TEOLOGÍA DEL CONTENTAMIENTO SEGÚN FILIPENSES 4:10-13 Y …
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UNIVERSIDAD SEMINARIO EVANGÉLICO DE LIMA Programa de Complementación Curricular en Teología
Trabajo de Investigación
“TEOLOGÍA DEL CONTENTAMIENTO SEGÚN FILIPENSES
4:10-13 Y SU APORTE EN LA SATISFACCIÓN PERSONAL DEL
CREYENTE DE HOY”
Para optar el grado académico de:
Bachiller en Teología
Presentada por:
JORGE ALEX APOLINARIO NUÑEZ
ROSVELL SANTIAGO QUISPE LIZANA
Lima, mayo 2020
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Índice
Portada ...................................................................................................................................... i
Índice ........................................................................................................................................ ii
Resumen .................................................................................................................................. iii
Abstract ................................................................................................................................... iii
Introducción .............................................................................................................................. 4
Capítulo I
Planteamiento del Problema de Investigación ......................................................................... 5
Descripción de la Realidad Problemática ................................................................................. 5
Preguntas de Investigación ....................................................................................................... 6
Justificación de la Investigación ............................................................................................... 6
Objetivos de la Investigación .................................................................................................... 7
Delimitación de la Investigación ............................................................................................... 7
Capítulo II
Marco Teórico ........................................................................................................................... 8
Bases Teóricas ........................................................................................................................... 8
La Teología sobre el Contentamiento según fil. 4:10-13 implica el Reconocer a Dios, como
aporte para la satisfacción personal del creyente de hoy. ......................................................... 13
La Teología sobre el Contentamiento según fil. 4:10-13 implica Depender de Dios, como
aporte para la satisfacción personal del creyente de hoy. ......................................................... 15
La Teología sobre el Contentamiento según fil. 4:10-13 implica Seguridad en Dios, como
aporte para la satisfacción personal del creyente de hoy. ......................................................... 19
Definición de Conceptos .......................................................................................................... 23
Capítulo III
Metodología de Investigación ................................................................................................. 27
Diseño y Enfoque Metodológico ............................................................................................. 27
Procedimiento de Muestreo .................................................................................................... 27
Técnica de Instrumentos ......................................................................................................... 27
Cronograma de Actividades ................................................................................................... 28
Aspectos Éticos ........................................................................................................................ 28
Conclusiones ............................................................................................................................ 29
iii
Referencias Bibliográficas ...................................................................................................... 30
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Resumen
En este estudio, veremos el tema del contentamiento desde el punto de vista de Pablo en el
contexto de su carta a los filipenses en el capítulo cuatro, versículos del diez al trece. Después de
realizar una exégesis del pasaje mencionado, propondremos un estilo de vida en base al
contentamiento que llevará al cristiano (miembro de una iglesia) a redefinir su discipulado en
Cristo y en base a su contentamiento lograr una salud espiritual que se verá reflejada también en
su salud física, libre de toda presión de la sociedad, libre del estrés ocasionado por la falta de
contentamiento.
Palabras claves: Contentamiento, dependencia, seguridad, conocimiento de Dios.
Abstract
In this study, we will look at the issue of contentment from Paul's point of view in the
context of his letter to the Philippians in chapter four, verses ten to thirteen. After performing an
exegesis of the mentioned passage, we will propose a lifestyle based on contentment that will
lead the Christian (member of a church) to redefine his discipleship in Christ and based on his
contentment achieve spiritual health that will also be reflected in his physical health, free from
all pressure from society, free from the stress caused by lack of contentment.
Key words: Contentment, dependency, security, knowledge of God.
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Introducción
En este trabajo veremos inicialmente uno de los problemas que está viviendo nuestra
comunidad eclesial, particularmente los creyentes de nuestra iglesia hoy en día. El descontento y
la depresión son muy notorias en los diversos círculos evangélicos. El creyente de hoy en día ha
perdido el contentamiento. Veremos entonces cuales son las causas, y a la luz del pasaje bíblico
de la carta a los Filipenses, en el capítulo cuatro, versículos del 10 al 13, analizaremos la teología
que nos muestra el apóstol Pablo en cuanto al “Contentamiento”.
El “Contentamiento” que podemos observar como ejemplo de vida en el apóstol Pablo
está basado en tres principios: en el conocimiento de Dios, en la dependencia de Dios, y en poner
nuestra seguridad en Dios. Estos principios son bíblicos y eternos, y nos ayudarán a vivir en un
contentamiento sincero y concreto, con gozo en el corazón y una paz que sobrepasa todo
entendimiento; dos virtudes que provienen de Dios mismo y que nos permitirá vivir con
contentamiento cualquiera sea nuestras circunstancias.
Para este trabajo hemos realizado una investigación exegética del pasaje bíblico; se ha
recurrido a material bibliográfico sobre el mismo; se ha consultado a varios autores al respecto y
también una entrevista a un experto teólogo, pastor y misionero, como además un testimonio
documentado de un cristiano de 104 años en un programa televisivo de cómo se puede vivir con
contentamiento en medio de las circunstancias más adversas para una persona de esa edad.
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Capítulo I
Planteamiento del Problema de Investigación
Descripción de la Realidad Problemática
Vivimos en una sociedad agitada, envuelta en una vorágine de actividades en pro de la
realización personal, del progreso individual, de alcanzar metas y objetivos para lograr el éxito o
lo que entendemos por éxito. Toda esta actividad refleja nuestra concepción de la vida y lo que
consideramos valioso para nosotros. En el ámbito escolar, cada padre lucha y hace lo posible por
brindarle la mejor educación a sus hijos; en el ámbito universitario cada quién busca la “mejor”
universidad para estudiar una carrera que después al ejercerla le pueda dar la posibilidad de vivir
holgadamente; así mismo en el ámbito laboral cada quién busca el mejor puesto, el ascenso, los
mejores ingresos económicos; y casi siempre es en pro de tener una vida “cómoda”. Todo lo que
hacemos apunta a ello. La gente entiende por comodidad el tener posesiones, como una buena
casa, un buen auto, un buen trabajo o empresa; entiende por comodidad el no tener problemas o
tener los recursos económicos para solucionarlos si es que los hay; como por ejemplo si se
padece de una enfermedad, es cómodo poder atenderse en una clínica y no en un hospital, si
necesito alguna herramienta o artículo, es bastante cómodo poder adquirirlo en un buen centro
comercial; si se requiere vestido, alimento o entretenimiento; es bastante cómodo poder adquirir
ropa nueva y renovarla cada corto tiempo, comprar en un supermercado o salir a comer a un
restaurante bastante seguido, entretenerse viajando por el mundo, etc.
Todas esas actividades no son malas en sí, pero el problema es que nuestra sociedad no
está conforme con lo que tiene y siempre quiere más. Los que ya tienen trabajo desean un mejor
trabajo, nunca están contentos con el sueldo que perciben, quisieran un poco más. El que vive en
una choza, desea poder vivir en un departamento, el que vive en un departamento desea tener una
casa, el que tiene casa, desea tener otra casa como una casa de playa y/o de campo, y así
sucesivamente. Esta disconformidad con la que se vive abarca todas las áreas de nuestra vida.
Lamentablemente esta manera de pensar y de ver la vida, también se observa en el
creyente de hoy. Tal vez influenciado por la sociedad donde se vive e interactúa, hoy en día
también observamos el mismo problema en el creyente (miembro) de nuestras congregaciones.
Es que no se puede separar la vida cotidiana de la vida de fe que debe tener un seguidor de
Cristo, y el creyente de hoy también desea, anhela, lucha por conseguir más y más pero
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apartando sus ojos de Cristo se centra en las cosas terrenales. No solo se observa en el ámbito
personal laboral, sino que también en el servicio al Señor; el ujier aspira algún día a ser diácono,
el pastor de jóvenes desea llegar a ser en algún momento el pastor titular, y el pastor titular desea
llegar a ser el pastor de la región, etc. Siempre hay algo más que queremos ser, siempre hay algo
más a qué aspirar. Como ya lo hemos mencionado, no hay nada de malo en todo ello, el
problema es la falta de contentamiento que uno tiene respecto a lo que el Señor nos ha dado o
nos está permitiendo vivir.
Decimos que es un problema, porque la falta de contentamiento, en nuestra sociedad,
conlleva a tener un estilo de vida cargada de una ambición descontrolada, una vida egoísta, de
envidia, de discriminación y otros males más. Ese estilo de vida trae como consecuencia
frustración, estrés, apatía, etc.
Así mismo en la iglesia el creyente que tiene falta de contentamiento, sufre los mismos
males. Se frustra cuando las cosas no salen como él quería, cuando sus planes no resultan; se
estresa porque después de tanto “servicio” no obtuvo lo que quiso y no ve ni siente que tenga
alguna recompensa por ello; se convierte en un cristiano apático, ya no encuentra satisfacción en
la oración ni en la vida devocional. Su relación con Dios se ve resquebrajada y peligra su fe.
Pregunta de Investigación
La descripción de la realidad nos permite plantearnos la pregunta: ¿De qué manera la
teología sobre el contentamiento según filipenses 4:10-13 es un aporte para la satisfacción
personal del creyente de hoy?
Justificación de la Investigación
Es necesario entender la teología sobre el contentamiento que tenía y practicaba el apóstol
Pablo y esto lo podemos encontrar en la carta que él escribe a la iglesia que se encontraba en
Filipo. De manera puntual en el pasaje del capítulo 4, versículos del 10 al 13. El conocimiento y
entendimiento de esta teología sobre el contentamiento definitivamente ayudará al creyente de
hoy que ha perdido el horizonte del propósito divino para su vida y vive arrastrando los
problemas que trae la falta de contentamiento.
Es una teología que trasciende al tiempo y a cualquier barrera cultural. Pablo nos muestra
como en diferentes circunstancias, él había aprendido a estar contento. Esto es de enorme
beneficio ya que al proponer una teología del contentamiento para el creyente, este redirigirá sus
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prioridades, sus fuerzas, sus actividades y todo ello contribuirá a una salud espiritual, que se verá
reflejada en su salud mental y por supuesto con gran influencia en su salud corporal.
Objetivos de la Investigación (general y específicos)
La descripción y el planteamiento del problema nos permiten proyectar e objetivo general
de la siguiente manera: Explicar de qué manera la teología sobre el contentamiento según
filipenses 4:10-13 aporta para la satisfacción personal del creyente de hoy. Este objetivo nos
permitirá también desarrollar los siguientes objetivos específicos:
• Explicar de qué manera la teología sobre el contentamiento según filipenses 4:10-13
implica el reconocer a Dios, como aporte para la satisfacción personal del creyente de
hoy.
• Explicar de qué manera la teología sobre el contentamiento según filipenses 4:10-13
implica depender de Dios, como aporte para la satisfacción personal del creyente de hoy.
• Explicar de qué manera la teología sobre el contentamiento según filipenses 4:10-13
implica poner la seguridad en Dios, como aporte para la satisfacción personal del
creyente de hoy.
Delimitación de la Investigación
Una de las limitaciones más importantes es que este tema no se aborda en el ámbito secular
por ello hay una escasez de fuentes e investigaciones al respecto. Por otro lado este estudio está
muy relacionado con la exegesis del texto, y en ese sentido acarrea las mismas limitaciones del
trabajo exegético: la escases de libros que manejen información del texto original (griego
antiguo). El idioma griego con el que se escribió este libro, pertenece a una lengua muerta, desde
ya su traducción para un buen entendimiento es complejo. Los libros que manejan esa
información no son muchos, sobre todo con las explicaciones en español.
Este estudio está basado en la vida del Apóstol Pablo y como él pudo encontrar el
contentamiento en las situaciones adversas. Tendremos que acercarnos no solo al texto en sí, sino
al contexto histórico en el cual se escribió. En realidad no es muy fácil encontrar información
adecuada tanto en repositorios, bibliotecas de diferentes universidades dado que este tipo de
trabajo no es muy común, por ser de ámbito religioso, teológico. Los libros especializados de
Teología tienen un costo muy elevado, el tener acceso a ellos no es fácil. Las Bibliotecas
virtuales ayudan pero tienen sus propias limitaciones.
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Capítulo II
Marco Teórico
Bases Teóricas
Para entender el mensaje que el apóstol Pablo nos dio respecto a su teología del
contentamiento, es importante conocer y entender el contexto en el cuál el apóstol Pablo escribió
la carta a los filipenses. El contexto histórico nos ubica en la ciudad de Filipo, una ciudad
fundada por Felipe II.
En el año 359 a.C., Felipe II reinó sobre “Macedonia” y una de sus principales
preocupaciones fue modernizar su ejército y lo logró de tal manera que comenzó la extensión de
sus dominios. Para cubrir los costos de su ejército y sus expediciones, Felipe anexó la región
aurífera de los alrededores, que en ese entonces tenía el nombre de Crenides (Fuentecillas). Fue
Felipe quién le cambió de nombre a Filipo en honor suyo. Hendriksen (2006) se refiere a ello
como: “La ciudad fundada por Felipe estaba situada en el interior a unos quince kilómetros del
Golfo de Neápolis (ahora Kolpos Kavallas), al noreste de la isla de Tasos en el mar Egeo.” (p.
12). Filipo como toda ciudad antigua, es sometida a cambios por cuestiones de luchas militares;
es así como para el año 27 a.C. según Hendriksen (2006):
Augusto, cuando despojó a todos los partidarios de Antonio de todos sus bienes en Italia,
les otorgó el privilegio de poderse reunir con los de habla latina que ya había en Filipos.
La ciudad tomó entonces el nombre de COLONIA JULIA AUGUSTA VICTRIX
PHILIPPENSIUM. Filipos, pues, era una colonia romana. Era como una Roma en
miniatura, una reproducción en pequeña escala de la ciudad imperial. Sus habitantes eran
predominantemente romanos, aunque los nativos vivían junto a ellos, y poco a poco se
fueron mezclando. Naturalmente los ciudadanos de Roma sentían el gran orgullo de ser
ciudadanos romanos. Es más, gozaban de los mismos derechos que cualquier otro
ciudadano del imperio: tales como el estar exentos de ser azotados, no poder ser
arrestados, salvo en casos extremos, y el derecho de apelar al emperador.
Tenían sus nombres registrados en los archivos de Roma; su lenguaje era el latín; y
les gustaba vestirse según el estilo de Roma. Las monedas de Filipos ostentaban
inscripciones latinas. Cada veterano recibió del emperador una concesión de tierra. A
toda la comunidad le fue otorgada la Jus Italicum, de manera que los habitantes de esta
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ciudad gozaban no sólo de privilegios económicos, tales como la exención del tributo y el
derecho a adquirir, conservar, o transferir propiedades, sino también de ventajas políticas,
como el ser independientes de la autoridad del gobernador provincial, y el derecho y la
responsabilidad de regirse por sí mismos en los asuntos civiles. (p. 14).
Toda esta información nos ayuda a entender cómo era la población de Filipos en la época
de Pablo. Otro dato importante también nos lo da Piccardo (2006) que nos explica que la
mayoría de ciudadanos eran latinos y algunos representantes greco‐macedónicos, en contraste
con la población judía que se supone era escasa, según se deduce del libro de Hechos cuando
hace referencia a que los judíos se reunían en un lugar de oración junto al río, a las afueras de la
ciudad (Hechos 16:13) y no en una sinagoga como era de costumbre.
Para ir culminando el contexto histórico solo falta agregar que para el tiempo del apóstol
Pablo los recursos mineros de Filipos se habían agotado, pero la ciudad seguía manteniendo su
importancia al ser parte central de la red de comunicaciones de ese entonces conocida como la
Vía Ignacia o Vía Egnatia. Al respecto Wright (1975) nos dice:
La Vía Egnatia era el principal medio de comunicación con que contaba Filipos; sobre
sus losas pueden verse aún las rodadas que dejó el paso de incontables carros. Al costado
oeste de la ciudad se excavó una gran puerta monumental por la que pasaba la calzada,
que kilómetro y medio más allá atravesaba un riachuelo (…). Dentro de la ciudad se ha
excavado el foro romano. Era el centro de la vida ciudadana; medía unos 90 m. de largo
por 45 m. de ancho, y el espacio abierto quedaba dominado por varios templos que se
alzaban a los lados. Los restos que hoy pueden verse proceden de una reconstrucción
efectuada en el siglo II d.C., pero probablemente ilustran el estado del foro en tiempos de
Pablo, al menos en cuanto al plano general. Al costado norte del foro se alzaba un podio
flanqueado por escalinatas en dos de sus lados. Era el tribunal de los oradores o
magistrados, e indudablemente señala el lugar al que Pablo y Silas fueron llevados a
juicio y se les condenó a la cárcel (Hechos 16:19). Un autor antiguo afirma que la prisión
y otros edificios públicos ocupaban los costados del foro, pero aún no ha sido posible
determinar su emplazamiento exacto. (pp. 374-375).
Es en ese contexto histórico en que Pablo, según relata el libro de Hechos 16:9-40 funda
la iglesia en Filipos. Era el segundo viaje misionero que Pablo realizaba, y lo hizo acompañado
de Silas y Timoteo; el texto bíblico nos dice que llegó a Troas, Hendriksen (2006) afirma que en
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el tiempo de Pablo, era uno de los puertos más importantes de Asia. Fue en Troas que recibió la
visión del varón Macedonio pidiendo ayuda y decidieron partir a esa ciudad, muy seguros que
era la voluntad de Dios. Llegaron al día siguiente a Neápolis y de ahí a Filipos, donde se
quedaron algunos días. Esos días fueron importantes porque en ese lapso de tiempo Pablo
predica en ese lugar y se constituye la iglesia de Filipos. Como ya lo hemos descrito el hecho de
que se reunieran junto al río, a las afueras de la ciudad y no en una sinagoga es un claro indicio
de que en ese lugar no había muchos judíos. El texto bíblico narra que Pablo predica a las
mujeres que se habían reunido en ese lugar. Una de ellas era Lidia, Kuyper (2004) en su libro
Mujeres del Nuevo Testamento se refiere a ella de la siguiente manera:
Lidia procedía de la ciudad de Tiatira, pero cuando conoció a Pablo residía en Filipos.
Era dueña de una tienda en que se vendían vestidos teñidos de púrpura. Es evidente que
vendía no sólo púrpura, sino muchos otros artículos. Debe de haber estado en buena
posición y viviría en una casa espaciosa, en la que podía acomodar a Pablo y a Silas y a
otros que les acompañaran.
No sabemos si era de estirpe judía. En todo caso se había convertido al Dios de Israel,
porque los sábados se juntaba con otras mujeres judías en el lugar de oración
acostumbrado. (p. 15)
Podemos observar que Lidia era una mujer de negocios, y Hendriksen (2006) se refiere
también a ella dando mayor detalle al respecto, posiblemente haya sido viuda e importadora de
los vestidos púrpura, ya que Tiatira era el centro de esa industria. Esas ropas eran costosas
porque para teñirlas se usaba un tinte biológico de unos moluscos que se hallaban en las aguas de
Tiatira, de cada molusco se extraía una sola gota. El negocio era bueno, ya que Filipo al ser
colonia romana tenía mucho mercado para ese tipo de ropas que se vinculaba con la realeza y/o
nobleza. Lidia debió ser una mujer de una buena posición económica.
Lidia y su familia fueron las primeras personas en conocer el evangelio en aquella ciudad,
pero no fueron los únicos. El relato bíblico nos muestra también que hubo un incidente con una
muchacha que tenía el espíritu de adivinación; Pablo por el poder de Dios la libera y esta acción
en vez de ser un motivo de alegría para todos, fue motivo de enojo y originó que Pablo y Silas
fueran azotados y encarcelados. La muchacha producía grandes dividendos a sus amos y ahora
éstos, molestos porque ya no podían lucrar con ella, en base a calumnias lograron meter a Pablo
y a Silas en la cárcel. El incidente hubiera pasado desapercibido como las tantas veces que Pablo
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fue azotado de no ser porque en la cárcel Dios mandó un terremoto y os liberó. El guardia
creyendo que todos se habían escapado quiso suicidarse y fue retenido por Pablo. A raíz de todo
este evento extraordinario, el carcelero y toda su familia también creyeron al evangelio y
formaron parte de la iglesia de Filipos. No fueron los únicos pero sí los que más destacaron.
Todo el panorama descrito nos ayuda a tener un mayor entendimiento acerca del
propósito que tenía Pablo al escribir su carta y lo que nos quiso decir especialmente en el pasaje
del capítulo 4:10-13.
Cundo Pablo estaba en la cárcel en Roma recibe la visita de Epafrodito, éste venía
trayendo una ofrenda de parte de la iglesia de Filipos, la cual fue muy apreciada por parte de
Pablo. Pablo entonces escribe la carta y observamos algunos propósitos que tenía al hacerla:
Expresar su gratitud
Exhortaciones a permanecer firme y a seguir adelante
Compartir con ellos el gozo espiritual
Y exactamente este último punto que detallaremos a continuación:
En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de
mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo
porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así
para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer
necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:10-13)
Para nuestro trabajo hemos escogido la versión Reina Valera de 1960, porque es una
versión que la mayoría de creyentes hoy en día aún conservan y leen más que otras versiones.
Hemos también delimitado desde los versos diez al trece porque es en ese pasaje textual donde
Pablo enfatiza su gozo en el Señor.
A continuación haremos un breve comentario acerca de los versículos bíblicos del pasaje
para tener una idea general y luego, más adelante, en los puntos de nuestra propuesta los
explicaremos con mayor detenimiento.
v.10: “En gran manera me gocé en el Señor”; el apóstol expresa aquí su agradecimiento y
se regocija en el Señor por la ofrenda que ellos le habían enviado.
“…de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí”; da a entender que por un
período de tiempo los Filipenses dejaron de enviar ayudas al Apóstol y ahora han vuelto a
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hacerlo, se desconocen los motivos del porque habían dejado de hacerlo, posiblemente una de las
razones sea las dificultades en la comunicación y el desconocimiento del paradero de una
persona en aquella época.
“…de lo cual también estabais solícitos”; la Iglesia de Filipos no se había olvidado de
Pablo, él reconoce la intención de los hermanos de Filipos y sabe que está en sus corazones.
“…pero os faltaba la oportunidad”, ahora que ya sabían dónde estaba con certeza, los
hermanos de Filipos hicieron todo lo posible por enviar con Epafrodito la ayuda que siempre
estuvieron dispuestos a brindar. “Este mensaje de gratitud es una rara combinación de afecto, de
dignidad, de delicadeza y un cierto tono de humor. Es la encarnación de la cortesía cristiana
ideal”. (Erdman, 1975, p. 146)
v.11: “No lo digo porque tenga escasez”, hay que recordar que Pablo está escribiendo
desde la cárcel, entonces ¿a qué se refiere cuando dice que no tiene escasez? Más adelante
discutiremos este punto con mayor detenimiento.
“…pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación”; Pablo basaba su
contentamiento no en que las necesidades materiales hayan sido satisfechas, sino que al contrario
aún en una situación tan complicada como lo es estar en una cárcel, él había aprendido a estar
satisfecho.
v.12: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia”; Pablo no es alguien que diga las
cosas de la boca hacia afuera, él tenía una vida llena de experiencias y vivencias que le daba la
autoridad moral para afirmar lo que afirmaba, él había y llegaría también a pasar hambre,
necesidad y tener las cosas esenciales para vivir, sin lujos, sin “comodidades”, pero también
había tenido la oportunidad de disfrutar de situaciones dónde tenía más de lo que necesitaba; en
los dos casos Pablo mantiene un equilibrio, siempre está regocijándose en el Señor, así tenga o
no tenga comodidades; él sigue afirmando esta idea con una lista de sucesos que sigue
detallando.
“…en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así
para tener abundancia como para padecer necesidad”; una vez más nos muestra la experiencia
que ha tenido y como esa experiencia de lo vivido ha logrado marcar y sellar en él un aprendizaje
que nadie podrá borrar.
v.13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”; aquí Pablo sentencia que todo lo que ha
pasado y vivido, ha sido posible vivirlo con gozo, porque ha sido el Señor Jesucristo quién lo ha
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fortalecido. Su fortaleza y decisión por hacer las cosas y seguir adelante en el llamamiento que
ha recibido, vienen sola y exclusivamente del Señor.
La teología sobre el contentamiento según filipenses 4:10-13 implica el reconocer a Dios,
como aporte para la satisfacción personal del creyente de hoy.
Empezaremos con un parafraseo del texto bíblico que hace el doctor en Teología de
Princenton Theological Seminary. Hendriksen (2006)
Pablo quiere decir: “Ni la verdadera razón ni la medida de mi gozo deben atribuirse a
que mis necesidades materiales han sido satisfechas. Por el contrario, a pesar de las
circunstancias, sé estar satisfecho. La experiencia de mi conversión y las subsiguientes
pruebas por amor de Cristo y su evangelio, me han enseñado una lección. El camino
recorrido me ha llevado cada vez más cerca de Cristo, de su amor y de su poder; sí, más
cerca de Cristo y del contentamiento en él. Este contentamiento es mi riqueza”. (p. 229)
Según observamos en esa afirmación; el contentamiento que experimenta Pablo está
basado en algo que él mismo ha descubierto producto de su experiencia con Cristo. Hendriksen
(2006) pretende demostrar que Pablo no basa su contentamiento en el hecho de haber recibido
una ofrenda por parte de los hermanos de Filipo, es decir en su situación económica. Tampoco
basa su contentamiento en el pensamiento estoico, aquellos que eran imperturbables ante el dolor
o al placer y no se quejaban ante la necesidad. Nos muestra a Pablo de carne y hueso y según el
análisis que hace de su carta a los Filipenses y otras cartas afines, afirma que Pablo era
perfectamente conocedor del gozo y la aflicción. Su contentamiento proviene de una fuente que
no es el mismo sino otro.
El Teólogo William Barclay (1999) también se refiere sobre este punto; hace una gran
diferencia entre el contentamiento que experimentó Pablo y la costumbre estoica de esa época. Él
quiere demostrar que lo que Pablo experimentó no es nada comparado ni tiene nada que ver con
el estoicismo. Considera importante esa diferenciación debido a que Pablo al escribir la carta usa
la palabra griega: “autarkes”; y esa palabra tenía mucha relación con la ética pagana de ese
entonces. Significaba “autosuficiencia” y esa era la meta suprema de la ética estoica. Pero los
estoicos se proponían llegar a ese estado mediante un proceso mental:
Eliminando todos los deseos, ejercitándose paulatinamente en la idea de perderlo todo sin
ser afectados.
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Eliminando toda emoción.
Aceptando que todo lo sucedía era voluntad divina y no había nada que hacer al respecto
porque no puedes luchar contra la voluntad y los designios de Dios.
Barclay (1999), concluye diciendo que la diferencia sustancial entre Pablo y los Estoicos
era que el Estoico basaba todo ello, su contentamiento, en un acto de su propia voluntad,
mientras Pablo era enfático en basar su contentamiento en Cristo.
Pablo, a partir de sus experiencias en la vida, ha sido instruido por el Espíritu Santo para
obtener el contentamiento. Es necesario entonces conocer a Cristo para lograr aquello.
Pablo ha pasado necesidad, hambre, penurias, pero también ha vivido en abundancia y ha
estado saciado, y en todas esas circunstancias ha aprendido el secreto del contentamiento. El
contentamiento viene de estar en Cristo.
Pablo ha aprendido el secreto (único ejemplo neotestamentario de este verbo, que guarda
relación con el vocablo misterio). Él ha sido ampliamente iniciado en ello por las
experiencias de la vida aplicadas al corazón por el Espíritu Santo. Dios revela este
misterio a los que le temen (Salmos 25:14). Los que no conocen a Cristo no pueden
comprender cómo es posible que el cristiano permanezca confiado en la adversidad y
humilde en la prosperidad. (Hendriksen, 2006, p.229)
Pablo va reafirmando este concepto en toda su teología; en Filipenses 3:8-9, él está seguro
que el conocimiento de Cristo es lo más valioso, y por la presencia del Espíritu Santo que mora
en él, y por la acción y fortaleza que el Espíritu le da, se sabe conocedor que todo lo puede, en
Él, solo en Él.
En 1ra de Timoteo: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor,
porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” (Cap.1:12) reconoce que su fortaleza
viene de Dios y en 2da de Timoteo: “Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que
por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca
del león.” (Cap. 4:17) lo hace nuevamente.
Cuando el creyente reconoce a Dios en su vida, cuando lo reconoce en todos sus caminos,
entonces podrá tener la satisfacción y por lo tanto tener contentamiento en su vida.
La teología del contentamiento que nos da la Palabra de Dios a través del apóstol Pablo,
no solo se aplica en Pablo, ni solo funciona o es real para el tiempo de Pablo, sigue siendo una
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verdad divina, que trasciende al tiempo y relevante para el creyente de hoy. Es una teología que
está respaldada por toda la Escritura.
En estos tiempos actuales y específicamente en este tiempo donde el mundo está
atravesando una gran crisis por la pandemia originada por el Covid-19, el creyente que reconoce
a Dios puede tener contentamiento en su vida. El misionero y teólogo Paul Whaser (2020) nos
explica y aclara este concepto en un mensaje que manda a los cristianos latinos y exclusivamente
a los creyentes peruanos. Comenta que en estos tiempos mucha gente se pregunta, ¿qué estará
haciendo Dios? O ¿Dónde está Dios?, pero esas no son las preguntas correctas, no nos toca saber
qué está haciendo Dios, y en base a lo que dice la Biblia en el libro de Daniel: “Con lisonjas
seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará”
(Dan. 11:32). Nos enseña y exhorta a que debemos concentrar nuestra atención en conocer a
Dios, porque esa es la base de nuestra confianza, esa es la base de nuestro contentamiento.
El creyente de hoy muchas veces y equivocadamente se ha enfocado en otras cosas y no
en lo esencial, las iglesias de ahora, no todas, pero muchas de ellas han perdido el rumbo, ya no
predican a Dios, predican pautas de vida, principios para lograr el bienestar o éxito personal y
todo ello ha contribuido a formar creyentes con un falso concepto de Dios; y ni hablar de
aquellas iglesias que han caído en la Teología de la Prosperidad, donde su dios, en el fondo, es el
dios dinero disfrazado de una falsa divinidad. Por eso no es extraño ver creyentes frustrados,
creyentes que no viven el evangelio, creyentes estresados, etc.
Definitivamente nuestro conocimiento de Dios, nos dará confianza, porque al conocerlo
sabremos que Él es fiel, justo, misericordioso, y soberano; que tiene el mundo en sus manos y el
control de todas las cosas, que nos da lo que realmente necesitamos y que tiene cuidado de
nosotros. Todo ese conocimiento definitivamente nos dará una satisfacción personal que nazca
desde dentro, desde lo más íntimo de nuestros corazones, una satisfacción que no se logra con
medicamentos ni terapias ni ninguna otra cosa externa. Es una satisfacción que sobrepasa todo
entendimiento. Pero para ello debemos reconocer a Dios.
La teología sobre el contentamiento según filipenses 4:10-13 implica depender de Dios, como
aporte para la satisfacción personal del creyente de hoy.
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El Teólogo Puritano Jeremiah Burroughs en su libro “El Contentamiento Cristiano, una
Joya rara” nos muestra algunos pensamientos de cómo los cristianos aprendemos el secreto del
contentamiento:
Un cristiano llega a contentarse no tanto por la adición sino por la substracción; no tanto
por agregar más a su condición, sino por substraer de sus deseos, de manera que estos se
emparejen e igualen por sus circunstancias. Un corazón carnal no conoce otra forma de
estar contento más que esta: tengo estas y estas posesiones, y si tuviera estas otras
sumadas a ellas entonces me sentiría contento. Un corazón lleno de gracia se contenta al
rendir su voluntad y deseos a la voluntad y deseos de Dios. (Burroughs, 1999, p.12)
Pablo nos enseña que solo la confianza y la dependencia en Dios, hará que tengamos
contentamiento en nuestros corazones; no es la primera vez que Pablo describe una situación
difícil, él no nos recomienda algo que no haya vivido, tiene autoridad moral y espiritual para
hacerlo; en 2da de Corintios 12:10 nos dice también: “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en
las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando
soy débil, entonces soy fuerte.”
Mathew Henry (1999), teólogo inglés, nos dice que el contentamiento de Pablo no se
basaba en sus circunstancias, porque pese a estar en cadenas, prisiones y en necesidades, él
aprendió a tener contentamiento. Henry quiere demostrar que el contentamiento no solo se ve en
momentos críticos de angustia y necesidad sino que también debe verse en situaciones
favorables, es decir cuando gozamos de abundancia, porque hay personas que aun teniéndolo
todo no tienen contentamiento. Es por eso que ve la importancia de entender el verdadero
sustento del contentamiento. Pablo lo tenía porque vivió en la escasez y en la abundancia, y eso
se debe a que basaba su contentamiento en Cristo y no en sus circunstancias. Pablo tenía una
total dependencia de Dios.
Pablo no confiaba en sus fuerzas, aprendió que todo lo que había aprendido antes de
conocer a Cristo, no era nada en comparación con lo que ahora vivía y conocía de Dios. Eso
permitió que él aprenda a depender de Dios y no en su sabiduría humana. La humildad es un
síntoma de dependencia, una persona que no depende de nadie, que no rinda cuentas a nadie,
sobre todo en liderazgo es señal de soberbia, diga lo que se diga, una persona humilde jamás es
autosuficiente, depende de los demás y está dispuesto a rendir cuentas a alguien. Pablo nos
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enseña en la Teología del Contentamiento, que la dependencia en Dios para nuestra satisfacción
personal tiene como ingrediente la humildad.
Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna
comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi
gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma
cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando
cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo
propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir
que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser
igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma
de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual
Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria
de Dios Padre. (Filipenses 2:1-11)
Pablo dependía de Dios en todo lo que hacía porque había aprendido de Cristo, que en
suma obediencia se humilló a sí mismo y fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Como
ya lo hemos descrito también al inicio de este trabajo, la audiencia de la carta de Pablo eran en su
mayoría ciudadanos romanos, y/o extranjeros que tenían como objetivo, al estar viviendo en una
colonia romana, lograr dicho privilegio: la ciudadanía romana. Pablo entendiendo esa realidad
ahora les plantea también entender que ahora en Cristo tienen una ciudadanía diferente, una
ciudadanía que no es de este mundo. Ellos no podían seguir dependiendo o pretender depender
ahora de sus privilegios de ser ciudadanos de Roma, sino que su dependencia debía estar
fundamentada en que eran hijos de Dios.
Pablo les describe su testimonio de cómo había aprendido a contentarse cualquiera haya
sido su situación, porque él sabía que como cristianos iban a pasar necesidades, diversos tipos de
necesidades, discriminación, calumnias, persecución, etc. Estaban viviendo en una colonia
romana, donde el culto al Emperador era casi obligatoria y como cristianos muchas veces eran
perseguidos y reprochados por su negación a la idolatría. Pablo estaba seguro en las manos de
Dios, no dependía de sus circunstancias.
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Él sabe vivir de cualquier forma, sea en escasez o en abundancia. Ha sido probado en
todo, y su desenvolvimiento en la vida y en el ministerio no depende primariamente de
los recursos financieros. En otros lugares él tuvo que hacer tiendas para no ser gravoso a
nadie, y aun así predicaba y enseñaba. Él vivía lo que en otro lado enseña: el
contentamiento con lo que tenía. Sabía que él estaba en las manos de Dios, él lo había
comisionado, y él sostendría su vida y ministerio. No estaba desesperado ni temeroso por
lo que sucedería. (Piccardo, 2006, p. 42).
Cuan necesario se hace hoy día esta teología para el creyente de hoy. En estos tiempos
también hay muchas cosas a la que aferrarse con tal de tener seguridad y contentamiento. Hoy en
día el negocio de los seguros y el de las compañías de seguridad va en aumento, la gente
pretende comprar seguridad. Pero aun cuando tengo los mejores seguros del mundo y la mayor
compañía de seguridad y vigilancia los cuide, jamás podrán estar realmente seguros,
estrictamente hablando; más dinero tienes, mayor es el riego y el peligro, tienes más posesiones,
el dolor de cabeza es mayor. En este punto, recordar lo que dice el “predicador” en el libro de
Eclesiastés nos parece oportuno:
Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en
sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los
hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida. Engrandecí
mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; me hice huertos y jardines, y
planté en ellos árboles de todo fruto. Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el
bosque donde crecían los árboles. Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en
casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron
antes de mí en Jerusalén. Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes
y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los
hombres, y de toda clase de instrumentos de música. Y fui engrandecido y aumentado
más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo
mi sabiduría. No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de
placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda
mi faena. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que
tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho
debajo del sol. (Eclesiastés 2:3-11)
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El creyente de hoy no escapa a las influencias y costumbres de este mundo; muchos de
ellos dependen y confían también en sus posesiones. Muchos de ellos siguen confiando en sus
riquezas, olvidando que es Dios quién permitió que puedan poseer esas riquezas. Siguen
confiando en sus capacidades, en su profesión, y olvidan que nada de ello reemplazará a la
“Roca segura” que es Cristo. Solo en tiempos de crisis, cuando ven inútil todo lo que saben y lo
que tienen, entienden que solo Dios es el único en quien se debe confiar y de quien se debe
depender.
El creyente que quiera vivir en un real contentamiento tiene que aprender a depender de
Dios, solo así tendrá y encontrará la satisfacción personal que tanto anhela su alma.
La teología sobre el contentamiento según filipenses 4:10-13 implica poner la seguridad en
Dios, como aporte para la satisfacción personal del creyente de hoy.
Siguiendo la teología del contentamiento, Pablo nos deja muy claro el porqué es necesario
poner nuestra seguridad en Dios para tener una satisfacción personal. Él nos describe una serie
de sucesos de la vida real y cotidiana que nos sirven a modo de prueba, como un examen de
conciencia personal, para darnos cuenta si realmente estamos poniendo nuestra seguridad en
Dios. Él empieza nombrándolas como experiencias suyas, a modo de ejemplo.
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así
para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer
necesidad. (Filipenses 4:12).
Al buscar referencias en la Biblia acerca de lo que vivió Pablo encontramos muchas
evidencias al respecto. Señalaremos algunas de ellas:
“Entonces vinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y
habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.”
(Hechos 14:19).
“Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron
azotarles con varas. Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al
carcelero que los guardase con seguridad.” (Hechos 16:22-23).
“Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de
Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.” (Filipenses
4:18)
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“…antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia,
en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos,
en desvelos, en ayunos;” (2da de Corintios 6:4-5)
“Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos
abofeteados, y no tenemos morada fija. Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos;
nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. Nos difaman, y
rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.” (1ra
de Corintios 4:11-13)
“¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más
abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los
judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas;
una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como
náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones,
peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el
desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos
desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas,
lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo
no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno? Si es necesario gloriarse, me
gloriaré en lo que es de mi debilidad. El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es
bendito por los siglos, sabe que no miento.” (2da de Corintios 11:23-31)
Como podemos observar, Pablo tenía una experiencia de vida que abarcaba situaciones
muy complicadas y dolorosas como también momentos muy gratos en su vida. Él sabía lo que
era el hambre, la sed, el frío, la desnudez, los sufrimientos físicos, la tortura, la persecución, así
como también el estar saciado, y tener abundancia.
Todo lo descrito acerca de las circunstancias difíciles que vivió Pablo, nos muestra el
verdadero carácter de Pablo, si en medio de esas situaciones él aprendió a estar contento, es cosa
magnifica saber cómo lo hizo. Ya hemos respondido esa cuestión en el primer punto de nuestro
trabajo, él conocía a Dios. Solo el conocimiento de quien es Dios, te lleva como una acción
consecuente el poner toda tu confianza y seguridad en Él. Solo así, poniendo nuestra seguridad
en Dios, después de haberlo conocido, podremos tener contentamiento y encontrar la satisfacción
personal.
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Nuevamente es necesario enfatizar que nuestra seguridad no se debe basar en lo que
tenemos o hayamos logrado como personas, ni siquiera en nuestros años de creyente o años
asistiendo a una iglesia o años de servicio en el algún ministerio eclesial. Como nos advierte el
apóstol en Filipenses 3:4-16, donde nos exhorta a no creer que espiritualmente ya hemos
“llegado”, sino que, prosigamos a la meta.
En estos tiempos, el creyente de hoy, está lejos de vivir lo que Pablo ha vivido, pero de
todas maneras también tiene momentos de dificultad: el desprecio de los amigos del barrio
cuando no compartimos con ellos sus costumbres mundanas como la lujuria o la fornicación; la
falta de empatía de los amigos del centro de estudios cuando nos negamos a cometer actos que
van en contra de nuestro testimonio cristiano, el rechazo de los colegas del centro de trabajo y
sus burlas porque queremos hacer un buen trabajo, trabajo como para el Señor, y somos
malentendidos y confundidos como interesados o catalogados (criollamente hablando) como
“franeleros” o “sobones”, etc… Podemos seguir nombrando muchos ejemplos. No solo el
padecer por causa de nuestra fe, sino también cuando nos toca vivir momentos de suma tristeza:
al tener un familiar enfermo de gravedad, o cuando de pronto hemos sufrido alguna desgracia
como la pérdida del trabajo o el incendio repentino de un inmueble, la quiebra de un negocio que
con tanto esfuerzo emprendimos, o el robo de alguna posesión valiosa, etc. Tantas cosas que son
parte de la vida misma y que al vivir en un mundo caído no estamos exentos de ello. ¿Cuál será
nuestra actitud? ¿Cómo responderemos ante esas situaciones? Pablo nos exhorta a que lo
imitemos; “Por tanto, os ruego que me imitéis.” (1ra de Corintios 4:16), a que pongamos nuestra
seguridad en aquel que es Soberano y dueño de nuestras vidas, en aquél que tiene control de cada
situación, y tiene nuestros cabellos contados (Lucas 12:7); solo así podremos tener
contentamiento, porque nuestro gozo no estaría basado en nuestras posesiones, ni en nuestra
condición física, ni en las circunstancias que nos rodean; sino que la base de nuestro gozo es
inamovible, es la Roca Eterna, y nada la podrá dañar o quebrantar porque es intangible,
imperecedero, es eterno.
Haríamos mal si solo nos enfocamos en las situaciones difíciles que el creyente pueda
atravesar. Debemos recordar que Pablo también menciona que él había aprendido a vivir en
abundancia, y a nuestro criterio, tal vez esa sea la parte más peligrosa y engañosa para el ser
humano. Como reza el refrán popular: “dale poder a un hombre y lo conocerás”, es en esas
circunstancias donde se conoce realmente lo que hay dentro de uno, la historia ha demostrado
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que el ser humano por naturaleza es malvado y va camino a su destrucción. Como creyentes,
entendemos que la causa de ello es el pecado. Los seguidores de Cristo no estamos libres de ser
tentados por la lujuria, la avaricia, los deseos de la carne, lo deseable a los ojos, y todo aquello
que Satanás usa para seducir a los hijos de Dios. En la abundancia nuestros corazones también
son probados y hay que estar mucho más atentos cuando nos toque vivir en esa condición. La
necesidad o carencia nos obliga a clamar, nos lleva a buscar más de Dios; en la abundancia
fácilmente podemos olvidarnos de nuestro Señor; la autosuficiencia, el tener los medios
suficientes para obtener todo lo que necesitamos o queremos, las comodidades de las que
podemos disfrutar nos pueden distraer de lo esencial, nuestra seguridad empieza a basarse en lo
que poseemos o lo que podemos comprar. Ya nuestro contentamiento se convierte en
satisfacción carnal, ya no nos contentamos en el Señor ni en la comunión con él, sino que hemos
cambiado nuestro contentamiento por la alegría del disfrute. Por eso es necesario tener el
equilibrio, Pablo nos enseña que es necesario ser adiestrados también en ello, no solo en la
necesidad, sino también en la abundancia. Recordemos también lo que nos dice la Palabra de
Dios en el libro de Proverbios.
Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del
pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo
pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios. (Proverbios 30:8-9)
Que el Señor nos siga enseñando y adiestrando, solo en Él podemos encontrar el
contentamiento que nos satisfaga realmente.
Hasta aquí hemos visto la importancia de reconocer a Dios, depender de Él y poner
nuestra seguridad en Él. Y toda esta Teología del Contentamiento que permite al creyente poder
tener satisfacción personal, no es solo teórica, no debería ser teórica.
Queremos que conozcan a Lorenzo, un anciano de 104 años, él vive en condiciones de
extrema pobreza, él visita los basurales que se encuentran en las afueras de Qoshqo en Chimbote
para escarbar en medio de la basura y así conseguir comida para sus patos. Un día cuando estaba
en esa tarea, se vio sorprendido por las cámaras de televisión del programa “Al Sexto Día” y una
reportera que al verlo se acercó a él para entrevistarlo. La reportera se refirió a él como un
anciano que pese a su edad, su malestar físico y su pobreza, les había demostrado que la vida se
lleva con alegría. Las palabras que profirió Lorenzo nos rompe el corazón; él es un anciano muy
pobre, y en medio de toda la basura que lo rodeaba, él dijo lo siguiente: “yo vivo cantando, vivo
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silbando, ¡feliz!... porque he conocido a Dios” y con una sonrisa que solo puede salir de un
corazón sincero y lleno del amor de Dios se puso a cantar: “Cristo me ama, sí Cristo me ama, sí
Cristo me ama, la Biblia dice así…”. (TV, 2014).
Si nosotros realmente reconociéramos a Dios, dependiéramos de Él y toda nuestra
seguridad estuviera en Él, no habría nada ni nadie en este mundo que nos podría quitar el gozo,
la paz, el contentamiento que viene de Dios.
Definición de Conceptos
Gozo.
Alegría permanente que tanto el individuo que cree en Cristo, como toda la Iglesia están
llamados a experimentar. No es simplemente una emoción, sino una calidad de vida
basada en la eterna y segura relación del hijo de Dios con su Padre Celestial. (Nelson,
1998, p.554)
Sufrimiento.
Sufrimiento y solidaridad. De la idea neotestamentaria de la [koinónía] (“solidaridad”
cena del Señor) es inseparable la idea del sacrificio. El que está provisto de los mismos
sentimientos de Cristo, tiene que sufrir corporalmente (1 Pedro 4, 1; cf. 2 Corintios 11,
23). Sufrir «como cristiano» (1 Pedro 4, 16) significa solidarizarse con el sufrimiento de
Cristo (1 Pedro 4, 13; Filipenses 3, 10), padecer con él (Romanos 8, 17); más aún, el
sufrimiento de Cristo y el de la comunidad pueden —en el sentido de unión mística—
identificarse (2 Corintios 1, 5; cf. comunidad como cuerpo de Cristo; iglesia). El
sufrimiento común une a las diversas comunidades entre sí (1 Tesalonicenses 2, 14; 1
Pedro 5, 9), así como a una comunidad en sí misma. La solidaridad en la confesión de
una misma fe dentro de una comunidad (1 Corintios 12, 26; Hebreos 10, 34) exige no
sólo un tener compasión sino un padecer-conjuntamente; que se comprometa
existencialmente. Asimismo es importante la solidaridad de sufrimiento del apóstol con la
comunidad (2 Corintios 1, 6 s) o con un discípulo (2 Timoteo 1, 8; 2, 3). Jesucristo es
modelo (1 Pedro 2,21). (Lothar Coenen, 1990, p. 240)
Filipenses, epístola a los
Una de las cartas más personales de todas las que escribió Pablo. Fue escrita a todos los
santos en Cristo Jesús que están en Filipos (Filipenses 1:1). La iglesia en Filipos, en la
antigua Macedonia, fue la primera fundada en Europa por Pablo (Hechos 16:9-40) y, por
24
consiguiente, es la primera penetración importante del evangelio en territorio gentil
(Filipenses 4:14,15). (J.D. Douglas, 2005, p. 488)
Apóstol.
Proviene del griego “ἀπόστολος”.
A lo que se hace referencia es siempre a la persona enviada con plena autoridad. El
griego da sólo la forma, el hebreo da el contenido. El elemento legal entraña el que la
referencia es solamente a varones, aunque por el curso de las cosas las mujeres habrían
podido ser apóstoles también (…). Existe plena identidad entre ἀπόστολος y ליח en Juan ש
13:16, donde ἀπόστολος denota a uno que está legalmente encargado de representar a la
persona y la causa de otro (…). Ἀπόστολος se puede referir al representante comisionado
de una congregación, como en 2 Corintios 8:23 o Filemón 2:25 (Epafrodito). Ἀπόστολος
denota también a los portadores del mensaje del NT. (Kittel, 2002, p. 76)
Contentamiento.
En el idioma griego, la palabra es: “αὐτάρκεια”, “αὐτάρκης” y tiene el siguiente
significado:
1. Entre los cínicos y los estoicos el sentido filosófico es el de «autosuficiencia» o
«confianza en sí mismo», si bien el sentido corriente es «competencia» o «cantidad
suficiente».
2. En el NT a esta palabra se le da una nueva dimensión como parte de la piedad (1 Ti.
6:6). Es así como el contentamiento aparentemente filosófico de Pablo en Filipenses
4:11ss halla su centro en «aquel que me fortalece» (v. 13). «Suficiente» también significa
tener algo que dar a los demás (2 Co. 9:8).
3. Sobre la base del nombre divino, la exégesis rabínica transfiere el ideal del αὐτάρκης a
Dios ya sea en su autosuficiencia, su infinitud con respecto al mundo, su satisfacción con
la creación, o su dictamen de «Basta» con respecto al sufrimiento humano. (Kittel, 2002,
p.84)
Satisfacción
Denota una declaración de bienaventuranza. Se traduce «satisfacción» en Gálatas 4.15
(RVR; RV: «bienaventuranza»); los conversos gálatas se habían considerado felices
cuando oyeron y recibieron de Pablo el evangelio; les pregunta él retóricamente qué se
había hecho de aquel espíritu que los animaba. (Vine, 2007, p. 1356)
25
Reconocer
Significa estar tomando conocimiento, conocer, reconocer, etc. Se traduce con el verbo
reconocer en Marcos 6.33, donde aparece en algunos mss. en lugar de Nº 2, que aparece
en TR y otros textos: «le reconocieron» (RV: «conocieron»); Lucas 21.35: «le habían
reconocido» (RV: «había sido conocido»); Juan 7.26: «habrán reconocido» (RV: «habrán
entendido»); Gálatas 2.9: «reconociendo» (RV: «como vieron»); Apocalipsis 3.9:
«reconozcan» (RV: «sepan»); en RV, Juan 8.43: «reconocéis» (RVR: «entendéis»); 1
Tesalonicenses 3.5: «he enviado a reconocer» (RVR: «informarme»). Véase CONOCER,
y también CERCIORAR, ENTENDER, INFORMAR, LLEGAR, NOTAR, SABER,
SENTIR. (Vine, 2007, p. 1283)
Dependencia.
1. f. Subordinación a un poder. 2. f. Relación de origen o conexión.
3. f. Sección o colectividad subordinada a un poder.” (DRAE, 2020)
Seguridad.
La evidencia interior y externa por la cual los creyentes tienen la seguridad de creer que
Dios es su Padre y Cristo su Salvador y Señor. Así, saben que lo que el evangelio declara
acerca de Jesús es verídico y que en Jesús tienen una nueva relación con Dios. Los
creyentes pueden tener absoluta seguridad (Colosenses 2:2; Hebreos 6:11; 10:22) y estar
totalmente persuadidos de que Dios es quien dice ser y hace lo que dice que hace
(Romanos 4:21; 8:38; 2 Timoteo 1:12). (J.D. Douglas, 2005, p. 275)
Creyente.
El Creer como cristiano potencia la comunicabilidad del hombre abriéndola a Dios en
Cristo, acepta la verdad de su persona confiando en ella y adhiriéndose a su contenido, y
adopta una actitud definitiva exigida por la importancia absoluta del mismo para la propia
vida espiritual. Los tres aspectos comunicabilidad, aceptación y compromiso definitivo,
son inseparables y constituyen el creer cristiano. (Stefano de Fiores, 1983, p. 275).
Pecado.
El concepto de pecado designa el múltiple fenómeno de los yerros humanos, que llegan
desde la más insignificante transgresión de un mandato hasta la ruina de toda la
existencia. Esta situación la expresa de la manera más profunda y amplia el grupo de
palabras “hamartía” que designa el obrar contra costumbres, leyes, hombres o dioses. Un
26
campo especial abarca el grupo de palabras “adikía”, que entronca con la vida judicial y
que, como concepto contrario a “díke” (castigo) o “dikaiosyne” (justicia), carga el acento
en lo que va contra el derecho y en las acciones que se oponen al mismo. Un aspecto más
amplio refleja el grupo de palabras “parábasis”, que se refiere ante todo a la transgresión
de la ley. (Lothar Coenen, 1990, pp. 314-315).
27
Capítulo III
Metodología de la Investigación
Diseño y Enfoque Metodológico.
El diseño de este trabajo es no experimental y tiene un enfoque cualitativo. Decidimos
escoger un pasaje bíblico de la carta escrita por Pablo a los filipenses, en el capítulo cuatro,
versículos del diez al trece; porque Pablo trata el tema del “contentamiento” y consideramos que
es un tema oportuno para nuestro tiempo, para el creyente de hoy. Se ha desarrollado un análisis
exegético del pasaje y se hemos planteado tres puntos a partir de ello que contribuyan a que el
creyente de hoy pueda encontrar y tener contentamiento. Para que el trabajo realizado no quede
solo en teoría, se ha incluido una historia de vida que demuestra uno de nuestros puntos
planteados y una entrevista a un experto Teólogo que refuerza lo planteado en este trabajo.
Las fuentes de información que se hemos usado, han sido primordialmente la Biblia en
sus distintas versiones, luego distintos Diccionarios: Bíblicos, Etimológicos, del idioma Griego y
Teológicos; así como diversos Comentarios Bíblicos, y en particular el Comentario al libro de
Filipenses de William Hendriksen. También nos hemos apoyado con libros de Arqueología
Bíblica, libros que tratan temas bíblicos, Mapas Geográficos de la Antigüedad, y libros
Católicos.
Procedimiento de Muestreo
Se observó en los creyentes de las diferentes congregaciones evangélicas, a través de:
diversos círculos de amistad, redes sociales y consejería pastoral; que la tensión emocional, el
estrés, y la falta de propósito de vida, mostraba un aumento significativo y era común en la
mayoría de ellos. Se discutió la causa y se concluyó que el tema tenía que ver con la falta de
contentamiento en cada uno de los que manifestaban su malestar y daban muestras de una
desidia en su vida espiritual. Es por ello que decidimos trabajar en el tema de la Teología del
Contentamiento, en base a Filipenses 4:10-13, porque encontramos en ese pasaje una riqueza
teológica y práctica para poder vivir en el contentamiento como Dios quiere que vivamos.
Técnica e instrumentos.
Se recopiló bibliografía pertinente al tema, como: Comentarios Bíblicos del libro de
Filipenses, Diccionarios Teológicos, Diccionarios del idioma Griego para tener un mayor
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entendimiento de algunas palabras claves, libros de Arqueología Bíblica para ubicarnos en la
geografía de la ciudad receptora de la Epístola y tener mayores detalles de cómo sucedieron las
cosas. Se investigó el contexto histórico en el que vivían los receptores del mensaje paulino. Se
realizó también una exégesis del pasaje bíblico y luego se procedió a extraer los puntos
importantes para el planteamiento de la Teología del Contentamiento. Finalmente se buscó
información de creyentes que habiendo aplicado esos planteamientos de forma práctica en sus
vidas habían logrado tener una vida con contentamiento.
Cronograma de actividades.
Fecha Actividades
Dic 2019 Discusión y Diseño del Plan de Investigación
Ene 2020 Recopilación de Fuentes Bibliográficas y Referencias
Feb 2020 Primer acercamiento al tema y primeros apuntes
Mar 2020 Entrega del primer borrador
Abr 2020 Levantamiento de las Observaciones
May 2020 Redacción final y entrega
Aspectos éticos.
Este trabajo ha cumplido con las normas APA, y en algunos puntos inciertos y no
comprendidos por las normas APA, hemos optado por resolver las dudas a criterio nuestro.
Toda información obtenida de otras fuentes tiene las referencias señaladas.
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Conclusiones
La Teología del Contentamiento que plantea Pablo y que podemos observar con mayor
detenimiento en su carta a los Filipenses 4:10-13, tiene como fundamento el conocimiento de
Dios, y el reconocimiento de quién es Él y quién es para nuestras vidas. A medida que más lo
conozcamos y lo reconozcamos en cada área de nuestras vidas y en nuestra cotidianidad,
podremos vivir en Contentamiento y ello nos dará una satisfacción que no es humana sino que
viene del mismo Dios. Si el creyente de hoy, no logra reconocer a Dios en todos sus caminos,
haga lo que haga jamás podrá vivir una vida con contentamiento.
Ese conocimiento que vamos adquiriendo de Dios, nos debe llevar también a depender de
Él. Nuestra dependencia debe ser total, despojándonos y quitando de nuestras almas, todo
aquello que nos ate a este mundo, renovando también nuestra forma de pensar y de ver las cosas.
La provisión del Señor nos sustenta y nuestra confianza en Él es vital para vivir en
contentamiento. Cuando nuestra fortaleza no se base en nuestras posesiones ni en nuestros
logros, ni en lo que podamos ser capaces de hacer; sino solamente en aquel que nos dio la vida y
tiene nuestros cabellos contados; podremos vivir con contentamiento.
El reconocerlo y depender siempre de Él, nos debe llevar también a poner nuestra
seguridad en Él. Jesús es nuestra roca, nuestra torre fuerte, nuestro castillo, nuestro sustento,
nuestras vidas están en sus manos. Solo en él podemos estar seguros y eso no depende de
nuestras circunstancias; podremos estar pasando hambre, persecución, desnudez y todo tipo de
aflicciones humanas y terrenales y aun así poder vivir con contentamiento.
Toda esta Teología del Contentamiento de la cual hemos planteado y comentado, tuvo
relevancia para la época de Pablo, tiene relevancia para nuestros días, para que el creyente de
hoy pueda encontrar satisfacción de vida y tendrá relevancia para los que vendrán después; y eso
es porque está basada en la Palabra de Dios que es eterna. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán.” (Marcos 13:31).
30
Referencias Bibliográficas
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