

2samblea del 1E#2" 31onferencia Episcopal #atinoamericana4, realizada en "edellín, 1olombia,en agosto de &)G(. #a presencia del Papa Paulo 7 confirió m*s relie!e al encuentro, que comenzóa ser llamado 8el 1oncilio 7aticano de la glesia latinoamericana9. "uchos teólogos de laliberación participaron en sus comisiones preparatorias, y después como peritos durante lassesiones, logrando modelar las conclusiones. Esta eCploit  les permitió presentarse no sólo con sustítulos en regla, sino como abanderados de una nue!a glesia latinoamericana. “#n ,e!ell/n la T!lo%tuvo su propia cé!ula !e i!enti!a! 9, escribe 7ictorio 2raya 3(64. -o es de e0tra@ar que muchosconsideren "edellín el punto de nacimiento de la Tdl.

"edellín es considerado un e!ento di!isor de aguas en la historia de la glesia en 2mérica #atina,que habría por fin roto con su pasado 8medie!al9 lanz*ndose en la a!entura progresista. "*s all*del !erdadero tenor de los documentos, el 8espíritu de "edellín9 comenzó a soplar con fuerza,desplazando !astos sectores eclesi*sticos cada !ez m*s a la izquierda. Esta re!olución eclesi*sticase encaaba en un proceso político re!olucionario que, bao el influo de 1uba, hizo pasar !arios

 países latinoamericanos a la órbita so!iética.

En la estela de "edellín, il mo!imiento de la Tdl se e0tiende por todas partes en 2mérica #atina.:n primer ?imposio so%re teolog/a !e la li%eración se realizó en Dogot], 1olombia, en marzo de&)'B. El m*s reciente fue con!ocado en 5^o #eopoldo, Drasil, en octubre de 6B&6, para e0aminar lasituación de la Tdl cincuenta a@os después del 1oncilio.

En ulio de &)'6 si realiza en 5an #orenzo del Escorial, Espa@a, el simposio Fé cristiana cam%io social en 'mérica Latina, que re;ne teólogos de la liberación latinoamericanos y espa@oles. Elencuentro se@ala el inicio oficial del mo!imiento de la Tdl en el 7ieo 1ontinente, si bien teólogos

 progresistas como el italiano Fiulio Firardi y el belga %ran_ois outart ya e0ploraban este terrenohacía alg;n tiempo.

En &)' se realiza en +etroit, Estados :nidos, el congreso Theolog in the 'mericas. Esteencuentro marca el inicio de un di*logo entre la Tdl latinoamericana y las di!ersas teologías de laliberación estadounidenses. #a internacionalización del mo!imiento culmina en &)'( con laformación de la 2sociación Ecuménica de Teólogos del Tercer "undo 3E2TMKT en inglés, 255ETen francés4.