Teresa Pontes

Cathaysa Ramos Esther Pérez Rashid Navarro

Artes Suntuarias El campo de las Artes Suntuarias se refiere a todos aquellos objetos artísticos creados con principios de funcionalidad, amén de aparejados de

en algunos casos se ponen directamente

Canarias consigue uno de los primeros puestos

s

ue conocemos en la historia

también porque capítulos enteros de estas artes han sido sustituidos y

elementos estéticos. Rara vez los profesionales que se encargan de esta tipo de objetos consiguen una importancia relevante. Es más, no se les considera artistas si no artesanos. Los lenguajes de muchas artes suntuarias están siempre a remolque de las demás disciplinas y bajo el diseño de artífices ajenos. La categoría reina de las Artes Suntuarias es la orfebrería. La época en la que más se demandaban las artes suntuarias fue la Edad Moderna. Durante esta época en la exportación de la plata. Antes del siglo XIX casi todos los ejemplos disphacen referencia al mundo eclesial, dado que era la iglesia la principal demandante, por poderío económico y por su situación en el seno de las comunidades sociales. Pero con la llegada del mundo contemporáneo el proceso se invierte, y la primacía está entonces en la sociedad civil que será la encargada de dotar nuevo

onibles de artes suntuarias

contenidos a gran parte de las artes. Pero si las artes suntuarias nos sirven para averiguar gran parte de las maneras organizativas del pasado en todos los sectores culturales, sociales, económicos, técnicos... cabe preguntarse por qué aún hoy, salvo la orfebrería, sigue siendo el remate ornamental de gran parte de los trabajos qdel arte. La investigación en el campo de las artes suntuarias es, a veces, muy costosa y necesita de esfuerzos que frecuentemente no están reflejados en los resultados obtenidos. No sólo a niveles documentales, donde identificar artífices es casi imposible, sino

eliminados, sin que muchas veces podamos tener el elemento matérico necesario para objetivar el estudio. El factor posibilista hace que los estudios sobre lo que aún hoy podemos contemplar sean más coherentes y atractivos que los que se dedican a lo que existió en un tiempo pero que hoy desconocemos. Las artes suntuarias no entran en los planes de estudio, en las tareas de recuperación, en la historiografía... Muchas veces incluso se utiliza como elemento extravagante de decoración en exposiciones de determinadas épocas; o están presentes en los museos como elementos ornamentales de salas dedicadas a pintura o escultura, sin que se le dé referencia ni valor alguno. En muchas ocasiones podemos oír como se han devastados verdaderas obras de arte relacionadas a este campo debido al desconocimiento de su valor, pues nunca se les dio la misma importancia que a otras obras de arte. Orfebrería En la orfebrería canaria, de acuerdo con sus fuentes, tradiciones, formas y complejas relaciones socioculturales, observamos la necesidad específica que existe de sistematizar las líneas de exposición. La orfebrería canaria es un hito dentro del arte hispano. Puede ser el capítulo más interesante y novedoso de cuantos conforman la historia del arte del Archipiélago. No sólo por las riquísimas aportaciones exteriores sino también por el establecimiento de una escuela que en nada desmerece de aquellas en las que clava sus raíces y que, además, es capaz de diferenciarse con lenguajes y formas absolutamente originales. Ejemplo de esto encontramos el siglo pasado, durante la desamortización de Mendizábal. Las aportaciones de oro y plata provenientes de los conventos canarios se cifran entre los más elevados de todo el proceso a nivel nacional.

Hasta tal punto había llegado a convertirse en un auténtico tesoro que

piélago y de la

te investigador de la orfebrería fue D. Jesús Hernández

puntualizar, matizar y ahondar en algunos de los

sorprende que unas islas alejadas y a menudo olvidadas por la metrópoli pudieran haber amasado una fortuna de tales dimensiones. Tampoco extraña que los avatares históricos del Archihistoria local de cada una de las islas se encuentren perfectamente reflejados en el hecho orfebre. La piratería, la inmigración, los “picos” de la economía insular, la crisis religiosa del XIX… Todos estos hechos tienen cumplido reflejo en la evolución histórica de cada una de las tipologías estudiadas. Un importanPerera, mucho se ha hablado de él en la Universidad de La Laguna la entidad académica y cultural de peso que aún es hoy en día. Sin su trabajo sobre la orfebrería en Canarias no habrían florecido otros que se dedicaron a partir de entonces al empeño de estudiar este arte. Pero a D. Jesús se debió una tipología, de una línea y de una manera de trabajar que aún hoy es recordada y admirada. Su trabajo más allá de mostrar lo que había sido la orfebrería canaria, tiene la importancia de servir de base para todo cuanto se quiera escribir sobre el tema. Actualmente se puedencaminos que D. Jesús empezó.

Las importaciones

Primeras obras Nada queda de las obras más puramente góticas que debieron arribar alArchipiélago durante los primeros años de la conquista. Muy posteriores,incluso estilísticamente, son tres piezas que se logran rescatar. La masinteresante es la Custodia Manuelina, una obra en plata sobredorada,modificada, aunque con calidad en el siglo XIX. Todo su cuerpo mantiene unaplancha de plata de la que penden, excepcionalmente unas campanillas. Eltemplete piramidal que surge a partir de ahí está sustentado por pináculos,abrazados al eje de baldaquino, una delicada figura de Cristo. Por su forma,deberíamos situarla hacia 1520. Muy distinta, y más española, es la Cruz procesional de la Catedral de SantaAna, en Las Palmas de Gran Canaria, que refleja una evidente facturamedieval en su naturalismo vegetal. Destacamos en ella el nudo, en el quedos órdenes, superpuestos, forman un templete ciego. Para equilibrar losmuros lisos se colocan elementos similares a las vidrieras, decoradas conplata calada. Fue donada en 1526. Más sobrio, el copón que en 1540 llegó a la parroquial de los Remedios de LaLaguna, joya de un temprano plateresco que aún no ha sabido soltarse degusto gótico. El Renacimiento es el primer estilo que de manera más natural se desarrollay encuentra en Canarias. La más hispánica de las fiestas, el corpus, tendráun desarrollo desmesurado en Gran Canaria. Por ello, siempre será estatipología la “reina” de los trabajos orfebres, allí donde los artesanos harángala de su mayor conocimiento y delicadeza. La mas importante de las piezasdel período en nuestra región es el ostensorio renacentista de La Catedralde Santa Ana, un verdadero mueble de plata, con forma de templo de plantaredonda, llega en 1615 y tiene la importancia de servir de modelo para lo queluego serán las andas de baldaquino de la orfebrería canaria. No menos importante, el “portapaz de oro” de la misma Seo GranCanaria, que se asemeja en su anverso un retablo de tres calles, dos cuerposy remate. Las hornacinas laterales acogen las figuras de los evangelistas ysobre estas, dos ángeles alados que sostienen una amatista y, en el remate,una Piedad escoltada por sendos querubes portadores de calaveras. Lasfiguras de los evangelistas, así como de San Juan y la Virgen, se hallanrealizadas en esmalte translúcido. Se encuentra finalmente relacionado asícon el taller peninsular de Becerril.

El hecho diferencial de la orfebrería en Canarias Cuando en 1946 quedó culminada la Conquista del Archipiélago, había que asimilar la región del Estado. Canarias se convertía en puente cultural de ida y vuelta, abierta a experiencias que dieron como fruto el establecimiento formal de una cultura hispana pero diferenciada del resto de la nación. Las islas que primero fueron integradas a Castilla dispusieron de un menaje de urgencia, traído de la península, que sirviera para oficiarlas primeras misas y para cubrir las necesidades civiles más perentorias. Aunque hay noticias de algunos talleres orfébreres, ya en aquella época nada nos da testimonio de manera material. Los ejemplos más antiguos que nos han llegado se encuentran en Gran Canaria y Tenerife, quizás el más importante sea la Custodia Manuelina que aún hoy se conserva. Como ha señalado el profesor Hernández Perera. Nada hace pensar que los tesoros orfebreros de las islas, en los siglos XV y XVI fueran especialmente numerosos y mucho menos singularmente ricos. Las obras más importantes comienzan a interesarnos a partir de la frontera del Siglo XVII. Ahí es donde se desarrolla el nudo de este arte en nuestra región y donde comienza a percibirse su importancia.

La Península es el primer agente exportador de obra a Canarias. Dentro de la Península, preferirán los canarios los talleres andaluces y será el obrador cordobés de Damián Castro el que goce de mayor solicitud durante el siglo XVIII. Después de estas aportaciones, las más importantes serán las americanas, con México a la cabeza. El canario emigra a América en grandes riadas desde el comienzo mismo de la Conquista. Allí acude y se relaciona con el mundo de la agricultura, donde muchas veces consigue hacer fortuna. Para no perder el contacto con su isla natal, establece una vía de comunicación constante con la familia o los amigos de la tierra que lo vio nacer. Esto se traduce en donaciones de las cuales la orfebrería cuenta con un estimable capítulo. Los santuarios de las patronas serán los favoritos para efectuar el regalo. Las donaciones americanas, esplendorosas en el siglo XVIII, terminan casi totalmente durante la siguiente centuria Por último cabe destacar la aportación de otros países europeos, como Italia e Inglaterra. Las obras con este origen no son muchas, aunque sí destacadas, e influyeron puntualmente en los plateros isleños que adoptaron muchas de sus fortunas en sus creaciones posteriores. Introducimos aquí el valor que la importación tiene sobre la orfebrería de Canarias. Por medio de las obras venidas de fuera se da lugar a un repertorio de formas que vinieron a establecer y apoyar el establecimiento de talleres locales que anotan las influencias en una suerte ecléctica que permite formar un lenguaje propio. Canarias consigue una personalidad en el trabajo de la plata peculiar y novedoso, donde se combinará lo popular y lo funcional, emitiendo imágenes formales que se repetirán en el tiempo. Pero no sólo por las importaciones o las necesidades insulares vive un gremio artesanal. Otra de las razones por las que explicamos el auge de la

orfebrería en nuestra región se debe a que Canarias consiguió la capacidad legal de contratar, comprar y vender directamente con América, lejos del control monopolista de Sevilla. El archipiélago puede comerciar directamente con materias primas provenientes de América, que serán además las que nutra n los talleres insulares. En Canarias tenemos las fuentes, los artífices, que muchas veces serán emigrantes de la península, y el material. La Iglesia es el principal agente comprador de obra de plata. Hasta bien entrado el siglo XVIII la población civil poco o nada utiliza objetos de oro y plata par su menaje personal, salvo en el campo de la joyería. Durante casi un siglo el uso civil de la orfebrería crece en Europa, aunque en España se mantiene en un discreto segundo plano, prefiriéndose otros materiales como el nácar y carey, para diseñar utensilios civiles, como escribanías o arquetas. La Gomera, Fuerteventura y Lanzarote fueron tan castigadas por los ataque piráticos continuos durante los siglos XVI Y XVII, que apenas poseen un puñado anecdótico de piezas anteriores a 1700. La Palma recibió en menor medida ataques piráticos y pudo defender gran parte de su legado artístico.

Gran Canaria sólo fue objeto de una grave incursión, pero el tesoro catedralicio se salvó del latrocinio gracias a que fue puesto a buen recaudo en la Vega de San Mateo. Tenerife fue la menos castigada y todas las acciones de los asaltantes marinos fueron repelidas. Por ello, es en este trío de islas donde encontraremos la mayor parte de las piezas de interés. El excepcional capítulo de la orfebrería en Canarias sufre un parón y un desastre en el siglo XIX, merced a las desamortizaciones co menzadas a partir de finales del siglo XVIII, con las incautaciones de los bienes propiedad de la Compañía de Jesús. Pero en realidad, las que más nos afectaron fueron las de 1820 y la

de Mendizábal, de 1835. la primera significó el trasiego de obras de los conventos suprimidos a otros templos, así como el pillaje llevado a cabo en muchas obras. En este hecho histórico se perdieron obras inigualables que nunca podremos imaginar, aunque nos queden los inventarios efectuados al efecto, quedando a menudo el propio discurso histórico plagado de lagunas irremediablemente inexplicadas.

La orfebrería en Canarias como se ha podido comprobar fue un proceso histórico complejo. La cuestión de los estilos La orfebrería es un arte suntuario, rico y de gran valor, pero se halla indisolublemente unido a un evidente gusto popular. Eso implica el establecimiento de unos cánones conservadores que hacen de su evolución un proceso lento, en el que rara vez aparecen modelos de transición. Los lenguajes se encuentran unidos a la arquitectura, de manera que, en algunos momentos, la definición de las fachadas sirva para describir una custodia, un cáliz o un portapaz. Pero en la orfebrería, las formas se mantienen incluso cuando el estilo ha desaparecido en el resto de las artes y cuando se asumen nuevos lenguajes se hacen de modo pleno y puro, sin mezclas. Eso permite que su estudio sea cómodo y el establecimiento cronológico sea más sen cillo que en otras artes. Muchas veces las adopciones de formas son llevadas a cabo por personas ajenas a los talleres o los artífices. Caso de la orfebrería americana, en algunos momentos, ésta fue dictada por eruditos misioneros, mas no por orfébreres experimentaLa orfebhispánica mantiene sus formas a los largo del enorme y complejo territorio de la nación, es decir, tanto en la península como en América y Canarias. Hasta el siglo XVII y, sobre todo, el XVIII la orfebrería americana despunta al margen de lo que se hace en el resto del país. Lo mismo cabe predicarse para la platería canaria que vivirá su mayor eclosión en el siglo de las luces.

dos. rería

Por todo ello no ha de extrañar que, cuando hagamos mención a determinados estilos, los puntos de procedencia de las obras sean especialmente diversos. la industrialización del proceso creativo supone también una merma de la creatividad y una variación por modas más evidentes. Dos son los momentos cumbres de esta industrialización. Por un lado, las exigencias en materia

creativa emitidas por el rey Felipe II, que dará lugar a uno de los momentos más parcos y estoicos. El segundo período de industrialización fue el establecimiento de la Fábrica de platería en el siglo XVIII, que utilizará las maquinarias de troquel y estampación ideadas para favorecer un proceso constructivo rápido y de bajo coste. La mercadotecnia comercial significó la esclerosis de la forma en detrimento de la creatividad artesana y, también, fue el punto justo en el que España dejó de contar con un lenguaje propio, evidenciándose la copia de estilos foráneos, en especial francés e inglés. Canarias supo mantener, al menos durante unas décadas, el gusto barroco y rococó con el que sus artífices habían triunfado. El estilo Felipe II Establecidas las razones para este estilo, hemos de señalar ahora las características principales del mismo, que se extendió durante más de medio siglo, tato en España como en América. Se trata de un tipo de orfebrería parca, reservada en la que lo rectilíneo tiene tanto valor o más que lo curvo. La decoración es desechada. Cuando se necesita, apenas se utilizan espejos lisos y elípticos, a veces cubiertos de esmaltes opacos y asas finas en forma de roleos. De todos los ejemplos que tenemos en Canarias hemos reservado cuatro, de muy diversa filiación y que demuestran cómo en el siglo XVII América no despuntó por su capacidad creativa, manteniendo las formas dictadas en la Península.

El primero de ellos es la custodia sobredorada de Santa María de Betancuria, en Fuerteventura, donada por Andrés Lorenzo en 1600. Es una obra muy compleja. Más sencilla aún es la jarra de pico toledano de la Catedral de Santa Ana, debida a un orfebre mejicano. La única decoración, cabujones con esmaltes y finas estrías grabadas, en la mayor sencillez de la forma, en la que destaca su limpieza. Un poco más desarrollado, aunque también proveniente de Méjico, como el resto de las obras que presentamos en este epígrafe, el cáliz franciscano de la parroquial de Gáldar. Por último, citar tres piezas que darán lugar a toda una tipología, aunque ya sobre la base de otros lenguajes, en Canarias. Se trata de las cruces procesionales de Vilaflor y Santa ona imperial de Los Silos.

Las primeras, muy parecidas aunque en mejor estado la norteña, presentan dos partes, nudo y árbol. La corona imperial de Los Silos no es más que una simple estructura oblonga de nejas sencillas, que se permite introducir botones de esmalte verdes a manera de decoración de espejos, como única peculiaridad a su estoicismo severo, de gran solemnidad y belleza.

Úrsula, y la Cor

Entrevista 1.- ¿Su nombre y edad? Ángel Rodríguez Quesada, 73 años. 2.- ¿Estado actual? Jubilado. 3.- ¿Trabajó en la orfebrería o en alguna actividad relacionada con ello? ¿Durante cuanto tiempo? Si, en relojería y joyería, durante 58 años. 4.- ¿Con que edad comenzó a introducirse en dicho mundo y como consecuencia de que? Comencé a introducirme en el mundo de la orfebrería a los 14 años aproximadamente y básicamente porque era algo que me gustaba, inicié así reparando relojes principalmente ya que joyas habían muy pocas en aquella época, hablamos de los años 40 y 50. 5.- ¿Cómo aprendió las técnicas del oficio?

Aprendí por correspondencia en la academia CCC de San Sebastián (actualmente en Mallorca) los pasos sobre relojería, y joyería posteriormente. Años después, al llegar los relojes automáticos tuve que hacer otro curso, barato y corto. Dichos cursos se realizaron en La Asociación de joyeros de Las Palmas. 6.- ¿Cuáles fueron los primeros pasos dados una vez dentro? Los primeros pasos fueron dados por las tardes aprendiendo de un joyero de Galdar, y cogiendo iniciativa para trabajar por mi cuenta. 7.- ¿Comenzó trabajando junto a algún experto o por su cuenta? Comencé trabajando por mi cuanta ya que me había conseguido el curso de joyería y tenía algo de práctica por los trabajillos hechos con anterioridad. Me fui para La Palma en el año 58 donde instale mi primer taller de reparaciones en joyas y relojes; era el único en esa época que sabia pegar cadenas y fabricar de propia mano pedidos personales en oro y plata, de todos los llanos de Aridane. 8.- ¿Dónde se realizo ese comienzo y durante cuanto tiempo se mantuvo? Comencé como ya dije en La Palma, luego a los 5 años me vine para la aldea por motivos personales y monté mi negocio aquí hasta la actualidad. 9.- ¿Se independizó alguna vez? Si es así, ¿Dónde y por qué?

Me inicié ya al mercado con una independencia puesto que en esa década no había gente que supiera del oficio en Los Llanos de Aridane en La Palma, y mucho menos en La Aldea. 10.- ¿Qué productos ofrecía y como los conseguía? Vendía tanto Relojes de pie, comprados estos directamente a las fábricas de Alemania y Portugal, relojes de campana, automáticos, de cuerda…en fin, todo tipo de relojes que en esa época se encontraban en el mercado. Los que no se conseguían directamente de las fábricas, se traían por medio de los proveedores que nos mostraban relojes suizos, japoneses, etc. Por otro lado vendía también oro y plata, aunque dada la época en la que nos encontrábamos no todo el mundo podía obtenerla. Éstas, ya si que se traían a la tienda directamente de los proveedores, sobre todo de los que procedían de Córdoba, puesto que era esta ciudad una de las principales cunas en metales preciosos. 11.- ¿Trabajó alguna materia prima como el oro o la plata? ¿Dónde se centraba aquí su especialidad? Trabajé a la vez el oro y plata, siendo el oro era mucho mas manejable que la plata, se trabajaba a mano y con soplete (lo que hoy se llama artífice joyero, quedando ya muy pocos puesto que la mayoría de los joyas vienen fabricadas directamente de máquinas). Me centraba así en las cosas echas a mano que la clientela me pedía, especialmente dando formas

muy personales y detallistas a las joyas que en esa época no se fabricaban y actualmente las maquinas tampoco. 12.- ¿Le costo adaptar la tienda a las nuevas tecnologías y mantener una demanda constante?

Costó y bastante, pero poco a poco en esa época se conseguía algo. Evidentemente se vendía menos que hoy, sobre todo si hablamos del oro, pero las tiendas que se centraban en el oficio no se encontraban tampoco muy desarrolladas por lo que no era difícil alcanzar sus ventas. Hoy se vende mucho más, en todos los aspectos. 13.- ¿Cuántos años permaneció activo el local? O por el contrario, ¿Aún continua? El local de la aldea lleva activo 41 o 42 años continuando aún así en marcha. 14.- ¿Intento ofrecerle sus conocimientos a alguien para que este siguiera sus pasos y con el oficio? A mis hijos, dio su fruto. 15.- ¿Qué destacaría a lo largo de toda su trayectoria? Todos los años que supe dedicarme a algo que me gustaba y como en esa época logré buscar y encontrar los medios para hacerlo. 16.- ¿Tuvo alguna experiencia inolvidable? Los años en que estuve trabajando en el estanco en la casa de mi mujer como joyero y relojero allí. 17.- ¿Le gustaría añadir alguna que otra opinión personal? Pues que el cliente, para que todo negocio funcione, tiene que salir predispuesto a volver otra vez. La joyería para mi era un trabajo que me encantaba, innovador, distinto…