Termometro No.691

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Año 20 | No. 691 | Marzo 2014 + Pag. 7 Soy un hombre de retos: Ernesto “El Borrego” Gándara El Huatabampo que se nos fue (II) Peña perdió el primer round + Pag. 11 + Pag. 4 + Pag. 15 Por esto y aquello, celebremos los 15 y... ¡Salud!

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Año

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No.

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+ Pag. 7

Soy un hombre

de retos: Ernesto “El Borrego” Gándara

El Huatabampo que se nos fue (II)

Peña perdió el primer round

+ Pag. 11+ Pag. 4 + Pag. 15

Por esto y aquello, celebremos los 15 y... ¡Salud!

mar zo 2014 | termómetro 1

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Comienza el día con una sonrisa.Verás lo divertido que es ir por ahí, ¡desentonando con todo el mundo!

Marzo es un mes para celebrar y recordar. Y qué mejor forma de empezar que con un justo homenaje a la Mujer, principio y eje de nuestra vida.

Celebramos también la llegada de la primavera, aunque en esta región del mundo que hemos escogido para vivir, sea más bien la antesala de lo que nos espera en el largo verano que está ya a la vuelta de la esquina porque, tal parece, nunca nos llegó el invierno. No olvidamos el día de San José, para recordar a un hombre grande de corazón y figura paternal, como lo fue mi Tata, Don José García, y como de paso me cuelo por el nombre, ello amerita doble festejo. A los seguidores de la historia y “constructores de puentes”, no les pasó desapercibido el nacimiento de Benito Juárez y la expropiación petrolera, tema este último tan de moda con la controvertida reforma energética recién aprobada por el gobierno federal.

Para los sonorenses, es el mes para recordar la partida de un hombre muy especial: Luis Donado Colosio Murrieta, el oriundo de Magdalena que todos suponíamos estaba destinado a ser presidente de la Repúbica y que las balas del odio y la desesperanza, como diría en un determinado momen-to su esposa Diana Laura, acabaron con sus sueños y los de todos los que compartíamos con él la visión de un México que tenía hambre y sed de jus-ticia. Con su partida -veinte años hace ya-, nos quedamos esperando esa renovación de ideales, momentos coyunturales y decisiones históricas que podrían haber hecho que nuestro país fuera hoy un mejor lugar para heredar a las futuras generaciones, con mejores oportunidades para todos, no solo para los que desde las altas esferas del poder se sirven con la cuchara grande, disponen del futuro de esta gran nación y no necesariamente pen-sando mejorar las condiciones de vida de los miles de mexicanos que en el día a día lo construimos con nuestro esfuerzo y trabajo colectivo.

Y con esto en mente, el llamado es a pensar cómo, cuando, con qué y con quiénes podemos hacer la diferencia.

Apenas que estamos justo a tiempo... ¡Empecemos!

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[ índiCE ]

[ EdiToRiAL ]

¿QuiénEs somos?Termómetro es una publicación que semanalmente circula en forma im-presa y diariamente a través de su página y redes sociales, con temas de interés para todo el público: noti-cias, artículos de análisis, así como la opinión responsable de nuestros

colaboradores.

CoLABoRADoREsRosario Segura, Mario Holguín, Bulmaro Pacheco, César Álvarez, Luis A. Galaz, José Roberto Morales.

DIRECTORIO

ing. José Roberto moralesDirector General

LDG. Lizbeth morales LizárragaDiseño Editorial y Publicitario

Azalea Lizárraga CórdovaEditora

TIRAJE:2,000 Ejemplares

IMPRESIóN:impresos Rm s.A. de C.V.

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[email protected]. (662) 210 02 12

José Roberto morales Y.

Director general

Y todo sigue igual

Por esto y aquello, celebremos los 15 y... ¡Salud!

Prólogo

Soy un hombre de retos: Ernesto El Borrego Gándara

El Huatabampo que se nos fue

Albores de la Medicina

Peña perdió el primer round

t-político

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Y a pasaron veinte años de aquellos ayeres de nuestra dorada juventud en el que los sonorenses vivíamos la embriaguez y nos manifestábamos orgullosos y, ¿por qué no admitirlo?, en algunos surgía la sober-

bia que da el saber que el candidato y casi seguro ga-nador de la contienda por la presidencia de la República -¿cómo no serlo si era del partido invencible, el PRI?- era “nuestro” coterráneo Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Veinte años hace ya que muchos conocidos y amigos nuestros empezaban a empacar mentalmente sus ma-letas y esperaban ansiosos la llegada del hijo pródigo de Sonora a Los Pinos, ya sea porque les unían lazos de amistad, compadrazgo o cercanía familiar; políticos de viejo y nuevo cuño, agrotitanes de sólida cartera o neo-empresarios, todos ellos esperaban que ahora sí les hiciera justicia la Revolución -con el significado más amplio y variado que la expresión conlleva-; a los que se sumaba la esperanza silenciosa, pero intensa, de una ciudadanía que no lo conocíamos personalmente, pero que veíamos en su sencilla y recia personalidad, a un sonorense entusiasta al que le compramos la expresión de ser un “joven proveniente de la cultura del esfuerz; un hombre de trabajo, que confiaba más en los hechos que en las palabras.” y que logró despertar “algo” en nuestro ser interno con su emotivo discurso de “Veo un México con hambre y sed de justicia...”

Veinte años hace ya de su trágica partida y el Méxi-co de las carencias que Colosio dibujara en su discurso sigue vigente; la transición hacia ese país más justo y equitativo, quedó tan solo en una idea más del imagina-rio nacional.

Este medio, Termómetro, inició sus “pininos” con el destape de Colosio, y siguió paso a paso su trayectoria política; produjo y reprodujo lo que se decía y escribía del magdalenense. Particularmente, publicamos una serie de artículos que con un “antes” y un “después” de aquel fatídico 23 de marzo, escribió un joven escritor de aquel entonces, Armando Zamora Aguirre, y que después nos dimos a la tarea de compilar para publicarlos como una colección de artículos periodísticos en el segundo ani-versario de su muerte.

Del mismo, rescatamos el siguiente artículo que bien pudiera haberse escrito ayer, porque de entonces a la fecha, todo sigue igual; seguimos siendo ese país que Colosio definiera en una frase: “Es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, la corrupción y la impunidad.”

Nos vemos en la melancolía, Luis Donaldo...1. Acaso lo que yo diga no resulte novedoso, pero des-

pués de cuatro meses de investigaciones, estamos don-de empezamos: oficialmente no se ha llegado a nada, pese a que el ex fiscal especial del caso Colosio, Miguel Montes Parra, concluyó sucesivamente:

[email protected]

Y todo sigue igual…

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a) Que el asesinato fue parte de una conspiración, b) Que el asesino actuó solo, y c) Que el caso estaba cerrado. Los expertos legales dicen que llegar al fondo del caso

y aclararlo, en realidad no es tan difícil; lo prácticamente imposible es cómo explicarle la verdad a una ciudadanía escéptica que durante cientos de años ha vivido en una realidad paralela: la de la demagogia política, la de la riqueza petrolera agotada aun antes de ser descubierta, la de la religión sometedora, la de la fe sometida, la de futbolistas y futboleros, la del alcohol ancestral, la del doloroso desempleo, la de la crisis...

Porque aún siguen impactando las escenas del arma salida del tumulto, apuntando certeramente a la cabeza de Luis Donaldo, y después del disparo, la sangre y frag-mentos del cráneo esparciéndose sobre la multitud como todas esas promesas de bienestar, descentralización y federalismo que no alcanzó a cumplir el sonorense.

La bala siguió su curso, desde luego, la trayectoria de las sangrientas esporas impulsadas desde su cráneo así lo indican, pero inexplicablemente no hirió a nadie más.

La segunda bala, la del vientre, que llevaba una direc-ción contraria a la primera, jamás fue encontrada, pero la conclusión de los investigadores fue una rotunda afir-mación de que había sido disparada por la misma arma.

Y después la confusión, el inexplicable traslado del herido a un hospital desordenado, y del asesino a una cárcel de máxima seguridad, y la martirización de un hombre –un hombre simple y mortal- que no pudo de-mostrar que lo que prometió como candidato lo iba cum-plir como presidente: no se lo permitieron.

2. Cierto, los hombres del presidente nos salvaron (¿o lo salvaron?) de caer al abismo de la crisis -¿no hemos estado cayendo durante décadas?-, salvaron a la banca mexicana desde el mismo instante en que Colosio fue baleado, pero no nos salvaron del desánimo, la irritación, la impotencia; no nos salvaron de ver la realidad con nue-vos ojos, los de la televisión, que nos adormece o altera según los deseos del sistema, y nos enajena al grado de ver cosas donde no las hay –y viceversa-. Miguel Montes es claro ejemplo de ello: sus conclusiones las hizo públicas a través de grabaciones, sin dar oportunidad a la réplica. Las escenas del asesi-nato han pasado a formar parte de la programa-ción cotidiana; el mismo rostro de Salinas se asemeja más a un comercial que a la imagen de un estadista.

Nos hemos acostumbrado a observar la realidad a

través de un televisor. Ello no quiere decir que hemos aprendido a verla en su verdadera dimensión. Podría de-cirse que vivimos una realidad fragmentada en tantos trozos como televisores hay en el país; una realidad rota: el estadio perfecto de la melancolía.

3. Dice Pablo Fernández que la melancolía no tiene causas porque surge cuando se acaban las causas.

Por eso, en la melancolía nos vemos Luis Donaldo, porque en este país mágico estamos perdiendo todo –la raza, el idioma, la cultura y acaso la dignidad-.

Nos estamos quedando vacíos: sin fe, sin sueños, sin causas…

4. Después de cuatro meses de tu asesinato, Luis Do-naldo, estamos donde empezamos: en el mismo escep-ticismo, en el mismo desaliento, en la misma melancolía.

Yo también creo -¿acaso no lo creemos todos?- que para llegar al fondo de la investigación, se necesita pre-cisamente eso, investigadores, no juristas. Y mucha hon-radez. Investigadores tenemos, pero… ¿y lo otro…?

Nos vemos, Luis Donaldo, y qué mejor que te estés donde estás, porque en esta realidad muerta te hubieras muerto mucho más de lo que estás ahora.

Y eso hubiera sido más doloroso para quienes les do-lió y les sigue doliendo tu artero asesinato…

Octubre de 1994Armando Zamora

¿Sabías que...7 de cada 10 personas

saben quién fue

Luis Donaldo Colosio

y quienes así lo hacen

lo recuerdan como el

candidato del PRI a la

presidencia?

la mayoría de la gente considera

que de haber llegado a serlo,

hubiera sido un buen

presidente?

71.9%

28.9%

fuen

te: w

ww

.con

sult

a.m

x

31.7%no sabe

66.1%buen presidente

2.2 %mal presidente

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E n México la celebración de 15 años es muy impor-tante. En verdad, nunca he sabido porqué, pero supongo que debe ser porque se alcanzó el primer cuarto de siglo y hay que dar gracias por ello, o porque después de quince años, la niña o el niño

empiezan a dejar de serlo para entrar en otra etapa de la vida dónde inicia la madurez en todos los sentidos; alguna de estas razones debe ser. Pero el caso es que la quinceañera se celebra por todo lo grande con amigos, vecinos y, por supuesto, la familia.

Hace 15 años corría el último año del siglo pasado y estaba por iniciar uno nuevo. Las “juntadas” de un grupo de personas que compartíamos el mismo gusto por la comunicación, estar en-terados de los últimos acontecimientos, y porque teníamos tiem-po, dimos forma a lo que ya se venía dando de manera natural, sin ningún orden: reunirnos en torno a una taza de café siendo anfitriones de alguien que tuviera algo que decir, sobre política, finanzas, economía o trabajo social. El ejercicio gustó y después ya no fue solo café, aparecieron en la mesa el pan, la sal y, a veces, la pimienta, dependiendo del tema y el invitado. También de ahí salieron algunos amigos que desde otra trinchera han vuel-to a cruzarse en nuestro camino; a otros les dio algo así como urticaria y hasta evitan pasar por enfrente del grupo, no sea que queramos invitarlos a volver.

Al grupo original de diez hombres y mujeres de radio, prensa escrita y electrónica, se le unieron otras voces que también tie-nen que ver con esto de la comunicación. Contrapunto 10 creció a 13 miembros, por exceso de trabajo y hasta por diferencias personales de unos con los otros, u otros con las unas, algunos se han retirado, pero nuevas caras han llegado trayendo nuevos intereses y puntos de vista.

Hoy, en Contrapunto 10 somos una docena de hombres y muje-res con personalidades tan disímbolas e intereses tan definidos que, como en toda buena familia que se precie de serlo, las dife-rencias de opinión se hacen presentes de miércoles a miércoles,

Por esto y aquello, celebremos los 15 y... ¡Salud!

Rosario Segura | [email protected]

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sin que por ello la sangre llegue al río.Con toda esa integración grupal ya cumplimos 15

años y como lo manda la tradición lo festejamos, por-que somos una familia unida a la cual respalda el inte-rés del colectivo. El festejo fue, por supuesto, con los amigos, los conocidos y, tal vez -pero solo tal vez y esto es mera suposición de mi parte- la presencia de algún “enemigo”, y ni siquiera lo digo en lo personal, porque si acaso estuvo alguno, habrá sido “alguien” que está ma-reado por el ladrillo dónde las circunstancias lo tienen montado; pero todas estas son puras suposiciones de mi parte, dejémoslo así.

Los y las Contrapunt@s tenemos suficientes razones para celebrar estos 15 años con optimismo y confianza, porque lo que para muchos era imposible o inconcebible

lo hemos logrado, y el mantenernos unidos ha dado frutos, ya que en estos 15 años hemos alcanzado un desarrollo personal y grupal que tal vez nunca imagina-mos en “las juntadas para entrevistar al funcionario del momento”.

Se ha producido un extraordinario crecimiento de los integrantes; tenemos respeto y unidad en el grupo; tra-bajamos en conjunto para alcanzar las metas impues-tas, pero sin perder de vista la forma muy particular que nos caracteriza a cada quien y que, a final de cuentas, es también lo que nos une; esas deliciosas diferencias que hacen de Contrapunto 10 una familia de comuni-cadores celebrando en familia y con los amigos lo que signifique llegar a sus primeros quince años de vida.

Larga vida al grupo y salud, salud... y más ¡Salud!

En la quinceañera de Contrapunto 10 hubo de todo:invitados, colados, amigos y.. otros no tanto.

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E l prólogo es un término que se aplica regularmente a un dis-curso previo, una parte que precede a determinada obra y no presenta mayores difi-

cultades para su reconocimiento, limitación y definición.

Profesionales del ámbito literario argu-mentan que una buena lectura del texto es parte de la función del prólogo. Ello, dicen, no significa atraer al lector sino de persuadirlo de ponderar el texto y al mismo tiempo de valorar el tema.

Ningún lector acucioso ignora que, anterior a la obra, el prólogo siempre es posterior. Le precede pero no intenta disimular que es una de sus consecuencias.

Si la precede, se deduce que ya la conoce. Es una consecuencia anticipada. Una contra-dicción en este género literario es que involu-crando espacio, altera su relación.

El prólogo es aquel momento del libro en el que el autor es menos autor. Es casi un leyente. La prologación está en la entrada del libro pero su tiempo es de posdata.

Fuera del texto pero formando parte de él; anterior pero consecutivo, teniendo por au-tor a quien no vacila en categorizarse como lector, el primer lector; el prólogo es un texto que no dirime la controversia entre el tiempo de la escritura y el tiempo de la lectura.

¿Qué ofrece el prólogo?Autor y lector entienden que es en el pró-

logo donde se definen las reglas del juego y una de esas reglas es la pretensión a salvo de cualquier sospecha.

Es decir, el prólogo documenta un pacto literario entre un lector que está convencida de que el autor dice la verdad y un autor que responde a esta convención.

El prólogo evita la deserción, asegura una buena lectura del texto, un buen prologuista no habla de la obra que prologa, sino que contextualiza e induce al lector.

Quien compra un libro, adquiere el com-promiso de leerlo; es decir, entra por el lado del prólogo, que por ser el más conservado y menos escrito es el lado más fácil.

Borges lo dijo: Dios te salve, amable lec-tor, de prólogos largos.

Mario Holguín Cebreros | [email protected]

Prólogo“El prólogo tolera

la confidencia”J.L. Borges

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C on la serenidad que da haber recorrido ya el camino una y otra vez; sin sobresaltos ni decisiones apresuradas; esperando los tiempos que marca el calendario, ni antes ni después; sin presiones por temas de

moda ni ataduras al pasado, nuestro entrevistado se acerca sonriente y nos saluda con la calidez que ca-racteriza a los sonorenses. ¿Cómo están sus hijas?, ¿la grande sigue por allá?, son las preguntas que nos lanza a boca de jarro el senador Ernesto El Borrego Gánda-ra, al encontrarnos una agradable y fresca tarde en las instalaciones del famoso Hotel Gándara, que su padre fundara en la segunda mitad del siglo pasado.

Una amena charla que nos llevó a los temas familia-res, a conocer su formación profesional y política, esos pequeños y grandes momentos que, en cierta forma, definen la personalidad y accionar del ser humano en los escenarios de la vida pública; una conversación fluí-da con el funcionario público que trabaja por y para So-nora, con una visión de futuro, convencido de que, entre todos, podemos hacer de nuestra tierra un mejor lugar para vivir.

¿Qué significa el contexto familiar para EG? La familia constituye la parte medular y sustancial de un ser humano. Soy el menor de 7 hermanos. Mi padre, don César Gándara y mi madre, doña Marcela Camou, mol-dearon nuestro carácter y nos formaron con el ejemplo, nos dice con nostalgia. Después, vas complementando tu formación con los amigos, la escuela, pero mis padres son un orgullo y un ejemplo que quiero seguir y trasmitir a mis hijas y lo hago en sintonía con mi esposa.

Hay otra parte que define al ser humano, su etapa de formación profesional. ¿Cómo fue la tuya?Mi formación ha sido muy variada. Hasta la secundaria con los Lasallistas del Regis; la prepa en el instituto Soria; la profesional la inicié en la Universidad de Monterrey, pero a menos de la mitad tomé la decisión de cambiar-me a la UNAM donde concluí la licenciatura en derecho, lo que me brindó una sólida formación académica, me permitió compenetrarme con la realidad nacional y apre-ciar el mosaico de país que se ve reflejado en la UNAM. Trabajé unos 4-5 años y, posteriormente, me fui a Fran-cia a estudiar una Maestría en Derecho constitucional

Soy un hombre

de retos: Ernesto El BorregoGándara

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comparado. Tuve la oportunidad de ver a nuestro país desde una dimensión distinta, me tocó vivir los años de la integración europea y algunos eventos históricos como la caída del muro de Berlín y la unificación de las 2 Alemanias. La mayor parte de mi vida profesional, aproximadamente 30 años, la he desarrollado en el servicio público federal, estatal y municipal, y algunas actividades de carácter pri-vado. Aunque nunca he tenido un puesto directivo como mis hermanos, me siento compenetrado con la actividad hotelera y soy miembro del Consejo de Administración de los Hoteles Gándara y estoy en la toma de decisiones. Además, tuve la grata oportunidad de ser Coordinador de la Comisión de Fomento al Turismo en el estado.

¿Influyó la trayectoria política de tu padre en tu deci-sión de ser alcalde de Hermosillo? ¿Cuáles fueron tus mayores logros y qué se quedó en el tintero?Yo nací a la mitad del trienio cuando mi padre era presi-dente municipal de Hermosillo; pero cuando nos platica-ba de su experiencia, solía decirnos que ser alcalde fue de las grandes oportunidades que le había dado la vida, sobre todo porque tuvo mucho contacto con la población y pudo ayudarla a resolver sus problemas cotidianos. Mi padre tenía la sensibilidad a flor de piel para ayudar a lu gente. Imagino que por eso me emocionaba la posibilidad de algún día yo ser también alcalde de mi ciudad, de tal forma que cuando se presenta la coyuntura para serlo, en condiciones muy complicadas porque teníamos 15 años de no ganar una elección municipal en Hermosillo, me lancé a buscarla. La historia registra que ganamos lim-piamente y sin problemas post electorales.Haber sido alcalde de la ciudad capital fue una gran oportunidad de experiencia y aprendizaje. Establecimos metas concretas y retos muy grandes en ese momento, como entrarle al tema del abasto de agua a corto plazo, que es lo que puede hacer un alcalde, porque a largo pla-zo solo lo puede resolver la federación y el estado. Inicia-mos con la rehabilitación de redes, habilitación de pozos y el acueducto El Molinito. También le entramos al tema de la seguridad pública con resultados contundentes, ya que bajaron los niveles de inseguridad y se aumentó la certidumbre en la población. El otro tema fue el referente a los espacios públicos, sobre todo el desarrollo de las 41 comunidades rurales que estaban muy olvidadas.Me faltaron recursos para entrarle al problema del re-zago en la pavimentación, aunque rehabilitamos más de

un millón de metros cuadrados. No me siento frustrado, pero me hubiera gustado haber tenido más recursos para haber avanzado más-

¿Qué visión tienes ahora del estado y del país con esa interacción que tienes a nivel federal como senador? Es una responsabilidad muy grata e intensa; de mucho aprendizaje y muy buen nivel de trabajo; han sido 18 meses de una legislatura histórica por las reformas que hemos logrado todos los partidos, que representan el tra-bajo y el compromiso de los senadores y sus convicciones y con un sentido de responsabilidad hacia los electores.Pensamos siempre que Sonora es parte de un país y que México necesita hoy más que nunca tomar grandes definiciones e impulsar las reformas necesarias, como lo han hecho otros países, que a la vuelta de 5, 10 o 20 años, están teniendo resultados exitosos, por lo que México no se debe de quedar atrás. Muchas reformas estructurales han estado postergadas 40 años como la reforma laboral; la energética por 15 años; la educativa 20-25 años; ninguna pasó sin polémica, sin golpeteos, y muchas veces con oportunismo electoral; pero también estoy convencido y optimista que hemos hecho lo correc-to, sin demeritar a un partido u a otro. Naturalmente, hay una que en lo particular nos ha generado desgaste, la reforma fiscal, y es entendible porque cuando se habla de impuestos, afectas a alguien.Pero cuando hicimos los acuerdos privilegiamos no afec-tar a los que son más y a los que perciben menos; sí afectamos a grandes grupos de poder y a gente que tiene grandes ganancias en la bolsa; pero también eliminamos el IETU y el IDE que afecta a los pequeños y medianos empresarios. El impuesto a alimentos y medicinas fue un tema muy debatido, porque los académicos dicen que lo mejor es el impuesto al consumo, pero con las condicio-nes de desigualdad y los grandes cinturones de pobreza, si hubiéramos tomado esa decisión le íbamos a cargar el 80% de sus ingresos al 90% de los mexicanos. El impuesto de la importación temporal de las mercan-cías, que dicen afecta a las maquiladoras no es tal; reco-rrí toda la frontera y te puedo decir que diferenciamos a las maquiladoras buenas de las malas. Aquí de lo que se trata es de eliminar la evasión fiscal.Sin embargo, no podría ser un senador de tiempo comple-to si no viniera los fines de semana a mi estado, si no plati-cara con la gente, si no recorriera los municipios para ver cuáles son sus necesidades y no me retroalimentara de

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sus iniciativas, de sus planteamientos, y de sus molestias. Creo que ha sido una gran oportunidad de vida que me han dado los electores sonorenses, me siento orgulloso de representarlos y quiero decirte que así como veo a mi esposa y a mis hijas de frente y a la cara, así veo a mis representados.

Con esa perspectiva política que ahora tienes, ¿crees que han cambiado las condiciones en tu partido como para volver a aspirar a ser el candidato a gobernador? ¿Aceptarías una decisión cupular o pugnarás porque se abra a esa militancia que tanto pregona el tricolor que tiene y que desea participar y decidir quién va a ser su candidato?Quiero decirte que no me arrepiento de nada de lo que hice en el pasado y, particularmente, de haber aspirado en su momento a ser el candidato de mi partido, el PRI, a la gubernatura; como tampoco de la decisión de no acep-tar ninguna otra oportunidad que me ofreció el partido en ese entonces. Rechacé también ofrecimientos de otros partidos y me dediqué por tres años a la vida ciudadana. Después, fui candidato a la senaduría y obtuve el triunfo con el apoyo de la mayoría de los sonorenses.Creo que México ha avanzado. Quien ahora es nuestro presidente, siempre ha buscado -como líder de su parti-do- a los mejores hombres y mujeres, sin amiguismos y complicidades. Creo que aunque el mundo no es perfecto y nunca lo será, cada vez es mayor la posibilidad de tener candidatos y candidatas legítimos y competitivos.Indiscutiblemente, las condiciones en Sonora están me-jor hoy que hace 5 o 10 años atrás. Hoy en día hay más

transparencia; con la inmediatez de los medios de comu-nicación y las redes sociales, ya no se pueden hacer las atrocidades de otros años, como escoger candidatos que no sean competitivos o que tengan cosas que ocultar. Y con ser competitivos me refiero a la capacidad de comu-nicar bien tus propuestas a la gente, no por cantidad de spots o manejo mediático que se tenga. La gente es cada día más participativa y creo que hay mejores condiciones para que haya transparencia y democracia. Por otro lado, habría que diferenciar entre decisión cupu-lar y una candidatura de consenso. En ese sentido, yo creo en las candidaturas de consenso y hoy en día hay muchas maneras de medirlo: con encuestas, sondeos y, obviamente, la percepción ciudadana. No me gusta-ría una lucha fraticida interna dentro de mi partido; me gustaría, en la medida de lo posible, una candidatura de consenso. Ahora que si no hay claridad, pues entonces sí, a competir, siempre y cuando se haga en condiciones de equidad. No puedo decirte qué voy a hacer porque respeto la ley electoral, pero es evidente que ya busqué ser candida-to de mi partido y como sonorense te lo digo, sería un honor ser candidato a gobernador; pero esa decisión la tendré que expresar y tomarla cuando me lo permita la ley electoral.

¿Cuál es el atractivo de venir a gobernar Sonora si tanto se dice que está en una crisis de credibilidad social y un gran déficit financiero?Los que nos dedicamos al servicio público de corazón y queremos hacer las cosas bien, no nos mueve algo

termómetro | mar zo 201410

atractivo, más bien es un sentimiento de responsabilidad, de querer hacer lo mejor por la comunidad y, lo más im-portante, dejar un mejor municipio, estado o país para lo que más queremos, nuestros hijos. Conservo y fomento la esperanza de que puede haber un Sonora mejor y, en ese sentido, coincido contigo en que las cosas no están bien en Sonora, hay un problema de confianza y credibi-lidad, falta de transparencia y golpeteo que tenemos que reconstruir los sonorenses en los próximos años, donde quiera que nos encontremos.Sonora merece mucho más de lo que tiene; mucho más que estos retrocesos y estancamiento en el que vivimos; y muchos de nosotros queremos cambiarlo.

¿Tienes la preparación que se requiere para ello?Uno debe prepararse al máximo de sus capacidades en cualquier cargo que ocupe, pero sería un grave error creer que tú solo puedes resolver todo; hacer equipo siempre es una gran ventaja. Sonora tiene mucho talento en to-das las áreas y constantemente tengo la oportunidad de conocer y descubrir gente muy valiosa, comprometida y capaz. De tal manera que si me preguntaras si he visto gente con las que puedes hacer equipo hoy o en el futuro, en cualquier circunstancia, te puedo decir que sí, lo hago, y reflexiono prácticamente en ello todos los días.

¿Tu relación con el gobernador?Respetuosa a la institución que representa; intercambia-mos saludos cordiales y nada más. Me invita a todos sus informes, creo que como parte de la escenografía. Me da la impresión de que está en su mundo y no le intere-sa ningún tipo de comentarios por parte de los que no somos de su partido; pero me parece que un gobernador

debería estar llamando a todos los sectores políticos, de todos los partidos, para tomar las mejores decisiones para el estado.Nunca me ha hecho peticiones en lo personal; pero fun-cionarios del gobierno y alcaldes de diversos partidos sí lo han hecho, y a todos los he atendido.

Y se nos acabó el espacio, pensando en dónde que-daría aquel joven modosito y callado que conocimos hace casi 12 años cuando llegó acompañando al enton-ces aspirante a la candidatura por la gobernatura de So-nora, Eduardo Bours, recién desempacado del DF, pero que no pintaba mucho que diigamos, en el panorama de la política sonorense. Mucha agua ha corrido ya en los arroyos de la política. Podríamos decir que El Borrego es ahora un político exitoso con amplia aceptación ciuda-dana. Un senador que despliega una intensa actividad y muy controversial, por el tipo de reformas estructura-les que el gobierno federal ha impulsado para sacar a este país del aletargamiento en que está, pero que han producido serios descalabros en la figura de los políti-cos emanados del tricolor que las han promovido.

No obstante, cada vez que leemos o escuchamos una declaración suya, lo percibimos muy satisfecho de su actuar; un hombre que anhela siempre regresar a su tierra, a nutrirse de su gente y, tal vez, solo tal vez, hacer realidad ese sueño que abrigó también su señor padre medio siglo ha. El camino es amplio y los astros se están alineando. ¿Llegará esta vez?

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N unca usó caballo, dizque porque es-tos “se asoleaban muy pronto” y no aguantaban tanto en la faena de tra-bajo diario, así que se decidió por las mulas y tuvo el mejor criadero de estos

animales en Huatabampo. Fue siempre el mejor para escogerlas.

Nunca usó automóvil para transportarse en el pue-blo de su casa a las tierras o para visitar algún amigo en el campo, y para salir hacia Navojoa se transportaba en el taxi de don “Chico Loco”.

Para todo usaba solo una mula, misma que ensillaba a las cuatro de la mañana en su casa de Guerrero y 5 de Mayo, construida por su padre don Trinidad cuando emigraron de Etchojoa, junto con su yerno don Elías Ká-ram, por las inundaciones de 1914. Se asentaron junto con don Elías en una parte de los terrenos delimitados en el Huatabampo original de principios de siglo XX, de mil metros cuadrados para cada familia. No estaba mal por 100 pesos el lote en esos años. Elías Káram había casado con Trinidad, hermana de Chayo y con ella pro-creó a Alfredo, Roberto, Lily, Alicia y Trinidad.

Ahí vivió toda su vida Rosario Muñoz. Su estampa citadina en los siete días de la semana montado en la mula, era la imagen de trabajo, alegría, ingenio y mucha energía para convivir con todo aquel que se le atravesara en el camino entre la casa de Doña “Paca” de Ibarra -madre del Chéfila-, el saludo obligado a Che-memo Ibarra, la vieja Hielera Ruiz y la panadería de “Tino” Avila, el taller eléctrico de Ezequiel Alarcón, los trabajadores del ferrocarril, la casa de don Guayo Zá-rate, los cargadores en los almacenes y los orfebres ubicados en sus marmolerías, frente al viejo panteón.

Era Rosario “Chayo” Muñoz Padilla el célebre

personaje del pueblo, famoso por sus dichos, chasca-rrillos y chistes a flor de piel. Él combinaba exitosamen-te la crianza de animales con la agricultura en pequeña escala. Por mucho tiempo produjo la leche recién orde-ñada más completa de Huatabampo. “La que sí hace nata, porque no la rebajo con agua ni con nada”, solía afirmarle a quien quisiera oírlo.

El caserón de gruesas paredes de adobe conserva-ba los horcones origina-les, con habitaciones amplias que daban a la calle 5 de Mayo y que alberga-ban a sus hermanas María, Elodia y a su hermano José “El Cheli” y algunos de sus hijos, entre otros, Pancho.

Por muchos años, en esa casa coincidían todos aquellos que consumían la leche que ahí se despacha-ba. Era frecuente encontrarse con viejos baúles con documentos del archivo familiar, fotografías en blanco y negro incrustadas en las paredes, con parientes di-rectos de la familia, la mejor y más nutrida colección de monedas de plata 0.720, todo tipo de catres de lona y jarcia, colecciones de perfumes de la época y una variedad impresionante de instrumentos de labranza y equipo completo para montar a la mula.

“Chayo” Muñoz era hijo de don Trinidad Bernardo Muñoz, quien era originario de Etchojoa y se dedicaba al transporte de la producción de plata de las minas de Álamos hacia Agiabampo; murió en 1942 a los 77 años.

María, su hermana, murió en 1988 a los ¡107 años!; Elodia en 1988, a los 92, y José a los 88 en 1974. A Don “Chayo” una tarde lo tumbó la mula, quizá algo la asustó y la incomodó. Se le enredó la riata en las piernas y la bestia lo arrastró en un tramo amplio de su terreno de cultivo.

Don “Chayo” nunca se recuperó por completo de las

Bulmaro Pacheco | [email protected]

El Huatabampo que se nos fue (II)

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lesiones, que casi lo paralizaron por el resto de su vida. De súbito cambió la mula por la silla de ruedas y aún así nunca perdió su sentido del humor. Entre su alegría y el semblante triste y apabullado, pasó los últimos diez años de su vida en esa condición hasta su muer-te, ocurrida en 1989 en Huatabampo. Contaba con 89 años.

Con él arreció la desaparición de los auténticos per-sonajes excéntricos del pueblo. Esos que quizá por no lidiar con bancos, ni cobradores y por trabajar con dedi-cación en lo que les gustaba y creían, con sentido del humor y mucha confianza en los demás, no vivían en el estrés permanente ni dependientes de la crítica ajena o el chisme cotidiano. Eran auténticos y libres, eran fru-gales y sanos, lo que les incrementaba su longevidad y calidad de vida.

Eran identificados, disfrutados y constantemente eran referente obligado en la convivencia vecinal, por su simpatía e ingenio.

Era el mismo barrio de “Betito” Zamorano, un comer-ciante de ropa en pequeño en extremo religioso y con una singular forma de vestir, con elegancia y sombrero Panamá, que a diario acudía a recoger la leche recién ordeñada a casa de Don “Chayo”.

Hará pocos años que “Beto” desapareció del barrio y nadie sabe qué pasó con él. Nadie da razón de su paradero. Igual sucedió con Mateo Güereña, un vecino excéntrico y popular de ese barrio, que de la noche a la mañana desapareció del pueblo y jamás se ha vuelto a saber de él.

Barrio también del célebre Salvador “Loco” Guerrero,

el primero en estrenar en el pueblo la motocarro de la marca Islo, misma que conducía sentado de perfil. Vestía ropa de mezclilla importada, amplio sombrero amarrado con barbiquejo, con los pies hacia su lado derecho y con franelas rojas amarradas a la parte pos-terior del cajón de madera de la motocicleta, para -en un mundo sin semáforos ni educación vial- “evitar pro-blemas de tránsito”, según él. Guerrero combinaba sus frecuentes estancias en Huatabampo con viajes a Cali-fornia. Regresaba cada una o dos temporadas con algo de capital para emprender pequeños negocios; como la venta de sangre de res y puerco -“moronga”- con ajo, cebolla, tortillas y refrescos en los campos agrícolas, para ayudarse y ayudar a su familia.

Era Guerrero un hombre servicial, silencioso y traba-jador. De repente desapareció del pueblo y nadie supo de su paradero. Algunos presumen que se quedó en algún lugar del norte del estado.

Visita frecuente de Don Chayo era Zacarías Mendo-za, “El Chacali”, de origen vendedor de tamales en la cantina-billar de don Filemón Martínez frente al merca-do y, por muchos años, el único en el pueblo especia-lizado en la reparación de radiadores en su taller de la colonia 14 de Enero.

Oriundo de Las Parras, el también motejado “Bri-bón”, operó su modesto taller entre 1950 y el 2012 . Unico en la posesión de vehículos -los llamaba chicha-rras- de principios de siglo, como los Chevrolet 1926 en los que circulaba. A punto de cumplir 83 años, don Zacarías se conserva lúcido, muy sano y con una me-moria envidiable.

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A media cuadra de la casa de don Chayo, pasando a doña Malucha y Rafael Muy, se encontraba la tienda de Don Jesús Gil, célebre por sus ironías, su estilo de trabajo y por su negativa -detrás del mostrador- a aten-der a quien no le simpatizaba.

Eran los tiempos del pilón, la tractolina para cocinar, los molinos caseros y la venta de trigo y maíz para el pan y las tortillas caseras. Tiempos en que una lata de sardina, una de chiles, chicharrones, tortillas y café formaban la dieta básica de una parte del pueblo. Tien-das de grandes mostradores, donde lo mismo vendían flit suelto anti moscos -con todo y bomba-, jarcias, ta-chuelas, machetes, quinqués, y correones para catres y huaraches.

La emblemática tienda de la esquina era una necesi-dad de barrio para evitar trasladarse hasta el mercado municipal a comprar lo elemental. No vendían alcohol. Los refrigeradores caseros eran contados y las fami-lias sin refrigerador -que era la gran mayoría-, tenían que comprar la comida para consumirse el mismo día. Tiempos del “machihui” y cuando los restos de la comi-da sobrante del día alimentaba a los animales domés-ticos -casi siempre cerdos y gallinas-, que se criaban en los patios o corrales de las casas, con la esperanza de tener un ahorro familiar para salir de las eventuales crisis económicas, de salud, los gastos escolares o la repentina falta de algún familiar.

Tiempos en que se nacía y se moría en las casas. Tiempo de las comadronas o parteras, las grandes ollas de agua hirviendo y el alcohol industrial. También de los velorios prolongados en casas, donde se tenían que colocar grandes tinas con hielo bajo los ataúdes para retardar la descomposición ante la ausencia -por cuestiones culturales- de autopsias y la prolongada es-pera de familiares emigrados.

A Don Jesús Gil se le recuerda con una moneda de cobre de cinco centavos pegada a una liga alrededor de su cabeza, para combatir las jaquecas -él lo decía- que lo asolaban con frecuencia. Puede ser que el re-medio utilizado le diera resultado, porque su aspecto así era frecuente y su cambiante humor también. Fue padre del legendario Alberto Gil “El Chichí”, famoso por sus anécdotas, como aquella cuando un agente de tránsito lo detuvo transportando hielo hacia Yava-ros y al requerirle los papales del carro y su licencia le contestó que nada traía. ~Estás amolado Chichí, le dijo el agente. ~Más amolado estás tú, que andas de

tránsito, le contestó.Eran los tiempos en que el acceso a Policía y Trán-

sito era visto como un último recurso para quienes no encontraban empleo en ninguna parte, por carecer de educación básica. Eran otros tiempos.

Para 1931 no era muy amplia la relación de causan-tes “por concepto de comercio e industria de nacio-nalidad mexicana” establecidos en el estado a partir del 1 de septiembre. Meses antes se llevó a cabo la abusiva y racista campaña antichina, que tantas cica-trices dejara en Sonora en sus principales municipios. La historia hasta ahora la condena.

Los negocios de entonces eran los abarrotes, los expendios de nixtamal, las refresquerías, mercerías, reparaciones de calzado, panaderías, expendios de licores. Una pequeña comunidad de 7 mil habitantes gobernada por los presidentes municipales Ramón Pe-reira y Ramón J. Ibarra.

Aparecían en la clasificación de “abarrotes”, entre otros: Ignacio Calleja, José Sánchez Toledo y José Ro-berto Rubio. Pedro Serna, Víctor Noris, Juan Corral y Pascual Díaz en “panadería”. Solo dos “molinos de nixtamal” aparecen registrados; uno a nombre de Mel-chor C. Quijada y otro de Juan B. Rubio. En el rubro de “refresquería”, aparecen Rosendo Serna y Cristóbal Campos.

En el ramo mercería se registra a Humberto J. Flo-res; y a Mercedes Verdugo en reparación de calzado. En “licores”: Cipriano Pacheco, José Caballero y Martín López, entre otros.

El Huatabampo que se nos fue, registra puntualmen-te las grandes aportaciones a su desarrollo de los mi-grantes de Asia, Medio Oriente, Europa y el centro de la República que entre 1912 y 1950 arribaron al pueblo. Llegaron apellidos como Kawano, Masato, Morimoto, Kameta, Oba, Kawaminami y Okuda. Después llega-rían los Kuri, Atrip, Mosri, Gattaz, Haufón, Bleizzeffer, Gauthereau, Isaac Mann Vejar, Chy Yong, Hull, Stama-tis, Salgueiro, Pitzaky, Young, Mathews, Clark, Húdec, Lam, Cuan, Ellis y Villedent, entre muchos otros.

Todos ellos, en mayor o menor medida, contribuye-ron al desarrollo del municipio, a su integración, a su desenvolvimiento económico y a fortalecer el sentido de identidad. Un esfuerzo de futuro será el rescatar la memoria de los pioneros, valorar sus aportaciones y hacer autocrítica. El Huatabampo que se nos fue ya no va a regresar...pero cómo lo extrañamos.

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Dr. César Álvarez Pacheco | [email protected]

Albores de la Medicina

H ace 36 años, la Declaración de Alma-Ata definió la Atención Primaria de Salud como un conjunto de valores rectores para el desarrollo sanitario, conjunto de principios para la organi-

zación de servicios de salud y una variedad de criterios para abordar las necesidades prioritarias y los determi-nantes fundamentales de la salud a nivel mundial. Para entonces se trató de planear un sistema de salud global que garantizara, al menos en acceso, la salud misma estableciéndola como una garantía fundamental.

Este anhelo que lanzó el Movimiento “Salud para To-dos” resultaba muy ambicioso. Suponía que una política clara y novedosa podría incrementar el nivel de salud de las poblaciones desfavorecidas y, de ese modo, condu-cir al desarrollo general de la población mundial. La de-claración amplió el modelo médico para incluir factores sociales y económicos y reconoció que las actividades de numerosos sectores, incluidas las organizaciones de la sociedad civil, determinaban las perspectivas de mejorar la salud. Sus objetivos eran la equidad en el acceso a la atención y la eficacia en la prestación de los servicios; ante todo, la atención primaria ofrecía una for-ma de organizar toda la atención a la salud, desde los hogares hasta los hospitales (hoy llamada medicina fa-miliar), en la que la prevención era tan importante como la curación y en la que se invertían recursos de modo racional en los distintos niveles de atención. Este enfo-que, de inmediato se mal interpretó. Muchos considera-ron que era un ataque radical contra el cuerpo médico. Una utopía. Se confundió con centrarse exclusivamente en el primer nivel de atención. A algunos detractores de tal propuesta de desarrollo les parecía barata la esca-sa atención para la población de escasos recursos, así como una solución de segunda clase para los países en desarrollo. Cuando se hizo la Declaración de Alma-Ata (1987), ni los más visionarios pensadores veían los acontecimientos mundiales que se avecinaban: una cri-sis del petróleo, una recesión mundial y la introducción, por parte de los Bancos de Desarrollo, de programas

de ajuste estructural que retiraban los presupuestos nacionales de los servicios sociales, incluida la salud. Tampoco vislumbraban la aparición del VIH/SIDA, ni la reaparición asociada de la tuberculosis ni un incremen-to de los casos del paludismo. En 1994, un análisis de la OMS concluyó con las sombrías perspectivas de que no se cumpliría el objetivo de “Salud para Todos” para el año 2000. ¿Dónde se perdieron?

Se tuvo que echar mano de la Declaración del Milenio y sus Objetivos del Desarrollo (ODM) que infundieron nueva vida a los valores de equidad y justicia social, esta vez con vistas a lograr que los beneficios de la globalización se distribuyan en forma más uniforme en-tre los países. La epidemia del VIH/Sida reflejó la im-portancia de la equidad al acceso universal a la salud, en forma sustancial. Con la aparición de la terapia anti-retrovírica, la capacidad de acceder a medicamentos y servicios se convirtió en el equivalente de la capacidad de sobrevivir para muchos millones de personas. El ato-ramiento de los progresos hacia los objetivos del desa-rrollo del milenio, que son ocho, tres de los cuales son: Reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y abatir el Sida y el repunte del paludismo, para ser al-canzados en 2015. En muchos países, México incluido, esto no se va a conseguir, lo que ha obligado a examinar detenidamente los resultados de estadísticas de falta de inversión en infraestructura, servicios y personal de salud fundamentales.

El mundo ha sido testigo de que las vigorosas inter-venciones del dinero para adquirirlas no permitirán obte-ner mejores resultados en ausencia de sistemas efica-ces para su ejecución. El aumento de las enfermedades crónicas ha destapado nuevos problemas. Entre ellos, la carga a la atención a largo plazo sobre los sistemas y presupuesto a la salud. Los costos que colocan a los hogares por debajo del umbral de la pobreza, la necesi-dad de prevención en una situación en la que la mayoría de los factores de riesgo escapa al control directo del sector de la salud.

¿Y ahora?

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C omo ya lo hemos dicho anteriormente, los go-biernos de transición no fueron capaces de mejorar la situación económica de la mayoría de la gente.

A pesar de que el gobierno insista con su propaganda de que estamos bien, de que vamos muy bien, de sóli-das bases o blindaje económico, y aún sin regatear la re-lativa estabilidad macroeconómica, la verdad es que la mayoría de la población padece el deterioro de las con-diciones de vida: los índices de alimentación, salud, edu-cación, vivienda, nutrición, empleo y el salario real, para la mayoría de la población empeoraron durante el primer año de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.

Respecto a su principal promesa de campaña, la reactivación económica y generación de empleos, el pre-sidente informó que el año pasado se generaron alrede-dor de 400 mil nuevos empleos netos; sin embargo la meta-compromiso era, y sigue siendo, crear 1.2 millones de plazas nuevas de empleos permanentes y formales por año.

Así, Peña ha terminado su primer año con un faltante de un millón de empleos, que significan mayor pobreza para 5 millones de personas. Con el peor inicio de los últimos tres sexenios en la materia, esta falta de ge-neración de nuevos puestos de trabajo se debió a un insuficiente crecimiento económico que provoca un ele-vado desempleo y que demuestra el bajo crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB, de tan sólo el 1%.

Según el Centro de Negocios, CIEN, y las corredurías financieras, la economía mexicana cerró el año 2013 con un crecimiento más bajo de lo esperado hace algu-nos meses. Aquí mismo, en nuestra Visión Económica, igual que muchos analistas, nos equivocamos hace nue-ve meses sobre el “Mexican moment”, con expectativas de crecimiento de 4%. Junto a sexenios anteriores, el

promedio de crecimiento durante 13 años, no llega al 2%, cuando la economía mexicana requiere crecer cuan-do menos al 6%, tres veces más del mediocre promedio de producción alcanzado.

En consecuencia, se presenta una precarización de las pocas plazas generadas, el aumento de la informali-dad y menos prestaciones sociales. Según la Comisión Económica para América Latina, Cepal, México es el único país del subcontinente donde la pobreza creció. La población en situación de pobreza subió de un 35 al 37 % del total, por lo que no se puede decir que el país avanza cuando el número de pobres aumentó en un millón. Además, la Cepal advierte sobre el grave riesgo de la extrema concentración de la riqueza que genera la nación, donde el 20% más rico acapara el 60% de la riqueza del país.

Ahora ya no podemos culpar al resto del mundo por el mal año económico. El año pasado las fallas fueron el erróneo ajuste y retrasos en la ejecución del gasto públi-co, el mal manejo de la paridad cambiaria que permitió la inconveniente apreciación del peso y la estrepitosa caída de la industria de la construcción y vivienda. Por lo tanto, si la economía no creció, las nuevas plazas de trabajo no se generan y la pobreza aumentó en lugar de disminuir; objetivamente se puede afirmar que en mate-ria económica, el primer año de Peña fue malo y perdió el primer round.

Aquel optimismo nacional e internacional del “Mexi-can moment” del inicio de su gestión, se ha convertido en decepción y pesimismo. Ojalá que las muy publicita-das reformas estructurales sean en verdad a fondo y muy pronto generen en realidad, un positivo e inmediato entorno económico favorable que acelere y provoque un mayor crecimiento económico y más generación de nue-vos puestos de trabajo.

Luis A. Galaz | [email protected]

Peña perdió el primer round

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Quienes escucharon a López Obrador en su pasada visita a Sonora, no se

sorprenden de que la ex velocista y actual Senadora, Ana Gabriela Guevara, se considere ya casi vir-

tual candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA)

a la gubernatura, porque ni modo que el diputado federal Alfonso Durazo le pueda ganar en las encuestas que al respecto se harán. Y como van sin alianzas y deben obtener votos para seguir vivos en el pandero político, Ana Gabriela es la mejor opción. Según El Peje hay candidatos de Morena para los 72 municipios de Sonora. ¿Y ganadores?

Quien se anda riendo solo es el diputado local Samuel Moreno, ya que el Con-

greso de la Unión utilizó y aprobó una iniciativa suya que fue acep-tada con anterioridad en Sonora, referente a la entrega de actas de

nacimiento gratuitas en todo país, lo que nos hace ser un estado a la vanguar-

dia en este tipo de apoyos sociales. Y él sigue acumulando puntitos. Falta saber para qué...

Tras afirmar que los resultados de las investigaciones del asesinato del ex

candidato presidencial Luis Do-naldo Colosio nunca convencieron a los mexicanos, el coordinador del

PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, aseguró que

“todos sus amigos lo siguen extrañando”. Este crimen que consternó al país y a la clase política en lo general, le hace estar más convencido de que se debe seguir haciendo políti-ca y evitar posiciones radicales. Anótelo usted...

Quien fuera secretario particular del ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta, toda-vía espera que llegue el día en que sepamos quién y por qué se ordenó

el artero asesinato perpetrado el 23 de marzo de 1994. Y, desde su muy

particular punto de vista, Alfonso Du-razo, reflexiona sobre los ideales de Colosio y considera que en lo social estos se asemejan más a Andrés Manuel López Obrador, pero en lo económico, sería más compatible con el presidente Enrique Peña Nieto. ¡Vaya mezcolanza!

Con la encomienda de dar seguimiento y vigilar la buena mar-cha de la contienda por la renovación de la dirigencia nacio-nal del Partido Acción Nacional en los diversos estados del país, la Comisión Organizadora Nacional designó en Sonora a un grupo de connotados panistas para que conformen la Comisión Auxiliar Estatal. Al respecto, el dirigente estatal del CDE del PAN en el estado, Juan Valencia Durazo dio a cono-cer los nombres de los panistas que fueron seleccionados por su trayectoria en las filas del blanquiazul y que coordinarán el proceso en el estado. Encabezan la lista Gilberto Manuel Limón Corbalá, Carmen Fabiola Araiza Amavizca, Evangelina Guadalupe Melendrez Barrios, Raúl Leonel Durazo Amaya y

José Yánez Navarro.

Es el programa de credencialización que el presidente del Co-mité Municipal de Acción Nacional, Rodrigo Flores Hurtado, ha emprendido para iniciar una nueva etapa, más integra-da y comprometida entre el panismo hermosillense. Flores Hurtado señaló que el proceso de credencialización es muy práctico y casi inmediato, y le brinda al militante un plástico de identificación con el cual podrá demostrar su identidad, orgullo y compromiso hacia el partido y de cara a la sociedad.

Por la renovación nacional

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