Tendiendo puentes

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EL PUENTE TENDIENDO PUENTES uTk

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EL PUENTE

TENDIENDO PUENTES

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TENDIENDO PUENTESFotografías y texto de uTk (Jesús Ángel Sánchez Moreno)

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© JESUS ANGEL SANCHEZ MORENO

DE PUENTES Y DE ORILLAS

Allí donde se instala lo humano surgen las orillas. Dos. Del lado de aquí y del lado de allá, como titulaba Cortázar las dos grandes partes de Rayuela. Del lado de aquí y del lado de allí o de allá. Algo más que simples expresiones para denotar lugar, para situarnos y situar espacialmente a los demás. Yo siempre estoy del lado de aquí. Ellos siempre están del lado de allá. La denotación espacial da paso a un contenido connotado que tiene una fuerte carga social. Dos orillas entendidas como dos mundos, distantes por distintos. Y ya se sabe, lo distinto, lo diferente, siempre es lo otro, lo que está lejos, aquello que no tiene relación directa con lo mío, con lo nuestro. Los de la otra orilla no son unos de los nuestros.

Me cruzo con ellos. Caminan en una misma dirección. No son conscientes de ello; pero caminan en una misma dirección y yo, al mirarlos, hago visible ese camino.

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PISADAS Y SOMBRAS. 2

Y si miras bien, si encuadras bien, las huellas y las pisadas dejan paso a las personas. Vidas en el puente.

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Escribe Edmond Jabés

La distancia que nos separa del extranjero es precisamente la que nos separa de nosotros mismos.

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¿Qué pretende decirnos el extranjero? ...

que no somos hermanos por semejanza sino por reconocimiento; reconocimiento de uno mismo a través del otro, aceptación de uno mismo por los otros,

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Dicen que hemos abolido las distancias. Mundo en red. Móviles. Internet. Televisión... No hay distancias, salvo para el reconocimiento del otro.

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El frío. Otras memorias. El recuerdo de un viento otro,distinto en este viento nuevo, extraño aún.

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el puente, una metáfora.

Dos personas situadas cada una en su orilla. Se miran y ven, ambos, una figura desenfocada al otro lado. Lo otro siempre es visto como algo desenfocado, sin perfil claro, sin la nitidez de lo próximo, del prójimo, de lo reconocible. Es el otro: extraño, extranjero. Es el otro, la amenaza o al menos el riesgo de una amenaza que siempre es vaga, general, porque al ser así, al no precisarse del todo, cumple mejor el papel social que otorgamos a la percepción de la amenaza.

Hay una novela que narra el devenir histórico de una relación conflictiva entre comunidades que, viviendo en el mismo lugar, jamás dieron vida a un nosotros verdadero. El novelista le da protagonismo al puente, pura metáfora viva, visible, de un desencuentro trágico. Construido, reconstruido, destruido… La negación del puente es la negación de toda posibilidad de convivencia. Y emerge la pregunta que habita en cada una de las fotos que van naciendo en el puente: ¿nosotros tendemos más a la construcción o a la destrucción de puentes?.

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Lo mismo no es siempre igual. Radicalidad de los matices.

Cómo negar lo evidente. Hay otros que aceptamos y cuya presencia entre nosotros es recibida con agrado. Pero en realidad estos otros no son los otros.

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LA MIRADA

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LA MIRADA (2)

La miro. La cámara sale a su encuentro. Ahora es algo más que una foto. Es mi mirada reconociéndola. No sé su nombre, pero ya no me es extraña. Me crucé con ella y la miré.

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LA MIRADA (3)

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Siempre en el otro lado

Sumido en sus pensamientos, cruza al otro lado, viene del otro lado.

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TENDER PUENTES

Los puentes unen las dos orillas creando una tierra de nadie que, por serlo, es

territorio de todos. Los puentes son tránsito, viaje hacia lo otro, viaje hacia

el otro. Puntos de encuentro. Eso de lo que andamos tan necesitados en los

tiempos en los que hemos abdicado de una de las condiciones del sujeto moderno,

ser el otro. Je suis un autre, gritaba Rimbaud cuando la Modernidad era aún la

promesa abierta a lo posible.

El grito de Rimbaud, que un día fue un clamor revolucionario, una llamada a la

transformación, era una forma de abordar lo diferente, las diferencias de una

manera dialéctica. Dialéctica negativa, como quería Adorno: no renuncio a eso que

es mi identidad, pero me abro a la interacción con lo otro, con el diferente

desde el rigor del juicio crítico. Abrirte a lo otro no supone adoptar las pautas

del relativismo cultural, moral, social…; ser crítico, comprender la diferencia

para ajustar no sólo mi posicionamiento frente a ella sino mi propia identidad.

Caption

Venir, ir. A veces estos verbos se conjugan en un cierto dolor.

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VIDAS CRUZADAS

Los puentes son un territorio nómada. En ellos la identidad es, siempre, un estar de paso en un viaje emprendido hacia el horizonte. La línea del horizonte es la meta que ha de presidir la aventura humana de ir hacia lo otro, de buscar una relación dinámica, dialéctica, crítica con lo otro. Lo dijo hace mucho Chesterton: cuando decimos que no quedan ya territorios por conquistar nos equivocamos, pues la gran aventura aún no emprendida por los humanos es saltar la valla que nos separa del jardín del vecino y atrevernos a mirarle a la cara; atrevernos a reconocerle.

Y en el puente, sobre el puente, nos cruzamos. ¿Cuántas personas, cuántas vidas, cuántos sueños? Tantos silencios

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Intersección (im)posible (?)

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Vidas que se cruzan. Sombras que casi se rozan.

"El entendimiento mutuo nace de la fusión de horizontes" Z. Bauman

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LA MIRADA COMO ESPACIO SOCIAL

Poco a poco van acercándose. Del lado de allí y del lado de acá. Dos personas que caminan en sentidos opuestos que, según se mire, son un único sentido: ése que les lleva a cruzarse. Un instante. Un breve fragmento de tiempo en el que los dos cuerpos con sus vidas a cuestas pasan casi rozándose. ¿Por qué no se miran? La mirada es el primer paso para el reconocimiento, para esa aproximación al otro que nos posibilita convertirlo en semejante, próximo y, por lo tanto, prójimo.

En el principio, no lo dudemos, siempre está la mirada. Reconocimiento. Relaciones igualitarias. El otro es un tú más que un él. Una oportunidad para la utopía en el mundo de las identidades.

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Ir. Venir. Cruzarse. El puente. Sobre el puente, la

vida humana se despliega.

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UN PUENTE HACIA UN NOSOTROS

Allí donde lo humano se instala nacen las orillas. Allí y aquí. Aquí y allá. Es urgente que asumamos que cuando dos orillas surgen hay que ir tendiendo los puentes que las conviertan en dos lados de un mismo querer, de un mismo proyecto de convivencia. Si los puentes no transforman el sentido original de las orillas no podemos hablar de puentes, podremos hablar de obras de ingeniería que no trascienden su mera función instrumental para convertirse en elementos con una clara vocación social. Los puentes como encrucijadas de sentido, lugares donde la intersección de vidas dan vida a la posibilidad de que el otro, los otros, dejen de ser los siempre extraños, aquellos con quienes no tenemos nada que ver.

El puente son las personas que lo cruzan. Ellos, es decir, nosotros le damos vida a esa construcción de piedra o de acero o de lo que sea. El puente es la posibilidad que todos los días vivimos de acabar con ese NOS...(otros) y constituir el único y necesario Nosotros, sin puntos suspensivos ni paréntesis que escondan la exclusión en la inclusión aparente.

Último carrete - 075

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EPÍLOGO

"Sea cual sea el futuro de las ciudades, y por mucho que cambie su trazado, aspecto y estilo en el transcurso de los años o de los siglos, siempre habrá una característica que se mantendrá estable: las ciudades son lugares repletos de desconocidos que conviven en estrecha proximidad"

Zygmund Bauman

ENCUADRE

Tengo la suerte de necesitar cruzar ese puente que unos llaman de piedra otros de los leones, algunos, los menos, romano, todos los días. He dicho necesidad, pero al mismo tiempo es la realización de un deseo. Durante gran parte de mi vida en esta ciudad el puente era tan sólo un vial que me o llegar hasta la vieja estación de ferrocarril, No iba más allá. El puente era también algo que lógicamente sigue siendo: espacio al que accedían los turistas para obtener esa foto imprescindible de El Pilar. Pero el puente no era en realidad un puente porque la otra orilla seguía siendo ese mundo al que se le daba la espalda, mundo ignorado. Ahora lo cruzo a diario, pero ya no lo vivo como un simple vial ni siquiera como un monumento histórico o como el mirador para cazar el souvenir. Voy y vengo entre las dos orillas y en el puente me cruzo con personas con su biografía, su vida. Son desconocidos. Yo lo soy para ellos. Pero compartimos el puente, nos cruzamos en ese lugar a veces acompañados por la fuerza del viento y el rumor de unas aguas que juguetean a ser turbulentas por un ratito. Nos cruzamos y les miro.

Un día quise mirarlos también a través de mi cámara, pero no para que fueran esa foto simple que la gente reduce a mero instante detenido, tiempo congelado. Mirar con la cámara es trazar una mirada que pretende ser pregunta, viaje hacia, interpretación, expresión manifiesta de un posicionamiento ético. Les hago fotos. No encuadro desde el visor. Eso rompería la magia del encuentro, acabaría con el sentido de ese entrecruzarse de historias mínimas, pequeñitas, preciosas, desconocidas… Cuando he mostrado alguna de estas fotos siempre hay personas que me preguntan por el motivo por el que fotografío a esas personas ya que no encuentran nada de extraordinario en ese panorama humano, normal, corriente, rutinario. La respuesta siempre es la misma: por qué no voy a hacerlo. Un fotógrafo, no recuerdo su nombre, dijo que nada humano le era ajeno. Es así y es por ello que los construyo con mi mirada como personajes de mi propia vida. A fuerza de verlos, a fuerza de mirarlos o por el hecho mismo de haberlos mirado ya no son algo indeterminado. Son personas. No son gente. Sigo desconociendo su nombre y sus historias, pero ya no son nadie. Han dejado de ser el otro. Las orillas han dejado paso a la dialéctica del puente.

Agradecimientos

A todas las personas que aparecen en las fotos. Un día nos cruzamos en el puente y al mirarlas quise que ellas fueran parte de este proyecto, de este puente tendido entre dos orillas y que aspira a unirlas en un mismo horizonte de convivencia.

BAUMAN, Z. "Confianza y temor en la ciudad" Ed. Arcadia. BarcelonaJABÈS. E. "Un extranjero con, bajo e brazo, un libro de pequeño formato" Ed. Círculo de Lectores

CONTACTOJesús Ángel Sánchez Moreno http://web.mac.com/utk1957/iWeb/web_utk/PRINCIPAL.html

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