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Revista Gaceta Laboral Vol. 14, No. 3 (2008): 392 - 426 Universidad del Zulia (LUZ) · ISSN 1315-8597 Temas relevantes de las relaciones laborales contemporáneas en Venezuela Oscar Hernández Alvarez y Antonio Romero Milano Abogado. Doctor en Derecho. Profesor de la Universidad Centro Occidental “Lisandro Alvarado” y otras universidades nacionales. E-mail: [email protected] Sociólogo. Magíster en Ciencias Sociales. Profesor de la Universi- dad Centro Occidental “Lisandro Alvarado”. E-mail: [email protected] Resumen En este artículo se analiza la situación laboral venezolana, tomando como referencia los años 1999 y siguientes. Para la mayor compresión del tema por quienes no están iniciados en la historia venezolana se incluye un capí- tulo introductorio, con la finalidad de plantear el contexto histórico y socio económico en que se produce el actual proceso y sus antecedentes. Se parte de la premisa de considerar el tema del empleo como un problema funda- mental del acontecer contemporáneo venezolano. Simultáneamente se hace mención al desempleo, al subempleo y a la informalidad, como fenómenos estructurales de largo alcance, en el marco de una economía en franco creci- miento. Se abordan de igual forma los tópicos de la seguridad social, la re- presentatividad del sindicalismo nacional y la situación del modelo de rela- ciones laborales que se impuso en las últimas décadas en el país. La política social del Estado en materia de empleo es descrita a partir de los casos de las misiones y cooperativas. Las opiniones de informantes calificados de la aca- demia, del sector privado y dirigentes sindicales, complementan la caracte- rización esbozada sobre el país. Al final se reflexiona en torno a las perspec- tivas de la sociedad venezolana. Un aspecto por resaltar es la necesidad de discutir el status del modelo(s) de relaciones laborales que podría(n) adop- tarse para los próximos años en Venezuela. Palabras clave: Empleo, desempleo, subempleo, seguridad social, relaciones laborales, Venezuela. 392 Recibido: 03-07-07 . Aceptado: 21-07-08

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Revista Gaceta LaboralVol. 14, No. 3 (2008): 392 - 426

Universidad del Zulia (LUZ) · ISSN 1315-8597

Temas relevantes de las relacioneslaborales contemporáneas en Venezuela

Oscar Hernández Alvarez y Antonio Romero Milano

Abogado. Doctor en Derecho. Profesor de la Universidad CentroOccidental “Lisandro Alvarado” y otras universidades nacionales.E-mail: [email protected]ólogo. Magíster en Ciencias Sociales. Profesor de la Universi-dad Centro Occidental “Lisandro Alvarado”.E-mail: [email protected]

Resumen

En este artículo se analiza la situación laboral venezolana, tomando comoreferencia los años 1999 y siguientes. Para la mayor compresión del temapor quienes no están iniciados en la historia venezolana se incluye un capí-tulo introductorio, con la finalidad de plantear el contexto histórico y socioeconómico en que se produce el actual proceso y sus antecedentes. Se partede la premisa de considerar el tema del empleo como un problema funda-mental del acontecer contemporáneo venezolano. Simultáneamente se hacemención al desempleo, al subempleo y a la informalidad, como fenómenosestructurales de largo alcance, en el marco de una economía en franco creci-miento. Se abordan de igual forma los tópicos de la seguridad social, la re-presentatividad del sindicalismo nacional y la situación del modelo de rela-ciones laborales que se impuso en las últimas décadas en el país. La políticasocial del Estado en materia de empleo es descrita a partir de los casos de lasmisiones y cooperativas. Las opiniones de informantes calificados de la aca-demia, del sector privado y dirigentes sindicales, complementan la caracte-rización esbozada sobre el país. Al final se reflexiona en torno a las perspec-tivas de la sociedad venezolana. Un aspecto por resaltar es la necesidad dediscutir el status del modelo(s) de relaciones laborales que podría(n) adop-tarse para los próximos años en Venezuela.

Palabras clave: Empleo, desempleo, subempleo, seguridad social, relacioneslaborales, Venezuela.

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Recibido: 03-07-07 . Aceptado: 21-07-08

Topics Relevant to Contemporary VenezuelanLabor Relations

Abstract

This article analyzes the Venezuelan labor situation, taking as referencethe years from 1999 to the present. For a better comprehension of this sub-ject by those who are not familiar with Venezuelan history, an introductorychapter is included in order to present the historic and socio-economical con-text in which the current process and its antecedents occur. It starts fromthe premise that the subject of employment is a fundamental problem incontemporary Venezuelan happenings. Simultaneously, unemployment,underemployment and informality are mentioned as long-range structuralphenomena, within the framework of a growing economy. Likewise, thestudy approaches the topics of social security, representativeness of the na-tional labor union movement, and the situation of the labor relations modelthat prevailed in the country over the last decades. The social policy of theState on the subject of employment is described based on cases of the “mis-sions” and cooperatives. The opinions of qualified academic informants, pri-vate sector representatives, and union leaders, complement the characteri-zation outlined about the country. In the end, a reflection about the perspec-tives of Venezuelan society is made. One aspect that stands out is the need todiscuss the status of the labor relations model (s) that could be adopted forthe next years in Venezuela.

Key words: Employment, unemployment, underemployment, social security,labor relations, Venezuela.

Introducción

A los fines de facilitar la compren-sión de este artículo para quienes notengan una información general sobrela realidad venezolana, hemos redac-tado las siguientes notas introducto-rias, las cuales, advertimos, tienen uncarácter muy básico y no pretendenagotar una información completa so-bre el país y su evolución histórica, po-lítica y social que en ellas apenas seesboza.

Venezuela esta situada al norte deAmérica del Sur, limitando con el MarCaribe, con Guyana, Brasil y Colom-bia. Su territorio es de 912.050 kiló-metros cuadrados y su población esti-mada para finales de 2007 era de27.483.200. Su Población Económica-mente Activa para esa fecha de2.481.584 y su Producto TerritorialBruto de 198 billones de dólaresamericanos. El principal ingreso delpaís está constituido por la minería,especialmente por el petróleo, que re-

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presenta cerca de 30% del productoTerritorial Bruto y un 48% del ingre-so del Fisco Nacional. No obstante, laimportancia del petróleo no es igualen cuanto a la generación de empleo.Para 2006 las estadísticas oficiales in-dicaban que el sector de hidrocarbu-ros, minas y canteras, que comprendeno solamente a la actividad petrolerasino también a otras actividades mi-neras, ocupaba a alredor del 7% de laPoblación Económicamente Activadel país (INE, 2006).

Cristóbal Colón llegó a las costasvenezolanas en su tercer viaje a Amé-rica en 1.498. Venezuela fue una colo-nia relativamente poco importantedentro del Imperio español, que sóloalcanzó a ser Capitanía General en1.777. Dependía de la Real Audienciade Santo Domingo. Sus principalesproducciones durante la colonia fue-ron el café y el cacao, ya que las perlasy el oro, fueron explotados exhausti-vamente durante las primeras déca-das de la conquista y las existenciasminerales eran mucho menos impor-tantes que las de otras colonias espa-ñolas.

El movimiento de independenciade la Corona española se inicia, aligual que en muchos países hispano-americanos, en el primer semestre de1810. La guerra de independencia seprolonga hasta 1824, fecha en que fue-ron derrotados los últimos contingen-tes de la Armada española. Los ejérci-tos venezolanos, conducidos por el Li-bertador Simón Bolívar e integradosno sólo por soldados venezolanos, sinode otros países sudamericanos y conalgunos pequeños contingentes euro-peos, pelearon y contribuyeron a la in-

dependencia de los territorios que hoyconstituyen las repúblicas de Vene-zuela, Panamá, Colombia, Ecuador,Perú y Bolivia. En 1819, inspirada porlos ideales integracionistas de Bolí-var se constituyó la República de Co-lombia, integrada por los actuales te-rritorios de Venezuela, Panamá, Co-lombia y Ecuador. Esta experienciafracasó el mismo año de la muerte delLibertador, en 1830 y desde esa fechaVenezuela existe como República In-dependiente.

La Venezuela del Siglo XIX, des-vastada por la guerra de independen-cia, continuó siéndolo por las numero-sas guerras civiles que caracterizaronel devenir histórico del país hasta quelas dictaduras de dos militares andi-nos (Cipriano Castro y Juan VicenteGómez, 1898-1935) pacificaron y uni-ficaron el país. A partir de la muertedel General Gómez, se inicia un proce-so de modernización y progresivaapertura democrática, que encuentrasoporte financiero en la explotacióndel petróleo, que había comenzado aser importante desde la década de losveinte. El proceso de modernizaciónse desarrolla desde 1936 a 1958 con laalternancia de gobiernos militares ycon un trienio de gobierno civil, du-rante el cual, por primera vez en lahistoria republicana, se eligió un go-bierno mediante el sufragio univer-sal, directo y secreto, el cual tuvo ape-nas diez meses de vida.

En 1958 es derrocado el dictadormilitar General Marcos Pérez Jimé-nez y desde entonces hasta la fecha sehan sucedido en el ejercicio del podergobiernos electos por sufragio univer-sal, directo y secreto. La instauración

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de la democracia con la elecciones de1958 fueron acompañadas de grandesacuerdos entre los actores sociales ylos principales partidos políticos quegeneraron lo que algunos analistashan llamado un sistema de “concilia-ción de elites” (Oropeza: ) o de “con-certación social” (Hernández, 1992),que sirvió de soporte a un período decuarenta años de gobiernos civilesque impulsaron un proceso de desa-rrollo económico y social en democra-cia que acentuó el proceso de moderni-zación del país iniciado en 1936, al-canzando éxitos notables en temascomo la reducción del analfabetismo,el aumento de la oferta educativa, laerradicación de enfermedades endé-micas, la electrificación y dotación deinstalaciones sanitarias especialmen-te en áreas rurales, la mejora sustan-cial de los índices sociales, etc. Desdeel punto de vista político este procesotuvo como eje fundamental a dos par-tidos políticos: Acción Democrática(social demócrata) y Copei (social-cristiano) que se alternaron en el ejer-cicio del poder. Este proceso de alter-nancia civil y democrática constituyeuna experiencia inédita en la historiavenezolana y no muy frecuente en laregión latinoamericana, que desde losinicios de su independencia y hastahace pocos años cuando la democraciaha venido instaurándose en la mayo-ría de los países, vivió una trágica os-cilación entre gobiernos militares au-tocráticos y débiles y anárquicos in-tentos de gobierno civil.

El período histórico iniciado en1958, dio a los temas sociales y labora-les una relevancia mucho mayor a laque tradicionalmente había tenido en

el país. El número de sindicatos legal-mente constituidos y de la poblaciónlaboral amparada por la negociacióncolectiva aumentó considerablemen-te. En 1988, la tasa de sindicación seubicaba en 40,4%, siendo mayor elporcentaje de trabajadores protegidospor convenciones colectivas. Es de ob-servar que el sistema político y el mo-delo de acumulación basado en la sus-titución de importaciones iniciados en1958 se produjeron en función de loque ha sido denominado un “marco

político corporativo estatal” (Richter,2006), que se caracterizó por un fuerteintervencionismo del Estado, el cualse convirtió en el principal promotorde los derechos sociales y laborales,institucionalizando las relaciones la-borales bajo su tutela y dominio regu-lativo, y administrativo, y en cuyoamparo crecieron movimientos sindi-cales que recibían una fuerte ingeren-cia estatal, a la vez que desarrolla-ban estrategias destinadas a fortale-cer su participación en las distintasinstancias del poder político. Este he-cho se evidenció, entre otras cosas, enlos esfuerzos de la dirigencia sindicalpor tener una representación parla-mentaria propia. Desde los años se-tenta, los dirigentes sindicales ocupa-ban puestos en el parlamento como di-putados, llegándose a conformar loque se denominó la bancada obrera,compuesta fundamentalmente por di-rigentes sindicales que militaban enlos dos partidos políticos mayorita-rios. Este tipo de relación entre Esta-do y sindicatos que se fue consolidan-do a partir de los años sesenta, hizocrisis a finales de los ochenta. En pa-labras de Jacqueline Richter (Ritcher,

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2006) “En la medida en que el tipo derelación existente entre el Estado ylos sindicatos fue funcional para la ob-tención de beneficios socio-económi-cos para los trabajadores eran sola-mente minorías sindicales o políticaslas que cuestionaban la existencia deuna relación de tipo corporativo. Pero,a finales de los ochenta, cuando se fuehaciendo evidente la pérdida de capa-cidad redistributiva del Estado, la cú-pula sindical comenzaría a ser cues-tionada por haber mantenido este tipode relación, siendo acusada de haber-la utilizado en su propio provecho y deser corresponsable del fracaso econó-mico. A este desprestigio contribui-rían sus propias deficiencias internas:falta de autonomía frente a los parti-dos políticos, ausencia de democraciainterna, ejercicio clientelar con susbases sindicales y la corrupción departe de su dirigencia, además de susdeficiencias político organizativas, sudebilidad programática, y la tenden-cia a la conciliación y a la desmoviliza-ción en el sector privado; todo ello fuemermando su capacidad para enfren-tar las políticas que emprendería elEstado a partir de entonces y para ob-tener mejoras socio-económicas, per-diendo gran parte de su credibilidad”.

No obstante en los logros positivosde esta etapa de cuarenta años, es ne-cesario señalar que el modelo políticofue experimentando un agotamientoque dio lugar a la profundización devicios que lo fueron desvirtuando, ta-les como la corrupción, el clientelismo,la ineficacia en las políticas públicas,las fallas de representatividad dentrode partidos políticos y organizacionessociales, la pérdida de la mística y la

ética de la función pública, etc. Estetipo de fallas, unidas a circunstanciaseconómicas tales como las de una per-sistente inflación y una inequitativadistribución de las riquezas genera-das por el aumento de las materia pri-mas importadas, especialmente delpetróleo, explican el deterioro del mo-delo concertacionista y de reconcilia-ción de élites, el cual tuvo su primeradramática expresión en la conflagra-ción civil conocida como el “caracazo”ocurrida en Febrero de 1989 en la ca-pital de la República como protestafrente a la implantación de un progra-ma de ajuste económico y posterior-mente en las tentativas de golpe deestado en 1992 contra el PresidenteCarlos Andrés Pérez, quien, poste-riormente a las mismas, es separadodel poder por la Corte Suprema deJusticia en virtud de una orden de en-juiciamiento penal. El sentimientocontrario a la hegemonía bipartidistavigente desde 1958 se expresa electo-ralmente en 1993 con la reelección delex-presidente Rafael Caldera, quienfue fundador de uno de los “partidosdel sistema” (el social cristiano Co-pei), pero quien participó como candi-dato independiente en las eleccionesde ese año, separándose de su partidoy presentándose como una opción al-ternativa al desprestigiado modelopolítico predominante.

La gestión presidencial de Calde-ra, dificultada por graves problemasdel sistema financiero, bajo preciodel petróleo, altos índices inflacio-narios y falta de apoyo político, espe-cialmente en el Parlamento, no logróconsolidar una alternativa válidaque permitiese preservar el modelo

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democrático iniciado en 1958, me-diante un “refrescamiento” correctivode sus múltiples fallas. Ello explicaque el propio gobierno no haya apoya-do ninguna candidatura presidencialen las elecciones de 1998, en las cualesel descontento popular se manifestómediante el triunfo del Teniente Co-ronel Hugo Chávez Frías, quien habíasido dirigente de una de las intento-nas golpistas de 1992. Chávez logróun 56,2% de los votos frente a un39.97% de su principal contendor En-rique Salas Rommer quien había sidoGobernador del importante Estado deCarabobo y quien también se presen-taba como un disidente o reformadordel sistema bipartidista.

Pocos días antes de la finalizaciónde la campaña electoral, Salas Rom-mer fue apoyado por “los partidos delsistema” (Acción Democrática y Co-pei) los cuales, ante la evidente mayo-ría que las encuestas vaticinaban aChávez, retiraron el apoyo a sus res-pectivos candidatos (un viejo caudillode Acción Democrática y por Copei,una exitosa Alcaldesa de un munici-pio rico de la Capital que había sidoreina mundial de belleza). Juramen-tado Chávez como Presidente de laRepública, convocó a un proceso cons-tituyente que dio lugar a la aproba-ción de una nueva Constitución y a ladisolución del Congreso y de la CorteSuprema de Justicia y a su sustitu-ción por nuevos órganos de poder pú-blico en los cuales el “chavismo” logróun control preponderante. Desde en-tonces, el Presidente Chávez dio inicióa la denominada Revolución Boliva-riana, que concita el apoyo de impor-

tantes sectores de la población, almismo tiempo que el rechazo de otrosimportantes sectores. La confronta-ción, en ocasiones violenta, de ambossectores es una característica funda-mental del proceso histórico venezola-no de la última década.

El presente artículo, sin tomar par-tido a favor ni en contra del proceso po-lítico bolivariano, pretende hacer unanálisis objetivo de la situación quecaracteriza las relaciones de trabajovenezolana dentro de este contexto.

Presentación

La tesis central que sustentó estainvestigación señalaba que mas alláde lo que indicaba la agenda políticadel país, es decir, la confrontaciónEjecutivo Nacional -sectores de laoposición-; cualquiera sea el desenla-ce entre las fuerzas en pugna, a me-diano o largo plazo, la variable em-pleo-desempleo constituye un temafundamental para la normalizaciónde la vida nacional. Esta variable esde corte estructural y no se avizora enel mediano plazo una salida racional yaceptable de la misma. A todo esto seagregan los cambios permanentesque en materia económica y social sehan establecido desde el EjecutivoNacional que tienden a invisibilizarla situación del desempleo y, al mismotiempo, a crear una atmósfera que su-giere la creación de nuevas plazas deempleo como si fuese el producto delcrecimiento de la economía. Desdeesta perspectiva, nos dimos a la tareade indagar con mayor detenimiento ytratamos de sustentar el análisis en

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la consulta a un grupo calificado deciudadanos que mantienen distintasposiciones políticas ante el denomina-do Proyecto Bolivariano. El primerpunto está focalizado en revisar eltema del desempleo como una varia-ble estructural. Este fenómeno quepresenta una línea ascendente en eltiempo, también se ha ido manifes-tando simultáneamente con la econo-mía no estructurada o informalidad.Existen opiniones que apuntan aidentificar al desempleo, como fenó-meno presente en la sociedad venezo-lana desde hace más de cuatro déca-das. También se dice que la razón fun-damental estriba, en la incapacidadde la economía formal, de absorbertoda esa masa flotante presente quede una manera u otra gravita con granpeso en la demanda de empleo. Estafuerza de trabajo tampoco puede serabsorbida por el Estado. De allí apa-rece el refugio de la informalidad,como una estrategia de supervivenciade los grupos sociales más vulnera-bles económicamente hablando. Eneste escenario, el Ejecutivo Nacionalha venido diseñando en los últimostiempos una política social de empleopoco ortodoxa, que privilegia progra-mas de tipo asistencial que ha deno-minado “ misiones” sociales y, en sumomento, las cooperativas. En razónde estos programas, se llega a identifi-car un desempleo abierto en el paíspara el año 2006 de un 10,5%, lo cualsignifica una disminución en relacióna años anteriores. Este descenso deldesempleo parece lógico en el entornode una economía que lleva 14 trimes-tres consecutivos creciendo. Tambiénse habla del repunte de los precios del

petróleo y de un incremento de las re-servas internacionales, como parte deeste proceso que ha atenuado el de-sempleo. Pero todo esto pareciera notraducirse desde el punto de vista delo social.

Un segundo aspecto a tratar dentrode este artículo, lo ocupa el tema de laseguridad social como otro tema claveen el mundo laboral venezolano. Si elcrecimiento de la economía exhibe ta-sas positivas, ¿Por qué esto no se re-fleja en lo que concierne al sistema deseguridad social? Desde hace diecio-cho años los distintos gobiernos le handado una relevancia puramente teóri-ca al tema de la seguridad social. Laseguridad social es una muestra delgrado de bienestar general que unasociedad puede mostrar en un mo-mento determinado. Su organización,administración y cobertura son conse-cuencias de un determinado modelode desarrollo económico por el cualesté transitando un país, pero sobretodo, por el tipo de futuro que prefigu-ra dicho modelo para las generacionesque cumplen el ciclo productivo detrabajo.

También existe el criterio, de que eltema central no lo constituye el creci-miento económico, sino que éste sesustenta en la voluntad política detransformar o crear un nuevo sistemade seguridad social. Aquí aparece en-tonces el papel de los actores socialescomo impulsores de los cambios y, enespecial, interesa dentro de esta in-vestigación, hacer una caracteriza-ción de éste y de su nivel de represen-tatividad ante el país; vale decir refe-rirnos al caso del movimiento sindicalnacional. Como tercer tema a exponer

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se tiene la situación del presente delsindicalismo nacional y sus respecti-vos liderazgos. El país pasó de habertenido un poderoso movimiento sindi-cal durante décadas, expresado ésteen la Confederación de Trabajadoresde Venezuela, CTV, a la existencia devarias organizaciones obreras y gre-miales, que se disputan ese liderazgo,pero que entre todas juntas no alcan-zan el 10% de afiliación. La agendapolítica domina la acción de estas or-ganizaciones, pero ninguna es capazde conseguir un modesto aumento ge-neral de salarios, pues esta decisiónlas toma directamente el EjecutivoNacional. Lo que se conoce como mesade negociación laboral en el país, sinduda constituye una ficción. Las mo-vilizaciones de obreros, trabajadoresy gremios que ocurrían en otros tiem-pos, han devenido en marchas hetero-géneas de ciudadanos con interesescontrapuestos, pero unidos por un fac-tor político, que en lo fundamentalconsiste en el apoyo o la oposición a laspolíticas oficiales. Se tiene la impre-sión de la existencia, por una parte, deun liderazgo sindical tradicional de-sencajado del presente histórico, sinagenda social, sin capacidad de convo-catoria y, por la otra, de fuerzas emer-gentes que tienen como característicafundamental la de organizarse alre-dedor de un proyecto político, el deno-minado Proyecto Bolivariano auspi-ciado por el gobierno del PresidenteChávez,– como prioridad fundamen-tal. Este encuadramiento de las fuer-zas sindicales coloca en segundo or-den los temas centrales, a saber: em-pleo, desempleo, informalidad, educa-ción, salud, seguridad, vivienda, etc.

Del mismo modo se ha venido dejandoa un lado, el instrumento básico de ar-ticulación entre los actores sociales,como lo son las relaciones laborales.No es un exabrupto sostener que en elpresente existe una confusa idea acer-ca de lo que significan las relacioneslaborales, en parte, por cuanto laagenda laboral la impone la confron-tación política.

El equilibrio de una sociedad entérminos del modelo capitalista, esproducto del grado de madurez y deaceptación reciproca que demuestrenlos principales actores de las relacio-nes laborales. Estado, empleadores ytrabajadores son los que hacen posi-ble el funcionamiento de la estructuraproductiva y de servicios de un país.Este aspecto está reservado para sutratamiento en el cuarto punto. EnVenezuela en los últimos años, el diá-logo tripartito se debilitó considera-blemente. Hay quienes sostienen queel mismo no existe. También se señalaque las iniciativas empleadoras de losprogramas asistenciales oficiales de-nominados “Misiones”, así como lasde las cooperativas y las que se desa-rrollan en los proyectos de cogestiónimpulsados por el Gobierno, estánconcebidas para la creación de un mo-delo de relaciones laborales alterno alque funcionó previamente a la Consti-tución Bolivariana de 1999, es decirdurante el período que en el lenguajeoficialista se llama Cuarta Repúbli-ca1. El anuncio de un Proyecto Socia-lista del Siglo XXI, en el marco deunas relaciones sociales de produc-ción capitalistas que continúan intac-tas, crea confusión en relación a laconcepción y al funcionamiento en la

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práctica del sistema de relaciones detrabajo.

Por una parte, en el sector privado,no obstante la vigencia de una legisla-ción “rígida”, la flexibilización del tra-bajo es una constante. Pero en el pro-pio Estado que alienta una política degarantismo e intervencionismo, sedan manifestaciones de flexibiliza-ción laboral, como, por ejemplo, cuan-do en el contexto de procesos de nacio-nalizaciones se convierte en franqui-ciante, como ocurrió en el caso de lanacionalización de la empresa telefó-

nica más importante, la CANTV, quevenía operando mediante un sistemade servicios basados en la existenciade franquicias con la consiguientedescentralización laboral y precariza-ción de las condiciones de trabajo, elcual sigue manteniendo la empresanacionalizada. Dejaremos para unquinto punto unas reflexiones gene-rales sobre los temas laborales que enVenezuela, parecerían tener persis-tencia durante las décadas que se ave-cinan.

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1 En la historia de Venezuela se conoce tradicionalmente como Primera Repú-blica el período que se inicia con la proclamación de la independencia de Es-paña en 1811 y que culmina el año siguiente con la derrota del movimientopatriota. La Segunda República correspondería al período que se inicia conla reconquista del territorio venezolano y la entrada triunfal del LibertadorSimón Bolívar en Caracas en 1813 y concluye al año siguiente con la derrotade las fuerzas patriotas y su huida al oriente del país desde donde Bolívarinició su segundo exilio. La tercera República sería la iniciada en 1819 con lacreación de la República de Colombia (integrada por los territorios actualesde Venezuela, Colombia y Ecuador), y su disolución en 1830, año en que secrea la República de Venezuela como Estado autónomo. La historiografía ve-nezolana no ha empleado la expresión “Cuarta República”, la cual vino a serutilizada por primera vez en forma generalizada por el actual PresidenteHugo Chávez Frías y el movimiento político que lo apoya, el cual constituyóun partido político, posteriormente disuelto para integrarse en el Partido So-cialista Unificado de Venezuela, denominado Movimiento Quinta República,para denominar como tal al período que se inicia con su triunfo electoral. Laexpresión Cuarta República no distingue con precisión la fecha de inicio deeste período (la cual si se siguiese la mencionada sucesión cronológica, podríaubicarse en 1830, con la separación de Venezuela de la República de Colom-bia y su creación como un Estado independiente), pero en su uso cotidianohace generalmente referencia al período iniciado con el derrocamiento de ladictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, en 1958 y que culmina con laelección de Hugo Chávez en 1998 y la promulgación de la Constitución de laRepública Bolivariana de Venezuela en 1999. Durante esos cuarenta años sealternaron sucesivamente en el ejercicio del poder ocho gobiernos electos porsufragio universal, directo y secreto, experiencia sin precedentes en la histo-ria de Venezuela y no muy frecuente en la de América Latina.

1. Empleo-Desempleoen Venezuela

Mediante una investigaciónintitulada “Dilemas de la situación la-boral venezolana” iniciada en el año2005, seleccionamos, lo que en nues-tro criterio constituían, los cinco (5)ejes fundamentales que conforman elámbito laboral del país. A saber: em-pleo–desempleo, informalidad, segu-ridad social, representatividad y mo-delo(s) de relaciones laborales. En laversión original consignada alCDCHT, partíamos de considerar eltema de lo laboral en Venezuela, comoun elemento fundamental para lacomprensión de todas las instancias ycolectividades que en el país se asien-tan. Para aquel entonces, se señalabaque la coyuntura histórica de Vene-zuela, se caracterizaba por una altacomplejidad, inédita, difícil de com-prender y explicar. Situación que se-guimos pensando que no ha variado,en especial, cuando de lo laboral setrata. Desde esta perspectiva se teníay, se sigue teniendo, la siguiente pre-misa de reflexión: “Lo laboral se ubicaen el epicentro de la coyuntura nacio-nal, mas allá de las manifestacionesque la confrontación política-ideológi-ca pretende conferirle”. En tal sentidose advertía, percepción que retoma-mos en el presente, “que la resoluciónde la denominada crisis del país, esta-ba condicionada en buena parte a loque se hiciese o dejara de hacer en elcampo de lo laboral”. A partir de esteseñalamiento, la variable empleo-de-sempleo en el país, ocupó nuestra pri-mera tarea de reflexión teórica. El de-sempleo-desempleo-informalidad, ac-

túa y, viene haciéndolo desde déca-das, como una variable fundamentalde todo cuanto acontece en el país. Deella irradian factores que condicionanel comportamiento de los principalessegmentos que conforman el sistemalaboral de la sociedad venezolana. Deltipo de tratamiento y abordaje que sele ha dado a este trinomio, bien seapor el Estado o por el sector privado,devienen nuestras fortalezas o debili-dades como sociedad. Importante esseñalar que la interpretación de estefenómeno obliga, en muchas oportu-nidades, a no perder de vista otras va-riables como el desempeño de la eco-nomía, los proyectos políticos y la de-nominada economía no estructurada,esto es, el mundo de la informalidad.Tenemos, en consecuencia, tres reali-dades que se conjugan y se confundenpara dar lugar a la configuración delámbito laboral venezolano: empleo,desempleo e informalidad, siendo po-sible señalar que existe un segmentoimportante de la PEA que se desem-peña en condiciones de subempleo, elcual se ubica tanto en el sector formalcomo en el sector informal de la econo-mía.

Es importante recordar la dinámi-ca que ha tenido el desempleo en pe-ríodos anteriores, porque ella pone demanifiesto que estamos ante un fenó-meno de carácter estructural. Fenó-meno este que se vincula, sin lugar adudas, al comportamiento del sectorinformal o economía no estructurada,según la versión de la OrganizaciónInternacional del Trabajo, OIT. Hace14 años, 1993, la tasa de desempleoabierto en Venezuela se ubicaba en un6,6%. Tal vez una cifra baja. Pero

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cuando se tiene simultáneamentepara ese mismo año una informalidaden el orden del 40%, entonces debe-mos orientar la reflexión en otra di-rección y preguntarnos: ¿Por qué eratan abultada la informalidad del paíspara ese momento, casi la mitad de lapoblación económicamente activa, su-mergida en actividades de baja pro-ductividad? Los años posteriores a1993 nos indican una tendencia en elalza de estos dos aspectos que corrobo-ran el carácter estructural de tales fe-nómenos. El siguiente cuadro ilustrael fenómeno en cuestión.

Como puede observarse, se trata dedos fenómenos de acentuado creci-miento en el tiempo que revelan la in-

capacidad, tanto del Estado como em-pleador y del aparato productivo pri-vado, de absorber a tan importantevolumen de personas en sus respecti-vas instancias. Empleo y subempleoque casi acaparan a las 3 cuartas par-tes de la PEA desde el año 1993 al2003. A partir del año 2004 la suma-toria de ambos fenómenos sufre undescenso, pero sigue afectando más dela mitad de la población. El descensode la tasa de desocupación de los últi-mos tres años parece tener una expli-cación tanto en el incremento del nú-mero de beneficiarios de los progra-mas asistenciales denominados “mi-siones”, que son considerados estadís-ticamente como ocupados aun cuando

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Evolución de indicadores de la fuerza de trabajo (1993-2006)

Año 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

Tasa deDesempleo (%)

6,6 8,6 11,7 10,2 11,3 11,1 15.3%

Tasa deInformalidad (%)

40,9 48,8 48,4 48,7 47,7 48,5 52.4%

PoblaciónEconómicamenteActiva

15.562.861

Año 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Tasa deDesempleo (%)

13,2 12,8 16,2 16,8 13,7 11,4 10,5

Tasa deInformalidad (%)

54,0 55,0 52,1 53,0 48,3 46,8 45,6

PoblaciónEconómicamenteActiva

15.984.803(64.5%)

16.432.475(65.3%)

16.878.958(68.3%)

17.285.364(69.0%)

17.749.413(68.8%)

18.253.996(66.3%)

18.693.1101(65.3%)

Fuente: Oficina Central de Estadística e Informática, OCEI, /Instituto Nacional de Estadística, INE.

no desempeñen un papel activo den-tro del sistema productivo2, como enel importante número de personas in-corporadas al trabajo por las coopera-tivas. Es de señalar en estas activida-des no existe cobertura social, ni con-tratación colectiva y mucho menos or-ganización sindical (Hernández y Ro-mero, 2005:5).

En este escenario se consultó la opi-nión de un selecto grupo de venezola-nos respecto a la percepción que ellostenían sobre el particular. La pregun-ta guía estuvo formulada de la si-guiente manera: ¿Cómo Ud. caracteri-zaría el fenómeno del desempleo enVenezuela, el cual ya tiene más de 15años en ascenso?

“Creo que el fenómeno tiene mas de15 años gravitando en el mercado la-boral del país. Se trata de una es-tructura que viene conviviendo des-de hace más de 40 años con el fenó-meno de la informalidad. Existe unafuerte presencia de la informalidadcon todas sus variantes, lo cual seviene agravando desde la década delos 80 por el deterioro de la economíaen general. A esto se agrega la caídadel salario real, el cual está por de-bajo de lo que ganaba un peón de laconstrucción en los años cuarenta”(Francisco Iturraspe. Profesor Aso-

ciado de la UCV. Laboralista. Mayo.2005).

Para mi se trata de una tendenciahistórica que ya tiene de unos 30 a40 años en movimiento. Esto tieneque ver, el desempleo e informali-dad, con el agotamiento de la capaci-dad del sector estructurado o econo-mía informal para generar puestosde trabajo. Todo esto se ha complica-do por la imposición de las políticasmacroeconómicas globales, llámen-se estas, apertura de fronteras, dis-minución de barreras arancelarias eimpacto de las nuevas tecnologías”(Jacqueline Richter. ProfesoraAgregada. UCV. Doctorante de laUniversidad Autónoma de Barcelo-na. Junio 2005).

Desde otra perspectiva la interpre-tación del fenómeno referido adquiereotras tonalidades. En este caso se inclu-ye la visión desde el mundo sindical.

“Desde la Confederación de Traba-jadores de Venezuela, CTV, se tienela idea de que en Venezuela no hayuna política de generación de em-pleo. Por el contrario, es una políticade quiebra permanente de empre-sas, Desde el año 2000 hasta el pre-sente, 6000 empresas pequeñas ymedianas han cerrado. De un millónde cesantes que teníamos en 1999,en este momento tenemos una tasa

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2 Podrían definirse como el conjunto de nuevos programas asistenciales im-plementados a partir del año 2003, orientados a brindar atención a los secto-res sociales menos favorecidos, por una parte, y a impulsar la economía popu-lar, por otra. “Con las misiones sociales se aspira a un proceso de adiestra-miento productivo, atención a la salud, alimentación, prestación de serviciosbásicos y en general a la creación de condiciones iniciales para la incorpora-ción de toda la población a una función socialmente productiva” (Giordani,2004:34).

de desempleados que supera los 2millones...esto lo que ha hecho es au-mentar el índice de trabajadores in-formales” (Dick Guanipa. Miembrodel Comité Ejecutivo de la CTV.Septiembre 2005).

“El actual gobierno tiene una in-mensa suma de dinero provenientedel petróleo y, en lugar de solucionarlos males que aquejan a la masa tra-bajadora, se va por una políticaclientelar. No existe una política decreación de empleos productivos,sino una política de la inmediatez.Allí tienen las misiones, las coopera-tivas o los reservistas. Es cierto quegeneran más consumo, pero hastacuando durarán estos recursos...Losferrocarriles, los trenes, pueden ge-nerar empleos, sin embargo lo quese observa son personas barriendolas autopistas (Gregorio Salazar.Presidente del Sindicato Nacionalde Trabajadores de la Prensa.SNTP. Septiembre 2005).

Cuatro enfoques de interpretaciónde un fenómeno pero que muestran unelemento convergente: El desempleoabierto y su heredero directo, el sectorinformal, ocupan un eje central en lavida económica y social del país. Susimpactos en todo el tejido de la socie-dad venezolana resultan inocultables.Un ejemplo de ellos se tiene en el po-der adquisitivo del salario mínimo. Elmismo es objeto de aumentos anua-les. En 2005 fue aumentado a 405.000bolívares mensuales y se puso fin a ladistinción salarial entre trabajadoresurbanos y rurales. No obstante, paraese mismo año, la familia venezolanarecibía menos de dos salarios míni-mos, lo que implicaba que una familiapromedio no podía cubrir la CanastaBásica normativa, lo cual comporta

que, pese a los aumentos constantesde salarios mínimos, buena parte dela población vive en condiciones de po-breza, lo cual se explica, entre otrascosas, porque Venezuela tiene el índi-ce inflacionario más alto de la Améri-ca Latina. Un analista señalaba quepara ese año 2005 un 43,09% de hoga-res venezolanos vivían en condicio-nes de pobreza extrema (Wyssem-bach, 2006: 70). Las estadísticas ofi-ciales arrojan porcentajes más bajos,pero que siguen siendo considerables.

En los cuadros siguientes se mues-tran tanto las cifras oficiales como laslevantadas por el Programa de Estu-dios sobre la Pobreza en Venezuela dela Universidad Católica Andrés Bello.Más allá de la diferencia, que ofrecenuna y otra fuente, hay un hecho obje-tivo, cual es, que el fenómeno de la po-breza en Venezuela sigue siendo im-portante, no obstante el elevado in-cremento de los ingresos petrolerosdel país en los últimos años (el preciopromedio del petróleo producido porVenezuela pasó de siete a más de ciendólares americanos por barril. La pro-ducción promedio se encuentra alre-dedor de dos millones doscientos milbarriles diarios).

Ante el panorama de alza en el de-sempleo y la informalidad, el Ejecuti-vo Nacional ha venido ejecutando supolítica de empleo, la cual le confiere alas misiones y cooperativas el manda-to de absorber a toda esa masa de per-sonas flotantes que no podían accederal mercado laboral formal. Exhibidasante el país como parte de una políticasocial de Estado, estas estructuras,una especie de “Estado paralelo”, seconcentraron en áreas como la salud,

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Comparación entre Niveles de Pobreza INE-UCAB

Nivel Hogares, Primer Semestre de cada Año

(Porcentajes)

1997 1998(1S) 1998(2S) 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005**

Pobreza Total INE 55,6 49,0 43,9 42,8 41,6 39,1 41,5 54,0 53,1 38,5

Variación Absoluta -6,6 -5,1 -1,1 -1,2 -2,5 2,4 12,5 -0,9 -14,6

Pobreza Total UCAB 58,0 49,0 nd 49,9 49,5 48,2 41,5 60,2 59,6 57,9

Variación Absoluta -9,0 nd 1,0 -0,4 -1,3 -6,7 18,7 -0,7 -1,7

Pobreza Extrema INE 25,5 21,0 17,1 16,6 16,7 14,2 16,6 25,1 23,5 13,3

Variación Absoluta -4,5 -3,9 -0,5 0,1 -2,5 2,4 8,5 -1,6 -10,16

Pobreza Extrema UCAB 25,9 20,5 nd 17,8 17,3 16,9 14,1 24,1 22,2 20,4

Variación Absoluta -5,5 nd -2,7 -0,5 -0,4 -2,9 10,0 -1,9 -1,8

1S= Primer Semestre, 2S= Segundo Semestre.

* Los indicadores de pobreza se calculan según ingreso total de los hogares: ingresos por trabajomás ingresos por otros conceptos diferentes al trabajo.

** Estimación. Supuestos:

Hipótesis (IIES-UCAB): el ingreso per cápita aumenta en 21% desde el primer semestre 2004 alprimer semestre de 2005. Este es el incremento del Índice de Remuneraciones del BCV.

Fuente:

- Cálculos IIES-UCAB.

- INE, “Encuesta de Hogares por Muestreo” y “Estimaciones del Costo de Vida”.

- CISOR. “Procesamiento Especial de la Encuesta de Hogares por Muestreo para IIES-UCAB, Pri-mer Semestre 1999, 2000, 2001”. Noviembre de 2002.

- CISOR. “Procesamiento Especial de la Encuesta de Hogares por Muestreo para IIES-UCAB, Pri-mer Semestre 1975 a 1997”. Julio de 1998.

- Ramadas, K., D. van der Mensbrugge y Q. Wodon (2002). “SimSip Povery: Poverty and Inequa-lity Comparisions using Group Data”. World Bank, Washington, DC.

Cifras oficiales sobre porcentaje de hogares Venezolanos

en situación de pobreza. Segundo semestre de cada año

Año 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06

Pobres 48.4% 43.9% 42.=% 40.$5 39.0% 48.6% 55.1% 47.0% 37.)% 30.6%

Pobresextremos

28.7% 26.9% 25.1% 25.5% 25.0% 27.6% 30.1% 28.4% 28.6% 21.6%

Fuente: Oficina Central de Estadística e Informática, OCEI, /Instituto Nacional de Estadística, INE.

vivienda, transporte, economía social,capacitación para el deporte, culturay deporte. En cuanto a las cooperati-vas3 como receptoras de mano de obrase las vinculó al conocido proyecto decogestión. Esto es, la recuperación ocompra de ciertas empresas naciona-les, administradas en combinacióncon sus antiguos propietarios o bajo latutela absoluta de los nuevos coopera-tivistas. Importante es mencionar queestas cooperativas, en tanto políticasde empleo, han surgido en buena me-dida estimuladas desde el propio Es-tado y financiadas con dinero público.No han sido el producto de la iniciati-va de las personas que las componen.Este hecho por supuesto que no invali-da, en modo alguno, el rol positivo quepuedan tener las cooperativas comofuentes de empleo. El empleo que asíse genera, bueno es advertirlo, no esun empleo bajo la óptica de la solida-ridad espontánea, sino un empleo asa-lariado bajo la tutela del Estado. Eneste sentido Héctor Lucena observa:

“Cuando en un país se pasa en ape-nas pocos años de 2.500 cooperati-vas en el año 2000 a mas de sesentamil, apenas cuatro y medio años mas

tarde, es un fenómeno relevante ysignificativo, pero también riesgosopara esta institución” (2007:73).

Es de advertir que el auge de lascooperativas encontró un tope desdeque el Presidente Chávez anunció ensu programa televisivo que este mo-delo se abandonaría para dar paso alde las empresas socialistas.

Al plan de empleo que viene ejecu-tando el Ejecutivo Nacional se le hanvenido añadiendo otros elementos.Otros apellidos u otros sustantivos.Vemos como se introdujeron el desa-rrollo endógeno4, la cogestión, econo-mía social-popular, y el que más hadesatado polémicas nacionales, elenunciado del Socialismo del sigloXXI, acompañado del ideal Bolivaria-no. Sobre esta materia mucho se hadicho y escrito. Oficialmente no se haestablecido el concepto de lo que se en-tiende por Socialismo del siglo XXI, enespecial al tema de los medios de pro-ducción y el trabajo, en tanto compo-nentes esenciales de la teoría marxis-ta. En consecuencia se tienen aprecia-ciones tales como: “...en el socialismose modifica profundamente la lógicadel mercado y se tiende a destruir las

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3 El Ministerio para la Economía Popular, MINEP, estableció para el mes deMayo del año 2005, seis líneas gruesas de lo que se conoció como el Plan deDesarrollo Económico y Social, a saber: desarrollar la economía social, forta-lecer las microempresas y las cooperativas, implementar programas masivosde capacitación, incorporar a las cooperativas a los programas de compra delEstado, organizar el sistema de microfinanzas y darle a las cooperativas ac-ceso a los recursos financieros y a la asistencia técnica (Ultimas Noticias.22-05-05. P.48. Caracas). Petróleos de Venezuela, PDVSA, dispone de los ser-vicios de cooperativas para la vigilancia, la gestión de comedores, servicio demantenimiento y transporte de combustible (PROVEA, 2004:88).

cadenas de la alineación que se creancotidianamente” (Posani, 2005:6).Para otros el Socialismo del siglo XXIdebe girar alrededor de lo colectivo yde la intensificación de la organiza-ción, sin apartar al individuo como sercreativo (Estacio, 2005:5). También esentendido como un estado de desarro-llo deseado de la sociedad, caracteri-zado por la igualdad entre las perso-nas... y se afianza en la propiedad so-cial (colectiva) de los medios de pro-ducción como garantía de una progre-siva distribución de la renta nacional(Finol, 2005:9). Algunos le añaden alSocialismo del siglo XXI una suerte deraíces étnicas al señalar que se tratade una triple espiritualidad que con-duce a la tolerancia (indígena, africa-na, cristiana); y a su vez, con el pensa-miento ecológico-consustanciado conel desarrollo endógeno (Soto,2005:29).5

Mientras la dinámica del país con-tinúa, en términos de generación deempleos por la vía de las misiones ylas cooperativas, así como el compor-tamiento del desempleo y la informa-lidad siguen presentando síntomaspreocupantes; otros elementos delámbito laboral venezolano parecieranhaberse estancado o diferidos en eltiempo como materias de la políticasocial del Estado. Nos referimos en loparticular al caso de la seguridad so-cial.

2. La seguridad social:otro tema laboral

Nos gustaría dar inicio a este pun-to, a los efectos de ubicar al lector res-pecto al estado actual de la seguridadsocial en Venezuela, transcribiendo lapercepción que sobre la materia expo-ne un calificado experto como lo es elDr. Luis Eduardo Díaz, profesor Titu-

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4 La idea del desarrollo endógeno tiene como eje central atacar el desempleo yla pobreza. Se trata de un esquema que plantea sustituir el modelo rentistapor un modelo productivo, desde abajo, con la participación protagónica delos ciudadanos. Este modelo pretende impulsar a las comunidades a tomarsus propias iniciativas. El mismo fomenta el beneficio individual y colectivo.Cada región del país debe descubrir sus propias potencialidades y estar encapacidad de aprovechar y transformar sus recursos naturales (Vladimir Vi-llegas, 2005. A/G).

5 “...Están planteadas formas diferentes de relaciones humanas con respecto alas capitalistas, las cuales resumen la vida a una mera competencia...Renta-bilidad, costo, ganancias, beneficios, competencia, son los términos con loscuales se entienden los seres humanos en el capitalismo y la vida se convierteen soledad, individualismo...Los venezolanos estamos intentando modificarlo anterior. Nuevas o distintas relaciones de producción. La Constitución rei-vindica o invoca la creación y protección de cooperativas, cajas de ahorro, em-presas familiares, microempresas, mutuales y cualquier otra forma de aso-ciación comunitaria para el trabajo, el ahorro y el consumo, bajo régimen depropiedad colectiva (artículos, 118, 184 y 308) además de los mecanismos au-

la de la Universidad del Zulia,LUZ. Estas son sus observaciones:

“En la realidad, se desarrolla un pa-ralelismo entre la seguridad socialformal, incompleta y compleja, talcomo está planteada, y políticasasistenciales masivas que se tradu-cen en percepciones salariales equi-valentes o cercanas al salario míni-mo urbano o servicios médicos am-bulatorios al margen del seguro so-cial contributivo. La seguridad so-cial y la reforma emprendida, se en-cuentra en un punto muerto y cu-bierta de inconsistencias. No existeequipo de gobierno para el cambio yes previsible otra reforma debido alas dificultades para instrumentarla actual” (Febrero de 2006).

Si existe un tema laboral que hasido postergado en el tiempo por dis-tintas administraciones, incluyendola del presidente Chávez, este ha sidoel caso de la seguridad social. 18 añostiene el tema de la seguridad socialsiendo analizado, debatido, proyecta-do y prefigurado desde diferentes en-foques políticos. Bajo el segundo man-dato de Carlos Andrés Pérez (1989-1993), se dio inicio a una discusión enel extinto Congreso Nacional, que porrecomendaciones del Fondo Moneta-rio Internacional (FMI), intentabamodificar el sistema de pensiones ycrear un nuevo modelo de seguridadsocial. En el año 1994 el Dr. RafaelCaldera inaugura su segunda gestiónpresidencial. Para el año 1997 se nom-bra una comisión tripartita -Ejecu-

tivo, CTV y Fedecámaras- con el obje-to de modificar la Ley Orgánica delTrabajo (LOT). El resultado fue la eli-minación de la retroactividad en elcálculo de las prestaciones sociales.Adicionalmente, esta comisión tripar-tita produjo un documento que plan-teaba una reforma al sistema de segu-ridad social en el país. En el mismo sehablaba de la creación de seis subsis-temas, a saber: sistema de pensiones,subsistema de salud, subsistema deparo forzoso, subsistema de políticahabitacional, subsistema de forma-ción profesional y subsistema de re-creación (Romero M., 2001:65). Comoes bien sabido estos seis subsistemasnunca llegaron a materializarse. Eneste proceso se eliminó al Instituto deSeguro Social de Venezuela, IVSS.Con la llegada de Hugo Chávez a lapresidencia en 1999, todo lo anteriorfue derogado (Romero, 2001:65). Y denuevo, el tema de la seguridad socialcontinuó siendo materia de análisis,pero ahora, desde los espacios de laAsamblea Nacional.

Durante los años 2004 y 2005 fue-ron materia de análisis, una serie deinstrumentos jurídicos por la AN, al-gunos de los cuales aún están pen-dientes por su aprobación. La Ley Or-gánica del Sistema de Seguridad So-cial (LOSSS) está pensada en térmi-nos de una mayor protección y cober-tura para toda la población. Duranteel año 2005 se aprobaron las leyes delRégimen Prestacional de Vivienda y

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Temas relevantes de las relaciones laborales contemporáneas en Vzla. / Álvarez y Romero _

togestionarios y cogestionarios. Estamos hablando del enfoque asociativo entodas sus formas posibles, propio de la doctrina socialista (Soto, 2005:28).

Hábitat, del Régimen Prestacional deSeguridad y Salud en el Trabajo (Leyde Reforma de la Ley Orgánica de Pre-vención, Condiciones y Medio Am-biente de Trabajo), del Régimen Pres-tacional de Empleo y del RégimenPrestacional de Servicios Sociales alAdulto Mayor y Otras Categorías dePersonas (Ley de Servicios Sociales).(Ídem:72). Están pendientes por apro-barse la Ley del Régimen Prestacio-nal de Salud y la del Régimen Presta-cional de Pensiones y otras Asignacio-nes Económicas (PROVEA, 2005:71).Pero más allá de todas estas iniciati-vas, continúa la incertidumbre de loque sería el modelo de seguridad so-cial para las futuras décadas en elpaís. Para algunos especialistas el es-tancamiento de la seguridad socialobedece a factores políticos. AbsalónMéndez Cegarra, profesor titular dela UCV, así lo advierte:

“No existe en el país voluntad políti-ca alguna y liderazgo para empren-der una reforma plena de las institu-ciones de la seguridad social quehaga posible que toda persona, sindiscriminación, tenga derecho a laseguridad social. Cada día, según seobserva, esta posibilidad de ejercerel derecho constitucional a la seguri-dad social se hace más remota...”(Ídem:74).

El acento conferido, desde el puntode vista ideológico-partidista, al temade la seguridad social se ha convertidoen un serio obstáculo, que no permiteque otras leyes sean aprobadas. Tam-bién habría que agregar que el pesoque ejercen el desempleo y la informa-lidad, imposibilitan que vastos secto-res puedan acceder, por ejemplo, al

Sistema de Previsión Social. Con unsalario mínimo devaluado y la exis-tencia de un 43,9% de hogares en si-tuación de pobreza extrema, lo únicofactible es un sistema de subsidio porparte del Estado que podría significarmontos inimaginables. Lo que advier-ten los especialistas, es que el coti-zante venezolano no tiene la capaci-dad de participar en el actual sistemay, mucho menos, si se piensa en otrosescenarios para los próximos 10 años.Esta situación se observa entre el nú-mero de potenciales cotizantes y losfuturos beneficiarios.

“Partiendo de las proyecciones depoblación por grupos de edad delINE, la relación entre potencialescontribuyentes-población entre 20 y60 años -y potenciales beneficiarios-población de 60 años y más -, lo cuales un indicador del cociente de de-pendencia, debe pasar de 7,5 a 1 enel año 2001 a 5,2 en el 2015. Esto in-dica que la dinámica demográficaesperada requeriría de incrementosimportantes en la tasa de cotizacióno de crecientes contribuciones fisca-les para sostener financieramenteal sistema en sus condiciones actua-les...” (Muñoz, 2005:397).

Como puede observarse el tema fi-nanciero resulta clave en lo que a pre-visión social se refiere. A ello debeagregarse, el natural envejecimientode la población y, como se apuntabaen líneas anteriores, el aumento de latasa de desocupación coloca al mar-gen de este derecho a muchos ciuda-danos. Un caso de preocupación se tie-ne en la cobertura que ofrece el Insti-tuto Venezolano de los Seguros Socia-les. A pesar de haberse elevado en elaño 2005 el gasto social en un 23,8%,

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tan solo un 9,5% de la población estáasegurada. La población aseguradaen el IVSS respecto a la PEA en el año2005 alcanzó un 20,5%. Este monto esbajo respecto al 35,8% de poblaciónasegurada que existía en 1993. Final-mente la población beneficiaria delIVSS (que incluye, además de las per-sonas aseguradas, a sus familiares)respecto a la población total del país,para el año 2005 es de tan sólo el38,3% (Wyssembach, 2006:69). Lo an-tes expuesto y, por un simple procedi-miento matemático, nos indica que un61,7% de la población venezolana seencuentra excluida de este derechosocial6. Es un grave contraste parauna economía que exhibe un creci-miento anual del 9% y con unas reser-vas internacionales de 33 mil millonesde dólares.

La bonanza que se observa en elconsumo, no se traduce en beneficioen materia de seguridad social. Escierto que el morbo de la corrupción yel aparato burocrático han hecho delIVSS un ente inmanejable. Pero nohay que olvidar que el venezolano hatenido una cultura positiva ante esteorganismo, y que siempre ha tenido laexpectativa de que el mismo mejoreen su servicio y cobertura. La pensiónde vejez, homologada al salario míni-mo nacional, sigue constituyendo una

esperanza para el conjunto de la po-blación. Todo este esfuerzo se vieneerosionando, entre otras causas, porel no cumplimiento en los aportes quepor ley está obligado tanto el Estadocomo el patrono privado. Pero el asun-to no se limita al caso exclusivo delIVSS, en cuanto al aporte patronal.Este es uno de los factores que ha con-tribuido al debilitamiento de este or-ganismo nacional como otro compo-nente de la seguridad social. Visto enperspectiva el tema de la seguridadsocial obliga a focalizar la acción en loatinente al empleo. Proteger en tér-minos globales al empleo, es lo queefectivamente puede garantizar elque el mismo pase a ser un hecho con-creto. Así lo describió un empresariovenezolano que nos opinó sobre eltema:

“Debemos partir de la siguienteidea: darle un justo valor al empleoformal. De allí arranca el círculo as-cendente de hacer que un país se de-sarrolle. Cuando se pone todo el em-peño en la formación del trabajador,en su educación, obviamente queaumenta la productividad de la em-presa. Esto trae una consecuencialógica, y es que tendremos mas re-cursos para invertirlos en la salud, ypodremos garantizar en el futuro,una justa pensión de vejez para todoaquel ciudadano que haya cumplidocon su ciclo de vida útil como traba-

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6 “La población pensionada por vejez es el 27,3%.- 72,7% de la población mayorde 60 años no tiene acceso a una pensión de vejez... En la actualidad existenaproximadamente 1.200.000 personas a la espera de su inclusión en el siste-ma de seguridad social” (Ídem:69). Según el IVSS, el número de pensionadospara Junio de 2007 es de 1. 097.032 pensionados.

jador. La garantía para que existaun sólido sistema de seguridad so-cial, radica en la protección que de-bemos hacer al trabajo formal” (En-rique Machado. Presidente de SI-VENSA. Sept. 2005).

Siguiendo esta premisa como norte,es decir, darle toda la protección y blin-daje que requiere el trabajo como underecho humano, es importante dete-nerse en lo que a higiene, seguridad ycondiciones se aprecian, al interior deun número importante de empresas yestablecimientos en el país. Para ellola Ley Orgánica de Prevención, Condi-ciones y Medio Ambiente de Trabajo(LOPCYMAT), resulta de un instru-mento legal de obligada referencia,aun cuando, por lo que muestran algu-nos datos oficiales, se sigue observan-do una omisión patronal -pública y pri-vada- en el cumplimiento de dicha ley.De acuerdo al Instituto Nacional dePrevención, Salud y Seguridad Labo-rales (INPSASEL), durante cada horadel año 2004 se produjeron 32 acciden-tes laborales. Esto significa más de 700accidentes diarios. De éstos, el 10% ge-neraron discapacidad equivalente a27.600 trabajadores, y cerca del 1%ocasionaron la muerte de las víctimas,vale decir, alrededor de 2.760trabajadores (PROVEA, 2005: 102). Elmismo instituto reporta en su informecorrespondiente al año 2006 la exis-tencia de 43.363 accidentes; 41.236han sido leves y 280 mortales. Entreenero y abril ocurrieron 12.056 acci-dentes. Es de observar que una de lascausas del gran aumento estadísticode los accidentes, es que la LOPCY-MAT reformada en 2005 enfatiza la

obligación de denunciar al INPSA-SEL los accidentes y estableceseveras sanciones a aquellos emplea-dores que no lo hagan. Sobre este par-ticular, la caracterización que hace elDr. Francisco González, ex-presiden-te de INPSASEL, es una contundentealerta:

“En materia de seguridad, higiene ycondiciones laborales estamos anteun problema grave...históricamentegrave. Desde el año 1976 cuandovino a Venezuela una misión de laOIT, en el informe que éste grupo deexpertos redactó sobre el caso de Ve-nezuela, recomendó declarar en si-tuación de emergencia las condicio-nes de seguridad y salud ocupacio-nal en el país... Para ese momentono existía en Venezuela ni una Ley oun organismo rector que atendieraestos casos. La actividad del Estadosobre esta materia era dispersa ysin coordinación alguna. Durante el1er gobierno de Carlos Andrés Pérezse nombra una comisión presididapor el Dr. Emilio Cañizales Guedes,la cual recomienda que se redacteuna ley específica. En el año de 1986se aprueba la ley, pero todo es letramuerta por las presiones de FEDE-CAMARAS... Pero después de haberretomado el tema y con el apoyo delas universidades y sindicatos, y, enel marco de un nuevo escenario polí-tico, creo que continúan las razonescomo para declarar en emergenciael tema de la higiene y seguridadocupacional en el país... Las condi-ciones de trabajo son precarias y ungran desconocimiento por parte delos trabajadores de sus derechosfundamentales, incumplimientopor parte de los empleadores, co-menzando por el sector público. Ve-

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mos con preocupación todos estos te-mas en la pequeña y mediana indus-tria...” (Febrero de 2006).

También se comenta que en sectordel comercio y los servicios, la situa-ción de las condiciones de seguridad ysalud ocupacional no son del todoaceptables. Según INPSASEL, parael año 2006, en estos establecimientosse registraron un total de 3.378 acci-dentes laborales. Dado el volumen y loheterogéneo que resultan estos nego-cios, en especial en el caso de las fran-quicias, parece que la inspección y lasupervisión oficial no surte los efectosdeseados. A esto se agrega que el tipode trabajador en estos lugares, mayo-ritariamente joven y sin educacióndesde el punto de vista sindical, desco-noce sus más elementales derechos la-borales. Sector éste, en donde la ac-ción sindical resulta casi inexistente.En este caso se combinan dos elemen-tos que agravan la materia de seguri-dad ocupacional y derechos laborales:lo poco asertiva de la supervisión delEstado y la debilidad sindical comopara provocar acciones de reclamo enel orden reivindicativo dentro de estecomplejo sector de la economía nacio-nal.

Expuesto de esta forma, tratare-mos de abordar la actuación sindical,como elemento importante, dentro delo que hemos tipificado como un temaclave del mundo laboral en el país.Una acción sindical y unas centralesque parecieran haber perdido la brú-jula, con unas prioridades en el campode la política y no dedicados a sus acti-vidades naturales.

3. Sindicatos, Centralesy Liderazgo

El tema sindical en Venezuela pre-senta muchas aristas. La interpreta-ción que pueda hacerse del mismo enel presente, no es una tarea de fácildesempeño. En el tema de la repre-sentación de los trabajadores conver-gen los sindicatos de base, las conoci-das centrales sindicales y federacio-nes, y los liderazgos que a diario rese-ñan los medios de información. Todoslos anteriores hacen vida cotidiana enun espacio dominado por el factor po-lítico. La confrontación de intereses yvisiones que vive el país desde el año1999, momento en el cual asume lapresidencia Hugo Rafael ChávezFrías, ha sido el elemento que máshan socavado el mundo sindical vene-zolano. La agenda reivindicativa la-boral quedó en un segundo plano. Laconfrontación política ocupa un lugarcentral cuando de acción sindical setrata. Obreros, trabajadores, emplea-dos y profesionales, indistintamentede sus simpatías políticas, no se venreflejados en sus respectivas organi-zaciones sindicales o gremiales. Losque en el pasado fueron tildados deejercer un sindicalismo corporativis-ta, hoy le endilgan a las fuerzas afec-tas al Proyecto Bolivariano, el mismocalificativo.

“La situación que vive el sindicalis-mo venezolano, hoy es altamente in-teresante. Se tiene por un lado unsindicalismo estatista, un sindica-lismo corporativista, que está al ser-vicio del Estado y al servicio del go-bierno… El sindicalismo cetevistapor su parte, es la expresión de la

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pluralidad de fuerzas políticas. Enla CTV hacen vida AD, COPEI, laCausa R, es decir el nuevo sindica-lismo, Bandera Roja, el movimientosocialcristiano representado porCarlos Navarro… Desde esta pers-pectiva se reconstruirá el sindicalis-mo cetevista, desde los conceptos deautonomía y de independencia sin-dical” (Dick Guanipa. Miembro delComité Ejecutivo de la CTV. Sep-tiembre, 2005).

En el otro extremo se encuentra laUnión Nacional de Trabajadores,UNT, la cual surge en los primerosaños de gobierno del Presidente Chá-vez. En ella existen cinco tendencias.Sus figuras mas representativas vie-nen a ser Marcela Máspero (CorrienteColectiva de Trabajadores en Revolu-ción, CTR) y Orlando Chirinos (Co-rriente Clasista, Unitaria Revolucio-naria y Autónoma, CURA). Desde laUNT señalan tener 1.700.000 afilia-dos, así como el control de 25 federa-ciones, que representan al menos el80% de sus afiliados7. La percepciónde Orlando Chirinos ante el tema dela representatividad sindical y el re-clamo constante por parte de la CTVde ser la central mas grande del país,queda resumida de esta manera:

“Hemos conseguido documentos quedemuestran que la CTV ahora notiene ni 300.000. Como un intento dejustificar su colapso, dicen que el

Presidente Chávez los ha aplasta-do… Hay una verdadera revoluciónsindical, una revolución en la base,cuya expresión más clara es la UNT.Un dato significativo: aquí en Cara-bobo (uno de los principales centrosindustriales y obreros del país) hubo27 referendos sobre los convenioscolectivos y la UNT ganó 22 de ellos”(23/04/05).

Este tipo de polémicas, en cuanto alnúmero de afiliados, tanto por la CTVy UNT, y en consecuencia, en térmi-nos de quien es más representativa,se repiten cada vez que se aproxima laAsamblea General de la OIT en Gine-bra, y como bien se conoce, debe exis-tir un pronunciamiento oficial en tor-no a cual central sindical encabezarála delegación que represente a Vene-zuela. La guerra de cifras y de afilia-dos no cesará por un buen tiempo. Noobstante, las cifras oficiales hablan deun total de 1.157.310 trabajadoresafiliados a la UNT y de 306.000 traba-jadores que respaldan a la CTV8. Encualquiera de los casos, el debate entorno a la representatividad sindicalno puede limitarse a la elementalexhibición de cifras de afiliados porcada una de estas centrales. El temade la legitimidad y representatividadtrasciende el umbral de las estadísti-cas. Lo irremediablemente cierto, esque el sindicato nacional y su lideraz-go, sea éste el que acompañó al pro-

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7 La UNT dice controlar los sindicatos de las empresas de electricidad, petró-leo, empleados públicos, textiles, transporte, aluminio, hierro, minería, pe-troquímica, automóviles, cauchos, construcción y salud (UNT, 2004. Docu-mento mimeografiado).

yecto de la CTV y el que hoy represen-ta la UNT, se encuentran desencaja-dos del presente tiempo histórico. Noes temerario señalar que en el prime-ro de los casos, su accionar es conse-cuencia del apoyo irrestricto recibidopor los principales medios de informa-ción que disienten del Proyecto Boli-variano. Respecto al segundo, su pre-sencia ante la opinión pública, es elproducto del indiscutible liderazgo po-lítico del Presidente Chávez. Si losmedios de información privados enVenezuela y el presidente Chávez, de-cidiesen al unísono, distanciarse deestas dos centrales sindicales, otra se-ría la historia. Puede que este señala-miento sirva para una hipótesis de in-vestigación futura, pero no es menoscierto que, mientras continúe la con-frontación política en el país, ambascentrales sindicales seguirán siendooxigenadas por sus respectivos men-tores9.

También es importante recordar queel desgaste del sindicalismo tradicio-nal, es consecuencia de la crisis institu-cional que viene experimentando el

país en los últimos años. Este procesode descrédito de los partidos tradicio-nales y, de instituciones hoy desapa-recidas como el Congreso Nacional,las Asambleas Legislativas o los Con-cejos Municipales, también involucróa la CTV. A esta central sindical se laidentificó, como parte del liderazgoque ejerció durante décadas la hege-monía política y cultural en todo el te-rritorio nacional. La estrecha vincula-ción de esta dirigencia sindical con losfactores de poder resultaba inoculta-ble. En alguna oportunidad, un con-notado sacerdote jesuita del país, ad-vertía que era más fácil llegar a serPresidente de la República que presi-dente de la CTV. Fue tanto el poderpolítico y económico que la CTV con-centró, que terminó siendo una espe-cie de corporación del Estado venezo-lano. Como bien lo sintetiza FranciscoIturraspe, cuando se refiere a la in-fluencia de la CTV dentro de los facto-res de poder durante décadas en elpaís: “El Presidente y el SecretarioGeneral de la principal central sindi-cal, por ejemplo, comenzaron a tener

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8 Según datos de la Dirección General de Estadísticas del Ministerio del Tra-bajo, las otras dos centrales sindicales del país, CODESA, mantiene una afi-liación de 5.000 trabajadores, y la CUTV afilia 2.517 trabajadores. Un 2,11%de trabajadores en Venezuela sus sindicatos respectivos no están afiliados aninguna de las 4 existentes centrales sindicales nacionales (PROVEA,204:108).

9 Es importante señalar que esta situación no ocurre con la mayoría de los sindica-tos de base de todo el país. Independientemente de los matices políticos que pue-dan existir en muchos de estos sindicatos, lo cierto es que han mantenido por dé-cadas posiciones clasistas en defensa de sus agremiados. Para citar ejemplos deconstancia, tenemos los sindicatos de CADAFE, CANTV, PDVSA, SIDOR, salud,educación y otros tantos más. Por otra parte, en la sociedad venezolana existe unimportante señalamiento crítico en cuanto al liderazgo tradicional de la CTV.

teléfonos interministeriales, ¡Como sifueran ministros!” (2002: 453).

De lo anteriormente expuesto po-dría también suscitarse una interro-gante: ¿No está la UNT reeditando elpapel representado por la CTV, comoelite de poder, en una nueva circuns-tancia política-económica de Vene-zuela? No creemos que resulte una ta-rea fácil la construcción de un movi-miento sindical en apenas tres añosque se erija como alternativa al lide-razgo tradicional personificado en laCTV. Es probable que se beneficie deun conjunto de atributos y recursosoficiales. Es factible que la aprobacióny apoyo que les brinda el PresidenteChávez, les depare unos cuantos éxi-tos, pero su fraccionamiento internoes de tal magnitud, que hasta la fecha,la UNT no ha podido celebrar sus elec-ciones internas a los efectos de confor-mar su Junta Directiva. Cuando elEjecutivo decidió convocar el referén-dum sindical en el año 2001, los diri-gentes gremiales que subscriben elProyecto Bolivariano no tuvieron lasuficiente capacidad de convocatoriacomo para anotarse una victoria con-tundente, similar a las que el presi-dente Chávez ha obtenido en los nue-ve años que tiene en Miraflores. “Elfracaso fue total, tanto para el gobier-no como para la misma CTV: sólo un22% de la población acudió al llama-do” (Hernández y Romero, 2005:6).Fue este hecho el que le mereció alEjecutivo Nacional una denunciaante la OIT por intromisión y viola-ción de la libertad sindical. -ConvenioNo. 87 sobre la Libertad Sindical-. Ensíntesis, no se avizora un crecimientode la UNT como fuerza sindical autó-

noma que pueda llenar el vacío por laCTV. Su capacidad de movilizaciónestá ligada al liderazgo que ostenta elPresidente Chávez y, mientras queese sea su base de sustentación, no po-drá ejercer con libertad el genuino rolde intermediario, entre los que dicerepresentar y los empleadores nacio-nales, sean estos últimos públicos oprivados. Mientras que la pugna porquien en la práctica es más represen-tativa entre la CTV y la UNT, el paíssigue su curso y los trabajadores em-pleados y, también desempleados, es-tán a la espera de que un cambio ensus niveles de vida mejore. La agendapolítica domina el quehacer cotidianode estas dos centrales sindicales y,por lo tanto, las necesidades mas sen-tidas de la población, como lo es el em-pleo, la vivienda, la salud y la educa-ción, siguen diferidas en su trata-miento y resolución. Incluso la políti-ca oficial en materia de creación deempleo no ha sido lo suficientementeanalizada por estas centrales sindica-les. Un caso particular se tiene con lascooperativas, que si bien contribuyena descender las tasas de desempleoabierto, no es menos cierto que lasmismas no garantizan ningún tipo debeneficio socio-económico, así comotampoco contemplan la creación desindicatos.

Sobre el punto anterior, la dirigenciasindical -la oficial y la opositora- pocoscomentarios han hecho. Nadie pone enduda la bondad de las cooperativas, má-xime si estas le garantizan un respeta-ble ingreso mensual a quien tenia unaño como promedio de desempleado. Elproblema radica en las expectativas quepueden estar creándose en aquellas per-

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sonas que realizan alguna tarea enuna cooperativa, en términos de segu-ridad social, prestaciones sociales ocualquier tipo de beneficio socio-labo-ral, ya que los trabajadores asociadosen cooperativas están totalmente ex-cluidos de la Ley Orgánica del Traba-jo. Tampoco les preocupa a estas cen-trales sindicales, el peligro que se co-rre con unas cooperativas, que al finalterminan siendo estructuras formalespara eludir las obligaciones patrona-les. En otros términos, que con las coo-perativas el Estado este propiciandoel fraude laboral.

En tal sentido debe preocupar…“...Que desde el Estado se practiquey generalice este mecanismo de con-tratación de personal, por tratarsede mecanismos que vulneren no sololos derechos laborales de estas per-sonas, sino que atenten contra lasleyes de contratación de personal enel Estado... Es posible que esas mo-dalidades se usen para encubrir pa-trones discriminatorios, en la con-tratación por parte del Estado y par-ticulares. Además, esta forma decontratación debilita a la organiza-ción sindical de los trabajadores”(PROVEA, 2005:94).

Un problema que llama la atenciónes que en los sectores en los cuales elGobierno Nacional ha estimulado laocupación, como lo fueron las coopera-tivas y lo siguen siendo los programassociales denominados “Misiones”, seemplean formulas desreguladoras, yaque en los mismos no se aplica la LeyOrgánica el Trabajo. En estos casos lacontratación de personas al margende lo establecido en las leyes del país,pueden estar creando expectativas entorno a específicos beneficios socio-la-

borales. Estas iniciativas del Estadocomo parte de una política social, in-discutiblemente que han tenido unimpacto positivo en sus beneficiariosdirectos, pero queda la duda en cuan-to al estatus de las personas que secontratan. ¿Bajo que régimen de con-tratación estarán en el futuro estosfuncionarios de las referidas misio-nes? Este es un tema que merece es-pecial atención para su estudio.

Un último aspecto sobre la repre-sentatividad sindical en el país y lasmejoras obtenidas por la población enmateria laboral, el Ejecutivo Nacio-nal ha promulgado ciertas medidascomo la homologación de las pensio-nes con el salario mínimo, así como elaumento de este, sin que nada de ellofuese producto de la acción sindical.Así se tiene que los trabajadores rura-les hayan sido equiparados a los tra-bajadores urbanos respecto al salariomínimo, los conserjes también seequiparan con mas de 20 trabajadorese igual tratamiento recibieron los tra-bajadores domésticos, sin importar siviven o no en la vivienda (SIC, 2005:240). De igual forma decidió subsidiaraquellos ciudadanos que no habíancompletado las cotizaciones requeri-das para acceder a la pensión por ve-jez. En reiteradas oportunidades porla vía de decretos ha prolongado lainamovilidad laboral. Los programasde cogestión y la nacionalización de laCANTV, entre otras medidas, hansido tomadas de manera unilateral.Esto indica que en buena medida, laPresidencia de la República cabalgasola en cuanto a reivindicaciones la-borales sin el concurso de los sindica-tos y las centrales sindicales. Desde

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este ángulo, quien recibe un beneficiosocio-laboral brinda su agradecimien-to al Presidente Chávez, no al lideraz-go sindical. Cabe preguntarse ¿Estaunilaterización de las políticas socia-les representa el fin de la negociacióntripartita o del modelo de relacioneslaborales que caracterizó a la denomi-nada Cuarta República? sobre este as-pecto versa el siguiente punto.

4. Relaciones Laborales enVenezuela, presente y futuro

Vamos a iniciar este punto con unaprecisión conceptual respecto a las re-laciones laborales en general. Luegotrataremos de describir el comporta-miento de las mismas en los últimostiempos en el país.

Un primer punto refiere a la ubica-ción del trabajo como un hecho socialhistórico, como el ordenador funda-mental de la vida humana. El trabajocomo un hecho global, diferente delempleo, a partir del cual se materiali-zan los elementos que sustentan en lapráctica a toda relación laboral. Rela-ciones laborales condicionadas a untipo de estructura económica, a unahistoria vivida, a una cultura y sus va-lores -ética y religión, y a unas formaspolíticas que le dan un perfil a una so-ciedad- democracia, dictadura, fascis-mo, socialismo, comunismo, formashíbridas, etc.-. En consecuencia, esdentro de estas variables que un mo-delo o modelos de relaciones labora-les, se estructura para dar lugar alfuncionamiento de todo el procesoproductivo de una sociedad. En estadinámica cada actor -Estado, emplea-dor y trabajador- tiene un rol específi-

co que cumplir. Relaciones laboralesque funcionan en base a normas.

“... y mecanismos de regulación co-lectiva de las relaciones contractua-les o de empleo... Las relaciones la-borales se refieren al conjunto deprocedimientos y reglas, formales einformales, de cómo una sociedadcapitalista predominada por el tra-bajo asalariado se regulan, entreotros aspectos, salarios, tiempos detrabajo, condiciones de contratos deempleo, protección en seguridad ehigiene en los puestos de trabajo,derecho de negociación colectiva yde huelga, participación de los tra-bajadores en las empresas, derechosde trabajadores y de empresarios deformar agrupaciones de intereses”(Pries, 2002:11).

Como puede verse, en teoría, las re-laciones laborales hacen posible elfuncionamiento de toda la estructuraeconómica que sustenta a la sociedad,obviamente, como todo un procesohistórico en permanente construcción(Lucena, 2005:134). Toda esta articu-lación de distintos factores se produceen el marco de una alta complejidadde intereses -económicos e ideológi-cos-, en donde el conflicto y el consen-so intervienen de manera permanen-te. De la forma que adquieran unasrelaciones laborales o un modelo derelaciones laborales, dependerá enbuena parte todo el funcionamientode la sociedad. En el caso de Venezue-la, las relaciones laborales que se es-tablecieron en la últimas cuatro déca-das (1958-1998), estuvieron marca-das por un equilibrio relativo, en elmarco de una democracia representa-tiva, sostenida por la renta petrolera.

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El consenso político-ideológico de esasociedad que emerge después de ladictadura militar (1948-1958), dio lu-gar a que se estructuraran unos nexosentre trabajadores empleadores y Es-tado que permitieron el funciona-miento del país. Una hegemonía quese extendió al resto de toda la socie-dad, en donde el peso de la acción sin-dical de la CTV, en tanto operador po-lítico del partido social demócrata Ac-ción Democrática y del partido social-cristiano COPEI, resultó clave para elmantenimiento de todas las institu-ciones.

El agotamiento y fractura que vi-vió a finales del Siglo XX el liderazgopolítico tradicional venezolano tuvo re-percusiones dramáticas en el mundosindical venezolano. La crisis institu-cional que se inició en el país en la dé-cada de los años 80, también se expre-só en el modelo de relaciones laborales.Lo que venía funcionando bajo el rótu-lo del diálogo tripartito, definitiva-mente entró en crisis. Con los eventosdel llamado caracazo10, -27/02/89-, lasrebeliones militares -04/02 y 27/11 del992, y la llegada de Hugo ChávezFrías a Miraflores, se dio comienzo auna nueva etapa, ausente aún de defi-niciones respecto a las relaciones labo-rales. Esto es, mantener algunas es-tructuras y formalidades tradiciona-les, combinadas con nuevas prácticas oiniciativas -cogestión, cooperativas,

desarrollo endógeno, etc.-, cuyos acto-res expresan notorias contradiccionesentre sí.

Para comenzar, el diálogo Estado,sindicatos y empleadores, quedó silen-ciado. Por lo tanto el tema laboral sedefine y se asume de manera unilate-ral desde el Ejecutivo Nacional. Todoesto se produce en el marco de una so-ciedad capitalista, en donde no se hanalterado ni las relaciones sociales deproducción ni el resto de las instanciaspropias de un sistema como este. Talvez podría decirse que, en Venezuela,en la actual coyuntura, se esta produ-ciendo un fenómeno dual; de un ladouna superestructura, a decir de la in-terpretación clásica marxista, que ma-neja un discurso socialista -con varia-dos matices- del otro, una estructuraeconómica que funciona con las típicaslógicas del capital, esto es, propiedadprivada, privilegio de la ganancia, ma-ximización de la plusvalía, producción,distribución y consumo, capital finan-ciero que actúa conforme a una lógicacapitalista, etc. De esta perspectiva lasrelaciones laborales se expresan untanto confusas. Por momentos se ob-serva un apego al marco regulatoriolaboral tradicional, en otros, se ensa-yan método - cogestión, misiones y coo-perativas -, que no encajan en las acep-tadas reglas de negociación. Esto hacepensar en un híbrido de relaciones detrabajo, en situaciones atípicas que po-

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10 Nombre con el que se conoce usualmente la explosión social que ocurrió enCaracas el 27 de Febrero de 1989 con motivo de la aprobación de un paqueteneoliberal y la cual produjo centenares de muertos y heridos.

drían estar vulnerando los más ele-mentales derechos laborales de losciudadanos.

Como bien se apuntaba al inicio deeste punto: las relaciones laboralesfuncionan con base en normas, de locontrario el proceso productivo en suconjunto no podría sostenerse. Desdeeste ángulo, se dice que Venezuela secaracteriza por la existencia de unanormativa laboral, extremadamenterígida, a diferencia de otros países la-tinoamericanos que han vivido proce-sos de flexibilización e incluso de des-regulación laboral. En los últimosaños el Ejecutivo ha promulgado unaserie de leyes y normas de naturalezaque han tenido en el sector empleador,sindical y político reacciones diver-sas11, pero que, en general, se caracte-rizan por acentuar la mencionada ri-gidez. Como casos emblemáticos setienen la LOPCYMAT, los decretos deInamovilidad Laboral y la denomina-da solvencia laboral12, esta última,

muy cuestionada por el sector em-pleador.

En fecha reciente la polémica seentabló entre el Ejecutivo y el ala sin-dical de la oposición, respecto al pro-yecto de Ley Especial de los Consejosde Trabajadores y Trabajadoras. Deesta iniciativa resalta el artículo 3; endonde se define el perfil de estos Con-sejos Laborales:

“Es la instancia de participaciónprotagónica de los trabajadores ytrabajadoras constituida para ejer-cer real y efectivamente el controlsocial sobre los diferentes procesosde gestión en los centros de trabajo:planificación, administración, pro-ducción y comercialización, entreotros, con el fin de avanzar en el es-tablecimiento de las bases materia-les y espirituales para la construc-ción de relaciones sociales de pro-ducción basadas en valores y princi-pios socialistas, de responsabilidadsocial, equidad y justicia social”(Quinto Día. 27 de Abril al 4 deMayo de 2007. Pág. 20. Caracas)”.

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11 Ley del Régimen Prestacional del Empleo, Ley de Alimentación para los Tra-bajadores, Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente deTrabajo, Ley de Estatuto de la Función Pública, Ley para las Personas Disca-pacitadas, Decreto de Inmovilidad, Proyecto de Ley de Protección a la Fami-lia, la Maternidad y la Paternidad -permiso de posparto a los padres remune-rado por 14 días- , Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación -esta leypermitió al Estado captar 5,37 billones de bolívares, provenientes de grandesempresas públicas y privadas-, Fondo de Ahorro Obligatorio de Vivienda.

12 Una solvencia emitida por el Ministerio del Trabajo es exigida como requisitoindispensable para realizar contrataciones con el Estado, tramitaciones ad-ministrativas, solicitudes de divisas ante el organismo encargado del controlde cambio que rige en el país, etc. Algunos sectores empresariales han consi-derado que la exigencia de solvencia laboral se ha convertido en un elementode presión y un obstáculo para la realización de gestiones necesarias para laproducción.

Este proyecto de ley que explícita-mente reivindica el carácter socialistadel Proyecto Bolivariano, postula uncambio en el seno del proceso produc-tivo asistido por nuevos valores, dis-tintos a lo que suponen definen la na-turaleza de la propiedad privada. Aesta nueva orientación, la CTV la hacatalogado como la suplantación delrol de supervisión de todos los sindica-tos de base, y eventualmente su res-pectiva eliminación. Por su parte elViceministro del Trabajo, Rafael Cha-cón, afirma que los Consejos de Traba-jadores y Trabajadoras no tiene comofunción sustituir a los sindicatos... suobjetivo fundamental es garantizar laformación política sindical de la clasetrabajadora del país (Diario Vea,16/04/07. Pág. 19. Caracas). Comopuede observarse, en esta dinámicade confrontación de posiciones, entreun sector del Ejecutivo y las organiza-ciones sindicales afectas a la CTV,cada vez se agregan nuevos elemen-tos, que sin lugar a dudas imposibili-tan tener una idea precisa en torno aun modelo o tipo de relaciones labora-les, que pueda considerarse como refe-rencia en el presente del país.

A la lista de nuevas definicionespolíticas en lo que, hipotéticamente,podrían contribuir a la gestación deun modelo alterno de relaciones labo-rales en el país, se le suma ahora laexistencia de un grupo de empresa-rios que suscriben la idea del ProyectoBolivariano. De esta manera, algunospequeños y medianos empresarioshan dado inicio a una ruptura con lacentral empresarial tradicional Fede-cámaras, Empresarios por Venezue-la, Empreven, y la Confederación de

Empresarios Socialistas de Venezue-la, se presentan como nuevos actoresque aspiran “... construir un movi-miento empresarial global que se con-vierta en una bisagra que una al sec-tor productivo con el gobierno” (Últi-mas Noticias. 08/05/07. Pág. 25. Cara-cas). Este tipo de respaldo o consensosin duda benefician al Proyecto Boli-variano, pero este paso no es suficien-te como para recomponer el diálogosocial que era uno de los rasgos quepermitieron identificar a el sistemade relaciones laborales de Venezuelacomo uno sustentado en el tripartis-mo. Habría que tomar en cuenta cuá-les serían las posiciones por asumirtanto por el resto de empleadoresagrupados en las organizaciones tra-dicionales Fedecámaras y Conseco-mercio, así como el caso de la dirigen-cia de la CTV, ante acuerdos realiza-dos exclusivamente entre el Gobier-nos y las nuevas organizaciones pro-fesionales que le apoyan. Incluso, elmismo paso adelantado por el Estado,Ejecutivo Nacional, de nacionalizarempresas como CANTV y la Electrici-dad de Caracas; parece ser una inicia-tiva en donde no se consultó a los tra-bajadores de estas empresas, comotampoco parece ser que la opinión dela UNT jugó papel alguno.

Estos son datos que podrían ade-lantar un esquema de accionar endonde el modelo a “construir” de rela-ciones laborales o de relaciones de tra-bajo, funcione conforme a una ópticavertical. Se desconoce si el Ejecutivoen esta decisión, respecto a laCANTV, no fue sorprendido por unade las consecuencias inmediatas queprodujo la estatización de la telefonía

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nacional. Con esta compra, el Estadovenezolano se convierte en la prácticaen un importante franquiciante delpaís: 500 centros de comunicaciones-CANTV y Movilnet- que operan bajoel sistema de franquicias. A esto ha-bría que agregarle que ya el Estado esdueño de 14.000 puntos de venta deMercal (abastos para el consumo po-pular), 850 estaciones de PDV ( esta-ciones de gasolina con sus respectivastiendas de consumos varios), y 300 in-focentros (centros de servicios infor-mativos) (El Nacional. 10/02/07.A/16. Caracas). Con todos estos acti-vos el Estado se presenta como otroempresario más en el sector de lasfranquicias. Habría que indagar quétipo de relaciones laborales prevalece-rán dentro de estos esquemas de nego-cios, pues debe recordarse que dentrode este sector de los servicios, la pre-carización del salario, del empleo y eldesconocimiento de los derechos labo-rales suelen ser predominantes. Enefecto, en esta nueva faceta de fran-quiciante, el Estado como patrono en-sancha su ámbito de acción. El tema adilucidar ante este nuevo escenario,es si el Ejecutivo Nacional impondráuna política de flexibilización laboralcon sus nuevos empleados y trabaja-dores, o si los mismos estarán ampa-rados por toda la normativa laboralvigente en el país, en tanto personaldependiente y subordinado. En estaspracticas ya el sector de la EducaciónSuperior Oficial, tiene su experiencia.En muchas universidades públicaslos sistemas de vigilancia y limpiezase contratan con cooperativas que es-tán eximidas de aplicar la legislaciónlaboral a sus trabajadores asociados,

como un rasgo que pone en evidenciaun enfoque de flexibilización de las re-laciones de trabajo desde la perspecti-va del Estado. Pero en donde mayorpareciera estar desarrollándose unapolítica social de Estado en materiade contratación de mano de obra, através de estas cooperativas, se ubicaen la empresa petrolera estatalPDVSA. Esta empresa, según Fede-petrol, contrató 283 cooperativas quecumplen funciones análogas a sufuerza laboral. Los miembros de estascooperativas no están amparados porla convención colectiva petrolera, nireciben prestaciones sociales, ni nin-gún otro beneficio socio-laboral.(PROVEA, 2005:95). En situación si-milar se encuentran los trabajadoresdel denominado Plan de Empleo Ro-tativo (PER) diseñado por Petróleosde Venezuela, S.A.; que de acuerdo adenuncias hechas por dirigentes de laCTV, son contratados tan sólo por unperíodo de tres meses. A estos traba-jadores no los ampara el contrato co-lectivo petrolero y tampoco gozan deseguridad social (PROVEA, 2005:94).

En síntesis, en estos últimos añosse viene observando en Venezuelauna fractura del modelo tripartito.Según sea el enfoque ideológico que seutilice, ese modelo de relaciones labo-rales pudo haber sido provechoso tan-to para los empresarios como para lostrabajadores. De igual manera podríaseñalarse que el Estado, como otro ac-tor de las relaciones laborales, en elmarco de este modelo, contribuyó a lacreación de un clima político que sir-vió de apoyo para el funcionamientode la democracia representativa. Otrainterpretación de esta nueva fase po-

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lítica y económica por la que transitaVenezuela, es la de que se está frentea la confrontación de dos modelos deconcebir el desarrollo que, sin lugar adudas, se expresa en el plano concretode las relaciones de trabajo. Los pro-yectos de cogestión, nacionalización,uso de cooperativas y misiones comopolíticas sociales como para atenuarel desempleo, podrían estar condu-ciendo a formas contractuales, endonde el Estado propicia una evidenteflexibilización de las relaciones labo-rales, y, simultáneamente, va redefi-niendo un marco regulatorio que en-cuentra un franco rechazo en un im-portante sector de los empleadores,Por otro lado, el sector sindical tradi-cional, en particular la CTV, es exclui-do del diálogo, dándose al movimientode los trabajadores que apoyan al Pro-yecto Bolivariano, un rol protagónico.No es aventurado señalar que esta-mos en presencia de un modelo de re-laciones laborales híbrido, contradic-torio y, por momentos, confuso. Prefi-gurar un tipo específico de modelo derelaciones laborales a futuro no seríatarea fácil. Pero también es importan-te recordar, que la variable empleo-desempleo, la forma de cómo se abor-de esta, podría influir en el cese de laconfrontación política que hoy nos ca-racteriza como sociedad. De esta reso-lución, tal vez se genere un nuevo mo-delo de relaciones laborales.

5. Conclusiones

La actual coyuntura de Venezuelaes difícil de interpretar y de explicar.El peso de la confrontación político-i-deológica, genera innumerables ses-gos en el momento de realizar cual-

quier análisis. No obstante, deberánhacerse todos los esfuerzos para en-tender que más allá de una resoluciónde la denominada “crisis política”, lascuestiones de fondo como el empleo-desempleo-subempleo e informali-dad, resultan vitales para la com-prensión de la sociedad venezolana ypara su regular funcionamiento amediano plazo. Del tratamiento aesta variable, depende la construc-ción, por ejemplo, de un eficiente sis-tema de seguridad social, postergadopor más de 18 años. Es importante in-sistir: el tema laboral en su conjuntoocupa un lugar central en cuanto alfuturo de la sociedad venezolana.Esto deben entenderlo los distintosactores involucrados y atrapados porla confrontación política. De poco sir-ve un sostenido crecimiento de la eco-nomía, si los índices del desempleo yla informalidad se mantienen en nive-les preocupantes.

La creación de empleos estables,dignamente remunerados y protegi-dos socialmente, debe constituirse enun horizonte impostergable. Una po-lítica social de empleo debe comple-mentar las iniciativas que encierranlas Misiones y las cooperativas; perosiempre bajo el criterio de fomentarprácticas que no vulneren los más ele-mentales derechos adquiridos de lostrabajadores. Resulta importante elmodo de complementar un sólidomarco regulatorio laboral, pero esteproceso debe procurar el concurso detodos los actores que conforman lasrelaciones laborales en el país. Es sa-ludable que se repiense el modelo derelaciones laborales que en el país sedió en las ultimas décadas. El Socia-

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lismo del Siglo XXI, los modelos coges-tionarios, el desarrollo endógeno, nodeben ser obstáculos para recompo-ner el diálogo entre todos los actoresde las relaciones de trabajo. Sobre es-tos tópicos debe afinarse el análisis,pues la confusión conceptual sobre losmismos es generalizada. No hay clari-dad en cuanto a la postulación de unaeconomía socialista y unas relacionessociales de producción capitalistas,que se mantienen inalterables.

En la búsqueda de recomponer eldiálogo entre los distintos actores delas relaciones laborales, el rol del mo-vimiento sindical resulta clave, puessu fraccionamiento y poca capacidadde convocatoria ante sus afiliados, loaleja del centro de las grandes decisio-nes que se vienen tomando respecto alos temas laborales. Las mejoras queha experimentado el salario mínimoen los últimos años, no han sido el pro-ducto de acciones organizadas por elmovimiento sindical del país. Estamateria, lamentablemente, la ha de-cidido el Ejecutivo Nacional de mane-ra unilateral, lo cual corrobora unaevidente fractura de las relaciones la-borales en la actual coyuntura por laque transita la sociedad venezolana.Desde esta perspectiva surge la nece-sidad de reflexionar en cuanto, a loque en teoría, se dispone en Venezue-la en materia de relaciones laborales.Prefigurar un modelo, o modelos derelaciones laborales, constituye unatarea impostergable, pues de ello de-penderá el funcionamiento de la socie-dad venezolana en términos del futu-ro. En esta tarea, Estado, empleado-res y trabajadores tienen una gran

responsabilidad. La academia vene-zolana debe hacer sus aportes en estaurgente materia.

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Jacqueline Richter. Profesora Agre-gado UCV. Doctorante de la Univer-sidad Autónoma de Barcelona. Junio2005.

Dick Guanipa. Miembro del ComitéEjecutivo de la CTV. 2005.

Gregorio Salazar. Presidente delSindicato Nacional de Trabajadoresde la Prensa. SNTP. Septiembre2005.

Dr. Luís Eduardo Díaz. Profesor Ti-tular de la Universidad del Zulia,LUZ. Febrero de 2006.

Dr. Francisco González. Expresiden-te de INPSASEL. Profesor de laUCLA. Febrero de 2006.

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