Television y publicidad

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TELEVISIÓN a. Definición Equipo electrónico que nos proporciona imágenes en movimiento, de situaciones reales o ficticias. Permite conocer los acontecimientos actuales a nivel mundial, muestra lugares inimaginables, biodiversidad, la historia de diferentes culturas, la recreación de la historia del mundo, informa, divierte y educa. Podemos afirmar que la televisión educa, forma, influye en la cultura social de las audiencias, en las actitudes, en los valores, en los comportamientos, en el pensamiento, en la ideología, etc. La televisión influye decisivamente en la vida cotidiana, ya que es el principal instrumento de ocio y de nuestros propios hábitos. a. Televisión educativa La televisión ha recibido diversas críticas desde una perspectiva sociocultural y otras desde una perspectiva educativa, mostrando relaciones negativas entre el rendimiento académico y el fracaso en diversas materias. Como han puesto de manifiesto diversos autores bajo la denominación genérica de televisión educativa, se pueden incluir tres tipos diferentes: cultural, educativa y escolar. - Televisión cultural: es la más genérica y se encarga principalmente del entretenimiento, encontrándose el planteamiento educativo inmerso dentro del propio programa no requiriendo por tanto de materiales complementarios. Este tipo de programas trasfiere las formas de diseño de la televisión comercial siendo sus representaciones clásicas el reportaje y los informativos. - Televisión educativa: contempla contenidos que tienen algún tipo de interés formativo y/o educativo, pero que por algún motivo no forman parte del sistema escolar formal, los programas pueden agruparse en torno a series con una programación continua, y empieza a adquirir sus bases de diseño de la didáctica y teorías del aprendizaje, frente al carácter divulgativo y de entretenimiento del tipo de televisión anterior, la presente persigue influir en el conocimiento, las actitudes y los valores del espectador. - Televisión escolar: que persigue la función básica de suplantar al sistema escolar formal, marcándose como objetivos los mismos que el sistema educativo general, desde niveles de primaria, hasta cursos de actualización universitarios, como es lógico imaginarse los principios de diseño son adquiridos desde la didáctica y las teorías de aprendizaje.

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TELEVISIÓN

a. Definición

Equipo electrónico que nos proporciona imágenes en movimiento, de situaciones reales o

ficticias. Permite conocer los acontecimientos actuales a nivel mundial, muestra lugares

inimaginables, biodiversidad, la historia de diferentes culturas, la recreación de la historia

del mundo, informa, divierte y educa.

Podemos afirmar que la televisión educa, forma, influye en la cultura social de las

audiencias, en las actitudes, en los valores, en los comportamientos, en el pensamiento, en

la ideología, etc. La televisión influye decisivamente en la vida cotidiana, ya que es el

principal instrumento de ocio y de nuestros propios hábitos.

a. Televisión educativa

La televisión ha recibido diversas críticas desde una perspectiva sociocultural y otras desde

una perspectiva educativa, mostrando relaciones negativas entre el rendimiento académico

y el fracaso en diversas materias. Como han puesto de manifiesto diversos autores bajo la

denominación genérica de televisión educativa, se pueden incluir tres tipos diferentes:

cultural, educativa y escolar.

- Televisión cultural: es la más genérica y se encarga principalmente del

entretenimiento, encontrándose el planteamiento educativo inmerso dentro del

propio programa no requiriendo por tanto de materiales complementarios. Este

tipo de programas trasfiere las formas de diseño de la televisión comercial siendo

sus representaciones clásicas el reportaje y los informativos.

- Televisión educativa: contempla contenidos que tienen algún tipo de interés

formativo y/o educativo, pero que por algún motivo no forman parte del sistema

escolar formal, los programas pueden agruparse en torno a series con una

programación continua, y empieza a adquirir sus bases de diseño de la didáctica y

teorías del aprendizaje, frente al carácter divulgativo y de entretenimiento del tipo

de televisión anterior, la presente persigue influir en el conocimiento, las actitudes y

los valores del espectador.

- Televisión escolar: que persigue la función básica de suplantar al sistema escolar

formal, marcándose como objetivos los mismos que el sistema educativo general,

desde niveles de primaria, hasta cursos de actualización universitarios, como es

lógico imaginarse los principios de diseño son adquiridos desde la didáctica y las

teorías de aprendizaje.

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b. Televisión basura

Se denomina a cierto tipo de programas que se caracterizan por su mala calidad de

forma y contenido, en los que destacan la chabacanería, la vulgaridad, el morbo e

incluso la obscenidad y el carácter pornográfico.

Estos programas manipulan al espectador dándole contenidos que no le son

necesarios.

Actualmente una de las quejas más comunes en España sobre este tipo de televisión es

la elevada duración de estos programas que ocupan una gran parte de las parrillas

televisivas, lo que perjudica la emisión de programas con otro tipo de contenido, ya

que al tener gran audiencia provoca que se eliminen éstos otros programas con mejor

contenido.

La televisión mal utilizada puede provocar programas idiotizantes, van llenando

espacios en las cadenas locales y nacionales donde hacen juicios paralelos, presunción

de culpabilidad, mentiras, malos tratos, se escupe sobre la memoria de los muertos,

hay griteríos, calumnias, insultos donde todos se prostituyen sin rubor ante las

cámaras, por un minuto de gloria mediática.

Colaboradores que se hartan de decir que son periodistas, pontifican, ponen a parir,

utilizan el rumor como noticia y elevan el esperpento a la categoría de información de

interés social.

Personajes y personajillos son invitados al plató cobrando cuantiosas sumas de dinero

por las que venden su alma al diablo.

Pero por otro lado la audiencia española no es tan cutre como piensan algunos, pues

cuando se ofrecen programas y series de calidad responden firmemente. Es cierto que

el público tiene el mando y bien podría castigar a determinados programas. La

educación informal de la televisión, junto a la escuela, la familia y la universidad puede

contribuir a la formación de ciudadanos más libres, más cultos y mejor informados en

la sociedad democrática

c. Programas educativos

La investigación sobre el medio televisivo aplicado a contextos educativos se ha

desarrollado en una diversidad de líneas: efectos sobre la audiencia, comparativa con otros

medios, actitudes que profesores y alumnos suelen tener hacia ella, estrategias de utilización

por parte de los profesores... y aspectos de su producción y diseño que pueden facilitar el

aprendizaje. Es esta última sobre la que nos detendremos a continuación.

Las estrategias que se utilizan para el diseño de los programas se encuentran fuertemente

relacionadas por una serie de variables como la edad de los receptores, la experiencia que

posean en la interacción con los medios, los contenidos a transmitir, las habilidades

cognitivas de los receptores, los objetivos que se persigan, y el papel que la televisión llegue

a desempeñar en el currículum.

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En la realización de un programa televisivo escolar, deben de confluir en un equipo de una

serie de expertos, que de acuerdo con Martínez (1992), podría estar compuesto como

mínimo por tres tipos de profesionales: técnicos en el medio televisivo y en sus lenguajes,

profesionales de diseño didáctico con medios de enseñanza, y expertos en los contenidos a

transmitir. Cada uno de estos profesionales, asumirán parcelas específicas de trabajo, que se

concretarán en diversos guiones: televisivo, de contenido, y didáctico y de

acompañamiento.

En líneas generales podríamos decir, que el éxito de una serie de televisión está en estrecha

relación con la sensibilidad, imaginación, creencias e interpretación del medio y del

currículum, que pueda tener el profesor.

De estos tres tipos de guiones y posibles diseños, el técnico debe supeditarse al didáctico.

O dicho en otros términos, la toma más estética y técnicamente más sofisticada, no es por

principio la didácticamente más válida. Aunque con ello no queremos decir que olvidemos

el principio formulado por el realizador de Barrio Sésamo, Palmer: "la premisa de que el

poder de instruir depende de la capacidad de atraer la atención específicamente por medio

de estrategias de presentación".

En cualquier sistema de comunicación unidireccional, y la televisión es ejemplo típico de

ello, la redundancia de la información debe de elevarse al máximo, con el objeto de facilitar

la comprensión de la información, y su almacenamiento en la memoria a corto y medio

plazo. Esta redundancia puede propiciarse por diversos procedimientos: utilización de

diferentes códigos para la presentación de la información, repetición de la información

relevante diversas veces a lo largo del programa, o ubicar al final del programa un sumario

donde se repitan las ideas claves.

En clara relación directa con lo anterior debe de tenerse en cuenta que la redundancia de la

información por el procedimiento que sea es inversamente proporcional, a la cantidad de

conceptos que podamos transmitir. Por ello es aconsejable que en los programas se tienda

a presentar la información importante y estrictamente necesaria.

La redundancia debe de ampliarse en función del papel que se le pueda asignar al profesor

en el programa. Programas pensados y diseñados para una interacción individual con el

sujeto los parámetros de redundancia deben ser máximos. Aunque también el realizador del

programa puede jugar con las posibilidades que ofrece la grabación de las emisiones en

vídeo.

El ritmo es una variable claramente diferenciadora entre los programas de televisión escolar

y de entretenimiento. Claramente, la acción y el movimiento auditivo y visual es un

elemento ampliamente utilizado en la televisión de entretenimiento para llamar la atención,

llegando a tener unos efectos positivos de atracción de los receptores. Por el contrario en la

escolar, altas ritmos elevados pueden tener los efectos contrarios respecto al aprendizaje.

Una de las variables que ha despertado cierto interés ha sido el tiempo aconsejable de

duración de los programas. Aunque desconocemos estudios concluyentes al respecto, creo

que de acuerdo con las aportaciones de los realizados desde la psicología cognitiva sobre la

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percepción, memoria y atención, se pueden sugerir los intervalos de 10-15 minutos para

alumnos de primaria, y de 20-25 minutos para alumnos de secundaria y formación de

adultos.

Respecto a las posibles relaciones entre la estructura general del programa u organización

de la información, y los objetivos que se pretendan conseguir. Nosotros no centraremos en

la del profesor Rodríguez Diéguez (1985), quién plantea dos grandes niveles de ordenación

de los mensajes: abiertos o cerrados. En los primeros la información se presenta de una

forma rigurosa, precisa, limitada y ofrecida en secuencias organizadas lógica, científica y

didácticamente, persiguiéndose con ellos que el alumno capte, comprenda o memorice la

información presentada. Por el contrario en los segundos, su espacio textual será más

amplio, buscando fines motivacionales, poéticos o estéticos, hacia los mensajes

transmitidos. O como indica el propio autor: "Se puede hablar de lenguaje verbal abierto o

cerrado en función de su indeterminación o univocidad. El lenguaje verbal abierto tiende a

configurar un espacio textual más amplio que el lenguaje verbal cerrado o unívoco, que

restringe este espacio... De modo similar se comporta el lenguaje icónico" (Rodríguez

Diéguez, 1985, 146).

Estas diferentes estructuras tenderán a utilizar diversos elementos sintácticos y semánticos

para el diseño de sus mensajes. Desde una perspectiva general, se ha llamado la atención

sobre una serie de elementos que parece que influyen en la eficacia de los programas de

televisión escolar, de ellos, y a nivel de ejemplo, podemos destacar: existencia de

organizadores previos en los comienzos de los programas, redundancia de la información

fundamental por medio de diversos sistemas simbólicos, establecimiento de los objetivos

que se persiguen en el programa, evitar las estructuras bustoparlantes, y ubicación al final

de los programas de sumarios que resalten las ideas claves desarrolladas.

PUBLICIDAD

a. Definición

Se conoce como publicidad a aquella técnica destinada a difundir o informar al público

sobre un bien o servicio a través de los medios de comunicación (televisión, cine, radio,

revistas, Internet) con el objetivo de motivar al público hacia una determinada acción de

consumo. La publicidad informará al consumidor de un bien o servicio acerca de los

beneficios que presenta este y resaltará las diferencias que lo distinguen de otras marcas.

En cuanto a la publicidad infantil, tiene que ver con la formación de los estereotipos,

creando en los niños y en las niñas una imagen propia y de lo que en futuro se espera de

ellos, no correspondiente con lo que sucede en la sociedad actual, donde la mujer ha

cambiado sus roles, en forma considerable, y como consecuencia ha variado en parte el rol

típicamente masculino. Tendremos que aclarar que la publicidad infantil, es la más

compleja y la más regulada, y la que tiene los clientes más complicados, la preocupación

social por los contenidos que ofrecen los medios de comunicación a los menores ha llevado

a que existan múltiples controles para los anuncios. Si la publicidad que está dirigida a ellos,

es la adecuada, la entienden y les aporta información, formación y entretenimiento.

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En la actualidad, algunas agencias de publicidad para niños, emplean equipos de psicólogos

para lograr un nivel de sofisticación de la manipulación para niños. Nunca antes vista. Por

eso muchos estudiosos del tema, afirman que si comparamos la publicidad infantil del

pasado a la de hoy día, vemos que es llevada a extremos inusitados. Para los resultados

finales de la compra o no de los productos dirigidos a los más chicos, dependen de dos

clases de niños los insistentes o los que aluden a la importancia del producto, es decir

depende de la forma en la que se insista a los progenitores de la compra o no, de los

productos.

A continuación explicaremos el tipo de publicidad más perjudicial para los niños, que es la

publicidad subliminal:

La publicidad utiliza a menudo el lenguaje visual para impactar al espectador y transmitirle

subliminalmente diferentes sensaciones que se puedan asociar con el producto que se

quiere publicitar. La publicidad subliminal consiste, por tanto, en el manejo de las

percepciones sensoriales y de otras actividades psíquicas de las que el espectador no llega a

tener conciencia porque el estímulo no se asocia directamente con el mensaje esperado, es

demasiado breve o tiene poca intensidad.

b. Relación entre padres-publicidad y docentes-publicidad

Los padres son, sin duda alguna, los principales responsables de la educación y desarrollo

de sus hijos. Algunos aspectos a los que consideramos deberían prestar una particular

atención en cuanto a la publicidad son los siguientes: Acompañarles en determinados

programas para poder despertar su sentido crítico mediante comentarios oportunos al hilo

de la emisión o en otro momento. Dotarles de argumentos que contrarresten la visión

utilitarista y consumista que transmite la publicidad. Provocar que contrasten la visión

idealizada de los hechos que muestran los spots con lo que sucede en la realidad cuando se

utilizan los productos anunciados. Prevenirles contra la dependencia del uso de “marcas”

en productos de vestir, de alimentación, etc. En definitiva, nos encontramos ante la

publicidad como un recurso cada vez más presente en nuestra sociedad y que se dirige con

unas estrategias específicas a los niños y jóvenes. Se nos presenta el reto de enseñarles a

reconocerla y utilizarla sin dejarse manipular por ella, de forma que no se convierta en un

obstáculo a la formación y desarrollo de su personalidad.

Los docentes, por su parte, tienen una gran responsabilidad de vigilar y no cesar en el

empeño por desarrollar una adecuada educación para los medios y a través de ellos,

teniendo presente el número de horas que los alumnos pasan ante el televisor y la influencia

que reciben en sus hábitos perceptivos. Interesa especialmente que los alumnos

comprendan que la publicidad audiovisual es una forma de comunicación con el doble fin

de informar e implicar al receptor; sus mensajes son intencionales y están destinados a

facilitar conocimientos y, sobre todo, a cambiar actitudes: su primera pretensión es atraer la

atención y despertar el interés del espectador con el fin de moverle al deseo de adquirir los

productos anunciados. En este sentido, nos permitimos señalar algunos objetivos que

pueden ser útiles a los profesores en el desarrollo de la alfabetización de los niños frente a

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la publicidad: Distinguir elementos informativos y persuasivos en determinados spots.

Reflexionar sobre los motivos que conducen a la elección de una determinada marca.

Analizar eslóganes desde el punto de vista lingüístico. Examinar los componentes

morfológicos de los mensajes publicitarios. Observar la influencia de la publicidad en la

toma de decisiones Comparar los comportamientos del consumidor racional y del

impulsivo. Reconocer algunos de los estereotipos utilizados en publicidad. Conocer el

significado de los diversos elementos del lenguaje audiovisual: planos, sonido, etc.

Prácticamente todas las materias del currículo escolar son aptas para desarrollar el sentido

crítico de los alumnos en este ámbito; sólo falta que cada profesor sea consciente de su

importancia y le dedique la atención que merece. Es esencial equiparles para que lleguen a

ser participantes activos en la cultura mediática que les envuelve. En este sentido, la

educación en los medios puede desarrollar la capacidad propia de los niños para protegerse

del entorno mediático más amplio y, lo más importante y positivo, ayudarles a comprender

y a saber tratar con este entorno. Lo verdaderamente deseable sería que los docentes

lograran llevarlo a cabo en estrecha colaboración con los padres.

c. Diferencias y semejanzas entre educación y publicidad

Básicamente, podemos constatar 7 diferencias sustanciales en el tipo de mensajes que emite

el discurso escolar frente al mediático:

1- Objetivos: Mientras los educadores plantean sus textos (clases magistrales o

participativas) con el objetivo fundamental de que los receptores aprendan, los publicitas

plantean sus textos (espots, anuncios impresos, etc.) con el objetivo fundamental de

seducir. Es claro que, indirectamente, también forman y educan en los estilos de vida, pero

lo principal es gustar, fascinar, agradar, seducir; y esto, con frecuencia, es algo muy lejano

en los objetivos docentes de un profesor.

2- Contenidos: Mientras los programas didácticos tienen un volumen extraordinariamente

grande de información, de conocimientos, los mensajes publicitarios transmiten una

información muy simple, fácil de aprender y recordar.

3- Destinatarios: Los profesores hablan siempre a un público relativamente homogéneo (en

edad, lugar geográfico, cultura, formación, nivel social, etc), por lo que pueden adecuar

mucho su mensaje a la capacidad de sus receptores; mientras que los publicitarios hablan a

un público indiscriminado tanto en edad, lugar de procedencia, nivel sociocultural, etc., por

lo que no tratan de adecuar sus mensajes al público, sino de atraer a ese público a sus

mensajes; tratan, en suma, de fascinarlo o seducirlo.

4- Ámbito de comunicación: Por lo general, el profesor suele estar presente en el aula

donde tiene lugar la producción del mensaje educativo (la videoconferencia o la clase por

Internet es todavía algo marginal; el modelo sigue siendo la clase presencial); mientras que

el publicitario no está presente en el momento de la recepción de su mensaje. No puede,

como el profesor, intuir si el público se está distrayendo, aburriendo, mirando por la

ventana o jugando con el de al lado (en el ámbito televisivo: si cambia de canal, si va al

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cuartito, si comenta el programa interrumpido con otro telespectador distraído), y por eso

no puede corregir las deficiencias en el proceso de comunicación. De ahí que tenga que ser

fascinador desde un principio.

5- Estructura: Mientras las clases y materiales audiovisuales didácticos se caracterizan por

su estructura y sistematicidad (la clase sigue un orden, la asignatura sigue un programa, la

formación persigue unos objetivos), los anuncios y los espacios publicitarios carecen por

completo de esa jerarquización de contenidos: el spot se articula en función del atractivo y

de la seducción, la franja publicitaria no tiene un criterio de agrupación de anuncios (por

precio, categoría de producto, etc.), y tampoco el conjunto de la publicidad televisiva de un

día, de una semana o de un mes.

6- Contexto: Las exposiciones del profesor se reciben en una habitación (aula) diseñada

para el proceso educativo: tarima, pizarra, sillas mirando al profesor, mesas para tomar

apuntes; lo que implica un contexto institucionalizado y un clima propenso al esfuerzo, la

atención y el aprendizaje.

Por el contrario, los spots publicitarios son recibido en una habitación (sala de estar, casi

siempre) que propicia un clima distendido, disperso y despreocupado. De ahí que se

esfuerce constantemente en su afán fascinador.

7- Duración: Mientras las clases suelen durar 45 minutos o una hora, y los vídeos didácticos

20-25 minutos, los spots duran 20-40 segundos: captan más fácilmente la atención en tan

corto espacio y asumen el gran reto de la condensación significativa.

Semejanzas entre educación y publicidad

En una primera instancia podría parecer que apenas existen elementos en común entre el

discurso publicitario y el escolar: o, si se prefiere, entre los espots publicitarios

considerados como paradigma del discurso televisivo, y las clases o videos didácticos,

considerados como paradigma del discurso escolar.

Sin embargo, hay estas notas que dan al traste con esa afirmación.

1- Comunicación por objetivos: Tanto en el aula como en el anuncio, el emisor comunica

no al azar o sin un objetivo claro (como sucede con dos amigos que quedan a tomar café),

tampoco por necesidad expresiva (como cuando alguien necesita comunicar algo a un ser

querido), sino de acuerdo con una estrategia previamente diseñada: didáctica en un caso,

publicitaria en el otro.

2- Interés por convencer: Hemos dicho que el discurso publicitario persigue fascinar, a

diferencia del discurso educativo, que busca enseñar. Pero uno y otro coinciden en que

intentan convencer al público de algo: por vía más argumentativa, en el aula, y por vía más

emocional o fascinadora, en el espot. Pero siempre buscan ganar para la propia causa y no

meramente transmitir un mensaje.

3- Conocimiento del target: Hemos dicho también que el profesor suele estar presente en el

momento de la emisión del mensaje, y eso permite una mayor receptividad frente a las

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reacciones de la audiencia. Pero es compatible con el hecho de que uno y otro –profesor y

publicitario- busquen obtener el máximo conocimiento posible de su audiencia: el profesor

habla con el alumno, con sus padres, se hace una idea de sus capacidades y así puede

adecuar su mensaje y seguir paso a paso la recepción de las clases. También el publicitario

opera así: habla con el público, pasa cuestionarios, hace investigación de mercados; y así

logra un conocimiento bastante exacto de las motivaciones de su público, de sus hábitos y

costumbres, de sus características sociodemográficas (edad, sexo, nivel de estudios, clase

social, etc.). Y, así, puede también adecuar sus mensajes y seguir la recepción de una

determinada campaña (la recepción, la opinión de los espectadores, de los compradores,

etc.).

4- Finalidad pragmática: Tanto el discurso didáctico como el publicitario tratan de “influir”

sobre los receptores: en sus conocimientos, en sus actitudes, en sus valores. El maestro

trata no solo de instruir, sino educar a través de los conocimientos. Y el publicitario lo

mismo: no trata sólo de dar a conocer una marca o producto, sino de educar a través de

una serie de símbolos, imágenes y estilos de vida. Más que hablar de un producto, el

publicitario busca definir un estilo de vida para su público (como Levy’s, que no habla de

ropa vaquera, sino de juventud e independencia).

La conclusión que podemos sacar de todo esto es que es la publicidad la que realmente nos

esta educando, ya que nos está transmitiendo una serie de valores, los cuales supuestamente

son los adecuados.