Terror en La Fiesta de Disfrace - Fabian Sevilla (1)

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Transcript of Terror en La Fiesta de Disfrace - Fabian Sevilla (1)

  • PortadillaLegalesLlamada amenazantePreso en la torre!Una mascota para cuidar...seCabeza con pilasLa carta mortalUna clase en el infiernoEl diente de oroEl hermanito de FrankesteinLa maldicin de la CriptaEl viudoEl Dueo de La FiestaUltrabanco de datos

  • Terror en la fiesta de disfraces

    Fabin Sevilla

  • Sevilla, FabinTerror en la fiesta de disfraces. - 1a ed. - Buenos Aires : Albatros, 2013. -(Ultracalavera; 0)E-Book.

    ISBN 978-950-24-1405-8

    1. Narrativa Infantil Argentina. I. TtuloCDD A863.928 2

    2009, Fabin Sevilla

    Terror en la fiesta de disfracesCopyright 2009 by EDITORIAL ALBATROS SACIJ. Salguero 2745 5 - 51 (1425)Buenos Aires - Repblica ArgentinaE-mail: [email protected]

    Primera edicin en formato digital: marzo de 2013

    No se permite la reproduccin parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisin o la transformacin de este libro, encualquier forma o por cualquier medio, sea electrnico o mecnico, mediante fotocopias, digitalizacin u otros mtodos, sin el permisoprevio y escrito del editor. Su infraccin est penada por las leyes 11.723 y 25.446.

    ISBN edicin digital (ePub): 978-950-24-1405-8

  • A Ariel, que desafa la gravedad, y Norma, que nos dio alas. Tambin a Alejandro, por bancarme, ya Martn, por su amistad. Y adems, a Florencia y Cecilia por confiar en m.

    A Adela Basch y Graciela Prez Aguilar, por su amistad y gua. Pero tambin, a todas mis hadasmadrinas ellas saben quines son. Adems, a todos los chicos que igualito que yo adoran las

    historias de terror.

  • CAPTULO 1

    LLAMADA AMENAZANTE

  • Divina! Es una idea di-vi-na! grit excitada Karolina, con el celular en la mano y parada enpose en medio del bufete del colegio.Todos se callaron y se vieron obligados a dejar de masticar o sorber sus bebidas para mirar a quiense consideraba la reina de las cools.Saban que, como todos los das a la hora del almuerzo, su prima Melisa la llamaba desde EstadosUnidos, donde viva haca diez aos. No la conocan personalmente, pero se la imaginaban igualita aKaro: ayer, pelirroja; hoy, rubia; y maana, teida de acuerdo con lo que indicaran las revistas parateens que regaban sus vidas. Siempre con el pelo suelto y planchado, lleno de trabitas de colores,con flores o con caritas de personajes de la tele. Vestida con pollera a la rodilla, cuadriculada o lisapero a tono con la cabellera; y una remera con una leyenda en ingls debajo de un buzo quedesentonaba con el resto, lo cual, segn ella, da estilo.Ya mismo les comento a mis amigos anunci Karo a Melisa. Kisses a vos, a tus parents y alas girls del Popular Club se despidi exagerando su ingls.Cort y se guard el pequesimo y muy sofisticado celular en la charola de peluche que le cruzabael torso. A los saltitos y dando grititos, se acerc a la mesa donde Gabriela, Paola, Alejo y Martnhaban retomado el almuerzo.Nenes, saben quin me llam? les pregunt y se sent entre ellos.Tu prima Melisa respondi Pao a puro sarcasmo: Karo le resultaba tan fastidiosa.Qu divina! No sers a divina? brome Karo y estuvo rindose, sola, un rato. Con laemocin olvid mi bandeja y sin pedir permiso tom una papa frita del plato de Martn, la sop enel pompn de ketchup que tena Alejo en el suyo y con la boca llena, pregunt: Qu da es hoy?Teman responderle: no saban qu rayos ocultaba esa cabeza plagada de trabitas y nubes.30 de octubre! se contest Karo, y fue a agarrar una papita del plato de Pao, pero esta lo corria un lado. Nena, el que come y no convidaTiene ms para comer! complet Pao y los dems chocaron sus palmas con la suya.Eran tan distintas. Karo buscaba ser la ms popular del cole; Pao, pasar inadvertida. Karo estabahoras eligiendo el atuendo con el que saldra ese da; Pao no saba combinar la ropa y siempre estabavestida del modo ms bizarro, adems de vivir sobre sus rollers y mascando chicle (por eso Bruno lallamaba Azafata del tren fantasma). Una adoraba atraer la atencin de los chicos; la otra,espantarlos con sus comentarios feministas.Karo sali de su mundo para deducir:Si hoy es 30, maana es 31!Elemental, Watson! corearon los otros cuatro y hubo otro choque de palmas.Eso quiere decir que maana ser silencio para generar expectativa. Da de Brujas! ysalt de su asiento para exclamar: No es divino!Eso ser en el pas donde vive tu prima, ah la corrigi Martn. Ah inventan fiestas para quetodos gasten sus dlares y, sin cuestionar, aporten al consumismo.Karo y los dems se quedaron mirndolo. Martn era un lector voraz y saba mucho sobre muchascosas, pero cometa el error de hablar de modo que casi nadie lo entenda.Ms claro, Tincho rog Alejo, que disfrutaba las peroratas de su sabihondo compinche.Eso, habl en espaol dijo de improviso Bruno, que vena con su bandeja hecha una montaa decomida y seguido por Juanma, se meti en la charla.Podemos sentarnos? pregunt Juanma.

  • Rubiecito, de ojos grises, pecoso, alto y delgadsimo (por eso, Bruno lo llamaba Colador conpatas), era el ms taciturno del grupo.En cambio, muy en su estilo, Bruno tir su bandeja sobre la mesa, corri de un empujn a Martn y sesent.Nadie es dueo de las mesas asegur quien para todos, especialmente para Alejo, era el mscargoso, sobrador e insoportable del planeta y sus alrededores. (De ah que a sus espaldas lollamaban La Roca). De qu hablabas Almohadn quemado? (as le deca Bruno a Martn,porque era morocho de piel y cabello, petiso y gordito).Martn prefiri no defenderse y explic:Cada ao, los yanquis celebran HalloweenHay una peli de terror de los aos 1980 llamada as lo interrumpi Gaby, que como cinfilaapasionada era una enciclopedia del sptimo arte. La dirigiLuego nos conts, bonita la detuvo Bruno, y Gaby se qued asada, no por la irrupcin: aborrecaque le dijera "bonita".Juanma, que perda la timidez si de mitologa y leyendas se trataba, tom la palabra:Halloween es una fiesta de origen celta. Hace ms de 2.500 aos, crean que en la noche del 31 deoctubre el portal del mundo de los muertos se abra. Entonces, los espritus salan a apoderarse delos vivos para resucitar.Ninguno dej de estremecerse.Siempre agus la fiesta, nene lo critic Karo mirndose las uas con corazoncitos.Ignorndola, Juanma sigui:Los celtas decoraban sus casas con imgenes desagradables. As, los muertos no entraban.Yo hago eso para evitar que mi mam entre a mi pieza: en la puerta pongo las medias que me sacoluego del entrenamiento de rugby lo cort Bruno y comenz a rerse, mientras pasaba un brazosobre los hombros de Gaby. A cambio, recibi un codazo en una costilla.Por eso, los chicos de hoy usan disfraces espantosos dedujo Alejo, colgado del relato deJuanma.Eso iba a sugerir: un baile de disfraces! En mi casa aadi Karo. Mi mam estar encantada.Se puso de pie, se subi a la mesa y desde ah grit a quienes colmaban el bufet:Estn todos invitados! Pero deben venir disfrazados. Ser divino!El timbre fue la excusa ideal para no tener que rechazarle la invitacin: preferan quedarse en suscasas viendo un documental sobre la fabricacin de tachuelas a ir a una fiesta organizada por Karo.En cuanto a Gaby, Alejo, Martn, Pao, Bruno y Juanma ensayaban justificativos para zafar.Para su suerte, por la puerta entr Ana Bulldog Domnguez, la profesora de Lengua.Seores! bram mostrando la cara que tan bien conjugaba con su apodo canino. Empez lahora y el resto del curso los espera. Necesitan invitacin para ir a clase?Los mir uno por uno y se fue.Eso, una invitacin aull Karo sobre la mesa. Ya recibirn una para mi di-vi-no baile dedisfraces. Ser una tarjeta electrnica. Cuando abran sus mails, se sorprendern.Velozmente, los chicos huyeron. Pensaban que esa tarde ni se acercaran a sus respectivas PC.

    Gaby termin de ver por quinta vez Halloween en DVD. La charla en el almuerzo le haba inspiradovolver a visitar ese clsico (cuando fuera directora de cine se dedicara al terror). Y picada por

  • saber ms sobre el film, se sent delante de la PC y naveg por pginas y blogs. Entonces, revis susmails.Entre la decena de spams y correos de otros cinfilos con los que se contactaba, hall uno cuyoasunto deca: INVITACIN. Ah record la propuesta de Karo y lo abri con la intencin deresponderle que justo maana en la noche planeaba descomponerse.El mensaje le haba llegado de [email protected] y no de la direccin de Karo."Piensa en todo", se dijo cuando en el monitor surgi una animacin. Se vean lpidas de las queemergan fantasmas y luego, este mensaje:

    Lo firmaba:

    Haba algo turbador en el mail. Tom su celular y llam a Pao.Ya s, te lleg la invitacin la salud su amiga. A los otros tambin.Es raro que sea en la Casona de la Torre y no en lo de Karo seal Gaby, mientras en un dedoenrollaba las puntas de su larga cabellera oscura.Aquella mansin se levantaba al norte del barrio en un pequeo monte del terreno donde alguna vezse construiran nuevas casas.Est vaca. La mam de Karo hace siglos que intenta alquilarla coment Pao. Mis viejossiempre me prohben acercarme.Tal vez su hija le hizo una escena y termin prestndosela para el baile. Si les decs eso, tedejarn ir supuso Gaby. El resto ir?Los llam y me dijeron que por nada se perderan entrar a la Casona de la Torre, aunque laorganizadora de todo sea Karo. Yo voy si vas vos la extorsion su amiga.Y luego de negarse mutuamente a decirse cmo iran vestidas, acordaron juntarse en la plaza. No seanimaban a deambular disfrazadas en solitario por el barrio.A ver si nos encierran por locas brome Pao.O por ridculas la corrigi Gaby, y an se segua riendo luego de haber cortado.Se dedic a pensar en su disfraz que sera cinematogrfico. Y para inspirarse, revis su grancoleccin de DVD.En eso estaba, cuando son el celular (tena el ringtone con la msica de James Bond).Era Alejo:Gaby, alguien te llam?Recin habl con Pao. Me dijo que todos iban a esa fiesta de disfraces.Es que el resto de los chicos recibieron una llamada extraa.

  • Para que no la dejemos plantada, Karo hace cualquier cosa hablaba con el aparato en un hombroy apretndolo con la cabeza ladeada, en las manos sostena una pila de DVD.Tal vez, pero ninguno pudo identificar quin era.Y qu les dijo?No vayas a la fiesta! Nada ms Alejo sonaba preocupado.Karo quiere ponernos en clima. Algo similar pasa en la pelculaDespus me conts. No estaba de humor (aunque le encantaba conversar con ella). Nos vemosmaana a la noche en la Casona de la Torre.Gaby sigui ocupada en definir su disfraz. Entonces, volvi a sonar el tema de James Bond.En el identificador de llamadas ley: Nmero privado.Atendi.Hola. Silencio. Buenas tardes. Ms silencio. Karo, ya me avisaron queNo vayas a la fiesta! alert una voz gutural, llena de eco y que no pudo reconocer NOVAYAS A LA FIESTA! repiti tajante.Y cort dejando a Gaby atenazada por la inquietud.

  • CAPTULO 2

    PRESO EN LA TORRE!

  • Karo arma una fiesta y no aparece. Buena anfitriona! protest Alejo.Su voz sala por el agujero donde deba tener la cabeza. Ese era su disfraz: decapitado. Lo habahecho l mismo siguiendo las indicaciones de una pgina web sobre Halloween. Consista en unacaja forrada por una camisa, con moito incluido, que le cubra del torso a la mollera. Pero le habaaadido un toque: en una mano llevaba un meln al que le haba dibujado rasgos y le haba puestouna peluca.El cielo era un techo de nubes que ocultaban la Luna. Reinaba un escalofriante silencio y unaalarmante quietud. Faltaban quince minutos para la medianoche y desde haca media hora, Alejoesperaba frente a la Casona de la Torre junto a Martn, que estaba enfundado en un traje de esqueletoque se completaba con una mscara de calavera.El mail no lo habr enviado La Roca para burlarse, ah? estim Martn.Su traje era perfecto: una malla negra de cuerpo completo tachonada con huesitos de plsticofosforescente. Pero como se lo haba prestado un primo que tena varias tallas menos, apenas podarespirar.Maana me pongo a dieta asegur cuando sinti que las costuras cedan.Entonces, vieron aparecer a Frankenstein! Se hubieran asustado sino fuera porque vena cantando unreggaetn que sala del iPod que llevaba en una mano: as supieron que era Bruno. Detrs, surgi elHombre Lobo, cuya altura y flacura delataron que se trataba de Juanma.Una zanahoria sin cabeza! Bruno simul un susto al ver a Alejo (siempre le deca as por elcolorado de su cabello y pecas, la opcin era Fosforito). La pucha, se alimentan bien losesqueletos! Fue turno de burlarse del volumen de Martn.Franki, saliste sin tu cerebro! le retruc Alejo, que si bien no simpatizaba con La Roca, almenos ya se senta ms tranquilo.De las cuatro mansiones vacas del barrio, la Casona de la Torre era la que ms nervioso lo pona yms, a medianoche. No slo eran las historias que se contaban sobre ella, sino tambin su aspecto.Ubicada en la cima de la colina, para llegar a ella haba que subir un camino de tierra. Primeroapareca la alta verja que la rodeaba. Entonces, en el centro de un gran jardn y totalmente comidapor la vegetacin, se elevaba monumental hasta la punta de su torre.Construida en una sola planta, tena paredes de piedra y techo de tejas rojas. La puerta del frenteluca maciza y mostraba un llamador de bronce cara de len. Sus muchos ventanales tenan losvidrios intactos, seguramente porque la madre de Karo se ocupaba de mantenerla para poderalquilarla. En cambio, faltaba el cristal del ojo de buey de la torre, lo que a toda hora le hacaparecer un cclope ciego.Somos pocos coment Juanma y estornud. Los pelos del disfraz me causan alergia.Cre que vena todo el curso dijo Martn y no pudo seguir.En cambio, sinti nacer en su interior el miedo oscuro y quemante por lo que vea.Por el camino se acercaba un fantasma! Se deslizaba flotando a centmetros del suelo.Los cuatro chicos estuvieron a punto de abrasarse. Pero cuando el espectro estuvo ms cerca notaronque debajo de la sbana blanca no poda estar otra que Pao. Ni disfrazada se sacaba los rollers enlnea de cinco ruedas y eso haba causado aquel fantstico, estremecedor efecto.Patinando lleg hasta ellos, mientras detrs surgi una silueta delgada y estilizada. Totalmente negra,tena cola larga y orejitas puntiagudas.Gatbela! grit Bruno descubriendo a Gaby. Si quers, puedo ser tu Batman.

  • Me simpatizan las malas de las pelculas explic ella entre maullidos, sin prestar atencin a LaRoca. Lo alquil. Dganme si no es un traje di-vi-no imit a Karo y todos se rieron.A propsito, y Karo? pregunt Pao, que dibujaba crculos sobre sus rollers y la sbana sellenaba de aire hacindola parecer un fantasma con sobrepeso.No vino. Ni los dems le respondi Alejo mirando embelesado cmo el disfraz le marcaba lafigura a Gaby (ella lo not y le encant haber llamado su atencin).Ya era medianoche, cuando escucharon a la distancia que un coche estacionaba y luego parta. Ensegundos, Karo apareci disfrazada de gitana. Usaba una pollera de seda multicolor y una casacarojsima; en la cabeza, un turbante con dibujos plateados y dorados.Geniales! grit desde lo lejos. Ya les saco una foto. Y los apunt con su celular.No haba que venir con un disfraz que d miedo? le pregunt Juanma.Nene, a m las gitanas me dan mucho miedo respondi y sac la foto.Y a m, tus prejuicios mascull Martn.Karo se acerc contemplando la casa que en la oscuridad era una parte ms de la noche.Divina! Cuando sea grande me mudo aqu exclam.Si hay fantasmas, seguro se irn antes que convivir con vos agreg Pao, sin dejar de girar sobresus patines.Quin se me adelant y envi las invitaciones? Las ideas no se roban los ret Karo.Todos se echaron reojeadas.Vos nos organizaste esto? Gaby record la llamada de advertencia y sinti nuevamente lastenazas de la inquietud, pero mucho ms potentes.Cuando le coment la idea a mam, me dijo que no podramos hacer el baile en casa porque habainvitados a cenar. Decid suspenderlo, pero vi la invitacin y cre queEsto no me gusta. Alejo record muchas historias policiales que haba ledo.A m s lo contradijo Bruno. Mis padres se estaban peleando, y me fui sin que se dierancuenta.Demos por terminada la fiesta sugiri Alejo, que como fan de los comics y novelas policialessaba sospechar.Tens miedo, Fosforito? lo atiz Bruno.No es malo sentir miedo lo defendi Gaby . Apoyo la idea de volverNo lleg a terminar. Por las ventanas se col la luz que de repente invadi el interior de la casona.Luego, la pesada puerta se abri haciendo chillar las bisagras.Son los dems chicos. Y nosotros como bolas esperndolos aqu se recrimin Martn.Vamos, quiero ver cmo se disfrazaron las otras chicas propuso Karo.Abri la puerta de reja y, seguida por los dems, avanzaron por el sendero de piedra que divida eljardn en dos y terminaba en el umbral de la mansin.Entraron y vieron que la sala principal no tena muebles, por lo que se vea ms grande de lo que era.Del techo penda una lmpara con focos que imitaban candelas y cuya luz doraba las paredes y lospisos de madera. Faltaban el polvo o las telaraas que se esperan hallar en una casa abandonada.Nadie! exclamaron Alejo y Gaby.Cmo nadie? Y nosotros? dijo La Roca penetrando ms en el saln. Mi iPod tiene dosgigabytes de msica y amplificador integrado. Podemos bailar. Elijo a Gatbela.Cuidado, te puedo araar le advirti Gaby y maull lanzando un araazo al aire.

  • Hagamos caso a Alejo coment Juanma y volvi a estornudar por culpa de su peludo disfraz delobo.Llamo a mam para que venga a buscarnos propuso Karo. Sac su celular, pero se habaquedado sin batera. No pudo gastarse, slo saqu una foto.Gaby mir su telfono. Tambin estaba agotado.Muerto! grit Bruno al ver que el suyo tampoco tena carga.Alguien debe estar aqu, de otro modo quin habr encendido la lmpara y nos habr abierto lapuerta? Juanma no poda disimular lo exageradamente nervioso que estaba.Recorramos la casa invit Pao, que aprovechaba la amplitud de la sala para patinar . Si loschicos estn escondidos, los vamos a encontrar.Y si no son ellos? pregunt Alejo bastante sugestionado.Tal vez sea algn asesino que pods atrapar. A vos te encanta jugar al detective le dijo Brunomientras iba hacia el pasillo que conectaba al resto de la casa.No nos separemos orden Gaby y, sin quererlo, corri hasta La Roca. Si bien le repela, comoera el ms grande y fuerte de los varones, la haca sentir segura en esa situacin.Los siete avanzaron en silencio por un largo corredor totalmente vaco, tambin limpio y dorado porla luz de lmparas parecidas a manos que salan de las paredes.Bruno iba probando los picaportes de las puertas. Todas cerradas, salvo una. La abri. Daba a unamplio cuarto, iluminado desde el techo.Yo digo que no entremos orden Martn, que sudaba y se asfixiaba en su traje de esqueleto.Yo digo que iba a contradecirlo Bruno, pero not que faltaba alguien. Juanma. Dndeest?Slo entonces, los dems se percataron que el callado compaero no estaba.Tal vez sali supuso Pao.Lo que faltaba! La Roca sola tratarlo mal, pero se senta obligado a defender a quien de algnmodo era su compinche. Juanma!Los dems se sumaron al llamado. El otro no dio signos de andar por ah.No creo que se haya ido. Si le teme a su propia sombra. Bruno estaba molesto y preocupado ylos dems, comenzaban a sentir las diversas heridas que abre el miedo.En ese momento, de la habitacin les lleg el sonido de una respiracin.Y eso?Juanma. Debe estar sufriendo uno de sus ataques de asma respondi Bruno y entr al cuarto,seguido por los otros que se apretaban formando una barricada.Pero dentro no haba nadie ni nada, salvo una puerta que daba a otra pieza.Bienvenidos! dijo de pronto una voz que tron por todos lados y que les son bien conocida.Los esperaba.Es el que llam para decirnos que no viniramos grit alarmada Gaby. Quin es usted?Hubo un breve silencio que, sin embargo, a los chicos les llen los odos de zumbidos.Me presento agreg la voz gutural y llena de eco. Soy El Dueo de la Fiesta.Y yo, el dueo de una pia con tu nombre amenaz Bruno buscando en todas direcciones.Tranquilos. Guarden la fuerza. La van a necesitar les pidi el annimo.Para qu? Alejo sac valenta de donde no la tena.Para salvar a su amigo. Lo tengo prisionero y debern liberarlo.

  • Ya mismo vamos a la polica bram Karo. Mi pap es amigo del comisario, del intendente,del gobernador y cuandoEl Dueo de la Fiesta lanz una carcajada que retumb en cada rincn del cuarto.No ser necesario agreg. Juanma est preso en la torre de la casa. Y como todos los cuartosestn intercomunicados, para llegar a l debern abrir las puertas una a una.Yo abro la primera. La Roca lanz una patada contra la puerta interna. Era dursima y casi sequiebra el pie. El dolor se volvi intenso, pero no dijo ni mu.Una nueva carcajada de El Dueo de la Fiesta y entonces, inform:La nica llave para abrir las puertas hasta la torre es un relato de horror.Por qu no alquila una pelcula, libera a Juanma y nos deja en paz, ah? retruc Martn luchandocontra el temor que se le clavaba en la garganta como espinas.Inflexible, El Dueo de la Fiesta, detall:Cada uno deber contarme un cuento de acuerdo con el disfraz que usa. Si me gusta, franquearcada puerta hasta completarlas todas. Si al amanecer no llegan a la torre, jams volvern a saber desu amigo. Y nuevamente una risotada les volvi escarchar la sangre.Y cmo sabemos que no miente? pregunt Pao, que con los msculos debilitados por el pavorfinalmente haba dejado de patinar.Lo que oyeron hizo que el temor llegara a dolerles

  • CAPTULO 3

    UNA MASCOTA PARA CUIDAR...SE

  • Preso del pnico, Juanma llen el cuarto con sus gritos:Hganle caso! Slvenme! Est muy oscuro. Hay bichos. Tengo miedo.Los chicos se desesperaron. Intentaron salir al pasillo, pero la puerta se cerr de un golpe.Nos deja salir, ah exigi Martn atragantado por los nervios.Quin ser el primero en contarme una historia de horror? invit El Dueo de la Fiesta.Gaby cont hasta cinco. Algo sobrepuesta al espanto, camin hasta el centro del cuarto copiando losmovimientos de Gatbela y muy resuelta dijo:Si el cuento debe estar vinculado al traje de cada uno, comienzo yo. Como futura directora de cine,vengo escribiendo un guinNo es momento de hacerse la Spilger la fren Bruno.Spielberg, bestia! lo corrigi. Deca, que la que ser mi primera pelcula trata sobre unagatitaEscucho dijo El Dueo de la Fiesta. Te escuchamos

    Roco ley el cartelito que hall pegado en el poste de un semforo, y no lo dud: era la indicadapara hacerse cargo de la pobre gata.Apasionada por los animales, se crea obligada a rescatar a cuanto bicho estuviera abandonado,herido u olvidado. Como resultado de eso, en casa tena tres mascotas. Estaba Draco, un ovejeroalemn que haba rescatado durante una tormenta cuando era apenas cachorro. Tambin Toms,un gato viejo que haba hallado en un baldo comido por la sarna. Y Tuiti, un loro que unamaana haba descubierto en el rbol del patio de la escuela, desde donde insultaba a quien se lecruzara.Saba que tendra problemas con su mam, pero Roco arranc el cartelito y siguiendo ladireccin que indicaba, lleg hasta una veterinaria.Adentro, del piso al techo, haba jaulas con perros, gatos, pjaros. A un lado, peceras repletas depeces y tambin, terrarios con lagartijas, tortugas y hasta serpientes. Roco se dedic a recorrerlofascinada.Iba a meter la mano en el terrario de una hiperkintica comunidad de hmsters, cuando por unapuerta apareci un hombre con delantal blanco. Vena vendndose la mano y, por la mancha desangre que tea el pao, la herida no era chiste.Quiero adoptar la gatita le dijo sin dudar Roco, mostrndole el cartelito.Genial! exclam aliviado el veterinario y como la chica miraba la venda manchada, aadi: Me lastim con un bistur y cambiando rpido de tema exclam: Maru se pondr contenta.El gesto de la nia lo oblig a explicar: As se llama la gata del cartelito. Est en elconsultorio. Acompaame.Cmo lleg a la veterinaria? quiso saber Roco mientras lo segua por un pasillo en el quereinaba un pesado tufo medicamentoso.

  • Hace dos semanas, acababa de cerrar y escuch un golpe en la puerta. Luego, gritos.Gritos?Pens que era algn nio que se haba cado en la entrada. Pero cuando abr, descubr a lagatita. Estaba asustada y no dejaba de maullar de un modo un tanto raro. Me cost agarrarla.Hasta intent morderme, pero lo logr y pude atenderla.Estaba herida supuso Roco justo cuando entraron al consultorio, muy similar a comosospechaba era una sala de quirfano.Vena convaleciente. Hay irresponsables que adoptan mascotas y cuando se les enferman, lasabandonan.Afortunadamente para Maru, la dejaron en la puerta de un veterinario.Y afortunadamente para m, apareciste para hacerte cargo de ella.Roco le cont de su amor por la fauna y le pas el detalle de los animales que haba rescatado,los que pudo reubicar entre sus conocidos y los tres que su madre le haba permitido quedarse.Ah, ya tens mascotas coment algo preocupado el hombre.S, pero no habr problemas con sumar otra. Si est enferma, mi madre no podr negarse.El problema no es tu mam.Entonces?El veterinario iba a responderle, cuando desde una caja de plstico con puerta de reja que habasobre una camilla lleg una mezcla de maullido, gruido y voz humana. Cada vez que se oa, losanimales que estaban en la parte delantera del local se alarmaban como si pidieran auxilio.Es Maru le inform el mdico ante la sorpresa de Roco. Te dije que su maullido era fuerade lo comn.Ella se acerc hasta la mesa. Luego, a la caja. Como adentro no se vea nada, arrim el rostro.Maru era un montn de pelos echado hacia un rincn y en la oscuridad, slo brillaba un par deojos rojizos. Como brazas encendidas.Hola, gatit no pudo terminar.El felino se arroj furibundo contra la puertita. Erizado, mostraba sus dientes y su garganta eraun solo alarido entre felino y humano. Los otros animales parecieron enloquecer y Roco debitaparse los odos ante el ruidero.Se asusta con facilidad grit el veterinario. Pero pronto se calma. Salvo queQu? pregunt a los gritos Roco.Nada. Supongo que reacciona as por la enfermedad que padece.Qu le pasa?No lo s. Deb adormecerla para sacarle una muestra de sangre. Esta tarde me traern losresultados el veterinario segua gritando, pese a que Maru haba vuelto a tirarse, haba dejadode aullar y el resto del animalero ya estaba en silencio.Slo entonces Roco pudo verla en detalle a travs de los agujeritos de la caja que servan derespiraderos. Era de un gris metalizado, no muy grande y con una mancha blanca en la nariz.Aunque tena sus ojos entrecerrados, an parecan brazas incandescentes. Luca tan mansa queera imposible sospechar que pudiera reaccionar como haca unos minutos.Me la llevo dijo Roco, que crey un desafo amaestrar esa gata con humor de tigresa .Creo que acta as porque siente que no la han querido, y no por la enfermedad que pueda tener.Eso espero. Con algo de afecto, no dudo en que se convertir en un ser dulce y confiable.

  • El hombre le entreg a Maru en la caja que le regal en agradecimiento por adoptarla. Y antes deque se fuera, le pidi la direccin para contactarla una vez que, con los resultados dellaboratorio, determinara qu le ocurra al animal y cul sera el tratamiento, el cual tampoco lecobrara.Esto ltimo, pensaba Roco, sera el argumento para contrarrestar la segura negativa de su madrea recibir un cuarto husped animal en casa. Pero no fue suficiente.Mam, no podemos abandonarla! le rog cuando la mujer le orden que volviera a laveterinaria para deshacerse de Maru. Le hacemos un favor a la especie.Esto es una casa, no el Arca de No! le retruc.Claro, preferiras que yo fuera una de esas chicas descomprometidas, en vez de ayudarme a serun adalid de la naturaleza la ametrall con un argumento que podra ser efectivo.La madre pareci recapacitar:Est bien. Slo para que veas que respeto tus ideales.Roco dej en el piso la caja con Maru y se lanz sobre su madre. La llen de besos y promesas deque ni se enterara de que en la casa haba otra mascota.La mujer quiso conocer a Maru. Se agach y, como la oscuridad de la caja no le permita verla,acerc un dedo.A verte, mishina.Juguete, pero la gata repiti la conducta que tanto haba asustado a Roco en la veterinaria: seeriz, salt y, hecha un solo alarido, con sus dientes se prendi al dedo de la mujer.Mientras ella gritaba, desde el patio llegaron los ladridos de Draco, los maullidos de Toms y losgritos de Tuiti.La mujer tiraba para liberarse de esos dientes, pero no poda. Roco zarande la caja y consiguique la soltara. Pasaron unos minutos hasta que Maru se calm y volvi a echarse; y otros, hastaque los otros animales de la casa hicieron silencio.Ests bien? fue todo lo que pudo decir.Impactada, la madre se miraba el dedo. Haba perdido una buena parte de una ua, y tena layema abierta con un profundo tajo, pero del que no manaba sangre. Sin embargo, senta un dolorquemante que se extenda por todo su brazo.Cuando est curada, te juro que me dedico a buscar quien la adopte prometi Roco.

    Roco se llev a Maru a su pieza. No saba cmo alimentarla: tema abrir la caja para dejarle unplato con el alimento que pidi prestado a Toms. Lo mejor sera tirarle los trocitos por losrespiraderos para evitar que la atacara o, lo peor, que se escapara.Por la noche intent alimentarla as, pero los trocitos fueron cayendo dentro de la caja y elanimal ni siquiera los olfate. Tampoco reaccion mal, lo cual ya fue un avance. Sin dudas estabaasustada, pens Roco recordando la furia de la gata cuando se le acerc en la veterinaria yluego, casi le mastic el dedo a su mam.Se cans de esperar a que comiera y se tir en su cama atenta a la caja donde la gata dormaemitiendo sordos ronquidos. Era un resuello tenue que la fue arrastrando a un pesado sueo.Debi pasar bastante tiempo, hasta que sinti que la zamarreaban. Despert asustada, pero secalm al ver junto a ella a su padre.

  • Es hora de ir al cole? pregunt desorientada.Son las dos de la maana le dijo su pap. Me llevo a mam al hospital.Por qu? de un solo movimiento qued sentada.Tiene fiebre. Me cont lo que pas hoy. Tal vez se le infect la herida. Te queds sola.Cualquier cosa me llams al celular o te llamo. Volv a dormir. La bes y sali del cuarto.Qued pasmada: lo que fue un intento por salvar a un animal enfermo ahora llevaba a su mam alhospital.De ese pensamiento la sac un ruido que vino de la caja. Eran ronquidos? Quejidos? Risas?La sacudi un escalofro. En la maana ira a la veterinaria a devolverla.Pese a la preocupacin por su madre, se senta agotada y se acost para dejarse llevar por elsueo. Durmi despertndose varias veces, pero sin salir totalmente del sopor, como si alguien leordenara rendirse. Mientras, en sus odos se colaban esos ronquidos?, quejidos?, risas?De pronto oy una alarma. Se liber del letargo, automticamente sali de su pieza y fue hasta elliving. En lo oscuro, sobre la mesa, identific el celular que al sonar emita una luz roja. Atendi.Hija, soy pap. Del otro lado haba preocupacin. Mam qued internada.Qu le ocurre?No saben. Puede ser un virus.Voy para all!No! Llam a la abu y pedile que se quede con vos hasta que yo vuelva a casa. Y cort.Estaba desesperada. Camin hasta la cocina en plena oscuridad, pero choc contra un bulto en elpiso. Sinti algo peludo en sus tobillos. Casi tropieza.No contuvo el grito cuando, al encender la luz, vio en el suelo a Draco. Yaca con el cuerpoprcticamente deshecho por las heridas, pero sin una gota de sangre derramada. Los ojos apenasabiertos mostraban el blanco de la muerte reciente y por la boca asomaba su lengua violcea.Comenz a llorar, pero se congel. Un gruido lleg desde el patio. Corri a la cocina y de uncajn sac el cuchillo ms grande. Encendi la luz del exterior y mir por el vidrio de la puertadel patio. Nadie. Nada. Pero algo se movi afuera. Era un cuerpo oscuro que con dificultadcaminaba hacia ella. Unos metros antes de la puerta, cay pesadamente.Roco abri la puerta y avanz anteponiendo el cuchillo. Esta vez no grit al descubrir a Toms.Su pequeo rostro felino era una masa informe. El resto, una mezcla de pelo y carne herida, perotampoco haba sangre.El horror la trag como un agujero negro. Y entonces sinti ruidos al frente, donde la luz delpatio ya no iluminaba. Automticamente, volvi a su habitacin y apenas entr, descubridestruida la puerta de la caja de Maru.Se arrim temblorosa, con el cuchillo como defensa, para comprobar que la gata no estaba. Encambio, vio un montn de plumas destruidas.Tuiti! grit.Su loro tambin haba sido vctima de la gata que haba pasado del mal humor al crimen y ahoraandaba suelta por el patio.La prxima soy yo!, razon sintiendo que el miedo la invada como una fiebre y sin saber a quinrecurrir por ayuda.El timbre casi la infarta. Crey que sus padres haban vuelto del hospital y sin pensarlo, fue aabrirles. Se equivoc: afuera estaba el veterinario.

  • Perdn por molestar a esta hora le dijo notablemente alarmado. Desde la tarde que buscotu casaLa gata mordi a mi madre y mat a mis mascotas! le recrimin ella culpndolo de todo.Mientras la tuve en mi consultorio atac a otros animales. Pero ahora es ms gravePor qu?El hombre le mostr una carpeta que llevaba en la mano.Son los resultados del laboratorio: no est enferma. El anlisis demostr que su sangre nopertenece a la de un felino. Ni siquiera a un mamfero.No entiendo.Sus clulas son incompatibles con el ADN animal conocido. Cuando recib el estudio, me puse acompararlo y hall que Un rugido ensordecedor lleg del interior de la casa.Qu hall? Roco pareci no escuchar el bramido.En un libro de criptozoologa compar las clulas de Maru con las de criaturas fantsticas ydetermin que en realidadUn nuevo gruido. Ms potente. Mucho ms crispante.Es un chupacabras: un ser desconocido para la ciencia que ataca a otros animales.Pero si luce como una gatita.Es que nadie lo ha visto. En cambio, slo se han hallado los rastros que deja en sus vctimas, alas cuales muerde hasta destruir para alimentarse de su carne, pero sin dejarles sangre.Ella record el estado en que haban quedado Draco, Toms y Tuiti.Segn deduzco, primero, parece un animal inofensivo, pero muta al pasar a la adultez agregel hombre. Se alimenta de otros animales, pero cuando muerde a un humano, su saliva puedecontagiarlo y usar su cuerpo para alojar las pupas de sus cras.Le mostr unas ampollas con un lquido amarillento.Es un suero que elabor segn lo que ciertos ensayos indican para destruir a un chupacabras.Maru debe ser detenida y tu madre, inyectada, o corre serio riesgo de servir para la procreacinde esa especie.El veterinario sac una jeringa, la llen con la mezcla amarillenta y se la dej en las manos.Mientras se iba, indic:Tendrs que enfrentarla y yo, volar en mi auto al hospital antes de que sea tarde para salvar atu mam y dndose vuelta, parti avergonzado y temeroso dejando a Roco inmvil en la puertade su casa.En una mano tena la jeringa y en la otra, el cuchillo. Iba a entrar usando ambos como armas,pero otro rugido le hizo arrojar el cuchillo. Blandiendo la jeringa como nica defensa, Rocopenetr en su casa. La recorri alerta y con furia a su vez, pero un bramido le indic que Maru, olo que fuera, segua en el patio.Fue a la cocina, ech una mirada por la puerta y no vio nada. Se anim a salir. La luz le mostrque Tomas ya no estaba donde haba cado. El ruido de huesos que se quebraban y de mandbulasen accin, le seal que su gato era masticado en algn lugar del patio.Dejate ver orden hacia la oscuridad.La envalentonada la rabia: pensaba en su madre luchando por sobrevivir y en sus queridosanimales destrozados. Sin embargo, el valor se le disip. En la penumbra brillaron dos ojosrojizos y luego, el sonido de mandbulas triturando huesos dio paso a un chillido. Entonces, Roco

  • pudo ver un gran bulto que se le acercaba agazapado.Cuando qued a pocos metros, la luz le mostr a su contrincante. Era como una pantera, cubiertade pelo del mismo gris acerado que Maru. Tena cabeza ovalada y alas de murcilago. En la narizconservaba la mancha blanca y de su boca emergan cuatro lneas de colmillos. La miraba con losmismos ojos de brasas.La criatura extendi sus negras alas y se puso en guardia. Un nuevo chillido, ms grave, y sedispuso a atacar. La chica sostuvo la jeringa con toda su fuerza a modo de espada y dio un salto.Ah sinti cmo chocaba contra el bestial cuerpo, y cmo con rpidos reflejos la aguja penetrabala dura piel. Esper la destellada en alguna parte de su cuerpo, pero en cambio sinti que lacriatura perda vigor a medida que le inoculaba la droga. Un ruido pesado y antes de caerdesmayada, Roco pudo comprobar cmo ese ser se iba consumiendo hasta volver a ser una gata,a simple vista, inofensiva, necesitada de cario.Minutos despus son el telfono, que sobresalt a Roco. Era su pap explicndole que elveterinario los haba convencido a los mdicos y a l de aplicarle un suero a su mam.Inmediatamente su estado haba comenzado a revertirse y deba quedar en observaciones.Ya les explicar le dijo Roco a su pap mientras observaba a su ahora nica mascota.Un da despus, pas por la veterinaria. Ah hall al mdico chateando con un criptlogo rusoespecialista en chupacabras.Hay muchas cosas por descubrir le coment a la nia mientras le mostraba dibujos hechos apartir de relatos de quienes tuvieron encuentros con esas criaturas. Hasta principios del sigloXX los gorilas eran seres imaginarios, entonces alguien confirm que existan. Nosotrosacabamos de hacerlo con el chupacabras, del cual se especula surgi por un experimento opertenece a una especie aliengena. Publicar esta experiencia y sin dudas, ganar prestigiointernacional. Quin te dice: tal vez seamos el prximo Nobel de Ciencias Naturales.A Roco la idea no la tent. Si bien su madre estaba fuera de peligro, an le dola el destino deDraco, Toms y Tuiti.Se despidi y ya abandonaba el local, cuando el veterinario la detuvo:No me importa ganar prestigio ni el Nobel.Entonces, por qu sigue averiguando sobre esta criatura?La mir un segundo y finalmente, habl:Hay otra cosa que no te dije.Un nuevo silencio.Cuando recog a Maru y, antes de que mostrara su violencia, confirm que estaba preaba. Dioa luz a los dos das de tenerla conmigo. Siete cachorros. Antes del cartel pidiendo que laadoptaran, haba colocado otro. Ofreca en adopcin a los gatitosRoco no quiso seguir oyendo. Pero el hombre continu:Aparecieron siete chicos. A todos les entregu uno.Quiere decir que La chica mir por la vidriera hacia la calle, como buscando a alguno delos que se llevaron un supuesto gatito.S. All afuera hay siete chupacabras sueltos.Ella entr en pnico. Frentica y sin destino, se lanz a las callesHasta hoy pueden verla buscando siete gatos que, segn insiste, en realidad son chupacabras. Alver a alguien con un felino, lo detiene y le explica; la miran como a una loca. Pero no se rinde.

  • Sabe cmo acabar con un ser que para la ciencia no existe. Y precisamente, esa es su tctica paraalimentarse de otras criaturas, crecer y multiplicar sus ansias de destruccin y terror.

  • CAPTULO 4

    CABEZA CON PILAS

  • Malsimo el cuento! grit Bruno.En cambio, los otros cuatro chicos enmudecidos miraban fijo a Gaby. El gesto en su cara la mostrabaorgullosa por la historia que sin dudas la hara una gran directora de filmes de horror.A vos te puede parecer maladijo Gaby . Pero no sos quin debe calificarla y grit : Austed le gust, seor Dueo de la Fiesta?Como nica respuesta, lentamente se abri la puerta que daba al cuarto contiguo.Eso es un s susurr Alejo, an admirado por la creatividad de su amiga (cada vez le gustabams!)Todos se miraron. No saban si avanzar. Nada les indicaba que en la otra habitacin no los esperarauna trampa o alguien que los aniquilara.Slo luego del gesto de Bruno, entraron cautelosos. La habitacin era un calco de la anterior: unalmpara similar la iluminaba, estaba vaca y limpia, y tambin haba otra puerta. Era turno de otrocuento para abrirla.An quedan muchas puertas. Quin sigue? volvi a orse la voz al Dueo de la Fiesta.Se mostraron indecisos. Entonces, Alejo se liber de la caja que cubra su torso y cabeza. Yenseando a todos el meln con rasgos dibujados y peluca, anunci:Como vine de degollado, mi cuento es sobre un viajante de electrodomsticos queLo ataca una licuadora que en realidad es un vampiro! lo interrumpi La Roca y recibi undiluvio de shhhhhhhhhhhhhhhhh.Cortala! le orden Pao. A ver si uno de tus chistes le cuesta la vida a Juanma.O a nosotros se inquiet Martn.Alejo aspir hondamente para sacudirse el espanto y comenz:Deca que

    Por su trabajo, Marcelo vive viajando a pueblitos de alta montaa. Y por all lo vern con suvalijn lleno de aparatos de pilas, de bateras y tambin de los que se enchufan.Sus giras son largusimas. Vive cansando y no es raro que le ocurra lo que esa noche: se quedmosca en el asiento del micro y, cuando despert, se haba pasado de la villa que segua en suitinerario.Debi bajarse en medio del camino y aguardar el colectivo de regreso. Eso sucedera en algnmomento de la noche, segn le inform el para nada atento chofer, que apenas esper a quedescendiera para cerrar la puerta y perderse a toda marcha en la voraz negrura del paisaje.Tuvo que refugiarse en una vieja y abandonada estacin de ferrocarril. El lugar slo reciba laplida luz de un farol encendido tal vez por el guarda. Su nica comodidad era el desvencijadobanco del olvidado andn (hace mucho que el tren es un recuerdo por esos lares).Noche fra y sin luna, pura estrella. Un viento tenue, pero helado, tpico del abril cordillerano. l,buscando entrar en calor en el asiento, acurrucado dentro del gamuln y cubrindose con susombrero la cabeza (es peladito).Habra dormitado un segundo, un minuto, una hora (nunca lo supo), pero de pronto despert paradescubrir que junto a l se haba sentado un hombre. Lo miraba y sonrea. O mejor dicho, mirabael sombrero de Marcelo y sonrea.Buenas noches le dijo el viajante para disimular el sobresalto.

  • Good nigth respondi en ingls (as supo que el desconocido era ingls).Fresquete, no? agreg Marcelo y se corri unos centmetros del sujeto. Lo tena muy pegadoa l (lo pona nervioso).Oh, yes, very fresquete acord el otro, que no dejaba de mirarle el sombrero.Silencio. Largo silencio que Marcelo aprovech para analizarlo de reojo. El sujeto era elegante.Vestido de traje como recin planchado, pareca no sufrir el mismo fro que el viajante. Usababastn de caa y sombrero honguito.Y qu cuenta? pregunt Marcelo para iniciar charla, a ver si as lograba que corriera lavista de su sombrero.No muchou sus ojos atrapaban como con hambre el sombrero.Alguna novedad?, digo, news interrog Marcelo con su ms que bsico ingls.Oh, yes. Han pasado cosas very importantes por aqu.Very important? Cuente...Con un ademn de gentleman se sac una hilacha del saco gris de rayitas blancas. Se mir lasuas pulidsimas. Se acomod la polaina izquierda que, como la otra coronaba sus zapatos. Y sloentonces, le cont:Encontraron el cuerpou de un hombre en uno de los tneles del ferrocarril.No me diga!Tena la cabeza separada del cuerpou.Degollado! exclam Marcelo pensando sacar otro tema para desviar el elegido por surefinadsimo acompaante.Al principiou pareca que the train le pas por encima. Pero the police le descubriou herida enla sien izquierda. Y dos pualadas aqu, en pechou.Y quin era el pobre desgraciado? Contra su voluntad quera saber todos los detalles.No se sabe exactly. Algunos hablan de un tal Espinosa, un ferroviariou que acababa de cobraruna deuda. Mientras caminaba por la zona, dos men lo haban asesinado y haban colocad elcuerpo en el paso del train. Para borrar pruebas del crimen.Que descanse en paz! suspir impresionado.Otros hablan de un directivo ingls del ferrocarril. Lo asaltaron en su oficina con los jornalesreunidos para pagar a los empleadous. Lo secuestraron y lo mataron por aqu. Dicen que sellamaba William Graham.Y cundo ocurri eso?Hace poco. En mayo...Ah, el ao pasado....de 1910.Usted est desactualizado. Estamos en... Marcelo intent explicarle, pero no pudo terminar.El ingls acerc la mano, delgada y nudosa, para tomar su sombrero; ese que no haba dejado deobservar incluso mientras le relataba lo del crimen.De un salto, Marcelo se par y mirndolo con ojos de huevo frito, lo increp:Qu rayos le pasa a usted con mi hat, digo, mi sombrero?Nou, lo que quiero no es your hat.Entonces? Hace rato que lo viene mirando como para robrmelo.S, quiero llevarme algo, pero no su hat. Lo que voy a llevarme es your head.

  • Perdone, mi inglish es muy malo. Traduccin, plis le pidi poniendo prudencial distancia consu interlocutor.El misterioso acompaante busc la palabra en castellano. Sonri mostrando todos sus dientes ycon una voz como llegada de un siglo atrs, le tradujo:Su cabeza!En ese momento el miedo (no fue valenta), inspir a Marcelo. Se le abalanz y lo empuj. Fuecomo chocar contra una pared. El cuerpo del ingls, sentado, apenas se tambale. Pero la cabezase le desprendi separndose de su cuello, cay y rod unos metros sobre el andn.A propsito le dijo la cabeza desde la distancia. My name is William Graham. Nice to meetyou.Y entonces, el cuerpo mocho se puso de pie y camin hacia Marcelo. Con la violencia de unguadaazo, agitaba su bastn de caa. Era un sablazo que el sujeto, o su cuerpo, diriga sinpiedad a la altura del cogote del viajante.Corri. El cuerpo decapitado lo sigui.Marcelo salt del andn y tras cruzar las vas, se perdi en la noche. Tropez. Escal un cerro.Volvi a tropezar. El viento silbaba (o era el rasguido del bastn convertido en sierra?). Unnuevo tropezn.Your head, I need your head gritaba rabiosa desde el andn la cabeza del que antes haba sidoun caballero.El viajante se escondi tras una enorme piedra, pero como si el persecutor lo oliera (aunque sunariz qued con la cabeza en el andn), lo descubri. Sali disparado de vuelta a la estacin.Volvi a tropezar. Se lastim las manos con las piedritas y se le enterraron espinas de cardos.Otro tropezn. Le sangraban las manos y rodillas.I need your head bufaba la cabeza desde el andn.En cuanto al resto del cuerpo, pese a no tener con qu mirar dnde pisaba, no sufra los mismospercances que el espantado Marcelo.Jadeante y tembloroso lleg al andn. No supo de dnde sac la idea, pero supuso que si seapoderaba de la cabeza y la destrua, la pesadilla concluira.Con asco y furia, la tom de los cabellos (lo despein) y comenz a aplastarla con una radio quesac de su valijn. Para qu! Si bien la cabeza, a esa altura hecha papilla, dej de bregar por lasuya, el resto del cuerpo, que ya estaba a pocos metros, se violent an ms. Su bastn-sable sevolvi un ltigo de pirata y se acerc encaprichado con decapitar a su perseguido.Ah Marcelo se detuvo y recurri a su labia de vendedor.Mire le dijo sosteniendo en alto la radio con la que acababa de hacerle pur la cocaza. Este es el ltimo modelo en cabezas. La ma es anticuada, fea y, encima, no tiene un solo pelo.Para qu tener algo en tal mal estado, cuando puede poseer esta maravilla de la modernidad?Le arroj el aparato y para asegurarse, del valijn sac las cajas de pilas y comenz aametrallarlo con cada una de ellas. El cuerpo se arrodill, tom la radio y se la coloc sobre laporcin de cuello que tena entre los hombros.Con la mano gir una perilla y como si fuera una burla del destino, el locutor de un programa detangos anunci:Acabamos de escuchar Por una cabeza, uno de los tangos ms famosos de Carlos Gardel yAlfredo Le Pera.

  • En eso, Marcelo vio de reojo las luces de un vehculo que se acercaba por la ruta. Sin darle laespalda a su atacante cabeza de radio y sin dejar de tirarle pilas del valijn (que le pesabacomo nunca), huy hacia la banquina.Afortunadamente result ser el colectivo que esperaba. Casi lo atropella, pero parndose enmedio de la calzada logr detenerlo y subirse de un salto. Pag el boleto y se tir en uno de losasientos, donde hecho se qued ovillado durante el resto del viaje. Ni mir por la ventana.Hasta hoy cuando Marcelo pasa por ese sitio, siempre cierra los ojos; hasta reza.Una vez, sentado a su lado iba un tipo que, viendo su reaccin, le pregunt si se sentadescompuesto. Y para contenerlo le dio conversacin. Muerto de risa le cont que desde hacadcadas por ah deambulaba El Futre.Es un espectro sin cabeza, pero de lo ms elegante le coment. Slo que ahora se sum otromisterio: en medio de la noche se escuchan tangos, folclore, rock y hasta partidos de ftbol.Con el comentario Marcelo sinti escalofros. Pero tambin orgullo, porque pens: "Qu buenasson las radios que vendo! Y las pilas, como dice el paquete, duran un montonazo".

  • CAPTULO 5

    LA CARTA MORTAL

  • A los chicos el cuento de Alejo les caus mucha gracia. Por un momento haban olvidado dnde y enque situacin estaban y se dieron el placer de rerse. Hasta La Roca se rea.Tonto, era un cuento de terror, no una comedia! le reproch Pao cuando se dio cuenta de quecon su relato Alejo haba podido enojar a quien tena prisionero a Juanma y de algn modo, a todoellos, tambin.Sin embargo, al darse vuelta observ con asombro que la puerta que daba a otra habitacin ya estabaabierta.Tal vez le cambi el humor opin Martn. Vamos, no perdamos tiempo!Cruzaron al tercer cuarto y antes de que El Dueo de la Fiesta volviera a hablar, Karo dijo:Sigo yo.Nos va a contar una historia di-vi-na Pao no la crea capaz de hilvanar un relato.Te apuesto, nena, a que cuando termine, el tipo ese nos abre todas las puertas hasta la torre...Nunca! grit espeluznante El Dueo de la Fiesta. Todos deben contarme un cuento de horror.Nuevamente los chicos sintieron que el miedo les cada como una pesada cortina.Qu carcter, nene! coment en cambio Karo, que pareca no darse cuenta del riesgo que podaencarna cada palabra, gesto o movimiento que hicieran.Entonces, se arregl el disfraz de gitana y se sent en el piso. Con ademanes invit al resto a imitarlay cuando qued en medio de la ronda que formaron, engros la voz para contar que

    An no haba cumplido los cincuenta y ya haba llegado a la cima de su carrera. El seor MacMany posea una gran fortuna: en los ltimos cinco aos haba aparecido en todas las revistasfinancieras como uno de los diez hombres ms ricos del mundo. Haca mucho que el joven humildey emprendedor haba dado paso al lobo que se tragaba enteros a sus adversarios. Sus cuentasbancarias acopiaban pesos, dlares, libras, yens y cuanta unidad monetaria le interesara. Susempresas cotizaban formidablemente en la bolsa. En cualquier punto del mapamundi dondeapoyara el dedo posea una propiedad. A su opulenta flota de autos, sumaba dos jets particularesy en un puerto del Mediterrneo tena un suntuoso yate sin estrenar. Todo a base de unextraordinario sexto sentido para oler los negocios hasta debajo de las piedras y de sacrificar sulado humano. Su palabra era la nica que vala: no respetaba ni esperaba aportes u opiniones.Todos tienen derecho a pensar como yo! sola decir.Su familia estaba formada por desconocidos que aparecan en las fotos de los lbumes que jamsmiraba, sus amistades se haban disipado y sus empleados, eran poco ms que esclavos. Por esoestaba muy solo, aunque l se jactaba de que esa soledad era compensada con los millones y laspropiedades que sumaba a diario.Y como muy internamente sospechaba el rechazo que generaba, haba desarrollado repulsinhacia los dems. De ah que no fuera de extraar su reaccin con aquella joven gitana.Esa maana Mac Many sali de su mansin rumbo a su lujosa oficina en el edificio ms alto de laciudad, que le perteneca por completo. Para desgracia del chofer, la limusina se averi.Cuando el conductor no pudo arreglarlo y le inform que el auxilio mecnico demorara enllegar, al millonario lo atac con bronca. Le enfermaba no tener el control de todo y todos.Ech al chofer, cerr las puertas del vehculo y, por primera vez en mucho tiempo, decidicaminar hasta su oficina.

  • "Intiles! Mi tiempo es oro!", pensaba mientras, como si fueran leprosos, esquivaba a quienesvenan de frente por la vereda. "Abran paso! Yo no soy un infeliz como ustedes".Al doblar una esquina, oy que le chistaban para llamarlo. Enojado por el modo en que alguienosaba tratarlo, gir la cabeza y, en la ventana de una vieja y destartalada casa, vio a la gitana.Acrquese, por favor le rog la joven.Usaba amplias pollera y blusa con arabescos multicolores, un pauelo en la cabeza y la rodeabael clin clan clin de sus cadenas y pulseras.No tengo tiempo la repeli Mac Many desde la distancia.Es un instante la gitana delataba preocupacin en su voz y ojos negros.Y al ver que, pese a su insistencia, el hombre no se dejaba convencer, desapareci de la ventana yen breve sali por la puerta de la casa. Fue acercndose a l, quien comenz a apurar el paso.Djeme en paz o llamo a ese polica!Necesito decirle algo.No me importa. Y al confirmar que ella no se le despegaba, comenz a gritar: Oficial,oficial, soy Mac Many y esta estafadora me quiere robar.Los transentes los rodearon mientras el polica le peda documentos y explicaciones a lamuchacha. Ella en cambio insista:Slo quiero decirle queLlvesela! orden el potentado que se crea con autoridad sobre el oficial.No hizo nada le respondi el uniformado.Entonces, haga que me deje en paz! agreg el magnate mientras se alejaba.Esta noche venga a mi casa. Tengo que decirle algo muy importante le pidi a los alaridos lajoven a quien el polica le impidi seguirlo."Lo nico que importa es cerrar negocios", se dijo Mac Many sin voltear a mirarla.

    Era tarde y Mac Many cenaba solo. Como siempre. Su cocinera le haba servido la comida y sehaba retirado; como los dems sirvientes, tena la noche libre.El gigantesco comedor de la mansin de quince habitaciones estaba apenas iluminado. Afueraarreciaba una estruendosa tormenta y el viento entonaba un canto fnebre al que el millonarioera ajeno. Nada lo asustaba y esa extrema soledad le resultaba ideal.Sus pensamientos eran un balance del gran negocio del da. Se serva vino y brindaba a su saludpor el modo en que haba arrebatado un canal de TV a su propietario original amenazndolo condestruirlo sino se la venda al precio que l le impona.Entonces, escuch ruidos en la sala principal.Marcos? pregunt suponiendo que era el mayordomo. Sonia, ya volvi? Tal vez setrataba de la cocinera.Nadie respondi. En cambio, del gran cuarto contiguo le llegaron risas. Slo entonces Mac Manydecidi levantarse y averiguar quin se atreva a rerse en su casa.La puerta de dos hojas de la sala principal estaba cerrada, por eso volvi a preguntar:Quin est ah?Como respuesta slo recibi risas, ms fuertes. Sonaban festivas y burlescas.Molesto, abri las hojas de la puerta para descubrir a decenas de personas. Los conoca a todos:

  • eran sus empleados, actuales y los que haba echado en los ltimos aos; tambin, sus olvidadosfamiliares y antiguos amigos, as como el batalln de sirvientes que lo atendan a diario.Pero nadie lo not. En cambio, se miraban cmplices y se cruzaban esas risotadas sarcsticas.En el centro de la sala, un grupo rodeaba algo. Slo vea sus espaldas, pero por los espasmos,saba que tambin eran presa de grotescas carcajadas.En un momento la risa se le hizo insoportable y debi taparse los odos. Peda silencio, pero nadiese percataba de l. Tuvo la fea sensacin de sentirse invisible: l, que era todopoderoso.Avanz hacia el grupo y por un hueco que dos personas haban dejado vio que en el centro dehaba un atad. Estaban velando un muerto en su casa! Sin nimo de hacer preguntas, se arrimal cajn. Tena la tapa abierta y mir para saber de quin era el cadver.Supuso que era una broma. Alguien haba puesto un espejo dentro del fretro. Pero no. No era sureflejo. Dentro estaba l! Muerto y, adems, le haban dibujado una sonrisa con fibra.Un trueno lo rescat de la pesadilla. Sentado en la cama, temblaba. l, que no se considerabaimpresionable, se sinti verdaderamente pasmado por el resabio de haberse visto en un atad.Inmediatamente en su cabeza comenz a resonar el eco de las palabras de la gitana:Venga esta misma noche a mi casa. Tengo que decirle algo muy importante"No te vas a dejar afectar por lo que te dijo una estafadora", pens burlndose de su debilidad.De pronto su boca se crisp. Por la puerta entreabierta, alguien caminaba por el pasillo.Marcos? Sonia? Y un nuevo trueno quebr el mundo all afuera.Decidido a no tener ms sobresaltos, sali de su cama y fue hasta el pasillo. Donde este haca unrecodo, alcanz a ver que alguien doblaba. Usaba una larga tnica negra y pareca flotar.Quin es usted? grit.Ante la falta de respuesta, volvi a su cuarto, agarr el atizador de leos junto a la chimeneacrepitante y fue tras el desconocido.Cuando lleg al recodo del pasillo, crey toprselo de frente. Pero en cambio, la presencia detnica azabache estaba detenida varios metros ms all. De espaldas, pareca esperarlo mirandoun gran cuadro de Mac Many que colgaba de la pared.Cmo entr? le recrimin mientras avanzaba hacia el sujeto y se preguntaba cmo losguardias haban dejado que alguien traspasara la reja de entrada o se colara por los paredones y,en ese caso, por qu los perros no haban ladrado. Responda aadi ya casi a un metro delinvasor.Un rayo ilumin el exterior. Hubo un trueno ensordecedor y las luces del pasillo se apagaron.Ahora, slo poda ver al desconocido cuando los relmpagos cruzaban el cielo.No supo cmo reaccionar. Entonces, el visitante comenz a girar. Lenta, muy lentamente. Un rayolo ilumin por un instante. Lo suficiente como para que Mac Many pudiera ver que la tnicadejaba al descubierto un rostro puro hueso y donde debera haber ojos, oscuras cavidades.El esqueleto comenz a rerse. De la nada sac una guadaa. La blandi contra l yUn trueno termin por despertarlo. Estaba en su cama. Era la primera vez que le ocurra dedespabilarse de un sueo para verse en otro. Se pellizc para saber si no se hallaba en unatercera pesadilla y el dolor le indic que finalmente estaba consciente.Pero en su cabeza slo haba lugar para la voz de la gitana que se empecinaba en decirle:Venga esta misma noche a mi casa. Tengo que decirle algo muy importanteLa maana siguiente, esas palabras lo acompaaron desde que despert, mientras se vesta,

  • desayunaba y cuando viajaba en su coche al trabajo. Por eso, fastidiado por esa especie decondena, orden a su nuevo chofer detenerse.Seguir desde aqu caminando le dijo justo enfrente de la casa de la muchacha.Cuando el vehculo ya haba desaparecido, fue hasta la puerta de la vivienda. Como no habatimbre, debi golpear varias veces hasta que alguien abri.No era la gitana. Por la puerta apareci un anciano con un pauelo que le cubra el cabello, MacMany supo que era del mismo origen de aquella a quien buscaba.Ayer en esta casa haba una joven. Llmela, necesito hablar con ella le dijo con desdn.El viejo gitano cerr la puerta sin decir una palabra, dejndolo confundido. Unos segundosdespus volvi a aparecer y le entreg un sobre.Zoraida lo estuvo esperando anoche.Tena cosas ms importantes que hacer le retruc el empresario.Ella debi irse a medianoche y, como usted no vino, le dej esta carta. Me pidi que se la dieralo ms rpido posible. Pero creo que ya es tardeMac Many mir el sobre y se lo guard en el bolsillo. Se senta burlado. No dijo nada y comenz acaminar por la vereda. Esta vez empujaba a quien se le cruzaba. Estaba furioso.Una cuadra antes de llegar al edificio de su empresa, el semforo se puso en rojo. Pero l no lonot y cruz.Nunca se dio cuenta, pero un camin no alcanz a esquivarlo. Su cuerpo sali despedido. Termindesangrado y destruido sobre el pavimento varios metros ms all.Los transentes y algunos conductores que detuvieron su marcha, rodearon el cadver. Uno de loshombres ms ricos del mundo yaca sobre un charco de sangre, sus ojos miraban sin ver y su bocatena una sonrisa como dibujada con fibra.La polica no tard en llegar. Uno de los agentes revis su saco en busca de una identificacin yen el bolsillo hall la carta de la gitana que l no quiso abrir unos minutos antes del accidente.El uniformado no entendi el mensaje. Y en voz alta volvi a leerlo para sus compaeros y, dealgn modo, la vctima:Seor Mac Many, esta carta es para advertirle que maana no salga de su casa por nada delmundo. Si no, morir atropellado por un camin.Era una carta con una advertencia mortal. Pero, el poderoso que jams haba escuchado a nadieen vida, menos podra hacerlo ahora que estaba muerto!

  • CAPTULO 6

    UNA CLASE EN EL INFIERNO

  • Karo grit la ltima frase de su cuento. Lvidos, los chicos dieron un salto y rompieron la ronda.Mientras se pona de pie, Pao se dijo a s mismo que Karo era una cajita de sorpresas. Honestamentepensaba que en su cabeza llena de trabas no haba espacio para nada que no fuera lo ltimo en ropa,accesorios y maquillaje.Qu me dicen? Los dej helados se jact Karo, se puso de pie y con su habitual desparpajo,orden: Dueo de la Fiesta, quiero saber tu opininBuena historia acept la voz ronca del annimo, que sin dilacin, permiti que la puerta quecomunicaba a una cuarta pieza se abriera. Mientras los chicos pasaban, aadi: Es hora del relatode MartnCmo sabe mi nombre, ah? se sacudi el chico alerta y cedieron las costuras de su traje deesqueleto.Se te ve el calzoncillo, Almohadn quemado! le anunci Bruno. La prxima vez eleg undisfraz cosido con alambre.Martn se le fue encima. Debieron separarlos.No es momento de pelear los reprendi Gaby, sonando como una sesuda maestra.Dale, Tincho, cont un cuento as terminamos con este juego del gato y el ratn lo empuj Alejomirando con desprecio a Bruno.Afuera te rompo la nariz insisti Martn dirigiendo su puo cerrado contra La Roca.Y yo, tus huesos y los de tu disfraz le asegur su contrincante.Y la siguen! Los hombres son insoportables los fren Pao con uno de sus comentariosfeministas.A esa altura Martn estaba acalorado por el enojo y no por el temor. Sin salir de su acaloramiento,pens un rato. Y cuando en su mente encontr la historia, sonri con malicia.Lo que voy a contarles sucedi hace aos en nuestro cole. Precisamente, en El infiernoEl infierno? pregunt El Dueo de la Fiesta.El laboratorio, pero como est en el subsuelo le decimos as le aclar Martn. Tiene comoprotagonista a Claviculita.Al or aquel nombre, Pao cay en las arenas movedizas del pnico. Jams se olvidara cuando eseesqueleto comenz a seguirla por culpa de una mala idea que tuvo para zafar de una muestra que seorganiz en la escuela.En cambio, como El Dueo de la Fiesta no saba quin era Claviculita, pidi ms detalles.A su tiempo. Ahora Martn se senta amo de la situacin. Segn s, el 20% de la culpa la tuvoun alumno que se llamaba Javier. El resto fue de un tal Andrs: el ms cargoso, sobrador einsoportable del cole y tambin de todos los que alguna vez pisaron el planeta. Muy parecido a unoque yo conozco mir de reojo a La Roca y sigui, pero cuando todo se desat ya fue tardereconocer culpas. Sobre todo cuando eso no les salvara la vida

    Estaban en plena prctica de Qumica en El Infierno. El profe de Ciencias Naturales les habapedido a los chicos mezclar en las probetas cido con sustancias poco corrosivas que debanelegir del anaquel del lugar. Esperaran la reaccin y anotaran en sus carpetas lo que ocurriera.El curso estaba dividido en varios tros. Diego (que era un experto en mezclar sustancias), Nati yJavier, formaban uno. Frente a ellos, compartiendo el mismo mesn, el tro que tena a Andrs

  • como lder, y a Rubn y Sergio, que eran tan insoportables como l.En un momento, al profe lo llamaron de la Direccin y repitiendo su discurso de que ya songrandes, los dejo solos, porque confo en ustedes, se fue.Los chicos quedaron apenas vigilados por Claviculita, el esqueleto que hace como cien aos esten El Infierno colgado de un trpode; y por Blanquita, la rata que en un terrario de vidrio pasabasus das durmiendo y slo despertaba para servir de ejemplo en alguna clase.Aprovechando que ni el esqueleto y menos la rata podan evitarlo, Andrs sum un poco de sumezcla en la probeta en la que ensayaba el grupo de Javier. El lquido mut varias veces decolores y se elev formando una espesa y desconfiable espuma.Andrs siempre sala con algo as y converta una tranquila clase en una declaracin de guerra.Por eso, sin pensarlo, Javier corri hasta el anaquel, tom un frasquito al azar y lo vaci en eltubo en el que su enemigo y cmplices venan trabajando.Ahora fue su contenido el que cambi de colores y esta vez la espuma fue doblemente densa. Llega rebalsar el envase y el fluido comenz a chorrear sobre el mesn como un tsunami que setragaba carpetas, tiles y todo lo que no pudieron sacar a tiempo.Ofendido por el contraataque, Andrs lanz un manotn contra el tubo del equipo de Javier y lovolc. Su lquido se mezcl con el que manchaba la mesa y, cuando se fusionaron, un vaporazulino se elev en forma de hongo.El tufo que eman se les col a todos por las narices y fue insoportable respirar. Los ojoscomenzaron a picar y lagrimeaban como si estuvieran pelando mil kilos de cebolla.Nos envenenamos! grit Guada, que sola tener reacciones hollywudenses. Slvese quienpueda! Y cundi el pnico.En ese momento volva el profe, que casi muri aplastado por la estampida general. En medio delgritero, casi cuarenta chicos buscaban salir del laboratorio para no terminar asfixiados,contaminados, derretidos!, como ululaba Guada con la potencia de diez gargantas.Una vez afuera, el profe les asegur muy serio que no volveran a bajar al laboratorio el resto delao.Y yo que confiaba en ustedes! les recrimin a todos, y todos miraron de reojo a losverdaderos y nicos causantes de lo que en realidad era un castigo: bajar a El Infierno era lo msdivertido que poda pasar en el cole.Aunque no los hubiera castigado, tampoco podran volver ah. Dos das despus, el vapor queaccidentalmente haban generado Javier y Andrs no se disipaba y era un peligro estar en esesitio hasta que se ventilara totalmente. Tarea que se le haba encargado a Braulio, el celador.Como asistan al turno maana, los das que tenan Educacin Fsica los chicos almorzaban en elbufete. Luego hacan tiempo adelantando tareas o chusmeando, hasta que, las chicas por un lado,los varones por el otro, iban al gimnasio cuya puerta estaba junto a la del laboratorio.Ya empezaba la hora de Educacin Fsica. Javier, Diego y Nati iban al gimnasio, cuando en elpasillo, justo frente a la entrada a El Infierno, se les cruzaron Andrs y sus dos secuaces.La prxima vez, el cido te lo tiro en la cara lo amenaz Andrs al estilo gnster.Yo te lo hago tomar de un trago! le advirti Javier.Y yo te golpeo la espalda para que hags un provechito agreg Diego, y entre los bandoscomenz un tire y afloje.De no correrse, Nati tambin hubiera recibido uno de los empujones que los chicos se daban como

  • rugbistas.En eso, sintieron gritos desgarrados que provenan del laboratorio. Era la voz de Braulio quepudieron reconocer claramente a travs de la puerta cerrada.Atrs! bramaba desesperado, y se oan vidrios que se rompan y muebles que caan.Automticamente, los seis chicos bajaron la escalera que llegaba hasta la puerta del recinto. Nose animaban a abrirla. En cambio, pegaron las orejas para or qu pasaba del otro lado. Peroahora slo haba silencio.Deberamos entrar sugiri Javier.Lo tenemos prohibido. Nati era de respetar las reglas. Adems, no sabemos qu puedehacernos ese vapor que crearon ustedes dos, genios. Tambin, era de evitar riesgos.En cambio, Andrs no segua normas ni pareca temerle a nada. Empuj la puerta y avanz.Detrs, fueron todos los dems y, por la dudas, cerraron con llave desde adentro.El Infierno pareca golpeado por un tornado: los envases y tubos de ensayo eran aicos sobre losmesones y en el piso; las banquetas, el escritorio, el anaquel y el mueble de la biblioteca estabanderrumbados o convertidos en astillas.Braulio, ests bien? pregunt Javier a quien ahora no se vea por ningn lado.Tal vez nos confundimos. Pudo estar en el patio y cremos que sus gritos venan desde aqu supuso Diego.Salieron de las especulaciones cuando Nati chill como las protagonistas de los filmes de terror.Con el dedo sealaba un montn de libros y papeles que enterraban al celador: la biblioteca se lehaba ido encima.Instintivamente, todos fueron en su ayuda.Est?No, slo desmayado, pero apenas respira los calm Diego, que saba un montn sobreprimeros auxilios.Mientras liberaban a Braulio de los cientos de libros, fichas, carpetas que lo aprisionaban,notaron que tena el rostro lleno de araazos y adems, sostena algo en la mano.Es una falange explic Diego, que tom el huesito y lo observaba con inters , de un dedondice aadi con su famosa habilidad de identificar los doscientos seis huesos humanos sinequivocarse.Es de l?! preguntaron a do Rubn y Sergio, cuyos ojos eran pantallas en las que seproyectaba la suma de todos sus miedos.No.Entonces? fue turno de Javier.No hubo tiempo de suposiciones. La respuesta estaba detrs de ellos.Claviculita yaca de pie, libre del trpode que siempre lo sostena. Los miraba a travs de susoscuras cuencas oculares. Y si bien los esqueletos como l siempre parecen estar riendo, ahorasus maxilares mostraban una sonrisa cierta y viva como lo estaba l!Ajeno al miedo que clavaba sus colmillos en cada uno de los chicos, el esqueleto dio un saltohacia ellos y, cuando sus pies huesudos tocaron el piso, hicieron clic clic clac. En posicin deataque, estiraba sus brazos puros tibia, cbito y radio y tena las falanges de sus manoscrispadas como araas. En la izquierda, le faltaba la que Diego sostena.El vapor que crearon lo reanim! supuso el experto y no era tiempo de rebatirle su

  • disparatada? teora.Es que Claviculita, que siempre les haba parecido tan inocente, se acercaba amenazantemente aellos anteponiendo sus zarpas dispuestas a desgarrarlos.Nati se abraz a Javier; y Rubn y Sergio, a Andrs.Diego, dale el hueso! orden Javier sintiendo nuseas y mareos por el pnico.El chico se lo arroj, pero la pieza cay al piso. El seo contrincante se arrodill a agarrarlo ypor primera vez Andrs y Javier pensaron y actuaron en sintona. La patada de uno fue directa alesternn y la del otro, contra la calavera.Claviculita se deshizo convirtindose un montoncito de huesos en el piso. Sobre ellos, su crneoan luca esa sonrisa que les haba dejado de parecer simptica.Andrs y Javier chocaron victoriosos las palmas, algo que jams pensaron haran en su vida.Carguemos a Braulio a la enfermera! orden Diego y cuando estaban a punto de levantarloentre los cuatro varones, Nati volvi a chillar.Qu te ocurre?Muda, plida y sin un solo gesto, sealaba la caja de vidrio donde siempre dorma Blanquita.Estaba totalmente rota y vaca.Diego fue quien aadi el dato que los crisp:Los araazos en la cara de Braulio no son humanos. Claviculita no tiene uas.Ah cayeron en la cuenta de dos cosas: el vapor que haban creado en la clase no slo habareanimado esqueletos disecados haca un siglo tambin haba afectado a otros seres que en otrotiempo haban estado vivos, como las ratas!Claviculita no nos quera atacar aadi Diego, pretenda defendernos como antes intenthacerlo con Braulio.De quin?No debi responder. En un rincn todos vieron cmo la rata del tamao de un oso polar en que sehaba transformado Blanquita, se agazapaba parada en dos patas.Sus ojos, negros mostraban una rabia incontenible. Sus garras delanteras, del tamao decuchillos, se abran, se cerraban y lucan capaces de destrozar piedras.Lo peor de todo era que ni aceptar tener parte de la culpa de aquello y ninguna patada podrancontra sus dientes. Dos incisivos iguales a espadas, que ahora iban con todo su mortal filodirectamente contra ellos!

  • CAPTULO 7

    EL DIENTE DE ORO

  • Martn logr fascinar a sus pares que haban quedado aterrorizados. Si bien no lo dijeron, todospensaron que los protagonistas del cuento eran ellos mismos.Y qu pas con los chicos? quiso saber Karo mientras se restregaba los brazos paradescongelarse la sangre.Se dice que cuando los rescataron, slo encontraron a cinco de ellos desmayados: faltaba Andrs.La rata monstruo se lo haba llevado para hacerlo su almuerzo en la alcantarilla del cole. An estall abajo y en cualquier momento saldr a buscar ms comida.Juro que no vuelvo al laboratorio asegur Pao a quien le lata violentamente el cerebro.La quinta puerta se abri mostrando la aprobacin de El Dueo de la Fiesta por el relato de Martn.Pero mientras los chicos pasaban al cuarto siguiente, Bruno volvi a atacar:Esa no es una buena historia de esqueletos.Seguro tendrs una mejor lo desafi Gaby, que planeaba pedirle prestada la de Martn para laque sera su segunda pelcula.Conozco una buensima. Pas hace muchsimo por esta zona, cuando este barrio an no exista.Contala lo provoc Alejo.Nenes, por qu no hacen un duelo una vez que liberemos a Juanma y todos estemos fuera de estacasa? les rog Karo molesta, porque mientras escuchaba el cuento de Martn se haba mordido loslabios y comido todo el rouge.La Roca hizo odos sordos, los mir irnico y empez

    Le dio a su hija el jarabe que le recet? pregunt el doctor Funes.Anita tosa tirada en la cama. Su mam dud un rato y contest:No, pero le hice una promesa al nima Parada.Al hombre se le colm la paciencia. No era la primera vez que escuchaba esa respuesta. Comomdico rural aceptaba que la gente tuviera sus creencias, pero pasaba de castao a oscuro siestas ponan en peligro la vida de alguien.Doa Carmen, su hija tiene tuberculosis. Necesita medicamentos o...Es que la Animita es muy milagrosa, doctor. Al hijo mayor de los Domnguez le cur laculebrilla, y a mi ahijada le consigui novio.Si no le da el jarabe, Anita no llegar a tener novio aadi el mdico y sali bufando de lapauprrima casa.Se subi a la destartalada camioneta con la que iba por toda la zona a atender enfermos. Y de loenojado que estaba le meti pata al acelerador.nima Parada, nima Parada, nima Parada! rumi todo el viaje de vuelta al pueblo.As era como, luego de muerto, muchos llamaban a quien en vida haba sido Digenes Ser.A inicios de 1880, Ser haba ido esa parte del mapa a visitar a una familia que tena quintas. Noslo se haba casado con la hija de esa gente, adems haba pasado a administrar laspropiedades.Si bien era joven, tambin muy serio y de carcter fuerte. Igualmente, como se preocupaba por sucomunidad, lo eligieron intendente. Enrgico y prctico, nunca se quedaba quieto.Ni la muerte me detendr aseguraba.Pero cuando alcanz los 45 aos, un ataque al corazn lo dej seco. No fue enterrado y en

  • cambio, su atad fue dejado a cielo abierto en el osario del cementerio.Entonces, segn se deca, el cajn de Ser se puso de pie. Lo acostaron y al otro da amaneciparado y as sigui. Hasta piedras le pusieron encima e igualmente el atad apareca clavado a latierra como un cactus. De ah su nombre de "nima Parada" y la fama de milagrero.Al ver que el cajn no se conformaba con yacer como los dems, los empleados del cementeriotransformaron un obrador en mausoleo y ah lo trasladaron. Y a diario, todos los que tenanproblemas se arrimaban y le pedan al santito. Otros volvan a cumplir con lo ofrecido: el nimaParada los haba ayudado y le dejaban flores, velas, cartitas, trajes de novia en agradecimiento.El doctor Funes tena llegada a las autoridades y tras explicarles el peligro que esa devocinsignificaba para los enfermos, pidi sacar el atad de Ser de donde estaba depositado.Pongmoslo en otro sector del cementerio, para despistar a los fieles sugiri creyndose msinteligente que los dems.Le dieron el s y l mismo fue a encargarse de la tarea en plena noche: no quera que nadie vieralo que haran. Y acompaado por dos empleados del cementerio, avanzaron por las callejuelasalumbrados por el halo de una linterna.Los rodeaba el preocupante sonido de las aves y otros bichos nocturnos escondidos en los nichosabiertos y las ramas de los rboles, que en la oscuridad eran gigantes sin rostros. A la par, unpequeo viento rosaba las tumbas, generando gemidos de advertencia que slo los obrerosentendan.Funes avanzaba sin dudar. Los otros dos miraban a cada lado y se les tensaba el corazn porsonidos, sombras o luces a los que ya estaban acostumbrados, pero la tarea de esa noche lecausaba miedo. Mucho.Doctor, no haga enojar a Ser rog uno de ellos al llegar al mausoleo. Miraba fijamente latumba. Se restregaba las manos. Senta aletear los murcilagos del miedo en su estmago.Slo le deben quedar los huesos rebati el mdico.Pero mire que es muy vengativo agreg en susurros.No le tengo miedo! casi grit el mdico y con su voz espant a unas palomas que huyeronruidosamente de un nicho vaco.El doctor apenas se inmut. Los otros dos se abrazaron. Secretamente imploraban proteccin.Saba que Ser tena un diente de oro? pregunt el segundo sepulturero con voz trmula.Y qu hay con ello?Una vez, un tipo entr de noche al cementerio, le rob el diente y en el agujero le dej uncigarro.Igualmente el tabaco ya no iba a matarlo brome Funes. Slo l se ri.El ladrn se volvi loco y aunque le devolvi el diente de oro al nima Parada, al tiempo murirogando que alguien o algo, lo dejara de seguir agreg para no dejar dudas de que lo quepodra sucederles era espantoso, insoportable, terrible.Funes no aguant ms. Le arranc la pala de las manos y la estrell contra la losa del mausoleo.Los otros sintieron como si el golpe hubiera sido para ellos.Cuando la placa estuvo rota, el mdico retir los trozos y acerc la linterna al hueco. Dentro,detrs de telas de araas, el haz de luz ilumin un cajn cubierto por una fina capa de polvo. Eltufo putrefacto que eman hacia l lo oblig a taparse la boca y la nariz con un pauelo.Vamos a ubicarlo en un nicho lejos de aqu sentenci. Cuando pregunten, digan que el

  • nima Parada se fue porque estaba harto de que le hicieran tantos pedidos.Los tipos asintieron. Enmudecidos del terror, sacaron el atad y lo trasladaron a un nicho queluego tapiaron con una lpida en blanco.Al finalizar, Funes se fue a dormir. Los otros, a rezar.La partida del nima Parada conmocion a los creyentes. Muchos se sintieron traicionados; otrosentendieron que se hubiera cansado de atender tantos reclamos; los menos, sospecharon.Semanas despus de la excursin a la ciudad de los finados, en plena madrugada el doctor Funesrecibi un mensaje: la hija de doa Carmen se ahogaba de la tos. Se mont a su camioneta yparti. Haba varios kilmetros hasta donde viva su pequea paciente y no deba demorarse.Avanzaba a todo galope por la calle de tierra abierta entre las quintas. Fuera del coche, la nochese tragaba todo en bocados grandes. Los farolitos delanteros apenas iluminaban unos metrosadelante. Era la nica luz que tena Funes. Igual, no aminor la velocidad.En cierto momento, los faroles fallaron y avanz totalmente a oscuras. Pasaron unos instantes ylas lamparitas volvieron a encenderse.Funes se sobresalt, cuando con el rabillo del ojo descubri que ya no viajaba sloEn el asiento del acompaante haba un esqueleto! Lo miraba con fijeza a travs de dos negrascuencas.El mdico quiso detener el coche, pero el acelerador estaba trabado. El pasajero espectral abrila boca. No para hablar, simplemente para mostrarle su diente de oro!, que emiti unaluminiscencia dorada que fue creciendo, creciendo, creciendo y alumbr la cabina del vehculo.Un nuevo apagn y, cuando los faroles revivieron, la presencia de ultratumba se haba disipado.Slo entonces Funes pudo detener su vehculo.Ests cansado, se dijo mientras se secaba el sudor. Senta calor, pero la noche era muy fra.Cuando finalmente lleg a lo de doa Carmen, disimulaba muy bien el estupor que lo invada. Esque an tena los ojos encandilados por aquel dorado fantasmal.Fue recibido por la mujer en la puerta de la casa.Doctor, la nena est mejor.Eso lo dir yo la rebati.Iba a entrar, pero detrs de doa Carmen apareci Anita. Sonrea y tena los cachetes colorados.Ni por asomo era la imagen que esperaba hallar.Hola, doctor lo salud la nia, con una mueca entre los brazos.Por un instante, el hombre vio que el rostro de plstico del juguete mutaba en el de una calavera.Adems, le sonrea y uno de sus dientes era dorado.Funes logr evitar un grito. Se meti en su camioneta y retom la vuelta. Ahora el estupor eraconfusin. Mientras trataba de explicarse esa visin en la mueca, pensaba en cmo pudo la niahaba podido curarse sin su asistencia.Otra vez los faroles del coche fallaron.Y cuando se encendieron, el esqueleto con el diente de oro estaba sentado a su lado.Si sos Ser, te digo que no creo en vos! grit mirando al aterrador acompaante y sin dejarde conducir.El dorado del ms all tea toda la cabina y lo encegueca.Iban cada vez a mayor velocidad, cuando el esqueleto habl. Con voz crujiente, solamente dijo:Cuidado!

  • Y con un dedo seal adelante. Al camino. Funes mir en esa direccin y se horroriz. Una vacadel tamao de un vagn de tren (al menos as le pareci a l) pastaba en medio de la ruta.Puso su pie en el freno y el vehculo qued a pocos centmetros del animal. Estuvo as deestamparse con lo que en medio del camino puede ser peor que chocar contra un paredn.La vaca lo mir indiferente y luego se dign avanzar liberando el paso. Funes la sigui con lavista hasta que se perdi en la noche. Luego mir al asiento de acompaante: el esqueleto con eldiente de oro y aquel alarmante resplandor se haban ido.Funes no se convirti en creyente del nima Parada, pero hizo lo necesario para que el atadvolviera a su sitio original. Los del cementerio realizaron gustosos el trabajo y mirndose dereojo, lo cual fue percibido por el mdico que presida el traslado. Se sinti tonto, pero algo ledeca que deba hacer aquello.Hasta hoy el nima Parada tiene fieles. Sus restos ya no estn en el mausoleo que Funes profan.Descansan en uno ms lujoso y que fue parte de una promesa. Entre la jungla de ofrendas yplaquetas, una muy grande informa que fue mandado a construir por alguien que le pidi alnima un poco de suerte. Segn parece, se sac la lotera y, en agradecimiento, compr el lote ehizo levantar un devocionario.Dentro, una urna contiene las cenizas de Ser. Algunos dicen que entre ellas, el diente de oro anbrilla como cuando l estaba vivo. Brilla como la noche en que el nima Parada le salv la vida aFunes.

  • CAPTULO 8

    EL HERMANITO DE FRANKESTEIN

  • Bruno termin su cuento y se volvi a todos que lo miraban muy fijo y con ojos vidriosas. Como lasiguiente puerta no se abri sola, intent hacerlo l.Ey, Dueo de la Fiesta, te olvidaste de tu parte del trato dijo cuando comprob que esta seguacerrada.Vos no cumpliste con el trato La respuesta de la voz son a amenaza.Ya cont mi historia insisti el chico que se dispona a lanzarse contra la puerta como si fuerauno de los adversarios de rugby que sola enfrentar los domingos.El cuento deba inspirarse en el disfraz de cada uno. Vos viniste vestido como Frankenstein y turelato no tiene nada que ver con eso.Me niego rotundamente a contar otra historia porfi el chico.Entonces, la voz temblorosa de Juanma volvi a orse:Hacele caso, Bruno! Habla en serio! Ya se acerca el amanecer y an me tiene presoLas chicas rodearon al terco y contagiadas por la desesperacin de aquella splica, llegaron apedirle por favor que aceptara contar un nuevo relato.Qu pasa? Te quedaste sin materia gris? le dijo Martn sabiendo que la provocacin iba ahacerlo reaccionar ms que los ruegos.Quers ver que tengo materia gris de sobra lo desafi sulfurado Bruno.Mascull algo (seguro un insulto) y mientras se rascaba la cabeza, arranc

    Franco tena doce aos, pero estaba acostumbrado a cosas que a otro nio de su edad lecausaran pesadillas.Su padre, el doctor Kenstein, era cientfico. Desde que era estudiante, viva obsesionado con laidea de dar vida a un ser creado a partir de miembros de cadveres al cual le inoculara unadroga que reactivara las clulas. Tal cual el doctor Frankenstein. Incluso, muchos de los que seburlaban de su idea hacan alusin a que ambos apellidos terminaban igual. Hasta que en launiversidad donde trabajaba descubrieron en qu consistan sus macabras investigaciones sobreanatoma y biogentica. Inmediatamente fue expulsado y su nombre fue mala palabra en lacomunidad cientfica mundial. Por eso, desde que Franco tena uso de razn, recordaba ir y venirde un pas a otro, sin quedarse lo suficiente como para hacer amigos o llevar una vida normal.Es que, como adems la Justicia haba pedido la captura, su padre mudaba constantemente ellaboratorio para que nadie lo descubriera. Y de acuerdo con su proyecto, siempre recalaban ensitios donde hubiera una casa en las cercanas de algn cementerio. Necesitaba surtirse demateria prima!Por eso, Franco siempre haba habitado casas cuyas ventanas daban a sepulcros. Haba crecidoviendo a su padre desenterrar cuerpos y luego cargarlos a su gabinete. Tambin, con la imagen desu padre separando un brazo de un hombro con una sierra, o un pie de una pierna, o trepanandouna cabeza para sacar un cerebroSu madre, que era enfermera, asista a su pap y por ende, Franco llevaba impreso en su olfato elformol que envolva a la mujer y que deba enfrentar cada vez que lo besaba o abrazaba.Kenstein y su esposa pasaban horas trabajando en algo que hasta la fecha slo era unaaspiracin. Ya haban logrado confirmar una de sus primeras teoras: el ser al que queran darvida deba estar armado con trozos de varios cuerpos: sospechaban que la droga podra tener

  • efecto sobre clulas de diversos ADN. As cuando terminaban de armar un nuevo rompecabezashumano, lo inyectaban con la sustancia que haban desarrollado a la par. Y cada fracaso era unvolver a empezar.A Franco jams se lo vea jugando y, en cambio, s estudiar con los libros que le indicaban suspadres ya que jams haba podido asistir a una escuela. Le interesaban los textos de qumicaorgnica, anatoma y biogentica que su padre consultaba buscando demostrar su tesis.Los tres se reunan a lo sumo media hora para cenar. En ese tiempo, sus padres intercambiabanideas sobre el cadver que estaban confeccionando y que se proponan resucitar con lujos dedetalles. Sus comentarios giraban en torno a que los dedos que haban sacado de una mano noeran los apropiados, que el hgado que haba terminado de injertar estaba podrido, o que el rigormortis haba endurecido los nervios del brazo que esa tarde haban desenterrado y deban ir alcementerio por uno nuevo.Franco intentaba sacarlos de tema contndoles lo que haba aprendido ese da. Sus padres apenasinterrumpan su dilogo para escucharlo y hacer un comentario como para no dejarlo hablandoslo. Luego, volvan a lo suyo y el nio se levantaba de la mesa, iba a encerrarse a su cuarto y sedorma con la sensacin de que apenas haban notado su presencia.Desde haca semanas estaban en una granja junto al cementerio de un pequeo pueblo. Haba unacasa grande, en cuyo stano sus padres instalaron el laboratorio, y a unos metros, junto a loscorrales vacos, se levantaba un cobertizo donde Franco pasaba todo el da.El cementerio quedaba medianera de por medio y era raro ver visitantes. Cierta vez que Francohaba ido al pueblo se haba enterado de que se crea que el lugar estaba maldito. Cuando se locoment a sus padres durante la cena, slo sonrieron y su madre dijo:Eso nos asegura que nadie nos denunciar por usar a sus parientes en nuestro proyecto. Apropsito, nos estamos quedando sin algunos compuestos qumicos. Estamos gastando mucho enlos preparados o alguien se los roba del laboratorioUna noche, como parte de la charla, la madre critic a su esposo por desordenado. Ella habaorganizado en la heladera las cajas de telgopor con rganos y cuando fue a hacer un balance,descubri que no estaban en el orden en que las haba dejado. Adems, faltaban un corazn, dospulmones y un par de riones.Esa vez Franco los interrumpi para hablarles por primera vez de su amigo.Es piola. No habla, pero le ensear les cont cuando sus padres, extraados, le preguntaroncmo era.No preguntaron ms. Ni siquiera dnde y cundo lo haba conocido porque, segn l crey, lestranquilizaba la idea de que no estuviera tan solo.La noche siguiente, durante el postre, el doctor comenz a recriminarle a la mujer dnde habadejado las crneas que tena listas para implantar. Ella le respondi que en la heladera, sobre lacaja con los plasmas de sangre sinttica.Franco los interrumpi para contarles que su amigo tena un color extrao de ojos.Qu bien! exclamaron los adultos y siguieron discutiendo por las crneas.Y en cada cena, el nuevo amigo de Franco comenz a monopolizar sus comentarios. Por eso,cuando una noche su madre quiso saber a qu jugaban, el chico le respondi:An a nada. Tiene problemas con una pierna y no puede moverse, pero pronto estar bien.Dos noches despus, mientras tomaban la sopa, el doctor se quej porque una lengua que haba

  • dejado a un lado de la mesa de operaciones haba desaparecido cuando se haba retirado al bao.Sin dejarlo seguir, Franco les habl sobre su amigo.Ayer dijo algunas palabras. La primera fue mi nombre.Y l cmo se llama? le consult su madre.No tiene nombre respondi y se fue a encerrarse en el cobertizo.Fue ella quien con el paso de los das not que pese a que su hijo les hablaba solamente de suamigo, jams haba visto llegar o partir a otro nio. Se lo coment al doctor Kenstein y este llega la teora de que se trataba de un amigo imaginario.Y si lo inscribimos en la escuela del pueblo? la mujer sonaba preocupada, aunque seahasta que nos mudemos de nuevo.Sera exponerlo y exponernos. Nos salvamos de que la polica nos atrapara ms de una vez. Loslibros que tiene le alcanzan para instruirse y no es peligroso que tenga un compinche imaginario,algo comn en los chicos de su edad le retruc y no volvieron a hablar ms al respecto.Una noche Franco ofreci presentarles a su amigo. Pero los padres, convencidos de que todo eraproducto de su imaginacin, le dijeron que no necesitaban conocerlo.A Igor, as se llama, le hablo mucho de ustedes y l me pidi conocerlos, ya que no tiene padres.Por eso, le dejo decir que es mi hermanito.Aunque se sorprendieron porque sonaba muy convencido, los adultos prefirieron encerrarse enuna discusin respecto a la sospecha de que un gato entraba al stano y les robaba los miembrosy rganos que desde haca semanas venan desapareciendo.

    Era viernes a la medianoche. Kenstein y su esposa haban estado encerrados 24 horas en ellaboratorio. Acababan de completar un cadver y se disponan a inyectarle la ltima frmula dela droga resucitadora que haban desarrollado.Agotada y con dolor de cabeza, la mujer pidi descansar unos minutos antes de seguir y sali dellaboratorio. No pas mucho hasta que el cientfico la oy gritar.Qu ocurre? le pregunt cuando la encontr en el pasillo que daba