Territorio Étnico y Paisaje Sagrado de los Maya Q’eqchi’

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1 Territorio Étnico y Paisaje Sagrado de los Maya Q’eqchi’ en Petén, Guatemala: Experiencias de Etnomapeo y Legalización de Tierras de sus Comunidades Georg Grünberg CARE Guatemala / Cooperación Austríaca “Prepared for delivery at the 2000 meeting of the Latin American Studies Association, Miami, March 16-18, 2000” Resumen: Este ensayo concierne: migración, etnias, medio ambiente, frontera agrícola, reforma agraria de hecho, Guatemala, Q’eqchi’. La expansión del territorio étnico de los Maya Q'eqchi' hacia las tierras bajas del norte de Guatemala convirtieron el departamento del Petén en los últimos treinta años en un nuevo espacio multiétnico de colonización espontánea en el cual los Q'eqchi' participan con más del 40% de sus habitantes, transformándose en los actores más dinámicos de la frontera agrícola de la región. Por un lado existen las "agarradas de tierra" comunales, siguiendo la lógica de la recreación de un paisaje sagrado que enmarca geográficamente y define las normas de tenencia y del "buen uso" de la tierra, del agua y del bosque, formando microregiones étnicamente homogéneas y de menor grado de deforestación. Por otro lado hay grupos de familias o de personas desplazadas por el conflicto armado que se incorporan a la dinámica de una colonización depredadora liderada por "ladinos" del oriente y sur del país, avanzando por las nuevas carreteras que se transforman en corredores de penetración a las Áreas Protegidas, que en su totalidad abarcan el 68% de la superficie del Petén. En este contexto quisiera discutir la relación entre cosmovisión q'eqchi' , políticas del Estado de Guatemala e intentos de una consolidación socioambiental a partir de las experiencias de un proyecto de legalización de tierras e investigación participativa de CARE Guatemala en Petén, de 1994 a 1999. La base empírica de las hipótesis y conclusiones presentadas son un etnomapeo y levantamiento general de datos en los 196 asentamientos de la Reserva de la Biosfera Maya en 1997/98 (Grünberg/Ramos 1998), la participación en un estudio realizado para el Banco Mundial, evaluando la tenencia de tierra en relación a factores socioculturales en Petén (Schwartz 1998), diagnósticos comunitarios participativos más detallados en 42 comunidades y entrevistas semiestructuradas con informantes seleccionados durante mi trabajo como asesor del proyecto TIERRAS de CARE, de 1997 a1999, resumido en un Manual de Comunidades de Petén (Macz/Grünberg 1999) publicado en español y q’eqchi’. 1.- El Petén imaginario y real: Un breve análisis del departamento más extenso de Guatemala nos muestra un Petén imaginario y otro real: el primero se refiere al hecho que el 68 % de la superficie se ha declarada área protegida por decretos emitidos en 1989 y 1990, incluyendo a la Reserva de la Biosfera Maya, la más extensa de América Central. El Petén real, sin embargo, refleja en su dinámica migratoria y estructura agraria actuales el hecho que durante dos décadas se ha convertido en refugio y destino principal para campesinos

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Territorio Étnico y Paisaje Sagrado de los Maya Q’eqchi’ en Petén, Guatemala:Experiencias de Etnomapeo y Legalización de Tierras de sus ComunidadesGeorg Grünberg

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    Territorio tnico y Paisaje Sagrado de los Maya Qeqchi en Petn, Guatemala:

    Experiencias de Etnomapeo y Legalizacin de Tierras de sus Comunidades

    Georg Grnberg CARE Guatemala / Cooperacin Austraca

    Prepared for delivery at the 2000 meeting of the Latin American Studies Association, Miami, March 16-18, 2000

    Resumen: Este ensayo concierne: migracin, etnias, medio ambiente, frontera agrcola, reforma agraria de hecho, Guatemala, Qeqchi. La expansin del territorio tnico de los Maya Q'eqchi' hacia las tierras bajas del norte de Guatemala convirtieron el departamento del Petn en los ltimos treinta aos en un nuevo espacio multitnico de colonizacin espontnea en el cual los Q'eqchi' participan con ms del 40% de sus habitantes, transformndose en los actores ms dinmicos de la frontera agrcola de la regin. Por un lado existen las "agarradas de tierra" comunales, siguiendo la lgica de la recreacin de un paisaje sagrado que enmarca geogrficamente y define las normas de tenencia y del "buen uso" de la tierra, del agua y del bosque, formando microregiones tnicamente homogneas y de menor grado de deforestacin. Por otro lado hay grupos de familias o de personas desplazadas por el conflicto armado que se incorporan a la dinmica de una colonizacin depredadora liderada por "ladinos" del oriente y sur del pas, avanzando por las nuevas carreteras que se transforman en corredores de penetracin a las reas Protegidas, que en su totalidad abarcan el 68% de la superficie del Petn. En este contexto quisiera discutir la relacin entre cosmovisin q'eqchi' , polticas del Estado de Guatemala e intentos de una consolidacin socioambiental a partir de las experiencias de un proyecto de legalizacin de tierras e investigacin participativa de CARE Guatemala en Petn, de 1994 a 1999. La base emprica de las hiptesis y conclusiones presentadas son un etnomapeo y levantamiento general de datos en los 196 asentamientos de la Reserva de la Biosfera Maya en 1997/98 (Grnberg/Ramos 1998), la participacin en un estudio realizado para el Banco Mundial, evaluando la tenencia de tierra en relacin a factores socioculturales en Petn (Schwartz 1998), diagnsticos comunitarios participativos ms detallados en 42 comunidades y entrevistas semiestructuradas con informantes seleccionados durante mi trabajo como asesor del proyecto TIERRAS de CARE, de 1997 a1999, resumido en un Manual de Comunidades de Petn (Macz/Grnberg 1999) publicado en espaol y qeqchi. 1.- El Petn imaginario y real:

    Un breve anlisis del departamento ms extenso de Guatemala nos muestra un Petn imaginario y otro real: el primero se refiere al hecho que el 68 % de la superficie se ha declarada rea protegida por decretos emitidos en 1989 y 1990, incluyendo a la Reserva de la Biosfera Maya, la ms extensa de Amrica Central. El Petn real, sin embargo, refleja en su dinmica migratoria y estructura agraria actuales el hecho que durante dos dcadas se ha convertido en refugio y destino principal para campesinos

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    pobres de todo el pas, como una vlvula de escape para evadir el tradicional bloqueo a la tenencia legal de tierras para campesinos. Aunque sean los Ladinos del Oriente y los Qeqchi de las Verapaces y de Izabal los que representan hoy la gran mayora de la poblacin, se observa que especialmente en el norte del Petn, en la frontera agrcola ms dinmica del pas, se afincaron comunidades enteras de pueblos tan diferentes como Qanjobal de Huehuetenango, Ladinos de la Costa Sur y Poqomam de Jutiapa, generando una produccin diferenciada de conocimientos en relacin con su nuevo medio ambiente. La poblacin (neo)petenera representa demogrficamente un misterio, ya que las estadsticas oficiales son notoriamente insuficientes y hasta errneas en los datos ms bsicos (Grandia 1999). Mientras que el ltimo censo del INE report para 1994 apenas 224.884 habitantes, un cuadro comparativo de estimativas por municipios del ao 1998 nos da un mnimo de 513.000, de los cuales ms de la mitad son Ladinos (55,5 %), unos 40 % Maya Qeqchi y un 5 % de otros pueblos mayas. Cuadro: Resumen demogrfico y tnico del Petn 1998 Municipio Poblacin

    1990(a) Poblacin 1994(b)

    Poblacin 1998(c)

    Mayas (d)

    % Ladinos (e)

    %

    Flores 24.940 17.878 50.000 10.000 20 % 40.000 80 % San Benito 15.116 17.000 25.000 2.500 10 % 22.500 90 % San Jos 2.515 2.567 3.100 1.830 59 % 1.270 41 % San Andrs 11.434 9.965 22.000 7.700 35 % 14.300 65 % San Francisco 3.335 5.064 10.000 2.000 20 % 8.000 80 % La Libertad 34.483 42.539 75.000 22.500 30 % 52.500 70 % Santa Ana 8.486 6.569 15.000 3.000 20 % 12.000 80 % Dolores 41.195 23.336 62.700 12.540 20 % 50.160 80 % Melchor de Mencos

    22.134 16.505 40.000 4.000 10 % 36.000 90 %

    Poptn 29.513 21.641 60.510 36.300 60 % 24.210 40 % San Luis 73.111 34.225 90.000 72.000 80 % 18.000 20 % Sayaxch 45.053 28.394 60.000 54.000 90 % 6.000 10 % total 311.300 225.000 513.310 228.370 44,5% 284.940 55,5% Fuentes: (a) Anlisis Demogrfico y Sociolgico AHT/APESA, Plan de Desarrollo Integrado del Petn,

    vol.1 p.67; 1992 (b) Censo Nacional del INE 1994, recopilado por PMS (Proyecto Manejo sostenible de Recursos

    Naturales MAGA/GTZ), 1997 (c) Estimativas de CARE-Petn, segn datos del SIG (CARE/CEMEC), de SEGEPLAN , del

    SNEM, de censos municipales (Dolores, Poptn, San Luis) y de censos parroquiales (Sayaxch, Poptn, La Libertad)

    (d) Corresponde en un 90% al pueblo Maya - Qeqchi, los restantes 10 % a los pueblos Achi, Mopn, Itza, Chorti, Poqomchi, Kich, Mam etc.

    (e) Corresponde tanto a los Ladinos peteneros como a los Sureos del Oriente y de la Costa Sur, incluyendo a salvadoreos.

    En el centro del inters de los campesinos que ocuparon en los ltimos 30 aos grandes extensiones de las tierras bajas del norte no se encuentra el deseo de transformarse en rico, sinnimo para el finquero de tradicin ganadera, sino una consolidacin dentro de sus categoras tnicas o sociales. Lo que buscaron, y en buena medida tambin

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    encontraron, fue un espacio de vida permanente, que les permitiera a la vez ms libertad y un mayor bienestar material con una proyeccin hacia un futuro para sus hijos y nietos. (Schwartz 1990 y Valenzuela 1996). Este proceso de adaptacin a un nuevo medio ambiente que busca reinterpretar la nueva realidad a partir de un conjunto de categoras culturales, tnicas y sociales bien definidas, se podra llamarse como una consolidacin socioambiental. Pero los campesinos e indgenas de la frontera agrcola no representan una masa homognea: segn sus culturas especficas, muy diferenciadas entre si, su estrategia de colonizacin es ms comunitaria o unifamiliar, lo que se refleja en sus diferentes patrones de asentamiento, en sus formas de usar los recursos naturales, de manejar las relaciones de poder local, de insercin en el mercado etc. Es la articulacin de la diversidad tnica que define un nuevo espacio social y material que surge en la selva y la transforma en una regin agraria compleja, combinando elementos de agroforestera, agricultura de subsistencia con excedentes para su comercializacin, una microganadera familiar y tambin la ganadera extensiva inducida desde afuera, principal obstculo para alcanzar una economa campesina ecolgicamente sustentable. Segn los datos recientemente disponibles para los asentamientos en la mitad norte de Petn (Grnberg/Ramos 1998) se puede distinguir una notable variedad de culturas campesinas articuladas en algunas microregiones agrarias (clusters tnicos): Ladinos del oriente, con una cultura campesina de tradicin ganadera, combinada

    con horticultura ( al cuidado de las mujeres) y agricultura de subsistencia ( al cuidado de los hombres), adems de gran versatilidad en el comercio, transporte y en servicios que generan ingresos ;

    Ladinos peteneros, con una cultura bien adaptada al ambiente petenero, sea a la

    ganadera en los pastajes naturales de las sabanas, sea en agricultura de tierras de relativa fertilidad de la montaa o en el ecosistema del bosque como chicleros (recolectores de ltex para chicle), xateros (recolectores de palmas ornamentales) etc.; ellos comparten muchos conocimientos con los maestros de la montaa, con los

    Maya Itz, los nicos pobladores nativos del norte de Petn y conocedores

    excepcionales del manejo sustentable de los recursos forestales y agrcolas (vase Atran 1993), adems de mucha habilidad en oficios relacionados con el medio ambiente (carpinteros, pescadores, chicleros, guas, curanderos, etc.); y los

    Qeqchi, pueblo maya de mayor extensin de su territorio tnico, con algunos

    conocimientos del manejo de los recursos del trpico hmedo (notablemente los del municipio de Santa Mara Cahabn), con una rica agricultura del tipo mesoamericano (Carter 1969, Wilk 1981, Secaira 1992), y con una cultura comunitaria slida y ritualizada que les facilita aplicar estrategias de alcanzar el bien comn an en situaciones desfavorables o de discriminacin tnica; junto a los Qeqchi, etnia maya ms numerosa del Petn con un porcentaje estimativo del 40 al 42% de la poblacin total, se encuentran otras comunidades de pueblos mayas como los Achi de la Baja Verapaz, Chorti de Chiquimula, Mam y Qanjobal de Huehuetenango, Poqomam de Jutiapa etc.

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    2.- Las agarradas de tierra: territorio tnico y espacio sagrado de los Tzuul Taqa Como nico pueblo maya de Los Altos de Guatemala, los Qeqchi han tenido durante los ltimos siglos una cercana al trpico hmedo hacia el norte de su hbitat tradicional y fueron ampliando su frontera agrcola desde la poca colonial y, posteriormente, bajo la presin de los finqueros de caf que se apoderaron de una gran parte de las tierras comunales durante las reformas liberales de los aos 70 del siglo XIX. ( Adams 1965, Schwartz 1990). Esta emigracin alcanz un nuevo auge con el conflicto armado a comienzos de los aos ochenta, durante los cuales cerca de 100 comunidades fueron aniquiladas y un mnimo de 20.000 personas se refugiaron en la montaa, expresin local que incluye tanto a la selva tropical como a los bosques de las serranas de clima templado (Wilson 1995). De los ms de 600.000 qeqchi, unos 15.000 emigraron a Belice (Distrito de Toledo) y unos 200.000 a las tierras bajas de Petn . El fortalecimiento de la economa de subsistencia en amplias agarradas de tierras en reas selvticas surgi como contraestrategia eficiente contra el terror del ejrcito con su poltica de tierra arrasada, contra la represin religiosa de las diversas corrientes de renovacin, tanto evanglicas como catlicas, y ante una poltica de bloqueo al acceso legal de tierras posesionadas. Las agarradas se convirtieron en el modelo de organizacin qeqchi de ms importancia en el Petn y se entienden como una extensin organizada de una determinada comunidad qeqchi mediante una toma de tierras supuestamente sin dueo y con la finalidad de ampliar la base de subsistencia y del bienestar comunal en tierras nuevas. Una vez identificada un rea de selva alta, con suelos frtiles, acceso a agua y sin vestigios de uso agrcola previo, un grupo de hombres experimentados y por encargo de los ancianos de su comunidad de origen comienzan con la preparacin de la futura milpa, desde el ritual de apropiacin pidiendo permiso a Tzuul Taqa (Seor Cerro-Valle) y dando ofrendas a la tierra para alimentarla - watesiink , hasta el rozado y la siembra de maz, frijoles, calabazas, chile etc., el cuidado de las fuentes de agua potable y la construccin de los caminos de acceso (Cabarrs 1979, Macz/Grnberg 1999). Una agarrada se transforma dentro de dos a tres aos en una comunidad de entre 150 y hasta 500 personas, con un permetro de dos por tres kms.como zona urbana - incluyendo iglesias, tiendas, una escuela, un puesto de salud, aguadas o cenotes (pozos mayas) - y con un territorio comunal delimitado de entre 2 a 5 mil has, subdividido en parcelas familiares de entre 40 y 60 hectreas. A pesar del xito manifiesto en la expansin territorial y agrcola de los Qeqchi en las tierras bajas del norte de Guatemala (y del sur de Belice), se mantiene una contradiccin cultural profunda y permanente: es la contradiccin entre la nocin de la tierra como un ser viviente y espacio sagrado cuyo dueo es su respectivo Tzuul Taqa, al cual se tiene que pedir permiso para su usufructo, y la nocin ladina de la tierra como un bien material que pertenece al estado de Guatemala y que, en un ritual penoso y caro llamado trmite del INTA (Instituto para la Transformacin Agraria), es convertido en una mercanca con un dueo que tiene nombre y apellido (escritura y ttulo de propiedad). Es un camino que los ancianos consideran de pecado, porque rompe con uno de los conceptos ms importantes para la cosmovisin qeqchi, el del paisaje sagrado de los Seores y Seoras Cerro Valle. Los Tzuul Taqa son espritus que viven en las cuevas de las montaas, que es donde ellos guardan a los animales del bosque. Son varones y mujeres a la vez, son madre y

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    padre, son buenos y malos y tambin controlan el clima. El cerro es el cuerpo fsico de los Tzuul Taqa. Cada montaa tiene su rostro, su cabeza, su cuerpo, y una cueva, que es su boca o su matriz. En cada montaa vive un slo Tzuul Taqa, por eso es el dueo de esa montaa. Ellos son los dueos de la tierra y de todo lo que hay en la superficie. Son centinelas, son los guardianes de las plantas, las personas, los animales salvajes, a los que guardan en un corral al interior de la montaa. Tambin son los dueos originales del maz, y bendicen los cultivos de los hombres, cuando ellos les dan respeto, como se haca antes: Todo lo que sembraban nuestros antepasados era muy bonito cuando naca; era muy verde todo lo que sembraban. Por qu? Porque de verdad regalaban delante de Dios y regalaban al Corazn del Cielo y de la Tierra, en los cuatro puntos cardinales regalan, y entonces son ellos los primeros en tomar y comer. Tal vez no lo toman, tal vez no se comen, pero ponen su mano encima y le dan la bendicin, pero no los vemos porque son espritus (Manuel Caal, Semococh, San Francisco). Las aldeas son propiedad del Tzuul Taqa de una montaa cercana y se les da el nombre de esa montaa. Los habitantes de cada aldea respetan y reciben la bendicin del Tzuul Taqa, que habita en las cuevas de esa montaa sagrada. Los ancianos, ya sea varones o mujeres, conocen a los Tzuul Taqa a travs de los sueos. Los ancianos suean con los Tzuul Taqa antes de sembrar el maz, para que reciban consejos acerca de las fechas en las que se tena que hacer . Tambin en los sueos de los ancianos, el Tzuul Taqa reclama sus alimentos, como pom (=copal), candelas, boj(=una bebida fermentada de maz), sangre de animales como el pavo y pepitas de cacao crudo. Esto es as porque la gente y los Tzuul Taqa no pueden consumir sin devolver algo. El Tzuul Taqa unifica la tierra y el cielo. Controla todo lo que sucede en el mundo. Su carcter es autoritario y abierto a lo que los dems digan. Ella/l es justamente bueno o buena y malo o mala, pero nunca se sabe que va a pasar con l/ella y con lo que va a hacer (Macz/Grnberg1999:30-31). Por un lado los Qeqchi de la frontera agrcola aceptan generalmente que las tierras del Petn, que antes eran de los Mayas, de los antepasados salvajes identificados con los chol wiinq mticos o con los Lacandones (Caribes) histricos, ahora ya estn sin dueos. Pero es la misma identidad ambigua del Tzuul taqa que se presta a interpretaciones contradictorias: ser que existen realmente fuera de los 13 cerros del canon territorial qeqchi, en las tierras bajas ? Y como encontrarlos, si no se ve a los cerros y si no se ha descubierto su nombre especfico ? Es diferente en el rea al norte del lago Petn, donde se reconoce a los Maya Itza como seores y dueos de la tierra, pero no a los Ladinos sureos, con los cuales existen frecuentemente fricciones entre agarradas colindantes. 3 Cosmovisin y el buen uso de la tierra Una vez que un grupo qeqchi tenga el dominio sobre una agarrada surge de nuevo el conflicto entre las reglas contradictorias del uso de choch (= tierra como ser viviente y sagrado) y de la tierra/parcela. Los Qeqchi dicen: lao aj ral choch (= nosotros somos hijos de la tierra), y con mucha insistencia se justifican: No podemos menospreciar la tierra porque ella nos da de comer... ; ...lo hacemos porque la tierra es como nuestra madre, da ah mamamos, nos da de comida para nuestros hijos...Es importante que lo que trabajamos en la tierra no lo podemos terminar rpidamente, y es

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    porque la tierra misma no la podemos desgastar o acabar, porque nuestros hijos tambin necesitan de ella. Porque no es justo que nuestros hijos no disfruten lo que tenemos... (entrevistas con campesinos, proyecto Tierra de CARE). Es evidente la homologa entre el cuidado a la tierra y al cuidado de la capacidad reproductiva de la mujer. En las palabras de una seora acosada por una promotora de salud: Nosotras somos como la tierra: sabemos cundo se puede sembrar y cundo no: tenemos nuestro ritmo de vida y no necesitamos que vengan a decirnos cundo debemos tener hijos y cundo no (Centro Akkutan 1994:88). Esta imposicin de normas ajenas al mbito sagrado de la vida es considerada intolerable y suscita un malestar general. El decreto 1551 (INTA 1962) establece que todo bosque que no est siendo utilizado para la explotacin comercial es susceptible de expropiacin. Mejoras (introduccin de cambios supuestamente productivos en una posesin), que se pueden vender, son siempre y primero talas del bosque ( de la montaa). Para afirmar su derecho al uso de la tierra, el campesino es obligado a destruir el bosque. En las palabras de un agricultor qeqch: "Para nosotros cuidar el bosque es muy importante. Pero en realidad nos preguntamos, qu es lo que tenemos que hacer para que nos den la tierra? Botar el bosque, para que nos ceda la tierra, por parte del INTA, o conservar el bosque y correr el riesgo de que nos la quitan y nos quedamos nuevamente sin nada" . Otro testimonio: "A m me gusta cuidar el bosque, es lo que me ensearon mis padres y los padres de mis padres y eso quiero ensear a mis hijos. S que as tambin tendremos agua, pues los rboles llaman el agua. Pero viene el INTA y me marca las mejoras y me preguntan: cunta tierra vas a sembrar? Y si no marco toda la tierra para sembrar, entonces me la quitan. Mi costumbre me dice que debo respetar los bosques, que debo cuidarlos, no botarlos, pero eso no es "trabajo" para el INTA, entonces estn las leyes de los otros, entonces que hago? (proyecto Tierra de CARE Petn). Los ancianos, que no faltan en ninguna comunidad, ensean a los ms jvenes ...a vivir tranquilos y en paz con todos, a respetar las siembras, el maz, los rboles, los animalitos del bosque y los pjaros. Todo viene de Dios. No hay que maltratar nada: la tierra, la lluvia, el sol... todo es sagrado, todo es regalo de Dios, todo sirve para nuestras siembras y para nuestra comida de cada da (Parra 1994:31). Pero la realidad es diferente, especialmente en las agarradas de grupos unifamiliares o de personas desplazadas por el conflicto armado. El norte del Petn, transformndose en la mayor regin de colonizacin espontnea en Guatemala, es receptor de un flujo constante de campesinos sin tierra provenientes principalmente de la regin oriental, de las Verapaces y de las tierras bajas de la Ruta Transversal del Norte. Es una corrida en la cual el pueblo Qeqchi representa actualmente el contingente mas numeroso en bsqueda de un espacio de vida permanente para - superar el tradicional bloqueo a la tenencia de tierra en la zona finquera - expandir la frontera agrcola - ampliar el territorio tnico qeqch En este proceso se nota una diferencia marcada entre las agarradas comunales, dirigidas por un grupo de ancianos y siguiendo la lgica de la cosmovisin qeqchi, identificando a los Tzuul Taqa locales y recreando un paisaje sagrado que enmarca

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    geogrficamente y define las normas de tenencia y buen uso de la tierra, aunque aceptando pro forma la ley de los kaxlan (Ladinos) que exige un parcelamiento y una escritura nominal. Son comunidades que despus de varios aos de permanencia, con el parcelamiento legalizado y con una poblacin de mas de 150 personas todava mantienen mas del 70% de la superficie total de sus parcelas con cobertura boscosa, defendindola contra intentos de tala e invocando las necesidades de sus hijos y nietos para mantener su reserva forestal. Y del otro lado las agarradas familiares descontextualizadas del mbito sagrado y sin liderazgo tradicional, frecuentemente vctimas de la migracin forzada en consecuencia de la guerra civil, que se establecen cerca de los caminos de penetracin y frecuentemente en conflicto con vecinos ladinos. Estos grupos estn insertadas en la poltica regional de presiones mutuas entre lderes campesinos y autoridades del gobierno y actan con una desconsideracin total de las reglas del buen uso de la tierra, lo que se nota en la extensin de las reas escombradas (deforestadas) y en su poco inters en aceptar consejos de manejo forestal etc. del paquete ecolgico de las ONGs presentes en la regin. 4.- La intermediacin cultural como estrategia de generacin de nuevos conocimientos para la consolidacin de la frontera agrcola Las teoras sobre el desarrollo rural en la frontera agrcola enfatizan, por lo general, la importancia de la disponibilidad de incentivos econmicos, p.ej. un mercado favorable para ciertos productos, crditos etc., o presiones externas, sean demogrficas o sociopolticas, para generar un aumento en la productividad agrcola y, en consecuencia, una intensificacin del uso de los recursos naturales disponibles. La experiencia en la frontera agrcola de Petn sugiere, sin embargo, un papel muy importante y tal vez decisivo de la adquisicin y difusin de conocimientos especficos sobre la relacin entre medio ambiente, economa campesina y organizacin social adecuada para garantizar la subsistencia, aumentar los beneficios ms all de la seguridad alimenticia y para establecer patrones de uso permanente de los recursos en las nuevas condiciones de Petn. Pareciera que los factores tnicos y socioculturales sean predominantes para las estrategias de uso de los recursos y no los incentivos y la ayuda exgenas. Comparando las comunidades qeqchi y ladinas de migracin espontnea (las agarradas de tierras selvticas de los aos 70 a 90) con los ejemplos de una colonizacin planificada y apoyada por instancias de gobierno o de organismos internacionales de campesinos ladinos del sur como p.ej. en el caso de las cooperativas ribereas del Ro de la Pasin, Machaquil y Usumacinta, y de los asentamientos de retornados y desplazados - , el resultado favorece claramente los asentamientos espontneos, tanto en la seleccin de los lugares como en su posterior viabilizacin econmica. Un mapa de la calidad de los suelos muestra una preferencia de las tierras profundas y bien drenadas en la seleccin de las agarradas, creando microregiones de relativa prosperidad, como p. ej. en las comunidades de la ruta a Bethel (de Palestina a Bethania), de la ruta a El Naranjo (de La Gloria a La Casaca) y de la ruta a Melchor de Mencos (de El Zapote a La Plvora). Como factores principales que favorecen una consolidacin socioambiental de los nuevos asentamientos se pudo observar:

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    1. La cohesin social y tnica en grupos homogneos que forman la nueva comunidad, lo que se expresa en una organizacin social firme y reconocida por sus integrantes, en trminos tanto culturales como polticos.

    2. La ausencia de una instancia externa reguladora, casi siempre considerada de intervencin autoritaria y ajena a los intereses del grupo y, en el mejor de los casos, de intervencin paternalista permanente, causando una demotivacin y dependencia externa progresiva.

    3. Un conocimiento de la agricultura diversificada del trpico hmedo y del manejo del recurso ms precario en Petn, que es la disponibilidad de agua en la superficie y en forma permanente, incluyendo los meses de verano de enero a abril.

    4. El inters en una comunicacin intercultural e intercomunitaria, a partir de una visin de autoestima como ganadores que quieren compartir sus conquistas y prcticas exitosas con los vecinos.

    5. La seguridad y legalidad en la tenencia de tierra, una vez que la comunidad ya haya alcanzada una cierta estabilidad y un ordenamiento del espacio econmico considerado propio, con su permetro externo delimitado.

    Sorprendentemente, factores como educacin ambiental en el sentido tradicional del conservacionismo norteamericano, el apoyo material masivo en el proceso de colonizacin y la proliferacin de Talleres de capacitacin, impartidos por personal externo a la realidad petenera y sin conocimiento de la lengua de referencia respectivamente del lenguaje popular local, no han tenido mayor importancia para el cambio de la actitud y de las prcticas de la poblacin inmigrante y son frecuentemente mencionados en trminos crticos como mucha paja (i.e. retrica vaca), prdida de tiempo o experiencias de frustracin colectiva ( vinieron unos seores y nos contaron mucha cosa y luego se fueron y nunca ms se los vio por aqui). Tambin se puede notar una saturacin y hasta un cierto cansancio en relacin a los cursos sobre Derechos Humanos y los Acuerdos de Paz, un fenmeno relacionado al proceso de paz a partir de 1996, ya que la distancia entre lo postulado y la experiencia cotidiana parece ser tan grande, que no se percibe cmo acercar el hecho al dicho. Sin embargo son los mtodos participativos de intermediacin cultural de prcticas locales exitosas, como p.ej. la siembra del frijol abono (velvet bean), los huertos mixtos, los cercos vivos, los policultivos peteneros, la prevencin de incendios forestales etc., que han contribuido a una consolidacin socioambiental efectiva en la regin, basndose en nociones propias de su respectiva cultura agraria. Bibliografa: Adams, Richard N. 1965 Migraciones internas en Guatemala. Expansin Agraria de los Indgenas Kekches hacia El Petn. Estudios Centroamericanos No.1, Sem.de Integracin Social Guatemalteca; Guatemala Atran, Scott 1993 Itza Maya Tropical Agro-Forestry. En: Current Anthropology 34(5):633-700 Cabarrs, Carlos Rafael 1979 La cosmovisin k'ekch' en proceso de cambio. UCA edit.; San Salvador Carter, William E. 1969 New Lands and Old Traditions: Kekchi Cultivators in the Guatemalan Lowlands; Univ. of Florida Press Grnberg, Georg y Vctor Hugo Ramos

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    1998 Base de Datos sobre Poblacin, Tierras y Medio Ambiente en la Reserva de la Biosfera Maya Petn Guatemala. CARE /CONAP; Guatemala

    Macz, Nery y Jorge Grnberg 1999 Manual de Comunidades de Petn, CARE, Guatemala (edicin en qeqchi:

    Xchuuthuhil re li Komonil Peten, CARE, Guatemala) Parra Novo, Jos C. 1994 Persona y Comunidad Qeqchi. Aproximacin cultural a la comunidad qeqchi de Santa Mara Cahabn. Textos Akkutan No.3; Cobn Schwartz, Norman 1990 Forest Society: A Social History of Petn, Guatemala; Philadelphia 1998 Socio-ethnographic evaluation of Land tenure and Land legalization problems of

    El Petn; Ms. Secaira, Estuardo 1992 Conservation among the Q'eqch'-Maya: a comparison of highland and lowland agriculture. M.Sc.thesis, Univ.of Wisconsin;Madison Valenzuela de Pisano, Ileana 1996 Agricultura y Bosque en Guatemala. Estudio de caso en Petn y Sierra de las

    Minas; URL Guatemala Wilk, Richard Ralph 1981 Agriculture, Ecology and Domestic Organization among the Kekchi Maya. Arizona; Tucson Wilson, Richard 1995 Maya Resurgence in Guatemala: Q'eqch' Experiences; Univ.of Oklahoma Press;Norman Georg Grnberg, Guatemala, 08/02/2000 e-mail: [email protected]