Teoria-sociologica Clasica Lectura2

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Módulo 2 Integración y cultura

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  • Mdulo 2 Integracin y cultura

  • 1

    2 Integracin y

    cultura Por qu problematizar la cultura desde la

    sociologa?

    Podra pensarse una sociedad sin cultura? Claramente, la respuesta

    es: no. La cultura posibilita la integracin de una sociedad.

    Generalmente, los integrantes de una sociedad se identifican con una

    cultura determinada. Aunque hay muchas sociedades que son

    multiculturales, la cultura define a una sociedad. No se podra

    explicar el mantenimiento del orden social si no fuera a partir del

    concepto de cultura. Los padres de la sociologa se han referido a

    alguno de sus componentes para explicar cuestiones centrales tales

    como la solidaridad social, la cohesin, la anomia, la accin social o la

    reproduccin de la desigualdad. Ya sea en un sentido crtico o

    funcional, la cultura ha sido objeto de reflexin y estudio para los

    autores que hemos denominado clsicos y a los que ya nos

    referimos en el mdulo 1.

    En el caso de Marx, planteamos la relacin propuesta por l mismo

    entre la estructura y la superestructura, en donde esta ltima

    compuesta por los elementos ideolgicos de una sociedad est

    condicionada por las relaciones presentes en un modo de produccin

    dado, de tal forma que la posicin social de los individuos define su

    conciencia. De esta manera, las instituciones ideolgicas de una

    determinada sociedad (religiosas, polticas, legales, educativas)

    posibilitaran la reproduccin de las relaciones de explotacin de una

    clase sobre otra.

    En el caso de Durkheim, nos hemos referido a elementos culturales

    cuando hablamos del nivel de integracin y regulacin social que

    mantiene la cohesin social, segn lo plantea en la obra El suicidio.

    Coherentemente con esta mirada, el paradigma funcionalista observa

    la cultura en su funcin de consolidar las pautas de conductas que

    son necesarias para el mantenimiento de esa sociedad.

    En el caso de Weber, desarrollamos la explicacin ofrecida por el

    mismo acerca del espritu del capitalismo y su relacin con la esfera

    cultural religiosa: la tica protestante. Debe resaltarse el papel

  • 2

    atribuido por Weber a las ideas, los valores y las creencias, como

    motor de cambio. A raz de esto es que sus explicaciones de la

    modernidad se refieren a una nueva forma de ver el mundo, ya no

    basada en los valores tradicionales, sino en la racionalidad. Incluso al

    explicar el poder y la dominacin, Weber insiste en la cultura como

    constructo explicativo, ya que de acuerdo a su propuesta son las

    creencias las que legitiman el ejercicio del poder.

    Como se puede observar, la cultura an bajo el rtulo de ideologa,

    conciencia, valores, etctera ha sido problematizada desde los

    orgenes de la sociologa y se ha recurrido a la misma para analizar y

    explicar el comportamiento de los individuos en sociedad.

    En el punto siguiente hablaremos de la amplitud del concepto de

    cultura, de las nociones asociadas al mismo y de la relacin entre

    cultura y sociedad.

    Fuente: Freire, 1969, p. 97. Diseo recuperado de http://goo.gl/YaB7aX ltimo acceso: 21/01/2015

    2.1 Cultura. La cultura en el

    discurso comn.

    El concepto de cultura puede resultar amplio y difuso. Dentro de l se

    incluyen nociones tales como ideologa, mentalidad,

    representaciones sociales, imaginario social, doxa y hegemona.

  • 3

    Intentaremos en este primer punto hacer un abordaje inicial del

    concepto, partiendo del origen de la palabra y puntualizando las

    distintas acepciones que, de acuerdo a cada poca, se han otorgado

    al concepto de cultura. En primer lugar, la palabra cultura se asocia a una accin (cultivar)

    y a un estado (cultivado), lo cual en ltima instancia nos remite a la

    idea de un sujeto poseedor de cultura, o de ciertos objetos que

    seran parte de esta.

    Durante el siglo XVIII la cultura, adems de concebirse como un

    concepto totalizante (esto es, en un sentido que va ms all de lo

    personal), estaba asociada a un ideal de vida colectiva. Desde esta

    acepcin, la cultura se constitua en ciertos rasgos histrico-sociales

    que caracterizaban a una nacin y garantizaban la identidad colectiva

    de los pueblos (Fichte, como se cita en Gimnez Montiel, 2005). Tal

    era la funcin de la cultura.

    Al mismo tiempo, se promovan ciertos valores utilitarios, bajo el

    nombre de civilizacin y civilidad, que posean la funcin de

    promover el ideal de progreso material de la burguesa. Este proceso

    civilizador implicaba ciertos tipos de control de la conducta y de las

    relaciones entre los hombres, y se distingua explcitamente de las

    manifestaciones del espritu que se organizaban bajo el concepto de

    cultura. Retomaremos este punto al hablar de orden social.

    Es as como, durante el transcurso del mismo siglo XVIII, la cultura se

    autonomiza, es decir, se desprende de sus funciones y se convierte

    en un campo autnomo. Imaginemos la diferencia entre este nuevo

    tipo de sociedad y las sociedades preindustriales: mientras que en las

    sociedades preindustriales las actividades culturales se desarrollaban

    como continuacin de la vida cotidiana y tenan una funcin

    especfica religiosa, prctica, ceremonial, etctera, en las

    sociedades modernas la cultura aparece desligada de sus funciones,

    como un hecho per se.

  • 4

    A partir de este distanciamiento entre la cultura y sus funciones

    iniciales se constituye el campo cultural como un mbito

    especializado y autnomo. Es importante destacar cmo se separa el

    tiempo destinado al ocio y la actividad cultural del tiempo de trabajo

    destinado a ocupaciones serias. Lo ms notable de este proceso es

    la forma en la que se impone la perspectiva de que la cultura slo

    puede ser obra de una minora que no slo puede disponer del

    tiempo, sino adems que posee cierto gusto particular que le

    distingue del resto.

    En su obra El Sentido Social del Gusto (2010), Pierre Bourdieu intenta

    desmitificar la idea, que forma parte del sentido comn, acerca de

    que el gusto es un acto individual. Bourdieu se propone comprender

    la relacin entre lo econmico y lo simblico a partir de las relaciones

    de clase, pero tambin tiene en cuenta otras formas de poder que

    contribuyen a la diferenciacin social. Es decir, no slo el nivel

    socioeconmico del individuo define la diferenciacin entre clases,

    sino tambin la escuela a la que asiste, los lugares en donde

    vacaciona, las cosas que consume, etctera.

    Sobre gustos no hay nada escrito?

    Piensa en nuestra sociedad: estas actividades

    forman parte de nuestra cotidianeidad?, o acaso

    hay espacios destinados a la experiencia cultural

    tales como museos, teatros o centros culturales?

    El largo NO se puede modificar, el alto SI.

    El largo NO se puede modificar, el alto SI.

  • 5

    Fuente: Imagen extrada de Bourdieu, 2010, http://goo.gl/27BqCS ltimo acceso:

    21/01/2015

    Desde su perspectiva, ningn gusto es un acto individual ni existe la

    creacin intelectual libre. No existe la genialidad del artista o del

    escritor, sino que toda creacin est relacionada a la produccin

    simblica de una poca histrica. Esto implica que los criterios que

    definen una obra artstica como buena o bella son finalmente

    sociales y dependen del momento histrico y el espacio en el cual se

    desarrollan. Al mismo tiempo el gusto, construido socialmente e

    incorporado como una segunda naturaleza, configura una

    predisposicin a que algo guste o no, predisposicin que luego

    desarrollaremos bajo el concepto de habitus.

    En dicho texto Bourdieu analiza minuciosamente las reglas que

    determinan, en cada campo de produccin cultural, qu se considera

    valioso y qu no. Habla de la purificacin de la cultura y de su

    alejamiento del mundo cotidiano como resultado de relaciones

    sociales especficas.

  • 6

    Dice Bourdieu:

    La estadstica revela que el acceso a las obras culturales es el privilegio de la clase culta. Pero ese privilegio tiene todas las apariencias de la legitimidad, puesto que los nicos excluidos son los que se excluyen. Dado que nada es ms accesible que un museo y que los obstculos econmicos apreciables en otros mbitos son all escasos, al parecer se justificara invocar la desigualdad natural de las necesidades culturales. (2010, p.43).

    Bourdieu evidencia que en las clases menos instruidas hay una cierta

    resistencia, quizs inspirada en un sentimiento de ineptitud o de

    incomodidad, a visitar estos lugares lejanos a su cotidianeidad. De

    esta manera, relaciona el gusto ms con la disposicin del sujeto (que

    depende especialmente de la posicin que ocupa) que con

    experiencias de naturaleza individual.

    La autonomizacin de la cultura

    La autonomizacin de la cultura es un proceso que merece nuestra

    reflexin por lo siguiente:

    por una parte, la cultura se aleja de sus funciones iniciales que

    le otorgaban sentido;

    por otra, se separa de las esferas poltica, econmica y

    cientfica, las cuales se vinculan a la nocin de civilizacin;

    finalmente, se impone la idea de que la cultura slo puede ser

    obra de una elite.

    De acuerdo al anlisis de Hugues de Varin (1976 en Gimnez, 2005)

    que, la cultura autonomizada ha ido pasando por diferentes fases, a

    saber: la codificacin, la institucionalizacin y la mercantilizacin.

  • 7

    La codificacin de la cultura

    El objetivo de por esta etapa era el de fijar y jerarquizar valores

    culturales. As, se definen estratos, tal como en el caso de las clases

    sociales, que de manera completamente jerrquica poseen los bienes

    culturales considerados vlidos. La cultura se homologa a las bellas

    artes (arquitectura, escultura, danza, msica, pintura, literatura,

    cinematografa) y representa el conjunto valorado por ser de buen

    gusto, distinguido, legtimo, artstico. En un segundo nivel, se ubica

    la cultura tolerada, es decir, las manifestaciones artsticas que aun

    sin considerarse elementos de distincin se incorporan a la sociedad.

    Ejemplo de la misma es el jazz, que aunque no era considerado

    msica erudita, se incorpor a la sociedad masivamente. Finalmente,

    la cultura marginal incluye elementos no tolerados (o no incluidos

    bajo el rtulo de cultural) que hoy podramos ejemplificar a travs

    de la cumbia villera.

    Lo interesante aqu, y que no debe pasar inadvertido, es que esta

    tipificacin se realiza en funcin de un ideal de valor asociado

    fundamentalmente al cristianismo y a ciertos rasgos culturales

    europeos, que distan bastante de la herencia y realidad

    latinoamericana.

    La Institucionalizacin de la cultura

    La segunda fase se da, segn el autor, a partir de 1900, poca en la

    cual se observa un esfuerzo por parte del Estado por lograr el control

    y la gestin global de la cultura, para lo cual disea instituciones

    poltico-administrativas que le permiten unificar y centralizar la

    cultura. Como indica Gimnez Montiel (2005): en esta fase se

    consolida la escuela liberal definida como educacin nacional

    obligatoria y gratuita; aparecen los ministerios de la cultura como

    nueva extensin de los aparatos de Estado (p. 37).

    Retomaremos este punto al hablar de socializacin.

  • 8

    Mercantilizacin de la cultura

    En esta fase se observa la subordinacin masiva de los bienes

    culturales a la lgica del valor de cambio. La cultura se valora como

    factor de crecimiento econmico y es convertida en mercanca, es

    decir, se somete a la ley de maximizacin de beneficios.

    La mercantilizacin de la cultura provoca, por una parte, la

    desmoralizacin de los creadores y reveladores de la cultura, que se

    convierten en meros operarios de una fbrica de objetos culturales.

    Por otra parte, y por esta misma concepcin fabril de la cultura,

    genera la estandarizacin de todas las culturas a escala internacional.

    Cabe entonces preguntarse en dnde queda la especificidad de la

    cultura como operador de identidad social, de comunicacin y de

    percepcin del mundo.

    2.2 La cultura en la tradicin

    marxista.

    La ideologa representa la relacin imaginaria de los

    individuos con sus condiciones reales de existencia

    (Althusser, 1994, p. 139).

    La tradicin marxista tiende a homologar la cultura a la ideologa,

    ubicndola en el nivel superestructural. Los autores enmarcados en la

    lnea marxista abordan la cultura en funcin de su contribucin a la

    dinmica de la lucha de clases (desde una perspectiva polticamente

    valorativa).

  • 9

    Los aportes de Lenin a la comprensin de la

    cultura

    Lenin, Vladimir Ilich (1870-1924)

    Imagen extrada de Fundacin Wikimedia, http://goo.gl/FV0CsL ltimo acceso 21/01/2015.

    Fue uno de los dirigentes del partido bolchevique desde su

    formacin en 1903; condujo a los soviticos al poder en octubre de

    1917. Fue puesto al frente del gobierno sovitico hasta 1922,

    cuando se retir por problemas de salud. Despus de liderar la

    Revolucin de Octubre, Lenin sirvi como el primer y nico

    presidente de la Repblica Socialista Federativa Sovitica de Rusia

    (RSFSR). En 1919 Lenin fund la Internacional Comunista

    (organizacin Comunista Internacional que gobernaba a los partidos

    comunistas de distintos pases, y cuyo objetivo era luchar por la

    supresin del sistema capitalista, el establecimiento de la dictadura

    del proletariado y de la Repblica Internacional de los Soviets, la

    completa abolicin de las clases y la realizacin del socialismo, como

    primer paso a la sociedad comunista. En sus aos finales Lenin

    escribi sus ltimos artculos donde expone un programa de lucha

    contra la burocratizacin del Partido Comunista y el Estado

    sovitico. Lenin muri el 21 de enero de 1924.

    Fuente: Encyclopedia of Marxism, http://goo.gl/cwvzZ2 (Traduccin propia) ltimo acceso 21/01/2015.

  • 10

    Como es de suponerse, en los escritos de Lenin se plantea la

    determinacin de la cultura por factores extraculturales (las

    condiciones materiales de existencia) y en sus escritos se introduce la

    relacin dominacin-subordinacin en la esfera de la cultura. En

    referencia a la cultura nacional, distingue entre cultura dominante,

    propia de la burguesa; la cultura dominada, caracterstica del

    campesinado tradicional; y elementos de la cultura democrtica

    socialista, caracterstica del proletariado.

    Lenin erige su tesis en contra del populismo de fines del siglo XIX.

    Pensaba que en la etapa prerrevolucionaria la tarea cultural deba

    subordinarse a la instancia poltica, pero que en la fase

    posrevolucionaria la revolucin cultural deba pasar a primer plano.

    La concepcin leninista de la cultura contrasta con el positivismo y el

    relativismo cultural de los antroplogos, en la medida en que se

    inscribe en el contexto abiertamente valorativo de un proyecto

    poltico y social (Gimnez Montiel, 2005, p. 58).

    Para Lenin una cultura era superior a otra en la medida en que

    permita una mayor liberacin de la servidumbre de la naturaleza.

    El aporte fundamental de Lenin en cuanto al tema que estamos

    tratando fue plantear la relacin de dominacin, que mencionamos

    anteriormente, en el terreno de la cultura. Si bien Marx se haba

    referido a tal relacin de condicionamiento al hablar de la conciencia,

    no haba profundizado en la magnitud de su importancia. Lenin, bajo

    el concepto de direccin, y ubicndolo en la esfera de la sociedad

    poltica (Portelli, 1998), instala la idea de hegemona, que luego

    retomar Gramsci para explicar el consenso generado por la sociedad

    civil mediante el control cultural del bloque ideolgico.

  • 11

    Ideologa, Estructura y Material ideolgico en

    Antonio Gramsci

    Gramsci, Antonio (1891-1937)

    Imagen extrada de Fundacin Wikimedia, http://goo.gl/8g6XYL ltimo acceso 21/01/2015.

    Antonio Gramsci naci el 22 de enero de 1891 en Ales, Cagliari, en la isla de Cerdea (Italia). Es uno de los pocos intelectuales surgidos efectivamente en el seno de las clases subalternas que alcanza la categora que el propio Gramsci va a denominar de intelectual orgnico de las clases subalternas, creador de ideologa

    En 1911 se matricul en Filologa Moderna en la Facultad de Letras de Turn, merced a una beca... En 1913 ingres al Partido Socialista Italiano e inici una activa militancia por la causa proletaria...

    Desde marzo de 1922 Antonio Gramsci represent en Mosc- al Partido Comunista Italiano (en el cual se convirtiera el PSI) en la Internacional. En octubre de 1922 se produjo la marcha de Mussolini sobre Roma y la toma del poder por el fascismo. Al ao siguiente, se orden el arresto de Antonio Gramsci [pero fue posteriormente liberado] En 1926 es designado Secretario General del Partido Comunista Italiano y es detenido el 8 de noviembre de 1926 [hasta unos das antes de su muerte, en 1937].

    El fiscal fascista que pidi la condena de Antonio Gramsci aleg que haba que evitar que su mente pensara durante veinte aos. Gravemente enfermo escribir en la crcel una obra que trasciende el marxismo [Los cuadernos de la crcel], y cuya influencia, en la actualidad, abarca las ciencias sociales de todo el mundo

    Muri el 27 de abril [de 1937]. (Sprecher, 2005, pp. 183-184)

  • 12

    Antonio Gramsci fue un pensador clave en la historia de la teora

    marxista porque fue uno de los primeros que, en el marco de dicha

    corriente terica, puso un fuerte acento en los fenmenos ideales,

    sin dejar de lado el materialismo. Particularmente, se enfoc en la

    superestructura, observando los mecanismos mediante los cuales el

    capitalismo era legitimado.

    La pregunta que Gramsci se propone en el siglo XX es: Cmo opera

    la superestructura para sostener el orden capitalista? Para dar

    respuesta a este interrogante, desarrolla dos conceptos a los que

    llama funciones de la superestructura: la sociedad poltica y la

    sociedad civil. La sociedad poltica est constituida por el Estado;

    pero no hace referencia a los gobernantes, sino al Estado como

    fuerza, nico autorizado a utilizar la violencia legtima (ejrcito,

    polica, etc.). Gramsci entiende que si la ley en una sociedad

    capitalista es el reflejo de la estructura, de las relaciones entre

    privilegiados y no privilegiados, entonces el estado detentara la

    violencia a los fines de mantener el orden capitalista establecido.

    Esta accin del Estado fue llamada por Gramsci funcin de coercin.

    Desde la postura gramsciana, la necesidad de detentar la violencia

    por parte del Estado da cuenta de la injusticia del sistema capitalista.

    Por otra parte, bajo el concepto de sociedad civil incluye los

    fenmenos puramente ideolgicos que tienen lugar en instituciones

    tales como las escuelas, las bibliotecas, iglesia, etctera, y que

    ejercen la funcin de consenso. Gramsci entiende que la lucha contra

    el capitalismo ya no pasa por la lucha contra la sociedad poltica, sino

    con la sociedad civil. El logro de consenso por parte de la sociedad

    civil posibilita la hegemona, entendida como un vnculo de

    dominacin aceptada, como una concepcin del mundo compartida,

    como una modalidad de poder, como la capacidad de direccin

    basada en el consenso cultural. Cultura e ideologa configuran,

    entonces, el instrumento privilegiado de la hegemona, por la cual

    una clase social logra el reconocimiento de su concepcin del mundo.

    La cultura entendida de este modo posee una eficacia integradora y

    unificante. Por esta va, la cultura determina la identidad colectiva de

    los actores histrico-sociales.

    Gramsci toma el concepto de hegemona del propio Lenin, pero lo

    explica en trminos de una especie de atraccin que se va dando

  • 13

    entre los intelectuales de las distintas clases, generando as un bloque

    ideolgico. As, los intelectuales de las clases fundamentales captan

    mediante un proceso de transformismo a los intelectuales que

    representan a las clases subalternas. El bloque ideolgico estara,

    entonces, controlado por la clase fundamental, quien dispone de

    materiales y medios que le permiten el manejo de la estructura

    ideolgica (instituciones de difusin de esta ideologa), y del material

    ideolgico (instrumentos utilizados para dicha fusin, tales como las

    bibliotecas, o los medios de comunicacin) (Portelli, 1998).

    La posicin de la clase subalterna y/o dominante determina, segn

    Gramsci, una gradacin de niveles jerarquizados en el mbito de la

    cultura. De tal modo, podemos hablar de formas elaboradas,

    sistemticas y polticamente organizadas de cultura, tales como la

    filosofa o la religin, y de formas menos elaboradas y refinadas, tales

    como el sentido comn o el folklore. Gramsci toma una posicin a

    favor de la elaboracin de la cultura, de la transformacin cualitativa

    de las subculturas folklricas a partir de una reforma intelectual y

    moral, pero insiste en la necesidad de constituir un bloque intelectual

    moral, una gran cultura nacional-popular de contenido crtico y

    sistemtico. Para Gramsci la revolucin se debe pensar a partir de la

    superestructura. Esta es la diferencia fundamental con Marx.

    Clases

    dominantes

    ESTADO IGLESIA ESCUELA PRENSA

    Su objetivo es generar consenso

    para la legitimacin o abolicin

    del orden social establecido.

  • 14

    Fuente: adaptacin de http://goo.gl/SAMq1O ltimo acceso 21/01/2015.

    Para un anlisis crtico de la cultura

    La propuesta de Gramsci, a pesar de haber sido producida en la

    dcada del '30, resulta un encuadre terico valioso y actual para el

    anlisis crtico de la cultura y de la ideologa. Particularmente, el

    esquema terico propuesto por el autor nos permite analizar la

    construccin de consenso mediante el papel de los intelectuales y el

    uso de material ideolgico (como los medios masivos de

    comunicacin, por ejemplo), lo cual se constituye en un tema de

    debate altamente presente en nuestra cotidianeidad.

    Ilustramos, dentro del esquema terico de Gramsci, lo que atae a

    este captulo: la funcin de consenso ejercida por la sociedad civil a

    travs del control del bloque ideolgico.

    (Gramsci, 195, p. 105)

  • 15

    Fuente: elaboracin propia

    Sintetizamos la idea de hegemona clave en este punto, segn explica

    Portelli (1998):

    El aspecto esencial de la hegemona de la clase dirigente reside en su monopolio intelectual, es decir, en la atraccin que sus propios representantes suscitan entre las otras capas de intelectuales () Esta atraccin termina por crear un bloque ideolgico o bloque intelectual- que liga las capas intelectuales a los representantes de la clase dirigente. (p. 71).

    Superestructura

    Sociedad Poltica

    Sociedad Civil

    Funcin de coercin

    Funcin de consenso:

    direccin ideolgica

    de la sociedad

    Estructura

    -IDEOLOGA -ESTRUCTURA IDEOLGICA -MATERIAL IDEOLGICO HEGEMONA

    Vnculo

    orgnico a

    partir de los

    intelectuales

  • 16

    Raymond Williams y los estudios culturales

    Raymond Williams nace en Gales el 31 de agosto de 1921 y es

    considerado el principal referente de la Escuela de Birmingham o

    Estudios Culturales. Tal como otros intelectuales marxistas

    contemporneos de la dcada del 50 y 60, comienza perteneciendo

    al partido comunista, y luego, a partir de ciertas diferencias con el

    sector ortodoxo, se aleja del mismo, concentrndose en el estudio de

    la cultura y en el desarrollo de una historia cultural. La perspectiva

    "marxista culturalista" es uno de sus mayores aportes a la lnea

    crtica, puesto que pone en evidencia las implicaciones de la cultura

    en los procesos histricos y el cambio social (Karam, 2009).

    Desde el punto de vista de Raymond Williams, el motor de cambio

    social est relacionado a la accin orientada por valores, por lo cual

    en su eje de anlisis est la cultura. Retoma entonces los aportes de

    Gramsci y entiende la cultura bajo la idea de consenso, propuesta por

    el autor, refirindose a la hegemona en trminos de una cultura en

    el ms estricto sentido, pero tambin entendida como vvida

    Williams, Raymond (1921-1988)

    Imagen extrada de Fundacin Wikimedia, http://goo.gl/UuvD9f ltimo acceso 21/01/2015.

  • 17

    dominacin y subordinacin de clases particulares (Williams, 1980,

    p. 110).

    De acuerdo con el axioma que maneja, afirma que la cultura popular,

    es decir, los modos de vida de las clases subalternas, son un aspecto

    decisivo para entender las relaciones sociales. Por lo tanto, la

    comprensin de cualquier relacin social implica previamente la

    comprensin de la cultura en la cual tiene lugar. Esto nos permite

    hablar de una sociologa de la cultura.

    Williams aborda como preocupacin original el arte. Su enfoque es

    crtico y entiende la sociedad como distintas formas de distribucin

    de poder. Entre las distintas formas que observa est la economa,

    por ejemplo, pero tambin otras formas ms sutiles tales como las

    diferencias de gnero, etnias e identidades sexuales. La cultura es

    entonces la lente a partir de la cual percibimos las relaciones de

    desigualdad de poder y el objeto de la crtica cultural debiera ser

    evidenciar dichas relaciones.

    Williams se enfoca luego en el hecho de la reproduccin cultural,

    entendida como mantenimiento o estabilidad de pautas culturales,

    afirmando que discutir la reproduccin cultural es sinnimo de

    discutir la reproduccin social (Williams, 1980). Al mismo tiempo,

    recupera la idea de autonoma relativa de las manifestaciones

    culturales, que depende de cun cerca estn las mismas de las

    relaciones de poder. Por otra parte, la autonoma de la produccin

    cultural condiciona la posibilidad de reproduccin: a menor nivel de

    autonoma, mayor reproduccin social (Williams, 1980). Por ejemplo,

    los medios masivos de comunicacin poseeran menor autonoma

    relativa que ciertas reas minoritarias ya que se encuentran

    afectados por las relaciones de poder actuales. Las manifestaciones

    culturales que surgen en los medios, por su escaso nivel de

    autonoma, no daran lugar a ruptura alguna.

  • 18

    Los estudios culturales latinoamericanos

    La propuesta de los estudios culturales desembarca en Amrica

    Latina adquiriendo diferentes orientaciones; por lo cual, definir de lo

    que hoy implica esta lnea no resulta tarea sencilla. Catherine Walsh,

    referente clave de esta perspectiva de pensamiento, se plantea por

    qu resulta necesario hablar de la construccin o articulacin de un

    campo y proyecto intelectual denominado estudios culturales

    (Walsh, 2003, p.12). La respuesta es que los ejes sobre los que se

    sostiene este campo estn vinculados a la necesidad de pensar la

    produccin simblica en relacin a la reproduccin de las

    desigualdades, siendo los estudios culturales un espacio, marco

    terico, crtico pero tambin poltico para dicha reflexin. La cultura

    ya no puede entenderse como el conjunto de costumbres o valores.

    Tampoco puede ser el dominio de una sola disciplina o rea de

    conocimiento, o quedar aislada en la prctica y teora de asuntos

    econmicos, sociales y polticos (Walsh, 2003, p. 12).

    La propuesta de los estudios culturales se sostiene en la observacin

    de la relacin entre la totalidad social y los fenmenos culturales,

    evidenciando la manera en la que el conocimiento est entretejido

    con el poder. Para Walsh, hoy podemos entender el campo de los

    estudios culturales latinoamericanos como una forma de

    pensamiento crtico renovado, que ya tuvo su desarrollo en las

    dcadas del '60 y '70 a partir de la teora de la dependencia (que

    veremos en el mdulo 3), las teologas de la liberacin, la

    investigacin-accin participativa y la pedagoga del oprimido (Walsh,

    2003).

    Ser pertinente esta lnea terica en Amrica Latina? Problematizar los mismos temas? Cules

    sern sus singularidades?

  • 19

    Quienes se dedican a los estudios culturales latinoamericanos, como

    revitalizacin del pensamiento crtico, consideran relevante

    comprender las relaciones ntimas entre cultura, poltica y economa,

    as como considerar otras formas de conocimiento o epistemologas

    fronterizas (Mignolo, 2002), como las promovidas por los

    movimientos indgenas y afro.

    Desde esta perspectiva, los estudios culturales resultan necesarios

    para problematizar las relaciones de poder, la reproduccin de las

    desigualdades y las condiciones materiales de existencia en las cuales

    la cultura se entreteje. Problemticas que son locales pero al mismo

    tiempo globales, reflejo de la actual lgica del capitalismo tardo. A su

    vez, deben repensar las tendencias dominantes en las universidades

    latinoamericanas de adoptar y reinstalar perspectivas eurocntricas

    (Lander, 2000, como se cita en Walsh, 2003)

    La colonialidad y la interculturalidad son, entre otras, problemticas

    particulares de Latinoamrica que no pueden perderse de vista ni

    neutralizarse. Por ello, el desafo estara en demostrar cmo la

    incorporacin de las experiencias histricamente excluidas es

    fundamental para lograr un conocimiento objetivo de los procesos

    culturales.

    Para sintetizar, diremos que el enfoque de los estudios culturales se

    caracteriza por:

    plantear estudios no-eurocntricos;

    dar importancia al anlisis histrico local;

    estimar los valores asociados con las realizaciones

    tecnolgicas y su relacin con otros valores.

    Qu singularidad tiene este abordaje en Latinoamrica?

  • 20

    Fuente de imagen y referencias biogrficas: FETE UGT, http://aulaintercultural.org ltimo acceso 21/01/2015.

    Catherine Walsh

    Es profesora principal y directora del doctorado en Estudios

    Culturales Latinoamericanos de la Universidad Andina Simn Bolvar,

    sede Ecuador, donde tambin dirige el Taller Intercultural y la

    Ctedra de Estudios de la Dispora Afro-Andina. Form parte desde

    sus inicios del proyecto Modernidad y Colonialidad, uno de los ms

    importantes colectivos de pensamiento crtico activos en Amrica

    Latina durante la primera dcada del siglo XXI, impulsado por los

    socilogos Anbal Quijano y Edgardo Lander. Tiene una larga

    trayectoria acompaando los procesos de los movimientos indgenas

    y afrodescendientes en Abya Yala (denominacin kuna de Amrica

    Latina). Ha realizado mltiples publicaciones relacionadas a la matriz

    de-colonial y a la Interculturalidad:

    el problema no es simplemente la exclusin de los afrodescendientes dentro de la construccin de lo andino, sino y ms signicante, el impacto que esta exclusin ha tenido con relacin a la subjetividad, la identidad y el pensamiento y, por ende en el mantenimiento de lo que varios autores se han referido como la colonialidad del poder, del saber y del ser que an se mantiene vigente. (Walsh, 2007, p. 201-202).

    2.3 La concepcin simblica de la

    cultura.

  • 21

    Hemos comenzado el mdulo hablando de la dificultad que implica el

    hecho de definir el concepto de cultura. Una de las causas de dicha

    dificultad radica en la idea de que la cultura es coextensiva a toda la

    sociedad, pero que al mismo tiempo se distingue en un campo

    especfico. En otras palabras, la cultura se extiende a toda la

    sociedad: podemos observar y analizar cultura cada vez que

    hablamos de sociedad. Pero al mismo tiempo entendemos que

    cuando hablamos de cultura hablamos de algo diferente a sociedad,

    de algo que posee una especificidad. Qu la hace diferente?

    La definicin de cultura, luego de recorrer las diferentes

    concepciones identifica la cultura, es la siguiente: la cultura es la

    organizacin social del sentido interiorizado por los sujetos y

    objetivado en formas simblicas, todo ello en contextos

    histricamente especficos y socialmente estructurados (Gimnez,

    2005, p. 85).

    En principio esta definicin puede resultarnos sumamente compleja.

    La revisaremos nuevamente y de manera integral al finalizar el

    mdulo. Intentaremos comenzar el abordaje de la misma

    comenzando por el elemento central que hace a la especificidad de la

    cultura: la posibilidad de simbolizar.

    La cultura como proceso simblico

    Retomando a Clifford Geertz y a John B. Thompson, Gimnez Montiel

    (2005) explica la cultura como los procesos simblicos de la sociedad.

    La cultura se entiende como la organizacin social del sentido

    (Gimnez Montiel, 2005, p. 67). En otras palabras, la cultura estara

    compuesta por todas aquellas pautas de significado transmitidas

    histricamente y a partir de las cuales los individuos pueden

    comunicarse.

    En el sentido extensivo con que aqu lo asumimos,

    siguiendo a Geertz, lo simblico es el mundo de las

    representaciones sociales materializadas en formas

    sensibles, tambin llamadas formas simblicas, y que

    pueden ser expresiones, artefactos, acciones,

    acontecimientos y alguna cualidad o relacin. En efecto,

  • 22

    todo puede servir como soporte simblico de significados

    culturales: no slo la cadena fnica o la escritura, sino

    tambin los modos de comportamiento, las prcticas

    sociales, los usos y costumbres, el vestido, la alimentacin,

    la vivienda, los objetos y artefactos, la organizacin del

    espacio y del tiempo en ciclos festivos, etc. (Gimnez, 2005

    p. 68).

    La cultura se entiende, entonces, como procesos simblicos de la

    sociedad. Dentro de dichos procesos podemos mencionar tres

    problemticas, a saber: de los cdigos sociales, de la produccin del

    sentido y de la interpretacin o del reconocimiento de dicho sentido.

    Para internalizar esta propuesta es necesario comprender que, tal

    como se mencionaba en la definicin con la que comenzamos el

    apartado, estamos hablando de una concepcin de cultura como

    proceso simblico que siempre est enmarcado en un contexto

    socio-histrico que condiciona su produccin. Por tanto, hablar de

    cultura implica hablar de un efecto de sentido que se produce a partir

    del uso de ciertos cdigos y que finalmente adopta su forma de

    acuerdo a la interpretacin que se haga del mismo. Por lo tanto, el

    contexto social en el que tiene lugar dicho proceso maneja sus

    propias reglas de produccin y recepcin, a las que Eliseo Vern

    (1993) llama: operaciones de asignacin de sentido en las materias

    significantes (p. 129).

    Ntese el acercamiento al campo de la comunicacin que envuelve

    esta concepcin de cultura. El carcter ubicuo y totalizador de la

    cultura se observa en el hecho de que la podemos encontrar, bajo

    esta concepcin, en todas las manifestaciones de la vida individual y

    colectiva (de all que la cultura sea coextensiva a la sociedad).

    Por otra parte, comprender la cultura de esta manera pone en

    evidencia la importancia de la cultura como instrumento de

    intervencin y poder, dado que por su carcter totalizador y por su

    posibilidad simblica, posibilita el orden de la conducta colectiva. La

    cultura es, entonces, autnoma porque se rige por una lgica

    semitica propia; pero al mismo tiempo es coherente con su entorno

    y las prcticas culturales se concentran, por lo general, en torno a

  • 23

    nudos institucionales poderosos tales como la iglesia, el estado, los

    medio de comunicacin, que en buena medida administran y

    organizan los sentidos compartidos por los individuos. As, Gimnez

    Montiel (2005) pone en relieve la importancia de estos grupos de

    poder, que no tendran en sus objetivos la uniformidad cultural, sino

    ms bien la administracin y organizacin de las diferencias mediante

    operaciones tales como la hegemonizacin, la jerarquizacin y la

    marginalizacin. Se genera as la exclusin de determinadas

    manifestaciones culturales al mismo tiempo que se introduce cierto

    orden y, por consiguiente, cierta coherencia dentro de la pluralidad

    cultural que caracteriza a las sociedades modernas; se configura un

    mapa cultural en el que subculturas minoritarias, tnicas y

    marginales quedan afuera.

    Mltiples programas infantiles consumidos en gran parte por el pblico

    latinoamericano, se esfuerzan en mostrar la diversidad como un valor

    deseable. Entre sus personajes se pueden enumerar sujetos procedentes

    de distintas clases y etnias conviviendo armnicamente. Esto aparece, a

    primera vista y desde el sentido comn, como un hecho sumamente

    positivo. Sin embargo... cul es el mapa cultural que nos presentan como

    deseable o aceptable?, qu subculturas quedan afuera del mismo?, qu

    estereotipos de cada subcultura muestran? Preguntas que deben ser

    planteadas si nos proponemos una mirada crtica sobre nuestra cultura.

    Fuente: YouTube En: http://goo.gl/EK5fEt. Las imgenes refieren a los programas Milly y Moli (transmitido por Discovery Kids) y Como Hermanos (transmitido por Disney XD).

  • 24

    Con la ambicin de continuar avanzando en la comprensin de la

    nocin de cultura, puntualizaremos aqu algunos de los elementos

    que constituyen la especificidad de la cultura en su esencia sgnica:

    Es artificial, no innata.

    Es convencional, no natural ni absoluta.

    Tiene la capacidad de condensar la experiencia humana pero

    no es un estado originario de la naturaleza humana (Lotman,

    como se cita en Gimnez Montiel, 2005).

    As, si la concepcin antropolgica de la cultura la concibe como las

    costumbres, tradiciones, valores que constituyen el modo de vida de

    un pueblo, mientras que el marxismo la concibe como semejante a

    cierta ideologa o visin del mundo. La concepcin simblica de la

    cultura, en cambio, (retomando la definicin ofrecida al comenzar el

    mdulo) la entiende como un proceso en continua produccin,

    actualizacin, transformacin de modelos simblicos, que se da a

    travs de la prctica individual y colectiva, en contextos

    histricamente especficos y socialmente estructurados. Esta

    articulacin entre el cdigo que permite simbolizar y su contexto de

    produccin y recepcin refuerza la pertinencia de la cultura como

    objeto de estudio para la sociologa.

    As, los abordajes de la cultura que hoy se llevan a cabo son

    mltiples: estudios sectoriales, estudios de culturas dominantes y

    subalternas o estudios dinmicos (enfocndose en la creacin, la

    crtica, la conservacin, la difusin o el consumo de la cultura, entre

    otros).

    Cules son las particularidades de la cultura en su esencia sgnica?

  • 25

    Formas interiorizadas y formas objetivadas de la

    cultura

    Si pensamos en los elementos culturales propios de una determinada

    sociedad, generalmente lo primero que viene a nuestra mente es una

    serie de rasgos observables: su vestimenta, sus comidas tpicas, sus

    fiestas tradicionales, la msica con la que se identifican. Sin embargo,

    estamos dejando de lado lo sustancial de la cultura: las

    representaciones compartidas por ese grupo, las ideologas, las

    actitudes, las creencias, etctera. La concepcin semitica (simblica)

    de la cultura nos obliga a vincularla ms con los actores que la

    internalizan y con lo que internalizan, que con los objetos en s

    mismos. Mientras que la cultura objetivada (en la imagen es lo que

    podemos observar: la vestimenta, los ritos, etc.) es ms accesible,

    ms simple de abordar. Por el contrario, el acceso a las formas

    simblicas interiorizadas (las representaciones, las creencias, etc.)

    resulta de mayor complejidad.

    La obra de Berni, Campeones de barrio (1954), como tantas otras,

    ilustra las culturas de infancia, los juegos, la vida cotidiana,

    elementos de la cultura objetivada. Sin embargo, y por la

    maestra del artista, es posible interpretar tambin elementos de

    la cultura internalizada tales como la particularidad de los

    vnculos, las pasiones, los valores comunes.

    Recuperado de: Educar, http://goo.gl/kdBezS. ltimo acceso 21/01/2015.

  • 26

    Se proponen dos marcos fundamentales para poder abordar la

    cultura interiorizada: la teora del habitus, de Pierre Bourdieu y la

    teora de las representaciones sociales, de Serge Moscovici.

    El habitus: Pierre Bourdieu

    La teora propuesta por Pierre Bourdieu intenta dar respuesta a la

    pregunta sobre el porqu de los comportamientos sociales,

    superando la separacin objetividad/subjetividad. Es decir, por un

    lado, reconoce que las estructuras objetivas tienen una importancia

    decisiva en la explicacin de las acciones, pero al mismo tiempo

    acepta que la propia estructura est construida por las prcticas

    sociales. La sociedad es, entonces, por una parte, un conjunto de

    obras, producto de la accin de los hombres, que se denomina lo

    social hecho cosa; pero, al mismo tiempo, lo social est en los

    cuerpos porque es como una segunda naturaleza aadida a la

    naturaleza biolgica (Gutirrez, 1994).

    Por una parte, las condiciones objetivas del individuo inciden en la

    construccin de las representaciones a partir de la cuales luego ste

    acta. Es decir, no slo estamos hablando de las condiciones

    socioeconmicas del individuo, sino tambin de las ideas que circulan

    en su entorno, las costumbres que observa e internaliza, los valores

    propios de su mbito; en definitiva, su cultura (siempre ligada a la

    posicin que ocupa en la sociedad). A esta cultura internalizada, que

    se configura en disposiciones para actuar, percibir, sentir, valorar,

    Bourdieu la denomina habitus, lo social hecho cuerpo. El habitus,

    como disposiciones durables y transferibles, funciona como

    principios generadores y organizadores de representaciones y de

    prcticas sociales.

    Cmo analizar la cultura desde este paradigma?

  • 27

    Algunas precisiones acerca del habitus:

    Son disposiciones, tendencias, inclinaciones a percibir, sentir,

    actuar de una manera en lugar de otra, aunque no somos

    conscientes de ello.

    Adquirimos el habitus en funcin del lugar que ocupamos,

    socialmente hablando.

    El habitus se traslada a travs del tiempo, aunque cambien las

    condiciones del mismo; por eso es que se habla de una

    historia hecha cuerpo.

    El habitus condiciona las prcticas pero no implica su

    determinacin, es decir, no es causa de las acciones.

    Los habitus son disposiciones durables, trasladables a infinitas

    situaciones. Llevamos nuestro habitus a donde vamos.

    El habitus no es inmutable (a pesar de ser durable). Se puede

    modificar (aunque no significativamente) a partir de la

    estructura de las nuevas situaciones en las cuales

    participamos.

    Fuente: Elaboracin propia sobre la base de caricatura extrada de Velasco

    Reguero, http://goo.gl/tsjDV5 ltimo acceso 21/01/2015.

  • 28

    La teora de las representaciones sociales: Serge

    Moscovici

    Las representaciones sociales pueden entenderse como un

    conocimiento instalado en el sentido comn, que es un conocimiento

    prctico ya que est presente en las decisiones y actitudes de las

    personas hacia la realidad circundante. Moscovici sostiene que las

    cosas materiales llegan a ser importantes realmente para las

    personas incluso al punto de condicionar su accin cuando se han

    convertido en ideas o creencias. De all su inters en estudiar estas

    ideas y creencias. As, las representaciones sociales son entendidas

    como tipos de creencias paradigmticas, organizaciones de

    creencias, organizaciones de conocimiento y lenguaje (Moscovici y

    Markov, 1998, p. 140)

    Para Moscovici las representaciones sociales cumplen la funcin de

    elaboracin de los comportamientos y de comunicacin entre los

    individuos. A travs de las representaciones sociales las personas

    podran aprehender la realidad e integrarse a la misma. Por ello,

    entiende a las representaciones como un corpus organizado de

    conocimientos y una de las actividades psquicas gracias a las cuales

    los hombres hacen inteligible la realidad fsica y social, se integran en

    un grupo o en una relacin cotidiana de intercambios. De tal forma,

    nuestra interpretacin de los objetos y hechos estara condicionada

    por las representaciones previas que tenemos sobre los mismos y

    sobre el contexto en el que estamos inmersos.

    Segn la teora de Moscovici, las representaciones tienen un carcter

    dinmico. Por un lado habra representaciones hegemnicas, las

    cuales, estando constituidas, coaccionan a los individuos. Por el otro,

    ciertas representaciones seran constituyentes por ser productoras de

    nuevas significaciones (Castorina y Kapln, 1998).

    Podemos observar en este aspecto un punto de encuentro con la

    propuesta de Bourdieu, cuando se refiere al habitus como estructura

    estructurada y estructurante.

  • 29

    Dicho lo anterior, podemos afirmar que la posicin socioestructural y

    material que ocupan los sujetos define su lectura de la realidad social

    y condiciona su visin de la misma. Al respecto, Jodelet (1984)

    advierte que lo social est presente tanto en el contexto en que se

    sitan los grupos o individuos, como en la comunicacin que se

    genera entre ellos y en los cdigos, valores, ideologas propios de las

    posiciones sociales a las que pertenecen. El conocimiento que

    configura las representaciones sociales se constituira, entonces, a

    partir de las experiencias as como de las informaciones y modelos de

    pensamiento que recibimos y transmitimos a travs de la tradicin, la

    educacin y la comunicacin social. De este modo, ese

    conocimiento es en muchos aspectos un conocimiento socialmente

    elaborado y compartido (Jodelet, 1984, p. 473).

    En otras palabras, Moscovici plantea la necesidad de reconocer la

    influencia del entorno en la constitucin de las representaciones; de

    all, su carcter social. Una vez formadas las representaciones, estas

    mismas tienen un carcter condicionante de las nuevas

    representaciones que formaremos: nuestras representaciones

    tambin son instituciones que compartimos y que existen antes de

    que accedamos a ellas. Formamos nuevas representaciones a partir

    de las anteriores o contra ellas (Moscovici y Markov, 1998, p. 124).

    2.4 Socializacin

    Por qu hablar de socializacin en este mdulo? Comprenderemos

    el concepto de socializacin como el proceso de incorporacin de la

    cultura por parte de los sujetos a partir de su experiencia. La

    De qu manera se construyen las representaciones sociales y qu impacto tienen en nuestra vida

    cotidiana?

  • 30

    socializacin comienza a partir de los primeros das de vida y dura

    toda la vida, pero los primeros aos de vida del sujeto son

    fundamentales. A este proceso inicial de socializacin se le denomina

    socializacin primaria, y es trascendental para la constitucin de la

    personalidad del individuo.

    Escuela, familia e iglesia eran consideradas instituciones claves de la

    modernidad dado que a partir de un claro proceso de socializacin

    marcaban las subjetividades y, en consecuencia, integraban al

    individuo a la vida civilizada. Eran principalmente estas instituciones

    las que estructuraban la sociedad, al tiempo que enmarcaban la vida

    de los sujetos. Retomaremos esta idea al hablar de control social.

    El nuevo modelo de sociedad en el que estamos inmersos

    actualmente presenta una serie de cambios en relacin con dichas

    instituciones. Mientras que la sociedad industrial implicaba para el

    individuo un marco regulatorio en el cual el hecho de pertenecer a

    cierta familia clase y sexo defina su modo de vida y sus condiciones

    de existencia, la sociedad postindustrial, en cambio, provoca una

    desregulacin de dicha existencia. Pensamos, entonces, en un sujeto

    autorreferencial (Tiramonti, 2010), que carece del sistema de

    referencias, normativo, que la sociedad industrial ofreca. De acuerdo

    con esto, las instituciones habran perdido la capacidad de marcar las

    subjetividades y estaramos asistiendo al paso de una sociedad que

    integra, mediante un proceso de sper socializacin de los agentes a

    travs de diferentes agencias socializadoras (familia, escuela, iglesia),

    a una sociedad de individuos subsocializados y anmicos (Tenti

    Fanfani, 2002, como se cita en Tiramonti, 2010, p. 6).

    La familia como agente de socializacin

    En particular, la familia como institucin presenta caractersticas

    notablemente diferentes. Como afirma Tiramonti (2005), los cambios

    en la familia han sido analizados con un dejo de nostalgia debido a la

    prdida del orden patriarcal. Diversos autores hablan de la

    imposibilidad que tiene la familia actual para cumplir con su funcin

    de socializacin primaria. A partir de ello se hace un reclamo a las

  • 31

    familias para que reasuman su funcin de autoridad y de

    socializacin primaria de sus hijos de modo de restituir la capacidad

    familiar de regular los comportamientos de sus hijos (Tiramonti,

    2005, p. 9). Sin embargo, la actualidad nos muestra una forma

    diferente (en realidad, mltiples formas) de configuracin familiar.

    Como indica Klein (2013):

    La familia nuclear transmita un orden. Pero la familia de hoy no es desordenada, ni frgil, ni inestable, ni desestructurada, ni se desintegra, pero s es ambigua. Quizs precaria. Pero todo es precario hoy La familia antes no se interrogaba sobre s misma. Hoy lo hace. La familia, ya lo indicamos, es un enigma para s misma. (p. 96).

    El hecho es que la familia actualmente encuentra nuevas formas (a

    veces, con grandes dificultades) de socializar en un marco de vasta

    ambigedad. La comprensin de la dificultad experimentada por la

    familia y la escasa presencia de otras instituciones en su rol

    socializador constituyen un punto de anclaje sobre el aspecto que a

    continuacin desarrollaremos: el control social y la desviacin.

    La escuela como agente de socializacin

    El caso argentino nos servir como ejemplo para ilustrar este punto.

    Si nos trasladamos a los orgenes de la educacin pblica en

    Argentina, podremos observar que el Estado, a travs de la misma,

    buscaba homogeneizar a la sociedad. Al tiempo que administraba,

    gestionaba y financiaba la educacin, provea un sentido que se

    pretenda universalista (Tiramonti, 2010, p. 17) y que era entendido

    como propio de la cultura civilizada en oposicin a la barbarie. La

    escuela, por lo tanto, se ocupaba de transmitir o, an ms, de

    imponer esta cultura que se entenda como el conjunto de valores,

    principios y creencias en los que se fundamentaba la comunidad.

    De tal forma, la escuela puede entenderse como una institucin

    socializadora ya que se ocupa de la formacin de las subjetividades

    en un determinado patrn cultural y normativo que regula las

    relaciones entre los sujetos (Tiramonti, 2010). As, quien puede

    incorporarse al patrn civilizador convirtindose en ciudadano es

  • 32

    quien ostenta un comportamiento social que implica la aprobacin e

    incorporacin de un conjunto de normas socialmente establecidas,

    clasificadas y definidas como modelo a seguir.

    La escuela que conocemos hoy se invent con varios propsitos y atribuciones, en el contexto de la consolidacin de una sociedad moderna, burguesa, democrtica y capitalista. Se configur a partir de discursos y prcticas especficas de disciplina, clasificacin, dominacin y jerarqua. (Pooli, 2009, p. 161).

    Concebida de esta forma, la escuela transformaba los valores en

    normas y las normas en personalidades. La educacin deba asegurar

    simultneamente la integracin de la sociedad y la promocin del

    individuo (Dubet y Martuccelli, 1997, p. 12). Retomaremos este

    argumento en el punto siguiente.

    2.5 Desviacin y control social.

    Comenzamos el mdulo indicando que la cultura permite la

    integracin de una sociedad. Asimismo, identificamos las diferentes

    perspectivas tericas acerca de la cultura. Retomamos esta idea

    porque, aunque sintetizaremos los conceptos centrales en torno al

    concepto de control social y de desviacin, no podremos

    comprenderlo si no es en relacin a lo expuesto precedentemente.

    Por ejemplo, podemos decir que ya hemos hablado de control social

    cuando, enmarcndonos en la propuesta de Marx, nos referimos a la

    dominacin ejercida por una clase sobre la otra; tambin cuando

    explicamos el concepto de hegemona de Gramsci.

    Cuando se habla de control social, se hace referencia a una forma de

    presin social informal y difusa que tiene como objetivo evitar la

    conducta desviada (Macionis y Plummer, 1999, p. 207). Desde las

    alabanzas o crticas de un grupo sobre los comportamientos de sus

    miembros hasta una condena penal, todos estos aspectos forman

    parte de los mecanismos de control de una sociedad.

  • 33

    Mediante el control social se procura la obediencia a ciertas normas y

    regulaciones, explcitas o implcitas, aceptadas en una sociedad y que

    posibilitan el mantenimiento del orden de los individuos y su vida

    organizada. A la transgresin de dichas normas se le llama desviacin,

    siendo la ms extrema el delito, debido a que implica que la norma

    transgredida posee el carcter de ley.

    El concepto de orden social requiere, as como los dems conceptos

    que hemos trabajado, un tratamiento analtico que permita enfocarlo

    desde diferentes posturas tericas en vista de romper con las ideas

    que componen nuestro sentido comn, persiguiendo as el objetivo

    de la sociologa.

    Algunas preguntas orientarn nuestra reflexin:

    Si planteamos la desviacin desde el paradigma funcionalista,

    encontraremos beneficios en relacin con la misma; esto es porque a

    partir de la condena del hecho desviado la norma transgredida se

    refuerza y, como resultado, el sistema de cohesin social se solidifica.

    Si, en cambio, analizamos la desviacin desde el paradigma del

    conflicto, denunciaremos que todo hecho que intente transgredir el

    orden social establecido, en busca de terminar con la opresin de

    una clase sobre otra, ser considerado desviado y, por lo tanto

    condenado, dado que atenta contra los intereses de las clases

    dominantes. Si pensamos ahora la desviacin desde el paradigma de

    la accin, deberemos detenernos en las particularidades de cada

    cultura, en los sentidos atribuidos a la accin, y destacar el carcter

    relativo que tiene la desviacin en funcin del grupo social en donde

    tiene lugar.

    Quin define las normas o conductas consideradas normales? Cmo se construye la legislacin que

    nos regula? Qu posicin ocupan los individuos considerados desviados?

  • 34

    La escuela como agente de control social

    Nuevamente nos detenemos en el rol de la escuela como institucin

    educativa fundamental de la sociedad. No es casual que la educacin

    y la escuela sean objetos de anlisis de diferentes autores que hemos

    aqu trabajado: Durkheim, Borudieu, Bauman, entre otros.

    Orden, disciplina, ciudadana y civilizacin son conceptos entretejidos

    para definir el sentido que la escuela tena en sus comienzos y que

    an puede encontrarse en las representaciones sobre lo que esta

    institucin debe ser. La incorporacin de dicha cultura en los

    individuos y la formacin de la personalidad a partir de dichos

    valores, principios y creencias implicaban la conformacin de

    identidades propicias para la vida civilizada. La escuela es, entonces,

    tal como la define Elas (1997, como se cita en Pooli, 2009), una

    institucin civilizatoria, porque forma las subjetividades en un

    determinado patrn cultural y normativo que regula las relaciones

    entre los sujetos.

    La escuela ha estado, as, asociada a la creacin de este espacio

    comn: por una parte, era portadora de una propuesta universalista,

    hacindose eco de los valores, principios y creencias en los que se

    basaba la comunidad a la que deban incorporarse las nuevas

    generaciones. Por otra parte, funcionaba como dispositivo de

    regulacin social y, en consecuencia, como instrumento de

    gobernabilidad (Tiramonti, 2005).

    Por lo dicho hasta el momento, podemos entender que el Estado ha

    sido una figura clave para construir el sentido tanto de los individuos

    como de las instituciones; entre ellas, la escuela.

    Habindose asignado a la escuela el rol socializador y civilizador

    desde su origen, sta hizo posible la imposicin de una visin del

    mundo homognea, alrededor del ejercicio de la democracia y la

    participacin en la nacin (Vila, I. Casares y Casares, 2009). Esta idea

    dejaba afuera cualquier singularidad. Lo particular o diferencial de

    cada familia o subgrupo se consideraba perteneciente al mbito

    privado y no era contemplado en el marco de la escuela.

  • 35

    De esta forma el carcter socializador de la educacin escolar se fij

    en el imaginario social, pasando a exigir que la escuela asumiera

    efectivamente ese papel de formacin del ciudadano,

    principalmente en relacin al comportamiento social (Pooli, 2009, p.

    161). As, se le asignaba a esta institucin un carcter que exceda el

    mbito de lo pedaggico y se trasladaba al mbito de lo poltico.

    La escuela contaba con una legitimidad que, adems de

    fundamentarse en la idea de la adquisicin de comportamientos

    asociados a lo bueno y lo correcto y, por lo tanto, opuesta a la

    barbarie, tambin se asentaba en el otorgamiento de valores

    evaluados como superiores porque implicaban la posibilidad de

    movilidad social ascendente. Sin embargo, es necesario observar que,

    tal como afirma Tiramonti (2010), los fenmenos de desempleo

    estructural, poblacin marginal y retiro del estado, erosionaron el

    marco normativo comn. La escuela, as como las dems

    instituciones, dejan de poseer el lugar de referentes universales y

    deben construir su sentido en permanente dilogo con la comunidad

    en la cual se insertan; por lo tanto, es lgico que se perciba como

    espacio en donde diferentes concepciones de orden se enfrentan.

  • 36

    La idea de orden social en Norbert Elas

    La obra de Norbert Elias recorre el proceso civilizador. Cuando analiza

    la sociedad cortesana francesa detecta singularidades que le

    permiten explicar cmo y a partir de qu formas de interaccin tuvo

    lugar dicho proceso.

    El autor identifica tres tipos de control que se valoran como

    indicadores de desarrollo (y, por ende, de civilizacin) de las

    sociedades: por un lado, el control de la naturaleza por parte de los

    hombres, lo cual resulta posible a partir de la tecnologa; por otro

    lado, el control de las relaciones entre las personas posibilitado por la

    organizacin formal; y, finalmente, el control que el individuo ejerce

    Elas, Norbert (1897-1990)

    Nacido en Breslau el 22 de junio de 1897. Muri el 1 de agosto de 1990. Estudi filosofa y luego se inclin por la sociologa por considerarla un campo ms cercano a la realidad. Luego de abordar otros temas, Elas comenz su estudio de la sociedad cortesana francesa, terminando la versin original de su trabajo en 1933. Ms tarde, el rgimen nazi lo obligara a emigrar desde Alemania a Francia y queda marginado del crculo intelectual por largos aos. En 1937, instalado en Londres, dio luz a su libro Sobre el proceso de civilizacin. Trabaj en la educacin para adultos hasta que en 1954 pudo ingresar a dar clases en la universidad (Weiler, 1996). Su obra, en la cual reflexiona sobre el carcter de lo pblico y lo privado, la represin, tabes y la cultura desde un modelo que trabaja una trada entre Karl Marx, Sigmund Freud y Max Weber, adquiri tardamente gran trascendencia.

    Fuente: Imagen extrada de Norbert Elias Fundation, http://goo.gl/C4hLwy ltimo acceso 21/01/2015.

  • 37

    sobre s mismo, cuidando, por ejemplo, el modo de expresar las

    emociones y restringiendo la violencia (Tenti Fanfani, 2009).

    Pensemos, para ejemplificar este punto, en soldados que de repente

    se incorporan al mundo cortesano.

    Por esta razn la idea de civilizacin es asociable a la de disciplina:

    valores y normas refinadas que alcanzan a todos, presin y represin

    sobre la emotividad y los impulsos, importancia de la conciencia

    moral que regula la accin, todo en vista de posibilitar la organizacin

    social. El orden social, desde el punto de vista de Elas, tendra as un

    carcter no intencional y sera independiente de las voluntades,

    intenciones y conciencia de los individuos que componen la sociedad.

    Este punto de vista supone postular una especie de carcter

    alienado del orden en relacin con las conciencias individuales

    (Tenti Fanfanti, 2009, p. 14). El orden social instituido se impone al

    individuo a partir de estructuras, recursos, sistemas normativos,

    tradiciones que el hombre no construye ni puede controlar, al menos

    a nivel individual y a corto plazo.

    El sistema de control social

    Se denomina sistema de control social a las instituciones encargadas

    de dar una respuesta formal al delito (como la polica, los tribunales,

    los correccionales y las crceles), o a aquellas encargadas de

    prevenirlo o evitarlo (como las redes de trabajo social y psiquitrica).

    Tambin se pueden incluir bajo esta denominacin los circuitos de

    cerrados de televisin, los guardias y todo medio dispuesto para un

    fin semejante (Macionis y Plummer, 1999).

    Nuevamente, apelamos a la mirada crtica del estudiante en torno a

    cuestiones arraigadas en nuestro sentido comn. Las instituciones

    carcelarias, por ejemplo, provocan opiniones controvertidas tanto

    entre los intelectuales como en la opinin pblica. La referencia

    infaltable en este caso es el texto de Michel Foucault Vigilar y

    Castigar (1977), en donde el autor afirma que el sistema carcelario

    moderno, lejos de solucionar el problema de la delincuencia, lo

    agravaba. Al mismo tiempo, traza un paralelismo entre la prisin y la

    escuela, identificando la similitud de los mecanismos disciplinares

    utilizados en ambos casos para el control de los cuerpos.

  • 38

    En suma, el arte de castigar, en el rgimen del poder disciplinario, no tiende ni a la expiacin ni aun exactamente a la represin. Utiliza cinco operaciones bien distintas: referir los actos, los hechos extraordinarios, las conductas similares a un conjunto que es a la vez campo de comparacin, espacio de diferenciacin y principio de una regla que seguir. Diferenciar a los individuos unos respecto de otros y en funcin de esta regla de conjunto ya se la haga funcionar como umbral mnimo, como trmino medio que respetar o como grado ptimo al que hay que acercarse. Medir en trminos cuantitativos y jerarquizar en trminos de valor las capacidades, el nivel, la "naturaleza" de los individuos. Hacer que juegue, a travs de esta medida "valorizante", la coaccin de una conformidad que realizar. En fin, trazar el lmite que habr de definir la diferencia respecto de todas las diferencias, la frontera exterior de lo anormal (la "clase vergonzosa" de la Escuela militar). La penalidad perfecta que atraviesa todos los puntos, y controla todos los instantes de las instituciones disciplinarias, compara, diferencia, jerarquiza, homogeiniza, excluye. En una palabra, normaliza. (Foucault, 2002, p. 169-170).

  • 39

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