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54 mercados & tendencias Marzo - Abril 2013 El próximo paso La región ya usa el sol o el viento para generar electricidad, pero el modelo energético limpio apenas comienza. Thelma López

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54 mercados & tendencias Marzo - Abril 2013

El próximo

pasoLa región ya usa el sol o el viento para generar electricidad, pero el modelo energético limpio apenas comienza.

Thelma López

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ACTUALIDAD

El barco MV DA Hong XIA arribó al puerto de Corinto sin mucha fan-farria. Era un sábado en la mañana, un día usualmente agitado en

la ciudad: los contenedores se apilan por montones y la presión de termi-nar la jornada es mucha.La carga de la embarcación repre-sentaba las primeras once torres de 80 metros para las turbinas del pro-yecto de 40 megavatios (MW) de generación eléctrica eólica del Alba, ubicado en el departamento de Ri-vas, al sur del Nicaragua.El desembarque del equipo se ex-tendió hasta el domingo, cuando las torres empezaron su viaje hasta la carretera Panamericana, donde serán una más de los ya numerosos gigantes blancos que se alzan en el panorama.La carretera se ha convertido en una dimensión paralela, donde las casas campesinas de zinc y madera viven

a la sombra de los molinos, alimenta-dos por los vientos fuertes que surcan el departamento fronterizo y las olas del lago de Nicaragua que, con su color café y su contaminación laten-te, se mueven al ritmo circular de las aspas blancas.Los primeros molinos que llegaron a la zona fueron los del Parque Eó-lico Amayo, un proyecto de produc-ción de energía eólica que empezó a funcionar en la zona en el 2009,

entre los kilómetros 128 y 130 de la carretera Panamericana (entre la ciu-dad de Rivas y la frontera de Peñas Blancas). Sus 30 torres se encargan de producir 63 MW de energía.Después de Amayo, las solicitudes para la apertura de parques eólicos en Nicaragua fueron más frecuentes. El segundo parque que entró a gene-rar energía en el 2012 es el parque La Fe-San Martín, de Blue Power & Energía S.A, que aportará 39,5 MW de energía al Sistema Interconectado Nacional (SIN).El parque eólico de la empresa ve-nezolana-nicaragüense Albanisa, al cual pertenecen las turbinas que lle-garon a Corinto, será vecino de las torres eólicas de Blue Power & Ener-gía y tiene previsto generar 80 MW con 40 torres.Los obreros y la maquinaria pesada con el logo de Albanisa pueden ver-se con facilidad en la carretera. Las torres marcaron el inicio de labores para la construcción del parque; pronto empezarán la apertura de ca-minos y el levantamiento topográfico para determinar la ubicación exacta de las primeras turbinas eólicas. Por las cualidades de los vientos, Rivas concentra fuertes inversiones en generación de energía eólica. La construcción de siete parques eóli-cos en Nicaragua hasta el 2014 in-yectará al país inversiones privadas por el orden de US$330 millones. Nicaragua es uno de los países más viables para el desarrollo de la ener-

gía eólica en la región, con un po-tencial para explotar de hasta 800 MW. Según el Ministerio de Energía y Minas (MEM), de momento se rea-liza inversiones en cinco proyectos con potencial para generar al menos 300 MW.Como en Nicaragua, la energía ge-nerada por viento crece acelera-damente en Centroamérica con la expansión de los parques eólicos existentes y nuevos parques en pro-ceso de construcción, otros más en vías de desarrollo y muchos más en vías de investigación.A partir de mediados de la década pasada, los gobiernos centroameri-canos vieron en las energías reno-vables una opción para abaratar la factura petrolera y los costos energé-ticos. Como consecuencia colateral, la matriz energética de la región tuvo mayor presencia de fuentes limpias.Pero el crecimiento de los proyectos de fuentes renovables no ha sido su-ficiente para garantizar la seguridad energética de la región, que aún ne-cesita mayor un porcentaje en su ma-triz para constituir un modelo que no sólo sea rentable, sino que permita garantizar un modelo de producción limpia.

Centroamérica y la energía térmicaAmérica Central y el Caribe tie-nen una dependencia histórica a la energía térmica, un modelo que ha probado ser insostenible por los al-tos costos que genera en las finanzas públicas. Durante el 2012 la región invirtió US$10 000 millones en la importa-ción de petróleo, mientras que en el 2011 se gastó US$8600 millones en la compra de esta fuente de energía.Los altos costos de los combustibles fósiles están alineados con el aumen-to en la demanda. El sector eléctrico privado hondureño estima que du-

La región importó US$10 000 millones

en el 2012 en petróleo, US$1400

millones más que en el 2011.

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“La energía que usamos ahora es más limpia que la

que usábamos hace diez años”.

René Castro, ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica

La región debe aumentar el porcentaje de energías verdes para asegurar su sostenibilidad.

rante 2013 crecerá la demanda en un 3,5%, equivalente a 45 MW, según la Secretaría de Recursos Naturales y el Ambiente (SERNA) de Honduras.Las empresas de energía térmica de ese país estiman que situaciones fi-nancieras, climáticas y administrati-vas generarán durante el verano del 2013 apagones eléctricos durante las horas de mayor consumo en la zona rural del país.Honduras es dependiente en un 70% de la energía térmica. Una de las me-tas del presente gobierno es indepen-dizarse, aunque sea un poco, de este tipo de energía, y la forma eficiente de lograrlo es diversificar la matriz energética nacional con energía renovable.“Honduras inició con una propor-ción de generación de 75-25 donde la mayor parte era producida con hi-drocarburos. Actualmente hemos lo-grado aumentar en un 10% la ener-gía renovable. Mi esperanza es que para final de este gobierno podamos llegar a una diversificación de la ma-triz en un 65% de energía térmica y un 35% de energía renovable”, dijo Rigoberto Cuellar, titular de la Serna.El fenómeno no sólo afecta el gas-to público. Un informe del Banco Mundial (BM) reveló que, en un es-cenario de crecimiento económico moderado, las emisiones de CO2 provenientes de la generación de electricidad en América Latina y el Caribe aumentarían a más del doble entre el 2009 y el 2030 como resulta-

do de una caída en la proporción de fuentes hidroeléctricas y un aumento en el uso de los combustibles fósiles, impulsados por el gas natural.El sector eléctrico de esta región es el que genera menos emisiones de dió-xido de carbono en el mundo. Aún así, los países centroamericanos–en la lista de los más vulnerables al cambio climático- y su matriz poco amigable con el ambiente están au-mentando sus emisiones.“Estamos empezando a ser un país que genera gases de efecto inverna-dero. Hemos dejado de ser un país que captura más dióxido de carbono del que expulsa la atmósfera. Hemos dejado de ser un país sumidero natu-ral de dióxido de carbono, eso, de al-guna manera, nos tiene que obligar a repensar nuestra matriz energética”, explicó Raúl Maas, director del Ob-servatorio Ambiental de Guatemala.Las estimaciones del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala afirman que

ese país, por lo menos al 2010, se-gún la cuenta de emisiones del Sis-tema de Contabilidad y Económica Integrada de Guatemala, está libe-rando anualmente 28 millones de to-neladas de CO2 a la atmósfera. Una buena parte proviene de la energía secundaria generada con derivados del petróleo.Son los países del Triángulo del Norte los que presentan mayor vulnerabili-dad, de acuerdo con datos del BM.Es la falta de reservas de petróleo y el alza de sus precios lo que oca-siona que el tema energético haya cobrado mucho interés durante los

Cada país tiene una matriz de energía renovable diferente, pero la fa-vorita de la región es sin duda la hidroeléctrica, aunque la eólica ha aumentado su presencia con fuerza en los últimos cinco años, en es-pecial en Honduras y Nicaragua.

Costa RicaHidroeléctrica 73%

Geotérmica 14%Eólica 4%

Biomasa 1%

El Salvador Petróleo 36% Geotérmica 25% Hidroeléctrica 36% Cogeneración 3% Gas 0%

Honduras Hidroeléctrica 71,8%

Biomasa 14,4% Eólica 13,8%

Nicaragua Hidroeléctrica 10%

Eólica 6%Geotérmica 8%

Biomasa y residuos 11%

GuatemalaTérmica 57% Hidroeléctrica 40% Biomasa y bagazo de caña 3%

Todos tienen un favorito

Fuentes consultadas: Instituto Nicaragüense de Energía, Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Ministerio de Energía y Minas de Guatemala, Instituto Costarricense de Electricidad, y CEPAL.

últimos años en la región. Las in-versiones eólicas en Nicaragua, por ejemplo, han sido acompañadas por otras en el sector solar, de biomasa e hidroeléctrico.El reto que tiene ahora la región, es transformar esas inversiones en un modelo de producción limpia.“Desde hace tiempo el gobierno ha venido hablando de una estrategia de desarrollo energético que tiene dos lineamientos. Primero la gene-ración, que es la transformación de la matriz energética y existen planes para esto que están siendo imple-mentados; y la reducción del consu-mo y la eficiencia energética”, argu-mentó César Barahona, director del Centro de Producción más Limpia (CPML) de Nicaragua.

Intensos, muy intensosLa ventaja que tienen los países de esta parte del continente es su poten-cial renovable. La energía eólica, la solar y de biomasa han ganado terre-no en la última década.Pero, entre las energías limpias la hidroeléctrica sigue siendo la reina, ya que tiene presencia en todas las naciones, en especial en Costa Rica, donde es responsable por la genera-ción de un 73% de la energía, según datos del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).Gracias a este potencial, la capaci-dad instalada pasó de 4129 MW en 1990, a 11 865 MW en el 2011 se-gún datos del BM. Aún así, los avances han sigo irre-gulares en la región. “En los últimos

años nuestra matriz está migrando de una base renovable a una base térmica, ya que durante los últimos años las inversiones en el sector de generación eléctrica se han enfocado en recursos a base de derivados del petróleo”, argumentó David Perla, jefe del departamento de compras de energía de la empresa salvadoreña DelSur.Un modelo de producción energé-tica sostenible para Centroamérica representaría al menos un 60% de su matriz conformada por fuentes reno-vables. Algunos países como Costa Rica lo superan con creces, mientras que otros como El Salvador aún están lejos.En ese país, los datos sobre la matriz energética son confusos. Mientras

que el sector privado afirma que al-canzó el 54% en el 2012, el Consejo Nacional de Energía afirma que en la generación de electricidad se tie-ne una participación de los recursos derivados del petróleo de aproxima-damente 40%, del recurso hidroeléc-trico 31% y del recurso geotérmico 24%.Si bien países como Costa Rica se han impuesto la meta de producir el 100% de su electricidad con fuentes renovables, los modelos de produc-ción limpia internacionales no apun-tan a esa meta.“No es posible tener un sistema ba-sado 100% en las energías limpias. Hay que entender que las energías renovables, como ahora mismo se han desarrollado, son un comple-mento a las energías y a la matriz de energía eléctrica existente”, afirmó Milton Morrison, director ejecutivo de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE).La meta de República Dominica-na podría plantearse en 15 años, de acuerdo con la ADIE, y consiste en la generación de 20% a 25% de energía renovable, basada en energía hidroeléctrica.Honduras espera llegar a un 45%, mientras que Nicaragua espera llegar en el 2013 a un 60%, ambos datos proporcionados por las autoridades locales.Entonces, ¿hacia dónde debe apun-tar la región? Si existen los recursos, si las inversiones están llegando y si

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La construcción de siete parques eólicos en Nicaragua para el 2014 inyectará unos

US$330 millones.

Trenes modernos, vehículos eléctricos o transporte público eficiente no son económicamente alcanzables aún.

El reino del aguaProducción de energía de Centroa-mérica, según fuente de energía

Hidroeléctrica 47,5%

Petróleo y sus derivados 37,3%

Geotérmica 7,9%

Caña de azúcar 4,4%;

Eólica 1,1%.

Fuente: CEPAL, 2009

algunos países están cerca del punto de equilibrio, parece que la región ahora debe enfocarse en crear un modelo que entrelace todos estos factores a largo plazo. Y debe hacerlo de forma unificada.

De inversiones a energíaPor ahora los esfuerzos han sido in-dividuales y no regionales. Cada país ha implementado reglamentos y di-rectrices que buscan generar mayor inversión renovable.“El sector público deben generar las políticas y el marco regulatorio que incentive al sector privado a tomar acciones”, dijo Jorge Vieto, gerente regional de ambiente y energía de Holcim.Los incentivos, según afirman en el sector privado, deben ir acompaña-dos de un conjunto de reglas claras que garanticen mayores inversiones en sectores innovadores.Dado que la energía hidroeléctrica, el caballo de batalla de la región, en medio de los escenarios de cambio climático con temporadas secas más extremas y menos lluvia presenta pa-trones de inestabilidad peligrosos, las inversiones en sectores novedosos serán claves.“Hay buenas inversiones en Hondu-ras y Nicaragua, pero tiene que ha-ber una regulación establecida. Por ejemplo, hay proyectos eólicos que quieren echarse a andar y la misma red eléctrica no está actualizada y

no puede soportar la distribución”, explicó Ernesto Samayoa, director general del Centro Global Medioam-biental, oficina para América Latina.Los costos de la generación hi-droeléctrica se han disparado con los años, en contraposición a los costos de otro tipo de energía como la eó-lica y la solar fotovoltaica, que han bajado por la entrada en el mercado de jugadores como China, impulsora de la producción solar.Reducir las barreras que inhiben el desarrollo de estas energías, como la falta de instrumentos financieros en el mercado para financiar estos pro-yectos, la falta de información para valorar el riesgo asociado a estos proyectos, la capacidad institucional incipiente para promoverlos y desa-rrollarlos son las principales preocu-paciónes de los futuros inversionistas.“No es un tema de mayor regulación, ya en el país tenemos suficiente. Es más bien promover los mecanismos para que las empresas le saquen pro-vecho y lo vean como una oportu-nidad de mejorar. Cuando se logra hacer ese cambio de mentalidad es cuando las empresas empiezan a ca-minar”, dijo Carlos Perera, director del Centro de Producción más Lim-pia de Costa Rica.Por su parte, según el vocero del ADIE en República Dominicana, lo que hace falta es que el Estado do-minicano lo declare como una prio-ridad del presente y del futuro, que pueda de una u otra forma hacer atractivo nuevamente invertir en el sector de las energías renovables, y revisar esos incentivos que han sido hasta ahora limitados y que le dan un golpe a lo que son las inversiones de ese tipo.

No sólo de energía limpia vive el hombreLa eficiencia es otro de los factores en que la región deberá trabajar. “Costa

Rica tiene 15 años de estar estancada en un concepto de intensidad ener-gética por unidad de producción. En otros indicadores hemos mejora-do mucho, pero en ese no. Hemos logrado bajar las emisiones de CO2 por cada US$1000 producidos, pero no hemos bajado la intensidad de energía usada para producir esos mismos US$1000. Eso quiere decir que gastamos la misma energía, aun-que la energía que usamos es más limpia que la que usábamos hace diez años”, explicó René Castro, mi-nistro de Ambiente costarricense.Mejorar implica, entonces, invertir en equipos más eficientes, optimi-zar la gestión pública, la generación de incentivos para el sector priva-do y la gestión de los incentivos ya existentes.Pero implica también dar con la pie-dra en el zapato de Centroamérica: el transporte. La matriz de consumo de energía en Costa Rica, por ejem-plo, muestra una importante partici-pación de los derivados del petróleo del orden del 65%, esto debido fun-damentalmente a los requerimientos del sector transporte que es el res-ponsable de más del 81% del consu-mo de todos los derivados del petró-leo que se utiliza en el país.“Para la reducción del uso de com-bustibles en el sector transporte se promueve la introducción de com-bustibles más limpios, como el gas, así como el uso de vehículos híbri-dos y eléctricos. Esto requiere de una transformación del parque vehicular, para lo que se requiere de un pro-

Tanto gobierno como sector privado coinciden en que la producción limpia no será un absoluto.

Sin el presupuesto para resolver la

problemática de transporte, hay

que enfocarse en combustibles más

eficientes.

ACTUALIDAD

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ceso paulatino. Se tiene ya previsto el inicio de esta transformación en el sector de taxis y buses”, explicó Shirley Soto, directora de Gestión de Calidad Ambiental (DIGECA) del Mi-nisterio de Ambiente y Energía.Pero esta transformación es lenta y significa hacer inversiones que los países no tienen. “Necesitamos re-solver el tema de los combustibles, que resuelve el tema eléctrico, pero requiere inversión muy alta para te-ner trenes modernos, vehículos eléc-tricos, sistemas que reduzcan el uso de combustible y el país no tiene el dinero para hacerlo”, según Carlos Roldán, coordinador del grupo de energías limpias del TEC.Por ello las expectativas se mantie-nen realistas. Si bien el país espera lograr en electricidad 95% de repre-sentación renovable en el 2014, qui-zá la historia no se repita en transpor-te. “Este gobierno lo que va a poder hacer son los movimientos para que los planes pilotos de taxis y buses avancen y cambiar el sistema de im-puestos que estimula las tecnologías nuevas en transporte. Si no hay mejo-ría en transporte jamás seremos CO2 neutrales, ese es el verdadero talón de Aquiles. Deberíamos poder bajar de 4% a 5% anual las emisiones por sustitución a combustibles más lim-pios”, afirmó René Castro, ministro de Ambiente costarricense.Sin el presupuesto necesario para re-solver la problemática de transporte, los países deberán enfocarse en me-jorar la eficiencia del combustible utilizado, un tema incipiente en la región. Por ahora los países se concentran en resolver sus problemas, sobre todo de regulación, para atraer nuevas inversiones y mejorar la matriz eléc-trica, mientras dejan como un tema pendiente el transporte.Los costos de las energía renovables entran en juego en la estrategia. El

Consejo Nacional de Energía Salva-doreño, por ejemplo, está impulsan-do todo tipo de energía renovable que tenga costos de instalación y producción competitivos con res-pecto a las tecnologías ya utilizadas en el mercado eléctrico en el país. Se espera que en el corto plazo la tec-nología de paneles solares fotovoltai-cos tenga precios muy competitivos para su instalación; con lo cual serán accesibles para los usuarios residen-ciales que quieran producir energía eléctrica y autoconsumirla.Las restricciones de costo de pari-dad con el mercado (gridparity) y los costos elevados de conexión y su asignación todavía son preguntas para las cuales la región aún no tiene respuesta.Eso sí, tanto gobierno como sector privado coinciden en que la produc-ción limpia no será un absoluto. La

presencia de los combustibles fósiles seguirá en Centroamérica. Rigoberto Salazar Grande, coordinador en El Salvador del Programa 4E de la Coo-peración Alemana GTZ, afirma que se puede aumentar la generación con energías limpias, pero es nece-sario sostener un porcentaje del 21% con fuentes fósiles.Por ahora la región ya arrancó, los molinos eólicos de Nicaragua son el ejemplo. Han ayudado a mejorar la matriz energética del país pinolero mientras contribuyen a mejorar el acceso de la población a la energía.Pero los molinos no lo son todo, la eficiencia energética sigue siendo el reto, al igual que el transporte. Las metas de producción limpia de la re-gión, unas metas realistas, siguen de-pendiendo de la voluntad de los go-biernos ya no para atraer inversiones, sino para implementar un modelo de producción que incluya al ambiente como un factor de sostenibilidad al futuro.Mientras eso sucede, las aspas de las torres en Rivas siguen produciendo energía, siguen alimentando una red eléctrica que no está preparada para recibir la fuerza del viento, pero que debe hacerlo si desea que haya luz mañana. n

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• Las ventas de electricidad en la región son de 34 579,6GW, supe-riores en un 3,8% a las del 2009.• Las inversiones en energías re-novables fueron de US$1100 mi-llones en el 2011.• El 87% de la demanda del mer-cado eléctrico regional está en manos de cinco empresas que prestan servicio a 31 millones de personas, el 93% de los usuarios centroamericanos.• Estas compañías son: la espa-ñola Gas Natural con el 22% del

mercado; la colombiana EPM con 21%; ICE-CNFL de Costa Rica con un 19%; ENEE de Honduras con el 15%; y el grupo estadounidense AES con un 10%.Fuente: CEPAL

Los datos iluminan

La mitad de la energía renovable

generada en la región es

hidroeléctrica: 20 974 GWh

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La central hidroeléctri-ca 5 de Noviembre de El Salvador fue cons-truida en 1954, y en este año se espera que inicie su proyecto de

expansión, a través del cual, según las autoridades de la Comisión Eje-cutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), se dará cobertura en el con-sumo de energía a un aproximado de 110 000 familias.El proyecto, que requerirá de una inversión pública de US$189,3 mi-

llones, es financiado a través de un préstamo de US$57,5 millones del Banco Estatal de Desarrollo Alemán (KFW) y otro de la misma cantidad por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), una donación de US$7,84 millones del Fondo de Inversión para América Latina a través de la Unión Europea (LAIF, por sus siglas en inglés), y el complemento de US$66,5 millo-

nes es de los fondos propios de la institución.Con la expansión de la central hi-droeléctrica se incrementará la potencia en 180 MW, con lo que se producirá un aproximado de 130,34 GWh al año, esto equiva-le a suplir de energía eléctrica a 110 000 hogares que tengan un consumo mensual de 100 kWh. “La capacidad de generación de energía de la presa hidroeléctrica 5 de Noviembre será casi duplicada. De los 99 MW de capacidad actual, pasará a poder producir hasta 180 MW”, afirmó el presidente de CEL, Leopoldo Samour.Samour agrega que dicho proyecto será sostenible en la medida que se utilizará el agua que, en la actuali-dad, es descargada por el vertedero en la época lluviosa. “Además, las nuevas máquinas permitirán dar mantenimiento a la maquinaria ac-tual sin interrumpir la generación hidroeléctrica. Por otra parte, al ser

una ampliación de la central exis-tente, que utiliza el mismo embalse para producir energía eléctrica, la afectación ambiental es mínima”, sostiene.Por el momento, ya se ha firmado el contrato con el consorcio brasileño constructor UDP, integrado por las firmas Queiroz Galvão S.A y An-dritz Hidro Inepar, dichas empresas son las que tendrán a cargo la ex-pansión de la central, que se espera finalice en el 2016.El proceso de la ampliación de la represa será realizado bajo la mo-dalidad de precio unitario. Se ins-talará dos casas de turbinas de 40 MW cada una. El costo del megava-tio, según la CEL, será de US$2,36 millones.Por otra parte, la CEL afirma que la constructora del proyecto Queiroz Galvão se especializa en solucio-nes de infraestructura enfocadas al desarrollo social y económico y opera en las áreas de construcción, desarrollo inmobiliario, ingeniería ambiental, petróleo y gas, indus-tria naval, saneamiento, acero y alimentos.Y en lo que se refiere a Andritz Hy-dro Inepar, la empresa cuenta con experiencia en el suministro de productos y servicios para centrales hidroeléctricas. La CEL destaca que el grupo ha producido e instalado más de 400 000 MW en equipos de diferentes tipos de centrales, que incluyen proyectos recientes en Centroamérica.

Generación de energía al doble

El país planea casi duplicar la capacidad

de generación de energía de la

emblemática central hidroeléctrica 5 de

noviembre.Ericka Mejía

A finales del mes de noviembre el pro-yecto Eolo de Ni-caragua generó su primer megavatio en el parque ubi-

cado frente al puerto La Virgen, en el departamento de Rivas, a 125 km de Managua. La iniciativa financiada con capital privado y ejecutada por la Globaleq Mesoamérica Energy cons-ta de 22 turbinas que aportan 2 kW cada una para llegar a un total de 44 MW. Según el gerente del proyecto, Sean Porter, estos representan en un buen día entre 7% y 10% del consu-mo energético del país. “Nicaragua es uno de los países de mayor penetración eólica del mun-do”, explica Porter. Hasta ahora, de la inversión de US$113 millones destinada para este parque se ha eje-cutado el 85% en la primera y única etapa, aunque Globaleq Mesoaméri-ca Energy está negociando con el go-bierno de Nicaragua una ampliación de este proyecto. La organización Renovables precisó en un informe que Nicaragua tiene un potencial para generar 5500 MW de energía limpia, pero sólo produce 345,5 MW, es decir, que apenas se ex-plota el 6%. Según estimaciones del Ministerio de Energía y Minas (MEM), el país produjo a partir de energías renovables en el 2012 el 40% del consumo nacional, y al 2017 se pro-yecta que esa cifra aumente al 90%. Algo que Porter reconoce es la cola-boración del gobierno a través de la

Ley 531 en relación con el apoyo e incentivos a las inversiones en gene-ración de energías renovables, por lo que enfatiza el interés de la empresa en continuar y ampliar estos proyec-tos para incluso vender energía a otros países.No obstante, en el proyecto Eolo, el capital invertido es totalmente privado, pero aplauden las facilida-des que ofrece el Estado para estos proyectos. En el caso del parque Eolo, dado que la zona de Rivas ha sido ocupada para la ganadería, no hubo necesi-dad de talar árboles, pero sí se cons-truyó caminos y un edificio para la administración del proyecto. Sin em-bargo, además de lo regulado por la ley nicaragüense, fueron implemen-tados otros estándares internaciona-les de buenas prácticas como el IFC, apuntó Porter. Otro aporte de energía limpia será el que haga el proyecto hidroeléc-

trico Tumarín, ubicado en la Región Autónoma del Atlántico Norte, que generará 253 MW de energía. Esta planta transformará la actual matriz de generación eléctrica en Nicaragua al entrar en funcionamiento, pues generará un 27% de la energía. Esto permitirá al país reducir la dependen-cia del petróleo con un ahorro en los primeros once años de operación co-mercial de la presa de US$2288 mi-llones en las importaciones de petró-leo. Según Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua, empresa que ejecutará el proyecto, con ese dinero se podría

construir casi dos Tumarín más en once años.La construcción de la presa será rea-lizada en un período de cuatro años que iniciará precisamente este año y después de los primeros 26 años de operación comercial pasará to-talmente a manos del Estado nicara-güense, de acuerdo con lo previsto en la concesión sin costo alguno al gobierno de Nicaragua.

Los molinos contraatacan

El proyecto Tumarín y Eolo son

ejemplos de los pasos que da el

país para reducir la dependencia

de los combustibles fósiles.

Velia Agurcia Rivas

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El primer parque eólico de Guatemala avanza y comenzará a operar en el primer semestre del 2014 con una pro-ducción de 50 MW.

Lo desarrolla el guatemalteco Jorge Sinibaldi, quien hizo los proyectos Amayo I y II en Nicaragua, con un total de 63 MW.Este proyecto de Guatemala se llama Eólico San Antonio el Sitio, pues ese es el nombre de la finca donde se construye, propiedad de guatemalte-cos socios del proyecto. Además de ser el primer proyecto eólico en este país, también es el primero que obtiene una certifica-ción de las Naciones Unidas como

Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), que le permitirá emitir bonos de carbono.De acuerdo con el desarrollador, el proyecto cuenta con todos sus estu-dios terminados y su financiamiento estructurado con préstamos del Ban-co Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y las entidades lo-

cales G&T Continental y BAM, para un total de unos US$120 millones de dólares.Sinibaldi reconoce que el mayor po-tencial de Guatemala está en el sector hidroeléctrico, por las características topográficas y geográficas del país. Sin embargo, recuerda que diversos factores sociales no han permitido su desarrollo. “La energía eólica no su-fre las mismas dificultades y su ven-taja radica en su complementariedad con la hidroeléctrica”, explica. “Un año seco va a ser un año con mucha producción eólica. Quiere decir que ambas energías se com-plementan y que esa complementa-riedad es importante para el país”, señala.

¡Por fin, el viento!Guatemala generará sus primeros 50 mw

de energía eólica con certificación MDL de la ONU.

Amafredo Castellanos

Con el uso del viento en diferentes zonas del país se puede pro-ducir 1200 MW de energía eléctrica en el mediano y largo

plazo. De ese potencial identificado, apenas el 8,5% ha sido desarrollado y se conoce como parque eólico Ce-rro de Hula.Con 102 MW de energía, el Parque Eólico Cerro de Hula, el primero y más grande en la Centroamérica, co-menzó oficialmente su operación co-mercial el 21 de diciembre del 2011. El parque eólico es capaz de produ-cir más de 360 GWh por año, sufi-ciente para abastecer a 150 000 ho-

gares con energía limpia y renovable.La construcción del proyecto priva-do estuvo a cargo de la compañía Globeleg Mesoamérica Energy.Para el 2013 se espera la ampliación de este proyecto, con una generación adicional de 24 MW, para lo cual la empresa Energía Eólica de Hondu-ras Sociedad Anónima (EEHSA) ha anunciado una inversión de US$63 millones.El costo por kilovatio de energía producida con viento oscila entre US$0,13 y US$0,15, que es lo que pagará la Empresa Nacional de Ener-gía Eléctrica (ENEE) al momento de adquirir la potencia a los generadores privados. n

El cerro que da luzEl Cerro de Hula ya genera 102 mw, la mayor generación

de la región.Karla Aguilar

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¿Y quién le paga al ambiente?Los impuestos verdes significan conservación e ingresos.

En Europa han sido exitosos, pero en la región son una utopía por la falta de cultura ambiental y tributaria.

Velia Agurcia Rivas

Irlanda fue el segundo país de Europa que sucumbió a la cri-sis económica. Desde el ini-cio de la recesión económica en 2008 ha basado su sobre-vivencia en recortes y la aus-

teridad que proclaman también los otros gobiernos de los países perifé-ricos del viejo continente. Sin em-bargo, ante los pocos resultados de dichas medidas, este país hace ho-nor al color de sus campos y apuesta

por la sostenibilidad de su economía y también del medioambiente. Y es que la economía irlandesa ha pasado a una fase en expansión gracias a los ingresos que el Estado recibe de los impuestos a los com-bustibles fósiles y de la inversión en energía renovable: una economía sostenible para salir de la crisis. Se-gún The Economist, Irlanda es ac-tualmente el país más verde de Euro-pa. Si se cumplen las previsiones de

los organismos económicos, reduci-rá su déficit por debajo del 2% del PIB gracias a un crecimiento del 2%. Estos impuestos se ven en el grava-men sobre uso de los combustibles fósiles tanto en oficinas, automóviles y fábricas como en los hogares irlan-deses. Por ejemplo, el costo del pe-tróleo y del gas natural en Irlanda ha aumentado un 10%, lo que obliga a los irlandeses a elegir entre contami-nar y pagar muchos impuestos o ser

más ecológicos. Al tener este aba-nico de opciones y decidirse por lo segundo, el país está saliendo de la crisis con una tasa récord en el uso de las energías renovables y limpias (con un 15% menos de emisión de carbono desde el 2008). En 2011, el año en que se comenzó a ver los pri-meros síntomas de recuperación, las emisiones cayeron un 6,7%.Sólo el impuesto sobre el carbono recaudó casi 1000 millones de euros en tres años. En 2012, el país recau-dó 400 millones de euros.

Arreglar nuestra casa¿Se imagina algo así en nuestra re-gión? En Nicaragua, por ejemplo, se habla del cambio de la matriz ener-gética y se planea que el 90% sea

energía renovable. Para Iris Valle, experta en temas de hidrocarburos del Centro Humboldt, esta iniciativa es un gran avance, pero a la vez es también un gran reto. Especialmen-te porque el atractivo de la región se basa en marcos jurídicos que exo-neran a la inversión, por lo que se debe aplicar impuestos verdes a las empresas altamente contaminantes con el cuidado de “no hacerlo ver como una amenaza, sino como una inversión a la buena imagen empre-sarial”, explica Valle.Para Randall García, viceministro de Hacienda de Costa Rica: “Siem-pre es factible implementar impues-tos verdes en un sistema tributario, y evidentemente (en Costa Rica) el sistema tributario se ha utilizado como un instrumento de política económica”. Sin embargo, recono-ce para ello se necesita de un análi-sis ambiental, además de un estudio de sostenibilidad fiscal, ya que el principal criterio de transformación de los impuestos es orientar la ac-tividad económica hacia dinámicas propositivas.

Otras prioridadesEn cambio, Walter Jokisch, presi-dente de la junta directiva de Salva-NATURA, asegura no creer en im-puestos verdes. Además, considera que en este momento, tanto en El Salvador como el resto de la región se experimenta bajos crecimientos económicos. “En el caso nuestro, ha habido recientes aumentos a impuestos, por lo cual el clima no es apropiado para que el gobierno implemente nuevos impuestos de cualquier tipo”, agrega. En el caso de Honduras, su situa-ción económica y los problemas de salud y educación han dejado re-zagado el tema de medioambiente por un asunto de urgencias, según señala el abogado Andrés Alvara-

do de la firma hondureña Nassar Abogados. Para Alida Spadafora, directora eje-cutiva de la Asociación Nacional para la Conservación de la Natura-leza (ANCON), esta medida no es atractiva para el mercado o la po-blación en general. “Se vería como que todos estamos pagando por un daño que no todos producen. Además, habría suspicacia respec-to de cómo se utilizará los fondos”, comenta. Sin embargo, cree que existe una forma factible para im-plementar este tipo de tributación a través de la creación de un rubro especificado en las cuentas de luz eléctrica para el cobro de los costos de protección de fuentes de agua. Esto siempre y cuando sean las co-munidades que protegen esa fuente de agua quienes reciban ese fondo.

Una carga másEl principal problema de incluir en el sistema tributario un paquete de impuestos verdes es que nadie quiere pagarlos. “Siempre existe rechazo a un impuesto nuevo, y el impuesto verde no le suena ami-gable al ciudadano. Más bien, se debería hablar de pago por servi-cios ambientales, que ya hay varias experiencias encaminadas -pero aún no internalizadas- dentro de la administración pública”, opina Ga-briel Valle, investigador de la Fun-dación para el Ecodesarrollo y la Conservación (Fundaeco).

En la mayoría de países el sistema tributario es un instrumento de política económica, no ambiental.

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68 mercados & tendencias Marzo - Abril 2013

En Guatemala, el tema ambiental tampoco está visto como una priori-dad y, como en toda la región, carece de una adecuada reglamentación. “Si alguien menciona un impuesto verde, eso es un fósforo. Primero hay que hacer los cimientos en la cultura ambiental”, aduce Luis Muñoz, di-rector del Centro Guatemalteco de Producción Más Limpia (CGP+L).

¿Quién paga al medioambiente?El experto tributario René Valleci-llo considera oportuno hablar del tema y crear una cultura de respeto al medioambiente, pero ante todo se necesita voluntad política. “¿Estamos dispuestos a ponerle un costo a las externalidades negativas, a esa conta-minación que día a día hacemos las empresas y ciudadanos? ¿Tenemos la capacidad institucional para hacer que las empresas paguen? Tenemos que crear una cultura por la vía de la coacción y de la persuasión. Y la vía de la coacción es implementar los impuestos verdes”. Costa Rica ya trabaja en esa materia. Actualmente existe una cantidad de instrumentos que benefician activida-des ambientales. Angélica Adrian Anderson, experta en legislación ambiental, opina que la implementación de impuestos ver-des puede ser compatible con crear una adecuada cultura de impuestos, ya que vincula directamente el tema

de la fiscalidad con la agenda de de-sarrollo. Para los expertos, antes de hablar de un paquete tributario con fines de pago por daños al medioam-biente, es necesario entender que en una región como la nuestra se debe atender estos temas. Para Juan Pablo Castañeda, investigador senior del Instituto Centroamericano de Estu-dios Fiscales (Icefi), es importante en-tender que los impuestos verdes son parte integral de la política fiscal y no elementos aislados.

Ser verde paga bienUn caso exitoso de impuestos verdes es el tributo sobre pesticidas y ferti-lizantes que Dinamarca implementó en el 2007. Este grava una gran va-riedad de productos, desde 35% para fertilizantes agrícolas hasta 3% en pesticidas para ratas y, como conse-cuencia, en el primer año recaudó sólo por esta causa US$80 millones.Realmente no existe una receta que diga cómo, cuándo y cuánto resulta-ría de la implementación de estos im-puestos. Cada país es diferente. “Esa es la eterna discusión que nunca aca-ba”, dice Valle, para quien el monto a pagar debería ser un impuesto equita-tivo a lo que cada persona o empresa gana o bien, “debería asignarse un 15%, incluso un 25%, también debe-ría unificarse algunos impuestos que ya se paga y convertirlos en uno solo, de manera que se facilite el pago”, explica.Según datos de la OCDE publicados en el 2010, en promedio el aporte de estos impuestos entre 1994 y el 2008 fue del orden del 2,46% del PIB. El in-forme revela también que entre 1994 y el 2007 los impuestos ambientales pasaron de recaudar el 7,3% del to-tal, a recaudar el 6,5% en promedio. Esta tendencia, en parte, responde a la caída de la demanda de combus-tibles fósiles debido al incremento en los precios internacionales, a la re-

ducción de los impuestos a la energía desde 1999, así como del decreci-miento de la intensidad de la energía (medida del consumo de energía por unidad de PIB). Mario Hidalgo Matlock, socio de impuestos de Deloitte, recuerda que estas cifras corresponden a la reali-dad de países desarrollados con una normativa ambiental desarrollada y un aparato gubernamental capaz de realizar las tareas de supervisión y control de la normativa ambiental vigente.

¿Es posible? Para los abogados Vallecillo e Ibarra, en materia de infraestructura es posi-ble pensar en impuestos verdes basa-dos en un marco jurídico aprobado por la Asamblea Nacional, donde el Ministerio de Hacienda y la Direc-ción General de Ingresos podrían ser los encargados de la recauda-ción para luego trasladar los fondos al Ministerio de Recursos Naturales. Y es que los expertos coinciden en que una política ambiental explícita es necesaria; y dentro de ella se debe poner especial atención a la posibili-dad de cambios en la política fiscal. El ejemplo del impuesto al combusti-ble, que ronda el 3,5% en Costa Rica es un comienzo. Con estos fondos se financia la reconversión forestal del país. El impuesto fue implementado desde hace casi dos décadas, según explicó el titular del MINAE. n

Para aspirar a impuestos verdes se requiere una normativa ambiental desarrollada y un supervisor capaz de regular.

No existe una receta que diga cómo,

cuánto y cuándo implementar

impuestos verdes. Cada país es

diferente.

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A medio pulmón

La mitad de la región avanza en desempeño ambiental, mientras que la otra mitad – la más vulnerable- queda

rezagada. El cambio climático y la poca implementación de las políticas ya existentes marcan la diferencia.

Thelma López

Los piratas y corsarios que azotaban las cos-ta norte de Honduras se encontraban con la Fortaleza de San Fer-nando de Omoa, el

último resquicio de resistencia, cons-truida de la mano de indígenas y es-clavos africanos.Era el año 1775, cuando el fuer-te, hecho piedras y coral, se erguió completo, para proteger a Omoa, un puerto vital en la costa atlántica cen-troamericana. Hoy, es posiblemente la estructura de defensa colonial que aún sobrevive de mayor relevancia en la región.Como entonces, cuando la tierra are-nosa humedecía sus paredes, desgas-tándolas y haciéndolas menos resis-tentes, ahora el avance del mar que la rodea – producto del calentamiento del planeta- y que ya toca sus mura-llas, amenaza con destruirla.La vulnerabilidad de Honduras ante los cambios climáticos ocasionados

por la mayor emisión de gases efecto invernadero a la atmósfera, aunado a las insuficientes políticas para contra-rrestar dicho flagelo, lo ha colocado en la parte baja de la lista del Enviro-mental Performance Index (EPI) que realiza anualmente la Universidad de Yale y de Columbia en su versión del 2012.El estudio mide aspectos como el agua, la contaminación del aire, la protección de biodiversidad y hábi-tats y cambio climático, entre otros.En el caso de la región, aunque cier-tos países demuestran avances en al menos algunos de los desafíos que enfrentan, existen otros elementos de vulnerabilidad climática que han de-caído notablemente.“Veinte años después de Río, los go-biernos todavía luchan por demostrar mejoras en el desempeño ambiental en sectores como las emisiones de gases contaminantes y el manejo de recursos humanos. La política de aus-teridad que domina los presupuestos

de los países producto de la crisis, co-loca una presión creciente sobre los gobiernos para demostrar resultados en las inversiones ambientales”, sen-tencia el informe.

Aprobados y reprobados Es la inversión, el principal problema de los países del triángulo del norte – Honduras, El Salvador y Guatemala- que se ubican en la parte inferior del ranking. La falta de implementación de políticas públicas los hace repro-bar la prueba de Yale y Columbia.Pero han existido avances. En el caso de Guatemala, en el 2010 aparecía en la posición 104, y actualmente ahora aparece en el 76. Para los expertos, estas no son buenas noticias, la alta vulnerabilidad de este país al cambio climático obliga a la nación a mayores esfuerzos.“Creo que los datos que presenta el Perfil Ambiental del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA) de la Universidad

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Rafael Landívar evidencian un retro-ceso muy significativo en el tema del desempeño ambiental de país, sobre todo en esta última versión del año 2012. Si vemos por ejemplo la de-forestación, cambio de suelo tierra, los efectos de la erosión, la cantidad de residuos que devolvemos al aire, al agua, al suelo, pues no parecería que haya indicios de mejora”, dijo Raúl Maas, director del Observato-rio Ambiental de Guatemala (OAG).Guatemala ocupa el último lugar entre los países de Latinoamérica, superado por México (84) y Perú (81). Es también el último en Amé-rica Central, seguido muy de cerca por El Salvador (75) , República Do-minicana (72) y Honduras (71).“El EPI de la Universidad de Yale in-cluye aspectos que no se mejoran de un momento a otro, es necesa-rio un esfuerzo sostenido a largo plazo para lograrlo. No obstante, el gobierno ha desarrollado capacida-des para su monitoreo sistemático, y ha creado instrumentos legales y de política para promover su adecuada gestión y protección, además de te-ner en marcha planes y programas para dicho efecto”, dijo Antonio Ca-ñas, asesor del despacho del Minis-terio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador (MARN)En la otra esquina del istmo, Costa Rica, Nicaragua y Panamá son los mejores estudiantes verdes. La na-ción costarricense se ubica en el lu-

gar número cinco del ranking, mien-tras que Nicaragua y Panamá ocupan el lugar 35 y 39 respectivamente.¿Cuál es la diferencia entre estos países y los del triángulo del nor-te? El cambio climático, el informe señala que el desempeño en algu-nos indicadores, especialmente el cambio climático, han declinado globalmente.Para los expertos, la exclusión del cambio climático de la agenda polí-tica de la región no es un fenómeno nuevo.“No creo que la crisis económica haya dejado el tema de cambio cli-mático fuera de la agenda política”, dijo José Antonio Milán, director del Centro de Investigación y Transfe-rencia Tecnológica en Cambio Cli-mático en Nicaragua.El fracaso para alinear la gobernan-za ambiental con la implementación de acciones concretas, ha colocado a Centroamérica en una situación de peligro. Son las acciones concretas y no sólo la inversión, un factor en el desem-peño ambiental. En el caso de Cos-ta Rica y Nicaragua, son dos países con realidades económicas, políti-cas y socioculturales que han logra-do un mismo propósito, y mejorar los indicadores ambientales.“Nicaragua tiene una propuesta po-lítica nacional para el cambio cli-mático elaborada por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARENA) que básicamente es como enfrentar los efectos”, explicó Cesar Barahona. Director Centro de Producción Más Limpia Nicaragua.Su vecino del sur, Costa Rica, tam-bién cree que el involucramiento del sector privado.“En el marco del proyecto “Produc-ción más Limpia en el Sector Em-presarial” se formuló una política nacional de producción más limpia con la que se pretende propiciar un

cambio de cultura, y de prácticas productivas y de consumo, donde las personas públicas y privadas mo-difiquen su comportamiento para procurar un desarrollo económico, social y ambiental en concordancia con los principios de desarrollo sos-tenible”, dijo Shirley Soto, directora de Gestión de Calidad Ambiental (DIGECA). n

¿Cuál es la diferencia entre los

países de arriba y abajo en la tabla?

Su desempeño ante el cambio

climático.

Las políticas de austeridad

presionan a los gobiernos a

demostrar resultados en las inversiones

ambientales.

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El ranking5 Costa Rica 35 Nicaragua39 Panamá71 Honduras72 R. Dominicana75 El Salvador76 Guatemala

Enviromental Performance Index (EPI), Universidad de Yale y de Columbia, 2012

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La 18° Cumbre de las Naciones Uni-das sobre Cambio Climático (COP18) realizada en Doha, Catar, inició con la

promesa de lograr una extensión

del protocolo de Kioto, un conve-nio con el que los países indus-trializados se comprometieron a reducir para el 2012 un 5,2% de sus emisiones de gases de efecto invernadero, sobre las cifras de 1990.

En un complicado cierre, tras diez días de negociación, los 194 países marcaron el 31 de diciem-bre de 2020 como fecha máxima para el cumplimiento del conve-nio. Dando una prórroga de ocho años, pero dejando a Rusia, Japón

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Varsovia y susinterrogantes

Con un acuerdo al límite, la COP18 culminó con la extensión de Kioto, dejando un polémico escenario hacia la nueva cumbre en Polonia. ¿Qué dejó Doha?

Mariela Montero

Jóvenes árabes durante una manifestación de protesta para exigir un mayor compromiso con la protección del clima en Doha, durante la 18ª conferencia mundial sobre el cambio climático. EFE/EPA/ Denis Donnebaum

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¿Podrán los países ricos reducir para el 2012 un 5,2% de sus emisiones de gases de efecto invernadero?

y Canadá fuera de los compromi-sos, al igual que Estados Unidos, excluido desde el principio.

Diez preguntas sobre la mesa.Con aciertos, fracasos y retos sin definir, Doha cerró un nuevo ca-pítulo en cumbres ambientales, con más dudas que conclusiones por delante, y con la incertidum-bre latente sobre las metas am-bientales de la COP19, en Varso-via, Polonia.

1. ¿Doha, éxito o fracaso?Sin un punto conciliador, Doha fue calificada por sus organiza-dores como un logro “histórico”, mientras que los grupos ambien-talistas la tildaron de “fracaso”.Quienes defienden los alcances de la cumbre, dicen que Doha fue planteada como una sesión transi-cional, en la que se cumplieron los tres objetivos centrales: ampliar el cumplimiento de Kioto que ter-minaba en 2012, concretar temas pendientes de cumbres anteriores, y simplificar una negociación en torno al nuevo acuerdo climático para 2015. Por otro lado, quienes la critican, argumenta que su im-pacto es reducido y su mayor de-cepción la falta de un acuerdo en el tema de financiamiento.

2. ¿Se puede posponer el financiamiento?En 2009 las naciones desarrolla-das acordaron movilizar US$100 mil millones anuales en fondos de ayuda para los países en desa-rrollo, y aunque en Doha se es-peraba definir los montos y tiem-pos, los donantes postergaron los acuerdos, argumentando la ines-tabilidad financiera que afecta a potencias como EE.UU. y Europa. Lo que pone una mayor presión sobre los países que dependen de

estas ayudas para definir el alcan-ce de sus políticas ambientales.

3. ¿Son alcanzables las metas?El nuevo compromiso de los in-dustrializados es reducir un 18% de su emisión de gases de efecto invernadero para 2020, a pesar de que los científicos reconocen que es necesario eliminar el 40%. Por otro lado, la meta de mante-ner la temperatura del planeta por debajo de los 2º centígrados para controlar el calentamiento glo-bal, ahora se fija sobre los 4º se-gún el Banco Mundial. Dos metas ambiciosas, si se considera que los países que sí prolongaron los compromisos, fundamentalmente Europa y Australia, solo emiten el 15% de los gases mundiales.

4. ¿Es la necesidad la que fija el plazo? Otra de la interrogantes de la cumbre es ¿hasta dónde la nece-sidad y el riesgo seguirán fijando el grado de compromiso de los países?, según los expertos vivi-mos en un tiempo de no retorno, con un aumento significativo de la temperatura y de catástrofes am-bientales .Y aunque poco a poco los países ceden ante el impacto que dejan estos fenómenos sobre sus economías, nadie sabe definir el monto o plazo necesarios para mover la voluntad de los tomado-res de decisión.

5. ¿Ingresarán las potencias?En Doha se planteó el objetivo de lograr un pacto mundial que incluya a Estados Unidos, China, India y Rusia; una difícil labor considerando que la crisis fiscal europea y estadounidense está ju-gando un papel en contra de los temas ambientales. En esta carre-ra contra el tiempo, la necesidad

podría jugar un papel protagóni-co, ya que poco a poco las du-das sobre los efectos del cambio climático se tornan más eviden-tes, con ejemplo como “Isaac” y “Sandy” todavía muy frescos en la memoria.

6. ¿Cómo lograr consenso?Participantes, observadores y es-pecialistas acuerdan en que los principales causantes de las in-conclusiones de Doha fueron la falta de voluntad política y la de-fensa de estilos de vida. En su de-fensa, los negociadores sostienen que estos procesos son lentos y a veces, contradictorios, además de que es poco realista esperar que la problemática ambiental sea re-suelta en unos días.

7. ¿Cuál es el papel de la socie-dad civil?Los acuerdos internacionales de-jaron de ser un consenso entre estados para convertirse en un acuerdo que incluye a las socie-dades civiles. En los últimos años, este actor ha tomado protagonis-mo en las discusiones mundiales, ejerciendo una mayor presión so-bre los acuerdos, a los que han criticado por seguir líneas diplo-máticas que dejan de lado las ne-cesidades reales. Y hay quienes dicen que el papel de este agen-te será fundamental en futuros acuerdos, como Varsovia.

8. ¿Qué incluir en la agenda verde de 2013? La época de calcular el desarro-llo de los países con el producto interno bruto y la balanza de co-mercio quedo atrás. Ahora todos están obligados a incorporar la huella ambiental en su estructura productiva. Además, será estraté-gico el activismo que ejerzan paí-ses como Brasil con su ejemplo de “economía verde” para contagiar a otras naciones en compromisos similares.

9. ¿Dónde quedan los más vulnerables?Por su posición geográfica, Cen-troamérica ha sido señalada como una de las regiones más vulnera-bles a los efectos del cambio cli-mático. Para naciones con estas

características, la apuesta debe ser la adaptación, priorizando temas como ordenamiento territorial y zonas costeras. Sin perder de vis-ta, que sin ser los mayores emi-sores, también tienen su cuota de responsabilidad.

10. ¿Cómo esperar la COP19?Una señal positiva es que hay paí-ses que están más inclinados a unirse en serio a las discusiones. Sin embargo, es prematuro prede-cir la COP19 en Polonia; lo que es evidente es que será un escenario complicado en el que será nece-sario más esfuerzo para alcanzar metas significativas, un tema que dependerá de los bloques de co-mercio y del poder internacional de países como Japón, EE.UU. y Rusia, pero sobretodo de cómo las

mismas sociedades civiles se orga-nicen para presionar a sus gobier-nos a concretar acuerdos. n

Voluntad política y defensa de estilos de vida, posibles detonantes del fracaso de Doha.

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Fuentes consultadas: William Alpízar, director de cambio Climático de Costa Rica; Mónica Araya, negociadora en COP18 de la delegación de Costa Rica; María Virginia Vilariño, coordinadora Energía y Clima – Consejo Empresarial Argen-tino para el Desarrollo Sostenible; Bernardo Aguilar, director ejecutivo de fundación Neor-trópica; Luis Diego Marín coordinador Preserve Planet.