Tipnis, otra vez...

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Tipnis, otra vez... El Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure sigue en peligro. Un artículo de Róger Cortez así lo demuestra; y también la campaña oficial que auspicia el Gobierno. Págs. 4-9 Mutún: ¿que se quede en manos de Jindal o que pase a Comibol? Saúl Escalera propo- ne exigir al Gobierno que rescinda contrato con Jindal y pase el control y explotación de Mutún a Comibol. En debate. Pág. 12 Susana Seleme y el debate de la legalización de la cocaína Hay que incorpo- rar al debate sobre coca-cocaína el de la economía política de la droga, dice Seleme. Y algo más sobre el acullico. Pág. 15 La madera estará de fiesta en el campo ferial de Santa Cruz La Cámara Forestal de Bolivia tiene todo listo para asegurar el éxito de la décima versión de Expoforest 2012 en Expocruz. Pág. 18 Semanario Nacional Viernes 9 al jueves 15 de marzo de 2012 Santa Cruz de la Sierra, Bolivia Año 9 Número 452 Bs 5

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El Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure sigue en peligro. Un artículo de Róger Cortez así lo demuestra; y también la campaña oficial que auspicia el Gobierno.

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El Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure sigue en peligro. Un artículo de Róger Cortez así lo demuestra; y también la campaña oficial que auspicia el Gobierno. Págs. 4-9

Mutún: ¿que se quede en manos de Jindal o que pase a Comibol?

Saúl Escalera propo-ne exigir al Gobierno que rescinda contrato con Jindal y pase el control y explotación de Mutún a Comibol. En debate. Pág. 12

Susana Seleme y el debate de la legalización de la cocaína

Hay que incorpo-rar al debate sobre coca-cocaína el de la economía política de la droga, dice Seleme. Y algo más sobre el acullico. Pág. 15

La madera estará de fiesta en elcampo ferial de Santa Cruz

La Cámara Forestal de Bolivia tiene todo listo para asegurar el éxito de la décima versión de Expoforest 2012 en Expocruz. Pág. 18

Semanario Nacional • Viernes 9 al jueves 15 de marzo de 2012 • Santa Cruz de la Sierra, Bolivia • Año 9 • Número 452 • Bs 5

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EDITORIAL

Voz compartida

El regreso ala barbarieBolivia es, cada vez más, un país de paradojas. Ingresa al siglo XXI con

la mirada puesta en el pasado. Y lo que es aún peor: repitiendo las ma-las actuaciones del pasado. Lo hace con pies de plomo, con el aliciente

del propio Estado. O para decirlo de manera más apropiada: con el impulso de quienes administran los intereses del Estado. Una pésima noticia para quienes lo habitan y más todavía para las próximas generaciones, porque si la tendencia regresiva continúa en ascenso con la intensidad que vemos hoy, Bolivia no será un país digno de habitar, sino un lugar salvaje del que todos querrán huir.

No es ninguna exageración. Carlos Mesa acaba de graficarlo con una frase lapidaria: “El país vive en medio de la casi total falta de control de sus impulsos más primitivos”, dice en su artículo “La vida no vale nada” publicado en Página Siete. ¿No es acaso una afirmación de terror, pero que se ajusta dolorosamente a la realidad que estamos viviendo en Bolivia? Una realidad marcada por la violencia como ‘arma’ para imponer privilegios más que derechos, o como respuesta ‘justiciera’ ante cualquier delito o injusticia padecidos.

Ya no se trata solo de los linchamientos que se registran casi a diario en cualquier región del país. Tampoco de los atracos y asaltos que suman cada vez más muertes violentas, alimentando una sensación paranoica de inseguridad que está sirviendo de pretexto para que los enemigos de la vida reclamen la pena de muerte como “castigo ejemplar”. De lo que se trata es de un problema mayor que puede llevar a Bolivia a transformarse en un país fallido, después de haber claudicado ante la anomia social que lo amenaza desde hace años. ¿O acaso no es esta la principal amenaza para una sociedad que se precia de vivir en ‘proceso de cambio’?

Tampoco es exagerado afirmar que Bolivia está en proceso de padecer de anomia social. A diario abundan ejemplos de “situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación”, y no solo en los sectores de la sociedad civil, sino también –o fundamentalmente, por qué no- en las propias instancias públicas llamadas a hacer todo lo contrario, pero no lo ha-cen: promover, alentar y lograr el cumplimiento de las normas y leyes, sin que medien intereses personales, económicos y políticos. Hoy parece que no hay otra norma sino la que cada quien aprueba para sí, además de la carencia de un lenguaje que permita llamar a las cosas por su nombre.

Como se ve, no se trata apenas del aumento de delitos porque una o varias personas no cumplen la ley. Lo que vive Bolivia es más que eso. Es el me-nosprecio por las normas sociales, un retroceso a lo que Mesa señala como “impulsos más primitivos”. En otras palabras, a la barbarie, a ese lamentable estado en el que las personas actúan “con violencia y crueldad, sin compasión ni humanidad, contra la vida o la dignidad de los demás”. Y hay que insistir en aclarar: no solo por los casos de linchamiento denunciados los últimos días en El Alto y Chuquisaca, sino también por otras formas de linchamiento que no parecen generar la misma animadversión, como es el linchamiento político.

¿Por qué Bolivia ha comenzado a desandar, a transitar el regreso a sus “im-pulsos más primitivos”, a la barbarie? Las causas parecen apuntar a lo que se puede ya señalar como “un colapso de gobernabilidad” provocado por la incapacidad de la estructura social de proveer a lo necesario para lograr las metas de la sociedad y, también, por la incapacidad de sus gobernantes y líderes en controlar la emergente situación de alienación experimentada por sus gobernados… y por ellos mismos.

Número 1 es elaborado por un grupo de periodistas independientes que han formado una sociedad editorial

para publicar este semanario de circulación nacional.

Maggy Talavera (directora)Ignacio Talavera Alpire (gerente)

Jorge Caero (columnista) Osman Patzzi (periodista)

Diego Jaramillo (reportero)Asesor legal

Dr. Jerjes Justiniano Atalá

ColumnistasWinston Estremadoiro (antropólogo)

Susana Seleme (periodista, cientista política)Carlos Valverde Bravo (periodista, productor)

Osman Patzzi Sanjinés (El Otro Amarillo)

Modelo gráfico: Fernando Pérez ChristensenDiagramación: Daniel García Hermosilla

Colaboran en esta edición Saúl Escalera (ingeniero)Andrés Gómez Vela (periodista)Puka Reyesvilla (columnista)Iván Arias (municipalista)Claudio Ferrufino-Coquecniut (escritor)Carlos Miranda (ingeniero)Julio Héctor Linares (ciudadano)Julieta Montaño (abogada)Róger Cortez (consultor)María Lohman (socióloga / Somos Sur)

Fotografías: Internet / Elvio Montero /Diego Jaramillo.

Correo electrónico:[email protected] [email protected]ón: Calle San Germán No. 15 Urb. La MadreRecepción/telefax: Gabriela García Landívar, 350-3585FOTO DE PORTADA: Al-Azar / Internet

“No es exagerado afirmar que Bolivia está en pro-ceso de padecer anomia social. A diario abundan ejemplos de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación, y no solo en la sociedad civil, sino también en las instancias llamadas a promover el respeto a las normas.”

Sin vueltas

El 8 de Marzo es celebrado co-mo el Día Internacional de la Mujer. Así lo dispuso la ONU

en 1977. Claro que hubo una razón noble para ello: “conmemorar la lu-cha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo ínte-gro como persona”. No deja de ser interesante, pero en lo personal no me basta. No porque menosprecio el gesto de la comunidad internacional representada por la ONU, ni porque crea innecesario reforzar una campa-ña cuyos objetivos de igualdad entre mujeres y hombres siguen pendien-tes. Me es insuficiente –y confieso que llega a ser incluso molesto- que el mundo dedique éste y otros días especiales a las mujeres, y que no sirva sino para el marketing político y comercial. Y nada más.

Por eso adhiero a consignas que muchas mujeres inventan, como el que leí hace poco: “Las mujeres no queremos flores, queremos dere-chos”. Y otros más por el estilo. No se trata de poses o protestas falsas, sino verdaderas y sentidas desde la expe-riencia de cada una. ¿O acaso todavía hay dudas de ello, pese a las muestras abundantes de que los hechos conti-

núan reñidos con el discurso, sobre todo en el tema que tiene que ver con igualdad de derechos, reconocidos y en ejercicio? Basta ver las cifras en Bolivia, consideradas las más bajas en equidad de sexo en la región. Y basta revisar también los hechos noticiosos de los últimos años: ¿qué lugar están ocupando las mujeres en Bolivia? Pero si hasta en las coplas carnavaleras son ninguneadas…

Y eso que no he entrado a consi-derar el marketing comercial que enloquece con las fechas especiales, sobre todo las que están “inspiradas” en las mujeres. Si no me cree, revise nomás los medios de comunicación y vea qué publicaron este 8 de mar-zo: cantidades impresionantes de publicidad dirigidas a “celebrar” a la mujer, pero más como carnada para optimizar la venta de cuanto objeto usted imagine, que como recono-cimiento a su lucha por la igualdad de oportunidades y condiciones de realización personal. Oiga, hubo una publicidad cuyo gancho incluso era un regalito ‘extra’ para ‘el jefe’ de la casa… como lo lee. Y eso que era el Día Internacional de la Mujer. Claro, no de ‘la jefe’ de familia, sino de ‘la mujer del jefe de la casa’. Tal cual.

En la práctica...

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ESTADO DE DERECHO

A fondo

El secreto del Tipnis

Cortez profundiza el debate sobre el Tipnis y la insistencia del Gobierno de ejecutar la construcción de una carretera que partirá en dos al Territorio Indígena. Es un decan-tar del verdadero proyecto político del MAS, dice y argumenta por qué.

“El proyecto político que ha ido decantando el MAS se basa en ignorar y negar las trayectorias de cam-pesinos e indígenas, caracterizándolas como ‘ten-siones creativas’... ese ocultamiento de las contra-dicciones favorece a las fracciones campesinas más competitivas desde el punto de vista capitalista”

Los pensadores gubernamenta-les se ha tomado casi un año en articular lo que intenta ser

una versión completa que sirva de banco argumental para responder a los continuos cuestionamientos so-bre la política oficial respecto a los pueblos indígenas de tierras bajas, a la preservación del medio ambiente y al Tipnis y a los aspectos que compro-meten esos temas.

Su tardanza no se debe a holga-zanería, desidia o descuido, porque quienes han armado la “gran respues-ta” –incluyendo el enredo de la intan-gibilidad y de la consulta póstuma, las justificaciones de la represión de Yucumo, las historias sobre los siete diseños alternativos, etc., etc.- han sido actores protagónicos de los en-frentamientos y han experimentado más que otros la necesidad de termi-nar con las lagunas, omisiones, con-tradicciones y absurdos sentidos que han caracterizado las explicaciones estatales sobre la carretera rompe Tip-nis, como la principal y más estratégi-ca de todas las obras camineras (y tal vez también no camineras) del estado plurinacional.

La síntesis de tan prolongados es-fuerzos es decepcionante en términos conceptuales y prácticos, como per-mite ver el análisis de la entrevista concedida al periodista Luis Hernán-dez N. por el Vicepresidente, quien desarrolla sus explicaciones sobre el tema, dentro de una contextualización referida a las reformas económicas, sociales y políticas y al proceso.

Se reitera allá que las tres razones principales para tratar de imponer, a cualquier costo y pese a quien pese, la construcción de una carretera que atraviese, rompa y a la larga liquide el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro-Sécure serían: 1) geopolítica “Una carretera que vin-cule directamente la Amazonia con los valles y el altiplano reconfiguraría radicalmente la estructura de poder económico regional, derrumbando la base material final de los separatistas y dando lugar a un nuevo eje geoeco-nómico al Estado” , 2) económica, “vincular por primera vez la Ama-

zonia, con los valles y altiplano y 3) social, “para garantizar a la población indígena del parque el acceso a los derechos y garantías constitucionales: agua potable para que los niños no se mueran de infecciones estomacales”.

En la entrevista lo social aparece como primer argumento, pero los hechos alteran esa jerarquía porque ciertamente ni este, ni otro gobierno pueden invertir 40 a 50 mil dólares por habitante para disminuir el precio de la sal que consume una determi-nada población; en todo caso lo que se conoce del diseño gubernamental del camino este no atraviesa las zonas donde está la mayor cantidad de po-bladores del Parque.

Las dos otras justificaciones po-drían ayudar a respaldar la noción de la importancia de construir una

carretera entre el Beni y Cochabam-ba, pero son completamente inútiles para demostrar que se debe liquidar el núcleo del bosque , cosa que podría intentar conectarse con la anterior, si se dijese que ese es el costo que ten-dríamos que pagar por la ruta más corta y “más barata”.

Pero si los voceros oficiales no sacan a relucir esos últimos temas es debido a que conducirían a con-siderar otros aspectos, ahora escon-didos por su enfoque y retórica, que al considerarse permitirían ver que los intereses del conjunto del pueblo boliviano, desde lo económico, so-cial, ambiental y cultural imponen que la carretera no rompa el bosque y, además, conducirían a probar que necesitamos definir y poner en mar-cha una profunda transformación productiva, imponer la vigencia de la Constitución y las leyes y garanti-zar el cumplimiento de las medidas de protección del Tipnis, de los terri-torios indígenas y de todas nuestras

otras áreas de reserva natural.

Geopolítica de ocasión

El principal argumento- geopo-lítico- resulta, planteado como está, esencialmente falso como se puede ver gráficamente en el mapa de la Red caminera (parcial) de Bolivia. El ma-pa, del que se han quitado otras rutas para mostrar lo esencial del problema, enseña que el tramo que quiere cons-truirse conectaría el eje transoceánico Puerto Suarez-Tambo Quemado con un ramal secundario del otro corredor transoceánico Guayaramerín-Tambo Quemado. Ese corredor, completa-mente postergado en su ampliación y mantenimiento, es el que actualmente conecta con nuestras regiones amazó-nicas con el Altiplano y otras regiones (por lo que es falso aquello de que el camino por el Tipnis vincularía “por primera vez la Amazonia” con las otras regiones).

Una mínima congruencia “geopo-lítica” tendría que expresarse en des-tinar los 400 millones de dólares que se han comprometido para romper el bosque, en hacer del tramo San-ta Bárbara-Riberalta una carretera consolidada, pavimentada en todos sus tramos, incluyendo el ramal que conecta Yucumo-San Borja-San Ig-nacio-Trinidad.

La conexión entre Beni y Cocha-bamba debe realizarse por medio de una ruta externa al Tipnis y, lo que es más importante, esa carretera debe ser parte de una gran inversión que apuntale un salto productivo del Be-ni y de infraestructura productiva en Cochabamba y otros departamentos, para que puedan atender los flujos de producción originados en el Beni.

Fuera de un plan de esas caracte-rísticas, la ruta que intenta imponer el Gobierno no modificará la realidad económica, ni del Beni ni de Cocha-bamba y no pasará de ser una vía para la depredación, la economía ilegal y las migraciones más desesperadas y desprotegidas.

Nadie “destronará” a esa oligar-quía, a la cual el Gobierno se aproxi-ma económicamente cada día más, ni en esa ni en ninguna otra región, si no se encara el cambio del patrón de acumulación vigente, uniendo y mo-vilizando a los productores del país

y haciendo que el estado cumpla sus obligaciones de impulsar y respaldar el cambio de matriz productiva.

A la caza de la renta de la tierra.Si el Gobierno ha pasado de ser

bloqueador de la consulta “previa, obligatoria, informada, de buena fe, libre y en consenso” a propagandista de una consulta forzada, tramposa y maliciosa, eso se debe a que oculta los motivos que lo mueven. Por eso también lo que está tratando de im-poner no es la consulta previa consi-derada en las leyes, sino una consulta póstuma, que viene después de la del abandono de todos sus principios y de la muerte de la verdad, de la viola-ción de la voluntad expresada por los afectados, además de los decesos de marchistas o sus hijos en los últimos meses.

Si funcionarios, militantes y ac-tivistas oficiales tienen la voz em-bargada y no atinan a responder a las preguntas más simples cuando se pide que expliquen la obcecación de sus medidas y acciones, esto se debe a que ignoran, o prefieren ca-llar, las verdaderas razones que han hecho que el estado se enrede en esta guerra.

La causa más importante es la irrefrenable pulsión de acumular ex-cedente económico y poder político. La obstinación por romper el bosque –sin apoyo de ningún tipo de estudio social, económico, financiero, geoló-gico o ambiental que la respalde- pro-viene del inmenso apetito de bene-ficiarse de la especulación de tierras para extender la frontera agrícola y ganadera, sin importar que las tierras del Tipnis sean altamente frágiles y sucumban en pocos años si se explo-tan para esas actividades.

La venta y principalmente el alqui-ler de tierras es un negocio floreciente en Santa Cruz, en parte del Beni y está beneficiando a nuevos grupos de especuladores que a través de co-nexiones con el poder político aspiran a incrementar ganancias que han em-pezado a percibir en los últimos años. Los altos precios de granos como la soya han extendido esta corriente a través de todo el continente y países con superficies tan extensas como el Brasil y la Argentina no se dan abasto para atender esta verdadera fiebre por tierras. Los nuevos especuladores en

Roger Cortéz

HurtadoNueva

Crónica

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ESTADO DE DERECHO

“Muchos de los críticos al proyecto rompe bosque enfatizan que el ensanchamienbto de la superficie de cocales sería la primera razón de la obstinación ofi-cial, pero esa interpretación omite considerar que no se necesitan centenares de miles de hectáreas para este negocio que depende de la oferta-demanda.ˮ

Bolivia han invertido una fracción de sus capitales, provenientes del comer-cio formal, informal y también ilícito, en la adquisición de tierras y se están empleando a fondo para que el apara-to estatal satisfaga sus presiones para acceder a esa fuente de instantánea y masiva acumulación que es la renta de la tierra, con el aliciente adicional que representa el saqueo de la fauna y los recursos del bosque arrasado.

Las redes que arman estos intere-ses son muy poderosas y discretas y su fortalecimiento armoniza perfecta-mente con los hábitos y conductas de una administración y un partido que hacen del acatamiento a los jefes la línea matriz de su acción.

Una concluyente demostración de la perversa manera en que ope-ran estos mecanismos es la versión, brindada por el máximo ejecutivo de la Administradora de Carreteras (ABC), el ex ministro de Obras y va-rios otros voceros y jerarcas respecto a que existirían “siete alternativas de diseño”, para el tramo II (Villa Tuna-ri-San Ignacio). Tantas patrañas que se revelan obscenamente como tales, cuando el jefe de jefes sentencia que “no existe alternativa que no pase por el centro de la selva”. Ninguno de quienes lo rodean, arropan y de-penden de él se anima a preguntarle ¿Cómo sabe eso? ¿Cómo se atreve a decir algo que carece de cualquier otro respaldo que no provenga de la obsecuencia?

Muchos de los críticos al proyec-to rompe bosque enfatizan que el ensanchamiento de la superficie de cocales sería la primera razón de la obstinación oficial, pero esa inter-pretación omite considerar que no se necesitan centenares de miles de hec-táreas para este negocio que depende de un cierto equilibrio de la oferta , sin el que el precio se derrumbaría; además, en muchos casos, la ausen-cia de caminos protege los cultivos ilegales antes que estimularlos. La insistencia en ese enfoque lleva a satanizar a unos actores sociales y a enturbiar la búsqueda de factores y fuerzas reales.ioc: trípode de la confusión

Si en lo económico los presun-tos negociados en torno un contrato aprobado de la manera más opaca y secretista, o la expansión de cocales son factores que no deben omitirse, no parecen ser más significativos que la búsqueda réditos especulativos con tierra para agricultura y ganadería.

En el plano político, la obsesión presidencial con la carretera que li-quidará al Tipnis en menos de dos dé-cadas parece más relacionada con la necesidad de compensar el persisten-te incumplimiento de compromisos con los cocaleros, en temas cruciales como los estudios científicos para despenalizar e industrializar la coca, que con la “subordinación a transna-

cionales o imperios”, como pretenden algunas críticas.

Desde el Gobierno se pretende conseguir el olvido de esa y otras de-fecciones, creando la ilusión de haber extendido la “soberanía chapareña” a un millón adicional de hectáreas, buenas para realizar todo tipo de ne-gocios y para garantizar la adhesión de una de las organizaciones sociales más leales con las que cuenta, ya que ello favorece que otras como las de colonizadores y campesinos se man-tengan igualmente próximas. Ese de-signio político enlaza con las prácticas de culto a la personalidad (con subor-dinación y constancia) que caracteri-zan al régimen y con la necesidad de someter a todas las organizaciones y movimientos rebeldes, además de abrir espacio a un ya anunciado pro-yecto para recortar o desmantelar al-gunos territorios indígenas.

Es aquí donde radica una de las fuentes más oscuras y complicadas de las pugnas por el Tipnis. Las tensiones que se han dado entre las organizacio-nes indígenas (Cidob y Conamaq) y las campesinas prueban que el intento de confundir y mezclar forzadamente identidades, culturas y tradiciones co-mo se pretende con la introducción de la tríada Indígena-Originario-Campe-sino (IOC) tiene consecuencias, cada vez más deleznables y riesgosas.

Me he ocupado antes de estos problemas y en un trabajo previo he planteado que: “Lo IOC intenta fusio-nar lo clasista y lo étnico (sin reparar en que) lo indígena y lo campesino, aluden a conglomerados con intere-ses y prácticas propias y diferencia-das. En nuestra realidad concreta es posible establecer particularidades económicas que distinguen a cada una de estas categorías en cuatro as-pectos centrales: el tipo de propiedad predominante entre cada una de ellas; su relación con el mercado del traba-jo; la división técnica del trabajo; y, su vinculación con corrientes migra-torias y de urbanización.”

Los campesinos son propietarios individuales de parcelas dedicadas principalmente a la agricultura o ga-

nadería, compra-vendedores de fuer-za de trabajo, que residen una parte del año en áreas urbanas, que com-binan sus actividades agropecuarias con otras (comercio, transporte las más frecuentes, pero no las únicas) y que tienen origen indígena.

Los hoy llamados indígenas, resi-den en TCO, reconocidas o no legal-mente como tales; tienen una vincu-lación esporádica con el salario (casi siempre como vendedores de fuerza de trabajo) lo mismo que con activi-dades económicas ajenas a las que practican en su comunidad.

En términos demográficos los in-

dígenas representan una minoría neta del total de la población “campesina” y su peso económico es indetectable en la actual composición del PBI. En contrapartida, en sus territorios se encuentra la práctica totalidad de re-servas hidrocarburíferas nacionales, probadas y probables, yacimientos minerales, acuíferos y gran parte de las reservas de bio diversidad.

La clase social campesina, cuya existencia se remonta a la Revolución Nacional de 1952 (y en ese sentido “no originaria”), ha seguido una tra-yectoria que la conduce del mercanti-lismo al capitalismo, cuando exitosa, o a la migración urbana que a la postre tiene un resultado similar en la mayo-ría de los casos.

El proyecto político que ha ido de-cantando el MAS se basa en ignorar y negar las trayectorias divergentes de campesinos e indígenas, caracterizán-dolas ahora como “tensiones creati-vas”. Se plantea aquí como hipótesis que ese ocultamiento de las contra-

dicciones favorece a las fracciones campesinas más competitivas desde el punto de vista capitalista” .

iX marcha y iii movilización social

Algunas personas e instituciones han empezado a manifestar que an-te la decisión de llevar adelante una consulta (póstuma) no cabe más que aceptarlo; equivale a decir “hay que resignar derechos, libertades y garan-tías, en beneficio de la imposición”. No puede existir la consulta a la que se refiere la Constitución habiéndose ne-gado todas las condiciones para ejer-

cerla. Ni siquiera puede considerarse la posibilidad de llevarla a cabo sin la inmediata y efectiva resolución del contrato con OAS y la investigación inmediata, exhaustiva e imparcial de los crímenes cometidos en la repre-sión contra los marchistas en Chapa-rina y el procesamiento y sanción de los culpables. Quien no lo reconozca, contribuirá a que se imponga la arbi-trariedad y a que prospere un clima de violencia e intolerancia.

Ha empezado la preparación de la IX marcha como parte de una gran movilización social, como las que enfrentaron el gasolinazo en 2010 y el intento de materializar el contrato con OAS a través del Tipnis. Sus objetivos abarcan la defensa de la Constitución, en todo lo relacionado a los nuevos derechos sociales, a salvaguardar el equilibrio ambiental, a llevar adelan-te una transformación productiva y a recuperar un camino de transforma-ciones, enajenado hoy por nuevos y miopes grupos dominantes.

Las protestas por la actua-ción del Pre-sidente en el tema Tipnis generó movi-lizaciones de protestas no vistas antes en La Paz.

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Indignidad,¡ya no!

Sorprende la facilidad con la que se miente, distorsiona los he-chos y se trata a diez millones

de habitantes como a débiles menta-les. La falta de respeto y vergüenza ha llegado a extremos que ya no im-porta ni lo que opina la comunidad internacional de conductas tan gro-tescamente falsas y contradictorias. Esta reflexión viene a propósito del procesamiento de los y las dirigentes del Tipnis por los supuestos delitos cometidos contra el Canciller David Choquehuanca el 24 de septiembre de 2011, cuando un grupo de mujeres le obligó a caminar junto a ellas para romper el cerco de colonos y cocale-ros/as que les impedía avanzar en su marcha pacífica, pero ante todo se les negaba el acceso a agua y alimentos.

Por el mundo circularon las imáge-nes de la autoridad rodeada de muje-res que a momentos con sonrisa en los labios (cosa que es muy difícil en él) avanzaba encabezando la larga fila de marchistas y en ningún momento se registró agresión física, mucho menos riesgo para su integridad. Después del incidente, el Ministerio Público -a de-nuncia de la ministra de Justicia, Nil-da Copa- inició una investigación por el delito de “secuestro y agresiones” al Canciller, pero la supuesta víctima aclaró ante los medios que no fue secuestro, que lo que pasó fue que le obligaron a acompañar a la marcha.

Sin embargo, la aclaración dejó muy mal paradas a la desinformada ministra y a la diligente fiscal. Hoy, el Ministerio Público, sin vergüenza alguna ni fundamento legal, cambia el tipo penal por “tentativa de homici-dio” con el único fin de, con ayuda de un juez cautelar, lograr la detención preventiva de los/as imputados/as.

Lo inaudito de todo es que la de-nuncia no va acompañada de certifi-cado médico forense que registre la gravedad de las lesiones, los días de impedimento, ni indicios de la inten-sión de matar al Canciller. Cuando mujeres víctimas de violencia domés-tica pretenden denunciar las agresio-nes de que son víctimas, se les exige certificado médico forense, estudios psicosociales (a ver si no miente), etc. Pero, por lo visto, ser hombre y auto-ridad le libera de esas obligaciones.

Está claro que lo que se busca es amedrentar a los indígenas del Tipnis. Pero, ¿qué dice Choquehuanca? ¿Se-rá capaz de prestarse a semejante jue-go indigno? Esperemos que en aras de la imagen de hombre serio y sencillo que se tiene de él dentro y fuera del país, desmienta toda esta payasada. De indignos está lleno el aparato esta-tal y ¿uno más? ¡Ya no, por favor! /

Julieta Montaño, abogada

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Tipnis: lo no dicho en lacampaña mediática oficial

A fondo

“Esa publicidad millonaria, ¿quién inventaría?” es la pregunta con la que Lohman inicia este artículo sobre el Tipnis y la campaña del Gobierno para revertir la Ley Corta que lo protege. El objetio de Lohman es “una Bolivia mejor informada, en defensa del Tipnis.

Maria LohmanComunicadora/ Somos Sur

Esta nota se escribe en medio de un ambiente carnavalesco; momentos en que el pueblo

saca a la calle coplas que se refieren a temas dudosos, cuestionados y cri-ticados. Y en forma picaresca se pre-gunta: ¿…quién inventaría? Es justa-mente en este medio que el gobierno lanzó en el mes de febrero –en pleno carnaval (vieja costumbre política)- una millonaria campaña publicitaria en torno a una Ley que tendría como objetivo “consultar” a los habitantes del TIPNIS sobre la construcción de una carretera cuyo contrato ya fue firmado en años anteriores. ¿Quién inventaría semejante incongruencia? Veremos aquí.

El día 10 de febrero el gobierno promulgó la Ley 222 de Consulta Previa, la llamada Ley de Consulta a los pueblos indígenas del Terri-torio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure – Tipnis. Esta Ley fue rechazada en forma inmediata por las organizaciones indígenas Cpemb y Cidob por “ilegal” y “tramposa”. De la misma manera hubo rechazo por parte de la De-fensoría del Pueblo y de prestigio-sas organizaciones de Derechos Humanos a nivel nacional.

Desde aquel día hasta la fecha (fines de febrero), el gobierno -me-diante su Ministerio de Comunica-ción- nos bombardea a cada instante con propaganda sobre dicha Ley, explicando los alcances y bondades de la misma. Se emite por lo menos 10 veces al día, no solo en el Canal estatal TVB, sino en Unitel, ATB, PAT, Bolivisión, Telesur y otros ca-nales de televisión. Cada pase cuesta promedio 840 dólares, considerando que el spot dura 70 segundos y cada segundo de publicidad en televisión cuesta unos 12 dólares.

Esto significa que este minis-terio está derrochando por lo me-nos unos 50.000 dólares por día, sólo en publicidad en televisión. Aparte están los jingles de radio con el mismo contenido que se escucha a cada instante y otras ac-tividades publicitarias y de apoyo

a contramarchas y a la “organiza-ción, socialización y ejecución de la consulta previa e informada” a cargo de los ministerios de Obras Públicas y de Medio Ambiente y Agua, en coordinación con el Tri-bunal Supremo Electoral (TSE) y el SIFD (Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático).

Aparte del derroche en dinero y tiempo, debemos aclarar que nin-guno de estos ministerios y orga-nismos opera, ni operará, en forma neutral al ser instancias del gobier-no que desde el año pasado de-muestra su abierto desacuerdo con los marchistas del Tipnis; entonces, la famosa Ley de Consulta y toda la campaña mediática simplemente responden a fines preestablecidos. Es decir que en estos días se van gastando entre medio millón y un millón de dólares para influir con un “libreto oficial” sobre la opinión pública nacional e internacional para que la carretera “sí o sí” pase por el Tipnis; gastos insulsos que significan un verdadero perjuicio al Estado y un insulto a los sueldos e ingresos miserables de una mayoría de la población nacional.

Recordemos que durante la VIII Marcha Indígena hubo también una permanente campaña publicitaria

desde diferentes instancias guber-namentales para desprestigiar a sus dirigentes y a los mismos objetivos de la Marcha. Ahí, por ejemplo, el Presidente hablaba de “abrir 60 ki-lómetros que afecta tan solamente a 180 hectáreas por una sola vez, y que corresponde a menos del 1% de la deforestación en Santa Cruz por año”. ¿Se recuerdan? Este mensaje fue difundido muchísimas veces en canales de TV, radio y en unos boni-tos cuadritos en la prensa. Nada más falso, cuando estudios científicos de-mostraron que la carretera por medio del Tipnis significaría el 64.5 % de deforestación de la cobertura total del Territorio Indígena (impacto en 18 años), según estudio del PIEB y de la Fundación Natura.

De la misma manera observamos que el mensaje de la última cam-

paña publicitaria sobre la Consulta Previa es tendencioso en cada uno de sus siete acápites, aparte de omi-tir elementos constitutivos sobre el Derecho a la Consulta. A saber, los siguientes.

El artículo 19 de la Declaración ONU indica que “Los Estados ce-lebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por medio de sus institu-ciones representativas antes de adop-tar y aplicar medidas legislativas y administrativas que los afecten, a fin de obtener su consentimiento libre, previo e informado”. Pues, esta Ley no fue elaborada de “buena fe”; no fueron consultadas las “instituciones representativas”; ni menos aún fue de “consentimiento libre, previo e informado".

“La ‘Ley de Consulta’ y toda la campaña mediá-tica responden a fines preestablecidos… en estos días se van gastando entre medio millón y un mi-llón de dólares para influir con un ‘libreto oficial’ sobre la opinión pública nacional e internacional para que la carretera ‘sí o sí’ pase por el Tipnis...”

Continúa en la siguiente página

Foto para la historia: el Presidente Evo Morales firma la Ley Corta para la no ejecución de obras que amenacen al Tipnis.

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un mismo ‘libreto’y siete realidades

A continuación transcribimos las siete ideas centrales del spot y en ca-da idea comentamos “lo no dicho”; verdades que desarman punto por punto los argumentos del “libreto” oficial, que - mediante una burda re-petición- busca imponer la construc-ción de la carretera por medio del Te-rritorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure.

1. “El gobierno de Evo Morales decretó la Ley de Consulta Previa para que los habitantes del Tipnis puedan decidir su futuro democrá-tica y libremente”.

Comentario: Ya existe una de-

cisión: como resultado de la VIII Gran Marcha Indígena, el gobierno tuvo que decretar la Ley 180 que indica que “Ninguna carretera pue-de pasar por medio del Parque Isi-boro Securé”; además la normativa de esta Ley –firmada en diciembre por el gobierno y los dirigentes titulares del Tipnis- resuelve los puntos que el gobierno hoy pone en “Consulta” en su Ley 222: la “intangibilidad”, la “construcción de la carretera” y las “medidas de salvaguarda del Tipnis”.

¿Qué tal? Esta nueva Ley 222 que convoca a la “Consulta” y que es resultado de una contramarcha del Conisur anularía la Ley 180; es decir, la Ley 222 borra con el codo lo que el gobierno firmó (aunque a

regañadientes) con la mano. Ade-más, la única organización legítima del Tipnis que es la Subcentral del mismo, con sus dirigentes democrá-ticamente elegidos, ya decidió en su XXIX encuentro de corregidores en 2010 -democrática y libremente- que la carretera que uniría a los departa-mentos de Beni y Cochabamba NO pase por medio del Tipnis.

2. “La Asamblea Plurinacional

trabajó esta Ley con participación de indígenas del Tipnis con el pro-pósito de facilitar los instrumentos para lograr un acuerdo entre las di-ferentes posiciones de los indígenas que habitan en este territorio” (en la pantalla aparecen las palabras Ci-dob y Conisur en contraposición).

Comentario: La Ley 222 fue elaborada desde el gobierno, en co-ordinación principalmente con los colonizadores del Conisur, mientras que las organizaciones genuinas del Tipnis, que a su vez responden a la Central de Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob), rechazan rotun-damente esta Ley.

La Central de Pueblos Étnicos Moxeños del Beni (Cpemb) y sus organizaciones afiliadas en el Tip-nis denuncian en un comunicado público la “inconstitucionalidad y la extemporaneidad del carácter previo de la Consulta”. La Confederación de Indígenas del Oriente Boliviano, Cidob, denuncia a la opinión públi-ca nacional e internacional que “La consulta a los pueblos indígenas del Tipnis” es absolutamente ilegal y tramposa, no es “previa, ni libre, ni informada”, pues es posterior a la fir-ma del contrato para la construcción de la carretera” (20-02-2012).

3. “La consulta previa es un de-recho democrático, constitucional y colectivo que tienen los pueblos indígenas para lograr un acuerdo con el Estado sobre las medidas que puedan afectar su modo de vida”.

Comentario: Es verdad que es un derecho de los pueblos indígenas; siempre que la consulta sea previa y no como en este caso, cuando el proyecto ya está firmado, oleado y sacramentado, con ruta definida y financiamiento aprobado. De qué “derecho democrático, constitucio-nal y colectivo” hablamos, cuando incluso -más allá de toda la manipu-lación- el artículo 12 de la Ley 222 establece el carácter obligatorio de los acuerdos logrados con la consul-ta. Pues, a estas alturas de la historia, todo apunta a que este artículo sobre el carácter vinculante de la Consulta fue colocado porque el gobierno cree estar seguro de los resultados.

4. “Este instrumento está con-templado dentro de la Constitución Política del Estado y cumple con el convenio 169 de la OIT y la decla-

ración de los derechos indígenas de la ONU”.

Comentario: La última Ley 222 de “Consulta Previa” viola no solo la misma Constitución en los artículos 30 y 403, sino también al Convenio de la OIT al NO respetar los “usos y costumbres” de los pueblos indíge-nas; al NO respetar la “integralidad” del territorio en cuanto a los sectores involucrados en la Consulta, sino só-lo a los pobladores de Conisur (colo-nizadores-productores de la hoja de coca); al NO realizar la consulta pre-via sobre toda la carretera (haciendo aparecer tres tramos que en realidad pertenecen a un solo proyecto).

5. “La consulta previa se reali-zará a las 63 comunidades de indí-genas mojeños trinitarios, chima-nes y yuracarés que habitan en el Tipnis”.

Comentario: La Ley 222 no reco-noce el derecho a consulta a sólo los indígenas del Tipnis, ni menciona a los titulares legítimos de la Sub-central del Tipnis; solo nombra a las comunidades. Pues, es obligación del Estado reconocer y consultar a los pueblos indígenas “en particular a través de sus instituciones” (CPE, Art. 30,15). De la misma manera, la organización indígena nacional, la Cidob, tampoco es mencionada, aunque la carretera es un tema de in-terés nacional.

Al contrario, todo apunta a que participarán en la Consulta pobla-ciones ajenas al Tipnis que sólo bus-can ocupar más -y MAS- tierras (tal como prometió Evo Morales en su campaña electoral). Aquí observa-mos una trampa al colocar la palabra “Tipnis” en general. Es que el Tipnis es al mismo tiempo Territorio Indí-gena, como también Parque Nacio-nal de las zonas en torno a los ríos Isiboro y Securé.

Recordamos que el Territorio In-dígena corresponde a la TCO (Terri-torio Comunitario de Origen) Tipnis, cuya subcentral el 13 de febrero de 2009 recibió de manos del propio presidente el Título Ejecutorial en calidad de propiedad colectiva con 1.091.656 hectáreas; mientras el Parque Nacional Tipnis abarca más de 1.200.000 hectáreas e incluye -aparte de la TCO-Tipnis- a la sub-central Conisur (el Polígono Siete) con 170.000 hectáreas (¡!).

Esta Subcentral es afiliada a la Fe-deración del Trópico (anteriormente llamados “colonizadores”) y a la Csutcb; cuenta con 35 sindicatos, quienes -en su mayoría- incursiona-ron al Parque Tipnis con terrenos de propiedad individual desde los años 80, principalmente con el cultivo de la hoja de coca, ya que el rendimien-to de este cultivo en las zonas tradi-cionales había disminuido paulatina-mente. Ellos ya tienen sus caminos empedrados y, por lo tanto, “quieren

“El Presidente hablaba de ‘abrir 60 kilómetros que afecta solamente a 180 hectáreas por una so-la vez, y que corresponde a menos del 1% de la deforestación en Santa Cruz por año’. ¿Se recuer-dan? Nada más falso: la carretera por medio del Tipnis significaría el 64.5% de deforestación.”

Viene de la página anterior

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el camino no para quedarse allá, si-no para avanzar más allá, hacia el corazón del parque” (Xavier Albó, antropólogo y sacerdote jesuita). Aquí hacemos notar además que el cultivo de la hoja de coca en el Tipnis ha aumentado en un 12% en 2011, con respecto al año anterior (informe 2011, Unodc).

Las 12 comunidades indígenas originarias que habitaban en el área del Conisur siempre habían resis-tido a las invasiones externas. Hoy son cada vez más afectadas por la economía de la hoja de coca y por la integración forzosa a los sindicatos cocaleros, sin representación políti-ca, ni independencia como pueblos originarios. Pues, “no es raro enton-ces que los dirigentes del Conisur ya anunciaron que se movilizarán para socializar la Ley 222 entre sus ba-ses; cosa que no harían si no tuvieran entendido que podrán intervenir en la consulta” (Pablo Villegas, investi-gador Cedib).

6. “En todas las etapas del proce-so participarán observadores inter-nacionales garantizando la transpa-rencia de la consulta”

Comentario: La varita mágica de siempre. Será bueno saber quién es quién en este mundo de los “obser-vadores internacionales”; mientras que se castiga a autoridades indíge-nas coherentes, “disidentes” y algu-nas ONGs con verdadera vocación de defensa de los recursos naturales, se confía en “representantes de orga-nismos internacionales” que

-lejos de ser neutrales-, son más amigos de las transnacionales que de los pueblos del Sur.

7. “Los indígenas tienen voz para decidir que quieren y el Estado debe respetar esa decisión.”

Comentario: Pareciera que el Es-tado es totalmente neutral. Pues no es así. Con la “Consulta” quedará establecido ante la historia a cuáles “indígenas” el gobierno ha dado voz y a quienes retó, denunció (por estar “ligados a Usaid, al imperialismo, a las ONGs…”) y finalmente repri-mió brutalmente el 25 de septiembre del año pasado, allá en Yucumo. Nos preguntamos: ¿Quién respeta a quien?

cumplimiento de la

ley 180 y otros reclamos

Estos breves apuntes acerca de las realidades evidentes encontradas en el “libreto” oficial muestran por cierto un panorama altamente con-flictivo, que -según algunos analis-tas-incluso podría desembocar en enfrentamientos por demás lamen-tables entre los sectores sociales más directamente implicados, que son los indígenas del Tipnis y los cocaleros del Chapare, pues los pueblos indí-genas mojeños trinitarios, chimanes

y yuracarés directamente afectados, junto a sus dirigentes democrática-mente elegidos, difícilmente permiti-rán que su territorio sea ocupado por ajenos, sin asumir la defensa de sus derechos como personas, familias y comunidades.

Más allá de intereses marcados de la “oposición” tradicional -que desde meses atrás ha encontrado en el te-ma del Tipnis una inagotable fuente para echar leña al fuego en contra del gobierno de Evo Morales-, las Campañas en Defensa del Tipnis, junto a las organizaciones solidarias a nivel nacional e internacional y los millones de bolivianos simpatizan-tes con la “Madre Tierra” y la VIII Marcha Indígena, siguen, seguirán y seguiremos apoyando esta Defensa del Tipnis de mil maneras, para lo-grar el cumplimiento de la Ley 180 que “prohíbe que cualquier carretera pase por medio del Tipnis”.

Esta defensa debería involucra una serie de decisiones y acciones, que en este momento van rondando entre dirigentes y bases del Tipnis, organizaciones sociales, colegios de profesionales, ONGs, espacios alternativos de información y comu-nicación y campañas, todas y todos en Defensa del Tipnis (a nivel nacio-nal e internacional). Entre otras, las siguientes:

1. Rechazar la “tramposa” e “ile-gal” Ley de Consulta (como indica la Cidob), interponiendo recursos de inconstitucionalidad y de amparo constitucional por las normas con-trarias a los derechos de los pueblos indígenas.

“Todo apunta a que participarán en la Consulta poblaciones ajenas al Tipnis que sólo buscan ocupar más -y MAS- tierras (tal como prometió Evo Morales en su campaña electoral). Aquí observa-mos una trampa en la palabra Tipnis.”

2. Suspensión del contrato con la empresa constructora brasilera OAS y su banco financiador Bndes, bus-cando alternativas viables.

3. Juicio a todos los funcionarios implicados en la firma del contrato irregular, en el abuso de fondos de Estado para las campañas publicita-rias y la represión a indígenas el 25 de septiembre del 2011.

4. Dejar sin efecto la cacería a 26 supuestos involucrados de una “ten-tativa de homicidio, lesiones gra-ves y leves” en contra del canciller David Choquehuanca; un supuesto “secuestro” que, según la misma au-toridad, ¡“no hubo”!

5. Indemnizar a los más de 70 he-ridos de la represión en Yucumo.

6. Transparentar información y revertir: 1) planes continentales para construir megaproyectos a costa del pueblo y a favor de políticas de sa-queo de nuestros recursos naturales; contratos, concesiones y políticas con empresas transnacionales direc-tamente interesadas en seguir ope-rando en el área del Tipnis (y otros parques nacionales), tales como em-presas petroleras –Petrobras y Rep-sol-, madereras, soyeras y negocios relacionados con el narcotráfico.

7. Y finalmente, suspender de in-mediato toda campaña publicitaria a favor de “Una consulta inconsul-ta, sin consentimiento, ni previa, tampoco libre” (Raúl Prada) y que desde un inicio tuvo el respaldo pleno del propio gobierno y sus autoridades y dirigentes sindicales regionales.

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El Loro collaMandrake, ¡a la Alcaldía!La idea no es mala, sobre todo después de escuchar al concejal Oscar Vargas decir “…ni Mandrake puede revisar va-rias páginas en poco tiempo”. Oscarito se quejaba del tardío envío del informe económico de Percyto al Concejito. Pero entonces me di cuenta que en realidad sí necesitamos un Mandrake en el Mu-nicipio cruceño: “un ilusionista con gran capacidad hipnótica rápida y efectiva” que someta a su poder a Percyto&Cía, y a la vez un “consumado mago que lucha contra criminales y malechores”. Y se acaban los problemas.

¿Será verdad?A propósito de la Alcaldía cruceña… escuché afirmar al terrible-temible Car-val que uno de los principales asesores actuales de Percyto lo fue también de la satanizada “La Torre”, a la que persigue como sabueso policial el fiscal Soza del caso Ròzsa (no es que hable en verso, pero así nomás converso…). Carlitos lo señaló con nombre y apellido: Freddy Teodovich. ¿Será?, me pregunté… es que nunca oí su nombre en el ruidoso expediente acumulado por Soza. Dice Carval: “¿será porque ‘Teo’ ya tenía con-tacto con el MAS?

Más del MAS…Y cómo no, imposible escribir esta colum-nita sin tener ‘ingredientes’ ofrecidos por el MAS. Miechica… hay tantos, que no sé cuáles elegir. A ver, comencemos por Yessiquita ‘la Yordan’ que tiene el MAS en Beni. Dizque mostró las uñas de man-damás, terribles como la de uno de sus mentores, Juan ‘Camión’, y nada menos que contra una campesina militante del ‘evismo’ que la denunció por ‘humilla-ción’. ¿Será verdad, che, que ‘la Yordan’ obligó a la campesina a pedirle perdón de rodillas por una disputa política? Elay, un ‘asunto pendiente’ para don Tuffí Aré.

¡Llegan las ‘choquevadas’!No me extrañaría que Alfredo Rodríguez, el autor de “Cien evadas para la historia” esté ojo al charque sobre lo que hace y dice el canciller Choquehuanca. Es que Daviquito ha demostrado ser capaz de decir tantas o más huevadas que Evito. ¿Conoce la más reciente? “Cuando uno come papalisa no necesita viagra”, dijo ‘diplomáticamente’ Daviquito nada me-nos que en la última sesión ordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos. Y va sumando a las piedras que tienen sexo…

Cambio de estrategasNo hay vuelta que darle: el problema de los opositores de Evito&Cía es que no tienen estrategas creativos. Digo luego de ver la impotencia de ésos ante la im-posibilidad de contar con avión militar para trasladar las donaciones recogidas en Santa Cruz para los damnificados de las inundaciones en Pando. Qué, ¿a na-die se le ocurrió mandar mensaje urgen-te a Evito diciendo ‘Hay 60 indígenas del oriente gritando ¡defendamos el Tipnis!? Es la mejor manera de lograr el inmediato envío no de uno, sino de tres aviones.

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Barlamentos

Revivir el Plan Azul de carreteras

La creación del Comando de Construcción del Ejército por voluntad del Gobierno es una provocación a la que Estremadoiro no está dispuesto a hacerle lance. Aprovecha el Barlamentos de la semana para responder, recordando otros hechos importantes.

“Algún vivillo puede pegar una mano de barniz plagiador al Plan Azul y venderlo al Gobier-no. Pueden borrar con el codo lo legislado con la mano, como las leyes que respaldan los par-ques, territorios indígenas, etc. ¿Qué tal si prio-rizan vías para cocaleros y narcotraficantes? ”

Winston Estremadoiro Antropólogo

No era madrugada de beatas yendo a misa, ni estábamos sentados como el Vadinho

de “Doña Flor y sus dos maridos”, de Jorge Amado, disfrazados de ninfa con tremendo falo debajo la minifalda. Era media tarde y des-pués del tradicional puchero y antes del desafío de coplas entre esposas y camaradas jubilados de la carrera militar (que ganaron ellas por go-leada), versamos de temas diversos entre copa y copa con que preten-díamos encender la flama de carna-vales de otros tiempos.

De nuevos conceptos bélicos –de Sun Tsu a Clausewitz, del “Blitzkrieg” a Hiroshima, de la guerra total a la guerra de las ga-laxias– se resbaló al tema del nue-vo Comando de Construcción del Ejército (CCE), que hasta hace po-co era el Comando de Ingeniería. Se lamentó que hoy todo cambio sea precedido de insulsos e innecesa-rios travestismos de nombre, como si la argamasa –buena, mala o fea;

de izquierda, centro o derecha– no fuera la misma: bolivianos que op-tan por uniforme y fusil para servir a la patria.

Las reminiscencias derivaron a que el coronel retirado Arturo Le-dezma Espinoza recordara la épica

del camino de penetración al Beni en 1976, en su tramo Sapecho-San Borja, que viviera junto a su cama-rada Carlos Monje Landívar. Capi-tanes ingenieros ambos, colla uno, camba el otro, evocaron épocas en que las diferencias entre occidente y oriente eran ofrendas a la unidad en la diversidad de la patria boliviana, sin que los divorciasen colorinches wiphalas ni enseñas albas con flor de patujú. En los estribos del puen-te Bailey sobre el río Quiquibey, se clavaron dos letreros: en el lado pa-

ceño decía “feliz viaje puesss”; en el beniano, “bienvenido puejjj”.

La ejecución de un plan de aper-tura de caminos por el flamante CCE no es cosa nueva. Lo compo-nen dos aspectos relacionados. Por un lado, la posibilidad de construir

con mano de obra barata, al tiempo que los soldados conocen más de su país. ¿Qué camino se construye en dos turnos de trabajo, todos los días de la semana, incluyendo los feria-dos, empezando a las 5:30 de la ma-ñana con la iza de la bandera tricolor y entonando el himno nacional? Por otro lado, capacitar reclutas como mano de obra calificada: ayudantes y operadores de tractores de orugas, palas cargadoras, motoniveladoras, perforadoras de roca, compactado-ras, grúas; operadores de equipo li-viano, alarifes topográficos, torne-ros, soldadores de arco y oxígeno; choferes.

Quisiera pensar que tales funda-mentos subyacen al nuevo CCE. Fue lanzado con bombos, platillos y cántaros de chicha a comienzos de marzo de este año por el Presidente, con la entrega de 40 millones de dó-lares en maquinaria y equipo de un crédito de China.

Tres ópticas diferentes plantean dudas sobre el emprendimiento. El mandatario exageró: la creación del CCE “marcará la nueva historia del pueblo boliviano y de las FFAA”. El militar alardeó: hay “más de 180 técnicos capacitados y operarios pa-ra el empleo efectivo de esta maqui-naria”. El diplomático deseó: que esta “cooperación ayude a promo-ver la construcción de infraestruc-tura de Bolivia…”. Fueron palabras de circunstancia del Presidente, el Comandante General del Ejército y el embajador de China, respectiva-mente. Son 274 máquinas repartidas entre siete batallones de ingeniería. Imaginen lo que harían en el Beni, la frontera con el Perú al norte del lago, el lindero con Paraguay.

El trabajo del CCE no tendrá éxito si no se enmarca en un plan determinado y priorizado de cons-trucción de caminos, como el Plan Azul de Arturo Ledezma Espinoza. Algo coordinado con la actual Ad-ministradora Boliviana de Carrete-ras (ABC), porque como indican los ingenieros militares, el organis-mo castrense debe “construir los caminos… para integrar las zonas

potencialmente productivas al desa-rrollo nacional, como una primera etapa…” y después se construya la carretera definitiva que será parte de la red vial del país.

No puedo con mi escepticismo. ¿Será que servirá intereses bastar-dos? Algún vivillo puede pegar una mano de barniz plagiador al Plan Azul y venderlo al Gobierno. Pue-den borrar con el codo lo legislado con la mano, como las leyes que respaldan los parques, reservas, territorios indígenas, etc.: el caso del atropello al Tipnis es un ejem-plo. ¿Qué tal si priorizan vías para cocaleros y narcotraficantes? Abrir caminos como “dulce” extorsivo de campañas políticas proselitistas. O accesos que favorezcan a manda-mases de turno.

No será novedad. Sobre estos úl-timos, recuerda mi amigo que a lo largo del camino que construían y detrás de sus maquinarias y perso-nal de trabajo, ingresaban personas con planos y documentos en mano, para ubicar grandes extensiones de tierra que se habían adjudicado con trámites de favoritismos odiosos; mensuraban el frente supuesto so-bre el camino y colocaban un letre-ro con el nombre de la propiedad o del propietario.

Peor aún, ojala que el CCE no dure hasta que algún cocalero o co-cainero promueva su desbandada deshonrosa, abandonando armas y equipos, y el Comandante en Jefe de las FFAA “socialistas, anticolo-nialistas, antiimperialistas y anti-capitalistas” pida garantías para su trabajo militar. Como en La Asunta, donde hicieron el ridículo de aseve-rar que el desalojo violento de los uniformados quedaba en “stand by” hasta que hubiera garantías. Amén de imposiciones que les ha-cen gritar eslóganes cubanos como “patria o muerte”, ¿cómo las FFAA pueden pedir garantías en pleno te-rritorio nacional?, pregunta Manfre-do Kempff.

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NEGOCIOS

“Es tiempo que los bolivianos exijamos al Go-bierno nacional que este año rompa el contrato con la Jindal y ponga en manos de la Comibol el proyecto Mutún en toda su integridad. Los inge-nieros bolivianos conocen las tecnologías que se utilizan para hacer funcionar las cuatro plantas.ˮ

Comibol y el fierro de MutúnEscalera va directo al grano: aboga a favor de la ruptura del contrato suscrito por el

Estado boliviano con la empresa india Jindal para explotar el Mutún y por el traspaso de su explotación a la estatal Comibol. ¿Buena o mala idea? Acaso, ¿un pre-aviso?

Saúl J. Escalera,

Ph.D.Ingeniero

químico

La noticia publicada en la re-vista cibernética Prisma en su edición del 16 de febrero

de este año es escueta, pero tiene un enorme significado negativo para nuestro país y debe conducir a los bolivianos a una profunda reflexión. En efecto, Prisma informa que: “Jin-dal Steel Bolivia (JSB), operadora de la mitad del yacimiento de El Mutún, efectuó el martes pasado su primera exportación de hierro del año. En un comunicado, la empresa informó que la carga salió de Puerto Aguirre con 4 mil toneladas de la materia prima para la empresa Aceros del Paraguay (Ace-par). El envío fue posible una vez que los niveles de agua del canal Tamengo

han subido lo suficiente para asegurar la navegación, explico JSB”.

La noticia siguió informando que “En octubre de 2011, Jindal comen-zó a exportar con un envío de 7 mil toneladas, también a Paraguay. Para estas exportaciones, JSB ha utilizado una moderna máquina cargadora de barcazas con capacidad de mil tone-ladas por hora, recientemente adqui-rida. Jindal indicó que las exportacio-nes de mineral, que son efectuadas en tanto sean construidas las plantas del complejo minero siderúrgico de El Mutún, benefician a Bolivia con el pago de regalías que favorecen los ingresos de la estatal Empresa Siderúrgica Mutún (ESM), la Cor-poración Minera de Bolivia (Comi-bol), el Tesoro General de la Nación, la Gobernación de Santa Cruz y las alcaldías de Puerto Suárez, Puerto Quijarro y El Carmen, de la provin-cia cruceña Germán Busch”.

Al parecer, esta noticia debería ale-grarnos mucho a los bolivianos, pero no lo vemos así aunque la paraguaya Acepar pague un dineral por el mine-ral de hierro que importa desde Boli-via. Emitimos este juicio en base a las siguientes consideraciones.

comibol y el mutún en la década 70-80

Recordemos que hace más de 40 años, en la década de los 70 a 80, las acerías de Argentina y Paraguay eran un mercado seguro para el fierro del Mutun y Comibol exportaba hasta 40.000 TM de concentrados lavados por año a dichos países. Si ahora es-tamos repitiendo la historia de hace 4 décadas, la pregunta obligada que nos hacemos es: ¿por qué necesitamos a la Jindal si Comibol pudo hacerlo por sí sola en el pasado y por que ahora no podría hacerlo?

En el documento de nuestra autoría que se publicó en Mayo del año 2010 titulado: “Jindall. ESM y Proyecto Mutun”, hicimos notar a todo el país que exportar simple materia prima (mineral de hierro) no es buen nego-cio para Bolivia, pero si lo es para la JSB; porque posterga indefinidamen-te el plan que estaba previsto por la ESM desde la firma del contrato con la Jindal el año 2008 y que incluía la construcción de las siguientes cuatro plantas: (1) Planta de Concentración de hierro en el Mutún hasta el año 2012 para producir concentrados de 68% de fierro que utilizará mucha

mano de obra intensiva de obreros ca-lificados; (2) Planta de Peletización o briquetización hasta el año 2013 para servir de alimento al horno de reduc-ción directa; (3) Planta de reducción directa del fierro (Proceso DRI) que utiliza gas natural reformado como reductor del mineral de hierro y una buena cantidad de empleos, especial-mente para obreros e ingenieros; y (4) Planta de Aceración hasta el año 2015, para producir 1,5 millones de acero bruto y especiales para el consumo doméstico, y los excedentes comer-cializados en países del exterior.

Además, el artículo denunciaba que la JSB no había cumplido con la promesa de invertir 2.300 millones de dólares para construir las 4 plantas en el complejo siderúrgico del Mutún, por-que simplemente estaba interesada en preparar mineral, lavarlo un poco y ex-portar “lumps” de 55% Fe, a los mer-cados extranjeros, incluyendo China, cuyo apetito les hace aceptar baja ca-lidad de hierro en grandes cantidades, y no los concentrados que deben tener >65% Fe que es lo que exige normal-mente toda planta siderúrgica.

bolivianos conocen tecnoloGías para mutún

Es tiempo de que los bolivianos exijamos al Gobierno Nacional que este año rompa el contrato con la Jindal y ponga en manos de la Co-mibol el proyecto Mutún en toda su integridad. Porque las tecnologías que se utilizan para hacer funcionar las 4 plantas mencionadas arriba son de conocimiento de los ingenieros y téc-nicos bolivianos, tal como explicamos a continuación.

1. La explotación a cielo abierto

del mineral hematita del Mutún es una simple operación mecánica seguida de una operación de tri-turación primaria en chancadoras comunes seguida de una de mo-lienda del mineral en molinos, que los técnicos de la Comibol las cono-cen muy bien.

2. En la planta de concentración de hierro, se utiliza el proceso de flota-ción inversa con colectores catióni-cos (aminas primarias) y espumantes (MIBC) para producir concentra-dos de hematita con 65% de ley de fierro. Los bolivianos son expertos flotadores de minerales porque han practicado este proceso por décadas en las plantas de Catavi, Colquiri y Huanuni.

3. Generalmente en los procesos conocidos tipo Midrex se requiere que el concentrado de fierro sea pale-tizado o briquetizado con adición de cal o bentonita como fundentes para ser luego alimentado al horno de re-ducción directa. El Proceso Kanakar-Acero, es directo y no requiere que el mineral de fierro sea Peletizado o briquetizado para ser reducido en el horno fuosolid.

4. Para la reforma del Gas Natu-ral, el ingeniero boliviano Narciso Cardozo ha desarrollado un reactor reformador-catalizador patentado para producir la reforma del metano (CH4) con vapor de agua a una tem-peratura de 350ºC y una presión de 17 atmósferas, para producir gas de agua (3 moléculas de hidrogeno y una de monóxido de carbono), ambos exce-lentes reductores del oxido de fierro. El producto es un fierro–esponja de buena calidad.

5. Para la Reducción Directa del fierro (Proceso DRI) por el proce-so Kanakar-Acero patentado por el ingeniero Cardozo, utiliza un reac-tor fluo–sólido (lecho fluidizado) modular que es dinámico, donde se opera a 750ºC de temperatura y una atmósfera de presión para reducir minerales de oxido de fierro (hema-tita) molidos a –14 mallas y producir fierro–esponja. Luego la carga es en-friada y carburizada con Gas Natural en un enfriador rotatorio de tambor largo que reduce la temperatura de 750ºC hasta 60ºC y no tiene proble-mas en la descarga y es de operación continua. El fierro esponja produ-cido tiene una ley de 97% Fe como promedio y el tiempo de reducción es de 10 minutos en una planta piloto

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NEGOCIOS

Se acabó el carnaval“¡Eureka ¡El gobierno ha descubierto que su principal enemigo

energético no es la CIA. Se llama Petróleo y apellida Diesel”, dice con dolorosa ironía Carlos Miranda. No es para menos.

“Es increíble. Parece una pesadilla. En 7 años se ha convertido una república energéticamente autosufi-ciente en un estado plurinacional que debe importar energéticos a pesar de haber gozado de la mejor co-yuntura internacional de precios de exportación de materias primas que ha conocido el país”

Carlos Miranda PachecoIngeniero / Página Siete

¡Eureka ¡El gobierno ha descu-bierto que su principal enemigo energético no es la CIA! Se lla-

ma Petróleo y apellida Diesel. Días previos al carnaval, YPFB dio por terminado el carnaval de la indus-trialización del gas al comunicar que declaraba inviable la conversión de gas a líquidos (GTL) en Bolivia. La estrella de los planes de industriali-zación del gas.

El carnaval energético boliviano se inicio después de la Guerra del Gas. En esos desgraciados enfren-tamientos se acuñaron las consig-nas de: “No venta de gas a Chile” seguida por “Industrializar, no ex-portar gas”. No vender gas a Chile fue fácil. El supuesto comprador no estaba muy animado. Sabía que esa supuesta compra-venta lo llevaría a un planteamiento de gas por mar que no estaba dispuesto a afrontar. Más sencillo es importar LNG de cual-quier parte del mundo.

Cumplir el segundo mandato resulto ser más difícil. No se podía suprimir la exportación al Brasil. La operación estaba amparada por convenios internacionales y eran la mejo fuente de ingresos al Estado. Había más complicaciones. Los carburantes que consumía el país (diesel, gasolina, jet fuel etc.) pro-venían de la refinación de ese petró-leo muy liviano llamado conden-sado que acompaña la producción de gas. Reducir producción de gas significaría reducir producción de carburantes.

Hacer que los vehículos utilicen gas natural comprimido (GNC) co-mo carburante era una ayuda. Si no fuera suficiente, avispados e intere-sados asesores decían, se puede con-vertir gas a líquido con el proceso de GTL y tener diesel.

Por otro lado, no se podía olvi-dar o ignorar que las enardecidas masas de la Guerra del Gas al pedir industrializar no exportar, tenía una visión objetiva muy clara: tuberías llevando gas a fábricas en Bolivia, para producir con gas todo tipo de productos que podían ser vendi-dos a precios estupendos. Eso era industrializar el gas. Entonces se desató el carnaval de la industriali-zación del gas. Primero YPFB to-mó la batuta e informó que su gran programa consistía en una planta de petrocasas para casas prefabricadas, fabricar tapones para garrafas, ferti-

lizantes nitrogenados, plásticos y al final una de GTL.

YPFB no pudo avanzar con ese estrambótico programa. Haciendo caso a la flamante CPE, se creó la Empresa Boliviana de Industriali-zación de Hidrocarburos (EBIH) para que se haga cargo del tema. El remedio resultó peor que la enferme-dad, así que después de unos meses se encomendó nuevamente a YPFB industrializar el gas. La demanda de carburantes crecía inexorablemente, mientras se hacían esos desordena-dos planes y cambios institucionales, dignos de un carnaval.

La importación de diesel ha lle-gado a niveles preocupantes. No se puede substituir diesel con GNC. El error garrafal fue el confiar en ser autosuficientes en diesel con el pro-ceso GTL. El gobierno fue adverti-do hasta el cansancio que todavía no estaba totalmente incorporado a la industria.

La admisión de YPFB que el proceso de GTL en Bolivia es “in-viable” es muy grave, porque es el anuncio que el país será importador de derivados, fundamentalmente diesel, por mucho tiempo. Está vis-

to que no se puede llegar a la auto-suficiencia de carburantes refinando condensado. Necesitamos petróleo. Decretos y/o amenazas a las com-pañías que aumenten la producción de líquidos logrará unos poco cien-tos de barriles. El problema es de tal magnitud, que necesitamos uno o más Carandas.

Esos campos pueden existir en el N.O. El sudeste es una zona gasí-fera. El lograr producción en el Nor Oeste requerirá el cambio de la Ley de Hidrocarburos y otras, pero sobre todo tomará tiempo. Por los menos 10 años después de efectuados los cambios. Mientras tanto, se tendrá que importar cada día mayores can-tidades de diesel y gasolinas.

Es increíble. Parece una pesadi-lla. En siete años se ha convertido una república energéticamente au-tosuficiente en un estado plurinacio-nal que debe importar energéticos a pesar de haber gozado de la mejor coyuntura internacional de precios de exportación de materias primas que ha conocido el país toda su his-toria. Es una hazaña. No envidiable, muy difícil de repetir y nada reco-mendable.

El discurso de campaña del binomio Morales-García Linera se hizo insosteni-ble en el tiempo. Ahora se tiene que importar cada vez más diésel y petróleow

de 200 toneladas por día.6. En la Planta de Aceración del

proceso Kanakar-Acero patentado por el Ing. Cardozo, el fierro esponja es alimentado a un Horno Eléctrico de Inducción sin Núcleo o a un Hor-no Eléctrico de Arco Voltaico que opera a 1250º C, para producir la palanquilla de acero de construcción con ley de 99% Fe y 0,2 a 0,3% de carbono y 0,6 a 0,7% de manganeso y trazas de 0,05% de azufre y fósfo-ro, que una vez producida se enviará a consumo nacional y a exportación a países vecinos.

La Tecnología Kanakar-Acero fue probada en escala piloto hace cuaren-ta años en el Laboratorio Pirometalúr-gico del Ex-Banco Minero de Bolivia, con producción de gas reformado a partir de gas natural y vapor de agua, para la reducción directa de la hemati-ta en un Reactor de Lecho Fluidizado. Sólo faltaría su adaptación actual para el tratamiento del mineral del Mutún, lo que podría realizarse durante este año 2012 bajo la dirección del Ing. Cardozo, para luego comenzar su aplicación en escala industrial a partir del próximo año 2013.

comibol debe industrializar mutún

En base a la explicación anterior, toda la explotación del fierro del Mu-tún debe estar en manos de bolivianos sin necesidad de usar tecnología ex-tranjera, una situación por demás ven-tajosa para el país. Estamos seguros que el Ing. Cardozo estará dispuesto a entrar en sociedad con Comibol para que su proceso Kanakar-Acero sea utilizado en el Mutún.

Debemos insistir en que el Go-bierno Nacional rompa el contrato con la Jindal este año 2012 y encar-gue directamente a la Comibol la explotación e industrialización del fierro del Mutún hasta producir fie-rro y acero de alta calidad, utilizando el proceso Kanakar-Acero. Así Bo-livia ganará muchísimo en términos no solo de exportar valor agregado, sino también en la creación de em-pleos y desarrollo de toda la región, incrementando los ingresos fiscales para impulsar el desarrollo y la inte-gración nacional.

Si permitimos que la Jindal siga en el negocio del fierro del Mutún, y le damos licencia para que exporte grandes cantidades de mineral tro-zado por la hidrovía al Atlántico no sólo al Paraguay y la Argentina, sino hasta China, tal como Jindal pretende hacerlo, los bolivianos una vez más estaríamos admitiendo que no somos capaces de explotar nuestros propios recursos mineros y sólo somos ex-portadores de materia prima; y lo que es peor, seguiremos importando clavos, perfiles de fierro y planchas de acero del Brasil a precios exorbi-tantes. ¿Es esto lo que queremos los bolivianos?

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CIFRAS

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“Sacarle el agua al pez”Seleme no se viene con vueltas para afirmar que “para asfixiar al narcotráfico hay que

asfixiar primero la economía política de la cocaína y su materia prima: en Bolivia, la hoja de coca excedentaria”. Un aporte al debate sobre la legalización de la droga.

“Me asiste la certeza de que el ‘acullico’ es un atentado a los sectores laborales, ya que mientras más coca mastican, menos necesitan comer, be-ber y dormir para reproducir su fuerza de trabajo. Ya podía el MAS haber combatido la práctica ‘colonialista’ y explotadora del acullico.”

Susana Seleme AnteloPeriodista y cientista política

Con ese título, Sergio Ramírez, escritor nicaragüense, hace una descarnada reflexión so-

bre las dramáticas secuelas sociopo-líticas y de “eterna balacera” -ya no de eterna primavera- que vive no solo Guatemala sino toda Centro Améri-ca, víctima del crimen organizado por ser paso natural del tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Y lanza una afirmación que distintas voces de es-critores e intelectuales del mundo han hecho pública, hace tiempo, frente a las consecuencias de un negocio clan-destino de carteles y mafias sin Dios ni ley: despenalizar las drogas.

Ramírez afirma que despenalizar-las “significaría sacarle el agua al pez venenoso que es el narcotráfico, la empresa financiera y comercial global más poderosa que ha conoci-do la historia de la humanidad, con innumerables tentáculos y absoluto desprecio a la vida”. Ninguno de los países centroamericanos, sostiene “puede asegurar que va a librarse para siempre de la violencia desme-dida que el tráfico de las drogas trae consigo, y de sus consecuencias le-tales, asesinatos, corrupción guber-namental, lavado de dinero” (blog Boomeran(g).

Razones no le faltan a Ramírez; es más, las tiene y de sobra. Sin em-bargo, yo vengo insistiendo desde esta columna, y desde donde tengo ocasión de hacerlo, que hablar solo de narcotráfico es querer tapar el sol con un dedo y reducir el problema de la droga a su comercialización y venta ilegal, mayorista o minorista, sin ir a los orígenes. Seguiré insis-tiendo, aunque estuviera arando en el mar, que reducir la producción de droga -en Bolivia, cocaína- al trá-fico ilegal, excluye del análisis la madre del cordero: su producción capitalista que la define como mer-cancía cuya realización tiene lugar en el mercado de las drogas ilegales, donde se generan sus exorbitantes beneficios a nivel mundial y meno-res a nivel local.

“Sacarle el agua al pez para que muera de asfixia”, como apunta Ramírez, en Bolivia significa con-trolar-disminuir las plantaciones de hoja coca para uso ‘ancestral’, como dicen los cocaleros, y erradicar la coca excedentaria, materia prima de la droga. Ahí empieza la economía política de la cocaína.

Los elementos que componen la

producción de cocaína son: i) capital-dinero para la compra de instrumen-tos de trabajo, hoy por hoy lavadoras y secadoras de ropa, amén de las tra-dicionales mantas de plástico para el secado de la hoja; compra de materia prima –la hoja de coca- y compra de mano de obra asalariada, aunque sea temporal, que antes ‘pisaba’ la hoja mezclada con los precursores para su decantación; ii) compra de insumos varios, algunos de carácter industrial como los precursores y derivados pe-troquímicos para su procesamiento y elaboración; iii) almacenamiento y empaque; iv) transporte por múlti-ples y camufladas vías; v) distribu-ción; y, vi) consumo.

Esa es la economía política de la cocaína. Su cadena productiva coloca a esa droga en el campo de la producción capitalista de mer-cancías, como cualquiera otra mer-cancía: dinero-mercancía-dinero incrementado, propia del complejo industrial-financiero global, sujeto al mercado, también global, de la oferta y demanda. En el caso de la cocaína, es una mercancía sujeta a la magia del mercado ilegal, a su vergonzoso entramado de compra–venta de droga, millones y millo-nes de ganancias a costa de cientos de miles de adictos, miles de muer-tos por drogadicción o por ‘ajuste de cuentas’. Ampararse en la de-manda para seguir produciendo es parte del millonario e hipócrita entramado de la economía política de la cocaína.

el ‘acullico’ y sus bemoles

En Bolivia, amén del consumo de la droga como pasta base en cigarri-llos o refinada como clorhidrato para aspirado, existe el ‘acullico’: masti-cado de la hoja con bicarbonato y ce-niza que, al contacto con los ácidos salivales, aceleran su decantación. Ese hábito -aquí llamado cultura an-cestral- es lo que el presidente Evo Morales va a defender ante la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) la próxima semana, en Viena.

Su actuación será otro ridículo diplomático, ya una tradición de la política exterior del ‘evismo’, según el ex canciller Armando Lo-yaza: “sucedió en las cumbres cli-máticas de Copenhague y Cancún, donde la demagogia seudo-ecoló-

gica -no respaldada con acciones reales dentro de Bolivia- acabó dejando al gobierno boliviano en el completo aislamiento. Ahora, la estrategia de la reserva sobre el acullico a plantear en la Conven-ción de Viena posiblemente termi-ne con idéntico final.”

Ir a explicar las bondades del acu-llico caerá en saco roto: no podrá argu-mentar que la coca es más beneficiosa que la leche para los niños, osadía que corresponde al actual Canciller David Choquehuanca. Lo menos que tendrá que explicar en Viena es por qué Boli-via se retiró de la Convención de 1961 contra el tráfico de drogas. Morales tendrá que responder, además, sobre el incremento de la frontera agrícola de la coca, de 12 mil hectáreas per-mitidas a más de 35 mil hectáreas, en sus seis años de gobierno, a costa de parques, reservas naturales y pueblos indígenas.

¿Exigencias de la economía polí-tica de la cocaína que, como tal, res-ponde a la producción capitalista y a

las leyes del mercado de la oferta y la demanda, mal que le pese al rabioso anticapitalismo de Morales? Pero el no se inmuta y es presidente del hoy Estado Pluri, y al mismo tiempo presidente de las poderosas seis Fe-deraciones de Cocaleros del Trópico de Cochabamba, cuya producción va totalmente a la producción de cocaí-na, pues esa hoja no es apta para con-sumo humano, sino materia prima de la mercancía cocaína.

El tema del ‘acullico’ tiene mucha cola que cortar. Decir que es sagrada y ancestral es una doble hipocresía. Lo de sagrada viene porque solo la practicaba la nobleza del imperio incaico, que como todo imperio se mantuvo sobre la base de la conquis-ta, la dominación, la represión y ex-clusión. Lo de ancestral es un inven-to no de la era Morales, es cierto, y

sospecho que ha sido de los propios campesinos cocaleros y sus dirigen-tes para tener licencias de cultivo sin control alguno.

Me asiste la certeza, por otro lado, de que el ‘acullico’ es un atentado –este sí ancestral- a los sectores labo-rales, ya que mientras más coca mas-tican, menos necesitan comer, beber y dormir para reproducir su fuerza de trabajo. Ya podía el MAS haber combatido la práctica ‘colonialista’ y explotadora del acullico en la fuerza de trabajo boliviana, pues fue la prác-tica de los ‘odiados’ conquistadores para subordinar y dominar a las ma-sas indígenas, hace más de 500 años. ¿No debió el Estado Pluri-ficciones combatir esa práctica ‘colonialista’, explotadora de trabajadores, para ser coherente con su rabioso antico-lonialismo?

Para asfixiar al narcotráfico hay que asfixiar primero la economía política de la cocaína y su materia prima: en Bolivia, la hoja de coca excedentaria.

ESTADO DE DERECHO

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El candidato

“El rival de Morales será producto del proceso de cambio y se beneficiará de los mismos tres tipos de votos que acumuló Evo. ¿Cómo identificarlo? Sencillo, será el más atacado, tanto en su persona como en su gestión.ˮ

Andrés Gómez Vela Periodista / Erbol

En las elecciones generales de 2002, los candidatos Evo Morales y Felipe Quispe sor-

prendieron al lograr un importante respaldo. La gente no votó tanto por ellos, sino por lo que representaban y contra la partidocracia, pero a través de ellos. Para este efecto contribu-yeron algunas circunstancias, entre ellas la “ayuda” del embajador de Estados Unidos de ese entonces, Manuel Rocha, quien pidió no votar por Morales, cuando en realidad su objetivo era que voten por él.

Un pedido muy bien calculado a un electorado antiimperialista. De este modo consiguió subir el caudal del dirigente cocalero y desbancar del segundo lugar a Reyes Villa con lo que facilitó las alianzas en torno a Sánchez de Lozada, pues Morales aún no era potable. Si el Capitán lo-graba el segundo puesto, se armaban las alianzas en torno a él y se cristali-zaba la consigna todos contra Goni.

Con la subida de Mesa, el país comenzó su tránsito hacia el llama-

do proceso de cambio al incluir la Constituyente y el Referéndum en la Constitución. En esa gestión tam-bién empezó el desplazamiento de la oligarquía cruceña de los espacios de poder, que sumado a las indecisiones del momento configuró un escenario de crisis política entre el viejo Estado y el nuevo que quería adelantar su na-cimiento. Ante la presión, Mesa jugó la estrategia del insustituible y presen-tó su renuncia sabiendo que no le iban a aceptar porque no había alternativa al frente. La primera vez surtió efecto la pregunta sin respuesta: “Después de mí, ¿quién?”.

En ese escenario apareció Morales, quien acumuló tres tipos de votos: a) el voto confianza, de un sector que lo vio como alternativa a la decadencia de la partidocracia; b) el voto vengan-za, de sectores cansados del rey del bloqueo a quién querían ver al frente de la vereda de la destrucción; c) el voto esperanza, de sectores indecisos que no tenían otra alternativa.

Así emergió el gobernante de hoy. Morales no estaba en los planes de los bolivianos, como no está probable-mente quien viene detrás de él. Hoy, a dos años y algo más de las elecciones de 2014, volvimos al mismo punto de 2002 y 2005 y la misma estrategia: después de mi (Evo), ¿quién? Los ma-sistas miran a todos lados y pregonan que no ven a nadie para causar la mis-ma sensación de vacío en el electora-do, pero saben que hay y lo conocen y lo identifican atacándolo. La intención es clara: infundir miedo, incertidum-bre e inseguridad más allá de Evo. Sin embargo, el electorado comenzó a hacer cálculos mentales hacia 2014. En ese sentido, divisa al candidato que acumulará el voto antievo, a quien apo-yará sólo por restar a Morales, particu-larmente en Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Chuquisaca, Potosí. Igual que en 2002 y 2005: votar contra los neoli-berales sin pleno apoyo al votado.

A esa forma de voto se sumará el voto confianza (en La Paz, Oruro) so-bre la base de su calidad de gestión, a

la que temen demasiado en Palacio. Y también sumará el voto esperanza de aquellos grupos cansados del mé-todo del enfrentamiento, de los diti-rambos mitificantes del caudillo, del cinismo del poder, la improvisación, el desconocimiento de la Constitu-ción, la carencia de institucionalidad democrática, la corrupción solapada y la violación a la Madre Tierra con la carretera por el Tipnis.

¿Será suficiente esa suma de votos para desplazar al MAS? Morales tie-ne fuerte presencia en determinados grupos sociales y algunas plazas, particularmente en el área rural, y ha crecido en lugares tradicionalmente no masistas. El rival de Morales será producto del proceso de cambio y se beneficiará de los mismos tres tipos de votos que acumuló Evo. ¿Cómo identificarlo? Sencillo, será el más atacado, tanto en su persona como en su gestión. El MAS ataca a quien teme, al resto ignora o lo usa como justificativo de sus errores.

Emputencia

Puka Reyesvilla

Ciudadano

Tanta iniquidad se está co-metiendo bajo el nombre de “proceso de cambio”, que

los sentimientos convencionales –asombro, indignación, desesperan-za- ya no alcanzan para expresar el estado de ánimo de una ciudadanía consciente.

Puesto a darle nombre a esta emo-ción que me afecta profundamente, he acuñado el término “emputencia”, una combinación entre el muy local estado conocido como “empute” y el más universal llamado “impo-tencia”. Tan extremo es el proceder del régimen que hemos tenido que inventar una palabra para describir el sentimiento que nos embarga ante su manifestación.

Si bien el ambiente creado por el régimen lleva larga data, dos he-chos de más reciente comisión han ocasionado que la “emputencia” se produzca en todo su espectro: la vio-lenta “bienvenida” que el régimen dispensó al grupo de personas con discapacidad que arribaron a la sede del Gobierno luego de 100 días de sacrificada travesía y su chanchada (sobre esto ya versamos en mi ante-rior columna) en el tema del Tipnis.

Para amargarnos aún más, suce-dió algo que, sin ser de responsabi-lidad directa del régimen, tampoco puede eludir su cuota en ello: el cruel asesinato de Verónica Peñasco y su hermano a manos de cogoteros en El Alto. A estas alturas, la “em-putencia” es total.

En lo que respecta a la despro-porcionada violencia usada por el régimen en contra de las personas con discapacidad cuando éstas se dirigían a la plaza Murillo, con todo el derecho de libre circulación que nos asiste a todos, la “emputencia” no es menos grave. La fuerza estatal impidió su ingreso, finalmente. Las imágenes de esta salvaje represión están esparcidas por el mundo y nos avergüenzan como seres humanos. “Emputencia”, repito. La actitud posterior de los operadores del ré-gimen ha sido de lo más cínica y se la puede graficar en estos términos: el empedrado echando la culpa al cojo.

Sobre el Tipnis, el régimen está desplegando una campaña legal (controla el órgano judicial), territo-rial (tiene recursos a su disposición) y mediática (agresiva difusión de sus mentiras). “Emputencia”, cómo no. Justamente sobre las mentiras ofi-ciales, el periodista Andrés Gómez Vela ha dicho: “En el tema Tipnis, Evo, Álvaro y sus acólitos dejaron a Joseph Goebbels como un piojo tuerto; nunca antes hubo tanta men-tira en democracia”.

¡Emputencia!

Evo paraalcalde

Si hay algo que siempre se criti-có en los innumerables talleres oenegistas de evaluación de la

era municipal que inicia en 1994, es la forma de medir la gestión local que tiene la ciudadanía y las propias autoridades, es decir, mientras más cemento le echaste a tu municipio es cuando más se trabajó, “obritis”.

No importa si gastaste miles en una escuela de dos pisos en un distrito donde sólo hay 50 niños, un centro de salud a 200 metros de otro al que nun-ca llegan pacientes o un sistema de riego insostenible en el tiempo. No, no importa, mientras el Alcalde rom-pa la cerveza y los vecinos lo llenen de mixtura, entonces todo está bien, “está haciendo algo”; a no olvidar el cartelito en el aula o la plaquetita en la pared del coliseo, cada uno vale un votito. Esta es la cultura de la munici-palización, de la cual también apren-dió nuestro Presidente. Para muestra, millones de dólares gastados en el programa “Evo Cumple Bolivia Cambia” destinados a lo mismo que hicieron los alcaldes por más de 15 años: aulas y canchas —un informe de la FAM de 2010 dice que el 60 por ciento de este dinero fue dirigido a es-tas obras. Así, Evo adoptó la misma lógica: la entrega de la cancha, del tin-glado en el propio lugar, para ser fes-tejado con vivas, mostrando así que mucho cambio no hay, pues se sigue entregando cemento y no creando el ambiente adecuado para generar más empleos, por ejemplo.

Y esto ya se volvió inevitable, hace quince días, S.E. se comprometió con autoridades de los 1.600 habitantes de Orinoca a construir allí el “Museo de la Revolución” por un valor de 5 millones de dólares, ¡el presupuesto de cinco años de su municipio madre Andamarca!, lugar donde la inaccesi-bilidad es histórica, hasta ahora sólo existen salidas de buses a Orinoca dos veces por semana, ¿es necesario comenzar su desarrollo con un mons-truo de esta clase?

Luego, hace diez días, se inició el debate de la construcción de la Casa Grande del Pueblo, anexo al Palacio Quemado, situación que sí es inevitable, pues en estos años de masismo, más de 50.000 funciona-rios engrosaron la burocracia, ¡ya no hay dónde meterlos!

Como cereza para terminar la tor-ta de febrero, anunció que sacará de la manga otros 5 millones de dólares para hacer un nuevo Comando de la Policía. No comentaré su desempeño como Presidente, pero estoy seguro que si fuera alcalde rural, por ejem-plo, su ciudadanía lo veneraría. /

Julio Héctor Linares Calderón

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Jorge Komadina /La Razón

Sobre el nacionalismo ecológico y la pobreza

Arias habla de cómo la pobreza es ‘explotada’ por los mandantes de turno que ven en “un estado de cumplimiento general de to-das las leyes” una “seria amenaza a la pobreza”. Y a sus planes.

Iván Arias DuránCiudadano

Estuve revisando el “Manual de cómo llegar a ser pobre” (Lawrence Vincent. 2002), a

propósito de una discusión sobre la necesidad que tenemos los bolivia-nos y bolivianas de pasar del nacio-nalismo geológico al nacionalismo emprendedor. El diálogo versaba sobre cómo la historia boliviana, en sus diferentes vertientes, ha susten-tado su existencia en las formas que hemos adoptado para penetrar, abusar y explotar la geología minera, hidro-carburifera, agropecuaria, piscola y forestal fe nuestro territorio.

Todos los nacionalismos (inclui-dos los que se autodenominan libe-rales) han basado su existencia en la geología y no en el emprendeduris-mo. Por ello, en nuestros 187 años, en vez de ser ricos nos quedamos siempre pobres. Y es que la pobreza geológica, resultado del naciona-lismo pétreo, es el mejor caldo de cultivo para que los políticos vivan siempre bien a costa de ella.

L.Vincente señala en su Manual que para que la pobreza se matenga, el individuo en primer lugar debe mantener una baja autoestima y si es posible bajarla aun más, y desarro-llar el complejo de “yo no fui”. Esto último es especialmente importante, porque hay que establecer el hecho de que siempre los otros, “ellos”, sean estos los “ricos” o el “establishment”, son los culpables de su situación. Es imperativo evitar asumir responsabi-lidad alguna. El nacionalismo geoló-gico, disfrazado de pachamamismo, tiene como política y estrategia para incrementar el ejército de pobres que éstos se conformen con muy poco y siempre dejar en claro su condición de víctima. La táctica consiste en admi-nistrar mal lo poco que se tiene, des-tinar una buena parte de los bajos in-gresos a la compra de loterías, prestes, compadreríos, etc. y que no falten las frecuentes borracheras y consecuen-tes acciones de violencia intrafamiliar o con los beodos de al lado.

El desprecio por la superación personal es una de las claves del na-cionalismo ecológico. Por ello es necesario evitar caer en la trampa de

“En el nacionalismo ecológico pacha-mamista corresponde al Estado garanti-zar la permanencia y aumento de la po-breza mediante estrategias y acciones que tengan como base el principio de frenar la motivación individualˮ

Museo de la RevoluciónEl Ministro de Culturas y el pro-

pio Presidente han confirmado la construcción del faraónico

Museo de la Revolución Democrática y Cultural, que integrará tres edificios de formas zoomórficas: la llama, el puma y el quirquincho. Esta obra mo-numental, cuyo costo ha sido estimado en 5 millones de dólares, se construirá en Orinoca, que ya ostenta los títulos de Patrimonio Histórico Nacional y Monumento Histórico. El pueblo natal del Presidente se convertirá en el lugar de mayor densidad simbólica de Bolivia, espacio casi-sagrado.

Se dice que el museo es una de las instituciones culturales más podero-sas del Estado-Nación. Ese poder no radica en el valor intrínseco de los objetos expuestos, cuadros o docu-mentos, sino en la narración histórica que confiere sentido a las colecciones, privilegiando una manera de contar la historia. Por supuesto, esa trama histó-rica está legitimada por el Estado. La visita de los museos permite asimis-mo que los espectadores descubran la singularidad y la trascendencia del patrimonio cultural de una nación. No en vano decía el escritor John Berger que los museos han reemplazado a las iglesias y conventos como lugares de recogimiento y reflexión.

¿Esta afirmación es también válida para Bolivia? Probablemente no. Sal-vo una o dos excepciones, nuestros museos carecen justamente de narra-tivas, de recursos escenográficos, de investigación antropológica e histórica y, sobre todo, de públicos. Los museos bolivianos no han logrado representar nuestra identidad cultural mejor que las fiestas y las k’anchas de los pue-blos y regiones.

El futuro museo de Orinoca tendrá pues que vencer esas y otras dificulta-des. ¿Cuáles serán las colecciones que permitan comprender el “proceso de cambio”?, ¿tendrán los públicos que justifiquen una inversión millonaria?, ¿quién organizará y administrará? Estas preguntas son importantes, pero la cuestión decisiva es otra: ¿cómo se representará la trama de un proceso en curso, cuyo final es todavía una incóg-nita? El presente, el acontecimiento, se resiste a ser clausurado por un relato histórico.

No estoy en contra de construir museos. Creo que la inmensa riqueza cultural amerita no uno, sino varios.. Pero deben ser concebidos desde una visión renovada del patrimonio cultu-ral. Los mundos indígenas no son re-siduales o arcaicos, son culturas vivas, orgullosas de su pasado, pero abiertas al porvenir. Necesitamos pues un Mu-seo del Presente, capaz de representar las tensiones y encrucijadas culturales y políticas de esos pueblos.

ESTADO DE DERECHO

acudir y participar en diversas acti-vidades de capacitación, no se debe perder tiempo en estudiar. Es más, si se es estudiante, la clave está en no es-tudiar mucho, pues basta con medio escuchar las necedades que hablan los profesores. Al fin al cabo la educación no nos cuesta nada y tarde o temprano el “profe” le pondrá el 10, aunque sea por cansancio. Lo importante es llevar ropa de marca y conservar las ener-gías para las tertulias de pasillo que no tengan nada que ver con los estudios, pero sí con la actividad discotequera en cualquier noche de la semana.

En el nacionalismo ecológico pa-chamamista corresponde al Estado garantizar la permanencia y aumento de la pobreza mediante estrategias y acciones apropiadas que tengan como base el principio de frenar la motiva-ción individual, que es una seria ame-naza a la pobreza. Se debe formular las políticas de aparente protección, tales como la inamovilidad laboral, aumentos de salarios por decreto, anulando así cualquier posibilidad de

aumentos concertados entre trabaja-dores y patronos sobre bases de pro-ductividad y que impidan que los des-empleados lleguen a tener un trabajo. Esta combinación de condiciones propicias para mantener el bajo poder adquisitivo de los que tienen trabajo y para mantener los altos niveles de desempleo, es fundamental para la sostenibilidad de la pobreza.

En materia de subsidios, el Estado pachamamico debe dilapidar en el mayor grado posible los recursos en medidas de orden general que sub-sidian al que no los necesita. Así se contribuye a aumentar la brecha en-

tre los que tienen y lo que no, es decir los subsidios generales son elemento importante para mantener la injusticia social tan necesaria para la pobreza.

Por ejemplo, es conveniente mantener el precio de la gasolina subsidiada que nos hace vivir en el limbo de la mentira. En el sector de educación universitaria, el carácter gratuito contribuye enormemen-te a mantener la pobreza, pues los recursos económicos que podrían utilizarse para reducir la pobreza se destinan al universo general de estu-diantes, contribuyendo al aumento de la brecha entre los sectores privi-legiados y los sectores más pobres cada vez más fortalecidos en núme-ro. Otro aspecto de importancia es la apropiada aplicación de las leyes. El Estado debe continuar la política de dejar que diversos funcionarios y los mismos ciudadanos decidan cuáles leyes acatan y cuáles no. Un estado de cumplimiento general de todas las leyes es otra seria amenaza a la pobreza.

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BOLIVIA VIVA

Exposoya, en Cuatro Cañadas

La Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (Anapo) tiene todo listo para

iniciar este viernes 9 de marzo la ver-sión 17 de Exposoya en el centro ex-perimental que tiene en la comunidad 26 de Agosto, ubicada a 79 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz de la Sie-rra, sobre la carretera a Trinidad, en el municipio de Cuatro Cañadas.

Demetrio Pérez, presidente de Anapo, recordó los dos objetivos que persigue la Asociación a través de sus diferentes versiones de la Feria Ex-posición de la Soya: mostrar la tec-nología existente para la soya y otros cultivos, como maíz, sorgo, girasol, maní y otros de integración agrícola- ganadera; y, en segundo lugar, abrir un espacio de confraternización e intercambio de experiencias entre los agricultores.

La versión 2012 de Exposoya cuenta con el apoyo de los munici-pios de Cuatro Cañadas, Pailón y San Julián, de donde proviene gran canti-dad de la producción de soya. En la actual versión, Exposoya contará con alrededor de 80 expositores, entre los que figuran no solo productores, sino también casas comerciales de semillas, industrias e instituciones de investigación, lo que desde ya es un record para la organización.

Entre los atractivos está la presen-tación de resultados del programa de agricultura sostenible para un mejor manejo y conservación de suelos, la propuesta del Programa de Mejora-miento Genético de Oleaginosas con las diferentes variedades y tecnolo-gías para el maní; las nuevas alterna-tivas en agroquímicos, las nuevas va-riedades de soya y líneas que pronto serán lanzadas, además de lo último en vehículos para el campo.

“Consideramos que la presencia de casi cinco mil agricultores harán de Exposoya uno de los eventos tec-nológicos más importantes del país”, manifestó Pérez. Y añadió: “Creemos que este evento difícilmente se podría realizar sin el apoyo de las casas co-merciales, industrias y expositores, además de los municipios que con su grano de arena hacen posible que los agricultores se encuentren nuevamen-te en este intercambio de tecnología que significa Exposoya. Nuestra es-peranza es que cada vez más los pro-ductores agrícolas puedan utilizar las técnicas que se ofertan y que de esa manera se tenga a nuestros campos produciendo cada vez más y mejor, para brindar la soberanía alimentaria de la que tanto se habla”.

Bosque, madera y tecnología enExpoforest 2012Serán cuatro días de exposición, debates y negocios sobre todas

las áreas de influencia de la producción e industria de la madera. Organiza la Cámara Forestal de Bolivia en el campo de la Fexpo

La Décima Feria Internacional del Bosque, Madera & Tec-nología “Expoforest 2012”,

que se llevará a cabo en Santa Cruz de la Sierra del 21 al 24 de marzo, consolidará la muestra como la ma-yor en el ámbito forestal, asegura el presidente de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB), Pablo Antelo. Él sabe lo que dice: los nueve años que preceden a la Expoforest 2012 han servido para consolidar, poco a poco, esta feria como la más importante para toda la industria de la madera.

Los logros han sido posibles no solo por el empeño de la CFB, dice Antelo, sino también por la sinergia lograda con otras instituciones públi-cas y privadas, entre las que destacan la Secretaría de Desarrollo Sosteni-ble de la Gobernación de Santa Cruz, la Unidad de Medio Ambiente del Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, la Autoridad de Fiscali-zación y Control Social de Bosques y Tierras ABT, la Fundación Amigo de la Naturaleza FAN y el Instituto de Investigación Forestal IBIF. A to-das ellas se suma Fexpocruz con sus 50 años de experiencia exitosa en la organización, promoción y realiza-ción de ferias.

Es que Expoforest no es apenas una muestra de la producción fores-tal, amplía Antelo. En esta feria se incorporan otras áreas vitales para la industria maderera, como la biodi-versidad, la investigación, la tecno-logía, la promoción de proyectos de desarrollo sostenible y de productos del bosque que se desarrollan en Bo-livia. Esto es posible gracias a la par-ticipación de instituciones y expertos que trabajan por la conservación, el aprovechamiento sostenible y el me-dio ambiente.

Antelo subraya que en la conjun-ción de esfuerzos y objetivos radica el éxito de Expoforest, expresado el año pasado en la participación de 237 expositores de nueve países que ocuparon con sus muestras nada me-nos que nueve mil metros cuadrados del área habilitada en el campo fe-rial Expocruz; en la visita de 11.500

personas; y en los 4,3 millones de dólares que representaron las inten-ciones de negocios presentadas en el encuentro de pequeñas, medianas y grandes empresas en el marco de la Expoforest.

A esas cifras positivas se suman los más de 42 millones de dólares movido en la Rueda de Negocios realizada simultáneamente, gracias a la participación de 150 empresas que generaron un total de 1.405 ci-tas entre productores, empresarios e inversionistas.

Esos resultados alentadores son los que llevan a la CFB a afirmar que la Expoforest de este año será la que consolida la muestra como la más im-portante del sector, dice aún Antelo. “La meta –añade- es asegurar nueva-mente el éxito de la muestra ferial y que cumpla los principales objetivos que son educación ambiental, con-cienciación sobre la importancia de los recursos naturales, el desarrollo sostenible, la valoración y el cuidado de la biodiversidad y del medio am-biente, y la promoción de la pequeña y gran industria del mueble; así como también de los productos y la tecnolo-gía que acompañan a la industrializa-ción de los productos del bosque.”

un proGrama

eXcepcional

La Expoforest 2012 contempla en su programación varias actividades que aseguran su éxito. Entre otras, las siguientes:

1. Foros Expoforest 2012: un es-pacio de discusión e intercambio de ideas y propuestas de temas que están relacionados con el aprovechamiento forestal, los recursos naturales, la bio-diversidad, la legislación, el desarrollo sostenible, la producción de muebles, puertas, marcos, ventanas, decking, pisos y la tecnología para la industria maderera. Los foros temáticos se de-sarrollan a lo largo de los cuatro días que dura el encuentro ferial.

Pablo Antelo destacó que el tema central de los Foros Expoforest 2012 marcara una especial atención en los diferentes sectores que componen el

aprovechamiento forestal y el desa-rrollo sostenible, con la participación de especialistas técnicos e institu-ciones del sector que analizarán la situación actual del sector forestal, perspectivas y normas sobre el apro-vechamiento forestal, además de conocer a visión de los empresarios, indígenas y Estado sobre cada una de las problemáticas expuestas.

2. Cuarto Concurso de Diseño y Construcción de Muebles. El con-curso cuenta con el sello y respaldo de la Asociación Latinoamericana de Diseño (Aladi) y con el apoyo de instituciones como la Universidad Privada de Santa Cruz (UPSA), la Universidad Autónoma Gabriel Re-né Moreno (Uagrm), el Colegio de Arquitectos de Santa Cruz y el Ins-tituto Boliviano de Normalización y Calidad (Ibnorca).

3. Octava Rueda Internacional de Negocios de la Industria Madere-ra. Organizada por la CFB en coordi-nación con Fexpocruz y con la coope-ración de Usaid/Bolivia. El evento se realizará el 22 y el 23 de marzo en las instalaciones de Fexpocruz, con la participación de empresas nacionales y extranjeras, así como de comprado-res y vendedores de madera aserrada, puertas, muebles, partes y maquinaria para la industria maderera e insumos. También se podrán concretar citas con empresas proveedoras de servi-cios de transporte, con productores locales de madera y con instituciones financieras.

4. Campaña de Reciclaje. Cam-paña de Pilas usada. Ambos eventos se realizarán a través de la instalación de un bosque húmedo en el mismo campo ferial, como homenaje que rendirá la Expoforest 2012 al Día Mundial del Agua. En esta misma actividad se inscribe el apoyo a la campaña La Hora del Planeta.

La CFB ha habilitado un ser-vicio especial para la atención de consultas y requerimientos de las personas e instituciones interesa-das en recibir mayor información sobre las actividades previstas en Expoforest 2012.

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AusteridadesCastells aborda con ironía la crisis de Europa y la reacción de los gobernantes que piden

“austeridad”, pero con receta ‘psicológicamente destructiva: renunciar al consumo con el señuelo de volver a consumir algún día’. La disyuntiva que puede derivar en drama.

“El mito de reactivación económica sin gasto públi-co, en medio de la atonía del crédito y del colapso de pequeñas y medias empresas, es otra de esas cortinas de humo con las que gobernantes aterrados tratan de ganar tiempo ante una ciudadanía que empieza a revolverse porque sospecha de qué se trata. ”

Manuel CastellsSociólogo / La Vanguardia

Así que a partir de ahora los europeos estaremos consti-tucionalmente obligados a

la austeridad. Como éramos dísco-los y manirrotos, la dama de hierro germana nos castiga sin recreo hasta las calendas griegas. So pena de ser arrojados a las tinieblas exteriores al euro donde pululan irresponsables gobiernos que todavía se atreven a imprimir moneda propia cuando les hace falta a las empresas de su país.

Pero no nos podemos quejar, porque los gobiernos de la eurozo-na, que nosotros elegimos (¿o no?) se han hecho harakiri al unísono en cuanto a la capacidad de decidir su política económica. Y algunos como Grecia se han salvado in extremis de que los pánzer-interventores del Bundesbank ocuparan sus finanzas públicas, como sugería Merkel. Ni siquiera Sarkozy la pudo seguir en ese desvarío, secuela del traumatis-mo weimariano, sin relación alguna con las más elementales reglas de gestión de una crisis económica.

Tales como que a una economía en recesión no le conviene recortar gasto sino gastar más o se pondrá muy malita. E incluso los consu-midores europeos podrían dejar de comprar productos alemanes, no por rechazo nacionalista (que también podría ser) sino porque no tienen con qué pagar y ya saben que no les fían a crédito.

No es pues de extrañar que los keynesianos de pro, como Krug-man, Stiglitz o nuestro Ontiveros estén que trinan argumentando con razonamientos contrastados por la teoría y la historia que el crecimiento de producción y empleo es lo único que puede permitir salir de la crisis y generar suficiente excedente para pagar la deuda pública y privada. Y para eso hay que reactivar la econo-mía con gasto publico productivo financiado con eurobonos que es otra forma de darle a la maquinita monetaria.

Pero no, ahí andan los gobiernos, todos en fila y al paso de oca ento-nando el himno de las virtudes de la austeridad, como purga necesaria tras los excesos consumistas por en-cima de nuestras posibilidades. Es probable que vayamos al cataclismo económico con estas recetas de rebo-tica presupuestaria que confunden la economía familiar con la economía del conocimiento en un contexto de

competición global.Claro que ante el clamor de sen-

satez que denuncia la parálisis resul-tante del estrangulamiento del gasto público, la Comisión Europea ha empezado a hablar de políticas de “crecimiento y austeridad”, indican-do que también se va a estimular la economía y crear empleo. ¿Cómo?

¿Con qué presupuesto? Ni exis-ten fondos suficientes, porque lo que hay irá al fondo de estabilización fi-nanciera, ni hay fórmulas institucio-nales de transferencia de recursos a los países, excepto los programas de desarrollo para regiones atrasadas, formas asistenciales inhibidoras del emprendimiento. Como algo hay que hacer, se van a enviar expertos made in Bruselas para aconsejar co-mo crear empleo para los jóvenes. Y, cómo no, se habla de aprendizaje.

En concreto, no sólo hay que se-guir la política fiscal alemana, sino que ahora nos van a poner a todos a seguir el modelo alemán de forma-ción profesional consistente en for-mar en la empresa y para la empresa. Fue una formula positiva en el mo-mento de la industrialización de la posguerra, con formas de trabajo re-lativamente estables y que requerían destreza más que conocimiento.

Pero las políticas educativas de la era de la información necesitan otro tipo de formación, centrada en la ge-neración de autonomía profesional y capacidad de innovación para re-solver problemas nuevos en un con-texto de rápido cambio tecnológico, organizativo y de demanda. Hay que formar trabajadores autoprograma-bles para las empresas, pero no en la empresa.

El mito de reactivación económi-ca sin gasto público, en medio de la atonía del crédito y del colapso de pequeñas y medias empresas, es otra de esas cortinas de humo con las que gobernantes aterrados tratan de ga-nar tiempo ante una ciudadanía des-concertada que empieza a revolverse porque sospecha de qué se trata. Y de lo que se trata es de que así no hay salida de la crisis. Toca aguantarse y esperar.

Esperar a que se limpie por arte de birlibirloque la toxicidad de un sistema bancario del que ya nadie se fía. Esperar a que las empresas puedan emplear, porque sin acce-so a capital y con cada vez menos clientes no pueden. Esperar a que

los gobiernos hagan algo más que recortar los servicios que la gente paga con impuestos y cotizaciones. Esperar a que les digan la verdad. Esperar a que les devuelvan ciuda-danía y soberanía.

Pero en la vida siempre hay que ser positivos. Y puede haber algo positivo en esta austeridad. Porque si no podemos consumir, algo habrá que hacer. Y si no hay trabajo, habrá tiempo para inventar otras formas de vida. Y si hay suficiente gente expe-rimentando el placer de vivir, se pue-den incluso añadir muchos otros que trabajan en cosas tontas que les van agostando a cambio de una supervi-vencia ahora atenazada de angustia.

La reconstrucción de la vida personal y social mediante formas de economía de trueque, cobrando menos para trabajar menos, auto-gestionando lo que necesitemos, cultivando redes de solidaridad y creatividad, con tiempo y energía para amarnos, puede poblar la aus-teridad de sentido. Las investiga-

ciones al respecto demuestran que miles de personas están ya en esta nueva cultura de la austeridad crea-tiva, más allá de las prácticas eco-nómicas del mercado capitalista. En lugar de aferrarnos a un modelo en bancarrota, podríamos explorar otras modalidades de existencia. A condición de mantener lo esencial, o sea el Estado de bienestar. Un Estado de bienestar financiado por impuestos a quienes pueden pagar, empezando por las entidades finan-cieras, y por un crecimiento estimu-lado por el gasto público.

Hay distintas austeridades. La creadora de sentido de vida más allá del consumo o la austeridad impues-ta a quienes confiaron en que la vi-da se puede comprar a crédito y se encontraron con el espejismo de un consumo artificial alimentado por una finanza virtual. Lo más psicoló-gicamente destructivo es lo que nos proponen los gobiernos del euro: re-nunciar al consumo con el señuelo de volver a consumir algún día.

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¿Quién escucha hoy The Wall entero?

La Guerra de Malvinas, el auge de la música disco y una arquitectura simbólica demen-cial se mezclan en la memoria emotiva y oscura de la porteñidad floydiana, a propósito del regreso de Waters a Buenos Aires.

Una banda homenaje no se le niega a nadie. Hay un cantante en San Telmo

que es un clown de Silvio Rodrí-guez. Suele cantar en un bar que tiene mesas en la calle. Hay otro -que se parece a un amigo mío- que es un cantante homenaje de Joaquín Sabina. Está The Beats, la banda homenaje de los Beatles o la ya vieja Danger Four. Hace poco vi en un suplemento de cultura un error simpático: había una nota so-bre U2, ilustrada por equivocación con una foto de su banda tributo argentina. ¿Qué significan estos grupos? ¿Qué hace que en vez de hacer tu propia música -incluso afanando a granel como los Ra-tones con los Stones- decidas ser un reflejo, un doble de otro? ¿Será algo así como el Second Life? ¿O lo que uno podría intuir como pe-reza o resignación es, en realidad, un hobbie?

Por más que algunas bandas ho-menaje ejecuten bien y sirvan para pasar un buen rato en un bar o en una fiesta de 15, siempre hay algo de taxidermismo en el ambien-te, algo de un mal sueño, como

cuando uno, en las pesadillas, se da cuenta de que la persona con la que está soñando en realidad está muerta. En concreto, estas ban-das lo que consiguen drenar de su modelo es la retórica, no su genio o singularidad. Bien, ¿en qué mo-mento Roger Waters se convirtió en una banda homenaje de sí mis-mo? Y otra pregunta más: ¿por qué esta banda homenaje que trae su gira este mes a nuestro país causó un furor demencial que hizo agotar muchísimas funciones en River?

Quizá la respuesta a esta última pregunta venga por el lado de que vivimos en una época retro. Re-ciclamos la basura, reciclamos al peronismo, vuelven las zapatillas flecha, vivimos en la nostalgia de una épica que no está a la altura de lo mejor de nuestras vidas. Hasta el mismo Juan Salvo, nuestro que-rido Eternauta, fue suplantado por un impostor. Existe la sensación

“…vivimos en una época retro. Reciclamos la ba-sura, reciclamos al peronismo, vuelven las zapa-tillas flecha, vivimos en la nostalgia de una épica que no está a la altura de lo mejor de nuestras vidas. Existe la sensación de que alguien nos está vendien-do una vacuidad como si fuera una revolución…”

Fabián Casas

Revista RollingStone

de que alguien nos está vendiendo una vacuidad como si fuera una re-volución. Y la música de fondo de esta estafa la ponen, sin duda, los Calle 13, con sus consignas polí-ticas infantiles tipo: “Yo uso Adi-das, Adidas no me usa” o “Vamos a portarnos mal”. Por eso no viene mal preguntarse si será realmente Roger Waters el que pise el esce-nario de River para tocar por mi-lésima vez the Wall. La verdad, no creo que sea necesario. Quiero de-cir, no creo que sea necesario que él venga en persona. ¿Para qué?

Sin embargo The Wall (el ál-bum y la película) significó, para una generación recién salida de la larga noche de la dictadura militar, varias cosas. Cuando uno llega a la mitad de la vida, le parece que el tiempo lineal no existe. ¿Cuán-do pasó aquello? ¿Dónde sucedió eso? Los hechos se difuminan y las fechas apenas sirven para ponerle

algo de cordura a ese mecanismo humano que es la historia. The Wall se grabó en 1979. Para mí, esa épo-ca, pareció mantenerse siempre de noche. De noche veíamos los par-tidos de la Selección juvenil en Ja-pón y de noche salíamos a bailar la incipiente música disco buscando el contacto con las primeras chicas. El rock, como siempre, era conser-vador. El primer hit de The Wall, con el título traducido literalmente "Otro ladrillo en la pared", sonaba, junto al helicóptero que lo prece-día, en los comienzos de los bailes. Pink Floyd se volvió bolichero, de-cían los rockers. Como yo llevaba una doble vida, de día era rockero y de noche me vestía como un tra-volta de chocolatín Jack, y decidí bailar el hit de Waters pero no es-cuchar el disco nunca. Una maña-na mi mamá me despertó y me dijo que había muerto John Lennon, y otra mañana me despertó mi viejo y me dijo que habíamos invadido Malvinas. Varios amigos del barrio viajaron a la guerra. En el 82, Alan Parker filmó the Wall y cuando la vi, durante mucho tiempo, las es-cenas bélicas de la película se mez-claron con nuestra propia guerra, con el silencio intenso que traían mis amigos que volvieron como ex combatientes. Porque en realidad volvieron mudos, sin experiencia, volvieron como si hubiesen parti-

cipado del Experimento Filadel-fia, ese mito estadounidense sobre unos soldados que desaparecen en el espacio-tiempo y vuelven enlo-quecidos por lo que vieron. Hay un cuento de Fogwill, “Los pasajeros del tren de la noche”, que habla de un tren que trae a los soldados muertos en la guerra en un lejano pueblo, pero resucitados. Eso es realismo. Bajo ese efecto, la pelí-cula y el disco -cuando finalmente me puse a escucharlo- me conmo-vieron. De golpe Pink Floyd, una banda espacial, ponía los pies en la tierra.

Eric Fletcher Waters perdió la vida tratando de tomar la cabecera de un puente en la batalla de Anzio. Los historiadores de la Segunda Guerra Mundial dicen que fue un combate muy cruento. Su tercer hi-jo, Roger, apenas tenía unos meses de vida. Cuando Waters, ya ado-lescente, se juntó con Syd Barrett (cuyo padre murió cuando éste era adolescente) surgió Pink Floyd. Desde el principio, la banda se di-vidió entre los “arquitectos” y los “músicos”. Los arquitectos (por-que estudiaban arquitectura) eran al principio Waters y Nick Mason, y los músicos Barrett y Richard Wright. Con la salida de Barrett, las divisiones fueron Waters-Ma-son vs. Gilmour-Wright. No es casual que uno de los arquitectos

La gira de Ro-ger Waters, de la legendaria banda de rock Pink Floyd, no estuvo al margen de las críticas. Dicen que quiere apropiarse de un legado que no es suyo

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Las revistas de historietas, casi desconocidas para los niños de hoy, las costumbres familiares, sabores de la infancia y hasta la vieja Chevrolet en el repaso del escritor sobre Cochabamba

fuera el que decidió construir la pa-red. Pink Floyd fue el abanderado de la música psicodélica. Tomaron el viaje de ácido de los Beatles y de los Byrds, y pusieron un pie en el espacio con recitales multidis-ciplinarios e inquietantes. Explo-raban el cosmos pero también el infinito de nuestra mente. Como Syd Barrett no tenía sus facultades intactas, deja la banda y Waters to-ma el control creativo secundado por el extraordinario guitarrista David Gilmour. Sacan Dark Side of the Moon y Wish You Were He-re, una exploración de la locura -con su leitmotiv fetiche: Barrett- y una corrosiva visión del mundo capitalista. Estos dos discos son magistrales y las letras de Waters (que siempre fue mejor letrista que músico), verdaderos poemas modernistas. William Burroughs, otro muchacho de la derecha psi-codélica estadounidense, dijo que “quien reza en el espacio no está en el espacio”. Waters tomó esto al pie de la letra y empezó a diseccionar la sociedad posindustrial inglesa: entonces salieron los chanchitos voladores de Animals y una rees-critura interesante de Rebelión en la granja, de George Orwell. Lo que murmura Driscoll, el portero de Abbey Road, en el final de Dark Side, estuvo pegado en mi cuarto durante mi adolescencia: “No hay un lado oscuro de la luna, en reali-dad toda ella es oscura”.

¿Alguien probó escuchar The Wall entero en su casa? Yo lo hice. De todo el disco, lo único que so-brevive, que tiene la intensidad del riesgo, la sensación de que lo “es-tán tocando mañana” es “Comfor-tably Numb”, un tema de Gilmour que éste había maquetado para una experiencia solista y que dejó de lado en esa oportunidad y re-sucitó en The Wall. Entonces nos preguntamos: ¿para qué construye esa inmensa pared Waters? El di-jo que era una alegoría del muro invisible que siente el músico y que lo separa de sus fans, su alie-nación como estrella de rock. Hay algo fascista en un concierto de rock, dijo. Esto, entre otras cosas, tematiza el disco. Pero uno pue-de conjeturar que hay tensiones que se le escapan al controlador de Waters. ¿No será la pared una defensa que él pone para que no lo podamos observar? ¿Una especie de country mental? ¿No simboli-zará la pared simplemente que ya no hay música, no hay banda, no hay orquesta detrás de ella? De to-dos modos, el interés que identifi-có Steven Spielberg por observar a los grandes dinosaurios es una verdadera atracción: Madonna, Bono, Waters, autoparodias de la industria con un público cautivo asegurado, como el Papa.

Fondo Negro

Prehistoria de mis lecturas

Claudio Ferrufino-CoqueugniotEscritor

Les decíamos entonces revistas, o historietas. Que yo recuerde -hago el intento de ser preciso

porque la sublimidad de estas memo-rias nunca se debiera olvidar- eran un temprano estadio de la globalización que nos caería en torrente décadas después. Cuando recién llegado al distrito de Columbia, y las ciudades adyacentes, todas por las que he pa-seado, amado y bebido, con lugares especializados en ellas, parafernalia relacionada, libros, juguetes, figurines de plástico y metal, pensé que aquel par de tiendas de revistas de Cocha-bamba, hundidas en el adobe colonial de casi extramuros, prefiguraron es-tos centros de placer lector que la urbe ofrecía a los coleccionistas.

Volvamos al principio. Hablo de cuarenta a cuarenta y cinco años atrás. Entonces villa modesta, Co-chabamba, todavía con aires de provincia y ciudad de letargo, de escaso entretenimiento y peor eco-nomía. Mis padres, con la diligencia de quien quiere algo mejor para sus hijos, nos inscribían a clases de fran-cés, alemán, artes marciales, dibujo. Buscar al hombre renacentista en medio del universo mestizo. Por otro lado, los vínculos de compadrazgo estaban muy enraizados y crecimos con miríadas de compadres y ahi-jados visitando desde el campo en ocasiones precisas de cumpleaños, navidades, pascuas, años nuevos. Pan fresco, leche, gallinas, chicha, arrope, y nombres que venían de las escrituras que jamás en casa tuvie-ron valor de sagradas: Lucas, Mateo, Santiago, o Leandro, Bernabé… Dos mundos que no diré -exceptuando en el hogar donde siempre se observa-ron lo que hoy se llaman preceptos democráticos- convivían en armonía. Era un mundo clasista, racista a más, como lo sigue siendo con los disimu-los que el progreso, bien o mal enten-dido, trae. Espacio de las sirvientas, mal pagas, de quienes hasta el idilio se consideraba inmoral.

Domingo, la fiesta, y bien defini-dos los progenitores en él, preservan-do para la nostalgia de los hijos cada cual característica propia. Desde la

Argentina llegaban a casa, traídos en persona o encomienda, paquetes de delicias impensables en lugar y sociedad boliviana de la época. Ahí mamá, que de italiana no tenía nada: francesa y vasca en la delicadeza y el temple, cocinaba pastas como nunca he probado. Ravioles y tallarines con un tuco que añadido tenía uno de los vicios que mi madre extranjera amaba del nuevo país: locoto. Aplastaba las papas, las iba convirtiendo en pasta y masa, y la desgranaba en pedacitos que con hábil tenedor convertía en ñoquis. Hervores de agua y raspar el parmesano cáscara negra, de horma grande, cuya carne, al roce del cuchi-llo, sudaba. El padre y la preparación dominical de la salida al campo, a cua-tro puntos de la geografía, pero sobre todo a las faldas de la cordillera del Tunari: idílicos rincones de eucalipto y agua brava. Subidos ambos con los seis críos en la Chevrolet roja modelo 50, hoy delicia de los conocedores de autos, con ropa de ocasión para trepar montañas, atravesar ríos, subir árbo-les y descender cañadas. Ese fue mi padre, explorador que educó explora-dores. Y, además, en el retorno, parar en la plaza principal, en alguno de los puestos de diarios y comprar lo último en historietas para niños, incluso para los acompañantes eventuales, vecinos que se plegaban al rito de la aventura con cierto temor.

Superman, Batman & Robin, Aquaman, siendo las de la Legión de Superhéroes mis favoritas, y del grupo los dos ídolos verdes: Linter-na Verde y Flecha Verde, vestido este como con el tiempo descubrí a Robin Hood. Luego estaban los cómics ar-gentinos, los del indio Patoruzú, últi-mo de los tehuelches, y los divertidos desmanes del play boy porteño Isido-ro, vividor e inquilino eterno de su tío el coronel Cañones, quien recordaba el porte de papá. Epopeya, que venía desde México, resultando nuestra primera aproximación a la historia. De sus páginas guardo a Aníbal de Cartago y el paso de los elefantes por los Alpes; a Bernardo O’Higgins y Maipú. Otras revistas detallaban en trazos biografías. Recuerdo las

de Joaquín Capilla, el clavadista, y también las de los boxeadores Juan Zurita y el nevero Rodolfo Casano-va. A los diez conocí en imágenes la revolución mexicana, y palpita en mi mente la horrorosa visión de los des-pellejados, revolucionarios presos a quienes los federales quitaban la piel como hacen hoy en Siria.

Luego aparecieron publicaciones más sofisticadas, que fuimos ateso-rando hasta bien entrada la adoles-cencia y la primera juventud, cuando leer a Jackaroe dio paso a entrepier-nas donde leí, por citar a Bataille, “el libro que me mata”. Pereció la épica y se inició el orgasmo.

Veía a mi hermano Armando como esos titanes de la antigüedad, aunque entre los santos aprendi-mos a incluir villanos: al arquero de las florestas de Sherwood y a Dick Turpin. Armando era maestro de ceremonias de la lectura de revis-tas. Compartíamos dormitorio, que cerrábamos para evitar el ruido de cuatro hermanas, y, cada uno tirado en cama, leer las adquisiciones do-minicales. Lógicamente, después de unas leídas los ejemplares se hacían obsoletos. Para renovarlos, cambiar-los por otros, teníamos que atravesar la ciudad en inolvidable peregrinaje. A pie; a veces en colectivo, con bol-sitas llenas, hacia la avenida Aroma, suerte de límite urbano de ayer, hasta llegar a la Revistería Apolo, un hito de la imaginación, donde miles de revistas se apilaban según la calidad. Poníamos las nuestras encima de un mesón y los dueños las separaban entre nuevas, semi-nuevas, usadas, muy usadas, dañadas, inservibles, etc. El canje era una por una, de la misma condición. Claro que había negocio y siempre degradaban las tuyas algo para obtener beneficio. Pero lo más lindo, lo hermoso, un placer difícil de borrar, era que por cada diez canjes te regalaban una nueva. Allí estaban, disponibles, gratis, las flamantes que no siempre se podía conseguir. Muchas veces las monedas no alcanzaban para diez y postergábamos los tesoros para la próxima semana.

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LECTURAS

El Gabriel García Márquez que cumplió el sueño de escribir

Cumplió 85 años el 6 de marzo y fue motivo para volver a ser cele-brado como el gran escritor que a sus 55 años se convirtió en el primero –y hasta hoy, único- colombiano a recibir el Nobel.

“En la primera página de Vivir para contarla se lee que ‘La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla’. Gabriel García Márquez escribió la suya, a su ma-nera. La otra es la de sus amigos y la de quienes leen esas páginas que escribió alguna vez.”

Ese día, en el viaje que Gabriel García Márquez hizo con su mamá, le dijo, como razón

para su papá, que lo único que quería ser era escritor. “Y que lo voy a ser”. Todavía estaba en los veinte y en sus bolsillos pesaba más la falta de dine-ro, que las mismas monedas. Lo que Gabo, como muchos prefieren decir-le, o Gabito, como le dicen otros de más confianza, dijo, y escribió en Vi-vir para contarla, era casi una profe-cía. O no. De todas maneras ya tenía una vida que le daba para escribir.

“Su gran obra es su propia vida y creo que lo consiguió”, cuenta Gus-tavo Arango , quien escribió el libro Un ramo de no me olvides, en el que cuenta la vida del Nobel cuando esta-ba joven y era periodista del diario El Universal, de Cartagena. Su vida no era una vida de escritor del centro de la ciudad, con dinero para dedicarse a escribir. Creció con sus abuelos en

Aracataca y fue a estudiar Derecho a Bogotá, aunque en el 48, por lo de Gaitán, se devolvió a Cartagena, esa ciudad de sus amores. Solo que lle-vaba algo más en la maleta, expresa Arango: regresaba con la idea de ser escritor. Y estaba seguro de ello.

En La Heroica se reencontró con el Caribe y con la cultura popular. En el Universal encontró a Clemente Manuel Zabala. “Ese señor -añade Gustavo- era un maestro con lápiz en mano. Se sentaba con él a pulir el estilo. Gabito había leído mucha lite-ratura del Siglo de Oro y le abrió las puertas a otra literatura”. También a que le torciera el cuello al cisne, es decir, que tratara de escribir más de-cantado, porque, tal vez influenciado por lo que leía, era poético y lleno de adornos.

los días difíciles

Antes de Cien años de soledad, García Márquez era un ser que ca-minaba como cualquier parroquiano. Incluso aunque ya había publicado

La Hojarasca, su primera novela, y La mala hora y El Coronel no tie-ne quien le escriba, su nombre no se conocía. Plinio Apuleyo, uno de sus amigos, lo escribió para la Re-vista Diners, en el 2007: “Se quedó en París, en una buhardilla de hotel, sin saber cómo iba a comer al día si-guiente, pero libre de no hacer nada distinto que escribir”.

Aunque el Nobel tuvo ganas, una vez, de dejarle de creer a la literatura. Trabajó de periodista en Venezuela y luego llegó a México. “Lo curio-so -anota el escritor de Un ramo de no me olvides-, es que no vivía de la literatura. Trabajaba en publicidad”. También fue guionista de cine. Y aunque sí escribía, sus libros no los compraba nadie. Plinio, en el mismo escrito, afirma que cuando la edito-rial Julliard editó El coronel, solo se vendieron 25 ejemplares.

Así que cuando ya estuvo a punto de dejar la literatura, en unas vaca-ciones llegó la idea de Cien años de soledad. Se acordó de Tranquilina, su abuela, y de sus historias de cuan-

do era niño. Y ahí volvió la intención de escribir. Se encerró 16 meses a que esa idea se quedara en el pa-pel, mientras su esposa, Mercedes Barcha, lo empeñaba casi todo. Lo último fue la licuadora, para enviar la novela a Argentina.

no fue en su tierra

García Márquez no se hizo fa-moso en Colombia. “Argentina -explica Gustavo- era un gran centro editorial”. Y Carlos Fuentes le hizo la conexión con el país gaucho. Era la última oportunidad, hasta por las palabras, que después se han hecho famosas, de su esposa: “Solo falta que esa hijueputa novela sea mala”.

En el país, sobre todo en el interior, su nombre no era conocido. Incluso, según la anécdota que recuerda Aran-go, una de sus hermanas, que era monja, contaba que “los libros de su hermano estaban prohibidos” por al-gunas palabras. Hay que pensar solo en el final de El Coronel: ¡mierda!

Así que se hizo famoso fue en Argentina. Cien años de soledad fue como un encanto que se vendió y se vendió. Y ahí empieza toda la fama, que relató Tomás Eloy Martínez en una crónica para la Revista Núme-ro: los habían invitado a Argentina y Gabo y Mercedes pasaron desaper-cibidos. “Dos o tres días en el más injusto anonimato”.

Después vieron un Cien años de soledad en la bolsa de mercado de una mujer y “esa misma noche fui-

mos al teatro del Instituto Di Tella. Estrenaban, recuerdo, Los siameses, de Griselda Gambaro (...). La sala estaba en penumbras, pero a ellos, no sé por qué, un reflector les seguía los pasos. Iban a sentarse cuando alguien, un desconocido, gritó ‘¡Bravo!’, y prorrumpió en aplausos. Una mujer le hizo coro: ‘Por su novela’, dijo. La sala entera se puso de pie. En ese pre-ciso instante vi que la fama bajaba del cielo, envuelta en un deslumbrador aleteo de sábanas, como Remedios la bella, y dejaba caer sobre García Márquez uno de esos vientos de luz inmunes a los estragos de los años”.

la fama

lleGa…Gabito ha fungido de mala cla-

se. O eso parece. “Es una persona tímida, que parece antipática. No hay peor desgracia para una persona tímida que volverse popular”, co-menta el también escritor Óscar Co-llazos. El mismo Gabo lo escribió en una columna para El País de España, en 1982, cuando explicaba por qué no daba conferencias o participaba en actos públicos: “No lo hago por

RankingTres libros importantes:

1. Cien años de soledad, 1967. Es su libro cumbre y es considerado una obra maestra de la literatura universal. Se ha traducido a más de treinta idiomas. Después de ella sus textos se empeza-ron a conocer y a vender. Es un clásico, que se narra en una estructura cíclica.

2. El amor en los tiempos del cólera, 1985. Salió publicada tres años después del Nobel. Dicen que en parte está inspi-rada en la vida de sus padres. Cuenta la historia de un círculo amoroso. Ha sido llevada al cine, al igual que Cróni-ca de una muerte anunciada y El amor y otros demonios.

3. El otoño del patriarca, 1975. Es la nove-la que le sigue a Cien años de soledad y representó el superar una obra con éxito. Es difícil, pero muy trabajada: una oración tiene 40 páginas. Le gusta más a los estudiosos, que a los lecto-res. Se reinventó como escritor.

Mónica Quintero Restrepo

La celebración del aniversario natal de Gabo tuvo resonancia en todo el mundo. En sus inicios se desempeñó como periodista, pasión que no dejó, pese a su fama literaria.

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www.semanariouno.orgViernes 9 de marzo de 2012

Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

Gabo, en cifrasmodestia, sino por algo peor: por ti-midez”.

Ser tímido y famoso es difícil en esas circunstancias. Sonreír todo el tiempo, firmar autógrafos. Pagar el tiempo libre a un precio muy alto. Y lo señala Arango: “la sonrisa se gas-ta y puede haber un momento que es impaciente”. Sin embargo, los que lo conocen hablan de un hombre muy amable, especialmente cuando está en un espacio de confianza. “Es un hombre de pequeños grupos, de muy sabrosa conversación, capaz de ani-mar la fiesta -agrega Collazos- can-tando un vallenato”.

Ha sido un tipo muy disciplina-do, también fiestero y reservado en su vida personal. “Hay secretos que se van con él”, apunta Collazos. Él tiene una vida pública, pero lo que es suyo, no es de nadie más.

el periodista

que hay en Gabo

Después de Cien años de soledad, García Márquez no volvió a ser otra cosa que escritor. Óscar Collazos re-cuerda que en Barcelona, cuando lo conoció mejor, por allá en la década del 70, era una figura que no se qui-taba su uniforme de mecánico. Lo llevaba, “quizá porque era el panta-lón con el que trabajaba”. Escribía, pues. Tampoco nunca dejó de ser periodista. Lo era en sus novelas (re-gistraba experiencias), salvo porque no se quedaba apegado a los hechos. “La base, lo que le dio la disciplina, fue su experiencia como periodista”, manifiesta Arango.

Era tan disciplinado, recuerda Nelson Freddy Padilla, hoy editor dominical de El Espectador, que no le importaba trabajar hasta las cinco o seis de la mañana. “Así fuera un pa-rrafito, nos tenía ahí hasta la madru-gada para que quedara perfecto”. Eso fue en 1998, cuando García Márquez compró Cambio y cumplió, aunque por poco tiempo, el sueño de tener una revista de crónicas y reportajes.

Nelson fue un orgulloso datero. Esa noche era el coctel de reinaugu-

ración de la revista y Gabo lo llamó y le dijo que salieran por la puerta de atrás, a escribir una crónica. Y él, de la alegría, camino al periódico pisó tan-to el embrague que lo quemó. Estaba emocionado de estar trabajando con el Nobel, tan emocionado que igual llegó a hacer guardia, a esperar que alzara la mano y pidiera algún dato.

De hecho, alzó la mano. Estaba escribiendo una crónica sobre Hu-go Chávez y a las tres de la mañana “le dio por saber de qué color era su uniforme en un día especial”. A esa hora tocó llamar a Caracas y buscar quién sabía qué uniforme vestía ese día. “Era riguroso”.

Y quizá como el abuelo del Nobel lo sentaba en sus piernas, Nelson lo recuerda exactamente como “el abue-lo que lo sienta a uno y le cuenta histo-rias. Era totalmente dulce y entonces lo sentaba y le daba consejos, como un abuelo que uno siente que conoce y que sabe como funciona el libro”.

Corregía mucho, preguntaba mu-cho, confrontaba los datos y les decía que no adjetivaran tanto. También, Nelson le heredó el amor por la lec-tura y la literatura. “Todo el tiempo nos decía que un periodista que quie-ra ser un buen escritor, tiene que leer mucha literatura”.

Le gustaban los temas sociales, sobre todo los que tuvieran que ver con la realidad de la gente. En la pri-mera página de Vivir para contarla se lee que “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y có-mo la recuerda para contarla”. Gabo escribió la suya, a su manera. La otra es la de sus amigos y la de quienes leen y vuelven a leer esas páginas que escribió alguna vez.

Y aunque Gustavo Arango con-sidera que “se habla mucho de él, pero no creo que se lean tanto sus novelas como se venden”, Gabo es una leyenda. Porque solo es juntar el García más el Márquez, para saber que hay un Gabriel que le dijo una vez a su mamá que lo que quería ser era escritor. Solo le faltó predecir qué escritor.

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LECTURAS

Gabriel García Márquez es el único escritor colombiano que ha recibido un Premio Nobel, fue hace 30 años. También el único que prefiere decir que nació en 1928 y no en 1927, sólo para que su año de nacimiento coincida con uno de lo acontecimientos que más han marcado su vida: la masacre de las bananeras. Y como muchos famosos, mantiene en secreto a cuánto asciende su fortuna.

1.100.000 dólares recibió en 1982 por el Premio Nobel.

8.000 libros fue el tiraje inicial de Cien años de soledad.

105 entre películas y documentales llevan su nombre.

85 años de edad.

72 años vivió en Zipaquirá.

65 años de haber ingresado a estudiar Derecho en la Universidad Nacional.

65 años de haber publicado su primer cuento: "La tercera resignación".

54 años de matrimonio con Mercedes Barch.

53 años de amistad con Fidel Castro.

50 años de ganar Esso, su primer premio como escritor.

50 años de publicar su primera novela: "Mala hora".

41 libros ha escrito.

35 idiomas de adaptación de Cien años de soledad.

36 años de no hablarse con Mario Vargas Llosa.

31 años de haberse radicado en México.

30 millones de copias se han vendido en todo el mundo de Cien años de soledad.

9 de la mañana, la hora en que nació.

5 años de no visitar Aracataca, el pueblo donde nació.

2 años de no publicar un libro.

2 hijos tiene el escritor, Rodrigo y Gonzalo.

AgendaCasateatro especialEl grupo que dirige René Hohens-tein está realizando funciones exclusivas para colegios de “Un agujero negro”, una antología di-dáctica teatral que incluye partes de obras destacadas de los clásicos Shakespeare, Sófocles, Aristófanes y de autores nacionales -Oscar Barbery, Adolfo Mier, Emilio Finot, Oscar Zambrano y Eugene Ionesco. Actúan Gloria Fernández, Jorge Ar-turo Lora, Cecile Montalván, Sandra Elías e Ilya Hohenstein. Informes al 773-43723.

Celebrando 100Plural y el Instituto Prisma celebra-ron la edición No. 100 de Nueva Crónica y Buen Gobierno, que comenzó a circular en octubre de 2007. Dirigida por José Antonio Quiroga, Nueva Crónica… desta-ca por la calidad de su contenido y presentación; sobre todo, por el coraje de plantear debates con visión crítica sobre el “proceso de cambio” en Bolivia. El número 100 trae como invitado especial al mu-ralista Lorgio Vaca y un recordato-rio en memoria de los que desta-caron como colaboradores: Joan Prats y José Mirtenbaum. Ver en www.plural.bo o www.insti-tutoprisma.org

Teatro en ColombiaBogotá volverá a ser el escena-rio donde las mejores compañías teatrales del mundo darán vida a más 100 obras. Con la realización del XIII Festival Iberoamericano de Teatro -del 23 de marzo all 8 de abril- será anfitriona de cerca de 120 grupos artísticos –63 de paí-ses de los cinco continentes y 60 colombianos– que realizarán cerca de mil funciones y congregarán a más de 2.000 actores. Organiza la Fundación Teatro Nacional y tendrá como invitado especial a Rumania. Detalles en http://festivalde-teatro.com.co/2012/

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