Testamento de Moisés

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ruptura con el pecado y la apertura a DIOS, no se logran con el simple esfuerzo humano Por eso, el Señor Intervendrá personalmente en la CircunCISión del corazón de Israel, para que se conVierta, ame al Señor con todo su corazón y cum- pla sus preceptos (30, 6.8). En esta perspectiva, los manda- mientos ya no serán una norma meramente exterior, pues se podrán InterlOrlzar. «el mandamiento está muy cerca de ti, en tu corazón .. » (cf. 30, 11-14). Se abre así un nuevo hOrizonte. La conexión de Dt 30, 1-14 con la «nueva alianza», pregonada en los libros de Jeremías y Ezequiel -particularmente afines en este punto con la teología de la comente deuteronomlsta- resultan in- negables (cf. Jr 31, 31-34; 32, 37-40; Ez 18, 31; 36, 26). Se Vislumbra ya una nueva panorámica, en la que la alianza de Moab reviste los rasgos de una anticipación profética de la nueva alianza. Probablemente, esta Idea latiera ya en la mente del redactor que, como título de toda la seCCión, escri- bió Dt 28, 69. De ser así, la alianza de Moab tendría en cierto modo mayor alcance y trascendencIa aún que la del Horeb, pues preparaba y en cierto sentido prefiguraba la nueva alianza. Testamento de Moisés, en los umbrales de la tierra prometida (1-3; 31-34) Los primeros capítulos del libro del Deuteronomio po- seen bastantes rasgos en común con los últimos. En el as- pecto formal contamos aquí con una narración de tipO histó- riCO (salvo los c 32s) En cuanto al contenido, algunos de los puntos más salientes se preparan en los c 1-3 y se desarro- llan en los c 31-34 Así, la muerte de MOisés, anunciada en 1, 37s, 3, 26ss (cf 32, 48-52), se expone en el c. 34 Análo- gamente, la sucesión de Josué, para sustituir a MOisés al frente del pueblo, se apunta ya en 3, 21 s 28 y se vuelve sobre ella en 31, 7-8 Y en 34, 9 Es más, en este punto concreto, tanto los primeros como los últimos capítulos del Deuteronomio enlazan con el comienzo del libro de Josué (Jos 1, 1-9), mostrando así que estas secciones -de hechu- ra típicamente deuteronomlsta- tienen por funCión no tanto IntrodUCir el primitiVO libro del Deuteronomio, cuanto crear un amplio pórtiCO a la gran obra histÓrica deuteronomlsta (ver, sobre este partIcular, p. 11 Y 14). 58 Ot 1-3. Tras una breve introdUCCión general (1, 1-5), se trazan las líneas maestras de la histOria de Israel, desde el Horeb hasta los umbrales de la tierra prometida (1,6-3, 28) El historiador deuteronomlsta lee la histOria en clave teológi- ca: el éXito o el fracaso del pueblo, su victOria o derrota -viene a deCir, en último término- dependen de la fidelidad o infidelidad a la voluntad de DIOS, transmitida por Moisés El Señor, por mediO de MOISés, ordena a Israel abando- nar el Horeb y segUIr el camino de la tierra prometida (1,6-8; los v. 9-18, tal vez una adiCión, no encajan bien en este contexto y rompen la secuencia histÓriCO-narrativa). La de- sobedienCia del pueblo al mandato diVino provoca la Ira del Señor, que castiga a la generación rebelde a no entrar en la tierra prometida. Incluso a MOiSés, por solidarizarse con el

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  • ruptura con el pecado y la apertura a DIOS, no se logran conel simple esfuerzo humano Por eso, el Seor Intervendrpersonalmente en la CircunCISin del corazn de Israel, paraque se conVierta, ame al Seor con todo su corazn y cum-pla sus preceptos (30, 6.8). En esta perspectiva, los manda-mientos ya no sern una norma meramente exterior, puesse podrn InterlOrlzar. el mandamiento est muy cerca deti, en tu corazn.. (cf. 30, 11-14).

    Se abre as un nuevo hOrizonte. La conexin de Dt 30,1-14 con la nueva alianza, pregonada en los libros de

    Jeremas y Ezequiel -particularmente afines en este puntocon la teologa de la comente deuteronomlsta- resultan in-negables (cf. Jr 31, 31-34; 32, 37-40; Ez 18, 31; 36, 26). SeVislumbra ya una nueva panormica, en la que la alianza deMoab reviste los rasgos de una anticipacin proftica de lanueva alianza. Probablemente, esta Idea latiera ya en lamente del redactor que, como ttulo de toda la seCCin, escri-bi Dt 28, 69. De ser as, la alianza de Moab tendra en ciertomodo mayor alcance y trascendencIa an que la del Horeb,pues preparaba y en cierto sentido prefiguraba la nuevaalianza.

    Testamento de Moiss,en los umbrales de la tierra prometida

    (1-3; 31-34)

    Los primeros captulos del libro del Deuteronomio po-seen bastantes rasgos en comn con los ltimos. En el as-pecto formal contamos aqu con una narracin de tipO hist-riCO (salvo los c 32s) En cuanto al contenido, algunos de lospuntos ms salientes se preparan en los c 1-3 y se desarro-llan en los c 31-34 As, la muerte de MOiss, anunciada en1, 37s, 3, 26ss (cf 32, 48-52), se expone en el c. 34 Anlo-gamente, la sucesin de Josu, para sustituir a MOiss alfrente del pueblo, se apunta ya en 3, 21 s 28 y se vuelvesobre ella en 31, 7-8 Y en 34, 9 Es ms, en este puntoconcreto, tanto los primeros como los ltimos captulos delDeuteronomio enlazan con el comienzo del libro de Josu(Jos 1, 1-9), mostrando as que estas secciones -de hechu-ra tpicamente deuteronomlsta- tienen por funCin no tantoIntrodUCir el primitiVO libro del Deuteronomio, cuanto crearun amplio prtiCO a la gran obra histrica deuteronomlsta(ver, sobre este partIcular, p. 11 Y 14).

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    Ot 1-3. Tras una breve introdUCCin general (1, 1-5), setrazan las lneas maestras de la histOria de Israel, desde elHoreb hasta los umbrales de la tierra prometida (1,6-3, 28)El historiador deuteronomlsta lee la histOria en clave teolgi-ca: el Xito o el fracaso del pueblo, su victOria o derrota-viene a deCir, en ltimo trmino- dependen de la fidelidad oinfidelidad a la voluntad de DIOS, transmitida por Moiss

    El Seor, por mediO de MOISs, ordena a Israel abando-nar el Horeb y segUIr el camino de la tierra prometida (1,6-8;los v. 9-18, tal vez una adiCin, no encajan bien en estecontexto y rompen la secuencia histriCO-narrativa). La de-sobedienCia del pueblo al mandato diVino provoca la Ira delSeor, que castiga a la generacin rebelde a no entrar en latierra prometida. Incluso a MOiSs, por solidarizarse con el

  • pueblo, le alcanza el castigo divino. Tan slo Caleb y Josu,que permanecieron fieles al Seor, entrarn en la tierra conla generacin futura Los que por Iniciativa propia, sin reco-nocer la autondad del Seor, emprendieron el combate, fue-ron derrotados (1, 19-46). Por el contrano, cuando Israelobedece el mandato del Seor, logra Xito en sus empresasmilitares. As lo ensea el relato de Dt 2, 1-3, 11, compuestopor cinco pequeos pasajes, referentes a Edom, Moab, Am-mn y a los reyes de Hesbn y de Basn, en los que la ordendiVina alterna con el cumplimiento por parte del pueblo. Auna generacIn rebelde sucedl otra fIel El Seor la recom-pens con la vlctona sobre sus enemigos (cf , particularmen-te, 2, 16-3, 7). En este mismo espntu se entiende Dt 3,12-20' conquista de algunas tierras de la TransJordanla y sureparto entre las tnbus de Rubn, Gad y media tribu deManass. La ltima parte del c. 3 contiene una plegana deMOiss (3, 23-27), encuadrada por dos referencias a Josu(3, 21 s.28; el v. 29 tiende un puente entre los c. 1-3 y el c. 4,uno de los ltimos aadidos del libro). En cuanto sucesor deMOiSs, Josu tendr que gUiar a Israel en el paso del Jor-dn y en la conquista de Canan. MOiss suplica al Seorque le permita completar la obra de la conqUista, reCinIniCiada. El Seor le concede nicamente la gracia de subir ala cima del monte y contemplar desde all la tierra prometida.

    Dt 31-34. La continuaCin normal y lgica de 3, 28 hayque buscarla en 31, 1ss. En Dt 31-34 se encuentra el discur-so final de MOiss y la narracin de su muerte. Las ltimaspalabras de MOiss se dirigen a Josu (31, 1-8), a los sacer-dotes leVitas y a los ancianos (31, 9-13) y, en ltimo lugar, atodo Israel a la asamblea en su conjunto (c. 32) y a cadauna de sus tribus (c. 33). las ltImas palabras del Deutero-nomio se dedican a MOiss' relato de su muerte y elogio desu obra y de su persona (c 34).

    Desde el punto de vista formal, Dt 31-34 presenta unaestructura espeCial' dos piezas poticas (c. 32 y 33), enmedio de dos relatos en prosa (c. 31 y 34). Este mismo tipOde composiCin ocurre en Gn 47-50 (cf 2 Sm 21-24), dondelas bendiCiones de Jacob, en forma potica, se encuadranentre las narraciones sobre la muerte y el entierro del mismo

    Jacob (47, 27-31 Y49, 28-50, 14) Este gnero de composI-Ciones, que podemos calificar de discurso de adiS o detestamento, se desarrollar conSiderablemente en la lite-ratura Juda postenor (Testamento de los Doce Patnarcas,Discursos de adiS de No, de Abrahn, etc.).

    Al acercarse los das de su muerte, MOiss toma lasltimas medidas para asegurar su sucesin en el liderazgodel pueblo y la tutela de la ley A esto precisamente vanencaminadas las diSpOSICiones del c. 31 MOiss InViste aJosu para que gue al pueblo en el paso del Jordn y en laentrada en la tierra (v. 1-8) El Seor confirma a Josue parael cargo (v 14-15.23). Adems, MOiss da InstrUCCionesacerca de la ley, InstitUCionalizando su lectura pendlca (v.9-13) La ley ser testimoniO perenne contra el pueblo deIsrael, cuando ste se sienta tentado a abandonar sus com-promisos con el Seor (v. 24-29). En el mismo sentido (cf v.16-22) se Interpreta el Cntico de MOiss (Dt 32; 31,30 Y32,44 son los marcos del cntico). Este reviste la forma de unproceso, con las sigUientes partes: introdUCCin, indicandolos preliminares del proceso (32, 1-4), expOSICin del caso eInterrogatono (32, 5-6), requlsltona, en trminos hlstncos,recordando los benefiCIOS de la parte ofendida, es deCir, deYahv (32, 7-14), Ylas Infidelidades de la parte acusada, eneste caso de Israel (32, 15-18); finalmente, la declaraCinofiCial de culpabilidad del acusado y la amenaza de castigopor parte del ofendido (32, 19-25) La forma del procesosufn una ampliaCin (32, 26-43), en la que se marca unprofundo cambiO: el Seor no destrUir a su pueblo, al con-trario, le ofrecer una nueva vida en el mbito de la alianza.

    Vanas Ideas teolgicas configuran el cntiCO: a la graciade DIOS, manifestada en sus dones, particularmente en laeleCCin del pueblo (v. 10-14), Israel ha respondido con supropia rebellon. Entonces el Seor se air y le castig, ame-nazndole con la total destruccIn. luego, el Seor entr enconsejo consigo mismo (v. 26s) y deCidi ofrecer a Israeluna nueva Vida.

    En 32, 45-34, 12 se remata el libro del Deuteronomio,ms an, todo el Pentateuco. Por ltima vez, MOiss -ellder Indiscutible, aunque discutido a veces, que gUi al pue-blo de Israel desde la salida de Egipto- exhorta al pueblo eImparte sus ltimas bendiCiones. De la observanCia de la ley-adVierte en su exhortaCin (32, 45ss)- dependen la Vida y

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  • la felicidad de Israel Dicho esto, se invita aMOiss asubir almonte Nebo y se le anuncia que mam all (32, 48s).

    Lo mismo que Isaac y Jacob bendijeron a sus hiJos pocoantes de mom (Gn 27; 49), MOiSs, considerado aqUl comoun padre para Israel, bendice a las diferentes tribus, una vezque se le ha anunciado su muerte. La serie de bendiciones(33, 6-25) est Inserta entre dos piezas hlmnlcas (33, 2-5.26-29), que celebran al Seor como rey ViCtOriOSO deIsrael.

    Desde la cima del monte Nebo, MOiss contempla porltima vez la tierra promellda: una mirada de norte asury delevante a poniente (34, 1ss), que Implica -como en el casode Abrahn (Gn 13, 14ss)- una toma de posesin jUrldlca dela tierra. Luego, MOiss mUria all, en la cima de la montaa."El hombre perfecto y feliz -nota Orgenes a propSitO deMOIss- no muere en un valle, ni en una llanura, ni sobreuna colina, sino sobre una montaa, es decir, en un lugarelevado y de difCil acceso Porque la meta y la perfeccin desu vida tenan por escenario las alturas (Hom. sobre losNm., 27, 12).

    "MOiSs, siervo del Seor, mUri... como haba dicho elSeor (34, 5) BonJta concJusJn, que suena casi a epJlafJo.La vda de MOiSs, lo mismo que su muerte, ha estado enmanos del Seor, pendiente siempre de la palabra de DIosServidor fiel del Seor, MOiss realiz signos yprodigios quele acreditaron como el ms grande jefe y el profeta Incompa-rable de Israel Pero, poda mom tan excepcional figura? Elespritu de MOiss pervivi en su sucesor. Su obra perduraeternamente, como testimOniO perenne para todo el pueblode DIos

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    EL TESTAMENTOY LA MUERTE DE MOISES

    14. Y Moiss dJjo: Si puedo hacerte anuna petlcin, Seor, segn la abundancIa detu mIsericordia, no te enfades conmigo:Hazme ver la cantldad de tiempo que hatranscurrido y la que queda.15. y el Seor le dIjO: Es (como) la miel

    (fermentada), en su ltima extremidad, enel momento final, (como la ltlma) gota deuna copa; luego acabar todo el tiempo.Han pasado cuatro y medio; quedan dos ymedIO.16. Al or esto, Moiss se llen de inteli-

    gencia y su apariencia se conVIrti en gloria.Muri en la gloria segn la palabra del Se-or, que lo sepult tal como le haba prome-tido. Los ngeles lloraron su muerte: losrayos lo precedan con sus antorchas y fle-chas Juntamente. Aquel da, el himno de lossoldados (del cielo) no se dijo, por causa dela partida de Moiss. No hubo das semeJan-tes desde que el Seor hIZO al hombre en latierra, ni habr Jams otro semejante que(vea) el himno de los ngeles inclinarse antelos hombres, ya que (Dios) lo am mucho ylo sepult con sus propias manos en un lugarmuy elevado, a la luz del mundo entero.

    Pseudo-FIln, Antlqultates blbltcae, XIX, 14-16(Sources Chrtlennes 229) 165