Tesis Eliminacion de Nutrientes Para El Tratamiento Biologico de Agua Residual
Tesis Eliminacion de Roedores
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http://www.monografiasveterinaria.uchile.cl/index.php/MMV/article/viewArticle/4991/4876Roedores domésticos. Prevención y control de infestaciones
Fernando Núñez 1 ,
Patricia A. Ramírez Oliva 2
Resumen
Abstract
1. IntroducciónLa lucha contra los roedores domésticos no es fácil pues son individuos extremadamente
adaptables, de elevada inteligencia y de una gran velocidad de multiplicación. Además poseen
un constitución muy ágil. Penetran en casi todos los recintos, están dotados de un olfato muy
fino y de una excelente capacidad auditiva. Tienen reacciones muy rápidas frente al entorno, lo
que les permite utilizar las experiencias adquiridas. No solo comen, sino que ensucian, destruyen
y contaminan todo lo que contactan a través de sus excrementos, orina, pelos y saliva.
Es por esto que un eficaz control de roedores requiere de la ejecución programada de diversas
acciones de saneamiento básico, dirigidas a la eliminación de todo lugar capaz de proporcionar
alimento, abrigo o favorecer la procreación y supervivencia del roedor, conjuntamente con la
eliminación física de éstos. Ambas acciones deben ser complementarias y permanentes, por
cuanto, estas poblaciones pueden recuperarse con gran facilidad si las condiciones ambientales
son favorables.
2. Diagnóstico epidemiológicoAntes de efectuar cualquier acción de control de la población murina, se debe realizar un
diagnóstico de la situación inicial, lo que indicará la gravedad del problema y sus posibles formas
de solución. La información obtenida con la inspección debe ser transferida a un mapa de gran
escala, de modo que el área total involucrada pueda ser subdividida, asignando prioridades,
dependiendo de la severidad del problema.
Es así, como basados en los resultados de la inspección, los programas de control deben
contener las medidas específicas para reducir la incidencia de la infestación. Así también, las
prioridades y metas deben ser realistas y consecuentes con la cuantía de los recursos y medios
económicos disponibles (Brooks y Rowe, 1979).
A lo menos una vez al año, deben efectuarse inspecciones exhaustivas, a fin de identificar
plenamente nuevas infestaciones o reinfestaciones. Además, después de aplicado un programa
de control y eliminados los roedores, es imprescindible prestar atención y supervisión a la
sanidad del medio ambiente, intensificando las medidas de protección ambiental (Brooks y
Rowe, 1979).
Para lograr un buen diagnóstico es importante obtener y registrar antecedentes que permitan
identificar los siguientes aspectos:
- Localización exacta del problema - Tipo de morada, estado de conservación y material de la
construcción. Determinar la presencia o ausencia de: alimentos almacenados, desechos de
alimentos, agua, desagües, letrinas, signos de roedores dentro y/o fuera del edificio, variedad de
roedores presentes, refugios potenciales. Deficiencias de saneamiento básico y ambiental.
Grado de compromiso de los moradores en las acciones de control que se emprendan. El control
de los roedores puede realizarse en forma indirecta a través de la modificación de las
condiciones ambientales imperantes, y en forma directa a través de un control mecánico, físico,
químico o biológico.
3. Control indirecto3.1 Saneamiento del Medio Ambiente
Para lograr un control permanente de los roedores, es necesario modificar el medio ambiente
físico. De esta manera mejora el propio entorno del hombre y los efectos de predación y
competencia se intensifican, ya que los predadores de los roedores encuentran mayor facilidad
para perseguirlos y eliminarlos. En estas condiciones las ratas y ratones compiten violentamente
por el alimento y la morada, por lo que la población de roedores decae, ya que disminuye la
capacidad de sustentación del medio ambiente (Brown, 1971). Es necesario tener presente que
las modificaciones ambientales, deben tender a obstaculizar a los roedores el acceso al alimento
y la morada, situación que también puede ahuyentarlos hacia otros lugares. Por esta razón las
ratas deben ser eliminadas previamente o al mismo tiempo que se elimina el alimento y los
refugios. Ej.: demoliciones de construcciones.
El saneamiento consiste en evitar la creación de un medio ambiente favorable para el desarrollo
y establecimiento de ratas y ratones (Brooks y Rowe, 1979). De ahi la importancia que reviste el
aseo periódico que evite la acumulación de basuras o desperdicios y el desarrollo de matorrales
y malezas cerca de industrias, bodegas o zonas residenciales. También se recomienda la
constante limpieza de acequias y canales, así como la supervisión regular al sistema de
alcantarillado. Estas medidas de saneamiento deben hacerse extensivas a mercados, ferias,
fábricas y lugares de cualquier naturaleza, donde las ratas puedan abastecerse de alimento o
servirles de morada.
3.2 Saneamiento de la Vivienda
Las medidas de carácter específico consisten en mantener en buenas condiciones higiénicas la
vivienda y su entorno, así como las construcciones anexas. A su vez, los habitantes deben
adoptar medidas preventivas en sus casas, tales como: recolección y disposición adecuada de
desperdicios y restos de alimentos, utilización de envases herméticos para el almacenamiento
de éstos. La vivienda debe contar con protecciones eficaces contra los roedores, rejillas en
ventanas y ventilaciones, protección de puertas y clausura de perforaciones. Los desechos
domésticos deben ser escurridos y envueltos antes de vaciarlos en el basurero, con lo cual se
reducen los malos olores, se elimina la proliferación de moscas y se elimina una fuente de
atracción de roedores. (O.P.S./ O.M.S..1964)
Se recomienda envasar los alimentos en recipientes metálicos o de material duro con tapas
herméticas, evitando dejar restos de alimentos frescos al descubierto y sin protección. El barrido
frecuente de los suelos permite eliminar alimentos para los roedores y detectar con facilidad
huellas y señas de estos animales.
En construcción de edificios y casas habitaciones, así como en las modificaciones de los ya
existentes, es necesario considerar adecuadas terminaciones para hacer inaccesible el ingreso
de ratas. (Jackson, 1973). Se ha comprobado que aberturas de 1.2 cm. permiten el paso de ratas
jóvenes (O.P.S./ O.M.S..1964; Bjornson y Wright, 1968). Los huecos y aberturas tales como
ventanas a ras de suelo, tomas de aire de sótanos, orificios de cañerías, etc., pueden ser
acondicionados por medio de cantoneras y mallas metálicas para evitar el ingreso de roedores:
además es necesario construir edificaciones sin espacios muertos, pues sirven de refugio para
las colonias. (O.P.S./O.M.S..1964)
3.3 Medios de Protección
Debido a que en las puertas abiertas facilitan la entrada de roedores en establecimientos de
productos alimenticios, es recomendable que éstas estén dotadas de cierres automáticos y de
cantoneras metálicas en sus ángulos, a fin de evitar las roeduras de ratas. (fig. 1).
FIG. 1
En tomas de aire, claraboyas, desagües y ventanas se recomienda colocar malla metálica fuerte,
montada en marcos metálicos, que cubran las superficies de madera expuestas a roeduras. (fig.
2).
FIG. 2
Es necesario colocar guardas metálicas adecuadas alrededor de alambres y tuberías, a fin de
evitar que las ratas las utilicen para penetrar en los edificios. (fig. 3).
FIG. 3
Las aberturas alrededor de tuberías o conductos deben ser tapados con placas metálicas o
rellenadas con cemento. (fig. 4).
FIG. 4
En casos de cimientos poco profundos de sótanos y bodegas que permitan la entrada de ratas,
se pueden utilizar paredes de relleno de hormigón (en forma de L) o bien construir radieres de
concreto. (fig. 5).
FIG. 5
3.4 Materiales necesarios
– Tela metálica galvanizada, del número 17.2x2 – Malla de 12 mm contra ratas: malla de 6 mm
para ratones. – Metal estirado galvanizado del número 18 para la protección contra roedores
cuando el peligro de daños es mayor de lo normal. – Hojalata galvanizada del número 24.
– Latón o aluminio de 3 mm para planchas de zócalo. – Homigón (2 x 1) ladrillos, baldosas y
otros materiales de construcción sólida.
Un Programa de Control de roedores debe considerar los siguientes factores:
– Debido a la elevada tasa de reproducción y supervivencia de sus crías, las colonias de atas y
ratones recuperan con rapidez su densidad original, si la acción de saneamiento no es sostenida.
– El costo de la mano de obra y del material en un programa continuo de eliminación de ratas
es elevado. – El uso repetido de un mismo veneno puede dar lugar a que los roedores se
muestren reacios al consumo del cebo. Además, es necesario tener presente que las mejoras
introducidas en el medio ambiente, con el objeto de disminuir el número de roedores, tiene
similar efecto sobre otros vectores (moscas, cucarachas, mosquitos, etc.)
Otro aspecto de vital importancia, dice relación con la Educación Sanitaria de la comunidad
(colegios, centros de madres, juntas de vecinos, parroquias, etc.), utilizando diferentes métodos,
dependiendo de cada grupo en particular y de los recursos disponibles.
4. Control directo4.1 Ahuyentadores:
Corresponden a sustancias o mecanismos que tienen por efecto alejar o ahuyentar a los
roedores.
Repelente:
(Es aquella sustancia química que aleja o ahuyenta ciertas plagas). Actúan sobre el sistema
nervioso central, alterando el comportamiento de los roedores, por lo que son usados contra la
voracidad de éstos (Oliva, 1989). Se aplican en forma de pinturas, aspersiones o polvos y como
cubierta para los materiales de empaque.
La mayoría de los repelentes probados a la fecha ( tetracloro– etil puroato: complejo
trinitrobenceno y anilina complejo amina grasosa, dimetiltiocarbamil disulfido y cloruro de boro)
se disipan rápidamente, por lo que su uso está prácticamente limitado a pequeños espacios y las
aplicaciones deben repetirse frecuentemente.
Ultrasonido:
No es muy efectivo ya que las ratas se acostumbran al ultrasonido, además los aparatos que se
venden en el comercio son poco eficientes (Piedrola y Amaro, 1988).
Barreras electromecánicas:
Son efectivas y funcionan silenciosamente, se utilizan para protejer espacios cerrados o abiertos
(silos, supermercados, etc.), especialmente donde se almacenas alimentos. (Piedrola y Amaro,
1988).
4.2 EXTERMINIO Y ELIMINACIÓN FÍSICA
Los métodos de destrucción de roedores resultan eficaces antes de iniciar demoliciones de
edificios y construcciones o bien, previos a la ejecución de obras de saneamiento.
Los principales medios de lucha utilizados son: mecánicos, químicos, quimioesterilizantes y
otros.
4.2.1 Control Mecánico: (trampas)
El empleo de trampas para reducir el número de roedores, rara vez ha resultado eficaz como
único elemento de los programas de desratización, en cambio, es útil para combatir
infestaciones localizadas. Es indicado cuando se desea conocer la población murina (inspección,
investigación, extracción de sangre, determinación de parásitos, etc.), también para eliminar
ratas que recelan cebos y para recoger ectoparásitos. Así mismo, son el método de elección en
lugares donde el uso de rodenticidas es demasiado peligroso.
Las ratas, debido a sus reacciones neofóbicas, tienden a mantenerse lejos de las trampas, por
esta razón, éstas deben ser colocadas en lugares oscuros y cubiertos con paja o algún otro
material, cuidando de no ocultar el cebo. (Brown, 1971).
En cuanto a la ubicación de trampas, debe tenerse presente tanto el comportamiento de la rata,
debido a que este animal adquiere experiencia sobre ellas, como la variedad del roedor, factor
que determina el tipo de ruta de desplazamiento y sobre la cual debe instalarse una trampa
correctamente, la que tendrá más éxito que una docena de ellas colocadas al azar.
4.2.2 Fumigantes
El fumigante es una sustancia sólida, líquida o gaseosa que en forma de vapor o gas tóxico de
elevado poder de difusión, controla diferentes organismos, siendo un excelente medio para la
eficaz eliminación de ratas. Está indicado para ambientes cerrados como subterráneos de
edificios, navíos, aviones, furgones, madrigueras, etc. La fumigación debe ser efectuada por
personal capacitado y aplicando múltiples medidas de seguridad, debido a que los gases
empleados son altamente tóxicos. En el cuadro 1 se aprecia la dosis letal (DL50) de los
principales fumigantes (Brooks y Rowe, 1979).
CUADRO 1 ACCIÓN FISIOLÓGICA Y DOSIS LETAL (DL 50) * DE ALGUNOS FUMIGANTES
RODENTICIDAS
FUMIGANTEDL50 MG/LITRO
ACCIÓN FISIOLOGICA
Cianuro Monóxido de Carbono Bromuro de Metilo Dióxido de Azufre
0.40 0.35 / conc. 3.60 1.60
Asfixiante químico Asfixiante químico Irritante Irritante
* DL50: Cantidad de producto utilizado en un ensayo, necesario para causar la muerte del 50% de los organismos sobre los cuales se aplicó
4.2.3 Rodenticidas
Un cebo envenenado contiene un agente venenoso o raticida y un alimento, algunas veces un
aglutinante y en ocasiones un emético, se emplea como incitación engañosa para combatir
ciertas plagas (ACHS 1988). Los cebos frescos son los más aceptados por ratas y ratones,
sugiriéndose los siguientes productos para cebo: carnes frescas, pescado fresco o enlatado,
maíz, avena, trigo triturado, pan, semillas, frutas, queso, etc. .
Como aglutinantes puede usarse aceite vegetal, mineral o de pescado, melaza y otros. Estas
grasas y aceites incorporados en el cebo aumentan la absorción del veneno en el cuerpo de las
ratas. (Storer, 1952). Un emético (tartrato de antimonio y potasio) se mezcla con cebos que
contienen algún rodenticida de acción rápida como el sulfato de talio o ANTU, a fin de proteger a
otros animales, aún cuando la aceptabilidad de tales se reduce con el emético.
Nunca se debe agregar más veneno en los cebos que las cantidades recomendadas, ya que esto
disminuye la aceptación por parte de las ratas y se incrementa el peligro para el hombre y los
animales. El exceso de veneno puede dar al cebo un fuerte sabor u olor: si es muy poco no
eliminan la plaga y las dosis subletales generan recelo hacia el cebo.
n general los rodenticidas se dividen en venenos de acción lenta o de dosis múltiple y en
venenos de acción rápida, aguda o de dosis única.
4.2.3.1. Rodenticidas de acción lenta o de dosis múltiple
Son substancias químicas que al ser ingeridas en dosis relativamente bajas en un período de
varios días, son mortales para los roedores, mientras que igual cantidad total en una sola dosis
no provoca daños ni síntomas significativos (Craabtree,1950). Estos raticidas han sido
ampliamente usados para el control de roedores, en todo el mundo. Dentro de éstos, los más
importantes son los venenos anticoagulantes derivados de la hidroxicumarina y la indandiona.
Este grupo de agentes incluye la warfarina, la difacinona, la clorofacinona, el cumatetralyl, etc.
(Brooks y Rowe, 1979: Hatch. 1987). Estos venenos provocan hemorragias internas y externas,
produciéndose la muerte entre el 44 y 94 día después de iniciado un cebado sistemático.
Los rodenticidas de acción anticoagulante, como la warfarina y sus congéneres, son productos
insípidos e inodoros, por lo tanto no inducen temor a los cebos en la población de roedores a
controlar (Hatch, 1987).
En cuanto al mecanismo de acción de estos rodenticidas, se debe a que estos interfieren en la
función normal de la vitamina K, la cual lleva a una inadecuada síntesis de factores de la
coagulación sanguínea, principalmente el factor II (protrombina): además de esta acción,
provocan un aumento de la permeabilidad capilar (Hatch, 1987).
Entre sus ventajas se destacan:
– El roedor no descubre ni objeta la presencia del anticoagulante en el cebo. – No hay
desconfianza post ingestión de dosis subletales. – Son efectivos en cebos de bajo costo. – Son
poco peligrosos para el hombre y existe un antídoto, la vitamina K.
En la actualidad, a los rodenticidas de acción anticoagulante se les clasifica en rodenticidas
anticoagulantes de primera y de segunda generación, dependiendo del número de dosis que los
roedores necesitan para ser eliminados.
CUADRO 2 CARACTERÍSTICAS DE RODENTICIDAS ANTICOAGULANTES
VENENODOSIS LETAL MG/KG
% EN CEBO
RIESGO PARA OTROS ANIMALES
warfarina Difacinona Brodifacoum Bromadiolone
1.00 0.50 0.25 0.25
0.025 0.025 0.005 0.005
legero ligero moderado moderado
Rodenticidas anticoagulantes de primera generación
Son los llamados de dosis múltiple, ya que el roedor para morir, debe ingerir varias dosis
consecutivas diariamente, por lo menos durante cinco días. La muerte se produce entre el 4° y
9° día después de iniciado el cebado sistemático, por esta razón son venenos que otorgan cierta
seguridad, ante otros animales que no interesa controlar, ya que para que éstos se intoxiquen
deberían consumir el cebo en forma permanente, lo cual es poco probable (Ortiz, 1988). Dentro
de este tipo de rodenticidas está la warfarina, el cumatetralyl, la clorofacinona, etc. (Brooks y
Rowe, 1979).
La warfarina derivado de la serie 4 hidroxicumarina [ 3 (1 fenil – 2 atetil) 4 hidroxicumarina ]fue
el primer anticoagulante desarrollado como rodenticida en el año 1950 y hasta hoy sigue siendo
el más usado. Sin embargo, se ha presentado cierta resistencia hacia esta droga, además se ha
demostrado que las ratas no la consumen cuando el cebo tiene una concentración superior al
0.05% (Bentley y Larthe, 1959).
El cumatetralyl es una droga anticoagulante muy usada para eliminar a las tres especies de
roedores comensales. Se ha demostrado que este rodenticida elimina a las ratas noruegas
resistentes a la warfarina (Brooks y Rowe, 1979).
La clorofacinona es un derivado de la indandiona, siendo mucho más tóxica que la warfarina en
la rata noruega y en el ratón doméstico. Se emplea en cebo y pellets parafinados en una
concentración 0.005% (Brooks y Rowe, 1979). Su mecanismo de acción consiste en inhibir la
coagulación sanguínea ya que bloquea la formación de protrombina: además desacopla la
fosforilación oxidativa. En general, es menos tóxica que la warfarina en el humano y en animales
domésticos como perros, gatos y cerdos. (Lab. LIPHA, 1972).
Rodenticidas anticoagulantes de segunda generación
Se diferencian de los anteriores en que para lograr el efecto letal en el roedor, es necesario que
éste ingiera una sola dosis, produciéndose la muerte algunos días después. Esto se debe a la
gran potencia rodenticida del ingrediente activo. Dentro de éstos están las drogas brodifacoum,
difenecoum y bromadiolone (Piédrola y Amaro, 1988).
Brodifacoum es el más tóxico de este grupo. En pequeñas dosis es altamente tóxico, por lo tanto
se emplea como rodenticida, usando para ello una sola dosis en una concentración de 0.005%,
principalmente en ratas noruegas silvestres (Brooks y Rowe, 1979).
Estudios hechos a nivel experimental, demuestran que el brodifacoum elimina ratas noruegas
resistentes y no resistentes a la warfarina, así como también elimina R. rattus y M. musculus
cuando éstos ingieren el veneno en una concentración de 0.005% (Brooks y Rowe, 1979).
Resistencia a rodenticidas anticoagulantes
Son numerosos los autores que a partir del año 1958 han descrito la existencia de poblaciones
de ratas resistentes a rodenticidas anticoagulantes como la warfarina. En muchos estudios se ha
encontrado resistencia individual no sólo a la warfarina, sino también a otras drogas derivadas
de la hidroxicumarina y de la indandiona, exceptuando los anticoagulantes de segunda
generación (Brooks y Rowe, 1979).
Según Wallace y Macswinnery (1976), el mecanismo de resistencia en el ratón casero, se debe a
la existencia de un gen dominante. En el caso de la rata noruega, este estaría determinado por
un solo gen autosomal resistente (Greaves, 1984).
La resistencia a rodenticidas anticoagulantes, en ratas y ratones, es heredable, traspasándose
de generación en generación y no como resultados de la ingestión de pequeñas cantidades de
cebo. Dicha resistencia se manifiesta siempre y cuando el gen respectivo esté presente en
poblaciones de ratas sometidas a programas intensivos de desratización, que hayan empleado
estas drogas de primera generación durante varios años. (Brooks y Rowe, 1979). Además está
demostrado que la flora bacteriana intestinal de los roedores sintetiza vitamina K, que inactiva
en parte la dicumarina de los cebos cuando se usa esta droga. Para evitar este efecto, algunos
laboratorios agregan a sus fórmulas sulfaquinoxalina y antibióticos como la tetraciclina,
eliminando así la flora bacteriana.
Tratamiento con venenos anticoagulantes
Para efectuar el cebado en lugares secos, se usan platos resistentes metálicos o plásticos, donde
es colocado el cebo; estos platos deben tener una capacidad de 100 a 200 grs. y una
profundidad máxima de 2 pulgadas. Se recomienda fijarlos a fin de evitar su vuelco o derrame.
Frecuentemente, se utilizan bolsas de papel impregnado con alguna sustancia atractiva y que
contiene la cantidad de cebo indicada.
Los cebos deben ser colocados estratégicamente en número adecuado y en lugares de senda,
cerca de madrigueras y agujeros carcomidos y en todas las zonas donde se presentan señales
frescas de presencia de roedores.
En lugares frecuentados por niños o animales domésticos, el cebo debe tener una cubierta
protectora, tal como tubos, tablas o latas. Es necesario además, anotar el emplazamiento de
todos los cebos y numerar éstos a fin de facilitar la inspección, renovación y posterior
recuperación de cada uno de ellos.
En general el consumo de cebo es significativo en los primeros días, inmediatamente después de
colocado, por tal razón es recomendable que durante los tres primeros días, los cebos sean
inspeccionados, limpiados y renovados. El cebo debe presentarse siempre fresco, realizando la
inspección y reposición una vez por semana. (Oliva, 1989).
La cantidad de cebo disponible debe ser siempre suficiente, debiendo evitar lapsos sin ingestión,
a fin de alcanzar la dosis total acumulativa, requerida para provocar la muerte.
Si varias inspecciones sucesivas indican un cebo intacto, este debe ser cambiado a un lugar
donde se observen indicios de roedores. Los cebos a la inspección deben ser aislados para
percibir con facilidad nuevos indicios de consumo.
Los cebos deben estar al alcance de todas las ratas un mínimo de dos semanas, permaneciendo
expuestos hasta que se logre el exterminio total. El control de la población murina puede
requerir un cebado continuo hasta por espacio de un mes para el exterminio completo. No hay
límite máximo para el período de cebado, manteniéndolo permanente en aquellos lugares
expuestos a reinfestaciones tempranas.
4.2.3.2 Rodenticida de acción rápida:
Corresponden a drogas que al ser ingeridas en cantidad suficiente en una sola ración causan la
muerte entre media a 48 horas post ingestión. Deben emplearse de modo tal que se elimine el
mayor número de roedores con una sola dosis, por lo cual lo cebos con raticida de dosis única
deberán usarse 'ad libitum' en lugares en donde las señales de roedores sean recientes y
numerosas. Para evitar desconfianza del animal, se sugiere cambiar el cebo y el veneno en
tratamientos sucesivos. Esto ocurre si la porción ingerida contiene una dosis subletal de veneno,
en estos casos el roedor puede enfermar y reforzar la repulsión hacia el cebo.
Debido a que muchos de los cebos envenenados se aplican en el exterior, para evitar accidentes,
se recomienda no utilizar éstos, cuando no contengan un emético. Los únicos raticidas que
pueden recomendarse para ser usados en el exterior, bajo adecuada supervisión, son la escila
roja y los venenos anticoagulantes debido que poseen un efecto emético en el hombre y en los
animales domésticos, no así en las ratas, ya que éstas no poseen el reflejo del vómito. (Brooks y
Rowe, 1979).
CUADRO 3 CARACTERÍSTICAS DE RODENTICIDAS DE DOSIS ÚNICA
VENENODOSIS LETAL MG/KG
% EN CEBO
RIESGO PARA EL HOMBRE
ANTU Sulfato de Talio Fosfato de Escila roja
7 16 40 5001.5 1.5 1.0 10.0
Moderado Extremo Moderado Bajo
Cebado con raticida de dosis única
Estos cebos pueden usarse en forma sólida, por ejemplo cebos o rebanadas cubiertas por los
venenos más tóxicos como fosfuro de zinc, molido y bien mezclado con el veneno. Los cebos
molidos se pueden distribuir en bolos de 1/ 2 pulgada de diámetro, sueltos o, envueltos en trozos
de papel encerado de 4 pulgadas, con medio kilo de cebo se obtienen aproximadamente 80
bolos de 6 gr c/ u. Estos tienen la ventaja de que pueden lanzarse a lugares inaccesibles.
Los lugares más apropiados para la colocación de estos cebos son el interior o las cercanías de
túneles, alcantarillados, sendas y madrigueras. Los cadáveres de roedores y los cebos que
permanezcan intactos después de dos días, deben ser recogidos, quemados o enterrados.
Los cebos acuosos se utilizan en lugares donde los suministros de agua son precarios y sus
alimentos son de baja humedad como por ejemplo bodegas de grano.
4.2.4 Quimioesterilizantes
El objetivo del uso de quimioesterilizantes es lograr esterilidad permanente en los roedores,
mediante la destrucción de las células germinales reproductoras del testículo u ovario con lo cual
se produce una disminución en la tasa de nacimiento, desembocando en una baja gradual de la
población murina hasta la extinción (O.M.S., 1974; Brooks y Rowe, 1979). El alfacloroendrin
esteriliza al 70% de los machos.
El uso de estas substancias químicas (mestranol, esteroide estrogénico, quinestral) en el futuro,
es incierto, pero tiene una gran ventaja sobre los rodenticidas, y es que no presentan un peligro
inmediato para los seres humanos y animales domésticos (Piedrola y Amaro, 1988).
4.2.5. Otros métodos de eliminación de roedores
4.2.5.1. Agentes biológicos
La acción de predadores, parásitos y gérmenes patógenos, contribuye a la regulación natural de
la cuantía de la población de roedores, sin embargo, no parece haber ningun ser vivo que por si
solo ofrezca un interés especial como agentes de lucha. En ciertos casos, los perros y los gatos
han resultado útiles en la lucha contra los roedores, pero su acción predadora carece de
especifidad.
En general, el efecto de cualquier predador sobre las poblaciones de ratas domésticas es poco
importante.
Se ha intentado también, con resultados poco prácticos, la introducción de gérmenes patógenos
entre los roedores, como Salmonella enteriditis (OPS/OMS. 1972). Se debe considerar los
endoparásitos que pueden provocar una elevada letalidad o reducir la capacidad de
reproducción en la población murina (O.M.S.. 1974).
4.2.5.2. Sustancias Anti– inmunizantes
Consiste en el empleo de inmunosupresores que harían a los roedores altamente susceptibles a
cualquier agente patógeno.
5. Control de electroparásitos
El control de ectoparásitos (pulgas y piojos, ácaros y garrapatas) es indispensable para prevenir
la transmisión de enfermedades de los roedores al hombre. Cuando estos roedores mueren, sus
ectoparásitos pueden utilizar temporalmente al hombre como huésped y, si están infectados,
transmitirle enfermedades. La sola sospecha de enfermedades en los roedores hace necesario
eliminar los ectoparásitos de éstos, antes de iniciar las medidas de erradicación de los ratones
(O.P.S / O.M.S. (1964); Brooks y Rowe, 1979). El espolvoreo con DDT debe preceder al
envenenamiento por un período de tres días o un mes. Si no es posible aplicar dos tratamientos
separados, la mejor solución consiste en espolvorear con DDT y colocar el cebo envenenado al
mismo tiempo.
Se recomienda aplicar polvo de DDT al 10% en todas las sendas, entradas a las guaridas y nidos
y en las superficies verticales que puedan rozar los roedores. Así llevan a sus madrigueras los
polvos de DDT fijados en sus patas y piel, controlando de este modo a los ectoparásitos en zonas
inaccesibles al proceso de pulverización (O.P.S. / O. M. S.. 1964)
6. Control de ratas en alcantarillasEl sistema de alcantarillado de la ciudad proporciona una vasta red de sendas inaccesibles al
hombre, constituyendo un lugar de descanso, nidación, alimento y vía de comunicación,
especialmente para la rata de noruega.
Las ratas penetran o salen de colectores o emisarios a través de respiraderos, drenajes rotos,
tapas abiertas o bien a través de la abertura y boca de los propios sanitarios de las casas
particulares. Cuando el crecimiento de la población de roedores excede a la capacidad de
sustentación dada por cantidad de alimento y refugio disponible en el sistema de alcantarillado,
las ratas entran en las casas y establecimientos accesibles, a través de la instalación sanitaria. A
veces se refugian en patios, calles, malezas, etc.
El problema de los roedores se agrava cuando el sistema de alcantarillado sanitario se combina
con la evacuación de aguas lluvia (mixto), como ocurre en la ciudad de Santiago, ya que tienen
más vías por donde pueden entrar, salir y anidar.
El exterminio de las ratas en las alcantarillas es un problema difícil y requiere técnicas diferentes
de las usadas sobre la superficie, ya que la población de roedores no puede ser controlada con la
eliminación del alimento y la reducción de los refugios.
Un control efectivo, aunque temporal, se realiza mediante un programa que contempla las
siguientes etapas:
Registro de infestaciones en la red de alcantarillado y otros sitios aledaños, elaborando planos
con marcados. Colocación de veneno de una sola dosis en el sistema de alcantarillado en las
zonas infectadas. Se usan cebos atractivos mezclados con venenos altamente tóxicos, a los
cuales se les puede agregar preservadores para prolongar su período de aceptación. Por lo
general lo recomendable en estos casos es el uso de bloques parafinados, así se evita el
deterioro del cebo por la humedad y se satisface la necesidad de roer de la rata.
Precauciones de riesgo y seguridadLa seguridad de las personas se relaciona directa o indirectamente con los roedores y su control.
Los rodenticidas deben ser manipulados con cuidado y su sensibilidad no debería presentar
riesgo para otros animales y el hombre.
Debe tenerse presente: (Brooksy Rowe,1979)
Evitar comer, beber o fumar en lugares en que existan roedores vivos o muertos o cebos
envenenados. Todas las heridas o cortes de manos y brazos deben ser tratadas antes de
manipular los rodenticidas. Durante la preparación de cebos debe usarse ropa de seguridad,
guantes y mascarillas. Los cebos o venenos deben prepararse en piezas ventiladas y
exclusivas para ellos. Todos los venenos deben rotularse como tales y ser guardados en un
lugar especial y bajo llave. El piso debe ser de concreto. Antes de usar los rodenticidas, debe
evitarse la presencia de niños y mascotas. Prevenir la contaminación de alimentos con los
venenos, evitando almacenar juntos los alimentos con los plaguicidas.
En caso de envenenamiento real o supuesto, se debe asegurar que el intoxicado no reciba más
exposición al plaguicida, si la piel está cubierta por el producto se debe lavar abundantemente
con agua limpia. Si ha ingerido el producto, es necesario provocar el vómito, haciendo beber al
paciente una salmuera o agua jabonosa y llevar al intoxicado al establecimiento hospitalario más
cercano.
Como se puede apreciar, la destrucción de los roedores domésticos se puede efectuar de
distintas formas, dependiendo de las condiciones existentes y los medios disponibles. Sin
embargo, un control duradero sólo se logrará si éste es concomitante con una adecuada higiene
y saneamiento básico.
Bibliografía seleccionada
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