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Bendice, alma mía, al Señor, ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. Extiendes los cielos como una tienda, construyes tu morada sobre las aguas; las nubes te sirven de carroza, avanzas en las alas del viento; los vientos te sirven de mensajeros, el fuego llameante, de ministro. Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás; la cubriste con el manto del océano. y las aguas se posaron sobre las montañas; pero a tu bramido huyeron, al fragor de tu trueno, se precipitaron, mientras subían los montes y bajaban los valles: cada cual al puesto asignado. Trazaste una frontera que no traspasarán, y no volverán a cubrir la tierra. De los manantiales sacas los ríos, para que fluyan entre los montes; en ellos beben las fieras de los campos, el asno salvaje apaga sus sed; junto a ellos habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto. Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda; haces brotar hierba para los ganados, y forraje para los que sirven al hombre; él saca pan de los campos, y vino que le alegra el corazón, y aceite que da brillo a su rostro, y alimento que le da fuerzas. Se llenan de savia los árboles del Señor, los cedros del Líbano que él plantó. Allí anidan los pájaros, en su cima pone casa la cigüeña. Los riscos son para las cabras, las peñas son madriguera de erizos. Para la Oración El Salmo 104 (103) es una alabanza a Dios por la creación. Es largo pero muy hermoso. Hay que rezarlo imaginando las cosas tan grandes que Dios ha hecho y dándose cuenta de la infinita bondad y cariño que nos tiene el señor. (Ver también el salmo 8) Hiciste la luna con sus fases, el sol conoce su ocaso. Pones las tinieblas y viene la noche y rondan las fieras de la selva; los cachorros rugen por la presa reclamando a Dios su comida. Cuando brilla el sol se retiran, y se tumban en sus guaridas; el hombre sale a sus faenas, a su labranza hasta el atardecer. Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría, la tierra está llena de tus criaturas. Ahí está el mar: ancho y dilatado, en él bullen, sin número, animales pequeños y grandes; lo surcan las naves, y el Leviatán que modelaste para que retoce. Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo; se la echas, y la atrapan, abres tu mano, y se sacian de bienes; escondes tu rostro, y se espantan, les retiras el aliento y expiran, y vuelven a ser polvo; envías tu aliento y los creas, y repueblas la faz de la tierra. Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras. Cuando él mira la tierra, ella tiembla, cuando toca los montes, humean. Cantaré al Señor mientras viva, tocaré para mi Dios mientras exista: que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor. Que se acaben los pecadores en la tierra, que los malvados no existan más. ¡Bendice, alma mía, al Señor! ¡Aleluya! Jaén octubre 2006 1 Parroquia de La Asunción de Martos. Diócesis de Jaén www.asunciondemartos.es TEMA IV Vio Dios que todo era bueno Catequesis Parroquial

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Bendice, alma mía, al Señor, ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. Extiendes los cielos como una tienda, construyes tu morada sobre las aguas; las nubes te sirven de carroza, avanzas en las alas del viento; los vientos te sirven de mensajeros, el fuego llameante, de ministro. Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás; la cubriste con el manto del océano. y las aguas se posaron sobre las montañas; pero a tu bramido huyeron, al fragor de tu trueno, se precipitaron, mientras subían los montes y bajaban los valles: cada cual al puesto asignado. Trazaste una frontera que no traspasarán, y no volverán a cubrir la tierra. De los manantiales sacas los ríos, para que fluyan entre los montes; en ellos beben las fieras de los campos, el asno salvaje apaga sus sed; junto a ellos habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto. Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda; haces brotar hierba para los ganados, y forraje para los que sirven al hombre; él saca pan de los campos, y vino que le alegra el corazón, y aceite que da brillo a su rostro, y alimento que le da fuerzas. Se llenan de savia los árboles del Señor, los cedros del Líbano que él plantó. Allí anidan los pájaros, en su cima pone casa la cigüeña. Los riscos son para las cabras, las peñas son madriguera de erizos.

Para la Oración

El Salmo 104 (103) es una alabanza a Dios por la creación. Es largo pero muy hermoso. Hay que rezarlo imaginando las cosas tan grandes que Dios ha hecho y dándose cuenta de la infinita bondad y cariño que nos tiene el señor. (Ver también el salmo 8)

Hiciste la luna con sus fases, el sol conoce su ocaso. Pones las tinieblas y viene la noche y rondan las fieras de la selva; los cachorros rugen por la presa reclamando a Dios su comida. Cuando brilla el sol se retiran, y se tumban en sus guaridas; el hombre sale a sus faenas, a su labranza hasta el atardecer. Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría, la tierra está llena de tus criaturas. Ahí está el mar: ancho y dilatado, en él bullen, sin número, animales pequeños y grandes; lo surcan las naves, y el Leviatán que modelaste para que retoce. Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo; se la echas, y la atrapan, abres tu mano, y se sacian de bienes; escondes tu rostro, y se espantan, les retiras el aliento y expiran, y vuelven a ser polvo; envías tu aliento y los creas, y repueblas la faz de la tierra. Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras. Cuando él mira la tierra, ella tiembla, cuando toca los montes, humean. Cantaré al Señor mientras viva, tocaré para mi Dios mientras exista: que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor. Que se acaben los pecadores en la tierra, que los malvados no existan más. ¡Bendice, alma mía, al Señor! ¡Aleluya!

Jaén octubre 2006 1

Parroquia de La Asunción de Martos.

Diócesis de Jaén www.asunciondemartos.es

T E M A I V

Vio Dios que todo era bueno

Catequesis Parroquial

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Lectura Bíblica Génesis 1,1-2,4a

1,1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confu-sión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y amaneció: día pri-mero. … 26 Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejan-za nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra.» Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra y sometedla; man-dad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.» Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento. Y a todo animal te-rrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.» Y así fue. Vio Dios cuan-to había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardeció y amaneció: día sexto. 2,1 Se concluyeron, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato, y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho. Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados.

EL PRIMER RELATO DE LA CREACIÓN (Gén 1,1-2,4a) Al principio de la Biblia, hay dos relatos de la creación (Gén

1,1 -2,4a y Gén 2,4b - 2,25), y luego a lo largo de la Biblia se habla mu-chas veces de la creación del mundo (Job 38-39; Sal 104; Pro 8,22-31; II Mac 7,22-23.28; Is 44,24; Sab 11,17; etc.). Hoy vamos a estudiar el pri-mer relato

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ACTIVIDADES

LEE

Lee los textos que se indican al principio del tema y fíjate en Qué frases destacan el poder de Dios al crear

FÍJATE

Haz un dibujo en el que se vea la forma de entender el mun-do que tenían los autores bíblicos y explica muy brevemente en que se diferencia de la de hoy día

REFLEXIONA

¿Qué supone ser criatura frente a Dios creador?

El hombre es responsable de la creación: ¿Crees que nos pre-ocupamos lo suficiente por mantener la creación como Dios quiere? Indica algunas cosa en las que se ve que se está dañando la ecología. Qué podemos hacer nosotros para fomentar una actitud más ecológi-ca frente a la creación

PRINCIPIO Y FUNDAMENTO

E l hombre ha sido creado para alabar, hacer reveren-cia y servir a Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su alma; y las otras cosas sobre la faz de la

tierra han sido creadas para el hombre, y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado. De donde se sigue, que el hombre tanto tiene que usarlas, cuanto le ayu-dan para su fin, y tanto debe quitarse de ellas, cuanto se lo impidan San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, 23

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EL MUNDO SEGÚN LOS ANTIGUOS ESCRITORES DE LA BIBLIA Los que contaron la creación en la Biblia pensaban que el universo está formado por la tierra que se sostiene sobre unas columnas apoyadas no se sabe donde. Junto a la tierra está el mar siempre amenazante. Por debajo de la tierra están las cuevas de las gemas y los metales preciosos y el lugar de los muertos, el Sheol. Más abajo está el Abismo. Por encima de la tierra están las nubes de la lluvia, el sol la luna y las estrellas. Mas arriba apoyada sobre las montañas lejanísimas, está la bóveda del cielo con sus compuertas que estando cerradas impiden que las grandes aguas caigan en diluvio sobre la tierra. Más arri-ba aún está el trono de Dios que se sienta sobre las aguas.

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Comentarios

Contenido del relato

Es un relato solemne, que tiene ritmo, que va repitiendo una serie de estribillos que le dan agilidad dentro de su gravedad. Es como un canto litúrgico. Organiza la creación en seis días que comienzan en la tarde.

Para entenderlo bien tenemos que saber que el autor quiere dejar claro que:

Hay un solo Dios: nada es divino fuera de Dios

Dios es todopoderoso: nada se enfrenta al po-der de Dios: Él crea con solo su palabra pode-rosa.

Todo ha salido bueno de las manos de Dios: el mal que hay en el mundo no viene de Dios, ni de otro Dios. Sólo viene del hombre

El autor tiene una visión del mundo muy di-versa de la nuestra. Piensa que la luz no tiene nada que ver con los astros: ¿No hay luz antes de que salga el sol y Después que se vaya?. Por eso dice que Dios crea primero la luz y luego los astros.

Piensa que antes de la creación Había agua por todas partes. Por eso la creación consiste, se-gún él, en separar las aguas y dejar un espacio para la tierra seca y el hombre. Para que no se junten las aguas de nuevo Dios habría pues-to una bóveda transparente llamada firma-mento o cielo ¿No es azul el cielo como el mar?

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Las obras de Dios se van suce-diendo:

Día primero: La luz. Algunos Pa-dres antiguos quisieron ver Aquí la creación de los ángeles.

Día segundo: El firmamento: Es la bóveda que hay sobre la tierra e impide que las aguas caigan sobre la tierra

Día tercero: Separación de mares y tierras: "Trazaste una frontera (a las aguas del mar) que no traspa-sarán, y no volverán a cubrir la tierra", dice el salmo 104,9

Día cuarto: la vegetación:tación servirá para alimento de los animales y el hombre (1,29 y 9,3)

Los astros, el sol, la luna y las es-trellas: Los antiguos adoraban a los astros como dioses. Todavía hay quienes dicen que de ellos depende nuestra suerte y creen en horósco-pos y cosas Así. Pero Aquí se nos recuerda que son criaturas de Dios

Día quinto: animales marinos y aves:

Ya hemos dicho que el cielo se pa-rece al mar.

Al principio creó Dios el cielo y la tierra. (Gén 1,1)

Esta frase es como el títu-lo del capítulo: hace el resumen de todo lo que narra Después.

Dios existe desde siem-pre. En Dios no hay principio, ni fin, ni tiempo, ni cambio. El exis-te feliz en comunidad intima de vida y amor en tres personas des-de toda la eternidad. Pero hay un momento en que su amor se des-borda y libremente decide crear el mundo. Nada Había frente a Dios. Sólo Dios puede crear, dar el ser y dar la vida. Todo tiene su origen en Dios.

La tierra era confusión y vacío y las tinieblas cubrían los abis-mos mientras el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas. (Gén 1,2)

Los antiguos no son capa-ces de imaginarse la nada por eso piensan en un torbellino oscuro. Según los antiguos paganos los dioses tuvieron que luchar con ese torbellino para hacer la crea-ción. Pero la Biblia nos dice que Dios no tiene que luchar sino que todo le está sometido y nada se escapa a su poder. Dios crea con solo su palabra.

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¿HAY QUE GUARDAR EL SÁBADO?

Cuando vino Jesús nos recordó que Dios sigue actuando en el mundo: "Mi Padre trabaja siempre y yo también trabajo" (Jn 5,17): o sea que todavía no es el sábado definitivo. Con la muerte del Señor empieza la nueva semana de la creación definitiva, la semana de la salvación: ya no hay que guardar el sábado, el cristiano vive en un domingo continuo que terminará cuando vuelva el Señor: entonces descansaremos para siempre en un sábado sin fin.

La Ley se ha acabado con Cristo.

Ideas básicas

Dios ha creado todo de la nada. Antes de la creación solo existía Dios . Él ha creado todo libremente y con la sola fuerza de su Palabra.

Todo lo que Dios ha creado es bueno y sirve al hombre. El hombre sería feliz si no hubiera pecado pues Dios hizo al hombre y a la mujer iguales y para ser feli-ces.

El ser humano tiene una gran responsabilidad pues debe cuidar del mundo como represen-tante de Dios. La ecolo-gía ha de ser cuidada por el hombre como muestra de respeto al Creador.

Con la Resurrección de Cristo empieza una nueva creación. La Ley antigua ya no nos obliga, por eso nosotros no tenemos que guardar el Sábado.

Día cuarto: la vegetación: La vege-tación servirá para alimento de los animales y el hombre (1,29 y 9,3)

Los astros, el sol, la luna y las es- Los antiguos adoraban a los

astros como dioses. Todavía hay quienes dicen que de ellos depende nuestra suerte y creen en horósco-pos y cosas Así. Pero Aquí se nos recuerda que son criaturas de Dios

Día quinto: animales marinos y

Ya hemos dicho que el cielo se pa-

Día sexto: Animales terrestres y hombres: El hombre es imagen de Dios porque tiene dominio sobre las obras de Dios. Dios da al hombre la fecundidad. De nada sirven los ritos que hacían los antiguos para tener hijos, estos son un don de Dios.

Día séptimo: el descanso de Dios: El autor quiere destacar que la creación está acabada y ahora toca al hombre administrarla y dominarla: Dios des-cansa, las cosas de la tierra son de nuestra incumbencia. A la par quiere inculcar el descanso del séptimo día: el sábado. Ese descanso era un reco-nocimiento de la obra creadora de