Textos de Apoyo Unidad Cero- Séptimo Básico
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Profesora Nathalie Artal Vergara Departamento de Lenguaje
Séptimos años
1
TEXTOS DE APOYO UNIDAD CERO
Profesora Nathalie Artal Vergara Departamento de Lenguaje
Séptimos años
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Profesora Nathalie Artal Vergara Departamento de Lenguaje
Séptimos años
3
Bailando con una muerta
La historia que van a escuchar ocurrió realmente, y la gran
mayoría de las personas que viven en Concepción y sus
alrededores la conocen: Dicen que una noche, un joven de clase
media fue a la discoteca "Las Rocas" de Playa Blanca, que
queda entre Coronel y Lota. Ahí conoció a una atractiva joven
que estaba sola en el lugar. Él la sacó a bailar, tomaron algunos
tragos e inmediatamente se sintieron atraídos. Al amanecer,
fueron a dar un paseo romántico por la playa y ella, que estaba
desabrigada, sintió mucho frío. El joven, galantemente, le prestó
su chaqueta para que se abrigara. A esas alturas ya habían
empezado un romance.
Casi se hacía de día cuando él la acompañó hasta su casa. Al
despedirse, quedaron de verse esa misma tarde para salir a
pasear y para que ella le devolviera su chaqueta. Dicen que esa
tarde el joven llegó a la puerta de la casa donde, tan solo unas
horas antes, había dejado a la muchacha. Cuando tocó la puerta,
le abrió una mujer mayor; él pensó que debería ser su abuela.
Saludó caballerosamente y le preguntó por su nieta. La mujer le
dijo que en esa casa no vivía ninguna joven y que, de hecho, ella
era la única habitante del lugar. Él insistió en que la había visto
entrar ahí esa misma mañana y empezó a describirla. Poco a
poco, la mujer empezó a palidecer y, con cara de terror, le
mostró al joven la foto de una muchacha. Él reconoció
inmediatamente a la joven con quien había estado toda la noche y la mujer, horrorizada, le dijo que se trataba
de su hija, pero que ella había muerto hacía años en un accidente. El joven, pensando que la mujer estaba loca
y que quería atemorizarlo, insistió en entrar a ver a la muchacha. Entonces, la señora le pidió que la acompañara
al cementerio para mostrarle la tumba. Él accedió y cuál no sería el espanto de ambos cuando encontraron, sobre
la lápida de la tumba, la chaqueta que él le había prestado.
Profesora Nathalie Artal Vergara Departamento de Lenguaje
Séptimos años
4
El grillo maestro
Allá en tiempos muy remotos, un día de los más calurosos del invierno el Director de la Escuela entró
sorpresivamente al aula en que el Grillo daba a los grillitos su clase sobre el arte de cantar, precisamente en el
momento de la exposición en que les explicaba que la voz del grillo era la mejor y la más bella de todas las
voces , pues se producía mediante el adecuado frotamiento de las alas contra los costados, en tanto que los
pájaros cantaban tan mal porque se empeñaban en hacerlo con la garganta, evidentemente el órgano del cuerpo
humano menos indicado para emitir sonidos dulces y armoniosos.
Al escuchar aquello, el Director, que era un Grillo muy viejo y muy sabio, asintió varias veces con la cabeza
y se retiró, satisfecho de que en la escuela todo siguiera como en sus tiempos.
Augusto Monterroso. La oveja negra y demás fábulas, 1981
EL POZO
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.
Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.
Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a
asomarse.
En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior.
"Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.
Luis Mateo Díez http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/TEXTOS_LITERARIOS/
CUENTOS/microcuentos.htm
Micro llena
Todos apretados, adormilados, cabezas contra los cristales empañados, abrigos, parkas, cotelé y lana contra
nosotros, mochilas gordas, manos heladas envolviendo fierros gélidos, nos movemos, avancemos atrás por el
pasillo, nos detenemos, golpes de zapato contra el piso, ya pues, pifias, nos movemos de nuevo, lomo de toro,
ring, ya pues la puerta, la puerta hombre, las puertas no se abren pero sí nos detenemos, no podemos salir,
hemos estado así desde siempre, una eternidad mirando la ciudad cambiar allá afuera sin poder salir, así es,
estamos atascados, para siempre, desde el accidente, ese accidente en una micro llena.
Diego Muñoz González. I Festival de microcuentos. Letras de Chile.
[www.letrasdechile.cl/modules.php?name=News&file=article&sid=747]