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a la que le encantaban las manualidades. Una mañana, caminaba contenta hacia su cole, porque sabía que la primera clase del día era la de plástica, su preferida.

Al llegar al aula, descubrió que todas las paredes estaban cubiertas por bonitas figuras, árboles, nubes, un arco iris… todo un mundo de color!!

Se acercó a las figuras y vió que no estaban hechas de papel, sino de una tela con aspecto de cartulina, algo muy curioso… La profesora le contó a Carla que se trataba de una tela no tejida Mágica llamada TST BOND, que se podía cortar como el papel y no se deshilachaba. A Carla le pareció muy gracioso eso de una tela que no estuviese tejida.

La profesora de Carla cortó un gran trozo de ese no-tejido mágico en color blanco, y les explicó como realizar un precioso mural con pinturas de mil colores. Ese material fue un gran descubrimiento.

abía una vez una niña llamada Carla,

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Pocas semanas después del comienzo del curso llegó el cumpleaños de Carla, y con ese nueva materia pudieron decorar la clase con las letras “FELICIDADES”.

Le cantaron “Cumpleaños Feliz” y le sorprendieron con una bonita corona que se llevó a casa como regalo. Las letras por el contrario, las reutilizaron celebración tras celebración y siempre estaban intactas. ¡Eran muy resistentes!

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A lo largo del curso, Carla se dio cuenta que ese no-tejido mágico cada vez estaba en más aulas. Había TST BOND por todos lados, y es que tenía muchas utilidades distintas.

Estaba presente hasta en el comedor escolar, donde se utilizaban sobre las mesas como manteles. El no-tejido lo hacían servir de babero para los más peques y como delantal para las cocineras y educadoras. El TST BOND inundaba el cole de color!!!

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Para la fiesta de Halloween, las mamás confeccionaron unas bolsitas de calabaza, que los niños del cole utilizaron para jugar a “Truco o Trato”. Con tan sólo unas tijeras y un rotulador, Carla y sus compañeros crearon un terrorífico disfraz de fantasma.

Para las Excursiones, a la profe de Carla se le ocurrió que cada clase preparase una corbata de diferente color, y con ello identificar a los alumnos. Otras clases tenían figuras de animalitos con sus nombres y con la ayuda de un imperdible las fijaron en sus camisetas. ¡Fue una idea genial!

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En los días de frío y lluvia previos a las Navidades, la clase de Carla aprovechaba que no podía salir al patio para dibujar y recortar estrellas, bolas y campanas de diferentes tamaños y colores. Con todas esas formas decoraron un enorme árbol de navidad que, con TST BOND habían preparado en la entrada principal del colegio.

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Al comenzar el año llegó el día de la Paz, para el que prepararon un fantástico disfraz de paloma. La variedad de espesores de la tela les permitió crear un juego de trasparencias que simulaba el plumaje de las palomas. Además prepararon grandes murales con el dibujo del mundo, donde plasmaron sus manos con pinturas lavables.

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A mitad de curso, la directora regaló a sus alumnos una mochilita con el nombre y el logo del cole. La mamá de Carla pensó que era muy útil porque en ella podía llevar su almuerzo. Poco tiempo después, otros colegios, guarderías y academias de su ciudad lucían mochilitas parecidas a la suya, y de diferentes colores.

Un día la profe de Carla tuvo una gran idea de la que salieron todos endulzados. Recibieron una clase de cocina!! .Cada niño hizo su delantal con tan sólo unas tijeras. No podían faltar los gorros de cocina que unieron con grapas y pegamento. Los pasteles salieron deliciosos, y como cubrieron las mesas con TST BOND a modo de mantel, consiguieron no manchar nada!!!

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El no-tejido TST BOND era fácil de coser, no se deshilachaba al recortarlo y estaba disponible en una gran variedad de colores, por lo que en Carnavales cada clase hizo sus propios y divertidos disfraces.

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Para el día del Padre, Carla y sus compañeros confeccionaron un delantal con pajarita. El regalo quedó muy original y a los papás les encantó. Así que volvieron a usar el TST BOND para el día de la Madre. Diseñaron y consieron una bolsa para la compra con la ayuda de la profe. Fue un gran acierto, ya que era tan resistente que sus mamás la utilizaban día a día.

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Con la colaboración de TST, empresa que les suministraba el tejido sin tejer, y a través de una ONG, decidieron enviar unos rollos de material a un campamento en África. Contaron en clase que allí hicieron marionetas, collage en marcos de fotos, pintaron murales con pintura de manos, e incluso tuvieron suficiente material para decorar todas las paredes con figuras.

La profe de Carla les contó que lo mejor de todo fue ”el haber hecho feliz a los niños más desfavorecidos”.

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Por fin llegó la fiesta de fin de curso, colocaron unas letras muy grandes para dar la bienvenida a familiares y amigos. Cubrieron con esa fantástica tela el escenario, donde más tarde actuaron con los disfraces que les prepararon sus mamás. Pusieron telas de diferentes grosores, algunas de ellas tan transparentes que parecían cortinas. Con las más opacas hicieron pancartas. Carla estaba un poco nerviosa, pero le salió fenomenal.

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Figuras, manteles, baberos, delantales, murales, disfraces, gorros de cocina, bolsas, mochilas, marionetas, collage, letras, cortinas o pancartas fueron algunas de las muchas aplicaciones que el TST BOND permitió crear. El no-tejido también sirvió para decorar, jugar, dibujar, recortar, identificar, no manchar y regalar.

Después de todo un curso inolvidable, Carla vió que usando su imaginación, se le ocurrían infinidad de ideas las cuales hoy comparte con otros coles.

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