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1 TENDENCIAS EDUCATIVAS ACTUALES. MOOCs y BLENDED LEARNING PARA LA NET GEN DE NUESTRAS UNIVERSIDADES E INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR Participa en la categoría de ensayo Resumen Se presenta un análisis breve de los cambios sociales y educativos producidos en los últimos años por los acelerados avances tecnológicos y su proliferación en la sociedad. Tales cambios han dado lugar a la aparición de una nueva generación de estudiantes denominada Net Gen o Generación Y que reclama nuevos paradigmas educativos que conjuguen tanto los avances tecnológicos, como los últimos descubrimientos realizados por la neurociencia. Con base en estas necesidades se presentan y analizan las últimas tendencias más significativas en educación superior: los MOOCs y el blended learning, con un análisis previo de los modelos educativos tradicionales (conductismo, cognitivismo y constructivismo) frente a la propuesta innovadora del conectivismo. Se propone el blended learning como el modelo educativo más acorde a la realidad de nuestras instituciones de educación superior, junto un mecanismo de implementación a mediano plazo. Palabras clave: Net Gen, aprendizaje a distancia, conectivismo, MOOC, blended learning.

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TENDENCIAS EDUCATIVAS ACTUALES. MOOCs y BLENDED LEARNING

PARA LA NET GEN DE NUESTRAS UNIVERSIDADES E INSTITUCIONES DE

EDUCACIÓN SUPERIOR

Participa en la categoría de ensayo

Resumen

Se presenta un análisis breve de los cambios sociales y educativos producidos

en los últimos años por los acelerados avances tecnológicos y su proliferación en

la sociedad. Tales cambios han dado lugar a la aparición de una nueva generación

de estudiantes denominada Net Gen o Generación Y que reclama nuevos

paradigmas educativos que conjuguen tanto los avances tecnológicos, como los

últimos descubrimientos realizados por la neurociencia. Con base en estas

necesidades se presentan y analizan las últimas tendencias más significativas en

educación superior: los MOOCs y el blended learning, con un análisis previo de los

modelos educativos tradicionales (conductismo, cognitivismo y constructivismo)

frente a la propuesta innovadora del conectivismo. Se propone el blended learning

como el modelo educativo más acorde a la realidad de nuestras instituciones de

educación superior, junto un mecanismo de implementación a mediano plazo.

Palabras clave: Net Gen, aprendizaje a distancia, conectivismo, MOOC, blended

learning.

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Introducción

En los inicios del siglo XXI se comenzó a tratar un tema sin precedentes en

toda la historia de la educación: el aprendizaje de las nuevas generaciones de

estudiantes conocidas genéricamente bajo un único nombre que las aglutina como

la Generación Net (Net Gen) o Generación del Milenio (Alch, 2000; Oblinger y

Oblinger, 2005, Prensky, 2001, Tappscot, 1998). Estas nuevas generaciones de

estudiantes presentan características de actitud y comportamiento diferentes a las

de generaciones anteriores y nos es claro que para los profesores universitarios

de más de diez años de experiencia resulta evidente en sí mismo que los

estudiantes de nuevo ingreso a la universidad hace diez años fueron muy

diferentes a los estudiantes de las generaciones desde hace un par de años.

Estos cambios sugieren que la práctica docente debe modificarse para incidir de

manera efectiva y eficaz en el aprendizaje de estas nuevas generaciones.

Esta breve discusión conduce al planteamiento de los objetivos que

perseguimos en este ensayo: (a) Presentar un panorama resumido de la situación

actual en nuestra universidad; (b) Presentar las tendencias actuales más

importantes en educación superior y poner a consideración de la comunidad

académica los supuestos teóricos que las sustentan, contrastándolos con los

paradigmas tradiciones de uso corriente; y (c) Presentar uno de los modelos

educativos innovadores que puede ser la mejor solución a mediano plazo.

Podemos citar una gran cantidad de documentos que sirven por sí solos para

justificar el tema que discutiremos a lo largo de este documento y que ponemos a

la consideración de las comunidades académicas: el reto de la educación de las

nuevas generaciones de estudiantes actuales –quienes pertenecen a la

Generación Net o Generación Y–, tanto como a los futuros estudiantes que

accederán en pocos años al nivel superior, miembros de la Generación Z. El

primer documento que podemos rastrear hacia finales del siglo XX, es la

Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción

de la UNESCO (1998), cuyo artículo 12, El potencial y los desafíos de la

tecnología manifiesta, de manera contundente, que se han de “crear nuevos

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entornos pedagógicos, que van desde los servicios de educación a distancia hasta

los establecimientos y sistemas "virtuales" de enseñanza superior, capaces de

salvar las distancias y establecer sistemas de educación de alta calidad”. Aunque

todavía no se hablaba abiertamente de la existencia de las Generaciones Y y Z, sí

se preparaban los escenarios futuros en que habría de desarrollarse la educación

en un mundo globalizado y altamente tecnificado.

Un segundo documento aparecido en los albores del siglo XXI fue

proporcionado por la OCDE, The Future of the Tertiary Education Sector:

Scenarios for a Learning Society (Miller, 2003). En éste, se presentan los 6

posibles escenarios para la educación superior, dos de los cuales tiene que ver,

uno con el uso de recursos tecnológicos en la educación superior, y otro con la

desaparición de las instituciones tal como las conocemos en este momento.

El documento lo he organizado de la siguiente manera: En las primeras dos

secciones se describe la Net Gen y sus propuestas de educación; en seguida se

discute la necesidad de cambiar los supuestos educativos actuales. En dos

secciones subsecuentes damos cuenta narrativa del surgimiento de los modelos

educativos en línea y los fundamentos teóricos de las principales tendencias

educativas: los MOOCs y el blended learning, de los que el segundo es el modelo

que se explica por qué se considera el más adecuado para nuestro medio.

Finalmente se pone a consideración una forma de implementar a mediano plazo el

blended learning. Estoy seguro de que la forma más favorable de incidir en la

educación de nuestros estudiantes es a través de la incorporación de nuestros

sistemas académicos a la tendencia actual. Este trabajo pretende contribuir a tal

empresa.

1. La Net Gen

El tema de las nuevas generaciones, que conlleva el énfasis sobre las nuevas

generaciones de estudiantes, ha sido tratado profusamente por diferentes autores

con base en sus observaciones llevadas a cabo en los Estados Unidos y en

Europa, principalmente. Para nuestros propósitos, partimos del concepto de

4

generación como el conjunto de personas que “comparten características

peculiares dado uno o varios criterios y que hacen que los miembros del grupo

exhiban comportamientos similares” (Ferreiro, 2006). De acuerdo con este

concepto, hemos de sumergirnos en la apabullante e innegable evidencia de la

que hemos sido testigos de que durante los últimos años de las décadas de los

80’s y los 90’s del siglo XX. A lo largo de ese periodo se generó el escenario para

uno de los más extraordinarios cambios socioculturales en la historia de la

humanidad con la llegada de las tecnologías de la información y de las

comunicaciones, las TIC, junto con la globalización. En este nuevo entorno social,

económico y cultural, nace, crece y se educa una generación que, al relacionarse

con las TIC y vivir dentro de un entorno globalizado, da el gran paso que la

diferencia de todas las generaciones anteriores cuando sus miembros se

convierten en usuarios que participan en redes sociales mundiales, juegan, se

entretienen, plantean y resuelven problemas, y establecen relaciones laborales a

pesar de la distancia y el tiempo.

Para el estudio de tal fenómeno se propuso, desde hace poco más de dos

lustros, una clasificación generacional que afirma que existe una categorización de

las personas nacidas en determinadas épocas de la historia reciente (Alch, 2000;

Carlson, 2005; Leung, 2004): los baby boomers, todas aquellas personas nacidas

entre 1946 y 1964; los baby busters, nacidas entre 1965 y 1976, y la Net Gen, a la

que pertenecen quienes nacieron entre 1980 y 1994. Esta última categoría, que es

a la que nos hemos referido en el párrafo anterior, también es conocida como

Generación Y (Hills y col., 2012). Para nuestros propósitos utilizaremos,

preferentemente, el nombre Net Gen.

En nuestra Universidad una muestra representativa del total de profesores –

hasta diciembre de 2012–, arroja el resultado de que el 21.9% de ellos pertenecen

a las generación de los baby busters y el 54.2% a la de los baby boomers,

mientras que el 23.9% es parte de la Net Gen. Sandars (2006) utiliza la metáfora

de los inmigrantes digitales para referirse a todas aquellas personas que no

pertenecen a la Net Gen. Éste nombre es acertado porque hace ver que cuando

un inmigrante se encuentra con una cultura nueva, generalmente hace su mejor y

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mayor esfuerzo por adaptarse a ella, aunque en algunos casos sus esfuerzos no

producen resultados satisfactorios porque arrastran consigo antecedentes

culturales propios prácticamente imposibles de erradicar. Los números anteriores

muestran que, en nuestra Universidad, el 76.1% de los profesores son inmigrantes

digitales. Prensky (2001) propone dos maneras por las que esta clase de

profesores puede avanzar. La primera es reconocer que la Net Gen requiere

aprender de una manera diferente, y la segunda, consiste en revisar críticamente

los supuestos que se tienen sobre el aprendizaje, incluyendo tanto el contenido

como el método. En la misma línea, Tapscott (1998) sugiere que la concepción

total de la enseñanza debe cambiar, de lineal a oportunidades de aprendizaje en

hipermedios, de instrucción a construcción y de métodos estandarizados a

acercamientos personalizados de aprendizaje. Las orientaciones lineales al

aprendizaje son las denominadas tradicionales, en las que el libro de texto es la

fuente principal de recursos para el aprendizaje, el profesor es el protagonista del

proceso y los contenidos son la base y fundamento de la instrucción.

El punto interesante aquí es que unos pocos años después de propuesta la

clasificación descrita líneas arriba, nos encontramos con que la situación ha

cambiado. Garner (2007) propone un nuevo concepto, el de diversidad

generacional, por el que afirma que la Net Gen está compuesta por jóvenes que

han forjado y desarrollado nuevos hábitos y actitudes que las generaciones

anteriores nunca hubieran relacionado con gente joven, tales como interés por

temas sociales y trabajo en equipo, por los que tendrán un impacto futuro sobre

asuntos como ventas al menudeo, la paternidad, el liderazgo, la moda, la

mercadotecnia y la publicidad, y prácticas y gestión corporativas. Asimismo, Nilson

(2010) da cuenta de que los estudiantes Net Gen, a pesar de sus indudables

cualidades positivas, también han contribuido a edificar una sociedad “cuasi

corporativa”, en la que la educación superior se considera como mercancía por la

que se ha pagado. Así, los estudiantes y sus padres esperan servicios al cliente

ejemplares, al tiempo que las universidades continuamente mejoren y modernicen

sus instalaciones. Aunado a esto, Stewart (2009) menciona una característica más

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que los profesores sufrimos en cada periodo de evaluación: un sentido de tener

todo el derecho de rebatir y cuestionar las calificaciones asignadas.

Es también evidente que la Net Gen presenta problemas académicos serios

tanto para ellas mismas como para el personal docente y administrativo que se

encuentra a su cargo. Por ejemplo, en los dos últimos años, en carreras de

ingeniería de nuestra universidad, los cursos introductorios de Física han

registrado altos índices de reprobación superiores, en promedio, al 65% mientras

que en pláticas informales con profesores de otras asignaturas se asegura una

situación similar. Aunado a esto, las actitudes del estudiante promedio representan

también un reto pues, junto con lo reportado por Stewart (2009), nuestra

experiencia muestra que el estudiante promedio continúa la búsqueda de obtener

la máxima calificación con el mínimo –o nulo– esfuerzo, la poca atención en clase

y la necesidad –a veces rayana en compulsión– del teléfono celular y la conexión

a la Internet, para acceder a redes sociales. Un estudio breve realizado durante

los meses de enero y febrero de 2013 en nuestra institución muestra que, en

promedio, los estudiantes de nuevo ingreso acceden a redes sociales cada 12

minutos.

Por otro lado, respecto a la práctica docente, observamos un rezago ante la

problemática esbozada. Pareciera que la clase de exposición es el único recurso,

y a la objeción de que se han introducido recursos modernos e innovadores como

la presentación de temas en Power Point, se opone la realidad de que solamente

se ha sustituido el pizarrón por el cañón y la pantalla, con lo que la clase se

desarrolla, ahora, con las características de una conferencia magistral. El uso de

sistemas de gestión de cursos (LMS) tales como Moodle, de uso corriente en

diversas instituciones de educación superior ha venido a darle diversidad a la

práctica docente con la incorporación de tecnologías de información y

comunicación (TIC) apropiadas para satisfacer la formación de la Net Gen como

un primer acercamiento.

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2. La educación de la Net Gen

El fenómeno de la Net Gen ha dado lugar a diversas posturas y sugerencias

para cuyo fin es desarrollar los presupuestos y modelos educativos para caminar

al mismo rito de cambio que la tecnología y su influencia social. Por ejemplo,

Padilla Lavín (2008), indica que el mayor reto que enfrenta la educación

universitaria “está en la ruptura del paradigma tradicional de enseñanza-

aprendizaje” especialmente por parte de los profesores, quienes deberán

convertirse en “humildes estudiantes” que deben aprender lo necesario para lograr

sintonizarse con sus alumnos y alumnas. Por otra parte, Dávila (2006) habla de

una crisis en la educación, dado que “nunca antes como ahora, los niños y

jóvenes pueden saber más y tener más dominio sobre una innovación para el

mundo.” En su visión, afirma que la Net Gen se siente mejor con la tecnología que

con sus familias o sus profesores, por lo que el gran desafío consiste en educar

niños y jóvenes que saben más de tecnología que sus maestros, son más seguros

de sí mismos y se encuentran conectados a la red durante tiempos muy largos.

Sin embargo, tanto Padilla como Dávila recurren a sugerencias educativas

proporcionadas con anterioridad por otros autores tales como Tapscott (1998),

Oblinger y Oblinger (2005) y Sandars (2006). La cuestión importante de los

aportes de ambas investigadoras a la educación de la Net Gen consiste en admitir

que existe una perentoria necesidad de cambio en los perfiles docentes, lo que a

su vez sólo puede lograrse por medio de la aceptación de lo nuevo e innovador y

de la formación y actualización continuas y permanentes.

Nuestra tesis para la educación de la Net Gen es la imposibilidad de lograrlo

sin recurrir al uso de las tecnologías que los unen y marcan como generación

única (Cfr. Ferreiro, 2006). Pero no se trata de simplemente incorporar

aditivamente lo nuevo a lo viejo, o de hacer lo mismo que se ha hecho desde hace

un par de décadas como, por ejemplo, sustituir el pizarrón por pantalla, cañón y

Power Point, sin modificar las estrategias de enseñanza y la participación activa

de los estudiantes en el uso de las tecnologías. De lo que se trata, es de diseñar

nuevos ambientes de aprendizaje capaces de modificarse y cambiar junto con el

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acelerado proceso de cambio social y tecnológico contemporáneos, sin perder de

vista que las TIC amplían y enriquecen las posibilidades de la educación, más no

sustituyen algunas de las formas tradicionales de aprendizaje. Lo nuevo será la

forma en que se usen los recursos para crear situaciones de aprendizaje

centradas en el estudiante, que promuevan el autoaprendizaje, la construcción

social de su conocimiento y el desarrollo del pensamiento crítico y creativo. La

importancia de estas acciones reside en la realidad de las tendencias educativas

actuales dictadas por los mismos miembros de la Net Gen y sólo podrá lograrse a

través del trabajo cooperativo entre todos los actores del quehacer educativo, y el

acceso directo a la información mediante el uso de los recursos relacionados con

las TIC, seleccionados para cada contenido y objetivo de aprendizaje.

3. La necesidad del cambio en los supuestos educativos

A nuestro parecer, es evidente que las TIC han tenido un impacto decisivo

sobre la educación, de acuerdo a lo que podemos apreciar en nuestras

universidades. Sin embargo, es posible que muchos de nosotros no demos crédito

a los cambios que se están operando ya a nuestro alrededor. Es también posible

que esta cerrazón se deba, en primer lugar, a que muchos de nuestros intereses

personales creados se vean amenazados y, en segundo lugar, porque la mente

humana se resiste a aceptar la disrupción y la ansiedad que ésta trae consigo.

Pero a pesar de que se voltee hacia otro lado, los cambios se están dando.

Muchas clases se ven complementadas –y a veces sustituidas– por ingentes

cantidades de videos, obtenidos en buena parte de YouTube1; parte del

intercambio académico y trabajos colaborativos se llevan a cabo en sitios

interactivos en línea; muchas universidades de gran prestigio mundial extienden

sus alcances a estudiantes y profesores en todo el mundo a través de blogs, wikis,

podcasts, etcétera. La realidad de iTunesU, donde encontramos clases y

conferencias descargables sin costo, es cotidiana.

1 Por ejemplo, la revista The Physics Teacher publicada por la American Association of Physics Teachers,

presenta en cada número una sección especializada en recomendar videos educativos que pueden encontrarse y descargarse libremente en YouTube.

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Una de las mayores barreras que se opone a los cambios dictados por la

tendencia educativa principal es el común supuesto de que los estudiantes

aprenden mejor en clases presenciales en interacción con un profesor, que en

clases basadas en computadoras. Según el punto de vista tradicional, no hay nada

mejor que encontrarse dentro de un aula con un profesor real y, hasta cierto punto

eso es cierto. Todos los que de alguna manera hemos tenido la experiencia de

cursar, o de participar como instructores en algún programa en línea, sabemos

que esta práctica no supera en ningún aspecto a la clase presencial. Sin embargo,

investigaciones recientes llevadas a cabo en la Iniciativa de Aprendizaje Abierto de

Carnegie Mellon han encontrado que cuando se combina el aprendizaje por medio

de computadora con la clase tradicional en el aula, los estudiantes aprenden los

contenidos de clase en la mitad del tiempo que por el uso exclusivo de enseñanza

tradicional, mientras que en Ithaka S+R se estudiaron dos grupos de estudiantes,

uno al que se le proporcionó solamente enseñanza tradicional y otro al que se le

proporcionó la mezcla de enseñanza tradicional con enseñanza mediada por

computadora. Los dos grupos tuvieron resultados semejantes en sus exámenes,

pero el grupo al que se enseñó con la combinación con computadora, aprendieron

la misma cantidad de material en 25% menos tiempo (Harden, 2013).

4. El surgimiento de los modelos educativos en línea

La influencia de las TIC en la educación nos ha llevado a través de un

relativamente corto recorrido, al punto en el que nos encontramos en este

momento: una sociedad en la que predomina el acceso a y el uso de las redes

sociales como formas de interacción social, las cuales se producen por al

intercambio de información y de recursos que se practica a través de ellas. En

general, es evidente que las redes sociales se desarrollan a través de

herramientas colaborativas y espacios que promueven el diálogo y la

coordinación. El uso de las TIC en los diversos ámbitos en que se mueven y

desarrollan las sociedades, sean académicas o no, ha transitado por una serie de

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etapas que corresponden a las generaciones (no en el sentido de Ferreiro

explorado con anterioridad) por las que ha evolucionado la educación a distancia2:

La primera generación es la que denomina el modelo por correspondencia, el

cual se realizaba por la vía postal. La segunda generación es la del modelo

multimedia, que se caracteriza por la evolución que produjeron los conceptos de

hipermedia y multimedia al crearse cursos a distancia. Ejemplo de esta generación

es el vídeo.

La tercera generación es la de la combinación de herramientas y

telecomunicaciones, denominado el modelo de telelearning por Fozdar y Kuman

(2007), en la cual se hace uso de una gran cantidad de nuevos medios. Ejemplo

de esta generación es la videoconferencia. La cuarta generación es denominada

por Taylor (1995) el modelo de aprendizaje flexible. Este autor hace hincapié en el

incremento de experiencias universitarias observado durante la década de los 90´s

del siglo XX sobre cursos en línea, por el que se reforzó la conexión entre la

enseñanza a distancia y los modelos de aprendizaje flexible los que, a su vez, se

caracterizan por dar aún mayor libertad a la flexibilidad de tiempo y lugar.

Taylor (2001) construye la quinta generación sobre la cuarta, añadiendo la

particularidad de ser una generación de Campus Virtual Institucional de Procesos

y Recursos, caracterizada por los sistemas computarizados que han incorporado

las instituciones de educación superior. Taylor lo concibe como un cambio en el

papel desempeñado por la tecnología en la educación superior porque los cursos

en línea no suponen ya una experiencia esporádica, sino que comienzan a formar

parte de los planes de desarrollo y de los currícula de muchas instituciones. Así,

los portales universitarios ofrecen a los usuarios enlaces y accesos eficientes a los

materiales y recursos didácticos, así como registros de su progreso académico.

La sexta generación incluida por Caladine (2008) es la Web 2.0, la que puede

considerarse como modelo de avance del entorno interactivo. Esta autora afirma

que cuando Taylors, en 2001, incluyó la quinta generación, los campos virtuales

2 Para nuestros propósitos tomamos la idea de García Aretio (1987, 2000), para quien la educación a

distancia es un sistema de comunicación bidireccional que sustituye la interacción personal en el aula de profesor y alumno, por la acción sistemática y conjunta de diversos recursos didácticos, y el apoyo de una acción tutorial que propicia el aprendizaje autónomo del alumno.

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eran los protagonistas en la educación a distancia; sin embargo, la tecnología ha

cambiado desde entonces. Todos hemos atestiguado un espectacular desarrollo

de las herramientas de Software Social. La Web 2.0 ha hecho que pasemos de

una Web estática a una Web dinámica, que se caracteriza por la participación y la

colaboración a través de las redes sociales en Internet. Participar en ellas supone

intercambiar pensamientos, crear planes, ubicar lugares, etc. En pocas palabras,

se trata de compartir información. Las redes han contribuido eliminar el espacio

que separa a las personas y ha promovido este tipo dominante de relaciones

sociales. Este hecho es lo suficientemente significativo como para confirmar la

existencia de una nueva generación de estudiantes, la que hemos multicitado

como Net Gen, que hace uso constante de las redes sociales, y es con la que

tendríamos que trabajar por medio de entornos virtuales, tanto los desarrollados

por los estudiantes mismos, como por la institución.

5. Fundamentos teóricos para la educación de la Net Gen

Indudablemente, los acelerados avances tecnológicos propician cambios en

nuestra sociedad prácticamente de un año a otro. Este hecho influye de igual

manera en la educación. Los supuestos educativos que conocemos y hemos

utilizado en mayor o menor grado los profesores inmigrantes digitales se resumen,

básicamente, en tres paradigmas: el conductismo, el cognitivismo (o también

denominado cognoscitivismo en algunos círculos) y el constructivismo. Lo

interesante es que estas tres corrientes de pensamiento educativo poseen y

comparten dos características fundamentales: consideran que el conocimiento

reside en el individuo y consideran que el conocimiento es una cosa que los

individuos crean o se apropian (Clarà y Barberà, 2013). La cuestión es que las

características del conocimiento dentro del concepto de la Web 2.0, contradicen

aquellos dos atributos “tradicionales” del conocimiento. El dinamismo del

conocimiento en la Web 2.0 no es compatible con la cosificación del conocimiento,

el cual se acerca más a un proceso, y la multiplicidad de perspectivas infiltradas

12

en el conocimiento en la Web 2.0 contradice el supuesto de la localización del

conocimiento (Siemens, 2005, 2006; Downes, 2005, 2012).

Por otro lado, las neurociencias nos han traído nuevos conocimientos sobre la

forma en que el cerebro aprende (OECD-CERI, 2009). De estos conocimientos, el

más sorprendente se refiere a una singular propiedad del cerebro: la plasticidad, la

cual consiste, en pocas palabras, en la capacidad que tiene el cerebro de

modificar su estructura anatómica como resultado de estímulos externos. Conocer

la función del cerebro durante su aprendizaje ha confirmado en buena parte la

teoría del desarrollo intelectual de Piaget (Hansen and Monk, 2002) y ha dado

lugar a la emergencia de ciencias transdisciplinares como la neurodidáctica

(Sabitzer, 2011). Con esta nueva base de saberes, cabe preguntarse: Dado que la

tendencia es adquirir conocimientos de formas no tradicionales, ¿qué efectos tiene

eso sobre la morfología y función del cerebro? Indudablemente, por su plasticidad,

el cerebro debe modificarse para adaptarse al uso de las TIC. Un caso está en el

almacenamiento y recuperación de la información, procesos cognitivos que antes

debía hacerlos el aprendiz, y ahora son realizados por dispositivos electrónicos.

Estos hechos mencionados sugieren que las teorías de aprendizaje deben

modificarse para ajustarse a los rápidos cambios de nuestra época.

Una propuesta alternativa la podemos encontrar la propuesta de Siemens

(2004) denominada Conectivismo se caracteriza de la siguiente manera:

“El conectivismo es la integración de principios explorados por las teorías de

caos, redes, complejidad y auto-organización. El aprendizaje es un proceso

que ocurre al interior de ambientes difusos de elementos centrales cambiantes

– que no están por completo bajo control del individuo. El aprendizaje (definido

como conocimiento aplicable3) puede residir fuera de nosotros (al interior de

una organización o una base de datos), está enfocado en conectar conjuntos

de información especializada, y las conexiones que nos permiten aprender

más tienen mayor importancia que nuestro estado actual de conocimiento.”

3 Actionable knowledge, en el original. El sentido del término se refiere a conocimiento susceptible de ser

aplicado o utilizado de manera inmediata.

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No entraremos en los detalles teóricos relacionados con los cuatro campos del

conocimiento sobre cuya integración se fundamenta el conectivismo por

cuestiones de espacio y porque no son, realmente, relevantes para el propósito de

este trabajo. Sin embargo, creemos importante apuntar tres de los principios en

que se basa. Los dos primeros se han mencionado en términos de la cosificación

y la localización del conocimiento. El siguiente posee gran importancia: El

aprendizaje es un proceso de conectar nodos o fuentes de información

especializados. Esto significa, en primer lugar, que el conocimiento y su

aprendizaje pueden residir en dispositivos, aunque el punto de partida es el

individuo. De esta manera, los aprendices han de desarrollar dos habilidades

clave: visualizar las conexiones entre áreas, ideas y conceptos, y la alimentación y

mantenimiento continuo de tales conexiones.

Estos supuestos educativos surgen, indudablemente, de un la evidencia

cotidiana proporcionada por un análisis –no necesariamente exhaustivo– de redes

sociales. En ellas los individuos actúan como nodos que concentran y

redistribuyen la información la que a su vez alimenta a otros individuos, a

organizaciones e instituciones, quienes retroalimentan a la red, para proporcionar

nuevos conocimientos y aprendizajes a los individuos. Cuando las redes se

utilizan con fines de aprendizajes académicos o institucionales, este círculo de

desarrollo del conocimiento les permite a los aprendices estar actualizados en su

área mediante las conexiones que han formado y obtener buenos logros

académicos (Burke, John, 2012; Gómez y López, 2010).

Finalmente, puede reconocerse que el conectivismo presenta un modelo de

aprendizaje acorde con los avances de una sociedad en la que el aprendizaje ha

dejado de ser una actividad interna e individual. Sin embargo, también han de

reconocerse sus limitaciones. Por un lado, el conectivismo no toma en cuenta la

interacción y el diálogo ya que conceptúa éste como una simple conexión del

individuo a un nodo de la red de información el cual solo puede ser de un tipo

binario (apagado-encendido) y estático. Por otro lado, –y creemos que es el

asunto de mayor envergadura– la consecuencia de esto es que el conectivismo no

explica el desarrollo de conceptos. A este respecto, es muy conocido y existen

14

muchísimas evidencias documentadas de que –al menos en ciencias– un

concepto se desarrolla a lo largo del tiempo. No es lo mismo, por ejemplo, el

concepto de fuerza newtoniana para un adolescente de secundaria que para un

joven universitario o para un físico maduro. Es también claro que la evidencia

histórica sugiere que la interacción entre individuos es una condición necesaria

para el aprendizaje.

La conclusión de todo esto es que, a pesar de la innovación educativa que

supone el conectivismo dentro de la era digital, éste no proporciona una

explicación completa y satisfactoria del aprendizaje en la Web 2.0, y en

consecuencia, las estrategias didácticas derivadas habrían de complementarse

con otras visiones que tomen en cuenta la interacción entre los actores del

proceso enseñanza-aprendizaje.

6. Los MOOCs

De pláticas informales con profesores de las diversas áreas de nuestra

Universidad, muy pocos han escuchado hablar o conocen el acrónimo MOOC, que

significa Massive Open Online Course. Los MOOCs son, entonces, cursos en

línea que se ofrecen a muy bajo costo –a veces sin costo– a un gran número de

estudiantes por diversas instituciones, y se consideran un buen ejemplo de lo que

se denomina innovación disruptiva4. Este término fue acuñado por Clayton

Christensen (1997) para caracterizar la clase de cambios que ocurren en el mundo

de los negocios por la introducción de un nuevo producto, idea, servicio o

tecnología que desencadena una “cascada de cambios inesperados que se

mueven a través de la sociedad como un tsunami” (Flynn, 2013). Otros ejemplos

de innovaciones disruptivas en el sentido de Christensen fueron, hacia finales del

siglo XX las computadoras personales, las cuales desplazaron a la máquina de

escribir con lo que los medios impresos comenzaron su declive, y en nuestros días

las tabletas y los smartphones que han comenzado a desplazar a las

4 Introducimos este término del original disruptive que se traduce como perjudicial, desestabilizador,

perturbador; que marca un hito.

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computadoras personales y el Skype, que está cambiando a la industria de las

telecomunicaciones.

La educación en línea tiene una larga historia que abarca varias décadas, pero

no es el propósito del presente trabajo abundar en ella. Lo importante para

nosotros es saber que el término MOOC lo creó, en 2008, David Cornier director

de Comunicaciones Web e Innovaciones de la Universidad de Prince Edward

Island y por Bryan Alexander del Instituto Nacional para la Tecnología en

Educación Liberal (http://www.openuped.eu/), mientras que el tsunami originado

por los MOOCs comenzó, formalmente, en el otoño de 2011. En ese momento

alrededor de 160,000 estudiantes de 190 países se inscribieron en tres cursos de

ciencias computacionales ofrecidos por la Universidad de Stanford (Pence 2012-

2013) y, desde entonces, los MOOCs han sido el tema de más impacto en las

discusiones sobre educación superior en los Estados Unidos de Norteamérica.

Ni Stanford ni sus profesores involucrados en los MOOCs tuvieron idea de lo

que vendría. Sebastian Thrun, uno de los profesores de Stanford incluidos en el

programa, se dio cuenta del tremendo potencial de los MOOCs. Thrun abandonó

la Universidad de Stanford, instauró su propio MOOC educativo privado y lo

denominó Udacity, cuyo objetivo era (y continua siendo) la democratización de la

educación, la cual fue ofrecida sin costo. En la actualidad, Udacity ofrece 14

clases sin costo a 112,000 estudiantes y su organización sigue creciendo. El caso

de Thrun ocasionó el efecto disruptivo en la educación superior. Después de que

Thrun salió de Stanford, otros dos profesores de la misma universidad, Daphne

Koller y Andrew Ng fundaron el MOOC llamado Coursera, que funciona como una

cooperativa educativa. Coursera comenzó en 2011 como una asociación entre

cuatro de universidades de primer nivel: Stanford, la Universidad de Pennsylvania,

la Universidad de Michigan y Princeton. En abril de 2012, Coursera anunció que

había recibido una donación de doce millones de dólares de parte de varias

empresas de Silicon Valley. Para finales de 2012, el MOOC incluía 12

universidades y ofrece 40 cursos que van desde poesía hasta robótica (McKenna,

2012).

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Animados por el éxito de Coursera, otras universidades de gran prestigio

comenzaron a difundir sus MOOCs en 2012. El Instituto Tecnológico de

Massachusetts (MIT) lanzó su primer MOOC, “Circuitos y electrónica” que atrajo a

120,000 estudiantes. Después de ello, Harvard y el propio MIT contribuyeron con

treinta millones de dólares cada uno para establecer EdX, un MOOC cuyo

funcionamiento comenzó en el otoño de 2012.

Así las cosas, está claro que los MOOCs nos proporcionan un vistazo de lo que

podría ser la educación superior dentro de algunos años. Ellos han permitido que

algunas universidades de prestigio mundial lleguen a cientos de miles de

estudiantes a un relativo bajo costo tanto para las instituciones como para los

estudiantes. Los MOOCs han sido particularmente importantes para el sector de

estudiantes que necesitan desarrollar un tipo de habilidades y aprender sobre

temas relevantes para sus empleos más que para obtener algún grado académico.

Con respecto a la educación superior en nuestro país podríamos pensar que,

dada su estructura y función, estaría protegida contra innovaciones disruptivas y

sus efectos. Sin embargo, no hemos de perder de vista que nuestras

universidades e instituciones de educación superior también tienen una naturaleza

de nicho dentro del mercado institucional y de servicios, por lo que podemos

presumir que tal inmunidad podría ser parcialmente una ilusión. Basta con darnos

cuenta de que la educación superior está íntimamente ligada a la comunicación y

a la tecnología para cuestionarnos sobre la certeza de la inmunidad ante los

MOOCs.

Para acercarnos una respuesta a tal cuestionamiento, pensemos en un

escenario en el que la cascada de cambios generada por la tecnología la podamos

apreciar fácilmente a partir de la vida cotidiana: La información fluye de manera

instantánea y masiva, por lo que la visión de nuestro entorno cambia; esta

apreciación produce un cambio en la manera en que comprendemos el mundo, lo

que acarrea una transformación de forma de pensar. A su vez, esta

transformación lleva a cambiar el cómo interaccionamos con otros, lo que conduce

a un cambio en las relaciones interpersonales. Y cuando estas relaciones

cambian, también lo harán las instituciones fundadas sobre la sociedad. Ahora,

17

como nuestras universidades son de este tipo de instituciones, entonces queda

abierta la pregunta: ¿hasta qué punto y a partir de cuándo los MOOCs –o algún

otro sistema de aprendizaje en línea– cambiarán a la Universidad mexicana?

Un problema de notable envergadura es la didáctica. El modelo educativo de

Coursera –inherente a todo MOOC– tiene una arquitectura conectivista que

enfatiza el aprendizaje entre pares. En este contexto, el profesor continúa como

responsable de la planeación del curso y de subirlo a la red, pero por su

naturaleza, el curso está centrado en el aprendizaje que ocurre por interacción

entre pares, más que centrado en el profesor. Las discusiones las “postean” los

estudiantes, quienes también las evalúan por medio de un sistema de votación, lo

que es en todo semejante a una evaluación por pares. Los ensayos escritos como

tarea los califica un programa de inteligencia artificial diseñado con ese propósito.

En nuestro medio estos cambios podrían considerarse poco probables en el

corto y mediano plazo, pues en nuestros modelos educativos –por mucho que

pueda decirse a nivel discursivo lo contrario– se centran en profesor como fuente

incontrovertible de información. El docente universitario organiza los componentes

educativos para presentar su cátedra, estructura las actividades de aprendizaje y

diseña los objetivos del curso junto con los productos de aprendizaje deseados.

Sin embargo, en un contexto conectivista el acercamiento al aprendizaje es del

tipo de “muchos a muchos”, en lugar de uno (el docente) a muchos (los

estudiantes) que no es otra cosa sino lo que se mencionó líneas arriba como como

aprendizaje entre pares. El aprendizaje deja de ser una transferencia de

conocimiento del profesor a sus aprendices, puesto que cada estudiante puede

crear su propio ambiente de aprendizaje al tener acceso a conocimientos

distribuidos en la web. Para ello, los estudiantes deben tener buenos

conocimientos tecnológicos y un cierto grado de madurez, pues la educación es

extremadamente autodirigida con poca presencia de un profesor.

Otro asunto que creemos importante de considerar es el de la calidad. Salerno

(2012) asegura que “las universidades tienen un fuerte incentivo para proteger o

controlar la calidad de los grados que confieren porque los graduados exitosos

afectan directamente el prestigio de la institución y la percepción pública de sus

18

productos.” (p.2) El motivo de esto es que “masivo” y “abierto” no son compatibles

con la selectividad de la que se nutre la calidad. Sin embargo, es también notorio

que aunque las universidades pioneras en este campo poseen un gran prestigio

internacional, han decidido correr ese riesgo.

7. El Blended Learning

En 2003 fue reconocido el término Blended Learning (Sánchez Vera, 2012) para

designar un tipo de educación que combina la clase presencial con el aprendizaje

en línea. Este modelo de aprendizaje combina cinco elementos (Marqués y

colaboradores, 2011): Sesiones presenciales, autoaprendizaje pautado,

colaboración, evaluación y materiales de apoyo. Las sesiones presenciales son

aquellas conducidas por un docente en las que participan todos los estudiantes

inscritos en un curso, mientras que el autoaprendizaje pautado se refiere a los

avances que realiza un estudiante a su propio ritmo en función del tiempo del que

dispone.

Por su parte, la colaboración describe la creación de entornos de aprendizaje

que faciliten la comunicación e interacción entre estudiantes y profesor, y entre

estudiantes (Blog, Wiki, Googledoc). La evaluación –generalmente asistida por

computadora– se entiende en sentido amplio, y su función es “medir” (también en

un sentido cualitativo) los conocimientos adquiridos por los estudiantes tanto al

inicio de la intervención del profesor, como al final de la misma. En este aspecto

es importante hacer notar al estudiante que la evaluación es un proceso diseñado

para que él mismo se dé cuenta de sus avances, de sus errores y de sus aciertos,

para que pueda corregir lo que está mal y potenciar la que está bien. Finalmente,

los materiales de apoyo son todos aquellos recursos –materiales y metodológicos–

que promueven el aprendizaje de los contenidos del curso y su transferencia hacia

otras situaciones.

Una cuestión importante a considerar es que, en el blended learning el

aprendizaje en línea ha de considerarse como una componente valor agregado en

lugar de un reemplazo de la clase tradicional. Inclusive podríamos pensar que el

19

blended learning, a diferencia de los MOOCs, no representan una disrupción, sino

una evolución del proceso enseñanza-aprendizaje en la educación superior. Para

entenderlo es de notar, en primer lugar, que se introducen medios y recursos

tecnológicos a los que los aprendices están acostumbrados y viven inmersos en

ellos, y que por ello pueden estudiar a su propio paso, en sus propios espacio y

tiempo. La clase presencial, como componente esencial del proceso educativo,

proporciona la interacción entre personas que la sola educación en línea puede

negarles. Este aspecto es igualmente importante, puesto que además de

proporcionar ambientes de socialización, se ha reconocido ampliamente que el

aprendizaje real, significativo y efectivo, es un proceso social como puede

constatarse en el muy conocido pensamiento de Vygotsky. Por otro lado, la

componente en línea viene a reforzar la idea de socialización puesto que en el

esquema del blended learning se da un mayor énfasis, a través de la colaboración,

al aprendizaje entre pares.

8. Propuesta de implementación

Creemos que un modelo educativo como el Blended Learning sería lo idóneo

para nuestro medio y nuestro país. Para ello, la idea central es que el papel

fundamental de la implementación del modelo es el que juegan los docentes como

principales impulsores del modelo puesto que de ellos depende directamente la

estrategia didáctica a utilizar y el contexto educativo en que ésta se vaya a utilizar.

Es claro que la metodología de enseñanza en la parte presencial, ha de ser

compatible, primero con la idea de un aprendizaje a distancia, en línea, y con los

materiales y objetos de aprendizaje a diseñarse para éste último. La idea de clase

presencial es que ésta siga una línea educativa en la que el método esté centrado

en el estudiante y su aprendizaje, por lo que serán necesarias estrategias

didácticas apropiadas en la clase presencial, al menos en la mayor parte del

tiempo. En este caso el paradigma constructivista es una opción adecuada

(Terhart, 2003).

20

Por otro lado, para la parte en línea, consideramos la existencia de dos clases

de medios de los que nos valemos para llevar a cabo la práctica docente: (a) Las

TIC y (b) Los objetos de aprendizaje. Estos últimos se refieren, esencialmente a

los recursos digitales diseñados y preparados especialmente para cada caso

particular. Para nuestros propósitos tales recursos son, en esencia, unidades de

contenido, las cuales podrían guardarse indefinidamente en repositorios de las

bibliotecas universitarias. Creemos importante, además, reiteramos que debe

tenerse en cuenta, en primer lugar, que los medios son solamente elementos

curriculares, y, en segundo lugar, que el docente es el elemento más significativo

para concretar el medio por lo que el aprendizaje no está en función del medio,

sino del método y de la estrategia didáctica. Para La primera parte, siempre será

indispensable proporcionar la formación del profesorado en el uso de técnicas y

estrategias didácticas basadas en el uso de las TIC, así como en el manejo de

plataformas de enseñanza a distancia (como Moodle).

Siguiendo a Sánchez Vera (2012), consideramos tres momentos en el proceso

de implementación. En el primero, se toma en consideración a la institución en la

que se presenta la propuesta de integración curricular de las TIC, y las teorías de

aprendizaje que sustentan tal propuesta. En un segundo momento se integran

equipos de trabajo para establecer el plan de acción a seguir, en el que se

deberán definir y concretar los objetivos que han de modificarse y/o introducirse,

los contenidos y medios y el plan de formación del profesorado. El tercer momento

hace referencia a las actividades a realizar tales que permitan la adquisición de

nuevos aprendizajes, a reforzar aprendizajes, y a utilizar las TIC como medio de

expresión.

Estas fases nos hacen comprender que las TIC no pueden ser impuestas a la

ligera los estudiantes; su implementación requiere un proceso de reflexión y

planificación adecuado, que ha de terminar en una evaluación igualmente

planificada que nos sirva para mejorar los futuros procesos.

Por su parte los medios, expresados por los contenidos digitales didácticos

son, como ya hemos expresado, elementos creados específicamente para cada

curso particular y poseen una serie de características. En primer lugar, como

21

consecuencia de lo anterior, son materiales elaborados con una finalidad didáctica

y de alguna manera incorporan la computadora como soporte en el que se

realizan las actividades. Son también inherentemente interactivos, es decir,

contestan inmediatamente las acciones de los estudiantes y permiten un diálogo y

un intercambio de informaciones entre la computadora y los estudiantes. Además,

como se señaló oportunamente, individualizan el trabajo de los estudiantes, ya

que se adaptan al ritmo de trabajo de cada uno y pueden adaptar sus actividades

según sus actuaciones. Finalmente, han de ser fáciles de usar.

9. A manera de conclusión

De ordinario, la educación superior se encuentra atrapada entre dos posturas.

Por un lado se encuentran los académicos y administradores que ven en cada

nuevo cambio de la tecnología y de los procesos de enseñanza aprendizaje una

evidencia de que se acerca un tsunami (en sentido de disrupción) y exigen

cambios inmediatos en la práctica docente tanto como en los currículos, mientras

que por otro lado se encuentra quienes se oponen sistemáticamente a todo intento

de cambio e insisten en que no hay necesidad de introducir nuevas tecnologías en

los currículos.

Como es siempre lo más racional, una postura intermedia que propicie cambios

mesurados es mejor. La cuestión es explorar las opciones existentes para

incorporar aquellas que puedan ser las más adecuadas y productivas en cada

caso particular. El aprendizaje en línea y los MOOCs son, en este momento

demasiado importantes como para ignorarlos, pero tampoco se encuentran tan

bien definidos como para exigir una rápida incorporación e implementación.

Después de todo el análisis racional de las cosas es la tarea que mejor podemos

realizar los académicos.

He abierto un tema a la discusión de las distintas comunidades académicas

que requiere mucho más análisis. Las tendencias educativas son ya realidad en

países “avanzados” y, si en este mundo globalizado que remos mantenernos al

día fomentar la competitividad de nuestros egresados, hemos de responder a los

22

retos que os plantea la globalización y la altísima tecnificación de la sociedad.

Hemos alcanzado los propósitos propuestos para este trabajo, aunque creo que la

meta final sería que se tomaran en consideración las ideas vertidas como aliciente

para iniciar o consolidar cambios curriculares de fondo en nuestras instituciones y

para estimular la curiosidad y el interés de los profesores y profesores por

actualizar sus conocimientos y sus prácticas, siempre en bien de nuestro

estudiantes, quienes le dan sentido a nuestro trabajo y por quienes nos

fortalecemos como profesionales y como personas.

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